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IV. EL DERECHO HISTORICO CONSTITUCIONAL DE CROACIA
Y LA CUESTION DE BOSNIA
Bosnia en el pensamiento potítico croata en la
época del movimiento nacional
Las ideas de Vitezovic sobre la liberación de Bosnia serán compartidas
por los políticos croatas más destacados en la época del renacimiento
nacional como parte sustancial del programa político croata. El conde
Janko Draskovic, mentor político de la nueva promoción
intelectual-que durante el renacimiento nacional se opone a los
planes de Kossut, atinentes a un Estado naciocional húngaro desde los
Cárpatos hasta el Adriático-publicó en 1831 sus conocidas instrucciones
a los delegados de la Dieta (Sabor) croata a la Dieta
conjunta húngaro-croata de Pozun (nota 22). En este importante tratado
político, Draskovic destaca entre los principales objetivos de
la política croata la necesidad de anexar primero Dalmacia a
Croacia, y luego, con el correr del tiempo, Bosnia y Hercegovina,
entonces bajo el poder turco.
(nota 22) La disertación o discusión, obsequiada a los señores delegados plenipotenciarios y futuros legisladores de nuestros reinos, enviados a la próxima dieta de Hungría, redactada Por un vieio Patriota de estos Reinos. En Karlovac, 1832.Ivan Mazuranic, notable escritor y estadista, primer plebeyo en ocupar la silla de los ban croatas (virreyes), en el momento crítico, previo a la introducción del sistema dualista, publicó el folleto ¨Condicional o incondicionalmente?, aconsejando vinculación más estrecha con Austria que con Hungría, pues únicamente de ese modo podrá cumplirse el deseo unánime de que se incorporara a Croacia la Dalmacia, obtenida por Austria en el Congreso de Viena en 1815. Con ello se crearían las condiciones para la incorporación de Bosnia, cuya liberación se avecina. Cuando los cristianos de Bosnia unos años después se enlazaron contra los turcos, en Croacia se organiza la ayuda a los sublevados. El mismo Ivan Mazunranic, entonces ban de Croacia, permite la colecta pública en ayuda de los sublevados, obviamente con el consentimiento del rey Francisco José I. Después de la resolución del Congreso de Berlín, entran a Bosnia las tropas croatas al mando del patriota croata general barón José Filipovic. La Dieta croata (Sabor), con motivo de la ocupación, dirige al rey una petición expresando:
"El deber que la monarquía asumió con la ocupación de Bosnia
y Hercegovina podría asegurarse permanentemente únicamente si
la estructura de la provincia ganada se ajusta de tal modo que
poco a poco podría incorporarse en la estructura del Reino de
Croacia, Eslavonia y Dalmacia en su relación jurídico-constitucional
para con el Reino de Hungría."
Ivan Mazuranic se opone a esa resolución, pues sabe que tras
el nuevo ordenamiento de la monarquía, Austria jamás accedería
a la anexión de Bosnia en la mitad húngara de la doble Monarquía.
Empero, cuando el emperador y el rey contestó que la Dieta croata,
al tratar problemas de la política exterior de incumbencia exclusiva
del gobierno central de la monarquía, se "había excedido en sus
facultades", Mazuranic, defendiendo las prerrogativas de la Dieta,
dimitió del cargo de ban.
Los políticos croatas ven claramente que la monarquía de los
Habsburgo, por su estructura dualista no puede tener éxito en
su política balcánica. Francisco Rachki, historiador croata,
escribió a la sazón al obispo Strassmayer: "Una Austria federal
influiría sobre el Oriente, la dualista lo rechaza".
Frente al justificado esceptismo de Racki y Strossmayer está
el optimismo de la opinión pública croata, reflejado fielmente
por el líder del resurgimiento nacional croata en Dalmacia, Mihovil
Pavlinovic. Aunque partidario de Strossmayer, Pavlinovic escribe
el 8/9/1876 a los franciscanos bosníacos y critica las intrigas
de Serbia que (siguiendo el plan Nacertanie) trata de ganar a
los católicos bosníacos y particularmente a los franciscanos
para que exijan que Bosnia sea ocupada por Serbia. En dicha carta
Pavlinovic dice entre otras cosas:
"Por más que tengamos motivos para quejarnos de la disidia de
Austria y de la prepotencia húngara, estamos persuadidos de que
todo son naderías frente al fanatismo e ingreimiento de los serbios,
que pisan y oprimen cuanto llega a sus
manos. Que Dios dé a los serbios buena fortuna en el campo de
batalla... pero que estén lejos de Bosnia, a la que únicamente
la comunidad con Croacia y Dalmacia bajo el cetro húngaro-croata
en la cabeza de la vieja casa católica de los Habsburgo puede
deparar paz y sosiego. Enderezaremos fácilmente los entuertos
cuando seamos más fuertes en la comunidad y la concordia"
(nota 23).
(nota 23) Filip Lukas: Pavlinovic o Bosni, Zagreb, "Kolo" XXII.La doble Monarquía no era capaz de satisfacer las aspiraciones de los patriotas croatas. Por ello, a principios de nuestro siglo, una parte de la inteligencia croata respalda la política serbia, si bien presiente que su propósito es la destrucción de la Monarquía danubiana.
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