Cardenal Stepinac
CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos Humanos
M. Landercy
< [continuación]

"Sabemos que usted es el mayor adversario de nuestra ideología, pero si continúa, lo mataremos en la calle como a un perro. Su cinturón violeta de Roma (símbolo de obispo) no le será de ninguna ayuda".

Si los nazis o los fascistas no lo han matado, esto puede haber sido quizás en verdad a causa del cinturón violeta. Pero los comunistas se mostraron con más coraje! Ellos han ido más allá. Sabían que Stepinac había salvado a miles de niños serbios y partisanos. Sabían que los partisanos visitaban por la noche la casa de la madre del arzobispo, que les daba de comer. Sabían que los nazis habían fusilado a su hermano por ser colaborador de los partisanos. Al principio del proceso judicial, el Gobierno había sido suficientemente advertido que todas las amenazas del ocupante no habían logrado desanimar a Stepinac, y que el mismo había emitido documentos sobre el terrorismo del ocupante en nuestro país. Sabían que había sacado del país él solo, a riesgo de su vida, esos documentos a Roma, y se los había dado al Papa.

En cuanto a la toma de posición de Stepinac durante la guerra, nuestro pueblo conoce bien que los Aliados estaban al corriente. Yo había advertido al régimen de Tito, por medio de sus representantes en Roma, y esto en el momento mismo del proceso en el cual el arzobispo estaba siendo juzgado, que el régimen, sin ninguna duda, iba a perder el proceso sea cual fuere la suerte de Stepinac, incluso psíquicamente...

... Además, cuando advirtieron que perdían moralmente el proceso, cambiaron el régimen de detención de Stepinac, transfiriéndolo de una prisión ordinaria al presbiterio de su ciudad natal, en casa del párroco de Krasic, donde debía ser custodiado día y noche por numerosos guardias que le prohibían toda relación con el mundo exterior, sea personalmente o a través de cartas. Los partisanos del Régimen llamaban a esto "Liberación de prisión"!

Volviendo al caso de Stepinac, por amor a la verdad es necesario que cite el siguiente caso. Cuando yo supe que el detenido de Krasic estaba gravemente herido, escribí al Mariscal (Tito) diciéndole que él debía saberlo, y que yo esperaba que tuviera una actitud de respeto hacia ese compatriota de coraje y hombre de carácter, si bien de ideas opuestas. Poco tiempo después recibí la respuesta. El Mariscal me hacía decir que él sabía que el arzobispo estaba realmente enfermo y que le había propuesto enviarle tres médicos, que él había rechazado porque, sin duda, no tenía confianza en ellos, y que le había hecho decir entonces que podría elegir él mismo sus médicos, entre quienes tuviera confianza.

Estas líneas no han sido escritas ni para defender a Stepinac, ni mucho menos que por odio hacia quienes lo privaron de su libertad. La defensa de Stepinac, es su actitud ante el tribunal, así como su comportamiento durante los diez años de detención. Para aquellos que lo han juzgado, la acusación misma es la prueba de que ellos han conscientemente condenado a un hombre inocente que se puso de pie para defender la fe y los sentimientos de su pueblo, al servicio del cual se ha colocado, también durante su detención. Aquellos que querían humillarlo lo han exaltado.

En este décimo año de su detención, son numerosos quienes, como yo, se plantean la pregunta de saber si el régimen comunista en Yugoslavia va a cmbiar de táctica hacia Stepinac y hacia la Iglesia, reconociendo que ha seguido un camino equivocado hasta ahora, así como los rusos lo han hecho respecto a Tito".

South Bnedo, U.S.A., 18 de marzo 1956
(Stepinac mu je ime, Tomo I: Recolección de recuerdos, testimonios y documentos, preparado por Vinko Nikolic, ed. Knjiznica Hrvatske Revije, München-Barcelona, 1978, págs. 446- 451).

Hugh Seaton-Watson

"...El caso más asombroso es el del arzobispo de Zagreb, Stepinac, primado de la Iglesia Católica croata. El cumplimiento de sus deberes religiosos lo ha obligado a mantener relaciones oficiales con Pavelic, sus colaboradores y sus representantes. Pero no hubo ninguna prueba de que haya ayudado a unos u otros. Hay, al contrario, pruebas irrefutables de que ha estado constantemente en conflicto con ellos. No hay pruebas de que él haya alentado el menor gesto contra los serbios o los judíos, sino que hay pruebas irrefutables de que ha protegido a las personas que estaban en peligro. Ha sido enemigo jurado del comunismo, y he ahí el motivo de su condena a dieciseis años de prisión..."

("The European Revolution", Londres, 1951, pág. 281).

Georges Desbons

"Durante la guerra de 1939, emigrados austríacos, checoslovacos, polacos, afluían a Croacia: católicos, judíos, ortodoxos, ateos. Mons. Stepinac garantizó la vida de muchos de ellos, y tomó a su cargo a 150 niños polacos.

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