Cardenal Stepinac
CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos Humanos
M. Landercy
[continuación]

Las amenazas de la policía

Pero el Arzobispo recibía constantes amenazas de la UDBA referidas a su correo. Se lo amenazaba con dejar un policía permanentemente en la casa para vigilar lo que escribía.

Esto no lo acobardó: "Ya he tenido esta experiencia en Lepoglava", afirmaba. No podía enviar sus cartas por correo, pues la milicia las confiscaba. Las enviaba por intermedio de personas de confianza. El cura declaró que era un verdadero milagro que los portadores de sus cartas fueran descubiertos. El Arzobispo le respondió que cada vez que enviaba las cartas rogaba intensamente para que llegaran a destino.

Sin embargo, cada vez que la UDBA tenía dudas, y esto se producía con el cura de Krasic, despojaba completamente a la persona en cuestión.

Tres días después de la llegada del Arzobispo a Krasic, al salir de la prisión de Lepoglava, la milicia prohibió al cura Branekovic recibir ayuda alguna de los campesinos. A veces también impedían, como cierta víspera de Navidad, que el cura admitiera en su iglesia a los fieles venidos de lugares a veces muy lejanos. Así el cura de Krasic estaba expuesto a numerosas burlas.

El 13 de julio de 1952 era el día previsto para suministrar el Sacramento de Confirmación. A su partida de Lepoglava, las autoridades habían prohibido a Mons. Stepinac el ejercicio de su ministerio de Arzobispo, pero le habían permitido administrar los Sacramentos. Por pedido del cura, el Arzobispo mismo debería conferir el Sacramento de Confirmación a los niños de Krasic. Pero, la víspera un empleado del Ministerio de Zagreb llegó a Krasic para prohibirle este derecho al Arzobispo. Pero a pesar de todo la Confirmación debía llevarse a cabo, todo estaba listo, los niños y sus padres. Era necesario entonces encontrar rápidamente a otro Obispo. Los Obispos de Zagreb respondieron negativamente, uno porque ya estaba comprometido, el otro porque estaba descansando en el Adriático. Se contactaron entonces con el de Djakovo. Pero la noche se aproximaba y la respuesta no llegaba. El cura no quería aplazar la Confirmación. Al anochecer tomó su auto y se dirigió rápidamente hacia el Adriático a buscar al Obispo que se encontraba descansando allí.

Llegó a Selce a las dos y treinta de la mañana. Una vez despierto, el Obispo leyó el mensaje escrito por el Arzobispo que llevaba el cura de Krasic e inmediatamente se puso en camino con él. Llegaron a Krasic a las nueve y treinta de la mañana.

Mientras tanto, esperando al cura, Mons. Stepinac celebraba la Misa. Estaba agotado por haber pasado la noche en vela; había preparado el texto del sermón que preveía leer y que era su protesta.

En caso de que el cura que conducía al Obispo no llegara a tiempo, estaba decidido a conferir él mismo el Sacramento a pesar de la prohibición, cualquiera fuera la consecuencia.

En ese momento llegaron el Obispo de Djakovo, que había recibido a tiempo el mensaje, y luego el Obispo Salis con el cura Branekovic. Todo salió bien. Después, cuando la gente se enteró de lo que había pasado, decía con tono triunfal: "Prohibieron a un Obispo conferir el Sacramento de Confirmación, y tuvimos tres".

Stepinac es nombrado Cardenal

El 3 de septiembre de 1946, Pío XII había recibido en audiencia particular a estudiantes italianos y croatas. Al ver a estos últimos, el Papa había dejado escapar un suspiro.

"Nuestra pobre Croacia". "Sí, Santo Padre, respondieron los estudiantes, sufrimos mucho en nuestra patria y en el extranjero". "Lo sabemos todo, continuó el Papa, pero ustedes son afortunados de tener en Zagreb un Obispo valiente e intrépido, que es un verdadero apóstol. Lo conocemos bien... Es muy piadoso y muy fiel".

Algunos años después, algunos croatas fueron nuevamente recibidos en audiencia por el Santo Padre. Uno de ellos preguntó inocentemente:

"Santo Padre, ¿cuándo me convertirá en Cardenal nuestro Arzobispo?" Con una sonrisa radiante Pío XII respondió: "Ustedes no tienen un Cardenal pero tienen un santo".

Todas estas palabras muestran en qué alta estima tenía Pío XII al Mons. Stepinac. El Santo Padre tuvo ocasión de demostrarlo en el siguiente Consistorio.

El 29 de noviembre de 1952, un periodista del diario brasileño "O Cruzeiro", L. Garneiro, escuchó de boca del Nuncio Oddi de Belgrado, y luego por la radio, la noticia de la elevación del Arzobispo Stepinac a la púrpura cardenalicia. El periodista saltó al primer tren que partía para Zagreb a fin de ser el primero en llegar al lugar.

En la estación de Zagreb, sin conocer ni una palabra del croata, subió a un taxi diciendo "Stepinac". El chofer le echó una mirada radiante y dijo: "Bien" y luego lo condujo a Krasic.

Al conocer la noticia y debiendo responder a este periodista sobre sus futuras intenciones, Mons. Stepinac sencillamente dijo: "Cumplir mi deber como antes. Mi comportamiento no tiene por qué cambiar."

Era domingo. El Cardenal celebraba la Misa del mediodía. Durante el Oficio, los comunistas organizaron un mitín delante de la Iglesia, en el que atacaron salvajemente a la Santa Sede y al clero. Sin embargo, desde todas partes llegaban telegramas de felicitación.

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