Carta Pastoral del 24 de marzo de 1945
Vamos a examinar ahora la Carta Pastoral incriminada que fuera publicada en ocasión de celebrarse la Conferencia de los Obispos el 24 de marzo de 1945. No niego un cierto lazo entre el gobierno ustachista y esta Conferencia de los Obispos, pero niego absolutamente que haya un lazo entre esta Carta Pastoral y el gobierno ustachista. En la medida en que este lazo hubiera existido, esto no significa que el Arzobispo lo aprobara o fuera consciente de su existencia. Este lazo con la Conferencia habría existido únicamente por el hecho de que, por ofrecimiento de Canki, el Arzobispo habría consentido que el gobierno ustachista aportara una ayuda técnica, a fin de que pudiera organizarse la Conferencia, en medio de este período de comunicaciones precarias. Así lo ha testimoniado Canki, afirmando igualmente que la Conferencia había sido convocada por sugerencia e iniciativa del Arzobispo. Creo más en la declaración de Canki que en las declaraciones contrarias de Mandic y del Obispo Simrak. El viejo Mandic, aunque fuera entonces Presidente del Consejo, exhausto física y mentalmente, estaba poco informado y no tenía ninguna influencia en la actividad del gobierno ustachista, en tanto que Simrak jugó el rol de caballo de Troya del cual se aprovecharon los ustachistas y sobre todo Bogdan, con el objeto de que los delegados de la Conferencia de los Obispos pudieran deslizar en la Carta Pastoral el contenido que los dos cómplices deseaban que adoptase. El hecho de que Bogdan estuviera en relación con Simrak y que hubiera remitido a este último su proyecto de Carta Pastoral a fin de que pudiera hacerlo pasar lentamente en el transcurso de la Conferencia, no puede imputársele al Arzobispo, puesto que no conocía estas transacciones secretas entre Simrak y Bogdan. Además, hemos claramente establecido aquí que el Arzobispo no se dejaba manejar por los ustachis. Por otra parte, el mismo Procurador reconoció que además del proyecto de Bogdan, existían en ese momento dos o tres más, entre los cuales se contaba el de Canki, reconociendo también que el texto de la Carta Pastoral se asemeja más al proyecto de Canki que al de Bogdan- Simrak. Esta es la prueba del fracaso de Bogdan y Simrak.
No he leído ninguno de los proyectos de la Carta Pastoral, ni siquiera el de Canki y por tanto no puedo rendir cuentas de la supuesta similitud entre el proyecto de Canki y el texto de la Carta Pastoral. Pero si hubiera similitud, esto no probaría que el gobierno ustachista hubiera impuesto su texto a la Conferencia, puesto que Canki que era Ministro de Justicia y Culto de este gobierno muchas veces se había visto obligado a contactarse con el Arzobispo. No se excluye que en esta ocasión ambos hayan discutido sobre el programa de la Conferencia, sobre la masacre sistemática de sacerdotes y fieles. No se excluye tampoco que Canki haya informado al Arzobispo a este respecto, puesto que en esta época los refugiados de las regiones liberadas, aportaban muchas novedades de este tipo. En aquellos tiempos, la prensa ustachista estaba repleta de noticias exageradas sobre las masacres de sacerdotes y fieles. Ocho días antes de realizarse la Conferencia de los Obispos, el gobierno organizó una reunión en memoria de los sacerdotes asesinados, en el curso de la cual el rector de la Universidad Croata pronunció un discurso relativo a este problema. Si el Arzobispo creyó en la veracidad de estas informaciones, si sucumbió a la propaganda desenfrenada y si, por este motivo, de acuerdo con los otros Obispos, convocó la Conferencia e hizo publicar la Carta Pastoral incriminada, podríamos decir que el Arzobispo cometió un error pero no un crimen. El Arzobispo no podía impedir que el gobierno ustachista utilizara la Carta Pastoral para sus propios fines y que incluso la falsificaran. Así por ejemplo, en el texto de la Carta Pastoral se habla de "Croacia", palabra que los ustachis transformaron en "Estado Independiente de Croacia".
Las actividades de los ustachis
Se acusa también al Arzobispo de haber escondido, en complicidad con Pavelic, en su palacio, los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores ustachista. El Procurador hizo venir a este estrado como testigo, al ex Ministro de Asuntos Extranjeros ustachista Alajbegovic, quien declaró que no se había celebrado ningún acuerdo entre Stepinac y Pavelic, y que fue él mismo, Alajbegovic, quien pidió al Arzobispo que protegiera estos archivos, no que los escondiera, a causa de los bombardeos. En efecto, el Arzobispo no los escondió puesto que, desde principios de abril de 1945, informó por propia iniciativa al gobierno, como lo he probado por el acuse de recibo de la Comisión de Cultos, de fecha del 13 de junio de 1945. Puse también en manos del Tribuna, como prueba las anotaciones del Secretario de Arzobispo, de las cuales resulta que éste había, además, informado verbalmente al Presidente del Consejo de la República Popular de Croacia sobre todo lo que tenía depositado en su casa. En cuanto a los discos de los discursos de Pavelic, el Arzobispo ignoraba absolutamente su existencia. Esto fue confirmado por el acusado Salic, quien informó a las autoridades respecto de estos discos.