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16. En el día de su muerte empieza creciente glorificación de nuestro Siervo de Dios Aloysius Stepinac. Los fieles de Zagreb, y mucha gente de buena voluntad, esperaba dignamente su victorioso regreso póstumo a la vieja catedral. En profundo y silencioso dolor fue sepultado solemnemente el 13 de febrero. Desde entonces, como lo dice nuestro Cardenal Franjo Kuhariæ, su tumba sigue siendo el lugar de una grande y continua peregrinación. (41) Según el deseo del Papa Juan XXIII la Misa de Requiem fue celebrada el 17 de febrero en la Basilica de San Pedro en Roma. Todo el mundo quedó profundamente impresionado por la oración fúnebre del Papa. Hablando de nuestro difunto Cardenal el Papa tenía delante de sus ojos la figura de Jesucristo, el Buen Pastor. Se destacaron especialmente sus palabras proféticas: "Oremos que venga el tiempo de la glorificación de su espíritu elegido", así como sus últimas palabras: "Esperamos que, por la gracia y luz de Nuestro Señor, Stepinac extienda su protección sobrel todo el colegio de Cardenales y sobre toda la santa Iglesia." (42) En el conjunto de documentos "Stepinac fue su nombre" podemos oir toda una orquesta internacional de eminentes personas, tanto de la sociedad eclesiástica como de la sociedad civil, que expresan su mayor admiración y el más profundo respeto por el ejemplo de vida de Stepinac. (43)
Por desgracia, a lo largo de los últimas décadas, hasta hoy en día, podemos oir como algunos círculos refuerzan sus ataques, comprendidos y ordenados hace mucho tiempo, a la persona y al trabajo de Stepinac. Podemos dirigirles las palabras de Jesús: "Padre, perdóneles porque no saben que hacen". (Lc.23,34) Afortunadamente, el nombre del Arzobispo de Zagreb Aloysius Stepinac es escrito profundamente en los corazones de tantos fieles e inspira a los hombres abiertos a la verdad y justicia.
17. Por todo eso, el 14 de noviembre de 1969 nuestro Cardenal Franjo Kuhariæ, entonces el administrador del arzobispado de Zagreb, intervino ante la Congregación por las causas de los santos, para inicar la causa de canonización de Stepinac. Finalmente, con el conocimiento del Santo Padre Juan Pablo II, el 5 de deciembre de 1980 en la misma Congregación en Roma, empezó el proceso secreto en que fueron presentados varios documentos y escuchados varios testimonios. Después del régimen comunista, especialmente en el nuevo estado croata, fue posible desarrollar el proceso según el procedimiento usual. Destaco aquí que el 14 de febrero de 1992 el Parlamento croata publicó la declaración condenando el proceso político y la sentencia contra el Cardenal Stepinac. (44)
La primera parte del proceso de la canonización oficialmente terminó ante la tumba de Stepinac en la catedral de Zagreb el 17 de febrero de 1994 y en Roma en la Iglesia croata de San Jerónimo el 16 de junio del mismo año. Durante el largo y fastidioso trabajo en esta causa se encontraron válidas suposiciones, confirmadas por las investigaciones adicionales, de que la muerte del Cardenal Aloysius Stepinac ha sido de verdad el martirio, consecuencia de unos catorce años de aislamiento injusto, lleno de ataques físicos y morales y del el sufrimiento de todos modos. Esto es hoy en día el objeto de una investigación cuidadosa.
Todos los indicios nos daban la esperanza de que podríamos pronto, al menos en la ocación del gran Jubileo de Jesús en el año 2000, celebrar la beatificación del Siervo de Dios. Esta esperanza ha sido confirmada por el mismo Santo Padre Juan Pablo II. Anunciando el Jubileo de Jesús llamando a cada Iglesia Local de "hacer lo posible en no olvidar a todos aquellos que han sufrido el martiriocc en nuestro siglo, para que la Sede Apostólica pudiera" integrar en el martirologio de la Iglesia, cuidando especialmente la santidad de aquellos que en nuestro tiempo han vivido en la verdad de Cristo".(45) Y sobre todo, durante su apostólica visita a Zagreb y Croacia, en la solemne homilía eucarística en el hipódromo de Zagreb el 11 de septiembre de 1 994 el Santo Padre dirigió el inolvidable elogio sobre nuestro Siervo de Díos: "En este momento pienso de las insignes figuras de muchos compatriotas santos a quienes vosotros conocéis bien. Con gran emoción pienso, especialmente, sobre la página de vuestra historia contemporánea, la pagina de la fidelidad a Cristo y su Iglesia, escrita años después de la segunda guerra mundial. El Arzobispo de Zagreb, el Cardenal Aloysius Stepinac fue el protagonista de esa página, pagando con su sufrimiento y martirio por su valerosa fidelidad al Evangelio." (46) Para el del Papa Juan Pablo II nuestro Siervo de Dios es "la fortaleza de la Iglesia Croatacc y al mismo tiempo" él es la persona más ilustre de tantos hombres y mujeres del pueblo croata que se han destacado en nuestro tiempo viviendo con intensidad las virtudes cristianas".
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