Por todo eso, Stepinac quedará recordado en la historia como el gran defensor de los derechos del hombre fundados en Dios, aún antes de la famosa declaración del año 1948 y antes del Concilio Vaticano II. Antes de las proclamaciones del Concilio sobre la dignidad de ser humano Stepinac hablaba con el lenguaje del Consilio.(8) Lo confirman, como grandes monumentos, sus famosos sermones en las fiestas de Cristo Rey, especialmente el del año 1943. (9) Era justo e insistente en defensa de los derechos de los otros, tanto de los individuos como de los pueblos, así, el 24 del marzo de 1945 con igual conciencia pastoral él escribe con otros obispos croatas la carta pastoral en defensa de los derechos del pueblo Croato. Previendo las importantes decisiones de las conferencias internacionales después de la guerra, esa carta, por una parte, toma en consideración la conducta de la Iglesia católica durante la guerra, y por otra parte, defiende los derechos inviolables del pueblo croata a la libertad e independiencia en su proprio estado. (10)
IV Los sermones de Stepinac
8. En sus mensajes y sermones
pronunciados en todo el tiempo de su
servicio pastoral desde su
consagración
episcopal en 1934, y especialmente desde
los primeros días de su episcopado
zagrebiense en diciembre de 1937,
así
como durante la guerra - el Arzobispo
Stepinac nos ha dejado como rica herencia
su enseñanza episcopal.
Pronunció estos
sermones con toda responsabilidad
apostolica, como un orador claro y un
predicador fervoroso. En ellos podemos
oir las palabras del gran profeta del
Antiguo Testamento el profeta
Elías y las
palabras de anuncio del Nuevo Testamento
por parte de s. Juan Bautista. Stepinac
quiso despertar en sus oyentes la fe en
Dios y en todos los sacramentos de la
proclamada verdad de Dios. Ardientemente
excita a los fieles a vivir activamente
la vida sacramental y dedicarse a la
oración y la generosa caridad
cristiana.
Con el gran entusiasmo predica sobre el
amor por la santa Iglesia y sobre la fe y
fidelidad a Vicario de Jesucristo - al
Santo Padre. Su sermón moral
está
profundamente arraigado en los diez
Mandamientos de Dios que Jesucristo
condensó en un gran mandamiento
del amor
a Dios y al prójimo. Especialmente
se
destaca su sermón contra los
reniegos y
las expresiones indecentes. Insiste
también, de todo corazón,
en la santidad
del matrimonio y la fertilidad de las
familias, así como en la
educación
cristiana de las jóvenes
generaciones.
Stepinac toma una firme actitud contra
toda forma de inmoralidad de la sociedad,
y especialmente se opone a la injusticia
social. Claramente y sin vacilar condena
toda forma del ateísmo y
inmoralidad con
la cual amenazan al pueblo croata las
ideologías ateas y antihumanas, de
la
derecha y de la izquierda, tanto las
ideologías comunistas y racistas
como los
nacionalismos exasperados. Y sobre todo,
él es profeta de la Gracia de Dios
y del
perdon, invocando, de todo
corazón, la
poderosa protección de la
Santísima
Virgen. Y en momentos más
difíciles,
siendo con su esperanza profundamente
unido a Dios, sin aescanso proclama al
pueblo de Dios la fuerte esperanza y
confianza en Dios, el Maestro de ia
historia y el último vencedor.
Su viva conciencia religiosa,
según la
cual cumplía sus responsabilidades
pastorales, se manifestó, de
manera
especial, durante la segunda guerra
mundial. "Condenó, sin temor, toda
forma
de odio originada por motivos de raza,
religión, origen nacional o
social,
convicción politica". Fue defensor
de los derechos humanos de todo ser y de
todo pueblo, especialmente de los
perseguidos judíos, serbios y
gitanos y
de todas personas privadas de sus
derechos. Es famoso su más
valiente
sermón en la fiesta de Cristo Rey
en el
año 1943 del que citamos las
ideas más
importantes: "Siempre hemos insistido
publicamente en los principios de la
eterna ley de Dios, tanto si se trata de
croatas, serbios, judíos, gitanos,
católicos, musulmanes, ortodoxos,
como de
los otros". También dice: "La
Iglesia
católica no conoce la raza
gobernante y
la raza esclava. La iglesia
católica
conoce solamente las razas y pueblos como
creaciones de Dios, y si hay alguien a
quien le respeta más es el que
tiene el corazón más generoso y no
el que es más
fuerte... No conoce diferencias entre
ellos como hombres. Todos tienen el alma
inmortal, todos son de origen real,
descendiendo de Dios Creador." Y
ultimamente conclude: "Nuestro
prójimo, de cualquier nombre, no es un tornillo en
la máquina del estado, sea ella
roja o negra, gris o verde, sino que es el hijo
fiel de Dios, nuestro hermano en Dios."
(13)
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