BOSNIA Y HERZEGOVINA


Bosnia y Herzegovina

LA CUESTION DE BOSNIA Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

IVO BOGDAN

X. LA CUESTION DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS GOBERNANTES SERVIOS EN EL ATENTADO DE SARAJEVO


[continuación]

10.La reforma agraria en Bosnia y el movimiento revolucionario serbio

Una de las paradojas de la política rusa incomprensible para un occidental es el hecho de que esos revolucionarios nacionalistas serbios, discípulos de los adversarios jurados de la Rusia zarista, fueron a la vez sus exponentes y que, según lo admitió su jefe Dimitrijevic-Apis, estaban a sueldo del coronel Artamonov, agregado militar ruso en Belgrado. Ya vimos que también los integrantes del grupo de Sarajevo recibían premios y subsidios del mismo fondo. (nota 140) Los dirigentes comunistas yugoeslavos, al glorificar a los atentadores de Sarajevo y al mismo tiempo atacando y defendiendo a los monárquicos serbios, pisan un terreno resbaladizo. Tratando de justificar ante Occidente y ante los pueblos no serbios de Yugoeslavia, el culto que tributan a los atenta dores de Sarajevo, recalcan siempre el problema social, la reforma agraria en Bosnia y Hercegovina. Ya señalamos que los serbios objetaban a Austro-Hungría no haber introducido la reforma agraria en Bosnia, a la que la obligaban, presuntamente, el espíritu y ciertas cláusulas del Congreso de Berlín. Al mismo tiempo pasan por alto, o niegan, que la administración de Austro-Hungría en breve lapso fomentó en gran escala el progreso económico y cultural de esas provincias ex turcas muy atrasadas.

(nota 140) Ver seccion "Documentos".


Es verdad que los mismos ejecutores del atentado de Sarajevo subrayaron que la negativa de la administración austro-húngara a resolver en forma radical el problema de la propiedad de la tierra en Bosnia, tal como lo postulaba la izquierda nacionalista serbia, perjudicaba a los campesinos serbios. Por otra parte, débese tener en cuenta que la expropiación unilateral de los terratenientes, mayormente musulrnanes, suponía la pauperización económica de los musulmanes, de la clase política dirigente hasta entonces. Implicaba favorecer a un tercio de la población en detrimento de otro tercio.


Bosnia fue la única provincia del imperio turco que conservó la nobleza territorial hereditaria gracias a que las familias aristocráticas habían abrazado el islam (nota 141). Austria-Hungría al ocupar Bosnia encontró la situación en que los propietarios de la tierra eran casi exclusivamente los musulmanes, agas y beys, familias aborígenes tradicionales, y los campesinos eran mayormente los siervos ortodoxos, llevados a Bosnia del interior balcánico durante las invasiones turcas. Los católicos en gran número abandonaban sus hogares y se refugiaban en la parte libre de Croacia y muchos fuera del territorio de Croacia. En 1910 había todavía en Bosnia y Hercegovina 110.000 familias de siervos, de ellas 75.000 (60 %) eran ortodoxos, menos de 30.000 (26 %) católicos y apenas 6.000 (5 %) musulmanes (nota 142).

(nota 141) Ver los datos sobre ese particular en el trabajo de D. Mandic, P. Vukota y M. Blazekovic del presente volumen.

(nota 142) Fuad Slipcevic, Bosna i Herzegovina od Berlinskog Kongresa do prvog svietskog rata, Zagreb 1954, p. 42.

No cabe duda que uno de los motivos principales de los alzamientos de los cristianos contra el dominio turco, que influyeron a la decisión del Congreso de Berlín sobre la ocupación de Bosnia, fue su deseo de liberarse de la servidumbre. Resulta que para los ortodoxos serbios la lucha contra los turcos entrañaba al mismo tiempo una lucha por la emancipación nacional y económica. A la vista tenían el ejemplo de Serbia, que, al liberarse en el siglo pasado del dominio turco, trató sin miramientos a los propietarios musulmanes que han sido despojados, asesinados y otros tuvieron que salir del país. Sus tierras pasaron a manos de los campesinos serbios sin indemnización ni compensación alguna. Lo mismo pasó en Montenegro. Austro-Hungría, donde imperaba la ley, no pudo proceder de ese modo. Por otra parte, en Bosnia y Hercegovina, únicamente los católicos y los musulmanes son aborígenes. Los musulmanes constituían entonces como hoy la tercera parte de la población total. No podían ser tratados como en Serbia, expoliados, asesinados, saqueados y expulsados. Por lo tanto, había que emprender la reforma agraria, necesaria por cierto, gradualmente e indemniza a los propietarios. Debían intervenir las autoridades, facilitando la compra de tierra, y la iniciativa privada, incluso los campesinos directamente interesados. Los católicos croatas interpretaron ese problema con mayor acierto que los ortodoxos serbios. Ya en 1911 había más campesinos católicos propietarios que colonos (27.500 versus 23.500). Los mismos autores comunistas debieron admitir: "Respecto a la emancipación de los colonos, los mejores resultados los consiguieron los campesinos croatas (católicos), merced, a buen seguro, a los empeños de los representantes de la Iglesia Católica.(nota 143)
(nota 143) Ibid., p. 63.

Las autoridades austro-húngaras, dado el régimen de ocupación, no podían llevar a la ruina mediante una reforma agraria radical al sector musulmán, mayoritario en las ciudades, una especie de clase media. Pese a toda la cautela de las autoridades, "los propietarios musulmanes sostenían que las autoridades ocupantes practicaban la reforma agraria nociva para los musulmanes" (nota 144).
(nota 144) Ibid., p. 62.


Las autoridades de ocupación debierorl tener en cuenta los sentimientos de los musulmanes por motivos políticos también. Para ellos la resolución del Congreso de Berlín era una verdadera tragedia, sentida cómo traición por parte de Turquía de sus leales súbditos. Los musulmanes ofrecieron vigorosa resistencia armada a las tropas de ocupación. Las nuevas autoridades, con los fines de pacificación y en vista de las pretensiones granserbias, trataron de procurarse la colaboración política del sector musulmán y crear así un clima tolerable en las provincias donde únicamente los católicós saludaron ocupa‡ión sin reservas. Por su parte, los serbios hicieron cuanto estuvo a su alcance para instigar a los musulmanes a una oposición más acerba, destacando taimadamente los derechos de Turquía a Bosnia y Hercegovina con el propósito de acarrear mayores inconvenientes al ocupante. Ya hemos dicho, que recién después de las Guerras Balcánicas de 1912-1913 los musulmanes, percatándose de las aspiraciones y métodos serbias, empiezan a colaborar más estrechamente con los católicos. "Una alianza política ulterior entre los representantes serbios y musulmanes era prácticamente imposible" (nota 145).

(nota 145) Ibid., p. 82.


Después de la anexión y la implantación del régimen constitucional, se promulgó la ley sobre la emancipación facultativa de los siervos. En virtud de dicha ley, el gobierno participaba en la evaluación de la tierra y otorgaba a los campesinos préstamos hipotecarios a 30, 40 y 50 años con el interés del 4,5 %. Con ello el proceso tuvo un ritmo acelerado.A favor de dicha ley votaron en la Dieta bosníaca todos los musulmanes, todos los católicos y la menor parte de los ortodoxos (nota 146).

(nota 146) Ibid., p. 79.


La cuestión agraria en Bosnia fue solucionada de acuerdo a los deseos serbios recién al terminar la primera guerra mundial, por ukaze del gobierno de Belgrado expropiando la tierra, que se dio en propiedad a los colonos serbios, alrededor de 130.000 familias.

Luego los granserbios necesitaban los votos de los diputados musulmanes para lograr la mayoría en la asamblea constituyente. Por ello se destinó en bonos estatales la suma de 250 millones de dinares (5 millones de dólares), en concepto de compensación de los ex propietarios musulmanes. Sin embargo, gran parte de esta suma se descontó para los impuestos.

Un capítulo aparte son las llamadas posesiones de los beyes, es decir, las tierras no cultivadas por los colonos sino en administración propia o por arrendatarios, regidos por un contrato libre. Había cerca de 400.0Q0 hectáreas de ese tipo de tierra. También esas tierras de las rancias familias bosníacas fueron expropiadas y pagadas miserablemente con bonos estatales con 6 % de interés, por el plazo de 43 años a partir de 1930. Se emitieron en total bonos por valor de 50.000.000 dinares (total 1 millón de dólares). Las tierras fueron divididas en 55.000 parcelas, adjudicadas gratis mayormente a los serbios, meritorios por su lucha en la "liberación" y en primer lugar a quienes tomaron parte de las actividades subversivas contra Austro-Hungría. Los bonos agrarios bosníacos no se liquidaban regularmente, de modo que su cotización fue muy baja. Por ello y por el advenimiento del régimen comunista después de la guerra, los poseedores de dichos bonos no cobraron ninguna compensación.

El autor de quien tomamos esos datos concluye que la reforma agraria fue desorganizada, desordenada y que un alto número de las prestigiosas y tradicionales familias musulmanas fueron proletarizadas (nota 147). Sea como fuere, los serbios se adueñaron de las tierras sin compensar debidamente a sus legítimos propitarios, que no la conquistaron con la espada sino la heredaron de sus antepasados. Cabe poner de relieve que no se trataba de latifundios. Miles de propietarios musulmanes tenían apenas varias decenas de hectáreas. Por consiguiente, se podria afirmar que también la lucha por la emancipación económica, presunto motivo de los atentadores de Sarajevo, tenia idéntico carácter que su pretendida liberación política, que pretextó Serbia para anexar las dos provincias ajenas con mayoria absoluta de croatas católicos y musulmanes. Además, se trata de dos provincias que por su derecho histórico, por su ubicación, por sus vias de comunicación y la gravitación económica forman una neta unidad geopolítica con las otras provincias croatas, entonces parte de Austria-Hungría.

(147) Dr. O. Franges, "La reforma agraria en Bosnia-Herzegovina", Hrvatska Enciclopedija, Tomo II.


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