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X. LA CUESTION DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS GOBERNANTES SERVIOS EN EL ATENTADO DE SARAJEVO [continuación]
5. Testimonio de Mestrovic sobre papel de Apis-Dimitrijevic, de
Pasic y de Izvotsky
Es sugestivo el testimonio de Ivan Mestrovic, quien como joven
escultor vivió cierto tiempo en Belgrado antes de ia primera guerra
mundial y estaba en contacto con los círculos influyentes serbios,
incluso con los miembros de La Mano Negra. En vísperas de las Guerras
Balcánicas le dijo el coronel Dimitrijevic-Apis, jefe de la Mano Negra:
"Tan pronto termine en una parte, habrá que empezar en la otra.
Pero vosotros tened paciencia". En otras palabras, Serbia debe ahora
saldar cuenta con Turquía y luego le toca a Austria. Dimitrijevic-Apis
continuó: "Por lo demás, los austríacos lo saben y debemos minarlos
desde adentro."
Los integrantes de la Mano Negra -dice Mestrovic- no ocultaban
su participación en la liquidación del último Obrenovic sino que
"se vanagloriaban de ello de un modo repelente".
Milanovic, ministro de relaciones exteriores, se quejaba a Mestrovic
que le visitó en nombre de la Mano Negra el director dél periódico
Pijemont, un tal Ljuba JovanovicEupa, quien puso sobre la mesa una
bomba y exigió que debia obrar de acuerdo a los deseos de su grupo.
Milanovic se quejaba también diciendo que no comprendía cómo
Pasic podía tolerar todo eso. "Sólo el diablo sabe lo que piensa.
Eso y aquello, dice, son bien intencionados" (117).
(nota 117) Ivan Mestrovic, Op. cit., pp. 25-26.
Lo antedicho confirma la gran influencia de la Mano Negra y a
la vez desmiente los alegatos de que sus integrantes habían organizado
el atentado de Sarajevo contra la voluntad de Pasic.
Es obvio que a Pasic no le agradaba la ingerencia de las camarillas
militares en la política interna, pero en sus aspiraciones
expansionistas su gobierno se serbia de la Mano Negra.
Es interesante también lo que refiere Mestrovic sobre sus diálogos
con Pasic y sus vinculaciones con Rusia. De regreso de su primer
viaje en Rusia, Pasic estaba deprimido, pues le habían aconsejado
en Petrogrado mucha cautela con Austria y Alemania y no aceptaron
su propuesta de que el regente Alejandro se casara con una princesa rusa.
A su regreso del segundo viaje, Pasic se mostraba alegre y contento.
"Antes también creia-le dijo a Mestrovic-que ustedes más jovenes vivirán
la liberación completa y la unión del pueblo entero, y ahora empiezo a creer
que yo también podría verlo" Rusia y Francia están preparándose,
pero los alemanes los aventajan y Pásic teme que podrían sorprenderlos.
Recomendaba a Mestrovic que "si aparecieran ciertos signos", entonces
los destacados amigos de Serbia en Austro-Hungría deberían exiliarse
(118).
(nota 118) Ibid., p. 35.
Durante la primera guerra mundial Maestrovic estuvo en contacto
con el embajador ruso en París, Alejandro Petrovic Izvolsky,
considerado por muchos autores como jefe del partido paneslavista
belicista ruso.
"Nosotros-le decía Izvolsky-entramos esta vez en la guerra para
realizar nuestro sueño secular, para liberar a todos los eslavos
y unirlos en torno nuestro. Algo más; queremos tomar a Constantinopla.
Dícese: el panrusismo y el paneslavismo. En parte eso es la verdad,
pues queremos unificar a todos los eslavos, pero también queremos
con la ayuda de todos los eslavos hacer de Rusia un país totalmente
eslavo, lo que era cada día menos a medida que se expandía en
Asia..." Moscú será la capital del imperio ruso-eslavo y la segunda
capital será Constantinopla. Allí entronizaremos al patriarca para
todos los ortodoxos y Constantinopla será la capital para todos los
eslavos meridionales que participarán en la total comunidad eslava,
bajo la égida del Zar". Exponiendo ese programa paneslavo, Izvolsky
ensalzaba a Nikola Pasic como hombre de confianza de los rusos.
El trabaja "según los deseos de Petrogrado y de hecho toda la política
en los últimos años en vísperas de la guerra en Belgrado la
dirigía Nikolai Hartwig, embajador ruso" (119).
(nota 119) Ibid., p. 91. ContinúaPrincipio de ArtículoIndiceHome | |