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VIII. ¨COMO Y POR QVE SURGIO LA "CUESTION SURESLAVA"
DENTRO DE AUSTRIA-HUNGRIA?
4.Los conceptos erróneos sobre el nacionalismo de los eslavos occidentales Es verdad que los partidarios del dualismo en Austria y Hungría eran propensos a considerar a los eslavos austríacos como clientes potenciales de la autocrática Rusia ortodoxa, queriendo justificar así su supremacía política. Este criterio erróneo y muy difundido lo adopta también Toynbee, quien considera que el problema más importante de la monarquía de los Habsburgo fue su conflicto con el nacionalismo serbio. El problema sureslavo, por cierto funesto para la monarquía de los Habsburgo, es en primer lugar una derivación del problema nacional agudo y acuciante de los pueblos eslavos en la Monarquía.
El choque austríaco-serbio se tornó peligroso para la existencia
de la Monarquía danubiana debido exclusivamente al descontento
de los croatas y eslovenos, que, si bien de habla eslava, no
son pueblos balcánicos.
A causa del sistema dualista que originó una atmósfera política
muy tensa, en Croacia claudicó la fe y esperanza en poder realizar
las legítimas aspiraciones nacionales en el marco de la Monarquía
de los Habsburgo, a tal punto que una parte de los croatas ayudó
involuntariamente la política expansionista serbia en detrimento
propio. Ese movimiento surgió a principios de nuestro siglo entre
los croatas, antes decepcionados por la política oportunista
de la minoría serbia, y ahora ansiosos de un acercamiento y reconciliación
croata-serbia para poder resistir mejor, junto con el Partido
de independencia húngara de Kossuth, o por lo menos mitigar la
presión del sistema dualista.
Esta táctica dio magros resultados, puesto que ni los nacionalistas
húngaros ni los serbios querrían fortalecer a los croatas. Sin
embargo, durante esta colaboración con la minoría serbia y bajo
el impacto de las Guerras balcánicas, la tolerancia para con
la minoría serbia en Croacia se transformó imperceptiblemente
en una posición política netamente antiaustríaca para un sector
de los croatas. Esta nueva posición se fundaba en la ilusión
de ser posible una síntesis cultural y una transacción política,
ya no entre Croacia y la minoría serbia, sino entre Croacia y
Serbia en virtud de la concepción de la unión nacional sureslava,
concepción asaz confusa, poco esclarecida y sin fundamento real,
pero propagada con entusiasmo por la minoría serbia. Influidos
por una propaganda hábil, difundida principalmente por conducto
de la Iglesia ortodoxa, para los ortodoxos en Croacia la concepción
yugoeslava fue el único camino por el que ellos podrían erguirse
en el pueblo dominante mediante la anexión de Croacia a Serbia.
En otros términos, al propagar la idea según la cual los serbios
y los croatas serían un mismo
pueblo con dos nombres, separados por la religión y los influjos
extranjeros, los serbios tendían a crear la Granserbia, que en
Croacia anexada por Serbia debería afirmar el ideal cultural
serbio y ruso, considerado como auténtica forma de la cultura
nacional eslava en oposición a los croatas y eslovenos occidentalizados.
Los croatas, partidarios del movimiento de solidaridad sureslava
en su nueva edición, contribuyeron al expansionismo serbio sin
quererlo en la mayoría de los casos. Al perder la fe en la posibilidad
de concretar sus aspiraciones nacionales en la Monarquía danubiana,
gradualmente adoptaron la idea de separar a Croacia de la comunidad
danubiana y, por ende, de la comunidad occidental, abogando por
la unión estatal de Croacia y Serbia. Ya hemos citado que ese
intento fue a posteriori definido por Toynbee como un "audaz
experimento de alquimia política", pues se trataba de crear a
una nación sintética de "poblaciones que han sido, hasta ahora,
nutridas por dos civilizaciones diferentes" (56).
(nota 56) Ibid., p. 193.Desde luego, no fueron muchos los croatas partidarios de sacrificar su propia cultura nacional y tradición estatal en aras de una nebulosa síntesis yugoeslava. Hasta los políticos croatas que a principios de nuestro siglo abogaron por la colaboración con la minoría serbia creyeron seguir las huellas del obispo Strossmayer, quien mediante la solidaridad sureslava pensaba occidentalizar a los serbios y los búlgaros. La comunidad estatal con Serbia no la concebían como la liquidación sino como el fortalecimiento del ideal cultural croata y de la soberanía nacional. Sólo un insignificante grupo de croatas apoyaba a los jefes de la minoría nacional serbia en Croacia, sin comprender que so pretexto de una presunta unión nacional croata-serbia en pie de igualdad total, se tendía, de hecho, a crear el Estado unitario yugoeslavo en función de una Serbia engrandecida.
Es enteramente erróneo el repetir-en conexión con la primera
guerra mundial-las tesis de la historiografía oficial yugoeslava,
según las cuales los croatas, al comienzo de nuestra centuria,
se habían volcado contra Austria, renunciado a sus tradiciones
y optado por el yugoeslavismo (57). En ayudantes inconscientes
del expansionismo serbio se convirtieron unos cuantos intelectuales
y su influencia desproporcionalmente grande se debió al hecho
de que según la ley electoral las masas populares no tenían derecho
de voto. Por lo tanto, esos portavoces aislados pudieron hablar
únicamente en nombre de una minoría. Los partidos y los círculos
intelectuales croatas, expresión auténtica de tradiciones y sentimientos
nacionales, criticaron acremente semejante tendencia política.
(nota 57) Rudolf Kiszling: Die Kroaten, Graz-K”ln 1956, capítulo: "Der Frontwechsel der Kroaten und die Beiden Balkankrisen". pp. 72-90.En primer lugar debemos destacar a los hermanos Radic, fundadores del movimiento campesino, quienes, al hacerse vigente el voto universal, ganaron en todos los comicios celebrados entre las dos guerras mundiales una abrumadora mayoría de los votos croatas, en base a su programa que enarboló la idea nacional y estatal croata. Las vastas capas populares en Croacia reaccionaron enérgicamente contra el expansionismo serbio y ruso. Esas masas del pueblo croata sentían hondamente pertenecer al mundo de la cultura occidental, lo que se debe a la ubicación geográfica de Croacia en la frontera oriental de ese mundo. El pueblo era contrario al yugoeslavismo y creía en la posibilidad de transformación de la Monarquía danubiana en comunidad de naciones libres (58).
(nota 58) Ver nota N§ 64.Ya hemos visto, que Toynbee da una interpretación ingeniosa de esa lealtad de las masas croatas a la idea de la comunidad supranacional de los pueblos danubianos de cultura occidental, por un lado, y de la repulsa de los ortodoxos balcánicos a la influencia de la Monarquía católica de los Habsburgo por el otro, cuando dice que esta Monarquía, vista desde París y Londres como una de las numerosas potencias del dividido mundo occidental, "tuvo todas las apariencias y propiedades de un Estado universal occidental a la vista de sus propios súbditos y también a la de aquellos de sus vecinos y adversarios no-occidentales contra quienes sirvió cómo 'caparazón' o escudo para el cuerpo total de su Sociedad Cristiana Occidental, cuyos miembros dispersos siguieron siendo ingratos beneficiarios de la misión ecuménica de la Monarquía" (59). También hubo otras razones de orden político y económico que orientaron a los croatas a buscar la realización de sus aspiraciones nacionales en la comunidad danubiana. En ese sentido resulta característico el testimonio de Adám Pribievic, uno de los jefes de la minoría ortodoxa en Croacia. Pribicevic se alza contra la opinión difundida entre los serbios, según la cual tal actitud croata sería una prueba de su poco desarrollada conciencia nacional (ver fragmentos citados en la pág. 73-4).
(nota 59)Ver nota N§ 6.No obstante, el hecho de que la actividad subversiva serbia contra la monarquía de los Habsburgo, fuera respaldada tan sólo por una parte de intelectuales y políticos croatas, influyó en los círculos internacionales para interpretar que esta Monarquía plurinacional había chocado de modo irreconciliable con las aspiraciones de sus súbditos eslavos. De ahí la conclusión de que la oposición de Serbia, respaldada por la Rusia zarista, a los planes balcánicos de Austria, tenía su fundamento moral y que el conflicto fuera solucionado con anticipación en favor de la interpretación serbia de la cuestión bosníaca y sureslava. Esta concepción fue fatal en 1918 para la existencia de Austria-Hungría, pues en gran medida facilitó la tarea de cuantos propendían a su desintegración por cualesquiera motivos. Por consigtuente, la imposición de la dirección serbia a un grupo dirigente político en Croacia, verdadero tour de force de Serbia en su lucha contra la monarquía de los Habsburgo, constituye un evento de consecuencias imprevisibles. Tampoco se puede comprender el proceso político actual en el sureste europeo sin tener en cuenta lo que con exageración fue definido como el vuelco del frente croata contra Austria y en favor de Yugoeslavia. Como ese aspecto de la crisis política que desembocó en la primera guerra mundial, no está bien enfocado y esclarecido en la literatura especializada, vale la pena tratarlo, con cierta extensión. ContinúaPrincipio de ArtículoIndiceHome
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