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VIII. ¨COMO Y POR QVE SURGIO LA "CUESTION SURESLAVA"
DENTRO DE AUSTRIA-HUNGRIA?
3.Conceptos equivocados en torno al nacionalismo serbio
Entre los tópicos a que recurre la literatura sobre la primera
guerra mundial se encuentra también la opinión de que la desmembración
de la monarquia plurinacional de los Habsburgo era ineludible.
Semejantes conclusiones las podemos encontrar no sólo en autores para quienes
el derrumbe de la Monarquía danubiana marca el comienzo de un
orden mejor y más justo en Europa Centro-oriental, sino también
en sus defensores. Estos últimos acaso tienden a disminuir la
responsabilidad de los factores dirigentes de Austro-Hungría
por su erróneo enfoque de los problemas nacionales. En todo caso,
trátase de simplificar problemas harto complejos. Si bien es
cierto que la equivocada política de nacionalidades, practicada
por Viena y Budapest, está en la raíz de la crisis que condujo
a la guerra, ello no quiere decir que la comunidad danubiana,
vista hoy como una especie de la Europa unida en pequeño, tuvo
que desintegrarse o que no había posibilidad de coordinar los
intereses de sus pueblos en beneficio de todos y de Europa entera.
A ese problema se refirió también A. J. Toynbee cuando habló
de la impotencia de Austro-Hungría para responder al desafío
que para la monarquía multinacional constituía el problema nacional.
La monarquía de los Habsburgo, escribe el autor del A Study of
History, respondió con éxito al reto que para la Cristiandad
occidental constituyó el peligro otomano y de ese modo pudo cumplir
con su misión histórica, pero tuvo una suerte adversa en los
tiempos de los movimientos nacionales, cuando chocó con el espíritu
de la epoca y por eso resultó un anacronismo y una anomalía.
Aunque la Monarquía danubiana logró realizar un acuerdo con las
aspiraciones nacionales de los pueblos occidentales, "el problema...
que nunca pudo resolver fue el nacionalismo de los Balcanes y
su falta de habilidad para llegar a un acuerdo en esa región
fue lo que le acarreó la ruina. Las armas occidentales del nacionalismo,
que no habían inferido herida mortal a la Monarquía cuando las
esgrimieron manos italianas y alemanas y magiares-que eran las
que las habían forjado-resultaron fatales en manos de los serbios."
(55).
(nota 55) Arnold J. Toynbee: Estudio de la Historia, Il, Buenos Aires, 1953, p. 193.Toynbee constata con razón que la monarquía de los Habsburgo "nunca pudo resolver el problema del nacionalismo de los pueblos eslavos ortodoxos de los Balcanes". Pero, otra cosa es que se trate de "falta de habilidad" o del inútil desgaste de fuerzas en torno a integración política en la comunidad danubiana de los pueblos balcánicos "nutridos por una civilización diversa".
En otro término, se plantea el problema de si es posible la integración
dentro de fronteras comunes de pueblos de diferente tradición
cultural. Toynbee, aludiendo en otro lugar al caso yugoeslavo,
define esos intentos como "audaz experimento de química política".
Tampoco es sostenible la tesis de que la Monarquía "fue hecha
pedazos por las bayonetas serbias". El frente de Salónica fue
quebrado por los "poilus d'Orient" y no por las tropas serbias.
Además, las potencias de la Entente, todavía al comienzo de 1918,
estaban predispuestas a conservar a la comunidad danubiana de
pueblos. En su pronto cambio de criterio no influyó tanto Serbia,
que después de la liquidación de los Romanov había quedado desamparada
de la protección rusa. Más que la insistencia de Serbia, que
se habría contentado con la anexión de una parte de Bosnia, resultaron
fatales para la Monarquía danubiana las ilusiones de los nacionalistas
italianos de convertir el Adriático en un lago italiano. Por
otra parte, en la fase final de la guerra los Aliados habían
reconocido a un gobierno checo-eslovaco formado en el exilio.
También resultó de importancia trascendental la oposición alemana
a una paz por separado de Austria y la insistencia inconcebible
de los magiares en el sistema dualista de Austria-Hungría.
El acuerdo de los Habsburgo con los nacionalismos alemanes, italianos
y húngaros, mencionados por Toynbee, con el tiempo se transformó
en una victoria de Pirro puesto que el dicho acuerdo tuvo un
alto precio e hizo que los Habsburgo dependieran cada vez más
de los alemanes y húngaros y se suscitara hondo descontento entre
los pueblos eslavos de Austria. La desilusión de los checos,
eslovacos, croatas y eslovenos y no el conflicto con los eslavos
ortodoxos de los Balcanes, fue el talón de Aquiles de la monarquía
de los Habsburgo tras la implantación del dualismo, es decir
tras su capitulación ante el nacionalismo germano e italiano.
La oposición de los pueblos eslavos de Austria no cabe identificarla
bajo ningún concepto con el nacionalismo de los eslavos ortodoxos
de los Balcanes, pues los primeros igual que los alemanes, italianos
y húngaros, están formados en la tradición cultural occidental.
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