Cardenal Stepinac
CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos Humanos
M. Landercy
[continuación]

Preocupación por su sucesión

Como desde el inicio de su estadía en Krasic, el estado de salud del Cardenal se había agravado, muchos sacerdotes estaban preocupados por la sucesión.

En enero de 1954 el cura de Remeté, había enviado al Cardenal una carta en este sentido. El Cardenal le respondió que era su intención ocuparse de este asunto; pero le pedía que guardara el secreto.

El 19 de enero el Cardenal envió tres cartas al Vaticano, a través de portadores particulares debido a la falta de seguridad del correo. A principios de julio, el Cardenal previno al cura de Remeté: "La cuestión esta en curso", pidiéndole nuevamente la mayor discreción y su oración.

El 21 de septiembre de 1954, Mons. Franjo Seper fue consagrado Obispo y nombrado Arzobispo Coadjutor.

El Cardenal declaró entonces, que podía morir tranquilo pues la cuestión de su sucesión estaba bien resuelta: "He guardado esto en secreto, dijo entonces, y he dicho a Seper que lo haga silenciosamente. Deo gratias".

La consagración del Arzobispo Coadjutor Franjo Seper no fue mencionada en la prensa.

Pero desde la víspera, la gente supo la noticia y el 21 de septiembre de 1954, desde las 9 de la mañana, 3.000 personas entre sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles, se reunieron en la Catedral para la gran ceremonia, que se desarrolló con simplicidad. El Cardenal pasó casi toda la jornada rezando.

"Conozco muy bien a Seper y sé que no lo intimidarán. Gracias Dios mío, no me he equivocado... Seper no cederá... tendrá razón... Si es necesario, Seper irá incluso a prisión. Y nosotros sabemos porque vamos..."

Pío XII mostró, en varias ocasiones, cuanto estimaba al Cardenal Stepinac. En ocasión de conmemorarse los 1300 años del catolicismo en Croacia, Mons.Stepinac solicitó la aprobación del Santo Padre, quien con mucho agrado le permitió proclamarlo. La fidelidad de Mons. Stepinac hacia el Papa era ejemplar. Y el Papa le profesaba una gran estima.

Cuando el Cardenal enfermó, le envió su bendición asegurándole su continua oración, en dos oportunidades.

Un día, el Padre A. Presern, asistente para los eslavos ante el General de la Compañía de Jesús, durante una audiencia, mostró al Santo Padre dos fotos del Cardenal Stepinac. El Papa las miró atentamente y después preguntó: "¿Puedo conservar una de estas fotos?"

En ocasión de la estadía del Arzobispo Coadjutor Seper en Roma en 1958, Pío XII ofreció al Cardenal, por su intermedio, una magnífica cruz que contenía dos reliquias: un pedacito de la cruz de San Pedro y fragmentos de los huesos de los Apóstoles Pablo, Santiago y Bartolomé.

El 9 de octubre de 1958 Pío XII entró en la eternidad. Desgraciadamente el Cardenal Stepinac no podía permitirse ir a Roma para el Cónclave. Temía que no le permitieran volver al país. Envió una carta al Vaticano exponiendo las razones de su ausencia.

Stepinac y Juan XXIII

El Cardenal escuchó por la radio, el 28 de octubre, el "Habemus Papam": era Mons. A. G. Roncalli, Patriarca de Venecia, quien adoptó el nombre de Juan XXIII. Mons. Stepinac se alegró mucho con esta elección:

"El Espíritu Santo guía a la Iglesia, Juan XXIII conoce a los eslavos. Todo irá bien. Gracias a Dios".

El 7 de noviembre, el cardenal recibió un telegrama del Papa, al cual respondió recordándole su detención y la imposibilidad de escribirle normalmente. Luego daba una sucinta descripción de la historia del catolicismo en Croacia desde el año 641, y pedía al Santo Padre que rezara por el buen pueblo croata a fin de que este conservara su fe frente a los ataques del comunismo ateo. Finalmente citaba a algunos Papas de nombre Juan que habían estado estrechamente ligados a la historia del pueblo croata.

El Secretario del Papa, el Cardenal Tardini, respondió a esta carta del Cardenal el 26 de diciembre de 1958, transmitiéndole junto con su agradecimiento, la bendición del Santo Padre y sus palabras de aliento destinadas al pueblo croata. Remitida a su destinatario el 21 de abril de 1959, esta carta produjo gran placer al cardenal prisionero.

Cuando el Arzobispo de Belgrado, Mons. Ujcic pasó por Roma, el Cardenal Tardini envió el 21 de abril, en nombre del Santo Padre, una carta y regalos: un precioso anillo como símbolo de su fe, una reliquia auténtica de Santa Bernardita para la capilla privada del Cardenal. Para la Catedral de Belgrado el Papa hizo recuperar a Mons. Ujcic, un cáliz precioso con dedicatoria, junto con algunas medallas de plata para todos los Obispos de Yugoslavia. Pensando también en los fieles, el Santo Padre permitió a cada Obispo, dar en su nombre, la bendición apostólica en condiciones ordinarias y en los días que consideren favorables.

Dadas sus relaciones con el Cardenal Stepinac, el doctor Riesner fue recibido en audiencia con su esposa por el Papa, durante media hora, interesándose vivamente por todos los detalles de la enfermedad del Cardenal croata. Cuando Mons. Stepinac se enteró, se sorprendió mucho, pues las audiencias privadas eran entonces muy limitadas. Vio por tanto en esta actitud, el signo de aprobación del Papa. Esto era lo esencial para él.

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