Cardenal Stepinac
CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos Humanos
M. Landercy
[continuación]

El Arzobispo también leía numerosas publicaciones y revistas extranjeras. Mons. Stepinac, quien, como ya lo hemos dicho comulgaba intensamente con la naturaleza en sus cotidianos paseos, pronto se encontró seguido continuamente por un indiscreto policía que se acercaba para escuchar la conversación del Arzobispo y el cura cuando paseaban juntos, situación que se tornó muy desagradable.

El Arzobispo también amaba a los animales. Conocía todos los que estaban en el corral. En enero de 1956, un franciscano de Zagreb le regaló una jaula con canarios; Stepinac les dio un nombre y los conocía uno por uno: distinguía treinta melodías diferentes en el canto de sus canarios. A menudo abría la jaula para que los pájaros revolotearan en su habitación; éstos cantaban hermosamente, compitiendo con la máquina de escribir cuando Mons. Stepinac la utilizaba.

Maquinaciones del gobierno

El gobierno yugoeslavo intentaba separar a los católicos de Roma y del Santo Padre: "Puesto que nosotros hemos roto con Moscú, afirmaban, hagan ustedes lo mismo con Roma". Con esta finalidad se fundó oficialmente en Eslovenia una Comisión para las cuestiones religiosas que publicaba boletines. Se tomaron otras iniciativas en el mismo sentido, siempre con la intención de separar a los sacerdotes de los Obispos y de Roma. El Episcopado Yugoslavo fue obligado a responder por un "non expedit", manifestando así abiertamente su desacuerdo. La prensa comunista replicó violentamente. Desde ese momento muchos sacerdotes fueron condenados a prisión por varios años; se les prometía liberarlos si adoptaban las ideas del Estado sobre la Iglesia y la ruptura con Roma adoptando el modus vivendi del estilo comunista. Los sacerdotes sufrieron verdaderas presiones psíquicas.

Recién en 1952 Mons. Stepinac conoció la verdadera situación. Su detención lo obligaba a estar encerrado en un campo delimitado. Pero en Krasic descubrió pronto las verdaderas intenciones del Gobierno y la finalidad de sus iniciativas. Entonces hizo lo imposible para alentar a los sacerdotes a resistir, pues las promesas del Estado a los sacerdotes se multiplicaban, especialmente en lo concerniente a la seguridad social.

El Gobierno yugoeslavo quería obtener a toda costa la ruptura de los católicos con Roma para fundar una Iglesia Nacional.

El Arzobispo comparaba esta situación con la de la Revolución Francesa y con la situación de los sacerdotes en aquel tiempo; ocurre los mismo -afirmaba Mons. Stepinac-, lo único que ha cambiado son los nombres y las fechas. Para reanimar la conciencia católica, Stepinac explicaba la grandeza de la Iglesia a través de su historia y de su tradicional fidelidad al Pontífice Romano.

Los Obispos, a raíz de su enérgica posición respecto de todas estas clases de Asociaciones en las que se adiestraba a los sacerdotes, fueron a su turno interrogados muchas veces por UDBA. Dos Obispos fueron enviados al ejército, otros fueron torturados y golpeados hasta matarlos. Se encarcelaba a los sacerdotes acusándolos injustamente de actos de los cuales ni siquiera habían oído hablar. La prensa también atacaba a los Obispos.

Se les aumentaba los impuestos, se les aplicaban multas, se los encarcelaba. Todo el año 1953 estuvo marcado por estas violencias.

En Krasic los comunistas prepararon un ataque contra el presbiterio, intentando atraer a la gente al mitín que debía llevarse a cabo a la misma hora de la Misa del domingo. Con excepción de algunos gritos contra el Papa, los fieles boicotearon el mitín y asistieron en gran número a la Misa, asegurándole a Monseñor que, si se producía un ataque ellos lo defenderían.

Stepinac ve la situación con claridad

Mons. Stepinac, en su retiro, veía la situación clarividentemente. Era claro: los comunistas querían la ruptura con Roma para posteriormente presionar a la gente, a fin de convertirla a la ortodoxia. Así desaparecería el pueblo croata. "Pero, afirmaba Stepinac, aunque los partidarios de la Gran Serbia y el comunismo se unan, nada pueden contra el poder primordial que es Dios".

El 1 de noviembre de 1951, el Gobierno yugoeslavo elevó una protesta al Santo Padre porque la Nunciatura Apostólica de Belgrado había impartido directivas para la Conferencia de los Obispos, que debía desarrollarse en Zagreb del 22 al 25 de septiembre de 1952, directivas relacionadas con las Asociaciones de sacerdotes creadas por el Gobierno con la finalidad de ligar estrechamente a los sacerdotes con el Partido.

Frente a la debilidad de algunos sacerdotes, el Arzobispo continuaba alentando a viva voz y por escrito a los sacerdotes a ser fieles y a no sucumbir a las promesas del Gobierno, que intentaba atraerlos con la Asociación de San Cirilo y Metodio. Pues, afirmaba Stepinac, los Santos Cirilo y Metodio no tienen nada que ver con este triste estado de cosas; quien no respeta a Dios no puede desear el bien para un sacerdote católico. Continuó alentando a los sacerdotes a los que les habían confiscado todos sus bienes.

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