Cardenal Stepinac
CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos Humanos
M. Landercy
[continuación]

Programa del año santo croata

En primer lugar, la inauguración: instalación de la estatua del rey Tomislav, primer rey de la unidad croata a quien el Papa enviara en 925, la corona real.

Posteriormente, la segunda parte consistía en una fiesta particularmente celebrada en Solin- Split, región en donde los primeros croatas fueron bautizados entre 641 y 681.

El gran peregrinaje croata a Roma en 1941 constituyó la tercera parte del programa. Finalmente, en cuarto lugar, se había previsto un gran Congreso Eucarístico a desarrollarse en Zagreb durante el mes de junio de ese mismo año.

Los objetivos de este amplio programa eran simples y claros: despertar a los feligreses adormecidos, aplicar los principios de la vida católica y de volver al seno tranquilizador de la Iglesia a aquellos que estaban perdidos. Lo más importante era ocuparse, en primer lugar de aquellos en que anida el futuro: los niños, los adolescentes, y los que tienen vocación religosa.

Este programa debía ser fielmente cumplido al tiempo que la Acción Católica se desarrollaba en todas las parroquias. Al mismo tiempo, en la historia del mundo, la guerra avanzaba a grandes pasos, aplastando sin piedad a los hombres.

El 10 de noviembre de 1939 se llevó a cabo el gran peregrinaje croata a Roma. En esta ocasión, Mons. Stepinac fue recibido en audiencia por el Papa Pío XII a quien remitió un memorandum, explicando y justificando la significación de este año celebrado como año santo en conmemoración de los mil trescientos años del catalocismo en Croacia. Stepinac solicitó al Santo Padre que incluyera al héroe croata de la fe católica, el bienaventurado Nicolás Tavelic, en la lista de los futuros santos. La respuesta del Papa fue positiva: hizo un regalo a los croatas, proclamando por el documento Cum ex venerabilis al año 1940-41 año santo del pueblo croata. Mons. Stepinac inauguró esta celebración el día de San Pedro, en 1940. En el marco de esta celebración, el diputado nacional, M. Majer, señaló en su discurso la importancia y significación de estos mil trescientos años de unión de los croatas con la Iglesia.

Tres actos de Mons. Stepinac, estuvieron ligado al año santo. Por una circular del 26 de junio de 1940 recordó a los fieles la promesa de la Asamblea Croata de diciembre de 1739, de construir en Ludbreg una capilla a la gloria de la Preciosa Sangre de Cristo, si la peste que se estaba expandiendo en ciertas regiones croatas dejaba de asolar a la población. ¡Promesa que fue olvidada cuando ya no hubo huellas de la epidemia! El Arzobispo incitó entonces a los fieles a realizar donación para ayudar a construir esta capilla; por otra parte, decía Ludbreg es un lugar de peregrinaje muy visitado desde hace tiempo. En una circular del mes de agosto de 1944, Mons. Stepinac se comprometió a cumplir con la promesa hecha por los ancestros y a celebrar allí la Eucaristía todos los primeros domingos de setiembre, durante cinco años, al igual que en todas las capillas y conventos de la parroquia. La Misa debía ser celebrada predicando a la gloria de la Muy Preciada Sangre de Cristo. Todos los creyentes fueron invitados a asistir.

La segunda realización importante de Mons. Stepinac fueron los trámites emprendidos para recuperar para Croacia la piedra bautismal del príncipe croata Viseslav. Este es el único monumento histórico del siglo VIII y representa un descubrimiento arqueológico muy importante, como lazo entre los siglos VII y IX. Este monumento se encontraba en Venecia desde 1746. Consultado el cardenal de Venecia, respondió que tales tramitaciones eran largas y complicadas, y que lo mejor sería pasar por la intermediación del Ministerio en Belgrado. Mientras tanto, políticamente, Yugoslavia se desmembraba, minada por sus antagonismos.

El 10 de abril de 1941 fue proclamado el Estado Croata Independiente. El 6 de mayo de 1941, Mons. Stepinac se dirigió entonces al nuevo ministro croata, encargado de las cuestiones religiosas y de la educación nacional, Mile Budak, quien inmediatamente realizó las tramitaciones administrativas. El 13 de setiembre, Mons. Stepinac obtuvo la aprobación del alcalde de Venecia, quien aceptó devolver este monumento histórico. Pero, pidió a cambio, las pinturas de Carpaccio que se encontraban en la Galería Strossmayer en Zagreb. El intercambio se concretó en 1942. Así, la piedra bautismal del príncipe Viseslav regresó finalmente al país y se encuentra, en la actualidad, en el Museo de la Academia Yugoslava de Ciencia y Arte en Zagreb.

La inscripción de este monumento representa una joya arqueológica y su simbolismo manifiesta maravillosamente el misterio de la Santísima Trinidad y el de la Muerte y Resurrección del Señor: "Hic fons... sumit infirmos/ut reddat illuminatos// Hic expiant scelera sua quod de primo sumpserunt parente/ ut efficiantur Hristicole.../ salubriter confitendo Trinum pernne/ Hoc Ioannes presbyter/ sub Wissesclavo Duci/ opus bene composuit devote/ in honore videlicet sancti Joannis Baptistae/ut intercedat pro eo clientuloque suo".

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