Croacia: Mito y Realidad

 

CROACIA: MITO Y REALIDAD

C. Michael McAdams

[continuación]

Expansionismo de Serbia

Aun mientras seguía siendo un principado otomano, Serbia ganó territorio en 1833 y 1878, alcanzando un tamaño de 18.500 kilómetros cuadrados.

El Estado serbio, apenas establecido, comenzó en forma casi inmediata a ambicionar las tierras de sus vecinos y desarrolló el slogan oficial de "Serbia tiene que expandirse o morir!". El expansionismo serbio se dirigió primero hacia el Sur, hacia Macedonia, y hacia el Oeste, hacia el Adriático, a través de Bosnia y Herzegovina. Con el objeto de frustrar este expansionismo, el protectorado austríaco de Bosnia-Herzegovina fue anexado al Imperio en octubre de 1908. A medida que las diversas potencias europeas tomaban partido en favor de Austro- Hungría o de Serbia en alianzas diplomáticas y militares, se iba preparando el terreno para la confrontación y para la erupción de lo que luego se conocería como la Primera Guerra Mundial.

Habiéndosele negado Bosnia, Serbia se abocó a Macedonia, que era parte del imperio Otomano. La Guerra Balcánica de 1912 liberó a Macedonia de Turquía, pero llevó a una disputa sobre los botines de guerra entre los vencedores Bulgaria y Serbia. Ayudada por Grecia y Rumania, Serbia derrotó a Bulgaria y tomó la parte del león de Macedonia y todo Kosovo. Solamente el establecimiento del nuevo Estado de Albania impidió que Serbia llegara al Adriático.

Croacia dentro del Imperio de los Habsburgo

Cuando los croatas eligieron a un Habsburgo como su rey en 1527, lo hicieron en el entendimiento de que la Corona respetaría los derechos, estatutos y costumbres del Reino de Croacia. A pesar de que ese principio era frecuentemente violentado por Hungría y por Austria, Croacia mantenía una gran autonomía, así como su Sabor o Parlamento y su Ban o Virrey, que eran instituciones de vieja data. En 1914, los croatas estaban a punto de restaurar sus derechos políticos completos dentro del Imperio.

El heredero del trono, archiduque Francisco Ferdinando, era progresista y planeaba un nuevo imperio basado en un reconocimiento más elevado del Reino de Croacia. Muchos historiadores creen que Ferdinando planeaba reemplazar el "dualismo" de Austria-Hungría con el "trialismo" de Austria-Hungría-Croacia, o aún un sistema federal basado en el modelo de Estados Unidos o de Suiza, bajo un único emperador benévolo. El fantasma de un Estado croata de ese tipo, quizás incluyendo a Bosnia-Herzegovina, presentaba una significativa amenaza a la visión de Serbia de expansión hacia el Oeste y de una "Gran Serbia". En el Día Nacional de Serbia, el 28 de junio de 1914, Gavrilo Princip, miembro de la organización terrorista serbia "La Mano Negra", asesinó al archiduque Ferdinando y a su esposa en Sarajevo. Princip era uno de los siete asesinos enviados por el coronel Dragutin Apis Dimitrijevic, jefe de Inteligencia de Serbia. A las pocas semanas Europa estaba en guerra.

Yugoslavia

Serbia no ocultó cuáles eran sus objetivos en la guerra. Ya el 4 de septiembre de 1914, el gobierno de Serbia circuló una carta a todas sus misiones diplomáticas donde decía que la guerra era una oportunidad para establecer "un fuerte Estado sudoccidental eslavo que se creará en base a Serbia, en la que todos los serbios, croatas y eslovenos estarían incluidos". Serbia no tuvo empacho en ceder tierras croatas a Italia en un anexo secreto al Tratado de Londres, en 1915, para alcanzar el sueño de una "Gran Serbia". Usando al bien intencionado pero no elegido Comité Yugoslavo, Serbia, con el apoyo de los aliados victoriosos, anexó a Croacia, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia y Montenegro en 1918 en el nuevo Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos. Contrariamente al mito popular, ni los pueblos de Croacia, Bosnia o sus representantes dieron alguna vez su consentimiento para formar Yugoslavia. Para los serbios, el nuevo Estado era la "Gran Serbia", con un rey serbio, gobernando desde la capital serbia y utilizando leyes serbias.

Las fronteras del Reino Triuno de Croacia-Eslavonia-Dalmacia y las de Bosnia- Herzegovina en 1918 eran prácticamente las mismas que existían desde 1848. En el Norte, Croacia adquirió dos pequeños territorios que tenía Hungría, Medjumurje y Baranja, pero perdió varias islas costeras que fueron dadas a Italia en negociaciones entre 1918 y 1920.

Cuando el rey Alejandro se proclamó dictador absoluto y cambió el nombre del país por Yugoslavia en 1929, abolió las fronteras tradicionales y reorganizó al país en nueve Banovinas (grupos de condados), con nombres derivados de los nombres de ríos y la prefectura de Belgrado. Croacia fue partida entre la Banovina del Sava de 15.649 kilómetros cuadrados -esencialmente la Croacia propiamente dicha y Eslavonia- y la Banovina Primorska, de 7.587 kilómetros cuadrados, que era primariamente Dalmacia. En tanto que algunos territorios tradicionalmente bosnios fueron agregados a la Banovina Primorska, la región de Srijem, rica en petróleo y minerales, que pertenecía a Croacia desde 1718, fue incorporada a la Banovina serbia de Dunavska.

 

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Edición electrónica de Studia Croatica, 1998