CROACIA:
MITO Y REALIDAD
C.
Michael McAdams
[continuación]
La continuidad de Croacia
La República de Croacia nació en medio de la hostilidad, la guerra y el sufrimiento. Intentó construir nuevas instituciones de comercio y gobierno mientras reestructuraba las existentes. Muchos en la prensa occidental critican al joven Estado croata por ser una democracia menos que perfecta, a veces con causa.
Empero, durante sus primeros cinco años asolada por la guerra, con miles de refugiados, con ciudades en llamas y con una docena de partidos políticos en democrática competencia, Croacia comenzó el desarrollo de instituciones que servirán para el futuro. Durante la caótica transición del comunismo a la economía de mercado y del totalitarismo a la democracia, el pueblo croata cuenta con una gran continuidad interna, mucho más antigua y profunda que la de muchas naciones.
La continuidad croata puede ilustrarse con el troplet, la triple trenza que se encuentra desde hace siglos tanto en el arte croata como en la arquitectura y el diseño. Frecuentemente esta triple trenza se encuentra dibujada sin solución de continuidad. Existen al respecto muchas explicaciones respecto al diseño, que probablemente fue tomado de los antiguos celtas.
Sin la preservación de la tradición croata, su idioma y su historia, los croatas no existirían hoy. Si la cultura, idioma e historia croatas no son conservados, Croacia no sobrevive, sin importar la voluntad política. Croacia se vio despojada en su continuidad política por las acciones de potencias exteriores, pero encontró estabilidad en su rica cultura e historia, al tiempo de construir una base política estable.
Esa base otorga a cada hombre y mujer, en una democracia, el derecho a criticar al gobierno, formar partidos políticos y ejercer su facultad de elegir mediante el voto. Después de 1989 Croacia experimentó un tremendo cambio, pasando de ser una nación cautiva unipartidaria dentro de Yugoslavia a ser una república multipartidaria. Las guerras de agresión contra Croacia y Bosnia-Herzegovina hicieron a esa transformación aún más difícil. Numerosos partidos políticos emergieron con muchos líderes y voces en Croacia, Bosnia y el exterior. Algunos partidos se unieron, otros se dividieron y otros desaparecieron por completo.
En la Bosnia devastada por la guerra la gobernabilidad fue esporádica y difícil. En la República croata hubo caos y acusaciones en el Parlamento y en el gobierno, y hasta se levantaron algunas voces que pedían el retorno al comunismo o a alguna forma de Yugoslavia.
A pesar de estos comienzos tumultuosos, Croacia puede construir instituciones democráticas para el futuro a través de su Presidencia y su Parlamento. Para lograr la continuidad y preservar la democracia futura, las instituciones deben mantenerse separadas y por encima de los hombres y mujeres que las ocupan. Esas son las instituciones que van a proveer la continuidad política para el futuro. A pesar de que Franjo Tudjman y Alija Izetbegovic estarán inscriptos en la historia como los primeros presidentes elegidos en forma democrática en Croacia y en Bosnia-Herzegovina respectivamente, es más importante aún que no sean los últimos democráticamente electos presidentes de sus naciones.
Ambos deben ser seguidos, en generaciones futuras, por hombres y mujeres de muchos credos políticos. Y con cada nueva elección de autoridades por medio del sufragio, con cada cambio pacífico de gobierno, crecerá y se afianzará la continuidad política.
Las instituciones democráticas no nacen de la noche a la mañana. Ellas crecen y se alimentan con sangre, sudor y lágrimas, como dijera Winston Churchill. Después de cientos de años, los Estados Unidos, Canadá y Australia aún siguen definiéndose a sí mismos, tal como hoy lo está haciendo Croacia. El primer presidente norteamericano, George Washington, insistía en un Estado unipartidario y mantenía la esclavitud. Australia nació como una colonia penal. Canadá, por su parte, se constituyó como una obra hecha de retazos, compuesta por provincias muy diferentes, unidas por el más delgado de los hilos. Aun así, cada uno de esos países evolucionó hacia democracias menos que perfectas, pero sin embargo democracias.
Edición
electrónica de Studia Croatica, 1998