Croacia: Mito y Realidad

CROACIA: MITO Y REALIDAD

C. Michael McAdams

[continuación]

El futuro de Croacia

El pueblo croata enfrenta muchos desafíos, tanto en la propia Croacia como en Bosnia-Herzegovina y en el exterior. El peso de la guerra, cientos de miles de refugiados, el esfuerzo de reconstruir ciudades destruidas y una economía debilitada lo afectaron.

Muchos han llegado a tener una visión crítica de la política y de la democracia en ese tiempo de prueba, pero hubo causa suficiente para la esperanza. En todo el mundo, Croacia encontró amigos para ayudarla en el desarrollo de su democracia, amigos en el verdadero sentido que encierra esta palabra.

También hubo quienes, en los Estados Unidos y en otros países, querían dictar los términos de "democracia" a naciones que emergían del comunismo. Croacia debe construir una república democrática, reflejando su propia y muy rica herencia, sus diversas regiones y sus particulares instituciones sociales y culturales. Los EE.UU. y otras democracias pueden quizás servir como ejemplos de qué hacer y qué no hacer, pero ninguna nación puede dictar a otra los términos de la "democracia".

En 1791 el Ban de Croacia, conde Juan Erdodi, se levantó en el Congreso de Bratislava para informar al Consejo de Hungría que "Regnum regno non praescribit leges!" (Un reino no puede establecer las leyes para otro!). Estas palabras siguen teniendo plena vigencia más de dos siglos después de haber sido pronunciadas.

Croacia puede sobrevivir y seguir construyendo sus fundamentos democráticos, y mientras se construyen esos cimientos.

La sólida roca de la trilogía croata -idioma, cultura e historia- continuará siendo útil. El espíritu croata, que se mantuvo intacto por más de un milenio, nunca más debe ser sacrificado en el altar de los intereses internacionales.

 

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Edición electrónica de Studia Croatica, 1998