CROACIA:
MITO Y REALIDAD
C.
Michael McAdams
[continuación]
Cuando las primeras unidades del ejército croata llegaron a Knin encontraron una ciudad desierta, virtualmente intacta de bombardeo, pero totalmente saqueada. El Presidente croata, Franjo Tudjman, llegó allí en forma inmediata e hizo un llamado para que los refugiados retornen a sus hogares, pidiendo a quienes no se habían ido que se quedaran, para ayudar a la reconstitución de una sociedad multiétnica. Algunos eligieron hacer esto, pero la mayoría no lo hizo. Entre quienes huyeron había culpables de violaciones, asesinatos, hechos de genocidio conocidos como "limpieza étnica" y del continuo bombardeo en forma diaria de una docena de ciudades croatas, entre ellas Karlovac y Dubrovnik durante los cuatro años anteriores.
Muchos de los serbios que huían todavía estaban vestidos con el uniforme de las temidas "escuadras de la muerte" cetnik. Croacia pudo haber arrestado a estos criminales para deportarlos a los Países Bajos, donde serían juzgados, pero en cambio dejó el corredor abierto para que pudieran huir, permitiendo además a la ONU y a la prensa que observaran la retirada del ejército serbio y los civiles que los protegían de regreso a Serbia.
El Gobierno croata reiteró que todo serbio de "Krajina" que no fuera culpable de crímenes de guerra era bienvenido para volver y vivir en paz. Los medios occidentales llamaron inmediatamente a este éxodo "limpieza étnica" realizada por los croatas. Cuando las hasta entonces autoridades serbias de la "Krajina" reconocieron en la prensa de Belgrado que ellos habían ordenado y organizado la evacuación masiva, este hecho tuvo muy poca difusión.
Durante cuatro años, más de un millón de no-serbios fueron arrastrados fuera de sus hogares con poco más de la camisa que tenían puesta; las mujeres eran llevadas a campos de violación; decenas de miles de personas fueron masacradas y enterradas en fosas comunes, como las que aún hoy se siguen encontrando en Bosnia. Sin embargo, la prensa mundial culpó enfáticamente a Croacia por las dificultades sufridas por los refugiados que huían de la llamada "Krajina".
A pesar de que los medios se referían a Knin como ciudad "devastada" por los estándares brutales de la guerra, la ciudad apenas si había sido tocada. Para ilustrar la supuesta devastación, algunos medios mostraron inadvertidamente una iglesia católica totalmente destruida, la cual había sido volada por los serbios en 1991. La iglesia ortodoxa serbia estaba intacta, y protegida por la Policía croata. Posteriormente se supo que sólo habían sido utilizados 2 mil cartuchos en la liberación de Knin, mientras que en comparación los serbios habían lanzado un estimado de entre 15 mil y 20 mil proyectiles sobre Sarajevo en un solo día.
Después de que el ejército se retiró de las áreas liberadas, miles de croatas que habían estado viviendo en campos de concentración retornaron para encontrar sus hogares, iglesias y negocios destruidos. Enfurecidos, algunos castigaron a los serbios con saqueos, incendios y cometiendo hasta 26 asesinatos que pueden no haber tenido relación directa con hechos de guerra. Aun cuando estos crímenes empalidecen en comparación con las decenas de miles de asesinados por los serbios y ciudades enteras que, como Vukovar, fueron borradas de la faz de la Tierra, ellos no son menos reprensibles.
En tanto que los dirigentes serbios han sido fotografiados en repetidas ocasiones forzando a los civiles a dejar sus hogares y los más altos dirigentes serbio-bosnios fueron calificados como criminales de guerra por el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra, la dirigencia croata actuó rápidamente para limpiar su propia casa. A fines de septiembre casi 400 personas fueron arrestadas, y a comienzos de octubre el presidente croata Franjo Tudjman anunció que se habían iniciado causas penales en los casos de saqueo, destrucción y las 26 muertes mencionadas. Según anunció, "esperamos que las cortes de Croacia, que realmente son completamente independientes, cumplan con su deber en todos estos casos". En enero de 1996, la mayoría de los crímenes tenían su causa judicial en estado avanzado.
Cuando Croacia fue atacada en 1991, muchos serbios huyeron, pero no a Belgrado, sino a la capital croata, Zagreb, y a otras áreas no ocupadas. Más serbios eligieron vivir en paz en la Croacia libre que los que escogieron la vida bajo la ocupación serbia. El 31 de marzo de 1995, unos 218 mil serbios étnicos vivían en Croacia libre, comparados con alrededor de 184 mil en la Croacia ocupada. Los serbios pacíficos urbanos no sólo no fueron maltratados en Croacia libre, sino que algunos llegaron a ser miembros del Parlamento y uno su vicepresidente.
Edición
electrónica de Studia Croatica, 1998