Croacia: Mito y Realidad

CROACIA: MITO Y REALIDAD

C. Michael McAdams

[continuación]

Hacia fines de abril, los serbios disparaban al azar sobre automovilistas que trataban de ir por la carretera, con el resultado de cuatro muertos y varios heridos, mientras batallones jordanos y nepaleses de las "fuerzas de mantenimiento de la paz" de la ONU se limitaban a observar. Cuando las fuerzas serbias avanzaron para afirmar su dominio sobre la carretera, los 2750 efectivos de esas "fuerzas de paz" se refugiaron en sus campamentos-base. El 30 de abril el Gobierno croata exigió que las fuerzas de la ONU cumplan con su mandato, para prevenir posibles ataques contra civiles croatas.

Cuando la ONU una vez más rehusó actuar, la Policía y el Ejército croatas avanzaron para retomar el control sobre la carretera el 1 de Mayo. Sólo 33 horas más tarde, las fuerzas croatas habían liberado un enclave que había estado bajo ocupación serbia desde 1991. Observadores de la ONU, de la Comunidad Europea (CE), del Alto Comisariato de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Cruz Roja fueron inmediatamente llevados al área para garantizar que ningún residente serbio fuera maltratado. Los rumores sobre maltrato, algunos de los cuales fueron publicados por la prensa occidental, demostraron su falsedad ante testimonios de los observadores de la ONU y la CE.

La respuesta serbia fue su única táctica probada: disparar misiles sobre la capital croata, Zagreb, y otras seis ciudades. Los objetivos serbios incluyeron el aeropuerto de Zagreb, el Teatro Nacional -en el cual fueron heridos 43 bailarines de ballet de doce países-, la Academia de Artes y Ciencias (errando el blanco por pocos metros y casi impactando en la Embajada de EE.UU.) y el Hospital de Niños, hiriendo a un número de niños enfermos y causando la muerte a un policía.

Otros objetivos de los misiles serbios "cluster" -cuyo uso está internacionalmente prohibido- incluyeron una escuela y la Catedral de Zagreb. A pesar del hecho de que fuerzas croatas y bosnias tenían artillería pesada a la vista de la capital de los rebeldes serbios, Knin, no hubo represalias.

Para el 8 de mayo la mayor parte de los serbios étnicos de los territorios liberados habían vuelto a sus hogares, incluyendo al alcalde, quien había sido instalado por los serbios. A la mayor parte de los 1500 soldados serbios capturados se les otorgó amnistía, quedando 186 detenidos bajo cargos de violación, asesinato masivo y haber prestado servicio en campos de concentración. El Gobierno croata permitió que retornaran las tropas de la ONU y restablezcan una "zona-colchón" entre sus fuerzas y los enclaves de ocupación serbia que aún quedaban, actitud tomada a pesar de la obvia inacción de la ONU para impedir la agresión serbia durante los cuatro años anteriores.

Esta rápida y decisiva acción tomó por sorpresa a las llamadas "grandes potencias" y fue un embarazoso recordatorio de la total inacción de la ONU durante el cuatrienio anterior. Sin embargo, en lugar de ser merecidamente elogiada, Croacia recibió la condena de algunos debido a haber "violado la tregua", la cual en realidad nunca existió para los pueblos y aldeas de la línea del frente a través de toda Croacia. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llegó más lejos, al condenar a Croacia, mientras los medios de difusión informaban sobre la "ofensiva croata de primavera". Como ocurriera tantas veces durante esta guerra, la víctima de la agresión pasó a ser el agresor a los ojos de la ONU.

Al contrario de la opinión de la ONU, la CE, la OTAN y los EE.UU., ahora Croacia parecía dispuesta y con posibilidades de controlar el expansionismo y la agresión serbios, a pesar del ilegal e inmoral embargo de armas que se le había impuesto.

Segundo Golpe: la Operación Tormenta

En agosto de 1995 el mundo observó incrédulo, nuevamente, cómo el pequeño Ejército croata lanzó la "Operación Tormenta" para liberar los restantes territorios ocupados por "rebeldes serbios" apoyados por Belgrado. A pesar de años de advertencia por parte de las llamadas "grandes potencias" en cuanto a que los serbios eran virtualmente invencibles y de que un asalto de esas características tomaría meses, sino años, a un costo de miles de vidas, la operación croata terminó en pocos días y con bajas limitadas.

Durante cuatro años los serbios del área ocupada conocida como "Krajina"(tierra fronteriza) bombardearon diariamente ciudades croatas. A pesar de los asaltos, el Gobierno croata continuaba negociando sin éxito. A fines de Julio de 1995 se había llegado a un acuerdo tentativo para dar a los serbios de "Krajina", quienes llegaban al 3 por ciento de la población de Croacia, su propio mini-Estado con su propia bandera, moneda, policía local y el idioma serbio protegido por Croacia. Empero la respuesta fueron nuevos bombardeos. El Gobierno croata advirtió entonces a los serbios de Krajina que habría una respuesta militar ante nuevos bombardeos. Antes de que Croacia emprendiera alguna acción, notificó a la ONU, que a su vez informó al ejército serbio. El primer ataque puntual de la artillería croata destruyó puestos clave militares y de comunicación serbios, sin causar prácticamente daño a la ciudad de Knin. El ejército serbio emprendió la retirada, con una huida en la cual produjo en forma intencionada pánico en la población civil, al mezclar a sus fuerzas en retroceso con tanques y artillería en las columnas del éxodo civil.

 

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Edición electrónica de Studia Croatica, 1998