Croacia: Mito y Realidad

 

CROACIA: MITO Y REALIDAD
C. Michael McAdams

[continuación]

El tecnológicamente avanzado centro de control de radares y de comando de radares y misiles que apuntó al avión, estaba ubicado en los suburbios de Belgrado. El misil había sido provisto por Rusia a mediados de 1994, y todos los equipos de gente eran miembros de la JNA entrenados por Rusia. En lugar de un sistema aéreo "de tercera clase", el sistema de guía de radares de tres entrelazados con control computacional centralizado era altamente sofisticado.

La realidad, conocida por todos pero admitida sólo por algunos, era que la JNA de Serbia, abastecida en Rusia, tenía el control absoluto de Serbia y de la Croacia ocupada. Toda la acción militar terrestre en Bosnia y Croacia era controlada por el staff superior de la JNA en Belgrado. Los "rebeldes" heridos eran trasladados por aire a hospitales yugoslavos. El ejército "serbio-bosnio" estaba dirigido por oficiales regulares de la JNA que rotaban regularmente entre Croacia, Bosnia y Serbia. El último comandante del ejército "serbio-bosnio" había sido previamente el comandante del ejército "serbio-croata".

A pesar de esto, se mantuvo el mito de que el hombre fuerte de Serbia, Slobodan Milosevic, había sellado sus fronteras con Bosnia y Croacia y no tenía control sobre las "fuerzas rebeldes". En realidad, la JNA nunca dejó de proveer toneladas de armas rusas y yugoslavas. Milosevic tenía control total sobre sus "títeres bosnios". Cualquier duda que pudiese haber sobre este hecho se evaporó cuando "rebeldes serbio-bosnios" capturaron a varios cientos de observadores de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas y los encadenaron a objetivos militares. Fue Milosevic quien los iba liberando gradualmente, a medida que obtenía cada vez mayores concesiones por parte de la ONU.

El mito de los "serbio-bosnios" y de los "serbio-croatas" fue posible de subsistir debido a que las Naciones Unidas, los Estados Unidos y la OTAN vieron a Milosevic como el único hombre que podía negociar un cese del fuego. Atacar objetivos de Serbia, la fuente de la agresión, según parecía, podía conducir a una guerra balcánica más amplia y hasta incitar a que tenga lugar una nueva guerra mundial. Mientras tanto, las Naciones Unidas quedaron reducidas a suplicar a Milosevic que reconociera a la República de Bosnia-Hercegovina. Pero "Slobo", por el contrario, usó su ventaja sobre las Naciones Unidas y la OTAN por todo lo que valiese, y en verdad valía mucho.

Croacia contraataca

Por cuatro años Croacia observó cómo las llamadas "fuerzas de mantenimiento de la paz" de la ONU nada hacían para restaurar el control civil sobre los territorios ocupados, tal como lo exigía el mandato que se les había dado. Cuando cambió el comando del batallón ruso de las fuerzas de paz, los serbios regalaron al coronel Viktor Loginov, el comandante que se iba, una limusina Mercedes Benz blanca y le organizaron una fiesta de despedida que fue boicoteada por los batallones británico, francés y canadiense de esas fuerzas. Su reemplazante, el mayor general Alexander Perelyakin, fue obligado a dejar su cargo en abril de 1995 debido a su abierta colaboración con las fuerzas serbias de ocupación.

El mandato de la ONU en Croacia expiró el 31 de marzo de 1995, y las fuerzas de paz fueron reducidas de 12 mil a 5 mil hombres. Al mismo tiempo, los planes de la ONU para Bosnia-Hercegovina cambiaban con una frecuencia casi semanal. La mayoría de los planes representaban poco más que una repetición del pacto de Munich en 1938, cuando las llamadas "grandes potencias" entregaron Checoslovaquia a Hitler, un sector territorial cada vez. En efecto, el plan final dividió a Bosnia-Herzegovina otorgando el 49 por ciento del país a los serbios, quienes constituían sólo el 31 por ciento de la población antes de la guerra, premiando la agresión serbia y castigando a las víctimas. Pero aún ese plan fue rechazado por los serbios, quienes querían el 70 por ciento de Bosnia y acceso al Mar Adriático, por primera vez en la historia.

Debido a que el mundo rehusó tomar cualquier tipo de acción real en contra de Serbia, la división de Bosnia se hizo inevitable. La destrucción, la barbarie y la muerte que trajo la guerra aseguró que los pueblos ortodoxos, musulmanes y católicos nunca más podrían vivir juntos como "bosnios".

Sin embargo, justo cuando parecía que la agresión serbia no podía ser contenida, el Ejército Croata (HV) demostró que Serbia no era invencible, a pesar de su superioridad militar tanto numérica como en armamento. La táctica básica del ejército de Serbia era descargar toneladas de explosivos en pueblos y aldeas indefensas. Pero en el combate real, las fuerzas serbias estaban desmoralizadas, desorganizadas, y habitualmente borrachas.

A comienzos de mayo de 1995, el gobierno de Croacia avanzó contra los serbios, lanzando una ofensiva para reabrir una carretera vital y una conexión ferroviaria que unía Croacia oriental (Eslavonia) con el resto del país. Esta conexión había sido rota el 24 de abril de ese año, cuando terroristas serbios bloquearon el tramo de la carretera entre Dragalic y Novska, violando un "cese del fuego" que se mantenía desde el 2 de diciembre de 1994, así como varias resoluciones de las Naciones Unidas.

 

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Edición electrónica de Studia Croatica, 1998