Croacia: Mito y Realidad

CROACIA: MITO Y REALIDAD

C. Michael McAdams

[continuación]

La Segunda Yugoslavia

Después de la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia fue reconstituida como una república federal comunista, con la promesa de igualdad para todas sus naciones y pueblos. Como en la mayor parte de los Estados comunistas, las promesas no fueron cumplidas. Una despiadada policía secreta, y la explotación económica y política de Croacia, llevaron a cientos de miles de jóvenes croatas a buscar libertad y prosperidad en el exterior. Luego de la purga del jefe de la policía secreta Aleksander Rankovic en 1966, tuvo impulso un nuevo aire de libertad, conocido como "la Primavera Croata".

Menos conocida en Occidente que la "Primavera de Praga", esta gran liberalización fue aplastada por los comunistas a fines de 1971. Una víctima de la nueva ronda de represión fue el disidente antiguo partisano y general del Ejército yugoslavo Franjo Tudjman. Los hechos de 1971 pusieron en movimiento fuerzas que llevaron, 20 años más tarde, a la independencia de Croacia.

La muerte de Tito, en 1980, condujo a mayores demandas de democracia y economía de mercado, además de pedidos por una mayor autonomía para Croacia y Eslovenia, respecto del Gobierno central, controlado por los serbios. A medida que Eslovenia y Croacia, de orientación occidental, introducían reformas democráticas, Serbia, más inclinada al Oriente, se esforzó por mantener el autoritarismo comunista y un gobierno centralizado.

En 1990 el Dr. Franjo Tudjman fue el primer presidente libremente elegido de Croacia. Las elecciones libres y democráticas en Croacia y Eslovenia demostraron un compromiso con el proceso democrático, por la protección de los derechos humanos, y el desarrollo de una economía de libre mercado.

A mediados de 1990 Croacia comenzó negociaciones para lograr la formación de una confederación laxa de naciones que daría autonomía nacional, preservando a Yugoslavia en alguna manera.

La República de Serbia rechazó todos los intentos de negociación al respecto, involucrándose en violaciones a los derechos humanos contra la mayoría albanesa de Kosovo, desmantelando su Parlamento y purgando su gobierno, sus medios de información y el sistema educativo de albaneses y de no-comunistas.

El líder serbio, Slobodan Milosevic, permaneció comprometido con el sistema de partido único, manteniendo un régimen totalitario en Serbia y en toda Yugoslavia. Incitados por él, algunos serbios lanzaron en Croacia, el 17 de agosto de 1990, una muy bien planificada insurrección, atacando estaciones de policía y bloqueando la ruta principal, al sur de la capital croata, Zagreb.

Cuando la policía croata intentó detener la violencia, el gobierno central despachó a la fuerza aérea y al ejército, que estaban controlados por los serbios, para "restaurar el orden".

En 1991, después de meses de infructuosas negociaciones y de una mayor violencia por parte de la minoría serbia en Croacia, alimentada por el gobierno de Serbia y los militares, Croacia y Eslovenia se declararon libres e independientes de Serbia y Yugoslavia.

Independencia y Agresión

Con el pretexto de proteger a la minoría serbia en Croacia, se lanzó una guerra en gran escala contra Croacia, por parte de las fuerzas armadas de Yugoslavia y de milicias serbias.

Croacia respetó decenas de "ceses del fuego", sólo para ver al ejército yugoslavo reagruparse y atacar nuevamente. En diciembre de 1991 el gobierno de Serbia admitió abiertamente que tenía como objetivo anexar territorios en Croacia y en Bosnia-Herzegovina, para formar una nueva "Gran Serbia".

El 15 de enero de 1992 la Comunidad Europea reconoció la independencia de Croacia, y también lo hicieron la mayoría de las potencias mundiales. Notablemente, el gobierno de los Estados Unidos de América, entonces encabezado por George Bush, no efectuó este reconocimiento sino hasta después que las fuerzas de paz de las Naciones Unidas llegaran a Croacia. El Subsecretario de Estado de Bush y su principal consejero sobre lo que había sido Yugoslavia era Lawrence Eagleburger, a quien la prensa apodaba "Lawrence de Serbia". Este funcionario tenía estrechos vínculos personales y financieros con la dirigencia comunista de Serbia, así como con bancos e industrias de armamentos yugoslavos. A pesar de la amistad de Eagleburger con la Serbia comunista, Estados Unidos se vio forzado a condenar la agresión expansionista de Serbia y a reconocer a Croacia en abril de 1992. Eagleburger pasó a ser secretario de Estado y un comentarista que aparecía casi diariamente en televisión explicando qué había andado mal en Yugoslavia.

 

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Edición electrónica de Studia Croatica, 1998

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