STUDIA CROATICA
Año
XXXVIII - Buenos Aires, Octubre de 1997 - número 135
El memoricidio como crimen contra la humanidad (II parte)
LA FACULTAD DE FILOSOFIA DE LA COMPAÑIA DE JESUS – ZAGREB
RECONOCIMIENTO BRITANICO A CIENTIFICOS CROATAS
DERECHO A LA SOBERANIA ESTATAL
CINCUENTA AÑOS DEL CORO CROATA "JADRAN" DE
BUENOS AIRES
ONCE SIGLOS DEL ESTADO DE CROACIA
El convento de los dominicos de Dubrovnik
LJERKO SPILLER: UN MAESTRO EXCEPCIONAL
Govorimo Hrvatski. Jezicni savjeti
Heridas en el corazón del país
Ranjena Crkva u Hrvatskoj. Unistavanje sakralnih objekata
u Hrvatskoj (1991-1995)
Vesna Blazina, Montreal
Cuadro de situación
Bosnia-Hercegovina
declaró su independencia de la federación yugoslava el 1 de marzo de 1992
después de un referendum aprobado por el 66 por ciento de la población. Según
el censo de 1991, la población de Bosnia-Hercegovina -de 4.400.000 de
habitantes- se componía de un 44 por ciento de bosnios musulmanes, 33 por
ciento de serbios y 17 por ciento de croatas. No tardó en producirse la
agresión del ejército serbio (es decir, de los serbios de Bosnia, de Croacia,
de Serbia y de Montenegro). La ciudad de Sarajevo fue atacada el 5 de abril de
1992. Al cabo de algunos meses, los serbios ocuparon el 70 por ciento del
territorio a fuego y sangre.
Bosnia-Hercegovina
que -como Croacia- había aportado al ejército yugoslavo, no tenía uno propio
para defenderse. Por otra parte, pesaba en Bosnia un embargo sobre armas que
había sido impuesto por las Naciones Unidas tanto a las víctimas como a los
agresores.
Desde 1992,
murieron 250.000 personas (entre ellas 17.000 niños) y 50.000 mujeres - sobre
todo musulmanas- fueron violadas en las operaciones de "limpieza
étnica" mientras que 2.000.000 de habitantes fueron expulsados de sus
hogares y se convirtieron en refugiados y personas desplazadas (Alto
Comisionado para los refugiados de las Naciones Unidas, 1993, p. 79). El 14 de
diciembre de 1995 se firmó en París el plan de paz para Bosnia-Hercegovina
negociado en Dayton por los Estados Unidos. Una fuerza de 60.000 soldados de la
NATO debe asegurar la aplicación de este plan sobre el terreno.
La magnitud de la
devastación del patrimonio es aterradora. Los datos obtenidos en 1993 -incompletos-
revelan que fueron destruidas más de mil mezquitas -de las que unas veinte
datan del siglo XVI-, 150 iglesias católicas, 15 iglesias ortodoxas, 4
sinagogas y otros mil monumentos culturales, incluyendo museos, bibliotecas,
archivos y colecciones de manuscritos (Consejo de Europa, 1993, doc. 6869, p.
8-18; doc. 6904 p. 6-8). Hay que notar que en Croacia y B-H la destrucción del
patrimonio cultural durante la guerra 1991-1995 excede largamente los daños
imputables a las dos guerras mundiales (Consejo de Europa, 1993, doc. 6904,
p.7).
La comisión de
expertos de la UN estableció una cronología detallada del sitio de Sarajevo
durante dos años. Los días calmos los observadores internacionales contaban
200-300 impactos, los días más activos hasta 1000. El 22 de julio de 1993,
Sarajevo fue sacudida por 3.777 impactos.
"La
cronología confirma que ciertas áreas de la ciudad fueron bombardeadas
sistemáticamente durante el sitio, particularmente las estructuras religiosas y
culturales y los edificios públicos. El centro de la ciudad, el aeropuerto y
los suburbios del sudoeste fueron las áreas más castigadas y tomadas como
blanco permanente. El barrio histórico de la ciudad sufrió la misma
suerte." (Naciones Unidas. Comisión de expertos de la ex-Yugoslavia, 1994,
reporte final, p. 45, parágrafo 190).
Durante ese
período el hospital de Kosevo fue bombardeado 289 veces. El cuarenta por ciento
de las bombas caían en las horas de visita, entre las 12 y las 14 horas (CSCE,
1995, p.10).
Las instituciones
referidas a la cultura sufrieron pruebas muy duras a través de esos más de 1000
días de sitio (Cengic y Durakovic, 1995; Consejo de Europa, 1993, doc. 6756, p.
33-35; doc. 6869, p. 9-14).
El Instituto de
Estudios Orientales de Sarajevo -de renombre mundial- poseía documentos de la
época otomana, de un importancia crucial para la
historia de B-H. Contenía 5.263 manuscritos árabes, turcos, persas y bosnios;
enciclopedias, obras de historia, geografía, política, teología, filosofía
islámica, obras sufíes, obras de ciencias naturales y matemáticas, de derecho,
diccionarios y una colección de poesías bosnias y otomanas, desde el s XI al
XX. Los archivos contenían más de 7.000 documentos de los siglos XVI al XIX con
ordenanzas de sultanes, cartas de gobernadores, certificados jurídicos y
catastrales, cuentas y reportes financieros. Estos últimos dentro de otras 60
series de reportes de jueces y asistentes de jueces de B-H. Los archivos del
Vilayet contenían 200.000 documentos y certificados catastrales del conjunto
del territorio de B-H que datan de la segunda mitad del siglo XIX.
El instituto
tenía igualmente una colección de microfilms de documentos provenientes de
otros archivos al igual que una biblioteca especializada de 10.000 volúmenes y
300 títulos de periódicos. El 17 de mayo de 1992, el Instituto de Estudios
Orientales de Sarajevo fue sacudido por balas incendiarias lanzadas por los
serbios desde las colinas vecinas. Toda la colección desapareció en algunas
horas (Riedlmayer, 1996; Stipcevic, 1995). La destrucción de lo que poseía el
Instituto podría ser la pérdida cultural más grave de toda la guerra (Consejo
de Europa, 1993, doc. 6869, p.11).
Allí, no quedan
más que 13 de los 33 empleados que había; hoy trabajan en lugares provisorios
prestados por la Academia de Ciencias.
La Biblioteca
Nacional y Universitaria de B-H (BNUBH) -símbolo de la ciudad- estaba en un
edificio morisco típico de la época austrohúngara, sobre las orillas del
Miljacka. Fue construido en 1896 y sus cuatro pisos abrigaron al Parlamento en
1910-1914, luego de la primera guerra mundial fue hotel y, finalmente,
Biblioteca Nacional desde 1946. La BNUBH poseía 1.550.000 volúmenes incluyendo
155.000 manuscritos y libros raros, las publicaciones bosnias recibidas para
depósito legal y las colecciones de la Universidad de Sarajevo. Del 25 al 27 de
agosto de 1992 fue alcanzada por 25 proyectiles incendiarios venidos de cuatro
posiciones diferentes desde las colinas y la biblioteca fue consumida por el fuego
(Lorkovic, 1992; Stipcevic, 1995). Otras cuarenta bombas fueron lanzadas por
las calles vecinas para impedir que los bomberos intervengan.
Los sarajevitas y
sus bibliotecarios, desafiando la lluvia de proyectiles, trataron de salvar el
alma de su ciudad formando una cadena humana para rescatar los libros del
edificio en llamas. A pesar de sus valientes esfuerzos, su herencia nacional
fue reducida a cenizas.
Y la operación de
salvataje reclamaba una víctima humana: la vida de Aida Buturovic, bibliotecaria
de la sección de canjes, fue segada por un francotirador. Kemal Bakarsic,
curador de la biblioteca del Museo Nacional de B-H recuerda: "El cielo
estaba oscurecido por el humo de los libros en llamas, las páginas calcinadas
se levantaban en el aire, flotaban y volvían a caer como una nieve negra por
toda la ciudad; si se atrapaba una página se podía sentir su calor y durante un
instante leer una pedazo que tenía el extraño aspecto de un negativo en negro y
gris. Disipado el calor, la página caía pulverizada entre nuestros dedos".
De 108 bibliotecarios que había antes de la guerra hoy quedan 42; ellos
lograron salvar alrededor del 10 por ciento de las colecciones y una parte del
fichero informativo. Ahora, preparan los inventarios, emprenden medidas de conservación
posibles dentro de las circunstancias y planifican la reconstrucción de su
biblioteca. Tratan de asistir a los 850 profesores y 4.500 estudiantes que
todavía van a la universidad; setenta universitarios completaron su doctorado
desde el comienzo de la guerra.
El Museo Nacional
de Bosnia, situado a sólo 20 metros de la línea del frente, debía ser la
próxima víctima de la destrucción. Consciente de ese peligro desde la primavera
de 1992, Kemal Bakarsic organizó la evacuación de los 400.000 volúmenes de la
biblioteca del museo. Kilómetros de libros fueron evacuados al sótano; la
operación de asegurarlos duró meses. En ese tiempo, cada vez que abandonaba el
museo Kemal Bakarsic abrazaba los muros y las puertas diciendo "te pido,
Señor, hagas que la biblioteca no sea incendiada, no ahora". Una vez que
toda la colección puesta a seguro dijo "Bueno, ahora incendien la
biblioteca si así lo desean. Es vuestra. Si la quieren destruir háganlo... mis
libros están en lugar seguro " (Bakarsic, 1995, p. 106). El ataque no se
hizo esperar. Durante el verano de 1992, el Museo Nacional, fundado en 1888,
alojado en cuatro pabellones construidos en 1909-1913 fue gravemente dañado.
Kemal Bakarsic, que creía estar preparado para la catástrofe, dijo "es horrible
lo que han hecho al museo, el edificio es una ruina casi total". Los
obuses destrozaron los techos de vidrio y las 300 ventanas dobles. Las vitrinas
de exposición y su contenido han sido dañados, problema que se suma al del agua
de lluvia. El informe de los estragos fue preparado por el Dr. Rizo Sijaric,
director del museo que murió el 10 de diciembre de 1993 alcanzado por un obús
en el momento que trataba de cubrir los agujeros del edificio con los lienzos
de plástico que había conseguido entre los agentes de la UN.
Entre los libros
que Kemal Bakarsic salvó se encuentra el Haggadah de Sarajevo uno de los más
preciosos tesoros de toda Bosnia. Obra de calígrafos e iluminadores judíos de
la España del siglo XIV, el Haggadah fue llevado a Sarajevo por la familia
Cohen hace 400 años en el momento en que huyendo de la Inquisición se
instalaron en Bosnia. El Haggadah es un recopilación
de poemas e ilustraciones que relatan la Pascua de los judíos y su salida de
Egipto.
La Biblioteca de
la mezquita Gazi Husrev Bey fundada en 1537 -que contiene una colección
sumamente rica de 4.500 manuscritos en árabe, turco y persa, 50.000 volúmenes
impresos y 4.000 documentos históricos de los siglos XVI al XIX- fue salvada de
la destrucción que sufrieron el edificio y la mezquita, el más grande santuario
musulmán en Europa, construido en 1530 (Kadic, 1995; Stipcevic, 1995).
De los 300.000
volúmenes que poseía antes de la guerra la Biblioteca municipal de Sarajevo
pudo conservar un 50 por ciento. Cuatro de sus 20 sucursales han sido destruidas. El personal fue reducido de 120 a 20 personas;
ningún documento se adquirió desde 1992.
La biblioteca y
la colección de arte del convento franciscano del suburbio de Sarajevo,
Nedjarici, fue saqueado en junio de 1992; sus ocupantes expulsados. Los libros
de esta colección pueden encontrarse en los mercados de Belgrado (Lovrenovic,
1994).
Preocupados por
las instituciones públicas, no olvidemos sin embargo las pérdidas que sufrieron
las colecciones privadas. En un artículo el autor e historiador Ivan Lovrenovic
(1994) describe la pérdida de sus tesoros personales. Expulsado de su
departamento de Sarajevo fue obligado a dejar sus manuscritos y sus libros,
incluyendo una Biblia de 1883 y un catecismo de 1611, el primero publicado en
Bosnia. Durante meses Lovrenovic creyó que alguna vez podría volver y encontrar
sus posesiones intactas. Un día se dio cuenta de que todas sus cosas fueron
quemadas por los extremistas serbios que además, montaron un espectáculo con
eso. Después de haber tirado todos sus papeles en la calle invitaron a la
muchedumbre a que miren la quema monstruosa mientras ametrallaban las obras de
un pintor.
Sin duda,
Lovrenovic había subestimado "el odio a la memoria".
El techo del
edificio de Archivos de Hercegovina, construido en 1884, fue bombardeado por
los serbios en la primavera de 1992 (Riedlmayer, 1996; Stipevic, 1995). Los
documentos -algunos de la Edad Media- fueron transportados al sótano donde
continúan expuestos a los caprichos del clima ya que un impacto rompió los
vidrios de las ventanas.
Más de 50.000
volúmenes se perdieron en el incendio de la biblioteca del obispado de Mostar
durante los bombardeos del 6 de mayo de 1992.
Millares de otros
documentos fueron expuestos al fuego y a la humedad desde el momento en que los
proyectiles agujerearon el techo del Museo de Hercegovina (Consejo de Europa,
1993, doc. 6756, p. 44-45; Riedlmayer, 1996).
La iglesia
franciscana San Pedro y San Pablo, construida en 1866 y renovada en 1985, se
desplomó luego de los bombardeos del 9 de mayo de 1992. Su biblioteca, que
contiene entre otros tesoros 376 manuscritos de la época otomana y 40
ejemplares del Corán, y la pinacoteca que se encontraba en el convento
adyacente fueron salvados por los esfuerzos sobrehumanos
de los hermanos franciscanos y los bomberos (Consejo de Europa, 1993, doc.
6756, p. 45; Stipcevic, 1995).
La Biblioteca de
la Universidad de Mostar -edificio, colecciones y equipo- fue completamente
destruida en 1992. Las colecciones alojadas en el subsuelo de un edificio
utilizado por Caritas fueron incendiadas.
La Biblioteca
Municipal de Mostar, seriamente dañada en 1992, fue restaurada gracias a los
esfuerzos de la Unión Europea. Cerca del 70% de su colección fue salvada
(Consejo de Europa, 1993, doc. 6904, p. 3).
Todos los datos
concernientes a Bosnia-Hercegovina son incompletos y forzosamente fragmentarios
ya que muchas regiones del país continúan hasta hoy inaccesibles (Consejo de
Europa, 1993. doc. 6756, p. 31-50; doc. 6869, p. 8-18). En todas las ciudades
del país había manuscritos preciosos; su suerte es incierta.
A la inquietud
extrema de los especialistas croatas por la protección del patrimonio cultural,
desesperados por la magnitud de los estragos, los organismos internacionales
respondieron en otoño de 1991 que ellos no harían nada mientras que las
hostilidades no hayan cesado!
Habituados a la
cooperación voluntaria en tiempos de paz, los organismos internacionales con
vocación cultural constatan que no están preparados en absoluto para intervenir
en tiempos de guerra. Las reuniones periódicas, las visitas de estudio, la
formación en el extranjero y las misiones breves resultan totalmente
inadecuadas en tiempos de guerra (Consejo de Europa, 1993, doc. 6756, p. 1, 31;
doc. 6869, p. 30).
En la conferencia
anual de la UNESCO que tuvo lugar en París en octubre de 1991, los
especialistas croatas no tuvieron derecho a la palabra en vista de que Croacia
no era todavía un país reconocido por la UN. Pero sí aceptaron la intervención
de los representantes serbio yugoslavos que mientras que el ejército serbio
federal destruía el patrimonio croata, juraban cínicamente que ellos harían
todo lo que estuviera en su poder para "proteger el patrimonio...
yugoslavo" (reportado a la autora por los expertos eslovenos y croatas que
estuvieron presentes como observadores). Los especialistas internacionales
igualmente no se dejaron engañar. Muchos fueron los que, frustrados por la falta
de respuesta, propusieron iniciativas heroicas. Así, el académico francés, Jean
d'Ormesson, gran conocedor del patrimonio croata, ofreció caer en paracaídas en
Dubrovnik para salvar a la ciudad agredida (d'Ormesson, 1991). Buscó
voluntarios entre los intelectuales franceses para que lo acompañaran. Su idea
atrajo una atención mediática considerable. Frente a la indignación creciente
de la opinión pública y en virtud de la Convención de La Haya para la
protección de bienes culturales en caso de conflicto armado (1954), la UNESCO
decidió enviar consultores a Dubrovnik. Entre los que se postularon como
voluntarios se encontraban el historiador de arte Colin Kaiser de Toronto y el
arquitecto Dinu Bumbaru de Montreal, los dos miembros de ICOMOS (Consejo Internacional
para los lugares y monumentos) de Canadá. Así, por primera vez en su historia
la UNESCO intervino durante un conflicto armado. Dos especialistas canadienses
arriesgaron su vida para salvar el patrimonio mundial de Dubrovnik. Ellos
testimoniaron sobre los ataques a la ciudad y enviaron a la UNESCO indignados
informes sobre los daños. Su gesta llena de coraje no pudo detener la agresión
pero su perseverancia señala un comienzo de la toma de conciencia en el plano
internacional frente a la protección del patrimonio cultural en tiempos de
guerra.
Es plausible
creer que el bombardeo del 6 de diciembre de 1991 hubiera sido más pernicioso
aún sin su presencia en la ciudad. La UNESCO decidió suministrar material para
reparar los techos en el recinto histórico de Dubrovnik. Bumbaru constata
entonces "la ausencia de una visión de la cultura y de la civilización
humana que comparten las autoridades" (Bumbaru, 1992).
Es de toda
evidencia que las personas que se interesan por la cultura en esta guerra
quedaron reducidas al frustrante rol de observadores de la destrucción, de
contadores de obuses y de estadísticos de este triste balance. Así la
subcomisión de patrimonio arquitectónico y artístico de la asamblea
parlamentaria del Consejo de Europa organizó muchas misiones de observación en
Croacia y Bosnia-Hercegovina y presentó cinco informes entre 1993 y 1994
(Consejo de Europa, 1993 y 1994). Cada informe nuevo era más deprimente que el
anterior: el nivel de destrucción no dejó de aumentar.
En 1993,
enfrentados a esta devastación sin precedentes en Croacia y Bosnia-
Hercegovina, la American Library Association durante su reunión de invierno en
Denver (ALA, 1993) y la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas
(IFLA, 1993) más tarde en Barcelona, adoptaron tímidas resoluciones deplorando
"la perdida del acceso a la información de los pueblos de la antigua
Yugoslavia[1]
"no queriendo "tomar partido en este conflicto".
Indignado, Andras
Riedlmayer, historiador y bibliotecario de la Biblioteca de Bellas Artes de la
Universidad Harvard, insiste que se trata de una interpretación errónea de la
situación (Riedlmayer, 1996): la destrucción intencional de las bibliotecas y los
archivos no se puede considerar como una expresión de un punto de vista
político y mucho menos como una consecuencia de la guerra. Se trata de un
crimen contra la humanidad en virtud del derecho humanitario internacional y en
particular en los términos de la Convención de Ginebra (1949) y de sus
protocolos adicionales (1977) al igual que de la Convención de La Haya (1954)
que exigen la protección de las víctimas durante un conflicto armado. Los dos
habían sido ratificados por el gobierno de la antigua Yugoslavia.
El juzgamiento de
los crímenes contra la cultura es una tarea importante que aún debe hacer el
Tribunal Internacional de La Haya según por la resolución 808 del Consejo de
Seguridad de la UN del 22 de febrero de 1993[2].
Con el fin de cumplir esta tarea, el Consejo de Seguridad de la ONU en la
resolución 780 de octubre de 1992 exigió la creación de una comisión de
expertos de la UN que relevara las graves violaciones del derecho humanitario.
Los expertos de la UN debían asomarse a las violaciones de leyes de guerra, los
crímenes contra la humanidad, el genocidio, la purificación étnica, los campos
de concentración, las violaciones y agresiones sexuales y la destrucción del
patrimonio cultural.
Se nombró una
comisión de cinco miembros presidida por el profesor Frits Kalshoven. Este
profesor dimitió y lo relevó Cherif Bassiouni, profesor del College of Law de
la DePaul University de Chicago (1992-1994); fue quien construyó la base de
datos y preparó el informe final remitido al Tribunal Internacional de La Haya.
Este informe de 300 páginas -que comprende 12 anexos de 3.000 páginas más- fue
remitido el 28 de mayo de 1994 (Naciones Unidas, Comisión de expertos de la
ex-Yugoslavia, 1994). Es interesante notar que ese informe jamás fue publicado;
la razón invocada fue la falta de fondos.
Los anexos XI y
XIA del informe tratan más detenidamente la destrucción del patrimonio
cultural. Tres canadienses jugaron un rol importante en la preparación del
anexo XIA que informa sobre el sitio de Dubrovnik y la destrucción del puente
de Mostar: William J. Fenrick y Dominic McAlea, expertos en derecho en
conflicto armado y Colin Kaiser, experto consultor en historia del arte.
Estuvieron asistidos por oficiales del ejército noruego. Los testimonios de los
especialistas de la UNESCO y de los militares les permitieron hacer una
cronología del sitio de Dubrovnik incluyendo la frecuencia de los bombardeos,
los sectores atacados y el calibre de las piezas de artillería utilizadas que
demuestran que la destrucción del patrimonio ha sido deliberada y sistemática
(Naciones Unidas, Comisión de expertos, anexo XIA, 1994, p.8).
Los trabajos de
la comisión permiten añadir la destrucción intencional del patrimonio religioso
musulmán y croata a la acusación de genocidio y de crímenes contra la humanidad
que pesa sobre los líderes políticos y militares serbios bosnios (Naciones
Unidas, Tribunal Internacional de crímenes de guerra de La Haya, 1995). La
destrucción de 16 mezquitas y 11 iglesias católicas en la región de Banja Luka
está citada como ejemplo. Entre las mezquitas que fueron dinamitadas el 7 de
mayo de 1993 -momento en que no se combatía- se encuentra la de Hasan Defterdar
y la de Ferhat Pasa, dos ejemplos excepcionales de la arquitectura del siglo
XVI (Consejo de Europa, 1993, doc. 6869, p. 16).
Actualmente un
equipo multidisciplinario de expertos de los Estados Unidos reunió las pruebas
materiales de la destrucción de la BNUBH que permitirían acusar a los que
perpetraron ese crimen.
Pensando en lo
que vendrá, la UNESCO y los firmantes de la Convención de La Haya estudian como
darle mayor eficacia a la aplicación de esta convención. Se sueña con dar a las
fuerzas de la UN mayor responsabilidad para la protección del patrimonio sobre
el terreno.
Desde hace cincuenta
años, los políticos y los intelectuales occidentales utilizan la expresión
"nosotros no sabíamos" para explicar su inacción durante el genocidio
de la Segunda guerra mundial. En los años 90, gracias a CNN e Internet, ese
término no puede ser invocado ya. Esta vez, la mayor parte de la gente estaba
al tanto y sin embargo no ha intervenido para detener la carnicería y este
saqueo que veían constantemente en las pantallas de sus televisores (Mestrovic,
1994 y 1996, Cushmnan y Mestrovic, 1996).
¿Cómo justificar
esta inacción? los cínicos dicen que una intervención militar no se imponía en
vistas de que esa región no tiene petróleo ni armas nucleares. Los
"realistas" aducen que se trata de "odios ancestrales" y en
consecuencia, "nada se puede hacer". Entretanto esta idea es
desmentida por la proximidad física de mezquitas, iglesias y sinagogas en la ciudades de Bosnia-Hercegovina que testimonian el
pluralismo, la cohabitación multiétnica y la tolerancia milenaria (Riedlmayer,
en: Carnegie Endowment for International Peace, 1994).
A menudo, la
víctima y el agresor fueron injustamente igualados; se utilizó la expresión
"todas las partes en conflicto cometieron atrocidades". Sin embargo,
los informes de los organismos internacionales de ayuda humanitaria,
gubernamentales y no gubernamentales al igual que el informe de la CIA
demuestran que más del 90 por ciento de las atrocidades fueron cometidas por
los serbios y que únicamente ellos los cometieron de manera sistemática y
organizada (Christopher H. Smith, presidente de la Comisión sobre la seguridad
y comercio en Europa del Congreso estadounidense, en: CSCE, 1995, p. 2).
De los 58
inculpados por crímenes de guerra hasta ahora, 51 son serbios (Naciones Unidas,
Tribunal Internacional de La Haya sobre crímenes de guerra, 1995).
Las dudas, las
tergiversaciones y la hipocresía de la comunidad internacional fueron muchas
veces señalados por los editorialistas de los grandes
diarios del mundo y otros observadores (Brousseau, 1994; Landgren, 1996; Rieff,
1995). Las fuerzas de las Naciones Unidas (UNPROFOR) recibieron un mandato de
ayuda humanitaria como si se tratara de una catástrofe natural. Sus medidas
permitieron a la comunidad internacional dejar de pensar que ella toma las
iniciativas políticas decisivas (Landgren, 1996; Rieff, 1995). Al mismo tiempo
evitan pronunciar el término genocidio porque la simple admisión de esto los
obligaría a la acción.
Todo esto pone
sobre el tapete el problema de que en política se busca reemplazar la moralidad
por los "intereses". Al fin de cuentas se llega a la conclusión de
que nada puede reemplazar a la moralidad en toda acción humana. En su
testimonio, el profesor Cherif Bassiouni hizo un llamado de atención. "No
puede haber paz sin justicia y no puede haber justicia sin que la verdad sea
conocida. Las víctimas exigen el reconocimiento de su victimización"
(CSCE, 1995, p.7, 16).
Se trata de un advertencia importante para los criminales de hoy y de
mañana. Según las declaraciones del presidente de Bosnia-Hercegovina, Alija
Izetbegovic, del 26 de septiembre del 1996 al diario de Sarajevo Oslobodjenje
"Si el genocidio impune es posible, Bosnia Hercegovina no es
posible".
Croacia
Ya en 1991, en las
regiones libres de Croacia, la Asociación de bibliotecarios, el Ministerio de
asuntos culturales y la Biblioteca nacional de Croacia habían organizado
donaciones de libros a las bibliotecas destruidas. Desde el cese de los
combates, el estado croata financió la reparación de edificios de bibliotecas
como primera medida de urgencia. Sin embargo, aún es incierto cuánto se
implicará la comunidad internacional en esta tarea. Muchas iniciativas
individuales están en curso pero la coordinación global de los proyectos falta
aún.
La fundación
SABRE de los Estados Unidos con el fin de alentar el desarrollo de la
democracia distribuye documentación científica en los países post comunistas de
Europa. La fundación SABRE-Zagreb, su filial croata, existe desde 1990. Sus
actividades comprenden tres fases: donaciones de libros, donaciones de
periódicos de ciencias humanas y sociales de la editorial Blackwell (121
títulos) y suscripciones a los periódicos científicos con un rebaja del 50 por
ciento.
Desde hace cinco
años, la fundación SABRE-Zagreb distribuyó a los usuarios en Croacia 158.000
libros cubriendo todos los dominios del saber, en particular medicina,
ingeniería y economía. Muchos libros de medicina han sido enviados a los
hospitales de la línea del frente mientras que los libros para niños han sido
distribuidos en los campos de refugiados y en las escuelas afectadas por la
guerra. Desde 1994, cada vez que la situación lo permitió se enviaron libros a
las Universidades de Mostar, Sarajevo y Tuzla.
En 1994, la fundación
SABRE-Zagreb pudo ofrecer a los científicos de Croacia la suscripción a 248
títulos de periódicos de medicina con una rebaja de 50 por ciento (Pavic,
1995).
Bosnia-Hercegovina
En opinión de los
expertos, Bosnia-Hercegovina debe reconstruir y reconstituir sus instituciones
culturales para tratar de detener la pérdida de su memoria colectiva.
Horrorizados por tamaños estragos, muchas instituciones y organismos
internacionales ofrecieron espontáneamente su ayuda. Sin embargo no hubo una
reacción contundente y concertada entre los bibliotecarios profesionales
(Riedlmayer, 1996).
Después de la
destrucción de la BNUBH los primeros en ofrecer su ayuda fueron las bibliotecas
nacionales de Eslovenia y Macedonia. El Instituto de Ciencias de la Información
de Maribor en Eslovenia, que había desarrollado el sistema utilizado por la
BNUBH antes de la guerra, ofreció hacer una colecta de fondos, reunir las
donaciones de libros y cuidar su envío a Sarajevo (Pistalo, 1993). La Asamblea
de ciudadanos de Helsinki, un grupo con base en Praga que se ocupa en la
defensa de los derechos humanos, lanzó por toda Europa su pedido de fondos para
la BNUBH y un llamado para el establecimiento de lugares de depósito de los
libros donados. Hay algunos proyectos similares en Austria, Alemania, Francia,
Gran Bretaña, Holanda, Italia, Turquía y otros (Bayraktar, 1994). Por su parte,
algunos editores alemanes y checos se han ofrecido reproducir los clásicos de
la literatura bosnia (Riedlmayer, 1996).
En septiembre de
1996 la Universidad Harvard lanzó su proyecto de cooperación con la fundación
SABRE para suministrar documentos de la BNUBH. Las editoriales universitarias
de Harvard se comprometieron a enviar a Sarajevo dos ejemplares de todo lo que
publican, mientras que las bibliotecas ofrecen sus libros duplicados. Muchas
otras universidades y editoriales universitarias americanas se han unido a este
proyecto. Un primer envío de 10.000 libros partía para Bosnia en octubre de
1996 (Harvard University, 1996; Mazmanian, 1996).
¿Como reconstituir
las aniquiladas colecciones de Bosniaca? Localizando por todas partes del mundo
a quienes posean copias. La Biblioteca Nacional de Canadá participa ya. En un
primer momento se trata de establecer una base de datos de títulos existentes,
con su localización, y a continuación pedir a sus propietarios brindar una
copia a la BNUBH. Las copias pueden estar en diferentes soportes- papel,
microfilm, microficha, CD-ROM o aun en forma de fichero de computadora. Andras
Riedlmayer lleva un proyecto para publicar los manuscritos bosnios en el web
que debiera ayudar a establecer una colección "virtual" del Instituto
de Estudios Orientales de Sarajevo. Antes de la guerra, los investigadores del
mundo entero venían a trabajar al Instituto y copiaron documentos; se trata de
encontralos y solicitar su colaboración (Buturovic, Riedlmayer y Schik, 1995,
Schwartz, 1996).
Enes Kujundzic,
director de BNUBH, cita cuatro fuentes importantes para la restitución de la
historia multiétnica de Bosnia-Hercegovina. Para los períodos medieval y
renacentista, las bibliotecas de Italia; para el otomano, las de Estambul; para
el período austro-húngaro, Viena y Budapest; para los textos de poesía épica y
lírica, la Widener Biblioteca de Harvard que posee 3.500 registros y 12.500
textos (Carrol, 1994; Kujindzic, 1996).
¿La
reconstitución de las colecciones pulverizados es una
empresa imposible? No; y hay antecedentes: la Biblioteca de la Universidad de
Lovaina y los archivos angevinos de Nápoles (Filangieri, 1944 y 1951, Kirby,
1966).
La Biblioteca de
la Universidad Católica de Lovaina fue reconstruida y reconstituida dos veces;
después de la primera guerra mundial y nuevamente después de la segunda.
La Biblioteca de
Lovaina fue incendiada completamente por los alemanes el 25 de agosto de 1914
durante la ocupación de Bélgica: 230.000 volúmenes, 800 incunables y 900
manuscritos fueron devorados por el fuego. Gracias a la generosidad, sobre todo
estadounidense, y en particular a la iniciativa de A. Lawrence Lowell,
presidente de la Universidad Harvard, la biblioteca pudo abrir sus puertas
nuevamente el 4 de julio de 1928.
El tratado de paz
de Versalles estipulaba que Alemania debía pagar como reparación a Bélgica la
suma de 10 millones de francos para la compra de libros. Además, para compensar
la pérdida de 1750 libros raros de Lovaina, las bibliotecas alemanas debieron
dar la duplicación de su colección de libros raros.
En 1940 los
alemanes ocuparon nuevamente Bélgica y nuevamente redujeron a cenizas a la
Biblioteca de la Universidad de Lovaina. Y una vez más, la biblioteca fue
reconstruida por la generosidad internacional. La BNUBH de Sarajevo fue
aniquilada el 25 de agosto de 1992, el día del 78° aniversario de la primera
destrucción de la Biblioteca de Lovaina (Riedlmayer, 1994).
Los archivos
angevinos de Nápoles constituyen una de las fuentes más ricas y preciadas que
la Edad Media nos ha trasmitido de la historia de no solamente del reino de
Sicilia y los otros estados italianos sino de todos los países de Europa. Esta
colección incomparable contenía casi 500.000 documentos que se remontaban al
período 1265-1435. Durante la segunda guerra mundial, el conde Riccardo
Filangieri, archivista, envió la colección a treinta kilómetros de Nápoles. Las
866 cajas de documentos fueron depositados en una villa. El 30 de
septiembre de 1943, tres soldados alemanes, descontentos por no haber
encontrado víveres, prendieron fuego al edificio a pesar de las protestas de
los guardias y de la intervención del archivista. Esta pérdida constituyó el
atentado más serio a los instrumentos históricos de toda la guerra en Italia.
Sin embargo,
Filangieri, armado de su experiencia de cuarenta años, decidió reconstituir
gran parte de la colección a partir de las copias de documentos que se
encontraban en otros archivos al igual que en las colecciones de las abadías,
los monasterios, las obras pías, las villas, las familias feudales y
patricias, los científicos y otros particulares que habían usado esos archivos.
Gracias al persistente trabajo de los archivistas de Nápoles y a la generosidad
internacional, el primer volumen de los archivos angevinos vio la luz en 1950.
En 1993, la serie ya tenía publicados 41 volúmenes.
Coordinación de
la UNESCO
La UNESCO decidió
reconstruir la BNUBH Sarajevo y coordinar el proyecto de ayuda internacional
(Plathe, 1996). La ayuda debe ser suministrada en muchos niveles: formación de
bibliotecarios (desde 1992, el 70 por ciento de ellos abandonó el país);
establecimiento de bases de datos concernientes a Bosniaca (Buturovic,
Riedlmayer y Schick, 1995); reconstitución de las colecciones; informatización
de las operaciones (el sistema sugerido es el que desarrolló la Biblioteca
nacional de Croacia) y acceso a Internet, todo esto sin olvidar el soporte
financiero. Por otra parte, la UNESCO y la IFLA lanzaron un llamado a la
solidaridad para ayudar a los 150 bibliotecarios de Sarajevo. El objetivo es
recoger las donaciones para ayudarlos a sobrevivir en una ciudad que sufrió más
de 1.000 días de sitio. Munevera Zeco dio una conmovedora descripción de las
condiciones de vida de los bibliotecarios de Sarajevo de los cuales la mayoría
murieron alcanzados por los disparos de los francotiradores mientras cumplían
con su trabajo (Zeco, 1966).
Por el momento se
confrontan dos conceptos para la reconstrucción de la BNUBH. Algunos encuentran
que el edificio debería volver a tener todo el esplendor de antes de la guerra.
Otros piensan que se deben preservar intactas esas ruinas como testimonio
tangible de la guerra (Pomfret, 1996).
La autora agradece sinceramente la asistencia de Mme. Aleksandra Horvat,
profesora de biblioteconomía de la universidad de Zagreb por los datos
concernientes a Croacia y a M. Andras Riedlmayer, de la Biblioteca de Bellas
Artes de la Universidad Harvard por los datos de Bosnia-Hercegovina.
El término memoricidio fue utilizado por primera vez por el profesor Mirko
D. Grmek durante sus conferencias en las universidades canadienses en 1992.
La idea de un
país igualitario para todos los pueblos eslavos de sur (Yugoslavia) nació entre
los intelectuales croatas del siglo XIX. Tan pronto se hizo realidad en 1918,
ese sueño se convirtió en una pesadilla.
Dentro del
patrimonio cultural están comprendidos a los monumentos, las ciudades y barrios
históricos, el patrimonio vernáculo del país rural y urbano, las galerías de
arte, los museos, las bibliotecas y los archivos (Consejo de Europa, 1994, doc.
6756, p.13).
Vesna Blazina es directora de Desarrollo de Colecciones y Publicaciones en
la Biblioteca de Letras y de Ciencias Humanísticas de la Universidad de
Montreal.
Tradujo Carmen Vrljicak-Espain
Memoricidio
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Un general croata en las guerras napoleónicas
Joza Vrljicak
En el Confín Militar, dentro de las Provincias Ilíricas que había creado
Napoleón con partes de Croacia, había seis regimientos croatas.
Al mando del
primer regimiento -el de Lika- estaba el coronel Marko Sljivaric: el único
croata a quien los franceses nombraron coronel al comienzo de su gobierno en el
Confín Militar.
Marko Sljivaric,
después conde de Heldenbourg, había nacido el 12 de octubre de 1762 en
Vrcindol, Eslavonia, de padres originarios del Confín Militar.
Ingresó en el
servicio militar como cadete bombardero en el Segundo Regimento de Artillería,
el 1 de marzo de 1781. Fue trasladado al regimento de Slunj el 1° de julio de
1782 y nombrado subteniente el 1 de agosto de 1787. Con ese grado participó en
el sitio de Belgrado donde recibió tres heridas (1789). El 1° de mayo de 1794
recibió el nombramiento de teniente y el 1° de enero de 1797, el de capitán, en
el regimento de Otocac. El 1 de junio de 1809 fue ascendido a mayor en el
regimento de Ogulin.
Ese año participó
en operaciones contra los franceses en el norte de Dalmacia y fue herido en el
pecho. Estas operaciones fueron narradas posteriormente por Sljivaric por
pedido del mariscal Marmont quien comandaba a los franceses, y éste las
transcribió en sus Memoires du duc de Raguse.
Se relata allí
que las operaciones contra los franceses eran llevadas a cabo por el corpus del
general Stojcevic, que decidió penetrar desde Lika hacia Dalmacia; llegaron
allí dos columnas que habían atravesado el gran monte Velebit durante la noche
del 26 al 27 de abril. Una de ellas estaba comandada por el mayor Sljivaric que
con nueve compañías del regimiento de Ogulin ocupó Obrovac.
Después de la paz
de Schönbrunn[3]
(nota 1) Marmont lo nombró provisoriamente coronel del primer Regimento Croata
-de Lika- el 1° de enero de 1810 y fue confirmado por Napoleón el 20 de julio
de 1811.
El 28 de noviembre de 1810 fue condecorado por Napoleón como oficial de la
Legión de Honor -Officier de la Legion d'honneur-.
En el año 1811
viajó una delegación de todas las provincias ilirias a París, para rendir
homenaje a Napoleón. Del Confín Militar había seis delegados, liderados por el
coronel Sljivaric, quien era admirador y partidario de Francia y de Napoleón.
En la campaña de
Napoleón a Rusia (1812) participaron dos regimientos croatas, el Primero y el
Tercero. Estos dos regimientos estuvieron en Verona, como parte de la 13 °
división del general Delsonz, en la Brigada de Plausonne, del Cuerpo de
reconocimiento de avanzada de Italia.
Sljivaric fue
nombrado comandante del primer regimiento (en fecha desconocida). Este
regimiento estaba constituido por un batallón de habitantes de Lika y un otro
batallón con soldados de Otocac. En total eran 1658 soldados y oficiales.
El Regimiento
Primero, al mando de Marko pl. Sljivaric sale el 4 de marzo de 1812 de Verona.
Pasó por Augsburg (Baviera), Görlitz[4],
Plock (Polonia Central) y el 30 de junio llegó a Njemen[5],
como parte de la Grande Armée de Napoleón - cerca de 453.000 hombres. Ese día
Napoleón comenzó a cruzar el río Njemen.
El Regimiento participó luego en la batalla cerca de Smolensko el 17 y 18
de julio. El 20 de julio los regimientos croatas participaron en la batalla
cerca de Ostrovno, a orillas del río Dvina, y poco después en la batalla cerca
de Vitebski[6].
Allí el coronel Sljivaric fue herido.
El 4 de
septiembre el regimiento participó en la batalla de Gridnova, peleando duramente
contra los cosacos, a quienes no pudieron expulsar de sus posiciones. Mientras
tanto, los rusos retrocedían, adoptando una estrategia de tierra arrasada.
Así, el ejército
de Napoleón llegó a las cercanías de Moscú recién a comienzos de septiembre. Mikhail
I. Kutuzov, comandante en jefe ruso, lo enfrentó en Borodino[7]
el 7 de septiembre, deteniendo la retirada rusa. Fue una batalla de 15 horas
terrible, sangrienta y sin resultados decisivos en la que se enfrentaron
130.000 soldados de Napoleón -con más de 500 cañones- y 120.000 soldados rusos
-con más de 600 cañones.
Napoleón que temía que los rusos escaparan, ejecutó un crudo ataque
frontal. Desde las 6 de la mañana hasta el mediodía los ejércitos avanzaban y
retrocedían en los cinco kilómetros sin mayores definiciones hasta que Napoleón
presionó más; sin embargo no logró vencer la resistencia rusa.
Napoleón se
encontraba distante del frente de batalla y, probablemente sin estar seguro de
la situación, no empleó su Guardia Imperial de 20.000 hombres y a otros 10.000
que estaban prácticamente frescos. Esta decisión le impidió obtener una
victoria decisiva, en lugar de eso venció por escaso margen.
Ese día 7 de
septiembre el Primer Regimento croata fue la vanguardia de la división Delsonz
y su misión era tomar Borodino por asalto; cometido que cumplieron con denuedo.
Y no participaron en el resto de la lucha.
Por la tarde,
ambos bandos quedaron exhaustos y la batalla pasó a ser un cañoneo que continuó
hasta caer la noche. Kutuzov se replegó durante la noche y los croatas fueron
los primeros en entrar en Borodino.
Los rusos
tuvieron cerca de 45.000 bajas, mientras las tropas de Napoleón perdieron unos
30.000 hombres.
Una semana más
tarde, el 15 de septiembre, Napoleón entró a Moscú en medio de las llamas que
sus habitantes provocaron antes de abandonarla. Mientras el regimiento del
coronel Sljivaric acampó en Sosviskoje y luego en Troica.
El emperador
ruso, Alejandro I, se negó a tratar con Napoleón. La retirada se hizo
inevitable y un invierno prematuro la convirtió en desastrosa; comenzó el 19 de
octubre.
En esta retirada
el regimiento croata participó en la batalla de Malojaroslavec (24 de octubre),
en la de Krasnog (19 de noviembre) y en la de Berezina[8]
(26 al 28 de noviembre). En Berezina los croatas se destacaron por su coraje.
Se cuenta que fueron ellos los que permitieron al emperador atravesar el río.
Después del
dificultoso cruce del río Berezina en noviembre quedaron menos de 10.000
hombres en condición de combatir. En esta retirada, el regimiento croata perdió
700 soldados; de Rusia volvieron del Regimiento sólo 250. En total, en la
campaña de Rusia perecieron o fueron hechos prisioneros 3098 croatas y
volvieron sólo 546.
Los restos del
primer regimiento croata se trasladaron a la fortaleza de Glogau, sobre el
Oder, donde quedó como guarnición.
Ambos regimientos
croatas fueron distinguidos por Napoleón con numerosas condecoraciones por la
extraordinaria valentía que mostraron a lo largo de toda la campaña. Cuando
volvió de Rusia dijo Napoleón: "Les croates son les premiers soldats del
monde".
El 1° de
diciembre de 1812 el ministro de guerra envió al general Bertrand[9]
en Ljubljana esta carta:
En mis inspecciones de los regimientos croatas desde el
año 1811 observé al coronel Sljivaric como un soldado valiente pero poco dado
para las tareas administrativas. Característica que no es de extrañar ya que
Sljivaric se formó para la lucha y no para el escritorio.
El ha legitimado este noble deseo con su actuar en la Grande Armée y yo no
podría hacer conocer a Su Excelencia a este valiente coronel mejor que
transcribiendo las propias palabras del general Delsonz, quien expresó pocos
meses antes de su muerte: `El regimiento croata hizo milagros, esta guerra me
demuestra lo que siempre pensé, que podemos utilizar a los croatas en el
ejército francés'.
El coronel Sljivaric a pesar de ser de constitución enfermiza y debilitado
por sufrimientos extraordinarios, y en particular por privaciones, con su
ejemplo, con sus buenos consejos y su prestigio, ha influido en el buen
comportamiento de sus soldados.
Yo he considerado que una tal alabanza del general Delsonz, que fue
conocedor de oficiales meritorios y buenos y que con todo no era
particularmente amigo del coronel Sljivaric, tenía que ser pauta y testimonio
que yo he dado sobre este oficial superior.
Este informe del
ministro de guerra le trajo a Sljivaric las palmas de general. Marko pl.
Sljivaric fue nombrado general de Brigada por decreto del 5 de febrero de 1813,
con destino al 4 Cuerpo de la Grande Armée.
Napoleón instruyó
el 13 de marzo de 1813 a su ministro de guerra, conde de Feltre: He nombrado
al coronel Sljivaric, croata, general de Brigada con 1000 soldados más en
Croacia y que con esos batallones cuando antes venga a la Grande Armée donde va
a comandar a toda la brigada croata.
Así pues
Sljivaric recibió el encargo de reclutar a 1000 jóvenes en los seis regimientos
franco-croatas y de llevarlos a Ingolstadt, sobre el Danubio, junto con sus
cuadros de oficiales.
Su proclama
El general
Sljivaric fue enseguida a Gospic (en el Confín Militar de Croacia) con otros
oficiales. Desde allí emitió una proclama al pueblo.
La proclama
decía:
¡Queridos croatas! ¡valerosos soldados! He aquí
que hace 29 años que sirvo con ustedes tanto en tiempos de paz como en tiempos
de guerra.
Tuve bastantes ocasiones de conocerlos a vosotros y a vuestro
comportamiento, lealtad que nuestro buen pueblo siempre tiene con sus
gobernantes. Ese comportamiento valioso y noble todos los croatas lo han
confirmado nuevamente el año pasado.
Nuestro preclaro césar y rey, así como nuestros generales, que vieron el
heroismo croata, han expresado su gratitud y no sólo anunció a todo el mundo el
comportamiento heroico (de los croatas), sino que condecoró a tantos oficiales,
suboficiales y soldados rasos con la cruz de guerra y puso a tantos en una
dignidad mayor.
Hemos pasado por diversas naciones y todos nos han recibido de buen grado
por nuestro comportamiento pacífico y amistoso y por nuestra buena disciplina y
por esto nos han alabado mucho.
Nuestro preclaro césar desea seleccionar de nuestra nación un regimiento de
caballería -húsares- y por eso reúne a todos los jinetes croatas en una brigada
croata, con el objeto de ponerme a mi -vuestro
connacional- en comando.
Padres de jóvenes bravos despertad a vuestros hijos al agradecimiento, esto
es, a la buena voluntad, al heroismo y a la valentía, a través de la cual ellos
a sí mismos se aprovechan, y al Confín croata dan la gloria y orgullo.
Yo seré para vuestros hijos y hermanos un padre y un hermano en el ejército
en lugar vuestro, los cuidaré y haré para ellos lo mejor, y los ayudaré en las
dificultades.
Mirad alrededor vuestro a todos aquellas numerosas naciones, como todos
toman las armas para lograr de una vez la paz general. Por qué no nosotros
también que somos soldados natos.
Padres croatas, recordad el famoso y heroico comportamiento bajo el padre
Laudon y despertad a vuestros hijos, para que también ellos continúen esa
tradición, y si fuera posible levantarla aún más alta.
Llevad por lo tanto a vuestros hijos a los lugares de reclutamiento, dadles
vuestra bendición y proclamad en voz alta: Viva nuestro gran césar Napoléon.
Saluda a todos vosotros vuestro amigo verdadero
Sljivaric M. pl. General
En Gospic, 30 de abril de 1813.
Los soldados se
reunieron en Karlovac en un número de mil y el 10 de mayo de 1813 partieron
para Ljubljana y Verona.
Sljivaric los
llevó el 24 de julio a Ingolstadt, así como también a los restos del Tercer
Regimiento que se encontraban en Erfurt bajo el mando del capitán Dragic.
También trajo a los pocos que quedaban del Primer Regimiento Croata en Glogau.
Con todos estos soldados hizo un regimiento que llamó "Primer Regimiento
Croata".
Mientras el
primer batallón de este nuevo regimiento va a Glogau, el segundo va a Magdeburg
a la compañía del general Vandamme. Este batallón se incorporó a la división
móvil de Gerard en Magdeburg.
Este batallón
luchó en Königsborg cerca de Magdeburg, en Belzig y en Havelberg contra los
prusianos y los rusos con reconocida valentía, y allí sufrieron grandes
pérdidas.
En Königsborg el
batallón rechazó a un Regimiento de Caballería con 4 cañones. El 26 de agosto
de 1813 tomó rápidamente el pueblo de Havelberg, pero tuvo que abandonarlo a
raíz de una defensa heroica.
El batallón se
replegó entonces a una posición cerca de Windmüle y defendieron y mantuvieron a
esa posición obstinadamente. Como parte de la guarnición de Magdeburg, el
batallón croata participó en todos los enfrentamientos.
Hacia fines de
1813 Sljivaric estaba de servicio en el Cuartel General del Cuarto Cuerpo de
Ejército -General Bertrand-. Sljivaric participó en la batalla de Leipzig y el
19 de octubre fue tomado prisionero y enviado a Hungría.
La batalla de
Leipzig (Sajonia), también llamada Batalla de las Naciones (16 al 19 de octubre
de 1813) fue una derrota decisiva para Napoleón, resultando en la destrucción
de lo que quedaba del Imperio Francés en Alemania y Polonia. Participaron unas
185.000 tropas de Napoleón y unas 320.000 tropas aliadas, incluyendo fuerzas
austríacas, prusianas, rusas y suecas.
En lo que
respecta a la guarnición de Magdeburg, recién en febrero de 1814 se enteraron
los croatas del Confín por boca de los ciudadanos de Magdeburg acerca de los
cambios en la situación europea y de la devolución del Confín Militar a
Austria. Los aliados utilizando una especie de cohete con el que lanzaron a la
fortaleza 3000 ejemplares proclamas anunciando la victoria de los aliados.
Consecuencia de ello las tropas no francesas se rebelaron y pidieron la libre
salida.
El mayor Cuic
solicitó del gobernador de Magdeburg un salvoconducto, el que fue concedido
recién el 16 de mayo. El batallón tenía en ese momento todavía 600 personas y,
a la vuelta en Praga, prestó juramento al emperador austríaco.
En Glogau los
croatas de Ogulin y de Lika con el Mayor Visnic al mando fueron situados en la
guarnición, el 26 de enero de 1814.
Después de la
capitulación de Napoleón, Sljivaric volvió de su prisión el 15 de julio de
1814, y obtuvo medio sueldo de Luis XVIII.
Entonces
Sljivaric quiso volver a la patria, ya que era casado y su esposa vivía en
Karlovac, así que el 2 de marzo de 1815 desde París dirigió una carta al rey
Francisco I. En la carta le menciona su dedicado servicio hasta 1809. Relata
también que después de la paz de Schönbrunn terminó en Ogulin de liquidar los
asuntos de su batallón. En esa ocasión llegó a un enfrentamiento con el coronel
Civic, que exigió de él que le entregue los dineros del batallón, y lo tomó
prisionero, afirmando que todos ellos eran enemigos y lo quiso enviar bajo
custodia a Zagreb. Los otros oficiales se opusieron, así que Sljivaric quedó en
Ogulin y pasó a estar con los franceses, como la mayoría de los oficiales
nacidos en el Confín Militar. La solicitud de retornar a Croacia fue rechazada
ya que Sljivaric demostró demasiado celo y fidelidad al servicio de los
franceses, así que éste se quedó en Francia.
En un acta se
menciona a Sljivaric como Mariscal de Campo, pero no se sabe cuando llegó a
serlo. En los 100 días de Napoleón no estuvo particularmente activo. En ese
entonces servía en el ejército de Var[10]
-cuerpo de inspectores- con servicio en Marsella. En abril de 1815 fue nombrado
comandante de la ciudad de Antibes[11].
En contra de él, los realistas (legitimistas) nada podían decir de malo.
Debido a su celo y honestidad lo mantuvo el rey Luis XVIII aún cuando algunos
lo difamaron.
En carácter de
comandante de la ciudad de Antibes quedó también después de Waterloo. Quedó
hasta el 7 de septiembre de 1815.
Fue pensionando
por decisión de Luis XVIII el 18 de noviembre de 1815, con una pensión anual de
4000 francos.
Se retiró a
Gignac -Hérault- donde murió el 27 de agosto de 1838 [12].
Tuvo dos hijos.
Una vez dijo Napoleón dirigiéndose a los soldados croatas: "habéis
recogido laureles inmortales y con esto habéis merecido la mayor dignidad, os
puedo contar entre mis mejores tropas.
¡Gracias a vosotros por eso, soldados croatas!"
En la famosa Casa
de los Inválidos, en París, donde se encuentra la tumba de Napoleón Bonaparte,
se puede ver una linda placa recordatoria en la que reza: "A la memoire
de régiments croates qui sous le drapeau francais ont partagé la glorie de
l'armée francaise". A la memoria de los regimientos croatas que bajo
la bandera francesa han compartido la gloria del ejército francés.
Esto se refiere a
las guerras napoleónicas en las que, como hemos dicho participaron unidades de
Croacia. Entre los mariscales de Napoleón hubo dos croatas: Sljivaric y Dosen.
Christophe Dolbeau, Lyon
¿Que es un "Tribunal internacional" sino un laboratorio de corte
de justicia para elaborar sentencias jurídicas teleguiadas que permitan a los
poderosos del momento camuflar sus secretas maniobras de venganza bajo una apariencia de equidad, al tiempo de dejar creer al
buen pueblo que han creado una mejor ley universal de la cual ellos, como por
casualidad son los mejores garantes?
Reunido en estos
momentos para juzgar los crímenes cometidos en la ex-Yugoslavia, el Tribunal
Penal Internacional (TPI) de La Haya no escapó a la regla: Totalmente
dependiente hasta la médula de sus huesos de las Naciones Unidas y de los pocos
Estados que aseguran su presupuesto de funcionamiento -los mismos que
intervinieron en los Balcanes y que apadrinaron la imposición de Dayton- lleno
de magistrados cuidadosamente seleccionados por sus actuaciones titulares y
cuya independencia e incapacidad se encuentran fuertemente controladas.
La acción de este
TPI ha estado, con seguridad, minuciosamente controlado con el fin de corresponder
lo mejor posible a los objetivos políticos, estratégicos y diplomáticos de sus
grandes promotores de la lista de los acusados, es además bastante explícito:
en efecto, allí se encuentran cincuenta y cuatro serbios pero no más de tres
son de Serbia porque no conviene cambiar las directivas de Belgrado), dieciocho
croatas (de Bosnia y Hercegovina, con lo que puede vivir Zagreb) y tan sólo
tres son musulmanes (puesto que este por definición es el bando de las
víctimas)[13].
En lo que hace al
desarrollo de las instrucciones en el calendario de las audiencias y bajo el
sonido de tambores mediático, ellas dependen visiblemente más de las
negociaciones y de los chantajes que se ejercen sobre los antiguos beligerantes
que de la sola voluntad de los jueces...
Es en este marco
equívoco donde ya ha sido "juzgado" Dusan Tadic, un ex guardián de
campo de concentración y torturador serbio.
El proceso, que
quería ser ejemplar y edificante, ha sobre todo puesto en relieve la debilidad
de las investigaciones y la credibilidad totalmente relativa de ciertos
testigos bosníacos.
Fue un fiasco.
Pero que eso no importe: la maquina se encuentra en camino y, de acuerdo a la
buena lógica daytoniana, le toca ahora denunciar el actuar del bando croata.
Desde el 23 de
junio, es el turno entonces del general Tihomir Blaskic de compadecer delante
de los fiscales de La Haya; antiguo oficial de las fuerzas de autodefensa
croata de Bosnia-Hercegovina (HVO), el hombre está acusado de haber perseguido
a civiles musulmanes, ordenando el saqueo de sus bienes, maltratando a ciertos
prisioneros, y last but not least, de haber hecho ejecutar en forma
sumaria a 96 habitantes de la aldea Ahmici.
Este acta de
acusación muy pesada; reposa sobre pruebas tangibles o se trata quizá de la
enésima tentativa de ensuciar a la recalcitante comunidad croata de Bosnia-
Hercegovina, de la cual Blaskic era un soldado?
A la espera de
ver como el Tribunal Penal Internacional va a conducir este nuevo proceso (en
el cual el acusado se presentó espontáneamente el 1 de abril de 1996), podemos
desde ya en descargo del oficial croata, hacer algunas observaciones sobre el
fondo de la cuestión:
Sin prejuzgar
acerca de la materialidad de los hechos acaecidos en Ahmici, es importante,
ante todo, recordar que la ofensiva contra esa aldea se efectuó en respuesta a
un ataque mortífero de los musulmanes contra la aldea católica de Cajdraz.
Además a las pocas horas de la toma de Ahmici, las tropas musulmanas
"liquidaron" la aldea croata de Poculica. ¿Planea el TPI inculpar a
los oficiales bosníacos implicados? Los sucesos de Ahmici, suponiendo por
supuesto que sean demostrados, son inseparables del clima general,
extremadamente feroz, en el que tuvieron lugar los combates del valle de Lasva.
Es en ese sector, no olvidemos, que actuaban los famosos mujahidines (que
estaban basados en Mehurica) que fueron culpables de innumerables actos de
barbarie, merodeos y crímenes de guerra contra la población croata. Aquí nos
podemos preguntar de paso por qué el TPI olvidó de hacer figurar a sus jefes en
esas listas... El fanatismo islámico de las tropas bosníacas no pudo contribuir
a la tranquilidad de las otras fuerzas. Recordemos que la brigada musulmana Al
Faltih (el conquistador) sitió la ciudad croata de Vares enarbolando no la
bandera con la flor de lis de la República de Bosnia sino con banderas verdes.
"De Ankara hasta Trieste, no habrá ya ni una sola cruz" cantaban
entonces los combatientes musulmanes!! Parece difícil
hacer un juicio objetivo sobre las fuerzas de autodefensa croatas, 1993, sin
precisar que no se trataba todavía de un verdadero ejército, sino más bien de
un agregado bastante informal de milicias aldeanas, improvisadas, mal armadas,
frecuentemente desprovistas de comunicaciones y con una disciplina muy
relativa. Es poco probable que el general Blaskic haya podido, en esa época,
totalmente controlar lo que se hacía en su sector, y sería por consiguiente
abusivo tenerlo como único responsable de los excesos cometidos. Si el TPI
quiere verdaderamente dar al mundo una lección de moral guerrera, deberá evitar
transformar al general Blaskic en un chivo emisario. En todo conflicto, el
grado de agresividad de las tropas depende en gran parte de la actitud del
adversario; los actos de este oficial y de sus hombres no pueden por tanto ser
juzgados sino a la luz de lo que sucedía en la región en la que luchaban. En
ese respecto hay que saber que los Croatas de Bosnia-Hercegovina han, también
ellos, sufrido mucho y que sin la HVO, quizá no estarían allí para contarlo.
Algunas de sus aldeas fueron saqueadas y destruidas totalmente por los
musulmanes, y algunas fueron escenario de terribles masacres. Varias
localidades como Vares, Maljina o Kakanj, fueron sitiadas, hambreadas y
bombardeadas sin descanso antes de ser ocupadas y "limpiadas"; despojados
de sus bienes, sus habitantes católicos fueron expulsados o bien encerrados en
campos que no tenían nada que envidiar a los de los serbios. Teniendo en cuenta
estas condiciones, y sea lo que haya pasado en Ahmici, es posible por lo tanto
pensar que el general Blaskic debería tener en su beneficio algunas
circunstancias atenuantes. Sería igualmente deseable que en el futuro cierto
número de responsables militares bosníacos comparezcan a su vez delante del
TPI. Toda la credibilidad futura de esta jurisdicción depende de la forma con
la que los magistrados del TPI tomen en cuenta los diversos elementos antes
mencionados. Así que ¿proceso o parodia, justicia y política, jueces o
subordinados a decisiones políticas? Lo veremos en los hechos.
Dusan Zanko
Primera parte del artículo publicado con el título
"Inocentes en Regina Elena" en la revista Novi Zivot, año
1967. Novi Zivot (La nueva vida) era editada por los sacerdotes croatas en
Roma. El artículo, que son páginas -para muchos
desconocidas- de la historia de los refugiados que salvaron sus vidas en
Bleiburg, está firmado con el seudónimo Spiridion. Hoy podemos decir
abiertamente que lo escribió el Prof. Dusan Zanko que fue por dos años el
director civil del Campo Fermo. Vivió después en Venezuela hasta su muerte en
1980.
A aquellos que llevaron su cruz a través de "Regina
Elena" hasta la cima del Calvario.
Dos apuntes para
el prólogo
Un emigrante es una
persona, la cual por siempre lleva consigo una herida abierta y muy sensible.
Cuando comienza a cicatrizar un poco, el más suave contacto con los recuerdos
la abre nuevamente hasta el fondo. El emigrante es así, no olvida nada. Es todo
memoria, la cual llena sus sueños con imágenes de una hermosa infancia en la
casa paterna, con la atmósfera dulce y fortificante de su ciudad y de su patria
abandonada. El emigrante es el único ser que capta profundamente esas riquezas
de las cuales es despojado hasta las raíces. El siempre está volcado hacia el
pasado, abierto a todas sus voces cuando sea que ellas se anuncien. La memoria
alimenta al emigrante; en ella como en una caja mágica se guarece su drama
interno (un corte trágico con todas las fuentes primarias de su personalidad) y
una nueva capacidad para conocer la vida a través de los sufrimientos más
inhumanos.
En este año del
Señor de 1967 a veinte años cumplidos de esa lejana primavera italiana de 1947,
tengo que pagar mi deuda con la memoria y de alguna manera volcarla en un
escrito y dejar como recuerdo para mis hijos, para mis amigos y para los que
sufrieron conmigo un fragmento del sufrimiento y de la milagrosa salvación de
vidas, así como también una parte vergonzosa de nuestros enemigos, un acto de
inconcebible ceguera, igualmente intensa en el tercer año de paz como en los
años de la guerra; una obra miserable de una asociación de maestros de
libertades democráticas, de siervos de la más nueva tiranía, de combatientes
para la liberación de Europa y de héroes de la estrella de Stalin.
Pero no, yo hoy
ya no deseo levantar la voz, no deseo dramatizar nada. Después de veinte años
los hechos hablan por sí mismos: el ídolo de los "héroes" de 1947 es
proclamado oficialmente como criminal, es exhumado de su tumba y tirado al
basurero de la historia y los indignos maestros de la democracia
vergonzosamente se lavan las manos como Pilatos; mientras que yo me encuentro
ubicado tranquila y firmemente en la esencia de la libertad y avergonzándome un
poco frente a la historia, por unos y por otros como personas a las que les fue
dado el poder en el mundo, hasta que llegó la época de un nuevo odio, el de la
"guerra fría".
Yo quisiera
anotar hoy con palabras serenas las vivencias que tuve en mi paso por la famosa
cárcel romana "Regina Elena" junto con otras veinte personas
inocentes, las cuales fueron sacadas de un campo de refugiados italiano que
estaba bajo el comando de los ingleses, con las manos atadas y decretados
peligrosos. Esto sucedió dos años después de finalizada la guerra.
Sí, quisiera
arrancarlo del olvido en honor a las vidas salvadas milagrosamente hace veinte
años atrás, como así también a las vidas trágicamente segadas, mirando al mismo
tiempo desde mi propio interior y desde una perspectiva actual, en la cual
todos los hechos reciben la magia de un carácter trascendental. Quisiera tocar
píamente la pesada realidad de inocentes condenados a muerte en medio de un
mayo romano florecido y describir poéticamente con débiles palabras los pasos
de una liberación y el agradecimiento a la Reina de mayo y a la gente de buena
voluntad.
Por esta razón
estas palabras serán de un orden más psicológico que político; serán el eco de
una pasada experiencia y una transformación.
La herida
"Campo
Fermo" fue un típico fenómeno sociológico de postguerra. Ubicado bajo una
colina (en la cima de la cual y a un paso del Adriático se ubicó como un nido
la vieja y pequeña ciudad de Fermo), llevaba en sí miles de vidas segadas de
raíz, actividades truncadas, existencias rotas, ambiciones perdidas y destinos
trágicos.
En sus
abandonados y polvorientos pabellones, de lo que antes era una fábrica, justo
un 15 de agosto (1945), día de la Virgen, se estacionó una gran cantidad de
gente, mujeres y niños; esa masa la cual todavía desde el fatal 15 de mayo era
arrastrada y empujada, estando totalmente asustada, hambrienta, humillada y
despersonalizada a través de improvisados campamentos de refugiados en Italia.
Una masa que con cada día que pasaba borraba cada vez más sus valores sociales
y jerárquicos, perdía su fisonomía normal de una comunidad civilizada y se
hundía en una masa monótona, perdida de lo que antes eran personas. Todos los
grados sociales se borraron, todos los títulos se convirtieron en ridículos,
todas las posiciones intelectuales y materiales fueron echadas por tierra en el
sentido literal de la palabra; porque toda esa masa, desde el 15 de mayo hasta
el 15 de agosto dormía sobre pisos desnudos de escuelas y de cuarteles
abandonados, vacíos, polvorientos, sucios y a medio destruir en Treviso,
Modena, Reggio-Emilia, Bologna...
Todas las
actividades de esa masa se convierten de repente en el salvamento más primitivo
de la vida propiamente dicha. El miedo y el hambre les quitan grandeza a los
pensamientos y belleza a las ideas, hasta aplacan la severidad del sufrimiento
moral y a esa fina y misteriosa sublimación del ser humano en la posición de
Job.
Y así pasan las
semanas y los meses del año 1945, hasta que llegó la primera Navidad. Esta se
convirtió inmediatamente en la más pura destilación del dolor, en el más
desgarrador grito del alma, la cual recién ahora, poco a poco, concentrada y
enfrentada consigo misma tomó conciencia del terrible abismo de la pérdida
mística de la patria, la separación de la familia y el abandono de los hogares
paternos. En la fría Nochebuena de Fermo, en los ojos de todos se veía llorar
al alma con una gran y verdadera lágrima, la cual con su destello compartía
seguramente con la estrella de Belén en algún lugar del cosmos espiritual y los
invisibles ángeles con sus miradas asombradas, seguramente la tomaron y la
llevaron al Niño Dios.
La Fe
En el ser humano
germina silenciosamente una contraparte a la desesperación, la cual en cierto
momento sale a la superficie como Fe. Del mismo modo en la dramática historia
de la emigración política croata, "Campo Fermo" quedará como testigo
directo de esta fe, la cual florecerá como una rosa ensangrentada de las ruinas
de una generación culta.
Paso a paso, a
través de los vacíos y aburridos días y de las largas noches de los
campamentos, se empezó a manifestar en miles de corazones la fe: fe en sí
mismo, fe en los valores tradicionales, los cuales formaron el ideal del hombre
croata; fe en la gente que quedó en su patria, fe en un mundo libre, fe en la
nueva generación de niños y jóvenes, la cual a pesar de la profunda tragedia
empezó con la fuerza espontánea de la inocencia y de la vida a cantar, a bailar
y a amar; finalmente la fe en Dios y en la fuerza sacramental de la religión,
la cual en medio del campamento instaló una capilla y en el centro de ésta
colocó el retrato de la Madre de Dios, en el centro de éste colocó el símbolo
de la patria perdida y en el centro de éste un viejo texto de Rémete - ADVOCATA
CROATIAE FIDELISSIMA.
De esa fe, empezó
en "Campo Fermo" a aparecer una animación y un mayor apaciguamiento
del espíritu; de los pisos desnudos se comenzaron a levantar camas de paja, de
éstas se pasó a camas de hierro y madera; con cortinas de tela se comenzaron a hacer
divisiones entre cama y cama, entre familia y familia y entre cada uno de sus
nuevos espacios indispensables para vivir. Se comenzó a organizar la cocina
para unas 2000 a 2500 almas, se comenzaron a arreglar los pabellones, los
talleres mecánicos, el servicio automotor; se comenzaron a organizar escuelas,
desde jardines de infantes hasta secundarias; se construyó una tarima y se
organizó un coro; se comenzó a organizar entretenimientos y celebraciones
religiosas; se invitaba a grandes personalidades de Fermo y de Roma. Oficiales
de campo de alto rango, el arzobispo de Fermo, el intendente, algunos curas
párrocos, profesores, abogados y médicos se convirtieron en nuestros grandes
amigos y benefactores. Un excelente cirujano llevó a cabo felizmente más de cien
operaciones en nuestro campamento y cuando llegó a las cien organizamos en su
honor un lindo acto académico durante el cual nuestros cien enfermos, a los que
él había sanado, le dieron un obsequio junto con muchas lágrimas de
agradecimiento. En una ocasión nos visitó el cardenal siciliano Ruffini y dio
un tremendo discurso sobre las injusticias, las cuales en nombre de ideologías
erróneas y de alianzas entre políticos se ejercen sobre los pueblos de Europa
Central, especialmente sobre el pueblo croata.
Los
intelectuales, los poetas, los políticos, los técnicos, los profesionales y los
comerciantes no se quedan quietos y buscan por todos los medios de acción, cada
uno en su terreno. Tenemos dos sacerdotes ejemplares, a los cuales en pleno
torbellino de la retirada la Providencia metió en nuestro grupo: uno con un
gran humor cristiano y un gran sentido del sacrificio y el otro con carácter
suave y humilde. Los dos levantaron el espíritu de la gente y de la capilla del
campamento hicieron un verdadero oasis de valores morales y religiosos. El
arzobispo de Fermo, tan bueno con nosotros, dio a fundir una campana especial
para nuestra capilla con una leyenda característica.
De repente todo
estaba en movimiento, simple y naturalmente cada uno encontró su lugar y comenzó
a ejercer su oficio. Nuestros ingenieros comenzaron a arreglar el campamento, a
construir una piscina, a dirigir la entrega de madera y de otros materiales;
los profesores dirigían las escuelas, los abogados escribían un estatuto para
la organización y la reglamentación del campamento, la cual el comandante
inglés dejó totalmente en manos de nuestra gente. Tuvimos nuestro presidente y
nuestra comisión directiva, nuestros preceptores y cocineros, nuestros propios
choferes y cadetes. El comandante recibe ayuda de nuestros empleados,
secretarias y traductores, tanto en las oficinas como en el hospital, en el
cual trabajan nuestros médicos.
Al poco tiempo
comenzamos a ser populares y a ser recibidos con agrado, no sólo en Fermo, sino
por toda la provincia de Marca, desde Ancona hasta Puerto San Mauricio. Nuestro
coro es invitado a todas partes, a todos los grandes eventos de la Iglesia y a
las fiestas de los alrededores, lo mismo que nuestro club de fútbol, el cual
pronto llegará a ser el más peligroso contrincante de todos los clubes hasta
Ancona. La juventud gustosamente se adhiere a la organización de los scouts lo
cual será llevado a cabo ejemplarmente por S.R.
Loreto pasa a ser
naturalmente el centro religioso de nuestros peregrinajes y de nuestras plegarias.
Allí nos sentíamos en nuestro propio ambiente y arrodillados en la casa de
Santa María le reprochábamos en voz baja a los ángeles el habérnosla quitado de
Trsat y el haberla traído aquí (qué misterio!?). Allí
encontramos un altar hermoso y una capilla regalo de nuestro Strosmayer y en
una roca encontramos una pintura que mostraba la cura milagrosa de un croata,
el cual moribundo llegó a Loreto desde Dalmacia.
"Campo
Fermo" en el período de dos años llegó a ser un "piccolo stato",
pequeño estado, como decían los italianos envidiándonos muchas cosas.
Por momentos
pareciera que la euforia crecía. En los días claros, del pico más alto de Fermo
se puede ver el pico del Velebit. Frecuentemente bajamos de la ciudad hacia la
costa adriática y con nostalgia acariciamos con la mirada a las olas y a
nuestro mar; con las caras dirigidas hacia el viento "bura"
proveniente de Dalmacia.
Sí, todavía
estamos cerca; demasiado lejos y demasiado cerca. Los oficiales de campo nos
hablan en voz baja de una eventual invasión. Se oyen y se dicen cosas sin ton
ni son. Los políticos no tienen paz. Instintivamente todos nos envolvemos en
ilusiones, como si fueran vida.
Sin embargo, cada
tanto caemos rápidamente en un vacío. Cada vez más seguido se encuentran los
ojos fijados en la lejanía. Una tenue pena exhalan los rostros, sobre todo el
de las mujeres, las cuales con su intuición ven más hondo que los políticos y
los ideólogos. Pobres nuestras mujeres, esas cariátides mártires de "Campo
Fermo", cada una en su vallado de tela, en un par de metros cuadrados y
alrededor de camas de hierro organizan sus salas, sus cunas para los niños, sus
pequeños y rudimentarios lugares para guardar cosas sin tener otro recurso que
sólo su innato sentido para la belleza.
Van llegando
nuevos fugitivos de nuestra tierra, cuentan de horrores inimaginables. Todo el
campamento escucha estos relatos y nuevamente se abren las heridas, agrandadas
por las heridas de los mártires que quedaron en casa, los cuales en su gran
mayoría se encuentran en cárceles y en campamentos. Algunos dejaron en sus
casas a sus madres, otros a sus esposas y otros a sus hijos... Les mandan
mensajes, los cuales nunca llegan. Sólo se desea saber quién más está vivo o
muerto porque para Croacia en realidad cuando terminó la guerra fue peor que
cuando empezó.
Pasan con ritmo
cósmico no sólo los meses y las estaciones del año, los fuertes vientos -bura y
jugovina-, los rigurosos inviernos y los insoportables veranos, sino también
años enteros: 1945, 1946, 1947... "Campo Fermo" ya cuenta sus recién
nacidos, sus bautismos, sus compromisos y casamientos, sus enfermos y sus
muertos. Con el tiempo pasará a ser el centro o punto de encuentro de toda la
emigración croata en Italia: todos llegarán a "Campo Fermo", todos
pasarán por él y se irán de él.
Los hilos que aún
ligan fuertemente con la patria se vuelven cada vez más finos, muchos comienzan
a ceder y a romperse, abriendo nuevos dolores; las miradas que hace dos o tres
años estaban dirigidas hacia atrás comienzan a dirigirse espantadas hacia
adelante, hacia lo desconocido, hacia un mundo ajeno, hacia más allá del
océano, hacia la incertidumbre... En las almas y en las caras de los emigrantes
comienza a abrirse el sentimiento de una soledad cada vez más grande, de un
abandono, de un desasosiego y de una real y verdadera inseguridad.
Algunos
simplemente no se lo permiten a sí mismos, porque lo consideran una traición
moral a la patria, cruzar el océano (porque nuestra vieja madre Europa no nos
reconoce ni nos acepta), esparcirnos por tierras desconocidas, de idiomas
desconocidos, desprenderse para siempre de todo lo que la vida nos dio, pero
eso es imposible, eso no se puede permitir... Y realmente, algunos regresaron
con una confianza sobrehumana, victorias ilusorias y perdieron la vida en su
patria. La mayoría llevado por el instinto de la vida y por la mirada inocente
de los niños, poco a poco empezó a mirar hacia adelante, a conseguir
pasaportes, a estudiar las primeras palabras de un idioma desconocido y a
prepararse de nuevo, esta vez para un nuevo éxodo.
Aún antes de eso
el proceso de la emigración se mete en ésta como un microbio a través de las
discusiones políticas, acusaciones, excusas, correcciones de viejos y
formulación de nuevos conceptos. Se resquebraja la unidad ideológica y emocional
del primer año del campamento, cimentada con el enloquecimiento de la tragedia.
Asoman la cabeza nuevos y viejos líderes, unos y otros en nubes de ilusión,
pisando por pantanos de desilusión. Ciertamente aparecen algunas maduras voces
de sabiduría, porque un pueblo inocente nunca será abandonado, pero el mundo
aún no estaba en estado para razonar, más aún que cada día crecen nuevos
conocimientos sobre el Este, sobre el cual siempre soñaron nuestros filósofos y
la historia. Los ingleses algo captan sobre el nivel de tragedia de la nueva
"paz" para los pueblos que van del Báltico hasta el Adriático, y
hacen un gesto con los hombros dando a entender que no les importa, están
cansados y hambrientos por la guerra.
Los americanos no
entienden nada, los italianos no pueden hacer nada y lo que es una real ironía
del destino, no conocen la realidad que tienen frente a sus narices,
llamándonos algunas veces checos, otras polacos y
otras eslavos. (En una ocasión el arzobispo de Fermo me consolaba tratando de
aplacar mi reacción ante las ofensivas palabras de un abogado de Fermo:
"Perdóneme, señor..., créame que la mayoría de nosotros, los italianos, no
sabemos nada de los pueblos de ese lado del Adriático y Trieste".
Lamentablemente, muchas veces me di cuenta que me había dicho la verdad). Cada
día nuestra fe se hundía en la soledad de la realidad, para que al otro día
amanezca nueva y fresca.
Mientras tanto
los lobos comenzaron a merodear a la momentáneamente protegida manada. Los
agentes de Tito inundaron Italia. Para hacer más jugosos los reportes,
inventaban que "Campo Fermo" era un campo militar, un nido de
conspiración de gente armada hasta los dientes y cosas por el estilo. El
comandante inglés, a pesar de eso, nuestro amigo, se reía a viva voz.
Pero también él
comenzó a recibir a principios de 1947 algunas extrañas noticias desde el
comando central de Roma. Una noche me susurró en confianza: "La gente de
Tito no está quieta. Cuídense. Lamentablemente nuestra gente en Roma tiene la
firme convicción de que todavía somos aliados de Tito... Pero, si llega a ser
muy serio yo les voy a avisar a tiempo...".
Un buen hombre,
el cual hace recordar a esa vieja frase senatores boni viri, senatus autem
bestia magna.
La asociación de ex-alumnos y amigos de las universidades croatas -AMCA -
editó en París en el mes de junio el periódico Cahiers Croates.
Se trata de un
excelente emprendimiento de la comunidad croata -y sus amigos- de Francia. Este
periódico está concebido como un puente entre los croatas, su historia y su
cultura y el mundo de expresión francesa.
Este ejemplar
(número doble) de Cahiers Croates tiene 206 páginas y está dedicado al
padre de la literatura croata, Marko Marulic. Los textos de Vratovic y de
Franolic muestran la pertenencia de la nación croata y de su cultura al espacio
europeo-mediterráneo así como su inserción, durante toda la historia de ese
espacio, en el proceso de desarrollo histórico europeo.
Marko Marulic
mediante sus libros y textos estuvo presente en las discusiones y enfrentamientos
teológicos que tuvieron lugar a fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI.
Marulic contribuyó a la formación y construcción del pensamiento humanístico,
teológico y político europeo y más allá de Europa y con ello contribuyó a la
formación de Europa. Esa participación de Marulic en el contexto europeo de los
siglos XV, XVI y XVII es mostrada en los artículos de Charles Béné[14],
Mirko Tomasovic, Leo Kusuta, Bratislav Lucin, Darko Novakovic y Franz
Leschimkohl en este número de Cahiers Croates.
Para todos los estudiosos futuros que se interesen en Marulic, y también en
este período, bien le vendrá la bibliografía sobre Marulic así como la
bibliografía de las ediciones de sus obras; Judita, Institucija y
Evangelistorum que preparan Branko Jozic y Bratislav Lucin.
Cahiers Croates no se ocupa
solamente del pasado sino que también se ocupa de la actualidad. Los textos de
Annie Le Brun y Nelle Arambasin de este número rinden homenaje a Slavko Kopac,
que es uno de los más conocidos y mayores pintores croatas que trabajó y vivió
en París.
Trae también el
informe de la exposición en Nueva York de Radovan Ivsic, Kralj Gordogan (A. Le
Brun) y sobre la representación de "Les Cordonniers" de Stanislav
Ignac Witzkewitz que dirigió Sanda Hrzic.
Los franceses (y
no sólo ellos) frecuentemente muestran lo poco que saben sobre los croatas, su
cultura y su presencia en Europa y en el Mundo. Debido a que recién ahora es
posible hablar abiertamente sobre los croatas y los temas croatas, los
ex-alumnos de las universidades croatas ven que es necesario hacerlo para
recuperar el tiempo y ayudar así a que los franceses y todos los que tienen al
francés como lengua materna tomen conocimiento de los croatas, su cultura e
historia desde una óptica correcta.
Vlatko Maric, Glas Koncila, 10 de agosto de 1997
Charles Béné, Grenoble
La difusión de la obra de Marulic, tanto por su extensión como por su
duración, no deja de ser sorprendente.
Que dos obras, el
Evangelistarium y la Institutio bene vivendi per exempla sanctorum,
editadas modestamente en Italia durante las últimas décadas del siglo XV, no
cesaron durante el curso de los siglos XVI y XVII de encontrar editores del Sur
y del Norte de Europa, de Venecia a Amberes pasando sucesivamente por Basilea
que ya era admiradora de Lutero, y Colonia, bastión de la ortodoxia y, mucho
después de la desaparición de Marulic, Amberes, donde encontraron nuevamente
editores y traductores suscitará numerosas preguntas.
Aun así, ya no se
habla más de Marulic. Muchos manuales, sobre todo en Europa occidental, hasta
parecen ignorarlo completamente. De hecho, ¿quién era Marulic?
Nacido en Split
en 1450, descubrió primero en su patria, gracias a un maestro italiano, Tideo
Acciarini, y después en Padua, a la cultura humanista y, al mismo tiempo, ese
movimiento espiritual venido del Norte que era la Devotio Moderna,
movimiento de renovación religiosa a través de una vuelta a las fuentes
bíblicas y a los Padres de la Iglesia.
Como Erasmo lo
haría diez años más tarde. Marulic pone toda su actividad y su obra al servicio
de esa renovación espiritual. Pero, a diferencia del gran holandés, no olvida
ni su idioma natal, ni las desgracias que golpean a su patria. Es para ellos
que compondrá, en su idioma, adaptaciones de los Padres latinos y de su
compatriota San Jerónimo; traducciones de místicos medievales como San Bernardo
y San Buenaventura y hasta himnos en honor a la Virgen María y los santos[15].
La situación
trágica de Split, asediada por los otomanos, le inspira el poema bíblico de Judit,
heroína judía que salva a la ciudad de Betulia yendo a asesinar al tirano
Holofermes.
Esta epopeya,
compuesta en dodecasílabos en doble rima, le valdrá el título de "Padre de
las letras croatas". Con el fin de salvar a su patria y también a la cristiandad
amenazada, compondrá una carta abierta al Papa Adrián VI, pidiéndole su ayuda y
sobre todo la de los príncipes de Europa, inconscientes del peligro[16].
Pero es
principalmente a su obra latina que Marulic debe su notoriedad europea. Dos
libros suscitaron, por su riqueza y su novedad, ediciones y traducciones en los
países de Europa durante dos siglos: el Evangelistarium y la Institución
para bien vivir de acuerdo a los ejemplos de los santos.
Pero nada parecía
prometerle, en un principio, un destino semejante. En el Evangelistarium,
Marulic rechazando la enseñanza de los filósofos de la Antigüedad, declara
limitarse a la filosofía de Cristo, fuente de toda la enseñanza de la Iglesia.
En la Institución
para bien vivir de acuerdo a los ejemplos de los santos, Marulic,
rechazando con el mismo vigor el ejemplo de los héroes de la Antigüedad,
declara limitarse estrictamente a los ejemplos de los santos del Antiguo y del
Nuevo Testamento y de toda la tradición medieval.
Ese tratado de
formación cristiana, que a través de las grandes virtudes de la fe, la
esperanza y la caridad, conduce al cristiano desde el descubrimiento de la fe
(Libro I) al triunfo de los elegidos (Libro 6).
Termina el tratado con un poema en forma de diálogo entre un cristiano y el
propio Jesús sobre la cruz, poema que tendrá también un destino europeo, desde
el siglo XV al siglo XX.
Estas dos obras
fueron compuestas en oposición total con los gustos del momento. Estamos en una
época donde sólo los filósofos y los héroes de la Antigüedad encuentran gracia
a los ojos del público. Todo el mundo lee y todo el mundo imita a Valerio
Máximo y las Vidas Paralelas de Plutarco. A la inversa, nuestras dos
obras se ponen al servicio de una piedad exigente y condicen con la enseñanza
dada por la Imitación de la Vida de Cristo.
Ellas van a
conocer en una Europa en plena mutación, en proa a las herejías y marcada por
persecuciones religiosas, una difusión que tocará a los grandes países de
Europa antes de ser llevadas hasta los confines del mundo conocido durante un
período de más de dos siglos.
Lo más
sorprendente es que esta difusión se haya hecho de forma fortuita. Marulic no
tenía, como lo tenía Erasmo por ejemplo, impresores a su servicio. Fue durante
el retiro de Marulic en la isla de Solta que sus obras encontraron editores en
Venecia y luego en Basilea; fue después de su desaparición que los editores de
Colonia difundirían sus grandes obras por toda Europa; y, en fin, fue 50 años
después de su muerte que un editor inglés, exiliado en Amberes, utilizará las
obras de Marulic para llevar ayuda y reconfortación a los perseguidos, lo que
dará origen a nuevas ediciones y traducciones, que se multiplicarían hasta el
fin del siglo XVII.
Esta difusión de
las obras más importantes de Marulic, verdadera ascensión hacia la Europa del
Norte, se realizó en cuatro etapas que acompañan el ritmo de los grandes
sucesos de la historia religiosa del continente.
Ella parte de
Venecia, donde se hace portavoz de la Devotio Moderna, primer movimiento
de renovación espiritual, nacido en los Países Bajos, que marcará profundamente
las primeras obras de Erasmo; luego, ella se hará conocer después de 1517 en
Basilea, ciudad que pasó a ser con la publicación de las obras maestras de
Erasmo y, en particular con el Nuevo Testamento y la Ratio Verae Theologiae,
el nuevo centro del humanismo europeo.
Desde 1519, o sea
cinco años después de la muerte de Marulic, será a su vez el turno de Colonia,
la "Roma del Norte", verdadera fortaleza de la ortodoxia, que tomará
el relevo de Basilea para editar a Marulic, pero esta vez para combatir las
tesis de Lutero.
Esa difusión
llegará finalmente a Amberes, donde gracias al recibimiento que se dio a los
exiliados de la Inglaterra de Isabel I, un refugiado de Bristol, John Fowler,
pudo abrir una casa de edición al servicio de los exiliados y de los
perseguidos, y entregar una edición de la Institutio que le hará valer
ediciones y traducciones nuevas por toda Europa.
La obra de Marulic al servicio de la renovación de la piedad.
Marulic tiene
apenas 35 años cuando sus primeras obras latinas, el Evangelistarium en
primer lugar y la Institutio luego, encontraron en Italia, luego en
Venecia, su primera y gran difusión.
Y esta difusión
toma cada vez más amplitud: ella continuará en Italia durante más de treinta
años (1484-1521)[17].
He aquí lo que
puede sorprender. Marulic en efecto, en estas dos obras, no ha cedido a las
modas del momento; en el momento en el cual, en Venecia, la sabiduría antigua
es llevada al pináculo por la edición realizada por Aldo Manuce de cuatro
adagios de los Adages de Erasmo, Marulic declara en el Prefacio de su Evangelistarium:
"Aunque muchas cosas fueron descubiertas y estudiadas con sabiduría y
fineza por los filósofos, ¿quién tendrá la temeridad de compararlas con
aquellas que nos fueron transmitidas por la autoridad divina? Porque los
filósofos pueden equivocarse ya que son seres humanos. Pero Dios, que es la
sabiduría misma, no puede de ningún modo estar en error"
[18].
Y bajo los
títulos de la fe, de la esperanza y de la caridad, es toda la enseñanza de la
Iglesia que él expone a la luz de textos del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Lo que llama la
atención en esta obra es la riqueza de sus citas de las Escrituras: para cada
una de las enseñanzas de la Iglesia, ya sea sobre los sacramentos o respecto de
las virtudes a practicar, Marulic acumula referencias bíblicas, haciendo del Evangelistarium
un verdadero arsenal teológico que descansa en los fundamentos escriturales de
la enseñanza de la Iglesia.
La misma actitud
de rechazo a la moda encontramos en la Institutio bene vivendi.
En el momento en
el cual los héroes de la Antigüedad apasionaban al público, o los Dichos y
hechos célebres de Valerio Máximo y las Vidas Paralelas de Plutarco
sirven de modelos, Marulic rechaza con la misma determinación, en su
dedicatoria a Jerónimo Cippico, canónigo de la iglesia de Split, a los héroes
de la Antigüedad: "Yo no tengo esa admiración desmesurada, como muchos,
por los antiguos griegos o latinos, o por esos otros adoradores de dioses
inventados, en los cuales nada perfecto se ha podido realizar, porque ellos
ignoraban el camino de la verdad".
Y él prosigue:
"Que ellos sigan, si lo desean, a los Catones, a los Escipiones, a los
Fabricius, a los Camilles; que ellos imiten a Sócrates, a Pitágoras, a Platón y
a los otros profesores de la sabiduría humana; para nosotros, son los
patriarcas, son Cristo y sus apóstoles, son las manifestaciones de los santos
de los dos Testamentos, y su modo de vida que buscaremos apreciar e imitar, a
fin de ganar el premio eterno de la beatitud, que aquéllos ganaron" [19].
Y en una
verdadera Institución cristiana, que conduce al lector desde la vocación del
cristiano y de la Fe (Libros 1 y 2) a la conducción de la vida cristiana por la
práctica de la caridad y por los sacramentos (Libros 3 y 4), hasta su
coronación a través de las pruebas y del martirio, y a la gloria de los
elegidos (Libros 5 y 6).
Marulic
multiplica los ejemplos de práctica de las grandes virtudes cristianas,
apoyados en la vida de los santos del Antiguo y Nuevo Testamento y en toda la
tradición medieval, haciendo referencia siempre a las enseñanzas de Cristo y de
las Escrituras.
Esta obra impacta
también por su extraordinaria riqueza, ya se trate de los múltiples ejemplos
extraídos de las vidas de los santos o de la riqueza de las referencias a la
Escritura. Cada capítulo comienza o termina con una exhortación bíblica. Se
comprende así que una obra como ésa haya llegado a ser el vademecum de
predicadores y misioneros.
Estas dos obras,
tan poco en armonía con un ambiente totalmente impregnado del culto a la
Antigüedad, fueron editadas no por un editor ilustre, como Aldo Manuce -que
editó los Adagios de Erasmo, sino por un obscuro sacerdote, Francois de
Lucques, chantre de la Iglesia San Marcos, de Venecia.
La misma modestia
se ve en la presentación. Las coberturas presentan a sus títulos en un total
despojo. Las obras todavía estaban impresas en letra gótica cuando las letras
romanas decoraban a las ediciones más prestigiosas. Hay que constatar que esta
presentación modesta no obstaculizó de ningún modo la difusión de estas dos
obras. Su éxito fue inmediato.
Hoy no disponemos
más que de las ediciones venecianas de 1506 y de 1513, lo que es una pena. Pero
se sabe, por registros conservados en la Biblioteca Vaticana, que el Evangelistarum
había sido publicado bastante antes: las ediciones de Reggia (1487), de Venecia
(1500) y de Pisa (1515) han precedido a la primera edición conocida, que es la
edición de Venecia de 1516.
Lo mismo para la Institutio,
que tuvo ediciones aparecidas en Venecia en 1498 y 1499.
Su éxito y el
renombre de Marulic están documentados mucho antes de 1506. Son testigo de ello
las páginas de las Eneidas de Sabellicus, donde, enumerando a los poetas
y a los oradores bajo el pontificado de Sixto IV (1471-1484), el autor cita a
Marko Marulic al mismo tiempo que al célebre poeta napolitano Pontanus, al
romano Pomponius Laetus, a Marsilio el Florentino, Beroaldo el bolonés y
Guarino de Ferrara [20].
Su éxito, como
dije, fue inmediato; se conocen cuatro ediciones del Evangelistarium
entre 1487 y 1516 y ocho ediciones de la Institutio entre 1498 y 1521.
Ese rechazo de
los héroes y de los filósofos, lejos de dificultar la difusión de esas dos
obras, hasta hizo escuela. En particular, Sabellicus en Exemplorum libri
decem no se limita ya a los ejemplos de la Antigüedad, sino que cita y pone
en primer lugar los ejemplos de los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Esta elección, que le valdrá a Sabellicus ediciones y elogios del humanismo de
toda Europa, no era de hecho nada más que la imitación servil de la Institutio
de Marulic y se puede comprobar que todos los ejemplos citados por
Sabellicus son copiados exactamente, y en el mismo orden, de la Institutio
de Marulic[21].
La Institutio
y el Evangelistarium serán difundidos sobre todo en Italia. Las
comunidades religiosas, y particularmente los franciscanos, los adoptaron.
Es cierto que
Marulic tenía una veneración particular por San Francisco de Asís. Hay que
notar finalmente que Italia será el lugar privilegiado de ediciones de otras
obras de Marulic. Todas sus obras espirituales, la Quinquaginta Parabolae,
la De humanitate et gloria Christi, la De laudiius Herculis,
donde él desafía la gloria de Hércules basándose en las enseñanzas de los
Padres de la Iglesia, encontrarán editores, y luego traductores.
En Basilea, en el primer decenio del siglo XVI, Jean Froken publica las
obras mayores de Erasmo: el Nouveau Testament (1519), la Méthode de
la vraie théologie (1519, 1520, 1521, 1522) y la primera edición separada
del Manuel du chevalier chrétien (1518-1519). Al mismo tiempo, otro
editor de Basilea, Adam Petri de Langendorf, entrega tres ediciones de las
obras mayores de Marulic, la Institutio bene vivendi per exempla sanctorum
en 1513 y en 1518, luego el Evangelistarium, en 1519.
Lo que llama la
atención es en primer lugar el cuidado que puso el editor. La Institutio
presenta una página de guarda grabada en madera que es la primera de este tipo
de presentaciones. Esta, en razón de su belleza, será retomada en la mayoría de
las publicaciones de la obra de Marulic; el simple título de la edición
veneciana es reemplazado por una introducción de ocho líneas que insiste sobre
la riqueza espiritual de la obra y sobre la elección de caracteres (los
caracteres góticos fueron remplazados por caracteres "más modernos").
Este nuevo título
es seguido de un epigrama de Daniel Agricola que se detiene sobre la densidad
de temas tratados en el libro. Y la dedicación del mismo Agricola resalta la
abundancia de la materia, "materiarum ubertas", así como también la
elegancia del estilo "Tulliana facundia"[22].
El Evangelistarium,
publicado algunos años más tarde (1519), corresponde a un caso más
significativo. Como la Institutio, se beneficia de una presentación más
elegante y más rica. Es suficiente compararla con la edición de Venecia para
notar el muy bello grabado en madera. Este encuadra la página de guarda; el
título está también ricamente decorado y deja a la vista la cultura de Marulic
"viri disertissimi", el contenido evangélico del libro "opus
vere evangelicum" sin olvidar la elegancia del estilo "cultissimo
adornatum sermone".
El primer
prefacio, en forma de exhortación al lector, ilustra los lazos que ligan esta
edición a las ediciones de Venecia y pone adelante al autor - Marulic, que
todavía vivía, tiene derecho a todos los honores a punto tal que el editor le
desea "Nestoreos annos" (una muy larga vejez). A su vez el elogio que
hace Julianus Venetus del reverendo Francois de Lucques da prueba de hasta qué
punto se justifica establecer una relación con las ediciones venecianas.
¿Se trata
simplemente de una reedición de las de Venecia? Las apariencias no deben
llevarnos a error. Si la Institutio es sobre todo alabada por su
riqueza, el Evangelistarium lo es sobre todo por su carácter
"verdaderamente evangélico" y la expresión será retomada y
desarrollada por el postfacio escrito por Sébastien Münster, el célebre
geógrafo, que ante todo era un gran hebraísta. Es ahí que se encuentra la razón
profunda de estas dos publicaciones, ya que tanto Adam Petri como Sébastien
Münster son grandes admiradores de Lutero.
Se puede leer, en
efecto: "No hay, en este Evangelistarium, ni espíritu de disputa,
ni opiniones confusas, ni un relato de innumerables tradiciones humanas. No
escucharás sino aquello que conviene a una obra verdaderamente evangélica, nada
más que la voz de Dios, la de nuestro Salvador Jesucristo, la de sus apóstoles
y la de sus profetas y la verdad pura." [23]
Son pues las
elecciones que hizo Marulic -ninguna referencia a los filósofos y héroes de la
Antigüedad, rechazó a participar en cualquier controversia teológica y de
presentar las devociones cuyos excesos eran disputados en esa época; la pureza
del mensaje evangélico- que sedujeron a Sébastien Münster y a Adam Petri.
Esta pureza del
mensaje, así magnificada, no existía en Erasmo: su Manuel du chévalier
chrétien y su Méthode de la vraie théologie concedían un lugar a los
filósofos neo-platonianos así como a los poetas de la Antigüedad.
Sobre estos
puntos, Marulic no hacía ninguna concesión y era por tanto un anunciador del
rigor luterano.
A su vez, Adam
Petri y Sébastien Münster eran admiradores de Lutero. Las publicaciones del
primero y las elecciones del segundo lo confirman. Adam Petri fue el primero en
publicar, entre 1519 y 1523, todos los libelos de Lutero en un momento en el
que Froben, quien se había arriesgado, recibía de Erasmo la prohibición de
publicar obras de Lutero.
Se sabe por otra
parte que Sébastien Münster abrazaría luego el luteranismo. Más aún; fue un
admirador de Lutero, Johann Knappe, quien realizó la primera edición separada
de Carmen de doctrina Domini nostri Jesu Christi pendentis in cruce,
poema que venía como conclusión de la Institutio y cuyo texto era
presentado sin introducción particular.
Agreguemos que
esta editio había sido realizada con un cuidado particular: era un muy
hermoso in 4° de cuatro páginas, en muy lindos caracteres romanos,
decorada con grabados sobre madera completa verdaderamente sobrecogedores, que
representan una crucifixión de carácter medieval, donde se pueden notar las
tres cruces: la de Jesús y las de los dos ladrones; una turba y populacho
formado de soldados y de representantes de la sinagoga, rodeaban a Jesús
burlándose de él, por una parte había un ángel que recibía el alma del buen
ladrón, mientras Satán se lleva el alma del mal ladrón. Esta edición había sido
realizada en Erfurt, en 1514, o sea en la misma ciudad donde Lutero había sido
monje[24].
Johann Knappe se
consagrará, también él, a la edición de las obras de Lutero durante algunos
años. Tanto Adam Petri como Johann Knappe serán suplantados por los editores de
Wittenberg a partir de 1523.
Adam Petri, al
realizar en Basilea tres ediciones de la Institutio y del Evangelistarium,
las hace salir de Italia para revelarlas al mundo germánico, y haciendo
descubrir su riqueza espiritual.
No es por
casualidad que se encuentran ejemplares en todas las bibliotecas de Europa. Se
tiene hoy la prueba de que esas obras han sido ampliamente difundidas, ya que
sirvieron en 1525 a Enrique VIII cuando componía su Assertio septem
sacramentorum, y sobre todo a Tomás Moro para su Supplication of souls[25]
redactado como réplica a un libelo extremadamente violento.
Se puede
igualmente pensar que dándole una gran difusión en Basilea, las hicieron
conocer a los editores y a los teólogos de Colonia, donde ellas servirán como
en Inglaterra para combatir las ideas expandidas por la Reforma.
En fin, dándole
una edición separada, e ilustrado con tanto cuidado, del Carmen de Doctrina de
Marulic, Johann Knappe ciertamente contribuyó a atraer la atención del público
sobre ese poema, cuya ubicación en las últimas páginas de la Institutio
podría hacer restar importancia, y que por otra parte ha sido generalmente
omitido por la gran mayoría de los traductores de la Institutio.
Habrá que esperar
las ediciones de Amberes, bajo el impulso de John Fowler, para ver a este poema
tomar el primer lugar en las nuevas ediciones de la Institutio, y para
que esté siempre acompañado de grabados sobre madera representando la
Crucifixión.
Fue en Colonia que se realizará la segunda gran difusión de las obras
mayores de Marulic, el Evangelistarium y la Institutio.
Diez años después
de las ediciones de Basilea y cinco años después de la muerte de Marulic en
1525, las tesis de Lutero ganaban cada vez más terreno en toda Europa.
Colonia, la Roma
renana, verdadera fortaleza de la ortodoxia, se moviliza para enfrentar a esta
difusión tan rápida como generalizada. Porque realmente se trató de una
movilización. Si bien la Institutio tuvo cuatro editores que realizaron
cinco ediciones conocidas entre 1530 y 1536, el Evangelistarium, mucho
más adaptado a la controversia, conocerá por su parte nueve ediciones entre
1529 y 1545, realizadas por ocho nuevos editores.
Estos editores
desplegarían tesoros de ingenio para asegurar a esas obras una difusión en
todas las grandes ciudades europeas.
El ejemplo de
Franz Birckmann es significativo en este aspecto. Siendo él mismo editor de
Marulic en Colonia, toma a su servicio impresores en los Países Bajos españoles
y en Francia e instala puntos de venta en la mayoría de las grandes ciudades de
Europa llegando hasta Lubeck, Cracovia y Milán. En Londres su punto de venta se
encontraba en el claustro de la iglesia de St-Paul y tendrá como clientes a
Enrique VIII y Tomás Moro.
Mientras algunas
ediciones del Evangelistarium y de la Institutio reproducían
fielmente a las ediciones de Venecia o Basilea, otras tomaban un carácter mucho
más polémico.
Sobre las ocho
ediciones estudiadas, cinco habían agregado como anexo un pequeño tratado de
Méginhard sobre la Fe y el Símbolo de los Apóstoles (esto es, el Credo). Pero
es en la página de guarda que los editores realizaban la precisión: "y
sobre la peste de herejías, numerosas, y particularmente célebres". Está
claro que la argumentación evangélica y bíblica del Evangelistarium
estaba puesta al servicio de la controversia contra Lutero.[26]
La eficacia de
esta difusión puede ser medida por el recibimiento que esas ediciones tuvieron
en Europa. Por de pronto en Francia, donde la edición del Evangelistarium,
con la adición del tratado de Méginhard sobre el credo, fue reproducida
exactamente por Jacob Kerver, en París en 1543. Sobre todo, habría que enumerar
las bibliotecas que conservan ejemplares de ediciones de Colonia. En Alemania,
donde ellas son naturalmente muy numerosas; pero también en Francia, en Italia,
en España y en Inglaterra. En Inglaterra, la British Library conserva dos
ejemplares del Evangelistarium. Las dos salidas de la imprenta de
Cervicornus y conteniendo numerosas notas al margen.
Estas muestran
que el mismo rey Enrique VIII fue un asiduo lector de numerosos tratados
aparecidos en el continente en momentos en que preparaba su divorcio de
Catalina de Aragón. El examen de esta edición muestra no solamente que el Evangelistarium
formaba parte de la biblioteca del rey sino que la leía pluma en mano. Un
segundo ejemplar del Evangelistarium, que contiene el tratado de
Méginhard, es mucho más turbador.
En primer lugar
la obra en su totalidad con sus 600 páginas, está cuidadosamente anotada página
por página. Pero sobre todo, en tanto el examen de las anotaciones revela que
el lector era un condenado que se preparaba a la muerte; la grafía de esas
anotaciones sugiere que ellas pudieron ser hechas por Tomás Moro. En fin, es
turbador notar que la última obra de Tomás Moro, el Dialogue of comfort
against tribulation, compuesto en su prisión de la Torre de Londres antes
de su ejecución, sigue paso a paso al Evangelistarium de Marulic.
Se encuentra, en
las primeras páginas, el rechazo a los filósofos antiguos; luego vienen tres
libros que, como el Evangelistarium, desarrollan las virtudes de la fe,
la esperanza y la caridad, seguidos de algunos capítulos consagrados al
martirio, y terminando con una meditación sobre la pasión y muerte de Jesús.
Las obras de Marulic
debieron haber penetrado muy rápidamente en Francia, ya que vemos a la Reina
Margarita de Navarra, en su Miroir de Jésus Crucifié, verdadero
testamento espiritual de la Reina, que sigue paso a paso el Carmen de
doctrina Domini nostro Jesu Christi pendentis in cruce, que servía de final
a la Institutio. España, por su parte, ofrece dos testimonios
atrapantes. En primer lugar el célebre misionero San Francisco Javier, el
apóstol del Extremo Oriente. Se sabe en efecto, por su correspondencia, que en
sus viajes llevaba solamente dos libros: su breviario y una edición de la
Institutio. Esta obra, conservada en Madrid en el convento de los
franciscanos, desgraciadamente fue destruida durante la guerra de España.
Hacia 1560, fue
el célebre místico Luis de Granada que se inspira en su Memorial de la Vida
Cristiana. Hasta incluirá la primera traducción española del Carmen de
Doctrina. A causa de la difusión del Memorial, el Carmen iría a conocer
numerosas traducciones italianas y francesas.
De este modo, por
primera vez, las obras maestras de Marulic conocieron una verdadera difusión de
una decena de editores que conjugaron sus esfuerzos para asegurar a esta obra
la mayor difusión posible.
Las ediciones del
Evangelistarium seguirían su carrera como libros polémicos durante los
últimos decenios del siglo XVI. Se sabe, por ejemplo que el teólogo de Lovaina
Jean Garet, en su extensa obra sobre la Presencia real, De vera praesentia
corporis et sanguinis Christi, cita in extenso páginas del Evangelistarium
sobre el sacramento del cuerpo de Cristo y que esas páginas serían luego
traducidas al francés.
Si Jean de Billy,
ocupado en componer un libro sobre los deberes de los titulares y en socorrer a
las víctimas de la hambruna hubiera cumplido su promesa, Francia hubiera sido
la primera en publicar una traducción del Evangelistarium.[27]
Un refugio de grandes pensadores
Ksenia Pavelic, Zagreb
La Facultad de Filosofía de la Compañía de Jesús es una institución de
importancia para el desarrollo intelectual y la conciencia nacional en Croacia.
No se puede ignorar el papel de los padres jesuitas, quienes tanto hicieron
para conservar la identidad croata durante el gobierno de Yugoslavia comunista.
A pesar de 45 años de duro régimen totalitario, los jesuitas croatas no cejaron
en su intento de defender y conservar la vida espiritual cristiana, y también
formaron las nuevas generaciones, y eso representa su inclusión de gran
importancia en el desarrollo futuro de la patria croata, aunque los padres
jesuitas fueron casi completamente expulsados de la vida pública. Nadie pudo
parar el fervor patriótico, intelectual y cultural de estos padres.
Durante el gobierno
de la Yugoslavia comunista gran parte de sus propiedades fue quitada por medio
de nacionalización o confiscación. Hace poco estas propiedades quitadas han
sido devueltas y reparadas y hoy día la Facultad de Filosofía de la Compañía de
Jesús es bastante espaciosa para cientos de estudiantes, muchos más que en años
pasados.
Desde 1935 este
colegio en Zagreb es un verdadero monumento de enorme potencial de los jesuitas
en el orden cultural, intelectual y espiritual que se oponía contra el
totalitarismo simplemente por su existencia, por su gran influencia en la vida
espiritual, por su excepcional valor científico, su fidelidad a los ideales
cristianos y a sus raíces.
En 1990 los
padres de la Facultad de Filosofía fundaron en Viena (Austria) el Instituto para
el Estudio de la Historia Croata. Es un gran testimonio del interés de esos
jesuitas por el bien común de la colectividad croata.
Los padres
jesuitas de la Facultad de Filosofía son conscientes de la importancia y
significación de la educación, así que nuevas generaciones de sus estudiantes
pueden en esta Facultad obtener y aprender todo lo que la educación comunista,
antes del restablecimiento de la libertad y democracia, trataba de destruir:
conciencia de su propia cultura y de su pertenencia a la civilización europea y
la tradición cristiana.
Bajo la
influencia de las presiones comunistas, los jóvenes no podían reconocer
bastante claramente las intenciones serbias de tomar y destruir los frutos de
la cultura superior croata durante 45 años. Por esta razón, tenemos que hablar
de la renovación en un sentido amplio: renovación de la espiritualidad e
identidad, y no sólo de los pueblos abandonados y destruidos o de la
administración.
Eso es lo que
hacen con énfasis los sacerdotes jesuitas de Zagreb. Su prestigio en la
historia mundial no es sin fundamento porque los jesuitas tenían la
preeminencia sobre todas las congregaciones religiosas establecidas en
Sudamérica. La Compañía de Jesús fue el mayor organismo cultural y uno de los
más altos poderes económicos y políticos de todo el mundo colonial. Así Croacia
y Sudamérica, también tienen mucho que agradecer a estos padres jesuitas porque
hicieron muchos para ambas regiones.
Como en todos sus
colegios, también en Zagreb enseñan una serie de sacerdotes notables,
historiadores, filósofos, teólogos y hombres de dilatada acción. Eso confirmó
el Presidente de la República de Croacia, Dr. Franjo Tudjman, cuando dio el
honor del orden "Hrvatska Danica" al decano de la Facultad, Ivan
Koprek, por su excepcional contribución en el campo científico.
Antun Gustav
Matos escribió: "...nosotros no podríamos hoy admirar al culto católico,
el Papa hubiera sido un obispo común de Roma, todo hubiera sido a la manera
protestante, si no hubiera nacido uno de los mayores organizadores y activistas
de la historia moderna: Loyola!...él tenía y tiene
todavía mucha influencia en nuestra patria..."
Branko Franolic, Londres
Exposición sobre los científicos croatas miembros de la
Royal Society, emitida en noviembre de 1993 por el Servicio Mundial de la BBC,
en el programa en idioma croata.
La Sociedad Real de Londres es la sociedad científica más antigua de Gran
Bretaña y una de las más antiguas de Europa.
Esta sociedad fue
fundada en 1660 para promover la ciencia experimental. Desde el comienzo, la
correspondencia con científicos europeos constituyó una parte importante del
trabajo de la Sociedad. Una selección de esa correspondencia fue dada a conocer
en los primeros números de la publicación de la Sociedad Philosophical
Transactions, cuyo primer número apareció el 6 de marzo de 1664.
Para los
británicos, y especialmente para los extranjeros, constituye un gran honor y un
reconocimiento internacional llegar a ser miembro de la Sociedad Real, que tuvo
como presidente entre 1703 y 1727 a Isaac Newton.
El defensor más
ardiente de la filosofía natural de Newton en Europa fue Rudjer Boskovic. Como
profesor de matemáticas en Roma (Collegium Romanum, 1740/1759), Boskovic
difundió la teoría gravitacional de Newton y su filosofía natural.
Boskovic bregó
permanentemente por la cooperación internacional en el trabajo científico y ya
en Roma colaboró con el astrónomo inglés Christopher Maire en la medición de la
distancia del meridiano que va entre Roma y Rimini.
Boskovic siempre
quiso visitar la patria de Newton. Su deseo se cumplió finalmente el 23 de mayo
de 1760 cuando llegó a Dover, y el día siguiente a Greenwich.
En junio del
mismo año cenó en Londres con el presidente de la Royal Society, el astrónomo
George Parkeron (segundo duque de Macclesfield), quien probablemente fue
también quien recomendó el 12 de junio de 1760 a la misma Sociedad para que
nombre a Boskovic como miembro.
Boskovic asistió
a las reuniones de la Sociedad Real en las cuales recalcó la importancia de
observar el próximo paso de Venus delante del Sol. Sobre ese hecho preparó un
informe en latín: De Proximo Veneris sub Sole Transitu, que fue
publicado en el tomo 51 de las Philosophical Transactions (1759/1760).
Boskovic
aprovechó su estadía en Londres en buena medida también para escribir su poema
astronómico De Solis ac Lunae Defectibus (Sobre el Eclipse del Sol y la
Luna), que fue dado a conocer en Londres en el otoño de 1760. Boskovic dedicó
ese trabajo a la Sociedad Real.
Después de la
espera estatutaria de seis meses, Boskovic fue elegido miembro de la Sociedad
Real el 15 de enero de 1761, al mes siguiente de haber abandonado Londres muy a
su pesar, el 15 de diciembre de 1760.
Durante el tiempo
de la Segunda Guerra Mundial, el 18 de junio de 1942, fue elegido miembro de la
Sociedad el químico croata Leopold Ruzicka, nacido en Vukovar en 1887, que en
ese entonces investigaba y enseñaba en el Instituto Federal de Tecnología de Zurich
(Suiza).
Sus trabajos
científicos sobre las hormonas esteroides y sobre los compuestos de terpeno
calan profundamente en la medicina y en la bioquímica. Fue el primero que llevó
a cabo la síntesis de esas hormonas y de los compuestos policíclicos, que llegó
a ser el fundamento científico del desarrollo de la industria organoquímica
moderna.
En el año 1939
Ruzicka recibió el premio Nobel por su éxito en sintetizar las hormonas
sexuales androesterona y testoesterona.
Leopold Ruzicka
invitó en 1941 para trabajar con él en Zurich al entonces profesor de química
en la Facultad de Tecnología de la Universidad de Zagreb Vladimir Prelog. Este
sucedió posteriormente a Ruzicka en el Instituto Federal de Tecnología de
Zurich y continuó su trabajo sobre la química de los esteroides.
Por su trabajo Sobre
las Moléculas y Reacciones de las Moléculas Orgánicas Esteroquímicas,
Prelog recibió en 1975 el premio Nobel, compartiéndolo con el inglés
australiano Sir John Cornforth.
El 3 de mayo de
1962 Prelog fue recibido como miembro de la Sociedad Real. Cinco años más
tarde, el 30 de noviembre de 1967, en la reunión anual solemne de la Sociedad
Real, Prelog recibió de la misma la distinción "Davy" y un premio de
1000 libras esterlinas "por su excelente trabajo en el desarrollo de los
conceptos de la química de los esteroides y de la estructura de los alcaloides
y de los antibióticos". Esa distinción la estableció en el año 1887 John
Davy, F.R.S. (Fellow of the Royal Society), hermano de Sir Humphrey
Davy, y se otorga cada año a los más importantes descubrimientos en América y
Europa en el campo de la química.
Un testigo de la verdad sobre el bosque de Katyn
Vladimir Dugacki, Zagreb
Eduardo Miloslavic era hijo de los emigrantes croatas Luka y Vicencia
Milkovic que en 1878 dejaron Dubrovnik por razones económicas y se trasladaron
a Estados Unidos. Se instalaron en Oakland, California donde en 1884 nació su
hijo Eduardo.
Pero cinco años
más tarde, no pudiendo acostumbrarse a la vida fuera de la patria, volvieron a
Dubrovnik donde el pequeño Eduardo hizo la escuela primaria y secundaria. Para
el estudio universitario de medicina fue a la prestigiosa Universidad de Viena.
Ya durante su vida estudiantil se ocupaba con el trabajo científico y sobre
esto escribía en el periódico de Dubrovnik Srdj.
Terminados sus
estudios y con el título de doctor en medicina, se estableció en la ciudad
sobre el Danubio azul y trabajó en la Universidad como asistente para la
anatomía patológica. Prestaba también sus servicios al Instituto Patológico del
Hospital Militar y se afirmó como científico. Durante la primera guerra mundial
fue movilizado en el ejército austro-húngaro como prosector principal
trabajando primero en Rismo y después en Belgrado y en 1917 fue nombrado
docente en la Universidad de Viena.
Pero al término
de la guerra su permanencia en Viena se hizo problemática y así en 1920 aceptó
la invitación de la Universidad de Milwakee en EE.UU. En 1923 aparte de su
trabajo de catedrático fue nombrado como principal médico forense del Estado de
Wisconsin, ocupándose principalmente de la investigación científica e inauguró
una nueva especialidad: la patología criminal.
Fue muy popular,
lo llamaban Doc Milo y de a poco fue miembro de muchas asociaciones y academias
científicas. Fue también muy activo entre los emigrantes croatas colaborando en
sus asociaciones.
Cuando en la
Facultad de Medicina de Zagreb tomaron como obligación el estudio de la
medicina forense, fue nombrado como catedrático de esta especialidad en 1932.
Fundó también el Instituto Forense en Zagreb y demandó tres años para
terminarlo: lo hizo tan perfecto como los mejores de Europa y América. Tenía un
laboratorio con balistoscopio, también laboratorio histológico y químico-
toxicológico, un archivo muy rico con fotodocumentación, biblioteca y museo.
En 1937 fue
también nombrado profesor honorario de Medicina Pastoral en la Facultad de
Teología de Zagreb. Enseñaba a los futuros sacerdotes sobre los problemas de
contagio con los enfermos y moribundos y los posibles problemas
psicopatológicos en los confesionarios. Luchó enérgicamente contra el aborto,
aprovechando todas las ocasiones para exponer sus puntos de vista.
Su fama aumentaba
todavía más. Distinguidas asociaciones de médicos de Alemania, Austria y
Londres le ofrecían puestos entre sus pares. En 1941 fue nombrado Decano de la
Facultad de Medicina en Zagreb, y al asumir este puesto pronunció un famoso
discurso en el cual recalcó la obligación de los médicos de ser ejemplares
tanto en la medicina como en la moral.
Por su fama
mundial de médico forense fue llamado en 1943 para integrar una comisión
internacional en la causa del bosque de Katyn. Resulta que durante el invierno
boreal 1942-43 en este bosque a 17 km. de Smolensko al lado del río Dnjepar
fueron encontradas 7 grandes fosas (la más grande fue de 44 metros de largo por
8 de ancho y varios metros de profundidad), en las cuales se encontraron los
cadáveres de unos 12 000 oficiales polacos. Esta región fue ocupada por los
alemanes en 1941, pero pertenecía a la Unión Soviética. Los soviéticos acusaban
por este crimen a los alemanes y estos a los soviéticos. Por ello en abril de
1943 la comisión internacional tenía que dar su veredicto sobre quién cometió
el gran crimen. La comisión fue integrada por 12 miembros, todas eminencias
forenses de Bélgica, Bulgaria, Protectorado Checo, Croacia, Dinamarca,
Eslovaquia, Finlandia, Holanda, Hungría, Rumania y Suiza. La comisión trabajó a
conciencia durante 3 días. En todos los casos sin excepción se trataba de tiros
en la nuca disparados desde muy poca distancia o directamente sobre la cabeza.
Por los uniformes
y documentos se veía que se trataba de suboficiales y oficiales polacos.
Ninguno tenía anillos o relojes.
Por el intenso
frío se conservaban íntegros, momificados. La tierra sobre las fosas fue
aplanada y plantada por coníferas en las cuales su tercer anillo era raquítico
signo de la edad de cuando fueron transplantadas. Se dedujo que las ejecuciones
fueron hechas en marzo o abril de 1940, cuando la región pertenecía a Rusia,
Era el hecho que en la madrugada del 1.IX.39 los alemanes entraron a Polonia y
los polacos se retiraban hacia el este para buscar el amparo en Rusia. Los
soldados rasos fueron liberados por los rusos y los oficiales internados en
campos de concentración hasta marzo de 1940. Entonces fueron mandados, contra
todas las leyes, al bosque donde fueron ultimados.
Al mismo tiempo
en Vinice, Ucrania sobre el río Bug se encontraron otras fosas con 1286
cadáveres de obreros y campesinos, había también siete mujeres desnudas y era
evidente que éstas fueron violadas. En julio de 1943 actuaba allí otra Comisión
Internacional en la cual de Croacia fue el Prof. Dr. Ljudevit Jurak. Este
crimen se efectuó -según la Comisión- en 1938 por los soviéticos; sobre esto ya
hemos escrito en Studia Croatica (número 129, 1995, pág. 205).
Así las fosas
comunes siempre han existido: del bosque de Katyn hasta Vinice, del Cuerno del
Kocevo hasta Jazovka, de Srebenica hasta Ovcara.
Cuando el
Ejército Rojo entró de nuevo de Smolensko a la Comisión soviética hizo
fantásticas aseveraciones de que la culpa era de alemanes que preparaban
convenientemente a los cadáveres para que parezca que fue un crimen soviético.
Los soviéticos han obligado al profesor búlgaro Markov para que retire su firma
del documento. Lo mismo pidieron al croata prof. Jurak, pero éste se negó a
mentir y fue fusilado en junio del 45.
El Prof.
Miloslavic se fue en 1944 de Croacia y se radicó en los Estados Unidos, en San
Luis, estado de Wisconsin donde fue catedrático y siguió ejerciendo su
profesión hasta su muerte en 1952.
Los nombres del
profesor Jurak y Miloslavic fueron ignorados durante 45 años del régimen
comunista. No figuraron en enciclopedias ni lexicones, ni siquiera están en la
placa recordatoria de catedráticos. Las jóvenes generaciones de médicos en
Croacia ignoraban su existencia y su actuar.
Ahora llegó el
momento que estos grandes científicos salgan del olvido al cual fueron
empujados no solamente como valientes testigos del magno crimen soviético que
años más tarde fue reconocido por Gorbachov públicamente en 1989, sino también
como grandes patriotas croatas y fervorosos católicos.
Croacia bajo los principes y reyes de origen nacional
-(800-1102)
Ante Turica
De acuerdo a
"Croacia y su destino" libro que publicó en el año 1977 el Instituto
Croata Latinoamericano de Cultura - Studia Croatica, basado en fuentes
fidedignas, la historia medieval croata comienza en el reinado de los príncipes
y luego de los reyes de la dinastía nacional croata Trpimirovic:
"...En el
año 800 (d.C.) aparece un factor de gran importancia en la política
internacional: el Papa León III coronó ese año a Carlomagno con la corona
imperial, renovando así el Imperio Romano occidental junto con sus pretensiones
territoriales y políticas. En efecto en la pugna entre Bizancio y el nuevo
Imperio occidental, los croatas se inclinaron por este último y reconocieron en
el 803 el poder supremo de Carlomagno, hecho que dio comienzo a la orientación
prooccidental de los croatas con todas las consecuencias positivas y negativas
que con el correr de los siglos trajo a su vida política y cultural.
La presencia de
los obispos de Dalmacia, opinan los historiadores, fue el motivo principal por
el que uno de los jefes croatas en aquel momento, el dux Borna (802- 821), optó
por Occidente. El cronista franco Einhard (en su obra "Anales ad annum
805" escribe así: "Paulus, dux Jadarae atque Donatus, eiusdem
civitatis episcopus, legati Dalmatinorum, ad praesentiam imperatoris, cum donis
(venerunt)..." El mismo historiador escribe mas adelante, que "Carlos
aumentó notablemente al reino franco a... Istria, Liburnia y Dalmacia, exceptuó
las ciudades marítimas, las cuales por amistad y por el pacto concluido con el
emperador bizantino permitió quedasen en su poder".
El contrato que
aquí se menciona se refiere en realidad a una serie de ellos que fueron
firmados en los años 810, 812 y 817. En virtud de los mismos, Bizancio tuvo que
renunciar formalmente a la soberanía sobre las tierras de la Croacia marítima,
que de hecho había perdido desde la llegada de los croatas a aquella parte del
imperio. Gracias a esta nueva situación y a la decisión de Borna de apoyarse en
el poder de Carlomagno, Croacia pudo fijar definitivamente sus fronteras con
Bizancio que llegaban hasta el río Drim, en la actual Albania.
Borna,
políticamente robustecido ante Bizancio, fue sucedido por su nieto Vladislav
(821-830) y luego por su otro nieto Mislav (830-845). Los dos, gracias a las
luchas dinásticas internas en el imperio franco, gobernaron en Croacia como
verdaderos soberanos. Incluso el rey franco de Italia, Lotar, tuvo que pactar
con Venecia para defenderse de los croatas del dux (príncipe o knez) Mislav. Su
sucesor (principio de sucesión por señorío) fue el hijo de Vladimir llamado
Trpimir (845-863). Este tuvo que luchar contra "el pueblo griego y sus
patricios" que de acuerdo a algunos historiadores no serían otros que la
población dálmata súbdita de los bizantinos. Se sabe que Trpimir tuvo que luchar
también contra los búlgaros. Así Constantino Porfirogeneto escribe en su famosa
obra De Administrando Imperio lo siguiente: -"Michel Boris,
soberano de Bulgaria, empezó la guerra contra los croatas de Dalmacia, pero al
no poder hacer nada, hizo la paz con ellos, obsequiándolos y recibiendo regalos
de ellos".
De la época de
este príncipe quedó la escritura en piedra que se conserva en el Museo de
Zagreb, donde reza:
"Yo...
Trpimir, duque de los croatas... en todo el reino de los croatas..." (Ego...
Terpimirus, Dux Croatorum... pro Totum Regnum Croatorum...).
Trpimir además es
conocido por invitar a Croacia a los benedictinos, la orden famosa por su alta
instrucción y cultura en el mundo occidental católico. Así Croacia se plegó
totalmente al mundo occidental y su cultura.
El sucesor de
Trpimir fue el duque Domagoj (863-878). Este príncipe luchó también contra
Venecia y salió victorioso. Los venecianos, según Johanes Diaconum, en Cronicon
Venetum, lo llamaron "pessimus dux Croatorum". Será porque hundió sus
barcos de guerra. En este período el Papa Nicolás I fundó el nuevo obispado en
Nin, como "sede del obispado croata".
Al morir Domagoj,
su hijo Zdeslav, pretendió reconocer la primacía eclesiástica bizantina, pero
fue destituido por el Sabor, y fue proclamado soberano Branimir (879- 892), que
de inmediato rompió relaciones con Bizancio. El Papa Juan VIII "bendijo a
Branimir y a su pueblo y a todas sus tierras", como figura en la carta que
le envió, reconociéndolo así como soberano.
Lo sucedió Mutimir
(892-910), el tercer hijo de Trpimir. Se conservó el documento de este príncipe
donde dice, entre otras cosas:
"Placuit
mihi Mutimiro, divino munere iuvatus Croatorum Dux..." ("Me place
Mutimir, ayudado por la gracia divina, como duque de los croatas...").
Durante este
período gobernaba en Croacia panónica el duque Braslav (880- 900), quien murió
después de una guerra con los invasores húngaros. Entonces la Croacia panónica
se unió totalmente con Croacia meridional.
El primer rey
cvroata fue Tomislav (910-929), el hijo y sucesor de Mutimir, de quien heredó
un Estado bien organizado. Tuvo que luchar contra los húngaros venciéndolos. El
famoso historiador de Ducla, en su obra Crónica así escribe de él:
-"Durante el
reino de Tomislav, el rey húngaro Atila levantó el ejército para hacerle la
guerra. Pero Tomislav, un joven y fuerte guerrero, peleó con él muchas veces
obligándolo a la fuga...".
Este rey aseguró
también la frontera marítima. Se coronó en el año 925 como rey de Croacia y
Dalmacia. El Papa Juan X le escribió una carta donde lo denomina rey. También
aseguró la frontera del este al derrotar a los búlgaros que intentaron pasar el
río Drina. Lo sucedió su hermano Trpimir (929-935). Luego fue rey su hijo
Kresimir I (935-945), quien mantuvo poderoso a su reino. Reconquistó la parte
oriental después de una invasión de los serbios; lo sucedió su hijo Miroslav
(945-949).
Después llegó al
poder su hermano Mihajlo Kresimir II (949-969). Su esposa la reina Jelena ayudó
mucho a la Iglesia y a los pobres. Así dice la piedra en la pared de la vieja
Iglesia de Solin. Su sucesor recibió de Bizancio toda Dalmacia.
El rey Kresimir
II fue sucedido por Stjepan Drzislav (969-997), su hijo. La lucha por sucesión
entre sus hijos debilitaron al reino y Venecia se negó de pagar el tributo real
por su paso por el mar. También hubo un ataque a las islas dálmata de parte de
Bizancio y las obtuvo por un tiempo. Lo sucedió su hijo Svetislav (997-1000),
que murió pronto y lo sucedieron sus dos hermanos: Gojislav y Kresimir III Suronja
(1000-1030). Su hijo Stjepan I (Esteban I) (1030-1058) se casó con la hija del
dux veneciano Orseolo. Se empeñó en luchas para devolver las islas dálmatas a
su reino, pero no lo logró.
Le sucedió su
hijo Petar Kresimir IV, (1058-1074), el más exitoso rey. Logró devolver todos
los territorios croatas a su reino, inclusive las islas dálmatas y sus
ciudades, además de toda Bosnia, Eslavonia e Istria, estableciendo la frontera
occidental con Eslovenia. Este rey no tuvo hijos por lo que nombró sucesor a su
sobrino Stjepan, pero este se negó y se fue a un convento. Fue así que lo
sucedió Slavac que fue hecho prisionero en la lucha contra los invasores
normandos. El Sabor eligió entonces rey a Dmitar Zvonimir (1076-1089). Fue
coronado cerca de Split, en la llanura de Solin, según consta en el libro de
Thomas Archidiacono "Historia Salonitana" de esa época. Al morir
Zvonimir se eligió a Stjepan II (1089-1090), quién murió al año siguiente. Con
él se extinguió la dinastía nacional croata llamada Trpimirovic. Este último
rey era el sobrino de Kresimir IV y no tenía descendientes. Ahí empieza otra
historia bajo los reyes extranjeros.
En realidad, hubo
un intento de continuar la línea de reyes nacionales cuando después de la
muerte de Stjepan II el pueblo eligió a uno de sus más destacados hombres
llamado Petar Svacic. Pero en la guerra con los húngaros, que luchaban para
apoderarse del reino croata argumentando que una hija del rey húngaro estaba
casada con un rey croata, Zvonimir, el último rey de sangre croata Petar Svacic
murió en Petrova Gora.
El año 1102 el
Sabor croata elige a los reyes húngaros para la corona estatal croata. Era una
unión personal bajo el rey húngaro que se coronaba también como rey de Croacia.
Estos siguieron reinando hasta las invasiones turcas, momento en que los
croatas -año 1527- eligieron para defenderse mejor a los reyes de la dinastía
de los Habsburgos. Hubo un intento de los terratenientes de la Bosnia croata de
separarse de la dinastía húngara y en el año 1370 proclamaron como rey de
Croacia al rey bosnio Tvrtko. Ese fue el último intento de promover una nueva
dinastía de origen croata.
Estos datos
históricos se exponen por la necesidad de hacer conocer la argumentación
principal que tiene el pueblo croata cuando necesita defender el sacro derecho
de tener su propio estado nacional. Es sabido que esto ha sido negado repetidas
veces por sus enemigos con argumentos mentirosos negándole el derecho de ser
soberano por falta de antecedentes históricos. Con esta sintética exposición
histórica queda confirmado que los croatas supieron formar su propio reino
entre los primeros pueblos de Europa central. De ahí entonces su derecho y su
necesidad de vivir como un pueblo soberano en plena convivencia con Europa
occidental, a la cual perteneció y pertenece desde hace más de once siglos.
Vladimir Cettolo
Finalizada la segunda guerra mundial, el Estado Independiente de Croacia había perdido su soberanía ante el establecimiento de la Yugoslavia comunista. Dicha situación y la inseguridad y falta de garantías para sus vidas, obligó a miles de croatas a emprender el camino del exilio. Los destinos de los exiliados fueron variados, sin embargo para la mayoría consistió en una residencia temporaria en los distintos campos de refugiados en la vecina República de Italia.
Durante más de
dos años de permanencia en el gran campo de la ciudad de Fermo, se habían
desarrollado distintas actividades culturales y artísticas. Entre estas no
podía faltar el canto coral. Se llegó a formar una agrupación de más de cien
voces mixtas, la cual cosechó grandes aplausos en sus distintas presentaciones
bajo el nombre de Coro de exiliados croatas del Campo Fermo.
Promediando el
año 1947, la mayoría de aquellos refugiados empieza a emigrar a la República
Argentina. Una vez en el suelo de su nueva patria adoptiva, los ex coreutas
resuelven crear una agrupación coral en Buenos Aires; así el 21 de marzo de
1948 queda fundado el coro croata Jadran como una asociación cultural
independiente. Su propósito es el de difundir la cultura musical de la patria
de origen entre los connacionales y sus descendientes, así como el de hacer
conocer ese acervo a las conciudadanos argentinos. Es de mencionar además que
durante su larga trayectoria artística, el coro, a su manera específica, nunca
ha dejado de destacar la milenaria lucha del pueblo croata por su libertad e
independencia.
Agrupación
formada por más de sesenta voces mixtas, desde sus inicios ha brindado
conciertos en las renombradas salas de la metrópoli: Teatro Nacional Cervantes,
Odeon, Casino, Coliseo, San Martín; así como en muchas de las iglesias
católicas y emisoras de radio y TV. No dejemos de mencionar también sus ya
tradicionales participaciones en las conmemoraciones y celebraciones anuales de
la Colectividad Croata.
Distintos
directores han regido su arte interpretativo: Ante Nola Ramljak, Marijan Kindi,
Franjo Ducmelic, Ante Kopitovic, Josip Bujanovic, Ivo Degrel, Tomislav Bulat,
Mirko Kovacec, Josip Puches, y quien actualmente se encuentra al frente del
coro, Anton Soler Biljenski.
Buenos Aires, octubre de 1997
Ante Lausic, Zagreb
En el último cuarto del siglo IX se generalizó en Europa central la crisis política porque el imperio franco de Carlomagno estaba perdiendo su poder. Así se dieron las luchas entre el nacionalismo italiano y el poderío franco-germano por los territorios en Italia. En esta lucha participaron además los poderes del entonces fuerte Bizancio, que pretendía algunas ventajas en este conflicto.
En este espacio
tormentoso de influencia de diferentes civilizaciones donde se cruzaban los
reflejos de ambas culturas: latina y bizantina, se encontraron los croatas. Por
ello en Croacia nacieron grupos de ambas corrientes. Así fue que se gestó un
serio antagonismo entre Oriente y Occidente.
Así Zdeslav
(878-879) el hijo del príncipe Trpimir, que sustituyó a Domagoj (864-876),
recién vuelto de Bizancio, reconoció la soberanía del emperador bizantino
Basilio I. Este fue un hecho importante en esa época y, naturalmente, provocó
la reacción de Roma. El Papa Juan VIII (872-882) trató de sustraer a Zdeslav de
la influencia bizantina. Así le ruega "al querido hijo Zdeslav, glorioso
príncipe eslavo, que por amor a los santos apóstoles Pedro y Pablo" ayude
a su enviado procedente de Moravia, quien a través de los caminos de Croacia se
está dirigiendo a Bulgaria donde tratará de convencer al rey Mihajlo Boris que
retorne a la Iglesia de Roma. Pero antes de llegar esta carta a las manos de
Zdeslav, éste había sido depuesto y reemplazado por Branimir, que aún no había
tomado partido por ninguna de las dos opciones. El cronista veneciano del siglo
XI, Ivan Diacon, describe así los acontecimientos: "His diebus quidam
sclavus nomine Branimir interfecto Sedeslavo (Zdeslav) ipsius ducatum
usurpavit" (En estos días un eslavo (croata) de nombre Branimir,
eliminando a Zdeslav, usurpó el ducado de éste).
Mediante la
desaparición de Zdeslav se apagó la supremacía bizantina sobre Croacia (fuera
de las ciudades dálmatas). La victoria de Branimir significó al mismo tiempo la
victoria de la nueva orientación. Los croatas decidieron reconocer el poder
político y espiritual del papa con el fin de ser retribuidos con los mismo. Apenas asumió el poder Branimir (879-892) dirigió
una carta al papa Juan VIII -en un momento de paz que existió entre ambas sedes
eclesiásticas- exponiendo su voluntad y la del pueblo croata de ser siempre
fieles a la Sede Apostólica de San Pedro. Lo mismo dijo más adelante el obispo croata
Teodosio de Nin, recién elegido, quien solicitó al Papa, además de la bendición
apostólica, su protección.
El Papa, al
recibir ambas cartas y a fin de aumentar su influencia entre los croatas, el
día 21 de mayo de 879, durante la Santa Misa celebrada en la Catedral de San
Pedro de Roma: "Elevó sus manos al cielo y bendijo al pueblo croata y toda
su tierra". Con este acto el principado (ducado) de Croacia fue reconocido
como estado independiente. Así consta en los documentos conservados en el Museo
del Vaticano. Esta carta fue enviada al príncipe el día 7 de junio de 879; en
ella el Papa dice:
"¡Al dilecto
hijo Branimir!"
"Leyendo la
carta de su señoría, que mandaste a nosotros por el reverendo padre Ivan,
nuestro delegado, entendí más claramente que el sol, cuanta fe y sincera
consideración tienes hacia la Iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo e
inclusive para nosotros (...) Cuando en el día de la Ascensión del Nuestro
Señor hemos administrado la Santa Misa en el altar de San Pedro, levantamos nuestras
manos y bendecimos a vos y a todo su pueblo y la tierra, que puedas gobernar
siempre con el cuerpo y el alma felizmente su principado terrestre, y después
de la muerte, que te alegres en los cielos con Dios y que eternamente
gobiernes...".
Una carta de
contenido similar fue enviada desde Roma al obispo Teodosio. Este
reconocimiento papal, la mayor fuerza político-espiritual de esa época, es la
consecuencia directa del esfuerzo del pueblo y los príncipes croatas para
recibir el reconocimiento de la soberanía del estado croata del medioevo.
Tradujo: A.T.
Matica, n. 5, 1997
Un foco de fe y cultura
Stjepan Dzalto, Zagreb
Yo había ido a Dubrovnik para tomar un leve descanso, pero no pude descansar. A pesar del cálido verano, cuando el cuerpo anhela el mar, el alma no puede resistir a las bellezas y obras famosas de Dubrovnik. Se deja al lado el mar más lindo del mundo, se olvida del aire y el sol por el gozo del alma en la ciudad más linda del mundo. A cada paso se escuchan los versos de Gundulic: "Oh bella, oh amada, oh dulce libertad...", pero también se ven los versos escritos en la fuerte Lovijenac: "Non bene pro toto libertas venditur auro". Toda esta ciudad está entretejida de piedra, llena de significado, belleza y asombro.
El convento de
los dominicos es "asombro del mundo", como diría el poeta Antun
Branko Simic. De cuán famosa obra se trata nos habla el hecho de que está
puesta bajo la protección especial de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) entre los monumenos de
mayor categoría de la cultura mundial. Dr. Stjepan Krasic, dominico y miembro
corresponsal de la Academia Croata de Ciencia y Arte, dice: "El convento
dominico de Dubrovnik, con su antigüedad, tesoros de cultura y arte y su signo
religioso, pertenece a los más famosos monumentos histórico-culturales de
Dubrovnik".
El convento fue
fundado en el lejano 1225, o sea en los primeros años después de haber sido
fundada esta orden religiosa. Un grupo de religiosos de la Ordo Predicatorum
dirigiéndose desde Italia a Palestina, se detuvo en Dubrovnik y fundó allí el
convento, que fue el primero de la Croacia actual y uno de los primeros en
Europa. En épocas posteriores los dominicos de ese convento iban a otras
regiones de Croacia fundando nuevos conventos y así resultó que pronto había 61
conventos dominicos en el territorio de Croacia y en Bosnia y Hercegovina otros
20 más. Durante ochocientos años de su existencia el convento ha sido ampliado,
renovado y embellecido. Al principio quedaba fuera de los muros de la ciudad.
Pero las autoridades de la Ciudad-República han puesto alrededor del convento
nuevos muros para proteger al convento y a los religiosos de las agresiones
otomanas, porque los dominicos brillaban por su oratoria y su trabajo
intelectual.
El lugar
principal de todo el complejo lo tiene la iglesia dedicada a Santo Domingo. La
iglesia tiene cuarenta y dos metros de largo y quince de ancho. Fue edificada
entre 1304 y 1315 en estilo barroco y es de una nave. En el gran sismo de 1667
fueron dañados la iglesia y el convento. Pero pronto fueron renovados con ayuda
de autoridades civiles, que querían retener la comunidad de los "frailes
blancos". Así los llamó el pueblo.
Esos edificios
presentan para Dubrovnik el "paraíso terrenal" como dijo Bernard Shaw
al visitarlo y el Papa Urbano VIII en sus escritos lo denominó como "un
fuerte bastión de la religión católica".
La nueva iglesia
fue edificada en estilo gótico y es así que el aspecto actual es una combinación
del barroco y el gótico. La mayor obra de arte de la iglesia es el gran
crucifijo pintado por Paolo Veneziano (1358) y fue puesto en el arco triunfal
sobre el altar mayor.
Dentro del
complejo edilicio se hallan todavía tres pequeñas iglesias y un magnífico
campanario que está incrustado tanto en el convento como en los muros que lo
circundan. Cuando se observa desde el puerto parece un guardián de toda la
ciudad.
En ese edificio
monumental -que parece como una ciudadela- hay muchas celdas en las cuales
vivían hasta 50 religiosos, pero aparte vivían allí los alumnos y estudiantes
de teología. Ayunando y rezando se ocupaban los religiosos con literatura y
arte, pero también con artesanía. Esas celdas podrían hablarnos de una larga
historia de los religiosos que pasaban allí sus vidas en oración, penitencia,
contemplación, estudio y sacrificio para gloria de Dios y bien del pueblo. Y se
ve mucho de ello. Se lo ve en la biblioteca, museo y archivo, en cada pedacito
dentro del convento y fuera de él.
La Biblioteca es
un tesoro incalculable. Es todavía hoy la más valiosa biblioteca medieval de
Croacia, aunque fueron sustraídas muchas obras durante ocupaciones francesas y
austríacas entre los años 1806 y 1837. Muchos libros y códices están hoy en las
Bibliotecas de París, Vaticano, Budapest y Zagreb. Hoy la Biblioteca cuenta con
25.000 libros y 249 incunables.
El Museo fue
fundado hace pocos años (1969) y ocupa la parte este del convento. Allí están
las obras de la Escuela de Pintura de Dubrovnik; pero también otras pinturas,
esculturas y obras musicales de la época comprendida entre los siglos XIV y
XIX. En un relicario se destaca un dedo de Santo Domingo traído de Bologna en
1233. Está en otro relicario la cabeza del primer rey húngaro San Esteban,
quien fue salvado de manos de los turcos en la batalla de Mohac en 1526.
El Archivo es
otro gran tesoro del convento. En él se guardan las actas de los dominicos en
la República de Dubrovnik. Hay también 176 bulas papales. Como rareza hay que
destacar un documento con el cual se da libertad al esclavo Clapto Radovanovic.
Data del año 1237 y la República ha prohibido la esclavitud recién en 1416. De
todos modos esta prohibición fue hecha cuatro siglos antes que en Inglaterra,
"defensora de libertad, legalidad y justicia".
Entre los años
1390 y 1967 funcionaba en el convento el Instituto de Alta Enseñanza
Filosófico-Teológica. En 1626 fue fundado el Bachillerato Público, por el
dominico Raimundo Dzamanjic. Ese dominico ha editado en 1639 el Libro de
Ortografía Croata. Ese Instituto contribuyó también a la fama de los
dominicos, de tal manera que el papa Benedicto XIV ha aseverado que los
dominicos de Dubrovnik podían haber escrito la Summa
Theologica, si no hubiese sido escrita ya.
El convento dio
muchos religiosos célebres, entre los cuales se cuentan 32 obispos, 3
arzobispos y un cardenal. Este fue Ivan Stojkovic que en nombre de los Papas ha
inaugurado los Concilios de Pavia y Basel. Vivió entre los años 1390 y 1443.
No es muy
conocido que en el convento están las tumbas de muchos difuntos célebres. Entre
ellos los poetas Dinko Ranjina, Miho Monaldovic, Junije Palmotic, Serafin
Bunic; el pintor Vlaho Drzic, el autor del Libro de Ortografía Croata
Raimund Dzamanjic, etc. Así el convento es a la vez un panteón de Dubrovnik.
Esto es un orgullo del convento, pero al mismo tiempo es una vergüenza para
Francia. Porque durante la invasión napoleónica los soldados enterraban sus
caballos en las tumbas de gente famosa y el claustro del convento, uno de los
más bellos del mundo, fue convertido en caballerizas.
Peores
barbaridades cometieron los agresores de los años 1991 y 1992, que contra este
convento dispararon 27 obuses pensando demoler esta magna obra de los siglos;
pero no pudieron. Las piedras de Dubrovnik fueron tan duras y resistentes como
el temple de la gente que construyó el convento y lo habita desde hace ya ocho
siglos.
Hrvatsko Slovo, agosto de 1997
Carmen Vrljicak-Espain
El hotel Riviera
fue construido con la majestad que 1908 imponía y se preparó para muchas
alegres temporadas de la belle epoque. Aunque la belle epoque
terminó abruptamente pocos años después, el hotel quedó y algo de su espíritu
también.
Supérstite
también, en este caso de milenios, quedó en Pula el coliseo romano -la Arena-
que es el mejor conservado de lo que fuera el Imperio. Sobre el de Roma tiene
la ventaja de su piedra que, alejada de la polución, permaneció blanca. Además
está a la mano del caminante; y hoy allí se arma la fiesta de todo lo cultural
y lo deportivo.
Pero las noches
de Pula son silenciosas; cuando suena a lo lejos un campanario -en la
medianoche- creo que es lo primero que escucho. Y, como otras veces en el
Adriático, tengo la sensación de ser la única persona que está en el lugar.
Ciudad de trabajo
y de descanso, ciudad militar y cultural, Pula dice tener 3000 años de
antigüedad; por eso yendo por sus callejas veo en glorioso desorden el templo
de Augusto, el arco de triunfo de Sergio, los mosaicos romanos, la catedral de
Santa María, los restos ilirios, el permanente mercado, una calle de la que la
porteña "Caminito" parece la copia fiel, los cafecitos ruidosos con
gente que no hace nada, una carnicería de carne de caballo, un enorme
recordatorio a las prostitutas por los servicios prestados cerca del cuartel y
multitudes de paseantes alemanes, checos e italianos que vuelven de las
numerosas playas.
Este seminario, creado y dirigido desde hace 26 años por el Dr. sc. Mladen
Kuzmanovic, solía desarrollarse en Dubrovnik hasta que en 1992 la guerra lo
hizo imposible.
Ahora que la
ciudad de Pula es la anfitriona, el Teatro nacional de Istria presta sus
instalaciones tanto para los conciertos, proyecciones y presentaciones como
exposiciones y conferencias. Y el hotel Riviera, un orgulloso recuerdo de la belle
epoque, hospeda a los seminaristas, profesores y personalidades de la
cultura.
Entre los
numerosos temas tratados se destacaron por su actualidad los que la guerra y la
tecnología trajeron y representan muchos cambios lingüísticos. Esto evidencia
la necesidad de una normativa para absorber lo que viene y vendrá. Sin embargo,
la norma -se dijo- debe ser un instrumento no algo dictatorial. En la normativa
hay que buscar las palabras de origen croata y preferirlas sobre las foráneas
de manera que, sin exageración, se pueda preservar la lengua sobre todo cuando
esto no complica la comunicación.
Querer lo propio y respetar lo ajeno
Fue con estas
palabras que el escritor Tonko Maroevic sintetizó la posición de un país
pequeño en un mundo globalizado. A pesar de su "forma de manzana
mordida" o una especie de "boomerang", Croacia demuestra que se
puede ser un país chico e independiente conservando y desarrollando su
identidad. La postura es llevar a la universalidad su inspiración regional.
Una inquietud de
los seminaristas extranjeros se manifestó en la pregunta ¿Se puede ser un país
chico entre los grandes, como es Lituania cerca de Rusia y Bhutan entre la
India y China con su colosales demografías?.
"Somos la prueba viviente de que se puede", afirmó Maroevic.
Glagolitza
Muchas horas
fueron dedicadas al estudio del alfabeto glagolítico; nada más oportuno que en
este caso, ya que Istria, península que cobijó al seminario, fue el lugar en
donde el alfabeto se usó por más tiempo.
Las exposiciones
dejaron claro que este alfabeto tiene letras originales, que lo hizo una
persona y que no es una continuación de otro alfabeto. Como hasta 1345 el
croata se escribía solo en glagolítico, se le reconoce cuatro siglos y medio de
uso. Y esto fue así no sólo en la liturgia sino en la literatura y en
documentos jurídicos.
La cultura
Más allá de la
lingüística, en el seminario hubo lugar para muchas manifestaciones culturales.
Así, estuvo presente la cinematografía croata; especialmente en aquellos films
protagonizados por el popular actor Belja Basic; Ivo Skrabalo ordenó y explicó
el material brindado: algunos clásicos de Basic como "Rondo" (1966),
"Tengo dos mamás y dos papás (1968), "Quien canta no piensa mal"
(1970) y "El salvador" (1976).
La muestra
"Brillo nuevo para manuscritos y ediciones antiguas" hizo conocer el
esfuerzo por mantener legible y a la mano algunos textos como el Misal de 1483
cuyo original está en pergamino, la primera edición de "Judita"
(Venecia, 1521) de Marko Marulic, "La muerte de Smail Aga Cengic" de
Ivan Mazuranic y "Kronika" de Antun Vramac (1578), entre muchos
otros.
El actor Kresimir
Zidaric recitó obras de croatas y extranjeros, algunas de duro contenido
satírico otras de hondo sentimiento dramático. Así fueron los fragmentos del
poeta y periodista Sinisa Glavasevic, uno de los inolvidables héroes de Vukovar
-de él se dijo que "mantuvo la ciudad de pie" a través de su
transmisión de radio durante el atroz ataque a la ciudad- su texto fue
igualmente inolvidable.
El pintor y
escultor Sime Peric nació en Antofagasta, Chile y vive y trabaja en Zagreb; en
el seminario estuvieron presentes él y su obra. Peric hace una pintura como el
haiku -esa especie de soneto brevísimo de la literatura japonesa-, una obra
prieta y llena de significado en dimensiones diminutas.
Entre las
presentaciones de libros estuvo la "Gramatica della lengua croata" de
Marina Lipovac, un esfuerzo plasmado en Italia.
En los últimos
días, el presidente del Club de Escritores croatas, Ante Stamac, dirigió una
conversación con Boris Biletic sobre el escritor en su obra y su tiempo.
Cincuenta y seis
seminaristas de todo el mundo se congregaron representando a Australia,
Austria, Bélgica, la República Checa, Finlandia, Francia, Italia, Japón,
Lituania, Corea, Hungría, Alemania, Polonia, Rusia, EE.UU. de América,
Eslovaquia, Eslovenia, España, Suiza y Croacia, mientras que quien esto firma
representó a la Argentina.
Las largas horas
dedicadas al estudio durante el seminario se complementaron con visitas guiadas
a la ciudad.
Veljko Deur
Con motivo de su fiesta nacional, la embajada de la República de Croacia organizó en el Salón Dorado del Teatro Colón el pasado día 30 de mayo un recital de la mezzosoprano croata Dunja Vejzovic, patrocinado por la Asociación Wagneriana de Buenos Aires. Dunja Vejzovic vuelve al Teatro Colón once años después de haber actuado por primera vez en "Parsifal", festival sagrado en tres actos de Richard Wagner (1813-1883) en el papel de Kundry, dirigido por el maestro Franz-Paul Decker.
Reconocida por su
larga carrera y variado repertorio lírico, Dunja Vejzovic no descuida el enriquecimiento
de su igualmente valioso repertorio como solista en recitales y conciertos.
El programa fue
variado. Tres `lieder' de Franz Schubert (1797-1828), canciones de Richard
Wagner (1813-1883) dedicadas a Matilde Wessendok, dos obras del español Joaquín
Turina (1882-1949) y composiciones del croata Ivan Zajc (1831-1914), quien fue
en 1870 el primer director de la Opera de Zagreb. Zajc - el más grande entre
los compositores croatas- es autor de más de diez óperas, entre ellas aún hoy
la más popular y representada "Nikola Subic Zrinjski". En total de su
producción fue de 1200 obras de todos los géneros musicales.
Dunja Vejzovic
estuvo acompañada por el pianista de cámara Djordje Stanetti, docente en la
Academia de Música de Zagreb.
Pablo Bardín,
criticó musical del diario en inglés Buenos Aires Herald dice "que
la embajada croata tuvo la admirable idea de celebrar su fiesta nacional con un
recital de esta gran cantante y tuvo suerte de que eso sea realizable. La
embajada obtuvo un sitio pequeño pero atractivo, el Salón Dorado del Teatro
Colón y un potente pianista, Djordje Stanetti, quien hizo su debut aquí como su
acompañante. Y la Asociación Wagneriana dio su apoyo patrocinándolo.
Cuando la soprano
cantó la Serenata y el Ave María de Schubert con una línea fina demostró que su
voz a los cincuenta años es estupenda. Los Wesendonk Lieder de Richard Wagner
fueron sin duda magníficos y con dicción incisiva y una profunda comprensión.
A continuación
las canciones de Joaquín Turina -tan llenas de colorido y brillo
e influidas por la música folklórica flamenca- contrastaron con la
música de Wagner.
La última parte
del concierto fue innovadora. Las cuatro composiciones de Zajc dieron la
posibilidad al público de conocer un muy placentero y melodioso autor inspirado
romántico tardío.
Fue una bonita
ocasión y mostró otra vez que los recitales vocales suenan mucho mejor en
espacios más pequeños cuando una cantante tiene una poderosa voz, porque la
intimidad promueve mejor la comunicación.".
José Luis Sáenz
escribió en Correo Musical Argentino que Dunja Vejzovic es quizás hoy la
más importante cantante croata, vinculada desde hace más de un cuarto de siglo
a los círculos musicales germanos. Consagrada como Kundry en Bayreuth 1978,
luego Karajan la eligió también para Ortruda y Senta. Once años después Dunja
Vejzovic regresa a Buenos Aires "en alas del canto..." pero en las
alas más calmas del recital de cámara. Demostró que conserva su voz bastante
íntegra en color y extensión. Es verdad que evitó apoyar sus graves que sospechamos
generosos todavía, seguramente para que no se le bajase el registro agudo. Pudo
apianar y redondear bien su emisión. En todo momento se mostró una cantante muy
inteligente, de gran solvencia profesional, que sabe administrar muy bien sus
medios vocales y su respiración.
En lo artístico,
su actuación fue de gran dignidad, con interpretaciones nobles, tanto en sus
tres Schubert (Serenata, Ave María y un Rey de los Alisos), como en su bella e
impecable traducción de los lieder de Matilde Wesendonk, en los que demostró
que no en vano fue Wagner de los pilares de su itinerario artístico. Su
ductilidad estilística quedó evidenciada con tres canciones de Turina, vertidas
con excelencia y la seguidilla de Carmen que cerró como bis su recital.
En este recital
Dunja Vejzovic desplegó el alto grado de musicalidad. Es dueña de una amplia y
penetrante voz y entonación excelente y de una emisión clara. La gran cantante
conmovió con su voz cuando cantó "Lamento de Elena" de la ópera
"Nikola Subic Zrinski" y "A la Patria Amada". Su
acompañante al piano fue el músico de cámara Djordje Stanetti, uno de los más
destacados pianistas jóvenes croatas.
Al terminar el
concierto, la embajada ofreció una copa de champaña en el salón de los bustos.
Su carrera
Después de haber
actuado en 1986 en el Teatro Colón, Dunja continuó su carrera profesional en
los más importantes escenarios operísticos del mundo, interpretando papeles
tales como: Alceste en la ópera de Gluck del mismo nombre (Stuttgart, 1987),
Kundry en Hamburgo (1990) y Houston (1991); Florinda en "Fierrabras"
de Schubert (Opera Estatal de Viena, 1990); Angel en la ópera
"Hagoromo" del compositor japonés Jo Kondo (Florencia, 1994), etc.
Su repertorio
como solista en recitales y conciertos es muy valioso. Interpreta obras de
Gounod, Massenet, Berlioz, Chaikovsky, Rajmaninov, Schubert,
Mira Dugacki
En Buenos Aires vive - desde hace 62 años- el violinista, dirigente y pedagogo musical croata de fama mundial Ljerko Spiller.
A sus casi 90
años mantiene intactos sus maravillosos dones musicales y su simpatía y
jovialidad conquistan a cuantas personas se le acercan.
A su patria
Croacia no ha olvidado. Su conversación es amena tanto en castellano como en
croata. En los últimos años ha hecho varios viajes a Zagreb no solamente por el
amor a su lejana patria sino también para presidir el jurado de los concursos
internacionales que cada cuatro años otorgan premios "Vaclav Huml" a
los mejores violinistas.
Vaclav Huml, un
checo de Zagreb y pedagogo en violín, fue profesor de Spiller quien desde su
niñez mostraba extraordinarios dones musicales.
El maestro
Spiller recuerda con todo cariño a Vaclav Huml que fue un magnífico profesor
muy severo.
Fue él quien
desarrolló en Spiller el gran potencial artístico. Así el maestro Spiller, ya a
los 18 años daba conciertos como solista en las grandes ciudades europeas y
siempre tuvo mucho público entusiasmado.
El maestro
Spiller comenta:
Doy todavía clases particulares aún a los alumnos de otros países, aunque
Buenos Aires esté lejos. Los que tienen verdadero interés siempre me
encuentran.
Todavía doy cursos por toda Europa, me llaman de todos lados para dictar
cursos y presidir concursos.
Su obra
pedagógica es el libro "El método para la enseñanza grupal de violín de
niños" y fue traducido a varios idiomas. Este libro fue analizado en una
obra oficial alemana como modelo de enseñanza.
Mis experiencias y logros confirman el éxito de mi enseñanza. Muchos de mis
alumnos se encuentran en los primeros puestos orquestales. Mi hijo, que también
fue mi alumno, es el primer violín de la orquesta de Radio Baviera en Münich.
La primera viola de esta orquesta también fue mi alumno como también el maestro
de conciertos (hasta hace poco) de la Filarmónica de Berlín y muchos otros.
Yo trato de que los estudiantes desarrollen su propia iniciativa y
actividad. Les pido que estudien la música de cámara, porque no todos pueden
ser solistas. A cada alumno trato de una manera individual. Enseño también a
los aficionados, porque ellos también tienen derecho de ampliar su sentido
musical.
El Maestro
Spiller llegó a la Argentina en 1935, cuando hacía ya cinco años que era
profesor en París de la conocida "Ecole normal de musique". También
actuaba en el cuarteto de arcos del mismo Instituto y fue concertino de la
Orquesta de Cámara "Alfred Coeto". En esa época actuaba en toda
Europa como solista.
Pero era el
destino. Durante el descanso del verano boreal le habían invitado a Buenos
Aires para dar cinco conciertos, y mientras viajaba en el barco, el edificio
donde se daría el concierto se había vendido y estaba siendo reparado.
Esperando empezó a tocar en un circulo de alta sociedad. En una oportunidad lo
escucharon unos productores de radio y enseguida lo contrataron como solista y
maestro de conciertos. Gracias a la prensa su nombre se hizo popular y muy
pronto hubo muchos interesados en sus clases. Buenos Aires era ya en ese
entonces una metrópoli muy grande con 3 millones de habitantes. Los amantes de
la música siempre tuvieron la posibilidad de elegir entre varios conciertos.
Y estalló la
segunda guerra mundial pero también pasó. Después de la guerra tuvo varias
oportunidades para radicarse en Europa, pero no las tomó por razones de
familia. Su esposa aunque era alemana, prefirió quedarse con los hijos en
Argentina.
El maestro dice:
Aun con la inestabilidad política y económica, la vida en Argentina nos
parecía linda. En Argentina hemos conseguido una buena posición económica y
sobre todo hemos encontrado mucha calidez humana. Así que nos quedamos en
Buenos Aires.
Actué en varios países de América y Europa pero el núcleo familiar estuvo
siempre aquí.
El maestro
Spiller sigue con sus clases particulares y cada dos semanas viaja a la
Patagonia (sur argentino) a la ciudad General Roca donde está el Instituto
Nacional Superior de Arte. Este tiene unos 900 alumnos y 90 profesores. Allí
dicta sus clases y un seminario de Cultura y civilización.
La revista del
diario La Nación comentando dicho Instituto llama a nuestro personaje
Ljerko Spiller es el Maestro de los Maestros.
Entre varios
diplomas y condecoraciones que le otorgaron se destaca el de la OEA
(Organización de Estados Americanos) y la condecoración que el Presidente de la
República de Croacia le dio en febrero de este año.
Studia Croatica se une a las
felicitaciones.
Jasper Ridley, TITO, Javier Vergara Editor, Buenos Aires,
1997
Neven Zivkovic, San Isidro, agosto de 1997
Habiéndose finalizado la agresión serbia contra los pueblos de Croacia y Bosnia- Hercegovina hace aproximadamente dos años, es de esperar que gradualmente irán apareciendo libros que arrojarán mucha más luz sobre lo acontecido que la que brindaron los medios masivos de comunicación durante la guerra. Aunque aún no es tiempo para los historiadores dado que en Bosnia-Hercegovina, dividida por el acuerdo de Dayton, el proceso de organización esta lejos de su solución final, indudablemente los analistas de la política internacional abordarán el tema con mucho interés; pues como todos los temas relacionados con los acontecimientos políticos en la península Balcánica, tiene complejidades que se resisten a los resúmenes, analogías y simplificaciones tan atractivos para periodistas y reporteros.
Como en la solapa
del libro se preanuncia que "Jasper Ridley es un distinguido historiador y
nos ofrece un panorama clarificador sobre los orígenes y la historia de este
territorio desgarrado durante siglos por las diferencias étnicas, políticas,
culturales y religiosas" supuse que muchos iban a leerlo para entender
algo más sobre las causas de la trágica guerra y las motivaciones por el tamaño
terror y ensañamiento de los agresores serbios contra las ciudades y la
población civil de Croacia y luego de Bosnia- Hercegovina. Con estas expectativas
y teniendo presente que el autor es historiador y autor de biografías, me
acerqué a esta obra con cierta dosis de optimismo.
La imagen que
Tito supo proyectar dentro y fuera de la Yugoslavia comunista despierta un
notorio interés y popularidad. Por su capacidad para cabalgar durante 35 años
sobre los complejos problemas internos de su país, la ruptura con el
stalinismo, su habilísima pendulación entre las potencias de Occidente y Rusia
enfrentados en la guerra fría y siendo uno de los creadores y probablemente
máxima figura de la tercera posición o movimiento de los países no alineados,
con justa razón, se lo considera entre los mas grandes estadistas de la segunda
mitad de este siglo. Tito y su Yugoslavia, que era comunista pero con un
comunismo "más humano" que el practicado en Rusia y sus satélites, le
daba material adecuado a esa izquierda intelectual e intelectualoide de
Occidente, que tardaba en percibir las elementales falencias de un sistema que
negaba la libertad y los derechos de personas y pueblos enteros. Un sistema que
subsistía más por las diabólicas policías y estructuras secretas de
"seguridad" del estado, que por la voluntad e interés de sus
sometidos y maltratados ciudadanos.
Esta biografía de
Tito, publicada en 1994, es una obra formalmente seria en la que el autor ha
detallado prolijamente en 46 páginas las notas, la bibliografía utilizada,
fuentes escritas y un listado de las 52 personas con las que se entrevistó en
su búsqueda de opiniones y detalles sobre determinados temas. Es de lamentar
que el autor haya omitido considerar una apreciable cantidad de material
escrito sobre las políticas y estrategias nacionales de Croacia y Serbia, sobre
la organización secreta croata de ustashi, el funcionamiento y la organización
del Estado Independiente de Croacia entre 1941-1945 y la visión croata de la
tragedia de Bleiburg. En este último caso, es lamentable que no haya siquiera
mencionado los argumentos de Sir Nicholas Tolstoy sobre la responsabilidad de
algunos funcionarios de Inglaterra por el genocidio de los croatas, cometido
por las tropas de Tito una vez finalizada la segunda guerra mundial.
Podrá
argumentarse que esto es una biografía de Tito y que determinados temas
solamente se mencionan sin ser profundizados, pero cabe preguntarse cuán
objetiva y válida es una biografía de Tito que no especifica con mayor claridad
y profundidad los complejísimos problemas del escenario político yugoslavo en
el que Tito actuó.
Se emiten
asiduamente juicios de valor negativos para los croatas por haber tenido un
régimen pronazi. Serbia durante la segunda guerra también lo tenía (gobierno
del Gral. Nedic), persiguió y exterminó a los judíos y minorías, e inclusive
realizó matanzas de serbios y croatas (en realidad los chetniks comenzaron con
las mismas antes que los ustashas) y el autor en ninguna parte las condena con
la misma vehemencia utilizada para la parte croata. Esta parcialidad del autor
le resta valor histórico a la obra e induce a creer que sus simpatías a menudo
prevalecieron frente al peso de los verdaderos acontecimientos.
Tito y el
comunismo heredaron, lo que ellos llamaron el problema de los
"nacionalismos enfrentados" que comprometía en sumo grado la
convivencia de croatas y serbios dentro de un mismo estado. A la ambición de
los serbios para ser la nación dominante, se oponía la voluntad de los croatas
para mantener su identidad nacional en los territorios históricamente croatas.
Este, indudablemente, era el principal problema interno yugoslavo, que además
de condicionar su estabilidad, comprometía la misma existencia del estado. Por
no haber presentado adecuadamente este tema, el autor privó a los lectores de
entender la principal causa y la razón de la desintegración de la Yugoslavia
comunista y el mérito que Tito tuvo por haber sabido maniobrar entre estas dos
irreconciliables posiciones.
Desde el comienzo
de la Segunda Guerra Mundial dentro del partido comunista existía una gran
división en cuanto a cómo encarar y resolver el problema de los nacionalismos.
Había una fuerte corriente que creía que luchaba contra los alemanes,
italianos, chetniks y ustashas por un Estado croata comunista. Estos comunistas
habían realizado una acertada lectura del entusiasmo del pueblo croata con la
independencia proclamada en abril de 1941; correctamente percibieron que
festejaba mucho más la liberación de una Yugoslavia que lo sometía, que el
régimen de Pavelic, el cual se alineaba con los fascistas y nacistas y que
había cedido gran parte de la costa croata a Mussolini. Estos motivos y el
terror de la ocupación italiana en las partes costeras croatas, fueron las
causas por las que los habitantes de Croacia llenaron las filas de la
resistencia. Hasta unas pocas semanas antes de la finalización de la Segunda
Guerra Mundial, había muchos más croatas que serbios dentro de las filas
partisanas. Recién entonces, los chetniks pasaron masivamente al bando de los
partisanos para evitar los castigos de los ganadores nivelando los porcentajes
de participación. Como en ninguna parte de esta biografía se menciona a los
partisanos por su nacionalidad, el autor niega por omisión el importante papel
que el pueblo croata tuvo combatiendo a las fuerzas del Eje durante esa guerra,
y juzga a todo el pueblo croata como fiel seguidor del nazismo. Negar esta
participación en la resistencia y exagerar la propia, fue uno de los
principales argumentos de la propaganda serbia para justificar las atrocidades
cometidas durante la agresión de 1991. Cínicamente, algunos notables líderes
políticos de Occidente que se oponían a la independencia de Croacia, también
repetían esto sin ponerse colorados.
Las diferentes
cifras de las víctimas de las matanzas atribuidas a los ustashi, que el autor
menciona en la pág. 150, varían de 60.000 hasta 700.000, "pero las
investigaciones recientes de historiadores concienzudos sugieren que la cifra
correcta es 330.000". No menciona ni en las notas ni en la bibliografía a
quienes el autor considera concienzudos historiadores que recientemente
escribieron sobre el tema y que sugieren algo que previamente investigaron
concienzudamente. El señor Jasper Ridley, distinguido historiador, flaco
favor le hizo a sus colegas y a su profesión escribiendo tan ligeramente sobre
este trágico asunto.
Investigando más
hubiese descubierto que los ustashis no comenzaron con las matanzas sino que
fueron los chetniks, al degollar, entre el 11 y el 14 de abril de 1941, 270
ancianos, mujeres y niños en Iljici y Struge, dos pequeños poblados croatas de
Hercegovina.
A pesar de que
Tito había nacido en Croacia y vivía entre los serbios, criticaba a ambos
nacionalismos en sus discursos públicos. A él le importaba una Yugoslavia
unida, pero no a cualquier precio, y utilizó todo su talento político para
mantenerla así. Percibía claramente que la apertura de las fronteras para el turismo,
los permisos para los trabajos temporarios en los países desarrollados de
Europa y el ingreso de la prensa libre del exterior, eran libertades que
paulatinamente irían debilitando el centralismo de un pesado y oneroso estado
comunista. Sin embargo la situación económica lo obligó a permitirlas.
Cuando en 1971
estalló lo que se denominó la primavera croata, Tito la enfrentó con cárceles,
pérdidas de puestos y derechos de trabajo o estudio. Pocos años antes, en la
época de Rankovic como jefe de la policía secreta, la fórmula hubiese sido
muchísimo más simple y brutal - la pena de muerte y prisión para muchos y menor
libertad para todos.
¿Se debía esta
reacción de Tito, sorprendentemente moderada para un viejo comunista, a su
percepción de que Yugoslavia como proyecto político estaba herida de muerte y
que la única esperanza para salvarla podría darse dentro de un sistema
democrático? Tal vez la respuesta la dio el mismo Tito tres años después, en
1974, promulgando una constitución en el marco de la cual las seis repúblicas
yugoslavas gradualmente dejaban al poder central solamente las relaciones
exteriores, defensa y policía, ocupándose y poniéndose de acuerdo cada
república sobre la enorme cantidad de asuntos que antes estaban bajo dominio
del poder central. Esa constitución le otorgaba el derecho a cada república
de separarse de la confederación yugoslava. Aun con este marco legal, muy
amplio para maniobrar políticamente, Tito dudaba sobre la continuidad de
Yugoslavia (pág. 359). Cabe pensar que mucho mayor peligro preveía por el lado
de los defensores de la idea de la Gran Serbia que por el lado croata.
Cuesta comprender
que Ridley, tanto en su calidad de escritor de biografías, como en la de
historiador, haya escrito en 1994 el capítulo "Yugoslavia después de
Tito", tal como lo hizo. Mayor todavía es la sorpresa si se considera que
durante 1993 realizó sus entrevistas en Zagreb y Belgrado. Nuevamente priva al
lector de algo sustancial, porque la Yugoslavia de Tito y comunista había
dejado de existir en 1991, cuatro repúblicas se habían convertido en países
independientes reconocidos por la comunidad internacional y, aunque la guerra
en Bosnia y Hercegovina seguía, un historiador tenía riquísimo material para
transmitir al lector, porque en definitiva los temores de Tito se habían
materializado en la práctica en forma trágica.
Termino esta
crítica del libro de Ridley con un resumen de los hechos y especulaciones que
deberían haber figurado en su último capitulo "Yugoslavia después de
Tito".
El interrogante
comenzó a develarse siete años después de la muerte de Tito, cuando se inició
la agonía de la Yugoslavia comunista. Las negociaciones entre las repúblicas
eran complicadas y difíciles. La idea de una Yugoslavia democrática, por más
atrayente que fuera para el orden mundial, requería que los principales
beneficiarios del centralismo y comunismo, renunciaran la enorme cantidad de
ventajas obtenidas y los serbios a su idea de la Gran Serbia. Hacia fines de
1989, de un lado se alineaban Eslovenia, Croacia, Bosnia y Hercegovina y
Macedonia y del otro Serbia, Montenegro y las regiones autónomas donde mediante
un golpe palaciego fueron colocados los partidarios de Milosevic. Las fuerzas
armadas, como tradicional reducto de los serbios, habían dado claras señales de
que no iban a observar pasivamente el desmembramiento de Yugoslavia. El
ejército le retiró el armamento a la defensa civil croata. Milosevic exacerbó
las extremas fuerzas nacionalistas serbias utilizando las consabidas técnicas
de manipulación de masas, recordándoles lo injusto que todo el mundo fue con
Serbia, llamando de genocidas a los croatas y recalcó la necesidad de unir
todas las tierras en las que vivían los serbios. Los uniformes y los
distintivos de los chetniks aparecían cada vez en mayor número en los actos
públicos. El poder central perdía poder cada día y la situación social se
deslizaba peligrosamente hacia el caos. Las elecciones en Eslovenia, Croacia y
Bosnia-Hercegovina fueron ganadas por los partidos no comunistas y los
referendums llevados a cabo en las mismas repúblicas le
otorgaban un plazo a las autoridades electas para ponerse de acuerdo con
Serbia, caso contrario, y dentro del marco de la constitución vigente,
escindirse de Yugoslavia y proclamar sus respectivas independencias.
Milosevic,
masivamente apoyado por los políticos e intelectuales serbios, hizo su gran
apuesta para la organización de la tercera Yugoslavia. Sabía que las poderosas
fuerzas armadas actuarían para ahogar cualquier resistencia croata, estimando
que para ello no se requeriría más de un par de semanas, ya que Croacia estaba
desarmada. A Eslovenia se le daría la opción a irse de Yugoslavia previos
arreglos de índole económica. El resto de las repúblicas, aceptarían la
realidad de un hecho consumado y Serbia por fin habría terminado de implementar
su política de expansión diagramada en 1844. Una nueva Yugoslavia
exclusivamente serbia, continuaría existiendo para mantener el orden que las
potencias desearan para esa región. Es muy probable que Milosevic haya recibido
más que algún guiño aprobatorio de USA, Rusia, Inglaterra y Francia para poner
en marcha de las fuerzas armadas yugoslavas, porque de otra forma, no se puede
explicar la pasividad de los líderes de la comunidad internacional ante las
trágicas imágenes que los medios diariamente enviaban desde Croacia al mundo.
Al no haber condenado en 1991 la agresión serbia sobre Croacia, la comunidad
internacional permitió la agresión serbia al territorio de Bosnia-Hercegovina
en 1992.
El proceso de la
desintegración de Yugoslavia todavía dura, porque Bosnia- Hercegovina, según el
acuerdo de Dayton, está subdivida por las mismas potencias que dicen que la
quieren unida. Tal vez ese sea el teatro de otra guerra, que indudablemente se
dará, si las enseñanzas de la historia de las dos Yugoslavias no son
aprovechadas, tanto por los pueblos que en ellas vivieron, como por la
comunidad internacional que dos veces fracasó fundándolas.
(Hablemos croata. Consejos idiomáticos). Biblioteka Hrvatski Radio.
Naprijed, Zagreb, 1997; 511 páginas.
Como promete el
subtítulo, aquí hay consejos -o sugerencias, o pronunciamientos- para un mejor
uso de la lengua. Se trata de un total de 350 entre palabras y alocuciones. Los
consejos están fundamentados y razonados, y sobre todo, apoyados en un concepto
purista del idioma. La tendencia es preferir el uso de palabras croatas frente
a los llamados 'internacionalismos', y como se puntualizó en Pula en el
Seminario de verano de la Escuela de Eslavística de la Universidad de Zagreb,
si hay que elegir palabras extranjeras, que sean griegas o latinas; que
"como son las lenguas de todos, no son las lenguas de nadie".
El ejemplo
clásico que trajo la tecnología y la globalización es el término
"computadora" que el croata resolvió llamar "racunalo",
esto es, lo que hace cuentas (lo que en castellano se llama computadora en
realidad realiza más funciones que las del cálculo, pero el mismo problema
tiene el término en inglés; "computer" es lo que hace cuentas. Quizá
en ese sentido sean los españoles y los franceses quienes mejor resolvieron la
cuestión al llamar "ordenador" al aparato en cuestión).
Pero con esto no
termina el tema ya que ¿por qué no llamar racunalni o racunalstvo al -en más de
un sentido- conflictivo aparato?
Y cuando, al
contrario del caso anterior, no se traduce un término sino que se lo asimila,
la pregunta es ¿con qué extensión semántica?
Otras cuestiones,
¿lo recibido del latín debe declinarse o no? ¿qué
hacer con los héroes de Virgilio como Eneas y Dido?
Los artículos
sobre cada término -más logrados unos que otros- son cortos y concisos,
explicativos y con un poco de humor aquí y allá; su origen radial le da un
ritmo ágil (esto fue concebido para la radio y emitido a través de muchas semanas).
Los veinte
colaborados que se reunieron en ese volumen provienen de distintos ámbitos; así
la profesora Jasenka Ruzic es lectora de HRT (radio y televisión croata), el
prof. Dr. Vladimir Anic es miembro de la Facultad de Filosofía de Zagreb, el prof
Dr. Bonaventura Duda es franciscano y vive en Zagreb, Marija Snika es del
Instituto de filología e idioma croata.
Govorimo hrvatski es la decimosexta publicación de esta colección de Biblioteka Hrvatski
Radio.
(La Iglesia
herida en Croacia. La destrucción de los objetos sacros), Zagreb, 1996. Editor
Ilija Zivkovic, editor responsable Ante Beljo.
Este libro
informa detalladamente sobre los enormes daños infligidos a las iglesias a
través de los años de la guerra; el informe está ilustrado con más de
ochocientas fotografías y un par de decenas de mapas.
En el prólogo se
dice lo que luego repetirá cada una de las fotos: las ruinas hablan en forma
contundente de la escalada de la agresión serbia, de sus motivaciones y de su
estrategia.
El Centro
Informativo Croata, Matica Hrvatska Iseljenika y la Dirección nacional para la
Protección del patrimonio natural y cultural se unieron en septiembre de 1995
para dar forma a esta iniciativa de la Conferencia Episcopal que preside el
arzobispo de Zagreb, cardenal Franjo Kuharic.
La mayor parte de
los datos que se manejan aquí fue brindada por los obispados afectados y luego
se complementó con investigaciones en el terreno realizadas por el equipo.
En uno de los
capítulos, Jure Zecevic habla sobre la sociedad multiconfesional croata y el
desempeño ecuménico de la Iglesia en Croacia hasta esta guerra. Exposición que
es complementada por la de Antun Skvorcevic, que en este caso se refiere a la
actuación de las jerarquías durante la guerra.
Por su parte,
Bozidar Javorovic desplegó los fundamentos y objetivos de la agresión serbia en
el país; ilustrado con los mapas de los serbios Nikola Pasic, Moljevic, Simovic
y Antonjevic que amputan severamente a Croacia, tal como fue y es la intención
granserbista.
Los documentos se
acompañan con muestras estadísticas que distinguen de lo totalmente destruido,
lo severamente dañado y su proporción.
Las fotos -que
ocupan la mayor parte del libro y en muchos casos muestran en la misma página
el antes y el después- tienen un epígrafe con datos de su construcción y el
momento de la destrucción.
Un capítulo
entero -con este `antes' y `después'- está dedicado por Radovan Ivancevic a los
objetos de arte, las bibliotecas, los castillos -como el palacio de Eltz de
Vukovar- el antiguo palacio del Ban en Zagreb, las termas de Lipik y hasta los
árboles centenarios, como en Bjelovar. Todo muestra la intencionalidad en la
destrucción del patrimonio en general y del religioso y el cultural en
especial.
Las iglesias
dañadas están agrupadas por obispados y decanatos; así en el libro desfilan los
daños de la martirizada Vukovar, Dubrovnik, Srijem, Osijek, Darda, Vinkovci y
otros, mientras se suceden las fotos, los pueblos y las ciudades a través de
veintiún condados que sufrieron una misma iniquidad; así Senj, Split, Cetina,
Vrlika, Knin y el resto.
No faltan aquí
documentos de la agresión sufrida por otras creencias. La comunidad judía lo
muestra en el daño de sus templos y cementerios de las localidades de Daruvar,
Osijek y Dubrovnik.
La misma suerte
corrieron las comunidades cristianas de los pentecostales, los calvinistas, los
adventistas y los baptistas y se muestra el daño de sus templos, sobre todo en
Daruvar, Hrastin y Cuntic. Así como también las fotos testimonian sobre los
templos ortodoxos serbios agredidos por proyectiles serbios, como los de
Pakrac, Gorice Mala, Karlovac y Jazavica, entre otros.
Por último una
compilación de cien fotografías demuestran que están
intactas las iglesias ortodoxas serbias en los territorios que vieron el paso
de las tropas croatas en las operaciones de liberación "Relámpago" y
"Tormenta". Todo esto expone la diferencia de intenciones; en los
unos fue destruir una identidad y la de los otros, simplemente recuperar su
territorio.
Los mapas, las
fotos y los datos forman un conjunto valioso que -sino exhaustivo- es
concienzudo, altamente explicativo, muy desgarrador, y sobre todo, irrefutable.
Sin duda, la
recopilación de este material constituyó un esfuerzo enorme que hay que
agradecer a quienes asistieron a los editores; se trata de Mile Bogovic,
Miljenko Buljan, Luka Gavranovic, Stjepan Kozul, Dionizije Lasic, Simun Penava,
Petar Marija Radelj, Aleksander Ravlic, Marica Risek, y Zdravko Zivkovic en la
redacción y en algunos casos en la fotografía; y específicamente las
fotografías de Vidoslav Barac, Milan Begic, Bozo Gjukic, Tony Hnojcik, Julije
Huremovic, Ivica Lajtner, Ante Miljak, Goran Mehkek, Juraj Jezerinac, Miro
Kerner, Pavo Urban, Bruno Vugdelija, Josip Zagar y Vjekoslav Zugaj. Los mapas
estuvieron a cargo de Sofija Mavar y Bruno Diklic.
Un simposio
internacional. Edición de Hrvatska Matica Iseljenika. Texto en inglés y croata.
Zagreb, 1997. 316 págs.
El sacrificio más
dramático y terrible que sufrió la nación croata fue el calvario de 1945, fue
un acontecimiento crucial en su historia; así lo señala el editor de este
volumen Andjelko Mijatovic.
En el simposio
internacional sobre Bleiburg que tuvo lugar en Zagreb el 12 y 13 de mayo de
1995 fueron expuestos los resultados de arduas investigaciones; arduas no sólo
porque se trató de hechos horrorosos, no sólo porque las víctimas se llevaron a
la tumba los detalles de su martirio, sino también porque durante larguísimos
años el silencio cubrió a esta historia.
Sin embargo, los
datos aquí reunidos son precisos y hay testimonios que posibilitan aún nuevas
investigaciones. En el simposio se expusieron también el análisis, las reflexiones
y las acusaciones; el volumen recopila los veintidós trabajos; algunos de cuyos
títulos son: "El final del estado independiente croata, retirada, las
negociaciones de Bleiburg, entrega" de Kazimir Katalinic; "Una
columna de más de 70 kilómetros de largo...." de Tomislav Obrdalj;
"En la fosa quedamos solamente dieciocho" de Milan Zajec; "El
clero croata - víctima en Bleiburg" de Ante Bakovic; "Debemos
identificar a todas las víctimas..." de Vice Vukojevic.
Por su parte,
John-Ivan Prcela (Cleveland, USA) habló sobre el comité de Cleveland, la
temprana -casi inmediata- recolección de documentos y testimonios de la
masacre. Relató que quince años más tarde -en 1960- se hizo una conmemoración
en Cleveland y desde ese momento comenzaron con la preparación del primer
libro. Desde su postura discrepa con la de "La tragedia de Bleiburg"
que Studia Croatica editara en 1963; su discrepancia reside básicamente
en el número de víctimas, según Prcela no fueron menos de 600.000.
Fueron los
ingleses participantes del simposio los que señalaron la responsabilidad
central de Mac Millan. Así Philip Bratton en "Los croatas fueron nuestros
prisioneros" al igual que John Corsellis, recuerda la repatriación
forzada; en esto están acompañados por Nikolay Tolstoy -quien como se sabe fue
juzgado en Inglaterra por sacar a la luz estos episodios e incriminar a Anthony
Eden, además de a Harold Mac Millan.
La exposición de
Vinko Grubisic se centró en la literatura del exilio dedicada a Bleiburg.
Recordó, entre otras, las obras de Viktor Vida, Mirko Vidovic, Boris Maruna,
Srecko Karaman, Antun Bonifacic, Ante Nizeteo y el poema "Bosnia", de
Alan Horic, lamentablemente, como dijo Grubisic "tan referida al presente
como a ese pasado".
"Lloran las
calles por las risas de los niños que el disparo asesino dispersó"...
Ante Beljo reseñó
el inicio y desarrollo de la ideología de la Gran Serbia; ideología que fue el
espíritu de estas iniquidades y alentó su posibilidad. Desde Ilija Garasanin
-el político serbio más activo del siglo pasado-, Vuk Stefanovic Karadzic
-quien niega la identidad de los croatas como pueblo y como nación individual-,
Nikola Stojanovic, Jovan Cvijic, Vasa Cubrilovic hasta Stevan Moljevic; y el
memorandum de 1986 de la Academia serbia de artes y ciencias (SANU), cuyo
mensaje principal fue que todos los serbios deben vivir en un sólo país y que
"nadie derrotará a los serbios".
Las otras
exposiciones estuvieron a cargo de Nedjelko Mihanovic, Zdravko Dizdar, Dusan
Bilandzic, Dubravko Jelcic, Vladimir Zerjavic, Josip Jurcevic, Mate Simundic,
Stjepan Slipac, Ivan Gugic y Kazimir Sviben.
El simposio
recordó que el primero de carácter internacional en el que se habló
abiertamente de Bleiburg y de las víctimas croatas tuvo lugar 42 años después
de la tragedia, es decir, en marzo de 1987; fue en la universidad de Oxford.
El volumen tiene
además un importante dossier de mapas y fotos que resumen visualmente un
hecho: donde antes hubo croatas ahora hay tumbas y recordatorios.
En marzo de 1997
se presentó en Madrid Limitaciones (poemas escogidos 1972-1988) de Boris
Maruna; con traducción al español de Jadranka Vrsalovic Carevic y Cecilio
Fernández Bustos. En la edición de "Doce Calles".
Sin duda alguna,
Maruna ya está reconocido como uno de los mejores poetas de su generación en
lengua croata.
Maruna escribe
una poesía culta y popular a la vez; en la que a veces no sólo es contestatario sino que lisa y llanamente se muestra amigo de
escandalizar. Y los cauces que toma su ironía suelen desembocar en el mar del
nihilismo.
"Un profesor mío decía que era de la primera generación concebida en
el asiento de atrás de un coche, yo soy de la última generación croata
engendrada en la cumbre del Velebit", dice aclarando su origen.
Y por la
contratapa se sabe que Boris Maruna nació en Croacia en 1940 y vivió exiliado
en la Argentina, Italia, Inglaterra, EEUU y España. Algunos tramos del exilio
fueron recordados en la presentación en Madrid "El señor Perón tuvo una
idea fantástica: tomar de Europa -como lo hicieron los americanos con la
inteligencia judía de los años 30- toda la inteligencia de Europa. Así acogió a
muchos croatas, checos, polacos, alemanes, etc. Pero la
leyes estúpidas de la Argentina no reconocieron título alguno. Así aquella
gente, incluso el rector de la Universidad de Zagreb, llegó allá oficialmente
iletrado...."
Con dificultades
como esa y tantas otras, durante los años de peregrinaje -de 1960 a 1990- la
patria lo contó entre sus fieles defensores; en ese entonces dijo Maruna
Así, pues, aún existe Croacia
Así, pues, aún existe Croacia
En este mapa, fuera del espacio y del tiempo,
País de forma singular, como escritura cuneiforme,
roída por dentro, carcomida por los bordes.
Así pues, aún estamos aquí
esta tarde de fastidiosas moscas y calores.
Yo te estoy trazando el camino que deberías seguir,
Para llegar adonde siempre has estado.
Así. Ahora, por fin, habré acabado contigo.
sonrío contento mientras abro
Otra lata de cerveza y sigo mirando
A la lejanía de aquellos umbrosos bosques inexplorados;
De los que nunca saldremos con vida, ni nosotros
Ni nuestra prole.
El volumen lleva
una dedicatoria a Nicanor Parra quien fuera una gran influencia para Maruna.
Matica Hrvatska
recogió otros poemas del autor bajo el sugestivo título "Bilo je lakse
voljeti te iz daljine" (Era más fácil quererte desde lejos). Allí, como en
Limitaciones, Maruna utiliza en algunos tramos la enunciación caótica
tan cara a Walt Whitman; y allí también muchos de sus versos están agitados por
el desasosiego.
Defenderé la casa
de mi padre
Defenderé la casa de mi padre de los lobos
de los malos tiempos la defenderé
de los impuestos de la ideología
de las conjuras.
Defenderé la casa de mi padre de los criminales
de las injusticias
perderé el ganado perderé los viñedos
la plaga arruinará las cepas
pero defenderé la casa de mi padre
cuando me arranquen las armas
la defenderé con las manos desnudas
la defenderé con los dientes y salvajemente
pero defenderé la casa de mi padre
cuando quede sin manos y sin hombros
con el pecho desgarrado la defenderé con el corazón ensangrentado
la defenderé con mi alma
la defenderé con la mirada de mi padre así defenderé
la casa de mi padre
cuando muera cuando se pierda mi alma
cuando mi corazón se transforme en tierra
cuando ya nada quede de mí
la casa de mi padre
permanecerá
de pie.
La poesía de Maruna, insisto, puede resultar a veces ruda
y a veces impactante, pero por sobre todas las cosas es siempre bella.
Cuatro veces por año aparece en Suiza el periódico croata
de la diáspora "Hrvatski dijasporski list". En el número 16 que
corresponde a junio de 1997, el Dr. Jure Radic, Vicepresidente del gobierno y
ministro de Reconstrucción y Desarrollo de Croacia dice "Ya reconstruimos
cerca de 30.000 casas". Por su parte, Marijan Petrovic, ministro del
Retorno y la Inmigración, señala que la diáspora invierte en Croacia alrededor
de dos mil millones de dólares por año.
Damir Zoric, director de pensiones y seguros de
invalidez, responde a los que quieren retornar a la patria que "no hace
falta gestores ni agencias" para obtenerlas o regularizarlas.
En otro de los artículos, Dragan Hazler hace una historia
sumaria de los croatas y de sus defensores.
Marko Pacak reflexiona y brinda datos sobre quiénes
vuelven a la patria y quiénes no.
Hay además una sección solicitando padrinazgo para niños
refugiados. La dirección del periódico es
Hrvatska
Akademija
4013
Basel. Postfach 81, Suiza
tel/fax 061-3214732
E-mail: dijaspora@aol.com
El boletín mensual del Ministerio del Retorno, en su número de septiembre de 1997 trae las palabras que el presidente Franjo Tudjman pronunció en ocasión del juramento en la plaza San Marcos de Zagreb "Como cabeza del estado croata hago mi juramento y me comprometo a servir fielmente a la nación y a todos sus ciudadanos; esto significa que defenderé y protegeré dignamente los intereses de la nación y el estado croatas...."
En la nota editorial se afirma "El retorno de los
emigrantes es el requisito para la renovación demográfica y el desarrollo
económico de la República. El ministro Marijan Petrovic anuncia que "Se
designaron seis millones de kunas para una residencia en Velika Gorica, que
tendrá diecisiete departamentos de dos ambientes cada uno (de 30 a 50 m2), en
los cuales van a vivir las familias humildes de los que retornan hasta su
instalación en las regiones liberadas.
En el simposio "Croacia 2000. Ayer, hoy y mañana de
la diáspora croata", que tuvo lugar en Zagreb el 15 de junio 1997, habló
el Dr. Sancevic, presidente de la comisión para la inmigración en el Sabor.
Sancevic recordó a la emigración y enumeró a los que forman parte de ella. Así,
los que nacieron en Croacia, los que nacieron en la emigración y los que hace
generaciones que residen afuera; los que tienen algún padre croata; los que
saben el idioma, los que lo hablan mal y los que no lo hablan en absoluto.
"Y no olvidemos", dijo, "croata es todo aquel que se sienta
croata".
Además, varias páginas del número están dedicadas a la
región de Lika Senj, sus ciudades, posibilidades empresarias, deportes,
cultura, escolaridad y, por supuesto, las bellezas naturales. En esa zona se
encuentra el considerado tesoro de la humanidad por la UNESCO y por todos los
que lo vieron como un milagro, los lagos de Plitvice.
En las páginas 28 y siguientes hay fragmentos del VODIC
-la guía de los que retornan -con datos sobre economía, empleo, seguros, etc.
Ministerio del Retorno y la Inmigración Savska 41, 12 kat
10000, Zagreb, Croacia Teléfono 385- 1 617-6011 Director y editor responsable:
Antun Babic
Carmen Vrljicak-Espain
Selección de José Pavletich y Adrián Pastor. Edición de
Inversiones Kapeluz S.R.L. Perú, 1996
Frente a la tarea de comentar una antología de poesía, me
encuentro con dos limitaciones: en primer lugar, difícilmente pueda uno juzgar
a un poeta por un mínimo fragmento de su obra.
La segunda dificultad, no tan evidente pero aún más
crítica que la primera, es que esta antología en particular es una reunión de poetas
escogidos en base a un rasgo, por decirlo así, extraliterario: una patria que
les duele por su presencia, por su ausencia o porque la imaginan en el rostro
de sus padres.
Es una antología de poesía contemporánea. Pero la edad
contemporánea viene durando mucho. Si existiera un término para designar el
tiempo que llega después del contemporáneo, entonces este siglo XX estaría
dividido históricamente en más de un período. No es lo mismo haber nacido en
1900 que en 1970. Tampoco es lo mismo Croacia, Perú, Argentina o Chile.
Pero los poetas de todas las épocas han sido iguales en
este sentido: todos ellos trataron de transformar en belleza al dolor, al
horror, al amor o a la misma belleza.
Y en el caso de estos poetas croatas -y también en el
caso de los que han quedado fuera de la antología por una mera cuestión de
espacio, como advierte el prólogo-, hay temas recurrentes además de los
mencionados: la guerra, el exilio, la nostalgia y la esperanza.
José Pavletich y Adrián Pastor, recopiladores al tiempo
que poetas ellos mismos, han convocado a esta treintena de poetas de Croacia,
Perú, Argentina y Chile para que ellos señalen las huellas de un pueblo
obligado a partir pero destinado a volver siempre, al menos con el alma.
José Pavletich nació en Lima en 1942, y además de poeta,
es escritor y periodista, colaborador de diversos diarios y revistas; son ocho
los libros que tiene publicados y traducidos a varios idiomas.
Adrián Pastor es también limeño. Nacido en 1975, colabora
en diarios y revistas de su país y del extranjero y dirige una revista
literaria. Se lo considera una de las voces descollantes de la nueva generación
de poetas.
El libro, de edición bilingüe, cuenta con la presentación
de Maja Lukac- Stier, en la que ella recorre brevemente la tradición lingüística
y literaria de Croacia.
La antología está dividida en cuatro partes: poetas
residentes en Croacia, poetas radicados en la Argentina, poetas chilenos
descendientes de croatas y poetas peruanos descendientes de croatas. Los
autores recogidos en esta antología han nacido en el enorme lapso que va de
1896 a 1975 y están presentados aquí con una breve reseña de sus vidas y obras.
¿Cómo nombrarlos a todos sin convertir esta reseña en una
aburrida lista? ¿Y con qué criterio seleccionar algunos?
Prefiero dejar al lector esa tarea, la de sumergirse en
el libro y escuchar lo que los poetas tienen para decir.
Al azar, he elegido a uno para que los represente a
todos, para que nos represente a todos.
María Luz Espain
U EGZILU
Ali jos prije
negoli Vremenu uspije
skupiti mi i skrsiti
ramena, i zemlji ih nagnuti,
nadam se, mocicu
cuti bar,
ako ne i viditi
narod svoj ponosan,
gospodarom svoga,
na svojoj zemlji
i
moru bez premca.
EXILIO
Y sin embargo,
tengo la esperanza de que
aún antes que el Tiempo
logre abatir y encorvar
mis hombros,
y doblegarlos hacia la tierra,
yo podré,
por lo menos sentir,
si no ver,
a mi pueblo orgulloso,
dueño de lo suyo
en su tierra
y en ese mar sin igual.
Edo Bulat
(Escrito en Buenos Aires en 1965. El autor falleció en el
exilio en 1984)
Traducción: Jasna Bulat
Salí a navegar esta noche por la red y me encontré con
Uds. No soy croata pero estuve en Medjugorje dos veces, una fue en el año
1989... no vi a la GOSPA... pero ella me vio a mí...
volví en el 1993... llevamos ayuda humanitaria hasta
Tomislav Grad... una noche desde Medjugorje supimos que en Mostar "había
problemas"... rezamos mucho y la GOSPA oyó nuestras intenciones...
Yo nací en Córdoba y hace 32 años resido en Puerto
Rico... quisiera que sepan que nunca en mi vida mi alma se sintió tan
favorecida y feliz como al lado del Krizevac, gracias por su patria tan
hermosa, su música y su catolicismo... y porque la Reina de la Paz los eligió a
Uds. allá....
Saludos y agradecimiento a Zlatko Tanodi... cordobés?
Osvaldo Manuel Herrero, 24 de septiembre de 1997, Puerto
Rico.
He pasado más de diez horas leyendo sus publicaciones. He
aprendido mucho.
Como descendiente de croatas que salieron de Sutivan,
Brac en 1899, llegaron a Buenos Aires, y cruzaron los Andes para avecindarse en
Antofagasta, Chile, en uno de los desiertos más desolados del mundo; me siento
orgulloso de mis raíces. Soy joven y estoy planeando un viaje a Croacia para
ver San Juan y el resto de esa tierra que siento como mía. Me gustaría saber si
hay alguna publicación que pueda comprar, en que se narre de donde salieron,
cuanto pagaban por el viaje, cuanto tardaban y las experiencias y dificultades
que sufrían en esas navegaciones y en el cruzar la Argentina y también la
cordillera. Esto que hacen Uds. es muy bueno, especialmente para los jóvenes.
Gracias nuevamente pues me han dado un sentimiento muy especial. Atentamente,
Anthony Ljubetic, 31 de agosto de 1997, Los Angeles,
California.
El 12 de julio de este año el pueblo croata, en la patria
y en la diáspora, se vio conmovido por la triste noticia del fallecimiento del
poeta Nikolic, figura relevante en la lucha por la independencia de Croacia. La
noticia conmovió particularmente a la colonia en la Argentina, en Buenos Aires,
donde Nikolic inició su trascendente obra editorial, participando activamente
también en la fundación y primera redacción de la revista Studia Croatica.
Vinko Nikolic nació en Sibenik el 2 de marzo de 1912 y
desde temprana edad manifestó su talento literario. Se recibió en la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad de Zagreb, donde desempeñó el cargo de
profesor en los colegios secundarios de la ciudad desde 1939 hasta 1945, año
que abandonó la patria uniéndose al éxodo de centenares de miles de
compatriotas en su retirada frente al avance del ejército comunista, buscando
refugio en la región austríaca dominada por el ejército británico. Rechazados y
entregados por los británicos a los comunistas yugoslavos, sólo algunos
lograron salvarse de las matanzas masivas, entre ellos Vinko Nikolic quien,
desde ese momento, inició un dramático vía crucis que forjó su personalidad de
poeta y de promotor de la unidad nacional en la lucha por la liberación de su
patria.
Salvándose de la extradición al recién establecido
gobierno comunista yugoslavo al saltar, en plena marcha, del tren de los
deportados, llegó a Roma donde logró una relativa tranquilidad. Allí, en la
Facultad de Filosofía y Letras, preparó su tesis de doctorado sobre poesía
croata moderna y publicó su primer libro de poesías en el exilio: "La
Patria perdida". Amenazado nuevamente por las circunstancias políticas reinantes
se trasladó al Nuevo Mundo en busca de una paz y de la posibilidad de reiniciar
una actividad político-cultural.
En junio de 1947 llegó a Buenos Aires, donde se revelaron
sus extraordinarios dotes en el ámbito editorial. Pasando por las dolorosas experiencias
de los emigrados, consiguió un empleo en la biblioteca del Ministerio de Obras
Públicas y paralelamente se volcó sin demora a la actividad patriótica.
Desde fines de ese mismo año hasta la mitad de 1950, fue
redactor junto con Franjo Nevistic, del bisemanario Hrvatska (Croacia).
Al mismo tiempo germina la idea de la necesidad de un
revista dedicada a temas culturales, históricos y políticos croatas en vista de
mantener y fortalecer los anhelos de liberación nacional.
La idea se ve realizada en el año 1951, cuando aparece el
primer volumen de Hrvatska Revija (La revista croata),
publicación trimestral, editada en colaboración con el escritor Antun
Bonifacic, residente en aquel tiempo en Brasil. Ya los primeros volúmenes de
Hrvatska Revija demuestran que la revista se aparta de los estrechos marcos
partidistas y que inicia el proceso de la unificación nacional de la emigración
y de su vinculación con la madre patria en la lucha por el reestablecimiento
del Estado croata independiente, soberano y democrático.
Desde 1955 Nikolic asume la dirección de la Revista como
único redactor. Siguiendo el camino trazado, consigue paulatinamente la
colaboración de representativos escritores y destacadas personalidades de
distintas orientaciones políticas. Dos años después, en 1957 fundó en Buenos
Aires la editorial Knjiznica Hrvatske Revije, KHR (Biblioteca de la
revista croata) que editó obras de importantes escritores y poetas croatas
complementando los temas tratados en la revista.
Consciente de la importancia que la revista y los libros
de la editorial van adquiriendo en la lucha nacional por la independencia,
Nikolic siente la necesidad de trasladarse a Europa y seguir allí con la
revista y la editorial "Frente a las puertas de la Patria".
En 1966 se estableció en París y en setiembre del mismo
año publicó el primer volumen francés de Hrvatska Revija. Sufre luego un
inesperado revés: a raíz del requerimiento del gobierno de Belgrado se le anula
a Nikolic el permiso de residencia en Francia y la policía destruye totalmente
el siguiente volumen de 164 páginas que se estaba imprimiendo.
Sin desanimarse, Nikolic y su esposa reimprimen el mismo
volumen en Munich, logrando salvar así la continuidad de la Hrvatska Revija "Frente
a las puertas de la Patria". Los esposos Nikolic obtienen la residencia en
España y se establecen en Barcelona, donde la revista y la editorial alcanzaron
la cumbre de su actividad que continuó hasta 1991 cuando Nikolic y su esposa se
trasladan definitivamente a la patria liberada, continuando ininterrumpidamente
su labor en Zagreb.
A su regreso a Croacia, Nikolic donó a la Biblioteca
Nacional Universitaria el fruto de 40 años de exilio, los 160 volúmenes de Hrvatska
Revija, además de 65 libros editados por él y de un valiosísimo archivo de
documentos relacionados con esta insigne labor editorial. A su vez, Nikolic fue
galardonado con los cargos de vicepresidente de la más antigua institución
cultural croata, Matica Hrvatska, el de presidente de la Matriz croata de los
emigrados y miembro de la Cámara de Regiones (Zupanije) del Parlamento croata
por el Presidente de la República.
El reconocimiento de la obra literaria y editorial
realizada por Vinko Nikolic tuvo expresiones particulares en el homenaje
póstumo que le fue rendido en su entierro, el 16 de julio, en el cementerio
Mirogoj de Zagreb. Lo acompañaron miles de amigos y hombres y mujeres de
distintas orientaciones políticas. La ceremonia religiosa del sepelio estuvo a
cargo del sacerdote Fra Bonaventura Duda, en presencia del obispo auxiliar de
Zagreb el Dr. Gjuro Koksa. El presidente del Sabor, el académico Vlatko
Pavletic, depositó una corona en nombre de esta institución parlamentaria.
Pronunciaron discursos el Dr. Josip Bratulic, presidente de Matica Hrvatska, el
académico Dubravko Jelcic en nombre de la Sociedad de escritores croatas,
Franko Ceko en nombre de la ciudad natal de Nikolic, la presidenta de la Cámara
de Regiones, Dra. Katica Ivanisevic, el escritor Boris Maruna y por último el
Dr. Juraj Kolaric, en nombre de la sociedad patriótica "Druzba brace
hrvatskoga zmaja".
En todos los discursos predominó el pensamiento expresado
por Josip Bratulic: "Nikolic agotó su vida sirviendo a los demás sabiendo
que así servía a Croacia, su amor permanente. Por eso lo llevan en su
pensamiento aun aquellos que no compartieron sus ideas políticas, pero sí
compartieron su forma de diálogo humano. Fue un cristiano auténtico, por su
vida y por sus acciones. Sus poemas casi siempre fueron oraciones, o gritos de
Job acerca de los destinos del hombre, del pueblo croata y de su país natal.
Los temas centrales de su poesía son la patria, la madre, Croacia, la
libertad...".
La redacción de Studia Croatica se siente
particularmente unida a este sentir nacional manifestado hacia la persona de
Vinko Nikolic y su obra, puente entre las dos Croacias: la patria y la diáspora
croata. Nosotros, que tuvimos la suerte de acompañar su labor desde los penosos
primeros pasos en Buenos Aires, conocer su hogar en la romántica calle Abad
Samso, en Barcelona, y también su departamento-redacción repleto de libros y
recuerdos, en Zagreb, apreciamos de una manera especial la obra de este hombre
excepcional.
La muerte de Vinko Nikolic resulta tanto más dolorosa por
cuanto nos deja, a pesar de su avanzada edad, en plenas condiciones de fuerza
creativa. Pero su corazón, que ha cortado tan inesperadamente esta vida
ejemplar, ha cerrado a su vez armoniosamente su ciclo vital: Nikolic murió en
su querido Sibenik, la ciudad donde había nacido, y fue sepultado en la tierra
que siempre amó y que tuvo la dicha de llegar a ver así como la había soñado:
libre y soberana. Esto es un consuelo para su esposa y principal colaboradora
Stefica, para sus amigos y para el pueblo croata.
Para nosotros, Vinko Nikolic sigue y seguirá viviendo en
nuestro constante recuerdo y en un profundo sentimiento de agradecimiento.
Radovan Latkovic
DRAGI GRAD
GRAD pod Plavom Gorom, ko domaja cijela,
Poput kobnog groblja zavit je crninom;
Spomenik su tuzni dva zvonika bijela,
Sklopljena ko ruke - stit nad
domovinom.
Ponosni moj grade, kud tvoj udes ide?
Prijestolnice sveta, da se dignu bani,
Oh, da dodju kralji! Da te takva vide,
Svi bi zaplakali nasi velikani!
Gradove sam naso slavnije i vece,
Al ne nadjoh tebe, najmiliji grade,
Zato ni u jednom ne ocutjeh srece.
Zdravo, kruno Zemlje i zastavo slave!
Ti sto za nas krijes, srce nase znade:
Kad te spominjemo, poniknemo glave.
CIUDAD AMADA[28]
CIUDAD bajo el Monte Azul, que cual el terruño ahora
Semeja una tumba cruel en negrura sumergida.
Los dos blancos campanarios son una imagen sufrida,
Como manos que se juntan- de la Patria protectoras
¿Cuál será tu destino ciudad orgullosa mía?
Sagrada capital, si los Banes volvieran.
¡Si vinieran los Reyes! Si como estás te vieran.
¡Todos ellos seguro en llanto romperían!
Me he encontrado en ciudades más grandes y famosas,
Ninguna como tú, mi ciudad más amada,
Por eso en ellas nunca mi vida fue dichosa.
¡Salve Patria corona, de la gloria estandarte!
Centro de la esperanza que nos tienes guardada:
Inclinamos la frente, con sólo recordarte.
DOLAC
Stína na stíni
kupa
do kupe
kuca.
Kala do kale
skala do skale
misto.
Bíli kanpanjel
crni reloj
crkva.
Bonaca, jugo,
barke, kaici
porat.
Stara fortica,
kameni beden
Dolac.
DOLAC[29]
Piedra sobre
piedra
Teja junto a
teja
Casa.
Callejuelas lado a lado
Un escalón tras otro
Pueblo.
Blanco campanario
Negro reloj
Iglesia.
Bonanza, vendaval,
Barcas, chinchorros
Puerto.
Vieja fortaleza,
Bastión de piedra
Dolac.
Vinko
Nikolic
Traducción:
Jasna Bulat
El 24 de julio último falleció en Zagreb a los 81 años la
profesora Dolores Bracanovic, que al terminar su vida en Croacia vio cumplido
su más fervoroso anhelo. Había regresado a la patria hace seis años después de
cuarenta y seis de exilio. Al poco tiempo de su repatriación escribió en una
carta: "Te puedo decir que estoy inmensamente feliz por haber vuelto.
Ahora puedo morir tranquilamente, mi gran deseo se ha cumplido."
¿Quién fue Dolores Bracanovic? Fue una intelectual que
desde su niñez había militado en Acción Católica (rama Domagoj), primero en su
Dubrovnik y después durante sus estudios universitarios en Zagreb. En esa
organización se había entregado al servicio de sus ideales: Dios y la patria.
En enero del 43 le fue confiada la conducción de toda la juventud femenina
croata, para que la lleve por el camino del idealismo.
Mantuvo este cargo hasta la catástrofe en mayo del 45.
Entonces fue al exilio con miles y miles de croatas castigados por haber amado
a la patria.
Llegó a la Argentina y empezó a trabajar como obrera en
una fábrica. Después, por muchos años, fue empleada en la cooperativa croata,
Dom. Su idealismo seguía intacto y la guiaba todo el tiempo. Como tenía ocasión
de contactar con muchos compatriotas aprovechaba esto para fortalecer la fe en
los ideales a los desanimados y de ofrecer amor y ayuda a los necesitados. Todo
esto, a pesar de sus propias cruces y problemas, que con el correr de los años
aumentaban.
Al salir de Croacia había dejado a su madre y hermana. Su
padre había fallecido ya antes y su madre 13 años después. Un hermano suyo
falleció en Chile.
Así su hermana Carmen fue la única que tuvo la suerte de
abrazarla a su regreso a la patria. Durante 6 años vivieron juntas
amorosamente.
Durante su última enfermedad la visitaron muchas
personas. Y más personas, aun aquellas que no le vieron durante 50 años, fueron
a acompañar sus restos mortales con un ramito de flores y una plegaria para
darle gracias por su bondad e idealismo.
Que descanse en paz.
M.D.
En verano de 1997 nos dejaba para siempre un gran croata
y gran español: Don Pablo Tijan Roncevic, nacido Pavao Tijan en el Litoral
Croata, residente durante cincuenta años, la mitad de su vida, en España, y
nacionalizado español, aunque recobró la ciudadanía croata después de la
Independencia de la Patria. Hoy yace en la Sacramental de San Isidro de Madrid.
Hijo de una familia humilde, cursó la enseñanza primaria
y media en su ciudad natal, Senj. Tras superar el examen de madurez en 1926
marchó a Zagreb, en cuya Universidad realizó los estudios de Filología Eslava y
Croata; se licenció en 1930, a los veintidós años de
edad.
Ya como estudiante publica reseñas literarias en revistas
como Luc (1928) o artículos de divulgación lingüística en Mladost
(1929-1930).
Al acabar los estudios universitarios empieza a trabajar
en la enseñanza, primero en Vukovar como preceptor del conde Jakob Eltz (1931-1934)
y luego como suplente y profesor titular, una vez aprobado el examen para
profesores de enseñanza media de lengua y literatura croatas e historia en
1938, del Gimnasio Arzobispal de Zagreb (1935-1944).
Al mismo tiempo desarrolla su labor editorial: en 1931 es
ayudante de redacción de las ediciones de la Sociedad de San Jerónimo, y de
1931 a 1944 secretario general y redactor jefe del entonces consorcio de la
"Enciclopedia Croata" (luego "Instituto Editorial Croata",
después de la Guerra "Instituto Lexicográfico Croata"), de la que
llegaron a aparecer sólo los primeros volúmenes. También dirige la sección de
cultura del semanario Spremnost (1943-1944).
En estos años es muy intensa su actividad como
colaborador de publicaciones periódicas, calendarios y volúmenes colectivos,
con reseñas literarias y artículos sobre distintos temas culturales,
especialmente en torno a Senj. También publica la traducción de un relato
esloveno, Anica (1931), según la obra Dekla Ancka (1913) del modernista
católico Fran Saleski Finzgar (1871-1962), y tres libros sobre la ciudad
de Senj: Senj. Kulturno-historijska setnja gradom (1931), Senjske storije i cakule (1940) y
Grad Senj u povijesti i kulturi hrvatskoga naroda (1940).
En este período es redactor de diversas publicaciones, de
las que se destacan Hrvatski jezik, cuyo director es el gran filólogo
Stjepan Ivsic (1884-1962), la revista ilustrada en lenguas extranjeras Croatia
(1942-1944) del Instituto Editorial Croata y la serie de traducciones del mismo
Instituto Svjetski Klasici (Clásicos Universales) desde 1942.
Decisiva, sin embargo, será su labor en el Ministerio de
Educación los años 1944 y 1945; como Jefe de Sección de Universidades e
Instituciones Científicas centró sus esfuerzos en la defensa y conservación de
los monumentos artísticos y culturales amenazados por la guerra y en la
fundación de la Universidad de Sarajevo, cuya Facultad de Medicina logró
empezar a funcionar.
En mayo de 1945, ante el avance de los guerrilleros de
Tito, decide salir de Croacia junto con sus hermanos y su cuñado Luka
Brajnovic, dejando en Zagreb a su mujer e hija de pocos meses.
Después de una breve estancia en Austria, pasan a Italia;
en el campo de concentración de Fermo participa en la redacción de un periódico
mural y en la organización de una escuela de enseñanza media para los hijos de
los refugiados, pero ya a mediados de agosto marcha a Roma a invitación del
Instituto y Hermandad de San Jerónimo.
Entre 1945 y 1947 estudia ciencias históricas auxiliares
en la Escuela Pontificia de Paleografía y Diplomática, al tiempo que escribe
diversas aportaciones para, por ejemplo, The Tragedy of a Nation
(Chicago, 1947) de Theodor Benkovic, Martyrium Croatiae (Roma, 1947) o The
Slavonic Enciclopaedia (Nueva York, 1947), de Joseph Roucek.
Como presidente de la Acción Católica Croata, Pavao Tijan
recibió en 1946 la visita del presidente de Pax Romana, el catedrático
español Joaquín Ruiz Jiménez, quien le ofreció, en nombre de la "Obra
Católica de Asistencia Universitaria" española, diez becas para que
estudiaran en Madrid otros tantos estudiantes croatas católicos; éstos
comenzaron a llegar a España en otoño de 1947, escogidos entre los refugiados
croatas de Fermo y Roma. Estos jóvenes croatas, junto con otros muchos
refugiados procedentes de Europa Central y Oriental, se convirtieron en
colegiales del Colegio Mayor "Santiago Apóstol".
El propio Pavao Tijan llegó a Madrid en marzo de 1947, a
invitación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con el encargo
de organizar los estudios eslavos en el recién fundado "Departamento
Internacional de Culturas Modernas". En el C.S.I.C., así como en el Ateneo
de Madrid y en muchas ciudades españolas, pronunció conferencias y cursos sobre
"El mundo eslavo y la cultura europea"; las celebradas en el Ateneo
en noviembre de 1951, por ejemplo, se editaron como libro con el título Proceso
de Formación de las Naciones Eslavas en 1952 (Colección "O crece o
muere", Ateneo). Sin embargo, en 1954 ese Departamento del C.S.I.C. dejó
de funcionar; Don Pablo pasó entonces a ser profesor agregado del Instituto
"Miguel de Cervantes" de Filología Hispánica, también del C.S.I.C.,
desde donde intentó, sin éxito, que se fundaran los estudios de filología
eslava en la universidad española, lo que no sucedió hasta finales de los años
`80 y principios de los `90, con la lamentable ausencia de la croatística en
sus planes de estudio.
En 1955 por fin consigue reunirse con su mujer y su hija;
sobre esos diez años de vida en Croacia la señora de Tijan, prof. Nedjeljka
Luetic, publicó más tarde el libro Krov i kruh: deset godina u okupiranoj
Hrvatskoj 1945-55 (Barcelona, 1980).
Desde 1956 hasta su jubilación en 1981 trabaja en
Radiotelevisión Española; veinte de esos años colabora con su mujer en las
emisiones en lengua croata de Radio Nacional de España, sobre las que dejó
escrito un amplio trabajo con el título "Dvadeset godina u eteru" en Hrvatska
revija (Munich, 1988).
Como enciclopedista trabajó en distintos proyectos, como
el volumen sobre Europa de la Geografía Universal (Barcelona, 1952), Las
grandes corrientes del pensamiento contemporáneo (Madrid, 1959), Forjadores
del mundo contemporáneo (Madrid, 1959), obra en cuatro volúmenes de la que
fue vicedirector y autor de varias de las biografías que contiene; colaboró
también en The Catholic Enciclopaedia (Washington). Pero sus dos
trabajos enciclopédicos fundamentales en España fueron la dirección y
ampliación de la enciclopedia sueca Facta para Ediciones Rialp, en ocho
volúmenes (Madrid, 1962-1966), y sobre todo la monumental Enciclopedia de la
Cultura Española de Editora Nacional en cinco volúmenes (Madrid,
1963-1969), que le encomendó el Ministerio de Información y Turismo según su
plan y asistencia técnica.
Como traductor Don Pablo ejerció como Intérprete Jurado de
Croata, nombrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, pero
también como traductor literario, especialmente de teatro; precisamente un
tiempo (1952-1953) fue crítico teatral del prestigioso semanario brasileño La
Actualidad Española. Al croata tradujo algunas comedias de los dramaturgos
contemporáneos españoles Miguel Mihura (1905-1977) -Tres sombreros de copa
(1952), entre otras- y Antonio Buero Vallejo (1916-); y del croata al español,
en colaboración con el poeta español Rafael Morales, la comedia Bez trecega
(1913) de Milan Begovic (1876-1948), que se estrenó en febrero de 1958 con el
título de Si yo supiera en el hoy desaparecido Teatro Recoletos de
Madrid, protagonizada por el gran Guillermo Marín (ver V. Deur,
"Recordando al actor español Guillermo Marín", SC 111 (1988),
pp. 343-344). También se representó su traducción del alemán de Romulus der
Grosse de Friedrich Dürrenmatt (1921-).
Colaboró con artículos de temas culturales y políticos
sobre la croatidad en publicaciones de la emigración croática como Osoba i
Duh, Hrvatska Revija, Sloboda, Glas sv. Antuna y Studia Croatica,
donde publicó desde sus primeros números hasta los últimos: "Las
costumbres navideñas croatas", SC 2 (1961), pp. 54-62;
"Tradiciones biblicistas croatas", SC 3-4 (1961), pp. 181-
184; "La agresión serbia a Croacia a la luz de la estadística", SC
122-123 (1992), pp. 8-26. Además, en el mismísimo principio de Studia
Croatica J.B. Ghetaldi reseñaba el importante libro de Don Pablo Crisis
del liberalismo en Europa Central (El mito Masaryk), Madrid, Editora
Nacional, 1958, 460 pp. SC 1 (1960), pp. 90-91.
En el Calendario Croata (Hrvatski Kalendar),
editado en Chicago, publicó dos interesantísimos ensayos: "Pred konacnim
ujedinjenjem Hrvat" (1953) y "Kult politickog mucenistva"
(1954). También escribió prefacios y postfacios a libros croatas editados en
España, como los de Vinko Kriskovic, Enver Mehmedagic o Bonifacije Perovic.
En diversas revistas españolas, populares y científicas,
publicó ensayos, estudios, críticas, reseñas, informaciones, en particular
sobre aspectos políticos y culturales de los pueblos eslavos, y sobre todo del
croata: La Estafeta Literaria, Ateneo, Revista de
Filosofía, Revista de Literatura, Nuestro Tiempo, Oriente (luego Oriente
Europeo), Arbor.
Precisamente en Arbor, Revista general de
investigación y cultura, del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, salieron muchas reseñas y trabajos extensos suyos, algunos de los
cuales, como separatas, constituyen verdaderos libritos: "La formación de
las naciones balcánicas de hoy" (1947), "Orígenes del ideal
eslavo" (1949), "Evolución del ideal eslavo en los últimos cien
años" (1949), "La historiografía rusa dirigida por los Soviets"
(1949), "El mito Masaryk" (1951), "Salamanca en la tradición
cultural croata" (1953), "Constantinopla y su imperio" (1954),
"Ivo Andric, premio Nobel de Literatura 1961" (1962). De otras
revistas también salieron separatas como "El movimiento organizado de los
católicos croatas (1900-1950)", (Osoba y Duh, 1950) o "Juraj Krizanic,
primer apóstol del ecumenismo eslavo" (Oriente Europeo, 1968).
Desde 1992 reanuda su colaboración con publicaciones
editadas en Croacia, como la revista Marulic o el Senjski zbornik,
y en verano de 1993, vuelto por primera vez a la Patria, en su terruño de Senj
recibió los máximos honores de su ciudad natal.
Además de las distinciones ya mencionadas, Don Pablo
Tijan Roncevic fue miembro de la prestigiosa institución croata Matica
Hrvatska, de The Croatian Academy of America con sede en Nueva York,
del Institutum Chroatorum Historicum de Roma, de la Academia Croata
de Ciencias y Artes en la Diáspora (Suiza), y poseía la Orden de la
Corona del Rey Zvonimir (1945). En 1969 recibió la "Encomienda con
Placa de Alfonso X El Sabio" del Estado español por sus méritos en el
campo de la cultura.
F. J. Juez Gálvez
[1] El
término amalgamado "antigua Yugoslavia" se retuvo aunque se trata
únicamente de Croacia y Bosnia-Hercegovina.
[2] El
cuatro de julio de 1993, el Consejo de Seguridad extendió la protección de las
fuerzas de la UN a seis ciudades de Bosnia designadas como zonas de seguridad:
Bihac, Gorazde, Sarajevo, Srebrenica, Tuzla y Zepa. Estas ciudades estuvieron
completamente rodeadas por fuerzas serbias. Después de la caída de Srebrenica
en julio de 1995, Tadeusz Mazowiecki, relator especial de la comisión de los
derechos de la personas de la UN, renunció para denunciar la hipocresía que el
mundo probó a propósito de los derechos de la población de Bosnia (Landgren,
1996, p.16).
[3] El
Tratado de Schönbrunn (14 de octubre de 1809), fue firmado en Viena después de
que la prematura guerra de Austria en contra de Napoleón colapsara con la
derrota de Wagram. Mediante ese tratado Austria perdió control sobre parte de
Croacia, entre otros territorios.
[4] Ciudad
en el distrito de Dresden, Alemania sudoriental, frente al pueblo polaco de
Zgorzelec
[5] Río de
Belarus y Lituania, nace cerca de Minsk.
[6] Vitebski
ciudad de Belarus, en el río Dvina Occidental.
[7] Borodino
se encuentra a unas 70 millas (110 kilómetros) al oeste de Moscú, cerca del río
Moskva.
[8] El río
Berezina está en Belarus y es un tributario del Dnepr.
[9]
Henri-Gratien Bertrand, conde (1773-1844), ingeniero militar y general, amigo
de Napoleón I y su compañero de exilio, tanto en Elba (1814-15) como en Santa
Helena (1815- 21).
[10] Var es
un Departamento del sudeste de Francia, frente al Mediterráneo
[11] En la
Cote d'Azur, Riviera Francesa.
[12] Nuestras
fuentes se contradicen en cuanto a la fecha de su muerte. Unas mencionan 1815 y
otras 1838.
[13] A veces
existen equivocaciones como con el general serbio Djukic que se vieron
obligados a liberar para no ofender a nadie...
[14] La
primera parte del artículo de Charles Béné, Marulic y Europa se reproduce a
continuación.
[15]
Señalemos, sobre Marulic y su obra, la primera monografía en francés: Mirko
Tomasovic, Marco Marulic - Marcus Marulus, Paris, Split 1966, 48 p. + 22 págs.
de ilustraciones.
[16] Esta
carta, excepcional por su interés, fue objeto de una edición en facsímil, y de
una traducción inglesa comentada, Split, 1994.
[17] Respecto
a esas obras, ver las ediciones modernas del Círculo Literario de Split, ed. Glavicic,
Institucija, Split, 1986, 3 vol.; Evangelistarium, Split, 1985, 2 vol.
[18]
Cf. Evangelistarium, op. cit., p. 413.
[19] Cf. Institutio, t. I, p. 278.
[20] Cf. M.
A. Sabellicus, Enneades X, Lib. VIII, fol. 329.
[21] Cf.
"Sabellicus, `lecteur' de Marulic", en: Studi Veneziani, 1994, p.
238-301.
[22] M.
Maruli Spalatensis bene vivendi Institutia, 1513, Basileae.
[23] Cf.
Evangelistarium, apud Basileam, Adam Petri, 1519. Cf. Préface de Julianus
Venetus. Postface de Sébastien Münster, p. 398.
[24] Carmen
de doctrina Domini nostri Jesu Christi pendentis in cruce; Erfurt, 1514, Johann
Knappe.
[25] Cf.
"Erasme et l'Angleterre", en Colloquia Maruliana V, 1996, y
"Henry VIII et Thomas More, lecteurs de Marulic", pp. 87/106.
[26] Cf. por
ejemplo, la página de título de la edición Kerver, Paris, 1545.
[27] Cf.
"L'oeuvre de Marulic dans les provinces du Nord", en Colloquia
Maruliana IV, Split, 1995, pp. 49-69.
[28] El autor
se refiere a Zagreb en tiempos de la ex-Yugoslavia (N. del T.)
[29] Pueblo
de Dalmacia (N. del T.)