La identidad de los croatas
en Argentina en la Provincia de Santa Fe
Branka Oštrec
Abstracto
El interés en el aprendizaje del idioma croata,
mostrado por los descendientes croatas de segunda o tercera generación, ha
suscitado la cuestión de su identidad. El objetivo del presente trabajo ha sido
responder a la pregunta planteada, por lo cual se han llevado a cabo
investigaciones de campo en Argentina en la Provincia de Santa Fe. Para poder
alcanzar el objetivo determinado, se ha desarrollado un cuestionario para las
entrevistas con los descendientes, a través de los cuales se ha llegado a la
conclusión sobre el sentimiento de su pertenencia nacional.
Palabras clave: identidad, emigrante,
nacionalidad, lengua, costumbres
Abstract
The interest of the second or the third generation of the Argentinean
citizens of Croatian descent in learning Croatian language has raised the
question about their identity. The objective of this paper has been to find
answers to the above mentioned question. Therefore, field investigations in
form of interviews with the respondents have been conducted in Argentina,
Province of Santa Fe. A questionnaire for the interviews has been prepared and
the resume of their answers has led to a conclusion about the sense of their
national identity.
Key words: identity,
emigrant, nationality, language, customs
INDICE
Introducción 4
Sobre la identidad 5
Sobre los emigrantes 7
¿Por qué Argentina? 7
Santa Fe 8
¿Quiénes son los descendientes de los emigrantes
croatas? 11
Cuestionario 12
¿Austríacos, dálmatas, yugoslavos, croatas o argentinos? 14
¿Yugoslavos o croatas? 20
¿Por qué estudian el idioma croata? 21
¿Hablaban el idioma croata o español en sus casas? 22
¿Qué es Croacia para ustedes? ¿Se sienten croatas? 26
¿Han heredado algunas costumbres de sus ascendientes que cultivan? 27
Conclusión 28
Bibliografía 31
Introducción
Este trabajo se ha realizado en base a las
investigaciones de campo que se han llevado a cabo en Argentina, dentro del
marco del proyecto entre el Centro Cultural Croata de Rosario, Provincia de
Santa Fe, República Argentina y la Cátedra de lengua española y la Cátedra de
literaturas hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Zagreb.
El proyecto comenzó en el año 2000 con el
propósito de enseñar el idioma croata a los descendientes de los emigrantes
croatas en Argentina. Hasta la fecha, la enseñanza se ha llevado a cabo en
varias ciudades y provincias de Argentina (Rosario, Santa Fe, San Juan, Salta, Chovet, Venado Tuerto). Durante este periodo, según las
necesidades, se abrían nuevos centros para la enseñanza del idioma o se
cerraban los existentes, generalmente por falta de interés o, mejor dicho, por
falta de recursos financieros. El interés demostrado por los descendientes de
los emigrantes croatas para el aprendizaje del idioma ha propulsado esta
investigación, cuyo tema es la identidad, o con más precisión, cómo se
identifican étnicamente los descendientes croatas en Argentina, quienes viven
allí ya como la segunda o tercera generación. ¿Son croatas? ¿Por qué aprenden
el idioma croata? Para poder llevar a cabo esta investigación, se ha preparado
un cuestionario que se utilizaba durante las entrevistas con los encuestados.
Resumiendo, con las respuestas obtenidas, se ha intentado responder a las
preguntas claves que aborda este trabajo.
SOBRE LA IDENTIDAD
¿Qué es la identidad?
En el Diccionario
de la lengua croata del autor Vladimir Anić,
publicado por Novi liber,
Zagreb 1998, se encuentra la siguiente definición:
IDENTIDAD – la totalidad de los hechos que sirven
para distinguir una persona de cualquier otra (nombre, apellido, descripción,
etc.)
IDENTIFICAR – 1. Reconocer, distinguir, determinar la pertenencia
2.
Corresponder, igualar
Resulta que los croatas son
todas las personas que por cualquier razón así se sienten. Es decir: “La
conciencia sobre la colectividad es el factor que ante todos otros determina la
pertenencia a un grupo étnico/nacional. Entonces, los croatas son aquellos que
así se consideran a sí mismos; las fronteras de la difusión del pueblo croata
son subjetivas, ellas no se pueden establecer objetivamente a través de sus
rasgos culturales” (Čapo Žmegač,
1999).
Esta misma cuestión la ha
abordado Milovan Gavazzi
hablando de la comunidad nacional croata. Él observa la falta de coincidencia
entre los rasgos culturales y la comunidad étnica/nacional y afirma al
respecto: “El término “individuum etnográfico”,
“comunidad etnográfica” puede denotar, en el sentido más amplio, cada objeto
del estudio etnográfico, y aún más los bienes individuales de la cultura
material, social o espiritual y sus relacionados grupos cercanos, pero en
primer lugar sirve para denotar los complejos etnográficos, limitados bien por
geografía (provincias o áreas etnográficas), o bien por pura etnología (varios
tipos de cultura) y luego por étnico (cultura y vida de un pueblo o de su
cierta parte cerrada), luego por el idioma y finalmente por la raza (cultura de
una u otra raza como totalidad). En consecuencia, los momentos según los cuales
se abarca un cierto individuum etnográfico pueden ser
varios; este puede ser de gran alcance, otra vez estrechamente limitado, pero
siempre determinado bajo uno o más de los criterios mencionados.
Un tal individuum
etnográfico son los croatas, también. La determinante general de ese individuum es el momento étnico-nacional: la conciencia de
los croatas sobre la pertenencia de todos ellos a una misma individualidad del
nombre croata” (Gavazzi, 1928).
De ambas citas anteriores se
puede ver que los autores mencionan “la comunidad étnica/nacional o el grupo
étnico/nacional” estrechamente relacionados con la identidad. Entonces, ¿Qué es
la identidad étnica? y ¿Qué es la identidad nacional?
“Las identidades étnicas y nacionales como
identidades prominentemente colectivas (de grupo), que siempre ocurren en un
determinado y especial sistema social e histórico y dentro de las relaciones
concretas y del poder, son dinámicos y, a causa de creación del mundo de vida
plural, están sujetos a cambio, a veces oponiéndose a ciertas posibles fuentes
y determinantes elegidas arbitrariamente” (Kumpes,
1999).
De conformidad con esas fuentes y determinantes elegidas están
las afirmaciones de la identidad étnica como la identidad del carácter
ascriptivo, en el sentido de que la gente la elige libremente. Sin embargo, la
adscripción generalmente se concibe como la cualidad de algo que no se elige
conscientemente y que no se adquiere, sino se adscribe y se añade. Por ello, la
cualidad fundamental de la identidad étnica como ascriptiva estaría
precisamente en el hecho que esa identidad no se elige, sino se otorga como a
priori determinada, por lo cual como si se encontrara más allá de todas las
posibles decisiones y opciones personales. En este sentido se afirma que un
particular nace en las comunidades étnicas, mientras que se decide por la identidad
nacional o por lo menos consiente a ella. De hecho, lo étnico se presenta como
un rasgo que un individuo no puede renunciar o que podría
borrar como puede hacer con su nacionalidad. Dimitri D’Andrea
advierte que la especificidad de lo étnico yace justamente en el recuerdo de
las raíces y, por consecuencia, en aparentar a si mismo que es lo natural y
dado.
Por fin, la identidad étnica
se construye y define no solamente como una creación formada intrínsecamente,
sino también en relación hacia otros, pero no otros en general, sino hacia un
determinado otro que funciona en primer lugar como un ajeno (Vrcan, 1999). En línea con lo expuesto, es imprescindible
mencionar la teoría de Anthony D. Smith, según la cual para el mantenimiento de
la identidad étnica, aparte de una serie de suposiciones objetivas (patria
común, superficie del territorio y número de habitantes, recursos económicos,
etc.), el papel prioritario lo tienen los elementos subjetivos, que son los
siguientes: los recuerdos étnicos, símbolos, mitos, tradición; entonces, las
unidades culturales colectivas se apropian del origen común, recuerdo común y
símbolos comunes, por lo cual las unidades que han logrado formularlos, también
han logrado prolongar la vida colectiva durante varias generaciones (Županov, 1999).
SOBRE LOS EMIGRANTES
¿Por qué Argentina?
Es muy difícil hablar sobre
las razones originales de la emigración de los croatas a la América del Sur, y
particularmente a Argentina, pero resulta más fácil concebirlas desde el
momento en que ya existe un pequeño grupo de los emigrantes en un territorio
determinado. Los países de la América del Sur han tenido el estándar de vida
mucho más bajo, en algunos lugares incluso igual o más bajo de los estándares
en la patria de los emigrantes. El país ha sido agrícola, la industria apenas
ha empezado a desarrollarse y los ingresos de la agricultura han sido más bajos
y lentos, especialmente porque todos esos trabajos han sido estacionales. A
pesar de ello, la intensidad de la emigración de los croatas a América del Sur
aumentó tras la primera Guerra Mundial, en gran medida apuntalada por las
enfermedades de la viña, filoxera y plasmopara
vitícola, que habían afectado al litoral del país croata. Los contactos entre
los emigrantes y sus parientes en la patria se mantenían a través de las
cartas, por medio de las cuales venían nuevos emigrantes invitados por
parientes o amigos. El hecho que los inmigrantes provenientes del mismo
territorio de su patria poblaban generalmente el mismo territorio en Argentina,
formando de esa manera unos pequeños asentamientos de emigrantes, confirma lo
anteriormente expuesto.
Buenos Aires se conoce como
la primera parada en la ruta de inmigración. El grupo de los emigrantes cuyos
descendientes se han entrevistado para esta investigación, continuaban su viaje
hacia el interior de Argentina. Existían dos vías más por las cuales se movían
los inmigrantes, pero llevaban a la misma destinación – la costa pacífica de la
América del Sur por carretera o por mar. En la realización de esta
investigación, se han llevado a cabo las entrevistas con descendientes de
inmigrantes croatas a la Provincia de Santa Fe. Ésta, junto con la Provincia de
Buenos Aires, es la única provincia en Argentina en que se puede hablar sobre
asentimientos croatas.
Santa Fe
La Provincia de Santa Fe
está geográficamente situada al norte de la Provincia de Buenos Aires y forma
parte de la llanura de la pampa, por lo cual es
la zona más desarrollada de Argentina (conocida como el granero de Argentina).
La Provincia se extiende sobre aproximadamente 130.000 km2, pero
esta extensa área estaba poco poblada hasta la primera Guerra Mundial, así que
en el periodo mencionado fueron registrados solo 850.000 habitantes. Los
emigrantes croatas vivían esparcidos sobre ese territorio extenso, también
debido al trabajo a que se dedicaban, es decir agricultura y ganadería. Las
colonias que habitaban se diferenciaban por sus tamaños y ascendían a desde
unas docenas hasta unas decenas de miles de habitantes. Aquella gente generalmente
provenía del mismo territorio de su antiguo país y frecuentemente tenía
relaciones de parentesco.
Salvo las razones
mencionadas, también se vinculaban porque no eran los únicos habitantes de las
tierras que habitaban, sino vivían junto con los inmigrantes de otros países
europeos, particularmente italianos, alemanes y menos franceses e ingleses. Uno
de los motivos principales de la vinculación de la gente de la misma
nacionalidad en la nueva patria era el desconocimiento del idioma castellano.
Cabe decir que con ciertos grupos (políticos) llevaban antagonismo ya desde su
patria (en primer lugar con los alemanes). Cuando se establecían, los
emigrantes empezaban a fundar sus propias escuelas, bancos e, incluso, tenían
su zona separada en el cementerio local y todas esas reglas también se
aplicaban a los inmigrantes croatas en Argentina.
De los años setenta del
siglo XIX hasta la segunda Guerra Mundial, incluso inmediatamente después de la
guerra, Argentina era un país de alto nivel de inmigración. Uno de los motivos
fundamentales para ello era la anteriormente mencionada poca población de su
inmenso territorio, especialmente de sus superficies agrícolas. En esa época,
todos los países de la América del Sur tenían una rama de la economía que
sostenía el desarrollo económico. En Argentina esa rama era precisamente la
agricultura. Además, por la primera constitución liberal del año 1853 se
preveía la legislación liberal sobre la inmigración, igual para todos.
Los datos recogidos hasta el
año 1908 muestran que 4.250.980 personas inmigraron al país, generalmente del
territorio de Europa. En esa época todavía no se podía hablar de la estructura
nacional de los inmigrantes. Parece que el primer dato demográfico disponible
en el que se mencionan los yugoslavos data del censo del 1895, cuando se
mencionan once (11) personas en total en todo el territorio argentino. Esto no
significa que no habían inmigrado a Argentina antes de la fecha, pero en esa
época venían con los documentos de la todavía existente Monarquía austrohúngara
y eran registrados como austríacos en base a sus pasaportes. Justo en ese
tiempo entró en vigor la anteriormente mencionada Ley de Inmigración del cambio
del siglo. Bajo esa ley, los inmigrantes tenían “mucha libertad y vastas ventajas. Los foráneos gozan de todos los
derechos civiles de ciudadanos sin ser obligados a aceptar la ciudadanía
argentina ni pagar las contribuciones forzosas” (Antić,
1991).
La misma ley prevé ciertas
obligaciones asumidas por el Estado hacia los inmigrantes, es decir la
organización de las oficinas especiales para “el empleo y trabajo” de los
inmigrantes, los cuales tenían que ayudar a los inmigrantes a encontrar el
empleo y el alojamiento adecuado.
Llevada a cabo esta investigación, se llega a la conclusión de que muy
poca gente de origen croata tenía conocimientos sobre esos beneficios; muy a
menudo, ellos venían invitados por sus parientes o conocidos, con lo cual la
mayoría de los ascendientes de los encuestados ya tenía conocido su destino,
donde les esperaba alguno de sus compatriotas. Lo único que se menciona en sus
testimonios es el “Hotel de Inmigrantes”, una institución donde el país
argentino recibía los inmigrantes por un periodo determinado, es decir hasta
que les encontraran el empleo y donde tenían el alojamiento y comida gratuito.
El mismo centro de recepción
se menciona en el libro “Como viven los inmigrantes en la América del Sur”,
escrito por Pavao Karaman Poljičanin,
en el que se dice que “miles y miles de emigrantes van a esa casa, porque no
vienen con dinero (…) El momento en que ingresan a las casas de emigrantes, es
cuando se dan cuenta de qué es América. Es cuando recuerdan su patria”. El
mencionado “Hotel” se describe en el texto como “las casas estatales de los
funcionarios de ferrocarriles que en un rato se llenan de insectos” y luego se
procede con la descripción de la zona a la que los inmigrantes fueron mandados,
de su nuevo estilo de vida y de las condiciones de vida. En breve, se describe
la pobreza enorme a la que vinieron precisamente aquellos que huían de ella. De
hecho, unos de los encuestados decían que sus familias en mayor parte no
querían hablar sobre los motivos ni la manera de inmigración a la Argentina.
Algunos de ellos se ponían melancólicos al mencionar la patria, había gente que
no podía desecharse de esa melancolía durante toda su vida de inmigrante en un
país extranjero.
¿Quiénes son los descendientes de los emigrantes croatas?
La mayoría de los
encuestados eran personas entre 45 y 70 años (con alguna excepción), en mayor
parte segunda generación de los croatas nacidos
en Argentina (cuyos abuelos inmigraron), quienes aceptaron con las manos
abiertas la posibilidad de aprender el idioma de sus “viejos”. Aquel tipo de
estructura de los “estudiantes” ha apuntalado esta investigación porque,
efectivamente, ¿Qué es lo que anima a una persona de setenta y cuatro años a
sentarse en su coche y conducir unos
La lista de los encuestados según las generaciones:
1a GENERACIÓN (INMIGRANTES) |
2a GENERACIÓN |
3a GENERACIÓN |
4a GENERACIÓN |
2 |
11 |
17 |
1 |
Cuestionario
Para esta investigación se ha desarrollado un
cuestionario, diseñado en base al cuestionario utilizado por Jadranka Grbić en su trabajo
“El uso de la legua materna y la
identidad étnica en los croatas en Hungría (comunicación privada y pública)”.
Aquí se presenta el formulario del cuestionario:
1er GRUPO DE
DATOS
NOMBRE Y APELLIDO
FECHA DE NACIMIENTO, SEXO
DIRECCIÓN
LUGAR DE NACIMIENTO
NACIONALIDAD
CIUDADANÍA
PROFESIÓN
2o GRUPO DE
DATOS:
¿HABLA USTED CROATA? (si lo hablan, ¿cuándo?, ¿en qué tipo de situaciones?
y ¿dónde?)
¿ASISTE USTED AL CURSO DEL IDIOMA CROATA? (si asisten, ¿por qué?, si no,
¿por qué no?)
¿CÓMO SE DECLARABA USTED ANTES DE LA INDEPENDENCIA DE CROACIA, COMO CROATA
O YUGOSLAVO (O SU DESCENDIENTE)?
¿CREE USTED QUE EN SU CASA TODAVIA SE CULTIVAN ALGUNAS COSTUMBRES QUE EN SU
OPINION SEAN CROATAS Y CUALES SON?
3er GRUPO DE
PREGUNTAS (DATOS SOBRE LOS INMIGRANTES):
NOMBRE Y APELLIDO
FECHA, LUGAR Y PAIS DE NACIMIENTO
SEXO
NACIONALIDAD
CIUDADANIA
¿CUÁNDO Y POR QUE INMIGRARON A LA ARGENTINA?
LOS DOCUMENTOS CON LOS CUALES INMIGRARON
¿APRENDIERON CASTELLANO?
¿ADQUIRIERON LA CIUDADANIA ARGENTINA?
¿SE DECLARABAN COMO ARGENTINOS O DE OTRA MANERA (¿CÓMO?)
La presente investigación se
ha llevado a cabo en dos pueblos, en Venado Tuerto y Chovet,
ambos en la Provincia de Santa Fe. En este trabajo han participado 31 personas,
entre ellos 10 de Chovet y los restantes 21 de Venado
Tuerto. Sólo diez de ellos no han asistido al curso del idioma croata. Los
datos demográficos del periodo antes del comienzo de esta investigación
provienen del censo del 1991, cuando en la población total de 32.615.528 personas había 0,8% o 12.858 habitantes del
territorio de la ex Yugoslavia (fuente: INDEC, Censo Nacional de Población y
Vivienda, 1980 y 1991). En el territorio de la Provincia de Santa Fe, ese mismo
año se registraron 1,4% de extranjeros nacidos en el extranjero – el dato no se
refiere a los países vecinos (fuente: INDEC, Censo Nacional de Población y
Vivienda 1991, Serie B), sin embargo los datos de la estructura nacional no
estaban disponibles. En el 2001 se llevó a cabo
otro censo, cuando el número total de población ascendió a 36.260.130, de los
cuales 3.000.701 vivían en la Provincia de Santa Fe. Los datos del número de
habitantes nacidos en el extranjero no estaban disponibles. El último censo se
llevó a cabo en 2010, cuando la población total ascendía a 40.117.096, de los
cuales 3.194.537 corresponden a la Provincia de Santa Fe. Para ese último año
existen datos sobre el número total de habitantes nacidos en el extranjero,
según el lugar de nacimiento, sexo y edad. Del número total de 1.805.957 de
habitantes, solo 299.394 corresponde a los países europeos, entre los cuales se
hace constancia de Alemania (8.416), España (94.030), Francia (6.995) e Italia
(147.499) y luego “El resto de Europa” (42.454) (fuente: INDEC. Censo Nacional
de Población, Hogares y Viviendas 2010). Los datos expuestos llevan a la
conclusión que en los últimos tiempos no ha habido inmigrantes de Croacia o que
su número ha sido insignificante.
¿Austríacos, dálmatas, yugoslavos, croatas o argentinos?
Todos los entrevistados,
salvo el matrimonio Smajić, nacieron en
Argentina y se declaran como argentinos. Considerando que Argentina es “el país
de inmigrantes”, cabe destacar que todos ellos se agrupaban según sus orígenes.
Y ellos, hasta poco antes de la independencia de Croacia, se pronunciaban como
yugoslavos. En práctica, la mayoría de las personas que emigraron del
territorio croata se declaraba como yugoslavos en su nueva patria. A los
croatas nacidos y con domicilio en Croacia, acostumbrados a todo tipo de
formularios todavía de la época de RFSY y las rúbricas separadas para la
nacionalidad y la ciudadanía, ese tipo de información nos resultaba bastante
sorprendente. Sin embargo, teniendo en cuenta que los padres o abuelos de los
encuestados llegaron a Argentina “en búsqueda del pan cotidiano” o, un menor
número, huyendo del miedo a la primera guerra mundial, y el hecho de que se
trataba por regla general de personas de unos 20 años de edad, cuyo nivel de
educación era bastante bajo, se ha llegado a la conclusión que su identidad
nacional se basaba en los cambios políticos que habían sucedido en aquellos
espacios y que la sensación de pertenencia a una cierta nación no ha jugado un
papel importante.
Sin embargo, sorprende el
hecho de que la mayoría de los entrevistados, todos descendientes croatas, no
sabían qué es Croacia ni cómo se formó. Este conocimiento tiene su confirmación
en la obra de Ljubomir Antić,
que afirma: “El grado de la preservación de la identidad nacional de los
emigrantes croatas en Argentina era más bajo que en otros entornos inmigrantes
en la América del Sur donde se encontraban. Hay varias razones para eso. Muchos
inmigraron aquí antes de completado renacimiento nacional croata en Dalmacia,
de donde llegaron. Además, inmigraron muchas personas analfabetas (porque el criterio
de alfabetización no era requisito para la inmigración según la legislación
argentina) que habían participado en poca medida en las acciones relativas al
renacimiento nacional. También faltaban personas con profesiones intelectuales,
capaces de organizar a los emigrantes en sus propias asociaciones y de poner en
marcha el periodismo”.
En la misma obra también se
menciona la fuerte propaganda de los representantes oficiales austrohúngaros en
Argentina, quienes intentaban hundir cualquier organización anti-austríaca de
los emigrantes. Aún si las alegaciones de Antić
pudieran servir de excusa para la inconsciencia nacional de los emigrantes
croatas, se plantea la pregunta ¿cómo interpretar el hecho de que esa
inconsciencia se haya mantenido hasta hace unos 10 años, cuando ya era lógico
poder apoyarse en la información de las masas populares, por lo menos a través
de medios de comunicación? El hecho de que la gente que invierte tantos
esfuerzos y tanta voluntad en el estudio de un idioma que, tal vez, nunca
lleguen a usar y de que no se puedan beneficiar, especialmente en el sentido
económico y que, por otro lado, sabe tan poco de sus ascendientes y aun menos
del país de donde vinieron, parecía algo contradictorio.
Tras la investigación
llevada a cabo, se ha demostrado que todos los encuestados se declaraban como argentinos, salvo los cónyuges Smajić, quienes eran los dos únicos nacidos en Croacia
(entonces Yugoslavia) y quienes eran la primera generación de inmigrantes
croatas o yugoslavos. Pero, incluso en su caso aparece la misma contradicción:
justo antes de la entrevista con Mate Smajić
(emigró en 1964 del pueblo Smajići, del interior
de Split), ese encuestado había ido a la policía a hacer unos trámites y a la
pregunta sobre su ciudadanía, había respondido que era yugoslavo.
Por otro lado, su esposa Perka Smajić, nacida Juginović, quien emigró a
la Argentina en el año 1970, tiene la ciudadanía croata y dice: “Yo soy croata
y quedaré croata. No me gusta venderme”. Sin embargo, antes de la desmembración
de Yugoslavia, ella también se declaraba como yugoslava, pero añade que siempre
insistía que era de Dalmacia y Split. Asegura que los yugoslavos en Argentina
(en Chovet) no se vinculan con los serbios; los
serbios son considerados “malos”, después de la guerra se llegó a conocer que
los serbios eran delincuentes. “Aquí, los yugoslavos son los croatas y los
serbios son los serbios”.
De todos modos, antes del
desmembramiento de la ex Yugoslavia, solo cinco entre todos los encuestados que
participaron en esta investigación se declaraban como descendientes croatas y
no yugoslavos. Cabe mencionar a Mateo Kojundžić,
nacido en Argentina, cuyos padres inmigraron a Argentina a los principios del
siglo pasado y quien dijo: “Yo soy argentino fabricado de material importado”.
Precisamente él es una de esas cinco personas quienes conocían el étnico
croata, pero a pesar de ello, aceptó la denominación “yugoslavo” y la
utilizaba. ¿Por qué? “Al decir que eres yugoslavo de origen, todos sabían de
dónde eres. Hasta hace diez años nadie había oído hablar de Croacia;
simplemente resultaba más fácil decir que tus padres vinieron de Yugoslavia.”
Sin embargo, el resumen de
este trabajo impone otra conclusión más: ya se ha mencionado en el texto que
una de las entrevistadas se declaraba como yugoslava, pero de Dalmacia. Había
muchos casos parecidos; según los encuestados, hasta en veinte casos, los
ascendientes de los entrevistados que participaron en esta investigación se
declaraban dálmatas. Es decir, como yugoslavos, pero de Dalmacia. Este dato
plantea una nueva pregunta: veinte de los encuestados han oído de sus
ascendientes hablar de Dalmacia, pero ¿Cómo solo dos de ellos sabían que
Dalmacia forma parte de Croacia? Además, la mayoría de los croatas emigró a la
Argentina en los años 20 del siglo pasado con pasaportes del Reino de los
serbios, croatas y eslovenos, es decir con los documentos en que se menciona el
nombre “croata”. ¿No estará esa falta de información en oposición con el deseo
de los entrevistados para este trabajo del aprendizaje del idioma croata?
La pregunta ¿Qué es usted de nacionalidad? ha dado los siguientes
resultados:
ARGENTINOS |
YUGOSLAVOS |
CROATAS |
29 |
1 |
1 |
El cuadro se aplica a la
nacionalidad de los encuestados
Los resultados presentados en la tabla anterior
claramente demuestran que todos los descendientes de los emigrantes croatas se
declaraban como argentinos; los dos a quienes estos resultados no se aplican
son personas que personalmente inmigraron de Croacia a la Argentina hace
aproximadamente 30-40 años. Este hecho lleva a la conclusión de que lo único
que relaciona a los “croatas de hoy” en Argentina con la patria de sus
ascendientes, es su origen.
Sin embargo, resumiendo los datos sobre los
inmigrantes y su identidad, según recuerdan los narradores, se llega a los
siguientes resultados:
YUGOSLAVOS |
2 |
YUGOSLAVOS-DALMATAS |
7 |
DALMATAS |
7 |
CROATAS |
2 |
CROATAS-DALMATAS |
2 |
AUSTRIACOS |
1 |
AUSTRIACOS-DALMATAS |
1 |
La tabla se aplica a los datos
expuestos por los encuestados sobre la identidad de sus ascendientes, según
recordaban.
En base a los datos presentados de esta manera,
podría llegarse a la conclusión que los emigrantes croatas generalmente se
habían declarado según su sentimiento de pertenencia regional y no nacional.
“La realidad histórica de la
cultura croata – incluso la identidad croata – se fundamenta en una serie de
componentes, entre las cuales el regionalismo ha jugado un papel a veces
decisivo, junto con la componente ética (…) El regionalismo ha sido la
determinante de la identidad cultural que ha establecido el destino no
solamente de Europa en su totalidad, sino también de la mayoría de las naciones
europeas particulares, siendo la más prominente en los franceses, italianos y
alemanes. Una de las componentes fundamentales de la identidad cultural croata
es el multiregionalismo, y la omisión en observarla o reconocerla puede
resultar solo en una mutilación o una presentación falsa del ser nacional.” (Ivančević, 1999).
En consecuencia, las
circunstancias políticas en estas zonas impusieron el término “Yugoslavia”, por
lo cual los emigrantes croatas con el tiempo aceptaron ese nombre y, como
consecuencia, a sí mismos como los ciudadanos de la nacionalidad yugoslava; así
les resultaba más fácil, como explicó Mateo Kojundžić.
Obviamente, algunos de ellos tenían la necesidad de hacer hincapié en su
pertenencia regional, destacando a Dalmacia como su tierra. Considerando que la
mayoría de los emigrantes provenía de las islas dálmatas, en mayor número de la
isla de Hvar y un menor número de la isla de Brač y de la zona de Split y sus alrededores, los
datos obtenidos podrían servir de base para suponer que los emigrantes croatas
utilizaban el término yugoslavo como su propia identidad nacional en relaciones
con las personas del origen no-croata (no-yugoslavo), mientras que en la
comunicación con las personas llegadas del mismo país se identificaban según el
sentimiento de su pertenencia regional.
En el texto anterior ya se
ha mencionado que los representantes austrohúngaros llevaban a cabo una
“anti-propaganda” respecto de cualquier tipo de organización de los inmigrantes
contra Austria. Es lógico, por lo tanto, que los emigrantes croatas no hubieran
querido identificarse con ese gobierno, como se confirma en los testimonios de
aquellos entrevistados que se acuerdan que sus viejos utilizaban el término austríaco
como una denominación despectiva. No podían explicar de qué se trataba en
realidad, lo único que sabían era que los austríacos no le gustaban a nadie. A pesar de ello, hubo un caso en el que el
inmigrante croata prefería permitir que lo llamaran austríaco en vez de decirle
yugoslavo. Antić explica esta situación a través
de la posición económica en el lugar de inmigración. Él afirma que los
emigrantes croatas se ocupaban de sus intereses económicos, por lo cual un
agricultor en la “Provincia de Santa Fe en Argentina, quien seguía siendo austríaco no se arriesgaba, no dependía
de nadie salvo las circunstancias naturales que le determinaban la cantidad del
rendimiento” (ibid).
¿Yugoslavos o croatas?
Considerando que los
entrevistados que participaron en esta investigación, en los años 90 del siglo
pasado, se declaraban como yugoslavos de origen o yugoslavos, se plantea la pregunta
¿qué ha influido en el hecho de que tras la independencia de Croacia empezaran
a declararse como croatas de origen o croatas? La respuesta obtenida en mayoría
de los casos es la siguiente: “Yugoslavia ya no existe. Antes éramos
yugoslavos, ahora somos croatas”. Una entrevistada lo explicó de la siguiente
manera: “Nuestros viejos no vinieron del territorio que hoy corresponde a
Yugoslavia. Vinieron de donde hoy se sitúa Croacia. Ahora somos croatas”.
La respuesta tal vez más
original o más sincera a la misma pregunta fue la obtenida de dos hermanas de
Venado Tuerto, Iva y Manda Glamuzina:
“Ahora es así. Hoy ya no debemos decir que somos yugoslavos. Nosotros siempre
nos decíamos yugoslavos y luego vino Dominga (Dominga Kojundžić,
nacida Krešić) y nos gritó y dijo que ahora
somos croatas”. Sin embargo, las circunstancias que conllevaron al
desmembramiento de la ex Yugoslavia no le resultaban claras a la mayoría de los
entrevistados. A lo largo de entrevistas, la mayoría de ellos preguntaba: ¿Qué
pasó allí en realidad? ¿Por qué estalló la guerra? ¿De dónde surgió Croacia?
Para “iluminar” unos acontecimientos históricos, en Venado Tuerto se organizó y
dio una charla sobre la historia de Croacia. El interés de la gente era muy
grande, la mayoría de ellos decidió comprar el libro de Anđelko
Mijatović: “Croacia y los croatas en el tiempo y
el espacio”, traducido al castellano por la dra.
Mirjana Polić-Bobić.
¿Por qué estudian el idioma croata?
La respuesta más frecuente a
esta pregunta era que antes, mientras tuvieron la oportunidad de aprenderlo de
sus abuelos o, con menos frecuencia, de sus padres, no la aprovecharon, por lo
cual ahora, ya siendo de mayor edad, con menos trabajo que hacer y más tiempo,
se dedicaban a algo que deberían haber hecho hace mucho tiempo. Y que, de una
manera, hasta sentían remordimiento. Todos eran bien conscientes que sus
ascendientes vinieron con una inmensa escasez y que, al llegar a la Argentina,
no se encontraron en una situación mucho mejor. Son conscientes de que sus vidas
estaban llenas de privaciones y que se reducían solo al trabajo para poder
independizarse y ponerse de pie. De hecho, la mayoría de ellos, a la pregunta
si a los croatas los ven diferentes de otros pueblos que habitan en Argentina,
dirán: “Los croatas son tacaños.”
A lo largo de las
entrevistas se llega a saber que la mencionada tacañería en realidad significa
privación de todo tipo de vida que no era exclusivamente - ganar. Es lógico,
los emigrantes venían con muy poco dinero, por regla general se reunían en las
estancias de sus compatriotas o parientes y su único objetivo para alcanzar era
adquirir los recursos suficientes para poder comprarse un pedazo de tierra
propio e independizarse. Muy pocos de ellos eran de mejor estatus económico,
que les permitía abrir su propio negocio, pero su vida en nueva patria también
estaba caracterizada por el duro trabajo.
Había pocos casos en los
cuales los encuestados contaban que algunos de los miembros de sus familias en
absoluto se negaban a hablar de su patria, algunos simplemente no querían
recordar de donde vinieron y ellos generalmente vivían sus vidas en tristeza y
melancolía, nostalgia de su patria verdadera. Si ya se decidían a hablar de su
patria, lo hacían llorando y llenos de tristeza.
¿Por qué nunca regresaron?
Algunos no lograron ganarse la vida y
simplemente no tenían el dinero necesario para el billete de vuelta; los que
lograron ganarse la vida, de alguna manera no tenían a donde regresar. Se
crearon sus vidas en Argentina y el regreso habría supuesto un nuevo inicio.
Sin embargo, nadie de ellos ni siquiera solicitó la ciudadanía argentina. A
todos los inmigrantes no-argentinos les fueron otorgados los documentos de
identificación, cédula de identidad, con la cual podían moverse libremente
dentro del territorio del estado argentino, mientras que el único derecho que
se les negaba fue el derecho a votar. En qué medida el hecho de la
no-adquisición de la ciudadanía argentina fue una cuestión de necesidad o del
rechazo a la identidad propia y al sentimiento de la pertenencia, es la
pregunta a la cual ya no podemos obtener ninguna respuesta.
¿Hablaban el idioma croata o castellano en sus casas?
Al principio, todos los
emigrantes hablaban croata, simplemente porque no sabían castellano para poder
hablarlo. Con el tiempo, todos aprendieron castellano, pero lo utilizaban para
comunicarse con la gente que era “ajena”, mientras que en sus casas se seguía
hablando croata o “nuestro idioma”. Precisamente esa expresión es la que la
mayoría de la gente vinculaba con el idioma croata; ni ellos ni sus “viejos”
tampoco hablaban croata o yugoslavo o dálmata, sino “el nuestro”. Ese era el
idioma que les distinguía del resto de los pueblos emigrantes en el territorio
de la Argentina.
Una encuestada contó una
anécdota: su abuelo tenía su campo propio que cultivaba y para ello empleaba
trabajadores. Generalmente, ellos eran la población indígena, indios. En la
estancia del abuelo se reunían los compatriotas, por lo cual se hablaba en
croata. En una ocasión, durante el almuerzo, mientras todos estaban a la mesa,
entre ellos un trabajador, negro, uno
de los inmigrantes contó un cuento cómico. Y todos reían, pero rió el negro
también. La entrevistada afirma que el croata se utilizaba hasta tal punto que
algunos de los indios lo entendían.
El nuestro se seguía
hablando mientras venían nuevos miembros de la patria, quienes no hablaban
español o, más frecuentemente, hasta que los niños fueran a la escuela. Unos de
esos niños son los protagonistas de este
trabajo. Los que vivían con los miembros de sus familias que inmigraron de
Croacia, tenían la oportunidad de escuchar y hablar el idioma. Ellos tenían
problemas al inscribirse en la escuela, porque
aquel era el lugar donde algunos de ellos aprendieron castellano; en la
escuela. Y en esos casos los maestros de la escuela prohibían a los padres que
hablaran croata con sus hijos en casa, para que los hijos pudieran aprender el
castellano. Y ese es el momento en que empieza la erradicación del croata y su
uso.
Cabe destacar que todo lo
expuesto se aplica a las situaciones en que los inmigrantes se casaban con
personas de su nacionalidad, porque en los matrimonios mixtos no se podía
mantener croata en el uso cotidiano. En la primera generación esos matrimonios
eran muy escasos, pero su número aumenta con la segunda generación. Las
personas que pertenecen a la segunda generación iban utilizando el croata en
más escasas ocasiones, generalmente hablando con los miembros de sus familias
(por ejemplo con sus hermanos) y con mayor frecuencia en situaciones cuando no
querían que los otros les entendieran. La tercera generación ya no presta
ninguna atención a la nacionalidad de su cónyuge, que supone la imposibilidad
de hablar croata, porque no lo entienden ambos cónyuges.
Además, con la mejora de la
situación económica y de las condiciones de vida, y especialmente al mudarse
del campo a la ciudad y al establecer nuevas amistades y contactos sociales con
las personas de origen distinto del croata, el idioma croata iba utilizándose
menos, para finalmente reducirse al uso de algunas palabras en la comunicación
mantenida en castellano o al uso de palabrotas y eso solo en caso de tres
familias. Sin embargo, de las respuestas obtenidas de los encuestados puede
concluirse que existía otra razón más por la cual croata dejaba de hablarse:
vergüenza. En esa línea, algunos de los entrevistados contaron que habían
dejado de hablar el croata en la vida pública, porque personas de distintas
nacionalidades se reían de ellos, especialmente si alguno de los hablantes de
croata cometiera un error al hablar español. Ese tipo de reacciones del entorno
provocaban el sentimiento de menosprecio en los hablantes del croata en
comparación con el resto de la sociedad, por lo cual empezaron a enfocarse más
al uso correcto del castellano hasta que finalmente hubieran dejado de hablar
“el nuestro”.
Cabe destacar dos casos
interesantes y separados: se trata de dos mujeres que nacieron en Croacia e
inmigraron a la Argentina de muchachas muy jóvenes. Aquí aprendieron
castellano. En su vejez, ambas enfermaron y durante su enfermedad, que en caso
de una duró tres años, hasta su muerte ya no hablaban castellano, sino
exclusivamente croata. Los entrevistados aseguran que se olvidaron del
castellano.
La investigación llevada a
cabo con los entrevistados que participaron en este trabajo muestra los
siguientes resultados: nadie de ellos habla croata en su casa, ni siquiera
ellos que lo recuerdan bastante bien y son capaces de mantener una conversación
que tenga sentido. Se comunican en español incluso con sus hermanos que más o
menos recuerdan el idioma de sus abuelos, el
nuestro idioma, en la misma medida. Cuentan que les resulta más fácil y
rápido expresarse en castellano. “Hablar castellano me es normal, no tengo que
pensar. En croata a veces no me acuerdo de la palabra que busco, tengo que
pensar antes de hablar”, aseguran algunos de los encuestados. La única familia donde hoy en día se sigue hablando
croata es la familia Smajić, pero Mate y Perka nacieron en Croacia de donde inmigraron a la
Argentina. Sus hijos también hablan croata (¡hijo Darío dice que habla
dálmata!) pero a su nieta pequeña la crían y educan exclusivamente en
castellano.
Al obtener los resultados
expuestos de la investigación, se plantea la siguiente pregunta: ¿Por qué aprenden
el idioma croata? ¿Para qué?
Ya se ha mencionado el
remordimiento sentido por algunos entrevistados, provocado por no haber
aprovechado la oportunidad de hablar el idioma cuando podían. Sin embargo,
resulta que un gran número de ellos pretende identificarse con sus ascendientes
y el aprendizaje del idioma les parece como una de las posibles maneras para
lograrlo. Casi todos hablaban de las condiciones duras de vida con las que se
enfrentaron sus familias al emigrar a su nueva
patria, muchos mencionaban la nostalgia y melancolía que vivían los
inmigrantes; hablando con los encuestados uno tiene la impresión de que ellos
sintieran que a través del idioma pudieran llegar al mejor entendimiento del
sufrimiento y dificultades vividas por sus ascendientes en su nueva patria.
Los entrevistados a menudo
hablaban de sus viejos con lágrimas en los ojos. Tomando en cuenta que por su
incomparable mejor situación de vida agradecen a los primeros inmigrantes, la
mayoría siente el deber de aprender croata, para poder devolver o compensar el
sacrificio hecho por sus ascendientes con el fin de poder crear una vida mejor
a sus hijos, la que ellos viven hoy en día. También cabe destacar que, teniendo
en mente que la mayoría de los entrevistados nunca había estado en Croacia, la
imagen que ellos tienen de la patria de sus ascendientes es precisamente
aquella que les trasmitieron los primeros inmigrantes: la imagen de un país de
los años veinte del siglo pasado. Del país pobre, de los acantilados y de los
eriales. Tienen el sentido de que, si sus ascendientes no hubieran emigrado a
Argentina, ellos mismos hoy vivirían en las condiciones de vida que los
emigrantes habían dejado detrás en su patria. Y por eso les agradecen.
¿Qué es Croacia para ustedes? ¿Se sienten croatas?
La siguiente pregunta era
¿qué es Croacia para esa gente? ¿Se sienten croatas?
Cabe subrayar que la pregunta sobre la
nacionalidad y luego la ciudadanía provocó confusión en un gran número de la gente.
Se trata de la gente que nació y vive en el territorio argentino toda su vida,
por lo tanto los dos términos de su punto de vista no se distinguen. Todos
(salvo los anteriormente mencionados miembros de la familia Smajić)
se declaraban como argentinos, pero todos dirían que “de alguna manera” se
sienten croatas. Sin embargo, nadie podía explicar esa sensación, salvo Adriana
Smajić que para sí misma asegura que es
“argentina por error”. ¿Cómo? Pues, dice que sus padres vinieron de Croacia a
la Argentina y ella nació en Argentina como consecuencia de su llegada, pero si
se hubieran quedado en Croacia, ella habría nacido en Croacia como croata. El
resto de los encuestados decían que sentían sus raíces, pero al insistir que
explicaran ese sentimiento, se encogían y decían que era la “cuestión de
sangre”. “Hay algo que me atrae para allá” fue lo máximo que podían decir al
respecto.
Luego respondían a la
pregunta ¿cómo ellos mismos ven a los croatas en Argentina? ¿Pueden observar
algún rasgo distintivo entre sí mismos como descendientes croatas y otras
naciones? En la mayoría de casos la respuesta obtenida era que los croatas son
considerados diligentes, decisivos, tenaces y la gente que siempre lograría los
objetivos establecidos. Una encuestada contó que la mentalidad en Argentina era
diferente; que la gente no quería trabajar sino esperaba a que todo se le
sirviera. “Los croatas agarran la rienda”. Y que son tacaños. Sigue la
explicación: “nuestros viejos vinieron de pobreza y tenían que establecerse y
construirse la vida del principio, empezaban de la nada. Para poder hacerse la
vida, tenían que guardar cada moneda y ahorrar. No se podían permitir muchas
cosas, todo en aspiración de hacerse la
América y de ver su sueño convertirse en realidad, que era el bienestar.
Forzados a la privación, criaban y educaban a sus hijos de misma manera por lo
cual los entrevistados afirmaban que también
tenían cuidado de cuánto dinero gastarían y para qué. Es decir, que no eran
derrochadores, que consideran uno de los rasgos croatas.
¿Han heredado algunas costumbres de sus ascendientes que cultivan?
Respecto a la pregunta sobre
las costumbres croatas y su cultivo en las familias de los protagonistas de
este trabajo, la mayoría de las respuestas pueden reducirse bajo un mismo
denominador común: comida. Es decir, la mayoría dice que preparan la comida
“típica croata” en sus casas. Ello se traduce a: chucrut, pršurata, kroštule, štrudel
y brudet. Con mucho orgullo afirman que hasta
hoy en día preparan la mermelada, unos pocos incluso la matanza de cerdos. Se
podría llegar a la conclusión de que las costumbres todavía se mantienen en el
plano gastronómico de la vida. Se destacan solo dos casos separados que hablan
de las costumbres en la Navidad: “En la mañana de la Navidad se va a la misa,
luego se regresa a casa y a los huéspedes
se ofrece el aguardiente, nueces y uvas secas. Antes de comer se encienden
unas velas que se insertan en el trigo plantado (o una “ikebana” preparada de
pan dulce), se vierte el vino y luego todos presentes rezan. Después de rezar
el dueño de la casa ofrece a cada uno de los huéspedes un trago de vino y luego
apaga las velas con el pan empapado en el vino.” Esta costumbre se repite en
Nochebuena, luego en la Navidad al mediodía y en la noche, el día del Año Nuevo
y finalmente en los Reyes Magos, cuando finalmente se agota el pan entero.
Algunos también decían que agradecen a sus ascendientes croatas por ser tan
limpios y ordenados. El negro es
sucio, mientras que la estancia croata podía reconocerse ya desde lejos – ahí
todo siempre era ordenado y limpio.
Conclusión
Con la independencia de la
República de Croacia se empezó a hablar más de la diáspora croata y de los
croatas en todo el mundo. Probablemente no sería exagerado hablar ni del
estereotipo de croatas fuera de la patria, incluso en Argentina, que implicaba
una cierta conciencia nacional en un nivel bastante elevado, igual que la
conciencia de su identidad étnica, es decir de su pertenencia al pueblo croata.
Tras terminar la presente investigación de campo y resumir los resultados
obtenidos, los datos presentados son sustancialmente diferentes del estereotipo
común sobre los croatas en Argentina. Ello se explica por una serie de razones:
La presente investigación se
llevó a cabo en la Provincia de Santa Fe, en el interior de Argentina, donde
habitaban los emigrantes que vinieron en búsqueda de una vida mejor; vinieron a
hacerse la América. Ninguno de ellos
huyó de Croacia por motivos políticos; ellos pertenecen a la categoría de la
emigración económica, es decir a la categoría de la gente que a lo largo de los
años 20 del siglo pasado escapaban de las eriales islas dálmatas, de sus
tierras infértiles y de distintas enfermedades de la viña. La mayoría de ellos
tenía un nivel de educación muy bajo, y luego se plantea la pregunta sobre la
información, que a los principios del siglo pasado probablemente era muy
discutible.
Se podría decir que era la
necesidad lo que hizo a esta gente tan desinteresada políticamente, porque la
lucha cotidiana para la vida y su propia supervivencia no les permitía abordar
temas más “sofisticadas”, como la cuestión de su pertenencia nacional y de la
identidad. La aparición del sentido de la pertenencia regional es la
continuación lógica de esas afirmaciones; la gente se identificaba con las
tierras de las cuales vinieron y que, en mayoría de los casos, era Dalmacia.
Aquella actitud la trasmitieron a sus hijos y nietos; ellos ya nacieron en
Argentina, algunos de ellos (todavía en mayoría) nunca han visitado Croacia y
ese país para ellos no es más que la patria de sus ascendientes. Su patria es
Argentina y ellos son argentinos.
Estudian el idioma croata
porque algún día les gustaría visitar el país del que vinieron sus viejos o
porque el idioma les recuerda de sus padres o abuelos que ya no están con
ellos.
Podría suponerse, si la investigación se hubiera
llevado a cabo en otro territorio de Argentina o en centros urbanos de mayor
tamaño, como Córdoba o Buenos Aires, que el resultado habría sido
sustancialmente diferente. Es conocido que los dos centros mencionados son
aquellos a los cuales venían emigrantes políticos en un periodo posterior (en
los años 30 del siglo pasado o después de la segunda Guerra Mundial a más
tardar), que sus razones para emigrar eran completamente diferentes de aquellas
de la emigración económica y que eran gente con el nivel de consciencia
nacional muy elevado, y que trasmitieron ese tipo de actitudes a las
generaciones más jóvenes.
La pregunta a la que no se
podía encontrar la respuesta se mantiene: ¿se puede buscar de explicación para
el bajo conocimiento de las circunstancias culturales, sociales y políticas en
el país de las propias raíces, en la manera de vivir, en la desinformación o en
el desinterés? ¿Son aquellas las razones del debilitamiento del sentido de la
pertenencia al pueblo e identidad croata o es al revés? En la situación en la
cual todos los entrevistados nacidos en Argentina, aunque del origen croata, se
declaran como argentinos de nacionalidad y de ciudadanía, ¿es posible hablar de
ellos en el sentido de la diáspora croata?
La mayoría de los hijos de
los encuestados incluidos en esta investigación no tiene ningún interés en sus
raíces; son la gente que se esfuerza para luchar por su propia existencia,
especialmente en la mala situación que Argentina vive hoy en día. En la época
cuando se llevó a cabo esta investigación, ellos no demostraban ningún interés
para el aprendizaje del idioma croata, y si ya estudiaban un idioma extranjero,
estudiaban el lucrativo inglés. Sí, quisieran viajar a Croacia, igual como a
cualquier otro país. Algunos tenían una lista de prioridades pero Croacia no
era una de ellas. Entonces, con cada nueva generación, Croacia se convertía en
un país más lejano y el idioma croata en un ininteligible idioma de sus ascendientes
con el que los vincula solo el apellido que revela sus raíces croatas. Y que se
va hispanizando más con cada nueva generación.
Literatura:
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· Antić, Ljubomir: Hrvati u Južnoj Americi do godine 1914., Stvarnost i Institut za migracije i narodnosti, Zagreb, 1991.
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· Gavazzi, Milovan: Kulturna analiza etnografije Hrvata, Narodna starina, Zagreb, 1928, god. 7, str. 115 – 144.
· Grbić, Jadranka: Upotreba materinjeg jezika i etnički identitet kod Hrvata u Mađarskoj (privatna i javna komunikacija), Migracijske teme, časopis za istraživanje migracija i narodnosti, broj 3, Zagreb, 1990.
· Ivančević, Radovan: Ruralna i urbana komponenta kulturnog identiteta, u: Kultura, etničnost, identitet, Institut za migracije i narodnosti, Naklada Jesenski i Turk, Zagreb, 1999.
· Kumpes, Josip: Religija, kultura i etničnost, u: Kultura, etničnost, identitet, Institut za migracije i narodnosti, Naklada Jesenski i Turk, Zagreb, 1999.
· Landaburu, Roberto E.: Gringos, Fondo Editor Mutual Venado Tuerto, Rosario, 1992.
· Vrcan, Srđan: Stanovita zbrka oko etničkog, u: Kultura, etničnost, identitet, Institut za migracije i narodnosti, Naklada Jesenski i Turk, Zagreb, 1999.
· Županov, Josip: Etničnost i kultura: politička mobilizacija i opstanak, u: Kultura, etničnost, identitet, Institut za migracije i narodnosti, Naklada Jesenski i Turk, Zagreb, 1999.
Almorzando con el embajador de la República de Croacia en Argentina, Sr. Rikard Rosetti y la presidenta del Centro Cultural Croata en Rosario,Señora Lucia Žižić
Descendiente de
inmigrantes croata, Venado Tuerto
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