Una Croacia fuerte como única respuesta posible a la agresión serbia

 

En los meses anteriores a la Operacion Oluja (Tormenta) - agosto de 1995 - se analizaba en Croacia y en sus misiones diplomáticas cuales serían las condiciones para obtener apoyo estadounidense para detener la agresión serbia en Bosnia-Hercegovina y resolver las consecuencias de dicha agresión.

 

Vitomir Miles Raguz era en ese tiempo un diplomático croata muy bien posicionado y participante activo de esos análisis.

 

En un articulo aparecido en el periódico Obzor, de Zagreb, en mayo de 1995, Raguz presentaba la tesis de que los Estados Unidos están dispuestos a ayudar a otro Estado a lograr objetivos de interés común, pero no desean ayudar a otro Estado a satisfacer sus necesidades especificas propias.

 

De acuerdo a esta línea de pensamiento, los EEUU ayudarían más a Croacia si Zagreb fuera visto como una parte o actor que pudiese resolver los problemas de la región de modo consistente con los intereses occidentales, es decir como una parte que pudiera asegurar la existencia de Bosnia y Hercegovina o como mínimo, la existencia de la federación musulmano-croata.

 

Raguz afirma que un grupo dentro de la Administración Clinton -llamado "grupo moral"- vería con buenos ojos que alguien hiciera ese trabajo en lugar de que lo hiciera EEUU.

 

Ese grupo estaba motivado principalmente por el deseo de salvar a la comunidad bosnio-musulmana del genocidio serbio y al mismo tiempo evitar una situación en la que el genocida fuera premiado en términos territoriales.

 

Ese grupo había llegado a la conclusión de que una Croacia fuerte podría hacer eso, y quizá solamente Croacia lo podría hacer.

 

Dado que ese llamado "grupo moral" ya existía en Washington, no sería dificil que se persuadiera a los EEUU que una Croacia fuerte era la única solución para resolver la crisis en la región.

 

Dentro de los EEUU se opina que los intereses económicos son el principal y creciente elemento de su política exterior.

 

La opinión pública estadounidense exige que la política exterior esté al servicio de las necesidades domésticas. Si este es el caso, y si se deseaba que los EEUU ayudaran a Croacia a resolver las consecuencias de la agresión serbia, pareciera que Croacia debía presentarse a sí misma como un sólido socio económico para los Estados Unidos y no como una víctima de la agresión.

 

Esta posición surge de estudios realizados en los Estados Unidos según los cuales la opinión pública norteamericana había bajado su apoyo a la "protección de los derechos humanos en otros países" y a "defender a Estados pequeños de la agresión" y esto no sólo entre el público en general sino también entre sus líderes políticos.

 

En consecuencia, si la asistencia a Croacia pudiese ser presentada en términos de un aumento en el empleo de los Estados Unidos, entonces Washington estaría más dispuesta a apoyar a Zagreb.

 

El artículo aparecido en Obzor y que comentamos, forma parte del nuevo libro de Vitomir Miles Raguz que acaba de aparecer. Su título es “Da nije bilo OlujeWho saved Bosnia” – Si no hubiera existido la operación Oluja (Tormenta) – Quién salvó a Bosnia”, editorial Stih, Zagreb 2005, 363 páginas.

 

Tradujo: Joza Vrljicak

 

El libro es una edición bilingüe croata-inglés. Todos los textos se encuentran en los dos idiomas. El libro se puede adquirir escribiendo a joza.vrljicak@gmail.com.