STUDIA CROATICA
Año XXXIX, Buenos Aires, agosto de 1998, número 137
CROACIA: MITO Y REALIDAD (PRIMERA PARTE)
VINKO NIKOLIC: UNA VIDA TRAS UN SUEÑO
LAS RELACIONES ENTRE DUBROVNIK Y ESPAÑA
LITERATURA DE EXILIO COMO MEMORIA CULTURAL
LA MASACRE DE BLEIBURG, COMETIDA EN CONSPIRACION ENTRE
SERBIOCOMUNISTAS Y BRITANICOS EN 1945
750 AÑOS DE UN PRIVILEGIO LITURGICO PAPAL PARA EL
GLAGOLITICO
VIKTOR VIDA - EL POETA CROATA Y EL DESTINO
ACCION POR LAS IGLESIAS DAÑADAS EN LA GUERRA
SIMPOSIO INTERNACIONAL EN LAS ISLAS HVAR Y KORCULA
Dr. Franjo Tudjman
El 27 de enero de 1998 el
Presidente de la República de Croacia, Dr. Franjo Tudjman, leyó su informe
sobre la situación del Estado y la Nación croatas en el año 1997, ante una
sesión conjunta de las dos Cámaras del Sabor Nacional Croata.
Al conmemorarse el octavo aniversario de la
Declaración de Soberanía de Croacia, celebrándose el Día Nacional de la
República de Croacia, reproducimos aquí los conceptos fundamentales expresados
por el Dr. Tudjman en su informe ante el Sabor.
I. Plena soberanía
Durante 1997 y al comienzo de 1998 se logró un
objetivo fundamental de la política nacional y estatal croata: la plena
soberanía en todo el territorio estatal. Este objetivo se logró con el retorno
a la Patria, de una forma pacífica y sin nuevas víctimas, del último trozo de
territorio ocupado, la región danubiana croata, con Vukovar, símbolo de la
resistencia y la unidad de la Nación Croata.
El sueño secular de la Nación Croata ha sido
alcanzado. El Estado Croata libre, independiente y democrático alcanzó la
soberanía dentro de las fronteras del país en 1995, y hemos mostrado que somos
vencedores capaces y deseosos de otorgar perdón.
De especial significación han sido las reformas
constitucionales que el Sabor Nacional Croata realizó y proclamó el 18 de diciembre
de 1997. Con estos cambios, la Constitución croata substancialmente y en
términos de toda su formalidad jurídica, realmente pasó a ser aquello que debe
ser: la Constitución de un Estado totalmente soberano, independiente,
democrático y social como realmente la República de Croacia es y trata de ser
en plenitud.
Así, en ese nivel más alto del Derecho estatal y de
simbología política queda marcado el fin exitoso del período de los últimos
siete años, sin duda históricos, de defensa y consolidación internacional del
Estado Croata independiente.
El pasado año 1997 fue realmente el primer año de
paz. Empero no debemos olvidar que Croacia en su realidad global, tanto el año
pasado como hoy, todavía siente las pesadas consecuencias de la guerra.
También, que nos enfrentamos a nuevos desafíos y tareas con muy complejas
circunstancias políticas internacionales.
II. Política exterior y situación internacional
Durante el año pasado se lograron significativos
resultados en el campo de la política exterior croata. Los acontecimientos de
política exterior giraron en torno a los problemas de realineamiento interior y
la expansión de la integración euroatlántica y europea. Con su actitud
responsable hacia la solución de la crisis en el territorio de la antigua Yugoslavia,
en particular en Bosnia-Hercegovina, y con la reintegración pacífica de su
región danubiana, Croacia confirmó nuevamente su rol como interlocutor serio y
factor indispensable en la región.
En la implementación de su política de defensa de sus
intereses vitales nacionales y estatales, Croacia se encontró con incomprensión
y a veces con presiones que eran causadas por las intenciones políticas de
algunos círculos internacionales que quieren cambios internos en Croacia.
La normalización de las relaciones con Serbia hizo
posible la reintegración pacífica de nuestra región danubiana. Croacia sostiene
que el tema de Prevlaka debe ser visto como una cuestión de seguridad y no como
un problema territorial. Insistirá en que se resuelva finalmente el problema de
sucesión resultante de la desintegración de la antigua Yugoslavia.
La Nación Croata aceptó el establecimiento de la
Federación Croato- Musulmana bajo la condición de que ésta esté ligada con
Croacia. Frente al proceso de paz en Bosnia, la parte croata ha demostrado ser
la más constructiva. Mantendremos nuestro apoyo activo al proceso de paz, al
tiempo de salvaguardar nuestros intereses estatales y nacionales, en base a los
acuerdos de Washington y Dayton, para asegurar la posición de la Nación Croata
como realmente constitutiva y en posición igualitaria.
Croacia colabora con la Corte Internacional de
Justicia de La Haya, pero con todo derecho exige objetividad. Croacia continúa
afirmándose en el plano internacional, ha establecido relaciones diplomáticas
con Israel y es miembro de prácticamente todas las organizaciones
internacionales. Croacia ha hecho explícita su negativa a participar de
cualquier intento de integración regional balcánica. Para los hacedores y
guardianes del ordenamiento de Versalles, Croacia aparecía como la mayor
culpable de la disolución de la ex-Yugoslavia, de modo que construyó su Estado
y su independencia en contra de la voluntad de esas fuerzas. Sólo gracias a su
éxito y a su actitud constructiva, Croacia logró vencer la incomprensión, y
ahora el mundo comprende y acepta su rol en la construcción de la paz. En
relación a la integración europea y euroatlántica, Croacia hará todos los
esfuerzos posibles para participar en esos desarrollos.
III. Orden interno, democrático y político
Realización del Sistema Democrático de Autoridad
Estatal: Durante 1997 todos los cuerpos de autoridad estatal en
Croacia continuaron operando regularmente en el ejercicio de sus poderes
constitucionales y legales. El Sabor Nacional Croata cumplió su trabajo
constitucional como cuerpo legislativo y representativo. Entre las muchas leyes
aprobadas hay que mencionar a la Ley Penal y a la Ley de Procedimientos en lo
Penal.
Administración de Justicia: El
sistema legal de Croacia, en términos de la estructura y de las soluciones
legislativas, se ajusta a la Constitución, a las tradiciones croatas, y a los
más altos estándares europeos y mundiales. Lamentablemente y a pesar de los
avances, la situación de la administración de la Justicia todavía no es satisfactoria.
El gran número de casos pendientes, y el retraso en las Cortes, causan
creciente insatisfacción de ciudadanos y hombres de negocios. Los atrasos en la
Justicia amenazan la seguridad jurídica de los ciudadanos y de las personas
jurídicas, y restan crédito no sólo al sistema jurídico sino también al sistema
político del Estado Croata. Debido al alto número de casos pendientes y a los
atrasos, considero mi deber constitucional el solicitar a todos los cuerpos
judiciales que den pasos firmes para encarar todos los casos pendientes en no
más de dos años. No podemos quedarnos quietos frente a la lentitud e
ineficiencia de la administración estatal y especialmente del sistema judicial,
que ha pasado a ser un obstáculo para un mayor y más amplio desarrollo de la
democracia y del Estado de Derecho en Croacia. Todo el sistema de autoridad
estatal y en las administradoras locales deben estar al servicio de la Nación
Croata y de cada ciudadano.
Seguridad Física de los Ciudadanos y de sus
Propiedades: La condición del orden público en general puede ser
considerada en 1997 como favorable, y hasta ha mejorado comparado con años
anteriores. Se ha mantenido la tendencia declinante en la tasa de criminalidad.
Administración Gubernamental y Autogobierno Local: Como Jefe
de Estado, estoy de acuerdo con los comentarios de muchos ciudadanos que
diariamente se dirigen a mí y me señalan la ineficiencia y burocracia en la
administración pública: los ciudadanos pierden horas para tratar de ejercitar
sus derechos y cumplir con sus obligaciones; se ven forzados a ir a buscar aun
los recibos más superfluos y otros papeles; se necesitan decenas de permisos
para obtener un permiso de construcción.
Croacia necesita una administración pública
eficiente, entrenada, bien paga e incorruptible, reducida en número y equipada
con computadoras y buenas comunicaciones. El Estado declara una guerra sin
cuartel contra la burocracia y contra la irresponsabilidad entre los servidores
públicos. Deben ser evitadas la criminalidad económica, las coimas y la
corrupción.
IV. La economía
A pesar de la herencia negativa del anterior sistema,
y de las dificultades inherentes en la transición y principalmente del
sufrimiento de la guerra causada por la agresión yugocomunista y serbia, en los
últimos siete años de existencia del joven Estado Croata se alcanzaron
resultados considerables en la estabilización y desarrollo de la economía
croata, y en su transformación de una economía socialista a una economía de
mercado.
Croacia enfrenta complejos desafíos económicos y
sociales. A pesar de los logros alcanzados, Croacia enfrenta varios problemas
serios. Sería imposible no tenerlos, considerando el legado recibido, y el
sufrimiento debido a la agresión.
Entre estos problemas se encuentran el desempleo, la
iliquidez, altos niveles en tasas de interés y bajos ingresos. La experiencia
de otros países indica que no existen las soluciones fáciles o rápidas. El
Estado Croata debe utilizar en todo su potencial los recursos naturales y
humanos del país. Debe estimular la producción y las exportaciones.
Debe aumentar el ahorro nacional e incrementar la
inversión, especialmente la inversión privada, así como achicar la proporción
de la inversión estatal. Debe estimular la inversión extranjera directa,
especialmente en nuevas tecnologías. Debe reducir el nivel del gasto total -
especialmente público- en el Producto Bruto Interno. Debe reestructurar el
gasto público para incrementar la inversión en capital humano, y reducir los
gastos en las áreas de Defensa y de Administración Estatal, de acuerdo con una
estructura más moderna y las condiciones de tiempo de paz.
Debe concluir más resueltamente el proceso de
privatizaciones, especialmente en el turismo y en empresas estatales, con el
expreso objetivo de garantizar recursos para la modernización tecnológica,
tomando en cuenta la protección de los intereses nacionales.
El Estado Croata tiene ante sí la continuación del
desarrollo de una plena democracia y de una sociedad civil. Una democracia
dentro de la libertad de Croacia, con todas las garantías legales y con la
protección de los derechos humanos, con el orden de la Ley, formulada en la
Constitución croata y su elaboración legal.
Conclusión
Tenemos ante nosotros muchas tareas esenciales.
Resumimos aquí las más importantes:
La primera tarea en nuestra política interna es la
implementación consistente de aquella política estatal con la que, en
cooperación con la UNTAES y la población serbia local, hemos logrado la
reintegración pacífica de la región danubiana croata. Todas las autoridades
estatales, los gobiernos locales y todos los sujetos sociales y económicos
deben: a) colaborar lo más rápidamente posible con el retorno de las personas
desplazadas y permitir el asentamiento de refugiados y retornantes a las áreas
abandonadas, y b) establecer, lo antes posible, la vida normal en todas las
esferas económicas, culturales y sociales dentro del marco general del sistema
croata. El Gobierno debe dar los pasos necesarios para obtener ayuda
internacional para la reconstrucción de Vukovar y de otras áreas destruidas.
En el orden internacional, las tareas más importantes
de 1998 son: Dentro de la normalización de las relaciones con la República
Federal de Yugoslavia, se debe concluir un acuerdo bilateral de
desmilitarización del área de Prevlaka, que es una cuestión de seguridad para
Dubrovnik y Boka Kotorska. Si no se firma un acuerdo en tres o cuatro meses, el
Gobierno croata terminará su acuerdo respecto a monitores de las Naciones
Unidas en Prevlaka.
Se debe concluir la negociación de cuestiones
pendientes con Eslovenia. Si no se puede lograr un acuerdo bilateral, debe
buscarse arbitraje internacional. Deben establecerse acuerdos y proveer las
soluciones requeridas para la membresía de Croacia en la CEFTA, la OMC y la
OCDE. También es necesario establecer acuerdos con la Unión Europea y con los
Estados Unidos sobre: a) el Acuerdo sobre Cooperación y Comercio, b) Membresía
en Socios para la Paz y c) Integración gradual en la Unión Europea y en
la OTAN. Deben completar lo antes posible los acuerdos sobre las relaciones
especiales de Croacia y la Federación de Bosnia y Hercegovina, y sobre el
establecimiento del Consejo de Cooperación con Bosnia y Hercegovina. En este
contexto hay que establecer los acuerdos sobre la construcción de la Autopista
Zagreb-Bihac- Dubrovnik con ramales para Split y Sarajevo, para la zona de
libre comercio en el puerto de Ploce y para el régimen de paso a través de
Neum.
Para el desarrollo económico de largo plazo es
necesario:
La implementación sostenida de la política estatal de
estabilidad social y económica. La promoción del ahorro interno y de las
inversiones domésticas y extranjeras, en particular respecto a las nuevas
tecnologías. Completar en forma más enérgica las privatizaciones, especialmente
en el turismo.
Iniciar la privatización gradual de empresas públicas
para obtener nuevo capital y nueva tecnología, cuidando los intereses
nacionales y estatales. Promover las exportaciones y el empleo mediante la
reducción de impuestos y contribuciones sobre los salarios y posiblemente
mediante exención impositiva para los pasantes recién empleados.
Poner en vigor una política tarifaria para proteger y
promover la producción nacional, así como para evitar el accionar de los monopolios
y de las políticas de dumping en el mercado doméstico. Asegurar la
aplicación consistente de la ley del Impuesto al Valor Agregado y estudiar
todos los efectos de su aplicación durante el primer año; si es necesario,
introducir los cambios posibles para su mejora. Acelerar la reestructuración y
el fortalecimiento del sistema bancario.
El Banco Nacional de Croacia debe estimular la
reducción de las tasas de interés, entre otros medios reconsiderando depósitos
en bancos extranjeros. La liquidez entre los operadores de negocios debe
mejorarse, especialmente respecto a las instituciones estatales, y a los fondos
de seguros de salud y de pensión. Debe completarse la reforma del esquema de
pensión con miras a incrementar las pensiones lo antes posible, y al mismo
tiempo auditando los abusos en los seguros de invalidez.
Se deben dar los pasos necesarios para achicar los
retrasos acumulados en los juicios civiles, y los juicios comerciales en
particular, así como los del fuero penal. El Gobierno debe prever, mediante
acuerdos con los sindicatos, aumentos salariales en las administraciones
pública y judicial, en la cultura, la ciencia y la educación. El Gobierno debe
presentar lo antes posible el proyecto de ley sobre las obligaciones y derechos
de los empleados estatales. Es necesario regular la estructura y despliegue en
tiempos de paz del Ejército, Fuerza Aérea y Marina de Guerra croatas.
En la implementación de la modernización debe tenerse
en cuenta la necesidad de reducir el gasto del área de Defensa, financiado con
el Presupuesto Nacional.
Además de lo ya mencionado, nuestros objetivos
generales en 1998 incluyen la realización más acabada de la democracia croata,
la consolidación comprehensiva del estado de Derecho, la protección de las
libertades y de los derechos de todo hombre y ciudadano y finalmente, y de gran
importancia, el desarrollo del Estado social y del sistema de justicia social.
La materialización de todos estos objetivos
nacionales croatas, que son altamente exigentes, requiere el involucramiento de
todas las clases sociales, que deben recibir las amplias oportunidades para la
actividad creativa, especialmente la juventud croata.
Tradujo: Joza Vrljicak
Carmen Vrljicak
Blazevic observa el campo,
Prosinecki avanza, Suker recibe dos golpes en un minuto, Stimac cierra, Stanic
corre, Vlaovic se persigna.
Arriba, la tribuna enmudece.
Los demás -todos- retienen el aliento frente al
televisor; se sufre, hay expectativa; hay alegría, hay una esperanza reciente y
creciente.
Esta vez se juegan muchos significados en Francia.
Por eso, hasta los más alejados del fútbol aprendieron del área chica, la
posición adelantada, los penales y el gol de oro.
Así sucedió en cada lugar y así sucedió en cada
corazón croata. Es la revelación del mundial; un equipo inesperado que avanza
dieciséis posiciones con su juego alegre y despreocupado. Deportivo.
En la Argentina, todos callan mientras Blazevic
escruta el campo, Boban danza su desparpajo, Bilic se despliega, Jarni llega
eficaz, Suker golea, Ladic ataja, Ladic desvía y se cumple el último minuto. Es
el final del partido y estalla el esplendor de la fiesta, llueven las
felicitaciones. Se desbordan los abrazos y los saltos, el orgullo y las
lágrimas.
Y crece el agradecimiento a los que regalaron a
Croacia una nueva victoria.
Se escribe con el corazón
Lo dijo bien Juan Ignacio Lladós, enviado especial de
La Nación "Croacia no le debe nada a nadie más que a esos jugadores
que dejaron el alma en la cancha. A esos que juegan por el honor, por la bandera,
por su gente. A esos que ponen el corazón para escribir la historia. A esos
que, en silencio, se hicieron un lugar entre los tres mejores del mundo".
C. Michael McAdams
El autor de Croacia:
Mito y Realidad es Director del campus en la ciudad de Sacramento de la
University of San Francisco, y ha publicado numerosos trabajos sobre cuestiones
croatas. El libro ya a tenido tres ediciones; recientemente lo hemos traducido
y puesto en nuestro Web site. En esta edición de Studia Croatica traemos
-además del índice- el prefacio del autor, la introducción y los cuatro
primeros capítulos. En números siguientes continuaremos con su publicación.
Indice
Prefacio del autor a la tercera edición
Por más de 25 años intenté ayudar a los no-croatas a
distinguir entre mito y realidad acerca de Croacia y los croatas. Escribí, en
primer lugar, la obra Croacia: Mito y Realidad, con la finalidad de
responder a algunos de los mitos acerca de este país que aparecen en la prensa
de habla inglesa.
Cientos de copias de la primera y segunda edición,
publicadas en 1992 y 1994 respectivamente, fueron enviadas a periodistas,
bibliotecas, universidades y dirigentes políticos en el mundo de habla inglesa,
para combatir la campaña de propaganda que se llevaba a cabo en contra de
Croacia y Bosnia.
Los derechos de autor correspondientes a Croacia:
Mito y Realidad fueron donados a la Editorial Universitaria Croata de
Zagreb. El libro fue traducido al croata por la profesora Mirjana Turudic como Hrvatska
- Mit i Istina. El 9 de mayo de 1993 recibí las primeras cinco copias de la
edición croata impresas esa mañana, cuando por primera vez arribaba al suelo
croata libre, en el aeropuerto de Zagreb. Esa fue la culminación de una larga
travesía, de muchas millas y muchos años.
En 1995 la monografía fue publicada en sueco como Kroatien
- Myt och Sanning, y se otorgaron autorizaciones para traducirla a los
idiomas alemán, español e inglés. Si bien los derechos correspondientes a todas
estas traducciones fueron donados, he recibido a cambio, y más de lo que
hubiese imaginado, la riqueza de amistades para toda la vida.
En la primera impresión de la primera edición intenté
agradecer, nombrándolos, a cada uno de aquellos que apoyaron este esfuerzo con
su tiempo, recursos, correcciones e investigaciones previas. Pronto se hizo
evidente que la lista podría ser interminable. Con ésta, la edición final,
quiero expresar mi profundo agradecimiento a cada una de las personas que
apoyaron éste y otros proyectos durante los últimos 25 años.
Ahora que Croacia es libre, ella tendrá muchos
amigos. Pero hubo un tiempo, no muy lejano, en el que apoyar la
autodeterminación de Croacia no era popular y también era a veces peligroso,
aun en los Estados Unidos. Hoy, Croacia tiene muchos más amigos en todo el
mundo que apoyan su lucha para mantener su libertad e independencia. Quizás
esta monografía ayude a llevar la verdad a alguna gente más, y conduzca a
algunos a leer trabajos más detallados y más académicos acerca de Croacia y su
historia antigua.
Croacia siempre tuvo una historia orgullosa. Hoy
Croacia tiene también un futuro brillante.
C.
Michael McAdams, University of San Francisco
Septiembre de 1997
Introducción
Se ha dicho que la verdad es la primera víctima de la
guerra. En junio de 1991 estalló la guerra en Europa por primera vez desde la
Segunda Guerra Mundial, cuando Serbia atacó a Eslovenia, luego a Croacia y
después a Bosnia. Al mismo tiempo fue lanzada en la prensa mundial otra guerra,
una agresión de propaganda y mitología.
Idénticas historias aparecían con similares palabras
en diferentes publicaciones, escritas por distintos periodistas en todo el
mundo, en un ataque que tenía dos motivos: el primero, relacionar al gobierno
croata con el antiguo régimen fascista, ocultando el hecho de que el Presidente
croata fue durante la Segunda Guerra Mundial un partisano, héroe de guerra, que
luchó precisamente contra los fascistas, siendo el único jefe de Estado europeo
actualmente vivo que lo haya hecho. El otro propósito era el enmascaramiento de
la agresión serbia, desdibujando las realidades de una guerra proseguida sólo
para ganar territorio y mantener así al comunismo centralizado en lo que era
Yugoslavia.
En un comienzo, la desinformación estaba limitada a
los escritos de izquierdistas confesos y apologistas serbios, pero a medida que
la guerra se prolongaba en meses y años, las palabras y frases de la mitología
serbia aparecían una y otra vez en un círculo que se expandía y que incluiría,
eventualmente, las páginas editoriales de periódicos altamente respetados.
Aun así, pocas de las acusaciones y alegatos
presentados durante la campaña eran novedosos. La historia de la desinformación
serbia puede rastrearse hasta los orígenes de Yugoslavia en 1918.
La agencia noticiosa Tanjug, controlada por el
Partido Comunista, y la Televisión de Belgrado, continuaban la batalla que se
iba perdiendo en la comunidad diplomática a medida que los distintos países,
uno tras otro, reconocían a Croacia y a Bosnia como Estados independientes.
Uno de los primeros mitos realmente nuevos apareció
el 20 de noviembre de 1991, cuando los titulares de diarios y medios de
difusión del mundo gritaron: "Milicias croatas degollaron a 41
niños". Una importante agencia de noticias informó: "Los niños, de
entre cinco y siete años, según se informó, fueron encontrados degollados en el
sótano del jardín de infantes de Borovo Naselje luego que fuerzas croatas
abandonaron el lugar durante el fin de semana". Los niños eran en su
totalidad serbios, de acuerdo al informe.
Esta historia demuestra la mitología en el momento en
que se la está haciendo. La historia fue transmitida por todas las redes
electrónicas y agencias de noticias, y fue publicada en diarios de todo el
mundo sin que se haya efectuado ninguna clase de confirmación del hecho.
El hecho de que la aldea en cuestión había estado
sitiada por meses, que todos los niños habían sido evacuados meses atrás, y que
obviamente no se dictaban clases en jardines de infantes a lo largo de toda la
zona de guerra desde hacía ya tiempo, no llamó la atención de ningún editor. Al
día siguiente, algunos diarios publicaron una retractación, en menor espacio y
letra pequeña, después que un reportero gráfico de 22 años, Goran Mikic,
admitiera que había "fabricado" la historia. En Belgrado la prensa nunca
publicó la retractación, y de hecho, más tarde, citó al falso incidente en sus
noticias como parte de su campaña propagandística.
La propaganda es definida como información y
opiniones, especialmente las prejuiciadas, difundidas para influenciar al
público en favor de o en contra de alguna doctrina o idea. El mito, por su
parte, es definido como una historia antigua tradicional o una leyenda. La
mitología, a su vez, es un cuerpo de mitos.
Durante los últimos 70 años una gran parte de la
propaganda llegó a transformarse en mitología con vida propia, creciendo y
mutando cada vez que se volvía a contar. Viejos mitos fueron resucitados y
adornados por propagandistas, periodistas y otros interesados que intentaban
entender las guerras serbias de agresión. Más allá de la motivación, el
resultado es el mismo: otra generación era presentada al calor de la mitología
y negada a ver la luz de la realidad.
Algunos mitos son nuevos, otros son muy viejos. El
mito mencionado de los 41 niños degollados que se informó un día y tuvo
retractación al siguiente, sin duda encontrará su camino hacia algún libro de
historia, en algún lugar, como un hecho verídico, llegando a ser parte de la
mitología.
Además, nuevos mitos fueron creados no sólo por los
mitólogos serbios sino por la misma prensa, la cual se supone debe informar y
no generar las noticias.
El 15 de agosto de 1996 diarios de todo el mundo
reprodujeron una fotografía de una agencia de noticias de lo que a primera
vista parece ser un soldado croata con su brazo levantado en un saludo
fascista, con un epígrafe indicando que el militar tenía esta actitud mientras
se entonaba el Himno Nacional croata. Empero, miles de personas en todo el
mundo vieron la misma imagen en la televisión croata, transmitida vía satélite,
con ambos brazos levantados en una "V" de la victoria, junto a
decenas de soldados haciendo lo mismo, respondiendo a las aclamaciones de una
multitud que les daba la bienvenida y no al sonido del Himno Nacional.
Una mirada más atenta a la fotografía revela que el
brazo izquierdo del hombre también estaba levantado. Su brazo derecho estaba
duro porque había sido herido y su codo estaba fuertemente vendado. Para
crédito de una parte de la prensa, el San Francisco Chronicle y otros
diarios retiraron en forma inmediata la fotografía y su epígrafe, después de
que, como dijera el editor del Chronicle, William German, "algunas
dudas fueron expresadas". Empero, a pesar del pedido del editor German, la
agencia de noticias no sólo se negó a retractar el epígrafe, sino que defendió
lo que pasó a ser denominado "el engaño del saludo".
En las páginas siguientes, mitos tanto antiguos como
emergentes son explorados y expuestos en la realidad. Algunos tienen
explicaciones simples; otros son complejos. Otros, también, son groseros y sin
gusto.
Este trabajo tiene la intención de iluminar, no
acalorar. Tiene el propósito de llevar los mitos al dominio de la realidad.
Croacia y los croatas
Croacia emergió como un Estado nacional unificado en
el año 925 d.C. y pasó a formar parte, a través de una unión personal bajo un
rey común, de lo que llegaría a ser el Imperio Austro-Húngaro en el siglo XII.
A través de toda la historia del Imperio, Croacia mantuvo diversos grados de
autonomía con su propio Ban o Virrey y su Sabor o Parlamento, que
se reunió por primera vez en el año 679 d.C. Después de la Primera Guerra
Mundial, Croacia fue absorbida por el nuevo Estado artificial que se llamaría
Yugoslavia. En el período entre 1918 y 1941 la primera Yugoslavia fue apenas
poco más que una extensión de Serbia con un rey serbio, gobernando desde la
capital serbia, Belgrado, con leyes serbias. Esa fue la primera vez en la
historia en que serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos y macedonios
vivieron juntos en un Estado común. La historia de la Yugoslavia monárquica
está marcada por la brutal suspensión de los derechos políticos, humanos y
civiles croatas.
La nación croata se reunió alrededor del Partido
Campesino Croata cuyo líder, Stjepan Radic, un gran pacifista, era ya avanzado
en edad y casi ciego. Radic, junto con otros cuatro líderes croatas, fue
baleado por un diputado serbio en el piso del Parlamento en el año 1928.
El rey serbio, Alexander Karageorgevic, agravó la
situación proclamándose a sí mismo dictador absoluto y proscribiendo a todos
los partidos políticos. El diputado croata Ante Pavelic formó entonces el
Movimiento Croata de Liberación Ustase ("Insurgente"), para obtener
la independencia por la fuerza. Alexander fue asesinado en 1934, siendo
sucedido por su primo, el príncipe regente Pablo, quien era medio ruso, había
sido educado en Oxford, y tenía poco interés en la política o en Yugoslavia.
La Segunda Guerra Mundial
Entre 1934 y 1941 Yugoslavia se acercó a Hitler bajo
el liderazgo de Milan Stojadinovic, quien formó sus propias tropas de choque y
adoptó el título de Vodja o Führer. Posteriormente, el premier
Dragisa Cvetkovic llevaría a Yugoslavia a unirse al Eje, apoyando a Hitler y
Mussolini, el 24 de marzo de 1941. Casi inmediatamente tuvo lugar un golpe
militar producido por dos generales serbios de la Fuerza Aérea, quienes
contaron con la ayuda del Servicio Secreto británico.
Hitler ordenó la inmediata conquista de Yugoslavia,
ya que para él era inaceptable una situación de inestabilidad en su flanco sur,
en vísperas de la invasión a la Unión Soviética. El ejército, dominado por los
serbios, se rindió sin presentar resistencia. El Gobierno y la familia real
serbios huyeron a Gran Bretaña llevándose oro por cifras millonarias, para
establecer un gobierno yugoslavo en el exilio, que culpó a los croatas por la
guerra y la derrota.
Los ustase de Pavelic tomaron inmediatamente el
control de Croacia, incluyendo a Bosnia y Hercegovina. El nuevo Estado croata
fue dividido en dos zonas de ocupación, una alemana y otra italiana, mientras
que Italia, directamente anexó grandes partes de la Dalmacia croata. Italia
declaró a Croacia un reino italiano, y hasta nombró un monarca, quien nunca
pisó su supuesto territorio. El Estado croata, conocido por sus iniciales
croatas de NDH, nunca tuvo control total del país, pero montó una dura
resistencia contra los monárquicos serbios cetniks y los partisanos, que
estaban dirigidos por los comunistas.
El Estado croata también envió unidades aéreas, navales
y de infantería para luchar en el frente ruso. La mayor parte de la infantería
pereció en Stalingrado.
Serbia se transformó en un Estado títere nazi bajo el
mando del general Milan Nedic, quien intensificó la persecución contra judíos,
gitanos y croatas que había comenzado con el régimen monárquico antes de la
guerra.
El 22 de junio de 1941 -fecha que ahora es fiesta
nacional en Croacia- una unidad de 40 partisanos croatas lanzó un ataque contra
fuerzas de ocupación en las cercanías de la ciudad croata de Sisak. Este hecho
marcó el comienzo de la primera más larga y única exitosa guerra de liberación
contra los nazis. Los partisanos, dirigidos por un croata, Josip Broz
("Tito"), eran mayoritariamente croatas en número. Para 1943 cerca de
300 mil partisanos habían liberado grandes zonas de Croacia y Bosnia,
estableciendo un Estado que fue reconocido al año siguiente por los aliados
como el Gobierno legal.
Si bien los partisanos estaban integrados con
combatientes de todas las nacionalidades, sólo dos divisiones eran serbias, una
montenegrina, siete bosnias y once croatas. La mayor parte del liderazgo de los
partisanos era comunista y el Partido Comunista -que estaba proscripto-
contribuyó con la estructura organizacional necesaria para salir victoriosos.
Empero, el 95 por ciento de los partisanos eran campesinos no comunistas y
obreros de todas las tendencias políticas, especialmente miembros del Partido
Campesino Croata. Todos ellos lucharon por la promesa de una Croacia
democrática y autónoma, dentro de una nueva Yugoslavia federal.
Cientos de miles perecieron en la multifacética
guerra entre partisanos, alemanes, italianos, croatas y varias fuerzas serbias.
A medida que la guerra se acercaba a su fin, miles de cetniks se pasaron en
masa a los partisanos.
Mientras el reciente conflicto en Croacia y Bosnia,
que frecuentemente es llamado "guerra civil" sin serlo, la Segunda
Guerra Mundial fue realmente una guerra civil, con primos peleando contra
primos y hasta hermanos contra hermanos.
La Segunda Yugoslavia
Después de la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia fue
reconstituida como una república federal comunista, con la promesa de igualdad
para todas sus naciones y pueblos. Como en la mayor parte de los Estados
comunistas, las promesas no fueron cumplidas. Una despiadada policía secreta, y
la explotación económica y política de Croacia, llevaron a cientos de miles de
jóvenes croatas a buscar libertad y prosperidad en el exterior. Luego de la
purga del jefe de la policía secreta Aleksander Rankovic en 1966, tuvo impulso
un nuevo aire de libertad, conocido como "la Primavera Croata".
Menos conocida en Occidente que la "Primavera de
Praga", esta gran liberalización fue aplastada por los comunistas a fines
de 1971. Una víctima de la nueva ronda de represión fue el disidente antiguo
partisano y general del Ejército yugoslavo Franjo Tudjman. Los hechos de 1971
pusieron en movimiento fuerzas que llevaron, 20 años más tarde, a la
independencia de Croacia.
La muerte de Tito, en 1980, condujo a mayores
demandas de democracia y economía de mercado, además de pedidos por una mayor
autonomía para Croacia y Eslovenia, respecto del Gobierno central, controlado
por los serbios. A medida que Eslovenia y Croacia, de orientación occidental,
introducían reformas democráticas, Serbia, más inclinada al Oriente, se esforzó
por mantener el autoritarismo comunista y un gobierno centralizado.
En 1990 el Dr. Franjo Tudjman fue el primer
Presidente libremente elegido de Croacia. Las elecciones libres y democráticas
en Croacia y Eslovenia demostraron un compromiso con el proceso democrático,
por la protección de los derechos humanos, y el desarrollo de una economía de
libre mercado.
A mediados de 1990 Croacia comenzó negociaciones para
lograr la formación de una confederación laxa de naciones que daría autonomía
nacional, preservando a Yugoslavia en alguna manera.
La República de Serbia rechazó todos los intentos de
negociación al respecto, involucrándose en violaciones a los derechos humanos
contra la mayoría albanesa de Kosovo, desmantelando su Parlamento y purgando su
gobierno, sus medios de información y el sistema educativo de albaneses y de
no-comunistas.
El líder serbio, Slobodan Milosevic, permaneció
comprometido con el sistema de partido único, manteniendo un régimen totalitario
en Serbia y en toda Yugoslavia. Incitados por él, algunos serbios lanzaron en
Croacia, el 17 de agosto de 1990, una muy bien planificada insurrección,
atacando estaciones de policía y bloqueando la ruta principal, al sur de la
capital croata, Zagreb.
Cuando la policía croata intentó detener la
violencia, el gobierno central despachó a la fuerza aérea y al ejército, que
estaban controlados por los serbios, para "restaurar el orden". En
1991, después de meses de infructuosas negociaciones y de una mayor violencia
por parte de la minoría serbia en Croacia, alimentada por el gobierno de Serbia
y los militares, Croacia y Eslovenia se declararon libres e independientes de
Serbia y Yugoslavia.
Independencia y Agresión
Con el pretexto de proteger a la minoría serbia en
Croacia, se lanzó una guerra en gran escala contra Croacia, por parte de las
fuerzas armadas de Yugoslavia y de milicias serbias.
Croacia respetó decenas el "ceses del
fuego", sólo para ver al ejército yugoslavo reagruparse y atacar
nuevamente. En diciembre de 1991 el gobierno de Serbia admitió abiertamente que
tenía como objetivo anexar territorios en Croacia y en Bosnia-Hercegovina, para
formar una nueva "Gran Serbia".
El 15 de enero de 1992 la Comunidad Europea reconoció
la independencia de Croacia, y también lo hicieron la mayoría de las potencias
mundiales. Notablemente, el gobierno de los Estados Unidos de América, entonces
encabezado por George Bush, no efectuó este reconocimiento sino hasta después
que las fuerzas de paz de las Naciones Unidas llegaran a Croacia. El
Subsecretario de Estado de Bush y su principal consejero sobre lo que había
sido Yugoslavia era Lawrence Eagleburger, a quien la prensa apodaba
"Lawrence de Serbia". Este funcionario tenía estrechos vínculos personales
y financieros con la dirigencia comunista de Serbia, así como con bancos e
industrias de armamentos yugoslavos. A pesar de la amistad de Eagleburger con
la Serbia comunista, Estados Unidos se vio forzado a condenar la agresión
expansionista de Serbia y a reconocer a Croacia en abril de 1992. Eagleburger
pasó a ser Secretario de Estado y un comentarista que aparecía casi diariamente
en televisión explicando qué había andado mal en Yugoslavia.
Casi inmediatamente después de la declaración croata
de independencia, nació el mito de que Alemania y el Vaticano eran responsables
de la defunción de Yugoslavia y de la guerra, ya que habían sido los primeros
en reconocer al nuevo Estado. De hecho, el primer país en reconocer a Croacia
fue Eslovenia, el 26 de junio, seguida de Letonia, Ucrania, Lituania, Islandia
y Estonia en 1991. Un frágil "cese del fuego" mediado por Cyrus Vance
tuvo efecto a las 6 de la tarde del 3 de enero de 1992.
El 19 de diciembre de 1991, Alemania anunció que se
aprestaba a reconocer a Croacia el 15 de enero de 1992, con o sin el resto de
la Comunidad Europea. Ese día, 21 naciones incluyendo a ese país reconocieron a
Croacia. Para fines de enero, el reconocimiento se había extendido a 42
naciones. La Santa Sede reconoció a Croacia el 13 de enero de 1992, la misma
semana en que lo hicieran virtualmente todas las naciones de Europa. Estados
Unidos ocupó el quincuagésimo cuarto lugar en la lista de países en reconocer
la realidad, el 7 de abril de 1992.
Cuando Alemania y el Vaticano reconocieron a Croacia
y a Eslovenia, junto con otras 40 naciones, la guerra en Eslovenia había
terminado, Croacia estaba en ruinas, y las "fuerzas de protección" de
la ONU se estaban dirigiendo al lugar, mientras Serbia se preparaba para atacar
a su próxima víctima: Bosnia. Los reconocimientos por parte de Alemania o el
Vaticano no tuvieron nada que ver con la ruptura de Yugoslava siete meses
antes, pero sin embargo ese mito continuó siendo difundido por Serbia y
repetido por la prensa occidental.
A fines de 1991, un tercio del territorio de Croacia
había sido capturado, la ciudad de Vukovar y otras estaban totalmente
destruidas y miles de croatas habían sido muertos. Una ciudad duramente
golpeada fue la antigua ciudad-puerto de Dubrovnik, conocida como Ragusa en
tiempos del Imperio Romano.
A pesar de su condición de lugar histórico
internacionalmente protegido, Dubrovnik fue bombardeada sin piedad,
supuestamente para proteger a su población serbia, que llegaba aproximadamente
al 5 por ciento. Durante los cuatro años siguientes continuaron los bombardeos
en forma periódica. Mientras los informes de la radio y la televisión se
focalizaban en la antigua ciudad amurallada y el daño que sufría, las partes
más "nuevas" de la ciudad eran dañadas aún más por el bombardeo
serbio, especialmente la pequeña aldea de Cipili, ubicada en las cercanías del
aeropuerto de Dubrovnik.
El Centro Inter- Universitario, perteneciente a un
consorcio mundial para la educación superior, sufrió 52 impactos directos y
resultó totalmente destruido, junto con su biblioteca de 25 mil volúmenes. Casi
inmediatamente, una de las varias ramas de la estructura de propaganda serbia
en Estados Unidos, un grupo conocido como Serbian American Voter's Alliance
(SAVA), obtuvo el apoyo de un profesor universitario de Chicago para crear el
mito de que el film y las fotografías del bombardeo de Dubrovnik fueron hechos
con llantas de automóvil quemándose y mediante ángulos de cámara trucados,
afirmando que la ciudad no había sido dañada en lo más mínimo!
En marzo de 1992, los pueblos de Bosnia también
fueron a las urnas a votar por la independencia y la soberanía. Las poblaciones
de croatas y musulmanes bosnios emitieron su sufragio, por abrumadora mayoría,
a favor de la independencia. Los serbios, que eran el 31 por ciento de la
población, boicotearon el referendum.
Cuando la Comunidad Europea, el 7 de abril de ese
año, reconoció la independencia de Bosnia, Serbia lanzó una guerra de agresión
en gran escala contra la nueva nación. A pesar de que la llamada Yugoslavia
sostenía que no tenia fuerzas en Bosnia, estaba claro que la guerra que tenía
lugar, como las guerras en contra de Kosovo, Eslovenia, Croacia y las tres
anteriores guerras balcánicas del siglo XX (la tercera se descontroló,
desembocando en la llamada Primera Guerra Mundial), se desarrollaba con el
apoyo de Serbia.
Conflicto prolongado
La mal llamada por los medios "guerra
civil" continuó hasta diciembre de 1995. Durante tres años las Naciones
Unidas, la Comunidad Europea y los Estados Unidos de América hicieron poco para
terminar con la agresión, como resultado de un sinfín de acuerdos entre
bambalinas y desacuerdos entre los supuestos aliados de la OTAN. El llamado
"Plan de paz" de Cyrus Vance, que llevó a un cese del fuego en
Croacia, fue violado al menos en 7 mil oportunidades. Además, dejó a los
serbios el control de un tercio del territorio de Croacia y el 70 por ciento de
Bosnia, hacia comienzos de 1995.
La resistencia de Estados Unidos respecto a la
intervención en Bosnia y Croacia comenzó a desvanecerse en junio de 1995,
cuando un avión de combate F-16 de la Fuerza Aérea norteamericana fue alcanzado
cuando volaba sobre territorio bosnio por un misil tierra-aire supuestamente
"bosnio-serbio".
Muchos periodistas y columnistas en los medios de
EE.UU. y legisladores del Congreso de ese país exigieron saber cómo los
"rebeldes serbios", con un "sistema de defensa antiaérea de
tercera clase" pudieron humillar de ese modo a los Estados Unidos y a la
OTAN. A pesar del heroico escape del piloto y su posterior rescate, el hecho
constituyó una humillación. La respuesta fue que no habían sido los
"rebeldes serbios" quienes derribaron el avión, sino el Ejército
Popular Yugoslavo (JNA), lo cual sabían las Naciones Unidas, la OTAN y el
servicio secreto estadounidense. El tecnológicamente avanzado centro de control
de radares y de comando de radares y misiles que apuntó al avión, estaba
ubicado en los suburbios de Belgrado. El misil había sido provisto por Rusia a
mediados de 1994, y todos los equipos de gente eran miembros de la JNA
entrenados por Rusia. En lugar de un sistema aéreo "de tercera
clase", el sistema de guía de radares de tres entrelazados con control
computacional centralizado era altamente sofisticado.
La realidad, conocida por todos pero admitida sólo
por algunos, era que la JNA de Serbia, abastecida en Rusia, tenía el control
absoluto de Serbia y de la Croacia ocupada. Toda la acción militar terrestre en
Bosnia y Croacia era controlada por el alto mando de la JNA en Belgrado. Los
"rebeldes" heridos eran trasladados por aire a hospitales yugoslavos.
El ejército "serbio- bosnio" estaba dirigido por oficiales regulares
de la JNA que rotaban regularmente entre Croacia, Bosnia y Serbia. El último
comandante del ejército "serbio- bosnio" había sido previamente el
comandante del ejército "serbio-croata".
A pesar de esto, se mantuvo el mito de que el hombre
fuerte de Serbia, Slobodan Milosevic, había sellado sus fronteras con Bosnia y
Croacia y no tenía control sobre las "fuerzas rebeldes". En realidad,
la JNA nunca dejó de proveer toneladas de armas rusas y yugoslavas. Milosevic
tenía control total sobre sus "títeres bosnios". Cualquier duda que
pudiese haber sobre este hecho se evaporó cuando "rebeldes serbio-
bosnios" capturaron a varios cientos de observadores de las fuerzas de paz
de las Naciones Unidas y los encadenaron a objetivos militares. Fue Milosevic
quien los iba liberando gradualmente, a medida que obtenía cada vez mayores
concesiones por parte de la ONU.
El mito de los "serbio-bosnios" y de los
"serbio-croatas" fue posible de subsistir debido a que las Naciones
Unidas, los Estados Unidos y la OTAN vieron a Milosevic como el único hombre
que podía negociar un cese del fuego. Atacar objetivos de Serbia, la fuente de
la agresión, según parecía, podía conducir a una guerra balcánica más amplia y
hasta incitar a que tenga lugar una nueva guerra mundial. Mientras tanto, las
Naciones Unidas quedaron reducidas a suplicar a Milosevic que reconociera a la
República de Bosnia-Hercegovina. Pero "Slobo", por el contrario, usó
su ventaja sobre las Naciones Unidas y la OTAN por todo lo que valiese, y en
verdad valía mucho.
Croacia contrataca
Por cuatro años Croacia observó cómo las llamadas
"fuerzas de mantenimiento de la paz" de la ONU nada hacían para
restaurar el control civil sobre los territorios ocupados, tal como lo exigía
el mandato que se les había dado. Cuando cambió el comando del batallón ruso de
las fuerzas de paz, los serbios regalaron al coronel Viktor Loginov, el
comandante que se iba, una limusina Mercedes Benz blanca y le organizaron una
fiesta de despedida que fue boicoteada por los batallones británico, francés y
canadiense de esas fuerzas. Su reemplazante, el mayor general Alexander
Perelyakin, fue obligado a dejar su cargo en abril de 1995 debido a su abierta
colaboración con las fuerzas serbias de ocupación.
El mandato de la ONU en Croacia expiró el 31 de marzo
de 1995, y las fuerzas de paz fueron reducidas de 12 mil a 5 mil hombres. Al
mismo tiempo, los planes de la ONU para Bosnia-Hercegovina cambiaban con una
frecuencia casi semanal. La mayoría de los planes representaban poco más que
una repetición del pacto de Munich en 1938, cuando las llamadas "grandes
potencias" entregaron Checoslovaquia a Hitler, un sector territorial cada
vez. En efecto, el plan final dividió a Bosnia-Hercegovina otorgando el 49 por
ciento del país a los serbios, quienes constituían sólo el 31 por ciento de la
población antes de la guerra, premiando la agresión serbia y castigando a las
víctimas. Pero aún ese plan fue rechazado por los serbios, quienes querían el
70 por ciento de Bosnia y acceso al Mar Adriático, por primera vez en la
historia.
Debido a que el mundo rehusó tomar cualquier tipo de
acción real en contra de Serbia, la división de Bosnia se hizo inevitable. La
destrucción, la barbarie y la muerte que trajo la guerra aseguró que los
pueblos ortodoxos, musulmanes y católicos nunca más podrían vivir juntos como
"bosnios".
Sin embargo, justo cuando parecía que la agresión
serbia no podía ser contenida, el Ejército Croata (HV) demostró que Serbia no
era invencible, a pesar de su superioridad militar tanto numérica como en
armamento. La táctica básica del ejército de Serbia era descargar toneladas de
exposivos en pueblos y aldeas indefensas. Pero en el combate real, las fuerzas
serbias estaban desmoralizadas, desorganizadas, y habitualmente borrachas.
A comienzos de mayo de 1995, el gobierno de Croacia
avanzó contra los serbios, lanzando una ofensiva para reabrir una carretera
vital y una conexión ferroviaria que unía Croacia oriental (Eslavonia) con el
resto del país. Esta conexión había sido rota el 24 de abril de ese año, cuando
terroristas serbios bloquearon el tramo de la carretera entre Dragalic y
Novska, violando un "cese del fuego" que se mantenía desde el 2 de
diciembre de 1994, así como varias resoluciones de las Naciones Unidas. Hacia
fines de abril, los serbios disparaban al azar sobre automovilistas que
trataban de ir por la carretera, con el resultado de cuatro muertos y varios
heridos, mientras batallones jordanos y nepaleses de las "fuerzas de
mantenimiento de la paz" de la ONU se limitaban a observar. Cuando las
fuerzas serbias avanzaron para afirmar su dominio sobre la carretera, los 2750
efectivos de esas "fuerzas de paz" se refugiaron en sus campamentos-base.
El 30 de abril el Gobierno croata exigió que las fuerzas de la ONU cumplan con
su mandato, para prevenir posibles ataques contra civiles croatas.
Cuando la ONU una vez más rehusó actuar, la Policía y
el Ejército croatas avanzaron para retomar el control sobre la carretera el 1
de mayo. Sólo 33 horas más tarde, las fuerzas croatas habían liberado un
enclave que había estado bajo ocupación serbia desde 1991. Observadores de la
ONU, de la Comunidad Europea (CE), del Alto Comisariato de las Naciones Unidas
para los Refugiados (ACNUR) y de la Cruz Roja fueron inmediatamente llevados al
área para garantizar que ningún residente serbio fuera maltratado. Los rumores
sobre maltrato, algunos de los cuales fueron publicados por la prensa
occidental, demostraron su falsedad ante testimonios de los observadores de la
ONU y la CE.
La respuesta serbia fue su única táctica probada:
disparar misiles sobre la capital croata, Zagreb, y otras seis ciudades. Los
objetivos serbios incluyeron el aeropuerto de Zagreb, el Teatro Nacional -en el
cual fueron heridos 43 bailarines de ballet de doce países-, la Academia de
Artes y Ciencias (errando el blanco por pocos metros y casi impactando en la
Embajada de EE.UU.) y el Hospital de Niños, hiriendo a un número de niños
enfermos y causando la muerte a un policía.
Otros objetivos de los misiles serbios
"cluster" -cuyo uso está internacionalmente prohibido- incluyeron una
escuela y la Catedral de Zagreb. A pesar del hecho de que fuerzas croatas y
bosnias tenían artillería pesada a la vista de la capital de los rebeldes
serbios, Knin, no hubo represalias.
Para el 8 de mayo la mayor parte de los serbios
étnicos de los territorios liberados habían vuelto a sus hogares, incluyendo al
alcalde, quien había sido instalado por los serbios. A la mayor parte de los
1500 soldados serbios capturados se les otorgó amnistía, quedando 186 detenidos
bajo cargos de violación, asesinato masivo y haber prestado servicio en campos
de concentración. El Gobierno croata permitió que retornaran las tropas de la
ONU y reestablezcan una "zona-colchón" entre sus fuerzas y los
enclaves de ocupación serbia que aún quedaban, actitud tomada a pesar de la
obvia inacción de la ONU para impedir la agresión serbia durante los cuatro
años anteriores.
Esta rápida y decisiva acción tomó por sorpresa a las
llamadas "grandes potencias" y fue un embarazoso recordatorio de la
total inacción de la ONU durante el cuatrienio anterior. Sin embargo, en lugar
de ser merecidamente elogiada, Croacia recibió la condena de algunos debido a
haber "violado la tregua", la cual en realidad nunca existió para los
pueblos y aldeas de la línea del frente a través de toda Croacia. El Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas llegó más lejos, al condenar a Croacia, mientras
los medios de difusión informaban sobre la "ofensiva croata de
primavera". Como ocurriera tantas veces durante esta guerra, la víctima de
la agresión pasó a ser el agresor a los ojos de la ONU.
Al contrario de la opinión de la ONU, la CE, la OTAN
y EE.UU., ahora Croacia parecía dispuesta y con posibilidades de controlar el
expansionismo y la agresión serbios, a pesar del ilegal e inmoral embargo de
armas que se le había impuesto.
Segundo Golpe: la Operación Tormenta
En agosto de 1995 el mundo observó incrédulo,
nuevamente, cómo el pequeño Ejército croata lanzó la "Operación
Tormenta" para liberar los restantes territorios ocupados por
"rebeldes serbios" apoyados por Belgrado. A pesar de años de
advertencia por parte de las llamadas "grandes potencias" en cuanto a
que los serbios eran virtualmente invencibles y de que un asalto de esas
características tomaría meses, sino años, a un costo de miles de vidas, la
operación croata terminó en pocos días y con bajas limitadas.
Durante cuatro años los serbios del área ocupada
conocida como "Krajina" (tierra fronteriza) bombardearon diariamente
ciudades croatas. A pesar de los asaltos, el Gobierno croata continuaba
negociando sin éxito. A fines de julio de 1995 se había llegado a un acuerdo
tentativo para dar a los serbios de "Krajina", quienes llegaban al 3
por ciento de la población de Croacia, su propio mini-Estado con su propia
bandera, moneda, policía local y el idioma serbio protegido por Croacia.
Empero la respuesta fueron nuevos bombardeos. El
Gobierno croata advirtió entonces a los serbios de "Krajina" que
habría una respuesta militar ante nuevos bombardeos. Antes de que Croacia
emprendiera alguna acción, notificó a la ONU, que a su vez informó al ejército
serbio. El primer ataque puntual de la artillería croata destruyó puestos clave
militares y de comunicación serbios, sin causar prácticamente daño a la ciudad
de Knin. El ejército serbio emprendió la retirada, con una huida en la cual
produjo en forma intencionada pánico en la población civil, al mezclar a sus fuerzas
en retroceso con tanques y artillería en las columnas del éxodo civil.
Cuando las primeras unidades del ejército croata
llegaron a Knin encontraron una ciudad desierta, virtualmente intacta de
bombardeo, pero totalmente saqueada. El Presidente croata, Franjo Tudjman,
llegó allí en forma inmediata e hizo un llamado para que los refugiados
retornen a sus hogares, pidiendo a quienes no se habían ido que se quedaran,
para ayudar a la reconstitución de una sociedad multiétnica. Algunos eligieron
hacer esto, pero la mayoría no lo hizo. Entre quienes huyeron había culpables
de violaciones, asesinatos, hechos de genocidio conocidos como "limpieza
étnica" y del continuo bombardeo en forma diaria de una docena de ciudades
croatas, entre ellas Karlovac y Dubrovnik durante los cuatro años anteriores.
Muchos de los serbios que huían todavía estaban
vestidos con el uniforme de las temidas "escuadras de la muerte"
cetnik. Croacia pudo haber arrestado a estos criminales para deportarlos a los
Países Bajos, donde serían juzgados, pero en cambio dejó el corredor abierto
para que pudieran huir, permitiendo además a la ONU y a la prensa que
observaran la retirada del ejército serbio y los civiles que los protegían de
regreso a Serbia.
El Gobierno croata reiteró que todo serbio de
"Krajina" que no fuera culpable de crímenes de guerra era bienvenido
para volver y vivir en paz. Los medios occidentales llamaron inmediatamente a
este éxodo "limpieza étnica" realizada por los croatas. Cuando las
hasta entonces autoridades serbias de la "Krajina" reconocieron en la
prensa de Belgrado que ellos habían ordenado y organizado la evacuación masiva,
este hecho tuvo muy poca difusión.
Durante cuatro años, más de un millón de no-serbios
fueron arrastrados fuera de sus hogares con poco más que la camisa que tenían
puesta; las mujeres eran llevadas a campos de violación; decenas de miles de
personas fueron masacradas y enterradas en fosas comunes, como las que aún hoy
se siguen encontrando en Bosnia. Sin embargo, la prensa mundial culpó enfáticamente
a Croacia por las dificultades sufridas por los refugiados que huían de la
llamada "Krajina".
A pesar de que los medios se referían a Knin como
ciudad "devastada" por los estándares brutales de la guerra, la
ciudad apenas si había sido tocada. Para ilustrar la supuesta devastación,
algunos medios mostraron inadvertidamente una iglesia católica totalmente
destruida, la cual había sido volada por los serbios en 1991. La iglesia
ortodoxa serbia estaba intacta, y protegida por la Policía croata. Posteriormente
se supo que sólo habían sido utilizados 2 mil cartuchos en la liberación de
Knin, mientras que en comparación los serbios habían lanzado un estimado de
entre 15 mil y 20 mil proyectiles sobre Sarajevo en un solo día.
Después de que el ejército se retiró de las áreas
liberadas, miles de croatas que habían estado viviendo en campos de
concentración retornaron para encontrar sus hogares, iglesias y negocios
destruidos. Enfurecidos, algunos castigaron a los serbios con saqueos,
incendios y cometiendo hasta 26 asesinatos que pueden no haber tenido relación
directa con hechos de guerra. Aun cuando estos crímenes empalidecen en
comparación con las decenas de miles de asesinados por los serbios y ciudades
enteras que, como Vukovar, fueron borradas de la faz de la Tierra, ellos no son
menos reprensibles.
En tanto que los dirigentes serbios han sido
fotografiados en repetidas ocasiones forzando a los civiles a dejar sus hogares
y los más altos dirigentes serbio-bosnios fueron calificados como criminales de
guerra por el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra, la dirigencia
croata actuó rápidamente para limpiar su propia casa. A fines de septiembre
casi 400 personas fueron arrestadas, y a comienzos de octubre el Presidente
croata Franjo Tudjman anunció que se habían iniciado causas penales en los
casos de saqueo, destrucción y las 26 muertes mencionadas. Según anunció,
"esperamos que las cortes de Croacia, que realmente son completamente
independientes, cumplan con su deber en todos estos casos". En enero de
1996, la mayoría de los crímenes tenían su causa judicial en estado avanzado.
Cuando Croacia fue atacada en 1991, muchos serbios
huyeron, pero no a Belgrado, sino a la capital croata, Zagreb, y a otras áreas
no ocupadas. Más serbios eligieron vivir en paz en la Croacia libre que los que
escogieron la vida bajo la ocupación serbia. El 31 de marzo de 1995, unos 218
mil serbios étnicos vivían en Croacia libre, comparados con alrededor de 184
mil en la Croacia ocupada. Los serbios pacíficos urbanos no sólo no fueron
maltratados en Croacia libre, sino que algunos llegaron a ser miembros del
Parlamento y uno su vicepresidente.
El balance cambiante
Hacia fines de 1995 Croacia llegó a ser una potencia
militar en la región por su propio derecho, obligando a los supuestamente
invencibles serbios a una retirada total de Croacia. En Bosnia, el Ejército de
la República de Bosnia-Hercegovina, que era inferior en efectivos y armamentos,
apenas mantenía la ciudad de Sarajevo y poco más de un cuarto del país por tres
años. El sitio de Sarajevo llegó a ser el más prolongado de la historia europea
moderna. En la mayor parte de Hercegovina fue la Organización Militar Croata
(HVO). la que contenía a los serbios. En tanto que era nominalmente
independiente y constituida por croatas de Bosnia, la HVO era en realidad una
extensión del Ejército croata.
Aun cuando el Ejército de Bosnia, dirigido por los
musulmanes y la HVO, combatían al mismo enemigo, ya en 1992 comenzaron a
producirse enfrentamientos entre las dos fuerzas, especialmente en la ciudad de
Mostar y sus alrededores.
En marzo de 1994 el presidente de los Estados Unidos
presidió la firma de un convenio de "matrimonio forzoso" entre Croacia
y Bosnia en una federación. Para ambos fue un "matrimonio de
conveniencia" pero fue tomado a mal por muchos ciudadanos en la población
de ambos lados.
La Federación recibió promesas de apoyo económico por
parte de Estados Unidos y apoyo militar encubierto en forma de provisiones
(técnicamente prohibidas bajo el embargo universal vigente), entrenamiento y,
lo más importante, inteligencia. Lentamente, la Federación fue ganando mayor
ventaja en Bosnia occidental mientras la ONU abandonaba una tras otra las
"áreas seguras" en Bosnia oriental, permitiendo así a los serbios
"tragarse" poblaciones bosnias y, como en los casos de Srebrenica,
Zepa y otras, matar a miles de bosnios musulmanes en las áreas calificadas como
"protegidas" por la ONU.
A fines de 1995, el poderoso Ejército croata, bajo la
autoridad de la Federación, avanzó para socorrer a fuerzas bosnias en Bosnia
nor-occidental. En conjunto, las fuerzas hicieron retroceder a los serbios en
casi todos los frentes. Las Naciones Unidas dieron la espalda a las gentes que
se suponía iban a proteger y parecía posible que Croacia y Bosnia unidas
podrían empujar a las fuerzas serbias de regreso a Serbia. Empero, de repente,
pareció más atractivo que antes al dictador Milosevic y a sus títeres
conformarse con la mitad de Bosnia.
Dayton
En abril y mayo de 1995 fueron lanzados los primeros
ataques aéreos de la OTAN contra los serbios, y en agosto la OTAN comenzó una
campaña de bombardeos durante dos semanas para romper el sitio de Sarajevo,
mientras las fuerzas croatas liberaban la "Krajina". Con miles de
refugiados huyendo a Serbia, y la condena mundial a Serbia concretada no en
palabras sino en bombas reales, y un ejército combinado croato-bosnio
presionando en todos los frentes, Milosevic decidió que era tiempo de hablar.
En septiembre de 1995 un acuerdo patrocinado por los
Estados Unidos fue aceptado por las partes croata y bosnia. Este convenio iba a
sacrificar la mitad de Bosnia al agresor serbio. Empero, desagradablemente,
EE.UU. dijo claramente que la oferta era final y que solamente se podían
negociar los detalles. Con un "cese del fuego" de 60 días de
vigencia, los presidentes de Croacia, Bosnia y Serbia fueron convocados por el
primer mandatario norteamericano, Bill Clinton, a una base de la Fuerza Aérea
de los Estados Unidos cerca de Dayton, Ohio. Desde el 1 de Noviembre de 1995,
durante 20 días y sus noches, se establecieron los detalles de lo que pasaría a
llamarse el "Acuerdo de Dayton", que sería luego firmado el 21 de
noviembre de ese año.
Para reforzar el hecho de que Milosevic estaba a
cargo de todas las fuerzas "serbio-bosnias", el presidente
"serbio-bosnio" Radovan Karadic (quien no era serbio ni bosnio) y su
escudero, el jefe general Ratko Mladic, no fueron invitados y recibieron
amenazas de ser arrestados por crímenes de guerra si intentaban hacerse
presentes durante las negociaciones. La firma final se realizó al mes siguiente
en París, mientras las primeras decenas de miles de efectivos de las fuerzas de
la ONU, con un destacamento simbólico constituido por rusos, se dirigían a
Bosnia para comenzar la difícil tarea de dividirla en la "Federación de
Bosnia" y la "República Serbia". Además, en Dayton se llegó a
otro acuerdo menos difundido, en el que se estableció un período de transición
de uno a dos años para transferir las tierras de Croacia que seguían ocupadas
por serbios a control civil croata. Debido a que la transición iba a ser
supervisada por la única fuerza de la ONU remanente en Croacia, y no por la
OTAN como en el caso de Bosnia, se mantuvo en alto nivel la amenaza de una
guerra renovada. La población serbia, que había expulsado o asesinado a miles
de croatas, y que redujo a escombros la ciudad de Vukovar, no estaba deseosa de
que sus vecinos retornaran. Dada la incompetencia previa de las Naciones Unidas
y el abierto apoyo a los serbios, la "transición" de dos años podía
fallar. Croacia hizo saber a los serbios que estaba dispuesta a trabajar con
una mano abierta. Pero, a diferencia de 1991, la mano abierta de Croacia en 1996
estaba apoyada por un poderoso puño en la forma de un Ejército Croata probado
en combate.
La nueva mitología: culpas iguales o inocencia serbia
Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, se
estableció un tribunal internacional en La Haya (Países Bajos), para investigar
y enjuiciar violaciones, matanzas, actos de esclavitud y crímenes contra la
humanidad. Entre los primeros en ser acusados por esos crímenes, en noviembre
de 1995, estaban los líderes "serbio-bosnios" Karadic, Mladic y más
de otros cuarenta. En febrero de 1996, otros dos oficiales serbios de alto
rango fueron capturados en Bosnia y extraditados. Aún está por verse, mientras
esto escribimos, si será acusado el verdadero arquitecto de la guerra y los
crímenes, Slobodan Milosevic.
Quizás nunca sea conocida la verdadera magnitud de
los crímenes, ya que se hicieron esfuerzos concertados para ocultar evidencias,
destruir documentos y enterrar cuerpos. Un total de más de 8500 hombres
musulmanes pueden haber sido ejecutados en un solo lugar después de que las
fuerzas serbias invadieran y asolaran la llamada "área protegida" por
las fuerzas de paz de la ONU, en Srebrenica, en julio de 1995. El número de
muertos fue superior al cuarto de millón. Se estima que hubo entre 20 mil y 40
mil violaciones, y en 1996 todavía había miles de prisioneros en campos serbios
de concentración o efectuando trabajos forzosos para el ejército serbio.
Pero aún mientras el mundo entero se enteraba de
estos crímenes por informes de primera mano que se sucedían uno tras otro, la
campaña serbia de desinformación para ocultar los crímenes ya había comenzado.
El New York Times la denominó "una guerra en contra de la
memoria". Ya en 1993 el periodista texano Peter Brock, escribiendo en el
periódico Foreign Policy, lamentaba el injusto tratamiento que los
serbios recibían en la prensa. Escribió sobre la "mínimamente dañada
Dubrovnik", de las provocaciones musulmanas al ejército serbio y hasta
sugirió que los musulmanes se habían bombardeado a sí mismos para ganar la
simpatía occidental. En el mismo artículo, el cronista del diario El Paso
Herald-Post desechó los trabajos del periodistas como Roy Gutman del Newsweek,
John Burns del New York Times, y otros que llegaron a obtener el Premio
Pulitzer sobre investigación de las atrocidades serbias.
A comienzos de 1996 el film obviamente
propagandístico Vukovar hizo su debut en los Estados Unidos. La película
iba a ser mostrada en las Naciones Unidas a fines de 1995, pero fue rechazada
debido a su carácter revisionista y a que fue realizada en violación a
resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. El film fue realizado en la
Croacia ocupada por los serbios, y violaba varias sanciones de las Naciones
Unidas. A pesar de ello, recorrió las salas de cine norteamericanas con su poco
sutil mensaje acusando a los croatas de haber comenzado la guerra y acusándolos
de ser responsables de la destrucción de Vukovar.
Al mismo tiempo se presentó el film croata Vukovar
- The Way Home, que describía la difícil situación de las verdaderas
víctimas en esa ciudad, quienes vivían en cajas de embalaje para automóviles,
pero atrajo muy poca atención. Mientras críticos de importantes diarios
criticaban severamente al film serbio por su carácter de obvia propaganda, un
senador de EE.UU. lo calificó como "profético y lírico", llegando a
solicitar su urgente exhibición en la Casa Blanca. Además, el diario Los
Angeles Times escribió en marzo de 1996 que a pesar del "claro intento
del film de ser objetivo, el gobierno croata bloqueó la exhibición en las
Naciones Unidas de este valiente y potente film antibelicista".
A pesar de esta mitología, y al contrario de los
crímenes del pasado, Serbia no podrá hacer desaparecer esos crímenes: demasiado
al respecto ha sido visto por demasiadas personas.
Es un hecho, reconocido por el mundo entero, que
Kosovo, Eslovenia, Croacia y Bosnia- Hercegovina fueron las víctimas de la
agresión serbia. Un cuarto de millón de muertos, decenas de miles de mujeres y
hombres violados, dos millones de personas quedaron sin hogar, centenares de
poblaciones, aldeas y ciudades quedaron destruidas. Pero ni un solo tiro se
disparó en Serbia; ni un poco de pasto fue torcido; ninguna ventana se rompió
allí. Serbia, sin haber sido tocada, se quedó con la mitad de Bosnia, como
premio por las violaciones y el pillaje realizados.
Ninguna cantidad de ficción ancestral o nueva
mitología podrá hacer nunca que Serbia parezca la víctima o podrá borrar esos
crímenes. De esta guerra, el mito no saldrá triunfante sobre la realidad.
La continuidad de Croacia
La República de Croacia nació en medio de la
hostilidad, la guerra y el sufrimiento. Intentó construir nuevas instituciones
de comercio y gobierno mientras reestructuraba las existentes. Muchos en la
prensa occidental critican al joven Estado croata por ser una democracia menos
que perfecta, a veces con causa.
Empero, durante sus primeros cinco años asolada por
la guerra, con miles de refugiados, con ciudades en llamas y con una docena de
partidos políticos en democrática competencia, Croacia comenzó el desarrollo de
instituciones que servirán para el futuro. Durante la caótica transición del
comunismo a la economía de mercado y del totalitarismo a la democracia, el
pueblo croata cuenta con una gran continuidad interna, mucho más antigua y
profunda que la de muchas naciones.
La continuidad croata puede ilustrarse con el troplet,
la triple trenza que se encuentra desde hace siglos tanto en el arte croata
como en la arquitectura y el diseño. Frecuentemente esta triple trenza se
encuentra dibujada sin solución de continuidad. Existen al respecto muchas
explicaciones respecto al diseño, que probablemente fue tomado de los antiguos
celtas.
Sin la preservación de la tradición croata, su idioma
y su historia, los croatas no existirían hoy. Si la cultura, idioma e historia
croatas no fueran conservados, Croacia no podría sobrevivir, más allá de su
voluntad política. Croacia se vio despojada en su continuidad política por las
acciones de potencias exteriores, pero encontró estabilidad en su rica cultura
e historia, al tiempo de construir una base política estable.
Esa base otorga a cada hombre y mujer, en una
democracia, el derecho a criticar al gobierno, formar partidos políticos y
ejercer su facultad de elegir mediante el voto. Después de 1989 Croacia
experimentó un tremendo cambio, pasando de ser una nación cautiva unipartidaria
dentro de Yugoslavia a ser una república multipartidaria. Las guerras de
agresión contra Croacia y Bosnia-Hercegovina hicieron a esa transformación aún
más difícil. Numerosos partidos políticos emergieron con muchos líderes y voces
en Croacia, Bosnia y el exterior. Algunos partidos se unieron, otros se
dividieron y otros desaparecieron por completo.
En la Bosnia devastada por la guerra la
gobernabilidad fue esporádica y difícil. En la República croata hubo caos y
acusaciones en el Parlamento y en el gobierno, y hasta se levantaron algunas
voces que pedían el retorno al comunismo o a alguna forma de Yugoslavia.
A pesar de estos comienzos tumultuosos, Croacia puede
construir instituciones democráticas para el futuro a través de su Presidencia
y su Parlamento. Para lograr la continuidad y preservar la democracia futura,
las instituciones deben mantenerse separadas y por encima de los hombres y
mujeres que las ocupan. Esas son las instituciones que van a proveer la
continuidad política para el futuro. A pesar de que Franjo Tudjman y Alija
Izetbegovic estarán inscriptos en la historia como los primeros presidentes
elegidos en forma democrática en Croacia y en Bosnia-Hercegovina
respectivamente, es más importante aún que no sean los últimos democráticamente
electos presidentes de sus naciones.
Ambos deben ser seguidos, en generaciones futuras,
por hombres y mujeres de muchos credos políticos. Y con cada nueva elección de
autoridades por medio del sufragio, con cada cambio pacífico de gobierno,
crecerá y se afianzará la continuidad política.
Las instituciones democráticas no nacen de la noche a
la mañana. Ellas crecen y se alimentan con sangre, sudor y lágrimas, como
dijera Winston Churchill. Después de cientos de años, los Estados Unidos,
Canadá y Australia aún siguen definiéndose a sí mismos, tal como hoy lo está
haciendo Croacia. El primer presidente norteamericano, George Washington,
insistía en un Estado unipartidario y mantenía la esclavitud. Australia nació
como una colonia penal. Canadá, por su parte, se constituyó como una obra hecha
de retazos, compuesta por provincias muy diferentes, unidas por el más delgado
de los hilos. Aun así, cada uno de esos países evolucionó hacia democracias
menos que perfectas, pero sin embargo democracias.
El futuro de Croacia
El pueblo croata enfrenta muchos desafíos, tanto en
la propia Croacia como en Bosnia-Hercegovina y en el exterior. El peso de la
guerra, cientos de miles de refugiados, el esfuerzo de reconstruir ciudades
destruidas y una economía debilitada lo afectaron.
Muchos han llegado a tener una visión crítica de la
política y de la democracia en ese tiempo de prueba, pero hubo causa suficiente
para la esperanza. En todo el mundo, Croacia encontró amigos para ayudarla en
el desarrollo de su democracia, amigos en el verdadero sentido que encierra
esta palabra.
También hubo quienes, en los Estados Unidos y en
otros países, querían dictar los términos de "democracia" a naciones
que emergían del comunismo. Croacia debe construir una república democrática,
reflejando su propia y muy rica herencia, sus diversas regiones y sus
particulares instituciones sociales y culturales. EE.UU. y otras democracias
pueden quizás servir como ejemplos de qué hacer y qué no hacer, pero ninguna
nación puede dictar a otra los términos de la "democracia".
En 1791 el Ban de Croacia, conde Juan Erdodi,
se levantó en el Congreso de Bratislava para informar al Consejo de Hungría que
"Regnum regno non praescribit leges!" (Un reino no puede establecer
las leyes para otro!). Estas palabras siguen teniendo plena vigencia más de dos
siglos después de haber sido pronunciadas.
Croacia puede sobrevivir y seguir construyendo sus
fundamentos democráticos, y mientras se construyen esos cimientos. La sólida
roca de la trilogía croata -idioma, cultura e historia- continuará siendo útil.
El espíritu croata, que se mantuvo intacto por más de un milenio, nunca más
debe ser sacrificado en el altar de los intereses internacionales.
Mito: "Los croatas pidieron entrar en
Yugoslavia"
Mito: El pueblo de Croacia pidió
unirse a Serbia para formar Yugoslavia en 1918.
Realidad: El pueblo de Croacia no pidió
unirse a Serbia en 1918. Los representantes elegidos del pueblo de Croacia
votaron ese año por una "República de Croacia Neutral y Campesina".
El Comité Yugoslavo
El origen del mito de que Croacia por su propia
voluntad se unió a Serbia en 1918, se encuentra en la compleja historia del
Comité Yugoslavo. El mismo estaba formado por exiliados que vivían fuera de
Croacia durante la Primera Guerra Mundial. El Comité estaba dirigido por Franjo
Supilo y Ante Trumbic, e incluía al famoso escultor croata Ivan Mestrovic.
Todos ellos repudiaron al Comité pocos años después de fundarse Yugoslavia. Los
"yugoslavos" eran serbios, croatas y eslovenos que se identificaron
con el movimiento hacia un único Estado yugoslavo o "eslavo del Sur".
Yugoslavos exiliados que vivían en Estados Unidos y en Gran Bretaña eran los principales
partidarios y apoyos del Comité Yugoslavo. Habiendo establecido oficinas en
Londres y en París ya en 1915, el Comité Yugoslavo llegó a hacer un activo
lobby en favor de la causa de un Estado Sur-Eslavo unido, durante la Primera
Guerra Mundial.
El concepto de un Estado Sur-Eslavo unido fue
discutido por intelectuales croatas y eslovenos desde mediados del siglo XIX.
En realidad, la "Idea Yugoslava" nunca maduró desde lo conceptual a
la planificación concreta. Pocos de quienes promovían esa entidad habían
considerado seriamente qué forma debía tomar el nuevo Estado. A pesar de eso,
el Comité Yugoslavo emitió un manifiesto pidiendo la formación de un Estado
Sur-Eslavo el 12 de mayo de 1915. El documento, como la retórica de quienes lo
produjeron, era vago en lo concerniente a la forma y al sistema de gobierno, y
recibió muy poco reconocimiento oficial.
Al mismo tiempo Serbia, dirigida por el Partido
Radical Panserbio, de Nikola Pasic, vio el concepto "yugoslavo" como
un instrumento útil para el largamente anhelado desarrollo de una "Gran
Serbia". A medida que la guerra se prolongaba, los Aliados comenzaron a
pensar en el concepto de "Yugoslavia" como una fuerza para detener en
los Balcanes un futuro expansionismo germano. A pesar de que no se anunció un
acuerdo formal sino en junio de 1917, el Comité Yugoslavo y el gobierno de
Serbia en el exilio trabajaron estrechamente desde noviembre de 1916.
El 20 de junio de 1917, el Gobierno Serbio y el
Comité Yugoslavo difundieron el texto de un acuerdo conocido como la
"Declaración de Corfú", que pedía la formación de un Estado
multinacional. El documento calló deliberadamente sobre si el gobierno debía
tomar la forma de Croacia de orientación occidental o de Serbia, pro-oriental.
La inmensa mayoría de los pueblos de Serbia, de Croacia y de Eslovenia no
tenían conocimiento de la declaración hecha por un pequeño grupo de
intelectuales exiliados y por el Gobierno Serbio en el exilio. A pesar de ello,
los firmantes decían hablar en nombre de todos los pueblos sur-eslavos y la
Declaración de Corfú llegó a ser la justificación utilizada por Serbia para la
unificación de croatas y eslovenos bajo la Corona serbia.
El Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos
A medida que la guerra llegaba a su fin, el Imperio
Austro- Húngaro comenzaba a desintegrarse. El Sabor o Parlamento de
Croacia se reunió en Zagreb el 29 de octubre de 1918 para declarar "el
Reino de Croacia, Eslavonia y Dalmacia" como un Estado libre e
independiente. La Corona de Habsburgo reconoció a Croacia y transfirió la flota
al Gobierno croata el 31 de octubre. El Gobierno de Croacia, en Zagreb, estaba
totalmente formado antes de la caída de Austria, Alemania o Hungría. El Consejo
Nacional Yugoslavo de Eslovenos, Croatas y Serbios se organizó en Zagreb el 15
de octubre de 1918. Este Consejo de 28 miembros era autonombrado, no elegido. A
pesar de que su presidente era un esloveno, el Consejo estaba dominado por
Svetozar Pribicevic, un serbio. El 24 de noviembre este grupo autonombrado
pidió un Estado común con Serbia. Este es el cuerpo que tan frecuentemente es
citado como "pidiendo" entrar en Yugoslavia. La mitología pasa por
alto otro Congreso que tuvo lugar el mismo día, a pocas cuadras de distancia.
Este era el Congreso del Partido Campesino Croata, de Stjepan Radic, al que
asistían cerca de 3 mil delegados, elegidos en representación de todas partes
de Croacia. El Partido Campesino era la agrupación política mayor y más popular
en Croacia en ese entonces, y lo continuaría siendo en el período entre las dos
guerras mundiales. En todas las elecciones subsiguientes obtuvo victorias que
le dieron mayorías absolutas. Este Congreso desautorizó al Consejo Nacional por
arbitrario e inconstitucional y adoptó unánimemente una resolución pidiendo una
"República de Croacia Neutral y Campesina". Después de este Congreso
hubo multitudinarias demostraciones en las calles de Zagreb a favor de la
independencia croata. Sin embargo, este breve júbilo pronto cambió, al tomar
conocimiento de que Croacia pronto sería gobernada desde una capital
extranjera, cuando tropas italianas, francesas y francoafricanas invadieron
desde el Oeste, y tropas serbias lo hicieron desde el Este. El 1 de diciembre
de 1918 el príncipe serbio Alejandro anunció la formación del Reino de Serbios,
Croatas y Eslovenos, con un rey serbio gobernando desde Belgrado, la capital
serbia. A pesar del nombre, que sonaba neutral, el país fue llamado Yugoslavia
por la comunidad diplomática casi desde el comienzo. Irónicamente, en la
Conferencia de Paz de París, la delegación yugoslava insistió abiertamente en
ser llamada la "delegación serbia".
La Conferencia de Paz de París
En esa conferencia, los croatas elevaron un pedido al
presidente norteamericano Woodrow Wilson, pidiendo una Croacia independiente.
Con más de 150 mil firmas y la aclaración de que otras 450 mil fueron
incautadas por el ejército serbio, el documento específicamente pedía:
"Que el Sr. Wilson y los representantes de las
grandes potencias reconozcan la independencia del pueblo croata;
Que una Comisión Internacional sea enviada a Croacia
para indagar al respecto;
Que sea formada una Asamblea Constituyente para que
el pueblo croata pueda elegir libremente su destino;
Que se retire el ejército serbio;
Que el Sabor sea respetado como el único
autorizado para hacer las leyes de Croacia; hoy ellas son dictadas por Serbia y
ejecutadas de la forma más brutal por el ejército".
El petitorio fue elevado a la Conferencia de Paz de
París de 1919, pero las objeciones del pueblo croata fueron primeramente
recibidas y luego ignoradas por los Estados Unidos y las llamadas "grandes
potencias".
Los Catorce Puntos del presidente Wilson, por los que
los Estados Unidos lucharon en la Primera Guerra Mundial, estaban sufriendo una
metamorfosis durante la Conferencia. El Punto X originalmente demandaba
"la más libre oportunidad de desarrollo autónomo" para las naciones
de Austro-Hungría, mientras el Punto XI estipulaba que "las relaciones
entre los diversos Estados balcánicos serían determinadas mediante consejo
amistoso de acuerdo a las líneas de lealtad históricamente establecidas y la
nacionalidad"; también establecía "garantías internacionales de
independencia política y económica y de integridad territorial de los diversos
Estados balcánicos".
El comentario de la delegación estadounidense sobre
la revisión de los famosos Catorce Puntos de Wilson hizo notar que "surge
un problema interno debido a que los croatas rehusan aceptar la dominación de
los serbios del Reino de Serbia". En un claro ejemplo de doble discurso
diplomático, la delegación escribió:
"Los Estados Unidos están claramente
comprometidos con el programa de unidad nacional e independencia. Debe
estipular, empero, la protección de las minorías nacionales (...) apoya un programa
destinado a una Confederación de Europa Suroriental".
Por lo tanto, a los ojos de los "Aliados
victoriosos", para proteger a la Nación croata era necesario destruirla.
No hubo votación del pueblo croata sobre su futuro. Por decreto, el príncipe Alejandro
disolvió el Consejo Nacional Croata, convocó a un Parlamento compuesto
principalmente por miembros de la Skupstina o Parlamento de Serbia y declaró
que todas las leyes de la Constitución de Serbia de 1903 tenían efecto en todo
el país.
A pesar del hecho de que se suponía que el propósito
de la nueva Yugoslavia era la unificación de todos los eslavos del Sur en un
Estado, Serbia, cumpliendo un pacto secreto firmado con Italia en 1915, entregó
una gran parte de la tierra y de la población de la Dalmacia croata a Italia,
incluyendo las estratégicas ciudades de Rijeka y de Zadar. Por primera vez en
trece siglos, las antiguas instituciones croatas del Ban o Virrey y el Sabor
o Parlamento fueron abolidas por el rey serbio.
El largo proceso de serbización había comenzado.
Mito: "Un terrorista croata ustase asesinó al rey
Alejandro"
Mito: El rey Alejandro Karageorgevic
fue asesinado por un terrorista croata ustase. En un interesante y retorcido
argumento anticatólico, un cronista del Daily Review de Hayward,
California, declaró que el asesino croata huyó al Vaticano, donde obtuvo
protección.
Realidad: El rey Alejandro Karageorgevic
fue asesinado por un macedonio llamado Vlada Gheorghieff, miembro de la
Organización Revolucionaria Macedonia. Gheorghieff no huyó al Vaticano, sino
que fue atacado en el lugar del hecho por la Policía francesa y murió la misma
noche del asesinato del rey.
El mito fue uno de los primeros en ser cultivados por
los artistas serbios de la desinformación, casi inmediatamente después de la
muerte del rey Alejandro en 1934. A pesar del hecho de que éste fue el primer
asesinato en ser filmado y que la identidad del tirador fue por tanto conocida
en todo el mundo, el mito del "asesino croata" puede encontrarse
incluso en enciclopedias y otros trabajos académicos.
La Yugoslavia de Alejandro
La historia de la muerte del rey Alejandro comenzó
unos años antes, cuando el líder pacifista croata Stjepan Radic y otros cuatro
líderes croatas fueron baleados por un diputado serbio en el piso del
Parlamento (en Belgrado). Seguidamente, Alejandro se declaró
"rey-dictador" el 6 de enero de 1929, aboliendo cualquier pretensión
de constitucionalidad. Usando el asesinato como instrumento de gobierno,
prohibió todos los partidos políticos, comenzó la persecución a los judíos y
rápidamente pasó a ser uno de los dictadores más odiados de Europa.
Cuando el afamado intelectual croata Milan Sufflay
fue brutalmente asesinado por la policía secreta de Alejandro, hasta Albert
Einstein y Heinrich Mann se unieron al coro internacional de condena al
régimen, escribiendo en el New York Times del 6 de mayo de 1931:
"Los hechos demuestran que la crueldad y la
brutalidad ejercidas sobre los croatas solamente aumentan... No se puede
tolerar al asesinato como arma política y los asesinos políticos serbios no
deben ser considerados como héroes nacionales".
Hacia 1934, más de 19 mil croatas fueron condenados a
prisión con penas superiores a 20 años y más de 200 fueron sentenciados a pena
de muerte por violar el decreto draconiano que abarcaba todo, conocido como
"Ley de Defensa del Reino".
Cientos más "cometieron suicidio", murieron
de enfermedad en prisión o fueron muertos por gendarmes en "supresión de
rebelión". Montenegrinos, eslovenos, macedonios y hasta serbios democráticos
no la pasaron mucho mejor bajo el gobierno despótico de Alejandro.
Habiendo eliminado todas las opciones pacíficas de
cambio, Alejandro, como Hitler y Mussolini, vivía con miedo por su vida, por
buenas razones. Desde la fundación de Serbia en 1804 hasta la fundación de
Yugoslavia en 1918, hubo once reinados. En este período de 114 años el reinado
promedio fue menor a diez años. De todos los monarcas en la historia serbia,
solamente dos, Milos y Petar I, murieron en el trono por causas naturales, y
ambos llegaron al poder después de haber pasado por el exilio.
La "dinastía" Karageorgevic fue fundada por
Karageorge ("Jorge el Negro") Petrovic, un campesino criador de
cerdos que, según él mismo admitiera, mató a 125 hombres con sus propias manos,
incluyendo a su padrastro y a su hermano. Alejandro fue muerto por Milos en
1817. El hijo de Jorge el Negro, también de nombre Alejandro, retornó al trono
en 1842 pero fue depuesto por la rival "dinastía" Obrenovic y murió
en el exilio en 1885.
A su vez, Obrenovic y su reina fueron asesinados en
1903 por Petar I, padre de Alejandro de Yugoslavia. Alejandro llegó al trono
sólo debido a que su hermano mayor, el príncipe Jorge, asesinó a su mayordomo y
se vio forzado a renunciar a su pretensión al trono.
Marsella
El legado de los reyes de Serbia, la opresión de
Alejandro y la cólera de quienes pudieron escapar de la opresión, se unieron el
9 de octubre de 1934, cuando el crucero yugoslavo Dubrovnik arribó al
puerto francés de Marsella, con Alejandro a su bordo. Debajo de su apretado
uniforme de almirante, el rey llevaba puesto su acostumbrado chaleco antibalas.
Debido al enorme tamaño del Dubrovnik, el buque ancló en la bahía y
Alejandro fue trasladado a la orilla en un barco más pequeño, dejando atrás a
la mayor parte de su cuerpo de guardaespaldas.
Alejandro había estado en suelo francés menos de
cinco minutos, cuando Vlada Gheorghieff se encaramó al automóvil del rey y
abrió fuego con una pistola automática Mauser de veinte tiros, matando al rey,
al ministro francés de Relaciones Exteriores, Louis Barthou, y a dos personas
que estaban mirando.
Gheorghieff, que era macedonio de nacimiento y
ciudadano búlgaro, era miembro de la Organización Revolucionaria Macedonia, que
buscaba liberar a Macedonia de Yugoslavia. El coronel francés Pialet, montado a
caballo al lado del automóvil, inmediatamente desenvainó su sable y atacó a
Gheorghieff, quien murió más tarde, esa misma noche. El famoso defensor francés
Georges Desbonnes recordaba más tarde:
"Motivados por el respeto a Su Majestad, los
médicos no examinaron todo el torso superior del Rey, no viendo al comienzo la
herida mortal en la espalda de Alejandro".
Todo el evento fue filmado y cubierto por docenas de
periodistas y presenciado por centenares de personas. Alejandro estaba entre
los dictadores más odiados y temidos de Europa, y media docena o más de
posibles asesinos, de varias nacionalidades, estaban esperándolo en Marsella
ese día. Debido a que la herida mortal del rey estaba en su espalda, y
Gheorghieff se encontraba ubicado frente a él, Desbonnes estaba seguro de que
realmente lo había matado una bala de uno de sus propios guardaespaldas,
quienes disparaban salvajemente.
De cualquier forma, no hay ninguna duda histórica de
que un ciudadano búlgaro, nativo de Macedonia y miembro del Movimiento
Revolucionario Macedonio, de nombre Vlada Gheorghieff, montó la plataforma,
disparó, fue derribado de un golpe, murió esa noche bajo custodia policial y
fue sepultado en un cementerio de Marsella, en presencia de dos funcionarios
policiales y un sepulturero.
Mito: "Todos los croatas eran fascistas durante
la Segunda Guerra Mundial; todos los serbios eran pro-aliados"
Mito: Todos los croatas eran fascistas
durante la Segunda Guerra Mundial. La apologista serbia, escritora Nora Beloff,
escribiendo en el Washington Post, fue aparentemente la primera en agregar la
cláusula complementaria de que "todos los serbios fueron pro-
aliados".
Realidad: Como virtualmente todos los
países del continente europeo durante la Segunda Guerra Mundial, tanto Croacia
como Serbia tuvieron gobiernos que colaboraron con el Eje. Todas las naciones
de Yugoslavia tenían elementos que apoyaban al Eje, así como todas tenían
elementos que eran anti-Eje. Empero, fueron los mayoritariamente croatas partisanos,
dirigidos por el también croata Josip Broz ("Tito"), quienes formaron
la única fuerza auténticamente anti-fascista en Yugoslavia, y la fuerza aliada
más formidable en la Europa ocupada durante la Segunda Guerra Mundial.
Coqueteando con el fascismo
La Segunda Guerra Mundial llegó a Yugoslavia como
resultado directo de los sentimientos pro-Eje del gobierno yugoslavo,
controlado por los serbios. Bajo el príncipe Pablo, Yugoslavia se alejaba sin
cesar de Francia, mientras se acercaba a Alemania, después de la trágica muerte
del rey Alejandro. Ya en febrero de 1936, Hitler prometió apoyar al gobierno
del premier Milan Stojadinovic.
Hacia 1937, Stojadinovic había visitado a Mussolini,
además de desarrollar su propia escuadra de "camisas verdes" y
adoptar el saludo nazi. Quizás fue el haber asumido el título de Vodja
(Führer), lo que hizo finalmente que el príncipe Pablo actuara, reemplazando a
Stojadinovic por Dragisa Cvetkovic, quien mantuvo la misma política exterior
pro-Eje, si bien utilizando menos simbología fascista.
El príncipe Pablo veía al Tercer Reich como la única
potencia capaz de mantener al artificial Estado de Yugoslavia, por lo que
comenzó negociaciones secretas con altos dirigentes nazis en diciembre de 1939.
Tenía la esperanza de llegar a ser rey bajo el Nuevo Orden, negando al joven
príncipe coronado Pedro el trono que le correspondía. Yugoslavia se unió al Eje
el 24 de marzo de 1941. El único miembro del Gobierno que rehusó firmar el
"Pacto de Acero" de unión con el Eje fue el ministro croata Vladko
Macek, del Partido Campesino Croata.
Después de la firma, Cvetkovic aseguró a Hitler que
Yugoslavia "...está dispuesta a cooperar con Alemania en todas las
formas". De hecho, Pablo había estado ya cooperando desde 1939, con
detenciones masivas de judíos, el dictado de estrictas leyes raciales y la
prohibición de sindicatos. Hacia 1940 se habían aprobado leyes limitando los
tipos de negocios que los judíos podían tener, dirigir, en los que podían
trabajar, y limitándoles severamente el acceso a la educación.
Golpe e invasión
El 26 de marzo de 1941 dos generales serbios, Bora
Mirkovic y Dusan Simovic, condujeron un golpe contra el gobierno de Cvetkovic,
para el cual contaban con apoyo británico. La prensa angloamericana produjo y
publicó muchos informes sobre la posición anti-Eje de los serbios. De hecho, el
golpe tenía sus raíces tanto en cuestiones de política exterior como de
política interior.
Perdido en la mitología está el hecho de que los
generales no pensaban que Alemania iba a invadir, y que querían mantener
relaciones cordiales con el Eje. El 30 de marzo, el ministro yugoslavo de
Relaciones Exteriores hizo una declaración formal al enviado alemán, diciendo
que el nuevo gobierno respetaba el pacto con el Eje y que Simovic estaba
"dedicado al mantenimiento de relaciones amistosas con sus vecinos del
Reich alemán y el Reino de Italia". Simovic creía que su cercana amistad
con varios altos dirigentes nazis, especialmente con el Reichmarschall Hermann
Goering, salvaría la situación. Su error provocó una invasión alemana el 6 de
abril.
Antes de ver a un solo soldado alemán, el ejército
dirigido por los serbios se retiró de Eslovenia y Croacia para defender a
Serbia, dejando a croatas y eslovenos sin provisiones ni municiones. La mayor
parte de los soldados croatas simplemente se fue a sus casas. Las fuerzas
armadas de Yugoslavia se desintegraron a la primera aparición de los alemanes,
cuando 100 de los 135 generales del más alto nivel de oficiales serbios se
rindieron durante la primera semana. Belgrado fue tomada por un solo escuadrón
de tropas de choque de la Waffen-SS, dirigido por un teniente segundo, el 12 de
abril. Mientras el general Simovic y su gobierno escaparon del país llevándose
oro por cifras millonarias, sólo el ministro Vladko Macek, del Partido
Campesino Croata, se quedó para compartir la suerte de su pueblo.
Una vez que estuvo a prudente distancia del frente de
lucha, Simovic anunció inmediatamente que Yugoslavia había caído por culpa de
los croatas, todos los cuales eran traidores y fascistas. Ignorando el abandono
militar de Croacia y Eslovenia, la rendición masiva de la oficialidad serbia, y
el hecho obvio de que la totalidad del Gobierno había huido, Simovic anunció
que Serbia había sido apuñalada por la espalda.
El embajador yugoslavo ante los Estados Unidos,
Konstantin Fotic, trabajó horas extras desparramando la fábula de que
Yugoslavia había sido derrotada sólo debido a la deslealtad de los croatas, callando
el hecho de que su propio primo dirigía el nuevo gobierno pro-nazi en Serbia y
que otro primo suyo era líder del Partido Nazi Serbio.
El Estado croata
Croacia fue ocupada por Alemania e Italia, y dividida
en zonas de ocupación alemana e italiana. El Estado Independiente de Croacia
(NDH) fue establecido con el consentimiento de Alemania y en contra de los
deseos expresos de Italia, que quería hacer de Croacia un reino italiano.
Italia llegó a nombrar un "rey de Croacia" que nunca puso un pie en
su pretendido reino. El Gobierno croata fue dirigido por Ante Pavelic, con el
apoyo de su movimiento Ustase.
Pavelic había sido diputado electo en el Parlamento y
vicepresidente de la Asociación de Abogados de Croacia, cuando Alejandro
declaró la dictadura y disolvió el Parlamento. Pavelic fundó el movimiento
Ustase en el exilio, con el objetivo de liberar a Croacia por la fuerza. Cuando
estalló la guerra, los Ustase, que estaban por toda Croacia en clandestinidad,
tomaron el control del gobierno antes de la llegada de los alemanes. Al igual
que en la entonces Unión Soviética, cuando éstos arribaron fueron recibidos al
principio como liberadores.
El nuevo gobierno croata adoptó las leyes raciales y
económicas alemanas, y persiguió a judíos, serbios, comunistas, líderes del
Partido Campesino y otros. Mientras que luchaba por su propia supervivencia
contra los cetnik serbios, quienes querían restaurar la monarquía serbia, y
contra los partisanos dirigidos por los comunistas, el Estado croata se unió al
Eje y luego mandó tropas al frente ruso, donde miles murieron durante el sitio
de Stalingrado. En tanto que la mayoría del pueblo croata estaba a favor de un
Estado croata independiente, muchos no apoyaron al régimen Ustase. Cuando
estalló la guerra había menos de 12 mil miembros en el movimiento,
representando menos del 1 por ciento de la población croata. En 1942, en su
punto más alto, había sólo 50 mil ustase.
Más del 60 por ciento eran de la zona empobrecida de
Hercegovina occidental, con un fuerte sentimiento antiserbio derivado de la
dictadura de Alejandro. Un 20 por ciento eran musulmanes que se unieron en
directa respuesta a las masacres serbias en Bosnia. El líder del popular
Partido Campesino Croata fue puesto en prisión por el régimen durante la
guerra.
Muchos miembros de la oficialidad de los Domobran
croatas (ejército regular separado de los ustase) eran pro- Aliados y apoyaban
al Partido Campesino Croata. En septiembre de 1944, oficiales pro-Aliados
intentaron un golpe en contra de Pavelic. Los complotados habían recibido la
promesa de un desembarco anglo- americano en Dalmacia, y tenían la intención de
volcar al Ejército croata en contra de Alemania para apoyar la invasión.
El desembarco nunca tuvo lugar. El Dr. Ivan Subasic,
del gobierno yugoslavo en el exilio, supo del complot e informó a los
soviéticos. Inmediatamente, Stalin contactó al presidente norteamericano
Franklin Delano Roosevelt y le informó que cualquier acción de ese tipo sería
violatoria del acuerdo de Teherán, por el cual se había dividido a Europa en
esferas de influencia.
Roosevelt canceló todos los planes para el
desembarco, pero los canales secretos británicos retuvieron la información, no
haciéndola llegar a los croatas, en el entendimiento de que cualquier revuelta,
inclusive una que estuviera destinada al fracaso, era preferible para la causa
aliada a que nada ocurriera.
Serbia y los cetniks
En Serbia se estableció un nuevo gobierno pro-Eje,
primeramente conducido por Milan Asimovic y luego bajo el ex-ministro de
Guerra, general Milan Nedic, quien gobernó hasta 1945. Nedic apoyó a Hitler y
se reunió con él en 1943. Este nuevo gobierno estableció leyes raciales aún más
duras y estrictas que las dictadas por el príncipe Pablo e inmediatamente
estableció tres campos de concentración destinados a judíos, gitanos y otros.
Nedic formó sus propias tropas paramilitares de choque, conocidas como Guardia
de Estado. Esta Guardia estaba constituida por antiguos miembros de los
cetniks, grupo que había existido como una policía paramilitar exclusivamente
serbia, bajo Alejandro y Pablo, para forzar la lealtad de los miembros no
serbios de las fuerzas armadas.
Cuando Yugoslavia se desintegró, una fracción de los
cetniks prestó juramento de fidelidad al nuevo gobierno nazi serbio. Otro grupo
permaneció bajo su líder de antes de la guerra, Kosta Pecanac, quien colaboró
abiertamente con los alemanes. Un tercer grupo de cetniks siguió al fascista
serbio Dimitrije Ljotic. Las unidades al mando de Ljotic se encargaron
principalmente de capturar a judíos, gitanos y partisanos para su ejecución o
para ser deportados a campos de concentración. En agosto de 1942, el gobierno
serbio anunció con orgullo que Belgrado era la primera ciudad en el Nuevo Orden
que era Judenfrei o "libre de judíos". De los 12 mil judíos de
Belgrado, sólo sobrevivieron 1115.
Otro grupo de cetniks se alineó detrás de Draa
Mihailovic, un oficial del ejército de 48 años que había sido sentenciado por
una corte marcial bajo el mando de Nedic, y que tenía contactos cercanos con
Gran Bretaña. Mihailovic ofreció alguna resistencia a las tropas alemanas
mientras colaboraba con los italianos. El 22 de julio de 1941 el gobierno
yugoslavo en el exilio anunció que era imposible continuar la resistencia. A
pesar de que Mihailovic y su gobierno en el exilio mantuvieron una feroz
campaña de propaganda para convencer a los aliados de que sus cetniks estaban
infligiendo graves daños al Eje, los cetnik poco hicieron para el esfuerzo de
guerra, y colaboraron abiertamente con alemanes e italianos mientras combatían
a los Ustase y a los partisanos. En su punto más alto, los cetnik de Mihailovic
afirmaban que tenían 300 mil efectivos, pero de hecho nunca superaron los 31
mil. En febrero de 1943 los aliados occidentales condenaron a los cetnik por
colaboracionistas, y comenzaron a apoyar a los partisanos.
Mihailovic fue ejecutado en 1946 por traición a la
Patria. Irónicamente, su hijo Branko y su hija Gordana se unieron a los
partisanos en 1943, apoyando ambos después de la guerra la ejecución de su
padre. La extensión de la colaboración cetnik con los ejércitos alemán e
italiano, así como su guerra sucia contra los partisanos pro-aliados, está bien
documentada en docenas de libros, incluyendo el trabajo académico y definitivo The
Chetniks, del profesor J. Tomasevich.
Los Partisanos
Los partisanos, fundados por Josip Broz
("Tito"), quien era un comunista croata, representaron la única
resistencia real al Eje en Yugoslavia durante la Segunda Guerra Mundial.
Cientos de miles de croatas se unieron a los partisanos, y representaban a la
mayoría de sus brigadas. El 22 de junio de 1941, partisanos croatas lanzaron en
el bosque de Brezavica, cerca de Sisak, lo que sería luego conocido como la
Guerra de Liberación en Yugoslavia. La fecha sigue siendo día feriado en Croacia,
y es celebrado como el "Día del Levantamiento Anti-Fascista".
El 13 de julio de 1943 se declaró una República
Democrática de Croacia, bajo el liderazgo de Andrija Hebrang, en aquellas zonas
ocupadas por las fuerzas partisanas croatas. A medida que la guerra avanzaba,
más y más croatas, especialmente de Dalmacia, se unían a los partisanos. Los
serbios se unieron en gran número cuando unidades enteras de cetniks cambiaron
su lealtad. En 1943 el apoyo aliado se volcó a Tito y en 1944 los partisanos eran
reconocidos como la única fuerza aliada combatiendo en Yugoslavia.
Mitos de Posguerra
En muchos países, después de la guerra, los números y
hazañas de los luchadores de la Resistencia crecieron más y más en importancia
a medida que pasaban los años. Por ejemplo, la famosa Resistencia francesa
existía principalmente en Hollywood, donde los estudios cinematográficos
producían film tras film acerca del mencionado movimiento underground,
que virtualmente no existió en la Francia de Vichy. En la Yugoslavia de
posguerra las hazañas de los partisanos tomaron proporciones míticas mientras
se erigían, en todas las aldeas, monumentos en memoria de los héroes de la
Guerra de Liberación.
A medida que se anunciaban más y más beneficios para
los veteranos de esa guerra, aparecían más y más de ellos. Los cetniks que
volvían del exilio testimoniaban que fueron ellos, no los partisanos, quienes
contuvieron "docenas" de divisiones nazis. Dependiendo de qué fuente
se citara, hasta 20 divisiones nazis fueron divididas y se encontraban
atrapadas en Yugoslavia. Estas cifras eran frecuentemente citadas por políticos
y aun por "expertos" militares que se oponían a una intervención para
detener la agresión serbia en la década de 1990.
A pesar de que la historia oficial partisana habla de
32 divisiones alemanas, nunca hubo veinte ni aun doce divisiones alemanas
completas en toda Yugoslavia durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la
invasión inicial, Italia ocupó o anexó un tercio de Croacia y unas pocas
unidades alemanas permanecieron en la NDH. Ninguna de ellas podía considerarse
de élite.
Tres divisiones "alemanas", las Divisiones
de Infantería 369, 373 y 392 en Croacia y Bosnia, estaban de hecho compuestas
por soldados croatas al mando de oficiales Volksdeutsche, o sea de etnia
alemana, de la región. Los intentos de formar una división musulmano-bosnia
fracasaron cuando los conscriptos se sublevaron en contra de los alemanes en
una base de entrenamiento al sur de Le Puy (Francia), en septiembre de 1943.
Este fue el único motín en gran escala dentro del ejército alemán durante la
segunda guerra mundial.
La única unidad que podría considerarse de élite,
solamente en nombre, era la 7- SS-Freiwilligen- Gebirgs-Division "Prinz
Eugen" (la Séptima División de Montaña de Voluntarios SS), que a pesar
de su nombre nunca llegó a tener el tamaño de una división, y sus efectivos
eran principalmente conscriptos pertenecientes a los 700 mil Volksdeutsche (de
etnia alemana) que había en Yugoslavia, cuyo comandante era un general del
Ejército rumano.
Las armas de la 7-SS- Division y sus vehículos
provenían de depósitos capturados o fueron tomados del servicio postal.
El mito popular, especialmente en el cine, muestra a
las SS como una fuerza de élite de dedicados voluntarios nazis de pura sangre
germánica. Eso era en buena medida cierto en 1939, pero debido a que las SS no
podían reclutar dentro de Alemania, la mayoría de sus divisiones estaban
compuestas por conscriptos no alemanes hacia 1944. Llegando al final de la
guerra, hindúes en turbantes, musulmanes en feces y antiguos legionarios
vietnamitas de la Legión Extranjera francesa podían encontrarse en las Waffen-SS
de "elite"!.
Heridas curadas
Las complejidades de la Segunda Guerra Mundial
llevaron a ver a croatas luchando contra croatas, serbios contra serbios, ambos
luchando unos contra otros y contra fuerzas alemanas, italianas, húngaras y
búlgaras. Tanto Serbia como Croacia, al igual que Finlandia, Hungría, Francia y
virtualmente todos los países de Europa tuvieron gobiernos que colaboraron con
el Eje.
Tanto Croacia como Serbia tuvieron también gobiernos
partisanos que lucharon del lado de los aliados. Más de medio siglo después,
Alemania y Japón son nuevamente grandes potencias mundiales, e Italia participa
en la Comunidad Europea en carácter de socio pleno, mientras Croacia, que fue
ocupada durante el conflicto tanto por Alemania como por Italia, continúa
siendo calumniada con el estigma del fascismo.
A diferencia de muchos otros países europeos, Croacia
intentó asumir y superar las realidades de su pasado. En los eventos
conmemorativos en Zagreb que marcaron los 50 años del fin de la Segunda Guerra
Mundial, en 1995, se depositaron ofrendas florales en el Oltar Domovine
(Altar de la Patria), en el monumento a los partisanos caídos y en las tumbas
de los líderes del movimiento antifascista. A la semana siguiente, se conmemoró
en una ceremonia a aquellos que fueron muertos por los comunistas en las
masacres de Bleiburg, que tuvieron lugar después de la guerra. Finalmente, se
efectuó una ceremonia en Jasenovac, en el lugar donde hubo un campo de
concentración operado por la NDH durante el desarrollo de la guerra y por los
comunistas durante dos años después de su finalización.
En el Día Nacional de Croacia, en mayo de 1995, por
primera vez desfilaron juntos veteranos de la Segunda Guerra Mundial, tanto
domobrani como partisanos. La Segunda Guerra Mundial finalmente había terminado
en Croacia.
Radovan Latkovic
A lo largo de los últimos
cincuenta años, la figura de Vinko Nikolic alcanzó, gracias a sus cualidades
aparentemente contradictorias como poeta-escritor y hombre público, niveles
destacados que lo llevaron a ser considerado como una de las personas más
significativas de la Croacia contemporánea.
Su actuación en el campo cultural fue factor
preponderante para el logro de la recuperación política de gran parte de la
diáspora croata, y para su posterior inserción tras la corriente de los grandes
objetivos nacionales. Todo ello sin siquiera haberse embanderado con las ideas
de alguno de los partidos políticos que existían en su patria.
Los acantilados pétreos y la suave brisa del Mediterráneo
que envuelve a su ciudad natal Sibenik, influyeron decididamente junto a su
núcleo familiar, en la formación de la personalidad de Vinko Nikolic, cuyo
nacimiento se produjo el 12 de marzo de 1912, como el último de once hermanos
en una familia de campesinos. Recibió como herencia el amor a la Patria y el
valor ético del hombre croata, el que "es bueno, hasta perecer de
bondad", como lo expresa en el poema "Nas covik" (Nuestro
hombre).
La fidelidad a esa herencia determina su camino por
la vida, desde la cuna hasta la tumba. En el emotivo poema "Molitva u noci
krcatoj zvizda" (Oración en la noche estrellada) da cuenta de esto:
Yo soy
hijo de campesinos...
Y te
ruego, Señor, que no dejes que olvide mis orígenes,
Haz que
siempre conserve el concepto del bien que alienta al campesino
que
honestidad y justicia como él siempre respete;
y que esa
misma idea que en el hogar paterno aprendí,
eternamente
sana e íntegra preserve.
Desde su temprana juventud y durante toda su vida,
Vinko Nikolic fue antes que nada poeta.
El tema central de su expresión poética es la Patria,
el amor a la Patria, el amor a ella expresado en centenares de variantes: el
amor al lugar natal, a la madre, a la gente común, a los labradores, a los
pescadores, mientras que en los poemas posteriores, expresa los sufrimientos y
el anhelo por la Patria perdida, por las tumbas abandonadas de los combatientes
croatas, de las víctimas de Bleiburg, del camino de la cruz.
En su poemas siempre está presente la Patria. En esto
Nikolic es único e incomparable y aunque algún crítico literario estricto
busque en algunos de sus poemas ausencias de expresión auténticamente poética,
sus obras son válidos testimonios de su persona y de la tragedia de la Nación
croata, que él experimentó en carne propia y expresó como poeta de la
generación al que él pertenecía.
En vísperas del trágico mayo de 1945, en el poema
"Molitva za Hrvatsku" (oración por Croacia), recitado en Zagreb en la
celebración del cuarto aniversario de la existencia del Estado Independiente de
Croacia, se pregunta:
¿Es que
vale mi vida más que la libertad de mi pueblo?
Yo estoy
pronto a morir para que mi pueblo feliz viva.
Esa pregunta y la respuesta del poeta, es también la
pregunta y la respuesta de cientos de miles de soldados y de hombres y mujeres
de la Nación croata, en su ominosa lucha por ser o no ser.
Después de aquel trágico mayo del 45, Vinko Nikolic
siguió el camino de miles y miles de desterrados croatas.
Aún cuando su destino fue excepcionalmente difícil,
no se diferencia en lo esencial del de tantos otros, que en circunstancias
parecidas recorrieron el calvario croata. Existe empero una gran diferencia
respecto a otros en la persona de este desterrado, quien bajo la apariencia de
la anonimidad del "prisionero de guerra número 324.664", oculta su
corazón de poeta y de escritor y anota en pequeños papelitos, día a día, el
testimonio de la derrota y de la humillación de su Nación, como recuerdo y
advertencia.
Esas anotaciones las dio a conocer Nikolic en 1984 en
dos libros -en conjunto más de 900 páginas-, titulados Tragedija se dogodila
u svibnju (La tragedia sucedió en mayo).
Con el conmovedor relato del destino de los
desterrados croatas, rescatados de las manos asesinas de los partisanos y
entregados en la humillante condición de prisioneros en los campos de
concentración ingleses para soldados de las formaciones alemanas de las SS en
Grotaglia, Italia, Nikolic se reveló como un poeta de gran valor.
Esas anotaciones, además de su valor literario,
representan también un material documental importante sobre los sucesos de los
primeros años posteriores a la pérdida del Estado croata.
Las anotaciones terminan con el dramático relato de
la huida de Nikolic, con otros cinco compañeros de sufrimiento, de un tren en
plena marcha cuando se los transportaba a otro campo de prisioneros. Su llegada
a Fermo y a Roma, el respiro relativo en la Ciudad Eterna, la aparición de
nuevos peligros y, finalmente, la partida hacia el Nuevo Mundo, puerto de
esperanza en el camino de los desterrados croatas.
Como muchos emigrantes, Vinko Nikolic llega el 8 de
junio de 1947 a la Argentina, y comparte la suerte común de la gran cantidad de
croatas en Buenos Aires. Muchos de nosotros recordamos nuestros primeros
difíciles días en la ciudad a orillas del Río de la Plata. Vinko Nikolic era,
entre nosotros, uno de tantos. Empero, muy rápidamente, se puso en evidencia
una gran diferencia entre él y el resto. Mientras todos nosotros -y no sólo en
Sudamérica sino también aquellos en Norteamérica, Europa y otros continentes-,
junto con nuestra entrega a nuestros ideales nacionales, procurábamos rehacer
nuestra vida en el entorno emigrante, intentando levantar nuestros hogares, en
una suerte de segunda Patria en tierra ajena, Vinko fue hacia todo eso
despreocupado; vivió sólo para su única Patria Croata.
Su amor a la patria es único. Luego de su llegada a
la Argentina él grita pidiendo ayuda:
¡Croacia,
Croacia mía! Es locura la forma en que te amamos;
¡El
corazón por ti palpitará!
¡El
corazón por ti se quebrará!
¡Croacia,
Croacia mía! Tu orgullosa eternidad deseamos.
Muchos años después, en 1970, en el poema "Pismo
mojoj Hrvatskoj iz tudjine" (Carta a mi Croacia desde el extranjero),
Nikolic confiesa:
Mi amor es
más fuerte que el espacio y el tiempo,
contigo,
Croacia mía, sigo viviendo unido eternamente_
¿¡Oh, qué
es el tiempo, qué son los espacios
frente a
la grandeza de un amor fiel!?
Estas estrofas y cientos de otras parecidas, no son
solamente expresión de inspiración poética sino que son, antes que nada, prueba
de una energía emotiva extraordinaria
Al mismo tiempo había tomado cuerpo en parte de la
emigración política croata el convencimiento de que la lucha por la independencia
no se podía llevar adelante con éxito usando las viejas tácticas y
desconociendo las nuevas circunstancias internacionales, sino que era necesario
encontrar la posibilidad de reunir a todas las fuerzas croatas y consolidar un
programa nacional para el establecimiento de un Estado independiente, soberano
y democrático.
Este convencimiento maduró muy rápidamente también en
Vinko Nikolic. De acuerdo a su temperamento, comenzó inmediatamente a buscar
las posibilidades para su realización. Como hombre de letras, no se sintió
llamado a constituir una nueva agrupación política, sino que pensó en la
concreción de un vocero cultural-literario independiente, extrapartidario, que
uniera a los representantes intelectuales y políticos de diversas corrientes
políticas para establecer un diálogo nacional general y tendiente a contribuir
a la construcción de la unión nacional croata y como un puente hacia la Patria.
Fue esa una idea de significación transcendente, un
emprendimiento al que se abocó Nikolic -y lo realizó- con increíble energía e
inspiración visionaria.
Había que empezar de la nada: establecer los
fundamentos ideológicos de la revista, encontrar los medios necesarios, hallar
un nombre adecuado y decidir cuestiones sobre la redacción. Es realmente
increíble que él sólo, con la ayuda de solamente pocas personas -entre los que
se encontraban en primer lugar Milan Rakovac y la esposa de Nikolic, Stefica-
haya concebido y comenzado esta obra monumental que fue muy rápidamente
realizada. El primer número de la revista trimestral cultural y literaria
apareció el 9 de marzo de 1951 en Buenos Aires con el nombre de Hrvatska
Revija - La Revista Croata. Los medios para el primer número de la revista
fueron aportados por el mismo Nikolic de sus modestos ingresos, y muy
rápidamente aparecieron las primeras subscripciones y aportes de la diáspora,
en especial de la Argentina, de EE.UU. y de Canadá.
El nombre que se eligió debía dar una la idea de
continuidad ideológica con la revista del mismo nombre que editaba Matica
Hrvatska en la patria, y que dejó de aparecer en 1945, prohibida por el
gobierno partisano.
En lo que respecta a la redacción, fue feliz la idea
de Nikolic de ofrecerle la co-dirección al Dr. Antun Bonifacic, literato croata
que en ese entonces no estaba comprometido políticamente, el que rápidamente
aceptó la oferta, aunque vivía en Brasil. Esta circunstancia hacía más difícil
la participación activa de Bonifacic en el trabajo de redacción, especialmente
cuando, después de cuatro años, se mudó a Norteamérica. Entonces Nikolic, que
desde el comienzo en realidad cumplía todas las funciones de dirección y
preparación de los trabajos de impresión, corrección y hasta de envío de la
revista, pasa a ser también en lo formal, desde junio de 1955, el único
director de La Revista Croata.
Ya después de dos años, consciente de la necesidad de
contar con libros de autores croatas prohibidos en la República Socialista de
Croacia, funda en 1957, en Buenos Aires, una editorial independiente con el
nombre de Knjiznica Hrvatske Revije - KHR (Biblioteca de la Revista
Croata).
Con la aparición de los primeros libros editados por
KHR, el proceso de reagrupamiento de la emigración y su conexión con la patria
cobra nuevo impulso.
Con increíble energía lleva adelante Vinko Nikolic
esta cadena editorial. El es el que concibió la idea y su realizador; es la
figura carismática que con su patriotismo cristalino gana para su
emprendimiento a una serie prestigiosa de colaboradores-escritores,
pertenecientes a diversas corrientes políticas.
"A nuestros enemigos comunes les resulta
particularmente malo", escribe Nikolic en el número 40 de 1960, en ocasión
del décimo aniversario de la revista, "que La Revista Croata haya
reunido tanto a antiguos yugoslavos, como a antiguos (y actuales) miembros del
Partido Campesino Croata, así como también a quienes pertenecen a diversas
asociaciones croatas, y a una inmensa mayoría de independientes, constituyendo
la unidad cultural croata, y ese es realmente su primer y más grande cometido".
Así como La Revista Croata y la Biblioteca
de la Revista Croata crecieron con Vinko Nikolic, también él -
naturalmente- creció y se desarrolló con ellas.
Su emprendimiento a lo largo de los primeros quince
años, sobrepasó en mucho las fronteras de la Argentina. La Revista Croata tomó,
en forma cada vez más evidente, la voz cantante y pasó a ser el vocero líder de
la emigración croata.
Fue entonces más necesario que su director visitara
personalmente los principales centros de emigración croata en el mundo, que
estableciera contacto personal con los colaboradores más importantes y adecuara
su accionar a los nuevos acontecimientos en la patria. Consciente de esa
necesidad, Vinko Nikolic entre el 24 de marzo y hasta el 27 de agosto de 1965,
visitó a los croatas del nuevo y del viejo continente tomando el pulso a las
inquietudes de la emigración croata.
En su paso por Madrid, el sábado 7 de agosto dirigió
un importante mensaje a la Patria a través de la Radio Nacional de España en su
programa en idioma croata. "Es esta", dijo, "la primera vez
después de 20 años de que me escuchan también a mí, uno de los tantos miles de
perseguidos hijos de Croacia, que en el mundo extranjero vivimos para
ella...". Su discurso fue el primer llamado formal para la reconciliación
de todos los croatas.
Agradeciendo a los "hermanos mártires en los
hogares natales", por su sufrimiento a través de tantos años de soportar
cárceles y campos de concentración", Nikolic dijo: "No soy político,
pero como emigrante croata soy necesariamente un luchador nacional, y en esa
condición, me dirijo particularmente a los comunistas croatas y los invito a
que cumplan con su deber de croatas... Ustedes, antes que comunistas, son
primero y sobre todo croatas" (HR, 1965, número 4/60, páginas 299 y 300).
Las impresiones de estos "encuentros con la
emigración croata en 1965" lleno de valiosos datos históricos sobre la
emigración croata de los primeros veinte años los dio a conocer en dos libros
(900 páginas en total, con muchas ilustraciones) con el título de En el umbral
de la Patria, publicados en los años 1966 y 1967.
A su regreso a la Argentina, motivado por los
encuentros e interpretando los deseos de los croatas en el exilio y los de la
patria, Nikolic toma una decisión histórica: trasladar la redacción de La
Revista Croata a Europa, "al umbral de la Patria".
Para eso llega, con su esposa Stefica, el 29 de mayo
de 1966 a París, donde habían decidido establecer la nueva sede de La
Revista Croata y el 18 de octubre del mismo año edita el primer número
parisino, y preparan un número triple con el que terminarían el año
decimosexto, para el año siguiente, 1967, continuar con la edición habitual
desde París.
La aparición de Hrvatska Revija - La Revista
Croata en Europa, "ante las puertas de la Patria", provoca un
golpe inesperado. Por demanda del gobierno yugoslavo, particularmente inquieto
por la edición de Hrvatska Revija - La Revista Croata en Francia, el
ministerio francés de asuntos exteriores emite una resolución prohibiendo la
revista y la expulsión de su director. Pero esta caso no termina sólo con la
prohibición y la expulsión. Organos policiales irrumpen en la imprenta y
vandálicamente rompen las planchas de imprenta del volumen grande de tres
números, que tenía que aparecer a fin de año.
El desterrado Vinko Nikolic deambula por Europa, de
país en país, Bélgica, Inglaterra, Austria, Alemania, Suiza, pero en todos
lados, antes que él, llegan las acusaciones del ministerio yugoslavo de asuntos
extranjeros, que lo presentan como una persona no grata y peligrosa, no
conveniente para obtener residencia en países europeos.
¿Quién en esas circunstancias no hubiera decidido
retornar al país del cual era ciudadano, en el cual le era permitida una
residencia tranquila y segura y la edición de Hrvatska Revija - La Revista
Croata?
Vinko Nikolic también en esta ocasión confirmó la
increíble fuerza de su personalidad. Quiso, a toda costa, realizar su objetivo:
construir un puente hacia la Patria.
Gracias a la circunstancia de que su esposa Stefica,
con gran valentía, había salvado la penúltima prueba de imprenta del número
destruido, fue posible "en el destierro" reproducir en su totalidad
el destruido volumen triple y a fin de junio de 1967 editarlo y enviarlo a los
subscriptores.
Ya en agosto del mismo año apareció en Münich un
número doble correlativo 1/2/65-66, con el texto de la "Declaración sobre
la denominación y la posición del idioma literario croata", en traducción
alemana y francesa además del original croata.
Fue así como fue salvada la continuidad de la
aparición periódica, trimestral de HR, en momentos en que en Croacia comenzaron
a suceder acontecimientos trascendentales.
El traslado de la redacción a Europa se produjo en el
momento justo: ¡la construcción del puente hacia la patria tuvo su inicio en el
momento preciso!
Después de dos años de deambular por Europa, Nikolic
y su esposa obtienen en junio de 1968 residencia permanente en Barcelona.
Llegan al puerto del que 23 años después, partirían directamente hacia la
Patria liberada.
Durante ese período comienza Nikolic a incursionar en
nuevas actividades. Organiza dos simposios sobre problemas de actualidad
croata, con la presencia de disertantes provenientes de la patria (anónimos),
el primero en Münich en 1968 y el segundo en Lucerna en 1971. El texto de las
conferencias de estos simposios aparecieron en los libros Hrvatska danas i
sutra (Croacia hoy y mañana) y Hrvatski razgovori o slobodi
(Conversaciones croatas sobre la libertad), editados por la Biblioteca de la
Revista Croata.
El mismo año, al celebrarse los 20 años de Hrvatska
Revija - La Revista Croata, instituye el premio Knjizevne nagrade HR
- Premio literario de la Revista Croata. Es de destacar que se preveía premiar
también a escritores de la patria, los primeros de los cuales fueron en 1971,
al Dr. Franjo Tudjman y a Petar Segedin.
Desde 1973, Hrvatska Revija - La Revista Croata participó
en el pabellón croata de la Feria Internacional del Libro de Francfurt, que
durante años se convierte en "lugar de encuentro entre croatas de la
Diáspora y de la Patria".
En 1990 Hrvatska Revija - La Revista Croata
cumplió cuarenta años de su actuar habiendo cumplido durante ese período con
los principios que había prometido en el primer número:
"No serviremos a nadie, sino sola y exclusivamente
a Croacia y a su lucha por la independencia nacional".
El Club Cultural Croata-Argentino, junto con el
Instituto Croata Latinoamericano de Cultura y la revista Studia Croatica
celebraron este significativo jubileo el 5 de mayo de 1990 en Buenos Aires. Esa
fue la primera celebración en el mundo, a la que le dio particular
significación la presencia del prof. Vinko Nikolic y de su esposa Stefica y la
circunstancia de que tuviera lugar casualmente un 5 de mayo, día de nuestra
trágica separación de la patria. En esa ocasión Nikolic recitó su conmovedora
poesía "Poslidna vecera" que evoca la despedida de su madre...
"En Zagreb, la capital en el quinto día del mes quinto del año cuarenta y
cinco".
La celebración del cuadragésimo aniversario de Hrvatska
Revija - La Revista Croata coincidió con la realización de las históricas
elecciones en Croacia, que anunciaban un amanecer de libertad para el pueblo
croata.
Recién después de 45 años de exilio nos fue permitido
volver a pisar el santo suelo croata, y gracias a ello Nikolic junto a su
esposa Stefica pudieron hacer realidad su sueño.
Recordando esos días memorables de su primer
reencuentro con la Patria, escribió en un número aniversario de Hrvatska
Revija - La Revista Croata:
"El miércoles 19 de septiembre es para nosotros
un gran día. El día central de nuestra estadía en la patria. Grandes
preparativos en los que colaboraron como organizadores: La Biblioteca Nacional
y Universitaria, la Sociedad de Escritores Croatas, la Fundación para la emigración
croata, la Filarmónica de Zagreb, la Editorial Matica Hrvatska y Krscanska
Sadasnjost (Actualidad Cristiana). A las 13 horas en la sala de la
Biblioteca se inauguró la exposición "40 años de La Revista Croata"
que tuve la suerte de presenciar... La muestra dejó en los presentes una gran
impresión, por su riqueza y variedad porque estaban en exposición, junto con la
colección completa de la Revista, también todos los libros de la Biblioteca
de la Revista Croata...". Conmovido y entusiasmado con todo lo vivido
aquí continúa Nikolic: "hablé con excitación ante un público tan numeroso,
que llenaba totalmente la hermosa sala de la Biblioteca. Me dirigí a los
presentes con un sentimiento de gratitud en esos momentos y por esos sucesos
que para mi esposa, como valiosa colaboradora, y para mi, representan la cima
de nuestras vidas. Nada ni nadie tenemos, pero tenemos La Revista Croata".
"Estábamos en ese momento plenamente
conscientes, de que nuestros sacrificios valieron la pena y de que por lo
tanto, no vivimos en vano" (HR, 1990, Número 4/160, págs. 852-854).
Los 160 volúmenes de Hrvatska Revija - La Revista
Croata y los 65 libros que editó la Biblioteca de la Revista Croata pasaron
a ser desde ese histórico día finalmente accesibles al pueblo croata en la patria,
después de 40 años de inútiles esfuerzos del enemigo para que no fueran
conocidos en Croacia, como si no existiesen.
La importancia de esta singular obra literaria no se
puede mostrar en una presentación general, porque deberíamos evaluar acabadamente,
tendríamos que analizar cada tomo y cada libro en particular en forma separada.
Pero no se trata solamente de la innumerable cantidad
de temas de la historia, de la literatura, cultura, política escritos por un
gran número de calificados colaboradores sino también de la circunstancia de
que las 25.000 páginas impresas de la revista y de las más de 40.000 páginas de
libros editados hasta 1990 -y hoy son muchos más- representan, tomadas en
conjunto, el pensamiento croata que sobrevivió de la dictadura serbo- comunista
a lo largo de 45 años.
Gracias a Hrvatska Revija - La Revista Croata
y a la Biblioteca de la Revista Croata se han preservado muchos testimonios y
documentos históricos, culturales y políticos, que hubieran permanecido sin ser
expresados o sin ser escritos si no hubiera existido esa actividad editorial
extraordinaria.
Basta mencionar solamente los documentos dados a
conocer sobre Bleiburg y sobre el proceso al arzobispo de Zagreb, Cardenal
Stepinac, las memorias de Mestrovic, los testimonios de Radic y Vrancic, para
no aludir a numerosos otros, para que comprendamos la significación histórica
de la obra de Nikolic.
Este trabajo monumental que Vinko Nikolic entregó a
la nación croata en los albores de su libertad, no se detiene "en el
umbral de la Patria". Nikolic y su esposa y fiel colaboradora no están
entre aquellos que participan en los acontecimientos observándolos desde lejos.
No los retiene la paz y la comodidad de su hogar en Barcelona, en la romántica
calle Abad Samso, donde vivieron 23 años, más de un cuarto de sus vidas.
"Queremos con nuestra Croacia vivir esta guerra
funesta", escribe Nikolic en septiembre de 1991, "volvimos de la paz
de la emigración y entramos en esta peligrosa intranquilidad croata, para vivir
junto con nuestro pueblo la liberación final de nuestra tierra, que nace a una
nueva vida de libertad y de justicia para todos, aquellos que respetan y aman
esta tierra maravillosa y la consideran como a su patria" (HR, 1991,
números 1- 2/161-162, pág. 6).
Ya en octubre de 1991, edita Nikolic el primer número
de Hrvatska Revija - La Revista Croata en Zagreb.
Son significativos sus pensamientos expresados en el
prólogo de ese primer número editado en la patria: "Con esto es como si
diera fin a las metas que me había fijado en lo cultural y en la vida, a las
que sin embargo quiero agregar todavía algunos años de trabajo editorial. No se
trata de un testamento pero como si lo fuera, porque así es el destino humano,
hay que enfrentarse abiertamente con él, para que el último encuentro sea lo
menos doloroso posible, lo menos imprevisto, como la cosa más natural del drama
humano general".
Durante sus últimos siete años de vida, Vinko Nikolic
recibió innumerables reconocimientos y homenajes por parte de prestigiosos
literatos y hombres públicos croatas, de representantes de las instituciones
culturales más importantes de la patria y de la diáspora, del Parlamento, del
Gobierno, de su ciudad natal y del presidente de la República, que valoraron
unánimemente la gran obra realizada y superaron en mucho los golpes con los
que, como a cualquier ser humano, lo castigó el destino.
Es importante destacar el reconocimiento que, durante
una velada literaria y musical llevada a cabo en su honor y en el de su esposa
en el Amphitheatre Guizot el 6 de diciembre de 1996, le brindó la Universidad
de la Sorbona de París (Centro de Investigaciones de Literatura Comparada,
Equipo de investigación de la cultura croata, y de intercambios intelectuales
internacionales).
En esa ocasión Henrik Heger, miembro correspondiente
de la Academia Croata de Ciencias y Artes, y Marc Gjidaro, decano de la
Facultad de Derecho de la Universidad de París, disertaron sobre Vinko Nikolic
y La Revista Croata, incluyendo también la lectura de varios poemas de Nikolic
en traducción francesa del prof. Heger. La parte musical de la velada fue
ejecutada por Miriam, Rebeka, Ante y Tomislav Matosin.
Junto con este reconocimiento mencionaremos también
la satisfacción que recibió Vinko Nikolic a raíz de la resolución de la Corte Constitucional
de París del 9 de mayo de 1973 en relación a la demanda que había presentado
hacía seis años, contra la República Francesa por el atropello y los daños que
le provocó el poder administrativo de ese país al que en sentencia "en
nombre del pueblo de Francia" se condenaba a pagar por los daños de la
destrucción del número triple de Hrvatska Revija - La Revista Croata.
Fue un honor especial el que se le tributó cuando el
presidente de la República de Croacia lo nombró representante en la Cámara Alta
(Zupanjski Dom) del Parlamento. Como el representante de mayor edad tuvo el
honor de abrir la primera sesión de la Cámara.
Es dable suponer que los extraordinarios
reconocimientos brindados a Vinko Nikolic incluye también un reconocimiento a
la emigración croata, de la cual él era un destacado representante, por su
significativo aporte a la lucha del pueblo croata en pos de la realización de
su independencia estatal.
Todos los reconocimientos y homenajes de que fue
objeto no le fueron otorgados por criterios partidistas. Vinko Nikolic no
perteneció a ningún partido político. Mantuvo su independencia política con la
que se manejó a lo largo de los 40 años de editar Hrvatska Revija - La
Revista Croata. Los reconocimientos y honores con que fue distinguido
premiaban exclusivamente su extraordinario patriotismo y su obra, como luchador
inquebrantable en el frente intelectual por la libertad de Croacia.
Por todo eso fue no sólo apreciado sino que gozaba de
popularidad, circunstancia que el autor de estas lineas pudo comprobar
personalmente en las calles de Zagreb.
Adornaban a nuestro Vinko, realmente, las más altas
virtudes del ser humano: modestia, humildad y amor. Nunca ponía en evidencia
sus virtudes. No asumía una actitud didáctica ni imponía sus opiniones.
Respetaba las opiniones de los demás por eso siempre
lo sentimos como uno de nosotros, igual a nosotros, pese a que estaba tan por
encima nuestro.
Sus bondadosos ojos azules transmitían calma y
seguridad en la realización de los ideales por los cuales vivió.
El círculo de su vida se cerró armoniosamente: por
una milagrosa coincidencia, su corazón dejó de latir en la querida ciudad donde
había nacido y sus restos mortales encontraron reposo en la ansiada tierra de
la capital de la soñada Croacia Libre, en la que fue despedido por numerosos
patriotas, amigos y altos funcionarios con palabras sentidas y significativas
de despedida.
Soñó y
realizó su sueño:
Morir
quiero junto a ti, pueblo mío infortunado
Que en
sepulcro profundo me acoja tierra amada:
¡Como sea
que muera, soy de tu libertad heraldo ilusionado!
Traducción: Jasna Bulat
Frane Krnic
Este texto corresponde a la
disertación del embajador de la República de Croacia en España, Magister Frane
Krnic, pronunciada en el simposio internacional Diplomacia de la República de
Dubrovnik, cedido por el autor para su publicación en Studia Croatica.
El simposio, patrocinado por el Presidente de la
República de Croacia, Dr. Franjo Tudjman, tuvo lugar en Dubrovnik entre el 3 y
el 5 de septiembre de 1997. Participaron 34 destacados científicos,
historiadores y diplomáticos, entre ellos 8 del exterior (Estados Unidos, Gran
Bretaña, Italia, España, Turquía, Bosnia-Hercegovina y Macedonia). Entre un
público selecto de aproximadamente cien personas se encontraban también los
representantes de varias embajadas extranjeras acreditadas en Croacia (Italia,
Alemania, Bélgica, Austria, Holanda, Suecia, Ucrania, Albania, Eslovenia y
otras). En la apertura del seminario habló el Dr. Mate Granic, Ministro de
Relaciones Exteriores, quien representó, en esta oportunidad al Presidente de
la República de Croacia. En su discurso destacó el significado de este ciclo de
estudios que testimonian la presencia internacional de la República de
Dubrovnik desde el siglo XIII hasta los principios del siglo XIX y demuestran
la tradición histórica en la que se apoya con orgullo la diplomacia croata
contemporánea. Simultáneamente, el Archivo Histórico de Dubrovnik organizó una
interesante muestra de documentos originales de la época. Asimismo fue
ejecutado un programa musical-escénico evocando algunos importantes eventos
históricos de la República. El acto final estuvo a cargo de los embajadores Dr.
Svjetlan Berkovic y magister Frane Krnic quienes destacaron el éxito logrado
por esa reunión científica que puso de relieve la continuidad secular del
Estado Croata y la pertenencia croata al mundo europeo-mediterráneo. Fue
expresado el deseo de que un simposio similar se realizara en los próximos dos
años. Todos los trabajos expuestos en este simposio serán publicados en un
especial Compendio de la Academia Diplomática.
El destino político de los pueblos de la región de la
Europa Suroriental y, sobre todo, de la costa este del Adriático durante el
último siglo y medio fue influido de una forma esencial y, a veces, crucial por
Austria-Hungría, Turquía, Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y Rusia, en función
de sus intereses estratégicos, legítimos en mayor o menor medida. Aquí es
patente la ausencia de España, que en los últimos 150-200 años da la impresión
de haber perdido todo interés en esta parte del mundo.
Sin embargo, la crisis y los acontecimientos
desencadenados en el territorio de la antigua Yugoslavia, "catapultan a la
superficie" los nombres de un número de españoles con un protagonismo
excepcional en esta crisis, gracias a diversas circunstancias políticas y a los
intereses estratégicos de distintos factores internacionales. Hasta un
ciudadano vulgar y corriente está familiarizado con los nombres de Javier
Solana, Secretario General de la OTAN, Carlos Westendorp, actual Representante
especial de la Comunidad Internacional para Bosnia y Hercegovina, Ricardo Pérez
Casado, antiguo administrador transitorio de la ciudad de Mostar, las diversas
agrupaciones españolas desplegadas en Hercegovina, etc. Aunque el contexto en
el que figuran estos nombres es distinto (ya que la presente actividad española
en la zona de la antigua RFSY está, en primer lugar, vinculada a su pertenencia
a la Unión Europea y no es reflejo de los auténticos intereses nacionales de
España), no obstante, es razón suficiente para que nos preguntemos: es ésta,
realmente, la primera "aparición" de España en la zona?
No, por supuesto que no es. Los españoles no
solamente estuvieron presentes en esta zona, sino que, durante un largo período
de la Edad Media, siendo una de las principales potencias europeas, España fue
un factor inevitable cuya influencia también abarcaba las relaciones políticas
y económicas en la costa oriental del Adriático y un aliado con el cual, en la
época de los reyes Carlos I y Felipe II de España, la República de Dubrovnik
tenía más contactos bilaterales, político-diplomáticos, consulares y, sobre
todo, comerciales.
En la historia política de Dubrovnik, durante el
período comprendido entre el siglo XV y la caída de la República en 1808, cinco
Estados figuran como factores diplomáticos de primera categoría en cuanto a su
importancia en el conjunto de las relaciones de esta ciudad-Estado. En función
de la distribución de las fuerzas e influencias del momento que, incluso
entonces, funcionaban en largos períodos según la llamada fórmula bipolar,
Dubrovnik siempre tenía que definir y adaptar sus relaciones a las potencias
que formaban pareja con intereses opuestos. Así en los siglos XV y XVI se halla
incrustado en el enfrentamiento entre las dos mayores potencias de la época,
Turquía y España, mientras que en los siglos XVII y XVIII, intentando evitar
las trampas de la diplomacia austríaca, se ve trágicamente enredado en las de
la diplomacia y poder bélico de los franceses.
La única constante en la lucha diplomática de
Dubrovnik son sus relaciones con Venecia, su principal adversario y rival.
Podría decirse que, con la caída de Venecia, Dubrovnik ganó incluso esta
batalla diplomática, aunque su alegría por la desaparición de Venecia fuese muy
breve. Tan sólo unos diez años después correría la misma suerte que ésta, cuando
Napoleón abolió formalmente la República de Dubrovnik por el decreto del
primero de abril de 1808, con el que otorgaba al general Marmont el título del
duque de Dubrovnik (dux de Raguse).
Las relaciones de Dubrovnik con el Reino de Nápoles,
con Génova, con los Estados papales y el resto de ciudades- Estados italianas,
así como otros diversos Estados de la época - relaciones que fluyen sin grandes
dramatismos, rodando de siglo a siglo de acuerdo con los habituales métodos y
técnicas diplomáticas - constituyen hoy en día una prueba más de la lucidez
político-estratégica con la que actuó a corto y a largo plazo realizando los
asuntos del interés nacional en los muy turbulentos ambientes
político-militares de la época.
El actual archivo de Dubrovnik está repleto de
documentos testimonio de las relaciones de la República con España. Puede
afirmarse que, estudiando el desarrollo de las relaciones entre Dubrovnik y
España, al mismo tiempo se pueden analizar y estudiar casi todas las
instituciones de la diplomacia moderna desde la metodología de recopilación de
informaciones y funcionamiento de los asuntos consulares, hasta la técnica de
negociar, ya sea de forma pública o secreta.
Las relaciones de Dubrovnik con España tienen su
punto culminante en los siglos XV y XVI, cuando España está en el cenit de su
poder económico y político. Sin embargo, hubo contactos anteriores. Hay datos
que testimonian la existencia de distintas operaciones comerciales ya en 1341,
cuando unos mercaderes de Barcelona y Valencia constituyen la primera
"asociación mercantil" con los comerciantes de Dubrovnik para hacer
negocios en Hungría. Los españoles compran, vía Dubrovnik, plomo, plata y
pieles y venden lana, trigo, sal y telas. Y, si se tiene en cuenta que incluso
Sicilia, después de la insurrección contra la casa de Anjou en 1282, tuvo como
gobernante a Pedro III de Aragón, puede afirmarse que los contactos organizados
entre España y Dubrovnik existían ya en el siglo XIII.
La penetración transversal de la casa de Aragón en el
Mediterráneo, que en aquella época empieza en el eje: Aragón (Cataluña) -
Baleares - Cerdeña - Sicilia, dirigía, sin duda, a los españoles hacia el punto
comercial más lejano del Noroeste del Mediterráneo, es decir hacia Dubrovnik,
creando ya en aquella época una base logística y política sólida para una
futura cooperación muy fructífera.
En los siglos XV y XVI, las relaciones con España
constituyen una prioridad para Dubrovnik, tanto en el sentido político como en
el económico (comercial). En aquella época, España es la primera potencia
cristiana de Europa y el único contrapeso verdadero a la dominación turca y a
su constante esfuerzo de penetrar en el Mediterráneo occidental. Conseguir que
esta potencia, dentro de sus relaciones con la República, respetase su calidad
de "Estado-tampón" y, con posterioridad, estuviese consciente de las
ventajas que ello conllevaba, fue para Dubrovnik cuestión de vida o muerte. Al
haberse asegurado el favor permanente de los reyes de España en una época en la
que las demás ciudades de la costa oriental del Adriático luchaban contra la
dominación de Venecia, logrando resistirse con gran esfuerzo y sólo en períodos
cortos, y en una época en la que el resto de los Balcanes estaba bajo la
dominación turca - Dubrovnik extiende con éxito sus lazos políticos y
económicos, tanto con los turcos, como con Occidente, ejerciendo y, por lo
tanto demostrando, todos los atributos de su soberanía. Por todo ello,
Dubrovnik es un ejemplo único en la historia del pueblo croata, ya que
constituye una importante fuente de su núcleo estatal, de su identidad y de su
soberanía.
Disfrutando del favor político del potente imperio
español, Dubrovnik pudo cumplir sus intereses comerciales en todo el enorme
territorio del imperio. Estos intereses se veían favorecidos por toda una serie
de privilegios económicos, los cuales, aunque a veces exigían verdaderos
malabarismos diplomáticos por parte de la República, le fueron garantizados in
continuo por todos los reyes españoles, a veces incluso en detrimento de
los intereses de los súbditos del reino, según lo testimonian algunos casos en
los archivos. Así, la historia de la diplomacia narra que, el 10 de marzo de
1498, el rey Federico de Aragón otorgó a los cónsules de Dubrovnik el derecho
de jurisdicción no sólo en lo civil, sino también en lo penal. Asimismo, el 29
de mayo de 1507, el rey Fernando confirmó todos los fueros otorgados
anteriormente a Dubrovnik, exponiéndolos en 26 puntos. El más importante de
ellos es, sin duda, el que da el derecho a Dubrovnik a disfrutarlos en todo el
territorio bajo dominio español. Con ello Dubrovnik refuerza definitivamente su
presencia comercial en el Mediterráneo occidental.
No obstante, las relaciones de Dubrovnik con España
no pueden contemplarse fuera del contexto de sus relaciones con el imperio
otomano. A lo largo del conflicto del mundo cristiano con los turcos, Dubrovnik
seguía manteniendo contactos intensivos con Turquía, consciente de que la
proximidad física del potente ejército osmanlí le imponía la necesidad de buscar
vías diplomáticas eficaces para conservar su independencia. Esta es la razón
por la que algunos historiadores afirman que las relaciones de Dubrovnik con
los turcos eran más estrechas y sinceras que las que tenía con los españoles.
Otros, sin embargo, dan preferencia a sus simpatías por los españoles. También
se menciona la posible existencia de un tratado secreto entre Dubrovnik y
España contra los turcos (afirmación para la que no hay pruebas en los
documentos de los archivos).
Lo que parece estar más cerca de la verdad es que
España tenía una mayor comprensión para la situación de Dubrovnik, por lo que
la diplomacia ragusina siempre tenía más cuidado de no provocar a los turcos,
sus vecinos inmediatos, que a los aragoneses, cercanos en cuanto a la religión
y muchas otras cosas, pero geográficamente alejados. La comprensión que España
tenía para con esta delicada situación de Dubrovnik se refleja fielmente en la
respuesta del rey Carlos I de España a una denuncia de las autoridades de
Mesina. Estas acusaron a Dubrovnik de vivir en amistad con los
"infieles" turcos, y pusieron como ejemplo contrario a las
autoridades de la isla de Rodas. Carlos dice literalmente: "Si las
autoridades de Rodas hubieran sabido tratar con los turcos tal como lo han
hecho las de Dubrovnik, hoy día no estarían en el exilio, sino que vivirían
felizmente en su país, como éstas".
Esta declaración tiene tanta más importancia cuanto
que viene del monarca que en ese momento es también el representante de todo el
mundo cristiano en conflicto con los turcos. Dubrovnik llevaba una política
exterior demasiado realista y equilibrada como para hacer cualquier sacrificio
sin razones muy justificadas y sin tener claros intereses propios de por medio,
o como para exponerse sin mayor necesidad. Esta orientación de Dubrovnik queda
patente en la totalidad de sus relaciones con la mayoría de las potencias
europeas de la época, España incluida. Por otro lado, el constante favor
español del que Dubrovnik disfrutaba se debe a los intereses estratégicos
concretos de España respecto a Turquía, pero también respecto a Venecia. Su
independencia respecto a los turcos (por razones tácticas, Dubrovnik reconocía
la soberanía turca pagando los impuestos) y su ubicación geográfica en el
propio tejido del imperio otomano eran importantes para España por varias
razones. Primero, su gran importancia desde el punto de vista de los servicios
de inteligencia (cuando el ejército español sufrió la grave derrota cerca de
Jerba, Dubrovnik fue acusado como culpable, porque no había comunicado con
tiempo el avance de la flota turca). Segundo, en aquella época, España había
salido victoriosa de las guerras con Francia y, siendo la potencia
indiscutible, la existencia de Dubrovnik también le convenía como un contrapeso
al crecimiento incontrolado de la República de Venecia. Tercero, España siempre
se sirvió de los servicios de mediador de la diplomacia de Dubrovnik en
Estambul, especialmente para negociar la liberación de los presos españoles
después de las grandes batallas.
Finalmente, el hecho de que Dubrovnik fuese el único
enclave de la cristiandad libre en el Imperio Otomano era una circunstancia que
obligaba a todos los soberanos españoles, como abanderados en las permanentes
guerras de liberación de los cristianos, a protegerlo, ayudarlo y, como ya
hemos visto, a tolerar su colaboración con los turcos, que a veces llegaba a
ser demasiado estrecha. Por supuesto, la diplomacia de Dubrovnik se sirvió de
esta misma circunstancia en sus relaciones con España, es decir utilizó su
calidad de último enclave cristiano en el Mediterráneo oriental, para reforzar
cada vez de nuevo el fondo de privilegios que la República disfrutaba.
En resumen, las relaciones entre Dubrovnik y España,
según las percibía la diplomacia ragusina, eran unas relaciones basadas en la
necesidad y no en el amor. Representan un ejemplo de una
"Realpolitik", por excelencia, llevada con suma habilidad y éxito.
Sin embargo, las buenas relaciones con los españoles
también significaban para Dubrovnik un peligro permanente de impetuosas
reacciones turcas. Cada batalla naval entre la flota turca y la española
implicaba un excepcional esfuerzo secreto de la totalidad de la diplomacia de
Dubrovnik con el objetivo de prevenir que los españoles embargaran un buen
número de los barcos de Dubrovnik para incorporarlos a su armada o, si el hecho
ya estaba consumado, para encubrirlo con la mayor habilidad posible.
Dubrovnik tuvo un problema semejante con los
españoles durante la batalla entre la "Armada Invencible" y la flota
inglesa. Aunque existen indicios de que Dubrovnik había ofrecido sus barcos
voluntariamente a los españoles, la administración de la República lo negó
oficialmente, alegando que la participación en la flota española se debía a los
intereses privados de un tal capitán Ivelja, comandante en jefe de los barcos
en cuestión.
Finalmente, el peligro que implicaban las estrechas
relaciones con España consistía en que, a veces, ésta se entrometía demasiado
en los asuntos internos de la República. En los archivos históricos de
Dubrovnik se encuentra una propuesta de Don Lope de Soria, embajador de España
con sede en Venecia, para que el ejército español ocupara Dubrovnik y lo
anexionara al Reino de España o, por lo menos, lo obligara a pagar el tributo
anual de 12.500 ducados a la corte de Madrid, tal como pagaba a los turcos.
Para el caso de Dubrovnik, sus relaciones con España
tenían, ante todo, un sentido lucrativo.
Dubrovnik vivía del comercio y para el comercio. Con
su potente marina mercante, que en aquel entonces superaba por su tamaño la
importancia de Dubrovnik como Estado, y con un ambiente político-diplomático
muy favorable que supo crear, Dubrovnik se convierte en un socio comercial ideal
para España que, a pesar de ser la potencia indiscutible en todos los océanos
en aquella época, no tenía una marina mercante adecuada en el Mediterráneo. En
esa situación, España se sirve ampliamente de los servicios de los barcos
ragusinos, con lo que, a lo largo de los siglos XV, XVI e incluso una parte de
XVII, sus vínculos comerciales alcanzan el más alto nivel. El fuerte desarrollo
del comercio les obliga a crear una infraestructura consular paralela, que
reforzase aún más los lazos comerciales y que prestase la protección jurídica a
la flota y a los intereses de Dubrovnik. De un total de 50 consulados de los
que disponía Dubrovnik (en el siglo XVIII este número se elevará incluso a 80),
19 están en la Península Ibérica (Alicante, Valencia, Ibiza, Cádiz, Mallorca,
etc.). Tan sólo el Consulado General de Barcelona tiene 11 viceconsulados más
un agente consular en Madrid. Si se toma en cuenta el hecho de que en aquella
época, el sur de Italia con Nápoles y Sicilia pertenecía a la corona española,
el número de los consulados de Dubrovnik en los territorios españoles se eleva
a 31. Los cónsules eran, en su mayoría, ciudadanos españoles (práctica habitual
en los consulados que Dubrovnik tenía en el territorio de los países
cristianos). En el sentido comercial, el consulado con más importancia para la
República fue el de Barcelona, mientras que el de Cádiz era el único que, por
decisiones ad hoc especiales del Senado de Dubrovnik, tenía también ciertas
competencias diplomáticas, tanto ante el gobierno de Madrid, ante las
autoridades de Marruecos, como ante la administración inglesa de Gibraltar (La
comunicación diplomática corriente entre Dubrovnik y Madrid se realizaba
mediante enviados especiales).
España, por su parte, también abrió un consulado en
Dubrovnik ya en el año 1422. Asimismo, según un documento de 1433 depositado en
el archivo de la ciudad, Djordje Gucetic fue nombrado cónsul de Cataluña en
Dubrovnik. Parece ser que el último cónsul español en Dubrovnik fue un
comerciante de Skadar llamado Lujo Radovani, al que el Senado expidió la
execuatura el 30 de octubre de 1789. Por causa de este mismo cónsul honorario
se produjo, en 1795, un incidente diplomático de menor envergadura entre el
gobierno de la ciudad y España, solicitando aquel que Radovani se retirara de
su función o que recibiera una severa reprimenda por abuso de privilegios
consulares.
Desde finales del siglo XVII, la constante decadencia
del poderío español, sobre todo en el Mediterráneo, influye de la forma más
directa en la disminución del volumen y de la calidad de las relaciones con
Dubrovnik a favor de los grandes rivales españoles: Austria y Francia. Con la
reestructuración del poder político global en Europa en los siglos XVII y XVIII
se cierra una época para la diplomacia de Dubrovnik durante la cual se midió
con éxito con las dos mayores potencias de la época, España y Turquía. En los
tiempos dramáticos que siguieron, la esperaban nuevos retos con nuevos
adversarios y maniobras con nuevos aliados. Sin embargo, sus experiencias "españolas"
de casi tres siglos imprimieron un sello especial a la totalidad de su
estructura, al mismo tiempo dejando en herencia a la actual diplomacia croata
unos modelos de un valor excepcional y una valiosa continuidad histórica y
profesional.
Permítanme acabar esta exposición con dos siguientes
constataciones:
Primero: En el sentido diplomático técnico, las
relaciones entre Dubrovnik y España consistían para este último en un continuo
viraje entre los dos principales bloques políticos de la época (el cristiano y
el islámico), viraje que requería constancia, perseverancia, delicadeza,
esfuerzo, habilidad y, a veces, hasta hipocresía.
En el sentido diplomático, Dubrovnik, siendo un
Estado pequeño, nunca pudo sobresalir de los acontecimientos inmediatos, es decir
nunca pudo iniciar una acción internacional de un valor global. Sin embargo,
precisamente debido a la necesidad de sobrevivir económica y políticamente,
desarrolló, por otro lado, a la perfección la llamada diplomacia práctica, una
diplomacia sin grandes jugadas, pero de unos detalles muy elaborados. Tales
circunstancias producían, necesariamente, unos diplomáticos excepcionales.
Mencionemos aquí tan sólo los nombres del hasta cierto punto polémico Marin
Zamanja (nacido en 1480 y muerto en 1548) y del, en todos los aspectos
excepcional, Fran Gundulic. Su nombre va unido al quizás mayor éxito
diplomático-político de Dubrovnik, cuando, precisamente dentro del contexto de
las relaciones de Dubrovnik con España, en las negociaciones con el Papa Pío V,
neutralizando al mismo tiempo las intrigas venecianas y asegurándose el apoyo
del rey Felipe II de España, se logró que en el Tratado de la Santa Alianza se
incluyera el importantísimo artículo 6 con el que, por primera vez en la
historia, un documento internacional garantizaba la soberanía de Dubrovnik. Por
todo ello, la actual diplomacia croata, con razón puede y debe buscar su
inspiración patriótica y profesional en la rica experiencia de sus antecesores
ragusinos, mientras que las actuales relaciones entre Croacia y España, por
mucho que dependan de la valoración de la reciprocidad de los intereses reales,
podrían desarrollarse creemos tanto más fácilmente si se parte de una tradición
sentimental larga, interesante y para ambos Estados históricamente fundada.
Segundo: Miremos el mapa político y económico de la
Europa de aquella época. Todas las relaciones relevantes, políticas y otras del
mundo civilizado de entonces estaban tendidas en la red de las intensas
relaciones entre España, el Reino de Nápoles, los Estados papales, las
ciudades-Estados italianas, Venecia, Austria, Francia, Inglaterra, los
principados alemanes, los Países Bajos y Portugal. Es el mismo espacio en el
que hoy se lleva a cabo de manera intensiva eso que popularmente llamamos la
"integración europea". En todas esas relaciones figuraba Dubrovnik
como un socio ineludible y aceptado siempre y sin excepciones, destacado por su
calidad de Estado libre, cristiano, rico, soberano y por su carácter de
potencia comercial y marítima. A pesar de los conflictos que, con bastante
frecuencia y, a veces con mucha intensidad, sacudieron a esa Europa, ella de
todas maneras, siguió siendo, en cuanto a sus intereses y en la conciencia de
todos sus Estados de la época, un territorio y civilización común, culturalmente
idénticos y polítcamente estructurados de una forma muy parecida.
Un bloque al que Dubrovnik asimismo pertenecía.
Es decir, por poco que estuviese articulada en el
sentido político, la Europa de aquel tiempo, parcada por su carácter regional
más o menos acentuado, dentro de su tejido social ya estaba germinando e
intentando unificar todo lo que había quedado fuera de la oscuridad del Imperio
Otomano; aquella Europa lanzada al futuro daba, ya entonces, indicios de lo que
hoy día las nuevas generaciones con orgullo llaman la "Europa unida".
Dubrovnik representa, por todo aquello, una legitimización y una entrada de
Croacia en ese mundo. Vale decir, la posición que tenía Dubrovnik en la Europa
de entonces es el derecho "natural e histórico" de la actual
República de Croacia a ocupar su puesto en ese mismo entorno.
Christophe Dolbeau, Lyon
Desde hace siete años, Croacia y
el pueblo croata siguen soportando críticas e injurias, advertencias, reproches
y sermones de parte de algunos países, a veces de primera línea pero no
siempre, que pretenden encarnar sólos el derecho, la justicia, la igualdad, la
razón, la dignidad, la libertad, la democracia o mejor todavía los
"derechos del hombre", y pretenden velar por el escrupuloso respeto
de esos valores por parte de todos, comenzando por la República de Croacia que
ellos suponen con insistencia que quiere avasallar esos derechos. (Si ello no
fuera humillante, esta actitud inquisitoria sería entretenida ya que la mayoría
de los Estados que se permiten acusar a Croacia vivian en la tiranía, o no
existian todavía cuando las leyes de Vinodol y Poljica practicaban ya la
democracia desde hacía siglos).
Esta situación llama seguramente a hacerse un cierto
número de preguntas. Se puede uno por ejemplo preguntar a qué viene ese
monopolio del magisterio moral que se adjudican ciertos Estados. ¿En nombre de
quién se han entronizado como guardianes de la ortodoxia democrática y se
adueñan del privilegio de intervenir manu militari en los asuntos
internos de otros? ¿No se trataría simplemente de un brutal "derecho del
más fuerte" como en los viejos buenos tiempos de las colonias?
Se puede preguntar igualmente sobre las cualidades
intrínsecas de estos tenebrosos censores. ¿Son ellos realmente los más calificados
para criticar a Croacia? En el derecho civil o penal es costumbre que los
magistrados tengan su pasado impecable, esto es una exigencia mínima, una
condición indispensable. En la materia de justicia y de moral internacional no
parece excesivo el reclamo de un comportamiento intachable, lo que traería sin
duda bastantes problemas a la mayoría de los grandes críticos de Croacia.
América, ¿parangón de virtud?
Campeón de los campeones en materia de la moral, los
Estados Unidos poseen, por ejemplo, una historia bien instructiva. ¿Debe
recordarse que su epopeya nacional empezó con una fría y sistemática
exterminación de por lo menos seis millones de indígenas durante la conquista
del Oeste?
Hubo un tiempo cuando en Gnadenhutten, los hombres
del coronel David Williamson mataron a los Delaware con hacha y bastones.
Después se empezó a escalpar y a vender la escalpa. Autorizada por el general
Carleton, esta práctica bárbara sería adoptada por los soldados de Kit Carson
contra los Navajos, por los del general Henry H. Sibley contra los Santees y
por su coronel Chivington en Sand Creek. Y en cuanto al Congreso, siempre
procupado por el bienestar de las minorías del mundo, esperó pacientemente
hasta 1924 para otorgar la ciudadanía a los indígenas que sobrevivieron.
Un poco más tarde fue la Guerra de Secesión donde
hubo más de 600.000 muertos durante cuatro años. Tres de estos héroes
(nórdicos) son los generales Sherman, Sheridan y Kilpatrick que lucieron sus
armas al dinamitar Atlanta, incendiar Columbia y devastar los 100.000 km de
Georgia. Al lado de estos hechos, la liberación de Krajina casi parece un paseo
saludable.
No contentos con poner en orden a su país a punta del
cañon, los norteamericanos han emprendido muy pronto la tarea de ocuparse de
otros países. En 1801-1805 uno de sus navíos bombardeó a Tripoli (Libia) y en
1845 anexaron a Texas. Para hacer un buen trabajo los generales Zachary Taylor
y Winfield Scott se apoderaron de México. En 1853 el almirante Perry exigió por
fuerza la abertura de puertos japoneses (que se atrevían a no comprar las
mercancías de los Estados Unidos). En 1867, los "túnicas azules"
ocupan Midway y en 1878 las islas Salomon. En 1898 recibe Cuba una visita
forzada de los Rough Riders de Theodore Roosevelt (futuro Premio Nobel de la
Paz); un presidente títere (Tomás Estrada Palma) fue impuesto pero esto no
impedirá otras expediciones militares punitivas a la isla (en 1907, 1912 y
1917).
Esta "esplendida pequeña guerra" (la frase
es del Secretario John Jay) permitió del mismo golpe anexar a Guam y Hawaii y
apoderarse de Filipinas. Hace cien años no se hablaba todavía de "guerra
limpia" y la pacificación del archipielago llegó a costar la vida de
600.000 nativos (muchos oficiales americanos, entre ellos el brigadier general
Jacob H. Smith, serán juzgados por actos de crueldad).
En el siglo XX no disminuye el celo misionero de los
Yankees donde se confirma la acción sobre América Central. En 1903 Washington
fomenta una rebelión en Colombia con el fin de meter su mano sobre Panamá y finalizar
a su provecho la construcción del canal. En 1907 los Marines desembarcan en
Honduras, no para defender la moral o la democracia sino por un prosaico
interés de la United Fruits.
En 1912 México recibe de nuevo la visita del ejército
norteamericano, y esto lo justifica el presidente Taft con palabras muy
significativas: "Tengo que proteger a nuestro pueblo y sus propiedades en
México, hasta que su gobierno comprenda que hay un Dios en Israel y es un deber
obedecerlo". En 1916 el general Pershing hace una pequeño paseo de
Chihuahua, para luchar contra Pancho Villa antes de partir a Francia.
La Primera Guerra Mundial no ha moderado el apetito
del Tío Sam. El presidente de los Estados Unidos de 1913 a 1921 Woodrow Wilson
no ocultó la idea de que su país tiene por misión imponer a otros orden y
autocontrol como también el "hábito de ley y obediencia". A partir de
1913 la turbulenta Nicaragua se ve ofrecer 20 años de pax americana y la
seguía pronto Haití (1915-1934) y la República Dominicana (1916-1924). El
presidente Warren Harding había declarado que "los Estados Unidos no
desean en ningún caso dirigir el destino del mundo" y así cualquiera
empieza a dudar...
Entrando a la Segunda Guerra Mundial en diciembre de
1941 después del oportuno ataque a Pearl Harbour, los Estados Unidos han usado
considerables fuerzas humanas y materiales. Su estrategia los llevó al
aniquilamiento total del enemigo, y evidentemente sus métodos no dejaban lugar
a clemencia, a escuchar y negociar las propuestas de los otros.
En el interior de sus fronteras los derechos humanos
estaban puestos entre paréntesis y todos los ciudadanos norteamericanos que
tuvieran un mínimo de dieciseiavos de sangre japonesa iban a campos de
detención. En todos los frentes, la US Air Force participaba sin ningun
complejo en los raids de terror sobre las grandes conglomeraciones enemigas y
por supuesto sobre las poblaciones civiles.
En Europa los bombarderos norteamericanos se ocuparon
asiduamente de ciudades alemanas; en Dresden (135.000 muertos el 13 de febrero
de 1945), pero también sobre las ciudades italianas y sobre territorios amigos
como Francia donde devastaron a 2465 poblaciones (Lisieux, Cannes, Biarritz,
etc.) con 467.700 bombas explosivas y 35.317 bombas incendiarias (67.000
muertos y 75.000 heridos).
En Oriente, los aviadores atacaron a Tokio (197.000
muertos el diez de marzo de 1945) y también a Osaka, Nagoya, Kobe y otras
sesenta poblaciones japonesas y para terminar con la apoteosis atómica, el 6 y
9 de agosto con Hiroshima y Nagasaki.
Si los combates en Europa son bastante correctos
(hubo con todo un plan norteamericano de atacar a 33 ciudades con fósforo y gas
mostaza) no es lo mismo en el Pacífico como lo cuenta Edgar L. Jones en The
Atlantic Monthly de febrero de 1946: "Nosotros, Americanos",
escribe él, "tenemos una peligrosa tendencia desde el punto de vista
internacional a tomar una actitud de superioridad moral respecto de otras
naciones, nos consideramos más nobles y más morales que los otros pueblos y por
lo tanto más aptos para decidir qué es lo justo en el mundo y qué no lo es.
¿Qué especie de guerra suponen los civiles que hemos hecho? Hemos masacrado
prisioneros a sangre fría, hemos pulverizado hospitales, matado o herido a
civiles enemigos, hemos tirado en fosas a los moribundos junto a los muertos.
En el Pacífico hemos hecho hervir los cráneos de nuestros enemigos para hacer
adornos de mesa para nuestras prometidas y hemos tallado sus huesos para hacer
corta-papeles.
Las exigencias de la guerra nos han obligado
frecuentemente a lo que se llama crímenes, tal vez provocados por la locura de
la guerra. Pero nosotros hemos hecho mucha publicidad de todos los actos
inhumanos de nuestros adversarios y nos hemos opuesto a todo reconocimiento de
nuestros propios desfallecimientos en momentos de desesperación. Hemos mutilado
los cuerpos de nuestros enemigos muertos, hemos cortado sus orejas y arrancado
sus dientes de oro como souvenirs. Todas estas violaciones de los
códigos morales han partido de las zonas todavía inexploradas de la psicología
en el combate". Terrible, pero esto era confirmado por Charles Lindbergh
en su War Time Journal. Esto permite comprender mejor por qué el juez
Van Roden declaró en el Chicago Tribune en marzo de 1949: "Si
debiera hacerce justicia, todo el ejército norteamericano debería ser
juzgado".
Por antiguos que sean, estos hechos no dejan de
constituir un serio handicap en el momento de pretender dar lecciones al mundo
entero. Más aún sabiendo que la post-guerra de ningun modo puso fin a la política
de ingerencia y de presión armada de los Estados Unidos.
Ya en 1950, en efecto, intervinieron en Corea, y al
año siguiente en Panamá para echar al Presidente Arias (a quien ya habían
derrocado diez años antes) y tres años más tarde están en Guatemala donde el
Presidente Arbeur amenaza a la United Fruits.
En 1964 llegan a Vietnam donde quedaron nueve años
echando sobre sus adversarios 6.300.000 toneladas de bombas (1964-71), 372.000
toneladas de bombas incendiarias napalm y 40 millones de litros de desfoliantes.
Gendarmes (autoproclamados) del Universo, los boys
están sin cesar en la brecha. En 1958 ellos están en el Líbano (donde volverán
en 1982), en 1980 en Irán, en octubre de 1983 en Grenada y en 1988 en Honduras.
En diciembre de 1989 están de nuevo en Panamá, esta vez para secuestrar al
presidente Noriega (una tercera parte de la ciudad de Panamá fue destruida y
hubo 2400 civiles muertos), dos años más tarde están en Irak para
"reprender" a Saddam Hussein (gracias al equivalente en explosivos de
ocho Hiroshima y en número de muertos que sobrepasan los 200.000).
Desembarcaron en Haití al dudoso ex-sacerdote Aristide, y se los encuentra
pronto en Somalía (diciembre de 1992) donde trataron de atrapar y eliminar al
general Aidid.
En materia de ética, de derecho y de justicia, hemos
de admitir que todo esto no es muy convincente ¿Se puede en términos de este
breve panorama afirmar que los Estados Unidos tiene la mejor razón de erigirse
en el árbitro supremo de la moral internacional? ¿Se les puede considerar como
modelo de la deontología militar? La respuesta evidentemente parece ser que no.
Los magistrados adjuntos de América
En el pequeño juego de las exhortaciones y reproches,
los Estados Unidos son eficientemente secundados por sus fieles aliados, el
Reino Unido y Francia; dos países con un pasado moral más bien dudoso.
Dueños de un imperio donde no se ponía el sol, los
ingleses han luchado contra numerosas naciones y han usado en este proceder
medios radicales. Asi, en 1759, Lord Jeffrey Amherst había hecho distribuir a
los indígenas norteamericanos mantas infectadas con viruela. En 1798 la
represión en Irlanda toma un forma tan salvaje que ello provocó la dimisión,
por asco, del general Abercromby. En 1857, Sir John Campbell ahoga en sangre la
revuelta de los Cipayos mientras en China "el ejército siempre
victorioso" de Charles Gordon (y de los norteamericanos Ward y Burgevine)
liquida 100.000 T'aip'ings (1863- 64).
El siglo XX no fue más indulgente. En la guerra
contra los boers sudafricanos (1895-1902) las tropas de Kitchener no daban
cuartel. Ellas atacaban hasta a los simpatizantes civiles de la rebelión que el
general Baden-Powell hizo internar en campos de concentración (25 en 1901). En
1900, 118.000 europeos y 43.000 negros y mestizos se amontonaban en esos campos
de donde 20.000 no volverían. En 1916 la revuelta de los patriotas irlandeses
fue liquidada con una brutalidad inusitada ("una ofensa a la conciencia
del país" escribió el Obispo de Limerick, Mgr. Dwyer): los líderes fueron
fusilados y 2500 personas fueron arrestadas. Cuatro años mas tarde (1920) la
ciudad de Cork es incendiada para castigarla por simpatizar con los
independentistas.
La Segunda Guerra Mundial da también testimonio de
determinación de los británicos: ninguna negociación o armisticio como los que
se impone a los otros, sino la aniquilación y capitulación sin condición de los
adversarios. Para hacerlo, Londres no repara en los medios. Si se evita por
poco la guerra bactereológica (se probó la bomba de carbón -bacteridium
anthracis- sobre la isla de Gruinard) y el uso de armas químicas (en julio
de 1944 Churchill y el general Hastings Lionel Ismay consideraron echar gases
sobre ciertas ciudades alemanas), la RAF lanza más de 600.000 toneladas de
bombas sobre el Reich.
Miles de poblaciones, grandes o pequeñas, son
destruidas, algunas veces en un 90%, 2.500.000 viviendas son destruidas y
635.000 civiles perecieron en los bombardeos. Solamente en Hamburgo, entre el
25 de julio y el 3 de agosto de 1943, la "Operación Gomorrhe" mató a
100.000 personas, o la "Operación Thunderclap" mató a 135.000
personas el 13 de febrero de 1945 en la ciudad de Dresden. Aparte de estas
pavorosas pérdidas humanas, la capital de Sajonia verá el derrumbe no sólo de
su viejo puente como en Mostar, sino muchos monumentos históricos (el castillo,
la ópera Semper, la estación de ferrocarril y varias iglesias famosas). El
bombardeo de Dresden, dice crudamente Lord Boothby (5 de mayo de 1963),
"fue el peor crimen que Inglaterra ha cometido. Ella se colocó de esta
manera a la par de los nazis."
Estos raids constituyen ciertamente un crimen enorme,
pero la ignominia total estaba por venir. Era mayo de 1945, una semana después
de la capitulación alemana, cuando los generales británicos, llenos de grandes principios
y levantando bien alto el estandarte del Derecho, entregaron sin ningún
escrúpulo a Stalin y a Tito 170.000 cosacos y 500.000 croatas previamente
desarmados. Teóricamente protegidos por las convenciones internacionles estos
prisioneros de guerra serán todos masacrados.
Después de la guerra los soldados ingleses
intervinieron en Grecia para apoyar allí al Mgr. Damaskinos, después en
Palestina y en Malasia (1950) donde no dudaron en recurrir al gas de combate
para aniquilar la guerrilla china. Desde 1952 hasta 1956 ellos están en Kenia
donde enfrentan a los Mau-Mau (11.500 muertos) y en noviembre de 1956 en Egipto
donde no fueron para defender a viudas y huérfanos, sino a impedir que los
egipcios nacionalizen el Canal de Suez. En 1982, el ejército británico va a
"socorrer" a las Islas Malvinas que Argentina había ocupado y
anexado. Los argentinos fueron vencidos, pero corren ciertos rumores sobre la
conducta de algunas unidades inglesas (Londres rehusa todavía abrir la más
mínima investigación judicial). Ocho años mas tarde está la operación Desert
Storm y los ingleses son nuevamente de la partida, esta vez para proteger
nuevamente sus preciados intereses petroleros.
Del lado francés, la historia es también instructiva.
De 1789 a 1800 la revolución usa, por ejemplo, un procedimiento muy expeditivo.
Así en Vendée, sus ejércitos ejecutan por lo menos a 210.000 civiles durante
una guerra que también hará morir a 300.000 personas (entre ellos 100.000
niños) de hambre y de frío. Los caballeros de la libertad, de la igualdad y de
la fraternidad no son muy tiernos con sus prisioneros: 4.800 por lo menos
fueron tirados al Loire, en Nantes.
Desembarcado en Egipto, Bonaparte ha hecho exponer
sobre la gran plaza de El Cairo (octubre 1789) cabezas cortadas; unos meses
después (marzo 1798) él está en Jaffa donde hizo matar a 2.000 prisioneros,
antes de hacer liquidar a sus propios soldados enfermos de la peste. Cuando se
hizo emperador siguió siendo partidario de la mano dura como en España donde,
por haberse resistido a sus tropas, los habitantes de Manzanares y Valdepeñas
fueron todos masacrados.
En 1830 los franceses se apoderaron de Algeria donde
la pacificación no se operó sin algunas brutalidades, como en el monte Kabylie
donde el General Pélissier hizo arder a cientos de opositores en grutas. En la
otra punta del mundo, en Indochina, la manera de operar es la misma; en 1858 la
marina francesa bombardea a Tourane con el propósito de intimidar al rey de
Vietnam; en 1863 los soldados franceses ocupan Camboya, en 1873 ellos ocupan
Hanoi y en 1883 se instalan en Annan y Tonkin. Este tratamiento radical no es
exclusivo de expediciones coloniales y sus conflictos nacionales; los métodos
militares no son menos enérgicos: asi, la represión de la comuna de París (1871)
ha causado entre 20.000 y 100.000 muertos.
Al fin de siglo (1896) la conquista de Madagascar va
entrando, bajo el mando del general Galliéni, a una fase extremadamente firme,
que cometió muchas atrocidades. Al mismo tiempo otro contingente francés se halla
en China para reprimir a los Boxer de la emperatriz Ts'eu-hi (1900).
Entre 1914 y 1918 Francia está en el corazón de la
Primera Guerra Mundial durante la cual no se ha conducido en forma ni más ni
menos angelical que los otros. Como sus adversarios y sus aliados, el ejército
francés a recurrido al gas de combate y a la limpieza de fronteras. Hay
que anotar que en 1918, mientras que Francia recuperaba sus provincias Alsacia
y Lorena (ocupada durante 48 años) ellos no ofrecieron ninguna promesa a la
comunidad germana y 100.000-150.000 personas fueron expulsadas a Alemania.
En esta época no se practicaba todavía la
reintegración pacifica como en Eslavonia en 1998. Después de la guerra han
exigido a Alemania enormes reparaciones y algunos regimientos franceses que
ocupaban el Ruhr (1923- 1925) no dejaron más que excelentes recuerdos...
Después de la Segunda Guerra Mundial el rol de los
ejércitos franceses es relativamente modesto. Ellos tomaron empero una parte
activa en Italia y participaron en particular en la famosa batalla de Monte
Cassino. En esa ocasión participan también tropas árabes y hubo graves
derramamientos de sangre entre la población civil. En efecto, el 17 de mayo de
1944 las unidades nor- africanas ocuparon el valle de Liri, las localidades de
Esperia, Ausonia, Pontecorvo y Picao, donde cometieron decenas de violaciones
(estos datos fueron traídos por La Libre Belgique del 20 de diciembre de 1946).
Algunas cosas similares se producirían todavía al año siguiente en Stuttgart.
Poco inclinados a practicar el olvido, el perdón y la
reconciliación que propone a los otros, Francia del 1945 procede a la limpieza
muy estricta de los partidarios del Mariscal Petain y de
"colaboradores" (verdaderos o supuestos): esta fraternal limpieza se
calcula entre las 40.000 y hasta 105.000 ejecuciones sumarias, decenas de miles
con penas de prisión, trabajos forzosos o indignidad nacional y 120.000 penas
administrativas.
La IV República no se quedó allí: mostrando un
curioso sentido de la libertad, ella se larga enseguida a una larga serie de
guerras en vista de impedir la independencia de sus colonias. Entre 1947 y
1956, la represión dejó por lo menos 80.000 muertos en Madagascar. En Vietnam
los combates dejaron (1947-54) entre 800.000 y 2.000.000 de civiles muertos. De
1952 a 1957 la guerra en Túnez, de 1953 a 1958 en Marruecos, y de 1954 a 1962
en Algeria (en total entre 500.000 y 600.000 muertos).
Presente al lado de los Anglo-Sajones durante la
Guerra del Golfo (a pesar de que Irak era un aliado y un cliente tradicional de
París), Francia intervino también en Africa y sus protegidos (Bokassa, Mobutu,
Habré, Bongo, Habyarimana, etc.) no eran precisamente modelos de democracia,
pero en donde un importante interés financiero (ELF por ejemplo) justifica bien
cualquier falta a los buenos principios.
¿Entonces, el Reino Unido y Francia tienen realmente
autoridad moral? ¿Son ellos en materia de ética y derecho lo suficientemente
impecables para dar lecciones a los demás? Obviamente se puede dudar de esto.
Neocolonialismo
Croacia es un pequeño país que sale, herido y
debilitado, de 73 años de esclavitud y 4 años de guerra; en estas condiciones,
es claro que no se puede oponerse a la voluntad de grandes potencias y que se
encuentra obligada, por lo menos momentaneamente, a admitir sus dictados. Esta
situación, hay que decir, no debe nada a la moral, al derecho y a la justicia.
Esto es todo lo contrario y se puede afirmar que ella deriva directamente de la
inmoralidad, de lo arbitrario y de la injusticia. En materia de moralidad
podemos ver las intenciones de los principales detractores de Croacia. Desde
hace siglos, estos Estados invaden, explotan, bombardean y fusilan sin ningún
escrúpulo para saciar sus deseos de poder y para promover sus intereses
nacionales. En Croacia como en Bosnia- Hercegovina, en Kuwait como en el
Líbano, sus intervenciones obedecen exactamente a los mismos motivos. Entonces,
que ellos ejerzan su poder porque todavía no es posible oponerse, pero que nos
ahorren los discursos fariseos y las lecciones manidas. Su política lleva un
nombre, Neocolonialismo, y todo lo demás no es más que una charla inútil e
hipócrita.
El caso de los croatas en la Argentina[1]
Elena Duplancic de Elgueta[2]
En 1985 en Buenos Aires y dos años más tarde en
Mendoza tuve la oportunidad de presentar como ejemplo de literatura de exilio
el caso de los croatas en la Argentina[3].
En aquel momento era poco esperable que algo cambiara en la situación que ellos
experimentaban y el hecho de no haberse producido el regreso a la patria, ponía
en tela de juicio sí debían ser tratados como exiliados o más bien como
inmigrantes. Actualmente, con el devenir de los sucesos que produjeron la
independencia de la República de Croacia y la organización de dicho Estado, se
produjo el anhelado regreso y la incorporación a las actividades croatas en la
patria y en el exterior como delegados del nuevo Estado de muchos de los
exiliados croatas en la Argentina.
Los exiliados croatas a los que me refiero,
aproximadamente 10.000, ingresaron a la Argentina durante los años 47 y 48 en
forma masiva ante el pedido colectivo de comités nacionales representados en el
país, consulados "en el exilio" o agencias benéficas[4].
A partir de 1949 esta entrada de extranjeros se restringió mediante la
exigencia de pedidos individuales y garantías de vivienda, empleo y manutención
para el inmigrante[5]. Estas personas, integrantes
o simpatizantes del Estado Independiente de Croacia formado durante los años
41-45 con el apoyo de Alemania, o simplemente opositores a la ideología
comunista del mariscal Tito habían huido de la persecución y muerte segura en
su patria. Muchos se entregaron a tropas inglesas en Austria, cerca de
Bleiburg, junto con grupos de otros pueblos eslavos que huían por las mismas
razones ideológicas. Allí, la desafortunada acción luego admitida como un error
por los ingleses, pero siempre sentida como una traición por las víctimas,
devolvió a estos ciudadanos desarmados a las fuerzas de Tito[6].
Los que lograron salvarse llegaron, por mediación del
Vaticano, a campos de refugiados en Fermo o en Bagnoli, Italia. Estados Unidos
restringía la inmigración a familiares de residentes. Canadá, Chile y Venezuela
aceptaban a los jóvenes sanos y aptos para el trabajo. Argentina abrió la
inmigración en forma menos restrictiva. De modo que la gran mayoría de los
exiliados croatas de la segunda guerra mundial se dirigieron a Buenos Aires.
Allí eran recibidos en el famoso Hotel de Inmigrantes en la zona del puerto y
pronto lograban insertarse en la sociedad huésped.
Este grupo de exiliados se caracterizó por ser, en
general, de una preparación intelectual y profesional considerable que pronto
los distinguió de los descendientes de inmigrantes más antiguos ya asentados en
la Argentina a comienzos del siglo, por razones económicas. Las razones de su
exilio los reunieron en actividades relacionadas con lo religioso, lo político
y lo cultural. Habiendo perdido la patria libre, por tanto tiempo anhelada, no
resignaron sus ideales y se decidieron a continuar luchando por conseguirlos.
Como accionar principal se propusieron difundir su problemática, a través de
actividades culturales, al mismo tiempo que rehacer sus vidas e integrarse
provechosamente a la sociedad que los recibía. Como ejemplos podemos citar a
Vinko Nikolic, escritor y editor en Buenos Aires, a Mirko Eterovic, profesor de
lenguas y literaturas clásicas en la Universidad Nacional de Córdoba, al pintor
Zdravko Ducmelic, quien entre otras cosas ilustrara a Borges y fuera decano de
la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza[7],
al ingeniero agrónomo José Crnko organizador y director de múltiples trabajos
de investigación en la estación experimental del INTA en Mendoza.
A este grupo de croatas pertenecen los numerosos
autores -más de veinticinco- que durante su exilio han escrito y publicado en
la Argentina. Por el aprecio que les ha brindado la crítica literaria de sus
mismos compatriotas destacamos a Viktor Vida, Srecko Karaman y Vinko Nikolic.
Viktor Vida, quien cometiera suicidio en 1960 debido
a la depresión del exilio, fue un poeta reconocido no sólo por la comunidad de
exiliados[8]
si no también por los críticos croatas en Yugoslavia, donde una selección de
sus poesías llamada Charcos envenenados fuera publicada en 1971 por
Mirko Bogsic[9].
Srecko Karaman, desaparecido en 1964 puede ser
catalogado poeta marino como el título de su único libro parece sugerirlo: Una
vela en alta mar[10].
El trabajo creativo de Vinko Nikolic está incluido en sus cuatro libros: La
primavera violada, Plegaria para mi Croacia, Arco iris sobre los
puentes destruidos y En el umbral de la patria[11].
He podido registrar más de doscientos títulos de
poesías aparecidas en publicaciones periódicas de la colectividad, trece libros
de poesías, diez novelas, dos libros de cuentos y algunas obras dramáticas. He
dejado de lado intencionalmente un gran número de trabajos que tratan aspectos
políticos, religiosos, legales o artísticos, debido a que aunque están
claramente relacionados con la identidad nacional, no pueden ser definidos como
literatura de creación.
Los motivos literarios que predominan en la
producción de los croatas exiliados en la Argentina y que coinciden con los
motivos de la tradición literaria nacional croata son el amor por la patria y
sus deseos de libertad. Más particular de los exiliados son el estado de
expatriación y la nostalgia por el suelo natal. Los temas más frecuentes y que
actúan como factor de cohesión de esta literatura son los recuerdos de la
guerra (en especial Bleiburg, las vicisitudes de la huida e Italia), la patria
cautiva bajo una doctrina extraña, y la exaltación de los valores culturales
croatas. Desde el punto de vista genérico, la poesía fue, obviamente,
privilegiada como forma de expresar gran cantidad de sentimientos personales.
Sin embargo son frecuentes también las autobiografías y las novelas históricas.
En cuanto a los recursos de estilo se puede señalar el uso de epígrafes o citas
de otros exiliados (autores clásicos o la Sagrada Escritura) como un modo de
revalorizar su propia condición; la madre como símbolo de la patria; las
descripciones del paisaje nativo; el uso intencional de dialectos regionales y
la presencia de la religión.
El lector implícito de toda la producción literaria
de los exiliados es, primeramente, el resto de su generación en el exilio, la
llamada diáspora croata; en segundo lugar, los lectores en la patria, público
que prácticamente quedó en el deseo ya que las obras de los escritores en la
diáspora no eran admitidas en la Yugoslavia socialista. En última instancia, el
público argentino, al que están dirigidas las ediciones en castellano.
Las intenciones de esta literatura croata en el
exilio argentino son, por una parte, expresar las emociones patriotas, en
contraste o sumadas a aquellas inspiradas por la patria adoptiva; por otro
lado, mantener viva la cohesión de la colectividad de exiliados. Es por ello
que desarrollan insistentemente los tópicos que están enraizados profundamente
en la idiosincrasia croata, en los aspectos lingüísticos, religiosos e
históricos, exagerando conscientemente las diferencias con los otros pueblos
eslavos de los Balcanes.
Las actividades literarias propiamente tales de esta
colectividad estuvieron y están enmarcadas por otras acciones culturales del
grupo que mantuvieron la identidad nacional desde el comienzo del exilio, a lo
largo de los años en Argentina y hasta hoy.
Mientras los croatas que huían de la patria se
encontraban en los campos de refugiados de Bagnoli y de Fermo, (como muchas
otras colectividades) se organizaron actividades educativas: los niños recibían
la educación primaria, actores improvisados representaban obras de teatro de
trama histórica croata[12],
se organizó la llamada universidad popular en la cual se exponían conferencias
de tema científico.
Apareció un diario mural con el nombre de Noticias,
pero pronto cambió su nombre al muy significativo de Unidad Croata.
Circulaba una Página, un Semanario ilustrado y la prensa oral
semanal. Para el final de septiembre de 1945, el "Club Académico
Croata" se había establecido en Fermo con ciento cincuenta estudiantes que
asistían a conferencias científicas sobre materias diversas. Muchas de las
actividades aquí reportadas provienen del Mali Hrvatski Kalendar. Se
trata de una agenda anual editada por el Colegio Pontificio para croatas San
Jerónimo, en Roma, residencia sacerdotal que brindó durante los años de la
postguerra importante ayuda a los refugiados. Esta agenda se regalaba a los
refugiados y prisioneros en Italia. Este pequeño libro, (pequeño en formato
pero no en sus más de cien páginas) muestra el claro esfuerzo por preparar a
estos refugiados para su exilio. Las últimas palabras en el prólogo a la
edición del 1945 son "sean y permanezcan buenos y valiosos croatas"
así lo demuestran. Asimismo la agenda informaba sobre historia y geografía
croatas, hombres célebres croatas, situación inmigratoria croata en distintos países.
Al mismo tiempo se intercalaban textos literarios para afirmar los valores
nacionales. Sirva de ejemplo la carta de una madre a su hijo en la que le
aconseja reiteradamente practicar la fe católica para permanecer croata[13],
o la poesía "Pred Uzkrs" de Tugomir Lab sobre su tristeza de persona
que ha perdido la a lo que le
impide participar de la alegría que significa la resurrección de Cristo[14].
Luego de su llegada a la Argentina y a lo largo de
sus más de 45 años de exilio los croatas realizaron una no interrumpida labor
de conservación de la identidad nacional. En 1947 el coro Jadran,
organizado por primera vez en el campo de refugiados en Italia, comienza sus
actuaciones en la Argentina. En 1948 Franjo Nevistic y Vinko Nikolic escriben
la publicación mensual Croacia, que en 1949 se transformó en Hrvatska,
un compendio político-cultural. En 1950 Nikolic dirige la Biblioteca de la
Asociación de Escritores Croatas, que edita libros escritos en croata. En 1951,
Vinko Nikolic y Ante Bonifacic fundan Hrvatska Revija - La Revista Croata.
En 1952, La hora croata se transmite por Radio Splendid. En 1955, Pero
Tutavac publica unos pocos números del periódico Napredak (El Progreso).
En 1956, se funda el "Club Cultural Croata-Argentino". Este club,
desde entonces hasta hoy organiza actividades culturales tales como
conferencias, exhibiciones y conciertos. Asimismo ofrece cursos de cultura,
literatura, idioma, historia, geografía y economía croatas. Desde 1957, la Biblioteca
de la Revista Croata bajo la responsabilidad de Vinko Nikolic ha publicado
numerosos libros en croata. En 1960, se funda el "Instituto
Croata-Latinoamericano de Cultura".
Las actividades de esta institución han sido la
publicación de la revista tri- anual en castellano Studia Croatica, y la
edición de volúmenes especiales como La tragedia de Bleiburg (1965), Bosnia
y Hercegovina (1965), Croacia y la actual crisis de Yugoslavia
(1972), Croacia y su destino (1977), todos en castellano. En 1960, se
funda en Hurlingham el colegio "Cardenal Stepinac" de los
franciscanos, que imparte la escuela primaria y secundaria y enseñanza
bilingüe. Actualmente cuenta con un número de alumnos alrededor de los dos mil.
En 1968, Pero Tutavac funda la revista literaria Svitlenik (El faro). En
1978, se establece la "Academia de la lengua croata". En 1979 y 1981,
el canal oficial de la televisión argentina transmite programas sobre las
costumbres croatas. En 1983, se constituyó en Buenos Aires la "Asociación
de Profesionales y Empresarios Argentino-Croatas", con fines económicos y
culturales. A partir de la independencia de Croacia, existe un stand especial
de esa república en la feria anual del libro en Buenos Aires.
Las actividades que acabo de listar son algunas de
las más representativas en relación con el campo de la literatura. Entre ellas
deseo destacar como especialmente significativas la edición, impresión y
publicación de material periodístico o bibliográfico. La edición de por lo
menos tres revistas de larga y reconocida trayectoria: Hrvatska Revija,
Studia Croatica y Hrvatska Misao, así como de importantes tomos
aniversario, la impresión de libros, folletos, boletines, periódicos de mayor o
menor tirada y frecuencia ha sido fundamental y muy fecunda. Presentaré ahora
en más detalle a las tres principales revistas arriba mencionadas: Hrvatska
Revija apareció en la Argentina desde 1951 hasta 1966[15],
con volúmenes de alrededor de doscientas páginas y un tomo aniversario de 784.
La revista es un valioso archivo para toda la actividad cultural de los
exiliados croatas. Incluye también noticias sobre el acontecer en la patria,
reflejos de los grandes acontecimientos culturales, así como fragmentos de
obras originales, traducciones y reseñas del material bibliográfico de interés
para la comunidad croata. La revista no sólo se vendía a otros croatas en
diferentes países además de Argentina sino que por estar su editor en contacto
con otros centros culturales de exiliados recibía frecuentemente importantes
contribuciones desde el extranjero, como por ejemplo de Raimond Kupareo, desde
la Universidad Católica de Chile; de Ante Kadic, desde Indiana University; de
Nada Kestercanek, desde Wilkes Barre, Estados Unidos; de Antun Nizeteo, desde
Cornell University; de Alan Horic, desde Canadá.
Studia Croatica, publicada en castellano desde 1960, ha sido
el foro apropiado para el debate político e histórico de los exiliados. La
literatura también ha tenido su lugar en esta revista, donde se pueden
encontrar poemas, en croata o castellano, diarios de guerra autobiográficos y
fragmentos narrativos. El propósito continuo de Studia Croatica ha sido
clarificar para el lector hispanohablante el punto de vista croata en los
eventos relacionados con la independencia de Croacia. En el vol. XXXIII, 1991,
2 (121), p. 97 (aparecido en enero de 1992) sus editores celebran el
reconocimiento internacional de la República de Croacia y declaran: "Este
histórico acontecimiento corona la lucha centenaria de la nación croata por su
independencia y soberanía nacional, la lucha que hemos apoyado también nosotros
durante los 32 años en Studia Croatica[16].
Hrvatska Misao, publicó desde 1953 en croata,
con un suplemento en castellano, 44 volúmenes y algunas ediciones especiales.
Su editor, Marko Sinovcic, también ha publicado Hrvati u Argentini i njihov
doprinos hrvatskoj kulturi, (Los croatas en la Argentina y su contribución
a la cultura croata)[17],
libro que es una reseña de todas las actividades de edición de los croatas en
la Argentina desde 1947 a 1991.
Otra actividad fundamental para la comunidad croata
en la Argentina fue la traducción. Muchos croatas son traductores de reconocido
prestigio en la Argentina[18].
En el campo literario la tarea de Vinko Nikolic como traductor y reseñador de
poetas argentinos es importante, así como las continuas versiones castellanas
de textos croatas en Studia Croatica. Un esfuerzo digno de ser destacado
es la traducción de Martín Fierro, al dialecto croata ikavica, por parte de
Pero Tutavac in 1976. A través de todas estas actividades esta generación de
croatas ha dado forma, preservado y transmitido su identidad nacional. Pero al
mismo tiempo, ha reflejado la identidad de la sociedad huésped argentina. Esta
acción de reflejar tiene diferentes modos. En primer lugar llama nuestra
atención el especial interés de estos exiliados croatas en mostrar a la
Argentina desde el punto de vista geográfico, histórico, demográfico y
cultural. Así por ejemplo el primer capítulo del libro arriba mencionado de
Marko Sinovcic es una vista panorámica de la Argentina. Ivo Rojnica dedica 150
páginas de su libro Prikaz povijesti argentini i doprinos Hrvata[19] a la historia
argentina.
Un segundo aspecto, tan significativo como aquel es
la constante referencia personalidades de origen croata que hayan desempeñado
roles destacados en la vida argentina. La segunda parte del libro de Rojnica
recién mencionado se focaliza precisamente en las contribuciones de los croatas
a la Argentina. En artículos como el de Maja Lukac-Stier "Aportes de la
colectividad croata a la República Argentina"[20]
al mismo tiempo que se menciona al croata y su colaboración se enuncia el
contexto histórico-cultural argentino en el que se desenvolvió. Así por
ejemplo, del siglo pasado se recuerda a Nicolás y Miguel Mihanovic fundadores
de la marina mercante argentina o al mayor Buratovic que actuó en la campaña
contra los indios al sur de Buenos Aires e instaló allí el telégrafo.
Las revistas croatas se han hecho eco de las fechas
patria argentinas saludando al pueblo argentino en esas oportunidades e incluso
con mención del himno nacional o de alguna canción patriótica y con comentarios
sobre su sentido de independencia y amor patrio, sentimientos con los que se
identificaban plenamente. Otras veces han ilustrado sus páginas con
ilustraciones de lugares argentinos de importancia histórica.
Algunos autores argentinos han sido traducidos al
croata. Vinko Nikolic tradujo a algunos poetas de este siglo como Alfonsina
Storni. La versión croata del Martín Fierro de Pero Tutavac recibió el aplauso
de la prensa local. Más recientemente Studia Croatica reporta el trabajo
de Milivoj Telecan quien trabajara en Croacia, en la traducción de las Obras
Selectas de Borges al croata. Tanto el Martín Fierro, nuestra epopeya gaucha
del siglo pasado, como los relatos de Borges de este siglo son sin duda
símbolos de la identidad literaria argentina que se ven así reflejados por la
actividad de la comunidad de exiliados croatas.
Otro rastro de identidad nacional argentina puede ser
encontrado en algunos textos que adaptan el material narrativo croata a los
ambientes argentinos. Ana Blazekovic, quien llegara a la Argentina como joven
exiliada, se convirtió más tarde en escritora en castellano. En su libro Venancio,
el primer cuento del mismo nombre muestra en sus personajes, lenguaje y
ambientación las características de la literatura regional pampeana. Sin
embargo en una entrevista personal con la autora ella reconoció que se inspiró
en una situación que conocía de su pueblo natal en Croacia y la adaptó al
contexto argentino.
Recientemente, y como una consecuencia de las
actividades desarrolladas por los exiliados que retornaron a su patria de
nacimiento se están produciendo fenómenos de difusión de la identidad cultural
argentina en Croacia. Podemos mencionar como ejemplo la inauguración de la
Sociedad Cultural Croata-Argentino en Zagreb en 1995. La recitación en
castellano de la poesía "Bandera azul y blanca", dedicada a la
bandera argentina formó parte del evento.
La etapa de exilio ha terminado para muchos croatas
que vivieron en Argentina. Algunos fallecieron antes de poder retornar. Otros
son ahora claramente inmigrantes más que exiliados, habiéndose hecho demasiado
estrecho su lazo con la patria adoptiva. Para muchos otros el exilio ha
terminado porque están de vuelta en su patria nativa donde ven concretado un
sueño de libertad, premio merecido al largo exilio durante el cual realizaron
fuertes y continuos esfuerzos por mantener vivo su sentido de identidad
nacional y transmitirlo a las generaciones más jóvenes. Al vivir en Argentina
ellos reconocieron la identidad nacional de su huésped y ahora de vuelta en su
país natal, transmiten a otros sus conocimientos de este lejano país de América
Latina. El único punto de vista auténticamente comparatista es iluminar este
fructífero intercambio de identidades nacionales, para así no caer en estrechas
percepciones de una historia humana llena de repetidas migraciones. Y para
terminar permítaseme citar (imitando a Maja Lukac-Stier)[21]
al poeta croata Drago Ivanisevic: "Porque como croata soy hermano de todos
los hombres y donde quiera que vaya conmigo está Croacia".
Ante Turica
Pasaron más de cinco décadas de una de las más graves
masacres cometidas en el territorio europeo, apenas terminada la Segunda Guerra
Mundial, en 1945. Hasta el presente no hubo mayores comentarios, ni tampoco
excusas ni arrepentimientos. Al contrario, los mismos culpables del asesinato
masivo de los soldados y civiles desarmados en cantidad superior a las 300 mil
personas, rivalizaron entre sí en echar culpas y mentiras sobre el pueblo
croata y lo siguen haciendo aún hoy, creyendo que el ganador de una guerra
tiene sobre el vencido derecho de vida y muerte para siempre.
El mes de mayo era siempre en Croacia el Mes de la
Flor y el Mes de la Virgen María. Desde terminada la Segunda Guerra Mundial, se
transformó en el mes del recuerdo de la masacre ocurrida en Bleiburg, localidad
situada en el sur de Austria, cuando el Ejército Croata, que defendió como pudo
la soberanía de su recién renovado Estado de Croacia, fue entregado sin armas
al emisario serbio en el servicio del ejército rojo de Tito, entonces conocido
como hombre del Kominform de Moscú. Ocurrió que el Ejército Croata, en
retirada, traspasó las fronteras de Eslovenia y Austria para rendirse, con sus
armas, a los aliados. En esa época estaban en la zona austríaca las tropas
británicas, que contra los reglamentos de la Convención de Ginebra recibió las
armas y luego, ante la insistencia de un emisario rojo, entregaron a todos los
soldados y muchos civiles, mujeres y niños, que se retiraban junto con su
ejército, al enemigo "yugoslavo", cuando todos sabían lo que hacen
los comunistas con sus enemigos. Y ocurrió lo peor. Enseguida se escucharon
centenares de metralletas matando sin ningún juicio previo, a mansalva, a la
mayoría de los soldados y los que aún sobrevivieron fueron llevados en las
famosas "columnas de la muerte", donde los mataban al menor
movimiento en falso. Los comunistas expresaban así su odio al ejército al que
nunca pudieron vencer en la guerra, ya que los croatas sabían que defendían la
libertad y la soberanía de su pueblo, mientras en el ejército comunista nadie
sabía por qué luchaba. Los únicos que estaban convencidos en luchar contra los
croatas eran los serbios, conocidos por su ultranacionalismo de transformar a
la llamada "Yugoslavia" en la "Gran Serbia". Este, su
sueño, quedó evidenciado hace unos cinco a seis años atrás, cuando comenzaron a
bombardear a las ciudades y pueblos no-serbios, provocando lo que ocurrió: la
caída de la "segunda Yugoslavia".
Es común escuchar acusaciones contra los croatas en
el exilio, con las denominaciones de "fascista" y similares. Para un
pueblo que lucha por la independencia nacional e hizo su guerra propia contra
su opresor, que era la "segunda Yugoslavia" en manos serbias, todas
las ideologías ajenas a su ideal de libertad no contagiaron ni pudieron
contagiar a los croatas, especialmente si se trataba de ideologías racistas y
foráneas. Si algún político fue presionado por alguna potencia en pugna tuvo
que firmar tratando de hacer en la práctica lo que le convenía y lo que no
apañaba sus principios éticos y nacionales. Es conocida la frase "Cuando
luchan los grandes, los pequeños van bajo la mesa". Por eso, la intención
de acusar a los chicos y hacer alianzas con los grandes es un juego equivocado.
Por otro lado, los croatas no podían tener ninguna
simpatía, ni la tuvieron en realidad por el "fascismo", aunque fue
Italia uno de los primeros países en reconocer al Estado Independiente de
Croacia. No le simpatizaban primeramente, porque ocuparon bajo excusas
inventadas, como que "necesitan el paso a Grecia", casi la mitad del
territorio del sur de Croacia. Segundo, porque los italianos entregaban armas y
aprovechaban a los "chetniks" (los soldados de la idea de "Gran
Serbia") serbios para atacar y quemar centenares de los pueblos con
población croata y musulmana, especialmente en Dalmacia y Bosnia. Como es
conocido, al caer el "fascismo" en Italia, la mayor parte de las
armas italianas junto con las que tenían los "chetniks" cayeron en
manos del ejército rojo. No solamente eso, sino también que miles de oficiales
del ejército granserbio se pasaron a las filas de Tito. Como se trataba de los
restos del viejo ejército yugoslavo, siendo profesionales, se adueñaron del
mundo de los "partisanos". De tal modo impusieron a éstos su
ideología "anticroata" y sus métodos del trato con los prisioneros de
guerra, a los que habitualmente degollaban.
Esta metodología salvaje y cruenta fue la que
prevaleció en Bleiburg, cuando el comando británico entregó los croatas
desarmados a los comandos serbios, que llevaban la gorra adornada con la
estrella roja. Si bien este crimen quedó callado, hubo un intento en el mismo
Londres, donde el escritor Tolstoy estaba por publicar un libro sobre este
tema, describiendo además el mal destino de los prisioneros de origen
ucraniano, ruso, húngaro y eslovaco entregados a los rusos. ¡Sin embargo, no se
lo permitieron publicar! Por eso es deber de los sobrevivientes y conocedores
de estas masacres, a pesar de que las efectuaron los vencedores de entonces,
ponerlas en conocimiento del mundo actual, para que no se repitan. La
conciencia del mundo occidental lleva esta mancha sobre sí para que se
esclarezca, si todavía hay alguien en Serbia o en Gran Bretaña para decir algo
al respecto.
El 10 de marzo de este año el Prof. Dr. Mile Bogovic
dio una conferencia en Zagreb sobre un privilegio litúrgico especial para
Croacia.
Como introducción, el conferencista destacó que el
domingo 29 de marzo de 1998 se cumplen 750 años desde que el Papa Inocencio IV
envió una carta al obispo Filip (de Senj) en 1248 y así oficialmente permitió
la liturgia glagolítica en la Iglesia Católica. En la carta se menciona que ya
en el Concilio de Split, en 925, fue anotado por primera vez el uso de la
liturgia en eslavo antiguo.
En aquel tiempo ello parecía una amenaza a la unidad
católica y por ello fue permitido únicamente a los párrocos. Pero en el siglo
XIII la Iglesia descubrió en su uso un muy buen medio para divulgar y defender
la religión. De la carta del Papa llegamos a saber que el uso de la escritura
glagolítica y el idioma eslavo antiguo están muy difundidos en los territorios
donde viven croatas. La novedad notoria es que la carta del Papa permite usar
la escritura glagolítica y el idioma nacional no solamente al clero de las
aldeas, sino también al obispo y a los sacerdotes de los lugares donde exista
esta costumbre.
Es oportuno destacar que el obispo Filip había
recibido su consagración del mismo papa Inocencio IV en la ciudad francesa de
Lyon.
El hecho que en 1248 el glagolítico entrara con la
bendición del Papa a las catedrales para celebrar las misas pontificales, fue
muy beneficioso para la cultura glagolítica.
Glas Koncila, Zagreb, 29 de marzo 1998.
Tradujo: Joza Vrljicak
El 13 de febrero último se
cumplieron los 211 años de la muerte del gran matemático, astrónomo, filósofo,
diplomático, sacerdote jesuita padre Rudjer Boskovic. Esta vez la fecha fue
solemnemente conmemorada en Milán, donde Boskovic realizó la mayor parte de sus
trabajos científicos, donde falleció y fue enterrado.
El homenaje fue organizado por el Consulado General
de Croacia en esa ciudad. Primeramente se efectuó un solemne funeral y el
Cónsul General Frane Mitrovic, colocó una ofrenda floral en el osario de la
iglesia Santa María Podone, para visitar después el panteón de los grandes,
llamado Famedio, en el cementerio principal de Milán.
El cónsul colocó una ofrenda floral junto a la placa
conmemorativa en la que está escrito el nombre de Boskovic, con la leyenda
"Al Padre Rudjer Boskovic, el cónsul general de Croacia". En esa placa
están inscriptos también los nombres de otros grandes como Verdi, Manzoni,
Garibaldi, Mazzini, Volta y otros.
Acompañado por sus colaboradores, el cónsul colocó
también flores en la placa que marca la calle Boskovic en el centro de Milán.
Después visitó la famosa Universidad de Brera, donde
hoy están la Academia de Bellas Artes y un famoso observatorio, que fuera
fundado por Boskovic. El cónsul colocó asimismo una ofrenda floral delante del
busto del sacerdote.
En la conversación con el director de la Institución,
Dr. P. Tucci, se recalcó la necesidad de la mayor colaboración para recordar de
la mejor manera posible la memoria del gran Boskovic y su obra. Está previsto
erigir frente al Planetario de Milán dentro de unos meses la escultura de
Boskovic realizada por Mestrovic.
Glas Koncila, Zagreb, 1° de marzo de 1998.
Tradujo: Joza Vrljicak
Nin, la más antigua ciudad de reyes
Las circunstancias políticas y sociales en Croacia no
han ayudado durante largos años a resaltar la grandeza de Nin, la primera
ciudad de reyes en Croacia.
"Por lo tanto hoy, en el renovado Estado croata,
queremos cambiar esto", se dijo en Nin, en la conferencia de prensa el 16
de febrero último, cuando fue constituida la comisión que llevará adelante el
proyecto.
El Prof. Dr. Tihomil Mastrovic es el presidente del
Comité, el presidente de la República, Dr. Franjo Tudjman, es el protector, y
la ciudad de Zagreb tomó por su cuenta la realización. Es muy significativo que
el Sabor (Parlamento) croata apoye también el proyecto, porque en la temprana
Edad Media Nin era la sede del Sabor.
El proyecto comprende una serie de actos culturales,
religiosos, sociales y deportivos, que se realizarán antes del 7 de junio. En
ese día, en el año 879, en la Corte de Nin fueron recibidas las cartas con las
cuales el papa Juan VIII reconoció la independencia y soberanía de Croacia.
El acto central incluye la representación de la obra
teatral dramática "La Corona croata", con los elementos musicales del
Prof. Anton Abramovic, escenografía de Marin Caric, dramaturgia del Prof.
Tihomil Mastrovic y música compuesta por Igor Kuljevic. El autor, Abramovic,
declaró que se trata de una demostración multicultural, que explica qué es la
Corona croata, su símbolo y su idea en toda la Nación.
La obra se representará en un sitio abierto, y el
momento culminante se producirá cuando se echen al mar dos barcos de madera de
la época de los reyes nacionales Zvonimir y Kresimir en la bahía de Nin. Estos
barcos son conocidos como "conduras" de Nin.
El hidroarqueólogo Prof. Dr. Zdenko Brusic los
descubrió y extrajo del fondo del mar en el año 1966. Esto ocurrió en la bahía,
y los barcos son la señal del gran conocimiento croata de las artes navieras.
Estos son los barcos de guerra de los que habla Constantino Porfirogeneto en
sus crónicas. En la investigación acerca de estas "conduras" fue de
inmenso valor la colaboración del Prof. Dr. Bozidar Vihar.
El poeta croata Vladimir Nazor editó en 1912 el libro
de poemas titulado "Los Reyes Croatas". En él, una memorable poesía,
con el título "El barco de Zvonimir", habla acerca de un barco
perteneciente al rey Zvonimir, que saldría del fondo del mar, y el poeta lo
coloca, en su imaginación, en la bahía de Nin. Esta imaginación resultó
profética. En la misma poesía habla sobre el resurgimiento del Estado croata,
lo cual también se hizo realidad.
En el conjunto de varios proyectos se realizará una
exposición permanente de estos barcos, nuevamente acondicionados.
La "condura croatica" de Nin es una gran
excepción de la historia naviera europea. En toda la historia naviera
únicamente los noruegos (vikingos) y croatas han conservado estos barcos tipo
Osenberg (nombre de una localidad noruega), que son las naves típicas de la
Edad Media.
El proyecto de Nin se realizará dentro del marco de
una manifestación más amplia: 1300 años de historia naviera croata.
Hrvatsko Slovo, Zagreb, febrero de 1998
Tradujo: Joza Vrljicak
Con este título fue emitido por la emisora TV-1, de
Zagreb, a principios de marzo último, dentro de la serie "Antología de la
Literatura Croata Contemporánea", un film documental dedicado al poeta y
ensayista Viktor Vida.
Vida nació en Kotor en 1913. En 1937 se recibió de
profesor de literatura e italiano en la Universidad de Zagreb. Desde 1943
trabaja en Roma y en 1948 llega a la Argentina como emigrante político, donde
termina su vida en Buenos Aires en 1960.
Hombre nacido en la costa del Adriático a quien desde
la infancia el paisaje llenaba el espíritu de serenidad, y donde descubrió el
orden lógico de la armonía y de la respuesta de una geometría invisible entre
las cosas. Como se ve, entre la emigración política se hallaban excelentes
poetas.
De esto nos hablan sus poesías, recitadas por los
actores teatrales. Pero nos hablan también los críticos literarios Branimir
Donat y Bozidar Petrac. De sus 200 poemas escritos durante su corta vida
muchísimos merecen entrar a la antología de la poesía croata. Sus versos hacen
una simbiosis entre la poesía moderna y la tradicional, sin embargo no quedó
sujeto a ninguna regla estricta.
Como poeta vivió intensamente el sentido trágico de
la vida y contemplaba a la muerte como una fuerza libertadora. Vivía también un
enorme anhelo hacia la Patria y le obsesionaba el recuerdo de su infancia en
Perast. pero hay otro tema más que lo motivó mucho, y éste eran las escenas
bíblicas y una intensa búsqueda de la presencia de Dios. Estos versos fueron
tal vez los más logrados, donde la fe y la estética se expresan de una manera
moderna.
Viktor Vida fue también un excelente ensayista. Hasta
hace poco no se conocía en la Patria la alta calidad de sus ensayos, en los que
mostraba su interés y sus conocimientos sobre varias ramas de la filosofía y el
arte.
Viktor Vida era un poeta trágico, no solamente por el
hecho de que en un momento de desesperación como inmigrante político puso fin a
su vida arrojándose bajo un tren en marcha, sino también porque fue tardíamente
conocido por el público croata y quedó en la sombra. Recién desde hace poco
tiempo puede hablarse libremente sobre él.
Josip Sanko Rabar, Glas Koncila, 15 de marzo de 1998.
Tradujo: Joza Vrljicak
Con el concierto de beneficencia en la sala Alice
Tully del Centro Lincoln de Nueva York, el pasado 11 de febrero, comenzó en
Estados Unidos la campaña de ayuda a las iglesias destruidas o dañadas en
Croacia durante la guerra.
El pianista croata Lovro Pogorelic, mundialmente
conocido, ejecutó delante de un público numeroso y entusiasta obras de Schumann
y Rachmaninov. La mezzo-soprano Denyce Graves y el barítono Boris Martinovic
(norteamericano) cantaron varias arias (Bizet, spiritual norteamericano, Rossini
y Verdi). Importantes personalidades manifestaron su apoyo a la obra de reunir
fondos para reconstruir las iglesias. Entre otros lo hicieron el embajador
croata en Washington, Dr. Miomir Zuzul; el obispo de Zadar, Mons. Ivan Prendja;
el viceprimer ministro croata Dr. Jure Radic, el embajador croata ante la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), Dr. Ivan Simonovic; el arzobispo de
Newark (EE.UU.), Mons. Theodor E. McCarrick; los diputados norteamericanos
Akaka, Gilman, King, Kucinich y Radanovich; el embajador de los Estados Unidos
ante la Santa Sede, Thomas P. Melady; sacerdotes croatas que ejercen su
ministerio en EE.UU., tres rabinos y los presidentes de las organizaciones
croatas en Estados Unidos. El arzobispo de Zagreb, mons. Josip Bozanic, envió
para la ocasión un mensaje en que señalaba: "Deseamos que nuestras
iglesias renovadas sean escuelas de perdón y de reconciliación en una relación
renovada de respeto, libertad y paz".
Durante la última agresión a Croacia fueron
destruidos o dañados más de 1400 objetos sagrados (iglesias, capillas,
conventos, etc.).
Luka Aleric, Glas Koncila, 1° de marzo de 1998.
La pasión de Jesús - una inspiración inagotable
La Pasión de Jesús ha influido en toda la historia de
Europa. Si el continente europeo permitiera que sus huellas desaparezcan,
perdería no solamente su tesoro cultural, sino que llegaría a negar su
identidad. ¿Podríamos imaginar una Europa sin catedrales, iglesias y sin las
muestras arquitectónicas sobre la pasión de Jesús? Los croatas fueron los
primeros entre los pueblos eslavos en aceptar el misterio de la Redención.
Estos misterios han dejado profundas huellas en todos sus integrantes y han
influido en todas las manifestaciones de la vida.
El derrumbe del comunismo posibilita a todos los
países reflexionar en libertad sobre su glorioso pasado, destacó el presidente
del Consejo Papal para la Cultura, cardenal Paul Poupard, en la inauguración
del Primer Simposio Científico sobre la Pasión de Jesús, que se realizó en las
islas Hvar y Korcula los días 26 a 29 de marzo de este año.
El simposio fue organizado por la asociación "La
Herencia de la Pasión", de Zagreb, bajo el auspicio de las autoridades
políticas, eclesiásticas y municipales, que asistieron en gran número al acto
inaugural.
Una treintena de científicos de toda Europa, además
de Croacia, expusieron sus observaciones y reflexiones sobre el tema. En esta
ocasión, fue por primera vez presentado al público el más antiguo misal de la
diócesis de Zagreb, que se conserva en el convento franciscano de Güssing,
Austria, y fuera escrito en Zagreb para el uso litúrgico antes del año 1230.
Este misal, que fue descubierto e investigado por musicólogos húngaros, fue
presentado por el magister Hana Breko, quien destacó especialmente el
repertorio medieval y la estructura musical en la liturgia de la cuaresma en
Zagreb.
Los participantes del simposio tuvieron oportunidad
de conocer las ricas herencias de las islas. El presidente del Europassiona,
Maurice Closs, participó muy activamente en el simposio y prometió hacer
ingresar a Croacia a esta sociedad internacional, como también organizar la
próxima reunión de la organización, prevista para el año 2005, en Croacia.
Ruzica Tadic, Glas Koncila, 5 de abril de 1998
Tradujo: Joza Vrljicak
1923-1998
El Círculo Croata Cultural y de Socorros Mutuos,
familiarmente conocido en nuestra colectividad y por sus asociados como
"Hogar Croata de Dock Sud", fue fundado el 19 de marzo del año 1923
por los inmigrantes croatas que vivían en la localidad de Dock Sud y sus
alrededores, siendo en su mayoría originarios del litoral adriático croata.
Sus fundadores, inspirados en su profunda fe católica
apostólica romana, determinaron que San José (por la fecha de su fundación,
cuando la Iglesia celebra a este santo) y la Virgen de Sinj (venerada en la
región homónima de Dalmacia) fuesen los protectores y patronos de la naciente
institución.
El Círculo tiene por finalidad, según sus estatutos,
practicar el socorro mutuo entre sus asociados, además de fomentar su bienestar
y asistencia. Dentro del área cultural, promueve la enseñanza del idioma croata
y además cuenta con un coro, llamado "Zlatni Zbor" y un conjunto de
baile folklórico, "Pobjeda". Estos conjuntos están integrados por
hijos y nietos de inmigrantes croatas, en su mayoría niños y adolescentes.
Debemos destacar la visita que realizó a la sede
social de la entidad el presidente de la República de Croacia, Dr. Franjo
Tudjman, durante su visita oficial a la República Argentina, el 1° de diciembre
de 1994.
Es importante también mencionar que el Sr. Pablo
Alebic, presidente honorario y vitalicio de la institución, tiene actualmente
92 años de edad, y desde que arribó a suelo argentino, en el año 1929, es un
socio activo de la misma.
"Muchas gracias por el artículo sobre la
Emigración Croata a Chile. En nuestro proyecto familiar y búsqueda de raíces
genealógicas hemos incluído varios artículos tomados de Studia Croatica,
e incluso hemos encontrado ayuda en la persona del Director de la Revista. Esto
lo consideramos valioso y lo agradecemos profundamente".
Familia Ljubetic de Chile, Brasil y Estados Unidos
"Por intermedio de la presente le manifiesto mi
sincero agradecimiento por el envío de la Revista, de tanto interés, por los
temas, su enfoque integral y la presentación gráfica impecable. De ser posible
lo solicito que continúe remitiéndonos los futuros números de la misma, en dos
ejemplares. Le pido dos, pues, los asuntos que trata la revista, culturales,
literarios y filosóficos sobre todo, me atañen especialmente, por ser Profesor
de Letras y Bibliotecólogo. Encontré en la revista valioso e inhallable
material sobre poesía croata, cuento, biografías de escritores y pensadores
croatas, importantísimos y que desconocía. Me sería útil conseguir números
anteriores, si están a disposición. Como asimismo, si hay libros en castellano
sobre poesía y prosa literaria croata. He leído y comentado con mis alumnos y
con los asistentes a esta Biblioteca diversos artículos y temas desarrollados
en vuestra hermosa revista. Es un universo para muchos, muchísimos,
completamente desconocido. Por su intermedio quizás pueda conseguir lo que le
expreso, o quizás por la Embajada de vuestro país. Los artículos respectivos
sobre el Memoricidio, la destrucción de archivos y bibliotecas, realmente me
impresionó, y los hemos leídos azorados, y admirados por la valentía y
humanidad intensa del pueblo y los intelectuales croatas. Gracias, nuevamente,
por la atención que pueda dispensar a estas líneas. Salúdalo muy
atentamente".
Prof. Guillermo R. Gagliardi, Instituto de Servicios
Sociales para el personal ferroviario, Buenos Aires
"He recibido, con grata sorpresa vuestra Revista
de Estudios Políticos y Culturales Studia Croatica. Su atenta y minuciosa
lectura me ha sorprendido y gratificado en un alto grado de eficiencia y
afectividad".
"Hace varias décadas, personal e
institucionalmente, he mantenido estrecha vinculación en un acto de comunión en
confraternidad etnocultural entre dos pueblos - Croacia y País Vasco- en un
afán imperecedero por impulsar nuestra memoria étnica, guardada celosamente en
las tradiciones de ambas Comunidades".
"Me complace en plenitud de regocijo étnico,
haber podido acceder a la lectura de la interesante temática cultural de Studia
Croatica XXX, 1997, 3 (135). Por otra parte, el diseño gráfico de la portada,
fragmento -Lápida de Baska- del año 1100, en antigua escritura glagolítica, le
otorga a la revista autenticidad documental histórica y originalidad
etnográfica. Mis felicitaciones y gratitud por vuestro envío, fervientemente
estimulante".
Nicomedes Iguain Azurza, Director de la Casa Cultural
Vasca Eusku Kultur Etxea
"Me emocionó inmensamente el artículo que
escribieron acerca de mi abuelo Ilija Juric. Como nieta nunca podré olvidar la
grandeza de un hombre que además de gran patriota, fue un excelente padre y
abuelo. De parte de toda mi familia les quiero agradecer sus palabras".
Nathalia Canet Juric, Nueva York
El 3 de mayo de 1998 en el
Hospital de Clínicas "Dubrava", después de haber luchado en silencio
y valientemente contra una enfermedad pulmonar maligna, murió el Ministro
croata de defensa Gojko Susak.
El 7 de mayo el imponente cortejo fúnebre que partió
desde el Ministerio de defensa de la República de Croacia en la Plaza Kresimir
hacia el cementerio Mirogoj de Zagreb en la que estuvieron miles y miles de
soldados croatas, decenas de miles de ciudadanos de Zagreb, así como sus
coterráneos de Hercegovina, acompañó los restos mortales del ministro hacia el
cementerio. Susak fue sepultado con los máximos honores militares y estatales
en la galería de los defensores croatas del cementerio.
La ceremonia fue conducida por el obispo castrense
Juraj Jezerinac. El homenaje y los elogios fueron dados por muchos
representantes encumbrados de la vida militar, política, social y religiosa de
la República de Croacia, representantes de la Nación croata en
Bosnia-Hercegovina y de la Federación de Bosnia-Hercegovina y finalmente lo
hizo el Presidente de Croacia Dr. Franjo Tudjman, de quien el extinto fuera su
más cercano colaborador.
"Tu partida -dijo el Presidente- es una pérdida
dura e irremplazable para tu familia, para mí personalmente, porque fuiste el
primero, el más leal, el más consistente colaborador desde aquellos primeros
días cuando todavía no podía abiertamente anunciar que íbamos hacia la
realización de la libertad croata y del Estado".
Croacia dignamente se despidió de su intrépido
ministro de Defensa, del hombre que vivió su sueño dedicando su vida para
Croacia. Su muerte conmovió profundamente a nuestra sociedad, desde Zagreb,
desde su natal Siroli Brijeg, hasta Canadá donde vivió veinte años de vida
emigrante, desde la Croacia en la Patria hasta la Croacia en la diáspora.
En las numerosas expresiones de condolencia en
reuniones conmemorativas, en todos los medios, se destacaron no sólo la
contribución de Susak en la creación y organización del victorioso Ejército
Croata, su decisiva contribución en la realización de los acuerdos de paz, sino
también se destacaron su personalidad humana, sacrificio de sí mismo, bravura,
decisión, constancia también aquéllos que no pensaban políticamente igual.
Fue un hombre de pocas palabras, pero que trabajó
sacrificadamente, un hombre al que se le creía, o, como dijo el general Jacques
Klein, fue un "hombre de palabra".
William Perry, amigo personal de Susak y enviado del
Presidente estadounidense, destacó en sus palabras de despedida la afirmación
de Susak de que Croacia sería un día un importante partícipe en las
organizaciones occidentales de seguridad.
"Gojko Susak, como hombre maduró en una figura
personal tal que no sólo fue la más destacada característica y significación de
su tierra natal Hercegovina, sino que también el desarrollo de su nación
Croacia creció hasta los más altos y efectivos niveles", dijo, entre otras
cosas el Presidente Tudjman despidiendo a su colaborador más cercano.
No hay duda que el valor fundamental de la
personalidad de Susak figura que fueron destacadas, tanto durante su vida como
en ocasión de su deceso, sus raíces, su vida de hijo de Hercegovina.
Nació el 16 de marzo de 1945 en Siroki Brijeg, sexto
y último hijo de una familia humilde. En el camino de la cruz desapareció su
hermano mayor Ivan, de 18 años. El mismo año muere su padre Ante a quien nunca
conocería, pero lo que sí conoció fue la dedicación sacrificada de su madre
Stane quien queda sola con cinco hijos y quien con profundo dolor y dignidad a
los 93 años de vida, despediría a su hijo Gojko al descanso eterno, con su
esposa Djurdja, sus tres hijas y su hijo.
Gojko Susak creció en la región de Siroki Brijeg con
sus casas incendiadas y sus conventos destruidos en los que 30 frailes fueron
asesinados y quemados, en contacto con la cultura centenaria de los
franciscanos de Hercegovina pero también en contacto con el terror comunista.
Después de terminar los estudios secundarios parte
para Rijeka donde estudió matemáticas y física.
Siempre con la policía secreta yugoslava en los
talones para no servir en el Ejército yugoslavo, en 1968 escapa a Austria y en
1969, con la ayuda de los franciscanos de Hercegovina, emigra a Canadá donde
tenía a dos hermanos y a tíos.
Valorando sobre todo la educación, retorna sus
estudios en la Universidad de Ottawa, completando 34 cursos de management,
informática y comunicaciones. Pasa a ser dueño de varias pequeñas empresas.
Fue muy activo en la comunidad croata ya desde su
llegada a Canadá, donde fue Presidente de la Federación Cultural
Croata-Canadiense, Presidente de la Fundación para los estudios croatas y
director de la Escuela Croata en Ottawa. A mediados de los años 80 fue uno de
los promotores de la creación de la primera cátedra de idioma croata en la
Universidad de Waterloo (Ontario).
Con un grupo de gente de ideas iguales, Ljubo Krasic,
Vinko Grubisic, Ante Beljo y otros, trabaja en la creación y unidad de
instituciones y federaciones croatas en lo cultural, deportivo y económico. La
unidad de la emigración croata siempre estuvo en su corazón, sobre todo con el
objetivo de establecer un Estado croata independiente.
A estos objetivos dedicó su vida, alcanzando gran
prestigio y confianza en la emigración croata. Llegaría particularmente a
expresarse como mérito de Susak el ligar la Croacia de la patria con la
diáspora.
Regresó a la patria en febrero de 1990, para desde
sus primeros pasos en el suelo croata servir con todo su ser a la construcción
de la libertad y la independencia croata.
Después de las primeras elecciones libres es miembro
del gobierno croata. Desde 1990 hasta 1991 fue Ministro de la Emigración y
Viceministro de Defensa. En 1993 es elegido vicepresidente de la Unión
Democrática Croata (HDZ). Ese cargo nuevamente lo obtuvo por la mayor cantidad
de votos en el reciente IV Congreso General del partido HDZ. En septiembre de
1991 fue nombrado ministro de Defensa, cargo que ocupó hasta su muerte.
En las circunstancias más difíciles de la guerra. el
extinto logró construir lo que a otros le tomó décadas, logró crear las Fuerzas
Armadas vencedoras de la República de Croacia, modernizarla, y que gracias a su
trabajo y autoridad están en buenas relaciones y en cooperación con los
ministerios de Defensa de todos los principales países del mundo.
El nombre de Gojko Susak queda escrito con grandes
letras como el ministro de Defensa de las victoriosas Fuerzas Armadas de
Croacia.
En el telegrama de condolencias que el Presidente
Tudjman envió a la familia Susak dice: "Querida familia Susak, reciban en
mi nombre personal y en el nombre del gobierno y de la nación croata la
expresión del más profundo sentimiento por la muerte de vuestro hijo, esposo y
padre, mi más cercano colaborador y amigo personal, un hombre que dio un
inmenso aporte personal a la concreción de la libertad de Croacia".
"Los años vividos en la emigración los dedicó a
la realización del sueño secular croata. La creación de un Estado croata
independiente, soberano y democrático. Cuando volvió a la patria Gojko cumplió
las funciones de mayor responsabilidad en la Unión Democrática Croata (HDZ) y
en el gobierno croata, en los momentos más difíciles de creación del Estado
croata y en la Guerra Patriótica. La contribución de Gojko en la concreción del
sueño croata, en el cual puso, sin reparos para toda su capacidad, su amor a la
patria, y sobre todo sus cualidades humanas, permanecerán para siempre como
inspiración para todas las generaciones croatas", dice el telegrama del
Presidente Dr. Franjo Tudjman.
En el telegrama de condolencias del Presidente y
comandante supremo de las Fuerzas Armadas Croata dirigido al Ministerio de
Defensa de la República de Croacia, al Alto Mando del Ejército Croata y a todos
los integrantes de las Fuerzas Armadas Croatas dice:
"En ocasión de la muerte del ministro de Defensa
Gojko Susak envío a ustedes la expresión de mi más profundo pesar. El ministro
Susak cumplió su función de responsabilidad y honor en el momento más difícil
del establecimiento del Estado croata y la defensa de su soberanía e integridad
territorial. Al poner generosamente y sacrificada toda su capacidad en la
creación y organización del Ejército Croata, el ministro Susak hizo una inmensa
contribución personal en hacer de ella una fuerza victoriosa y libertadora. Al
rendir homenaje y respeto al ministro Gojko Susak, os convoco a continuar su
obra de construir la Fuerza Armada Croata como garantía del futuro seguro del
Estado croata soberano e independiente".
"Gojko Susak, quien ganó todas las batallas
perdió una sola, aquella con la enfermedad, fue un hombre que vio concretado el
sueño de su vida. Nos condolemos con su familia y amigos y él permanece siempre
con nosotros", dijo el premier Zlatko Matesa.
Fue condecorado con la Gran Orden del rey Petar
Kresimir IV, con la Orden del Príncipe Domagoj, con la Orden de Ante Starcevic
y la Orden del Trebol Croata.
Recibió la medalla por excepcional acción, la medalla
por "Ljeto", la medalla "Oluja". Además la Distinción de la
Guerra Patriótica y la Distinción del agradecimiento de la Patria.
Luego de su muerte, el Presidente condecoró al
ministro Susak y lo ascendió al grado de general de Estado Mayor, lo condecoró
por su contribución a la creación de la Fuerza Armada Croata, por su
excepcional sacrificio, su habilidad y su particular valentía en la conducción
de la Guerra Patriótica hasta la victoria, con la Gran Orden del rey Dmitar
Zvonimir, con la Orden de Nikola Subic Zrinski y con la Orden de Stjepan Radic.
El Premio Nobel croata Vladimir Prelog falleció en
Zürich el 7 de enero de 1998 a la edad de 92 años. El anuncio fue efectuado por
la Escuela Superior Tecnológica de Suiza (ETH) y la noticia fue transmitida por
todas las agencias periodísticas. Pero la noticia de la muerte de este gran
químico llegó al mundo con una semana de atraso, y esto era justamente la
característica de su vida: cada paso suyo era ejemplar, pero nunca quiso
destacarse ni sobresalir.
Vladimir Prelog nació en 1906 en Sarajevo, donde su
padre era en esa época profesor en colegios de enseñanza secundaria. Su familia
era oriunda del norte de Croacia. Después fue trasladado a Osijek y Zagreb,
donde completó su bachillerato en 1924. Luego estudió química en la Universidad
de Praga, y en 1929 obtuvo su doctorado. Trabajó en Praga y estuvo a cargo de
un importante laboratorio hasta 1935. En Zagreb prosiguió su trabajo científico
como director del Instituto para la Química Orgánica de la Facultad de
Tecnología (1935-1941). En 1942 fue a Zürich, obtuvo la cátedra en la Escuela
Superior Técnica y allí otro Premio Nobel croata, Lavoslav Ruzicka, le dejó su
puesto como Presidente del laboratorio de química inorgánica.
En 1976 le otorgan el Premio Nobel por su trabajo
sobre las moléculas, compartido con el químico angloaustraliano John Comforth.
Prelog era doctor "honoris causa" de la
Universidad de Zagreb, como así también de otras ocho universidades mundiales.
Fue miembro honorario de la Academia de Ciencia y Artes en Zagreb, y de otras
catorce sociedades científicas. Obtuvo 18 condecoraciones.
Al obtener el doctorado "honoris causa" en
la Universidad de Zagreb, dijo que "aunque vivo ya hace casi medio siglo
en Zürich, Zagreb es una de mis patrias".
Prelog no tuvo una actitud pasiva en la lucha del
pueblo croata por la libertad. Aunque ya de edad avanzada, firmó con otros
Premios Nobel la protesta contra la agresión a Croacia. Además, donó al Centro
Químico de la Universidad de Zagreb su gran colección de literatura científica,
para que otros científicos croatas puedan perfeccionarse.
Vesna Kukavica, Glas Koncila, 25 de enero de 1998
Tradujo:
Joza Vrljicak
El 5 de septiembre de 1997 falleció de un paro
cardíaco en Florida (Gran Buenos Aires), Zeljko Ducmelic, un culto y activo
miembro de la diáspora croata en Argentina.
Había nacido en 1919 en Vinkovci, donde creció y
cursó la enseñanza primaria y secundaria. En 1938 ingresó en la Universidad de
Zagreb para estudiar geodesia, pero no pudo concluir su carrera debido a los
acontecimientos políticos. Participó con entusiasmo en la defensa de la NDH,
pero en 1945 debió exiliarse. Llegó a Italia, donde a pesar de múltiples
problemas pudo terminar sus estudios universitarios en Padua. El dificultoso
camino del éxodo lo separó de sus padres y de su hermano Zdravko, pero
afortunadamente estaba a su lado Zora, la muchacha con la cual se casó en medio
de tanta tragedia nacional.
Se encontró con sus padres y su hermano en el campo
de refugiados de Fermo, una ciudad al sur de Ancona, situada en la orilla del
Adriático. En diciembre de 1947 Zeljko llega con sus padres a la Argentina, su
segunda patria. Mientras, Zdravko obtuvo una beca en España y partió a Madrid,
donde estudió Bellas Artes. Al finalizar sus estudios viene también a la
Argentina, donde vivió hasta su muerte (1989) como famoso pintor.
Los padres de Zeljko se incorporaron a la vida de
pioneros culturales croatas, participando muy activamente en el coro croata
Jadran, que había sido fundado ya en Fermo.
Zeljko comenzó a trabajar en geodesia como ingeniero
en construcciones en distintos lugares de este gran país. Estuvo siempre en
contacto con la población argentina, a cuyos integrantes contaba sus vivencias,
especialmente en la guerra, la NDH y la posguerra. Todos mostraban mucho
interés y le pedían que escribiese sobre estos acontecimientos. Así nació su
primer libro en castellano, "Cuatro Meses en el Paraíso", en el que
habla del éxodo y via crucis del pueblo croata.
Después de jubilarse, en 1988, comenzó a publicar
fascículos, de 20 páginas cada uno, con el nombre de El Croata. Hasta el año
1992 había escrito 50 fascículos (en total casi 1.000 páginas) donde en forma
autobiográfica narra la realidad histórico-política de su nación. Todo esto fue
escrito en castellano. Posteriormente editó todo el texto en croata, en cinco
libros ilustrados con los dibujos de su hermano Zdravko.
Su esposa Zora lo acompañó en todos los caminos de la
vida. Lamentablemente, ella falleció tres años antes que Zeljko. Al morir,
Zeljko dejó tres hijas, con sus maridos, siete nietos, cuñada y sobrino.
Milan
Blazekovic
[1] Una versión similar de este trabajo, en lengua inglesa, fue expuesta en el XV Congreso de la Asociación Internacional de Literatura Comparada en la Rijuniversitat de Leiden, Holanda, en agosto de 1997.
[2] Centro de Literatura Comparada, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo.
[3] En el "Coloquio Internacional de Literatura General y Comparada" de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Católica Argentina, Buenos Aires en abril de 1985 fue leído "Un caso de literatura de exilio: los escritores croatas de la postguerra en Buenos Aires". En el Curso intensivo de postgrado "La Argentina en la literatura de exilio" organizado por el Centro de Literatura Comparada de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional de Cuyo en septiembre de 1987 fue expuesto "Los escritores croatas de la postguerra en la Argentina", luego publicado en el Boletín de Literatura Comparada, XI-XII, año 1987, pp. 51-66.
[4] El padre Blas, sacerdote franciscano, firmó como garante la entrada de 500 niños huérfanos (Cf. Studia Croatica, n. 133, 1997, p. 58).
[5] Cf. Vinelli, Víctor: "El problema de los refugiados", en: Revista Inmigración, n.7, 1963, p. 5l.
[6] Cf. El artículo de John Corsellis: "Refugiados eslovenos en la Argentina", en Todo es historia, año XXIX, n. 343, 1996, pp. 53-55.
[7] Sobre este pintor véase por ejemplo: "Lijep uspjeh slikara Zdravka Ducmelica", en Hrvatska Revija, 1963, p. 585. Adolfo Ruiz Díaz: "Zdravko Ducmelic. La realidad y la pintura", en Studia Croatica, año IX, vol. 1-4, n. 28-31, 1968, pp. 139-153 y "Nuevas expresiones del pintor Zdravko Ducmelic", sin firma, en: Studia Croatica, año XXIV, vol. 68-69, 1978, pp. 51-57.
[8] Véase por ejemplo: "Zadnji zbogom Viktoru Vidi" (Ultimo adiós a Viktor Vida), homenaje luego de su muerte por Vinko Nikolic, Branko Kadic, Edo Bulat, Srecko Karaman, Tonko Gazzari, Ruda Jurcec, Ilija Perusina, en Hrvatska Revija, año XI, 1961, vol. -2, pp. 132-135; "U Pohodima mrtvome pjesniku Viktoru Vidi", en Hrvatska Revija, año XI, 1961, vol. 4, pp. 478-480 y "Na veceri recitacija predana javnosti Knjiga Viktora Vide", en Hrvatska Revija 1963, vol. 1, pp. 125-127.
[9] La obra de Vida abarca Svemir Osobe (El universo de la persona). Buenos Aires, edición propia, 195l; Suzani vremena (Prisionero del tiempo). Buenos Aires, edición propia, 1956 y Sabrane pjsme (Obras Completas). Buenos Aires, Hrvatska Revija, 1962. Sobre Charcos envenenados consultar: Croacia y su destino. Buenos Aires, Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, 1977, p. 166.
[10] Jedro na pucini. Buenos Aires, edición propia, 1951.
[11] Oskvrnuto proljece. Buenos Aires, edición propia, 1947. Molitva za moju Hrvatsku. Buenos Aires, edición propia, 1949. Duga nadi porusnim mostovima. Buenos Aires, Hrvatska Revija, 1964, Pred Vratima Domovine tomo I, Buenos Aires, edición Knjiznica Hrvatske Revije (Biblioteca de la Revista Croata), 1966, tomo II, Paris- München, edición Knjiznica Hrvatske Revije, 1967.
[12] Agradezco especialmente el testimonio de Juan Elias y Biserka Gottfried quienes confirmaron estos datos con sus recuerdos personales de anécdotas vividas o escuchadas sobre estas actividades.
[13] Pismo hrvatske majke sinu u tudjini, firmado "majka", en Mali Hrvatski Kalendar za godinu 1945, pp. 71-74.
[14] En Mali Hrvatski Kalendar za godinu 1946, p. 49.
[15] Luego apareció en Barcelona, Munich y Zagreb en forma progresiva a medida que su editor se iba mudando.
[16] En: "El 15 de enero - Día histórico para la Nación Croata".
[17] Buenos Aires, edición del autor, 1991.
[18] D. Simat se jubiló en Buenos Aires como traductor de la Presidencia de la Nación. M. Brkljacic es traductor registrado en Mendoza.
[19] Buenos Aires, edición del autor, 1974.
[20] En Studia Croatica, 3, 1986, pp. 221-234.
[21] Maja Lukac-Stier al reseñar las palabras del Embajador Croata en al Argentina al inaugurar el Hogar Croata en Rosario, en Studia Croatica, XXXV, 125, 1994, p. 150.