STUDIA CROATICA
Año XXXVII Buenos Aires, agosto 1996, número 131
LA EVOLUCION DE LA CULTURA Y DE LA LENGUA CROATA
CROACIA EN LA XXII FERIA DEL LIBRO
LOS CROATAS EN SERBIA - VIDA DE TERROR Y MIEDO
EL CARDENAL CROATA KUHARIC RECIBIO AL DR. AMIEL SHOMRONY
TAJANA SEKELJ-IVANCAN: CATALOGO DE LUGARES MEDIEVALES EN
CROACIA CONTINENTAL
PHILIP COHEN: LA GUERRA SECRETA DE SERBIA
CARMEN VRLJICAK: LAS DIOSAS DE LA BELLE EPOQUE, Y DE LOS
AÑOS LOCOS
NOTICIAS: TRASLADO DEL DR. MILAN BLAZEKOVIC Y
SEÑORA
KAZIMIR KATALINIC
Estimados señoras y
señores:
Diez años después de los
acontecimientos del 10 de Abril de 1941, Ivan Orsanic escribió en el
primer número de Republika Hrvatska este pensamiento: "Nadie
tiene derecho a exigir que nuestros acontecimientos políticos del pasado
reciente o del más lejano se pongan y mantengan en el olvido o que
sólo sirvan como temas declamatorios, sino que tienen que ser para
nosotros como experiencia viva, que nos deben servir constantemente para
formular todos nuestros puntos de vista y accionar en los planos de la
política interna y exterior" [1].
En estas palabras Orsanic mencionó dos
posiciones erróneas en lo que se refiere al 10 de Abril. Una es que,
como él dice, "se lo ponga y mantenga en el olvido", esto es,
que se trate de obviar como si nunca hubiera existido, y el otro error es que
el recuerdo de ese día y su celebración "sirva como material
para declamaciones de palabras dulces o sea que cada doce meses repitamos esas
mismas frases gastadas." En cambio. Orsanic considera que los
acontecimientos del 10 de Abril, así como aquellos que le sucedieron
durante la existencia del Estado Independiente de Croacia (NDH), deben ser para
nosotros una experiencia orientadora en nuestro accionar.
Podemos preguntar, empero, si es realmente necesario
hoy, cuando tenemos un nuevo Estado croata, continuar celebrando el 10 de Abril
y continuar recordando el Estado Independiente de Croacia, cuya
aparición y existencia aún hoy resulta bastante conflictiva para
algunos croatas, para no hablar del resto del mundo.
Permítanme citar lo que sobre esto
escribí para el 10 de Abril de 1991, o sea a los cincuenta años
del Estado Independiente de Croacia, en tiempos cuando la actual
República de Croacia todavía era parte de Yugoslavia. Cito del
periódico Republika Hrvatska, número 172, de marzo de
1991, que fue dedicado al cincuentenario del 10 de Abril.
"Desde el 10 de Abril de 1941, cuando fue
proclamado el Estado Independiente de Croacia, pasó exactamente medio
siglo. Quienes participaron en esos sucesos hoy están en su
mayoría muertos. Quien esto escribe recuerda ese día y esos acontecimientos,
aunque por su juventud no pudo participar en ello. Tenía en ese entonces
apenas 14 años.
Medio siglo casi siempre es suficiente para que
cicatricen muchas heridas, lo que permite entonces una evaluación
objetiva de los hechos reales. Empero, durante 45 años el pueblo croata
estuvo sometido a una continuada propaganda yugoslava- comunista que renovaba
constantemente los enfrentamientos de la pasada guerra civil y reabría
viejas heridas. De ese modo educaban a las nuevas generaciones y así
aseguraban su dominio dictatorial basado en una presentación unilateral
de los acontecimientos de la guerra, cuando creció desde ser una
pequeña minoría a ser el árbitro político e
ideológico del destino croata.
Pensé si no sería mejor no entrar por
ahora en la cuestión del pasado y dejar que la historia de su veredicto
final sobre ella.
Pero dejé de lado ese pensamiento, porque
comprendí que después de tantos años de lavado de cerebro
es necesario participar en la búsqueda de la verdad acerca de la
declaración de la independencia croata y de los acontecimientos que se
relacionan con ello. Con justicia se dice `La verdad os hará libres',
porque si permitimos que quede una imagen falsa de una parte vital de nuestro
pasado, nunca llegaremos a la necesaria síntesis con la que lograremos
atravesar el abismo que todavía separa a quienes rechazan esa parte de
nuestro pasado, de aquellos que justamente consideran a ese período
particularmante valioso.
Sin esa síntesis basada en la verdad no
podremos extraer de esos acontecimientos, que -costaron a nuestra Nación
tantas víctimas- la necesaria experiencia histórica. El problema,
por tanto, está en la búsqueda de la verdad". Hasta
aquí lo que escribí en esa ocasión[2].
Poco tiempo antes de haber escrito
estos pensamientos, en febrero de 1991, estuve en la patria cerca de un mes y
dí unas conferencias públicas en Rijeka, Zadar y Zagreb. En esos
momentos todavía no se veía claro cómo se iban a
desarrollar los acontecimientos y si íbamos a proclamar y a poder mantener
nuestro propio Estado, independiente y fuera de la Yugoslavia que
todavía existía, y por eso quise aprovechar la libertad que ya
había para expresar de manera breve lo más posible de nuestros
principales pensamientos y puntos de vista.
En mis conferencias quería particularmente
expresar la necesidad de la rápida salida de la República de
Croacia fuera de Yugoslavia, porque existía la tendencia de que
"por ahora" (como se decía) había que permanecer en
ella. Y sabemos que el "por ahora" fácilmente puede
transformarse en un "para siempre".
Se afirmaba que Bosnia y Hercegovina de todos modos
quedaría en Yugoslavia, y entonces la salida de Croacia haría
más difícil la situación de los croatas de Bosnia-
Hercegovina. Al contrario, en esa conferencia subrayé que la salida de
la República de Croacia de Yugoslavia aceleraría también
la salida de Bosnia-Hercegovina, como luego realmente sucedió.
En la conferencia también destaqué la
necesidad de la reconciliación entre la derecha croata y la izquierda
croata, como precondición de la lucha unida para establecer nuestro
propio estado independiente. Expresé que el partido al que pertenezco ya
durante años lleva adelante esa política, y en particular
después del golpe de Tito de Karadjordjevo, de modo que inmediatamente
después de ese hecho expresé las ideas que cito con vuestro
permiso:
"Pero nosotros no queríamos que ese
proceso de acercamiento entre los enemigos de otrora se construyera en base a
mentiras históricas. La reconciliación no puede basarse en la
mentira, porque esa reconciliación tendría poca duración.
Es una verdad histórica que el Estado Independiente de Croacia, a pesar
de todos sus defectos, aún así era croata y era un Estado,
mientras que fue independiente sólo en la medida en que lo pudo ser en
esas circunstancias.
También es una verdad histórica que el
Partido Comunista de Croacia no luchó sólo en contra del
régimen ustasa, sino que trató y logró destruir al Estado
croata y en lugar de él establecer Yugoslavia y dentro de ella a una
Croacia empequeñecida, sin Bosnia- Hercegovina.
Si los comunistas hubieran destruido al gobierno
ustasa, pero hubieran preservado al Estado Independiente de Croacia, en un
sentido histórico hubieran merecido el reconocimiento de la
Nación croata.
No sólo Bleiburg sino toda la pérdida
biológica que representa el casi millón de inmigrantes de
postguerra, y la probable pérdida de parte de nuestro espacio
histórico, son errores históricos de Tito y de los croatas que
con él estaban en la cúpula partidaria"[3].
Hasta aquí la cita.
Pienso que en estas citas destaqué con suficiente
claridad la necesidad de que no se deje pasar en silencio la experiencia
histórica, salteando la verdad histórica y los errores cometidos.
Porque si se evitara la verdad, entonces necesariamente habría que
aceptar el medio siglo de presentación mentirosa del pasado.
Empero en Croacia, a pesar de que hemos establecido
nuestro Estado, todavía no se acepta la verdad histórica.
Además de aquellos que se comportan
enemistosamente hacia el Estado Independiente Croata, existen también
aquellos para quienes NDH es algo parecido a un hijo ilegítimo: no
podemos negar que existe, pero queremos de algún modo ocultarlo,
tratamos de hacer como si no existiese.
Para muchos de los que piensan así, la causa
de esa posición es el deseo de justificarse, delante de sí mismos
y delante de otros. De justificar su propio pasado y los errores cometidos.
Y para algunos pareciera que no les cae nada bien el
que se llegara al 10 de Abril y al Estado Independiente de Croacia. Es claro
que entre ellos hay muchos yugo-nostálgicos, pero estos no nos interesan
mucho porque para ellos ningún argumento es valedero.
Pero están también aquellos que ven a
NDH con antipatía debido a que nació cuando la ofensiva
alemano-italiana atacaba a Yugoslavia, y porque NDH perteneció durante la
Segunda Guerra Mundial al bando que en 1945 perdió la guerra. Tratemos
por tanto de considerar si no hubiese sido mejor si en 1941 no
hubiéramos proclamado nuestro propio Estado.
En ese caso nuestra patria hubiera sido ocupada. Pero
el destino de nuestra Nación hubiese sido mucho peor que el destino de
otras naciones del espacio yugoslavo.
Si los cetniks lograron establecer contactos con los
italianos y si con su ayuda arruinaron a nuestra Nación, a pesar del
hecho de que Italia era oficialmente aliada del Estado Independiente de
Croacia, ¿qué hubiera pasado si no hubiera existido nuestro
Estado y no hubiese existido, como se la denomina justamente, esa "alianza
hipócrita" con Italia?
Pero lo que es mucho peor que esto es que en ese caso
"no hubiera habido la experiencia histórica que claramente pudiera
demostrar, no sólo al mundo, sino en primer lugar a nosotros mismos, que
los croatas quieren su Estado independiente y que van a usar absolutamente
cualquier oportunidad para establecerlo.
Las generaciones actuales no sabrían que los
croatas están en condiciones de establecer su Estado, y entonces en 1990
y 1991 tendrían como único ejemplo de sus anhelos el
establecimiento de una Banovina de Croacia, o sea lograr la autonomía, y
no un Estado soberano.
Nuestra lucha se llevaría entonces a cabo
estérilmente para lograr una igualdad de derechos dentro del entorno
yugoslavo y para cambiar el régimen existente, y no para tener un Estado
soberano afuera de cualquier marco extraño (sea yugoslavo o cualquier
otro).
Hubiésemos estado luchando, por tanto,
nuevamente `por nuestros derechos', o sea por una nueva, tercera,
Yugoslavia"[4].
"Si nosotros, por lo tanto, hubiéramos
dejado pasar la oportunidad histórica que se nos dió en 1941,
entonces en 1991 seguramente hubiéramos dejado pasar la nueva
oportunidad histórica y entonces sería cuestión de saber
si alguien sabría que en esta parte del planeta vive una Nación
que es algo más que un conjunto folklórico"[5].
Podemos por lo tanto con justicia concluir que sin el
10 de Abril y sin la experiencia histórica y el ejemplo del Estado
Independiente de Croacia no tendríamos hoy tampoco la República
de Croacia independiente.
Si por otra parte aceptáramos el argumento de
aquellos que afirman que en 1941 no tendríamos que haber establecido
nuestro Estado independiente porque el mundo occidental quería mantener
a Yugoslavia, si por tanto en 1941 nos hubiéramos tenido que guiar por
lo que era el deseo o el interés de otras naciones y estados, entonces
ese mismo argumento tendría que ser válido en 1990 y en 1991. O
sea en esta ocasión más reciente deberíamos haber
respetado los deseos e intereses de otras naciones y en particular de las
grandes potencias. Y sabemos que en ese entonces las grandes potencias en especial
los Estados Unidos, no deseaban destruir a Yugoslavia sino que la deseaban
preservar, y los EE.UU. hasta dieron luz verde y un guiño al
Ejército Popular Yugoslavo para que con la fuerza armada quebrara el
proceso liberador croata.
Por otra parte si en 1991 era justo mirar solamente
los propios intereses, y no los intereses o las opiniones de otras naciones,
entonces ese mismo derecho era válido tambien en 1941.
No hay por lo tanto dos reglas distintas, una 1941 y
otra para 1991. Y del mismo modo como con todo derecho en 1991 los croatas
pensaron en sus intereses y estuvieron dispuestas a establecer su independencia
sin importarles a quiénes en el mundo esto les parecía bien y a
quiénes no, del mismo modo fue con justicia que también en 1941
los croatas pensaron sólo y únicamente en sus propios intereses y
objetivos. Como fue justificado proclamar la independencia croata en 1991,
también fue justificado proclamarla en 1941.
Tenemos que tener en cuenta además, que en
1941 no estaban en contra del establecimiento de un Estado croata sólo
los aliados occidentales, sino que aun aquellos que con posterioridad lo
aceptaron no contaban al comienzo con ello. Esto es similar a los sucesos
más recientes cuando muchas potencias, y en particular los Estados
Unidos, finalmente aceptaron la existencia de la actual República de
Croacia a pesar del hecho de que al comienzo estaban a favor de conservar a
Yugoslavia, y no querían reconocer la independencia de la
República de Croacia.
Es una verdad histórica que en los primeros
planes de Hitler no estaba previsto el establecimiento del Estado croata, y que
se llegó a la aceptación y reconocimiento del Estado
Independiente de Croacia en contra la intención primera de Hitler, como
consecuencia de la lucha y del esfuerzo de la Nación croata, conducido
por la organización revolucionaria ustasa y por el Poglavnik Dr. Ante
Pavelic.
Sobre estos hay numerosos documentos -alemanes,
italianos, ingleses, estadounidenses, franceses, etc.- que hoy han sido hechos
públicos.
En base a esos documentos publiqué para el 10
de Abril de 1987, en el períodico Republika Hrvatska, un trabajo
bajo el título "Da li je Nezavisna Drzava Hrvatska bila
naci-fasisticka tvorevina". (¿Fue el Estado Independiente de
Croacia una creación nazi- facista?), que luego fue traducida al
español y al inglés, y publicado en Studia Croatica y en Journal
of Croatian Studies, de Nueva York.
Ese trabajo fue publicado en 1993 en Zagreb, en mi
libro Argumenti, y el diario más importante de Zagreb, Vjesnik,
lo reprodujo en su totalidad en su rúbrica "Podlistak".
Por supuesto que no es posible aquí reproducir
todos los documentos y toda la argumentación, así que
mencionaré solamente dos hechos que confirman lo correcto de la tesis
presentada en las publicaciones citadas, que NDH no fue una creación ni
de Hitler ni de Mussolini, sino de la Nación croata.
Es sabido que en Croacia hay muchos
yugo-nostálgicos así como gente opuesta a NDH. Hay este tipo de
gente entre los publicistas y los historiadores. Muchos de ellos frecuentemente
aparecen en la prensa croata y con dureza atacan a NDH, llamándola
creación nazi-fascista. Pero todos esos ataques son esteriotipados y sin
argumentos y en realidad se tratan de ordinarios etiquetamientos.
El hecho es que, mientras tanto, no apareció
hasta ahora ni en Croacia ni afuera de ella ni un solo historiador o publicista
que se hubiera atrevido a negar los argumentos expuestos.
El otro hecho igualmente importante es que el
profesor de historia croata moderna en la Universidad de Zagreb, el Dr. Marijan
Maticka, que llegó a esa cátedra luego de la muerte del
historiador Dr. Ljubo Boban, recomendó a sus alumnos este libro como
material útil para conocer nuestro pasado reciente lo que no
haría si tuviera alguna objeción o si no aceptara la tesis
allí expuesta.
Empero el conocer la verdad acerca de gracias a
quienes se constituyó el Estado Independiente de Croacia no es
sólo importante para la historia sino que lo es más aun porque
tiene implicancias políticas muy importantes.
Porque no es lo mismo si NDH fue obra de la
Nación croata y si la Nación croata luchó para proteger
ese Estado, a pesar de sus defectos, y aun si eso fuera en contra del
régimen existente, o si al contrario se trataba de una marioneta de
creación nazi- fascista.
No es lo mismo si la segunda Yugoslavia se originó
como consecuencia de la derrota de la Nación croata en la guerra, que al
perder la guerra perdió también su Estado soberano por el que
luchó y que quiso preservar, o bien ese Estado croata ni siquiera
existió como tal, ni lo quiso la Nación croata y esa Nación
luchó contra no sólo el régimen ustasa sino contra esa
entidad creada por el nazi-fascismo y en pro de una otra, segunda, mejor
Yugoslavia, la del AVNOJ (y de Tito)[6].
Si el Estado Independiente de Croacia realmente fue
una creación de Hilter y Mussolini, entonces se podría justificar
a los así llamados antifascistas el que hubieran luchado no solamente
contra el régimen gobernante sino también contra ese estado
marioneta y no existente.
Pero el hecho de que el establecimiento y la
existencia del Estado Independiente de Croacia fue realmente una consecuencia
del deseo, la voluntad, la lucha y el esfuerzo de la Nación croata es la
condena más pesada a aquellos croatas que lucharon contra su propio
Estado independiente y que en sus ruinas levantaron la así llamada
República Socialista de Croacia la que, empero, no era ningún
Estado sino sólo una división administrativa de la nueva
Yugoslavia titoista.
La justificación
política de la destrucción del Estado Independiente de Croacia y
el establecimiento de la nueva Yugoslavia de Tito descansa en realidad en dos
argumentos errados y falsos.
El primero es que NDH no era el Estado de la
Nación croata, sino la obra de Hitler y Mussolini, y que solamente
servía como instrumento de dominación sobre una parte de una
Yugoslavia conquistada, oprimida y dividida por ellos. La Nación croata,
de acuerdo a esa tesis, no aceptó ese estado marioneta nazi-fascista,
sino que luchó por una nueva Yugoslavia, más justa, bajo el
liderazgo del Mariscal Tito, el favorito tanto del Occidental
democrático como del Este comunista.
De acuerdo con ese argumento, era totalmente
lógico que después de la derrota del fascismo y del nacismo se
haya procedido a destruir ese estado marioneta y se construyera la nueva Yugoslavia.
El segundo falso argumento, que habla en favor de la
necesidad de que exista Yugoslavia, es aún más pesado, porque
sirve no sólo para el caso concreto de la destrucción de NDH,
sino que sirve también para el futuro.
Según ese pretendido argumento, NDH
cometió un genocidio real y grande de serbios, y de ese genocidio son
culpables los croatas.
La conclusión que se deriva de esa falsa
afirmación del carácter genocida de los croatas es que es
necesario impedir que los croatas cometan un nuevo genocidio de serbios, lo que
sólo se puede hacer si se impide el establecimiento de un estado croata.
Este segundo falso argumento fue en contra no
sólo de aquellos croatas que lucharon para preservar al Estado
Independiente de Croacia, y por lo que fueron perseguidos y proscriptos como
supuestos fascistas y sirvientes del ocupador. Ese argumento fue utilizado en
contra de toda Nación croata, incluso contra aquellos croatas que
durante la guerra estuvieron entre los destructores de NDH.
Así como después de la Primera Guerra
Mundial los serbios consideraron que era natural que ellos fueran privilegiados
dentro de la Yugoslavia monárquica, ya que supuestamente ellos liberaron
a los croatas y porque se presentaron como cierta clase de Nación
constructora del Estado, la Nación en la que descansaba la primera
Yugoslavia, así en la segunda Yugoslavia la tesis del carácter
genocida de la Nación croata y las inmensas pérdidas
biológicas sufridas sirvió como justificación del
imperialismo serbio.
Y esa tesis le sirvió a los serbios tanto
dentro de Yugoslavia como afuera de ella.
Dentro de Yugoslavia les sirvió como
justificación para su posición de privilegio, para la
opresión política y la explotación económica de los
croatas y de Croacia, además de que había que imbuir entre los
croatas un complejo de culpa y de inferioridad.
Por otra parte, en el mundo exterior les
servía como prueba de que la función internacional de Yugoslavia
era la de conservar la paz y el orden en ese territorio y para impedir a los
croatas establecer su Estado, porque en ese caso se llegaría a un nuevo
genocidio de serbios.
Los croatas de todo el mundo, entre ellos los croatas
en Argentina, muy bien saben que al esfuerzo de difundir entre los extranjeros
la verdad sobre Croacia y sobre el derecho de la Nación a la libertad y
a su propio Estado se le oponían principalmente con dos argumentos, a
saber la afirmación de que NDH era sólo una creación de
Hitler y Mussolini, y que los croatas son un pueblo genocida por el cual
perecieron serbios inocentes.
Teniendo todo esto en consideración, no es
extraño que hasta algunos croatas, que durante la última Guerra
Mundial se encontraban en la otra barricada, trataron de detener el inflamiento
serbio de sus víctimas de guerra.
Fue de particular valor en ese sentido el trabajo
científico del Dr. Franjo Tudjman, quien debido a eso fue perseguido.
También la emigración croata
percibió toda la importancia de resistir a los argumentos anticroatas
sobre el carácter genocida del pueblo croata.
Como cierta clase de contraargumento
destacábamos las víctimas croatas y en particular las
víctimas de Bleiburg y de las marchas de la muerte.
Hoy, empero, podemos con métodos
estadísticos y científicos demostrar que durante los cuatro
años de guerra defensiva croata murieron en el territorio de NDH un
número de por lo menos 154 mil croatas más que serbios, de lo que
lógicamente llegamos a la conclusión que los croatas no son
ningún pueblo genocida.
Pero mucho más que cualquier cálculo
estadístico vale la más reciente experiencia, no sólo
croata sino mundial en general, de donde claramente surge que son los serbios,
y no los croatas, un pueblo genocida.
En realidad, esta última guerra y toda su
maldad nos permite que mejor y más fácilmente conozcamos la
verdad sobre el Estado Independiente de Croacia, así como también
la verdad sobre NDH nos permite comprender mejor los acontecimientos actuales y
para saber qué hacer hoy y en el futuro.
Es un hecho generalmente conocido, que no tenemos que
demostrar a ningún croata, que nosotros los croatas no comenzamos los
enfrentamientos más recientes, y que nosotros no cometemos genocidio
contra los serbios, sino todo lo contrario.
Aún así hoy los serbios nos acusan de
que los perseguimos, y de que ahora viven en peligro, y ese argumento sobre el
peligro les sirvió hasta como justificación ante el mundo para su
levantamiento en contra del gobierno croata, y eso aún en momentos
cuando la República de Croacia era parte constitutiva de Yugoslavia y
cuando en la práctica estaba ocupada por el Ejército Popular
Yugoslavo.
"No afirmo aquí que en el pasado no hemos
tenido ninguna culpa, pero es un hecho que también en 1941 fueron los
serbios quienes comenzaron los enfrentamientos, y también es un hecho
que en la guerra de 1941/1945 nosotros hemos perdido más gente que
ellos. Más aún, mientras que no hay ni un croata responsable que
apruebe nuestros errores pasados, no conozco que exista ni un serbio
responsable que señale la parte de culpa de los serbios.
Y esto que vale, para el pasado, vale también
para la actualidad. Mientras que el Papa y nuestra Iglesia nos invitan al
olvido y a la búsqueda del perdón, la Iglesia Ortodoxa Serbia
evita hasta el contacto con ese hacedor de paz como es el Papa Juan Pablo II, y
la posición de la Iglesia Ortodoxa Serbia, como la de todos los partidos
políticos en Serbia, es cualquier cosa menos una posición de
comprensión y de objetividad, y no hablemos de la posibilidad de una
condena moral a sus criminales de guerras actuales"[7].
Realmente, si miramos todas estas nuestras
víctimas y dificultades y las comparamos con las que soportamos durante
los cuatro años de existencia de NDH, vemos que es cierto el viejo dicho
de que la historia es maestra de vida, que nos sirve para comprender mejor el
presente y para que así, aprovechando la experiencia pasada, no
repitamos los mismos errores.
Empero, si debiera destacar particularmente una
enseñaza de NDH, entonces esa sería de que de ningún modo
y nunca debemos repetir el error de nuestra izquierda, la que por no estar de
acuerdo con la política interna croata, y debido a sus razones e
intereses ideológicos y partidarios, no sólo que destruyó
el régimen que había, sino que también destruyó al
Estado.
No debemos nunca tirar aquello que hemos logrado sino
que debemos, en base a lo logrado, construir una Croacia más fuerte,
más grande, mejor, más justa y más noble. Una Croacia
llena de libertad para todos sus ciudadanos, una tierra con justicia social.
Así como una vez algunos croatas aceptaron a
Starcevic mientras que otros lo rechazaban y luego otros aceptaron a Radic y
otros lo rechazaban, mientras que ahora prácticamente todos los croatas
aceptan tanto a Starcevic como a Radic, creo que vendrá el tiempo cuando
algo parecido pase también con el 10 de Abril.
Creo que llegará el tiempo cuando una nueva
generación, que no tendrá ningún complejo por sus propias
culpas y errores, con justicia valorará la revolución del 10 de
Abril, así como el período del Estado Independiente de Croacia.
Creo que llegará el día en el que se hará realidad el
pensamiento que expresé en 1981 en ocasión de los 40 años
de los acontecimientos del 10 de Abril:
"El 10 de Abril no debería ser una piedra
de discordia entre nosotros los croatas. Es necesario levantarlo como un
día de recuerdo para todos los croatas y que su experiencia nutra a
todos los croatas sin importar su pertenencia política o su pasado, y
aún cuando en el pasado tenían distinta actitud que la nuestra
hacia el 10 de Abril, o si entonces o después se encontraron en la
barricada opuesta. El 10 de Abril no nos debe dividir, sino que nos debe
unir"[8].
Con estas ideas permanezco hasta el presente.
Tradujo del croata: Joza Vrljicak
VELIMIR RADNIC, BUENOS AIRES
Desde el inicio de la guerra por
la independencia en 1990, Croacia sorprendió a mis amigos y parientes
argentinos por la intensidad de su patriotismo, por la aceptación de
cualquier sacrificio -incluyendo el de la vida de sus hijos- en una lucha desigual
en cuanto al armamento y entrenamiento militar. Los civiles, con
revólveres y escopetas de caza, defendían Vukovar durante largos
meses mientras que Dubrovnik -al principio en la misma situación- se
pudo defender con éxito gracias a la ayuda militar de los croatas de
Hercegovina y al apoyo moral de todo el mundo civilizado.
Lo más asombroso fue la idéntica
respuesta y el idéntico afán patriótico que demostraron
dos lugares tan alejados entre sí. El mapa de la actual República
de Croacia, y su inusual forma de herradura, muestra que Vukovar está en
el extremo norte y Dubrovnik en el extremo sur. La comunicación
terrestre dentro de la República insume más de 1.000 kms. o sea,
un distancia considerable para Europa y, especialmente, para la pequeña
Croacia.
¿De donde surgió este valor? ¿A
que se debe el repentino e inesperado surgimiento de la Nación croata de
cuya mera existencia el gran público no tenía la menor idea?
Sobre todo después de que la multiétnica Monarquía de
Viena se derrumbó (1918) y el término "yugoslavo" se
pudo tan cómodamente aplicar a la mayoría de estos pueblos
"balcánicos".
Yo traté de explicar, con mis imperfectos
conocimientos de historia y sociología, antes de todo, "las
causas" de un considerable atraso en la afirmación internacional de
Croacia como también "los factores que finalmente
prevalecieron" y llevaron al éxito.
Lo que sigue es el resultado de mis esfuerzos.
Ojalá sean útiles a los lectores como, creo, lo fueron mis
explicaciones verbales.
Las altas montañas que separan la parte sur
(Dalmacia) de la parte norte (Panonia) representaban un obstáculo enorme
para la unidad de Croacia. La técnica moderna mejoró mucho la
comunicación, pero en los tiempos antiguos estas montañas obstruían
seriamente la homogeneidad y el establecimiento de un poder central, elementos
esenciales para la formación de una nación. Al respecto hay que
recordar que desde la llegada de los croatas a su patria actual habían
pasado casi tres siglos hasta que su primer rey, Tomislav, pudiera,
recién en 925, formar un estado unificado desde el Mar Adriático
hasta las llanuras panónicas.
Este obstáculo geográfico y la
dificultosa comunicación tuvieron como resultado la formación de
distintas mentalidades: los hombres de la llanura del norte, de las montañas
dináricas o de la costa adriática tienen distintos temperamentos
y distintos comportamientos. Algunos sociólogos explican estas
diferencias basándose en los trabajos que predominan en aquellas zonas:
los agricultores del norte, los pastores de las montañas y los
pescadores o marineros del sur son necesariamente diferentes entre sí.
Pero a mí me parece que las tres zonas se distinguen todavía
más por haber pertenecido a tres círculos culturales distintos:
la cultura mediterránea en el sur, la de Europa Central en el norte y la
islámica, dominante en los valles y montañas de Bosnia, sin la
posibilidad de influenciarse entre ellos por la adversidad geográfica.
Para apreciar la enorme dificultad que representa
para una nación la existencia de una cadena de altas montañas en
el medio de un país, imaginémonos que en América del Sur
se hubiera formado un estado que abarcara, digamos, 1.000 kms. del
Pacífico y que, luego, atravesara los Andes para extenderse hasta el Atlántico.
¿Por cuanto tiempo una nación así podría mantener
su unidad? Por supuesto, los Alpes dináricos no tienen la altura de los
Andes, pero la comunicación entre las dos partes fue siempre igualmente
penosa.
Este término (que en turco simplemente
significa "montaña") tiene dos connotaciones: una,
geográfica y otra, político-cultural. La primera se refiere a la
península del sureste europeo, cuya frontera al norte es el Danubio
desde el Mar Negro hasta el río Sava y siguiendo este río hasta
la desembocadura del río Drina. Ahí empieza la frontera
occidental de la península siguiendo el curso de este río, luego
de su afluente Piva, y finalmente su proyección hasta el Mar
Adriático. El mismo río Drina ya fue elegido en el año 395
por el emperador Teodosio como el límite entre el Imperio Romano del
Oeste y el de Oriente, ya que con sus quebradas representa una frontera natural
bien definida.
Mucho más difícil es localizar el
territorio o los países que se pueden considerar balcánicos por
la connotación político-cultural. Creo que en este sentido el
término hay que aplicar a los países que -herederos de Bizancio y
de religión cristiano-ortodoxa- por muchos siglos formaban parte del
Imperio Otomano y no participaron de la común experiencia
histórico-cultural de Europa Occidental. De esta manera se ensanchan los
límites geográficos del Balkán incluyendo la actual
Rumania como también el territorio de la actual República de
Bosnia y Hercegovina. Creo que hay que incluir a esta última
república, aunque su territorio no perteneció al Imperio Romano
de Oriente que llegaba hasta el río Drina.
En realidad la posición de Bosnia en este
sentido es muy particular. La ocupación otomana le ha dejado una
impronta muy oriental ya que más de 40% de su población es de
religión musulmana. Por otro lado, más de 30% es de la
religión cristiano- ortodoxa que, por supuesto, se siente atraída
hacia los países de herencia bizantina y religión ortodoxa. Por
último los católicos que hoy en día no llegan ni al 20% de
la población, apenas podían tener algunas noticias -por medio de
sus sacrificados frailes franciscanos- de las ideas que se debatían en
el Occidente. No pudieron participar activamente en las experiencias culturales
de Europa Occidental. Así, que, teniendo en cuenta estas
particularidades, creo que hay que incluir dentro del Balkán al
territorio de Bosnia y Hercegovina.
De todas maneras, de las descripciones precedentes se
infiere que "la actual República de Croacia no pertenece al
Balkán ni en el sentido geográfico ni en el político-
cultural". Respecto a esta última afirmación hay que
recordar que, aun dentro de la desesperada lucha por supervivencia, Croacia
participaba en todos los grandes movimientos filosóficos y culturales
que formaron el mundo europeo tal como lo conocemos hoy: el Humanismo y el Renacimiento,
la Reforma y la Contrarreforma, la Ilustración (Iluminación) y
luego la Revolución Francesa o, más bien, las ideas
políticas que la precedieron y que fueron plasmadas en la
Constitución de la joven república norteamericana.
Todo esto fue ajeno a los pueblos que vivían
aislados dentro del Imperio Otomano desde el siglo XIV y que no hicieron la
experiencia histórico-cultural del resto de Europa.
En cuanto a la frontera entre el Europa Occidental y
el Balkán, a veces se nos presenta delante de los ojos una línea
de cierto carácter místico: apenas restablecida la antigua
frontera del río Drina (en 1908 Bosnia fue incorporada a la
Monarquía habsburga) los croatas hicieron un esfuerzo cultural
extraordinario para fijarla: un premio Nobel, el profesor Ruzicka, nació
en Vukovar; otro, el profesor Prelog, en Sarajevo. Los dos, junto con el
prominente científico Rudjer Boskovic de Dubrovnik, testimonian la
pertenencia de Croacia al Occidente. Boskovic no recibió el Nobel, que
no existía en el siglo XVIII, pero sus trabajos en la física,
inclusive nuclear, lo pone al frente de la ciencia de su época.
Finalmente, el premio Nobel de literatura, el croata Ivo Andric, es
también de Bosnia.
Es interesante observarlo pero no creo que hay que
dar a esta coincidencia un significado exagerado y hablar de una mística
frontera cultural de Croacia.
Esta invasión fue la que más
impidió que Croacia pudiera conformarse como una nación-estado
moderna. O sea pasar de la época feudal, evolucionando hacia una
nación independiente al igual que la mayoría de los actuales
estados europeos.
Por la inserción de la cultura y el poder
político de un imperio de religión islámica en el mismo
corazón de Croacia, nuestra patria no pudo vivir un desarrollo
armónico. Varios desastres históricos que sufrieron
también otras naciones europeas, no se pueden comparar con las
trágicas consecuencias de la invasión turca. Esto lo refleja la
forma de herradura de Croacia. En el mismo centro de su territorio se instaló,
durante 400 años, un imperio de cultura, costumbres y religión
completamente distintas. Una gran parte de la población del medieval
Reino de Bosnia se pasó al islamismo junto con sus señores
feudales, quienes luego participaron en los ataques al territorio croata
cristiano. Durante mucho tiempo las fronteras del viejo Reino de Croacia y el
Imperio Otomano no fueron fijas. Las interminables luchas e incursiones
bélicas han producido el despoblamiento de gran parte de la actual
Eslavonia y de la mayor parte de Croacia oriental entre las montañas
dináricas y el río Sava. Esta región llegó a
llamarse "Croacia turca", hoy día, Bosnia occidental.
Al aflojar el ímpetu invasor otomano y al
estabilizarse un poco las fronteras, al principio del siglo XVIII los viejos
propietarios croatas, como también las autoridades militares
austro-croatas (el Sabor eligió en 1527 a los Habsburgo para su reyes,
confiando en que les ayudarían en la lucha contra los infieles)
invitaron a inmigrar a estas tierras a pueblos de varios orígenes:
suabos (alemanes), checos, eslovacos, austríacos, etc.
Una parte importante de esta inmigración la
constituían los valacos de religión ortodoxa. Su origen data de
los tiempos de los romanos, pero, siendo una minoría en el ambiente de
habla eslava, pronto aprendieron a hablar croata. En Croacia vivían como
pastores en las montañas, ya que las tierras fértiles
pertenecieron a los nuevos dueños del país, pero en el otro lado
del Danubio, al norte de Bulgaria llegaron a formar su Estado, a veces independiente,
a veces vasallo del Sultán. Se trata de Valaquia, que hoy es la parte de
Rumania donde preservaron su idioma basado en el latín.
Hay también muchos valacos en Serbia que,
cuando viven en las ciudades los llaman "cínzaros". Pero siendo
de la misma religión ortodoxa y habiendo pasado la misma experiencia
histórica bajo el Imperio Otomano no se distinguen mucho de los serbios.
Aunque de vez en cuando, por su agresividad y habilidad comercial, provocan
quejas en la población serbia ("los cínzaros nos
están dominando").
Ahora, en la parte despoblada de Croacia, a cambio de
un prolongado servicio militar, a ellos se les concedieron tierras buenas,
mayormente a lo largo de la frontera con Bosnia. Sus acciones bélicas
los hicieron conocidos en muchos países europeos: los Habsburgo a menudo
los empleaban en sus guerras inter-europeas. Puesto que venían del Reino
de Croacia fueron conocidos como croatas, pero su conducta salvaje muchas veces
desprestigió el nombre de Croacia.
Un proceso similar ocurrió en la vecina
Bosnia, especialmemte en la "Croacia turca", que fue la más
devastada. Las autoridades turcas también necesitaban mano de obra para
las tierras, y hombres para el servicio militar auxiliar. Como escaseaba la
población católica y no alcanzaba la que se convirtió al
islám, recurrieron, ellos también, a los pastores sin tierra que
vivían en montañas bajo la influencia de sus popes ortodoxos, que
muchas veces les ayudaron a recibir mejores condiciones al mudarse a los valles
y las llanuras.
De esta manera a los dos lados de la frontera
croata-bosnia apareció una población nueva de religión
ortodoxa que se multiplicaba a un ritmo mucho mayor en condiciones de vida
más favorables. Si bien ya desde el principio chocaron con sus vecinos
debido a la rudeza propia de los pastores, hasta la mitad del siglo XIX no hubo
mayores problemas. Especialmente no en la parte turca, cuyas autoridades los
miraban con benevolencia. Se suponían más fáciles de
controlar políticamente ya que sus iglesias estaban enteramente en el
territorio del Imperio Otomano. Los patriarcas griegos, búlgaros y
serbios vivían en territorio turco. A veces fueron utilizados hasta para
fines administrativos del Imperio. Por ejemplo a los "fanariotas" (los
griegos de Estambul) le fue confiado, incluso, el gobierno de la actual
Rumania.
Por otro lado los católicos fueron siempre
sospechosos, ya que su autoridad suprema, el Papa en Roma, instigaba todo el
tiempo a los gobiernos cristianos a luchar contra los infieles. En esta situación
difícil había aldeas católicas que, para el servicio
espiritual, tenían que llamar a los sacerdotes ortodoxos y
paulatinamente se pasaron a esta religión. Así, por la alta
natalidad y por las conversiones, la población ortodoxa llegó a
representar el 34% de la población de Bosnia y el 11,6% de Croacia.
Tampoco en Croacia hubo problemas serios con los
valacos, hasta que, con la decadencia del Imperio Otomano, Serbia -como todos
los demás países balcánicos- se fortaleció,
consiguió cierta autonomía a mediados del siglo XIX y finalmente
le fue otorgada la independencia en el Congreso de Berlín (1878). En
este proceso comenzó el sueño de la resurrección del
antiguo "imperio del zar Dusan", inclusive ensanchando sus posesiones
hacia el oeste, ya que los turcos lograron cruzar el Drina, apoderarse de
Bosnia y establecer una nueva línea este-oeste en el río Una,
frontera de la disminuida Croacia.
Con esta visión en la mente, los popes
comenzaron a convencer a todos los ortodoxos de Croacia (y de Bosnia) de que ellos
eran "en realidad" serbios. Al mismo tiempo el gobierno de Serbia
enviaba sus agentes con la misma misión. De esta manera, a fines del
siglo XIX, los ortodoxos se convirtieron en la "Quinta columna"
dentro de Croacia, pactando con todos sus enemigos y llegando a ser el escollo
más traicionero para que Croacia realizara y afirmara su independencia.
El desplazamiento de la población y la
creación de un pueblo enemigo en el mismo corazón de Croacia
fueron las consecuencias más nefastas de la invasión turca.
El siglo XIX, que ha producido "el despertar de
las naciones", el sentimiento de pertenencia a una nación fue, al
mismo tiempo, la época del predominio de la linguística. La
lengua común se consideraba no solamente el elemento esencial de la
nacionalidad sino el creador de una nación. En este movimiento se
destacaron especialmente los científicos y filósofos alemanes
como Herder y sus seguidores. La temática "mundo germano",
"mundo latino" o "mundo eslavo" se discutía en los
círculos políticos y literarios y entre todas las clases
sociales. Y mientras los dos primeros "mundos" se limitaban a hablar
del origen cultural común, los pueblos de habla eslava -que en muchos
casos fueron sometidos a otros pueblos y que no gozaban de libertad nacional-
creyeron haber encontrado en su "origen eslavo" sostén y
fortalecimiento político.
Un chiste, muy popular en su tiempo, elocuentemente
describe esta búsqueda del sostén de un "hermano
fuerte": cuando a un montenegrino le preguntan cuántos habitantes
tiene su pequeña patria, él contesta: "Nosotros, los
montenegrinos y los rusos, somos cien millones".
Al aplacarse un poco el furor de este período
de búsqueda del "alma nacional" y del "espíritu
del pueblo" -todo lo que se encontraría en la lengua- el
filósofo e historiador francés Renan escribe: "Es
erróneo ligar la nación como una entidad lingüística
o étnica. Lo que forma una nación es el recuerdo colectivo que se
mantiene y transmite con un esfuerzo común". Sin embargo
pareció más fácil entender: "los franceses son
aquella gente que habla francés" o "nosotros, los
eslavos" que la tesis abstracta de Renan. Inclusive en América
latina, donde es tan claro que existen varias naciones con el mismo idioma, el
homenaje a la herencia cultural en la lengua española se llama el
"día de la raza".
La identificación de lengua con nación
fue particularmente perniciosa en el caso de Croacia. La semejanza entre el
croata, el serbio y hasta el esloveno o búlgaro se tomó como una
prueba irrefutable de que se trataba de la misma nación: eslavos del sur
o yugoslavos. Las más destacadas figuras de la "Resurrección
croata", al principio del siglo XIX, buscaron esta "hermandad".
A veces solamente en el campo cultural, pero muchos se ilusionaban con una
unidad muy concreta, la unidad política. La Academia de Ciencias y Artes
en Zagreb recibió el nombre de "Academia yugoslava..." y
muchos linguístas croatas trataron de "ajustar" nuestro idioma
para que sea lo más parecido y - con el tiempo- idéntico, al
serbio. Fue una inconsciente búsqueda del sostén de un grupo
más grande -eslavo- contra las aspiraciones del norte y del oeste:
Italia, Austria, Hungría...
Elegir como idioma oficial el dialecto que se habla
en Dubrovnik y en una parte de Hercegovina fue un hecho muy poco feliz. La gran
mayoría del pueblo croata habla stokaviano o cakaviano con subdialecto
ikaviano, pero se eligió la variante de Dubrovnik o sea el iekaviano[9].
Habiéndose elegido esta variante y con los
ajustes que se iban incorporando se creó un nuevo idioma "serbo-croata",
que encontró buena aceptación internacional ya que simplificaba
la orientación dentro del "complicado mundo eslavo".
Es cierto que la elección del dialecto de
Dubrovnik tiene cierta justificación por su nutrida y antigua
literatura, pero el ikaviano tiene también una literatura de gran
tradición con la ventaja que esta lengua se habla tanto en Dalmacia como
en Bosnia y en la parte panónica de Croacia. De modo que la
adopción del dialecto de Dubrovnik era, más bien, una manera de
agrandar la "nación de los eslavos del sur" ya que el ikaviano
no se habla en ninguna parte de Serbia.
Recordemos que en Croacia se habla un tercer
dialecto: el kaikaviano, que usa la palabra "kai" para el
"qué" español. Este dialecto se habla en la parte
noroeste, incluyendo la capital, Zagreb. En realidad la
"Resurrección croata" empezó en esta zona, donde los
últimos siglos estaba también la sede del Sabor. Sin embargo los
iniciadores del movimiento sacrificaron su propio dialecto (como los italianos
del norte eligieron el toscano para la Italia unida) y extendieron sus brazos
no solamente a todos los croatas, sino también a todos los
"hermanos eslavos del sur". En esta extensión de los brazos
evidentemente se les fue la mano, y se produjo una terrible confusión
nacional e internacional. Fue necesario que se formara un Estado común
con Serbia (1918) y que se produjeran sangrientos choques (desde el primer
día de la existencia del Estado común) entre dos pueblos tan
distintos por su historia y su cultura, para que finalmente quedara claro que
tal "hermandad de eslavos del sur" era una ficción.
Además, a esta "unión eslava"
le faltó una pata: Bulgaria. Los paneslavistas croatas del siglo XIX, al
pensar en la unión con criterios lingüísticos,
incluían, por supuesto, a ese país. Pero pudo más la
oposición de Serbia, temerosa de que la inclusión de Bulgaria
pusiera en peligro su dominación. Así, la unión se
formó con un defecto de nacimiento.
No duró ni setenta años, de los cuales
solamente los primeros diez se vivió una democracia, bastante defectuosa
por cierto, que terminó con la masacre de los diputados croatas en el
parlamento de Belgrado. Luego siguieron los años de la dictadura
férrea del rey Alejandro, luego la Segunda Guerra Mundial y, finalmente,
46 años de dictadura comunista.
Yugoslavia fue definitivamente una creación
basada en supuestos erróneos.
Ya se mencionó que la invasión turca
casi separa Croacia en dos partes: el sur adriático y el norte
panónico. Conscientes de este peligro y de la imposibilidad que un
país relativamente pequeño se defendiera solo de un imperio
poderoso como lo fue el otomano, los señores feudales croatas y los
demás nobles con derecho de participar en Sabor, reunidos en la ciudad
de Cetine, eligieron a Fernando Habsburgo como rey de Croacia, el 1 de enero de
1527.
La nobleza croata de Eslavonia, como también
los húngaros, todavía pensaban que hubiera sido más
conveniente elegir un poderoso señor feudal de Transilvania, Ivan
Zapola, de origen croata, quien había tratado de encontrar un arreglo
con el Sultán. Finalmente prevaleció la fidelidad hacia el
Occidente y a la fe cristiana, de modo que toda la nobleza reconoció a
Fernando. Años más tarde llegaría a ser el emperador de
Occidente, el más prestigioso y poderoso monarca de Europa.
A pesar de la unión de Croacia con un imperio
tan poderoso, las luchas contra los turcos continuaban: incursiones diarias al
territorio croata, ciudades y aldeas quemadas, gente llevada en columnas hacia
la esclavitud. Estas terribles luchas duraron desde la caída del Reino
de Bosnia (1463) hasta el principio del siglo XVIII cuando -después de
la exitosa campaña del príncipe Eugenio de Saboya- empezaron a
respetarse, aunque a medias, las fronteras convenidas en varios tratados de
paz. Estas fronteras eran similares a las que actualmente Croacia tiene con
Bosnia, de manera que no se recuperó nada de la "Croacia
turca".
Además, desde el año 1409, la mayor
parte de la costa adriática pertenecía a Venecia como resultado
de la "venta" de algunas ciudades de Dalmacia por parte de un rey
nominal de Croacia y Hungría. Al ver que no llegaría a gobernar,
Ladislao de Nápoles (de la dinastía Anjou), aprovechó su
coronación para sacar alguna utilidad. Si bien la "venta"
incluía algunas pocas ciudades (Zadar, Novigrad, Vrana e isla de Pag) a
los venecianos les sirvió para extender, con el tiempo, su dominio sobre
toda la costa oriental del Mar Adriático, excepto la ciudad y las
posesiones de Dubrovnik.
Puesto que la "venta" coincidió con
la invasión turca -algunos reinos y ducados balcánicos ya
habían sido aplastados- los croatas no estaban en condiciones de echar
de sus tierras a los venecianos. De esta manera la mayor parte de Dalmacia
estuvo bajo la jurisdicción del dux de la ciudad de los canales casi 400
años, hasta la conquista de Venecia por parte de Napoleón. Esto
fue la consecuencia, terrible pero inevitable, de los dos factores mencionados:
la geografía de Croacia y la invasión turca.
Hoy día nos horrorizamos al leer acerca de la
venta de parte del territorio nacional. Pero en aquella época los
soberanos consideraban que los reinos eran su posesión personal.
Además, es necesario recordar que, al no existir el sentimiento
nacional, la población de Dalmacia tampoco lo sentía como una
ocupación extranjera en el sentido actual. Las posesiones y las
funciones administrativas que otorgaba Venecia se aprovechaban
económicamente, pero nadie trataba de "venecianizar" o
"italianizar" al pueblo. No hay que olvidar tampoco que una gran
parte de la nobleza croata mantuvo sus posesiones. La italianización de
apellidos de algunas familias croatas, la hacían ellos mismos por
conveniencia: los que participaban en la vida cultural o comercial tuvieron que
simplificar los apellidos de difícil pronunciación para los venecianos.
Comparando la situación terrible de sus
hermanos en Bosnia y en la misma Croacia libre, los croatas de Dalmacia han
podido vivir en paz. No se sentían oprimidos sino, más bien,
protegidos por los astutos comerciantes que gobernaban a Venecia. En realidad,
las tropas croatas de Dalmacia participaban con gran valor y entusiasmo en las
batallas que Venecia, de vez en cuando, se veía obligada a librar contra
los turcos.
Por otro lado, los lazos políticos con un
estado de cultura italiana, han contribuido a un intenso intercambio cultural
con toda Italia. Esto, indudablemente, favoreció el nivel cultural de la
población; aunque, en cierto sentido, alejaba a los croatas de Dalmacia
de sus hermanos de Bosnia y del Croacia del norte. Agreguemos que, una vez
unidos, la experiencia dálmata representó un enriquecimiento
notable para la cultura croata en su totalidad.
Sin embargo, al recuperar a Dalmacia, después
de la caída de Napoleón, los Habsburgo, que eran reyes elegidos
de Croacia, se negaron a unirlas nuevamente con el norte. En consecuencia, al
Sabor en Zagreb no tuvo ingerencia oficial en los asuntos de Dalmacia. Pero, a
no dudar, los lazos personales y culturales no tardaron en establecerse, como también
a manifestarse en ambas partes el deseo de una pronta unión
política.
El mismo destino (caer bajo la jurisdicción
directa de Viena en lugar del Sabor croata) corrió la península
de Istria, mientras que Medjimurje, una pequeña provincia al norte de
Zagreb, era gobernada por Budapest.
No nos puede sorprender que, al ver a su Croacia
resquebrajada en tantas entidades políticas y zonas culturales, muchos
patriotas, llegada la época del nacionalismo, pensaron que la
fortalecerían bajo la bandera "eslava" y "yugoslava".
Los vecinos tienen un rol muy importante en la vida
de las naciones. Ellos se rechazan, pero también se imitan; se odian o
se toleran; casi nunca se aman.
Como ya mencioné, la posesión veneciana
de una gran parte de nuestra costa adriática, si bien mantuvo a Dalmacia
casi 400 años separada de Croacia, no tuvo consecuencias fatales.
Lo difícil, lo trágico para Croacia,
empieza cuando Italia logra unificarse e incorporar prácticamente todas
las tierras habitadas por los italianos. Este éxito subió a la
cabeza de ciertos círculos intelectuales y políticos, quienes
empezaron a soñar con el resurgimiento del Imperio Romano.
Estas ambiciones superaban por lejos las fuerzas
reales de Italia. Los nacionalistas, luego los fascistas, no querían ver
un hecho histórico, económico y social: el peso político
mundial se había trasladado, hacía varios siglos, del
Mediterráneo a las costas del Océano Atlántico: Inglaterra,
Francia, Alemania, luego Estado Unidos, son el nuevo centro del mundo. En esta
constelación, Italia se había convertido en una provincia de
Occidente.
Desconsiderando por completo este fenómeno,
las ambiciones imperialistas italianas se extendían desde las malogradas
posesiones coloniales en Africa hasta las tierras pobladas por croatas,
eslovenos, austríacos e, inclusive, a Niza, Mónaco, Saboya,
Córcega que habían sido cedidas a Francia por su ayuda en la
guerra de independencia. Por no tener la fuerza propia suficiente, los
gobiernos italianos tuvieron que recurrir a las "combinaciones"
internacionales: abandonando a sus aliadas potencias centrales de la Primera
Guerra Mundial o juntándose con la Alemania hitleriana en la Segunda. En
ningún caso pudieron realizar lo irrealizable.
Para Croacia esta política fue fatalmente
perniciosa en la Primera Guerra Mundial. Los Aliados -Inglaterra, Rusia,
Francia- ofrecieron "generosamente" a Italia una parte importante de
Dalmacia, si abandonaba sus aliadas Alemania y Austria para entrar en la guerra
junto a ellos. Fue el Pacto de Londres por el cual Italia hizo la "volta
face" y declaró la guerra a sus aliados de ayer.
Considero fatal este episodio: dió un
argumento de peso real a los eslavófilos de Croacia para que -al
derrumbarse la Monarquía en 1918- Croacia ofreciera sin condiciones la
corona a la dinastía serbia de los Karadjordjevic. Es discutible si este
acto fue realmente imprescindible para salvar a Dalmacia, o si fue una
reación irracional de los eslavófilos croatas. Pero no hay duda
de que la unión no se hubiera consumado tan apurada e incondicionalmente
de no haber existido el temor al Pacto de Londres.
Al hablar de Italia creo útil advertir sobre
un fenómeno que, a mi entender, demuestra claramente que la mentalidad,
la experiencia histórica y la cultura (en sentido amplio) son elementos
mucho más importantes que el idioma para la homogeneidad de una
nación. En Italia los elementos comunes son el idioma oficial -el
toscano fue aceptado unáminamente por todas las regiones- y el recuerdo
del milenario imperio, cuando Roma fue el centro del mundo. Este pasado es
motivo de un legítimo orgullo nacional.
Pero desde el siglo V en Italia se forma una variedad
de reinos y ducados que durante 1400 años habrían de pelear entre
sí, aliándose muchas veces con fuerzas extranjeras. Mientras las
repúblicas, los ducados o reinados del norte y del centro se desarrollan
con cierto espíritu democrático, de crítica pero
también de responsabilidad cívica, la población del sur,
desde los Estados Pontificios hacia abajo, nunca tuvo la oportunidad de opinar
o de protestar por los actos de sus gobernantes. Esta sumisión produjo
cierto letargo en la vida pública, cosa que diferencia fuertemente al
Sur del espíritu emprendedor y trabajador del Norte.
Las diferencias del carácter causaron
animosidades casi desde el principio de la unión para convertirse, con
el tiempo, en abierta enemistad. Presenciamos en nuestros días la
formación de un importante movimiento que exige la
federalización, inclusive la separación total del Sur. Lo
sorprendente es que se desconsidera por completo la enorme contribución
del Sur las artes italianas: música, letras, pintura, etc. que es parte
del tesoro cultural de toda Italia.
Creo que este ejemplo se puede traer a
colación para demostrar lo erróneo de la idea yugoslava, que se
basaba exclusivamente en la semejanza del idioma.
Aunque son los vecinos más cercanos, su
historia fue muy distinta a la de Croacia.
Pero por pertenecer culturalmente al mismo Occidente
europeo nunca hubo problemas vitales entre ambas naciones. Al producirse el
"despertar nacional" en el siglo XIX, Eslovenia caminó
paralelamente con Croacia. Hubo momentos de choques políticos al
comienzo de la unión yugoslava, pero, al empezar el salvajismo
nacionalista serbio en Kosovo y Vojvodina (1986/7), Eslovenia se le opuso
enérgicamente. Esta solicitud la llevó finalmente a proclamar, y
defender con armas, sus independencia estatal al mismo tiempo que Croacia.
Fue muy odiada en ciertas épocas de la
historia croata, pero una mirada retrospectiva y desapasionada demuestra, a mi
ver, que los Habsburgo no tocaron la esencia del ser nacional. La
germanización que se trató de imponer, especialmente entre los
años 1850/1860, fue más por una conveniencia administrativa, buscándose
una mayor eficiencia, que por motivos de expansión nacional
austríaca. Los Habsgurgo, por supuesto, trataron de mantener sus
tierras, su imperio. Pero no hubo persecuciones nacionales como las emprendidas
por el fascismo en Istria o por los soviéticos en los países
bálticos.
Sin embargo, en una oportunidad de nuestra historia
los Habsburgo nos hicieron un daño terrible, casi irreparable, que
retardó mucho la independencia de Croacia: La ayuda contra el Imperio
Otomano, a la cual los Habsburgo se comprometieron al ser elegidos reyes de
Croacia, resultó escasa e insuficiente. Especialmente cuando empezaron a
usar para sus rencillas en el oeste europeo las tropas movilizadas en las
fronteras con Bosnia. Esto provocó una gran descontento entre los nobles
croatas y húngaros que, cansados y sobrecargados de las exigencias
militares, decidieron entrar en negociaciones con Estambul. Su objetivo
habría sido obtener un status parecido al de los nobles de Transilvania
o sea pagando una contribución, sin ser vasallos. Las negociaciones las
dirigían los jefes de las dos importantes familias nobles croatas: conde
Pedro Zrinski y su cuñado, el conde Krsto Frankopan. Pero en su
vacilación de comprometerse con los infieles cometieron el error de
tratar de obtener, nuevamente, de su soberano legal una ayuda más
efectiva contra la amenaza turca. Con esto en mente, y tras obtener el
"salvoconducto" del emperador, se fueron a Viena (1671). Al pasar la
frontera fueron arrestados, acusados de alta traición y ejecutados.
Todos sus bienes -enormes extensiones de tierra, castillos, fortalezas,
palacios, armas, muebles y objetos de arte- fueron requisados, llevados a Viena
o distribuidos entre los súbditos fieles: generalmente nobles de origen
austríaco, checo, etc.
Este episodio no fue novedad para la Europa de
aquella época. La lucha feroz entre los reyes y los señores
feudales estaba al orden del día. Pero en nuestro caso fue
catastrófico porque Croacia perdió dos familias que, siendo de
origen croata, hubieran defendido los derechos y los intereses de Croacia
también en la época nacionalista, como lo hacían los
nobles húngaros. La aniquilación de las familias Zrinski y
Frankopan debilitó a Croacia enormente en un momento crucial. Como ya
mencionamos, treinta años más tarde se produce la campaña
militar del príncipe Eugenio de Saboya y empieza el debilitamiento del
Imperio Otomano. La presencia de estas dos familias, de gran poder
económico y alto nivel cultural, hubiera fortificado mucho la
posición de Croacia y asegurado su normal desarrollo hacia una nación
moderna.
La elección de un húngaro como rey de
Croacia (1102) no tuvo consecuencias nefastas para el pueblo croata. En la
época romántico-nacionalista se derramaron muchas lágrimas
por la derrota del candidato nacional Pedro Svacic en Petrova Gora (1097) pero
en aquel tiempo pocos estados tenían reyes de "sangre
nacional": incluso en Hungría la familia Arpad gobernó
durante 200 años, imponiéndose luego reyes de variadas
dinastías. Los mismos ingleses tomaron en 1714 como rey a un
príncipe de Hannover que ni sabía hablar inglés.
Después del desmoramiento de la parte europea del Imperio Otomano, los
países balcánicos -Grecia, Bulgaria, Rumania- llamaron para ser
reyes a príncipes de otras tierras, mayormente de varias
dinastías alemanas.
En realidad los nobles croatas y húngaros se
entendían bien y lucharon juntos. Lo hicieron contra los enemigos de
afuera (la ciudad de Siget, famosa por la tenaz defensa y la muerte
heróica del ban (virrey) croata Nicolás Zubic Zrinski,
está en Hungría) y contra los reyes en preservación de sus
derechos feudales. La gran disputa entre croatas y húngaros
empezó con el advenimiento de la "resurrección
nacional" a fines del siglo XVIII, cuando los húngaros pretendieron
tener derecho de gobernar Croacia justificándolo por los largos siglos
de reyes comunes.
Cuando los Habsburgo, vencidos en varias guerras en
el exterior, decidieron ceder una parte de sus prerrogativas a los
húngaros, por ser los relativamente más fuertes, para que
también ellos, en su propio interés, defendieran la
Monarquía, se formó en 1867 una especie de federación
"dual" bajo el nombre de "Monarquía
austro-húngara". A la parte húngara se adjudicaron
Eslovaquia y Transilvania mientras que -considerando los viejos lazos de la
corona común entre Hungría y Croacia- el emperador dejó
que estos dos países negociaran la forma de sus futuras relaciones.
En las negociaciones se sintió todo el peso de
las ventajas económicas y culturales de Hungría, que ya 150
años antes había liberado de los turcos la totalidad de su
territorio nacional. También el escaso número de la nobleza de
origen nacional y que fuera y económicamente fuerte. Una debilidad
adicional causó la negativa de Viena de reconocer la unión con
Dalmacia, que había impuesto el ban Jelacic en 1848 cuando la
Monarquía tambaleaba. La costa del Mar Adriático era un bocado
demasiado codiciado por los monarcas de Viena.
En esta situación el compromiso que se
firmó con Hungría en 1868 no satisfacía las pretensiones
croatas. Se esperaba establecer su propio Estado, unido con Dalmacia, y bajo
reyes habsburgos, pero constitucionales (no "por gracia de Dios...").
De todos modos se le reconoció a Croacia la
individualidad estatal y el Sabor siguió funcionando. También el
uso oficial de la lengua croata en todo el territorio nacional.
Luego Croacia obtuvo plena autonomía en los
asuntos internos, en la justicia, cultura y la educación. También
ciertas unidades de ejército (domobrani) tenían oficiales croatas
y el idioma croata como lengua de mando. En el parlamento común en
Budapest flameaba también la bandera croata y los diputados de Croacia
podían usar su lengua en los debates.
Pero quedaron muchos "asuntos comunes" en
Budapest y, desde su posición de más fuertes, los húngaros
pudieron siempre imponerse. Toda la trágica debilidad croata la
demostraba el hecho de que aceptaron que Hungría tuviera el control
financiero, ya que el Sabor temía cobrar impuestos de su empobrecida
población.
Aquí hay que recordar que, en la lucha contra
las aspiraciones húngaras, la minoría ortodoxa -ahora ya serbia-
apoyaba a los húngaros. Un muy odiado ban (virrey) que, con el apoyo de
Budapest pudo mantenerse 20 años, colaboraba con esta minoría de
tal manera que recibió el apodo de "ban serbio". En una
oportunidad, tratándose de la "hungarización" de
ferrocarriles, algunos diputados en el parlamento de Budapest expresaron su
preocupación: temían que el descontento en Croacia pudiera llevar
a la separación. El primer ministro, el conde Tisza, los tranquilizó:
"No tengan miedo por Croacia, señores diputados" dijo:
"para ellos yo tengo un látigo confiable - los serbios". (A
los aristócratas húngaros les encantaba aludir a sus antepasados:
los jinetes nómadas de Asia).
La posición de Croacia en la Monarquía
no era desesperante, pero de ninguna manera satisfacía las aspiraciones
del pueblo: llegar a la plena independencia.
Lo que más ha marcado nuestras relaciones con
Serbia fueron sus desmedidas ambiciones expansionistas. Trátase de un
típico fenómeno balcánico que compartían con sus
dos vecinos: griegos y búlgaros. Parecía que hubieran estado
dormidos durante los 400 años de ocupación otomana y al
despertarse, justo en la época del nacionalismo, empezaron a buscar en
su pasado los años de poder y de extensión territorial más
grande, sin tomar en cuenta su atraso económico y cultural.
Grecia desarrolló un plan irredentista bajo el
nombre "Megali Idea". Esta nueva/antigua Grecia abarcaría
todos los territorios entre el Mar Adriático y el Mar Negro incluyendo
la parte del Asia Menor donde vivía población griega desde los
tiempos antiguos. La capital debería ser, por supuesto, la vieja
Constantinopla, actual Estambul. Algo de esto obtuvieron después de la
dos guerras balcánicas y todavía más al quedar Turquía
derrotada junto con sus aliadas Alemania y Austria en la Primera Guerra
Mundial.
Los vencedores le adjudicaron una parte de Anatolia,
alrededor de la ciudad de Esmirna. Pero la porción adjudicada a los
griegos no les pareció suficiente y trataron de ampliarla militarmente
con la intención de aislar a los turcos y apoderarse luego de toda la
Turquía europea, inclusive Estambul (1922). Contra toda previsión
los turcos, si bien desmoralizados después de haber perdido varias guerras,
tuvieron suficiente fuerza para vencer a los griegos, que huyeron al continente
europeo junto con todos los civiles, mujeres y niños. Se calcula que en
esta oportunidad desapareció un millón y medio de ortodoxos del
Asia Menor.
Fue una lección muy cara. Sin embargo, hace
unos 20 años Grecia nuevamente entró en una aventura militar
tratando de ocupar la isla de Chipre que, por su población mezclada,
tenía un status especial de independencia. Nuevamente los turcos
vencieron, y hay que confiar que la "Megali Idea" esté
definitivamente enterrada.
Los búlgaros tampoco pudieron olvidar las
glorias de los dos imperios que formaron en los siglos X y XIII en gran parte
de la península balcánica. Inclusive su rey Simeón fue
coronado como emperador cuando su poder llegaba hasta los propios muros de
Constantinopla, aunque no pudo realizar su sueño de ser el emperador de
Bizancio. El segundo imperio búlgaro del siglo XIII ocupó
también la mayor parte de la península. Pero ambos duraron poco,
ni 50 años. En realidad pudieron establecerse solamente por debilidades
temporarias de Bizancio.
No obstante, al adquirir en el siglo XIX su
independencia, los búlgaros trataron de realizar en circunstancias
completamente distintas, el viejo sueño de Simeón: apoderarse de
Constantinopla. Su derrota en la Segunda Guerra Balcánica (1913) ante
los rumanos, serbios y griegos -que aparentemente los instigaron a la aventura
para atacarlos por la espalda- les hicieron perder incluso Macedonia, que ya
poseían. Las tentativas posteriores de mejorar su posición
aliándose con las potencias centrales en la Primera Guerra Mundial y con
las Fuerzas del Eje en la Segunda, terminaron en desastres. De todas maneras,
el rey de Bulgaria hasta 1945 (o sea, hasta la llegada de los
soviéticos) ostentaba el título de Zar (emperador).
Los serbios, nuestros vecinos balcánicos
más cercanos, no quedaron atrás. Ellos también tuvieron un
imperio efímero que duró entre los años 1331 y 1355. Si
bien algo menor que la Gran Bulgaria del Zar Simeón, el imperio del Zar
Dusan se extendía a Tesalia, Epir, Albania, Macedonia y Serbia. Lo mismo
que los dos imperios búlgaros este también empezó a
desmembrarse a la muerte de su fundador. Unos 40 años más tarde
lo que quedaba del imperio cayó a manos de los turcos. Fue
después de la derrota en Kosovo Polje (1389), alrededor de la que se
urdieron mitos y leyendas sin ninguna base histórica.
Ya por el año 1844, siendo todavía un
pequeño principado autónomo dentro del Imperio Otomano, Serbia
empezó a forjarse ideas de grandeza. Un funcionario del príncipe Alejandro
Obrenovic imaginó un plan (así se lo llamó) en este
sentido. Si bien elaborado secretamente, su bien definida política de
expansión hizo carne en los círculos intelectuales y religiosos
serbios, que lo apoyaron con estusiasmo y actuaron de acuerdo.
Hoy día los objetivos del "Plan" nos
parecen demenciales: pretendían apoderarse de Macedonia Oriental y
obtener un acceso al Mar Egeo por el puerto de Salónica; luego,
adueñarse de todo Dalmacia y Bosnia hasta una línea en el
noroeste trazada de tal manera que la Gran Serbia incluyera hasta el más
insignificante pueblo donde viviera gente de fe ortodoxa. Belgrado enviaba sus
agentes a Croacia y a Bosnia con el propósito de "despertar la
nacionalidad serbia" en los ortodoxos prometiéndoles un futuro brillante
una vez unidos a su "madre patria". No les preocupaba en lo
más mínimo el hecho de que población católica y
musulmana viviera entre Serbia y los ortodoxos de Bosnia y Croacia.
Era evidente que el genocidio sería el
único método para poder realizar estos planes.
No sorprende que un importante político
serbio, miembro del actual parlamento en Belgrado, haya aclarado
públicamente que "a los croatas hay que sacarles los ojos con
cucharas oxidadas". Tales y peores atrocidades fueron realmente cometidas
en el proceso de "limpieza étnica" como método
inevitable para llegar a los "hermanos" allende el río Drina.
Ya por los años treinta, V. Cubrilovic, un
miembro del grupo terrorista que asesinó al príncipe heredero
austríaco y a su esposa en Sarajevo en 1914, dió una conferencia,
nada menos que en la Sociedad de Escritores Serbios, explicando detalladamente
cuáles eran los métodos de terror que deberían emplear las
autoridades serbias en la región de Kosovo para hacer imposible la vida
de los albaneses (90% de la población) y así expulsarlos. Se
trataba de más de un millón y medio de personas. Si bien
sorprende que tales métodos se expongan públicamente en las
instituciones oficiales de Serbia, hay que recordar que los pueblos
balcánicos no participaron en las corrientes filosóficas y
humanitarias europeas que eliminaron o, por lo menos, mitigaron las crueldades
medievales.
Solamente así puede explicarse un episodio que
ocurrió, hace unos 15 años, durante la visita a Sarajevo del
entonces presidente de Alemania, Dr. von Weissacker. Durante el recorrido por
la ciudad, los anfitriones, llenos de orgullo, lo invitaron a ver el lugar
donde fue asesinada la pareja real austríaca. También
pretendían que visitara el museo recordatorio del atentado y de sus
"gloriosos" perpetradores. Según informaron los medios, los
anfitriones fueron genuinamente sorprendidos cuando el visitante rechazó
indignado tan gentil oferta.
La misma mentalidad la mostró un germanista
serbio, un tal Sljepcevic, al comentar la sorpresa y el asco que le produjeron
a Goethe algunos poemas nacionales serbios. Después de haberse
entusiasmado con la belleza del poema musulmán "La mujer de
Hasan-aga", llegaron a manos del gran poeta y filósofo
alemán aquellos poemas que describían con lujo de detalle los actos
sádicos y aberrantes del héroe nacional serbio, el
"príncipe Marcos". Atrocidades cometidas no solamente contra
sus enemigos masculinos, sino también contra las mujeres; inclusive su
propia hermana y su niño en brazos. El letrado serbio intenta defender a
su héroe nacional: "Goethe olímpicamente no ve o no quiere
ver que Marcos es así porque en el fondo de su alma yace un pesado
sedimento, una ofensa y una cólera insatisfecha e inolvidable -la ofensa
y la cólera de una nación aplastada y ofendida". Subrayé
las palabras "insatisfecha e inolvidable" porque, como hemos visto en
las recientes luchas entre los serbios y musulmanes, el odio y la sed de
venganza persiste hasta hoy. Inclusive, se emplean los mismos métodos
del príncipe Marcos: en un campo serbio de prisioneros musulmanes, el
comandante obligó a un joven enloquecido a arrancar con los dientes los
testículos de sus infortunados compañeros.
Pero la histriónica defensa que el escritor
serbio hace de Marcos descorre la cortina de un ambiente muy peculiar, un mundo
de leyendas y mitos, casi siempre basados en las mistificaciones nutridas por
los intelectuales. La famosa batalla con los turcos en Kosovo Polje, que se
evoca en innumerables canciones glorificando a los combatientes que se
habrían decidido "por el imperio celestial", fue tan
insignificante que después de la lucha el rey de Bosnia, Tvrtko,
confundido, informó a los gobiernos occidentales que la habían
ganado los cristianos. Es cierto que el príncipe serbio Lázaro
(en la poesía nacional le dan el título "emperador")
había perdido la vida; pero su hijo, Esteban Lazarevic -de acuerdo con
las costumbres de su tiempo- enseguida tramó arreglos con los turcos, se
hizo el vasallo del Sultán, mandó a su hermana al harem imperial
en Estambul y peleó con sus tropas al lado de los turcos (aunque su
condición de vasallo cristiano no lo obligaba a pelear contra los
cristianos). Lo malo es que aquellas leyendas y mistificaciones enloquecieron
el pueblo, que incluso hoy quiere erigirse en Vengador.
Indudablemente, una de las causas del sentimiento de
superioridad que se observa en todas las clases sociales de Serbia radica en la
suerte que acompañó sus acciones militares después de
obtener la independencia. Salieron victoriosos de las dos guerras
balcánicas, estuvieron en el lado ganador de la Primera Guerra Mundial.
Inclusive - aprovechando una amnistía de Tito a fines de la Segunda
Guerra Mundial- más de 100.000 cetniks (soldados voluntarios imbuidos
del fanatismo granserbio) se pasaron a los partisanos y así se
proclamaron "vencedores". En realidad habían estado como
pasivos observadores en la Serbia ocupaba por los alemanes, y en muchos casos
habían colaborado con los nazis.
Por otro lado, en Croacia continúa la
confusión con el eslavismo por los motivos que ya hemos mencionado: la
creencia en que todos los eslavos (mejor dicho, los pueblos de habla eslava)
son hermanos, y la necesidad psicológica de pertenecer a un grupo
más fuerte y numeroso.
Serbia supo aprovechar estos sentimientos ajustando
la propaganda a sus objetivos: ya no se habló de la conquista al estilo
del imperio medieval del zar Dusan, sino de la "liberación de los
eslavos del sur del yugo de la Monarquía negro-amarilla" (los
colores de la bandera austríaca). Ahí se produjo un
fenómeno muy interesante: el hombre común en Croacia no se
dejó engañar. Estando, más que los intelectuales, en
contacto con los ortodoxos -ahora serbios- observaba en la vida diaria las
diferencias entre los caracteres y objetivos de las dos naciones. No así
en los círculos intelectuales donde hubo soñadores croatas que
hasta fueron a pelear al lado de los serbios en las guerras balcánicas.
Un episodio que ocurrió en el año 1902
ilustra claramente el estado de ánimo en aquel período: en una
publicación de la minoría serbia en Hungría
apareció un artículo bajo el título "serbios y
croatas" con la tesis de que los croatas "no pueden tener un estado
independiente puesto que no tienen su lengua separada, ni costumbres comunes,
ni conciencia de pertenencia nacional común". El artículo
termina con estas palabras: "Por esto tenemos que luchar hasta la
aniquilación nuestra o la de ellos. Una parte tiene que sucumbir. Que
será la de los croatas está garantizado por nuestra ventaja
numérica, por la posición geográfica, por la circunstancia
de que viven mezclados con serbios y que, de acuerdo al proceso de
evolución, la idea serbia significa el progreso".
Como vemos el escritor enumera algunas dificultades
para la afirmación definitiva de Croacia, que mencionamos también
nosotros. Pero que un "proceso de evolución" le dé
derecho a Serbia a "aniquilarnos" se inspiró en una
teoría racista que fue expuesta en esos años en Austria. La
insolencia de la minoría serbia en Croacia había llegado en esa
época a tal punto que se atrevieron a transcribir este artículo
en una publicación suya de Zagreb sin comentario alguno, como si
representara la opinión de la redacción.
Por supuesto, este desafío a muerte, de parte
de una minoría de inmigrantes, provocó indignación, ira y
revuelta entre los croatas, habiéndose producido varios incidentes:
daños a las propiedades serbias, roturas de cristales de sus negocios,
etc. En una casa con un negocio serbio en Zagreb, vivía con su familia
el conocido político croata Esteban Radic. Sin vacilar él
bajó a la calle y, enfrentándose con la furiosa masa,
gritó que no hay que hacer daño a los serbios, que es cierto que
ellos muchas veces pactan con los enemigos de Croacia, pero que por esto no
dejan de ser "nuestro hermanos eslavos". Hay que perdonarlos, dijo,
como se perdona a los hermanos, y luchar junto con ellos contra nuestros
verdaderos enemigos, que son los húngaros y los austríacos.
Milagrosamente no le pasó nada ni a Radic ni a
su familia. Dos años más tarde él fundó, con su
hermano, el "Partido Campesino Croata" que pronto tuvo una enorme
atracción, llegando a ser el partido más importante, una vez
formado el Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos (después de 1929:
"Reino de Yugoslavia"). La vigorosa lucha que Radic emprendió
contra las injusticias nacionales y sociales, y su excepcional carisma
personal, empezaron a amenazar seriamente la supremacía de Belgrado. Su
acción entusiasta y honesta, al atacar también la
explotación económica de las regiones "allende el río
Drina" (precani) empezó a atraer inclusive a las minorías
serbias en Croacia y Bosnia. Al llegar la situación política a
este punto, un diputado serbio sacó su metralleta en medio del
parlamento de Belgrado y mató a Radic y a dos diputados de su partido,
hiriendo a otros. Todo esto de manera fría y premeditada (1928).
Con esto terminó para siempre la
ficción de la "Hermandad Eslava del Sur" (yugoslava), y la
desunión era solamente cuestión de tiempo.
Contrario a la consternación y
conmoción que la masacre en el parlamento había producido en
Croacia, los serbios no se alteraron para nada; como si hubiera ocurrido un
episodio más, casi normal, en su vida política. El principal
diario del Belgrado, que solía vanagloriarse de sus posiciones
democráticas comentó de manera muy sumaria, al día
siguiente, el sangriento episodio, que había sucedido en una
institución intrínsicamente democrática como era el
parlamento: "El señor Radic trató de pelear contra el
Estado, pero el Estado fue más fuerte". El cínico comentario
es un típico rasgo balcánico: en la lucha por el poder, cualquier
método, aún el más repugnante, es lícito, y ni
siquiera es necesario taparlo o suavizarlo. Los poemas nacionales serbios
reflejan fielmente este espíritu.
La vecindad con Serbia, con su secuela de dolores y
de sangre, atrasó la independencia nacional croata; pero uno se pregunta
si el relativamente corto episodio yugoslavo, de 70 años, no fue un paso
necesario para que la Croacia milenaria se ubicara definitivamente en su lugar
de nación libre entre las naciones libres de Occidente.
Bajo tantas circunstancias adversas parece un
verdadero milagro que Croacia finalmente haya logrado liberarse y formar su
estado independiente. Pero, aparte de la ayuda del cielo, que se evocaba en
tantas ocasiones patrióticas croatas, hubo evidentemente factores de
este mundo que ayudaron a vencer y que prevalecieron sobre todas las
adversidades mencionadas en el texto precedente.
Señalaré los tres más
importantes:
La asamblea de los nobles, bajo el nombre de Sabor,
se conocía desde el tiempo de la llegada del pueblo croata a nuestra
actual patria, hace unos 1400 años. Evidentemente ellos ya tenían
un sentimiento de pertenencia mútua que se parecía a nuestro
moderno patriotismo. Luego, al afirmarse el feudalismo como sistema
prevaleciente en todos los estados europeos, el mismo proceso ocurrió
también en Croacia; de los relativamente igualitarios poseedores de las
tierras conquistadas, algunos adquirieron más bienes y se convirtieron
en grandes señores feudales, introduciéndose también las
demás reglas que en tal sistema regían. No hay pruebas, pero hay
indicios de que en la gran contienda del siglo XI después de la muerte
del último miembro de la dinastía Trpimirovic de origen croata,
Pedro Svacic, fue el candidato de la antigua nobleza igualitaria. Los
señores feudales del norte, ya imbuidos de las nuevas ideas, no tuvieron
reparos en elegir para su rey a un extranjero (en este caso un húngaro)
con tal de tener garantizados todos sus derechos y privilegios. Además,
el candidato húngaro, Koloman, era sobrino del último
Trpimirovic. De todos modos él firmó el conocido documento
"Pacta conventa" de 1102 reconociendo a Croacia como un separado
"país de la corona húngara", gobernado por el ban que
actúa como representante del rey.
De cualquier modo, durante toda su existencia -sea en
su forma antigua, en la feudal o en la burguesa, incluyendo el período
de su desesperada lucha con los turcos- el Sabor, en todo momento necesario,
evocaba la soberanía del Reino de Croacia. "Regnum regni non
prescribit leges" (un reino no puede imponer leyes a otro reino) fue la
famosa fórmula que invocaba el Sabor siempre que el parlamento
húngaro trataba de introducir algún cambio en contra de los
intereses de Croacia. De esta manera el Sabor no fue solamente defensor de los
privilegiados de la nobleza, sino también importantísimo
símbolo -símbolo vivo- de la identidad nacional croata.
Por primera vez en su historia la institución
fue eliminada en el momento de la unión con Serbia en 1918. Pero al
empezar, casi de inmediato, la lucha contra el centralismo impuesto por
Belgrado, mi generación tiene vivos recuerdos que en los escritos, en
las asambleas espontáneas o reunidas ad hoc, como también en las
manifestaciones callejeras, las exigencias y los gritos que se escuchaban
después de: "Libertad, libertad" siempre fueron: "Sabor,
Sabor!".
Efectivamente el Sabor croata, como testigo milenario
de la nación, fue, por su mera existencia, un faro dentro de la
confusión del "mundo eslavo" o las pretenciones de afuera.
Este sentimiento está profundamente enraizado
en el pueblo croata. Unía espiritualmente a los croatas del norte
panónico, con los de las montañas dináricas y los del sur
adriático; o sea los tres grupos cuyas diferencias culturales y
psicológicas que actuaban a veces en dirección centrifugal. Pero
el sentimiento común de pertenencia al Occidente producía la
necesaria homogenización del país resquebrajado y dividido en
dos, tres zonas.
Todos los visitantes de Croacia, científicos o
periodistas extranjeros, observan el categórico rechazo de toda la
población si tratan de clasificarlos, a ellos o a su país, como
"balcánicos". Es el fuerte sentimiento que ignoraban los
confundidos visionarios de la "hermandad eslava" desde el siglo XIX,
pero que irrumpió con todas sus fuerzas después de la
desafortunada unión con Serbia.
Eslovenia, nuestra vecina del oeste, de habla eslava,
comparte y compartía este sentimiento. Tal vez sin querer lo
atestiguó, nada menos que el conocido escritor serbio y ex presidente de
la nueva República Yugoslava, D. Cosic. El comentó, hace algunos
años, que siendo todavía miembro del Comité Central del
partido comunista yugoslavo el destacado líder comunista esloveno,
Eduardo Kardelj, le había confiado en una oportunidad: "Cuando
desaparezcan las fronteras nacionales de Europa, nosotros, los eslovenos, nos
acercaremos, por nuestras afinidades culturales, a los austríacos y a
los italianos mientras que ustedes, los serbios, se unirán a los griegos
y a los búlgaros, a quienes pertenecen por su historia y cultura".
Evidentemente en aquel entonces el camarada Kardelj,
creía que las fronteras estatales serían borradas por el
comunismo. Pero de todas maneras sus palabras resultaron proféticas: el
proceso que él había previsto empezó a realizarse delante
de nuestros ojos; Eslovenia impacientemente espera su admisión a la
Comunidad Europea, lo mismo que Croacia.
Esteban Radic, el presidenee del Partido de los
Campesinos y el más importante político croata en la primera
Yugoslavia (1918/1928, o sea hasta el año en que empezó la
dictadura del rey Alejandro) ya desilusionado de sus "hermanos
eslavos", escribe en el diario que llevaba en la cárcel, del
día 6/4/1920, que la idea de la unidad nacional debe ser basada sobre la
cultura y menciona el ejemplo de los suizos, que hablan el francés pero
no quieren ser franceses. (El ejemplo de Suiza, además, demuestra
cómo las mentalidades e intereses de los montañeses prevalecieron
sobre sus tres idiomas, aún estando al lado de poderosos centros
idiomáticos como Francia, Alemania e Italia). Parece que algo se
rompía en el alma del Radic, el viejo eslavófilo, cuando al final
de este día escribe: "Toda nuestra historia es un gran plebiscito
en favor de la cultura occidental".
Este "plebiscito" fue, sin duda alguna, el
segundo factor importente para la cohesión de Croacia.
En el texto anterior mencioné que las tierras
despobladas al retirarse la marea turca habían sido pobladas por gente
de diversos pueblos europeos: alemanes, checos, austríacos, etc. Su
lealtad hacia su nueva patria, Croacia, e inclusive su croatización,
muchas veces ya en la primera generación, se debe al mismo factor. Ellos
venían del oeste y, viviendo en Croacia, estaban en el Occidente.
Distinta fue la situación de los ortodoxos.
Siendo o no de origen valaco, por su pertenencia religiosa se sentían
atraídos por Bizancio y, luego, por Moscú, la "Tercera
Roma". Este sentimiento los diferenciaba profundamente de la
población croata y está en la raíz de los terribles
problemas que trajo la unión yugoslava al pretender unir los dos mundos.
Varios analistas políticos consideran que la famosa ruptura con la Unión
Soviética (1948), que tanta ventaja material y publicidad favorable
dió a Yugoslavia, se pudo producir solamente por estar al frente del
partido comunista el croata Tito. Un serbio, por más comunista e
internacionalista, nunca hubiera podido oponerse a la "Madre Rusia",
sentimiento de lealtad que tiene inculcado desde la cuna.
Al hablar de la importancia de la cultura que por
supuesto incluye la religión, creo útil mencionar, en pocas
líneas, otro fenómeno que se dio en Bosnia respecto a la
población que, hace más de cuatro siglos, se había convertido
al mahometanismo. Al ser Bosnia nuevamente unida con Occidente (militarmente en
1878 y políticamente en 1908), ya en plena época del
nacionalismo, los intelectuales y los políticos musulmanes se
consideraban de nacionalidad croata, e inclusive, enfatizaban sus deseos de
pertenecer a Occidente.
Al formarse en 1918 el Reino de Serbios, Croatas y
Eslovenos, 24 diputados musulmanes fueron elegidos para la Asamblea
constitucional. Veintitrés de ellos se declararon croatas, y uno,
serbio. Ahora bien, los representantes políticos en aquel momento
pertenecían a la clase alta, mayormente a la nobleza, los
"begs", que históricamente procedían de la aristocracia
croata católica. En cuanto a cuestiones religiosas eran tolerantes y,
algunos, indiferentes.
Distintas fueron las capas sociales más bajas
que se adherían fuertemente a su religión y que, al subir, con el
tiempo, socialmente y políticamente, empezaron a dar su sello a toda la
población musulmana. A pesar de sus facciones de origen norte-europeo -
mucho más que los búlgaros o serbios- siguiendo su
religión se sentían atraídos a los países
islámicos; especialmente cuando ellos fueron los únicos en darles
ayuda y sostén en la terrible desgracia de esta última guerra.
Ahora están en una situación sui
generis, inexistente en cualquier otro lugar del mundo: de ser "croatas de
fe musulmana" se convirtieron en "musulmanes" a secas, en
"Musulmanes" con mayúscula (lo que debería significar
nacionalidad) y ahora sus políticos les enseñaron que deben
llamarse "bosniacos" que tampoco es una solución, ya que
muchos son de Hercegovina, una provincia tan histórica como la misma
Bosnia. Además, el mismo nombre se da a los croatas y serbios de Bosnia.
Esto demuestra el daño que produce el hecho de
pertenecer, al mismo tiempo, a dos mundos marcadamente distintos: a uno, por su
origen europeo; y al otro, por su religión oriental. Confío que,
con el tiempo, reasumirán la posición prooccidental de sus
estratos superiores y creo que su religión, por ser universalista, no
representará ningún obstáculo. Pero una cosa es segura:
todos nosotros debemos acompañar este proceso con simpatía,
tratando de entender que no hay moldes fijos en la vida social y que no todo el
mundo tiene que adoptar aquellos conceptos del nacionalismo que se establecieron
en Europa durante los últimos dos, tres siglos.
Como regla general creo que los grandes hombres de la
historia son un producto de su tiempo. Sin embargo, estoy convencido de que el
político y escritor croata del siglo pasado, Ante Starcevic, que con
derecho lleva el título de "padre de la Patria", pertenece a
los pocos que, influyendo fuertemente en la formación de la corriente
política, lograron cambiar su rumbo. Visualizo a Starcevic como una roca
surgida del lecho del río, que con su inmovilidad y constancia cambia la
dirección del mismo.
Durante más de 50 años de acción
política su prédica constante fue que los croatas no tienen que
ceder derechos a los Habsburgo o a los húngaros, como tampoco hay que
buscar apoyo de los otros pueblos que hablan idiomas eslavos. El glorioso
pasado croata tiene que llenarlos de orgullo y darles fuerzas para vencer,
ellos solos, las dificultades. De todos los "eslavos del sur"
solamente los croatas son una nación en el verdadero sentido de la
palabra: llegaron del norte y conquistaron su actual tierra bajo el nombre
croata, el mismo que tenía en su territorio original, al norte de los
Cárpatos.
Todos los demás pueblos de habla eslava en el
sur de Europa recibieron sus nombres de acuerdo a las nuevas circunstancias:
los eslovenos, por hablar un idioma eslavo al lado de sus vecinos de habla
alemana; los bosníacos por vivir alrededor del río Bosnia; los
macedonios por ocupar la antigua Macedonia; los serbios se llamaron al
principio rasani por el río Rasa, sede de su dinastía medieval;
y, finalmente, los búlgaros tienen el nombre de la tribu asiática
que los había gobernado. Solamente los croatas impusieron su nombre a
las viejas regiones: Panonia, Iliria, Dalmacia, Istria, etc.
Hoy día, estos argumentos podría
parecernos un tanto candorosos pero en la época del "despertar
nacional" cumplían el objetivo de Starcevic: hacer de Croacia el
hogar de hombres libres y honestos, orgullosos de su origen.
Pero este "nacionalista", aparentemente tan
pronunciado, no pretendía una expansión desmedida del territorio
nacional. No tiene los rasgos del nacionalismo salvaje balcánico. Al
contrario: en una oportunidad escribió que "no importa que Croacia
tenga una hora de ancho y una de largo; lo esencial es que sea un libre hogar
de gente feliz".
A los croatas que se arrodillan frente a los enemigos
de Croacia los llamó despectivamente "slavo-serbi". Este
término tiene reminiscencias a los "eslavos" y
"serbios", pero él los usaba contra los croatas serviles. No
había en él intolerancia nacional o religiosa. Su madre era de fe
ortodoxa y, de sus dos sucesores, su sobrino y un croata de origen
judío, él se inclinó hacia el último.
Sonó la restauración de la
soberanía croata como una revolución ética: un patriotismo
ético y elevado emancipará a la Nación por sí solo,
ya que ni los Habsburgo, ni los húngaros u otros extranjeros, incluidos
los de habla eslava, encontrarían en Croacia aliados o alguien que los
obedeciera. Cuando los Habsburgo, después de las derrotas militares en Italia,
se vieron obligados a reorganizar la Monarquía, convocaron al Sabor en
Zagreb (1861) donde se discutió si a Croacia le convenía aliarse
con Viena o establecer los viejos vínculos con Hungría (que en
los tiempos del feudalismo funcionaron bastante bien).
Starcevic habló en el Sabor brillantemente,
evocando las viejas glorias del Reino croata y la necesidad de renovarlas. Por
lo tanto, no ir a Viena ni a Budapest. La felicidad del pueblo croata se
logrará solamente en su estado independiente. El discurso fue recibido
con entusismo: los diputados se levantaron de sus asientos para aplaudirlo,
pero en la votación se buscó una solución realista: la
mayoría opinó que más convenía revivir los
vínculos con Hungría. Starcevic volvió a casa
profundamente entristecido. Se dice que, a la mañana síguiente,
amaneció completamente canoso.
Starcevic nunca llegó a casarse, pero tuvo una
amante en la que pensaba día y noche y a la cual dedicó su vida
entera: su patria, Croacia.
Si bien en el Sabor y en otras manifestaciones
políticas, prevaleció lo que se llamó el
"realismo" frente a la débil posición económica
y cultural, a mediados del siglo XIX, la prédica de Starcevic fue
imperecedera. Tanto los que creían en una alternativa, como
también aquellos que creían en segundas o terceras, sabían
que en cualquier caso habría que ir hacia una Croacia digna de su pasado
o sea, ser dueña de su destino.
El más importante literato croata de las
últimas décadas, Miroslav Krleza, de ideas izquierdistas pero
antiestalinistas, que tuvo una enorme influencia en la juventud izquierdista
croata entre las dos guerras mundiales, era un gran admirador de Starcevic,
habiendo escrito bellísimas páginas sobre él. Esto,
indudablemente, tuvo en efecto importante y perdurables en las mentes de sus
discípulos, participantes en el régimen comunista.
Por esto, al cambiar el clima político en los
países comunistas europeos, ellos se plegaron, de inmediato, a las
demandas para la democratización y para la devolución de los
derechos de Croacia. Esta actitud los acercó a la oposición
silenciosa -más bien silenciada y encarcelada- como también a los
croatas que por motivos políticos vivían en la diáspora.
En relativamente poco tiempo, si bien con enormes sacrificios, estas fuerzas
combinadas logran obtener los dos objetivos marcados por Starcevic: la
democratización de la vida política y la restauración de
su Estado independiente.
CHRISTOPHE DOLBEAU, LYON (Segunda parte)
El capítulo anterior nos ha permitido evocar ciertos sucesos y personajes que han marcado en forma especial las relaciones entre Francia y Croacia en los planos diplomático y político. Este panorama rápido no estaría completo si omitiéramos interesarnos también por los temas culturales, es decir la literatura, las ciencias y las artes, tres dominios en los que hubo intercambios desde muy temprano... La publicación del trabajo de Christophe Dolbeau finalizará en el próximo número.
Sabemos que los franceses y los
croatas se encontraron por primera vez en ocasión del paso por Dalmacia
de la Primera Cruzada (1096-1097)[10],
y ese fue un encuentro exclusivamente con las armas en las manos. La venida, en
1202, de la Cuarta Cruzada no ha significado ningún progreso (pillaje de
Zadar), y los cronistas (Villehardouin, Robert de Clari) los trovadores (Conon
de Béthune, Gui de Couci) se han dedicado a informar sobre las
hazañas guerreras. Nos es permitido con todo pensar que fue en el siglo
XII que la influencia intelectual francesa comienza a hacerse sentir, por
vía de los juglares ("joculatores") que recorrían
Italia, y que se encuentran y tienen contactos con sus homólogos croatas[11],
antes de proseguir sus viajes a las Cortes del interior de los Balcanes. Hay
también gyrovagues que recorren toda Europa llevando con ellos un poco
de la cultura de sus regiones de origen[12],
y seguramente algunos eruditos a quienes el gusto de la aventura condujo a las
costas del Adriático[13].
En el siglo XII, por ejemplo, los primeros sainetes
franceses llegaron a las diócesis de Zagreb, traídos por
eclesiásticos. Se trataba de representaciones litúrgicas
destinadas a entretener y a edificar a los fieles, oficios religiosos
dramatizados que se celebraban en los parvis atrios de las iglesias.
Según los medievalistas, estas piezas de teatro probablemente fueron
introducidas en Croacia por los benedictinos o los cistercienses que estaban de
paso, como ese Tractus Stellae, representado en Epifanía, y que fue
representado por primera vez en Roven bajo el título de Stellae
Officium. Estos benedictinos son también quienes indujeron al clero
croata a adoptar el rito litúrgico conocido como gorziensis, que fue
introducido en Hungría a comienzos del siglo XI por el abate Ricard, un
monje de la abadía de Gorze (cerca de Metz, en Moselle)[14].
Respecto de la misma época, ciertos
especialistas evocan también la influencia, supuestamente más que
demostrada, que habrían tenido los bogomilos de Bosnia sobre los
cátaros del sudoeste de Francia y sobre los patarenos de Lombardía.
En una carta de 1223, el legado pontificio Conrad d'Urach por ejemplo: ataca al
obispo albiginense Barthélemy de Carcassonne y a los heréticos
que habían reconocido como pontífice a "un herético
que residía en el territorio de los búlgaros, en Croacia y
Dalmacia"[15].
Originario de Sveti Petar u Zumi, en Istria, Hermann
el Dálmata fue a estudiar a París, a comienzos del siglo XII. Fue
notablemente uno de los primeros sabios croatas que fueron a Francia.
Acompañó a Robert de Rétines en sus viajes y vivió
un tiempo en España donde se familiarizó con la lengua
árabe. Por pedido de Pedro el Venerable, abad de Cluny,
contribuyó a la traducción del Corán[16]
así como también de textos de Albousnassar y de las tablas
astronómicas de Al-Khovaresmi. A él se debe también un
Tractatus contra Mahometanos, un De Essentiis (1143) y una versión del
Planisferio de Ptolomeo (Toulouse, 1143).
A partir de mediados del siglo XIII, la Sorbona pasa
a ser un polo de atracción cultural y religioso que no deja indiferentes
a los jóvenes clérigos croatas (dominicos y franciscanos). Los
archivos de la venerable universidad revelan, en efecto, que muchos de ellos
vienen a hacer sus estudios o a perfeccionar sus conocimientos [17]
Entre los más conocidos, citemos a Augustín
Kaotic (dominico, futuro obispo de Zagreb y adversario de Charles-Robert
d'Anjou, beatificado en 1702), Paulus Nicolai de Sclavonia (que querella
durante diez años con la administración de su Colegio), Iohannis
de Ragusio o Ivan Stojkovic (futuro cardenal, adversario de los Husitas y
discípulos de Gerson, seguidor del antipapa Félix V, autor de un
Tractatus de Ecclesia), Miho Dubrovcanin (Michel de Raguse), Juraj Dragisic
(franciscano, futuro arzobispo, defensor de Pico de la Mirandola y de
Savonarola)[18], Ludovik Crijevic Tubero
(autor de Commentaria Suorum Temporum, Petar Gucetic Dragojevic (futuro obispo
de Ston, apodado "doctor illyricus", Bonifacije de Stephanis Drkolica
(franciscano, futuro delegado al Concilio de Trento), Tranquilleus Andronicus
de Dalmacia, Michael Goergii de Traguario, Marcus et Benedictus de Syremio,
Cosmas Symonis, etc. Algunos quedaban como profesores, como Benko Benkovic
(monarcha scientiarum), Marijan Bondenalic o Georges d'Esclavonie.[19]
Además de estos estudiantes y de estos profesores que
han probablemente contribuido a difundir la cultura francesa en su país,
la historia recuerda también los nombres del arbobispo Ilija Saravic que
había vivido en Avignon, que estaba ligado a Benedicto XII (Jacques
Fournier) y que hablaba el provenzal, y también el del médico
francés Garamond que ejerció en Dubrovnik (1322-25)[20].
Por otra parte, este período "Angevino" (1308-1382) vió
desarrollarse una cierta forma de francofonía en Croacia:
"Recuérdese, escribe Branko Franolic[21],
que una suerte de idioma híbrido, llamado lingua francogallica o en
forma abreviada gallica, era hablada por uno de los cuatro grupos
linguísticos y étnicos que componían en esa época
la población de Zagreb."
A pesar de la atracción de París para los
intelectuales croatas, es la influencia italiana la que es la más
importante del otro lado del Adriático. En primer lugar es la moda de
los laudi y de las oraisons, de traducciones adaptadas de la Legenda Aurea de
Jacques de Voragine o de tratados de moral como Fiore di Virtu de Tommaso
Gozzadini. Poco a poco, empero, la gesta francesa arriba a Croacia. "Los
croatas, subraya Deanovic[22],
conocieron muy tempramente las chansons de geste y los novelas denominadas
antique o courtois de la literatura francesa medieval, para adaptarlas a su
propio idioma". Al lado de la Somme la Roi (1279), una compilación
educativa de Frere Laurent (Laurent du Bois), confesor dominico de Philippe III
el Atrevido, que conoció una cierta fama, los lectores croatas se
apasionaron luego por el Roman de Troie, el ciclo de Guillaume au Court Nez,
Beuve de Hantone[23] o los héroes del
ciclo carolingio. Así, el personaje de Roland, transformado en Orlando,
tuvo un gran éxito en Dubrovnik[24].
Muy apreciados en Dalmacia, estos textos y estos personajes
se encuentran en el origen de la epopeya nacional croata: "Es muy posible,
sugiere M. Deanovic[25],
"que ese contacto con la literatura cavallaresca franco-italiana fuera la
chispa que hiciera nacer las poesías originales y nacionales de los
croatas y de los serbios, en las cuales ellos encontrarían las
expresiones adecuadas de sus personalidades".
En la segunda mitad del siglo XV, la personalidad
más eminente fue sin duda aquella de Francesco da Laurana (hacia 1430 -
hacia 1502), arquitecto, grabador y escultor dálmata que viene a
trabajar a Provence, a la Corte del Bon Roi René. Instalado en Avignon,
se casó con la hija del pintor Jean de la Barse. Francia conserva de
él varias medallas (Charles IV de Anjou, el Rey René, Jeanne de
Laval), el "yacente" de Jean de Cossa (Tarascon) y la tumba de
Charles IV (Le Mans, 1475). Fue también Laurana quien decoró, con
Tomaso Malvito, la capilla de San Lázaro de la iglesia de la Mayor
(Marsella, 1477) y que realizó el retablo Portement de Croix de la
Iglesia de San Didier en Aviñon.
No se conoce empero otros nombres de esa época
ya que la mayoría de los hombres de letras y de los artistas parecen
haber sido atraídos por Italia, donde el Renacimiento estaba en su
apogeo, más que por Francia[26].
La imprenta, que conoció un
progreso formidable, atrae a algunos artesanos croatas como Jacques Moderne
(Iacobus Modernus de Pinguento), nativo de Buzet en Istria. que editó
una cincuentena de partituras musicales en Lyon[27],
y Dobric Dobricevic (Boninus de Boninis) de Dubrovnik, que viene,
también él, a trabajar a esa misma ciudad de Lyon donde edita un
Aesopus Moralisatus, varios Cantica y la Commedia del Divino.
Desde hace mucho tiempo, un cierto número de
artesanos y de artistas franceses (como el maitre Jean de Vienne) aparecen en
Croacia, y en el siglo XVI, las crónicas de Dubrovnik señalan la
presencia en la ciudad de San Blas del músico francés Pierre
Lambert (1556) así como la del médico Gaudence Muret (en 1584-86)
cuya hija se casó con el poeta Oracije Maibradic en 1603.
En literatura, la moda de la época es la
poesía macarrónica (Liompardi) y el petrarquismo del cual uno de
sus chantres más hábiles, Dominko Ranjina (Ragnina), será
traducido al francés por el famoso plagiario Philippe Desportes
(1450-1606). Más importante todavía, la obra de Marko Marulic
(1450-1525) la célebre De Institutione Bene Vivendi per Exempla
Sanctorum (seis volúmenes y setenta capítulos), fue impresa en
París en 1585 y en 1586. La obra entra en la Biblioteca Real,
quizá también a Port- Royal, y obtiene una gran
repercusión entre las elites francesas.[28]
También en el siglo XVI Francia toma posesión
de un documento muy curioso, el Evangéliaire de Reims, del cual por lo
menos una parte podría tener un origen croata. Ofrecido en 1574 a la
catedral de Reims por Louis de Guise, Cardenal de Lorraine, que lo
habría recibido como regalo del Patriarca de Constantinopla, este
leccionario recibió el apelativo de "Texte du Sacre" debido a
que varios reyes de Francia (Charles IX, Henri III, Louis XIII, Louis XIV)
posaron sus manos sobre él para prestar juramento. Decorado con oro,
piedras preciosas y reliquias[29],
está compuesto de dos manuscritos distintos y autógrafos. Uno
está en escritura cirílica y el otro en caracteres
glagolíticos o ilirios.
La aclaración de esa segunda parte del libro provee
algunas informaciones sobre su redacción: "El año del
Señor de 1395, dice, estos Evangelios y Epístolas son escritos en
idioma eslavo. Ellos deben ser cantados durante el año, mientras que el
abad oficia pontificialmente. En cuanto a la primera parte de estos libros,
según el rito ruténico; ella está escrita de la propia
mano de San Procopio, abad. Y este texto ruténico fue ofrecido por el
extinto Charles IV, emperador de los Romanos, a los eslavos de este monasterio
y en honor de San Jerónimo y de San Procopio"[30].
Esto parece aclarar de forma satisfactoria el origen
de la parte más antigua del leccionario que dataría por lo tanto
del siglo XI, época en la que Procopio vivía en Bohemia[31];
en cuanto al texto glagolítico, quizá escrito a mano en la isla
de Krk o en un monasterio checo, su redactor permanece anónimo, y es
posible que haya sido a realizado por un escribiente croata[32].
En el paso entre los siglos XVI y XVII, aparece un
científico extraordinario, Marin Getaldic o Ghetaldi (1566-1626) que
permanece mucho tiempo en París para proseguir investigaciones en
matemáticas al lado de Francois Viete. Alumno de Clavius y de Michel
Coignet, Getaldic es amigo de Grinberg y de Anderson[33],
y se carteaba frecuentemente con Galileo. Paralelamente a la edición de
ciertos trabajos de Viete que a veces completa (en particular en Suplementum
Apollinii Galli), publica varias obras que anuncian los descubrimientos de
Descartes, Fermat y Desargues[34].
Apasionado de Apollonius de Perga, le consagra dos
libros[35],
pero su obra magna es el famoso De resolutione et compositione mathematica, una
obra póstuma (1630) con la que se ubica como pionero de la
aplicación del álgebra a la geometría.
Getaldic no fue el único sabio croata que vino
a Francia o que mantuvo relaciones privilegiadas con los medios intelectuales
franceses. Pionero de la disección y autor de De praxi medica (1696), el
célebre médico Georges Baglivi (1668-1707), profesor del College
de Sapience y médico personal del Papa adquirió, también
él, una reputación tan grande que la Academia Francesa lo adopta
como miembro de honor. Baglivi precedió en algunos lustros a su
compatriota de Dubrovnik, Anselmo Banduri (1675- 1743) que se destaca en
numismática antigua y entra en la Academia de Inscripciones y Medallas
en 1715.
Recomendado por Cosme III de Medicis, gran duque de
Toscana, a Mabillon y Montfaucon que lo reciben en 1702 en la abadía de
Saint-Germain-des-Prés, Banduri comienza a suscitar el entusiasmo de sus
protectores.
"Los bellos talentos de este religioso, escribe
Montfaucon (18 de septiembre de 1712), son conocidos por todo el mundo... Y lo
que tiene de mejor es que su dedicación al estudio no disminuye en nada
su atención a los deberes de su estado, y que él marcha siempre a
un paso igual en las ciencias y en las rutas que nuestra profesión les
ha prescripto"[36].
Ayudado por Jean Boivin y Nicolas Clément,
conservadores de la Biblioteca Real, publica diversos trabajos consagrados a
Petrarca, Teodoro de Antioquía, San Atanasio o San Dalmacio. En 1705,
publica un estudio remarcado sobre San Nicéforo (Conspectus operum
Sancti Nicephori), preludio a su obra principal, el Imperium Orientale, cuyos
dos volúmenes aparecen en 1711-1712. Protegido por la rica duquesa viuda
de Orléans (Charlotte-Elisabeth de Baviera) y por su hijo de
quién era confesor[37],
cada vez más independiente de su orden y de sus primeros tutores,
continúa sus investigaciones y publica todavía dos obras
importantes, Biblioteca nummaria sive auctorum qui de re nummaria scripserunt y
sobre todo Numismata Imperatorum Romanorum a Trajano Decio ad Paleologos
Augustos (1718). A partir de entonces, y sin que se sepa por qué,
Banduri no publica nada más; ya célebre, se contenta
aparentemente en llevar una vida mundana y bastante disoluta que termina con enturbiar
la relación con sus primeros amigos y con la jerarquía. "Los
primeros años, se queja el padre Charles d'Issard (1° de mayo de
1719), él se conducía de manera bastante regular, pero
después, su conducta fue muy diferente, de suerte que como él
lleva nuestro hábito, nuestros superiores tuvieron la
mortificación de recibir diversos reproches de aquellos que
sufrían que uno de nuestros religiosos corra por toda la Corte y por la
ciudad; y que nosotros no pongamos ningún orden. Desde hace un
año o más, jamás lo vemos en nuestra iglesia. No asiste a
ningún ejercicio regular. Nosotros no sabemos dónde dice la misa,
ni dónde se confiesa. El está todo el tiempo con los seculares,
come con ellos en contra de nuestra santa regla y los estatutos de nuestra Congregación.
En otras palabras sólo tiene de religioso el hábito"[38].
Por escandalosos que hayan sido, esas travesuras no impiden
que Dom Banduri sea designado anticuario y bibliotecario del joven duque Louis
d'Orléans[39], ni de recibir hasta su
muerte una buena pensión y vivir en Port-Royal.
Es claro que estos grandes embajadores de la cultura croata,
por eminentes que hayan sido, no constituyen más que un sólo
aspecto de una cooperación intelectual que se confirma y diversifica a
lo largo de todo el siglo XVII. En efecto, si bien fue a Paris donde Gjuro
Dubrovcanin viene a editar sus Epistolae Mathematicae (1680) es en
Wiener-Neustadt y en una celda austríaca, que Fran Krsto Frankopan
traduce el George Dandin de Molière, entre el 18 de abril de 1670 y el
30 de abril de 1671, fecha de su ejecución. (El original es de 1669). Si
trabajó a partir del texto francés o de su traducción
alemana, nadie lo podrá decir con certeza. No es imposible, en todo
caso, que haya conocido la lengua francesa que ciertos hombres de la cultura
croata comenzaban a practicar.[40]
Otras traducciones indican un aumento del interés
croata por la literatura francesa; ellas nos son conocidas gracias a los
catálogos de las bibliotecas.
En Dubrovnik por ejemplo: (donde los archivos califican a varios residentes extranjeros de "Gallus, habitator Ragusii") el catálogo de los franciscanos dan cuenta de un manuscrito intitulado Provodje od redovnica izvadjen iz djela S. Franceska od Sales, izgovoren iz jezika latinskoga po D. Mihu Pucicu, kanoniku, es decir La conducta de los religiosos, tomada de la obra de San Francisco de Sales, y traducido del latín por Miho Pucic, canónigo. Según Pavle Popovic, se trataría de una traduccion de la Introducción a la vida devota o del Coustumier et directoire pour les soeurs religioses de la visitation de Sainte Marie. Una versión completa, pero más tardía (1724), de la Introducción a la vida devota (Uvodjenje u zivot bogoljubni), figura también en el mismo catálogo, ésta se debe al padre Giancarlo de Angeli (1685- 1750), célebre traductor de Métastase.
Esta predilección por la cultura francesa se
va a afirmar durante el curso del siglo XVII, y los catálogos de las
bibliotecas nos proveen también aquí de información
valiosa. En el catálogo de los jesuitas de Zagreb, inventariado en
momentos de la disolución de la orden (1773), se encuentran obras de
Corneille, de Moliere y del escritor de tragedias Nicolas Caussin.[41]
Se encuentra también una
pieza de Nicolas Périn (1567-1638), Schola urbanitatis sive communis
vitae inter homines morum elegantia (Zagreb, 1719), así como la
traducción, impresa en croata (en Graz, 1778) del Lysimachus, una
tragedia de Charles de la Rue (1643-1725) cuya première tuvo lugar en
Caen en 1670.
En el otro extremo del país, en Dubrovnik,
ciertos eruditos parecen ya conocer suficientemente el francés[42]
como para emprender la traducción de obras francesas. Ese es el caso,
por ejemplo, del jesuita Ivan Marija Matijasevic que extrae de los textos del
obispo Joseph Languet de Gergy[43]
para componer su Srce Jezusovo (1783). Tal es el caso igualmente de Juro
Matijasevic (1670-1728), de Domenico Bianchi (1687-1723), de Frano Jero Bunic
(1687-1749) o de Ignjacio Djurdjevic (1675-1757), todos miembros de la Academia
de los Ociosos (Akademija Ispraznih), que encara la traducción de las
Lettres de Guez de Balzac, de obras piadosas de Francois Nepveu[44]
o las monografías del abate Prévost.
Buen conocedor de Pascal y traductor de Marc-Antoine
Gigues, Djurdjevic termina él mismo, en nombre de la tradición
italianizante, por revelarse contra esta moda francesa (la francesaria o
francezaria) que invadía su ciudad al punto de subyugar totalmente a los
hombres de letras...
Una de las manifestaciones más destacadas de
esta francezaria reside indudablemente en la traducción y la
adaptación de la mayoría de las obras de Molière por un
pequeño grupo de hombres de letras de Dubrovnik. Se trata de un
fenómeno único donde, como afirma Mirko Tomasovic, se dió "una
comunicación excepcional entre dos literaturas distintas en los planos
del idioma y de la tradición, y por el intermedio de un gigante de la
comedia"[45].
Concretamente, son veintiséis textos de
Poquelin que también son traducidos y adaptados para ser representados
en el teatro de Orsan[46]
por el pequeño grupo de teatro de Marin Tudisevic. Traductor principal,
este último anima un equipo muy dinámico donde se destacan los
nombres de Ivan Bunic Sarov, Jozo Betandic, Ivo Franatica Sorkocevic y Petar
Boskovic. Extremadamente fecundos, estos jóvenes escritores no se contentan
con imponer sus molijerade; algunos de entre ellos emprenden otros trabajos,
como I.F. Sorkocevic y Bizarro que comienzan a traducir al italiano L'esprit
des Lois y la tragedia Eryphile (Voltaire), o Petar Boskovic que encara la
traducción al croata del Cid de Corneille. Miko Proto realiza, por su
parte, la adaptación del Pathelin de Brueys y Palaprat[47];
croatizada bajo el título de Poksinokat, esta pieza fue presentada en
escena en 1792 (el original francés data de 1756) y ella marca el fin de
la dominación indisputada del teatro francés en Dubrovnik.
Paralelamente a esa profunda admiración por
Moliere, el público de Dubrovnik testimonia una real curiosidad por las
"ideas nuevas" que vienen de Francia.
Comentando ese período en una memoria de 1766[48],
el cónsul de Francia, Alexandre Le Maire lo hace constar: "...los
habitantes de Dubrovnik, escribe, hacen más caso de la literatura
francesa que de ninguna otra; algunos aprenden el idioma para poder leer los
libros franceses; (...) entre las mujeres, hay algunas que leen con agrado los
buenos libros franceses e italianos, y que entienden pasablemente estas dos
lenguas" [49].
En apoyo de esta observación, Mirko Deanovic
señala hasta la existencia[50]
(hacia 1755) de una librería francesa cuyo propietario llega a tener
algunas complicaciones con las autoridades por haber difundido, sin
autorización, las muy subversivas Lettres Juives del marqués
Jean-Baptiste de Boyer d'Argens...
En París, al mismo tiempo, es la asombrosa
personalidad de Rudjer Josip Boskovic (1771-1787) que atrae la atención.
Geómetra, matemático, especialista en hidráulica y
astrónomo, este jesuita croata demuestra ser un fino diplomático,
gran filósofo y hábil poeta. No contento con llevar adelante sus
investigaciones, de poner a punto diversos instrumentos de precisión
(micrómetro, telescopio) y de publicar varias decenas de obras
técnicas, se consagra también a la redacción de su
Philosophiae naturalis theoria redacta ad unicam legem virium in natura
existentium que prefigura toda la ciencia atómica moderna y quizá
la del siglo XXI, y cuya primera edición apareció en agosto de
1758[51].
"Algunas de las reflexiones
de Boskovic, escribe Jacques Bergier[52],
sobre las relaciones del espíritu y de la materia, sobre el tiempo,
sobre los espacios paralelos y los otros tiempos, constituye el único
caso conocido de superciencia más avanzada que la nuestra y al mismo
tiempo descripta claramente con matemáticas bastantes simples". Fue
Director de la Optica Militar de la Marina y miembro correspondiente de la
Academia de Real de Ciencias, así como de las Academias de Lyon[53]
y de Nancy. Boskovic se hace amigo de la mayor parte de los sabios de la
época como Le Sueur, Jacquier, Clairaut, La Condamine, Nollet, Le
Monnier, Buffon o Lalande.
Especialista conocedor de las cuestiones
este-europeas y balcánicas, frecuenta también a los ministros
Vergennes y Choiseul a quienes prodiga útiles consejos. Preocupados por
el problema polaco, los medios gubernamentales comienzan por otra parte a
interesarse de más en más en el mundo eslavo. El siglo XVII ha
visto la aparición sucesiva de diversas relaciones de viajes (las de
Lescalopier, Palerme, Jacques d'Angusse, Du Loir, Quiclet, y Poullet) que
proveen ya algunos datos serios sobre los Balcanes; en 1717, el botánico
Joseph Pitton de Tournefort[54]
publicó un relato relativamente preciso de su pasaje por esas regiones,
y en 1765, un miembro de la Academia de Inscripciones, el diplomático De
Peyssonel [55] edita una Disertation sur
l'origine de la langue sclavonne prétendue illyrique[56].
Todo esto resta empero demasiado superficial y
más o menos fiable, y el gobierno francés probablemente estaba
contento de beneficiarse de los consejos de un conocedor tan instruido como
Boskovic. Esta situación acomoda muy bien al croata que aprovecha, de
paso, para promover o defender los intereses de su pequeña patria
Dubrovnik...
Tan afable como curioso, Boskovic fue recibido en los
medios más diversos y a veces hasta en el seno de las sociedades
más antagónicas. Del lado de los progresistas, se une en una
sincera amistad con el fisiócrata Victor Riquetti de Mirabeau
(1715-1789) y con el pintor Claude-Henri Watelet (1718-1786) con quien
frecuenta asiduamente el "Moulin Joli".
En buenas relaciones con los enciclopedistas, sobre
todo Diderot y d'Alembert[57]
(nota 48) , no oculta empero su franca oposición a su ideología.
De hecho, sus simpatías políticas y religiosas se vuelvan hacia
los conservadores; próximo de la reina Marie y del delfín Louis
(1729-1765) no oculta sus relaciones con el partido devoto y más
particularmente con el cardenal Du Luynes y el arzobispo Malvin de Montazet,
dos protectores de los jesuitas. No tiene por tanto nada de sorprendente que
haya dedicado al rey Louis XVI, en 1779, su poema "Les Eclipses" cuyo
traductor no fue otro que el muy reaccionario Augustin Barruel[58].
"Protector de las naciones
más diversas grandes", escribe Boskovic, "tu no
desdeñas el velar por los estados más pequeños".
Son estrechos, es cierto, los límites que
encierran a mi patria. En el borde del Adriático, Dubrovnik no florece
sino por sus riquezas y por la extensión de su comercio; su gloria se
funda solamente en el genio de las ciencias y de las artes, en su nobleza
antigua y en los derechos eternos de su libertad" [59].
Rudjer Boskovic no se acantona únicamente en los
dominios de las ciencias, de la diplomacia y de la política, sino que da
testimonio de un vivo interés por las letras. Mientras que vivía
en Roma, en 1744, fue elegido miembro de la Academia de l'Arcadie donde ocupaba
su sitial, bajo el seudónimo de Numerius Anigreus. Pasaba entonces por
ser un gran conversador además de poeta brillante. Cuando fue a
París, retoma con toda naturalidad su hábitos mundanos y
literarios gracias una arcadiana amiga, Madame Marie-Anne Fiquet du Boccage[60],
cuyo salón frecuentaba con regularidad. Se codea con Marivaux, Gibbon y
Benjamín Franklin, los poetas Gentil- Barnard y Vittorio Alfieri
así como los artistas Bouchardon, Van Loo y Vernet que eran todos
habituales concurrentes al salón. También se lo verá mucho
en lo de Madame de Marchais que mantenía, en Versailles, otro
cenáculo de moda[61].
Eficaz y discreto intermediario entre Francia y Dubrovnik, Boskovic fue ciertamente el hombre que más contribuyó, antes de 1789, a una mejor comprehensión mutua entre los dos estados. Dotado de dones excepcionales, no es exagerado agregar también que encarnó durante medio siglo aquello que la inteligencia croata podía ofrecer de mejor a Europa.
Ksenija Bartl de Horvat, Caracas
Croacia es uno de los
países más antiguo de la Europa civilizada y cristianizada. En el
siglo IX, Croacia fue reconocida internacionalmente como un estado soberano y
en el siglo X elevada al Reinado. Con el transcurso de lo tiempos, bajo determinadas
circunstancias histórico-políticas, las diferentes regiones
croatas estuvieron temporalmente bajo la jurisdicción política de
otros países. Algunas partes del territorio estuvieron bajo el dominio
Bizantino, Carolingio y Veneciano, asimismo en la unión personal con
Hungría y Austria. También fueron ocupadas algunas partes por
Turquía, Francia, Inglaterra, Rusia, Italia y Serbia. El Reino de
Croacia y Dalmacia existió desde el siglo X. A pesar de los ocasionales
contratiempos históricos, perduró sin interrupción hasta
el año 1918. Al terminar la I Guerra Mundial, perdió su
individualidad constitucional cuando fue incorporado en el estado
multinacional, desde 1929 llamado Yugoslavia.
Ante la constante amenaza del Imperio Bizantino,
Venecia y Bulgaria, además de las esporádicas invasiones de las
hordas nómadas, los dos reinados de aquella época, Croacia y
Hungría, en el siglo XII acordaron la unión de los estados con el
propósito de defenderse mejor. En base a un convenio recíproco,
conocido en la historia como Pacta Conventa, formaron un Reino Asociado que
implicaba el respeto a las instituciones y la identidad estatal, preservando
los atributos político- jurídicos peculiares de cada uno.
También en común solamente había la persona del rey
húngaro-croata en una relación llamada Unión Personal.
Desde el siglo XV Croacia estuvo fragmentada.
Dalmacia cayó bajo el dominio de Venecia. Bosnia, Hercegovina y una
parte de Croacia estuvieron ocupadas por los otomanos. En el siglo XVI el trono
húngaro-croata quedó vacante a causa de la agresión turca.
Ante la situación alarmante, Hungría se asoció con
Austria. Para fortalecer la defensa del país (1527), los croatas
cerraron un pacto con Fernando de Habsburgo (1520-1564) bajo las mismas condiciones
que habían prevalecido hasta entonces con Hungría, conservando su
constitucionalidad.
Aunque habían sido aceptados ciertos detalles
de la cultura latina y carolingia, el pueblo croata conservó su
auténtica tradición. A pesar de la mayor o menor influencia
extranjera, los croatas en todas sus tierras fueron capaces de preservar los
elementos autóctonos de su cultura, como la lengua materna, las
costumbres, la fe católica, asimismo la ordenación
político administrativa de los terrritorios.
El idioma croata se desarrolló en base a la
lengua paleoslava eclesiástica y la lengua coloquial, hablada por el
pueblo. Los manuscritos bíblicos estaban redactados en la antigua lengua
eslava y, los textos eran copiados por monjes de habla croata. Con el paso del
tiempo, se hacían cada vez más parecidos al lenguaje
vernáculo. Para que la gente entendiera mejor las escrituras, los que
escribían usaban cada vez más palabras croatas. Asimismo, los
traductores de los libros eclesiásticos, con propósito
didáctico, introdujeron en las versiones traducidas el idioma hablado,
de modo que en los escritos eclesiásticos y en la literatura
prevaleció la lengua popular, en vez de la paleoeslava, en el siglo XV.
Este fenómeno apenas ocurrió en Serbia en el siglo XIX. Por el
otro lado, conforme al contexto medieval del Occidente europeo, lo eruditos
croatas escribían sus obras en latín. Desde el siglo XV, aunque
usaban latin como el idioma oficial, científico y diplomático,
los escritores prefirieron redactar sus obras y en la lengua autóctona,
usando en su mayoría la grafía latina. La imprenta, que
llegó a Croacia, en el mismo siglo cuando Gutenberg (1400-1468) la
hubiera inventado, favoreció la difusión de la
información, la cultura y la enseñanza del pueblo, reemplazando
los manuscritos. De modo, que se hizo importante ordenar y modernizar el idioma
literario.
A pesar de la grave situación histórica
suscitada por la invasión turca en lo siglos XVI y XVII, la
evolución cultural, no se estancó. Croacia, un país
centro- europeo, siempre ha marchado en consonancia cultural con los
países de Europa Occidental, participando activamente en el desarrollo
cultural del continente. La cercanía de Croacia con la Península
Itálica, condicionó la influencia latina. La corriente cultural
europea del Renacimiento (siglos XV- XVIII), que se inició en las
repúblicas italianas, se propagó por aquellas regiones croatas
donde no había peligro directo de invasión otomana. En la
época del florecimiento de la literatura inspirada en la
tradición grecolatina clásica. Se consolidaron las bases espirituales
dominantes en la Edad Media. El nuevo concepto de la personalidad creadora
penetró en la conciencia humana. Las semillas renacentistas incitaron
con fervor la potencialidad y la eficacia del ingenio croata, de modo que la
literatura de los siglos XVI y XVII brilló con luz propia. Primero
fueron los escritores del litoral dálmata y la República croata
de Dubrovnik.
Por un lado el humanismo renacentista había
estimulado el uso de las lenguas autóctonas, por el otro, había
impulsado el cultivo del latín clásico. Bajo la influencia del
ambiente renacentista resurgió la terminología greco-latina. El
antiguo reino de Croacia fue designado como Iliricum a base de la
declaración de la Sagrada Rota Romana (1854-1654). Johanes Blaue
incluyó en su Atlas Mayor (Amsterdam 1660) el mapa geográfico-
histórico elaborado por Ivan Lucic, Licius (1604-1679) bajo el nombre de
Iliricum Actual (Illyricum Hodiernum), que abarcaba todas las tierras croatas.
La renovación
católica (contrarreforma), en su afán de adaptar la Iglesia
Católica a los tiempos modernos, produjo muchos oradores, predicadores y
escritores en todo el territorio croata. La cultura y el libro también
llegaron a las comarcas bajo el dominio turco, gracias a la ardua y arriesgada
labor de los sacerdotes franciscanos. Los siglos XVI y XVII fueron notables por
las compilaciones de canciones, cuentos y otros tesoros ingeniados por el
pueblo, transmitidos hasta entonces por vía oral o escrita por los
autores anónimos. También proliferaron las gramáticas y
los diccionarios para enriquecer y ordenar la lengua vernácula. Fausto
Vrancic (1595) editó un diccionario de cinco idiomas europeos,
incluyendo el croata. Bartul Kasic (1575-1678), el iniciador de la estandarización
del idioma redactó la gramática de la lengua croata (1604).
Simultáneamente, se editaron textos de literatura histórica. Se
establecieron escuelas secundarias y la Universidad croata de Zagreb.
Pavao Riter Vitezovic (1652-1713), poeta, cronista e
historiador, allanó el camino para el moderno pensamiento nacional. Sus
escritos influyeron sobre la posterior evolución de la cultura y de la
política. En su obra Croacia Rediviva (Zagreb 1700) expuso sus
ideas sobre una unida y renovada patria, explicando su visión sobre la
integración, nacional mediante la unificación de todas las
tierras croatas. Reformó la ortografía usando signos
diacríticos para imprimir y dar a cada letra un valor fonético
específico. Su gran deseo fue alfabetizar a todos los estratos sociales
para que los libros penetraran hasta todas las aldeas croatas. Desde los
tiempos de este ilustre estudioso se ha enseñado la historia nacional en
las escuelas croatas. Hubo escritores que anotaron, mediante palabras
sencillas, conocimientos destinados a la gente común para difundir la
cultura entre el vulgo. Filip Grabovac (1697-1749) escribió "La
flor de la plática" para el pueblo de lengua ilírica o
croata. En su obra sublime en versos La agradable conversación del
pueblo eslovino, Andrija Kacic Miosic (1704- 1760) escribió sobre la
historia croata. La redactó con el propósito de que la leyeran
los pobres, los campesinos y los pastores, convirtiéndose en el libro
más leído.
En el siglo XVIII fueron desplazados los estudios de
las obras de la antiguedad por el descubrimiento del poder de la razón y
de la capacidad crítica del hombre. Eran los tiempos del racionalismo,
del respeto a la enseñanza, asimismo de los nuevos métodos de la
investigación científica y del desarrollo de las ciencias. La
ilustración, como corriente cultural, causó la eclosión de
la nueva mentalidad, cambiando la concepción del mundo. La época
coincidió con la reconquista de los territorios ocupados por los turcos,
la renovación y la reconstrucción del país. En Croacia el
horizonte intelectual de la época no se había encerrado en la
exposición doctrinal, sino que los avances científicos
técnicos económicos y mercantiles fueron empleados en la
práctica, en el trabajo mismo. La economía tuvo un empuje fuerte.
Las innovaciones introducidas aceleraron la reconstrucción del
país, mejoraron la vida en el campo, modernizacion la manufactura, la
industria y el comercio. Croacia lacerada por causas bélicas se
recuperaba.
Políticamente fue el siglo del Despotismo
Ilustrado, el que tocó a Croacia durante el gobierno de María
Teresa (1717-1780). La emperatriz instituyó un Consejo de Estado para
fortalecer el gobierno central. En el 1779 transfirió los asuntos
croatas al Consejo del Estado húngaro, lo que aumentó la
influencia húngara. José II de Habsburgo (1741-1790)
agrietó la integridad territorial de Croacia con una nueva
organización administrativo- política. De acuerdo a la
tónica de la centuria dieciocheava, implantó el absolutismo y
centralizó el poder. Aplicó una serie de cambios con el deseo de
transformar la monarquía en un paraíso de la razón.
Decretó el alemán como el idioma oficial en Croacia, dispuso
muchas reformas, algunas beneficiosas, pero fueron ordenadas apresuradamente,
sin tomar en cuenta los tratados acordados con los pueblos. En los
últimos años de su vida derrogó algunos edictos y
permitió a Croacia seguir con su antiguo sistema distrital. Al morir el
monarca, los croatas se enfrentaron a la amenaza de la hungarización. La
nobleza húngara, que aplicó con asiduidad todos los signos de la
nacionalidad, no tuvo tolerancia con otros pueblos. Exigieron que el idioma
húngaro fuera el oficial en Croacia. Empezaron los ataques a la
soberanía política y la integridad territorial croata.
Durante las guerras napoleónicas, tras el
triunfo francés en Austerlitz, según el tratado de Bratislava
(Presburgo) (1805), la Grande Armée ocupó las tierras croatas que
estuvieron bajo el dominio veneciano (Dalmacia, Istria, Islas de Kvarner y la
Boca de Kotor). Por el convenio de Schornbrun (Viena 1800), el ejército
napoleónico ocupó Eslovenia y los territorios croatas al sur del
río Sava. Todos fueron anexados a Francia. El general Marmont
instauró en las regiones ocupadas las provincias Iliricas (1809- 1813).
Fue una maniobra política de Napoleón para tener el paso libre
hasta la frontera de Turquía, su aliado en la posible conquista de Rusia
y también por razones comerciales. En las provincias Ilíricas,
Marmont aplicó el Code Napoléon, el más adelantado de
Europa en aquella época. Los franceses estimularon el pensamiento
moderno en las relaciones sociales y en los derechos individuales del hombre y
de las empresas. Asimismo instigaron la idea sobre la conciencia nacional. Tras
la derrota napoleónica en Rusia, las provincias Ilíricas dejaron
de existir como entidad, retornando, Croacia septentrional a la Unión
Personal con Austria y Hungría, Dalmacia a la administración
directa de Viena, Bosnia y Hercegovina, que estuvieron bajo el poder turco
(1463-1878), quedaron por decisión del Congreso de Berlín (1878),
bajo la jurisdicción austrohúngara, siendo anexados a la
monarquía en 1908.
Mientras tanto, en Croacia
continúa la labor incansable sobre la regulación de la lengua
autóctona como el vehículo natural de la expresión
literaria. Maksimilian Vrhovac, obispo de Zagreb, estimuló la
estandarización del idioma. Estableció la imprenta donde se
editaron libros de arquología, medicina, agronomía,
economía y literatura. Josip Kusevic (1830), juez superior,
redactó la formulación del derecho político-
administrativo de Croacia, - según el cual en Pacta Conventa se
determinó la situación del Reino de Croacia como un estado
asociado con Hungría - con la intención de que los representantes
croatas tuvieran a mano argumentos para defenderse mejor en el parlamento
húngaro.
Janko Draskovic (1832) publicó "La
disertación", un programa político para unir todas las
regiones de Croacia, en un solo estado, donde el idioma nacional fuera el
croata. Expuso ideas sobre el desarrollo económico y la modificación
del sistema social. Abundaron los escritos, cada uno desde la prisma personal
de su autor proponiendo su proyecto, todos los basados en la visión
identificada con la igualdad idiomática y la integración de todos
los croatas sobre el territorio nacional unido en un sólo país.
La juventud universitaria, que absorbió las
ideas del romanticismo, estaba formada por representantes de la naciente
burguesía, el clero y la nobleza que se habían adaptado a los
cambios sociales. Estos jóvenes se reunían en torno a la
sobresaliente figura de Ljudevit Gaj. Juntos erigieron el Renacimiento Nacional
Croata, primeramente llamado "El Movimiento Ilírico", usaron
el nombre "Ilírico", porque, según datos de la
época, los croatas y otros eslavos meridionales descendían del
antiguo pueblo iirio. Gaj quiso congregar a todos con la idea de establecer una
protección contra la germanización y hungarización. Sin
embargo, otros eslavos del ser no aceptaron el movimiento. De modo que
quedó como el "El renacimiento nacional croata". En corto
tiempo, los renacentistas pusieron las bases para el desarrollo del pueblo
moderno. La concordia y la unidad de los croatas fue el título de un
poema escrito por Ljudevit Gaj y también fue el objetivo principal del
Renacimiento Nacional Croata, el cual fue en su esencia una corriente cultural,
que fue capaz de incitar la latente fuerza intelectual y creadora del ser
nacional, que afloró con vigor.
La lengua croata tiene tres dialectos, determinados
según detalles específicos que identifican y caracterizan a cada
uno. De acuerdo al uso del pronombre interrogativo, el cual en castellano
sería "qué" (en croata puede ser sto, kaj y ca).
Conforme al empleo de dichas voces se designan los dialectos'. El stokaviano
(sto) fue hablado en la gran parte del país, los renancentistas
aceptaron el dialecto stokaviano para todas las regiones de Croacia, unificando
la ortografía propuesta e introducida por Vitezovic (siglo XVII),
más tarde mejorada por diferentes linguístas y escritores,
perfeccionada y afirmada en el siglo XIX con la ortografía, escrita por
Ljudevit Gaj. También existían tres escrituras: la latina
croatizada usada actualmente y dos antiguas, la glagolítica y la
bosancica, originadas en el alfabeto griego tesalónico, a base del cual
Cirilo y Metodio, los envangelizadores de los pueblos eslavos, elaborado la
escritura paleoslava.
Los escritores y linguísticas estaban
determinando las pautas del nuevo stokaviano como dialecto literario en la
mayor parte del territorio nacional croata y como resultado del desarrollo
secular linguístico en base a una increíble cooperación
intelectual. La pauta neostokaviana se estableció en el siglo XVIII como
lengua literaria en todas las regiones croatas. La mayoría de los
escritores habían aceptado el dialecto mencionado y la grafía
latina en sus escritos. La evolución linguística corrió
natural e incesante. la realización de la igualdad idiomática
aconteció en base a la identidad y singularidad de la labor y el
intelecto de las generaciones portadoras del desarrollo linguístico. Se
cruzaban, conjugaban y armonizaban las opciones de las tres escuelas
filológicas: en Zadar, Rijeka y Zagreb. Las cualidades logradas fueron
la limpieza linguística, las reformas ortográficas,
también la integración de las nuevas palabras referentes al
léxico contemporáneo, o sea todo lo que exigía la realidad
moderna. La lengua había evolucionado adecuándose al tiempo
histórico, anterior al siglo XIX. Otros dialectos tuvieron su desarrollo
y tuvieron sus escritores regionales en todos los tiempos y, hasta hoy en
día, cultivan la literatura regional con mucho cariño y mucho
éxito. La mayoría aceptó el dialecto neostokaviano. Gaj y
sus colaboradores lo eligieron, lo mejoraron y lo afirmaron como el idioma
literario de todos los croatas. La lengua moderna siguió
enriqueciéndose y evolucionando.
En el siglo XIX, al retirarse los
otomanos de los territorios ocupados, para los serbios había terminado
la pesadilla multisecular. La forma de pensar y la cultura de la mayor parte
del pueblo se había detenido en el siglo XIV. El país
había sufrido un largo apagón cultural. Al desprenderse del yugo
otomano, sin conocer la dinámica de los cambios culturales y
políticos del resto del mundo, los serbios no entendieron, que el
ambiente que los rodeaba en el momento histórico cuando fueron
víctimas de la conquista turca, había cambiado y pasado a la
historia. Lamentable fue, que los serbios estuviesen bajo la dominación
otomana, mientras que el Occidente europeo era atravesado por las corrientes
culturales del Renacimiento y del Humanismo, de la Ilustración y del
Racionalismo. Inusitado e incorrecto, fue que el reformador del alfabeto
serbio, Vuk S. Karazdic (1787-1864), en 1849 enunció el carácter
panserbio de la expresión verbal del dialecto stokaviano. El citado
dialecto fue común a los croatas y a los bosnios y parecido a la lengua
hablada por algunos serbios y montenegrinos. Desde 1813 Karadic vivió en
el extranjero. Había viajado por los países croatas, donde pudo
conocer y valorar los adelantos literarios, como también enterarse de la
existencia de la copiosa literatura croata, escrita en dialecto stokaviano
desde el siglo XV. Asimismo pudo darse cuenta de la incansable labor de los
especialistas croatas para estandarizar su idioma. Lo que Vitezovic
publicó en el siglo XVII, reformando la ortografía del idioma
croata, Karadic vino a aplicar sólo a mediados del siglo XIX, al antiguo
alfabeto eslavo, transformándolo en el cirílico que
todavía se usa en Serbia como la escritura oficial.
Durante la corriente cultural "El Renacimiento
Nacional Croata" se inició la época contemporánea de
las artes y de las ciencias. Los escritores consideraron como su deber
patriótico escribir para que la palabra viva penetrara en todas las
regiones. Sus plumas refrescaron el abatido ánimo de la gente. El
movimiento, a través de trabajos compartidos, acerca la nobleza a la
emergente burguesía. Enalteció la libertad y la confianza en el
futuro, estructurando el moderno nacionalismo. Todas las expresiones tuvieron
un gran valor para la moderna evolución de la cultura. Lamentablemente
no llegó a todas las aldeas, donde en algunas había pobreza e
ignorancia. Sin embargo, había alcanzado las ciudades a lo largo y ancho
del territorio nacional.
En armonía con las posturas fundamentales del
Romanticismo en el siglo XIX, brotó el "Movimiento Nacional
Croata", que estaba germinando durante siglos. Ejerció la plena
responsabilidad histórica en el momento de la amenaza de la
germanización y hungarización. Fueron años cargados de
emociones y de solidaridad de una generación, con capacidad de defender
el uso del idioma nacional y la soberanía de su país. Decidieron
luchar cívicamente en el campo cultural. La conciencia nacional se
tradujo en una pasión sin precedente. El entusiasmo nacional se
manifestó en la fundación del periodismo moderno, en los
escritos, las canciones patrióticas, los actos culturales.
También en la construcción de escuelas, casas de cultura,
teatros, bibliotecas, la cartografía y otros establecimientos que hasta
el tiempo actual, han sido fieles custodios de las evidencias que argumentaban
los hechos históricos y la tradición cultural de una
Nación. Los líderes y el pueblo frente a la ambición
húngara hicieron valer la ansiedad que, estuvo latente durante siglos
dentro del ser croata. Al sonido de la alarma, en el momento crítico,
afloró de la memoria colectiva una fuerza defensora en toda su grandeza,
al sentirse amenazados los más altos valores identificadores de la
Nación.
Sin embargo, "El Renacimiento Nacional
Croata" no trajo la libertad a los croatas. Tras el despertar y el
entusiasmo, llegó la desilusión. Quedaron los sueños y la
esperanza. Perduraron las obras del arte y las instituciones establecidas.
Sobre todo quedaron los libros y la literatura, como las llamas que alumbraron
durante un siglo y medio el camino correcto para logar la meta, hasta alcanzar
la libertad anhelada lograda en 1991.
MAJA LUKAC-STIER
Probablemente, el acontecimiento cultural argentino
que mayor número de gente moviliza cada año, es la Feria del
Libro - Del Autor al Lector. Realizada en el Centro Municipal de Exposiciones,
en un predio de 22.700 m2 congrega expositores locales, del interior del
país, importantes editoriales extranjeras, a los que se suman los stands
de otros países representados por sus respectivas Embajadas,
Cámaras de Comercio, Cámaras de Libro, Institutos de Cultura,
etc. En la 22ª Exposición realizada en Buenos Aires, entre el 19 de
abril y el 6 de mayo de 1996, Croacia y su cultura también estuvieron presentes.
La Embajada de la República de Croacia, con
los auspicios de sus respectivos Ministerios de Cultura y de Relaciones
Exteriores, y el apoyo financiero de un numeroso grupo de sponsors locales,
exhibió en su stand, alrededor de 300 títulos de las más
importantes editoriales croatas. A esto se sumó, aunque en número
mucho más reducido, libros de autores croatas publicados en la
Argentina, así como revistas de cultura tales como Studia Croatica
y El croata errante.
Del millón doscientas personas que los
organizadores calculan que ingresaron a la Feria este año,
aproximadamente un veinte por ciento visitó el stand croata
interesándose en los libros de arte, en las excelentes ediciones que
muestran los paisajes paradisíacos de la costa dálmata, así
como los monumentos arquitectónicos de las ciudades capitales. El
interés de los visitantes argentinos, o más bien, los no-
croatas, se extendió asimismo a la guerra de agresión sufrida por
Croacia, a su situación actual política, económica y cultural.
Por su parte, un gran número de croatas y descendientes de croatas
pululaban con avidez en búsqueda de diccionarios, gramáticas,
cursos de idioma, e incluso traductores electrónicos. Los abuelos
croatas buscaban literatura infantil para sus nietos argentinos. Muchos
jóvenes cuyos abuelos o bisabuelos, ya muertos, habían llegado de
aquellas tierras lejanas en búsqueda o del bienestar económico, o
de una libertad cercenada por regímenes totalitarios, trataban de ubicar
en los mapas las ciudades croatas en las que se hundían sus
raíces, para muchos de ellos recién descubiertas.
Cada visitante del stand croata recibió un
desplegable con informaciones básicas de interés general, una
breve reseña histórica, una síntesis de la literatura
croata y el programa de actos culturales que se desarrollarían a lo largo
de la Feria. Precisamente, uno de los objetivos de la presencia de la Embajada
de Croacia en esta exposición era la difusión de la cultura
croata, dirigida preferentemente al público argentino, a través
de investigadores, académicos, literatos, actores y bailarines,
argentinos en su mayoría.
De este modo, al festejo del Día de Croacia
(21/4/96), celebrado con melodías y danzas de Croacia interpretadas por
los conjuntos Bosna, Jorgovan, Pobjeda, Proljece, Zrinski y el Coro Croata
Jadran, se sumaron cinco actos culturales de la más variada
índole. El primero fue una mesa redonda titulada: Los croatas en la
ciencia argentina: Plantich, Benigar, Vucetich en la que participaron la Dra.
Celina Lértora Mendoza, el Dr. Rodolfo Casamiquela, el Dr. Guillermo
Ranea, destacados investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Tecnológicas (CONICET), coordinados por el Prof.
Carlos Alemián.
El 30 de abril atrajo particularmente la
atención de los amantes de Borges, pues, especialmente enviado por el
Ministerio de Cultura de Croacia, mantuvo un vivaz diálogo con el
maestro Bernardo Ezequiel Koremblit el Prof. Milivoj Telecan, de la Facultad de
Filosofía y Letras de Zagreb, traductor y coordinador de las
traducciones de las Obras Escogidas de Jorge Luis Borges al idioma croata. En
un impecable castellano, con sencillez y simpatía Telecan comentó
los problemas que tuvieron para "hacer hablar a Borges el croata"
(sic). El auditorio que rebasaba la capacidad de la sala, integrado entre otros
por profesores argentinos, especializados en literatura argentina,
hispanoamericana, literatura comparada, etc., participó de modo
entusiasta, mediante preguntas y acotaciones que demostraron una vez más
como los valores universales trascienden las fronteras y relacionan a hombres y
mujeres de la cultura más diversas.
Pero no todo fue mesa redonda o conferencia. En la
Sala Juan Rulfo, el 1 de mayo, un grupo de actores de la Escuela de Teatro IFT,
bajo la dirección de Eduardo Pavelic, realizaron una muestra de teatro
croata contemporáneo, representando fragmentos de la obra Anno Domini
1573 de Tomislav Bakaric, traducida al castellano por Ana Blazekovic, en
homenaje a Matija Gubec, paladín del pueblo croata en la lucha contra la
injusticia social. La compenetración con los personajes, la excelente
pronunciación de los actores argentinos, el vestuario logrado con trajes
típicos originales, la escenografía realizada por Jadranka Relota
y Magdi Vlaho, merecerían ser reiteradas en verdaderas salas teatrales.
Cabe destacar que la música utilizada durante la representación
pertenece a músicos croatas contemporáneos (Dubravko Detoni y
Frane Parac).
Siguiendo con los espectáculos, el 6 de mayo
el grupo Ranz, con la coreografía y dirección de Ricardo Ale y
Nicolás Zoric, interpretó un programa de danza
contemporánea denominada Vida, Amor y Muerte, sobre la base de
música croata popular, épica, anónima, coral y
clásica contemporánea (Srecko Bradic) que se combinó con
el recitado de dos poemas, traducidos al castellano, de Jure Kastelan. En un
fino trabajo interpretativo los bailarines supieron expresar, a través
de un juego de movimientos armónicos, precisos, ajustados a un espacio
bastante reducido, tanto el sentir popular como la fuerza, el dolor y la
esperanza de un pueblo en permanente lucha por su libertad. La ovación
de un público especializado dió cuenta de la calidad del
espectáculo.
No podía faltar entre los actos culturales de
una Feria de esta índole la presentación de un libro. En este
caso se trató de una selección y traducción de poemas
croatas realizada por Ana Blazekovic y compilada bajo el título de
Poesía croata de ayer y de hoy. La presentación de esta valiosa
obra, primera en su género en la Argentina, tuvo lugar el 4 de mayo, en el
marco de una mesa redonda que congregó a la Dra. Branka Tanodi, al Dr.
Carlos Pensa y a la citada traductora en torno al tema de las Artes y Letras en
la diáspora croata.
Cabe destacar que tanto Poesía croata de ayer
y de hoy, como el Estatuto de Poljica (traducción y comentarios del Dr.
Bozidar Latkovic) contaron con la firma de sus respectivos autores en el stand
de la República de Croacia. Es digna de mencionar la repercusión
que, en cuanto a público, tuvo cada uno de estos actos, pues se
desarrollaron a sala llena. No podemos dejar de señalar que el
Día de Croacia superó todos los records, de acuerdo al informe de
los organizadores de la Feria, ya que congregó a 600 personas en una
sala con una capacidad de 500 butacas.
En todos los casos los asistentes quedaron gratamente
sorprendidos al recibir un programa por cada acto, en el que, según los
casos, se recogía una síntesis de las exposiciones y curriculum,
de los expositores, o bien una reproducción gráfica del momento
histórico, un extracto de alguna escena, un comentario especializado de
algún artista, fruto todos ellos del esfuerzo y dedicación de
Ivan Mate Kravic, coordinador de los actos culturales.
Finalmente, deseamos destacar la presencia, en cada
uno de estos actos, de la Sra. Embajador de la República de Croacia,
quien en cada ocasión agradeció personalmente a los
participantes, recibiendo a su vez las más calurosas felicitaciones de
parte de las autoridades de la Feria, así como de sus pares
diplomáticos, por tan esforzado y exitoso emprendimiento.
MILIVOJ TELECAN Y BERNARDO EZEQUIEL KOREMBLIT
Breve reseña bio-bibliográfica de los
participantes Milivoj Telecan: Nació el 18 de diciembre de 1940 en
Split, Croacia. En 1964 se graduó en la Facultad de Filosofía de
la Universidad de Zagreb con especialización en lenguas romances.
Realizó un post-grado (1965/66) en la Universidad de Chile, en
Literatura hispanoamericana. Desde la creación de la cátedra de
Estudios Hispánicos en la Facultad de Filosofía de la Universidad
de Zagreb, en 1968, se ha desempeñado como profesor de la misma.
Por otra parte, se ha dedicado a la traducción
literaria de autores hispanoamericanos para diversas editoriales croatas.
Principales títulos de autores hispanoamericanos traducidos y publicados
en croata: M.A. Asturias, El Papa verde (Zeleni Papa), Zagreb, Naprijed, 1975.
G.G. Márquez, El coronel no tiene quien le escriba (Pukovniku nema tko
da pise), Zagreb, Znaje, 1978. G.G. Márquez, La mala hora (Zla kob),
Zagreb, Mladost, 1979. J.L. Borges, Obras escogidas (Sabrana djela), I-VI
tomos, Zagreb, GZR, 1985. A cargo de la redacción de la sección
Prosa, tradujo los siguientes títulos: Historia universal de la infamia,
T. II, págs. 7-62; Ficciones, T. II, págs. 133-229; El Aleph, T.
III, págs. 9-46, 75-94; El informe Brodie, T. V, págs. 9-61; 25
de agosto y otros cuentos inéditos, T. VI, págs. 149-`164. G.G.
Márquez, El otoño del patriarca (Patrijarhova jesen),
Zagreb-Sarajevo, Globus-Prosvjeta-Svjetlost, 1985. En prensa: G.G. Márquez,
Del amor y otros demonios (O ljubavi i drugin necistim silama), Zagreb, Mozaik
Knjiga.
Traducción del croata al español:
Predag Matvejevic, Mediteranski brevijar (Brevario mediterráneo),
Anagrama, Barcelona, 1991.
Bernardo Ezequiel Koremblit: Escritor dedicado al
ensayo, a la crítica y a temas de estética y filosofía. El
humor es asimismo uno de los aspectos de su obra. Ha publicado entre otros
libros: La torre de marfil y la política; Roman Rolland: humanismo,
combate y soledad; Coherencia de la paradoja; Nicolás Olivari, poeta
unicaule; Todas las que ella era: ensayo sobre Alejandro Pizarnik; El humor,
una estética del desencanto. Ha recibido el Premio Nacional de
Literatura, el Premio Municipal, el Premio Fondo Nacional de las Artes, los de
la Fundación Argentina para la Poesía, Argentores, Konex (en 1985
y 1995) y Santa Clara de Asís.
Ha sido Director de Cultura de la Biblioteca
Nacional, Director de la revista literaria Davar y Director de Cultura de la
Sociedad Hebraica Argentina. Es miembro de número de la Academia
Nacional de Periodismo, de la que es Vicepresidente y de la Academia Nacional
de Ciencias y Comunicaciones. En la actualidad, es Vicepresidente de la SADE
(Sociedad Argentina de Escritores). Charla del doctor Milivoj Telecan sobre
"Borges en Croacia" con introducción y comentarios del doctor
Bernardo Ezequiel Koremblit, dada en la Feria del Libro el 30 de abril de 1996.
Introducción del Dr. Koremblit El acto de
atribuirle a alguien gustos y preferencias no es un atrevimiento del que
debemos cuidarnos demasiado si conocemos el temperamento, la fisonomía
intelectual, los matices espirituales y las inclinaciones estéticas de
quien señalamos sus preferencias y gustos. E inclusive abundando en su
personalidad, sus filias y sus fobias. Por qué no, si nadie es tan opaco
que no pueda ser atravesado en algún grado por la luz, del mismo modo
que nadie es tan transparente que no oculte algo que no nos sea dado ver.
Así es el hombre desde que el Señor lo
creó y más aún lo es si ese hombre, -que ya tiene bastante
premio y castigo por serlo-, es además poeta, intelectual, artista. En
mi modesta y humilde pero autorizada opinión puedo decir sin
remordimiento que a Borges le habría complacido saber que en la Edad
Media, época de la civilización cuyas costumbres no juzgaba muy
civilizadas, -por lo menos algunas- Eslavonia, fuese el nombre de la actual
Croacia y que la Croacia de hoy, el núcleo de la Croacia
histórica, hubiese sido habitada en los antiguos tiempos por los
panonios ilirios. Creo que no le habría parecido bien que ilirios y
panonios fuesen vencidos el año 35 antes de Cristo por Octaviano que por
tal afligente razón pasaran a constituir la provincia romana de Panonia.
Pero ya se sabe desde los prototiempos en que
nuestros padres fueron expulsados del Edén que un derrotado nunca
está del todo perdido tal como el victorioso no tiene mucho motivo para
ufanarse demasiado de su triunfo.
Estas balbuceantes consideraciones en torno al
siempre vivo Borges y al honorable cuan venerable pueblo croata, a cuyo idioma
ha sido traducido por nuestro ilustre visitante, el doctor Milivoj Telecan,
tiene por causa el deseo de mostrar que al creador de El General Quiroga va en
coche al muere le interesaría la multihacedora Croacia, le
importaría su lenguaje y lo haría feliz una realidad demostrada y
probada en los libros, los suyos, traducidos por un humanista especializado en
lenguas romances y profesor de la Facultad de Filosofía de la
celebérrima Universidad de Zagreb, en la Cátedra de Estudios
Hispánicos, quiero decir el Profesor Milivoj Telecan.
Creo que debo decir dos palabras sobre Jorge Luis
Borges, aunque lo que nos interesa es escuchar al doctor Telecan y a la
génesis, no digo también el apocalipsis porque sin duda
sería una injusticia, de sus versiones al idioma de Quevedo de los
títulos reveladores de su admirable facultad de traductor y su idoneidad
en el difícil trabajo de volcar al croata Historia Universal de la
Infamia, Ficciones, El Informe de Brode, 25 de agosto y otros cuentos
inéditos, El Aleph, en Sabrana Djela esto es los seis tomos de Obras
Escogidas.
Como un obrero romano y hasta como un galeote remando
en las galeras de frases, metáforas, sustantivos, adjetivos y hallazgos
de Borges, este específico humanista que es el Profesor Milivoj Telecan,
brinda a los lectores croatas un universo literario prodigioso como es el del
creador de Hombre de la Esquina Rosada.
Si he de decir las anunciadas dos palabras sobre este
demiurgo poético y taumaturgo intelectual, comenzaré con evidente
timidez por señalar, -para que no se diga que todas son loas esta tarde
en este acto-, una objeción que podemos hacerle al Borges de las
ponderaciones: Que haya quitado a la posteridad toda posibilidad de
superación. Entre las muchas injusticias de la vida y la actividad
literarias como la que padezco ahora, figura la de hablar de Borges en el
reducido espacio de asténicos y despóticos minutos.
Hablar de él en síntesis, es hacerlo
sin tesis.
Una, entre tantas y tantas particularidades, que son
a un tiempo peculiaridades, es que hacia 1919, a sus fecundos y jocundos 20
años, con entusiasmos y acné, apareció en Madrid
frecuentando el círculo de su maestro Rafael Cansinos Assens y por
extensión y expansión, el ultraísmo, que capitaneaba el
madrileño y del que el porteño era el más aventajado
grumete.
Era simultáneamente ansioso lector del
bonaerense Almafuerte, del norteamericano Witman, de los espesos anglosajones,
de los expresionistas alemanes y de los eslavos, en particular el poeta
Pushkin, no así el moralista Tolstoi ni el desesperado y abismal
Dostoieski.
Quiero decir con este sucinto inventario, que Borges
era lo menos nacionalista posible, y el anti-nacionalista por antonomasia, y en
fin y en suma, era un ciudadano del mundo y en lo que tiene que ver con la
literatura, participaba de la idea del fino y profundo Erasmo para quien el
mundo entero es una patria común. Le interesaba una sola cosa: todo.
La deducción es muy fácil y es sencilla
como una oración pero, como a una oración, honda y medulosa: que
también le interesarían los croatas y Croacia y ahora le importaría
mucho las versiones al croata idioma del doctor Milivoj Telecan.
No digo más sobre el imborrable poeta de
Heráclito, del indagador de Espinosa y del mistagogo de El Brujo
Invisible, porque ustedes han venido a escuchar al Profesor Telecan sobre sus
imponderables trabajos sobre Borges y no a mí sobre el mismo autor, a
quien no he traicionado, es cierto, pero tampoco he traducido.
Lo único que me he propuesto traducir en mi
libro homeopático sobre Borges es su talento en ascuas y su
sabiduría a prueba de todas las declinaciones.
Todos sentimos por él inmensa e indimensa
gratitud y admiración y puesto que sentimos eso, agradezco al doctor
Telecan y a ustedes que nos acompañen en el sentimiento.
Palabras de Milivoj Telecan
Agradezco al doctor Koremblit por sus amables
palabras, agradezco también a la Embajada de Croacia que me mima desde
el primer día -hoy me han hecho ver el Teatro Colón-, agradezco a
la colectividad croata y admiro la labor que han hecho para montar ese stand de
la Feria del Libro y agradezco indirectamente al Ministerio de Cultura de
Croacia que me ha permitido, que me ha posibilitado este viaje a Buenos Aires,
donde estoy prácticamente por primera vez.
Estoy un poco emocionado porque vuelvo a pisar la
tierra americana después de treinta años, y sobre todo me gusta
esta coyuntura, este juego de circunstancias de que yo esté en Buenos
Aires porque hace dies y seis años más o menos empezó esa
aventura que se llama seis tomos de la traducción de las Obras Escogidas
de Jorge Luis Borges.
Ustedes deberán comprender que nosotros en
Croacia -ahora un estado joven, tiene cinco años- antes
formábamos parte de un estado que se llamaba Yugoslavia, que
tenía como capital Belgrado donde si se traducia algún autor de importancia,
se traducia allí, así que los serbios y los belgradenses siempre
se llevaban los premios y los títulos, los grandes títulos de los
autores mundiales así como de autores latinoamericanos. Pues nada, al
principio de los años 80, una editorial en Zagreb que se llamaba -ya no
existe- Graficki Zavod Hrvatski decidió editar las Obras Escogidas de
Jorge Luis Borges, es decir las obras no escritas en colaboración.
¿Por qué Jorge Luis
Borges? Claro, él es un valor nacional, es un monumento nacional,
aquí se han escrito libros y libros sobre él, todo el mundo sabe,
si no conoce su obra, sabe que él ha sido un gran escritor, pero
allá, en los años 80 se sabía que un argentino, un gran
argentino escribió muchas cosas, a pesar de que nosotros no teníamos
prácticamente nada, o muy poco en croata de él.
Es verdad que en los años 60, en 1963,
salió una traducción de sus Ficciones, en Belgrado, en la capital
de la ex-Yugoslavia, Ficciones traducidas del francés, una mala
traducción por lo demás, pero así fue como se
difundió por primera vez una pequeña parte de la obra del gran
autor.
Antes había algunos trabajos, algunas
traducciones de poemas, en revistas, en la prensa, y en el año 1979
salió una pequeña antología hecha por Marko Grgic bajo el
título "Poesía y otras inquisiciones".
En los años 60 incluso se hablaba de una
generación de escritores jóvenes que habían adoptado, que
habían tratado de seguir la estética de Borges, aunque de Borges
prácticamente no conocían casi nada.
Son escritores jóvenes, ahora ya no son tan
jóvenes, como Pavao Pavlicic - un colega mío, trabajamos juntos
en la Facultad de Filosofía de la Universidad-, y él
prácticamente todos los años publica una novela. Pero él
pertenece a una generación, digamos de los años 60, que
había empezado con la estética de lo fantástico a lo
Borges. Luego otros como... no voy a decir demasiados nombres porque estos
nombres no significan gran cosa para ustedes. El ya mencionado Marko Grgic,
poeta, traductor y periodista. Luego Tonko Maroevic, un poeta, escritor y
crítico de arte,... Así que ya tenemos una atmósfera para
emprender una cosa de esta índole y justamente a principios de los
años 80, un equipo de 10 conjurados casi, donde estaban los mencionados
y donde en la empresa Albert Goldstein era uno de los redactores o directores y
fue él quien nos convocó un día. Primero nos juntamos no
sé donde, y nos dijo: Señores y señoras ya tenemos un
proyecto: tenemos que hacer esto y esto otro, y ahora tenemos que ver
quién lo va a hacer, porque no tienen ustedes que olvidar que el
castellano en Croacia o en Zagreb, era y lo sigue siendo, prácticamente
una lengua exótica. El castellano no tiene tradición en Croacia;
muy poca gente sabe castellano, conoce el castellano. Algunos lo hablan, -la
gente viaja pero son cosas muy superficiales- así que, como digo,
además si algo se traducía de un autor hispanohablante se
traducía en Belgrado. Todo el mundo, todas las editoriales, las
agencias, se dirigían a la capital.
Pues nada, teníamos que reunir un equipo que
pudiera y que supiera llevar a cabo esta ingente obra y empezamos a buscar los
nombres. Habíamos juntado unos diez nombres - más o menos. Pero,
... porque que una persona lo haga es imposible, y ya cuando se encarga una
obra de ese tipo a varias personas es... ya algo más peligroso pero, en
fin, es lo único factible y cuando ya habíamos, digamos,
seleccionado un equipo -como para un partido de futbol- me dijeron a mí
que yo tenía que ser el que se iba a encargar de la redacción de
todo el texto, de la prosa -no de la poesía- y yo dije: Pero
señores ¿cómo se imaginan?, pero es un trabajo enorme!, yo
no voy a poder, yo no sé, yo no conozco el ambiente argentino, porque yo
hasta entonces no era un adepto y un conocedor demasiado grande de Borges, yo
lo conocia como a los demas autores, yo era y sigo siendo un lector asiduo,
pero no un lector empedernido de Borges, hay que decir la verdad.
Pero bueno, me convencieron, me encargué yo de
eso, y empezaron a llegar las versiones, distintas versiones, unas buenas,
otras menos buenas, unas malas, etcétera, y lo que yo voy tratar de
exponer hoy es justamente esa aventura, no voy a hablar sobre Borges, no voy a
hablar sobre la estética de Borges, porque hablar de Borges en Buenos
Aires es como llevar cerveza a Munich, creo yo, yo voy a hablar de ese trabajo
de minero que es el trabajo del traductor.
Es un trabajo de minero, y en ese trabajo se exigen
modestia. Mucha modestia y mucha humildad.
Por lo tanto si trato ahora de volver, trato de
recordar esos años 80, cuando nosotros los que estábamos tratando
de hacer una traducción más o menos católica, no
conocíamos... sí, una parte de la obra de Borges, de esa parte
accesible, digamos internacional, la parte intertextual, que se puede detectar
fácilmente, porque total si él habla de autores franceses,
ingleses, norteamericanos o alemanes, que sean filósofos, que sean
matemáticos que sean botánicos, no importa, son cosas que se
pueden encontrar en distintos libros, distintos manuales y eso yo creo que
entre los tres o cuatro principales conjurados lo hemos hecho.
Pero lo más dificil era descifrar las
referencias argentinas. Lo referente al ambiente latinoamericano, luego
argentino, porteño, es decir se estrechaba cada vez más el
círculo a mitologías muy locales, y que yo estoy por primera vez
en Buenos Aires ahora, que no conozco nada, claro, incluso si yo estuviera
aquí diez años no podría decir que conozco a Buenos Aires,
pero en aquella época yo no la conocía. Tenía una idea muy
platónica de lo que era Buenos Aires para mí, como dice Borges:
Buenos Aires era un ente platónico.
Yo sé que existe Buenos Aires, pero esas, como
digo, mitologías locales y luego para no hablar de términos, -y
ahora voy a hablar sobre eso,- que aparecen a lo largo de toda la obra, para
mí eran cosas demasiado abstractas, muy abstractas es decir, que
además de los problemas filológicos normales que tienen que ver
con los dos idiomas. -el croata es uno de los idiomas eslavos como son el ruso,
el polaco, el checo, el eslovaco- es un idioma que difiere mucho del castellano,
que tiene declinaciones, no declinación, sino declinaciones, que declina
por ejemplo, nombres propios. Nestor Ibarra tiene su genitivo: Nestora Ibarre.
Imagínense un señor como Nestor Ibarra que se convierte en
Nestora Ibarre, Nestoro Ibarri, Nestora Ibarru, ... medio raro.
Cada idioma, cada lengua, analiza el mundo referente
de distinta manera. Nosotros en croata tenemos el vino negro y el café
blanco, el vino negro quiere decir el vino tinto, y el café blanco es el
café con leche. ... eso se llama un calco, es decir se transfiere
directamente la forma pero no el contenido. Vino negro es una forma
poética, es una forma de decir vino tinto.
Pero eso para ustedes tampoco es interesante porque
no sabiendo, en general, algunos de ustedes según puedo ver, lo saben,
pero el público argentino digamos, no conociendo el idioma, no se iba a
interesar en esas cosas.
Ahora en cuanto a la parte filológica,
morfológica, sintáctica, bueno todas esas cosas se encuentran en
libros, en diccionarios, lo pudimos descifrar, pero otra cosa,... yo sé
muy bien que existen términos como: mate, matear, mateo... pero son como
unas caracolas que yo veo y no puedo reconocer el sentido, el contenido.
Mate y matear, es un rito casi en estos
países, digo en Argentina y en el Uruguay. A propósito ayer
estaba yo tomando un café en un sitio por ahí y pasa un joven
elegante, así chupando su mate, por la calle. Esto en Europa
sería totalmente inusual. Así que menos mal que yo hace treinta
años estuve en Montevideo donde había podido ver un poco
cómo se toma el mate, cómo se ceba el mate, ¿cebar el
mate? para un europeo en general, un croata, no quiere decir nada luego hay
distintos tipos de mate, mate amargo... mate tanto, mate cuanto, y por
qué mate? me decian qué es mate? por qué se toma tanto
mate?, y por qué tanta cantidad de mate. Estas cosas, ya que no son
abstractas, las hemos podido descifrar.
Pero luego, cómo vamos a explicar en el texto,
porque yo no sé cómo podemos darlos, términos como
compadrito...
Son arquetipos en castellano. Cómo vamos descifrar
y como vamos a representar términos como cajetilla, orillero
¿Qué cosa son las orillas? orillero... Incluso tango y milonga.
Bueno tango es una cosa archiconocida sí, pero el tango no es una
palabra común y corriente para un argentino. Detrás de "tango"
hay toda una tradición, sentimientos, músicas, que para nosotros
no quieren decir gran cosa. Y Borges en muchas partes habla de eso, -se refiere
por lo menos-, incluso ha escrito sobre tango dando su opinión.
Ni hablemos de la poesía gauchesca
¿qué quiere decir ..., ¿qué es un gaucho?
¿cómo traducir los versos del Martín Fierro? Madre
mía menos mal que... Claro yo no trabajo en una Universidad
norteamericana que puedo decir al decano: mire señor, yo estoy
traduciendo a Borges por favor deme dos meses de vacaciones y unos 10.000
dólares para investigar un poco el asunto. No; menos mal que
tenía un libro de Francisco Castro Vocabulario y frases del
Martín Fierro, una edición del año 1957.
No tenía las ediciones de Tiscornia, etc... Un
título que tenía era el de Pedro Inchaustegui: Diccionario del
Martín Fierro. Para ustedes imagino son cosas conocidas, normales, son
repertorios que se utilizan incluso en escuelas pero para mí... Yo ni
siguiera me acuerdo donde conseguí esos libros tan raros y luego,
¿qué más tenía? Ah, además de repertorios
como: Diccionario de Americanismos, ahora no se llama así, ese libro se
llama creo Diccionario del Español de América, una nueva
edición, donde he podido encontrar varias cosas, y luego para no darles
demasiada lata con las referencias, también tenía a mi
disposición un Diccionario del Lenguaje Rioplatense.
Bueno, con eso, me defendía yo, tratando de
desentrañar el sentido, siquiera parcial, de algunos términos, de
algunos términos aislados. No hablemos de los giros, de modismos, de la
sintaxis a veces muy complicada del autor, que con sus juegos, con sus
ironías, con su selección de vocabulario trataba de obtener
algún efecto. Porque en una novela que empieza más o menos...
"Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche", usted se
encuentra con una frase así y con la combinación
"unánime noche", ¿qué quiere decir
unánime noche? desde luego es una invención del autor. Para
él la noche era unánime ¿cómo una noche puede ser
unánime? y así...
Estos ejemplos yo creo que son decenas y decenas, y
nosotros allí... digo nosotros, yo, en general. Porque esos problemas
siempre estaban sobre mi conciencia. Me decía, bueno pues la noche
unánime a ver que cosa yo no sé, no me acuerdo ahora justamente,
se puede buscar, que cosa hemos tratado de encontrar.
Luego y para finalizar sobre este párrafo,
¿cómo traducir una expresión muy criolla del "pero
che" -cuando se habla de una simetria, de una repetición historica
cuando dice como, a la imagen de ese "Tu quoque, filii mihi", cuando
matan a Cesar - pero che! pero che!. Indica una sorpresa: pero che! ... como se
puede traducir "pero che" no se puede, no-se-puede, hay cosas que
simplemente no se pueden traducir, por eso a veces tuvimos que interpretar.
No solamente tratar de hacer una traducción
correcta sino de interpretar, de tratar de buscar una expresión que
más o menos corresponda.
Supongo que en estos seis tomos, también
habrá barbaridades. No supongo, estoy seguro. Estoy seguro, porque con
la ignorancia de ciertas cosas, con la falta de manuales, con la falta de
informadores, de experiencias concretas, yo creo que ciertas cosas hemos
pasado. Simplemente no nos significaban nada.
Pero en fin, en ese sector del vocabulario general
hemos hecho lo posible.
Yo en aquella epoca propuse al director de la
editorial que al final del sexto tomo hiciéramos un índice, o un
glosario de términos que no nos son familiares, como compadrito... y
luego de otras cosas que simplemente requieren asteriscos y explicaciones, ...
más o menos, de manera muy telegráfica que quieren decir. No lo
hemos hecho. A lo mejor en una segunda edición, lo vamos a hacer. Otro
problema, -porque esa labor nuestra era un sinnúmero de problemas-, como
los mineros que trabajan todo el día, encuentran tambien muchísimos
problemas, mucho material por delante, nosotros así teníamos el
problema de la toponimia nacional, de la toponimia local, latinoamericana,
hispanoamericana, argentina, porteña y luego la local.
Es decir, para nosotros, ¿qué
significaba un término: el sur... el sur, ¿qué quiere
decir el sur? el norte, este y oeste... de Buenos Aires. Para un porteño
el sur es una palabra que evoca muchas cosas... "se fue pa'l sur"
Para mí "sur" quiere decir esto y lo
otro y nosotros no teníamos a nadie que nos explicara qué quiere
decir ese sur. Incluso una revista se llama Sur. ¿Por qué se
llama Sur? Para nosotros era simplemente una parte del mundo.
O aparecen téminos como
"esquinas". Esquinas, a cada rato, esquina, "en la esquina"
y el famoso cuento "Hombre de la esquina rosada". Esquina sabemos
más o menos qué es. Rosado, de color rosado. Pero `esquina
rosada', cómo poner esquina rosada ... esquina verde, hasta el momento
yo no sé exactamente, es decir simplemente en mi mente esa imagen no
está grabada. Yo invito al distinguido público que luego me
dé una explicación, que me dé la historia de ese
término tan simple, sencillo como este. Acota BEK: La esquina rosada se
usaba mucho en Buenos Aires, el Buenos Aires, la gran aldea, a comienzos del
siglo, para los boliches, ¿sabe lo qué es boliche? los almacenes,
los bares. En la puerta de esos bares que quedaban en los arrabales de la
ciudad, el compadrito, el malevo, el guapo, se apoyaba contra la pared, que era
rosada, porque se usaba pintarla de color rosado.
MT: Y por qué? BEK: Porque era la costumbre,
pararse, poner el pie, la suela del zapato contra pared fumar un cigarrillo,
era lo típico, el pañuelo al cuello, era el típico aspecto
y el típico hábito del compadrito, y Hombre de la esquina rosada
se llama el cuento. Es un personaje muy especial que Borges, no solamente lo
describe, lo radiografia porque había esquinas rosadas en aquel entonces
y él era un hombre de la esquina rosada. A usted le decían en
aquel entonces, ahí va un hombre de la esquina rosada, era un guapo,
malevo porque un profesor, un traductor no se iba a parar en la esquina
rosada...
MT: ¿Pero por qué no?
BEK: No le puedo decir por qué no, le puedo
decir porque sí. Por qué no, no se puede saber.
Continúa Milivoj Telecan: Esta
mitología porteña para nosotros era una cosa inaccesible porque:
"la esquina", tú buscas en el diccionario, la esquina quiere
decir el cruce de dos calles: "nos encontramos en la esquina". Porque
no olviden que desde ese punto tan distante, Europa, tan pequeño, nosotros
estamos mirando a América como un todo.
Así que nosotros no nos concentramos
exclusivamente sobre una esquina rosada de Buenos Aires, nos concentramos en un
enorme territorio desde el Río Grande mexicano hasta la Antártida
casi.
Un territorio donde se habla más o menos un
castellano que todo el mundo entiende, pero...
Luego la toponimia de Buenos Aires. No sé de
qué manera en aquella época me conseguí un plano de Buenos
Aires para ver, porque la toponimia de Borges es a veces fantasiosa. Pero
habla, menciona, barrios o topónimos que para él son tan
conocidos que ni siquiera... Claro que no va a dar ninguna explicacion.
Así menciona por ejemplo el topónimo "Once". Once
¿Once? ¿qué es? podría ser una plaza, podría
ser la boca de un metro, podria ser una estación de trenes, yo no
sé que cosa más.
Acota BEK: La estación de ferrocarril se llama
desde siempre estación "Once de Septiembre" y quedó por
antonomasia Once.
Continúa Milivoj Telecan: Por antonomasia,
fíjese, para usted sí, está bien, para usted sí,
Once es algo por antonomasia normal y lógico, pero para mí,
Once... sin otra explicación, ¿qué es?, estación de
ferrocarril, estación de buses, una plaza, estación de tranvia,
¿qué es? un término con tantos significados que,
cómo lo traducimos?
BEK: Alrededor de la estación está el
barrio de coreanos y judios que se llama Once de Septiembre.
Continúa Milivoj Telecan: Hace quince
años yo no tenía un público así, yo no tenía
a un Virgilio que me dijera: Si señor, Once es: a) barrio; b)
estación de trenes; c) estación de tranvias; d) ...
BEK: A mí me parece que en Croacia se puede
conseguir, supongo, una enciclopedia argentina.
MT: En aquel entonces no, ahora tal vez sí.
BEK: Porque usted busca en la Enciclopedia Argentina
de Santillán "Once", le va a decir Once de Septiembre: da
nacimiento y nombre a un barrio. Usted se entera de todo.
MT: Que Dios me perdone mi ignorancia, pero en
aquella época, para nosotros, problemas de ese tipo eran inextricables,
que no se podían descifrar. Yo incluso busqué "Once" en
un plano y ví que tenía que ver con una plaza, con el metro,
había una estación ahí. Pero que fuera tres o cuatro-cinco
cosas a la vez, eso no podía explicar. Respecto de cotejar traducciones
hechas a otros idiomas, es claro que lo hemos hecho. En general las
traducciones que circulaban en Croacia y en Europa eran traducciones francesas,
porque Borges hasta los años cincuenta prácticamente era un autor
desconocido en Europa.
Entonces lo lanzaron en París. Ya un autor
traducido al francés y en París está bien, se traduce a
otros idiomas y empieza a ser, a adquirir fama mundial.
Pero las traducciones al inglés, al
francés y al italiano a veces no nos ayudaban, sino al revés,
cuando nosotros teníamos un problema enorme, ellos tenian tres, o decian
cualquier cosa.
Así pues, nosotros eramos un equipo de
conjurados que nos telefoneábamos a las dos de la mañana, a las
tres de la mañana, alegres porque habíamos encontrado algo...
Porque Borges como era un lector monstruoso, él leía a autores
increíbles que ni siquiera, yo creo, en un convento se encuentran. Yo no
sé dónde los encontraba, entonces nosotros, buscando en
enciclopedias, recreando un universo, el de Borges. Así nos hemos pasado
una parte del tiempo. Fue una creación alegre, diría yo. Era una
alegría, era una investigación, una expansión. Pero a
veces yo andaba medio deprimido, porque simplemente no podía entender,
yo no entendía ciertas cosas. Claro, me refiero a términos o a
locuciones sobre todo argentinas, a veces ni siquiera castellanas. Porque como
Borges pulía mucho sus textos, entonces encontraba un adjetivo perverso,
encontraba formulaciones y ...
Luego cuando habla de la llanura, de los gauchos, del
mundo del gaucho, de la pampa, que dice él es una invención
literaria ... el campo... la pampa... Yo nunca estaba seguro de una buena interpretación
de sus palabras porque yo concretamente no nací en la llanura. Mi
visión del mundo es del mar, es maritima. Yo nací en la costa
dálmata, -yo creo mucha gente aquí presente conoce este ambiente-
y cuando él -raras veces- habla del mar, ahí me encuentro a
gusto, pero cuando habla del campo, de cuchillas orientales, del gaucho que
como jinete..., a mí esas cosas... porque yo me dije: si yo fuera
húngaro, o si fuera de la región de Eslavonia que es una llanura
de ese tipo, ahí sí, esa experiencia, esa vivencia sería
mucho más cercana. Pero puesto que no soy de Eslavonia, un jinete de
Eslavonia, entonces traté de hacer lo posible. Bueno, yo creo que
aquí podemos concluir. Podríamos seguir, pero siempre con esas cosas
que nos preocupaban en aquella época y que yo traté de recrear en
estos 15 minutos.
Muchas gracias por su atención.
Comentario del Dr. Koremblit
Yo creo que, por lo que lo que lo he escuchado el
doctor Telecan, al doctor Telecan y a Borges, todo los une, y ni siquiera la
literatura los separa y menos aún después de la impecable e
implacable traducción, la versión en otro idioma que ha hecho de
su obra. Ahora, cuando hay palabras que no puede traducir yo creo que hay que
dejarlas..., si yo fuera traductor, las dejaría, si no se puede aclarar,
hay que dejarlas en bastardilla, o entre comillas, porque en el texto, en
prosa, -y en poesia ni qué hablar-, uno lee... no es su caso, no, pero
lee una mala traducción de Baudelaire, y de Eliott, y de Rambout y de
Dante, y se da cuenta que está mal traducido, pero advierte que es un
gran poeta, por el contenido poético.
Yo creo que en un texto, una frase, un relato, un
cuento de Borges, donde se diga cajetilla, y donde se diga compadrito el lector
se va a dar cuenta que ese personaje es un compadrito o algo así, y se
va a dar cuenta qué quiere decir un cajetilla por lo menos por
aproximación. Como palabra suelta, cigarrillo, cajetilla, ya sabe lo que
quiere decir. Pero donde se habla de un personaje y se lo describe, y se dice cómo
es, y se dice cajetilla yo creo que se deduce, especialmente si se está
traduciendo a un eminente escritor como era Borges.
Ahora yo le voy a decir al doctor Telecan para su
satisfacción que el trabajo de traducción es como el del minero,
como dijo él. Es descifrar, es encontrar problemas, es saber no
desesperarse con una palabra como Once -parece que fuera mil, no once-, es una
labor molesta, que exige humildad y esfuerzo, pero hay que ver que el minero
suele encontrar piedras preciosas, en su investigación, en el medio de su
molestia, siempre aparece una piedra preciosa.
Ahora, dijo el doctor Telecan que quizá, en
fin, con toda modestia, la traducción no fuese muy católica. El
quiso decir muy católica en el sentido no que aparecería
según el diccionario. ¿que no es judía?, ¿que no es
musulmana?, ¿que no es de los adventistas del Séptimo Día?
Bueno, le voy a decir que Borges era
agnóstico. Absolutamente. Ahora, también el doctor Telecan dijo
"un ente platonico". Sí es lo cierto, hay un ente
platónico, pero el ente es socrático y Borges también lo
era. Por otra parte, la expresión "unánime noche" o
"noche unánime", podría ser un tanto inextricable pero
unánime, es todo. Una noche absoluta. No tenía momentos del
día esa noche. Claro, es una redundancia, porque una noche es una noche.
Hay un sol de media noche, pero eso es querer saber demasiado. Lo entiendo muy
bien al traductor. El quiere saber, y se desvela por saber qué es
unánime noche, pero creo que si se esfuerza mucho, el cerebro se le
puede subir a la cabeza.
Y en cuanto que entre colegas se despertaban a las
dos-tres de la mañana por problemas casi insolubles de
traducción, no tendría que aflijirse demasiado, porque así
se cura el insomnio.
(Luego de nutridos aplausos para los dos
conferencistas, el Dr. Milivoj Telecan leyó en croata un trozo de El
Aleph).
BORIS SIROKI[62], CARACAS
Transcurridos cinco
trágicos años de la cruenta guerra que desvastó una parte
de Croacia y casi la totalidad de Bosnia y Hercegovina, holocausto que
ocasionó más de trescientos mil muertos, procedentes en su
mayoría de la indefensa población civil. Esta horrenda cifra que
incluye a miles de niños inocentes es un genocidio que se suma a las
tres millones de personas desplazadas de sus hogares ancestrales. Son
víctimas de la "limpieza étnica", de la agresión
serbia.
Estos horrores están llegando a su fin junto
con la anhelada esperanza de paz para estos heroicos países, gracias a
la decidida aunque tardía acción diplomático-militar del
gobierno de Washington.
Los crímenes contra la humanidad cometidos por
los serbios, según la CIA en un 90%, hechos que vimos y leímos a
diario a través de los medios de comunicación internacional,
manipulada a veces en beneficio del verdugo balcánico, la
"Verdad" demostrada ahora inequivocadamente, abochornaron durante
tanto tiempo la conciencia del mundo civilizado. Sorprendido y avergonzado por
dicho vandalismo, tal como lo afirmó valientemente en repetidas
oportunidades el Papa Juan Pablo II, llamando a la reflexión y a la
tolerancia, mensajes que lamentablemente no encontraron la receptividad de los
serbios.
En el acuerdo celebrado en la base militar
norteamericana de Dayton, (Ohio), el prepotente caudillo serbio Slobodan
Milosevic, plenamente identificado como el promotor y principal responsable de
dicha tragedia humana, tuvo que aceptar a regañadientes los
términos de paz que evidentemente no satisfacieron todas sus
pretensiones megalómanas de conformar una "Gran Serbia", sobre
las ruinas de la desintegrada Yugoslavia marxista. Sin embargo, éste
maquiavélico tiranuelo balcánico, logró parte de su
objetivo: cruzar el río Drina, la milenaria frontera del Occidente y
Serbia, apoderándose de los territorios históricos y
étnicos croatas autoproclamando la "República Serbia de
Bosnia". También queda pendiente la liberación de Baranja,
Sriem occidental y Eslavonia oriental, comarcas croatas que siguen usurpadas
por la minoritaria población rebelde serbia, cuestión que
resultará difícil de resolver pacíficamente, debido
principalmente a su cercanía con Serbia y al ímpetu de este
país por expandirse hacia el Occidente de Europa.
Las condiciones evidentemente injustas para los
croatas de dicho acuerdo, fueron ratificadas solemnemente el 14 de diciembre
del año pasado en el Palacio del Eliseo (Francia) y su único
mérito será haber terminado por lo menos con el salvajismo de las
huestes serbias que se verán obligadas a respetar la intervención
de la Fuerza Internacional de Interposición (IFOR) de la OTAN, ya que
los serbios están acostumbrados tradicionalmente a obedecer al
más poderoso. Solamente la Federación croata-bosnia que
constantemente se pretende minar, provocando artificialmente conflictos
insensatos entre algunas fracciones musulmanas y católicas bosnias,
ambas de autóctono origen croata, así como la futura
Confederación de este país con la democrática
República de Croacia, serán los pilares fundamentales para
garantizar una paz duradera y la prosperidad en dicha estratégica
área geopolítica del sudeste europeo.
En varias oportunidades analizamos de manera objetiva
en la prensa nacional, las causas y también las consecuencias nefastas
de la obsesión fanática de Serbia por pretender desempeñar
el papel de "Gendarme necesario" en los Balcanes, basada en el
"mito granserbio", sepultado por los turcos en la batalla de Kosovo
(1389), terrible derrota que éste pueblo paradógicamente celebra
todavía como una gran victoria. Durante más de cuatro siglos de
ocupación otomana, los serbios cultivaron dicho mito, que los
impulsó a emprender aventuras peligrosas y sanguinarias cuando lograron
su independencia (tratado de Berlin, 1878). El principal factor que inspiraba
estas agresiones en las dos Guerras Balcánicas (1912 y 1913), durante la
última gran conflagración mundial en el Estado Independiente de
Croacia (1941/45) y la actual, nuevamente en tierra croata, fue la Iglesia
ortodoxa nacional de Serbia, junto con la gobernante camarilla chauvinista de
Belgrado, irrefutable realidad histórica que no admite dudas. Para
alcanzar sus propósitos de expansión hacia el Occidente, Serbia a
través de sus popes desarrolló en este último siglo una
sistemática campaña proselitista entre la étnia valaca que
profesa también la religión bizantino ortodoxa, y que durante la
invasión turca en los Balcanes, pobló los enclaves en Bosnia y
Croacia, logrando en buena parte convertida en "serbia", debido a que
según los curas serbios, los católicos y los mulsumanes son
croatas, mientras que los válacos por ser cristianos ortodoxos, deben
ser serbios.
Esta gente, los valacos de origen africano, que
durante tanto tiempo disfrutaban de la generosa hospitalidad y la
protección del Reino de Croacia, se dejó engañar,
desempeñando el papel siniestro de "quinta columna" de las
aspiraciones neoimperialistas en ambas Yugoslavias, monárquica y
comunista, y sobre todo en el conflicto sanguinario que acabamos de presenciar.
Esta actitud equivocada, finalmente se volteó contra ellos mismos y sin
duda alguna transcurrirá mucho tiempo para que logren sanarse las
terribles heridas ocasionadas por su injustificable salvajismo. Los hechos
vandálicos de saqueos y quemas de las propias viviendas, perpetrados por
las hordas serbias en las zonas de Sarajevo, antes de que las mismas sean
reintegradas a la jurisdicción legítima de la Federación
de Bosnia, son una demostración más del primitivismo de esta
minoría étnica.
¿Por qué la mayoría de los
serbios actúan de la manera tan hostil en contra de todo lo que
representa los valores perennes de la cultura occidental que ellos identifican
en su vecina Croacia? En primer lugar, debido a la ya señalada
obsesión de grandeza, mito que carece de toda base real, ya que este
pueblo sigue siendo pequeño y primitivo, como resultado de las
circunstancias históricas y en segundo lugar, la larga ocupación
otomana, que no permitió a Serbia incorporarse oportunamente al proceso
de desarrollo de la civilización europea. Esta coyuntura
distorsionó desafortunadamente su identidad nacional, complejo del cual
los serbios no logran librarse todavía. A su vez algunas potencias
europeas aprovecharon dicha formación histórica negativa, para
utilizar a Serbia como guardián de sus intereses en la cuenca danubiana,
conscientes de las debilidades de este país, sin importarles su destino
y menos aún el de sus víctimas, en primer lugar los croatas, que
desde más de un milenio pertenecen a la órbita de la Europa
Occidental.
El intento de "balcanizar a Croacia" a
través del nefasto "proyecto yugoslavo", que en realidad no
fue más que el proceso de la expansión serbia hacia el Occidente
europeo, fracasó definitivamente. La República de Croacia acaba
de demostrar una efectividad extraordinaria en el campo militar, frenando en
unos pocos días a la soldadesca serbia, al liberar la llamada
"krajina" y su capital Knin, sede de la dinastía nacional del
Reino medieval croata. El Estado croata, de milenaria tradición
democrática, forma parte integral de Europa Central y como tal del
contexto de la civilización occidental, barrera que durante siglos
logró frenar a los invasores del Oriente, incluyendo actuales
pretensiones granserbias.
VESNA FABRIS-PERNUCIC
Según la estadística
oficial de 1991, en Serbia vivían unos 250.000 croatas. Durante los
cinco años de guerra fueron expulsados unos 45 mil, mientras que unos 6
mil emigraron a Croacia uniéndose a sus familias. La venganza tomada
contra las publicaciones croatas después de las acciones militares
"Relámpago" y "Tormenta", ejecutadas por el
ejército croata en el año 1995, provocó la ida de otros 5
mil croatas, especialmente de la provincia autónoma de Vojvodina.
De acuerdo a la apreciación del Comité
de Derechos Humanos de Helsinki, el terror y atemorización lo realizaban
en Serbia los activistas de la llamada Renovación Popular Serbia, cuyo
líder es Mirko Jovic-, junto con los radicales serbios de Seselj,
quienes pedían abiertamente el linchamiento de los croatas. Los casos
más drásticos de persecución ocurrieron en los pueblos de
Slankamen y Banovci, ubicados a orillas del río Danubio. Si bien
oficialmente autónomos, los croatas en Backa, Banat y Srijem carecen de
organizaciones culturales y menos políticas. El único semanario
croata sale en la capital provincial de Subotica, donde se encuentra la
única institución cultural croata. En la administración
está prohibida toda intervención a la población croata.
Nadie está perseguido por los asesinatos de
los croatas en Vojvodina. Según los datos de DSHV, la única
organización croata en Subotica, entre 1991 y 1995 fueron asesinados 5
croatas, 2 fueron secuestrados, 14 fueron ferozmente linchados, también
se conocen cinco llamamientos abiertos al linchamiento, 36 ataques con bombas,
seis incendios contra casas particulares, 24 ataques de destrucción
contra objetos religiosos y culturales croatas, seis robos y ataques personales
además de centenares de intentos de penetración en casas de
familia.
Según el Comité de Helsinki, los
asesinatos contra los croatas en Vojvodina nunca fueron investigados,
notándose un total desinterés de la policía serbia para
aclarar o impedir la persecución de la población. Allí se
mencionan los asesinatos de Mijat Stefanec, de Hrtkovac, Nicolás y Agica
Oskomic y Marija Tomic de Kukuljevci, Dusan Bicanic de Petrovaradin, Zivko
Mitric de Srijemska Mitrovica y otros. El ejemplo típico de las consecuencias
que provoca el terror y la persecución sistemática de la
minoría croata se refleja en el caso de la pequeña
población de Stanisici cerca del Sombor, de donde emigraron desde 1991,
87 familias croatas y últimamente 43 familias más.
Después de la reciente liberación de la
parte de Croacia ocupada por las fuerzas rebeldes serbias, subió el
número de los ataques contra la Iglesia Católica y sus
sacerdotes, quienes siempre fueron objeto de persecución. Están
asustando a los chicos croatas en los colegios y están atemorizando a
los hombres más representativos. Según sigue el documento del
Comité de Helsinki, los croatas no consiguen hacer ningún
trámite en las oficinas oficiales. No les otorgan ni la ciudadanía
varias veces solicitada.
Cada viaje que hacen a la vecina madre-patria Croacia
provoca la persecución de las autoridades y terroristas puebleros
serbios. Aquí no es excepción ni el mismo obispo de Subotica, de
origen croata.
El status de los croatas en la nueva Yugoslavia no
tiene el status de minoría, como sería lógico
después de la disolución de la vieja Yugoslavia. Tampoco tiene el
status de pueblo. En relación a este problema la ministra serbia Savovic
respondió que "en realidad no tiene status ni de minoría, ni
de pueblo". Pero aludió a la posibilidad de tenerlo una vez firmado
el acuerdo de reconocimiento entre ambos estados.
El presidente de la Asociación croata de
Subotica B. Tonkovic, hablando sobre la autonomía de Vojvodina,
afirmó que allí no existe. Que es nominal solamente. Serbia
centralizó todo, lo que siente la población de Vojvodina como una
simple ocupación serbia. Por eso, se impone una redefinición,
porque Vojvodina debe ser política y económicamente
autónoma, según figura en la constitución.
"Aquí se debe respetar la diferencia étnica y cultural de la
gente que aquí viene", afirma el representante croata.
El mismo juntamente con el representante de la
minoría húngara de Vojvodina, Sr. J. Kasz han preparado el nuevo
plan de autonomía, que será presentado en Belgrado a fin de
forzar una auténtica autonomía, que actualmente es tan
sólo en teoría, ya que los serbios saben poco de democracia.
(Tradujo A. Turica de la revista Matica de febrero de 1996).
El arzobispo de Zagreb, cardenal
Franjo Kuharic, recibió el 13 de abril 1996 al Dr. Amiel Shomrony, quien
fuera durante la Segunda Guerra Mundial secretario del Gran Rabino de Zagreb
(1941-1943).
El visitante dijo que este era su primer viaje a
Zagreb bajo su verdadero nombre, destacando que "durante la Segunda Guerra
Mundial existieron profundas relaciones entre la Comunidad Judía de
Zagreb y el cardenal Aloisio Stepinac, quién durante ese período
de guerra salvó a numerosos judíos, ortodoxos y otros
fieles".
Este testigo viviente, quién fuera
huésped frecuente del cardenal Stepinac, recordó que el
"cardenal había arriesgado varias veces su vida salvando a los
judíos (de los alemanes), y por eso mereció sin duda la medalla
de los justos". Expresó que él mismo en dos oportunidades
elevó su voz en el Yad Vashem para que el cardenal Stepinac reciba esa
condecoración israelí.
Por su parte, el cardenal Kuharic le informó
que "se encuentra en curso la beatificación de Aloisio Stepinac
destacando que él siempre fue un hombre derecho y fiel a Dios".
Durante la visita del Dr. Shomrony al Museo Stepinac,
el cardenal Kuharic confirmó a los presentes que "el señor
Shomrony es un testigo directo sobre la actividad del cardenal Stepinac en el
salvamiento de los judíos perseguidos por el nazismo".
El Dr. Amiel Shomrony al finalizar su visita a la
sede del Arzobispado rezó ante la tumba del Cardenal Stepinac y
visitó la redacción del semanario Glas Koncila (La Voz del
Concilio).
El hombre que dio sus iniciales a una línea aérea
A sus 75 años, este magallánico
está satisfecho de los logros alcanzados por la empresa regional Dap
fundada por él.
Don Domingo Andrés Pivcevic es conocido en las
oficinas de Aerovías Dap como "don Andrés padre". No
por nada es uno de los fundadores de esta empresa regional. Y no por nada Dap
significa "Domingo Andrés Pivcevic". Sin tener mucha
relación con el aire -no es piloto ni nada parecido-, un día,
conversando con sus hijos, se les ocurrió la posibilidad de hacer
negocio con los aviones. Y eso le ha traído muchas satisfacciones.
"La idea de formar esta empresa surgió un
día, analizando las posibilidades de este negocio, conversando con mis
dos hijos", cuenta don Andrés padre. Eso fue por allá por
1980.
La idea fue bien evaluada por la familia, y decidieron
comprar un avión Twin Otter.
"Con este avión, viajábamos a
Porvenir, Río Grande, Ushuaia y la Antártida", comenta. De a
poco, se fueron expandiendo, y así llegó el momento de aumentar
la dotación de aeronaves. "Compramos dos aviones Cessna 402, con
capacidad para diez personas cada uno", con ellos Dap -que también
podría significar "Don Andrés Padre: - siguió
cubriendo las mismas rutas, dando, eso sí, cada vez un mejor servicio y
con más allá frecuencia. La flota se completó, por un
tiempo, con dos nuevas naves. Se trató de dos Kim Air, para optimizar
los servicios.
"El año `87, compramos el primer
helicóptero, cuya flota también fue aumentando, al ser favorecida
la empresa con la licitación que, cada tres años, hace la Empresa
Nacional del Petróleo. Con esto, adquirimos dos helicópteros
más", comenta don Andrés.
Pero traer un Boeing para hacer viajes a Santiago era
una idea mayor. Por lo demás, nada fácil de realizar.
"Estuvimos mucho tiempo estudiando la idea de tener un avión para cubrir
el tráfico a Santiago, la que se concretó ahora en enero, eso
sí, vía leasing, lo que es muy importante", dice
entusiasmado este jovial caballero, que ya suma 75 años. Eso si, su
vitalidad no denotan las décadas vividas.
Nunca piloteó un avión "porque no
está dentro de mi religión". Pese a que no existe esa
relación más estrecha con los pies de altura, la presión
atmosférica y todo aquello, confiesa que tiene "una relación
afectiva" con las máquinas que componen esta compañía
aérea. "El resto, lo ven los chicos", confiesa.
"A lo mejor, todavía tengo edad
suficiente como para ser piloto", bromea.
Lo cierto es que hoy "no cumplo ninguna
función específica dentro de la empresa", sin embargo, cada
día acude a O'Higgins y José Menéndez, a las oficinas de
la entidad, "para no perder la costumbre".
Divide su jornada en mañana y tarde, y se
siente más que satisfecho por la consecución de las metas que se
ha propuesto. En todo caso, actividad es lo que menos le falta a este hombre.
Además de una aerolínea de siete aviones, se dedica a la
ganadería y es propietario de alguna maquinaria pesada.
Emprendedor el hombre. Y exitoso. No todos cuentan
esa historia.
La Prensa Austral, Punta Arenas, 17 de enero de 1996
ENTREVISTA DE CATALINA MUJICA, REALIZADA EN SANTIAGO DE CHILE, Y PUBLICADA EN EL MAGALLANES, PUNTA ARENAS, 21 DE ENERO DE 1996.
Santiago. La conocida frase
"Seamos realistas, hagamos lo imposible", aparece escrita en su
pizarra. En la pequeña oficina, llena libros y fotos, el aire es muy
fresco. Deodato Radic nos hace notar que el acondicionador está al
máximo. Como buen magallánico, las altas temperaturas
santiaguinas lo sofocan.
Alegre y divertido, dista mucho de la imagen
prototipo de un científico. Sin embargo, es uno de los eminentes
investigadores químicos de la Universidad Católica y reciente
ganador de una de las doce becas presidenciales, que otorgó el gobierno
chileno para el desarrollo de la ciencia.
Licenciado y doctorado en la Universidad
Católica de Chile, es miembro de número de la Academia de
Ciencias y profesor visitante de la Universidad Complutense en España.
Hace treinta años llegó a estudiar a
Santiago y se quedó. Y, aunque no tiene oportunidad de visitar
frecuentemente su tierra natal, la recuerda con mucho orgullo: "Soy
magallánico y lo luzco, y donde pueda lo digo".
Nació en Punta Arenas y vivió en esa
ciudad durante los períodos escolares, pero se crió y pasó
gran parte de su adolescencia en las Torres del Paine, a cuyos pies su padre
tenía una estancia. "Yo no sé si hay lugar más lindo
en el mundo. Yo creo que el paisaje magallánico, los ventisqueros, es
algo que no tiene parelelo en otra parte".
¿Qué recuerdo especial guarda de su
adolescencia?
"Mi pasada por el colegio fue fantástica.
Hasta el día de hoy veo a mis compañeros, somos muy amigos y, si
tenemos oportunidad, nos escribimos o visitamos".
Hace cuatro años lo invitaron a dar una charla
a la Universidad de Magallanes. Rápidamente, sus compañeros de
curso se enteraron y organizaron una reunión. "A los cuarenta y
tantos años todos estábamos sentados en la sala de clase y
llorábamos de la risa con las mismas payasadas que hacíamos
treinta años atrás" y dice que hasta usaron los mismos
apodos. Asegura que quien no lo recuerde por su nombre, si lo hará por
el sobrenombre: "el mono Radic".
- ¿Le gustaba vivir en Punta Arenas?
- "Sí! Punta Arenas es muy
tranquilo. En el invierno los entretenimientos eran salir a patinar en hielo o
tirarse en trineo por la Avenida Independencia. El verano muy agradable y
fresquito, sobre todo fresquito!" Pero, su mundo cambió cuando
aterrizó en Santiago. Aunque reconoce haber tenido ciertas facilidades
al vivir en casa de unos amigos magallánicos que llevan un tiempo en la
capital, para Deodato Radic llegar fue una experiencia traumática.
"Para una persona de provincia, particularmente para un magallánico
que vivió tan aislado, estar en Santiago significa llegar a una selva, a
luchar contra el mundo".
- ¿Por qué le fue tan difícil
acostumbrarse?
- "Los primeros años de estudio en la
universidad no sabes cruzar la Alameda, ni cómo tomar un micro. Por un
lado, tus estudios te demandan un cierto esfuerzo, pero tu adaptación al
medio es tan difícil como lo otro. Es una lucha constante y ahí
nace el provincianismo. Además, en muchas oportunidades, también
hay discriminación, te miran en menos y eso te marca".
El proyecto de investigación que
presentó al concurso de la Cátedra Presidencial de Ciencias,
dotada de 120 mil dólares, engloba en gran medida su área de
investigación. "Lo que hacemos aquí es sintetizar lo que son
productos de materias primas de tipo plástico y estudiamos sus
propiedades". Su especialidad científicamente conocida como
"estudio de macromoléculas sintéticas", se fue gestando
desde que era estudiante de licenciatura en química en la Universidad
Católica.
- ¿Cómo nació este amor por la
química y, en especial, por las macromoléculas sintéticas?
- "Un destacado químico
farmacéutico de Punta Arenas, Dante Baeriswyl, fue mi profesor en el
colegio. No me indujo, pero la química resultó tan agradable con
él que llegué a la decisión de estudiarla a fondo".
El tema de las macromoléculas sintéticas algo me interesó
cuando era estudiante y se presentó la oportunidad cuando vino la
doctora Ligia Gargallo al departamento de química a trabajar en esa
área. Empecé a observar y me gustó mucho. Con el tiempo,
el mismo Radic logró desarrollar esa actividad y formar un grupo de
investigación que fue pionero.
" ¿Qué particularidad
tenían como grupo de investigación?
"Digamos que en la especialidad de
físico-química de macromoléculas fuimos un poco
únicos. Normalmente lo que se hacía era o sintetizar o estudiar
las propiedades, pero no las dos cosas juntas. Nosotros pasamos a ser uno de
los pocos grupos en el mundo que trabajan con sus propios materiales".
Actualmente continúa realizando sus investigaciones en el área y
es docente de la Universidad Católica, institución con la que
mantiene un contrato de dedicación exclusiva. Sin embargo, esto no le
impide sostener contactos con universidades y grupos de investigación
extranjeros, con los cuales realiza estudios interdisciplinarios.
Orgulloso, muestra varias fotos que cuelgan en las
paredes de su oficina. "Una de las satisfacciones más grandes que
me da mi carrera es que tengo amigos en el mundo entero y eso es una cosa
riquísima.
Yo abro mi correo electrónico y me llegan
comunicaciones de todas partes del globo. Somos muy amigos, nos encontramos en
los congresos y compartimos, hacemos trabajos en conjunto, solucionamos muchas
dudas. Es muy gratificante."
Su trabajo lo obliga a viajar constantemente al
exterior. En diciembre partió a Hawaii como representante de la sociedad
de macromoléculas, en ocasión del ingreso oficial de Chile a la
Polimer Federation y más tarde viajará a la Universidad de Texas
a dar una charla en la conferencia de características de polimeros.
- ¿Qué significan para Ud. las
invitaciones?
"Son un reconocimiento claro, que te inviten a
formar parte de un comité científico y que cuenten contigo es muy
gratificante. Porque allá van personas muy importantes, algunas bastante
mayores que yo. Por otro lado es enriquecedor porque recibes críticas a
tu trabajo que permiten mejorar lo que estás haciendo".
- ¿Qué se siente ser científico?
"Incomprensión. Yo creo que el problema
más grande que tienen los científicos es la falta de
interés de parte de la sociedad. Nos miran como bichos y creen que somos
un poco raros. La gente cree que son pocos los que no están un algo
tocados, dice entre serio y en broma.
Más que el dinero es el reconomiento. Junto a
su oficina está el laboratorio donde el científico realiza sus
investigaciones. En él, siempre con delantal blanco trabaja afanosamente
con los tubos. Entran y salen, hacen bromas. Se puede observar un ambiente muy
grato. `Aquí el último pucho del tacho soy yo', comenta riendo
respecto al trabajo con sus jóvenes ayudantes".
- ¿Por qué le gusta trabajar con la
gente joven?
- "Mira, aquí en el laboratorio hay siete
estudiantes de doctorado y varios ayudantes más. Hay mucha gente joven y
tenemos ocasión de formarla y abrirles un buen camino. Esa es una tarea
agradable. Además, para mí los años pasan, pero como estoy
siempre con gente joven, eso me rejuvenece día a día.
Uno de los requisitos del concurso de las
cátedras presidenciales establece que cada proyecto debe incluir un
coinvestigador joven. Alejandra Opazo será quien
desempeñará esta actividad junto al científico. "Ella
se doctoró conmigo y está haciendo un especie de post-grado
aquí mismo. La elegí porque es excelente. Creo que la voy a
contratar de tiempo completo", comenta sonriendo.
- Hablando del proyecto, ¿qué
significó para Ud. ganar un concurso de esta categoría en el que
competían 81 postulantes?
- "Fue una sorpresa grandota. El hecho de que
tú sometas tu curriculum a una evaluación internacional en la
cual hay tres premios Nobel, asesorados con árbitros de las mejores
revistas científicas del mundo, y salir ganador, es algo que yo no
esperaba da un reconocimiento a mi carrera y eso, para mí, es lo de
mayor valor en la beca presidencial".
Lo más agradable de su triunfo fue recibir
opiniones personales sobre su trabajo del Premio Nobel de Química,
Rudolph Marcus. "En este momento si me dicen que no me van a dar ni un
peso, me importa un comino. Mucho más valioso que los 50 millones,
fueron los conceptos del premio Nobel sobre nuestro trabajo".
-¿En qué momento de su vida se
encuentra ahora?
- "Yo creo que estoy en una posición
expectante. Las estadísticas dicen que, en general, un científico
tiene una curva de crecimiento y decrecimiento. A mí me gustaría
estar todavía creciendo".
Comentario y versión castellana del poema: ANA BLAZEKOVIC
Después de toda una vida de estar mimetizado
con las sombras, oculto detrás de diferentes seudónimos, Mato
Marcinko, poeta y mártir, primo hermano de las musas e hijo dilecto de
Silvije S. Kranjcevic (1865-1908), y de Antun G. Matos, (1873-1914),
próceres de la poesía croata contemporánea, a los que el
poeta evoca con sentidas palabras del compartido dolor en descarnados versos,
ha tenido la satisfacción de ver reunidos tres títulos de sus
libros de poesía en un solo tomo, que le ha publicado Matica Hrvatska de
Zagreb, en una cuidada edición.
Se trata de Povratak Ptice, (La vuelta del
pájaro), 1975, Ziral, Roma, publicado bajo el seudónimo de Mato
Juranic, Mjesecev zavicaj, (La patria de la luna), 1978, y Nocurci
krajolika, (Aves nocturnas), 1981, T.J.H. Mar, publicaciones de sv. Ciril i
Metod, Zagreb, y Pjesme izvan zbirki, (Poemas escogidos),
seudónimos y publicaciones varias.
Se diría que la prohibición para este
hombre, más que un impedimento era un incentivo. Porque en lo que ha
durado el régimen totalitario en Croacia, este hombre no ha dejado de
producir y estudiar un solo día de su atormentada vida.
El fin de la Segunda Guerra Mundial lo alcanzó
en un hospital militar. Tenía a la sazón 19 años. A partir
de ahí comienza su viacrucis vitae. Fue evacuado en ese fatídico
tren por las autoridades gubernamentales que se dirigían a la frontera
austríaca, en busca de protección de los aliados que no
pasó más allá de Celje. De ahí prosigue caminando
como puede hasta Dravograd. Desde los campos de Bleiburg fue devuelto, mejor
dicho, entregado por los ingleses junto con innúmeros prisioneros
desarmados a los guerrilleros de Tito, que los arrearon como ganado a pie a
través de Precko, Zagreb, Bjelovar hasta Petrinja. Vuelve a su casa
mortalmente enfermo. Los médicos no le dan más de tres meses de
vida. Pero la muerte piadosa, saciada de tanta muerte gratuita pasa de largo.
Entre internaciones y detenciones termina como puede
sus estudios secundarios. En 1947 intenta inscribirse en la Facultad de
Filosofía. Al negársele el ingreso a ésta, se inscribe en
la Facultad de Derecho en la que se recibe en 1952.
Sería tedioso enumerar todos los trabajos de
investigación histórico cultural que ha producido y publicado a
partir de ahí en diferentes publicaciones en Croacia y en el extranjero,
bajo diferentes seudónimos.
"Pensando el mundo y su propio destino y el
destino de su pueblo, -dice su prologuista- , Josip Bratulic, en el libro que
estamos comentando, es el espacio pensado de Mato Marcinko, en el que se
desenvuelve su poesía con la que sale a la luz diurna ante el lector con
su verdadero nombre, por fin, y de una buena vez. El piensa el pasado en el
triste y peligroso hoy para un, para nosotros, desconocido mañana. ¡Y
que Dios nos ayude!
La poesía de Marcinko es el cristiano pensar
sobre el mundo y el destino de la humanidad en el quiebre del tiempo de lo
perecedero, la imposibilidad de la participación y el grito de la no
aceptación. Lo que surge con mayor claridad de la lectura de Nocurak,
-ave nocturna-, a la que no le es dado cantar de día a pleno sol, sino
de noche cuando nadie la vé, para que al menos la oigan y escuchen con
paciencia y atención.
Sin duda, -continúa diciendo Bratulic-, la voz
de Marcinko integra el coro de los poetas contemporáneos croatas, a los
que no está demás oír y escuchar. Transita la huella de
los más altos alcances de la poesía reflexiva que iniciaron los
poetas croatas del siglo XX.
El libro cierra con un lascerante soneto en el que el
autor parafrasea a Antun Gustav Matos en su conocido soneto Pred svetim
krizem, y que el autor titula:
Ognjista mrtva. Opustjela polja.
Prolaze povorke dusnodanskih
svijeca.
Sve ceste su pune odrpanih golja.
Njive su sve manje, a groblja sve
veca.
Uspavana glasom ONUskih sirena,
Hrvatska suti, zatocena, nijema,
dok pod toplim krovom gostoljublja
njena,
UNPROFOR joj tajno tihu propast
sprema.
Na Matosev grob, kad su teske
noci,
ena sva u crnom znade doci,
s
prognanickim kriem jedne cijele nacije.
A Matos joj veli. Tudjinci su opet
nasi reges.
Ownovi
Hrvatskoj sad prescribunt leges,
bacajuci psima ud po ud Croacije!
Los hogares muertos. Campos
devastados.
Desfilan las velas de fieles
difuntos.
Las calles están llenas de
gente harapienta.
Los huertos decrecen, los
cementerios crecen.
Aletargada, con las sirenas de la
ONU,
Croacia calla muda, confinada,
mientras bajo su tibio y
hospitalario techo,
UNPROFOR con sigilo le tiende el
traicionero lecho.
A la tumba de Matos, en noches
destempladas,
sabe llegar una mujer toda
enlutada,
con la cruz del destierro de toda
una nación crucificada.
Y Matos le dice: Los extranjeros
son de nuevo nuestros reges,
hoy los Owens a Croacia prescribunt
leges,
tirando a los perros miembro por
miembro de Croacia.
Mato Marcinko: Moliti Nebo, Matica Hrvatska, Zagreb, 1995.
BRANKO
FRANOLIC, LONDRES
(British
Archaecological Reports, International Series 615, Tempus Reparatum, Oxford,
1995, 245 p. in-4°)
La Editorial Tempus Reparatum de Oxford ha publicado un Catálogo de localidades medievales de Croacia Continental.
La autora es la arqueóloga de Zagreb, Tajana
Sekelj-Ivancan, y la editora es Rajka Davison. El catálogo tiene 245
páginas y abarca las siguientes regiones: Zagreb, dos regiones de
Zagorje, Medjimurje, Podravina, Bjelovar, Sisak y cinco regiones de Eslavonia.
La autora da al comienzo un muy buen resumen de los
principales acontecimientos históricos en Croacia Continental,
acompañado por tres mapas: Croacia durante el reinado de Tomislav, circa
928; Croacia durante el reinado de Petar Kresimir IV circa 1073 y Croacia en el
siglo XIV.
La autora expone los resultados de sus
análisis de varias localidades y descubrimientos y los clasifica
según varias culturas arqueológicas. En el mundo
científico están divididas las opiniones sobre la
definición de cultura arqueológica. El término
"cultura arqueológica" es mucho más amplio al de
"cultura étnica" y se puede aplicar a diversos grupos
étnicos. Esto las facilita considerar las localidades de los
períodos migratorios como partes de las culturas arqueológicas.
En las tierras de Croacia Continental las culturas
arqueológicas están divididas en cinco grupos.
El primer grupo constituyen los restos de migraciones
de Hunos, Ostrogodos, Gepidos, Longobardos, desde el fin del siglo IV hasta el
fin del siglo VI.
El segundo grupo constituyen los restos de influencia
de francos, normandos, Koettlach (Austria), Carolingos y Martinovke (Mar
Negro), o sea del siglo VI hasta fin del siglo IX.
La tercera parte abarca la cultura de los Avaros y
Eslavos desde comienzos del siglo VII hasta el principio del IX.
El cuarto grupo abarca localidades y hallazgos de una
cultura eslava incierta desde Bijelo Brdo (Baranja) y de la temprana cultura
croata cuyo centro estaba en el sur, entre los ríos Cetina y Zrmanja,
pero influía también en Panonia. Estas tres culturas
existían simultáneamente del siglo IX al XII.
El quinto grupo abarca la cultura románica del
fin de siglo XI hasta la mitad del siglo XIII, y por fin la gótica, de
la mitad del XIII hasta el principio el siglo XVI. El período
románico y gótico duró 3 siglos y medio y dejó el
mayor número de restos y hallazgos.
En el epílogo la autora dice que el
número de las localidades que fueron sistemáticamente excavadas y
presentadas es demasiado escaso para permitir una análisis mayor o para
lograr una definición más exacta de tipología,
cronología y estructura social.
El catálogo es destinado en primer lugar a los
profesionales, pero un lector común encontrará también
muchos temas históricos sumamente interesantes. De todos modos hay que
felicitar a la señora Sekelj por esta obra.
Tradujo: Joza Vrljicak
M. KNEZOVIC
En el auditorio de los
franciscanos de Hercegovina en Zagreb (Dubrava) tuvo lugar el 2 de diciembre de
1995 una reunión conmemorativa en celebración de los 25
años de la editorial ZIRAL (Zajednica izdanja ranjeni labud - Sociedad
editora del cisne herido).
En el acto se presentó el libro de su editor
Dr. fra Vinko Dionizij Lasic Pleterni ukras (Adornos con motivos decorativos
nacionales croatas).
Los organizadores de la reunión y de la
promoción fueron la Universidad Croata de Zagreb y los conventos
franciscanos de Ziroki Brijeg y de Zagreb.
Además de un gran número de visitantes,
la reunion contó con la presencia de la ministra de Cultura y Deportes
de la República de Croacia, Ljilja Vokic y muchos eminentes
representantes de la vida eclesiástica y política.
Acerca de la casa editora y sobre el libro Pleterni
ukras hablaron el Dr. fra Bonaventura Duda, el Dr. fra Bazilije Pandzic, la
Dra. Djurdjica Cvitanovic y el Dr. Jure Zovko.
El Dr. fra Bonaventura Duda se refirió al
autor del libro, fundador y por muchos años editor de ZIRAL: Queriendo
lo más profundamente posible destacar a los presentes la persona del Dr.
Lasic y su vida y su obra en la diáspora, el Dr. Duda se expresó
así: "Experimento esta noche según dice el salmo: ... Fueron
llorando llevando las semillas para sembrar. Cuando no se podía sembrar
en nuestros campos, personas como el Dr. Lasic sembraban en el extranjero, y
ahora vuelven cantando trayendo desde ese extranjero los frutos como este
libro!"
Las palabras que sobre la editorial ZIRAL escribiera
el Dr. fra Bazilije Pandzic fueron leídas por el guardián de
Ziroki Brijeg fra Svetozar Kraljevic, debido a la ausencia del primero.
Trayendo datos sobre la misma idea de crear la casa
editora, el Dr. Pandic destacó la importancia y el gran éxito de
esa editorial en promover los intereses croatas en el exterior.
ZIRAL fue fundada en 1970 y hasta ahora editó
68 títulos, principalmente de temática religiosa y
patriótica. Publicó obras de conocidos escritores croatas como
Dominik Mandic, Kvirin Vasilj, Lucijan Kordic, Vinko Grubisic y muchos otros.
La Dra. Djurdjica Cvitanovic se refirió al
libro que se estaba presentando, Pleterni ukras. Este libro de
más de 900 páginas habla de las decoraciones que utilizan los
croatas desde los tiempos más antiguos hasta el presente, sobre su
aspecto externo y sobre su significado interior.
"Los adornos, desde los tiempos
prehistóricos hasta hoy se utiliza como una imagen, como una
expresión que tiene un significado que va más allá de su
aspecto artístico encantador."
El Dr. Lasic nos habla del profundo significado
histórico de los adornos nacionales de una forma científica. En
este libro de formato enciclopédico del autor hace ver el significado
mágico de estos adornos de un modo histórico-científico y
teológico". En el acto actuó el quinteto de vientos de la
Academia Musical de Zagreb.
Glas Koncila, diciembre de 1995
Traducción: Joza Vrljicak
V. P. CROSS
Recientemente apareció un nuevo libro de Philip Cohen
titulado Serbia's Secret War editado por Texas A&M University Press.
La actualidad del tema fue quizá lo que impulsó al cronista y
crítico V.P. Cross a exponer sus primeras impresiones sobre la obra en
forma de un diálogo que mantuvo con el autor en su propia casa apenas se
supo de su aparición. Así en forma de diálogos se exponen
las tesis muy interesantes, que echan luz sobre lo ocurrido antes y
después del Acuerdo de Dayton, que dió fin a la guerra en los
Balcanes.
A la pregunta sobre el origen de su interés
sobre la cuestión de lo sucedido en los Balcanes, el autor dijo que
antes se ocupaba de otros temas, pero que luego de la caída de la URSS
su interés se concentró en el tema de la aparición de
nuevas naciones y el nuevo mapa geográfico del este europeo. Así,
expresó literalmente que: "en la Guerra del Golfo el mundo se
levantó contra un dictador terrorista. Pareció que se acercaba
`un orden mundial nuevo', en el cual los países del mundo todos juntos
aniquilaban al agresor. Después vino la crisis de Yugoslavia. Esperaba
una coalición como aquella del Golfo, que parara la agresión
serbia. Sin embargo, eso no sucedió. Al contario, con el embargo de
armas a los agredidos se otorgó a los agresores serbios toda la ventaja.
¿Por qué ocurrió esto?, ¿por qué
fracasó el posible `nuevo orden mundial'? Estuve atemorizado y
empecé a buscar la respuesta a la cuestión del por qué esa
ayuda al agresor. Como primera medida escribí cartas a los embajadores
de los Estados Unidos, recordándoles el caso de Neville
Chamberlain."
Luego siguió explicando cómo
prosiguió la búsqueda de datos para encontrar una posible
respuesta. Descubrió, entre otras cosas, que el agresor justificaba todo
echando la culpa a los croatas porque sus tropas de ustachis los maltrataban
durante la Segunda Guerra Mundial. Luego con la voz más firme
explicó que también descubrió que es costumbre serbia
siempre echar la culpa al otro. Dijo que le pareció incorrecto que
"los genocidios ocurridos en la guerra unos 50 años antes"
sirvieran como excusa para el genocidio preventivo.
En otro momento de la entrevista el autor
reveló una anécdota que le hizo abrir los ojos. Fue cuando la
enviada del gobierno de Belgrado, la señora Klara Mandic, llegó a
Washington en febrero de 1992, y habló delante de un grupo de
judíos. Se sorprendió ante las mentiras que tanto repetía
la prensa de Belgrado. Dijo que enseguida se sentó y escribió una
carta al Centro Wiesenthal de Los Angeles, donde lo advirtió que se
trata de manipular a los judíos americanos en sus sentimientos. Esta
nota se convirtió luego en base de sus futuras investigaciones que
dieron base a este libro. Explicó entre otras cosas que así pudo
conocer todo la trama de la propaganda hueca de los serbios.
Siguiendo y contestando a las preguntas afirmó
que estudiando lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial los hechos hablan
diferente. Que ambos pueblos colaboraron con los alemanes y que los serbios
atacaban al Estado Independiente de Croacia como a su principal enemigo y no a
los ejércitos extranjeros de ocupación. Se conocieron las
órdenes expresas de Draza Mihajlovic ordenando la matanza de los no
serbios. Se preguntó a continuación cómo ocurrió
que en los Balcanes, donde hay tanta mezcla de razas y naciones, la Serbia
central está limpia de no-serbios. La limpieza étnica es el viejo
lema de ese pueblo. Al finalizar la entrevista el autor puso en duda lo
convenido en el Acuerdo de Dayton diciendo que eso podría dar origen
nuevos enfrentamientos. Quedó extrañado también con el
hecho de que se haya otorgado la mitad de Bosnia al agresor, ya que es sabido
que los serbios no representan la mitad de la población de ese nuevo
estado. Estas y otras expresiones de Philip Cohen lo hacen aparecer en la
opinión pública mundial como un agudo observador que
investigó a fondo un tema de tanta notoriedad que convulsionó el
mundo durante los últimos años por su crueldad y la ineficacia de
algunas naciones europeas, que por arbitrariedad interesada hicieron prolongar
este conflicto al premiar al mismo agresor.
Traducción: Ante Turica
JOSÉ LUIS DE IMAZ[63]
Si la tarea intelectual -como el
arte coral, como el ensamble orquestal- es combinatoria, Carmen Vrljicak da una
depurada muestra de esta calidad, al saltar en su libro de Alma Mahler, o
Anaïs Nin, a las tres hermanas Unzué y Adelia María Harilaos
de Olmos. Vale decir no solamente desde el corazón europeo de los
años 20, de los años 30, hasta estas orillas, sino de la
devoción por el arte o la devoción por retratar en un diario los
mayores intimidades de su vida sexual, al desprendimiento de colosales fortunas
en aras de un servicio social.
Hay que ser muy centroeuropea -y educada en Buenos
Aires- para hacer esto bien. Porque hay que reconstruir desde la piel lo que
fueron intelectual y artísticamente Viena y París en aquellos
años, y haber entendido, desde dentro también, a un Buenos Aires
donde toda, toda la política de bienestar social fue un monopolio
femenino. Eran aquellas unas épocas donde en Europa había grandes
divas y en esta orilla del Plata, benefactoras, que usufructuaban, pero les
pesaba en sus conciencias, las inmensas riquezas familiares. Sólo los
grandes centroeuropeos arribaron a dar el "tono" de su continente,
por encima de sus provincianismos. Los rumanos por ejemplo, que son los
más europeos de todos. Los croatas van en ese camino. Carmen Vrljicak,
también por tener sus raíces en esa gran "marca" de
Europa, pertenece a la categoría de los que tienen mente abierta,
perciben influencias cruzadas, y parecen estar instalados, normalmente, entre
las cosas y las aldeas, sin esfuerzo, como si les fueran constitutivas. Es de
las personas que se pueden sentir a gusto en las más variadas avenidas
de los más distintos países, las que pueden penetrar en almas
eslavas y almas latinas, las que pueden aprehender -sin cartabones
intelectuales previos- a las gentes, en un acceso inmediato y directo. De
ahí que puede acceder a las intimidades de muchas de las mujeres
célebres que retrata, "desde dentro". Es una actitud
fenomenológica, pero porque conoce los parámetros.
Sólo así se puede entender la
vocación de perfeccionismo de Coco Chanel, o entender otras entregas, a
la danza, como la de Isadora Duncan, a la revolución, con Inessa Armand,
o a quedarse circunscripta en musa, como le ocurrió a Alma Mahler, o
haber difundido -sin éxito- el pacifismo, como fue el caso de Berta de
Suttner, o ascender todas las montañas, y hasta el Himalaya,
próxima a la senectud, como hizo esa alpinista británica cuya vida
se relata. Cada cual tiene sus opciones, pero a mí me interesa
más Lou Andreas-Salomé, esa sampeterburguesa educada en un gymnasium
alemán, y que pudo penetrar los arcanos de seres tan contradictorios
como Freud y Rilke, y jugueteó hasta la desazón con un Nietzche
que, por sifilítico, nunca pudo ser su amante.
Qué sino el de algunas de estas
argentinas que nos presenta Carmen Vrljicak! Porque las europeas describieron
su ciclo vital, desde las expectativas, la culminación y el
éxtasis, la popularidad, el exilio interior (como le ocurrió a
Chanel tildada de colaboracionista), y las terribles caídas finales. Las
argentinas tal vez con las dos grandes excepciones de Victoria Ocampo y Adelia
María Harilaos de Olmos, no tuvieron mayor reconocimiento en vida. La
sociedad porteña se ensañaba con las hermanas Unzúe en
burlas impiadosas sobre su cultura, pero ellas donaron no sólo el asilo
de Mar del Plata que las rememora sino un cúmulo de iglesias e
instituciones de caridad, orfanatos, etc., etc. Sólo cuando Alfonsina
Storni murió como murió, sus poemas alcanzaron resonancia
pública; antes no trascendían de un grupo de escogidos. A Lola
Mora, que construía en piedra, la despedazaron, y a su obra, relegaron.
Este libro es un va y ven, entre la virtud y la
culpa, o el desinterés total tanto por la virtud como por la culpa,
entre Terpsícore y el drama, entre la seducción privada y la de
las plateas, entre la espía y la pacifista, entre el rojo de la
revolucionaria y al blanco reaccionario de María de Rumania, entre la
que vivió para los arpegios (y el pago de esos arpegios), y la obra de
arte con la aguja, entre la liviandad y la profundidad. Una liviandad que
facilita enormente la lectura, y una profundidad que se expresa en los
interrogantes vitales en suspenso. ¡Valdrá la pena jugarse la vida
a la plenitud de una sola causa! cada día nos apasionan más las
buenas biografías -a expensas de las novelas- porque proyectamos
nuestros interrogantes personales sobre esas vidas que inspiran aspectos
laterales de nuestra personalidad. Pero mucho más, cuando, como en este
caso, se trata de una urdimbre de contradicciones, de perfecciones e
imperfecciones.
El libro fue publicado por la editorial
Atlántida, Buenos Aires, 1996.
Al principio de mayo de este año, el Dr. Milan Blazekovic y su señora Blazena Hecimovic, se trasladaron definitivamente a Croacia, para radicarse en Zagreb. Cumplen así el sueño de tantos croatas que tuvieron que dejar su patria.
Aunque la colectividad croata en la República
Argentina ha perdido de esta manera muy distinguidos miembros, nos alegramos
por ello, sabiendo cuánto va a ganar Croacia con el aporte de su
presencia y actividad. El Dr. Blazekovic y su esposa son intelectualmente incansables
y poseen un espíritu sumamente noble y altruista. Studia Croatica
se adhiere a este sentimiento y desea lo mejor para su distinguido colaborador
y señora. Que Dios los bendiga.
MILAN BLAZEKOVIC
El 27 de marzo de 1996 falleció en Buenos Aires
el patriota croata Kresimir Spanje. Fue inhumado al día siguiente en el
cementerio de Olivos, después del responso y bendición en la
capilla Sv. Nikola Tavelic del Centro Religioso Croata. Asistió un
número inusualmente grande de entristecidos croatas y argentinos.
El difunto nació el 28 de abril de 1921 en
Podgora cerca de Makarska en el seno de la familia de Mate Spanje y Nedjeljke
Vela.
La escuela primaria la hizo en su pueblo natal y en
Blato (Isla de Korcula), y el colegio secundario en la Realna Gimnazija de
Split, donde fue activo en la asociación católica Krizari. Fiel a
los ideales obtenidos en el hogar de sus padres, como joven alumno se enrola en
la lucha nacionalista croata, lo que la llevó a la cárcel yugoslava
en 1939 y 1940.
Después de la proclamación el Estado
Independiente Croata se inscribe el 21 de octubre de 1941 en la Facultad
Técnica de la Universidad de Zagreb, en la carrera de
electromecánica. Durante sus estudios en 1942 y 1943 fue integrante de
la PTS bajo el mando del coronel Ante Moskov.
Como tanquista participa en acciones cerca de
Koprivnica, es herido y después de dos meses de internación
vuelve nuevamente a su unidad, donde sirve como oficial de las Fuerzas Armadas
Croatas.
Luego de la caída del Estado Independiente
Croata (NDH) en mayo de 1945, se retira con el ejército croata hacia
Bleiburg y luego de pasar por varios campos de concentración llega a
Roma, y de ahí al campo de refugiados de Fermo en donde se consagra a
los refugiados croatas.
En enero de 1948 llega a la Argentina con la oleada
de refugiados croatas y busca empleo en el Ministerio de Defensa Nacional. Se
emplea en la empresa estatal Fabricaciones Militares en la reparación y
uso de los tanques que la Argentina compró después de la guerra,
y que él conocía bien. Luego de un año de trabajo para el
Estado, entra en la empresa Beutin en donde establece la división
electromecánica para la producción de aparatos
electrodomésticos. De esa empresa entra en una fábrica de
materiales plásticos en Lanús, provincia de Buenos Aires. Saca a
la empresa de sus deudas y la convierte en una exitosa empresa industrial, que
bajo el nombre de "Patricios" conduce hasta su muerte. Como
industrial exitoso ayudó económicamente a todas las acciones
croatas, tanto políticas, como culturales y económicas.
Fue socio del Club Cultural Croata-Argentino, de la
Cámara Argentino-Croata de Industria y Comercio y de la Cooperativa
Croata de Crédito de Villa Martelli; fue miembro contribuyente del
Caritas Croata Cardenal Stepinac, del Centro Religioso Croata y del Hrvatski
Dom d.d., que adquirió el edificio para la Embajada de la
República de Croacia en la Argentina. Fue siempre subscriptor de Studia
Croatica y de Hrvatska Revija-La Revista Croata.
En momentos de la inhumación hablaron el Dr.
Pavao Horvat en nombre de los miembros del Club Cultural Croata-Argentino, y el
señor Dinko Kunac (de su pueblo natal Podgora y compañero de
Colegio) en nombre de la Cooperativa.
El extinto deja en Argentina a su esposa, Mira
Kasumovic, a sus hijos Hrvoje, Gabriela, y su nuera Liliana, y en Croacia a su
hermano Tomislav en Podgora y su hermana Marija en Blato, Korcula. Que descanse
en paz!
[1] Prof. Ivan Orsanic, "Idemo jasnim putem", Republika Hrvatska, año I, número 1, Buenos Aires, octubre de 1951, pág. 2.
[2] Prof. Kazimir Katalinic, "Istina ce vas osloboditi", Republika Hrvatska, número 172, Buenos Aires, marzo de 1991, pág. 3.
[3] Prof. Kazimir Katalinic: "Pogledi Hrvatske Republikanske Stranke na hrvastku problematiku", Republika Hrvatska, número 173, Buenos Aires, junio de 1991, pág. 9.
[4] Prof. Kazimir Katalinic, Radjanje drave, Zagreb, 1994, pág. 56.
[5] Prof. Kazimir Katalanic, Radjanje drave, Zagreb, 1994, pág. 56.
[6] Kazimir Katalinic, Argumenti, Zagreb, 1993, pág. 14.
[7] Kazimir Katalinic, Radjanje drave, Zagreb 1994, págs. 54-55.
[8] Kazimir Katalinic, "Neugasena baklja", Republika Hrvatska, número 130, Buenos Aires, 10 de abril de 1983, pág. 3.
[9] Los términos derivan de la palabra sto en uno y ca en el otro dialecto, para el "qué" español. Los subdialectos se distinguen por la vocal jat del eslavo antiguo. Hoy unos lo convirtieron en "i" (ikaviano) y otros en "ije" (iekaviano). La palabra "niño" en el primero se dice dite y en el segundo dijete, además de otras diferencias gramaticales y estilísticas
[10] Hubo, con todo, precursores, como San Donato, obispo de Zadar, que se encontró en 806, en Thionville, con Carlomagno...
[11] Dante Alighieri probablemente piensa en uno de ellos cuando evoca "Qual e colui che forse di Croazia / viene a veder la Veronica nostra, / che per l'antica fame non sen sazia" (Paradiso, XXXI, 103-105)
[12] El monje franco Gottschalk, que vivió en el siglo IX, es un buen ejemplo de estos gyrovagos. Venido de la abadía de Orbais (cerca de Chateau-Thierry), llega a Dalmacia hacia 846/847 y asiste a las batallas que libraba entonces el rey de los croatas Trpimir I y los bizantinos. Cf. Benediktinac Gottschalk iz Orbaisa na dvoru Kneza Trpimira I, Bozidar Vidov, Toronto 1984, Gottschalk, hote de la Croatie médiévale, Ch. Dolbeau en Matos n° 6-1985
[13] Thomas el Archidiácono (Historia Solonitana) menciona por ejemplo a un cierto Adam, "quidam parisiensis" que vivió por un tiempo en Split (fin del siglo XI) donde trataba en poner en forma poética antiguas crónicas locales.
[14] Cf. Les mots d'emprunt francais en croate, Branko Franolic, NEL, Paris 1976, p. VII.
[15] Llamado "episcopus Sclavonie sive Bossone" por Anselme d'Alexandrie (Tractatus) este herético que llevaba el título de djed. Cf. Les chrétiens bosniaques et le mouvement cathare, F. Sanjek, Université Paris IV, 1976. En el siglo XIV, el Papa Benedicto XII trata de hacer volver a los bogomilos al seno de la Iglesia Católica y encarga a los franciscanos esa delicada misión. El general de los franciscanos, el francés Gérard Odonis, se reúne entonces con el ban Stjepan II Kotromanic antes de crear el Vicariato de Bosnia (4 de junio de 1340). Predicadores renombrados acuden de toda Europa y entre ellos un cierto número de franceses entre quienes estaba el hermano Déodat (de Riez, en Provence o quizá de Rodez) que fue compañero de San Nicolás Tavelic. Cf. Bogomilska Crkva Bosanskih Krstjana, D. Mandic, Chicago 1962, y del mismo autor, Franjevacka Bosna, Roma 1968.
[16] Cf. "Deux traductions latines du Coran au Moyen-Age", Archives
d'Histoire doctrinale et littéraire du Moyen-Age, tomo 14 (1947-48), pp.
69-131.
[17] Cf. Les Croates et l'Université de Paris au Moyen-Age, André Tuillier, en Annales de l'Institut Francais de Zagreb {AIFZ), 1988, pp. 109-147, Un conflict entre un étudiant croate et l"université de Paris au XVe siecle, A. Tuillier, en Mélanges de la Bibliothéque de la Sorbone, vol. 7, pp. 37-107; Les Croates et les milieux intellectuals parisiens aux XIVe et XVe siecles, A. Tuillier, en Croatica Christiana Periodica, Zagreb 1988.
[18] El franciscano Juraj Dragisic (Gregorious Benignus de Salviatis) ha dejado una obra importante entre cuyos títulos principales son: Logica nova secundum mentem Scoti et b. Tomae Aquinatis aliorumque (1480), Volumen de dialectica nova (1489), De natura coelestium spiritum quos angelos vocant (1499) y Artis dialecticae praecepta vetera ac nova (1520).
[19] Llamado a veces Georges de Rain, Georges d'Esclavonie, vino a estudiar a París a fines del siglo XIV; retirado en Auxere y luego en Tours donde fue canónigo de la catedral; es el autor de Lectura super Danielem (1391) y de Epistola de virginitate servanda (escrita en 1411 destinado a Isabelle de Villeblanche, abadesa del monasterio de Beaumont-les-Tours; traducido al francés bajo los títulos de Chasteau de la virginité y La Vierge sacrée, e impreso en 1505). Igualmente dejó un resumen de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, y diversas exhortaciones piadosas. Sus manuscritos se conservan en Tours. Cf. A. Tuillier, op. cit., y Louis Léger, Georges d'Esclavonie, chanoine pénitencier de la cathédrale de Tours, en Revue des Bibliothéques, n° 19 (1909), pp. 145-152; G. Oury, Un directeur de moniales au début du XVeme siecle, en Bulletin de la Société Archéologique de Touraine, tomo 34 (1965).
[20] Algunos años más tarde, en 1377, el abad del monasterio de Santa María de Mljet es el benedictino Hugo de la Scura de Franza, de quien algunos suponen que era de origen francés (Hugo de Lescure ?).
[21] B. Franolic, op. cit., p. VIII.
[22] "Les influences italiennes sur l'ancienne litterature yougoslave du littoral adriatique", en Revue de Littérature Comparée 1934, p. 30.
[23] Beuve de Hantone es una de las canciones de gesta menos conocidas por el público francés; empero ella tuvo un gran éxito ya que existen adaptaciones al inglés (Sir Bevis), al islandés (Bevers Saga), al ruso (Bova Korolevitch y la princesa Droucheneva), y hasta la hebreo (1501).
[24] Así una leyenda local atribuye al personaje de Roland la famosa columna de Orlando que fuera erigida en Dubrovnik. Cf. Dubrovnik, Slobodan Prosperov Novak, Most, Zagreb 1991, pp. 40-44; Anciens contacts entre la France et Raguse, Mirko Deanovic, Institut Francais de Zagreb 1950, pp. 117-119.
[25] Anciens contacts entre la France et Raguse, p. 120.
[26] Algunos aislados continúan con todo a venir a Francia, como ese Thomas Illyricus que se instala en Bordeaux y luego en la región de Arcachon, al comienzo del siglo XVI. En 1520, descubre en una playa una estatuilla de la Virgen que será objeto de un peregrinaje y figura, aún hoy, en el blasón de la ciudad de Arcachon. Según Louis de Vojnovic, este Illyricus se hacía llamar Schiavone y era originario de Osor (isla de Cres) ; franciscano, fue consejero y amigo del Papa Clemente VII de Medici.
[27] Llamado "le gran Jacques", Iacobus Modernus se había casado con Michelette Durand, de Lyon. Aconsejado por el músico Layolle, imprime sus libros de música entre 1523 y 1560. Sus obras más renombradas son Motteti del Fiore (1532), Liber Decem Missarum (1532) y el Parangon des Chansons (1538-43). Es gracias a él que se conoce todavía las obras de Jannequin, Paladino, Bacfrac, Fresneau, Gombert o Buus. Cf. Imprimés musicaux européens anciens et rares dans les archives croates, Stanislav Tuksar, en Les Croates et la civilisation du livre, Presses de l'Université de Paris-Sorbonne 1986, pp. 67-74; S. Pogue, Jacques Moderne, Lyons music printer, Droz, Ginebra 1969.
[28] Cf. Fortune et infortunes d'un livre de Marko Marulic: le De Institutione Bene Vivendi per Exempla Sanctorum (Venise, 1507), Leo Kosuta, en Les Croates et la civilisation de livre, pp. 55-66. Las obras de Mathias Flacius Illyricus (Matija Vlacic) son igualmente difundidas en Francia: su Catalogus testium veritatis fue impreso en Estrasburgo en 1526, y el panfleto Contre la principauté de l'éveque de Rome en Lyon, en 1564.
[29] Estas incrustaciones fueron robadas durante la revolución de 1789.
[30] Evangéliaire slave dit Texte du Sacre - Notice et
éclaircissements por Louis Paris, Librairies Didron et Techener, Paris
1852.
[31] Sin hablar de Jernej Kopitar qur pensaba que el manuscrito tenía como autor al mismo San Metodio ("Glagolita Golzianus"), la presencia en Reims de este evangelario dio nacimiento a hipotesis de lo más fantasiosas. Según el abate Pluche, el leccionario provenía de Ebbon, custos de la biblioteca de Louis le Débonnaire, algunos, al contrario, sostenían que fue donado por Anne de Kiev a Roger, obispo de Chalons, cuando lo vino a buscar para conducirla a Henri I; Dobrowski pensaba, por su parte, que fue regalado, cerca del 1250 al arzobispo de Reims por Hélene d'Anjou, reina de Serbia; otros, en fin, pretendían que los croatas lo habían descubierto cuando el saqueo de Constantinopla y que Beaudoin lo había donado a Guillaume aux Blanches Mains, arzobispo de Reims.
[32] Se sabe, en efecto, que desde el siglo IX, escribientes croatas trabajaban en Bohemia y en Moravia.
[33] Nacido en Aberdeen, Alexandre Anderson enseñaba matemáticas en París; fue discípulo de Viete, se le publicaron varias obras póstumas. En 1612, publica Supplementum Apollonii redivivi que completa ciertos trabajos de Getaldic.
[34] Se trata de Promotus Archimedis, Nonnullae propositiones de parabola y Variorum problematum collectio.
[35] Apollonius redivivus seu restituta Apollonii Pergaei inclinationum geometria (1607) y Apolonius redivivus seu restitute Apollonii Pergaei de inclinationibus geometriae, liber secundus" (1613).
[36] "Documents inédits sur la vie de Banduri a Paris", Jean Dayre, en Annales de l'Institut Francais de Zagreb (AIFZ), 1937, p. 154.
[37] Banduri estuvo también próximo al partido anti-jansenista que dirigían el cardenal de Rodran y Henri de Thiard, cardenal de Bissy.
[38] "Documents inédits sur la vie de Banduri a Paris", Jean Dayre, p. 156.
[39] Ejemplo de piedad, Louis d'Orléans (1703-1752) termina su vida en la abadía de Santa Genoveva. Estudioso del hebreo, fue también botánico y numismata.
[40] También es en esta época que ciertos eruditos franceses comienzan a estudiar el idioma croata. Se sabe por ejemplo que el abate de Cézi y el profesor Jean Doujat (1607-1688) hablaban croata. El primer glosario francés-croata se debe a Jean Palerne (de Forez, 1557-1592) cuya Pérégrinations (Lyon, 1606) contiene un léxico en lengua francesa, italiana, griego vulgar, turco, morisco o arabesco y eslavo.
[41] Nicolas Caussin (1583-1651), jesuita, confesor de Louis XIII y del duque de Enghien (el Grand Condé), fue rival del Cardenal de Richelieu.
[42] Fue en la segunda mitad del siglo XVIII que Oresek publica, en Croacia, un primer glosario croata-francés de cerca de 270 palabras.
[43] Adversario encarnizado de los jansenistas, Jean-Joseph Languet de Gergy (1677-1753) fue arzobispo de Sens (1730). Miembro de la Academia Francesa (1721), fue el tutor del delfín a partir de 1715.
[44] El jesuita Francois Nepveu (1639-1708) fue autor de obras edificantes; De la connaissance et de l'amour de Jésus-Christ (1681), Exercices intérieurs pour honorer les mysteres de Jésus-Christ (1691), La maniere de se préparer a la mort (1693), etc.
[45] Aspects de la réception croate de Moliere au XVIII siecle, Mirko Tomasovic, en Les Croates et la civilisation du livre, pp. 75-90.
[46] Algunos títulos de adaptaciones: Jarac u pameti (Sganarelle), Nauk od muov (L'école des maris), Tarto (Tartuffe), Mizantrop (Le Misanthrope), Lakomac (L'Avare), Ilija Kuljias (Le Bourgeois Gentilhomme), Nemocnik u pameti (Le malade imaginaire), etc. Cr. Mirko Deanovic, Anciens contacts entre la France et Raguse, Mirko Tomasovic, Aspects de la réception croate de Moliere au XVIIIeme siecle, Fedora Ferluga Petronio, Il teatro in Croazia nel Settecento, en Studi in onore de Milan S. Durica, Instituto Slovaco y Univerzitna Kninica, Bratislava 1995, pp. 73-80.
[47] David Augustin de Brueys (1640-1723) y Jean de Bigot Palaprat (1650-1721) eran dos calvinistas convertidos al catolicismo. El segundo no escribió prácticamente nada, y lo esencial de sus obras (Gabine, Asba, Le Grondeur, L'Avocat Pathelin) se debe a Brueys.
[48] Nombrado con destino a Dubrovnik el 13 de junio de 1757,
André Alexandre Le Maire se quedará hasta enero de 1764 donde
lleva una guerrilla continua con el Senado. Muy poco objetivo, su informe es
una verdadera requisitoria contra la República de Dubrovnik. Cf. "Quelques remarques sur le rapport Le
Maire", Zdravko Sundrica, en Raguse, Journal of Croatian Literature,
n° 4-1991, pp. 263-270.
[49] "Le rapport Le Maire", en Raguse, Journal of Croatian
Literature n° 4-1991, Most, Zagreb 1991, pp. 149-261.
[50] Mirko Deanovic, Ancien contacts..., p. 144
[51] La primera versión francesa de la Theoria data de 1760 y es la de Leroy, que era próximo a Diderot.
[52] Planete n° 17, Paris 1963, p. 43 ("L'échelon au-dessus et au-dela du génie")
[53] Fue el 29 de julio de 1769 que fue elegido miembro de la Academia de Lyon.
[54] Joseph Pitton de Tournefort (1656-1708) fue profesor de botánica en el Jardin des Plantes y profesor de Medicina en el College de France. Gran viajero (llegó hasta Armenia), relató su paso por Dubrovnik en su Relation d'un voyage en Levant (Paris, 1717).
[55] Numismático distinguido, De Peyssonel (1727-1790) fue cónsul general en Esmirna, en Crimea y en Canée (Chipre).
[56] Esta disertación serviría de introducción a sus Observations historiques et géographiques sur les peuples barbares, qui ont habité les bords du Danube et du Pont-Euxin (Paris, 1765).
[57] D'Alembert lo llamaba solamente como "el jesuita" y se empecinaba en considerarlo como italiano, lo que contrariaba a Boskovic...
[58] Jesuita, el padre Augustin Baruel (1741-1820) fue exiliado en dos ocasiones: la primera vez en momentos de la disolución de la Compañía de Jesús (1773-74) y la segunda vez en razón de la Revolución (1792-1802). Teórico de la Contra-Revolución, escribió Mémoires pour servir a l'histoire du Jacobinisme, Du pape et de ses droits religieux a l'occasión du Concordat y Les Helviennes ou lettres provinciales philosophiques
[59] Citado por V.M. Yovanovitch, La Guzla de Prosper Mérimée, Hachette, Paris 1911, p. 23.
[60] Miembro de los Arcadiens bajo el seudónimo de
Doriclea, Marie-Anne Fiquet du Boccage (1710-1802) escribió La Mort
d'Abel, Les Amazones y La Colomiade; varias de sus obras fueron traducidas al
inglés, al español, al alemán y al italiano. Cf. Une Femme de lettres au XVIIIe. siecle. Anne-Marie
du Boccage, Grace Gill-Mark, Edition Champion, Paris 1927.
[61] Boskovic estaba bastante ligado al hermano de Madame de Marchais, el compositor Jean-Benjamin de la Borde, Primier Valet de Louis XV. Es también posible que haya conocido al violinista croata Ivan Mane Jarnovic (Giovanni Giarnovich) que residía en París entre 1773-74.
[62] Boris Siroki - Cónsul honorario de la República de Croacia en Caracas.
[63] JOSÉ LUIS DE IMAZ, Doctor en Sociología, autor de Los que mandan y Promediando los cuarenta, entre otros doce títulos. Investigador del Conicet y profesor de la Universidad Católica Argentina. Fue director de Asuntos Universitarios del Ministerio de Educación.