STUDIA CROATICA

STUDIA CROATICA

Año XXXVII Buenos Aires, agosto 1996, número 131

 

10 DE ABRIL DE 1941. 1

EL MILAGRO CROATA.. 8

FRANCIA-CROACIA.. 23

LA EVOLUCION DE LA CULTURA Y DE LA LENGUA CROATA.. 29

CROACIA EN LA XXII FERIA DEL LIBRO.. 33

BORGES EN CROACIA.. 35

EL OCASO DEL MITO GRANSERBIO.. 42

LOS CROATAS EN SERBIA - VIDA DE TERROR Y MIEDO.. 44

EL CARDENAL CROATA KUHARIC RECIBIO AL DR. AMIEL SHOMRONY.. 45

DOMINGO ANDRES PIVCEVIC.. 46

DEODATO RADIC FOSCHINO.. 47

RESEÑA LITERARIA.. 49

MATO MARCINKO: MOLITI NEBO.. 49

TAJANA SEKELJ-IVANCAN: CATALOGO DE LUGARES MEDIEVALES EN CROACIA CONTINENTAL.. 51

25 ANIVERSARIO DE ZIRAL.. 52

PHILIP COHEN: LA GUERRA SECRETA DE SERBIA.. 52

CARMEN VRLJICAK: LAS DIOSAS DE LA BELLE EPOQUE, Y DE LOS AÑOS LOCOS  53

NOTICIAS: TRASLADO DEL DR. MILAN BLAZEKOVIC Y SEÑORA.. 54

IN MEMORIAM KREZIMIR SPANJE.. 54

 

 

10 DE ABRIL DE 1941

KAZIMIR KATALINIC

Palabras pronunciadas el 10 de Abril de 1996 en el Club Cultural Croata Argentino, de Buenos Aires.

Estimados señoras y señores:

Diez años después de los acontecimientos del 10 de Abril de 1941, Ivan Orsanic escribió en el primer número de Republika Hrvatska este pensamiento: "Nadie tiene derecho a exigir que nuestros acontecimientos políticos del pasado reciente o del más lejano se pongan y mantengan en el olvido o que sólo sirvan como temas declamatorios, sino que tienen que ser para nosotros como experiencia viva, que nos deben servir constantemente para formular todos nuestros puntos de vista y accionar en los planos de la política interna y exterior" [1].

En estas palabras Orsanic mencionó dos posiciones erróneas en lo que se refiere al 10 de Abril. Una es que, como él dice, "se lo ponga y mantenga en el olvido", esto es, que se trate de obviar como si nunca hubiera existido, y el otro error es que el recuerdo de ese día y su celebración "sirva como material para declamaciones de palabras dulces o sea que cada doce meses repitamos esas mismas frases gastadas." En cambio. Orsanic considera que los acontecimientos del 10 de Abril, así como aquellos que le sucedieron durante la existencia del Estado Independiente de Croacia (NDH), deben ser para nosotros una experiencia orientadora en nuestro accionar.

Podemos preguntar, empero, si es realmente necesario hoy, cuando tenemos un nuevo Estado croata, continuar celebrando el 10 de Abril y continuar recordando el Estado Independiente de Croacia, cuya aparición y existencia aún hoy resulta bastante conflictiva para algunos croatas, para no hablar del resto del mundo.

Permítanme citar lo que sobre esto escribí para el 10 de Abril de 1991, o sea a los cincuenta años del Estado Independiente de Croacia, en tiempos cuando la actual República de Croacia todavía era parte de Yugoslavia. Cito del periódico Republika Hrvatska, número 172, de marzo de 1991, que fue dedicado al cincuentenario del 10 de Abril.

"Desde el 10 de Abril de 1941, cuando fue proclamado el Estado Independiente de Croacia, pasó exactamente medio siglo. Quienes participaron en esos sucesos hoy están en su mayoría muertos. Quien esto escribe recuerda ese día y esos acontecimientos, aunque por su juventud no pudo participar en ello. Tenía en ese entonces apenas 14 años.

Medio siglo casi siempre es suficiente para que cicatricen muchas heridas, lo que permite entonces una evaluación objetiva de los hechos reales. Empero, durante 45 años el pueblo croata estuvo sometido a una continuada propaganda yugoslava- comunista que renovaba constantemente los enfrentamientos de la pasada guerra civil y reabría viejas heridas. De ese modo educaban a las nuevas generaciones y así aseguraban su dominio dictatorial basado en una presentación unilateral de los acontecimientos de la guerra, cuando creció desde ser una pequeña minoría a ser el árbitro político e ideológico del destino croata.

Pensé si no sería mejor no entrar por ahora en la cuestión del pasado y dejar que la historia de su veredicto final sobre ella.

Pero dejé de lado ese pensamiento, porque comprendí que después de tantos años de lavado de cerebro es necesario participar en la búsqueda de la verdad acerca de la declaración de la independencia croata y de los acontecimientos que se relacionan con ello. Con justicia se dice `La verdad os hará libres', porque si permitimos que quede una imagen falsa de una parte vital de nuestro pasado, nunca llegaremos a la necesaria síntesis con la que lograremos atravesar el abismo que todavía separa a quienes rechazan esa parte de nuestro pasado, de aquellos que justamente consideran a ese período particularmante valioso.

Sin esa síntesis basada en la verdad no podremos extraer de esos acontecimientos, que -costaron a nuestra Nación tantas víctimas- la necesaria experiencia histórica. El problema, por tanto, está en la búsqueda de la verdad". Hasta aquí lo que escribí en esa ocasión[2].

Poco tiempo antes de haber escrito estos pensamientos, en febrero de 1991, estuve en la patria cerca de un mes y dí unas conferencias públicas en Rijeka, Zadar y Zagreb. En esos momentos todavía no se veía claro cómo se iban a desarrollar los acontecimientos y si íbamos a proclamar y a poder mantener nuestro propio Estado, independiente y fuera de la Yugoslavia que todavía existía, y por eso quise aprovechar la libertad que ya había para expresar de manera breve lo más posible de nuestros principales pensamientos y puntos de vista.

En mis conferencias quería particularmente expresar la necesidad de la rápida salida de la República de Croacia fuera de Yugoslavia, porque existía la tendencia de que "por ahora" (como se decía) había que permanecer en ella. Y sabemos que el "por ahora" fácilmente puede transformarse en un "para siempre".

Se afirmaba que Bosnia y Hercegovina de todos modos quedaría en Yugoslavia, y entonces la salida de Croacia haría más difícil la situación de los croatas de Bosnia- Hercegovina. Al contrario, en esa conferencia subrayé que la salida de la República de Croacia de Yugoslavia aceleraría también la salida de Bosnia-Hercegovina, como luego realmente sucedió.

En la conferencia también destaqué la necesidad de la reconciliación entre la derecha croata y la izquierda croata, como precondición de la lucha unida para establecer nuestro propio estado independiente. Expresé que el partido al que pertenezco ya durante años lleva adelante esa política, y en particular después del golpe de Tito de Karadjordjevo, de modo que inmediatamente después de ese hecho expresé las ideas que cito con vuestro permiso:

"Pero nosotros no queríamos que ese proceso de acercamiento entre los enemigos de otrora se construyera en base a mentiras históricas. La reconciliación no puede basarse en la mentira, porque esa reconciliación tendría poca duración. Es una verdad histórica que el Estado Independiente de Croacia, a pesar de todos sus defectos, aún así era croata y era un Estado, mientras que fue independiente sólo en la medida en que lo pudo ser en esas circunstancias.

También es una verdad histórica que el Partido Comunista de Croacia no luchó sólo en contra del régimen ustasa, sino que trató y logró destruir al Estado croata y en lugar de él establecer Yugoslavia y dentro de ella a una Croacia empequeñecida, sin Bosnia- Hercegovina.

Si los comunistas hubieran destruido al gobierno ustasa, pero hubieran preservado al Estado Independiente de Croacia, en un sentido histórico hubieran merecido el reconocimiento de la Nación croata.

No sólo Bleiburg sino toda la pérdida biológica que representa el casi millón de inmigrantes de postguerra, y la probable pérdida de parte de nuestro espacio histórico, son errores históricos de Tito y de los croatas que con él estaban en la cúpula partidaria"[3].

Hasta aquí la cita.

Pienso que en estas citas destaqué con suficiente claridad la necesidad de que no se deje pasar en silencio la experiencia histórica, salteando la verdad histórica y los errores cometidos. Porque si se evitara la verdad, entonces necesariamente habría que aceptar el medio siglo de presentación mentirosa del pasado.

Empero en Croacia, a pesar de que hemos establecido nuestro Estado, todavía no se acepta la verdad histórica.

Además de aquellos que se comportan enemistosamente hacia el Estado Independiente Croata, existen también aquellos para quienes NDH es algo parecido a un hijo ilegítimo: no podemos negar que existe, pero queremos de algún modo ocultarlo, tratamos de hacer como si no existiese.

Para muchos de los que piensan así, la causa de esa posición es el deseo de justificarse, delante de sí mismos y delante de otros. De justificar su propio pasado y los errores cometidos.

Y para algunos pareciera que no les cae nada bien el que se llegara al 10 de Abril y al Estado Independiente de Croacia. Es claro que entre ellos hay muchos yugo-nostálgicos, pero estos no nos interesan mucho porque para ellos ningún argumento es valedero.

Pero están también aquellos que ven a NDH con antipatía debido a que nació cuando la ofensiva alemano-italiana atacaba a Yugoslavia, y porque NDH perteneció durante la Segunda Guerra Mundial al bando que en 1945 perdió la guerra. Tratemos por tanto de considerar si no hubiese sido mejor si en 1941 no hubiéramos proclamado nuestro propio Estado.

En ese caso nuestra patria hubiera sido ocupada. Pero el destino de nuestra Nación hubiese sido mucho peor que el destino de otras naciones del espacio yugoslavo.

Si los cetniks lograron establecer contactos con los italianos y si con su ayuda arruinaron a nuestra Nación, a pesar del hecho de que Italia era oficialmente aliada del Estado Independiente de Croacia, ¿qué hubiera pasado si no hubiera existido nuestro Estado y no hubiese existido, como se la denomina justamente, esa "alianza hipócrita" con Italia?

Pero lo que es mucho peor que esto es que en ese caso "no hubiera habido la experiencia histórica que claramente pudiera demostrar, no sólo al mundo, sino en primer lugar a nosotros mismos, que los croatas quieren su Estado independiente y que van a usar absolutamente cualquier oportunidad para establecerlo.

Las generaciones actuales no sabrían que los croatas están en condiciones de establecer su Estado, y entonces en 1990 y 1991 tendrían como único ejemplo de sus anhelos el establecimiento de una Banovina de Croacia, o sea lograr la autonomía, y no un Estado soberano.

Nuestra lucha se llevaría entonces a cabo estérilmente para lograr una igualdad de derechos dentro del entorno yugoslavo y para cambiar el régimen existente, y no para tener un Estado soberano afuera de cualquier marco extraño (sea yugoslavo o cualquier otro).

Hubiésemos estado luchando, por tanto, nuevamente `por nuestros derechos', o sea por una nueva, tercera, Yugoslavia"[4].

"Si nosotros, por lo tanto, hubiéramos dejado pasar la oportunidad histórica que se nos dió en 1941, entonces en 1991 seguramente hubiéramos dejado pasar la nueva oportunidad histórica y entonces sería cuestión de saber si alguien sabría que en esta parte del planeta vive una Nación que es algo más que un conjunto folklórico"[5].

Podemos por lo tanto con justicia concluir que sin el 10 de Abril y sin la experiencia histórica y el ejemplo del Estado Independiente de Croacia no tendríamos hoy tampoco la República de Croacia independiente.

Si por otra parte aceptáramos el argumento de aquellos que afirman que en 1941 no tendríamos que haber establecido nuestro Estado independiente porque el mundo occidental quería mantener a Yugoslavia, si por tanto en 1941 nos hubiéramos tenido que guiar por lo que era el deseo o el interés de otras naciones y estados, entonces ese mismo argumento tendría que ser válido en 1990 y en 1991. O sea en esta ocasión más reciente deberíamos haber respetado los deseos e intereses de otras naciones y en particular de las grandes potencias. Y sabemos que en ese entonces las grandes potencias en especial los Estados Unidos, no deseaban destruir a Yugoslavia sino que la deseaban preservar, y los EE.UU. hasta dieron luz verde y un guiño al Ejército Popular Yugoslavo para que con la fuerza armada quebrara el proceso liberador croata.

Por otra parte si en 1991 era justo mirar solamente los propios intereses, y no los intereses o las opiniones de otras naciones, entonces ese mismo derecho era válido tambien en 1941.

No hay por lo tanto dos reglas distintas, una 1941 y otra para 1991. Y del mismo modo como con todo derecho en 1991 los croatas pensaron en sus intereses y estuvieron dispuestas a establecer su independencia sin importarles a quiénes en el mundo esto les parecía bien y a quiénes no, del mismo modo fue con justicia que también en 1941 los croatas pensaron sólo y únicamente en sus propios intereses y objetivos. Como fue justificado proclamar la independencia croata en 1991, también fue justificado proclamarla en 1941.

Tenemos que tener en cuenta además, que en 1941 no estaban en contra del establecimiento de un Estado croata sólo los aliados occidentales, sino que aun aquellos que con posterioridad lo aceptaron no contaban al comienzo con ello. Esto es similar a los sucesos más recientes cuando muchas potencias, y en particular los Estados Unidos, finalmente aceptaron la existencia de la actual República de Croacia a pesar del hecho de que al comienzo estaban a favor de conservar a Yugoslavia, y no querían reconocer la independencia de la República de Croacia.

Es una verdad histórica que en los primeros planes de Hitler no estaba previsto el establecimiento del Estado croata, y que se llegó a la aceptación y reconocimiento del Estado Independiente de Croacia en contra la intención primera de Hitler, como consecuencia de la lucha y del esfuerzo de la Nación croata, conducido por la organización revolucionaria ustasa y por el Poglavnik Dr. Ante Pavelic.

Sobre estos hay numerosos documentos -alemanes, italianos, ingleses, estadounidenses, franceses, etc.- que hoy han sido hechos públicos.

En base a esos documentos publiqué para el 10 de Abril de 1987, en el períodico Republika Hrvatska, un trabajo bajo el título "Da li je Nezavisna Drzava Hrvatska bila naci-fasisticka tvorevina". (¿Fue el Estado Independiente de Croacia una creación nazi- facista?), que luego fue traducida al español y al inglés, y publicado en Studia Croatica y en Journal of Croatian Studies, de Nueva York.

Ese trabajo fue publicado en 1993 en Zagreb, en mi libro Argumenti, y el diario más importante de Zagreb, Vjesnik, lo reprodujo en su totalidad en su rúbrica "Podlistak".

Por supuesto que no es posible aquí reproducir todos los documentos y toda la argumentación, así que mencionaré solamente dos hechos que confirman lo correcto de la tesis presentada en las publicaciones citadas, que NDH no fue una creación ni de Hitler ni de Mussolini, sino de la Nación croata.

Es sabido que en Croacia hay muchos yugo-nostálgicos así como gente opuesta a NDH. Hay este tipo de gente entre los publicistas y los historiadores. Muchos de ellos frecuentemente aparecen en la prensa croata y con dureza atacan a NDH, llamándola creación nazi-fascista. Pero todos esos ataques son esteriotipados y sin argumentos y en realidad se tratan de ordinarios etiquetamientos.

El hecho es que, mientras tanto, no apareció hasta ahora ni en Croacia ni afuera de ella ni un solo historiador o publicista que se hubiera atrevido a negar los argumentos expuestos.

El otro hecho igualmente importante es que el profesor de historia croata moderna en la Universidad de Zagreb, el Dr. Marijan Maticka, que llegó a esa cátedra luego de la muerte del historiador Dr. Ljubo Boban, recomendó a sus alumnos este libro como material útil para conocer nuestro pasado reciente lo que no haría si tuviera alguna objeción o si no aceptara la tesis allí expuesta.

Empero el conocer la verdad acerca de gracias a quienes se constituyó el Estado Independiente de Croacia no es sólo importante para la historia sino que lo es más aun porque tiene implicancias políticas muy importantes.

Porque no es lo mismo si NDH fue obra de la Nación croata y si la Nación croata luchó para proteger ese Estado, a pesar de sus defectos, y aun si eso fuera en contra del régimen existente, o si al contrario se trataba de una marioneta de creación nazi- fascista.

No es lo mismo si la segunda Yugoslavia se originó como consecuencia de la derrota de la Nación croata en la guerra, que al perder la guerra perdió también su Estado soberano por el que luchó y que quiso preservar, o bien ese Estado croata ni siquiera existió como tal, ni lo quiso la Nación croata y esa Nación luchó contra no sólo el régimen ustasa sino contra esa entidad creada por el nazi-fascismo y en pro de una otra, segunda, mejor Yugoslavia, la del AVNOJ (y de Tito)[6].

Si el Estado Independiente de Croacia realmente fue una creación de Hilter y Mussolini, entonces se podría justificar a los así llamados antifascistas el que hubieran luchado no solamente contra el régimen gobernante sino también contra ese estado marioneta y no existente.

Pero el hecho de que el establecimiento y la existencia del Estado Independiente de Croacia fue realmente una consecuencia del deseo, la voluntad, la lucha y el esfuerzo de la Nación croata es la condena más pesada a aquellos croatas que lucharon contra su propio Estado independiente y que en sus ruinas levantaron la así llamada República Socialista de Croacia la que, empero, no era ningún Estado sino sólo una división administrativa de la nueva Yugoslavia titoista.

La justificación política de la destrucción del Estado Independiente de Croacia y el establecimiento de la nueva Yugoslavia de Tito descansa en realidad en dos argumentos errados y falsos.

El primero es que NDH no era el Estado de la Nación croata, sino la obra de Hitler y Mussolini, y que solamente servía como instrumento de dominación sobre una parte de una Yugoslavia conquistada, oprimida y dividida por ellos. La Nación croata, de acuerdo a esa tesis, no aceptó ese estado marioneta nazi-fascista, sino que luchó por una nueva Yugoslavia, más justa, bajo el liderazgo del Mariscal Tito, el favorito tanto del Occidental democrático como del Este comunista.

De acuerdo con ese argumento, era totalmente lógico que después de la derrota del fascismo y del nacismo se haya procedido a destruir ese estado marioneta y se construyera la nueva Yugoslavia.

El segundo falso argumento, que habla en favor de la necesidad de que exista Yugoslavia, es aún más pesado, porque sirve no sólo para el caso concreto de la destrucción de NDH, sino que sirve también para el futuro.

Según ese pretendido argumento, NDH cometió un genocidio real y grande de serbios, y de ese genocidio son culpables los croatas.

La conclusión que se deriva de esa falsa afirmación del carácter genocida de los croatas es que es necesario impedir que los croatas cometan un nuevo genocidio de serbios, lo que sólo se puede hacer si se impide el establecimiento de un estado croata.

Este segundo falso argumento fue en contra no sólo de aquellos croatas que lucharon para preservar al Estado Independiente de Croacia, y por lo que fueron perseguidos y proscriptos como supuestos fascistas y sirvientes del ocupador. Ese argumento fue utilizado en contra de toda Nación croata, incluso contra aquellos croatas que durante la guerra estuvieron entre los destructores de NDH.

Así como después de la Primera Guerra Mundial los serbios consideraron que era natural que ellos fueran privilegiados dentro de la Yugoslavia monárquica, ya que supuestamente ellos liberaron a los croatas y porque se presentaron como cierta clase de Nación constructora del Estado, la Nación en la que descansaba la primera Yugoslavia, así en la segunda Yugoslavia la tesis del carácter genocida de la Nación croata y las inmensas pérdidas biológicas sufridas sirvió como justificación del imperialismo serbio.

Y esa tesis le sirvió a los serbios tanto dentro de Yugoslavia como afuera de ella.

Dentro de Yugoslavia les sirvió como justificación para su posición de privilegio, para la opresión política y la explotación económica de los croatas y de Croacia, además de que había que imbuir entre los croatas un complejo de culpa y de inferioridad.

Por otra parte, en el mundo exterior les servía como prueba de que la función internacional de Yugoslavia era la de conservar la paz y el orden en ese territorio y para impedir a los croatas establecer su Estado, porque en ese caso se llegaría a un nuevo genocidio de serbios.

Los croatas de todo el mundo, entre ellos los croatas en Argentina, muy bien saben que al esfuerzo de difundir entre los extranjeros la verdad sobre Croacia y sobre el derecho de la Nación a la libertad y a su propio Estado se le oponían principalmente con dos argumentos, a saber la afirmación de que NDH era sólo una creación de Hitler y Mussolini, y que los croatas son un pueblo genocida por el cual perecieron serbios inocentes.

Teniendo todo esto en consideración, no es extraño que hasta algunos croatas, que durante la última Guerra Mundial se encontraban en la otra barricada, trataron de detener el inflamiento serbio de sus víctimas de guerra.

Fue de particular valor en ese sentido el trabajo científico del Dr. Franjo Tudjman, quien debido a eso fue perseguido.

También la emigración croata percibió toda la importancia de resistir a los argumentos anticroatas sobre el carácter genocida del pueblo croata.

Como cierta clase de contraargumento destacábamos las víctimas croatas y en particular las víctimas de Bleiburg y de las marchas de la muerte.

Hoy, empero, podemos con métodos estadísticos y científicos demostrar que durante los cuatro años de guerra defensiva croata murieron en el territorio de NDH un número de por lo menos 154 mil croatas más que serbios, de lo que lógicamente llegamos a la conclusión que los croatas no son ningún pueblo genocida.

Pero mucho más que cualquier cálculo estadístico vale la más reciente experiencia, no sólo croata sino mundial en general, de donde claramente surge que son los serbios, y no los croatas, un pueblo genocida.

En realidad, esta última guerra y toda su maldad nos permite que mejor y más fácilmente conozcamos la verdad sobre el Estado Independiente de Croacia, así como también la verdad sobre NDH nos permite comprender mejor los acontecimientos actuales y para saber qué hacer hoy y en el futuro.

Es un hecho generalmente conocido, que no tenemos que demostrar a ningún croata, que nosotros los croatas no comenzamos los enfrentamientos más recientes, y que nosotros no cometemos genocidio contra los serbios, sino todo lo contrario.

Aún así hoy los serbios nos acusan de que los perseguimos, y de que ahora viven en peligro, y ese argumento sobre el peligro les sirvió hasta como justificación ante el mundo para su levantamiento en contra del gobierno croata, y eso aún en momentos cuando la República de Croacia era parte constitutiva de Yugoslavia y cuando en la práctica estaba ocupada por el Ejército Popular Yugoslavo.

"No afirmo aquí que en el pasado no hemos tenido ninguna culpa, pero es un hecho que también en 1941 fueron los serbios quienes comenzaron los enfrentamientos, y también es un hecho que en la guerra de 1941/1945 nosotros hemos perdido más gente que ellos. Más aún, mientras que no hay ni un croata responsable que apruebe nuestros errores pasados, no conozco que exista ni un serbio responsable que señale la parte de culpa de los serbios.

Y esto que vale, para el pasado, vale también para la actualidad. Mientras que el Papa y nuestra Iglesia nos invitan al olvido y a la búsqueda del perdón, la Iglesia Ortodoxa Serbia evita hasta el contacto con ese hacedor de paz como es el Papa Juan Pablo II, y la posición de la Iglesia Ortodoxa Serbia, como la de todos los partidos políticos en Serbia, es cualquier cosa menos una posición de comprensión y de objetividad, y no hablemos de la posibilidad de una condena moral a sus criminales de guerras actuales"[7].

Realmente, si miramos todas estas nuestras víctimas y dificultades y las comparamos con las que soportamos durante los cuatro años de existencia de NDH, vemos que es cierto el viejo dicho de que la historia es maestra de vida, que nos sirve para comprender mejor el presente y para que así, aprovechando la experiencia pasada, no repitamos los mismos errores.

Empero, si debiera destacar particularmente una enseñaza de NDH, entonces esa sería de que de ningún modo y nunca debemos repetir el error de nuestra izquierda, la que por no estar de acuerdo con la política interna croata, y debido a sus razones e intereses ideológicos y partidarios, no sólo que destruyó el régimen que había, sino que también destruyó al Estado.

No debemos nunca tirar aquello que hemos logrado sino que debemos, en base a lo logrado, construir una Croacia más fuerte, más grande, mejor, más justa y más noble. Una Croacia llena de libertad para todos sus ciudadanos, una tierra con justicia social.

Así como una vez algunos croatas aceptaron a Starcevic mientras que otros lo rechazaban y luego otros aceptaron a Radic y otros lo rechazaban, mientras que ahora prácticamente todos los croatas aceptan tanto a Starcevic como a Radic, creo que vendrá el tiempo cuando algo parecido pase también con el 10 de Abril.

Creo que llegará el tiempo cuando una nueva generación, que no tendrá ningún complejo por sus propias culpas y errores, con justicia valorará la revolución del 10 de Abril, así como el período del Estado Independiente de Croacia. Creo que llegará el día en el que se hará realidad el pensamiento que expresé en 1981 en ocasión de los 40 años de los acontecimientos del 10 de Abril:

"El 10 de Abril no debería ser una piedra de discordia entre nosotros los croatas. Es necesario levantarlo como un día de recuerdo para todos los croatas y que su experiencia nutra a todos los croatas sin importar su pertenencia política o su pasado, y aún cuando en el pasado tenían distinta actitud que la nuestra hacia el 10 de Abril, o si entonces o después se encontraron en la barricada opuesta. El 10 de Abril no nos debe dividir, sino que nos debe unir"[8].

Con estas ideas permanezco hasta el presente.

Tradujo del croata: Joza Vrljicak

EL MILAGRO CROATA

El repentino surgimiento de una "nueva Nación"

VELIMIR RADNIC, BUENOS AIRES

Desde el inicio de la guerra por la independencia en 1990, Croacia sorprendió a mis amigos y parientes argentinos por la intensidad de su patriotismo, por la aceptación de cualquier sacrificio -incluyendo el de la vida de sus hijos- en una lucha desigual en cuanto al armamento y entrenamiento militar. Los civiles, con revólveres y escopetas de caza, defendían Vukovar durante largos meses mientras que Dubrovnik -al principio en la misma situación- se pudo defender con éxito gracias a la ayuda militar de los croatas de Hercegovina y al apoyo moral de todo el mundo civilizado.

Lo más asombroso fue la idéntica respuesta y el idéntico afán patriótico que demostraron dos lugares tan alejados entre sí. El mapa de la actual República de Croacia, y su inusual forma de herradura, muestra que Vukovar está en el extremo norte y Dubrovnik en el extremo sur. La comunicación terrestre dentro de la República insume más de 1.000 kms. o sea, un distancia considerable para Europa y, especialmente, para la pequeña Croacia.

¿De donde surgió este valor? ¿A que se debe el repentino e inesperado surgimiento de la Nación croata de cuya mera existencia el gran público no tenía la menor idea? Sobre todo después de que la multiétnica Monarquía de Viena se derrumbó (1918) y el término "yugoslavo" se pudo tan cómodamente aplicar a la mayoría de estos pueblos "balcánicos".

Yo traté de explicar, con mis imperfectos conocimientos de historia y sociología, antes de todo, "las causas" de un considerable atraso en la afirmación internacional de Croacia como también "los factores que finalmente prevalecieron" y llevaron al éxito.

Lo que sigue es el resultado de mis esfuerzos. Ojalá sean útiles a los lectores como, creo, lo fueron mis explicaciones verbales.

La adversidad geográfica

Las altas montañas que separan la parte sur (Dalmacia) de la parte norte (Panonia) representaban un obstáculo enorme para la unidad de Croacia. La técnica moderna mejoró mucho la comunicación, pero en los tiempos antiguos estas montañas obstruían seriamente la homogeneidad y el establecimiento de un poder central, elementos esenciales para la formación de una nación. Al respecto hay que recordar que desde la llegada de los croatas a su patria actual habían pasado casi tres siglos hasta que su primer rey, Tomislav, pudiera, recién en 925, formar un estado unificado desde el Mar Adriático hasta las llanuras panónicas.

Este obstáculo geográfico y la dificultosa comunicación tuvieron como resultado la formación de distintas mentalidades: los hombres de la llanura del norte, de las montañas dináricas o de la costa adriática tienen distintos temperamentos y distintos comportamientos. Algunos sociólogos explican estas diferencias basándose en los trabajos que predominan en aquellas zonas: los agricultores del norte, los pastores de las montañas y los pescadores o marineros del sur son necesariamente diferentes entre sí. Pero a mí me parece que las tres zonas se distinguen todavía más por haber pertenecido a tres círculos culturales distintos: la cultura mediterránea en el sur, la de Europa Central en el norte y la islámica, dominante en los valles y montañas de Bosnia, sin la posibilidad de influenciarse entre ellos por la adversidad geográfica.

Para apreciar la enorme dificultad que representa para una nación la existencia de una cadena de altas montañas en el medio de un país, imaginémonos que en América del Sur se hubiera formado un estado que abarcara, digamos, 1.000 kms. del Pacífico y que, luego, atravesara los Andes para extenderse hasta el Atlántico. ¿Por cuanto tiempo una nación así podría mantener su unidad? Por supuesto, los Alpes dináricos no tienen la altura de los Andes, pero la comunicación entre las dos partes fue siempre igualmente penosa.

¿Qué es Balkán?

Este término (que en turco simplemente significa "montaña") tiene dos connotaciones: una, geográfica y otra, político-cultural. La primera se refiere a la península del sureste europeo, cuya frontera al norte es el Danubio desde el Mar Negro hasta el río Sava y siguiendo este río hasta la desembocadura del río Drina. Ahí empieza la frontera occidental de la península siguiendo el curso de este río, luego de su afluente Piva, y finalmente su proyección hasta el Mar Adriático. El mismo río Drina ya fue elegido en el año 395 por el emperador Teodosio como el límite entre el Imperio Romano del Oeste y el de Oriente, ya que con sus quebradas representa una frontera natural bien definida.

Mucho más difícil es localizar el territorio o los países que se pueden considerar balcánicos por la connotación político-cultural. Creo que en este sentido el término hay que aplicar a los países que -herederos de Bizancio y de religión cristiano-ortodoxa- por muchos siglos formaban parte del Imperio Otomano y no participaron de la común experiencia histórico-cultural de Europa Occidental. De esta manera se ensanchan los límites geográficos del Balkán incluyendo la actual Rumania como también el territorio de la actual República de Bosnia y Hercegovina. Creo que hay que incluir a esta última república, aunque su territorio no perteneció al Imperio Romano de Oriente que llegaba hasta el río Drina.

En realidad la posición de Bosnia en este sentido es muy particular. La ocupación otomana le ha dejado una impronta muy oriental ya que más de 40% de su población es de religión musulmana. Por otro lado, más de 30% es de la religión cristiano- ortodoxa que, por supuesto, se siente atraída hacia los países de herencia bizantina y religión ortodoxa. Por último los católicos que hoy en día no llegan ni al 20% de la población, apenas podían tener algunas noticias -por medio de sus sacrificados frailes franciscanos- de las ideas que se debatían en el Occidente. No pudieron participar activamente en las experiencias culturales de Europa Occidental. Así, que, teniendo en cuenta estas particularidades, creo que hay que incluir dentro del Balkán al territorio de Bosnia y Hercegovina.

De todas maneras, de las descripciones precedentes se infiere que "la actual República de Croacia no pertenece al Balkán ni en el sentido geográfico ni en el político- cultural". Respecto a esta última afirmación hay que recordar que, aun dentro de la desesperada lucha por supervivencia, Croacia participaba en todos los grandes movimientos filosóficos y culturales que formaron el mundo europeo tal como lo conocemos hoy: el Humanismo y el Renacimiento, la Reforma y la Contrarreforma, la Ilustración (Iluminación) y luego la Revolución Francesa o, más bien, las ideas políticas que la precedieron y que fueron plasmadas en la Constitución de la joven república norteamericana.

Todo esto fue ajeno a los pueblos que vivían aislados dentro del Imperio Otomano desde el siglo XIV y que no hicieron la experiencia histórico-cultural del resto de Europa.

En cuanto a la frontera entre el Europa Occidental y el Balkán, a veces se nos presenta delante de los ojos una línea de cierto carácter místico: apenas restablecida la antigua frontera del río Drina (en 1908 Bosnia fue incorporada a la Monarquía habsburga) los croatas hicieron un esfuerzo cultural extraordinario para fijarla: un premio Nobel, el profesor Ruzicka, nació en Vukovar; otro, el profesor Prelog, en Sarajevo. Los dos, junto con el prominente científico Rudjer Boskovic de Dubrovnik, testimonian la pertenencia de Croacia al Occidente. Boskovic no recibió el Nobel, que no existía en el siglo XVIII, pero sus trabajos en la física, inclusive nuclear, lo pone al frente de la ciencia de su época. Finalmente, el premio Nobel de literatura, el croata Ivo Andric, es también de Bosnia.

Es interesante observarlo pero no creo que hay que dar a esta coincidencia un significado exagerado y hablar de una mística frontera cultural de Croacia.

La invasión turca y sus consecuencias

Esta invasión fue la que más impidió que Croacia pudiera conformarse como una nación-estado moderna. O sea pasar de la época feudal, evolucionando hacia una nación independiente al igual que la mayoría de los actuales estados europeos.

Por la inserción de la cultura y el poder político de un imperio de religión islámica en el mismo corazón de Croacia, nuestra patria no pudo vivir un desarrollo armónico. Varios desastres históricos que sufrieron también otras naciones europeas, no se pueden comparar con las trágicas consecuencias de la invasión turca. Esto lo refleja la forma de herradura de Croacia. En el mismo centro de su territorio se instaló, durante 400 años, un imperio de cultura, costumbres y religión completamente distintas. Una gran parte de la población del medieval Reino de Bosnia se pasó al islamismo junto con sus señores feudales, quienes luego participaron en los ataques al territorio croata cristiano. Durante mucho tiempo las fronteras del viejo Reino de Croacia y el Imperio Otomano no fueron fijas. Las interminables luchas e incursiones bélicas han producido el despoblamiento de gran parte de la actual Eslavonia y de la mayor parte de Croacia oriental entre las montañas dináricas y el río Sava. Esta región llegó a llamarse "Croacia turca", hoy día, Bosnia occidental.

Al aflojar el ímpetu invasor otomano y al estabilizarse un poco las fronteras, al principio del siglo XVIII los viejos propietarios croatas, como también las autoridades militares austro-croatas (el Sabor eligió en 1527 a los Habsburgo para su reyes, confiando en que les ayudarían en la lucha contra los infieles) invitaron a inmigrar a estas tierras a pueblos de varios orígenes: suabos (alemanes), checos, eslovacos, austríacos, etc.

Una parte importante de esta inmigración la constituían los valacos de religión ortodoxa. Su origen data de los tiempos de los romanos, pero, siendo una minoría en el ambiente de habla eslava, pronto aprendieron a hablar croata. En Croacia vivían como pastores en las montañas, ya que las tierras fértiles pertenecieron a los nuevos dueños del país, pero en el otro lado del Danubio, al norte de Bulgaria llegaron a formar su Estado, a veces independiente, a veces vasallo del Sultán. Se trata de Valaquia, que hoy es la parte de Rumania donde preservaron su idioma basado en el latín.

Hay también muchos valacos en Serbia que, cuando viven en las ciudades los llaman "cínzaros". Pero siendo de la misma religión ortodoxa y habiendo pasado la misma experiencia histórica bajo el Imperio Otomano no se distinguen mucho de los serbios. Aunque de vez en cuando, por su agresividad y habilidad comercial, provocan quejas en la población serbia ("los cínzaros nos están dominando").

Ahora, en la parte despoblada de Croacia, a cambio de un prolongado servicio militar, a ellos se les concedieron tierras buenas, mayormente a lo largo de la frontera con Bosnia. Sus acciones bélicas los hicieron conocidos en muchos países europeos: los Habsburgo a menudo los empleaban en sus guerras inter-europeas. Puesto que venían del Reino de Croacia fueron conocidos como croatas, pero su conducta salvaje muchas veces desprestigió el nombre de Croacia.

Un proceso similar ocurrió en la vecina Bosnia, especialmemte en la "Croacia turca", que fue la más devastada. Las autoridades turcas también necesitaban mano de obra para las tierras, y hombres para el servicio militar auxiliar. Como escaseaba la población católica y no alcanzaba la que se convirtió al islám, recurrieron, ellos también, a los pastores sin tierra que vivían en montañas bajo la influencia de sus popes ortodoxos, que muchas veces les ayudaron a recibir mejores condiciones al mudarse a los valles y las llanuras.

De esta manera a los dos lados de la frontera croata-bosnia apareció una población nueva de religión ortodoxa que se multiplicaba a un ritmo mucho mayor en condiciones de vida más favorables. Si bien ya desde el principio chocaron con sus vecinos debido a la rudeza propia de los pastores, hasta la mitad del siglo XIX no hubo mayores problemas. Especialmente no en la parte turca, cuyas autoridades los miraban con benevolencia. Se suponían más fáciles de controlar políticamente ya que sus iglesias estaban enteramente en el territorio del Imperio Otomano. Los patriarcas griegos, búlgaros y serbios vivían en territorio turco. A veces fueron utilizados hasta para fines administrativos del Imperio. Por ejemplo a los "fanariotas" (los griegos de Estambul) le fue confiado, incluso, el gobierno de la actual Rumania.

Por otro lado los católicos fueron siempre sospechosos, ya que su autoridad suprema, el Papa en Roma, instigaba todo el tiempo a los gobiernos cristianos a luchar contra los infieles. En esta situación difícil había aldeas católicas que, para el servicio espiritual, tenían que llamar a los sacerdotes ortodoxos y paulatinamente se pasaron a esta religión. Así, por la alta natalidad y por las conversiones, la población ortodoxa llegó a representar el 34% de la población de Bosnia y el 11,6% de Croacia.

Tampoco en Croacia hubo problemas serios con los valacos, hasta que, con la decadencia del Imperio Otomano, Serbia -como todos los demás países balcánicos- se fortaleció, consiguió cierta autonomía a mediados del siglo XIX y finalmente le fue otorgada la independencia en el Congreso de Berlín (1878). En este proceso comenzó el sueño de la resurrección del antiguo "imperio del zar Dusan", inclusive ensanchando sus posesiones hacia el oeste, ya que los turcos lograron cruzar el Drina, apoderarse de Bosnia y establecer una nueva línea este-oeste en el río Una, frontera de la disminuida Croacia.

Con esta visión en la mente, los popes comenzaron a convencer a todos los ortodoxos de Croacia (y de Bosnia) de que ellos eran "en realidad" serbios. Al mismo tiempo el gobierno de Serbia enviaba sus agentes con la misma misión. De esta manera, a fines del siglo XIX, los ortodoxos se convirtieron en la "Quinta columna" dentro de Croacia, pactando con todos sus enemigos y llegando a ser el escollo más traicionero para que Croacia realizara y afirmara su independencia.

El desplazamiento de la población y la creación de un pueblo enemigo en el mismo corazón de Croacia fueron las consecuencias más nefastas de la invasión turca.

Confusiones linguísticas

El siglo XIX, que ha producido "el despertar de las naciones", el sentimiento de pertenencia a una nación fue, al mismo tiempo, la época del predominio de la linguística. La lengua común se consideraba no solamente el elemento esencial de la nacionalidad sino el creador de una nación. En este movimiento se destacaron especialmente los científicos y filósofos alemanes como Herder y sus seguidores. La temática "mundo germano", "mundo latino" o "mundo eslavo" se discutía en los círculos políticos y literarios y entre todas las clases sociales. Y mientras los dos primeros "mundos" se limitaban a hablar del origen cultural común, los pueblos de habla eslava -que en muchos casos fueron sometidos a otros pueblos y que no gozaban de libertad nacional- creyeron haber encontrado en su "origen eslavo" sostén y fortalecimiento político.

Un chiste, muy popular en su tiempo, elocuentemente describe esta búsqueda del sostén de un "hermano fuerte": cuando a un montenegrino le preguntan cuántos habitantes tiene su pequeña patria, él contesta: "Nosotros, los montenegrinos y los rusos, somos cien millones".

Al aplacarse un poco el furor de este período de búsqueda del "alma nacional" y del "espíritu del pueblo" -todo lo que se encontraría en la lengua- el filósofo e historiador francés Renan escribe: "Es erróneo ligar la nación como una entidad lingüística o étnica. Lo que forma una nación es el recuerdo colectivo que se mantiene y transmite con un esfuerzo común". Sin embargo pareció más fácil entender: "los franceses son aquella gente que habla francés" o "nosotros, los eslavos" que la tesis abstracta de Renan. Inclusive en América latina, donde es tan claro que existen varias naciones con el mismo idioma, el homenaje a la herencia cultural en la lengua española se llama el "día de la raza".

La identificación de lengua con nación fue particularmente perniciosa en el caso de Croacia. La semejanza entre el croata, el serbio y hasta el esloveno o búlgaro se tomó como una prueba irrefutable de que se trataba de la misma nación: eslavos del sur o yugoslavos. Las más destacadas figuras de la "Resurrección croata", al principio del siglo XIX, buscaron esta "hermandad". A veces solamente en el campo cultural, pero muchos se ilusionaban con una unidad muy concreta, la unidad política. La Academia de Ciencias y Artes en Zagreb recibió el nombre de "Academia yugoslava..." y muchos linguístas croatas trataron de "ajustar" nuestro idioma para que sea lo más parecido y - con el tiempo- idéntico, al serbio. Fue una inconsciente búsqueda del sostén de un grupo más grande -eslavo- contra las aspiraciones del norte y del oeste: Italia, Austria, Hungría...

Elegir como idioma oficial el dialecto que se habla en Dubrovnik y en una parte de Hercegovina fue un hecho muy poco feliz. La gran mayoría del pueblo croata habla stokaviano o cakaviano con subdialecto ikaviano, pero se eligió la variante de Dubrovnik o sea el iekaviano[9].

Habiéndose elegido esta variante y con los ajustes que se iban incorporando se creó un nuevo idioma "serbo-croata", que encontró buena aceptación internacional ya que simplificaba la orientación dentro del "complicado mundo eslavo".

Es cierto que la elección del dialecto de Dubrovnik tiene cierta justificación por su nutrida y antigua literatura, pero el ikaviano tiene también una literatura de gran tradición con la ventaja que esta lengua se habla tanto en Dalmacia como en Bosnia y en la parte panónica de Croacia. De modo que la adopción del dialecto de Dubrovnik era, más bien, una manera de agrandar la "nación de los eslavos del sur" ya que el ikaviano no se habla en ninguna parte de Serbia.

Recordemos que en Croacia se habla un tercer dialecto: el kaikaviano, que usa la palabra "kai" para el "qué" español. Este dialecto se habla en la parte noroeste, incluyendo la capital, Zagreb. En realidad la "Resurrección croata" empezó en esta zona, donde los últimos siglos estaba también la sede del Sabor. Sin embargo los iniciadores del movimiento sacrificaron su propio dialecto (como los italianos del norte eligieron el toscano para la Italia unida) y extendieron sus brazos no solamente a todos los croatas, sino también a todos los "hermanos eslavos del sur". En esta extensión de los brazos evidentemente se les fue la mano, y se produjo una terrible confusión nacional e internacional. Fue necesario que se formara un Estado común con Serbia (1918) y que se produjeran sangrientos choques (desde el primer día de la existencia del Estado común) entre dos pueblos tan distintos por su historia y su cultura, para que finalmente quedara claro que tal "hermandad de eslavos del sur" era una ficción.

Además, a esta "unión eslava" le faltó una pata: Bulgaria. Los paneslavistas croatas del siglo XIX, al pensar en la unión con criterios lingüísticos, incluían, por supuesto, a ese país. Pero pudo más la oposición de Serbia, temerosa de que la inclusión de Bulgaria pusiera en peligro su dominación. Así, la unión se formó con un defecto de nacimiento.

No duró ni setenta años, de los cuales solamente los primeros diez se vivió una democracia, bastante defectuosa por cierto, que terminó con la masacre de los diputados croatas en el parlamento de Belgrado. Luego siguieron los años de la dictadura férrea del rey Alejandro, luego la Segunda Guerra Mundial y, finalmente, 46 años de dictadura comunista.

Yugoslavia fue definitivamente una creación basada en supuestos erróneos.

El país resquebrajado

Ya se mencionó que la invasión turca casi separa Croacia en dos partes: el sur adriático y el norte panónico. Conscientes de este peligro y de la imposibilidad que un país relativamente pequeño se defendiera solo de un imperio poderoso como lo fue el otomano, los señores feudales croatas y los demás nobles con derecho de participar en Sabor, reunidos en la ciudad de Cetine, eligieron a Fernando Habsburgo como rey de Croacia, el 1 de enero de 1527.

La nobleza croata de Eslavonia, como también los húngaros, todavía pensaban que hubiera sido más conveniente elegir un poderoso señor feudal de Transilvania, Ivan Zapola, de origen croata, quien había tratado de encontrar un arreglo con el Sultán. Finalmente prevaleció la fidelidad hacia el Occidente y a la fe cristiana, de modo que toda la nobleza reconoció a Fernando. Años más tarde llegaría a ser el emperador de Occidente, el más prestigioso y poderoso monarca de Europa.

A pesar de la unión de Croacia con un imperio tan poderoso, las luchas contra los turcos continuaban: incursiones diarias al territorio croata, ciudades y aldeas quemadas, gente llevada en columnas hacia la esclavitud. Estas terribles luchas duraron desde la caída del Reino de Bosnia (1463) hasta el principio del siglo XVIII cuando -después de la exitosa campaña del príncipe Eugenio de Saboya- empezaron a respetarse, aunque a medias, las fronteras convenidas en varios tratados de paz. Estas fronteras eran similares a las que actualmente Croacia tiene con Bosnia, de manera que no se recuperó nada de la "Croacia turca".

Además, desde el año 1409, la mayor parte de la costa adriática pertenecía a Venecia como resultado de la "venta" de algunas ciudades de Dalmacia por parte de un rey nominal de Croacia y Hungría. Al ver que no llegaría a gobernar, Ladislao de Nápoles (de la dinastía Anjou), aprovechó su coronación para sacar alguna utilidad. Si bien la "venta" incluía algunas pocas ciudades (Zadar, Novigrad, Vrana e isla de Pag) a los venecianos les sirvió para extender, con el tiempo, su dominio sobre toda la costa oriental del Mar Adriático, excepto la ciudad y las posesiones de Dubrovnik.

Puesto que la "venta" coincidió con la invasión turca -algunos reinos y ducados balcánicos ya habían sido aplastados- los croatas no estaban en condiciones de echar de sus tierras a los venecianos. De esta manera la mayor parte de Dalmacia estuvo bajo la jurisdicción del dux de la ciudad de los canales casi 400 años, hasta la conquista de Venecia por parte de Napoleón. Esto fue la consecuencia, terrible pero inevitable, de los dos factores mencionados: la geografía de Croacia y la invasión turca.

Hoy día nos horrorizamos al leer acerca de la venta de parte del territorio nacional. Pero en aquella época los soberanos consideraban que los reinos eran su posesión personal. Además, es necesario recordar que, al no existir el sentimiento nacional, la población de Dalmacia tampoco lo sentía como una ocupación extranjera en el sentido actual. Las posesiones y las funciones administrativas que otorgaba Venecia se aprovechaban económicamente, pero nadie trataba de "venecianizar" o "italianizar" al pueblo. No hay que olvidar tampoco que una gran parte de la nobleza croata mantuvo sus posesiones. La italianización de apellidos de algunas familias croatas, la hacían ellos mismos por conveniencia: los que participaban en la vida cultural o comercial tuvieron que simplificar los apellidos de difícil pronunciación para los venecianos.

Comparando la situación terrible de sus hermanos en Bosnia y en la misma Croacia libre, los croatas de Dalmacia han podido vivir en paz. No se sentían oprimidos sino, más bien, protegidos por los astutos comerciantes que gobernaban a Venecia. En realidad, las tropas croatas de Dalmacia participaban con gran valor y entusiasmo en las batallas que Venecia, de vez en cuando, se veía obligada a librar contra los turcos.

Por otro lado, los lazos políticos con un estado de cultura italiana, han contribuido a un intenso intercambio cultural con toda Italia. Esto, indudablemente, favoreció el nivel cultural de la población; aunque, en cierto sentido, alejaba a los croatas de Dalmacia de sus hermanos de Bosnia y del Croacia del norte. Agreguemos que, una vez unidos, la experiencia dálmata representó un enriquecimiento notable para la cultura croata en su totalidad.

Sin embargo, al recuperar a Dalmacia, después de la caída de Napoleón, los Habsburgo, que eran reyes elegidos de Croacia, se negaron a unirlas nuevamente con el norte. En consecuencia, al Sabor en Zagreb no tuvo ingerencia oficial en los asuntos de Dalmacia. Pero, a no dudar, los lazos personales y culturales no tardaron en establecerse, como también a manifestarse en ambas partes el deseo de una pronta unión política.

El mismo destino (caer bajo la jurisdicción directa de Viena en lugar del Sabor croata) corrió la península de Istria, mientras que Medjimurje, una pequeña provincia al norte de Zagreb, era gobernada por Budapest.

No nos puede sorprender que, al ver a su Croacia resquebrajada en tantas entidades políticas y zonas culturales, muchos patriotas, llegada la época del nacionalismo, pensaron que la fortalecerían bajo la bandera "eslava" y "yugoslava".

Los vecinos de Croacia

Los vecinos tienen un rol muy importante en la vida de las naciones. Ellos se rechazan, pero también se imitan; se odian o se toleran; casi nunca se aman.

Italia

Como ya mencioné, la posesión veneciana de una gran parte de nuestra costa adriática, si bien mantuvo a Dalmacia casi 400 años separada de Croacia, no tuvo consecuencias fatales.

Lo difícil, lo trágico para Croacia, empieza cuando Italia logra unificarse e incorporar prácticamente todas las tierras habitadas por los italianos. Este éxito subió a la cabeza de ciertos círculos intelectuales y políticos, quienes empezaron a soñar con el resurgimiento del Imperio Romano.

Estas ambiciones superaban por lejos las fuerzas reales de Italia. Los nacionalistas, luego los fascistas, no querían ver un hecho histórico, económico y social: el peso político mundial se había trasladado, hacía varios siglos, del Mediterráneo a las costas del Océano Atlántico: Inglaterra, Francia, Alemania, luego Estado Unidos, son el nuevo centro del mundo. En esta constelación, Italia se había convertido en una provincia de Occidente.

Desconsiderando por completo este fenómeno, las ambiciones imperialistas italianas se extendían desde las malogradas posesiones coloniales en Africa hasta las tierras pobladas por croatas, eslovenos, austríacos e, inclusive, a Niza, Mónaco, Saboya, Córcega que habían sido cedidas a Francia por su ayuda en la guerra de independencia. Por no tener la fuerza propia suficiente, los gobiernos italianos tuvieron que recurrir a las "combinaciones" internacionales: abandonando a sus aliadas potencias centrales de la Primera Guerra Mundial o juntándose con la Alemania hitleriana en la Segunda. En ningún caso pudieron realizar lo irrealizable.

Para Croacia esta política fue fatalmente perniciosa en la Primera Guerra Mundial. Los Aliados -Inglaterra, Rusia, Francia- ofrecieron "generosamente" a Italia una parte importante de Dalmacia, si abandonaba sus aliadas Alemania y Austria para entrar en la guerra junto a ellos. Fue el Pacto de Londres por el cual Italia hizo la "volta face" y declaró la guerra a sus aliados de ayer.

Considero fatal este episodio: dió un argumento de peso real a los eslavófilos de Croacia para que -al derrumbarse la Monarquía en 1918- Croacia ofreciera sin condiciones la corona a la dinastía serbia de los Karadjordjevic. Es discutible si este acto fue realmente imprescindible para salvar a Dalmacia, o si fue una reación irracional de los eslavófilos croatas. Pero no hay duda de que la unión no se hubiera consumado tan apurada e incondicionalmente de no haber existido el temor al Pacto de Londres.

Al hablar de Italia creo útil advertir sobre un fenómeno que, a mi entender, demuestra claramente que la mentalidad, la experiencia histórica y la cultura (en sentido amplio) son elementos mucho más importantes que el idioma para la homogeneidad de una nación. En Italia los elementos comunes son el idioma oficial -el toscano fue aceptado unáminamente por todas las regiones- y el recuerdo del milenario imperio, cuando Roma fue el centro del mundo. Este pasado es motivo de un legítimo orgullo nacional.

Pero desde el siglo V en Italia se forma una variedad de reinos y ducados que durante 1400 años habrían de pelear entre sí, aliándose muchas veces con fuerzas extranjeras. Mientras las repúblicas, los ducados o reinados del norte y del centro se desarrollan con cierto espíritu democrático, de crítica pero también de responsabilidad cívica, la población del sur, desde los Estados Pontificios hacia abajo, nunca tuvo la oportunidad de opinar o de protestar por los actos de sus gobernantes. Esta sumisión produjo cierto letargo en la vida pública, cosa que diferencia fuertemente al Sur del espíritu emprendedor y trabajador del Norte.

Las diferencias del carácter causaron animosidades casi desde el principio de la unión para convertirse, con el tiempo, en abierta enemistad. Presenciamos en nuestros días la formación de un importante movimiento que exige la federalización, inclusive la separación total del Sur. Lo sorprendente es que se desconsidera por completo la enorme contribución del Sur las artes italianas: música, letras, pintura, etc. que es parte del tesoro cultural de toda Italia.

Creo que este ejemplo se puede traer a colación para demostrar lo erróneo de la idea yugoslava, que se basaba exclusivamente en la semejanza del idioma.

Eslovenia

Aunque son los vecinos más cercanos, su historia fue muy distinta a la de Croacia.

Pero por pertenecer culturalmente al mismo Occidente europeo nunca hubo problemas vitales entre ambas naciones. Al producirse el "despertar nacional" en el siglo XIX, Eslovenia caminó paralelamente con Croacia. Hubo momentos de choques políticos al comienzo de la unión yugoslava, pero, al empezar el salvajismo nacionalista serbio en Kosovo y Vojvodina (1986/7), Eslovenia se le opuso enérgicamente. Esta solicitud la llevó finalmente a proclamar, y defender con armas, sus independencia estatal al mismo tiempo que Croacia.

Austria

Fue muy odiada en ciertas épocas de la historia croata, pero una mirada retrospectiva y desapasionada demuestra, a mi ver, que los Habsburgo no tocaron la esencia del ser nacional. La germanización que se trató de imponer, especialmente entre los años 1850/1860, fue más por una conveniencia administrativa, buscándose una mayor eficiencia, que por motivos de expansión nacional austríaca. Los Habsgurgo, por supuesto, trataron de mantener sus tierras, su imperio. Pero no hubo persecuciones nacionales como las emprendidas por el fascismo en Istria o por los soviéticos en los países bálticos.

Sin embargo, en una oportunidad de nuestra historia los Habsburgo nos hicieron un daño terrible, casi irreparable, que retardó mucho la independencia de Croacia: La ayuda contra el Imperio Otomano, a la cual los Habsburgo se comprometieron al ser elegidos reyes de Croacia, resultó escasa e insuficiente. Especialmente cuando empezaron a usar para sus rencillas en el oeste europeo las tropas movilizadas en las fronteras con Bosnia. Esto provocó una gran descontento entre los nobles croatas y húngaros que, cansados y sobrecargados de las exigencias militares, decidieron entrar en negociaciones con Estambul. Su objetivo habría sido obtener un status parecido al de los nobles de Transilvania o sea pagando una contribución, sin ser vasallos. Las negociaciones las dirigían los jefes de las dos importantes familias nobles croatas: conde Pedro Zrinski y su cuñado, el conde Krsto Frankopan. Pero en su vacilación de comprometerse con los infieles cometieron el error de tratar de obtener, nuevamente, de su soberano legal una ayuda más efectiva contra la amenaza turca. Con esto en mente, y tras obtener el "salvoconducto" del emperador, se fueron a Viena (1671). Al pasar la frontera fueron arrestados, acusados de alta traición y ejecutados. Todos sus bienes -enormes extensiones de tierra, castillos, fortalezas, palacios, armas, muebles y objetos de arte- fueron requisados, llevados a Viena o distribuidos entre los súbditos fieles: generalmente nobles de origen austríaco, checo, etc.

Este episodio no fue novedad para la Europa de aquella época. La lucha feroz entre los reyes y los señores feudales estaba al orden del día. Pero en nuestro caso fue catastrófico porque Croacia perdió dos familias que, siendo de origen croata, hubieran defendido los derechos y los intereses de Croacia también en la época nacionalista, como lo hacían los nobles húngaros. La aniquilación de las familias Zrinski y Frankopan debilitó a Croacia enormente en un momento crucial. Como ya mencionamos, treinta años más tarde se produce la campaña militar del príncipe Eugenio de Saboya y empieza el debilitamiento del Imperio Otomano. La presencia de estas dos familias, de gran poder económico y alto nivel cultural, hubiera fortificado mucho la posición de Croacia y asegurado su normal desarrollo hacia una nación moderna.

Hungría

La elección de un húngaro como rey de Croacia (1102) no tuvo consecuencias nefastas para el pueblo croata. En la época romántico-nacionalista se derramaron muchas lágrimas por la derrota del candidato nacional Pedro Svacic en Petrova Gora (1097) pero en aquel tiempo pocos estados tenían reyes de "sangre nacional": incluso en Hungría la familia Arpad gobernó durante 200 años, imponiéndose luego reyes de variadas dinastías. Los mismos ingleses tomaron en 1714 como rey a un príncipe de Hannover que ni sabía hablar inglés. Después del desmoramiento de la parte europea del Imperio Otomano, los países balcánicos -Grecia, Bulgaria, Rumania- llamaron para ser reyes a príncipes de otras tierras, mayormente de varias dinastías alemanas.

En realidad los nobles croatas y húngaros se entendían bien y lucharon juntos. Lo hicieron contra los enemigos de afuera (la ciudad de Siget, famosa por la tenaz defensa y la muerte heróica del ban (virrey) croata Nicolás Zubic Zrinski, está en Hungría) y contra los reyes en preservación de sus derechos feudales. La gran disputa entre croatas y húngaros empezó con el advenimiento de la "resurrección nacional" a fines del siglo XVIII, cuando los húngaros pretendieron tener derecho de gobernar Croacia justificándolo por los largos siglos de reyes comunes.

Cuando los Habsburgo, vencidos en varias guerras en el exterior, decidieron ceder una parte de sus prerrogativas a los húngaros, por ser los relativamente más fuertes, para que también ellos, en su propio interés, defendieran la Monarquía, se formó en 1867 una especie de federación "dual" bajo el nombre de "Monarquía austro-húngara". A la parte húngara se adjudicaron Eslovaquia y Transilvania mientras que -considerando los viejos lazos de la corona común entre Hungría y Croacia- el emperador dejó que estos dos países negociaran la forma de sus futuras relaciones.

En las negociaciones se sintió todo el peso de las ventajas económicas y culturales de Hungría, que ya 150 años antes había liberado de los turcos la totalidad de su territorio nacional. También el escaso número de la nobleza de origen nacional y que fuera y económicamente fuerte. Una debilidad adicional causó la negativa de Viena de reconocer la unión con Dalmacia, que había impuesto el ban Jelacic en 1848 cuando la Monarquía tambaleaba. La costa del Mar Adriático era un bocado demasiado codiciado por los monarcas de Viena.

En esta situación el compromiso que se firmó con Hungría en 1868 no satisfacía las pretensiones croatas. Se esperaba establecer su propio Estado, unido con Dalmacia, y bajo reyes habsburgos, pero constitucionales (no "por gracia de Dios...").

De todos modos se le reconoció a Croacia la individualidad estatal y el Sabor siguió funcionando. También el uso oficial de la lengua croata en todo el territorio nacional.

Luego Croacia obtuvo plena autonomía en los asuntos internos, en la justicia, cultura y la educación. También ciertas unidades de ejército (domobrani) tenían oficiales croatas y el idioma croata como lengua de mando. En el parlamento común en Budapest flameaba también la bandera croata y los diputados de Croacia podían usar su lengua en los debates.

Pero quedaron muchos "asuntos comunes" en Budapest y, desde su posición de más fuertes, los húngaros pudieron siempre imponerse. Toda la trágica debilidad croata la demostraba el hecho de que aceptaron que Hungría tuviera el control financiero, ya que el Sabor temía cobrar impuestos de su empobrecida población.

Aquí hay que recordar que, en la lucha contra las aspiraciones húngaras, la minoría ortodoxa -ahora ya serbia- apoyaba a los húngaros. Un muy odiado ban (virrey) que, con el apoyo de Budapest pudo mantenerse 20 años, colaboraba con esta minoría de tal manera que recibió el apodo de "ban serbio". En una oportunidad, tratándose de la "hungarización" de ferrocarriles, algunos diputados en el parlamento de Budapest expresaron su preocupación: temían que el descontento en Croacia pudiera llevar a la separación. El primer ministro, el conde Tisza, los tranquilizó: "No tengan miedo por Croacia, señores diputados" dijo: "para ellos yo tengo un látigo confiable - los serbios". (A los aristócratas húngaros les encantaba aludir a sus antepasados: los jinetes nómadas de Asia).

La posición de Croacia en la Monarquía no era desesperante, pero de ninguna manera satisfacía las aspiraciones del pueblo: llegar a la plena independencia.

Serbia

Lo que más ha marcado nuestras relaciones con Serbia fueron sus desmedidas ambiciones expansionistas. Trátase de un típico fenómeno balcánico que compartían con sus dos vecinos: griegos y búlgaros. Parecía que hubieran estado dormidos durante los 400 años de ocupación otomana y al despertarse, justo en la época del nacionalismo, empezaron a buscar en su pasado los años de poder y de extensión territorial más grande, sin tomar en cuenta su atraso económico y cultural.

Grecia desarrolló un plan irredentista bajo el nombre "Megali Idea". Esta nueva/antigua Grecia abarcaría todos los territorios entre el Mar Adriático y el Mar Negro incluyendo la parte del Asia Menor donde vivía población griega desde los tiempos antiguos. La capital debería ser, por supuesto, la vieja Constantinopla, actual Estambul. Algo de esto obtuvieron después de la dos guerras balcánicas y todavía más al quedar Turquía derrotada junto con sus aliadas Alemania y Austria en la Primera Guerra Mundial.

Los vencedores le adjudicaron una parte de Anatolia, alrededor de la ciudad de Esmirna. Pero la porción adjudicada a los griegos no les pareció suficiente y trataron de ampliarla militarmente con la intención de aislar a los turcos y apoderarse luego de toda la Turquía europea, inclusive Estambul (1922). Contra toda previsión los turcos, si bien desmoralizados después de haber perdido varias guerras, tuvieron suficiente fuerza para vencer a los griegos, que huyeron al continente europeo junto con todos los civiles, mujeres y niños. Se calcula que en esta oportunidad desapareció un millón y medio de ortodoxos del Asia Menor.

Fue una lección muy cara. Sin embargo, hace unos 20 años Grecia nuevamente entró en una aventura militar tratando de ocupar la isla de Chipre que, por su población mezclada, tenía un status especial de independencia. Nuevamente los turcos vencieron, y hay que confiar que la "Megali Idea" esté definitivamente enterrada.

Los búlgaros tampoco pudieron olvidar las glorias de los dos imperios que formaron en los siglos X y XIII en gran parte de la península balcánica. Inclusive su rey Simeón fue coronado como emperador cuando su poder llegaba hasta los propios muros de Constantinopla, aunque no pudo realizar su sueño de ser el emperador de Bizancio. El segundo imperio búlgaro del siglo XIII ocupó también la mayor parte de la península. Pero ambos duraron poco, ni 50 años. En realidad pudieron establecerse solamente por debilidades temporarias de Bizancio.

No obstante, al adquirir en el siglo XIX su independencia, los búlgaros trataron de realizar en circunstancias completamente distintas, el viejo sueño de Simeón: apoderarse de Constantinopla. Su derrota en la Segunda Guerra Balcánica (1913) ante los rumanos, serbios y griegos -que aparentemente los instigaron a la aventura para atacarlos por la espalda- les hicieron perder incluso Macedonia, que ya poseían. Las tentativas posteriores de mejorar su posición aliándose con las potencias centrales en la Primera Guerra Mundial y con las Fuerzas del Eje en la Segunda, terminaron en desastres. De todas maneras, el rey de Bulgaria hasta 1945 (o sea, hasta la llegada de los soviéticos) ostentaba el título de Zar (emperador).

Los serbios, nuestros vecinos balcánicos más cercanos, no quedaron atrás. Ellos también tuvieron un imperio efímero que duró entre los años 1331 y 1355. Si bien algo menor que la Gran Bulgaria del Zar Simeón, el imperio del Zar Dusan se extendía a Tesalia, Epir, Albania, Macedonia y Serbia. Lo mismo que los dos imperios búlgaros este también empezó a desmembrarse a la muerte de su fundador. Unos 40 años más tarde lo que quedaba del imperio cayó a manos de los turcos. Fue después de la derrota en Kosovo Polje (1389), alrededor de la que se urdieron mitos y leyendas sin ninguna base histórica.

Ya por el año 1844, siendo todavía un pequeño principado autónomo dentro del Imperio Otomano, Serbia empezó a forjarse ideas de grandeza. Un funcionario del príncipe Alejandro Obrenovic imaginó un plan (así se lo llamó) en este sentido. Si bien elaborado secretamente, su bien definida política de expansión hizo carne en los círculos intelectuales y religiosos serbios, que lo apoyaron con estusiasmo y actuaron de acuerdo.

Hoy día los objetivos del "Plan" nos parecen demenciales: pretendían apoderarse de Macedonia Oriental y obtener un acceso al Mar Egeo por el puerto de Salónica; luego, adueñarse de todo Dalmacia y Bosnia hasta una línea en el noroeste trazada de tal manera que la Gran Serbia incluyera hasta el más insignificante pueblo donde viviera gente de fe ortodoxa. Belgrado enviaba sus agentes a Croacia y a Bosnia con el propósito de "despertar la nacionalidad serbia" en los ortodoxos prometiéndoles un futuro brillante una vez unidos a su "madre patria". No les preocupaba en lo más mínimo el hecho de que población católica y musulmana viviera entre Serbia y los ortodoxos de Bosnia y Croacia.

Era evidente que el genocidio sería el único método para poder realizar estos planes.

No sorprende que un importante político serbio, miembro del actual parlamento en Belgrado, haya aclarado públicamente que "a los croatas hay que sacarles los ojos con cucharas oxidadas". Tales y peores atrocidades fueron realmente cometidas en el proceso de "limpieza étnica" como método inevitable para llegar a los "hermanos" allende el río Drina.

Ya por los años treinta, V. Cubrilovic, un miembro del grupo terrorista que asesinó al príncipe heredero austríaco y a su esposa en Sarajevo en 1914, dió una conferencia, nada menos que en la Sociedad de Escritores Serbios, explicando detalladamente cuáles eran los métodos de terror que deberían emplear las autoridades serbias en la región de Kosovo para hacer imposible la vida de los albaneses (90% de la población) y así expulsarlos. Se trataba de más de un millón y medio de personas. Si bien sorprende que tales métodos se expongan públicamente en las instituciones oficiales de Serbia, hay que recordar que los pueblos balcánicos no participaron en las corrientes filosóficas y humanitarias europeas que eliminaron o, por lo menos, mitigaron las crueldades medievales.

Solamente así puede explicarse un episodio que ocurrió, hace unos 15 años, durante la visita a Sarajevo del entonces presidente de Alemania, Dr. von Weissacker. Durante el recorrido por la ciudad, los anfitriones, llenos de orgullo, lo invitaron a ver el lugar donde fue asesinada la pareja real austríaca. También pretendían que visitara el museo recordatorio del atentado y de sus "gloriosos" perpetradores. Según informaron los medios, los anfitriones fueron genuinamente sorprendidos cuando el visitante rechazó indignado tan gentil oferta.

La misma mentalidad la mostró un germanista serbio, un tal Sljepcevic, al comentar la sorpresa y el asco que le produjeron a Goethe algunos poemas nacionales serbios. Después de haberse entusiasmado con la belleza del poema musulmán "La mujer de Hasan-aga", llegaron a manos del gran poeta y filósofo alemán aquellos poemas que describían con lujo de detalle los actos sádicos y aberrantes del héroe nacional serbio, el "príncipe Marcos". Atrocidades cometidas no solamente contra sus enemigos masculinos, sino también contra las mujeres; inclusive su propia hermana y su niño en brazos. El letrado serbio intenta defender a su héroe nacional: "Goethe olímpicamente no ve o no quiere ver que Marcos es así porque en el fondo de su alma yace un pesado sedimento, una ofensa y una cólera insatisfecha e inolvidable -la ofensa y la cólera de una nación aplastada y ofendida". Subrayé las palabras "insatisfecha e inolvidable" porque, como hemos visto en las recientes luchas entre los serbios y musulmanes, el odio y la sed de venganza persiste hasta hoy. Inclusive, se emplean los mismos métodos del príncipe Marcos: en un campo serbio de prisioneros musulmanes, el comandante obligó a un joven enloquecido a arrancar con los dientes los testículos de sus infortunados compañeros.

Pero la histriónica defensa que el escritor serbio hace de Marcos descorre la cortina de un ambiente muy peculiar, un mundo de leyendas y mitos, casi siempre basados en las mistificaciones nutridas por los intelectuales. La famosa batalla con los turcos en Kosovo Polje, que se evoca en innumerables canciones glorificando a los combatientes que se habrían decidido "por el imperio celestial", fue tan insignificante que después de la lucha el rey de Bosnia, Tvrtko, confundido, informó a los gobiernos occidentales que la habían ganado los cristianos. Es cierto que el príncipe serbio Lázaro (en la poesía nacional le dan el título "emperador") había perdido la vida; pero su hijo, Esteban Lazarevic -de acuerdo con las costumbres de su tiempo- enseguida tramó arreglos con los turcos, se hizo el vasallo del Sultán, mandó a su hermana al harem imperial en Estambul y peleó con sus tropas al lado de los turcos (aunque su condición de vasallo cristiano no lo obligaba a pelear contra los cristianos). Lo malo es que aquellas leyendas y mistificaciones enloquecieron el pueblo, que incluso hoy quiere erigirse en Vengador.

Indudablemente, una de las causas del sentimiento de superioridad que se observa en todas las clases sociales de Serbia radica en la suerte que acompañó sus acciones militares después de obtener la independencia. Salieron victoriosos de las dos guerras balcánicas, estuvieron en el lado ganador de la Primera Guerra Mundial. Inclusive - aprovechando una amnistía de Tito a fines de la Segunda Guerra Mundial- más de 100.000 cetniks (soldados voluntarios imbuidos del fanatismo granserbio) se pasaron a los partisanos y así se proclamaron "vencedores". En realidad habían estado como pasivos observadores en la Serbia ocupaba por los alemanes, y en muchos casos habían colaborado con los nazis.

Confusión en Croacia

Por otro lado, en Croacia continúa la confusión con el eslavismo por los motivos que ya hemos mencionado: la creencia en que todos los eslavos (mejor dicho, los pueblos de habla eslava) son hermanos, y la necesidad psicológica de pertenecer a un grupo más fuerte y numeroso.

Serbia supo aprovechar estos sentimientos ajustando la propaganda a sus objetivos: ya no se habló de la conquista al estilo del imperio medieval del zar Dusan, sino de la "liberación de los eslavos del sur del yugo de la Monarquía negro-amarilla" (los colores de la bandera austríaca). Ahí se produjo un fenómeno muy interesante: el hombre común en Croacia no se dejó engañar. Estando, más que los intelectuales, en contacto con los ortodoxos -ahora serbios- observaba en la vida diaria las diferencias entre los caracteres y objetivos de las dos naciones. No así en los círculos intelectuales donde hubo soñadores croatas que hasta fueron a pelear al lado de los serbios en las guerras balcánicas.

Un episodio que ocurrió en el año 1902 ilustra claramente el estado de ánimo en aquel período: en una publicación de la minoría serbia en Hungría apareció un artículo bajo el título "serbios y croatas" con la tesis de que los croatas "no pueden tener un estado independiente puesto que no tienen su lengua separada, ni costumbres comunes, ni conciencia de pertenencia nacional común". El artículo termina con estas palabras: "Por esto tenemos que luchar hasta la aniquilación nuestra o la de ellos. Una parte tiene que sucumbir. Que será la de los croatas está garantizado por nuestra ventaja numérica, por la posición geográfica, por la circunstancia de que viven mezclados con serbios y que, de acuerdo al proceso de evolución, la idea serbia significa el progreso".

Como vemos el escritor enumera algunas dificultades para la afirmación definitiva de Croacia, que mencionamos también nosotros. Pero que un "proceso de evolución" le dé derecho a Serbia a "aniquilarnos" se inspiró en una teoría racista que fue expuesta en esos años en Austria. La insolencia de la minoría serbia en Croacia había llegado en esa época a tal punto que se atrevieron a transcribir este artículo en una publicación suya de Zagreb sin comentario alguno, como si representara la opinión de la redacción.

Por supuesto, este desafío a muerte, de parte de una minoría de inmigrantes, provocó indignación, ira y revuelta entre los croatas, habiéndose producido varios incidentes: daños a las propiedades serbias, roturas de cristales de sus negocios, etc. En una casa con un negocio serbio en Zagreb, vivía con su familia el conocido político croata Esteban Radic. Sin vacilar él bajó a la calle y, enfrentándose con la furiosa masa, gritó que no hay que hacer daño a los serbios, que es cierto que ellos muchas veces pactan con los enemigos de Croacia, pero que por esto no dejan de ser "nuestro hermanos eslavos". Hay que perdonarlos, dijo, como se perdona a los hermanos, y luchar junto con ellos contra nuestros verdaderos enemigos, que son los húngaros y los austríacos.

Milagrosamente no le pasó nada ni a Radic ni a su familia. Dos años más tarde él fundó, con su hermano, el "Partido Campesino Croata" que pronto tuvo una enorme atracción, llegando a ser el partido más importante, una vez formado el Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos (después de 1929: "Reino de Yugoslavia"). La vigorosa lucha que Radic emprendió contra las injusticias nacionales y sociales, y su excepcional carisma personal, empezaron a amenazar seriamente la supremacía de Belgrado. Su acción entusiasta y honesta, al atacar también la explotación económica de las regiones "allende el río Drina" (precani) empezó a atraer inclusive a las minorías serbias en Croacia y Bosnia. Al llegar la situación política a este punto, un diputado serbio sacó su metralleta en medio del parlamento de Belgrado y mató a Radic y a dos diputados de su partido, hiriendo a otros. Todo esto de manera fría y premeditada (1928).

Con esto terminó para siempre la ficción de la "Hermandad Eslava del Sur" (yugoslava), y la desunión era solamente cuestión de tiempo.

Contrario a la consternación y conmoción que la masacre en el parlamento había producido en Croacia, los serbios no se alteraron para nada; como si hubiera ocurrido un episodio más, casi normal, en su vida política. El principal diario del Belgrado, que solía vanagloriarse de sus posiciones democráticas comentó de manera muy sumaria, al día siguiente, el sangriento episodio, que había sucedido en una institución intrínsicamente democrática como era el parlamento: "El señor Radic trató de pelear contra el Estado, pero el Estado fue más fuerte". El cínico comentario es un típico rasgo balcánico: en la lucha por el poder, cualquier método, aún el más repugnante, es lícito, y ni siquiera es necesario taparlo o suavizarlo. Los poemas nacionales serbios reflejan fielmente este espíritu.

La vecindad con Serbia, con su secuela de dolores y de sangre, atrasó la independencia nacional croata; pero uno se pregunta si el relativamente corto episodio yugoslavo, de 70 años, no fue un paso necesario para que la Croacia milenaria se ubicara definitivamente en su lugar de nación libre entre las naciones libres de Occidente.

Conclusión

Bajo tantas circunstancias adversas parece un verdadero milagro que Croacia finalmente haya logrado liberarse y formar su estado independiente. Pero, aparte de la ayuda del cielo, que se evocaba en tantas ocasiones patrióticas croatas, hubo evidentemente factores de este mundo que ayudaron a vencer y que prevalecieron sobre todas las adversidades mencionadas en el texto precedente.

Señalaré los tres más importantes:

La contínua existencia del Parlamento Croata, el Sabor.

La asamblea de los nobles, bajo el nombre de Sabor, se conocía desde el tiempo de la llegada del pueblo croata a nuestra actual patria, hace unos 1400 años. Evidentemente ellos ya tenían un sentimiento de pertenencia mútua que se parecía a nuestro moderno patriotismo. Luego, al afirmarse el feudalismo como sistema prevaleciente en todos los estados europeos, el mismo proceso ocurrió también en Croacia; de los relativamente igualitarios poseedores de las tierras conquistadas, algunos adquirieron más bienes y se convirtieron en grandes señores feudales, introduciéndose también las demás reglas que en tal sistema regían. No hay pruebas, pero hay indicios de que en la gran contienda del siglo XI después de la muerte del último miembro de la dinastía Trpimirovic de origen croata, Pedro Svacic, fue el candidato de la antigua nobleza igualitaria. Los señores feudales del norte, ya imbuidos de las nuevas ideas, no tuvieron reparos en elegir para su rey a un extranjero (en este caso un húngaro) con tal de tener garantizados todos sus derechos y privilegios. Además, el candidato húngaro, Koloman, era sobrino del último Trpimirovic. De todos modos él firmó el conocido documento "Pacta conventa" de 1102 reconociendo a Croacia como un separado "país de la corona húngara", gobernado por el ban que actúa como representante del rey.

De cualquier modo, durante toda su existencia -sea en su forma antigua, en la feudal o en la burguesa, incluyendo el período de su desesperada lucha con los turcos- el Sabor, en todo momento necesario, evocaba la soberanía del Reino de Croacia. "Regnum regni non prescribit leges" (un reino no puede imponer leyes a otro reino) fue la famosa fórmula que invocaba el Sabor siempre que el parlamento húngaro trataba de introducir algún cambio en contra de los intereses de Croacia. De esta manera el Sabor no fue solamente defensor de los privilegiados de la nobleza, sino también importantísimo símbolo -símbolo vivo- de la identidad nacional croata.

Por primera vez en su historia la institución fue eliminada en el momento de la unión con Serbia en 1918. Pero al empezar, casi de inmediato, la lucha contra el centralismo impuesto por Belgrado, mi generación tiene vivos recuerdos que en los escritos, en las asambleas espontáneas o reunidas ad hoc, como también en las manifestaciones callejeras, las exigencias y los gritos que se escuchaban después de: "Libertad, libertad" siempre fueron: "­Sabor, Sabor!".

Efectivamente el Sabor croata, como testigo milenario de la nación, fue, por su mera existencia, un faro dentro de la confusión del "mundo eslavo" o las pretenciones de afuera.

El sentimiento de pertenencia a Occidente.

Este sentimiento está profundamente enraizado en el pueblo croata. Unía espiritualmente a los croatas del norte panónico, con los de las montañas dináricas y los del sur adriático; o sea los tres grupos cuyas diferencias culturales y psicológicas que actuaban a veces en dirección centrifugal. Pero el sentimiento común de pertenencia al Occidente producía la necesaria homogenización del país resquebrajado y dividido en dos, tres zonas.

Todos los visitantes de Croacia, científicos o periodistas extranjeros, observan el categórico rechazo de toda la población si tratan de clasificarlos, a ellos o a su país, como "balcánicos". Es el fuerte sentimiento que ignoraban los confundidos visionarios de la "hermandad eslava" desde el siglo XIX, pero que irrumpió con todas sus fuerzas después de la desafortunada unión con Serbia.

Eslovenia, nuestra vecina del oeste, de habla eslava, comparte y compartía este sentimiento. Tal vez sin querer lo atestiguó, nada menos que el conocido escritor serbio y ex presidente de la nueva República Yugoslava, D. Cosic. El comentó, hace algunos años, que siendo todavía miembro del Comité Central del partido comunista yugoslavo el destacado líder comunista esloveno, Eduardo Kardelj, le había confiado en una oportunidad: "Cuando desaparezcan las fronteras nacionales de Europa, nosotros, los eslovenos, nos acercaremos, por nuestras afinidades culturales, a los austríacos y a los italianos mientras que ustedes, los serbios, se unirán a los griegos y a los búlgaros, a quienes pertenecen por su historia y cultura".

Evidentemente en aquel entonces el camarada Kardelj, creía que las fronteras estatales serían borradas por el comunismo. Pero de todas maneras sus palabras resultaron proféticas: el proceso que él había previsto empezó a realizarse delante de nuestros ojos; Eslovenia impacientemente espera su admisión a la Comunidad Europea, lo mismo que Croacia.

Esteban Radic, el presidenee del Partido de los Campesinos y el más importante político croata en la primera Yugoslavia (1918/1928, o sea hasta el año en que empezó la dictadura del rey Alejandro) ya desilusionado de sus "hermanos eslavos", escribe en el diario que llevaba en la cárcel, del día 6/4/1920, que la idea de la unidad nacional debe ser basada sobre la cultura y menciona el ejemplo de los suizos, que hablan el francés pero no quieren ser franceses. (El ejemplo de Suiza, además, demuestra cómo las mentalidades e intereses de los montañeses prevalecieron sobre sus tres idiomas, aún estando al lado de poderosos centros idiomáticos como Francia, Alemania e Italia). Parece que algo se rompía en el alma del Radic, el viejo eslavófilo, cuando al final de este día escribe: "Toda nuestra historia es un gran plebiscito en favor de la cultura occidental".

Este "plebiscito" fue, sin duda alguna, el segundo factor importente para la cohesión de Croacia.

En el texto anterior mencioné que las tierras despobladas al retirarse la marea turca habían sido pobladas por gente de diversos pueblos europeos: alemanes, checos, austríacos, etc. Su lealtad hacia su nueva patria, Croacia, e inclusive su croatización, muchas veces ya en la primera generación, se debe al mismo factor. Ellos venían del oeste y, viviendo en Croacia, estaban en el Occidente.

Distinta fue la situación de los ortodoxos. Siendo o no de origen valaco, por su pertenencia religiosa se sentían atraídos por Bizancio y, luego, por Moscú, la "Tercera Roma". Este sentimiento los diferenciaba profundamente de la población croata y está en la raíz de los terribles problemas que trajo la unión yugoslava al pretender unir los dos mundos. Varios analistas políticos consideran que la famosa ruptura con la Unión Soviética (1948), que tanta ventaja material y publicidad favorable dió a Yugoslavia, se pudo producir solamente por estar al frente del partido comunista el croata Tito. Un serbio, por más comunista e internacionalista, nunca hubiera podido oponerse a la "Madre Rusia", sentimiento de lealtad que tiene inculcado desde la cuna.

Al hablar de la importancia de la cultura que por supuesto incluye la religión, creo útil mencionar, en pocas líneas, otro fenómeno que se dio en Bosnia respecto a la población que, hace más de cuatro siglos, se había convertido al mahometanismo. Al ser Bosnia nuevamente unida con Occidente (militarmente en 1878 y políticamente en 1908), ya en plena época del nacionalismo, los intelectuales y los políticos musulmanes se consideraban de nacionalidad croata, e inclusive, enfatizaban sus deseos de pertenecer a Occidente.

Al formarse en 1918 el Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, 24 diputados musulmanes fueron elegidos para la Asamblea constitucional. Veintitrés de ellos se declararon croatas, y uno, serbio. Ahora bien, los representantes políticos en aquel momento pertenecían a la clase alta, mayormente a la nobleza, los "begs", que históricamente procedían de la aristocracia croata católica. En cuanto a cuestiones religiosas eran tolerantes y, algunos, indiferentes.

Distintas fueron las capas sociales más bajas que se adherían fuertemente a su religión y que, al subir, con el tiempo, socialmente y políticamente, empezaron a dar su sello a toda la población musulmana. A pesar de sus facciones de origen norte-europeo - mucho más que los búlgaros o serbios- siguiendo su religión se sentían atraídos a los países islámicos; especialmente cuando ellos fueron los únicos en darles ayuda y sostén en la terrible desgracia de esta última guerra.

Ahora están en una situación sui generis, inexistente en cualquier otro lugar del mundo: de ser "croatas de fe musulmana" se convirtieron en "musulmanes" a secas, en "Musulmanes" con mayúscula (lo que debería significar nacionalidad) y ahora sus políticos les enseñaron que deben llamarse "bosniacos" que tampoco es una solución, ya que muchos son de Hercegovina, una provincia tan histórica como la misma Bosnia. Además, el mismo nombre se da a los croatas y serbios de Bosnia.

Esto demuestra el daño que produce el hecho de pertenecer, al mismo tiempo, a dos mundos marcadamente distintos: a uno, por su origen europeo; y al otro, por su religión oriental. Confío que, con el tiempo, reasumirán la posición prooccidental de sus estratos superiores y creo que su religión, por ser universalista, no representará ningún obstáculo. Pero una cosa es segura: todos nosotros debemos acompañar este proceso con simpatía, tratando de entender que no hay moldes fijos en la vida social y que no todo el mundo tiene que adoptar aquellos conceptos del nacionalismo que se establecieron en Europa durante los últimos dos, tres siglos.

Ante Starcevic

Como regla general creo que los grandes hombres de la historia son un producto de su tiempo. Sin embargo, estoy convencido de que el político y escritor croata del siglo pasado, Ante Starcevic, que con derecho lleva el título de "padre de la Patria", pertenece a los pocos que, influyendo fuertemente en la formación de la corriente política, lograron cambiar su rumbo. Visualizo a Starcevic como una roca surgida del lecho del río, que con su inmovilidad y constancia cambia la dirección del mismo.

Durante más de 50 años de acción política su prédica constante fue que los croatas no tienen que ceder derechos a los Habsburgo o a los húngaros, como tampoco hay que buscar apoyo de los otros pueblos que hablan idiomas eslavos. El glorioso pasado croata tiene que llenarlos de orgullo y darles fuerzas para vencer, ellos solos, las dificultades. De todos los "eslavos del sur" solamente los croatas son una nación en el verdadero sentido de la palabra: llegaron del norte y conquistaron su actual tierra bajo el nombre croata, el mismo que tenía en su territorio original, al norte de los Cárpatos.

Todos los demás pueblos de habla eslava en el sur de Europa recibieron sus nombres de acuerdo a las nuevas circunstancias: los eslovenos, por hablar un idioma eslavo al lado de sus vecinos de habla alemana; los bosníacos por vivir alrededor del río Bosnia; los macedonios por ocupar la antigua Macedonia; los serbios se llamaron al principio rasani por el río Rasa, sede de su dinastía medieval; y, finalmente, los búlgaros tienen el nombre de la tribu asiática que los había gobernado. Solamente los croatas impusieron su nombre a las viejas regiones: Panonia, Iliria, Dalmacia, Istria, etc.

Hoy día, estos argumentos podría parecernos un tanto candorosos pero en la época del "despertar nacional" cumplían el objetivo de Starcevic: hacer de Croacia el hogar de hombres libres y honestos, orgullosos de su origen.

Pero este "nacionalista", aparentemente tan pronunciado, no pretendía una expansión desmedida del territorio nacional. No tiene los rasgos del nacionalismo salvaje balcánico. Al contrario: en una oportunidad escribió que "no importa que Croacia tenga una hora de ancho y una de largo; lo esencial es que sea un libre hogar de gente feliz".

A los croatas que se arrodillan frente a los enemigos de Croacia los llamó despectivamente "slavo-serbi". Este término tiene reminiscencias a los "eslavos" y "serbios", pero él los usaba contra los croatas serviles. No había en él intolerancia nacional o religiosa. Su madre era de fe ortodoxa y, de sus dos sucesores, su sobrino y un croata de origen judío, él se inclinó hacia el último.

Sonó la restauración de la soberanía croata como una revolución ética: un patriotismo ético y elevado emancipará a la Nación por sí solo, ya que ni los Habsburgo, ni los húngaros u otros extranjeros, incluidos los de habla eslava, encontrarían en Croacia aliados o alguien que los obedeciera. Cuando los Habsburgo, después de las derrotas militares en Italia, se vieron obligados a reorganizar la Monarquía, convocaron al Sabor en Zagreb (1861) donde se discutió si a Croacia le convenía aliarse con Viena o establecer los viejos vínculos con Hungría (que en los tiempos del feudalismo funcionaron bastante bien).

Starcevic habló en el Sabor brillantemente, evocando las viejas glorias del Reino croata y la necesidad de renovarlas. Por lo tanto, no ir a Viena ni a Budapest. La felicidad del pueblo croata se logrará solamente en su estado independiente. El discurso fue recibido con entusismo: los diputados se levantaron de sus asientos para aplaudirlo, pero en la votación se buscó una solución realista: la mayoría opinó que más convenía revivir los vínculos con Hungría. Starcevic volvió a casa profundamente entristecido. Se dice que, a la mañana síguiente, amaneció completamente canoso.

Starcevic nunca llegó a casarse, pero tuvo una amante en la que pensaba día y noche y a la cual dedicó su vida entera: su patria, Croacia.

Si bien en el Sabor y en otras manifestaciones políticas, prevaleció lo que se llamó el "realismo" frente a la débil posición económica y cultural, a mediados del siglo XIX, la prédica de Starcevic fue imperecedera. Tanto los que creían en una alternativa, como también aquellos que creían en segundas o terceras, sabían que en cualquier caso habría que ir hacia una Croacia digna de su pasado o sea, ser dueña de su destino.

El más importante literato croata de las últimas décadas, Miroslav Krleza, de ideas izquierdistas pero antiestalinistas, que tuvo una enorme influencia en la juventud izquierdista croata entre las dos guerras mundiales, era un gran admirador de Starcevic, habiendo escrito bellísimas páginas sobre él. Esto, indudablemente, tuvo en efecto importante y perdurables en las mentes de sus discípulos, participantes en el régimen comunista.

Por esto, al cambiar el clima político en los países comunistas europeos, ellos se plegaron, de inmediato, a las demandas para la democratización y para la devolución de los derechos de Croacia. Esta actitud los acercó a la oposición silenciosa -más bien silenciada y encarcelada- como también a los croatas que por motivos políticos vivían en la diáspora. En relativamente poco tiempo, si bien con enormes sacrificios, estas fuerzas combinadas logran obtener los dos objetivos marcados por Starcevic: la democratización de la vida política y la restauración de su Estado independiente.

FRANCIA-CROACIA

CHRISTOPHE DOLBEAU, LYON (Segunda parte)

El capítulo anterior nos ha permitido evocar ciertos sucesos y personajes que han marcado en forma especial las relaciones entre Francia y Croacia en los planos diplomático y político. Este panorama rápido no estaría completo si omitiéramos interesarnos también por los temas culturales, es decir la literatura, las ciencias y las artes, tres dominios en los que hubo intercambios desde muy temprano...  La publicación del trabajo de Christophe Dolbeau finalizará en el próximo número.

En la Edad Media

Sabemos que los franceses y los croatas se encontraron por primera vez en ocasión del paso por Dalmacia de la Primera Cruzada (1096-1097)[10], y ese fue un encuentro exclusivamente con las armas en las manos. La venida, en 1202, de la Cuarta Cruzada no ha significado ningún progreso (pillaje de Zadar), y los cronistas (Villehardouin, Robert de Clari) los trovadores (Conon de Béthune, Gui de Couci) se han dedicado a informar sobre las hazañas guerreras. Nos es permitido con todo pensar que fue en el siglo XII que la influencia intelectual francesa comienza a hacerse sentir, por vía de los juglares ("joculatores") que recorrían Italia, y que se encuentran y tienen contactos con sus homólogos croatas[11], antes de proseguir sus viajes a las Cortes del interior de los Balcanes. Hay también gyrovagues que recorren toda Europa llevando con ellos un poco de la cultura de sus regiones de origen[12], y seguramente algunos eruditos a quienes el gusto de la aventura condujo a las costas del Adriático[13].

En el siglo XII, por ejemplo, los primeros sainetes franceses llegaron a las diócesis de Zagreb, traídos por eclesiásticos. Se trataba de representaciones litúrgicas destinadas a entretener y a edificar a los fieles, oficios religiosos dramatizados que se celebraban en los parvis atrios de las iglesias. Según los medievalistas, estas piezas de teatro probablemente fueron introducidas en Croacia por los benedictinos o los cistercienses que estaban de paso, como ese Tractus Stellae, representado en Epifanía, y que fue representado por primera vez en Roven bajo el título de Stellae Officium. Estos benedictinos son también quienes indujeron al clero croata a adoptar el rito litúrgico conocido como gorziensis, que fue introducido en Hungría a comienzos del siglo XI por el abate Ricard, un monje de la abadía de Gorze (cerca de Metz, en Moselle)[14].

Respecto de la misma época, ciertos especialistas evocan también la influencia, supuestamente más que demostrada, que habrían tenido los bogomilos de Bosnia sobre los cátaros del sudoeste de Francia y sobre los patarenos de Lombardía. En una carta de 1223, el legado pontificio Conrad d'Urach por ejemplo: ataca al obispo albiginense Barthélemy de Carcassonne y a los heréticos que habían reconocido como pontífice a "un herético que residía en el territorio de los búlgaros, en Croacia y Dalmacia"[15].

Originario de Sveti Petar u Zumi, en Istria, Hermann el Dálmata fue a estudiar a París, a comienzos del siglo XII. Fue notablemente uno de los primeros sabios croatas que fueron a Francia. Acompañó a Robert de Rétines en sus viajes y vivió un tiempo en España donde se familiarizó con la lengua árabe. Por pedido de Pedro el Venerable, abad de Cluny, contribuyó a la traducción del Corán[16] así como también de textos de Albousnassar y de las tablas astronómicas de Al-Khovaresmi. A él se debe también un Tractatus contra Mahometanos, un De Essentiis (1143) y una versión del Planisferio de Ptolomeo (Toulouse, 1143).

A partir de mediados del siglo XIII, la Sorbona pasa a ser un polo de atracción cultural y religioso que no deja indiferentes a los jóvenes clérigos croatas (dominicos y franciscanos). Los archivos de la venerable universidad revelan, en efecto, que muchos de ellos vienen a hacer sus estudios o a perfeccionar sus conocimientos [17]

Entre los más conocidos, citemos a Augustín Kaotic (dominico, futuro obispo de Zagreb y adversario de Charles-Robert d'Anjou, beatificado en 1702), Paulus Nicolai de Sclavonia (que querella durante diez años con la administración de su Colegio), Iohannis de Ragusio o Ivan Stojkovic (futuro cardenal, adversario de los Husitas y discípulos de Gerson, seguidor del antipapa Félix V, autor de un Tractatus de Ecclesia), Miho Dubrovcanin (Michel de Raguse), Juraj Dragisic (franciscano, futuro arzobispo, defensor de Pico de la Mirandola y de Savonarola)[18], Ludovik Crijevic Tubero (autor de Commentaria Suorum Temporum, Petar Gucetic Dragojevic (futuro obispo de Ston, apodado "doctor illyricus", Bonifacije de Stephanis Drkolica (franciscano, futuro delegado al Concilio de Trento), Tranquilleus Andronicus de Dalmacia, Michael Goergii de Traguario, Marcus et Benedictus de Syremio, Cosmas Symonis, etc. Algunos quedaban como profesores, como Benko Benkovic (monarcha scientiarum), Marijan Bondenalic o Georges d'Esclavonie.[19]

Además de estos estudiantes y de estos profesores que han probablemente contribuido a difundir la cultura francesa en su país, la historia recuerda también los nombres del arbobispo Ilija Saravic que había vivido en Avignon, que estaba ligado a Benedicto XII (Jacques Fournier) y que hablaba el provenzal, y también el del médico francés Garamond que ejerció en Dubrovnik (1322-25)[20]. Por otra parte, este período "Angevino" (1308-1382) vió desarrollarse una cierta forma de francofonía en Croacia: "Recuérdese, escribe Branko Franolic[21], que una suerte de idioma híbrido, llamado lingua francogallica o en forma abreviada gallica, era hablada por uno de los cuatro grupos linguísticos y étnicos que componían en esa época la población de Zagreb."

A pesar de la atracción de París para los intelectuales croatas, es la influencia italiana la que es la más importante del otro lado del Adriático. En primer lugar es la moda de los laudi y de las oraisons, de traducciones adaptadas de la Legenda Aurea de Jacques de Voragine o de tratados de moral como Fiore di Virtu de Tommaso Gozzadini. Poco a poco, empero, la gesta francesa arriba a Croacia. "Los croatas, subraya Deanovic[22], conocieron muy tempramente las chansons de geste y los novelas denominadas antique o courtois de la literatura francesa medieval, para adaptarlas a su propio idioma". Al lado de la Somme la Roi (1279), una compilación educativa de Frere Laurent (Laurent du Bois), confesor dominico de Philippe III el Atrevido, que conoció una cierta fama, los lectores croatas se apasionaron luego por el Roman de Troie, el ciclo de Guillaume au Court Nez, Beuve de Hantone[23] o los héroes del ciclo carolingio. Así, el personaje de Roland, transformado en Orlando, tuvo un gran éxito en Dubrovnik[24].

Muy apreciados en Dalmacia, estos textos y estos personajes se encuentran en el origen de la epopeya nacional croata: "Es muy posible, sugiere M. Deanovic[25], "que ese contacto con la literatura cavallaresca franco-italiana fuera la chispa que hiciera nacer las poesías originales y nacionales de los croatas y de los serbios, en las cuales ellos encontrarían las expresiones adecuadas de sus personalidades".

El renacimiento

En la segunda mitad del siglo XV, la personalidad más eminente fue sin duda aquella de Francesco da Laurana (hacia 1430 - hacia 1502), arquitecto, grabador y escultor dálmata que viene a trabajar a Provence, a la Corte del Bon Roi René. Instalado en Avignon, se casó con la hija del pintor Jean de la Barse. Francia conserva de él varias medallas (Charles IV de Anjou, el Rey René, Jeanne de Laval), el "yacente" de Jean de Cossa (Tarascon) y la tumba de Charles IV (Le Mans, 1475). Fue también Laurana quien decoró, con Tomaso Malvito, la capilla de San Lázaro de la iglesia de la Mayor (Marsella, 1477) y que realizó el retablo Portement de Croix de la Iglesia de San Didier en Aviñon.

No se conoce empero otros nombres de esa época ya que la mayoría de los hombres de letras y de los artistas parecen haber sido atraídos por Italia, donde el Renacimiento estaba en su apogeo, más que por Francia[26].

La imprenta, que conoció un progreso formidable, atrae a algunos artesanos croatas como Jacques Moderne (Iacobus Modernus de Pinguento), nativo de Buzet en Istria. que editó una cincuentena de partituras musicales en Lyon[27], y Dobric Dobricevic (Boninus de Boninis) de Dubrovnik, que viene, también él, a trabajar a esa misma ciudad de Lyon donde edita un Aesopus Moralisatus, varios Cantica y la Commedia del Divino.

Desde hace mucho tiempo, un cierto número de artesanos y de artistas franceses (como el maitre Jean de Vienne) aparecen en Croacia, y en el siglo XVI, las crónicas de Dubrovnik señalan la presencia en la ciudad de San Blas del músico francés Pierre Lambert (1556) así como la del médico Gaudence Muret (en 1584-86) cuya hija se casó con el poeta Oracije Maibradic en 1603.

En literatura, la moda de la época es la poesía macarrónica (Liompardi) y el petrarquismo del cual uno de sus chantres más hábiles, Dominko Ranjina (Ragnina), será traducido al francés por el famoso plagiario Philippe Desportes (1450-1606). Más importante todavía, la obra de Marko Marulic (1450-1525) la célebre De Institutione Bene Vivendi per Exempla Sanctorum (seis volúmenes y setenta capítulos), fue impresa en París en 1585 y en 1586. La obra entra en la Biblioteca Real, quizá también a Port- Royal, y obtiene una gran repercusión entre las elites francesas.[28]

También en el siglo XVI Francia toma posesión de un documento muy curioso, el Evangéliaire de Reims, del cual por lo menos una parte podría tener un origen croata. Ofrecido en 1574 a la catedral de Reims por Louis de Guise, Cardenal de Lorraine, que lo habría recibido como regalo del Patriarca de Constantinopla, este leccionario recibió el apelativo de "Texte du Sacre" debido a que varios reyes de Francia (Charles IX, Henri III, Louis XIII, Louis XIV) posaron sus manos sobre él para prestar juramento. Decorado con oro, piedras preciosas y reliquias[29], está compuesto de dos manuscritos distintos y autógrafos. Uno está en escritura cirílica y el otro en caracteres glagolíticos o ilirios.

La aclaración de esa segunda parte del libro provee algunas informaciones sobre su redacción: "El año del Señor de 1395, dice, estos Evangelios y Epístolas son escritos en idioma eslavo. Ellos deben ser cantados durante el año, mientras que el abad oficia pontificialmente. En cuanto a la primera parte de estos libros, según el rito ruténico; ella está escrita de la propia mano de San Procopio, abad. Y este texto ruténico fue ofrecido por el extinto Charles IV, emperador de los Romanos, a los eslavos de este monasterio y en honor de San Jerónimo y de San Procopio"[30].

Esto parece aclarar de forma satisfactoria el origen de la parte más antigua del leccionario que dataría por lo tanto del siglo XI, época en la que Procopio vivía en Bohemia[31]; en cuanto al texto glagolítico, quizá escrito a mano en la isla de Krk o en un monasterio checo, su redactor permanece anónimo, y es posible que haya sido a realizado por un escribiente croata[32].

Sabios croatas en París

En el paso entre los siglos XVI y XVII, aparece un científico extraordinario, Marin Getaldic o Ghetaldi (1566-1626) que permanece mucho tiempo en París para proseguir investigaciones en matemáticas al lado de Francois Viete. Alumno de Clavius y de Michel Coignet, Getaldic es amigo de Grinberg y de Anderson[33], y se carteaba frecuentemente con Galileo. Paralelamente a la edición de ciertos trabajos de Viete que a veces completa (en particular en Suplementum Apollinii Galli), publica varias obras que anuncian los descubrimientos de Descartes, Fermat y Desargues[34].

Apasionado de Apollonius de Perga, le consagra dos libros[35], pero su obra magna es el famoso De resolutione et compositione mathematica, una obra póstuma (1630) con la que se ubica como pionero de la aplicación del álgebra a la geometría.

Getaldic no fue el único sabio croata que vino a Francia o que mantuvo relaciones privilegiadas con los medios intelectuales franceses. Pionero de la disección y autor de De praxi medica (1696), el célebre médico Georges Baglivi (1668-1707), profesor del College de Sapience y médico personal del Papa adquirió, también él, una reputación tan grande que la Academia Francesa lo adopta como miembro de honor. Baglivi precedió en algunos lustros a su compatriota de Dubrovnik, Anselmo Banduri (1675- 1743) que se destaca en numismática antigua y entra en la Academia de Inscripciones y Medallas en 1715.

Recomendado por Cosme III de Medicis, gran duque de Toscana, a Mabillon y Montfaucon que lo reciben en 1702 en la abadía de Saint-Germain-des-Prés, Banduri comienza a suscitar el entusiasmo de sus protectores.

"Los bellos talentos de este religioso, escribe Montfaucon (18 de septiembre de 1712), son conocidos por todo el mundo... Y lo que tiene de mejor es que su dedicación al estudio no disminuye en nada su atención a los deberes de su estado, y que él marcha siempre a un paso igual en las ciencias y en las rutas que nuestra profesión les ha prescripto"[36].

Ayudado por Jean Boivin y Nicolas Clément, conservadores de la Biblioteca Real, publica diversos trabajos consagrados a Petrarca, Teodoro de Antioquía, San Atanasio o San Dalmacio. En 1705, publica un estudio remarcado sobre San Nicéforo (Conspectus operum Sancti Nicephori), preludio a su obra principal, el Imperium Orientale, cuyos dos volúmenes aparecen en 1711-1712. Protegido por la rica duquesa viuda de Orléans (Charlotte-Elisabeth de Baviera) y por su hijo de quién era confesor[37], cada vez más independiente de su orden y de sus primeros tutores, continúa sus investigaciones y publica todavía dos obras importantes, Biblioteca nummaria sive auctorum qui de re nummaria scripserunt y sobre todo Numismata Imperatorum Romanorum a Trajano Decio ad Paleologos Augustos (1718). A partir de entonces, y sin que se sepa por qué, Banduri no publica nada más; ya célebre, se contenta aparentemente en llevar una vida mundana y bastante disoluta que termina con enturbiar la relación con sus primeros amigos y con la jerarquía. "Los primeros años, se queja el padre Charles d'Issard (1° de mayo de 1719), él se conducía de manera bastante regular, pero después, su conducta fue muy diferente, de suerte que como él lleva nuestro hábito, nuestros superiores tuvieron la mortificación de recibir diversos reproches de aquellos que sufrían que uno de nuestros religiosos corra por toda la Corte y por la ciudad; y que nosotros no pongamos ningún orden. Desde hace un año o más, jamás lo vemos en nuestra iglesia. No asiste a ningún ejercicio regular. Nosotros no sabemos dónde dice la misa, ni dónde se confiesa. El está todo el tiempo con los seculares, come con ellos en contra de nuestra santa regla y los estatutos de nuestra Congregación. En otras palabras sólo tiene de religioso el hábito"[38].

Por escandalosos que hayan sido, esas travesuras no impiden que Dom Banduri sea designado anticuario y bibliotecario del joven duque Louis d'Orléans[39], ni de recibir hasta su muerte una buena pensión y vivir en Port-Royal.

Es claro que estos grandes embajadores de la cultura croata, por eminentes que hayan sido, no constituyen más que un sólo aspecto de una cooperación intelectual que se confirma y diversifica a lo largo de todo el siglo XVII. En efecto, si bien fue a Paris donde Gjuro Dubrovcanin viene a editar sus Epistolae Mathematicae (1680) es en Wiener-Neustadt y en una celda austríaca, que Fran Krsto Frankopan traduce el George Dandin de Molière, entre el 18 de abril de 1670 y el 30 de abril de 1671, fecha de su ejecución. (El original es de 1669). Si trabajó a partir del texto francés o de su traducción alemana, nadie lo podrá decir con certeza. No es imposible, en todo caso, que haya conocido la lengua francesa que ciertos hombres de la cultura croata comenzaban a practicar.[40]

Otras traducciones indican un aumento del interés croata por la literatura francesa; ellas nos son conocidas gracias a los catálogos de las bibliotecas.

En Dubrovnik por ejemplo: (donde los archivos califican a varios residentes extranjeros de "Gallus, habitator Ragusii") el catálogo de los franciscanos dan cuenta de un manuscrito intitulado Provodje od redovnica izvadjen iz djela S. Franceska od Sales, izgovoren iz jezika latinskoga po D. Mihu Pucicu, kanoniku, es decir La conducta de los religiosos, tomada de la obra de San Francisco de Sales, y traducido del latín por Miho Pucic, canónigo. Según Pavle Popovic, se trataría de una traduccion de la Introducción a la vida devota o del Coustumier et directoire pour les soeurs religioses de la visitation de Sainte Marie. Una versión completa, pero más tardía (1724), de la Introducción a la vida devota (Uvodjenje u zivot bogoljubni), figura también en el mismo catálogo, ésta se debe al padre Giancarlo de Angeli (1685- 1750), célebre traductor de Métastase.

"Francezarija"

Esta predilección por la cultura francesa se va a afirmar durante el curso del siglo XVII, y los catálogos de las bibliotecas nos proveen también aquí de información valiosa. En el catálogo de los jesuitas de Zagreb, inventariado en momentos de la disolución de la orden (1773), se encuentran obras de Corneille, de Moliere y del escritor de tragedias Nicolas Caussin.[41]

Se encuentra también una pieza de Nicolas Périn (1567-1638), Schola urbanitatis sive communis vitae inter homines morum elegantia (Zagreb, 1719), así como la traducción, impresa en croata (en Graz, 1778) del Lysimachus, una tragedia de Charles de la Rue (1643-1725) cuya première tuvo lugar en Caen en 1670.

En el otro extremo del país, en Dubrovnik, ciertos eruditos parecen ya conocer suficientemente el francés[42] como para emprender la traducción de obras francesas. Ese es el caso, por ejemplo, del jesuita Ivan Marija Matijasevic que extrae de los textos del obispo Joseph Languet de Gergy[43] para componer su Srce Jezusovo (1783). Tal es el caso igualmente de Juro Matijasevic (1670-1728), de Domenico Bianchi (1687-1723), de Frano Jero Bunic (1687-1749) o de Ignjacio Djurdjevic (1675-1757), todos miembros de la Academia de los Ociosos (Akademija Ispraznih), que encara la traducción de las Lettres de Guez de Balzac, de obras piadosas de Francois Nepveu[44] o las monografías del abate Prévost.

Buen conocedor de Pascal y traductor de Marc-Antoine Gigues, Djurdjevic termina él mismo, en nombre de la tradición italianizante, por revelarse contra esta moda francesa (la francesaria o francezaria) que invadía su ciudad al punto de subyugar totalmente a los hombres de letras...

Una de las manifestaciones más destacadas de esta francezaria reside indudablemente en la traducción y la adaptación de la mayoría de las obras de Molière por un pequeño grupo de hombres de letras de Dubrovnik. Se trata de un fenómeno único donde, como afirma Mirko Tomasovic, se dió "una comunicación excepcional entre dos literaturas distintas en los planos del idioma y de la tradición, y por el intermedio de un gigante de la comedia"[45].

Concretamente, son veintiséis textos de Poquelin que también son traducidos y adaptados para ser representados en el teatro de Orsan[46] por el pequeño grupo de teatro de Marin Tudisevic. Traductor principal, este último anima un equipo muy dinámico donde se destacan los nombres de Ivan Bunic Sarov, Jozo Betandic, Ivo Franatica Sorkocevic y Petar Boskovic. Extremadamente fecundos, estos jóvenes escritores no se contentan con imponer sus molijerade; algunos de entre ellos emprenden otros trabajos, como I.F. Sorkocevic y Bizarro que comienzan a traducir al italiano L'esprit des Lois y la tragedia Eryphile (Voltaire), o Petar Boskovic que encara la traducción al croata del Cid de Corneille. Miko Proto realiza, por su parte, la adaptación del Pathelin de Brueys y Palaprat[47]; croatizada bajo el título de Poksinokat, esta pieza fue presentada en escena en 1792 (el original francés data de 1756) y ella marca el fin de la dominación indisputada del teatro francés en Dubrovnik.

Paralelamente a esa profunda admiración por Moliere, el público de Dubrovnik testimonia una real curiosidad por las "ideas nuevas" que vienen de Francia.

Comentando ese período en una memoria de 1766[48], el cónsul de Francia, Alexandre Le Maire lo hace constar: "...los habitantes de Dubrovnik, escribe, hacen más caso de la literatura francesa que de ninguna otra; algunos aprenden el idioma para poder leer los libros franceses; (...) entre las mujeres, hay algunas que leen con agrado los buenos libros franceses e italianos, y que entienden pasablemente estas dos lenguas" [49].

En apoyo de esta observación, Mirko Deanovic señala hasta la existencia[50] (hacia 1755) de una librería francesa cuyo propietario llega a tener algunas complicaciones con las autoridades por haber difundido, sin autorización, las muy subversivas Lettres Juives del marqués Jean-Baptiste de Boyer d'Argens...

Rudjer Boskovic

En París, al mismo tiempo, es la asombrosa personalidad de Rudjer Josip Boskovic (1771-1787) que atrae la atención. Geómetra, matemático, especialista en hidráulica y astrónomo, este jesuita croata demuestra ser un fino diplomático, gran filósofo y hábil poeta. No contento con llevar adelante sus investigaciones, de poner a punto diversos instrumentos de precisión (micrómetro, telescopio) y de publicar varias decenas de obras técnicas, se consagra también a la redacción de su Philosophiae naturalis theoria redacta ad unicam legem virium in natura existentium que prefigura toda la ciencia atómica moderna y quizá la del siglo XXI, y cuya primera edición apareció en agosto de 1758[51].

"Algunas de las reflexiones de Boskovic, escribe Jacques Bergier[52], sobre las relaciones del espíritu y de la materia, sobre el tiempo, sobre los espacios paralelos y los otros tiempos, constituye el único caso conocido de superciencia más avanzada que la nuestra y al mismo tiempo descripta claramente con matemáticas bastantes simples". Fue Director de la Optica Militar de la Marina y miembro correspondiente de la Academia de Real de Ciencias, así como de las Academias de Lyon[53] y de Nancy. Boskovic se hace amigo de la mayor parte de los sabios de la época como Le Sueur, Jacquier, Clairaut, La Condamine, Nollet, Le Monnier, Buffon o Lalande.

Especialista conocedor de las cuestiones este-europeas y balcánicas, frecuenta también a los ministros Vergennes y Choiseul a quienes prodiga útiles consejos. Preocupados por el problema polaco, los medios gubernamentales comienzan por otra parte a interesarse de más en más en el mundo eslavo. El siglo XVII ha visto la aparición sucesiva de diversas relaciones de viajes (las de Lescalopier, Palerme, Jacques d'Angusse, Du Loir, Quiclet, y Poullet) que proveen ya algunos datos serios sobre los Balcanes; en 1717, el botánico Joseph Pitton de Tournefort[54] publicó un relato relativamente preciso de su pasaje por esas regiones, y en 1765, un miembro de la Academia de Inscripciones, el diplomático De Peyssonel [55] edita una Disertation sur l'origine de la langue sclavonne prétendue illyrique[56].

Todo esto resta empero demasiado superficial y más o menos fiable, y el gobierno francés probablemente estaba contento de beneficiarse de los consejos de un conocedor tan instruido como Boskovic. Esta situación acomoda muy bien al croata que aprovecha, de paso, para promover o defender los intereses de su pequeña patria Dubrovnik...

Tan afable como curioso, Boskovic fue recibido en los medios más diversos y a veces hasta en el seno de las sociedades más antagónicas. Del lado de los progresistas, se une en una sincera amistad con el fisiócrata Victor Riquetti de Mirabeau (1715-1789) y con el pintor Claude-Henri Watelet (1718-1786) con quien frecuenta asiduamente el "Moulin Joli".

En buenas relaciones con los enciclopedistas, sobre todo Diderot y d'Alembert[57] (nota 48) , no oculta empero su franca oposición a su ideología. De hecho, sus simpatías políticas y religiosas se vuelvan hacia los conservadores; próximo de la reina Marie y del delfín Louis (1729-1765) no oculta sus relaciones con el partido devoto y más particularmente con el cardenal Du Luynes y el arzobispo Malvin de Montazet, dos protectores de los jesuitas. No tiene por tanto nada de sorprendente que haya dedicado al rey Louis XVI, en 1779, su poema "Les Eclipses" cuyo traductor no fue otro que el muy reaccionario Augustin Barruel[58].

"Protector de las naciones más diversas grandes", escribe Boskovic, "tu no desdeñas el velar por los estados más pequeños".

Son estrechos, es cierto, los límites que encierran a mi patria. En el borde del Adriático, Dubrovnik no florece sino por sus riquezas y por la extensión de su comercio; su gloria se funda solamente en el genio de las ciencias y de las artes, en su nobleza antigua y en los derechos eternos de su libertad" [59].

Rudjer Boskovic no se acantona únicamente en los dominios de las ciencias, de la diplomacia y de la política, sino que da testimonio de un vivo interés por las letras. Mientras que vivía en Roma, en 1744, fue elegido miembro de la Academia de l'Arcadie donde ocupaba su sitial, bajo el seudónimo de Numerius Anigreus. Pasaba entonces por ser un gran conversador además de poeta brillante. Cuando fue a París, retoma con toda naturalidad su hábitos mundanos y literarios gracias una arcadiana amiga, Madame Marie-Anne Fiquet du Boccage[60], cuyo salón frecuentaba con regularidad. Se codea con Marivaux, Gibbon y Benjamín Franklin, los poetas Gentil- Barnard y Vittorio Alfieri así como los artistas Bouchardon, Van Loo y Vernet que eran todos habituales concurrentes al salón. También se lo verá mucho en lo de Madame de Marchais que mantenía, en Versailles, otro cenáculo de moda[61].

Eficaz y discreto intermediario entre Francia y Dubrovnik, Boskovic fue ciertamente el hombre que más contribuyó, antes de 1789, a una mejor comprehensión mutua entre los dos estados. Dotado de dones excepcionales, no es exagerado agregar también que encarnó durante medio siglo aquello que la inteligencia croata podía ofrecer de mejor a Europa.

LA EVOLUCION DE LA CULTURA Y DE LA LENGUA CROATA

Ksenija Bartl de Horvat, Caracas

Croacia es uno de los países más antiguo de la Europa civilizada y cristianizada. En el siglo IX, Croacia fue reconocida internacionalmente como un estado soberano y en el siglo X elevada al Reinado. Con el transcurso de lo tiempos, bajo determinadas circunstancias histórico-políticas, las diferentes regiones croatas estuvieron temporalmente bajo la jurisdicción política de otros países. Algunas partes del territorio estuvieron bajo el dominio Bizantino, Carolingio y Veneciano, asimismo en la unión personal con Hungría y Austria. También fueron ocupadas algunas partes por Turquía, Francia, Inglaterra, Rusia, Italia y Serbia. El Reino de Croacia y Dalmacia existió desde el siglo X. A pesar de los ocasionales contratiempos históricos, perduró sin interrupción hasta el año 1918. Al terminar la I Guerra Mundial, perdió su individualidad constitucional cuando fue incorporado en el estado multinacional, desde 1929 llamado Yugoslavia.

Ante la constante amenaza del Imperio Bizantino, Venecia y Bulgaria, además de las esporádicas invasiones de las hordas nómadas, los dos reinados de aquella época, Croacia y Hungría, en el siglo XII acordaron la unión de los estados con el propósito de defenderse mejor. En base a un convenio recíproco, conocido en la historia como Pacta Conventa, formaron un Reino Asociado que implicaba el respeto a las instituciones y la identidad estatal, preservando los atributos político- jurídicos peculiares de cada uno. También en común solamente había la persona del rey húngaro-croata en una relación llamada Unión Personal.

Desde el siglo XV Croacia estuvo fragmentada. Dalmacia cayó bajo el dominio de Venecia. Bosnia, Hercegovina y una parte de Croacia estuvieron ocupadas por los otomanos. En el siglo XVI el trono húngaro-croata quedó vacante a causa de la agresión turca. Ante la situación alarmante, Hungría se asoció con Austria. Para fortalecer la defensa del país (1527), los croatas cerraron un pacto con Fernando de Habsburgo (1520-1564) bajo las mismas condiciones que habían prevalecido hasta entonces con Hungría, conservando su constitucionalidad.

Aunque habían sido aceptados ciertos detalles de la cultura latina y carolingia, el pueblo croata conservó su auténtica tradición. A pesar de la mayor o menor influencia extranjera, los croatas en todas sus tierras fueron capaces de preservar los elementos autóctonos de su cultura, como la lengua materna, las costumbres, la fe católica, asimismo la ordenación político administrativa de los terrritorios.

El idioma croata se desarrolló en base a la lengua paleoslava eclesiástica y la lengua coloquial, hablada por el pueblo. Los manuscritos bíblicos estaban redactados en la antigua lengua eslava y, los textos eran copiados por monjes de habla croata. Con el paso del tiempo, se hacían cada vez más parecidos al lenguaje vernáculo. Para que la gente entendiera mejor las escrituras, los que escribían usaban cada vez más palabras croatas. Asimismo, los traductores de los libros eclesiásticos, con propósito didáctico, introdujeron en las versiones traducidas el idioma hablado, de modo que en los escritos eclesiásticos y en la literatura prevaleció la lengua popular, en vez de la paleoeslava, en el siglo XV. Este fenómeno apenas ocurrió en Serbia en el siglo XIX. Por el otro lado, conforme al contexto medieval del Occidente europeo, lo eruditos croatas escribían sus obras en latín. Desde el siglo XV, aunque usaban latin como el idioma oficial, científico y diplomático, los escritores prefirieron redactar sus obras y en la lengua autóctona, usando en su mayoría la grafía latina. La imprenta, que llegó a Croacia, en el mismo siglo cuando Gutenberg (1400-1468) la hubiera inventado, favoreció la difusión de la información, la cultura y la enseñanza del pueblo, reemplazando los manuscritos. De modo, que se hizo importante ordenar y modernizar el idioma literario.

A pesar de la grave situación histórica suscitada por la invasión turca en lo siglos XVI y XVII, la evolución cultural, no se estancó. Croacia, un país centro- europeo, siempre ha marchado en consonancia cultural con los países de Europa Occidental, participando activamente en el desarrollo cultural del continente. La cercanía de Croacia con la Península Itálica, condicionó la influencia latina. La corriente cultural europea del Renacimiento (siglos XV- XVIII), que se inició en las repúblicas italianas, se propagó por aquellas regiones croatas donde no había peligro directo de invasión otomana. En la época del florecimiento de la literatura inspirada en la tradición grecolatina clásica. Se consolidaron las bases espirituales dominantes en la Edad Media. El nuevo concepto de la personalidad creadora penetró en la conciencia humana. Las semillas renacentistas incitaron con fervor la potencialidad y la eficacia del ingenio croata, de modo que la literatura de los siglos XVI y XVII brilló con luz propia. Primero fueron los escritores del litoral dálmata y la República croata de Dubrovnik.

Por un lado el humanismo renacentista había estimulado el uso de las lenguas autóctonas, por el otro, había impulsado el cultivo del latín clásico. Bajo la influencia del ambiente renacentista resurgió la terminología greco-latina. El antiguo reino de Croacia fue designado como Iliricum a base de la declaración de la Sagrada Rota Romana (1854-1654). Johanes Blaue incluyó en su Atlas Mayor (Amsterdam 1660) el mapa geográfico- histórico elaborado por Ivan Lucic, Licius (1604-1679) bajo el nombre de Iliricum Actual (Illyricum Hodiernum), que abarcaba todas las tierras croatas.

La renovación católica (contrarreforma), en su afán de adaptar la Iglesia Católica a los tiempos modernos, produjo muchos oradores, predicadores y escritores en todo el territorio croata. La cultura y el libro también llegaron a las comarcas bajo el dominio turco, gracias a la ardua y arriesgada labor de los sacerdotes franciscanos. Los siglos XVI y XVII fueron notables por las compilaciones de canciones, cuentos y otros tesoros ingeniados por el pueblo, transmitidos hasta entonces por vía oral o escrita por los autores anónimos. También proliferaron las gramáticas y los diccionarios para enriquecer y ordenar la lengua vernácula. Fausto Vrancic (1595) editó un diccionario de cinco idiomas europeos, incluyendo el croata. Bartul Kasic (1575-1678), el iniciador de la estandarización del idioma redactó la gramática de la lengua croata (1604). Simultáneamente, se editaron textos de literatura histórica. Se establecieron escuelas secundarias y la Universidad croata de Zagreb.

Pavao Riter Vitezovic (1652-1713), poeta, cronista e historiador, allanó el camino para el moderno pensamiento nacional. Sus escritos influyeron sobre la posterior evolución de la cultura y de la política. En su obra Croacia Rediviva (Zagreb 1700) expuso sus ideas sobre una unida y renovada patria, explicando su visión sobre la integración, nacional mediante la unificación de todas las tierras croatas. Reformó la ortografía usando signos diacríticos para imprimir y dar a cada letra un valor fonético específico. Su gran deseo fue alfabetizar a todos los estratos sociales para que los libros penetraran hasta todas las aldeas croatas. Desde los tiempos de este ilustre estudioso se ha enseñado la historia nacional en las escuelas croatas. Hubo escritores que anotaron, mediante palabras sencillas, conocimientos destinados a la gente común para difundir la cultura entre el vulgo. Filip Grabovac (1697-1749) escribió "La flor de la plática" para el pueblo de lengua ilírica o croata. En su obra sublime en versos La agradable conversación del pueblo eslovino, Andrija Kacic Miosic (1704- 1760) escribió sobre la historia croata. La redactó con el propósito de que la leyeran los pobres, los campesinos y los pastores, convirtiéndose en el libro más leído.

En el siglo XVIII fueron desplazados los estudios de las obras de la antiguedad por el descubrimiento del poder de la razón y de la capacidad crítica del hombre. Eran los tiempos del racionalismo, del respeto a la enseñanza, asimismo de los nuevos métodos de la investigación científica y del desarrollo de las ciencias. La ilustración, como corriente cultural, causó la eclosión de la nueva mentalidad, cambiando la concepción del mundo. La época coincidió con la reconquista de los territorios ocupados por los turcos, la renovación y la reconstrucción del país. En Croacia el horizonte intelectual de la época no se había encerrado en la exposición doctrinal, sino que los avances científicos técnicos económicos y mercantiles fueron empleados en la práctica, en el trabajo mismo. La economía tuvo un empuje fuerte. Las innovaciones introducidas aceleraron la reconstrucción del país, mejoraron la vida en el campo, modernizacion la manufactura, la industria y el comercio. Croacia lacerada por causas bélicas se recuperaba.

Políticamente fue el siglo del Despotismo Ilustrado, el que tocó a Croacia durante el gobierno de María Teresa (1717-1780). La emperatriz instituyó un Consejo de Estado para fortalecer el gobierno central. En el 1779 transfirió los asuntos croatas al Consejo del Estado húngaro, lo que aumentó la influencia húngara. José II de Habsburgo (1741-1790) agrietó la integridad territorial de Croacia con una nueva organización administrativo- política. De acuerdo a la tónica de la centuria dieciocheava, implantó el absolutismo y centralizó el poder. Aplicó una serie de cambios con el deseo de transformar la monarquía en un paraíso de la razón. Decretó el alemán como el idioma oficial en Croacia, dispuso muchas reformas, algunas beneficiosas, pero fueron ordenadas apresuradamente, sin tomar en cuenta los tratados acordados con los pueblos. En los últimos años de su vida derrogó algunos edictos y permitió a Croacia seguir con su antiguo sistema distrital. Al morir el monarca, los croatas se enfrentaron a la amenaza de la hungarización. La nobleza húngara, que aplicó con asiduidad todos los signos de la nacionalidad, no tuvo tolerancia con otros pueblos. Exigieron que el idioma húngaro fuera el oficial en Croacia. Empezaron los ataques a la soberanía política y la integridad territorial croata.

Durante las guerras napoleónicas, tras el triunfo francés en Austerlitz, según el tratado de Bratislava (Presburgo) (1805), la Grande Armée ocupó las tierras croatas que estuvieron bajo el dominio veneciano (Dalmacia, Istria, Islas de Kvarner y la Boca de Kotor). Por el convenio de Schornbrun (Viena 1800), el ejército napoleónico ocupó Eslovenia y los territorios croatas al sur del río Sava. Todos fueron anexados a Francia. El general Marmont instauró en las regiones ocupadas las provincias Iliricas (1809- 1813). Fue una maniobra política de Napoleón para tener el paso libre hasta la frontera de Turquía, su aliado en la posible conquista de Rusia y también por razones comerciales. En las provincias Ilíricas, Marmont aplicó el Code Napoléon, el más adelantado de Europa en aquella época. Los franceses estimularon el pensamiento moderno en las relaciones sociales y en los derechos individuales del hombre y de las empresas. Asimismo instigaron la idea sobre la conciencia nacional. Tras la derrota napoleónica en Rusia, las provincias Ilíricas dejaron de existir como entidad, retornando, Croacia septentrional a la Unión Personal con Austria y Hungría, Dalmacia a la administración directa de Viena, Bosnia y Hercegovina, que estuvieron bajo el poder turco (1463-1878), quedaron por decisión del Congreso de Berlín (1878), bajo la jurisdicción austrohúngara, siendo anexados a la monarquía en 1908.

Mientras tanto, en Croacia continúa la labor incansable sobre la regulación de la lengua autóctona como el vehículo natural de la expresión literaria. Maksimilian Vrhovac, obispo de Zagreb, estimuló la estandarización del idioma. Estableció la imprenta donde se editaron libros de arquología, medicina, agronomía, economía y literatura. Josip Kusevic (1830), juez superior, redactó la formulación del derecho político- administrativo de Croacia, - según el cual en Pacta Conventa se determinó la situación del Reino de Croacia como un estado asociado con Hungría - con la intención de que los representantes croatas tuvieran a mano argumentos para defenderse mejor en el parlamento húngaro.

Janko Draskovic (1832) publicó "La disertación", un programa político para unir todas las regiones de Croacia, en un solo estado, donde el idioma nacional fuera el croata. Expuso ideas sobre el desarrollo económico y la modificación del sistema social. Abundaron los escritos, cada uno desde la prisma personal de su autor proponiendo su proyecto, todos los basados en la visión identificada con la igualdad idiomática y la integración de todos los croatas sobre el territorio nacional unido en un sólo país.

La juventud universitaria, que absorbió las ideas del romanticismo, estaba formada por representantes de la naciente burguesía, el clero y la nobleza que se habían adaptado a los cambios sociales. Estos jóvenes se reunían en torno a la sobresaliente figura de Ljudevit Gaj. Juntos erigieron el Renacimiento Nacional Croata, primeramente llamado "El Movimiento Ilírico", usaron el nombre "Ilírico", porque, según datos de la época, los croatas y otros eslavos meridionales descendían del antiguo pueblo iirio. Gaj quiso congregar a todos con la idea de establecer una protección contra la germanización y hungarización. Sin embargo, otros eslavos del ser no aceptaron el movimiento. De modo que quedó como el "El renacimiento nacional croata". En corto tiempo, los renacentistas pusieron las bases para el desarrollo del pueblo moderno. La concordia y la unidad de los croatas fue el título de un poema escrito por Ljudevit Gaj y también fue el objetivo principal del Renacimiento Nacional Croata, el cual fue en su esencia una corriente cultural, que fue capaz de incitar la latente fuerza intelectual y creadora del ser nacional, que afloró con vigor.

La lengua croata tiene tres dialectos, determinados según detalles específicos que identifican y caracterizan a cada uno. De acuerdo al uso del pronombre interrogativo, el cual en castellano sería "qué" (en croata puede ser sto, kaj y ca). Conforme al empleo de dichas voces se designan los dialectos'. El stokaviano (sto) fue hablado en la gran parte del país, los renancentistas aceptaron el dialecto stokaviano para todas las regiones de Croacia, unificando la ortografía propuesta e introducida por Vitezovic (siglo XVII), más tarde mejorada por diferentes linguístas y escritores, perfeccionada y afirmada en el siglo XIX con la ortografía, escrita por Ljudevit Gaj. También existían tres escrituras: la latina croatizada usada actualmente y dos antiguas, la glagolítica y la bosancica, originadas en el alfabeto griego tesalónico, a base del cual Cirilo y Metodio, los envangelizadores de los pueblos eslavos, elaborado la escritura paleoslava.

Los escritores y linguísticas estaban determinando las pautas del nuevo stokaviano como dialecto literario en la mayor parte del territorio nacional croata y como resultado del desarrollo secular linguístico en base a una increíble cooperación intelectual. La pauta neostokaviana se estableció en el siglo XVIII como lengua literaria en todas las regiones croatas. La mayoría de los escritores habían aceptado el dialecto mencionado y la grafía latina en sus escritos. La evolución linguística corrió natural e incesante. la realización de la igualdad idiomática aconteció en base a la identidad y singularidad de la labor y el intelecto de las generaciones portadoras del desarrollo linguístico. Se cruzaban, conjugaban y armonizaban las opciones de las tres escuelas filológicas: en Zadar, Rijeka y Zagreb. Las cualidades logradas fueron la limpieza linguística, las reformas ortográficas, también la integración de las nuevas palabras referentes al léxico contemporáneo, o sea todo lo que exigía la realidad moderna. La lengua había evolucionado adecuándose al tiempo histórico, anterior al siglo XIX. Otros dialectos tuvieron su desarrollo y tuvieron sus escritores regionales en todos los tiempos y, hasta hoy en día, cultivan la literatura regional con mucho cariño y mucho éxito. La mayoría aceptó el dialecto neostokaviano. Gaj y sus colaboradores lo eligieron, lo mejoraron y lo afirmaron como el idioma literario de todos los croatas. La lengua moderna siguió enriqueciéndose y evolucionando.

En el siglo XIX, al retirarse los otomanos de los territorios ocupados, para los serbios había terminado la pesadilla multisecular. La forma de pensar y la cultura de la mayor parte del pueblo se había detenido en el siglo XIV. El país había sufrido un largo apagón cultural. Al desprenderse del yugo otomano, sin conocer la dinámica de los cambios culturales y políticos del resto del mundo, los serbios no entendieron, que el ambiente que los rodeaba en el momento histórico cuando fueron víctimas de la conquista turca, había cambiado y pasado a la historia. Lamentable fue, que los serbios estuviesen bajo la dominación otomana, mientras que el Occidente europeo era atravesado por las corrientes culturales del Renacimiento y del Humanismo, de la Ilustración y del Racionalismo. Inusitado e incorrecto, fue que el reformador del alfabeto serbio, Vuk S. Karazdic (1787-1864), en 1849 enunció el carácter panserbio de la expresión verbal del dialecto stokaviano. El citado dialecto fue común a los croatas y a los bosnios y parecido a la lengua hablada por algunos serbios y montenegrinos. Desde 1813 Karadic vivió en el extranjero. Había viajado por los países croatas, donde pudo conocer y valorar los adelantos literarios, como también enterarse de la existencia de la copiosa literatura croata, escrita en dialecto stokaviano desde el siglo XV. Asimismo pudo darse cuenta de la incansable labor de los especialistas croatas para estandarizar su idioma. Lo que Vitezovic publicó en el siglo XVII, reformando la ortografía del idioma croata, Karadic vino a aplicar sólo a mediados del siglo XIX, al antiguo alfabeto eslavo, transformándolo en el cirílico que todavía se usa en Serbia como la escritura oficial.

Durante la corriente cultural "El Renacimiento Nacional Croata" se inició la época contemporánea de las artes y de las ciencias. Los escritores consideraron como su deber patriótico escribir para que la palabra viva penetrara en todas las regiones. Sus plumas refrescaron el abatido ánimo de la gente. El movimiento, a través de trabajos compartidos, acerca la nobleza a la emergente burguesía. Enalteció la libertad y la confianza en el futuro, estructurando el moderno nacionalismo. Todas las expresiones tuvieron un gran valor para la moderna evolución de la cultura. Lamentablemente no llegó a todas las aldeas, donde en algunas había pobreza e ignorancia. Sin embargo, había alcanzado las ciudades a lo largo y ancho del territorio nacional.

En armonía con las posturas fundamentales del Romanticismo en el siglo XIX, brotó el "Movimiento Nacional Croata", que estaba germinando durante siglos. Ejerció la plena responsabilidad histórica en el momento de la amenaza de la germanización y hungarización. Fueron años cargados de emociones y de solidaridad de una generación, con capacidad de defender el uso del idioma nacional y la soberanía de su país. Decidieron luchar cívicamente en el campo cultural. La conciencia nacional se tradujo en una pasión sin precedente. El entusiasmo nacional se manifestó en la fundación del periodismo moderno, en los escritos, las canciones patrióticas, los actos culturales. También en la construcción de escuelas, casas de cultura, teatros, bibliotecas, la cartografía y otros establecimientos que hasta el tiempo actual, han sido fieles custodios de las evidencias que argumentaban los hechos históricos y la tradición cultural de una Nación. Los líderes y el pueblo frente a la ambición húngara hicieron valer la ansiedad que, estuvo latente durante siglos dentro del ser croata. Al sonido de la alarma, en el momento crítico, afloró de la memoria colectiva una fuerza defensora en toda su grandeza, al sentirse amenazados los más altos valores identificadores de la Nación.

Sin embargo, "El Renacimiento Nacional Croata" no trajo la libertad a los croatas. Tras el despertar y el entusiasmo, llegó la desilusión. Quedaron los sueños y la esperanza. Perduraron las obras del arte y las instituciones establecidas. Sobre todo quedaron los libros y la literatura, como las llamas que alumbraron durante un siglo y medio el camino correcto para logar la meta, hasta alcanzar la libertad anhelada lograda en 1991.

CROACIA EN LA XXII FERIA DEL LIBRO

MAJA LUKAC-STIER

Probablemente, el acontecimiento cultural argentino que mayor número de gente moviliza cada año, es la Feria del Libro - Del Autor al Lector. Realizada en el Centro Municipal de Exposiciones, en un predio de 22.700 m2 congrega expositores locales, del interior del país, importantes editoriales extranjeras, a los que se suman los stands de otros países representados por sus respectivas Embajadas, Cámaras de Comercio, Cámaras de Libro, Institutos de Cultura, etc. En la 22ª Exposición realizada en Buenos Aires, entre el 19 de abril y el 6 de mayo de 1996, Croacia y su cultura también estuvieron presentes.

La Embajada de la República de Croacia, con los auspicios de sus respectivos Ministerios de Cultura y de Relaciones Exteriores, y el apoyo financiero de un numeroso grupo de sponsors locales, exhibió en su stand, alrededor de 300 títulos de las más importantes editoriales croatas. A esto se sumó, aunque en número mucho más reducido, libros de autores croatas publicados en la Argentina, así como revistas de cultura tales como Studia Croatica y El croata errante.

Del millón doscientas personas que los organizadores calculan que ingresaron a la Feria este año, aproximadamente un veinte por ciento visitó el stand croata interesándose en los libros de arte, en las excelentes ediciones que muestran los paisajes paradisíacos de la costa dálmata, así como los monumentos arquitectónicos de las ciudades capitales. El interés de los visitantes argentinos, o más bien, los no- croatas, se extendió asimismo a la guerra de agresión sufrida por Croacia, a su situación actual política, económica y cultural. Por su parte, un gran número de croatas y descendientes de croatas pululaban con avidez en búsqueda de diccionarios, gramáticas, cursos de idioma, e incluso traductores electrónicos. Los abuelos croatas buscaban literatura infantil para sus nietos argentinos. Muchos jóvenes cuyos abuelos o bisabuelos, ya muertos, habían llegado de aquellas tierras lejanas en búsqueda o del bienestar económico, o de una libertad cercenada por regímenes totalitarios, trataban de ubicar en los mapas las ciudades croatas en las que se hundían sus raíces, para muchos de ellos recién descubiertas.

Cada visitante del stand croata recibió un desplegable con informaciones básicas de interés general, una breve reseña histórica, una síntesis de la literatura croata y el programa de actos culturales que se desarrollarían a lo largo de la Feria. Precisamente, uno de los objetivos de la presencia de la Embajada de Croacia en esta exposición era la difusión de la cultura croata, dirigida preferentemente al público argentino, a través de investigadores, académicos, literatos, actores y bailarines, argentinos en su mayoría.

De este modo, al festejo del Día de Croacia (21/4/96), celebrado con melodías y danzas de Croacia interpretadas por los conjuntos Bosna, Jorgovan, Pobjeda, Proljece, Zrinski y el Coro Croata Jadran, se sumaron cinco actos culturales de la más variada índole. El primero fue una mesa redonda titulada: Los croatas en la ciencia argentina: Plantich, Benigar, Vucetich en la que participaron la Dra. Celina Lértora Mendoza, el Dr. Rodolfo Casamiquela, el Dr. Guillermo Ranea, destacados investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), coordinados por el Prof. Carlos Alemián.

El 30 de abril atrajo particularmente la atención de los amantes de Borges, pues, especialmente enviado por el Ministerio de Cultura de Croacia, mantuvo un vivaz diálogo con el maestro Bernardo Ezequiel Koremblit el Prof. Milivoj Telecan, de la Facultad de Filosofía y Letras de Zagreb, traductor y coordinador de las traducciones de las Obras Escogidas de Jorge Luis Borges al idioma croata. En un impecable castellano, con sencillez y simpatía Telecan comentó los problemas que tuvieron para "hacer hablar a Borges el croata" (sic). El auditorio que rebasaba la capacidad de la sala, integrado entre otros por profesores argentinos, especializados en literatura argentina, hispanoamericana, literatura comparada, etc., participó de modo entusiasta, mediante preguntas y acotaciones que demostraron una vez más como los valores universales trascienden las fronteras y relacionan a hombres y mujeres de la cultura más diversas.

Pero no todo fue mesa redonda o conferencia. En la Sala Juan Rulfo, el 1 de mayo, un grupo de actores de la Escuela de Teatro IFT, bajo la dirección de Eduardo Pavelic, realizaron una muestra de teatro croata contemporáneo, representando fragmentos de la obra Anno Domini 1573 de Tomislav Bakaric, traducida al castellano por Ana Blazekovic, en homenaje a Matija Gubec, paladín del pueblo croata en la lucha contra la injusticia social. La compenetración con los personajes, la excelente pronunciación de los actores argentinos, el vestuario logrado con trajes típicos originales, la escenografía realizada por Jadranka Relota y Magdi Vlaho, merecerían ser reiteradas en verdaderas salas teatrales. Cabe destacar que la música utilizada durante la representación pertenece a músicos croatas contemporáneos (Dubravko Detoni y Frane Parac).

Siguiendo con los espectáculos, el 6 de mayo el grupo Ranz, con la coreografía y dirección de Ricardo Ale y Nicolás Zoric, interpretó un programa de danza contemporánea denominada Vida, Amor y Muerte, sobre la base de música croata popular, épica, anónima, coral y clásica contemporánea (Srecko Bradic) que se combinó con el recitado de dos poemas, traducidos al castellano, de Jure Kastelan. En un fino trabajo interpretativo los bailarines supieron expresar, a través de un juego de movimientos armónicos, precisos, ajustados a un espacio bastante reducido, tanto el sentir popular como la fuerza, el dolor y la esperanza de un pueblo en permanente lucha por su libertad. La ovación de un público especializado dió cuenta de la calidad del espectáculo.

No podía faltar entre los actos culturales de una Feria de esta índole la presentación de un libro. En este caso se trató de una selección y traducción de poemas croatas realizada por Ana Blazekovic y compilada bajo el título de Poesía croata de ayer y de hoy. La presentación de esta valiosa obra, primera en su género en la Argentina, tuvo lugar el 4 de mayo, en el marco de una mesa redonda que congregó a la Dra. Branka Tanodi, al Dr. Carlos Pensa y a la citada traductora en torno al tema de las Artes y Letras en la diáspora croata.

Cabe destacar que tanto Poesía croata de ayer y de hoy, como el Estatuto de Poljica (traducción y comentarios del Dr. Bozidar Latkovic) contaron con la firma de sus respectivos autores en el stand de la República de Croacia. Es digna de mencionar la repercusión que, en cuanto a público, tuvo cada uno de estos actos, pues se desarrollaron a sala llena. No podemos dejar de señalar que el Día de Croacia superó todos los records, de acuerdo al informe de los organizadores de la Feria, ya que congregó a 600 personas en una sala con una capacidad de 500 butacas.

En todos los casos los asistentes quedaron gratamente sorprendidos al recibir un programa por cada acto, en el que, según los casos, se recogía una síntesis de las exposiciones y curriculum, de los expositores, o bien una reproducción gráfica del momento histórico, un extracto de alguna escena, un comentario especializado de algún artista, fruto todos ellos del esfuerzo y dedicación de Ivan Mate Kravic, coordinador de los actos culturales.

Finalmente, deseamos destacar la presencia, en cada uno de estos actos, de la Sra. Embajador de la República de Croacia, quien en cada ocasión agradeció personalmente a los participantes, recibiendo a su vez las más calurosas felicitaciones de parte de las autoridades de la Feria, así como de sus pares diplomáticos, por tan esforzado y exitoso emprendimiento.

BORGES EN CROACIA

MILIVOJ TELECAN Y BERNARDO EZEQUIEL KOREMBLIT

Breve reseña bio-bibliográfica de los participantes Milivoj Telecan: Nació el 18 de diciembre de 1940 en Split, Croacia. En 1964 se graduó en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Zagreb con especialización en lenguas romances. Realizó un post-grado (1965/66) en la Universidad de Chile, en Literatura hispanoamericana. Desde la creación de la cátedra de Estudios Hispánicos en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Zagreb, en 1968, se ha desempeñado como profesor de la misma.

Por otra parte, se ha dedicado a la traducción literaria de autores hispanoamericanos para diversas editoriales croatas. Principales títulos de autores hispanoamericanos traducidos y publicados en croata: M.A. Asturias, El Papa verde (Zeleni Papa), Zagreb, Naprijed, 1975. G.G. Márquez, El coronel no tiene quien le escriba (Pukovniku nema tko da pise), Zagreb, Znaje, 1978. G.G. Márquez, La mala hora (Zla kob), Zagreb, Mladost, 1979. J.L. Borges, Obras escogidas (Sabrana djela), I-VI tomos, Zagreb, GZR, 1985. A cargo de la redacción de la sección Prosa, tradujo los siguientes títulos: Historia universal de la infamia, T. II, págs. 7-62; Ficciones, T. II, págs. 133-229; El Aleph, T. III, págs. 9-46, 75-94; El informe Brodie, T. V, págs. 9-61; 25 de agosto y otros cuentos inéditos, T. VI, págs. 149-`164. G.G. Márquez, El otoño del patriarca (Patrijarhova jesen), Zagreb-Sarajevo, Globus-Prosvjeta-Svjetlost, 1985. En prensa: G.G. Márquez, Del amor y otros demonios (O ljubavi i drugin necistim silama), Zagreb, Mozaik Knjiga.

Traducción del croata al español: Predag Matvejevic, Mediteranski brevijar (Brevario mediterráneo), Anagrama, Barcelona, 1991.

Bernardo Ezequiel Koremblit: Escritor dedicado al ensayo, a la crítica y a temas de estética y filosofía. El humor es asimismo uno de los aspectos de su obra. Ha publicado entre otros libros: La torre de marfil y la política; Roman Rolland: humanismo, combate y soledad; Coherencia de la paradoja; Nicolás Olivari, poeta unicaule; Todas las que ella era: ensayo sobre Alejandro Pizarnik; El humor, una estética del desencanto. Ha recibido el Premio Nacional de Literatura, el Premio Municipal, el Premio Fondo Nacional de las Artes, los de la Fundación Argentina para la Poesía, Argentores, Konex (en 1985 y 1995) y Santa Clara de Asís.

Ha sido Director de Cultura de la Biblioteca Nacional, Director de la revista literaria Davar y Director de Cultura de la Sociedad Hebraica Argentina. Es miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo, de la que es Vicepresidente y de la Academia Nacional de Ciencias y Comunicaciones. En la actualidad, es Vicepresidente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores). Charla del doctor Milivoj Telecan sobre "Borges en Croacia" con introducción y comentarios del doctor Bernardo Ezequiel Koremblit, dada en la Feria del Libro el 30 de abril de 1996.

Introducción del Dr. Koremblit El acto de atribuirle a alguien gustos y preferencias no es un atrevimiento del que debemos cuidarnos demasiado si conocemos el temperamento, la fisonomía intelectual, los matices espirituales y las inclinaciones estéticas de quien señalamos sus preferencias y gustos. E inclusive abundando en su personalidad, sus filias y sus fobias. Por qué no, si nadie es tan opaco que no pueda ser atravesado en algún grado por la luz, del mismo modo que nadie es tan transparente que no oculte algo que no nos sea dado ver.

Así es el hombre desde que el Señor lo creó y más aún lo es si ese hombre, -que ya tiene bastante premio y castigo por serlo-, es además poeta, intelectual, artista. En mi modesta y humilde pero autorizada opinión puedo decir sin remordimiento que a Borges le habría complacido saber que en la Edad Media, época de la civilización cuyas costumbres no juzgaba muy civilizadas, -por lo menos algunas- Eslavonia, fuese el nombre de la actual Croacia y que la Croacia de hoy, el núcleo de la Croacia histórica, hubiese sido habitada en los antiguos tiempos por los panonios ilirios. Creo que no le habría parecido bien que ilirios y panonios fuesen vencidos el año 35 antes de Cristo por Octaviano que por tal afligente razón pasaran a constituir la provincia romana de Panonia.

Pero ya se sabe desde los prototiempos en que nuestros padres fueron expulsados del Edén que un derrotado nunca está del todo perdido tal como el victorioso no tiene mucho motivo para ufanarse demasiado de su triunfo.

Estas balbuceantes consideraciones en torno al siempre vivo Borges y al honorable cuan venerable pueblo croata, a cuyo idioma ha sido traducido por nuestro ilustre visitante, el doctor Milivoj Telecan, tiene por causa el deseo de mostrar que al creador de El General Quiroga va en coche al muere le interesaría la multihacedora Croacia, le importaría su lenguaje y lo haría feliz una realidad demostrada y probada en los libros, los suyos, traducidos por un humanista especializado en lenguas romances y profesor de la Facultad de Filosofía de la celebérrima Universidad de Zagreb, en la Cátedra de Estudios Hispánicos, quiero decir el Profesor Milivoj Telecan.

Creo que debo decir dos palabras sobre Jorge Luis Borges, aunque lo que nos interesa es escuchar al doctor Telecan y a la génesis, no digo también el apocalipsis porque sin duda sería una injusticia, de sus versiones al idioma de Quevedo de los títulos reveladores de su admirable facultad de traductor y su idoneidad en el difícil trabajo de volcar al croata Historia Universal de la Infamia, Ficciones, El Informe de Brode, 25 de agosto y otros cuentos inéditos, El Aleph, en Sabrana Djela esto es los seis tomos de Obras Escogidas.

Como un obrero romano y hasta como un galeote remando en las galeras de frases, metáforas, sustantivos, adjetivos y hallazgos de Borges, este específico humanista que es el Profesor Milivoj Telecan, brinda a los lectores croatas un universo literario prodigioso como es el del creador de Hombre de la Esquina Rosada.

Si he de decir las anunciadas dos palabras sobre este demiurgo poético y taumaturgo intelectual, comenzaré con evidente timidez por señalar, -para que no se diga que todas son loas esta tarde en este acto-, una objeción que podemos hacerle al Borges de las ponderaciones: Que haya quitado a la posteridad toda posibilidad de superación. Entre las muchas injusticias de la vida y la actividad literarias como la que padezco ahora, figura la de hablar de Borges en el reducido espacio de asténicos y despóticos minutos.

Hablar de él en síntesis, es hacerlo sin tesis.

Una, entre tantas y tantas particularidades, que son a un tiempo peculiaridades, es que hacia 1919, a sus fecundos y jocundos 20 años, con entusiasmos y acné, apareció en Madrid frecuentando el círculo de su maestro Rafael Cansinos Assens y por extensión y expansión, el ultraísmo, que capitaneaba el madrileño y del que el porteño era el más aventajado grumete.

Era simultáneamente ansioso lector del bonaerense Almafuerte, del norteamericano Witman, de los espesos anglosajones, de los expresionistas alemanes y de los eslavos, en particular el poeta Pushkin, no así el moralista Tolstoi ni el desesperado y abismal Dostoieski.

Quiero decir con este sucinto inventario, que Borges era lo menos nacionalista posible, y el anti-nacionalista por antonomasia, y en fin y en suma, era un ciudadano del mundo y en lo que tiene que ver con la literatura, participaba de la idea del fino y profundo Erasmo para quien el mundo entero es una patria común. Le interesaba una sola cosa: todo.

La deducción es muy fácil y es sencilla como una oración pero, como a una oración, honda y medulosa: que también le interesarían los croatas y Croacia y ahora le importaría mucho las versiones al croata idioma del doctor Milivoj Telecan.

No digo más sobre el imborrable poeta de Heráclito, del indagador de Espinosa y del mistagogo de El Brujo Invisible, porque ustedes han venido a escuchar al Profesor Telecan sobre sus imponderables trabajos sobre Borges y no a mí sobre el mismo autor, a quien no he traicionado, es cierto, pero tampoco he traducido.

Lo único que me he propuesto traducir en mi libro homeopático sobre Borges es su talento en ascuas y su sabiduría a prueba de todas las declinaciones.

Todos sentimos por él inmensa e indimensa gratitud y admiración y puesto que sentimos eso, agradezco al doctor Telecan y a ustedes que nos acompañen en el sentimiento.

Palabras de Milivoj Telecan

Agradezco al doctor Koremblit por sus amables palabras, agradezco también a la Embajada de Croacia que me mima desde el primer día -hoy me han hecho ver el Teatro Colón-, agradezco a la colectividad croata y admiro la labor que han hecho para montar ese stand de la Feria del Libro y agradezco indirectamente al Ministerio de Cultura de Croacia que me ha permitido, que me ha posibilitado este viaje a Buenos Aires, donde estoy prácticamente por primera vez.

Estoy un poco emocionado porque vuelvo a pisar la tierra americana después de treinta años, y sobre todo me gusta esta coyuntura, este juego de circunstancias de que yo esté en Buenos Aires porque hace dies y seis años más o menos empezó esa aventura que se llama seis tomos de la traducción de las Obras Escogidas de Jorge Luis Borges.

Ustedes deberán comprender que nosotros en Croacia -ahora un estado joven, tiene cinco años- antes formábamos parte de un estado que se llamaba Yugoslavia, que tenía como capital Belgrado donde si se traducia algún autor de importancia, se traducia allí, así que los serbios y los belgradenses siempre se llevaban los premios y los títulos, los grandes títulos de los autores mundiales así como de autores latinoamericanos. Pues nada, al principio de los años 80, una editorial en Zagreb que se llamaba -ya no existe- Graficki Zavod Hrvatski decidió editar las Obras Escogidas de Jorge Luis Borges, es decir las obras no escritas en colaboración.

¿Por qué Jorge Luis Borges? Claro, él es un valor nacional, es un monumento nacional, aquí se han escrito libros y libros sobre él, todo el mundo sabe, si no conoce su obra, sabe que él ha sido un gran escritor, pero allá, en los años 80 se sabía que un argentino, un gran argentino escribió muchas cosas, a pesar de que nosotros no teníamos prácticamente nada, o muy poco en croata de él.

Es verdad que en los años 60, en 1963, salió una traducción de sus Ficciones, en Belgrado, en la capital de la ex-Yugoslavia, Ficciones traducidas del francés, una mala traducción por lo demás, pero así fue como se difundió por primera vez una pequeña parte de la obra del gran autor.

Antes había algunos trabajos, algunas traducciones de poemas, en revistas, en la prensa, y en el año 1979 salió una pequeña antología hecha por Marko Grgic bajo el título "Poesía y otras inquisiciones".

En los años 60 incluso se hablaba de una generación de escritores jóvenes que habían adoptado, que habían tratado de seguir la estética de Borges, aunque de Borges prácticamente no conocían casi nada.

Son escritores jóvenes, ahora ya no son tan jóvenes, como Pavao Pavlicic - un colega mío, trabajamos juntos en la Facultad de Filosofía de la Universidad-, y él prácticamente todos los años publica una novela. Pero él pertenece a una generación, digamos de los años 60, que había empezado con la estética de lo fantástico a lo Borges. Luego otros como... no voy a decir demasiados nombres porque estos nombres no significan gran cosa para ustedes. El ya mencionado Marko Grgic, poeta, traductor y periodista. Luego Tonko Maroevic, un poeta, escritor y crítico de arte,... Así que ya tenemos una atmósfera para emprender una cosa de esta índole y justamente a principios de los años 80, un equipo de 10 conjurados casi, donde estaban los mencionados y donde en la empresa Albert Goldstein era uno de los redactores o directores y fue él quien nos convocó un día. Primero nos juntamos no sé donde, y nos dijo: Señores y señoras ya tenemos un proyecto: tenemos que hacer esto y esto otro, y ahora tenemos que ver quién lo va a hacer, porque no tienen ustedes que olvidar que el castellano en Croacia o en Zagreb, era y lo sigue siendo, prácticamente una lengua exótica. El castellano no tiene tradición en Croacia; muy poca gente sabe castellano, conoce el castellano. Algunos lo hablan, -la gente viaja pero son cosas muy superficiales- así que, como digo, además si algo se traducía de un autor hispanohablante se traducía en Belgrado. Todo el mundo, todas las editoriales, las agencias, se dirigían a la capital.

Pues nada, teníamos que reunir un equipo que pudiera y que supiera llevar a cabo esta ingente obra y empezamos a buscar los nombres. Habíamos juntado unos diez nombres - más o menos. Pero, ... porque que una persona lo haga es imposible, y ya cuando se encarga una obra de ese tipo a varias personas es... ya algo más peligroso pero, en fin, es lo único factible y cuando ya habíamos, digamos, seleccionado un equipo -como para un partido de futbol- me dijeron a mí que yo tenía que ser el que se iba a encargar de la redacción de todo el texto, de la prosa -no de la poesía- y yo dije: Pero señores ¿cómo se imaginan?, pero es un trabajo enorme!, yo no voy a poder, yo no sé, yo no conozco el ambiente argentino, porque yo hasta entonces no era un adepto y un conocedor demasiado grande de Borges, yo lo conocia como a los demas autores, yo era y sigo siendo un lector asiduo, pero no un lector empedernido de Borges, hay que decir la verdad.

Pero bueno, me convencieron, me encargué yo de eso, y empezaron a llegar las versiones, distintas versiones, unas buenas, otras menos buenas, unas malas, etcétera, y lo que yo voy tratar de exponer hoy es justamente esa aventura, no voy a hablar sobre Borges, no voy a hablar sobre la estética de Borges, porque hablar de Borges en Buenos Aires es como llevar cerveza a Munich, creo yo, yo voy a hablar de ese trabajo de minero que es el trabajo del traductor.

Es un trabajo de minero, y en ese trabajo se exigen modestia. Mucha modestia y mucha humildad.

Por lo tanto si trato ahora de volver, trato de recordar esos años 80, cuando nosotros los que estábamos tratando de hacer una traducción más o menos católica, no conocíamos... sí, una parte de la obra de Borges, de esa parte accesible, digamos internacional, la parte intertextual, que se puede detectar fácilmente, porque total si él habla de autores franceses, ingleses, norteamericanos o alemanes, que sean filósofos, que sean matemáticos que sean botánicos, no importa, son cosas que se pueden encontrar en distintos libros, distintos manuales y eso yo creo que entre los tres o cuatro principales conjurados lo hemos hecho.

Pero lo más dificil era descifrar las referencias argentinas. Lo referente al ambiente latinoamericano, luego argentino, porteño, es decir se estrechaba cada vez más el círculo a mitologías muy locales, y que yo estoy por primera vez en Buenos Aires ahora, que no conozco nada, claro, incluso si yo estuviera aquí diez años no podría decir que conozco a Buenos Aires, pero en aquella época yo no la conocía. Tenía una idea muy platónica de lo que era Buenos Aires para mí, como dice Borges: Buenos Aires era un ente platónico.

Yo sé que existe Buenos Aires, pero esas, como digo, mitologías locales y luego para no hablar de términos, -y ahora voy a hablar sobre eso,- que aparecen a lo largo de toda la obra, para mí eran cosas demasiado abstractas, muy abstractas es decir, que además de los problemas filológicos normales que tienen que ver con los dos idiomas. -el croata es uno de los idiomas eslavos como son el ruso, el polaco, el checo, el eslovaco- es un idioma que difiere mucho del castellano, que tiene declinaciones, no declinación, sino declinaciones, que declina por ejemplo, nombres propios. Nestor Ibarra tiene su genitivo: Nestora Ibarre. Imagínense un señor como Nestor Ibarra que se convierte en Nestora Ibarre, Nestoro Ibarri, Nestora Ibarru, ... medio raro.

Cada idioma, cada lengua, analiza el mundo referente de distinta manera. Nosotros en croata tenemos el vino negro y el café blanco, el vino negro quiere decir el vino tinto, y el café blanco es el café con leche. ... eso se llama un calco, es decir se transfiere directamente la forma pero no el contenido. Vino negro es una forma poética, es una forma de decir vino tinto.

Pero eso para ustedes tampoco es interesante porque no sabiendo, en general, algunos de ustedes según puedo ver, lo saben, pero el público argentino digamos, no conociendo el idioma, no se iba a interesar en esas cosas.

Ahora en cuanto a la parte filológica, morfológica, sintáctica, bueno todas esas cosas se encuentran en libros, en diccionarios, lo pudimos descifrar, pero otra cosa,... yo sé muy bien que existen términos como: mate, matear, mateo... pero son como unas caracolas que yo veo y no puedo reconocer el sentido, el contenido.

Mate y matear, es un rito casi en estos países, digo en Argentina y en el Uruguay. A propósito ayer estaba yo tomando un café en un sitio por ahí y pasa un joven elegante, así chupando su mate, por la calle. Esto en Europa sería totalmente inusual. Así que menos mal que yo hace treinta años estuve en Montevideo donde había podido ver un poco cómo se toma el mate, cómo se ceba el mate, ¿cebar el mate? para un europeo en general, un croata, no quiere decir nada luego hay distintos tipos de mate, mate amargo... mate tanto, mate cuanto, y por qué mate? me decian qué es mate? por qué se toma tanto mate?, y por qué tanta cantidad de mate. Estas cosas, ya que no son abstractas, las hemos podido descifrar.

Pero luego, cómo vamos a explicar en el texto, porque yo no sé cómo podemos darlos, términos como compadrito...

Son arquetipos en castellano. Cómo vamos descifrar y como vamos a representar términos como cajetilla, orillero ¿Qué cosa son las orillas? orillero... Incluso tango y milonga. Bueno tango es una cosa archiconocida sí, pero el tango no es una palabra común y corriente para un argentino. Detrás de "tango" hay toda una tradición, sentimientos, músicas, que para nosotros no quieren decir gran cosa. Y Borges en muchas partes habla de eso, -se refiere por lo menos-, incluso ha escrito sobre tango dando su opinión.

Ni hablemos de la poesía gauchesca ¿qué quiere decir ..., ¿qué es un gaucho? ¿cómo traducir los versos del Martín Fierro? Madre mía menos mal que... Claro yo no trabajo en una Universidad norteamericana que puedo decir al decano: mire señor, yo estoy traduciendo a Borges por favor deme dos meses de vacaciones y unos 10.000 dólares para investigar un poco el asunto. No; menos mal que tenía un libro de Francisco Castro Vocabulario y frases del Martín Fierro, una edición del año 1957.

No tenía las ediciones de Tiscornia, etc... Un título que tenía era el de Pedro Inchaustegui: Diccionario del Martín Fierro. Para ustedes imagino son cosas conocidas, normales, son repertorios que se utilizan incluso en escuelas pero para mí... Yo ni siguiera me acuerdo donde conseguí esos libros tan raros y luego, ¿qué más tenía? Ah, además de repertorios como: Diccionario de Americanismos, ahora no se llama así, ese libro se llama creo Diccionario del Español de América, una nueva edición, donde he podido encontrar varias cosas, y luego para no darles demasiada lata con las referencias, también tenía a mi disposición un Diccionario del Lenguaje Rioplatense.

Bueno, con eso, me defendía yo, tratando de desentrañar el sentido, siquiera parcial, de algunos términos, de algunos términos aislados. No hablemos de los giros, de modismos, de la sintaxis a veces muy complicada del autor, que con sus juegos, con sus ironías, con su selección de vocabulario trataba de obtener algún efecto. Porque en una novela que empieza más o menos... "Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche", usted se encuentra con una frase así y con la combinación "unánime noche", ¿qué quiere decir unánime noche? desde luego es una invención del autor. Para él la noche era unánime ¿cómo una noche puede ser unánime? y así...

Estos ejemplos yo creo que son decenas y decenas, y nosotros allí... digo nosotros, yo, en general. Porque esos problemas siempre estaban sobre mi conciencia. Me decía, bueno pues la noche unánime a ver que cosa yo no sé, no me acuerdo ahora justamente, se puede buscar, que cosa hemos tratado de encontrar.

Luego y para finalizar sobre este párrafo, ¿cómo traducir una expresión muy criolla del "pero che" -cuando se habla de una simetria, de una repetición historica cuando dice como, a la imagen de ese "Tu quoque, filii mihi", cuando matan a Cesar - pero che! pero che!. Indica una sorpresa: pero che! ... como se puede traducir "pero che" no se puede, no-se-puede, hay cosas que simplemente no se pueden traducir, por eso a veces tuvimos que interpretar.

No solamente tratar de hacer una traducción correcta sino de interpretar, de tratar de buscar una expresión que más o menos corresponda.

Supongo que en estos seis tomos, también habrá barbaridades. No supongo, estoy seguro. Estoy seguro, porque con la ignorancia de ciertas cosas, con la falta de manuales, con la falta de informadores, de experiencias concretas, yo creo que ciertas cosas hemos pasado. Simplemente no nos significaban nada.

Pero en fin, en ese sector del vocabulario general hemos hecho lo posible.

Yo en aquella epoca propuse al director de la editorial que al final del sexto tomo hiciéramos un índice, o un glosario de términos que no nos son familiares, como compadrito... y luego de otras cosas que simplemente requieren asteriscos y explicaciones, ... más o menos, de manera muy telegráfica que quieren decir. No lo hemos hecho. A lo mejor en una segunda edición, lo vamos a hacer. Otro problema, -porque esa labor nuestra era un sinnúmero de problemas-, como los mineros que trabajan todo el día, encuentran tambien muchísimos problemas, mucho material por delante, nosotros así teníamos el problema de la toponimia nacional, de la toponimia local, latinoamericana, hispanoamericana, argentina, porteña y luego la local.

Es decir, para nosotros, ¿qué significaba un término: el sur... el sur, ¿qué quiere decir el sur? el norte, este y oeste... de Buenos Aires. Para un porteño el sur es una palabra que evoca muchas cosas... "se fue pa'l sur"

Para mí "sur" quiere decir esto y lo otro y nosotros no teníamos a nadie que nos explicara qué quiere decir ese sur. Incluso una revista se llama Sur. ¿Por qué se llama Sur? Para nosotros era simplemente una parte del mundo.

O aparecen téminos como "esquinas". Esquinas, a cada rato, esquina, "en la esquina" y el famoso cuento "Hombre de la esquina rosada". Esquina sabemos más o menos qué es. Rosado, de color rosado. Pero `esquina rosada', cómo poner esquina rosada ... esquina verde, hasta el momento yo no sé exactamente, es decir simplemente en mi mente esa imagen no está grabada. Yo invito al distinguido público que luego me dé una explicación, que me dé la historia de ese término tan simple, sencillo como este. Acota BEK: La esquina rosada se usaba mucho en Buenos Aires, el Buenos Aires, la gran aldea, a comienzos del siglo, para los boliches, ¿sabe lo qué es boliche? los almacenes, los bares. En la puerta de esos bares que quedaban en los arrabales de la ciudad, el compadrito, el malevo, el guapo, se apoyaba contra la pared, que era rosada, porque se usaba pintarla de color rosado.

MT: Y por qué? BEK: Porque era la costumbre, pararse, poner el pie, la suela del zapato contra pared fumar un cigarrillo, era lo típico, el pañuelo al cuello, era el típico aspecto y el típico hábito del compadrito, y Hombre de la esquina rosada se llama el cuento. Es un personaje muy especial que Borges, no solamente lo describe, lo radiografia porque había esquinas rosadas en aquel entonces y él era un hombre de la esquina rosada. A usted le decían en aquel entonces, ahí va un hombre de la esquina rosada, era un guapo, malevo porque un profesor, un traductor no se iba a parar en la esquina rosada...

MT: ¿Pero por qué no?

BEK: No le puedo decir por qué no, le puedo decir porque sí. Por qué no, no se puede saber.

Continúa Milivoj Telecan: Esta mitología porteña para nosotros era una cosa inaccesible porque: "la esquina", tú buscas en el diccionario, la esquina quiere decir el cruce de dos calles: "nos encontramos en la esquina". Porque no olviden que desde ese punto tan distante, Europa, tan pequeño, nosotros estamos mirando a América como un todo.

Así que nosotros no nos concentramos exclusivamente sobre una esquina rosada de Buenos Aires, nos concentramos en un enorme territorio desde el Río Grande mexicano hasta la Antártida casi.

Un territorio donde se habla más o menos un castellano que todo el mundo entiende, pero...

Luego la toponimia de Buenos Aires. No sé de qué manera en aquella época me conseguí un plano de Buenos Aires para ver, porque la toponimia de Borges es a veces fantasiosa. Pero habla, menciona, barrios o topónimos que para él son tan conocidos que ni siquiera... Claro que no va a dar ninguna explicacion. Así menciona por ejemplo el topónimo "Once". Once ¿Once? ¿qué es? podría ser una plaza, podría ser la boca de un metro, podria ser una estación de trenes, yo no sé que cosa más.

Acota BEK: La estación de ferrocarril se llama desde siempre estación "Once de Septiembre" y quedó por antonomasia Once.

Continúa Milivoj Telecan: Por antonomasia, fíjese, para usted sí, está bien, para usted sí, Once es algo por antonomasia normal y lógico, pero para mí, Once... sin otra explicación, ¿qué es?, estación de ferrocarril, estación de buses, una plaza, estación de tranvia, ¿qué es? un término con tantos significados que, cómo lo traducimos?

BEK: Alrededor de la estación está el barrio de coreanos y judios que se llama Once de Septiembre.

Continúa Milivoj Telecan: Hace quince años yo no tenía un público así, yo no tenía a un Virgilio que me dijera: Si señor, Once es: a) barrio; b) estación de trenes; c) estación de tranvias; d) ...

BEK: A mí me parece que en Croacia se puede conseguir, supongo, una enciclopedia argentina.

MT: En aquel entonces no, ahora tal vez sí.

BEK: Porque usted busca en la Enciclopedia Argentina de Santillán "Once", le va a decir Once de Septiembre: da nacimiento y nombre a un barrio. Usted se entera de todo.

MT: Que Dios me perdone mi ignorancia, pero en aquella época, para nosotros, problemas de ese tipo eran inextricables, que no se podían descifrar. Yo incluso busqué "Once" en un plano y ví que tenía que ver con una plaza, con el metro, había una estación ahí. Pero que fuera tres o cuatro-cinco cosas a la vez, eso no podía explicar. Respecto de cotejar traducciones hechas a otros idiomas, es claro que lo hemos hecho. En general las traducciones que circulaban en Croacia y en Europa eran traducciones francesas, porque Borges hasta los años cincuenta prácticamente era un autor desconocido en Europa.

Entonces lo lanzaron en París. Ya un autor traducido al francés y en París está bien, se traduce a otros idiomas y empieza a ser, a adquirir fama mundial.

Pero las traducciones al inglés, al francés y al italiano a veces no nos ayudaban, sino al revés, cuando nosotros teníamos un problema enorme, ellos tenian tres, o decian cualquier cosa.

Así pues, nosotros eramos un equipo de conjurados que nos telefoneábamos a las dos de la mañana, a las tres de la mañana, alegres porque habíamos encontrado algo... Porque Borges como era un lector monstruoso, él leía a autores increíbles que ni siquiera, yo creo, en un convento se encuentran. Yo no sé dónde los encontraba, entonces nosotros, buscando en enciclopedias, recreando un universo, el de Borges. Así nos hemos pasado una parte del tiempo. Fue una creación alegre, diría yo. Era una alegría, era una investigación, una expansión. Pero a veces yo andaba medio deprimido, porque simplemente no podía entender, yo no entendía ciertas cosas. Claro, me refiero a términos o a locuciones sobre todo argentinas, a veces ni siquiera castellanas. Porque como Borges pulía mucho sus textos, entonces encontraba un adjetivo perverso, encontraba formulaciones y ...

Luego cuando habla de la llanura, de los gauchos, del mundo del gaucho, de la pampa, que dice él es una invención literaria ... el campo... la pampa... Yo nunca estaba seguro de una buena interpretación de sus palabras porque yo concretamente no nací en la llanura. Mi visión del mundo es del mar, es maritima. Yo nací en la costa dálmata, -yo creo mucha gente aquí presente conoce este ambiente- y cuando él -raras veces- habla del mar, ahí me encuentro a gusto, pero cuando habla del campo, de cuchillas orientales, del gaucho que como jinete..., a mí esas cosas... porque yo me dije: si yo fuera húngaro, o si fuera de la región de Eslavonia que es una llanura de ese tipo, ahí sí, esa experiencia, esa vivencia sería mucho más cercana. Pero puesto que no soy de Eslavonia, un jinete de Eslavonia, entonces traté de hacer lo posible. Bueno, yo creo que aquí podemos concluir. Podríamos seguir, pero siempre con esas cosas que nos preocupaban en aquella época y que yo traté de recrear en estos 15 minutos.

Muchas gracias por su atención.

Comentario del Dr. Koremblit

Yo creo que, por lo que lo que lo he escuchado el doctor Telecan, al doctor Telecan y a Borges, todo los une, y ni siquiera la literatura los separa y menos aún después de la impecable e implacable traducción, la versión en otro idioma que ha hecho de su obra. Ahora, cuando hay palabras que no puede traducir yo creo que hay que dejarlas..., si yo fuera traductor, las dejaría, si no se puede aclarar, hay que dejarlas en bastardilla, o entre comillas, porque en el texto, en prosa, -y en poesia ni qué hablar-, uno lee... no es su caso, no, pero lee una mala traducción de Baudelaire, y de Eliott, y de Rambout y de Dante, y se da cuenta que está mal traducido, pero advierte que es un gran poeta, por el contenido poético.

Yo creo que en un texto, una frase, un relato, un cuento de Borges, donde se diga cajetilla, y donde se diga compadrito el lector se va a dar cuenta que ese personaje es un compadrito o algo así, y se va a dar cuenta qué quiere decir un cajetilla por lo menos por aproximación. Como palabra suelta, cigarrillo, cajetilla, ya sabe lo que quiere decir. Pero donde se habla de un personaje y se lo describe, y se dice cómo es, y se dice cajetilla yo creo que se deduce, especialmente si se está traduciendo a un eminente escritor como era Borges.

Ahora yo le voy a decir al doctor Telecan para su satisfacción que el trabajo de traducción es como el del minero, como dijo él. Es descifrar, es encontrar problemas, es saber no desesperarse con una palabra como Once -parece que fuera mil, no once-, es una labor molesta, que exige humildad y esfuerzo, pero hay que ver que el minero suele encontrar piedras preciosas, en su investigación, en el medio de su molestia, siempre aparece una piedra preciosa.

Ahora, dijo el doctor Telecan que quizá, en fin, con toda modestia, la traducción no fuese muy católica. El quiso decir muy católica en el sentido no que aparecería según el diccionario. ¿que no es judía?, ¿que no es musulmana?, ¿que no es de los adventistas del Séptimo Día?

Bueno, le voy a decir que Borges era agnóstico. Absolutamente. Ahora, también el doctor Telecan dijo "un ente platonico". Sí es lo cierto, hay un ente platónico, pero el ente es socrático y Borges también lo era. Por otra parte, la expresión "unánime noche" o "noche unánime", podría ser un tanto inextricable pero unánime, es todo. Una noche absoluta. No tenía momentos del día esa noche. Claro, es una redundancia, porque una noche es una noche. Hay un sol de media noche, pero eso es querer saber demasiado. Lo entiendo muy bien al traductor. El quiere saber, y se desvela por saber qué es unánime noche, pero creo que si se esfuerza mucho, el cerebro se le puede subir a la cabeza.

Y en cuanto que entre colegas se despertaban a las dos-tres de la mañana por problemas casi insolubles de traducción, no tendría que aflijirse demasiado, porque así se cura el insomnio.

(Luego de nutridos aplausos para los dos conferencistas, el Dr. Milivoj Telecan leyó en croata un trozo de El Aleph).

EL OCASO DEL MITO GRANSERBIO

BORIS SIROKI[62], CARACAS

Transcurridos cinco trágicos años de la cruenta guerra que desvastó una parte de Croacia y casi la totalidad de Bosnia y Hercegovina, holocausto que ocasionó más de trescientos mil muertos, procedentes en su mayoría de la indefensa población civil. Esta horrenda cifra que incluye a miles de niños inocentes es un genocidio que se suma a las tres millones de personas desplazadas de sus hogares ancestrales. Son víctimas de la "limpieza étnica", de la agresión serbia.

Estos horrores están llegando a su fin junto con la anhelada esperanza de paz para estos heroicos países, gracias a la decidida aunque tardía acción diplomático-militar del gobierno de Washington.

Los crímenes contra la humanidad cometidos por los serbios, según la CIA en un 90%, hechos que vimos y leímos a diario a través de los medios de comunicación internacional, manipulada a veces en beneficio del verdugo balcánico, la "Verdad" demostrada ahora inequivocadamente, abochornaron durante tanto tiempo la conciencia del mundo civilizado. Sorprendido y avergonzado por dicho vandalismo, tal como lo afirmó valientemente en repetidas oportunidades el Papa Juan Pablo II, llamando a la reflexión y a la tolerancia, mensajes que lamentablemente no encontraron la receptividad de los serbios.

En el acuerdo celebrado en la base militar norteamericana de Dayton, (Ohio), el prepotente caudillo serbio Slobodan Milosevic, plenamente identificado como el promotor y principal responsable de dicha tragedia humana, tuvo que aceptar a regañadientes los términos de paz que evidentemente no satisfacieron todas sus pretensiones megalómanas de conformar una "Gran Serbia", sobre las ruinas de la desintegrada Yugoslavia marxista. Sin embargo, éste maquiavélico tiranuelo balcánico, logró parte de su objetivo: cruzar el río Drina, la milenaria frontera del Occidente y Serbia, apoderándose de los territorios históricos y étnicos croatas autoproclamando la "República Serbia de Bosnia". También queda pendiente la liberación de Baranja, Sriem occidental y Eslavonia oriental, comarcas croatas que siguen usurpadas por la minoritaria población rebelde serbia, cuestión que resultará difícil de resolver pacíficamente, debido principalmente a su cercanía con Serbia y al ímpetu de este país por expandirse hacia el Occidente de Europa.

Las condiciones evidentemente injustas para los croatas de dicho acuerdo, fueron ratificadas solemnemente el 14 de diciembre del año pasado en el Palacio del Eliseo (Francia) y su único mérito será haber terminado por lo menos con el salvajismo de las huestes serbias que se verán obligadas a respetar la intervención de la Fuerza Internacional de Interposición (IFOR) de la OTAN, ya que los serbios están acostumbrados tradicionalmente a obedecer al más poderoso. Solamente la Federación croata-bosnia que constantemente se pretende minar, provocando artificialmente conflictos insensatos entre algunas fracciones musulmanas y católicas bosnias, ambas de autóctono origen croata, así como la futura Confederación de este país con la democrática República de Croacia, serán los pilares fundamentales para garantizar una paz duradera y la prosperidad en dicha estratégica área geopolítica del sudeste europeo.

En varias oportunidades analizamos de manera objetiva en la prensa nacional, las causas y también las consecuencias nefastas de la obsesión fanática de Serbia por pretender desempeñar el papel de "Gendarme necesario" en los Balcanes, basada en el "mito granserbio", sepultado por los turcos en la batalla de Kosovo (1389), terrible derrota que éste pueblo paradógicamente celebra todavía como una gran victoria. Durante más de cuatro siglos de ocupación otomana, los serbios cultivaron dicho mito, que los impulsó a emprender aventuras peligrosas y sanguinarias cuando lograron su independencia (tratado de Berlin, 1878). El principal factor que inspiraba estas agresiones en las dos Guerras Balcánicas (1912 y 1913), durante la última gran conflagración mundial en el Estado Independiente de Croacia (1941/45) y la actual, nuevamente en tierra croata, fue la Iglesia ortodoxa nacional de Serbia, junto con la gobernante camarilla chauvinista de Belgrado, irrefutable realidad histórica que no admite dudas. Para alcanzar sus propósitos de expansión hacia el Occidente, Serbia a través de sus popes desarrolló en este último siglo una sistemática campaña proselitista entre la étnia valaca que profesa también la religión bizantino ortodoxa, y que durante la invasión turca en los Balcanes, pobló los enclaves en Bosnia y Croacia, logrando en buena parte convertida en "serbia", debido a que según los curas serbios, los católicos y los mulsumanes son croatas, mientras que los válacos por ser cristianos ortodoxos, deben ser serbios.

Esta gente, los valacos de origen africano, que durante tanto tiempo disfrutaban de la generosa hospitalidad y la protección del Reino de Croacia, se dejó engañar, desempeñando el papel siniestro de "quinta columna" de las aspiraciones neoimperialistas en ambas Yugoslavias, monárquica y comunista, y sobre todo en el conflicto sanguinario que acabamos de presenciar. Esta actitud equivocada, finalmente se volteó contra ellos mismos y sin duda alguna transcurrirá mucho tiempo para que logren sanarse las terribles heridas ocasionadas por su injustificable salvajismo. Los hechos vandálicos de saqueos y quemas de las propias viviendas, perpetrados por las hordas serbias en las zonas de Sarajevo, antes de que las mismas sean reintegradas a la jurisdicción legítima de la Federación de Bosnia, son una demostración más del primitivismo de esta minoría étnica.

¿Por qué la mayoría de los serbios actúan de la manera tan hostil en contra de todo lo que representa los valores perennes de la cultura occidental que ellos identifican en su vecina Croacia? En primer lugar, debido a la ya señalada obsesión de grandeza, mito que carece de toda base real, ya que este pueblo sigue siendo pequeño y primitivo, como resultado de las circunstancias históricas y en segundo lugar, la larga ocupación otomana, que no permitió a Serbia incorporarse oportunamente al proceso de desarrollo de la civilización europea. Esta coyuntura distorsionó desafortunadamente su identidad nacional, complejo del cual los serbios no logran librarse todavía. A su vez algunas potencias europeas aprovecharon dicha formación histórica negativa, para utilizar a Serbia como guardián de sus intereses en la cuenca danubiana, conscientes de las debilidades de este país, sin importarles su destino y menos aún el de sus víctimas, en primer lugar los croatas, que desde más de un milenio pertenecen a la órbita de la Europa Occidental.

El intento de "balcanizar a Croacia" a través del nefasto "proyecto yugoslavo", que en realidad no fue más que el proceso de la expansión serbia hacia el Occidente europeo, fracasó definitivamente. La República de Croacia acaba de demostrar una efectividad extraordinaria en el campo militar, frenando en unos pocos días a la soldadesca serbia, al liberar la llamada "krajina" y su capital Knin, sede de la dinastía nacional del Reino medieval croata. El Estado croata, de milenaria tradición democrática, forma parte integral de Europa Central y como tal del contexto de la civilización occidental, barrera que durante siglos logró frenar a los invasores del Oriente, incluyendo actuales pretensiones granserbias.

LOS CROATAS EN SERBIA - VIDA DE TERROR Y MIEDO

VESNA FABRIS-PERNUCIC

Según la estadística oficial de 1991, en Serbia vivían unos 250.000 croatas. Durante los cinco años de guerra fueron expulsados unos 45 mil, mientras que unos 6 mil emigraron a Croacia uniéndose a sus familias. La venganza tomada contra las publicaciones croatas después de las acciones militares "Relámpago" y "Tormenta", ejecutadas por el ejército croata en el año 1995, provocó la ida de otros 5 mil croatas, especialmente de la provincia autónoma de Vojvodina.

De acuerdo a la apreciación del Comité de Derechos Humanos de Helsinki, el terror y atemorización lo realizaban en Serbia los activistas de la llamada Renovación Popular Serbia, cuyo líder es Mirko Jovic-, junto con los radicales serbios de Seselj, quienes pedían abiertamente el linchamiento de los croatas. Los casos más drásticos de persecución ocurrieron en los pueblos de Slankamen y Banovci, ubicados a orillas del río Danubio. Si bien oficialmente autónomos, los croatas en Backa, Banat y Srijem carecen de organizaciones culturales y menos políticas. El único semanario croata sale en la capital provincial de Subotica, donde se encuentra la única institución cultural croata. En la administración está prohibida toda intervención a la población croata.

Nadie está perseguido por los asesinatos de los croatas en Vojvodina. Según los datos de DSHV, la única organización croata en Subotica, entre 1991 y 1995 fueron asesinados 5 croatas, 2 fueron secuestrados, 14 fueron ferozmente linchados, también se conocen cinco llamamientos abiertos al linchamiento, 36 ataques con bombas, seis incendios contra casas particulares, 24 ataques de destrucción contra objetos religiosos y culturales croatas, seis robos y ataques personales además de centenares de intentos de penetración en casas de familia.

Según el Comité de Helsinki, los asesinatos contra los croatas en Vojvodina nunca fueron investigados, notándose un total desinterés de la policía serbia para aclarar o impedir la persecución de la población. Allí se mencionan los asesinatos de Mijat Stefanec, de Hrtkovac, Nicolás y Agica Oskomic y Marija Tomic de Kukuljevci, Dusan Bicanic de Petrovaradin, Zivko Mitric de Srijemska Mitrovica y otros. El ejemplo típico de las consecuencias que provoca el terror y la persecución sistemática de la minoría croata se refleja en el caso de la pequeña población de Stanisici cerca del Sombor, de donde emigraron desde 1991, 87 familias croatas y últimamente 43 familias más.

Después de la reciente liberación de la parte de Croacia ocupada por las fuerzas rebeldes serbias, subió el número de los ataques contra la Iglesia Católica y sus sacerdotes, quienes siempre fueron objeto de persecución. Están asustando a los chicos croatas en los colegios y están atemorizando a los hombres más representativos. Según sigue el documento del Comité de Helsinki, los croatas no consiguen hacer ningún trámite en las oficinas oficiales. No les otorgan ni la ciudadanía varias veces solicitada.

Cada viaje que hacen a la vecina madre-patria Croacia provoca la persecución de las autoridades y terroristas puebleros serbios. Aquí no es excepción ni el mismo obispo de Subotica, de origen croata.

El status de los croatas en la nueva Yugoslavia no tiene el status de minoría, como sería lógico después de la disolución de la vieja Yugoslavia. Tampoco tiene el status de pueblo. En relación a este problema la ministra serbia Savovic respondió que "en realidad no tiene status ni de minoría, ni de pueblo". Pero aludió a la posibilidad de tenerlo una vez firmado el acuerdo de reconocimiento entre ambos estados.

El presidente de la Asociación croata de Subotica B. Tonkovic, hablando sobre la autonomía de Vojvodina, afirmó que allí no existe. Que es nominal solamente. Serbia centralizó todo, lo que siente la población de Vojvodina como una simple ocupación serbia. Por eso, se impone una redefinición, porque Vojvodina debe ser política y económicamente autónoma, según figura en la constitución. "Aquí se debe respetar la diferencia étnica y cultural de la gente que aquí viene", afirma el representante croata.

El mismo juntamente con el representante de la minoría húngara de Vojvodina, Sr. J. Kasz han preparado el nuevo plan de autonomía, que será presentado en Belgrado a fin de forzar una auténtica autonomía, que actualmente es tan sólo en teoría, ya que los serbios saben poco de democracia.

(Tradujo A. Turica de la revista Matica de febrero de 1996).

EL CARDENAL CROATA KUHARIC RECIBIO AL DR. AMIEL SHOMRONY

El arzobispo de Zagreb, cardenal Franjo Kuharic, recibió el 13 de abril 1996 al Dr. Amiel Shomrony, quien fuera durante la Segunda Guerra Mundial secretario del Gran Rabino de Zagreb (1941-1943).

El visitante dijo que este era su primer viaje a Zagreb bajo su verdadero nombre, destacando que "durante la Segunda Guerra Mundial existieron profundas relaciones entre la Comunidad Judía de Zagreb y el cardenal Aloisio Stepinac, quién durante ese período de guerra salvó a numerosos judíos, ortodoxos y otros fieles".

Este testigo viviente, quién fuera huésped frecuente del cardenal Stepinac, recordó que el "cardenal había arriesgado varias veces su vida salvando a los judíos (de los alemanes), y por eso mereció sin duda la medalla de los justos". Expresó que él mismo en dos oportunidades elevó su voz en el Yad Vashem para que el cardenal Stepinac reciba esa condecoración israelí.

Por su parte, el cardenal Kuharic le informó que "se encuentra en curso la beatificación de Aloisio Stepinac destacando que él siempre fue un hombre derecho y fiel a Dios".

Durante la visita del Dr. Shomrony al Museo Stepinac, el cardenal Kuharic confirmó a los presentes que "el señor Shomrony es un testigo directo sobre la actividad del cardenal Stepinac en el salvamiento de los judíos perseguidos por el nazismo".

El Dr. Amiel Shomrony al finalizar su visita a la sede del Arzobispado rezó ante la tumba del Cardenal Stepinac y visitó la redacción del semanario Glas Koncila (La Voz del Concilio).

DOMINGO ANDRES PIVCEVIC

El hombre que dio sus iniciales a una línea aérea

A sus 75 años, este magallánico está satisfecho de los logros alcanzados por la empresa regional Dap fundada por él.

Don Domingo Andrés Pivcevic es conocido en las oficinas de Aerovías Dap como "don Andrés padre". No por nada es uno de los fundadores de esta empresa regional. Y no por nada Dap significa "Domingo Andrés Pivcevic". Sin tener mucha relación con el aire -no es piloto ni nada parecido-, un día, conversando con sus hijos, se les ocurrió la posibilidad de hacer negocio con los aviones. Y eso le ha traído muchas satisfacciones.

"La idea de formar esta empresa surgió un día, analizando las posibilidades de este negocio, conversando con mis dos hijos", cuenta don Andrés padre. Eso fue por allá por 1980.

La idea fue bien evaluada por la familia, y decidieron comprar un avión Twin Otter.

"Con este avión, viajábamos a Porvenir, Río Grande, Ushuaia y la Antártida", comenta. De a poco, se fueron expandiendo, y así llegó el momento de aumentar la dotación de aeronaves. "Compramos dos aviones Cessna 402, con capacidad para diez personas cada uno", con ellos Dap -que también podría significar "Don Andrés Padre: - siguió cubriendo las mismas rutas, dando, eso sí, cada vez un mejor servicio y con más allá frecuencia. La flota se completó, por un tiempo, con dos nuevas naves. Se trató de dos Kim Air, para optimizar los servicios.

"El año `87, compramos el primer helicóptero, cuya flota también fue aumentando, al ser favorecida la empresa con la licitación que, cada tres años, hace la Empresa Nacional del Petróleo. Con esto, adquirimos dos helicópteros más", comenta don Andrés.

El Boeing

Pero traer un Boeing para hacer viajes a Santiago era una idea mayor. Por lo demás, nada fácil de realizar. "Estuvimos mucho tiempo estudiando la idea de tener un avión para cubrir el tráfico a Santiago, la que se concretó ahora en enero, eso sí, vía leasing, lo que es muy importante", dice entusiasmado este jovial caballero, que ya suma 75 años. Eso si, su vitalidad no denotan las décadas vividas.

Nunca piloteó un avión "porque no está dentro de mi religión". Pese a que no existe esa relación más estrecha con los pies de altura, la presión atmosférica y todo aquello, confiesa que tiene "una relación afectiva" con las máquinas que componen esta compañía aérea. "El resto, lo ven los chicos", confiesa.

"A lo mejor, todavía tengo edad suficiente como para ser piloto", bromea.

Lo cierto es que hoy "no cumplo ninguna función específica dentro de la empresa", sin embargo, cada día acude a O'Higgins y José Menéndez, a las oficinas de la entidad, "para no perder la costumbre".

Divide su jornada en mañana y tarde, y se siente más que satisfecho por la consecución de las metas que se ha propuesto. En todo caso, actividad es lo que menos le falta a este hombre. Además de una aerolínea de siete aviones, se dedica a la ganadería y es propietario de alguna maquinaria pesada.

Emprendedor el hombre. Y exitoso. No todos cuentan esa historia.

La Prensa Austral, Punta Arenas, 17 de enero de 1996

DEODATO RADIC FOSCHINO

Científico magallánico pasea sus conocimientos por el mundo entero

ENTREVISTA DE CATALINA MUJICA, REALIZADA EN SANTIAGO DE CHILE, Y PUBLICADA EN EL MAGALLANES, PUNTA ARENAS, 21 DE ENERO DE 1996.

Santiago. La conocida frase "Seamos realistas, hagamos lo imposible", aparece escrita en su pizarra. En la pequeña oficina, llena libros y fotos, el aire es muy fresco. Deodato Radic nos hace notar que el acondicionador está al máximo. Como buen magallánico, las altas temperaturas santiaguinas lo sofocan.

Alegre y divertido, dista mucho de la imagen prototipo de un científico. Sin embargo, es uno de los eminentes investigadores químicos de la Universidad Católica y reciente ganador de una de las doce becas presidenciales, que otorgó el gobierno chileno para el desarrollo de la ciencia.

Licenciado y doctorado en la Universidad Católica de Chile, es miembro de número de la Academia de Ciencias y profesor visitante de la Universidad Complutense en España.

Hace treinta años llegó a estudiar a Santiago y se quedó. Y, aunque no tiene oportunidad de visitar frecuentemente su tierra natal, la recuerda con mucho orgullo: "Soy magallánico y lo luzco, y donde pueda lo digo".

"El mono Radic"

Nació en Punta Arenas y vivió en esa ciudad durante los períodos escolares, pero se crió y pasó gran parte de su adolescencia en las Torres del Paine, a cuyos pies su padre tenía una estancia. "Yo no sé si hay lugar más lindo en el mundo. Yo creo que el paisaje magallánico, los ventisqueros, es algo que no tiene parelelo en otra parte".

¿Qué recuerdo especial guarda de su adolescencia?

"Mi pasada por el colegio fue fantástica. Hasta el día de hoy veo a mis compañeros, somos muy amigos y, si tenemos oportunidad, nos escribimos o visitamos".

Hace cuatro años lo invitaron a dar una charla a la Universidad de Magallanes. Rápidamente, sus compañeros de curso se enteraron y organizaron una reunión. "A los cuarenta y tantos años todos estábamos sentados en la sala de clase y llorábamos de la risa con las mismas payasadas que hacíamos treinta años atrás" y dice que hasta usaron los mismos apodos. Asegura que quien no lo recuerde por su nombre, si lo hará por el sobrenombre: "el mono Radic".

- ¿Le gustaba vivir en Punta Arenas?

- "­Sí! Punta Arenas es muy tranquilo. En el invierno los entretenimientos eran salir a patinar en hielo o tirarse en trineo por la Avenida Independencia. El verano muy agradable y fresquito, ­sobre todo fresquito!" Pero, su mundo cambió cuando aterrizó en Santiago. Aunque reconoce haber tenido ciertas facilidades al vivir en casa de unos amigos magallánicos que llevan un tiempo en la capital, para Deodato Radic llegar fue una experiencia traumática. "Para una persona de provincia, particularmente para un magallánico que vivió tan aislado, estar en Santiago significa llegar a una selva, a luchar contra el mundo".

- ¿Por qué le fue tan difícil acostumbrarse?

- "Los primeros años de estudio en la universidad no sabes cruzar la Alameda, ni cómo tomar un micro. Por un lado, tus estudios te demandan un cierto esfuerzo, pero tu adaptación al medio es tan difícil como lo otro. Es una lucha constante y ahí nace el provincianismo. Además, en muchas oportunidades, también hay discriminación, te miran en menos y eso te marca".

Un científico loco

El proyecto de investigación que presentó al concurso de la Cátedra Presidencial de Ciencias, dotada de 120 mil dólares, engloba en gran medida su área de investigación. "Lo que hacemos aquí es sintetizar lo que son productos de materias primas de tipo plástico y estudiamos sus propiedades". Su especialidad científicamente conocida como "estudio de macromoléculas sintéticas", se fue gestando desde que era estudiante de licenciatura en química en la Universidad Católica.

- ¿Cómo nació este amor por la química y, en especial, por las macromoléculas sintéticas?

- "Un destacado químico farmacéutico de Punta Arenas, Dante Baeriswyl, fue mi profesor en el colegio. No me indujo, pero la química resultó tan agradable con él que llegué a la decisión de estudiarla a fondo". El tema de las macromoléculas sintéticas algo me interesó cuando era estudiante y se presentó la oportunidad cuando vino la doctora Ligia Gargallo al departamento de química a trabajar en esa área. Empecé a observar y me gustó mucho. Con el tiempo, el mismo Radic logró desarrollar esa actividad y formar un grupo de investigación que fue pionero.

" ¿Qué particularidad tenían como grupo de investigación?

"Digamos que en la especialidad de físico-química de macromoléculas fuimos un poco únicos. Normalmente lo que se hacía era o sintetizar o estudiar las propiedades, pero no las dos cosas juntas. Nosotros pasamos a ser uno de los pocos grupos en el mundo que trabajan con sus propios materiales". Actualmente continúa realizando sus investigaciones en el área y es docente de la Universidad Católica, institución con la que mantiene un contrato de dedicación exclusiva. Sin embargo, esto no le impide sostener contactos con universidades y grupos de investigación extranjeros, con los cuales realiza estudios interdisciplinarios.

Orgulloso, muestra varias fotos que cuelgan en las paredes de su oficina. "Una de las satisfacciones más grandes que me da mi carrera es que tengo amigos en el mundo entero y eso es una cosa riquísima.

Yo abro mi correo electrónico y me llegan comunicaciones de todas partes del globo. Somos muy amigos, nos encontramos en los congresos y compartimos, hacemos trabajos en conjunto, solucionamos muchas dudas. Es muy gratificante."

Su trabajo lo obliga a viajar constantemente al exterior. En diciembre partió a Hawaii como representante de la sociedad de macromoléculas, en ocasión del ingreso oficial de Chile a la Polimer Federation y más tarde viajará a la Universidad de Texas a dar una charla en la conferencia de características de polimeros.

- ¿Qué significan para Ud. las invitaciones?

"Son un reconocimiento claro, que te inviten a formar parte de un comité científico y que cuenten contigo es muy gratificante. Porque allá van personas muy importantes, algunas bastante mayores que yo. Por otro lado es enriquecedor porque recibes críticas a tu trabajo que permiten mejorar lo que estás haciendo".

- ¿Qué se siente ser científico?

"Incomprensión. Yo creo que el problema más grande que tienen los científicos es la falta de interés de parte de la sociedad. Nos miran como bichos y creen que somos un poco raros. La gente cree que son pocos los que no están un algo tocados, dice entre serio y en broma.

Más que el dinero es el reconomiento. Junto a su oficina está el laboratorio donde el científico realiza sus investigaciones. En él, siempre con delantal blanco trabaja afanosamente con los tubos. Entran y salen, hacen bromas. Se puede observar un ambiente muy grato. `Aquí el último pucho del tacho soy yo', comenta riendo respecto al trabajo con sus jóvenes ayudantes".

- ¿Por qué le gusta trabajar con la gente joven?

- "Mira, aquí en el laboratorio hay siete estudiantes de doctorado y varios ayudantes más. Hay mucha gente joven y tenemos ocasión de formarla y abrirles un buen camino. Esa es una tarea agradable. Además, para mí los años pasan, pero como estoy siempre con gente joven, eso me rejuvenece día a día.

Uno de los requisitos del concurso de las cátedras presidenciales establece que cada proyecto debe incluir un coinvestigador joven. Alejandra Opazo será quien desempeñará esta actividad junto al científico. "Ella se doctoró conmigo y está haciendo un especie de post-grado aquí mismo. La elegí porque es excelente. Creo que la voy a contratar de tiempo completo", comenta sonriendo.

- Hablando del proyecto, ¿qué significó para Ud. ganar un concurso de esta categoría en el que competían 81 postulantes?

- "Fue una sorpresa grandota. El hecho de que tú sometas tu curriculum a una evaluación internacional en la cual hay tres premios Nobel, asesorados con árbitros de las mejores revistas científicas del mundo, y salir ganador, es algo que yo no esperaba da un reconocimiento a mi carrera y eso, para mí, es lo de mayor valor en la beca presidencial".

Lo más agradable de su triunfo fue recibir opiniones personales sobre su trabajo del Premio Nobel de Química, Rudolph Marcus. "En este momento si me dicen que no me van a dar ni un peso, me importa un comino. Mucho más valioso que los 50 millones, fueron los conceptos del premio Nobel sobre nuestro trabajo".

-¿En qué momento de su vida se encuentra ahora?

- "Yo creo que estoy en una posición expectante. Las estadísticas dicen que, en general, un científico tiene una curva de crecimiento y decrecimiento. A mí me gustaría estar todavía creciendo".

RESEÑA LITERARIA

MATO MARCINKO: MOLITI NEBO

Comentario y versión castellana del poema: ANA BLAZEKOVIC

Después de toda una vida de estar mimetizado con las sombras, oculto detrás de diferentes seudónimos, Mato Marcinko, poeta y mártir, primo hermano de las musas e hijo dilecto de Silvije S. Kranjcevic (1865-1908), y de Antun G. Matos, (1873-1914), próceres de la poesía croata contemporánea, a los que el poeta evoca con sentidas palabras del compartido dolor en descarnados versos, ha tenido la satisfacción de ver reunidos tres títulos de sus libros de poesía en un solo tomo, que le ha publicado Matica Hrvatska de Zagreb, en una cuidada edición.

Se trata de Povratak Ptice, (La vuelta del pájaro), 1975, Ziral, Roma, publicado bajo el seudónimo de Mato Juranic, Mjesecev zavicaj, (La patria de la luna), 1978, y Nocurci krajolika, (Aves nocturnas), 1981, T.J.H. Mar, publicaciones de sv. Ciril i Metod, Zagreb, y Pjesme izvan zbirki, (Poemas escogidos), seudónimos y publicaciones varias.

Se diría que la prohibición para este hombre, más que un impedimento era un incentivo. Porque en lo que ha durado el régimen totalitario en Croacia, este hombre no ha dejado de producir y estudiar un solo día de su atormentada vida.

El fin de la Segunda Guerra Mundial lo alcanzó en un hospital militar. Tenía a la sazón 19 años. A partir de ahí comienza su viacrucis vitae. Fue evacuado en ese fatídico tren por las autoridades gubernamentales que se dirigían a la frontera austríaca, en busca de protección de los aliados que no pasó más allá de Celje. De ahí prosigue caminando como puede hasta Dravograd. Desde los campos de Bleiburg fue devuelto, mejor dicho, entregado por los ingleses junto con innúmeros prisioneros desarmados a los guerrilleros de Tito, que los arrearon como ganado a pie a través de Precko, Zagreb, Bjelovar hasta Petrinja. Vuelve a su casa mortalmente enfermo. Los médicos no le dan más de tres meses de vida. Pero la muerte piadosa, saciada de tanta muerte gratuita pasa de largo.

Entre internaciones y detenciones termina como puede sus estudios secundarios. En 1947 intenta inscribirse en la Facultad de Filosofía. Al negársele el ingreso a ésta, se inscribe en la Facultad de Derecho en la que se recibe en 1952.

Sería tedioso enumerar todos los trabajos de investigación histórico cultural que ha producido y publicado a partir de ahí en diferentes publicaciones en Croacia y en el extranjero, bajo diferentes seudónimos.

"Pensando el mundo y su propio destino y el destino de su pueblo, -dice su prologuista- , Josip Bratulic, en el libro que estamos comentando, es el espacio pensado de Mato Marcinko, en el que se desenvuelve su poesía con la que sale a la luz diurna ante el lector con su verdadero nombre, por fin, y de una buena vez. El piensa el pasado en el triste y peligroso hoy para un, para nosotros, desconocido mañana. ¡Y que Dios nos ayude!

La poesía de Marcinko es el cristiano pensar sobre el mundo y el destino de la humanidad en el quiebre del tiempo de lo perecedero, la imposibilidad de la participación y el grito de la no aceptación. Lo que surge con mayor claridad de la lectura de Nocurak, -ave nocturna-, a la que no le es dado cantar de día a pleno sol, sino de noche cuando nadie la vé, para que al menos la oigan y escuchen con paciencia y atención.

Sin duda, -continúa diciendo Bratulic-, la voz de Marcinko integra el coro de los poetas contemporáneos croatas, a los que no está demás oír y escuchar. Transita la huella de los más altos alcances de la poesía reflexiva que iniciaron los poetas croatas del siglo XX.

El libro cierra con un lascerante soneto en el que el autor parafrasea a Antun Gustav Matos en su conocido soneto Pred svetim krizem, y que el autor titula:

Na grobu Antuna Gustava Matosa

Ognjista mrtva. Opustjela polja.

Prolaze povorke dusnodanskih svijeca.

Sve ceste su pune odrpanih golja.

Njive su sve manje, a groblja sve veca.

Uspavana glasom ONUskih sirena,

Hrvatska suti, zatocena, nijema,

dok pod toplim krovom gostoljublja njena,

UNPROFOR joj tajno tihu propast sprema.

Na Matosev grob, kad su teske noci,

ena sva u crnom znade doci,

s prognanickim kriem jedne cijele nacije.

A Matos joj veli. Tudjinci su opet nasi reges.

Ownovi Hrvatskoj sad prescribunt leges,

bacajuci psima ud po ud Croacije!

En la tumba de Antun Gustav Matos

Los hogares muertos. Campos devastados.

Desfilan las velas de fieles difuntos.

Las calles están llenas de gente harapienta.

Los huertos decrecen, los cementerios crecen.

Aletargada, con las sirenas de la ONU,

Croacia calla muda, confinada,

mientras bajo su tibio y hospitalario techo,

UNPROFOR con sigilo le tiende el traicionero lecho.

A la tumba de Matos, en noches destempladas,

sabe llegar una mujer toda enlutada,

con la cruz del destierro de toda una nación crucificada.

Y Matos le dice: Los extranjeros son de nuevo nuestros reges,

hoy los Owens a Croacia prescribunt leges,

tirando a los perros miembro por miembro de Croacia.

Mato Marcinko: Moliti Nebo, Matica Hrvatska, Zagreb, 1995.

TAJANA SEKELJ-IVANCAN: CATALOGO DE LUGARES MEDIEVALES EN CROACIA CONTINENTAL

BRANKO FRANOLIC, LONDRES

(British Archaecological Reports, International Series 615, Tempus Reparatum, Oxford, 1995, 245 p. in-4°)

La Editorial Tempus Reparatum de Oxford ha publicado un Catálogo de localidades medievales de Croacia Continental.

La autora es la arqueóloga de Zagreb, Tajana Sekelj-Ivancan, y la editora es Rajka Davison. El catálogo tiene 245 páginas y abarca las siguientes regiones: Zagreb, dos regiones de Zagorje, Medjimurje, Podravina, Bjelovar, Sisak y cinco regiones de Eslavonia.

La autora da al comienzo un muy buen resumen de los principales acontecimientos históricos en Croacia Continental, acompañado por tres mapas: Croacia durante el reinado de Tomislav, circa 928; Croacia durante el reinado de Petar Kresimir IV circa 1073 y Croacia en el siglo XIV.

La autora expone los resultados de sus análisis de varias localidades y descubrimientos y los clasifica según varias culturas arqueológicas. En el mundo científico están divididas las opiniones sobre la definición de cultura arqueológica. El término "cultura arqueológica" es mucho más amplio al de "cultura étnica" y se puede aplicar a diversos grupos étnicos. Esto las facilita considerar las localidades de los períodos migratorios como partes de las culturas arqueológicas.

En las tierras de Croacia Continental las culturas arqueológicas están divididas en cinco grupos.

El primer grupo constituyen los restos de migraciones de Hunos, Ostrogodos, Gepidos, Longobardos, desde el fin del siglo IV hasta el fin del siglo VI.

El segundo grupo constituyen los restos de influencia de francos, normandos, Koettlach (Austria), Carolingos y Martinovke (Mar Negro), o sea del siglo VI hasta fin del siglo IX.

La tercera parte abarca la cultura de los Avaros y Eslavos desde comienzos del siglo VII hasta el principio del IX.

El cuarto grupo abarca localidades y hallazgos de una cultura eslava incierta desde Bijelo Brdo (Baranja) y de la temprana cultura croata cuyo centro estaba en el sur, entre los ríos Cetina y Zrmanja, pero influía también en Panonia. Estas tres culturas existían simultáneamente del siglo IX al XII.

El quinto grupo abarca la cultura románica del fin de siglo XI hasta la mitad del siglo XIII, y por fin la gótica, de la mitad del XIII hasta el principio el siglo XVI. El período románico y gótico duró 3 siglos y medio y dejó el mayor número de restos y hallazgos.

En el epílogo la autora dice que el número de las localidades que fueron sistemáticamente excavadas y presentadas es demasiado escaso para permitir una análisis mayor o para lograr una definición más exacta de tipología, cronología y estructura social.

El catálogo es destinado en primer lugar a los profesionales, pero un lector común encontrará también muchos temas históricos sumamente interesantes. De todos modos hay que felicitar a la señora Sekelj por esta obra.

Tradujo: Joza Vrljicak

25 ANIVERSARIO DE ZIRAL

M. KNEZOVIC

En el auditorio de los franciscanos de Hercegovina en Zagreb (Dubrava) tuvo lugar el 2 de diciembre de 1995 una reunión conmemorativa en celebración de los 25 años de la editorial ZIRAL (Zajednica izdanja ranjeni labud - Sociedad editora del cisne herido).

En el acto se presentó el libro de su editor Dr. fra Vinko Dionizij Lasic Pleterni ukras (Adornos con motivos decorativos nacionales croatas).

Los organizadores de la reunión y de la promoción fueron la Universidad Croata de Zagreb y los conventos franciscanos de Ziroki Brijeg y de Zagreb.

Además de un gran número de visitantes, la reunion contó con la presencia de la ministra de Cultura y Deportes de la República de Croacia, Ljilja Vokic y muchos eminentes representantes de la vida eclesiástica y política.

Acerca de la casa editora y sobre el libro Pleterni ukras hablaron el Dr. fra Bonaventura Duda, el Dr. fra Bazilije Pandzic, la Dra. Djurdjica Cvitanovic y el Dr. Jure Zovko.

El Dr. fra Bonaventura Duda se refirió al autor del libro, fundador y por muchos años editor de ZIRAL: Queriendo lo más profundamente posible destacar a los presentes la persona del Dr. Lasic y su vida y su obra en la diáspora, el Dr. Duda se expresó así: "Experimento esta noche según dice el salmo: ... Fueron llorando llevando las semillas para sembrar. Cuando no se podía sembrar en nuestros campos, personas como el Dr. Lasic sembraban en el extranjero, y ahora vuelven cantando trayendo desde ese extranjero los frutos como este libro!"

Las palabras que sobre la editorial ZIRAL escribiera el Dr. fra Bazilije Pandzic fueron leídas por el guardián de Ziroki Brijeg fra Svetozar Kraljevic, debido a la ausencia del primero.

Trayendo datos sobre la misma idea de crear la casa editora, el Dr. Pandic destacó la importancia y el gran éxito de esa editorial en promover los intereses croatas en el exterior.

ZIRAL fue fundada en 1970 y hasta ahora editó 68 títulos, principalmente de temática religiosa y patriótica. Publicó obras de conocidos escritores croatas como Dominik Mandic, Kvirin Vasilj, Lucijan Kordic, Vinko Grubisic y muchos otros.

La Dra. Djurdjica Cvitanovic se refirió al libro que se estaba presentando, Pleterni ukras. Este libro de más de 900 páginas habla de las decoraciones que utilizan los croatas desde los tiempos más antiguos hasta el presente, sobre su aspecto externo y sobre su significado interior.

"Los adornos, desde los tiempos prehistóricos hasta hoy se utiliza como una imagen, como una expresión que tiene un significado que va más allá de su aspecto artístico encantador."

El Dr. Lasic nos habla del profundo significado histórico de los adornos nacionales de una forma científica. En este libro de formato enciclopédico del autor hace ver el significado mágico de estos adornos de un modo histórico-científico y teológico". En el acto actuó el quinteto de vientos de la Academia Musical de Zagreb.

Glas Koncila, diciembre de 1995

Traducción: Joza Vrljicak

PHILIP COHEN: LA GUERRA SECRETA DE SERBIA

V. P. CROSS

Recientemente apareció un nuevo libro de Philip Cohen titulado Serbia's Secret War editado por Texas A&M University Press. La actualidad del tema fue quizá lo que impulsó al cronista y crítico V.P. Cross a exponer sus primeras impresiones sobre la obra en forma de un diálogo que mantuvo con el autor en su propia casa apenas se supo de su aparición. Así en forma de diálogos se exponen las tesis muy interesantes, que echan luz sobre lo ocurrido antes y después del Acuerdo de Dayton, que dió fin a la guerra en los Balcanes.

A la pregunta sobre el origen de su interés sobre la cuestión de lo sucedido en los Balcanes, el autor dijo que antes se ocupaba de otros temas, pero que luego de la caída de la URSS su interés se concentró en el tema de la aparición de nuevas naciones y el nuevo mapa geográfico del este europeo. Así, expresó literalmente que: "en la Guerra del Golfo el mundo se levantó contra un dictador terrorista. Pareció que se acercaba `un orden mundial nuevo', en el cual los países del mundo todos juntos aniquilaban al agresor. Después vino la crisis de Yugoslavia. Esperaba una coalición como aquella del Golfo, que parara la agresión serbia. Sin embargo, eso no sucedió. Al contario, con el embargo de armas a los agredidos se otorgó a los agresores serbios toda la ventaja. ¿Por qué ocurrió esto?, ¿por qué fracasó el posible `nuevo orden mundial'? Estuve atemorizado y empecé a buscar la respuesta a la cuestión del por qué esa ayuda al agresor. Como primera medida escribí cartas a los embajadores de los Estados Unidos, recordándoles el caso de Neville Chamberlain."

Luego siguió explicando cómo prosiguió la búsqueda de datos para encontrar una posible respuesta. Descubrió, entre otras cosas, que el agresor justificaba todo echando la culpa a los croatas porque sus tropas de ustachis los maltrataban durante la Segunda Guerra Mundial. Luego con la voz más firme explicó que también descubrió que es costumbre serbia siempre echar la culpa al otro. Dijo que le pareció incorrecto que "los genocidios ocurridos en la guerra unos 50 años antes" sirvieran como excusa para el genocidio preventivo.

En otro momento de la entrevista el autor reveló una anécdota que le hizo abrir los ojos. Fue cuando la enviada del gobierno de Belgrado, la señora Klara Mandic, llegó a Washington en febrero de 1992, y habló delante de un grupo de judíos. Se sorprendió ante las mentiras que tanto repetía la prensa de Belgrado. Dijo que enseguida se sentó y escribió una carta al Centro Wiesenthal de Los Angeles, donde lo advirtió que se trata de manipular a los judíos americanos en sus sentimientos. Esta nota se convirtió luego en base de sus futuras investigaciones que dieron base a este libro. Explicó entre otras cosas que así pudo conocer todo la trama de la propaganda hueca de los serbios.

Siguiendo y contestando a las preguntas afirmó que estudiando lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial los hechos hablan diferente. Que ambos pueblos colaboraron con los alemanes y que los serbios atacaban al Estado Independiente de Croacia como a su principal enemigo y no a los ejércitos extranjeros de ocupación. Se conocieron las órdenes expresas de Draza Mihajlovic ordenando la matanza de los no serbios. Se preguntó a continuación cómo ocurrió que en los Balcanes, donde hay tanta mezcla de razas y naciones, la Serbia central está limpia de no-serbios. La limpieza étnica es el viejo lema de ese pueblo. Al finalizar la entrevista el autor puso en duda lo convenido en el Acuerdo de Dayton diciendo que eso podría dar origen nuevos enfrentamientos. Quedó extrañado también con el hecho de que se haya otorgado la mitad de Bosnia al agresor, ya que es sabido que los serbios no representan la mitad de la población de ese nuevo estado. Estas y otras expresiones de Philip Cohen lo hacen aparecer en la opinión pública mundial como un agudo observador que investigó a fondo un tema de tanta notoriedad que convulsionó el mundo durante los últimos años por su crueldad y la ineficacia de algunas naciones europeas, que por arbitrariedad interesada hicieron prolongar este conflicto al premiar al mismo agresor.

Traducción: Ante Turica

CARMEN VRLJICAK: LAS DIOSAS DE LA BELLE EPOQUE, Y DE LOS AÑOS LOCOS

JOSÉ LUIS DE IMAZ[63]

Si la tarea intelectual -como el arte coral, como el ensamble orquestal- es combinatoria, Carmen Vrljicak da una depurada muestra de esta calidad, al saltar en su libro de Alma Mahler, o Anaïs Nin, a las tres hermanas Unzué y Adelia María Harilaos de Olmos. Vale decir no solamente desde el corazón europeo de los años 20, de los años 30, hasta estas orillas, sino de la devoción por el arte o la devoción por retratar en un diario los mayores intimidades de su vida sexual, al desprendimiento de colosales fortunas en aras de un servicio social.

Hay que ser muy centroeuropea -y educada en Buenos Aires- para hacer esto bien. Porque hay que reconstruir desde la piel lo que fueron intelectual y artísticamente Viena y París en aquellos años, y haber entendido, desde dentro también, a un Buenos Aires donde toda, toda la política de bienestar social fue un monopolio femenino. Eran aquellas unas épocas donde en Europa había grandes divas y en esta orilla del Plata, benefactoras, que usufructuaban, pero les pesaba en sus conciencias, las inmensas riquezas familiares. Sólo los grandes centroeuropeos arribaron a dar el "tono" de su continente, por encima de sus provincianismos. Los rumanos por ejemplo, que son los más europeos de todos. Los croatas van en ese camino. Carmen Vrljicak, también por tener sus raíces en esa gran "marca" de Europa, pertenece a la categoría de los que tienen mente abierta, perciben influencias cruzadas, y parecen estar instalados, normalmente, entre las cosas y las aldeas, sin esfuerzo, como si les fueran constitutivas. Es de las personas que se pueden sentir a gusto en las más variadas avenidas de los más distintos países, las que pueden penetrar en almas eslavas y almas latinas, las que pueden aprehender -sin cartabones intelectuales previos- a las gentes, en un acceso inmediato y directo. De ahí que puede acceder a las intimidades de muchas de las mujeres célebres que retrata, "desde dentro". Es una actitud fenomenológica, pero porque conoce los parámetros.

Sólo así se puede entender la vocación de perfeccionismo de Coco Chanel, o entender otras entregas, a la danza, como la de Isadora Duncan, a la revolución, con Inessa Armand, o a quedarse circunscripta en musa, como le ocurrió a Alma Mahler, o haber difundido -sin éxito- el pacifismo, como fue el caso de Berta de Suttner, o ascender todas las montañas, y hasta el Himalaya, próxima a la senectud, como hizo esa alpinista británica cuya vida se relata. Cada cual tiene sus opciones, pero a mí me interesa más Lou Andreas-Salomé, esa sampeterburguesa educada en un gymnasium alemán, y que pudo penetrar los arcanos de seres tan contradictorios como Freud y Rilke, y jugueteó hasta la desazón con un Nietzche que, por sifilítico, nunca pudo ser su amante.

­Qué sino el de algunas de estas argentinas que nos presenta Carmen Vrljicak! Porque las europeas describieron su ciclo vital, desde las expectativas, la culminación y el éxtasis, la popularidad, el exilio interior (como le ocurrió a Chanel tildada de colaboracionista), y las terribles caídas finales. Las argentinas tal vez con las dos grandes excepciones de Victoria Ocampo y Adelia María Harilaos de Olmos, no tuvieron mayor reconocimiento en vida. La sociedad porteña se ensañaba con las hermanas Unzúe en burlas impiadosas sobre su cultura, pero ellas donaron no sólo el asilo de Mar del Plata que las rememora sino un cúmulo de iglesias e instituciones de caridad, orfanatos, etc., etc. Sólo cuando Alfonsina Storni murió como murió, sus poemas alcanzaron resonancia pública; antes no trascendían de un grupo de escogidos. A Lola Mora, que construía en piedra, la despedazaron, y a su obra, relegaron.

Este libro es un va y ven, entre la virtud y la culpa, o el desinterés total tanto por la virtud como por la culpa, entre Terpsícore y el drama, entre la seducción privada y la de las plateas, entre la espía y la pacifista, entre el rojo de la revolucionaria y al blanco reaccionario de María de Rumania, entre la que vivió para los arpegios (y el pago de esos arpegios), y la obra de arte con la aguja, entre la liviandad y la profundidad. Una liviandad que facilita enormente la lectura, y una profundidad que se expresa en los interrogantes vitales en suspenso. ¡Valdrá la pena jugarse la vida a la plenitud de una sola causa! cada día nos apasionan más las buenas biografías -a expensas de las novelas- porque proyectamos nuestros interrogantes personales sobre esas vidas que inspiran aspectos laterales de nuestra personalidad. Pero mucho más, cuando, como en este caso, se trata de una urdimbre de contradicciones, de perfecciones e imperfecciones.

El libro fue publicado por la editorial Atlántida, Buenos Aires, 1996.

NOTICIAS: TRASLADO DEL DR. MILAN BLAZEKOVIC Y SEÑORA

Al principio de mayo de este año, el Dr. Milan Blazekovic y su señora Blazena Hecimovic, se trasladaron definitivamente a Croacia, para radicarse en Zagreb. Cumplen así el sueño de tantos croatas que tuvieron que dejar su patria.

Aunque la colectividad croata en la República Argentina ha perdido de esta manera muy distinguidos miembros, nos alegramos por ello, sabiendo cuánto va a ganar Croacia con el aporte de su presencia y actividad. El Dr. Blazekovic y su esposa son intelectualmente incansables y poseen un espíritu sumamente noble y altruista. Studia Croatica se adhiere a este sentimiento y desea lo mejor para su distinguido colaborador y señora. Que Dios los bendiga.

IN MEMORIAM KREZIMIR SPANJE

MILAN BLAZEKOVIC

El 27 de marzo de 1996 falleció en Buenos Aires el patriota croata Kresimir Spanje. Fue inhumado al día siguiente en el cementerio de Olivos, después del responso y bendición en la capilla Sv. Nikola Tavelic del Centro Religioso Croata. Asistió un número inusualmente grande de entristecidos croatas y argentinos.

El difunto nació el 28 de abril de 1921 en Podgora cerca de Makarska en el seno de la familia de Mate Spanje y Nedjeljke Vela.

La escuela primaria la hizo en su pueblo natal y en Blato (Isla de Korcula), y el colegio secundario en la Realna Gimnazija de Split, donde fue activo en la asociación católica Krizari. Fiel a los ideales obtenidos en el hogar de sus padres, como joven alumno se enrola en la lucha nacionalista croata, lo que la llevó a la cárcel yugoslava en 1939 y 1940.

Después de la proclamación el Estado Independiente Croata se inscribe el 21 de octubre de 1941 en la Facultad Técnica de la Universidad de Zagreb, en la carrera de electromecánica. Durante sus estudios en 1942 y 1943 fue integrante de la PTS bajo el mando del coronel Ante Moskov.

Como tanquista participa en acciones cerca de Koprivnica, es herido y después de dos meses de internación vuelve nuevamente a su unidad, donde sirve como oficial de las Fuerzas Armadas Croatas.

Luego de la caída del Estado Independiente Croata (NDH) en mayo de 1945, se retira con el ejército croata hacia Bleiburg y luego de pasar por varios campos de concentración llega a Roma, y de ahí al campo de refugiados de Fermo en donde se consagra a los refugiados croatas.

En enero de 1948 llega a la Argentina con la oleada de refugiados croatas y busca empleo en el Ministerio de Defensa Nacional. Se emplea en la empresa estatal Fabricaciones Militares en la reparación y uso de los tanques que la Argentina compró después de la guerra, y que él conocía bien. Luego de un año de trabajo para el Estado, entra en la empresa Beutin en donde establece la división electromecánica para la producción de aparatos electrodomésticos. De esa empresa entra en una fábrica de materiales plásticos en Lanús, provincia de Buenos Aires. Saca a la empresa de sus deudas y la convierte en una exitosa empresa industrial, que bajo el nombre de "Patricios" conduce hasta su muerte. Como industrial exitoso ayudó económicamente a todas las acciones croatas, tanto políticas, como culturales y económicas.

Fue socio del Club Cultural Croata-Argentino, de la Cámara Argentino-Croata de Industria y Comercio y de la Cooperativa Croata de Crédito de Villa Martelli; fue miembro contribuyente del Caritas Croata Cardenal Stepinac, del Centro Religioso Croata y del Hrvatski Dom d.d., que adquirió el edificio para la Embajada de la República de Croacia en la Argentina. Fue siempre subscriptor de Studia Croatica y de Hrvatska Revija-La Revista Croata.

En momentos de la inhumación hablaron el Dr. Pavao Horvat en nombre de los miembros del Club Cultural Croata-Argentino, y el señor Dinko Kunac (de su pueblo natal Podgora y compañero de Colegio) en nombre de la Cooperativa.

El extinto deja en Argentina a su esposa, Mira Kasumovic, a sus hijos Hrvoje, Gabriela, y su nuera Liliana, y en Croacia a su hermano Tomislav en Podgora y su hermana Marija en Blato, Korcula. Que descanse en paz!

 



[1] Prof. Ivan Orsanic, "Idemo jasnim putem", Republika Hrvatska, año I, número 1, Buenos Aires, octubre de 1951, pág. 2.

[2] Prof. Kazimir Katalinic, "Istina ce vas osloboditi", Republika Hrvatska, número 172, Buenos Aires, marzo de 1991, pág. 3.

[3] Prof. Kazimir Katalinic: "Pogledi Hrvatske Republikanske Stranke na hrvastku problematiku", Republika Hrvatska, número 173, Buenos Aires, junio de 1991, pág. 9.

[4] Prof. Kazimir Katalinic, Radjanje drave, Zagreb, 1994, pág. 56.

[5] Prof. Kazimir Katalanic, Radjanje drave, Zagreb, 1994, pág. 56.

[6] Kazimir Katalinic, Argumenti, Zagreb, 1993, pág. 14.

[7] Kazimir Katalinic, Radjanje drave, Zagreb 1994, págs. 54-55.

[8] Kazimir Katalinic, "Neugasena baklja", Republika Hrvatska, número 130, Buenos Aires, 10 de abril de 1983, pág. 3.

[9] Los términos derivan de la palabra sto en uno y ca en el otro dialecto, para el "qué" español. Los subdialectos se distinguen por la vocal jat del eslavo antiguo. Hoy unos lo convirtieron en "i" (ikaviano) y otros en "ije" (iekaviano). La palabra "niño" en el primero se dice dite y en el segundo dijete, además de otras diferencias gramaticales y estilísticas

[10] Hubo, con todo, precursores, como San Donato, obispo de Zadar, que se encontró en 806, en Thionville, con Carlomagno...

[11] Dante Alighieri probablemente piensa en uno de ellos cuando evoca "Qual e colui che forse di Croazia / viene a veder la Veronica nostra, / che per l'antica fame non sen sazia" (Paradiso, XXXI, 103-105)

[12] El monje franco Gottschalk, que vivió en el siglo IX, es un buen ejemplo de estos gyrovagos. Venido de la abadía de Orbais (cerca de Chateau-Thierry), llega a Dalmacia hacia 846/847 y asiste a las batallas que libraba entonces el rey de los croatas Trpimir I y los bizantinos. Cf. Benediktinac Gottschalk iz Orbaisa na dvoru Kneza Trpimira I, Bozidar Vidov, Toronto 1984, Gottschalk, hote de la Croatie médiévale, Ch. Dolbeau en Matos n° 6-1985

[13] Thomas el Archidiácono (Historia Solonitana) menciona por ejemplo a un cierto Adam, "quidam parisiensis" que vivió por un tiempo en Split (fin del siglo XI) donde trataba en poner en forma poética antiguas crónicas locales.

[14] Cf. Les mots d'emprunt francais en croate, Branko Franolic, NEL, Paris 1976, p. VII.

[15] Llamado "episcopus Sclavonie sive Bossone" por Anselme d'Alexandrie (Tractatus) este herético que llevaba el título de djed. Cf. Les chrétiens bosniaques et le mouvement cathare, F. Sanjek, Université Paris IV, 1976. En el siglo XIV, el Papa Benedicto XII trata de hacer volver a los bogomilos al seno de la Iglesia Católica y encarga a los franciscanos esa delicada misión. El general de los franciscanos, el francés Gérard Odonis, se reúne entonces con el ban Stjepan II Kotromanic antes de crear el Vicariato de Bosnia (4 de junio de 1340). Predicadores renombrados acuden de toda Europa y entre ellos un cierto número de franceses entre quienes estaba el hermano Déodat (de Riez, en Provence o quizá de Rodez) que fue compañero de San Nicolás Tavelic. Cf. Bogomilska Crkva Bosanskih Krstjana, D. Mandic, Chicago 1962, y del mismo autor, Franjevacka Bosna, Roma 1968.

[16] Cf. "Deux traductions latines du Coran au Moyen-Age", Archives d'Histoire doctrinale et littéraire du Moyen-Age, tomo 14 (1947-48), pp. 69-131.

[17] Cf. Les Croates et l'Université de Paris au Moyen-Age, André Tuillier, en Annales de l'Institut Francais de Zagreb {AIFZ), 1988, pp. 109-147, Un conflict entre un étudiant croate et l"université de Paris au XVe siecle, A. Tuillier, en Mélanges de la Bibliothéque de la Sorbone, vol. 7, pp. 37-107; Les Croates et les milieux intellectuals parisiens aux XIVe et XVe siecles, A. Tuillier, en Croatica Christiana Periodica, Zagreb 1988.

[18] El franciscano Juraj Dragisic (Gregorious Benignus de Salviatis) ha dejado una obra importante entre cuyos títulos principales son: Logica nova secundum mentem Scoti et b. Tomae Aquinatis aliorumque (1480), Volumen de dialectica nova (1489), De natura coelestium spiritum quos angelos vocant (1499) y Artis dialecticae praecepta vetera ac nova (1520).

[19] Llamado a veces Georges de Rain, Georges d'Esclavonie, vino a estudiar a París a fines del siglo XIV; retirado en Auxere y luego en Tours donde fue canónigo de la catedral; es el autor de Lectura super Danielem (1391) y de Epistola de virginitate servanda (escrita en 1411 destinado a Isabelle de Villeblanche, abadesa del monasterio de Beaumont-les-Tours; traducido al francés bajo los títulos de Chasteau de la virginité y La Vierge sacrée, e impreso en 1505). Igualmente dejó un resumen de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, y diversas exhortaciones piadosas. Sus manuscritos se conservan en Tours. Cf. A. Tuillier, op. cit., y Louis Léger, Georges d'Esclavonie, chanoine pénitencier de la cathédrale de Tours, en Revue des Bibliothéques, n° 19 (1909), pp. 145-152; G. Oury, Un directeur de moniales au début du XVeme siecle, en Bulletin de la Société Archéologique de Touraine, tomo 34 (1965).

[20] Algunos años más tarde, en 1377, el abad del monasterio de Santa María de Mljet es el benedictino Hugo de la Scura de Franza, de quien algunos suponen que era de origen francés (Hugo de Lescure ?).

[21] B. Franolic, op. cit., p. VIII.

[22] "Les influences italiennes sur l'ancienne litterature yougoslave du littoral adriatique", en Revue de Littérature Comparée 1934, p. 30.

[23] Beuve de Hantone es una de las canciones de gesta menos conocidas por el público francés; empero ella tuvo un gran éxito ya que existen adaptaciones al inglés (Sir Bevis), al islandés (Bevers Saga), al ruso (Bova Korolevitch y la princesa Droucheneva), y hasta la hebreo (1501).

[24] Así una leyenda local atribuye al personaje de Roland la famosa columna de Orlando que fuera erigida en Dubrovnik. Cf. Dubrovnik, Slobodan Prosperov Novak, Most, Zagreb 1991, pp. 40-44; Anciens contacts entre la France et Raguse, Mirko Deanovic, Institut Francais de Zagreb 1950, pp. 117-119.

[25] Anciens contacts entre la France et Raguse, p. 120.

[26] Algunos aislados continúan con todo a venir a Francia, como ese Thomas Illyricus que se instala en Bordeaux y luego en la región de Arcachon, al comienzo del siglo XVI. En 1520, descubre en una playa una estatuilla de la Virgen que será objeto de un peregrinaje y figura, aún hoy, en el blasón de la ciudad de Arcachon. Según Louis de Vojnovic, este Illyricus se hacía llamar Schiavone y era originario de Osor (isla de Cres) ; franciscano, fue consejero y amigo del Papa Clemente VII de Medici.

[27] Llamado "le gran Jacques", Iacobus Modernus se había casado con Michelette Durand, de Lyon. Aconsejado por el músico Layolle, imprime sus libros de música entre 1523 y 1560. Sus obras más renombradas son Motteti del Fiore (1532), Liber Decem Missarum (1532) y el Parangon des Chansons (1538-43). Es gracias a él que se conoce todavía las obras de Jannequin, Paladino, Bacfrac, Fresneau, Gombert o Buus. Cf. Imprimés musicaux européens anciens et rares dans les archives croates, Stanislav Tuksar, en Les Croates et la civilisation du livre, Presses de l'Université de Paris-Sorbonne 1986, pp. 67-74; S. Pogue, Jacques Moderne, Lyons music printer, Droz, Ginebra 1969.

[28] Cf. Fortune et infortunes d'un livre de Marko Marulic: le De Institutione Bene Vivendi per Exempla Sanctorum (Venise, 1507), Leo Kosuta, en Les Croates et la civilisation de livre, pp. 55-66. Las obras de Mathias Flacius Illyricus (Matija Vlacic) son igualmente difundidas en Francia: su Catalogus testium veritatis fue impreso en Estrasburgo en 1526, y el panfleto Contre la principauté de l'éveque de Rome en Lyon, en 1564.

[29] Estas incrustaciones fueron robadas durante la revolución de 1789.

[30] Evangéliaire slave dit Texte du Sacre - Notice et éclaircissements por Louis Paris, Librairies Didron et Techener, Paris 1852.

[31] Sin hablar de Jernej Kopitar qur pensaba que el manuscrito tenía como autor al mismo San Metodio ("Glagolita Golzianus"), la presencia en Reims de este evangelario dio nacimiento a hipotesis de lo más fantasiosas. Según el abate Pluche, el leccionario provenía de Ebbon, custos de la biblioteca de Louis le Débonnaire, algunos, al contrario, sostenían que fue donado por Anne de Kiev a Roger, obispo de Chalons, cuando lo vino a buscar para conducirla a Henri I; Dobrowski pensaba, por su parte, que fue regalado, cerca del 1250 al arzobispo de Reims por Hélene d'Anjou, reina de Serbia; otros, en fin, pretendían que los croatas lo habían descubierto cuando el saqueo de Constantinopla y que Beaudoin lo había donado a Guillaume aux Blanches Mains, arzobispo de Reims.

[32] Se sabe, en efecto, que desde el siglo IX, escribientes croatas trabajaban en Bohemia y en Moravia.

[33] Nacido en Aberdeen, Alexandre Anderson enseñaba matemáticas en París; fue discípulo de Viete, se le publicaron varias obras póstumas. En 1612, publica Supplementum Apollonii redivivi que completa ciertos trabajos de Getaldic.

[34] Se trata de Promotus Archimedis, Nonnullae propositiones de parabola y Variorum problematum collectio.

[35] Apollonius redivivus seu restituta Apollonii Pergaei inclinationum geometria (1607) y Apolonius redivivus seu restitute Apollonii Pergaei de inclinationibus geometriae, liber secundus" (1613).

[36] "Documents inédits sur la vie de Banduri a Paris", Jean Dayre, en Annales de l'Institut Francais de Zagreb (AIFZ), 1937, p. 154.

[37] Banduri estuvo también próximo al partido anti-jansenista que dirigían el cardenal de Rodran y Henri de Thiard, cardenal de Bissy.

[38] "Documents inédits sur la vie de Banduri a Paris", Jean Dayre, p. 156.

[39] Ejemplo de piedad, Louis d'Orléans (1703-1752) termina su vida en la abadía de Santa Genoveva. Estudioso del hebreo, fue también botánico y numismata.

[40] También es en esta época que ciertos eruditos franceses comienzan a estudiar el idioma croata. Se sabe por ejemplo que el abate de Cézi y el profesor Jean Doujat (1607-1688) hablaban croata. El primer glosario francés-croata se debe a Jean Palerne (de Forez, 1557-1592) cuya Pérégrinations (Lyon, 1606) contiene un léxico en lengua francesa, italiana, griego vulgar, turco, morisco o arabesco y eslavo.

[41] Nicolas Caussin (1583-1651), jesuita, confesor de Louis XIII y del duque de Enghien (el Grand Condé), fue rival del Cardenal de Richelieu.

[42] Fue en la segunda mitad del siglo XVIII que Oresek publica, en Croacia, un primer glosario croata-francés de cerca de 270 palabras.

[43] Adversario encarnizado de los jansenistas, Jean-Joseph Languet de Gergy (1677-1753) fue arzobispo de Sens (1730). Miembro de la Academia Francesa (1721), fue el tutor del delfín a partir de 1715.

[44] El jesuita Francois Nepveu (1639-1708) fue autor de obras edificantes; De la connaissance et de l'amour de Jésus-Christ (1681), Exercices intérieurs pour honorer les mysteres de Jésus-Christ (1691), La maniere de se préparer a la mort (1693), etc.

[45] Aspects de la réception croate de Moliere au XVIII siecle, Mirko Tomasovic, en Les Croates et la civilisation du livre, pp. 75-90.

[46] Algunos títulos de adaptaciones: Jarac u pameti (Sganarelle), Nauk od muov (L'école des maris), Tarto (Tartuffe), Mizantrop (Le Misanthrope), Lakomac (L'Avare), Ilija Kuljias (Le Bourgeois Gentilhomme), Nemocnik u pameti (Le malade imaginaire), etc. Cr. Mirko Deanovic, Anciens contacts entre la France et Raguse, Mirko Tomasovic, Aspects de la réception croate de Moliere au XVIIIeme siecle, Fedora Ferluga Petronio, Il teatro in Croazia nel Settecento, en Studi in onore de Milan S. Durica, Instituto Slovaco y Univerzitna Kninica, Bratislava 1995, pp. 73-80.

[47] David Augustin de Brueys (1640-1723) y Jean de Bigot Palaprat (1650-1721) eran dos calvinistas convertidos al catolicismo. El segundo no escribió prácticamente nada, y lo esencial de sus obras (Gabine, Asba, Le Grondeur, L'Avocat Pathelin) se debe a Brueys.

[48] Nombrado con destino a Dubrovnik el 13 de junio de 1757, André Alexandre Le Maire se quedará hasta enero de 1764 donde lleva una guerrilla continua con el Senado. Muy poco objetivo, su informe es una verdadera requisitoria contra la República de Dubrovnik. Cf. "Quelques remarques sur le rapport Le Maire", Zdravko Sundrica, en Raguse, Journal of Croatian Literature, n° 4-1991, pp. 263-270.

[49] "Le rapport Le Maire", en Raguse, Journal of Croatian Literature n° 4-1991, Most, Zagreb 1991, pp. 149-261.

[50] Mirko Deanovic, Ancien contacts..., p. 144

[51] La primera versión francesa de la Theoria data de 1760 y es la de Leroy, que era próximo a Diderot.

[52] Planete n° 17, Paris 1963, p. 43 ("L'échelon au-dessus et au-dela du génie")

[53] Fue el 29 de julio de 1769 que fue elegido miembro de la Academia de Lyon.

[54] Joseph Pitton de Tournefort (1656-1708) fue profesor de botánica en el Jardin des Plantes y profesor de Medicina en el College de France. Gran viajero (llegó hasta Armenia), relató su paso por Dubrovnik en su Relation d'un voyage en Levant (Paris, 1717).

[55] Numismático distinguido, De Peyssonel (1727-1790) fue cónsul general en Esmirna, en Crimea y en Canée (Chipre).

[56] Esta disertación serviría de introducción a sus Observations historiques et géographiques sur les peuples barbares, qui ont habité les bords du Danube et du Pont-Euxin (Paris, 1765).

[57] D'Alembert lo llamaba solamente como "el jesuita" y se empecinaba en considerarlo como italiano, lo que contrariaba a Boskovic...

[58] Jesuita, el padre Augustin Baruel (1741-1820) fue exiliado en dos ocasiones: la primera vez en momentos de la disolución de la Compañía de Jesús (1773-74) y la segunda vez en razón de la Revolución (1792-1802). Teórico de la Contra-Revolución, escribió Mémoires pour servir a l'histoire du Jacobinisme, Du pape et de ses droits religieux a l'occasión du Concordat y Les Helviennes ou lettres provinciales philosophiques

[59] Citado por V.M. Yovanovitch, La Guzla de Prosper Mérimée, Hachette, Paris 1911, p. 23.

[60] Miembro de los Arcadiens bajo el seudónimo de Doriclea, Marie-Anne Fiquet du Boccage (1710-1802) escribió La Mort d'Abel, Les Amazones y La Colomiade; varias de sus obras fueron traducidas al inglés, al español, al alemán y al italiano. Cf. Une Femme de lettres au XVIIIe. siecle. Anne-Marie du Boccage, Grace Gill-Mark, Edition Champion, Paris 1927.

[61] Boskovic estaba bastante ligado al hermano de Madame de Marchais, el compositor Jean-Benjamin de la Borde, Primier Valet de Louis XV. Es también posible que haya conocido al violinista croata Ivan Mane Jarnovic (Giovanni Giarnovich) que residía en París entre 1773-74.

[62] Boris Siroki - Cónsul honorario de la República de Croacia en Caracas.

[63] JOSÉ LUIS DE IMAZ, Doctor en Sociología, autor de Los que mandan y Promediando los cuarenta, entre otros doce títulos. Investigador del Conicet y profesor de la Universidad Católica Argentina. Fue director de Asuntos Universitarios del Ministerio de Educación.