STUDIA CROATICA
Año XXVI – Abril - Junio 1985 - Vol. 97
A cuarenta años del genocidio de Bleiburg
Bleiburg 1945 — El super-Katyn croata
Odesa 1917 - Preludio de Bleiburg 1945
Crónicas - Glosas - Comentarios
Croatas de todo el mundo rinden en Bleiburg homenaje a sus mártires
Los jóvenes croatas participan en el Año Mundial de la Juventud
Ingreso del Consejo Nacional Croata a la Union Paneuropea
Los eslovenos se orientan hacia su Estado independiente
Los eslovenos libres en recuerdo de sus hermanos víctimas del genocidio comunista hace 40 años
El ministro yugoslavo de asuntos exteriores en gran aprieto por el "caso Dragičević"
Argentina: Conmemoración del cuadragésimo aniversario del Genocidio de Bleiburg
Argentina: Conmemoración de la Tragedia de Bleiburg en Córdoba
Alemania: Centro de Información del Consejo Nacional Croata
Alemania: Aporte croata al Año de la Música Europea
Canadá: Centro Islámico Croata
Chile: destacada actuación de chilenos de origen croata
Falleció el prof. Lucas Ev. Fertilio
Uruguay: Fue Recordada la Tragedia de Bleiburg
En defensa de los derechos humanos
Yugoslavia: una dictadura camuflada
Siguen las persecuciones en Yugoslavia
Testimonios de los sobrevivientes del genocidio de Bleiburg
Transmitir la fe en el mundo del tercer milenio
El genocidio de Bleiburg en la prensa argentina
El genocidio de Bleiburg en la prensa uruguaya
Por primera vez en Chile el pintor Zdravko Dučmelić expone su "Homenaje a Borges"
Un croata pionero en la industria automotriz suiza
Vinko Nikolić: "Tragedija se dogodila u svibnju..."
Venko Markovski: Goli Otok - The island of death. A diary in letters
Bibliografia sobre la Tragedia de Bleiburg
El primer libro de la Academia de Lengua Croata
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En 1963 publicamos una
voluminosa documentación —nuestra primera edición especial — La Tragedia de
Bleiburg. Hemos descorrido el velo que ocultaba uno de los crímenes más
horrendos de la historia moderna: la matanza de unos 200.000 soldados y de
100.000 civiles croatas entre mujeres y ancianos, jóvenes y niños, enfermos y
heridos.
Ahora, al cumplirse 40 años de
aquel holocausto iniciado a mediados de mayo de 1945 en Bleiburg, después de
haber concluido la sangrienta guerra y sobrevino la paz, incluimos en el
presente volumen documentos que arrojan nueva luz sobre las causas y las
consecuencias de los hechos ocurridos.
Después de los cuarenta años
transcurridos, el genocidio de Bleiburg se ve con mayor claridad como un
estallido de un proceso de opresión continuo que tiene sus raíces en el mismo
origen del estado yugoslavo, aceptado por la dinastía y los políticos
granservios a condición del predominio de su pueblo ein detrimento de la
libertad y del desarrollo de los demás pueblos involucrados, en particular del
pueblo croata. Hoy, bajo el disfraz de un estado socialista y federal, esta
política imperialista sigue y se extiende también a otras nacionalidades de la
comunidad yugoslava, persiguiendo con la fuerza bruta de los medios de opresión
más virulentos a todos los que luchan por la autodeterminación y la libertad
nacional.
En el volumen anterior
publicamos el Memorandum del arzobispo de Zagreb, dr. A. Bauer, de mayo de
1935, denunciando —a sólo diez años antes de la tragedia de Bleiburg— los
crímenes cometidos contra el pueblo croata en la Yugoslavia monárquica. En el
tomo presente nos referimos a las torturas y el martirio de los soldados croatas
obligados a incorporarse a los contingentes militares servios, presuntamente
"voluntarios', en la Primera Guerra Mundial. Las persecuciones en ambas
Yugoslavias que anteceden y siguen después de la matanza de Bleiburg hasta
nuestros días -los presos de conciencia sometidos a torturas, cárceles,
trabajos forzados y centros de exterminio— prueban esa determinación de los
gobernantes yugoslavos, prescindiendo del régimen imperante, para borrar al
pueblo croata como entidad nacional: un genocidio continuo, biológico y
cultural, que se inició en Odesa en 1917 y sigue a través de Bleiburg hasta
hoy.
La increible fuerza del pueblo croata resistió con denuedo a todos los ataques que tuvo y tiene que enfrentar. Superada la depresión a causa de la masacre de Bleiburg y de las "marchas de muerte", actualmente brota en el sentir croata un despertar nuevo, una claridad de conceptos políticos reflejada en la conciencia de que el conglomerado estatal yugoslavo bajo cualquier forma constitucional, representa la esclavitud y el peligro mortal para el pueblo croata; que solamente en su estado propio quedan garantizados su existencia nacional, su desarrollo, bienestar, su libertad y la dignidad para sus hijos y para los que conviven en su suelo.
Al seguir revelando en Studia
Croatica los horrendos crímenes de genocidio del pueblo croata, no nos
mueve el odio ni espíritu de venganza. Por el contrario, pensamos que los
hechos y sus motivos, descriptos en nuestras páginas, simbolizan la ofrenda más
digna y más duradera que podemos depositar en las tumbas desconocidas de
millares y millares de mártires croatas, verdad ésta que, esperamos, despertará
algún día la conciencia adormecida de los rectores del llamado Mundo Libre
quienes todavía, a la vez que se declaran defensores de los derechos y de la
libertad del hombre, siguen tolerando y sosteniendo indirectamente la
esclavitud de pueblos enteros.
La Redacción
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El problema de la
responsabilidad por la extradición de los croatas a los comunistas yugoslavos
Milan
Blažeković, Buenos Aires
Hoy en día no hay nadie, por
poco versado que sea en la historia de la Segunda guerra mundial que no conozca
el nombre Katyn, y no sepa su significación. Para los menos versados en los
pormenores de dicha guerra cabe mencionar que se trata de un lugar boscoso
cerca de Smolensk, en la URSS, donde las tropas alemanas descubrieron, en abril
de 1943, fosas comunes con unos diez mil cadáveres de oficiales y suboficiales
polacos, ultimados con el tiro en la nuca por la NKVD soviética, en abril de
1940[1].
Debido a participar en la investigación del descubrimiento, "los alemanes
respondieron nombrando una 'Comisión Internacional de expertos en las
Universidades europeas', que llegó a Smolensk el 28 de abril de 1945"[2].
Los doce expertos europeos establecieron aproximadamente el número de las
víctimas, la fecha y la forma de la muerte. Desde entonces, y a lo largo de las
décadas posteriores, el nombre Katyn se ha convertido en sinónimo de la matanza
o exterminio en masa de los adversarios políticos o ideológicos, dando a la vez
origen al neologismo: el katynismo. Sin embargo, a pesar de las evidencias de
lo contrario, los soviéticos echan la culpa a los alemanes por los crímenes de
Katyn. El Tribunal internacional de Nuremberg en 1946 no juzgó por los hechos
en Katyn ni a los. alemanes ni a los soviéticos. ¡Así, Katyn no tuvo su
Nuremberg![3].
Cada cual toma posición respecto a la autoria del crimen según su conveniencia
política. Por ello, a comienzos de abril de 1985 el gobierno polaco colocó, en
el cementerio Powazki en Varsovia, una gran cruz de granito blanco con la
inscripción: "A los soldados polacos, víctimas del fascismo hitleriano,
que yacen en tierra de Katyn"[4].
Es de esperar que un día la opinión pública mundial esté unánime en cuanto a la
autoria de la matanza de los oficiales polacos perpetrado en 1940 en Katyn.
El nombre Bleiburg, en cambio,
no es tan conocido en el mundo a pesar del hecho de que las víctimas de las matanzas
de los croatas y otras nacionalidades, cometidas por Ias unidades del ejército
comunista yugoslavo, a partir del 15 de mayo de 1945 y durante varias semanas
subsiguientes, exceden por lo menos veinte veces el número de las víctimas de
Katyn. El nombre Bleiburg no engendró todavía en el mundo ninguna nueva noción,
ningún neologismo por no ser lo suficientemente conocido. Para los croatas, sin
embargo, la palabra Bleiburg adquirió, desde hace cuarenta atlas, significación
de la tragedia nacional croata, se convirtió en sinónimo del genocidio de los
croatas por tratarse de la aniquilación no sólo de militares, sino también de
la población civil —mujeres, niños y ancianos. ¿Por qué? ¿Qué había ocurrido?
He aquí una breve explicación.
Al no efectuarse el desembarco
de los Aliados occidentales en la costa dálmata, como era esperado de todos en
los Balcanes, el día 6 de mayo de 1945 el gobierno del Estado Independiente de
Croacia, proclamado el 10 de abril de 1941, decidió evacuar la capital del
país, Zagreb, retirando sus fuerzas armadas a través de Eslovenia a Austria, a
fin de tomar contacto con el ejército de los Aliados occidentales y
rendírseles. El propósito de tal decisión fue escapar al envolvimiento por las
fuerzas soviéticas que avanzaban desde el este hacia el oeste, y por las
fuerzas comunistas yugoslavas que empujaban desde el sur en dirección a
Trieste. Al ejército croata se le unieron varios centenares de miles de la
población civil, acampados ya desde varios meses en Zagreb y sus alrededores como
refugiados ante las atrocidades de los partisanos yugoslavos. La planeada
retirada militar se había convertido, por lo tanto, en un verdadero éxodo de
una parte de la nación croata en busca del asilo politico en la zona ocupada
por las potencias occidentales, o sea Italia (Venecia Julia) y Austria.
Con anterioridad a la retirada,
el gobierno croata había enviado un extenso memorandum al mariscal de campo
Harold Alexander, Comandante supremo aliado para Mediterráneo (SACMED) con sede
en Caserta, Italia, en el cual solicitaba el envío inmediato de una misión
militar a Croacia para confirmar los hechos expuestos y el despacho de las
fuerzas armadas aliadas a Croacia para hacer frente a la emergencia reinante.
El memorandum termina diciendo: "Cada ejército tiene el derecho a
rendirse, solamente el ejército croata debería ser masacrado in capite et in
membris, aunque este ejército, siendo defensor de su nación y de su Estado,
jamás tuvo ambiciones conquistadoras"[5].
Luego de un peregrinar de ocho
días, a pie o con toda clase de locomoción, interrumpido por los ataques
esporádicos por aire y por tierra por parte de los partisanos y las luchas
intermitentes del ejército croata con ellos, una pequeña parte de los soldados
y civiles logró cruzar el río Drava en Dravograd y llegar a Klagenfurt y otros
lugares en Austria. En cambio, el grueso del ejército y de los civiles,
impedido por las tropas búlgaras al mando soviético, a forzar el cruce del rio,
fue obligado a desviar hacia el oeste, o sea, hacia la pequeña ciudad
fronteriza de Bleiburg, adonde llegó el día 14 de mayo de 1945. Establecido el
contacto con el comandante del 17 regimiento de infantería de las fuerzas
británicas en la zona, el mayor británico aplazó el avance de la interminable
columna de refugiados croatas hasta tanto se efectúe una entrevista del general
británico con los emisarios croatas, fijada para el día siguiente en el
castillo de Bleiburg. Durante la entrevista, de cuya segunda parte participan
también los representantes del ejército comunista yugoslavo, el general Patrick
Scott, comandante de la 38 brigada irlandesa de infantería, declina la petición
croata para llevar el caso croata al mariscal Alexander, por tratarse más bien
de un asunto político que militar, y exige la deposición de armas y la
rendición total de las fuerzas yugoslavas. El general Scott hasta ofrece a los
yugoslavos su ayuda en el desarme de las fuerzas armadas croatas, si la
necesitaran. Los aviones aliados sobrevolaban la región de Bleiburg y los
tanques británicos obstruían cualquier intento de avance por fuerza. Los
emisarios de las fuerzas croatas en dichas "negociaciones", no
teniendo otra alternativa a su disposición, se ven obligados a capitular, o
sea, a entregar las armas y a rendirse dentro de una hora[6].
Entregadas las armas, empezaron las marchas de prisioneros croatas hacia el
interior de Yugoslavia. Una vez fuera de la vista de los ingleses comenzaron
las matanzas indiscriminadas de los soldados y civiles croatas sobre la marcha.
Las marchas de los desdichados repatriados por fuerza se convirtieron en
verdaderas "marchas de muerte", que se detuvieron en Dravograd,
Maribor, Ljubljana, Kočevlje y en otros lugares de Eslovenia a los efectos
de separar a los oficiales, suboficiales y soldados de la masa de los civiles a
fin de liquidarlos en forma colectiva y enterrarlos en fosas comunes. Luego
proseguían estas marchas de muerte a través de Croacia, Vojvodina y Servia
hasta la frontera con Rumania.
Se estima que durante las
operaciones de aniquilación de soldados y civiles anticomunistas fueron
ultimados alrededor de 300.000 croatas, cerca de 12.000 eslovenos (Domobranci),
cerca de 6.000 montenegrinos (federalistas-nacionalistas), unos 3.000 servios
(chetnici) y alrededor de 60.000 alemanes (Wehrmacht) [7].
Las matanzas que empezaron el 15 de mayo seguían consumiéndose durante las
semanas subsiguientes. A los centenares de miles de extraditados en Bleiburg se
sumaban miles de refugiados que pudieron cruzar la frontera austríaca y que
fueron sucesivamente entregados por los británicos a los comunistas yugoslavos
durante el resto del mes de mayo so pretexto de ser transportados a Italia. Las
extradiciones de los croatas y de los demás anticomunistas desde Austria a
Yugoslavia cesaron recién a finales de dicho mes en virtud de los informes
brindados sobre las terribles matanzas por los que lograron escapar a las
mismas y que alcanzaron cierta notoriedad en los círculos oficiales británicos.
A esta altura de la presente
exposición cabe formular los siguientes interrogantes: ¿Por qué los británicos
obligaron a los refugiados croatas, militares y civiles ya en el territorio
austríaco, a entregarse a las fuerzas comunistas yugoslavas? ¿Dependía la
aceptación o el rechazo de la rendición croata a las fuerzas británicas de la
voluntad o disposición del general Patrick Scott, o éste cumplia órdenes
recibidas?
Un telón de profundo silencio
había caído sobre los horrendos hechos ocurridos luego de la extradición de los
croatas el 15 de mayo de 1945 como así también sobre la cuestión de la
responsabilidad por los mismos. A la conspiración internacional de silencio
sobre el mayor crimen de la Segunda Guerra Mundial se sumaba la inaccesibilidad
a la opinión pública de los documentos oficiales diplomáticos y militares
británicos en el Public Record Office, en Londres, por treinta años.
Durante los treinta años
aproximadamente, transcurridos desde la tragedia de Bleiburg, los croatas y los
demás afectados por las extradiciones británicas a los comunistas yugoslavos,
investigaban los acontecimientos, juntando testimonios de los sobrevivientes
del holocausto. En base a tales declaraciones y testimonios aparecieron
voluminosos libros, que señalamos en las notas (6) y (7), que tratan de
dilucidar el qué y el cómo de lo ocurrido en Bleiburg el 15 de
mayo de 1945. El porqué de todo eso quedaba oculto durante casi tres
décadas. Al levantarse el secreto oficial de los documentos en el Public
Record Office, a principios de 1972, comenzó a aclararse paulatinamente la
política seguida por los aliados con respecto a distintos grupos de las fuerzas
anticomunistas que cayeron al cautiverio aliado en el curso de la guerra.
La política aliada respecto a
los prisioneros rusos en las formaciones militares alemanas parece crear en
cierto grado un precedente a lo ocurrido en Bleiburg. Ello tanto más por cuanto
con los croatas se retiraban de los Balcanes también las unidades cosacas del
ejército alemán, a las cuales era aplicable la política aliada ya convenida
durante el año 1944, o sea, su devolución a la URSS. Es por ello que nos
referimos brevemente al desenvolvimiento de esa política y sus formulaciones
finales. Lo hacemos valiéndonos del libro del lord inglés Nicholas Bethell, intitulado
"The Last Secret - Forcible Repatriation to Russia 1944-1947" [8].
En efecto, el problema de los
prisioneros de guerra rusos surgió entre los Aliados después de su desembarco
en Normandía del 6 de junio de 1944. Se trataba de los prisioneros de guerra
rusos que vestían uniformes alemanes, o sea de ciudadanos soviéticos integrados
en las fuerzas armadas alemanas. Todavía el 28-5-1944 el embajador británico en
Moscú, Archibald Clark Kerr, escribe al comisario soviético para los asuntos
exteriores, V. Molotov, que una promesa soviética de amplia amnistia para todos
aquellos que se entreguen a las fuerzas aliadas, facilitaría la deserción de
los rusos de las unidades militares alemanas. Molotov contesta que esa idea
carecía de sentido pues i existían tales personas. Sin embargo, después del
desembarco aliado en Normandía se había comprobado que el 10 por ciento de los
prisioneros, trasladados a Inglaterra, eran rusos en uniformes alemanes. La
cuestión del destino de los prisioneros de guerra rusos suscitó en Gran Bretaña
opiniones conflictivas. El día 24-6-1944 el Foreign Office formula la
tesis "de que el gobierno soviético tiene el derecho a tratar a sus
propios ciudadanos como lo estime conveniente y que los gobiernos británico y
norteamericano no tenían derecho a negar a su aliado la oportunidad de exigir
de sus ciudadanos la rendición de cuenta".
El 17-7-1944 el Gabinete de
guerra británico adopta el principio de que los prisioneros serán entregados si
el gobierno soviético así lo quiera. El lord Selborne, ministro para la
conducción de guerra en lo económico, protesta enérgicamente en sus cartas a
Churchill y Eden contra tal decisión, aduciendo que la mayoría de los
prisioneros había sido obligada a enrolarse en el ejército alemán y que su
retorno a Rusia significaba su muerte segura mediante fusilamiento. Eden anotó
en la misma carta de Selborne así: "Si estos hombres no se van a Rusia,
¿adónde irán? Nosotros no los queremos aquí". La reacción de Churchill era
más benévola; recomienda el uso de todos los medios de demora. El 23-8-1944 el
embajador soviético en Londres, M. Gousev, escribe a Foreign Office que el
gobierno soviético realmente quiere la repatriación de los prisioneros y pide
que el gobierno británico provea las naves para su traslado. Sir James Grigg,
secretario de Estado de guerra, escribe a Eden que le gustaría que el gabinete
dictara una resolución respecto a este problema y concluye: "Si entregamos
a muerte a los prisioneros rusos, esto tendrán que efectuarlo las autoridades
militares según mis instrucciones. Esto, empero, me da derecho a contar en este
asunto muy desagradable, con el apoyo de la opinión competente del
gobierno"[9].
Anthony Eden fue encargado de
preparar la correspondiente resolución del gabinete (Cabinet Paper), la que
realiza el 3-9-1944[10].
Nicholas Bethell comenta extensamente sobre el razonamiento de Eden y dice:
"Se hizo práctica política británica y norteamericana el minimizar e
ignorar del todo las inaceptables particularidades del gobierno soviético, sus
injusticias y represiones masivas. Las discusiones después del descubrimiento
de la masacre en los bosques de Katyn, en abril de 1943, han demostrado que los
Aliados occidentales en cualquier polémica parecida asumirán seguramente una
posición favorable a los soviéticos. Eso no era un asunto de justicia, sino de
la realidad militar. En otoño de 1944, al igual que en la primavera de 1943, el
Ejército Rojo cargaba con el peso de la guerra. Era inconcebible ofender al
gobierno soviético, acusándolo de inhumanidad".
Eso ha sido —sigue diciendo
Bethell— lo que indujo a Eden a escribir que Gran Bretaña no tenía derecho
legal ni moral de interferir en el problema cómo Stalin trata la gente que han
luchado contra él, y prosigue: "El (Eden) requirió al gobierno romper con
la tradición británica de otorgamiento de asilo político a los oprimidos y
perseguidos, y entregar a miles de hombres al castigo que —como lo reconocía
libremente— sería la sentencia a muerte y ello sin distinción entre el inocente
y el criminal"[11].
El día 4-9-1944 el gabinete de guerra de siete miembros aprueba las
proposiciones de Eden "luego de una breve discusión". Pero, no cabe
la menor duda —concluye Bethell— que en 1944 él era quien, a pesar de la fuerte
protesta de Selborne y la inicial renuencia de Churchill, hizo que el gabinete
británico aceptara la política de la repatriación forzosa. En la conferencia de
Moscú, el 12-10-1944, Eden menciona la cuestión de los prisioneros. Stalin
expresa su deseo de tenerlos a todos y promete hacer todo lo necesario respecto
a los prisioneros británicos en Alemania, cuando el Ejército Rojo llegue en posesión
de los campos de prisioneros de guerra en Alemania. En la conversación entre
Eden y Molotov, el 17-10-1944, fue por primera vez mencionada la posibilidad de
repatriación de los prisioneros por fuerza. Molotov pide una declaración formal
del gobierno británico por la que acepta la repatriación de todos los
ciudadanos soviéticos.
Luego del desembarco en
Normandía también los norteamericanos tenían en sus campos de detención en
Europa y América unos 28.000 rusos en uniformes alemanes. El 23-9-1944 el embajador
soviético en Washington, Andrej Gromyko, protesta ante el secretario de Estado
norteamericano, Edward Stettinius, por transportar a los prisioneros de guerra
rusos a América. El gobierno británico informa al gobierno norteamericano
acerca de sus conversaciones con Stalin y Molotov, pero no así acerca de la
discusión en el seno de su gobierno y de la decisión de utilizar fuerza para
efectuar la repatriación. El 2-11-1944 el almirante William Leahy, jefe del
estado mayor general de Roosevelt, escribe a Stettinius: "Dado que el
ministerio de guerra en concordancia con el Foreign Office ha acordado que los
ciudadanos soviéticos capturados deberían ser entregados a las autoridades
soviéticas sin excepción ... no es recomendable para el gobierno de los Estados
Unidos proceder de otra manera frente al gobierno soviético respecto a las
personas que entran en esta categoría"[12].
El día 20-12-1944 Stettinius
envía el siguiente telegrama: "La política que el gobierno de los Estados
Unidos ha adoptado en relación con ello es que todos los que reclaman la
nacionalidad soviética serán entregados al gobierno soviético sin tomar en
cuenta si quieren regresar o no"[13].
Aparentemente la política británica y americana eran idénticas. No obstante, la
diferencia ha sido sustancial: la política británica era entregar a los
soviéticos "a todos los ciudadanos soviéticos" mientras que la
política norteamericana esa devolver "a quienes reclaman la nacionalidad
soviética". Para los nortear ericanos eran alemanes todos quienes vestían
el uniforme alemán, a menos que sostenían que no Io eran. Los americanos
procedían de esta manera por tener muchos no-americanos en las filas del
ejército americano y eran prisioneros de guerra en Alemania.
Los americanos temían las
represalias alemanas. Stettinius contesta a Gromyko, el 8-11-1944, que de los
300.000 prisioneros en las manos americanas serán devueltos al gobierno
soviético tan sólo quienes reclamen la nacionalidad soviética. Robert H.
Jackson, ministro del interior norteamericano, se declara por escrito, el
5-1-1945, contrario a la repatriación forzosa, a la muerte segura. Sin embargo,
el ministro de guerra norteamericano, Stimson, recibe del Departamento de
Estado la contestación de que se había prometido a los soviéticos la extradición
de todos los reclamantes de la nacionalidad soviética y que esa pro-mesa se
está cumpliendo. Hubo muchos casos de suicidio de aquellos que no habían
comprendido a tiempo qué es lo que significaba reclamar la nacionalidad
soviética.
Prontamente se ha comprobado que
esta postura no satisface a los soviéticos quienes requerian la repatriación
total. El avance rápido del Ejército Rojo en Alemania oriental, donde se
encontraban alrededor de 50.000 prisioneros de guerra británicos, ha movido a
Churchill a abordar el problema de la repatriación de los prisioneros el día
10-2-1945 en la conferencia de Yalta. El día siguiente fueron elaborados y
firmados los acuerdos acerca de la repatriación de todos los ciudadanos
soviéticos. Estos acuerdos quedaron secretos para la opinión pública. Cómo y de
qué manera se ha ciado cumplimiento a dichos acuerdos, especialmente en cuanto
a aquellos 50.000 cosacos y sus familiares que se retiraban junto con los
croatas, lo relata extensamente la obra de lord Bethell, The Last Secret,
en su capítulo intitulado "Mass deportation from the Drau Valley" (La
deportación en masa desde el valle del Drava).
Ahora bien, ¿cuál era la
política de los Aliados occidentales respecto a las fuerzas armadas de Croacia
y de las demás partes del otrora Reino de Yugoslavia?
Ya el día 27-4-1945 el embajador
británico en Belgrado, Ralph Skrine Stevenson, envía su cable Nro. 215 a Harold
Macmillan, ministro residente británico en Caserta, y más tarde también al
Foreign Office, en el cual formula proposiciones acerca del tratamiento de las
autoridades militares y civiles croatas y de otras nacionalidades cuando se
rindan a los Aliados. En efecto, Stevenson escribe que pronto los efectivos del
5to. Grupo del Ejército harán contacto con considerables fuerzas anti-partisanas
yugoslavas, cuyo número se estima en más de 20.000, y que los alemanes
deliberadamente facilitaron el pase a estas tropas en la esperanza de que
brearían confusión en una zona de intereses internacionales conflictivos y
dificultarían las relaciones con Yugoslavia y Rusia. Luego dice que estas
tropas están completamente comprometidas por su colaboración con los alemanes y
que harán una tentativa final para rehabilitarse a los ojos de los Aliados,
ofreciendo sus servicios a los comandantes aliados.
Dado que esta situación requiere
una decisión urgente, Stevenson escribe en el 5to. párrafo de su misiva:
"Tres caminos son posibles: a) deberían ser usados como tropas auxiliares;
b) deberían ser entregados al ejército yugoslavo; c) deberían ser desarmados y
alojados en los campos de refugiados. El camino a) está fuera de la cuestión
debido a nuestras relaciones con el gobierno yugoslavo y la comprobada
colaboración de estas fuerzas. El camino b) como política general es
incompatible con el tradicional reclamo de asilo de refugiados políticos al
terminar la guerra civil. El camino c) me parece la más razonable solución de
este asunto espinoso"[14].
En el párrafo siguiente de su
telegrama el embajador Stevenson sugiere que de común acuerdo con las autoridades
norteamericanas sean emitidas inequívocas instrucciones a los comandantes de
acuerdo con los siguientes lineamientos: "A todas las fuerzas
anti-partisanas que establezcan contacto con los comandantes aliados debe
decirse que ninguna clase de colaboración será siquiera discutida. Quienes
quieren rendirse, serán puestos en campos en las áreas básicas donde se
procederá a investigar detenidamente su situación. Los que quieren volver a
Yugoslavia como individuos, pueden hacerlo. Los demás serán enviados a campos
de refugiados. Aquellos, contra los cuales existen pruebas que los califican
como criminales de guerra, serán tratados más tarde como tales"[15].
Terminando su telegrama el
embajador Stevenson alude a la "peligrosa situación general en el área en
cuestión", pues en Belgrado sospechan que los británicos no se
reconciliarían con la completa cesación de relaciones con el enemigo
colaboracionista, y que podrían adoptar la alternativa bajo a) del párrafo 5 de
su telegrama. El mismo Winston Churchill justifica dicha sospecha en su opinión
al respecto, cuando el 29-4-1945 expresa: Esperábamos que estas fuerzas
anti-partisanas en el noroeste de Yugoslavia podrían, sin nuestra asistencia,
impedir a Tito la entrada a Venecia Julia y Trieste antes de la llegada de nuestras
tropas. En vez de hacer esto, parece ahora como si estos anti-partisanos
quisieran ofrecer sus servicios a los comandantes aliados, lo que es más
embarazoso". Luego prosigue la misma memoria: "Me temo que debemos
consentir el camino propuesto en el párrafo 5 del telegrama de Stevenson"
y termina diciendo: "Cualquier decisión que se adopte tendrá que ser
aclarada con los norteamericanos"[16].
El 29-4-1945 Sir Orme Sargent de Foreign Office anota el siguiente
apunte personal del Primer Ministro: "No hay duda alguna que su párrafo
5(c), o sea, que tienen que ser desarmados y alojados en campos de refugiados,
es la única solución posible. En efecto, tendría que informar al Departamento
de Estado desde el Foreign Office. No conviene molestar al señor Eden
con ello"[17].
Los norteamericanos a su vez
aprobaron la posición tomada por el Foreign Office. El día 1-5-1945 el
consejero político americano en Caserta, embajador Alexander C. Kirk, informa
al Secretario de Estado sobre la reunión de esa mañana en el cuartel general de
fuerzas aliadas, en la cual el representante de la sección G-1 británica había
sugerido que las tropas disidentes en Venecia Julia "deberían ser
entregadas a Tito para su disposición, a fin de no tener nosotros la
responsabilidad por ellos como personas desplazadas". No teniendo
instrucciones al respecto, el embajador Kirk las pide[18].
El 2-5-1945 el Secretario de
Estado actuante, Joseph C. Grew, informa a Alexander Kirk que el Departamento
de Estado ya tiene recomendaciones británicas y que ha aceptado que "(c)
deberían ser (fuerzas yugoslavas anti-partisanas) desarmadas y ubicados en
campos de refugiados y que el Foreign Office británico considera la alternativa
(c) como la única solución posible" (FRUS —Foreign Relations of the United
States, Diplomatic Papers, Vol. 5, p. 1226-28). El 3-5-1945 el embajador
británico en Washington, Earl Halifax, informa a Foreign Office que el
Departamento de Estado expresó su conformidad con la variante propuesta por el
embajador Stevenson en su telegrama Nro. 215 (F.O. 371-48812 R 7888/G). El
mismo día 3-5-1945 Macmillan informa a Foreign Office que el mariscal
Alexander ha instruido al 15avo. Grupo de Ejército, que opera en Venecia Julia,
considerar a las tropas anti-partisanas como "tropas hostiles
desarmadas" y ha destacado "que la disposición final sobre ellas será
decidida a nivel gubernamental" (F.O. 371-48813, R 7931/G). El 4-5-1945 el
embajador Stevenson informa al Foreign Office que la orden del mariscal
Alexander ha sido pasada el 2-5-1945 a las misiones británicas asignadas a los
ejércitos comunistas yugoslavos en noroeste de Yugoslavia y noreste de Italia
(F.O. 371-48918, R 7990/6/92)[19].
Según lo expuesto, los Aliados
occidentales coincidieron en una política diferente respecto a las fuerzas
anticomunistas infiltradas en Venecia Julia, de la política asumida para con
los prisioneros de guerra soviéticos en uniformes alemanes. Es de notar que la
política aliada de "desarmar y alojar en los campos de refugiados" a
las fuerzas yugoslavas anti-partisanas, según las instrucciones de Churchill al
Foreign Office, fue formulada en circunstancias bien diferentes de las
prevalecientes después dei desembarco aliado en Normandía. El problema de los
prisioneros de guerra británicos y norteamericanos en poder de los comunistas
yugoslavos no existió, a no ser de los cincuenta aviadores norteamericanos que
quedaron en Zagreb en manos de los comunistas yugoslavos como prisioneros
después de la retirada de las autoridades militares y civiles croatas el
6-5-1945[20]. Así, la
política aliada respecto a las fuerzas anti-partisanas ha sido formulada ya el
3 de mayo de 1945, o sea tres días antes de la decisión del gobierno croata de
retirar sus fuerzas armadas hacia Austria con el propósito de entregarse a los
Aliados occidentales.
¿Por qué entonces fueron las
fuerzas armadas croatas y los civiles entregados a las fuerzas yugoslavas de
Tito, el 15-5-1945, ya que la política aliada, establecida el 3-5-1945, preveía
que las fuerzas anti-partisanas, al entrar en contacto con el 15vo. Grupo del
Ejército, deberán ser desarmadas y alojadas en los campos de refugiados.
Al tratar este problema tenemos
que distinguir bien claro dos eventos principales de extradición de dos grupos
de refugiados y fuerzas armadas desde Croacia y/o Yugoslavia: el primer grupo
lo constituyen los refugiados y las fuerzas armadas eslovenas, servias,
montenegrinas y croatas que entraron a Venecia Julia y a Austria con
anterioridad al 13 de mayo de 1945 y que fueron sucesivamente repatriados en
grupos reducidos, por fuerza o mediante engaño, a Yugoslavia a lo largo del
mismo mes; el segundo grupo lo representan los 200.000 hombres del ejército
croata acompañados por medio millón de refugiados civiles que llegaron a la
llanura de Bleiburg, en Austria, el 14-5-1945, y que fueron entregados a los
partisanos yugoslavos el día siguiente, el 15-5-1945, en su totalidad.
En el presente ensayo pues nos
ocupamos principalmente de 1a extradición del segundo grupo de 200.000 soldados
y unos 500.000 refugiados civiles en Bleiburg por considerar que la suerte
corrida por el primer grupo durante todo el mes de mayo de 1945 es la
consecuencia del inexplicable cambio de la política aliada hacia los refugiados
"yugoslavos" hasta entonces en vigor.
Este conjunto de problemas fue objeto
de investigación por parte del historiador inglés, conde Nikolai Tolstoy, quien
en su extenso ensayo, intitulado "The Klagenfurt Conspiracy"
responsabiliza a Harold Macmillan por el cambio de la política aliada y por la
extradición de los croatas a los comunista yugoslavos. En efecto, Tolstoy
señala que el 12 de mayo de 1945 Macmillan habíaimandado un telegrama al
Foreign Office, diciendo que "a sugerencia del mariscal de campo Alexander
haré mañana una breve visita al cuartel general del 8vo. Ejército y del 13avo.
Cuerpo a fin de informar debidamente a los generales McCreary y Harding. Espero
estar de vuelta el 13 de mayo por la mañana temprano". Pero en lugar de
volver a Caserta el domingo 13-5-1945, Macmillan vuela al norte a Klagenfurt,
al cuartel general del comandante del 59 Cuerpo, general Charles Keightley, a
cuyo mando estaba el general Patrick Scott, comandante de la 389 brigada
irlandesa de infanteria. En Klagenfurt conferencian Keightley y Macmillan
mientras que el oficial del Estado Mayor, brigadier Toby Low —actualmente lord
Aldington— informaba sobre la situación reinante en la zona de Carintia con las
tropas soviéticas y yugoslavas presentes en distintos lugares. Sobre qué
conversaron Keightley y Macmillan, no se sabe con exactitud. La presencia de
las tropas de Tito no requería una decisión inmediata; lo que sí era urgente
fue el desagradable asunto de los cosacos y refugiados yugoslavos de quienes
Stalin y Tito eran deseosos de apoderarse y tratarlos de su manera usual y
sangrienta[21].
Sin embargo, el día 14-5-1945,
un día después que Macmillan regresara de Klagenfurt, el teniente general Sir
Brian Robertson, oficial principal administrativo en el Estado Mayor de Fuerzas
Aliadas en Caserta, emitió la instrucción al 8vo. Ejército en el sentido de que
"todo el personal de nacionalidad yugoslava establecida que se ha
entregado y que había servido en las fuerzas armadas alemanas, debe ser
desarmado y entregado a las fuerzas yugoslavas". El general Robertson se
dirige a Alexander C. Kirk, consejero político americano en Caserta,
preguntándole si los Estados Unidos están de acuerdo con esta nueva política de
repatriación forzosa de los anticomunistas yugoslavos. Kirk no responde hasta
haber recibido la opinión del Departamento de Estado. Efectivamente, el día 15
de mayo el Departamento de Estado contesta firmemente que "...somos
seriamente de opinión que la proyectada violación de la convenida política
anglo-americana no puede justificarse con la conveniencia administrativa".
De inmediato pasa Kirk esta disposición a Macmillan y al Supremo comando aliado
en Caserta. Pero, como se ha visto —dice el conde Tolstoy— ella fue
discretamente ignorada y la operación continuó sin detenerse. Recién el
4-8-1945, casi tres meses más tarde, las autoridades americanas descubrieron
que se habían efectuado extradiciones en gran escala que, según informaciones,
terminaron en "asesinatos en masa"[22].
Este vuelco arbitrario de la
política aliada hacia los refugiados y militares anticomunistas en Italia y Austria,
efectuado los días 13, 14 y 15 de mayo de 1945, fue la razón por la cual el
mayor británico, Rupert Lecky, comandante del 179 regimiento de infantería
ubicado en Bleiburg, desconociendo el cambio en primer momento recibió
amistosamente al oficial de enlace croata y prometió ayuda a los heridos, y que
ya el día siguiente, es decir el 15 de mayo, informado al respecto, el general
Patrick Scott rechazara recibir la rendición de los croatas, obligándolos a
deponer armas y entregarse a sus enemigos mortales, los partisanos yugoslavos.
AI respecto es muy instructivo el Diario de guerra de la 38 brigada de
infantería que abarca los días desde el 11 hasta el 31 de mayo de 1945 y que en
el 4° documento intitulado "Instrucción de operación Nro. 6, 15 de mayo de
1945, a las 11.15 A.M.", apunta: "2. Los croatas — (a) Emigración
nacional en curso con el objeto de rendirse al ejército británico. Cifras en
cuestión: alrededor de 1 1/2 millón aproximándose a Bleiburg, incluyendo dos
cuerpos de ejército, cada uno de 100.000 aproximadamente, careciendo de
municiones. (b) Su rendición ha sido rechazada y no deben cruzar la vieja
frontera austríaca. Así se los ha informado y advertido que pensábamos usar
fuerza de armas para hacer valer nuestra decisión"[23].
También el 6to. documento, que constituye el extracto del reportaje sobre la
38ª. brigada irlandesa de infantería desde el 1 de mayo hasta julio de 1945 y
firmado por el general Patrick D. Scott, confirma las órdenes recibidas del
brigadier Toby Low en nombre del general Charles Keightley. El general Scott
escribe el día 14-5-1945: "Al someter este delicado pequeñito problema de
los croatas a la autoridad superior, se me ha dicho que de ninguna manera
podamos permitirles que se rindan a nosotros; ellos han luchado contra los
yugoslavos, ayudando a los alemanes, por lo tanto tienen que ser prisioneros
yugoslavos" [24].
La orden de entregar a los
croatas y demás refugiados militares y civiles a los comunistas yugoslavos se
mantuvo secreta hasta el día 31-7-1945. Ese día, a instancias del doctor Miha
Krek, ex vicepresidente del gobierno yugoslavo en Londres, sobre el problema de
la repatriación de los yugoslavos, el teniente general W. D. Morgan, Jefe de
Estado Mayor de SACMED, respondió: "1. Contestando su curta del 8 de junio
de 1945, dirigida al Comandante supremo aliado, he recibido instrucciones para
informarle que los ciudadanos yugoslavos, que fueron repatriados durante la
última parte de mayo desde Austria a Yugoslavia, llevaron armas para los
alemanes contra Ias tropas aliadas yugoslavas del mariscal Tito. Por ello se
los trató como personal militar enemigo rendido. Como tal y vista la situación
existente en Austria en aquel entonces, han sido entregados a las fuerzas
militares yugoslavas en el curso de las operaciones militares que se han
llevado a cabo en esa parte de este país por parte de las fuerzas británicas y
yugos-lavas. Esta extradición era ejecutada por órdenes de este Cuartel
General. 2. Ningún yugoslavo, que no ha peleado contra los Aliados y que está
clasificado como persona desplazada, ha sido repatriado a Yugoslavia contra su
voluntad. Queda en pie la política aliada de permitir a tales personas
desplazadas la libre elección si quieren o no volver a Yugoslavia. Firmado por
SACMED, W.D. Morgan, teniente general, Jefe del Estado Mayor"[25].
Este documento es una prueba más
que la orden de extradición a Yugoslavia ha salido de Caserta con conocimiento
del Comandante supremo, quiere decir, del mariscal Harold Alexander. Por lo
tanto, el general Patrick D. Scott no hizo otra cosa que cumplir las órdenes
recibidas. Así, la suerte del ejército croata —que no ha combatido por los
alemanes, sino en defensa del Estado Independiente de Croacia en la última
conflagración mundial— y de los civiles en Bleiburg ha sido decidida con
anterioridad a las "negociaciones" de los emisarios croatas con el
general Patrick D. Scott, el 15 de mayo de 1945 por la tarde, en el castillo de
Bleiburg. Las aseveraciones en el segundo párrafo de la carta del general
Morgan, peca de mendacidad pues fueron entregados centenares de miles de
personas civiles sin que fuesen preguntadas si desean volver a Yugoslavia o no.
Por fin cabe la pregunta: ¿Quién
es el responsable por el cambio de la política aliada de no-extradición de las
fuerzas anti-partisanas? El historiador Nikolai Tolstoy considera como único y
principal responsable a Harold Macmillan, ministro residente británico en
Caserta, liberando de toda culpa al mariscal Harold Alexander. Otros autores,
sin embargo, ni comparten este concepto. El periodista y publicista italiano,
Antonio Pitamitz, en su largo y detallado ensayo "La strage dei Croati nel
1945", publicado en la revista Storia Illustrata en julio de 1984,
reproduce los documentos intercambiados entre el mariscal Alexander y el
mariscal Tito por intermedio de la misión británica en Belgrado, sobre la
entrega de "aproximadamente 200.000 ciudadanos yugoslavos que prestaron
servicio en la fuerzas armadas alemanas" [26].
En efecto, en el telegrama del 15-5-1945 de SACMED a la misión británica en
Belgrado se pide que se transmita Tito lo siguiente: "El comandante de las
tropas aliadas en Austria informa que se le rindieron alrededor de 200.000
ciudadanos yugoslavos que pres taban servicio en las fuerzas armadas alemanas.
Queremos devolverlos el seguida a las fuerzas del mariscal Tito y le estaríamos
agradecidos si e mariscal Tito accediera a impartir instrucciones a sus
comandantes de re cibirlos y que conviniera con el comandante del 5to Cuerpo
sobre el cupo según el cual se recibirían y sobre el lugar de su entrega para
el retorno Yugoslavia en la frontera austríaca al sur de Klagenfurt". El
día 16-5-1945 el vicemariscal Arthur Lee, que formaba parte de la misión
británica el Belgrado, se dirige a Tito, e invocando el encargo por parte del mariscal
Alexander, repite el texto de su telegrama. El día siguiente, e1 17-5-1945 el
general Ljub. Djurić del gabinete del mariscal Tito se dirige por carta
Nro. 15 al jefe de la delegación militar británica, diciendo que "el
marisca está totalmente de acuerdo con el ofrecimiento del mariscal Alexander
le expresa su gratitud" y que "los antes mencionados 200.000 los
recibir; el cuartel del III. ejército al que se han impartido las instrucciones
necesarias"[27].
Por lo tanto, a pesar de los reclamos del mariscal Alexander, efectuado el 17 y 19 de mayo de 1945 al Foreign Office y al Ministerio de guerra requiriendo instrucciones respecto a la disposición de los refugiados y militares rendidos en Carintia (suroeste de Austria), es dable concluir que los documentos últimamente descubiertos no liberan al mariscal Alexander de su responsabilidad en la cuestión del cambio de la convenida politica aliada de no entregar a los refugiados "yugoslavos" a las fuerzas de Tito. También es factible preguntar ¿si Macmillan y Alexander procedieron de acuerdo a su. propio criterio y responsabilidad sin ningún apoyo politico de Londres? De acuerdo al estado actual de la investigación histórica, ellos dos son los únicos responsables por la extradición de los croatas el 15-5-1945, a los comunistas yugoslavos. No obstante, todos los investigadores concuerdan que muchos documentos faltan en el Public Record Office en Londres. Por ello, y a pesar de la política británica adversa —cuyo artifice principal era Anthony Eden— respecto de los prisioneros de guerra rusos en uniformes alemanes y respecto de la inicialmente desfavorable politica hacia los croatas, debemos limitar la responsabilidad que hemos reseñado, sólo a Harold Macmillan y Harold Alexander, aunque en aquel entonces estaban en juego las fronteras entre dos Estados, es decir un problema político.
A la misma conclusión llegó
también el comentarista de la BBC de Londres, John Tusa, en su programa del mes
de diciembre de 1983, durante el cual fueron expuestos varios detalles en torno
a la tragedia de Bleiburg y ante todo la difícil situación prevaleciente en
Corintia debido a la presencia de centenares de miles de refugiados que
obstruían la movilidad de las unidades militares aliadas, y la presencia de las
fuerzas yugoslavas que querían anexar dicha provincia a Yugoslavia y, a la vez,
apoderarse de los refugiados. John Tusa concluye su emisión con el siguiente
pensamiento: "Si juzgamos en base al telegrama de Kirk al Departamento de
Estado en Washington, Alexander se convenció que él como supremo comandante
aliado en esta región estaba en condiciones de valuar la decisión sobre la
entrega de los refugidaos y decidirse por ella por repugnante que le pareciera
y a pesar de su temor que pudiera terminar trágicamente. Existió el peligro de
estallido de una nueva guerra; existieron terribles problemas de refugiados y
problemas de aprovisionamiento; Alexander y Macmillan cortaron el nudo
gordiano"[28].
Al final nos preguntamos junto
con Antonio Pitamitz: ¿Por qué los refugiados croatas, devueltos a Yugoslavia,
tuvieron que ser asesinados? - ¿Quién dio la orden para ello?
Se dice que Milovan Djilas una
vez había declarado que "el ejército croata debió morir para que
Yugoslavia pueda vivir". También se cita a Tito de haber manifestado al
escultor croata, Ivan Meštrović, que "debían hacerlo para satisfacer
a los servios" (A. Pitamitz). Disponemos, sin embargo, de un testimonio
directo de M. Djilas, registrado por Bogdan Radica en sus memorias publicadas
en 1984. Radica describe la estadía de M. Djilas en Nueva York, en 1968. A la
pregunta de Radica si participó en la matanza de Bleiburg, Djilas respondió:
"No participé de la toma de decisión para que se aniquilen los grupos de
ustashi, de chetniks y domobranci, y tampoco participé en la ejecución de las
matanzas. En aquel entonces estuve en Montenegro. Ello fue decidido en Belgrado
bajo la presidencia del mismo Tito. No digo esto por querer evadirme de este
asunto, pues si hubiera estado presente en dicha reunión, yo también hubiera
votado por ello. Se trataba de lo siguiente: Stalin ha decidido que deben
aniquilarse todas estas fuerzas con los rusos y con nosotros, como —digamos—
los de Vlasov, pues temía que los Aliados podrían armarlos y emprender una
cruzada contra el comunismo. Dado que el soldado norteamericano no hubiese
luchado tan apasionadamente como todos estos nuestros adversarios, se ha
considerado que era recesario liquidarlos. Repito, si hubiera estado en
Belgrado, también yo hubiera aceptado aquella decisión" [29].
M. Djilas nos hace recordar esa decisión y su ejecución sangrienta en sus
memorias al mencionar el discurso de Tito en Ljubljana, en el cual declaró que
al terminar la guerra los grupos de contrarrevolucionarios presos fueron
liquidados: "A los quislings los alcanzó la mano de justicia". No se
veía ninguna razón para ocultar estos fusilamientos en masa; se los consideraba
"naturales" y "lógicos", dice Djilas[30].
Este enorme crimen reconocerá Tito un mes después de la ruptura con el
Cominform, en julio de 1948, al declarar en V Congreso de PCY, que en las
operaciones finales en Eslovenia, en mayo de 1945, las unidades partisanas
"liquidaron alrededor de 200.000 soldados enemigos y otro tanto de
prisioneros"[31].
De no haberse efectuado la
extradición por los británicos, no hubiera habido exterminación en masa de
centenares de miles de seres humanos por los comunistas yugoslavos. En breve,
la extradición fue la causa del genocidio. La historia dirá si la
responsabilidad por la extradición de los croatas es de Harold Macmillan y del
mariscal de campo Harold Alexander, o si ellos la comparten con alguien más.
Asimismo, la posterioridad juzgará a la luz de los valores morales y políticos
del momento, el proceder y el comportamiento de las fuerzas armadas comunistas
yugoslavas para con las fuerzas armadas croatas rendidas y desarmadas y con la
población civil extenuada por las interminables marchas de muerte como
corolario de la "repatriación" forzada. Una vez tomada conciencia de
la existencia y magnitud del crimen cometido, después de la exhumación de las
innumerables fosas comunes a través de Yugoslavia, la historia atribuirá a los
artífices del genocidio croata, sea como mandantes sea como ejecutores,
calificativos adecuados. Depende de la exhumación de miles, o de decenas de
miles, o de centenares de miles de cadáveres croatas, y también de la
conciencia de la opinión pública nacional y mundial, si Josip Broz Tito
entrará, en definitiva, en la historia como Tito - el hombre que desafíó a
Hitler y a Stalin (Fitzroy Maclean) o como Tito - el croatocida.
0970301
Djuro Grlica, Ginebra
Poco antes de finalizar la
Primera guerra mundial, durante la sesión de Sabor (Parlamento croata) del 6 de
julio de 1918, el diputado Dr. Alejandro Horvat, figura destacada en el Partido
Constitucional Auténtico Croata, elevó su Interpelación sobre los crímenes que
los militares servios habían cometido en Odesa (Rusia) contra los soldados
croatas, hechos prisioneros en el frente ruso. Croacia formaba parte, como
reino asociado, del Imperio Austro-húngaro y hubo fuerte tendencia y esperanza
justificada de que la Monarquía Doble se transformaria en Triple, inaugurándose
el anhelado trialismo, es decir, convirtiéndose Croacia en el tercer miembro en
pie de igualdad con Austria y Hungría. Este hecho debe tenerse en cuenta para
comprender cabalmente muchas declaraciones y protestas de los soldados croatas
que se citan en la referida interpelación.
Con su exposición el diputado
Horvat quiso señalar, en nombre de la oposición parlamentaria, los peligros a
que se expone la nación croata uniéndose con el Reino de Servia en un estado
común y sostuvo la política tendiente a la reorganización de la Monarquía de
los Habsburgo en un Estado federal de pueblos independientes, anunciada en la
proclamación del emperador Carlos I, sucesor de Francisco José (1916).
Esta interpelación, si bien tuvo
efectos momentáneos y fue publicada en los diarios locales, no pudo, a pesar de
su trascendencia política y graves presagios, cambiar el curso de los
acontecimientos y luego quedó prácticamente silenciada, intencionalmente echada
al olvido. Hasta hoy no fue tratada en los estudios específicos, ni en la
Yugoslavia monárquica (1918-1941) ni en la comunista, establecida en 1945.
Darla a publicidad significaría poner en el banquillo de acusado a los
responsables de los crimenes perpetrados contra el pueblo croata en ambas
Yugoslavias.
Para una mejor comprensión de
los hechos narrados, es necesario referirse a algunos antecedentes previos a la
formación del "Cuerpo de voluntarios", integrado principalmente por
prisioneros de guerra croatas y eslovenos.
Poco antes de desatarse la
Primera guerra mundial los politicos croatas Ante Trumbić y Frano Supilo,
con el ya célebre escultor Ivan Meštrović —fervientes partidarios de la
unión de los pueblos sureslavos— constituyeron en Roma el Comité Yugoslavo con
el fin de desintegrar a la Monarquía Austro-húngara y crear una nueva comunidad
estatal, integrada por los croatas, servios y eslovenos. El Comité Yugoslavo,
constituido formalmente en 1915 en París, no fue reconocido por las Potencias
de la Entente como representante oficial ni del pueblo croata ni de otros
pueblos del sur de la Monarquía Doble. Para conseguirlo debieron establecer
contacto con los políticos en Croacia, lo que resultaba difícil debido a la
censura austro-húngara. Con el fin de salvar ese escollo el Dr. Ljubo
Leontić, propuso al Comité Yugoslavo la organización de contingentes
voluntarios que se reclutarían entre los prisioneros de guerra, provenientes de
las provincias croatas y de Eslovenia y entre los "emigrados
económicos" sureslavos en ambas Américas.
Esta proposición revestía
alcance trascendental para el Comité Yugoslavo, ya que a través de su
realización logró el necesario "mandato de confianza" (mandat of trust),
requisito indispensable frente a las Potencias de la Entente.
Además, el reclutamiento de
voluntarios entre los prisioneros de guerra croatas y eslovenos en Rusia
implicaba hondo significado político y en caso de haberse organizado según las
intenciones del Comité Yugoslavo probablemente habría tenido consecuencias
positivas para los croatas. Pero aquí se interpuso la política y los objetivos
imperialistas del Reino de Servia, encarnados en su primer ministro Nicolás
Pašić, y secundado por los representantes de la minoría servia, radicada
en Croacia.
Por otra parte, disponiendo de
un cuerpo armado de voluntarios, el Comité creía poder contrarrestar las
maniobras diplomáticas de Italia para apoderarse de Istria y Dalmacia. "Se
sabía que en Rusia había varios centenares de miles de soldados prisioneros
servios, croatas y eslovenos, procedentes de la monarquía austro-húngara. Con
esos contingentes se procuraba formar una legión con cometido libertador"[32].
Se decidió denominarla Jadranska legija (La legión adriática).
Dado que la Legión adriática fue
proclamada en Roma, su objetivo principal —la defensa de las costas marítimas
croatas contra las pretensiones italianas— no pudo, por supuesto, difundirse
públicamente, sino que se dijo que el objetivo de la formación de la legión
estaba dirigido contra las operaciones militares austro-húngaras. Además, su
misión era ayudar al ejército servio. Si bien se trató con habilidad de
encubrir el verdadero sentido de la legión, el mismo no pudo ocultarse. La
prensa italiana pronto captó la verdadera intención de la Legión adriática y
reaccionó con todo su despliegue. El papel de los contingentes voluntarios
cobró mayor importancia después de la firma del Pacto de Londres[33].
El gobierno servio, con el Dr.
Nicolás Pašić a la cabeza, tampoco veía con simpatía la creación de la
Legión. Pensaban que con la misma, el Comité Yugoslavo adquiría una fuerte
carta política que podía dañar a los intereses servias, además de quitarle la
imagen del "pueblo libertador" que se querría preservar para el
pueblo servio.
Otro motivo de la actitud
negativa de N. Pašić fueron las grandes bajas que sufrió el ejército del
Reino de Servia, como consecuencia de la ofensiva de las tropas de la
Monarquía. Desde el otoño de 1915 hasta el mes de mayo de 1916, el ejército
servio se vio reducido de 300.000 hombres a menos de 130.000 [34].
Por esto, era imperioso reclutar a los nuevos soldados, sea entre los
prisioneros o entre los emigrantes, peno debían ser enrolados como parte del
ejército servio y no como soldados de unta Legión de voluntarios, cuyo control
no estaria completamente en las manos del gobierno servio conducido por
Pašić. Una Legión que podría, eventualmente, unirse con los compatriotas
que formaban parte del ejército austro-húngaro para la defensa de las costas
croatas o llegar hasta a enfrentar a las propias tropas servias, en el momento
del derrumbe del Imperio Austro-húngaro[35].
Debe destacarse también que la
costa croata era considerada —dentro de la estrategia diplomática servia— como
zona apropiada de negociación con Italia a favor de los intereses
expansionistas servios aun a costa de los intereses vitales y legítimos
croatas.
De lo expuesto resulta evidente
que el Comité Yugoslavo tenía, en cuanto a la finalidad de la Legión, una idea
bien diferente de lo que se proponía el gobierno servio. De ahí la desconfianza
y las tensiones entre el Comité Yugoslavo y el gobierno presidido por
Pašić.
En el mes de julio de 1915 el Comité
Yugoslavo abrió en Petrograd su representación, conducida por el Dr. A.
Mandić, con el objetivo de reclutar entre los prisioneros croatas y
eslovenos a quienes voluntariamente deseaban integrar la Legión[36].
Los que lo aceptaron fueron
trasladados a Odesa, donde directamente los incluyeron en las tropas servias.
Simultáneamente y en forma
secreta, el gobierno servio, a través de su embajador en Rusia, Miroslav
Spalajković, negociaba con el gobierno zarista la creación de una unidad
militar servia, integrada por los soldados de origen croata, servio * y esloveno, hechos prisioneros en el
frente ruso. Como resultado de estas negociaciones, el comando del ejército
ruso ordenó que todos los oficiales o soldados que consentían ser voluntarios,
debían ser trasladados a Odesa. Así se formó en esa ciudad la unidad militar
que fue denominada "Brigada Servia de Voluntarios".
Este nombre fue resistido y
rechazado por el Comité Yugoslavo, que sostenía que los voluntarios debían
constituir una unidad independiente dentro del ejército servio y que su función
tenía que ser la defensa de las costas adriáticas croatas.
Las tensas y difíciles
negociaciones no terminaron en la ruptura, porque Pašić "pro
forma" aceptó la "cuestión adriática" como aspiración válida del
Comité Yugoslavo. Sin embargo, no modificó su política de la incorporación
anónima de los voluntarios al ejército servio.
Sin conocimiento del Comité
Yugoslavo y en una maniobra más a espaldas del mismo, Pašić, en 1916,
obtuvo de Francia un préstamo de 2.000.000 francos, que se usaron para sufragar
los gastos del traslado hasta Biserta, Túnez, de los voluntarios reclutados en
América. La no participación del Comité Yugoslavo en el reclutamiento, la
desconfianza de los emigrantes hacia la dinastía de los reyes servios, que
gobernaria el nuevo Estado y la brutalidad de los oficiales servios en el trato
con los voluntarios conspiró contra el éxito de la iniciativa.
En el mes de octubre de 1916 las
autoridades militares rusas comenzaron a enviar a Odesa a todos los prisioneros
de origen croata, esloveno y servio, independientemente de su deseo de ser o
no voluntarios. Los métodos para enrolarlos fureon realmente inhumanos,
como lo demuestran los documentos presentados en la Interpelación. Ese proceder
violento provocó la rebelión de los prisioneros en octubre de 1916. De los casi
20.000 prisioneros que había en Odesa, se fugaron 9.000, muchos de ellos
vivándolo al emperador Francisco José[37].
Un numeroso grupo de oficiales croatas y eslovenos peticionó al gobierno servio
a través de la comandancia servia, entre otras cosas, cambio del nombre de la
"Brigada servia de voluntarios" en "Brigada yugoslava de
voluntarios" y que el orden juridico y político del nuevo estado debía
basarse en el principio de la igualdad de los pueblos confederados, cosa que
debía ser definida con anterioridad a la formación del nuevo estado.
El gobierno servio aceptó el
cambio del nombre, pero prácticamente rechazó el resto del petitorio,
denegándolo, lisa y llanamente o postergando su respuesta. Era manifiesta la
diferencia de concepción en la organización del nuevo estado entre los
oficiales croatas y eslovenos con el gobierno servio. Luego la historia
únicamente las resaltó.
Este mismo grupo de oficiales
presentó luego una nota al recientemente constituido gobierno ruso, en la que
exprea "...sus deseos por una Yugoslavia democrática fundada en los
principios de igualdad de los tres pueblos que, organizados en una federación
similar al de Suiza o EE.UU., puedan vivir juntos y en paz"[38].
La respuesta a esos anhelos fue
dada por el proceder violento e inhumano de los oficiales, suboficiales y
soldadas del ejército servio —exponente de las ideas granservias promovidas por
Alejandro Karadjordjević, futuro rey de Yugoslavia y por la mayoría de los
políticos servios encabezados por Pašić —probado con documentos en la
Interpelación del diputado Alejandro Horvat, cuyos fragmentos principales
transcribimos a continuación en versión castellana.
INTERPELACION **
Honorable Asamblea:
Desearía que todo esto no fuera
la verdad, quisiera que, aquellas decenas de miles de soldados croatas
asesinados por los servias en Odesa y sus cuerpos tirados al Mar Negro,
pudiesen volver con vida al seno de sus familias. Lamentablemente, cada día
aumenta la cantidad de personas, testigos vivos de ese amor fraternal, que
vuelven del cautiverio con sus costillas rotas, sufridos y maltratados, que
pasaron por todas las torturas allí infligidas.
Unos días antes de presentarles
esta Interpelación, mientras me encontraba todavía en Zagreb, me habían
visitado muchos soldados que hace poco retornaron del cautiverio y
espontáneamente empezaron a contarme todo lo que les ocurrió allí.
Gjuro Dumbović de la 25ava
brigada de los domobrani (ejército regular croata), nacido en Zlatar, me decía
que un día los introdujeron en los vagones de carga para los animales y los
llevaron a Odesa. Al llegar se presentó un oficial servio y afirmó que este
transporte le pertenecía y que se lo tomaba a su cargo. Inmediatamente después
de hacerlos descender de los vagones les obligaba a que se declarasen servios.
Empero, a pesar de los culatazos que les propinaban por todo el cuerpo y las
variadas torturas, se negaban y una gran mayoría se explayaba prefiriendo morir
antes que declararse servios y renegar de su origen croata. Los servios
replicaban: "No queremos matarlos así no más, sino torturarlos para que
expelen el alma de sus cuerpos".
Narraba Gjuro Dumbović que
los torturadores de mayor ferocidad fueron los servios de la llamada Primera
División del Primer Cuerpo que fuera formada en Odesa.
El diputado Marko
Mileušnić: ¿Eran los servios de Croacia? Si, de Croacia.
Muchos croatas salvaron sus
vidas únicamente ocultando su origen y declarándose húngaros o alemanes. A
éstos con golpes de culata los apartaban al costado, pero pobres de ellos si
luego se descubriera que eran croatas. Por regla general, lo pagaban con su
vida.
A Ivan Jambrek de Radoboj
también lo obligaban a declararse servio, pero él les decía: "Señores, qué
tipo de servio podría ser yo! Tengo tres pequeños hijos y la mujer que son
croatas, yo no podría ser otra cosa".
En el acto fue condenado a 25
latigazos y les dijo que podrían ser cien pero él siempre sería un croata.
Realmente, le dieron 25 latigazos y el hombre quedó tirado en el piso
inconsciente durante varias horas.
Nikola Šimunec de Bistrica, Ivan
Iveković, Ivan Andreć de Stubica y josip Poljak de Lovrenčani
estuvieron entre aquellos que por fuerza fueron incorporados a esta división
yugoslava, maltratados y los que al final consiguieron fugarse.
Andrija Varga de Zlatar, Antun
Hleb y Franjo Drvar contaban verdaderos horrores de estas torturas. Cuando todo
esto no les resultó, así estropeados, los servios los llevaron a una aldea
cercana a Odesa. Fueron varios centenares. Aquí los encerraron en los sótanos,
apretujados de a cien en el espacio para apenas veinte y luego desde arriba y
entre las vigas los rociaban con el agua hirviente con el fin de castigarlos y
asesinarlos. Algunos consiguieron salvarse porque mujeres rusas viendo estas
crueldades corrieron hasta Odesa denunciando estos hechos a un destacamento de
cosacos, que intervinieron y salvaron a esta pobre gente de las garras servias.
Lamentablemente, en un sótano cien prisioneros encerrados ya se habían
asfixiado mientras que los demás fueron rescatados, casi todos con grandes
quemaduras.
Estos héroes que no quisieron
traicionar a su rey ni a su patria croata se consolaban entre sí diciéndose que
el Cristo Redentor tuvo que sufrir y que los antiguos cristianos fueron tan
grandes y fuertes solamente por la sangre de sus mártires y que por eso están
dispuestos a cualquier martirio por su patria Croacia y su rey.
Stjepan Rod de Brestovac,
distrito Zlatar, declaró lo mismo sobre esas crueldades. Además, si le interesa
a alguien, él nos puede facilitar el registro de todos los oficiales,
especialmente de los de la religión ortodoxo-griega, que de nuestro ejército se
pasaron a las tropas servias y que se destacaron torturando a nuestros
prisioneros de guerra.
El diputado Većeslav
Wilder: ¿Usted se enteró de todo esto en Zagorje?
Puede quedarse tranquilo, yo le
voy a citar los periódicos en los cuales se encuentra el artículo original del
anterior presidente del Club de los coalicionistas de Zagreb, el doctor Milivoj
Jambrišek. Este artículo lleva su firma y fue publicado en la hoja que se
imprimía en Odesa. Tendrán la ocasión de verificar todo esto.
El diputado doctor Ante
Pavelić: Qué extraño, estas hojas fueron requisadas a los prisioneros
cuando volvieron de Rusia, en qué forma las pudo conseguir él.
Si le interesa en qué forma las
había conseguido le puedo indicar el camino para que usted también lo consiga.
Puede preguntar a cualquiera de nuestros oficiales y le indicará a algún
camarada que las trajo dentro del forro de su casaca. El ejemplar que yo tengo
por casualidad llegó de otra forma.
Nuestro amigo y correligionario
el doctor Mirko Puk, abogado de Glina, teniente primero del 25avo regimiento de
infantería, dejó toda la documentación que reunió en Rusia a un amigo, pidiéndole
que la envíe cuando tenga una ocasión propicia. Por intermedio de la Cruz Roja,
hace unos días le llegaron estos papeles y él me los entregó a mí. Yo traje dos
ejemplares de la hoja mencionada para que vean en qué forma se está
construyendo Yugoslavia en Odesa y en Petrogrado.
Vladko Nežić de Jaska me
contó que los checos y los servios en Kiev le preguntaron en qué idioma
hablaba. Les contestó: en croata. Lo metieron a la cárcel y lo tuvieron
encerrado tres días sin bebida ni comida. Al final a un guardia ruso le dio
lástima y lo dejó libre. Apenas salió lo esperaba un soldado servio con
bayoneta calada y con culata lo golpeó tanto que se desvaneció y no recobró el
conocimiento durante tres días. Luego se salvó fugándose al interior de Rusia.
Lovro Gabrek de Jalžabet,
soldado del 16avo. regimiento de infantería fue cruelmente golpeado, de modo
similar a lo que hemos leído acerca de las torturas de la Inquisición española.
Cuando por todos los lados le dieron con culatazos y quedaba exhausto le arrancaban
pelo por pelo de los bigotes. Antes tenía unos bigotes preciosos y volvió sin
un pelo. Todo esto ocurrió, como me decía, con la asistencia de oficiales
servios oriundos de nuestras regiones, que habían desertado y se incorporaron a
la legión yugoslava.
Esos ex prisioneros contaban que
semejante trato provocó la protesta de la población de Odesa pero nadie podía
hacer nada porque todavía gobernaba el zarismo. Por decir una sola palabra, uno
corría igual suerte que estos desgraciados.
Me contó un sepulturero en Odesa
que una noche los servios le trajeron a 18 croatas asesinados para que los
enterrase. El les dijo: "Yo debo anotar el nombre de cada persona que
entierro". Le contestaron: "No es necesario, son croatas".
Honorable Asamblea:
Yo aquí mencioné los nombres,
pero más adelante voy a relatar cosas más graves y esgrimir argumentos
contundentes. Lo que expuse es lo que la gente me contó en forma directa y
personal.
En marzo de este año, mientras
nuestra gente estaba todavia desparramada por distintos campamentos de trabajo,
y cuando se acercaba nuestro ejército, entonces los checos empezaron a cometer
contra nuestros compatriotas atropellos inauditos. Les sacaban dinero y botas y
los dejaban sin recursos, hambrientos y descalzos.
Hay oficiales que por recato
natural no quisieron que sus nombres aparecieran en público, pero denunciaron
las cosas y presentaron sus informes a las autoridades militares, ya que cada
prisionero que vuelve de Rusia es interrogado. En cuanto tuve ocasión de tomar
contacto con ellos, me enteré de los horrores que padecieron.
Metían a la gente viva en
ataúdes y los encerraban durante varias horas y luego, asustados como estaban,
los forzaban a inscribirse a esta legión servia yugoslava.
Cuando no se pudo formar el
segundo Cuerpo de esta legión yugoslava, porque nuestros oficiales rehusaron
integrarlo voluntariamente, desnudaron a un grupo de nuestros oficiales y así
sin ropa los corrieron hasta el segundo piso de un edificio, y en el trayecto
los soldados servias les propinaban latigazos por el cuerpo desnudo. Cuando
subieron, los obligaron nuevamente a correr escaleras abajo castigándolos con
el mismo procedimiento y luego otra vez arriba y cuando bajaron los echaron al
patio donde los esperaban con las bayonetas caladas. Sólo uno de ellos se había
salvado debido a que la cantidad de cadáveres de los oficiales croatas fue tan
alta que éste se deslizó lejos de las bayonetas y sólo quebróse una pierna.
Llegó a un hospital y desde allí salió pudiéndo salvarse.
Los casos en que descuartizaban
cuerpos todavía vivos y les cortaban determinados órganos a las personas no
eran una excepción y de ello hablan los informes militares y comentan los
soldados a todos que quieren enterarse.
Honorable Asamblea:
No se trata aquí sólo de hombres
de Zagorje sino también de nuestra gente de otras régiones. Incluso nuestros
istrianos soportaron estos tormentos.
El diputado Marko
Mileušnić: ¿Qué tiene que ver eso con esta Cámara de Diputados?
Si correspondía que Hrvoj
contara como supuestamente los búlgaros torturaron a los servios, entonces con
más razón corresponde al parlamento croata discutir sobre cómo los servios
torturaron a los croatas.
El párroco de Istria, rev. D.
Hlače, escribió una nota publicada en "Croacia" del 28 de julio
(1918), donde dice...
(El diputado Mileušnić
interrumpe).
Presidente: ¡Señor
Mileušnić, por favor silencio!
El diputado doctor Alefandro
Horvat (prosigue) ... donde dice que los soldados de su parroquia que volvieron
de Rusia contaban atrocidades (lee): Lo que narraban ellos sobre el amor de los
servios hacia croatas es para estremecerse. Declararse allí, entre oficiales y
soldados servios como croatas y no jurar en el acto la fidelidad al rey servio
y a su estado, significa condenarse a las torturas más atroces. Estos soldados
nuestros de Istria no podían admirar lo suficientemente la nobleza y el
heroismo de los que procedían de la Croacia propiamente dicha, que resistían a
todos los sufrimientos y a la amenaza de la muerte antes de abjurar su
fidelidad a su patria croata y el juramento a su rey. Les quebraban dedos de
las manos, los arrastraban por el piso, durante varias horas, los mantenían
dentro del agua fría y les hacían pasar hambre encerrándolos atados en las
celdas con el pan fresco de atrayente aroma colgado encima de sus cabezas; ese
era el método para obligarlos a inscribirse como voluntarios en el ejército
servio. Algunos se salvaron de estas pruebas diabólicas solamente porque
conocían algunas palabras en italiano, declarándose ciudadanos de Italia.
El viejo párroco Stjepan Kropek
de Stari Pazin, Istria, nos escribe: (lee)
"Nuestro prestigioso
periódico `Croacia' publicó muchas y distintas pruebas sobre el `amor' que nos
tienen nuestros 'hermanos' servios — lo que mejor atestiguan nuestros
prisioneros de guerra que vuelven de Rusia. Y para que nadie pueda decir que se
trata de patrañas y fábulas sin fundamento, reproduciré aquí para vosotros lo
que me contaron mis parroquianos que en estos días retornaron del cautiverio
ruso.
Mis parroquianos que estuvieron
en Odesa y en la región de Kiev, narraban atrocidades parecidas, fruto de este
'amor' servio, como lo mencionó 'Croacia' en el número 2075 y me hablaron con
mucha amargura de los traidores checos y servios, quienes trataban por todos
los medios de lograr que los croatas traicionen a su patria, y a su rey, y se
incorporen a las legiones servias y checas contra Austria. A tal fin al
principio se servían de dinero y promesas halagüeñas, luego recurrieron a todo
tipo de amenazas, y cuando todo eso no resultó entonces los torturaban, les
cortaban las piernas y las manos y así mutilados los tiraban con sorna al Mar
Negro. Entre estos mártires la mayoría procedía de la Croacia propiamente dicha
(Banovina), especialmente de la región de Varaždin, según me afirmaron los testigos
oculares diciendo que a ellos pudo haberles ocurrido lo mismo de no haber
escapado a tiempo y en el momento oportuno. Por ello, honor y gloria inmortal a
los de Varaždin. Que la sangre inocente ele estos mártires nuestros nos impetre
la gracia divina para que nuestra inolvidable madre Croacia, recupere su
libertad y se sobreponga de todos sus enemigos. En pos de ese ideal exclamo:
¡Vivan los soldados valientes de Croacia, vivan nuestros queridos hermanos de
Varaždin!
(Afirmaciones y aclamaciones del
bloque del Partido Constitucional: ¡Que estén en la gloria! El diputado Ante
Pavelić: Gloria a todos nuestros mártires. El diputado Marko
Mileušnić: Nada les servirán todas estas zalamerías) .
Honorable Asamblea, el sargento
Vid Rajković de Brinje, que volvió del cautiverio ruso, me contó
aproximadamente lo que sigue: (lee) El otro día nos hicieron formar fila. Un
oficial servio nos hablaba y explicaba: "Que salga quien quiera ser el
voluntario servio".
Entre 1200 soldados que éramos
salieron solamente 20-30 hombres, procedentes mayormente de las regiones de
Banat y Sriem. Entonces el oficial preguntó ¿y vosotros, quiénes sois?
"Nosotros somos croatas y no queremos ser voluntarios, ni queremos
disparar contra nuestros hermanos y padres. En el acto nos pueden fusilar, pero
ni somos ni queremos ser voluntarios". El oficial servio les contestó:
"Tampoco los necesitamos. Os mandaremos a Siberia para que seaís
esclavos". Nosotros le respondimos: Iremos a Siberia y seremos esclavos.
El segundo o tercer día nos cargaron a los vagones y nos dijo el oficial:
"Van a las minas de Siberia, allí reventarán todos. (Nadie nos daba de
comer.) Nuestra contestación era: "`Mande usted, queremos incluso ir a
Siberia. Lamentablemente el 27 de octubre de 1916, nos llevaron a la estación
ferroviaria de Odesa. Allí nos esperaron muchos voluntarios servios, soldados
rusos y cosacos, todos armados. Empezamos a protestar y nos negamos a bajarnos
de los vagones. Nor cercaron y echaron de los vagones y con las puntas de las
bayonetas nos empujaron al campamento de los voluntarios (matadero). Allí nos
dividieron en grupos de a 20 y nos distribuyeron en barracas entre los
voluntarios. Nos destrozaron la ropa, nos golpeaban y pegaban y al final nos
anotaron en el registro de voluntarios.
Yo de ninguna forma quise
anotarme. Entonces el oficial que anotaba me pegó en la cara dos veces, tiró su
gorra de la cabeza, apagó la lámpara que se encontraba en la mesa; acto seguido
se arrimaron varios voluntarios que me golpearon en la oscuridad más de un cuarto
de hora hasta que quedé bañado en sangre que brotaba de la nariz y la boca. Vi
que no había otra salida y me hice anotar con nombre falso, distrito y
municipio distintos. Al amanecer me mandaron a la revisación médica. Tenía 41
grados de fiebre y escupía sangre. Se encontraba un médico servio y un ruso que
ordenaron mi traslado al hospital municipal. Cuando llegó la ambulancia
trasladaron a un servio y a mi me dejaron en la enfermería. Dentro de mi gran
dolor y sufrimiento me percataba cuando se acercaban los soldados servios y
pateándome preguntaban: "¿Quién eres tú, un croata, p.... madre croata que
te parió, vivirás sólo hasta esta noche, más no. Te comerán los peces del Mar
Negro". Se me acercaron mis amigos el cabo Nikola Butković, Toma
Rajković, el "domobran" Miko, Mile y Joso Pernar, Stipe
Fumić, Ivan Lašić, Ivan Antončić. Me quejé y les conté lo
que me hicieron los servias. Entonces me llevaron a su barraca donde me
ocultaron y declararon muerto. Antes de recuperarme estuve ocho días postrado y
oculto.
(Luego el testigo describe su
largo martirio que pasó en las filas de las tropas servias, juntamente con
otros centenares de soldados croatas prisioneros de guerra en Rusia, hasta que
por fin, con los que habían sobrevivido este infierno, fue alojado en un
campamento de concentración, por orden de las nuevas autoridades rusas.)
Eso nos escribió ese hombre
—continuó con su exposición el diputado Alejandro Horvat, tal cual lo vivió.
(El diputado Marko
Mileušnić: está protestando.)
Para que el señor Mileušnić
no se ponga nervioso en adelante, le haré conocer lo que fue escrito en Rusia y
que fue presentado al Soviet ruso. En Petrogrado se publica el periódico
"Yugoslavia" y aquí en el número del 9 de julio de 1917 —y para que
no piensen que lo escribe uno de nuestros correligionarios o afín a nuestro
pensamiento político, me permito informarles que en esta publicación se
encuentra lo siguiente (lee): "Nuestro programa nacional es la liberación
total de los servios, croatas y eslovenos sojuzgados y unirlos a todos según
los principios de una completa igualdad y libre determinación". (Muestra
la hoja a la izquierda y a la derecha.) Me parece que este programa Io he leído
ya en alguna parte. La risa en la sala.
(El diputado Mileušnić: Muy bien, ¿y usted está de acuerdo con eso?) Los yugoslavos presentan por doquier el mismo cuadro. No aguantan mucho tiempo en el amor y pronto se separan. En el primer Cuerpo gran porcentaje eran los servios oriundos de nue stras tierras y del Reino de Servia, y de este hecho, en ese entonces, sacó provecho el comandante Hadžić para no depender del mando del general Živković, como lo pedía el gobierno servio instalado en Corfú. Estos voluntarios fueron llevados a Dobrudja donde sufrieron una derrota catastrófica, de acuerdo a los informes publicados en sus periódicos, de modo que retornaron solamente una decena, maltrechos y exhaustos. Por esa razón y por el mal trato que aplicaban los servios se produjo la ruptura en su Comando. El 6 de mayo de 1917, "Slovenski Jug" que se editaba en Odesa publicó el memorando de los oficiales disidentes que se habían separado del Cuerpo de voluntarios. Es muy largo para leerlo entero, sin embargo todo esto lo tengo anotado aquí y sobre este tema tendré que hablar varias veces más.
El programa de estos disidentes
era una Yugoslavia federativa. No querían la dominación servia, pedían la
igualdad entre la escritura latina y la cirílica, igualdad de la bandera croata
con la servia y la eslovena, lo que no se les permitía en este primer Cuerpo
yugoslavo de voluntarios. De éste se separaron unos 200 oficiales y alrededor
de 5.000 soldados y se presentaron a las autoridades rusas con el pedido de
formar una nueva legión sureslava que no estaría bajo el mando servio. Pusieron
como condición no participar en la conquista de tierras ajenas y sólo ocupar
los territorios sureslavos que conquisten las tropas rusas, para asegurar allí
la paz y el orden.
Estos disidentes fundaron en
Petrogrado su órgano "Yugoslavia" con el programa resumido precedentemente.
Para justificar su procedimiento debieron exponer en su publicación todo lo que
les pasó, y así en los números 7 y 8 del 9 de julio de 1917, o sea hace un año,
con el título "El cuerpo voluntario servio" describieron todo lo ocurrido,
de igual modo como lo hicieron en su presentación al "Soviet de los
soldados y obreros".
Cuando al otro día el señor
Dragutin Hrvoj dijo con énfasis que en este recinto el nombre servio es hoy, en
todo el mundo civilizado, uno de los más honrosos, yo le contestaria solamente
con lo que escribieron los voluntarios yugoslavos que combatieron en este
Cuerpo y que tuvieron que separarse debido al mal trato por parte de los
servios. Ellos decían así (lee): "La historia del Cuerpo voluntario servio
aquí en Rusia es por cierto la página más triste en la historia sureslava. Casi
no existe en nuestra historia la catástrofe que podría compararse con la
catástrofe moral a que nos condujo este Cuerpo. Quién podría pronosticar hasta
qué punto brotará esta semilla venenosa de la desconfianza, del odio, de los
crímenes y de la sangre, sembrada en nuestros campos por este Cuerpo. Nunca al
prestigio de Servia y a la idea de la unión yugoslava había sido inflingido un
golpe más duro". Luego habla del idealismo que los llevó en Odesa a
adherirse al Cuerpo de voluntarios y como entusiasmados se fueron a Dobrudja
donde fueron humillados y tristemente derrotados. Al principio de la primavera
del 1916, cuando se formó la primera división del Cuerpo, se había decidido
formar otra división, el llamado segundo Cuerpo. Les voy a citar solamente
algunos párrafos sobre este segundo cuerpo, aunque en vista de su crueldad y
para vuestra mejor orientación tendría que leerlo íntegro (lee):
"Ya el 4 de enero de 1916
el ex Zar de Rusia había dispuesto que todos los prisioneros de Yugoslavia
debieran ser concentrados en el territorio del distrito militar de Odesa. La
medida fue ordenada a pedido de la embajada servia para facilitar su agitación
a favor del reclutamiento de voluntarios. Al principio, la orden del Zar se
cumplió solamente en lo referente a los oficiales. Casi todos los prisioneros
oficiales sureslavos fueron llevados a Odesa y allí se los sometió a una
intensa campaña para que se plegasen al cuerpo de voluntarios. Los que no
quisieron hacerlo fueron devueltos a los campos de prisioneros de guerra.
De esta orden del Zar se
aprovecharon el coronel Kosaković y sus ayudantes para formar como sea y
lo más pronto posible esta segunda división con el fin de justificar el
telegrama que despacharon al gobierno servio para que el general Živković
fuera enviado a Rusia. Como anteriormente llevaban a Odesa a los oficiales
prisioneros, prescindiendo de si querían o no inscribirse como voluntarios, en
la misma forma empezaron a llevar a los soldados rasos servios, croatas y
eslovenos. Mientras que a los oficiales se preguntaba en buena forma si querían
formar parte del nuevo contingente y los que rehusaban volvían al cautiverio,
con los soldados rasos empleaban una táctica completamente distinta.
Cada partida de los prisioneros
fue llevada por los guardias rusos directamente a las dependencias del batallón
de reposición de la Primera división. Se trataba de un húmedo edificio largo y
bajo, parecido más a un calabozo que a otra cosa. De hecho, en ese momento este
oscuro edificio fue destinado a servir como cárcel de los mártires inocentes,
debido a los intereses personales e intrigas deshonestas". Eso lo
escriben, señores, los hombres que consiguieron escapar de las garras servias.
El diputado Marko Mileušnić:
¿Qué puede interesar todo esto a esta Cámara?
El orador (lee): "Los
primeros trasladados, el 1 de octubre de 1916, fueron los prisioneros que
trabajaban en el distrito de Odesa. Alrededor de 1.000, en su mayoría croatas y
eslovenos. En los cuarteles se les notificaba lisa y llanamente que por
voluntad del Zar, todos los eslavos del sur están movilizados, por lo que no
tiene ninguna importancia si uno desea o no incorporarse como voluntario. Luego
el comandante del batallón los dividió en compañías. Naturalmente los
prisioneros protestaron. Por esta razón en la noche entre el 1 y 2 de octubre
en grupos de 10 a 15 hombres fueron sacados y llevados a galpón cercano donde
los lincharon. Luego aproximadamente la mitad de los linchados aceptó su
inclusión en las tropas voluntarias. Los que no aflojaban, quedaron en el
cuartel sin comida. Durante varios días permanecieron exhaustos y golpeados,
tirados en el piso. Siempre al anochecer traían nuevas víctimas y durante la
noche proseguían con el linchamiento.
Cada noche varios prisioneros
quedaban estropeados a punto que al otro día tuvieron que llevarlos al
hospital. Además cada noche quedaban uno o dos hombres muertos y posteriormente
se supo que sus cadáveres fueron arrojados en secreto al Mar Negro cerca de Odesa.
Por lo tanto no es nada extraño que con frecuencia en aquellos tiempos se
sacaban del mar a los prisioneros austrohúngaros ahogados. Cuántas personas
pagaron con su vida las intrigas de Kušanović, nunca se sabrá con
exactitud.
Luego el informe prosigue (lee):
"El cuartel se encontraba en la parte más transitada de Odesa. Los
lamentos y aullidos de las infortunadas víctimas despertaban de noche a los ciudadanos de Odesa y todos se sentían
excitados por el trato inhumano y esta crueldad sin sentido. Pero nadie osaba
protestar porque en esos tiempos toda la Rusia estaba sumida bajo el régimen
férreo de Stürmer. Los que cometían esos crímenes tuvieron total apoyo de las
autoridades rusas y eso les bastaba".
La mancha más vergonzosa en
la formación de la 2a división era que generalmente saqueaban a los
prisioneros fuesen voluntarios o no. Mientras las víctimas gemían bajo los
golpes que caían sobre ellos como la lluvia y mientras cuidaban sus cabezas,
manos hábiles hurgaban en el mismo momento por sus bolsillos y les robaban el poco dinero
que tenían y que ahorraron trabajando como prisioneros en Rusia por 10 - 15
kopeiks por día. En estas faenas se destacaban incluso algunas personas
instruidas especialmente el doctor en jurisprudencia Čeremov.
El diputado Mileušnić: eso ya
es denuncia.
Nadie se ocupaba de las
consecuencias que tendrán estas atrocidades en las futuras relaciones entre los
servios por una parte y los croatas y eslovenos por la otra. Sin duda que todas
estas personas que en Odesa han padecido semejante terror, por mucho tiempo se sentirán
enemigos intransigentes de Servia y del pueblo servio.
Así sucedió, en vez de servir
como lazo de unidad entre los hermanos, y prenda del amor y de la paz, se creó
una escuela y nido del odio mutuo. En eso consiste la tragedia profunda y
lamentable de la 2a división, que con la colaboración de unos cuantos elementos
podridos dentro de las mismas filas de voluntarios crearon los oficiales
servios.
"Es comprensible que
estos voluntarios por fuerza, aprovechasen la primera ocasión para fugarse. Los cosacos se
encontraban muy atareados en capturarlos y devolverlos a sus regimientos y
compañías, donde naturalmente fueron castigados severamente. Normalmente la
condena consistía en latigazos y encarcelamiento, pero había comandantes
inventivos que introducían algunas novedades a las ya practicadas condenas muy
monótonas. Así, por ejemplo, el mayor Berivoj Ilić condenaba sin más a los
soldados desobedientes a la muerte. Luego ordenaba que cada cual
cavaba su propia tumba, entonces los ataba y mandaba a los soldados fusilarlos.
En esta forma inventaba la comedia de fusilamiento. Pero a veces algunos
comandantes no se contentaban con esta farsa macabra sino que fusilaban de
verdad a los rebeldes insumisos.
Lógicamente, que toda
persona honrada se sentía irritada ante atropellos semejantes. Sin embargo, el
protestar fue peligroso, ya que a cualquiera le podría tocar la misma suerte
que le tocó al capitán voluntario Stolf, de nacionalidad checa, a quien dos
oficiales servios por protestar mandaron asesinar en forma cruel y subrepticia.
Algunos voluntarios
advertieron sobre estos crímenes a determinados croatas y eslovenos que vivían
en Petrograd, quienes a su vez informaron al gobierno ruso y solicitaron que en
interés de la causa eslava no se per-mitan tales tratos con los prisioneros de
origen eslavo. Por suerte, en ese momento cayó Stürmer y se iniciaba el breve
gobierno de Trepov. Se ordenó investigar sobre la formación de la IIa
división. Los círculos servios se justificaban afirmando que los croatas y los
eslovenos eran traidores de la eslavicidad, etc. Como es sabido, éstos círculos
usan esta táctica hasta hoy en día.
El resultado fue que las
autoridades rusas dispusieron que a Odesa podrán trasladarse únicamente los
prisioneros que declaren su voluntad de incorporarse a las filas de
voluntarios. Por lo menos se consiguió parar crimenes y arbitrariedades.
Honorable Asamblea, estos
hombres disidentes, enrolados en las legiones servias y quienes formaron, como
dije, la legión yugoslava independiente, fueron denunciados por el general
servio Živković,[39]
qué extraño, con los mismos términos que utilizan también nuestros adversarios
internos. El general servio P. Živković simplemente declaró a todos los
disidentes yugoslavos "franquistas" (partidarios de José Frank)[40]
y como agentes provocadores de
Austro-Hungría.
El diputado Mileušnić:
Caramba ¿es que allí también conocen a esos franquistas?
Señor Mileušnić, todo
croata que no renegó de su Rey ni traicionó a su patria, es para ellos
partidario de Frank. Lo que representa Frank significa la síntesis de la croaticidad.
Exclamaciones en la bancada
del Partido Constitucional. ¡Así es! El diputado Mileušnić: En el año 1848
lo hemos salvado al Rey y ¿qué hemos recibido en compensación?
Para que no crean que hablo
de memoria, les voy a leer el segundo párrafo de la acusación de Živković,
reza (lee): "Aquellos croatas y eslovenos que se incorporaron al Cuerpo y
ahora se desvinculan son los 'franquistas' y agentes provocadores de Austro-húngaros,
que se adhirieron al Cuerpo solamente para:
1.
Hacer espionaje e informar
a quien corresponde sobre todo lo que ocurría en el Cuerpo.
El diputado:
Mileušnić: ¿Cómo, también allí espiaban?
2.
Trabajar para liquidar al
Cuerpo.
3.
Para librarse del campo de
concentración y vivir cómodamente con una buena paga en Odesa.
El orador sigue leyendo una
larga reseña sobre los disidentes, sus motivaciones y su programa político.
Cita textualmente párrafos enteros del informe del Dr. Jambrišak que
transcribimos: "Exigen el cambio de nombre del Cuerpo, la mejora de su situación económica, el reemplazo
de los emblemas servios por yugoslavos, total igualdad de la escritura latina
con la cirílica, separación de los croatas y eslovenos de las unidades servias
y la creación de regimientos separados. Debe tomarse en cuenta el credo
religioso y no mezclar católicos con ortodoxos; el cuerpo no puede considerarse
como ejército del Reino de Servia, sino como tropas revolucionarias yugoslavas. Y por último que éste ejército revolucionario
jamás y en condiciones que sea podrá accionar fuera de las fronteras de nuestro
territorio nacional irredento y quien intentare utilizarnos fuera de esos
límites (como por ejemplo nuestra participación con los rusos en la expedición
a Dobrudja) debe comparecer ante el tribunal popular. Además, pedían que un
Comité de oficiales sea el cogobierno en el cuerpo, tal vez según el modelo del
ejército austríaco. Y como condición para seguir en el Cuerpo pedían
'garantías' de que Yugoslavia iba a ser un estado federativo".
Con todo eso, prácticamente está esclarecido el historial (prosiguió el Dr. Alejandro Horvat) del nacimiento, la constitución y evolución de estas legiones servias, que no fueron otra cosa sino un martirio e infierno para los croatas que terminó con decenas de miles de ellos prisioneros de guerra y cuyos padres con seguridad esperaban que volvieran a sus hogares. Lo único aleccionador es que miles y miles no se dejaron embaucar y prefirieron morir como mártires que traicionar a su Rey y a su patria. Entonces no me digan que la idea yugoslava podría contagiar al pueblo croata.
Escriben desde Radziechova con
fecha 26 de junio (1917), Ilija Rašković y Stjepan Ozbolt, socios del club
académico "Domagoj", que volvieron del cautiverio e Ivan Lah,
sargento, más el esloveno Valenčić, lo que sigue (lee): Durante
nuestro cautiverio padecimos más que los demás, no es justo que se nos olvide y
abandone. En el extranjero nunca olvidamos a nuestra patria, a nuestra madre
Croacia; en Rusia también sufrimos y derramamos nuestra sangre solamente porque
nacimos de la madre croata que nos educó, de modo que fuimos y seremos siempre
croatas.
Nos encerraban, nos golpeaban y
torturaban, nos hacían pasar hambre. Pero ningún sufrimiento ni tortra, ninguna
amenaza pudieron obligarnos a los croatas y eslovenos a renegar de nuestro
nombre y convertirnos en traidores de nuestra patria.
En vano millares de madres, de
fieles esposas y niños indefensos esperarán el retorno de sus queridos hijos,
maridos y padres, que dejaron sus vidas y sus huesos por todos los rincones de
la vasta Rusia. En vano los esperan, pues nunca volverán.
Si el mar Negro supiera hablar,
podría decirnos cuántos miles y miles de eslovenos y croatas había tragado en
sus profundidades.
Aquí tengo una carta de un voluntario que durante un año entero soportó estos terribles días en Odesa y que escribió un informe completo sobre lo que hicieron allí los servios oriundos del Reino de Servia y los oriundos de Croacia, Eslavonia y Bosnia, como también los checos. Este voluntario se llama Juraj Grčević, ahora con licencia en Kompelje. Escribe que en 1916, a mediados del mes de octubre, cuando los policías rusos reunían a los prisioneros en el distrito de Jekaterinoslavska y los llevaron, alrededor de 2.000, a Odesa, ya allí empezaron a rebelarse porque nuestra gente no quiso ir a Odesa. En el informe precitado se dice (lee): "Al otro día llegó a nuestro campo de prisioneros de guerra el capitán servio de nombre Majstorović en compañía de varios checos, tenientes voluntarios servios, suboficiales y empleados gubernamentales rusos. Los checos intentaron ponernos en fila —por falta de yugoslavos, los checos tuvieron que reemplazar a nuestros representantes—, mientras el capitán se acercó a los voluntarios servios presentes para escuchar su informe.
Entre los prisioneros croatas y
eslovenos se originó una ruidosa protesta: "¡No queremos saber nada con
Servia! ¡Lejos de Servia y de los oficiales servios! ¡Viva el rey Francisco
José I" "Majstorović dejó el parte y corriendo hacia nosotros
gritaba corno loco: "Es una vergüenza lo que permiten los rusos a los
prisioneros del campamento. Hay que traer ametralladoras y matarlos a todos. Si
esto ocurriese en Alemania, los alemanes seguro los abatirían a tiros, tengo
pruebas de ello".
El funcionario ruso, acompañado
de los policías rusos, porras de goma en la mano, avergonzado ante el oficial
servio, se metió entre los prisioneros repartiendo golpes por todos lados:
"¡Animales! ¡Esclavos de Rusia! ¡Donde quiera Rusia, allí deberán
ir!" Majstorović golpeó con su sable a un prisionero alemán que
miraba lo que pasaba y echó del patio a otros prisioneros alemanes y búlgaros.
El servio gritaba como un animal rabioso blandiendo su sable encima de la
cabeza. Maldiciéndonos y amenazándonos, nos dejaron los oficiales del rey
Pedro.
Tras su partida llegó una
compañía de rusos con sus oficiales al mando y se llevó a la mitad, alrededor
de 1.000 hombres, a la estación principal: Esos prisioneros al pasar ante la
sede de la gobernación hicieron una demostración de protesta. Los soldados
rusos, bonachones y honestos, no quisieron intervenir. El gobernador tuvo que
llamar a los cosacos y esos a culatazos y golpes los llevaron y metieron por la
fuerza a los vagones. Dos días después sacaron también a nosotros del
campamento de prisioneros de guerra, pero esta vez nos acompañaron los cosacos
y dos eompañías de soldados rusos. Los extrañados ciudadanos corrían detrás de
nosotros preguntando qué habíamos hecho, seguros de que nos llevaban al
calabozo.
En la estación principal nos
amontonaron en los vagones y nos despacharon a Odesa. Muchos rusos, nuestros
guardias, no entendían, que es lo que querían de nosotros y como se nos podría
obligar a pelear contra nuestra propia gente; reflexionando sobre nuestra
situación, exhortaba a los hombres mantenerse fieles a su juramento y destacaba
que no era posible a lo que nos querían obligar los servios, pues carece de
toda lógica entregar armas a los enemigos, y si como acto de la locura lo
hicieran, de antemano podían asumir las consecuencias. Por poco perdí mi vida
al hablar en esos términos en Odesa. Hay testigos oculares que podrían
confirmar lo antedicho.
Alrededor del 25 de Octubre de
1916 nos alejaron por fuerza y de noche en "Kanatnij zavod" (fábrica
de sogas), sita en la calle Boljsoi N° 2. Allí nos esperaban servios y dos
yugoeslavos. Los servios con las armas en las manos y cartucheras sobre los
pechos de las cuales asomaban las puntas de las balas. Esto ocurría justamente
en el tiempo en que los búlgaros en Dobrudja aniquilaron a la división de los
legionarios servios, cuyos restos, en grupos de a tres o cuatro, regresaban a
Odesa, hecho que aprovecharon el sanguinario general Živković y sus oficiales
servios para ensañarse con los croatas, otro de los pueblos sureslavos
'malvados' que por suerte no llevaban en ese momento ni cuchillos ni fusiles
como los búlgaros.
Tal era la conducta de los
legionarios servias, policías o soldados que durante la movilización de los
croatas y eslovenos en Odesa fueron autores de innumerables crímenes de
inaudita crueldad. La movilización de Odesa es la mancha negra en la historia
servia, por lo que ante la humanidad debe avergonzarse siempre ese Piemonte
yugoslavo, la pequeña Servia.
"Los servios todos y por
doquier" era el eslogan. Los señores tenientes Dr. Stefanović,
Novaković, Blažević, los cabos Dr. Cerenov de Novi Sad, Jerko
Jedlička de Mostar y dos yugoslavos, los capitanes Pandić y Gasparović,
más unos ochenta soldados `armados hasta los dientes' se hicieron presentes.
Esta guardia de opresores se explayó inmediatamente contra las insignias
austríacas que llevábamos sobre las gorras, intentando arrancarlas y tirarlas.
Nosotros no lo permitimos. Entonces los yugoeslavos del credo católico
empezaron a 'concientizarnos' diciendo que deberiamos tener vergüenza, ya que
con nuestra valentía sirviendo fielmente al extraño, deshonrábamos el nombre
croata.
Y cuando nos atrevimos a
contestarles que nosotros no consideramos vergonzoso servir a nuestro
gobernante legítimo, aún más, que lo consideramos una virtud y que nos sentimos
orgullosos porque combatiendo en las filas del ejército austriaco estábamos
defendiendo a nuestras tierras de la invasión enemiga, los opresores que rodeaban
a nuestros apóstoles yugoslavos se echaron contra nosotros como perros
rabiosos. Empezaron a pegar a los prisioneros indefensos a culatazos y
puñetazos hasta desangrarlos, rompiéndoles dietes, golpearlos en las orejas
para destruirles los tímpanos, derrumbarlos con los puños al suelo y con las
culatas quebrarles costillas y huesos. Los "apóstoles" de pura sangre
servia y no yugoslava (los servios quedaron servios) no sólo que toleraron esas
fechorías, sino que a su vez nos golpeaban, derribando con sus sables a los
"šokci" (croatas católicos) al suelo. Haciéndolo, los
"hermanos" servios no ocultaban su alegría gritando: toma, eso es
para tí, eso en homenaje a nuestra iglesia, eso en homenaje al pope Ilija, por
llevarlo encadenado, eso porque mataste a los niños servios, etc. Los
"apóstoles" yugoslavos no participaron activamente en esta
"reeducación", sino al pasar la tormenta, cuando los
"hermanos" servios tenían la bondad de terminar con su labor,
mientras nosotros explorábamos el estado de nuestros huesos y limpiábamos la
sangre, nos decían que en Servia los castigos corporales estaban prohibidos,
puesto que era el país más democrático del mundo, y lo ocurrido aquí era culpa
nuestra y consecuencia de nuestra infame contestación que provocó a esos buenos
patriotas servios.
Los exponentes de la
inteligentia se fueron a dormir y los "enardecidos" nos cercaron y
vigilaron toda la noche. Al amanecer del otro día la inteligentia volvió. A mi
me sacó el checo Janko Jedlička de Mostar y me llevó a un pasillo estrecho
en el cual se encontraba parado un policía armado con fusil. Este policía me
arrancó primero la insignia de la gorra y luego me golpeó con la culata en la
espalda. Sangré por la nariz y la boca, Jedlička sobresaltó parándolo y le
dijo que me debía llevar al capitán Majstorović. Se trataba de mi
"rebelión" en los vagones, en el viaje de Jekaterinoslava a Odesa.
Este mismo Jedlička declaró ante dos prisioneros croatas, que por ello
debería ser ejecutado. Buscaba a Majstorović, pero no se encontraba. Por
eso me llevó ante otro oficial yugoslavo que me retó y con dos milicianos me
hizo llevar a la compañía. Aquí llegó otro grupo de prisioneros (a otros
distribuyeron entre varios campamentos) croatas y eslovenos más, y empezaron a
repartimos los uniformes de legionarios. Cuando empezaron a ponernos sobre la
cabeza la gorra servia (šaikacha) —único distintivo del ejército del rey Pedro,
otras prendas eran de procedencia rusa— muchos se resistían y la tiraban. Un
croata de confesión ortodoxa de Lika tiró la gorra servia: "Yo no soy
servio sino croata de religión ortodoxa, soy padre de seis hijos, no puedo ni
quiero servir al rey Pedro". Los comandantes aullaron como animales
heridos y se abalanzaron sobre su víctima: "!Bribón, estás ocultando tu
religión, eres traidor!" Y le dieron con puños en la cabeza, en las
costillas y en el vientre. Enloquecidos los inquisidores se empujaban entre sí,
se caían levantándose, blasfemaban y se peleaban entre sí para llegar hasta su
víctima. Entonces se pusieron de acuerdo y se turnaban mostrando cada uno su
especialidad en propinar golpes. El primero que pegó fue el sargento del ler.
destacamento, el servio Medjedović de Derventa usando el jiujitsu japonés,
golpeando a la víctima a rodillazos en los genitales. El desgraciado se
desplomó de dolor y Medjedović lo pisaba y apretándole la garganta lo
obligaba a levantarse y le propinaba otro rodillazo. Luego le tocó el turno al
voluntario servio Obrad Komjen de Banja Luka, quien pegaba al infeliz con los
puños en las sienes. Con un puño pegaba de un lado y eon el otro en otra sien.
Terminó dándole con la culata el servio voluntario Toma Tomić de Zvornik.
El hombre quedó desmayado. Lo tiraron a un rincón tapándolo con lona. Era
alrededor de las diez de la mañana y hasta la noche no recobró conocimiento.
Durante la noche se lo llevaron a un lugar desconocido.
El segundo que tiró
"šaikacha" fue Marko Basarić, croata de Bosnia del 3er.
regimiento de Bosnia y Herzegovina. Todo el furor de los
"enardecidos" se abatió sobre él empujándolo por la puerta a la
cárcel, golpeándolo sin cesar con culatas y puños.
El tercero en tirarla fue un
croata de Zagorje del 16° regimiento. No lo arrastraron sino que lo llevaron a
la cárcel sobre puños. Los servios odiaban y se vengaban especialmente de nuestros
soldados del valiente 169 regi-miento de infanteria. Por el destino de Bašaric
y de Zagorac mucho me interesé después en el cautiverio, pero nadie supo
decirme algo:
Los servios nos quitaban los
uniformes militares, gabanes y zapatos y los llevaban a la ciudad para
venderlos. En el anochecer volvieron de la cárcel varios prisioneros croatas,
ennegrecidos y morados de los golpes que recibieron y contaban que en la cárcel
les robaban todo el dinero que tenían. Todo eso ocurrió sin ser castigados los
culpables sino con el consentimiento y en presencia de oficiales servios y
legionarios.
Así pasé la segunda noche en
esta unidad de los voluntarios. ¡Dos terribles noches y un día!
Esa noche arribó un nuevo transporte
con mil hombres. Al amanecer sacaron a los prisioneros al patio y empezaron a
"concientizarlos'. Cuando con palabras no pudieron convencer a nadie,
entraron en acción los "enardecidos" hermanos servios, y empezaron a
pegar a los prisioneros croatas y eslovenos, a culatazos, puñetazos, latigazos
y sablazos.
Me encontraba en el patio junto
con otros prisioneros croatas por fuerza vestidos en los uniformes de
legionarios. De sopetón uno de los prisioneros empezó a gritar "No lo
permitamos!". Y todos los voluntarios forzosos exclamaron
"hurra", desarmados y desesperados se arrojaron sobre los
inquisidores.
Los "enardecidos" se
fugaron. Y los prisioneros, en uniformes austriacos y rusos, se mezclaron. Al
poco tiempo se hizo presente un destacamento de esos "enardecidos",
con sus oficiales. De ambos lados se gritaba "hurra". Sin embargo,
los desarmados tuvieron que ceder frente a las bayonetas y retirarse. Esta fuga
pánica y loca nunca podré olvidarla. Los hombres se escapaban a los cuarteles,
saltaban por encima del muro al patio del hospital, saltaban por las ventanas.
Los "enardecidos"
cazaban a los insurgentes, los pegaban y llevaban a la cárcel, a los
prisioneros los arrearon a los cuarteles y allí los pegaban cruelmente. Hasta
donde estábamos nosotros se oían gritos y aullidos de los prisioneros, como si
los estuviesen cortando vivos en pedazos. Luego seguían arrestos y ponerse
uniformes. Todo ello sucedió en la primera compañía del batallón complementario
y como esa había catorce compañías.
"Kanatnij zavod"
estaba lleno de habitaciones, pasillos y compartimientos como un antiguo
laberinto. En cada pieza, en cada pasillo y en cada compartimiento de este
laberinto ocurrian tragedias y corría la sangre inocente de los prisioneros
croatas.
El calabozo donde reinaban los
servios sin testigos sobrepasaba todos los horrores del laberinto de Odesa. Las
angostas escaleras se encontraban tan llenas de los prisioneros croatas y
eslovenos, que no había lugar para acostarse. Pues, ni para sentarse alcanzaba,
estaban tan atestadas. En el calabozo mandaba el legionario servio doctor
Ceremov de Novi Sad. Antes que nada sacaba billeteras a los hombres, repartía
el dinero con los legionarios del estado mayor, revisaba los bolsos, y
emplazaba a los guardias dentro y fuera de la prisión. Los encarcelados no
recibían comida alguna. Hubo reclusos a los que dejaban cinco a seis días sin
comer. No sólo que los privaban del pan sino que los "enardecidos"
negaban el agua a los odiados "šokci". Era verdad que para ir al baño
o tomar agua los "enardecidos" sacaban a los prisioneros aprovechando
para aplicarles culatazos. Los prisioneros preferfan aguantar la sed antes que
salir. En general eran golpeados más en el pasillo frente a la cárcel porque
tenían más lugar para empellones. Algunos de los prisioneros fueron sacados por
separado al pasillo y pegados, todos eran castigados y terminaban eon costillas
rotas, huesos de articulación y manos quebradas. Al ex prisionero Baga
Rukavina, sargento del 794 regimiento de infantería y comerciante de
Otočac, le quebraron una mano. Al croata bosniaco Bona Radić también
le quebraron una mano, etc., en resumen en el calabozo sólo mataban. El
prisionero croata Vrban Mato de Cesarica, pescador de Rijeka, del 264
regimiento, me contó lo que sigue: No obstante obligarme y pegarme no quise
ponerme el uniforme de los legionarios, por lo que me encerraron. Allí
inmediatamente me quitaron el dinero, que nunca más me devolvieron. De día nos
sacaban de las celdas al pasillo uno por uno y nos pedían enrolarnos en las
filas de los voluntarios, pegándonos al mismo tiempo. A mi también me pegaron.
Una noche metieron a la cárcel
al dr. Fabijanović, médico croata de Rijeka, vestido en el uniforme de
oficial austríaco. Lo conocía como un buen croata y patriota. Me contó que
trabajaba como médico en un hospital y que de allí los rusos lo mandaron a
Odesa. Los servios quieren obligarlo ser médico de las tropas voluntarias,
ofreciéndole el grado de oficial. No quiso trabajar contra su convicción y por
eso lo encerraron. Llegó la noche. Los prisioneros a cuclillas se apoyaron
mutuamente y empezaron a dormitar. Al filo de la medianoche sonaron las llaves
en la puerta. Este ruido despabiló y estremeció; a todos, ya que conocían estas
visitas de los enardecidos. Dos de ellos entraron con sus bayonetas caladas,
prendieron un fósforo buscando a alguien. De golpe saltó uno y con la porra
pegó a un hombre al lado mío. El hombre geanió y se desplomó. Me salpicó con su
sangre. Se sacudió dos o tres veces y expiró. Le dieron en el corazón. Los
verdugos le alumbraron la cara. "¡No es él!", dijeron y seguían
buscando. Nos pusimos helados. Otra vez se oyó el golpe de la culata, huesos
rotos y suspiros. Cuando amaneció, en la prisión, ni al lado mío ni del doctor
Fabijanović hubo persona muerta alguna. Este caso y muchos otros después
de la revolución del mes de febrero de 1917, el autor de esta declaración, lo
expusõ frente al "Soviet de los diputados de obreros y soldados".
Ante el "Soviet"
presenté también el caso de Pavle Perić y el de Milan Lazić. Ambos
decían: ya muy avanzada la noche volvíamos de la ciudad al "Kanatnij
Zavod". Y cuando pasábamos frente a la cárcel, vimos parado un carro
tapado con una lona. Lo destapamos. Cuatro cadáveres sangrientos y con uniformes
austríacos yacían en el fondo del carro. Saltamos al costado y nos ocultamos
detrás de una pila de ladrillos, porque oímos unos pasos. Eran los
"enardecidos" que sacaban el quinto cadáver tirándolo al carro
emprendiendo la marcha con los caballos. Los seguimos a escondidas. Los
llevaron al crematorio de la ciudad, los metieron en un pozo y cubrieron con la
paja a la que prendieron fuego y los quemaron... ".
Los pescadores y marineros de
Odesa encontraban muchos cadáveres en el Mar Negro.
En una oportunidad observé por un
segundo el calabozo a través de las rejillas, apartándome un guardia
legionario. Lo que había visto fue algo terrorífico. Los guardias se
encontraban parados entre los presos con bayonetas caladas, mirándolos como
perros: "Tú ¿no quieres inscribirte?", interrogaban en la forma más
brutal a los prisioneros. "Levántate y sal afuera". Sacaban uno por
uno al pasillo angosto y oscuro delante de la prisión, y los golpeaban
fieramente con culatas.
Todo eso sucedía en
"Kanatnij zavod", a fines de octubre de 1916 mientras que la prensa
de la Entente —especialmente en la inglesa- los servios publicaban amplios
informes sobre la formación exitosa del ejército yugoslavo.
En esos días leí con otros
prisioneros la disposición del Zar Nicolás II, según la cual no se enviaría a
los prisioneros de guerra sureslavos al frente como servias voluntarios hasta
tanto las tropas aliadas irrumpan en las regiones yugoslavas.
Yo me salvé de la 1ª. compañía
servia de "Kanatnji Zavod" junto con el "domobran" de
Zagorje Janko Haramin del 25° regimiento de infantería, ocultándome en un campo
de prisioneros en la calle Cradonacaljceskoj Nro. 20 y pagando previamente al
comandante ruso del campamento con el último dinero que tuvimos y con un par de
botas nuevas, después de recorrer inútilmente el consulado norteamericano y
comandos militares del distrito ruso.
En el campamento, aunque raras
veces, aceptaban a los croatas y eslovenos.
Hubo quienes consiguieron
librarse de sus torturadores y maltrechos acudieron a las autoridades rusas.
Por boca de esos refugiados pude
saber lo que ocurrió más adelante en el "Kanatnij zavod".
Los servios cambiaron
completamente su táctica después del levantamiento de Odesa y la tragedia
ocurrida en "Slobodka Romanova".
Eso ocurría hasta la revolución
de febrero de 1917. Cayó el Zar y se derrumbaron los pilares servios. Se formó
el gobierno de Miljukov y el "Soviet de los diputados de obreros y
soldados". Ese "Soviet" inmediata-mente tomó una posición
adversa a ese proceder servio. Y nosotros los prisioneros de guerra tampoco nos
quedamos con las manos cruzadas denunciando a nuestros torturadores ante el
"Soviet".
El "Soviet" obligó al
gobierno de Miljukov ordenar una revisión respecto al ejército voluntario
servio y que todos movilizados por fuerza, croatas y eslovenos, debían ser
devueltos a los campamentos de prisioneros. En ese tiempo una parte de los
oficiales voluntarios yugoslavos y de inteligencia se pasó de las tropas
servias a las rusas. El cabecilla de esos nuevos yugoslavos rusófilos, el
subteniente Vrinjanin, intentó convencernos para que nos presentáramos a las
fábricas rusas de munición.
Nosotros los prisioneros,
demacrados por hambre, sufridos y golpeados resistimos con firmeza esta nueva
tentación yugoslava, rechazando categóricamente este nuevo contrato yugoslavo
de "compra-venta".
Honorable Asamblea:
Con semejantes atrocidades
podría llenar páginas enteras (dijo el doctor Alejandro Horvat). Aquí tengo
varios casos, pero resultan tan horrendos que creo que no es necesario seguir
con ese cuadro negro. Lo único que me permito reiterar es lo que me contaron
mis paisanos de Zagorje y lo que cité ya: "Somos miles y miles que no
olvidamos esos horrores, todo lo que nos hicieron los servios y checos en nombre
de la idea yugoslava juramos vengarnos de esos verdugos nuestros". Yo les
hacía desistir de eso y les decía: "De vosotros aquí no se pide ninguna
venganza. Sean solamente apóstoles vivos, atestiguando en qué condiciones está
naciendo el yugoslavismo y la hermandad servio-croata".
(Aplausos en la bancada del
Partido Constitucional).
Luego el doctor Alejandro Horvat
lee el texto de su interpelación que reza:
"En base a lo que expuse
precedentemente pregunto: ¿Si el gobierno del Reino de Croacia, Eslavonia y
Dalmacia conoce que los soldados del credo greco-ortodoxo, oriundos de las
regiones croatas y que cayeron prisioneros de los rusos, incorporándose en su
mayoría al ejército servio o a la llamada legión yugoslava, y en convivencia
con los soldados checos prisioneros; cometieron increíbles actos de violencia y
de crueldad contra los prisioneros que no ocultaron su nacionalidad croata y
lealtad a su legítimo Rey croata?"
¿Si el gobierno del Reino de
Croacia está dispuesto a recabar de las autoridades militares datos exactos
acerca de los hechos señalados y a las familias de esos mártires croatas,
quienes debido al terror servio-yugoslavocheco, perdieron su vida, otorgar, por
lo menos, una recompensa material tras confiscarles bienes a los traidores y
verdugos locales?
¿Si el gobierno del Reino de
Croacia está dispuesto a informar al Ministerio de Relaciones Exteriores de
estos horrores, perpetrados y ordenados por el Reino de Servia, que está en
guerra con nosotros, para que tenga presente durante la Conferencia de la Paz
esta violación sin precedentes de las normas del derecho internacional y lograr
una compensación adecuada a los soldados croatas que no traicionaron su
juramento y a sus familias respectivamente."
Analizando hoy los vejámenes
infligidos a los soldados croatas el observador no puede dejar de percibir su
horrorosa similitud con la tragedia de Bleiburg. En ambas oportunidades, una
parte del ejército croata fue entregada por los Aliados (Rusia en 1916 e
Inglaterra en 1945) a sus verdugos. Los rusos y los servios violaron la legislación
internacional sobre los prisioneros de guerra, obligando a los soldados croatas
a luchar contra sus propios compatriotas, mientras que los Ingleses
extraditaron a los comunistas yugoslavos los soldados y civiles croatas que se
les rindieron conociendo el grave peligro que corrían sus vidas.
De los documentos expuestos en
la Interpelación surge también la actitud llena de odio y agresividad de los
políticos y militares servios hacia los croatas. ¡Cuán diferente era la conducta
de la oficialidad servia, prácticamente sin excepción y la de la oficialidad
croata! Mientras los primeros se extralimitaban en brutalidad, los segundos con
la excesiva dosis de ingenuidad e idealismo deseaban "...libertad y unión,
para que nuestros desgraciados y sufridos pueblos puedan vivir en paz y junto
dedicar sus esfuerzos para levantar cultural y materialmente una Yugoslavia que
debe ser la prenda de paz de los Balcanes"[41].
Ya era tarde cuando el pueblo
croata y sus dirigentes percibieron las reales intenciones del gobierno servio.
Al no haber igualdad ni justicia, el ideal de un estado común con los servios
se esfumó. Nació, y crece cada día más fuerte, la idea de que únicamente en su
propio estado los croatas pueden realizarse como un pueblo soberano que durante
su historia milenaria ha luchado y sabido conservar su identidad nacional y
cultural. A conclusiones similares han llegado también otros pueblos de la
Yugoslavia comunista, porque ellos también fueron y son víctimas de la
expoliación y del chovinismo del gobierno central, continuador de las
estrategias políticas granservias.
La idea yugoslava, abortada en
Odesa el 1917, fue sepultada en Bleiburg el 1945.
(Traducción: Željko
Dučmelić )
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In memoriam
El día 12 de marzo de 1985
falleció, casi nonagenario, en Florida, Buenos Aires, luego de largos
padecimientos, el ingeniero Stjepan (Esteban) Horvat, eximio científico croata,
naturalizado argentino.
Este eminente hombre de ciencia
nació el 29 de noviembre de 1895 en Srijemski Karlovci (Croacia). Al término de
sus estudios universitarios obtuvo el título de ingeniero en geodesia. En el
año 1941 fue nombrado suplente, luego profesor titular en geodesia práctica en
la Facultad de Zagreb, después profesor titular en topografía y cálculo
geodésico en la misma Facultad. Por sus trabajos específicos fue elegido en
1942 decano de la Facultad Tecnológica. Finalmente fue llevado a la conducción
de la Universidad de Zagreb como rector. Este cargo lo ocupó hasta el final del
Estado Independiente Croata, cuando se encontró, él también, en aquellos
funestos días de mes de mayo de 1945 en el doloroso camino del Via Crucis de
Croacia y del pueblo croata.
Salvado del holocausto de
Bleiburg, llegó a la Argentina en el año 1948. Gracias a sus antecedentes
científicos fue contratado, entre otras personas de jerarquía mundial, por el
Instituto Geográfico Militar en Buenos Aires donde actuó, aún jubilado,
prácticamente hasta su muerte, como asesor científico y profesional de consulta
en su especialidad.
Paralelamente colaboró tambén
con Instituto Panamericano de Geografía e Historia y con la Dirección de
Geodesia de la Provincia de Buenos Aires.
Incorporado a estos institutos
pudo desarrollar sus extraordinarias capacidades intelectuales y ponerlas en servicio
de su patria adoptiva —la Argentina— honrando a Ia vez con su trabajo
científico y su comportamiento humano a su patria de origen que llevaba en su
corazón hasta el último suspiro.
Prolífico autor de complejos
problemas de su profesión. Ya en Croacia editó 16 trabajos en idiomas croata y
alemán. Esta actividad fue acrecentada en modo especial una vez miembro del
Instituto, ahora en idioma castellano. Los trabajos científicos publicados
durante esta época suman más de 50. Todos fueron publicados por IGM„ la
"Asociación Argentina de Geofísicos y Geodestas" (de esta institución
fue socio honorario), de IPGI y de la Dirección de Geodesia de la Provincia de
Buenos Aires.
Es autor de varios libros usados
como manuales para el estudio y el desarrollo de Ia Geodesia.
En su carácter de
técnico-científico participó en todas Ias empresas importantes del Instituto.
En este sentido actuó como delegado oficial en varios congresos internacionales
de geodesia y cartografía. Nombramos dos de ellos, los más importantes, el de
Roma y el de Washington.
Su actividad científica en la
Argentina fue dedicada especialmente a dos problemas del campo geofísico: la
del desarrollo práctico de métodos de cálculo y de la presentación de las
hiperbólicas superficies de la Tierra en los mapas y planos cartográficos y
geodésicos.
Por su capacidad científica fue
conocido no solamente en el continente Sudamericano, sino en los Estados Unidos
y Europa.
Es interesante subrayar que este
teórico seco e intérprete matemático poseía un refinado sentido por las artes,
particularmente por la música. Son conocidas sus composiciones musicales, entre
las cuales se destaca "Ave María" (creada en el campo de refugiados
croatas de postguerra en Fermo, Italia), "Adoración al Señor "Oda a
la Muerte", la misa "Beatae Mariae Virginis" y composiciones
folklóricas croatas. No fue un simple "hobby" como se solía decir.
Era una prueba más que lo científico y lo artístico pueden provenir de una
misma alma, de una misma espiritualidad.
El día 13 de marzo fue enterrado
en el cementerio de Olivos acompañado por las personas que lo querían y
estimaban como un gran científico, pero sobre todo como un gran hombre. Por los
amigos, ex alumnos y sus destacados colaboradores argentinos.
En la oportunidad de despedirse
del ingeniero Horvat hizo uso de la palabra NikoIa Jerbić en nombre de
aquella última generación de los estudiantes de la Universidad Croata de Zagreb
cuando el ingeniero Horvat fue su rector. Habló también el agrimensor Mario
Ornstein en nombre del personal superior del "Instituto Geográfico
Militar". Rubén C. Rodriguez, geodesta, lo hizo a su vez en nombre de la
"Asociación Argentina de Geofísicos y Geodestas" en su carácter de
vicepresidente de esta institución.
A continuación transcribimos
sendos pasajes de los precitados discursos fúnebres:
Mario Ornstein expresó:
"Hombre rectilíneo en su
contextura moral, unió al ejercicio de su saber, las naturales dotes que
distinguieron su personalidad y que tanto influyeron para que todos los que
sirvieron a su lado, le otorgaran el respetuoso afecto y la admiración peculiar
que nace en los hombres como incontenible reverencia hacia quienes por su
educación, aptitud, inteligencia y sentimiento, hacen de su tarea, no sólo una
exteriorización de su capacidad, sino también una manifestación de la enseñanza
mediante su saber y ejemplo y asimismo, de la serenidad que resulta de la
síntesis de relevantes valores morales.
"Por ello nuestro
agradecido recuerdo al hombre y al maestro que nos deja...
"El Personal Superior del
Instituto Geográfico Militar, los que tuvimos el privilegio y el honor de
compartir sus horas, escuchar su sabia y justa palabra, reir en sus momentos
alegres y sufrir con sus sufrimientos, nos su-marnos en esta triste
circunstancia, no queriendo despedirlo sino decirle:
"Ingeniero, como siempre,
Ud. está con nosotros". Con estas palabras concluyó su alocución el
agrimensor Ornstein.
El vicepresidente de la
"Asociación Argentina de Geofísicos y Geodestas" Rubén C. Rodríguez,
geodesta, puso en evidencia la enorme importancia para la ciencia de la labor
cumplida por el ingeniero Horvat con estas palabras:
"La Asociación Argentina de
Geofísicos y Geodestas ha querido que la represente en esta circunstancia para
honrar al ingeniero Horvat y reconocer sus servicios a favor de la comunidad
geodésica argentina.
"Debo decir, en primer
lugar, que la Asociación ha conferido la distinción de socio honorario a sólo
cinco de sus trescientos asociados, cinco notables por su contribución a la ciencia
y a la entidad'. Uno de ellos es el ingeniero Horvat.
"Sería muy extenso decir
cuáles fueron los méritos por los que la Asociación lo reconoció como socio
honorario puesto que casi todos los que aquí estamos los conocemos, sólo
elegiré algunos títulos reservados a unos pocos: geodesta eximio, calculista
notable, investigador profundo, profesor destacado, o mejor, un maestro. Toda
una obra que no muere con la muerte física, sino que permanecerá viva en las
páginas de Geoacta, en las publicaciones técnicas del Instituto Geográfico
Militar —al que le dedicó gran parte de su vida—, en la Revista Cartográfica y
en la revista Geodesia.
"No debo olvidarme de decir
que en 1982 fue propuesto para recibir el premio Arch Gerlach, que otorga el
Instituto Panamericano de Geografía e Historia durante sus asambleas generales
a quienes se han destacado en América en el campo de la cartografía, de la
geofísica, de la geografía o de la historia. Circunstancias ajenas al mérito de
su obra impidieron que el premio llegara a sus manos, pero la amplitud de su
pensamiento consideraron la proposición como un otorgamiento.
"Y lo más difícil: despedir
a un amigo en nombre de sus condiscípulos, de quienes tuvimos el honor, el
privilegio y el placer de recibir sus lecciones de geodesia y de vida, de
compartir su tiempo, su hogar, su mesa...
"Nos queda el recuerdo de
su presencia notable y de su consejo medular y la esperanza de que haya paz en
su tumba."
T. G-ri (Tonko Gazzari)
Nota de Redacción: En ocasión
del octagésimo aniversario de nacimiento del ingeniero Stjepan Horvat y en
ocasión de su nombramiento como socio honorario de la "Asociación
Argentina de Geofísicos y Geodestas", STUDIA CROATICA ha publicado
extensas notas en 1975, vol. 58-59 y en 1979, vol. 74-75.
0970501
A pesar de los rumores de que
las autoridades austríacas iban a impedir la llegada de los croatas al lugar
donde empezó el mayor genocidio de la historia croata, concurrieron numerosas
delegaciones al cumplirse el cuadragésimo aniversario de la terrible matanza
cometido despiadadamente por los comunistas yugoslavos sobre los refugiados
croatas que buscaban la paz y justicia en el occidente.
Con motivo de cumplirse los 40
años de la tragedia desencadenada en el pueblo austríaco de Bleiburg, el 11 y
12 de mayo llegaron más de quinientos croatas de todas partes del mundo: de la
lejana Australia, de Canadá, de los Estados Unidos, Suecia, Bélgica,
Inglaterra, Francia, Alemania, etc., entre los que se encontraban algunos
sobrevivientes de la masacre y de las posteriores marchas de la muerte. Los
acompañaron también sus hijos que jamás vieron la patria de sus padres, para
conmemorar la trágica fecha y recordar a las víctimas inocentes asesinadas en
Bleiburg.
En la pequeña capilla al borde
del valle fue oficiado el funeral por los sacerdotes: Rev. P. V. Cecelja, fray
Luciano Kordić y Rev. P. V. Lasić, acompañados por coro en el antiguo
dialecto croata de Gradišće (Burgenland), región austríaca donde se
establecieron decenas de miles de croatas en los siglos XVI y XVII.
Después de la misa se
encaminaron al monumento que cubrieron con un mar de coronas y ramos de flores.
Las que más se destacaron fueron enviados desde Croacia con la leyenda:
"¡Luchad por la independencia! - Los Croatas en la Patria" y en otra
se leía: "Ellos cayeron por haber sido fieles al Estado Croata".
En nombre del Congreso Nacional
Croata, la señora Lević-Korenić depositó una ofrenda floral con Ias
banderas de todos los países en donde viven los croatas exiliados que querían
así testimoniar que no olvidaban a cus con-nacionales que habían dado su vida
por la patria.
Delante del monumento a los
caídos, los croatas compartían acongojados el homenaje a pesar de diferencias
partidarias. Los representantes de todas las corrientes políticas e ideológicas
se habían dado cita en ese lugar, en ese momento tan silencioso y soleado en
gran contraste con el derramamiento de sangre y el holocausto de hace 40 años
...
Entre los concurrentes
extranjeros cabe destacar al alcalde de Klagenfurt (una ciudad cercana), doctor
Guggemberger y entre los invitados figuraba el escritor e historiador inglés de
origen ruso, conde Nicolás Tolstoy.
Como parte del homenanje se
encendieron 40 velas y, simbolizando la lejana Croacia, hubo jóvenes vestidos
con trajes tradicionales que recitaban versos en honor a los mártires; era un
cuadro conmovedor e inolvidable.
Es de lamentar que las
autoridades austríacas prohibieron en último momento la conferencia de prensa
programada en Viena en ocasión del cuadragésimo aniversario de la tragedia de
Bleiburg. El comunicado del Ministerio del Interior austríaco destaca que la
conferencia perjudicaría las buenas relaciones entre Austria y Yugoslavia. Esta
excesiva complacencia ante las exigencias del gobierno dictatorial de Belgrado
que contraría la libertad de expresión demuestra fehacientemente la
culpabilidad de los autores de crímenes cometidos en Bleiburg.
A pesar de la prohibición, los
corresponsales de los diarios Die Presse, Times y la "Associated
Press", llegaron por otro camino a contactar al conde Tolstoy y a varios
representantes croatas en exilio.
0970601
En ocasión del Año Mundial de la Juventud, proclamado por ias Naciones Unidas, unos 200.000 jóvenes católicos del mundo entero emprendieron su peregrinaje a Roma para reunirse con el Papa Juan Pablo II el Domingo de Ramos 31 de marzo de 1985.
Participaron de esa
peregrinación también los jóvenes croatas en un número considerable: unos 4.000
llegados de Croacia y 500 de los países extranjeros, particularmente de la
República Federal de Alemania y de Canadá.
El día anterior al Domingo de
Ramos los jóvenes croatas tuvieron el honor de haber sido recibidos por el Papa
en audiencia privada el honor concedido solamente al grupo croata. En esa
ocasión el Cardenal Kuharić, arzobispo de Zagreb, al saludar a Sumo
Pontífice, destacó el significado de la vida religiosa en Croacia, mencionando
los procesos de canonización actualmente en trámite para la beatificación de
dos croatas: del seminarista Pedro Barbarić y del joven profesor Ivan
Merz.
En contestación al saludo del
Cardenal Kuharić el Papa pronunció su discurso dirigido a los jóvenes
croatas que publicamos, según L'Osservatore Romano, en nuestra sección
"Ecos de la prensa mundial".
Cabe destacar un detalle significativo: en esta audiencia el Papa llevaba sobre el pecho la cruz con la inscripción: "Crux Vetustissima Croatica e Batismatis Fonte Višeslavi Ducis" - una réplica en oro y plata de la más antigua cruz croata esculpida en el baptisterio del duque Višeslav (siglo VII), regalada al Santo Padre, tres días antes, por los jóvenes de la Misión Croata de Colonia (República Federal de Alemania).
Para valorar correctamente el
significado del peregrinae de los jóvenes de Croacia hay que tener presente
varias contrariedades con las que tropezaron a causa de las maniobras
intimidatorias del régimen comunista yugoslavo. Así, por ejemplo, los
amenazaban de que serían expulsados del colegio si se ausentaran por más de 36
horas de las clases. Al ómnibus que llevaba a un grupo de jóvenes de Medjugorje
no le fue permitido cruzar la frontera con Italia. Pero los jóvenes no dejaron
intimidarse, continuaron a pie hasta que pudieron tomar taxis hasta el Trieste
y desde allí llegaron en tren a Roma.
Según las últimas noticias
llegadas de Croacia, el Comité para la Educación de la Municipalidad de Split
dio una orden a los directores de los colegios municipales secundarios para que
le entreguen urgentemente listas de alumnos que faltaron a las clases durante
los días de la peregrinación a Roma.
(Según "Glas Koncila"
de Zagreb y del "Aguila de las Alas de Oro" de Buenos Aires).
0970701
En el mes de mayo de este año, a
iniciativa de la rama local y en particular de su presidente Marijan Tadej, el
Consejo Nacional Croata fue aceptado como miembro asociado ("associated
member") de la Union Paneuropea con sede en Bruselas, Bélgica,
organización que auspicia la independencia de todas las naciones europeas.
En esta ocasión el presidente del Comité Ejecutivo del Consejo Nacional Croata, doctor Mate Meštrović, dirigió Ios mensajes correspondientes al presidente de la Unión el doctor Otto von Habsburg y al secretario Vittorio Pons.
El profesor Antonio
Pinterović fue designado delegado permanente del Consejo Nacional Croata
acreditado en la Unión Paneuropea.
0970801
El Comité Nacional para
Eslovenia, cuyo presidente es el señor Rudolf Šmersu (residente en la
Argentina) y sus secretarios doctor Peter Urbanc (Canadá) y doctor Ludvig Puš
(USA), ha cambiado su denominación en el Comité Nacional Esloueno.
Este cambio de nombre se produjo
a raíz de una evolución política que se justifica en los términos siguientes:
"Después de los 40 años del exilio y de la evolución producida en la
patria, según 'Slovenska Država' de febrero de 1985, se ha manifestado la
necesidad política de actuar no solamente de hecho, sino también formalmente
bajo el nombre que refleja más adecuadamente la soberanía del pueblo
esloveno".
Los periódicos de los exiliados
eslovenos "Slovenska Država" (Canadá) y "Smer v slovensko
državo" (Argentina) se han fusionado en un solo consorcio que desde ahora
editará un solo órgano titulado Slovenska Država (El Estado Esloveno). Su
redacción funcionará tanto en Buenos Aires como en Toronto.
El nuevo Comité Nacional
Esloveno difundió en enero de 1985 una declaración en la que destaca entre
otros conceptos, lo siguiente: "Invitamos a los pueblos que viven bajo el
totalitarismo yugoslavo igual que los eslovenos que inicien el diálogo sobre
sus futuras relaciones. Nosotros los eslovenos pedimos que el estado de
Eslovenia sea libre, democrático e independiente. Estamos conscientes que
nuestra suerte está ligada a los pueblos que actualmente viven en Yugoslavia.
Estamos conscientes que en Ia conformidad con nuestros vecinos tenemos que
buscar una solución justa del ordenamiento estatal interno y externo, para que
el pase de este presente indeseable al futuro deseable no cueste a nuestros
pueblos nuevos e inútiles sacrificios Las conversaciones entre nosotros
deberían tomar en cuenta todo lo que se ha logrado hasta el presente para que
sean verdaderamente el indicio de nuestro crecimiento y no la señal de las
discusiones frustradas, ajenas a la tradición eslovena".
0970901
Con esa leyenda distribuyeron
los eslovenos residentes en Buenos Aires un folleto en el que publican una
breve reseña de Ia historia de Eslovenia —una de las seis repúblicas de
Yugoslavia— destacando "la tendencia del pueblo esloveno cada vez más
afianzada hacia una independencia política plena, en un Estado soberano".
Los eslovenos corrieron Ia misma suerte que los croatas al solicitar amparo a los aliados occidentales. "En mayo de 1945, puntualizase en el folleto, el ejército nacional esloveno les entrega sus armas. Los ingleses, que ocupaban una parte del territorio esloveno, ponen este ejército de 12.000 hombres desarmados, con engaño en poder de los comunistas yugoslavos. Sin juicio previo alguno, estos hombres son exterminados y sus cadáveres arrojados a las grutas subterráneas. Los bosques de Rog, Krim y Teharje son testigos de este genocidio, no reconocido aún por el régimen bolchevique hasta hoy".
En conmemoración de este
genocidio fue oficiada el 26 de mayo una misa en la Catedral metropolitana,
organizada por la colectividad eslovena de Buenos Aires, a la que participaron
también los representantes de otras nacionalidades.
Finalizada la misa, unos 300
jóvenes eslovenos vestidos en sus trajes típicos se dirigieron a monumento al
Libertador San Martín, donde depositaron una ofrenda floral en signo de
agradecimiento "a la noble nación argentina por su comprensión,
solidaridad y hospitalidad expresadas hacia el pueblo esloveno".
0971001
Raif Dizdarević, ministro
de relaciones exteriores, llegó a Estocolmo para la reunión de sus pares de
ocho países neutrales y no alineados. Durante toda la estadía de
Dizdarević en Suecia lo acompañaba la sombra del obrero croata, Ivan
Dragičević. En conferencia de prensa el reportero de la televisión
sueca preguntó al ministro yugoslavo sobre el caso Dragičević, quien
rehusó contestar.
Pero Dizdarević no pudo
eludir hablar sobre Dragičević con el ministro Bodstrôm, cuando éste
le entregó la nota del gobierno sueco en la cual se notifica el deseo del
gobierno de que Dragičević debe ser liberado y que se le permita
retomar a Suecia.
Ivan Dragičević vivió
con su familia 20 años en Suecia. Trabajó en la fábrica de coches "Volvo"
en Olofstrôm. El verano pasado se fue con su familia a Croacia, a su pueblo
natal Zvirići en Hercegovina. Después de algunos días los agentes de la
policía secreta lo llevaron a Mostar para interrogarlo. Le retiraron el
pasaporte y lo acusaron de "actividades enemigas". La acusación
todavía no fue presentada pero tampoco el pasaporte le fue devuelto a
Dragičević. Nadie en Yugoslavia esperaba que el sindicato sueco se
interesaria por Dragičević y que gobierno sueco intercederia por este
obrero croata.
La policia secreta yugoslava
quena obligar a Dragičević a trabajar para ella y delatar a sus
compatriotas en Suecia lo que no consiguió.
Dragičević no se quedó solo. Primero el sindicato sueco de metalúrgicos se solidarizó con él, y después hizo lo mismo la Unión de todos los sindicatos suecos. La delegación del sindicato metalúrgico "Metall" que tiene alrededor de medio millón de afiliados, una de las más grandes organizaciones sindicales suecas, postergó su visita a Yugoslavia, que estaba planeada.
En la ciudad de Olofström a Ivan
Dragičević ya un año lo esperan su esposa y dos pequeños hijos. La
esposa de Ivan está muy enferma y su familia está en difícil situación
económica.
Está bien claro, que los
sindicatos y la opinión pública suecas no se reconciliarán con las autoridades
yugoslavas hasta tanto se permita que regrese a Suecia Ivan
Dragičević. La preocupación para los obreros en Suecia es
diametralmente opuesta de las frases de "autogestión obrera" en
Yugoslavia. Es un caso típico de las maniobras de intimidación que practica el
gobierno yugoslavo sobre los obreros croatas que. trabajan en el extranjero.
0971101
Los croatas de Buenos Aires
recordaron con varios actos las víctimas de Bleiburg en ocasión de cumplirse 40
años de aquellos trágicos acontecimientos.
Ya a mediados de mayo las calles
céntricas de Buenos Aires aparecieron con numerosos afiches recordatorios —obra
de los estudiantes argentino-croatas— en los que se acusaban a Yugoslavia por
la masacre de 300.000 croatas, con el lema, debajo del mapa de Europa,
"Croacia debe recuperar su Independencia". Previamente fueron distribuidos
por la colectividad croata miles de volantes alusivos a los "300.000
desaparecidos" en Bleiburg.
Los actos conmemorativos se
iniciaron el 19 de mayo en la Catedral Metropolitana. El franciscano Lino
Pedišić, director de las misiones croatas, presidió la concelebración de
la santa misa a la que asistieron numerosos croatas residente en la Capital
Federal y en el Gran Buenos Aires, junto con sus amigos argentinos y
representantes de las organizaciones Eslovenia Libre, Unión de los Polacos en
la República Argentina, Asociación Eslovaca, Organización Pro-Liberación de
Hungría, Representación Central de Ucrania y el Comité Pro Liberación de
Lituania. Durante la misa cantó el coro Jadran, dirigido por el ing. José
Puches.
En la parte final de su homilía
p. Lino Pedišić expresó:
..."Nosotros los croatas sentimos el dolor por nuestros hermanos asesinados pero no desesperamos ni nos dejamos llevar por el odio hacia los victimarios. La nobleza y la gloria de nuestros mártires nos obliga al amor a nuestra Patria Croacia, al amor a la libertad de nuestra nación y de nuestro pueblo, lo que deseamos a todos Ios pueblos del mundo. La razón de la celebración del sacrificio de la Misa es el amor, el mismo amor por el que han caído nuestros mártires. Es también el acto de agradecimiento a la Nación Argentina y a su pueblo por habernos hecho sentir la libertad como a propios hijos. Que Dios bendiga a manos llenas a la Argentina y a su pueblo, a Croacia y a su pueblo. Amén."
Al terminar el acto religioso y
mientras todos los reunidos cantaban el himnos nacional croata, los jóvenes y
las jóvenes argentinos, hijas e hijos de croatas, vestidos de trajes
folklóficos y llevando las banderas croatas y argentinas, depositaron una
ofrenda floral en la tumba del héroe nacional Gral. San Martín y del Soldado
Desconocido, ubicadas en la Catedral.
El mismo día tuvo lugar el acto
conmemorativo realizado en la gran sala del Hogar Croata, colmada de croatas
pertenecientes a todas las agrupaciones políticas, reunidos en el fervor patrio
para rendir el homenaje a los mártires de Bleiburg.
Condujeron el programa el ing.
Tomislav Pavičić (en castellano) y la señora Jasna Müller de Terrazas
(en croata). Tras una breve introducción anunciaron a lic. Nieves
Devčić de Cantou Carrer que se refirió en croata a los hechos
ocurridos en Bleiburg hace 40 años, destacando los nuevos documentos sobre la
responsabilidad del comando militar británico por la entrega del ejército y de
los civiles croatas a los partisanos de Tito quienes luego cometieron sobre
ellos masacre masiva. Concluyó la disertante:
"Pueblos
como el croata, sin embargo, no desaparecen en la tierra, pese a los horrores
sufridos. Sus hijos creen en la libertad y en la independencia, y por ella
luchan en cada palmo de su suelo."
Luego tomó la palabra ing. Jorge
Gadze quien expuso en castellano las causas y las consecuencias de los hechos
conocidos como la Tragedia de Bleiburg. Al referirse al programa televisivo del
BBC de Londres en enero de 1984, en el que se discutió públicamente la
responsabilidad del Mariscal Alexander y del ministro Harold MacMillan por la
extradición de los croatas a los partisanos, ing. Gadze citó un párrafo del
diario italiano "Il Borghese", del 22 de enero de 1984, titulado
"La BBC no ha dicho todo" en una nota en la que relata la masacre
atroz cometida por los guerrilleros de Tito. "El 15 de mayo de 1945
—informa "II Borghese"— en los alrededores de Bleiburg ocurrieron
sucesos dantescos, hubo un terror indescriptible, suicidios colectivos sólo
para evitar una muerte mucho atroz. En largas columnas, custodiadas por las
fuer-zas de Tito son arrastrados hacia la frontera yugoslava todos aquellos que
se habían entregado a los ingleses. La masacre comenzó de inmediato. Los
partisanos mataban, mataban a todos, hombres, mujeres y niños.- Los mataban de
a decenas, de a centenas, de a miles.
Durante días y días se oye el
repiquetear de las ametralladoras sobre las columnas de prisioneros. Los
comunistas les cortan las manos, les parten los huesos, abren sus vientres, les
torturan, les mutilan, les queman, les crucifican. El comisario político
Koća Popović, ordenó enterrar hasta el cuello a más de 300 personas y
entonces hizo pasar por esas cabezas una máquina segadora. Koća
Popović fue más tarde ministro de relaciones exteriores yugoslavo.
No. La BBC durante su
investigación periodística, 39 años después del "Affaire de
Klagenfurt" no ha dicho todo y lo que dijo, lo dijo tarde. De acuerdo al
memorándum enviado a la Cruz Roja, las fuerzas titoístas mataron en mayo de
1945 a 280.000 personas".
El acto fue concluido con el
canto de una canción patriótica y del himno nacional croata, ejecutados por el
coro Jadran.
El último acto conmemorativo de
las víctimas de Bleiburg fue organizado por la Asociación de los Estudiantes
Católicos Croatas, en el Centro Católico Croata (previsto para el 14 de junio y
realizado, debido a unas dificultades técnicas, el 29 de junio).
El acto se realizó en el marco
de una Velada Cultural con el programa que condujeron Silvia Detelić y
Vlado Zaninović. Luego del saludo del presidente de la Asociación Branko
Nadinić actuaron el Octeto Vocal de la Asociación, bajo la dirección del
ing. José Puches y un grupo recitativo dirigido por el prof. Tonko Gazzari
quien interpretó ocho poesías de los poetas croatas alusivas al genocidio de
Bleiburg.
La alocución conmemorativa,
titulada "Nuestra deuda a las víctimas de Bleiburg"' la pronunció el
dr. Radovan Latković. Destacó, entre otros conceptos, "que el pueblo
croata a pesar de las enormes pérdidas de vidas en el holocausto de Bleiburg no
fue moralmente derrotado, no suqumbió al terror, conservó su identidad
nacional, su afán de independencia. Eso se ha manifestado ya a los veinte años
de la tragedia de Bleiburg en un movimiento masivo producido en Croacia, que
culminó con la llamada "Primavera croata" en 1971. A pesar de haber
sido ahogado brutalmente este movimiento, los anhelos del pueblo croata por su
independencia no han quedado ahogados. Lo comprobó fehacientemente la juventud
croata en estos últimos años y en ocasión del Congreso Nacional Eucarístico en
Marija Bistrica, manifestando a la vez su fe y su adhesión a la independencia
de Croacia" ... "Nuestra deuda a las víctimas de Bleiburg, concluyó
su alocución, es una sola: concretar en vida el ideal que triunfó en el martirio
de Bleiburg, o sea Estado Croata soberano y democrático, garante de las
libertades y de la justicia social".
0971201
Los croatas de la capital cordobesa
conmemoraron el cuadragésimo aniversario de las víctimas de Bleiburg en el
Hogar Croata con gran concurrencia de público.
El ingeniero Héctor Margan se
refirió al trágico suceso. Su extensa exposición de los hechos ocurridos fue
escuchada con gran interés. En la parte final manifestó: "Todo ello fue
concebido y desarrollado siguiendo la teoría de la Razón de Estado, incluso la
persecución a muerte de la Iglesia Católica. Lo confirman las palabras de M.
Djilas, expresadas cuando era vicepresidente del gobierno comunista yugoslavo:
Los soldados croatas tuvieron que morir para que Yugoslavia pudiera
vivir".
0971301
En Bonn, la capital de la
República Federal Alemana, fue inaugurado el 21 de mayo de este año el Centro
de Información del Consejo Nacional Croata. Se atribuyó mucha importancia a ese
evento ya que esta Oficina es la primera de su índole en Europa y se ubica en
un lugar de trascendencia política. Todo esto fue confirmado también por la
concurrencia del mismo presidente del CNC, doctor Mateo Meštrović, quien
llegó de Nueva York para asistir al acto inaugural.
En la conferencia de prensa,
organizada en esta oportunidad, destacó la gravedad de los problemas que se
están acumulando en esa parte de Europa y Yugoslavia, y la necesidad de
reconocer a los croatas el derecho a su independencia estatal.
La importancia de este
acontecimiento fue destacada también por la enérgica protesta del gobierno
yugoslavo que exigió de las autoridades alemanas prohibir la actividad del
nuevo Centro de Información Croata.
El gobierno yugoslavo no llega a
comprender que la información, la comunicación de ideas, la libre expresión de
pensamiento político es la piedra fundamental de un régimen democrático auténtico
y que sus exigencias demuestran una vez más la total ausencia del espíritu
democrático en su filosofía y en su conducta política.
En ocasión de la apertura del
Centro de Información del CNC, Ivona Dončević, redactora responsable
de la revista Kroatische Berichte (Informaciones croatas) entrevistó al
doctor Mate Meštrović, presidente del Comité Ejecutivo del mencionado
Consejo Nacional, para hacer llegar su mensaje a la opinión pública de la
órbita de habla alemana.
El doctor Meštrović explicó
en primer lugar que el Consejo Nacional Croata, creado en 1974, trata de ayudar
—con su actividad política e informativa— al pueblo croata en su patria para
conseguir su libertad en un estado croata independente, democrático,
pluralista, neutral y socialmente justo. El Consejo está ramificado en casi
todos los países de Ia Europa libre, en las Américas y en Australia. Para
promover más eficazmente su actividad han sido organizadas oficinas de
información, que tienen la función de lobby para la independencia
croata".
Esa actividad se enfrenta con grandes dificultades entre las cuales está el criterio de los dirigentes políticos estadounidenses de que la existencia de Yugoslavia, igual que la división de Alemania, favorece el interés estratégico de los Estados Unidos. Por consiguiente, el Departamento de Estado no reconoce el derecho de autodeterminación nacional a los croatas y a los otros pueblos de Yugoslavia.
Debido a la incomprensión y la
actitud negativa para con la lucha croata por su independencia, la misión de esas
Oficinas de informaciones croatas consiste precisamente en "informar a los
políticos, a los científicos, a los periodistas, a la opinión pública sobre la
problemática croata, la lucha por su identidad, sobre su tradición cultural y
su inquebrantable voluntad de constituir su estado propio independiente".
Con respecto al llamamiento que
dirigió recientemente a los comunistas croatas, el doctor Meštrović aclaró
que a pesar de que su número no es de importancia, sin embargo ocupan algunos
puntos claves en Croacia y podrían ayudar en la lucha de Croacia por su
libertad. Además con ello se quiere demostrar la disposición a olvidar los
acontecimientos trágicos del pasado, a proceder a una reconciliación, formar un
frente nacional croata, como lo han hecho también otros pueblos en su lucha por
la libertad nacional.
En cuanto al catolicismo en
Croacia, el doctor Meštrović subrayó que no se debe identificarse la
nación croata con el catolicismo, ni considerar que la Croacia es
exclusivamente una nación católica, si bien la mayoria de los croatas profesan
la fe católica. Y esto porque una parte importante de los croatas es musulmana
aunque étnicamente croata. Sin olvidar por supuesto que hay también croatas
ortodoxos, judíos y de otros credos.
Para el futuro, el doctor
Meštrović piensa continuar con la política de búqueda de simpatías y de
comprensión para la lucha croata por su libertad, sea esto en el Oeste o el
Este, en el Cercano Oriente o en la América del Sur, siempre teniendo presente
que "únicamente el pueblo croata en Croacia puede iniciar el proceso
político de la liberación nacional, debiendo la diáspora croata estar
políticamente en tal medida bien organizada para poder ayudar al máximo Ias
aspiraciones de la patria".
0971401
En la sala principal de
conciertos de la capital bávara, la "Hercules Saal der Residenz" en
Munich, tuvo lugar el 19 de mayo de 1985, un acontecimiento artístico de gran
importancia para toda la diáspora croata: la ejecución de la ópera Nikola
Šubić Zrinski, obra del compositor Ivan pl. Zalc. presentada en forma de
concierto sinfónico-coral con la participación de solistas alemanes, dos coros
de la ciudad de Munich y la orquesta filarmónica de Sudvestfalia bajo la batuta
del director croata Ivan Cerovac.
El concierto fue ideado -y organizado por el mismo director Cerovac, en colaboración con un grupo de croatas exilados en Alemania, en homenaje al 150 aniversario del Himno nacional croata y, a la vez, como aporte croata a los festejos del año musical europeo. Fue apoyado ampliamente por 'la colectividad croata residente en Alemania, en particular por los obreros croatas que realizan trabajos temporarios en la República Federal y por el Municipio de la ciudad de Munich, como también por el Ministerio de Educación y de Cultura bávaro. El concierto fue patrocinado por el mismo presidente del Consejo de Ministros de Baviera, Dr. Franz Josef Strauss.
La prensa bávara elogió
ampliamente la calidad de la ejecución que tuvo lugar en la sala repleta y fue
transmitida el mismo día por la televisión.
El crítico del Münchener
Merkur destacó que resultó increíble cómo los solistas alemanes llegaron a
cantar sus partes en un perfecto croata sin mirar la partitura. Fue elogiada
unánimamente la actuación del director de orquesta por su conducción dinámica e
interpretación acertada de la ópera de Zajc, calurosamente aplaudida por el
público que se negaba a abandonar la sala.
La ópera Nikola Šubić
Zrinski es una epopeya musical al heroico hijo de la antigua nobleza croata del
siglo XVI quien defendió valientemente con sus 2.500 soldados la fortaleza de
Sziguet sitiada durante los varios meses por un ejército de 100.000 hombres,
bien armados, conducido por el sultán turco Solimán quien se proponía
conquistar a Viena, corazón de la cuenca danubiana. propósito malogrado gracias
a la heroica resistencia de Nikola Šubić Zrinski.
Cuando la fortaleza ya quedaba
destruida, el héroe croata y sus fieles soldados se lanzaron al combate cuerpo
a cuerpo, prefiriendo morir antes que entregarse vivos al enemigo.
El gesto valiente de Nikola
Šubić Zrinski frenó la ofensiva turca, salvando así a Viena y a Europa
occidental de la dominación otomana, lo que le valió, en aquel tiempo, el
calificativo de "Leonidas cristiano".
La ópera de Zajc fue estrenada
en Zagreb el 4 de noviembre de 1876. Desde el primer momento fue aceptada como
símbolo de lucha del pueblo croata por la libertad y ese significado mantuvo
desde entonces hasta hoy. La aria final: "¡AI combate, al combate! — Que
el enemigo vea que moriremos luchando!", se ha conservado como una de las
canciones más populares de Croacia entera que todavía hoy conmueve al hombre
croata sediento de la libertad. Tiene el significado y la simbologia de la
Marsellesa.
Fue este afán que se ha fundido
tan maravillosamente con el arte musical en la "Sala Hércules",
reclamando la libertad para ese antiguo pueblo croata con el que Europa, ya
desde varios siglos, queda tan endeudada.
R.L.
0971501
El 5 de abril de 1985 fue
inaugurado en Toronto el Centro Islámico Croata, que dirige Kerim Reis.
Asistieron al solemne acto inaugural 700 invitados, entre ellos numerosos
representantes diplomáticos de los países árabes y delegados de varias
instituciones islámicas. Un destacado musulmán donó en esta ocasión 16.000
dólares para la construcción de los minaretes.
Desde el día de su inauguración
este Centro desarrolla, además de las funciones religiosas para los musulmanes
croatas en Toronto, también una fecunda actividad cultural, destacándose ya
como un punto de encuentro de los fieles musulmanes de Canadá y de los EE.UU.
sin distinción de su origen nacional.
Así, apenas inaugurado, fue
organizado los días 6 y 7 de abril un simposio sobre el tema: "Nuevo despertar
en el mundo islámico", con la participación de numerosos mahometanos de
Canadá y Norteamérica. El doctor Asad Duraković, destacado representante
de los musulmanes croatas, disertó en esta oportunidad sobre el tema de Ias
penurias e infortunios que soportan los musulmanes en Yugoslavia.
(Según Nova Hrvatska de
Londres, 5 y 19 de mayo de 1985)
0971601
Los croatas que viven en Chile tienen a veces la impresión de estar un poco en Croacia. En la vida pública chilena aparecen muy a menudo nombres de hombres chilenos de origen croata. En la prensa, en la radio, la TV, en la vida literaria, artística, política, económica emergen croata-chilenos con realizaciones que honran su patria chilena y tambin a Croacia, la patria de sus padres, abuelos o bisabuelos.
En años anteriores Studia
Croatica informó detalladamente sobre las actividades culturales de
chilenos de origen croata. Hoy se refiere a realizaciones recientes, aquellas
de los últimos meses.
En la lista de los libros más
vendidos en Chile figura el nombre de doña Agata Gligo. Su novela "María
Luisa" —apunta la crítica chilena—inaugura un género biográfico nacional.
En El Mercurio de Santiago, 15-1-85, Ignacio Valente, prestigioso
crítico literario de Chile destaca: A Agata Gligo debemos un nuevo ensayo sobre
la Bombai. "María Luisa" intenta la iluminación recíproca de la vida
y la obra de nuestra novelista mayor, la Bombai. Sin especiales erudiciones
sobre su obra ni revelaciones sobre la biografía del personaje, Agata Gligo
consigue un grato y pedagógico efecto de conjunto.
El best-seller de doña Agata ha
sido caracterizado: Una bionovela-ensayo, clara, elegante, original.
Doña Agata Gligo es abogada
santiaguina. Hizo sus estudios de literatura y de estética en la Universidad
Católica de Santiago. Postgrado en París.
El nombre originario de los
Gligo, era: Gligorić. En el siglo 16 pasaron de Bosnia a Dalmacia, a la
isla de Brač, y simplificaron su nombre: Gligo!
Lilly Garafulić... Ya la
conocemos. SC informó en números anteriores sobre sus actividades artísticas y
pedagógicas. Fue directora de la Academia de Bellas Artes de Chile. Sus
mosaicos son líricos, sus esculturas épicas. Impresionan sus esculturas en la
basílica de Lourdes de Santiago. Expresan amor y vigor. Siempre sin
exageración. Maestra severa y bondadosa, muy querida por la joven generación
plástica chilena.
Lilly nació en Antofagasta. Sus
padres vinieron de Croacia, de la isla de Brač. Expuso con un grupo de
artistas en la Galería Municipal de Valparaiso, el 15 de febrero de 1985.
También los Tocilj vienen de
Brač. Ellos también simplificaron su apellido: Tocilj — Tocigl.
La última obra de don Boris
Tocigl lleva el nombre: "`Philadendron". Esta es una planta del
interior, especie de trepadora que, se dice y cree, convive misteriosamente con
el ser humano, comparte íntimamente sus tristezas y alegrías. Don Boris Tocigl
es un poeta bien discutido y apreciado... El crítico Víctor Castro apunta en El
Mercurio, Santiago, 13-1-85: Boris Tocigl descubre en su poesía una
originalidad cabal por la cual tantos esperan y desesperan. En su
"Philadendron" hay un abundante material sicológico, mágico y al
mismo tiempo doloroso. Poesías que expresan nostalgia de vida y muerte, una
voluntad humana que no se realiza dentro del tiempo y el espacio...
El Dr. Roque Braljević,
director del hospital santiaguino "Barros Luco" es especialista en
enfermedades contagiosas y en la técnica de desinfección. Sus métodos han sido
recomendados por altas autoridades científicas internacionales. Obtuvo también
premio de 5.000 dólares que este humanista y filántropo cedió al hospital que
dirige.
Los Kraljević vinieron a
Chile de la isla de Brač, Croacia.
Los Poduje son de Vis, de
aquella isla tan peleada, llamada "la llave estratégica del
Adriático". En 1866 pelearon por ella austro-croatas e italianos. En las
dos guerras mundiales Vis ha sido peleada a fuego y espada.
Ahora bien: De esta isla
vinieron a Chile los abuelos de don Miguel Angel Poduje, ministro chileno de
Vivienda y Urbanismo. El ministerio del joven ingeniero (30) atacó con valor y
vigor el grave problema habitacional: Erradicar por siempre los miserables
campamentos alrededor de las ciudades. Darles techo, calor, salud, alegria a
miles y miles de niños, ancianos, hombres y mujeres. En luchas bien
planificadas y audaces, el Ministerio de don Miguel Angel ganó batalla tras
batalla. En 1984 construyó 60.700 viviendas. Faltó la plata. El joven ministro
voló a Estados Unidos y consiguió del Banco Mundial un crédito de 80 millones
de dólares. Será para 40.000 viviendas en 1985. El 75% paga el Estado, el 25%
los usuarios, con créditos a 20 años.
Héroes nacionales... Con esta
exclamación saludó El Mercurio, Santiago, el 12 de enero '85, a los
cinco aviadores chilenos que volaron de Santiago de Chile a Mendoza, Argentina,
y volvieron a Santiago, en planeador (avión sin motor) con una velocidad de 200
km por hora.
Las autoridades chilenas, los
deportistas y una entusiasmada concurrencia saludó al aterrizar los jóvenes y
osados aviadores por haber cumplido una hazaña "sin precedentes" y
contribuido al honor y la gloria del Deporte.
Los croatas de Chile notaron con
satisfacción y orgullo que entre los cinco héroes del planeador estaba también
Srdjan Radić, cuya familia procede de la hermosa localidad turística de
Bol, isla Brač.
El Festival de la Canción!...
Este festival en Viña del Mar es una fiesta internacional, encuentro de
artistas y del público de medio mundo. Ya diez años lo dirige Antonio Vodanović.
Joven, alegre, de buena presencia, indiscutible autoridad en el mundo musical
que armoniza lo antiguo con lo nuevo.
L. F.
0971701
Con la repentina e inesperada
muerte del profesor Lucas Ev. Fertilio, ocurrida el 30 de junio de 1985 en Santiago
de Chile, el periodismo y la cultura croata en general han perdido a uno de sus
más distinguidos representantes en el exilio.
Nació el 22 de febrero de 1903
en Nerežišće, en la isla de Brač, en Croacia. Cursó sus estudios
secundarios en Split con el bachillerato en 1921. En Viena se inscribió en la
Hochschule für Welthandel (Facultad del Comercio Internacional), terminando
estos estudios en la Universidad de Franc-fort con el título de ingeniero
comercial. Sin embargo, sintiendo inclinación innata por el periodismo, en 1925
cursó la Escuela de periodismo en París. En 1929 había comenzado su carrera
periodística como corresponsal en Viena para los periódicos Obzor, Jutarnji
List y Večer de Zagreb, pero por razones de índole política
pierde este trabajo en 1932 y lo reanuda recién en 1936 en la redacción del
diario Jadranski Dnevnik y, después de su prohibición, en la del Hrvatski
Glasnik en Split. Creada Banovina Hrvatska (gobierno autónomo de Croacia)
en virtud del Compromiso servio-croata del 1939, se desempeña en la oficina de
prensa en Zagreb. Cuando el 10-4-1941 se estableció el Estado Independiente de
Croacia, Fertilio fue enviado a la Embajada croata en Berlín en carácter de
agregado de prensa, donde permaneció hasta abril de 1945. Ter-minada la Segunda
Guerra Mundial, se instaló en Chile donde, en eI período 1957/59, se desempeñó
como catedrático en la Universidad Católica de Santiago de Chile, dictando
clases sobre la historia de cultura. Desde 1959 hasta su retiro en 1979 dictó
clases sobre la historia de cultura y arte en la Universidad Austral de Chile
de Valdivia.
El prof. Lucas Fertilio poseía
una vasta cultura en lo político, filosófico, estético, literario y religioso.
Sus numerosos artículos y ensayos publicados durante su larga vida activa en la
patria y en el exterior reflejan abundantemente estas cualidades. Lo corrobora
fehacientemente una de sus últimas colaboraciones en esta revista, intitulada
"Autoretrato expresionista a los 80" (Studia Croatica, Vol.
88-89/1983). En sus escritos literarios el lugar preponderante ocupa poesía
diseminada en varias publicaciones croatas —y algunas chilenas— a lo largo de
los últimos cuarenta años.
Así, con el deceso de Lucas Ev.
Fertilio desaparece un hombre de cultura europea, latinoamericana y croata, que
honró Ias páginas de esta revista con su colaboración.
M. B.
0971801
Invitados por el dr. Walter
Alonzo Lanne, director del programa titulado "Suplemento a la
verdad", que se transmite todos los martes por la noche a través de C X 40
Radio Fénix de Montevideo, dr. Radovan Latković, director de la revista Studia
Croatica y secretario de redacción, señor Ljeposlav Perinić
participaron el 14 de mayo en el programa mencionado, dedicado ese día a la
conmemoración del cuadragésimo aniversario del genocidio de Bleiburg.
Al pronunciar las palabras de
introducción, llena de afecto hacia el pueblo croata, el dr. Alonzo Lanne
destacó: "También nosotros nos sentimos hermanados con vuestra milenaria
cultura, cuya muestra es ese croata humanista que fuera el caballero Antonio
Lussich, 'plantador de la más grande selva artificial del mundo' en nuestro
querido Uruguay, y más precisamente, en Punta Ballena."
A continuación cedió la palabra
al dr. Radovan Latković, quien, al agradecer previamente la invitación de
hablar en esta radioemisora uruguaya, explicó las circunstancias que condujeron
al ejército croata a "buscar una retirada para no caer en la emboscada del
ejército rojo que se avecinaba a las fronteras austríacas y croatas. Unos cien
mil civiles entre hombres, mujeres, ancianos y niños siguieron al ejército
croata en un "éxodo de dimensiones bíblicas", todos ansiosos por
alcanzar las tropas británicas que simbolizaban para ellos la salvación y la
libertad". Luego destacó lo ocurrido, en contradicción con las directivas
generales de los Gobiernos Aliados, a raíz de una decisión personal del
ministro británico Harold MacMillan: la entrega de los soldados y de los
civiles croatas a los guerrilleros comunistas de Tito, quienes, sin respetar
los convenios internacionales sobre los prisioneros de guerra y la población
civil, procedieron a su cruel matanza, decidida premeditadamente, de acuerdo a
los testimonios hoy conocidos, en una reunión del gobierno yugoslavo en
Belgrado, presidida por el mismo mariscal José Broz Tito.
El conductor del programa pidió
luego al señor Perinić que describa más detalladamente lo ocurrido después
de la extradicción.
El señor Perinić describió
"las matanzas en masa que se desataron tan pronto Ios comunistas se
posesionaron de miles de prisioneros y civiles, incluso mujeres y niños".
A continuación describió las "marchas de muerte" que tuvieron que
recorrer los infortunados prisioneros, "despojados de todo, descalzos y a
menudo en paños menores, hambrientos y sedientos, caminando cientos de
kilómetros, mientras los guardas comunistas separaban con frecuencia a
numerosos grupos que, acto seguido, fusilaban, a veces a vista de otros
cautivos. Los rezagados por agotamiento, hambre, sed, enfermedades y torturas,
fueron rematados en el acto".
Concluyó, evocando la estrofa de
la poetisa uruguaya, María Amalia Páez Núñez, que en su poema "Canto a
Lussich, señor de la comarca" dice "Tu raza está incrustada en la
sangre de los cedros", para afirmar: "Si, la raza croata está
incrustada en la sangre de los cedros y por eso no se rinde. Y por esto los
croatas que viven en el mundo libre luchan por todos los medios legales por la
restauración de un estado croata libre y soberano."
A continuación el señor Ivan
Čović, residente en Montevideo, leyó su testimonio del sobreviviente
de la "marcha de muerte", cuyo texto íntegro reproducimos en la
sección Documentos del presente volumen.
AI final, el conductor del
programa pidió al dr. Latković su opinión sobre las consecuencias de este
genocidio en la vida actual del pueblo croata. En síntesis el interpelado
contestó: "...es fácil imaginar que fueran desastrosas: hogares
destruidos, muchas aldeas que quedaron sin varones, viudas solas y niños recién
nacidos sin padre, y en muchos casos huérfanos de ambos progenitores... Pero
paulatinamente, como un movimiento subterráneo, se produce un milagro —el
milagro del resurgimiento de las fuerzas vitales del pueblo croata
profundamente arraigadas en su ser nacional... Los vencidos de Bleiburg se
revelan hoy en sus hijos como vencedores. Las "marchas de muerte" de
hace 40 años se transforman en marcha de vida, marcha de los jóvenes croatas
que avanzan firmes y decididos por recuperar, en un futuro no lejano, su estado
nacional."
Terminó diciendo: "En estos días de Mayo, los croatas dispersos en todo el mundo, rendimos homenaje al martirio de las víctimas de Bleiburg, libres de odio y del deseo de venganza — pero sí reclamando la condena mundial del crimen cometido y afirmando nuestro derecho y voluntad de autodeterminación nacional".
El día siguiente 15 de mayo, en
ocasión de la visita realizada a la escritora uruguaya María Amalia Páez Núñez
en su casa de Punta del Este, Radio Maldonado (Punta del Este), por intermedio
del periodista Carlos Báez, realizó una breve entrevista telefónica con el
director de Studia Croatica, que fue transmitida luego en las noticias
del día.
El cuadragésimo aniversario del
genocidio de Bleiburg fue ampliamente comentado por los principales diarios de
la Capital uruguaya —El País, El Día, La Mañana, Mundo Color y Ultimas
Noticias— a lo que nos referimos en la sección Ecos de la prensa mundial
del presente número.
0971901
Transcribimos parcialmente el
artículo de Luka Ilić, publicado con ese título en la revista DERECHOS
HUMANOS - Tribuna Informativa Asociación Pro Derechos Humanos de España, N° 8,
Diciembre 1984, pp. 53 al 55.
Para facilitar la comprensión de
la situación actual de Yugoslavia el autor analiza su carácter multinacional,
su Constitución, el sistema unipartidario del gobierno y las luchas políticas
internas que reflejan las pro-puestas y las promesas incumplidas, agravadas por
una aguda crisis económica que atraviesa el país y luego enfoca el tema
central:
Situación de la represión hoy
La actual gerontocracia
gobernante yugoslava, en vez de abrirse al diálogo con las fuerzas nacionales (muchas
de ellas provenientes del propio Partido Comunista) para solucionar los
problemas, ha respondido con la represión.
Esta represión se ha reflejado
en todos los campos, pero especialmente en el cultural y político. Como ejemplo
de hasta dónde puede llegar la pasión de la discriminación cultural cabe citar
el destino de los libros "Ortografía croata" y "Gramática
croata", publicados en Zagreb, en 1971. Recién publicados, las dos
ediciones completas fueron retiradas y destruidas, y la histórica institución
croata "Matica Hrvatska" fue cerrada al mismo tiempo.
Actualmente hay más de 3.000
presos políticos en Yugoslavia, los cuales viven bajo unas condiciones
inhumanas que han llamado la atención en el mundo libre. El profesor Marcos
Veselica, ex diputado comunista croata, hizo las siguientes declaraciones a la
revista "Der Spiegel": "Las condiciones de vida son tal
inhumanas que por sí mismas anulan todo lo noble en el hombre". "En
la cárcel de Stara Gradiska, en el lapso de 1971-1972, hubo 100 enfermos de
tuberculosis, 80 de sífilis, unos 100 sicópatas y una serie de alcohólicos.
Todos estos enfermos viven juntos con otros encarcelados, medida bien
premeditada". Estas declaraciones del ex diputado comunista le sirvieron
para que fuera de nuevo procesado y encarcelado.
Otro reciente ejemplo de la
sivación en las cárceles yugoslavas es el documento de tres franciscanos
croatas condenados a varios años por su actividad "antipartido". En
una carta dirigida las autoridades de Belgrado, en 1983, dicen, entre otras
cosas: "Nos consta que los comunistas en la antigua Yugoslavia monárquica
(1918-1941) lucharon por el reconocimiento del status de preso político y que,
finalmente, les fue concedido. Ellos disponían en las cárceles de literatura
marxista y es bien sabido que uno de ellos (Mosa Pijade) incluso tradujo ia
obra de Marx. Disponían de los libros por los cuales fueron condenados.
Nosotros, mientras tanto, vivimos entre los criminales, humillados y privados
de nuestros derechos, no podemos tener los libros por los cuales no fuimos
condenados...".
Hace poco tiempo, "The New
York Times" (1 de febrero de 1984) ha publicado un artículo escrito por
Felice D. Gaer, Directora de la Liga Internacional para los Derechos Humanos,
con sede en New York. El motivo de este artículo es la visita del presidente
yugoslavo, Mika Spiljak, a EE. UU., donde acudió una vez más para solicitar
ayuda económica.
D. Gaer escribe, entre otras
cosas: "Los sucesores de Tito reaccionan rápidamente contra cualquier
intento de renovación y crítica de la situación política o económico. En
Yugoslavia abundan las detenciones de tal modo que este país tiene el
porcentaje más alto de presos políticos de todos los países del Este. Las
razones son muy diversas: los artículos en la prensa no censurada, las
protestas independientes, entrevistas en la prensa y radio extranjeras, las
peticiones que exigen la amnistía para los presos politicos, etc. Las condenas
son drásticas: pérdida del puesto de trabajo, retirada del pasaporte,
prohibición de toda actividad en cuanto a las publicaciones, y todo ello
acompañado de detención y encarcelamiento bajo condiciones brutales. El año
pasado, por primera vez, los periodistas han condenado públicamente el control
político de los medios de comunicación. Inmediatamente han sido despedidos y
obligados a dimitir los redactores de los periódicos que han cometido este
"pecado". Así, hace poco, Ranka Cicak ha sido encarcelada por haber
publicado en un periódico de Zagreb un artículo en el cual ha descubierto las
malversaciones financieras de ciertos funcionarios. La crisis financiera con
una deuda exterior de 20 millones de dólares, la inflación del 60% en 1983, la
falta de puestos de trabajo, la drástica disminución de la energía eléctrica,
la sequía y Ia falta de productos básicos y esenciales ha sido favorecida con
los préstamos fácilmente obtenidos en Occidente por los ineptos dirigentes
yugoslavos.
Los políticos occidentales se
han preocupado durante los últimos años de la posible desintegración de
Yugoslavia que podría ser, por lo tanto, fácilmente objeto de una invasión
soviética. Si es verdad que existe un descontento local y en las respectivas
repúblicas, hoy día el peligro fundamental no está en este hecho, sino que
proviene como consecuencia de una larga e ineficaz gestión política de los
gobernantes y de la imposibilidad de cualquier otro tipo de reforma.
En este momento en que
Yugoslavia solicita de nuevo Ia ayuda americana, parece oportuno plantear y
analizar las verdaderas razones de la crisis financiera causada por motivos
políticos. A pesar de que la actual Administración americana constantemene
afirma, cuando se trata de estados de ideología marxista-lenilista, que los
derechos humanos son cuestión de primer orden, Yugoslavia casi siempre burla
este cerco y se ve libre de esta crítica. La Administración americana, en sus
recientes confrontaciones con Uruguay y Carea del Sur, ha exigido de modo
inequívoco reformas democráticas a estos países. Mientras tanto, Yugoslavia,
con frecuencia, se permite dar lecciones a otros estados o gobiernos como
Chile, Israel y Austria sobre su política interior. Las conversaciones entre
EE.UU. y Yugoslavia sobre estos problemas no solamente son necesarias, sino que
llevan eran retraso.
Responsabilidad de Occidente
La prensa europea y americana ha
ofrecido y ofrece al mundo sobradas informaciones para que los responsables
tomen conciencia de la situación en Yugoslavia. Además, casi todos los
gobiernos y naciones tienen relaciones diplomáticas con Yugoslavia y a través
de sus representantes pueden conocer la verdad y, por tanto, que si las cosas
no cambian llevarán a Yugoslavia a un final catastrófico. No cabe duda que los
gobernantes de EE. UU. en este caso comparten la mayor responsabilidad. A este
respecto, la directora de la Liga Internacional para los Derechos Humanos, F.
D. Gaer, sugiere que toda ayuda a Yugoslavia sea acompañada de las siguientes
exigencias: "Levantar el control y la censura sobre la prensa, anular la
famosa ley sobre "subversión enemiga" (artículo 133 de la Constitución),
liberar a los presos políticos que están en las cárceles por este motivo,
garantizar el derecho constitucional a la libre opinión y ex-presión, cesar en
la persecución de los disidentes mediante la sustración de los pasaportes y la
coacción politico-moral para conseguir un empleo o puesto de trabajo, asegurar
unas elecciones libres y secretas, permitir a las instituciones humanitarias
internacionales que comprueben la situación en las cárceles y centros
psiquiátricos de donde llegan las noticias de malos tratos. Sin estas premisas,
toda ayuda no significa nada más que prolongar esta situación e impedir las
reformas necesarias y útiles".
La mejor ilustración de la
contradicción de la política exterior americana, en el caso de Yugoslavia y la
hipocresía de algunos de sus representantes la tenemos en dos hechos recientes.
El conocido senador Jesse Helms, del Partido Republicano, informó al Senado de
los EE. UU. (Congressional Record Senate, junio 1983) sobre los últimos
acontecimientos en Kosovo. Según el mismo, durante la protesta de los
habitantes albaneses en Kosovo, en 1981, hubo 1.600 muertos y 5.000
encarcelados.
Frente a este informe interno,
tenemos las declaraciones públicas del vicepresidente de EE. UU., G. Bush, en
la famosa conferencia de prensa en Viena el año pasado. En esta ocasión, G.
Bush ha comparado a Yugoslavia nada menos que con Austria en cuanto a los
derechos humanos. Uno se pregunta qué interés puede tener el señor Bush en
contribuir a camuflar una dictadura que está a ojos de todos, cuando es bien
sabido por la opinión pública internacional que en Austria, desde la segunda
guerra mundial, prácticamente no ha existido ningún preso de conciencia. Es
evidente que el cinismo o hipocresía de la politica exterior de EE.UU. no tiene
límites. Recuerde el lector "veladas" defensas de los regímenes
dictatoriales de Turquía, Chile, El Salvador, Guatemala, etcétera.
0972001
Amnesty International, la mayor
y la más influyente organización internacional para la defensa de las personas
perseguidas por sus convicciones, exigió al gobierno yugoslavo que suprima las
persecuciones que lleva a cabo por las opiniones libremente expresadas. En un
comunicado a la prensa referente a la publicación de su Informe especial sobre
Yugoslavia, dice:
"Amnesty International
exigió del Gobierno yugoslavo el 29 de mayo de 1985 que deje de aplicar las
leyes que limitan la libertad de expresión, facilitando la detención de los
ciudadanos a raíz de las actividades políticas que no constituyen actos de
violencia, como también las expresiones contenidas en la correspondencia y las
conversaciones particulares. Las estadísticas del mismo Gobierno yugoslavo
demuestran, dice Al, que entre 1980 y 1983, últimos años cuando fueran
publicadas, 2.208 personas, en el promedio más de 540 por año, fueron
arrestadas por los "motivos políticos". Para la mayoría de los casos
conocidos a Al, Ios detenidos no cometieron actos de violencia ni los
propagaban.
Como ejemplo, Amnesty
International expone el caso de Dauta Rashani, albanés de Kosovo, quien en el
momento de su detención en 1981 fue colegial de 18 años. Fue condenado a 6 años
de cárcel por haber escrito, presunta-mente, los versos y los volantes de
"contenido hostil".
"La propaganda
enemiga" es la incriminación rutinaria que permite arrestar y condenar a
la gente por expresar sus pensamientos en cartas, conversaciones o
transmitirlas a algún corresponsal de la prensa extranjera. Son frecuentes
también los cargos por supuestas conversaciones con algún exiliado político, a
los que viajan al extranjero o por haber traído al país algún diario editado
por los exiliados.
Para todos estos casos Amnesty International cita como otro ejemplo, el caso del prof. Ivan Pletikosa, de 59 años, profesor del idioma inglés en la Universidad de Zagreb. Fue condenado a seis años de prisión por haber supuestamente criticado en las conversaciones particulares el sistema político y económico del país y haber poseído algunos ejemplares de la prensa de los emigrantes. A raíz de la apelación judicial, la condena fue reducida a tres años y medio.
Luego cita AI al caso del dr.
Ivan Zografski, médico búlgaro de 71 años residente en Sarajevo (Bosnia). Por
haber afirmado que no había "hermandad y unidad de los pueblos
yugoslavos" y por expresarse en forma ofensiva del difunto Tito, "en
casa suya y la de sus amigos, en los cafés y en los restaurantes", entre
1979 y 1983, fue condenado a seis años y medio de prisión; la condena reducida
luego a cinco años y medio, incluyendo la confiscación de todos sus bienes.
Amnesty International, al final
de su informe, destaca que "más de 200 presos que la organización adoptó
como presos de conciencia están soportando las condenas que en promedio giran
alrededor de seis años y medio por cada uno, pero hay algunos que llegan a
condenas de 15 años de cárcel".
(Según Nova Hrvatska, de
Londres, 2 de junio de 1985)
0972101
Vladimir Frković, residente
en Buenos Aires, padre de tres hijos. Testimonio firmado entregado a Studia
Croatica por el mismo testigo.
"Tenía 14 años, cuando partimos de Zagreb, en mayo de 1945, mis padres, mis dos hermanas y yo, buscando refugiarnos en Austria, en la zona que ocupaban las tropas británicas. En un cúmulo de circunstancias confusas, que reinaban en la retirada de cientos de miles de refugiados hacia el Oeste, mis hermanas y yo nos hemos encontrado de repente separados de nuestros padres en un grupo que los ingleses acogieron con la presunta intención de llevarnos a un campo de refugiados.
Vimos acercarse hacia donde nos
encontrábamos a un grupo de partisanos e ingleses. Eran las 10 de la mañana del
18 de mayo de 1945.
Los ingleses nos bajaron
prepotentemente de los camiones a la voz de "come in", mientras Ios
partisanos ya nos empujaban a formar filas para así formados trasladarnos a
través del túnel a pie hasta la estación de Rosenbach.
Al poco tiempo de permanecer
allí, arribó a la estación una locomotora con varios vagones. Un comisario
partisano valiéndose de una lista que le suministraron los ingleses, comenzó a
nombrar a los miembros del grupo que a medida que eran mencionados debían subir
a los vagones.
Tardamos 10 minutos en cruzar
otro túnel. Cuando el tren se detuvo advertimos que nos hallábamos en la
estación de Jesenice. Eran las 4 de la tarde.
Allí nos sacaron de los vagones
a insultos y golpes. Ordenaron que dejáramos todos los bolsos o carteras que
poseyésemos formando una pila, prometiéndonos que nos serían devueltos anás
tarde. Formados en cuatro columnas y escoltados por una nutrida guardia
compuesta por jóvenes partisanos nos obligaban a avanzar tirando tiros al aire
por detrás de nuestras cabezas para asustarnos. Nos dirigíamos a través de una
cuesta hacia un campo de concentración.
Ya habían transcurrido 3 días
sin que nos dieran de comer. Algunos de nosotros entregaban sus relojes,
sortijas o pulseras a cambio de un pedazo de pan de los partisanos. Todos nos
hallábamos deprimidos.
A la tarde fuimos sacados de los
pabellones.
El coronel Rukavina pidió que se
le diera un poco de agua; un partisano le respondió golpeándolo con la culata
de su fusil mientras lo insultaba y le decía: Ya tendrás agua suficiente.
Pasamos la noche sumidos en los
más negros pensamientos y la mayor preocupación por nuestro incierto mañana.
Al día siguiente advertimos que
en el pabellón en que se encontraba la comandancia partisana se estaban
confeccionando unas listas. Al cuarto día llegó un comisario a la puerta de
nuestro pabellón y comenzó a llamar a los miembros del Gobierno Nacional, junto
con otros altos funcionarios y oficiales, y les ordenó que se prepararan para
partir.
Los que quedamos observábamos
desde la loma sobre la que se encontraban nuestros pabellones, lo que acontecía
con el grupo citado, y pudimos ver cómo fueron cargados en un autobús azul que
se encontraba en la calle principal a 500 metros de nosotros. Pasados veinte
minutos el ómnibus retornó vacío.
Escuchamos a lo lejos ráfagas de
metralla. Inmediatamente surgieron entre nosotros varios rumores. Unos decían
que se estaba fusilando a los miembros de ese grupo, otros explicaban que
dichos disparos se debían al festejo que los partisanos realizaban por ser el
día del cumpleaños de Tito.
Esa misma tarde llamaron a un
nuevo grupo integrado por mujeres, todas ellas se habían desempeñado como
empleadas en diferentes oficinas del Estado de Croacia. Entre ellas se
encontraba mi hermana mayor Mirna Frković de 22 años. Mientras mi hermana
Jasna y yo quedábamos en el campamento.
Al igual que antes, este grupo
también fue conducido en aquel ómnibus azul y nuevamente escuchamos los
disparos. Eran entonces alrededor de las 2 de la tarde. Caía una fuerte lluvia
con granizo y el tiempo era muy tormentoso, pero eso no les molestaba a los
partisanos en su tarea "libertadora". Ante nuestras requisitorias,
formuladas acerca de lo acontecido, los partisanos apáticamente nos respondían
que ambos grupos fueron trasladados hasta un puente destruido donde debían ser
trasladados en otros ómnibus, razón por la cual el micro azul había regresado
tan rápidamente.
Desdichadamente de las personas
que componían aquellos grupos aún hoy no hay señales de vida.
El cinismo y la crueldad de los
partisanos llegaba tan lejos de separar sin contemplación alguna a pequeñas
criaturas de sus madres. Así por ejemplo, con el grupo de aquellas 12 mujeres
fue llevada una señora de 30 años, mientras su niñita de 7 años quedaba sola
entre desconocidos llorando.
Los que quedábamos fuimos
llevados a la calle principal y allí formados en columnas. Encabezando las
filas iban el doctor Vidnjević y el teniente primero Kojić sometidos
a un doloroso sufrimiento. El doctor era un individuo de baja estatura y rengo
de una pierna, mientras que Kojić era alto y también rengo en la otra
pierna como secuela de combate. Ambos fueron fuertemente atados con las manos
atrás entre sí por debajo de las axilas, y a medida que avanzaban uno tironeaba
al otro produciéndoles fuertes dolores. Así debieron caminar 30 kilómetros sin
detenerse. ya que no se lo permitían los partisanos. Había además de ellos dos
pares más de prisioneros croatas sometidos a la misma tortura. Ellos cuatro
eran custodiados por otros cuatro partisanos armados.
Detras de ellos seguíamos todos
nosotros. Entre nuestro grupo se encontraba la señora Kojić con su pequeño
hijito y desfallecía de dolor mientras observaba el sufrimiento de su esposo
ante la brutalidad y el sadismo de los comunistas de Tito.
Entre el grupo también se
hallaban ancianas y niños de muy corta edad. Tratábamos de hallar en el camino
aquel puente del que nos habían hablado sin hallar siquiera rastros de él.
En la marcha, grupos de
partisanos que se cruzaban con nuestra columna, aprovechaban para sacarnos las
pocas ropas que nos quedaban.
Avanzada la noche arribamos a
Ljubljana. Allí fuimos metidos en un establo que se encontraba en medio de la
ciudad donde poco antes que nosotros estuvo alojado ganado. Dicho establo
carecía de luz y se encontraba repleto de excremento animal. Así cansados,
hambrientos y sedientos nos recostamos sobre el sucio piso.
Permanentemente entraban
partisanos requiriendo la presencia de diferentes personas de nuestro grupo.
Así en un momento ingresó un comisario, ortodoxo de Lika, pidiendo a gritos que
se identifiquen los miembros de mi familia. Inmediatamente me presenté con mis
14 años; el partisano sorprendido preguntó dónde se hallaba el resto de la
familia, ante lo que respondí que allí tan solo se encontraba mi hermana menor
Jasna.
A continuación preguntó sobre mi
padre e inmediatamente agregó: "Yo estuve presente cuando mataron a tus
dos tios. Mirko y Jurica; a tu padre no lo conozco".
Esa misma noche, alrededor de
las 2 de la madrugada prorrumpieron en nuestra pieza un grupo de partisanos y
nos sacaron a la calle, donde nos quedamos aguardando durante una hora, tras lo
cual nos condujeron por un oscuro sendero. Todos pensábamos entonces que había
llegado el momento de morir. Estábamos ya tan cansados, hambrientos y exhaustos
que sumidos en una profunda apatía algunos de nosotros deseaban la muerte en
voz alta como para librarse definitivamente de todos estos sufrimientos.
A la madrugada nos topamos con
las vías del ferrocarril, donde nos aguardaba una locomotora con varios vagones
de carga. Subimos a ellos y luego de 2 horas de espera partimos hacia Zagreb,
desde donde nos destinarian a trabajos forzados en Osijek.
Luego de algunos días, cuando
los partisanos se dieron cuenta que dentro del campo de concentración la gente
se moría de hambre, anunciaron que debían presentarse todas las madres que
tuvieran hijos menores de 5 años de edad y todos los niños menores de 12 años
que se hallaban sin sus padres para ser puestos en libertad. Entre otros se
presentó la señora Nevenka Rukavina con su hijita de 2 años. Cuando todo ese
grupo se hallaba ya frente a la puerta de salida del campo, un comisario
partisano comenzó a requerir a gritos la presencia de Nevenka, que era la
esposa de un conocido oficial croata.
Todos callaron cuando el comisario
amenazó con que serían todos devueltos nuevamente a la cárcel si ella no se
presentaba. Nevenka decidió identificarse por si sola, entregando su niñita a
una hija mayor. Desde entonces nada más se supo acerca de la esposa del coronel
Rukavina.
En Zagreb se vivían entonces
momentos de gran pánico. Miles y miles de croatas eran fusilados y otros
enviados a trabajos forzados. Reinaba una atmósfera de terror.
Intenté ponerme en contacto con
mis parientes, ya que deseaba continuar mis estudios o bien buscar algún
trabajo.
Una mañana apareció en casa de
un pariente mío el hermano de mi madre, quien justamente acababa de arribar
desde Austria con la promesa hecha a mi madre que regresaria con sus hijos. Esa
misma mañana cuando nos encontramos, regresaba de su pueblo natal donde halló
su casa semi-destruida y ocupada por "fuerzas de liberación", sus
amigos fusilados y parientes dispersos.
Luego de contarme con gran
amargura y pesar lo que había sucedido, me contó que regresaba conmigo a
Austria, a pesar del gran riesgo que eso significaba. Entusiasmado por la
noticia de que mis padres se encontraban en Austria, dos días más tarde
partimos en un tren de carga con destino a Maribor, una ciudad de Eslovenia.
Allí no seríamos sospechosos, ya que se trataba de otra república.
Durante una noche caminamos
hasta la frontera austríaca ayudados por una familia croata, y esquivando los
campos minados de esa región arribamos finalmente al territorio austríaco.
Pasamos tres días viajando de
las formas más diversas hasta que finalmente arribamos al campo de
concentración en el que debían hallarse mis padres. Lamentablemente me hallé
con la sorpresa que ese mismo día los ingleses los habían trasladado, junto con
otros croatas, a otro campo de concentración donde corrian el peligro de ser
entregados a los partisanos yugoslavos.
Cierta noche, un grupo de
croatas valiéndose de la penumbra reinante, logró cortar el alambrado que
rodeaba el campo de concentración, -y escaparon; entre ellos se encontraba mi
padre.** Pero mi madre no pudo escapar y recién
a mediados del año 1947 logró salir.
La situación en Austria se hacía
cada vez más peligrosa para los refugiados. Entonces con varias familias
decidimos cruzar los Alpes con destino a Italia.
Allí tampoco podía seguir con
mis estudios; entonces, luego de una conversación que sostuve con mis padres,
decidimos que yo saliera con rumbo a la Argentina, que en ese entonces tenía
sus puertas abiertas a los inmigrantes croatas. Desembarqué en Buenos Aires en
vísperas de la Nochebuena, el 23 de diciembre de 1947."
IVAN ČOVIĆ, radicado
en Montevideo, Uruguay, padre de tres hijos. Testimonio leído en la emisión
"Suplemento a la Verdad", Radio Fénix Montevideo, 14 de mayo de 1985.
Texto entregado a Studia Croatica por el mismo testigo y firmado.
"Siendo un joven de 17
años, pase este calvario:
Al haberse terminado la segunda guerra mundial, todos los jóvenes estábamos alegres con la intención de regresar a nuestro hogar; de Bleiburg hasta Maribor, ciudad ésta situada en la República de Eslovenia, nos llevaron caminando.
En un cuartel estuvimos 3 días
mientras separaban a los jóvenes menores de 18 años por un lado y a los mayores
por el otro. En esos 3 días encontré a 55 personas entre las que había amigos y
primos de mi pueblo natal que supongo tenía en ese entonces 1.800 habitantes.
Estábamos tan elegres de
encontrarnos juntos nuevamente, pero la alegría nos duró poco porque nosotros
los menores d'e 18 años fuimos llevados en una columna que integraba un total
de 12.000 jóvenes.
Nos hicieron caminar durante 45
días a un promedio de 20 Km. por día. Según el día, cuando llovía donde nos
agarraba la noche teníamos que dormir parados, porque por todos lados nos
rodeaba el agua llegando a una altura de 10 cm. Todos aquellos que no podían
caminar eran liquidados según la suerte que les tocara y el arma que tuvieran
los guardias.
En un lugar muy siniestro como
el que se encuentra entre Vinkovci y Belgrado llamado estuvimos 3 días sin
comer ni tomar agua, expuestos al sol, la sed y el hambre y por añadidura los soldados
comunistas nos pegaban con la culata de los fusiles y cuando se cansaban
comenzaban a disparar.
Nosotros pedíamos a gritos pan y
agua, avanzábamos hambrientos. Entre nosotros y la guardia comunista se formó
una verdadera barrera de carne humana. Cuando se cansaron nos llevaron a varios
lugares para tomar agua; yo tomé 3 litros y en seguida me empezó a temblar las
piernas, no podía caminar; me encontré con un amigo que estaba herido en la
cabeza y él me dio unos gramos de maíz desgranado y con esto me recuperé. Jamás
había comido algo tan rico en mi vida. En este lugar quedaron unos 300 muertos.
Después de 6 meses de tanto sufrir y de tanto caminar de los 12.000 que
habíamos salido de Maribor habíamos quedado con vida 3.000.
Cuando regresé a casa mi propia
madre decía llorando que yo no podía ser su hijo. Le contesté: sí mamá, la
única diferencia es que cuando sali de casa pesaba 75 kg, y ahora peso 42 kg,
pero la culpa no es mía. No tenía ni un pelo en la cabeza, todos se me cayeron
de tanto sufrimiento. Mi madre lloraba preguntando que habían hecho de mí, pero
yo le daba gracias a Dios por estar vivo. Lo primero que le pregunté fue
cuántos habían regresado. De los 55 sólo habíamos vuelto con vida 5, el resto
fue masacrado. Y siempre pienso si algún día se hará la Justicia para estos
sobrevivientes de Bleiburg."
JOSIP HEĆIMOVIĆ, ex
capitán del ejército croata, residente en EE.UU., autor de dos libros sobre
Bleiburg, en inglés. Resumen del testimonio publicado en el diario
"Hrvatska" (Croacia) de Buenos Aires, del 10 de abril de 1957 y en el
libro dedicado a Ivica vitez Frković, ed. Svitlenik, 1982. Traducción
castellana a cargo de Pero Tutavac.
"La localidad eslovena de
Šentvid fue uno de los numerosos escenarios de matanzas masivas de las víctimas
de Bleiburg. En esta localidad se encontraba un convento de monjas,
transformado por los partisanos de Tito en campo de concentración. De este
campamento (por el cual transitaron alrededor de cuarenta mil croatas), los
servios comunistas despachaban a los hombres para su fusilamiento en los
predios de Teško, Celo y Toplo, Santa Katarina y Santa Marieta, donde
encontraron la muerte violenta cerca de veinticinco mil personas.
De mi grupo que los ingleses
entregaron a las brigadas servias y montenegrinas el día 25 de mayo de 1945,
compuesto de aproximadamente cuatro mil hombres y mujeres de nacionalidad
croata, fueron asesinados de inmediato más de mil personas en Jesenice
(localidad fronteriza con Austria). Los restantes fueron obligados a correr de
Jesenice hasta el Kranj, acompañados por la custodia a caballo y en parte
motorizado, estando sus componentes armados con ametralladoras automáticas. A
los débiles y extenuados que se desplomaban y quedaban detrás de la columna,
los guardianes los fusilaban en el acto.
Los sobrevivientes, antes de
entrar a Kranj, fueron despojados de ropa y obligados así, desnudos, a cruzar
el puente del río (Sava), sobre el cual se encontraban dos filas de partisanos
y civiles armados con cuchillos, pistolas y palos comunes con los cuales
pegaban a mansalva y mataban a los transeuntes. Centenares y centenares de mis
compañeros no lograron cruzar el puente, ya que a los heridos y asesinados los
tiraban sencillamente al rio. Muy pronto, dada la cantidad de los cadáveres, se
formó un obstáculo en el río, provocando la elevación del nivel del agua al
punto que la presión rompió ese obstáculo, llevando a los muertos rio abajo
hacia Zagreb.
A fin de ocultar sus crímenes a
la ciudadanía de la Capital de Croacia, los titoistas tendieron una malla de
alambre sobre el Sava en Prečko (antes de la entrada a Zagreb), obligando
a los habitantes del vecindario a rescatar los cuerpos y enterrarlos en las
fosas comunes excavadas sobre las orillas del rio.
Aquellos que lograron sortear el
puente ensangrentado, los partisanos los llevaron a una colina cercana para
"alojarlos" en las barracas dejadas por el ejército alemán. Allí,
encontramos a centenares de croatas civiles y militares postrados, entre los
cuales yacían numerosos muertos. Resulta que en ese campamento tenían entrada
irrestricta toda clase de partisanos con el fin de ir despojando a los
prisioneros sobrevivientes. Y cuando a alguno se le apetecía matar, simplemente
se acercaba a la víctima y le disparaba directamente a la nuca. Luego, cuando
ya los habían despojado de toda su ropa y quedando totalmente desnudos, los
"libertadores" se volcaron sobre algunas de las personas a quienes
vieron que tenían dentadura dorada y a los pobres infelices, postrándolos al
suelo, le pegaban ias bocas can martillos u otro tipo de fierro hasta que las
muelas les saltasen.
En esas atrocidades del Kranj
particularmente se destacaba el capitán comisario Milan Počuča, quien
en 1957, cuando este testimonio fue escrito, ostentaba el grado de coronel de UDBA
(policía secreta) en Belgrado, capital de Servia.
Al campamento de Šentvid
llegaban diariamente grupos de croatas entregados por los ingleses, siendo
llevados de ahí otros tantos al matadero todos los días. De allí en las noches
se escuchaban ayes y taqueteos de ametralladoras.
Si bien todos ya estábamos
psiquicamente preparados para enfrentar la muerte, los soldados croatas no se
dejaban llevar como corderos al degollamiento. Entre los muchísimos ejemplos
del heroísmo, he aquí solamente dos casos sucedidos en mi presencia: El alférez
Nikola Poernić había encontrado en algún lugar del campamento (o tal vez
logró esconder de alguna manera) una granada de mano. Cuando se le acercó el
comisario, capitán Duško (cuyo apellido no logré establecer), Pocrnić lo
agarró y, desconectando la granada, lo mantuvo fuertemente abrazado, dando
vivas al Estado Independiente de Croacia y a su Soberano, hasta que la
explosión los despedazó a los dos. El teniente coronel Ivo Rukavina, cuando un
comisario intentó sacarle los zapatos, lo golpeó con el casco de una granada
vacía en la cabeza con tanta fuerza que el partisano se murió al instante.
Luego, Rukavina fue reducido y lo ataron a un árbol totalmente desnudo,
acercándose las partisanas y los partisanos para hacer incisiones con sus
cuchillos en el cuerpo.
El día 3 de junio de 1945, me
llegó el turno a mí también; alrededor de dos mil personas fuimos separados de
los demás; frente al campamento y formados en columnas de diez a diez en fila,
comenzó la caravana a recorrer su último viaje. Yo me mantuve al lado del
coronel Stipe Milinković, el mayor Sarić y el teniente Petar
Rastić. Nos escoltaban dos brigadas de guerrilleros comunistas (una
montenegrina y otra servia) fuertemente armadas con metralletas; a la segunda
la comandaba el conocido sanguinario, capitán-comisario Danilo Milinković,
oriundo de Bobota (Eslavonia). Apenas alejados un tanto de Šentvid, nos ataron
las manos con los alambres de a diez, tal como caminábamos en filas
prohibiéndonos desde este momento hablar y toser siquiera.
Al anochecer lluvioso avanzaba
nuestra hilera descalza hacia el matadero. Apenas pasamos la capilla de Santa
Ka.tarina nos llevaron hacia un precipicio —del cual todavía se oían ayes de
algunos heridos croatas del fusilamiento precedente. Alrededor de las once
horas de la noche dispararon ráfagas de proyectiles de sus armas automáticas
sobre nosotros. Abajo del peñasco pendiente comenzaron a rodar los muertos y
heridos... Durante esos tumbos a muchos se les rompieron las ataduras alámbricas.
Aquellas que me sujetaban con mis compañeros se cortaron cuando nos enganchamos
a un tronco entre los arbustos, casi en el fondo del barranco. Milinković
ya estaba muerto, mientras que Rastić yacía gravemente herido a unos
veinte metros de distancia; me arrastré despacito hasta el mayor Šarić que
no lejos se había detenido. Al acercárcele, me asió la mano, arrimándome a
él... Comprobando así que a mi lado se encontraba uno de mis compatriotas sano
y salvo, experimenté un consuelo imposible de describir. De allí en más
quedamos inmovibles, fingiéndonos muertos entre los muertos.
Al amanecer del otro día, los
asesinos bajaron al valle, para ver si estaban muertos todos los caídos.
Pisaban y pateaban a los cadáveres, pues allí podía haberse apilado más de diez
mil. A los heridos que todavía no habían expirado, les descargaban tiros de
pistolas a la cabeza. En estos momentos, de repente se sintió el lamento de
Rastić. El partisano que percibió la voz fue hacia él, le disparó una bala
a la cabeza y luego le cortó la garganta con un cuchillo... Terminado esto, se
dirigió hacia otros y cuando se había acercado lo suficiente, saltó el mayor
Šarić, lo agarró por la garganta, extrangulándolo.
Del asesino muerto tomé el
cuchillo y Šarić el revólver, para ir abriéndonos con estas armas el
camino de la salvación. Como el suceso sorprendió enormemente a otros asesinos,
no atinaron a reaccionar instantáneamente y gracias a esta confusión nosotros
dos pudimos alcanzar el bosque vecino.
En 1950, visité esta tumba
colectiva de los croatas en Eslovenia. Encontré las colinas parcialmente
niveladas con explosivos y una gruesa capa de material, tierra y piedras
cubrían a muertos inolvidables."
0972201
En ocasión de cumplirse el 40
aniversario de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, la prensa yugoslava
trató de justificar por todos los medios las matanzas cometidas en Bleiburg y
en las "marchas de muerte" presentándolas como "operaciones
militares" que terminaron con la victoria de las tropas comunistas y la total
derrota del "ejército enemigo".
El general Kosta Nadj y otros,
en el esfuerzo por ocultar el tremendo crimen perpetrado, afirman que las
tropas partisanas haii impedido al ejército croata y a otras unidades enemigas
el acceso al teVtitorio de Austria, lo que ocasionó su encierro y
aniquilamiento total.
Esas tergiversaciones de los
hechos históricos pueden tener vigencia solamente para los que desconocen los
acontecimientos producidos en mayo de 1945.
El ejército croata —como lo
avalan numerosos documentos— llegó hasta la localidad de Bleiburg en Austria y
se rindió al ejército británico sin que unidades de los guerrilleros de Tito
pudieran impedir su retirada.
Siete días después de haber
terminado la guerra, ya restablecida la paz, los croatas, al deponer las armas,
fueron entregados por los británicos, como prisioneros de guerra, a los
comunistas yugoslavos el 15 de mayo de 1945.
En estas circunstancias y no en
la lucha armada, el ejército y los civiles croatas extraditados, fueron
asesinados casi en su totalidad durante las próximas dos, tres semanas.
Este crimen, como lo destacan
varios analistas, sobrepasa por sus atrocidades y número de víctimas el crimen
del campo nazi de Auschwitz. Se calcula que en este campo se exterminaba a
6.000 personas por día, mientras que durante dos semanas del holocausto croata
los comunistas liquidaban diariamente a 15.000 personas entre soldados y
civiles, hombres y mujeres, ancianos y niños.
Con semejante genocidio comenzó
la pax yugoslava de Tito.
0972301
Bajo ese título publica
L'OSSERVATORE ROMANO en lengua española, del 14 de abril de 1985, el discurso
del Papa a los jóvenes croatas que reproducimos íntegramente.
"Eminentísimo señor
cardenal, amados hermanos en el Episcopado, queridos sacerdotes, religiosas y
seminaristas, muy amados jóvenes croatas:
Os saludo cordialmente y os doy las gracias por haber respondido en tan gran número a la invitación del Papa y haber vero de Yugoslavia, República Federal de Alemania, Canadá y otros paises hasta la Ciudad Eterna, al Encuentro de los jóvenes. Grande es mi alegria al veros tan contentos y fieles a la Iglesia y al Vicario de Cristo. ¡Bienvenidos a Roma, patria común de todos los cristianos!
Lo que el Papa desea deciros en
esta ocasión, lo encontraréis en mi Carta Apostólica que estos días
precisamente he dedicado a los jóvenes de todo el mundo y, por tanto, también a
vosotros, centrándome en la idea de estas palabras de San Pedro: "Siempre
prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere"
(1 Pe 3, 15) Esta Carta y el Mensaje a los jóvenes en la Jornada mundial de la
Paz, leedlos y meditadlos; atraed la atención de los de vuestra edad hacia
estos mensajes. Se han escrito para vosotros, para facilitaros el acercamiento
a Jesús, que es nuestro camino, verdad y vida, y a partir de ello con El
construiros a vosotros mismos, vuestro futuro y un mundo mejor basado en la
justicia, la paz y los valores morales, en el respeto de la dignidad humana y
de los derechos del hombre.
Sobre vuestra generación recae
la responsabilidad de transmitir al mundo la santa fe católica en el tercer
milenio. La Iglesia y el Papa tienen puestas grandes esperanzas en vosotros. Y
a ello os obliga también la fidelidad, trece veces secular, de vuestro pueblo a
la herencia cristiana, que habéis conmemorado el año pasado con el Congreso
Eucarístico nacional en Marija Bistrica.
En este Año Internacional de la Juventud,
acercaos a vuestro rico patrimonio cristiano que ha dado miles de jóvenes
católicos entregados a la vida eclesial y al apostolado seglar, incluso en un
pasado reciente. El testimonio de sus vidas cristianas ejemplares tiene mucho
que decir a vuestra generación sobre cómo se logra realizar la propia vida, si
se la construye sobre el fundamento de Cristo.
Está aquí también presente la
imagen original de la Virgen del Gran Voto, que nos recuerda la alianza que
hicieron vuestros antepasados con Dios en el bautismo y también la gran
devoción de vuestro pueblo a la Madre de Dios, a quien veneráis en muchos
santuarios. En uno de éstos, situado en el monte de Zagreb, la veneráis con el
título de Reina de los Croatas. La imagen custodiada en dicho santuario está
hecha siguiendo el modelo de la virgen del "Camino" que se encuentra
en la iglesia romana "del Gesú". Que la Virgen Reina de los Croatas,
cuya imagen os vincula a Roma, enseñe a cada uno de vosotros el camino
verdadero de la vida que lleva a la patria eterna. Dirigíos con frecuencia a la
Virgen con el rezo del Santo Rosario.
Con la esperanza de poder veros
de nuevo en vuestra hermosa patria, saludo en este año de los jóvenes a todos
los jóvenes croatas y asimismo a los jóvenes de otros pueblos y nacionalidades
que viven con vosotros en Yugoslavia. Decidles que el Papa piensa en ellos y
pide por ellos.
A todos los presentes, a
aquellos a quienes representáis, a vuestros padres y familiares imparto de
corazón la bendición apostólica."
0972401
LA NACION, del 20 de mayo de
1985, publica una nota titulada: A cuarenta años de la masacre de Bleiburg, que
transcribimos parcialmente:
"La colectividad croata de
la Argentina conmemoró ayer el cuadragésimo aniversario de la llamada
"masacre de Bleiburg", con la que se inició uno de los más patéticos
genocidios de este siglo.
A partir de ese día aciago y en
las jornadas siguientes, en efecto, Croacia sufrió el exterminio de 50 mil
civiles y 200.000 integrantes de sus Fuerzas Armadas, las que previamente
habían sido desarmadas por los británicos.
El dolor por el recuerdo de
aquella tragedia quedó reflejada ayer, una vez más, durante la misa
concelebrada que se realizó en la Catedral metropolitana y, después, en el acto
central de la conmemoración, que se efectuó en el auditorio del Hogar Croata de
Buenos Aires."
Marchas de muerte
"El genocidio iniciado en
Bleiburg —expresó la licenciada Nieves Devčić en el discurso
principal de esta última ceremonia-, sobre la frontera con Austria, continuó a
lo largo de las marchas de la muerte, en que soldados inermes, así como
civiles, incluyendo mujeres y niños, fueron arrastrados a lo largo de cientos
de kilómetros y exterminados gradualmente. Los últimos fueron masacrados sobre
el limite de Yugoslavia con Rumania. Ese genocidio, por si solo, aún si no
hubiera ninguna otra de las muchas causas históricas, nacionales, religiosas y
culturales existentes, estableció para siempre la imposibilidad de la
permanencia de Croacia en el conglomerado yugoslavo."'
LA GACETA, del 21 de mayo,
escribe sobre "La masacre de Bleiburg", informando sobre el acto de
la colectividad croata. Reproduce varias partes del discurso de la licenciada
Nieves Devčić quien recordó que a pesar de todo "la nación
croata mantiene firme su reclamo de la libertad sin haber perdido su espíritu y
su fuerte identidad nacional".
CRONICA, del mismo día, trae la
nota sobre el "Acto conmemorativo del genocidio croata", mencionando
la frase de Milovan Djilas que "era necesario liquidar a tantos croatas
para que Yugoslavia pudiera sobrevivir".
DIARIO POPULAR destaca en su
edición del 21 de mayo: "Los croatas no olvidan la masacre",
describiendo la conmemoración de "Ia llamada masacre de Bleiburg, comienzo
de uno de los mayores genocidios perpetrados en este siglo".
El genocidio de Bleiburg fue
comentado también en los programas de las emisoras de Radio Nacional, El Mundo,
Radio Continental y Splendid, de Buenos Aires, y Radio Chubut, de Trelew.
0972501
EL DIA, del 15 de mayo de 1985,
publica un artículo titulado: Tragedia de Bleiburg: "La madre de Croacia
está Triste y Llora". Su comentarista demuestra un sincero sentir y amplia
comprensión por la tragedia del pueblo croata lo que resalta particularmente de
los párrafos que siguen:
"Hace 40 años, mayo de
1945, terminaba la Segunda Guerra Mundial. Una semana después, comenzaba lo que
se conocería después como la "tragedia de Bleiburg", una ciudad
austríaca en la frontera con Yugoslavia. Fue allí donde los comunistas
yugoslavos —que comandaba el mariscal Tito— masacraron a 300.000 croatas entre
soldados y civiles, que se habían entregado al ejército británico, que rehusó
aceptar la rendición, dejándolos a merced de sus perseguidores. Fue el genocidio
del pueblo croata, con asesinato en masa, sin que importara la edad ni el sexo.
Aproximadamente, una de cada tres familias, perdió un miembro en esa tremenda
tragedia", dijo a El Día, el doctor Radovan Latković,
integrante del Consejo Nacional Croata, un verdadero parlamento internacional,
que lucha por reivindicar y hacer renacer el Estado sobe-rano de Croacia.
El doctor Latković visitó
nuestra Redacción, acompañado por el señor Ljeposlav Perinić, en una
misión cuyo contenido humano no es difícil de acompañar, sobre todo para
aquellos pueblos que por una u otra razón, han visto sus derechos cercenados y
su destino de libertad y conviven-cia, devastados por la soberbia, las
dictaduras y las armas asesinas.
¿Cómo no sentir entonces como si
fuera propio, este dolor croata, que recuerda la atrocidad de Ia guerra, el
sacrificio de tantos mártires y el dolor de tantas familias?
Hay profunda amargura en el
rostro de nuestros entrevistados. El alma llora —como la madre croata—por los
muertos queridos, en su gran mayoría obreros, campesinos, estudiantes e
intelectuales. La sangre derramada no puede olvidarse porque sí, pese al tiempo
transcurrido. Es que el pueblo croata sigue vivo y luchando por su
independencia, con la decisión inquebrantable de recuperar su soberanía. Es el
mejor homenaje que pueden recibir aquello que cayeron por querer ver a su
patria, libre y soberana. Y esa permanente e indesmentible ansiedad por ser
libres, será la mejor confirmación de vocación independiente el mejor
testimonio de respeto y veneración, para que aquellos que cayeron bajo las
balas del odio, no hayan muerto en vano."
EL PAIS, del 15 de mayo, publica
un extenso artículo con el siguiente rótulo: "A una semana de finalizada
la Guerra Mundial, el Genocidio sufrido por el Pueblo Croata".
A raíz del diálogo mantenido con
el director y secretario de Studia Croatica, el cronista describe los
antecedentes históricos de la Tragedia de Bleiburg, el restablecimiento del
Estado Croata en 1941, la retirada del ejército y de la población civil en
1945, la inesperada entrega de esos 300.000 croatas por parte de los británicos
a los partisanos de Tito y su matanza posterior. El comentarista pregunta:
"¿Es posible cimentar un estado sólido sobre las tumbas de tantos
mártires, sobre el dolor de tantas familias? La respuesta parece clara y ella
se reafirma en los hechos. La nación yugoslava se caracteriza, antes que nada,
por estar constituida por las nacionalidades que jamás lograron unificarse. Hoy
Yugoslavia se tambalea, pues los croatas y la mayor parte de sus pueblos
quieren liberarse de su opresión y formar sus estados soberanos".
LA MAÑANA, del 22 de mayo, en
una extensa nota titulada: "Se cumplió otro aniversario de la tragedia de
Bleiburg", evoca ese infausto hecho. El comentarista, demostrando amplio
conocimiento en materia, nos introduce en la exposición de los antecedentes y
de las consecuencias de los hechos consumados en Bleiburg en los siguientes
términos:
'En estos días, a partir del
pasado 15 de mayo para ser más exactos, se conmemora un luctuoso aniversario
que ha pasado desapercibido ante los más llamativos recordatorios del fin de la
Segunda Guerra Mundial en Europa. En este caso se trata de una de las masacres
más terribles del conflicto, perpetrada cuando ya se había decretado el fin de
las hostilidades y que se cebó en más de trescientas mil personas, 100 mil de
las cuales eran civiles. Fue la más grande tragedia que afectó al pueblo croata
en su milenaria historia y ocurrió en áreas cercanas a la ciudad austríaca de
Bleiburg. Los supervivientes y las jóvenes generaciones de croatas, tanto en la
tierra natal como en la gran comunidad croata en el exilio han mantenido viva
la llama del recuerdo de la tragedia de Bleiburg, libres del sentimiento del
odio y del deseo de venganza, pero sí aniyjados de la voluntad de que se haga
justicia histórica y los responsables del genocidio reciban la condena de la
opinión pública y el juicio inapelable de la Historia."
MUNDO COLOR titula su amplia
nota, del 13 de mayo: "40 años de la tragedia de Bleiburg — El genocidio
del pueblo croata: 300.000 víctimas" y en la conclusión destaca:
"Desde la 'Tragedia de Bleiburg' pasaron cuarenta años. Para los croatas
Yugoslavia sigue siendo su cárcel. Los miles y miles patriotas croatas están hoy
en día presos, como presos de conciencia, en 25 centros carcelarios en
Yugoslavia comunista".
ULTIMAS NOTICIAS, del 14 de
mayo, publica un comunicado de la colectividad croata en Uruguay entregado al
diario, que concluye con la siguiente aseveración: "La sangre croata
derramada en el holocausto llamado 'Bleiburg' imposibilitó que se consolidara
el estado yugoslavo. Es que entre víctimas y victimarios, no puede haber unión
ni fraternidad, que son las bases necesarias para que un estado sea sólido y
duradero".
El semanario BUSQUEDA del 23 de
mayo publica en la sección Cartas, la carta de un lector uruguayo firmado
A.P.K. (la identidad del autor consta en la redacción). Su carta que lleva por
título Croacia, termina con la siguiente conclusión: "Hoy día la unidad
del Estado llamado Yugoslavia se tambalea, pues la mayor parte de sus pueblos
quieren liberar-se de su opresión y formar sus propios Estados soberanos. De
esta manera, gracias a la sangre de los mártires de Bleiburg y a la voluntad de
libertad de los pueblos integrantes de esa unidad política ficticia llamada
Yugoslavia, pronto renacerá el Estado soberano de Croacia".
0972601
Reproducimos parcialmente la
nota de María Eugenia Meza, aparecida en la revista chilena ERCILLA, mayo de
1985, titulada "El laberinto de papel", referente a la primera
exposición en Chile del pintor croata, argentino nacionaliado, Zdravko
Dučmelić.
La presente nota de María E.
Meza coincide casualmente con el cuadragésimo aniversario de aquel mes de mayo
del genocidio croata de Bleiburg. AI recordarlo y observando la importante obra
de Dučmelić, se nos impone la pregunta: ¿Cuántos talentos croatas,
que no pudieron salvarse de aquel holocausto, quedaron perdidos y desconocidos
para la posteridad?
CON PALABRAS O LINEAS, AMBOS
ARTISTAS HAN CREADO UN UNIVERSO DE MAGIA Y LABERINTOS MISTERIOSOS
"Cuentan los hombres dignos
de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de
Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó construir un
laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban
a entrar, y los que entraban se perdían"
(J. L. Borges)
Si Jorge Luis Borges ha
inventado (o entrevisto) un universo hierático, laberíntico ,mágico y mítico a
través de sus palabras, Zdravko Dučmelić ha hecho lo propio con
líneas enmarañadas que dan vida a construcciones ¿futuras? ¿del pasado? donde
los únicos personajes son tigres o mujeres. Ambos ambiguos, a medio camino
entre la perfección del bien... o del mal. Nacido en Croacia en ese sector del
mundo donde Oriente y Occidente se conectan—, el pintor llegó a la Argentina en
la década del cincuenta, ya en contacto vital con la obra narrativa de Borges.
"Cuando estaba en Madrid,
el año 1948, descubrí que había un escritor extraordinario que, desde
Sudamérica y gracias a sus viajes imaginarios y su amor por las enciclopedias y
las documentaciones secretas, escribía historias que parecían verdaderas.
Historias que, siendo ficciones, parecían reales."
Las arenas, los laberintos, las
piedras, eran también obsesiones de Dučmelić. Así, ambas pasiones se
conjugaron y nació un largo trabajo de ilustración de cuentos o de pinturas y
dibujos basados, a partir de sugerencias literarias, en la obra borgiana.
"Cuando comencé a trabajar
sobre Borges, hace quince años, no tuve mucho éxito en los dibujos, entonces
utilicé el óleo; ahora he vuelto al dibujo con más sabiduría y también con más
límites, porque espero que la imagen que presento no dañe al lector de los
cuentos. No tuve que cambiar mis motivos para pintar a Borges, porque desde
niño tengo el mismo amor por los paisajes desérticos, las civilizaciones
perdidas, la geometría y los reflejos. Pero hay obsesiones suyas, como los
tigres, que me costó mucho resolver. Otras, como los espejos, no he podido
abordarlas todavía."
MAGIA Y MISTERIO
Sin duda, al ver los 38 trabajos
que expone en la galería Praxis de Santiago, estos temas están reiterados. No
obstante, la relación con la obra de Borges (la muestra recibe el nombre de
Homenaje a Borges) se produce en el espectador-lector de forma inmediata. Basta
haber leído muy poco del vidente-ciego de las letras argentinas, para encontrar
su espíritu en las ruinas que parecen transparentarse dejando ver
construcciones infinitas, de tonos grises con también infinitas gamas,
texturas, tallados, octaedros, puertas, laberintos.
"Mi interés formal radica
en el volumen y la figura. El color me atrae en otros pintores y sólo lo uso
para discriminar formas, para dar sensaciones atmosféricas... ".
"... La magia, al igual que
a Borges, le parece entrañable. Este sentimiento se hace patente, con igual
fuerza, en la creación de espacios vacíos, de construcciones y, sobre todo, en
las extrañas mujeres que aparecen en sus dibujos y pinturas. Para ambos, la
mujer está revestida de un misterio inescrutable, que la arerca a veces al mal,
pero siempre a la ambigüedad.
"Para mí, el afite en
general, la ficción, el surrealismo, no constituyen un escapismo, una evasión.
Creo que en la obra de Borges se encuentra el mismo sentido. Son, quizá, una
forma de evadirse del mundo cotidiano, pero significa la posibilidad de entrar
en otro mundo, que también es real. Un cuadro, aunque tenga situaciones
inventadas, un fondo de abstracción, al estar bien hecho por una persona
dotada, permite sobrevivir la realidad. Entrar en un mundo mágico, de mayor
amor o justicia. Para mí ésa es la función del arte: la creación de un mundo
mágico que nos beneficia. Por eso no existe un presente en mi obra."
"...Borges presenta una
fantasía que provoca un grado de temor; no alegra, no promete ni salva al ser
humano. Pero tampoco sus finales son negativos, sino soportables. Se vive
dentro de este estado evidentemente incompleto. Por eso me interesaron los
cuentos de Borges y porque tienen una composición plástica equilibrada, no
están dirigidos hacia nada. Se encierran en sí mismos."
Al igual que la pintura de
Dučmelić, donde es posible perderse en el laberinto de una
construcción o buscando el sentido de la mirada de las musicantes. Circular,
aparentemente hermética, la visión de su obra ofrece la posibilidad de una
experiencia que deberíamos calificar de mística."
0972701
En la revista PIPELINE que se
edita en Paris para los empleados de la firma petrolera Dowell Schlumberger,
salió en el número del mes de diciembre del año 1984, un interesante artículo
con diez fotos, bajo el título "Eclipse de sol sobre Java". Algunos
empleados de la mencionada firma, con todo éxito fotografiaron el eclipse total
del sol desde el volcán Cirimaya, que se encuentra a 3.000 metros de altura en
la isla de Java, doscientos kilómetros al este de Jakarta, capital de
Indonesia. Uno de los empleados presentes, cuya foto también publicó Pipeline
es ingeniero químico, Alex Antonović, hijo de nuestro compatriota señor
Jorge y la señora Sara Antonović, quienes residen en Don Torcuato,
Argentina.
0972801
En la revista de las comunidades suizas de Hispanoamérica PANORAMA SUIZO, en el número 3 (setiembre de 1984), Claude Zweiacker, funcionario del Departamento de la Instrucción Pública del cantón de Neuchatel, escribe sobre Ios precursores de la industria automotriz suiza y entre otros pioneros menciona a nuestro compatriota Franz Brozinčević. De él dice textualmente: "Franz Brozinčević, inmigrante croata establecido en Wetzikon, creó, en 1914, la marca de automóviles, actualmente bien conocida, FBW (Franz Brozinčević Wetzikon)".
0972901
(La tragedia ocurrió en
mayo...). Primer tomo. Edición de la Biblioteca de la Revista Croata,
Munich-Barcelona, 1984, pp. 469 con ilustraciones.
El día 6 de mayo de 1945 empezó
el gran éxodo de Croacia. Salían del país el gobierno del Estado Independiente
de Croacia, casi la totalidad de sus fuerzas armadas de unos 250 mil hombres y
otro tanto o más de civiles, para escapar al cerco de los guerrilleros
comunistas yugoslavos, tropas soviéticas y búlgaras. Se retiraban hacia Austria
con el propósito de rendirse a las fuerzas británicas que avanzaban desde
Italia hacia este país limítrofe con Croacia. Varios miles de refugiados
lograron infiltrarse a Austria, mas la abrumadora mayoría fue detenida por los
británicos y obligada a rendirse a los comunistas yugoslavos en Bleiburg,
pequeña localidad austriaca, el 15 de mayo de 1945. Acto seguido comenzó la
matanza de los militares y civiles rendidos en lugares próximos a Bleiburg y
durante las marchas de la muerte de los restantes desde Eslovenia, a través de
toda la Croacia hasta la frontera con Rumania en el nordeste de Yugoslavia. En
el curso de las operaciones de exterminio del enemigo los comunistas yugoslavos
aniquilaron al ejército croata y a la juventud universitaria croata junto con
decenas de miles de civiles. Todo lo ocurrido a partir de la rendición del 15
de mayo de 1945 se conoce hoy en día como la tragedia de Bieiburg. Pocos miles
de refugiados que lograron escapar a la gran matanza y a las marchas de la
muerte, vivieron de diferente manera su parte en esta tragedia nacional croata,
sea como prisioneros de guerra detrás del alambrado de púa, sea como refugiados
civiles en campos para exilados o personas desplazadas, en distintos lugares de
Austria e Italia.
Esto es el breve marco histórico
de los acontecimientos en general, en el cual el autor sitúa la descripción
pormenorizada de su propio destino y el de los que lo rodeaban en diversas
situaciones durante todo un año, o sea desde el 6 de mayo de 1945 has-ta el 6
de mayo de 1946. De ahí el subtítulo de la obra, que reza: "Primer año del
exilio según el diario del prisionero de "guerra" número
324.664".
De ahí también sabemos que en este caso se trata de un diario como forma literaria, un diario poco común cuanto a su modo de devenir, tanto a la índole de su contenido y, finalmente, a su autor. En efecto, se trata de un diario excepcional, escrito en circunstancias apocalipticas del pueblo croata al finalizar la Segunda Guerra Mundial por un hombre también fuera de lo común — por un escritor y poeta. Por ello, muchas páginas de este diario, o párrafos enteros son poesías en prosa, son plegarias por Croacia y su pueblo, insertadas en las descripciones de las penurias personales, como así de sus compañeros en los campos de prisioneros de guerra británicos en Italia y durante los días agonizantes que les precedieron, llenos de dolor, hambre, agotamiento, sed e incertidumbre.
Este es el primer tomo del
diario de Vinko Nikolić, escritor y poeta, director de Hrvatska Revija
(Revista Croata), desde su iniciación en Buenos Aires, en 1951, hasta el
presente, en Barcelona. Ya el aspecto de la tapa del libro es impresionante: la
reproducción de las hojas sueltas de diferentes tamaños y calidad, escritas o
impresas con distintos medios gráficos. Así es, pues, el original del diario,
muchas veces en peligro de no poder seguir por falta de papel de envoltura e
higiénico. Sin embargo, perduró y se conservó durante tantos años desde su
creación para ser publicado al cumplirse el cuadragésimo aniversario de la
Tragedia de Bleiburg.
"Retrocediendo cuatro
décadas" es el título de una especie de Prefacio del mismo autor,
precedido por dos primeros y tres penúltimos versos de su emotiva poesia
"El retomo" (véase El arco iris sobre los puentes destruidos -
Antología de poesías de Vinko Nikolić, por Raimundo Kupareo, OP,. Buenos
Aires. 1964). En este Prefacio el autor narra la forma como nació su Diario y
su dilema de considerarlo más bien una obra colectiva que individual, pues allí
se entrelaza lo individualmente vivido y sentido con lo vivido y experimentado
colectivamente y reflejado en interminables conversaciones y diálogos.
"La tragedia no ha comenzado el 6 de mayo de 1945" se titula la Introducción al Diario, pues representa una mirada retrospectiva sobre los hechos históricos a partir del día 10 de abril de 1945, cuando todavia nadie hablaba de la posibilidad de éxodo, sino de la lucha hasta el final, y sobre los hechos de los días subsiguientes cuando el trágico fin empezaba a vislumbrarse. Esta visión retrospectiva el autor la ha anotado el día 10 de agosto de 1945 en el campo de prisioneros de guerra en Grottaglie, Italia. De ella se infiere que la orden de evacuar Croacia fue para Nikolić una noticia inesperada. Un amigo lo visita y del diálogo que se entabla se desprende la desesperada confusión en cuanto a la apreciación del futuro incierto que les espera. Analizan los más diversos enfoques sobre el nuevo ordenamiento político y jurídico en el sureste europeo sin restablecimiento de Yugoslavia, en lo que todos son unánimes: los servios y los croatas! Su concreción se imagina de la siguiente manera: las fuerzas nacionales, o sea las militares en primer término, de todos los combatientes involucrados van a ir retirándose hacia la frontera, donde los anglonorteamericanos los recibirán. "Aquí nos reorganizarán a todos —explica un amigo— nos armarán y proveerán de todos los aprestos necesarios para la guerra moderna. Desde allí comenzará el movimiento general para la liberación de toda la región. Ello debería suceder dentro de algunos días; hay algunos que piensan que los ingleses podrían llegar a Croacia mucho antes ... ". Obviamente, ¡todo se desenvolvió de manera diferente, trágica!
La última noche en su hogar en
Zagreb con su madre, que a su vez abandonó su Šibenik natal para es-capar a las
adversidades de la guerra, inspiró al autor para concebir una poesía tierna,
conmovedora y dramática que por espacio de tres decenios brotaba en su alma y
desgarraba su foro íntimo antes de darle la forma poética definitiva y
publicarla por primera vez en 1977, en la antología de su poesía en el dialecto
čakavski propio a su ciudad natal de Šibenik, "Poslidnja
večera" (La última cena) se titula esta poesía excepcional.
El diario empieza con la fecha 6
de mayo de 1945, un domingo, último en Zagreb y primero en la peregrinación de
su autor. Este día se engendraron en el alma de Nikolić los versos de su
poesía "Rastanak s Hrvatskom" (Despedida de Croacia), presintiendo en
ella lo que ocurrirá en los días venideros. De veras casi se cumple el
presagio. Nikolić es capturado por los partisanos que lo llevan a
Yugoslavia. Un joven partisano esloveno, viéndolo en el uniforme militar,
apunta su pistola para matarlo. Sin embargo, no acostumbrado a asesinar, el
joven cambia de parecer diciendo: "Nos veremos todavía". No se vieron
más, pues Nikolić escapó con algunos compatriotas del lugar de
concentración en Krumpendorf en Austria, donde dio con muchos croatas. De aquí
con un tren de prisioneros y refugiados, a través de Udine, Padua, Ferrara,
Boloña y Ancona llegó a Bari, donde los ingleses separaron mujeres y niños de
hombres que luego fueron alojados en el campo de prisioneros de Grumo Appula.
El día 6 de julio de 1945 le asignan a Nikolić el número 324.664 de
prisionero de guerra. "El escribir me proporciona mucha fuerza moral,
tanta fuerza que la puedo compartir con los que sufren conmigo" —anota
Nikolić el mismo día. Los apuntes abarcan a veces varias hojas de papel
cuya escasez siente cada día más, poniendo en peligro la continuidad del
Diario. Sin embargo, todos colaboran en conseguirlo. Así se salvan del olvido
mu-chas reflexiones y pensamientos, muchas ideas, recuerdos y conversaciones,
quedando apuntadas con maestría por un poeta nato. Por ello, este Diario es
lleno de versos, odas, cartas y otras misivas a la madre, a la patria y a los
croatas en general. Antes de abandonar Grumo Appula con destino al campo de
prisioneros en Grottaglie, cerca de Taranto, el escultor italiano Cervo Michele,
también prisionero, esboza pari Nikolić varios dibujos de este primer
campo de prisioneros.
Lo mismo hacen otros
co-prisioneros artistas, dibujando escenas de la vida cotidiana en el campo de
Grottaglie. Así y a través de este Diario se salvaron para siempre pequeñas
obras artísticas de los alemanes Willi Paupie y Hans Lothar Vogel. Como ejemplo
de la creatividad artística aún en las peores condiciones de vida el autor
publica en la última sección de su libro, la poesía "La patria
rerdida" ilustrada por el prisionero de guerra alemán, Hans Sayle.
Este primer tomo del diario, en
su parte final, trae tres salmos con el título "Intermezzo: el tríptico de
sal-mos". Los salmos se titulan: "Salmo en el exilio" -
"Salmo penitencial y de contrición" - "Salmo sobre las cruces de
los mártires".
Una nota bio-bibliográfica sobre
el autor, redactada por el finado prof. T. Drezga y posteriormente completada,
proporciona datos completos acerca de la vida y obra del profesor Vinko
Nikolić.
Aunque, por razones obvias, se
mencionan raramente los nombres completos de Ias personas que diariamente
rodeaban al autor, el registro de personas es amplio, facilitando así una mejor
orientación en esta crónica literaria y a la vez documental.
Milan
Blažeković
0973001
Ivo Korsky, Hrvatski
nacionalizam
(El nacionalismo croata), Edit.
Ateneo Republicano Croata, Buenos Aires, 1983, pp. 398.
El libro de Ivo Korsky está
escrito en croata y dirigido al público croata. Empero, por la seriedad y la
objetividad con que analiza los problemas políticos croatas y sus antecedentes
históricos podría interesar también a quienes, sin dominar el idioma croata,
están empeñados en conocer mejor el complejo nudo de fuerzas nacionales
envueltas en el actual estado de Yugoslavia. Eso justifica ampliamente su detallada
reseña en esta revista.
La exposición de los principales
conceptos vertidos en los ensayos agrupados en el libro que nos ocupa,
demostrará que el nacionalismo croata no es una "doctrina
nacionalista", orientada a la exaltación del pueblo o del estado, a lo que
podría inducirnos una determinada interpretación del concepto de nacionalismo.
Para evitar esta posible confusión, el autor destaca en la Introducción que
"el nacionalismo croata no es una ideología rígida, ni un sistema político
cerrado, sino la actividad intelectual y política libre de aquellos que
defienden la identidad nacional croata, conscientes de que la independencia
croata es la condición previa esencial para el desarrollo de la vida
nacional" (pp. 6, 7). La interpretación del nacionalismo como lucha por la
libertad e independencia nacional —y no como una "doctrina
nacionalista"— está corroborada también por Jawaharlal Nehru quien
manifestó: "El nacionalismo en la India de mi época es inevitable;
constituye un fenómeno natural y sano. Para cada país subyugado la libertad
nacional tiene que representar la aspiración principal y predominante" (p.
163).
La obra de Ivo Korsky agrupa
bajo el denominador común del "nacionalismo croata" una selección de
una serie de artículos y ensayos escritos y publicados durante los treinta años
de su actividad política y publicitaria. Lo particular consiste en que no están
insertados por orden cronológico, sino por ordeia temático, consiguiendo formar
así una obra original de estudios políticos. Pero la indicación de fechas de su
primera publicación, que acompaña a cada artículo y ensayo, es un dato valioso,
particularmente tratándose de temas netamente politicos, porque refleja la
autenticidad del pensamiento del au-tor en determinado momento y su viabilidad
actual.
Así, por ejemplo, cuando postula
una "política activa" y la "apertura hacia la comunicación"
diciendo que "encerrarse en el pasado creyéndose infalible, significa
condenarse a sí mismo y a su línea política a una muerte biológica, a la
extinción" (p. 249) ). O cuando dice: `No queremos ir manteniendo o
profundizando la distancia entre croatas de distintas generaciones o de
distintos conceptos políticos, a lo que nos incita Yugoslavia".
"Tenemos que descubrir el lenguaje que podrán entenderse los croatas del
mundo libre con las generaciones a las que hicieron el lavado del cerebro
durante decenios, porque sin el diálogo y la comprensión recíproca no puede
haber colaboración y sin la colaboración no puede existir una actividad
libertadora" (p. 250).
Evidentemente estos conceptos
cobran hoy mayor peso sabiendo que han sido expresados ya en 1979. Lo mismo
vale para el consejo dirigido en 1975 a los jóvenes militantes croatas para
"respetar en la forma más estricta las leyes de los países de cuya hospitalidad
gozan, para que con su actividad, en lugar de favorecer, no perjudiquen la
lucha del pueblo croata" (p. 388).
La libertad es el marco
ideológico del pensamiento nacionalista que el autor postula. Por eso insiste
en que "resulta necesario aún antes de la liberación cultivar el ideal de
la libertad, ir preparándose para las responsabilidades, sin las cuales no hay
libertad" (pp. 16, 17). "Ser libre, apunta el autor, significa llevar
una grave responsabilidad; la sociedad humana es un conjunto de personas nue
han asumido sus responsabilidades" (p. 15).
Refiriéndose al territorio y al
pueblo croata —"un pueblo organizado, cuyo territorio está definido desde
más de mil años"— el autor opina que a pesar del desmembramiento del
territorio nacional croata a consecuencia de las dominaciones de Venecia y de
Estambul, Croacia forma geográficamente una unidad bien equilibrada. Su
territorio nacional acusaba esta característica también antes de la llegada de
los croatas a las provincias romanas de Dìlmacia v del Tliricum que coincidían
en general con los límites de la Croacia actual. Hasta los invasores turcos
mantenían agrupadas en una unidad adminitrativa las partes conquistadas de
Croacia. Según Korsky, también las influencias culturales llegadas del exterior
se extendían sobre la totalidad ciel territorio croata. Por eso considera que
los regionalismos en Croacia se manifestaron como consecuencia de la dominación
y de la política de los conquistadores y que desaparecerán una vez superada
esta dominación. Pero a pesar de su oposición al federalismo dentro del estado
croata, el autor destaca que ese punto de vista no planea un 'sistema de estado
centralizado, sino una descentralización administrativa y económica, que
permitirá a la población de distintas regiones una participación más directa en
el gobierno.
Con mucha claridad y objetividad
el autor analiza el problema de la minoría servia en Croacia, formada por
distintos grupos étnicos, inclusive por los croatas mismos que han abrazado el credo
ortodoxo por falta de sacerdotes católicos y por la posición favorable de la
que gozaba el Patriarca de Constantinopla en el Imperio otomano. Pero, concluye
Korsky, tenemos que reconocer que la población ortodoxa en Croacia, a pesar de
su origen variado, ha ido asimilando en el curso del tiempo, a causa de
múltiples factores e influencias políticas, la conciencia nacional servia y que
sus descendientes, en su mayoría, se sienten hoy servios. "La política
croata, dice Korsky, tiene que tenerlo en cuenta y debe respetar su sentir
nacional, si no quiere transformar el estado croata en una dictadura
antinacional, similar a la Yugoslavia existente" (p. 75).
Durante un milenio los croatas y
los servios han vivido en buena vecindad y recién desde 1918, con la
instauración del estado común, se han ido produciendo conflictos que han
llevado a una guerra entre ambos. Opina el autor que cabe a los croatas en el
mundo libre formular una política ausente de todo complejo del revandhismo, de
la venganza contra cualquier grupo adversario y en particular contra la minoría
servia radicada en Croacia. A ellos, como a todos los ciudadanos croatas,
tienen que ser reconocidos idénticos derechos y deberes y su seguridad cívica
"tiene que ser garantizada no como un privilegio sino basándose en el
sistema general de la libertad que implantará el futuro estado croata" (p.
78).
Pero "los servios tienen
que comprender —concluye el autor— que Servia representa sólo el estado
nacional de los servios y que aparte de éste no pueden tener otro estado
nacional, pero sí los derechos de los ciudadanos libres de los países que
habitan, incluyendo el derecho de la conservación de su nacionalidad y de sus
particularidades" (p. 80). Asimismo, Korsky, con acierto obsreva que
"Croacia es el único país en el mundo donde los croatas pueden constituir
su estado nacional y no hay motivo para que ellos renieguen de ese derecho
generalmente reconocido porque los huracanes de las guerras empujaron a su
territorio a los grupos de otras nacionalidades" (p. 80). La única
solución correcta de las relaciones servio-croatas, opina el autor. sería la
constitución de los estados nacionales independientes de Croacia y de Servia.
El problema de las minorias nacionales no puede ser el obstáculo para la
realización de este derecho de autodeterminación y debe solucionarse por
intermedio de las leyes que garantizarán mutuamr,ente y plenamente todos los
derechos cívicos y de Ias nacionalidades.
El Estado Independiente de
Croacia restaurado en 1941, brindaba la oportunidad de una posible solución del
problema croata-servio, pero su precaria duración de cuatro años, marcados por
una guerra despiadada, no dio lugar para moldear la vida del nuevo estado
conforme a los anhelos de su pueblo. Korsky analiza las múltiples causas de la
caída del Estado Independiente de Croacia que se reducen todas, al final, a la
decisión de los aliados a reconstruir a Yugoslavia. "Es un hecho que en la
primera parte de la guerra no existía otra alternativa para el estado croata ni
por parte de los representantes del Partido Campesino Croata (en el exilio), ni
por parte de los comunistas, de manera que el pro-grama del estado
independiente croata fue representado solamente por el Movimiento Ustachi,
aliado del Eje. En la segunda mitad de la guerra, opina el autor, las
alternativas va no interesaban. No se presentaban grandes planes estratégicos
en los que podría haber cabida para Croacia, después que Roosevelt rechazó
abrir el segundo frente en los Balcanes.
El frente italiano ofrecía a las
tropas angloamericanas la vía directa hacia Alemania y el frente húngaro y
polaco abrían el camino a los soviéticos, de manera que después de 1943 Ias
posibilidades croatas de maniobrar apenas existían. El destino del estado
croata quedó sellado en Teherán.
En los últimos años, observa el
autor en su ensayo escrito en 1965, se trata de explicar esta inclinación de
los Aliados hacia Yugoslavia, contra el estado croata, como resultado de la
convicción de que el desarrollo de la vida de los pueblos tiende a las formaciones
estatales más amplias, hacia los estados supranacionales, cuyo modelo
representa Yugoslavia. Pero, afirma Korsky, después de la victoria los Aliados
han violado repetidamente este principio ficticio, utilizándolo como
instrumento de sus fines politicos a su criterio y conveniencia. Para
comprobarlo cita la opinión de Abba Evan, vice-primer ministro y delegado de
Israel en las Naciones Unidas, quien manifiesta "Una de las paradojas de
nuestro tiempo es que la multiplicación de los estados de pueblos pequeños va
paralelamente con la búsqueda de las formas más amplias de la integración, como
por ejemplo las Naciones Unidas, el Mercado Común Europeo, la Organización de
los Estados Americanos y la Organización de la Unidad Africana. A pesar de
todo, el pueblo-estado es la principal fuente de diversas culturas. En cierto
sentido todos los pueblos se asemejan unos a otros. Pero aquellas
características que pertenecen especificamente a un pueblo, sus recuerdos y sus
sueños, podrían constituir su principal aporte a la cultura humana. El triunfo
del nacionalismo en el curso de los dos últimos siglos se ha logrado en la
lucha contra la tirania y el colonialismo. Aquellos que lamentan la
fragmentación del mapa político y anhelan las unidades políticas más amplias, tendrian
que recordar como se produjo la explosión del nacionalismo. En una parte de
Europa donde una vez existían dos potencias soberanas, austro-húngara y el
imperio otomano, hoy existen 11 estados. En Africa, donde a su tiempo
gobernaban las fuerzas imperiales de la Gran Bretaña, Francia y Bélgica hoy
figuran 33 naciones" (p. 136).
En la segunda parte del libro -
llamámosla así, a pesar que no figura formalmente esta subdivisión—el autor
pasa del esquema histórico-ideológico al esquema de la actualidad política de
los años 1952 al 81. Aborda los temas referentes a la resistencia en Croacia, a
los movimientos políticos en el exilio, al papel que desempeña la Iglesia
Católica y las grandes Potencias, a la lucha revolucionaria y al final, en
forma suscinta, al Partido Republicano Croata y a su fundador, el prof. Ivan
Oršanić.
Korsky afirma que "en la
vida política croata por fin ha terminado la época romántica y, con un atraso
de cincuenta años en comparación con otros pueblos de los Balcanes y de la
Europa oriental, se inició la época del realismo político" (p. 210). Eso
se observa también en Ia evolución de las "tres generaciones de la
izquierda croata" (Supek - Tudjman - Veselica, en el suelo patrio, y
también en el exilio donde madura el esfuerzo hacia una política responsable y
diferenciada por "la búsqueda de los instrumentos politicos aptos para la
lucha nacional y para la incorporación del espíritu de la libertad dentro de la
vida política" (p. 207) .
Los conceptos que resaltan son
el pluralismo político la necesidad del diálogo y de la colaboración entre
distintos grupos políticos e ideológicos y entre distintas generaciones de la
Croacia patria y de la Croacia en exilio.
Cabe destacar los ensayos
dedicados al estudio de Ias influencias del catolicismo en la vida de Croacia,
producidas acorde a la evolución de los conceptos religiosos desde el Concilio
Tridentino hasta el Segundo Concilio Vaticano - "el Concilio que cerró la
época de la Contrarreforma en la Iglesia Católica". (Estos estudios han
sido completados recientemente con el análisis de los últimos acontecimientos,
relacionados con el Congreso Eucarístico Nacional en Maria Bistrica, en un
excelente ensayo-comentario "Crkva u Hrvata u sjeni Alojzija
Stepinca" —La Iglesia de los croatas a la sombra del Aloisius Stepinac—,
Republika Hrvatska, Diciembre de 1984).
Aquí, igual que en otras partes
del libro, el autor demuestra sólido conocimiento de la materia, busca lo
esencial y no se deja llevar por fórmulas convencionales. Así llega a
observaciones propias y a veces originales, lo que proporciona rasgos
atrayentes a sus escritos. Así, e. gr., respecto a estas paradojas de la
historia destaca que las nuevas ideas de la Iglesia, relacionadas con el
esfuerzo por acercarse a la sociedad moderna y por profundizar a la vez la vida
espiritual del hombre, no hubiesen tenido tan pronta cabida en Croacia si el
comunismo no hubiere atentado tan violentamente contra la vida religiosa
establecida desde siglos. "El comunismo ha liberado a la Iglesia Católica
en Croacia del peso del pasado y la capacitó para aceptar las reformas más
rápidamente y más consecuentemente que en los países donde no hubo
persecuciones. Gracias a los hostigamientos la Iglesia en Croacia pudo separar
lo esencial de lo accidental" (p. 264).
Con la pericia del buen jurista
analiza el Protocolo firmado entre la Santa Sede y el gobierno de Tito en 1966,
haciendo a la vez la comparación con el Concordato suscripto con el gobierno
yugoslavo en 1935, cuyo inspirador por parte yugoslava fue el rey Alejandro en
persona, notorio anticomunista. A pesar de la oposición ideológica que ha
guiado a los gobernantes yugoslaves en estos dos documentos, distanciados entre
sí casi 30 años, lo esencial en ambos es lo mismo: tratar de frenar "los
actos políticos" del clero, lo que quiere decir en otros términos, abrir
la brecha entre los sacerdotes y su rebaño de fieles en la lucha por la
libertad de Croacia. Por eso el autor llega a la conclusión que "el
Concordato de 1935 igual que el Protocolo de 1966 representan el reconocimiento
internacional de un sistema político que mantiene a Croacia en la
esclavitud" (p. 289).
Los conceptos políticos del autor están expresados principalmente en los últimos ensayos que tratan sobre las relaciones internaciornales y la lucha del pueblo croata por su estado independiente. Después de un análisis extensivo de la evolución internacional desde la terminación de Ia Segunda Guerra Mundial, el autor llega a la conclusión, hoy generalmente aceptada entre los croatas, "que el neutralismo es imperioso para que la lucha croata empiece a moverse de su punto muerto" (p. 320). "La posición neutralista croata no es una neutralidad ideológica sino que ubica los intereses croatas en el lugar preferencial y no los vincula incondicionalmente con ninguna de las partes" (p. 318). "¿Qué clase de interés pueden tener los croatas —se pregunta el Dr. Korsky— que una u otra parte sea victoriosa pero si en el nuevo mapa de Europa tampoco figuraría Croacia? ¿Por qué los croatas tendrían que vertir su sangre para que triunfe un bloque de estados que no les garantizaría el establecimiento de su libertad e independencia?" "Un croata individualmente puede ser partidario del grupo que le resulte más allegado ideológicamente, pero los croatas como conjunto, como nación, no pueden tomar esta posición". "Por eso si criticamos los actos políticos determinados de las potencias occidentales y en particular de Norteamérica, no lo hacemos por simpatía al comunismo, sino solamente porque estas potencias defienden hoy la hegemonía servia y la dictadura comunista en Croacia" (p. 297).
Analizando distintos aspectos de
la lucha del pueblo croata por su libertad que se remonta a varios siglos con
diferentes matices, el Dr. Korsky señala con coraje y originalidad las causas
del romanticismo politico, del verbalismo e ilusionismo, de la debilidad de la
clase media croata, todo lo que condujo a la entrega irresponsable en 1918
cuando se forzó la unificación con Servia y Eslovenia. Resulta interesante la
opinión del autor sobre las influencias del clero en la formación de 1a nueva
generación burguesa a mediados del siglo pasado, como también la importancia
que atribuye al gesto revolucionario de la figura compleja de Eugen Kvaternik
con quien, "doscientos años después de la desaparición del estado
aristocrático croata, muere y se pierde el último romántico croata típico y a
la vez el primer revolucionario croata moderno" (p. 333).
Arguye Korsky que Kvaternik
llegó tarde como romántico y que apareció demasiado temprano como
revolucionario. Se necesitaron, según él, cincuenta años para comprender a este
primer revolucionario croata. Analiza las causas de este atraso y lo encuentra
en la relativa libertad con la que contaban los croatas en la Monarquía
Danubiana. Por eso prosiguieron hasta en el estado yugoslavo una política de
oposición legalista. Ese espíritu del "legalismo croata",
consecuencia de larga injerencia extranjera en la vida estatal de Croacia,
constituye, según Korsky, todavía hoy "el principal obstáculo para el
desarrollo de un espfritu revolucionario croata, lo que dificulta la lucha
nacional" (p. 355).
En el análisis del significado
de la lucha revolucionaria, el autor repropuce el pensamiento del prof. Ivan
Oršanić, fundador del Partido Republicano Croata, sosteniendo que "las
revoluciones tienen sólo un justificativo y que son necesarias únicamente para
lograr un fin: dar vida a las leyes de la libertad. Aparte de esto (si no
cumplen con esto) constituyen un crimen" (p. 380).
¿Dónde se debe preparar una
revolución y dónde realizaria? - pregunta el autor y contesta: "La idea
puede nacer no importan dónde entre los croatas, pero una auténtica actividad
revolucionaria es posible Çolamente allí donde se necesita crear una nueva
fuerza que va a reemplazar a la fuerza y el poder existentes del enemigo"
(p. 366). El autor destaca en forma reiterada que los grupos exiliados deben
ser promotores de la actividad política y como tales inspiradores de la lucha
revolucionaria del pueblo croata, pero que el proceso revolucionario puede y debe
desarrollarse solamente en el suelo croata. "No están justifigados los
actos terroristas en el extranjero donde podría resultar como víctima un
foráneo" (p. 385) .
En el último capitulo, dedicado
al Partido Republicano Croata y a su fundador el prof. Oršanić, el autor
destaca particularmente la idea de la lucha revolucionaria como camino
indispensable para lograr la independencia y la liberación de Croacia.
Solamente el pueblo que lucha por su libertad y está dispuesto. a aportar
grandes sacrificios para lograrla, puede despertar interés en el mundo por su
causa. Cuando se intensifique el movimiento revolucionario en Croacia —es la
opinión del autor, hoy generalmente aceptada—, la actividad política de los
croatas exilados cobrará la fuerza deseada para conseguia una ayuda efectiva
del extranjero.
La lucha contra el enemigo,
advierte el autor, no debe ser confundida con la lucha contra el adversario. En
esta diferencia reside uno de los principales propósitos del Partido
Republicano Croata: el pluralismo. Factor indispensable en la vida política
croata, "si queremos constituir un estado libre y no cambiar simplemente
la dictadura ajena por la nuestra" (p. 390).
El programa del PRC parece estar
bien resumido en los siguientes párrafos: "Como todo grupo politico,
nuestro partido considera también que sobre las particularidades residen los
fines comunes y que éstos son primordiales. La liberación de Croacia y su
independencia ocupa el primer lugar y de esto no se discute. Pero al definirnos
así, ya hemos creado la base para la colaboración con aquellos croatas que van
hacia el mismo objetivo. Y apenas nos hemos definido como un partido, quiere
decir una parte del pueblo, hemos reconocido el principio que otros tienen el
derecho, dentro del fin común, a pensar diferentemente en cuanto al orden
constitucional del estado croata" (p. 391). "El pensamiento del PRC
referente a otros croatas es la colaboración e igualdad. Rechaza toda la
exclusividad, inclusive la propia, busca entre todos los grupos croatas la
colaboración y no enfrentamientos, pero sí el cambio de opiniones, hasta
discusiones fuertes que no considera enfrentamientos. Así se debe entender
nuestro punto de vista en cuanto a otros grupos y a su cooperación que hoy se
procura realizar dentro del Consejo Nacional Croata" (p. 393).
La idea política opuesta al
nacionalismo croata es la idea yugoslava. Es un mito y una realidad a la vez,
la causa de la pérdida total de la soberanía nacional y de la libertad del
pueblo croata, unida a las enormes pérdidas materiales, morales y de vidas
humanas. El dr. Korsky analiza este tema central de la política croata reciente
y contemporánea en un .magistral ensayo que, en su versión castellana, con
ciertas actuailzaciones introducidas por el mismo autor, publicamos íntegro en
el volumen anterior (1/1985).
Al final, una nota escueta sobre
el autor.
El dr. Ivo Korsky ocupa la
presidencia del Partido Republicano. Fue elegido en 1968, luego del deceso de
su fundador.
Considero importante destacarlo
porque no se trasluce de los textos insertados en su libro. Es otra
característica de esta selección de artículos y de ensayos que cabe señalar, no
constituyen el mensaje de un presidente del partido político exponiendo su
doctrina partidaria. El esquema es mucho más amplio y estos textos han merecido
realmente su medición en forma de un libro para no quedar dispersos y hasta,
posiblemente, olvidados en los fascículos de la revista aparecidos en un lapso
de tres décadas.
Además, el hecho de haber sido
publicados exclusivamente en la prensa partidaria, pudo suscitar a su tiempo
ciertas reservas en los lectores de otra orientación política. Reunidos ahora
dichos trabajos revelara un escritor y analista político calificado, con
conocimiento sólido en temas variados, quien con sus interpretaciones e ideas
claras y formuladas con precisión. tomadas en su conjunto y despojadas de
propaganda partidaria, aportan un estudio valioso de los acuciantes problemas
políticos croatas.
Radovan Latkovic
0973101
Social Science Monographs, Boulder. East European
Monographs, N4 CLXIII. Distributed by Columbia University Press. New York, 1984. (Goli otok - La isla de la muerte. Un
diario en cartas. Monografías Boulder de Ciencia Social. Monografías sobre el
Este Europeo. Distribuido por la Prensa de la Universidad de Columbia).
Goli Otok, que en croata
significa isla desnuda, isla pelada, es una pequeña isla en la parte norte del
Adriático, isla sin vegetación y deshabitada hasta el año 1948 cuando Tito
instaló allí un territorio "gulag" yugoslavo para el cumplimiento de
la condena y la "reeducación" en primer término de los
"cominformistas" o sea de los comunistas que —al tornarse efectiva la
ruptura entre el Cominform y Yugoslavia en 1948— quedaron fieles a Moscú y a
Stalin repudiando el sedicente revisionismo de Tito y a quienes las autoridades
yugoslavas apenas sospechaban ser simpatizantes de Moscú. En esta isla se han
practicado las más horribles torturas y muchísimos presos fueron liquidados o
murieron bajo los suplicios más sádicos. De todas estas atrocidades se sabía
casi nada y se hablaba todavía menos. mientras vivía Tito. Después de la muerte
de Tito se publicaron en Yugoslavia algunas obras literarias que directa o
indirectamente describen los horrores de Goli Otok. Sin embargo, ninguno de los
autores de estas obras ha sido condenado en esta isla y por lo tanto sus
revelaciones no se basaban en sus vivencias.
El libro de Markovski es el primero
escrito por un testigo presencial y además el primero publicado sobre este tema
en el exterior. Sin embargo, la importancia especial de este libro proviene
sobre todo de la personalidad de su autor, destacado poeta y comunista
macedonio-búlgaro. Estas circunstancias deben haber motivado al doctor Mateo
Meštrović, a prologar el libro que nos ocupa. Desde el exilio, los croatas
trataron durante los últimos cuarenta años hacer conocer la triste verdad sobre
las injusticias y persecuciones en Yugoslavia, pero sus informaciones no
fueron, en muchos casos, tomadas en debida consideración. Ahora, el libro de
Markovski abrirá ojos a los que los cerraban a propósito, como también a
aquellos que de buena fe veían en Yugoslavia un estado de derecho, en Tito un
hábil conductor político y su gobierno como una, para la concepción occidental,
aceptable forma de dictadura.
Venko Markovski es un búlgaro,
nacido (1915) en esa parte de Macedonia que se encuentra dentro de Yugoslavia.
Ya como jovencito perteneció a una organización macedonia clandestina cuyo
propósito era la liberación de Macedonia del yugo servio. Desde 1941 es miembro
del partido comunista y luego, terminada la guerra, se convirtió en uno de los
máximos dirigentes intelectuales macedonios. Ha sido diputado en la asamblea de
la república de Macedonia y en el parlamento federal de Belgrado. También fue
el presidente de la comisión que estableció las normas del actual idioma
literario macedonio.
Para restar la validez de las
pretensiones búlgaras sobre Macedonia, Yugoslavia favorecía el crecimiento del
nacionalismo macedonio y a ese fin debió servir entre otros el idioma literario
y la iglesia macedonia autóctona. En el conflicto entre Stalin y Tito,
Markovski queda fiel a Statlin. En 1949, él y su familia fueron arrestados,
pero en 1951 fue dejado en libertad. Según Markovski ello ocurrió debido a
protestas de muchos comunistas europeos y especialmente del lider comunista
francés Maurice Thorez. Unos años más tarde, en 1956, fue condenado a cinco
años de reclusión en Goli Otok por su poema Suvremeni paradoksi
(Paradojas contemporáneas) que circulaba clandestinamente y en el cual
criticaba fuertemente a Tito y a los que lo rodeaban. Al cumplir totalmente la
condena (1961) pudo volver a Skoplje y en 1966 las autoridades yugoslavas le
permitieron salir a Bulgaria. Sólo un año después, Bulgaria le confiere el
título de "artista nacional" y en 1969 obtuvo el Premio Dimitrov,
galardón más grande de Bulgaria. En 1981 fue declarado "héroe del trabajo
socialista", y en marzo de 1985 el Consejo de Estado de Bulgaria lo
proclamó "Héroe de la República Naciónal de Bulgaria". Esta alta
distinción le fue otorgada por "su activa participación en la lucha contra
el fascismo y el capitalismo, por la totalidad de su actividad, por sus
excepcionales méritos en el fomento de la cultura búlgara y en ocasión de su 70
cumpleaños" (según el diario "Vjesnik", Zagreb, 15-3-1985). En
ocasión de esta última distinción, los más importantes diarios yugoslavos lo
atacaron nuevamente por su actitud antiyugoslava, destacando especialmente su
libro Goli Otok. La circunstancia de haber sido publicado este libro con la
introducción del doctor Meštrović ha sido aprovechada por la prensa
yugoslava para atacar a los exiliados croatas y especialmente al prologuista y
al Consejo Nacional Croata.
El doctor Meštrović fue
invitado a Bulgaria donde tuvo largas conversaciones con el poeta
macedonio-búlgaro. Markovski, dice Meštrović, era evidentemente
desilusionado con respecto a la situación de Macedonia en la Yugoslavia de la
posguerra, pues Tito y su contorno, mayormente servio, iba restaurando la
hegemonia servia detrás del rótulo comunista.
Markovski describe su vida y
padecimientos en Goli Otok en forma de imaginadas cartas a sus amigos, a su
esposa Filomena, también comunista, a su hija y su único hijo Mile, que murió
en un accidente automovilístico en circunstancias muy sospechosas, de modo que
Venko Markovski es convencido que su hijo fue víctima de la policía secreta
yugoslava que se vengó en hijo por las actividades antiyugoslavas de su padre.
Markovski es poeta, y su
lenguaje es muy subjetivo y muchas veces emocional. Sin embargo, insiste, según
Meštrović, "en que todos los even-tos descriptos por él son
literalmente verdaderos y realmente exactos."
Según Markovski, "Tito era
un provocador que trabajó bajo diferentes nombres para los servicios de
inteligencia occidentales". Sin dar más detalle, Markovski dijo que
"los soviéticos tenían pleno testimonio de los desertores ingleses
Burgess, Philby y Maclean que la colusión de Tito con el servicio de
inteligencia británico empezó desde hace tiempo".
Describiendo la Isla Desnuda
(Golf Otok), dice Markovski que "uno siente como si hubiere entrado a la
antesala del infierno terrestre..." y se pregunta "si es posible que
una prisión tan inhumana puede quedar oculta a los ojos de los hombres en el
siglo veinte" y cómo es posible que esto suceda en un país "cuyos
dirigentes han luchado por un futuro más luminoso, por la felicidad de sus
pueblos, por la igualdad de todos estos pueblos". Y más adelante:
"¿Qué es en realidad Goli Otok? ¿Cuál es su historia? ¿Es que el satanás
mismo vino a la tierra para crearlo? El hombre ¿es la criatura tan infernal que
es capaz de crear tan diabólico infierno?" Debemos creer que Markovski se
hace sinceramente estas preguntas, pero ¿es posible que no se da cuenta que en
la sociedad que no se fundamenta en la dignidad de la persona humana, el
sistema político termina por mantenerse por medio de los "Gulags",
los "Goli Otok" y atrocidades por el estilo.
Estremece la descripción de la
vida en Goli Otok; al desembarcar y tener que pasar por la doble fila de los
que ya estaban en la isla y que "fuera de sí y enfurecidos vaciaban los
cubos llenos de inmundicias sobre nosotros, tiraban piedras, nos escupían y
hasta nos golpeaban. En medida en que los golpes caían sobre nosotros, nuestros
pasos se volvían más lentos y pesados. Cuando uno de nosotros sucumbía, los
restantes pasábamos sobre el caído; nos perseguían como animales
salvajes".
Una de las torturas más
terribles fue obligar al preso a correr lo más rápido posible llevando en las
ma-nos un cajón con piedras de unos 80 a 90 kilogramos. El cajón lo lleva
agarrando las manijas, pero el cajón estaba al mismo tiempo atado a su cuello
con alambre, de modo que no podía desembarazarse de él aunque soltara las
manijas. Detrás de este infeliz iban otros reos y lo golpeaban sin parar para
hacerlo correr más rápidamente. La carne de los dedos empezaba a abrirse hasta
los huesos, el alambre cortaba profundamente el cuello y la sangre chorreaba
fuertemente.
Markovski describe también lo
que es la más terrible humiliación para un convicto: el llamado mofarse,
burlarse de él. El convicto, "que será injuriado, escarnecido,
ridiculizado, golpeado, maldecido, ironizado y denunciado, es conducido delante
de todos los presos de la celda con cabeza agachada, pero si alguno cree que
podría bajarla todavía más, se la aprieta golpeándolo con los puños en la nuca.
Las manos de la víctima están entrelazadas en la espalda y no osa
bajarlas".
Es terrorífica la descripción
del sector de Goli Otok destinado a las mujeres. En el tiempo cuando Markovski
estuvo allá, no había ya mujeres, pero todavía se veían partes de sus cuerpos
sobresaliendo debajo de las piedras. Y la desesperación se apodera entonces de
él: "Oh, hombre, ¡tu esencia es desamparo! Ves y sin embargo no puedes
hacer nada. Oyes, y no puedes ayudar. ¡Oh, desamparo sobrehumano!"
De la reeducación dice Markovski
que su fin era "transformar los convictos en viles reptiles". Pues,
al no poder aguantar más las torturas mortificantes los presos acusaban a
cualquiera si bien éste no tuviera nada que ver con actividad antiestatal o
antipartidista alguna.
La gran mayoría de los que
menciona Markovski como detenidos en Goli Otok son los
"cominformistas". Pero a los fines de 1956 fueron enviados en esta
isla también ustashi y chetniks. "Ellos —dice Markovski - detestaban el
régimen no menos que nosotros, pero su odio era esencialmente nacionalista. Los
ustashi deseaban la restauración del Estado Independiente de Croacia y la causa
común la encontraban con los demás presidiarios de tendencias
nacionalistas". Nada nos dice sobre los sufrimientos y las torturas de
esos nacionalistas croatas, pero al describir los sufrimientos de los
"cominformistas", nos facilita imaginar padecimientos y torturas de
aquellos patriotas del "desgraciado país de Croacia otra vez subordinado a
Servia", como lo califica Markovski.
Los gritos de dolor, los gemidos
y la sangre derramada de los presidiarios en Goli Otok han encontrado en este
libro el eco cuyas tristes ondas se expanden ahora por el mundo entero.
Božidar
Latković
0973201
(Libros, folletos y revistas que
total o parcialmente tratan este tema)
THE TRAGEDY OF A NATION — An American's Eye-witness Report,
por Theodore Renković, O.F.M.; Chicago: Croatian Franciscan Press, 1947,
p. 69.
Este es el primer libro que
informa en un idioma extranjero sobre las matanzas de los croatas después de su
rendición, perpetradas por los partisanos de Tito en mayo de 1943 durante las
marchas de muerte a través de Yugoslavia.
THE BIOLOGICAL EXTERMINATION OF CROATS IN TITO'S YUGOSLAVIA,
por Prof. Dr. Krunoslav Draganović, publicado en el simposio "The
Croatian Nation", Chicago 8155, Croatian Franciscan Press, pp. 293-308.
El autor de este ensayo, basado
en datos estadísticos verificados, era el investigador más asiduo de las
matanzas de los croatas después de la "liberación" de Yugoslavia por
los comunistas yugoslavos. Contiene primeros datos seguros sobre las cifras de
asesinatos, lugares de ejecución y nombres de unidades militares yugoslavas y
sus comandantes que efectuaron Ias liquidaciones.
VETRINJSKA TRAGEDIJA (La tragedia
de Vetrinje), Cleveland, USA, 1960. Dedicada a la forzosa repatriación de los
12.000 soldados y civiles eslovenos del campo de refugiados en Wiktring
(Vetrinje), cerca de Klagenfurt, a Yugoslavia.
IN TITO'S DEATH MARCHES—Testimony on the Massacres of the
Croatian War Prisoners and Civilians after World War II., por Joseph
Hećimović, traducido y editado por John Prcela, publicado por United
American Croats Central Committee, Chicago, Illinois, 1961, pp. 103.
El autor de este testimonio
ocular es el ex capitán del ejército croata, que sobrevivió las marchas de
muerte desde Austria, donde estuvo extraditado por los británicos a los
guerrilleros yugoslavos, hasta Vršac en la frontera con Rumania. Estuvo preso
hasta 1956 y en 1957 escapó al Occidente.
IN TITO'S DEATH MARCHES AND EXTERMINATION CAMPS, por Joseph
Hećimović. Traducido y editado por John
Prcela, con Introducción por el Dr. Edward O'Connor, Canisius College. New York,
Carlton Press, 1962, pp. 209.
En este libro, de hecho una versión más amplia y detallada del testimonio 'anterior sobre las marchas de muerte, el autor describe detenidamente sus terribles y largas experiencias en las prisiones de Glavnjača (Belgrado), Mitrovica, Stara Gradiška, Lepoglava y otros campos de concentración.
LA TRAGEDIA DE BLEIBURG —
Documentos sobre Ias matanzas en masa de los croatas en Yugoslavia comunista en
1945, a cargo de Ivo Bogdan. Edición especial de la revista Studia Croatica,
patrocinada por el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, Buenos Aires,
1963; con prefacio del Dr. Eduardo Augusto García, ex Presidente del Consejo de
la Organización de Estados Americanos, pp. 391.
Esta voluminosa obra, primera en
español, consiste de cuatro partes. En la primera, bajo el título
"Análisis", se suceden siete capítulos que contienen datos,
referencias y consideraciones imprescindibles para la interpretación adecuada
de los sucesos tratados, de la documentación y su análisis. La segunda parte
constituye la descripción de los hechos delictivos: las matanzas en masa, las
marchas de muerte, torturas y masacre de mujeres y niños. La tercera parte
—Suplementos— trata de la tragedia del pueblo esloveno y exterminio y expulsión
de la minoría Étnica alemana de Yugoslavia. La cuarta parte —Documentos—
contiene 40 documentos, mayormente informes, relatos y declaraciones de los
testigos presenciales, agrupados en nueve capítulos que tratan, entre otras
cuestiones, de la rendición en Bleiburg, masacres y tumbas colectivas en
distintos lugares de Eslovenia, "las marchas de muerte" y matanzas en
distintos lugares de Croacia. Existen extensos resúmenes en español, alemán,
francas, inglés y croata.
OPERATION SLAUGHTERHOUSE — Eyewitness Accounts of Postwar
Massacres in Yugoslavia, editada por John Prcela y Stanko Guldescu. Introducción por el general Charles A. Willoughby, U.S.A.
retirado. Philadelphia: Dorrance & Company, 1970, pp. 557.
Esto es una colección de
testimonios presenciales de los qle sobrevivieron las matanzas en Bleiburg,
Maribor y otros lugares y durante las marchas de muerte, cometidas por los
comunistas yugoslavos al finalizar la Segunda Guerra Mundial. La obra consiste
de dos partes principales. La primera —Análisis— es una introducción histórica
concisa que consta de cinco capítulos escritos por distintos autores. La segunda
parte contiene documentos relativos a las negociaciones y la extradición, las
marchas de muerte, lugares de matanzas en Eslovenia, las matanzas en Maribor,
etc. Está ilustrada con fotografías y mapas.
CUATRO MESES EN EL PARAISO,
Željko Dučmelić. Ediciones LH S.R.L., Beruti 2876, Buenos Aires,
1971, pp. 220.
Este libro es netamente
autobiográfico. Su autor fue extraditado a la Yugoslavia comunista con millares
de otros croatas y describe todas las penurias y peligros de muerte por los que
atraviesa. Logra escapar y reunirse con su familia con la cual, después de
cuatro meses se asila en el exterior.
THE LAST SECRET — Forcible Repatriation to Russia 1944-1947,
por Nicholas Bethell. London: Andre Deutsch, pp. 224,
con la introducción de Hugh Trevor-Roper. Capítulo (4) "The Croats and
the Cossacks", pp. 75-102.
Es la primera obra escrita en
base a documentos hechos accesibles al público en general por el Public Record
Office en Londres, después de 1972. En efecto, solamente las páginas 84-88
tratan sobre la extradición de los croatas en Bleiburg en base a los informes
del general Patrick D. Scott en la Gaceta de su regimiento, publicada en
Londres en 1946. Todos los pormenores no concuerdan con los testimonios de los
delegados croatas en las negociaciones del 15-5-1945 en Bleiburg.
THIE PRO-ALLIED PUTSCH IN CROATIA IN 1944 AND THE MASSACRE
OF CROATIANS BY TITO COMMUNISTS IN 1945, por Ivo Omrčanin. Dorrance &
Company, Philadelphia, 1975, pp. 151.
La segunda parte de esta obra
trata el problema de la extradición de los croatas en Bleiburg a las fuerzas
comunistas de Tito. El autor presenta los sucesos en base a los documentos
británicos y americanos, llegando a la conclusión que el mariscal Harold
Alexander había dado la orden al general Patrick Scott para entregar medio
millón de croatas a los partisanos yugoslavos el 15-5-1945, y no unos 900 el
día 24-5-1945 como resulta de un documento británico. En el apéndice se
reproducen por primera vez varios documentos aliados relacionados con la
extradición y la subsiguiente matanza del ejército croata, violando así las
disposiciones de la Convención de Ginebra.
JUGOSLOVENSKO KRVAVO
PROLJEĆE 1945 — TITOVI KATYNI I GULAZI (La sangrienta primavera yugoslava
en 1945 — Los Katynes y Gulags de Tito), por Borivoje M. Karapandžić.
Cleveland, Ohio, 1976.
Siendo servio el autor dedica su obra a las víctimas de su nacionalidad. Incluye muchos testimonios de los sobrevivientes de las extradiciones efectuadas en otros lugares de Austria. También trata sobre la extradición en Bleiburg.
BLEIBURŠKA TRAGEDIJA HRVATSKOG
NARODA, con prefacio de Frano Nevistić y Vinko Nikolić. Edición de la
Biblioteca de la Revista Croata, Munich-Barcelona, 1976, pp. 494;
segunda edición, 1977.
Se trata de la versión croata de la obra La Tragedia de Bleiburg, publicada en Buenos Aires en 1963 y completada con documentos y testimonios adicionales, a cuyo efecto se agregó el quinto capitulo. El amplio prefacio contiene extractos de los documentos británicos conservados en el Public Record Office en Londres. Es la más completa compilación de datos sobre la tragedia de Bleiburg en el idioma croata.
THE END OF THE CROATIAN ARMY AT BLEIBURG, AUSTRIA IN MAY
1945 ACCORDING TO ENGLISH MILITARY DOCUMENTS, por Jerome Jareb e Ivo
Omrčanin. Separata de Journal of Croatian Studies. Vol. XVIII-XIX,
New York, 1977/78, pp. 68.
Esta colección de seis
documentos (Public Record Office, WO 170/4465/XJK.2243) representa el diario
completo desde el 11 hasta el 31 de mayo de 1945 de la 38* brigada de
infantería irlandesa, la que al mando del general Patrick D. Scott ejecutó la
extradición de los croatas en Bleiburg el día 15-5-1945. Contiene pruebas de
que el general Scott ya tenía la orden de no aceptar la rendición croata a las
fuerzas aliadas, británicas o norteamericanas.
THE KLAGENFURT CONSPIRACY — WAR CRIMES & DIPLOMATIC
SECRETS, Por Nikolai Tolstoy. Separata de
Encounter, Vol. LX N4 5, mayo 1983, London, pp. 24-37.
El autor, un historiador inglés,
trata de dilucidar la forzosa repatriación de los croatas a Yugoslavia en base
a los documentos oficiales británicos y otros testimonios. Sus indagaciones lo
llevan a la conclusión que Harold Macmillan, ministro residente en el Comando
supremo de las fuerzas aliadas en Caserta, Italia, es el único y principal
responsable por la extradición de los croatas el día 15-5-1945.
DRAMATIS PERSONAE AND FINIS OF THE INDEPENDENT STATE OF
CROATIA IN AMERICAN AND BRITISH DOCUMENTS, por Ivo Omrčanin, Dorrance
& Company, Philadelphia, 1983, p. 196.
En base a numerosa documentación
aliada el autor prueba que el Comando supremo de fuerzas aliadas para el
Mediterráneo (SACMED) en Caserta, Italia, posibilitó la extradición de los
croatas, violando así la convenida política anglo-americana de
no-extradicićn de las fuerzas anticomunistas a Yugoslavia comunista. Se
reproduce aquí el memorándum del gobierno croata a los aliados occidentales
previa orden de retirada hacia Austria, del 6-5-1945.
UNA TRAGEDIA SCONOSCIUTA
DELL'ULTIMA GUERRA — LO STERMINIO DEI CROATI, por Antonio Pitamitz, artículo
publicado en Storia Illustrata (Amoldo Mondadori Editore S.p.A., 20090 Segrate,
Milano), Nv 319 (junio 1984): 1. La ritirata verso l'Austria incontro agli
Alleati; Nv 320 (julio 1984) : 2. La strage dei croati nel 1945 —Bleiburg— La
consegna aile forze di Tito.
Es un trabajo bien documentado y
profusamente ilustrado del periodista y publicista italiano que conoce las
relaciones políticas y nacionales en los Balcanes. A diferencia de otros
autores extranjeros, establece la co-responsabilidad del mariscal de campo
Harold Alexander con el ministro residente en Caserta, Harold Macmillan, por la
forzosa repatriación de los croatas rendidos y posteriormente aniquilados por
las fuerzas comunistas de Tito.
Milan
Blažeković
0973301
Buenos Aires, comentado por LU
20 Radio Chubut de la ciudad de Trelew, Argentina.
"Acabamos de recibir un
libro interesante, recién editado en idioma croata y escrito por el señor Pero
Tutavac Bilić.
El señor Tutavac Bilić es
un meritorio intelectual que reside en Buenos Aires, cuva actividad literaria
data desde hace más de 40 años.
Entre otras actividades, la
Colectividad Croata en la Argentina le debe la traducción de 'Martín Fierro' al
idioma croata y el ser fundador de la Asociación de Traductores de dicha obra
gauchesca. El nuevo libro lleva por título 'Siete ensayos sobre la Historia
Croata'. La obra impresa en 100 páginas es muy novedosa, pues niega una serie
de afirmaciones que se han hecho, por así decirlo, clásicas. Coincide en
algunos aspectos con lo expuesto por un disertante del Ateneo Argentino de la
Cultura Croata con sede en Trelew, en cuanto a la poca consistencia de algunas
afirmaciones del historiador bizantino Constantino Porfirogéneta. También
afirma que las raíces del Pueblo Croata hay que buscarlas en los antiguos
ilirios, que desde hace varios milenios habitaron Ias tierras entre el Mar
Adriático y el Danubio, o sea Ias tierras históricas y i'tnicamente croatas.
En este su último libro, Pero
Tutavac Bilić se refiere a los principales temas del pasado de Croacia,
inclusive sobre los navegantes, los enclaves croatas en Italia, Austria y otros
países, al igual que sobre la glagólica: la arcaica escritura usada por los
croatas a principios de nuestra Era."
[1] Joseph Mackiewicz,
"Las Fosas de Katyn" (título original "The Katyn Wood
Murders"), con prólogo de Arthur Bliss Lane, ex-embajador de los EE.UU. en
Polonia. Ediciones Paulinas - Zala (Viscaya) 1960, España, pp. 272.
[2] Idem, p. 139.
[3] La Prensa (Buenos
Aires) del 13 y 14-4-1980: La matanza de Katyn (I) : "Un crimen de guerra
sin castigo y sin autoria comprobada" y (Final) : "Un tema embarazoso
que acabó por no tratarse a fondo en Nuremberg", por Mario R. Carrozzi.
[4] Buenos Aires Herald,
9-4-1985, última página.
[5] Ivo Omrčanin, "Dramatis personae and finis
of the Independent State of Croatia in American and British Documents".
Dorrance & Company, Inc. 828 Lancaster Avenue, Bryn Mawr, Pennsylvania
19010, 1983 (pp. 196), p. 146-157.
[6] Para mayor información
sobre las "negociaciones" del 15-5-1945 en el castillo de Bleiburg
con el general Patrick Scott, véase el informe del profesor Daniel Crljen, uno
de los emisarios croatas, en: "La Tragedia de Bleiburg - Documentos sobre
las matanzas colectivas de los croatas en la Yugoslavia comunista en 1945',
Buenos Aires 1963 (Edición especial de la revista Stadia Croatica, Carlos
Pellegrini 743 - 34, Of. 18, 1009 Buenos Aires), p. 216-221; "Operation
Slaughterhouse - Eyewitness accounts of postwar massacres in Yugoslavia",
editado por John Praia y Stanko Guldescu, Philadelphia 1970 (Dorrance &
Company, Inc., USA, p. 147-155; Danijel Crljen, "Bleiburg", Hrvatska
Revija (La Revista Croata) Nc 2-411908, p. 284-287.
[7] "Bleiburgka
Tragedija Hrvatskog Naroda", edición de la Biblioteca de la Revista Croata,
Munchen-Barcelona 1977 (Segunda edición), p. 10 - Respecto a los testimonios
sobre las matanzas, niunero de víctimas y demás circunstancias, véase además de
las mencionadas en castellano e inglés, las siguientes publicaciones: El ensayo
del prof. Dr. Krunoslav Draganović, "The biological extermination of
Croats in Tito's Yugoslavia", en el simposio "The Croatian
Nation", Chicago 1955, ed. Croatian
Franciscan Press, p. 293-308; Joseph Hećimović, "In Tito's Death
Marches - Testimony on the Massacres of the Croatian War Prisoners and
Civilians after World War II", Chicago 1961, pp. 103; Joseph
Hećimović, "In Tito's Death Marches and Extermination
Camps", New York 1962, pp. 209.
[8] Nicholas Bethell, "The Last Secret -
Forcible Repatriation to Russia 1944-1947''. Londres 1974, pp. 224. Véase
especialmente el capitulo primero, "The decision to use force", p.
1-30.
[9] Idem, p. 10, WO 32 11137.
[10] Idem, p. 10, Cab. 65/43.
[11] Idem, p. 12.
[12] Idem, p. 24; Foreign Relations of the United States
(FRUS), Diplomatic Papen, 1944, Volume IV, Europe, p. 1262.
[13] Idem, p. 24/25; Foreign Relations p. 1272.
[14] Ivo
Omrčanin, "The Pro-Allied Putsch in Croatia in 1944 and the Massacre
of Croatians by Tito Communists in 1945" (Dorrance Sr Company –
Philadelphia 1975, pp. 151) p. 115, F.O. 371-48812, R 760117192. También I. Omrčanin, "Dramatis
personae..." p. 31-32.
[15] Idem, p. 116 y p. 32.
[16] Idem, p. 119 y p. 33-34; F.O. 371-48812,
P.M./08/45/40.
[17] Omrčanin, "Dramatis personae ..." p.
34; F.O. 371-48812, R7601.
[18] Omrčanin, "The Pro-Allied Putsch ... " p. 76 y 127; NA
Doc. 740.001 1 E. W. /5-145; "Dramatis personae..." p. 38.
[19] Omrčanin, "The Pro-Allied Putsch ..."
p. 76 y 77.
[20] Véase al respecto la
publicación de C. Michael McAdams, "Allied Prisoners of War in Croatia
1941-1945", Croatian Information Series Nv 28, Enero 1980, publicada por
Croatian Information Service, P.O. Box 3025, Arcadia, CA 91006, USA, y reseñada
en Studia Croatica Vol, 78-79/1980.
[21] Nikolai Tolstoy, "The Klagenfurt Conspiracy -
War Crimes and Diplomatic Secrets", Encounter, London, mayo 1983, p.
33-34.
[22] Idem, p. 35; Foreign Relations... 1945, V, pp.
1246-47.
[23] Jerome Jareb e Ivo Omrčanin, "The End of
the Croatian Army at Bleiburg, Austria, in May 1945 according to English
military documents". Separata de Journal of Croatian Studies, Vol.
XVIII-XIX, 1977-78, p. 25 (PRO, WO 170144651X1K, 2243).
[24] Idem, p.
52. Este reportaje fue publicado en "The `Faugh-a-Ballagh': The Regimental
Gazette of the Royal Irish Fusiliers", NQ 161, julio 1946 (London), con el
titulo "The Irish Brigade in Italy and Austria March to July 1945".
[25] Omrčanin,
"Dramatis personae..." p. 43-44.
[26] Antonio Pitamitz,
"La strage dei croati nel 1945" - 24 parte: "Bleiburg - La con
segna alle forze di Tito". Storia Illustrata, Nro. 320, julio 1984;
Arnoldo Mondadori Editore S.p.A., 20090 Segrate (Milano), p. 110-112.
[27] Los tres documentos
citados y reproducidos en Studia Croatica Vol. 92-93 (junto 1984) fueron
descubiertos por la periodista inglesa Elizabeth Barker y mencionado por
primera vez en un programa televisivo de BBC en febrero de 1984, y publicados
en The Times del 11-2-84.
[28] Nova Hrvatska (Londres), Nro. 3 (12/16-II-1984) p. 14.
[29] Bogdan Radica, "tivjeti nedoživjeti" (Anhelarlo
sin vivirlo), Segundo tomo, Ed. de la Biblioteca de la Revista Croata,
Munchen-Barcelona 1984, p. 578-9.
[30] Milovan Djilas, "Jahre der Macht - Memoiren
1945-1986" (Años del poder - Memorias 1995-1956), Munich 1983, p. 105.
[31] Pitamitz, c.c. p. 110-111.
[32] Franko Potočnjak,
Iz Emigracije, IV: U Rusiji (Desde la emigración, IV: En Rusia), Zagreb, 1926,
p. 4.
[33] El Pacto de Londres
—firmado el 26 de abril de 1915— fue concertado entre Italia, Inglaterra,
Francia y Rusia, y establecía que Italia, en caso de pasar del bando de las
Potencias Centrales al de la Entente, ganaría Istria, Goricia, Trieste, la
Dalmacia septentrional hasta cerca de Trogir y casi todas las islas desde Krk
hasta Korčula. Pero el Presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson,
no tomó en cuenta ese acuerdo durante la Conferencia de Paz, celebrada en París
en 1919, de modo que el recién constituido Reino de los Servios, Croatas y
Eslovenos por un lado e Italia por el otro tuvieron que concertar un nuevo
acuerdo en Rapallo, firmado el 12-9-1920.
[34] Dragoslav
Janković: "Sobre las relaciones del Comité Yugoslavo con el gobierno
servio durante 1916". Cfr. en Historijski zbornik (Simposio histórico),
Zagreb, Año XXIX-XXX (1976-77, pp. 455-467).
[35] Ante Mandić:
Fragmentos para la historia de la unificación. Con motivo del 40 aniversario de
la constitución del Comité Yugoslavo, Zagreb, Academia Sureslava de Ciencias y
Artes, 1956, pp. 262.
[36] A. Mandić, op.
cit., p. 40.
* Pertenecientes a la
minoria servia radicada en las provincias croatas.
[37] Milada Paulova: El
Comité Yugoslavo; La historia de la emigración yugoslava durante la guerra
mundial 1914-1918, Zagreb, 1925, pp. 603.
[38] A. Mandić, Op. cit., pp. 238-239.
** En representación del
"Partido del Derecho Constitucional Auténtico", el Dr. A. Horvat
presentó esta Interpelación en la 244 sesión parlamentaria el día 6 de julio de
1918, en la llamada "quinta sesión de guerra" del Parlamento Croata
(Sabor), Zagreb.
[39] Pera
Živković, persona de suma confianza del rey Alejandro Karageorgević
fue en 1929, tras la disolución del parlamento y la proclamación de la
dictadura real, designado "premier" y como hombre fuerte se destacó por su represión.
[40] José
Frank, político croata de origen judío, que a principios de nuestro siglo
lideró el Partido Constitucional que abogaba por la independencia de Croacia.
[41] A. Mandić, op. cit. pp. 238-239.
* El padre del testigo,
ingeniero Ivica (Juan) Frković, fue Director de Bosques Nacionales de
Croacia en Yugoslavia (1939-1941) y ministro en varios gobiernos del Estado
Independiente de Croacia (1941-1945). Llegado a la Argentina en 1948, como
destacado profesional en la materia forestal, fue nombrado por el gobierno
argentino para desempeñar, con otros ingenieros forestales croatas emigrados
después de la guerra, varios cargos de importancia en la organización y
legislación forestal de la República Argentina.