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STUDIA CROATICA

Año XXI – Enero – Junio 1980- Vol. 76-77

 

 

Aloysius Stepinac, Ante Pavelic y Josip Broz (Tito). 2

El titacho.. 9

Yugoslavia y la Planificación Mundial. 10

La muerte del dictador Tito.. 13

La juventud yugoslava. 16

El anticroatismo profesional. 17

Francia — Croacia. 22

Cultura. 26

Doble laurel para Roque Esteban Scarpa. 26

Una exposición representativa de los "naifs" croatas en Buenos Aires. 31

Un periódico esloveno sobre la revista "Studia Croatica". 32

De la vida del Consejo Nacional Croata. 33

El Tercer Congreso (Sabor) del Consejo Nacional Croata en Londres. 33

El Comité Regional en Buenos Aires del Consejo Nacional Croata desmiente una voz no autorizada. 35

Declaración croata en la Argentina. 36

Problemas eslovenos. 37

Necrológicas. 38

Nos ha abandonado el Prof. Dušan Žanko.. 38

In Memoriam del Señor Demetrio Weble. 39

Documentos. 40

Cabalgando rumbo a Foca (). 40

La evolución de la ortodoxia en Croacia y la Iglesia Ortodoxa Croata. 50

Noticias y comentarios. 75

Aniversario (400 años) de la segunda fundación de la Ciudad de Buenos Aires. 75

SS El Papa Juan Pablo II en la capital francesa. 76

Conmemoracion del vigésimo aniversario de la muerte del Cardenal Stepinac. 77

Algunas opiniones a cerca del desaparecido dictador Tito.. 78

Reseña de libros. 83

Kvrin Vasilj: Ljepota i Umjetnost — (Belleza y Arte). 83

Alfredo Breccia: "Yugoslavia 1939-1941, Diplomazia della neutralità". 85

Libros recibidos. 89

Noticias varias. 90

Ultimas noticias del Vaticano.. 96

Nikola Mrkša —artesano-artista croata - actúa en Chile. 97

 


Aloysius Stepinac, Ante Pavelic y Josip Broz (Tito)

Un intento de valoración de sus personalidades

Franjo Nevistić

Nos parece propicia la oportunidad de hacer este intento con motivo de cumplirse veinte años de la muerte del primero (10/II/80), veinte años de la muerte y noventa del nacimiento del segundo (14/VII/79) y la reciente muerte del tercero (5/V/80). Son tres personalidades de proyecciones mundiales, que ocuparon el escenario público no sólo de su patria, Croacia, sino también en medida considerable aquel, a nivel internacional. Nada debería hacernos desistir del propósito. Vivimos en una sociedad libre. En la misma no hay o no debería haber tabúes. La libertad de investigación, de búsqueda y de proclamación de la verdad es la condición previa e indispensable para hallarla o, por lo menos, de llegar a un compromiso de opiniones que valga como verdad y base de la paz en una comunidad civilizada. Aqui reside una substancial ventaja y la superioridad de esta clase de sociedad sobre la del signo opuesto dogmático-totalitario.

Además, para nosotros los croatas este principio de la libertad de investigación y del reconocimiento de la verdad tiene un valor inconmensurable. Teniendo presente el origen croata de dichas personalidades, los que nos acusan o alaban como un pueblo o una nación — por desgracia abundan más los primeros — nos acusan o nos alaban últimamente a través de la actuación pública de Stepinac, de Pavelić o de Josip Broz - Tito.

Son pocos los suficientemente familiarizados con el ambiente político y social en que actuaron, y muchos los que Io desconocen. De aquí juicios tan dispares, opuestos y contradictorios, refiriéndose a las tres personalidades del pueblo croata o al pueblo mismo. Tan grande es la necesidad del hombre de apoyar sus juicios sobre la verdad que lo hacemos incluso sin conocerla y, lo que es infinitamente peor, si la tergiversamos a propósito, sometiéndola a nuestros deseos e intereses, muchas veces tan lejos de toda ética y razonable justificación.

Este defecto más que doloroso de la naturaleza humana brilla por su repugnancia en el caso del cardenal Stepinac. Para unos se trataría de una personalidad dubiosa, incluso de una "político" chauvinista, de colaborador con el nazismo y, hasta, de un "criminal de guerra". Para otros (especialmente los pontífices romanos Pío XII y Juan XXIII) Stepinac fue una de las personalidades más grandes de nuestro siglo ("imagen del Buen Pastor"). No obstante Tito lo condenó en el sentido de dichas acusaciones, si bien él como también Djilas reconocieron a posteriori que se trataba de una personalidad intachable. Lo exigían "intereses" servios y su insubordinación a la política del ateísmo práctico, la persecusión de la religión en general y del catolicismo en especial, inaugurado en 1945 oficialmente nor el gobierno de Tito.

For eso, repetir unas opiniones ya conocidas acerca de este hombre de fe, no es redundancia. El tiempo pasa. Las generaciones se suceden y muchos hechos se olvidan, mientras los enemigos del Cardenal y de su pueblo prosiguen con calumnias, y denigraciones.

Digan lo que digan los calumniadores de ese varón de inspiración divina, nunca podrán ofuscar a su resplandeciente personalidad, nutrida de una profunda y auténtica fe en Cristo. Su escala de valores fue tan firme y jerárquicamente tan perfecta que nunca y nadie pudo hacerlo claudicar en el cumplimiento de los deberes de su misión de un alto dignatario de la Iglesia Católica y de pastor de su grey, tanto en lo religioso, como en lo nacional. Una admirable coherencia en su comportamiento ante cualquier peligro o ante cualquier potentado de este mundo. He aquí algunos casos históricos.

Cuando el príncipe Pablo Karageorgević, el más importante factor en la Regencia después de la muerte de Alejandro, intentó mitigar la dictadura de su siniestro pariente y por tal razón llegó a la capital croata Zagreb, Luis Stepinac, metropólita de dicha ciudad, lo esperaba en el umbral de la histórica iglesia croata de San Marcos, ubicada frente al SABOR —el parlamento croata durante largos siglos- y le dijo al Principe, tácito continuador de la política hegemónica granservia, también lo siguiente: "... En el umbral de este templo que con su secular experiencia ofrece testimonio que cada intento de pisotear los derechos del pueblo croata —esta parte tan pequeña del derecho de Dios— terminó en el fracaso de aquéllos, quienes habían olvidado que no hay derecho ni poder contra Dios eterno y grande, contra sus preceptos"... "en tal sentido yo saludo a Vuestra Eminencia, rogando a Dios para que siempre y en todos los asuntos, tanto los que tienen el poder, corno también aquellos que deben obedecer, sean y permanezcan dignos de aquel Dios quien es la verdad y la justicia, el amor y la paz".

El impacto de los conceptos de Stepinac sobre el Príncipe y su comitiva granservia fue tal que, sólo gracias a la intervención de las personalidades más encumbradas en Croacia no se efectuó su inmediato arresto.

En el año 1942, oportunidad de la reapertura de SABOR (parlamento croata) el arzobispo Stepinac dirigió al Dr Ante Pavelić, jefe del Estado Independiente de Croacia, entre otros también estos conceptos-admoniciones: "... Jefe, el restablecimiento del Sabor Croata es un testimonio de Vuestra profunda y viva conciencia de responsabilidad, carga que Ud. desea hacer compartir con sus colaboradores. Este acto acompañan oraciones de la Iglesia y de nuestros corazones: Que el Juez Eterno, quien guia el destino de los pueblos, con su omnipotente mano, haga incisión en los fundamentos mismos del SABOR y en el corazón de vuetros colaboradores la conciencia de una viva responsabilidad para que puedan ayudar con éxito a VE como Jefe de Estado Independiente de Croacia en la restauración y edificación de nuestra querida Patria sobre los fundamentos y los principios del Evangelio de Cristo".

Pero, cuando más tarde se desató el huracán bélico sobre el territorio croata, cuando nadie niás pudo controlar las corrientes y fuerzas en pugna, inspiradas y aristadas mayormente desde el exterior y cuando el gobierno de Pavelić estuvo obligado a "aullar entre los lobos", el arzobispo Stepinac, a pesar de su solemne condena de la dictadura servia en Croacia y no obstante su ardiente deseo para que Croacia, proclamada independiente, siga por el camino de la prosperidad, se dirige a Pavelić y a su gobierno, rogando la protección por los que injustamente sufrían persecuciones, encarcelamientos con condenas a largos años de vida e, incluso, a la pena capital.

Por fin, llevado al tribunal de Tito, Stepinac, fiel a su escala de valores, sin olvidar y condenar errores del gobierno de Pavelić, audazmente dice a los "victoriosos" comunistas de Tito: "... Todo lo que he dicho acerca del derecho del pueblo croata a la libertad e independencia, está en completa conformidad con los principios básicos enunciados por los Aliados en Yalta y en la Carta de Atlántico. Si, conforme con estos principios, toda nación tiene derecho a su independencia, entonces ¿por qué se lo niega a la nación croata? La Santa Sede ha destacado en repetidas oportunidades que tanto las pequeñas naciones como las minorías nacionales tienen el derecho a la libertad. ¿No puede, lógicamente, un obispo metropolitano católico, mencionar siquiera este principio? Si hemos de caer, caigamos por haber cumplido nuestro deber. Si creéis que este proceso agrada al pueblo croata, dádle la oportunidad de pronunciarse..." *

Todos sabemos, cómo ha terminado el caso. El ocupador servio, en ropaje comunista, condenó a Stepinac sin consideración alguna en cuanto a los principios enunciados por los Aliados, como tampoco a la opinión del pueblo croata. Su arzobispo sufrió largos años en la cárcel, fue operado sin instrumentos adecuados, sobre la mesa de cocina en la casa parroquial de su aldea natal y allí murió como un pobre exiliado en su propia patria que lo consideraba y reverenciaba, sin lugar a dudas, como al hijo más querido y más preclaro, mientras el lujo del hospital de Ljubljana eslovena fue previsto para Tito, confiado a un selecto equipo de especialistas y provisto de los medicamentos más modernos, incluso enviados por parte del presidente de "todas las democracias", Jimmy Carter.

Pero Stepinac tenia un culpa mortal: sufría y murió por los valores de la fe cristiana e intereses de su pueblo croata, mientras Tito desconocía los primeros y pisoteaba inexorablemente a los segundos. En la escala de valores de Stepinac hubo un lugar privilegiado, pero lógico y natural, también para los derechos nacionales de su pueblo —una conciliación perfecta entre lo universal sobrenatural y lo particular natural en una posición de lo superior sobre su inferior— divino-universal sobre humano-particular.

El Dr. Ante Pavelić

Si el cardenal Stepinac, "imagen del Divino Pastor" (Juan XXIII) fue tan mal comprendido y expuesto a humillaciones hasta su muerte ¿qué podemos decir en favor del Dr A. Pavelić, jefe del Estado Independiente de Croacia durante la última guerra mundial?

Si el primero salvó la pureza de un verdadero predicador y confesor evangélico en aquellos tiempos tan turbulentos y contra todas Ias adversidades y, no obstante, fue condenado como "criminal de guerra" y "enemigo del pueblo" ¿cómo defender al segundo, quien tomó parte activa en aquella sangrienta contienda? Terminada ésta, todos y todas Ias corrientes y bandos que se adscribían a sí mismos la Santidad de sus intereses que perceorrían fueran reconocidos como héroes o movimientos de ideas que aseguraban el progreso en uno u otro sentido, sólo el Dr A. Pavelić fue proclamado y perseguido como un tremendo "criminal de guerra". Pero la verdad es a la inversa. Fue Pavelić el único contra tantos enemigos de Croacia, quién defendía los intereses políticos de su pueblo. Elegido diputado nacional por los ciudadanos de la capital croata Zagreb, en 1941 fue reconocido como jefe del Estado de Croacia, por haber sido su más decidido revolucionario y adversario de la hegemonia, la supremacía, la explotación y las injusticias que Belgrado venía imponiendo a Croacia desde 1918, fecha del primer intento de crear un Estado "yugoslavo". For este "crimen" fue proclamado traidor, nazifascista y criminal de guerra, teniendo que morir en el exilio tras 14 años de persecuciones. Todavía, sólo una alusión a favor de él provoca las reacciones en cadena más abominables tanto para su persona como también para su pueblo y la patria, Croacia.

El señor Leandro Pita Romero, político, ensayista y escritor español de alto vuelo, compatriota y, hasta cierto punto, amigo del generalísimo F. Franco, intenta de hacer comprender a quien durante cuarenta años regía la suerte de España. A pesar de que L. Pita Romero fue condenado al exilio en que quedó y después de la muerte de su político "galaico", reconoce la sagacidad a su amigo — adversario por haber eludido el compromiso bélico con Hitler, rechazado el totalitarismo en forma definitiva e intentado acontodarse con "poderes liberales que iban ganando la guerra mundial... "El adios a Hitler era el comienzo de una aceptación de la convivencia con el nuevo orden liberal europeo, que no vaciló en soportar". Refiriéndose al presente español y comparándolo con la época de Franco, el Sr L. Pita Romero declara de no sentir acertar "la cercanía del presente" para decir: "desde entonces se vivió en el orden sin la libertad, y ahora en la libertad sin el orden". Ante el hecho que están apresurándose "a borrar en las calles y paseos de las ciudades españolas el apellido de Franco, pero cuya memoria, respetada o combatida, perdurará algún tiempo, sin que alcance a ser descifrada, porque el carácter del protagonista, excepción del carácter español, era muy distante de la improvisación, de la irreflexión y de la falta de cautela ibérica. Las gafas de Franco no sabremos fácilmente qué es lo que dejaron ver a los ojos que escrutaban tras ellas" ("Las gafas del caudillo", L. Pita Romero en "La Prensa" del 2 de abril ppdo).

Evidentemente, Pavelić no pudo hacer lo mismo. La restauración de la independencia de Croacia dependía en cuanto a su armamento en su totalidad de las potencias del Eje, pues Belgrado no levantó desde 1918 ni una sola fábrica militar en el suelo croata. Además, a España nadie la amenazaba con invasión, mientras Croacia estaba en el umbral mismo entre el mundo occidental y la voluntad ferrea de Moscú de agrandar su imperio con vistas también al mar Adriático y sus orillas orientales croatas. Pavelić, hijo de un pueblo de civilización occidental, no pudo en dichas condiciones elegir a sus aliados. Ante el peligro comunista-soviético y la resurrección del poder hegemónico de Belgrado, pieza firme en los cálculos moscovitas, monolíticos en aquella época, no tuvo otra salida que luchar contra este peligro mayor (dos intentos de Pavelić de acercarse a los aliados fueron rechazados). Se dice, pero no tenemos documentos seguros, de que Moscú le había ofrecido en dos oportunidades las garantías para un Estado independiente de Croacia, pero Pavelić rechazó ambas. Si el Occidente hubiera hecho algo semejante, estamos seguros que otra sería actualmente la situación en aquella parte del mundo. Conto Franco, y quizás con más firmeza, Pavelić habría aceptado la convivencia con los "poderes liberales" en avance. Cuáles fueron las fuerzas oscuras que impidieron el desarrollo de esta clase de política, no nos sentimos lo suficientemente autorizados a decir. Estas mismas fuerzas prefirieron ayudar a Tito, elevarlo al rango de mariscal, aprobar sus planes de implantar allí un régimen comunista y ahora ensalzarlo hasta las nubes, porque servía a sus intereses.

En el cálculo de dichas fuerzas, el martirio de Stepinac fue un oscurantismo y atraso. El parcial maquiavelismo de Pavelić en la contienda con los enemigos, puros maquiavelistas, fue merecedor de las más perversas acusaciones, mentiras y persecusiones, dirigidas tanto contra él como también contra todo el pueblo croata y su lucha por la libertad.

Josip Broz - Tito

Con su muerte, largamente esperada, desaparece del escenario político internacional un veterano político de nuestro siglo, una personalidad — por ahora — de dimensiones mundiales. No obstante su figura humana y política queda enigmática y discutida en muchos aspectos. Dejemos el problema sin segura solución de su nacionalidad étnica, pero queda pendiente la cuestión en cuanto a la autenticidad de su comunismo, de conductor y estadista en un Estado multinacional y de un "innovador de la historia", como lo tratan de ubicar para siempre sus amigoš. Es nuestro deber y el de todos los hombres de buena voluntad, especialmente de los que aman la libertad y la dignidad del hombre, destruir el mito acerca de este extraordinario hombre. Aceptar este mito como auténtico, significaría edificar palacios sobre la arena. ¡Y mucho peor!

En efecto, Tito durante la última guerra cobró el nombre de un temible guerrillero y luego, hasta 1948, del alumno más fiel de su maestro José Stalin. A partir de esa fecha su renombre de un revolucionario comunista empezó a declinar, elevándose al pedestal del primer rebelde dentro de la familia comunista internacional, de un comunista "liberal", de inventor de un camino espacial yugoslavo hacia la sociedad comunista, etc.

Este nuevo período se manifiesta en dos direcciones. Su iniciativa y actuación condujeron a la organización de las naciones que nada querían saber acerca de la alternativa mundial: Moscú y sus satélites o Washington y su alianza atlántica.

Paralelamente, la vida interior de su país, se caracteriza por unos, poco claros, esfuerzos de liberalizar su vida socio-política, basada sobre el socialismo autosugestionario, donde el papel del Partido debía limitarse a la función de educador y orientador ideológico, dejando a los productores inmediatos la iniciativa en el campo económico.

Sintiendo disminuirse el peso de su política de no alineación, especialmente por la negativa de los pueblos africanos — entre ellos los árabes en primer. término — de seguirlo en sus veladas simpatías por Moscú y por el directo contacto de ésta con Washington, y sin intermediarios, Tito ya desde los años 70 empezó a dar nuevamente signos cada vez más visibles de regreso a la órbita moscovita. Visitas recíprocas Breznev-Tito como también intercambio de visitas de varias comisiones económicas y culturales, contratos de cooperación económica y de créditos confirman lo que acabamos de decir.

En la política interna del país, el Partido retomó desde 1971 las riendas del poder. El "centralismo democrático" es el denominador común para nuevas medidas. La reforma del Código de Procedimientos penal, restringiendo precarias libertades previamente reconocidas "via facti", la omnipotencia de la policía política y el papel decisivo del ejército en todos los campos de la vida de la comunidad, constituyen lo esencial de esta nueva política del "mariscal". En este clima sobrevino su muerte física sin consideración alguna por sus planes y combinaciones, reconocidos por algunos como geniales.

Teniendo presente esta carrera errática de Tito ¿hay un criterio uniforme con que valorizar con justicia y objetividad a su personalidad? Prácticamente no. Las opiniones de prensa, de diplomáticos, de estadistas, de periodistas, etc., con motivo de su muerte lo comprobaron de una manera niás que sorprendente. Un pragmatismo, utilitarismo y maquiavelismo dominan casi en forma absoluta al universo político internacional del momento. Los vencedores escriben la historia y la historia de nuestros días admitió a Tito y a su comunismo ubicarse cómodamente entre los vencedores e historiadores que la están escribiendo, otorgando al dictador la aureola de una grandeza casi mítica. A su socialismo autogestionario se lo considera corno un serio intento de la innovación de la historia. Pierre Teilhard de Chardin afirma que no hay innovadores de la historia que no abrieran fuentes de dolor y de lágrimas. De acuerdo con todo esto, las crueldades de Tito hallarían su perfecta justificación. Respiramos casi la atmósfera del Raskolnikov de Dostoievski, cuando dice: "...insisto en la idea de que todos los legisladores y guías de la humanidad, empezando por los más antiguos, eran todos sin excepción unos criminales..." Es interesante resaltar que casi todos los bienhechores y conductores del género humano fueron terriblemente sanguinarios"... Sólo porque he fracasado soy un miserable. Si. hubiera tenido éxito, me tejerían coronas, y en cambio ahora no soy más que una carroña buena para los perros" (André Gide, Dostoievski, Barcelona 1908, pp. 169, 70, 71.)

La pompa internacional de toda clase, "tejida" por tantos con motivo de la muerte de ese "gran hombre-sanguinario" la podernos entender sólo gracias a esta mentalidad para la cual el éxito es la ley suprema. Pero ¿es permitido y justificable proceder así? ¡Categóricamente no! Una actitud de esta índole no constituye sólo un profundo error de principio, sino también e inevitablemente un peligro mortal para el mundo entero, técnicamente unido y que debería encaminarse resueltamente a ser una comunidad de hombres y pueblos libres. Ya lo sabemos por la enseñanza socrática. El criterio y el derecho del más fuerte — hombres de éxito — es la tragedia de la historia universal, especialmente en nuestra época. Dictadura, persecusiones de toda clase, guerras de exterminio, etc. son fruto auténtico de dicha mentalidad. La humanidad necesita éxitos de otra índole, éxitos dentro del Derecho, reconociendo la igualdad substancial de todos los hombres y la naciones.

Aplicando esta postura en el caso de Tito, deben ser condenados tanto él como que sus éxitos. ¿Quién le dio, por ejemplo, el derecho a ser "innovador de la historia"? Al comienzo de su sangrienta revolución, él y sus partidarios fueron una ínfima minoría en aquel país multinacional. Instigados a aportar para "la liberación" de la clase obrera mundial o para matar a los "hunos", Tito y sus guerrilleros infligieron tremendas pérdidas y asestaron duros golpes a sus propios pueblos, devastando desde sus emboscadas, enteras regiones, usando los medios bélicos que les fueron proporcionados desde el exterior. Finalizada la guerra, victoriosos, gracias a esta ayuda y a sus crueldades, implantaron un régimen político de terror sin consideración alguna por la voluntad de los pueblos sometidos. Su "innovación de la historia" consistió en un sistemático terror abriendo cada vez más fuentes de lágrimas y de dolor. Una clase explotadora, muchísimo peor que la del feudalismo, se convirtió en dueño absoluto de bienes y almas de sus súbditos.

Ningún problema nacional, heredado de la Yugoslavia monárquica —especialmente aquel croata-servio—, halló su feliz solución. Después de la masacre masiva de la juventud croata en 1945, la política de discriminación económica, cultural y nacional en general en detrimento de los croatas, obligó a más de un millón de obreros a buscar trabajo en el mundo capitalista. Descontentos con el nuevo régimen, levantaron su voz de protesta incluso los comunistas croatas, fieles colaboradores de Tito durante la guerra. Ya en 1971 todo el mundo pudo enterarse de su suerte: más de 16.000 de ellos fueron destituidos, encarcelados, condenados a huir al exterior. Siguiendo las pautas expansionistas gran-servias anteriores, la Yugoslavia comunista no permite la unión de niás de un millón de albaneses con su madre patria, a pesar de la proclamación de la libertad nacional y no obstante que dichos albaneses viven compactos en el territorio que es natural prolongación de Albania y donde impera también un régimen comunista. Macedonia que en 1941 —incluso sus comunistas— prefirió unirse a Bulgaria, en 1945 fue nuevamente sometida a Belgrado, donde se instaló como nuevo monarca Tito. Más de medio millón de alemanes de Voivodina fue prácticamente exterminado y expulsado después de varios siglos de vida en aquel suelo, aportando al progreso económico y cultural del país.

¿Qué decir de la habilidad con que Tito se mantuvo tantos años en el poder? ¿Cómo pudo salvar la unidad del país contra todos los vientos y mareas?

La diarquía mundial —Washington, Moscú— deseosa de tener a raya a su adversario-aliado, hizo imposible y vano todo intento de liberación de los pueblo sometidos. Polonia, Alemania Oriental y Hungría docent. El "estadista" Tito explotó esta situación, jugando la carta de una u otra potencia nuclear. Cada una temía de que él podría optar definitivamente por una de ellas y así poner en peligro el equilibrio azarosamente constituido con el famoso fifty-fifty inventado por Churchill-Stalin. Las circunstancias, pues, en sus mil matices, hicieron a Tito "gran estadista". Su habilidad política en realidad es la habilidad de muchos y el juego de intereses ajenos.

En cuanto a la glorificada unidad del país ¿quién puede afirmar que aquel silencio de cementerio o el oportunismo del "pueblo burocrático" es una verdadera unidad? La unidad como la expresión de la violencia ejercida desde el vértice del poder, no es la unidad. Este vértice está constituido por el elemento servio, lo que ha elevado el odio nacional hasta su cénit. En estas condiciones el futuro del país se encaminará hacia nubarrones de una sangrienta guerra intestina o hacía una intervención soviética y la incorporación de todos a la órbita de su mando.

Esta es la herencia que Tito dejó a "sus" pueblos y al mundo entero. La incorporación del territorio, la posición estratégica y el número de la población "yugoslava" al Pacto de Varsovia produciría un sensible desequilibrio que necesariamente repercutiría no sólo en aquella parte del mundo. Muchas voces, entre ellas también la nuestra, fueron obstinadamente desoídas. El sr. R.O. Abdala, si bien teniendo en la mente otro caso político, escribió en "La Prensa" sobre la fatalidad de los sordomudos intencionales. A ellos resulta vano hablar.

Para nosotros Tito nunca fue un enigma, ni una eminencia política. Se trata de un hombre y un fenómeno que crecen en el clima donde faltan los verdaderos principios y valores de una sana comunidad humana. Tito es un típico producto de la ilegitimidad del poder político, iniciado allí con la creación de la Yugoslavia monárquica. Allí, por razones y confabulación de intereses ajenos se pasó por alto el derecho de autodeterminación, arrogándose cualquiera (Ortega y Gasset) el derecho de mandar y mantener el poder en sus manos mediante la violencia. Tito, como su predecesor Alejandro Karageorgević, fue un "cualquiera" sin escrúpulos morales, asegurándose la ubicación dentro del cuadro de las grandezas, glorificado por el mundo que no tiene principios superiores, dándo al mundo, a su política y a su historia un sentido común, soñado desde los albores de la filosofía clásica griega.

Concluyamos: Stepinac murió denigrado y condenado por haber defendido valores universales in concreto — valores y derechos concretos de su pueblo, pues lo universal existe sólo en lo concreto; Pavelić murió en el exilio, denigrado sobremanera, dado que dichos derechos defendía parcialmente con métodos maquiavélicos en un ambiente maquiavélico general, donde sus adversarios internos —tomando en consideración Yugoslavia en su totalidad— e internacionales fueron más fuertes y más maquiavélicos; Tito murió glorificado, porque estaba al servicio de los intereses ajenos e injustos, pisoteando los valores que defendían los dos primeros. Stepinac en forma evangélica y Pavelić con métodos parcialmente maquiavélicos. Dado este hecho ¿qué es lo que esperan de nosotros los croatas los gobernantes del mundo actual y sus leyes con que pretenden dirigir la comunidad internacional? ¿Reconocerlos como justos y razonables? ¡De ninguna manera! Esta nuestra postura está respaldada por la mejor tradición de la filosofía occidental.

En efecto, en un reciente análisis del caso de Sócrates, Salvador San Martin en "La Prensa" del 1 de julio del año en curso, refrescó la memoria de todos los que suelen olvidar el verdadero valor universal de las leyes. El filósofo griego preguntó ante el tribunal que lo iba a condenar: "... Melito, contéstame: ¿Son esos dioses tan particulares que sólo se vinculan con los gobernantes y son sus mentores y su apoyo, o son los mismos dioses tuyos, míos y de los demás ciudadanos...?" "Son los mismos", contestó Melito, para continuar otra vez Sócrates: "Puesto que tú mismo reconoces que son los mismos ¿por qué esos dioses dirían a los gobernantes cosas distintas de las que dicen a ti y a nií? ¿For qué serán inteligentes y buenas las cosas con que inspiran a los gobernantes, y malas y perversas las que inspiran a nií y a otros ciudadanos? ¿No crees, Melito, que ese no es el comportamiento de los dioses y que si tú sostuvieras que lo es, serias tú, Melito, quien estaría ofendiendo a los dioses y no yo?"

Recapitulando cuanto hemos dicho en este artículo, podemos dirigir la misma pregunta a tantos Melitos y sus leyes, inspiradas no por dioses griegos como tampoco por Dios judeo-cristiano-musulmán, sino por unos intereses de grupos, falsamente presentados corno generales. Si Stalin fue uno de los inspiradores ateístas de las leyes internacionales y si Tito fue uno de sus "mejores" observadores ¿qué puede esperai el mundo que se suele autoproclaniar cristiano y liberal?

El mito tejido sobre la grandeza de Tito debe ser destruido. Su glorificación es sólo un signo de la aguda pero, queremos creer, breve y pasajera aberración humana. Urge un retorno a los principios básicos tradicionales de la civilización occidental y cristiana y de la política democrático-liberal. Entonces habrá nlás justicia también para Croacia, su pueblo y sus hombres públicos.

 


El titacho

Pablo Neruda. 1949

 

En Yugoslavia el odio sigue creciendo

como la áspera planta del alambre.

Encima del obeso traidor

salpicado de sangre y bajo el peso de sus nalgas verdes

todo un pueblo humillado de pastores.

Yo conozco estos hechos, esta historia.

Tito es nicaragüense, asesinó a Sandino,

abrió las puertas vivas de la patria

al invasor armado de balas y de dólares.

Tacho Tito, Somoza,

antigua historia triste

de América Central, de la sangrante cintura

de mi traicionado continente.

 

Tito es Trujillo, déspota

de ávidos bolsillos

abiertos

en los deslumbradores uniformes.

El pueblo allí rondante

en las oscuras

prisiones en el odio

nocturno y el orondo

Titacho recargado

de condecoraciones

defendiendo

la cultura cristiana

traducida al inglés

precipitadamente

es decir, traducida

a dólar y dolores

esclavitud, miseria,

sótanos de agonía.

Pablo Neruda. 1949

Pablo Neruda sabía bien quién fue Tito también antes de 1948. Si no se hubiera producido el conflicto con Stalin, Tito habría quedado como un héroe del comunismo internacional. Después del conflicto es un criminal. Pobres son los criterios del gran poeta chileno. El valor ético de uno depende de si éste está de mi lado o del otro. Todo lo contrario a la ley ética universal. (Obs. de la Red. de SC)

 

 


Yugoslavia y la Planificación Mundial

CONSTERNACION general en nuestro Occidente sin ideología y sin objetivos transcendentes. El tirano de Yugoslavia, conocido bajo el nombre de Josip Broz "Tito", está cercano a su hora final. Pese a la formidable maquinaria propagandística de Belgrado, se sabe fehacientemente que el anciano terrorista quedó postrado en una grave depresión luego de la amputación de una de sus piernas, y que su mente padece de prolongados períodos de obscuridad. Al mismo tiempo, transcendió que Tito sufrió nuevos problemas circulatorios a comienzos de febrero. Descartado su retorno al ejercicio pleno del poder, subsisten dudas incluso sobre cuánto habrá de durar su resistencia física.

Diarios y revistas norteamericanas y de Europa están dedicando mientras tanto, miles de centímetros de sus columnas al tema de la Yugoslavia post-titoísta y el sanguinario pasa a convertirse en una especie de "Protector de Occidente". Desaparecido él, la costa del Adriático (que solamente es un bello sector del Mediterráneo), podría verse poblada de tanques, cohetería nuclear y divisiones de la URSS. En tal caso, la grave debilidad político militar de Italia se acentuaría aún más; aumentaría substancialmente la presión soviética sobre el Bósforo, y las fuerzas del Pacto de Varsovia estarían golpeando el corazón de Europa occidental.

El planteo peca de simplista en muchos aspectos. En primer lugar, luego del imprudente enfrentamiento de la URSS con los países islámicos a causa de Afganistán, no es probable que Moscú decida una operación similar para ocupar Yugoslavia. Observadores militares europeos han indicado que si los rusos decidieran ocuparla, podrían hacerlo en cinco días con muy poca resistencia. Las tropas regulares de Tito y las insignificantes milicias de "autodefensa" ("millones y millones de yugoslavos", según la propaganda del régimen comunista), son inconsistentes en términos militares, y sólo tienen eficacia como poder de policía interna. Pero frente a esta facilidad los soviéticos considerarían que otro golpe como el tie Afganistán, esta vez sobre el Flanco Sudeste de la Europa de las corruptelas, de las drogas y la pornografía institucionalizadas—, provocaría una reacción que, todavía puede oponerse a su estrategia global.

En segundo lugar, el Pacto de Varsovia, todavía no está preparando el terreno para una guerra en Europa. Por ahora hay situaciones que redefinir en el Africa y particularmente en el Asia mientras Europa está en manos de socialistas y mercaderes —salvo excepciones—, los Estados Unidos patalean en el aire gobernados por esta escalofriante combinación de bobos que ríen y de marxistas no revolucionarios sentados en el Departamento de Estado y en muchas bancas del Capitolio.

Más aún: Afganistán fue un golpe del Kremlin que, más que al mundo árabe y a los pozos de petróleo, apuntaba al reacomodamiento de fuerzas con la China. Fue un riesgo calculado de los rusos. Tal vez fue mal calculado, pero para determinar el grado de error o de acierto es necesario valorar exactamente el grado muy importante de amenaza que la China significo para la URSS.

GOBIERNO MUNDIAL

Por supuesto, a Europa también le llegará su hora si continúa en su actual festival, que como todas las cosas inmorales, derrotistas, de decadencia y fáciles, es calificado de "liberalismo".

En definitiva, no debemos olvidar que la expansión del marxismo tiene tres polos de generaciones: Moscú y Pekín en sus formas revolucionarias y militares, y Nueva York, en su forma no revolucionaria, predominantemente económica y tecnológica, y ocasionalmente militar.

Desde 1945, a la sombra de los tres centros nombrados se llevó a cabo un proceso que, innegablemente, responde a una planificación mundialista. Materialización, a través de la prédica directa del marxismo, a través del psicoanálisis freudiano, o de la exaltación del mercantilismo consuniista y de la corrupción interna de todas las Iglesias. Masificación de los individuos, por las mismas vías. Denigración sistemática de los nacionalismos, de la inviolabilidad de las familias y de la soberanía de las conciencias. Quiebra de las potencias europeas, que por su acervo cultural y moral eran las guardianas de aquello que efectivamente era un mundo medianamente cristiano o procuraba serlo.

Desde Nueva York, Pekín y Moscú, unidas por hilos que son los de las logias, la planificación mundialista continúa. Dentro de su programa está una confrontación nuclear que borre de los mapas a las fronteras, a las nacionalidades y a una parte considerable de la población mundial. Por supuesto, la Rusia Blanca y gran parte de la población de la actual URSS serían eliminadas, así conto Pekín vería reducido su poderío a límites muy "controlables".

Destruídos físicamente muchos Estados, aniquiladas muchas economías, traumatizados todos los sobrevivientes del globo, el Gobierno Mundial sería impuesto con facilidad. La Primera Guerra Mundial abrió paso a la Sociedad de las Naciones, y la Segunda a la ONU. El gobierno Universal, en nombre de la paz y la confraternidad entre todos los hombres, está en marcha. Algunos analistas creen que muchos de los desvaríos de la Casa Blanca no son tales: están programados para facilitar la Guerra, y hacer que realmente el empleo de las armas nucleares o de las neutrónicas y químicas, sea "inevitable".

El desenlace favorable de este período, depende de la quiebra de !a planificación. En términos básicos, del retorno de las mayorías norteamericanas al poder, a través de la defenestración de las cúpulas enquistadas en los dos partidos: el despertar de la sabiduría china, luego del lavado de cerebro marxista; la liberación de los rusos de esa conducción del PC, brutalmente impuesta en 1917, virtualmente ajena tanto a los rusos conto a los demás pueblos de la URSS (consultar rasgos fisonómicos y lista de nombres de la dirigencia partidista).

FESTIVAL Y MIEDO

Pero a la espera de que esto suceda, o de que algo de esto suceda (cosa tan difícil que sólo puede esperarse de la misericordia de Dios), el mundo tiene pánico. Y el Oeste próspero, en medio de su festival, tiene miedo. Un miedo tal, que hasta teme que Tito muera.

Sentado sobre dos millones de cadáveres, principalmente de croatas, de eslovenos, de descendientes de alemanes, de los albaneses de Kosova, Tito fue impuesto política y militarmente por Roosevelt, Churchill y en menor medida, por Stalin. En la década del 50, este personaje de biografia desconocida, de selecta formación a manos de los mundialistas, emparentado con figuras de Wall Street, Amsterdam y Zurich, recibió la misión de corroer la capacidad de reacción e independencia de los Estados de segundo y tercer orden idotizando a unos y corrompiendo a otros. Hoy la mistificación del "tercer mundo" y del inexistente "no alineamiento"demuestra su rotundo fracaso aún a las más ciegos: los "no alineados" fueron cedidos por Tito a Fidel Castro, mientras los ntás de 100 votos del "tercer mundo" no significan absolutamente nada (pero nada, nada de nada), frente a las voluntades imperialistas y colonizadoras de Moscú y de Estados Unidos, en todos los casos de lesa humanidad y lesa soberanía que presenciamos.

HIPOCRESÍA Y MARXISMO

Cuando el gobernante de Belgrado termine de morir, el Bloque de los "no alineados" no perderá su independencia. Nadie pierde lo que no tiene. En el supuesto caso de que dentro del Bloque, Togo, la República insular de Santa Lucía y una decena de Estados más sean hoy independientes, también lo seguirán siendo después de Tito.

Y en cuanto a Yugoslavia, hasta ahora es relativamente neutral frente a /a URSS. Pero está férreamente metida en el grupo de Ias tiranías comunistas. Y pese a que Tito, por razones de origen, no simpatice con los rusos, a lo largo de 35 años sirvió a la política internacional de Moscú, considerando que es Moscú el mejor motor de la expansión marxista.

Las agencias informativas internacionales y nuestros diarios no hacen sino hablar con pesar de la enfermedad de Tito. Ni siquiera recuerdan su tiranía, aunque a Francisco Franco durante casi 40 años nunca le omitieron diatriba alguna. Con un Partido único, el comunista, con 18.000 presos políticos, con diarios en manos exclusivamente del Estado y del PC, con una persecución feroz a los croatas y a los 2,5 millones de albaneses separados por la fuerza de su patria, con continuos hostigamientos a los búlgaros de Macedonia, con cientos de asesinatos políticos anuales, en el país y en el exterior, Tito es el "Potector de Occidente".

¿Es tanto el miedo en nuestra parte del mundo, o tanta la hipocresía? ¿O Tito, tal vez se acerque con su régimen a ese tipo de socialismo marxista que los planificadores pretenden para el mundo entero?

De todos modos, el período después de Tito traerá cambios profundos, tal vez no inmediatos, en el territorio hoy yugoslavo. Si Washington hubiera favorecido en /a región la Independencia de las naciones que pugnan por ella, y regímenes de libertad, nadie debería temer por la paz sobre el Adriático.

Raúl A. Murcia

(Publicado en "Cabildo", N" 34, del 21-II-80, Buenos Aires.)

 

 


La muerte del dictador Tito

MUERTE DE TITO

"El Mercurio", Santiago de Chile, Miércoles, 14 de Mayo 1980.

Señor Director:

Cuatro Reyes, más de 30 Jefes de Estado y Primeros Ministros y 300 funcionarios de más de 100 países asistieron a Belgrado para rendir homenaje a Tito. Loas plañideras en todas las latitudes sirvieron de marco a los funerales.

José Broz (alias "Tito") fue uno de los más tenaces y exitosos luchadores para implantar el marxismo-comunismo en el mundo. Todo comunista debe estarle reconocido. Reclutante y combatiente de las Brigadas Rojas internacionales; opresor del pueblo croata y exterminador de sus mejores hombres; verdugo de monseñor Stepinac y perseguidor de los católicos; conculcador de toda forma de libertad; en definitiva, sólo discrepó de los rusos en la técnica o procedimiento para mejor imponer el marxismo.

En noviembre de 1976 fueron sepultados los restos mortales del general Francisco Franco, la más limpia espada de Occidente. Entonces sólo nuestro Presidente Pinochet y un monarca árabe tuvieron el valor moral, el coraje y la consecuencia para dar testimonio con su presencia en Madrid.

Cuando se comparan las reacciones ante estos dos hechos, pocas esperanzas pueden quedar sobre la capacidad moral de Occidente para sobrevivir.

Sergio Miranda Carrington

EL "GRAN ESTADISTA"

El diario "Buenos Aires Herald" del 8 de mayo de i980 publicó el siguiente artículo:

Los graciosos que dan por sentado, que muchos de los "grandes hombres" no son sino bribones afortunados, han de estar riendo para su coleto mientras consideran las honras tributadas al difunto Josip Broz, también conocido como "Tito". El que Tito fue un gran hombre no es nada que los humildes puedan poner en duda. Su grandeza la confirma ahora una sorprendente escuadra de dirigentes nacionales que incluye a demócratas, casi fascistas, fanáticos musulmanes y revolucionarios bolcheviques integrales. Desde la partida del fervientemente lamentado presidente Mao el mundo no había estado tan unido para loar la grandeza de un político desaparecido. Si Tito no fue el gigante colosal que cabalgó sobre el escenario mundial colmado de pigmeos ...¿quién, cabe preguntar, pudo haberlo sido?

Muchísimo debe haberse llorado estos últimos días en las casas de gobierno del mundo. Tanto el secretario general de las Naciones Unidas como nuestro propio presidente Jorge Rafael Videla experimentaron su óbito como una `pérdida irreparable". Tengamos fe en que puedan recobrarse. La reina de Inglaterra anunció que se siente muy triste, pero también lo estuvo cuando "Papá Doc" Duvalier ingresó el infierno vudú. Jimmy Carter lamentó la desaparición de una "figura monumental", lo que no pasó de mera formalidad, pero otros hubo que más que compensaron su ausencia de hipérbole. El presidente de Méjico, José López Portillo, describió a Tito como "uno de los grandes hombres de la historia universal". Un portavoz cubano dijo que había sido "uno de los hombros más extraordinarios y meritorios de nuestra era". Anwar Sadat, que suele tomarse las cosas a pecho, lamentó el deceso de ''un querido amigo". Margaret Thatcher declaró a Tito "un gran estadista". Indira Gandhi, confundiendo metáforas en su dolor, lo proclamó "pilar y guía". Las banderas tremolaron a media asta en el Brasil militarista de derecha, tal como lo hicieron en muchos otros países de divergentes criterios políticos. Y aún el Papa Juan Pablo II, pasando por alto la bien documentada afición del difunto mariscal por la sangre católica, manifestó que le embargaba "honda pesadumbre "por esta "pérdidu para toda la comunidad internacional".

A juzgar por todo esto, y por docenas de otros homenajes de los iguales de Moammar Gadáffi, Willy Brandt, y casi todas las personas consultadas en estas ocasiones, Tito fue una figura muy querida, y la noticia de que había partido hacia la otra vida que quizá aguarde a los ateos muertos fue una señal universal de lamentación. Por desgracia, Tito fue cualquier cosa menos el amante abuelo que estos homenajes pueden sugerir. Fue, como han de saberlo muy bien muchos de los que ahora se desviven por loar su memoria, un brutal asesino de masas que se abrió paso hacia el poder con cualquier arma que le viniera a mano. Nunca demostró la menor consideración por la vida, el bienestar o dignidad de nadie que tuviese la mala suerte de cruzarse en su camino. No fueron sus enemigos únicamente las divisiones mecanizadas de Hitler y José Stalin. Estuvieron incluídos entre ellos, también, decenas de millares de sus propios compatriotas, hombres, mujeres y niños, a quienes aniquiló por pensar que su existencia podría estorbar sus planes. Si parece tan alto es porque está parado sobre una montaña de cadáveres.

Aparte de ser un asesino, Tito fue un gobernante torpe. Aun para las normas más relajadas Yugoslavia es hoy un desastre: la pobreza es general, la diferencia entre los ingresos de los sectores más ricos y más pobres del país tiene escasa contraparte en Europa, la deuda nacional es colosal, y la desocupación es tan elevada que haría Ilorar a un capitalista. Peor aún, el sistema político que dejó detrás suyo es claramente inestable, que es lo que puede esperarse de un país al que un hombre gobernó tiránicamente durante 35 años, y la libertad todavía está subordinada a los caprichos de un régimen que manifiesta conducirse en conformidad con la demencial lógica del marxismo. Yugoslavia bajo Tito —descripción apropiada en este caso— pudo haber sido libre del bloque comunista, pero los yuguslavos fueron todo menos libres de Tito. Quienes osaron desafiarlo. fueron eliminados o languidecieron por años en húmedas mazmorras. Todo esto es de público conocimiento pero todavía siguen llegándole homenajes.

¿Por qué? Mucha de esa pena es, indudablemente, simulada, hipocresía ritual que acompaña la desaparición de todos los lideres eliminados del poder por muerte natural en lugar de un golpe. Pero esto no explica su volumen. Tampoco lo hace el hecho de que la muerte de Tito cause muchísima preocupación entre los proyectistas de la OTAN, conscientes de que Yugoslavia es uno de esos países que son importantes menos por lo que hacen que por el.sitio en que están, y a quienes disgusta la idea de que, junto con sus costas mediterráneas, pudiera terminar dentro del Pacto de Varsovia. Ni siquiera las personas más desesperadas se sienten habitualmente inclinadas a colmar de elogios a individuos que representaron todo aquello que detestan.

Quizás el aluvión surge de un anhelo generalizado por "grandes hombres", anhelo que puede tornarse tan arrollador que empuja a seres humanos —de otro modo inteligentes—, a fabricar "grandes hombres" de cualquier cosa que venga a mano, aun cuando la materia prima sea tan poco prometedora como la siniestra existencia y la sanguinaria carrera de un Tito. Verdaderamente parece que mucha gente quiere convencerse de que este individuo fue el cortés caballero campesino de las fotografías, un hombre cuyo único vicio fue la inclinación a cazar animales salvajes y no tan salvajes. El conocimiento de sus sórdidos crímenes y de la gran aflicción que provocó es cuidadosamente borrado de la memoria hasta que todo cuanto queda es el valeroso guerrillero que enfrentó a los nazis —pero no, por supuesto, a sus compatriotas— y orientó al movimiento "no alineado" con criterio de estadista, aunque el movimiento "no alineado" es profundamente anti-occidental y desprecia tanto la democracia como la libertad individual. Al elogiar a Tito, entonces, personas habitualmente lúcidas parecen ceder al deseo de colocar a un selecto puñado de ellos mismos en pedestales, para exaltarlos en la esperanza de que quizá otros hagan lo mismo por ellas. Pero, lamentablemente, los comunistas no respetan por lo general las reglas del juego. Cuando muere un gobernante no comunista ellos recuerdan tramposamente su pasado "imperialista" y se esfuerzan en denigrarlo. Así, aunque el Occidente puede agregar su voz a la del Este para lamentar a "grandes estadistas " como Tito y Mao, no hay la menor posibilidad de que el Este haga otro tanto si el general Augusto Pinochet, por ejemplo, muriese en el ejercicio del poder, aun cuando su trayectoria es mucho más humana que la de ellos. (El autor de este artículo es James Neilson.)

"La Prensa" de Buenos Aires, 7 de marzo de 1980.

 


La juventud yugoslava

Señor director:

"La Prensa" del 19 de febrero reprodujo una afirmación de Stane Dolanc en el sentido de que un "número enorme de jóvenes se ha integrado a la Liga Comunista en las últimas semanas". Todo esto como prueba de adhesión al comunismo yugoslavo y a su líder enfermo.

Es muy comprensible tal declaración de Dolanc, uno de los más odiados comunistas de la Eslovenia católica. En Yugoslavia todo es artificial, menos el terror. ¿Por qué entonces no lanzar en este momento crítico también una adhesión artificial a Tito y a su obra política?

"Vjesnik" (Noticiero) del 2 de febrero último, órgano principal comunista en Zagreb, informa acerca del "entusiasmo" de la juventud universitaria (en Croacia) por el sistema autogestionario y por su autor. En efecto, un integrante del Comité Central del partido, el doctor Ivan Mecanovic, reprochando a sus estudiantes comunistas, afirma que todos los proyectos son puras palabras: "incluso las palabras que más se repiten quedan en apatía, letargia y crisis". Y agrega: "Hay casi una total pasividad de la organización juvenil en los grandes problemas de la universidad". Culmina su evaluación del fenómeno así: "Hubo algunos que afirmaban que se está tratando de la quietud creadora", pero es evidente que esta quietud perdura muchísimo tiempo y que a la universidad convendría más una "inquietud creadora".

"For otra parte, dicho periódico guarda un silencio absoluto acerca de la enfermedad de Tito. ¡Quizá, para no "aumentar" "adhesiones" de la juventud!

"Resulta, pues, muy difícil creer en las palabras de Dolanc".

Por el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura

M. Rakorac, Secretario

F. Nevistic, Presidente

 


El anticroatismo profesional

Ivan Babić

Hace unos pocos días llegó a mi poder "South Slav Journal", Vol. 3, N°. 1 del mes de marzo de 1980, una edición de la casa "Dositey Obradović Circle" de Londres. En el mismo hay también un resumen, escrito por el Sr. Stephen Clissold con pretensiones críticas, referente a mi folleto "U.S. Policy Towards Yugoslavia", publicado por el Consejo Nacional Croata (con sede en New York) en 1979.

En efecto, hay en el mundo profesiones muy variadas. Los hombres se dedican a la agricultura, trabajan de simples obreros, de médicos o maestros; de químicos, carpinteros o cerrajeros; limpian calles o recogen basuras. Algunos de ellos adoptaron su profesión obligados por las circunstancias; otros tuvieron la suerte de elegir voluntariamente su profesión.

El Sr. Clissold se decidió, parece, libre y voluntariamente, por la profesión del anticroatismo. En esto no está solo, pero si, sin duda alguna, es uno de los más productivos y más renombrados profesionales de esta especialidad.

Lo substancial de dicha "ciencia" consiste en recoger argumentos que en cualquier sentido que sea, aportan algo en contra de los croatas (y los hay de esta índole como contra cualquier pueblo en el mundo). Cuando estos argumentos resulten insuficientes para comprobar una tesis anticroata, son suplidos y vigorizados mediante interpretaciones tendenciosas de otros elementos, referentes al mismo tema. Por fin, una parte obligatoria de la metodología de esta "ciencia" es la subestimación o un completo desconocimiento de todos los argumentos o hechos favorables para los intereses croatas. Una acrobacia dialéctica, sofismas, una mezcla de la verdad, la semiverdad y la mentira, forman parte, como dije antes, de la metologia de esta clase de "ciencia". Las obras de esta índole tienen valor "científico" únicamente si comprueban: "Los croatas son culpables" o: "Los croatas no tienen derecho".

Mi único contacto personal con el Sr. Clissold (excepto la corta visita que le hice en su domicilio de Londres en 1966) consiste en una serie de visitas que me hizo cuando yo estaba prisionero en Bar en enero de 1944. Me traía diariamente informes del servicio radial inglés, emitido por la radio de los partisanos "Slobodna Yugoslavija — Yugoslavia Libre" (que operaba desde la ciudad de Tiflis), un servicio en que yo personalmente fui atacado reiteradamente durante varios minutos como "coronel ustaša", "polizonte de Pavelić", "lacayo fascista", "delegado de enlace de la reacción vernácula con el mundo exterior", "criminal de guerra", a quien hay que entregar al pueblo para que lo juzgue, agregando otros epitetos similares.

En cuanto a mi suerte, el Sr. Clissold era pesimista, pero consideró que todo habría podido terminar bien, si yo me hubiera decidido entrar a su servicio, es decir a la actividad propagandistica proyugoslava. Naturalmente, mi obligación consistiría en invitar a los croatas, especialmente a los "domobrani" (ejército regular croata) para que se unieran con los guerrilleros comunistas en la lucha contra el nazi-fascismo. Mi argumentación de que la lucha comunista estaba dirigida contra el pueblo croata y, en el último análisis, también contra los intereses de Occidente, no resultó de su agrado. Desde entonces dejó de traerme dichas informaciones y cortó la serie de nuestros encuentros.

Entre el día 13 de octubre y el 21 de noviembre de 1944, cuando yo estaba confinado, el Sr. Clissold se hallaba en la localidad de Topusko (Croacia) como "especialista para el Partido Campesino Croata" de acuerdo con la exigencia del brigadier Maclean, a fin de confirmar la tesis de este último de que los croatas fueran partidarios de los guerrilleros y no del mencionado partido campesino. Así procedió Clissold, afirmando en su informe de que los "partisanos tanto en el ejército corno en la administración política y social, habían desterrado el viejo antagonismo servio — croata y creado un "íntimo espíritu de igualdad".

Quizás el señor Clissold consideraba, siempre en ese "espíritu de igualdad", necesario "señalar que las posiciones clave en el ejército, incluyendo aquí también a los comisarios en el Cuartel General, estaban en manos servias (Žigić)". Además: "Los servios en Croacia tienen, decía Clissold, su propia organización dentro del movimiento de rebeldes comunistas. Se la denomina "El Club Servio" que edita su periódico "La Palabra Servia — Srpska Reč", escrito en caracteres cirílicos". El Sr. Clissold no se dio cuenta de su contradicción en cuanto al "intimo espíritu de igualdad", cuando escribía que "el reconocido líder del grupo del Partido Campesino Croata (aquel que se había adherido a los guerrilleros I.B.) Božidar Magovac, había caído en desgracia al intentar la nueva publicación del periódico de su Partido "Dom" y que fue substituido por un campesino de Eslavonia (provincia de Croacia) poco conocido —Franjo Gali— quien también fue eliminado de la Redacción de "Slobodni Dom" como se denominaba en aquel momento dicho periódico. En breve, los servios "iguales" podían tener su propia organización y su diario, mientras que los croatas "iguales" no tenían ninguno de los dos derechos. El señor Clissold escribía además en su informe acerca del "entusiasmo general y de las solemnes misas de gracias en toda Croacia con motivo de la liberación de Belgrado".

En consecuencia, si un escritor, un politicólogo o un talentoso periodista hubiera analizado, en base a los hechos e informes que el Sr. Clissold señalaba en su Informe (hubo otros también) las relaciones servio-croatas y su situación dentro del marco del movimiento guerrillero, habría llegado a una conclusión que desmentiría categóricamente las afirmaciones del Sr. Clissold, relativas del "íntimo espíritu de igualdad" o del "entusiasmo" y "Ias misas solemnes en Croacia". El señor Clissold no pertenece, evidentemente, a la categoría de tales escritores-analistas. El proporciona a la política británica los elementos según los cuales existiría un espíritu de igualdad y de entusiasmo de los croatas incluso en el momento cuando sus pretendidos y "reconocidos líderes" caían, uno tras otro, en desgracia, y cuando se los eliminaba apenas intentaron pedir para sí uno de los derechos más elementales.

En el período de posguerra, al Sr. Clissold, en su calidad "de especialista para el Partido Campesino Croata (como lo consideraba el brigadier Mclean) y, quizás, para todo el pueblo croata, le fue confiado el encargo de descubrir a los criminales de guerra croatas y entregarlos al "pueblo" para someterlos a la "justicia". Las exigencias de extradición llegaban de parte de los "libertadores" quienes, según él, habían implantado el íntimo espíritu de igualdad y el entusiasmo croata por la liberación de Belgrado: El juicio definitivo acerca de quién fue criminal o quién no, dependía — si no en su totalidad si en gran medida del Sr. Clissold personalmente. El había invertido gran esfuerzo y energía en dicha tarea, arrestándose "los criminales" de a decenas para ser posteriormente entregados a "la justicia del pueblo". Todo esto sucedía en el período, cuando los demás coparticipantes de sus ideas en la cumbre de la política y el ejército británico entregaban centenares de miles de croatas — soldados o civiles, mujeres y niños (junto con miles de eslovenos, servios o montenegrinos) a los libertadores y cuando los mismos los degollaban, como en un super-Katin, en Eslovenia y en las marchas de muerte a lo largo y ancho de Yugoslavia. Así, como en una tragedia clásica griega, la acción del degüello de este super-Katin" y "la acción de caza de Clissold" corrían paralelas.

Resultaría de un interés extraordinario para un estudio más profundo, supongamos del campo de la política, la historia, la filosofía, la sicología, la moral o de otras ciencias, si el Sr. Clissold diera retrospectivamente después de 35 años, la descripción y un análisis de sus propios criterios, de acuerdo con los cuales decidía quién fue un criminal y quién no; a quién se debía entregar a la "justicia de pueblo" y a quién no. Del mismo interés y utilidad sería su propia valoración del concepto "justicia", a cuyas manos entregaba a los "criminales", o si nos explicara su opinión acerca de la calificación jurídica o moral de "los tribunales de pueblo" que enunciaban "la justicia", como también si nos proporcionara su definición del concepto "pueblo" en cuyo nombre se proclamaba dicha justicia.

Le reconoceríamos al Sr. Clissold grandes méritos si formulara, por ejemplo, su propia crítica sobre la utilidad y la finalidad política de su actuación o acerca de la justificación moral de la extradición de centenares de miles de seres humanos, tornados colectivamente o como personas individuales conocidas por él como hombres, intelectuales, como sus conocidos o, incluso, como amigos ya desde los tiempos de su morada de preguerra en Zagreb, aduciéndonos argumentos y pruebas sobre los crímenes que cometieron y por los cuales "la justicia popular" tenía el derecho a cortarles la cabeza. Todo esto, repito, resultaría de gran importancia para la comprensión de la mentalidad y los objectivos políticos y —asimismo— para la valoración moral del Sr. Clissold y de sus superiores inmediatos. Pero, para semejante tarea se necesita una gran dosis de autocrítica y de valor personal, temiendo yo que el sr. Clissold quede en este sentido como un gran deudor nuestro y de la ciencia politico-moral en general. Además, resultaría una empresa de este carácter contraria a su profesión de anticroatismo.

Considero que esta introducción es necesaria para entender los criterios del Sr. Clissold, contrarios a los expuestos en mi mencionado trabajo. Tanto más por cuanto que estos problemas como también la personalidad de Clissold y su actuación son apenas conocidos por las recientes generaciones.

En sus observaciones, relativas a mi mencionado folleto, el Sr. Clissold reproduce, en forma muy apretada pero correcta, mis críticas de la política americana (sólo algunas) relativas a Yugoslavia. Así, por ejemplo, que esa política es en su esencia errónea y contraria no sólo a los intereses croatas sino también a los de Occidente en general, apoyándose en las ilusiones y desconociendo el real estado de las cosas y la capacidad (posibilidades) de Yugoslavia; que la mayoría de las fuerzas internas del país no quieren defender la independencia y la integridad territorial del mismo contra ataques del exterior; que Yugoslavia como Estado y su ejército, en el caso de un hipotético ataque de la Unión Soviética, se desmoronarían a causa del descontento de sus pueblos como sucedió en el caso del ataque de Hitler en 1941.

Pero el Sr. Clissold desmiente sin más mi afirmación acerca del descontento de los pueblos como si ésta fuera históricamente inexacta, aduciendo como razón para el caso de 1941 la supremacía militar alemana. For mi parte le sugeriría leer, entre otros, el libro de Van de Crevel: "Hitler's Strategy 1940-1941 - The Balkan Clue", Cambridge University Press, que versa sobre la estrategia de Hitler, otorgándole importancia central y no tan sólo la de un tema secundario en su estrategia general. De este libro el sr. Clissold podría ver claramente que, si bien existió en 1941 la supremacía técnica de Hitler, aunque también la inferioridad numérica del ejército alemán en la confrontación con el ejército yugoslavo de dos millones de hombres, todas las divisiones de este último no entraron en la lucha, que no hubo ni una sóla verdadera batalla, porque los hombres no querian luchar; que tardó sólo seis días el hostigamiento y el resto de tiempo se utilizó para capturar las tropas en fuga y para la ocupación del territorio.

For fin, el sr. Clissold cuestiona mi aseveración de que Yugoslavia pueda sobrevivir únicamente como un satélite de Moscú bajo una facción militar existente (según Clissold "casi existente"). Estas, mis opiniones, son correctamente reproducidas, si bien son sólo algunas de las mismas. Luego se pregunta a sí mismo: "¿Qué razones tiene el autor para suponer que los croatas cómo también los macedonios, los eslovenos y los demás no quieren vivir en el Estado común, como que tampoco tienen suficiente fuerza para defenderlo"? En efecto yo hice esfuerzos para asegurar el sustento de mi opinión, nombrando y citando muchas personas e instituciones, autorizadas a opinar con fundamento, sea por su competencia en este caso particular o sea por la posición que ocupan en la vida pública, que habían hecho públicas sus opiniones al respecto antes que de que yo escribiera mi folleto.

El Sr. Clissold no sometió a la crítica, corno tampoco desvirtuó por lo menos, algunos puntos de vista que yo expuse; el los pasa simplemente por alto y aduce como único contraargumento que "estas son las opiniones de muchos observadores, quienes estudiaron de cerca y sin pasión a Yugoslavia", sin nombrar ninguno, como tampoco señaló cuáles eran sus argumentos que podrían desvirtuar los argumentos — ajenos o mios — que menciono en mi trabajo.

Dicho sea de paso, he aquí dos argumentos más sobre los que el Sr. Clissold podría volver a pensar y que aparecieron después de la edición de mi folleto. Primero: el periódico servio "Naša Reč" (N° 305/79) considera también que los croatas y los albaneses no lucharían por Yugoslavia, y que los servios cometerían el suicidio nacional si se decidieran a luchar. Segundo: una reciente encuesta entre los obreros croatas estacionales en las cuatro ciudades de Alemania dio como el resultado que el 55% de los mismos no responderían a la convocatoria del ejército yugoslavo, mientras sólo el 16% contestaría favorablemente y el resto se abstuvo de dar su opinión.

El señor Clissold admite la existencia de la tensión nacional (en Yugoslavia). No obstante afirma, que existirían "fuertes razones" para creer de que la mayoría, incluso de los croatas nacionalmente concientes, de los eslovenos y otros trataria de satisfacer sus respectivas aspiraciones nacionales dentro del marco de un Estado común...". No menciona ninguna de tales "fuertes razones". Su sola afirmación no constituye una "fuerte razón". No es simplemente una razón valedera.

Opina el señor Clissold de que "una independencia nebulosa de los mini-Estados" que surgirían a raíz de la partición de Yugoslavia, los "obligaría inevitablemente a buscar la protección de una gran potencia, sea ella de Oriente o de Occidente". Se impone espontaneamente la cuestión: "¿Qué habría de anormal en eso? ¿No la buscan también ahora los mini-Estados existentes como por ejmplo Dinamarca, Noruega, Austria e, incluso, los maxi-Estados como Alemania y la misma patria del sr. Clissold — Inglaterra, donde se desempeña la gran potencia de la Norte America como protectora? ¿No la piden quizá algunos otros mini-Estados, como por ejemplo Siria, Yemen, Cuba, Angola, recurriendo a la gran potencia soviética? ¿Por qué entonces la procura de protección por parte de la mini-Croacia, la mini-Servia, la mini-Eslovenia o la mini-Albania, constituiría un gesto negativo o pernicioso, siendo este un fenómeno normal en la constelación actual del mundo?"

Como un refrán, llega por fin aquí también el "argumento" contra la partición de Yugoslavia, la reiterada afirmación "de la sangrienta farsa del Estado de Pavelić, de un Estado títere", repetición acostumbrada en los escritos del campo del anticroatismo profesional.

Que hubo allí excesos sangrientos, politicamente nocivos y moralmente injustificables, todo esto fue dicho por parte de muchos escritores croatas. Pero, para ubicar todo esto en un cuadro político-histórico objetivo, haría falta tomar en consideración otros hechos paralelos, acaecidos en la vida de otros pueblos también. Primero: El malogrado ensayo de Pavelić fue primero y único en la historia del pueblo croata que aprendió a vivir en común y en la paz con otros pueblos en su espacio étnico. Segundo: La interpretación del mismo concepto y la esencia del término "Estado", ideada por los servios en el sentido de un Estado étnicamente (servio) y confesionalmente (ortodoxo) homogéneo, nos lleva al fenómeno que la política servia en su totalidad, durante los siglos 19 y 20, fue un ininterrumpido conato para lograr esa homogeneidad mediante sangrientos genocidios, persecuciones y el abrazo obligatorio de la ortodóxia por todos quienes caían en sus manos: tratese de albaneses, turcos, macedonios y croatas, especialmente de musulmanes. Pavelić no hizo otra cosa que imitar torpemente esta política servia sin tener éxito como lo tiene tampoco la política servia. En "National Archives" en Washington (como también en la documentación de Foreign Office) podemos encontrar documentos, determinando como objetivo de la política de guerra y posguerra servia en siguientes términos:

"4. La eliminación del territorio estatal de todas las minorías y los elementos anacionales".

"5. La creación de la común frontera servio-eslovena por un lado y la servio-montenegrina por otro, eliminando el Sandzak (la región del antiguo reino de Bosnia del otro lado del río Drina, penetrando en el territorio erróneamente considerado servio-montenegrino. Obs. del traductor.) y de Bosnia-Hercegovina de todos los musulmanes y croatas".

En un otro documento se dice: "Hacer efectiva la idea servia acerca de la creación de una Gran-Servia que abarcaría a Servia, a Vojvodina, a Bosnia-Hercegovina, a Montenegro, a Dalmacia (hasta Sibenik) y a Lika ... En así realizada unidad servia tiene que vivir exclusivamente la población servio-ortodoxa".

Resumiendo todo esto acerca de "Ias farsas sangrientas", nos sentirnos autorizados a concluir: "Hablar sobre "las farsas sangrientas" en el Estado Independiente de Croacia es posible, pues hubo algo de esto. Pero señalarlo como un fenómeno croata aislado y típico y al mismo tiempo guardar silencio —incluso de vez en cuando intentar justificarlo moral y politicamente— sobre las farsas sangrientas que son ya la parte inseparable de la historia servia, o sobre las recientes, cometidas por los chetniks o los partizanos durante la última guerra, constituye por si una otra farsa, mucho peor aún: una farsa ético-moral y científica.

Por fin el sr. Clissold hace observaciones negativas acerca de mi idea de la repartición de Yugoslavia de acuerdo con el criterio étnico. Estaría de acuerdo con él, que se trata aqui de un caso grave para la política práctica, pero de ningún modo de un caso políticamente injustificable o prácticamente imposible. Un estadista hasta hace poco de una gran potencia a quien no menciono por cortesía, agradeciéndome por el envío de mi trabajo en discusión, me escribe entre otras cosas: "Yo asistí una vez a una sesión parlamentaria en Belgrado y no pude entender cómo pudo mantenerlos juntos (yugoslavos) por tanto tiempo el mismo Tito. Temo que la influencia rusa sería dominante, por lo cual la partición y la fragmentación de acuerdo con el criterio étnico podría confirmar que esta sería una solución menos mala para Occidente".

El escritor inglés explica erróneamente de que yo quería realizar dicha partición con la sola "bendición" de Occidente. Por el contrario, yo dije expresamente que la misma podría efectuarse por via pacífica únicamente con la "bendición" (consenso) de Occidente y de Oriente, pués los deseos y los intereses de Moscú en aquella región de ningún modo pueden ser ignorados. Luego, posiblemente para destacar esto como el contraste para mi supuesto deseo de una bendición exclusiva de Occidente, Clissold nos hace recordar que "otros sus (mis) colegas del Consejo Nacional Croata depositan sus esperanzas más en Moscú que en Washington".

Esta es una novedad en la táctica del anticroatismo profesional. Hasta el presente los croatas como colectividad — a través dél movimiento "Ustaša" — fueron tildados de "fascistas", "nazistas", "chovinistas" "reaccionarios" o de algo semejante. Ahora, de golpe, se les aplica la etiqueta de "prosoviéticos sólo a raíz de las exteriorizaciones emotivas de unos cuantos individuos irresponsables. Nos sorprende, a su vez, el señor Clissold, por nada decir acerca de otros prosoviéticos señalados en mi trabajo, como por ejemplo acerca de los cominformistas de la vieja guardia de Moscú, de Kiev o de Praga, o de aquella nueva, descubierta en Bar y Feć (localidades en Servia y Montenegro respectivamente. - Obs.del trad.) o de los cominformistas infiltrados en los mismos centros de poder de Yugoslavia — todos exclusivamente provenientes del ambiente nacional servio o montenegrino sin un sólo nombre croata. ¿Cómo es que no menciona la encuesta de NIN, periódico de Belgrado, de acuerdo con lo cual más de un 50% de la totalidad del cuerpo de oficiales y suboficiales del ejército yugoslavo —con mayoría absoluta servio-montenegrina— declara que el principal enemigo no es la invasión extranjera (Moscú) sino el nacionalismo (es decir Zagreb, Skopje, Priština, Lubiana etc.). Una comparación crítica de estas dos orientaciones promoscovitas — la mini-croata y la maxi-servia-montenegrina, resultaría sin lugar a duda un tema muy interesante para enjuiciar la situación general en Yugoslavia. Pero este tema no entra en los cálculos del anticroatismo profesional.

El señor Clissold admite púdicamente de vez en cuando que Washington prosigue una política abnormal, ayudando a un régimen comunista que no respeta a los derechos cívicos (derechos nacionales no menciona), régimen que a menudo en la política internacional está más cerca de Moscu que de Occidente. Esto no obstante, Clissold asevera que "favoreciendo el rechazo de esta política, el coronel Babić hizo lo peor que pudo para una cosa por si mala". De acuerdo con esta su opinión la política que hasta ahora se llevó a cabo con respecto a Yugoslavia sería una política buena.

Consentiría con el parecer de Clissold que es dificil que mis argumentos encontrarían muchos partidarios en State Department. Que esto es así, yo estaba convencido ya entonces cuando escribí mi folleto. Pero, a pesar de ello, lo escribí a propósito — y con la esperanza — que aquellos en State Department (y en otros puestos de importancia) podrían llegar a la conclusión que el rechazo de esta política es necesario antes de que la misma lleve a Yugoslavia a la situación de Cuba, Vietnam, Camboya, Angola, Eritrea, Irán, Afganistan, Nicaragua o de unos otros países que empiezan a marchar por el mismo camino.

La corta observación de Clissold, relativa a mi mencionado trabajo, está escrita en un estilo elegante, con términos medidos y con la habilidad típica de los ingleses que se expresan en forma breve y clara sobre los asuntos de su agrado, pero eludiendo los que no son de su deseo y guardando con coraje y silencio — en el sentido de "no comment" — sobre asuntos más delicados. Resumiendo todas sus observaciones, las mismas contienen las caractéristicas esenciales del anticroatismo puro y profesional. Temo, lógicamente, que no es esta la última obra del sr. Clissold en el campo de esta especialidad.

 


Francia — Croacia

Algunas anotaciones (historicas) siglos XIII-XIX

Christopher Dolbeau

Muchos croatas se han quejado del desinterés que Francia muestra con el respeto a su país. Y es la verdad que después de la última guerra, Croacia está sufriendo aquí un "black-out" intelectual pocas veces cuestionado.[1] Esto tenemos que agradecerlo a una reciente tradición que hace de Servia (y de su proyección yugoslava) una "amiga eterna de Francia", un aliado histórico permanente y digno de confianza. Esta tesis tiene un sólo defecto, el de haber nacido inmediatamente después de la primera guerra mundial, es decir hace apenas sólo unos 60 años, época en que se afirma un idilio franco-servio. El encuentro de Francia y Croacia es mucho más antiguo y es la historia la que debemos invocar...

Desde el siglo XIII

Parece bastante exacto que la primera aparición de Francia en Croacia se remonta al siglo XIII con el memorable pasaje de la IV Cruzada. Memorable pues la armada de los barones de Francia, que a iniciativa del Doge de Venecia Dándolo, tuvo en 1202 asediar a Zadar. Esta batalla llevada a cabo el 12 de noviembre de aquel año no tendría nada de notable, si no hubiera estallado contra la orden formal del papa Inocencio III, como nos informó el cronista Geoffroi de Villehardouin. A pesar de las solicitudes de Gui, abade de Vaux de Cernai, enviado de Santo Padre, los cruzados atacaron la ciudad: la masacre fue tal que todo fue destruido, excepto las iglesias, y que a los cadáveres amontonados no se los pudo sepultar. Conscientes de sus errores, algunos barones, — Simón de Gui de Montfort, Simón de Neauphle, Dreux de Cressonsacq, Enguerran y Hugo de Boves, abandonaron la Cruzada para unirse al rey de Hungria. Cuando los caballeros se fueron, Zadar no fue otra cosa que desierto — "in recessu totam in solitudinem redegerunt..." ("Historia Salonitana").

Un siglo más tarde los croatas, poco vengativos, aceptan como su soberano al francés Charles-Robert d'Anjou, del cual poco se sabe porque después de su muerte en 1342, su hijo Luis intenta, contra Venecia, conquistar a toda Dalntacia, unir y centralizar a su reino. "Héroe de gran estilo, hombre de vastas concepciones" como lo define Luis (Lujo) Vojnović. Luis D'Anjou fue por desgracia, un hombre vacilante y fácilmente cambiable ("di subito movimiento", como nos dice Mateo Villani). Llevó dos campañas contra Venecia sin suficiente energía y llamó a un lejano nieto Umberto Il, pretendiente vienés y conde de Dauphiné para una mediación que fracasó, lo que en definitiva no fue una obra de consideración en esas tierras croatas.

Fuera de esta atonante presencia de una dinastía francesa sobre el trono croata (aunque hubo en esas regiones también un rey catalán y hasta un irlandés) sólo encontramos en siglo XIV muchos hechos, y ellos de poca importancia en las relaciones entre los dos paises.

En el siglo XV, por el contrario, dos ilustres dálmatas atraen la atención. En primer término Francisco Lovrana, escultor, cincelador y arquitecto, quien trabajó en la Corte de buen rey René. Nosotros conservamos varias "Madonas" y tenemos también el sepulcro del Carlos VI d'Anjou (en Le Mans). Murió en Avignón en 1502. La otra gran figura de este siglo es un franciscano — fray Benković — quien enseñaba filosofía en la Sorbona[2].

El siglo XVII es mucho más rico, porque justamente en esa época los croatas introdujeron en Francia un elemento de vestimenta popular conocido por todos — la corbata... Es precisamente bajo el reinado de Luis XIII (1610-1648), cuando los mariscales Rantzau y Gassion recrutaron para el ejército francés un regimiento de húsares croatas, cuyos uniformes tenían también un echarpe blanco que fue copiado por la Corte de Francia. Este regimiento de la caballería ligera recibirá de Luis XIV en 1666 el nombre "Corbata Real" antes de su disolución, efectuada por la Revolución. Este reinado del rey Sol fue muy fértil, marcado especialmente por las relaciones con Dubrovnik.

E16 de abril de 1667 un terremoto destruyó completamente a la pequeña república dálmata, cuyos líderes enviaron a toda Europa un llamamiento por la desgracia. Luis XIV respondió el día 25 de junio "a nuestros buenos y queridos amigos — el Rector y el Consejo de la República de Dubrovnik", pero desconfiado y hostil con los republicanos no dió nada, excusándose por las cargas que le imponía la guerra con España. Dubrovnik envió también dos embajadores de marque, Antonio Frimi y Gradi, este último habría sido un íntimo amigo de gran Bossuet. En esa época el noble croata Frankopan tradujo "Georgie Dandin" de Moliére, el dálmata Anselmo Banduri (1671-1743) llegó a estudiar en la abadía de Saint Germain de Fres y publicó en 1712 la obra "Imperium Orientale". Murió como académico y bibliotecario del duque de Orleans.

El 12 de septiembre 1683 fueron vencidos, cerca de Viena, los turcos por J. Sobieski e Iván Lorraine. Ragusa, liberada de la pesadilla turca pudo dirigirse a Viena, lo que la hizo sospechosa para Francia. A esta desconfianza se agregó también la hostilidad de los ambientes intelectuales croatas por la tesis de un Voltaire, que el dálmata Resti expresó de este modo: "Voltaire congeló carmina". No obstante en 1700 Luis XIV incita la implantación del comercio en Dubrovnik mediante una carta dirigida por parte del Gobierno a la Cámara de Comercio de Marsella: "... promuevan algunos de los negocios de Marsella que son los más capaces, efectúen este proyecto y saquen de él ventajas". (Archivo de la Marina, citados por Vojnović). Se hizo de acuerdo con lo dicho y las casas Eydoux y Hercolez se instalaron en Dubrovnik.

En 1715, cuando moría Luis XIV, las relaciones franco-croatas fueron buenas y Luis XV pudo escribir con motivo de las condolencias de los ragusinos: "... ustedes deben creer también que Nosotros estaremos de buena voluntad para darles pruebas de nuestra estima y hacer sentir a vuestra República los efectos de nuestra protección. En cuanto a esto, Nosotros rogamos a Dios para que os ayude, muy queridos y amados amigos, en Su Santa Custodia" (12 de mayo de 1716).

El ministro Vergennes realiza una política muy generosa con los dálmatas a pesar de los pequeños conflictos comerciales, causados por el cónsul Le Maire, poco estimado por los ragusinos. El ministro estaba bien aconsejado por el jesuita Roger-Joseph Bošković, célebre astrónomo, amigo del matemático Clairaut, de Buffon, del abate Nolet y de La Condamine. Bošković, una vez en Francia en 1773 (había ya vivido en Marsella en 1764) fue nombrado Director de la Optica marina con un sueldo de 8.000 libras. Se naturalizó francés, dará a su país de adopción el telescopio acromático y un objetivo micrométrico.

Bajo el gobierno de Luis XVI se anotó una alusión a la Constitución de Vinodol y de Foljica en "esprit des Lois" de Montesquieu. (Acerca de las leyes relativas a la naturaleza de la aristocracia", Libro I I, capítulo 3).

La Croacia de Napoleón (1806-1813)

La Revolución de 1789 tuvo escaso impacto directo en Croacia, donde la población fue muy adversa a los excesos antirreligiosos que señalaban los enemigos de Francia. Hay que aguardar a Bonaparte y al mismo Napoleón I para encontrar eventos interesantes ligados con la intervención francesa en Dalmacia (1806).

La conquista francesa de Viena en 1805 aumenta la cólera de los croatas, quienes odian a los "jacobinos", el cónsul francés en Šibenik fue asesinado, se emprendía la caza de los "demócratas", lo que genera un acercamiento de los croatas a los húngaros. El día 26 de diciembre se hizo la Paz de Fresburgo, que marcó la caída de Austria. Dalmacia fue asignada a Italia, mientras los generales Molitor y Lauriston fueron encargados para aplicar el acuerdo. El 19 de febrero de 1806, los dálmatas se dieron cuenta de que se convertían en súbditos del Emperador francés, rey de Italia, cuando los soldados de Marmont tomaron a Ragusa (si bien la paz de Oubril le garantizaba la integridad). La campaña de Augusto Federico Luis Viesse de Marmont es extremadamente dura. "He dado la orden para quemar varias aldeas y todos los suburbios de Castelnuevo; esto significa castigar la rebelión en su mismo foco". Marmont desprecia especialmente a los campesinos locales" apenas seres humanos" y su ayudante Gabriel-Jean Joseph de Molitor no fue más suave. Ellos imitan en esto el desprecio que mostraba el mismo Emperador: "... los croatas son ladrones; no es necesario asombrarse pues por todos los robos que los croatas hicieron a nuestras tropas". (La carta dirigida a Eugene del día 7 de agosto de 1806). (Reproducimos fielmente. Su Majestad pudo saber que nunca un pueblo ocupado hacía ofrendas. Especialmente al ejército del "déspota genial", como B. Croce llama a Napoleón. - Obs. del traductor.)

De acuerdo con una orden de Napoleón, las provincias ilíricas (Carniola, Carintia, Istria, Croacia Civil, Dalmacia, Ragusa y una provincia militar) deben ser administradas "a la francesa", lo que no fue siempre del gusto de los autóctonos: conscripción obligatoria, abolición de fideicomisos, la Ley Grimani, aplicación del Código Civil y del Concordato[3]. Según el historiador Chélard, Marmont instituyó un severo control policial, creando cédula de domicilio y de identidad, organización de comisariatos encargados a proporcionar informes de los distritos cada tres días. Se exigía el juramento de fidelidad de los nobles y la censura de la prensa fue muy estricta[4].

La obra imperial no fue en su totalidad negativa. Lejos de esto. Por un decreto orgánico el idioma croata fue restituido en sus derechos, introduciéndose su enseñanza obligatoria en las escuelas primarias. El tío de Ante Starčević, Šime Starčević, sacerdote, publicó en ese entonces su Diccionario Francés-Croata, denominado "Ričoslovnica Iliričko-Francuska" (1812) y otros manuales escolares. El mariscal Marmont, duque de Ragusa, además de su boato, se paseaba, según se cuenta, durante sus extravagancias públicas en un "carruaje con seis ciervos acuñados y cincelados en plata"[5]. Pero hizo también obras de importancia positiva. Ayudaba a los franciscanos, "estos monjes muy cultos e infinitamente superiores en todo sentido con respecto a los demás clérigos de la provincia", abrió unas treinta escuelas primarias, siete secundarias, dos seminarios y un liceo superior. Construyó también una red de caminos[6]. La Municipalidad de Split (Spalato) le dedicó una placa recordatoria y el latinista raguseo, Zaniagna, redactó sobre ella esta inscripción: "Magni Napoleonis exempla sequutus, Dux Ragusae Augustus Marmontius, Rupibus Escisis Aggeribus Complanatis, Pontibus Jactis per Superioris et Inferioris Illyriae Provincias viam militarem aperuit stavitque, maximo populorum emolumento".[7]

En el sector militar, Napoleón recrutó varios regimientos dálmatas que se destacaron en Rusia (se trataba de la gente de todas las provincias "illyricas" (croatas), especialmente de la provincia Lika y no sólo de la de Dalmacia. Obs. del traductor) bajo las órdenes del Conde Gorbineau (1776-1848), especialmente en el pasaje de Westlowo-Studinka el 21 de noviembre de 1812, permitiendo al Emperador cruzar el río Beresina. Un gran número de los croatas jóvenes llegan en esa época a estudiar en las Academias franceses de Chalons y de Saint-Cyr[8].

Los sucesores de Marmont, Henri Bertrand, el duque d'Abrantes, Andoch y Junet, y el duque de Otrant, continuaron su política hasta la retirada imperial en 1813.

La presencia napoleónica en Croacia puede ser considerada positiva en su conjunto, pués hizo posible la implantación de una legislación moderna, el mejoramiento de la infraestructura caminera y de las comunicaciones en general; el despertar de la conciencia nacional mediante el nuevo sistema social y por la promoción de la lengua vernácula croata. De este corto período surgió el poderoso movimiento ilírico de Vodnik, Drašković y, sobre todo, de Ljudevit Gaj con su poesía política: "No, Croacia no ha muerto", lo que constituyó el primer paso hacia la Croacia moderna. Poco más tarde llegarán unos cuantos Šenoa y Matoš, ellos también íntimamente ligados con la intelligentzia francesa, quienes nos llevan a la Croacia actual [9].

 

BIBLIOGRAFIA:

Diccionaire de l'Empereur, André Palleul, Plon 1969:

Quand la France occupait l'Europe, Conte I. de Vojnović, Hachette 1934;

La Monarchie francaise dans I'Adriatique, I. Vojnović, Paris, 1918, Bloud y Gay;

Planète N 17, París 1963;

Grand Larousse Encyclopedique;

Historie du costume en France, Jules Quicherat

(Traducido del francés por: F.N.)

 


Cultura

Doble laurel para Roque Esteban Scarpa

Por el Prof. Ernesto Livačić Gazzano

La Municipalidad de Santiago de Chile, en una muy acertada actitud de apoyo a altas manifestaciones del arte y del intelecto, premia anualmente las mejores obras publicadas en los principales géneros del quehacer literario. Así viene haciéndolo, ininterrumpidamente, desde hace 45 años. Ello, unido a la seriedad con que tradicionalmente proceden los respectivos jurados, ha elevado el "Premio Municipal de Literatura" al nivel de uno de los más apreciados reconocimientos que puede recibir un escritor en Chile.

Al discernirse, hace pocos meses, las distinciones correspondientes a una nueva versión anual del "Premio", se dió, por primera vez, el hecho de que un mismo intelectual fuese seleccionado como acreedor del lauro en dos géneros al propio tiempo. Tal honor sin precedentes cupo al Profesor ROQUE ESTEBAN SCARPA STRABONI, en las menciones de poesía —por su obra "NO TENGO TIEMPO" (tres volúmenes, Ed. Nascimento, Santiago, 1977)—y de ensayo —por "LA DESTERRADA EN SU PA TRIA "(dos volúmenes, en la misma editorial, ciudad y año).

La circunstancia, base de justificado alborozo, nos mueve a escribir estas líneas en homenaje a uno de los más ilustres escritores y académicos actuales en Chile.

EL PROFESOR SCARPA

Originario de Hvar (Croacia) descendiente de una familia que desde el siglo XVII aparece en los registros parroquiales de las islas dálmatas, Scarpa nació en Punta Arenas en 1914, pero vive desde hace medio siglo en la capital chilena.

Se inició como ensayista en 1935, y ha publicado desde entonces casi dos decenas de libros en dicho género, entre los que sobresalen los dedicados a clásicos españoles, a creadores universales de la talla de Thomas Mann y —más recientemente— a la máxima poetisa de Chile, Gabriela Mistral.

Muy abundante es también su obra poética, pese a que, luego de sus primeras incursiones por este campo en la década del cuarenta, protagonizó un largo silencio lírico, que ha compensado en el último lustro con una producción increíblemente fecunda.

Textos de estudio, antologías, traducciones y algún intento de poesia dramática elevan el todal de sus libros ya a la cincuentena.

Poemas suyos han sido incorporados numerosas veces a antologías, así en Chile como en España.

Desde hace más de cuarenta años, ha ejercido la docencia superior, contribuyendo —de modo muy notable— a la formación literaria y pedagógica de incontables discípulos, entre los cuales tenemos el honor de hallarnos, en las universidades de Chile y Católica de Chile. En la primera ha sido, además, Director del Centro de Investigaciones de Literatura Comparada, y en la segunda Asesor del Teatro Experimental, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, impulsor y sostenedor de los Talleres Literarios para estudiantes. El Consejo de la Universidad lo designó Profesor Emérito de su Facultad.

Aun muy joven, lo recibid como Miembro de Número la Academia Chilena de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española. Su discurso de incorporación versó sobre "El hombre perdido en el mundo, como raíz y tema de la literatura contemporánea".

Academias de otros paises también lo han acogido honrosamente, y no pocos gobiernos y entidades le han traducido su estimación en altas condecoraciones.

Laborioso y servicial al extremo de constituir su dinamismo un desafío a todo intento de explicación, por imaginativo que éste se pretenda, ha sido durante casi una década —con un interregno en el ejercicio, en el cual no pudo desconocérsele la propiedad del cargo— Director de Bibliotecas, Archivos y Museos de la Nación, función que cumplió haciendo crecer dichos servicios y llevándolos a todos los rincones de la geografía chilena, para bien del país, en una magnitud que sólo puede calificarse en términos de "histórica".

Dedicó también algunos altos de su vida a la docencia a nivel de bachillerato, sin limitarse a iluminara sus alumnos desde el aula sino, además, constituyendo, en la Academia del Joven Laurel del Colegio Saint George, una de las más activas fraguas de escritores chilenos de hoy.

Al filo de los dos tercios de siglo, sigue recorriendo caminos como sembrador impenitente de inquietudes. Las ciudades de Chile lo reciben con frecuencia, para escuchar su palabra, de docta sustancia, jacarandoso estilo y punzante ingenio. Periodistas y productores de televisión lo asedian a entrevistas. En tertulias poéticas, reuniones académicas, revistas literarias, sigue inacabablemente dando de si. Es ejemplo viviente de una integralidad en el ser y de un responder generosamente a una existencia de la que se siente agradecido desde lo íntimo.

Es también —pensamos— exponente preclaro de las potencialidades, del tesón y del senti-do de responsabilidad que le vienen de los seres que se entrelazaron para formar sus ancestros.

En la imposibilidad física de detallar cada uno de los rubros en que ha alcanzado excelencia, dedicaremos algunos párrafos a la recensión de las obras que le significaron la obtención del doble laurel municipal.

"NO TENGO TIEMPO"

Casi cuatro centenas y media de poemas —duplicadas en páginas— pueblan la extensión de "No tengo tiempo". A la luz de tales cifras, el titulo parece insoslayablemente irónico. Scarpa lo explica como una urgencia de expresión acuciada por el caer de las hojas del propio calendario:

"Me voy desangrando en estos largos versos.

Por la muñeca y hacia los dedos juntos

rápida cae la invisible sangre de mis sueños,

el tiempo acumulado que parecía ido,

la experiencia de amor, mi fe en lo humano,

tristeza de imperfección que veo en mí, en lo ajeno,

el mundo del día que batí dormido

e, inestable, se sostiene en mi calidoscopio;

aquel nocturno, hablador por señas,

que me obliga a hojear mi propio diccionario.

Quizá qué ángel me cortó la vena

para decirme que no tengo tiempo

que si me desangro en torrente de líneas

es por la prisa que acuciarme debe:

el tiempo se va si no retengo - desprendo

toda la luz y sombra que estoy llevando dentro.

Escribo asediado, en cualquier momento,

porque me digo, me dicen, que no tengo tiempo".

(I, pág. 7)

Preséntanse ordenados los poemas en tres partes o secciones.

La primera coincide, en su mayor área de contenido, con el libro "El dios prestado por un día" —entregado por el poeta en 1976—, en que se entretejen como prevalentes motivos la evocación autobiográfica y la inquietud religiosa. De entre ellos, el propio .Scarpa ha subrayado la importancia y significación de "Lavatorio de pies":

"La ceremonia del lavado de pies en la Semana Santa

está ligada a mi infancia. El acto de humildad del

oficiante, que repite el gesto de Cristo con sus

apóstoles, se aplica aquí a personas concretas... "

(I, pág. 245)

El volumen segundo, "El ojo cazando en la red de silencio " es el de menor extensión, más, en contrapartida, quizás el de mayor originalidad temática: sobre un centenar de composiciones expresan multiformes sentimientos del poeta ante la contemplación de otros tantos cuadros pictóricos, brotados del pincel de artistas de los más variados tiempos, estilos y paises. Están allí Miguel Angel y Filippo Lippi, Rubens y Van Gogh, De la Tour y Vermeer, Picasso y Chagall, con otros muchos, para terminar en larga treintena de chilenos. El verso asume a veces perfección clásica, como éstos que nos recuerdan inevitablemente los inicios de la elegia de Rodrigo Caro:

"He aqui el principio y fueron soledades,

he aqui la soledad y fue abandono..."

("Fuerte Bulnes ", en II, pág. 125)

Para concluir, llegamos a "Rodeado estoy de dioses", por contraste la más dilatada sección del libro, en la cual reaparecen las constantes temáticas de la inaugural. Sentidamente evoca a su padre, joven emigrante:

"La ciudad vieja

que no pudo contener al niño

y le dió moneda de saber probado

para los pobres dias venideros,

fue desenrollando su girar de calles

hasta convertirlas en único camino.

Sólo los olivos mantuvieron

sus contorsionadas formas:

en vez del peso oscuro del aceite,

en vez del corazón de ruso,

el viento ondularias otras ramas

y haría florecer en cada invierno

blancas yemas de nieve,

y la acerada drupa de la escarcha.

Las vides olvidadas

cantarían sin vino,

una a una las canciones de la infancia,

más sólo en primavera, tras una nube

alcanzarían sin aroma a florecer lavandas.

Las olas le derruyeron los muros,

hora a hora,

disiparon tañeres en los vientos,

dejaron transparencias por azogues".

 

(En "Tierra de alguna muerte", III, 22)

Y en "Avenida Bulnes setenta y nueve" —epígrafe que reproduce la dirección del que fue su propio domicilio durante muchos años en Santiago— rememora sus trabajos como guia de novelas poetas, caricaturiza su alternar con otras gentes a las que lo enlazaban menos vitales contactos y, sentenciosamente, concluye aludiendo a nuestra inevitable condición peregrina, inevitablemente incluso cuando nos hemos habituado al sedentarismo de hacer de un sitio nuestro hogar y nuestro taller:

"Cada sábado y domingo, la sala florecía.

Laureles jóvenes hablaban con los libros,

discutían con la música, adolescencia reían,

árboles de primavera eterna como si fuese otoño,

diseminaban hojas nerviosas de poesia,

trémulas en la prosa de un mundo entrevisto,

exigentes, de prisa, clamantes por su tiempo.

.......................................

En solemnes ocasiones, llegaban damas y varones

para cocteles de cumplimiento y cortesia.

Se despojaba entonces a los hornos sombrios

de la cocina eléctrica de su calidad de archivo

y al tornar los papeles, en sabor y rebozo se transían

de aromas de especias de pastelillos cálidos

que en las paredes oscuras quedaron adormidos.

En ese océano verde, cristalino, de quietudes celestes,

aquella lengua de fuego le ardía los costados.

Dieciocho años le sostuvo en esos aires grises,

mas le dijeron: serás transeúnte, sin propiedad alguna,

piedra no tendrás para asentar tu cuerpo hasta la muerte".

 

(III, págs. 86-87)

Nace, pues, la poesía de Scarpa de su vida misma, de sus vivencias y quehaceres, de sus gozos estéticos y de sua recuerdos lejanos. No es, empero, confidencia de tono menor. Tiene siempre algo de elevado y de solemne, a lo cual contribuye, inequivocamente, su léxico selecto, su construcción exigente, que la aleja de ser pasto de multitudes. Nace de la emoción, mas no pretende generalizarla difusamente. Toma, más bien, pie de ella para invitar a una reflexión, a algo más trascendental y, evidentemente, menos usual, menos gregario.

"LA DESTERRADA EN SU PATRIA"

En esta obra —fundamentalmente de investigación— logra Scarpa hacer mucha luz sobre los dos años en que Gabriela Mistral estuvo en el Territorio de Magallanes, período lleno de incógnitas hasta antes de que su estudio viniera a dejar en nítida evidencia su profunda significación.

A dicha zona —uno de los dos principales polos que atrajeron a los croatas en su migración a Chile— llegó la poetisa, en mayo de 1918, como recién designada Directora del Liceo de Niñas. La misión que se le había encomendado era particularmente dificil, no sólo porque en el último informe oficial el establecimiento aparecía como el único calificado de "malo" entre los cuarenta y cuatro Liceos de la república, sino, principalmente, porque se postulaba en las esferas centrales que Magallanes formaba entidad ajena a la tierra chilena: era comarca extranjera que debía incorporarse al pals, ser chilenizada, objetivo que la distinguida funcionaria habría de perseguir cuidadosamente, en el ánimo de sus superiores.

Había, pues, un poco comprensivo en informado criterio sobre Magallanes. En el sentir de los habitantes del centro del pals, vivir allí era estar en el destierro (de lo que Scarpa toma pie para titular su libro).

Gabriela realizó una fecunda acción educacional en Punta Arenas, deshizo en los chilenos de más al Norte muchos prejuicios sobre Magallanes y, como era natural en ella, hizo de su estada en tierras australes un intenso periodo de creación poética.

En lo educacional, muy pronto se advirtieron un nuevo espíritu de estudio y la recuperación de la disciplina en el alumnado del Liceo. La Directora y su profesorado —parte del cual había sido seleccionado por ella misma— elevaron de modo notable el nivel de la enseñanza. Se crearon nuevos cursos y la matrícula aumentó a una cifra sin precedentes: 320 estudiantes. Aún a costa de la comodidad de las dependencias que la propia Directora ocupaba o enfrentando emergencias como el incendio de mayo de 1919, impulsó Gabriela la construcción de salas de clases que ampliaran el local. Creó la Biblioteca del plantel, abierta a toda la comunidad. Instituyó la Escuela Nocturna para mujeres del pueblo. Logró, en suma, lo que parecía imposible no sólo para lo hecho en el breve plazo de setecientos días, sino frente a la falta de oídos con que, a nivel gubernamental, toparon muchas veces sus iniciativas y peticiones. Este hecho, ciertamente, la desanimó y la impulsó a solicitar su traslado a un Liceo de otra región del país.

La frustración de Gabriela no se debla a Punta Arenas. Verdad es que le resultó durísimo el rigor que allí asume la naturaleza, pero, al partir, manifestó, en entrevista periodística, que "la ciudad me ayudó casi siempre que pedí su ayuda" y que "Punta Arenas es, para mí, la primera ciudad de Chile en muchos aspectos espirituales" (II, pág. 302).

Antes, en la alocución que habla preparado para las Fiestas Patrias de 1918, habla destacado la labor de los colonizadores de Magallanes, "hasta hacer de la tierra de los lobos marinos y del silencio, la tierra para los hombres, la capaz de sustentar gentes, y de darles, con el trabajo, la dignidad y la hermosura de la vida... Por ellos fue una ciudad cubriendo el llano y haciendo retroceder la guirnalda tenaz de la selva" (I, págs. 162-163).

Aún muchos años después, entrevistada en Caracas, recordaría: "Yo que viví en la Patagonia, en aquel clima extraño, perverso, respirado por los mejores elementos humanos..." (I, pág. 257).

La que había sido enviada a chilenizar a Magallanes, reconoció la grandeza y el patriotismo de los hombres de aquella tierra, naturales o emigrantes. Por algo, en 1925, de regreso de su viaje a México, visitó por unos días la ciudad que habla quedado grabada en sus recuerdos y en su afecto.

Como con felicidad sintetiza Scarpa, "puede decirse que la desterrada en su patria, encontró su patria en el destierro" (I, pág. 37).

Su actividad literaria en el Sur fue, como revela el ensayista, de inmensa proyección. En efecto, lo que allí escribe tendrá luego decisiva presencia en sus libros, sobre todo en el primero de ellos, "Desolación".

Con monumental prolijidad —que es imposible seguir paso a paso en esta breve reseña—, Scarpa demuestra —con apoyo de los textos y argumentos respectivos— cómo Gabriela creó en las latitudes australes dieciocho de los poemas de aquella obra (uno de los cuales le dio su título, de indudable raigambre y sabor patagónicos); otras sesenta y seis composiciones poéticas, que se transcriben en la publicación que estamos comentando, antes de la cual permaneclan inéditas; veintiséis delicados poemas en prosa; la primera versión de "La oración de la maestra", y otros varios trabajos. No puede caber la menor vacilación para afirmar que, con ello, el catedrático magallánico presta un servicio trascendental a la más exigente investigación literaria y al acabado conocimiento de una de las figuras cumbre de las Letras chilenas, primer Premio Nobel de la Literatura en Hispanoamérica.

Por lo mismo, la distinción que le ha otorgado la I. Municipalidad de Santiago de Chile resulta, a más de plenamente justificada en sí, un honor para la propia corporación que la adjudica y una seria invitación a los estudiosos chilenos para producir obras de densa enjundia espiritual.

(Santiago, octubre de 1979).

 


Una exposición representativa de los "naifs" croatas en Buenos Aires

El Museo de Arte Moderno de la ciudad de Buenos Aires inauguró a mediados del mes de mayo del año en curso una exposición "Pintores naifs yugoslavos" como parte de los actos celebratorios del 400° aniversario de la segunda fundación de la capital argentina. La exposición, fue realizada en el Teatro San Martín, organizada por el "Centro Culturale di Naifs di Yugoslavia" con sede en Roma y bajo la supervisión de su directora Sra. Sonia Duška de Barbieri, quien con tal motivo llegó a Buenos Aires.

Este exposición, la primera de carácter representativo de nuestros pintores ingenuos, consistía exclusivamente de las obras de los pintores ingenuos croatas de la región Podravina o, con más precisión, de la aldea Hlebine, considerada como centro de esta actividad artística de los campesinos croatas. Hay otras regiones en Yugoslavia: en Servia, Macedonia, Eslovenia, Voivodina, en que también la gente de humildes condiciones campesinas se dedica a esta clase de creaciones artísticas, si bien, según opinión generalizada entre los críticos de arte, estas últimas son de calidad inferior a las croatas de Hlebine, que se destacan no sólo por la riqueza de colores sino también por la variedad de temas y matices de los colores que emplean. Además, en cuanto a la técnica y los medios de expresión, los naifs croatas son los únicos que pintan sobre vidrio, ocupando esta técnica el lugar más importante dentro de sus realizaciones.

De estas obras, que pudimos observar, afloran los sentimientos —alegría y tristeza— de la vida cotidiana de los campesinos en sus más variados detalles, lo que fue decisivo para reconocer a la escuela de Hlebine un alto nivel artístico, cuyas realizaciones encontramos actualmente tanto en las galerías públicas como también en las particulares en la gran parte del mundo. Los nombres como Generalić, Večenaj, Kovačić, Lacković-Croata, Rabuzin, cuvas obras, figuraron en dicha exposición, cotizan más alto en los mercados pictóricos mundiales (Generalić no pinta sobre vidrio). Vale destacar en esta oportunidad que ninguno de ellos cursó estudio alguno especial, relativo al dibujo o a la composición de colores. Cerrados dentro de sus aldeas y sus familias, estos campesinos realizaron obras artísticas, agradeciendo sólo a Dios y a su talento natural.

Teniendo presente todo esto, parecería sin importancia el hecho que sus realizaciones llegan al público internacional como "naifs yugoslavos", pues una gran parte del mismo conocería sin más que se trata de los artistas croatas y que el régimen hegemónico de Belgrado no les permite presentarse con su nombre nacional. Sin embargo no es así. Es de suma importancia que estos extraordinarios artistas se presenten y sean conocidos como artistas croatas. Si un deportista —un boxeador o un futbolista— es orgullo de una nación que no tiene ningún problema en cuanto a su independencia y soberanía ¿cómo se puede pasar por alto el nombre nacional de un artista o de un grupo de ellos que gozan una estima de alto grado artístico? El pueblo croata lucho desesperadamente contra un régimen de ocupación extranjero y comunista que trata de hacer desaparecer el nombre croata por donde lo puede hacer. ¿Es entonces sin importancia, si los artistas croatas se presentan o, mejor, son presentados al mundo internacional, como artistas vugoslavos?

Es un pálido consuelo que las obras de Ivan Lacković son firmadas, como lo acostumbra hacer el artista mismo, por: Ivan Lacković-Croata, ya que todo lo demás — un contorno de la muestra como "naîfs yugoslavos" y la aparición numerosa de los diplomáticos de Belgrado que lo vigilan, dejan una confusión casi irremediable en cuanto a la nacionalidad de aquellos artistas croatas. El capital moral de esta actividad termina en las arcas de Belgrado, mientras al mismo tiempo esa sede de la hegemonía servia suprime en Zagreb a la institución cultural croata más antigua —MATICA HRVATSKA— último refugio donde vivía el espíritu nacional, intocable hasta ahora por los regímenes más crueles y adversos a la existencia de Croacia. ¡Una maniobra de astucia y perfidia diabólicas!

Muchos órganos informativos argentinos —especialmente periódicos— han registrado o se han referido con elogios a esta exposición. Así, por ejemplo, el gran diario capitalino "La Prensa" y, de modo especial, la revista ilustrada SOMOS. En esta última hay nueve reproducciones de los trabajos a que nos referimos, y un texto explicativo del arte ingenuo y de su renombrada escuela de Hlebine. El firmante del texto es Eduardo Pogoriles, cuyas observaciones denotan a un autor —nombre real o ficticio— quien artísticamente entiende del asunto, a pesar de ciertas contradicciones en cuanto al alma colectiva de los campesinos croatas y lo "colectivo" que vendría a imponerse desde centros urbanos extranjeros. Políticamente Pogoriles o es un ignorante, o un consciente servidor del régimen de Belgrado, si bien su apellido parece ser un apellido croata. (Red. de la revista "S.C. ")

 

Un periódico esloveno sobre la revista "Studia Croatica"

"Sij Slovenske Svobode" — "Alba de la libertad eslovena", un periódico del tamaño pequeño pero denso de problemas rico por su contenido, en el número 1/1980, año XII, que se publica en Buenos Aires, dedica a "Studia Croatica" las apreciaciones que reproducimos a continuación en el idioma castellano: "Studia Croatica", revista trimestral de estudios políticos y culturales, editada por el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, redactado por el Dr. Francisco Nevistić, con su doble número 74-75 (96 páginas) diciembre de 1979, entró en el vigésimo año de su existencia. Es de admirar que la mayor parte de la colaboración tiene un carácter científico y que el redactor y sus colaboradores aportaron mucho" con esta magna obra en el sentido de hacer conocer a Croacia y a otros pueblos esclavizados en general; revelar la verdadera naturaleza y hechos de la tiranía comunista y despertar el autor por la justicia y la libertad. Además de la revista — ¡en veinte años casi 5.000 páginas! — el mencionado Instituto ha publicado también importantes obras: "Tragedia de Bleiburg", "Bosnia y Herzegovina", "Croacia y la actual Crisis de Yugoslavia" y "Croacia y su Destino" (Dicho número de páginas que se mencionan arriba abarca también estas obras. - Obs. de la Redacc. de S.C.).

"Nos alegramos sinceramente por estos extraordinarios éxitos y felicitamos a todos quienes han contribuído en tal sentido. Tienen toda razón para una conciencia tranquila por sus aportes a un gran objetivo: la libertad y el propio Estado croata.

"En la edición del diciembre último pasado vale destacar especialmente las declaraciones de los intelectuales croatas a la televisión sueca (continuación, donde hablan ex líder estudiantial Ivan Z. Chichak y el arzopispo de Zagreb, el Dr Franjo Kuharić); luego la disertación, panóramico-informativa, de P. Weissenberger acerca de la Comunidad Luropea y, por fin, repercusiones de los festejos del 1.100 aniversario del reconocimiento del Estado croata por el Papa Romano. Los juicios histórico-filosóficos y de derecho internacional, formulados en el artículo de fondo del redactor: "Espartas versus Atenas", nos llevan en lo substancial del peligroso desarrollo del mundo actual".

Nuestros hermanos eslovenos en el mismo número del mencionado periódico reproducen en castellano de nuestra revista "Studia Croatica" opiniones acerca del sistema autogestionario yugoslavo, formuladas por los escritores franceses Bernard-Henri Lévy y A. Meister.

 


De la vida del Consejo Nacional Croata

El Tercer Congreso (Sabor) del Consejo Nacional Croata en Londres

Después del primer Congreso del Consejo Nacional Croata en exilio, celebrado en Toronto, Canadá, del 4 al 8 de septiembre de 1975, y del segundo que tuvo lugar en Bruselas, Bélgica, del 6 al 10 de octubre de 1977, se ha llevado a cabo el tercer Congreso — Sabor — del Consejo Nacional Croata en Londres, del 18 al 21 de enero de 1980.

Los treinta consejales, que resultaron electos en los comicios generales realizados en todo el mundo, el 6 de octubre de 1979, se han reunidos en el hotel Tavistock de Londres por espacio de cuatro días. La atmósfera en la que se desarrolló esta reunión fue muy tensa tanto en lo referente a la política mundial como en lo que atañe a la situación interna y externa de Yugoslavia. En efecto, la ocupación militar soviética de Afganistán por un lado y la muy grave enfermedad del dictador y presidente vitalicio yugoslavo Josip Broz-Tito, que culminó, el 20.1.1980, con la amputación de su pierna izquierda por el otro, han despertado graves preocupaciones en las más altas esferas políticas occidentales, dando lugar a distintos vaticinios periodísticos en cuanto al futuro de Yugoslavia confrontada con la ineludible desaparición del ntás conspicuo factor antalgamador de su unidad política y territorial.

A los alarmantes titulares de la prensa londinense — "Tito: Crisis Hours" (Evening Standard del 16.1.1980); "Can unity survive Tito?" (The Sunday Tintes del 20.1.1980); "Tito: Guns on Alert" (Daily Express del 21.1.1980); "How vulnerable is Yugoslavia?" (The Times del 22.1.1980) para señalar tan sólo algunos — se plegaron las protestas oficiales yugoslavas ante el gobierno británico por haber permitido a los "terroristas" croatas realizar una asamblea" "secreta" en el territorio británico.

A pesar de las calumnias y mentiras contra los participantes del Sabor croata, infiltradas en la prensa local por los agentes oficiales yugoslavos, las autoridades británicas en ningún momento obstaculizaron el desarrollo del Congreso que se llevó a cabo según los planes pre-establecidos, de modo que la BBC (British Broadcasting Corporation) pudo filmar la sesión de la tarde del primer día del Congreso, 18 de enero de 1980, y grabar entrevistas con los consejales el Dr. Ivo Korsky de Buenos Aires, el señor Mario S. Dešpoja de Canberra, Australia, el Prof. Bogdan Radica y la señora Alojzija Buconjić de Nueva York.

Todas estas circunstancias y el hecho que varios estadistas occidentales hicieron pública su voluntad de dar apoyo incondicional a la integridad política y territorial de Yugoslavia, a su unidad nacional y su estatus del país no alineado ante la posible intervención soviética — a là de Afganistán, por tratarse del primer país no alineado con régimen "socialista" invadido por la Unión Soviética — influyeron, naturalmente, en la labor y decisiones del Congreso, encontrando su concreta reacción y expresión cabal en las siguientes declaraciones:

I — DECLARACION DE PRINCIPIO

El Congreso Nacional Croata declara que según el derecho natural y la Carta del Atlántico, y de acuerdo con los principios básicos de las Naciones Unidas, cada comunidad nacional conciente e históricamente constituída, tiene derecho a decidir por si misma su destino. Hoy en día, tal derecho puede realizarse solamente dentro del marco del propio Estado nacional independiente, fundado en la voluntad de todo el pueblo, libremente expresada y repetidas veces corroborada.

El pueblo croata, corno una comunidad históricamente formada y conciente, tiene el derecho inalienable a la libertad e independiente estatal.

El Consejo Nacional Croata, como ente representativo, democráticamente elegido, aboga por este principio sin claudicaciones y declara solemnenmente que Croacia no se contentará hasta tanto no se haya restablecido su Estado libre y soberano.

Como mienbro de la comunidad mundial de las naciones civilizadas, el pueblo croata tiene una única meta en común y un sólo deber: luchar con todos los medios por el restablecimiento del Estado croata, libre y soberano.

II — DECLARACION DEL CONGRESO (SABOR) DEL CONSEJO NACIONAL CROATA CON MOTIVO DE LA CRISIS DE YUGOSLAVIA

En el momento actual de crisis por la que atraviesa Yugoslavia, relacionada ésta con la desaparición del dictador Tito en un futuro inminiente, el Congreso Nacional Croata considera llegado el instante en el que se deben corregir las injusticias impuestas al pueblo croata en Teherán y Yalta. For lo tanto, declara que el pueblo croata no defenderá a Yugoslavia, sino que luchará al lado de aquellos en cuyos objetivos públicamente proclamados figurará el restablecimiento del Estado croata libre, independiente y democrático.

Los croatas de ambos sexos, que viven en su patria, deben resistir toda presión ejercida por Yugoslavia a fin de salir en defensa del presente Estado y deben estar listos para la actividad libertadora. Los croatas, hombres y mujeres en el extranjero, no deben regresar a Yugoslavia para evitar así la inclusión forzosa en las unidades militares yugoslavas.

El Consejo Nacional Croata requiere de Ias Naciones Unidas y de las naciones que defienden los principios de la libertad, independencia e igualdad para todos los pueblos, que ayuden al pueblo croata a eradicar definitivamente la causa de desorden e inestabilidad que encarna Yugoslavia, posibilitando su partición en Estados nacionales independientes.

Sólo una Croacia independiente y libre es la meta final de todos los empeños croatas.

III — DECLARACION SOBRE LA ESENCIA Y EL OBJETIVO DEL CONSEJO NACIONAL CROATA

1 — El Consejo Nacional Croata es un ente político, creado por Ias organizaciones nacionales croatas en el mundo libre, siendo su objetivo fundamental trabajar por la liberación de Croacia con todos los medios legalmente admisibles e internacionalmente reconocidos.

2 — Como ente extrapartidario, el Consejo Nacional Croata actúa públicamente dentro del orden político de los países en los cuales está registrado. Toda la actividad del Consejo Nacional Croata es pública, pues no tiene carácter clandestino o conspirativo, conto tampoco hace uso de medios de esta índole en su actividad.

3 — El Consejo Nacional Croata actúa como ente representativo común de todos los croatas sin consideración de las diferencias partidarias, ideológicas o gremiales, respetando la libre agrupación política de sus adherentes. El Consejo Nacional Croata les garantiza (asegura a todos sus adherentes) la libre expresión de distintas opiniones, con tal que las mismas se ajusten a la nieta general y común: libertad e independencia de Croacia.

4 — El Consejo Nacional Croata sustenta el criterio que, según la Carta del Atlántico y Ias diversas resoluciones de las Naciones Unidas, cada nación tiene derecho a la libertad e independencia y que, a tal fin, puede valerse de todos los recursos, incluso de las fuerzas armadas, si no dispone de otras posiblidades para lograr su libertad. Este derecho (de hacer uso de todos los recursos) asiste también al pueblo croata que está llevando a cabo la lucha libertadora en el extranjero con medios pacíficos y abiertamente, mientras en su patria con todos los medios posibles clandestinamente.

5 — El Consejo Nacional Croata apoya y defiende la lucha libertadora croata y representa ante el mundo libre a su pueblo esclavizado. Consecuentemente, él ha defendido y seguirá defendiendo a los activistas que bregan por la realización de la libertad y la independencia croata, para asegurar así el triunfo definitivo a su actividad libertadora.

En ocasión de las exequias de Nikola Milićević, asesinado por los agentes de UDBA (policia secreta yugoslava) en Francfort s/M, el 13 de enero de 1980, se ha advertido que algunos individuos irresponsables han declarado públicamente en nombre del Consejo Nacional Croata sin su autorización. Es por esto que el 21 de enero de 1980, el Congreso (el Sabor) formuló la siguiente:

DECLARACION ESPECIAL

"En nombre del Consejo Nacional Croata están autorizados a formular declaraciones solamente sus representantes elegidos en este Sabor. Todas las demás declaraciones en su nombre carecen de validez."

En la sesión del 20 de enero de 1980 el Sabor renovó sus autoridades, quedando los principales órganos del Consejo Nacional Croata constituídos de la siguiente manera: En la Presidencia del Sabor fueron elegidos el profesor Mirko Vidović (Lyon, Francia) como presidente, el señor Avdić (Australia) corno vicepresidente, el señor Kruno Mašina (Nueva York) como secretario, y los señores Ragib Zukić (USA) y Mario S. Dešpoja (Australia) como miembros. El Comité Ejecutivo lo componen el señor Janko Skrbin (Cleveland, USA) como presidente, el Dr. Ivan Jelić (Munich, Alemania) conto vicepresidente, el señor Hrvoje Lun (Nueva York) como secretario general y el señor Miro Gal como tesorero. La Comisión Supervisora de Cuentas está presidida por el Dr. Fray Castimir Majić (Chicago), siendo sus miembros los señores Dr. Mateo Meštrović (New York) y Kerim Reis (Toronto, Canadá). El Tribunal de Honor lo constituyen el Dr. Milan Blažeković (Buenos Aires) como presidente y los señores Dr. Vjekoslav Vrančić (Buenos Aires) y Dr. Ernest Bauer (Lauterbach, Alemania Occidental) como asesores.

Finalmente, el Comité Ejecutivo nombró en su primera reunión, celebrada en Londres, el 21 de enero de 1980, a los siguientes encargados: para las relaciones extranjeras al Dr. Mateo Meštrović (USA), quien a su vez nombró como asesores a los señores Dr. Radovan Latković (Buenos Aires) y Mario Dešpoja (Canberra, Australia); para el periodismo e informaciones, al señor Jakša Kušan, quien nombró como asesores a los señores Ivo Rumora (Canadá), Vinko Kuzina y Petar Radielović (USA), Ivo Kisić (America del Sur), Ivan Corić y Dinka Sidić (Australia), Nikola Kovačić (Alemania Federal) y la señora Marija Korenić-Lević (USA); para los asuntos políticos-militares al coronel Ivan Babić (Málaga, España); para las relaciones europeas al Dr. Ernest Bauer (Alemania Federal) y para las relaciones con el mundo islámico al señor Kerim Reis de Toronto (Canadá).

M. Blažeković

 

 

El Comité Regional en Buenos Aires del Consejo Nacional Croata desmiente una voz no autorizada

Bajo el título "Peligrosa amenaza de croatas exiliados" LA PRENSA del 7 de mayo de 1980 publicó una noticia de la agencia EFE, aparecida en el diario vienés "Kronenzeitung", en la cual el Sr. Tomislav Mičić aparece como "el vocero de los exiliados" croatas, manifestando `que los croatas mantienen "contactos muy comprometedores con el Kremlin" para preparar la lucha por el estado nacional croata'.

El Comité Regional en Buenos Aires del Consejo Nacional Croata, con fecha del 8 de mayo de 1980, dirigió una nota aclaratoria al diario LA PRENSA que la publicó en su edición del 10 de mayo de 1980 (Segunda sección, pág. 3) en los términos siguientes:

"Una entidad croata desautoriza al Sr. Tomislav Mičić"

'El Comité Regional en Buenos Aires del Consejo Nacional Croata con la firma de su presidente, Milan Blažekovic envió una nota para aclarar conceptos de la noticia de la agencia EFE de Viena, publicada el 7 de este mes, con título "Peligrosa amenaza de croatas exiliados", y en la que se denomina al señor Tomislav Mičić, como "el vocero de los exiliados croatas".

"Al respecto, la entidad declara que el 5 de mayo de este año "envió una declaración a los medios de difusión de nuestro país, en la que se ponen de manifiesto los fines de la lucha croata — dice —, por la independencia nacional y se aclara cuáles son los medios para conseguirla ('La Prensa', del 6 de mayo de 1980, página 2)".

"Agrégase que el Congreso del Consejo Nacional Croata que sesionó en Londres entre el 18 y el 21 de enero pasado, "ha desautorizado las extralimitaciones del señor Tomislav Mičić " y finaliza considerando que "tanto el señor Mičić como tambien sus amigos políticos pueden hacer declaraciones sólo en nombre propio y no como representantes de los exiliados croatas, cuya mayoría — puntualiza —, no aprueba sus supuestos contactos con la Unión Soviética".

 

 

Declaración croata en la Argentina

Con motivo de la muerte del presidente yugoslavo, Josip Broz-Tito, "La Prensa" publicó, en la página 2 de su edición del día 6 de mayo de 1980, una comunicación que la Comisión Regional Argentina del Consejo Nacional Croata hiciera llegar el 5 de mayo de 1980 a todos los medios de información de la Capital Federal y agencias noticiosas en la República Argentina.

En efecto, bajo el título "Declaración croata en la Argentina" el prestigioso periódico capitalino escribe:

"La Comisión Regional Argentina del Consejo Nacional Croata con sede en Nueva York, dio a conocer una declaración ante el fallecimiento del presidente de Yugoslavia, mariscal Josip Broz, Tito. Lleva las firmas de Janko Skrbin y Hrvoje Lun, presidente y secretario respectivamente.

"Señala el Consejo Nacional Croata que "ante la muerte del dictador yugoslavo Josip Broz, Tito, la entidad declara:

"1) Yugoslavia es un estado imperialista, artificialmente creado, que se ha mantenido a través del terror y la represión de la mayor parte de sus pueblos componentes, y principalmente contra la voluntad del pueblo croata. Todos aquellos que creen o afirman creer que este tipo de estado es fuerte y es un factor de estabilidad mundial, están equivocados o ignoran los hechos. Una política tan miope está inevitablemente destinada al fracaso.

"2) El pueblo croata bajo ninguna circunstancia defenderá a Yugoslavia, a la que considera su prisión. Aquellos que deseen mantener la paz y la estabilidad en el sudeste europeo y un equilibrio entre los bloques de Europa, deberán tomar en cuenta las aspiraciones e intereses nacionales de los croatas.

"3) El pueblo croata pretende la autodeterminación y su estado independiente que incluya todas la regiones étnica o historicamente croatas para vivir en paz con sus vecinos. Para alcanzar estos objetivos los croatas desean y aceptan la colaboración de todos aquellos que quieran ayudarles a establecer un estado de Croacia libre, democrático, independiente y neutral".

 

 

Problemas eslovenos

Al referirse al vigésimo aniversario del "Slovenski Glas", un otro periódico esloveno en la Argentina, luego de reconocerle méritos en el propagar la verdad sobre Eslovenia y especialmente sobre su cultura, "Sij Slovenske Svobode" le reprocha ciertas autoloas que no corresponden a la realidad, especialmente en lo que se refiere a la afirmación de "Slovenski Glas" de que nadie no tenía coraje de defender a Eslovenia (después de la última guerra), atribuyendo a si mismo la primacía en tal sentido.

"Sij Slovenske Svobode", sometiendo a su crítica juicios de "S.G." acerca del programa croata de Ante Ciliga, subraya una grave contradicción en los mismos, pues en primer término afirma su autor que es absurdo hablar de "los comunistas democráticamente orientados" (según Ciliga) y luego añadir que exista "la diferencia (substancial) de que en un Estado realmente democrático pueda existir también el partido comunista..."."De ninguna manera", comenta "Sij Slovenske Svobobe". "El partido comunista pueda existir sólo en la democracia formal, inauténtica y suicida. En una democracia auténtica no hay libertad para asaltantes, homicidas y criminales comunes".

La observación más importante a cuenta de "Slovenski Glas" que hace "Sij Slovenske Svobode" se refiere a las loas de un sacerdote esloveno Rode. Este en su conferencia "El verdadero cristianismo entre nosotros hoy y mañana", hizo un equivacado reconocimiento a la Iglesia Católica en Slovenia de hoy, avalado por "Slovenski Glas" al decir que la Iglesia eslovena en "la patria hizo un gran paso adelante, que ha sacudido todas las hipotecas del pasado y se convirtió ante todo en una Iglesia verdaderamente de Cristo". De acuerdo con esta afirmación, acota "Sij Slovenske Svobode", la Iglesia eslovena no habría sido antes la Iglesia de Cristo. Con semejante juicio, termina "Sij Slovenske Svobode", "entró en el pantano del modernismo y el tercermundisto "Slovenski Glas" también, atribuyéndolos en el mismo artículo a ciertas agrupaciones de emigrantes".

Por parte nuestra croata señalarnos que "Slovenski Glas" sigue defendiendo todavía a Yugoslavia, mientras "Sij Slovenske Svobode" y "Smer v Slovensko Dríavo", los tres con sede en la Argentina, son adversarios de dicha orientación de "S.G.", superada por una muy negativa experiencia durante más de medio siglo de la existencia de Yugoslavia, tanto en su forma monárquica como en la actual comunista. El señor Stane Buda, refiriéndose justamente a esta experiencia, pronunció un importante discurso en la reunión de los representantes del Movimiento por la independencia y soberanía de Eslovenia, efectuada el 9 de diciembre de 1979 en San Justo, Provincia de Bs. Aires. Buda en tal oportunidad, entre otras cosas, dijo también lo que sigue: "Se celebra también el 29 de octubre de 1918 como el día de la libertad a pesar de que resulta claro a todos que en esa fecha hemos pasado de una hegemonia bajo el poder de otra y esta última, "yugoslava", nos había prohibido tanto el nombre como también la bandera nacionales. Si todos los eslovenos en la emigración acepten el ideal actual de nuestro Estado soberano, el día 29 de ocubre de 1918 resultaría más como un día de tristeza que un día de alegría, pues las consecuencias de las decisiones de entonces son muy evidentes".

Hablando de Domobranstvo (ejército esloveno) Buda acotó: "Las banderas eslovanas, el idioma eslovano de comando etc. dieron a Domobranstvo el aspecto del verdadero ejército nacional esloveno. En efecto Domobranstvo fue un verdadero mosaico en que fueron representadas las corrientes y anhelos diferentes, pues nuestro "viejo" Domobranstvo no tuvo un programa político-nacional unitario. Además, el conocido "3 de Mayo" de 1945 anuló sus aspectos eslovenos, porque ese "falso ejército esloveno" se convirtió entonces nuevamente en una parte del ejército real (dinástico) yugoslavo".

"La conciencia nacional eslovena, despertada nuevamente por nuestro "Domobranstvo", se vería reforzada, si los sobrevivientes domobraci (soldados, individualmente tomados de "Domobranstvo"), si todos que por fuerza prestaron servicio militar en el ejército alemán y todos los demás que estaban en campos de concentración, etc., abrazaran como suyo a nuestro más alto ideal de la soberanía y la independencia en un Estado esloveno, este "Domobranstvo Nuevo" — y en memoria de los "domobranci" caidos, tenemos el deber de mantener este nombre — podría con facilidad actuar dentro de nuestro Movimiento, siendo ya claro que todos quienes son por una Eslovenia soberana asi mismo deben ser por su propio e independiente ejército. ¡No hay uno sin otro!

"Si nos consideramos eslovenos nacionalmente concientes, debemos aceptar necesariamente como nuestro el programa estatal-jurídico asi formulado..."

"Nuestra 'Madre Patria' debe ser solo Eslovenia y ningún otro país o tierra. Ante el mundo entero Eslovenia será "Nuestra Madre Patria" recien cuando habrá sido reconocida como un Estado Independiente. De todo esto sigue lógicamente que debemos lograr la lndependencia y que, si nosotros mismos — tanto como la generación actual o como hijos de los hijos — no queremos tener nuestro Estado independiente esloveno, nunca lo tendremos.

"Aquí celebramos el "25 de Mayo" como el día de la libertad argentina y el "9 de julio" como el día de Independencia. Nuestro "29 de octubre" fue un debil reflejo de este "25 de Mayo", mientras nuestro "9 de Julio" es una vez más como un objetivo inalcanzado. Dios quiera que este "9 de Julio" esloveno llegue cuanto antes..." ("Smer v Slovensko Državo, N° 83/79, Buenos Aires).

Nos adherimos sinceramente a estas ideas e ideales, deseando a nuestros hermanos eslovenos para que los vean realidad cuanto antes en estos días turbulentos después de la desaparición del dictador Tito. (F.N.)

 

Necrológicas

Nos ha abandonado el Prof. Dušan Žanko

in memoriam

La muerte del profesor Dušan Zanko, que sobrevino el día 28 de enero del año en curso, ha empobrecido a la emigración croata. Especialmente aquella intelectual, pues Žanko fue ante todo un auténtico intelectual. Su interés por los problemas escatológicos fue permanente, vivo e inextinguible. Aquel interrogante heideggeriano ¿por qué hay algo y no más bien nada? fue la idea central y una fuerza misteriosa que dominaba a su personalidad durante toda la vida. Si estoy aquí entre estas cosas que llamamos "algo" qué soy yo y cuál es mi destino final entre ellas?

Si bien nuestro amigo y colaborador se dedicaba al estudio de la filosofía, consiguiendo un apreciable grado de erudición filosófica, su asidero intelectual y humano en general nunca se alejaba de la fe cristiana. La filosofía en todas sus corrientes, matices o escuelas no lo satisfacía. Le daba la preferencia en sus estudios no por esperar una solución definitiva de los interrogantes que lo atormentaban, sino sólo como a un incentivo, una dinámica y un impulso constante para preguntar, buscar, estar despierto. La fe —el cristianismo, el catolicismo—fueron para él el refugio más seguro, la respuesta más completa y tranquilizadora.

Žanko fue también un ardiente patriota. Los sufrimientos del pueblo croata bajo la tiranía granservia necesariamente repercutían en su alma tan sensible por todo lo que significa el sentido, el derecho o la justicia. "Si logro consolidarme en esta nueva posición (profesor universitario en Maracay, Venezuela — Obs. de SC), terminaré la segunda parte de mi estudio sobre Stepinac" , escribe a un amigo personal. "Aquí daré aspectos de todos los problemas fundamentales de la teología de la historia, el sentido del sufrimiento del Justo y de la esperanza en la victoria de los hijos de Dios, como también el misterio del mundo en general, ya que no está escrito en ningún lugar, que el Señor estarla con los victoriosos; para esto necesitamos otros criterios y, por fin, hay que plantear también la cuestión del sentido de la historia de las naciones... " (Krsto Spalatin, El Prof. Dušan Žanko (1904-1980) — Historia de una amistad, mis recuerdos sobre D. Žanko, en "Hrvatska Revija - La Revista Croata", N° 1, 1980, año 30, pág. 53).

Como casi siempre en la vida humana, mientras trataba de "consolidar" su vida y la de su familia (primum vivere...) sobrevino la muerte, cortando todos los proyectos de trabajo que todavía sonaba realizar. Algunas destacadas personalidades de la cultura, la política y la historia en general de Croacia, atraían a su espíritu, sintiéndose obligado a dedicarles una serie de estudios en forma de ensayos. Creía que de esta manera podría dar más que en las obras de armadura factográfica pesada que a menudo cubre en lugar de hacer evidentes verdades fundamentales y orientadoras para la vida de la comunidad. La Providencia lo llamó a su seno, quedando truncos sus proyectos terrenales, pero, estamos seguros, que su madurez para una vida eterna y feliz fue perfecta para pasar a la Eternidad. Su obra y su ejemplo de un hombre de fe, de bien, de cultura y de bondad servirán de inspiración a otros que vienen para redimir y liberar a su pueblo croata, lo que él personalmente no pudo ver realizado. Sus escritos, publicados y que esperan su publicación, continuarán con la misión de su autor, quien —y él lo sabía bien— actuó de acuerdo con los planes de Dios que no son siempre idénticos con los nuestros. Nada hay de definitivo y perfecto en nuestra vida, sino sólo un permanente esfuerzo para intentar descubrir, descifrar e imitar los indicios divinos en nuestra vida terrenal.

El prof. Žanko durante toda su vida fue este "investigador" y un fiel cumplidor de dichos indicios tanto en lo referente a la vida humana en general, como también en lo politico y cultural de su nación croata. Su memoria sobrevivirá no sólo en nuestros corazones, sus coetáneos, sus mayores o menores de edad, sino también en las generaciones futuras que siempre para su actuación recurren a las fuentes de inspiración del pasado. Una vida intelectualmente despierta y moralmente intachable servirá en tal sentido para quienes retrospectivamente se encuentren con la personalidad histórica de Žanko y con obras que son fruto objetivo de su noble espíritu.

La Redacción de la revista "S.C." guardará la memoria de su estimado colaborador deseándole un descanso eterno entre los justos en el seno del Señor y expresando sincero pésame a sus familiares.

F.N.

 

 

In Memoriam del Señor Demetrio Weble

Con gran sorpresa y una conmoción interna, sincera y de amigos, hemos recibido a mediados del mes de enero ppdo. la noticia de la muerte del Sr. D. Weble, redactor principal del periódico esloveno "Smer v slovensko državo", que se publica mensualmente en Buenos Aires desde ya 15 años.

El Sr. Weblé, abogado y ex alumno de la Universidad Croata en Zagreb, fue un sincero, apreciado y querido amigo de los croatas. La Redacción de la revista "Studia Croatica" fue su lugar de preferencia para intercambiar ideas y noticias que nos interesaban a los eslovenos y los croatas que vivimos en la República Argentina después de la subida al poder en Yugoslavia del dictador Tito, recientemente desaparecido. Ei Sr. Weblé, un hombre de amplia cultura y experiencia, buen conocedor de los problemas económicos, junto con un grupo de sus amigos eslovenos, colaboró con nosotros croatas, elaborando y suscribiendo en común peticiones y memoranda a varios organismos internacionales, interpretando hechos de singular importancia en la Yugoslavia comunista y abogando por la libertad de nuestros dos pueblos — esloveno y croata respectivamente.

Durante la última gran guerra, cuando Eslovenia fue ocupada y dividida por las fuerzas ítalo-alemanas, el Sr. Weblé, dentro de un margen muy reducido en que pudo moverse, se alistó a los patriotas eslovenos anticomunistas, defendiendo con armas en mano el derecho a la libertad de su pueblo y para impedir la creación de una Yugoslavia comunista. La nefasta coalición de Occidente con la Rusia de Stalin fue fatal también para dichos patriotas eslovenos — matados unos 12.000 por los partizanos de Tito al finalizar la guerra — y para nuestro amigo Weblé, quien se salvó casi por el milagro.

En la República Argentina radicalizó su postura anticomunista y antiyugoslava, dedicándose fervorosamente a la organización del Movimiento esloveno por la independencia nacional. Este hombre mesurado y dueño de sus emociones y conocimientos nunca fue exagerado, pero por eso más constante y apegado a las ideas y sus colaboradores, con quienes cultivaba la fe en la resurrección de un Estado soberano del pueblo esloveno. Conociendo bien circunstancias en que luchamos también nosotros los croatas por un ideal similar, trató de acercar unos a otros, tejiendo contactos personales y de grupos con el objetivo de luchar juntos contra la tiranía de Belgrado.

Con la desaparición de Weblé, el pueblo esloveno ha perdido a un hijo fiel y a un luchador incansable, mientras nosotros los croatas a un amigo que nunca claudicaba en comprendernos y ayudar en nuestra lucha nacional.

¡Que Dios le de el descanso eterno en su seno y nosotros guardaremos sus recuerdos imborrables en nuestra memoria! (F.N.)

 

Documentos

Cabalgando rumbo a Foca (*)

(25 de enero de 1942)

Adil Zulfikarpašić (**)

Bosnia y Hercegovina constituyen el eje, el problema central de la Yugoslavia, tanto monárquica con anterioridad, como también comunista en el momento presente. Dichas provincias son croatas étnica e históricamente a partir de la llegada de los croatas a las orillas orientales del Adriático en el siglo VII hasta hoy. A raiz de los graves inconvenientes históricos —la presión bizantina por un lado y la romana por el otro, las rivalidades de Venecia y de Hungría y por fin la penetración y la ocupación turca de aquella parte de Europa— alejaban a dichas provincias del resto de las tierras croatas sin apagarse jamás por completo la conciencia de su población en cuanto a su pertenencia al tronco étnico croata. Si bien es así, los cuatrocientos años de la dominación turca, el abrazo del Islam por parte de un considerable porcentaje de la población (especialmente por parte de los patarenos o "bogumili") — impidieron que Bosnia y Hercegovina se integraran en una firme unidad nacional croata en el sentido de nacionalidad moderno.

Desde la formación de Yugoslavia en 1918, es Belgrado que se opone enérgicamente a dicha integración. De acuerdo con la estadística oficial de la Yugoslavia comunista del año 1971, el porcentaje de la población de Bosnia-Hercegovina es el siguiente: Musulmanes (en el absurdo sentido de la nacionalidad, impuesto por la capital servia, oponiéndose a la realidad de que dichos musulmanes son croatas) el 39,6%, los servios el 37,2% y los croatas católicos el 20,6%. Unidos, los musulmanes y los católicos croatas, superan el 60% del total. Permitido y aceptado este hecho, se haría ilusorio el sueño secular servio para incorporar a dichas provincias en una gran Servia, pués sin esto ellos son allí una minoría. Medidas políticas, económicas, administrativas y todo un aparato "científico" deberían obstruir e impedir un desarrollo natural de la integración nacional del signo croata.

Dichos "científicos" deberían forjar argumentos para justificar medidas concretas que Belgrado viene aplicando de acuerdo con sus viejos planes de expansión. Asi uno de ellos en su libro "De la tradición hasta la identidad", Sarajevo 1974, fue encargado por sus amos de Belgrado de comprobar que nunca en el seno de la población musulmana en dichas provincias hubo un movimiento que podría tener el carácter espontáneo de la integración de los musulmanes de Bosnia-Hercegovina en una comunidad nacional con los demás croatas. A pesar de su "buena voluntad" de servir a los propósitos granservios, su libro, por fuerza de los hechos históricos, da pruebas a la inversa. Así, por ejemplo, a pesar de que Bosnia-Hercegovina fueron ocupadas en 1878 por Austria (los generales y la gran parte de las unidades militares fueron croatas) lo que privó a la clase política, digámoslo asi, que tenta el poder en sus manos, la población musulmana con sus líderes más prominentes se identificaban cada vez ntás con los croatas católicos en el sentido político-nacional.

El autor de dicho libro recuerda varios momentos transcendentales en este sentido. En 1900 con motivo de la consagración de la bandera croata en el Coro Croata "Trebević" en Sarajevo, la elite musulmana se hizo presente y con gran entusiasmo participó de la fiesta. La delegación croata de Zagreb fue recibida en la principal estación ferroviaria en Sarajevo por un centenar de los musulmanes más descollantes, especialmente por parte de la juventud. En el banquete hubo 80 musulmanes más representativos y un número de estudiantes que impresionó al informante del gobierno croata y austro-húngaro tanto que en su informe escribía: "...la juventud escolar musulmana (en todos los colegios — enumera sus orientaciones. - Obs. de la Redac. de SC) en su gran mayoría se siente como croata". En Mostar, capital de Hercegovina, en un instituto para los estudiantes, casi todos son de orientación croata.

En 1911 fue concluido un pacto entre los musulmanes y católicos croatas. En su punto N° 7 se habla de una colaboración recíproca "entre los musulmanes y católicos croatas", defendiendo sus intereses comunes y dejando la libertad de acción en los asuntos que se caracterizan por su marco específico, proveniente de la diferencia religiosa. Cuando en 1912 se produjo un caso culminante de la agresividad austro-húngara contra la autonomia de Croacia y a raíz de un atentado contra el representante de dicha autoridad central, hubo graves represalias de las mismas en la Croacia, lo que provocó a su vez demostraciones de protesta en todas las tierras croatas. Los musulmanes de Bosnia-Hercegovina se adhirieron con entusiasmo a estas protestas, si bien las mismas podían redundar en su perjuicio.

La misma espontaneidad de los musulmanes de BH se manifestaba durante todo el lapso de la existencia de la Yugoslavia monárquica. En las elecciones para la asamblea constituyente de 1919, de los 23 diputados musulmanes, 15 de ellos se declararon croatas, 2 servios, 5 neutrales y uno como Bosníaco. Este mismo fenómeno se repetía en las elecciones parlamentarias de 1923, 1925 y 1927. Se repetía no obstante todos los privilegios o atemorizaciones con que procedía Belgrado para alejar a dicha población musulmana del resto del pueblo croata y someterla a su poder y al proceso de asimilación.

Todos los intentos servios, no obstante, quedaron frustrados. En 1941, al declararse la Independencia de Croacia. los musulmanes de BH con entusiasmo aceptaron el hecho, sacrificando centenares de miles de vidas como soldados croatas, mientras sus hombres representativos cubrían puestos de la más alta jerarquía en el Estado Croata: de viceprimer ministro, de relaciones exteriores, de comunicaciones y de bienestar social, sin enumerar otras funciones en todas las ramas de la vida pública de Croacia.

Belgrado observaba con suma atención los hechos. Frustrados todos sus métodos de intimidación, corrupción o persecuciones, durante la última gran guerra volvió a la aplicación de sus viejos métodos — la exterminación física de los "turcos". El principal encargado para cumplir esta inhumana tarea fue Draža Mihajlović, falsamente ensalzado como héroe y defensor de una Yugoslavia libre contra la "ocupación nazi fascista".

Sin entrar en este reino de creadores de mitos en su peor sentido, lo que demostraría a Mihajlović como colaborador con "nazi-fascistas", reproducimos el texto del Sr. Adil Zulfkarpasíć, un testigo ocular y auténtico de los crímenes servios contra la población musulmana y, parcialmente, católica sólo en su ciudad natal.

El autor y su familia, él lo reconoce, nunca se sentían croatas y él personalmente desde el comienzo del movimiento guerrillero de Tito, participó del mismo hasta convencerse de que todo fue una mentira y la única realidad que quedó fue el odio servio para con los musulmanes y católicos de BH que nada querían y no quieren oir del intento de incorporarlos en una gran Servia y dejarse asimilar, junto con sus hogares, en la comunidad nacional yugoslava, hábilmente presentada al mundo extranjero como una unidad nacional yuguslava, garantizando a todos la libertad e igualdad en un espíritu de "fraternidad y unidad", este vacío slogan del desaparecido líder del comunismo "yugoslavo", dictador, rey del comunismo y un bonvivant, dejando después de su enigmática muerte al pals en condiciones que son todo antes que favorables, tanto en lo que atañe a las relaciones de las naciones y nacionalidades de "su país", como también en cuanto al futuro y la paz en aquella parte del mundo, tan importante en la actual crisis política internacional.

Esta información está confirmada por dos hechos recientes: la destitución del director del periódico musulmán "Preporod", nombrando otro de orientación procomunista, similar a la de "Oslobodjenje" — "La Liberación". Tito no previó puesto alguno para musulmanes de BH en el cuerpo colegiado que conducirá al país. — Sigue el texto de Zulfikarpašić:

El ritmo de mi corazón se aceleró por la emoción, cuando oí que hoy mismo debía viajar a nuestro Cuartel General en Foča. Fui llamado allí por Tito. Foča es mi distrito natal. Allí está mi madre junto con cuatro hermanas. Allí vivía también mi hermano, quien, como me informaron hace unos días, fue degollado por "četniks" servios (***). Cómo pudo suceder eso, no lo entendí. Mi hermano vivía en buenas relaciones con muestros vecinos servios. Politicamente no se destacaba. Nadie de nuestra casa se fue a Ustaša (****). Tampoco nadie estaba en el ejército regular croata. Yo personalmente estaba desde el comienzo con los partizanos. Todo lo que digo es conocido por todo el mundo en Foča. Sobre el río Drina fue cometida una masacre como jamás se ha oído. De la misma se supo en el país todo. Si las destrucciones y el derramamiento de sangre hermana fueron de tales proporciones como se ha contado, o si la gente sólo exageraba sobre el particular, de todo esto debía informarme personalmente como un testigo ocular.

Conmigo cabalgaban hacia Foča Rade Hamović, comandante de grupo, Pero Kosorić, jefe de un batallón y algunos cuantos acompañantes más. En el tramo de camino ante Dropolje y Poljica nos esperaban casas quemadas y un mundo desierto y desolador de las aldeas musulmanas. Hace apenas un mes cuando nuestro grupo pasó por aca, los moradores nos ofrecían frutas desecadas, pan y mermelada, mientras chicos corrían alrededor nuestro, pidiéndonos les regalaramos algunos lápices.

Un chico de ojos grandes, color castaño, me tiraba del cinturón gritando: "¡Helo, camarada comisario!" — "¿Cómo sabes que yo soy comisario?" — Oí de esta gente de aquí. Si deciden pasar la noche aqui ¿no quieres venir a dormir en nuestra casa?" — Otra vez, le dije, hoy tenernos que perseguir a los italianos y te voy a ver en otra oportunidad."

¿Dónde están ahora esos chicos? ¿Dónde sus madres y padres? En el camino nos venía al encuentro un campesino. Por su traje puedo decir fácilmente que era servio.

"¿Qué pasó, viejo, con esta gente?"

"¿Qué gente?" - preguntó, haciéndose ajeno al asunto.

"De Poljica y Drača, de esas casas", mostrándole con las manos a dichas casas quemadas.

¿Con turcos, a...?" - como si se acordara. "Los han exterminado, hermano, incluso exterminaron sus semillas mismas. Los arroyos están repletos de cadáveres y, si los perros no los comen, en la primavera toda esta podredumbre producirá tremendo mal olor. Podríamos ser víctimas de una epidemia. Yo por mi parte dije a vojvoda" (una especie de capo de chetniks) Klarić: "Socavad fosas y que los entierren; obligadlos a cavar sus propias tumbas!" El me contestó: "No tenemos tiempo, hombre, porque de un momento a otro pueden aparecer partizanos. Allí están por llegar de Jelce". "Ustedes los han impedido a hacerlo. Así nuestra gente puede enfermarse del mal olor".

En 1941 hubo una mayoría enorme con partizanos. El odio para con ustaša fue transferido a todos los católicos y musulmanes. El Partido y todos nosotros no hicimos mucho para cambiar este estado. Recordé entonces a Pero de su discurso que dirigió al batallón de Kievo, oportunidad en que explicaba motivos por qué el ex comandante "Boro" — en realidad un musulmán, Atif Bešlić — fue removido de allí. Fue, como musulmán, persona no idónea. Su puesto fue cubierto por Vojislav Djokić, hijo de un pope servio, ex mayor del ejército yugoslavo (monárquico). La condición de hijo de un pope fue destacado por el mismo Pero. No extraña, en consecuencia, que los servios por eso consideren que ser musulmán significa ser menos que servio.

"Esta fue sólo una maniobra, porque me enteré que el batallón se rebeló teniendo como comandante a un musulmán", agregó Pero.

"Entonces fue más conveniente explicarle el asunto y no hacerle complacencia", dije yo.

En Miljevina encontramos un tremendo espectro. Cerca de un arroyo, por donde teníamos que transitar a caballo, estaba un montón de cuerpos de las mujeres y los niños degollados. Encima había caído la nieve. De abajo de la misma aparecían piernas, cabezas, manos y espaldas. Los cadáveres fueron desfigurados, hinchados. La nieve que se derretía fue rosácea y gris por la sangre y podredumbre. Según los restos pudo comprobarse que las aves de rapiña despedazaban y tiraban a los cadáveres. En varios lugares hubo destrozos de cuerpos y las aves comían de los mismos la carne humana. Se desprendia un mal olor en el aire porque el sol brillaba ya varios días. En la valle hubo algunas casas destruidas por el fuego.

Cabalgando por el camino hacia Foča encontrábamos aldeas quemadas por todos los lados: Las aldeas de Daničići y Sutjesno estaban quemadas por completo. Sus moradores que no escaparon a tiempo, fueron fusilados o degollados. En todo ese trayecto no encontramos ni un solo musulmán o musulmana. Yo creía al principio, que la mayoría había escapado, mientras los demás se habían escondido hasta que no comprobaran la posición que habrán de tomar los partizanos en cuanto a su suerte. Pero ¿dónde están? Antes había en el distrito de Foča el 67% de musulmanes.

Me atormentaba la cuestión ¿en dónde habrían podido esconderse en esta época de invierno tan riguroso? ¿Cómo la pobre gente sufre y hasta cuándo podrá aguantar? Me subían ante los ojos los tremendos escenarios que vi en esta guerra.

Me liberé de estos pensamientos que me oprimían, cuando Rade exclamó: "¡Foča!" Desde una curva que se halla de abajo de la fábrica de tabaco, vi lugar de mi nacimiento. ¡Que alegría me causaba al verlo cuando regresaba allí durante mis vacaciones escolares! Esta vez deseaba pararme un poco. En mi alma hubo tristeza y miedo. Me parecía que este magro caballo bosniaco me llevaba a un espantoso abismo contra mi voluntad. Intenté dominarme. Del otro lado de Drina se extendía, como un espectro, la linda y pintoresca ciudad de Foča de antaño. En lugar de techos rojos, casas blancas y de jardines multicolores, aparecían desde abajo de la nieve negros restos de quemaduras. En el puente nos esperaba la patrulla. De la ex aduana salió un partizano. Lo reconocí, fue Vojin Božović, montenegrino. Trabajó un largo tiempo en Foča y fuimos buenos conocidos. Nos saludarnos con apretón de mano sin pronunciar palabras. Pasamos el puente caminando. El puente estaba todavía manchado de sangre. De abajo del puente, pendían de las paredes de las casas estalagmitas de sangre como en el reino del Príncipe de infierno. Bajo este baldaquín tremendo el río Drina balanceaba cuerpos exánimes corno si quisiera hacerlos dormir. Allende del rio yacían cadáveres hinchados de mujeres, niños y de otra gente vestida de civil o de campesinos regionales. Algunos de los muertos estaban desnudos.

"Aquí sobre el puente se ejecutó el degüello de los hombres...", me aclaraba Božović, el capitán. Sergio Mihaljević y el comandante de la localidad, el prota (sacerdote servio ortodoxo) Vasilio Jovičić dieron la orden para que se procediese al arresto de todos varones musulmanes. Más tarde, todos que superaban la altura del fusil de caballería, fueron degollados. En general, la gente fue ejecutada por todos los rincones: en las casas, los patios y en calles. Luego llegaron a su turno mujeres y niños. El río Drina echaba cadáveres afuera. Para impedirlo, les cortaban las barrigas para que se hundiesen".

¿Quién hizo esto?", preguntaba yo.

"En su mayoría los conciudadanos de la localidad y los "četniks" servios, pero hubo poco de estos últimos. Los "četniks" entraron sin lucha y la resistencia y de la misma manera se fueron. Cuando llegó nuestra brigada y un grupo de Kalinovik (también una localidad de Bosnia), los "četniks" servios y algunos de la misma Foča se fugaron, mientras los demás se quedaron sin que nadie los molestara. Así, durante seis meses, hubo sólo 12 personas que se plegaron a la invitación para que colaboraran con el régimen de "ustaša", mientras durante ocho horas, casi la totalidad servia se convirtió en "četniks", iniciando la matanza de todos sin distinción alguna y sin preguntar por la culpa o no de sus víctimas. No pudo encontrarse ni doce personas entre dieciseis mil servios para tomar bajo su protección por lo menos a un solo musulmán, a su familia o sus bienes de entre ocho mil musulmanes matados en el distrito de Foča. Esta es una mancha que nadie podrá borrar de la cara de sus conciudadanos servios. Es un crimen que no tiene parangón.

"Nací en esta ciudad, crecí junto con servios. Entre musulmanes y servios regían las relaciones correctas de vecinos. En Foča no hubo bares ni restaurantes aparte, pues por dondequiera vivíamos mezclados; los servios frecuentaban nuestras organizaciones y actos públicos y nosotros, a su vez, las de ellos. Algunos años antes de la segunda guerra mundial fue fundada la sociedad de "četniks". Sus socios recibieron fusiles, de vez en cuando marchaban en uniformes servios y, a decir verdad, nos amenazaban. Durante siete meses de la existencia del poder del Estado Croata, de treinta y ocho mil musulmanes del distrito de Foča, sólo doce personas se incorporaron al movimiento "Ustaša". Esto fue así, especialmente, porque "ustaši" eperaban con slogans antiservios. Esta gente a su vez fue un elemento marginado y proletarizado, que de ningún modo pudo representar a los musulmanes. Durante esos siete meses se procedió sólo al arresto de unas veinte o treinta personas: posiblemente todos fueron fusilados. Fueron llevados a Sarajevo, lo que provocó un malestar entre los musulmanes. Yo personalmente se, que muchos hombres de consideración intervenían para liberarlos. Ni un solo ciudadano de renombre de Foča por nada aprobaba el proceder de los "ustaša". En la misma ciudad nadie fue fusilado, nadie fue saqueado y a nadie se hizo el allanamiento.

Desde el puente Donje Polje el espectáculo en nada fue mejor. Las casas que no fueron quemadas, estaban sin ventanas y puertas y parecían estar abandonadas. Pero, no obstante, la gente circulaba. Encontraba a las patrullas de partizanos y a civiles. Con dificultad pude reconocerlos, pues todos parecían cambiados. Cerca del bar de Guičić hubo una gran cola de las mujeres musulmanas, de niños y alguno que otro hombre de mayor edad. Todos tenían recipientes en sus manos. Evidentemente algo se distribuía allí. Quise hablar con algunos. Descendí del caballo y me separé de mi comitiva.

"Llegaré poco más tarde", les dije.

Difícilmente reconocía las caras. Me miraban obtusamente y sin expresión. Sin entusiasmo o de odio. Uno pudo fácilmente darse cuenta que habían pasado momentos de tremendo espanto.

"¿Qué están esperando?" preguntaba yo.

"Nos distribuyen una especie de caldo de frutas secas".

Se separó de la fila Ferida Mulabdić, estudiante de medicina, una simpatizante nuestra (de guerrilleros comunistas. - Obs. del traductor). Apenas pude reconocerla. Su cara se había hundido. El brillo de sus ojos se había apagado. Deba impresión de haber envejecido. La invité a que me acompañara.

"Espera hasta que reciba el caldo, pues mi madre está con hambre, y yo tampoco he comido desde hace mucho".

"Ven conmigo, pues mi comitiva tiene algo para mí y compartiremos. Te ruego me cuentes cómo sucedió todo esto".

"¿Qué te puedo contar? Ya lo ves tú solo. Uno no sabe por dónde empezar". Del lado nuestro algunos viejos musulmanes llevaban a sus muertos. No tenían ni un caballo, por lo cual algunos tiraban y otros empujaban.

"Como ves, hace casi unos diez días que pasa esto, desde que llegaron los guerrilleros. La gente está recogiendo a los muertos y los sepulta".

Llegamos al puente Čehutin.

"Aquí todo sucedió de repente. Está preparándose el ataque de los partizanos, se murmuraba. Al alba un regimiento de domobrani (ejército croata regular) y unos pocos "ustaša" abandonaron a Foča y se retiraron hacia Broca, porque los italianos les comunicaron que no se iba a defender la ciudad que será entregada a manos de los "četniks". Los italianos se fueron hacia Plevlje después de la medianoche, mientras los "četniks" llegaron el mismo día por la mañana. Esta misma mañana todos los servios estaban ya con insignias de "četniks" y con fusiles. Una decena se autoproclamó "vojvoda", centenares comandantes, etc. El comandante del lugar es el prota de Foča Jovičić, conocido por su mala fama. Todos los musulmanes fueron obligados a entregar las llaves de sus negocios y el duplicado de sus domicilios particulares. Pero nadie abría la puerta, por lo cual fueron forzadas. La siguiente noche empezaron con degüellos. Para llevar a mi padre y hermano llegó Dejan Kočović con algunos campesinos y con la hermana de él mismo. Mientras estaban atándolos, ella empezó a golpearnos para que le dijeramos dónde teníamos oro. ¡Dios mío!, es para no creer, que nuestra primera vecina con que estabamos siempre en buenas relaciones, fue capaz de hacer algo semejante!"

Entendido, pero "¿qué pasó con Vlado Hadživuković, Vasilio, Sunara, Slavko, Mazić y con otros servios de consideración que nosotros los musulmanes teníamos como amigos y los protegíamos de "ustaše"?

"Vlado y Vasilio estaban en el Comité directivo de la localidad donde elaboraron el plan de fusilamiento. Slavko fue destinado con Bobo Jojić para tomar en posesión nuestros negocios. Y les dimos todo. En Foča no podrás encontrar ni una sola casa musulmana en que habría reservas de vestimenta, camisa para cambiarse o harina para preparar el pan. Nuestros muebles fueron llevados por los que hacían pillaje. Las noches fueron más que espantosas. Durante los días llevaban la gente al fusilamiento. Durante las noches iban de una casa a otra donde golpeaban y violaban. Pudo oirse sólo los gritos y ver el fuego. Antes de matar, sometían la gente a suplicios. También en las mismas calles pudo observarse escenas de espanto. Un día prepararon la caza. Una verdadera caza de hombres. Llevaron unos cuantos perros y unos cien soldados y se fueron a montañas para cazar a los que habían escapado a la muerte. Los rastros en la nieve y los perros descubrian sus refugios. Al anochecer del mismo día oímos disparos, no hacían regresar a la gente a la ciudad. La mataban en el lugar mismo, donde la encontraban".

"Nosotros teníamos en la ciudad un grupo de simpatizantes, dedicado a la impresión de volantes y a la distribución del material de nuestra propaganda. ¿Qué pasó con ellos?"

"A Enes Čengić y a su padre degollaron ya la primera noche, para matar luego a algunos y colgar a otros. En general, excepto Fajko Kurspahić, que se había escondido, todos fueron muertos. La parte servia de este grupo está aquí, trabajando en la sección de propaganda de los guerrilleros comunistas".

"Pero, ¿cómo se comportaron ellos?"

"Estaban pasivos, mientras algunos incluso tenían insignias de "četniks".

"¿Consiguieron estos degolladores escapar o nosotros capturamos a algunos de ellos?"

"Escaparon sólo unos cuantos de ellos, los demás quedaron aquí, fueron reconocidos como guerrilleros teniendo su propia unidad. Su comandante es Stroja Kovačević, el autoproclamado "vojvoda" y que fue uno de los peores degolladores. Nada se hizo para castigarlos. Es por eso que me puse un poco alegre, cuando te vi".

"Vete, por favor, a ver a mi madre y a mis hermanas, diles que estoy aquí y que las visitaré apenas termine mis tareas en el Cuartel General".

Tenía la impresión de que estaba cabalgando por las calles de una ciudad ajena, entre la gente ajena y después de una tremenda "visita" de Gengis Khan o de ávaros. No pude comprender lo que sucedió en mi lugar de nacimiento.

El Cuartel General se había alojado en el hotel "Gorstl". No dijeron que Tito me estaba esperando hace un rato, que entrara pues el mismo estaba en su pieza. En la antesala me paró el acompañante, advirtiéndome que alguien ya estaba con Tito. Después de un instante salió Stroja Kovačević, barbudo, vestido de oficial y con botas. De sus espaldas colgaban pertrechos. En su gorra tenía estrella de cinco rayos. No me saludó. Sólo miraba con un enigmatico vistazo mi F.M. (policía militar) y mis granadas, colgadas de mi cinturón. Tito lo acompañó hasta la puerta.

"¿Qué hace éste contigo?" preguntaba yo a Tito.

"Este es el comandante del regimiento de partizanos de Foča. Abandonó a los "četniks" y pasó a nuestras filas. Un valioso joven y mediante su intervención vamos atraer mucha gente más. Lo envío hoy con Boro Tošević a Celebići para recrutar una unidad más. A ti te necesito con "urgencia", me dijo Tito. "Llegaste a tiempo", continuó. "Mañana iremos para dialogar con los de Curevo (aldea musulmana en el distrito de Foča). Allí algunos musulmanes recharazon la invitación para entregar armas. Nos mandaron a sus parlamentarios para comunicarnos que no nos tocarían a nosotros, pero armas no entregarían, pues las necesitan para su defensa de los "četniks". Mientras tanto nosotros al echar a los "četniks", estamos efectuando una gran mobilización, necesitamos armas y, por fin, no podernos tolerar a otras unidades armadas en nuestro territorio que no son nuestras. En el viaje te lo va explicar Lola Ribar. Los demás musulmanes de aquí son indiferentes en cuanto a nosotros. Tú vienes de una familia musulmana descollante, debes mover sus masas para que opten por nosotros. Oí que los "četniks" te quemaron la casa y mataron a tu hermano. Todo esto será muy apropiado para que tú empieces a propagar la unidad con los servios y que los demás musulmanes les extiendan su mano de conciliación. Repensarás bien todas las circunstancias con Ferid y me darás el plan apenas regreses de Curevo. Ahora vete a descansar porque durante del día de mañana tendrán que regresar".

Con dificultad reconocí a mis hermanas. Se habían cambiado muchísimo. Parecían demasiado atemorizadas. Mi madre estaba también debilitada. Todos los muebles de nuestra casa habían llevado. La obligaban a decir en dónde tenía oro.

"Ayer a la noche lo entregué al comandante".

"¿Cómo se llama?", preguntaba yo. Me dijo un nombre y describió su aspecto. Pero ellos volvían a aparecer, y ella les contestaba siempre lo mismo. Sergio Mihajlović había dado la orden para encontrar a dicho comandante, porque quiso obtener su parte del botín de una renombrada familia musulmana".

Esa noche no podía dormir, escuchaba tremendos relatos acerca de la tiranía de miedo de los "četniks". Mi familia se escondía luego en varias casas ajenas. Nuestros vecinos, Milan Hadživuković y Savo Niković, no permitieron que se refugiasen en sus casas, tratando convencerlas para que se quedasen tranquilas en casa propia. For eso se escondían en casa de los musulmanes pobres, donde los "četniks" no tenían un interés especial para ir allí. Tampoco supieron decirme quién mató a mi hermano. Fue hallado muerto cerca del río Drina, despojado de todo y con un tiro más arriba de las cejas de su ojo derecho fue apagada su vida. Fue sepultado después de la retirada de "četniks".

Orner -bey Čengić, quien fue excluido de la escuela de cadetes (Austria) por su orientación proservia, voluntario, fue alcanzado y degollado en el piso de su propia casa. Para nada le sirvieron sus distinciones, ni su fervor proservio, porque fue un musulmán.

Salih ef. Hasić fue el presidente de la comuna, gran-servio e integrante del partido JNZ (comunidad nacional yugoslava — organizado por Belgrado durante la dictadura del rey Alejandro Karageorguević).

AI día siguiente por la mañana un mensajero me trajo el caballo. Cabalgaba rumbo a Brod. Siete kilómetros río Drina arriba fueron siete kilómetros de muertos y casas quemadas. Desde allí hacia Vurevac la imagen no cambiaba. Después de unos diez minutos de viaje más, nos advirtieron desde una colina para que nos parásemos. Empezamos a entendernos gritando. No nos permitieron adelantar con armas. Luego de comunicarles que veníamos a tratar con ellos, permitieron que yo, Ferid Čergić y Lola Ribar (un comunista croata) entráramos a la aldea sin acompañantes ni armas. Para cada eventualidad escondimos granadas de mano y en nuestros bolsillos teníamos revólveres desenfundados. Nos esperaba un joven, quien nos llevó a su comando. Sobre las espaldas tenía un viejo rifle de caza. En una pequeña casa aldeana nos esperaban unos cuantos musulmanes. Estaban vestidos de campesinos como si hubieran recién llegado de sus campos. Cuando entramos, se levantaron y quedaron parados.

"¡Bienvenidos!" — "Selam Alejkum", contesté yo.

Ellos poco más serios sólo se miraron y nada me contestaron.

"Este es el hijo de Husein -bey, yo soy Čengić de Vihovići", dijo Ferid.

"Hemos oído que uds. estaban con los partizanos", dijo uno de ellos. "Bueno, pero ¿con qué fin vienen a vernos?" Yo les comuniqué nuestros planes e ideas. Entonces se levantó un campesino alto, huesudo, de mediana edad, para contestarnos:

"Hermanos", empezó con una voz insegura pero resoluta, "casi el distrito entero fue degollado. No encontrarán aldea musulmana alguna que no fuera quemada. Todo esto sin razón alguna. En Curevo Inferior quemaron completamente la aldea con su gente. Toda la región olía por la carne humana, quemada durante varios días. Nosotros, para que los "četniks" no nos masacren, decidimos reunir armas y morir como hombres y no degollados por "četniks" como corderos. No lucharemos contra vosotros partizanos. Nadie de nosotros abandonará a la aldea tanto con armas como sin ellas. No nos metemos en ninguna clase de política. Defendemos las vidas de nuestos hijos y de nuestras mujeres. ¿Es razonable que nosotros entreguemos nuestras armas a Uds.? A pocos kilómetros de aquí están los "četniks". Ellos están esperando ese momento para poder degollarnos como a ovejas".

"Nosotros les vamos dar una unidad de custodiar a vuestra aldea", les dijo Lola Ribar.

"Para no sufrir molestias, déjennos nuestras armas y a nosotros en paz. Nosotros nos defenderemos solos como sabemos y podemos. ¿Qué pasaría si ustedes se retiraran de este terreno? Estamos en la guerra. Ustedes ayer no estuvieron aquí y, posiblemente, no estarán tampoco mañana", decía un viejo.

Ribar empezó a hablar que nosotros no toleraremos que alguien en nuestro terreno tenga formaciones militares a excepción de nuestras.

"Jóven, este es nuestro terreno durante centenares de años, aquí están nuestros hogares. Nosotros quedaremos sobre este suelo. No nos toquen y nosotros no tocaremos a ustedes. En vano perdemos tiempo".

Nos saludamos y nostros estábamos de regreso.

En una colina estaba una mujer con fusil, observando todo alrededor. A nosotros nos acompañaba el joven que nos hizo entrar en su aldea.

"¿Tienes unas balas, bey?", me preguntó discretamente para que no lo oyesen los demás. "No tengo balas, pero te doy dos granadas, le contesté en voz alta y se las entregué. Pedí también de Lola y de Ferid una de cada uno y se las entregamos".

"¿Eres tú también un musulmán?" preguntó a Ribar. "Yo soy servio", contestó Lola. "Todo el honor, joven, pero dime ¿por qué nos matan los servios de esta región?" "Estos son los ustaša "servios", contestó Lola.

"Pero, por Dios, los "ustaša" no procedían de esta manera".

Cabalgando de abajo de Curevo, pasábamos a través de una aldea servia. Allí se habían congregado campesinos para interrogarnos (sobre el resultado de nuestras conversaciones en Curevo).

"¿Estuvieron en el nido de los "ustaša?" "¿Que dicen los turcos?" "¿Tienen armas y municiones?" "¿Se atrincheraron?" "¿Son muchos?", estas fueron sus preguntas. "Ellos no son "ustaše" sino gente honrada", les contestó Ribar. "Tienen cañones, ametralladoras, mejor que no pregunten".

Ribar estaba de acuerdo con mi opinion de que era necesario dejar armas en poder de los que vivían en Curevo, pero me di cuenta que él, como tampoco Ferid no iban a sostener enérgicamente esta opinión, cuando llegamos al Cuartel General.

Tito llamó a Ribar para que lo informara acerca de las conversaciones, mientras yo y Ferid quedarnos con algunos comunistas musulmanes de Foča, para examinar en qué forma atraer masas musulmanas a nuestro movimiento.

A la mañana siguiente regresó la unidad de Stroja Kočević, formada en Foča, reforzada por dos grupos del batallón que acompañaba al Cuartel General, teniendo a su disposición lanza minas, ametralladoras pesadas y un pequeño cañón de montaña.

"Vos irás hoy otra vez conmigo a Curevo. Con nosotros irá también Rade Hamović quien dirigirá el ataque en caso de que Curevo no aceptara nuestro ultimátum", me dijo Kočović. "Yo no puedo ir, que lo haga Ferid", contesté.

"Tito dio esta orden", fue su réplica.

Me fui a ver a Tito y le dije, que yo no podía ir con Strojo, quien degollaba en Foča, especialmente no puedo ir ahora, cuando se intenta de desarmar a la gente que defendía sus vidas de estos criminales emboscados.

Así, sustituyéndome, se fue Ferid Čengić.

La gente de Curevo entregó sus armas a la palabra de honor y la promesa de que todo esto les será devuelto, si los partizanos se vieran obligados a retirarse. Hasta tanto una decena de partizanos vigilarán y custodiarán a la aldea, pero la misma debía proveerles alimentos. Además de las armas, Curevci (habitantes de Curevo) tuvieron que entregar también 150 vacunos y 300 ovejas.

En mi informe, efectuado en el Cuartel General en cuanto al recrutamiento de las masas musulmanas, he propuesto lo siguiente:

Redactar una declaración pública, condenando el degüello ejecutado contra la gente musulmana de Foča; organizar una Comisión especial que se encargaría de asegurar la devolución a sus propietarios de los objetos y alimentos que habían desaparecido como la parte de pillaje. Suprimir el Comité popular, constituido exclusivamente por servios, entre los cuales algunos "četniks" y un solo musulmán, Ferid Čengić, quien no era nativo de Foča. Nombrar un nuevo Comité popular que se constituiría de acuerdo con el número de los habitantes de Foča, musulmanes y servios no comprometidos. Suprimir al tribunal actual que, en vez de juzgar a los degolladores de "četniks" y dar la satisfacción posible a los musulmanes, condenó a la pena capital a 13 musulmanes. Entre ellos también al tribuno popular, quien fue un virulento opositor al régimen de Belgrado ante la guerra, presidente de la Comuna de Ustikolina, Suli -bey Čengić, quien, como me decía Moša Pijade (un judío serbizado de la capital servia y el alma entre los más íntimos colaboradores de Tito) fue un hombre correcto y que debíamos invitarlo a la colaboración con nosotros. Nombrar un tribunal popular que debería juzgar a todos los degolladores y condenar al degüello organizado dentro del territorio de los partizanos.

Una postura de esta clase, justa en cuanto a los musulmanes, despertará la confianza de los mismos en el movimiento guerrillero, optando por nosotros. Este, según mi opinión, fue un momento propicio. Los "ustaša" fueron comprometidos como colaboradores y siervos del ocupador, mientras los "četniks", por sus crímenes, provocaron odio de todos los hombres honrados, especialmente de los musulmanes, contra los que cometieron horrendos crímenes. Si omitimos hacer esto, entonces Pavelić aprovecharía la oportunidad para presentarse como único defensor de las vidas de los croatas en la Bosnia oriental, mientras al mismo tiempo nosotros nos hallaremos comprometidos por haber aprobado a uno de los crimenes más repugnantes, cometidos en la historia de Bosnia. Así, quizá, perderíamos para siempre las masas locales en esta región.

Conmigo estaba Ferid Čengić, quien no tuvo coraje, al preguntarle Tito, de confirmar que compartía mi opinión.

En esta reunión donde nos aconsejabanios, estuvieron presentes Tito, Marko (Aleksander Ranković), Moša Pijade, Lola Ribar, Milutinović Milan y Milovan Djilas. El único que había aceptado mi opinión, como me parecía, fue Milutinović quien expresó la idea, en cuanto a este problema, de convocar a una reunión del Comité Central y del Cuartel General. Tito replicó que el asunto era completamente claro y que acerca de esta cuestión no teníamos mucho que discutir. Aleksander Ranković a su vez me contestó: "Hay que considerar como un gran éxito político nuestro que la masa básica de los "četiniks" se adhirió a nosotros. Nosotros no podemos, tomando el hecho en consideración, arrestar y condenar a sus comandantes, si bien los mismos habían cometido crímenes contra la población musulmana. Además, los musulmanes todavía están claudicando v no cabe todavía hablar de su transición masiva a nuestras filas, mientras la de los musulmanes individuales puede solo hacernos daño, porque provocaría una mala reacción por parte de los servios. Nosotros por momento no necesitamos en Foča musulmanes como luchadores sino como ayudantes. Nosotros tenemos talleres de sastres, de zapateros y otros. Los musulmanes no quieren trabajar para nosotros; su tarea es de atraerlos. Naturalmente, nosotros a nuestros simpatizantes y socios del partido vamos a esconder y enviarlos a otros lugares donde podrán actuar en estas condiciones".

"Yo personalmente no acepto la transición de "četniks", pues ellos se rebelarán en la primera oportunidad que se les ofrezca", dije yo.

Pero la opinión de Marko fue la opinión también del Cuartel General y yo no pude hacer nada al respecto.

"Yo personalmente puedo empeñarme con todas mis fuerzas únicamente de acuerdo con el plan que acabo de exponerles", dije a Marko.

Esperaba dos días la decisión del Cuartel General. Nadie me llamó. Me pareció que se me consideraba persona no indicada para el trabajo político en la localidad de mi nacimiento.

Durante dicho tiempo aproveché la oportunidad de informarme mejor acerca de lo que pasó en esas regiones.

Hacía apuntes sobre las conversaciones con las gentes musulmanas y católicas, que fueron sometidas al degüello y con servios "četniks" quienes las degollaban. He observado todo lo que estaba quemado y localidades en que "četniks" mataban; visité también la cárcel de "četniks", donde las paredes estaban salpicadas por la sangre y sesos (de los cráneos rotos). Miraba alrededor las aldeas servias y musulmanas. Por tener el uniforme de oficial yugoslavo, un sobretodo de cuero, MP, cabalgaba en caballo, los campesinos servios tenían confianza en mí, suponiendo de que se trataba de un servio.

"¿Qué clase de servios son Uds. — me preguntaban esos campesinos servios — si no nos permiten exterminar a los turcos?"

"Pero el serbismo no consiste en el degüello de los musulmanes", intenté de aclararles y dije que era una vergüenza lo que estamos haciendo aquí, si sabemos cómo viven los demás pueblos.

"Ojalá, que Uds. se vayan y nosotros les daremos", replicó una mujer.

Los musulmanes estaban empavorecidos. No se nos quejaban como tampoco se dirigían a nosotros.

Así, paseando un día cerca del río Drina, encontré a una mujer musulmana, que se me acercó y me contó: "Yo soy madre de Ibro Muftić. El, junto con Ti, estaba en la escuela y fue tu compañero".

"Si, sí, me acuerdo. ¿Qué pasó con él?"

Lo degollaron, como también a su padre y a mi hijo menor Abdurahman. Quisieron también degollar a mí, pero uno de ellos observó: `Déjenla que viva y cuente qué clase de suerte tocó a los turcos' ".

"¿Quién hizo esto?" pregunté.

"Ranko Popadić y Zečević. Hoy mismo vi a los dos. Popadić es ya el comandante".

Apresurado, corrí al Comando de la localidad. Allí estaban Čolaković Rodoljub y Risto Todorović. Con gran emoción les conté todo estoy pedí para que se arrestara a esos degolladores.

Čolaković y Tošović por nada fueron asombrados ni emocionados por mi relato. Čolaković, incluso, dijo lo siguiente: "Si nosotros procedieramos a arrestar a los degolladores de entre los servios locales, entonces deberíamos arrestar a la mitad de nuestro Comité popular y a la mayoría de soldados".

"Todo esto es tremendo, camaradas, que nosotros nada emprendemos sino los aceptamos a nuestras filas".

"Nosotros no podemos llevar a cabo una política antiservia, porque en nuestro ejército hay más de 95% de servios", me dijo Tito, cuando pedi su intervención en este caso.

"Pero esta no es una política antiservia. Esta es una política "antidegollista" y estoy bien convencido que no es así en los demás lugares".

"Tú tienes un aspecto malo, debes dormir y descansar", me contestó Tito despidiéndose.

Entonces comprendí que no fui nada. Nadar contra la corriente me resultó imposible para mi solo. Estos no fueron los días de mis dudas, encontrándome en el punto mismo de la rotura y entonces me saltó a la cabeza la idea de abandonar a los partizanos. Pero yo sabia también que me fusilarían sin misericordia si manifestara esta intención. ¿Intentar huir? No pude hacer ninguna opción. Alrededor mío estaban solo "ustaše", "četniks" y alemanes.

Debía quizá encubrir mi postura. No oponerme a la postura del Cuartel General y recién desde una posición firme de un comandante tratar de hacer lo que fue posible. No obstante, yo era de opinión de que debía llevar la atención del movimiento y el Comando sobre sus errores".

(Traducido y comentado por: F.N.)

 

La evolución de la ortodoxia en Croacia y la Iglesia Ortodoxa Croata

Miloš Obrknežević

Hace treinta y seis años, el 4/IV/1942, casi un año después de la restauración del Estado Independiente de Croacia, los órganos periódisticos de ese Estado publicaron el decreto ley N XC-800-Z-1942 (40, 41, 42, 44) sobre la constitución de la Iglesia ortodoxa croata[10]. En base a este instrumento legal fueron confirmados el 5/6/1942 los estatutos de la Iglesia ortodoxa croata y el 7 de junio del mismo año fue entronizado el primer metropolitano de Zagreb, su excelencia arzobispo Germogen (43, 87). La Iglesia ortodoxa croata fue activa en Croacia hasta terminar la guerra y luego fue disuelta por las nuevas autoridades de Yugoslavia y el metropolitano Germogen fue asesinado. En la organización de la Iglesia ortodoxa croata (en adelante IOC) participé activamente como redactor del estatuto eclesiástico, como negociador con el gobierno croata y como secretario de Su Excelencia Germogen.

Hoy, al cabo de más de siete lustros, corresponde decir una palabra serena y objetiva de la verdad acerca de la fundación y la función que ejerció la IOC en el territorio del EIC (Estado independiente de Croacia) durante la última guerra. Para comprender mejor cómo se llegó a la fundación de esta iglesia autocéfala es indispensable una breve reseña histórica de la evolución de la santa ortodoxia en las regiones habitadas por los croatas, es decir en el territorio de las actuales repúblicas de Croacia y Bosnia-Herzegovina.

RESEÑA HISTORICA DEL ORTODOXISMO ENTRE LOS CROATAS

Período preturco

Antes de producirse el cisma definitivo con Roma (1054), el antiguo patriarcado de Constantinopla no llegaba hasta las regiones habitadas por los croatas salvo en ciertas partes de Ducleia, lo que quiere decir que no comprendía los territorios al oeste del río Drina y de la ciudad de Budva (67, 75, 80, 81, 98). Incluso cuando se produjo el cisma de Focio (863-923) y cuando el metropolitano de Split optó por Oriente, quedó fuera de la jurisdicción de Constantinopla y fue subordinado al patriarca de Aquileia. Esta situación tampoco cambió cuando los búlgaros fundaron el patriarcado de Ohrid (927-1018) ni cuando se consumó el cisma definitivo de la cristiandad (1054) en la iglesia occidental (católico-romana) y en oriental (ortodoxa, greco-oriental).

La primera penetración de la ortodoxia al territorio habitado por los croatas, tuvo efecto a principios del siglo XIII después de la conquista de la Croacia Roja (Ducleia o Zeta, Travunje y Zahumlje) por parte de Stevan Nemanja, gobernador de Rascia, y por parte de Stevan, su hijo, en aquel entonces ya coronado rey de los servios (67, 75, 80, 81, 98). En 1219 Sava Nemanjić organiza la Iglesia ortodoxa servia y funda tres diócesis en las comarcas católicas croatas: en Ston y Prevlaka (Kotor). La primera pronto se extinguió por carecer esa zona de creyentes ortodoxos y la segunda logra mantenerse hasta 1485 cuando fue transferida a Cetinje en el Montenegro actual. Mientras tanto, en la zona de la actual Herzegovina oriental y del Montenegro la Iglesia ortodoxa servia, con la ayuda de la organización estatal servia y las presiones esporádicas (incluyendo las "conversiones" forzadas), consiguió limitar el catolicismo a una angosta faja costera. Durante la dominación turca el proceso de transición a la ortodoxia en esas zonas terminó con la desaparición de los últimos católicos en Montenegro (alrededor de 1650) y restringiendo la faja costera marítima a islotes de los croatas católicos alrededor de Kotor. Los croatas católicos del litoral de Dubrovnik lograron mantenerse bajo la protección de las fronteras de la república de Dubrovnik. Al oeste de los ríos Drina y Neretva (Bosnia) y al norte del río Sava (Srijem) no hay mención de ortodoxos entre la población croata hasta la invasión turca (20, 23, 24, 25).

PERIODO DE LA INVASION Y DOMINIO OSMANLIES

(1, 6, 20, 23, 24, 25, 54, 58, 63, 80, 86, 89, 91, 53, 82)

Con las primeras embestidas de los osmanlíes aparecen en el territorio de la Bosnia oriental los primeros valacos, pastores nómades, provenientes de la orilla este del río Drina, de la comarca llamada el Viejo Valaco (Istari Eflak). Esos descendientes de la primitiva población romana o romanizada en la península balcánica eran ortodoxos (a diferencia de los valacos croatas católicos en el sector Dinara-Velebit) y se los conoce también en distintos lugares y en distintas épocas como arumanos, cinzares, Rišćani, Rkači, y greco-orientales. Con la súbita caída del reino de Bosnia (1463) y con la creciente penetración osmanli en Croacia, conjuntamente con los valacos pastores se presentan también esos valacos como fuerzas auxiliares irregulares llamados martolozi (filurdzi eflakan), llevados por los osmanlíes a las areas recién conquistadas, e incluso como inmigrantes campesinos para radicarse y cultivar los campos en la Croacia Central devastada y despoblada a causa de las incesantes guerras y embestidas bélicas. Esos inmigrantes ortodoxos, según dijimos, eran en su mayoría valacos y pastores, en parte eslavizados y provenían de las zonas remotas balcánicas: Gran Valaquia (Grecia), Macedonia, Bulgaria, Servia, Stari Vlah (Rascia), Albania, Montenegro y la Herzegovina oriental. Arrastrado por fuertes corrientes migratorias de los valacos se encontró también cierto número de integrantes de otras nacionalidades: montenegrinos, servios, (Rašciani, Raci), macedonios, albaneses, búlgaros, griegos e incluso croatas (Uskoci, Prebjezi, Bunjeveci, Predavci). El habla de los valacos que seguían esta corriente, denominada dinárica, era además del dialecto valaco-romano, prevalencientemente el dialecto ijekavako-novoštokavski debido a su paso gradual por las comarcas de habla ijekavaski o por haber residido largo tiempo en áreas ijekavski de las zonas orientales de Herzegovina, Montenegro y Sandžak.

La Iglesia ortodoxa acompaña a sus emigrados. Primero aparecen los monasterios, algunos construídos sobre las ruinas de los conventos franciscanos abandonados. Durante los siglos XVI y XVII se fundan en el territorio ocupado por los turcos tres monasterios en Herzegovina, 8 en Bosnia, 9 en la Croacia oriental (2 en Eslavonia, 7 en Srijem), 3 en la Croacia meridional (Dalmacia) y 4 en la Croacia turca (Bosanska Krajina). En la Croacia propiamente dicha y católica, gobernada por el Virrey, se fundaron dos monasterios. En el monasterio de Krušedol, Srijem, los últimos Branković fundaron en 1502 la primera metrópoli ortodoxa (cismática) en el territorio croata. Sin embargo, mientras que en Srijem los prófugos ortodoxos eran mayormente servios (de habla ekavski), en las demás regiones croatas y especialmente en el cordón militar, contiguo a la frontera turca, prevalecen entre los refugiados, según dijimos, los valacos (de habla ijekavski). Después de haberse establecido en Peć (1557) el patriarcado servio, este logró subrogarse y someter a su jurisdicción la mayor parte del clero ortodoxo, comprendiendo también el clero valaco-griego (fanariotas), disperso por las áreas de Croacia y de Hungría meridional, ocupadas por el imperio osmanli. Macario, primer titular del patriarcado de Peć después de su restauración, fundó episcopado en Drahovica para la Eslavonia turca y la diócesis Dabro-bosníaca para el resto de Croacia-Bosnia bajo la dominación turca. Luego sigue un período (1557-1690) de estrecha colaboración con los turcos y en ese tiempo el patriarcado de Pec es una importante fuerza teocrática y feudal, especie de un poder autónomo dentro del imperio osmanli. Aprovechando esta situación los patriarcas de Peć emprenden intensivas campañas para forzar la "conversión" de los croatas católicos a la ortodoxia y ejercen presión sobre el clero católico, obligándolo a pagar tributos a la jerarquía ortodoxa. Entonces se dieron condiciones muy favorables para el pase de los católicos al ortodoxismo debido a las guerras constantes entre el imperio osmanli y las potencias católicas europeas, razón por la cual los católicos en las regiones, ocupadas por los turcos, eran perseguidos y considerados elementos nada seguros. De ese modo abrazan la ortodoxia muchos islotes aislados de la población católica en el ámbito de la Croacia Turca (actualmente Bosanska Krajina y la Dalmacia septentrional) y de la retaguardia de Dubrovnik en cuanto ya no habían abrazado el islamismo. Numerosos católicos pasan también de buen grado al ortodoxismo por falta del clero católico, puesto que los franciscanos, siendo los únicos sacerdotes-monjes católicos que toleraban los turcos, no alcanzaban prestar sus servicios religiosos a todos los católicos.

Luego a medida que la franja bélica en Croacia entre los cristianos y mahometanos se detuvo a mediados del siglo XVI ante Senj y en las cuencas de los ríos Kupa-Una y Cazma-Ilova, la frontera quedó casi inalterable durante cerca de 150 años hasta 1689. Durante ese tiempo (sobre todo 1597-1605) se trasladan numerosos Uskoci y Prebjezi, entre ellos también determinado número de ortodoxos, al territorio de la Croacia católica. En 1595 se traslada también, previo acuerdo con el archiduque Fernando de Habsburgo, el obispo valaco Basilio (Vasilije), radicado antes en el territorio croata ocupado por los turcos (Orahovica) y funda la primera diócesis ortodoxa en el confín croata-eslavonio. Su sucesor, Simón Vratanja, establece en 1611 en el territorio de Croacia, regida por el virrey, y del Confín Militar la unión con la Iglesia católica, reconociendo al obispo de Zagreb como su metropolitano. Esta diócesis uniata (greco-católica), conocida también como svidničko-mareanska. totalizaba alrededor de 60.000 creyentes de rito greco-eslavo (obispos: Predojevići, Stanislavić, Kordić, Mijakić, Zorčići, etc). Paralelamente, es decir a lo largo del siglo XVII, en el territorio croata dominado por los turcos, se fundaron dos diócesis ortodoxas más (Medak y Savina), y las sedes de otras dos fueron trasladadas al territorio bosníaco (Zvornik y Sarajevo, 1709).

PAPEL DE LA METROPOLI DE KARLOVAC

(1, 6, 11, 13, 16, 17, 19, 29, 31, 49, 51, 53, 54, 55, 57, 58, 59, 60, 61, 78, 79, 95)

Como resultado de las guerras en las postrimerías del siglo XVII los turcos fueron expulsados de una parte de las provincias croatas (Eslavonia, Lika, Kordun, Banija, gran parte del interior de Dalmacia), como asimismo de Hungría y Servia septentrional. Esas guerras originaron otros dos importantes movimientos migratorios de la población ortodoxa, guiados por los patriarcas de Peć, Arsenio Crnojević (1690, 37.000 familias servias) y Arsenio Jovanović Sakabenta (1737). Esas dos migraciones se deben al alzamiento y repliegue de los ortodoxos de las zonas alzadas en Turquía a raíz de las guerras austríaco-turcas y se dirigían hacia la Hungría meridional (Backa y Banat) y Croacia oriental (Srijem). A diferencia de las migraciones anteriores, mayormente valacas, que se movían, según queda dicho, hacia el oeste y su habla era valaca o el dialecto ijekavsko novostokavski, las nuevas corrientes migratorias que iban hacia el norte en su gran mayoría se componían de los servios de habla ekavski.

A causa de esas migraciones que se movían al norte y a causa de la frontera que entonces los separaba de sus connacionales bajo Turquía, se debilitaron los vínculos con el metropolitano de Srijem y el Patriarcado de Peć. Este patriarcado empieza a perder caracter servio y luego fue abolido (1766), su territorio fue reintegrado a la jurisdicción del patriarcado de Constantinopla y como obispos desde entoces se designaban sin excepción griegos fanariotas.

Con motivo de la migración de Arsenio Crnojević el emperador Leopoldo de Habsburgo reconoce (1690) al patriarca la autoridad eclesiástica no sólo sobre los ortodoxos recién llegados, sino también sobre los católicos de rito greco-eslavo que hace más de cien años habían pasado a la parte católica de Croacia y fundaron la diócesis greco-católica svidničko-marčanska. De ese modo se produce la puja en la primera mitad del siglo XVIII entre los partidarios valaco-croatas de la unión eclesiástica (uniatas) con el metroplitano servio ortodoxo de Srijem por la jurisdicción sobre la población de rito greco-eslavo en el territorio de Croacia. En esa lucha los opositores ortodoxos a la unión consiguen no sólo paralizar los intentos de los obispos greco-católicos tendientes a lograr la unión en las zonas recién reconquistadas a los turcos (Eslavonia y Srijem), sino que consiguen reasumir el control sobre la población de rito oriental en la Lika oriental, Kordun y Banija, que antes había consentido y adherido a la unión. Al mismo tiempo la metrópoli servia de Srijem emprende la organización de la iglesia no sólo para los servios en Srijem y la Hungría meridional (Voivodina) sino entre los valacos y croatas ortodoxos en la Croacia restante. De ese modo se fundan diócesis en Karlovac, dividida muy pronto (1713) en Karlovac-Senj y Kostajnica-Zrinopolje-Lika (1713-69), Pakrac (1795) y Lepava-Severin (1734-50). El obispado de Srijem estuvo administrado desde 1751 por un metropolitano con sede primero en Krusedol y luego en Srijemski Karlovci.

Como consecuencia del proceso reseñado precedentemente la metrópoli de Karlovac se convierte en área eclesiástica ortodoxa que hasta 1920 abarcaba a todos los servios, valacos, croatas y rumanos ortodoxos en la Hungría meridional (Voivodina) y Croacia (confín civil y militar). Fuera de su jurisdicción estaban los valacos y los croatas ortodoxos en la parte veneciana de Dalmacia y en Bosnia y desde los años 60 del siglo pasado los rumanos que fundaron en Hungría una iglesia ortodoxa rumana a parte. Los metropolitanos de Karlovac llevaban el título del metropolitano supremo del archiepiscopo servio y reconocen la autoridad suprema espiritual del patriarca de Peć. Recién después de la abolición del patriarcado de Peć en 1766, el metropolitano José Rajačič obtiene en 1848 también el título de patriarca.

Desde la fundación de la metrópoli de Kardovac la Iglesia ortodoxa en Croacia, denominada oficialmente entre los valacos ortodoxos croatas y croatas greco-oriental, se ve penetrada cada vez más por el afán esforzado de la Iglesia ortodoxo servia (IOS) a someter al clero ortodoxo y creyentes no servios, especialmente a numerosos valacos, en su gran mayoría ya eslavizados o croatizados. Con el debilitamiento y la abolición del patriarcado de Peć (1766) este esfuerzo de la iglesia ortodoxa pierde su ímpetu en los territorios ocupados por los turcos, pero lo adquiere en la Croacia regida por el virrey y en el Confin Militar a través del accionar de la metrópoli de Karlovac. En la segunda mitad del siglo pasado la servización de los ortodoxos no servios culmina con la creación de la conciencia servia religioso-nacional en la gran parte de la población ortodoxa en Croacia. Desde entonces el término servio se convierte para muchos en sinonimo de ortodoxo. De ese modo el nacionalismo servico moderno desplaza no sólo rumbo al norte (mediante migraciones) sino también rumbo al oeste (por extensión de la conciencia nacional servia) los núcleos étnicos servios, creando una importante minoría en el territorio histórico y étnico croata, mientras que paralelamente el antiguo centro de la iglesia servia de Peć queda fuera del influjo y la jurisdicción de la metrópoli de Karlovac, siendo gradualmente poblado por los albaneses. Durante la dictadura de ban (virrey) Khuen-Hedervary en Croacia (1883-1903) se abren las escuelas servio-ortodoxas en Croacia y en Pakrac el seminario teológico servio-ortodoxo. Después incluso la bandera del Reino de Servia fue adoptada como la bandera eclesiástica ortodoxa en Croacia. Algo parecido pasa en Bosnia-Herzegovina luego de su ocupación, donde ya en 1905 fueron confirmados oficialmente los estatuos de una autonomía eclesiástica-escolar de la Iglesia ortodoxa servia. Este proceso específico y característico del despertar de la conciencia nacional y del fomento forzoso de la definición nacional a través de la confesión y la iglesia, llevó, una vez clasificados como servios la mayor parte de los ortodoxos, a una clasificación análoga de los fieles romano-católicos y greco-católicos como croatas y retardó bastante el despertar de la conciencia nacional de los musulmanes. La secuela muy negativa de ese proceso fue que el mosaico religioso existente se convirtió ahora en una mezcla enmarañada de dos naciones, la servia y la croata, sin respetar las fronteras históricas, culturales ni políticas, lo que después complicó las relaciones entre esos dos pueblos y entre otros pueblos vecinos en la península balcánica. Una de las consecuencias de ese proceso fue también la lenta formación de servios y croatas como naciones modernas, confesionalmente heterogéneas (sobre todo lo que atañe a los servios) y la creación de importantes y sensibles minorías en el territorio nacional croata y servio: 28,8% de minorías en la actual República Socialista de Servia, 20,6% de minoría en la R.S. de Croacia (con 14,2% de la minoria servia) y una situación harto compleja en ta R.S. de Bosnia y Herzegovina (39,6% musulmanes, 37,2% servios y 20,6% croatas)[11].

Todos esos hechos causaron intolerancia, tensiones y graves choques entre las minorías y la nación originaria, situación explotada a fondo por los ajenos: el régimen de Khuen-Hedervary en la Croacia de ban, los autonomistas en Dalmacia, el régimen de Kalay en Bosnia-Herzegovina, los italianos, alemanes y húngaros en la segunda guerra mundial, etc. Además hubo sangrientos ajustes de cuentas y exterminios biológicos de musulmanes durante el siglo pasado en Servia; en Sandžak y la parte este de Bosnia-Herzegovina en la primera mitad de este siglo por parte de los servios, mientras que durante la segunda conflagración mundial se sucedieron exterminios y matanzas recíprocos entre los servios y los croatas católicos y musulmanes.

LA IGLESIA ORTODOXA EN YUGOSLAVIA 1918-1941

(29, 51, 91, 93, 96, 97, 98)

Al constituirse en 1918 el Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos había en su territorio tres provincas eclesiásticas ortodoxas autocéfalas con el rango de metrópoli: la de Karlovac, la de Belgrado, la de Montenegro y litoral, luego la parte dálmata de la metrópoli bukovinsko-dálmata y la iglesia nacional autónoma servio-ortodoxa en Bosnia y Herzegovina bajo la autoridad suprema del patriarca universal de Estambul. El 26/V/1919 se proclamó en Belgrado la unificación de todas esas iglesias en una sola Iglesia servia ortodoxa del Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos. El patriarcado servio fue establecido el 30/VIII/1920 en Srijemski Karlovci y el 12/XI del mismo año se reunió el cuerpo electoral y eligío para patriarca a Dimitrija Pavlović, hasta entonces archiepíscopo del Belgrado y metropolitano de Servia. El sucesor del patriarca Dimitrija fue Varnava Rosić (1930-37), metropolitano de Skoplje. En su tiempo la Iglesia ortodoxa servia se opuso con virulencia al concordato del Reino de Yugoslavia con la Santa Sede, cuya ratificación quiso conseguir el gobierno de Milan Stojadinovíc en 1937. El patriarca Varnava falleció durante esa lucha y a raíz de eso se produjeron sangrientos choques en las manifestaciones por las calles de Belgrado el 19/VII/1937. Gavrilo Dožić, nuevo patriarca (1938-50), fue detenido por los alemanes en abril de 1941 en el monasterio de Ostrog. Por haberse negado a colaborar, permaneció internado hasta el término de la guerra.

El proceso organizativo de la Iglesia ortodoxa en Yugoslavia fue instrumentado mediante decretos provisorios sobre el patriarcado servio (23/X/1920) y sobre la centralización del poder administrativo y judicial en el patriarcado servio (13/XII/1920), la Ley sobre la Iglesia ortodoxa servia (8/XI/1929) y por último los Estatutos de la Iglesia ortodoxa servia (16/XI/1931).

Por su estructura la Iglesia ortodoxa servia durante la primera (monarquía) Yugoslavia fue una, indivisible y episcopal, dividida en lo administrativo en eparquias tanto en el orden de la jerarquia eclesiástica como de la autonomía eclesiástica. De ese modo oficialmente fue eliminada la denominación: la iglesia greco-oriental en Croacia, de modo que todos los ortodoxos en el territorio de Yugoslavia, incluyendo a los no servios (macedonios, montenegrios, valacos, croatas, búlgaros, ucranianos, rumanos, albaneses, griegos, cinzares, etc.) fueron sometidos al patriarca del Belgrado y considerados servio-ortodoxos. Resulta innegable que las persecuciones y las postergaciones de algunas naciones no servias en la primera Yugoslavia, y en primer lugar la croata, macedonia y albanesa, crearon en esos pueblos un malestar contra la Iglesia ortodoxa servia por su monopolismo favorecido y privilegiado. El asentamiento de los colonos servios, voluntarios de guerra, en las zonas netamente croatas y católicas, las persecuciones de los musulmanes después de la primera guerra mundial, la edificación de los templos ortodoxos e intentos de penetración en las áreas netamente católicas como la costa adriática (por ej. la isla de Vis) contribuyeron aún más, además de la reacción nacional, a la animosidad religiosa hacia la Iglesia ortodoxa servia.

EL DESARROLLO DE DISTINTAS IGLESIAS NACIONALES

(66, 91)

A diferencia de las religiones universales, no ligadas íntimamente a determinadas naciones y a diferencia de la iglesia católica con la autoridad universal del papado, en la ortodoxia no se da una organización indivisible. "El patriarca de Constantinopla carece de autoridad sobre las iglesias ortodoxas en otros paises. Los territorios en Oriente que Constantinopla perdió durante la decadencia de su poder, gradualmente perdían sus lazos con Constantinopla, mientras que las zonas fronterizas del Imperio de los francos y el Bizancio oscilan todavía algún tiempo entre el Papa y el patriarca ecuménico (Moravia, Bulgaria, el tema dálmata). Al fortalecerse los jóvenes estados medievales en la esfera cultural bizantina propenden tanto a la independencia política como eclesiástica. El monarca búlgaro Simeón al proclamarse emperador de los búlgaros y griegos en 925, estableció en Bulgaria un patriarcado que se independizó de Bizancio (927-1018). Los búlgaros gozaron nuevamente de autocefalia durante Ivan Asjen II (1218-41). Al mismo tiempo, en el descalabro general de Bizancio durante la cuarta cruzada, Sava Nemanjić funda en 1219 la archidiócesis servia independiente que en 1346, durante el emperador Dušan, se convierte en patriarcado independiente; su titular Joakinije fue proclamado 'patriarca de los servios y búlgaros'. La invasión turca puso fin a la iglesia independiente servia. La iglesia rumana es autocéfala (1425-40). El emperador bizantino y el patriarca de Constantinopla, en procura de la ayuda occidental contra los turcos, tratan una vez más (1439) de resolver la cuestion del cisma (Unión florentina). Este gesto sirve como pretexto a la iglesia rusa para denunciar su subrogación al patriarca de Constantinopla y luego para proclamarse independiente en 1448. El título de patriarca lo asume el metropolitano moscovita en 1589. Pedro el Grande derroca el patriarcado de Moscú (1721) y en su lugar implanta el Santo Sínodo; el patriarcado fue restaurado recién en 1917 (91). En la península balcánica, tras su rehabilitación y un largo período de estrecha colaboración con los turcos, la iglesia ortodoxa empezó a tomar parte activa en la resistencia a los osmanlíes y desempeñó además de la misión religiosa, el papel de consevar el alfabetismo, los valores culturales y artísticos y de fomentar las tradiciones nacionales. Idéntico papel lo desempeñó el patriarcado de Peć (1557-1766). Al constituirse estados nacionales en la peninsula balcánica, se organizaron en sus territorios también iglesias autocéfalas. Así se independizaron, junto con el patriarcado de Estambul, las iglesias siguientes: La Iglesia ortodoxa griega (Sínodo 1828, autocéfala 1833, reconocida 1850), La Iglesia ortodoxa rumana (autocéfala 1865, patriarcado 1925), La Iglesia ortodoxa húngara (independiente 1930), La Iglesia ortodoxa servia (autónoma 1830, autocéfala 1879), patriarcado 1920), La Iglesia ortodoxa albanesa (autocéfala 1939), La Iglesia ortodoxa macedonia (autónoma 1959, autocéfala 1967) y la Iglesia ortodoxa croata (autocéfala sólo 1942-1945). Aparte de los cuatro patriarcados (Estambul, Alejandría, Antioquia y Jerusalén) hay toda una serie de iglesias nacionales y autocéfalas: la rusa, la georgiana, la de Sinai, la chipriota, la polaca, la checoeslovaca, la finlandesa, la del Dodecaneso, la ucraniana, la americana, la siria, la letona, la lituana, la estona, etc.

LA IGLESIA ORTODOXA CROATA

El status jurídico y oficial de los ortodoxos en el Estado Independiente de Croacia durante el año 1941.

Como resultado del ataque de las potencias del eje al Reino de Yugoslavia y de su desintegración se restableció el 10/IV/1941 el Estado Independiente de Croacia. Hecha la delimitación, ese nuevo Estado abarcaba el territorio del ex Reino Trino de Croacia-Eslavonia-Dalmacia y Bosnia-Herzegovina (salvo Medjimurje, parte de Gorski Kotar, la franja costera de la Dalmacia septentrional entre el río Zrmanja y Split, Boka Kotorska y todas las islas, menos Pag, Brač y Hvar). En ese Estado, según el censo de 1931, del total de 6.042.306 habitantes había 1.845.340 (30,5%) ortodoxos, sin tomar en cuenta las pérdidas territoriales consignadas con casi exclusivamente población católica. El régimen implantado en el nuevo Estado era totalitario y autoritativo en el que el jefe de Estado Dr. Ante Pavelić y el movimiento Ustasha ejercían todo el poder legislativo y ejecutivo. Con la promulgación sobre el restablecimiento del Parlamento Nacional Croata (N° XXXV-232-Z-1942) el 24/I/1942 (44, 74) y con su convocatoria el 23/II/1942 en el fondo no se modificó el sistema del régimen. Los asuntos de culto eran competencia del ministerio de justicia y culto. La estructura interna de este ministerio fue instrumentada por el decreto del 9/VIII/1941 sobre la división de ministerios en departamentos y sobre su jurisdicción y facultades. Primero había un sólo departamento y luego se agregó el departamento de culto a cargo del franciscano A.R. Glavaš. La competencia de ese departamento comprendía "el ordenamiento de la posición y del status jurídico de todas las confesiones y de su clero como asimismo los asuntos religiosos de índole de derecho público" (44). Desde marzo de 1942 se constituyó en el Parlamento la Comisión para justicia y culto, que integraba el Dr. Vinko Krišković, profesor universitario pensionado, ex viceban y escritor de fuste.

Por resolución ministerial del 18 de julio de 1941 se determinó que en lugar de la denominación "la confesión servio-ortodoxa", por no considerarla acorde con la nueva organización estatal, se utilizaría en lo sucesivo el apelativo "greco-oriental, como se usaba antes del año 1918."

Mediante decreto-ley del 4/XII/1941 "se derogó en el territorio del Estado Independiente de Croacia a partir del 5/XII/1941 el calendario juliano para las iglesias greco-oriental y greco-católica y se introdujo el calendario gregoriano" (44).

La posición oficial del nuevo régimen respecto a las libertades religiosas y el status del ortodoxismo durante 1941 se refleja en la exposición pronunciada por el ministro de justicia y culto, Dr. Mirko Puk, ante el Parlamento:

"En los asuntos religiosos el gobierno croata comparte los principios que inyectó en el co-razón y el alma del pueblo croata el Dr. Ante Starčević, fundador del Partido Constitucionalista y Padre de la Patria. En sus instrucciones para los adictos al partido, en el punto 136 dice: Este Partido debe instruir al pueblo que la religión es un asunto espiritual, que la religión no divide a pueblo alguno, que la religión debe ser libre, de manera que nadie la puede tocar ni imponer por fuerza, que el pueblo debe ser uno en la dicha, el bienestar y la libertad y que la discordia actual en Croacia sirve bien únicamente a los enemigos del pueblo" (44).

Después de citar esta posición liberal del Partido de Starčević, el Dr. Puk agregó: "El gobierno croata por el momento reconoce de hecho a sólo tres credos religiosos en Croacia, es decir el católico de rito occidental y oriental, el musulmán y evangéligo de confesión ausburguesa, helvética". Al final de su exposición el Dr. Puk se refirió "a la iglesia servio-ortodoxa, a la confesión greco-oriental. El Estado Independiente de Croacia no persigue la confesión greco-oriental, pero no puede admitir la Iglesia servio-ortodoxa! Es sabido que las iglesias orientales pertenecen a las llamadas iglesias cezaristas, es decir a las iglesias donde la ingerencia del poder estatal en todas las manifestaciones religiosas —y no sólo en cuanto al nombramiento de funcionarios eclesiásticos— es tal que, en realidad, esas iglesias no gozan de ninguna libertad, tanto organizativa como funcional, sino que se convierten en meros órganos del poder estatal, ya que el mismo jefe de estado es a la vez la cabeza máxima de la iglesia y es archisabido que el elemento laico en esas iglesias desempeña el papel predominante. Por consiguiente, permitir en el territorio del Estado Independiente de Croacia se organize y subsista la iglesia servio-ortodoxa equivaldría permitir al gobierno de Servia ejercer una parte de su poder en nuestro territorio estatal por intermedio de la iglesia servio-ortodoxa, lo que ningún estado en el mundo podría permitir, ni debe permitir, lo que tampoco permitirá el Estado Independiente de Croacia. Quien, por motivo que sea, no quiere reconocer esta situación histórica, queda libre para abandonar el territorio de este estado!" (44).

El dr. Ante Pavelić, en su discurso durante la sesión de clausura del Parlamento Nacional Croata, pronunciado el 28/11/1942, se refirió también a la cuestión del ortodoxismo en Croacia en los términos siguientes:

"¡Muy estimados y dignos parlamentarios croatas! La cosa que tantas veces tuvo repercusiones, buenas y malas, en el pueblo croata, en la patria croata, es la cuestión de la iglesia ortodoxa. No la cuestión de la religión, pues ésta es una, la cristiana, sino de la iglesia. Antes, en nuestra patria había la iglesia greco-oriental. Se llamaba greco-oriental porque en nuestro país los seguidores del ortodoxismo eran sometidos al patriarca griego, a quien únicamente le interesaban los grandes obsequios que recibía de sus obispos en recompensa por su unción. Así pasaba también en Hungría. Los húngaros, empero, resolvieron por ley que el ortodoxismo en Hungría queda sometido al patriarca servio. Poco después su ejemplo fue imitado por los croatas y en Croacia se promulgó una ley parecida. Del hecho de que los ortodoxos quedaron sometidos al patriarcado de Servia, se derivó el titulo de "la iglesia servia ortodoxa". Nadie en Croacia tiene algo en contra la ortodoxia. Cada uno reza a Dios según su conciencia, según lo aprendió en su juventud, según su nacimiento, educación e instrucción y según cree que es mejor para la salvación de su alma. No es cosa nuestra ingerir en los rincones más íntimos de la vida humana, en la cuestión de la salvación de su alma... No es verdad que el Estado croata trata de convertir a los ortodoxos a la fe católica. Eso no corresponde a la política. Eso es cosa de cada uno. Personalmente redacté una circular y solicité que se la remita a todas las autoridades competentes para que en esas instancias se lleve un registro evidenciando los pases no sólo a la iglesia católica sino también a la musulmana y a la evangélica y que den permiso sólo cuando estén convencidos que se trata de un hombre honrado e impulsado por convicción. En esa circular aduje que se debe impedir por todos los medios que alguien haga en ese sentido actos de violencia y presión, espiritual o físico. Admito que, pese a ello, sucedió en algún lugar algún acto de violencia, y si ocurrió no lo cometió el estado, no fue cometido por la voluntad y con el consentimiento oficial, sino lo hizo un individuo que obró contra la ley y el derecho o si obró dentro de sus facultades, entonces Ias excedió[12].

Señores! Nadie toca el ortodoxismo, pero en el Estado croata no puede haber la iglesia servia ortodoxa. Digo una vez más: no puede haber iglesia ortodoxa servia, pero tampoco griega. ¿Por qué? Porque en el mundo entero las iglesias ortodoxas son nacionales. La Iglesia ortodoxa servia es parte integrante del estado servio, de Servia. La iglesia ortodoxa servia es dirigida jerárquicamente por la autoridad estatal de Servia. Servia y sus representantes estatales designan al patriarca o, por lo menos, pesan muchísimo en su nombramiento o elección. Del patriarca depende toda la jerarquía desde obispos hasta el último capellán. Todo eso depende del poder estatal de Servia. Eso puede ocurrir en Servia, acaso eso pudo ocurrir en la desgraciada ex-Yugoslavia, pero en el Estado croata eso no puede suceder ni sucederá. En el Estado croata puede subsistir una organización eclesiástica internacional, que no depende del poder estatal alguno, y hay organizaciones semejantes. Pero si una organización eclesiástica no es internacional, si es particular, entonces puede ser únicamente nacional y croata, entonces puede ser tal que en su vida espiritual ejerce y goza de la plena libertad espiritual, la libertad de conciencia, pero en los demás asuntos debe ser supeditada al control del Estado croata y de sus autoridades. En ningún caso permitiremos que la iglesia que sea se convierta en un instrumento político, particularmente en un instrumento que apunta contra la existencia del pueblo y del Estado croatas. Por ello, los hombres prudentes, los hombres preocupados por los intereses religiosos, sabrán pensar, reflexionar y estudiar esta cuestión y resolverla a satisfacción de Ia ortodoxia, a satisfacción del pueblo y de los intereses del Estado croata" (44,56).

De la exposición precedente del ministro Dr. Puk y del discurso ante el Parlamento del mismo jefe de Estado cabe concluir que la posición oficial dei régimen del nuevo estado estaba caracterizada:

1. Por el afán de afirmar en forma definitiva la concepción de los croatas de una nación moderna, confesionalmente heterogénea, en oposición a la identificación perimida y perjudicial de ciertas confesiones con la pertenencia nacional.

2. Por el contraste entre esos puntos de vista sobre Ia religión liberales, predicados por Starčević y su partido, y la posición totalitario-autoritaria del reconocimiento oficial de sólo cuatro confesiones: la católica (romano-católica y greco-católica), islámica y protestante luterana y protestante calvinista.

3. Por la decisión de no sólo no reconocer sino también de no tolerar en el territorio del Estado Independiente de Croacia la Iglesia servio-ortodoxa como la iglesia autocéfala nacional del estado de Servia.

4. Por el empeño de aclarar que el pase de un determinado número de ortodoxos al catolicismo y los actos de violencia cometidos contra los ortodoxos bajo el nombre ustasha no es cosa con la que el Estado o el régimen podrían ponerse de acuerdo o promoverla.

5. Por la sugerencia de que la cuestión de la ortodoxia en el Estado podría solucionarse en un marco no servio, croata, reconociendo una iglesia ortodoxa autocéfala local.

LA COMPLEJIDAD DE LA SITUACION EN 1941 PREVIAMENTE A LA CONSTITUCION DE LA IGLESIA ORTODOXA CROATA

Un análisis imparcial y objetivo, pormenorizado y con el rigor histórico de lo que aconteció en el Estado Independiente de Croacia durante el año 1941 está todavía por hacerse. No es nuestro propósito hacerlo ahora, pues el tema requeriría un grueso volumen. Pero es indispensable evaluar en forma sintética y prieta en qué medida esos sucesos influyeron en la situación del ortodoxismo en el Estado Independiente de Croacia (en adelante abreviado: EIC) y llevaron a la fundacion de la Iglesia ortodoxa croata; es imprescindible esclarecer y diferenciar ciertos conceptos fundamentales- La poca claridad de estas ideas impedía que se hiciese hasta ahora un análisis correcto de esos acontecimientos harto complejos (consecuencia de causas igualmente complejas) y fue la causa de ocultar mediante generalizaciones, reseñas malintencionadas. En primer lugar es preciso explicar y aclarar las relaciones básicas entre el nacionalismo moderno servio y el croata, luego entre el catolicismo y el ortodoxismo y por último entre los chetniks (guerrilleros nacionalistas servios) y ustasha.

LOS NACIONALISMOS MODERNOS SERVIO Y CROATA Y SU CONFLICTO

(11, 21, 27, 49, 58, 61, 69, 71, 86, 88, 90, 93, 97, 98)

Los comienzos del nacionalismo moderno servio deben buscarse en el territorio turco del entonces bajalato de Belgrado a principios del siglo pasado, acompañado en primer lugar por la influencia de la metrópoli de Karlovac en el área húngaro-croata de Voivodina y Srijem oriental. Careciendo de una base contemporánea para la soberanía e independencia estatal, tomó por su cimiento y punto de arranque la antigua tradición estatal del reino de Dušan y de la muerte de Lazar en el Campo de Kosovo. Por otro lado, la falta de un centro nacional, cultural y religioso (en ese tiempo el patriarcado de Peć fue desnacionalizado y luego abolido) fue suplida por la metrópoli de Karlovac, con el apoyo períodico de la iglesia rusa. Los insurgentes servios en el territorio del bajalato de Belgrado en el ya decadente imperio turco, con el respaldo de la Rusia zarista, crearon y luego hicieron que sea reconocido el principado servio (1833). En su territorio fue borrado el islamismo y el principado servio se convierte en un núcleo nacional y religiosamente homogéneo para la ocupación posterior de las comarcas, habitadas por los servios, pero también para la expansión territorial e imperialista granservia en las regiones donde no había servios o donde ellos constituían una minoría. Estas pretensiones territoriales granservias se fundaban en el restablecimiento del imperio de Dušan (la conquista de Sandžak, Macedonia, Albania y Montenegro) y en el marco de la ex jurisdicción del patriarcado de Peć bajo los turcos (Voivodina, Bosnia y Herzegovina y Croacia salvo una franja angosta (Reliquiae Reliquiarum) del río Drava al mar.

La formación del nacionalismo moderno croata fue totalmente distinta. Se basaba en la continuidad de la antigua independencia estatal desde el principado y el reino de Tomislav a través de la identidad nacional preservada en la unión personal húngaro-croata, en el concepto histórico-jurídico-étnico de un Illyricum ("in Dalmatians, Croatlam, Bosnam et Slavoniam distinguitur") durante y después del Renacimiento y a través del Reino Trino (Croacia-Eslavonia-Dalmacia) dentro de la monarquia de los Hasburgos. Aunque en esa época Croacia aparentemente poseía una sólida base estatal y una tradición sólida con instituciones jurídico-estatales como ser ban (virrey) y sabor (parlamento), presentaba también grandes debilidades. El pueblo estatal, es decir quienes ejercían el poder estatal fueron los feudales desnacionalizados, que no sólo no adherían al nacionalismo moderno croata sino que se le oponían con denuedo. Además, tres siglos de la gran división territorial (Croacia del virrey, Confín Militar, Dalmacia véneta, la República de Dubrovnik y el territorio ocupado por los turcos), una zona bélica en el centro geográfico de las tierras croatas y las migraciones sucesivas debilitaron en ciertas zonas la conciencia sobre la antigua independencia. El resurgimiento nacional croata introduce entonces (desde 1830) en forma acelerada las ideas modernas nacionales sobre la unidad del idioma y la cultura croatas, pero al mismo tiempo introduce las nebulosidades del ilirismo, eslavismo y yugoslavismo. Por esta razón el nacionalismo moderno croata está demorado comparado con el servio; recién Starčević y su partido pueden considerarse fundadores del nacionalismo político moderno croata que desde entonces brega por Ia incorporación del Confín Militar y de Dalmacia al Reino Trino y además lucha por la unión con Bosnia, Herzegovina e Istria.

El conflicto entre el nacionalismo moderno servio y croata se produce cuando la emanación de las ideas nacionales se expandió desde Zagreb, por parte croata, y desde Novi Sad-Belgrado, por parte servia, hacia Bosnia y Herzegovina, entonces bajo Turquía y con la población nacionalmente inconsciente y cuando la metrópoli de Karlovac quiso en forma definitiva incorporar a todos los ortodoxos en el territorio del Reino Trino y de Bosnia-Herzegovina a la idea panservia. El Partido de Derecho Croata se opuso con su idea sobre la nación croata pluriconfesional, pero los regímenes anticroatas de Khuen-Hedervary en la Croacia del virrey, de los autonomistas en Dalmacia y de Kalay en Bosnia-Herzegovina contribuyen que en líneas generales prevaleciera la ecuación nacional-religiosa servia: ortodoxo — servio, que luego por analogía llevó a la ecuación: católico — croata, dejando a los musulmanes en el medio, indefinidos nacionalmente en su mayor parte. Sin embargo, una parte de los ortodoxos y musulmanes abraza la formula moderna, propagada por los partidarios de Starčević sobre la nación croata pluriconfesional, es decir confesionalmente heterogénea, y de ese modo tenemos cierto número de croatas ortodoxos y de croatas musulmanes. En cambio, entre los servios eran muy raros y excepcionales los casos de servios católicos o servios musulmanes.

CATOLICISMO Y ORTODOXISMO

El catolicismo, como gran rama occidental del cristianismo, era la religión de la mayor parte de los croatas y confería la impronta católica a la monarquía austro-húngara como religión de la dinastía y de la mayoría de sus pueblos integrantes: austríaco, húngaro, croata, polaco, checo, eslovaco, esloveno y ucraniano. Siendo una iglesia universal, el catolicismo en esa época manifestaba todavía anhelos proselitistas, fundados en una base netamente religiosa y voluntaria. Como prueba de esta apreciación cabe destacar que la situación privilegiada del catolicismo en Austria durante los últimos siglos no fue utilizada a los fines proselitistas bajo presión o fuerza. La libertad religiosa era total.

El ortodoxismo, según queda dicho, carece de una organización única como se da en el catolicismo. Escindido no sólo en iglesias antiguas nacionales y tradicionales, el ortodoxismo se adapta a las naciones recién formadas y se acomoda a los Estados nacionales recién constituidos y a menudo se convierte en su levadura y su motor principal. Reciprocamente, esas naciones y esos Estados nacionales estimulan el establecimiento de las iglesias ortodoxas nacionales y lugareñas con el propósito de que sus ciudadanos ortodoxos se independicen de la influencia de otras iglesias ortodoxas nacionales, dependientes de los aparatos estatales extranjeros.

De lo antedicho se infiere que en el territorio, habitado por los croatas, se encontraron tres grandes religiones: la católica, la ortodoxa y la islámica. Pero mientras el catolicismo y el islamismo son dos confesiones universales, el ortodoxismo se organizó, como hemos visto, en una serie de iglesias nacionales. Como los croatas no habían fundado una iglesia ortodoxa autocéfala croata durante el despertar de la conciencia nacional (si bien lo pedía Eugenio Kvaternik de ban Sokčevič todavía en 1861), la Iglesia ortodoxa servia ocupó su lugar entre la mayoría de los ortodoxos, mezclados con los croatas y a la vez logró conquistar para la idea nacional servia la gran mayoría de ese población ortodoxa, en primer lugar a los ya eslavizados y croatizados descendientes de los valacos. En otros términos, el proselitismo del ortodoxismo entre los croatas no tenía sólo caracter religioso (como en la iglesia católica) sino que fomentaba la idea nacional servia y por eso a veces llegaba a incitar a la intolerancia nacional.

CHETNIKS Y USTASHE (44, 47, 56, 61, 65, 68, 69, 70a)

Los chetniks, organización paramilitar serbia con fines expansionistas, fue fundada en Belgrado en 1903. Al principio luchaba contra los turcos, luego peleaba contra los insurgentes (komiti) búlgaros y las fuerzas de ocupación austro-húngaras durante la primera guerra mundial. En la primera Yugoslavia (1918-41) la organización chetnik se transforma en una agrupación extremista granservia y monárquica con el objetivo de convertir el Estado en Gran Servia, recurriendo, en caso de ser necesario, al terrorismo y al exterminio biológico, "a la limpieza" de las regiones mixtas del elemento no servio como en Sandžak de los musulmanes después de la primera guerra mundial. Los chetniks de ese modo llegan a ser un factor importante en la persecución de los croatas durante la primera Yugoslavia (monárquica).

Jerónimo Jareb, joven historiador croata, reseña en los siguientes términos el origen y la evolución del movimiento ustasha:

En 1918 el pueblo croata se encontró, por primera vez, en un estado balcánico, donde la fuerza física, asesinatos y organizaciones subversivas secretas son fenómenos políticos normales. El sentido de la fundación del movimiento ustasha y de la acción del Dr. Ante Pavelić consistió en que se debía combatir la violencia con otra violencia. El lema de Pavelić era 'contra males grandes remedios grandes' El movimiento ustasha fue la respuesta al terrorismo (gran) servio y al gobierno arbitrario en Croacia. El movimiento ustasha introdujo y aplicó por primera vez en la política croata los métodos políticos balcánicos. Había que demostrar a los servios que los croatas también sabían manejar las armas, defenderse y atacar. La política pacifista y humana de Radić y Maček merecía tan sólo desprecio y burla de los (gran) servios. Tal vez esa política haya creado en gran (servios) ilusiones y autoconfianza de que no les costaría mucho someter al pueblo croata".

Eugenio "Dido" Kvaternik, uno de los destacados funcionarios ustasha, dice entre otras cosas:

"El antiservismo era la médula de la doctrina ustasha, su raison d'etre y caeterum censeo. Era la consecuencia de 20 años de dominación de Belgrado en Croacia y de la conciencia adquirida de que la clase gobernante servia se proponía aniquilar al pueblo croata. Alejandro Karageorgević generó a Ante Pavelić, los chetniks a los ustashe".

Resulta claro que cuando se produjo el choque entre los nacionalismos modernos croata y servio, las organizaciones extremistas de los chetniks y los ustashe se enfrentaron también a su modo específico.

CONFLICTO ENTRE USTASHE Y CHETNIKS EN EL CURSO DE 1941 EN EL EIC Y SUS CONSECUENCIAS PARA EL ORTODOXISMO

(47, 64, 71, 72, 76, 77, 88, 89, 92, 93)

Constituido el Estado Independiente de Croacia (EIC), la autoridad del nuevo Estado y del nuevo régimen fue implantada muy pronto en las áreas que comprendía Banovina Hrvatska (región autonóma) y donde la gran mayoría de la población era croata. En las areas de las ex banovina Vrbaska y Drinska, donde habla distritos con compactos núcleos servios, esa autoridad se estableció con un ritmo mucho más lento, lo que facilitó a los elementos chetniks juntar armas y preparar a sus adictos para un alzamiento. Ya al comienzo se producen excesos por parte de los ustashe allí donde los servios eran minoría o por parte de los chetniks allí donde los croatas musulmanes o católicos eran minoría. A ello contribuyeron también los mitines políticos ustashe durante mayo y junio de 1941 donde a veces incluso altos funcionarios ustashe sabían arengar contra los granservios. Al mismo tiempo tienen efecto levantamientos masivos de los servios, organizados o instigados por los chetniks contra el nuevo Estado en las zonas de Bosanska Krajina, de la Bosnia y Herzegovina orientales. Las minorías agredidas perecen o huyen, los croatas musulmanes y católicos se refugian en las ciudades y los servios en los bosques. Después de los primeros excesos terroristas: masacres, saqueos, incendios de casas y destrucción de templos (ortodoxos, católicos y musulmanes) siguen las represalias, cuyas víctimas principales eran los inocentes que se dieron a la fuga. La intervención de las autoridades regulares a menudo era lenta e ineficiente, pues estaban por formarse, mientras que los puestos de gendarmería, instalados poco tiempo antes, no estaban en condiciones de impedir las formas masivas del terrorismo. En esta situación entre las minorias servias, radicadas en algunas ciudades y aldeas de la región panónica, se crea la psicosis de miedo de las represalias y unos huyen a Servia, mientras que otros están dispuestos a renunciar al ortodoxismo servio y abrazar otros credos. Es obvio que en las zonas netamente croatas no hubo esos problemas y recién al estallar la guerra germano-soviética se forman allí los primeros grupos de guerrilleros comunistas (partisanos). Los partisanos procuran aprovechar hábilmente para sus fines los enfrentamientos entre chetniks y ustashe.

De lo reseñado hasta ahora y del prieto análisis de los acontecido durante 1941, origen de las persecuciones recíprocas y de la guerra en las zonas de población mezclada en EIC, cabe concluir lo siguiente:

1. La presencia de los tres credos (católico, ortodoxo, islámico) en el territorio del EIC no fue la causa de las persecuciones recíprocas ni de la guerra civil, pues el pasado demostró que era posible, que era viable la coexistencia pacífica y la tolerancia entre las tres confesiones en esa zona.

2. El conflicto entre el nacionalismo moderno croata y el servio no fue la causa principal de Ias persecuciones mutuas y de la guerra civil, por cuanto esos conflictos en el pasado fueron solucionados en forma pacífica, no violenta.

3. No es correcto relatar lo acontecido durante 1941, como si eso hubiera sucedido en el curso de todo el periodo bélico de 1941-45.

4. Las condiciones no eran iguales en todo el territorio del EIC. Dependía de quienes eran:

a) Los jefes, comandante o funcionarios chetniks o ustashe;

b) en manos de quienes estaba el poder (de los chetniks, ex funcionarios de Yugoslavia o de Banovina Hrvatska, de los partidarios del Partido Campesino Croata, de los ustashe regresados del exilio, de los ustashe locales organizados (con juramento) o en manos de los novedizos y autotitulados "ustashe salvajes" o "nastashe"[13];

c) si la zona o distrito respectivo era étnicamente heterogéneo o netamente croata o servio;

d) si el distrito pertenecía o no a la zona italiana de ocupación donde los italianos respaldaban y ayudaban a los chetniks; y

e) si se trataba de comarcas con mayor o menor tradición combativa y levantisca, o sea si era panónica, dinárica o costera.

5) La polémica en torno al tópico generalizado "¿Quién empezó el primero?" no tiene sentido, ya que en circunstancias distintas se empezaba bajo el nombre chetniks o ustasha y siempre por elementos irresponsables.

¿Cuál fue la causa principal entonces de las persecuciones y de la guerra civil (de guerrillas) durante 1941, que en algunas áreas y debido a circunstancias específicas, degeneraron de acciones militares o semimilitares en represalias colectivas contra la población civil, y que con frecuencia supieron aprovechar luego a favor de su causa los guerrilleros comunistas subrayando lo absurdo de esos enfrentamientos? Era principalmente el choque entre los chetniks y los ustashe. En ese enfrentamiento sufrieron los tres credos: católicos, ortodoxos y musulmanes padecieron persecuciones, incluso matanzas en masa, sus sacerdotes fueron asesinados, sus templos y mezquitas incendiados y destruidos. Empero, ciertas violaciones, crímenes y abusos de poder no cabe imputarlos en forma colectiva a ningún pueblo (croata o servio), ni a los fieies de ninguna iglesia (católica, ortodoxa o musulmana) o credo religioso, ni a los grupos masivos y amorfos como ser: todos los nacionalistas croatas o servios, como tampoco a todos los integrantes de los movimientos masivos y organizados como lo eran los ustashe o chetniks, si bien se trataba de organizaciones extremistas. De los hechos delictuosos puede incriminarse unicamente a los individuos irresponsables culpables, por consiguiente a los reos, de los cuales muchos quedaron, por desgracia, anónimos, mientras que otros lograron después enrolarse en el movimiento guerrillero comunista.

CASOS DE PASE DE ORTODOXOS AL CATOLICISMO

(44, 56 63a, 74)

Como se infiere de la situación reseñada que imperó en 1941, la Iglesia ortodoxa servia fue prohibida debido a su caracter nacional servio, mientras que la greco-oriental, nueva denominación del ortodoxismo tal como se usaba en la monarquía austro-húngara, no fue organizada y reconocida oficialmente y estaba acéfala. De hecho, los ortodoxos se quedaron sin su organización eclesiástica salvo si pertenecían a otra iglesia autocéfala, como ser: la rusa, la búlgara, la rumana, etc. y estuviesen cerca sus sacerdotes. Ya el hecho de haberse restaurado el Estado Independiente de Croacia y la acción ustasha contra los granservios creó en muchos ortodoxos en el EIC, ya según las circunstancias, o el clima de adaptación (por ej. el despertar de la vieja lealtad hacia Croacia entre la población ortodoxa en el ex Confín Militar) o el clima de incertidumbre (atento a las posibles reacciones como consecuencia de las persecuciones de los croatas en la primera Yugoslavia). Pero cuando trascendieron noticias sobre los abusos del poder y actos de violencia, en ciertas comarcas y ciudades con la población mixta se creó una psicosis de miedo y mientras unos huyen, sin ser perseguidos, a Servia o a la zona de ocupación italiana, otros tratan de eludir las persecuciones reales o potenciales decidiendo, por propia iniciativa, pasar al catolicismo y en casos aislados al protestantismo. Por eso, entre los sucesos acaecidos durante 1941 en el EIC, ocupa un capítulo aparte el pase de grupos de ortodoxos al credo católico en ciertas zonas del nuevo Estado. Sobre ese fenómeno se dan tres tesis:

a) La granservia y la yugoslava oficial actual: los pases se verificaron porque la minoría ortodoxa fue obligada por los ustashe, las autoridades del EIC y hasta por la Iglesia católica.

b) Tesis de pases, impulsados por el miedo: esos pases ni fueron obligados ni entraban en las intenciones del gobierno del EIC, sino que se efectuaron por iniciativa propia y voluntariamente por parte de los ortodoxos, que procedieron así atemorizados y con el propósito de salvarse de eventuales actos de violencia.

c) La tesis de los Dres. A. Pavelić y S. Hefer (56, 63a): los pases se deben al deseo espontáneo de ciertos grupos de ortodoxos para identificarse y poner a pie de igualdad con sus hermanos católicos en una sola patria croata incluso desde el punto de vista confesional. Aquí habría que incluir algunos casos de pase al credo católico por convicción de retornar a la religión de sus antepasados. Como argumento para su tesis los Dres. Pavelić y Hefer citan argumentos y solicitudes de la delegación de los campesinos ortodoxos de la comarca de Sunj, que tuvo audiencia con el Dr. Pavelić y de las delegaciones del área de Baranja (alrededores de Osijek) que visitaban al Dr. Hefer.

Es innegable que la primera tesis (a) resulta inexacta y tendenciosa por dos razones: I. las autoridades católicas se opusieron terminantemente a los pases que no eran la consecuencia de la voluntad libre de los involucrados; 2. hablando en términos generales, la mayor parte del movimiento ustasha y sus líderes no se distinguían ni por su actitud procatólica ni por su posición antiortodoxa, simplemente estaban contra la idea granservia y como consecuencia contra la ortodoxia servia, pero no contra la confesión ortodoxa como tal. Lo prueban las óptimas relaciones del moviento ustasha con los ortodoxos macedonios, búlgaros, rumanos, ucranianos y rusos antes y durante la guerra. En cuanto en las tesis (b) y (c) probablemente se dieron ambos casos, según las circunstancias locales, si hubo motivos para la psicosis de miedo o no. Sin embargo, creemos que prevalecían los casos (b). Sólo en casos graves de persecuciones las autoridades eclesiásticas católicas locales aceptaban esos pases como medio urgente de protección de los ortodoxos y de sus bienes[14] para luego volver al credo ortodoxo.

El Dr. Esteban Hefer (8), a quien conocí, era un viejo adicto del Partido Campesino Croata y durante la guerra gobernador en Osijek y luego ministro. Después de la guerra, en el período de su pronunciada actitud antiustasha, solía contar que enteras aldeas ortodoxas de los alrededores de Osijek abrazaban en forma colectiva el catolicismo, haciendo desfiles montados a caballo y con las banderas croatas, conducidos por sus jefes. Eso ocurría durante su gestión como gobernador. Se lamentaba que esa obra fue luego afectada y empañada por ciertos "ustashe salvajes" que extorsionaban y despojaban a los más pudientes y destacados entre esos "conversos".

CROATAS ORTODOXOS (14, 21, 28, 58, 86, 88, 93, 98)

Debido a la controversia en torno a la Iglesia ortodoxa servia en el EIC parece que se relegaron en 1941 las necesidades religiosas de los croatas ortodoxos. Acaso alguien arguya que son muy contados si se toma en cuenta que la gran mayoria de los ortodoxos en el territorio del EIC se definía como servios en ese tiempo. Muy pocos tomaron en consideración el hecho de que los ortodoxos croatas, no importa su número, se encontraron, tras la intensiva servización del ortodoxismo en Croacia, escindidos entre su conciencia nacional croata y su credo religioso. El aporte de esos croatas ortodoxos a su patria, sobre todo antes que la metrópoli de Karlovac empezara en forma abierta a forzar la ecuación: ortodoxa igual a servio, era considerable. Mencionaremos sólo a algunas figuras más prominentes:

Anastasio Popović (1786-1872), fundador de la institución financiera más importante en Croacia en aquel entonces —Primera Caja de Ahorro Croata— y presidente de la comunidad religiosa ortodoxa de Zagreb; Moisés Baltić (1804-78), destacado propulsor de estudios de agronomía; Dr. Demetrio Demeter (1811-1872), poeta y primer dramaturgo moderno croata; Petar Preradović (1818-72), máximo poeta del resurgimiento croata; Josip Runjanin (1821-78), compositor del himno nacional croata; Makso Prica (1823-73), juriconsulto y político, secretario de ban (virrey) Jelačić; Nikola Krestić (1824-87), político y presidente del Parlamento croata (Sabor) (1873-84); Vladimir Nikolić (1829-66), poeta y escritor, Spiro Dimitrović Kotoranin (1813-68), escritor croata; Bude Budisavljević (1843-1919), literato croata; Danilo Medić (1844-79), primer poeta de ideología de Starčević; Dr. Ivo pl. Malin Ksaverski (1853-1907), profesor universitario, secretario y consejero del gobierno de Zagreb; Dr. Gavro Manojlović (1856-1926), historiador y presidente de la Academia Yugoslava de Ciencias y Artes; Mojo Medić (1855-1939), zoólogo; Nikola Kokotović (1859-1917), escritor y político del Partido de Derecho; Dr. Esteban pl. Miletić (1868-1908), escritor y renovador del teatro croata; Dr. Milan Ogrizović (1877-1923), poeta y escritor, político del Partido de Derecho; Petar Petrović (1877-1955), literato croata; Svetozar pl. Borojević de Bojna (1856-1922), célebre militar en la primera guerra mundial y muchos generales y altos oficiales más en el ejército croata; Dugan Plavgić, escritor y secretario del "Club Croata" de Sarajevo; prestigiosos adictos al Partido de Derecho, Dusan Kotur y Dane Stranisavljević; Esteban Mitrov Ljubiga, diputado nacional; Mihajlo Marković, (1869-1923), actor; Novak Simić (1906), escritor croata; luego generales y oficiales en la segunda guerra mundial Fedor Dragojlov y Jorge Grujić, jefes del estado mayor del ejército croata; general Lavoslav Milić, jefe de aprovisonamiento militar; coronel de caballería Jovo Stajić; mayor Vladimir Graovac, comandante del grupo de bombarderos en el frente ruso[15]; Dr. Savo Besarović, parlamentario (sabornik) y ministro en el gobierno del EIC; Urog Doder, miembro del Parlamento croata en el EIC; destacados sacerdotes de la Iglesia ortodoxa Croata: Vaso Šurlan, Spiridon Mifka, Miron Federer, Sevastijan Perić, Dositej Teodorović, Ambrosije Veselinović, Rafail Stanivuković, etc.

Cabe acotar también que la madre del fundador del nacionalismo moderno croata y del Partido de Derecho, Dr. Ante Starčević, procedía de familia ortodoxa, y que los revolucionarios del levantamiento nacionalista croata en pro de la independencia de Croacia en Rakovica (1872), conducidos por Eugenio Kvaternik, fueron bendecidos en la iglesia ortodoxa local por el párroco Popović y que la gran mayoría de los insurgentes era ortodoxa, incluso el comandante del ejército insurgente, Rade Cuić, malogrado ministro de guerra croata. Huelga asimismo destacar que el patriarca Josif Rajačić, metropolitano de Karlovac, ofició la ceremonia de entronización del ban (virrey) Jelačić en 1848. Visto el hecho que ya en 1861 había croatas de credo ortodoxo, Eugenio Kvaternik con motivo de una audiencia con el virrey Sokčević señaló este hecho y subrayó "la necesidad de un patriarca de la Iglesia ortodoxa croata" (21). Tal vez sólo la dimisión del virrey impidió concretar esta idea. Es preciso aquí mencionar el criterio de Ante Radić (ideólogo del Partido Campesino Croata) respecto a los croatas ortodoxos que se refleja en la cita siguiente: "Para nosotros no son servios todos aquellos que profesan al credo servio-ortodoxo; eso nos dice el raciocinio y lo vemos en las masas del pueblo. Hemos encontrado tantos campesinos de confesión servio-ortodoxa que nos manifestaron que se sentían croatas..." (28).

Además de los ortodoxos que se declaraban de nacionalidad croata, es menester mencionar que numerosos ortodoxos debido a la influencia de la iglesia servia no se declaraban croatas o se sentían servios, pero a la vez reconocían que Croacia era su patria y se consideraban parte integrante del mundo cultural croata. Entre ellos figuraban también Nicolás Tesla (1856-1943), célebre científico, quien manifestó: "Yo soy servio pero mi patria es Croacia"; Dr. Pavao Vuk-Pavlović (1894-?), profesor universitario y filósofo, y toda una serie de escritores croatas: Stevan Galogaža (1893-1944), Vladan Desnica (1905-57); Milan Nožinić (1921), Vojin Jelić (1921), Čedo Prica (1931), Jovan S. Prica; luego destacadas figuras del Teatro y Opera Nacional Croata: Migo Dimitrijević (1854-1909), Mila Jovanović-Dimitrijević (1876), Josip Papić (1881-1927), Gavro Savić (1854-después 1910), Žarko Savić (1861-después 1914), Strahinja Petrović (1892-?); por último Dr. Miroslav Pantić, ex diputado nacional de Bijelina; etc.

Acabamos de consignar nombres concretos para que se vea que había y que hay croatas de credo ortodoxo y que se dan servios que consideran y sienten a Croacia como su patria. Cuál es el número real de los croatas-ortodoxos no podrá saberse hasta tanto prevalezca la exclusividad de la Iglesia ortodoxa servia sobre todos los ortodoxos en Croacia.

NEGOCIACIONES EN TORNO A LA INSTAURACION DE LA IGLESIA ORTODOXA CROATA AL COMIENZO DE 1942

Los acontecimientos, ocurridos durante 1941 en el EIC, causaron fuerte reacción y condena de la opinión pública croata. El metropolitano católico croata, arzobispo de Zagreb y luego cardenal Dr. Aloysius Stepinac, en forma pública y reiterada condenó la virulencia del conflicto ustasha-chetniks, sus secuelas y el no respeto de la persona humana, de la dignidad del hombre y de los derechos humanos (74). El prof. Felipe Lukas, presidente de Matica Hrvatska (institución cultural croata de mayor raigambre y prestigio, abolida y desmantelada recientemente por el régimen comunista de Belgrado, N. del T.) e ideólogo nacional croata entre 1929-1941 también condenó públicamente las exacciones y actos ilegales en su discurso ante la asamblea anual de Matica Hrvatska a principios de 1942 (94). Los croatas musulmanes repudiaron los actos de violencia en otoño de 1941 en sendas resoluciones, firmadas por prestigiosos ciudadanos musulmanes de Sarajevo, Mostar y Banja Luka (74). Incluso entre las filas del movimiento ustasha, miembros razonables, sobre todo los de orientación católica o liberal (o diferencia de los fascistoides), viendo que la violencia lleva al caos, informaron al Dr. Pavelić sobre la situación imperante, y en ciertos casos (los de Senj y Litoral Croata), viejos adictos al Partido de Derecho) devuelven sus carnets partidarios como protesta por la acción lenta contra los "ustashe salvajes" y "nastashe".

En 1941 "... hasta fines de junio... no existían todavía contingentes regulares de las fuerzas armadas croatas, pues recién en julio de 1941 pudo iniciarse su formación después que el gobierno croata logró persuadir a Roma y Berlín que era indispensable formar un ejército croata"; recién a fines del año "... fue elaborado el plan sobre la organización del ejército croata (Hrvatski Domobran)"; "Los servios en Croacia no fueron llamados bajo bandera y los chetniks explotaron esa circunstancia... para enrolarlos" (100). Ya en los primeros meses de 1942 la mayoría de los miembros del gobierno se daba cuenta que se había llegado a un callejón sin salida en cuanto a la guerra de guerrillas. El Dr. Pavelić entonces estableció el Cuartel General de Poglavnik y en su primera reunión se planteó el problema de relaciones con la minoría servia. Según E. "Dido" Kvaternik, "todos los presentes, miembros del gobierno y representantes de las fuerzas armadas, estaban contentos de que había llegado el momento apropiado para allanar el conflicto con los servios. El Dr. Pavelić subrayó que como primer instrumento de pacificación iba a establecer la Iglesia ortodoxa" (74). Poco tiempo después vino el ya citado discurso de Pavelić ante Sabor (parlamento) del 28/II/1942 que preanunció la posibilidad de una solución. La cuestión de constituir la Iglesia ortodoxa croata fue debatida en marzo de 1942 en la comisión parlamentaria para justicia y culto, cuando el Dr. Vinko Krišković sostenía con valentía cambios liberales en el status de servios en Croacia en base a los principios de los derechos humanos, la libertad confesional, ética y moral.

A la sazón me encontraba en Srijem. Soy servio (y no croata-ortodoxo, como algunos creen), nacido en Belgrado en 1910, y mi familia es oriunda de Neuzin de Banat. Al recibirme de abogado, fui durante muchos años adscripto a la Iglesia ortodoxa servia como abogado, luego como asesor legal en Srijemski Karlovci. Durante la guerra de abril de 1941 servía en el ejército yugoslavo con rango de capitán de 1era. clase. Logré eludir el cautiverio, pero cuando Srijem fue incorporado al EIC en octubre de 1941 fui detenido y después soltado gracias a la intervención de mis amigos croatas. Srijem, hasta su incorporación al EIC se hallaba bajo la ocupación alemana igual que Servia. Gavrilo Dozić, patriarca de la Iglesia servia, fue detenido por los alemanes en abril de 1941 en el Ostrog en Montenegro. Por rehusar colaborar con los alemanes fue internado durante la guerra. En esta situación el Sínodo eligió para el territorio de Servia al metropolitano de Skoplje Josif Cvijović como reemplazante de Gavrilo. En ese tiempo los alemanes se llevaron de Srijem una parte del archivo y de piezas de valor. El patriarca Gavrilo nos comunicó por intermedio del metropolitano Josif, que era su íntimo colaborador, que deberíamos hacer todo lo posible, teniendo en consideración la situación creada, para normalizar y regularizar los asuntos del ortodoxismo en el nuevo Estado de Croacia. En base a esa directiva, el citado discurso en Sabor y la actitud valiente del Dr. Krisković, se establecieron los primeros contactos con las autoridades del EIC, concretamente con el padre franciscano A.R. Glavas[16], jefe del Departamento de Culto en el Ministerio de Justicia y Culto. Como el gobienro del EIC ni quiso negociar directamente con la Iglesia ortodoxa servia y con su representante legítimo Josif, por ser civil me pidieron que interviniera y tuve que asumir la función de negociador.

En la etapa siguiente fui recibido por Pavelić tres veces. El primer encuentro duró tres horas y media y en esa ocasión discutimos el estatuto de la Iglesia ordodoxa croata (en adelante IOC), que redacté tomando como modelo la constitución de la Iglesia ortodoxa servia del 16/XI/1931, cambiando en líneas generales las referencias al Estado, el gobierno y a la nacionalidad anteriores por el Estado, el gobierno y la nacionalidad actuales. Los dos encuentros siguientes fueron dedicados a correcciones adicionales y conversaciones sobre los candidatos que quisieran ocupar el cargo jerárquico más alto. Durante esas tratativas y conversaciones insistí con perseverancia en los aspectos canónicos y legales y fuí atendido. El interés del Dr Pavelić se centró en los aspectos linguísticos y simbólicos dado que yo no conocía suficientemente el idioma literario, la ortografía e historia croatas. Resulta pues totalmente falsa la afirmación de Fikreta Jelić-Butić (99) que "visto en su totalidad el estatuto de la IOC fue formulado de modo de servir más bien como instrumento a la política de la conducción ustasha y de Pavelić para con la Iglesia ortodoxa". Bastaría que Fikreta Jelić-Butić haya cotejado los estatutos de la Iglesia ortodoxa servia (del 1931) y la croata (del 1942) y verificaria que las diferencias eran mínimas después de cambiar Rey por Poglavnik, Reino de Yugoslavia por EIC, servio por croata.

Durante las negociaciones en Zagreb adverti que me seguían y vigilaban ciertas personas de modo que me fueron asignados dos custodios. Luego se supo que los alemanes, húngaros e ingleses estaban interesados en este asunto, pues querían descubrir su fondo politico, pero cuando se dieron cuenta de que no lo había y que se trataba de un asunto meramente religioso, no se preocuparon más. Respecto a la opinión de Fikreta Jelić-Butić (99) que la idea sobre la IOC "provino probablemente primero de las autoridades alemanas" tomando en cuenta el informe de A. Hefner y una declaración de S. Kasche (embajador alemán en el EIC), debo manifestar que toda mi acción no salió fuera de la competencia de las autoridades croatas y que por lo tanto ni hubo indicio alguno de que los alemanes estuvieran implicados y menos todavía que fueran iniciadores.

En víspera de la Pascua Católica (3-III-1942) se publicó bajo el N° XC-817-Z-1942 un breve "Decreto-ley sobre la Iglesia ortodoxa croata" en Boletín "Narodne Novine", firmado por el ministro de justicia y culto y por el Jefe de Estado, según el cual se establecía la iglesia ortodoxa en Croacia. Inmediatamente se procedió a la organización de IOC y su estructura y atribuciones definitivas fueron determinadas al ponerse en vigencia el estatuto de la IOC el 5/VI/1942 bajo N° CLXIV-1386-Z-1942. La estructura de la IOC, según su constitución, era una, autoćéfala y episcopal, sus órganos eclesiásticos, jerárquicos y autónomos eran el patriarca de la IOC y metropolitano de Zagreb, el santo sínodo obispal, el alto tribunal eclesiástico, obispos, tribunales eclesiásticos de eparquias, lugartenientes diocesanos, párrocos y comités administrativos parroquiales, y en el aspecto administrativo se dividía en eparquias, entidades diocesanas y parroquias. En materia dogmática y canónica la IOC se basaba en la Sagradas Escrituras y la Sagrada Tradición según la doctrina de la santa ortodoxia y en los cánones de los sínodos eclesiásticos universales y en el aspecto administrativo en el estatuto de la IOC y en las conclusiones y directivas de las autoridades facultadas por el Estatuto.

Además de la redacción y la promulgación del Estatuto de la IOC, era importante la elección de una persona idónea para ocupar el cargo de metropolitano con el rango jerárquico necesario y las calificaciones del caso y para ello era necesario el placet y la consulta con varios dignatarios jerárquicos ortodoxos. Mientras se discutía en torno al Estatuto, contacté a los dignatarios que estuvieron dispuestos a asumir esos cargos y puestos y poseían todos los requisitos y cualidades espirituales. La persona que ya tenía el título de metropolitano y que respondió a la invitación fue Su Excelencia Germogen, ex metropolitano Norvomoskovski, oriundo de Kuban. S.E. Germogen, terminados sus estudios teológicos, frecuentó la academia de estudios espirituales, fue ungido sacerdote y al comienzo se desempeño como párroco. Sucesivamente fue nombrado profesor y prefecto del seminario teológico de Saratov. Casado y padre de familia numerosa, al morir su mujer se volvió monje y luego archimandrita en el monasterio y como tal fue elegido para obispo suplente en la eparquía de Don. Durante la primera guerra mundial fue elegido arzopispo de Jekaterinoslav y Novomoskovski. En tiempo de la revolución bolchevique abandona Rusia, reside algún tiempo en Grecia, en la isla de Lemnos y en la montaña santa de Atos. Llega en 1922 al Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos y vive en los monasterios de Ravanica, Rakovac y Hopovo en Srijem. Si bien de acuerdo al Estatuto de la IOC debió presidirla en Zagreb un patriarca en consonancia con el patriarca universal de Constantinopla, debido a las circunstancias bélicas, esa función fue asumida por Germogen sólo en su dignidad de metropolitano, mientras que se tomarían medidas ulteriores en una situación más normalizada. Tanto sobre el establecimiento de la IOC como sobre la elección de Su Exc. Germogen fueron consultadas las iglesias ortodoxas rumana, búlgara y griega y el patriarcado universal de Estambul. En forma no oficial fueron informados también sobre el curso de las tratativas y los sucesos involucrados el patriarca ortodoxo-servio internado Gavrilo Dožić y su suplente el metropolitano Josif Cvijović. El patriarca Dožić estaba de acuerdo con la elección de su Exc. Germogen para la jefatura de la IOC, pero se opuso a su designación como patriarca y en ese punto fue satisfecho.

La elección de S.E. Germogen algunos la objetan por su edad avanzada y por su origen ruso y escriben sobre su "extracción del monasterio de Hopovo". En primer lugar S.E. vivió una vida monacal y no ansiaba honores, mientras que sus altas cualidades espirituales y morales eran bien conocidas. Por lo tanto, aceptar el cargo jerárquico máximo en la IOC significaba para él gran sacrificio. Lo aceptó por sublimes motivos religiosos y humanos. Sabía que probablemente debido a su avanzada edad no llegará al cargo de patriarca y que ese puesto corresponde a un lugareño. Su origen ruso era un compromiso. Sacerdotes croatas ortodoxos eran pocos y la elección entre ellos muy limitada. Por otro lado los dignatarios eclesiásticos servios necesitaban más tiempo para superar el trauma del nuevo Estado y de la nueva situación, mientras que los más jóvenes que pronto se adaptaban a las nuevas circunstancias no podían tomarse en consideración por su edad y falta de experiencia.

LA ACTUACION DE LA IGLESIA ORTODOXA CROATA DURANTE TRES AÑOS

(julio 1942-mayo 1945)

El 7/VI/1942 tuvo efecto en el templo ortodoxo Santa Transfiguración en la plaza Preradović en Zagreb la solemne entronización del Metropolitano de la Iglesia ortodoxa croata S.E. Germogen y su asunción de la metrópoli. Ese día, frente al templo, se colocaron unidades militares de honor con música y dentro del templo, junto a numerosos fieles, se congregó el clero con su solemne vestimenta, y entre los funcionarios estatales estuvieron presentes: Presidente de Sabor (parlamento) Marko Došen, a cargo interinamente del ministerio de justicia y culto, Jozo Dumandžić, ministro de agricultura y ganadería, Ivan Werner, alcalde de Zagreb, escribano mayor Dr. Ivan Majcen, jefe de protocolo coronel Machiedo, Petar Lazić, representante de la comunidad ortodoxa de Zagreb, etc. S.E. Germogen entró acompañado por el autor de ese estudio en su calidad de secretario. El oficio de entronización se hizo de acuerdo al ritual prescrito con la participación de los presbíteros Platon, Vasa Surlan, Serafim Kubćevski, Venjamin Pavlovski, Joca Cvijanović, Miron Federer y el protodiácono Aleksej Borisov. En esa ocasión el ministro Dumandžić pronunció un discurso y leyó el decreto del Jefe de Estado sobre el nombramiento de S.E. arzobispo Germogen para metropolitano de la IOC con sede en Zagreb (Decreto N° 6034-B-1942). En su discurso el Dr. Dumandžić destacó que el establecimiento de la IOC fue inspirado por el principio, expresado en el proverbio croata que reza: "Querrás siempre a tu hermano sin importarte su religión", que el pueblo croata siempre fue tolerante en materia religiosa y que en las áreas croatas convivían a lo largo de los siglos con los croatas católicos y musulmanes también los ortodoxos en concordia y el amor recíprocos. "Estamos seguros que ellos seguirán queriendo de igual modo a su patria croata con la cual están íntimamente unidos a través de sus hogares y familias, de las tumbas de sus padres y las cunas de sus hijos, y que serán sus hijos fieles", dijo en otro párrafo y subrayó que el Estatuto garantiza a la IOC una amplia autonomía y la labor espiritual libre de acuerdo a los principios de la santa ortodoxia. Al día siguiente, 8/VI/1942, tuvo lugar el juramento de S.E. Germogen y el recibimiento en la Casa de Gobierno en presencia del Jefe de Estado, del gobierno presidido por Dzaferbeg Kulenović y el séquito del metropolitano, en el que me econtraba como su secretario, los representantes de la eparquia de Zagreb y de la comunidad eclesiástica señores clérigo Joco Cvijanović, Petar Lazić, Djuro Jukić, Tedor Vukadinović y guardián Miro Federer.

Las consecuencias inmediatas del establecimiento de la IOC fueron muy positivas. De varios campos de concentración y prisiones (Sisak, Slavonski Brod, etc) fueron puestos en libertad 3.000 detenidos de credo ortodoxo y cierto número de sacerdotes volvió a su grey. Los templos ortodoxos clausurados se abren de inmediato y el mismo metropolitano Germogen viajó para asistir a la reapertura de los templos de Mitrovica, Ruma, Irig y Srijemski Karlovci. Se celebraban bautismos y casamientos en forma masiva y a veces hasta 200 niños fueron bautizados en un día. De acuerdo al Estatuto, además de la metrópoli de Zagreb, se constituyeron también las eparquias de Brod, Sarajevo y Bosanski-Petrovac. La última no pudo organizarse con su sede en Bosanski-Petrovac debido a la guerra de guerrillas que se desató en su jurisdicción. Seguían intervenciones a favor de cerca de 600 oficiales ortodoxos reservistas que tuvieron que actuar en las primeras líneas de fuego y gracias a la intervención interpuesta ante el ministro Artuković a la una de la noche fueron liberados de esa tarea y una parte licenciada. Fueron establecidos vínculos amistosos con la jerarquía católica y el clero musulmán. En una audiencia de dos horas con el arzobispo de Zagreb y el metropolitano de Croacia S.E. Aloysius Stepinac se habló sobre el acercamiento entre las iglesias cristianas y sobre los temas ecuménicos.

Jóvenes sacerdotes y seminaristas en Srijem que estuvieron en la fase última de sus estudios terminaban su carrera con un curso acelerado y algo abreviado y fueron designados en las parroquias acéfalas. En su nombramiento no intervenían ni el ministerio ni las autoridades civiles y ese asunto era de exclusiva incumbencia de la IOC. Allí donde los templos principales fueron destruídos o dañados se habilitaron como templos parroquiales, capillas menores, incluso las de los cementerios. Los festejos del 10/IV/1943 se celebraron con los oficiosos religiosos no sólo en las mezquitas y los templos católicos, sino también ortodoxos. Los valiosos objectos artísticos y el mobiliario eclesiástico, como ser iconos, puertas, altares, arquitraves, etc. de los templos ortodoxos destruídos o dañados fueron guardados, protegidos, y conservados por el personal esforzado del Museo de Arte y Oficios de Zagreb. Se empezó a editar el Calendario ortodoxo [50a] [17] y a imprimir libritos de oraciones sin ningún ingrediente político; no se hacía mención de los ustashe, ni del comunismo ni del anticomunismo; la única diferencia con los de la preguerra era que venían impresos en letras latinas y no cirílicas. En cuanto a la parte del archivo que no fue llevado por los alemanes, Ias cosas más necesarias fueron trasladadas a Zagreb, sede de la metrópoli. En la organización de la IOC se destacó gran número de sacerdotes ortodoxos y en vísperas de Navidad de 1943 la prensa publicó lo siguiente: "Su Excelencia el metropolitano de Zagreb y de toda la Iglesia ortodoxa Croata, señor Germogen, distinguió con motivo de las fiestas navideñas por su concienzudo servicio a Dios y al pueblo a los sacerdotes siguientes: Con bastón: al prebítero Evgenij Jarzemski y al presbítero Aleksandro Volkovski; promovió al grado de presbítero al sacerdote Vasilije Surlan, Serafim Kubčevski y Anatolij Paradijev; el guardián: sacerdote Sevastijan Perić, sacerdote Dositej Teodorić, los monjes Amvrosije Veselinović y Rafail Stanivuković; con la cruz de pecho al guardián Miron Federer, protojereja Cvijetin Sovič y protojereja Risto Babunović; con cinturón rojo: al presbítero Aleksej Borisov, clérigo Joca Cvijanović, clérigo Vasilij Jurcenko, clérigo Pavle Kozarski, monjes Vlasmin Milogradski, Dimitrije, Ivan Mrackovski, Evgenij Pogorecki, Petar Popov, Bogdan Popović, Cvjetan Popović, Nikolaj Semčenko, Petar Stefanovič, Sergije Selivanovski, Ljubomir Svrtilić y Emilijan Simatović". Al frente de la eparquia de Sarajevo llega en agosto de 1944 Spiridom Mifka, ex párroco en Visoki. De lo antedicho se infiere que son infundadas las afirmaciones de que la IOC fue sólo "un invento ustasha" que había congregado sólo a cinco o seis sacerdotes rusos..." Entre los sacerdotes citados más arriba había croatas, servios, rusos, ucranianos, macedonios y búlgaros, pero en su mayoría eran servios y croatas ortodoxos, sin mencionar a los sacerdotes jóvenes y de rango jerárquicos inferior. Asimismo la conclusión de Dj. Kašič en su trabajo Servios y la ortodoxia en el sentido de que la actividad de los "escasos" sacerdotes ortodoxos en la creación de la IOC "... tuvo poco éxito, pues los servios sintieron la tendencia y para protegerse de Ias persecuciones, si tenían que cambiar de confesión, entonces preferían la iglesia y el credo católicos que adherir a esa organización artificial", carece de sentido, pues es archisabido que después de establecida la IOC no se produjo ni un sólo pase al catolicismo y que buena parte de los que habían cambiado su credo religioso por miedo, volvió al ortodoxismo en la IOC allí donde fue organizada y donde pudo funcionar normalmente.

Historiadores objetivos verificarán también que con el establecimiento de la IOC se crearon las condiciones y la atmósfera necesarias para dar los primeros pasos hacia la reconciliación y la suavización del conflicto servio-croata y de los excesos causados por elementos irresponsables. En el ámbito político se llega a un acuerdo sobre la no agresión y cooperación entre algunos destacamentos chetniks y las autoridades civiles y militares del EIC, si bien en esa gestión la IOC no tuvo participación directa. La guerra de guerrillas, la guerra civil se dirime después de 1942 mayormente entre los guerrilleros comunistas con orientación yugoslava por un lado y los nacionalistas croatas, servios, etc., por el otro. Es preciso mencionar que en 1943 se formaron regimientos Dora (contingentes de trabajo), en la jurisdicción de cada cuerpo de ejército, integrados principalmente por los servios ortodoxos y los croatas ortodoxos de Srijem y Eslavonia que previamente no fueron convocados por el ejército. De ese modo se tendía a crear una confianza mutua entre los ciudadanos ortodoxos y no ortodoxos, entre croatas y servios hasta en la esfera militar.

Ejercí el cargo de secretario del metropolitano Germogen hasta mediados de 1944 cuando tuve discrepancia con algunos ortodoxos en Zagreb y para no provocar conflicto decidí renunciar, salir de Croacia y regresar a Bachka, anexada entonces a Hungría. El fin de la guerra me encontró en Novi Sad donde me encarcelaron y después soltaron cuando expliqué los motivos religiosos y humanos de mi participación en la organización de la IOC. Luego me exilé. Algunos de los destacados comunistas de Voivodina, ahora altos funcionarios y uno de ellos ministro, que fueron detenidos en 1941/42 y se salvaron gracias a la creación de la IOC, intervinieron a mi favor en 1945 cuando me pusieron en la cárcel.

S.E. Germogen, con 85 años a cuestas, no se retiró de Zagreb y fue detenido en mayo de 1945 por las nuevas autoridades comunistas junto con el presbítero Aleksej Borisov y ambos fueron asesinados. Creo que lo hicieron los elementos granservios fanatizados, chauvinistas y no comunistas, pues no se entiende porque los comunistas auténticos habrían de intervenir en problemas religioso-jerárquicos y en las controversias de índole eclesiástica. Considero que las nuevas autoridades cometieron craso error al permitir ese crimen. De los sacerdotes ortodoxos, citados en este trabajo, los que no lograron refugiarse, todos fueron perseguidos con saña y casi todos perdieron la vida.

Conforme a la precedente reseña histórica de la IOC se desprende que muchas reseñas hechas hasta ahora sobre ese tópico fueron erróneas, inexactas o falsas. Por ej. en Enciklopedije Jugoslavije en la referencia Ustashe, escrita por el historiador Ljuba Boban, se dice: "... se quiso reducir el número de la población ortodoxa tratando de que una parte pasara al catolicismo. Pero esos pases forzosos no dieron resultado alguno como tampoco los dió la maniobra con la IOC, creación ustasha del año 1941". Esa afirmación arbitraria y confusa de Boban, en la que se mezclan conceptos nacionales y confesionales, no es digna de un historiador que luego llegó a ser Boban. Se habla de la reducción y el pase al catolicismo de los ortodoxos, aunque sabemos que los ustashe no apuntaban en 1941 contra la ortodoxia (que les era indiferente) sino contra servios, en primer lugar granservios (chauvinistas servios, - N. del T.) y sólo en forma indirecta contra el ortodoxismo. servio. Boban manifiesta que "el pase forzoso de los servios al catolicismo" (ahora habla de servios y no de ortodoxos) y "la maniobra" con la IOS no dió resultado alguno". Si "el pase al catolicismo" (que en la mayoría de los casos no fue impuesto por fuerza, sino solicitado y aceptado por algunos servios en la psicosis bélica, la búsqueda de protección y el deseo de equipararse con la mayoría) no tuvo éxito (lo que es verdad) entonces ese hecho se debe a "la maniobra" con la IOC y a su éxito o no al fracaso de la IOS, pues tan pronto se estableció la IOC, cesaron de inmediato los pases al catolicismo y la gran mayoría de los que habían pasado regresaron al seno de la IOS.

También resulta tendenciosa e inexacta la reseña de la IOC de la pluma del alto funcionario ustasha E. "Dido" Kvaternik (74) cuando dice: "La iglesia ortodoxa fue establecida como Iglesia ortodoxa croata con una tendencia netamente anticatólica. A su frente fue designado un ruso y no un servio. Fue ...la iglesia ruso-croata-ortodoxa que no pudo atraer a los servios". Si alguna vez la ortodoxia en Croacia tuvo problemas fue durante 1941 a raíz del conflicto ustashe-chetniks. Uno de los protagonistas principales de ese conflicto era "Dido" Kvaternik del lado ustasha. Lo que antecede evidencia que la IOC no fue establecida con "una tendencia anticatólica" ni se proponía "atraer" a los servios. Ella constituía la solución del problema de profesar la ortodoxia en el territorio del EIC para todos los ortodoxos servios, croatas, ucranianos, ruso, montenegrinos, macedonios, etc., por cuanto no se permitía actuar a la IOS por ser iglesia del país vecino, de Servia. La IOC era multinacional por la composición de sus creyentes y por su jerarquía.

Hasta el libro moderado de Pavle Ostović contiene esta inexactitud: "Atroces crueldades padeció la población inocente sólo por ser de confesión ortodoxia". La mejor respuesta a P. Ostović la dió su jefe político Dr Vlatko Maček en su libro" (70a): "La mejor prueba de que los ustashe no perseguían a los servios por motivos religiosos es que ellos mismos fundaron en 1942 la Iglesia ortodoxa croata, encabezada por un obispo exiliado ruso".

CONCLUSIONES SOBRE LO PASADO

De acuerdo a lo reseñado cabe concluir que a raíz del cisma de la cristiandad en iglesia occidental y oriental, los croatas quedaron en la jurisdicción de la iglesia occidental y los servios de la oriental, mientras que los montenegrinos actuales (Ducleia, Zeta) en parte bajo la occidental y en parte bajo la oriental. La expansión del Estado servio bajo la dinastía Nemanjić desplazó a los católicos del este de Herzegovina y Montenegro actuales (la vieja Croacia Roja) a la angosta franja marítima hasta la República de Dubrovnik y el litoral de Kotor y Montenegro.

La penetración de los osmanlíes en Croacia en el siglo XV y la zona bélica en el centro de Croacia que duró 200 años eran la causa que una parte de los croatas pasó al islamismo y que en las zonas asoladas y abandonadas de la Croacia central se radicaron los ortodoxos, venidos del interior balcánico, en primer lugar los muy movedizos valacos de origen romano como pastores, martolosi y campesinos. Es la causa por la cual las áreas croatas, homogéneas desde el punto de vista religioso y étnico hasta la invasión turca, se vuelven mixtas religiosa (católicos, ortodoxos y musulmanes) y étnicamente (croatas, valacos y otros pueblos balcánicos).

Con el éxodo de los servios a principios del siglo XVIII rumbo al norte (Srijem, Voivodina, la Hungría meridional) se radica en el territorio croata un nutrido y compacto grupo de servios de habla ekavski y la IOS fugitiva (la Metrópoli de Karlovac) que logra a lo largo de dos siglos siguientes un control jerárquico sobre los ortodoxos valacos y servios y en el siglo XIX consigue servizar la buena parte de esos ortodoxos, aplicando la simple ecuación: ortodoxo igual a servio. De ese modo la mezcla confesional en ciertas áreas, pobladas por los croatas, se convierte también en una mescolanza nacional entre los croatas y los servios. El nacionalismo moderno croata de Ante Starèeviá responde a ese hecho y propaga la idea de un Estado croata pluriconfesional, país de los católicos, ortodoxos y musulmanes. Al identificarse los servios con la ortodoxia se trabó su evolución en una nación pluriconfesional, mientras que en Croacia hay croatas católicos, ortodoxos y musulmanes, sólo que los croatas ortodoxos en el plano eclesiástico están sometidos a la ortodoxia servia.

Se produce pues un conflicto entre los nacionalismos modernos servio y croata en esas regiones mixtas que reinvidican tanto los granservios como los croatas legalistas, invocando los derechos históricos. En la primera Yugoslavia recrudece el conflicto debido al predominio servio en ese Estado. Al restablecerse el EIC en 1941, estalla el choque en Ias zonas mixtas entre los ustashe y chetniks, organizaciones nacionalistas extremistas. En ese conflicto elementos irresponsables desatan persecuciones de los grupos minoritarios, utilizando rótulos ustasha o chetnik y a causa de sus desmanes padecen las tres confesiones: la católica, la ortodoxa y la islámica. Como el gobierno del EIC no reconocía la IOS como una iglesia nacional de los servios y del vecino Estado de Servia, la ortodoxia en Croacia quedó acéfala en 1941 y ese problema se solucionó en 1942 estableciendo la Iglesia Ortodoxa Croata.

En base a lo expuesto y como partícipe en los acontecimientos puedo concluir que la existencia de la Iglesia Ortodoxa Croata en 1942-45, tomando en consideración graves circunstancias y condiciones imperantes, resultó positiva para todos los ortodoxos de nacionalidad servia, croata u otras en el territorio del Estado Independiente de Croacia tanto desde el punto de vista religioso y espiritual como meramente humano; por último, también desde el punto de vista de reconciliación y reducción del conflicto croata-servio, originado por los pecados del pasado y por el enfrentamiento entre los ustashe y los chetniks. Después de 1941 mengua ese choque en algunas regiones y se llega a un acuerdo entre ellos. Para los ortodoxos servios en Croacia la IOC era una protección y la solución religiosa temporaria en un régimen autoritario que no toleraba la Iglesia ortodoxa servia por ser iglesia nacional del vecino Estado de Servia. Para los ortodoxos croatas la IOC fue una solución deseada desde tiempo atrás, pero siempre negada, por encontrarse tensionados entre sus sentimientos nacionales croatas y su lealtad y apego a la patria croata por un lado y la exclusividad nacional servia con una sola iglesia ortodoxa en Croacia: la Iglesia ortodoxa servia.

Es de lamentar que, terminada la segunda conflagración mundial, debido al fanatismo ciego de ciertos chovinistas granservios en Croacia, no haya sobrevivido la IOC y que no siguiera con su actividad (por supuesto, con un Estatuto corregido) para congregar a los creyentes que quisieran quedar en su seno, en primer lugar a los croatas ortodoxos, no obstante su fuerza numérica. Eso no quiere decir que una renovada Iglesia ortodoxa servia para los creyentes de nacionalidad servia no haya podido coexistir paralelamente con la Iglesia ortodoxa croata, pues plena libertad religiosa equivale a la tolerancia y a la coexistencia y no la exclusivismo y al monopolio de iglesias.

Parece gran absurdo, pero es un hecho que un sistema y régimen comunistas fueron tan parciales respecto a la IOC y que asumieron la posición exclusivista de los granservios y en favor de la IOS como única en un territorio, poblado por la mayoría croata y la minoria servia y en contra de una tolerancia y coexistencia liberal de varias iglesias ortodoxas. Esa posición se corrigió luego respecto a la Iglesia ortodoxa macedonia, mientras que desgraciadamente todavía sigue prevaleciendo la idea de favorecer la ortodoxia en las restantes partes de Yugoslavia. Ningún creyente ortodoxo que no es servio o macedonio, y puede ser integrante de otras naciones que componen Yugoslavia esloveno, croata, montenegrino, albanés, rusino, etc.) no puede profesar la santa ortodoxia sino por intermedio de la Iglesia ortodoxa servia.

La experiencia histórica y la realidad actual nos enseñan que hay que abordar a tiempo la solución de los delicados problemas religiosos y nacionales y no cuando irrumpen con toda virulencia. La intolerante exclusividad granservia según la cual todos los ortodoxos, radicados en Croacia y Bosnia-Herzegovina, son sólo servios, y la afirmación quijotesca de algunos círculos emigrados croatas según la cual en Croacia todos los ortodoxos son sólo croatas, carecen de fundamento. En esas repúblicas viven tanto ortodoxos croatas como ortodoxos servios. Cuántos son unos y cuántos otros, podrá saberse únicamente en un clima de plenas libertades religiosas y nacionales.

PERSPECTIVA DEL FUTURO

La historia evolutiva del ortodoxismo en Croacia, la reciente experiencia penosa y trágica, el destino de la Iglesia ortodoxa croata y el problema todavía sin solucionar de profesar libremente la santa ortodoxia en Croacia, trabado por los derechos territoriales exclusivistas de la Iglesia ortodoxa servia en Croacia, debería ser materia de profunda reflexión por parte de los responsables para que en los momentos críticos del futuro no se repitan errores cometidos en el pasado. Cuesta comprender la razón por la que la actual Iglesia ortodoxa servia se aferra a los derechos conquistados en Croacia, impidiendo el desarrollo normal de profesar libremente la santa ortodoxia y la existencia de otras iglesias ortodoxas junto a ella. Si una iglesia ortodoxa para los croatas, los ortodoxos no servios y aquellos servios que libremente se adhieran a ella, fuese exigua y poco numerosa junto con la numerosa iglesia servia, entonces no vemos razón alguna de su miedo, sobre todo si esa iglesia ortodoxa en Croacia no exigiera exclusividad territorial.

La necesidad de establecer libremente una iglesia ortodoxa en Croacia de carácter más amplio, no servio, es grande. Esa iglesia no debería ser una nueva edición de la Iglesia Ortodoxa croata, fundada en difíciles condiciones bélicas y bajo un régimen autoritario, que hasta cierto punto se reflejó en ella. Podría formarse o siguiendo el modelo de la Iglesia ortodoxa macedonia (84), es decir mediante una separación territorial de la iglesia ortodoxa servia o como un nuevo cuerpo eclesiástico, junto con la Iglesia ortodoxa servia, formado en base y según el modelo de la separación actual del Estado y la Iglesia, y en base a la constitución que garantiza la libertad religiosa. Los primeros pasos serían a) la formación de los seminaristas en el seno de la Iglesia macedonia u otra iglesia ortodoxa, por cuanto varias generaciones de sacerdotes ortodoxos croatas, pertenecientes a la iglesia greco-oriental de la época de la primera guerra mundial, murieron y la corta existencia de tres años de la Iglesia ortodoxa croata, no permitió educar y formar a nuevos sacerdotes, b) la constitución de una comisión iniciadora para el establecimiento de la nueva iglesia, c) la celebración de una asamblea eclesiástico-nacional para elegir el episcopado y redactar el Estatuto que, entre otros deberes, determinaría el nombre de la nueva iglesia. Esa iglesia ortodoxa como cualquier otra que no es monopolista no constituiría peligro alguno para nadie, ya que el poder estatal tendría siempre la última palabra en cuanto a sus actividades que no sean puramente de índole religiosa o no estuvieran de acuerdo con su Estatuto.

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99. Jelić-Butić, F.: Ustaše i NDH, 1941-1945, Liber i Školska knjiga, Zagreb, 1977.

100. Vrančić, Vj.: U sluzbi domovine, Buenos Aires, 1977.

 

NOTAS: Como se acota en Fuentes y liberaturas en los capítulos sobre la situación y el papel de la iglesia servia en los siglos XV, XVI y XVII en Historia de los pueblos de Yugoslavia, "Ias fuentes resultan muy escasas y parciales" y "pobres". La historia del ortodoxismo entre los sureslavos ..."bajo el dominio turco espera todavia una reseña objetiva, si bien disponemos en nuestra historiografía de algunos amplios libros sobre la historia de la Iglesia servia. Hasta la historia del Patriarcado de Peć bajo el dominio turco, trabajo de M. Grajić... (La Iglesia ortodoxa servia, Belgrado 1920) carece del adecuado criticismo y objetividad, que en general regían en nuestra historiografía y en ese aspecto no cabe compararla ni de lejos con los estudios de I. Ruvarac..."

Las crónicas e itineraristas católicos de esos tiempos registran datos sobre la relación de la ortodoxia con los católicos, "... y al margen acotan otros datos sobre la iglesia servia". También, "debido al interés de la Iglesia católica en la cuestión de la unión, los informes de los visitadores papales y misioneros contienen suficientes datos sobre la iglesia servia". Eso lo transcribimos para comprender porque en nuestra selección de la bibliografia figuran los trabajos de historiadores católicos y greco-católicos (Batinić, Theiner, Nedić, Fermendžin, Čutarić, Šimrak, Draganović, Nežić, etc.) Eso se justifica tanto más por cuanto el presente es un estudio sobre los ortodoxos entre los croatas, es decir sobre áreas más bien mixtas que no comprenden a las zonas ortodoxas fuera de las actuales repúblicas de Croacia y Bosnia-Herzegovina.

(Tradujo al castellano: Branko Kadić)

 

Noticias y comentarios

Aniversario (400 años) de la segunda fundación de la Ciudad de Buenos Aires

Contar la historia de Buenos Aires al pueblo argentino y a los demás pueblos de habla española sería una cosa superflua. Especialmente si le intentamos en un breve articulo de carácter periodístico. Lo que si queremos es adherirnos modesta pero sinceramente a los festejos del pueblo argentino que durante este año 1980 está celebrando los 400 años de su maravillosa capital.

Todos sabemos bien por qué se habla de la segunda fundación de esta grande y espléndida metrópoli no sólo de la Argentina sino de toda la América Latina. En 1536 -2 de febrero—el primer adelantado Pedro de Mendoza fundó por primera vez a Buenos Aires, denominándola: Puerto de Santa María del Buen Ayre. En junio del mismo año los indios querandíes sitiaron al núcleo de la futura gran ciudad y obligaron a los españoles a refugiarse en sus barcos y evitar su propio exterminio a manos de los indígenas. Pero Juan de Garay volvió en 1580 a fundar la ciudad por segunda vez (11 de junio), dándole esta vez el nombre: Ciudad de la Santísima Trinidad del Puerto de Santa Maria de los Buenos Aires. Desde entonces esta ciudad venía creciendo y oponiéndose con éxito a todos los agresores tanto indios como ingleses. Estos últimos intentaron imponer su poder en los años 1806 y 1807. El ideal de la libertad y la independencia del pueblo resistieron valientemente y consiguieron convencer a los agresores que las empresas de esta índole fracasarían contra el muro de la conciencia y la voluntad de sacrificio del pueblo argentino, deseoso de forjar su propio destino y con sus propias capacidades físicas, morales e intelectuales. En 1910 la Ciudad encabezó el movimiento de la emancipación, separándose de la Madre Patria España. En 1826 Bernardino Rivadavia la proclamó capital de la Nación Argentina. Desde entonces con puerta y brazos abiertos esta enorme urbe recibía a todos los que buscaban pan y libertad. Latinos, germanos, eslavos, judios, árabes, etc. aumentan el número de sus ciudadanos y aportan sus contribuciones en todos los órdenes de la actividad humana. Así es que esta bellísima ciudad ocupa hoy en día un puesto priviligiado entre las metrópolis más adelantadas del mundo. El espíritu nacional argentino y los aportes de elementos cosmopolitas hicieron aquí una feliz síntesis que asombra a los que vienen por primera vez a Buenos Aires, creyendo hasta su llegada que es una ciudad de indios semisalvajes. Pero universidades, instituciones culturales, el teatro Colón, sociedades literarias, de escritores, científicas, de pintura, música, etc; edificios nuevos, maravillosos, brillantes con vidrieras artísticamente arregladas e iluminadas; las carreteras que se prolongan como una red en todas las direcciones del país; puentes, subterráneos, monumentos, etc., impresionan tanto por su carácter monumental como por su gran sentido estético y suntuoso, caro al espíritu latino.

También nosotros los croatas, a pesar del pequeño tamaño de nuestra madre patria Croacia, hemos aportado al desarrollo y crecimiento de esta maravillosa ciudad ubicada en la orilla derecha del enorme Rio de la Plata. No sólo miles de obreros croatas, muchas veces morían desamparados y desprotegidos edificando subterráneos, levantando edificios o construyendo carreteras, sino también intelectuales, profesores, industriales y artistas han marcado su perdurable paso en la historia de la capital argentina. Después de la última gran guerra fue Buenos Aires la ciudad que recibió fraternalmente a miles de croatas que nunca olvidarán su generosidad, como así tampoco la de sus ciudadanos y de sus autoridades nacionales. Su agradecimiento devuelven fielmente a la nueva comunidad, donde sus hijos se incorporan con plena igualdad con los demás hijos argentinos. Muchos de ellos ocupan puestos en la actividad privada y pública y desarrollan actividades que hacen progresar a Buenos Aires hacia las metas cada vez más grandes y empujando al pais que dentro de pocos decenios podrá rivalizar con los países más desarrollados del mundo.

Nuestra revista "Studia Croatica" que cumple ya 20 años de la actividad en esta enorme, rica y brillante ciudad sin trabas de clase alguna, se complace y adhiere a los festejos con motivo de su 400° aniversario, deseando a sus autoridades y a aquellas nacionales un futuro ca-da vez más luminoso, donde la libertad, la dignidad humana y la democracia con justicia tendrán siempre su baluarte inexpugnable y un refugio seguro para todos los injustamente perseguidos.

La Academia de la Lengua Croata, Buenos Aires, por intermedio de su secretario P. Tutavac, ha propuesto proclamar a Buenos Aires "capital cultural de los croatas en el exilio". Varios periódicos del pals han registrado esta acertada propuesta.

(Red. de S.C.)

 

 

SS El Papa Juan Pablo II en la capital francesa

Después del reciente viaje por el continente africano, el Papa Juan Pablo II, en su misión de mensajero de la doctrina de Cristo en esta nuestra ópoca tan turbulenta y confusa, viajó en mayo ppdo. también a la capital francesa. Los croatas allí residentes — una parte de los obligados por el desaparecido "croata" Tito a abandonar la patria — se hicieron presentes por todas partes de Paris, por donde se movía el Sumo Pontífice. Impresionado por su numerosa presencia y las banderas nacionales, el Santo Padre aprovechó la oportunidad para dirigirse espontanea y públicamente a nuestros compatriotas con siguientes palabras: "Veo aquí grupos que están esperando que yo diga algo también a ellos, ahora y desde este puesto... ¿No existen, quizá, en las cartas geográficas de Europa y del mundo las naciones que tienen su admirable soberanía histórica, que surge de su cultura y a las que se niega, no obstante, el reconocimiento de su plena soberania"?

Agradecido por las palabras de SS, aquel numeroso grupo de croatas en Paris se hizo pre-sente con decenas de sus banderas nacionales también en el momento del regreso de Papa a la Ciudad Eterna. La red televisiva francesa y europea ha propalado este fenómeno, fiel reflejo de la conciencia nacional y la fe cristiana de los croatas, diseminados por todo el mundo libre. Esta manifestación la podemos considerar como contrapunto del silencio absoluto de los croatas con motivo del translado casi furtivo de los restos mortales de Tito a través de Croacia para ser sepultados en la capital servia, a que hizo tantos servicios, que los servios pueden considerarlo como a uno de sus "próceres".

También "Le Monde", el más renombrado periódico de Francia, registró dichas manifestaciones de los croatas libres en su edición del 3 de junio ppdo. bajo el titulo: "Un momento excepcional", agregando: El paseo por entre esta numerosa multitud... de los voluntarios y obligados exiliados con muchas banderas croatas y con la inscripción: "Croatia semper fidelis", considerando la manifestación en su totalidad digna de admiración. (Nova Hrvatska, N° 12, Londres, 1980)

Por parte de la Redacción de "Studia Croatica" agradecemcs profundamente al Santo Padre, quien una vez más confirmó el derecho del pueblo croata a su soberanía nacional como también la plena armonía de este derecho con la doctrina del Cristianismo, religión revelada y, en este momento, representada por sucesor de San Pedro, principe de los apóstoles de Cristo y símbolo de la unidad cristiana, el Papa Juan Pablo II.

 

 

Conmemoracion del vigésimo aniversario de la muerte del Cardenal Stepinac

Al cumplirse veinte años de la muerte de este dignatario eclesiástico, arzobispo de Zagreb y metropolita de Croacia, los franciscanos croatas con sede en esta capital, Avda. del Tejar 4925, celebraron una misa conmemorativa a cargo del padre Mariano Zlovećara.

Durante la Misa, a que nos referimos, el padre Mariano pronunció un conceptuoso sermón que, por falta de espacio, reproducimos sólo parcialmente y en fragmentos. "Hace exactamente veinte años, decía p.Mariano — recluido en su aldea natal Krašić, ha entregado su alma a Dios, logrando sus hermanos al último momento depositar su sufrido cuerpo en la cripta detrás del altar mayor de la catedral de Zagreb. Hoy con motivo de la commemoración del vigésimo aniversario de su muerte, nos preguntamos espontáneamente: ¿En qué ese hombre fue tan grande, importante y transcendental para que su recuerdo, y no sólo el recuerdo, perdura dos decenios después de su muerte y no se apagará jamás en las almas de los fieles católicos y de su pueblo croata?"

Después de haber destacado condiciones desfavorables en que vivió, murió y en que su recuerdo se hace siempre más vivo, padre Mariano agregó: "... si deseamos descubrir la verdadera grandeza de Stepinac, debemos recordar las palabras de Jesus que dirigió a sus apóstoles y amigos en los momentos más graves de su vida. Salvar la fe como lo ha hecho San Pedro a instancias del Señor, consolidar en la misma a sus hermanos, esta es tarea más urgente y primordial...

"Solamente la Providencia pudo dar — ahora lo vemos claro — aquella su silla de acusado como la tribuna ideal desde la cual Stepinac ha dicho sin miedo, clara y publicamente, a sus jueces y, por su intermedio, a todo el mundo: 'Uds. dicen que Jesucristo no ha existido. Sepan — Jesucristo es Dios. Por El estamos dispuestos a morir. Uds. dicen que la Virgen María fue una pecadora, pero sepan que para los católicos y los ortodoxos ella es el ser más puro y más sagrado. "¿No son estas las palabras, preguntó el orador, palabras de un mártir de los primeros tiempos del cristianismo?"

Luego, tras una acertada explicación de tergiversación de la justicia, de tribunales y la "voluntad del pueblo" por parte del régimen comunista, fray Mariano prosiguió:"En el "triste proceso" de Zagreb se manifestó sin lugar a dudas que no se juzgaba solamente al acusado Stepinac, ni siquiera a Stepinac, arzobispo de Zagreb, pues se trató de un franco enfrentamiento entre el Partido comunista y la Iglesia Católica y entre sus doctrinas, diametralmente opuestas en cuanto al sentido de la vida y el mundo. Por eso la cólera de los vencedores fue en ese momento más violenta que en los mismos días de la guerra... "Se llenaban cárceles de sacerdotes, pero asimismo los seminarios como una nueva esperanza; se incendiaban o destruían las iglesias, pero el pueblo volvía a repararlas; fueron confiscados los bienes eclesiásticos, pero con esta pobreza la Iglesia se enriqueció, adquiriendo cada vez mayor vigor y la fortaleza; enmudeció casi por completo la prensa religiosa, pero se acrecentó como nunca el ardor de oración"..."Hoy en día, a los veinte años de la muerte del Cardenal, todos lo sabemos que la Iglesia Católica es la institución más numerosa y más fuerte del pueblo croata, tanto en el sentido religioso como también en lo nacional en general. Vemos que los triunfos y el vigor de la actual Iglesia Católica en Croacia los debemos a tantas vidas de sacerdotes y religiosas como también a una infinidad de los fieles quienes han ofrendado su vida en nombre de Cristo en la defensa de la fé. Delante de todos ellos está el Cardenal Stepinac y desde la cripta del altar mayor de la catedral metropolitana infunde nuevos y permanentes alientos y esperanzas. Flores, velas y un poco apagado, pero constante murmullo de las oraciones ante el sepulcro de Stepinac dan un testimonio de la indiscutible promesa que Jesucristo nos hizo: 'quien me reconociere ante los hombres, yo Io reconoceré ante mi Padre Celestial' "

"Unámonos en el espíritu ante los restos de Stepinac y agradezcámosle por tan apreciado presente que nos ha dado en su persona y su ejemplo y supliquemos al Señor que siga hoy y siempre acordándose de su pueblo croata que en los días más difíciles Le ha sido fiel, pagando por su fe un alto precio en lágrimas y sangre, conducido por el cardenal Stepinac, orgullo de Croacia y la Iglesia Universal".

 

Algunas opiniones a cerca del desaparecido dictador Tito

Con un dolor que nos conmueve profundamente, subrayamos que, entre las voces favorables para el dictador comunista de Belgrano, hay algunas todavía más plausibles para el perseguidor de la Iglesia que provienen justamente de ambientes cristianos-católicos como por ejemplo la opinión de "La Vie, hebdomadaire chretien d'actualité" de Paris, que en sus juicios demuestran una sorprendente falta de respeto tanto en lo que concierne a la verdad histórica como también en lo ético-moral como elemento indispensable para un cristiano. Si es asi en casos que se autoproclaman católicos, nada nos sorprenden las voces que no lo son, ni se proclaman de serlo, como por ejemplo la siguiente del señor José Antonio Mendia. Este señor publicó un articulo en el gran diario de Buenos Aires "La Nación" del 25 de marzo, cuando todavia el dictador desaparecido estaba luchado oficialmente con la muerte, que reproducimos:

 

CUANDO UN AMIGO SE VA

Una nuez dura de masticar

Sobre Tito ya se ha dicho todo. Los comentarios han dejado poco que agregar para las notas necrológicas y el periodismo empezó a considerar el postitismo de antemano. Pero cada dia se afirma más la importancia de aquel de quien Stalin dijo, en un grosero error de apreciación, que él podia eliminarlo moviendo el menique, porque ni él ni sus sucesores pudieron jamás hacer otra cosa que transar con el desviacionista llamado por Pablo Neruda (Premio Stalin, 1953) "un traidor cubierto de sangre". Y hace falta también que Tito se haya tallado un lugar impresionante en la historia de su pais y del mundo para que la simple idea de su desaparición pusiera ya en el aire una guerra mundial.

Los soviéticos podrían invadir Yugoslavia si sintiesen la pasividad occidental, pero, lo que es más probable, tratarían de hacer estallar la heterogénea amalgama de pueblos, idiomas y religiones a los cuales Tito dio unidad para luchar contra el Tercer Reich, luego intervendrían para dominar la "contrarrevolución". Pero "Ia nuez será dura de masticar", según la expresión que Tito usó ante Giscard d'Estaing una vez porque quizá los norteamericanos no permanezcan esta vez con los brazos cruzados y porque el original sistema de "defensa popular organizada" permite a Yugoslavia movilizar ocho millones de combatientes en pocas horas; las cosas no resultarían tan fáciles como en Checo-Eslovaquia. Aniquilar el virus democrático, calmar la sed de bienes de consumo, borrar de los medios estatales de producción esa autogestión que parece haber sido entrevista por Engels en alguna frase imprudente retomaren mano, en una palabra, el destino de este hijo pródigo habituado a la libertad seria, posiblemente, masticar la nuez con la cáscara.

El realismo de Churchill

La ausencia de Tito hace valorar en todo caso el peligro vacío que deja. Su figura quedará además como la de un amigo, al convertirse en involuntario aliado de Occidente. Ya durante la Segunda Guerra Mundial Churchill había visto en él un colaborador estimable que, refugiado en la montarla, ofrecía a los nazis una resistencia feroz y pérdidas importantes. Como poco se conocía de ese jefe, salvo una oscura participación en la guerra de España, los servicios secretos británicos mandaron —via paracaídas— al general Fitzroy McLean para conocerlo. A su vuelta, el general advirtió a Churchill que ese hombre excepcional y yo maduro era comunista, y que su triunfo significarla la instalación de un régimen previsible. El primer ministro preguntó: "General, ¿usted tiene la intención de vivir en Yugoslavia después de la guerra?. "No, sir". "Yo tampoco —dijo Churchill—, y lo que nos interesa ahora es apoyar a fondo a quien más daño hace a los alemanes."

Como Churchill entonces, quizás Occidente reconozca hoy que debe ayudarse a la Yugoslavia posterior a Tito a apuntalar una economía desfalleciente a la cual sólo Alemania Federal (el enemigo de antes) aporta un intercambio vigoroso. Se evitaría quizá así que los soviéticos terminasen poniendo sus tanques en Trieste, junto a Italia, y sus submarinos nucleares en el Adriático. La defensa entera del flanco sur de la NATO estaría en juego si la nuez resultase menos dificil de morder.

Ese mosaico de razas, religiones y lenguas que son los eslavos del Sur (los yugoeslavos) se aglutinó una vez hace más de treinta años, al verse proponer por Tito la bandera del antinazismo. Si Occidente incrementase hoy con Yugoslavia los intercambios politicos, culturales y comerciales, quizá el antisovietismo sería el ideal común suficiente para mantener unida y vigilante esa frágil asociación federada que Tito hizo posible. La otra alternativa es la intervención de Moscú.

 

"La Prensa'', Buenos Aires, del 7/V/80:

La muerte del mariscal Tito

"A Tito se debe, sin embargo, la coexistencia, bajo su fuerte puño de hierro, de las seis regiones (hoy seis repúblicas) yugoslavas, la armonía, siquiera relativa, de las cinco nacionalidades que albergan y la práctica más o menos libre de las tres religiones que levantan culto en ese mundo bravío y de tradicional intolerancia. Esos dos logros, la derrota del nazismo invasor y la erección de un estado "federal" por encima de razas, nacionalidades, religiones y prejucios, habrían de otorgar a Tito méritos suficientes, según sus adictos, para perpetuarse en el poder.

"El cisma de Yugoslavia de la Unión Soviética, es otro de los méritos que se adjudican al extinto, sobre todo por haberlo llevado a cabo bajo la bandera de un "particularismo ideológico" que señaló la primera fisura en el monolítico imperio moscovita, seguida luego por las de Albania y China. Este osado gesto que Stalin nunca perdonó —"el día que se me ocurra aplastaré a Tito con la punta del dedo meñique", farfulló alguna vez— que Khrushchev consintió a medias y que Brezhnev fue negociando u hostilizando, según las ocasiones así se lo aconsejaban, no significó sin embargo un acto de liberación del propio pueblo yugoslavo, tan constreñido como el ruso a los dictados del partido, el sindicato y la prensa únicos. La "cogestión obrera" yugoslava, no fue sinónimo de pluralismo sindical, sino una mera y retórica tentativa de dotar a las unidades fabriles de la autonomía productiva ausente en el mundo industrial soviético. Pero no por eso la condición de los trabajadores mejoró, ni se acrecentó el rendimiento, ni el nivel de vida del pueblo se elevó en términos mensurables.

"Con un jefe de Estado que durante más de treinta años manejó con dureza y sin pausa las riendas del gobierno, habría sido ilusión vana concebir siquiera que la sociedad pudiera disponer en esfera alguna, del poder de iniciativa, de independencia de juicio y de libre examen.

"El cisma soviético-yugoslavo habría de conceder a Tito un aura de responsabilidad y un tratamiento menos severo por parte de Occidente en el juicio a que obligaba la naturaleza autocrática de su régimen de gobierno. Apartarse de Moscú le significó a Tito acercarse a Occidente, haciéndose necesario a ambos, nutriéndose de uno y de otro y de ambos, gozando de créditos, asistencia técnica, intercambio comercial, turismo y promesas de respeto a su neutralidad. No es otro el secreto de su perdurabilidad. A caballo de dos mundos, Tito actuó con la seguridad de que la amistad de uno le preservaba de la enemistad del otro.

"Su juego pendular le permitió tomar parte activa en la creación y manejo del tercer mundo, que lideró a la muerte de Nehrú y de la derrota de Nasser y que ahora, con su desaparición, intentará acaudillar exclusivamente Fidel Castro. El Grupo de los Países No Alineados, que él supo animar y conducir, fue tanto una aglomeración heterogénea de intereses comerciales y compromisos ideológicos, como un instrumento de preservación de su propio régimen y con el cual buscó, sin conseguirlo, un "mundo comunista distinto" que disputase a Moscú la hegemonía del orbe marxista. La atenta lectura de los documentos emanados de las conferencias de ese Grupo desde la reunión oficial preparatoria celebrada en el Cairo del 5 al 12 de junio de 1961, a la última celebrada hace poco meses, en la que se evidenció como nunca la alineación que la mayoría pretendía vanamente ocultar, demuestra que "la búsqueda del comunismo a través de otras vías", fue menos una disidencia de orden doctrinario que la pugna por el liderazgo de los países comunistas. La rebeldía de Tito respecto del Kremlin no era prenda de liberalización y democracia, sino testimonio de una disputa enconada dentro del orbe bolchevique.

"Rebelde por temperamento, dueño de una acentuada vocación por el mando y con una afición innata por la aventura, el mariscal Tito fue nutriendo su comunismo de las circunstancias que fueron jalonando su vida...

"La muerte de Tito, no por esperada ha dejado de conmover al mundo. No ha reconocido herederos, ni siquiera intentó tenerlos. Reinó solo, sin sombra alguna de disputa o sucesión. A partir de su muerte, Yugoslavia afrontará un destino incierto, previéndose, pasado un tiempo, disputas que no serán meramente verbales entre los jefes de los varios clanes doctrinarios y nacionalistas. Muy cerca, Rusia aguarda su oportunidad. No la esperará tanto como para no forzarla si ella demora. Estuvo siempre en sus planes. Para el Kremlin, el tiempo de la larga vigilia ha terminado, porque Yugoslavia, dice, "forma parte de mi mundo" y hará lo indecible para que al él retorne". (La reproducción es sólo parcial. - Obs. de la Red. de S. C.) .

 

J. Iglesias Rouco: en, La Prensa del 7-V-80, escribe:

Los yugoslavos corren el riesgo de quedar aislados y de sufrir una desestabilización

Lo que queda después de Tito

"Pero también es cierto que detrás de Tito sólo ha quedado un gran aparato burocrático, una crisis económica prácticamente insoluble y una convulsión generalizada entre los vecinos de Yugoslavia, al este y al oeste. En lugar de la bonanza, que permitia la "equidistancia" de Belgrado, la tempestad. Por el momento, incluso los expertos más pesimistas de la OTAN —que también hacen alarde de discreción— consideran muy remota la posibilidad de que Moscú lance sus tanques. Pero hasta los más optimistas suponen que tratará de explotar la situación.

"Para ello los soviéticos cuentan con toda clase de ventajas externas e internas en la propia Yugoslavia. En primer lugar, la muerte del mariscal ha privado a la organización de paises tercermundistas de lo única figura de prestigio que le quedaba, con lo cual su peso politico en el mundo actual se ha reducido a cero, ya que mucho antes de la enfermedad de Tito, la Unión Soviética había conseguido apoderarse de las riendas "terceristas". Sólo la presencia de Tito en la conferencia de La Habana, el año pasado, pudo darle al bloque del "tercer mundo" un último tinte de "independencia", anulado, en la práctica, por la ascensión de Fidel Castro —esto es, de la Unión Soviética —a la presidencia de la organización".

Panorama enmarañado

"Ahora, sin su gravitación en el "tercer mundo" —y sin la gravitación del "tercer mundo" como entidad "mediadora"—, Yugoslavia se ha quedado sola entre el Este y el Oeste, pero casi totalmente rodeada por el bloque comunista, puesto que sólo Eslovenia y Croacia tienen fronteras con Austria e Italia. Las circunstancias de que esas dos repúblicas del norte de Yugoslavia sean las más ricas de la federación, frente a un sur subdesarrollado y confuso, no hace más que enmarañar el panorama.

"Lo mismo ocurre con la economia del conjunto, absolutamente dependiente de los aportes de "solidaridad" que eslovenos y croatas se ven obligados a facilitar al resto, en un pais que sufre una tasa de inflación anual del 30 por ciento, una deuda externa de casi 14.000 millones de dólares y un desequilibrio en su balanza comercial de más de 6.000 millones de dólares por año.

"En ese terreno, hay que tener en cuenta también que Yugoslavia sigue amarrada, en una proporción de más del 40 por ciento, al mercado soviético y de sus satélites, tanto en lo que se refiere a los suministros energéticos como a la colocación de productos agrícolas y manufacturados yugoslavos. En contrapartida, la Comunidad Económica Europea (CEE) no se encuentra hoy en condiciones, pese a su buena voluntad política —hace poco aceptó, a regañadientes, un acuerdo preferencial con Belgrado— de asumir nuevas responsabilidades crediticias, especialmente a largo plazo, únicas capaces de paliar el descalabro financiero de la cogestión titoísta".

Los eurocomunistas

"El retorno de los partidos eurocomunistas a las fuentes de la ortodoxia soviética, particularmente en el campo de la política internacional, ha venido a reducir aún nás, por otro lado, las posibilidades financieras de Belgrado con el Oste. En ese aspecto conviene recordar que el partido Comunista italiano era hasta 1979, uno de los principales gestores del comercio yugoslavo con Occidente, lo que le suponía a Belgrado unos ingresos de 2.000 millones de dólares anuales. Ahora el, el partido de Enrico Berlinguer ha comenzado ya a desviar esa corriente hacia el este en atención, claro está, a las exigencias de Moscú. Los Estados Unidos y Alemania Federal, ambos con fuerte influencia tecnológica y financiera en Yugoslavia, quedan, pues, como casi únicas bases económicas del régimen en Occidente.

"Pero si nos atenemos a los hábitos politicos —y a los nuevos problemas— de Washington y Bonn, lo más seguro será que acudirán en su socorro, si es que acuden, cuando ya sea demasiado tarde. Por eso, seguramente, el precavido Tito comenzó, ya en 1978, a aproximarse de nuevo a Moscú, y en La Habana no hizo, por cierto, muchos esfuerzos por impedir que los restos del "tercer mundo" cayeran en manos de Brezhnev.

Situación interna

"Las perspectivas políticas internas no resultan más alentadoras. Una presidencia colegiada, con nombres casi anónimos en la cúspide, no podrá sustituir el carisma de Tito. En cuanto a los hombres en la sombra, Backarich y Stane Dolanc, habrián de enfrentarse a los inumerables intereses y contradicciones de un aparato burocrático extendido como un cáncer, que hace dos años impidió, por ejemplo, que Dolanc asumiera la presidencia, que el pro-pio Tito estaba dispuesto a entregarle, con vistas a su sucesión. Dolanc, después de anunciarle su "inminente" nombramiento al entonces primer ministro británico, lames Callaghan, tuvo que apartarse, de pronto, de las áreas visibles del poder. Backarich, uno de los "históricos" de la Liga de Comunistas y hombre de confianza de Tito, ni siquiera trató de forzar la situación. Se ha llegado as( al vacío actual, que entre otras cosas indujo a los presuntos herederos del mariscal a prolongar su agonía más de lo debido.

En tales condiciones, ¿cómo podrá la forzada Federación Socialista de Yugoslavia contrarrestar la presión croata en el exterior —a la que Carter ha prometido, quizás con ligereza, "controlar— de las demás nacionalidades y, a la vez, mantenerse a un saludable distancia de la maniobras soviéticas, tendientes, más que nunca, a obtener puertos y bases militares en el Mediterráneo y Adriático?" (También reproducimos este artículo sólo parcialmente - Obs. de la Red. de S.C.)

"La Nación", Buenos Aires, 5/V/80:

UNA FIGURA PODEROSA Y DISCUTIDA

La muerte del mariscal Tito, José Broz era su verdadero nombre, cierra una larga vida y abre, a la vez un interrogante histórico. El extinto fue una figura tan poderosa como discutida y, desde ambos enfoques, está llena de profundo interés. Comunista militante, de raigambre anarquista, defendió con la misma energía su poder absoluto y la independencia de su pals frente a las pretensiones hegemónicas de la Unión Soviética.

No puede soslayarse señalar la altivez con que puso a Yugoslavia frente a las presiones del coloso soviético; tampoco puede pasarse por alto la estabilidad y progreso que dio a su país. Pero es igualmente indeclinable la necesidad de recordar la fria crueldad con que prosiguió el camino hacia sus propósitos y su inagotable habilidad para saber quedar bien, a la vez, con Dios y con el diablo.

Fue sin duda un gran politico y, seguramente, con esa imagen pasará a la historia, pero por cierto ésta no podrá disculparle los procedimientos que utilizó para lograr los fines que se propuso.

Quizá sin saberlo fue un gran discípulo de Maquiavelo y siempre creyó que "el fin justificaba los medios". Pero lo que las futuras generaciones se preguntarán es cuáles eran esos fines y si en realidad llegó a obtenerlos. Para comprender esta personalidad, tan conflictiva, es necesario recordar dos cosas: que era croata y que su raigambre ideológica ya señalada era anarquista.

Yugoslavia es una realidad política multinacional y, dentro de ella, los croatas —católicos y de culture latina— son el elemento disonante frente al resto del pats, servio y de religión ortodoxa. En dada medida el comunista Tito fue heredero de Ante Pavelic, el aliado de Hitler y Mussolini, pie pretendió sobre esos dos puntales recuperar la libertad de Croacia sin parar mientes en los medios para lograrlo. Tiene con él la semejanza en la dureza, por no decir crueldad de sus medios. Ambos pusieron a su servicio una voluntad inquebrantable, sólo que la suerte, adversa para Pavelic, trabajó a favor de José Broz... "

José Broz, ya en la cumbre del poder, jugó sus cartas aunque su adversario se llamaba nada menos que Stalin. Se dio cuenta de que los tanques soviéticos que aplastaron como peleles á la revolución húngara y a la "primavera de Praga", no podrían entrar en Yugoslavia, lindera con el mundo occidental, sin despertar la reacción de los Estados Unidos.

Firme en sus ideas aceptó sin pestañear la excomunión staliniana y siguió por su camino de coqueteos con el occidente. Quizás en las profundidades de su espíritu pudo más su ancestral pasión de croata que sus convicciones comunistas. Posiblemente esa condición entrañable, manejada con tacto politico indudable, le hizo echarse en manos de sus antiguos adversarios, sin por eso renunciar a su ideología juvenil. Dijo un no rotundo a la URSS y compró, con un cauteloso si, el apoyo de las potencias occidentales.

El triunfo

Pero la victoria fue más completa. Muerto Stalin y comenzado en la URSS el proceso de aburguesamiento de la revolución, esta orgullosa superpotencia se vio obligada a hocicar ante el imperturbable croata Khrushchev y Brezhnev fueron huéspedes y anfitriones. Al mismo tiempo Tito se abrazaba con Kennedy en los EE.UU., visitaba a Paulo VI, viajaba por América latina y pontificaba sobre derechos humanos.

Sin aliviar su mano de hierro abrió las fronteras de su país para lograr el aporte incalculable del turismo que hacía de las hermosas costas dálmatas uno de sus lugares predilectos. Aflojó Ias riendas exactamente hasta el punto en que era necesario y siempre estuvo alerta para recogerlas cuando se lo aconsejó la razón política. Nunca perturbaron su sueño las sombras de Mihailovich ni de Milan Djilas, su hermano de armas, su hermano de armas y de ideas, a quien no vaciló en condenar a prisión y destierro cuando osó hacerla alguna sombra. Absolutamente dueño de sí, gobernó a su país hasta que estuvo a los bordes del mismo sepulcro.

Su muerte, como la de todos los autócratas, naturalmente temerosos de cualquier personalidad que, corno presunto heredero, pueda convertirse en sucesor antes de tiempo, deja tras ella un gran interrogante. La respuesta la dará el tiempo. Ahora, ante su muerte, no cabe sino reconocer en él a un politico habilísimo y a un luchador incansable; a un hombre que supo servir los intereses de su pals y le dio una prosperidad bastante sólida y tranquila, vista desde la perspectiva de las horas difíciles en que hubo de ejercer el poder. Pero ese reconocimiento no puede exculparle de los procedimientos de que se valió para transcurrir el camino que, con su muerte, lo ha llevado, sin duda alguna, a las páginas de la historia.

 

Reseña de libros

Kvrin Vasilj: Ljepota i Umjetnost — (Belleza y Arte)

pp. 215, en el idioma croata, Editorial "Ziral", Chicago-Roma-Zurich, año 1979.

El Dr Kvirin Vasilj, franciscano croata, es uno de los escritores filosóficos y teológicos más originales y más productivos no sólo hoy sino durante siglos desde que son cultivadas en Croacia estas dos ciencias cumbres acerca del sentido de la vida humana.

En su voluminoso trabajo "Fundamentos del conocimiento de la realidad" (pp. 714), dos ediciones, el autor ha concentrado la atención sobre los problemas noéticos. Podríamos decir que aquí se trata de su teoría de conocimiento. Es un enfoque casi original. Toda la pasión de un espíritu selecto ha volcado en este trabajo, prescindiendo de todas las consideraciones en cuanto a autores o la tradición filosófica y su autoridad en el campo del pensar filosófico. Ha sacrificado todo a la investigación personal de la verdad, objeto por excelencia y primordial de la razón humana.

Los resultados logrados de esta manera se proyectan también sobre el campo teológico, especialmente en lo relativo a los argumentos que deberían comprobar la existencia de Dios. En la mencionada obra el autor ha reexaminado especialmente el valor del principio de la causalidad según la física aristotélica, aceptada posteriormente durante siglos por las ciencias y filosofía universales, especialmente por la filosofía y teología cristianas. De esta reimplantación, la reexaminación y la revisión, según él, de los siete argumentos para la existencia de Dios, esgrimidos por Santo Tomás, quedó solo uno como válido y aceptable por la razón. Es aquel de la contingencia-finitud del mundo por la cual carece absolutamente de la autosuficiencia para la existencia, imponiéndose inexorablemente la existencia de un Ser por sí mismo, un ser autosuficiente y existente desde la eternidad, creador de to-das las cosas en su existir. Claro, el autor, en largos análisis y embates con las ideas del racionalismo y el idealismo modernos como también con el realismo crítico de la escolástica moderna, influenciada por los primeros, especialmente por la corriente crítica de Kant, ha forjado ideas-conceptos clave, necesarios para el entendimiento de su filosofía. Los aplica con una maravillosa coherencia, tanto en obras filosíficas como también en las de carácter teológico. Entre las últimas hay que mencionar: "¿Por qué creo yo?" y "Las teorías trinitarias". En cuanto a las primeras hay que mencionar: "La libertad y la responsabilidad" o "El marxismo y el cristianismo" y, por supuesto, la obra del epígrafe.

¿Qué podemos decir justamente de esta última? En diez capítulos, subdivididos en muchos subcapítulos tratando los temas más variados, el autor ha enfocado el problema del arte desde múltiples puntos de vista y en su relación con otros campos teóricos o prácticos del quehacer humano, la problemática muy compleja y difícil. Además del carácter movedizo y deslizable del tema, el mismo autor reconoce que lo había dejado en cierto abandono a pesar de que venía inquietándolo desde tiempos de sus estudios universitarios, cuando sintió por primera vez que ninguna teoría al respecto lo satisfacía.

Martin Heidegger, al terminar su profundo estudio "Der Ursprung des Kunst werkes" (El origen de la obra del arte) pudo decir: "Estas reflexiones tocan el enigma del arte, enigma que es el arte mismo. La pretensión está lejos de solucionarlo. Su objetivo es solo ver el enigma".

¿Qué puede, por fin, decir el autor de estas líneas, obligado a vivir en condiciones de un exiliado político y dedicarse a los temas más variados tanto del periodismo y de publicidad como también de política o de filosofía sin tener tiempo necesario para ir a fondo incluso en los casos de los problemas de su natural preferencia? Dostojeski, escritor genial, reconoce en una carta a su hermano de que nada pudo escribir de serio desde que redactaba una revista. Si licet parva... ¿qué puede pues decir el redactor de la revista "Studia Croatica" acerca de los problemas tan profundos y complejos como son realmente los problemas estéticos?

Heidegger señala que el arte en general es la poesía (Dichtung). La poesía es el arte primordial, desarrollándose luego la música, la escultura, la pintura, etc. Cada una de estas "poesías" capta la verdad del mundo en su permanente andar por la tierra. El mundo —Die Welt— y la tierra —Die Erde— están en una constante batalla, pues a la verdad, conto decía Heráclito, "le gusta esconderse" y al mismo tient-po estar abierta a quien la busca. Esta verdad, añade Heidegger, citando a Hölderlin, está cerca del lugar de su origen que son dioses, para no decir Dios o, cerca del Ser supremo. Como es notorio, este gran filósofo alemán, desaparecido el año pasado, reivindicaba la importancia del ser en el pensamiento filosófico, abandonada progresivamente desde la inadecuada traducción de algunos conceptos básicos de la filosofía griega al latín, terminando con la eliminación casi completa de la misma en la filosofia racionalista — idealista.

El Dr. Vasilj, teólogo y sacerdote católico, apoyándose sobre la vivencia de lo bello en sus formas de arte más variadas, si bien reconoce el origen de la belleza y el arte en las percepciones sensoriales y las intuiciones sensoriales que son superiores a las primeras, nunca abandona el elemento recional-cognoscitivo en la múltiple problemática de la estética. La belleza y el arte son la connatural necesidad del hombre para embellecer su vida, elevarlo a un grado superior de la existencia haciéndole posible gozar no sólo de la belleza natural —como es la majestuosidad de la naturaleza— sino también de las ideas y vivencias de la belleza moral y de lo sublime, que deben estar de acuerdo con el conocimiento general del fin y el sentido de la humanidad. El artista, hábil en transportar sus ideas y sentimientos de esta índole a la materia, ofrece a todos, especialmente de cultura superior, un goce y una recompensación por las bajezas sufridas en que suele caer la libre naturaleza humana.

Heidegger afirma que la síntesis de la alegoria y del simbolo en la obra de arte constituye la esencia de la misma, el cuadro dentro del cual se desarrolla la actividad creadora del artista. En esta síntesis de hyle, la materia, y de morfé, la forma de la misma, el artista expresa la verdad descubierta en el constante caminar de la historia humana en un sentido superior. Nuestro autor —el Dr Vasilj— si bien versa sobre la relación del arte, la verdad y la ciencia, no concede a la primera el papel primordial en la búsqueda de la verdad, reivindicando no obstante el objeto específico del arte — la belleza. El filósofo alemán reserva a la razón humana los conocimientos científicos, limitados, mientras el arte debería des-cubrir la verdad general del sentido de la vida del hombre en la historia. Con esto, Heidegger, por lo menos al escribir la mencionada disertación, estuvo todavía bajo la influencia idealista del conocimiento humano, restringiendo la razón dentro del campo científico-positivo y concediendo a las fuerzas alógicas — racio-vitales según Ortega y Gasset, el conocimiento universal que incluye en printer término el destino final del hombre. For el contrario, el Dr Vasilj agranda legítimamente el campo del conocimiento racional, otorgándole, mediante los conocimientos sintéticos y sistoles la función insustituible del supremo rector del saber y el comportamiento humanos.

Resulta difícil querer resumir la problemática que aborda nuestro autor. Se exigiría escribir otro estudio, especialmente sobre su crítica de la estética de Croce, de Tolstoj, del mismo Kant, etc. Los entendidos de los problemas deben leer la obra de Vasilj, pues encontrarán enfoques extraordinarios y van a enriquecer su caudal del saber filosófico-estético de tanta importancia.

¿El autor nos ofrece una definición del arte? For supuesto. El dice: "En nuestro conocimiento de las cosas dependemos de la realidad de las mismas, pero en nuestro obrar cambiamos la realidad física de las cosas. Si este cambio real de las cosas tiene conto su fin el embellecimiento de la vida humana mediante intuiciones sensoriales, entonces esta especie de la actividad huniana la denominamos el arte". Evidentemente siempre fue difícil formular definiciones. También aqui, porque las definiciones son siempre peligrosas. Sin ella, sin embargo, nos perdemos en lo indeterminado y confuso. Tanto que, en el concepto y la idea del arte y la belleza pueden introducir e introducen concepciones más contrarias y contradictorias acerca del sentido de la vida humana en general. La lucha entre el elemento racional y alógico-emocional —sea natural o artificial— termina en el primer caso en los dogmatismos estéticos y en el segundo en la anarquía desorientadora. Tal es así incluso cuando los autores parten desde los puntos firmes y a pesar de sus mejores intenciones.

Para concluir estas observaciones, citemos un caso de nuestra vida cultural argentina. En efecto, el día 19 de junio de 1979, en una emisión televisiva, denominada "Análisis a Fondo", su conductor, el Dr Mariano Grondona, solicitó en las conversaciones con su entrevistado, el Dr Rafael Squirrú, una definición del arte. El Dr Squirrú se expresó más o menos de la siguiente manera: "El arte es un sentimiento noble, revelado en lo presente eterno mediante una forma sensible o visible. Así, por ejemplo, el arte figurativo o abstracto mediante el objeto, ilustración o una idea abstracta, vista por adentro del mismo artista y sin fundamento en las cosas reales". "Según Berdjajev", acentuó, "hay tres tiempos: el presente diario, medido por horas; el presente cósmico, medido por estaciones y el presente eterno que nunca deja de existir". El arte consistiría entonces en la expresión de un sentimiento noble en la conexión con el presente eterno.

Se trata evidentemente de una definición o, por lo menos, de un intento de definición del arte, donde, parece, privan intuiciones alógicas sobre lógico-racionales, sin poder decir claramente qué hay en las mismas de correcto y verdadero y qué de erróneo o falso. Es una definición descriptiva, perteneciente al género de definiciones de Ortega y Gasset, al definir al mundo como "valle de lágrimas", definición más exacta, señalan, que las que obtenemos con ayuda del "genus proxintum et diferentia specifica".

La obra del epígrafe, creemos, aporta muchísimo para discernir el grano de la cizaña. ¿Ratio o vitalismo? ¿Conocimiento lógico o alógico?

El mérito de nuestro autor consiste en el otorgar la mayor importancia a los conceptos colocados como primeros en este dilema, que es propio a toda filosofía y no sólo de la estética.

F. Nevistić

 

Alfredo Breccia: "Yugoslavia 1939-1941, Diplomazia della neutralità"

pp. XIV más 811. Università di Roma — Facoltà di Scienze Politiche, Giuffrè Editore, Milano, 1978.

En esta obra el Dr. Alfredo Breccia, profesor de la Universidad de Roma, abarca el período más convulsivo de la primera Yugoslavia, Yugoslavia Real, anterior al comienzo de la segunda Guerra Mundial y hasta el golpe militar del general Simović el 27/3/1941, que provocó la invasión alemana e italiana y consecuentemente la capitulación y desintegración de Yugoslavia.

Para este complicado y responsable trabajo el autor tuvo que investigar, estudiar y comparar el material en un gran número de archivos oficiales y documentos del así llamado bando Aliado, como también aquellos del Eje. Utilizó también ampliamente fuentes oficiales, semi oficiales y particulares yugoslavas, pero siempre con suma precaución. A la atención del Dr. Breccia no pasaron inadvertidos los trabajos de algunos emigrantes croatas. Así, por ejemplo, se refiere en muchos lugares al trabajo del Dr. Ante Smith Pavelic sobre la adhesión de Yugoslavia al Pacto Tripartito, el cual fue publicado en la "Revista Croata" (Hrvatska Revija) del año 1956. Asimismo menciona los libros de Ilija Jukić: "Visión sobre el pasado, presente y futuro del Pueblo Croata" y "The Fall of Yugoslavia", pero se refiere especialmente a las conversaciones que mantuvo personalmente con él. (Ambas son, a modo de excepción, de orientación yugoslava. - Obs. de la Red. de S.C.)

Destacamos con satisfacción que esta obra es una de las pocas escritas por un italiano con tanto conocimiento del problema y en base a tantas fuentes informativas y, lo que es más para destacar, con tanta objetividad, en cuanto a los sucesos políticos y militares en Yugoslavia.

En la Introducción a la obra hallamos las ideas que nos adelantan el contenido de la misma: "Acontecimientos que en abril de 1941 provocan la desitegración del reino de Yugoslavia nos inponen aún hoy una interrogación dramática: ¿Las naciones de Yugoslavia podían evitar la grave desgracia de la guerra y sus tremendas consecuencias? Con relación a esta pregunta, existe desde el principio una aguda polémica entre los protagonistas de la vida política yugoslava de aquel tiempo, que todavía hoy está viva y se nutre continuamente de nuevos elementos, con los cuales los protagonistas sopesan todo lo que hicieron y juzgan los eventos que empujaron a Yugoslavia al desastre". A continuación el autor destaca: "Examinando la política del príncipe Pablo Karageorgevic (primer regente después de la muerte del rey Alejandro), quien sabía emplear hábilmente el arma de la neutralidad, fue posible adentrarse en las complicadísimas relaciones balcánicas y aún en el más sutil juego político de las Grandes Potencias, descubriendo de este modo variadas formas de la lucha entre los Aliados Occidentales y las fuerzas del Eje en esta parte atormentada de la Europa sud-oriental; también las desinteligencias anglo-francesas, controversias italoalemanas y la táctica de la Unión Soviética para dificultar la expansión alemana en los Balcanes y conservar al mismo tiempo su propia y tradicional vía de expansión hacia el mar Mediterráneo."

Antes que la política de neutralidad, ideada por el principe Pablo, pudiera obtener algún éxito en estas extraordinarias circunstancias, tuvo que enfrentar desde el comienzo arduos problemas internos y externos, tratando, de cualquier forma, de solucionarlos. El primer problema fue "la cuestión croata" que se arrastraba todavía desde la fundación del Estado en el año 1918 y que inspiró la lucha de los croatas por obtener los derechos políticos y cívicos, los que les eran negados hasta entonces por los servios. Este estado de cosas fue aprovechado por los vecinos, particularmente Italia, para intervenir y mezclarse en los asuntos internos de Yugoslavia. El segundo problema fue la relación con Hungria y Bulgaria. Las dificultades databan todavía desde la firma de los tratados de paz, suscriptos al final de la Primera Guerra Mundial. Finalmente, la cuestion cada día niás peligrosa fue la relación con Alemania, lo que desde la subida al poder de Hitler extendía por cualquier medio su influencia y poder en toda Euro-pa y particularmente en los Balcanes.

La vida del pueblo croata estaba muy entrelazada con todos estos aconteciniientos y dependía de sus soluciones. Por eso hemos comenzado con gran expectativa a leer la obra del profesor Dr. A. Breccia, en la cual, en base a nuevos documentos y nuevos detalles, se hace una descripción minuciosa de este importante período. Tenemos que reconocer que el autor, gracias al esfuerzo, cuidado, atención y capacidad, ha expuesto la lucha, el valor y la obra de los representantes políticos croatas en este importante lapso, en el cual la suerte les obligó a actuar. En primer lugar del Dr. V. Maček, presidente del Partido campesino croata y del Dr. Ante Pavelić, fundador del movimiento nacionalista "Ustacha", quien en esa época se encontraba como exiliado poiiitco en Italia. Mirando así, desde esta perspectiva histórica y en base a nuevos documentos, la actuación de nuestros políticos, nos preguntamos: ¿podemos estar conformes con sus comportamiento, esfuerzos y manera de lucha? y, lo que es niás importante, ¿han hecho en el momento oportuno y con firmeza todo aquello que pudo ser útil para el pueblo croata, cuyos intereses representaban? La lectura de esta obra, que es de gran valor, nos facilitará un juicio justo.

Cuando el príncipe Pablo se decidió, bajo la influencia de la situación europea, a aplicar estrictamente la política de neutralidad, en las relaciones exteriores, y de este modo mejorar las relaciones con los vecinos, y poner en orden las cosas internas, despidió al que fue hasta entonces su primer ministro, el Dr. M. Stojadinovic (4/2/1939), el cual durante los cuatro años de su gobierno no se ocupó seriamente de mejorar las relaciones con los croatas. Además, su política exterior se apoyaba únicamente en las fuerzas del Eje y en particular en Italia (Pacto conde Ciano — Stojadinović del 25/3/1937). Para fortalecer su posición personal trató de imitar los metodos políticos fascistas y estuvo dispuesto a colaborar con Mussolini, en los planes de anexión de Albania.

El nuevo presidente del consejo ministerial, Dragiša Cvetković, hombre de confianza del príncipe Pablo, de acuerdo con las instrucciones recibidas, entabló rápidamente relaciones con el Dr. V. Maček. Las tratativas se desarrollaban lentamente y con serias dificultades, ya que el mismo príncipe, como buen servio, trataba de otorgar a los croatas las mínimas concesiones posibles, a pesar de que en aquel momento, tanto Londres como Paris, le aconsejaban ceder. Paralelamente a estas discusiones y a fin de conocer las intenciones de los italianos respecto a Yugoslavia y particularmente a Croacia, y para hacer presión sobre la Belgrado oficial, el Dr. Maček entabló relaciones, por intermedio de algunas personas conocidas (Ing. Carnelutti, Bombelles), con el conde Ciano. Las noticias obtenidas por ese lado no le satisfacieron, por el contrario, consideraba peligrosos para los intereses del pueblo croata los planes de la Italia fascista. Por eso continuó pacienteniente las conversaciones con los representantes del gobierno de Belgrado.

Finalmente, algunos días antes de la invasión alemana a Polonia y del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, aceptó (26/8/1939) el Convenio según el cual se constituía Banovina de Croacia (ente autónomo). A los croatas les fueron reconocidos en cierto modo algunos derechos políticos y se organizó un gobierno central de coalición, sin los representantes de la oposición servia. El Convenio concertado significaba sin duda algún adelanto en las relaciones de los croatas y los servios, pero estaba muy lejos de la nieta de independencia política a la cual el pueblo croata aspiraba y por la cual en aquel momento luchaba.'

Hasta los mismos límites de la Banovina de Croacia fueron artificialmente trazados, desconociéndose los derechos históricos y étnicos croatas. Las cuestiones económicas de la misma tampoco fueron satisfatoriamente solucionadas. Lo más deplorable fue, que el pueblo croata seguía sin tener ninguna ingerencia en las dos instituciones fundamentales del Estado: el ejército y el ministerio del relaciones exteriores. De todo esto, cuenta resumida, resulta, que las grandes posiblidades que ofrecía la situación internacional de aquel momento y las dificultades en Ias que se debatía la dictadura servia no fueron aprovechadas suficientemente por los representantes políticos croatas para solucionar los problemas pendientes. Lamentablemente tenemos que recalcar, que la iglesia ortodoxa servia, los círculos militares y algunos partidos servios de oposición se mostraron desde el primer momento enemigos incluso a esta solución parcial de la "cuestión croata", que desde siempre representó el problema más serio y ntás difícil. El fanatismo granservio seguía negando a los croatas el derecho a la libertad, eso es a la libre decisión en los asuntos culturales, políticos y económicos que les eran propios. Ya desde el comienzo estos círculos saboteaban el convenio y hacían planes para anularlo en la primera oportunidad.

En la política exterior, la posición de neutralidad frente a Italia y Alemania no significaba, según la opinión del príncipe Pablo, mantener con ellas las mismas buenas relaciones, sino aprovechar, según las posibilidades, sus propios enfrentamientos y luchas en los Balcanes y en especial en Yugoslavia, hasta que la situación militar en Europa y en el mundo posibilitara a ésta colocarse completamente del lado de los Aliados. Tenemos que apuntar, que la falsa actuación de la Unión Soviética durante la crisis y especialmente después del golpe del general Simović, fue una gran desilución para Belgrado.

Después de la caída de Francia y del ataque de Italia a Grecia, se hacían cada vez mayores las exigencias y la presión de Hitler por lograr que Yugoslavia regularizase las relaciones con el Eje y se adhiriera definitivamente al Facto Tripartito. La táctica del príncipe Pablo consiguió todavía postergar por algún tiempo la exigida adhesión. Y cuando ésta ya no pudo evitarse, logró que Yugoslavia se adhiriera al pacto qn condiciones completamente distintas de aquellas exigidas a Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, radicando aquí el gran éxito de su política y de sus contactos personales con Hitler. No se obligaba a Yugoslavia a permitir en su territorio el libre movimiento de las tropas del eje y del material bélico, y menos aún, a proporcionar alguna ayuda militar. Se exigía únicamente mantener en secreto todas estas ventajas para no herir la sensibilidad de los demás miembros del Facto Tripartito. Estas con-cesiones pudieron optenerse principálntente a raíz de las luchas subterráneas que Italia y Alemania mantenían a fin de lograr una mayor influencia en los Balcanes, en donde se entrelazaban las debilidades de Mussolini, originadas en sus reveses militares en Grecia, las preocupaciones de Hitler para mantener a Yugoslavia lejos del conflicto italo-griego, evitando de este modo la peligrosa expansión del mismo, la sobrevaluación del Führer de la fuerza militar yugoslava, el acercamiento de Hungría a Yugoslavia (Facto de Amistad Eterna: 11/12/1940), y por fin, los preparativos de Alemania para el ataque a Rusia.

Con relación a esto, el Dr. Breccia llega a la siguiente conclusión: "Hitler reconocía sólo de palabra que Yugoslavia pertenecía a la esfera de influencia italiana, mientras que retenía para si el derecho de decisiones, las que siempre estaban de acuerdo con los intereses alemanes. La debilidad militar de Duce y el rechazo del príncipe Pablo de un tratado de amistad ofrecido por Mussolini, permitieron al Führer tomar para si el arreglo definitivo de las relaciones entre el Eje y Yugoslavia. Mussolini no se opuso a ello en ningún momento, dándole a Hitler carta blanca en el asunto".

El golpe militar del 27 de marzo de 1941, realizado por el general Simović con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa, la mayoría de los oficiales servios, de algunos partidos políticos servios de oposición y del partido comunista, destruyó la larga y paciente política del príncipe Pablo con la cual había logrado hasta ese momento mantener aleja-da a Yugoslavia de las atrocidades de la guerra, convencido de que no estaba militarmente preparada y de que ninguno de sus pueblos deseaba inmiscuirse en las luchas de las grandes potencias.

En los preparativos de la ejecución del golpe militar se distinguían desde un primer momento la infuencia y el dinero de los servicios diplomáticos y secretos ingleses (Intelligence Service y SOE — Special Operations Executive. a esta última organización los mismos ingleses la llamaban "Organización para la guerra no caballeresca"). Londres quería sublevar a Yugoslavia contra el Eje, sin importarle las consecuencias, a fin de postergar y dificultar el ataque alemán a Grecia, salvando de este modo parte de su prestigio menoscabado ya por la poca ayuda que podía dar a los griegos. Mientras que antes de la guerra, en el año 1939, los ingleses presionaban al príncipe Pablo para que procurase lo antes posible un acuerdo entre croatas y servios que fortaleciera de este modo al Estado, en aquel momento del inminente peligro trataban de derrocar al gobierno de coalición y aún al mismo Principe, con la ayuda de los fanáticos servios, y colocar en el poder a generales y politicos dispuestos a conducir hacia una aventura bélica al país débil y dividido. El partido comunista yugoslavo, que en Belgrado contaba con bastantes partidarios y simpatizantes, tenía propósitos especiales para esta situación, a la que consideraba una oportunidad inmejorable para alcanzar una influencia que hasta entonces, de acuerdo con su número y fuerza, no tenía.

Algunos días después del ataque del Eje, el ejército yugoslavo capituló sin ofrecer siquiera una resistencia seria. Esto significó la disolución de Yugoslovia, y el pueblo croata aprovechó dicha oportunidad para proclamar su Estado independiente.

Podríamos cerrar este breve resumen de la obra del Sr. Breccia con una afirmación suya: "No hay ninguna duda de que los pueblos de Yugoslavia tenían reales posiblidades de quedar fuera del conflicto en el momento en que las fuerzas alemanas expandían sin resistencia su poder por la Europa sud-oriental. Estas posibilidades aumentadas por los preparativos de Alemania para su ofensiva contra Rusia, fueron en el comienzo de 1941 el fruto de la acertada política del príncipe Pablo, quien supo utilizar la neutralidad como un arma defensiva contra el peligro de disolución interna y el ataque exterior, dando de esta forma el ejemplo de cómo un Estado pequeño, puede defender su soberanía, independencia e integridad territorial, teniendo como únicas armas, las de la diplomacia".

(A.F.)

Obs. de la Redac. de SC:

En cuanto a esta afirmación del autor nosotros por parte nuestra podernos formular una muy seria y real duda: Primero, el príncipe Pablo intentó una política de neutralidad no como un medio de protección del país y corno un paso previo y sincero para emprender más tarde la reorganización del mismo en el sentido de la verdadera inagualdad de sus pueblos, sino sólo como una política provisoria y de emergencia con que mantener a Yugoslavia fuera del conflicto, un verdadero peligro para su intergridad y la existencia. Terminado una vez este peligro, continuaría con la hegemonía servia de antaño, pues son pocos que voluntariamente renunciarían a su posición privilegiada. Por otro lado, los pueblos oprimidos, especialmente el pueblo croata, veían claramente a dónde apuntaba esa política de Belgrado como para aprobar y aceptar la maniobra del Príncipe. Las cadenas, impuestas por fuerza — según la experiencia histórica — son sacudidas por parte de los oprimidos en la primera oportunidad propicia. Evidentemente, faltaron elementos indispensables internos para una política de neutralidad de Yugoslavia.

Luego, las presiones del exterior para que Yugoslavia se decidiese por uno u otro bando beligerante, no permitían prolongar sus vacilaciones. Por eso, un grupo de oficiales servios, movidos por un exagerado orgullo nacionalista, por sus ambiciones personales y ávidos de gloria y dinero, ofrecido por el servicio de inteligencia anglo-americano, efectuaron un "putsch" precipitando al país entero a la catástrofe, suficientemente conocida por todos. La reacción alemana no tuvo que esperarse. El tercer Reich había ofrecido garantías para la neutralidad de Yugoslavia, pero el inesperado "putsch" motivó el ataque alemán a Belgrado, lo que desencadenó todas las pasiones acumuladas durante tanto tiempo y tan prolongadas injusticias en aquella comunidad multinacional, donde Belgrado no quiso reconocer derechos legítimos de otros pueblos y sostenía únicamente privilegios del pueblo servio. De esta manera, tampoco desde el punto de vista de la política internacional, no hubo lugar para una política neutral, que el Sr. Breccia atribuye al príncipe P. Karageorgevic.

En breve: tecnicamente hubo un espacio bastante amplio para una política de neutralidad del Príncipe, pero prácticamente el desarrollo histórico real la redujo tanto que sus posibilidades fueron nulas. Lo artificial, lo injusto y lo arbitrario, no se lo puede sostener por otro artificio y arbitrariedades. En la primera prueba sería todo se derrumba como un castillo de naipes. Justicia fundamentum regnorunt podríamos repetir en este caso "yugoslavo" particular. La política grandservia desde 1918 (año de la formación del Estado yugoslavo) hasta 1941, una política seudoyugoslava y seudodemocrática desconocía tozudamente dicha verdad. Con esta obstinación de desconocerlo, venía preparando su propia ruina y un futuro sin perspectivas para todos, lo que hemos pagado y seguimos pagando con un precio muy alto en la Yugoslavia actual. El éxito del comunismo, del desaparecido "mariscal" Tito y de sus colaboradores parásitos en aquella parte tan sensible de Europa debemos agradecerlo a la nefasta coalición entre la dinastía servia y la Iglesia ortodoxa, nutrida más por un nacionalismo profano, con una mitología religiosa, que por un verdadero cristianismo universal y evangélico.

 

Libros recibidos

LA REDACCION DE "STUDIA CROATICA" HA RECIBIDO LO SIGUIENTES LIBROS Y REVISTAS:

1) Hans-Peter Rullmann: "Tito — del partisano al hombre de Estado", pp. 208, con varias fotografias y muy interesantes materiales, relativos a la vida y actuación política del desaparecido dictador de la Yugoslavia comunista, obra editada en forma de libro de bolsillo por la casa editorial Wilhelm Goldmann, Munich, precio 6,80 DM.

2) C. Michael McAdams, "Allied Prisoners of War in Croatia 1941-1945", editado por Croatian Information Service, P.O. Box 3025, Arcadia, Cal. 91006, U.S.A., que dirige el sr. Petar Radielović. Libro muy interesante que desmiente calumnias de Belgrado acerca del supuesto mal tratamiento o la matanza de los aviadores aliados, caídos durante la última guerra mundial sobre el territorio del Estado Independiente de Croacia. Varios testimonios croatas y de los mismos aviadores americanos, con declaraciones y fotografias, hacen parte de la verídica historia de la gran contienda mundial en que también Croacia fue un interesante campo de operaciones.

También hemos recibido los números 27 y 49 de la revista "International Migration Review", que se edita por el Center for Migration of New York, Inc., 209 Flagg Place, New York 10304, U.S.A.

"Vita e Pensiero", número correspondiente al mes de junio de 1980 con temas abordados de suma actualidad; la revista es editada por la Universidad Católica de Milán, Italia.

"Revue Des Ètudes Sud-Est Europeennes", N° (enero-marzo) de 1980, editada por la Academia de Ciencias Sociales y Políticas Rumana, Bucarest.

 

Noticias varias

Jorge Luis Borges, gran escritor argentino de renombre internacional, fue nuevamente distinguido por dos premios de gran valor. Ya con anterioridad este distinguidísimo señor de la literatura había recibido múltiples distinciones y premios. Le falta sólo el premio Nobel. Como había dicho él mismo el año pasado que "eso de no darle el premio Nobel a Borges es ya una de las tradiciones escandinavas" y que él mismo es muy respetuoso de la tradición, la tradición continúa: La Academia sueca nuevamente quedó consecuente, el sr. Jorge Luis Borges fue "postergado" y el premio Nobel de Literatura fue otorgado a un escritor de escasa repercusión y conocimiento por parte del público lector. Pero la tradición de recibir premios de otras instituciones sigue también por su sendero. Después de tantos premios que había recibido este ilustre escritor, la Madre Patria España le otorgó el premio Cervantes junto con el poeta Gerardo Diego. Además de un reconocimiento moral e intelectual de alto valor, Borges esta vez fue premiado también con una suma apreciable de dinero. !Lejos de la que se paga por Maradona, pero algo es algo!

Las cosas siguen adelante. En el curso de este año también la Editorial Espasa-Calpe obsequió al escritor argentino con 100 tomos de la Enciclopedia Universal Ilustrada, editada por ella misma. Al recibir simbólicamente este valioso obsequio, Borges alabó la literatura de esta clase, enumerando muchas enciclopedias en su biblioteca, dando la especial preferencia a la Enciclopedia Británica, que considera como la mejor del mundo.

En la misma oportunidad el premiado escritor reveló algunas de sus tareas a que se dedica actualmente y que espera terminar pronto. Una de ellas es la preparación de una antologia de la poesia de Lugones, poco conocido en España. Lo hace justamente por el encargo que recibió alit. Además, espera entregar en el curso de este año, por el mismo encargo español, un libro sobre La Divina Comedia.

Lo característico para el pensador Borges es lo que dijo como contestación al Dr Rafael Olarra Jiménez, quien le entregó oficialmente este novísimo premio. Cuando le dijo el Dr Olarra Jiménez que ahora dicha Enciclopedia tiene 101 volúmenes y que el último todavía no ha llegado a la Argentina, pues "una enciclopedia debe ser infinita... ", Borges contestó: "Claro, si, tiene razón, también es infinito lo que podemos llegar a ignorar, ¿no?". ¿A qué infinito se refería poeta y pensador Borges? ¿No lo atormenta la existencia del Infinito? No dijo él mismo una vez en una emisión televisiva que algunos opinan en cuanto a su posición frente al Ignito, que él duda de su duda, lo que podría significar que Borges vive una profunda agonía con la idea de Dios.

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El filósofo argentino Jorge L. Garcia Venturini fue encargado por la UNESCO de actualizar la parte referente a la filosofia en su libro "Historia científica y cultural de la Humanidad", que la mencionada sociedad internacional reeditará como premio y reconocimiento a este relativamente joven filósofo argentino de orientación católica. La obra más apreciada de este autor es su "Politeia", que ya ha visto cinco ediciones, el testimonio que otorga a su autor la estima y apreciación del culto público lector argentino e internacional.

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A mediados de este año el Dr Leandro Pita Romero recibió el premio Alberdi-Sarmiento, oportunidad en que este ilustre escritor y periodista, politico y diplomático español de Galicia, pronunció una interesante conferencia. La ceremonia y la conferencia se efectuaron en el salón dorado de "La Prensa", que dignamente preside el Dr Osvaldo Loudet, médico y literato argentino. Este premio fue instituido por el ex director de "La Prensa", el Dr Alberto Gainza Paz, y hasta hoy lo han recibido muchas personalidades del mundo latinoamericano, como por ejemplo, nuestro amigo croata el Dr Martinez Márquez, el escritor Rómulo Gallegos, Arturo Uslar Pietri, etc.

El dr L. Pita Romero es octogenario, oriundo de Galicia, España. Abogado, politico y diplomático —se desempeñó como ministro de marina, de relaciones exteriores, así como también como embajador de España en la Santa Sede, donde se hizo amigo del cardenal Eugenio Pacelli, quien fue más tarde el papa Pio XiI.

Al vencer el frente popular en su patria, el dr Pita Romero renunció a todos los cargos públicos y cuando posteriormente estalló la guerra civil española, de la que salió victorioso su amigo-adversario, politico "galáico" como lo llama, el generalísimo Franco, este ilustre escritor y periodista se radicó en la Argentina. Aqui revalidó su titulo de abogado y desde entonces vive y trabaja en la capital argentina. Su estudio jurídico goza de renombre y el público lector goza de sus trabajos periodísticos y literarios que cada vez significan un plato exquisito por sus temas o por su estilo y asociaciones de ideas, personalidades históricas y anécdotas que se refieren a lo más interesante en la cultura o la política universales. Recientemente rompió el hielo y con dosis mesuradas inicia la comprensión y la defensa de Francisco Franco, a pesar de que tuvo que abandonar a su patria a raiz de la dictadura franquista y sigue viviendo en la República Argentina, observándose en sus trabajos la natural nostalgia por su país natal. Algo que de manera semejante vive su compatriota y colega exiliado, Claudio Sánchez Albornoz.

"Studia Croatica" felicita a este distinguido hombre público quien puede, como exiliado, comprender mejor la lucha de los croatas exiliados a raiz de la ocupación extranjera y la imposición de una dictadura totalitaria muchísimo peor que la de F. Franco.

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Jean-Paul Sartre, filósofo francés, murió en abril del año en curso. La sola mención de su nombre suscita en las mentes de todo el mundo las imágenes más contradictorias y sentimientos más variados y contrapuestos. Podríamos decir, imágenes y sentimientos de los cuales fue tejida la personalidad de este polifacético talento de la cultura francesa. Fue filósofo, novelista, autor de dramas, moralista y, en cierto sentido, politico, pues se sentia su presencia en muchas oportunidades al intentarse solucionar los problemas internacionales de una importancia política trascendental. Su filosofia existencialista fue mal entendida por muchos, dándole un sentido muy equivocado. Como los freudianos creían en una naturaleza del hombre, permanente y estable, si bien del carácter biofísico, materialista en el fondo, Sartre negó la existencia de la esencia del hombre, propenso a creer que cada uno de los hombres, existiendo, crea su esencia. Al reproche de sus críticos, que con esto introduciia en el campo moral y social en general un anarquismo total, él contestaba con su idea-concepción del engagement, donde cada uno, cuando toma una postura en sus acciones, la toma para todos, es decir en forma de carácter universal. Claro, su idea parece sin fundamento, faltando una naturaleza común, universal del hombre. No es posible tomar engagement de acuerdo con lo que no existe.

Atormentado por problemas de esta naturaleza, los resolvía con su potente verbiloquio y elegancia de estilo franceses, pero sin encontrar la satisfacción y la paz. Esta carrera errática del filósofo-político, si podemos decir así, lo llevó por cierto tiempo a aceptar el marxismo como solución definitiva, para optar luego por el "camino especial al comunismo" de Tito y consortes y, por fin, para regresar a la sociedad libre.

El año pasado una revista ilustrada de Paris publicó su fotografia junto con Reymond Aron y algunos otros jóvenes filósofos de Francia, mostrándolo con el aspecto de un hombre reducido a los restos martirizados, carcomidos por dentro por sus propias dudas, desaciertos y descontentos. Una verdadera imagen del hombre moderno que, "muerto Dios, el hombre está agonizando". No obstante, hay que reconocerlo, Sartre, rechazando el premio Nobel de literatura, mostró su independencia y desinterés por los bienes materiales, considerándolos valores de importancia de carácter secundario. Tres hombres argentinos de especialidad han dado su opinión sobre la personalidad de Sartre — Victor Massuh, Javier Fernández y Abel Posse. Si bien le reconocen un excepcional talento literario, se expresaron negativamente en lo referente a su filosofia y la repercusión general que tuvo en la sociedad contemporánea.

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En el mes de marzo de este alio murió en Suiza el famoso cientifico judío de origen de Alemania, E. Fromm. Huyendo ante el nazismo de Hitler, se trasladó a los EE.UU., donde se desempeñó como profesor universitario en varias universidades de aquel gran país, y escribió valiosos libros tratando temas de psicoanálisis de Freud. A través de decenios se alejó parcialmente de la orientación bilogicista de Freud para acercarse más a una orientación que reconoce cierta existencia de Dios, si bien su concepción está lejos de la concepción de Dios, sea de su pueblo judio o a de los cristianos.

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El reverendo padre Raimundo Kupareo, O.P. de origen croata, fue distinguido con el título de profesor Emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile, a pesar de que este hombre de letras vive desde hace varios altos en su patria natal, Croacia. Gravemente enfermo regresó allí, creyendo en su recuperación física bajo el sol y el resplandeciente azul de su mar Adriático. La recuperación no es total, pero el substrato físico de un espíritu dinámico y creador, todavía soporta sus esfuerzos de proseguir creando y enriqueciendo a si mismo y a sus semejantes. Actualmente vive en la capital croata de Zagreb, en el ambiente de sus cofrades dominicanos, sin olvidar el ambiente universitario chileno y sus numerosos alumnos con quienes realizó una gran obra de cultura y de instrucción. La revista "Aisthesis" de dicha Universidad católica con motivo de la distinción del padre Kupareo, en la primera página del número 12 de 1979, le dedica las siguientes líneas:

"De una vasta y fecunda trayectoria que para el R.P. Kupareo se inicia en Chile en el año 1951, oportunidad en que es invitado por la Universidad Católica, para dar cursos de Estética y .Axiologla en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad antes mencionada.

Los primeros cursos empezaron en 1951 con el último año del Departamento de Castellano, dictándose la cátedra de Estética General. Los alumnos, viendo la importancia del ramo, pidieron a la Dirección la extensión de los cursos a todos los Departamentos de Idiomas; empezó así en 1952, el curso de Estética de la Poesía, Drama y Novela. Paralelamente, el R.P. Kupareo ofreció el primer curso dictado en Chile, de Filmología y de Estética Coreográfica.

Con el transcurrir del tiempo, y a la luz del profundo humanismo y de la fina sensibilidad creativa del R.P. Kupareo, se constituye, en el año 1971 y por resolución del Consejo Superior de la Universidad Católica, el Instituto de Estética, que hoy atiende a más de dos mil alumnos, la establecido convenios con prestigiosas entidades, y ha realizado una sobresaliente labor en materias de Extensión y Publicaciones, materia en la cual "Aisthesis", su revista oficial, ha recogido en sus doce ediciones, unánimes expresiones de aprobación.

En un momento en que nuestro pals busca su desarrollo, el Instituto de Estética, desde la perspectiva visionaria de su fundador ha asumido el papel de entregar y difundir los más altos valores del espíritu. La Comunidad del Instituto de Estética celebra la distinción y el reconocimiento que ha merecido su fundador".

Sobre este texto la revista ha reproducido una gran fotografía de nuestro compatriota y en la siguiente página su colaboración, titulada: "La Belleza Natural" (divagaciones con el "Platero y Yo" de Juan Ramón Jiménez.

"Studia Croatica" celebra también esta distinción de su compatriota que junto con nosotros vivía en el exilio después de la Segunda Guerra Mundial.

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El Dr Angel Belić, también colaborador de la revista "Studia Croatica" e integrante por varios años del Instituto Croata Latino Americano de Cultura, en Buenos Aires, ha recibido el titulo de profesor Emérito de College de Wilkes-Barre, EE.UU., después de 13 años de la vida activa del profesor ordinario de la materia político-social. Felicitamos a nuestro amigo y colaborador pués se afirmó tanto en tan corto periodo (1967-1980) y le deseamos ulteriores éxitos en su carrera profesional y le agradecemos por sus aportes personales en la lucha del pueblo croata por la libertad e independencia.

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El franciscano croata fray Silvio Grubišić cumplió en febrero último pasado setenta años de vida. Más de cuarenta años ha pasado en los EE.UU., dedicándose a la actividad pastoral entre la numerosa inmigración croata en aquel gran país. Finalizada la segunda guerra mundial, fue el padre Silvio, junto con el Dr fray David Zrno, y fray Lj. Cuvalo y otros quienes audazmente empezaron a defender a Croacia, a su pueblo y a su lucha por la libertad, denigrados por enemigos durante la guerra. Croacia no fue un país adverso a las potencias democráticas, especialmente de los EE. UU. sino sólo enemigo del comunismo internacional y supremacía y explotación por parte de Servia. De este pequeño núcleo de sacerdotes croatas se desarrolló un gran movimiento de liberación dentro de la anterior y la actual emigración croata. Junto a las casas parroquiales se edificaron salones y centros de cultura, donde viven la cultura y la tradición nacional croatas, se organizan conferencias, publican libros, periódicos; se intercede por los perseguidos y calumniados; por pobres y enfermos. La gran comunidad croata en los EE.UU. vive, cree y trabaja porque entre ellos viven y trabajan sus sacerdotes, en primer término franciscanos. Entre los más activos en cada momento se destacaba el padre Silvio. Aparte de esta su actividad de sacerdote y de patriota, el padre Silvio es un excelente conocedor también del idioma hebreo. Estudiándolo, tradujo al idioma croata "La Biblia" y con los medios que le facilita la comunidad de feligreses, la publicó en varios volúmenes, gráficamente bien presentados. Viviendo con el mundo bíblico, lo inquietaba durante años el deseo de visitar personalmente aquellas regiones y paises, de donde vino a la humanidad la Buena Nueva. Al viajar por allí e inspirado por algunos historiadores croatas que defienden la hipótesis —ya casi tesis— acerca del origen iranio de los croatas, viajó también a aquel pals narrándonos lo que ha visto, comprobado y lo que considera como un hecho histórico fuera de toda duda. En sus itinerarios, una especie del diario histórico-metafísico, relata con un estilo y un diccionario croata muy refinado y purificado que nos vislumbra, si sabemos que su autor vive más de cuarenta años en el extranjero. Se trata de dos obras: "El cuento sobre la Biblia"y "Desde la patria de origen hasta la de hoy".

"Studia Croatica" registra su 70° cumpleaños, le felicita y desea para que pueda realizar un viaje colectivo de los croatas en el mundo libre al pais de su lejano origen. También, aunque éste su sueño no se realizara, fray Silvio es merecedor de la gratitud de todos los croatas por sus aportes a la promoción de la vida espiritual y la cultura de los mismos.

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El colaborador de "Studia Croatica", el sr. Christophe Dolbeau ha publicado en "Ecrits de Paris", febrero de 1980, un articulo titulado "¿Después de Tito - la dictadura militar?" El sr. Dolbeau critica acertadamente al régimen de Tito que en aquel momento agonizaba de acuerdo con las informaciones oficiales de Belgrado. El autor no cree en la habilidad de los sucesores de Tito para mantener cierta neutralidad entre los bloques opuestos en la política internacional, sosteniendo la política de los tan llamados paises no alineados. Según su opinión, si se afirma la hipótesis del status quo de Tito, "la acción del gobierno será molestada por los lobbys soviéticos, las presiones del COMECON y del Pacto de Varsovia, por los movimientos nacionalistas, croata, macedonio y albanés, a menudo aproximados unos a otros por la diplomacia soviética y que un apoyo concreto podría seducir a los ya cansados por las postergaciones occidentales y, por fin, quizá, amenazados por una intervención militar búlgara a que nadie se opondría... "

"La sucesión militar, que podemos esperar en el peor de los casos, no suprime ninguna inquietud que suscita la próxima muerte del tirano y que no inaugurará a priori nada de bueno tanto para Yugoslavia como tampoco para la paz europea".

El desarrollo hasta ahora confirma conjeturas del sr. Dolbeau, pues el ejército, bajo la conducción del general servio Ljubičić, ya es casi el dueño de la situación. ¡Queda por ver hasta cuando!

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"Yugoslavia, your economic partner" es un folleto informativo de 119 páginas que por intermedio de un amigo llegó a nuestras manos. La publicación es verdaderamente lujosa, con grabados multicolores y en papel ilustración. Allí el gobierno intenta impresionar al mundo industrial extranjero con sus posibilidades económicas, elevando al país al rango del verdadero partner económico del mundo occidental industrializado. Todo esto a pesar de que es conocido el estado realmente crítico de la economía "yugoslava". Su deuda exterior alcanza en este momento a unos 17.000 millones de dólares, mientras el déficit del intercambio industrial con el exterior arroja unos 6.000 millones de dólares anuales. La ayuda nortemericana que durante estos treinta años de postguerra sostenía a la economía de Tito, parece llegando a su fin. Todos los créditos, que actualmente recibe el gobierno de Belgrado, deben ser usados para pagar intereses y créditos anteriores de corto plazo. Las medidas de ahorro que el gobierno está aplicando, según opinión de los más entendidos, no resolverán el problema. El ahorro abre la puerta a los especuladores, mientras el deseo de incentivar la producción está trabado por el hecho de que un aumento del 1% industrial requiere importaciones por unos 1.000 millones de dólares, que se podrían devengar sólo de unos nuevos préstamos en el exterior. La situación es bien caracterizada por un alto funcionario del gobierno de Belgrado, cuando dice: que la "economía (de su país) no se manifiesta como socialista, autosugestionaria y eficaz" sino como "economia de gastos, de no trabajo, de enormes despilfarros del Estado, del capital bancario y de una impresión arbitraria de papel moneda" (Según el periódico croata 'Poruka', Londres, Nos. 5 y 6, pág. 11).

La gravedad de la situación está expresada bien en un chiste publicado en el periódico "Vjesnik", vocero del ocupador comunista en Zagreb, que describe que al estado más o menos en los siguientes términos: "¿Tienen Uds. aceite?", preguntan a un vendedor. "No, no tengo". — "Y ¿por qué?" - "¿No hay botellas, no hay embalaje plástico?" — "No, no es por eso". — "Entonces por qué no hay aceite?" — La contestación: "Para que Uds. dejen de preguntar por la falta de café y de detergentes".

Si existiera más libertad de expresión, el imaginario vendedor prolongarla la lista por muchísimos más artículos que escasean.

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Las autoridades dei gobierno de Belgrado se enojaron a raíz de una emisión televisiva española. Allí se proyectó una película acerca de la vida en Yugoslavia, para desarrollarse luego una conversación alrededor de una mesa redonda que duró, junto con la película, unas cuatro horas. Belgrado, o mejor dicho, su embajada rechazó a todos los croatas que debían intervenir en la discución. Por suerte, la causa croata y de la verdad fue defendida por el periodista alemán Hans-Pieter Rullmann, ex-corresponsal de varios periódicos alemanes desde Belgrado. El gobierno de Tito lo acusó de espionaje y, después de su encarcelamiento y muchas otras peripecias, fue expulsado de Yugoslavia. En dicha discusión, donde el diputado comunista español lgnacio Gallego, defendía al régimen de Belgrado, el sr. Rullmann desarrolló con él el siguente diálogo: Gallego afirmó que Tito enseguida, cuando entraron los alemanes en Yugoslavia en 1941, empezó con la guerrilla y Rullmann le contestó: "esto él no lo hizo y no lo pudo hacer, porque él como así también los comunistas españoles, estaban impedidos por el pacto Molotov-Ribbentrop. La lucha fue empezada por otros, quienes luego fueron aniquilados por el mismo Tito". Gallego afirmó que los partisanos nunca usaron armas contra sus connacionales, Rullmann le contestó que no sólo los mataba durante la guerra sino que también terminada ésta, hizo matar a unos 300.000 hombres, la mayoría fueron los croatas. Gallego continuó diciendo que Yugoslavia no tiene problemas de ninguna clase, excepto un 5% de desocupados. Rulbnann le contestó que dicho porcentaje se eleva hasta 12 ó 14%, sin contar obreros estacionales (que trabajan en el exterior y cuyo número alcanza a un millón de personas. - Obs. del traductor). Gallego: "Yo no puedo creer en este número", y Rullmann le contestó: "Eso es peor para Uds., Gallego".

Refiriéndose a esta emisión, el diario español ABC escribe bajo el título "Programa en 'La Clave' ":

"La clave". que contó el pasado sábado con un tema sugestivo (Yugoslavia sin Tito) y con tres buenos especialistas en la materia (Ricardo Estarriol, corresponsal de "La Vanguardia", Peter Rullmann, de "Der Spiegel", y el disidente Mihail Mihajlov) degeneró en una discusión caótica y estéril por obra y gracia del feo estilo de otro de los invitados al debate, que convirtió el programa en una tribuna de propaganda sin que el moderador, José Luis Balbín, acertara a remediarlo.

Se trata del diputado Ignacio Gallego, vicepresidente del Congreso y miembro del PCE. El señor Gallego no hizo ninguna aportación personal sobre un país que dice conocer muy bien, y escamoteó cualquier respuesta concreta, ya que consideraba las criticas que se haclan poco menos que de "imperialistas" o formula por "enemigos del socialismo". Con esta prosapia manida, que creíamos ya desterrada del lenguaje de nuestra izquierda, el señor Gallego hizo mutis cuando se aportaron pruebas históricas de que Tito ofreció una tregua a los nazis, de que los partisanos ejecutaron —sin demasiados escrúpulos legales— a numerosos patriotas acusados paradójicamente de "colaboracionistas". El análisis objetivo de esas y otras interesantes cuestiones de actualidad —como el funcionamiento del Gobierno colegiado o las dificultades económicas que atraviesa Yugoslavia— fue abortado por el señor Gallego y su soflamas seudopublicitarias. Cuando Mlhajlov reiteró que no pretendia un esquema capitalista para su pals sino el fin del monopolio del partido, el señor Gallego replicó cantando las bienaventuranzas del pluralismo que preconiza el PCE para España. La respuesta de Mihajlov fue fulminante: "¿Es usted pluralista en España, pero no en Yugoslavia?" El señor Gallego, en definitiva, no sólo perjudicó al programa, sino también la imagen del régimen yugoslavo, contra el que nadie de los presentes estaba absolutamente en contra. No hay peor crítica para un país que una defensa torpe.

Antonio Sánchez-Gijón, Gregory Treverton, ambos en representación de sendos organismos de estudios internacionales. estuvieron muy acertados en sus planteamientos, sin intervenir para nada en la contienda promovida por el diputado comunista español don Ignacio Gallego.

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La revista ilustrada "SOMOS" del 30 de mayo de 1980 se refiere a la exposición de los naifs "yugoslavos", si bien casi la totalidad de los cuadros es el fruto auténtico de los campesinos —pintores croatas de la aldea Hlebine. La misma revista ha reproducido una decena de fotografiar de cuadros y el texto explicativo está firmado por un cierto señor Eduardo Pogoreles. El, por nosotros, desconocido autor, muestra firme conocimiento de la especialidad artistica y la historia de los naifs croatas de Hlebine, pero la denominación común "naifs yugoslavos" revela su parcialidad anticroata, usando logros culturales croatas para la afirmación internacional de la idea yugoslava que en la patria está persiguiendo y suprimiendo la actividad libre y creadora del pueblo croata. La reciente supresión de la más antigua institución cultural croata —Matica Hrvatska—, la liquidación de sus bienes y la transferencia de sus libros e inventario en su totalidad a la Academia Yugoslava, donde señorea el espíritu integralista yugoslavo bajo la vigilancia policial, corrobora cuanto acabamos de decir.

En la exposición que se realizó en el Museo de Arte Moderno de Buenos .Aires, apareeron numerosos "diplomáticos" yugoslavos con una partisana servia como símbolo de los "vencedores"y portadores asimismo de la "cultura yugoslava".

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A último momento, antes de concluir la redacción de este volumen de "Studia Croatica" hemos recibido la triste noticia de la muerte del prof. Nicolás Matijević, nuestro amigo y camarada inolvidable en la lucha contra la hegemonia servia, que los universitarios croatas sosteníamos entre las dos guerras. El profesor Nicolás Matijević se desempeñó durante largos años en la Universidad Nacional de Bahia Blanca como bibliotecario y profesor del idioma latín. Ultimamente, se dedicaba a "Bibliografia patagónica y de las tierras australes". En colaboración con su esposa Olga Hećimović, había preparado y editado (edición de la misma Universidad de Bahía Blanca) dos voluminosos libros, planeando continuar con otros tantos más. La Providencia también cortó sus planes y nosotros, guardando su recuerdo, formulamos nuestro sincero pésame a la señora Olga y a todos los parientes y amigos en todo el mundo.

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Ivan Merz, un profesor croata (1896-1928) será el próximo beato de su pueblo. El proceso ya está en curso y es de esperar que no demorará mucho. Ivan Merz fue uno de los activistas más celosos dentro del movimiento católico —Acción Católica— entre las dos guerras. Fue profesor en el gran seminario de la diócesis de Zagreb, amigo, consejero y guía de muchos hombres públicos de la Croacia católica. Entre ellos podemos enumerar también el prof. Ivan Oršanić, que murió en la Argentina hace ya diez años, como también al prof. Dušan Žanko que murió en enero del año en curso en la República de Venezuela. Todos estos hombres, con una pléyade de jóvenes intelectuales, fueron partidarios de la Independencia de Croacia y murieron luchando contra la insurrección comunista conducida por el desaparecido tirano Tito. Y, mientras a éste el mundo lo glorifica como a un genio que servia a la humanidad, Merz, Žanko, Oršanić y miles de sus idealistas católicos y croatas cayeron despreciados y se los hace olvidar en su patria ocupada, o están muriendo en el exilio. Es dificil comprender la política internacional, pues para ella los criminales son seres mitológicos, casi santos, y los verdaderos santos son criminales. Nosotros los croatas no podemos creer que perdurará por mucho tiempo esta orientación y que las cosas, a pesar de todo, serán puestas en su correspondiente lugar: los criminales entre los criminales y los santos entre los santos.

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También la muerte de dos sacerdotes croatas que trabajaron en la emigración, significa una gran pérdida para todos nosotros. En Viena murió el dr fray Mirko Cović, oriundo de Dalmacia, escritor de varias obras histórico-literarias y uno de los más consecuentes y silenciosos pastores entre los emigrados croatas. Su puerta del pobre franciscano en un monasterio de Viena estaba siempre abierta y sus consejos, ayuda y protección acompañaron a los desamparados y desorientados en la trágica corriente de los emigrados croatas que fueron y siguen siendo obligados a abandonar el suelo patrio. El otro es el reverendo Francisco (Franjo) Lodeta, sacerdote diocesano, el primero quien se encargó de organizar la actividad religioso-pastoral en la emigración croata en el extranjero. La muerte lo sorprendió en la ciudad de Essen, Alemania, donde desarrolló una gran actividad pastoral y cultural entre los obreros estacionales. Edificación de capillas, obras artísticas, salones de actos, congresos de fieles, cursos de enseñanza religiosa y de historia y literatura croatas, quedarán como testimonio perdurable de este sacerdote en la historia tan trágica de la actualidad croata. Un gran número de sacerdotes —croatas y alemanes con el obispo de Essen— ha acompañado al padre Lodeta hasta su última morada terrenal. Es deseo de todos los perseguidos hijos de Croacia que los restos mortales del padre Lodeta y del padre Cović, cuanto antes sean llevados a la patria liberada, donde ella les daría en "su campo el sepulcro y con sus flores los coronaría", como lo expresó hace muchos años uno de los grandes poetas croatas, Petar Preradović.

 

Ultimas noticias del Vaticano

Según la agencia AFP, S.S. el papa Juan Pablo II ha nombrado a monseñor Paul Poupard para cubrir el puesto del presidente del Secretariado para los no creyentes. El nuevo presidente es de nacionalidad francesa, de cincuenta años de vida, obispo auxiliar y rector del Instituto Católico de París, quien reemplazará al cardenal austriaco monseñor Franz Koenig. Para cubrir el puesto del presidente del Secretariado de no cristianos, el Santo Padre designó a monseñor Jean Jadot, de nacionalidad belga y actual delegado de la Santa Sede en Washington. El cardenal polaco Vladislav Rubin reemplazará al cardenal francés Paul Philippe en el puesto del presidente para las iglesias orientales. Como una sorpresa especial se considera el reemplazo del cardenal croata, monseñor Franjo Šeper, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, por el cardenal Joseph Ratzinger, arzobispo de Munich. Monseñor Šeper tiene ya 75 años de vida y el cardenal Ratzinger se mostró especialmente firme en la condenación del profesor de teología Hans Kung. El cardenal Šeper está todavia en su puesto, pues el cardenal de Munich no se trasladó a Roma. Estos y otros cambios efectuados por el papa Juan Pablo II en la administración central de la Iglesia, obedecen a la necesidad de rejuvenecerla y darle más dinamismo y coherencia en su actividad apostólica.

 

Nikola Mrkša —artesano-artista croata - actúa en Chile

La revista chilena "Paula 314" del 15 de enero de 1980, escribe sobre este compatriota nuestro:

«Nikola Mrkša, afinador por excelencia, natural de Zagorska-Sela, pueblo cercano a Zagreb, capital de Croacia, llegó a Santiago en 1952 a trabajar en el taller de Margarita Friedemann. Desde la época de René Amengual, hasta hoy, ha tenido a su cargo todos los pianos de la Facultad de Música de la Universidad de Chile, más los del Teatro Municipal, Agrupación Beethoven, Orquesta Sinfónica, Instituto Goethe, y aquellos pertenecientes a grandes artistas como Claudio Arrau, Alfonso Montecinos, Flora Guerra, Roberto Bravo, Oscar Gacitúa y Herminia Raccagni, por nombrar algunos de sus famosos clientes. Este oficio requiere del tercer oído para vivir la otra dimensión de los silencios.

"Muchos me llaman yugoslavo, pero yo no soy yugoslavo, soy croata"; dice de entrada don Nikola Mrkša, cuando llegamos a su casona de calle Argomedo para conocer la intimidad de este oficio-arte tan antiguo como el lenguaje mismo de la música. Es verano y afuera el sol parte el cemento y el canto de los pájaros. Los ruidos aturdidores de la ciudad no dejan espacio para los silencios naturales, pero adentro —afinada la atmósfera por la presencia muda de los pianos— comienzan los sentidos a recuperar la percepción y algo como de magia o respeto nos envuelve. Porque esto no es el brillo sonoro de una partitura, ni el impacto de un concierto escuchado a toda orquesta en la platea del Municipal; sino otra cosa, la cara oculta y misteriosa que no sale a la luz, la que ignoramos porque no se ve ni se siente, aunque deberíamos sentirla o saberla, porque aquí en estas cajas abiertas, con las cuerdas al aire, está el alma de los pianos, el alma enferma arrinconada por alguna parte, esperando la sabiduría de quien les devolverá su tono o sus voces exactas.

Cada piano tiene su propio carácter reconocible por los materiales; estos incluyen madera, hierro, acero, marfil, fieltro y ochenta y ocho teclas. La afinación comienza en el centro del teclado con la nota "LA", que tiene una frecuencia de 440 vibraciones dobles por segundo. Explica don Nikola (nacionalizado chileno en 1959) que para llegar a ser técnico en el oficio se necesitan seis años de esencial aprendizaje. Después de este período inicial viene el perfeccionamiento a costa de práctica, buen oído, sensibilidad y condiciones naturales para la música, elementos indispensables que configuran el talento y capacidad de un maestro afinador. En su taller trabaja con ocho personas, quienes bajo su enseñanza se han convertido en verdaderos artífices de esta disciplina.

Y la disciplina involucra amor y entrega casi total en aquella búsqueda sutil de entonaciones puras, donde no se puede errar sin caer en rupturas de cánones formales sujetos a reglas inamovibles de la escritura musical. Por eso, la afinación llega o debe llegar a constituir un virtuosismo pleno en su ejecución. Y allí en la paz del taller, observamos la devoción con que labora el talento de Raúl Atria, Oscar Gacitúa (hijo), Víctor Bustamente o el de Arturo Olivares, los que, entre otros, sustentan el prestigio de esta casa donde la armonía es clave, nota mayor que brota de los pianos semidesnudos, desgajados, buscando su exacta voz, y no otra.

Por eso el contrapunto entre sonido y silencio en estas piezas tan antiguas que no admiten estridencias ni inventos modernos que, a veces, matan el oído tanto como el pensamiento. Por eso en estas piezas, el sol tamizado a través de nostálgicos vitrales, ayuda a conformar una atmósfera como de templo en espera del canto. Y mientras éste no llegue de garganta humana, viene de complacencia el de los pájaros de afuera en esta mañana de enero, cuando empezamos a conocer la razón de los pianos dormidos que el croata Nikola Mrkša nos enseña con orgullo y ternura como si "sus" instrumentos fuesen todos sus hijos desvestidos para una siesta larga.»

¡Qué maravilloso hombre! ¡Qué consciente hijo de la Croacia oprimida! ¿No podrían nuestros "yugoslavos" de Chile encontrar en él un ejemplo y un maestro en la materia del arte, que permanece fiel a su patria natal y que sirve a su pueblo, para que no repitan jamás algo semejante como lo que hicieron al ofrecer una Misa en la catedral por el descanso de un tremendo criminal y opresor de Croacia como lo fue Tito y su predecesor Alejandro Karageorgević? (Obs. de "S.C.")

 



* Los textos de referencia son tomados de la monumental obra "Stepinac mu je ime" — "Su nombre es Stepinac", editada por "Hrvatska Revija" — "Revista Croata", Barcelona. El primer voldmen de 459 páginas apareció en 1978, y el segundo acaba de aparecer, abarcando 546 páginas -460 con texto y el resto con fotografías y reproducciones de obras de arte. El profesor V. Nikolić, director de dicha revista se ha hecho acreedor del reconocimiento de todos los croatas, pues en esta gran obra ha reunido documentos y comentarios relativos a la vida, obra y muerte de Stepinac, quien, esperamos, dentro de breve tiempo, ocupará el privilegiado puesto de los santos de la Iglesia Católica. ("Stepinac entró al tribunal como el pastor espiritual de los croatas, pero salió de allí como cl líder general de su pueblo y corno ejemplo para el mundo"... "Les digo si estos callan, Ias mismas piedras darán voces" (Lucas, 19, 40). El Cardenal hizo que miles de piedras mil veces hicieran ecos: "Su nombre es Stepinac" (De un discurso del obispo Fulton J. Sheen, a quien nosotros los croatas debemos un agradecimiento y un recuerdo perdurables. Este orador eclesiástico, predicador de Cristo en la época de la radio y la televisión, entró en la Eternidad hace poco. R. in pace!

[1] No obstante hay excepciones brillantes como Io es la publicación de una "Antología de la poesia croata", en la casa editorial Seghers (1972).

[2] Los hijos de la burguesia dálmata estudiaban con frequencia en Paris (Sorbonna) o en Salamanca (España).

[3] Como estadista pragmático, Napoleón estaba igualmente preocupado por sus finanzas como lo demuestra la carta que dirigió a Gaudin, su ministro de finanzas, con fecha del 9 de febrero de 1810: "... hágale saber al duque de Ragusa, que yo apruebo que trate bien a los croatas, pero que no quiero que la adquisición de las provincias ilíricas agregen nuevas cargas a mi tesorería. Ellas deben contribuir 12 millones de sus entradas para pagar los gastos del ejército y de la administración en general. En una palabra, ellas y las tropas allí estacionadas, no deben costar absolutamente nada a la tesorería pública... Digale que apruebo lo que propone para la Croacia Militar con excepción de su propuesta de dar armas de todos lo croatas sin distinción alguna y sin asegurarse de su fidelidad" (Cartas Imperiales, N" 16231).

[4] Unico diario grande, el Telégrafo Ilírico (Telégraphe Illyrien) es el instrumento de la propaganda, cuyos artículos son dictados por el Estado-mayor de Marmont. Los funcionarios, alcaldes, tribunales, párrocos, están obligados a su suscripción..."

[5] A instancia de Marmont los edificios públicos estaban decorados con una efigie del Emperador y con una poesía donde se expresaba: "De tes nouseaux sujets daigne accueillir I'honiage. Ils te jurent tendresse, amour, fidelité et maintenant soumis á ton noble courage, Il ne manque plus rien á leur felicité" ("Dígnate recibir el homenaje de tus nuevos súbditos, ellos juran a ti cariño, amor, fidelidad, y quedando sumisos a tu noble coraje, nada faltará más a su felicidad").

[6] Estas fueron las primeras rutas después de la conquista romana. Tenían entre 15 y 20 pies de ancho, empedradas, con muros de sostén de 18 a 20 pies de altura del lado exterior; debían haber suscitado la admiración de los austriacos después de 1813.

[7] "El duque de Ragusa Marmont, guiado por el ejemplo del Gran Napoleón, derribó rocas, niselć, campos, construyó puentes a través de las altas y las bajas provincias ilíricas, abrió y pasintentó la ruta militar para un más alto bienestar de la población".

Esta inscripción debería estar grabada, según Vojnović, en un peñón de la corona montañosa que une Gravoše con Dubrovnik.

[8] En este campo militar, es conveniente hacer justicia a los generales croatas que combatieron en la filas del ejército austríaco y causaron muchos dolores de cabeza a Napoleón, Lodi y Riseli. En la misma Croacia, el mariscal Knežević liberó en 1808 varias ciudades que tuvo devolver después de la Faz de Schuenbrunn. En 1813 fue el general Tomašić quien recuperó a Dalmacia, batiendo a los franceses del general Gauthier el 14 de enero de 1813 (en Kotor). En lo referente a los croatas que llegaron a Francia, estamos en posesión de una carta del Emperador al gral. Clarke (Fontainebleau, 27 de octubre de 1810): "... En cuanto a los croatas. el número de 200 es considerable. Exija datos a fin que yo, 100 de ellos y gente sin recursos pueda alojar en Chalons. No costarán más de 400 francos y aprenderán sus oficios, lo que es muy útil para Croacia. También hijos de coroneles, coroneies-tenientes y capitanes hasta menos de 100 pueden ser educados en Saint-Cyr o en la Fleche. Los hijos de tenientes y subtenientes — un número necesario para completar 100, serán alojados en La Fleche. Los 100 que pertenecen a los menos ricos serán enviados a Chalen. Si los 200 pertenecen a gente de consideración o a aquellos que no pueden aprender la especialidad, me dará el informe correspondiente" (Cartas Imperiales N° 17081).

[9] Ljudevit Gaj fue protegido en Francia por los profesores Mickiewiez, Charriere, Lebre y Saint-René Taillandier.

* Foča, ciudad sobre el rio Drina, confín entre Bosnia croata y Servia, escenario de bestialidades cometidas por "četniks" servios contra la población musulmana y católica durante la última gran guerra.

** Fadil Zulfikarpašić, un intelectual musulmán de Foča, cuya familia, según él, nunca se sentía croata. A pesar de que se trata de una familia pudiente, Adil, estudiante de ia Universidad de Belgrado, abrazó al comunismo y se alistó desde el comienzo al movimiento de insurrección comunista, conducida por Tito. Actualmente vive en el exilio.

*** "Cetniks", organización paramilitar servia, incorporando a los más virulentos nacionalistas servios. Su tarea principal en la guerra fue la de vanguardia, infundiendo el miedo y la confusión entre la población no servia en las regiones que el ejército regular servio proyectaba conquistar e incorporar a su propio territorio, para crear así una Gran Servia. Los "chetniks" se desempetlaban también como retaguardia del ejército servio, dedicándose al pillaje y al terror contra poblaciones sometidas. Macedonia, Kosovo, Bosnia, etc. podrían cantar dolorosas odiseas de ese terror. Durante la última guerra mundial su jefe supremo fue Draža Mihajlović, cuyo objetivo principal era la exterminación de la población croata — musulmana o católica — especialmente en Bosnia-Hercegovina, donde la misma constituye, también hoy, más del 61% del total de habitantes. Mihajlović, oficialmente amigo de Aliados, prácticamente fue colaborador de las fuerzas del Eje, para poder con más facilidad y sin inconvenientes cumplir con su apuntada misión de exterminio de los croatas.

Para corroborar cuanto acabamos de decir, reproducimos la opinión de Milovan Djilas que goza, paradójicamente, de tanto crédito en el mundo libre o, por lo menos, en ciertos sectores del mismo. Djilas escribe: "No existe traición, ni hipocresía, ni crimen que el 'chetnik' no sea capaz de cometer. Como tampoco existe traición, ni hipocresía, ni crimen, que el gobierno chetnikista en el exilio (el gobierno monárquico yugoslavo) no aplaudiría ni santificaría. En este gobierno alienta la bestia chauvinista Gran Serbia, que no conoce medida ni fin en la traición y el crimen cuando está en juego la continuidad de su régimen sanguinario y hegemonista. El chetnik es el más sucio de los delincuentes, el sepultador del pueblo serbio y de todos los pueblos de Yugoslavia". (MILOVAN DJILAS, en Članci-Articulos, pág. 29, Kultura, Belgrado, 1947.)

**** "Ustaša" es la organización revolucionaria croata, organizada por el Dr. A. Pavelić, ex diputado nacional de la capital croata Zagreb y, posteriormente, jefe del Estado Independiente de Croacia. Los integrantes de este movimiento se llaman "ustaše". Enemigos de Croacia, o ignorantes, los comparan con "četniks" y los pintan como peores que ellos. A pesar de sus esporádicos excesos, un proceder de esta naturaleza constituye un caso de la total injusticia. Los "ustaše" defendían el derecho de autodeterminación nacional, mientras los "četniks". mediante horrendos crímenes, lo negaban y pisoteaban. Si la justicia es sólo la justicia del más fuerte, entonces la justicia no existe. ¡Atacar a otros por su puro interés egoísta y la defensa del atacado por un ideal y un derecho de valor universal, no es la misma cosa!

[10] El autor del presente trabajo, Miloš Obrknežević, es de nacionalidad servia, de profesión abogado, nacido en Belgrado en 1910. Sus padres proceden de Neuzin, Banat, donde sus antepasados se refugiaron durante las últimas guerras turco-austríacas en el siglo XVIII. Como su apellido nos revela, sus mayores fueron jefes locales durante la dominación turca. Recibido de abogado, se desempeñó, en el período entre las dos guerras mundiales, como funcionario de la Iglesia ortodoxa servia en Srijemski Karlovci. Cuando estalló la guerra en abril de 1941 se hallaba movilizado en el ejército yugoslavo con grado de capitán judicial de lera. clase. Logró salvarse del cautiverio y en octubre de 1941 fue detenido por las autoridades croatas cuando Srijem se integró al territorio del Estado Independiente de Croacia (en adelante abreviado EIC) para ser soltado poco después gracias a la intercesión de sus amigos croatas. Como el gobierno del EIC no quiso tratar en forma directa con los representantes jerárquicos de la Iglesia ortodoxa servia respecto a la normalización del culto ortodoxo en ese Estado recién restaurado, a principios de 1942 se solicitó a Obrknežević asumir el papel de negociador de parte de los ortodoxos por ser un experto en la materia. Así tomó parte activa en la constitución de la Iglesia ortodoxa croata, como autor del texto de sus estatutos eclesiásticos, como negociador con el gobierno croata y como secretario de Su Santidad Germogen, metropolitano de la Iglesia ortodoxa croata. A mediados de 1944 se trasladó a Novi Sad, entonces parte de Hungria; terminada la conflagración bélica, fue encarcelado y luego liberado merced a la intervención de sus amigos. Poco después sale del país y de Europa se trasladó a Venezuela, radicándose allí en forma permanente, salvo algunas residencias en Alemania y USA. Como refugiado se dedicó a la hotelería y al comercio. A causa de su obesidad (pesa más de 130 kilos) sufre varias molestias y a fines del año pasado se radicó en USA por razones de tratamiento médico. Transcribimos el presente estudio en versión castellana que originariamente fue publicado en Hrvatska Revija, Munich-Barcelona, junio 1979, pp. 229-267, ilustrado con varias fotos.

[11] Estos datos fueron tomados del último censo de 1971.

[12] La existencia de esa circular la confirma también el arzobispo Stepinac en su carta dei 20/XI/1941, dirigida al Dr. Pavelić, en la que hace mención de la circular del 30/VIII/1941 y dice lo que sigue: "Usted mismo condenó los actos de violencia de individuos autotitulados ustashe y que Ud. ordenó fusilar por sus crimenes. Su decisión de que en el pais ha de reinar la justicia y el orden merece pleno reconocimiento".

[13] Dado que el Movimiento Ustasha no era numeroso antes del restablecimiento del EIC, en muchos distritos no había ustashi organizados del período prebélico. Además, si el Partido Campesino Croata no era fuerte en esa zona o no existia, como era el caso en algunas comarcas del nuevo Estado, eso dió motivo a elementos irresponsables para ponerse el uniforme ustasha y autoproclamarse ustashe. Esos ustashe indisciplinados, autotitulados y novedizos, de dudosa moral, fueron tildados por las autoridades ustashe regulares de "ustashe salvajes" o "nastashe" y trataban de eliminarlos o frenarlos fusilándolos por sus actos criminales.

[14] El Dr. V. Maček en su libro In the Struggle for Freedom manifiesta que los comunistas, al terminar la guerra, no investigaron los motivos que indujeron a los sacerdotes católicos a aceptar a esos "conversos" y los perseguían cruelmente por esa razón. "Llamaba la atención el caso del sacerdote de Sarajevo quien dijo a los "conversos" ortodoxos:" Hijos, vuestra madre la Iglesia ortodoxa se encuentra en dificultades y no puede ocuparse de vosotros. Vosotros acudís a vuestra tía la iglesia católica y cuando vuestra madre se reponga vosotros retornareis a ella. "Como premio este sacerdote fue condenado a muerte".

[15] Mientras que a pedido expreso del Dr. Maček, una vez firmado el Compromiso croata-servio, y en su carácter de vicepresidente del gobierno yugoslavo, el coronel Ivan Prpić fue ascendido al grado de general, siendo el único croata con ese grado en el ejército yugoslavo monárquico, en el ejército croata durante la última guerra oficiales ortodoxos ejercen funciones muy importantes y entre ellos los tres generales citados precedentemente. Incluso entre los oficiales usthasa hubo caso de ortodoxos como el del teniente coronel Marković.

[16] Tengo recuerdos muy gratos del padre Glavaš pues se notó en seguida que se trataba de un señor culto y refinado (además de ser sacerdote católico fue profesor y crítico literario). Anhelaba sinceramente que el asunto de la ortodoxia se arreglara en forma correcta, a satisfaci6n de todos. Solía decir que como la Iglesia católica no deseaba que el Estado interfiera mucho en sus asuntos, así el Estado no debería interferir en los asuntos de otras confesiones. A él mayormente se debe agradecer que el gobierno no tomó parte activa en los nombramientos de la Iglesia ortodoxa croata. No sintiéndose culpable rehuso salir del país en mayo de 1945. En la primera lista de fusilados en Zagreb por los comunistas figuraba su nombre.

[17] El asombro de Fikreta Jelić-Butić (99) de que se ensalzaba al Dr. Pavelić en el Calendario ortodoxo, revela su desconocimiento de la terminología ortodoxa, que siempre en el pasado, en la era de íntima vinculación iglesia-estado y antes de su separación, dedicaba generosos epítetos a los jefes de Estado de turno.