STUDIA
CROATICA
Año XXI – Enero – Junio 1980- Vol. 76-77
Aloysius Stepinac, Ante Pavelic y Josip Broz (Tito)
Yugoslavia y la Planificación Mundial
Doble laurel para Roque Esteban Scarpa
Una exposición representativa de los
"naifs" croatas en Buenos Aires
Un periódico esloveno sobre la revista
"Studia Croatica"
De la vida del Consejo Nacional Croata
El Tercer Congreso (Sabor) del Consejo Nacional
Croata en Londres
El Comité Regional en Buenos Aires del Consejo
Nacional Croata desmiente una voz no autorizada
Declaración croata en la Argentina
Nos ha abandonado el Prof. Dušan Žanko
In Memoriam del Señor Demetrio Weble
La evolución de la ortodoxia en Croacia y la
Iglesia Ortodoxa Croata
Aniversario (400 años) de la segunda fundación de
la Ciudad de Buenos Aires
SS El Papa Juan Pablo II en la capital francesa
Conmemoracion del vigésimo aniversario de la
muerte del Cardenal Stepinac
Algunas opiniones a cerca del desaparecido
dictador Tito
Kvrin Vasilj: Ljepota i Umjetnost — (Belleza y
Arte)
Alfredo Breccia: "Yugoslavia 1939-1941,
Diplomazia della neutralità"
Nikola Mrkša —artesano-artista croata - actúa en
Chile
Un intento de valoración de sus personalidades
Franjo Nevistić
Nos
parece propicia la oportunidad de hacer este intento con motivo de cumplirse
veinte años de la muerte del primero (10/II/80), veinte años de la muerte y
noventa del nacimiento del segundo (14/VII/79) y la reciente muerte del tercero
(5/V/80). Son tres personalidades de proyecciones mundiales, que ocuparon el
escenario público no sólo de su patria, Croacia, sino también en medida
considerable aquel, a nivel internacional. Nada debería hacernos desistir del
propósito. Vivimos en una sociedad libre. En la misma no hay o no debería haber
tabúes. La libertad de investigación, de búsqueda y de proclamación de la
verdad es la condición previa e indispensable para hallarla o, por lo menos, de
llegar a un compromiso de opiniones que valga como verdad y base de la paz en
una comunidad civilizada. Aqui reside una substancial ventaja y la superioridad
de esta clase de sociedad sobre la del signo opuesto dogmático-totalitario.
Además, para nosotros los
croatas este principio de la libertad de investigación y del reconocimiento de
la verdad tiene un valor inconmensurable. Teniendo presente el origen croata de
dichas personalidades, los que nos acusan o alaban como un pueblo o una nación
— por desgracia abundan más los primeros — nos acusan o nos alaban últimamente
a través de la actuación pública de Stepinac, de Pavelić o de Josip Broz -
Tito.
Son pocos los suficientemente
familiarizados con el ambiente político y social en que actuaron, y muchos los
que Io desconocen. De aquí juicios tan dispares, opuestos y contradictorios,
refiriéndose a las tres personalidades del pueblo croata o al pueblo mismo. Tan
grande es la necesidad del hombre de apoyar sus juicios sobre la verdad que lo
hacemos incluso sin conocerla y, lo que es infinitamente peor, si la
tergiversamos a propósito, sometiéndola a nuestros deseos e intereses, muchas
veces tan lejos de toda ética y razonable justificación.
Este defecto más que doloroso de
la naturaleza humana brilla por su repugnancia en el caso del cardenal Stepinac.
Para unos se trataría de una personalidad dubiosa, incluso de una
"político" chauvinista, de colaborador con el nazismo y, hasta, de un
"criminal de guerra". Para otros (especialmente los pontífices
romanos Pío XII y Juan XXIII) Stepinac fue una de las personalidades más
grandes de nuestro siglo ("imagen del Buen Pastor"). No obstante Tito
lo condenó en el sentido de dichas acusaciones, si bien él como también Djilas
reconocieron a posteriori que se trataba de una personalidad intachable. Lo
exigían "intereses" servios y su insubordinación a la política del
ateísmo práctico, la persecusión de la religión en general y del catolicismo en
especial, inaugurado en 1945 oficialmente nor el gobierno de Tito.
For eso, repetir unas opiniones
ya conocidas acerca de este hombre de fe, no es redundancia. El tiempo pasa.
Las generaciones se suceden y muchos hechos se olvidan, mientras los enemigos
del Cardenal y de su pueblo prosiguen con calumnias, y denigraciones.
Digan lo que digan los
calumniadores de ese varón de inspiración divina, nunca podrán ofuscar a su
resplandeciente personalidad, nutrida de una profunda y auténtica fe en Cristo.
Su escala de valores fue tan firme y jerárquicamente tan perfecta que nunca y
nadie pudo hacerlo claudicar en el cumplimiento de los deberes de su misión de
un alto dignatario de la Iglesia Católica y de pastor de su grey, tanto en lo
religioso, como en lo nacional. Una admirable coherencia en su comportamiento
ante cualquier peligro o ante cualquier potentado de este mundo. He aquí
algunos casos históricos.
Cuando el príncipe Pablo
Karageorgević, el más importante factor en la Regencia después de la
muerte de Alejandro, intentó mitigar la dictadura de su siniestro pariente y
por tal razón llegó a la capital croata Zagreb, Luis Stepinac, metropólita de
dicha ciudad, lo esperaba en el umbral de la histórica iglesia croata de San
Marcos, ubicada frente al SABOR —el parlamento croata durante largos siglos- y
le dijo al Principe, tácito continuador de la política hegemónica granservia,
también lo siguiente: "... En el umbral de este templo que con su secular
experiencia ofrece testimonio que cada intento de pisotear los derechos del
pueblo croata —esta parte tan pequeña del derecho de Dios— terminó en el
fracaso de aquéllos, quienes habían olvidado que no hay derecho ni poder contra
Dios eterno y grande, contra sus preceptos"... "en tal sentido yo
saludo a Vuestra Eminencia, rogando a Dios para que siempre y en todos los
asuntos, tanto los que tienen el poder, corno también aquellos que deben
obedecer, sean y permanezcan dignos de aquel Dios quien es la verdad y la
justicia, el amor y la paz".
El impacto de los conceptos de
Stepinac sobre el Príncipe y su comitiva granservia fue tal que, sólo gracias a
la intervención de las personalidades más encumbradas en Croacia no se efectuó
su inmediato arresto.
En el año 1942, oportunidad de
la reapertura de SABOR (parlamento croata) el arzobispo Stepinac dirigió al Dr
Ante Pavelić, jefe del Estado Independiente de Croacia, entre otros
también estos conceptos-admoniciones: "... Jefe, el restablecimiento del
Sabor Croata es un testimonio de Vuestra profunda y viva conciencia de
responsabilidad, carga que Ud. desea hacer compartir con sus colaboradores.
Este acto acompañan oraciones de la Iglesia y de nuestros corazones: Que el
Juez Eterno, quien guia el destino de los pueblos, con su omnipotente mano,
haga incisión en los fundamentos mismos del SABOR y en el corazón de vuetros
colaboradores la conciencia de una viva responsabilidad para que puedan ayudar
con éxito a VE como Jefe de Estado Independiente de Croacia en la restauración
y edificación de nuestra querida Patria sobre los fundamentos y los principios
del Evangelio de Cristo".
Pero, cuando más tarde se desató
el huracán bélico sobre el territorio croata, cuando nadie niás pudo controlar
las corrientes y fuerzas en pugna, inspiradas y aristadas mayormente desde el
exterior y cuando el gobierno de Pavelić estuvo obligado a "aullar
entre los lobos", el arzobispo Stepinac, a pesar de su solemne condena de
la dictadura servia en Croacia y no obstante su ardiente deseo para que
Croacia, proclamada independiente, siga por el camino de la prosperidad, se
dirige a Pavelić y a su gobierno, rogando la protección por los que
injustamente sufrían persecuciones, encarcelamientos con condenas a largos años
de vida e, incluso, a la pena capital.
Por fin, llevado al tribunal de
Tito, Stepinac, fiel a su escala de valores, sin olvidar y condenar errores del
gobierno de Pavelić, audazmente dice a los "victoriosos"
comunistas de Tito: "... Todo lo que he dicho acerca del derecho del
pueblo croata a la libertad e independencia, está en completa conformidad con
los principios básicos enunciados por los Aliados en Yalta y en la Carta de
Atlántico. Si, conforme con estos principios, toda nación tiene derecho a su
independencia, entonces ¿por qué se lo niega a la nación croata? La Santa Sede
ha destacado en repetidas oportunidades que tanto las pequeñas naciones como
las minorías nacionales tienen el derecho a la libertad. ¿No puede,
lógicamente, un obispo metropolitano católico, mencionar siquiera este
principio? Si hemos de caer, caigamos por haber cumplido nuestro deber. Si
creéis que este proceso agrada al pueblo croata, dádle la oportunidad de
pronunciarse..." *
Todos sabemos, cómo ha terminado
el caso. El ocupador servio, en ropaje comunista, condenó a Stepinac sin
consideración alguna en cuanto a los principios enunciados por los Aliados,
como tampoco a la opinión del pueblo croata. Su arzobispo sufrió largos años en
la cárcel, fue operado sin instrumentos adecuados, sobre la mesa de cocina en
la casa parroquial de su aldea natal y allí murió como un pobre exiliado en su
propia patria que lo consideraba y reverenciaba, sin lugar a dudas, como al
hijo más querido y más preclaro, mientras el lujo del hospital de Ljubljana
eslovena fue previsto para Tito, confiado a un selecto equipo de especialistas
y provisto de los medicamentos más modernos, incluso enviados por parte del
presidente de "todas las democracias", Jimmy Carter.
Pero Stepinac tenia un culpa
mortal: sufría y murió por los valores de la fe cristiana e intereses de su
pueblo croata, mientras Tito desconocía los primeros y pisoteaba
inexorablemente a los segundos. En la escala de valores de Stepinac hubo un
lugar privilegiado, pero lógico y natural, también para los derechos nacionales
de su pueblo —una conciliación perfecta entre lo universal sobrenatural y lo
particular natural en una posición de lo superior sobre su inferior—
divino-universal sobre humano-particular.
El Dr. Ante Pavelić
Si el cardenal Stepinac,
"imagen del Divino Pastor" (Juan XXIII) fue tan mal comprendido y
expuesto a humillaciones hasta su muerte ¿qué podemos decir en favor del Dr A.
Pavelić, jefe del Estado Independiente de Croacia durante la última guerra
mundial?
Si el primero salvó la pureza de
un verdadero predicador y confesor evangélico en aquellos tiempos tan
turbulentos y contra todas Ias adversidades y, no obstante, fue condenado como
"criminal de guerra" y "enemigo del pueblo" ¿cómo defender
al segundo, quien tomó parte activa en aquella sangrienta contienda? Terminada
ésta, todos y todas Ias corrientes y bandos que se adscribían a sí mismos la
Santidad de sus intereses que perceorrían fueran reconocidos como héroes o
movimientos de ideas que aseguraban el progreso en uno u otro sentido, sólo el
Dr A. Pavelić fue proclamado y perseguido como un tremendo "criminal
de guerra". Pero la verdad es a la inversa. Fue Pavelić el único
contra tantos enemigos de Croacia, quién defendía los intereses políticos de su
pueblo. Elegido diputado nacional por los ciudadanos de la capital croata
Zagreb, en 1941 fue reconocido como jefe del Estado de Croacia, por haber sido
su más decidido revolucionario y adversario de la hegemonia, la supremacía, la
explotación y las injusticias que Belgrado venía imponiendo a Croacia desde
1918, fecha del primer intento de crear un Estado "yugoslavo". For
este "crimen" fue proclamado traidor, nazifascista y criminal de
guerra, teniendo que morir en el exilio tras 14 años de persecuciones. Todavía,
sólo una alusión a favor de él provoca las reacciones en cadena más abominables
tanto para su persona como también para su pueblo y la patria, Croacia.
El señor Leandro Pita Romero,
político, ensayista y escritor español de alto vuelo, compatriota y, hasta
cierto punto, amigo del generalísimo F. Franco, intenta de hacer comprender a
quien durante cuarenta años regía la suerte de España. A pesar de que L. Pita
Romero fue condenado al exilio en que quedó y después de la muerte de su
político "galaico", reconoce la sagacidad a su amigo — adversario por
haber eludido el compromiso bélico con Hitler, rechazado el totalitarismo en
forma definitiva e intentado acontodarse con "poderes liberales que iban
ganando la guerra mundial... "El adios a Hitler era el comienzo de una
aceptación de la convivencia con el nuevo orden liberal europeo, que no vaciló
en soportar". Refiriéndose al presente español y comparándolo con la época
de Franco, el Sr L. Pita Romero declara de no sentir acertar "la cercanía
del presente" para decir: "desde entonces se vivió en el orden sin la
libertad, y ahora en la libertad sin el orden". Ante el hecho que están
apresurándose "a borrar en las calles y paseos de las ciudades españolas
el apellido de Franco, pero cuya memoria, respetada o combatida, perdurará
algún tiempo, sin que alcance a ser descifrada, porque el carácter del
protagonista, excepción del carácter español, era muy distante de la
improvisación, de la irreflexión y de la falta de cautela ibérica. Las gafas de
Franco no sabremos fácilmente qué es lo que dejaron ver a los ojos que
escrutaban tras ellas" ("Las gafas del caudillo", L. Pita Romero
en "La Prensa" del 2 de abril ppdo).
Evidentemente, Pavelić no
pudo hacer lo mismo. La restauración de la independencia de Croacia dependía en
cuanto a su armamento en su totalidad de las potencias del Eje, pues Belgrado
no levantó desde 1918 ni una sola fábrica militar en el suelo croata. Además, a
España nadie la amenazaba con invasión, mientras Croacia estaba en el umbral
mismo entre el mundo occidental y la voluntad ferrea de Moscú de agrandar su
imperio con vistas también al mar Adriático y sus orillas orientales croatas.
Pavelić, hijo de un pueblo de civilización occidental, no pudo en dichas
condiciones elegir a sus aliados. Ante el peligro comunista-soviético y la
resurrección del poder hegemónico de Belgrado, pieza firme en los cálculos
moscovitas, monolíticos en aquella época, no tuvo otra salida que luchar contra
este peligro mayor (dos intentos de Pavelić de acercarse a los aliados
fueron rechazados). Se dice, pero no tenemos documentos seguros, de que Moscú
le había ofrecido en dos oportunidades las garantías para un Estado
independiente de Croacia, pero Pavelić rechazó ambas. Si el Occidente
hubiera hecho algo semejante, estamos seguros que otra sería actualmente la
situación en aquella parte del mundo. Conto Franco, y quizás con más firmeza,
Pavelić habría aceptado la convivencia con los "poderes
liberales" en avance. Cuáles fueron las fuerzas oscuras que impidieron el
desarrollo de esta clase de política, no nos sentimos lo suficientemente
autorizados a decir. Estas mismas fuerzas prefirieron ayudar a Tito, elevarlo
al rango de mariscal, aprobar sus planes de implantar allí un régimen comunista
y ahora ensalzarlo hasta las nubes, porque servía a sus intereses.
En el cálculo de dichas fuerzas,
el martirio de Stepinac fue un oscurantismo y atraso. El parcial maquiavelismo
de Pavelić en la contienda con los enemigos, puros maquiavelistas, fue
merecedor de las más perversas acusaciones, mentiras y persecusiones, dirigidas
tanto contra él como también contra todo el pueblo croata y su lucha por la
libertad.
Josip Broz - Tito
Con su muerte, largamente
esperada, desaparece del escenario político internacional un veterano político
de nuestro siglo, una personalidad — por ahora — de dimensiones mundiales. No
obstante su figura humana y política queda enigmática y discutida en muchos
aspectos. Dejemos el problema sin segura solución de su nacionalidad étnica, pero
queda pendiente la cuestión en cuanto a la autenticidad de su comunismo, de
conductor y estadista en un Estado multinacional y de un "innovador de la
historia", como lo tratan de ubicar para siempre sus amigoš. Es nuestro
deber y el de todos los hombres de buena voluntad, especialmente de los que
aman la libertad y la dignidad del hombre, destruir el mito acerca de este
extraordinario hombre. Aceptar este mito como auténtico, significaría edificar
palacios sobre la arena. ¡Y mucho peor!
En efecto, Tito durante la
última guerra cobró el nombre de un temible guerrillero y luego, hasta 1948,
del alumno más fiel de su maestro José Stalin. A partir de esa fecha su
renombre de un revolucionario comunista empezó a declinar, elevándose al
pedestal del primer rebelde dentro de la familia comunista internacional, de un
comunista "liberal", de inventor de un camino espacial yugoslavo
hacia la sociedad comunista, etc.
Este nuevo período se manifiesta
en dos direcciones. Su iniciativa y actuación condujeron a la organización de
las naciones que nada querían saber acerca de la alternativa mundial: Moscú y
sus satélites o Washington y su alianza atlántica.
Paralelamente, la vida interior
de su país, se caracteriza por unos, poco claros, esfuerzos de liberalizar su
vida socio-política, basada sobre el socialismo autosugestionario, donde el
papel del Partido debía limitarse a la función de educador y orientador
ideológico, dejando a los productores inmediatos la iniciativa en el campo
económico.
Sintiendo disminuirse el peso de
su política de no alineación, especialmente por la negativa de los pueblos
africanos — entre ellos los árabes en primer. término — de seguirlo en sus
veladas simpatías por Moscú y por el directo contacto de ésta con Washington, y
sin intermediarios, Tito ya desde los años 70 empezó a dar nuevamente signos
cada vez más visibles de regreso a la órbita moscovita. Visitas recíprocas
Breznev-Tito como también intercambio de visitas de varias comisiones
económicas y culturales, contratos de cooperación económica y de créditos
confirman lo que acabamos de decir.
En la política interna del país,
el Partido retomó desde 1971 las riendas del poder. El "centralismo
democrático" es el denominador común para nuevas medidas. La reforma del
Código de Procedimientos penal, restringiendo precarias libertades previamente
reconocidas "via facti", la omnipotencia de la policía política y el
papel decisivo del ejército en todos los campos de la vida de la comunidad,
constituyen lo esencial de esta nueva política del "mariscal". En
este clima sobrevino su muerte física sin consideración alguna por sus planes y
combinaciones, reconocidos por algunos como geniales.
Teniendo presente esta carrera
errática de Tito ¿hay un criterio uniforme con que valorizar con justicia y
objetividad a su personalidad? Prácticamente no. Las opiniones de prensa, de
diplomáticos, de estadistas, de periodistas, etc., con motivo de su muerte lo
comprobaron de una manera niás que sorprendente. Un pragmatismo, utilitarismo y
maquiavelismo dominan casi en forma absoluta al universo político internacional
del momento. Los vencedores escriben la historia y la historia de nuestros días
admitió a Tito y a su comunismo ubicarse cómodamente entre los vencedores e
historiadores que la están escribiendo, otorgando al dictador la aureola de una
grandeza casi mítica. A su socialismo autogestionario se lo considera corno un
serio intento de la innovación de la historia. Pierre Teilhard de Chardin
afirma que no hay innovadores de la historia que no abrieran fuentes de dolor y
de lágrimas. De acuerdo con todo esto, las crueldades de Tito hallarían su
perfecta justificación. Respiramos casi la atmósfera del Raskolnikov de
Dostoievski, cuando dice: "...insisto en la idea de que todos los
legisladores y guías de la humanidad, empezando por los más antiguos, eran
todos sin excepción unos criminales..." Es interesante resaltar que casi
todos los bienhechores y conductores del género humano fueron terriblemente
sanguinarios"... Sólo porque he fracasado soy un miserable. Si. hubiera
tenido éxito, me tejerían coronas, y en cambio ahora no soy más que una carroña
buena para los perros" (André Gide, Dostoievski, Barcelona 1908, pp. 169,
70, 71.)
La pompa internacional de toda
clase, "tejida" por tantos con motivo de la muerte de ese "gran
hombre-sanguinario" la podernos entender sólo gracias a esta mentalidad
para la cual el éxito es la ley suprema. Pero ¿es permitido y justificable
proceder así? ¡Categóricamente no! Una actitud de esta índole no constituye
sólo un profundo error de principio, sino también e inevitablemente un peligro
mortal para el mundo entero, técnicamente unido y que debería encaminarse
resueltamente a ser una comunidad de hombres y pueblos libres. Ya lo sabemos
por la enseñanza socrática. El criterio y el derecho del más fuerte — hombres
de éxito — es la tragedia de la historia universal, especialmente en nuestra
época. Dictadura, persecusiones de toda clase, guerras de exterminio, etc. son
fruto auténtico de dicha mentalidad. La humanidad necesita éxitos de otra índole,
éxitos dentro del Derecho, reconociendo la igualdad substancial de todos los
hombres y la naciones.
Aplicando esta postura en el
caso de Tito, deben ser condenados tanto él como que sus éxitos. ¿Quién le dio,
por ejemplo, el derecho a ser "innovador de la historia"? Al comienzo
de su sangrienta revolución, él y sus partidarios fueron una ínfima minoría en
aquel país multinacional. Instigados a aportar para "la liberación"
de la clase obrera mundial o para matar a los "hunos", Tito y sus
guerrilleros infligieron tremendas pérdidas y asestaron duros golpes a sus
propios pueblos, devastando desde sus emboscadas, enteras regiones, usando los
medios bélicos que les fueron proporcionados desde el exterior. Finalizada la
guerra, victoriosos, gracias a esta ayuda y a sus crueldades, implantaron un
régimen político de terror sin consideración alguna por la voluntad de los
pueblos sometidos. Su "innovación de la historia" consistió en un
sistemático terror abriendo cada vez más fuentes de lágrimas y de dolor. Una
clase explotadora, muchísimo peor que la del feudalismo, se convirtió en dueño
absoluto de bienes y almas de sus súbditos.
Ningún problema nacional,
heredado de la Yugoslavia monárquica —especialmente aquel croata-servio—, halló
su feliz solución. Después de la masacre masiva de la juventud croata en 1945,
la política de discriminación económica, cultural y nacional en general en
detrimento de los croatas, obligó a más de un millón de obreros a buscar
trabajo en el mundo capitalista. Descontentos con el nuevo régimen, levantaron
su voz de protesta incluso los comunistas croatas, fieles colaboradores de Tito
durante la guerra. Ya en 1971 todo el mundo pudo enterarse de su suerte: más de
16.000 de ellos fueron destituidos, encarcelados, condenados a huir al
exterior. Siguiendo las pautas expansionistas gran-servias anteriores, la
Yugoslavia comunista no permite la unión de niás de un millón de albaneses con
su madre patria, a pesar de la proclamación de la libertad nacional y no
obstante que dichos albaneses viven compactos en el territorio que es natural
prolongación de Albania y donde impera también un régimen comunista. Macedonia
que en 1941 —incluso sus comunistas— prefirió unirse a Bulgaria, en 1945 fue
nuevamente sometida a Belgrado, donde se instaló como nuevo monarca Tito. Más
de medio millón de alemanes de Voivodina fue prácticamente exterminado y
expulsado después de varios siglos de vida en aquel suelo, aportando al
progreso económico y cultural del país.
¿Qué decir de la habilidad con que
Tito se mantuvo tantos años en el poder? ¿Cómo pudo salvar la unidad del país
contra todos los vientos y mareas?
La diarquía mundial —Washington,
Moscú— deseosa de tener a raya a su adversario-aliado, hizo imposible y vano
todo intento de liberación de los pueblo sometidos. Polonia, Alemania Oriental
y Hungría docent. El "estadista" Tito explotó esta situación, jugando
la carta de una u otra potencia nuclear. Cada una temía de que él podría optar
definitivamente por una de ellas y así poner en peligro el equilibrio
azarosamente constituido con el famoso fifty-fifty inventado por
Churchill-Stalin. Las circunstancias, pues, en sus mil matices, hicieron a Tito
"gran estadista". Su habilidad política en realidad es la habilidad
de muchos y el juego de intereses ajenos.
En cuanto a la glorificada
unidad del país ¿quién puede afirmar que aquel silencio de cementerio o el
oportunismo del "pueblo burocrático" es una verdadera unidad? La
unidad como la expresión de la violencia ejercida desde el vértice del poder,
no es la unidad. Este vértice está constituido por el elemento servio, lo que
ha elevado el odio nacional hasta su cénit. En estas condiciones el futuro del
país se encaminará hacia nubarrones de una sangrienta guerra intestina o hacía
una intervención soviética y la incorporación de todos a la órbita de su mando.
Esta es la herencia que Tito
dejó a "sus" pueblos y al mundo entero. La incorporación del
territorio, la posición estratégica y el número de la población
"yugoslava" al Pacto de Varsovia produciría un sensible desequilibrio
que necesariamente repercutiría no sólo en aquella parte del mundo. Muchas
voces, entre ellas también la nuestra, fueron obstinadamente desoídas. El sr.
R.O. Abdala, si bien teniendo en la mente otro caso político, escribió en "La
Prensa" sobre la fatalidad de los sordomudos intencionales. A ellos
resulta vano hablar.
Para nosotros Tito nunca fue un
enigma, ni una eminencia política. Se trata de un hombre y un fenómeno que
crecen en el clima donde faltan los verdaderos principios y valores de una sana
comunidad humana. Tito es un típico producto de la ilegitimidad del poder
político, iniciado allí con la creación de la Yugoslavia monárquica. Allí, por
razones y confabulación de intereses ajenos se pasó por alto el derecho de autodeterminación,
arrogándose cualquiera (Ortega y Gasset) el derecho de mandar y mantener el
poder en sus manos mediante la violencia. Tito, como su predecesor Alejandro
Karageorgević, fue un "cualquiera" sin escrúpulos morales,
asegurándose la ubicación dentro del cuadro de las grandezas, glorificado por
el mundo que no tiene principios superiores, dándo al mundo, a su política y a
su historia un sentido común, soñado desde los albores de la filosofía clásica
griega.
Concluyamos: Stepinac murió
denigrado y condenado por haber defendido valores universales in concreto —
valores y derechos concretos de su pueblo, pues lo universal existe sólo en lo
concreto; Pavelić murió en el exilio, denigrado sobremanera, dado que
dichos derechos defendía parcialmente con métodos maquiavélicos en un ambiente
maquiavélico general, donde sus adversarios internos —tomando en consideración
Yugoslavia en su totalidad— e internacionales fueron más fuertes y más
maquiavélicos; Tito murió glorificado, porque estaba al servicio de los
intereses ajenos e injustos, pisoteando los valores que defendían los dos
primeros. Stepinac en forma evangélica y Pavelić con métodos parcialmente
maquiavélicos. Dado este hecho ¿qué es lo que esperan de nosotros los croatas
los gobernantes del mundo actual y sus leyes con que pretenden dirigir la
comunidad internacional? ¿Reconocerlos como justos y razonables? ¡De ninguna
manera! Esta nuestra postura está respaldada por la mejor tradición de la
filosofía occidental.
En efecto, en un reciente
análisis del caso de Sócrates, Salvador San Martin en "La Prensa" del
1 de julio del año en curso, refrescó la memoria de todos los que suelen
olvidar el verdadero valor universal de las leyes. El filósofo griego preguntó
ante el tribunal que lo iba a condenar: "... Melito, contéstame: ¿Son esos
dioses tan particulares que sólo se vinculan con los gobernantes y son sus
mentores y su apoyo, o son los mismos dioses tuyos, míos y de los demás
ciudadanos...?" "Son los mismos", contestó Melito, para continuar
otra vez Sócrates: "Puesto que tú mismo reconoces que son los mismos ¿por
qué esos dioses dirían a los gobernantes cosas distintas de las que dicen a ti
y a nií? ¿For qué serán inteligentes y buenas las cosas con que inspiran a los
gobernantes, y malas y perversas las que inspiran a nií y a otros ciudadanos?
¿No crees, Melito, que ese no es el comportamiento de los dioses y que si tú
sostuvieras que lo es, serias tú, Melito, quien estaría ofendiendo a los dioses
y no yo?"
Recapitulando cuanto hemos dicho
en este artículo, podemos dirigir la misma pregunta a tantos Melitos y sus
leyes, inspiradas no por dioses griegos como tampoco por Dios
judeo-cristiano-musulmán, sino por unos intereses de grupos, falsamente
presentados corno generales. Si Stalin fue uno de los inspiradores ateístas de
las leyes internacionales y si Tito fue uno de sus "mejores"
observadores ¿qué puede esperai el mundo que se suele autoproclaniar cristiano
y liberal?
El mito tejido sobre la grandeza de Tito debe ser destruido. Su glorificación es sólo un signo de la aguda pero, queremos creer, breve y pasajera aberración humana. Urge un retorno a los principios básicos tradicionales de la civilización occidental y cristiana y de la política democrático-liberal. Entonces habrá nlás justicia también para Croacia, su pueblo y sus hombres públicos.
Pablo Neruda. 1949
En Yugoslavia el odio sigue creciendo
como la áspera planta del alambre.
Encima del obeso traidor
salpicado de sangre y bajo el peso de sus nalgas verdes
todo un pueblo humillado de pastores.
Yo conozco estos hechos, esta historia.
Tito es nicaragüense, asesinó a Sandino,
abrió las puertas vivas de la patria
al invasor armado de balas y de dólares.
Tacho Tito, Somoza,
antigua historia triste
de América Central, de la sangrante cintura
de mi traicionado continente.
Tito es Trujillo, déspota
de ávidos bolsillos
abiertos
en los deslumbradores uniformes.
El pueblo allí rondante
en las oscuras
prisiones en el odio
nocturno y el orondo
Titacho recargado
de condecoraciones
defendiendo
la cultura cristiana
traducida al inglés
precipitadamente
es decir, traducida
a dólar y dolores
esclavitud, miseria,
sótanos de agonía.
Pablo Neruda. 1949
Pablo Neruda sabía bien quién
fue Tito también antes de 1948. Si no se hubiera producido el conflicto con
Stalin, Tito habría quedado como un héroe del comunismo internacional. Después
del conflicto es un criminal. Pobres son los criterios del gran poeta chileno.
El valor ético de uno depende de si éste está de mi lado o del otro. Todo lo
contrario a la ley ética universal. (Obs. de la Red. de SC)
CONSTERNACION general en nuestro
Occidente sin ideología y sin objetivos transcendentes. El tirano de
Yugoslavia, conocido bajo el nombre de Josip Broz "Tito", está
cercano a su hora final. Pese a la formidable maquinaria propagandística de
Belgrado, se sabe fehacientemente que el anciano terrorista quedó postrado en
una grave depresión luego de la amputación de una de sus piernas, y que su
mente padece de prolongados períodos de obscuridad. Al mismo tiempo,
transcendió que Tito sufrió nuevos problemas circulatorios a comienzos de
febrero. Descartado su retorno al ejercicio pleno del poder, subsisten dudas
incluso sobre cuánto habrá de durar su resistencia física.
Diarios y revistas
norteamericanas y de Europa están dedicando mientras tanto, miles de
centímetros de sus columnas al tema de la Yugoslavia post-titoísta y el
sanguinario pasa a convertirse en una especie de "Protector de
Occidente". Desaparecido él, la costa del Adriático (que solamente es un
bello sector del Mediterráneo), podría verse poblada de tanques, cohetería
nuclear y divisiones de la URSS. En tal caso, la grave debilidad político
militar de Italia se acentuaría aún más; aumentaría substancialmente la presión
soviética sobre el Bósforo, y las fuerzas del Pacto de Varsovia estarían
golpeando el corazón de Europa occidental.
El planteo peca de simplista en
muchos aspectos. En primer lugar, luego del imprudente enfrentamiento de la
URSS con los países islámicos a causa de Afganistán, no es probable que Moscú
decida una operación similar para ocupar Yugoslavia. Observadores militares
europeos han indicado que si los rusos decidieran ocuparla, podrían hacerlo en
cinco días con muy poca resistencia. Las tropas regulares de Tito y las
insignificantes milicias de "autodefensa" ("millones y millones
de yugoslavos", según la propaganda del régimen comunista), son
inconsistentes en términos militares, y sólo tienen eficacia como poder de
policía interna. Pero frente a esta facilidad los soviéticos considerarían que
otro golpe como el tie Afganistán, esta vez sobre el Flanco Sudeste de la
Europa de las corruptelas, de las drogas y la pornografía institucionalizadas—,
provocaría una reacción que, todavía puede oponerse a su estrategia global.
En segundo lugar, el Pacto de
Varsovia, todavía no está preparando el terreno para una guerra en Europa. Por
ahora hay situaciones que redefinir en el Africa y particularmente en el Asia mientras
Europa está en manos de socialistas y mercaderes —salvo excepciones—, los
Estados Unidos patalean en el aire gobernados por esta escalofriante
combinación de bobos que ríen y de marxistas no revolucionarios sentados en el
Departamento de Estado y en muchas bancas del Capitolio.
Más aún: Afganistán fue un golpe
del Kremlin que, más que al mundo árabe y a los pozos de petróleo, apuntaba al
reacomodamiento de fuerzas con la China. Fue un riesgo calculado de los rusos.
Tal vez fue mal calculado, pero para determinar el grado de error o de acierto
es necesario valorar exactamente el grado muy importante de amenaza que la
China significo para la URSS.
GOBIERNO MUNDIAL
Por supuesto, a Europa también
le llegará su hora si continúa en su actual festival, que como todas las cosas
inmorales, derrotistas, de decadencia y fáciles, es calificado de
"liberalismo".
En definitiva, no debemos
olvidar que la expansión del marxismo tiene tres polos de generaciones: Moscú y
Pekín en sus formas revolucionarias y militares, y Nueva York, en su forma no
revolucionaria, predominantemente económica y tecnológica, y ocasionalmente
militar.
Desde 1945, a la sombra de los
tres centros nombrados se llevó a cabo un proceso que, innegablemente, responde
a una planificación mundialista. Materialización, a través de la prédica
directa del marxismo, a través del psicoanálisis freudiano, o de la exaltación
del mercantilismo consuniista y de la corrupción interna de todas las Iglesias.
Masificación de los individuos, por las mismas vías. Denigración sistemática de
los nacionalismos, de la inviolabilidad de las familias y de la soberanía de
las conciencias. Quiebra de las potencias europeas, que por su acervo cultural
y moral eran las guardianas de aquello que efectivamente era un mundo medianamente
cristiano o procuraba serlo.
Desde Nueva York, Pekín y Moscú,
unidas por hilos que son los de las logias, la planificación mundialista
continúa. Dentro de su programa está una confrontación nuclear que borre de los
mapas a las fronteras, a las nacionalidades y a una parte considerable de la
población mundial. Por supuesto, la Rusia Blanca y gran parte de la población
de la actual URSS serían eliminadas, así conto Pekín vería reducido su poderío
a límites muy "controlables".
Destruídos físicamente muchos
Estados, aniquiladas muchas economías, traumatizados todos los sobrevivientes
del globo, el Gobierno Mundial sería impuesto con facilidad. La Primera Guerra
Mundial abrió paso a la Sociedad de las Naciones, y la Segunda a la ONU. El
gobierno Universal, en nombre de la paz y la confraternidad entre todos los
hombres, está en marcha. Algunos analistas creen que muchos de los desvaríos de
la Casa Blanca no son tales: están programados para facilitar la Guerra, y
hacer que realmente el empleo de las armas nucleares o de las neutrónicas y
químicas, sea "inevitable".
El desenlace favorable de este
período, depende de la quiebra de !a planificación. En términos básicos, del
retorno de las mayorías norteamericanas al poder, a través de la defenestración
de las cúpulas enquistadas en los dos partidos: el despertar de la sabiduría
china, luego del lavado de cerebro marxista; la liberación de los rusos de esa
conducción del PC, brutalmente impuesta en 1917, virtualmente ajena tanto a los
rusos conto a los demás pueblos de la URSS (consultar rasgos fisonómicos y
lista de nombres de la dirigencia partidista).
FESTIVAL Y MIEDO
Pero a la espera de que esto
suceda, o de que algo de esto suceda (cosa tan difícil que sólo puede esperarse
de la misericordia de Dios), el mundo tiene pánico. Y el Oeste próspero, en
medio de su festival, tiene miedo. Un miedo tal, que hasta teme que Tito muera.
Sentado sobre dos millones de
cadáveres, principalmente de croatas, de eslovenos, de descendientes de
alemanes, de los albaneses de Kosova, Tito fue impuesto política y militarmente
por Roosevelt, Churchill y en menor medida, por Stalin. En la década del 50,
este personaje de biografia desconocida, de selecta formación a manos de los
mundialistas, emparentado con figuras de Wall Street, Amsterdam y Zurich,
recibió la misión de corroer la capacidad de reacción e independencia de los
Estados de segundo y tercer orden idotizando a unos y corrompiendo a otros. Hoy
la mistificación del "tercer mundo" y del inexistente "no alineamiento"demuestra
su rotundo fracaso aún a las más ciegos: los "no alineados" fueron
cedidos por Tito a Fidel Castro, mientras los ntás de 100 votos del
"tercer mundo" no significan absolutamente nada (pero nada, nada de
nada), frente a las voluntades imperialistas y colonizadoras de Moscú y de
Estados Unidos, en todos los casos de lesa humanidad y lesa soberanía que
presenciamos.
HIPOCRESÍA Y MARXISMO
Cuando el gobernante de Belgrado
termine de morir, el Bloque de los "no alineados" no perderá su
independencia. Nadie pierde lo que no tiene. En el supuesto caso de que dentro
del Bloque, Togo, la República insular de Santa Lucía y una decena de Estados
más sean hoy independientes, también lo seguirán siendo después de Tito.
Y en cuanto a Yugoslavia, hasta
ahora es relativamente neutral frente a /a URSS. Pero está férreamente metida
en el grupo de Ias tiranías comunistas. Y pese a que Tito, por razones de
origen, no simpatice con los rusos, a lo largo de 35 años sirvió a la política
internacional de Moscú, considerando que es Moscú el mejor motor de la
expansión marxista.
Las agencias informativas
internacionales y nuestros diarios no hacen sino hablar con pesar de la
enfermedad de Tito. Ni siquiera recuerdan su tiranía, aunque a Francisco Franco
durante casi 40 años nunca le omitieron diatriba alguna. Con un Partido único,
el comunista, con 18.000 presos políticos, con diarios en manos exclusivamente
del Estado y del PC, con una persecución feroz a los croatas y a los 2,5
millones de albaneses separados por la fuerza de su patria, con continuos
hostigamientos a los búlgaros de Macedonia, con cientos de asesinatos políticos
anuales, en el país y en el exterior, Tito es el "Potector de
Occidente".
¿Es tanto el miedo en nuestra
parte del mundo, o tanta la hipocresía? ¿O Tito, tal vez se acerque con su
régimen a ese tipo de socialismo marxista que los planificadores pretenden para
el mundo entero?
De todos modos, el período
después de Tito traerá cambios profundos, tal vez no inmediatos, en el
territorio hoy yugoslavo. Si Washington hubiera favorecido en /a región la
Independencia de las naciones que pugnan por ella, y regímenes de libertad,
nadie debería temer por la paz sobre el Adriático.
Raúl A. Murcia
(Publicado en
"Cabildo", N" 34, del 21-II-80, Buenos Aires.)
MUERTE DE TITO
"El Mercurio",
Santiago de Chile, Miércoles, 14 de Mayo 1980.
Señor Director:
Cuatro Reyes, más de 30 Jefes de
Estado y Primeros Ministros y 300 funcionarios de más de 100 países asistieron
a Belgrado para rendir homenaje a Tito. Loas plañideras en todas las latitudes
sirvieron de marco a los funerales.
José Broz (alias
"Tito") fue uno de los más tenaces y exitosos luchadores para
implantar el marxismo-comunismo en el mundo. Todo comunista debe estarle
reconocido. Reclutante y combatiente de las Brigadas Rojas internacionales;
opresor del pueblo croata y exterminador de sus mejores hombres; verdugo de
monseñor Stepinac y perseguidor de los católicos; conculcador de toda forma de
libertad; en definitiva, sólo discrepó de los rusos en la técnica o
procedimiento para mejor imponer el marxismo.
En noviembre de 1976 fueron
sepultados los restos mortales del general Francisco Franco, la más limpia
espada de Occidente. Entonces sólo nuestro Presidente Pinochet y un monarca árabe
tuvieron el valor moral, el coraje y la consecuencia para dar testimonio con su
presencia en Madrid.
Cuando se comparan las
reacciones ante estos dos hechos, pocas esperanzas pueden quedar sobre la
capacidad moral de Occidente para sobrevivir.
Sergio Miranda Carrington
EL "GRAN ESTADISTA"
El diario "Buenos Aires
Herald" del 8 de mayo de i980 publicó el siguiente artículo:
Los graciosos que dan por
sentado, que muchos de los "grandes hombres" no son sino bribones
afortunados, han de estar riendo para su coleto mientras consideran las honras
tributadas al difunto Josip Broz, también conocido como "Tito". El
que Tito fue un gran hombre no es nada que los humildes puedan poner en duda.
Su grandeza la confirma ahora una sorprendente escuadra de dirigentes nacionales
que incluye a demócratas, casi fascistas, fanáticos musulmanes y
revolucionarios bolcheviques integrales. Desde la partida del fervientemente
lamentado presidente Mao el mundo no había estado tan unido para loar la
grandeza de un político desaparecido. Si Tito no fue el gigante colosal que
cabalgó sobre el escenario mundial colmado de pigmeos ...¿quién, cabe
preguntar, pudo haberlo sido?
Muchísimo debe haberse llorado
estos últimos días en las casas de gobierno del mundo. Tanto el secretario
general de las Naciones Unidas como nuestro propio presidente Jorge Rafael
Videla experimentaron su óbito como una `pérdida irreparable". Tengamos fe
en que puedan recobrarse. La reina de Inglaterra anunció que se siente muy
triste, pero también lo estuvo cuando "Papá Doc" Duvalier ingresó el
infierno vudú. Jimmy Carter lamentó la desaparición de una "figura
monumental", lo que no pasó de mera formalidad, pero otros hubo que más
que compensaron su ausencia de hipérbole. El presidente de Méjico, José López
Portillo, describió a Tito como "uno de los grandes hombres de la historia
universal". Un portavoz cubano dijo que había sido "uno de los
hombros más extraordinarios y meritorios de nuestra era". Anwar Sadat, que
suele tomarse las cosas a pecho, lamentó el deceso de ''un querido amigo".
Margaret Thatcher declaró a Tito "un gran estadista". Indira Gandhi,
confundiendo metáforas en su dolor, lo proclamó "pilar y guía". Las
banderas tremolaron a media asta en el Brasil militarista de derecha, tal como
lo hicieron en muchos otros países de divergentes criterios políticos. Y aún el
Papa Juan Pablo II, pasando por alto la bien documentada afición del difunto
mariscal por la sangre católica, manifestó que le embargaba "honda
pesadumbre "por esta "pérdidu para toda la comunidad
internacional".
A juzgar por todo esto, y por
docenas de otros homenajes de los iguales de Moammar Gadáffi, Willy Brandt, y
casi todas las personas consultadas en estas ocasiones, Tito fue una figura muy
querida, y la noticia de que había partido hacia la otra vida que quizá aguarde
a los ateos muertos fue una señal universal de lamentación. Por desgracia, Tito
fue cualquier cosa menos el amante abuelo que estos homenajes pueden sugerir.
Fue, como han de saberlo muy bien muchos de los que ahora se desviven por loar
su memoria, un brutal asesino de masas que se abrió paso hacia el poder con
cualquier arma que le viniera a mano. Nunca demostró la menor consideración por
la vida, el bienestar o dignidad de nadie que tuviese la mala suerte de
cruzarse en su camino. No fueron sus enemigos únicamente las divisiones
mecanizadas de Hitler y José Stalin. Estuvieron incluídos entre ellos, también,
decenas de millares de sus propios compatriotas, hombres, mujeres y niños, a
quienes aniquiló por pensar que su existencia podría estorbar sus planes. Si
parece tan alto es porque está parado sobre una montaña de cadáveres.
Aparte de ser un asesino, Tito
fue un gobernante torpe. Aun para las normas más relajadas Yugoslavia es hoy un
desastre: la pobreza es general, la diferencia entre los ingresos de los
sectores más ricos y más pobres del país tiene escasa contraparte en Europa, la
deuda nacional es colosal, y la desocupación es tan elevada que haría Ilorar a
un capitalista. Peor aún, el sistema político que dejó detrás suyo es
claramente inestable, que es lo que puede esperarse de un país al que un hombre
gobernó tiránicamente durante 35 años, y la libertad todavía está subordinada a
los caprichos de un régimen que manifiesta conducirse en conformidad con la
demencial lógica del marxismo. Yugoslavia bajo Tito —descripción apropiada en
este caso— pudo haber sido libre del bloque comunista, pero los yuguslavos
fueron todo menos libres de Tito. Quienes osaron desafiarlo. fueron eliminados
o languidecieron por años en húmedas mazmorras. Todo esto es de público
conocimiento pero todavía siguen llegándole homenajes.
¿Por qué? Mucha de esa pena es,
indudablemente, simulada, hipocresía ritual que acompaña la desaparición de
todos los lideres eliminados del poder por muerte natural en lugar de un golpe.
Pero esto no explica su volumen. Tampoco lo hace el hecho de que la muerte de
Tito cause muchísima preocupación entre los proyectistas de la OTAN,
conscientes de que Yugoslavia es uno de esos países que son importantes menos
por lo que hacen que por el.sitio en que están, y a quienes disgusta la idea de
que, junto con sus costas mediterráneas, pudiera terminar dentro del Pacto de
Varsovia. Ni siquiera las personas más desesperadas se sienten habitualmente
inclinadas a colmar de elogios a individuos que representaron todo aquello que
detestan.
Quizás el aluvión surge de un
anhelo generalizado por "grandes hombres", anhelo que puede tornarse
tan arrollador que empuja a seres humanos —de otro modo inteligentes—, a
fabricar "grandes hombres" de cualquier cosa que venga a mano, aun
cuando la materia prima sea tan poco prometedora como la siniestra existencia y
la sanguinaria carrera de un Tito. Verdaderamente parece que mucha gente quiere
convencerse de que este individuo fue el cortés caballero campesino de las
fotografías, un hombre cuyo único vicio fue la inclinación a cazar animales
salvajes y no tan salvajes. El conocimiento de sus sórdidos crímenes y de la
gran aflicción que provocó es cuidadosamente borrado de la memoria hasta que todo
cuanto queda es el valeroso guerrillero que enfrentó a los nazis —pero no, por
supuesto, a sus compatriotas— y orientó al movimiento "no alineado"
con criterio de estadista, aunque el movimiento "no alineado" es
profundamente anti-occidental y desprecia tanto la democracia como la libertad
individual. Al elogiar a Tito, entonces, personas habitualmente lúcidas parecen
ceder al deseo de colocar a un selecto puñado de ellos mismos en pedestales,
para exaltarlos en la esperanza de que quizá otros hagan lo mismo por ellas.
Pero, lamentablemente, los comunistas no respetan por lo general las reglas del
juego. Cuando muere un gobernante no comunista ellos recuerdan tramposamente su
pasado "imperialista" y se esfuerzan en denigrarlo. Así, aunque el Occidente
puede agregar su voz a la del Este para lamentar a "grandes estadistas
" como Tito y Mao, no hay la menor posibilidad de que el Este haga otro
tanto si el general Augusto Pinochet, por ejemplo, muriese en el ejercicio del
poder, aun cuando su trayectoria es mucho más humana que la de ellos. (El autor
de este artículo es James Neilson.)
"La Prensa" de Buenos
Aires, 7 de marzo de 1980.
Señor director:
"La Prensa" del 19 de
febrero reprodujo una afirmación de Stane Dolanc en el sentido de que un
"número enorme de jóvenes se ha integrado a la Liga Comunista en las
últimas semanas". Todo esto como prueba de adhesión al comunismo yugoslavo
y a su líder enfermo.
Es muy comprensible tal
declaración de Dolanc, uno de los más odiados comunistas de la Eslovenia
católica. En Yugoslavia todo es artificial, menos el terror. ¿Por qué entonces
no lanzar en este momento crítico también una adhesión artificial a Tito y a su
obra política?
"Vjesnik" (Noticiero)
del 2 de febrero último, órgano principal comunista en Zagreb, informa acerca
del "entusiasmo" de la juventud universitaria (en Croacia) por el
sistema autogestionario y por su autor. En efecto, un integrante del Comité
Central del partido, el doctor Ivan Mecanovic, reprochando a sus estudiantes
comunistas, afirma que todos los proyectos son puras palabras: "incluso
las palabras que más se repiten quedan en apatía, letargia y crisis". Y
agrega: "Hay casi una total pasividad de la organización juvenil en los
grandes problemas de la universidad". Culmina su evaluación del fenómeno
así: "Hubo algunos que afirmaban que se está tratando de la quietud
creadora", pero es evidente que esta quietud perdura muchísimo tiempo y
que a la universidad convendría más una "inquietud creadora".
"For otra parte, dicho periódico
guarda un silencio absoluto acerca de la enfermedad de Tito. ¡Quizá, para no
"aumentar" "adhesiones" de la juventud!
"Resulta, pues, muy difícil
creer en las palabras de Dolanc".
Por el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura
M.
Rakorac, Secretario
F.
Nevistic, Presidente
Ivan Babić
Hace unos pocos días llegó a mi
poder "South Slav Journal", Vol. 3, N°. 1 del mes de marzo de 1980,
una edición de la casa "Dositey Obradović Circle" de Londres. En
el mismo hay también un resumen, escrito por el Sr. Stephen Clissold con
pretensiones críticas, referente a mi folleto "U.S. Policy Towards
Yugoslavia", publicado por el Consejo Nacional Croata (con sede en New
York) en 1979.
En efecto, hay en el mundo profesiones
muy variadas. Los hombres se dedican a la agricultura, trabajan de simples
obreros, de médicos o maestros; de químicos, carpinteros o cerrajeros; limpian
calles o recogen basuras. Algunos de ellos adoptaron su profesión obligados por
las circunstancias; otros tuvieron la suerte de elegir voluntariamente su
profesión.
El Sr. Clissold se decidió,
parece, libre y voluntariamente, por la profesión del anticroatismo. En esto no
está solo, pero si, sin duda alguna, es uno de los más productivos y más renombrados
profesionales de esta especialidad.
Lo substancial de dicha
"ciencia" consiste en recoger argumentos que en cualquier sentido que
sea, aportan algo en contra de los croatas (y los hay de esta índole como
contra cualquier pueblo en el mundo). Cuando estos argumentos resulten
insuficientes para comprobar una tesis anticroata, son suplidos y vigorizados
mediante interpretaciones tendenciosas de otros elementos, referentes al mismo
tema. Por fin, una parte obligatoria de la metodología de esta "ciencia"
es la subestimación o un completo desconocimiento de todos los argumentos o
hechos favorables para los intereses croatas. Una acrobacia dialéctica,
sofismas, una mezcla de la verdad, la semiverdad y la mentira, forman parte,
como dije antes, de la metologia de esta clase de "ciencia". Las
obras de esta índole tienen valor "científico" únicamente si
comprueban: "Los croatas son culpables" o: "Los croatas no
tienen derecho".
Mi único contacto personal con
el Sr. Clissold (excepto la corta visita que le hice en su domicilio de Londres
en 1966) consiste en una serie de visitas que me hizo cuando yo estaba
prisionero en Bar en enero de 1944. Me traía diariamente informes del servicio
radial inglés, emitido por la radio de los partisanos "Slobodna Yugoslavija
— Yugoslavia Libre" (que operaba desde la ciudad de Tiflis), un servicio
en que yo personalmente fui atacado reiteradamente durante varios minutos como
"coronel ustaša", "polizonte de Pavelić", "lacayo
fascista", "delegado de enlace de la reacción vernácula con el mundo
exterior", "criminal de guerra", a quien hay que entregar al
pueblo para que lo juzgue, agregando otros epitetos similares.
En cuanto a mi suerte, el Sr.
Clissold era pesimista, pero consideró que todo habría podido terminar bien, si
yo me hubiera decidido entrar a su servicio, es decir a la actividad
propagandistica proyugoslava. Naturalmente, mi obligación consistiría en
invitar a los croatas, especialmente a los "domobrani" (ejército
regular croata) para que se unieran con los guerrilleros comunistas en la lucha
contra el nazi-fascismo. Mi argumentación de que la lucha comunista estaba
dirigida contra el pueblo croata y, en el último análisis, también contra los
intereses de Occidente, no resultó de su agrado. Desde entonces dejó de traerme
dichas informaciones y cortó la serie de nuestros encuentros.
Entre el día 13 de octubre y el
21 de noviembre de 1944, cuando yo estaba confinado, el Sr. Clissold se hallaba
en la localidad de Topusko (Croacia) como "especialista para el Partido
Campesino Croata" de acuerdo con la exigencia del brigadier Maclean, a fin
de confirmar la tesis de este último de que los croatas fueran partidarios de
los guerrilleros y no del mencionado partido campesino. Así procedió Clissold,
afirmando en su informe de que los "partisanos tanto en el ejército corno
en la administración política y social, habían desterrado el viejo antagonismo
servio — croata y creado un "íntimo espíritu de igualdad".
Quizás el señor Clissold
consideraba, siempre en ese "espíritu de igualdad", necesario
"señalar que las posiciones clave en el ejército, incluyendo aquí también
a los comisarios en el Cuartel General, estaban en manos servias
(Žigić)". Además: "Los servios en Croacia tienen, decía
Clissold, su propia organización dentro del movimiento de rebeldes comunistas.
Se la denomina "El Club Servio" que edita su periódico "La
Palabra Servia — Srpska Reč", escrito en caracteres cirílicos".
El Sr. Clissold no se dio cuenta de su contradicción en cuanto al "intimo
espíritu de igualdad", cuando escribía que "el reconocido líder del
grupo del Partido Campesino Croata (aquel que se había adherido a los
guerrilleros I.B.) Božidar Magovac, había caído en desgracia al intentar la
nueva publicación del periódico de su Partido "Dom" y que fue substituido
por un campesino de Eslavonia (provincia de Croacia) poco conocido —Franjo
Gali— quien también fue eliminado de la Redacción de "Slobodni Dom"
como se denominaba en aquel momento dicho periódico. En breve, los servios
"iguales" podían tener su propia organización y su diario, mientras
que los croatas "iguales" no tenían ninguno de los dos derechos. El
señor Clissold escribía además en su informe acerca del "entusiasmo
general y de las solemnes misas de gracias en toda Croacia con motivo de la
liberación de Belgrado".
En consecuencia, si un escritor,
un politicólogo o un talentoso periodista hubiera analizado, en base a los
hechos e informes que el Sr. Clissold señalaba en su Informe (hubo otros
también) las relaciones servio-croatas y su situación dentro del marco del
movimiento guerrillero, habría llegado a una conclusión que desmentiría
categóricamente las afirmaciones del Sr. Clissold, relativas del "íntimo
espíritu de igualdad" o del "entusiasmo" y "Ias misas
solemnes en Croacia". El señor Clissold no pertenece, evidentemente, a la
categoría de tales escritores-analistas. El proporciona a la política británica
los elementos según los cuales existiría un espíritu de igualdad y de
entusiasmo de los croatas incluso en el momento cuando sus pretendidos y "reconocidos
líderes" caían, uno tras otro, en desgracia, y cuando se los eliminaba
apenas intentaron pedir para sí uno de los derechos más elementales.
En el período de posguerra, al
Sr. Clissold, en su calidad "de especialista para el Partido Campesino Croata
(como lo consideraba el brigadier Mclean) y, quizás, para todo el pueblo
croata, le fue confiado el encargo de descubrir a los criminales de guerra
croatas y entregarlos al "pueblo" para someterlos a la
"justicia". Las exigencias de extradición llegaban de parte de los
"libertadores" quienes, según él, habían implantado el íntimo
espíritu de igualdad y el entusiasmo croata por la liberación de Belgrado: El
juicio definitivo acerca de quién fue criminal o quién no, dependía — si no en
su totalidad si en gran medida del Sr. Clissold personalmente. El había
invertido gran esfuerzo y energía en dicha tarea, arrestándose "los
criminales" de a decenas para ser posteriormente entregados a "la
justicia del pueblo". Todo esto sucedía en el período, cuando los demás
coparticipantes de sus ideas en la cumbre de la política y el ejército
británico entregaban centenares de miles de croatas — soldados o civiles,
mujeres y niños (junto con miles de eslovenos, servios o montenegrinos) a los
libertadores y cuando los mismos los degollaban, como en un super-Katin, en
Eslovenia y en las marchas de muerte a lo largo y ancho de Yugoslavia. Así,
como en una tragedia clásica griega, la acción del degüello de este
super-Katin" y "la acción de caza de Clissold" corrían paralelas.
Resultaría de un interés
extraordinario para un estudio más profundo, supongamos del campo de la
política, la historia, la filosofía, la sicología, la moral o de otras
ciencias, si el Sr. Clissold diera retrospectivamente después de 35 años, la
descripción y un análisis de sus propios criterios, de acuerdo con los cuales
decidía quién fue un criminal y quién no; a quién se debía entregar a la
"justicia de pueblo" y a quién no. Del mismo interés y utilidad sería
su propia valoración del concepto "justicia", a cuyas manos entregaba
a los "criminales", o si nos explicara su opinión acerca de la
calificación jurídica o moral de "los tribunales de pueblo" que
enunciaban "la justicia", como también si nos proporcionara su
definición del concepto "pueblo" en cuyo nombre se proclamaba dicha
justicia.
Le reconoceríamos al Sr.
Clissold grandes méritos si formulara, por ejemplo, su propia crítica sobre la
utilidad y la finalidad política de su actuación o acerca de la justificación
moral de la extradición de centenares de miles de seres humanos, tornados
colectivamente o como personas individuales conocidas por él como hombres,
intelectuales, como sus conocidos o, incluso, como amigos ya desde los tiempos
de su morada de preguerra en Zagreb, aduciéndonos argumentos y pruebas sobre
los crímenes que cometieron y por los cuales "la justicia popular"
tenía el derecho a cortarles la cabeza. Todo esto, repito, resultaría de gran
importancia para la comprensión de la mentalidad y los objectivos políticos y
—asimismo— para la valoración moral del Sr. Clissold y de sus superiores
inmediatos. Pero, para semejante tarea se necesita una gran dosis de
autocrítica y de valor personal, temiendo yo que el sr. Clissold quede en este
sentido como un gran deudor nuestro y de la ciencia politico-moral en general.
Además, resultaría una empresa de este carácter contraria a su profesión de
anticroatismo.
Considero que esta introducción
es necesaria para entender los criterios del Sr. Clissold, contrarios a los
expuestos en mi mencionado trabajo. Tanto más por cuanto que estos problemas
como también la personalidad de Clissold y su actuación son apenas conocidos
por las recientes generaciones.
En sus observaciones, relativas
a mi mencionado folleto, el Sr. Clissold reproduce, en forma muy apretada pero
correcta, mis críticas de la política americana (sólo algunas) relativas a
Yugoslavia. Así, por ejemplo, que esa política es en su esencia errónea y
contraria no sólo a los intereses croatas sino también a los de Occidente en
general, apoyándose en las ilusiones y desconociendo el real estado de las
cosas y la capacidad (posibilidades) de Yugoslavia; que la mayoría de las
fuerzas internas del país no quieren defender la independencia y la integridad
territorial del mismo contra ataques del exterior; que Yugoslavia como Estado y
su ejército, en el caso de un hipotético ataque de la Unión Soviética, se
desmoronarían a causa del descontento de sus pueblos como sucedió en el caso
del ataque de Hitler en 1941.
Pero el Sr. Clissold desmiente
sin más mi afirmación acerca del descontento de los pueblos como si ésta fuera
históricamente inexacta, aduciendo como razón para el caso de 1941 la
supremacía militar alemana. For mi parte le sugeriría leer, entre otros, el
libro de Van de Crevel: "Hitler's Strategy 1940-1941 - The Balkan
Clue", Cambridge University Press, que versa sobre la estrategia de
Hitler, otorgándole importancia central y no tan sólo la de un tema secundario
en su estrategia general. De este libro el sr. Clissold podría ver claramente que,
si bien existió en 1941 la supremacía técnica de Hitler, aunque también la
inferioridad numérica del ejército alemán en la confrontación con el ejército
yugoslavo de dos millones de hombres, todas las divisiones de este último no
entraron en la lucha, que no hubo ni una sóla verdadera batalla, porque los
hombres no querian luchar; que tardó sólo seis días el hostigamiento y el resto
de tiempo se utilizó para capturar las tropas en fuga y para la ocupación del
territorio.
For fin, el sr. Clissold
cuestiona mi aseveración de que Yugoslavia pueda sobrevivir únicamente como un
satélite de Moscú bajo una facción militar existente (según Clissold "casi
existente"). Estas, mis opiniones, son correctamente reproducidas, si bien
son sólo algunas de las mismas. Luego se pregunta a sí mismo: "¿Qué
razones tiene el autor para suponer que los croatas cómo también los
macedonios, los eslovenos y los demás no quieren vivir en el Estado común, como
que tampoco tienen suficiente fuerza para defenderlo"? En efecto yo hice
esfuerzos para asegurar el sustento de mi opinión, nombrando y citando muchas
personas e instituciones, autorizadas a opinar con fundamento, sea por su
competencia en este caso particular o sea por la posición que ocupan en la vida
pública, que habían hecho públicas sus opiniones al respecto antes que de que
yo escribiera mi folleto.
El Sr. Clissold no sometió a la
crítica, corno tampoco desvirtuó por lo menos, algunos puntos de vista que yo
expuse; el los pasa simplemente por alto y aduce como único contraargumento que
"estas son las opiniones de muchos observadores, quienes estudiaron de
cerca y sin pasión a Yugoslavia", sin nombrar ninguno, como tampoco señaló
cuáles eran sus argumentos que podrían desvirtuar los argumentos — ajenos o
mios — que menciono en mi trabajo.
Dicho sea de paso, he aquí dos
argumentos más sobre los que el Sr. Clissold podría volver a pensar y que
aparecieron después de la edición de mi folleto. Primero: el periódico servio
"Naša Reč" (N° 305/79) considera también que los croatas y los albaneses
no lucharían por Yugoslavia, y que los servios cometerían el suicidio nacional
si se decidieran a luchar. Segundo: una reciente encuesta entre los obreros
croatas estacionales en las cuatro ciudades de Alemania dio como el resultado
que el 55% de los mismos no responderían a la convocatoria del ejército
yugoslavo, mientras sólo el 16% contestaría favorablemente y el resto se
abstuvo de dar su opinión.
El señor Clissold admite la
existencia de la tensión nacional (en Yugoslavia). No obstante afirma, que
existirían "fuertes razones" para creer de que la mayoría, incluso de
los croatas nacionalmente concientes, de los eslovenos y otros trataria de
satisfacer sus respectivas aspiraciones nacionales dentro del marco de un
Estado común...". No menciona ninguna de tales "fuertes
razones". Su sola afirmación no constituye una "fuerte razón".
No es simplemente una razón valedera.
Opina el señor Clissold de que
"una independencia nebulosa de los mini-Estados" que surgirían a raíz
de la partición de Yugoslavia, los "obligaría inevitablemente a buscar la
protección de una gran potencia, sea ella de Oriente o de Occidente". Se
impone espontaneamente la cuestión: "¿Qué habría de anormal en eso? ¿No la
buscan también ahora los mini-Estados existentes como por ejmplo Dinamarca,
Noruega, Austria e, incluso, los maxi-Estados como Alemania y la misma patria
del sr. Clissold — Inglaterra, donde se desempeña la gran potencia de la Norte
America como protectora? ¿No la piden quizá algunos otros mini-Estados, como
por ejemplo Siria, Yemen, Cuba, Angola, recurriendo a la gran potencia
soviética? ¿Por qué entonces la procura de protección por parte de la
mini-Croacia, la mini-Servia, la mini-Eslovenia o la mini-Albania, constituiría
un gesto negativo o pernicioso, siendo este un fenómeno normal en la
constelación actual del mundo?"
Como un refrán, llega por fin
aquí también el "argumento" contra la partición de Yugoslavia, la
reiterada afirmación "de la sangrienta farsa del Estado de Pavelić,
de un Estado títere", repetición acostumbrada en los escritos del campo
del anticroatismo profesional.
Que hubo allí excesos
sangrientos, politicamente nocivos y moralmente injustificables, todo esto fue
dicho por parte de muchos escritores croatas. Pero, para ubicar todo esto en un
cuadro político-histórico objetivo, haría falta tomar en consideración otros
hechos paralelos, acaecidos en la vida de otros pueblos también. Primero: El
malogrado ensayo de Pavelić fue primero y único en la historia del pueblo
croata que aprendió a vivir en común y en la paz con otros pueblos en su
espacio étnico. Segundo: La interpretación del mismo concepto y la esencia del
término "Estado", ideada por los servios en el sentido de un Estado
étnicamente (servio) y confesionalmente (ortodoxo) homogéneo, nos lleva al
fenómeno que la política servia en su totalidad, durante los siglos 19 y 20,
fue un ininterrumpido conato para lograr esa homogeneidad mediante sangrientos
genocidios, persecuciones y el abrazo obligatorio de la ortodóxia por todos
quienes caían en sus manos: tratese de albaneses, turcos, macedonios y croatas,
especialmente de musulmanes. Pavelić no hizo otra cosa que imitar
torpemente esta política servia sin tener éxito como lo tiene tampoco la
política servia. En "National Archives" en Washington (como también
en la documentación de Foreign Office) podemos encontrar documentos,
determinando como objetivo de la política de guerra y posguerra servia en
siguientes términos:
"4. La eliminación del
territorio estatal de todas las minorías y los elementos anacionales".
"5. La creación de la común
frontera servio-eslovena por un lado y la servio-montenegrina por otro,
eliminando el Sandzak (la región del antiguo reino de Bosnia del otro lado del
río Drina, penetrando en el territorio erróneamente considerado servio-montenegrino.
Obs. del traductor.) y de Bosnia-Hercegovina de todos los musulmanes y
croatas".
En un otro documento se dice:
"Hacer efectiva la idea servia acerca de la creación de una Gran-Servia
que abarcaría a Servia, a Vojvodina, a Bosnia-Hercegovina, a Montenegro, a
Dalmacia (hasta Sibenik) y a Lika ... En así realizada unidad servia tiene que
vivir exclusivamente la población servio-ortodoxa".
Resumiendo todo esto acerca de
"Ias farsas sangrientas", nos sentirnos autorizados a concluir:
"Hablar sobre "las farsas sangrientas" en el Estado
Independiente de Croacia es posible, pues hubo algo de esto. Pero señalarlo
como un fenómeno croata aislado y típico y al mismo tiempo guardar silencio
—incluso de vez en cuando intentar justificarlo moral y politicamente— sobre
las farsas sangrientas que son ya la parte inseparable de la historia servia, o
sobre las recientes, cometidas por los chetniks o los partizanos durante la
última guerra, constituye por si una otra farsa, mucho peor aún: una farsa
ético-moral y científica.
Por fin el sr. Clissold hace
observaciones negativas acerca de mi idea de la repartición de Yugoslavia de
acuerdo con el criterio étnico. Estaría de acuerdo con él, que se trata aqui de
un caso grave para la política práctica, pero de ningún modo de un caso
políticamente injustificable o prácticamente imposible. Un estadista hasta hace
poco de una gran potencia a quien no menciono por cortesía, agradeciéndome por
el envío de mi trabajo en discusión, me escribe entre otras cosas: "Yo
asistí una vez a una sesión parlamentaria en Belgrado y no pude entender cómo
pudo mantenerlos juntos (yugoslavos) por tanto tiempo el mismo Tito. Temo que
la influencia rusa sería dominante, por lo cual la partición y la fragmentación
de acuerdo con el criterio étnico podría confirmar que esta sería una solución
menos mala para Occidente".
El escritor inglés explica
erróneamente de que yo quería realizar dicha partición con la sola
"bendición" de Occidente. Por el contrario, yo dije expresamente que
la misma podría efectuarse por via pacífica únicamente con la
"bendición" (consenso) de Occidente y de Oriente, pués los deseos y
los intereses de Moscú en aquella región de ningún modo pueden ser ignorados.
Luego, posiblemente para destacar esto como el contraste para mi supuesto deseo
de una bendición exclusiva de Occidente, Clissold nos hace recordar que
"otros sus (mis) colegas del Consejo Nacional Croata depositan sus
esperanzas más en Moscú que en Washington".
Esta es una novedad en la
táctica del anticroatismo profesional. Hasta el presente los croatas como
colectividad — a través dél movimiento "Ustaša" — fueron tildados de
"fascistas", "nazistas", "chovinistas"
"reaccionarios" o de algo semejante. Ahora, de golpe, se les aplica
la etiqueta de "prosoviéticos sólo a raíz de las exteriorizaciones
emotivas de unos cuantos individuos irresponsables. Nos sorprende, a su vez, el
señor Clissold, por nada decir acerca de otros prosoviéticos señalados en mi
trabajo, como por ejemplo acerca de los cominformistas de la vieja guardia de
Moscú, de Kiev o de Praga, o de aquella nueva, descubierta en Bar y Feć
(localidades en Servia y Montenegro respectivamente. - Obs.del trad.) o de los
cominformistas infiltrados en los mismos centros de poder de Yugoslavia — todos
exclusivamente provenientes del ambiente nacional servio o montenegrino sin un
sólo nombre croata. ¿Cómo es que no menciona la encuesta de NIN, periódico de
Belgrado, de acuerdo con lo cual más de un 50% de la totalidad del cuerpo de
oficiales y suboficiales del ejército yugoslavo —con mayoría absoluta
servio-montenegrina— declara que el principal enemigo no es la invasión
extranjera (Moscú) sino el nacionalismo (es decir Zagreb, Skopje, Priština,
Lubiana etc.). Una comparación crítica de estas dos orientaciones promoscovitas
— la mini-croata y la maxi-servia-montenegrina, resultaría sin lugar a duda un
tema muy interesante para enjuiciar la situación general en Yugoslavia. Pero
este tema no entra en los cálculos del anticroatismo profesional.
El señor Clissold admite púdicamente
de vez en cuando que Washington prosigue una política abnormal, ayudando a un
régimen comunista que no respeta a los derechos cívicos (derechos nacionales no
menciona), régimen que a menudo en la política internacional está más cerca de
Moscu que de Occidente. Esto no obstante, Clissold asevera que
"favoreciendo el rechazo de esta política, el coronel Babić hizo lo
peor que pudo para una cosa por si mala". De acuerdo con esta su opinión
la política que hasta ahora se llevó a cabo con respecto a Yugoslavia sería una
política buena.
Consentiría con el parecer de
Clissold que es dificil que mis argumentos encontrarían muchos partidarios en
State Department. Que esto es así, yo estaba convencido ya entonces cuando
escribí mi folleto. Pero, a pesar de ello, lo escribí a propósito — y con la
esperanza — que aquellos en State Department (y en otros puestos de
importancia) podrían llegar a la conclusión que el rechazo de esta política es
necesario antes de que la misma lleve a Yugoslavia a la situación de Cuba,
Vietnam, Camboya, Angola, Eritrea, Irán, Afganistan, Nicaragua o de unos otros
países que empiezan a marchar por el mismo camino.
La corta observación de
Clissold, relativa a mi mencionado trabajo, está escrita en un estilo elegante,
con términos medidos y con la habilidad típica de los ingleses que se expresan
en forma breve y clara sobre los asuntos de su agrado, pero eludiendo los que
no son de su deseo y guardando con coraje y silencio — en el sentido de
"no comment" — sobre asuntos más delicados. Resumiendo todas sus
observaciones, las mismas contienen las caractéristicas esenciales del
anticroatismo puro y profesional. Temo, lógicamente, que no es esta la última
obra del sr. Clissold en el campo de esta especialidad.
Algunas anotaciones (historicas)
siglos XIII-XIX
Christopher Dolbeau
Muchos croatas se han quejado
del desinterés que Francia muestra con el respeto a su país. Y es la verdad que
después de la última guerra, Croacia está sufriendo aquí un
"black-out" intelectual pocas veces cuestionado.[1]
Esto tenemos que agradecerlo a una reciente tradición que hace de Servia (y de
su proyección yugoslava) una "amiga eterna de Francia", un aliado
histórico permanente y digno de confianza. Esta tesis tiene un sólo defecto, el
de haber nacido inmediatamente después de la primera guerra mundial, es decir
hace apenas sólo unos 60 años, época en que se afirma un idilio franco-servio.
El encuentro de Francia y Croacia es mucho más antiguo y es la historia la que
debemos invocar...
Desde el siglo XIII
Parece bastante exacto que la
primera aparición de Francia en Croacia se remonta al siglo XIII con el
memorable pasaje de la IV Cruzada. Memorable pues la armada de los barones de
Francia, que a iniciativa del Doge de Venecia Dándolo, tuvo en 1202 asediar a
Zadar. Esta batalla llevada a cabo el 12 de noviembre de aquel año no tendría
nada de notable, si no hubiera estallado contra la orden formal del papa
Inocencio III, como nos informó el cronista Geoffroi de Villehardouin. A pesar
de las solicitudes de Gui, abade de Vaux de Cernai, enviado de Santo Padre, los
cruzados atacaron la ciudad: la masacre fue tal que todo fue destruido, excepto
las iglesias, y que a los cadáveres amontonados no se los pudo sepultar.
Conscientes de sus errores, algunos barones, — Simón de Gui de Montfort, Simón
de Neauphle, Dreux de Cressonsacq, Enguerran y Hugo de Boves, abandonaron la
Cruzada para unirse al rey de Hungria. Cuando los caballeros se fueron, Zadar
no fue otra cosa que desierto — "in recessu totam in solitudinem
redegerunt..." ("Historia Salonitana").
Un siglo más tarde los croatas,
poco vengativos, aceptan como su soberano al francés Charles-Robert d'Anjou,
del cual poco se sabe porque después de su muerte en 1342, su hijo Luis
intenta, contra Venecia, conquistar a toda Dalntacia, unir y centralizar a su
reino. "Héroe de gran estilo, hombre de vastas concepciones" como lo
define Luis (Lujo) Vojnović. Luis D'Anjou fue por desgracia, un hombre
vacilante y fácilmente cambiable ("di subito movimiento", como nos
dice Mateo Villani). Llevó dos campañas contra Venecia sin suficiente energía y
llamó a un lejano nieto Umberto Il, pretendiente vienés y conde de Dauphiné
para una mediación que fracasó, lo que en definitiva no fue una obra de
consideración en esas tierras croatas.
Fuera de esta atonante presencia
de una dinastía francesa sobre el trono croata (aunque hubo en esas regiones
también un rey catalán y hasta un irlandés) sólo encontramos en siglo XIV
muchos hechos, y ellos de poca importancia en las relaciones entre los dos
paises.
En el siglo XV, por el
contrario, dos ilustres dálmatas atraen la atención. En primer término
Francisco Lovrana, escultor, cincelador y arquitecto, quien trabajó en la Corte
de buen rey René. Nosotros conservamos varias "Madonas" y tenemos
también el sepulcro del Carlos VI d'Anjou (en Le Mans). Murió en Avignón en
1502. La otra gran figura de este siglo es un franciscano — fray Benković
— quien enseñaba filosofía en la Sorbona[2].
El siglo XVII es mucho más rico,
porque justamente en esa época los croatas introdujeron en Francia un elemento
de vestimenta popular conocido por todos — la corbata... Es precisamente bajo
el reinado de Luis XIII (1610-1648), cuando los mariscales Rantzau y Gassion
recrutaron para el ejército francés un regimiento de húsares croatas, cuyos
uniformes tenían también un echarpe blanco que fue copiado por la Corte de
Francia. Este regimiento de la caballería ligera recibirá de Luis XIV en 1666
el nombre "Corbata Real" antes de su disolución, efectuada por la Revolución.
Este reinado del rey Sol fue muy fértil, marcado especialmente por las
relaciones con Dubrovnik.
E16 de abril de 1667 un
terremoto destruyó completamente a la pequeña república dálmata, cuyos líderes
enviaron a toda Europa un llamamiento por la desgracia. Luis XIV respondió el
día 25 de junio "a nuestros buenos y queridos amigos — el Rector y el
Consejo de la República de Dubrovnik", pero desconfiado y hostil con los
republicanos no dió nada, excusándose por las cargas que le imponía la guerra
con España. Dubrovnik envió también dos embajadores de marque, Antonio Frimi y
Gradi, este último habría sido un íntimo amigo de gran Bossuet. En esa época el
noble croata Frankopan tradujo "Georgie Dandin" de Moliére, el
dálmata Anselmo Banduri (1671-1743) llegó a estudiar en la abadía de Saint
Germain de Fres y publicó en 1712 la obra "Imperium Orientale". Murió
como académico y bibliotecario del duque de Orleans.
El 12 de septiembre 1683 fueron
vencidos, cerca de Viena, los turcos por J. Sobieski e Iván Lorraine. Ragusa,
liberada de la pesadilla turca pudo dirigirse a Viena, lo que la hizo
sospechosa para Francia. A esta desconfianza se agregó también la hostilidad de
los ambientes intelectuales croatas por la tesis de un Voltaire, que el dálmata
Resti expresó de este modo: "Voltaire congeló carmina". No obstante
en 1700 Luis XIV incita la implantación del comercio en Dubrovnik mediante una
carta dirigida por parte del Gobierno a la Cámara de Comercio de Marsella:
"... promuevan algunos de los negocios de Marsella que son los más
capaces, efectúen este proyecto y saquen de él ventajas". (Archivo de la
Marina, citados por Vojnović). Se hizo de acuerdo con lo dicho y las casas
Eydoux y Hercolez se instalaron en Dubrovnik.
En 1715, cuando moría Luis XIV,
las relaciones franco-croatas fueron buenas y Luis XV pudo escribir con motivo
de las condolencias de los ragusinos: "... ustedes deben creer también que
Nosotros estaremos de buena voluntad para darles pruebas de nuestra estima y
hacer sentir a vuestra República los efectos de nuestra protección. En cuanto a
esto, Nosotros rogamos a Dios para que os ayude, muy queridos y amados amigos,
en Su Santa Custodia" (12 de mayo de 1716).
El ministro Vergennes realiza
una política muy generosa con los dálmatas a pesar de los pequeños conflictos
comerciales, causados por el cónsul Le Maire, poco estimado por los ragusinos.
El ministro estaba bien aconsejado por el jesuita Roger-Joseph Bošković,
célebre astrónomo, amigo del matemático Clairaut, de Buffon, del abate Nolet y
de La Condamine. Bošković, una vez en Francia en 1773 (había ya vivido en
Marsella en 1764) fue nombrado Director de la Optica marina con un sueldo de
8.000 libras. Se naturalizó francés, dará a su país de adopción el telescopio
acromático y un objetivo micrométrico.
Bajo el gobierno de Luis XVI se
anotó una alusión a la Constitución de Vinodol y de Foljica en "esprit des
Lois" de Montesquieu. (Acerca de las leyes relativas a la naturaleza de la
aristocracia", Libro I I, capítulo 3).
La Croacia de Napoleón (1806-1813)
La Revolución de 1789 tuvo
escaso impacto directo en Croacia, donde la población fue muy adversa a los
excesos antirreligiosos que señalaban los enemigos de Francia. Hay que aguardar
a Bonaparte y al mismo Napoleón I para encontrar eventos interesantes ligados
con la intervención francesa en Dalmacia (1806).
La conquista francesa de Viena
en 1805 aumenta la cólera de los croatas, quienes odian a los
"jacobinos", el cónsul francés en Šibenik fue asesinado, se emprendía
la caza de los "demócratas", lo que genera un acercamiento de los
croatas a los húngaros. El día 26 de diciembre se hizo la Paz de Fresburgo, que
marcó la caída de Austria. Dalmacia fue asignada a Italia, mientras los
generales Molitor y Lauriston fueron encargados para aplicar el acuerdo. El 19
de febrero de 1806, los dálmatas se dieron cuenta de que se convertían en
súbditos del Emperador francés, rey de Italia, cuando los soldados de Marmont
tomaron a Ragusa (si bien la paz de Oubril le garantizaba la integridad). La
campaña de Augusto Federico Luis Viesse de Marmont es extremadamente dura.
"He dado la orden para quemar varias aldeas y todos los suburbios de
Castelnuevo; esto significa castigar la rebelión en su mismo foco".
Marmont desprecia especialmente a los campesinos locales" apenas seres
humanos" y su ayudante Gabriel-Jean Joseph de Molitor no fue más suave.
Ellos imitan en esto el desprecio que mostraba el mismo Emperador: "...
los croatas son ladrones; no es necesario asombrarse pues por todos los robos
que los croatas hicieron a nuestras tropas". (La carta dirigida a Eugene
del día 7 de agosto de 1806). (Reproducimos fielmente. Su Majestad pudo saber
que nunca un pueblo ocupado hacía ofrendas. Especialmente al ejército del
"déspota genial", como B. Croce llama a Napoleón. - Obs. del
traductor.)
De acuerdo con una orden de
Napoleón, las provincias ilíricas (Carniola, Carintia, Istria, Croacia Civil,
Dalmacia, Ragusa y una provincia militar) deben ser administradas "a la
francesa", lo que no fue siempre del gusto de los autóctonos: conscripción
obligatoria, abolición de fideicomisos, la Ley Grimani, aplicación del Código
Civil y del Concordato[3].
Según el historiador Chélard, Marmont instituyó un severo control policial,
creando cédula de domicilio y de identidad, organización de comisariatos
encargados a proporcionar informes de los distritos cada tres días. Se exigía
el juramento de fidelidad de los nobles y la censura de la prensa fue muy
estricta[4].
La obra imperial no fue en su
totalidad negativa. Lejos de esto. Por un decreto orgánico el idioma croata fue
restituido en sus derechos, introduciéndose su enseñanza obligatoria en las
escuelas primarias. El tío de Ante Starčević, Šime
Starčević, sacerdote, publicó en ese entonces su Diccionario
Francés-Croata, denominado "Ričoslovnica
Iliričko-Francuska" (1812) y otros manuales escolares. El mariscal
Marmont, duque de Ragusa, además de su boato, se paseaba, según se cuenta,
durante sus extravagancias públicas en un "carruaje con seis ciervos
acuñados y cincelados en plata"[5].
Pero hizo también obras de importancia positiva. Ayudaba a los franciscanos,
"estos monjes muy cultos e infinitamente superiores en todo sentido con
respecto a los demás clérigos de la provincia", abrió unas treinta
escuelas primarias, siete secundarias, dos seminarios y un liceo superior.
Construyó también una red de caminos[6].
La Municipalidad de Split (Spalato) le dedicó una placa recordatoria y el
latinista raguseo, Zaniagna, redactó sobre ella esta inscripción: "Magni
Napoleonis exempla sequutus, Dux Ragusae Augustus Marmontius, Rupibus Escisis
Aggeribus Complanatis, Pontibus Jactis per Superioris et Inferioris Illyriae
Provincias viam militarem aperuit stavitque, maximo populorum emolumento".[7]
En el sector militar, Napoleón
recrutó varios regimientos dálmatas que se destacaron en Rusia (se trataba de
la gente de todas las provincias "illyricas" (croatas), especialmente
de la provincia Lika y no sólo de la de Dalmacia. Obs. del traductor) bajo las
órdenes del Conde Gorbineau (1776-1848), especialmente en el pasaje de
Westlowo-Studinka el 21 de noviembre de 1812, permitiendo al Emperador cruzar
el río Beresina. Un gran número de los croatas jóvenes llegan en esa época a
estudiar en las Academias franceses de Chalons y de Saint-Cyr[8].
Los sucesores de Marmont, Henri
Bertrand, el duque d'Abrantes, Andoch y Junet, y el duque de Otrant,
continuaron su política hasta la retirada imperial en 1813.
La presencia napoleónica en
Croacia puede ser considerada positiva en su conjunto, pués hizo posible la
implantación de una legislación moderna, el mejoramiento de la infraestructura
caminera y de las comunicaciones en general; el despertar de la conciencia
nacional mediante el nuevo sistema social y por la promoción de la lengua
vernácula croata. De este corto período surgió el poderoso movimiento ilírico
de Vodnik, Drašković y, sobre todo, de Ljudevit Gaj con su poesía
política: "No, Croacia no ha muerto", lo que constituyó el primer
paso hacia la Croacia moderna. Poco más tarde llegarán unos cuantos Šenoa y
Matoš, ellos también íntimamente ligados con la intelligentzia francesa,
quienes nos llevan a la Croacia actual [9].
BIBLIOGRAFIA:
Diccionaire de l'Empereur, André
Palleul, Plon 1969:
Quand la France occupait
l'Europe, Conte I. de Vojnović, Hachette 1934;
La Monarchie francaise dans
I'Adriatique, I. Vojnović, Paris, 1918, Bloud y Gay;
Planète N 17, París 1963;
Grand Larousse Encyclopedique;
Historie du costume en France,
Jules Quicherat
(Traducido del francés por:
F.N.)
Por el Prof. Ernesto
Livačić Gazzano
La Municipalidad de Santiago de
Chile, en una muy acertada actitud de apoyo a altas manifestaciones del arte y
del intelecto, premia anualmente las mejores obras publicadas en los
principales géneros del quehacer literario. Así viene haciéndolo,
ininterrumpidamente, desde hace 45 años. Ello, unido a la seriedad con que
tradicionalmente proceden los respectivos jurados, ha elevado el "Premio
Municipal de Literatura" al nivel de uno de los más apreciados reconocimientos
que puede recibir un escritor en Chile.
Al discernirse, hace pocos
meses, las distinciones correspondientes a una nueva versión anual del
"Premio", se dió, por primera vez, el hecho de que un mismo
intelectual fuese seleccionado como acreedor del lauro en dos géneros al propio
tiempo. Tal honor sin precedentes cupo al Profesor ROQUE ESTEBAN SCARPA
STRABONI, en las menciones de poesía —por su obra "NO TENGO TIEMPO"
(tres volúmenes, Ed. Nascimento, Santiago, 1977)—y de ensayo —por "LA
DESTERRADA EN SU PA TRIA "(dos volúmenes, en la misma editorial, ciudad y
año).
La circunstancia, base de
justificado alborozo, nos mueve a escribir estas líneas en homenaje a uno de
los más ilustres escritores y académicos actuales en Chile.
EL PROFESOR SCARPA
Originario de Hvar (Croacia)
descendiente de una familia que desde el siglo XVII aparece en los registros
parroquiales de las islas dálmatas, Scarpa nació en Punta Arenas en 1914, pero
vive desde hace medio siglo en la capital chilena.
Se inició como ensayista en
1935, y ha publicado desde entonces casi dos decenas de libros en dicho género,
entre los que sobresalen los dedicados a clásicos españoles, a creadores
universales de la talla de Thomas Mann y —más recientemente— a la máxima
poetisa de Chile, Gabriela Mistral.
Muy abundante es también su obra
poética, pese a que, luego de sus primeras incursiones por este campo en la
década del cuarenta, protagonizó un largo silencio lírico, que ha compensado en
el último lustro con una producción increíblemente fecunda.
Textos de estudio, antologías,
traducciones y algún intento de poesia dramática elevan el todal de sus libros
ya a la cincuentena.
Poemas suyos han sido
incorporados numerosas veces a antologías, así en Chile como en España.
Desde hace más de cuarenta años,
ha ejercido la docencia superior, contribuyendo —de modo muy notable— a la
formación literaria y pedagógica de incontables discípulos, entre los cuales
tenemos el honor de hallarnos, en las universidades de Chile y Católica de
Chile. En la primera ha sido, además, Director del Centro de Investigaciones de
Literatura Comparada, y en la segunda Asesor del Teatro Experimental, Decano de
la Facultad de Filosofía y Letras, impulsor y sostenedor de los Talleres
Literarios para estudiantes. El Consejo de la Universidad lo designó Profesor
Emérito de su Facultad.
Aun muy joven, lo recibid como
Miembro de Número la Academia Chilena de la Lengua, correspondiente de la Real
Academia Española. Su discurso de incorporación versó sobre "El hombre
perdido en el mundo, como raíz y tema de la literatura contemporánea".
Academias de otros paises
también lo han acogido honrosamente, y no pocos gobiernos y entidades le han
traducido su estimación en altas condecoraciones.
Laborioso y servicial al extremo
de constituir su dinamismo un desafío a todo intento de explicación, por
imaginativo que éste se pretenda, ha sido durante casi una década —con un
interregno en el ejercicio, en el cual no pudo desconocérsele la propiedad del
cargo— Director de Bibliotecas, Archivos y Museos de la Nación, función que
cumplió haciendo crecer dichos servicios y llevándolos a todos los rincones de
la geografía chilena, para bien del país, en una magnitud que sólo puede
calificarse en términos de "histórica".
Dedicó también algunos altos de
su vida a la docencia a nivel de bachillerato, sin limitarse a iluminara sus
alumnos desde el aula sino, además, constituyendo, en la Academia del Joven
Laurel del Colegio Saint George, una de las más activas fraguas de escritores
chilenos de hoy.
Al filo de los dos tercios de
siglo, sigue recorriendo caminos como sembrador impenitente de inquietudes. Las
ciudades de Chile lo reciben con frecuencia, para escuchar su palabra, de docta
sustancia, jacarandoso estilo y punzante ingenio. Periodistas y productores de
televisión lo asedian a entrevistas. En tertulias poéticas, reuniones
académicas, revistas literarias, sigue inacabablemente dando de si. Es ejemplo
viviente de una integralidad en el ser y de un responder generosamente a una
existencia de la que se siente agradecido desde lo íntimo.
Es también —pensamos— exponente
preclaro de las potencialidades, del tesón y del senti-do de responsabilidad
que le vienen de los seres que se entrelazaron para formar sus ancestros.
En la imposibilidad física de detallar
cada uno de los rubros en que ha alcanzado excelencia, dedicaremos algunos
párrafos a la recensión de las obras que le significaron la obtención del doble
laurel municipal.
"NO TENGO TIEMPO"
Casi cuatro centenas y media de
poemas —duplicadas en páginas— pueblan la extensión de "No tengo
tiempo". A la luz de tales cifras, el titulo parece insoslayablemente
irónico. Scarpa lo explica como una urgencia de expresión acuciada por el caer
de las hojas del propio calendario:
"Me voy desangrando en estos largos versos.
Por la muñeca y hacia los dedos juntos
rápida cae la invisible sangre de mis sueños,
el tiempo acumulado que parecía ido,
la experiencia de amor, mi fe en lo humano,
tristeza de imperfección que veo en mí, en lo ajeno,
el mundo del día que batí dormido
e, inestable, se sostiene en mi calidoscopio;
aquel nocturno, hablador por señas,
que me obliga a hojear mi propio diccionario.
Quizá qué ángel me cortó la vena
para decirme que no tengo tiempo
que si me desangro en torrente de líneas
es por la prisa que acuciarme debe:
el tiempo se va si no retengo - desprendo
toda la luz y sombra que estoy llevando dentro.
Escribo asediado, en cualquier momento,
porque me digo, me dicen, que no tengo tiempo".
(I, pág. 7)
Preséntanse ordenados los poemas
en tres partes o secciones.
La primera coincide, en su mayor
área de contenido, con el libro "El dios prestado por un día"
—entregado por el poeta en 1976—, en que se entretejen como prevalentes motivos
la evocación autobiográfica y la inquietud religiosa. De entre ellos, el propio
.Scarpa ha subrayado la importancia y significación de "Lavatorio de
pies":
"La ceremonia del lavado de pies en la Semana Santa
está ligada a mi infancia. El acto de humildad del
oficiante, que repite el gesto de Cristo con sus
apóstoles, se aplica aquí a personas concretas... "
(I, pág. 245)
El volumen segundo, "El ojo
cazando en la red de silencio " es el de menor extensión, más, en
contrapartida, quizás el de mayor originalidad temática: sobre un centenar de
composiciones expresan multiformes sentimientos del poeta ante la contemplación
de otros tantos cuadros pictóricos, brotados del pincel de artistas de los más
variados tiempos, estilos y paises. Están allí Miguel Angel y Filippo Lippi,
Rubens y Van Gogh, De la Tour y Vermeer, Picasso y Chagall, con otros muchos,
para terminar en larga treintena de chilenos. El verso asume a veces perfección
clásica, como éstos que nos recuerdan inevitablemente los inicios de la elegia
de Rodrigo Caro:
"He aqui el principio y fueron soledades,
he aqui la soledad y fue abandono..."
("Fuerte
Bulnes ", en II, pág. 125)
Para concluir, llegamos a
"Rodeado estoy de dioses", por contraste la más dilatada sección del
libro, en la cual reaparecen las constantes temáticas de la inaugural.
Sentidamente evoca a su padre, joven emigrante:
"La ciudad vieja
que no pudo contener al niño
y le dió moneda de saber probado
para los pobres dias venideros,
fue desenrollando su girar de calles
hasta convertirlas en único camino.
Sólo los olivos mantuvieron
sus contorsionadas formas:
en vez del peso oscuro del aceite,
en vez del corazón de ruso,
el viento ondularias otras ramas
y haría florecer en cada invierno
blancas yemas de nieve,
y la acerada drupa de la escarcha.
Las vides olvidadas
cantarían sin vino,
una a una las canciones de la infancia,
más sólo en primavera, tras una nube
alcanzarían sin aroma a florecer lavandas.
Las olas le derruyeron los muros,
hora a hora,
disiparon tañeres en los vientos,
dejaron transparencias por azogues".
(En "Tierra de alguna muerte", III, 22)
Y en "Avenida Bulnes
setenta y nueve" —epígrafe que reproduce la dirección del que fue su
propio domicilio durante muchos años en Santiago— rememora sus trabajos como
guia de novelas poetas, caricaturiza su alternar con otras gentes a las que lo
enlazaban menos vitales contactos y, sentenciosamente, concluye aludiendo a
nuestra inevitable condición peregrina, inevitablemente incluso cuando nos
hemos habituado al sedentarismo de hacer de un sitio nuestro hogar y nuestro
taller:
"Cada sábado y domingo, la sala florecía.
Laureles jóvenes hablaban con los libros,
discutían con la música, adolescencia reían,
árboles de primavera eterna como si fuese otoño,
diseminaban hojas nerviosas de poesia,
trémulas en la prosa de un mundo entrevisto,
exigentes, de prisa, clamantes por su tiempo.
.......................................
En solemnes ocasiones, llegaban damas y varones
para cocteles de cumplimiento y cortesia.
Se despojaba entonces a los hornos sombrios
de la cocina eléctrica de su calidad de archivo
y al tornar los papeles, en sabor y rebozo se transían
de aromas de especias de pastelillos cálidos
que en las paredes oscuras quedaron adormidos.
En ese océano verde, cristalino, de quietudes celestes,
aquella lengua de fuego le ardía los costados.
Dieciocho años le sostuvo en esos aires grises,
mas le dijeron: serás transeúnte, sin propiedad alguna,
piedra no tendrás para asentar tu cuerpo hasta la
muerte".
(III, págs. 86-87)
Nace, pues, la poesía de Scarpa de
su vida misma, de sus vivencias y quehaceres, de sus gozos estéticos y de sua
recuerdos lejanos. No es, empero, confidencia de tono menor. Tiene siempre algo
de elevado y de solemne, a lo cual contribuye, inequivocamente, su léxico
selecto, su construcción exigente, que la aleja de ser pasto de multitudes.
Nace de la emoción, mas no pretende generalizarla difusamente. Toma, más bien,
pie de ella para invitar a una reflexión, a algo más trascendental y,
evidentemente, menos usual, menos gregario.
"LA DESTERRADA EN SU
PATRIA"
En esta obra —fundamentalmente
de investigación— logra Scarpa hacer mucha luz sobre los dos años en que
Gabriela Mistral estuvo en el Territorio de Magallanes, período lleno de
incógnitas hasta antes de que su estudio viniera a dejar en nítida evidencia su
profunda significación.
A dicha zona —uno de los dos
principales polos que atrajeron a los croatas en su migración a Chile— llegó la
poetisa, en mayo de 1918, como recién designada Directora del Liceo de Niñas.
La misión que se le había encomendado era particularmente dificil, no sólo
porque en el último informe oficial el establecimiento aparecía como el único
calificado de "malo" entre los cuarenta y cuatro Liceos de la
república, sino, principalmente, porque se postulaba en las esferas centrales
que Magallanes formaba entidad ajena a la tierra chilena: era comarca
extranjera que debía incorporarse al pals, ser chilenizada, objetivo que la
distinguida funcionaria habría de perseguir cuidadosamente, en el ánimo de sus
superiores.
Había, pues, un poco comprensivo
en informado criterio sobre Magallanes. En el sentir de los habitantes del
centro del pals, vivir allí era estar en el destierro (de lo que Scarpa toma
pie para titular su libro).
Gabriela realizó una fecunda
acción educacional en Punta Arenas, deshizo en los chilenos de más al Norte
muchos prejuicios sobre Magallanes y, como era natural en ella, hizo de su
estada en tierras australes un intenso periodo de creación poética.
En lo educacional, muy pronto se
advirtieron un nuevo espíritu de estudio y la recuperación de la disciplina en
el alumnado del Liceo. La Directora y su profesorado —parte del cual había sido
seleccionado por ella misma— elevaron de modo notable el nivel de la enseñanza.
Se crearon nuevos cursos y la matrícula aumentó a una cifra sin precedentes:
320 estudiantes. Aún a costa de la comodidad de las dependencias que la propia
Directora ocupaba o enfrentando emergencias como el incendio de mayo de 1919,
impulsó Gabriela la construcción de salas de clases que ampliaran el local.
Creó la Biblioteca del plantel, abierta a toda la comunidad. Instituyó la
Escuela Nocturna para mujeres del pueblo. Logró, en suma, lo que parecía
imposible no sólo para lo hecho en el breve plazo de setecientos días, sino
frente a la falta de oídos con que, a nivel gubernamental, toparon muchas veces
sus iniciativas y peticiones. Este hecho, ciertamente, la desanimó y la impulsó
a solicitar su traslado a un Liceo de otra región del país.
La frustración de Gabriela no se
debla a Punta Arenas. Verdad es que le resultó durísimo el rigor que allí asume
la naturaleza, pero, al partir, manifestó, en entrevista periodística, que
"la ciudad me ayudó casi siempre que pedí su ayuda" y que "Punta
Arenas es, para mí, la primera ciudad de Chile en muchos aspectos
espirituales" (II, pág. 302).
Antes, en la alocución que habla
preparado para las Fiestas Patrias de 1918, habla destacado la labor de los
colonizadores de Magallanes, "hasta hacer de la tierra de los lobos
marinos y del silencio, la tierra para los hombres, la capaz de sustentar
gentes, y de darles, con el trabajo, la dignidad y la hermosura de la vida...
Por ellos fue una ciudad cubriendo el llano y haciendo retroceder la guirnalda
tenaz de la selva" (I, págs. 162-163).
Aún muchos años después, entrevistada
en Caracas, recordaría: "Yo que viví en la Patagonia, en aquel clima
extraño, perverso, respirado por los mejores elementos humanos..." (I,
pág. 257).
La que había sido enviada a
chilenizar a Magallanes, reconoció la grandeza y el patriotismo de los hombres
de aquella tierra, naturales o emigrantes. Por algo, en 1925, de regreso de su
viaje a México, visitó por unos días la ciudad que habla quedado grabada en sus
recuerdos y en su afecto.
Como con felicidad sintetiza
Scarpa, "puede decirse que la desterrada en su patria, encontró su patria
en el destierro" (I, pág. 37).
Su actividad literaria en el Sur
fue, como revela el ensayista, de inmensa proyección. En efecto, lo que allí
escribe tendrá luego decisiva presencia en sus libros, sobre todo en el primero
de ellos, "Desolación".
Con monumental prolijidad —que
es imposible seguir paso a paso en esta breve reseña—, Scarpa demuestra —con
apoyo de los textos y argumentos respectivos— cómo Gabriela creó en las
latitudes australes dieciocho de los poemas de aquella obra (uno de los cuales
le dio su título, de indudable raigambre y sabor patagónicos); otras sesenta y
seis composiciones poéticas, que se transcriben en la publicación que estamos
comentando, antes de la cual permaneclan inéditas; veintiséis delicados poemas
en prosa; la primera versión de "La oración de la maestra", y otros
varios trabajos. No puede caber la menor vacilación para afirmar que, con ello,
el catedrático magallánico presta un servicio trascendental a la más exigente investigación
literaria y al acabado conocimiento de una de las figuras cumbre de las Letras
chilenas, primer Premio Nobel de la Literatura en Hispanoamérica.
Por lo mismo, la distinción que
le ha otorgado la I. Municipalidad de Santiago de Chile resulta, a más de plenamente
justificada en sí, un honor para la propia corporación que la adjudica y una
seria invitación a los estudiosos chilenos para producir obras de densa
enjundia espiritual.
(Santiago, octubre de 1979).
El Museo de Arte Moderno de la
ciudad de Buenos Aires inauguró a mediados del mes de mayo del año en curso una
exposición "Pintores naifs yugoslavos" como parte de los actos
celebratorios del 400° aniversario de la segunda fundación de la capital
argentina. La exposición, fue realizada en el Teatro San Martín, organizada por
el "Centro Culturale di Naifs di Yugoslavia" con sede en Roma y bajo
la supervisión de su directora Sra. Sonia Duška de Barbieri, quien con tal
motivo llegó a Buenos Aires.
Este exposición, la primera de
carácter representativo de nuestros pintores ingenuos, consistía exclusivamente
de las obras de los pintores ingenuos croatas de la región Podravina o, con más
precisión, de la aldea Hlebine, considerada como centro de esta actividad
artística de los campesinos croatas. Hay otras regiones en Yugoslavia: en
Servia, Macedonia, Eslovenia, Voivodina, en que también la gente de humildes
condiciones campesinas se dedica a esta clase de creaciones artísticas, si
bien, según opinión generalizada entre los críticos de arte, estas últimas son
de calidad inferior a las croatas de Hlebine, que se destacan no sólo por la
riqueza de colores sino también por la variedad de temas y matices de los
colores que emplean. Además, en cuanto a la técnica y los medios de expresión,
los naifs croatas son los únicos que pintan sobre vidrio, ocupando esta técnica
el lugar más importante dentro de sus realizaciones.
De estas obras, que pudimos
observar, afloran los sentimientos —alegría y tristeza— de la vida cotidiana de
los campesinos en sus más variados detalles, lo que fue decisivo para reconocer
a la escuela de Hlebine un alto nivel artístico, cuyas realizaciones
encontramos actualmente tanto en las galerías públicas como también en las particulares
en la gran parte del mundo. Los nombres como Generalić, Večenaj,
Kovačić, Lacković-Croata, Rabuzin, cuvas obras, figuraron en
dicha exposición, cotizan más alto en los mercados pictóricos mundiales
(Generalić no pinta sobre vidrio). Vale destacar en esta oportunidad que
ninguno de ellos cursó estudio alguno especial, relativo al dibujo o a la
composición de colores. Cerrados dentro de sus aldeas y sus familias, estos
campesinos realizaron obras artísticas, agradeciendo sólo a Dios y a su talento
natural.
Teniendo presente todo esto,
parecería sin importancia el hecho que sus realizaciones llegan al público
internacional como "naifs yugoslavos", pues una gran parte del mismo
conocería sin más que se trata de los artistas croatas y que el régimen hegemónico
de Belgrado no les permite presentarse con su nombre nacional. Sin embargo no
es así. Es de suma importancia que estos extraordinarios artistas se presenten
y sean conocidos como artistas croatas. Si un deportista —un boxeador o un
futbolista— es orgullo de una nación que no tiene ningún problema en cuanto a
su independencia y soberanía ¿cómo se puede pasar por alto el nombre nacional
de un artista o de un grupo de ellos que gozan una estima de alto grado
artístico? El pueblo croata lucho desesperadamente contra un régimen de
ocupación extranjero y comunista que trata de hacer desaparecer el nombre
croata por donde lo puede hacer. ¿Es entonces sin importancia, si los artistas
croatas se presentan o, mejor, son presentados al mundo internacional, como artistas
vugoslavos?
Es un pálido consuelo que las
obras de Ivan Lacković son firmadas, como lo acostumbra hacer el artista
mismo, por: Ivan Lacković-Croata, ya que todo lo demás — un contorno de la
muestra como "naîfs yugoslavos" y la aparición numerosa de los
diplomáticos de Belgrado que lo vigilan, dejan una confusión casi irremediable
en cuanto a la nacionalidad de aquellos artistas croatas. El capital moral de
esta actividad termina en las arcas de Belgrado, mientras al mismo tiempo esa
sede de la hegemonía servia suprime en Zagreb a la institución cultural croata
más antigua —MATICA HRVATSKA— último refugio donde vivía el espíritu nacional,
intocable hasta ahora por los regímenes más crueles y adversos a la existencia
de Croacia. ¡Una maniobra de astucia y perfidia diabólicas!
Muchos órganos informativos
argentinos —especialmente periódicos— han registrado o se han referido con
elogios a esta exposición. Así, por ejemplo, el gran diario capitalino "La
Prensa" y, de modo especial, la revista ilustrada SOMOS. En esta última
hay nueve reproducciones de los trabajos a que nos referimos, y un texto
explicativo del arte ingenuo y de su renombrada escuela de Hlebine. El firmante
del texto es Eduardo Pogoriles, cuyas observaciones denotan a un autor —nombre
real o ficticio— quien artísticamente entiende del asunto, a pesar de ciertas
contradicciones en cuanto al alma colectiva de los campesinos croatas y lo
"colectivo" que vendría a imponerse desde centros urbanos
extranjeros. Políticamente Pogoriles o es un ignorante, o un consciente
servidor del régimen de Belgrado, si bien su apellido parece ser un apellido
croata. (Red. de la revista "S.C. ")
"Sij Slovenske
Svobode" — "Alba de la libertad eslovena", un periódico del
tamaño pequeño pero denso de problemas rico por su contenido, en el número
1/1980, año XII, que se publica en Buenos Aires, dedica a "Studia
Croatica" las apreciaciones que reproducimos a continuación en el idioma
castellano: "Studia Croatica", revista trimestral de estudios
políticos y culturales, editada por el Instituto Croata Latinoamericano de
Cultura, redactado por el Dr. Francisco Nevistić, con su doble número
74-75 (96 páginas) diciembre de 1979, entró en el vigésimo año de su
existencia. Es de admirar que la mayor parte de la colaboración tiene un
carácter científico y que el redactor y sus colaboradores aportaron mucho"
con esta magna obra en el sentido de hacer conocer a Croacia y a otros pueblos
esclavizados en general; revelar la verdadera naturaleza y hechos de la tiranía
comunista y despertar el autor por la justicia y la libertad. Además de la
revista — ¡en veinte años casi 5.000 páginas! — el mencionado Instituto ha
publicado también importantes obras: "Tragedia de Bleiburg",
"Bosnia y Herzegovina", "Croacia y la actual Crisis de
Yugoslavia" y "Croacia y su Destino" (Dicho número de páginas
que se mencionan arriba abarca también estas obras. - Obs. de la Redacc. de S.C.).
"Nos alegramos sinceramente
por estos extraordinarios éxitos y felicitamos a todos quienes han contribuído
en tal sentido. Tienen toda razón para una conciencia tranquila por sus aportes
a un gran objetivo: la libertad y el propio Estado croata.
"En la edición del
diciembre último pasado vale destacar especialmente las declaraciones de los
intelectuales croatas a la televisión sueca (continuación, donde hablan ex
líder estudiantial Ivan Z. Chichak y el arzopispo de Zagreb, el Dr Franjo
Kuharić); luego la disertación, panóramico-informativa, de P.
Weissenberger acerca de la Comunidad Luropea y, por fin, repercusiones de los
festejos del 1.100 aniversario del reconocimiento del Estado croata por el Papa
Romano. Los juicios histórico-filosóficos y de derecho internacional,
formulados en el artículo de fondo del redactor: "Espartas versus
Atenas", nos llevan en lo substancial del peligroso desarrollo del mundo
actual".
Nuestros hermanos eslovenos en
el mismo número del mencionado periódico reproducen en castellano de nuestra
revista "Studia Croatica" opiniones acerca del sistema
autogestionario yugoslavo, formuladas por los escritores franceses
Bernard-Henri Lévy y A. Meister.
Después del primer Congreso del
Consejo Nacional Croata en exilio, celebrado en Toronto, Canadá, del 4 al 8 de
septiembre de 1975, y del segundo que tuvo lugar en Bruselas, Bélgica, del 6 al
10 de octubre de 1977, se ha llevado a cabo el tercer Congreso — Sabor — del Consejo
Nacional Croata en Londres, del 18 al 21 de enero de 1980.
Los treinta consejales, que
resultaron electos en los comicios generales realizados en todo el mundo, el 6
de octubre de 1979, se han reunidos en el hotel Tavistock de Londres por
espacio de cuatro días. La atmósfera en la que se desarrolló esta reunión fue
muy tensa tanto en lo referente a la política mundial como en lo que atañe a la
situación interna y externa de Yugoslavia. En efecto, la ocupación militar
soviética de Afganistán por un lado y la muy grave enfermedad del dictador y
presidente vitalicio yugoslavo Josip Broz-Tito, que culminó, el 20.1.1980, con
la amputación de su pierna izquierda por el otro, han despertado graves
preocupaciones en las más altas esferas políticas occidentales, dando lugar a
distintos vaticinios periodísticos en cuanto al futuro de Yugoslavia
confrontada con la ineludible desaparición del ntás conspicuo factor
antalgamador de su unidad política y territorial.
A los alarmantes titulares de la
prensa londinense — "Tito: Crisis Hours" (Evening Standard del
16.1.1980); "Can unity survive Tito?" (The Sunday Tintes del
20.1.1980); "Tito: Guns on Alert" (Daily Express del 21.1.1980);
"How vulnerable is Yugoslavia?" (The Times del 22.1.1980) para señalar tan sólo algunos — se plegaron las
protestas oficiales yugoslavas ante el gobierno británico por haber permitido a
los "terroristas" croatas realizar una asamblea"
"secreta" en el territorio británico.
A pesar de las calumnias y
mentiras contra los participantes del Sabor croata, infiltradas en la prensa
local por los agentes oficiales yugoslavos, las autoridades británicas en
ningún momento obstaculizaron el desarrollo del Congreso que se llevó a cabo
según los planes pre-establecidos, de modo que la BBC (British Broadcasting
Corporation) pudo filmar la sesión de la tarde del primer día del Congreso, 18
de enero de 1980, y grabar entrevistas con los consejales el Dr. Ivo Korsky de
Buenos Aires, el señor Mario S. Dešpoja de Canberra, Australia, el Prof. Bogdan
Radica y la señora Alojzija Buconjić de Nueva York.
Todas estas circunstancias y el
hecho que varios estadistas occidentales hicieron pública su voluntad de dar
apoyo incondicional a la integridad política y territorial de Yugoslavia, a su
unidad nacional y su estatus del país no alineado ante la posible intervención
soviética — a là de Afganistán, por tratarse del primer país no alineado con
régimen "socialista" invadido por la Unión Soviética — influyeron,
naturalmente, en la labor y decisiones del Congreso, encontrando su concreta
reacción y expresión cabal en las siguientes declaraciones:
I — DECLARACION DE PRINCIPIO
El Congreso Nacional Croata
declara que según el derecho natural y la Carta del Atlántico, y de acuerdo con
los principios básicos de las Naciones Unidas, cada comunidad nacional
conciente e históricamente constituída, tiene derecho a decidir por si misma su
destino. Hoy en día, tal derecho puede realizarse solamente dentro del marco
del propio Estado nacional independiente, fundado en la voluntad de todo el
pueblo, libremente expresada y repetidas veces corroborada.
El pueblo croata, corno una
comunidad históricamente formada y conciente, tiene el derecho inalienable a la
libertad e independiente estatal.
El Consejo Nacional Croata, como
ente representativo, democráticamente elegido, aboga por este principio sin
claudicaciones y declara solemnenmente que Croacia no se contentará hasta tanto
no se haya restablecido su Estado libre y soberano.
Como mienbro de la comunidad
mundial de las naciones civilizadas, el pueblo croata tiene una única meta en
común y un sólo deber: luchar con todos los medios por el restablecimiento del
Estado croata, libre y soberano.
II — DECLARACION DEL CONGRESO
(SABOR) DEL CONSEJO NACIONAL CROATA CON MOTIVO DE LA CRISIS DE YUGOSLAVIA
En el momento actual de crisis
por la que atraviesa Yugoslavia, relacionada ésta con la desaparición del
dictador Tito en un futuro inminiente, el Congreso Nacional Croata considera
llegado el instante en el que se deben corregir las injusticias impuestas al
pueblo croata en Teherán y Yalta. For lo tanto, declara que el pueblo croata no
defenderá a Yugoslavia, sino que luchará al lado de aquellos en cuyos objetivos
públicamente proclamados figurará el restablecimiento del Estado croata libre,
independiente y democrático.
Los croatas de ambos sexos, que
viven en su patria, deben resistir toda presión ejercida por Yugoslavia a fin
de salir en defensa del presente Estado y deben estar listos para la actividad
libertadora. Los croatas, hombres y mujeres en el extranjero, no deben regresar
a Yugoslavia para evitar así la inclusión forzosa en las unidades militares
yugoslavas.
El Consejo Nacional Croata
requiere de Ias Naciones Unidas y de las naciones que defienden los principios
de la libertad, independencia e igualdad para todos los pueblos, que ayuden al
pueblo croata a eradicar definitivamente la causa de desorden e inestabilidad
que encarna Yugoslavia, posibilitando su partición en Estados nacionales
independientes.
Sólo una Croacia independiente y
libre es la meta final de todos los empeños croatas.
III — DECLARACION SOBRE LA
ESENCIA Y EL OBJETIVO DEL CONSEJO NACIONAL CROATA
1 — El Consejo Nacional Croata
es un ente político, creado por Ias organizaciones nacionales croatas en el mundo
libre, siendo su objetivo fundamental trabajar por la liberación de Croacia con
todos los medios legalmente admisibles e internacionalmente reconocidos.
2 — Como ente extrapartidario,
el Consejo Nacional Croata actúa públicamente dentro del orden político de los
países en los cuales está registrado. Toda la actividad del Consejo Nacional
Croata es pública, pues no tiene carácter clandestino o conspirativo, conto
tampoco hace uso de medios de esta índole en su actividad.
3 — El Consejo Nacional Croata actúa
como ente representativo común de todos los croatas sin consideración de las
diferencias partidarias, ideológicas o gremiales, respetando la libre
agrupación política de sus adherentes. El Consejo Nacional Croata les garantiza
(asegura a todos sus adherentes) la libre expresión de distintas opiniones, con
tal que las mismas se ajusten a la nieta general y común: libertad e
independencia de Croacia.
4 — El Consejo Nacional Croata
sustenta el criterio que, según la Carta del Atlántico y Ias diversas resoluciones
de las Naciones Unidas, cada nación tiene derecho a la libertad e independencia
y que, a tal fin, puede valerse de todos los recursos, incluso de las fuerzas
armadas, si no dispone de otras posiblidades para lograr su libertad. Este
derecho (de hacer uso de todos los recursos) asiste también al pueblo croata
que está llevando a cabo la lucha libertadora en el extranjero con medios
pacíficos y abiertamente, mientras en su patria con todos los medios posibles
clandestinamente.
5 — El Consejo Nacional Croata
apoya y defiende la lucha libertadora croata y representa ante el mundo libre a
su pueblo esclavizado. Consecuentemente, él ha defendido y seguirá defendiendo
a los activistas que bregan por la realización de la libertad y la
independencia croata, para asegurar así el triunfo definitivo a su actividad
libertadora.
En ocasión de las exequias de
Nikola Milićević, asesinado por los agentes de UDBA (policia secreta
yugoslava) en Francfort s/M, el 13 de enero de 1980, se ha advertido que
algunos individuos irresponsables han declarado públicamente en nombre del
Consejo Nacional Croata sin su autorización. Es por esto que el 21 de enero de
1980, el Congreso (el Sabor) formuló la siguiente:
DECLARACION ESPECIAL
"En nombre del Consejo
Nacional Croata están autorizados a formular declaraciones solamente sus
representantes elegidos en este Sabor. Todas las demás declaraciones en su
nombre carecen de validez."
En la sesión del 20 de enero de
1980 el Sabor renovó sus autoridades, quedando los principales órganos del
Consejo Nacional Croata constituídos de la siguiente manera: En la Presidencia
del Sabor fueron elegidos el profesor Mirko Vidović (Lyon, Francia) como
presidente, el señor Avdić (Australia) corno vicepresidente, el señor
Kruno Mašina (Nueva York) como secretario, y los señores Ragib Zukić (USA)
y Mario S. Dešpoja (Australia) como miembros. El Comité Ejecutivo lo componen
el señor Janko Skrbin (Cleveland, USA) como presidente, el Dr. Ivan Jelić
(Munich, Alemania) conto vicepresidente, el señor Hrvoje Lun (Nueva York) como
secretario general y el señor Miro Gal como tesorero. La Comisión Supervisora
de Cuentas está presidida por el Dr. Fray Castimir Majić (Chicago), siendo
sus miembros los señores Dr. Mateo Meštrović (New York) y Kerim Reis (Toronto,
Canadá). El Tribunal de Honor lo constituyen el Dr. Milan Blažeković
(Buenos Aires) como presidente y los señores Dr. Vjekoslav Vrančić
(Buenos Aires) y Dr. Ernest Bauer (Lauterbach, Alemania Occidental) como
asesores.
Finalmente, el Comité Ejecutivo
nombró en su primera reunión, celebrada en Londres, el 21 de enero de 1980, a
los siguientes encargados: para las relaciones extranjeras al Dr. Mateo
Meštrović (USA), quien a su vez nombró como asesores a los señores Dr.
Radovan Latković (Buenos Aires) y Mario Dešpoja (Canberra, Australia);
para el periodismo e informaciones, al señor Jakša Kušan, quien nombró como
asesores a los señores Ivo Rumora (Canadá), Vinko Kuzina y Petar
Radielović (USA), Ivo Kisić (America del Sur), Ivan Corić y
Dinka Sidić (Australia), Nikola Kovačić (Alemania Federal) y la
señora Marija Korenić-Lević (USA); para los asuntos
políticos-militares al coronel Ivan Babić (Málaga, España); para las
relaciones europeas al Dr. Ernest Bauer (Alemania Federal) y para las relaciones
con el mundo islámico al señor Kerim Reis de Toronto (Canadá).
M. Blažeković
Bajo el título "Peligrosa
amenaza de croatas exiliados" LA PRENSA del 7 de mayo de 1980 publicó una
noticia de la agencia EFE, aparecida en el diario vienés
"Kronenzeitung", en la cual el Sr. Tomislav Mičić aparece
como "el vocero de los exiliados" croatas, manifestando `que los
croatas mantienen "contactos muy comprometedores con el Kremlin" para
preparar la lucha por el estado nacional croata'.
El Comité Regional en Buenos
Aires del Consejo Nacional Croata, con fecha del 8 de mayo de 1980, dirigió una
nota aclaratoria al diario LA PRENSA que la publicó en su edición del 10 de
mayo de 1980 (Segunda sección, pág. 3) en los términos siguientes:
"Una entidad croata
desautoriza al Sr. Tomislav Mičić"
'El Comité Regional en Buenos
Aires del Consejo Nacional Croata con la firma de su presidente, Milan
Blažekovic envió una nota para aclarar conceptos de la noticia de la agencia
EFE de Viena, publicada el 7 de este mes, con título "Peligrosa amenaza de
croatas exiliados", y en la que se denomina al señor Tomislav
Mičić, como "el vocero de los exiliados croatas".
"Al respecto, la entidad
declara que el 5 de mayo de este año "envió una declaración a los medios
de difusión de nuestro país, en la que se ponen de manifiesto los fines de la
lucha croata — dice —, por la independencia nacional y se aclara cuáles son los
medios para conseguirla ('La Prensa', del 6 de mayo de 1980, página 2)".
"Agrégase que el Congreso
del Consejo Nacional Croata que sesionó en Londres entre el 18 y el 21 de enero
pasado, "ha desautorizado las extralimitaciones del señor Tomislav
Mičić " y finaliza considerando que "tanto el señor
Mičić como tambien sus amigos políticos pueden hacer declaraciones
sólo en nombre propio y no como representantes de los exiliados croatas, cuya
mayoría — puntualiza —, no aprueba sus supuestos contactos con la Unión
Soviética".
Con motivo de la muerte del
presidente yugoslavo, Josip Broz-Tito, "La Prensa" publicó, en la
página 2 de su edición del día 6 de mayo de 1980, una comunicación que la
Comisión Regional Argentina del Consejo Nacional Croata hiciera llegar el 5 de
mayo de 1980 a todos los medios de información de la Capital Federal y agencias
noticiosas en la República Argentina.
En efecto, bajo el título
"Declaración croata en la Argentina" el prestigioso periódico
capitalino escribe:
"La Comisión Regional
Argentina del Consejo Nacional Croata con sede en Nueva York, dio a conocer una
declaración ante el fallecimiento del presidente de Yugoslavia, mariscal Josip
Broz, Tito. Lleva las firmas de Janko Skrbin y Hrvoje Lun, presidente y
secretario respectivamente.
"Señala el Consejo Nacional
Croata que "ante la muerte del dictador yugoslavo Josip Broz, Tito, la
entidad declara:
"1) Yugoslavia es un estado
imperialista, artificialmente creado, que se ha mantenido a través del terror y
la represión de la mayor parte de sus pueblos componentes, y principalmente
contra la voluntad del pueblo croata. Todos aquellos que creen o afirman creer
que este tipo de estado es fuerte y es un factor de estabilidad mundial, están
equivocados o ignoran los hechos. Una política tan miope está inevitablemente
destinada al fracaso.
"2) El pueblo croata bajo
ninguna circunstancia defenderá a Yugoslavia, a la que considera su prisión.
Aquellos que deseen mantener la paz y la estabilidad en el sudeste europeo y un
equilibrio entre los bloques de Europa, deberán tomar en cuenta las
aspiraciones e intereses nacionales de los croatas.
"3) El pueblo croata
pretende la autodeterminación y su estado independiente que incluya todas la
regiones étnica o historicamente croatas para vivir en paz con sus vecinos.
Para alcanzar estos objetivos los croatas desean y aceptan la colaboración de
todos aquellos que quieran ayudarles a establecer un estado de Croacia libre,
democrático, independiente y neutral".
Al referirse al vigésimo
aniversario del "Slovenski Glas", un otro periódico esloveno en la
Argentina, luego de reconocerle méritos en el propagar la verdad sobre
Eslovenia y especialmente sobre su cultura, "Sij Slovenske Svobode"
le reprocha ciertas autoloas que no corresponden a la realidad, especialmente
en lo que se refiere a la afirmación de "Slovenski Glas" de que nadie
no tenía coraje de defender a Eslovenia (después de la última guerra),
atribuyendo a si mismo la primacía en tal sentido.
"Sij Slovenske
Svobode", sometiendo a su crítica juicios de "S.G." acerca del
programa croata de Ante Ciliga, subraya una grave contradicción en los mismos,
pues en primer término afirma su autor que es absurdo hablar de "los
comunistas democráticamente orientados" (según Ciliga) y luego añadir que
exista "la diferencia (substancial) de que en un Estado realmente
democrático pueda existir también el partido comunista..."."De
ninguna manera", comenta "Sij Slovenske Svobobe". "El partido
comunista pueda existir sólo en la democracia formal, inauténtica y suicida. En
una democracia auténtica no hay libertad para asaltantes, homicidas y
criminales comunes".
La observación más importante a
cuenta de "Slovenski Glas" que hace "Sij Slovenske Svobode"
se refiere a las loas de un sacerdote esloveno Rode. Este en su conferencia
"El verdadero cristianismo entre nosotros hoy y mañana", hizo un
equivacado reconocimiento a la Iglesia Católica en Slovenia de hoy, avalado por
"Slovenski Glas" al decir que la Iglesia eslovena en "la patria
hizo un gran paso adelante, que ha sacudido todas las hipotecas del pasado y se
convirtió ante todo en una Iglesia verdaderamente de Cristo". De acuerdo
con esta afirmación, acota "Sij Slovenske Svobode", la Iglesia
eslovena no habría sido antes la Iglesia de Cristo. Con semejante juicio,
termina "Sij Slovenske Svobode", "entró en el pantano del
modernismo y el tercermundisto "Slovenski Glas" también,
atribuyéndolos en el mismo artículo a ciertas agrupaciones de emigrantes".
Por parte nuestra croata señalarnos
que "Slovenski Glas" sigue defendiendo todavía a Yugoslavia, mientras
"Sij Slovenske Svobode" y "Smer v Slovensko Dríavo", los
tres con sede en la Argentina, son adversarios de dicha orientación de
"S.G.", superada por una muy negativa experiencia durante más de
medio siglo de la existencia de Yugoslavia, tanto en su forma monárquica como
en la actual comunista. El señor Stane Buda, refiriéndose justamente a esta
experiencia, pronunció un importante discurso en la reunión de los
representantes del Movimiento por la independencia y soberanía de Eslovenia,
efectuada el 9 de diciembre de 1979 en San Justo, Provincia de Bs. Aires. Buda
en tal oportunidad, entre otras cosas, dijo también lo que sigue: "Se
celebra también el 29 de octubre de 1918 como el día de la libertad a pesar de
que resulta claro a todos que en esa fecha hemos pasado de una hegemonia bajo
el poder de otra y esta última, "yugoslava", nos había prohibido
tanto el nombre como también la bandera nacionales. Si todos los eslovenos en
la emigración acepten el ideal actual de nuestro Estado soberano, el día 29 de
ocubre de 1918 resultaría más como un día de tristeza que un día de alegría,
pues las consecuencias de las decisiones de entonces son muy evidentes".
Hablando de Domobranstvo
(ejército esloveno) Buda acotó: "Las banderas eslovanas, el idioma
eslovano de comando etc. dieron a Domobranstvo el aspecto del verdadero
ejército nacional esloveno. En efecto Domobranstvo fue un verdadero mosaico en
que fueron representadas las corrientes y anhelos diferentes, pues nuestro
"viejo" Domobranstvo no tuvo un programa político-nacional unitario.
Además, el conocido "3 de Mayo" de 1945 anuló sus aspectos eslovenos,
porque ese "falso ejército esloveno" se convirtió entonces nuevamente
en una parte del ejército real (dinástico) yugoslavo".
"La conciencia nacional
eslovena, despertada nuevamente por nuestro "Domobranstvo", se vería
reforzada, si los sobrevivientes domobraci (soldados, individualmente tomados
de "Domobranstvo"), si todos que por fuerza prestaron servicio
militar en el ejército alemán y todos los demás que estaban en campos de
concentración, etc., abrazaran como suyo a nuestro más alto ideal de la
soberanía y la independencia en un Estado esloveno, este "Domobranstvo
Nuevo" — y en memoria de los "domobranci" caidos, tenemos el
deber de mantener este nombre — podría con facilidad actuar dentro de nuestro
Movimiento, siendo ya claro que todos quienes son por una Eslovenia soberana
asi mismo deben ser por su propio e independiente ejército. ¡No hay uno sin
otro!
"Si nos consideramos
eslovenos nacionalmente concientes, debemos aceptar necesariamente como nuestro
el programa estatal-jurídico asi formulado..."
"Nuestra 'Madre Patria'
debe ser solo Eslovenia y ningún otro país o tierra. Ante el mundo entero
Eslovenia será "Nuestra Madre Patria" recien cuando habrá sido
reconocida como un Estado Independiente. De todo esto sigue lógicamente que
debemos lograr la lndependencia y que, si nosotros mismos — tanto como la
generación actual o como hijos de los hijos — no queremos tener nuestro Estado
independiente esloveno, nunca lo tendremos.
"Aquí celebramos el
"25 de Mayo" como el día de la libertad argentina y el "9 de
julio" como el día de Independencia. Nuestro "29 de octubre" fue
un debil reflejo de este "25 de Mayo", mientras nuestro "9 de
Julio" es una vez más como un objetivo inalcanzado. Dios quiera que este
"9 de Julio" esloveno llegue cuanto antes..." ("Smer v
Slovensko Državo, N° 83/79, Buenos Aires).
Nos adherimos sinceramente a
estas ideas e ideales, deseando a nuestros hermanos eslovenos para que los vean
realidad cuanto antes en estos días turbulentos después de la desaparición del
dictador Tito. (F.N.)
in memoriam
La muerte del profesor Dušan
Zanko, que sobrevino el día 28 de enero del año en curso, ha empobrecido a la
emigración croata. Especialmente aquella intelectual, pues Žanko fue ante todo
un auténtico intelectual. Su interés por los problemas escatológicos fue
permanente, vivo e inextinguible. Aquel interrogante heideggeriano ¿por qué hay
algo y no más bien nada? fue la idea central y una fuerza misteriosa que
dominaba a su personalidad durante toda la vida. Si estoy aquí entre estas
cosas que llamamos "algo" qué soy yo y cuál es mi destino final entre
ellas?
Si bien nuestro amigo y
colaborador se dedicaba al estudio de la filosofía, consiguiendo un apreciable
grado de erudición filosófica, su asidero intelectual y humano en general nunca
se alejaba de la fe cristiana. La filosofía en todas sus corrientes, matices o
escuelas no lo satisfacía. Le daba la preferencia en sus estudios no por
esperar una solución definitiva de los interrogantes que lo atormentaban, sino
sólo como a un incentivo, una dinámica y un impulso constante para preguntar,
buscar, estar despierto. La fe —el cristianismo, el catolicismo—fueron para él
el refugio más seguro, la respuesta más completa y tranquilizadora.
Žanko fue también un ardiente
patriota. Los sufrimientos del pueblo croata bajo la tiranía granservia necesariamente
repercutían en su alma tan sensible por todo lo que significa el sentido, el
derecho o la justicia. "Si logro consolidarme en esta nueva posición
(profesor universitario en Maracay, Venezuela — Obs. de SC), terminaré la
segunda parte de mi estudio sobre Stepinac" , escribe a un amigo personal.
"Aquí daré aspectos de todos los problemas fundamentales de la teología de
la historia, el sentido del sufrimiento del Justo y de la esperanza en la
victoria de los hijos de Dios, como también el misterio del mundo en general,
ya que no está escrito en ningún lugar, que el Señor estarla con los
victoriosos; para esto necesitamos otros criterios y, por fin, hay que plantear
también la cuestión del sentido de la historia de las naciones... " (Krsto
Spalatin, El Prof. Dušan Žanko (1904-1980) — Historia de una amistad, mis
recuerdos sobre D. Žanko, en "Hrvatska Revija - La Revista Croata",
N° 1, 1980, año 30, pág. 53).
Como casi siempre en la vida
humana, mientras trataba de "consolidar" su vida y la de su familia
(primum vivere...) sobrevino la muerte, cortando todos los proyectos de trabajo
que todavía sonaba realizar. Algunas destacadas personalidades de la cultura,
la política y la historia en general de Croacia, atraían a su espíritu,
sintiéndose obligado a dedicarles una serie de estudios en forma de ensayos.
Creía que de esta manera podría dar más que en las obras de armadura
factográfica pesada que a menudo cubre en lugar de hacer evidentes verdades
fundamentales y orientadoras para la vida de la comunidad. La Providencia lo
llamó a su seno, quedando truncos sus proyectos terrenales, pero, estamos
seguros, que su madurez para una vida eterna y feliz fue perfecta para pasar a
la Eternidad. Su obra y su ejemplo de un hombre de fe, de bien, de cultura y de
bondad servirán de inspiración a otros que vienen para redimir y liberar a su
pueblo croata, lo que él personalmente no pudo ver realizado. Sus escritos,
publicados y que esperan su publicación, continuarán con la misión de su autor,
quien —y él lo sabía bien— actuó de acuerdo con los planes de Dios que no son
siempre idénticos con los nuestros. Nada hay de definitivo y perfecto en
nuestra vida, sino sólo un permanente esfuerzo para intentar descubrir,
descifrar e imitar los indicios divinos en nuestra vida terrenal.
El prof. Žanko durante toda su
vida fue este "investigador" y un fiel cumplidor de dichos indicios
tanto en lo referente a la vida humana en general, como también en lo politico
y cultural de su nación croata. Su memoria sobrevivirá no sólo en nuestros
corazones, sus coetáneos, sus mayores o menores de edad, sino también en las
generaciones futuras que siempre para su actuación recurren a las fuentes de
inspiración del pasado. Una vida intelectualmente despierta y moralmente
intachable servirá en tal sentido para quienes retrospectivamente se encuentren
con la personalidad histórica de Žanko y con obras que son fruto objetivo de su
noble espíritu.
La Redacción de la revista
"S.C." guardará la memoria de su estimado colaborador deseándole un
descanso eterno entre los justos en el seno del Señor y expresando sincero
pésame a sus familiares.
F.N.
Con gran sorpresa y una
conmoción interna, sincera y de amigos, hemos recibido a mediados del mes de enero
ppdo. la noticia de la muerte del Sr. D. Weble, redactor principal del
periódico esloveno "Smer v slovensko državo", que se publica
mensualmente en Buenos Aires desde ya 15 años.
El Sr. Weblé, abogado y ex
alumno de la Universidad Croata en Zagreb, fue un sincero, apreciado y querido
amigo de los croatas. La Redacción de la revista "Studia Croatica"
fue su lugar de preferencia para intercambiar ideas y noticias que nos
interesaban a los eslovenos y los croatas que vivimos en la República Argentina
después de la subida al poder en Yugoslavia del dictador Tito, recientemente
desaparecido. Ei Sr. Weblé, un hombre de amplia cultura y experiencia, buen
conocedor de los problemas económicos, junto con un grupo de sus amigos
eslovenos, colaboró con nosotros croatas, elaborando y suscribiendo en común
peticiones y memoranda a varios organismos internacionales, interpretando
hechos de singular importancia en la Yugoslavia comunista y abogando por la
libertad de nuestros dos pueblos — esloveno y croata respectivamente.
Durante la última gran guerra,
cuando Eslovenia fue ocupada y dividida por las fuerzas ítalo-alemanas, el Sr.
Weblé, dentro de un margen muy reducido en que pudo moverse, se alistó a los
patriotas eslovenos anticomunistas, defendiendo con armas en mano el derecho a
la libertad de su pueblo y para impedir la creación de una Yugoslavia
comunista. La nefasta coalición de Occidente con la Rusia de Stalin fue fatal
también para dichos patriotas eslovenos — matados unos 12.000 por los
partizanos de Tito al finalizar la guerra — y para nuestro amigo Weblé, quien
se salvó casi por el milagro.
En la República Argentina
radicalizó su postura anticomunista y antiyugoslava, dedicándose fervorosamente
a la organización del Movimiento esloveno por la independencia nacional. Este
hombre mesurado y dueño de sus emociones y conocimientos nunca fue exagerado,
pero por eso más constante y apegado a las ideas y sus colaboradores, con
quienes cultivaba la fe en la resurrección de un Estado soberano del pueblo
esloveno. Conociendo bien circunstancias en que luchamos también nosotros los
croatas por un ideal similar, trató de acercar unos a otros, tejiendo contactos
personales y de grupos con el objetivo de luchar juntos contra la tiranía de
Belgrado.
Con la desaparición de Weblé, el
pueblo esloveno ha perdido a un hijo fiel y a un luchador incansable, mientras
nosotros los croatas a un amigo que nunca claudicaba en comprendernos y ayudar
en nuestra lucha nacional.
¡Que Dios le de el descanso
eterno en su seno y nosotros guardaremos sus recuerdos imborrables en nuestra
memoria! (F.N.)
(25 de enero de 1942)
Adil Zulfikarpašić (**)
Bosnia
y Hercegovina constituyen el eje, el problema central de la Yugoslavia, tanto
monárquica con anterioridad, como también comunista en el momento presente.
Dichas provincias son croatas étnica e históricamente a partir de la llegada de
los croatas a las orillas orientales del Adriático en el siglo VII hasta hoy. A
raiz de los graves inconvenientes históricos —la presión bizantina por un lado
y la romana por el otro, las rivalidades de Venecia y de Hungría y por fin la
penetración y la ocupación turca de aquella parte de Europa— alejaban a dichas
provincias del resto de las tierras croatas sin apagarse jamás por completo la
conciencia de su población en cuanto a su pertenencia al tronco étnico croata.
Si bien es así, los cuatrocientos años de la dominación turca, el abrazo del
Islam por parte de un considerable porcentaje de la población (especialmente
por parte de los patarenos o "bogumili") — impidieron que Bosnia y
Hercegovina se integraran en una firme unidad nacional croata en el sentido de
nacionalidad moderno.
Desde la formación de Yugoslavia
en 1918, es Belgrado que se opone enérgicamente a dicha integración. De acuerdo
con la estadística oficial de la Yugoslavia comunista del año 1971, el
porcentaje de la población de Bosnia-Hercegovina es el siguiente: Musulmanes
(en el absurdo sentido de la nacionalidad, impuesto por la capital servia,
oponiéndose a la realidad de que dichos musulmanes son croatas) el 39,6%, los
servios el 37,2% y los croatas católicos el 20,6%. Unidos, los musulmanes y los
católicos croatas, superan el 60% del total. Permitido y aceptado este hecho,
se haría ilusorio el sueño secular servio para incorporar a dichas provincias
en una gran Servia, pués sin esto ellos son allí una minoría. Medidas
políticas, económicas, administrativas y todo un aparato "científico"
deberían obstruir e impedir un desarrollo natural de la integración nacional
del signo croata.
Dichos "científicos"
deberían forjar argumentos para justificar medidas concretas que Belgrado viene
aplicando de acuerdo con sus viejos planes de expansión. Asi uno de ellos en su
libro "De la tradición hasta la identidad", Sarajevo 1974, fue
encargado por sus amos de Belgrado de comprobar que nunca en el seno de la
población musulmana en dichas provincias hubo un movimiento que podría tener el
carácter espontáneo de la integración de los musulmanes de Bosnia-Hercegovina
en una comunidad nacional con los demás croatas. A pesar de su "buena
voluntad" de servir a los propósitos granservios, su libro, por fuerza de
los hechos históricos, da pruebas a la inversa. Así, por ejemplo, a pesar de
que Bosnia-Hercegovina fueron ocupadas en 1878 por Austria (los generales y la
gran parte de las unidades militares fueron croatas) lo que privó a la clase
política, digámoslo asi, que tenta el poder en sus manos, la población
musulmana con sus líderes más prominentes se identificaban cada vez ntás con los
croatas católicos en el sentido político-nacional.
El autor de dicho libro recuerda
varios momentos transcendentales en este sentido. En 1900 con motivo de la
consagración de la bandera croata en el Coro Croata "Trebević"
en Sarajevo, la elite musulmana se hizo presente y con gran entusiasmo
participó de la fiesta. La delegación croata de Zagreb fue recibida en la
principal estación ferroviaria en Sarajevo por un centenar de los musulmanes
más descollantes, especialmente por parte de la juventud. En el banquete hubo
80 musulmanes más representativos y un número de estudiantes que impresionó al
informante del gobierno croata y austro-húngaro tanto que en su informe
escribía: "...la juventud escolar musulmana (en todos los colegios —
enumera sus orientaciones. - Obs. de la Redac. de SC) en su gran mayoría se
siente como croata". En Mostar, capital de Hercegovina, en un instituto
para los estudiantes, casi todos son de orientación croata.
En 1911 fue concluido un pacto
entre los musulmanes y católicos croatas. En su punto N° 7 se habla de una
colaboración recíproca "entre los musulmanes y católicos croatas",
defendiendo sus intereses comunes y dejando la libertad de acción en los
asuntos que se caracterizan por su marco específico, proveniente de la diferencia
religiosa. Cuando en 1912 se produjo un caso culminante de la agresividad
austro-húngara contra la autonomia de Croacia y a raíz de un atentado contra el
representante de dicha autoridad central, hubo graves represalias de las mismas
en la Croacia, lo que provocó a su vez demostraciones de protesta en todas las
tierras croatas. Los musulmanes de Bosnia-Hercegovina se adhirieron con
entusiasmo a estas protestas, si bien las mismas podían redundar en su
perjuicio.
La misma espontaneidad de los
musulmanes de BH se manifestaba durante todo el lapso de la existencia de la
Yugoslavia monárquica. En las elecciones para la asamblea constituyente de
1919, de los 23 diputados musulmanes, 15 de ellos se declararon croatas, 2
servios, 5 neutrales y uno como Bosníaco. Este mismo fenómeno se repetía en las
elecciones parlamentarias de 1923, 1925 y 1927. Se repetía no obstante todos
los privilegios o atemorizaciones con que procedía Belgrado para alejar a dicha
población musulmana del resto del pueblo croata y someterla a su poder y al
proceso de asimilación.
Todos los intentos servios, no
obstante, quedaron frustrados. En 1941, al declararse la Independencia de
Croacia. los musulmanes de BH con entusiasmo aceptaron el hecho, sacrificando
centenares de miles de vidas como soldados croatas, mientras sus hombres
representativos cubrían puestos de la más alta jerarquía en el Estado Croata:
de viceprimer ministro, de relaciones exteriores, de comunicaciones y de
bienestar social, sin enumerar otras funciones en todas las ramas de la vida
pública de Croacia.
Belgrado observaba con suma
atención los hechos. Frustrados todos sus métodos de intimidación, corrupción o
persecuciones, durante la última gran guerra volvió a la aplicación de sus
viejos métodos — la exterminación física de los "turcos". El
principal encargado para cumplir esta inhumana tarea fue Draža Mihajlović,
falsamente ensalzado como héroe y defensor de una Yugoslavia libre contra la
"ocupación nazi fascista".
Sin entrar en este reino de
creadores de mitos en su peor sentido, lo que demostraría a Mihajlović
como colaborador con "nazi-fascistas", reproducimos el texto del Sr.
Adil Zulfkarpasíć, un testigo ocular y auténtico de los crímenes servios
contra la población musulmana y, parcialmente, católica sólo en su ciudad
natal.
El autor y su familia, él lo
reconoce, nunca se sentían croatas y él personalmente desde el comienzo del
movimiento guerrillero de Tito, participó del mismo hasta convencerse de que
todo fue una mentira y la única realidad que quedó fue el odio servio para con
los musulmanes y católicos de BH que nada querían y no quieren oir del intento
de incorporarlos en una gran Servia y dejarse asimilar, junto con sus hogares,
en la comunidad nacional yugoslava, hábilmente presentada al mundo extranjero
como una unidad nacional yuguslava, garantizando a todos la libertad e igualdad
en un espíritu de "fraternidad y unidad", este vacío slogan del
desaparecido líder del comunismo "yugoslavo", dictador, rey del
comunismo y un bonvivant, dejando después de su enigmática muerte al pals en
condiciones que son todo antes que favorables, tanto en lo que atañe a las
relaciones de las naciones y nacionalidades de "su país", como
también en cuanto al futuro y la paz en aquella parte del mundo, tan importante
en la actual crisis política internacional.
Esta información está confirmada
por dos hechos recientes: la destitución del director del periódico musulmán
"Preporod", nombrando otro de orientación procomunista, similar a la
de "Oslobodjenje" — "La Liberación". Tito no previó puesto
alguno para musulmanes de BH en el cuerpo colegiado que conducirá al país. —
Sigue el texto de Zulfikarpašić:
El ritmo de mi corazón se
aceleró por la emoción, cuando oí que hoy mismo debía viajar a nuestro Cuartel
General en Foča. Fui llamado allí por Tito. Foča es mi distrito
natal. Allí está mi madre junto con cuatro hermanas. Allí vivía también mi
hermano, quien, como me informaron hace unos días, fue degollado por
"četniks" servios (***).
Cómo pudo suceder eso, no lo entendí. Mi hermano vivía en buenas relaciones con
muestros vecinos servios. Politicamente no se destacaba. Nadie de nuestra casa
se fue a Ustaša (****).
Tampoco nadie estaba en el ejército regular croata. Yo personalmente estaba
desde el comienzo con los partizanos. Todo lo que digo es conocido por todo el
mundo en Foča. Sobre el río Drina fue cometida una masacre como jamás se
ha oído. De la misma se supo en el país todo. Si las destrucciones y el
derramamiento de sangre hermana fueron de tales proporciones como se ha contado,
o si la gente sólo exageraba sobre el particular, de todo esto debía informarme
personalmente como un testigo ocular.
Conmigo cabalgaban hacia
Foča Rade Hamović, comandante de grupo, Pero Kosorić, jefe de un
batallón y algunos cuantos acompañantes más. En el tramo de camino ante
Dropolje y Poljica nos esperaban casas quemadas y un mundo desierto y desolador
de las aldeas musulmanas. Hace apenas un mes cuando nuestro grupo pasó por aca,
los moradores nos ofrecían frutas desecadas, pan y mermelada, mientras chicos
corrían alrededor nuestro, pidiéndonos les regalaramos algunos lápices.
Un chico de ojos grandes, color
castaño, me tiraba del cinturón gritando: "¡Helo, camarada
comisario!" — "¿Cómo sabes que yo soy comisario?" — Oí de esta gente
de aquí. Si deciden pasar la noche aqui ¿no quieres venir a dormir en nuestra
casa?" — Otra vez, le dije, hoy tenernos que perseguir a los italianos y
te voy a ver en otra oportunidad."
¿Dónde están ahora esos chicos?
¿Dónde sus madres y padres? En el camino nos venía al encuentro un campesino.
Por su traje puedo decir fácilmente que era servio.
"¿Qué pasó, viejo, con esta
gente?"
"¿Qué gente?" -
preguntó, haciéndose ajeno al asunto.
"De Poljica y Drača,
de esas casas", mostrándole con las manos a dichas casas quemadas.
¿Con turcos, a...?" - como
si se acordara. "Los han exterminado, hermano, incluso exterminaron sus
semillas mismas. Los arroyos están repletos de cadáveres y, si los perros no
los comen, en la primavera toda esta podredumbre producirá tremendo mal olor.
Podríamos ser víctimas de una epidemia. Yo por mi parte dije a vojvoda"
(una especie de capo de chetniks) Klarić: "Socavad fosas y que los
entierren; obligadlos a cavar sus propias tumbas!" El me contestó:
"No tenemos tiempo, hombre, porque de un momento a otro pueden aparecer
partizanos. Allí están por llegar de Jelce". "Ustedes los han
impedido a hacerlo. Así nuestra gente puede enfermarse del mal olor".
En 1941 hubo una mayoría enorme
con partizanos. El odio para con ustaša fue transferido a todos los católicos y
musulmanes. El Partido y todos nosotros no hicimos mucho para cambiar este
estado. Recordé entonces a Pero de su discurso que dirigió al batallón de
Kievo, oportunidad en que explicaba motivos por qué el ex comandante "Boro"
— en realidad un musulmán, Atif Bešlić — fue removido de allí. Fue, como
musulmán, persona no idónea. Su puesto fue cubierto por Vojislav Djokić,
hijo de un pope servio, ex mayor del ejército yugoslavo (monárquico). La
condición de hijo de un pope fue destacado por el mismo Pero. No extraña, en
consecuencia, que los servios por eso consideren que ser musulmán significa ser
menos que servio.
"Esta fue sólo una
maniobra, porque me enteré que el batallón se rebeló teniendo como comandante a
un musulmán", agregó Pero.
"Entonces fue más
conveniente explicarle el asunto y no hacerle complacencia", dije yo.
En Miljevina encontramos un
tremendo espectro. Cerca de un arroyo, por donde teníamos que transitar a
caballo, estaba un montón de cuerpos de las mujeres y los niños degollados.
Encima había caído la nieve. De abajo de la misma aparecían piernas, cabezas,
manos y espaldas. Los cadáveres fueron desfigurados, hinchados. La nieve que se
derretía fue rosácea y gris por la sangre y podredumbre. Según los restos pudo
comprobarse que las aves de rapiña despedazaban y tiraban a los cadáveres. En
varios lugares hubo destrozos de cuerpos y las aves comían de los mismos la
carne humana. Se desprendia un mal olor en el aire porque el sol brillaba ya
varios días. En la valle hubo algunas casas destruidas por el fuego.
Cabalgando por el camino hacia
Foča encontrábamos aldeas quemadas por todos los lados: Las aldeas de
Daničići y Sutjesno estaban quemadas por completo. Sus moradores que
no escaparon a tiempo, fueron fusilados o degollados. En todo ese trayecto no
encontramos ni un solo musulmán o musulmana. Yo creía al principio, que la
mayoría había escapado, mientras los demás se habían escondido hasta que no
comprobaran la posición que habrán de tomar los partizanos en cuanto a su
suerte. Pero ¿dónde están? Antes había en el distrito de Foča el 67% de
musulmanes.
Me atormentaba la cuestión ¿en
dónde habrían podido esconderse en esta época de invierno tan riguroso? ¿Cómo
la pobre gente sufre y hasta cuándo podrá aguantar? Me subían ante los ojos los
tremendos escenarios que vi en esta guerra.
Me liberé de estos pensamientos
que me oprimían, cuando Rade exclamó: "¡Foča!" Desde una curva
que se halla de abajo de la fábrica de tabaco, vi lugar de mi nacimiento. ¡Que
alegría me causaba al verlo cuando regresaba allí durante mis vacaciones
escolares! Esta vez deseaba pararme un poco. En mi alma hubo tristeza y miedo.
Me parecía que este magro caballo bosniaco me llevaba a un espantoso abismo
contra mi voluntad. Intenté dominarme. Del otro lado de Drina se extendía, como
un espectro, la linda y pintoresca ciudad de Foča de antaño. En lugar de
techos rojos, casas blancas y de jardines multicolores, aparecían desde abajo
de la nieve negros restos de quemaduras. En el puente nos esperaba la patrulla.
De la ex aduana salió un partizano. Lo reconocí, fue Vojin Božović,
montenegrino. Trabajó un largo tiempo en Foča y fuimos buenos conocidos.
Nos saludarnos con apretón de mano sin pronunciar palabras. Pasamos el puente
caminando. El puente estaba todavía manchado de sangre. De abajo del puente,
pendían de las paredes de las casas estalagmitas de sangre como en el reino del
Príncipe de infierno. Bajo este baldaquín tremendo el río Drina balanceaba
cuerpos exánimes corno si quisiera hacerlos dormir. Allende del rio yacían
cadáveres hinchados de mujeres, niños y de otra gente vestida de civil o de
campesinos regionales. Algunos de los muertos estaban desnudos.
"Aquí sobre el puente se
ejecutó el degüello de los hombres...", me aclaraba Božović, el
capitán. Sergio Mihaljević y el comandante de la localidad, el prota
(sacerdote servio ortodoxo) Vasilio Jovičić dieron la orden para que
se procediese al arresto de todos varones musulmanes. Más tarde, todos que
superaban la altura del fusil de caballería, fueron degollados. En general, la
gente fue ejecutada por todos los rincones: en las casas, los patios y en
calles. Luego llegaron a su turno mujeres y niños. El río Drina echaba
cadáveres afuera. Para impedirlo, les cortaban las barrigas para que se hundiesen".
¿Quién hizo esto?",
preguntaba yo.
"En su mayoría los
conciudadanos de la localidad y los "četniks" servios, pero hubo
poco de estos últimos. Los "četniks" entraron sin lucha y la
resistencia y de la misma manera se fueron. Cuando llegó nuestra brigada y un
grupo de Kalinovik (también una localidad de Bosnia), los
"četniks" servios y algunos de la misma Foča se fugaron,
mientras los demás se quedaron sin que nadie los molestara. Así, durante seis
meses, hubo sólo 12 personas que se plegaron a la invitación para que
colaboraran con el régimen de "ustaša", mientras durante ocho horas,
casi la totalidad servia se convirtió en "četniks", iniciando la
matanza de todos sin distinción alguna y sin preguntar por la culpa o no de sus
víctimas. No pudo encontrarse ni doce personas entre dieciseis mil servios para
tomar bajo su protección por lo menos a un solo musulmán, a su familia o sus
bienes de entre ocho mil musulmanes matados en el distrito de Foča. Esta
es una mancha que nadie podrá borrar de la cara de sus conciudadanos servios.
Es un crimen que no tiene parangón.
"Nací en esta ciudad, crecí
junto con servios. Entre musulmanes y servios regían las relaciones correctas
de vecinos. En Foča no hubo bares ni restaurantes aparte, pues por
dondequiera vivíamos mezclados; los servios frecuentaban nuestras
organizaciones y actos públicos y nosotros, a su vez, las de ellos. Algunos
años antes de la segunda guerra mundial fue fundada la sociedad de
"četniks". Sus socios recibieron fusiles, de vez en cuando
marchaban en uniformes servios y, a decir verdad, nos amenazaban. Durante siete
meses de la existencia del poder del Estado Croata, de treinta y ocho mil
musulmanes del distrito de Foča, sólo doce personas se incorporaron al
movimiento "Ustaša". Esto fue así, especialmente, porque
"ustaši" eperaban con slogans antiservios. Esta gente a su vez fue un
elemento marginado y proletarizado, que de ningún modo pudo representar a los
musulmanes. Durante esos siete meses se procedió sólo al arresto de unas veinte
o treinta personas: posiblemente todos fueron fusilados. Fueron llevados a
Sarajevo, lo que provocó un malestar entre los musulmanes. Yo personalmente se,
que muchos hombres de consideración intervenían para liberarlos. Ni un solo
ciudadano de renombre de Foča por nada aprobaba el proceder de los
"ustaša". En la misma ciudad nadie fue fusilado, nadie fue saqueado y
a nadie se hizo el allanamiento.
Desde el puente Donje Polje el
espectáculo en nada fue mejor. Las casas que no fueron quemadas, estaban sin
ventanas y puertas y parecían estar abandonadas. Pero, no obstante, la gente
circulaba. Encontraba a las patrullas de partizanos y a civiles. Con dificultad
pude reconocerlos, pues todos parecían cambiados. Cerca del bar de
Guičić hubo una gran cola de las mujeres musulmanas, de niños y
alguno que otro hombre de mayor edad. Todos tenían recipientes en sus manos.
Evidentemente algo se distribuía allí. Quise hablar con algunos. Descendí del
caballo y me separé de mi comitiva.
"Llegaré poco más
tarde", les dije.
Difícilmente reconocía las
caras. Me miraban obtusamente y sin expresión. Sin entusiasmo o de odio. Uno
pudo fácilmente darse cuenta que habían pasado momentos de tremendo espanto.
"¿Qué están
esperando?" preguntaba yo.
"Nos distribuyen una
especie de caldo de frutas secas".
Se separó de la fila Ferida
Mulabdić, estudiante de medicina, una simpatizante nuestra (de
guerrilleros comunistas. - Obs. del traductor). Apenas pude reconocerla. Su
cara se había hundido. El brillo de sus ojos se había apagado. Deba impresión
de haber envejecido. La invité a que me acompañara.
"Espera hasta que reciba el
caldo, pues mi madre está con hambre, y yo tampoco he comido desde hace
mucho".
"Ven conmigo, pues mi
comitiva tiene algo para mí y compartiremos. Te ruego me cuentes cómo sucedió
todo esto".
"¿Qué te puedo contar? Ya
lo ves tú solo. Uno no sabe por dónde empezar". Del lado nuestro algunos
viejos musulmanes llevaban a sus muertos. No tenían ni un caballo, por lo cual
algunos tiraban y otros empujaban.
"Como ves, hace casi unos
diez días que pasa esto, desde que llegaron los guerrilleros. La gente está
recogiendo a los muertos y los sepulta".
Llegamos al puente Čehutin.
"Aquí todo sucedió de
repente. Está preparándose el ataque de los partizanos, se murmuraba. Al alba un
regimiento de domobrani (ejército croata regular) y unos pocos
"ustaša" abandonaron a Foča y se retiraron hacia Broca, porque
los italianos les comunicaron que no se iba a defender la ciudad que será
entregada a manos de los "četniks". Los italianos se fueron
hacia Plevlje después de la medianoche, mientras los "četniks"
llegaron el mismo día por la mañana. Esta misma mañana todos los servios
estaban ya con insignias de "četniks" y con fusiles. Una decena
se autoproclamó "vojvoda", centenares comandantes, etc. El comandante
del lugar es el prota de Foča Jovičić, conocido por su mala
fama. Todos los musulmanes fueron obligados a entregar las llaves de sus
negocios y el duplicado de sus domicilios particulares. Pero nadie abría la
puerta, por lo cual fueron forzadas. La siguiente noche empezaron con
degüellos. Para llevar a mi padre y hermano llegó Dejan Kočović con
algunos campesinos y con la hermana de él mismo. Mientras estaban atándolos,
ella empezó a golpearnos para que le dijeramos dónde teníamos oro. ¡Dios mío!,
es para no creer, que nuestra primera vecina con que estabamos siempre en
buenas relaciones, fue capaz de hacer algo semejante!"
Entendido, pero "¿qué pasó
con Vlado Hadživuković, Vasilio, Sunara, Slavko, Mazić y con otros
servios de consideración que nosotros los musulmanes teníamos como amigos y los
protegíamos de "ustaše"?
"Vlado y Vasilio estaban en
el Comité directivo de la localidad donde elaboraron el plan de fusilamiento.
Slavko fue destinado con Bobo Jojić para tomar en posesión nuestros
negocios. Y les dimos todo. En Foča no podrás encontrar ni una sola casa
musulmana en que habría reservas de vestimenta, camisa para cambiarse o harina
para preparar el pan. Nuestros muebles fueron llevados por los que hacían
pillaje. Las noches fueron más que espantosas. Durante los días llevaban la
gente al fusilamiento. Durante las noches iban de una casa a otra donde
golpeaban y violaban. Pudo oirse sólo los gritos y ver el fuego. Antes de
matar, sometían la gente a suplicios. También en las mismas calles pudo
observarse escenas de espanto. Un día prepararon la caza. Una verdadera caza de
hombres. Llevaron unos cuantos perros y unos cien soldados y se fueron a
montañas para cazar a los que habían escapado a la muerte. Los rastros en la
nieve y los perros descubrian sus refugios. Al anochecer del mismo día oímos
disparos, no hacían regresar a la gente a la ciudad. La mataban en el lugar
mismo, donde la encontraban".
"Nosotros teníamos en la
ciudad un grupo de simpatizantes, dedicado a la impresión de volantes y a la
distribución del material de nuestra propaganda. ¿Qué pasó con ellos?"
"A Enes Čengić y
a su padre degollaron ya la primera noche, para matar luego a algunos y colgar
a otros. En general, excepto Fajko Kurspahić, que se había escondido,
todos fueron muertos. La parte servia de este grupo está aquí, trabajando en la
sección de propaganda de los guerrilleros comunistas".
"Pero, ¿cómo se comportaron
ellos?"
"Estaban pasivos, mientras
algunos incluso tenían insignias de "četniks".
"¿Consiguieron estos
degolladores escapar o nosotros capturamos a algunos de ellos?"
"Escaparon sólo unos
cuantos de ellos, los demás quedaron aquí, fueron reconocidos como guerrilleros
teniendo su propia unidad. Su comandante es Stroja Kovačević, el
autoproclamado "vojvoda" y que fue uno de los peores degolladores.
Nada se hizo para castigarlos. Es por eso que me puse un poco alegre, cuando te
vi".
"Vete, por favor, a ver a
mi madre y a mis hermanas, diles que estoy aquí y que las visitaré apenas
termine mis tareas en el Cuartel General".
Tenía la impresión de que estaba
cabalgando por las calles de una ciudad ajena, entre la gente ajena y después
de una tremenda "visita" de Gengis Khan o de ávaros. No pude
comprender lo que sucedió en mi lugar de nacimiento.
El Cuartel General se había
alojado en el hotel "Gorstl". No dijeron que Tito me estaba esperando
hace un rato, que entrara pues el mismo estaba en su pieza. En la antesala me
paró el acompañante, advirtiéndome que alguien ya estaba con Tito. Después de
un instante salió Stroja Kovačević, barbudo, vestido de oficial y con
botas. De sus espaldas colgaban pertrechos. En su gorra tenía estrella de cinco
rayos. No me saludó. Sólo miraba con un enigmatico vistazo mi F.M. (policía
militar) y mis granadas, colgadas de mi cinturón. Tito lo acompañó hasta la
puerta.
"¿Qué hace éste
contigo?" preguntaba yo a Tito.
"Este es el comandante del
regimiento de partizanos de Foča. Abandonó a los "četniks"
y pasó a nuestras filas. Un valioso joven y mediante su intervención vamos
atraer mucha gente más. Lo envío hoy con Boro Tošević a Celebići para
recrutar una unidad más. A ti te necesito con "urgencia", me dijo
Tito. "Llegaste a tiempo", continuó. "Mañana iremos para
dialogar con los de Curevo (aldea musulmana en el distrito de Foča). Allí
algunos musulmanes recharazon la invitación para entregar armas. Nos mandaron a
sus parlamentarios para comunicarnos que no nos tocarían a nosotros, pero armas
no entregarían, pues las necesitan para su defensa de los
"četniks". Mientras tanto nosotros al echar a los
"četniks", estamos efectuando una gran mobilización, necesitamos
armas y, por fin, no podernos tolerar a otras unidades armadas en nuestro
territorio que no son nuestras. En el viaje te lo va explicar Lola Ribar. Los
demás musulmanes de aquí son indiferentes en cuanto a nosotros. Tú vienes de
una familia musulmana descollante, debes mover sus masas para que opten por
nosotros. Oí que los "četniks" te quemaron la casa y mataron a
tu hermano. Todo esto será muy apropiado para que tú empieces a propagar la
unidad con los servios y que los demás musulmanes les extiendan su mano de
conciliación. Repensarás bien todas las circunstancias con Ferid y me darás el
plan apenas regreses de Curevo. Ahora vete a descansar porque durante del día
de mañana tendrán que regresar".
Con dificultad reconocí a mis
hermanas. Se habían cambiado muchísimo. Parecían demasiado atemorizadas. Mi
madre estaba también debilitada. Todos los muebles de nuestra casa habían
llevado. La obligaban a decir en dónde tenía oro.
"Ayer a la noche lo
entregué al comandante".
"¿Cómo se llama?",
preguntaba yo. Me dijo un nombre y describió su aspecto. Pero ellos volvían a
aparecer, y ella les contestaba siempre lo mismo. Sergio Mihajlović había
dado la orden para encontrar a dicho comandante, porque quiso obtener su parte
del botín de una renombrada familia musulmana".
Esa noche no podía dormir,
escuchaba tremendos relatos acerca de la tiranía de miedo de los
"četniks". Mi familia se escondía luego en varias casas ajenas.
Nuestros vecinos, Milan Hadživuković y Savo Niković, no permitieron
que se refugiasen en sus casas, tratando convencerlas para que se quedasen
tranquilas en casa propia. For eso se escondían en casa de los musulmanes
pobres, donde los "četniks" no tenían un interés especial para
ir allí. Tampoco supieron decirme quién mató a mi hermano. Fue hallado muerto
cerca del río Drina, despojado de todo y con un tiro más arriba de las cejas de
su ojo derecho fue apagada su vida. Fue sepultado después de la retirada de
"četniks".
Orner -bey Čengić,
quien fue excluido de la escuela de cadetes (Austria) por su orientación
proservia, voluntario, fue alcanzado y degollado en el piso de su propia casa.
Para nada le sirvieron sus distinciones, ni su fervor proservio, porque fue un musulmán.
Salih ef. Hasić fue el
presidente de la comuna, gran-servio e integrante del partido JNZ (comunidad
nacional yugoslava — organizado por Belgrado durante la dictadura del rey
Alejandro Karageorguević).
AI día siguiente por la mañana
un mensajero me trajo el caballo. Cabalgaba rumbo a Brod. Siete kilómetros río
Drina arriba fueron siete kilómetros de muertos y casas quemadas. Desde allí
hacia Vurevac la imagen no cambiaba. Después de unos diez minutos de viaje más,
nos advirtieron desde una colina para que nos parásemos. Empezamos a
entendernos gritando. No nos permitieron adelantar con armas. Luego de
comunicarles que veníamos a tratar con ellos, permitieron que yo, Ferid
Čergić y Lola Ribar (un comunista croata) entráramos a la aldea sin
acompañantes ni armas. Para cada eventualidad escondimos granadas de mano y en
nuestros bolsillos teníamos revólveres desenfundados. Nos esperaba un joven,
quien nos llevó a su comando. Sobre las espaldas tenía un viejo rifle de caza.
En una pequeña casa aldeana nos esperaban unos cuantos musulmanes. Estaban
vestidos de campesinos como si hubieran recién llegado de sus campos. Cuando
entramos, se levantaron y quedaron parados.
"¡Bienvenidos!" —
"Selam Alejkum", contesté yo.
Ellos poco más serios sólo se
miraron y nada me contestaron.
"Este es el hijo de Husein
-bey, yo soy Čengić de Vihovići", dijo Ferid.
"Hemos oído que uds.
estaban con los partizanos", dijo uno de ellos. "Bueno, pero ¿con qué
fin vienen a vernos?" Yo les comuniqué nuestros planes e ideas. Entonces
se levantó un campesino alto, huesudo, de mediana edad, para contestarnos:
"Hermanos", empezó con
una voz insegura pero resoluta, "casi el distrito entero fue degollado. No
encontrarán aldea musulmana alguna que no fuera quemada. Todo esto sin razón
alguna. En Curevo Inferior quemaron completamente la aldea con su gente. Toda
la región olía por la carne humana, quemada durante varios días. Nosotros, para
que los "četniks" no nos masacren, decidimos reunir armas y
morir como hombres y no degollados por "četniks" como corderos.
No lucharemos contra vosotros partizanos. Nadie de nosotros abandonará a la
aldea tanto con armas como sin ellas. No nos metemos en ninguna clase de
política. Defendemos las vidas de nuestos hijos y de nuestras mujeres. ¿Es
razonable que nosotros entreguemos nuestras armas a Uds.? A pocos kilómetros de
aquí están los "četniks". Ellos están esperando ese momento para
poder degollarnos como a ovejas".
"Nosotros les vamos dar una
unidad de custodiar a vuestra aldea", les dijo Lola Ribar.
"Para no sufrir molestias,
déjennos nuestras armas y a nosotros en paz. Nosotros nos defenderemos solos
como sabemos y podemos. ¿Qué pasaría si ustedes se retiraran de este terreno?
Estamos en la guerra. Ustedes ayer no estuvieron aquí y, posiblemente, no
estarán tampoco mañana", decía un viejo.
Ribar empezó a hablar que
nosotros no toleraremos que alguien en nuestro terreno tenga formaciones
militares a excepción de nuestras.
"Jóven, este es nuestro terreno
durante centenares de años, aquí están nuestros hogares. Nosotros quedaremos
sobre este suelo. No nos toquen y nosotros no tocaremos a ustedes. En vano
perdemos tiempo".
Nos saludamos y nostros
estábamos de regreso.
En una colina estaba una mujer con
fusil, observando todo alrededor. A nosotros nos acompañaba el joven que nos
hizo entrar en su aldea.
"¿Tienes unas balas,
bey?", me preguntó discretamente para que no lo oyesen los demás. "No
tengo balas, pero te doy dos granadas, le contesté en voz alta y se las
entregué. Pedí también de Lola y de Ferid una de cada uno y se las
entregamos".
"¿Eres tú también un
musulmán?" preguntó a Ribar. "Yo soy servio", contestó Lola.
"Todo el honor, joven, pero dime ¿por qué nos matan los servios de esta
región?" "Estos son los ustaša "servios", contestó Lola.
"Pero, por Dios, los
"ustaša" no procedían de esta manera".
Cabalgando de abajo de Curevo,
pasábamos a través de una aldea servia. Allí se habían congregado campesinos
para interrogarnos (sobre el resultado de nuestras conversaciones en Curevo).
"¿Estuvieron en el nido de
los "ustaša?" "¿Que dicen los turcos?" "¿Tienen armas
y municiones?" "¿Se atrincheraron?" "¿Son muchos?",
estas fueron sus preguntas. "Ellos no son "ustaše" sino gente
honrada", les contestó Ribar. "Tienen cañones, ametralladoras, mejor
que no pregunten".
Ribar estaba de acuerdo con mi
opinion de que era necesario dejar armas en poder de los que vivían en Curevo,
pero me di cuenta que él, como tampoco Ferid no iban a sostener enérgicamente
esta opinión, cuando llegamos al Cuartel General.
Tito llamó a Ribar para que lo
informara acerca de las conversaciones, mientras yo y Ferid quedarnos con
algunos comunistas musulmanes de Foča, para examinar en qué forma atraer
masas musulmanas a nuestro movimiento.
A la mañana siguiente regresó la
unidad de Stroja Kočević, formada en Foča, reforzada por dos
grupos del batallón que acompañaba al Cuartel General, teniendo a su
disposición lanza minas, ametralladoras pesadas y un pequeño cañón de montaña.
"Vos irás hoy otra vez
conmigo a Curevo. Con nosotros irá también Rade Hamović quien dirigirá el
ataque en caso de que Curevo no aceptara nuestro ultimátum", me dijo
Kočović. "Yo no puedo ir, que lo haga Ferid", contesté.
"Tito dio esta orden",
fue su réplica.
Me fui a ver a Tito y le dije,
que yo no podía ir con Strojo, quien degollaba en Foča, especialmente no
puedo ir ahora, cuando se intenta de desarmar a la gente que defendía sus vidas
de estos criminales emboscados.
Así, sustituyéndome, se fue
Ferid Čengić.
La gente de Curevo entregó sus
armas a la palabra de honor y la promesa de que todo esto les será devuelto, si
los partizanos se vieran obligados a retirarse. Hasta tanto una decena de
partizanos vigilarán y custodiarán a la aldea, pero la misma debía proveerles
alimentos. Además de las armas, Curevci (habitantes de Curevo) tuvieron que
entregar también 150 vacunos y 300 ovejas.
En mi informe, efectuado en el
Cuartel General en cuanto al recrutamiento de las masas musulmanas, he
propuesto lo siguiente:
Redactar una declaración
pública, condenando el degüello ejecutado contra la gente musulmana de
Foča; organizar una Comisión especial que se encargaría de asegurar la
devolución a sus propietarios de los objetos y alimentos que habían
desaparecido como la parte de pillaje. Suprimir el Comité popular, constituido
exclusivamente por servios, entre los cuales algunos "četniks" y
un solo musulmán, Ferid Čengić, quien no era nativo de Foča.
Nombrar un nuevo Comité popular que se constituiría de acuerdo con el número de
los habitantes de Foča, musulmanes y servios no comprometidos. Suprimir al
tribunal actual que, en vez de juzgar a los degolladores de
"četniks" y dar la satisfacción posible a los musulmanes,
condenó a la pena capital a 13 musulmanes. Entre ellos también al tribuno
popular, quien fue un virulento opositor al régimen de Belgrado ante la guerra,
presidente de la Comuna de Ustikolina, Suli -bey Čengić, quien, como
me decía Moša Pijade (un judío serbizado de la capital servia y el alma entre
los más íntimos colaboradores de Tito) fue un hombre correcto y que debíamos
invitarlo a la colaboración con nosotros. Nombrar un tribunal popular que
debería juzgar a todos los degolladores y condenar al degüello organizado
dentro del territorio de los partizanos.
Una postura de esta clase, justa
en cuanto a los musulmanes, despertará la confianza de los mismos en el
movimiento guerrillero, optando por nosotros. Este, según mi opinión, fue un
momento propicio. Los "ustaša" fueron comprometidos como colaboradores
y siervos del ocupador, mientras los "četniks", por sus
crímenes, provocaron odio de todos los hombres honrados, especialmente de los
musulmanes, contra los que cometieron horrendos crímenes. Si omitimos hacer
esto, entonces Pavelić aprovecharía la oportunidad para presentarse como
único defensor de las vidas de los croatas en la Bosnia oriental, mientras al
mismo tiempo nosotros nos hallaremos comprometidos por haber aprobado a uno de
los crimenes más repugnantes, cometidos en la historia de Bosnia. Así, quizá, perderíamos
para siempre las masas locales en esta región.
Conmigo estaba Ferid
Čengić, quien no tuvo coraje, al preguntarle Tito, de confirmar que
compartía mi opinión.
En esta reunión donde nos
aconsejabanios, estuvieron presentes Tito, Marko (Aleksander Ranković),
Moša Pijade, Lola Ribar, Milutinović Milan y Milovan Djilas. El único que
había aceptado mi opinión, como me parecía, fue Milutinović quien expresó
la idea, en cuanto a este problema, de convocar a una reunión del Comité
Central y del Cuartel General. Tito replicó que el asunto era completamente
claro y que acerca de esta cuestión no teníamos mucho que discutir. Aleksander
Ranković a su vez me contestó: "Hay que considerar como un gran éxito
político nuestro que la masa básica de los "četiniks" se adhirió
a nosotros. Nosotros no podemos, tomando el hecho en consideración, arrestar y
condenar a sus comandantes, si bien los mismos habían cometido crímenes contra
la población musulmana. Además, los musulmanes todavía están claudicando v no
cabe todavía hablar de su transición masiva a nuestras filas, mientras la de
los musulmanes individuales puede solo hacernos daño, porque provocaría una
mala reacción por parte de los servios. Nosotros por momento no necesitamos en
Foča musulmanes como luchadores sino como ayudantes. Nosotros tenemos
talleres de sastres, de zapateros y otros. Los musulmanes no quieren trabajar
para nosotros; su tarea es de atraerlos. Naturalmente, nosotros a nuestros
simpatizantes y socios del partido vamos a esconder y enviarlos a otros lugares
donde podrán actuar en estas condiciones".
"Yo personalmente no acepto
la transición de "četniks", pues ellos se rebelarán en la
primera oportunidad que se les ofrezca", dije yo.
Pero la opinión de Marko fue la
opinión también del Cuartel General y yo no pude hacer nada al respecto.
"Yo personalmente puedo
empeñarme con todas mis fuerzas únicamente de acuerdo con el plan que acabo de
exponerles", dije a Marko.
Esperaba dos días la decisión
del Cuartel General. Nadie me llamó. Me pareció que se me consideraba persona
no indicada para el trabajo político en la localidad de mi nacimiento.
Durante dicho tiempo aproveché
la oportunidad de informarme mejor acerca de lo que pasó en esas regiones.
Hacía apuntes sobre las
conversaciones con las gentes musulmanas y católicas, que fueron sometidas al
degüello y con servios "četniks" quienes las degollaban. He
observado todo lo que estaba quemado y localidades en que
"četniks" mataban; visité también la cárcel de "četniks",
donde las paredes estaban salpicadas por la sangre y sesos (de los cráneos
rotos). Miraba alrededor las aldeas servias y musulmanas. Por tener el uniforme
de oficial yugoslavo, un sobretodo de cuero, MP, cabalgaba en caballo, los
campesinos servios tenían confianza en mí, suponiendo de que se trataba de un
servio.
"¿Qué clase de servios son
Uds. — me preguntaban esos campesinos servios — si no nos permiten exterminar a
los turcos?"
"Pero el serbismo no
consiste en el degüello de los musulmanes", intenté de aclararles y dije que
era una vergüenza lo que estamos haciendo aquí, si sabemos cómo viven los demás
pueblos.
"Ojalá, que Uds. se vayan y
nosotros les daremos", replicó una mujer.
Los musulmanes estaban
empavorecidos. No se nos quejaban como tampoco se dirigían a nosotros.
Así, paseando un día cerca del
río Drina, encontré a una mujer musulmana, que se me acercó y me contó:
"Yo soy madre de Ibro Muftić. El, junto con Ti, estaba en la escuela
y fue tu compañero".
"Si, sí, me acuerdo. ¿Qué
pasó con él?"
Lo degollaron, como también a su
padre y a mi hijo menor Abdurahman. Quisieron también degollar a mí, pero uno
de ellos observó: `Déjenla que viva y cuente qué clase de suerte tocó a los
turcos' ".
"¿Quién hizo esto?"
pregunté.
"Ranko Popadić y
Zečević. Hoy mismo vi a los dos. Popadić es ya el
comandante".
Apresurado, corrí al Comando de
la localidad. Allí estaban Čolaković Rodoljub y Risto Todorović.
Con gran emoción les conté todo estoy pedí para que se arrestara a esos
degolladores.
Čolaković y
Tošović por nada fueron asombrados ni emocionados por mi relato.
Čolaković, incluso, dijo lo siguiente: "Si nosotros
procedieramos a arrestar a los degolladores de entre los servios locales,
entonces deberíamos arrestar a la mitad de nuestro Comité popular y a la mayoría
de soldados".
"Todo esto es tremendo,
camaradas, que nosotros nada emprendemos sino los aceptamos a nuestras
filas".
"Nosotros no podemos llevar
a cabo una política antiservia, porque en nuestro ejército hay más de 95% de
servios", me dijo Tito, cuando pedi su intervención en este caso.
"Pero esta no es una
política antiservia. Esta es una política "antidegollista" y estoy
bien convencido que no es así en los demás lugares".
"Tú tienes un aspecto malo,
debes dormir y descansar", me contestó Tito despidiéndose.
Entonces comprendí que no fui
nada. Nadar contra la corriente me resultó imposible para mi solo. Estos no
fueron los días de mis dudas, encontrándome en el punto mismo de la rotura y
entonces me saltó a la cabeza la idea de abandonar a los partizanos. Pero yo
sabia también que me fusilarían sin misericordia si manifestara esta intención.
¿Intentar huir? No pude hacer ninguna opción. Alrededor mío estaban solo
"ustaše", "četniks" y alemanes.
Debía quizá encubrir mi postura.
No oponerme a la postura del Cuartel General y recién desde una posición firme
de un comandante tratar de hacer lo que fue posible. No obstante, yo era de
opinión de que debía llevar la atención del movimiento y el Comando sobre sus
errores".
(Traducido y comentado por:
F.N.)
Miloš Obrknežević
Hace treinta y seis años, el
4/IV/1942, casi un año después de la restauración del Estado Independiente de
Croacia, los órganos periódisticos de ese Estado publicaron el decreto ley N
XC-800-Z-1942 (40, 41, 42, 44) sobre la constitución de la Iglesia ortodoxa
croata[10].
En base a este instrumento legal fueron confirmados el 5/6/1942 los estatutos
de la Iglesia ortodoxa croata y el 7 de junio del mismo año fue entronizado el
primer metropolitano de Zagreb, su excelencia arzobispo Germogen (43, 87). La
Iglesia ortodoxa croata fue activa en Croacia hasta terminar la guerra y luego
fue disuelta por las nuevas autoridades de Yugoslavia y el metropolitano
Germogen fue asesinado. En la organización de la Iglesia ortodoxa croata (en
adelante IOC) participé activamente como redactor del estatuto eclesiástico,
como negociador con el gobierno croata y como secretario de Su Excelencia
Germogen.
Hoy, al cabo de más de siete
lustros, corresponde decir una palabra serena y objetiva de la verdad acerca de
la fundación y la función que ejerció la IOC en el territorio del EIC (Estado
independiente de Croacia) durante la última guerra. Para comprender mejor cómo
se llegó a la fundación de esta iglesia autocéfala es indispensable una breve
reseña histórica de la evolución de la santa ortodoxia en las regiones
habitadas por los croatas, es decir en el territorio de las actuales repúblicas
de Croacia y Bosnia-Herzegovina.
RESEÑA HISTORICA DEL ORTODOXISMO
ENTRE LOS CROATAS
Período preturco
Antes de producirse el cisma
definitivo con Roma (1054), el antiguo patriarcado de Constantinopla no llegaba
hasta las regiones habitadas por los croatas salvo en ciertas partes de
Ducleia, lo que quiere decir que no comprendía los territorios al oeste del río
Drina y de la ciudad de Budva (67, 75, 80, 81, 98). Incluso cuando se produjo
el cisma de Focio (863-923) y cuando el metropolitano de Split optó por
Oriente, quedó fuera de la jurisdicción de Constantinopla y fue subordinado al
patriarca de Aquileia. Esta situación tampoco cambió cuando los búlgaros
fundaron el patriarcado de Ohrid (927-1018) ni cuando se consumó el cisma
definitivo de la cristiandad (1054) en la iglesia occidental (católico-romana)
y en oriental (ortodoxa, greco-oriental).
La primera penetración de la
ortodoxia al territorio habitado por los croatas, tuvo efecto a principios del
siglo XIII después de la conquista de la Croacia Roja (Ducleia o Zeta, Travunje
y Zahumlje) por parte de Stevan Nemanja, gobernador de Rascia, y por parte de
Stevan, su hijo, en aquel entonces ya coronado rey de los servios (67, 75, 80,
81, 98). En 1219 Sava Nemanjić organiza la Iglesia ortodoxa servia y funda
tres diócesis en las comarcas católicas croatas: en Ston y Prevlaka (Kotor). La
primera pronto se extinguió por carecer esa zona de creyentes ortodoxos y la
segunda logra mantenerse hasta 1485 cuando fue transferida a Cetinje en el
Montenegro actual. Mientras tanto, en la zona de la actual Herzegovina oriental
y del Montenegro la Iglesia ortodoxa servia, con la ayuda de la organización
estatal servia y las presiones esporádicas (incluyendo las
"conversiones" forzadas), consiguió limitar el catolicismo a una
angosta faja costera. Durante la dominación turca el proceso de transición a la
ortodoxia en esas zonas terminó con la desaparición de los últimos católicos en
Montenegro (alrededor de 1650) y restringiendo la faja costera marítima a
islotes de los croatas católicos alrededor de Kotor. Los croatas católicos del
litoral de Dubrovnik lograron mantenerse bajo la protección de las fronteras de
la república de Dubrovnik. Al oeste de los ríos Drina y Neretva (Bosnia) y al
norte del río Sava (Srijem) no hay mención de ortodoxos entre la población
croata hasta la invasión turca (20, 23, 24, 25).
PERIODO DE LA INVASION Y DOMINIO
OSMANLIES
(1, 6, 20, 23, 24, 25, 54, 58,
63, 80, 86, 89, 91, 53, 82)
Con las primeras embestidas de
los osmanlíes aparecen en el territorio de la Bosnia oriental los primeros valacos,
pastores nómades, provenientes de la orilla este del río Drina, de la comarca
llamada el Viejo Valaco (Istari Eflak). Esos descendientes de la primitiva
población romana o romanizada en la península balcánica eran ortodoxos (a
diferencia de los valacos croatas católicos en el sector Dinara-Velebit) y se
los conoce también en distintos lugares y en distintas épocas como arumanos,
cinzares, Rišćani, Rkači, y greco-orientales. Con la súbita caída del
reino de Bosnia (1463) y con la creciente penetración osmanli en Croacia,
conjuntamente con los valacos pastores se presentan también esos valacos como
fuerzas auxiliares irregulares llamados martolozi (filurdzi eflakan), llevados
por los osmanlíes a las areas recién conquistadas, e incluso como inmigrantes
campesinos para radicarse y cultivar los campos en la Croacia Central devastada
y despoblada a causa de las incesantes guerras y embestidas bélicas. Esos
inmigrantes ortodoxos, según dijimos, eran en su mayoría valacos y pastores, en
parte eslavizados y provenían de las zonas remotas balcánicas: Gran Valaquia
(Grecia), Macedonia, Bulgaria, Servia, Stari Vlah (Rascia), Albania, Montenegro
y la Herzegovina oriental. Arrastrado por fuertes corrientes migratorias de los
valacos se encontró también cierto número de integrantes de otras
nacionalidades: montenegrinos, servios, (Rašciani, Raci), macedonios,
albaneses, búlgaros, griegos e incluso croatas (Uskoci, Prebjezi, Bunjeveci,
Predavci). El habla de los valacos que seguían esta corriente, denominada
dinárica, era además del dialecto valaco-romano, prevalencientemente el
dialecto ijekavako-novoštokavski debido a su paso gradual por las comarcas de
habla ijekavaski o por haber residido largo tiempo en áreas ijekavski de las
zonas orientales de Herzegovina, Montenegro y Sandžak.
La Iglesia ortodoxa acompaña a
sus emigrados. Primero aparecen los monasterios, algunos construídos sobre las
ruinas de los conventos franciscanos abandonados. Durante los siglos XVI y XVII
se fundan en el territorio ocupado por los turcos tres monasterios en
Herzegovina, 8 en Bosnia, 9 en la Croacia oriental (2 en Eslavonia, 7 en
Srijem), 3 en la Croacia meridional (Dalmacia) y 4 en la Croacia turca
(Bosanska Krajina). En la Croacia propiamente dicha y católica, gobernada por
el Virrey, se fundaron dos monasterios. En el monasterio de Krušedol, Srijem,
los últimos Branković fundaron en 1502 la primera metrópoli ortodoxa
(cismática) en el territorio croata. Sin embargo, mientras que en Srijem los
prófugos ortodoxos eran mayormente servios (de habla ekavski), en las demás
regiones croatas y especialmente en el cordón militar, contiguo a la frontera
turca, prevalecen entre los refugiados, según dijimos, los valacos (de habla
ijekavski). Después de haberse establecido en Peć (1557) el patriarcado
servio, este logró subrogarse y someter a su jurisdicción la mayor parte del
clero ortodoxo, comprendiendo también el clero valaco-griego (fanariotas),
disperso por las áreas de Croacia y de Hungría meridional, ocupadas por el
imperio osmanli. Macario, primer titular del patriarcado de Peć después de
su restauración, fundó episcopado en Drahovica para la Eslavonia turca y la
diócesis Dabro-bosníaca para el resto de Croacia-Bosnia bajo la dominación
turca. Luego sigue un período (1557-1690) de estrecha colaboración con los
turcos y en ese tiempo el patriarcado de Pec es una importante fuerza
teocrática y feudal, especie de un poder autónomo dentro del imperio osmanli.
Aprovechando esta situación los patriarcas de Peć emprenden intensivas
campañas para forzar la "conversión" de los croatas católicos a la
ortodoxia y ejercen presión sobre el clero católico, obligándolo a pagar
tributos a la jerarquía ortodoxa. Entonces se dieron condiciones muy favorables
para el pase de los católicos al ortodoxismo debido a las guerras constantes
entre el imperio osmanli y las potencias católicas europeas, razón por la cual
los católicos en las regiones, ocupadas por los turcos, eran perseguidos y
considerados elementos nada seguros. De ese modo abrazan la ortodoxia muchos islotes
aislados de la población católica en el ámbito de la Croacia Turca (actualmente
Bosanska Krajina y la Dalmacia septentrional) y de la retaguardia de Dubrovnik
en cuanto ya no habían abrazado el islamismo. Numerosos católicos pasan también
de buen grado al ortodoxismo por falta del clero católico, puesto que los
franciscanos, siendo los únicos sacerdotes-monjes católicos que toleraban los
turcos, no alcanzaban prestar sus servicios religiosos a todos los católicos.
Luego a medida que la franja
bélica en Croacia entre los cristianos y mahometanos se detuvo a mediados del
siglo XVI ante Senj y en las cuencas de los ríos Kupa-Una y Cazma-Ilova, la
frontera quedó casi inalterable durante cerca de 150 años hasta 1689. Durante
ese tiempo (sobre todo 1597-1605) se trasladan numerosos Uskoci y Prebjezi,
entre ellos también determinado número de ortodoxos, al territorio de la
Croacia católica. En 1595 se traslada también, previo acuerdo con el archiduque
Fernando de Habsburgo, el obispo valaco Basilio (Vasilije), radicado antes en
el territorio croata ocupado por los turcos (Orahovica) y funda la primera
diócesis ortodoxa en el confín croata-eslavonio. Su sucesor, Simón Vratanja,
establece en 1611 en el territorio de Croacia, regida por el virrey, y del
Confín Militar la unión con la Iglesia católica, reconociendo al obispo de
Zagreb como su metropolitano. Esta diócesis uniata (greco-católica), conocida
también como svidničko-mareanska. totalizaba alrededor de 60.000 creyentes
de rito greco-eslavo (obispos: Predojevići, Stanislavić, Kordić,
Mijakić, Zorčići, etc). Paralelamente, es decir a lo largo del
siglo XVII, en el territorio croata dominado por los turcos, se fundaron dos
diócesis ortodoxas más (Medak y Savina), y las sedes de otras dos fueron
trasladadas al territorio bosníaco (Zvornik y Sarajevo, 1709).
PAPEL DE LA METROPOLI DE
KARLOVAC
(1, 6, 11, 13, 16, 17, 19, 29,
31, 49, 51, 53, 54, 55, 57, 58, 59, 60, 61, 78, 79, 95)
Como resultado de las guerras en
las postrimerías del siglo XVII los turcos fueron expulsados de una parte de
las provincias croatas (Eslavonia, Lika, Kordun, Banija, gran parte del
interior de Dalmacia), como asimismo de Hungría y Servia septentrional. Esas
guerras originaron otros dos importantes movimientos migratorios de la
población ortodoxa, guiados por los patriarcas de Peć, Arsenio
Crnojević (1690, 37.000 familias servias) y Arsenio Jovanović
Sakabenta (1737). Esas dos migraciones se deben al alzamiento y repliegue de
los ortodoxos de las zonas alzadas en Turquía a raíz de las guerras austríaco-turcas
y se dirigían hacia la Hungría meridional (Backa y Banat) y Croacia oriental
(Srijem). A diferencia de las migraciones anteriores, mayormente valacas, que
se movían, según queda dicho, hacia el oeste y su habla era valaca o el
dialecto ijekavsko novostokavski, las nuevas corrientes migratorias que iban
hacia el norte en su gran mayoría se componían de los servios de habla ekavski.
A causa de esas migraciones que
se movían al norte y a causa de la frontera que entonces los separaba de sus connacionales
bajo Turquía, se debilitaron los vínculos con el metropolitano de Srijem y el
Patriarcado de Peć. Este patriarcado empieza a perder caracter servio y
luego fue abolido (1766), su territorio fue reintegrado a la jurisdicción del
patriarcado de Constantinopla y como obispos desde entoces se designaban sin
excepción griegos fanariotas.
Con motivo de la migración de
Arsenio Crnojević el emperador Leopoldo de Habsburgo reconoce (1690) al
patriarca la autoridad eclesiástica no sólo sobre los ortodoxos recién
llegados, sino también sobre los católicos de rito greco-eslavo que hace más de
cien años habían pasado a la parte católica de Croacia y fundaron la diócesis
greco-católica svidničko-marčanska. De ese modo se produce la puja en
la primera mitad del siglo XVIII entre los partidarios valaco-croatas de la
unión eclesiástica (uniatas) con el metroplitano servio ortodoxo de Srijem por
la jurisdicción sobre la población de rito greco-eslavo en el territorio de
Croacia. En esa lucha los opositores ortodoxos a la unión consiguen no sólo
paralizar los intentos de los obispos greco-católicos tendientes a lograr la
unión en las zonas recién reconquistadas a los turcos (Eslavonia y Srijem),
sino que consiguen reasumir el control sobre la población de rito oriental en
la Lika oriental, Kordun y Banija, que antes había consentido y adherido a la
unión. Al mismo tiempo la metrópoli servia de Srijem emprende la organización
de la iglesia no sólo para los servios en Srijem y la Hungría meridional
(Voivodina) sino entre los valacos y croatas ortodoxos en la Croacia restante.
De ese modo se fundan diócesis en Karlovac, dividida muy pronto (1713) en
Karlovac-Senj y Kostajnica-Zrinopolje-Lika (1713-69), Pakrac (1795) y
Lepava-Severin (1734-50). El obispado de Srijem estuvo administrado desde 1751
por un metropolitano con sede primero en Krusedol y luego en Srijemski
Karlovci.
Como consecuencia del proceso
reseñado precedentemente la metrópoli de Karlovac se convierte en área
eclesiástica ortodoxa que hasta 1920 abarcaba a todos los servios, valacos,
croatas y rumanos ortodoxos en la Hungría meridional (Voivodina) y Croacia
(confín civil y militar). Fuera de su jurisdicción estaban los valacos y los
croatas ortodoxos en la parte veneciana de Dalmacia y en Bosnia y desde los años
60 del siglo pasado los rumanos que fundaron en Hungría una iglesia ortodoxa
rumana a parte. Los metropolitanos de Karlovac llevaban el título del
metropolitano supremo del archiepiscopo servio y reconocen la autoridad suprema
espiritual del patriarca de Peć. Recién después de la abolición del
patriarcado de Peć en 1766, el metropolitano José Rajačič
obtiene en 1848 también el título de patriarca.
Desde la fundación de la
metrópoli de Kardovac la Iglesia ortodoxa en Croacia, denominada oficialmente
entre los valacos ortodoxos croatas y croatas greco-oriental, se ve penetrada
cada vez más por el afán esforzado de la Iglesia ortodoxo servia (IOS) a
someter al clero ortodoxo y creyentes no servios, especialmente a numerosos
valacos, en su gran mayoría ya eslavizados o croatizados. Con el debilitamiento
y la abolición del patriarcado de Peć (1766) este esfuerzo de la iglesia
ortodoxa pierde su ímpetu en los territorios ocupados por los turcos, pero lo
adquiere en la Croacia regida por el virrey y en el Confin Militar a través del
accionar de la metrópoli de Karlovac. En la segunda mitad del siglo pasado la
servización de los ortodoxos no servios culmina con la creación de la
conciencia servia religioso-nacional en la gran parte de la población ortodoxa
en Croacia. Desde entonces el término servio se convierte para muchos en
sinonimo de ortodoxo. De ese modo el nacionalismo servico moderno desplaza no
sólo rumbo al norte (mediante migraciones) sino también rumbo al oeste (por
extensión de la conciencia nacional servia) los núcleos étnicos servios,
creando una importante minoría en el territorio histórico y étnico croata,
mientras que paralelamente el antiguo centro de la iglesia servia de Peć
queda fuera del influjo y la jurisdicción de la metrópoli de Karlovac, siendo
gradualmente poblado por los albaneses. Durante la dictadura de ban (virrey)
Khuen-Hedervary en Croacia (1883-1903) se abren las escuelas servio-ortodoxas
en Croacia y en Pakrac el seminario teológico servio-ortodoxo. Después incluso
la bandera del Reino de Servia fue adoptada como la bandera eclesiástica
ortodoxa en Croacia. Algo parecido pasa en Bosnia-Herzegovina luego de su
ocupación, donde ya en 1905 fueron confirmados oficialmente los estatuos de una
autonomía eclesiástica-escolar de la Iglesia ortodoxa servia. Este proceso
específico y característico del despertar de la conciencia nacional y del
fomento forzoso de la definición nacional a través de la confesión y la
iglesia, llevó, una vez clasificados como servios la mayor parte de los ortodoxos,
a una clasificación análoga de los fieles romano-católicos y greco-católicos
como croatas y retardó bastante el despertar de la conciencia nacional de los
musulmanes. La secuela muy negativa de ese proceso fue que el mosaico religioso
existente se convirtió ahora en una mezcla enmarañada de dos naciones, la
servia y la croata, sin respetar las fronteras históricas, culturales ni
políticas, lo que después complicó las relaciones entre esos dos pueblos y
entre otros pueblos vecinos en la península balcánica. Una de las consecuencias
de ese proceso fue también la lenta formación de servios y croatas como
naciones modernas, confesionalmente heterogéneas (sobre todo lo que atañe a los
servios) y la creación de importantes y sensibles minorías en el territorio
nacional croata y servio: 28,8% de minorías en la actual República Socialista
de Servia, 20,6% de minoría en la R.S. de Croacia (con 14,2% de la minoria
servia) y una situación harto compleja en ta R.S. de Bosnia y Herzegovina
(39,6% musulmanes, 37,2% servios y 20,6% croatas)[11].
Todos esos hechos causaron
intolerancia, tensiones y graves choques entre las minorías y la nación
originaria, situación explotada a fondo por los ajenos: el régimen de
Khuen-Hedervary en la Croacia de ban, los autonomistas en Dalmacia, el régimen
de Kalay en Bosnia-Herzegovina, los italianos, alemanes y húngaros en la
segunda guerra mundial, etc. Además hubo sangrientos ajustes de cuentas y
exterminios biológicos de musulmanes durante el siglo pasado en Servia; en
Sandžak y la parte este de Bosnia-Herzegovina en la primera mitad de este siglo
por parte de los servios, mientras que durante la segunda conflagración mundial
se sucedieron exterminios y matanzas recíprocos entre los servios y los croatas
católicos y musulmanes.
LA IGLESIA ORTODOXA EN
YUGOSLAVIA 1918-1941
(29, 51, 91, 93, 96, 97, 98)
Al constituirse en 1918 el Reino
de los Servios, Croatas y Eslovenos había en su territorio tres provincas
eclesiásticas ortodoxas autocéfalas con el rango de metrópoli: la de Karlovac,
la de Belgrado, la de Montenegro y litoral, luego la parte dálmata de la
metrópoli bukovinsko-dálmata y la iglesia nacional autónoma servio-ortodoxa en
Bosnia y Herzegovina bajo la autoridad suprema del patriarca universal de
Estambul. El 26/V/1919 se proclamó en Belgrado la unificación de todas esas
iglesias en una sola Iglesia servia ortodoxa del Reino de los Servios, Croatas
y Eslovenos. El patriarcado servio fue establecido el 30/VIII/1920 en Srijemski
Karlovci y el 12/XI del mismo año se reunió el cuerpo electoral y eligío para
patriarca a Dimitrija Pavlović, hasta entonces archiepíscopo del Belgrado
y metropolitano de Servia. El sucesor del patriarca Dimitrija fue Varnava
Rosić (1930-37), metropolitano de Skoplje. En su tiempo la Iglesia
ortodoxa servia se opuso con virulencia al concordato del Reino de Yugoslavia
con la Santa Sede, cuya ratificación quiso conseguir el gobierno de Milan
Stojadinovíc en 1937. El patriarca Varnava falleció durante esa lucha y a raíz
de eso se produjeron sangrientos choques en las manifestaciones por las calles
de Belgrado el 19/VII/1937. Gavrilo Dožić, nuevo patriarca (1938-50), fue
detenido por los alemanes en abril de 1941 en el monasterio de Ostrog. Por
haberse negado a colaborar, permaneció internado hasta el término de la guerra.
El proceso organizativo de la
Iglesia ortodoxa en Yugoslavia fue instrumentado mediante decretos provisorios
sobre el patriarcado servio (23/X/1920) y sobre la centralización del poder
administrativo y judicial en el patriarcado servio (13/XII/1920), la Ley sobre
la Iglesia ortodoxa servia (8/XI/1929) y por último los Estatutos de la Iglesia
ortodoxa servia (16/XI/1931).
Por su estructura la Iglesia
ortodoxa servia durante la primera (monarquía) Yugoslavia fue una, indivisible
y episcopal, dividida en lo administrativo en eparquias tanto en el orden de la
jerarquia eclesiástica como de la autonomía eclesiástica. De ese modo
oficialmente fue eliminada la denominación: la iglesia greco-oriental en
Croacia, de modo que todos los ortodoxos en el territorio de Yugoslavia,
incluyendo a los no servios (macedonios, montenegrios, valacos, croatas,
búlgaros, ucranianos, rumanos, albaneses, griegos, cinzares, etc.) fueron
sometidos al patriarca del Belgrado y considerados servio-ortodoxos. Resulta
innegable que las persecuciones y las postergaciones de algunas naciones no
servias en la primera Yugoslavia, y en primer lugar la croata, macedonia y
albanesa, crearon en esos pueblos un malestar contra la Iglesia ortodoxa servia
por su monopolismo favorecido y privilegiado. El asentamiento de los colonos
servios, voluntarios de guerra, en las zonas netamente croatas y católicas, las
persecuciones de los musulmanes después de la primera guerra mundial, la
edificación de los templos ortodoxos e intentos de penetración en las áreas
netamente católicas como la costa adriática (por ej. la isla de Vis)
contribuyeron aún más, además de la reacción nacional, a la animosidad
religiosa hacia la Iglesia ortodoxa servia.
EL DESARROLLO DE DISTINTAS
IGLESIAS NACIONALES
(66, 91)
A diferencia de las religiones
universales, no ligadas íntimamente a determinadas naciones y a diferencia de
la iglesia católica con la autoridad universal del papado, en la ortodoxia no
se da una organización indivisible. "El patriarca de Constantinopla carece
de autoridad sobre las iglesias ortodoxas en otros paises. Los territorios en
Oriente que Constantinopla perdió durante la decadencia de su poder,
gradualmente perdían sus lazos con Constantinopla, mientras que las zonas
fronterizas del Imperio de los francos y el Bizancio oscilan todavía algún
tiempo entre el Papa y el patriarca ecuménico (Moravia, Bulgaria, el tema
dálmata). Al fortalecerse los jóvenes estados medievales en la esfera cultural
bizantina propenden tanto a la independencia política como eclesiástica. El
monarca búlgaro Simeón al proclamarse emperador de los búlgaros y griegos en
925, estableció en Bulgaria un patriarcado que se independizó de Bizancio
(927-1018). Los búlgaros gozaron nuevamente de autocefalia durante Ivan Asjen
II (1218-41). Al mismo tiempo, en el descalabro general de Bizancio durante la
cuarta cruzada, Sava Nemanjić funda en 1219 la archidiócesis servia
independiente que en 1346, durante el emperador Dušan, se convierte en
patriarcado independiente; su titular Joakinije fue proclamado 'patriarca de
los servios y búlgaros'. La invasión turca puso fin a la iglesia independiente
servia. La iglesia rumana es autocéfala (1425-40). El emperador bizantino y el
patriarca de Constantinopla, en procura de la ayuda occidental contra los turcos,
tratan una vez más (1439) de resolver la cuestion del cisma (Unión florentina).
Este gesto sirve como pretexto a la iglesia rusa para denunciar su subrogación
al patriarca de Constantinopla y luego para proclamarse independiente en 1448.
El título de patriarca lo asume el metropolitano moscovita en 1589. Pedro el
Grande derroca el patriarcado de Moscú (1721) y en su lugar implanta el Santo
Sínodo; el patriarcado fue restaurado recién en 1917 (91). En la península
balcánica, tras su rehabilitación y un largo período de estrecha colaboración
con los turcos, la iglesia ortodoxa empezó a tomar parte activa en la
resistencia a los osmanlíes y desempeñó además de la misión religiosa, el papel
de consevar el alfabetismo, los valores culturales y artísticos y de fomentar
las tradiciones nacionales. Idéntico papel lo desempeñó el patriarcado de
Peć (1557-1766). Al constituirse estados nacionales en la peninsula
balcánica, se organizaron en sus territorios también iglesias autocéfalas. Así
se independizaron, junto con el patriarcado de Estambul, las iglesias
siguientes: La Iglesia ortodoxa griega (Sínodo 1828, autocéfala 1833,
reconocida 1850), La Iglesia ortodoxa rumana (autocéfala 1865, patriarcado
1925), La Iglesia ortodoxa húngara (independiente 1930), La Iglesia ortodoxa
servia (autónoma 1830, autocéfala 1879), patriarcado 1920), La Iglesia ortodoxa
albanesa (autocéfala 1939), La Iglesia ortodoxa macedonia (autónoma 1959,
autocéfala 1967) y la Iglesia ortodoxa croata (autocéfala sólo 1942-1945).
Aparte de los cuatro patriarcados (Estambul, Alejandría, Antioquia y Jerusalén)
hay toda una serie de iglesias nacionales y autocéfalas: la rusa, la georgiana,
la de Sinai, la chipriota, la polaca, la checoeslovaca, la finlandesa, la del
Dodecaneso, la ucraniana, la americana, la siria, la letona, la lituana, la
estona, etc.
LA IGLESIA ORTODOXA CROATA
El status jurídico y oficial de
los ortodoxos en el Estado Independiente de Croacia durante el año 1941.
Como resultado del ataque de las
potencias del eje al Reino de Yugoslavia y de su desintegración se restableció
el 10/IV/1941 el Estado Independiente de Croacia. Hecha la delimitación, ese
nuevo Estado abarcaba el territorio del ex Reino Trino de
Croacia-Eslavonia-Dalmacia y Bosnia-Herzegovina (salvo Medjimurje, parte de
Gorski Kotar, la franja costera de la Dalmacia septentrional entre el río
Zrmanja y Split, Boka Kotorska y todas las islas, menos Pag, Brač y Hvar).
En ese Estado, según el censo de 1931, del total de 6.042.306 habitantes había
1.845.340 (30,5%) ortodoxos, sin tomar en cuenta las pérdidas territoriales
consignadas con casi exclusivamente población católica. El régimen implantado
en el nuevo Estado era totalitario y autoritativo en el que el jefe de Estado
Dr. Ante Pavelić y el movimiento Ustasha ejercían todo el poder
legislativo y ejecutivo. Con la promulgación sobre el restablecimiento del
Parlamento Nacional Croata (N° XXXV-232-Z-1942) el 24/I/1942 (44, 74) y con su
convocatoria el 23/II/1942 en el fondo no se modificó el sistema del régimen.
Los asuntos de culto eran competencia del ministerio de justicia y culto. La
estructura interna de este ministerio fue instrumentada por el decreto del
9/VIII/1941 sobre la división de ministerios en departamentos y sobre su
jurisdicción y facultades. Primero había un sólo departamento y luego se agregó
el departamento de culto a cargo del franciscano A.R. Glavaš. La competencia de
ese departamento comprendía "el ordenamiento de la posición y del status
jurídico de todas las confesiones y de su clero como asimismo los asuntos
religiosos de índole de derecho público" (44). Desde marzo de 1942 se
constituyó en el Parlamento la Comisión para justicia y culto, que integraba el
Dr. Vinko Krišković, profesor universitario pensionado, ex viceban y
escritor de fuste.
Por resolución ministerial del
18 de julio de 1941 se determinó que en lugar de la denominación "la
confesión servio-ortodoxa", por no considerarla acorde con la nueva
organización estatal, se utilizaría en lo sucesivo el apelativo
"greco-oriental, como se usaba antes del año 1918."
Mediante decreto-ley del
4/XII/1941 "se derogó en el territorio del Estado Independiente de Croacia
a partir del 5/XII/1941 el calendario juliano para las iglesias greco-oriental
y greco-católica y se introdujo el calendario gregoriano" (44).
La posición oficial del nuevo
régimen respecto a las libertades religiosas y el status del ortodoxismo
durante 1941 se refleja en la exposición pronunciada por el ministro de
justicia y culto, Dr. Mirko Puk, ante el Parlamento:
"En los asuntos religiosos
el gobierno croata comparte los principios que inyectó en el co-razón y el alma
del pueblo croata el Dr. Ante Starčević, fundador del Partido
Constitucionalista y Padre de la Patria. En sus instrucciones para los adictos
al partido, en el punto 136 dice: Este Partido debe instruir al pueblo que la
religión es un asunto espiritual, que la religión no divide a pueblo alguno,
que la religión debe ser libre, de manera que nadie la puede tocar ni imponer
por fuerza, que el pueblo debe ser uno en la dicha, el bienestar y la libertad
y que la discordia actual en Croacia sirve bien únicamente a los enemigos del
pueblo" (44).
Después de citar esta posición
liberal del Partido de Starčević, el Dr. Puk agregó: "El
gobierno croata por el momento reconoce de hecho a sólo tres credos religiosos
en Croacia, es decir el católico de rito occidental y oriental, el musulmán y
evangéligo de confesión ausburguesa, helvética". Al final de su exposición
el Dr. Puk se refirió "a la iglesia servio-ortodoxa, a la confesión greco-oriental.
El Estado Independiente de Croacia no persigue la confesión greco-oriental,
pero no puede admitir la Iglesia servio-ortodoxa! Es sabido que las iglesias
orientales pertenecen a las llamadas iglesias cezaristas, es decir a las
iglesias donde la ingerencia del poder estatal en todas las manifestaciones
religiosas —y no sólo en cuanto al nombramiento de funcionarios eclesiásticos—
es tal que, en realidad, esas iglesias no gozan de ninguna libertad, tanto
organizativa como funcional, sino que se convierten en meros órganos del poder
estatal, ya que el mismo jefe de estado es a la vez la cabeza máxima de la
iglesia y es archisabido que el elemento laico en esas iglesias desempeña el
papel predominante. Por consiguiente, permitir en el territorio del Estado
Independiente de Croacia se organize y subsista la iglesia servio-ortodoxa
equivaldría permitir al gobierno de Servia ejercer una parte de su poder en
nuestro territorio estatal por intermedio de la iglesia servio-ortodoxa, lo que
ningún estado en el mundo podría permitir, ni debe permitir, lo que tampoco
permitirá el Estado Independiente de Croacia. Quien, por motivo que sea, no
quiere reconocer esta situación histórica, queda libre para abandonar el
territorio de este estado!" (44).
El dr. Ante Pavelić, en su
discurso durante la sesión de clausura del Parlamento Nacional Croata,
pronunciado el 28/11/1942, se refirió también a la cuestión del ortodoxismo en
Croacia en los términos siguientes:
"¡Muy estimados y dignos
parlamentarios croatas! La cosa que tantas veces tuvo repercusiones, buenas y
malas, en el pueblo croata, en la patria croata, es la cuestión de la iglesia
ortodoxa. No la cuestión de la religión, pues ésta es una, la cristiana, sino
de la iglesia. Antes, en nuestra patria había la iglesia greco-oriental. Se
llamaba greco-oriental porque en nuestro país los seguidores del ortodoxismo
eran sometidos al patriarca griego, a quien únicamente le interesaban los
grandes obsequios que recibía de sus obispos en recompensa por su unción. Así
pasaba también en Hungría. Los húngaros, empero, resolvieron por ley que el
ortodoxismo en Hungría queda sometido al patriarca servio. Poco después su
ejemplo fue imitado por los croatas y en Croacia se promulgó una ley parecida.
Del hecho de que los ortodoxos quedaron sometidos al patriarcado de Servia, se
derivó el titulo de "la iglesia servia ortodoxa". Nadie en Croacia
tiene algo en contra la ortodoxia. Cada uno reza a Dios según su conciencia,
según lo aprendió en su juventud, según su nacimiento, educación e instrucción
y según cree que es mejor para la salvación de su alma. No es cosa nuestra
ingerir en los rincones más íntimos de la vida humana, en la cuestión de la
salvación de su alma... No es verdad que el Estado croata trata de convertir a
los ortodoxos a la fe católica. Eso no corresponde a la política. Eso es cosa
de cada uno. Personalmente redacté una circular y solicité que se la remita a
todas las autoridades competentes para que en esas instancias se lleve un
registro evidenciando los pases no sólo a la iglesia católica sino también a la
musulmana y a la evangélica y que den permiso sólo cuando estén convencidos que
se trata de un hombre honrado e impulsado por convicción. En esa circular aduje
que se debe impedir por todos los medios que alguien haga en ese sentido actos
de violencia y presión, espiritual o físico. Admito que, pese a ello, sucedió
en algún lugar algún acto de violencia, y si ocurrió no lo cometió el estado,
no fue cometido por la voluntad y con el consentimiento oficial, sino lo hizo
un individuo que obró contra la ley y el derecho o si obró dentro de sus
facultades, entonces Ias excedió[12].
Señores! Nadie toca el
ortodoxismo, pero en el Estado croata no puede haber la iglesia servia
ortodoxa. Digo una vez más: no puede haber iglesia ortodoxa servia, pero
tampoco griega. ¿Por qué? Porque en el mundo entero las iglesias ortodoxas son
nacionales. La Iglesia ortodoxa servia es parte integrante del estado servio,
de Servia. La iglesia ortodoxa servia es dirigida jerárquicamente por la
autoridad estatal de Servia. Servia y sus representantes estatales designan al
patriarca o, por lo menos, pesan muchísimo en su nombramiento o elección. Del
patriarca depende toda la jerarquía desde obispos hasta el último capellán.
Todo eso depende del poder estatal de Servia. Eso puede ocurrir en Servia,
acaso eso pudo ocurrir en la desgraciada ex-Yugoslavia, pero en el Estado
croata eso no puede suceder ni sucederá. En el Estado croata puede subsistir
una organización eclesiástica internacional, que no depende del poder estatal
alguno, y hay organizaciones semejantes. Pero si una organización eclesiástica
no es internacional, si es particular, entonces puede ser únicamente nacional y
croata, entonces puede ser tal que en su vida espiritual ejerce y goza de la
plena libertad espiritual, la libertad de conciencia, pero en los demás asuntos
debe ser supeditada al control del Estado croata y de sus autoridades. En
ningún caso permitiremos que la iglesia que sea se convierta en un instrumento
político, particularmente en un instrumento que apunta contra la existencia del
pueblo y del Estado croatas. Por ello, los hombres prudentes, los hombres
preocupados por los intereses religiosos, sabrán pensar, reflexionar y estudiar
esta cuestión y resolverla a satisfacción de Ia ortodoxia, a satisfacción del
pueblo y de los intereses del Estado croata" (44,56).
De la exposición precedente del
ministro Dr. Puk y del discurso ante el Parlamento del mismo jefe de Estado
cabe concluir que la posición oficial dei régimen del nuevo estado estaba
caracterizada:
1. Por el afán de afirmar en
forma definitiva la concepción de los croatas de una nación moderna,
confesionalmente heterogénea, en oposición a la identificación perimida y
perjudicial de ciertas confesiones con la pertenencia nacional.
2. Por el contraste entre esos
puntos de vista sobre Ia religión liberales, predicados por Starčević
y su partido, y la posición totalitario-autoritaria del reconocimiento oficial
de sólo cuatro confesiones: la católica (romano-católica y greco-católica),
islámica y protestante luterana y protestante calvinista.
3. Por la decisión de no sólo no
reconocer sino también de no tolerar en el territorio del Estado Independiente
de Croacia la Iglesia servio-ortodoxa como la iglesia autocéfala nacional del
estado de Servia.
4. Por el empeño de aclarar que
el pase de un determinado número de ortodoxos al catolicismo y los actos de
violencia cometidos contra los ortodoxos bajo el nombre ustasha no es cosa con
la que el Estado o el régimen podrían ponerse de acuerdo o promoverla.
5. Por la sugerencia de que la
cuestión de la ortodoxia en el Estado podría solucionarse en un marco no
servio, croata, reconociendo una iglesia ortodoxa autocéfala local.
LA COMPLEJIDAD DE LA SITUACION
EN 1941 PREVIAMENTE A LA CONSTITUCION DE LA IGLESIA ORTODOXA CROATA
Un análisis imparcial y
objetivo, pormenorizado y con el rigor histórico de lo que aconteció en el
Estado Independiente de Croacia durante el año 1941 está todavía por hacerse.
No es nuestro propósito hacerlo ahora, pues el tema requeriría un grueso
volumen. Pero es indispensable evaluar en forma sintética y prieta en qué
medida esos sucesos influyeron en la situación del ortodoxismo en el Estado
Independiente de Croacia (en adelante abreviado: EIC) y llevaron a la fundacion
de la Iglesia ortodoxa croata; es imprescindible esclarecer y diferenciar
ciertos conceptos fundamentales- La poca claridad de estas ideas impedía que se
hiciese hasta ahora un análisis correcto de esos acontecimientos harto
complejos (consecuencia de causas igualmente complejas) y fue la causa de
ocultar mediante generalizaciones, reseñas malintencionadas. En primer lugar es
preciso explicar y aclarar las relaciones básicas entre el nacionalismo moderno
servio y el croata, luego entre el catolicismo y el ortodoxismo y por último
entre los chetniks (guerrilleros nacionalistas servios) y ustasha.
LOS NACIONALISMOS MODERNOS
SERVIO Y CROATA Y SU CONFLICTO
(11, 21, 27, 49, 58, 61, 69, 71,
86, 88, 90, 93, 97, 98)
Los comienzos del nacionalismo moderno
servio deben buscarse en el territorio turco del entonces bajalato de Belgrado
a principios del siglo pasado, acompañado en primer lugar por la influencia de
la metrópoli de Karlovac en el área húngaro-croata de Voivodina y Srijem
oriental. Careciendo de una base contemporánea para la soberanía e
independencia estatal, tomó por su cimiento y punto de arranque la antigua
tradición estatal del reino de Dušan y de la muerte de Lazar en el Campo de
Kosovo. Por otro lado, la falta de un centro nacional, cultural y religioso (en
ese tiempo el patriarcado de Peć fue desnacionalizado y luego abolido) fue
suplida por la metrópoli de Karlovac, con el apoyo períodico de la iglesia
rusa. Los insurgentes servios en el territorio del bajalato de Belgrado en el
ya decadente imperio turco, con el respaldo de la Rusia zarista, crearon y
luego hicieron que sea reconocido el principado servio (1833). En su territorio
fue borrado el islamismo y el principado servio se convierte en un núcleo
nacional y religiosamente homogéneo para la ocupación posterior de las
comarcas, habitadas por los servios, pero también para la expansión territorial
e imperialista granservia en las regiones donde no había servios o donde ellos
constituían una minoría. Estas pretensiones territoriales granservias se
fundaban en el restablecimiento del imperio de Dušan (la conquista de Sandžak,
Macedonia, Albania y Montenegro) y en el marco de la ex jurisdicción del
patriarcado de Peć bajo los turcos (Voivodina, Bosnia y Herzegovina y
Croacia salvo una franja angosta (Reliquiae Reliquiarum) del río Drava al mar.
La formación del nacionalismo
moderno croata fue totalmente distinta. Se basaba en la continuidad de la
antigua independencia estatal desde el principado y el reino de Tomislav a
través de la identidad nacional preservada en la unión personal húngaro-croata,
en el concepto histórico-jurídico-étnico de un Illyricum ("in Dalmatians,
Croatlam, Bosnam et Slavoniam distinguitur") durante y después del
Renacimiento y a través del Reino Trino (Croacia-Eslavonia-Dalmacia) dentro de
la monarquia de los Hasburgos. Aunque en esa época Croacia aparentemente poseía
una sólida base estatal y una tradición sólida con instituciones
jurídico-estatales como ser ban (virrey) y sabor (parlamento), presentaba
también grandes debilidades. El pueblo estatal, es decir quienes ejercían el
poder estatal fueron los feudales desnacionalizados, que no sólo no adherían al
nacionalismo moderno croata sino que se le oponían con denuedo. Además, tres
siglos de la gran división territorial (Croacia del virrey, Confín Militar,
Dalmacia véneta, la República de Dubrovnik y el territorio ocupado por los
turcos), una zona bélica en el centro geográfico de las tierras croatas y las
migraciones sucesivas debilitaron en ciertas zonas la conciencia sobre la
antigua independencia. El resurgimiento nacional croata introduce entonces
(desde 1830) en forma acelerada las ideas modernas nacionales sobre la unidad
del idioma y la cultura croatas, pero al mismo tiempo introduce las
nebulosidades del ilirismo, eslavismo y yugoslavismo. Por esta razón el
nacionalismo moderno croata está demorado comparado con el servio; recién
Starčević y su partido pueden considerarse fundadores del
nacionalismo político moderno croata que desde entonces brega por Ia incorporación
del Confín Militar y de Dalmacia al Reino Trino y además lucha por la unión con
Bosnia, Herzegovina e Istria.
El conflicto entre el
nacionalismo moderno servio y croata se produce cuando la emanación de las
ideas nacionales se expandió desde Zagreb, por parte croata, y desde Novi
Sad-Belgrado, por parte servia, hacia Bosnia y Herzegovina, entonces bajo
Turquía y con la población nacionalmente inconsciente y cuando la metrópoli de
Karlovac quiso en forma definitiva incorporar a todos los ortodoxos en el
territorio del Reino Trino y de Bosnia-Herzegovina a la idea panservia. El
Partido de Derecho Croata se opuso con su idea sobre la nación croata
pluriconfesional, pero los regímenes anticroatas de Khuen-Hedervary en la
Croacia del virrey, de los autonomistas en Dalmacia y de Kalay en
Bosnia-Herzegovina contribuyen que en líneas generales prevaleciera la ecuación
nacional-religiosa servia: ortodoxo — servio, que luego por analogía llevó a la
ecuación: católico — croata, dejando a los musulmanes en el medio, indefinidos
nacionalmente en su mayor parte. Sin embargo, una parte de los ortodoxos y
musulmanes abraza la formula moderna, propagada por los partidarios de
Starčević sobre la nación croata pluriconfesional, es decir
confesionalmente heterogénea, y de ese modo tenemos cierto número de croatas
ortodoxos y de croatas musulmanes. En cambio, entre los servios eran muy raros
y excepcionales los casos de servios católicos o servios musulmanes.
CATOLICISMO Y ORTODOXISMO
El catolicismo, como gran rama
occidental del cristianismo, era la religión de la mayor parte de los croatas y
confería la impronta católica a la monarquía austro-húngara como religión de la
dinastía y de la mayoría de sus pueblos integrantes: austríaco, húngaro,
croata, polaco, checo, eslovaco, esloveno y ucraniano. Siendo una iglesia
universal, el catolicismo en esa época manifestaba todavía anhelos
proselitistas, fundados en una base netamente religiosa y voluntaria. Como
prueba de esta apreciación cabe destacar que la situación privilegiada del
catolicismo en Austria durante los últimos siglos no fue utilizada a los fines
proselitistas bajo presión o fuerza. La libertad religiosa era total.
El ortodoxismo, según queda
dicho, carece de una organización única como se da en el catolicismo. Escindido
no sólo en iglesias antiguas nacionales y tradicionales, el ortodoxismo se
adapta a las naciones recién formadas y se acomoda a los Estados nacionales
recién constituidos y a menudo se convierte en su levadura y su motor
principal. Reciprocamente, esas naciones y esos Estados nacionales estimulan el
establecimiento de las iglesias ortodoxas nacionales y lugareñas con el
propósito de que sus ciudadanos ortodoxos se independicen de la influencia de
otras iglesias ortodoxas nacionales, dependientes de los aparatos estatales
extranjeros.
De lo antedicho se infiere que
en el territorio, habitado por los croatas, se encontraron tres grandes
religiones: la católica, la ortodoxa y la islámica. Pero mientras el
catolicismo y el islamismo son dos confesiones universales, el ortodoxismo se
organizó, como hemos visto, en una serie de iglesias nacionales. Como los
croatas no habían fundado una iglesia ortodoxa autocéfala croata durante el
despertar de la conciencia nacional (si bien lo pedía Eugenio Kvaternik de ban
Sokčevič todavía en 1861), la Iglesia ortodoxa servia ocupó su lugar
entre la mayoría de los ortodoxos, mezclados con los croatas y a la vez logró
conquistar para la idea nacional servia la gran mayoría de ese población
ortodoxa, en primer lugar a los ya eslavizados y croatizados descendientes de
los valacos. En otros términos, el proselitismo del ortodoxismo entre los
croatas no tenía sólo caracter religioso (como en la iglesia católica) sino que
fomentaba la idea nacional servia y por eso a veces llegaba a incitar a la
intolerancia nacional.
CHETNIKS Y USTASHE (44, 47, 56,
61, 65, 68, 69, 70a)
Los chetniks, organización
paramilitar serbia con fines expansionistas, fue fundada en Belgrado en 1903.
Al principio luchaba contra los turcos, luego peleaba contra los insurgentes
(komiti) búlgaros y las fuerzas de ocupación austro-húngaras durante la primera
guerra mundial. En la primera Yugoslavia (1918-41) la organización chetnik se
transforma en una agrupación extremista granservia y monárquica con el objetivo
de convertir el Estado en Gran Servia, recurriendo, en caso de ser necesario,
al terrorismo y al exterminio biológico, "a la limpieza" de las
regiones mixtas del elemento no servio como en Sandžak de los musulmanes
después de la primera guerra mundial. Los chetniks de ese modo llegan a ser un
factor importante en la persecución de los croatas durante la primera
Yugoslavia (monárquica).
Jerónimo Jareb, joven
historiador croata, reseña en los siguientes términos el origen y la evolución
del movimiento ustasha:
En 1918 el pueblo croata se
encontró, por primera vez, en un estado balcánico, donde la fuerza física,
asesinatos y organizaciones subversivas secretas son fenómenos políticos
normales. El sentido de la fundación del movimiento ustasha y de la acción del
Dr. Ante Pavelić consistió en que se debía combatir la violencia con otra
violencia. El lema de Pavelić era 'contra males grandes remedios grandes'
El movimiento ustasha fue la respuesta al terrorismo (gran) servio y al
gobierno arbitrario en Croacia. El movimiento ustasha introdujo y aplicó por
primera vez en la política croata los métodos políticos balcánicos. Había que
demostrar a los servios que los croatas también sabían manejar las armas,
defenderse y atacar. La política pacifista y humana de Radić y Maček
merecía tan sólo desprecio y burla de los (gran) servios. Tal vez esa política
haya creado en gran (servios) ilusiones y autoconfianza de que no les costaría
mucho someter al pueblo croata".
Eugenio "Dido"
Kvaternik, uno de los destacados funcionarios ustasha, dice entre otras cosas:
"El antiservismo era la
médula de la doctrina ustasha, su raison d'etre y caeterum censeo. Era la
consecuencia de 20 años de dominación de Belgrado en Croacia y de la conciencia
adquirida de que la clase gobernante servia se proponía aniquilar al pueblo
croata. Alejandro Karageorgević generó a Ante Pavelić, los chetniks a
los ustashe".
Resulta claro que cuando se
produjo el choque entre los nacionalismos modernos croata y servio, las
organizaciones extremistas de los chetniks y los ustashe se enfrentaron también
a su modo específico.
CONFLICTO ENTRE USTASHE Y
CHETNIKS EN EL CURSO DE 1941 EN EL EIC Y SUS CONSECUENCIAS PARA EL ORTODOXISMO
(47, 64, 71, 72, 76, 77, 88, 89,
92, 93)
Constituido el Estado Independiente
de Croacia (EIC), la autoridad del nuevo Estado y del nuevo régimen fue
implantada muy pronto en las áreas que comprendía Banovina Hrvatska (región
autonóma) y donde la gran mayoría de la población era croata. En las areas de
las ex banovina Vrbaska y Drinska, donde habla distritos con compactos núcleos
servios, esa autoridad se estableció con un ritmo mucho más lento, lo que
facilitó a los elementos chetniks juntar armas y preparar a sus adictos para un
alzamiento. Ya al comienzo se producen excesos por parte de los ustashe allí
donde los servios eran minoría o por parte de los chetniks allí donde los
croatas musulmanes o católicos eran minoría. A ello contribuyeron también los
mitines políticos ustashe durante mayo y junio de 1941 donde a veces incluso
altos funcionarios ustashe sabían arengar contra los granservios. Al mismo
tiempo tienen efecto levantamientos masivos de los servios, organizados o
instigados por los chetniks contra el nuevo Estado en las zonas de Bosanska
Krajina, de la Bosnia y Herzegovina orientales. Las minorías agredidas perecen
o huyen, los croatas musulmanes y católicos se refugian en las ciudades y los
servios en los bosques. Después de los primeros excesos terroristas: masacres,
saqueos, incendios de casas y destrucción de templos (ortodoxos, católicos y
musulmanes) siguen las represalias, cuyas víctimas principales eran los
inocentes que se dieron a la fuga. La intervención de las autoridades regulares
a menudo era lenta e ineficiente, pues estaban por formarse, mientras que los
puestos de gendarmería, instalados poco tiempo antes, no estaban en condiciones
de impedir las formas masivas del terrorismo. En esta situación entre las
minorias servias, radicadas en algunas ciudades y aldeas de la región panónica,
se crea la psicosis de miedo de las represalias y unos huyen a Servia, mientras
que otros están dispuestos a renunciar al ortodoxismo servio y abrazar otros
credos. Es obvio que en las zonas netamente croatas no hubo esos problemas y
recién al estallar la guerra germano-soviética se forman allí los primeros
grupos de guerrilleros comunistas (partisanos). Los partisanos procuran
aprovechar hábilmente para sus fines los enfrentamientos entre chetniks y
ustashe.
De lo reseñado hasta ahora y del
prieto análisis de los acontecido durante 1941, origen de las persecuciones
recíprocas y de la guerra en las zonas de población mezclada en EIC, cabe
concluir lo siguiente:
1. La presencia de los tres
credos (católico, ortodoxo, islámico) en el territorio del EIC no fue la causa
de las persecuciones recíprocas ni de la guerra civil, pues el pasado demostró
que era posible, que era viable la coexistencia pacífica y la tolerancia entre
las tres confesiones en esa zona.
2. El conflicto entre el
nacionalismo moderno croata y el servio no fue la causa principal de Ias
persecuciones mutuas y de la guerra civil, por cuanto esos conflictos en el
pasado fueron solucionados en forma pacífica, no violenta.
3. No es correcto relatar lo
acontecido durante 1941, como si eso hubiera sucedido en el curso de todo el
periodo bélico de 1941-45.
4. Las condiciones no eran
iguales en todo el territorio del EIC. Dependía de quienes eran:
a) Los jefes, comandante o
funcionarios chetniks o ustashe;
b) en manos de quienes estaba el
poder (de los chetniks, ex funcionarios de Yugoslavia o de Banovina Hrvatska,
de los partidarios del Partido Campesino Croata, de los ustashe regresados del
exilio, de los ustashe locales organizados (con juramento) o en manos de los
novedizos y autotitulados "ustashe salvajes" o "nastashe"[13];
c) si la zona o distrito
respectivo era étnicamente heterogéneo o netamente croata o servio;
d) si el distrito pertenecía o
no a la zona italiana de ocupación donde los italianos respaldaban y ayudaban a
los chetniks; y
e) si se trataba de comarcas con
mayor o menor tradición combativa y levantisca, o sea si era panónica, dinárica
o costera.
5) La polémica en torno al
tópico generalizado "¿Quién empezó el primero?" no tiene sentido, ya
que en circunstancias distintas se empezaba bajo el nombre chetniks o ustasha y
siempre por elementos irresponsables.
¿Cuál fue la causa principal
entonces de las persecuciones y de la guerra civil (de guerrillas) durante
1941, que en algunas áreas y debido a circunstancias específicas, degeneraron
de acciones militares o semimilitares en represalias colectivas contra la
población civil, y que con frecuencia supieron aprovechar luego a favor de su
causa los guerrilleros comunistas subrayando lo absurdo de esos
enfrentamientos? Era principalmente el choque entre los chetniks y los ustashe.
En ese enfrentamiento sufrieron los tres credos: católicos, ortodoxos y
musulmanes padecieron persecuciones, incluso matanzas en masa, sus sacerdotes
fueron asesinados, sus templos y mezquitas incendiados y destruidos. Empero,
ciertas violaciones, crímenes y abusos de poder no cabe imputarlos en forma
colectiva a ningún pueblo (croata o servio), ni a los fieies de ninguna iglesia
(católica, ortodoxa o musulmana) o credo religioso, ni a los grupos masivos y
amorfos como ser: todos los nacionalistas croatas o servios, como tampoco a
todos los integrantes de los movimientos masivos y organizados como lo eran los
ustashe o chetniks, si bien se trataba de organizaciones extremistas. De los
hechos delictuosos puede incriminarse unicamente a los individuos
irresponsables culpables, por consiguiente a los reos, de los cuales muchos
quedaron, por desgracia, anónimos, mientras que otros lograron después
enrolarse en el movimiento guerrillero comunista.
CASOS DE PASE DE ORTODOXOS AL
CATOLICISMO
(44, 56 63a, 74)
Como se infiere de la situación
reseñada que imperó en 1941, la Iglesia ortodoxa servia fue prohibida debido a
su caracter nacional servio, mientras que la greco-oriental, nueva denominación
del ortodoxismo tal como se usaba en la monarquía austro-húngara, no fue
organizada y reconocida oficialmente y estaba acéfala. De hecho, los ortodoxos
se quedaron sin su organización eclesiástica salvo si pertenecían a otra
iglesia autocéfala, como ser: la rusa, la búlgara, la rumana, etc. y estuviesen
cerca sus sacerdotes. Ya el hecho de haberse restaurado el Estado Independiente
de Croacia y la acción ustasha contra los granservios creó en muchos ortodoxos
en el EIC, ya según las circunstancias, o el clima de adaptación (por ej. el
despertar de la vieja lealtad hacia Croacia entre la población ortodoxa en el
ex Confín Militar) o el clima de incertidumbre (atento a las posibles
reacciones como consecuencia de las persecuciones de los croatas en la primera
Yugoslavia). Pero cuando trascendieron noticias sobre los abusos del poder y
actos de violencia, en ciertas comarcas y ciudades con la población mixta se
creó una psicosis de miedo y mientras unos huyen, sin ser perseguidos, a Servia
o a la zona de ocupación italiana, otros tratan de eludir las persecuciones
reales o potenciales decidiendo, por propia iniciativa, pasar al catolicismo y
en casos aislados al protestantismo. Por eso, entre los sucesos acaecidos
durante 1941 en el EIC, ocupa un capítulo aparte el pase de grupos de ortodoxos
al credo católico en ciertas zonas del nuevo Estado. Sobre ese fenómeno se dan
tres tesis:
a) La granservia y la yugoslava
oficial actual: los pases se verificaron porque la minoría ortodoxa fue
obligada por los ustashe, las autoridades del EIC y hasta por la Iglesia
católica.
b) Tesis de pases, impulsados
por el miedo: esos pases ni fueron obligados ni entraban en las intenciones del
gobierno del EIC, sino que se efectuaron por iniciativa propia y
voluntariamente por parte de los ortodoxos, que procedieron así atemorizados y
con el propósito de salvarse de eventuales actos de violencia.
c) La tesis de los Dres. A.
Pavelić y S. Hefer (56, 63a): los pases se deben al deseo espontáneo de
ciertos grupos de ortodoxos para identificarse y poner a pie de igualdad con
sus hermanos católicos en una sola patria croata incluso desde el punto de
vista confesional. Aquí habría que incluir algunos casos de pase al credo
católico por convicción de retornar a la religión de sus antepasados. Como
argumento para su tesis los Dres. Pavelić y Hefer citan argumentos y
solicitudes de la delegación de los campesinos ortodoxos de la comarca de Sunj,
que tuvo audiencia con el Dr. Pavelić y de las delegaciones del área de
Baranja (alrededores de Osijek) que visitaban al Dr. Hefer.
Es innegable que la primera
tesis (a) resulta inexacta y tendenciosa por dos razones: I. las autoridades
católicas se opusieron terminantemente a los pases que no eran la consecuencia
de la voluntad libre de los involucrados; 2. hablando en términos generales, la
mayor parte del movimiento ustasha y sus líderes no se distinguían ni por su
actitud procatólica ni por su posición antiortodoxa, simplemente estaban contra
la idea granservia y como consecuencia contra la ortodoxia servia, pero no
contra la confesión ortodoxa como tal. Lo prueban las óptimas relaciones del
moviento ustasha con los ortodoxos macedonios, búlgaros, rumanos, ucranianos y
rusos antes y durante la guerra. En cuanto en las tesis (b) y (c) probablemente
se dieron ambos casos, según las circunstancias locales, si hubo motivos para
la psicosis de miedo o no. Sin embargo, creemos que prevalecían los casos (b).
Sólo en casos graves de persecuciones las autoridades eclesiásticas católicas
locales aceptaban esos pases como medio urgente de protección de los ortodoxos y
de sus bienes[14] para luego
volver al credo ortodoxo.
El Dr. Esteban Hefer (8), a
quien conocí, era un viejo adicto del Partido Campesino Croata y durante la
guerra gobernador en Osijek y luego ministro. Después de la guerra, en el
período de su pronunciada actitud antiustasha, solía contar que enteras aldeas
ortodoxas de los alrededores de Osijek abrazaban en forma colectiva el
catolicismo, haciendo desfiles montados a caballo y con las banderas croatas,
conducidos por sus jefes. Eso ocurría durante su gestión como gobernador. Se
lamentaba que esa obra fue luego afectada y empañada por ciertos "ustashe
salvajes" que extorsionaban y despojaban a los más pudientes y destacados
entre esos "conversos".
CROATAS ORTODOXOS (14, 21, 28,
58, 86, 88, 93, 98)
Debido a la controversia en
torno a la Iglesia ortodoxa servia en el EIC parece que se relegaron en 1941
las necesidades religiosas de los croatas ortodoxos. Acaso alguien arguya que
son muy contados si se toma en cuenta que la gran mayoria de los ortodoxos en el
territorio del EIC se definía como servios en ese tiempo. Muy pocos tomaron en
consideración el hecho de que los ortodoxos croatas, no importa su número, se
encontraron, tras la intensiva servización del ortodoxismo en Croacia,
escindidos entre su conciencia nacional croata y su credo religioso. El aporte
de esos croatas ortodoxos a su patria, sobre todo antes que la metrópoli de
Karlovac empezara en forma abierta a forzar la ecuación: ortodoxa igual a
servio, era considerable. Mencionaremos sólo a algunas figuras más prominentes:
Anastasio Popović
(1786-1872), fundador de la institución financiera más importante en Croacia en
aquel entonces —Primera Caja de Ahorro Croata— y presidente de la comunidad
religiosa ortodoxa de Zagreb; Moisés Baltić (1804-78), destacado propulsor
de estudios de agronomía; Dr. Demetrio Demeter (1811-1872), poeta y primer
dramaturgo moderno croata; Petar Preradović (1818-72), máximo poeta del
resurgimiento croata; Josip Runjanin (1821-78), compositor del himno nacional
croata; Makso Prica (1823-73), juriconsulto y político, secretario de ban
(virrey) Jelačić; Nikola Krestić (1824-87), político y
presidente del Parlamento croata (Sabor) (1873-84); Vladimir Nikolić
(1829-66), poeta y escritor, Spiro Dimitrović Kotoranin (1813-68), escritor
croata; Bude Budisavljević (1843-1919), literato croata; Danilo Medić
(1844-79), primer poeta de ideología de Starčević; Dr. Ivo pl. Malin
Ksaverski (1853-1907), profesor universitario, secretario y consejero del
gobierno de Zagreb; Dr. Gavro Manojlović (1856-1926), historiador y
presidente de la Academia Yugoslava de Ciencias y Artes; Mojo Medić
(1855-1939), zoólogo; Nikola Kokotović (1859-1917), escritor y político
del Partido de Derecho; Dr. Esteban pl. Miletić (1868-1908), escritor y
renovador del teatro croata; Dr. Milan Ogrizović (1877-1923), poeta y
escritor, político del Partido de Derecho; Petar Petrović (1877-1955),
literato croata; Svetozar pl. Borojević de Bojna (1856-1922), célebre
militar en la primera guerra mundial y muchos generales y altos oficiales más
en el ejército croata; Dugan Plavgić, escritor y secretario del "Club
Croata" de Sarajevo; prestigiosos adictos al Partido de Derecho, Dusan
Kotur y Dane Stranisavljević; Esteban Mitrov Ljubiga, diputado nacional;
Mihajlo Marković, (1869-1923), actor; Novak Simić (1906), escritor
croata; luego generales y oficiales en la segunda guerra mundial Fedor
Dragojlov y Jorge Grujić, jefes del estado mayor del ejército croata;
general Lavoslav Milić, jefe de aprovisonamiento militar; coronel de caballería
Jovo Stajić; mayor Vladimir Graovac, comandante del grupo de bombarderos
en el frente ruso[15];
Dr. Savo Besarović, parlamentario (sabornik) y ministro en el gobierno del
EIC; Urog Doder, miembro del Parlamento croata en el EIC; destacados sacerdotes
de la Iglesia ortodoxa Croata: Vaso Šurlan, Spiridon Mifka, Miron Federer,
Sevastijan Perić, Dositej Teodorović, Ambrosije Veselinović,
Rafail Stanivuković, etc.
Cabe acotar también que la madre
del fundador del nacionalismo moderno croata y del Partido de Derecho, Dr. Ante
Starčević, procedía de familia ortodoxa, y que los revolucionarios
del levantamiento nacionalista croata en pro de la independencia de Croacia en
Rakovica (1872), conducidos por Eugenio Kvaternik, fueron bendecidos en la iglesia
ortodoxa local por el párroco Popović y que la gran mayoría de los
insurgentes era ortodoxa, incluso el comandante del ejército insurgente, Rade
Cuić, malogrado ministro de guerra croata. Huelga asimismo destacar que el
patriarca Josif Rajačić, metropolitano de Karlovac, ofició la
ceremonia de entronización del ban (virrey) Jelačić en 1848. Visto el
hecho que ya en 1861 había croatas de credo ortodoxo, Eugenio Kvaternik con
motivo de una audiencia con el virrey Sokčević señaló este hecho y subrayó
"la necesidad de un patriarca de la Iglesia ortodoxa croata" (21).
Tal vez sólo la dimisión del virrey impidió concretar esta idea. Es preciso
aquí mencionar el criterio de Ante Radić (ideólogo del Partido Campesino
Croata) respecto a los croatas ortodoxos que se refleja en la cita siguiente:
"Para nosotros no son servios todos aquellos que profesan al credo
servio-ortodoxo; eso nos dice el raciocinio y lo vemos en las masas del pueblo.
Hemos encontrado tantos campesinos de confesión servio-ortodoxa que nos
manifestaron que se sentían croatas..." (28).
Además de los ortodoxos que se
declaraban de nacionalidad croata, es menester mencionar que numerosos
ortodoxos debido a la influencia de la iglesia servia no se declaraban croatas
o se sentían servios, pero a la vez reconocían que Croacia era su patria y se
consideraban parte integrante del mundo cultural croata. Entre ellos figuraban
también Nicolás Tesla (1856-1943), célebre científico, quien manifestó:
"Yo soy servio pero mi patria es Croacia"; Dr. Pavao Vuk-Pavlović
(1894-?), profesor universitario y filósofo, y toda una serie de escritores
croatas: Stevan Galogaža (1893-1944), Vladan Desnica (1905-57); Milan
Nožinić (1921), Vojin Jelić (1921), Čedo Prica (1931), Jovan S.
Prica; luego destacadas figuras del Teatro y Opera Nacional Croata: Migo
Dimitrijević (1854-1909), Mila Jovanović-Dimitrijević (1876),
Josip Papić (1881-1927), Gavro Savić (1854-después 1910), Žarko
Savić (1861-después 1914), Strahinja Petrović (1892-?); por último
Dr. Miroslav Pantić, ex diputado nacional de Bijelina; etc.
Acabamos de consignar nombres
concretos para que se vea que había y que hay croatas de credo ortodoxo y que
se dan servios que consideran y sienten a Croacia como su patria. Cuál es el
número real de los croatas-ortodoxos no podrá saberse hasta tanto prevalezca la
exclusividad de la Iglesia ortodoxa servia sobre todos los ortodoxos en
Croacia.
NEGOCIACIONES EN TORNO A LA
INSTAURACION DE LA IGLESIA ORTODOXA CROATA AL COMIENZO DE 1942
Los acontecimientos, ocurridos durante
1941 en el EIC, causaron fuerte reacción y condena de la opinión pública
croata. El metropolitano católico croata, arzobispo de Zagreb y luego cardenal
Dr. Aloysius Stepinac, en forma pública y reiterada condenó la virulencia del
conflicto ustasha-chetniks, sus secuelas y el no respeto de la persona humana,
de la dignidad del hombre y de los derechos humanos (74). El prof. Felipe
Lukas, presidente de Matica Hrvatska (institución cultural croata de mayor
raigambre y prestigio, abolida y desmantelada recientemente por el régimen
comunista de Belgrado, N. del T.) e ideólogo nacional croata entre 1929-1941
también condenó públicamente las exacciones y actos ilegales en su discurso
ante la asamblea anual de Matica Hrvatska a principios de 1942 (94). Los croatas
musulmanes repudiaron los actos de violencia en otoño de 1941 en sendas
resoluciones, firmadas por prestigiosos ciudadanos musulmanes de Sarajevo,
Mostar y Banja Luka (74). Incluso entre las filas del movimiento ustasha,
miembros razonables, sobre todo los de orientación católica o liberal (o
diferencia de los fascistoides), viendo que la violencia lleva al caos,
informaron al Dr. Pavelić sobre la situación imperante, y en ciertos casos
(los de Senj y Litoral Croata), viejos adictos al Partido de Derecho) devuelven
sus carnets partidarios como protesta por la acción lenta contra los
"ustashe salvajes" y "nastashe".
En 1941 "... hasta fines de
junio... no existían todavía contingentes regulares de las fuerzas armadas
croatas, pues recién en julio de 1941 pudo iniciarse su formación después que
el gobierno croata logró persuadir a Roma y Berlín que era indispensable formar
un ejército croata"; recién a fines del año "... fue elaborado el
plan sobre la organización del ejército croata (Hrvatski Domobran)";
"Los servios en Croacia no fueron llamados bajo bandera y los chetniks
explotaron esa circunstancia... para enrolarlos" (100). Ya en los primeros
meses de 1942 la mayoría de los miembros del gobierno se daba cuenta que se
había llegado a un callejón sin salida en cuanto a la guerra de guerrillas. El
Dr. Pavelić entonces estableció el Cuartel General de Poglavnik y en su
primera reunión se planteó el problema de relaciones con la minoría servia.
Según E. "Dido" Kvaternik, "todos los presentes, miembros del
gobierno y representantes de las fuerzas armadas, estaban contentos de que
había llegado el momento apropiado para allanar el conflicto con los servios.
El Dr. Pavelić subrayó que como primer instrumento de pacificación iba a
establecer la Iglesia ortodoxa" (74). Poco tiempo después vino el ya
citado discurso de Pavelić ante Sabor (parlamento) del 28/II/1942 que
preanunció la posibilidad de una solución. La cuestión de constituir la Iglesia
ortodoxa croata fue debatida en marzo de 1942 en la comisión parlamentaria para
justicia y culto, cuando el Dr. Vinko Krišković sostenía con valentía
cambios liberales en el status de servios en Croacia en base a los principios
de los derechos humanos, la libertad confesional, ética y moral.
A la sazón me encontraba en Srijem.
Soy servio (y no croata-ortodoxo, como algunos creen), nacido en Belgrado en
1910, y mi familia es oriunda de Neuzin de Banat. Al recibirme de abogado, fui
durante muchos años adscripto a la Iglesia ortodoxa servia como abogado, luego
como asesor legal en Srijemski Karlovci. Durante la guerra de abril de 1941
servía en el ejército yugoslavo con rango de capitán de 1era. clase. Logré
eludir el cautiverio, pero cuando Srijem fue incorporado al EIC en octubre de
1941 fui detenido y después soltado gracias a la intervención de mis amigos
croatas. Srijem, hasta su incorporación al EIC se hallaba bajo la ocupación
alemana igual que Servia. Gavrilo Dozić, patriarca de la Iglesia servia,
fue detenido por los alemanes en abril de 1941 en el Ostrog en Montenegro. Por
rehusar colaborar con los alemanes fue internado durante la guerra. En esta
situación el Sínodo eligió para el territorio de Servia al metropolitano de
Skoplje Josif Cvijović como reemplazante de Gavrilo. En ese tiempo los
alemanes se llevaron de Srijem una parte del archivo y de piezas de valor. El
patriarca Gavrilo nos comunicó por intermedio del metropolitano Josif, que era
su íntimo colaborador, que deberíamos hacer todo lo posible, teniendo en
consideración la situación creada, para normalizar y regularizar los asuntos
del ortodoxismo en el nuevo Estado de Croacia. En base a esa directiva, el
citado discurso en Sabor y la actitud valiente del Dr. Krisković, se
establecieron los primeros contactos con las autoridades del EIC, concretamente
con el padre franciscano A.R. Glavas[16],
jefe del Departamento de Culto en el Ministerio de Justicia y Culto. Como el
gobienro del EIC ni quiso negociar directamente con la Iglesia ortodoxa servia
y con su representante legítimo Josif, por ser civil me pidieron que
interviniera y tuve que asumir la función de negociador.
En la etapa siguiente fui
recibido por Pavelić tres veces. El primer encuentro duró tres horas y
media y en esa ocasión discutimos el estatuto de la Iglesia ordodoxa croata (en
adelante IOC), que redacté tomando como modelo la constitución de la Iglesia
ortodoxa servia del 16/XI/1931, cambiando en líneas generales las referencias
al Estado, el gobierno y a la nacionalidad anteriores por el Estado, el
gobierno y la nacionalidad actuales. Los dos encuentros siguientes fueron
dedicados a correcciones adicionales y conversaciones sobre los candidatos que
quisieran ocupar el cargo jerárquico más alto. Durante esas tratativas y
conversaciones insistí con perseverancia en los aspectos canónicos y legales y
fuí atendido. El interés del Dr Pavelić se centró en los aspectos
linguísticos y simbólicos dado que yo no conocía suficientemente el idioma
literario, la ortografía e historia croatas. Resulta pues totalmente falsa la
afirmación de Fikreta Jelić-Butić (99) que "visto en su
totalidad el estatuto de la IOC fue formulado de modo de servir más bien como
instrumento a la política de la conducción ustasha y de Pavelić para con
la Iglesia ortodoxa". Bastaría que Fikreta Jelić-Butić haya cotejado
los estatutos de la Iglesia ortodoxa servia (del 1931) y la croata (del 1942) y
verificaria que las diferencias eran mínimas después de cambiar Rey por
Poglavnik, Reino de Yugoslavia por EIC, servio por croata.
Durante las negociaciones en
Zagreb adverti que me seguían y vigilaban ciertas personas de modo que me
fueron asignados dos custodios. Luego se supo que los alemanes, húngaros e
ingleses estaban interesados en este asunto, pues querían descubrir su fondo
politico, pero cuando se dieron cuenta de que no lo había y que se trataba de
un asunto meramente religioso, no se preocuparon más. Respecto a la opinión de
Fikreta Jelić-Butić (99) que la idea sobre la IOC "provino
probablemente primero de las autoridades alemanas" tomando en cuenta el
informe de A. Hefner y una declaración de S. Kasche (embajador alemán en el
EIC), debo manifestar que toda mi acción no salió fuera de la competencia de
las autoridades croatas y que por lo tanto ni hubo indicio alguno de que los
alemanes estuvieran implicados y menos todavía que fueran iniciadores.
En víspera de la Pascua Católica
(3-III-1942) se publicó bajo el N° XC-817-Z-1942 un breve "Decreto-ley
sobre la Iglesia ortodoxa croata" en Boletín "Narodne Novine",
firmado por el ministro de justicia y culto y por el Jefe de Estado, según el
cual se establecía la iglesia ortodoxa en Croacia. Inmediatamente se procedió a
la organización de IOC y su estructura y atribuciones definitivas fueron
determinadas al ponerse en vigencia el estatuto de la IOC el 5/VI/1942 bajo N°
CLXIV-1386-Z-1942. La estructura de la IOC, según su constitución, era una,
autoćéfala y episcopal, sus órganos eclesiásticos, jerárquicos y autónomos
eran el patriarca de la IOC y metropolitano de Zagreb, el santo sínodo obispal,
el alto tribunal eclesiástico, obispos, tribunales eclesiásticos de eparquias,
lugartenientes diocesanos, párrocos y comités administrativos parroquiales, y
en el aspecto administrativo se dividía en eparquias, entidades diocesanas y
parroquias. En materia dogmática y canónica la IOC se basaba en la Sagradas
Escrituras y la Sagrada Tradición según la doctrina de la santa ortodoxia y en
los cánones de los sínodos eclesiásticos universales y en el aspecto
administrativo en el estatuto de la IOC y en las conclusiones y directivas de
las autoridades facultadas por el Estatuto.
Además de la redacción y la
promulgación del Estatuto de la IOC, era importante la elección de una persona
idónea para ocupar el cargo de metropolitano con el rango jerárquico necesario
y las calificaciones del caso y para ello era necesario el placet y la consulta
con varios dignatarios jerárquicos ortodoxos. Mientras se discutía en torno al
Estatuto, contacté a los dignatarios que estuvieron dispuestos a asumir esos
cargos y puestos y poseían todos los requisitos y cualidades espirituales. La
persona que ya tenía el título de metropolitano y que respondió a la invitación
fue Su Excelencia Germogen, ex metropolitano Norvomoskovski, oriundo de Kuban.
S.E. Germogen, terminados sus estudios teológicos, frecuentó la academia de
estudios espirituales, fue ungido sacerdote y al comienzo se desempeño como
párroco. Sucesivamente fue nombrado profesor y prefecto del seminario teológico
de Saratov. Casado y padre de familia numerosa, al morir su mujer se volvió
monje y luego archimandrita en el monasterio y como tal fue elegido para obispo
suplente en la eparquía de Don. Durante la primera guerra mundial fue elegido
arzopispo de Jekaterinoslav y Novomoskovski. En tiempo de la revolución
bolchevique abandona Rusia, reside algún tiempo en Grecia, en la isla de Lemnos
y en la montaña santa de Atos. Llega en 1922 al Reino de los Servios, Croatas y
Eslovenos y vive en los monasterios de Ravanica, Rakovac y Hopovo en Srijem. Si
bien de acuerdo al Estatuto de la IOC debió presidirla en Zagreb un patriarca en
consonancia con el patriarca universal de Constantinopla, debido a las
circunstancias bélicas, esa función fue asumida por Germogen sólo en su
dignidad de metropolitano, mientras que se tomarían medidas ulteriores en una
situación más normalizada. Tanto sobre el establecimiento de la IOC como sobre
la elección de Su Exc. Germogen fueron consultadas las iglesias ortodoxas
rumana, búlgara y griega y el patriarcado universal de Estambul. En forma no
oficial fueron informados también sobre el curso de las tratativas y los
sucesos involucrados el patriarca ortodoxo-servio internado Gavrilo Dožić
y su suplente el metropolitano Josif Cvijović. El patriarca Dožić
estaba de acuerdo con la elección de su Exc. Germogen para la jefatura de la
IOC, pero se opuso a su designación como patriarca y en ese punto fue
satisfecho.
La elección de S.E. Germogen
algunos la objetan por su edad avanzada y por su origen ruso y escriben sobre
su "extracción del monasterio de Hopovo". En primer lugar S.E. vivió
una vida monacal y no ansiaba honores, mientras que sus altas cualidades
espirituales y morales eran bien conocidas. Por lo tanto, aceptar el cargo
jerárquico máximo en la IOC significaba para él gran sacrificio. Lo aceptó por
sublimes motivos religiosos y humanos. Sabía que probablemente debido a su
avanzada edad no llegará al cargo de patriarca y que ese puesto corresponde a
un lugareño. Su origen ruso era un compromiso. Sacerdotes croatas ortodoxos
eran pocos y la elección entre ellos muy limitada. Por otro lado los dignatarios
eclesiásticos servios necesitaban más tiempo para superar el trauma del nuevo
Estado y de la nueva situación, mientras que los más jóvenes que pronto se
adaptaban a las nuevas circunstancias no podían tomarse en consideración por su
edad y falta de experiencia.
LA ACTUACION DE LA IGLESIA
ORTODOXA CROATA DURANTE TRES AÑOS
(julio 1942-mayo 1945)
El 7/VI/1942 tuvo efecto en el
templo ortodoxo Santa Transfiguración en la plaza Preradović en Zagreb la
solemne entronización del Metropolitano de la Iglesia ortodoxa croata S.E.
Germogen y su asunción de la metrópoli. Ese día, frente al templo, se colocaron
unidades militares de honor con música y dentro del templo, junto a numerosos
fieles, se congregó el clero con su solemne vestimenta, y entre los funcionarios
estatales estuvieron presentes: Presidente de Sabor (parlamento) Marko Došen, a
cargo interinamente del ministerio de justicia y culto, Jozo Dumandžić,
ministro de agricultura y ganadería, Ivan Werner, alcalde de Zagreb, escribano
mayor Dr. Ivan Majcen, jefe de protocolo coronel Machiedo, Petar Lazić,
representante de la comunidad ortodoxa de Zagreb, etc. S.E. Germogen entró
acompañado por el autor de ese estudio en su calidad de secretario. El oficio
de entronización se hizo de acuerdo al ritual prescrito con la participación de
los presbíteros Platon, Vasa Surlan, Serafim Kubćevski, Venjamin
Pavlovski, Joca Cvijanović, Miron Federer y el protodiácono Aleksej
Borisov. En esa ocasión el ministro Dumandžić pronunció un discurso y leyó
el decreto del Jefe de Estado sobre el nombramiento de S.E. arzobispo Germogen
para metropolitano de la IOC con sede en Zagreb (Decreto N° 6034-B-1942). En su
discurso el Dr. Dumandžić destacó que el establecimiento de la IOC fue
inspirado por el principio, expresado en el proverbio croata que reza:
"Querrás siempre a tu hermano sin importarte su religión", que el
pueblo croata siempre fue tolerante en materia religiosa y que en las áreas
croatas convivían a lo largo de los siglos con los croatas católicos y
musulmanes también los ortodoxos en concordia y el amor recíprocos.
"Estamos seguros que ellos seguirán queriendo de igual modo a su patria
croata con la cual están íntimamente unidos a través de sus hogares y familias,
de las tumbas de sus padres y las cunas de sus hijos, y que serán sus hijos
fieles", dijo en otro párrafo y subrayó que el Estatuto garantiza a la IOC
una amplia autonomía y la labor espiritual libre de acuerdo a los principios de
la santa ortodoxia. Al día siguiente, 8/VI/1942, tuvo lugar el juramento de S.E.
Germogen y el recibimiento en la Casa de Gobierno en presencia del Jefe de
Estado, del gobierno presidido por Dzaferbeg Kulenović y el séquito del
metropolitano, en el que me econtraba como su secretario, los representantes de
la eparquia de Zagreb y de la comunidad eclesiástica señores clérigo Joco
Cvijanović, Petar Lazić, Djuro Jukić, Tedor Vukadinović y
guardián Miro Federer.
Las consecuencias inmediatas del
establecimiento de la IOC fueron muy positivas. De varios campos de
concentración y prisiones (Sisak, Slavonski Brod, etc) fueron puestos en
libertad 3.000 detenidos de credo ortodoxo y cierto número de sacerdotes volvió
a su grey. Los templos ortodoxos clausurados se abren de inmediato y el mismo
metropolitano Germogen viajó para asistir a la reapertura de los templos de
Mitrovica, Ruma, Irig y Srijemski Karlovci. Se celebraban bautismos y
casamientos en forma masiva y a veces hasta 200 niños fueron bautizados en un
día. De acuerdo al Estatuto, además de la metrópoli de Zagreb, se constituyeron
también las eparquias de Brod, Sarajevo y Bosanski-Petrovac. La última no pudo
organizarse con su sede en Bosanski-Petrovac debido a la guerra de guerrillas
que se desató en su jurisdicción. Seguían intervenciones a favor de cerca de
600 oficiales ortodoxos reservistas que tuvieron que actuar en las primeras
líneas de fuego y gracias a la intervención interpuesta ante el ministro
Artuković a la una de la noche fueron liberados de esa tarea y una parte
licenciada. Fueron establecidos vínculos amistosos con la jerarquía católica y
el clero musulmán. En una audiencia de dos horas con el arzobispo de Zagreb y
el metropolitano de Croacia S.E. Aloysius Stepinac se habló sobre el
acercamiento entre las iglesias cristianas y sobre los temas ecuménicos.
Jóvenes sacerdotes y seminaristas
en Srijem que estuvieron en la fase última de sus estudios terminaban su
carrera con un curso acelerado y algo abreviado y fueron designados en las
parroquias acéfalas. En su nombramiento no intervenían ni el ministerio ni las
autoridades civiles y ese asunto era de exclusiva incumbencia de la IOC. Allí
donde los templos principales fueron destruídos o dañados se habilitaron como
templos parroquiales, capillas menores, incluso las de los cementerios. Los
festejos del 10/IV/1943 se celebraron con los oficiosos religiosos no sólo en
las mezquitas y los templos católicos, sino también ortodoxos. Los valiosos
objectos artísticos y el mobiliario eclesiástico, como ser iconos, puertas,
altares, arquitraves, etc. de los templos ortodoxos destruídos o dañados fueron
guardados, protegidos, y conservados por el personal esforzado del Museo de
Arte y Oficios de Zagreb. Se empezó a editar el Calendario ortodoxo [50a] [17]
y a imprimir libritos de oraciones sin ningún ingrediente político; no se hacía
mención de los ustashe, ni del comunismo ni del anticomunismo; la única
diferencia con los de la preguerra era que venían impresos en letras latinas y
no cirílicas. En cuanto a la parte del archivo que no fue llevado por los
alemanes, Ias cosas más necesarias fueron trasladadas a Zagreb, sede de la
metrópoli. En la organización de la IOC se destacó gran número de sacerdotes
ortodoxos y en vísperas de Navidad de 1943 la prensa publicó lo siguiente:
"Su Excelencia el metropolitano de Zagreb y de toda la Iglesia ortodoxa
Croata, señor Germogen, distinguió con motivo de las fiestas navideñas por su
concienzudo servicio a Dios y al pueblo a los sacerdotes siguientes: Con
bastón: al prebítero Evgenij Jarzemski y al presbítero Aleksandro Volkovski;
promovió al grado de presbítero al sacerdote Vasilije Surlan, Serafim
Kubčevski y Anatolij Paradijev; el guardián: sacerdote Sevastijan
Perić, sacerdote Dositej Teodorić, los monjes Amvrosije
Veselinović y Rafail Stanivuković; con la cruz de pecho al guardián
Miron Federer, protojereja Cvijetin Sovič y protojereja Risto
Babunović; con cinturón rojo: al presbítero Aleksej Borisov, clérigo Joca
Cvijanović, clérigo Vasilij Jurcenko, clérigo Pavle Kozarski, monjes
Vlasmin Milogradski, Dimitrije, Ivan Mrackovski, Evgenij Pogorecki, Petar
Popov, Bogdan Popović, Cvjetan Popović, Nikolaj Semčenko, Petar
Stefanovič, Sergije Selivanovski, Ljubomir Svrtilić y Emilijan
Simatović". Al frente de la eparquia de Sarajevo llega en agosto de
1944 Spiridom Mifka, ex párroco en Visoki. De lo antedicho se infiere que son
infundadas las afirmaciones de que la IOC fue sólo "un invento
ustasha" que había congregado sólo a cinco o seis sacerdotes
rusos..." Entre los sacerdotes citados más arriba había croatas, servios,
rusos, ucranianos, macedonios y búlgaros, pero en su mayoría eran servios y
croatas ortodoxos, sin mencionar a los sacerdotes jóvenes y de rango
jerárquicos inferior. Asimismo la conclusión de Dj. Kašič en su trabajo
Servios y la ortodoxia en el sentido de que la actividad de los "escasos"
sacerdotes ortodoxos en la creación de la IOC "... tuvo poco éxito, pues
los servios sintieron la tendencia y para protegerse de Ias persecuciones, si
tenían que cambiar de confesión, entonces preferían la iglesia y el credo
católicos que adherir a esa organización artificial", carece de sentido,
pues es archisabido que después de establecida la IOC no se produjo ni un sólo
pase al catolicismo y que buena parte de los que habían cambiado su credo
religioso por miedo, volvió al ortodoxismo en la IOC allí donde fue organizada
y donde pudo funcionar normalmente.
Historiadores objetivos
verificarán también que con el establecimiento de la IOC se crearon las
condiciones y la atmósfera necesarias para dar los primeros pasos hacia la
reconciliación y la suavización del conflicto servio-croata y de los excesos
causados por elementos irresponsables. En el ámbito político se llega a un
acuerdo sobre la no agresión y cooperación entre algunos destacamentos chetniks
y las autoridades civiles y militares del EIC, si bien en esa gestión la IOC no
tuvo participación directa. La guerra de guerrillas, la guerra civil se dirime
después de 1942 mayormente entre los guerrilleros comunistas con orientación
yugoslava por un lado y los nacionalistas croatas, servios, etc., por el otro.
Es preciso mencionar que en 1943 se formaron regimientos Dora (contingentes de
trabajo), en la jurisdicción de cada cuerpo de ejército, integrados
principalmente por los servios ortodoxos y los croatas ortodoxos de Srijem y
Eslavonia que previamente no fueron convocados por el ejército. De ese modo se
tendía a crear una confianza mutua entre los ciudadanos ortodoxos y no
ortodoxos, entre croatas y servios hasta en la esfera militar.
Ejercí el cargo de secretario
del metropolitano Germogen hasta mediados de 1944 cuando tuve discrepancia con
algunos ortodoxos en Zagreb y para no provocar conflicto decidí renunciar,
salir de Croacia y regresar a Bachka, anexada entonces a Hungría. El fin de la
guerra me encontró en Novi Sad donde me encarcelaron y después soltaron cuando
expliqué los motivos religiosos y humanos de mi participación en la
organización de la IOC. Luego me exilé. Algunos de los destacados comunistas de
Voivodina, ahora altos funcionarios y uno de ellos ministro, que fueron
detenidos en 1941/42 y se salvaron gracias a la creación de la IOC,
intervinieron a mi favor en 1945 cuando me pusieron en la cárcel.
S.E. Germogen, con 85 años a
cuestas, no se retiró de Zagreb y fue detenido en mayo de 1945 por las nuevas
autoridades comunistas junto con el presbítero Aleksej Borisov y ambos fueron
asesinados. Creo que lo hicieron los elementos granservios fanatizados,
chauvinistas y no comunistas, pues no se entiende porque los comunistas
auténticos habrían de intervenir en problemas religioso-jerárquicos y en las
controversias de índole eclesiástica. Considero que las nuevas autoridades
cometieron craso error al permitir ese crimen. De los sacerdotes ortodoxos,
citados en este trabajo, los que no lograron refugiarse, todos fueron
perseguidos con saña y casi todos perdieron la vida.
Conforme a la precedente reseña
histórica de la IOC se desprende que muchas reseñas hechas hasta ahora sobre
ese tópico fueron erróneas, inexactas o falsas. Por ej. en Enciklopedije
Jugoslavije en la referencia Ustashe, escrita por el historiador Ljuba Boban,
se dice: "... se quiso reducir el número de la población ortodoxa tratando
de que una parte pasara al catolicismo. Pero esos pases forzosos no dieron
resultado alguno como tampoco los dió la maniobra con la IOC, creación ustasha
del año 1941". Esa afirmación arbitraria y confusa de Boban, en la que se
mezclan conceptos nacionales y confesionales, no es digna de un historiador que
luego llegó a ser Boban. Se habla de la reducción y el pase al catolicismo de
los ortodoxos, aunque sabemos que los ustashe no apuntaban en 1941 contra la
ortodoxia (que les era indiferente) sino contra servios, en primer lugar
granservios (chauvinistas servios, - N. del T.) y sólo en forma indirecta
contra el ortodoxismo. servio. Boban manifiesta que "el pase forzoso de
los servios al catolicismo" (ahora habla de servios y no de ortodoxos) y
"la maniobra" con la IOS no dió resultado alguno". Si "el
pase al catolicismo" (que en la mayoría de los casos no fue impuesto por
fuerza, sino solicitado y aceptado por algunos servios en la psicosis bélica,
la búsqueda de protección y el deseo de equipararse con la mayoría) no tuvo
éxito (lo que es verdad) entonces ese hecho se debe a "la maniobra"
con la IOC y a su éxito o no al fracaso de la IOS, pues tan pronto se estableció
la IOC, cesaron de inmediato los pases al catolicismo y la gran mayoría de los
que habían pasado regresaron al seno de la IOS.
También resulta tendenciosa e
inexacta la reseña de la IOC de la pluma del alto funcionario ustasha E.
"Dido" Kvaternik (74) cuando dice: "La iglesia ortodoxa fue
establecida como Iglesia ortodoxa croata con una tendencia netamente
anticatólica. A su frente fue designado un ruso y no un servio. Fue ...la
iglesia ruso-croata-ortodoxa que no pudo atraer a los servios". Si alguna
vez la ortodoxia en Croacia tuvo problemas fue durante 1941 a raíz del
conflicto ustashe-chetniks. Uno de los protagonistas principales de ese
conflicto era "Dido" Kvaternik del lado ustasha. Lo que antecede
evidencia que la IOC no fue establecida con "una tendencia
anticatólica" ni se proponía "atraer" a los servios. Ella
constituía la solución del problema de profesar la ortodoxia en el territorio
del EIC para todos los ortodoxos servios, croatas, ucranianos, ruso,
montenegrinos, macedonios, etc., por cuanto no se permitía actuar a la IOS por
ser iglesia del país vecino, de Servia. La IOC era multinacional por la
composición de sus creyentes y por su jerarquía.
Hasta el libro moderado de Pavle
Ostović contiene esta inexactitud: "Atroces crueldades padeció la
población inocente sólo por ser de confesión ortodoxia". La mejor
respuesta a P. Ostović la dió su jefe político Dr Vlatko Maček en su
libro" (70a): "La mejor prueba de que los ustashe no perseguían a los
servios por motivos religiosos es que ellos mismos fundaron en 1942 la Iglesia
ortodoxa croata, encabezada por un obispo exiliado ruso".
CONCLUSIONES SOBRE LO PASADO
De acuerdo a lo reseñado cabe
concluir que a raíz del cisma de la cristiandad en iglesia occidental y
oriental, los croatas quedaron en la jurisdicción de la iglesia occidental y
los servios de la oriental, mientras que los montenegrinos actuales (Ducleia,
Zeta) en parte bajo la occidental y en parte bajo la oriental. La expansión del
Estado servio bajo la dinastía Nemanjić desplazó a los católicos del este
de Herzegovina y Montenegro actuales (la vieja Croacia Roja) a la angosta
franja marítima hasta la República de Dubrovnik y el litoral de Kotor y
Montenegro.
La penetración de los osmanlíes
en Croacia en el siglo XV y la zona bélica en el centro de Croacia que duró 200
años eran la causa que una parte de los croatas pasó al islamismo y que en las
zonas asoladas y abandonadas de la Croacia central se radicaron los ortodoxos,
venidos del interior balcánico, en primer lugar los muy movedizos valacos de
origen romano como pastores, martolosi y campesinos. Es la causa por la cual
las áreas croatas, homogéneas desde el punto de vista religioso y étnico hasta
la invasión turca, se vuelven mixtas religiosa (católicos, ortodoxos y
musulmanes) y étnicamente (croatas, valacos y otros pueblos balcánicos).
Con el éxodo de los servios a
principios del siglo XVIII rumbo al norte (Srijem, Voivodina, la Hungría
meridional) se radica en el territorio croata un nutrido y compacto grupo de
servios de habla ekavski y la IOS fugitiva (la Metrópoli de Karlovac) que logra
a lo largo de dos siglos siguientes un control jerárquico sobre los ortodoxos
valacos y servios y en el siglo XIX consigue servizar la buena parte de esos
ortodoxos, aplicando la simple ecuación: ortodoxo igual a servio. De ese modo
la mezcla confesional en ciertas áreas, pobladas por los croatas, se convierte
también en una mescolanza nacional entre los croatas y los servios. El
nacionalismo moderno croata de Ante Starèeviá responde a ese hecho y propaga la
idea de un Estado croata pluriconfesional, país de los católicos, ortodoxos y
musulmanes. Al identificarse los servios con la ortodoxia se trabó su evolución
en una nación pluriconfesional, mientras que en Croacia hay croatas católicos,
ortodoxos y musulmanes, sólo que los croatas ortodoxos en el plano eclesiástico
están sometidos a la ortodoxia servia.
Se produce pues un conflicto
entre los nacionalismos modernos servio y croata en esas regiones mixtas que
reinvidican tanto los granservios como los croatas legalistas, invocando los
derechos históricos. En la primera Yugoslavia recrudece el conflicto debido al
predominio servio en ese Estado. Al restablecerse el EIC en 1941, estalla el
choque en Ias zonas mixtas entre los ustashe y chetniks, organizaciones
nacionalistas extremistas. En ese conflicto elementos irresponsables desatan
persecuciones de los grupos minoritarios, utilizando rótulos ustasha o chetnik
y a causa de sus desmanes padecen las tres confesiones: la católica, la
ortodoxa y la islámica. Como el gobierno del EIC no reconocía la IOS como una
iglesia nacional de los servios y del vecino Estado de Servia, la ortodoxia en
Croacia quedó acéfala en 1941 y ese problema se solucionó en 1942 estableciendo
la Iglesia Ortodoxa Croata.
En base a lo expuesto y como
partícipe en los acontecimientos puedo concluir que la existencia de la Iglesia
Ortodoxa Croata en 1942-45, tomando en consideración graves circunstancias y
condiciones imperantes, resultó positiva para todos los ortodoxos de nacionalidad
servia, croata u otras en el territorio del Estado Independiente de Croacia
tanto desde el punto de vista religioso y espiritual como meramente humano; por
último, también desde el punto de vista de reconciliación y reducción del
conflicto croata-servio, originado por los pecados del pasado y por el
enfrentamiento entre los ustashe y los chetniks. Después de 1941 mengua ese
choque en algunas regiones y se llega a un acuerdo entre ellos. Para los
ortodoxos servios en Croacia la IOC era una protección y la solución religiosa
temporaria en un régimen autoritario que no toleraba la Iglesia ortodoxa servia
por ser iglesia nacional del vecino Estado de Servia. Para los ortodoxos
croatas la IOC fue una solución deseada desde tiempo atrás, pero siempre
negada, por encontrarse tensionados entre sus sentimientos nacionales croatas y
su lealtad y apego a la patria croata por un lado y la exclusividad nacional
servia con una sola iglesia ortodoxa en Croacia: la Iglesia ortodoxa servia.
Es de lamentar que, terminada la
segunda conflagración mundial, debido al fanatismo ciego de ciertos chovinistas
granservios en Croacia, no haya sobrevivido la IOC y que no siguiera con su
actividad (por supuesto, con un Estatuto corregido) para congregar a los
creyentes que quisieran quedar en su seno, en primer lugar a los croatas
ortodoxos, no obstante su fuerza numérica. Eso no quiere decir que una renovada
Iglesia ortodoxa servia para los creyentes de nacionalidad servia no haya
podido coexistir paralelamente con la Iglesia ortodoxa croata, pues plena
libertad religiosa equivale a la tolerancia y a la coexistencia y no la
exclusivismo y al monopolio de iglesias.
Parece gran absurdo, pero es un
hecho que un sistema y régimen comunistas fueron tan parciales respecto a la
IOC y que asumieron la posición exclusivista de los granservios y en favor de
la IOS como única en un territorio, poblado por la mayoría croata y la minoria
servia y en contra de una tolerancia y coexistencia liberal de varias iglesias
ortodoxas. Esa posición se corrigió luego respecto a la Iglesia ortodoxa
macedonia, mientras que desgraciadamente todavía sigue prevaleciendo la idea de
favorecer la ortodoxia en las restantes partes de Yugoslavia. Ningún creyente
ortodoxo que no es servio o macedonio, y puede ser integrante de otras naciones
que componen Yugoslavia esloveno, croata, montenegrino, albanés, rusino, etc.)
no puede profesar la santa ortodoxia sino por intermedio de la Iglesia ortodoxa
servia.
La experiencia histórica y la realidad
actual nos enseñan que hay que abordar a tiempo la solución de los delicados
problemas religiosos y nacionales y no cuando irrumpen con toda virulencia. La
intolerante exclusividad granservia según la cual todos los ortodoxos,
radicados en Croacia y Bosnia-Herzegovina, son sólo servios, y la afirmación
quijotesca de algunos círculos emigrados croatas según la cual en Croacia todos
los ortodoxos son sólo croatas, carecen de fundamento. En esas repúblicas viven
tanto ortodoxos croatas como ortodoxos servios. Cuántos son unos y cuántos
otros, podrá saberse únicamente en un clima de plenas libertades religiosas y
nacionales.
PERSPECTIVA DEL FUTURO
La historia evolutiva del
ortodoxismo en Croacia, la reciente experiencia penosa y trágica, el destino de
la Iglesia ortodoxa croata y el problema todavía sin solucionar de profesar
libremente la santa ortodoxia en Croacia, trabado por los derechos
territoriales exclusivistas de la Iglesia ortodoxa servia en Croacia, debería
ser materia de profunda reflexión por parte de los responsables para que en los
momentos críticos del futuro no se repitan errores cometidos en el pasado.
Cuesta comprender la razón por la que la actual Iglesia ortodoxa servia se
aferra a los derechos conquistados en Croacia, impidiendo el desarrollo normal
de profesar libremente la santa ortodoxia y la existencia de otras iglesias
ortodoxas junto a ella. Si una iglesia ortodoxa para los croatas, los ortodoxos
no servios y aquellos servios que libremente se adhieran a ella, fuese exigua y
poco numerosa junto con la numerosa iglesia servia, entonces no vemos razón
alguna de su miedo, sobre todo si esa iglesia ortodoxa en Croacia no exigiera
exclusividad territorial.
La necesidad de establecer
libremente una iglesia ortodoxa en Croacia de carácter más amplio, no servio,
es grande. Esa iglesia no debería ser una nueva edición de la Iglesia Ortodoxa
croata, fundada en difíciles condiciones bélicas y bajo un régimen autoritario,
que hasta cierto punto se reflejó en ella. Podría formarse o siguiendo el
modelo de la Iglesia ortodoxa macedonia (84), es decir mediante una separación
territorial de la iglesia ortodoxa servia o como un nuevo cuerpo eclesiástico,
junto con la Iglesia ortodoxa servia, formado en base y según el modelo de la
separación actual del Estado y la Iglesia, y en base a la constitución que
garantiza la libertad religiosa. Los primeros pasos serían a) la formación de
los seminaristas en el seno de la Iglesia macedonia u otra iglesia ortodoxa,
por cuanto varias generaciones de sacerdotes ortodoxos croatas, pertenecientes
a la iglesia greco-oriental de la época de la primera guerra mundial, murieron
y la corta existencia de tres años de la Iglesia ortodoxa croata, no permitió
educar y formar a nuevos sacerdotes, b) la constitución de una comisión
iniciadora para el establecimiento de la nueva iglesia, c) la celebración de
una asamblea eclesiástico-nacional para elegir el episcopado y redactar el
Estatuto que, entre otros deberes, determinaría el nombre de la nueva iglesia.
Esa iglesia ortodoxa como cualquier otra que no es monopolista no constituiría
peligro alguno para nadie, ya que el poder estatal tendría siempre la última
palabra en cuanto a sus actividades que no sean puramente de índole religiosa o
no estuvieran de acuerdo con su Estatuto.
BIBLIOGRAFIA SELECCIONADA SOBRE
LA ORTODOXIA ENTRE LOS CROATAS
ABREVIATURAS
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(Boletín del Museo Provincial).
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bibliografski zavod (Instituto Editor Bibliográfico Croata).
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NOTAS: Como se acota en Fuentes
y liberaturas en los capítulos sobre la situación y el papel de la iglesia
servia en los siglos XV, XVI y XVII en Historia de los pueblos de Yugoslavia, "Ias
fuentes resultan muy escasas y parciales" y "pobres". La
historia del ortodoxismo entre los sureslavos ..."bajo el dominio turco
espera todavia una reseña objetiva, si bien disponemos en nuestra
historiografía de algunos amplios libros sobre la historia de la Iglesia
servia. Hasta la historia del Patriarcado de Peć bajo el dominio turco,
trabajo de M. Grajić... (La Iglesia ortodoxa servia, Belgrado 1920) carece
del adecuado criticismo y objetividad, que en general regían en nuestra
historiografía y en ese aspecto no cabe compararla ni de lejos con los estudios
de I. Ruvarac..."
Las crónicas e itineraristas católicos de esos tiempos registran datos sobre la relación de la ortodoxia con los católicos, "... y al margen acotan otros datos sobre la iglesia servia". También, "debido al interés de la Iglesia católica en la cuestión de la unión, los informes de los visitadores papales y misioneros contienen suficientes datos sobre la iglesia servia". Eso lo transcribimos para comprender porque en nuestra selección de la bibliografia figuran los trabajos de historiadores católicos y greco-católicos (Batinić, Theiner, Nedić, Fermendžin, Čutarić, Šimrak, Draganović, Nežić, etc.) Eso se justifica tanto más por cuanto el presente es un estudio sobre los ortodoxos entre los croatas, es decir sobre áreas más bien mixtas que no comprenden a las zonas ortodoxas fuera de las actuales repúblicas de Croacia y Bosnia-Herzegovina.
(Tradujo al castellano: Branko
Kadić)
Contar la historia de Buenos
Aires al pueblo argentino y a los demás pueblos de habla española sería una
cosa superflua. Especialmente si le intentamos en un breve articulo de carácter
periodístico. Lo que si queremos es adherirnos modesta pero sinceramente a los
festejos del pueblo argentino que durante este año 1980 está celebrando los 400
años de su maravillosa capital.
Todos sabemos bien por qué se
habla de la segunda fundación de esta grande y espléndida metrópoli no sólo de
la Argentina sino de toda la América Latina. En 1536 -2 de febrero—el primer
adelantado Pedro de Mendoza fundó por primera vez a Buenos Aires,
denominándola: Puerto de Santa María del Buen Ayre. En junio del mismo año los
indios querandíes sitiaron al núcleo de la futura gran ciudad y obligaron a los
españoles a refugiarse en sus barcos y evitar su propio exterminio a manos de
los indígenas. Pero Juan de Garay volvió en 1580 a fundar la ciudad por segunda
vez (11 de junio), dándole esta vez el nombre: Ciudad de la Santísima Trinidad
del Puerto de Santa Maria de los Buenos Aires. Desde entonces esta ciudad venía
creciendo y oponiéndose con éxito a todos los agresores tanto indios como
ingleses. Estos últimos intentaron imponer su poder en los años 1806 y 1807. El
ideal de la libertad y la independencia del pueblo resistieron valientemente y
consiguieron convencer a los agresores que las empresas de esta índole
fracasarían contra el muro de la conciencia y la voluntad de sacrificio del
pueblo argentino, deseoso de forjar su propio destino y con sus propias
capacidades físicas, morales e intelectuales. En 1910 la Ciudad encabezó el
movimiento de la emancipación, separándose de la Madre Patria España. En 1826
Bernardino Rivadavia la proclamó capital de la Nación Argentina. Desde entonces
con puerta y brazos abiertos esta enorme urbe recibía a todos los que buscaban
pan y libertad. Latinos, germanos, eslavos, judios, árabes, etc. aumentan el
número de sus ciudadanos y aportan sus contribuciones en todos los órdenes de
la actividad humana. Así es que esta bellísima ciudad ocupa hoy en día un
puesto priviligiado entre las metrópolis más adelantadas del mundo. El espíritu
nacional argentino y los aportes de elementos cosmopolitas hicieron aquí una
feliz síntesis que asombra a los que vienen por primera vez a Buenos Aires,
creyendo hasta su llegada que es una ciudad de indios semisalvajes. Pero
universidades, instituciones culturales, el teatro Colón, sociedades
literarias, de escritores, científicas, de pintura, música, etc; edificios
nuevos, maravillosos, brillantes con vidrieras artísticamente arregladas e
iluminadas; las carreteras que se prolongan como una red en todas las
direcciones del país; puentes, subterráneos, monumentos, etc., impresionan
tanto por su carácter monumental como por su gran sentido estético y suntuoso,
caro al espíritu latino.
También nosotros los croatas, a
pesar del pequeño tamaño de nuestra madre patria Croacia, hemos aportado al desarrollo
y crecimiento de esta maravillosa ciudad ubicada en la orilla derecha del
enorme Rio de la Plata. No sólo miles de obreros croatas, muchas veces morían
desamparados y desprotegidos edificando subterráneos, levantando edificios o
construyendo carreteras, sino también intelectuales, profesores, industriales y
artistas han marcado su perdurable paso en la historia de la capital argentina.
Después de la última gran guerra fue Buenos Aires la ciudad que recibió
fraternalmente a miles de croatas que nunca olvidarán su generosidad, como así
tampoco la de sus ciudadanos y de sus autoridades nacionales. Su agradecimiento
devuelven fielmente a la nueva comunidad, donde sus hijos se incorporan con
plena igualdad con los demás hijos argentinos. Muchos de ellos ocupan puestos
en la actividad privada y pública y desarrollan actividades que hacen progresar
a Buenos Aires hacia las metas cada vez más grandes y empujando al pais que
dentro de pocos decenios podrá rivalizar con los países más desarrollados del
mundo.
Nuestra revista "Studia
Croatica" que cumple ya 20 años de la actividad en esta enorme, rica y
brillante ciudad sin trabas de clase alguna, se complace y adhiere a los
festejos con motivo de su 400° aniversario, deseando a sus autoridades y a aquellas
nacionales un futuro ca-da vez más luminoso, donde la libertad, la dignidad
humana y la democracia con justicia tendrán siempre su baluarte inexpugnable y
un refugio seguro para todos los injustamente perseguidos.
La Academia de la Lengua Croata,
Buenos Aires, por intermedio de su secretario P. Tutavac, ha propuesto
proclamar a Buenos Aires "capital cultural de los croatas en el
exilio". Varios periódicos del pals han registrado esta acertada
propuesta.
(Red. de S.C.)
Después del reciente viaje por
el continente africano, el Papa Juan Pablo II, en su misión de mensajero de la
doctrina de Cristo en esta nuestra ópoca tan turbulenta y confusa, viajó en
mayo ppdo. también a la capital francesa. Los croatas allí residentes — una
parte de los obligados por el desaparecido "croata" Tito a abandonar
la patria — se hicieron presentes por todas partes de Paris, por donde se movía
el Sumo Pontífice. Impresionado por su numerosa presencia y las banderas
nacionales, el Santo Padre aprovechó la oportunidad para dirigirse espontanea y
públicamente a nuestros compatriotas con siguientes palabras: "Veo aquí
grupos que están esperando que yo diga algo también a ellos, ahora y desde este
puesto... ¿No existen, quizá, en las cartas geográficas de Europa y del mundo
las naciones que tienen su admirable soberanía histórica, que surge de su
cultura y a las que se niega, no obstante, el reconocimiento de su plena
soberania"?
Agradecido por las palabras de
SS, aquel numeroso grupo de croatas en Paris se hizo pre-sente con decenas de
sus banderas nacionales también en el momento del regreso de Papa a la Ciudad
Eterna. La red televisiva francesa y europea ha propalado este fenómeno, fiel
reflejo de la conciencia nacional y la fe cristiana de los croatas, diseminados
por todo el mundo libre. Esta manifestación la podemos considerar como
contrapunto del silencio absoluto de los croatas con motivo del translado casi
furtivo de los restos mortales de Tito a través de Croacia para ser sepultados en
la capital servia, a que hizo tantos servicios, que los servios pueden
considerarlo como a uno de sus "próceres".
También "Le Monde", el
más renombrado periódico de Francia, registró dichas manifestaciones de los
croatas libres en su edición del 3 de junio ppdo. bajo el titulo: "Un
momento excepcional", agregando: El paseo por entre esta numerosa
multitud... de los voluntarios y obligados exiliados con muchas banderas
croatas y con la inscripción: "Croatia semper fidelis", considerando
la manifestación en su totalidad digna de admiración. (Nova Hrvatska, N° 12,
Londres, 1980)
Por parte de la Redacción de
"Studia Croatica" agradecemcs profundamente al Santo Padre, quien una
vez más confirmó el derecho del pueblo croata a su soberanía nacional como
también la plena armonía de este derecho con la doctrina del Cristianismo,
religión revelada y, en este momento, representada por sucesor de San Pedro,
principe de los apóstoles de Cristo y símbolo de la unidad cristiana, el Papa
Juan Pablo II.
Al cumplirse veinte años de la
muerte de este dignatario eclesiástico, arzobispo de Zagreb y metropolita de
Croacia, los franciscanos croatas con sede en esta capital, Avda. del Tejar
4925, celebraron una misa conmemorativa a cargo del padre Mariano
Zlovećara.
Durante la Misa, a que nos
referimos, el padre Mariano pronunció un conceptuoso sermón que, por falta de
espacio, reproducimos sólo parcialmente y en fragmentos. "Hace exactamente
veinte años, decía p.Mariano — recluido en su aldea natal Krašić, ha
entregado su alma a Dios, logrando sus hermanos al último momento depositar su
sufrido cuerpo en la cripta detrás del altar mayor de la catedral de Zagreb.
Hoy con motivo de la commemoración del vigésimo aniversario de su muerte, nos
preguntamos espontáneamente: ¿En qué ese hombre fue tan grande, importante y
transcendental para que su recuerdo, y no sólo el recuerdo, perdura dos
decenios después de su muerte y no se apagará jamás en las almas de los fieles
católicos y de su pueblo croata?"
Después de haber destacado
condiciones desfavorables en que vivió, murió y en que su recuerdo se hace
siempre más vivo, padre Mariano agregó: "... si deseamos descubrir la
verdadera grandeza de Stepinac, debemos recordar las palabras de Jesus que
dirigió a sus apóstoles y amigos en los momentos más graves de su vida. Salvar
la fe como lo ha hecho San Pedro a instancias del Señor, consolidar en la misma
a sus hermanos, esta es tarea más urgente y primordial...
"Solamente la Providencia
pudo dar — ahora lo vemos claro — aquella su silla de acusado como la tribuna
ideal desde la cual Stepinac ha dicho sin miedo, clara y publicamente, a sus
jueces y, por su intermedio, a todo el mundo: 'Uds. dicen que Jesucristo no ha
existido. Sepan — Jesucristo es Dios. Por El estamos dispuestos a morir. Uds.
dicen que la Virgen María fue una pecadora, pero sepan que para los católicos y
los ortodoxos ella es el ser más puro y más sagrado. "¿No son estas las
palabras, preguntó el orador, palabras de un mártir de los primeros tiempos del
cristianismo?"
Luego, tras una acertada
explicación de tergiversación de la justicia, de tribunales y la "voluntad
del pueblo" por parte del régimen comunista, fray Mariano
prosiguió:"En el "triste proceso" de Zagreb se manifestó sin
lugar a dudas que no se juzgaba solamente al acusado Stepinac, ni siquiera a
Stepinac, arzobispo de Zagreb, pues se trató de un franco enfrentamiento entre
el Partido comunista y la Iglesia Católica y entre sus doctrinas, diametralmente
opuestas en cuanto al sentido de la vida y el mundo. Por eso la cólera de los
vencedores fue en ese momento más violenta que en los mismos días de la
guerra... "Se llenaban cárceles de sacerdotes, pero asimismo los
seminarios como una nueva esperanza; se incendiaban o destruían las iglesias,
pero el pueblo volvía a repararlas; fueron confiscados los bienes
eclesiásticos, pero con esta pobreza la Iglesia se enriqueció, adquiriendo cada
vez mayor vigor y la fortaleza; enmudeció casi por completo la prensa
religiosa, pero se acrecentó como nunca el ardor de oración"..."Hoy
en día, a los veinte años de la muerte del Cardenal, todos lo sabemos que la
Iglesia Católica es la institución más numerosa y más fuerte del pueblo croata,
tanto en el sentido religioso como también en lo nacional en general. Vemos que
los triunfos y el vigor de la actual Iglesia Católica en Croacia los debemos a
tantas vidas de sacerdotes y religiosas como también a una infinidad de los
fieles quienes han ofrendado su vida en nombre de Cristo en la defensa de la
fé. Delante de todos ellos está el Cardenal Stepinac y desde la cripta del
altar mayor de la catedral metropolitana infunde nuevos y permanentes alientos
y esperanzas. Flores, velas y un poco apagado, pero constante murmullo de las
oraciones ante el sepulcro de Stepinac dan un testimonio de la indiscutible
promesa que Jesucristo nos hizo: 'quien me reconociere ante los hombres, yo Io
reconoceré ante mi Padre Celestial' "
"Unámonos en el espíritu
ante los restos de Stepinac y agradezcámosle por tan apreciado presente que nos
ha dado en su persona y su ejemplo y supliquemos al Señor que siga hoy y
siempre acordándose de su pueblo croata que en los días más difíciles Le ha
sido fiel, pagando por su fe un alto precio en lágrimas y sangre, conducido por
el cardenal Stepinac, orgullo de Croacia y la Iglesia Universal".
Con un dolor que nos conmueve
profundamente, subrayamos que, entre las voces favorables para el dictador
comunista de Belgrano, hay algunas todavía más plausibles para el perseguidor
de la Iglesia que provienen justamente de ambientes cristianos-católicos como
por ejemplo la opinión de "La Vie, hebdomadaire chretien d'actualité"
de Paris, que en sus juicios demuestran una sorprendente falta de respeto tanto
en lo que concierne a la verdad histórica como también en lo ético-moral como
elemento indispensable para un cristiano. Si es asi en casos que se
autoproclaman católicos, nada nos sorprenden las voces que no lo son, ni se
proclaman de serlo, como por ejemplo la siguiente del señor José Antonio
Mendia. Este señor publicó un articulo en el gran diario de Buenos Aires
"La Nación" del 25 de marzo, cuando todavia el dictador desaparecido
estaba luchado oficialmente con la muerte, que reproducimos:
CUANDO UN AMIGO SE VA
Una nuez dura de masticar
Sobre Tito ya se ha dicho todo.
Los comentarios han dejado poco que agregar para las notas necrológicas y el
periodismo empezó a considerar el postitismo de antemano. Pero cada dia
se afirma más la importancia de aquel de quien Stalin dijo, en un grosero error
de apreciación, que él podia eliminarlo moviendo el menique, porque ni él ni
sus sucesores pudieron jamás hacer otra cosa que transar con el desviacionista
llamado por Pablo Neruda (Premio Stalin, 1953) "un traidor cubierto de
sangre". Y hace falta también que Tito se haya tallado un lugar
impresionante en la historia de su pais y del mundo para que la simple idea de
su desaparición pusiera ya en el aire una guerra mundial.
Los soviéticos podrían invadir
Yugoslavia si sintiesen la pasividad occidental, pero, lo que es más probable,
tratarían de hacer estallar la heterogénea amalgama de pueblos, idiomas y
religiones a los cuales Tito dio unidad para luchar contra el Tercer Reich,
luego intervendrían para dominar la "contrarrevolución". Pero
"Ia nuez será dura de masticar", según la expresión que Tito usó ante
Giscard d'Estaing una vez porque quizá los norteamericanos no permanezcan esta
vez con los brazos cruzados y porque el original sistema de "defensa
popular organizada" permite a Yugoslavia movilizar ocho millones de
combatientes en pocas horas; las cosas no resultarían tan fáciles como en
Checo-Eslovaquia. Aniquilar el virus democrático, calmar la sed de bienes de
consumo, borrar de los medios estatales de producción esa autogestión que
parece haber sido entrevista por Engels en alguna frase imprudente retomaren
mano, en una palabra, el destino de este hijo pródigo habituado a la libertad
seria, posiblemente, masticar la nuez con la cáscara.
El realismo de Churchill
La ausencia de Tito hace valorar
en todo caso el peligro vacío que deja. Su figura quedará además como la de un
amigo, al convertirse en involuntario aliado de Occidente. Ya durante la
Segunda Guerra Mundial Churchill había visto en él un colaborador estimable
que, refugiado en la montarla, ofrecía a los nazis una resistencia feroz y
pérdidas importantes. Como poco se conocía de ese jefe, salvo una oscura
participación en la guerra de España, los servicios secretos británicos
mandaron —via paracaídas— al general Fitzroy McLean para conocerlo. A su
vuelta, el general advirtió a Churchill que ese hombre excepcional y yo maduro
era comunista, y que su triunfo significarla la instalación de un régimen
previsible. El primer ministro preguntó: "General, ¿usted tiene la
intención de vivir en Yugoslavia después de la guerra?. "No, sir".
"Yo tampoco —dijo Churchill—, y lo que nos interesa ahora es apoyar a
fondo a quien más daño hace a los alemanes."
Como Churchill entonces, quizás
Occidente reconozca hoy que debe ayudarse a la Yugoslavia posterior a Tito a
apuntalar una economía desfalleciente a la cual sólo Alemania Federal (el
enemigo de antes) aporta un intercambio vigoroso. Se evitaría quizá así que los
soviéticos terminasen poniendo sus tanques en Trieste, junto a Italia, y sus
submarinos nucleares en el Adriático. La defensa entera del flanco sur de la
NATO estaría en juego si la nuez resultase menos dificil de morder.
Ese mosaico de razas, religiones
y lenguas que son los eslavos del Sur (los yugoeslavos) se aglutinó una vez
hace más de treinta años, al verse proponer por Tito la bandera del
antinazismo. Si Occidente incrementase hoy con Yugoslavia los intercambios
politicos, culturales y comerciales, quizá el antisovietismo sería el ideal
común suficiente para mantener unida y vigilante esa frágil asociación federada
que Tito hizo posible. La otra alternativa es la intervención de Moscú.
"La Prensa'', Buenos Aires,
del 7/V/80:
La muerte del mariscal Tito
"A Tito se debe, sin
embargo, la coexistencia, bajo su fuerte puño de hierro, de las seis regiones
(hoy seis repúblicas) yugoslavas, la armonía, siquiera relativa, de las cinco
nacionalidades que albergan y la práctica más o menos libre de las tres
religiones que levantan culto en ese mundo bravío y de tradicional
intolerancia. Esos dos logros, la derrota del nazismo invasor y la erección de
un estado "federal" por encima de razas, nacionalidades, religiones y
prejucios, habrían de otorgar a Tito méritos suficientes, según sus adictos,
para perpetuarse en el poder.
"El cisma de Yugoslavia de
la Unión Soviética, es otro de los méritos que se adjudican al extinto, sobre
todo por haberlo llevado a cabo bajo la bandera de un "particularismo
ideológico" que señaló la primera fisura en el monolítico imperio
moscovita, seguida luego por las de Albania y China. Este osado gesto que
Stalin nunca perdonó —"el día que se me ocurra aplastaré a Tito con la
punta del dedo meñique", farfulló alguna vez— que Khrushchev consintió a
medias y que Brezhnev fue negociando u hostilizando, según las ocasiones así se
lo aconsejaban, no significó sin embargo un acto de liberación del propio
pueblo yugoslavo, tan constreñido como el ruso a los dictados del partido, el
sindicato y la prensa únicos. La "cogestión obrera" yugoslava, no fue
sinónimo de pluralismo sindical, sino una mera y retórica tentativa de dotar a
las unidades fabriles de la autonomía productiva ausente en el mundo industrial
soviético. Pero no por eso la condición de los trabajadores mejoró, ni se
acrecentó el rendimiento, ni el nivel de vida del pueblo se elevó en términos
mensurables.
"Con un jefe de Estado que
durante más de treinta años manejó con dureza y sin pausa las riendas del
gobierno, habría sido ilusión vana concebir siquiera que la sociedad pudiera
disponer en esfera alguna, del poder de iniciativa, de independencia de juicio
y de libre examen.
"El cisma
soviético-yugoslavo habría de conceder a Tito un aura de responsabilidad y un
tratamiento menos severo por parte de Occidente en el juicio a que obligaba la
naturaleza autocrática de su régimen de gobierno. Apartarse de Moscú le
significó a Tito acercarse a Occidente, haciéndose necesario a ambos,
nutriéndose de uno y de otro y de ambos, gozando de créditos, asistencia técnica,
intercambio comercial, turismo y promesas de respeto a su neutralidad. No es
otro el secreto de su perdurabilidad. A caballo de dos mundos, Tito actuó con
la seguridad de que la amistad de uno le preservaba de la enemistad del otro.
"Su juego pendular le
permitió tomar parte activa en la creación y manejo del tercer mundo, que
lideró a la muerte de Nehrú y de la derrota de Nasser y que ahora, con su
desaparición, intentará acaudillar exclusivamente Fidel Castro. El Grupo de los
Países No Alineados, que él supo animar y conducir, fue tanto una aglomeración
heterogénea de intereses comerciales y compromisos ideológicos, como un
instrumento de preservación de su propio régimen y con el cual buscó, sin
conseguirlo, un "mundo comunista distinto" que disputase a Moscú la
hegemonía del orbe marxista. La atenta lectura de los documentos emanados de
las conferencias de ese Grupo desde la reunión oficial preparatoria celebrada
en el Cairo del 5 al 12 de junio de 1961, a la última celebrada hace poco
meses, en la que se evidenció como nunca la alineación que la mayoría pretendía
vanamente ocultar, demuestra que "la búsqueda del comunismo a través de
otras vías", fue menos una disidencia de orden doctrinario que la pugna
por el liderazgo de los países comunistas. La rebeldía de Tito respecto del
Kremlin no era prenda de liberalización y democracia, sino testimonio de una
disputa enconada dentro del orbe bolchevique.
"Rebelde por temperamento,
dueño de una acentuada vocación por el mando y con una afición innata por la
aventura, el mariscal Tito fue nutriendo su comunismo de las circunstancias que
fueron jalonando su vida...
"La muerte de Tito, no por
esperada ha dejado de conmover al mundo. No ha reconocido herederos, ni
siquiera intentó tenerlos. Reinó solo, sin sombra alguna de disputa o sucesión.
A partir de su muerte, Yugoslavia afrontará un destino incierto, previéndose,
pasado un tiempo, disputas que no serán meramente verbales entre los jefes de
los varios clanes doctrinarios y nacionalistas. Muy cerca, Rusia aguarda su
oportunidad. No la esperará tanto como para no forzarla si ella demora. Estuvo
siempre en sus planes. Para el Kremlin, el tiempo de la larga vigilia ha
terminado, porque Yugoslavia, dice, "forma parte de mi mundo" y hará
lo indecible para que al él retorne". (La reproducción es sólo parcial. -
Obs. de la Red. de S. C.) .
J. Iglesias Rouco: en, La Prensa
del 7-V-80, escribe:
Los
yugoslavos corren el riesgo de quedar aislados y de sufrir una
desestabilización
Lo que queda después de Tito
"Pero también es cierto que
detrás de Tito sólo ha quedado un gran aparato burocrático, una crisis
económica prácticamente insoluble y una convulsión generalizada entre los
vecinos de Yugoslavia, al este y al oeste. En lugar de la bonanza, que permitia
la "equidistancia" de Belgrado, la tempestad. Por el momento, incluso
los expertos más pesimistas de la OTAN —que también hacen alarde de discreción—
consideran muy remota la posibilidad de que Moscú lance sus tanques. Pero hasta
los más optimistas suponen que tratará de explotar la situación.
"Para ello los soviéticos
cuentan con toda clase de ventajas externas e internas en la propia Yugoslavia.
En primer lugar, la muerte del mariscal ha privado a la organización de paises
tercermundistas de lo única figura de prestigio que le quedaba, con lo cual su
peso politico en el mundo actual se ha reducido a cero, ya que mucho antes de
la enfermedad de Tito, la Unión Soviética había conseguido apoderarse de las
riendas "terceristas". Sólo la presencia de Tito en la conferencia de
La Habana, el año pasado, pudo darle al bloque del "tercer mundo" un
último tinte de "independencia", anulado, en la práctica, por la
ascensión de Fidel Castro —esto es, de la Unión Soviética —a la presidencia de
la organización".
Panorama enmarañado
"Ahora, sin su gravitación
en el "tercer mundo" —y sin la gravitación del "tercer
mundo" como entidad "mediadora"—, Yugoslavia se ha quedado sola
entre el Este y el Oeste, pero casi totalmente rodeada por el bloque comunista,
puesto que sólo Eslovenia y Croacia tienen fronteras con Austria e Italia. Las
circunstancias de que esas dos repúblicas del norte de Yugoslavia sean las más
ricas de la federación, frente a un sur subdesarrollado y confuso, no hace más
que enmarañar el panorama.
"Lo mismo ocurre con la economia
del conjunto, absolutamente dependiente de los aportes de
"solidaridad" que eslovenos y croatas se ven obligados a facilitar al
resto, en un pais que sufre una tasa de inflación anual del 30 por ciento, una
deuda externa de casi 14.000 millones de dólares y un desequilibrio en su
balanza comercial de más de 6.000 millones de dólares por año.
"En ese terreno, hay que
tener en cuenta también que Yugoslavia sigue amarrada, en una proporción de más
del 40 por ciento, al mercado soviético y de sus satélites, tanto en lo que se
refiere a los suministros energéticos como a la colocación de productos
agrícolas y manufacturados yugoslavos. En contrapartida, la Comunidad Económica
Europea (CEE) no se encuentra hoy en condiciones, pese a su buena voluntad política
—hace poco aceptó, a regañadientes, un acuerdo preferencial con Belgrado— de
asumir nuevas responsabilidades crediticias, especialmente a largo plazo,
únicas capaces de paliar el descalabro financiero de la cogestión
titoísta".
Los eurocomunistas
"El retorno de los partidos eurocomunistas a las fuentes de la ortodoxia soviética, particularmente en el campo de la política internacional, ha venido a reducir aún nás, por otro lado, las posibilidades financieras de Belgrado con el Oste. En ese aspecto conviene recordar que el partido Comunista italiano era hasta 1979, uno de los principales gestores del comercio yugoslavo con Occidente, lo que le suponía a Belgrado unos ingresos de 2.000 millones de dólares anuales. Ahora el, el partido de Enrico Berlinguer ha comenzado ya a desviar esa corriente hacia el este en atención, claro está, a las exigencias de Moscú. Los Estados Unidos y Alemania Federal, ambos con fuerte influencia tecnológica y financiera en Yugoslavia, quedan, pues, como casi únicas bases económicas del régimen en Occidente.
"Pero si nos atenemos a los
hábitos politicos —y a los nuevos problemas— de Washington y Bonn, lo más
seguro será que acudirán en su socorro, si es que acuden, cuando ya sea
demasiado tarde. Por eso, seguramente, el precavido Tito comenzó, ya en 1978, a
aproximarse de nuevo a Moscú, y en La Habana no hizo, por cierto, muchos
esfuerzos por impedir que los restos del "tercer mundo" cayeran en
manos de Brezhnev.
Situación interna
"Las perspectivas políticas
internas no resultan más alentadoras. Una presidencia colegiada, con nombres
casi anónimos en la cúspide, no podrá sustituir el carisma de Tito. En cuanto a
los hombres en la sombra, Backarich y Stane Dolanc, habrián de enfrentarse a
los inumerables intereses y contradicciones de un aparato burocrático extendido
como un cáncer, que hace dos años impidió, por ejemplo, que Dolanc asumiera la
presidencia, que el pro-pio Tito estaba dispuesto a entregarle, con vistas a su
sucesión. Dolanc, después de anunciarle su "inminente" nombramiento
al entonces primer ministro británico, lames Callaghan, tuvo que apartarse, de
pronto, de las áreas visibles del poder. Backarich, uno de los
"históricos" de la Liga de Comunistas y hombre de confianza de Tito,
ni siquiera trató de forzar la situación. Se ha llegado as( al vacío actual,
que entre otras cosas indujo a los presuntos herederos del mariscal a prolongar
su agonía más de lo debido.
En tales condiciones, ¿cómo
podrá la forzada Federación Socialista de Yugoslavia contrarrestar la presión
croata en el exterior —a la que Carter ha prometido, quizás con ligereza,
"controlar— de las demás nacionalidades y, a la vez, mantenerse a un
saludable distancia de la maniobras soviéticas, tendientes, más que nunca, a
obtener puertos y bases militares en el Mediterráneo y Adriático?"
(También reproducimos este artículo sólo parcialmente - Obs. de la Red. de
S.C.)
"La Nación", Buenos
Aires, 5/V/80:
UNA FIGURA PODEROSA Y DISCUTIDA
La muerte del mariscal Tito,
José Broz era su verdadero nombre, cierra una larga vida y abre, a la vez un
interrogante histórico. El extinto fue una figura tan poderosa como discutida
y, desde ambos enfoques, está llena de profundo interés. Comunista militante,
de raigambre anarquista, defendió con la misma energía su poder absoluto y la
independencia de su pals frente a las pretensiones hegemónicas de la Unión
Soviética.
No puede soslayarse señalar la
altivez con que puso a Yugoslavia frente a las presiones del coloso soviético;
tampoco puede pasarse por alto la estabilidad y progreso que dio a su país.
Pero es igualmente indeclinable la necesidad de recordar la fria crueldad con
que prosiguió el camino hacia sus propósitos y su inagotable habilidad para
saber quedar bien, a la vez, con Dios y con el diablo.
Fue sin duda un gran politico y,
seguramente, con esa imagen pasará a la historia, pero por cierto ésta no podrá
disculparle los procedimientos que utilizó para lograr los fines que se
propuso.
Quizá sin saberlo fue un gran
discípulo de Maquiavelo y siempre creyó que "el fin justificaba los
medios". Pero lo que las futuras generaciones se preguntarán es cuáles
eran esos fines y si en realidad llegó a obtenerlos. Para comprender esta
personalidad, tan conflictiva, es necesario recordar dos cosas: que era croata
y que su raigambre ideológica ya señalada era anarquista.
Yugoslavia es una realidad
política multinacional y, dentro de ella, los croatas —católicos y de culture
latina— son el elemento disonante frente al resto del pats, servio y de
religión ortodoxa. En dada medida el comunista Tito fue heredero de Ante
Pavelic, el aliado de Hitler y Mussolini, pie pretendió sobre esos dos puntales
recuperar la libertad de Croacia sin parar mientes en los medios para lograrlo.
Tiene con él la semejanza en la dureza, por no decir crueldad de sus medios.
Ambos pusieron a su servicio una voluntad inquebrantable, sólo que la suerte,
adversa para Pavelic, trabajó a favor de José Broz... "
José Broz, ya en la cumbre del
poder, jugó sus cartas aunque su adversario se llamaba nada menos que Stalin.
Se dio cuenta de que los tanques soviéticos que aplastaron como peleles á la
revolución húngara y a la "primavera de Praga", no podrían entrar en
Yugoslavia, lindera con el mundo occidental, sin despertar la reacción de los
Estados Unidos.
Firme en sus ideas aceptó sin
pestañear la excomunión staliniana y siguió por su camino de coqueteos con el occidente.
Quizás en las profundidades de su espíritu pudo más su ancestral pasión de croata
que sus convicciones comunistas. Posiblemente esa condición entrañable,
manejada con tacto politico indudable, le hizo echarse en manos de sus antiguos
adversarios, sin por eso renunciar a su ideología juvenil. Dijo un no rotundo a
la URSS y compró, con un cauteloso si, el apoyo de las potencias occidentales.
El triunfo
Pero la victoria fue más
completa. Muerto Stalin y comenzado en la URSS el proceso de aburguesamiento de
la revolución, esta orgullosa superpotencia se vio obligada a hocicar ante el
imperturbable croata Khrushchev y Brezhnev fueron huéspedes y anfitriones. Al mismo
tiempo Tito se abrazaba con Kennedy en los EE.UU., visitaba a Paulo VI, viajaba
por América latina y pontificaba sobre derechos humanos.
Sin aliviar su mano de hierro
abrió las fronteras de su país para lograr el aporte incalculable del turismo
que hacía de las hermosas costas dálmatas uno de sus lugares predilectos.
Aflojó Ias riendas exactamente hasta el punto en que era necesario y siempre
estuvo alerta para recogerlas cuando se lo aconsejó la razón política. Nunca
perturbaron su sueño las sombras de Mihailovich ni de Milan Djilas, su hermano
de armas, su hermano de armas y de ideas, a quien no vaciló en condenar a
prisión y destierro cuando osó hacerla alguna sombra. Absolutamente dueño de
sí, gobernó a su país hasta que estuvo a los bordes del mismo sepulcro.
Su muerte, como la de todos los
autócratas, naturalmente temerosos de cualquier personalidad que, corno
presunto heredero, pueda convertirse en sucesor antes de tiempo, deja tras ella
un gran interrogante. La respuesta la dará el tiempo. Ahora, ante su muerte, no
cabe sino reconocer en él a un politico habilísimo y a un luchador incansable;
a un hombre que supo servir los intereses de su pals y le dio una prosperidad
bastante sólida y tranquila, vista desde la perspectiva de las horas difíciles
en que hubo de ejercer el poder. Pero ese reconocimiento no puede exculparle de
los procedimientos de que se valió para transcurrir el camino que, con su
muerte, lo ha llevado, sin duda alguna, a las páginas de la historia.
pp. 215, en el idioma croata,
Editorial "Ziral", Chicago-Roma-Zurich, año 1979.
El Dr Kvirin Vasilj, franciscano
croata, es uno de los escritores filosóficos y teológicos más originales y más
productivos no sólo hoy sino durante siglos desde que son cultivadas en Croacia
estas dos ciencias cumbres acerca del sentido de la vida humana.
En su voluminoso trabajo
"Fundamentos del conocimiento de la realidad" (pp. 714), dos
ediciones, el autor ha concentrado la atención sobre los problemas noéticos.
Podríamos decir que aquí se trata de su teoría de conocimiento. Es un enfoque
casi original. Toda la pasión de un espíritu selecto ha volcado en este
trabajo, prescindiendo de todas las consideraciones en cuanto a autores o la tradición
filosófica y su autoridad en el campo del pensar filosófico. Ha sacrificado
todo a la investigación personal de la verdad, objeto por excelencia y
primordial de la razón humana.
Los resultados logrados de esta
manera se proyectan también sobre el campo teológico, especialmente en lo
relativo a los argumentos que deberían comprobar la existencia de Dios. En la
mencionada obra el autor ha reexaminado especialmente el valor del principio de
la causalidad según la física aristotélica, aceptada posteriormente durante
siglos por las ciencias y filosofía universales, especialmente por la filosofía
y teología cristianas. De esta reimplantación, la reexaminación y la revisión,
según él, de los siete argumentos para la existencia de Dios, esgrimidos por
Santo Tomás, quedó solo uno como válido y aceptable por la razón. Es aquel de
la contingencia-finitud del mundo por la cual carece absolutamente de la
autosuficiencia para la existencia, imponiéndose inexorablemente la existencia
de un Ser por sí mismo, un ser autosuficiente y existente desde la eternidad,
creador de to-das las cosas en su existir. Claro, el autor, en largos análisis
y embates con las ideas del racionalismo y el idealismo modernos como también
con el realismo crítico de la escolástica moderna, influenciada por los
primeros, especialmente por la corriente crítica de Kant, ha forjado
ideas-conceptos clave, necesarios para el entendimiento de su filosofía. Los
aplica con una maravillosa coherencia, tanto en obras filosíficas como también
en las de carácter teológico. Entre las últimas hay que mencionar: "¿Por
qué creo yo?" y "Las teorías trinitarias". En cuanto a las
primeras hay que mencionar: "La libertad y la responsabilidad" o
"El marxismo y el cristianismo" y, por supuesto, la obra del
epígrafe.
¿Qué podemos decir justamente de
esta última? En diez capítulos, subdivididos en muchos subcapítulos tratando
los temas más variados, el autor ha enfocado el problema del arte desde
múltiples puntos de vista y en su relación con otros campos teóricos o prácticos
del quehacer humano, la problemática muy compleja y difícil. Además del
carácter movedizo y deslizable del tema, el mismo autor reconoce que lo había
dejado en cierto abandono a pesar de que venía inquietándolo desde tiempos de
sus estudios universitarios, cuando sintió por primera vez que ninguna teoría
al respecto lo satisfacía.
Martin Heidegger, al terminar su
profundo estudio "Der Ursprung des Kunst werkes" (El origen de la
obra del arte) pudo decir: "Estas reflexiones tocan el enigma del arte, enigma
que es el arte mismo. La pretensión está lejos de solucionarlo. Su objetivo es
solo ver el enigma".
¿Qué puede, por fin, decir el
autor de estas líneas, obligado a vivir en condiciones de un exiliado político
y dedicarse a los temas más variados tanto del periodismo y de publicidad como
también de política o de filosofía sin tener tiempo necesario para ir a fondo
incluso en los casos de los problemas de su natural preferencia? Dostojeski,
escritor genial, reconoce en una carta a su hermano de que nada pudo escribir
de serio desde que redactaba una revista. Si licet parva... ¿qué puede pues
decir el redactor de la revista "Studia Croatica" acerca de los
problemas tan profundos y complejos como son realmente los problemas estéticos?
Heidegger señala que el arte en
general es la poesía (Dichtung). La poesía es el arte primordial,
desarrollándose luego la música, la escultura, la pintura, etc. Cada una de
estas "poesías" capta la verdad del mundo en su permanente andar por
la tierra. El mundo —Die Welt— y la tierra —Die Erde— están en una constante
batalla, pues a la verdad, conto decía Heráclito, "le gusta
esconderse" y al mismo tient-po estar abierta a quien la busca. Esta
verdad, añade Heidegger, citando a Hölderlin, está cerca del lugar de su origen
que son dioses, para no decir Dios o, cerca del Ser supremo. Como es notorio,
este gran filósofo alemán, desaparecido el año pasado, reivindicaba la
importancia del ser en el pensamiento filosófico, abandonada progresivamente
desde la inadecuada traducción de algunos conceptos básicos de la filosofía
griega al latín, terminando con la eliminación casi completa de la misma en la
filosofia racionalista — idealista.
El Dr. Vasilj, teólogo y sacerdote católico, apoyándose sobre la vivencia de lo bello en sus formas de arte más variadas, si bien reconoce el origen de la belleza y el arte en las percepciones sensoriales y las intuiciones sensoriales que son superiores a las primeras, nunca abandona el elemento recional-cognoscitivo en la múltiple problemática de la estética. La belleza y el arte son la connatural necesidad del hombre para embellecer su vida, elevarlo a un grado superior de la existencia haciéndole posible gozar no sólo de la belleza natural —como es la majestuosidad de la naturaleza— sino también de las ideas y vivencias de la belleza moral y de lo sublime, que deben estar de acuerdo con el conocimiento general del fin y el sentido de la humanidad. El artista, hábil en transportar sus ideas y sentimientos de esta índole a la materia, ofrece a todos, especialmente de cultura superior, un goce y una recompensación por las bajezas sufridas en que suele caer la libre naturaleza humana.
Heidegger afirma que la síntesis
de la alegoria y del simbolo en la obra de arte constituye la esencia de la
misma, el cuadro dentro del cual se desarrolla la actividad creadora del
artista. En esta síntesis de hyle, la materia, y de morfé, la
forma de la misma, el artista expresa la verdad descubierta en el constante
caminar de la historia humana en un sentido superior. Nuestro autor —el Dr
Vasilj— si bien versa sobre la relación del arte, la verdad y la ciencia, no
concede a la primera el papel primordial en la búsqueda de la verdad,
reivindicando no obstante el objeto específico del arte — la belleza. El
filósofo alemán reserva a la razón humana los conocimientos científicos,
limitados, mientras el arte debería des-cubrir la verdad general del sentido de
la vida del hombre en la historia. Con esto, Heidegger, por lo menos al
escribir la mencionada disertación, estuvo todavía bajo la influencia idealista
del conocimiento humano, restringiendo la razón dentro del campo
científico-positivo y concediendo a las fuerzas alógicas — racio-vitales según
Ortega y Gasset, el conocimiento universal que incluye en printer término el
destino final del hombre. For el contrario, el Dr Vasilj agranda legítimamente
el campo del conocimiento racional, otorgándole, mediante los conocimientos
sintéticos y sistoles la función insustituible del supremo rector del saber y
el comportamiento humanos.
Resulta difícil querer resumir
la problemática que aborda nuestro autor. Se exigiría escribir otro estudio,
especialmente sobre su crítica de la estética de Croce, de Tolstoj, del mismo
Kant, etc. Los entendidos de los problemas deben leer la obra de Vasilj, pues
encontrarán enfoques extraordinarios y van a enriquecer su caudal del saber
filosófico-estético de tanta importancia.
¿El autor nos ofrece una
definición del arte? For supuesto. El dice: "En nuestro conocimiento de
las cosas dependemos de la realidad de las mismas, pero en nuestro obrar
cambiamos la realidad física de las cosas. Si este cambio real de las cosas
tiene conto su fin el embellecimiento de la vida humana mediante intuiciones
sensoriales, entonces esta especie de la actividad huniana la denominamos el
arte". Evidentemente siempre fue difícil formular definiciones. También
aqui, porque las definiciones son siempre peligrosas. Sin ella, sin embargo,
nos perdemos en lo indeterminado y confuso. Tanto que, en el concepto y la idea
del arte y la belleza pueden introducir e introducen concepciones más
contrarias y contradictorias acerca del sentido de la vida humana en general.
La lucha entre el elemento racional y alógico-emocional —sea natural o
artificial— termina en el primer caso en los dogmatismos estéticos y en el
segundo en la anarquía desorientadora. Tal es así incluso cuando los autores
parten desde los puntos firmes y a pesar de sus mejores intenciones.
Para concluir estas
observaciones, citemos un caso de nuestra vida cultural argentina. En efecto,
el día 19 de junio de 1979, en una emisión televisiva, denominada
"Análisis a Fondo", su conductor, el Dr Mariano Grondona, solicitó en
las conversaciones con su entrevistado, el Dr Rafael Squirrú, una definición
del arte. El Dr Squirrú se expresó más o menos de la siguiente manera: "El
arte es un sentimiento noble, revelado en lo presente eterno mediante una forma
sensible o visible. Así, por ejemplo, el arte figurativo o abstracto mediante
el objeto, ilustración o una idea abstracta, vista por adentro del mismo
artista y sin fundamento en las cosas reales". "Según
Berdjajev", acentuó, "hay tres tiempos: el presente diario, medido
por horas; el presente cósmico, medido por estaciones y el presente eterno que
nunca deja de existir". El arte consistiría entonces en la expresión de un
sentimiento noble en la conexión con el presente eterno.
Se trata evidentemente de una
definición o, por lo menos, de un intento de definición del arte, donde,
parece, privan intuiciones alógicas sobre lógico-racionales, sin poder decir
claramente qué hay en las mismas de correcto y verdadero y qué de erróneo o
falso. Es una definición descriptiva, perteneciente al género de definiciones
de Ortega y Gasset, al definir al mundo como "valle de lágrimas",
definición más exacta, señalan, que las que obtenemos con ayuda del "genus
proxintum et diferentia specifica".
La obra del epígrafe, creemos,
aporta muchísimo para discernir el grano de la cizaña. ¿Ratio o vitalismo?
¿Conocimiento lógico o alógico?
El mérito de nuestro autor
consiste en el otorgar la mayor importancia a los conceptos colocados como
primeros en este dilema, que es propio a toda filosofía y no sólo de la
estética.
F. Nevistić
pp. XIV más 811. Università di
Roma — Facoltà di Scienze Politiche, Giuffrè Editore, Milano, 1978.
En esta obra el Dr. Alfredo
Breccia, profesor de la Universidad de Roma, abarca el período más convulsivo
de la primera Yugoslavia, Yugoslavia Real, anterior al comienzo de la segunda
Guerra Mundial y hasta el golpe militar del general Simović el 27/3/1941,
que provocó la invasión alemana e italiana y consecuentemente la capitulación y
desintegración de Yugoslavia.
Para este complicado y
responsable trabajo el autor tuvo que investigar, estudiar y comparar el
material en un gran número de archivos oficiales y documentos del así llamado
bando Aliado, como también aquellos del Eje. Utilizó también ampliamente
fuentes oficiales, semi oficiales y particulares yugoslavas, pero siempre con
suma precaución. A la atención del Dr. Breccia no pasaron inadvertidos los
trabajos de algunos emigrantes croatas. Así, por ejemplo, se refiere en muchos
lugares al trabajo del Dr. Ante Smith Pavelic sobre la adhesión de Yugoslavia
al Pacto Tripartito, el cual fue publicado en la "Revista Croata"
(Hrvatska Revija) del año 1956. Asimismo menciona los libros de Ilija
Jukić: "Visión sobre el pasado, presente y futuro del Pueblo
Croata" y "The Fall of Yugoslavia", pero se refiere
especialmente a las conversaciones que mantuvo personalmente con él. (Ambas
son, a modo de excepción, de orientación yugoslava. - Obs. de la Red. de S.C.)
Destacamos con satisfacción que
esta obra es una de las pocas escritas por un italiano con tanto conocimiento
del problema y en base a tantas fuentes informativas y, lo que es más para
destacar, con tanta objetividad, en cuanto a los sucesos políticos y militares
en Yugoslavia.
En la Introducción a la obra
hallamos las ideas que nos adelantan el contenido de la misma: "Acontecimientos
que en abril de 1941 provocan la desitegración del reino de Yugoslavia nos
inponen aún hoy una interrogación dramática: ¿Las naciones de Yugoslavia podían
evitar la grave desgracia de la guerra y sus tremendas consecuencias? Con
relación a esta pregunta, existe desde el principio una aguda polémica entre
los protagonistas de la vida política yugoslava de aquel tiempo, que todavía
hoy está viva y se nutre continuamente de nuevos elementos, con los cuales los
protagonistas sopesan todo lo que hicieron y juzgan los eventos que empujaron a
Yugoslavia al desastre". A continuación el autor destaca: "Examinando
la política del príncipe Pablo Karageorgevic (primer regente después de la
muerte del rey Alejandro), quien sabía emplear hábilmente el arma de la
neutralidad, fue posible adentrarse en las complicadísimas relaciones
balcánicas y aún en el más sutil juego político de las Grandes Potencias,
descubriendo de este modo variadas formas de la lucha entre los Aliados
Occidentales y las fuerzas del Eje en esta parte atormentada de la Europa
sud-oriental; también las desinteligencias anglo-francesas, controversias
italoalemanas y la táctica de la Unión Soviética para dificultar la expansión
alemana en los Balcanes y conservar al mismo tiempo su propia y tradicional vía
de expansión hacia el mar Mediterráneo."
Antes que la política de
neutralidad, ideada por el principe Pablo, pudiera obtener algún éxito en estas
extraordinarias circunstancias, tuvo que enfrentar desde el comienzo arduos
problemas internos y externos, tratando, de cualquier forma, de solucionarlos.
El primer problema fue "la cuestión croata" que se arrastraba todavía
desde la fundación del Estado en el año 1918 y que inspiró la lucha de los
croatas por obtener los derechos políticos y cívicos, los que les eran negados
hasta entonces por los servios. Este estado de cosas fue aprovechado por los
vecinos, particularmente Italia, para intervenir y mezclarse en los asuntos
internos de Yugoslavia. El segundo problema fue la relación con Hungria y Bulgaria.
Las dificultades databan todavía desde la firma de los tratados de paz,
suscriptos al final de la Primera Guerra Mundial. Finalmente, la cuestion cada
día niás peligrosa fue la relación con Alemania, lo que desde la subida al
poder de Hitler extendía por cualquier medio su influencia y poder en toda
Euro-pa y particularmente en los Balcanes.
La vida del pueblo croata estaba
muy entrelazada con todos estos aconteciniientos y dependía de sus soluciones.
Por eso hemos comenzado con gran expectativa a leer la obra del profesor Dr. A.
Breccia, en la cual, en base a nuevos documentos y nuevos detalles, se hace una
descripción minuciosa de este importante período. Tenemos que reconocer que el
autor, gracias al esfuerzo, cuidado, atención y capacidad, ha expuesto la
lucha, el valor y la obra de los representantes políticos croatas en este
importante lapso, en el cual la suerte les obligó a actuar. En primer lugar del
Dr. V. Maček, presidente del Partido campesino croata y del Dr. Ante
Pavelić, fundador del movimiento nacionalista "Ustacha", quien
en esa época se encontraba como exiliado poiiitco en Italia. Mirando así, desde
esta perspectiva histórica y en base a nuevos documentos, la actuación de
nuestros políticos, nos preguntamos: ¿podemos estar conformes con sus
comportamiento, esfuerzos y manera de lucha? y, lo que es niás importante, ¿han
hecho en el momento oportuno y con firmeza todo aquello que pudo ser útil para
el pueblo croata, cuyos intereses representaban? La lectura de esta obra, que
es de gran valor, nos facilitará un juicio justo.
Cuando el príncipe Pablo se
decidió, bajo la influencia de la situación europea, a aplicar estrictamente la
política de neutralidad, en las relaciones exteriores, y de este modo mejorar
las relaciones con los vecinos, y poner en orden las cosas internas, despidió
al que fue hasta entonces su primer ministro, el Dr. M. Stojadinovic
(4/2/1939), el cual durante los cuatro años de su gobierno no se ocupó
seriamente de mejorar las relaciones con los croatas. Además, su política
exterior se apoyaba únicamente en las fuerzas del Eje y en particular en Italia
(Pacto conde Ciano — Stojadinović del 25/3/1937). Para fortalecer su
posición personal trató de imitar los metodos políticos fascistas y estuvo
dispuesto a colaborar con Mussolini, en los planes de anexión de Albania.
El nuevo presidente del consejo
ministerial, Dragiša Cvetković, hombre de confianza del príncipe Pablo, de
acuerdo con las instrucciones recibidas, entabló rápidamente relaciones con el
Dr. V. Maček. Las tratativas se desarrollaban lentamente y con serias
dificultades, ya que el mismo príncipe, como buen servio, trataba de otorgar a
los croatas las mínimas concesiones posibles, a pesar de que en aquel momento,
tanto Londres como Paris, le aconsejaban ceder. Paralelamente a estas
discusiones y a fin de conocer las intenciones de los italianos respecto a
Yugoslavia y particularmente a Croacia, y para hacer presión sobre la Belgrado
oficial, el Dr. Maček entabló relaciones, por intermedio de algunas
personas conocidas (Ing. Carnelutti, Bombelles), con el conde Ciano. Las
noticias obtenidas por ese lado no le satisfacieron, por el contrario,
consideraba peligrosos para los intereses del pueblo croata los planes de la
Italia fascista. Por eso continuó pacienteniente las conversaciones con los
representantes del gobierno de Belgrado.
Finalmente, algunos días antes
de la invasión alemana a Polonia y del comienzo de la Segunda Guerra Mundial,
aceptó (26/8/1939) el Convenio según el cual se constituía Banovina de Croacia
(ente autónomo). A los croatas les fueron reconocidos en cierto modo algunos
derechos políticos y se organizó un gobierno central de coalición, sin los
representantes de la oposición servia. El Convenio concertado significaba sin
duda algún adelanto en las relaciones de los croatas y los servios, pero estaba
muy lejos de la nieta de independencia política a la cual el pueblo croata
aspiraba y por la cual en aquel momento luchaba.'
Hasta los mismos límites de la
Banovina de Croacia fueron artificialmente trazados, desconociéndose los
derechos históricos y étnicos croatas. Las cuestiones económicas de la misma
tampoco fueron satisfatoriamente solucionadas. Lo más deplorable fue, que el
pueblo croata seguía sin tener ninguna ingerencia en las dos instituciones fundamentales
del Estado: el ejército y el ministerio del relaciones exteriores. De todo
esto, cuenta resumida, resulta, que las grandes posiblidades que ofrecía la
situación internacional de aquel momento y las dificultades en Ias que se
debatía la dictadura servia no fueron aprovechadas suficientemente por los
representantes políticos croatas para solucionar los problemas pendientes.
Lamentablemente tenemos que recalcar, que la iglesia ortodoxa servia, los
círculos militares y algunos partidos servios de oposición se mostraron desde
el primer momento enemigos incluso a esta solución parcial de la "cuestión
croata", que desde siempre representó el problema más serio y ntás
difícil. El fanatismo granservio seguía negando a los croatas el derecho a la
libertad, eso es a la libre decisión en los asuntos culturales, políticos y
económicos que les eran propios. Ya desde el comienzo estos círculos saboteaban
el convenio y hacían planes para anularlo en la primera oportunidad.
En la política exterior, la
posición de neutralidad frente a Italia y Alemania no significaba, según la
opinión del príncipe Pablo, mantener con ellas las mismas buenas relaciones,
sino aprovechar, según las posibilidades, sus propios enfrentamientos y luchas
en los Balcanes y en especial en Yugoslavia, hasta que la situación militar en
Europa y en el mundo posibilitara a ésta colocarse completamente del lado de
los Aliados. Tenemos que apuntar, que la falsa actuación de la Unión Soviética
durante la crisis y especialmente después del golpe del general Simović,
fue una gran desilución para Belgrado.
Después de la caída de Francia y
del ataque de Italia a Grecia, se hacían cada vez mayores las exigencias y la
presión de Hitler por lograr que Yugoslavia regularizase las relaciones con el
Eje y se adhiriera definitivamente al Facto Tripartito. La táctica del príncipe
Pablo consiguió todavía postergar por algún tiempo la exigida adhesión. Y
cuando ésta ya no pudo evitarse, logró que Yugoslavia se adhiriera al pacto qn
condiciones completamente distintas de aquellas exigidas a Eslovaquia, Hungría,
Rumania y Bulgaria, radicando aquí el gran éxito de su política y de sus
contactos personales con Hitler. No se obligaba a Yugoslavia a permitir en su
territorio el libre movimiento de las tropas del eje y del material bélico, y
menos aún, a proporcionar alguna ayuda militar. Se exigía únicamente mantener
en secreto todas estas ventajas para no herir la sensibilidad de los demás
miembros del Facto Tripartito. Estas con-cesiones pudieron optenerse
principálntente a raíz de las luchas subterráneas que Italia y Alemania
mantenían a fin de lograr una mayor influencia en los Balcanes, en donde se
entrelazaban las debilidades de Mussolini, originadas en sus reveses militares
en Grecia, las preocupaciones de Hitler para mantener a Yugoslavia lejos del
conflicto italo-griego, evitando de este modo la peligrosa expansión del mismo,
la sobrevaluación del Führer de la fuerza militar yugoslava, el acercamiento de
Hungría a Yugoslavia (Facto de Amistad Eterna: 11/12/1940), y por fin, los
preparativos de Alemania para el ataque a Rusia.
Con relación a esto, el Dr.
Breccia llega a la siguiente conclusión: "Hitler reconocía sólo de palabra
que Yugoslavia pertenecía a la esfera de influencia italiana, mientras que retenía
para si el derecho de decisiones, las que siempre estaban de acuerdo con los
intereses alemanes. La debilidad militar de Duce y el rechazo del príncipe
Pablo de un tratado de amistad ofrecido por Mussolini, permitieron al Führer
tomar para si el arreglo definitivo de las relaciones entre el Eje y
Yugoslavia. Mussolini no se opuso a ello en ningún momento, dándole a Hitler
carta blanca en el asunto".
El golpe militar del 27 de marzo
de 1941, realizado por el general Simović con el apoyo de la Iglesia
Ortodoxa, la mayoría de los oficiales servios, de algunos partidos políticos
servios de oposición y del partido comunista, destruyó la larga y paciente
política del príncipe Pablo con la cual había logrado hasta ese momento
mantener aleja-da a Yugoslavia de las atrocidades de la guerra, convencido de
que no estaba militarmente preparada y de que ninguno de sus pueblos deseaba
inmiscuirse en las luchas de las grandes potencias.
En los preparativos de la
ejecución del golpe militar se distinguían desde un primer momento la infuencia
y el dinero de los servicios diplomáticos y secretos ingleses (Intelligence
Service y SOE — Special Operations Executive. a esta última organización los
mismos ingleses la llamaban "Organización para la guerra no caballeresca").
Londres quería sublevar a Yugoslavia contra el Eje, sin importarle las
consecuencias, a fin de postergar y dificultar el ataque alemán a Grecia,
salvando de este modo parte de su prestigio menoscabado ya por la poca ayuda
que podía dar a los griegos. Mientras que antes de la guerra, en el año 1939,
los ingleses presionaban al príncipe Pablo para que procurase lo antes posible
un acuerdo entre croatas y servios que fortaleciera de este modo al Estado, en
aquel momento del inminente peligro trataban de derrocar al gobierno de
coalición y aún al mismo Principe, con la ayuda de los fanáticos servios, y
colocar en el poder a generales y politicos dispuestos a conducir hacia una
aventura bélica al país débil y dividido. El partido comunista yugoslavo, que
en Belgrado contaba con bastantes partidarios y simpatizantes, tenía propósitos
especiales para esta situación, a la que consideraba una oportunidad
inmejorable para alcanzar una influencia que hasta entonces, de acuerdo con su
número y fuerza, no tenía.
Algunos días después del ataque
del Eje, el ejército yugoslavo capituló sin ofrecer siquiera una resistencia
seria. Esto significó la disolución de Yugoslovia, y el pueblo croata aprovechó
dicha oportunidad para proclamar su Estado independiente.
Podríamos cerrar este breve
resumen de la obra del Sr. Breccia con una afirmación suya: "No hay
ninguna duda de que los pueblos de Yugoslavia tenían reales posiblidades de
quedar fuera del conflicto en el momento en que las fuerzas alemanas expandían
sin resistencia su poder por la Europa sud-oriental. Estas posibilidades
aumentadas por los preparativos de Alemania para su ofensiva contra Rusia,
fueron en el comienzo de 1941 el fruto de la acertada política del príncipe
Pablo, quien supo utilizar la neutralidad como un arma defensiva contra el
peligro de disolución interna y el ataque exterior, dando de esta forma el
ejemplo de cómo un Estado pequeño, puede defender su soberanía, independencia e
integridad territorial, teniendo como únicas armas, las de la diplomacia".
(A.F.)
Obs. de la Redac. de SC:
En cuanto a esta afirmación del
autor nosotros por parte nuestra podernos formular una muy seria y real duda:
Primero, el príncipe Pablo intentó una política de neutralidad no como un medio
de protección del país y corno un paso previo y sincero para emprender más
tarde la reorganización del mismo en el sentido de la verdadera inagualdad de
sus pueblos, sino sólo como una política provisoria y de emergencia con que
mantener a Yugoslavia fuera del conflicto, un verdadero peligro para su
intergridad y la existencia. Terminado una vez este peligro, continuaría con la
hegemonía servia de antaño, pues son pocos que voluntariamente renunciarían a
su posición privilegiada. Por otro lado, los pueblos oprimidos, especialmente
el pueblo croata, veían claramente a dónde apuntaba esa política de Belgrado
como para aprobar y aceptar la maniobra del Príncipe. Las cadenas, impuestas
por fuerza — según la experiencia histórica — son sacudidas por parte de los
oprimidos en la primera oportunidad propicia. Evidentemente, faltaron elementos
indispensables internos para una política de neutralidad de Yugoslavia.
Luego, las presiones del
exterior para que Yugoslavia se decidiese por uno u otro bando beligerante, no
permitían prolongar sus vacilaciones. Por eso, un grupo de oficiales servios,
movidos por un exagerado orgullo nacionalista, por sus ambiciones personales y
ávidos de gloria y dinero, ofrecido por el servicio de inteligencia
anglo-americano, efectuaron un "putsch" precipitando al país entero a
la catástrofe, suficientemente conocida por todos. La reacción alemana no tuvo
que esperarse. El tercer Reich había ofrecido garantías para la neutralidad de
Yugoslavia, pero el inesperado "putsch" motivó el ataque alemán a
Belgrado, lo que desencadenó todas las pasiones acumuladas durante tanto tiempo
y tan prolongadas injusticias en aquella comunidad multinacional, donde
Belgrado no quiso reconocer derechos legítimos de otros pueblos y sostenía
únicamente privilegios del pueblo servio. De esta manera, tampoco desde el
punto de vista de la política internacional, no hubo lugar para una política
neutral, que el Sr. Breccia atribuye al príncipe P. Karageorgevic.
En breve: tecnicamente hubo un
espacio bastante amplio para una política de neutralidad del Príncipe, pero
prácticamente el desarrollo histórico real la redujo tanto que sus
posibilidades fueron nulas. Lo artificial, lo injusto y lo arbitrario, no se lo
puede sostener por otro artificio y arbitrariedades. En la primera prueba sería
todo se derrumba como un castillo de naipes. Justicia fundamentum regnorunt
podríamos repetir en este caso "yugoslavo" particular. La política
grandservia desde 1918 (año de la formación del Estado yugoslavo) hasta 1941,
una política seudoyugoslava y seudodemocrática desconocía tozudamente dicha
verdad. Con esta obstinación de desconocerlo, venía preparando su propia ruina
y un futuro sin perspectivas para todos, lo que hemos pagado y seguimos pagando
con un precio muy alto en la Yugoslavia actual. El éxito del comunismo, del desaparecido
"mariscal" Tito y de sus colaboradores parásitos en aquella parte tan
sensible de Europa debemos agradecerlo a la nefasta coalición entre la dinastía
servia y la Iglesia ortodoxa, nutrida más por un nacionalismo profano, con una
mitología religiosa, que por un verdadero cristianismo universal y evangélico.
LA REDACCION DE "STUDIA
CROATICA" HA RECIBIDO LO SIGUIENTES LIBROS Y REVISTAS:
1) Hans-Peter Rullmann:
"Tito — del partisano al hombre de Estado", pp. 208, con varias
fotografias y muy interesantes materiales, relativos a la vida y actuación
política del desaparecido dictador de la Yugoslavia comunista, obra editada en
forma de libro de bolsillo por la casa editorial Wilhelm Goldmann, Munich,
precio 6,80 DM.
2) C. Michael McAdams,
"Allied Prisoners of War in Croatia 1941-1945", editado por Croatian
Information Service, P.O. Box 3025, Arcadia, Cal. 91006, U.S.A., que dirige el
sr. Petar Radielović. Libro muy interesante que desmiente calumnias de
Belgrado acerca del supuesto mal tratamiento o la matanza de los aviadores
aliados, caídos durante la última guerra mundial sobre el territorio del Estado
Independiente de Croacia. Varios testimonios croatas y de los mismos aviadores
americanos, con declaraciones y fotografias, hacen parte de la verídica
historia de la gran contienda mundial en que también Croacia fue un interesante
campo de operaciones.
También hemos recibido los
números 27 y 49 de la revista "International Migration Review", que
se edita por el Center for Migration of New York, Inc., 209 Flagg Place, New
York 10304, U.S.A.
"Vita e Pensiero",
número correspondiente al mes de junio de 1980 con temas abordados de suma
actualidad; la revista es editada por la Universidad Católica de Milán, Italia.
"Revue Des Ètudes Sud-Est
Europeennes", N° (enero-marzo) de 1980, editada por la Academia de
Ciencias Sociales y Políticas Rumana, Bucarest.
Jorge Luis Borges, gran escritor
argentino de renombre internacional, fue nuevamente distinguido por dos premios
de gran valor. Ya con anterioridad este distinguidísimo señor de la literatura
había recibido múltiples distinciones y premios. Le falta sólo el premio Nobel.
Como había dicho él mismo el año pasado que "eso de no darle el premio
Nobel a Borges es ya una de las tradiciones escandinavas" y que él mismo
es muy respetuoso de la tradición, la tradición continúa: La Academia sueca
nuevamente quedó consecuente, el sr. Jorge Luis Borges fue
"postergado" y el premio Nobel de Literatura fue otorgado a un
escritor de escasa repercusión y conocimiento por parte del público lector.
Pero la tradición de recibir premios de otras instituciones sigue también por
su sendero. Después de tantos premios que había recibido este ilustre escritor,
la Madre Patria España le otorgó el premio Cervantes junto con el poeta Gerardo
Diego. Además de un reconocimiento moral e intelectual de alto valor, Borges
esta vez fue premiado también con una suma apreciable de dinero. !Lejos de la
que se paga por Maradona, pero algo es algo!
Las cosas siguen adelante. En el
curso de este año también la Editorial Espasa-Calpe obsequió al escritor
argentino con 100 tomos de la Enciclopedia Universal Ilustrada, editada por
ella misma. Al recibir simbólicamente este valioso obsequio, Borges alabó la
literatura de esta clase, enumerando muchas enciclopedias en su biblioteca,
dando la especial preferencia a la Enciclopedia Británica, que considera como
la mejor del mundo.
En la misma oportunidad el
premiado escritor reveló algunas de sus tareas a que se dedica actualmente y
que espera terminar pronto. Una de ellas es la preparación de una antologia de
la poesia de Lugones, poco conocido en España. Lo hace justamente por el
encargo que recibió alit. Además, espera entregar en el curso de este año, por
el mismo encargo español, un libro sobre La Divina Comedia.
Lo característico para el
pensador Borges es lo que dijo como contestación al Dr Rafael Olarra Jiménez,
quien le entregó oficialmente este novísimo premio. Cuando le dijo el Dr Olarra
Jiménez que ahora dicha Enciclopedia tiene 101 volúmenes y que el último
todavía no ha llegado a la Argentina, pues "una enciclopedia debe ser
infinita... ", Borges contestó: "Claro, si, tiene razón, también es
infinito lo que podemos llegar a ignorar, ¿no?". ¿A qué infinito se
refería poeta y pensador Borges? ¿No lo atormenta la existencia del Infinito?
No dijo él mismo una vez en una emisión televisiva que algunos opinan en cuanto
a su posición frente al Ignito, que él duda de su duda, lo que podría
significar que Borges vive una profunda agonía con la idea de Dios.
***
El filósofo argentino Jorge L.
Garcia Venturini fue encargado por la UNESCO de actualizar la parte referente a
la filosofia en su libro "Historia científica y cultural de la
Humanidad", que la mencionada sociedad internacional reeditará como premio
y reconocimiento a este relativamente joven filósofo argentino de orientación
católica. La obra más apreciada de este autor es su "Politeia", que
ya ha visto cinco ediciones, el testimonio que otorga a su autor la estima y
apreciación del culto público lector argentino e internacional.
***
A mediados de este año el Dr
Leandro Pita Romero recibió el premio Alberdi-Sarmiento, oportunidad en que
este ilustre escritor y periodista, politico y diplomático español de Galicia,
pronunció una interesante conferencia. La ceremonia y la conferencia se
efectuaron en el salón dorado de "La Prensa", que dignamente preside
el Dr Osvaldo Loudet, médico y literato argentino. Este premio fue instituido
por el ex director de "La Prensa", el Dr Alberto Gainza Paz, y hasta
hoy lo han recibido muchas personalidades del mundo latinoamericano, como por
ejemplo, nuestro amigo croata el Dr Martinez Márquez, el escritor Rómulo
Gallegos, Arturo Uslar Pietri, etc.
El dr L. Pita Romero es octogenario,
oriundo de Galicia, España. Abogado, politico y diplomático —se desempeñó como
ministro de marina, de relaciones exteriores, así como también como embajador
de España en la Santa Sede, donde se hizo amigo del cardenal Eugenio Pacelli,
quien fue más tarde el papa Pio XiI.
Al vencer el frente popular en
su patria, el dr Pita Romero renunció a todos los cargos públicos y cuando
posteriormente estalló la guerra civil española, de la que salió victorioso su
amigo-adversario, politico "galáico" como lo llama, el generalísimo
Franco, este ilustre escritor y periodista se radicó en la Argentina. Aqui
revalidó su titulo de abogado y desde entonces vive y trabaja en la capital
argentina. Su estudio jurídico goza de renombre y el público lector goza de sus
trabajos periodísticos y literarios que cada vez significan un plato exquisito
por sus temas o por su estilo y asociaciones de ideas, personalidades
históricas y anécdotas que se refieren a lo más interesante en la cultura o la
política universales. Recientemente rompió el hielo y con dosis mesuradas
inicia la comprensión y la defensa de Francisco Franco, a pesar de que tuvo que
abandonar a su patria a raiz de la dictadura franquista y sigue viviendo en la
República Argentina, observándose en sus trabajos la natural nostalgia por su
país natal. Algo que de manera semejante vive su compatriota y colega exiliado,
Claudio Sánchez Albornoz.
"Studia Croatica"
felicita a este distinguido hombre público quien puede, como exiliado,
comprender mejor la lucha de los croatas exiliados a raiz de la ocupación
extranjera y la imposición de una dictadura totalitaria muchísimo peor que la
de F. Franco.
***
Jean-Paul Sartre, filósofo
francés, murió en abril del año en curso. La sola mención de su nombre suscita
en las mentes de todo el mundo las imágenes más contradictorias y sentimientos
más variados y contrapuestos. Podríamos decir, imágenes y sentimientos de los
cuales fue tejida la personalidad de este polifacético talento de la cultura
francesa. Fue filósofo, novelista, autor de dramas, moralista y, en cierto
sentido, politico, pues se sentia su presencia en muchas oportunidades al
intentarse solucionar los problemas internacionales de una importancia política
trascendental. Su filosofia existencialista fue mal entendida por muchos,
dándole un sentido muy equivocado. Como los freudianos creían en una naturaleza
del hombre, permanente y estable, si bien del carácter biofísico, materialista
en el fondo, Sartre negó la existencia de la esencia del hombre, propenso a
creer que cada uno de los hombres, existiendo, crea su esencia. Al reproche de
sus críticos, que con esto introduciia en el campo moral y social en general un
anarquismo total, él contestaba con su idea-concepción del engagement, donde
cada uno, cuando toma una postura en sus acciones, la toma para todos, es decir
en forma de carácter universal. Claro, su idea parece sin fundamento, faltando
una naturaleza común, universal del hombre. No es posible tomar engagement de
acuerdo con lo que no existe.
Atormentado por problemas de
esta naturaleza, los resolvía con su potente verbiloquio y elegancia de estilo
franceses, pero sin encontrar la satisfacción y la paz. Esta carrera errática
del filósofo-político, si podemos decir así, lo llevó por cierto tiempo a
aceptar el marxismo como solución definitiva, para optar luego por el
"camino especial al comunismo" de Tito y consortes y, por fin, para
regresar a la sociedad libre.
El año pasado una revista
ilustrada de Paris publicó su fotografia junto con Reymond Aron y algunos otros
jóvenes filósofos de Francia, mostrándolo con el aspecto de un hombre reducido
a los restos martirizados, carcomidos por dentro por sus propias dudas,
desaciertos y descontentos. Una verdadera imagen del hombre moderno que,
"muerto Dios, el hombre está agonizando". No obstante, hay que
reconocerlo, Sartre, rechazando el premio Nobel de literatura, mostró su
independencia y desinterés por los bienes materiales, considerándolos valores
de importancia de carácter secundario. Tres hombres argentinos de especialidad
han dado su opinión sobre la personalidad de Sartre — Victor Massuh, Javier
Fernández y Abel Posse. Si bien le reconocen un excepcional talento literario,
se expresaron negativamente en lo referente a su filosofia y la repercusión
general que tuvo en la sociedad contemporánea.
***
En el mes de marzo de este alio
murió en Suiza el famoso cientifico judío de origen de Alemania, E. Fromm.
Huyendo ante el nazismo de Hitler, se trasladó a los EE.UU., donde se desempeñó
como profesor universitario en varias universidades de aquel gran país, y
escribió valiosos libros tratando temas de psicoanálisis de Freud. A través de
decenios se alejó parcialmente de la orientación bilogicista de Freud para
acercarse más a una orientación que reconoce cierta existencia de Dios, si bien
su concepción está lejos de la concepción de Dios, sea de su pueblo judio o a
de los cristianos.
***
El reverendo padre Raimundo
Kupareo, O.P. de origen croata, fue distinguido con el título de profesor
Emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile, a pesar de que este
hombre de letras vive desde hace varios altos en su patria natal, Croacia.
Gravemente enfermo regresó allí, creyendo en su recuperación física bajo el sol
y el resplandeciente azul de su mar Adriático. La recuperación no es total,
pero el substrato físico de un espíritu dinámico y creador, todavía soporta sus
esfuerzos de proseguir creando y enriqueciendo a si mismo y a sus semejantes.
Actualmente vive en la capital croata de Zagreb, en el ambiente de sus cofrades
dominicanos, sin olvidar el ambiente universitario chileno y sus numerosos
alumnos con quienes realizó una gran obra de cultura y de instrucción. La
revista "Aisthesis" de dicha Universidad católica con motivo de la
distinción del padre Kupareo, en la primera página del número 12 de 1979, le
dedica las siguientes líneas:
"De una vasta y fecunda
trayectoria que para el R.P. Kupareo se inicia en Chile en el año 1951,
oportunidad en que es invitado por la Universidad Católica, para dar cursos de
Estética y .Axiologla en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación en
la Universidad antes mencionada.
Los primeros cursos empezaron en
1951 con el último año del Departamento de Castellano, dictándose la cátedra de
Estética General. Los alumnos, viendo la importancia del ramo, pidieron a la
Dirección la extensión de los cursos a todos los Departamentos de Idiomas;
empezó así en 1952, el curso de Estética de la Poesía, Drama y Novela.
Paralelamente, el R.P. Kupareo ofreció el primer curso dictado en Chile, de Filmología
y de Estética Coreográfica.
Con el transcurrir del tiempo, y
a la luz del profundo humanismo y de la fina sensibilidad creativa del R.P.
Kupareo, se constituye, en el año 1971 y por resolución del Consejo Superior de
la Universidad Católica, el Instituto de Estética, que hoy atiende a más de dos
mil alumnos, la establecido convenios con prestigiosas entidades, y ha
realizado una sobresaliente labor en materias de Extensión y Publicaciones,
materia en la cual "Aisthesis", su revista oficial, ha recogido en
sus doce ediciones, unánimes expresiones de aprobación.
En un momento en que nuestro
pals busca su desarrollo, el Instituto de Estética, desde la perspectiva
visionaria de su fundador ha asumido el papel de entregar y difundir los más
altos valores del espíritu. La Comunidad del Instituto de Estética celebra la
distinción y el reconocimiento que ha merecido su fundador".
Sobre este texto la revista ha
reproducido una gran fotografía de nuestro compatriota y en la siguiente página
su colaboración, titulada: "La Belleza Natural" (divagaciones con el
"Platero y Yo" de Juan Ramón Jiménez.
"Studia Croatica"
celebra también esta distinción de su compatriota que junto con nosotros vivía
en el exilio después de la Segunda Guerra Mundial.
***
El Dr Angel Belić, también
colaborador de la revista "Studia Croatica" e integrante por varios
años del Instituto Croata Latino Americano de Cultura, en Buenos Aires, ha
recibido el titulo de profesor Emérito de College de Wilkes-Barre, EE.UU.,
después de 13 años de la vida activa del profesor ordinario de la materia
político-social. Felicitamos a nuestro amigo y colaborador pués se afirmó tanto
en tan corto periodo (1967-1980) y le deseamos ulteriores éxitos en su carrera
profesional y le agradecemos por sus aportes personales en la lucha del pueblo
croata por la libertad e independencia.
***
El franciscano croata fray
Silvio Grubišić cumplió en febrero último pasado setenta años de vida. Más
de cuarenta años ha pasado en los EE.UU., dedicándose a la actividad pastoral
entre la numerosa inmigración croata en aquel gran país. Finalizada la segunda
guerra mundial, fue el padre Silvio, junto con el Dr fray David Zrno, y fray
Lj. Cuvalo y otros quienes audazmente empezaron a defender a Croacia, a su
pueblo y a su lucha por la libertad, denigrados por enemigos durante la guerra.
Croacia no fue un país adverso a las potencias democráticas, especialmente de
los EE. UU. sino sólo enemigo del comunismo internacional y supremacía y
explotación por parte de Servia. De este pequeño núcleo de sacerdotes croatas
se desarrolló un gran movimiento de liberación dentro de la anterior y la
actual emigración croata. Junto a las casas parroquiales se edificaron salones
y centros de cultura, donde viven la cultura y la tradición nacional croatas, se
organizan conferencias, publican libros, periódicos; se intercede por los
perseguidos y calumniados; por pobres y enfermos. La gran comunidad croata en
los EE.UU. vive, cree y trabaja porque entre ellos viven y trabajan sus
sacerdotes, en primer término franciscanos. Entre los más activos en cada
momento se destacaba el padre Silvio. Aparte de esta su actividad de sacerdote
y de patriota, el padre Silvio es un excelente conocedor también del idioma
hebreo. Estudiándolo, tradujo al idioma croata "La Biblia" y con los
medios que le facilita la comunidad de feligreses, la publicó en varios
volúmenes, gráficamente bien presentados. Viviendo con el mundo bíblico, lo
inquietaba durante años el deseo de visitar personalmente aquellas regiones y
paises, de donde vino a la humanidad la Buena Nueva. Al viajar por allí e
inspirado por algunos historiadores croatas que defienden la hipótesis —ya casi
tesis— acerca del origen iranio de los croatas, viajó también a aquel pals
narrándonos lo que ha visto, comprobado y lo que considera como un hecho
histórico fuera de toda duda. En sus itinerarios, una especie del diario
histórico-metafísico, relata con un estilo y un diccionario croata muy refinado
y purificado que nos vislumbra, si sabemos que su autor vive más de cuarenta
años en el extranjero. Se trata de dos obras: "El cuento sobre la
Biblia"y "Desde la patria de origen hasta la de hoy".
"Studia Croatica"
registra su 70° cumpleaños, le felicita y desea para que pueda realizar un
viaje colectivo de los croatas en el mundo libre al pais de su lejano origen.
También, aunque éste su sueño no se realizara, fray Silvio es merecedor de la
gratitud de todos los croatas por sus aportes a la promoción de la vida
espiritual y la cultura de los mismos.
***
El colaborador de "Studia Croatica",
el sr. Christophe Dolbeau ha publicado en "Ecrits de Paris", febrero
de 1980, un articulo titulado "¿Después de Tito - la dictadura
militar?" El sr. Dolbeau critica acertadamente al régimen de Tito que en
aquel momento agonizaba de acuerdo con las informaciones oficiales de Belgrado.
El autor no cree en la habilidad de los sucesores de Tito para mantener cierta
neutralidad entre los bloques opuestos en la política internacional,
sosteniendo la política de los tan llamados paises no alineados. Según su
opinión, si se afirma la hipótesis del status quo de Tito, "la acción del
gobierno será molestada por los lobbys soviéticos, las presiones del COMECON y
del Pacto de Varsovia, por los movimientos nacionalistas, croata, macedonio y
albanés, a menudo aproximados unos a otros por la diplomacia soviética y que un
apoyo concreto podría seducir a los ya cansados por las postergaciones
occidentales y, por fin, quizá, amenazados por una intervención militar búlgara
a que nadie se opondría... "
"La sucesión militar, que
podemos esperar en el peor de los casos, no suprime ninguna inquietud que
suscita la próxima muerte del tirano y que no inaugurará a priori nada de bueno
tanto para Yugoslavia como tampoco para la paz europea".
El desarrollo hasta ahora
confirma conjeturas del sr. Dolbeau, pues el ejército, bajo la conducción del
general servio Ljubičić, ya es casi el dueño de la situación. ¡Queda
por ver hasta cuando!
***
"Yugoslavia, your economic
partner" es un folleto informativo de 119 páginas que por intermedio de un
amigo llegó a nuestras manos. La publicación es verdaderamente lujosa, con
grabados multicolores y en papel ilustración. Allí el gobierno intenta
impresionar al mundo industrial extranjero con sus posibilidades económicas,
elevando al país al rango del verdadero partner económico del mundo occidental
industrializado. Todo esto a pesar de que es conocido el estado realmente
crítico de la economía "yugoslava". Su deuda exterior alcanza en este
momento a unos 17.000 millones de dólares, mientras el déficit del intercambio
industrial con el exterior arroja unos 6.000 millones de dólares anuales. La
ayuda nortemericana que durante estos treinta años de postguerra sostenía a la
economía de Tito, parece llegando a su fin. Todos los créditos, que actualmente
recibe el gobierno de Belgrado, deben ser usados para pagar intereses y
créditos anteriores de corto plazo. Las medidas de ahorro que el gobierno está
aplicando, según opinión de los más entendidos, no resolverán el problema. El
ahorro abre la puerta a los especuladores, mientras el deseo de incentivar la
producción está trabado por el hecho de que un aumento del 1% industrial
requiere importaciones por unos 1.000 millones de dólares, que se podrían
devengar sólo de unos nuevos préstamos en el exterior. La situación es bien
caracterizada por un alto funcionario del gobierno de Belgrado, cuando dice:
que la "economía (de su país) no se manifiesta como socialista,
autosugestionaria y eficaz" sino como "economia de gastos, de no
trabajo, de enormes despilfarros del Estado, del capital bancario y de una
impresión arbitraria de papel moneda" (Según el periódico croata 'Poruka',
Londres, Nos. 5 y 6, pág. 11).
La gravedad de la situación está
expresada bien en un chiste publicado en el periódico "Vjesnik", vocero
del ocupador comunista en Zagreb, que describe que al estado más o menos en los
siguientes términos: "¿Tienen Uds. aceite?", preguntan a un vendedor.
"No, no tengo". — "Y ¿por qué?" - "¿No hay botellas,
no hay embalaje plástico?" — "No, no es por eso". —
"Entonces por qué no hay aceite?" — La contestación: "Para que
Uds. dejen de preguntar por la falta de café y de detergentes".
Si existiera más libertad de
expresión, el imaginario vendedor prolongarla la lista por muchísimos más
artículos que escasean.
***
Las autoridades dei gobierno de
Belgrado se enojaron a raíz de una emisión televisiva española. Allí se
proyectó una película acerca de la vida en Yugoslavia, para desarrollarse luego
una conversación alrededor de una mesa redonda que duró, junto con la película,
unas cuatro horas. Belgrado, o mejor dicho, su embajada rechazó a todos los
croatas que debían intervenir en la discución. Por suerte, la causa croata y de
la verdad fue defendida por el periodista alemán Hans-Pieter Rullmann,
ex-corresponsal de varios periódicos alemanes desde Belgrado. El gobierno de
Tito lo acusó de espionaje y, después de su encarcelamiento y muchas otras
peripecias, fue expulsado de Yugoslavia. En dicha discusión, donde el diputado
comunista español lgnacio Gallego, defendía al régimen de Belgrado, el sr.
Rullmann desarrolló con él el siguente diálogo: Gallego afirmó que Tito
enseguida, cuando entraron los alemanes en Yugoslavia en 1941, empezó con la
guerrilla y Rullmann le contestó: "esto él no lo hizo y no lo pudo hacer,
porque él como así también los comunistas españoles, estaban impedidos por el
pacto Molotov-Ribbentrop. La lucha fue empezada por otros, quienes luego fueron
aniquilados por el mismo Tito". Gallego afirmó que los partisanos nunca
usaron armas contra sus connacionales, Rullmann le contestó que no sólo los
mataba durante la guerra sino que también terminada ésta, hizo matar a unos
300.000 hombres, la mayoría fueron los croatas. Gallego continuó diciendo que
Yugoslavia no tiene problemas de ninguna clase, excepto un 5% de desocupados.
Rulbnann le contestó que dicho porcentaje se eleva hasta 12 ó 14%, sin contar
obreros estacionales (que trabajan en el exterior y cuyo número alcanza a un
millón de personas. - Obs. del traductor). Gallego: "Yo no puedo creer en
este número", y Rullmann le contestó: "Eso es peor para Uds.,
Gallego".
Refiriéndose a esta emisión, el
diario español ABC escribe bajo el título "Programa en 'La Clave' ":
"La clave". que contó
el pasado sábado con un tema sugestivo (Yugoslavia sin Tito) y con tres buenos
especialistas en la materia (Ricardo Estarriol, corresponsal de "La
Vanguardia", Peter Rullmann, de "Der Spiegel", y el disidente
Mihail Mihajlov) degeneró en una discusión caótica y estéril por obra y gracia
del feo estilo de otro de los invitados al debate, que convirtió el programa en
una tribuna de propaganda sin que el moderador, José Luis Balbín, acertara a
remediarlo.
Se trata del diputado Ignacio
Gallego, vicepresidente del Congreso y miembro del PCE. El señor Gallego no
hizo ninguna aportación personal sobre un país que dice conocer muy bien, y
escamoteó cualquier respuesta concreta, ya que consideraba las criticas que se
haclan poco menos que de "imperialistas" o formula por "enemigos
del socialismo". Con esta prosapia manida, que creíamos ya desterrada del
lenguaje de nuestra izquierda, el señor Gallego hizo mutis cuando se aportaron
pruebas históricas de que Tito ofreció una tregua a los nazis, de que los
partisanos ejecutaron —sin demasiados escrúpulos legales— a numerosos patriotas
acusados paradójicamente de "colaboracionistas". El análisis objetivo
de esas y otras interesantes cuestiones de actualidad —como el funcionamiento
del Gobierno colegiado o las dificultades económicas que atraviesa Yugoslavia—
fue abortado por el señor Gallego y su soflamas seudopublicitarias. Cuando
Mlhajlov reiteró que no pretendia un esquema capitalista para su pals sino el
fin del monopolio del partido, el señor Gallego replicó cantando las
bienaventuranzas del pluralismo que preconiza el PCE para España. La respuesta
de Mihajlov fue fulminante: "¿Es usted pluralista en España, pero no en
Yugoslavia?" El señor Gallego, en definitiva, no sólo perjudicó al
programa, sino también la imagen del régimen yugoslavo, contra el que nadie de
los presentes estaba absolutamente en contra. No hay peor crítica para un país
que una defensa torpe.
Antonio Sánchez-Gijón, Gregory
Treverton, ambos en representación de sendos organismos de estudios
internacionales. estuvieron muy acertados en sus planteamientos, sin intervenir
para nada en la contienda promovida por el diputado comunista español don
Ignacio Gallego.
***
La revista ilustrada
"SOMOS" del 30 de mayo de 1980 se refiere a la exposición de los
naifs "yugoslavos", si bien casi la totalidad de los cuadros es el
fruto auténtico de los campesinos —pintores croatas de la aldea Hlebine. La
misma revista ha reproducido una decena de fotografiar de cuadros y el texto
explicativo está firmado por un cierto señor Eduardo Pogoreles. El, por
nosotros, desconocido autor, muestra firme conocimiento de la especialidad
artistica y la historia de los naifs croatas de Hlebine, pero la denominación
común "naifs yugoslavos" revela su parcialidad anticroata, usando
logros culturales croatas para la afirmación internacional de la idea yugoslava
que en la patria está persiguiendo y suprimiendo la actividad libre y creadora
del pueblo croata. La reciente supresión de la más antigua institución cultural
croata —Matica Hrvatska—, la liquidación de sus bienes y la transferencia de
sus libros e inventario en su totalidad a la Academia Yugoslava, donde señorea
el espíritu integralista yugoslavo bajo la vigilancia policial, corrobora
cuanto acabamos de decir.
En la exposición que se realizó
en el Museo de Arte Moderno de Buenos .Aires, apareeron numerosos
"diplomáticos" yugoslavos con una partisana servia como símbolo de
los "vencedores"y portadores asimismo de la "cultura
yugoslava".
***
A último momento, antes de
concluir la redacción de este volumen de "Studia Croatica" hemos
recibido la triste noticia de la muerte del prof. Nicolás Matijević,
nuestro amigo y camarada inolvidable en la lucha contra la hegemonia servia,
que los universitarios croatas sosteníamos entre las dos guerras. El profesor
Nicolás Matijević se desempeñó durante largos años en la Universidad
Nacional de Bahia Blanca como bibliotecario y profesor del idioma latín.
Ultimamente, se dedicaba a "Bibliografia patagónica y de las tierras
australes". En colaboración con su esposa Olga Hećimović, había
preparado y editado (edición de la misma Universidad de Bahía Blanca) dos
voluminosos libros, planeando continuar con otros tantos más. La Providencia
también cortó sus planes y nosotros, guardando su recuerdo, formulamos nuestro
sincero pésame a la señora Olga y a todos los parientes y amigos en todo el
mundo.
***
Ivan Merz, un profesor croata
(1896-1928) será el próximo beato de su pueblo. El proceso ya está en curso y
es de esperar que no demorará mucho. Ivan Merz fue uno de los activistas más
celosos dentro del movimiento católico —Acción Católica— entre las dos guerras.
Fue profesor en el gran seminario de la diócesis de Zagreb, amigo, consejero y
guía de muchos hombres públicos de la Croacia católica. Entre ellos podemos
enumerar también el prof. Ivan Oršanić, que murió en la Argentina hace ya
diez años, como también al prof. Dušan Žanko que murió en enero del año en
curso en la República de Venezuela. Todos estos hombres, con una pléyade de
jóvenes intelectuales, fueron partidarios de la Independencia de Croacia y
murieron luchando contra la insurrección comunista conducida por el
desaparecido tirano Tito. Y, mientras a éste el mundo lo glorifica como a un
genio que servia a la humanidad, Merz, Žanko, Oršanić y miles de sus
idealistas católicos y croatas cayeron despreciados y se los hace olvidar en su
patria ocupada, o están muriendo en el exilio. Es dificil comprender la
política internacional, pues para ella los criminales son seres mitológicos,
casi santos, y los verdaderos santos son criminales. Nosotros los croatas no podemos
creer que perdurará por mucho tiempo esta orientación y que las cosas, a pesar
de todo, serán puestas en su correspondiente lugar: los criminales entre los
criminales y los santos entre los santos.
***
También la muerte de dos
sacerdotes croatas que trabajaron en la emigración, significa una gran pérdida
para todos nosotros. En Viena murió el dr fray Mirko Cović, oriundo de
Dalmacia, escritor de varias obras histórico-literarias y uno de los más
consecuentes y silenciosos pastores entre los emigrados croatas. Su puerta del
pobre franciscano en un monasterio de Viena estaba siempre abierta y sus
consejos, ayuda y protección acompañaron a los desamparados y desorientados en
la trágica corriente de los emigrados croatas que fueron y siguen siendo
obligados a abandonar el suelo patrio. El otro es el reverendo Francisco
(Franjo) Lodeta, sacerdote diocesano, el primero quien se encargó de organizar
la actividad religioso-pastoral en la emigración croata en el extranjero. La
muerte lo sorprendió en la ciudad de Essen, Alemania, donde desarrolló una gran
actividad pastoral y cultural entre los obreros estacionales. Edificación de
capillas, obras artísticas, salones de actos, congresos de fieles, cursos de
enseñanza religiosa y de historia y literatura croatas, quedarán como
testimonio perdurable de este sacerdote en la historia tan trágica de la
actualidad croata. Un gran número de sacerdotes —croatas y alemanes con el
obispo de Essen— ha acompañado al padre Lodeta hasta su última morada terrenal.
Es deseo de todos los perseguidos hijos de Croacia que los restos mortales del
padre Lodeta y del padre Cović, cuanto antes sean llevados a la patria
liberada, donde ella les daría en "su campo el sepulcro y con sus flores
los coronaría", como lo expresó hace muchos años uno de los grandes poetas
croatas, Petar Preradović.
Según
la agencia AFP, S.S. el papa Juan Pablo II ha nombrado a monseñor Paul Poupard
para cubrir el puesto del presidente del Secretariado para los no creyentes. El
nuevo presidente es de nacionalidad francesa, de cincuenta años de vida, obispo
auxiliar y rector del Instituto Católico de París, quien reemplazará al
cardenal austriaco monseñor Franz Koenig. Para cubrir el puesto del presidente
del Secretariado de no cristianos, el Santo Padre designó a monseñor Jean
Jadot, de nacionalidad belga y actual delegado de la Santa Sede en Washington.
El cardenal polaco Vladislav Rubin reemplazará al cardenal francés Paul
Philippe en el puesto del presidente para las iglesias orientales. Como una
sorpresa especial se considera el reemplazo del cardenal croata, monseñor
Franjo Šeper, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, por el
cardenal Joseph Ratzinger, arzobispo de Munich. Monseñor Šeper tiene ya 75 años
de vida y el cardenal Ratzinger se mostró especialmente firme en la condenación
del profesor de teología Hans Kung. El cardenal Šeper está todavia en su
puesto, pues el cardenal de Munich no se trasladó a Roma. Estos y otros cambios
efectuados por el papa Juan Pablo II en la administración central de la
Iglesia, obedecen a la necesidad de rejuvenecerla y darle más dinamismo y
coherencia en su actividad apostólica.
La revista chilena "Paula
314" del 15 de enero de 1980, escribe sobre este compatriota nuestro:
«Nikola Mrkša, afinador por
excelencia, natural de Zagorska-Sela, pueblo cercano a Zagreb, capital de
Croacia, llegó a Santiago en 1952 a trabajar en el taller de Margarita
Friedemann. Desde la época de René Amengual, hasta hoy, ha tenido a su cargo
todos los pianos de la Facultad de Música de la Universidad de Chile, más los
del Teatro Municipal, Agrupación Beethoven, Orquesta Sinfónica, Instituto
Goethe, y aquellos pertenecientes a grandes artistas como Claudio Arrau,
Alfonso Montecinos, Flora Guerra, Roberto Bravo, Oscar Gacitúa y Herminia
Raccagni, por nombrar algunos de sus famosos clientes. Este oficio requiere del
tercer oído para vivir la otra dimensión de los silencios.
"Muchos me llaman
yugoslavo, pero yo no soy yugoslavo, soy croata"; dice de entrada don
Nikola Mrkša, cuando llegamos a su casona de calle Argomedo para conocer la
intimidad de este oficio-arte tan antiguo como el lenguaje mismo de la música.
Es verano y afuera el sol parte el cemento y el canto de los pájaros. Los
ruidos aturdidores de la ciudad no dejan espacio para los silencios naturales,
pero adentro —afinada la atmósfera por la presencia muda de los pianos—
comienzan los sentidos a recuperar la percepción y algo como de magia o respeto
nos envuelve. Porque esto no es el brillo sonoro de una partitura, ni el
impacto de un concierto escuchado a toda orquesta en la platea del Municipal;
sino otra cosa, la cara oculta y misteriosa que no sale a la luz, la que
ignoramos porque no se ve ni se siente, aunque deberíamos sentirla o saberla,
porque aquí en estas cajas abiertas, con las cuerdas al aire, está el alma de
los pianos, el alma enferma arrinconada por alguna parte, esperando la
sabiduría de quien les devolverá su tono o sus voces exactas.
Cada piano tiene su propio
carácter reconocible por los materiales; estos incluyen madera, hierro, acero,
marfil, fieltro y ochenta y ocho teclas. La afinación comienza en el centro del
teclado con la nota "LA", que tiene una frecuencia de 440 vibraciones
dobles por segundo. Explica don Nikola (nacionalizado chileno en 1959) que para
llegar a ser técnico en el oficio se necesitan seis años de esencial
aprendizaje. Después de este período inicial viene el perfeccionamiento a costa
de práctica, buen oído, sensibilidad y condiciones naturales para la música,
elementos indispensables que configuran el talento y capacidad de un maestro
afinador. En su taller trabaja con ocho personas, quienes bajo su enseñanza se
han convertido en verdaderos artífices de esta disciplina.
Y la disciplina involucra amor y
entrega casi total en aquella búsqueda sutil de entonaciones puras, donde no se
puede errar sin caer en rupturas de cánones formales sujetos a reglas
inamovibles de la escritura musical. Por eso, la afinación llega o debe llegar
a constituir un virtuosismo pleno en su ejecución. Y allí en la paz del taller,
observamos la devoción con que labora el talento de Raúl Atria, Oscar Gacitúa
(hijo), Víctor Bustamente o el de Arturo Olivares, los que, entre otros,
sustentan el prestigio de esta casa donde la armonía es clave, nota mayor que
brota de los pianos semidesnudos, desgajados, buscando su exacta voz, y no
otra.
Por eso el contrapunto entre
sonido y silencio en estas piezas tan antiguas que no admiten estridencias ni
inventos modernos que, a veces, matan el oído tanto como el pensamiento. Por
eso en estas piezas, el sol tamizado a través de nostálgicos vitrales, ayuda a
conformar una atmósfera como de templo en espera del canto. Y mientras éste no
llegue de garganta humana, viene de complacencia el de los pájaros de afuera en
esta mañana de enero, cuando empezamos a conocer la razón de los pianos
dormidos que el croata Nikola Mrkša nos enseña con orgullo y ternura como si
"sus" instrumentos fuesen todos sus hijos desvestidos para una siesta
larga.»
¡Qué maravilloso hombre! ¡Qué
consciente hijo de la Croacia oprimida! ¿No podrían nuestros
"yugoslavos" de Chile encontrar en él un ejemplo y un maestro en la
materia del arte, que permanece fiel a su patria natal y que sirve a su pueblo,
para que no repitan jamás algo semejante como lo que hicieron al ofrecer una
Misa en la catedral por el descanso de un tremendo criminal y opresor de
Croacia como lo fue Tito y su predecesor Alejandro Karageorgević? (Obs. de
"S.C.")
* Los textos de referencia son tomados de la monumental
obra "Stepinac mu je ime" — "Su nombre es Stepinac",
editada por "Hrvatska Revija" — "Revista Croata",
Barcelona. El primer voldmen de 459 páginas apareció en 1978, y el segundo
acaba de aparecer, abarcando 546 páginas -460 con texto y el resto con
fotografías y reproducciones de obras de arte. El profesor V. Nikolić,
director de dicha revista se ha hecho acreedor del reconocimiento de todos los
croatas, pues en esta gran obra ha reunido documentos y comentarios relativos a
la vida, obra y muerte de Stepinac, quien, esperamos, dentro de breve tiempo,
ocupará el privilegiado puesto de los santos de la Iglesia Católica.
("Stepinac entró al tribunal como el pastor espiritual de los croatas,
pero salió de allí como cl líder general de su pueblo y corno ejemplo para el
mundo"... "Les digo si estos callan, Ias mismas piedras darán
voces" (Lucas, 19, 40). El Cardenal hizo que miles de piedras mil veces
hicieran ecos: "Su nombre es Stepinac" (De un discurso del obispo Fulton
J. Sheen, a quien nosotros los croatas debemos un agradecimiento y un recuerdo
perdurables. Este orador eclesiástico, predicador de Cristo en la época de la
radio y la televisión, entró en la Eternidad hace poco. R. in
pace!
[1] No obstante hay excepciones
brillantes como Io es la publicación de una "Antología de la poesia
croata", en la casa editorial Seghers (1972).
[2] Los hijos de la
burguesia dálmata estudiaban con frequencia en Paris (Sorbonna) o en Salamanca
(España).
[3] Como estadista
pragmático, Napoleón estaba igualmente preocupado por sus finanzas como lo
demuestra la carta que dirigió a Gaudin, su ministro de finanzas, con fecha del
9 de febrero de 1810: "... hágale saber al duque de Ragusa, que yo apruebo
que trate bien a los croatas, pero que no quiero que la adquisición de las
provincias ilíricas agregen nuevas cargas a mi tesorería. Ellas deben
contribuir 12 millones de sus entradas para pagar los gastos del ejército y de
la administración en general. En una palabra, ellas y las tropas allí estacionadas,
no deben costar absolutamente nada a la tesorería pública... Digale que apruebo
lo que propone para la Croacia Militar con excepción de su propuesta de dar
armas de todos lo croatas sin distinción alguna y sin asegurarse de su
fidelidad" (Cartas Imperiales, N" 16231).
[4] Unico diario grande, el
Telégrafo Ilírico (Telégraphe Illyrien) es el instrumento de la propaganda,
cuyos artículos son dictados por el Estado-mayor de Marmont. Los funcionarios,
alcaldes, tribunales, párrocos, están obligados a su suscripción..."
[5] A instancia de Marmont
los edificios públicos estaban decorados con una efigie del Emperador y con una
poesía donde se expresaba: "De tes nouseaux sujets daigne accueillir
I'honiage. Ils te jurent tendresse, amour, fidelité et maintenant soumis á ton
noble courage, Il ne manque plus rien á leur felicité" ("Dígnate
recibir el homenaje de tus nuevos súbditos, ellos juran a ti cariño, amor,
fidelidad, y quedando sumisos a tu noble coraje, nada faltará más a su
felicidad").
[6] Estas fueron las
primeras rutas después de la conquista romana. Tenían entre 15 y 20 pies de
ancho, empedradas, con muros de sostén de 18 a 20 pies de altura del lado
exterior; debían haber suscitado la admiración de los austriacos después de
1813.
[7] "El duque de Ragusa Marmont, guiado por el ejemplo
del Gran Napoleón, derribó rocas, niselć, campos, construyó puentes a
través de las altas y las bajas provincias ilíricas, abrió y pasintentó la ruta
militar para un más alto bienestar de la población".
Esta inscripción debería
estar grabada, según Vojnović, en un peñón de la corona montañosa que une
Gravoše con Dubrovnik.
[8] En este campo militar,
es conveniente hacer justicia a los generales croatas que combatieron en la
filas del ejército austríaco y causaron muchos dolores de cabeza a Napoleón,
Lodi y Riseli. En la misma Croacia, el mariscal Knežević liberó en 1808
varias ciudades que tuvo devolver después de la Faz de Schuenbrunn. En 1813 fue
el general Tomašić quien recuperó a Dalmacia, batiendo a los franceses del
general Gauthier el 14 de enero de 1813 (en Kotor). En lo referente a los
croatas que llegaron a Francia, estamos en posesión de una carta del Emperador
al gral. Clarke (Fontainebleau, 27 de octubre de 1810): "... En cuanto a
los croatas. el número de 200 es considerable. Exija datos a fin que yo, 100 de
ellos y gente sin recursos pueda alojar en Chalons. No costarán más de 400
francos y aprenderán sus oficios, lo que es muy útil para Croacia. También
hijos de coroneles, coroneies-tenientes y capitanes hasta menos de 100 pueden
ser educados en Saint-Cyr o en la Fleche. Los hijos de tenientes y subtenientes
— un número necesario para completar 100, serán alojados en La Fleche. Los 100
que pertenecen a los menos ricos serán enviados a Chalen. Si los 200 pertenecen
a gente de consideración o a aquellos que no pueden aprender la especialidad,
me dará el informe correspondiente" (Cartas Imperiales N° 17081).
[9] Ljudevit Gaj fue
protegido en Francia por los profesores Mickiewiez, Charriere, Lebre y
Saint-René Taillandier.
* Foča, ciudad sobre el rio Drina, confín entre
Bosnia croata y Servia, escenario de bestialidades cometidas por
"četniks" servios contra la población musulmana y católica
durante la última gran guerra.
** Fadil Zulfikarpašić, un intelectual musulmán
de Foča, cuya familia, según él, nunca se sentía croata. A pesar de que se
trata de una familia pudiente, Adil, estudiante de ia Universidad de Belgrado,
abrazó al comunismo y se alistó desde el comienzo al movimiento de insurrección
comunista, conducida por Tito. Actualmente vive en el exilio.
*** "Cetniks", organización paramilitar
servia, incorporando a los más virulentos nacionalistas servios. Su tarea
principal en la guerra fue la de vanguardia, infundiendo el miedo y la
confusión entre la población no servia en las regiones que el ejército regular
servio proyectaba conquistar e incorporar a su propio territorio, para crear
así una Gran Servia. Los "chetniks" se desempetlaban también como
retaguardia del ejército servio, dedicándose al pillaje y al terror contra
poblaciones sometidas. Macedonia, Kosovo, Bosnia, etc. podrían cantar dolorosas
odiseas de ese terror. Durante la última guerra mundial su jefe supremo fue
Draža Mihajlović, cuyo objetivo principal era la exterminación de la
población croata — musulmana o católica — especialmente en Bosnia-Hercegovina,
donde la misma constituye, también hoy, más del 61% del total de habitantes.
Mihajlović, oficialmente amigo de Aliados, prácticamente fue colaborador
de las fuerzas del Eje, para poder con más facilidad y sin inconvenientes
cumplir con su apuntada misión de exterminio de los croatas.
Para corroborar cuanto
acabamos de decir, reproducimos la opinión de Milovan Djilas que goza,
paradójicamente, de tanto crédito en el mundo libre o, por lo menos, en ciertos
sectores del mismo. Djilas escribe: "No existe traición, ni hipocresía, ni
crimen que el 'chetnik' no sea capaz de cometer. Como tampoco existe traición,
ni hipocresía, ni crimen, que el gobierno chetnikista en el exilio (el gobierno
monárquico yugoslavo) no aplaudiría ni santificaría. En este gobierno alienta
la bestia chauvinista Gran Serbia, que no conoce medida ni fin en la traición y
el crimen cuando está en juego la continuidad de su régimen sanguinario y
hegemonista. El chetnik es el más sucio de los delincuentes, el sepultador del
pueblo serbio y de todos los pueblos de Yugoslavia". (MILOVAN DJILAS, en
Članci-Articulos, pág. 29, Kultura, Belgrado, 1947.)
**** "Ustaša" es la organización
revolucionaria croata, organizada por el Dr. A. Pavelić, ex diputado
nacional de la capital croata Zagreb y, posteriormente, jefe del Estado
Independiente de Croacia. Los integrantes de este movimiento se llaman
"ustaše". Enemigos de Croacia, o ignorantes, los comparan con
"četniks" y los pintan como peores que ellos. A pesar de sus
esporádicos excesos, un proceder de esta naturaleza constituye un caso de la
total injusticia. Los "ustaše" defendían el derecho de
autodeterminación nacional, mientras los "četniks". mediante
horrendos crímenes, lo negaban y pisoteaban. Si la justicia es sólo la justicia
del más fuerte, entonces la justicia no existe. ¡Atacar a otros por su puro
interés egoísta y la defensa del atacado por un ideal y un derecho de valor
universal, no es la misma cosa!
[10] El autor del presente trabajo, Miloš Obrknežević,
es de nacionalidad servia, de profesión abogado, nacido en Belgrado en 1910.
Sus padres proceden de Neuzin, Banat, donde sus antepasados se refugiaron
durante las últimas guerras turco-austríacas en el siglo XVIII. Como su
apellido nos revela, sus mayores fueron jefes locales durante la dominación
turca. Recibido de abogado, se desempeñó, en el período entre las dos guerras
mundiales, como funcionario de la Iglesia ortodoxa servia en Srijemski
Karlovci. Cuando estalló la guerra en abril de 1941 se hallaba movilizado en el
ejército yugoslavo con grado de capitán judicial de lera. clase. Logró salvarse
del cautiverio y en octubre de 1941 fue detenido por las autoridades croatas
cuando Srijem se integró al territorio del Estado Independiente de Croacia (en
adelante abreviado EIC) para ser soltado poco después gracias a la intercesión
de sus amigos croatas. Como el gobierno del EIC no quiso tratar en forma
directa con los representantes jerárquicos de la Iglesia ortodoxa servia
respecto a la normalización del culto ortodoxo en ese Estado recién restaurado,
a principios de 1942 se solicitó a Obrknežević asumir el papel de
negociador de parte de los ortodoxos por ser un experto en la materia. Así tomó
parte activa en la constitución de la Iglesia ortodoxa croata, como autor del
texto de sus estatutos eclesiásticos, como negociador con el gobierno croata y
como secretario de Su Santidad Germogen, metropolitano de la Iglesia ortodoxa
croata. A mediados de 1944 se trasladó a Novi Sad, entonces parte de Hungria;
terminada la conflagración bélica, fue encarcelado y luego liberado merced a la
intervención de sus amigos. Poco después sale del país y de Europa se trasladó
a Venezuela, radicándose allí en forma permanente, salvo algunas residencias en
Alemania y USA. Como refugiado se dedicó a la hotelería y al comercio. A causa
de su obesidad (pesa más de 130 kilos) sufre varias molestias y a fines del año
pasado se radicó en USA por razones de tratamiento médico. Transcribimos el
presente estudio en versión castellana que originariamente fue publicado en Hrvatska
Revija, Munich-Barcelona, junio 1979, pp. 229-267, ilustrado con varias
fotos.
[11] Estos datos fueron
tomados del último censo de 1971.
[12] La existencia de esa circular
la confirma también el arzobispo Stepinac en su carta dei 20/XI/1941, dirigida
al Dr. Pavelić, en la que hace mención de la circular del 30/VIII/1941 y
dice lo que sigue: "Usted mismo condenó los actos de violencia de
individuos autotitulados ustashe y que Ud. ordenó fusilar por sus crimenes. Su
decisión de que en el pais ha de reinar la justicia y el orden merece pleno
reconocimiento".
[13] Dado que el Movimiento
Ustasha no era numeroso antes del restablecimiento del EIC, en muchos distritos
no había ustashi organizados del período prebélico. Además, si el Partido
Campesino Croata no era fuerte en esa zona o no existia, como era el caso en
algunas comarcas del nuevo Estado, eso dió motivo a elementos irresponsables
para ponerse el uniforme ustasha y autoproclamarse ustashe. Esos ustashe
indisciplinados, autotitulados y novedizos, de dudosa moral, fueron tildados
por las autoridades ustashe regulares de "ustashe salvajes" o
"nastashe" y trataban de eliminarlos o frenarlos fusilándolos por sus
actos criminales.
[14] El Dr. V. Maček en
su libro In the Struggle for Freedom manifiesta que los comunistas, al terminar
la guerra, no investigaron los motivos que indujeron a los sacerdotes católicos
a aceptar a esos "conversos" y los perseguían cruelmente por esa razón.
"Llamaba la atención el caso del sacerdote de Sarajevo quien dijo a los
"conversos" ortodoxos:" Hijos, vuestra madre la Iglesia ortodoxa
se encuentra en dificultades y no puede ocuparse de vosotros. Vosotros acudís a
vuestra tía la iglesia católica y cuando vuestra madre se reponga vosotros
retornareis a ella. "Como premio este sacerdote fue condenado a
muerte".
[15] Mientras que a pedido
expreso del Dr. Maček, una vez firmado el Compromiso croata-servio, y en
su carácter de vicepresidente del gobierno yugoslavo, el coronel Ivan
Prpić fue ascendido al grado de general, siendo el único croata con ese
grado en el ejército yugoslavo monárquico, en el ejército croata durante la
última guerra oficiales ortodoxos ejercen funciones muy importantes y entre ellos
los tres generales citados precedentemente. Incluso entre los oficiales usthasa
hubo caso de ortodoxos como el del teniente coronel Marković.
[16] Tengo recuerdos muy
gratos del padre Glavaš pues se notó en seguida que se trataba de un señor
culto y refinado (además de ser sacerdote católico fue profesor y crítico
literario). Anhelaba sinceramente que el asunto de la ortodoxia se arreglara en
forma correcta, a satisfaci6n de todos. Solía decir que como la Iglesia
católica no deseaba que el Estado interfiera mucho en sus asuntos, así el
Estado no debería interferir en los asuntos de otras confesiones. A él
mayormente se debe agradecer que el gobierno no tomó parte activa en los
nombramientos de la Iglesia ortodoxa croata. No sintiéndose culpable rehuso
salir del país en mayo de 1945. En la primera lista de fusilados en Zagreb por
los comunistas figuraba su nombre.
[17] El asombro de Fikreta
Jelić-Butić (99) de que se ensalzaba al Dr. Pavelić en el Calendario
ortodoxo, revela su desconocimiento de la terminología ortodoxa, que siempre en
el pasado, en la era de íntima vinculación iglesia-estado y antes de su
separación, dedicaba generosos epítetos a los jefes de Estado de turno.