STUDIA CROATICA

Año XIX – Julio – Diciembre 1978- Vol. 70-71

 

 

Una victoria croata y una derrota del hegemonismo comunista de Belgrado.. 2

Los derechos del hombre en la Yugoslavia comunista. 7

¿Yugoslavia? ¡para los servios sí, pero para los croatas no!. 8

Emigración croata a Chile. 35

El Congreso de Berlin (13/6/1878 - 13/7/1878) y sus consecuencias para Croacia. 48

Cultura. 57

Ivo Lendić - Su época y su poesía. 57

Cuatrocientos años de la muerte de Julio Klović (Julio Clovio). 61

El Profesor Prvislav Weissenberger, Profesor Emérito de la Universidad Catolica de Santiago de Chile. 61

Žarko Šimat expone en la Casa de Salta. 67

Opiniones sobre "Croacia y su Destino". 68

Noticias y comentarios. 72

Cambios en la suprema jefatura de la Iglesia Católica. 72

Nota recibida de la Embajada de la República Fed. de Alemania. 74

Bruno Bušić muerto a balazos en la capital francesa. 75

Terrorismo croata. 77

Documentos. 84

La conmemoración del cincuentenario de la muerte de Esteban Radić. 84

El Papa Juan Pablo I. 87

900 años de la consagración de la Basílica de Santa María en Croacia. 89

Reseña de libros. 90

Margaret Stewart Omrčanin: "Norway, Sweden, Croatia: A comparative Study of State Secession and Formation". 90

Mirko Vidović: Sakrivena Strana Mjeseca. 93

Aisthesis Nro. 10. Revista chilena de Investigaciones estéticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. 95

Presentación del libro de cuentos de Ana Blažeković. 96

La segunda edición croata de "Martín Fierro". 96

 


Una victoria croata y una derrota del hegemonismo comunista de Belgrado

El pueblo, el gobierno y las autoridades judiciales alemanas merecen nuestro más profundo agradecimiento

Franjo Nevistić

Muchas veces nos sentimos los croatas desesperados en nuestra lucha por la autodeterminación y la libertad nacionales. Es como si existiera una misteriosa confabulación internacional contra nuestro derecho natural a vivir libres dentro de los límites del país natal que hemos poblado y defendido durante más de 1300 años. Los métodos pacíficos de lucha que adoptamos son ignorados. Nadie les da importancia como si no hubiera pasado nada. Cuando recurrimos a medios de fuerza, pronto se pone en movimiento una maquinaria de las denigraciones más abominables. Los epítetos y las etiquetas del diccionario político de más bajo significado son precipitados públicamente para desacreditar tanto a los protagonistas como también la causa por la que los mismos exponen su libertad, sus familias y sus vidas mismas. El terrorismo insensato, los restos del nacifascismo, la voluntad criminal de unos cuantos malvados natos que matan por matar y que ponen en peligro la seguridad del orden internacional!

Pero, en esta campaña difamatoria que nos cuesta años y decenios del doloroso drama humano con noches sin descanso, a veces irrumpe la luz de verdad, de esperanza, y de alegría. Se trata realmente de un premio al que cree, perdura y no abandona su puesto de lucha por nada. Nada más bello que el triunfo de la justicia sobre la injusticia, aún cuando se trate sólo de casos en que la primera triunfa sobre la segunda en proporciones aunque sean mínimas. En la oscuridad ---prolongada y tan deprimente— sólo un destello de luz, por cuanto efímero, consuela, revive la esperanza, levanta el ánimo y anuncia un futura más luminoso.

Tal es este el momento en que vivimos actualmente todos los croatas en el mundo entero. Un rayo de luz, un arco iris, como diría el prematuramente desaparecido papa Juan Pablo I, apareció en el cielo de Croacia. Este no es solamente el extendido sobre la patria ocupada; todos sus hijos dispersados por el mundo libre lo llevan en sus corazones. Tanto es que, si aparece la luz de esperanza en el horizonte croata por dondequiera, Ia misma ilumina nuestra cielo en su totalidad, tanto en la patria como también en el fraccionado y escondido dentre del interior de cada uno de nosotros.

Pues, la decisión de las autoridades alemanas de rechazar el pedido de Belgrado de extradición de seis croatas, un albanés y un servio como pretendidos terroristas, adversarios de Tito, a intercambio por cuatro anarco—comunistas del grupo alemán Baader-Meinhof, constituye para todos los croatas un luminoso momento de gran alivio en nuestra lucha nacional. Las acusaciones de Belgrado fueran develadas, una por una, como falsas y rechazadas. A pesar de un gran interés de Bonn en someter a la justicia a sus terroristas refugiados en Yugoslavia, prevaleció la serenidad, el sentido de responsabilidad jurídica y humana: los croatas, seguros candidatos de la muerte en el "gulag" de Tito, fueron liberados con el derecho de asilo político en Alemania. La reacción de Belgrado es furibunda, ultrajante, agresiva. Pero Bonn queda firme, fiel a los principios de un Estado de derecho.

La Redacción de esta revista y el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura han elevado —entre miles de protestas y solicitudes de los demás croatas— también su voz en pro de la justa causa de los compatriotas falsamente acusados. Lo hicieron seguros de que ese caso particular el nuestro coincide perfectamente con los principios universales de justicia y la libertad política, cuyo origen proviene del seno de la civilización occidental.

¿Son bárbaros los alemanes?

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, deambulando por las zonas devastadas del centro europeo, llegó a nuestras manos un periódico que se publicaba bajo el auspicio de los aliados vencedores. Allí se enunciaba enfáticamente que la civilización occidental se había parado en la orilla del río Rin. Alemania, según la opinión de dicha publicación, es la parte del "mapa mundi" que pertenece al mundo bárbaro - a la anticivilización.

Prescindiendo de la aventura tan dolorosa e insensata en que Hitler sumió a su propio país y casi a la totalidad del mundo, quedamos con duda en cuanto a la afirmación del citado periódico referente al antioccidentalismo alemán. El país de Goethe, de Schiller, de Kant, de Hegel, de Bach, de Wagner, de Jaspers, de Mann, de Boell, etc... etc., el pais que durante siglos fue el núcleo central del Imperio romano de nacionalidad alemana, no pudo y no merece ser proclamado como la parte del mundo bárbaro. Un testimonio más: no sabemos por qué razón fue silenciado el escritor rumano V. Georgiu, pero sabemos por experiencia de millones y de nuestra propia que Ia anécdota, por cierto muy dramática, que registró en su "Hora 25" está fuera de toda discusión. Al referirse, pues; al caos general, producido por la penetración de los ejércitos rojos al suelo europeo con el eufórico triunfo comunista, el autor rumano decia que quedaban sólo los restos de las tropas alemanas donde se estaba seguro y se los reconocía en aquel caos general por su positiva respuesta al saludarlos con: Alabado sea Cristo Dios! ¿Puede, pues, alguien con suficiente razón proclamar al pueblo alemán como bárbaro; si este alguien fue aliado de aquellas tropas soviéticas que sembraron miedo, devastaciones, deportaciones, violaciones y el caos general?

El Instituto Croata Latinoamericano de Cultura y la Redacción de su revista STUDIA CROATICA han recibido la respuesta de las autoridades alemanas a su solicitud por Ia protección de los hermanos en peligro, cosa que no es tan frecuente, cuando los particulares se dirigen a las autoridades constituidas y diplomáticas de un país soberano y de tanta importancia en la vida política y económica internacionales. (Ver dicha respuesta en la página 186 del presente voltimen de S. C.). Antes de decidir la suerte de los mismos, se dice allí, les están a la disposición todos los medios de un poder judicial independiente.

Asi fue. Con la decisión del 13 de septiembre de 1978 el Gobierno de la República Federal Alemana fueron puestos en libertad todos los jóvenes cuya extradición solicitó el Gobierno de Belgrado. Si bien el tribunal de Koeln había dado la opinión, "prima facie", de que se habría podida entregar a uno de los acusados —Esteban Bilandžić— el Gobierno puso en libertad a él también. Según nuestras informaciones, lo hizo, pues el Tribunal Constitucional del mismo país al recibir el recurso de apelación por parte de la defensa de Bilandžić y antes de pronunciarse al respecto, dio a conocer públicamente un documento según el cual las autoridades comunista de Belgrado habían enviado a Alemania a un asesino a sueldo para matar al mencionado activista croata. De esa manera hizo entender a todos los interesados de que iba a examinar el caso con toda la seriedad, la objetividad y la independencia que le otorga la Constitución, situación ésta en que quedaba poca esperanza para el pedido de las autoridades yugoslavas. Asi el apetito de sangre del gobierno yugoslavo fracasó miserablemente. Junto con esta vergüenza que pasó Belgrado, la opinión pública, especialmente europea, se enteró de que los agentes secretos de Belgrado habían matado más de treinta croatas, la mayoría en el territorio alemán, mientras los croatas dieron muerte a los mismos sólo en dos casos, descontando varios intentos de represalias por la ocupación y humillación de su patria en manos comunistas y servias. Los "cuentos chinos" por parte de Belgrado acerca del supuesto "nazifascismo croata" y de los restos del movimiento "Ustacha", todo terminó en el tacho de mentiras ante las autoridades alemanas y de un Estado de derecho. Belgrado furibundo ante tal decisión; invoca derecho, convenios, la seguridad de paz mutidial, la cooperación internacional y las buenas relaciones "entre los Estados, etc., etc., pero en Bonn saben muy bien que todos estos valores de la civilización occidental son meras palabras en el diccionario político de un Estado comunista. Kelsen, por ejemplo, que también obtuvo su fama de jurista del siglo, en el ambiente alemán, había mostrado magistralmente la misma verdad.

Es por eso que nosotros los croatas formulamos nuestro reconocimiento y gratitud tanto a las autoridades oficiales, como también a la opinión pública y la oposición política al Gobierno actual alemán. Debemos un agradecimiento especial al episcopado de aquel país que, por intermedio de su presidente, el cardenal Joseph Hoeffner, hizo una seria admonición al Gobierno y al pueblo alemanes para que no cometiesen tan grave error con que pondrían las vidas humanas de los acusados entregándolas a un Estado totalitario y comunista como lo es Yugoslavia. Un elogio especial mereció este paso del episcopado por parte del "Frankfurter Allgemeine Zeitung" en el momento del más virulento embate acerca de la suerte de nuestros compatriotas. "La preocupación especial a que se siente obligada la Iglesia Católica en el caso de Croacia, la ha movido a advertir con énfasis al Estado acerca de sus obligaciones de un Estado de derecho y nada más", dice el distinguido diario de gran difusión.

Muchos otros periódicos, la televisión y los periodistas alemanes —H. P. Rullmann especialmente--- se han destacado defendiendo la justicia del caso croata, sin negar tampoco voces contrarias, lo que es del todo comprensible en un país democrático, libre y de un pluralismo político sin trabas.

Perduran denigraciones

No obstante todo, esto, hay círculos en el mundo, también fuera de los confines de Alemania, que siguen con su campaña difamatoria contra los croatas y contra Croacia. Lo hacen a pesar de la existencia indiscutible de los fallos judiciales en el sentido contrario y en los casos más conocidos como son justamente este caso de los "terroristas" en Alemania o el del secuestro de un avión norteamericano en 1976.

En este caso que mencionamos en segundo lugar, el juez norteamericano, el señor John Berthels, antes de pronunciar el fallo contra sus protagonistas, dijo entre otras cosas: "...Sería injusto y deshonesto, si yo no dijera ante todo que no los considero (mencionó luego los nombres de los acusados individualmente) como criminales de guerra ni como terroristas...", porque "se trata de una protesta humana contra el tratamiento tiránico e inhumano de los croatas por parte de Belgrado... los castigos que serán proclamados... son por la lesión a las leyes de este país y no porque los acusados luchan por la independencia croata, la que es considerada noble y sublime por parte de este Tribunal...". Y mientras dicho tribunal norteamericano aplicó castigos de extremo rigor salvando, por lo menos formalmente, el honor de aquellos jóvenes, lo que constituye una grave contradicción que no podemos discutir aquí (*), las autoridades alemanas sin más, reconociendo la justicia, liberaron a nuestros compatriotas.

¿Cómo, pues, explicar que hay periódicos y periodistas de gran seriedad por lo general, que continúan acusando a los croatas de terroristas, destacando sus acusaciones en los lugares más visibles apenas algunos de ellos dé el signo de protesta por la opresión comunista y extranjera en su pais, interpretando su acto como criminal y, cuando ias autoridades competentes y directamente interesadas desmienten dichas denigraciones, los mismos periódicos y periodistas hacer oídas sordos? Simplemente pasan por alto el caso y lo cubren con un silencio incomprensible. Tal es así, como si la sensación y el deseo de hacer el mal a su prójimo fuesen la norma de ciertos órganos de información y no la búsqueda de la verdad, el respeto y el amor para con el mismo.

¿Cómo pues explicar el fenómeno? ¿No se trata de un oportunismo político pragmático? ¿De un maquiavelismo de nuestros días? Muy probable. Y lo hacen hombres y periódicos que diariamente formulan lamentaciones sobre la crisis de la civilización, buscando afanosamente la salida de la misma. ¿Cómo encontrarla, si se adopta la postura contraria a la que se busca? ¿Vale la pena citar la opinión de un autor que alguien podría considerar anticuado? A. Comte decía, enfrentado un fenómeno semejante de su tiempo: "Todo intento de ordenar las instituciones me parece como cómico, pues mientras no surja ninguna nueva organización espiritual de la sociedad, no avanzaremos mucho". Si el autor parece anticuado ¿vale lo mismo para su idea?

No recurrimos esta vez a los pensadores cristianos, para que no se nos diga que repetimos en forma estereotipica ideas que defienden posiciones harto conocidas. En lugar de esto, invocamos opiniones de dos sabios judíos.

Así, por ejemplo, Martín Buber opina de que los que no aceptan una evaluación de la historia y del acontecer histórico desde un punto espiritual, nada podrán inventar que podría solucionar la crisis en que se halla el mundo actual. Los que renuncian a la evaluación espiritual de la historia, renuncian al espíritu y se someten a lo que impone ciegamente el "espíritu de la historia", que se identifica con los hechos que nos oprimen y agobian sin preguntar, si hay un otro criterio que no sea el conformismo con los mismos. Luego dice textualmente: "Aquel que se somete a su imperio (espíritu histórico), es pues el verdadero representante del espíritu; y quien viene con críticas y exigencias es atrapado por las redes de la locura y la insolencia al creer que hay algo superior a la fuerza de la "Historia". El poder usa esta demostración aún en el caso en que el mismo nació mediante la fuerza del espíritu, el espíritu crítico y la exigencia revolucionaria: sólo éste es el espíritu de la verdad para los poderosos. Pero el que ahora se les rebela, el que critica y les viene con exigencias, es para ellos, el espíritu de la mentira, el que no tiene derecho a exigir y amonestar".

R. Aron, otro sabio judío, refiriéndose en su defensa de la "Europa Decadente" y al futuro de la misma y del mundo en general, nos imagina dos visiones: una optimista, pero falsa, y una pesimista, pero, a pesar de ser errónea, con mas probabilidad de su cumplimiento. Partiendo desde la posición santsimoniana de que el fin de este siglo y el siglo venidero pertenecerían a los productores y no a los generales y guerreros, la producción de tanques soviéticos no tiene ningún sentido. Los países industrializados con su potencial nuclear inutilizan la guerra, porque cualquier supuesto vencedor será sepultado bajo las propias ruinas. En consecuencia y según esta opinión optimista, que no es de R. Aron, el mundo occidental podría vender a Rusia usinas y máquinas, mientras ella misma podría abastecerlo con materia prima, inaugurando un mundo de cooperación y de paz en el progreso. Esta sería la opinión optimista. Pero Aron describe también la perspectiva pesimista. La ciencia y la técnica que seguramente cambian nuestra condición de vida "¿determinan también efectivamente la suerte de los Estados?". "Hoy como ayer, continúa el sabio, la virtud en el sentido maquiavelino, la capacidad de acción colectiva, la vitalidad histórica ¿no permanecen como causa última de la suerte de las naciones, de su ascenso o de su caída? De repente cambia la perspectiva". Esta es la visión pesimista.

Según Aron, el mundo occidental, bajo la presión del marxismo vulgar pierde confianza, en sí mismo y no responde de conformidad con sus principios al desafío de los acontecimientos actuales... "la democracia no tiene más que dos formas de suicidio: o entregar el poder a los que la destruirán, o bien violando el principio de su legitimidad; la crisis de civilización, o la invectiva contra la represión en una sociedad ante todo permisiva".

Confrontando la civilización occidental con el mundo comunista, Aron por su propia cuenta concluye: "La defensa (de la civilización occidental N.O.[1]) muy fácil, si se comparan libertades de un lado y del otro, pero la defensa lo mismo difícil, si nos preguntamos acerca de la virtud en el sentido maquiavélico de las sociedades que cuestionan la autoridad en la Iglesia, en la Universidad, en las empresas, incluso en el mismo ejército".

Pues bien, un maquiavelismo y un pragmatismo puros en una sociedad ante todo permisiva destruye a ella misma. La traición de sus principios de la libertad universal e indivisible, la obliga a buscar el subterfugio en el pragmatismo y de protección de los intereses sectoriales. Pero precisamente aquí, perdiendo fe en sí misma, debilitada por el falso "cientismo!" y el vulgar profetismo de cuño marxista, la civilización occidental sigue desconfiada con sí misma a pesar de su superioridad en todos los campos de creación-producción.

Aquí, posiblemente, podemos encontrar la comprensión imposible de la campaña denigratoria de la lucha nacional croata, pues la misma no deja de criticar, de protestar, de exigir y de rebelarse contra el "espíritu histórico" en el sentido como lo critica M. Buber. "Espíritu histórico" que nos encadena en pro de los intereses de los poderosos que encubren su falacia con un régimen jurídico internacional, con invocación a la colaboración y la paz internacionales, olvidando que este orden y su paz son el orden y la paz de cementerio. No sólo para nosotros, sino para otros millones y millones de la humanidad. Nos rebelamos y nos rebelaremos, pues sabemos así, como decía Camus, que no somos solos.

La reciente posición de Bonn hace patente la idea de que todavía vive el verdadero espíritu occidental, que hoy tiene el derecho de criticar, de exigir y de rebelarse contra cualquier política que hegemónicamente trata de identificarse con el "espíritu de la historia", de lo impuesto por la violencia y suprimir la libertad humana y de naciones.

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Y, para que no dure mucho nuestra alegría y para que se cumpla la ley de la naturaleza acerca de la inseparabilidad de los momentos luminosos y los oscuros de la vida, al terminar estas líneas hemos recibido la noticia de la violenta muerte en París de nuestro joven compatriota Bruno Bušić, uno de los croatas que figuraban en la lista de Belgrado para ser forzosamente devueltos a Yugoslavia y sometidos a la "justicia" totalitaria y hegemonista del ocupador servio que no conoce límites de su opresión y persecución de los croatas.


Los derechos del hombre en la Yugoslavia comunista

La tradicional tolerancia de Austria para con sus minorías nacionales culmina en el hecho de que no hubo un serio problema al respecto tanto en la primera como tampoco en la segunda República. En relación con la cuestión eslovena en Carinthia, Yugoslavia habla casi de una matanza de locos dirigida contra eslovenos. Para decir la verdad, algo parecido se ha comprobado realmente no en la Carinthia inferior sino en la resurgida "nueva Yugoslavia" de los años 1944/45 y después. Aquí una "Orden de Jajce", publicada en 21 de noviembre de 1944, que sacamos de la documentación oficial de la R. F. de Alemania, firmada por el comisario político de Tito - Moša Pijade:

"1) Todas las personas que viven en Yugoslavia y son de origen alemán pierden automáticamente la ciudadanía yugoslava junto con todos los derechos privados y públicos;

"2) La total posesión de bienes muebles o inmuebles (raíces) de las personas de origen alemán se consideran confiscados y pasan automáticamente en la propiedad de Estado;

"3) Las personas de origen alemán no pueden pedir o ejercer derecho alguno; no pueden presentarse ante el tribunal u otra institución para pedir la protección personal o jurídica".

Este Decreto fue el fundamento legal para una vasta exterminación de 300.000 personas de habla alemana, ciudadanos de Yugoslavia, quienes se quedaron allí después de la retirada de las tropas alemanas. En este infierno fueron incluidos otros 80.000 alemanes (y austriacos) más, quienes fueron degollados como prisioneros de guerra. ¿Teme, quizás Yugoslavia a una semejante solución del problema de las minorías en Austria? - Firmado: Josef Schörghofer, Salzburg, Insbrücker Bundesstrasse 22.

(Reproducimos esta nota de "Salzburger Nachrichten", del 23-IX-76, la que sirve como la ilustración del humanismo de Belgrado (Redac. de S. C.).


¿Yugoslavia? ¡para los servios sí, pero para los croatas no!

Ivan Babić

Mi ex colega del Estado Mayor del ejército yugoslavo, Miodrag Djordjević se refirió en el periódico Glas Kanadskih Srba (Vocero de los servios en Canadá) (Nos. 17 y 24 de marzo y del 1 de abril de 1977) a mi entrevista con un redactor de Nova Hrvatska (Nueva Croacia, periódico quincenal que se publica en Londres).

Luego el mismo señor publicó un artículo en dicho periódico servio (11, 18 y 14 de agosto de 1977) como réplica a mi reseña acerca de la misión que cumplí ante Ios Aliados en 1944 y que salió en el Simposio jubilar de la Revista Croata.

Sus ideas y argumentos en siete entregas consecutivas en GKS no aportan nada nuevo o diferente de lo que no se ha ya dicho en Ias periódicas polémicas croata-servias, de modo que no pienso referirme a ellas.

El tema principal pues de este articulo no es la respuesta a las afirmaciones - de mi interlocutor, sino la respuesta a una carta privada suya en la que me hizo varias preguntas que merecen ser contestadas. Lo merecen además por cuanto —habida la experiencia anterior— no se trata de conciernen el presente y el futuro de las relaciones croata-servias. La merecen además por cuanto —habida la experiencia anterior— no se trata de puntos de vistas personales de mi interlocutor, sino de un grupo de los servios exilados que se dicen demócratas y amigos de los croatas; se dicen servios de orientación yugoslava. De manera que todo lo que sigue no está destinado sólo a él sino a cuantos piensan como él o parecido como él.

El tono de mi interlocutor en su carta es medido, amistoso y, podría decirse, caballeresco. En cambio, el tono de sus artículos en GKS es acentuadamente anticroata, agrio, apasionado y a veces insultante en cuanto a mi persona, de manera que cuesta mucho no devolver con la misma vara. Cuanto más pienso en el tono, me convenzo que a veces es mejor replicar con la misma vehemencia y no con moderación. La contención suele considerarse debilidad. Lo mejor es seguir el viejo adagio servio: La limosna según el santo.

Antes de abordar el tema principal, conviene aclarar un asunto.

Mi ex-colega me llama insistentemente, en los títulos y en el texto, "Babić, el coronel de Pavelić". De acuerdo a su concepción bizantino-levantina eso acaso sea normal. Según esa forma de pensar cada uno sirve en primer lugar al jefe autócrata de Estado y a través de él y en la medida en que él se digne conceder, se sirve al Estado y al pueblo. Según su mentalidad el mismo no era un oficial del ejército yugoslavo sino un sirviente armado de Alejandro Karageorgević, luego del regicida Pera Živković, después del débil mental Bogoljub Jeftić, del especulador de bolsa Milan Stojadinović, del zíngaro de Niš (como lo llaman los servios) Dragiša Cvetković y por último durante pocos días del menor y mentalmente retardado (cfr. el Iibro de su educador Mr. Cecil Parrott) jovenzuelo, rey Pedro II, entronizado por una camarilla de conjurados, tomó el poder pisoteando la Constitución. Clara, según tal mentalidad, yo podia ser únicamente "el coronel de Pavelić", pues a su mente escapa la idea, por otro lado normal y lógica, que un croata (u otro cualquiera) puede servir a su pueblo, ser oficial del ejército en el que sirven los hijos del mismo pueblo al que el pertenece, prescindiendo del hecho si el jefe accidental del Estado es Ante Pavelić u otra persona.

Ahora paso al tema principal del presente artículo, es decir a las respuestas de las preguntas formuladas en su carta. Me apresuro a subrayar que mis respuestas serán sumarias, las que caben en el marco restringido de un artículo. El esclarecimiento total e íntegro de sus preguntas requeriría extensos estudios.

¿Yugoslavia o su repartición?

Su primera pregunta reza si yo "como hombre razonable e inteligente" no me doy cuenta que la división de Yugoslavia en varios Estados sería la solución peor que la situación actual.

Le contesto rotundamente que yo no lo veo así. Es correcta su opinión de que, dada la importancia geopolítica de ese territorio, cada uno de esos Estados pequeños se vería expuesto a presiones y maniobras de las grandes potencias. Desde luego, el mismo juego se da con la Yugoslavia no dividida, lo que continuará también en el futuro.

Ya muchos antes que yo —y no los ustashi, sino muchos extranjeros neutrales escribieron y comprobaron que Yugoslavia —desde sus orígenes— existe coma dictadura (o seudodictadura), bajo los regímenes que se mantienen en el poder únicamente al amparo de un aparato represivo —la policía o el ejército— en un permanente estado de guerra con todos los pueblos que la integran y además con los conflictos de tradiciones e intereses entre los mismos. Unicamente como tal podrá existir también en el futuro. No se puede imaginar Yugoslavia como Estado democrático y cuando mi ex-colega habla de la "Yugoslavia democrática", uno no sabe qué pensar: o se trata de un ciego político o intenta "engrupir" a alguien. Milovan Djilas escribió: "Yugoslavia es una comunidad de odio", para afirmar en otro lugar: "La Unión Soviética y Yugoslavia son dos Estados en los cuales no puede haber democracia". Lenin declaró: "No se justifica la existencia de Yugoslavia como Estado". La fuerza de resistencia de Yugoslavia ante las "presiones y maniobras de las grandes potencias" es igual a cero. Toda esperanza de que podría fortalecerse no pertenece al campo politico real sino a lo fantasioso.

En cambio, la fuerza opositora de cada Estado pequeño sería mayor que la resistencia de cualquier Yugoslavia.

Los croatas y los eslovenos que constituían el grueso del ejército austro-húngaro en el frente italiano en 1915-1918, aguantaron y rechazaron once ofensivas italianas, pues los empujaba la conciencia —y la fuerza moral que de ella deriva— de que en ese frente ellos no defendía al rey y al emperador de Viena, sino a su suelo natal contra el imperialismo italiano. Ellos ni otros pueblos quisieron defender a Yugoslavia, y nadie por ello debe asombrarse: Vasa Bogdanov, prestigioso historiador servio, contestando a Ricardo Simeon, escribió en 1939:

"El señor Simeon sostiene que los croatas prefieren ese Estado, con su sistema a la libertad propia y que ellos en caso de poder elegir, renunciarían a su libertad a favor del mantenimiento de ese Estado con su organización vigente".

"Pero eso no es verdad: La prioridad número uno del pueblo croata fue y sigue siendo la conquista de su libertad nacional (como en cualquier pueblo consciente) a la que no puede renunciar so pretexto que sea. Y particularmente no so pretexto de mantener un sistema y organización estatal que en la forma de un gobierno centralista, dictatorial y antipopular desde hace ya más de dos decenios oprime pesadamente a toda la nación croata...".

"Para que los croatas en las fronteras de este Estado pudieran combatir con sacrificio y heroismo, defendiendo «los intereses y Ios bienes comunes», es necesario que en ese Estado realicen sus propios intereses, que alcancen sus propios bienes... Y cuando el señor Simeon afirma que los croatas combatirán con abnegación y heroismo en las fronteras de este Estado, incluso antes de que se arreglen las relaciones croata-servias y prescindiendo de dicho arreglo, entonces él quiere confundir y falsear una de las verdades fundamentales y más decisivas del presente croata y servio..." [2].

Aquí Vasa Bogdanov previó proféticamente lo que iba a ocurrir dos años después. Reemplazando los términos "organización estatal" y parecidos con la palabra "Yugoslavia", sus ideas tienen la absoluta vigencia hoy en día, no sólo para los croatas sino para todos los pueblos de Yugoslavia.

Por otra parte el pueblo servio en las guerras balcánicas y en la Primera Guerra Mundial se portó heróicamente contra enemigos superiores, porque luchaba por un ideal concreto y muy querido: por su Servia. Las divisiones servias en la Segunda Guerra Mundial se desmoronaron como castillos de naipes y una de las causas principales (hubo otra también) fue que el soldado servio no tuvo ningún ideal por el cual Iuchar. Yugoslavia no es el ideal de nadie ni patria para nadie. Así los extranjeros pudieron emitir opiniones sumamente negativas:

"Sabíamos que el ejército yugoslavo no seria capaz de resistir a las fuerzas del Eje; pero esperábamos que el comando enemigo, sabiendo que la lucha estaba perdida, iba a tratar de emprender algunas acciones brillantes en nuestros puntos flojos, sea en los Alpes o en Albania, para morir con gloria [3].

— "Desde el punto de vista alemán, la conquista de Yugoslavia constituyó un desfile militar" [4].

"Las bajas alemanas en la guerra contra Yugoslavia fueron muy pocas: 151 muertos, 392 heridos y 15 desaparecidos. En su ataque a Belgrado el XLI Cuerpo Blindado tuvo como baja a un solo oficial, muerto por la bala de un civil emboscado" [5].

Miodrag Djordjević puede dudar de mi inteligencia y razón, pero esa es mi opinión; me atrevería a decir que es coincidente con la opinión de la mayoría abrumadora de los croatas, fuera y dentro de su patria. Por mi parte dudaría en cuanto al razonamiento y la inteligencia de quienes consideran que Yugoslavia para el futuro es la solución de los pueblos que la integran y un factor de orden, paz, estabilidad y equilibrio de las fuerzas entre los. bloques en esa región. Quienes entre los servios sustentan ese criterio, lo hacen por mero oportunismo, ya que Yugoslavia —a corto plazo constituye la mejor "solución" para los intereses servios tal como ellos los conciben. No tienen ganas para pensar en las consecuencias a largo plazo. Por el momento Yugoslavia les conviene y cuando lleguen las horas críticas, sálvese quien pueda. No les interesa cómo pasará esos trances el pueblo servio. Los círculos exteriores, que sostienen ideas parecidas —por lo menos por ahora— se defraudarán como se defraudaron los Aliados en 1941.

Toda política que en nuestra área persigue sinceramente la paz, debería procurar que los pueblos que la habitan se constituyan en sus Estados nacionales: independientes. Recién entonces —demarcadas las fronteras y saldadas las cuentas— sería viable la colaboración y la paz.

En su segunda pregunta, M.D. afirma que la mezcla de población entre los servios y los croatas (yo agregaría también entre los servios y otros pueblos) dificulta la demarcación de las fronteras de acuerdo al neto criterio nacional.. Luego agrega que las minorías nacionales se convertirán en la manzana de discordia entre nasotros, "sobre todo después de lo que pasó en el Estado Independiente de Croacia".

Ese argumento de "la mezcla de la población", luego la presunta "amenaza" para los servios que quedarían fuera del poder directo de Belgrado y luego la concepción específica servia del principio de "la autodeterminación de los pueblos". conforman una trilogía —una especie de la Santa Trinidad política servia— con la cual la propaganda servia fuera y dentro del país defiende desesperadamente la existencia de Yugoslavia, confunde y deforma la realidad e impide toda discusión realista para solucionar los problemas existentes entre los pueblos de esa área. Vale la pena pues analizar cada uno de los componentes de esa "Santa Trinidad".

Mezcla de la población

Es correcto el aserto de M. D. de que la mezcla de la población croata y servia dificulta trazar fronteras sobre una base netamente nacional.

Quisiera recordar a todos que se aferran a esa "dificultad" que ese inconveniente se da también entre otros pueblos y en otras áreas. Se da entre los turcos y los:búlgaros, entre los búlgaros y los rumanos, entre los búlgaros y los griegos; entre Ios macedonios y los griegos, entre los servios y los búlgaros, entre las servios. y los macedonios (que no son los servios meridionales); entre los servios y los albaneses, entre los servios y los rumanos, entre los. servios y los húngaros, entre los húngaros y los rumanos, entre los húngaros y los eslovacos, entre los húngaros y los austríacos, etc: Todo eso no fue impedimento para la constitución de Estados nacionales, donde todavía hoy conviven varias minorías nacionales. Que las relaciones del pueblo estatal (mayoritario) con las minorias nacionales se conviertan o no en la "manzana de discordia" depende por un lado de la madurez y la comprensión de pueblo estatal y por el otro de la conducta de las minorías nacionales ante el Estado en el que viven.

Si miramos a nuestro alrededor vemos que las relaciones entre varios pueblos resultan peores precisamente en la Yugoslavia multinacional. En otras partes son mejores y más tolerantes. Pueden surgir tensiones y malentendidos sobre distintos problemas, pero en ninguna parte amenazan la existencia misma del Estado; no constituyen el problema "to be or not to be" como en Yugoslavia y en forma permanente. Eso podría comprobarse analizando las relaciones entre el pueblo estatal (mayoritario) y las minorías nacionales en cada país, comparándolas con las vigentes en Yugoslavia.

Los servios amenazados por los croatas

Utilizando los términos "Ia manzana de la discordia" y sobre todo "después de lo que pasó en el Estado Independiente de Croacia", M. D. plantea el tan trillado problema de que los servios están amenazados por los croatas; falso slogan con el cual la propaganda servia crea su capital politico. Dicho de paso, esa propaganda también opera con el slogan de la amenaza proveniente d'é los skipetaros (albaneses) sanguinarios, de los "búlgaros voraces" y de "los húngaros negro-amarillos" Pero, limitémonos a la "amenaza" que generan los croatas:

El subrayar especialmente "lo que ocurrió en el Estado Independiente de Croacia" (en adelante abreviado: EIC) "se basa en la falsa premisa de que las tensas relaciones croata-servias empiezan recién en 1941, como si eso fuese el único episodio "y el único criterio con respecto a esas relaciones y como si con anterioridad al año 1941 nada hubiera ocurrido que influyó en dichas relaciones. El complejo problema de las relaciones croata-servias, que extrae sus 'hondas raíces' y causas de la historia, mucho antes del año 1941 y EIC, se circunscribe de ese modo al corto período 1941-45 y en ese período se enfoca sólo al Estado Independiente de Croacia, "el así llamado" o "monstruoso" EIC, a los ustashi y sus "bestialidades" y se presenta a los servios como víctimas inocentes de los ustashi. Si algún croata, se refiere a su aspiración a constituir un Estado independiente, automaticamente se lo tilda de "ustasha", "chovinista" o "extremista", que se trata de la "megalomanía croata" y de la "amenaza" contra los servios.

A todos que quieren plantear ese problema en un marco tan estrecho debemos recordar que dicho problema se remonta a siglos atrás. Primero a la monarquía austro-húngara, cuando en la segunda mitad del siglo XIX existió también Servia que influyó en esas relaciones. Luego a la Yugoslavia monárquica y por último al EIC. La conducta de los croatas para con los servios debe ser evaluada en ese marco tan amplio y no separar únicamente el período del EIC y ponerlo como ejemplo. Pero si analizamos y ponderamos esas relaciones en su conjunto. entonces podré afirmar con lo que seguramente no se pondrán de acuerdo M.D. y quienes comparten sus opiniones, o sea que nunca en los periodos anteriores los servios se sintieron amenazados por los croatas y que el status de la minoría servia en el futuro Estado de Croacia seguramente será más favorable que el status de las minorías no servias en el Estado servio.

Veamos cada período.

La minoría servia convivía con los croatas en la monarquía de los Habsburgos a lo largo de los siglos, progresando económica, cultural y religiosamente, sin que los croatas lo impidiesen. El nacionalismo servio avanzó paralelamente con el croata, y en su fase inicial incluso más rápido. Aqui no me detendré en el hecho que la mayoría de los ortodoxos, establecidos en Croacia y Bosnia - Herzegovina. no era de origen servio, sino que tomo como hecho que ellos —por lo menos desde fines del siglo XIX— nacionalmente se sienten servios. Huelga destacar aquí que los croatas poseían en la monarquía danubiana los atributos de un Estado y por esa razón pudieron impedir el desarrollo de las servios o "amenazarlos" para usar el slogan de la propaganda servia. Para que ello no pareciera una expresión de la megalomania croata, lo corroboraré con la opinión del servio Svetozar Pribićević, sin cuya actuación acaso no se habría sido formado el Estado de Yugoslavia nunca, escribe:

"En 1102 el Estado croata formó una comunidad con Hungría. El rey húngaro fue a la vez el rey croata. El ban (virrey) croata fue el lugarteniente del rey en Croacia y comandante de las fuerzas armadas. De allí el dicho croata: Para los croatas el ban es rey ... En 1868 Croacia concertó con Hungría un acuerdo bilateral, modificable únicamente con el consentimiento simultáneo del parlamento magiar y del Sabor (parlamento) croata. El ban llegó a ser el jefe del gobierno autónomo croata, que gobernaba soberanamente en los asuntos de la administración interna, de educación, en el ámbito judicial y económico... El ban era responsable ante el Sabor croata que promulgaba y aprobaba las leyes referidas a los asuntos indicados precedentemeate. Si seguimos el criterio del conocido catedrático francés del derecho constitucional, señor Hauriou, quien ve la característica esencial en el poder legislativo, Croacia después de 1868 poseía todos los atributos de un Estado" [6].

En otro lugar le mismo autor escribe:

"Croacia existe como Estado desde hace mil años; los atributos de esa soberanía los conservó en mayor o menor grado en Austria-Hungría y hoy los reclama de Servia que, sin excusa alguna, desempeña un papel hegemónico en la vida de Yugoslavia, más que Prusia en Alemania" [7].

Nikola Pašić, desprovisto de cualquier miramiento en cuanto a los croatas, en su carta al Presidente del Consejo Nacional en Zagreb, doctor A. Korošec, manifiesta :

"... En nombre del gobierno real servio tengo el honor de informarle que este gobierno reconoce al Consejo Nacional en Zagreb como un gobierno legítimo de los servios, croatas y eslovenos que habitan en el territorio de la monarquía austro-húngara, y que hoy he dirigido una nota a los gobiernos de Francia, Inglaterra, Italia y Estados Unidos de Norteamérica solicitando que ellos también otorguen su reconocimiento del Consejo Nacional de Zagreb como gobierno legítimo de las áreas de la ex monarquía de Austria-Hungría... [8].

El prof. Slobodan Jovanović, a quien, supongo, ningún servio negará la autoridad en la materia dei derecho constitucional, opina:

"A lo largo de los siglos Croacia vivía una vida independiente. Los vínculos existentes hasta el derrumbe de la monarquía austro-húngara entre los croatas y Austria-Hungría, podían menguar la independencia de Croacia pero no anularla. Desintegrada Austria-Hungría, esos vínculos fueron rescindidos y Croacia en virtud de sus indiscutibles derechos históricas apareció como un Estado totalmente independiente" [9].

La situación de los servios en ese Estado croata la describiré transcribiendo nuevamente las palabras del servio Pribićević:

"Pese a la rivalidad entre los croatas y los servios, que existían antes de la guerra en Croacia y Eslavonia, los croatas cuidaban rigurosa-mente para que se respete el principio de la igualdad de derechos en la administración del país, pese al hecho de que ellos tenían el poder en sus manos y numéricamente representaban las tres cuartas partes de la población y de acuerdo a la Ley Fundamental de 1868 fueron el único pueblo politico en Croacia. Así se respetaba la costumbre según la cual el jefe del departamento de los asuntos interiores (denominado vice-ban) siempre fue un servio. Los servios ocupaban el puesto del presidente del Sabor (parlamento) croata yen línens generales,. ocupaban los cargos máximos en todas las instancias judiciales y administrativas, en escala proporcional a su fuerza numérica. La idea de una comunidad tuvo pues su tradición".

Cuando se visualiza retrospectivamente la situación de preguerra en Austria-Hungría, y especialmente en Croacia, debe reconocerse que allí nuestro pueblo vivía en libertad bastante grande. Por ello debe comprenderse el sentimiento de desagrado que se exterioriza en Croacia ante las declaraciones, provenientes de Servia : Nosotros os hemos liberado"[10].

Vale la pena subrayar el hecho de que "la idea de la. comunidad" en la conducta de los croatas no fue afectada ni en los períodos cuando loa dirigentes servios en las áreas croatas llevaban una política anticroata, como por ejemplo durante el gobierno de Khuen Hedervary, los compromisos con los autonomistas italianos de Dalmacia y las complacencias anticroatas con Kallay en Bosnia - Herzegovina.

En contraste con esta "idea de la comunidad, que tuvo su tradición" en Croacia, según lo destaca el servio Pribićević", el Estado servio del siglo XIX se desarrolló —como todos los Estados ortodoxos-- conforme a las tradiciones del Bizancio. Ser heredero del Bizancio fue el ideal de todos los Estados ortodoxos y de allí que en su esencia son imperialistas.

El principio fundamental de su política exterior consiste en el sometimiento y luego la asimilación: nacional o el exterminio físico de los vecinos sojuzgados para asegurarse el monopolio del poder como en el Bizancio. Esa es una de las razones porque esos Estados quedaron económica y culturalmente atrasados, por cuanto todas las energías se consumían para la conquista y la extensión del poder, de modo que no quedaba ni fuerza ni gana para un ordenamiento interno del Estado en procura del bienestar de las masas populares.

De esa manera el fenómeno de la intolerancia nacional frente a los pueblos no servios bajo el dominio servio y la tendencia de servizarlos o exterininarlos (o por lo menos intentarlo) fueron los componentes permanentes de la práctica política servia, desde la masacre de los residentes musulmanes y` la demolición de la última mezquita en Servia, el exterminio de los fieles islámicos en Montenegro, el intento de la servización compulsiva de los macedonios y el programa de Protić y Drašković para solucionar le problema de los "turcos" en Bosnia, Herzegovina y Sandžak, etc.

Cuando toda la prensa servia, tanto la de los exilados como en Yugoslavia, dirigida por la policia secreta politica (UDBA), con fuerzas unidas ataca al Estado Independiente de Croacia como un Estado terrorista (menos por ser pretendidamente terrorista y mas por ser croata), entonces uno no puede evitar no subrayar que toda la historia de Servia de. los siglos XIX y XX es inseparable del terrorismo: El terrorismo fue practicado por los gobiernos y autoridades regulares servias sea por via directa o por intermedio de las organizaciones formadas ad hoc. Lo practicaron las camarillas de conjurados, el ejército e individuos "nacionales". Se aplicó contra los no-servios y contra los servios en su condición de adversarios politicos. Se practico también en forma de genocidios ejecutados o intentados o malogrados. Se practicó contra los propios monarcas y gobernantes.

"Karadjordje regresó a Servia y Miloš Obilić mandó asesinarlo mientras dormia"[11].

"Cuando pensamos en ello (el proceder de Alejandro para con su hermano Jorge, nota del autor), por qué han de asombrarnos las atrocidades que hallamos en la historia de los monarcas servios en el Medioevo. El rey Milutin (santo) vació los ojos de su hijo Stevan, luego rey. Cuando subió al trono su hijo Dušan lo destronó y mandó asfixiarlo. La historia de los monarcas servios de la época moderna desde 1804 hasta 1918, no es más humana"[12].

"Nosotros los servios gustamos destacar que somos un pueblo «imperial». Cuánto ello es verdad lo testimonian los datos siguientes: En 117 años de diez monarcas dejamos que uno sólo muriera en su casa, el rey Pedro I. Salvo el rey Alejandro, asesinado por los ustashi, nosotros matamos a cuatro y a otros tantos los expulsamos. Quienes hemos leído la historia servia sabemos que, desde Karadjordje y Miloš, el mazo fue un intrumento característico de la diplomacia servia y en Montenegro los palos toscos estaban activos durante quinientos años"[13].

La intolerancia para con los servios y el terrorismo como el arma política de EIC no fue ninguna idea típica ustashi, sino mera imitación de esa política servia. Pero sobre ese tema hablaremos más tarde.

Con la mentalidad semejante y la práctica política, es decir con la tradición de la idea de comunidad de los croatas y los métodos bizantinos de recurrir a la violencia en Servia, se empezó a convivir en Yugoslavia y así se inauguró un nuevo período de las relaciones croata-servias. Mientras que en el primer período —anterior a la Primera Guerra Mundial—los croatas tenían la posibilidad de "amenazar" a los servios, en el período yugoslavo el papel principal lo desempeñaba Servia.

Yugoslavia en general fue creada con falsos supuestos. La responsabilidad de ello recae, mayormente, en un grupo minoritario de intelectuales croatas inspirados por los supuestos románticos, pero equivocados de que los eslavos meridionales eran "tribus" de un mismo pueblo y que esas tribus, conviviendo en una comunidad estatal, iban a amalgamarse en un pueblo integrado. También los guió la idea de que los croatas (acosados por el imperialismo italiano y húngaro) y los eslovenos (expuestos al imperialisemo germano e italiano), unificados con sus "connacionales" servios en un Estado democrático, libre e igualitario para todas las "tribus", iban a ser más fuertes en su resistencia a los enemigos externos. Todos esos creadores de Yugoslavia: Trumbić, Meštrović, Pavelić (dentista), Ostović, Kljaković y el mismo servio S. Pribićević, se darán cuenta luego de su error y la falsedad de ambas premisas. No es fácil imaginarnos qué proceso psíquico se desarrollaba en el espíritu de Pribićević - servio, imbuido de ideas granservias, paladín del unitarismo como presupuesto para "unidad nacional", perseguidor de los croatas, oponentes a tal "unidad"— cuando tuvo que admitir ante sí y ante el mundo entero que la idea de la unión estaba comprometida y que sus ideas sobre la democracia y la libertad que Servia iba a traer a todos fue una ilusión.

"Servia en ese período (después de la llegada al trono de los Karageorgević, nota del autor) actuó como un magneto. Nosotros observamos las cosas desde afuera. No hemos ponderado hasta el fondo esas libertades, nuestras ideas sobre el particular fueron superficiales"[14].

Sea como sea Yugoslavia fue creada sin el consentimiento de sus pueblos, particularmente sin el consentimiento de los croatas. Sobre ese tema podemos teoretizar de una u otra manera y aquí se reproduce la opinión de uno de sus principales artífices, Sv. Pribićević:

"Fue un error político y constitucional que las decisiones atinentes a la unión, adoptadas en Belgrado por la delegación del Consejo Nacional en consonancia con los representantes del gobierno y partidos servios, no hayan sido sometidas, previamente su proclamación, a la sesión plenaria del Consejo Nacional, el único con la facultad para aceptarlas en forma definitiva. Lealmente reconozco mi papel en ese error fatal"[15].

"Declaro que se cometió un gran error, es decir que con motivo de la votación por la Constitución en 1921, no nos hemos atenido estrictamente a las condiciones que el Sabor Croata había exigido para ese caso"[16].

Frente a esas ideas en parte románticas y en parte oportunistas de los intelectuales croatas y eslovenos, Pašić y los círculos gobernantes servios tuvieron puntos de vista claros, precisas y muy realistas. Veían en Yugoslavia la Gran Servia que jamás pudieron soñar y para asegurar en ella su poder, desde el comienzo planificaron para construirla en esa dirección, transfiriendo a ella la práctica política servia. Abrazaron la idea yugoslava sólo en forma, como un disfraz y en la práctica la negaban. Relatando sus conversaciones con Pašić, el Dr. Ivan Ribar acota:

"Con ese nombre (es decir el Reino de los Servios, Croatas y Eslovemos y no Yugoslavia, nota del autor) excluyó hasta la idea de que en el nuevo Estado viven también los macedonios y los montenegrinos, que existe una unidad peculiar que se llama Bosnia-Herzegovina, pues sentía que bajo la denominación de Yugoslavia podrian vivir y subsistir. Consideraba que Macedonia era la Servia meridional y Voivodina septentrional, ambas en la unidad geográfica y nacional con Bosnia y Herzegovina, sumando Montenegro en el cuerpo de una Gran Servia unificada"[17].

En el marco de esa política con un plumazo fueron abolidas la nación macedonia y montenegrina y denegada su individualidad nacional. En Macedonia hasta los apellidos fueron compulsivamente servizados, agregándoseles el sufijo "ich". Fue implantado el régimen de terror y Macedonia en virtud de la Ley sobre la organización del ejército y la marina fue declarada hasta 1928 zona de condiciones agravadas y peligrosas, de modo que a los oficiales y suboficiales en servicio en dicha zona fue asignado un adicional al sueldo y cada año de servicio se computaba como dos años para la jubilación, como suele hacerse en los años de guerra. En Montenegro hasta 1923 se libró una verdadera guerra civil contra los nacionalistas montenegrinos, sucediéndose también después frecuentes y sangrientos conflictos. En el mensual Zavičaj del 29/4/1962 (editado en New Hollywood, California) en el artículo titulado "Djubergraberi", se citan hasta 110 casos de bestialidades, violencias, torturas y asesinatos, cometidos hasta 1938 por los hegemonistas servios contra la población de Montenegro, consignando en la mayoría de los casos fechas, lugares y nombres de las víctimas y de sus victimarios.

Para masacrar a los albaneses fue provocada la llamada rebelión albanesa, en la que —en mera lucha defensiva por la vida y supervivencia— fueron matados alrededor de 100:000 entre hombres, mujeres y niños y este genocidio fue detenido gracias a la intervención internacional.

Los turcos radicados en Macedonia y Kosovo fueron obligados a emigrar a Turquía.

De ese modo decretando que los macedonios, montenegrinos y los demás ortodoxos (los válacos rumanos y los gitanos) son servios y reduciendo el número de los albaneses y turcos, fue creada artificialmente la nación servia, numéricamente importante, cuyos dirigentes asumieron el papel principal y prácticamente monopólico en la vida del nuevo Estado.

Dado este marco general, pasemos a la situación de los croatas. Los croatas eran un hueso duro de roer para aplicar a ellos los métodos directos de aniquilación. Contra ellos se libró la lucha con métodos más sutiles, siguiendo las ideas expuestas en Srpski Književni Glasnik - Gaceta Literaria Servia) de 1902, donde se declaró la guerra a los croatas hasta "el exterminio vuestro o nuestro". Como una prueba drástica de esos planes puede servir el mapa, confeccionado en base al texto de la carta de Pašić del 21/9/1914 al entonces embajador servio en Petrogrado, Miroslav Spalajković, completada por el telegrama del 3/10/1914. [Ver el mapa Nro. 1] [18].

Es importante declarar que entre los círculos dirigentes servios esa idea nunca fue olvidada. No fue sólo una idea del pasado sino del presente y del futuro.

Como una de las pruebas típicas sirva el plan dei rey Alejandro para la "amputación" de Croacia en 1929[19] y la concepción de Draža Mihailović sobre la organización de Yugoslavia después de la Segunda Guerra Mundial[20]. Sobre el último plan hablaremos después. Para que no se concretasen esos planes se debe, por un lado, a que Pašić y la camarilla belgradense sobreestimaron las posibilidades de los servios y por el otro, subestimaron el poder de resistencia de los croatas.

Comparando la situación imperante en el nuevo Estado con la de Austria-Hungria, Pribićević escribe:

"En Servia pensaban que los sureslavos en Austria-Hungría eran rayeh, como lo eran los eslavos en Turquía y que era necesario liberarlos. Pero cuando se habla con objetividad, es necesario constatar que los sur-eslavos en Austria-Hungria antes de la guerra gozaban de más libertades políticas que en su nuevo Estado yugoslavo y eso con anterioridad a la dictadura; pues después de la implantación de la dictadura rige en Yugoslavia tal esclavitud que peor no es dable imaginar".

"Los yugoslavos en Austria-Hungría no poseían su propio Estado nacional... Pero el orden jurídico, la seguridad y las libertades políticas eran garantizadas en mayor grado que en Yugoslavia".

"¿Fraude electoral? Eso en la Croacia de la preguerra era imposible...".

"Despidos, cesantías, traslados o jubilaciones forzosas de empleados a causa de sus convicciones políticas o filiación partidaria? En Croacia, Eslavonia, Dalmacia y Eslovenia antes de la guerra casos de esa naturaleza eran muy raros.

"Las torturas en las cárceles y empalamientos que se practican en Yugoslavia como parte normal del procedimiento de investigación, para la vergüenza de la civilización del siglo XX, fueron absolutamente imposibles en las áreas sureslavas de Austria-Hungría... El principio de respeto de la dignidad humana regía soberanamente. En Yugoslavia la persona es considerada una hormiga o gusano que cualquier representante del gobierno puede pisotear sin responsabilidad ni conciencia"[21].

"Por supuesto en ese tiempo (se refiere al periodo de las actividades encaminadas a destruir a Austria-Hungría) nadie pudo imaginar que los Estados herederos, salvo Checo-Eslovaquia y Austria, implantarían regímenes que por su carácter reaccionario iban a superar y por mucho el que imperaba en Austria-Hungría. El record reaccionario lo alcanzó Yugoslavia, donde toda crítica del estado de cosa actual, hasta la más moderada, expresada ante varias personas (pues en la prensa no se puede decir nada) se castiga según la ley penal y sanciona con atentado contra la seguridad del Estado... Se puede decir con franqueza, sin pecar de exagerados, que hoy en Yugoslavia la situación referida a las libertades individuales de los súbditos (pues no hay ciudadanos) resulta peor que en Austria bajo el régimen absolutista de Bach después de la revolución húngara de 1848"[22].

Especialmente referido a la situación de los croatas se da el cuadro siguiente:

"Antes de la guerra el ban de Croacia era jefe del gobierno autónomo, responsable al Sabor (parlamento) croata. Según la constitución del rey Alejandro, ban era jefe de provincia —algo como jefe del departamento francés— designado y removido por el ministro del interior, facultado para anular o modificar toda decisión del ban"[23].

"Pero esa idea (yugoslava) es una máscara que encubre la política granservia o mejor dicho la politica de los servios de Servia. Por parte de los servicios hace falta tener valor moral para reconocer públicamente ese hecho y candenarlo. Todas las instituciones más importantes están en manos de los servios. No sólo el rey, el gobierno y los generales. el presunto Parlamento (asamblea y senado) sino también todos los cargos en la administración central. Así por ejemplo en la Ilamada Asamblea el 68% de los mandatos están en manos de los servios y el 54% en el Senado. En cuanto a los ministerios: en la Presidencia del gobierno trabajaba el 100% servios, en el Ministerio del Interior el 89, en el Ministerio de Educación el 96%; en la Oficina Central de Prensa el 78%, y en los bancos Hipotecarios y de la Nación el 98%. Si se toma en cuenta que los servios de la ex Austria-Hungría representan un pequeño porcentaje en dichas cifras, el cuadro se vuelve más claro aún[24].

"Los estudios de los economistas prueban que incluso en la esfera política la gente proveniente de la ex Austria-Hungría, tanto los servios como los croatas fueron postergados. De 656 ministros en 35 gobiernos desde 1920 hasta 1937 hubo 452 servios (entre ellos sólo 53 procedentes de Croacia) y sólo 137 croatas"[25].

"En la Yugoslavia actual la individualidad de los croatas está reducida a cera; está borrada"... Todo lo que lleva impronta croata está puesto fuera de la ley. De hecho, todo el pueblo croata está puesto fuera de la ley"[26].

Un extranjero, cuya posición es acusadamente antiustashi, evaluó la situación, después de la dictadura de Alejandro, en los siguientes términos:

"Otras medidas de la dictadura real reflejaron su verdadero propósito: la solución del problema croata en el sentido servio. En ello desempeñó papel especial la división administrativa del Estado, que reforzó las posiciones servias y debilitó las croatas. Los límites son trazados de modo que los servios que no alcanzan el 50% de la población total, obtuvieron la mayoría en las seis banovina (unidad administrativa) mientras que el espacio vital de los croatas quedó reducido a dos. La bandera y el himno croatas fueron prohibidos y la denominación del Estado fue cambiada en "El Reino de Yugoslavia", en la que los servios, al amparo de la dictadura, tenían todo el poder. Lo aprovecharon para presionar y terrorizar a la población no servia, especialmente a los croatas y macedonios, y para servizar al país en todos los ámbitos de la vida en una medida acelerada"[27].

Pero con semejantes procederes no se vieron afectados solamente los croatas. Tras el entusiasmo inicial a raíz de la unión can Servia incluso los servicios de Croacia experimentaron que estaban explotados por Belgrado y que no recibían ninguna recompensa por la ayuda que le prestaban. Nuevamente recurriré a las palabra de su principal representante, Sv. Pribićević:

"El centralismo y el unitarismo representan la forma de la organización estatal, que conviene particularmente a los intereses de Servia y posibilita su hegemonía y dominación sobre las demás regiones y pueblos, siendo eso netamente la concepción servia de la organización estatal"[28].

"Cuando se trataba de solucionar la crisis de Belgrado dije que no debemos olvidar que también los servios en distintas áreas se sienten humillados y pisoteados como los croatas ... El papel que los actuales partidos hegemónicos asignan a los servios fuera de Servia propiamente dicha ni mucho menos es un papel digno, pues quieren imponerles el papel de gendarmes, convocados para someter a los croatas e impedir su justificada lucha por la igualdad"[29].

"Después de la guerra Belgrado siempre solicitaba ayuda de los servias en Croacia, cuando supuestamente era preciso salvar la unidad amenazada del Estado, cuando había que combatir el separatismo croata. Pero cuando estimaba que le convenía pactar con los croatas, la Belgrado oficial, sin remordimiento ni vergüenza, sacrificaba a los servios de Croacia que de ese modo se convirtieron en agentes provocadores a los ojos de los croatas... Para la Belgrado oficial la idea nacional servia consistía en que todos los servios debían contribuir para su predominio..."[30].

Parece que M. Djordjević está obseso en su odio a todo lo que es croata o tiene razones que yo no alcanzo a comprender. El a sabiendas deforma y falsifica la realidad afirmando tontamente que los croatas en Yugoslavia no fueron amenazados ni sometidos y que por lo tanto no tendrían que temer nada en lo sucesivo.

Por último llegamos al tercer período de Ias relaciones croatas-servias (o sea el periodo del 1941-45, en que M. D. ve sólo a los ustashi y sus crímenes y nada más).

Se plantea el interrogante: ¿Cómo surgió el movimiento ustashi en lia vida política croata. que más bien se caracterizaba por su táctica legalista, formalista y jurídica en todos los problemas importantes e incluso frente a los servios, radicados en el espacio étnico croata? La respuesta no es complicada. El origen de ese movimimiento debe buscarse en los métodos de violencia y terror, en les métodos "`ustashi" que Belgrado aplicaba contra los croatas, antes de que se formara dicho movimiento. Los croatas habían llegado a la conclusión de que la camarilla de Belgrado está librando contra ellos una guerra de exterminio y una parte del pueblo croata sacó la conclusión lógica de que la condición elemental de la autodefensa, indispensable e inevitable, consiste en contestar al enemigo con los mismos métodos.

El movimiento ustashi no surgió pues de una propensión innata a la violencia y el terrorismo, sino es el fruto de la necesidad política. Su creador y el padre espiritual es la camarilla de Belgrado y el motivo inmediato la constitución de Vidovdan, Obznana (policía política) distintas organizaciones extremistas, el maltrato dada a los croatas, el atentado en el recinto del Parlamento de Belgrado, la dictadura de Alejandro. los asesinatos cometidos por los gendarmes en Sibinj, Gospić. Senj, Šibenik, Omiš, los atentados contra el Dr. Šufflay y Budak[31], la depredación de los chetniks, armados por el gobierno y el ejército, en las aldeas croatas y muchas cosas más. B. Radica en un artículo constató acertadamente: "Los croatas necesitaban el movimiento ustashi no sólo como autodefensa de la política granservia, sino también como rehabilitación que no se limitaban sólo al pacifismo estéril, a la resistencia pasiva, a las ideas de Tolstoi y por último a la dialéctica jurídica. Resulta significativo que a todos los servios los impresionó más ese movimiento que todas las tendencias pacifistas y la sabiduría jurídica". Pavelić fundó el movimiento ustashi recién al ser asesinado Radić en el Parlamento e implántase la dictadura de Alejandro. El mismo Pribićević dice de Pavelić que "antes de la dictadura la conducta de Pavelić fue moderada, sus discursos ,en el Parlamento no eran extremistas y no atrajo atención especial"[32].

También los extranjeros ven el origen del movimiento ustashi en los métodos violentos de Belgrado:

"Belgrado, junto con el pueblo servio gobernante, provocaron con esos métodos un verdadero complejo de odio, cuya consecuencia era el excesivo padecimiento de la población servia en Croacia después del restablecimiento del Estado Independiente de Croacia. Esos métodos favorecieron en Macedonia la organización de un movimiento revolucionario que propiciaba la unificación del área macedonia con Bulgaria. Belgrado pues originó indirectamente la radicalización de los círculos opositores y revolucionarios en su propio país, por ende a Pavelić y a sus seguidores"[33].

"Es la gran culpa histórica de la monarquía servia y del grupo dirigente que la conducía el haberse opuesto, con increíble prepotencia, a los sentimientos nacionales y a la historia milenaria de los croatas. En 1928 cayó Esteban Radić, durante una sesión del parlamento, blanco de las balas del diputado nacional Puniša. Raćić, de Montenegro, de ideología nacionalista-granservia. Los croatas nunca perdonaron a los servios el haber asesinado a su líder popular. La venganza de Radić se llamó Pavelić, Pocos días después de la muerte del gran líder campesino croata, un hombre joven, llamado Ante Pavelić, fundó el movimiento ustashi..."[34].

M. Djordjević dice que "Ios crímenes ustashi no pueden encubrirse, puesto que los archivos de los países beligerantes se abrieron", y que yo no podré "lavarlos".

Son muy escasos los grupos e individuos políticamente comprometidos entre los exiliados croatas que "esconden" los crímenes ustashi. La mayoría abrumadora reconoce objetivamente (allí me cuento yo también) que en el período de cuatro años —un tramo de tiempo mínimo si tomamos en cuenta la convivencia plurisecular entre los croatas y los servios— un grupo de los croatas exteriorizó la tendencia que puede calificarse "amenaza" contra los servios. Aquí cabe subrayar el hecho histórico, es decir que dicha tendencia no tenía precedente en la historia croata; que fue la idea de un hombre y un pequeño grupo —una especie de la camarilla croata— sin raíces en las amplias capas del pueblo croata; que dicho personaje intentó realizar sus propósitos en los tiempos de guerra, cuando las crueldades no son una excepción; que esa política fue mera imitación —políticamente errada y moralmente injustificada— de los métodos tradicionales de Servia (y de otros países balcánicos), por lo tanto era algo opuesto a los métodos políticos croatas habituales y de muy corta duración, mientras que el amenazar a sus vecinos era la política permanente de Servia en la guerra y en la paz durante un largo período histórico.

Lo que M. Djordjević llama "lavado" no quiere decir la defensa de la política ustashi sino la actitud de autodefensa de todos los croatas con el propósito lógico y natural de rechazar y rectificar la falsificación de la realidad del periodo 1941-45. Se pone en claro la astuta táctica servia que elude el análisis y esclarecimiento de las causas que generaron la condición psicológica de radicalización de ciertos círculos croatas y favorecieron las tendencias a reacciones excesivas. Se combate, además la tendencia a atribuir todo al pueblo croata como conjunto, y no sólo a un pequeño grupo de ese pueblo. Luego se combate la exageración tendenciosa en cuanto a las cifras de las víctimas servias, llevándolas a millones, e imputándolas a todos los ustashi (es decir a los croatas como totalidad), silenciando el hecho de que muchas víctimas cayeron de ia mano no croata y en buena parte de la mano servia. Por último se combate la táctica de atribuir todos los males, acaecidos en Yugoslavia durante ese período, sólo a los ustashi y a la vez otra táctica, consistente en silenciar hasta lo ridículo las bestialidades comprobadas, cometidas contra la población croata, tanto católica como musulmana, exclusivamente por los chetniks (guerrilleros nacionalistas servios) (para que la ironía y la hipocresía fueron mayores bajo el sonoro nombre de "El ejército yugoslavo en la Patria") y mayormente por los partisanos servios (guerrilleros comunistas). En eso pues consiste mi lavado".

Ahora bien; los archivos de las naciones beligerantes, que menciona M. D., contienen también otros datos que él silencia. En ellos se puede hallar muchísimos datos concretos y documentos, relacionados con los crímenes de los chetniks servios y de las atrocidades cometidas contra los croatas católicos y musulmanes que sirvieron para publicar varios estudios y libros documentados en todos los idiomas principales.

Esos datos documentados, donde M.D. encuentra únicamente los crímenes ustashi, demuestran:

— Primero, que las bestialidades de los chetniks no fueron sólo la reacción de autodefensa contra las violencias ustashi, sino que fueron perpetradas también en las áreas donde no había ustashi y en los períodos cuando los ustashi no las cometían.

— Segundo, esas crueldades no fueron cometidas en forma casual o transitoria, en circunstancias bélicas excepcionales, sino que constituían la parte integrante del programa a largo plazo de la política servia de exterminio de los no servios —culpables o inocentes— en el espacio que el imperialismo granservio considera como Gran Servia.

El primer documento conocido de los tiempos de guerra, en el cual fueron expuestos los objetivos a largo plazo de la expansión granservia —y al mismo tiempo el peligro y la "amenaza" contra los vecinos servios—fue el Memorándum que el Comité Chetnik de Belgrado, en colaboración con la Iglesia Ortodoxa Servia, elaboró en el verano de 1941 y lo entregó al gobierno yugoslavo exiliado el Dr. Miloš Sekulić en septiembre del mismo año.

Para realizar una Gran Servia nacionalmente homogénea se prevé en dicho documento la expulsión de su territorio de 2.675.000 personas, de esas cerca de 1.000.000 croatas y cerca de 500.-000 alemanes. Allí habría que radicar alrededor de 1.310.000 personas y entre ellas cerca de 200.000 servios, procedentes de Croacia. Alrededor de 200.000 croatas quedarían en Gran Servia. No hay cifras exactas en cuanto a los musulmanes, pero en un párrafo se sintetiza: "En la unidad servia los musulmanes constituyen un grave problema que debe solucionarse en esta fase" [en la guerra o inmediatamente después de la guerra][35].

En un sentido parecido formuló Draža Mihailović el objetivo a largo plazo del imperialismo servio en su carta, redactada en diciembre de 1941 a los jefes chetniks Lasić y Djurišić. La combinación de ambos planes consistía en el ensanchamiento de Yugoslavia y en el ordenamiento interno del Estado, "inspirado por la idea de la Gran Yugoslavia y por las pasiones servias más extremistas"[36].

Dada la importancia excepcional de este documento —y como advertencia a los croatas y a todos los vecinos de Servia— vale la pena reproducir sus puntos fundamentales:

"1. La lucha por la libertad de todos nuestros pueblos bajo la égida de Su Majestad el Rey Pedro;

2.           La creación de la Gran Servia, dentro de la Gran Yugoslavia, étnicamente pura, que incluirá a Servia, Montenegro, Bosnia, Herzegovina, Srijem, Banat y Bačka;

3.           La lucha por la anexión a nuestro Estado de todos los territorios eslavos bajo los italianos y alemanes (Trieste, Gorizia, Istria, Carintia);

4.           La eliminación del territorio estatal de todas las minorías y elementos anacionales;

5.           La creación de la frontera común entre Servia y Eslovenia, como asimimo entre Servia y Montenegro, expulsando del Sandiak a todos los musulmanes y de Bosnia-Herzegovina a todos los musulmanes y croatas;

6.           El castigo de todos los ustashi y de aquellos musulmanes que en estos momentos trágicos aniquilaban despiadadamente a nuestro pueblo;

7.           El castigo de quienes son culpables de la catástrofe de abril;

8.           Colonizar con los montenegrinos las zonas que quedarán limpias de las minorías y elementos anacionales"[37].

Dicho plan fue nuevamente discutido y aprobado en la conferencia de los Jóvenes Intelectuales Chetniks, en Šahovići, del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 1942, y aceptado casi sin modificaciones, con precisiones adicionales, de las cuales resultan sintomáticas las siguientes:

—El poder lo mantendrán las organizaciones de los chetniks —con el consentimiento de la corona— por un período lo suficientemente largo para llevar a cabo la renovación y la reorganización del país;

—La población de la Yugoslavia será integrada por los servios, croatas y eslovenos (lo que equivale negar la individualidad nacional a los macedonios y montenegrinos, N. del autor);

—La exclusión de las minorías nacionales[38].

En la misma conferencia se habló de la "dictadura chetnik en los Balcanes", que comprenderá "la mitad de Albania, la mitad de Hungría y Rumania hasta los yacimientos petroleros"[39].

En base a esas directivas de D. Mihailović fue elaborado el programa de acción para "La división chetnik dinárica" al mando del sacerdote ortodoxo (pope) Momčilo Djuić. Las directivas fundamentales del programa no se modificaron, sino que fueron introducidas ciertas disposiciones adecuadas a las circunstancias específicas en la Bosnia occidental, Dalmacia y Lika. Allí se dice:

`La división dinárica tiene puro carácter nacional (es decir chetnik, servio, N. del autor) ... debe ser integrada sólo por los servios como soldados, suboficiales y oficiales... para poder realizar la idea de una Gran Servia que abarcaría a Servia, Voivodina, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Dalmacia (hasta Šibenik) y Lika... En esa unidad servia concebida de ese modo puede vivir exclusivamente la población servia ortodoxa ...[40].

Idénticos objetivos e ideas se hallan resumidos en un Instructivo para la acción de los chetniks. publicado en diciembre de 1942. De acuerdo a las fuentes alemanas, el auter de dicho instructivo era Moljević, uno de los colaboradores más allegados de D. Mihailović. En ese Instructivo se expresa claramente que los chetniks consideran el terror en la guerra y por período indeterminado después de la guerra, parte integrante de sus acciones. En la parte que se refiere a las instrucciones para la actividad después de la guerra y en el capítulo intitulado: "El problema de la venganza", destacándose que la venganza es el deber sagrado del pueblo servio contra quienes le hiciron mal durante la guerra y la ocupación. Las principales víctimas de esa venganza deben ser los comunistas y los croatas. Estas instrucciones no establecen el número de los croatas que debe ser eliminado, pero ello se desprende en forma indirecta del siguiente pasaje:

"No hay que temer que la venganza llevada a cabo de ese modo (o sea, contra los ustashi y una parte de los intelectuales croatas, N. del eutor) no será completa en cuanto al número de los liquidados. Si no les habrá bastante, por lo menos habrá tantos seguidores de Frank e integrantes de una clase de inteligencia cuantos servios serán matados". Como los servios estiman que fueron asesinados de 600 a 800 mil, tantos croatas habría que matar después de la guerra[41].

Como conclusión sobre el problema de "los servios amenazados por parte de los croatas" sobra todo comentario. Los servios en el espacio étnico croata podrían considerarse "amenazados" únicamente en un breve período bélico y sólo por parte de un grupo, surgido como reacción contra los atropellos anticroatas en la Yugoslavia monárquica. Habida la experiencia histórica y tomando en consideración los planos concretos servios para el futuro, con pleno derecho podemos hablar de la amenaza —hasta del peligro del exterminio físico y genocidio— que pende sobre todos los no servios en el futuro Estado servio. "La manzana de la discordia" entre los servios y todos sus vecinos está allí y no entre los croatas.

Por último interesa formular la siguiente pregunta.

El objetivo político-estratégico de la política granservia fue la creación de una Gran Servia, nacional y religiosamente homogénea. La técnica utilizada en el pasado consistía en que ese objetivo fuese difundido entre los círculos muy íntimos y ante la opinión pública mundial ese objetivo debió encubrirse y disfrazarse con distintos lemas como ser "la liberación", "la unión de las tres tribus". "el pueblo yugoslavo unido" y parecidos, mientras que hoy, gobernando la camarilla roja, culmina en el slogan "la fraternidad y la unidad".

Uno se pregunta: ¿Por qué D. Mihailović y su grupo abandonó esa táctica, mostró sus cartas, hizo público su verdadero objetivo como asimismo los métodos terroristas para el exterminio de sus vecinos para alcanzar dicho fin?

Con gran margen de seguridad podemos contestar que la razón estriba en que D. Mihailović y su camarilla estaban seguros de que los Aliados iban a ganar la guerra también para las servios, como en 1918. Estaban seguros que entregarían el poder a Ios servios y les dejarían manos libres, para que se las arreglen según su voluntad y que diriman el conflicto con los croatas —según sus concepciones—, culpables por haber estado en el bando contrario. El relativo desinterés del Occidente, que toleró el abuso del poder por parte de los servios entre Ias dos guerras, les sirvió coma argumento que su libertad después de la victoria iba a ser irrestricta. Por ello creían que la táctica de ocultamiento de sus verdaderos objetivos estaba superada y que —dada la nueva situación— existe la necesidad táctica de proclamar públicamente esos fines y los métodos para su consecución e inyectarlos en el alma de sus adherentes para prepararlos psicológica y tácticamente para las empresas grandiosas durante y después de la guerra. La fe de que esa táctica era acortada. no los había abandonado ni cuando en el escenario aparecieron los soviéticos y cuando sus exponentes —los partisanos, guerrilleros comunistas— eran más fuertes que los chetniks, ode modo que la base para realizar sus fines estaba perdida.

Se equivocaron, pero... los croatas y todos los vecinos servios deben ser cautos y vigilantes. El objetivo no fue abandonado. Lo abrazó y trata de alcanzarlo la camarilla roja.

La autodeterminación

Ahora aparece para su análisis la tercera persona de la "santa trinidad" politica servia, a saber sus puntos de vista sobre el principio de la autodeterminación de los pueblos.

M. Djordjević dice que los servios tienen derecho a la autodeterminación en todas las zonas "en que habitan en densos establecimientos". Idéntico criteria sostiene la mayoría de los exiliados servios, según se colije de sus publicaciones.

Empero, ¿quién es servio? O mejor dicho: ¿a quién, ellos consideran servio?

Describiendo las condiciones en el campo de concentración en Osnabrück en 1941, Djordjević escribe:

"...Entre esas (es decir las minorías, N. del autor) deben contarse a quienes se declararon como pueblo «montenegrino», «bunjevaćki» y otros que, de hecho, como tales no existen".

"... Gran parte de los de Voivodina volvió a casa declarándose «bunjevci» y algunos húngaros. Además de los «bunjevci» aparecieron dos naciones más: los macedonios y los montenegrinos. Se anotaron unos 300, pero otros tantos no lo hicieron..."[42].

Con un plumazo Djordjević "autodetermina" a los macedonios, los montenegrinos y los bunjevci como servios, ya que ellos fuera de la nación servia "no existen". Con semejante "autodeterminación" queda resuelto el problema de la inclusión de Macedonia y Montenegro en la Gran Servia. No es el único en pensar así, pues lo acompaña la mayoría de los exiliados servios.

En Voivodina existe —si bien creada artificialmente— la mayoría servia del 55 %. Si por Servia optan también los bunjevci (que no pueden declararse croatas), esa mayoría aumenta. El problema de las minorías húngara, la alemana, la rumana, etc. —no se resuelve acatando el principio de autodeterminación. sino según los conceptos de D. Mihailović y de todas las camarillas debe resolverse mediante "la limpieza". De ese modo también Voivodina con semejante "autodeterminación" debería anexarse a la Gran Servia.

La minoría albanesa habita el espacio que era la cuna de la nación servia, donde se constituyó el Estado servio de los Nemanjić, donde tiene su sede el Patriarcado de Peć, el monasterio Dećani, Gračanica y el Campo de Kosovo, etc. Es verdad que ellos viven allí "en densos asentamientos", pero la teoría de la autodeterminación cede aquí lugar al "derecho histórico" de la nación servia. Por lo demás, siendo minoría nacional se les aplicará (como contra los turcos de esa zona) el concepto de "la limpieza".

De ese modo parece que el principio de la "autodeterminación según los asentamientos densos" debería prácticamente aplicarse sólo en algunas comarcas de la actual República de Croacia. Hace tiempo vi un mapa, publicado en una publicación de los emigrados servios, con la delimitación de los distritos de la actual República de Croacia que se arrogan para Servia. Calculé que, según los datos estadísticos de 1971, se anexarían a Servia distritos donde viven 460.000 servios (del total de 620.000) pero también no menos de 940.000 croatas.

Autodeterminación en Bosnia y Herzegovina

Pero dejemos de lado a los macedonios, montenegrinos, albaneses y otros, pues ellos sabrán defender su individualidad nacional. Dejemos por el momento de lado las pretensiones servias sobre las partes de Croacia, Eslavonia y Dalmacia. Detengámonos en el problema de los musulmanes en Bosnia y Herzegovina, por cuanto dicha provincia constituye el quid del conflicto croata-servio y los musulmanes constituyen la clave para solucionarlo.

"Vale la pena mencionar que, desde la llegada de los eslavos a los Balcanes, Bosnia y Herzegovina vivían una vida independiente en su Estado que periódicamente fue colocado bajo el poder soberano de Hungría (por lo tanto y de Croacia, N. del autor), pero que siempre conservó atributos de un Estado independiente"[43].

"De ese modo, Bosnia-Herzegovina, Dalmacia, Croacia, Eslavonia (salvo Srijem), Bačka, Banat y Baranja, como también Eslovenia, nunca estuvieron unidas a Servia"[44].

"Bosnia y Herzegovina nunca en su historia fueron unidas a Servia"[45].

"Pero adónde incluir a los musulmanes bosníacos por los cuales contienden los croatas y los servios y que hablan el servio-croata (lengua literaria) y que ascienden a alrededor de 700.000? * Sus intelectuales en gran mayoría son de orientación croata; las masas populares siguen ciegamente a sus intelectuales en todas acciones políticas. No debemos engañarnos en ese punto. Sobre todo el sistema hegemónico de Servia... produjo el efecto de que los musulmanes bosníacos con sus aspiraciones y sus puntos de vista en cuanto al porvenir coinciden totalmente con los croatas. Todo estadista servio, que no tiene presente ese hecho, no puede considerarse político serio"[46].

"Servia siempre tuvo pretensiones de conquista respecto a Bosnia y Herzegovina como también respecto a Bulgaria y Montenegro"[47].

Hablando de la formación de la Legión de los Voluntarios en 1917, Meštrović escribe:

"A los croatas se les preguntaba: ¿Quieren ingresar a la Legión o no? A los bosníacos se los trataba de otros modo. Se separaba a los católicos, y a los demás les preguntaban: «¿Sois bosníacos?», y entonces todos debían ser voluntarios. Cuando los musulmanes empezaron a rebelarse arguyendo que no eran servios, entonces los separaban y "convencían" de un modo especial. En qué consistió esa persuasión rne contó algunos meses después un tal Semez, ortodoxo de Bosnia, encargado de «esa misión para los bosníacos». «Si algún turco no quiso (eran pocos de los no instruidos que querían) se le cortaba la cabeza con un hacha y al ver otros ese procedimiento, accedían. En esa tarea me ayudaban algunos musulmanes «concientizados»"[48].

Es conocido coma Protić pensaba solucionar el problema de los "turcos" en Bosnia-Herzegovina, de manera que proseguiremos[49].

Se conoce menos que parecido punto de vista sostenía el ministro Milorad Drašković. Discutiendo sobre el concepto de la "mayoría calificada" para la futura organización del Estado, manifestó:

"De esa manera a nosotros los servios está asegurada la mayoría que prácticamente podremos organizar el Estado como queremos". Preguntado "¿Cómo?", contestó: "Pues así. Nosotros dentro de las viejas fronteras estaremos completamente unidos. Los servios de las nuevas áreas votarán con nosotros y los turcos de Bosnia serán obligados por fuerza a votar con nosotros"[50].

"De los 18 diputados nacionales musulmanes en la Asamblea Nacional en 1923, 17 se declararon croatas"[51].

Božidar Purić escribió en Srbobran del 6/10/1972 que la Regencia en 1939 rechazó la propuesta de Maček para que se llevase a cabo un plebiscito en la parte de Bosnia que no perteneció a Croacia. La razón de esa actitud negativa se colige de la opinión del granservio Dr. Laza Kostić, quien escribe: "Si un plebiscito hubiera tenido efecto en 1941, la mayoría tal vez hubiera votado por Croacia[52].

Las unidades ustashi más combativas eran integradas por los musulmanes, que se salvaron del cuchillo de los chetniks, anota el servio Svetozar Vukmanović - Tempo en sus "Recuerdos".

"Para los servios en Bosnia y Herzegovina, los croatas y los musulmanes constituyen el peligro común"[53].

De lo que antecede, y que tomado mayormente de las fuentes servias, se infiere que la filiación servia de los musulmanes de Bosnia y Herzegovina o incluso una comunidad entre servios y musulmanes son frases huecas sin la base real y sin valor político. Los políticos servios saben muy bien que los musulmanes no son servios que junto con los ortodoxos constituirían la mayoría que aseguraría la inclusión de Bosnia y Herzegovina en virtud del "derecho de autodeterminación", sino que los musulmanes con los croatas integran una comunidad que invalida ese derecho por inexistente. Ipso facto los musulmanes automáticamente se convierten en "enemigos" que "amenazan"' a los servios y por lo tanto hay que exterminarlos.

Siendo realistas políticos los jefes de la camarilla servia extrajeron de ese hecho lógicas conclusiones : La incorporación de Bosnia y Herzegovina en la Gran Servia no puede lograrse con los musulmanes sino sólo sin ellos. El principio de la autodeterminación debe ser obviado sosteniendo con insistencia y en forma permanente que Bosnia y Herzegovina son comarcas servias, de modo que allí no hay porqué "autodeterminarse". Una vez bajo el dominio servio, entonces contra los musulmanes (y también católicos) habrá que emplear los métodos de "limpieza".

En la práctica este término contiene tres significados: primero, el exterminio físico; segundo, la servización compulsiva y tercero, sálvese quien pueda huyendo al extranjero.

Según este análisis de la situación los jefes de los chetniks en 1941 —y no era la primera vez en la historia servia— propusieron la "limpieza" de los musulmanes como el objetivo inmediato de la estrategia política servia en la guerra y como el objetivo a largo plazo en el período de posguerra.

Que este programa no fue letra muerta lo prueban series de horrendos crímenes y matanzas, perpetrados por los chetniks, cuyos documentos se hallan "en los archivos de los ex beligerantes", a que alude M. Djordjević y según él contiene sólo los crímenes ustashi. Del inagotable catálogo citaré aquí algunos crímenes, cometidos sobre los musulmanes.

"En los alrededores de Bileće en Herzegovina los chetniks fueron más crueles para con Ios musulmanes que con la escasa población croata"[54].

"Djurišić concentró su actividad en la política agresiva contra la población musulmana en la buena parte de Sandžak. En cierto sentido las crueldades perpetradas por los oficiales de Mihailović fue una manifestación extrema del componente antimusulmán del nacionalismo servio, representado por los chetniks[55].

"El anticroatismo, el antimuslimanismo y el antiyugoslavismo es la ideología de los chetniks servios"[56].

Los oficiales chetniks, todos servios, educados en la tradición que identificaba los éxitos militares servios y su hegemonía política con la idea yugoslava, no sólo que toleraron sino que participaron activamente en las campañas contra la población civil no servia, que no tuvo ningún vínculo ni con los comunistas ni con los ustashi (subrayado por el autor)[57].

"Desde entonces (la derrota en Servia en 1941) el movimiento de Mihailović, pese a sus planes contra el Eje y su orientación a largo plazo, de hecho libraba la guerra contra los partisanos y la población civil musulmana y croata"[58].

"El movimiento chetnik identificaba la nacionalidad y la ciudadanía con la religión. El servio —es decir adherente a la Iglesia, Ortodoxa—tiene por croata a cada católico y por turco a cada musulmán. Estos, en el Estado servio, siendo enemigos, deben ser exterminados o expulsados"[59].

"Ningún estudio sobre chetniks y su política durante la Segunda Guerra Mundial puede ser completo sin tomar en consideración el uso del terror masivo de los chetniks contra sus varios enemigos... El terror masivo de los chetniks apuntaba a tres grupos. Primero, a los croatas ... Segundo, a la población musulmana en Bosnia-Herzegovina... Tercero, a los partisanos (guerrilleros comunistas"..."[60].

"La política, antiyugoslava y anticroata de los chetnik servios creó un abismo tan hondo entre Draža Mihailović y la población croata y musulmana que todos Ios esfuerzos de Mihailović por conseguir su colaboración fracasaron"... En esa época las consecuencias catastróficas de la política de Ios chetniks servios en las regiones occidentales de Yugoslavia eran evidentes. Para ellos no había diferencia entre los ustashi y los croatas. Sus comandantes, especialmente Jevdjević y Djuić, exterminaban a la población croata y musulmana siempre y cuando podían"[61].

En los considerandos de la sentencia de Draža Mihailović se citan también una serie de matanzas y bestialidades, cometidas contra la población musulmana.

Una de las primeras tuvo efecto en diciembre de 1941 en el sureste de Bosnia, especialmente en la comarca de Foča, donde fueron asesinadas 2.000 personas.

En enero y febrero fue ordenada la "acción de limpieza" de los musulmanes en la zona de Bijelo Polje, luego en las adyacencias de čajniče y nuevamente en la comarca de Foča. Las pérdidas de la población musulmana se estiman en 10.000 personas; las bajas de los chetniks eran mínimas.

De acuerdo al informe de Djurišić del 10 de enero de 1942, fueron incendiadas 33 aldeas musulmanas y matados cerca de 400 combatientes musulmanes y cerca de 1.000 mujeres y niños.

Las acciones de "limpieza" emprendidas en febrero de 1942 tuvieron consecuencias más horrendas aún. Según el informe de Djurišić del 13 de febrero en dichas acciones los chetniks dieron muerte a 1.200 combatientes musulmanes y degollaron alrededor de 8.000 ancianos, mujeres y niños. Además destruyeron todas las casas y otros bienes, salvo el ganado, trigo y forraje que requisaron.

Cuando hoy todo el mundo conoce esos crímenes de los chetniks servios, documentados en los "archivos extranjeros", a que alude M. Djordjević para señalar los crímenes ustashi, entonces a su pregunta "¿qué tienen que buscar los croatas en Bosnia y Herzegovina?", obligatoriamente se impone la réplica: "¿Qué tienen que hacer los servios en Bosnia y Herzegovina?". ¿"Limpiar", degollar, destruir, exterminar al 63% de la población no servia para que Bosnia y Herzegovina "en virtud del derecho de autodeterminación" pudieran anexarse a la Gran Servia"?

El peligro de los soviéticos

En otro pasaje M. Djordjević alega que tanto los servios como los croatas están enfrentados con un peligro más serio de lo que era Hitler.

Coincidimos con esa opinión. Pero en relación con ello se impone el interrogante: ¿A qué se debe ese peligro?

Por supuesto una de las causas de ese peligro —tal vez la principal—es la importancia geopolítica y estratégica del territorio yugoslavo en las relaciones actuales en el mundo, particularmente las que rigen entre las dos grandes potencias. Ese factor constituye vis mayor. Ni los servios ni los croatas, ni otros pueblos de Yugoslavia son culpables de ello.

Pero aparte de ese factor, la causa de ese peligro estriba también en la debilidad interna de Yugoslavia, que por su naturaleza provocan maniobras y presiones de las grandes potencias. Cuando se plantea la cuestión : Quién es culpable, los servios suelen dar la respuesta estereotipada: "Tito", con el agregado casi obligatorio: "Croata de Kumrovec", con lo cual en forma discreta tratan de insinuar la culpabilidad de los croatas como si Tito procediera como una representante legítimo del pueblo croata y llevara una política beneficiosa para los croatas. Como si el georgiano Stalin llevara una política a favor de su pueblo o el ucranio Khrushchev en beneficio de los ucranios y no en beneficio de los rusos, o los eslovacos Husak y Bilak en la actual Checo-Eslovaquia en favor de los eslovacos y no de los checos hegemonistas.

No cabe duda que buena parte de la culpa recae en Tito personalmente. Por otra parte no es verdad que Tito lleva —no puede llevarla—esa política sólo sino que la lleva conjuntamente con un enorme aparato partidario y estatal. Y por más vueltas que se dé, queda el hecho que la sede de ese aparato está en Belgrado y que, mayormente se halla en manos de los servios. Pese a la federación falaz y a pesar de que en los cargos cumbre del partido y del Estado hay algunos no servios (inclusive croatas), la mayor parte de los puestos en todas Ias escalas de la administración estatal y partidaria Los ocupan los servias y los montenegrinos que se consideran (o por lo menos cooperan) con servios. De todas las estadísticas yugoslavas se colige que tal situación impera en el partido, en la administración estatal, en la economia, diplomacia, fuerzas armadas y en la policía regular y secreta, etc.

Si evaluamos la actitud de esos portadores del aparato frente al "peligro mayor que el de Hitler", no podemos evitar de concluir que si tuviesen que elegir entre las dos alternativas, es decir por un lado la concreción de la verdadera igualdad de todos los pueblos de Yugoslavia (lo que para ellos equivaldría perder el monopolio del poder) y por el otro, la invasión soviética, los servios eligirían la segunda alternativa.

A favor de esa tesis podríamos aportar varias pruebas. pero por razones de espacio nos limitaremos a las fuerzas armadas. Una encuesta llevada a cabo entre los oficiales (según los datos neutrales (65-70% servios y montenegrinos) y suboficiales (idem 75-80 idem) arrojó los resultados siguientes:[62].

-54 % oficiales superiores (de mayor para arriba)

-40 % de los oficiales restantes

-47 % de suboficiales

declararon que el "nacionalismo" (léase no servio) constituye el peligro mayor para Yugoslavia que cualquier agresión exterior (léase soviética). Unicamente

-             13,3 % de oficiales superiores

-             10,0 % de oficiales restantes

-             11,7 % de suboficiales

sostenían el criterio de que una agresión foránea era le mayor peligro para Yugoslavia. Los demás no se definieron.

Una encuesta sabre la disposición reinante en la policía —regular y secreta— fue interrumpida por orden superior, pero los datos preliminares han demostrado que allí la predisposición prosoviética era aún más acentuada.

Si se toma en cuenta ese ánimo en el ejército que, naturalmente, debería ser la columna dorsal de la defensa del país ante el "peligro mayor que el hitlerista" y en la policía, (por supuesto y en otras organizaciones) entonces resulta improcedente cuestionar a los croatas. Su disposición anímica es obvia, más la situación creada en el país sin ellos y contra ellos, les atan Ias manos y no deja que se exteriorice.

El comandante del Distrito Militar de Zagreb es siempre un servio (con breve intervalo cuando era un croata, Ivan Rukavina que pronto fue relevado y cesanteado).

Los comandantes de todas las guarniciones en las áreas croatas como también la mayoría de la oficialidad son servios y las tropas por regla general procede de las regiones no croatas.

En la capital de Croacia, Zagreb (5% servios y 89% croatas) el plantel de la policía acusa:

—entre el personal uniformado: 56,5 % servios

—entre el personal civil: 47,6 % servios[63].

La situación en Ias otras ciudades y localidades de Croacia es similar si no peor.

La culpa por "el peligro mayor que el hitlerista" no recae pues en los croatas, sino en los connacionales de M. Djordjević dentro del país.

¿Qué tipo del futuro Estado croata?

M. Djordjević, extrañado, se pregunta (y a mí también): cómo es posible que yo (lo mismo se refiere a los demás croatas) puedo abogar por el Estado croata, utilizando la expresión: "tal como era durante 1941-45" y agregando: "creado por los enemigos".

La expresión "tal como era..." resulta provocativa. Sea adrede sea por no haber pesada el tono de insulto de sus palabras, el intenta negar el Estado croata como un Estado normal e insinúa que cualquier Estado croata debe ser "ćriminal", "fascista" o tildado con otros epítetos con los cuales la propaganda enemiga califica al Estado Independiente de Croacia. Es un intento indirecto de degradar el mismo concepto del Estado croata como tal e intento de presentar a la lucha de los croatas por su independencia nacional como algo reaccionario y fascista.

Si el señor Djordjević sigue con una pizca de buena disposición las declaraciones de los croatas exiliados (y de los que quedaron en la patria, en los limites de la posibilidad de su libre expresión), deberá reconocer ante sí que la lucha politica de los croatas no persigue la creación de aquel tipo de Estado como era el EIC sino de un Estado libre, democrático y socialmente justo, donde todos —y por supuesto los servios— que habitan el territorio étnico croata tendrán garantizadas todas las libertades individuales, nacionales, económicas, sociales y religiosas en la forma que decidirá el pueblo en la patria en una forma libre y democrática. La visión de ese Estado apunta al futuro y todo parangón con el pasado, sobre todo si es malintencionado, carece de sentido.

En cuanto al término "fascista" que suele imputarse al EIC, cabe recordar que el Rey Alejandro había instaurado el fascismo en Yugoslavia antes que Hitler subiera al poder en Alemania y que Yugoslavia permaneció fascista hasta su derrumbe, con un púdico intento de desfascización después de 1939.

Si el EIC fue creado solo por los "enemigos" y en qué medida participó el pueblo es tema de largas discusiones. Objetivamente debe admitirse que habría sido imposible crearlo sin el consentimiento de los alemanes, en aquel momenta dueños de casi toda la Europa. Tampoco debemos olvidar que Yugoslavia no fue creada por habernos "liberado" Servia, sino porque convenía a las grandes potencias vencedoras. Pribićević conversando con el rey Alejandro le pregunta: "¿Quién liberó a los checos y los eslovacos?" y le demuestra que no es verdad que Servia había "liberado" a los croatas sino que, si se quiere emplear el verbo "liberar" en su acepción verdadera, entonces las potencias occidentales han "liberado" a nosotros (sureslavos de Austria-Hungría) y a vosotros (Servia)[64]. La diferencia de la creación de Yugoslavia en el sentido favorable y del Estado Independiente de Croacia en el sentido desfavorable estriba en que la primera fue creada por las potencias victoriosas y EIC se vinculó con ias potencias que perdieron la guerra. En cambio, el factor negativo para Yugoslavia consistió en que fue creada sin el consentimiento de los pueblos componentes, mientras que la proclamación de la independencia estatal de Croacia fue anhelada y vitoreada por el pueblo entero, prescindiendo de la división de opiniones en cuanto a los bandos beligerantes. Pues el 10/4/1941 el pueblo croata por primera vez desde 1918 tuvo la ocasión de expresar en forma plebiscitaria —sin el procedimiento formal plebiscitario— su voluntad a favor del propio Estado nacional. Deploramos que los servios consideran esa decisión como "hostil", sin poder modificar su valor intrínseco. El Consejo Nacional Esloveno siguió los pasos del Consejo Nacional Croata y el 11 de abril proclamó que era eI único representante soberano del pueblo esloveno[65].

Cuándo, en qué condiciones y de qué modo se restablecerá el Estado de Croacia, no dependerá, lamentablemente, sólo de la voluntad y la acción del pueblo croata (ni servio) , sino en gran medida de las circunstancias fuera de nuestro alcance. Cuando llegue ese momento, ese Estado croata será proyectado al futuro, y no, de acuerdo con aquel del pasado.

Diálogo entre croatas y servios para ponerse de acuerdo

El deseo de M. Djordjević para que entre los servios y los croatas se entablen conversaciones en un nivel civilizado y que se busquen nuevas vías, en el sentido abstracto es plausible. Los croatas nunca carecían de voluntad para llegar a un acuerdo. Por esa razón los servios solían llamarnos despectivamente "sporazumaši" (los que buscan un acuerdo, un compromiso) en contraste con los servios "luchadores". Toda la política croata desde 1918 (salvo Pavelić desde 1929) fue inspirada por el afán de llegar a un acuerdo con los servios en base a la igualdad de todos los pueblos en Yugoslavia. Radić, en aras del compromiso, sacrificó su idea republicana en 1925.

Sin embargo no se logró el acuerdo. Distintos "acuerdos" entre los representantes croatas (en primer lugar el Partido Campesino Croata) y ciertos partidos servios servían a estos últimos para. obtener el apoyo de Ics croatas a efectos de reemplazar a otro grupo en el poder y luego seguían la misma política. El compromiso Maček-Cvetković de 1939, por su naturaleza, era algo incompleto y transitorio. Los factores políticos servios nunca lo aceptaron, de medo que el golpe de Estado del 27/3/1941 fue dirigido más contra ese compromiso que contra el Pacto Tripartito.

Expuse mi opinión sobre el particular en dos cartas a un amigo, publicadas en "Hrvatska Revija", septiembre 1972, pp. 339-357. Reproduciré aquí algunos fragmentos que hacen al conjunto de esta exposición:

"Sin embargo, una experiencia política secular, demostró que esa racionalidad teórica (o sea, la solución mediante compromiso) fue anulada sin excepción alguna por la realidad política y mayormente en perjuicio nuestro. Pues para pactar hace falta dos. Mientras nosotros les croatas hemos practicado como una constante de nuestra política la tendencia a llegar a un acuerdo, en base a ciertos compromisos y a veces íbamos en ello demasiado lejos que en aras de un acuerdo sacrificábamos incluso nuestros intereses vitales, la camarilla servia en esas tratativas y acuerdos veía sólo la táctica y el instrumento para engañarnos y someternos".

"Y así no se llegó a ningún acuerdo. Tampoco pudo haberlo. como ya dije, por cuanto para un compromiso se necesitan dos pactantes. Nosotros fuimos una parte pactante, pero otra, pese a nuestra mejor voluntad. no se encontraba. Pues, querido amigo, durante un siglo, no surgió ni un solo partido político, grupo o individuo de importancia política, una sola organización o agrupación no política (proveniente del ejército, iglesia, la corte, círculos económicos o financieros, de la conducción laboral, juventud, etc.); ni una sola organización o asociación de intelectuales o algún destacado intelectual, científico, escritor, artista, periodista, en otras palabras nadierepito nadie— quien tendiera a un auténtico acuerdo. Cada problema, que por sü naturaleza sería tema de negociaciones y de un acuerdo, la camarilla, (čaršija.) servia lo encara de otro modo —mayormente en el sentido contrario que nosotros ... Si no por otra cosa, en esa materia cabe afirmar que hablamos dos idiomas distintos"[66].

Leyendo la prensa de los exiliados servios no observo ningún cambio fundamental, ni en la mentalidad, ni en la táctica ni en los objetivos, comparándolos con los del pasado; no obstante que ciertos grupos servios declaran aceptar un sistema federalista de Yugoslavia. Pero un análisis somero de su "federación" demuestra que presupone la creación de una Gran Servia en esa Yugoslavia, comprendiendo a todos los- servios, no importa si viven en los territorios ajenos. No quiero referirme a la postura de los demás pueblos, pero tengo que decir que con este supuesto, todo diálogo con los croatas carece de sentido.

Quisiera reiterar lo dicho antes, o sea que los emigrados en el futuro próximo desempeñarán un papel de tercer orden en cuanto a la determinación del destino de Yugoslavia, pues primero les tocará decidir a las grandes potencias y a los factores dentro del país, es decir al pueblo y a sus gobernantes, prescindiendo si estos son legítimos o no. Sin embargo, pese a esas circunstancias, un compromiso y una acción conjunta de los exiliados croatas y servios (incluyendo por supuesto la de los eslovenos, macedonios, montenegrinos y albaneces) ante el Occidente y Oriente podría contribuir a una solución más favorable para todos los pueblos y por ende, sería útil.

Pero para llegar a una acción conjunta es imprescindible reexaminar los criterios pasados, y asumir nuevos, tanto por parte croata como servia.

Por parte croata se insiste públicamente; lo que los exiliados servios no ignoran, las siguientes ideas y pautas básicas en la lucha nacional:

1) El rechazo rotundo y total de cualquier Yugoslavia que sea y su objetivo es: la restauración del Estado de Croacia.

Eso importa la radicalización de los puntos de vista croatas, que inevitablemente tuvo que producirse después del análisis de las relaciones servio-croatas a lo largo de la historia y a la luz de la situación actual del pueblo croata. Puede haber (y las hay) diferencia entre ciertos grupos de los exiliados croatas en cuanto a los métodos y la táctica, para conseguir el objetivo final, pero en cuanto al objetivo hay unanimidad. Me atrevería a afirmar que la misma unanimidad se da también en el pueblo croata.

2) Rechazo del criterio de algunos de que los ortodoxos en el territorio étnico croata no son servios y el franca reconocimiento que son servios.

3) Las declaraciones públicas, francas y sinceras en el sentido de que a los servios en el espacio étnico croata se les reconoce la igualdad y todas las libertades: individuales, nacionales, económicas, sociales, culturales y religiosas de las que gozan las minorías nacionales en los países más adelantados.

Esos dos puntos de vista significan las desradicalización, en comparación con los anteriores criterios que sustentaban ciertos grupos políticos croatas y el rechazo de los puntos de vista del régimen ustashi que los servios podrían considerar como "amenaza".

M. Djordjević publica en GKS. para corroborar su tesis, algunos puntos de vista del Dr. M. Maček[67] y los opone a los mías. Conviene pues, precisamente en este lugar, sintetizar los criterios del Dr. Maček, sobre los problemas fundamentales, relacionados con los tres puntos expuestos precedentemente.

El Dr. Maček reacciona contra las palabras de Adam Pribićević quien escribió en GKS[68]:

"Una Croacia, capaz para la vida independiente es inimaginable sin la incorporación de un número significante de servios. Según el compromiso de 1939 la Banovina de Croacia (región autónoma) incluía más de 800.000 servios... No se puede imaginar que los servios de hoy, después de la masacre de los ustashi y su forzoso pase al catolicismo, accederían de buen grado a que gran número de los servios sea entregado a la vecina república de Croacia".

Luego el Dr. Maček recuerda un diálogo entre Stojan Protić y Esteban Radić donde el primero empezó a argumentar coma sigue: "Mire, señor Radić, incluso sin el departamento de Srijem les damos 600.000 servios" ... "No, señor Protič", lo interrumpió Radić, "ustedes no nos los dan, por desgracia los tenemos".

"Es el único criterio acertado", observa el Dr. Maček.

Luego el Dr. Maček expone como durante las guerras turcas numerosos ortodoxos se establecieron en las tierras croatas; como algunos de ellos llegaron con la conciencia nacional servia desarrollada, mientras que otros traidos por los turcos carecían de conciencia nacional. Como no se asimilaron con los croatas únicamente por la diferencia religiosa, mejor dicho de la Iglesia. Como en el departamento de Modruš-Rijeka precisamente los ortodoxos abrazaron la ideología de A. Starčević (restablecimiento de la independencia estatal de Croacia, mientras que los croatas, bajo la influencia de Strossmayer, tendían a la idea sureslava. Como el padre del regente Srdjan Budisavljević, Bude Budisavljević, firmaba como "escritor croata" y recién más tarde, bajo la influencia de Khuen Hedervary, se volvió servio fue designado por eso prefecto del departamento Lika-Krbava. Por ultimo el Dr. Maček concluye:

"Hoy todos los ortodoxos en esa comarca se consideran servios y nadie que piense razonablemente puede negarles su sentimiento nacional. Pero al mismo tiempo cada hombre que siente un poco lo que es justicia, ha de comprender que esos servios, siendo minoría en Croacia, deben respetar su patria Croacia, si ya no la pueden amar".

Más adelante el Dr. Maček contesta el siguiente pasaje de Adam Pribićević :

"Ni U.S.A. cedería al Estado vecino tantos ciudadanos suyos, aunque cuenten en un espacio de tamaño de Europa con 140 millones".

"Muy bien" contesta Maček. "Por esa misma razón ni Croacia puede ceder a sus ciudadanos ni su territorio, prescindiendo de si los servios en ese territorio se asimilaron con los croatas o no. Cuando el señor Pribićević ya menciona a U.S.A., pregunto qué dirían los norteamericanos si de golpe se acordaran los holandeses, los alemanes, italianos, chinos y japoneses que por haber sus antepasados llegado de distintos países, le corresponde a cada uno reclamar un pedazo del territorio estadounidense, o lo que mejor se adecuaría a los conceptos políticos del señor Pribićević, si alguno de esos pueblos se acordara que para conservar sus derechos Norteamérica íntegra debería caer bajo el control de Irlanda, Alemania o Japón".

Por fin el Dr. Maček concluye:

"Por ello la cuestión de si los pueblos de la Yugoslavia actual quedarán, una vez liberados del yugo comunista, aunque sea —como se expresa el Sr. Pribićević— en una confederación frágil o no, y sobre todo si en semejante comunidad se quedarán los croatas, depende de otra circunstancia, es decir de si los croatas podrán conservar la soberanía del pueblo croata y de su Croacia, pisoteada y atacada a lo largo de los siglos. Atropellada por los visires turcos, por los generales austríacos y los exponentes magiares, atropellada por Ante Pavelić y Josip Broz Tito, atropellada pero nunca y por nadie sometida".

Ningún servio puede decir que Maček era ustashi. ¿Por qué entonces tildan de "ustashi" la actividad política, que en el fondo es idéntica con las ideas arriba expuestas del Dr. Maček? ¿Por qué a quienes piensan en el fondo de modo idéntico como el Dr. Maček los califican "ustashi", imitando la misma terminología de UDBA (policía secreta de Tito)? No son estas las condiciones propicias para entablar los diálogos croata servios y negociar un acuerdo.

El diálogo se ve dificultado también por el hecho de que los grupos servios que se dicen "moderados" y que —en mi opinión— constituyen la parte más representativa de los exiliados servios, asumen una posición hermafrodita, ora son servios, ora yugoslavos, al mismo tiempo como si esos dos fuesen idénticos.

Además, los servios suelen asumir una actitud de superioridad frente a los demás pueblos de Yugoslavia. En eso podría haber cierta lógica hasta 1918. Los servios estaban entonces en la cumbre de su expansión nacional e imperialista. Por otra parte se encontraban en el bando de los vencedores. Los croatas y los eslovenos se encontraron en una situación de inferioridad: los croatas amenazados por el imperialismo húngaro e italiano y los eslovenos por el alemán e italiano. Ambos pueblos estaban de lado de los vencidos.

Hoy la situación cambió totalmente. Ni los croatas ni los eslovenos se dejan ya atemorizar por el peligro alemán, italiano o húngaro. Para los eslovenos no hay ningún frente exterior; para los croatas únicamente el granservio. Para los servios, en cambio, existen el frente croata, albanés, búlgaro y en el momento preciso se abrirá también el montenegrino.

Como se ve los diálogos en un nivel decente serían; posibles e incluso útiles para todos, si los servios fussen dispuestos a dialogar con nosotros coma servios y no como hermafroditas servioyugoslavos; si comprendiesen que Yugoslavia no es su feudo, que los croatas no piden ni concesiones ni mercedes sino que reivindican sus derechos elementales, pues nada no dan de ellos, sino que nosotros tomaremos lo que es nuestro, lo que nos quitaron por fuerza circunstancial. Por fin, si los servios (de Servia) no usurparan el derecho de representar a todos los intereses servios sino aceptar que servios, radicados en Croacia, hablen en su nombre, si conociendo el sentido por el realismo político de los mismos, estoy seguro que entre ellos hay hombres como Nikola Tesla —servio, cuya patria es Croacia— o como Sv. Pribićević quien tuvo el valor moral de dejar el camino equivocado y comprender en qué consisten los auténticos y permanentes intereses de la minoría servia, radicada en las provincias croatas.

Traté de apoyar mis concepciones más con las declaraciones de Ios servios y extranjeros que de Ios croatas. Como conclusión reproduciré dos opiniones más:

"El célebre historiador francés y conocedor de la situación yugoslava, profesor Albert Mousset, quien durante dos decenios defendió el centralismo servio, por fin rectificó sus criterios respecto a las relaciones servio-croatas, pues la "cuestión nacional", cuya clave consiste en solucionar las relaciones servio-croatas sigue en vigencia... En el fondo de su corazón los croatas —pese a la aventura desgraciada de Pavelić alientan gran esperanza de que algún día restablecerán su Estado... Radić dio a su pueblo la conciencia nacional y social, más honda que la conciencia que antes tenían en base a sus derechos históricos y la oposición pasiva a los húngaros. Su asesinato en el recinto del parlamento en Belgrado cavó una sangrienta fosa entre Ios servios y los croatas, que nunca fue tapada. Por último entre 1941/45 se libró entre ellos la guerra, que no era la guerra civil, sino la guerra entre dos naciones"[69].

"No hay poder en el mundo capaz de quebrar la idea croata. Antes la montaña Velebit se hundirá en el mar y los ríos Drava y Sava quedarán secos que los croatas desistirán de sus aspiraciones que es la garantía para su seguridad y el desarrollo, sin impedimentos, de su individualidad"[70].

Me siento obligado a referirme a dos asertos en Ios artículos de M. Djordjević en GKS. Por una parte para no dejar la impresión de que me siento "culpable" y eludo la respuesta y por el otro, porque dichos asertos comprenden a todo. el cuerpo de los oficiales croatas.

Primero: En su carta privada (que leo sólo yo) mi ex colega me elogia pues según la declaración de mi comandante de división, general Stanojlović, me porté correctamente, según el código moral de un oficial en aquellos momentos críticos. En cambio, en su articulo en GKS (17/3/1977) —que leerán muchos— dice textualmente: "El día 10 de abril Babić abandonó el Estado Mayor y lo hallamos en Zagreb como integrante del Estado Mayor General, acaso para esperar la solemne entrada de las tropas alemanas en la capital de Croacia... ".

Tengo derecho de suponer que no se trata aquí de una confusión casual sino de un truco premeditado —verdadera intriga servia— para lisonjearme en la carta privada y calumniarme ante el público lector. Para su gobierno y como un detalle insignificante para entender la historia de eses días decisivos, a breves rasgos relataré lo que pasó en aquellos días:

9 de abril de 1941. El Estado Mayor de la división se hallaba en Rogatec (Eslovenia). La división prácticamente no existió más, pues ya el 6 de abril los soldados reservistas eslovenos (incluso los oficiales reservistas) regresaban a sus casas. Se redactó el informe sobre la situación de la división y el día 10 de abril lo llevaba por la mañana al Cuartel del VII ejército, instalado en Kerestinec (Croacia). No encontré al comandante del ejército general Dušan Trifunović (y ex ministro de defensa) ni a su reemplazante. Se fueron a Petrinja para buscar donde instalar el Estado Mayor en el momento del repliegue. Tal vez eso sea el único caso en la historia militar de que un comandante del ejército y el jefe de su estado mayor cumplen la misión de un suboficial o cabo. Dicho de pasada fueron hechos prisioneros en Petrinja, por los campe-sinos croatas que los entregaron a los alemanes. No los mataron.

De Kerestinec me fui a Zagreb donde almorcé en casa de un pariente. Me enteré que los alemanes estaban en Vrbovec (unos treinta kilómetros al norte de Zagreb) y nada más. Alrededor de las cinco volví a Rogatec; y allí supe que ya habían impartido órdenes para el repliegue de la división (inexistente) a la montaña Mačeljska (cerca de la frontera esloveno-croata) de manera que el Estado Mayor de la división se encuentre en Klanjec (Croacia) alrededor de las 10 horas de la noche. Recién entonces me enteré por boca de un esloveno, mayor de reserva y abogado de Ljubljana, que en Zagreb fue proclamado el Estado Independiente de Croacia, lo que al principio no creí pero luego me convencí en casa de un posadero al oír la radio de Zagreb.

El general Stanojlović y los oficiales servios vacilaron mucho en pasar de Eslovenia a Klanjec, pero por fin tuvieron que hacerlo, ya que no podían quedarse entre las tropas alemanas y las propias. De ese modo el Estado Mayor de la división —compuesto de 2 coches particulares, un ómnibus y creo 2 ó 3 camiones— un poco antes de las 10 llegó a Klanjec, donde las autoridades croatas dispusieron un local para su instalación y un hotel para los oficiales. Allí se produjo una violenta discusión entre los oficiales servios sobre lo que habría que hacer. Se oían palabras altisonantes como "rey", "patria", "juramento militar", "el honor de un oficial", "combatir y morir por la patria" y cosas por el estilo con una preocupación muy realista, por otra parte como salir de la nueva situación. Prevaleció el típico realismo servio, o sea "deja de perorar y salva su pellejo". La conclusión unánime era abandonar el territorio croata, pasar a Eslovenia a través del Sutla y allí "sálvese quien pueda". Me pidieron que los acompañase, lo que hice y en Eslovenia nos despedimos. Los oficiales eslovenos resolvieron volver a sus casas. Cuando le pregunté qué iba a pasar con los oficiales servios, dispersos por la zona (alrededor de 100) y con los reclutas —la mayoría servios y algunos albaneses, algo más de 1.000)— el general Stanojlović me contestó más o menos: ¿"Que sé yo"?... "¿Qué puedo hacer?"... "Traten de ver las cosas y hacer lo que se pueda". El plantel de los oficiales servios estaba de acuerdo.

Regresando de Esloenia el capitán Milko Vagner y yo, únicos dos croatas en el Estado Mayor de la din, tratamos de comunicarnos por las líneas telefónicas postales —con otra comunicacion Ia división no contaba ya desde el comienzo de la guerra— con los dispersos grupos y ellos con nosotros durante la noche del 10 de abril y todo el día 11 de abril solicitando directivas y consejos. Algunos grupos huían y ciertos fanáticos servios, con sus grupos armados, amenazaban con matar e incendiar las aldeas croatas. Les aconsejé a todos que eviten toda provocación, pues perderán la cabeza entre la población local armada, que se dispersen en pequeños grupos y traten de llegar a sus casas. A unos les decía eso en tono tranquilo y persuasivo y a los fanáticos, enloquecidos en su desesperación, en tono imperativo y amenazador, pues como integrante del Estado Mayor todavía representaba un poco de autoridad.

Durante el 11 de abril muchos grupos pequeños Ilegaron a Klanjec donde se les ayudó para que compren en comercios o a los particulares trajes civiles, mientras que el jefe del distrito y el comisario de los ustashi (aunque los servios no lo crean) daban a quienes lo querían el pase con los nombres inventados y croatizados para que pudieran sin dificultad atravesar las líneas alemanas hasta sus casas en Servia, Kosovo o Macedonia. Por intermedio de los vecinos de prestigio se impartían instrucciones a las unidades de la Guardia Campesina Croata, bien pertrechadas con las armas dejadas por el ejército, inclusive con las ametralladoras pesadas, morteros y cañones de campaña, en el sentido de abrir el fuego en una situación extrema, es decir si fueran atacadas.

Al terminar el día 11 de abril todos Ios grupos se dispersaron y desaparecieron de la zona de Klanjec, sin que se produjera un solo choque ni se derramó una gota de sangre. Al anochecer, en compañía con el capitán Vagner y el general Matas Parač, quien llegó a Klanjec, fui a Zagreb, atravesando las líneas alemanas sin que nadie nos detuviera o interrogara.

Por lo tanto, contrario a la malévola insinuación de Djordjević, no he abandonado el Estado Mayor para esperar a los alemanes, sino que lo abandonaron todos los oficiales servios para salvar su pellejo. Un día después de la desintegración de Yugoslavia estaba salvando las vidas de los soldados rasos servios, abandonados por sus oficiales, cuyo deber militar, patriótico por tratarse de servios y moral era quedarse con ellos y compartir su destino.

Valió la pena describir este caso del derrumbe y descomposición de mi división, pues no se trata de una excepción, sino de un modelo como se produjeron los sucesos casi en todas partes, inclusive en Servia[71].

En muchos casos los generales fueron los primeros en abandonar su puesto y huir en automóviles, a veces con sus mujeres, hijos, amigos y mucho equipaje hacia el centro del país, hacia las montañas servias o bosníacas, esperando encontrar allí poderosas fuerzas para entonces conducirlas "heroicamente" y defender "triunfalmente" al Rey y la Patria. El ejemplo de los generales fue imitado por los grados inferiores, que abandonaron a sus soldados y procuraron llegar a sus casas. Los soldados, sin conducción, desorientados, atemorizados y hambrientos deambulaban sin dirección fija hasta que los alemanes los capturaban, lo que para ellos en esos momentos significaba un alivio. A los generales y nutridos grupos de oficiales armados los desarmaban y capturaban en Croacia, Bosnia, Herzegovina y Dalmacia no sólo los grupos organizados de la Guardia Campesina Croata sino grupos de hombres y mujeres casualmente reunidos, incluso sacerdotes.

En uno de los 1.500 informes de los oficiales croatas, que menciona también M. Djordjević, se cita un ejemplo concreto cuando un contingentes de unos 60/70 oficiales servios huía con varios camiones de la Dalmacia del Norte hacia Bosnia. El más antiguo en el grupo fue un general de brigada, de cuyo nombre no me acuerdo. En los camiones llevaban banderas y cuando atravesaban las aldeas croatas les deban vuelta y vitoreaban "viva Croacia", se decían croatas y declaraban que estaban buscando a las autoridades croatas para ponerse a su disposición. Cuando pasaban por las aldeas servias izaban los colores yugoslavos y gritaban "viva Yugoslavia" y "muerte a los croatas traidores" y explicaban que iban a Bosnia para ponerse al frente de fuerzas poderosas con las cuales volverían enseguida y arrojarían a los italianos al mar.

Según otro informe el general Antić —hermano del todopoderoso ministro de la Corte Real— y algunos oficiales servios, entregaron sus pistolas y se dejaron capturar por un sacerdote católico quien se puso en medio del camino por el cual huían. Ni el sacerdote ni los ustashi los mataron sino que los entregaron como prisioneros a los alemanes. Según otro informe, el general Brasić —muy influyente en el Estado Mayor General—, comandante del Tercer Ejército, cuya misión era expulsar a los italianos de Albania, no tuvo contacto can sus divisiones desde el 8 de abril. Huía en un coche con su familia y detrás iba un camión con su equipaje, incluso un gallinero con las gallinas de la raza Leghorn.

Podría citar más casos parecidos.

En resumen, no es verdad que yo había abandonado el Estado Mayor para esperar a los alemanes, sino que me porté conforme a los preceptos tradicionales de la moral de un oficial, igual que la mayoría de los oficiales croatas, acusados de "traición".

Por lo demás ¿qué sentido tiene hablar tanto de la "traición" de los croatas? ¿Es que ellos tuvieron que sacrificarse por la Yugoslavia que los había traicionado ya en 1918, mientras que los servios estaban huyendo como moscas?

Segundo: Como "lei-motiv" de su crítica contra mi artículo, publicado en el Simposio de la Revista Croata sobre mi misión ante los Aliados en 1944, M. Djordjević cita (por supuesto, parcialmente) una carta que el coronel de gendarmería Ladislav Nedved y yo dirigimos a Ante Pavelić en agosto de 1941.

No es verdad que yo traje la carta a Bari y que allí me la quitaron los norteamericanos con los cuales estuve sólo media hora para ser conducido ante los ingleses. La carta ya la tenían los ingleses por intermedio de sus órganos de información en Zagreb y ese hecho fue mencionado varias veces en nuestras conversaciones. Del artículo de mi ex colega colijo que mi carta la tenían también los norteamericanos, lo que antes desconocía. Había llevado conmigo también otros documentos, como por ejemplo los acuerdos entre los chetniks y ustashi y la documentación probatoria de los crímenes de los chetniks y partisanos contra la población croata.

La carta del coronel Nedved y mía fue la protesta contra los procedimientos, utilizados por ciertos círculos ustashi (no todos) contra la minoría servia y nuestra condena de dichos procedimientos. Subrayo que no fue la única protesta de parte croata, pues había varias entonces y después. La intención del coronel Nedved y mía era, claro está, impedir los hechos que en definitiva iban a perjudicar los intereses nacionales y estatales croatas y al mismo tiempo intervenir públicamente a favor de los servios perseguidos. Nuestra protesta tenía, pues, no sólo alcance político, sino también ético-moral y reflejaba "el sentimiento humano", según lo califico, el mismo Djordjević.

Nadie exige que esa protesta y muchas otras de otros croatas sea objeto de alabanzas por parte servia. Pero podría esperarse que dicha carta no fuera esgrimida sólo como "prueba" que me había pasado "al bando contrario", cuando este "bando" es siempre igual, es decir con los sentimientos croatas y humanos, entonces según las circunstancias de aquel momento, hoy según las circunstancias actuales.

Mientras los croatas condenaban los excesos, cometidos por algunos grupos ustashi, idénticos excesos cometidos por los servios contra los croatas —no sólo contra los ustashi armados sino contra la inerme e inocente población civil— no fueron deplorados ni condenados por ninguna organización servia política, cultural u otra ni por ningún intelectual servio, ni siquiera por M. Djordjević. Por el contrario, esos crímenes son exaltados como hazaña heroica y sus autores como héroes nacionales, se conmemoran las fechas de esos crímenes en los salones, se ofician servicios religiosos y fúnebres en los templos.,. en recuerdo de los "héroes" caídos.

Hasta tanto los servios sigan glorificando las figuras como Draža Mihailović, Pavle Djurišić, Baja Stanišić, y otros "conductores" como Jevdjević y Djuić y delincuentes semejantes como héroes nacionales (siempre confundiendo los conceptos, sin determinar si se trata de servios o yugoslavos, de modo que en ese último caso tendrían que glorificarlos también los croatas), nadie debe extrañarse si en ciertos círculos croatas subsiste la tendencia a glorificar coma héroes nacionales al Dr. Ante Pavelić, Luburić, Gutić y otros. Desde un punto de vista superior esa es lamentable, pero —•rebus sic stantibus— es natural e inevitable.

Torremolinos, España, noviembre de 1977.

(Versión castellana: B. K.)


Emigración croata a Chile

Ivo Boric

Vida de la colonia y sus obras

Una vista panorámica, fruto de la experiencia personal

Algunas palabras de introducción

Antes de iniciar el tema referente a la inmigración croata a Chile, y presentar a la colonia que ellos formaron en dicho país, objetivo que persigue este trabajo, no está demás exponer las causas que determinaron esa emigración, y que fueron las mismas que determinaron la emigración de croatas a la Argentina, y el resto de Latinoamérica, a Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Europa occidental.

Antes de hablar del efecto de la emigración, es necesario señalar sus causas. Es imprescindible aclarar por qué, de uno de los países más ricos de Centro-europa, cuya población apenas si alcanza a 8.000.000 de habitantes, emigraron en los últimos 130 años más de 2.000.000 de hombres y mujeres. Sería más absurdo creer que las oleadas emigratorias de croatas, especialmente aquellas oleadas de principio del siglo, y las que se produjeron al finalizar las dos Guerras Mundiales -cuando tenían carácter de verdaderos éxodos,- pudieron haber tenido por motivo periódicas explosiones del espíritu de aventuras. La avidez de conocer otros horizontes, o el espíritu de aventura si así se prefiere, pudo haber guiado los pasos de un Marco Polo, hijo de la isla croata de Korcula.

El espíritu de aventuras pudo haber guiado los pasos de algunos viejo marinos de Dubrovnik (antigua República conocida también como Rausa y Ragusa), que desde la Edad Media tripulaban naves de esa bandera, en viaje a Italia, España e Inglaterra, donde eran bautizados con el nombre de su ciudad, su provincia, o su país (Raus, Ragusso, Dálmata, Croatto), haciéndose de nuevo a la mar, rumbo al Nuevo Mundo, quedando así definitivamente cortados de su tronco nacional. (Según antiguos escritos de navegantes de Hvar, Omis y Losinj, aquellos nombres de neto origen croata, eran conocidos en América ya a comienzos del siglo XV, lo que hace pensar que algún Raus o Ragusco, o Dálmata o Croatto pudieron haber sido tripulantes de carabelas de Colón). Si tal sucedió, siempre se trataba de casos aislados muy común. Lo que nada tiene de común es el éxodo de más de dos millones de seres en solo 130 años, cifra que representa más de un 20 por ciento del actual caudal demográfico de Croacia; porcentaje superado únicamente por Italia y España en el mismo período. Esto habla con claridad que el fenómeno tuvo otro origen, y fue sin duda alguna de carácter político.

De un país nacionalmente oprimido, con limitaciones de todo orden impuestas desde más allá de sus fronteras, sin perspectivas de un pronto cambio de tal condición, el hombre emigra, huye de él, muy a su pesar. Y en esas condiciones se vive en Croacia desde hace siglos. Después de la invasión otomana de Bosnia y partes de Dalmacia, numerosos croatas se refugiaron en Burgeland (Austria), en los Abruzos y Molise (Italia), y en la propia metrópoli otomana. Tres siglos después, debido a la cada vez más intolerable presión que ejercía sobre Croacia la Viena imperial, y a partir de 1918, a causa de una política de sometimiento y desnacionalización practicada en tierras croatas por los gobernantes de Belgrado, centenares de millares de croatas se vieron obligados a dejar su país natal. Y en esa verdadera fuga nada tuvo que ver un supuesto espíritu aventurero.

La fuente de datos en los que se basa esta nota

No es esta la primera vez que se habla sobre la emigración de croatas a Chile, sobre las colonias que surgieron en numerosos puntos de ese país, y sobre hechos y obras que protagonizaron. En años no muy recientes, fueron varios los trabajos publicados sobre el mismo tema. Pero algunos de los trabajos adolecían de una falta de enfoque general, reflejando solo parcialmente la vida y el desenvolvimiento de la colonia. Publicáronse también otros, más amplios, pero negativos y funestos, puesto que sus autores, además de pasar por alto importantes aconteceres, se "olvidaron" de registrar como croata a dicha colectividad, se "olvidaron" de llamar croatas a sus hombres representativos, y de considerar croatas a sus instituciones sociales, culturales y patrióticas. Por eso, para labrar esta nota, debióse recurrir a otras fuentes, pasando por alto los trabajos aludidos.

En contraposición de los casos citados, aquí se hablará de la colonia abarcando sus poco menos de cien años de vida. Se tomará como punto de partida el año 1864, en que se inició la inmigración de croatas en Chile, hasta 1956, año en que fueron reunidos los datos que aquí se presentan. Para su mejor entendimiento, la inmigración y el posterior desenvolvimiento de la colonia se dividen en cuatro períodos.

El primero, de 1864 a 1890 corresponde al lapso inicial con una colonia poco numerosa.

El segundo fue el de una inmigración masiva, interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial, es decir, de 1890 a 1914, años en los que la inmigración era masiva. Durante el tercer período, de 1920 a 1939, el ingreso de inmigrantes fue menor que en el anterior, y quedó interrumpido por el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.

A la cuarta y última etapa le corresponden los años que corrieron de 1946 hasta 1956, durante la cual solo un reducido número de croatas se estableció en el país. Además de enfocar panorámicamente los cuatro períodos de inmigración, se presentarán hechos sobresalientes de la vida de la colectividad, y lo que ésta representó para Chile y para su propia patria. Los datos obtenidos que aquí se ofrecen fueron reunidos en los años 1955-56 por este autor, cuando editaba en Santiago la revista "Jadran". Debido a aquella circunstancia visitó Antofagasta, Iquique, Valparaíso, Viña del Mar, Quillota, San Antonio, Llolleo, Rancagua, Talca y otros puntos, donde se relacionó con descendientes de inmigrados de la primera hora, y con algunos sobrevivientes del oleaje establecidos allí entre 1890 y 1914.

Entre los primeros cabe mencionar a los hermanos Jordan, los hermanos Katunaric, los hermanos Rendic, la doctora Ansic de Barrionuevo, Carmen Ostojic, Radomiro Tomic y los hermanos Jorge y Víctor Matetic.

Entre los mencionados en segundo lugar figuraban Nicolás Trevizan, Vicente Kusanovic, Domingo Peric, Milivoj Paravic, Jorge Zmirak, Antonio Marusic, Antoni Mimica, Miguel Poklepovic y Jorge Petrinovic. Lo que aquí se registra es, en su mayor parte, lo que ellos recordaron y relataron. Ciertos datos pudieron ser extraídos de unos pocos ejemplares de antiguos periódicos "Sloboda" (La Libertad) y "Domovina" (La Patria), y también de tres Libros de Actas de sociedades ya desaparecidas, que algunos de los entrevistados aun conservaban. Lo que se rescató en aquella oportunidad, y salvó de un posible olvido total, se hizo sobre el filo de la hora 24 de vida de la vieja colonia. Hoy sería poco menos que imposible intentar el rescate, puesto que los inmigrados de los dos primeros períodos se han extinguido. Y sus nietos tal vez conserven, como único recuerdo de los pioneros de la colonia, algunas fotos de "abuelos con paisanos".

Ahora, al pasar al objetivo de la nota, se desea subrayar que esta no pretende ser una historia completa, cronológicamente tejida, del proceso inmigratorio, ni de la colonia. En primer lugar. porque las historias, aun tratándose de la correspondiente a una colectividad, no se escribe ni se sintetiza en un par de carillas; y, en segundo lugar, por el temor de que algunos hombres de real relieve, y hechos que pudieron haber protagonizado, no hayan sido rescatados. Existe el temor de que algo pudo haber quedado cubierto por el manto del olvido. Es que los croatas en Chile -lo mismo que en otras partes-, trabajaron, crearon, inventaron, pero, tal vez en muchos casos, no se preocuparon en registrar sus realizaciones y sus nombres. Y las obras quedaron, pero sus autores pasaron al anonimato. Posiblemente ellos ni imaginaron que con sus aportes al progreso de su nueva patria, prestaban a la vez incalculables servicios a su patria de origen. Ellos, -y no fueren los únicos- jamás pensaron que sus obras representaban para Croacia su mejor carta de crédito; que eran sus genuinos embajadores.

Lo dicho aclara por qué la nota no pretende ser la historia de la colonia croata en Chile; es tan solo un manojo de datos que como tal se ofrece a aquellos que un día escribirán la historia de toda la Croacia emigrada.

Los croatas en el norte de Chile

Los primeros emigrantes croatas que llegaron al norte de Chile fueron dos hermanos Buratovic y dos hermanos Palaversic, oriundos de la isla de Hvar, y ocurrió en 1864. Durante los primeros años residieron en Iquique, donde se dedicaron al comercio, para luego radicarse definitivamente en Antofagasta. Nada se sabe respecto a posibles nuevos emigrantes durante los tres años siguientes. Pudo establecerse, en cambio que en 1868 arribaron a Iquique los hermanos Juan y Pedro Ivanovic, nacidos en Sutivan, isla de Brac. Después de permanecer allí un corto tiempo, también los Ivanovic se dirigieron a Antofagasta, en aquel tiempo solo una aldea, formada por grupos de viviendas de madera y otros materiales livianos.

Como guiados por una firme convicción que aquélla llegaría a ser la zona de un gran futuro, los hermanos Ivanovic fundaron en el poblado el primer comercio importante de ramos generales, y una empresa de construcción, que fue conocida durante mucho tiempo por el nombre de "Compañía Comercial y Constructora, Ivanovic y Cía." Los primeros edificios levantados allí sobre bases de la concepción arquitectónica europea fueron obra de dicha empresa, y significó el primer paso en la transformación de la aldea en ciudad. Entre 1868 y 1872 llegaron a Iquique y Antofagasta pequeños grupos de croatas, entre ellos Miguel Lopuzic, Luis Moro, Ramagio Gazari, Jerónimo Jankovic, Antonio Vrsalovic, Jorge Sabioncello, Pedro Marinkovic, Marcos Cicarelli, Juan Sargo, los hermanos Luis y Pablo Mitrolvic, los hermanos Lujak, los Stijepovic, Luksic, Lukinovic, Matetic, etc.

Al año de haberse establecido en Antofagasta, Ramagio Gazari se destacaba como hombre emprendedor y talentoso, por lo que fue llamado a ocupar un alto cargo en la Administración de Ferrocarriles ingleses; mientras los Mitrevic, Jankovic, Sabioncello, Luksic y Vrsalovic, apoyados por los hermanos Ivanovic, por entonces dueños de la más activa y sólida empresa de todo el norte chileno, se iniciaban en comercio y pequeña industria.

Hasta el año 1889, la explotación de salitre, presente por doquier en las pampas antofagastinas, iquiqueñas y en el desierto de Atacama, no se efectuaba en gran escala. Luego de explorar extensas zonas, algunos inmigrantes croatas se dispusieron al impulsar esa explotación, con métodos rudimentarios. El primero entre ellos, que ya en 1886 había organizado su "oficina" (administración de la planta) en la pampa antofagastina fue Pedro Marinkovic y su empresa llevaba su propio nombre. Poco después se inician en esas mismas actividades, en Iquique, Stijepovic y Kralievic, fundando "oficinas" "Diana" y "Constancia", respectivamente. Como el salitre despertará cada vez mayor interés en el mercado internacional, en 1890 también los hermanos Luis y Pedro Mitrovic se suman al grupo de empresarios salitreros.

En contados años, los Mitrovic llegaron a poseer una cadena de "oficinas", iniciando así su ascenso a la categoría de verdaderos magnates. La veloz evolución y prosperidad de empresarios, nombrados, indujo a nuevos compatriotas a dedicarse a las mismas actividades; y pronto, un apreciable número de ellos ocupaba posiciones jamás soñadas. Entre éstas cabe mencionar a Ramagio Gazari, los hermanos Buratovic, Luis Moro, Pedro Pavicic, Juan Sargo, Pedro y Pablo Vodnica, Marcos Cicarelli, los hermanos Banic, Lonza y Martinovic. En aquellos años la colonia croata de Antofagasta, en su conjunto, ya había conquistado una posición económica tan sólida, que su prosperidad llegó a reflejarse ampliamente en la ciudad.

En efecto, hombres de la colonia fundaron la "Usina Eléctrica", y su director fue Luis Mitrovic. Fundaron también al mismo tiempo la "Compañía de Teléfonos", que funcionó durante un largo tiempo bajo la dirección de Jerónimo Jankovic. Pocos años después la firma "Baburica y Lagarique" construye el puerto de Antofagasta. No sería justo dejar de mencionar que no todos los hombres de la colonia que participaron en la colosal empresa del salitre lograron convertirse en magnates; algunos solo fueron modestos tentadores de fortuna, mientras que un número de ellos, nunca conocido, dejó sus huesos en las pampas de Antofagasta, Iquique y Atacama. En relación a esto, y que representa una página dramática de la fiebre del salitre, Nicolás Trevizan, nacido en Bobovisce, isla de Brac, narró con detalles cómo "muchos paisanos" murieron sepultados por tempestades de arena, durante exploraciones de terrenos, o cuando llevaban abastecimientos, a lomo de mulas, a alejadas "oficinas".

Relató también que, cuando vientos contrarios levantaban la arena acumulada, aparecían esqueletos de "paisanos" y de sus mulas. Pascual Baburica y Francisco Petrinovic El hecho de que dentro de una nota, no suficientemente extensa, se dedique un espacio relativamente amplio a dos hombres surgidos de la colonia croata, obedece a dos razones. En primer lugar, porque, al haberse dedicado a diversas actividades empresarias y financieras, y por haber tomado parte activa en el quehacer social, cultural y patriótico de la colectividad, no resultaba difícil obtener datos sobre ellos; y en el segundo, porque, al presentar la obra por ellos realizada será más fácil comprender de lo llevado a cabo por la colectividad en su conjunto.

Pascual Baburica nació en Kolocep, comuna de Dubrovnik, en 1875. Emigró a Chile en 1892, estableciéndose en Iquique, donde se empleó en la firma de su coterráneo Lujak. Joven dotado de talento, y de una iniciativa poco común en esa edad, pronto se destaca en dicha firma. En 1893 ya se independiza, fundando su propia empresa comercial. Poco tiempo después se une a Ramagio Gazari, y entre ambos organizan centros abastecedores de "oficinas" salitreras. Fue en su nueva empresa donde Baburica pone de manifiesto más notoriamente su inteligencia y afán de progreso, con lo que se gana la confianza de connacionales y la buena voluntad de autoridades chilenas. Antes del fin del siglo, cuando aun no había cumplido los veinticinco años, Baburica inicia la compra de empresas salitreras; en otras ingresa en calidad de accionista.

Así surgieron las firmas "Baburica, Lukinovic y Cía.", "Baburica, Cicarelli y Cía." y "Baburica, Bruna y Cía". Algunos años más tarde, en 1913, con Francisco Petrinovic, funda una nueva firma salitrera, con el nombre de "Baburica, Petrinovic y Cía.". Fue en esa ocasión cuando se unieron por primera vez dos hombres de negocios croatas, complementándose y apoyándose mutuamente durante largos años, hasta el fallecimiento de Baburica. En el mismo año 1913, las empresas salitreras de Baburica, junto con las firmas "Marinkovic y Cía.", "Mitrovic y Cía.", "Juan Sargo y Cía." y otras de menor volumen, llegaron a controlar el 63 por ciento de la explotación salitrera, y negocios anexos de salitre. Antes de estallar la Primera Guerra Mundial las actividades de este magnate habían traspasado las fronteras de Chile. En numerosas ciudades y puertos de América y Europa, en Liverpool y Londres en primer lugar, funcionaban otras empresas o agencias de Baburica.

En su ininterrumpido avance, el nivel más alto alcanzado por este hombre extraordinario prodújose entre los años 1920 y 1925, cuando totalizaban 23 sus plantas de salitre. En ese mismo tiempo era dueño también de emporios abastecedores de "oficinas" en general. Poseía maestranza, empresas industriales, diversas empresas de transportes, compañías de seguros. A su vez, era propietario de grandes edificios en Valparaíso, Santiago, Antofagasta e Iquique, y accionista de instituciones bancarias. Una importante finca en Valparaíso, y la "Hacienda Ñuble y Rupanco", esta última dedicada a la fabricación de quesos, fueron también propiedad suya. Después del año 1920, al fundarse sociedades navieras en Split y Dubrovnik Baburica ingresa en dichas sociedades en calidad de uno de los accionistas más importantes. Años después, junto con Petrinovic, intervino en la fusión de aquellas sociedades en "Compañía Atlántica de Navegación Ivo Racic S. A.".

Algunos de sus contemporáneos en Santiago afirmaban que en un tiempo fue accionista de la empresa de su amigo y coterráneo, magnate naviero croata-argentino, Nicolás Mihanovic. Toda la fortuna de Baburica nunca fue bien conocida. Unos pocos sobrevivientes, entre sus contemporáneos de Valparaíso y Santiago, afirmaban que dicha fortuna superaba los 1.000 millones de dólares. Respecto a bienes que manejaba se tejieron no pocas versiones; y una de ellas, que no pudo ser confirmada, sostenía que Balburica fue el firmante del cheque con cifra más fabulosa de su tiempo contra una cuenta bancaria particular en un banco de Londres. El nombre del banco, y la cantidad girada no fue posible conocer.

En 1956 ya no era fácil rescatar datos respecto a algo que habría sucedido treinta años antes. Lo que antecede constituye al menos algunas facetas de la intensa vida de Pascual Baburica como empresario y hombre de finanzas. Pero en el reverso de esa personalidad tan definida, y en abierto contraste para el concepto de muchos, había otra imagen, la imagen de un hombre tierno, comprensivo, de corazón abierto; la de un benefactor y filántropo; la de prototipo de dálmata. Como hijo de la otrora libre República de Dubrovnik, fiel a sus más arraigadas tradiciones, Baburica vivió y actuó siempre como un hombre libre, como demócrata, como un buen croata. Hombre de empresa, supo amasar riquezas, pero también supo realizar obras sociales y humanitarias en el medio en que se hallaba, y también en Croacia.

A muchos de sus centenares de obreros y empleados, chilenos y croatas, ayudábales a superarse social y económicamente. Ayudaba monetariamente a las instituciones sociales, culturales y patrióticas croatas, formando parte, de alguna manera, de todas ellas. Durante la Primera Guerra Mundial una y otra vez enviaba abultadas sumas de dinero a los croatas prisioneros de guerra, a través de la Cruz Roja; otras sumas, igualmente abultadas, donaba al fondo de propaganda aliada. Concluida aquella contienda, aunque no con resultados que él esperaba, pues, según lo expresara ante algunos de sus amigos, "se dejaron de un lado los 14 puntos del Presidente norteamericano Woodrow Wilson", Baburica desborda su generosidad a favor de necesitados en Croacia.

Su ayuda se materializa a través de las instituciones "Domus Cristi", "Blago Dilo", "Javna Dobrotvornost", "Dom Staraca" y "Dicje Zakloniste", todas en Croacia. Hace construir escuelas e iglesias, y funda el "Instituto Rugero Boskovic". Además, reiteradamente enviaba ayuda monetaria al fondo de "Hrvatski Radisa" (El Croata- Laborioso) de Zagreb, la más grande y benemérita institución en el país, a través de la cual aprendieron artes y oficios, y recibieron enseñanza secundaria muchas decenas de millares de jóvenes croatas. Empero, ese hombre singular no fue menos generoso con su segunda patria, Chile.

Donó allí a la comunidad su fundo en Los Andes, destinándole a una escuela agrícola, y dinero para su sostenimiento. En efecto, en el fundo fue levantado el "Instituto Agrícola Modelo Pascual Baburica", que fue dirigido durante largo tiempo por el ex- gerente general de las firmas de Baburica, Bosko Babarovic. Dejó su finca "Olivares" (hay Parque Salitre), en Valparaíso, a la comuna de dicha ciudad. En la finca había hecho plantar árboles nobles de lugares más remotos, figurando entre esos árboles un nogal, un olivo y una higuera, traídos expresamente desde Dalmacia.

Donó dinero para la fundación del "Instituto para la Investigación de las Enfermedades de la Sangre", al que después de su muerte financiara su sobrino Juan Baburica. Hizo entrega también a la ciudad de Valparaíso de su Galería de Cuadros, 99 obras en total, pintadas por cotizados maestros del siglo pasado y del presente. Dicha donación dio lugar a la fundación del Museo de Bellas Artes, de la calle Condell. Además, en no pocas ocasiones ayudaba económicamente a la fundación "Jadranska Vila" (Hada del Adriático), de Santiago.

En 1929 Baburica se retiró del negocio de salitre, vendiendo todas sus empresas a la firma inglesa "Guggenheim". Poco después murió, dejando una trayectoria de hombre de bien, y quedando en paz con Dios, con el pueblo chileno y con los croatas. Francisco Petriovic Karlovic: Otro inmigrantes que en su época desempeñó un notable rol en la obra de progreso de Chile, fue Francisco Petrinovic Karlovic, nacido el 13 de marzo de 1882, en Supetar, isla de Brac. En 1900, luego de finalizar sus estudios secundarios, y disconforme con la realidad en que se debatía su tierra natal, gobernada por los Habsburgos, emigró a Chile. Radicóse en Antofagasta, donde, durante un tiempo, fue empleado de la firma "Ivanovic Hnos. y Cía.".

En 1906, se radica en Santiago, para fundar allí una empresa comercial e industrial. En 1913 ingreso en la firma salitrera "Baburica, Bruna y Cía.", la que a partir de entonces es conocida por su nueva denominación, "Baburica, Petrinovic y Cía.". Dieciséis años después, cuando se inició la venta de las grandes empresas salitreras, también ésta fue vendida a la firma inglesa "Guggenheim". En el mismo año 1929, Petrinovic reestructura su firma comercial de Santiago, conocida a partir de entonces bajo el nombre de "Francisco Petrinovic y Cía.", en la que incluye negocios diversos, transportes marítimos, industrias y su "Hacienda Chacabuco", productora, envasadora y exportadora única de aceite de oliva chileno. Simultáneamente, organiza otra empresa en Londres, denominándola "Francisco Petrinovc y Cía. Limitada".

También fue uno de los principales accionistas de "La Fabulosa Mines Co.", productora de estaño, con sede en La Paz, Bolivia. Lo mismo que Baburica, a quien le unían no solo asuntos de negocios sino, primordialmente, una sincera amistad, afecto y convicciones comunes, también Petrinovic aporta capitales a sociedades navieras surgidas en Split y Dubrovnik; que luego, como fuera dicho, se fusionan en la "Compañía Atlantia de Navegación Ivo Racic S.A.". Y en 1939 funda su propia empresa de navegación transoceánica. No será difícil imaginar cuánta dedicación y cuán enormes sacrificios representaba para este hombre la atención de tan numerosos y variados negocios. Sin embargo, cometeríase un error si se creyera que dicha atención podía impedir vivir confundido con su colectividad, o formar parte de sus instituciones y ayudarlas económicamente.

Supo él estar siempre en todas partes, y cumplir con todas sus obligaciones. Bregó incansablemente por la separación de Croacia del Imperio Austro-húngaro, y con más determinación durante la contienda de 1914. (Sobre la actitud asumida por Petrinovic en aquellos años, que fuera cuestionada y polemizada en su tiempo, se hablara más adelante). Francisco Petrinovic amó entrañablemente a su isla, Brac, y a su provincia, Dalmacia, de la que decía era "un rincón del paraíso". Su amor él lo practicaba, a lo largo de su vida, y en primer lugar, prestando ayuda económica a su pueblo natal, Supetar, y a su isla, en forma directa, y apoyando instituciones culturales y caritartivas de Croacia toda. También, en repetidas ocasiones, enviaba importantes sumas de dinero a la institución "Hrvatski Radisa", de la capital croata.

A esta altura de la narración cabe admitir la posibilidad de que algunas interesantes facetas de la vida de Francisco Petrinovic no fueron muy conocidas, razón demás para hablar de las conocidas. Se ha dicho más arriba cuánto ha amado este hombre a la tierra que lo vio nacer. Sí, la amó tanto que no concebía entregarse al último sueño en ningún otro lugar. Por eso, en la plenitud de su vida, diseñó con su propia mano, y luego hizo construir un monumental mausoleo en su pueblo natal, dejando a su familia un ruego supremo en el que pidió que, dondequiera se extinguiera su vida, sus restos fueran trasladados a ese mausoleo, al lado de sus padres. La conmovedora resolución es precisamente una de las facetas poco conocida de Petrinovic. De la misma faceta habla también el propio mausoleo, del que, como fue dicho, él mismo fuera artífice intelectual. Lo construyó el escultor splitense Toma Rosandic, y era su obra maestra en su tipo. Las líneas arquitectónicas del mausoleo, sus ornamentos y símbolos, su portal de bronce en el que, en altos relieves, es presentada la eterna lucha entre el bien y el mal, con el triunfo del bien, más otros detalles que armonizan con el conjunto, constituyen un himno sublime de devoción, de recogimiento, plegaria, piedad y amor; amor a lo eterno, amor a sus padres, amor a su patria.

Y en ello precisamente ha quedado reflejada la vida, la verdadera vida de Francisco Petrinovic. A fin de conocer algo más sobre esta interesante figura, este autor, entre otros, preguntóle en una ocasión a su hermano Jorge, cómo era, cómo pensaba y qué se sentía Francisco. En su respuesta quedó todo definido. "No puede negarse que Francisco fue un hombre de empresa, un hombre de finanzas, un caballero de los solares de Nueva York y Londres. Pero su verdadera esencia fue otra. Era un hijo cariñoso, un padre y esposo tierno, un buen hermano, un amigo leal. Era piadoso y creyente. Se sentía un hombre libre, un demócrata. Se sentía también un "veliki" (gran) supetrense, un "veliki" Bracense, un "veliki" Dálmata, un "veliki" croata, y tanto se sentía croata que a su hijo, nacido en Inglaterra, lo bautizó con el nombre de Ivo. Y todas esas cualidades armonizaban en él". Luego añadió: "Si después de tantos "veliki" aun ha quedado algo, que con ese "algo" se quedan los que se lo disputan". En los mismos términos, respecto a la personalidad de Petrinovic, se expresaba el doctor Ilic, su ex apoderado en Split, refugiado en Chile después de la última contienda.

Hubo también otros croatas quienes, con su trabajo y sacrificio fueron la fuerza motriz del milagro del norte chileno, y que prestaron innegables servicios a su tierra natal. Entre los muchos que fueron, cabe mencionar a los Buratovic, Palaversic, Ivanovic, Gazari, Lukinovic, Marinkovic, Lujak, Mitrovic, Sargo (el benefactor de Milna). Cada uno de ellos se hizo merecedor de largos capítulos en esta nota, pero faltaron datos para ello. Es que en 1956 había quedado atrás la hora 24 en la vida de la vieja colonia.. No obstante, como una sincera expresión de gratitud hacia ellos, y hacia aquellos quienes ni sus nombres dejaron, lo menos que puede hacerse es reconocer que, de alguna manera, posibilitaron el surgimiento de aquellos dos gigantes de la Croacia emigrada: Pascual Baburica y Francisco Petrinovic.

Reflexiones sobre algunos hechos políticos, ocurridos en 1916, en los que Petrinoc debió jugar un papel protagónico. Sin que ello represente una desviación en el tema que hasta aquí se sigue antes de proseguir es necesario hacer algunas reflexiones sobre ciertos hechos ocurridos en la colonia croata de Chile a mediados de la Primera Guerra Mundial. Como se sabe los hombres de la colonia procedían todos de Dalmacia, litoral de Croacia y, en número no elevado, de Istria. Por lo tanto, todos eran croatas, y sería monstruoso, ponerlo en duda. Pero dichas provincias croatas -verdaderos almácigos de emigrantes- por espacio de varios siglos, permanecieron sometidas y formaban parte de Austro-Hungría. En consecuencia, la colonia croata en Chile oficialmente era considera austrohúngara. Al estallar la guerra de 1914, presentósele a la colonias a sus hombres de empresa en primer lugar, una situación imprevisible.

Por considerarlas propiedad de ciudadanos de un país enemigo, sus empresas de salitre, y otras del resto de Chile, era registrada por los Aliados en su "Lista Negra". Frente a la nueva situación, aquellos empresarios, con Baburica y Petrinovic a la cabeza, apelaron a todos los recursos posibles para que se los excluyera de aquella Lista, pues les amenazaba una ruina total. Es que su mejor mercado eran precisamente los países constituídos en Aliados, y estos se les cerraban sin contenplación alguna. A todo esto, ya en los comienzos de la guerra algunos emigrados y refugiados políticos croatas, eslovenos y serbio, residentes en París y Londres, con miembros del gobierno serbio en exilio, planificaban la organización de un movimiento pro unificación de eslovenos, croatas, montenegrinos, macedonios y serbios en un solo Estado. Como expresión inmediata de ese plan surge en la capital británica el llamado "Comité Yugoslavo", en cuyo programa de acción figura la realización de una intensa propaganda entre emigrados de nacionalidades arriba mencionadas a favor de la unificación de sus respectivas patrias.

Figuraba también el reclutamiento de voluntarios que entrarían en acción en momento oportuno para ayudar a materializar aquel objetivo. En lo básico, en esto consistía la llamada "Idea Conductora" (Misao Vodilja) del "Comité Yugoslavo", en el que ingresaron, por iniciativa propia, los doctores Trumbic y Supilo, y el escultor Ivan Mestrovic, croatas. Conocedor de la existencia y de las aspiraciones del flamante organismo, en un todo coincidente con la línea política aliada de aquel momento; conocedor también de la angustiosa situación por la que atravesaban los empresarios de origen croata en Chile, debido a su inclusión en la "Lista Negra", un alto personaje de un país aliado, amigo de Petrinovic, sugirióle a éste su adhesión, y la de sus compatriotas empresarios al "Comité Yugoslavo", como paso previo a la exclusión de sus empresas de la "Lista Negra".

La opción de aquellos empresarios, en especial los salitreros, consistía en adherirse al organismo surgido en Londres, o correr el riesgo de su quiebra. No quedaba margen para una tercera posición. Y Petrinovic, y demás empresarios, adhirieron. La concretización inmediata de dicha adhesión fue la fundación del "Comité de Defensa Nacional" (Narodna Obrana), con sede en Antofagasta. En 1916 realizóse en Antofagasta un congreso de "Obrana", convocado para hacer conocer a los delegados asistentes los alcances de la "Idea conductora", y determinar, a su vez, cuál habría de ser el camino que seguiría la colonia a partir de entonces.

Según lo manifestara Jorge Petrinevic en 1956, la mayoría de congresistas aceptó los términos de "idea conductora"; no así, sin embargo, ciertos delegados encabezados por Milivoj Paravic, quienes estuvieron de acuerdo con los objetivos de la política de guerra aliada, especialmente con el punto que se refería a la liberación de pueblos oprimidos por Austro-Hungríá, pero dejando puntualizado que ni Antofagasta, ni París, ni Londres eran lugares apropiados para tratar sobre el futuro de Croacia.

Esta posición fue pasada por alto. A partir de entonces la colonia no solo quedaba adherida al "Comité Yugoslavo", sino que ayudó a sostenerlo con fuertes sumas de dinero. Después del congreso de Antofagasta las viejas instituciones croatas fueron desapareciendo. Hasta aquí el papel que le tocó desempeñar a Francisco Petrinovic en un momento crucial para la vida de la colonia croata en Chile.

La colonia en el sur de Chile

La llegada de primeros emigrantes croatas al sur de Chile tuvo lugar al promediar el siglo XIX. En ese tiempo el estrecho de Magallanes fue la única, vía de comunicación entre el Atlántico y el Pacífico. Por esa vía, transportando producto y mercancías a Chile y Perú, surcaban veleros españoles, genoveses, triestinos, ingleses y, según afirmaciones de viejos navegantes, también los de Dubrovnik. Al llegar a Punta Arenas, posiblemente atraídos por el oro, cuya existencia en Magallanes no era desconocida por europeos, era inevitable que algunos tripulantes de veleros desembarcaran allí. Entre aquellos tripulantes casi siempre hubo croatas; lo que no resultará difícil explicar si se tiene en cuenta la secular tradición marítima croata,, pues ya en los comienzos del siglo X Croacia fue una potencia marítima de primer orden. En consecuencia, los hombres de las costas de Dalmacia y del litoral croata todo, siempre eran atraídos por el mar. El capitán Bozo Bogunovic, nacido en Bacina, distrito de Makarska, quien llegó al Río de la Plata en 1873, y murió en Buenos Aires cincuenta y cinco años después, afirmaba que marinos dálmatas, istrianos y litoraleños croatas, tripulantes de veleros de distintas banderas europeas, fueron los fundadores de pequeñas colonias croatas en la Argentina, Uruguay y Chile.

En la época señalada el territorio de Magallanes contaba solo con una escasa población, y Punta Arenas era un pequeño poblado. Por entonces las autoridades no oponían obstáculos al ingreso de extranjeros, y solo se llevaba sobre ellos un control rutinario. Pero debido a aquella falta de control siempre ha resultado difícil obtener datos respecto a los inmigiantes croatas, u otros, establecidos en el sur chileno en la primera hora. Hilvanando relatos de viejos residentes, y de descendientes de aquellos que se establecieron allí en aquella primera hora, se llega a la conclusión que entre los primeros -posiblemente los primeros- croatas llegados a Punta Arenas figuraba el piloto Pedro Zambelic y el capitán Mateo Paravic, oriundos ambos del litoral de Croacia. Y fue en 1866.

En los años siguientes, nuevos tripulantes desembarcaron en aquel poblado, y se inició la inmigración propiamente dicha de familiares y coterráneos de los ya establecidos. Por encontrarse Punta Arenas en aquel entonces en un proceso de organización, algunos de los inmigrados participaron desde el primer momento en ese proceso, interviniendo en obras de progreso y formando parte de instituciones locales. Tal era el caso, entre otros, de Simón Paravic (hijo de Mateo), Andrés Svilicic, Mateo Mihaic, Natalio Foretic, Pedro Sgombic, Esteban Bundolic, Simón Pisulic, Jorge Skarmeta, Tomislav Goic, los hermanos Radulovic, los Kordic, Misetic y Radulic. El piloto Pedro Zambelic, después de efectuar peligrosas exploraciones, y realizar prolongados estudios, confecciona y luego entrega a las autoridades locales la hasta entonces más completa carta topográfica de Magallanes.

Natalio Foretic inicia la construcción de primeros edificios y viviendas que el proceso transformador de una aldea en ciudad reclamaba, figurando en primer lugar el edificio del "Banco de Tarapaca y Argentina", la maestranza naval, el apostadero naval y la Administración del Puerto. Simultáneamente, Simón Pisulic organiza los primeros hornos de ladrillos; mientras que los hermanos Radulovic se dedican a la búsqueda de oro. En 1874 el número de croatas afincados en Punta Arenas se acercaba a 200, y algo menor era el del resto de Magallanes. Ese mismo año Pedro Zambelic había adquirido el cuter "Juanito", en el que transportaba mercaderías en general entre aquel estrecho y el puerto de Valparaíso. Su ejemplo lo sigue Esteban Bundolic, con su cuter "Dalmacia", transportando carga general entre Punta Arenas y los canales sureños.

Mateo Paravic, y su hijo Simón, con sus cuters "Bakar" y "Kvarner, realizan viajes regulares entre el sur de Chile y la Patagonia argentina. Por su parte, Andrés Svilicic, propietario de la goleta "Sara" y del cuter "Jadran" inagura su propia línea de transportes, entre Punta Arenas y los puertos intermedios hasta Valparaíso. A la misma ruta se incorporan Radulovic y Misetic, con su goleta "Rosario", y los hermanos Kordic, con su cuter "Josefina". Si se tiene en cuenta la fragilidad de las embarcaciones utilizadas en esas travesías, en la mayoría de los casos impulsadas solo por velas, más la peligrosidad de los mares sureños, la intrepidez de aquellos marinos croatas es apenas creíble.

A fines de la década de 1890, el número de croatas establecidos en Punta Arenas y el resto del territorio de Magallanes era de cerca de dos mil. Tal fue la cifra registrada por la "Sociedad Dálmata" de la nombrada ciudad. Los nombres de la mayor parte de establecidos en la misma década quedaron en el anonimato al desaparecer dicha institución. De algunos, sin embargo, y debido a que se destacaron en el quehacer del territorio, no solo quedaron bien registrados sus nombres, sino que, a lo largo de varios decenios eran recordados con respeto y cariño por los pobladores. Se trata de Natalio Simunovic, Francisco Brzovic, Gregorio Tomasevic, Juan Ansic, Juan Depolo, Jorge Jordan, Vicente Kusanovic, Antonio Tafra, Felipe Turina, Antonio Mimica, Jorge Smirak, Antonio Marusic, los hermanos Zamjanovic, los hermanos Bonacic Doric, los Domic, Goic, Boric, Katunaric, Mladineo, Peric y Pedro Hrdalo.

En efecto, los hermanos Bonacic Doric fueron los fundadores del primer astillero naval no solo de Punta Arenas sino de todo Magallanes, conocido con la denominación "Astilleros Navales Bonacic Hnos. y Cía.", pioneros de la industria naval del sur chileno. Al geólogo Gregorio Tomasevic le tocó ser descubridor de ricos yacimientos cupríferos en Cuter Cove. Pedro Svilicic es nombrado miernbro del Consejo Civil y Naval, y participa en el gobierno del territorio. Con su iniciativa se llevan a cabo importantes obras públicas. Pedro Hrdalo funda el primer periódico del territorio, "El Magallanes". Colaboraron en el mismo Jorge Jordan, Lucas Bonacic Doric y Juan Arsic. Además, a iniciativa de Jordan surge la "Sociedad de Bomberos Dalmacia", integrada en su totalidad por hombres de la colectividad, y sostenida por ésta: A fines de la misma década de 1890 algunos miembros de la colectividad comenzaban a dedicarse a la cría de ganado lanar, actividad en la que veían un gran futuro. Convencidos, que todas aquellas iniciativas que se originaban en la colonia florecían y daban excelentes frutos, las autoridades del territorio facilitó tierras para ese fin a numerosos reisidentes.

En contados años muchos croatas de Magallanes contaban con millares de cabezas de ganado. En cantidades cada vez mayores, carnes y lanas del sur chileno ganaban mercado en Europa, lo que representaba para Chile una importante fuente de ingresos. Entre los artífices del nuevo mi]agro socioeconómico cabe destacar a Francisco Brzovic, Antonio Mimica, Felipe Turina, Natalio Simunovic, Jorge Zmirak, Antonio Tafra, Antonio Marusic, Jorge Jordan, los hermanos Katunaric, los hermanos Goic y Vicente Kusanovic. Kusanovic, a poco de iniciarse como ganadero, vivió una experiencia que por muchos años recordaba todo Magallanes. En cierta ocasión se había desencadenado una de las frecuentes tormentas de viento y nieve sobre la zona donde se encontraba su ganado. Temió perderlo todo; pero no desesperó. Acompañado por dos coterráneos, desafiando al elemento, dirigióse a la zona castigada.

Con manos semicongeladas arrancaban a los animales de la nieve, arrastrándolos luego a lugares protegidos por rocas y árboles. Alimentándose con el pan seco, tocino, aguardiente y nieve, trabajaron sin descanso durante siete días. Para no perecer congelados, las siete largas noches sureñas las pasaron entre ovejas. Fue así como Kusanovic y sus dos acompañantes salvaron la mayor parte del ganado. Como habían transcurrido nueve días sin que regresaran ni dieran señales de vida, los amigos de Punta Arenas oficiaron una misa "por el eterno descanso de sus almas". Así, gracias a su esfuerzo de aquella larga jornada, pocos años después Kusanovic llegó a contar con 25.000 ovejas.

A partir de 1900 ya era notable la presencia de inmigrantes croatas en todo el territorio sureño, y no hubo una sola actividad social, cultural o económica en las que ellos no estuvieran representados. Su fuerza numérica, por otra parte, aumentaba cada año, para alcanzar en 1914 la cifra de cuatro mil, residiendo en su mayor parte en Punta Arenas. Algunos ex- presidentes afirmaban que en esa época "una mitad de los habitantes de la ciudad hablaba el croata, y la otra mitad lo entendía". Por su parte, chilenos hijos de croatas, nacidos en Punta Arenas, y que en 1956 irían en Santiago, lo mismo que algunos otros chilenos que habían conocido dicha ciudad, entre estos el general Mario Bravo, coincidían en afirmar que difícilmente colonia extranjera alguna llegó a armonizar tanto con el elemento nativo como lo supo hacer la colonia croata. Sin embargo, fuera de Chile, de todo esto muy poco se sabía en el mundo. Poco se sabía inclusive en países del continente. En efecto, en 1955 encontróse el que escribe, en un café de la calle Bandera, de Santiago, con dos periodistas que acababan de visitar aquella ciudad sureña. Como quien supiera demasiado, afirmaban que no era difícil advertir la obra transformadora realizada por la colectividad "Yugoslava".

En sus libretas de anotaciones tenían registradas obras que más les habían llamado la atención, y nombres de personas a las que esas obras se debían en realidad, pero que no eran registradas como croatas. Una verdadera ensalada. Como era natural se les advirtió que carecía de base y de seriedad todo lo anotado; que las realizaciones en el campo urbanístico, industrial, comercial, ganadero, naviero, cultural y tantos otros, eran debidas, en un alto porcentaje, a los integrantes de la colonia croata; que los Zambelic. Paravic, Sgombic, Jordan y Bonacic Doric, registrados en sus cuadernos con otra nacionalidad, eran todos croatas, y que, además, ello no era un secreto para ningún vecino de Punta Arenas. No fue posible averiguar si aquellos dos periodistas publicaron lo que llevaban anotado. Si lo hicieron, y si convencieron, ello se pudo deber al menos en parte, a que los croatas no hicieron conocer la única verdad. Y es hora de hacerlo.

El mundo debe conocer a la Croacia emigrada con la imagen hasta hoy casi ignorada; debe conocerla con la imagen de un ejército de paz, formado por más de 2.000.000 de sacrificados trabajadores, empresarios, industriales, inventores, científicos, profesionales, artistas y sabios; ejército que no hizo ni hará conquistas que nada destruyó ni destruirá, sino,que ayudó a construir la grandeza de ese mismo mundo.

Referencias sobre la colonia del período 1920 a 1939.

Algunos datos estadísticos

Después de 1920 un importante número de croatas residentes en el territorio de Magallanes desplazóse hacia distintos puntos del centro del país. Como consecuencia de los desplazamientos, más las bajas producidas por fallecimientos, en 1939 el número de afincados en dicho territorio había descendido en ese año a menos de 2.000, de los cuales más de una mitad vivía en Punta Arenas. El mismo fenómeno tuvo lugar en el norte, muy acentuadamente después de producidas las ventas de empresas salitreras. Por esta razón, las colonias de Iquique y Antofagasta, otrora muy numerosas, apenas si eran algo más que simbólicas.

Pero al mismo tiempo, las migraciones aludidas, y la incorporación de 4.500 nuevos inmigrados, revitalizaron a las pequeñas colonias existentes en La Serena, Valparaíso, Llolleo, San Antonio, Talca, Rancagua, Valdivia y otros puntos, aumentando considerablemente a la más numerosa entre ellas, la de Santiago. Cabe señalar que durante los tres períodos inmigratorios, el tercero de los cuales terminaba precisamente en 1939, el total de ingresados se acercaba a 22.000. Pero a causa de bajas naturales producidas hasta entonces, debido también a que más de ochocientos de ellos habían regresado a la tierra natal, y que unos 1.500 dejaron Chile para radicarse en la Argentina, Bolivia y Estados Unidos, el total de radicados en el año señalado no pasaba de 8.000.

A causa de la notable disminución de su fuerza numérica, al desgaste físico e intelectual de los hombres de la vieja colonia, y a ciertos hechos de carácter político que se sucedían en la patria, la vida social y cultural de la colonia apenas si era perceptible en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Vida social y cultural de la vieja colonia

La colonia croata en Chile, ya desde su fundación, no se destacó como una comunidad creativa tan solo en el terreno material; ella hizo innegables aportes al medio en que se desenvolvía también en el terreno social y cultural.

Al mismo tiempo, destacábase sobresalientemente entre colonias hermanas, esparcidas por el mundo, en el quehacer patriótico. En efecto, en 1885 fue fundada en Punta Arenas la "Sociedad Dálmata", como centro de reunión de la colectividad. Cinco años más tarde, a iniciativa de Juan Simón Paravic, Pedro Zambelic, Felipe Turina, Jorge Jordan, Jorge Zmirak, Antonio Peric y Lucas Bonacic Doric (autor del libro "El oro maldito"), fue organizada la "Sociedad Croata de Socorros Mutuos", cuya finalidad consistía en socorrer a enfermos y ayudar a menesterosos de la colectividad. En 1901, la nueva institución construye su sede social y el mausoleo. Ese mismo año fue organizado el conjunto orquestal "Tomislav", siendo su director el profesor de música Juan Lokmar. Cooperaron con Lokmar el periodista Miroslav Tartaglia y el profesor Gasic.

Casi simultáneamente fue organizado el grupo teatral, primero en su género en todo Magallanes, y también un coro polifónico. Las actuaciones de estos grupos artísticos representaban grandes sucesos, no solo entre los croatas residentes, sino también entre chilenos y extranjeros afincados en la ciudad. En 1906, a iniciativa de hombres entusiastas y activos, como lo fueron Milivoj Paravic, Juan Pavlov, Juan Trutanic, Jorge Jordan, Juan Skarmeta, Lucas Njiric, Slavko Brncic, Pedro Goic, Mladen Paravic, Pedro Eterovic, Mateo Bencur, Lucas Bonacic Doric, Jorge Kamnelic y otros más, fue fundada la sociedad "Hrvatski Sokol" (El Halcón Croata). Los halcones, o "sokolinos" como se los prefería denominar, practicaban cultura física y deportes en general.

También llevaban a cabo grandes concentraciones y desfiles, haciendo gala de sus vistosos uniformes; particularmente en ocasión de la fiesta patria chilena, y el día 30 de abril, en recordación de la decapitación, por parte de austríacos, de patriotas croatas, Petar Zrinski y Krsto Frankopan. En la misma ciudad de Punta Arenas, la colonia croata llegó a contar con su periodismo propio. En 1906 vio la luz su periódico "Domovina" (La Patria), que fundara el periodista Miroslav Tartaglia, formando parte del cuerpo de colaboradores Lucas Bonacic Doric, el doctor Mateo Bencur, Jorge Jordan, Pedro Grasic, Juan Ansic y Pedro Marangunic. "Domovina" fue un órgano muy querido por la colonia, pues era un medio para cultivar la lengua materna, y mantener encendido el fuego del ideal patria.

En medio de tan numerosa y activa colonia, en medio de tantas instituciones, no podía faltar la presencia de la mujer croata. En efecto, en 1912, a iniciativa de Josefina Mikulicic de Paravic, Apolonia Juricic de Paravic, Apolonia Juricic y María Ansic, surgió en Punta Arenas la nueva institución consistía en realizar periódicamente fiestas sociales y sociedad "Hrvatska Zena" (La mujer croata). La labor principal de la patrióticas, llevar cabo obras benéficas y enseñar el idioma croata a hijos de residentes. En 1916, con el propósito de reafirmar su carácter de institución patriótica, "Hrvatska Zena" adopta el nombre de la heroína nacional croata Katarina Zrinski. 

También en el lejano norte la colonia desarrollaba actividades sociales, culturales y patrióticas. En 1892, los residentes en Antofagasta fundaban la "Sociedad Dálmata de Socorros Mutuos", que era apoyada por toda la colectividad. En 1898 fue organizada en la misma ciudad la sociedad "Hrvatski Sokol" (El Halcón Croata), institución que atraía a jóvenes de origen croata, deseosos de practicar cultura física. Además, en 1902, cuatro años antes de que ello se llevara a cabo en Punta Arenas, aparece en Antofagasta el periódico "Sloboda" (La Libertad), siendo su director Juan Krstulovic.

Nueve años después vio la luz en la misma ciudad otro periódico, "Pokret" (El Movimiento), que editaba Mateo Skarnic. La colonia croata supo en todo momento reconocer y agradecer al país y al medio ambiente en que se desenvolvía, la prosperidad que allí había logrado. Su reconocimiento y gratitud las pusieron de manifiesto los hombres de la colonia, contribuyendo grandemente al bien común de Iquique y Antofagasta. Participaron con su labor y monetariamente en el mejoramiento del aspecto urbano de las dos ciudades; financiaron la construcción de no pocas escuelas; construyeron y ornamentaron la plaza principal de Antofagasta, y en ambas ciudades fundaron y sostuvieron económicamente sendos cuerpos de bomberos, que en los dos lugares se denominaban "Sociedad de Bomberos III Compañía".

La imagen de la colonia entre los años 1946 1956 Entre 1946 y 1956 no hubo emigración de croatas hacia Chile, y los grupos no muy numerosos que ingresaron procedían de campamentos de refugiados de Austria, Alemania e Italia. Los nuevos inmigrados, por su reducido número, no representaba, de modo alguno, un aumento notable en las familias de la colonia, pues, por causas naturales su número seguía disminuyendo. Así, en 1956, el total de residentes croatas en todo Chile era calculado en 6.000, y estos fueron fundiéndose en sociedad chilena, destino final de toda inmigración.

Ese mismo año 1956 continuaban desarrollando sus actividades, en forma no muy dinámica, la institución "Jadranska Vila" y el "Club Croata", y se editaba la revista ilustrada "Jadran", en los tres casos en Santiago. En el campo cultural la colonia fue bien representada por los profesores universitarios Fertilio, Rebune y Weissenberger. Sin embargo, fue precisamente en esos años cuando mejor se apreciaba el fruto de los cien años de trabajo y sacrificio de los hombres de la vieja colonia. A lo largo de 3.000 kilómetros de extensión que tiene Chile, en todas las ciudades, y en los campos, era posible contemplar ese fruto.

En manos, no ya tanto de inmigrantes, cuanto en las de sus hijos, florecían centenares de industrias, grandes y pequeñas, comercios, empresas de transporte, sociedades financieras, compañías de seguros, industrias de la construcción, campos de ganado, viñedos, olivares, pesca y todas las demás actividades que hacen a la vida económica de un país. Por último, el fruto más apreciado de un siglo de lucha y sacrificios de los hombres de la vieja colonia, y del que todos los croatas tienen motivo para enorgullecerse, son los hijos y nietos de aquellos lejanos marinos y ganaderos de Punta Arenas, y de pioneros de la industria salitrera del norte. Entre esos hijos surgieron centenares de profesionales, médicos, ingenieros, arquitectos, catedráticos, científicos, diplomláticos, músicos, artistas. periodistas, escritores, deportistas, hombres públicos y sacerdotes.

Monseñor Boric, obispo de Punta Arenas, es hijo de croatas. También es hijo de croatas el internacionalmente valorado escritor Roque Skarpa, y lo son los periodistas Simón Sterovic, Simón Stanisic y Lenka Franulic (directora de "Ercilla"). Es hijo de croatas Radomiro Tomic (ex- candidato a la presidencia de la nación), y es nieta de croatas por parte materna, la cantante lírica señorita Barrionuevo Ansic, nieta -cabe subrayarlo- de Juan Ansic, destacadísimo miembro de la vieja colonia de Punta Arenas. Hay una anécdota emotiva relacionada con esta cantante, anécdota que constituye la esencia misma del espíritu croatista de la colectividad. En los años 1948-52, esta destacada exponente del arte lírico chileno solía dar conciertos de temporada en su ciudad natal, Punta Arenas, en Valparaíso, Viña del Mar y en Santiago.

Como un broche de oro de sus conciertos, previamente solicitada la venia del público asistente, entonaba el Himno Nacional Croata, "Liepa Nasa Domovino" (Hermosa Patria Nuestra). En una oportunidad manifestó a este autor que lo hacía en homenaje a su amadísimo abuelo Juan, a los hombres de la colonia y a la tierra que diera a Chile hijos tan nobles. ¿Cabe agregar algo más? Está todo dicho. (Mencionado el origen, autorízase reproducción parcial o total). Quinientos años del éxodo croata Katarina Kosaca de Kotromanic fue la esposa del penúltimo rey croata de Bosnia Esteban Tomas Kotromanic. Hija del conde (herzog) Esteban Vukcic Kosaca, el más grande señor feudal de Herzegovina, Katarina en su niñez de religión patarena, conocida en tierras croatas como "bogumila", abrazó el catolicismo antes de contraer el matrimonio con el rey Tomas.

Se destacó por su devoción y apego al pueblo. Edificó varias iglesias y, después de la ocupación turca de Bosnia, tuvo que refugiarse primero en Split y luego en Roma. De allí intento liberar a Bosnia y a sus dos chicos -Sigismundo y Katarina- llevados al cautiverio por los turcos. Lo hizo sin éxito y los dos fueron educados en la doctrina del Islam y murieron en el Imperio otomano sin que su madre los hubiera visto nunca más. Katarina murió el 25 de octubre de 1478 y fue sepultada en la iglesia franciscana de Santa María en la colina Ara Coeli (Roma).

Previendo su no lejana muerte llamó al escribano de la ciudad de Split y con otros testigos croatas de Bosnia. Los franciscanos pusieron sobre su sepulcro la inscripción en "sus caracteres" en idioma croata, que luego, al reconstruir a la iglesia, fue reelaborado en el idioma latín. Los croatas en el mundo entero, especialmente en el exilio, conmemoran esta trágica figura de su historia, considerándola protectora de su secular emigración. Fue la más destacada personalidad -dignatario político- estatal- del éxodo croata, que sigue hoy todavía por la opresión del régimen y la hegemonía de Belgrado en su patria. Cinco siglos de injusticias, creemos, en un futuro próximo terminarían con el triunfo de la justicia. Las plegarias de los croatas ante su sepulcro en Roma contribuirán para la liberación de Croacia, pues Catarina está en el proceso de la beatificación, mientras los católicos croatas en Bosnia, especialmente en la ciudad Sutjeska guardan celosamente recuerdos de la misma, denominando una de sus prendas "catarineas".


El Congreso de Berlin (13/6/1878 - 13/7/1878) y sus consecuencias para Croacia

Con motivo del primer centenario del Tratado de Berlín y la ocupación de Bornia y Herzegovina

Milan Blažeković

El artículo XXV del Tratado de Berlín del 13 de julio de 1878 estipula textualmente: "Las provincias de Bosnia y Herzegovina serán ocupadas y administradas por Austro-Hungría". Con el cumplimiento de ésta, la más breve de todas las estipulaciones del Tratado de Berlin, y a la vez la única que se refería a Bosnia y Herzegovina en todo el Tratado, había comenzado el último acto de liberación de estas dos provincias croatas de la dominación turca, y el primero desde 1463 en cuanto a su reincorporación a la comunidad estatal en la cual se hallaban las demás partes constitutivas del territorio nacional croata —o sea, a la monarquía austro-húngara—. En efecto, mediante la ocupación de Bosnia y Herzegovina por parte de Austro-Hungría, después de haber las mismas formado parte del Imperio otomano a lo largo de cuatro siglos, llegó a su fin el paulatino retroceso del poderío turco en Europa iniciado con la derrota de los ejércitos turcos en los muros de Viena imperial, en 1683. El proceso de decaimiento del poderío turco llegó a tu término con la firma del Tratado de Berlin en 1878, cuyas numerosas cláusulas echaron las bases del futuro orden politico del sur-este europeo. Por lo tanto, los años 1463 y 1878 representan dos hitos y puntos cruciales no solamente en la historia de Bosnia y Herzegovina, sino en la historia de Croacia como tal. De ese modo, el Congreso de Berlín jugó más o menos el mismo papel desempeñado por el Congreso de Viena de 1815, al ratificar la liberación de Dalmacia de la dominación francesa —después de cuatro siglos bajo la soberanía veneciana— y la reincorporación de la misma en la comunidad estatal multinacional con la Croacia septentrional, o sea, a la monarquía de los Habsburgo.

Sin embargo, con este último acto, i.e. con la ocupación y la administración de las provincias de Bosnia y Herzegovina, no ha sido resuelto el problema de la posición de Croacia en la monarquía austro-húngara, pues jamás se había dado cumplimiento al postulado fundamental de la política secular del Sabor (Dieta) croata y del ban (virrey) de Croacia por la integridad territorial e independencia nacional. Las tierras croatas: Croacia sensu strictiori, o sea Croacia bajo la jurisdicción de ban (virrey) (Banska Hrvatska), Dalmacia y Bosnia-Herzegovina, siguieron separadas una de otra tanto después del Congreso de Viena en 1815, como también después de los compromisos austro-húngaro y húngaro-croata de 1867 y 1868 respectivamente. Esta situación no cambió tampoco después de la ocupación de Bosna y Herzegovina en 1878 y su anexión en 1908, sin llegar a formar una unidad politices y estatal con la Croacia en el sentido arriba mencionado, o sea Croacia y Eslavonia y sus partes anexas que formaban la mitad húngara de la doble monarquia; Istria y Dalmacia pertenecían a la mitad austríaca como "Kronland", siendo gobernadas desde Viena; mientras que a Bosnia y Herzegovina las administraba el común ministro de finanzas austro-húngaro como condominio.

Tal situación, sin serias perspectivas de cambio, es uno de los principales motivos por los cuales estas tierras croatas —reinos en el sentido histórico— desertaron de la monarquía austro-húngara en 1918, y buscaron su independencia nacional e integridad territorial fuera de ella.[72]

I

El Congreso de Berlín fue convocado para ocuparse de la cuestión oriental, de la cual se había ocupado veinte años antes el Congreso de París a los postres de la guerra de Crimea (1854-1856). De tal modo la cuestión oriental había imprimido a ambos el carácter de importantes hitos no solamente en la historia de esta cuestión, sino también en la diplomacia de las potencias europeas en general. La así llamada "cuestión oriental" es pues una noción, un problema complejo. Consistió fundamentalmente en la grave situación socio-económica de distintas nacionalidades del sureste europeo bajo el dominio turco y que luchaban por su emancipación, gozando de las simpatías de algunas potencias europeas; en la situación económica cada vez más precaria del mismo Imperio otomano y, como consecuencia de ello, en las distintas relaciones de las potencias europeas con la Turquía adeudada y en el proceso de reorganización mediante reformas ("Tanzimat") o revoluciones.

En el curso del siglo XVIII Austria ya había llevado a cabo varias guerras para liberar a Bosnia y Herzegovina, "pues, debido a la jurisdicción de Austria en Croacia, a estas provincias las han considerado parte de la herencia de los Habsburgo. Finalmente esta cuestión se convirtió en el punto principal de las negocia-clones diplomáticas entre Catalina II de Rusia y José II de Austria. En setiembre de 1782 los dos monarcas llegaron a un entendimiento secreto sobre la partición de la parte europea del Imperio otomano. Este entendimiento llevó a la arena. internacional lo que se denominó la cuestión oriental, asignando a Austria toda la parte occidental de la península balcánica, o sea Bosnia y Herzegovina, como así también de Servia, mientras que Rusia se quedaba con el resto".[73] Pero para Austria esta situación de la cuestión oriental no era por el momento apremiante.. El apremio llegó más tarde luego de las derrotas en Magenta y Solferino en 1859, y en Königgrätz (Sadowa), en 1866, cuando Austria fue excluida no sólo de Italia y Alemania, sino que también tuvo que abandonar el Occidente a favor de Prusia, y volcar sus miradas hacia el Oriente, hacia Salónica y el Mar Egeo. De ahora en adelante la política austriaca era la presión hacia Oriente ("Drang nach Osten"), en la cual encontró amplio apoyo de Prusia. Sin embargo, Austria chocaba con los intereses de Rusia, que se consideraba protectora de los principados cristianos de los Balcanes bajo el dominio turco. Asi, la situación de Bosnia y Herzegovina, situadas inmediatamente detrás de Dalmacia y formando su hinterland, aparte de ser un problema turco, fue y se convirtió primordialmente en una cuestión austro-rusa.

A comienzos del año 1875 estalló en Mostar, Herzegovina, la rebelión agraria a raiz del aumento del diezmo en un 25%. La revuelta obtuvo luego, especialmente al extenderse al territorio bosnio, ciertos fundamentos políticos. Los centros de la rebelión fueron Crni Potoci, bajo el liderazgo de Golub Babić y Petar Uzelac, mientras que fray Bono Drežnjak encabezaba los rebeldes croatas en la zona de Livno[74], y don Ivan Musić cerca de Gabela[75]. A fin de pacificar a Bosnia y Herzegovina, el ministro ruso en Viena, el principe Gorchakov, propuso a Austrio-Hungría la ocupación de las provincias, lo que rehusó el ministro de relaciones exteriores austro-húngaro, el conde Julio Andrassy, temiendo mayor propagación de la influencia rusa en la zona, ya que el 29/I/1875, en la reunión del Consejo de Corona (Kronrat) fue considerada la posibilidad de ocupación de Bosnia y Herzegovina. y para tal eventualidad impartida la "instrucción, en marzo de 1875, para el mariscal de campo José Freiherr von Phillipovich en su carácter de comandante de las tropas previstas para la ocupación de Bosnia y Herzegovina y zonas limítrofes".[76] Los cónsules de las siete potencias europeas, reunidos en Mostar, en 1876, intentaron apaciguar a los insurgentes, prometiendo reformas. En aquella oportunidad el provincial franciscano fray Paskal Buconjić, sometió a los cónsules un memorial con las proposiciones de cómo se podria pacificar la región. No obstante, Servia y Montenegro, declararon la guerra a Turquia en 1876, salvándolos de la completa aniquilación la intervención rusa al declarar, a su vez, la guerra a Turquia en 1877.

Con anterioridad a la guerra turco-rusa (1877-1878), o - sea en julio de 1876, se reunieron en Zakupe (Reichstadt) los emperadores Francisco José I y Alejandro II, y sus respectivos ministros de asuntos exteriores, Gorchakov y Andrássy, y convinieron en la partición de Turquía. En el acta, labrada sobre estas conversaciones, Austria y Rusia preveían para el caso de resultar vencedores los turcos en un conflicto bélico con Servia y Montenegro, impedir el aniquilamiento de los eslavos cristianos y que los mismos retuviesen sus territorios intactos. En cambio, en caso de que Turquía resultara vencida, ambas potencias convinieron en que, en tal supuesto, Servia de ningún modo debería ocupar las regiones situadas entre Dalmacia, Croacia y Eslavonia, o sea Bosnia y Herzegovina, pues si Servia ocupara a las dos provincias, Dalmacia caería en peligro. En tal caso, Austro-Hungría se vería obligada seriamente a pensar en la ocupación de Servia a fin de salvar su litoral. Por ello, y en caso de victoria sobre las fuerzas armadas turcas, Servia obtendría un pequeño incremento territorial cerca de Zvornik y Novi Pazar, mientras que Montenegro recibían una extensión del lado herzegovino (Nikšić), atracadero Spić y regiones en la costa izquierda del río Lim. Todo el resto, o sea prácticamente toda la Bosnia-Herzegovina, anexaría Austro-Hungría.[77]

Este plan del conde Andrassy francasó, pues Servia resultó batida. El ministro ruso Gorchakov presiona a Turquía para concluir armisticio con Servia, mas Turquía rehusó la idea queriendo nuevamente someter a Servia a su poder. A fines de setiembre de 1876 Rusia sugiere a la corte de Viena una intervención con el fin de conquistar: Rusia a Bulgaria, y Austro-Hungría a Bosnia y Herzegovina. La misión del conde Sumarkov Elston fracasa, pues Andrassy logró convencer al emperador de rechazar la sugerencia. Andrassy esperaba conseguir la ocupación de Bosnia y Herzegovina en alguna oportunidad posterior, sin entrar en guerra. Esta se presentó, cuando Alejandro II comunicaba a Francisco José I, el 22 de octubre de 1876, que debe acudir en apoyo a la Servia apremiada. Andrassy acepta la iniciativa rusa y entabla conversaciones diplomáticas secretas con Novikov, embajador ruso en Viena. Las conversaciones se realizaron en Budaest, donde se hallaba en este momento el Emperador. El convenio de Budapest del 15 de enero de 1877 es de carácter militar, en el cual Austro-Hungría pone de manifiesto su benévola neutralidad en el caso de un futuro conflicto bélico ruso-turco. Como contraprestación, el artículo VIII dispone: "Su Majestad el emperador austriaco y rey húngaro se reserva el derecho de decidir, cuándo y cómo ocuparía con sus tropas a Bosnia y Herzegovina".[78] Además, Rusia se obligó de no crear un gran Estado eslavo en los Balcanes, de modo que Servia y Montenegro quedarían separados y no obstruirían la expansión de Austro-Hungria hacia el Este. El Gobierno ruso prometió al Gobierno británico que no se apoderaria de Constantinopla.

De esta manera, Rusia estaba preparada diplomáticamente para una contienda bélica con Turquía. La campan se inició en abril de 1877, y, en diciembre del mismo año —tras la penosa superación de la tenaz resistencia turca en Plevna— las unidades rusas se acercaban a Constantinopla. Desconfiando de las intenciones rusas, Gran Bretaña despacha una escuadra del Mediterráneo a las aguas del Bósforo. Austria, a su vez hizo saber que quería intervenir. Los rusos se ven obligados a suspender las hostilidades e imponer al Imperio otomano condiciones de paz sumamente duras, el 3 de marzo de 1878, en San Esteban, pequeño suburbio de Constantinopla. En virtud de ese Tratado, los turcos aceptan la cesión a Rusia de Kars, Ardahan, Batumi, Alaschkert y Bayazid en Asia y de Dobrudja en Europa, a cambio de 1100 millones de rublos, como parte de indemnización total de 1.400 millones de rublos.[79] Sin embargo, el punto más sobresaliente del Tratado de San Esteban fue la creación de Gran Bulgaria de unos 175.000 km2, que se extendía desde el Mar Negro hasta Salónica en el Mar Egeo, abarcando a Macedonia. Este Estado, que, por lo demás, debía quedarse bajo la ocupación rusa por dos años, aseguraba a Rusia influencia dominante en los Balcanes. Además, Servia y Montenegro, debían agrandarse y, como Rumania, liberarse de toda dependencia de Constantinopla. "Bosnia-Herzegovina debería gozar de autonomía bajo la supervisión austro-rusa".[80]

Las disposiciones del Tratado de San Esteban despojaron a Turquía no solamente de su poder en Europa, sino también representaban la violación de lo pactado con anterioridad entre las potencias europeas, incluso de algunas estipulaciones del Tratado de París de 1856.[81] Por ello, el conde Andrassy propuso a las grandes potencias: Gran Bretaña, Francia, Rusia e Italia la convocatoria de una conferencia general en Viena con el fin de concertar la paz definitiva. Las grandes potencias aceptan la invitación y, a proposición de Grochakov, se elige a Berlín como sede del Congreso, convirtiéndose así el príncipe Otto von Bismarck, el canciller dei Imperio alemán, en el anfitrión y presidente del Congreso.

El Congreso de Berlín se reúne el 13 de junio y termina con la firma del acta general, el 13 de julio de 1878. Sus disposiciones principales son: Montenegro, territorialmente agrandado y con un acceso al mar, fue reconocido como Estado independiente. Rumania y Servia también son declaradas independientes. Bulgaria forma un principado ligado a Turquía, Turquía, siendo reducida a 64.000 km2. Al sur de los Balcanes, Rumelia forma una provincia bajo la dependencia del Sultán en lo político y militar, pero con vasta autonomía local. Rusia adquiere una parte de Besarabia, posesiones asiáticas turcas de Ardahan, Kars y Batumi, quedando a Turquía los demás territorios cedidos por el Tratado de San Esteban. Bosnia y Herzegovina se someten a la administración de Austria. Inglaterra obtuvo el 4/6/1878 la isla de Chipre mediante un tratado directo con Turquía. La navegación por el Danubio se hizo libre desde la Puerta de Hierro hasta el estuario.[82]

Rusia quedé decepcionada con el Tratado de Berlin que no hizo otra cosa que ratificar lo interiormente pactado. Alemania no pretendía nada, como tampoco Francia. Italia se conformó tan sólo con verse reconocida como gran potencia europea. La frase de su representante en Berlín, Corto, sobre las "manos limpias" fue recibida por sus críticos con la observación, que las manos limpias son también "vacías".[83] La inmediata consecuencia del congreso de Berlin y de sus decisiones fue el desmoronamiento de la Alianza de los Tres Emperadores (Alemania, Austro-Hungria y Rusia) que había creado, después de la guerra franco-alemana de 1871, un bloque firme de potencias conservadoras, dominantes hasta entonces de Europa.

II

Asi, pues, la insurrección en Bosnia y Herzegovina, en 1875, dio origen a la guerra ruso-turca de 1877/78 suspendida el 3 de marzo de 1878 con la firma del tratado de San Esteban, cuyos términos, sin embargo, violaron las estipulaciones de los convenios de Budapest del 15 de enero de 1877, lográndose su propósito recién en Berlín el 13 de julio de 1878.[84]

De acuerdo con el mandato del Congreso de Berlín, la ocupación se inició el 27 de julio de 1878 con el XIII cuerpo del ejército croata bajo el mando del general de artillería Josip Freiherr von Filippovich, avanzando desde el Norte. Más tarde entró a través de Dalmacia, en Bosnia y Herzegovina el teniente general Stjepan von Yovanović con el ejército del Sur, ocupando Mostar, la capital de Herzegovina, el 5 do agosto de 1878. El 19 de agosto de 1878 el general Filippovich ocupó a Sarajevo. A fines de octubre de 1878, ambas provincias han sido ocupadas y pacificadas, a pesar de numerosas y a veces sangrientas luchas con los insurgentes servios y restos del ejército otomano.

La primera organización administrativa fue instaurada por el supremo comandante de las fuerzas de ocupación, el general Filippovich quien, como croata y por motivos lingüísticos, hizo llegar al país los experimentados funcionarios croatas como Josip Sertić para la organización de la comuna de Sarajevo, Vladimir Mužuranić, Napoleón von Spun-Stritić, Nikola Badovinac y Milutin von Kukuljević, para desempeñar cargos de jefes de distintos departamentos civiles.

Quizás estas circunstancias personales motivaron al Sabor croata para que el 28 de setiembre de 1878, adoptase un memorial al monarca en el cual se le pide la incorporación de los Confines Militares (una región especial de administración militar en Croacia, sometida directamente al poder de Viena) y de Dalmacia al Reino de Croacia, Eslavonia y Dalmatia, y que la organización de Bosnia y Herzegovina se efectúe de tal manera para que, tarde o temprano, puedan ser incorporadas al mencionado Reino. Este memorial del Sabor croata provocó gran disgusto en Hungría. La prensa húngara reclamó la renuncia del ban croata Ivan Mažuranić (virrey desde el 29/9/1873 hasta el 21/2/1880). Las autoridades húngaras lograron convencer al monarca para que contestara al Sabor croata: "El Sabor croata-eslavonio se excedió de su jurisdicción al ocuparse de Bosnia y Herzegovina."[85]

Es cierto, sin embargo, que en aquel entonces no ha sido posible la incorporación de Bosnia y Herzegovina en alguna de las dos mitades de la Doble Monarquía, ya que el Congreso de Berlín le había otorgado el mandato tan sólo para la ocupación militar, dejando al Sultán la soberanía nominal sobre las provincias.[86] A pesar de ello, y especiamente a pesar del convenio con Turquía del 9 de abril de 1879 sobre la soberanía territorial en las provincias, todas las medidas tomadas por las fuerzas de ocupación y por las posteriores autoridades civiles señalaban claramente que la ocupación seria duradera y definitiva.

Al introducir su administración en las provincias. el Gobierno austro-húngaro se enfrentó con dificultades de índole económica y constitucional: ¿Quién gobernará las provincias? ¿Un gobierno militar o civil? El ejército era una institución común en la Doble Monarquía y por ello había sido lógico que el ejército las gobernase. Sin embargo, eso implicaba un problema financiero. Las Delegaciones (austríaca y húngara, de 60 miembros cada una, que gobernaban a la Monarquía) eran contrarias a la ocupación y por lo tanto no votaran los fondos necesarios para la ocupación. La decisión a favor de un gobierno civil a su vez implicaba una cuestión constitucional: ¿Quién gobernará a Bosnia y Herzegovina? ¿Austria, Hungría, Austro-Hungría, o la corona? Y consecuentemente ¿quién afrontará los gastos del régimen? La solución de estos problemas tuvo que buscarse en dos planos: en el nacional y en el local. Las autoridades centrales en Viena (el ejército, la política exterior y las finanzas eran asuntos comunes en la Monarquía!) debían de-terminar la política a seguir; en cambio el mecanismo de ejecución debía radicarse en las provincias.

El cónsul francés en Sarajevo, un hombre que bien conocía el problema, señaló que en las provincias todo quedó "in suspenso", esperando la respuesta a las preguntas como: ¿Si Bosnia y Herzegovina serán parte de Hungría y de tal manera reconstituirían el famoso Reino de Hungría con el cual estaban soñando Ios húngaros, o si serán agregadas a Croacia y de tal modo presionarían sabre las autoridades centrales en pro de una reestructuración constitucional de la Monarquia en forma de trialismo (en lugar de dualismo existente), con el componente eslavo, o si se evadirá el problema, proclamando a Bosnia y Herzegovina posesión de la corona?[87] Fue adoptada la última solución, convirtiéndose Bosnia y Herzegovina como "Reichsland" en posesión de la corona.

A nuestro modo de ver el Sabor croata no se había excedido de su jurisdicción al formular al monarca su pedido: "La misión, que la Monarquía asumió con la ocupación de Bosnia y Herzegovina, podría asegurarse permanentemente sólo si la organización de la adquirida provincia se adaptase poco a poco de tal manera que sea posible agregarla a la organización del Reino de Croacia, Eslavonia y Dalmacia, vista su relación estatal con el Reino de Hungria."[88]

Esta formulación concordaba con el párrafo 65 del Compromiso húngaro-croata del año 1868, según el cual Hungría había asumido la obligación de reclamar la reincorporación de Dalmacia al Reino de Croacia y Eslavonia. Con la sola incorporación de Dalmacia a Croacia se hubieran eliminado el absurdo jurídico y real ya que Dalmacia formaba parte de la unidad croata, mientras como "Kronland" pertenecía a la mitad austríaca de la Monarquía.

Sin duda, Austro—Hungría tenia varios motivos y razones a su favor como para reclamar en Berlín la ocupación de Bosnia y Herzegovina como ser: las ventajas estratégico-militares y de seguridad en esta arte de la frontera con Turquía, y el problema constante de los refugiados cristianos y su protección. Pero, uno de los títulos más valederos para la ocupación, incluso la anexión, de dichas provincias lo constituye el hecho de que las mismas, al igual que Dalmacia, formaban parte de la unidad nacional y territorial croata, hasta sus respectivas pérdidas en el siglo XV, pues debe considerárselas parte constitutiva del Reino de Croacia, también desde el punto de vista constitucional de Croacia.

III

En prueba de que Bosnia y Herzegovina eran parte integrante de Croacia previo a la conquista turca en 1463, el prof. Dominik Mandić formula varios argumentos de índole geopolítica, constitucional, religiosa y étnica, reunidos en un breve artículo bajo el titulo "Bosnia es croata"[89] y que aquí reproducimos.

1. — La actual Bosnia y Herzegovina carecen de fronteras naturales y, desde el punto de vista geopolitico, no forman una unidad territorial independiente y cerrada. Este ente político es el resultado del proceso histórico-cultural, iniciado a fines del siglo XII bajo el gobierno del ban Kulin y terminado en nuestros días. Por la configuración natural del suelo y por el curso de sus montañas y rios la actual Bosnia y Herzegovina constan de varias partes más unidas a las regiones adyacentes croatas que entre sí. Es por ello que los prácticos romanos adjudicaron las regiones del rio Sava de la actual Bosnia a sus provincias panónicas, mientras que la Bosnia central con, la cuenca del Vrbas superior, Tropolje (los campos de Glamoć, Hlivno y Duvno) y toda la Herzegovina actual la adjudicaron a la provincia de Dalmacia. Con las cadenas montañosas, cursos de sus ríos y con toda su gravitación geopolítica, Bosnia y Herzegovina prolongan, complementan y unen las regiones croatas del Norte panónico con las septentrionales - adriáticas. Sin Bosnia y Herzegovina las regiones croatas estarían cortadas, sin comunicaciones naturales y territorialmente cerradas. El río Drina con su cauce hondo y escarpado entre las altas montañas encierra las regiones croatas y las separa de las regiones servias y los Balcanes centrales. Siguiendo esta línea, los romanos trazaron la línea de la división definitiva del Imperio Romano entre Occidente y Oriente; con la misma coincide la separación de la Iglesia Oriental y la Occidental y de la cultura con los mismos caracteres, orientales y occidentales respectivamente.

I. - Durante las migraciones de Ios pueblos los croatas poblaron Bosnia y Herzegovina y siguen viviendo en ellas permanentemente

2. — Según Constantino VII Porfirogeneta (905-959), a su llegada al sur en 626, Ios croatas se radicaron en: Dalmacia, Ilírico y Panonia. Consecuentemente, los croatas ocuparon al principio toda la Bosnia y Herzegovina de hoy, pues formaban la parte integrante de dichas provincias romanas.

Describiendo la situación política a mediados del siglo X, Porfirogéneta menciona el "terruño Bosnia" al final del capítulo 32 de su obra "De Administrando Imperio", donde habla de los servios. Hizo eso debido a que su contemporáneo, el župan servio Časlav, justamente en aquel entonces (949) ocupó Bosnia y otras regiones croatas hasta los ríos Vrbas y Cetina. Sin embargo, alrededor del año 960 el rey croata Kresimir III reincorporó Bosnia a Croacia. Desde aquel entonces y hasta el año 1918 Bosnia jamás formó parte del Estado servio, ni estaba bajo el poder servio.

3. — También confirma la antigua crónica croata del siglo VIII, incorporada en la crónica "Kraijevstvo Hrvata" (Regnum Croatiae) del siglo XI, que a su arribo al Adriático los croatas ocuparon a Bosnia. Respecto al primer máximo gobernante croata esta crónica dice: "...tomó el reino de Iliria, o sea todo el territorio que se halla aquende Valdemije/Val-de-verso = Vinodol / y hasta Polonija / Polina, antigua Apollonia cerca de Valona / ... y llegaba a Bosnia y bajaba a Dalmacia... la comarca inferior y superior... Y su reino abarcaba Bosnia y Valdemin hasta Polonia, tanto el reino marítimo como el interior...".

4. — Desde los tiempos más antiguos Bosnia ha sido banovina (o sea, una unidad estatal autónoma croata) la que gobernaban los banos (ban = "banus" en latín) ininterrumpidamente hasta el año 1377, cuando el ban de aquel tiempo, Tvrtko I, se había proclamado rey. La dignidad de ban es una institución netamente croata, siendo desconocida por los servios, búlgaros y otros pueblos de la Europa medieval. Por lo tanto, donde gobernaban los banos, debemos deducir que allí también vivieron los croatas, pues sólo ellos pudieron conferir a su gobernante el título genuinamente croata. Así, también la dignidad de ban prueba que en Bosnia vivían los croatas desde los tiempos más remotos y a lo largo de todo el Medioevo.

5. — El ordenamiento social en la Bosnia medieval era croata. En aquellos tiempos Bosnia ha sido estrechamente ligada en lo cultural con las demás regiones croatas. Eso lo corroboran los restos arqueológicos de las iglesias, de los palacios reales y de los potentados, y sepulcros. Todos ellos llevan las características occidentales y croatas.

6. — El cronista bizantino Johannes Kinamos, secretario del emperador Emanuel Comneno (1142-1180), estuvo reiteradas veces con el Emperador en Servia de antaño y en la frontera de Bosnia, es decir, llegaba hasta el rio Drina. Apoyándose en su propio conocimiento él escribe sobre el ban Borić lo siguiente:

"Cuando llegó cerca del río Sava, se dirigió hacia otro rio Drina, que desemboca en otra parte y separa a Bosnia de otra comarca Servia. Bosnia no está sometida al župan (gobernador) servio, pues es independiente; la gente vive de manera peculiar y se gobierna a sí misma."

Kinamos sostiene claramente, gracia a sus propios conocimientos, que en Bosnia no viven los servios, sino otro pueblo, o sea el pueblo croata, pues en aquel entonces, como hoy en dia, no hubo en los Balcanes centrales otros pueblos que no fueren los croatas y los servios.

II. - La conciencia nacional croata de los católicos y musulmanes en Bosnia y Herzegovina

7. — Desde el siglo XII hasta el siglo XV no se registraron mayores migraciones de la población en Bosnia. En esa comarca vivían permanentemente los mismos pobladores autóctonos, de los cuales Kinamos dice que no eran servios. Este pueblo autóctono empezó a destacar su nombre croata con cierta insistencia cuando Bos-nia cayó bajo el dominio turco. Mencionemos tan sólo estos ejemplos:

Cuando a fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI una parte de la población autóctona bosníaca emprendió la huida hacia el Occidente: los bunjevci, los vodeni (= bosnios) croatas, los predavci y otros, se llamaban a si mismos croatas, y así los llamaban sus contemporáneos.

El enviado pontifical A. Burgio escribe en 1526 que "Bosnia pertenece a Croacia". Un otro enviado papal en 1580 acotó que el rio Una "es el río principal de Croacia".

8. — El escritor croata fray Francisco Glavinić, nacido en Glamoč, Bosnia, en 1585 llama su idioma "croata". En su obra "Los comienzos de la provincia franciscana Bosnia-Croacia" escribe: "Los bosnios son la misma nación con los croatas; también el idioma les es el mismo."

Los pobladores autóctonos de Bosnia de religión católica, al alistarse al servicio militar turco, solían llamarse a sí mismos "héroes croatas". Este nombre es mencionado varias veces por el escritor turco Evlija Čelebija, quien repetidas veces viajaba por Bosnia en el siglo XVIII. Čelebija acotó que los pobladores de Piva montenegrina se llamaban "genuinos, puros croatas",

Fray Lovro 'Šitović, de origen musumán de Ljubuški, siempre llamaba croata el idioma que hablaba. En la introducción de su Gramática, dedicada a la juventud de Dalmacia, Bosnia, Herzegovina, Slavonia y Bačka, se dirije a todos con las palabras: "Nosotros los croatas".

9. — Hasta el fin del siglo XII toda la población de Bosnia y Herzegovina era croata, perteneciendo a la religión católica de rito romano. A fines del siglo X aparece en Bosnia la herejía de los bogomili (llamada así por su iniciador Bogomil, sacerdote búlgaro), pero recién en el siglo XIII cobra tanta importancia que a principios del siglo XIV su herejía fue abrazada por la mayoría de los croatas de Bosnia y Herzegovina. Gracias a la labor de los franciscanos de la provincia de Croacia y del Vicariato de Bosnia (1392-1463) los adeptos a la herejía de bogomili han sido en su mayoría reincorporados al seno de la iglesia católica, de modo que al caer Bosnia y Herzegovina bajo el dominio turco en 1463, de toda la población no más del 10% se decían bogomili.

Los croatas bogomili en su totalidad abrazaron el Islam. Los croatas católicos, aunque se incrementaban por razones naturales, retrocedían día a día numéricamente debido a las persecuciones turcas y por la falta de sacerdotes católicos. A fin de preservar su fe católica, más de 300.000 de ellos emigraron a las regiones limítrofes de Croacia libre, y otras regiones no croatas como: Eslovenia, Austria, Bohemia, Hungría, Italia. Por todas estas razones unos 500.000 abrazaron el Islam y unos 50.000 pasaron a la religión ortodoxa.

Hasta las guerras de Viena (1683-1699) los croatas musulmanes convivían estrechamente vinculados a los croatas católicos: en un mismo lugar y de un mismo clan unas familias eran católicas y otras musulmanas; a veces los padres eran católicos y los hijos musulmanes, o el marido musulmán y la mujer católica. Los croatas musulmanes como así también los católicos hablaban el viejo idioma croata ikavski con fuertes matices del dialecto čakavski; seguían valiéndose de la escritura croata llamada bosančica; conservaron muchas viejas costumbres populares croatas en la vida familiar y comunitaria, como así también las vetustas supersticiones populares acerca de hadas, brujas y vampiros. También hoy en día los croatas católicos y musulmanes en Bosnia y Herzegovina forman una separada comunidad linguistica y biológica, distinta de la de los servios inmigrados.

10. — Desde mediados del siglo XV y hasta promediar el siglo XVII los musulmanes de Bosnia y Herzegovina con su espada y su intelecto, sea como jenizares, sea como gobernadores administrativos, llevaron el Imperio otomano hasta su apogeo de poder y magnitud. Veinticuatro croatas, mayormente de Bosnia, fueron grandes visires del Imperio, veintitrés de ellos fueron yernos del Sultán. Algunos de ellos se enorgullecían enfáticamente de su nombre croata de tal modo que los historiadores turcos hasta hoy los distinguen como croatas, a saber: los grandes visires: Mahmud bajá Abogović Veli (santo), Rustem bajá El Croata, Sivajuš bajá El Croata, Murad bajá El Croata, etc. Los demás croatas musulmanes de Bosnia y Herzegovina tampoco renegaban de su nombre y lengua croata cuando se encontraban en el extranjero. En la Adzami oglan, alta academia militar de los jenizares en Constantinopla, y cumpliendo altos cargos estatales a lo largo y ancho del Imperio, ellos hablaban en croata, obligando de este modo a los demás servidores de otros pueblos de Turquía a aprender y hablar el idioma croata, lo que hicieron incluso algunos sultanes, como por ejemplo Solimán magnífico (+ 1566). El enviado vienés A. Pigafetta, en 1567, escribe al respecto: "Hablamos en croata. En Constantinopla es usual hablar croata, idioma que casi todos los funcionarios turcos conocen, especialmente los militares."[90] En los siglos XVI y XVII el idioma croata ha sido el segundo idioma diplomático en el Imperio turco. Mohamed bajá Sokolović (1510-1579), oriundo de Bosnia oriental cerca de Višegrad, al terminar sus altos estudios con distinción, el Sultán Solimán le preguntó de dónde provenía, y éste le respondió: "De los croatas"[91] Sokolović fue el más grande estadista de la Turquía de todos los tiempos.

Ill. - Los válacos y los servios son inmigrantes extranjeros en Bosnia y Herzegovina

11. — En Bosnia y Herzegovina, que eran regiones puramente croatas, empezaron a inmigrar en el transcurso del siglo XI elementos foráneos. Los magnates bosníacos empezaron entonces a traer a los válacos étnicos, de origen mauro-africano, para que se desempeñen como soldados o boyeros y arrieros. Hacia fines del reino de Bosnia en estas provincias hubo cerca de 100 aldeas ("katuni") válacas con unas 15.000 almas, mayormente de religión católica.

La colonización de válacos no eslavos la favorecían los turcos, empleándolos en el servicio militar como tropa de choque ("bašybozuk") y custodios de las fronteras. En el año 1540 en el sandyacato de Bosnia hubo 9.879 casas válacos entre los válacos antiguos y nuevos. Hasta las guerras de Viena (1683-1699) los nuevos válacos turcos hablaban su idioma romano.

12. — En Herzegovina hasta la época de los Nemanjić, y en Bosnia hasta la llegada de los turcos, no bubo servios ni ortodoxos, salvo algunos carreros de mercaderïas a los cuales contrataban los magnates bosníacos y comerciantes ragusinos (de Dubrovnik) para el transporte de la mercadería desde la costa marítima al interior.

Tras la derrota servia en la batalla de Kosovo (1389) los auténticos servios étnicos retrocedían bajo la presión turca, a lo largo de los ríos Ibar y Morava hacia el rio Danubio y Vojvodina. También la gran migración de los servios bajo Arsenije Crnojević en el año 1690, se efectuó hacia el Norte. Históricamente no se puede comprobar si algún mayor grupo de servios étnicos haya inmigrado a Bosnia hasta la ocupación Austro-Hungría en 1878.

Conclusión

La actual población de Bosnia y Herzegovina es del siguiente origen étnico:

Los croatas católicos son en un 95% descendientes de los antiguos croatas católicos de Bosnia y Herzegovina; el 2-3% provienen de los antiguos mauro-válacos croatizados, y el 3-4% de distintas minorías étnicas.

Los musulmanes son descendientes de los croatas bogomili de Bosnia y Herzegovina en un 10-12%; el 85% son croatas católicos islamizados; de origen turco u oriental el 2-3%, y de origen válaco el 1-2%.

Los servios son descendientes de los croatas católicos y bogomiles pasados a la religión ortodoxa en un 33%; de los mauro-válacos no esclavos el 50-52%; de diverso origen étnico un 6%, y de los servios étnicos el 8-10%. La mayoría de los servio étnicos ha Llegado a Bosnia y Herzegovina durante la ocupación de Austro-Hungría y durante la primera y la segunda Yugoslavia. Los croatas ortodoxos y los válacos no eslavos fueron servizados por la Iglesia ortodoxa servia a fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX.

IV

Retrospectivamente, podemos atrevemos a sostener que los factores responsables de la monarquía austro-húngara cometieron dos errores fundamentales en sus relaciones con los ciudadanos eslavos de la monarquia, especialmente en su trato con los croatas. El primer error consiste en rehusar a aceptar la proposición de anexar Bosnia-Herzegovina directamente, postergando esta decisión treinta años. El segundo error está en la omisión de acceder a los constantes reclamos de los croatas en lo que a su unificación nacional y territoial se refiere. Las infundadas pretensiones servias sobre estas dos provincias hubieran perdido de su virulencia frente a un Reino de Croacia consistente de Croacia propiamente dicha, Eslavonia, Dalmacia y Bosnia-Herzegovina. El temor de tener que compartir el poder en la monarquía con una unidad estatal croata y perder la hegemonía absoluta en la misma, no ha favorecido ni su estabilidad ni su duración. El trialismo hubiera sido, quizás, la salvación de este Estado- multinacional. Por el temor al trialismo y a sus consecuencias, o sea a la igualdad absoluta de las principales naciones del conglomerado, los tiros en Sarajevo del 28 de junio de 1914 fueron guiados desde Belgrado y acogidos con indiferencia en Budapest. Austro-Hungría reconoció su error demasiado tarde, pues este error alentaba las equivocas esperanzas de unificación sureslavas de algunos, favoreciendo las ilegítimas aspiraciones servias a aquellas provincias centrales de Croacia. Las nefastas consecuencias del mismo error culminaron en 1918, cuando Servia ocupó a Bosnia y Herzegovina con todas las demás provincias croatas, momento que se considera como la fecha de la creación de Yugoslavia. Su existencia también hoy en día constituye un problema de suma inseguridad y peligro para la paz, teniendo presente en especial la vecindad de las tropas soviéticas y las aspiraciones de Moscú al Adriático.


Cultura

Ivo Lendić - Su época y su poesía

Con motivo de su septuagésimo cumpleaños

A. GAZZARI

Dos generaciones de poetas representan la poesía croata en el exilio: los que emigraron, que dejaron la patria, ya formados y reconocidos en el mundo literario, y los que surgieron y se formaron en el destierro. Lamentablemente, estos últimas son pocos. Es difícil la creación poética en el idioma materno lejos de las fuentes, del manantial de donde se recibe la fuerza espiritual y la forma de la creatividad artística específica. Incluso, podríamos decir, que no existen en esta literatura croata contemporánea, poetas con dichas características, debido, a pesar de todo, a que ellos también se iniciaron en la patria de origen. Allí recibieron primeras inspiraciones, primeras impulsos y fuerzas que desembocaron en sus expresiones poéticas.

Esta situación se torna más patente, cuando el mejor representante de esta generación ,en realidad, uno de los más importantes poetas de la poesía croata en la actualidad —Viktor Vida— desaparece trágicamente y el otro —Srećko Karaman— muere cuando se esperaba, con buena razón, los mejores frutos de su talento. El tercero —Alan Horić— deja el idioma materno y se convierte en un poeta de habla francesa. El cuarto —Zvonimir Katalenić falleció (2-X-78) en el El Bolsón, Argentina, se destacó por su talento poético de valor excepcional tanto en versos castellanos y mucho más en los del idioma croata.

De este grupo nos quedan prácticamente sólo dos poetas con fuerte personalidad, con su estilo propio y con una propia concepción: Lucijan Kordić y Mirko Vidović. Aquí también podríamos mencionar a Boris Maruna, con interesantes innovaciones.

Del primer grupo, igualmente poco numeroso, uno sólo es creativamente activo: Vinko Nikolić, redactor de la importante "Hrvatska Revija" (Revista Croata). Otros aparecen esporádicamente, con alguna colaboración en las revistas literarias que se editan en idioma croata: Antun Bonifačić, Ivo Lendić, Antun Nizeteo. Registramos también tres poetas que pertenecían a este grupo. Dos fallecieron en el destierro, Jeronim Korner y Ljubo Wiesner y el tercero, Raimundo Kupareo, autor de un apreciable libro de poesía, volcó su actividad hacia los estudios estéticos del arte, la literatura, la poesía y otros.

En este breve ensayo nos ocuparemos de Ivo Lendić, un refinado poeta que, como hemos dicho, de tanto en tanto colabora en las revistas literarias. Hacemos esto aprovechando la ocasión de cumplirse 70 años de su nacimiento.

Poéticamente Lendić no pertenece a ninguna escuela literaria en particular, pero sí ideológicamente. En el seno del así llamado movimiento literario "Hrvaska Moderna" (Moderna Croata) que surgió a principios de siglo y terminó en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, aparecieron con el tiempo varias figuras y luego una cierta bifurcación que no se debió a la diferente expresión poética, sino a los distintos puntos de vista ideológicos, filosóficos y sociales. El "L'art pour l'artisme" dejó de existir y los poetas se volcaron a la estructura ideológica de la poesía. De este modo empezaron a formarse, no se puede decir escuelas, pero sí movimientos o manifestaciones que elaboraron su propio modo de pensar, su modo de vivir, su propio mundo. Lógicamente, fueron varias las corrientes políticas e ideológicas que tuvieron mayor o menor influencia en la formación de estos grupos.

Finalmente, en relación con estos movimientos y para hacer frente al pronunciado materialismo y liberalismo filosófico en literatura y la vida cultural en general, se formó un bloque de intelectuales llevados por la idea de cristianizar y evangelizar la vida política, cultural, social y pública en general de las nuevas generaciones. Con este propósito surgió un movimiento católico entre la gente joven, particularmente entre los intelecuales y estudiantes, llamado "Hrvatski katolički pokret" (Movimiento católico croata). Este movimiento, a través de la revista literaria "Luč" (La Antorcha) —fundada en el año 1905— supo reunir al comienzo a un grupo considerable de intelectuales católicos, extendiéndose con resultados mny interesantes.

Defendiendo estas ideas filosóficas, se creó alrededor de este núcleo un movimiento literario, no definido tanto formalmente, cuanto ideológicamente. A estos jóvenes se adhieren algunos poetas de la vieja escuela, anterior al modernismo: Sabić, Pavelić, Poljak, que profesaban un lirismo religioso, casi convencional, opuesto al de los jóvenes y donde la presencia de Dios era profundamente vivida.

Durante, y especialmente después de la Primera Guerra Mundial, este movimiento se consolidó con los aportes de nuevos poetas que, aunque no pertenecían al movimiento, fueron considerados, por su expresión poética, por los motivos y por su fe religiosa, como poetas católicos.

Si bien es cierto que no podemos comparar esta poesía con la de los grandes maestros de la poesía mundial, especialmente con la francesa (ésta ejercía no sólo influencia sino que tuvo también secuaces entre estos poetas croatas) hay que reconocer que llenó un vacío en las letras croatas. Haciendo una comparación en términos universales, no se trata de obra de gran envergadura, pero muchos de ellos poseen indudablemente valores intrínsecos y perdurables. "No es fácil ser poeta: no es fácil ser cristiano; doblemente difícil es ser al mismo tiempo uno y otro" (Maritain).

A esta generación pertenecían las tres figuras más destacadas de aquel movimiento en el mundo poético croata: Djuro Sudeta, Nikola Šop, Ivo Lendić.

Sudeta, desaparecido tempranamente, a los 23 años, consumido por la tuberculosis, fue un lírico sutil, tierno, delicado. Cantó las cosas pequeñas, pero sublimándolas en las dimensiones de su grandeza espiritual y artística. El dolor, la noche, la oscuridad, la muerte fueron los motivos de esta poesía. Aceptó su destino. con pesar, pero sin protesta, sin rebelión.

Šop es en el fondo un humanista. La originalidad y un tono clásico son sus rasgos fuertes. Posee una cierta humildad que atrae. Se hizo famoso por sus motivos poéticos. Introdujo directamente en la poesía la persona de Jesús, no como Dios, sino como un ser cotidiano. Su Jesús es muy parecido al Jesús que paseaba por las aldeas de Judea y Galilea y por el valle del Jordán. Los encuentros del poeta Šop y sus diálogos con este Jesús demuestran una sencillez y una inocencia antes nunca experimentada en la lírica croata. A Šop lo han comparado con Francis Jammes y con Russell. Pero debemos subrayar que Jesús de Šop dista mucho de ser un Jesús hierático, o sublime. Aquí se trata de un Jesús que lee los diarios; que visita la pobre y humilde pieza del vagabundo; que toma un vaso de vino junto a un ocasional agasajador. Un Jesús amigo, apacible, compañero.

Lendić es otra cosa en comparación con las dos primeros (Sudeta y Šop). Es diferente en la expresión artística y en profundidad ideológica. El es más profundo, más espiritual. El espíritu del catolicismo iluminó todo su pensamiento, su creatividad poética, su vida.

Nació Ivo Lendić el 4 de junio de 1908 en Janjina, un pueblo de la península Pelješac sobre el litoral croata del Adriático. Luego de finalizado sus estudios secundarios ingresó en la Universidad de Zagreb (capital de Croacia), graduándose en Ia Facultad de Filosofía en psicología experimental y lógica.

Desde temprana edad sintió la vocación literaria. Ya como estudiante secundario colaboró en algunas revistas especializadas. En el año 1930 edité su primer libro de poesías: "Lirika". Seis años después (1936) aparecieron los "Angelusi".

Este libro, como bien acentúan los observadores de la literatura moderna croata, significó la victoria de la poesía católica contemporánea en Croacia. No es lo mismo la descripción de los crucifijos en los cruces del camino (aunque sea muy poética); la capilla sobre la colina; el cementerio del pueblo entre los cipreses; un cuadro poéticamente dibujado en la procesión de Corpus Cristi, o la búsqueda de Dios en la naturaleza lindante con el panteísmo, que aquel diálogo improvisado por Lendić entre los obreros enfermos y Cristo en la terraza del sanatorio, "en el silencio del brillo matutino del espejo del mar". La primera es una cosa placentera, una pincelada pintoresca, lo segundo, pues, la fe. Diríamos que la sublimación de la fe es el eco más penetrante de la poesía de Lendić. Este sentido adquiere su aparición poética. En este sentido también se declararon con elogios, pero desde el punto de vista estético, los destacados críticos croatas Ljubomir Maraković y Petar Grgec; el esteta Dušan Žanko y los poetas Vinko Nikolić y Ton Smerdel (entre otros). Smerdel, poeta, esteta y crítico literario, consideraba el poema de Lendić "Ave María" una de las más hermosas Ave María de la poesía universal. "Doce obreros enfermos y yo el décimotercero" dio lugar a que se comparara a Lendić con Claudel por su expresión poética (Gerardo Diego, poeta y miembro de la Real Academia Española).

Lendić, profesor, dada su carrera universitaria, poeta por inspiración, fue periodista profesional. Como tal, alcanzó los primeros puestos en el periodismo croata. Fue colaborador y director por largos años de la revista "Luč" y redactor del diario "Hrvatska straža" (Guardia croata) en la página cultural, tratando un rico repertorio de los más variados temas del quehacer cultural de la época.

A este período pertenecen sus muy conocidas polémicas en las que Lendić, como croata y creyente católico, saca a la luz del día las ideas nihilista-comunista del conocido escritor croata Miroslav Krleža. Lendić fue el primero que en Croacia dio cuenta de Krleža cuando nadie osaba siquiera objetar su destructiva acción ideológica entre los jóvenes intelectuales croatas a través de la literatura.

Fue fundador y director de la colección MOSK (Crónica social moderna). Entre los años 1941-45 corresponsal especial en Roma del más importante diario croata "Hrvatski. Narod" (La Náción Croata). En Buenos Aires, donde llegó en 1947 como refugiado politico, fue el director de la revista mensual "Glas Sv. Antuna" (La voz de San Antonio) que editaban los franciscanos croatas.

Lendić se dedicó también a la traducción. Tradujo del italiano al croata a Papini (Gog) y Fagauzaro (Piccolo mondo anticuo); del castellano al escritor argentino Manuel Gálvez (El miércoles santo); del inglés a Jerome J. Kiapka (Tres hombres en el bote - Three men in a boat).

Sus ensayos, estudios, artículos y poesias pueden encontrarse en las publicaciones más representativas, como "Hrvatska Revija" (Revista croata Zagreb), "Hrvatska Prosvjeta" (La cultura croata - Zagreb) Y "Hrvatska Revija" (Revista croata - Buenos Aires). Entre sus ensayos críticos se destacan aquellos sobre el poeta Viktor Vida y sobre Silvio S. Kranjčević, uno de los más famosos poetas croatas. Este ensayo es lo mejor que se ha escrito sobre Kranjčević. Rivaliza únicamente con el estudio del crítico Branimir Livadić, pero los dos parten de diversos puntos de vista y con un notable trabajo recientemente publicado por Ante Kadić. Agreguemos también a estos ensayos un profundo análisis y estudio (aun no publicado, pero leído en una conferencia este año) sobre la vida y la obra del mencionado poeta Djuro Sudeta.

Pero para la literatura croata, Ivo Lendić es interesante en primer término como poeta, a pesar de que "Angelus" fue su último libro de poesías que se ha publicado. Todo lo que creó después de este libro se encuentra esparcido en varias revistas literarias, para dejar ya de publicar en el afio 1963, cuando, en la "Hrvatska Revija" aparecieron diez poesias bajo el título "Ex Ponto Argentino". Consideramos que este material, junto con las poesías anteriormente publicadas, en el año 1960, también en "Hrvatska Revija" y tituladas "El corazón desterrado" perteneció a un proyectado libro de versos, nunca publicado. Estos versos son eco de Ias frustraciones de un ser atormentado y en el mismo tiempo la reafirmación de su fe.

Lendić, enfermo de una seria dolencia desde muy joven, pasó buena parte de su juventud en Ios sanatorios. No obstante seguía con su trabajo de periodista y con sus aportes literarios. No tuvo mucha suerte. Se curó de la enfermedad que lo atacó desde temprana edad, pero a los 50 años de vida sufrió un inesperado percance que puso en peligro su vida. Felizmente, una vez más, superó el duro trance, pero a partir de ese momento prácticamente termina su actividad literaria. Apenas algunas colaboraciones.

Los mejores versos surgieron "inter angustias", para emplear y generalizar el titulo de una de sus poesías. Aquel periodo de su vida transcurrido en los centros asistenciales de Croacia y aquel rudo golpe recibido en Buenos Aires, dieron a la literatura croata hermosos versos. Engendrados en el dolor, son también hijos del dolor, pero, al mismo tiempo, están compenetrados de una profunda fe que le hizo posible sobrevivir al mal. En estos versos leemos, descubrimos, la desesperación de los días difíciles.

En la expresión poética de estos días de angustia y sufrimiento Lendić se acerca, como nadie y como nunca, a Cristo. En un momento de dolor intenso y crudo exclama "Dios, Dios de mi juventud. Dios de mi corazón. ¿Todavía el fondo de la copa no toqué?" Nos acordamos de las palabras de Cristo crucificado: "¿Dios, Dios mío, por qué me abandonaste?".

Este dolor profundo laceraba su cuerpo y su alma. Si no, ¿de dónde nacieron estos versos?

Ni un rayito de esperanza en esta ennegrecida oscuridad

Sin luz y sin calor?

¿Ninguna salida de esta soledad impotente?

¿Nunca se acabarán estas horas dolorosas?

O más adelante:

Estoy postrado, sólo, sumergido en el fondo de la oscuridad.

No llega el sueño

Para cerrar mis ojos y sosegar el alma.

A veces parece que el dolor psíquico supera el dolor del cuerpo. En esta poesía de sufrimiento encontramos también estos versos :

No sé lo que duele más, lo que pesa más.

¿La inmovilidad del cuerpo tendido sobre la cama

o mis pensamientos tristes, inciertos e inquietos?

La vida de Lendić es un sufrimiento total. Su poesía, análogamente, es sólo un eco de este sufrimiento. De este tipo de poesía podemos excluir únicamente sus primeiros versos y el primer libro de poesías. Lendić trata de encontrar en la naturaleza, en lo hermoso de su terruño natal, en los paisajes, en el entusiasmo juvenil, los motivos de esas primeras realizaciones.

Lendić transcurre su juventud y los mejores años de su vida, en la lucha por los principios cristianos, por la justicia evangélica, por la libertad nacional de su pueblos oprimido. Perteneció a los movimientos católicos, para ser más exacto, a las organizaciones "Domagoj" y "`Seniorat", organizaciones que dieron un apreciable número de intelectuales, políticos, literatos, hombres públicos. Siendo así, es normal que todo esto también se refleje en su poesía. Vibra en sus versos el elemento nativo y el eco de la lucha y de la victoria nacional. Como ejemplo nombramos Ias poesías "Uskrs" (La Pascua) y "Aleluja" (Aleluya).

Esto se acentúa particularmente —es muy lógico y comprensible— en las poesías que nacieron en la emigración. Se trata de los sonidos de un poeta desterrado. Son sus "Ex Ponto". En este sentido se asemeja a todos los demás poetas de esta convulsionada época de nuestra vida.

En su última etapa, Lendić cantó a la "más querida, nunca olvidada, dolorida, pisoteada, atada, abandonada Croacia" (Diario de un emigrante).

La dolorosa realidad de la lejanía irrumpe en los momentos de angustia con estas palabras: ¿Jamás regresar desde estas lejanías, Croacia mía? La sola posibilidad de esta negación endurece sus sentidos.

Conmueven los versos donde ofrece a su Patria todo lo que le quedó en la vida: "Este dolor es el único regalo que te puedo ofrecer, Croacia, pobre Patria mía". El dolor, lo único que posee.

Citaremos solamente unos versos más. Son lúgubres, pero poéticamente, de una riqueza sorprendente:

"Si algún día me encuentran muerto, helado y solo,

sepan que terminé mi camino y mi pena

con la bendición en los labios y sin amargura

con mi Croacia en el corazón y un beso de leal dolor en la frente."

Esta alma sensible, esta vasta inteligencia y profundo humanismo, no se pueden describir en unos pocos renglones. Todo esto necesita su propio y especializado estudio. Tal vez a nosotros esto no nos haga falta, porque somos testigos de los días de Ivo Lendić que son también nuestras días. Eso, sí, creemos que la Croacia en diáspora está en deuda con el poeta Lendić. Todavía no se editaron sus obras poéticas completas. Un deber hacia él, hacia la literatura y la cultura croatas. No olvidemos que Lendić fue en la patria defenestrado como poeta. Lo hicieron los "historiadores" modernos de la literatura croata. Es muy interesante lo que uno de ellos, el doctor M. Šicel, profesor de la Universidad de Zagreb, dice de Lendić, o mejor, de la generación de los años cuarenta, en su "Reseña de la literatura croata moderna"; "Ciertamente, es necesario excluir de estas características a algunos escritores (previamente nombró a Budak —ahorcado por el régimen comunista yugoslavo—, Korner, Nikolić, Lendić y Bonifačić) que antes de la guerra se desvían hacia Ias corrientes clerofascistas, aunque no se puede decir que no han escrito varias páginas interesantes por más que se pierden a menudo en el dulce verbalismo o en la nebulosa contemplación religiosa".

Defenestrado, pero no negado. Lo primero se puede hacer por decreto, lo segundo, no.

Cuatrocientos años de la muerte de Julio Klović (Julio Clovio)

STUDIA CROATICA ha publicado en su número 61, págs. 19-21, un artículo de Branko Kadić dedicado a esta celebridad croata, reconocida universalmente. Cuando Croacia sostenía guerras seculares contra la invasión otomana, Klović, entre muchos croatas de renombre internacional, tuvo que refugiarse, estudiar y crear en Italia. Nació en una pequeña aldea croata en las orillas del Adriático (Grižane) en 1498 y murió en Roma en 1578. A su tiempo fue considerado el mejor miniaturista del mundo. Ateniéndose más al clasicismo que a las nuevas ideas de manirismo que venia destruyendo las antiguas concepciones del universo y de sus ideas artisticas las obras de Klović, trabajando en casas de sus mecenas, cardenales y reyes, quedaron en pinacotecas particulares. El mismo Greco, su alumno, lo consideraba como uno de los mejores artistas de la época, eternizándolo en su cuadro "Purificaciõn del Templo" (se halla actualmente en Miniápolis) junto con Michelangelo, Tiziano y Rafaele, faltando incluso Bassano y Tintoretto". dice el prof. G. Gamulin en una lujosísima edición, preparado por Marla Gianoni-Visani, italiana, y el ex profesor de la Universidad de Zagreb ya mencionado Gregorio Gamulin. El libro con reproducciones en colores de gran valor tanto histórico como técnico, fue editado por "Matica Hrvatska", departamento universitario "Liber" en 1977. En la R.S. de Croacia hubo una solemne conmemoración de este aniversario, pero dentro de los muros eclesiásticos. Klović ha sido también por un cierto tiempo monje. En tal oportunidad se celebró una Misa en el idioma antiguo eslavo y una Academia en que muchos oradores y especialistas rindieron homenaje al gran artista que nuevamente, gracias a las artes gráficas, empieza a recuperar su valor en el mundo.

 

El Profesor Prvislav Weissenberger, Profesor Emérito de la Universidad Catolica de Santiago de Chile

"El Mercurio" en su edición del 18 de agosto inicia la noticia de la siguiente manera:

"Tres académicos de la Facultad de Filosofía, Letras, Estética e Historia, de la Universidad Católica de Chile, el padre Osvaldo Lira, y los doctores Prvisiav Weissenberger y Ricardo Krebs, recibieron ayer el titulo de profesores eméritos de esta corporación.

La ceremonia se efectuó en el auditorio del Campus Oriente y fue presidida por el Rector Jorge Swett Madge, asistiendo autoridades de esta casa de estudios, profesores y alumnos. El elogio de los profesores del decano de la Facultad de Filosofía, Roque Esteban Scarpa, agradeciendo cada uno de ellos el honor de que eran objeto.

"En breves intervenciones, los tres homenajeados agradecieron la distinción universitaria. En su discurso, el padre Osvaldo Lira advirtió a los estudiantes sobre el peligro de enfocar sus existencias desde un punto de vista materialista, pidiéndoles que tuvieran una fe ilustrada y razonada. El doctor Weissenberger, por su parte, se refirió a particulares circunstancias que lo habían conducido desde su tierra natal, Croacia, hasta Chile. El doctor Krebs, a su vez se refirió a la filosofía que había informado su acción en los cargos docentes que ha ocupado dentro de la corporación."

"LAUDATIO" DEL DOCTOR R. E. SCARPA

La honra que la Universidad otorga a los que en ella sirven, sostienen y configuran en parte significativa la cultura del país, es, en primer término, una honra que se concede a sí misma, la complacencia por tener el mérito y la excelencia entre los suyos y cumplir a través de ellos su misión, y en segundo término recae esa honra en aquellos a quienes se les reconoce la dignidad.

No crea la entidad universitaria el mérito: lo admite y lo proclama como fragmento significativo de su permanencia como ser espiritual. Sin él, ¿podría ser otra cosa que un cuerpo cotidiano, regido por Ias leyes de la regularidad, sin trascendencia de la sustancia eterna que ha de animar, dar sentido, a todo ser vital situado en un tiempo dado. Si el hombre ha recibido con la creación el soplo originario, el aparentemente invisible don del alma, y en todo su vivir deja la impronta de lo que ha hecho de ella, a la Unversidad, que, por algo se la llama Alma Mater, se le reconocerá por lo que ha hecho por cada uno de sus hijos, por su responsabiIidad materna de hacer crecer, velar, perfeccionar, iluminar, permitir el desarrollo de cada una de sus almas hijas en el cuerpo de la profesión que han escogido, según el impulso vocacional de cada una o de lo quo la mecánica de la época permite a cada joven situarse dentro de lo que entiende o le cabe cercano a su vocación, que es su destino terrestre.

SIN LA UNIVERSALIDAD NO HAY UNIVERSIDAD

El gran peligro de las Universidades formadas por hombres es, a veces, el ceñirse en demasía al apetito de los tiempos. La gran conciencia que es la Universidad, que debería ser, sin desdeñar la realidad del mundo que actúa se obliga al menester de orientar, quizá a contrapelo si es una Universidad Católica, de rectificar la preponderancia temporal de algunos postulados y mantener la verticalidad, la escala ascendente de lo terrenal a Dios. ¿Sin Dios qué sentido tiene el mundo? ¿Sin la universalidad qué significación tiene la Universidad? ¿Sin la catolicidad dónde se apoya la hermandad de los hijos de Dios? La Universidad ha de pensar el destino, y el destino se construye en el presente, y esa es su grave y permanente reponsabilldad: en cada minuto del presente se está elaborando el mañana. Y en cada palabra que se dice, desde lo más hondo del ser y desde lo más humilde de la cátedra, se despierta en el joven –no se les añade, sino lo técnico— la infinita gama de sus sueños incitadores al ser que sustentará su futuro quehacer en el mundo. Nada se hace realmente, sin ser antes realmente. Los dormidos, los cómodos, los repetidores, los que miden el tiempo a su medida, sin dejar que el ángel remueva Ias aguas de la salud, no pertenecen a la Universidad aunque en ella ocupen un lugar físico. Pensaréis que en este momento del elogio de tres maestros, me extiendo en consideraciones ajenas a sus méritos. He estado hablando dei sentido de la responsabilidad que ellos han ejercido y porque no debo cesar de repetir, por si en alguno hubiera olvido, de que ese sentido lo han ejercitado en la Facultad que tiene la más grave responsabilidad en cualquiera de Ias Universidades chilenas o extranjeras.

Nuestra Facultad tiene la misión apostólica del "Id y predicad a las gentes". El cómo hacerlo es la confluencia en primer lugar de nuestro ser y en segundo de una manera que, a pesar de todas las ciencias especializadas, el hombre ha de adecuar a las circunstancias a menudo muy variables donde debe actuar. Pero el ira-pulso que le mueve, la sabiduría que lleva consigo, que no es simplemente el conocimiento, sino entrañar ese conocimiento y hacerlo uno con nosotros, de tal modo que nada de lo que digamos nos sea ajeno o simple cosa de memoria; el amor hacia nuestra tarea, la ductilidad en lo accidental y la fortaleza en lo que es esencia, ayuden a pensarse al joven que ha de repetir, a su manera peculiar, nuestro gesto. El verdadero mundo se hace de hombres individuales que dan la tónica en que habría de cantar la época que adviene. Cada hora de clase ha de constituir una lección no sobre una cosa, sino desde ella hacia la totalidad del hombre. Ese es nuestro magisterio fundamental. Los conocimientos son el punto de partida, pero su apertura como un abanico que toque la esencia del humanismo, de la historia del hombre pensante en quien debe convertirse en otro hombre que piensa quizá, momentáneamente, en contra nuestra por afirmar su libertad y su crecimiento, es nuestra misión. En tanto, nuestra Facultad, formadora de profesores que han de repetirse a lo largo de la patria para crear vida espiritual, genere seres vivos que no le temen a pensar con propiedad su propio pensamiento, asentado en su conciencia de su trascentalidad, podremos dormir en sosiego ese sueño que llaman eterno los que no piensan en el amor eterno que nos tiene misericordia.

Así lo han hecho, lo han estado haciendo y esperamos que, por muchos años, lo seguirán haciendo, los tres catedráticos que el señor Rector, a propuesta de los Institutos y del Decanato, mediante un decreto fundado declarasu calidad de Profesores Eméritos y que en esta ceremonia reciben el testimonio escrito de lo que que ya era testimonio general.

EL PROFESOR WEISSENBERGER

El Dr. Prvislav Weissenberger ha servido a esta Universidad durante 23 años, aportando a este servicio una riquísima gama de experiencias y de conocimientos. Oriundo de una tierra a la que no puedo mencionar sin emoción, la Croacia del P. Raimundo Kupareo, ex-Decano de esta Facultad y de mi propio padre; nacido junto a ese mar, origen de la expansión de diversas culturas, que terminan aunándose en sus hombres, expresa de una manera dignisima la fidelidad a ese herencia. No sólo porque estudia en las Universidades de Viena, de Frankfurt, de la Sorbonne, en Paris, sino porque, además de unir varios títulos profesionales como el doctorado en Ciencias Políticas y la Licenciatura en Derecho, el ejercer la docencia y la investigación histórica, todo su saber no nace del papel escrito sino de la estrecha relación humana con una gran parte de su obra publicada y de su expresión magisterial. Testigo de guerras y revoluciones europeas ha podido conocer la grandeza y la miseria de los hombres, sus peligros y sus amistades, la sabiduría y la locura que pueden arrastrarle; pero frente a esta dualidad, el sólido temple de su alma, las disciplinas recibidas de grandes maestros, le alentaron y le sostuvieron. Pensemos sólo en sus ligazones con la escuela del gran Karl Vossler, representada poe un joven docente, el Dr. Helmut Herzfeid. en Frankfurt que, a pesar de tener en aquel entonces en un Seminario sólo tres seguidores, entre los que se contaba el Dr. Weissenberger, la bondad de sus calidades le llevaron a tener fama internacional. Cuando ocupó la Jefatura del Departamento de Lenguas y Literaturas Románicas en la Universidad Católica de Washington, tuvo allí como alumna a la Prof. Hatzfeld, a quien hoy es Secretaria Académica del Instituto de Letras, Cister Cyria Huff. Esta relación del Prof. Weissenberger con el mundo románico, así como lo había tenido con el eslavo y el germánico, la perfeccionó con su permanencia en el servicio diplomático de su patria en España, del que surgirán varias obras de importancia. Pero más allá, de toda esta transhumancia con sedes en el alma, el Dr. Weissenberger, por esa circunstancias misteriosas, que Dios quiere, se sintió desde temprano ligado a nuestra patria, y un momento clave le permitió escoger el lugar de la más larga permanencia y voluntariamente optó por Chile. Por eso desde 1955, lo tenemos vinculado a nuestra Universidad, donde tres años después se arraiga en el Departamento Alemán, entonces incipiente, y prosigue su tarea de investigación en diferentes direcciones que se traducen en un enriquecimiento de la docencia que imparte durante 20 años en las cátedras del Instituto de Historia: Filosofía y Teoria de la Historia, Historia de la Cultura y en sus cursos monográficos sobre la Historia Universal Contemporánea. Agreguemos a su saber, expuesto con claridad lúcida, su condición humana, y en ambas vertientes del darse ha hecho de su servicio a la Universidad un preclaro ejemplo, que hoy la Universidad reconoce...".

El Prof. Scarpa, después de haber destacado en un estilo brillante las virtudes de otros dos homenajeados —el padre Osvaldo Lira y el Prof. y ex-Decano Ricardo Krebs— ha terminado su alocución con las siguientes palabras:

Al mencionar, con parquedad, los merecimientos de los tres Profesores Eméritos, creo probar que la Universidad se honra al reconocer sus excelencias. Tener entre los suyos tres personalidades diferentes y un sola pasión por la verdad, es ser Universidad. Que Dios nos siga guiando por este camino. Así tendremos el puente entre la eternidad y el futuro que será eternidad y transitaremos por un presente vital, y caminarán los jóvenes con los ojos llenos de luces y con el agua del alma removida por los ángeles de Dios, que son amor, sabiduría y piedad por los hombres.

CONTESTA EL DOCTOR WEISSENBERGER

Reproducimos, parcialmente, lo que dijo nuestro colaborador y patriota:

Agradezco muy cordialmente las palabras tan sentidas del señor Decano, el Dr. Roque Esteban Scarpa, referentes a mi actividad docente y profesional que me proporcionó el señalado honor de ser nombrado "profesor emérito" de la Facultad de Filosofía, Letras e Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Hay algo, sin embargo, que no figura en el "curriculum" —o, por lo menos, no resalta explícitamente—; me refiero a las causas de mi decisión de trasladarme desde lejos a esta tierra hospitalaria: el espectro de las guerras y revoluciones europea.

Los primeros seis años de humanidades en Šibenik, mi ciudad natal en el centro del Adriático oriental —ciudad fundada por los reyes croatas hace más de nueve siglos—, fueron seis años de guerra: las dos guerras balcánicas, 1912-1913, y la Primera Guerra Mundial, 1914-1918.

La generación que ha crecido bajo el impacto de Ias guerras conserva imborrables impresiones de Ias condiciones excepcionales de vida. Lejos de ser un lugar idílico, como uno se lo imagina al contemplar el mapa de la soleada costa croata, Šibenik, base naval de la Armada de Austria-Hungría y sede de un regimiento de infanteria, ofrecía un espectáculo permanente de las tensiones provocadas por las tres guerras su fjord servía, además, de refugio a toda la flota mercante de Austria y Hungria e inclusive para los barcos alemanes que acudieron allí en los momentos críticos desde el Mediterráneo y el próximo Oriente. Así los años de guerra ofrecían lecciones adicionales de geografia e historia, dado el contorno tan peculiar dentro del cual se desarrollaban los acontecimientos.

En 1918 se vislumbraba el final de las hostilidades. Habla ya indicios evidentes del desmoronamiento de la vetusta monarquia habsburguesa, debido, principalmente, a su estructura multinacional. También la Revolución rusa, con su divisa "hoz y martillo", ejercía, por su parte, una influencia disgregadora sobre las masas de los moviIizados campesinos y obreros...

AI terminar la Gran Guerra, el Imperio de los Habsburgo cesó de existir, esto es, se descompuso en siete piezas entre los Estados sucesores de la cuenca del Danubio.

El Tratado de Versalles (junio de 1919) y el de Saint Germain (septiembre de 1919) dejaron pendiente el arreglo de las fronteras entre Italia y el nuevo Estado de los servios, croatas y eslovenos (Yugoslavia) basta el Tratado de Rapallo, el 12 de noviembre de 1920, en negociaciones directas entre los dos Estados vecinos:

Debido a la ocupación italiana y el subsiguiente cierre del Colegio de Šibenik, tuve que trasladarme a Split, la ciudad histórica que fue residencia del emperador Diocleciano y escenario de las últimas persecuciones de cristianos, en el siglo III, para continuar allí los dos restantes años de humanidades...

La cercana isla Brach, frente a Split, la mas grande del archipiélago dálmata, no cayó bajo la ocupación italiana. Brach es la región de donde proviene, la mayoría de los emigrantes ex-"austríacos" en Chile, esto es, croatas-católicos.

En Split tuve la primera ocasión de entrar en contacto directo con los emigrantes que regresaban de Chile; acudían a menudo al bufete de mi cuñado, el abogado Dr. Božidar Štambuk, nativo de Selce, la hermosa villa en la punta sur de Brach, frente a Hvar, la "Madeira del Adriático"', otro emporio isleño de emigrantes a Chile, si bien en menor escala...

En aquellos días inolvidables oí decir mil maravillas de Chile, país de oportunidades democráticas y albergue de una sociedad abierta al progreso económica y cultural. Dentro de la próspera colonia sobresalían magnates de la industria salitrera y capitanes de grandes empresas comerciales y marítimas: Baburizza, Petrinović, Sabioncello, los hermanos Mitrović, Gazzari y otros.

Viviendo en la incertidumbre de que seria la suerte de mi ciudad natal, bajo la ocupación italiana, y siendo en Split testigo de las tensiones sociales, provocadas por los comunistas, y del caos económico, debido al desplazamiento y aislamiento de los mercados de la antigua comunidad económica, sufriendo la inflación y la drástica desvalorización de la moneda —la corona austriaca, no resulta extraño que me entusiasmara la idea de un próximo traslado a Chile. No había aún resuelto qué carrera seguiría después del bachillerato; más el trato con los emigrantes me orientó hacia el estudio de la Administración de empresas y Economía; una preparación adecuada en dichas disciplinas, no cabe duda, me serviría de provecho en vista de mis planes para Chile.

El curriculum de altos estudios inicié en la Universidad de Comercio Internacional de Viena para continuarlos en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Francfort del Mena, donde pude, además, aprovechar la ocasión de conocer la organización de la Feria Internacional de muestras para el fomento de las relaciones comerciales con el exterior.

De postgraduado en la Sorbonne, siendo testigo en Francia de la reacción frente al movimiento fascista en Italia y el fermento de las fuerzas contrincantes en el Centro y Sureste de Europa, me percaté del peligro potencial para la paz en el viejo Continente y consideraba oportuno trasladarme lo más pronto del Atlántico al Pacífico ...

Al terminar el año castrense, resolví sin más, viajar primero a Alemania y, mediante la Feria Internacional de Francfort, establecer el contacto con algunas casas exportadoras interesadas en los mercados de Chile y Bolivia, pues era Antofagasta el punto de mi proyectada destinación...

Interpretando fielmente el momento histórico, la Feria de Francfort había lanzado un programa de colaboración cultural en un alto nivel universal: La Exposición "Música en la vida de los pueblos", combinándola con un Super Festival: "Un verano de música". Fue así como se me ofrecía una excelente oportunidad de cooperar en los planes para la participación también de mi país en el gran certamen.

Por encargo de la Feria emprendí mi primer viaje a Belgrado; en una misión al servicio de la paz y entendimiento entre los pueblos. No faltó el éxito en la empresa, gracias al aporte de dos coros de Croacia que vinieron a Francfort.

"Kolo" (Ronda), de Zagreb, la capital que se hizo cargo del estreno mundial en Francfort del "Oratorio de los Santos Cirilo y Metodio", del compositor croata Božidar Širola. obra premiada por la Sociedad de Música Moderna de Londres, mientras "Zora" (Aurora) de Karlovac, el más antiguo de Croacia. se prestó para un vistoso programa folklórico.

Mi segunda diligencia en Belgrado, en representación de la Feria, con el proyecto algo más práctico de una Exposición Internacional de "Flores y frutas". me acercó al Departamento de Comercio Exterior. Un ofrecimiento halagüeño con tal de que me quedara a su servicio no parecía desdeñable, pues, en tal caso, podría aplicar los acumulados conocimientos teóricos del mundo hispánico...

Después de informar acerca de su actuación en España por el encargo de la Feria y Belgrado, que por entonces dominaba sobre Croacia en forma de una monarquia absoluta de carácter granservio, donde lo sorprendió la guerra civil española, el Prof. Weissenberger prosiguió:

Fruto de los malogrados intentos para democratizar al país bajo la Segunda República, la guerra civil española, que duró casi 33 meses, fue, además, el preludio de la Segunda Guerra Mundial, 1939-1945.

Los siguientes siete años, sumamente revueltos (1938-1945), transcurren entre asesoría, viajes y servicios exteriores en Austria y Alemania (Graz, Viena, Berlin), donde me encontré malparado después de la capitulación del Tercer Reich, en mayo de 1945: entre ruinas por doquiera y rodeado de millones de personas desplazadas, que vegetaban al borde de la desesperación.

A diferencia de la situación creada a raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando la perspectiva de emigración a Chile alentaba mi entusiasmo juvenil, el problema de la emigración después de la Segunda Guerra Mundial se planteaba como una apremiante y pura necesidad, ya en forma de exilio irrevocable.

Chile era ahora el único refugio apropiado, ya que tenía en Santiago familiares que me consiguieron la visa para la entrada al país. Mas en este momento crucial, cuando menos lo esperaba, aparece otra vez en el horizonte el espectro de las guerras y revoluciones, que tan a menudo se presentaba en mi vida...

Siguen siete años de irresolución, años de interinidad dentro del mundo hispánico; en un arco tendido desde Buenos Aires a Madrid. Cuando en 1955, los EE.UU. de América abrieron Ias puertas a las "personas desplazadas" del Sureste de Europa, tenía yo la maleta ya lista en Barcelona, para el embarque con rumbo hacia Nueva Orleans, Luisiana (EE.UU.).

En el postrer acto del drama de mi éxodo surgió de repente un "deux ex machina": la invitación de la Pontificia Universidad Católica de Chile —tramitada por conducto de mi compatriota, el siempre bien recordado R. P. Dr. Kupareo para que dictase aquí la cátedra de Comercio Internacional.

Ante el dilema Chile o EE.UU., dados los antecedentes, la elección precisa no admitía zozobras, pues la imagen prístina de Chile no perdió jamás en mi mente su atractivo de antaño.

Pero hay otro factor más que inclinó el fiel de la balanza en favor de Chile, lo que me veo obligado a confesar en esta ceremonia solemne de "reconocimiento de la prolongada y destacada actuación": al comunicar a mi madre (q.e.p.d.), que frisaba entonces en los 85 años, que me iba a incorporar al claustro de la Pontificia Universidad Católica de Chile, creía haber cumplido con su ferviente deseo de ver a uno de sus nueve hijos entrar al servicio de la Iglesia. Así, de veras, lo comprendió mi madre y en la lúcida soledad, hasta su último día, habiendo ya rebasado los 97 años, rezaba el rosario para la prosperidad de esta nuestra casa, donde su Benjamín encontró amparo y consuelo al comprobar, muy complacido de que sus empeños durante los transcurridos lustros no fueron en vano y hasta merecen un reconocimiento enaltecedor.

Cuando uno emigra —y tanto más si lo hace en una edad algo avanzada—, deja en el país que lo vio nacer mucho más de lo que lleva consigo, si se descuentan los recuerdos enraizados y las esperanzas irrealizables.

Pero como sea, y para terminar, recurriendo al consejo del viejo Goethe, de que habría que cambiar el programa de la vida cada siete años —dándole cada vez otro enfoque a la ocupación profesional—, con profundo agradecimiento y suma satisfacción por el muy apreciable título de "profesor emérito", recuerdo las tres veces por siete años, repartidos entre filosofía, letras e historia en esta querida Alma Mater, la Pontificia Universidad Católica de Chile.

***

En su discurso el padre Osvaldo Lira advirtió a los estudiantes sobre el peligro de enfocar sus existencias desde un punto materialista, pidiéndoles que tuvieran una fe ilustrada y razonada.

El doctor Krebs, a su vez, se refirió a la filosofía que había informado su acción en los cargos docentes que ha ocupado dentro de la corporación.

Žarko Šimat expone en la Casa de Salta

(3-14 de julio de 1978)

Žarko Šimat evocó el año pasado los 30 años de su vida artística en la República Argentina, con una exposición retrospectiva de su obra bajo el lema: "Opino, que vale la puna contar los años, cuando están visibles los mojones". Estas palabras tienen su aplicación, más intensa aún, en oportunidad del cierre de un ciclo de 40 años del vida artística, excepcionalmente fértil. La exposición que mencionamos en el subtítulo, se refiere únicamente a sus motivos salteños, inspirados por las bellezas de la provincia del norte armentino.

Šimat nace en Šid (Croacia) en 1909. Cursa estudios secundarios y luego universitarios, recibiéndose de abogado en la Facultad de Derecho en Zagreb.

La actividad artística de Šimat podemos dividiria en tres épocas no perfectamente definidas, a pesar de que cada una de ellas lleva su signo específico sus características, sus sombras y sus luces. La primera se define por la influencia de pintores consagrados; en primer lugar, de su maestro, el neoimpresionista Bonnard, del agitado Van Gogh y del apacible Constable para finalmente detenerse en su propio mundo, apoyado por un sólido dibujo y armoniosos colores térreos. Este período se desvanece con el fin de la trágica y apocalíptica Segunda Guerra Mundial.

Es justamente entonces cuando comienza una época de contemplación y meditación que llamaremos "segundo tiempo". Su primer fruto fue un álbum de dibujos en tinta china titulado: "Roma pagana y cristiana".

Al "tercer tiempo", el actual (desde 1974), nos atreveríamos a llamar "iluminismo" por sus colores e ideas y surgió como resultado de una visión optimista. Todavía están presentes el color azul y, particularmente, el violáceo intenso. Este último diríamos preferido y predominante en sus anteriores trabajos. Ahora, la sombra está llevada a los registros verdes más bajos y la luz resplandeciente elevada hasta insospechados efectos. Resulta muy significativo el simbolismo de este "tiempo" de optimismo.

Apasionado amante de conocimientos, Šimat recorrió en toda su extensión la República Argentina. Salta lo inspiró con sus tipos autóctonos, con sus costumbres, con sus quebradas, para aportar un granito pictórico al rico acervo patrio.

El texto que reproducimos aquí en forma incompleta se halla en el folleto preparado para la exposición de las obras con inspiración y motivos de Salta, escrito por el profesor Antonio Gazzari, presidente del Club Cultural Croata Argentino de Buenos Aires.

Opiniones sobre "Croacia y su Destino"

"Sij Slovenske Svobode" - Alba de la Libertad Eslovena

Esta publicación eslovena en su número de junio de 1978 publicó la siguiente nota: "Studia Croatica (Instituto Croata Latinoamericano de Cultura) publicó el libro "Croacia y su Destino", Buenos Aires, 1977, pp. 286 con ilustraciones y mapas geográficos. Se trata de un libro cuyo similar nosotros los eslovenos necesitamos para nuestros problemas con suma urgencia. La publicación está preparada por los especialistas y está provista de una numerosa literatura científica. Con maestría está elaborada la historia política (1 - 30); los autores la han dividido en los siguientes capítulos: el período de los duques y reyes de sangre nacional; Croacia en la comunidad con otros pueblos; Croacia durante la Primera Guerra Mundial; Entidades estatales croatas peculiares. El componente yugoslavo en la Política Croata y La Restauración de la Independencia de Croacia. Está bien escrita la historia de la literatura (133 -1137). ¿La poesía popular no merecería más espacio ¿El maravillosamente productivo escritor de dramas Palmotić fue omitido a propósito o casualmente). Luego siguen ensayos sobre la música, arquitectura, escultura, pintura y obras científicas de varias especialidades (167- 218). Después de una sintesis de la economía (247 - 270), tenemos un capítulo dedicado a la importancia estratégica de las tierras croatas (247 - 270).

En las palabras de introducción del renombrado publicista argentino —R. O. Abdala— encontramos la observación cómo los croatas, leyendo el libro, supieron constituirse como la nación y conservarse entre el glorioso mundo latino. Nuestras felicitaciones cordiales a los editores".

En el mismo número, nuestros hermanos eslovenos dedican un igual espacio a la revista STUDIA CROATICA, Nos. 66-67, enumerando títulos y autores, formulando elogios donde lo consideraban merecido. Por nuestra parte agradecemos al director de "Sij Slovenske Slobode", el señor Luis Geržinić y a sus colaboradores que dignamente continúan por el sendero de una labor publicista envidiable y de amistad también con nosotros los croatas —herencia espiritual de su desaparecido predecesor, el publicista y literato Rudi Jurčec, de valor indiscutido y reconocido por todos eslovenos sin distingo partidario alguno.

"La Prensa'' del 18 de junio de 1978 publicó la siguiente nota:

"Croacia y su Destino. Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, Buenos Aires. 285 páginas ilustradas.

"El Instituto Croata Latinoamericano de Cultura nos entrega este compendio sabre la nación croata, su historia, cultura, economía e importancia geopolítica, que también nos informa, tangencialmente, sobre otros pormenores religiosos y étnicos de las comarcas que componen la actual Yugoslavia. Asistimos así a la evolución de un pueblo enclavado entre Oriente y Occidente, entre turcos y venecianos, entre el Islam y la Cristiandad. Buena parte de sus luchas, penurias y aun debilidades nos recuerdan los de otros países que han sufrido el "inconveniente" de una posición estratégica demasiado importante. Pero Croacia hubo de soportar asimismo, durante largos períodos, las limitaciones y agresiones que suelen sufrir las minorías étnicas asociadas —en teórica independencia e igualdad de condiciones— a una entidad política mayor. La historia de Croacia es, en estos aspectos, una verdadera síntesis aleccionadora que no excluye los errores políticos o tácticos de sus propios hijos (por ejemplo, la decisión tomada en 1790 por la nobleza feudal croata de formar un gobierno común con los húngaros para oponerse a las reformas de José II).

Croacia y su Destino no es un estudio absolutamente imparcial. Ninguna obra histórica o política lo es. Así y todo, y precisamente teniendo en cuenta que uno de sus fines es contribuir a una mayor comprensión de los esfuerzos croatas por liberarse del régimen comunista de Tito, nos parece poco acertado su enfoque del Estado Independiente de Croacia (1941-1945), pues podría interprtearse como un empeño en justificar la postura política y el gobierno de Ante Pavelić. - Z. V.".

Observación de la Red. de S. C.:

En cuanto a la observación del señor que firma con Z. V. de que hubiéramos tratado de "justificar la postura política y el gobierno de Ante Pavelić, hay que leer lo que dice el señor O. R. Abdala: "Creo importante —porque entraña toda una autodefinición— lo que en este libro se dice respecto del nazifascismo, en respuesta a cargos que se han formulado contra los croatas en general, en tiempos de Mussolini e Hitler. "El fascismo, el nacionalsocialismo y el racismo —leemos— fueron y son esencialmente contrarios a la educación, la tradición, la mentalidad y la cultura del pueblo croata". Por otra parte, el libro critica la conducta de A. Pavelić, el dirigente croata que se mostró excesivamente complaciente con los dictadores totalitarios". ("La Prensa" (del 20 de junio de 1978).

En consecuencia, si hacemos un balance entre las dos opuestas opiniones, resulta claro que defendíamos solo, en la medida más posible, la objetividad y la realidad y esta es de que el pueblo croata tiene el derecho de auto-determinación nacional, luchando por el mismo hasta el día de hoy.

"Hrvatski Katolički Glasnik" - "El Noticiero Croata Católico", Chicago, en su número del 9 de septiembre de 1978 escribe la siguiente:

"Casi dos decenios viene actuando en la capital de la República Argentina —Buenos Aires— el "Instituto Croata Latinoamericano de Cultura"... Este instituto publica su revista trimestral STUDIA CROATICA en el idioma castellano, ha editado también unos cuantos libros de gran valor en el mismo idioma. Mencionaremos en esta oportunidad solo uno realmente de gran valor y muy útil: "La Tragedia de Bleiburg", Buenos Aires, 1963. La revista como también los libros del mencionado Instituto persiguen el objetivo de hacer conocer problemas croatas, esperanzas y fines por parte de un número rada vez mayor de los hombres de influencia decisiva de habla española en el mundo !atino y este es numeroso, amplio e importante, creciendo su importancia con el correr de los días.

Hace poco la revista STUDIA CROATICA, patrocinada por el ya mencionado Instituto publicó dentro de la serie de sus ediciones, un libro preparado prolijamente. necesitado por muchos, un libro que es un rotundo éxito: "Croacia y su Destino". Este libro, según la intención de la Editorial, está previsto para previsto para todos los que hablan español y desean por cualquier razón que sea conocer la realidad de Croacia y de su pueblo: este libro debería convertirse en un "vademecum" y el indispensable manual a todos quienes tienen interés por Croacia y sus vecinos más cercanos.

En 280 páginas del pequeño octavo, escritas con maestría, con buen criterio selectivo y de fácil aprehensión, gracias a la experiencia, conocimientos y la preparación de los colaboradores, especialmente del principal redactor de la revista STUDIA CROATICA, el Dr. Francisco Nevistić, se ha ofrecido en forma abreviada y densa mucho material, de donde el lector podrá ver las características fundamentales geográficas, demográficas, el desarrollo esencial de la borrascosa historia, de la literatura y la cultura del pueblo croata, junto con sus obstinados esfuerzos y amargas peripecias por los que pasó y está pasando ese pueblo, tratando de conseguir nuevamente la libertad nacional en el Estado propio y soberano. Los que lean el libro, sentirán la simpatía por Croacia y su pueblo, como lo destaca al final de su Prefacio el señor Raúl Oscar Abdala.

Este valioso libro, escrito con espíritu profesional y en forma convincente, muy idóneo —ni muy largo, ni muy corto— para conocer la historia croata, los logros de los croatas en todos los campos y las actividades del espíritu humano, como también para estudiar la triste situación actual del pueblo, de la cual podrá liberarlo únicamente su Estado independiente; debería ser traducido a los idiomas más importantes del mundo: el inglés, el francés, el alemán y el ruso. Aquí un trabajo muy útil, necesario y merecido para la recién fundada Sociedad de los traductores croatas. No lo sugerimos nosotros como primeros, pero recomendamos de todo corazón.

El libro es realmente tan acertado y tan apto para el conocimiento del pasado croata y el presente, que algunos escriben de que resultaría muy bien traducirlo también en el idioma croata. De esta manera se convertiría en un manual de primera categoria para muchos croatas, quienes, a causa del sistema escolar comunista vigente en la patria, no tuvieron la oportunidad ni la posibilidad de conocer, por lo menos en las líneas fundamentales, la historia da su propio pueblo.

Gracias al Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, especialmente al director de la revista del Instituto STUDIA CROATICA... el mundo de haba española tiene actualmente un manual muy ajustado para conocer problemas de Croacia. Esperamos que la Sociedad de los traductores croatas lo hará accesible también a otros pueblos que no hablan español".

Este artículo está firmado por G. R. (Gracian Raspudić) director del "Noticiero Católico Croata", redactado con un criterio muy elevado por sobre los periódicos de esta clase que se publicaban con anterioridad en Croacia: y que fueron objeto de una amarga e irónica crítica. Amarga por parte del Cardenal L. Stepinac, de venerable memoria, porque no estaba a la altura intelectual y de educación doctrinaria, tanto teológica como tampoco científica de acuerdo con Ias necesidades de la sociedad contemporánea. Irónica por parte del gran escritor croata comunista —Miroslav Krleža— quien, con cierto sadismo, señalaba esas publicaciones como anacrónicas por su estilo igual que por el contenido. El doctor Gracian Raspudić, franciscano croata, un talento sobresaliente de su generación, redacta el "Noticiero Católico Católico Croata" con acertado criterio, no dejando lugar tanto a la amargura de benevolencia de Stepinac, como tampoco a la ironía mordaz del comunista croata con acertado criterio, no dejando lugar tanto a la amargura del doctor S. Grubišić, los teólogos I. Sivrić, V. Barbir y otros. Gracian Raspudić ha convertido su mensual periódico en una revista, repleta de conocimientos de todos los campos del saber humano que pueda interesar al hombre de nuestra época. Lo que más importa, la hace e interpreta de acuerdo al eterno mensaje evangélico, completando la concepción espiritual del mundo, nriquecida y armonizada con nuevos logros de las ciencias naturales y socio-políticas.

"La Nación" del 12 de noviembre de 1978 dice:

"Croacia y su Destino", (Instituto Croata Latinoamericano de Cultura).

Repasar estas páginas y adentrarse en su contenido es de alguna manera valorar la fe y el esfuerzo de un noble pueblo —nación más allá de lo puramente jurídico— que ha luchado y sigue luchando por los dos ideales que lo identifican: la libertad y el espíritu. La vocación croata para el primero es un sello inextinguible, y en cuanto al segundo es la consecuencia de aquél. Libertad y espíritu se amalgamaron a través de los siglos en este pueblo, el primero de los eslavos que fue bautizado; empleó el latín y adoptó el régimen de instituciones políticas del Occidente medieval. Esta nación, de rica cultura, tiene su historia y tiene sus héroes. Es una historia que se pierde en los siglos y florece cautivante y atrayente a través de enconadas luchas con venecianos, húngaros, otomanos, austríacos. Y finalmente, sometido a un régimen totalitario, en el que pervive para lograr su individualidad de pueblo y su carácter de nación. La realidad política, cultural y social de Croacia fluye de estas páginas elaboradas con aptitud inteligente. No hay aquí un solo autor; el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura confió la tarea a un grupo de expertos en diversas materias, quienes han conjugado esfuerzos en una obra donde la coherencia constituye su mejor testimonio.

"Croacia y su Destino" es un largo trajinar por las centurias que va desde el período de los duques y reyes de la dinastía nacional hasta su participación en la comunidad política con otros pueblos, en la Primera Guerra Mundial, y otros detalles de su historia dramática, saturada siempre por su ideal de libertad. (285 páginas).

CARTA RECIBIDA DEL MINISTRO GENERAL DE LA ORDEN DE LOS HERMANOS MENORES, DE ROMA

Roma, 27 de septiembre de 1978.

Sr. Director de

STUDIA CROATICA - Buenos Aires.

Estimado señor:

He recibido la obra "Croacia y su Destino", que ha tenido a bien enviarme.

AI agradecerle su atención, quiero manifestarle también mi complacencia de ver reunidas en las densas páginas de la obra apreciaciones selectas, que ponen de relieve valores importantes del pueblo croata.

Con mis mejores deseos de que la vean difundirse ampliamente y ejercer la infiuncia esperada, de usted atentamente servidor en Cristo,

Fr. CONSTANTINO KOSER, O.F.M.

Ministro General de la Orden Franciscana


Noticias y comentarios

Cambios en la suprema jefatura de la Iglesia Católica

Desde la aparición del último volumen de STUDIA CROATICA se han producido tres cambios en el supremo Gobierno de los 700 millones de católicos en el mundo. Mucho para un periodo tan breve. Ha desaparecido el papa Paulo VI, había subido al trono de San Pedro como un meteoro el patriarca veneciano Albino Luciani: Juan Pablo I y, después de apagarse su amable y apostólica sonrisa, dentro de pocos dias subsiguientes fue elegido el cardenal polaco, monseñor Karol Wojtya, como papa de la Iglesia Católica con el nombre de Juan Pablo II.

Un cambio realmente vertiginoso. No sólo físico, sino también "politico" para quienes la Iglesia Católica, la más grande autoridad moral en el mundo, es de suma importancia para una posible salida de la actual crisis del orbe entero. El mismo se ha convertido, técnicamente, en un mundo único, mientras la concepción de este universo (Weltanschauung) llega a culminar en un verdadero caos de ideas y valores. Estos últimos deberían prestar la coherencia y la estabilidad política y moral a lo que se considera una unidad única en el sentido técnico. Sin ellos, esta unidad, se sabe, tiene sólo un carácter precario llevando inherente en sí un peligro de destruirlo todo, porque, dada esta situación, no sabemos a qué objetivo deben servir la ciencia y la tecnología.

Nosotros los croatas somos vecinos inmediato de la Roma papal. No de ayer. El catolicismo es el factor decisivo en la vida de la mayoría absoluta del pueblo croata desde más de mil trescientos años. Fuimos los primeros dentro de los pueblos eslavos en abrazar al cristianismo. En este sentido aventajamos también a Polonia, cuyo preclaro hijo —Karol Wojtyla— subió al trono de San Pedro, de donde venían al pueblo croata durante tan largos siglos rayos de la esperanza de la comprensión y la ayuda, pero a veces también cierta incomprensión.

No es esta la oportunidad propicia para hacer resaltar uno u el otro momento de nuestras relaciones con los Pontífices romanos. Recordamos sólo algunos hechos ocurridos durante los reinados de los papas Pío XII, Juan XXIII, Paulo VI y Juan Pablo I.

El papa Pío XII mostró una comprensión paterna y efectiva para con nuestro cardenal Luis Stepinac de venerable memoria, cuando el régimen comunista y gran-servio de Belgrado trató de aislarlo, denigrarlo y dejar al olvido de la historia entre las personalidades dignas de desprecio. "L'Osservatore Romano", no sin previa aprobación del Papa Pío XII, abrió una larga, bien fundada y persistente defensa del quien fue un hombre, un patriota, un sacerdote y un alto dignatario de Ia Iglesia, que merecía, sólo y exclusivamente, una admiración incondicional. Fue una admirable síntesis de todas las virtudes humanas, iluminadas y elevadas a un grado superior por inspiración y la ayuda de su Divino Maestro. El ejemplo del semioficial vocero del Vaticano fue imitado por la prensa católica de todo el mundo. Se han registrado con tal motivo también, múltiples voces de simpatía no de pocos periódicos de otros cultos cristianos, no cristianos o de orientación liberal.

De este modo, fue el Papa Pío XII, quien hizo frustrar, para siempre, los diabólicos intentos del enemigo para enlodar lo que brillaba por su blancura e inocencia, intrínseca, y esencial. Defendiendo a Stepinac, Pio XII defendió indirectamente también a Croacia, a su pueblo y a su dignidad, porque Stepinac fue su más pre-claro testigo en los años de la última gran guerra, cuando las pasiones bestiales del hombre devastaban todo lo que no coincidia con sus propósitos. Para reafirmar su inspirada posición inicial, el Papa Pío XII, desafiando al régimen de Tito que había condenado a Stepinac como un "criminal de guerra", lo elevó a la dignidad del purpurado de la Iglesia de Cristo. Al morir beatamente Stepinac en el "exilio" en su propia patria, el Papa Juan el Bueno lo mencionó como "la imagen del Pastor Divino". Además, Pío XII nombró al arzobispo de Zagreb —Monseñor Franjo Šeper— como cardenal y el presidente de la Congregación para la Doctrina de Fe, el honor en la jerarquía eclesiástica inmediato después del Santo Padre.

Por fin Paulo VI canonizó al primer santo croata —Nicolás Tavelić, franciscano— y elevó a la dignidad de beato al capuchino croata Leopoldo Mandić.

Nosotros, y el pueblo croata entero, nunca olvidaremos esta comprensión que, por cierto, arraiga en lo más hondo de nuestro común credo católico que une a Croacia con la Santa Sede.

Luego, con el "cambio" de la politica del Vaticano, el nombre de Stepinac pasó al período en que se está guardando el silencio sobre su persona. La "Ostpolitik" del Papa Paulo VI, inaugurada ya por su predecesor, parecia, especialmente para nosotros los croatas, como una política que quiso hacer de Croacia un polígono de experimentos politicos que nos parecían, si no muy peligrosos, por lo menos como difícilmente comprensibles. El Protocolo (1966), luego el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Belgrado y la solemne recepción en el Vaticano de Tito con su "esposa" Jovanka —ortodoxa oriental, guerrillera comunista, perteneciente a la minoría senta en la Croacia, quien luchó contra la existencia de su patria croata. ella misma actuamente de un destino desconocido para nosotros— parecia una política que nos llenaba de amargara. Con tiempo, nuestras inquietudes comenzaron a calmaran. Un "modus vivendi" entre la Yugoslavia comunista y la Iglesia Católica de ese pals, donde Ios croatas son de la mayor importancia, facilitó la reaparición de la prensa católica y de un considerable alivio en la pastorización. A pesar de los intentos comunistas de separar la jerarquía de las masas del pueblo. lo que perdura hasta hoy, favoreciendo a la primera y persiguiendo a estas últimas, esta politica, dentro de los precarios límites para su acción, hace considerable bien, tanto religioso como nacional, al pueblo croata. Poco a poco se aclara Io enigmático y se vislumbra la coherencia de la doctrina y la acción eclesiástica también en nuestro país, como lo comprueba recientemente el académico argentino Manuel Tagle en el plan general.

El Papa Juan Pablo I, como lo dijimos, apareció y desapareció como un meteoro, pero no sin dejar dos consuelos en el alma de los católicos de Croacia. Primero, al declarar que no valía más el lema, introducido furtivamente en las obras teológicas y la actividad pastoral de algunos sacerdotes: "Ubi Lenin, ibi Jerusalem", lo que quiere decir: no hay compromisos entre la doctrina católica y el marxismo, se pone coto a un peligroso azar, significando a la vez movilizar el espíritu de resistencia de unos 700 millones de católicos también detrás de los cinco millones de católicos croatas que afrontan el peligro mortal en la lucha contra una extraña síntesis del marxismo y el cesaropapismo tradicional de la capital servia. Además, vecino de Croacia, Juan Pablo I dio a entender a sus compatriotas italianos, injustos reivindicadores de Dalmacia, tierra étnica y jurídicamente croata desde hace más de 1300 años, para que no lesionasen nunca más el derecho croata, renunciando al titulo de "patriarca de Dalmacia", conseguido por Venezia en los trágicos momentos de las luchas seculares croatas contra el invasor otomano y cuando los croatas no podían defender aquellas sus zonas marítimas, conquistadas por ellos y reconocidas como croatas tantas veces por el Bizancio, igual como por la Santa Sede.

Ahora el tercer cambio en el Gobierno de la Iglesia. El Papa Juan Pablo II es, como se destaca generalmente, "el primer Papa de origen eslavo". Nosotros los crostas dividimos nuestra alegría junto con el pueblo polaco. Nuestros poetas y teólogos. politicos y generales soñaban con una acción común bajo la égida de los reyes polacos con el fin de defendernos tanto contra los otomanos, como contra la ortodoxia proselitista rusa. Hedviga hija del rey húngaro-croata Ludovico el Grtande y de la Jelisava (Elena) hija del ban croata de Bosnia, Esteban Kotromanić, fundó la dinastía polaco-lituana Jagelo, familia que daba reyes también a la comunidad politica húngaro-croata. Además, el Papa Juan Pablo II fue cardenal de Cracovia, ciudad que en el siglo VI fue la capital de "Croacia Blanca". De allí Ilegaron al Adriático nuestros antepasados en la patria actual.

La tradición croata quedó allí durante el milenario proceso de la polonización. Tanto es que basta el comienzo de este siglo los polacos inmigrantes en los EE.UU. de aquella parte de Polonia se registraban como "Belo Horvati" – Croatas Blancos o "cracovianos". Sin la minima intención de ofender a Su Santidad Juan Pablo II en su sentimiento nacional polaco, nosotros podemos sentirnos autorizados a presumir también un lazo de sangre, en Ias lejanías históricas, con el actual Pontífice Romano, como el primer papa eslavo".

En cuanto a esta última afirmación que actualmente viene repitiéndose varias veces en público, debemos acordar de que el Papa León XIII en su Breve del 1/8/1901 decía: "Cuando el Papa Sixto V fue elevado al supremo oficio apostólico, por su devoción hacia San Jerónimo y su benevolencia hacia la nación croata, de la que provenía..." lo que significa de que Sixto V habría sido el primer papa eslavo, pues también los croatas son un pueblo eslavo. Es de suponer que el gran Papa León XIII sabía lo que afirmó. Raro que en esta novísima oportunidad nadie se acordó del episodio, aun por lo menos como de una hipótesis. ¿Media aquí un desconocimiento del hecho o un silencio intencional para eludir por lo menos un reconocimiento público al pueblo croata? No se procede así sin embargo por parte de algunos órganos de información masiva, cuando se escribe del "terrorismo croata", a pesar de que se trata de la lucha por el derecho de autodeterminación de la Croacia sojuzgada.

Saludando filialmente al nuevo Papa, esperamos que la iluminación con que el cardenal Karol Wojtyla supo vislumbrar el camino para la Iglesia de Polonia, le ilumine también el sendero de un futuro mejor de Croacia, cuya fidelidad a Cristo y a la Santa Sede —tomando en consideración la mayoría absoluta de su población— en nada es inferior a la de otros pueblos católicos. La experiencia del nuevo Papa con el comunismo, que es por desgracia la ideología oficial de los gobiernos en todos los paises eslavos, le servirá al nuevo Pontífice para contribuir a la liberación de los oprimidos y salvar al resto del mundo libre ante el totalitarismo más completo, que es el poder político comunista.

Muchas esperanzas y de muchísimos se depositan en el nuevo Pontífice. La elección del Papa Juan Pablo II robustece la fe de los que creen en la intervención del Espíritu Santo por igual que la convicción de quienes tienen la confianza en la sabiduría de la diplomacia vaticana. Humano es equivocarse, pero esta vez es casi unánime la opinión de que la elección resultó óptima y cabalmente acertada. La barca de San Pedro de la Iglesia universal está en las manos humanas débiles del ex cardenal de Cracovia, Karol Wojtyla, pero firmes por la fe del Papa Juan Pablo II, robustecidas por su fe y la gracia de Aquel en quien cree con tanta firmeza.

Efemeron

Nota recibida de la Embajada de la República Fed. de Alemania

"Sr. Dr. F. Nevistić - Presidente del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura.

De mi mayor consideración:

Dado que el Embajador Jaenicke actualmente no se encuentra en la Argentina me permito contestar, en su nombre, su atenta carta del 29 de junio de 1978.

"Quiero asegurarle en primer lugar, que el Gobierno de la República Federal de Alemania comprende plenamente su preocupación por sus compatriotas croatas cuya extradición fue solicitada por Yugoslavia. Como manifestara el Gobierno federal en reiteradas oportunidades, no ve ninguna relación entre las solicitudes citadas y las solicitudes de extradición de los cuatro ciudadanos alemanes detenidos en Yugoslavia con el cargo de haber cometido delitos terroristas.

En tal sentido un "canje" no puede ser considerado por el Gobierno de ia República Federal de Alemania. Antes bien las solicitudes yugoslavas de extradición son tratadas basándose en los principios del estado de derecho de acuerdo con el convenio yugoslavo-alemán de extradición del 26 de noviembre de 1970 y del orden jurídico interno alemán. La admisibilidad de una extradición es actualmente sometida a estudio por los juzgados territoriales competentes. En el procedimiento los perseguidos están representados por abogados. Tanto estos juzgados como el Gobierno federal estudiarán minuciosamente todas las objeciones expuestas por los perseguidos con respecto a su extradición y en forma particular el riesgo de una eventual persecución.

"Hago propicia esta oportunidad para saludar a Ud. con mi consideración más distinguida.

Firmado: Hans von Vacano, Ministro."

Bruno Bušić muerto a balazos en la capital francesa

IN MEMORIAM

El día lunes 16 de octubre del año en curso, como lo han divulgado casi todas Ias agencias noticiosas del mundo, a las 23,20 horas fue asesinado el destacado periodista croata y jefe del Departamento para la Prensa y la Propaganda del Consejo Nacional Croata en el exilio, Bruno Bušić. Una mano criminal y desconocida le quitó la vida, dedicada únicamente a la liberación de su patria Croacia, ocupada por el comunismo granservio de Belgrado. Fue acribillado con cinco balas reglamentarias del ejército del "mariscal" Tito, tan irresponsablemente glorificado criminal de nuestro siglo. La noticia trajo, con la velocidad de relámpago, la tristeza en todos los hogares croatas en el mundo. "Muchos, dice el secretario general del mencionado organismo, simplemente no podían creer en la veracidad de tan cruel noticia; fue tan chocante, increible e inesperada"... "Bruno Bušić fue fisicamente liquidado y no está más entre nosotros. Pero con nosotros quedó permanente su obra. Con nosotros quedará su semblanza de un luchador impávido y sin compromiso por los derechos humanos y nacionales. Su víctima traerá múltiples frutos. Allí, donde se paró él, otros continuarán su marcha hasta la liberación final Por su sendero caminarán miles y miles de nuevos luchadores croatas, quienes lograrán la victoria y realizarán los ideales por los que él luchó durante toda su vida con ahínco y desinteresadamente"... "El enemigo eligió con minuciosidad su víctima y el momento para su crimen. Con su asesinato quiso matar una idea, la idea de la lucha revolucionaria de la liberación croata. Pero se equivocó una vez más en sus cálculos. Seguro, porque las ideas no se matan con la pólvora de fusil. La inocente sangre de nuestro hermano en lucha Bruno Bušić traerá múltiple cosecha. Bajo la bandera de la lucha de liberación nacional se congregarán nuevas legiones de los revolucionarios croatas, quienes devolverán la deuda al odiado enemigo, castigarlo por todos los crímenes cometidos contra el pueblo y liberar al suelo croata del ocupador y de sus colaboradores vernáculos. ¡Gloria al gran luchador y mártir croata Bruno Bušić!"

Estas son las palabras del secretario general del Consejo Nacional en el exilio —señor Lun— publicadas en el "Boletín Informativo", N° 4/78, New York, del 27 de octubre de 1978, órgano del mencionado organismo politico central croata en el mundo libre.

En el mismo "Boletín Informativo", el presidente y el secretario del Consejo, Ios señores Janko Skrbin y Hrvoje Lun respectivamente, han invitado a todos los croatas en el mundo, organizar las manifestaciones de protesta contra la Yugoslavia comunista y su terror, salvaguardando siempre el orden, la dignidad y el respeto por las autoridades de los paises respectivos donde se realicen las deseadas manifestaciones.

DECLARACION DEL CONSEJO NACIONAL CROATA

En la reunión extraordinaria del Consejo Nacional Croata en el exilio con motivo del asesinato de su funcionario Bruno Bušić del día 16 de octubre de 1978, acaecido en Paris, el mencionado organismo preparó para el público nacional e internacional la siguiente declaración:

"En un concentrado intento para impedir la Jucha del pueblo croata por su libertad y la independencia estatal, el régimen yugoslavo, totalitario y terroista, no se abstiene de los crímenes más abominables, incluso del asesinato brutal de un prominente intelectual croata y luchador por la libertad.

"Bruno Bušić, de 39 años de edad, conocido periodista y funcionario del Consejo Nacional Croata, es la víctima de aquellas mismas fuerzas granservias hegemonistas, que hace poco intentaron en Alemania Federal apoderarse de los patriotas croatas que luchan por la libertad, falsamente acusados por el terrorismo.

"En el mismo tiempo en la Croacia ocupada está desarrollándose un proceso más en la serie de "monster" procesos: esta vez contra seis destacados intelectuales croatas, acusados sólo por haber intentado informar al público mundial acerca de una grave lesión de los derechos humanos en Croacia, contraria a las decisiones de la Conferencia de Helsinki, referentes a la seguridad y la cooperación en Europa.

"El régimen de Belgrado no se limita sólo a ejecutar el terror en Croacia, sino que, en contra de todos los principios del derecho internacional, está enviando sus asesinos profesionales detrás de los luchadores croatsa, exilados en el territorio de los Estados extranjeros.

"El Consejo Nacional Croata, un organismo politico democráticamente elegido, que representa a la emigración nacional de millones de hombres y habla en el nombre del pueblo en la patria, se dirige a todos los factores políticos y morales del mundo, para que condenen e imposibiliten esa actuación criminal del régimen de Belgrado, apuntando contra la existencia biológica y contra los derechos politicos y nacionales del pueblo croata."

Firmado: Janko Skrbin, presidente del Consejo Ejecutivo; Dr. Ivo Jelić, vice presidente; Hrvoje Lun, secretario general; Miro Gal, tesorero; Franjo Mikulić, presidente de la Asamblea; Ragib Avdić, vice presidente; Kazimir Katalinić, secretario de la Asamblea; fray Antonio Čuvalo, integrante del Consejo de Trabajo de la Asamblea; Dr. Ernesto Bauer, jefe del Departamento Politico; Zlatko Markus, jefe del Dep. de Relaciones con extranjeros; Tomislav Mićić, jefe del Dep. de la Prensa y la Propaganda.

EL INSTITUTO CROATA LATINOAMERICANO DE CULTURA rectifica su nota que fue publicada en "La Prensa" del 23 de octubre, que reproducimos a continuación:

ACERCA DEL PERIODISTA BRUNO BUŠIĆ

Señor director: En "La Prensa" del 18 del corriente, apareció una noticia de la agencia EFE sobre la trágica muerte de Bruno Bušić, al que califica de "periodista yugoslavo". Por la presente rogamos rectificar la noticia. Bruno Bušić no era un periodista yugoslavo, sino un periodista croata. Si bien vivía en la Yugoslavia comunista y allí escribió, todos sus escritos y obras llevan impronta visible de un periodista croata. Fue por mucho tiempo el colaborador muy íntimo del doctor F. Tudjman, en el Instituto para la Historia del Movimiento Obrero en Croacia. Defendiendo los dos la verdad histórica contra el dictamen de Belgrado, fueron removidos y, en 1971, condenados a uno y a dos años de cárcel, respectivamente. Bruno Bušić dio la prueba de su patriotismo croata y de su carácter intrépido, cuando publicó la estadística preparada por el partido Comunista de Croacia, según la cual en los campos de Croacia durante la última gran guerra murió un número mayor de croatas que servios y que las estadísticas de Belgrado exageran tanto en lo relativo a este momento como también en cuanto al número de las víctimas en general en Yugoslavia. No obstante, las víctimas croatas son ignoradas y a las servias se levantan monumentos en el suelo de Croacia, a pesar de que habían caído como acérrimos enemigos de ella.

Bušić, al terminar la condena en 1972, se refugió poco más tarde en el exterior. Allí desarrolló una actividad periodística y de organización que le valió como premio, en 1977, el que la emigración croata le diera el mayor número de votos para el Consejo Nacional Croata en el mundo libre. Alli fue el último campo de su actividad, cuando una mano criminal y oculta le quitó la vida.

Sería un acto de piedad corregir la noticia a favor de quien mereció ser registrado como croata y quien luchó y murió en la lucha contra la tiranía comunista, impuesta desde afuera a su patria. ¿Por qué, preguntamos, cuando los croatas recurren a la fuerza, lo que sucede pocas veces, se destaca como crimen de los "terroristas" y, cuando muere un croata como mártir de su justa causa, se lo registra como una víctima "yugoslava"? Así se crean artificalmente antecedentes de que sólo los criminales surgen del seno de los croatas y las víctimas siempre del ámbito "yugoslavo". Claro, todo el mundo que siente problemas humanos, simpatiza con las víctimas y rechaza a los victimarios.

F. Nevistić y M. Rakovac

Presidente y secretario, respectivamente

Carlos Pellegrini 743, Buenos Aires

 

Terrorismo croata

Erik Von Kuetnelt-Leddhin

"El Mercurio" (Chile), del 22 le octubre de 1978, publicó el siguiente artículo:

Los errores cometidos sistemáticamente depués de las dos guerras mundiales han creado una conflictiva situación en la actual Yugoslavia. Las profundas diferencias y las largas luchas entre servios y croatas han estimulado el nacionalismo de estos últimos. La muerte de Tito puede er el punto de partida para la disgregación de la República Federal de Yugoslavia y la temida invasión soviética.

La solicitud de extradición de seis terroistas croatas que formuló el Gobierno yugoslavo a la República Federal de Alemania, despertó la atención mundial en torno al movimiento extremista de Croacia. Cabe recordar que sobre los seis pende la pena de muerte y que la RFA rechazó la solicitud del Gobierno de Tito. La organización croata internacional, procedió, al momento de hacerse pública la solicitud yugoslava, a ocupar por la fuerza el consulado germano occidental en Chicago. Los rehenes capturados debían garantizar la negativa de Bonn. Los extremistas fueron luego persuadidos por sacerdotes católicos y compatriotas a deponer su actitud y no hubo víctimas que lamentar. Sólo un mes más tarde la policía australiana descubrió, en las montañas al sur del país, un secreto campo de adiestramiento de rebeldes croatas. Los arrestos no se hicieron esperar.

RAICES DE UN EXTREMISMO

¿Qué es el terrorismo croata y qué persigue? ¿Cuáles son sus raíces? La mayoría de nosotros conoce las fundamentaciones del extremismo palestino, armenio o vasco y aun del corso y bretón, pero el croata parece más enigmático. Lo que se sabe de és es que es yugoslavo y que el lenguaje de los croatas es similar al de los servios y no demasiado distinto del esloveno. Los croatas fundaron uno de lo reinos más antiguos de Europa y tenían fama de ser guerreros de suma fiereza. Luis XIV de Francia. contaba con una guardia especial croata, cuyos miembros usaron, por primera vez en la historia, un lazo al cuello que llegó a ser conocido como "cravate" (corbata).

Al igual que la mayoría de los males europeos contemporáneos, el problema croata se origina en el Tratado de Paz de Paris de 1919 y 1920, cuando el mapa de la Europa Central fue arbitrariamente alterado por los aliados y sus colaboradores de esa región, emigrantes europeos que sólo buscaban granjearse las simpatías de los estadistas vencedores: Clemenceau. Lloyd George y no en último lugar, Woodrow Wilson. Las decisiones de esos hombres hicieron que la Segunda Guerra Mundial fuera algo totalmente inevitable. Aunque muchos croatas siempre rechazaron su anterior unión con Hungria. se sintieron aún más oprimidos cuando, sin antes consultárseles, se les amalgamó con los servios y los eslovenos para formar un nuevo reino federado de tres naciones. Los croatas reclamaron y también actuaron, y eso les costó la vida a muchos de ellos y. finalmente, no lograron más que la imposición de la monarquía absoluta en el año 1929. Se alteraron las fronteras internas de la federación y se eliminó el nombre de Croacia. El país fue rebautizado como "Yugoslavia", es decir, "país de los eslavos del sur'". La sanguinaria dictadura yugoslava se derrumbó en 1941.

Las tropas nazis fueron saludadas por los croatas con entusiasmo, puesto que veían en ellas a sus libertadoras. La Ustasha, organización que había combatido contra los servios, fue encargada del gobierno de Croacia, que para 1943 volvió a contar con sus fronteras originales. El gobierno de la Ustasha fue rígidamente autoritario y cometió una serie de errores, además, de ser- por completo servil frente a los ale-manes. Pero fue, en todo caso, el primer gobierno croata independiente desde el siglo XI. El nombre oficial de Croacia fue entonces, el de Estado Independiente Croata.

En cuanto a las atrocidades cometidas contra los servios, estas fueron muchas. Claro que en cierto modo debe considerárselas una venganza por las atrocidades de los servios contra los croatas entre los años 1918 y 1941.

EXPLOTACION DE DESCONTENTO

Sería conveniente que se comenzara a comprender en Occidente que los nacional socialistas alemanes fueron capaces de explotar en beneficio propio todos los errores y arreglos equívocos cometidos después de la primera guerra. Yugoslavia fue un estado artificial, al igual que Checo-Eslovaquia, y por ello, acusados por los peligros. La creación de una república alemana fue tan insensata como la mutilación de Austria-Hungría y la de Bulgaria, el enorme crecimiento de Rumania o la hipertrofia de Italia, en dirección noroccidental. Debe admitirse que a las injustas pretensiones expansionistas del nazismo se sumaron una serie de causas justas de los pueblos sometidos por el azar de la historia.

Los croatas tenían alergia a los servios y viceversa. La similitud del lenguaje no es necesariamente un lazo que una a las naciones, como queda demostrado, por ejemplo, con las dos guerras habidas entre los Estados Unidos e Inglaterra, la guerra civil norteamericana o las revueltas irlandesas contra Gran Bretaña e, incluso, las guerras austro-prusianas. El no poder comunicarse conduce a menudo a la paz, ya que las luchas emergen del debate.

SERVIOS Y CROATAS

Entre servios y croatas existen ciertas diferencias físicas y en ocasiones no es difícil distinguirlos a simle vista. Además, los croatas son, sin excepción, católicos, mientras que casi todos los servios pertenecen a la Iglesia de Oriente. Los croatas emplean la escritura latina y los servios su propia versión del cirílico. Los servios sufrieron por 400 años el dominio turco y los croatas jamás. Los servios viven en su mayoría en la península de los Balcanes y los croatas en la Europa central. Zagreb, capital de Croacia, tiene una expresión típicamente "austro-húngara", mientras que las ciudades genuinamente servias se ven orientales.

Desde luego, que, al igual que en el pasado, el terrorismo croata tiene ramificaciones extranjeras. La Ustasha, que luchó muy eficientemente en las montañas durante la década de 1930 y se hizo reponsable de asesinatos a lo largo y ancho del país, recibía ayuda de los húngaros, con quienes los croatas habían estado aliados por espacio de 800 años, y también de los italianos. (Ellos no fueron, sin embargo, los asesinos de Alejandro en Marsella, crimen que fue cometido por los macedonios). En la actualidad, muchos croatas se hallan exiliados -an el norte de Europa, en los Estados Unidos y en Australia. Prime que nada están los emigrantes croatas de la preguerra y luego siguieron los exiliados posteriores a 1945 (no todos conectados con la Ustasha). Finalmente, están todos los croatas que trabajan como obreros extranjeros, en los países industriales de Europa Occidental, especialmente en la República Federal de Alemania. Es fácil imaginar que esos croatas, que viajan entre la Yugoslacvia socialista y los países donde trabajan, suman el nivel de vida que llevan sus familias con aquél de las sociedades libres de Occidente. Tito puede ser croata, pero para los croatas, el comunismo es un mal de origen servio y la fe de un pueblo semisalvaje y oriental. La militancia comunista es en la actualidad mucho más fuerte en Servia y en Montenegro (habitado por servios), que en Croacia, y el antagonismo entre servios y croatas puede percibirse en el seno mismo de la Liga Comunista, como se llama el partido núico de Yugoslavia.

FUTURO DE LOS CROATAS

Es importante tener presente que el régimen de la "Croacia independiente" surgió de los cuadros de la Ustasha y que esa organización podría, en el caso de una crisis, tornarse efectiva una vez más. No sólo Yugoslavia, sino toda Europa espera con preocupación y curiosidad el momento de la muerte del mariscal Tito, Presidente vitalicio de la "República Socialista Federada de Yugoslavia". A menudo se le llama el "Francisco José rojo" y ello en doble sentido. Hay que recordar que sólo dos años después de la muerte de ese venerable monarca terminó la monarquía austro-húngara. A ello se suma que Tito es el último miembro de la generación anterior a la Primera Guerra Mundial que aún gobierna en el mundo. Tito es también la encarnación de la zaga de los partisanos, una historia más bien desagradable, pero interesante a fin de cuentas. Así y todo, los terroristas croatas de hoy aún pueden llegar a ser los gobernantes de la Croacia del mañana.

En qué punto de desarrollo se encuentra el actual "nacionalismo croata"? Hace algunos años las tensiones, demostraciones, arrestos y represión de los croatas lograban grandes titulares en la prensa de Austria, Alemania e Italia, aunque no en el resto de las naciones occidentales.

En la actualidad, parece haber gran inquietud en toda Yugoslavia y no sola-mente en el frente croata. Se suele pensar en esa nación del Adriático que cualquier cambio político decisivo traería la intervención directl de los soviéticos (sobre todo después de los sucesos de Checo-Eslovaquia). Y lo más probable es que Occidente se cruce una vez más de brazos en su característica actitud de indolencia y egoísmo. El Presidente Carter señaló una vez, al comienzo de su mandato y en uno de sus momento de descuido, que la invasión soviética de Yugoslavia no constituiría un "casus belli", lo que equivale a cederle el aiento al viejo Kremlin.

Un pequeño grupo de nacionalistas croatas intentó en cierto momento establecer contacto con los soviéticos para lograr un acuerdo con ellos, los soviéticos debian, para el caso de que Yugoslavia se hundiera en el caos, tomar el control sobre Servia y dejar a Croacia a un lado para que ésta se constituyera en un pequeño Estado con un sistema similar al de Austria. Se cree, sin embargo, que esa estrategia ha sido abandonada.

CUENTAS PENDIENTES

Es común entre los yugoslavos pensantes temer, que, debido a que las fronteras entre servios y croatas no están en absoluto definidas, para el caso de una ruptura interna ambos pueblos se irían a las manos y buscarían arreglar cuentas pendientes de modo semejante a como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial. Tal situación nuevamente equivaldría a una invitación a los temidos soviéticos. Para mejor o peor, las diferentes nacionalidades hostiles que componen la sintética Yugoslavia fueron puestos en un mismo bote tanto en 1918 como en 1945 y temen que la barca zozobre definitivamente. Pero la aparente unidad entre servios y croatas es mero pretexto para "sobrevivir". En el plano cultural como en el mental forman mundo aparte. Y los errores cometidos en 1919 y en 1945 siguen vivos.

La afinidad humana existente entre Ljubljana en Eslovenia y Skopje en Macedonia, es tan grande coma la existente entre Oslo y Nápoles, o como la que podría haber entre Boston y Barbados. Y tal situación solamente puede engendrar males futuros.

Observaciones de la Redacción de STUDIA CROATICA: No dudamos de la buena fe dei autor del artículo. No obstante hay algunos puntos esenciales que necesitan de aclaración y rectificaciones. Es así, porque al autor le faltan parcialmente informaciones más completas y exactas y, en parte, porque como lo confiesa el mismo, hay algo enigmático en el caso croata, especialmente en cuanto a su "terrorismo".

En efecto, el primer párrafo del artículo que menciona el "movimiento extremista de Croacia" necesita un substancial esclarecimiento. El "extremismo" ya por sí tiene un sentido peyorativo; una connotación de algo negativo, rechazable. Este término aplicado al caso de Croacia resulta sin fundamento y, consecuentemente, injusto, denigrante. Primero, porque la lucha croata por el derecho de autodeterminación no es, bajo ningún punto de vista, un "extremismo", pues el mismo derecho de autodeterminación nacional, la columna dorsal del derecho y el orden jurídico internacional en la actualidad, sería un "derecho extremista", lo que es evidentemente un absurdo no sólo a la luz de la lógica general, sino también de la lógica jurídica especial. Si se intenta etiquetizar de extremismo a los que se destacan en dicha, lucha, como una minoría, pues, para expresarnos en términos en boga, la "mayoría silenciosa" del pueblo croata estaría indiferente ante el sacrificado intento de su minoría, los que proceden así se equivocan enormemente. La ciencia política y social tiene como una ley casi indiscutible, descubierta después de largos análisis de Ias realidades sociales, de que casi sin excepción siempre y en general, politicamente sqn activas las minorías en representación de sus mayorías que esperan el momento decisivo a su turno de actuación. Luego, en nuestro caso croata concreto, la mayoría del pueblo está en forma compacta detrás de su minoria activa. Los años 1966-1971, cuando se desató un movimiento general en Croacia, conocido como "la primavera croata", testimonian irreversiblemente cuanto estamos diciendo. Solo la superior fuerza policial y militar pudo parar ese movimiento del pueblo desarmado contra el aparato de opresión de Belgrado, apoyado con fracciones del Partido comunista yugoslavo, compuesto por minorias comunistas de todas las cinco nacionalidades subyugadas, no faltando tampoco una minima fracción de los comunistas croatas, eso sí, como verdaderos extremistas en un sentido completo y cabal.

Al intentar de develar el eniga del "terrorismo croata", el autor acierta con ciertos factores en que se nutre, No, precisamente el terrorismo, sino la lucha por la libertad y la independencia nacionales. Nosotros insistimos en la diferencia esencial entre la fuerza y la violencia y, lógicamente, entre la lucha por el derecho y la violencia que es el sojuzgamiento del mismo. La violencia es la característica de los brutos, donde las aves rapaces y los pescados grandes devoran a sus similares más débiles y pequeños "summo cum jure", como lo decía Baruch Spinosa, mientras a los hombres los dioses dieron el Derecho como el más grande bien para vivir en paz y armonía de acuerdo con la genial intuición griega, expresada ya al principio del pensar racional humano por el poeta y filósofo jurídico Hesiodo.

Vale destacar que 1.480.000 musulmanes croatas no son una nación musulmana, pues así esta minoría croata no son católicos ni el pueblo croata, un pueblo cien por cien católico.

No es claro lo que dice el autor referente a asesinatos croatas en la "década de 1930" ... "a lo largo y ancho del país". Aquí debe mediar una confusión del autor, pues se puede hablar únicamente de los asesinatos por parte de Belgrado contra los croatas.

No es exacta la afirmación del autor del artículo e que la Yugoslavia mo-n írquica fue organizada en 1918 como una federación. Con unas autonomías arbitrariamente organizads, fue sólo una pseudodemocracia, controlada y sometida al aparato militar de Belgrado, para convertirse más tarde, como lo exactamente dice el autor, en una dictadura personal del rey servio Alejandro I y no Alejandro II, error seguramente involuntario del autor. Esta dictadura personal costó vida de muchísimos croatas sin mencionai el fabuloso pillaje económico con el retraso general concomitante en el desarrollo de la vida del pueblo croata. Fue lógica, justificada y absolutamente comprensible la reacción croata cuando en 1941, en el momento crítico para su enemigo y ocupador, sacudió el yugo y proclamó su inextinguible derecho a la independencia.

El autor repite luego ceremoniosamente acusaciones contra el régimen instalado en Croacia en aquel momento, como lo diría un joven judío —Mladen Schwartz—que recientemente se ha plegado a los croatas en el exilio, defendiendo el dereho croata de autodeterminación. El señor Erik von Puetnelt-Leddhin intenta explicar "las atrocidades cometidas contra servios" porque hay que "considerarlas como una venganza por las atrocidades de los servios contra los croatas entre los años 1918 y 1941".

Por cierto, también este factor tuvo su arte en el fenómeno, pero la verdad no la alcanzaremos por este camino, si no tenemos presente de que hay una enorme exageración en cuanto a dichas atrocidades. El cónsul norteamericano en Zagreb, capital de Croacia, señor John J. Meily —testigo ocular— escribe de que en 1941, al proclamar los croatas su independencia, "fue asesinado sólo un policía". Luego, la minoria servia en Croacia, instigada y conducida por lo ex oficiales del ejército monárquico servio, empezó desde las posiciones preparadas con anterioridad y previstas para tal caso, con ataques contra la existencia de Croacia. Este movimiento más tarde pasó a manos de los comunistas de Tito que devastaban al país en todas sus dimeniones. ¿Pudo Croacia quedarse en esta situación de brazos cruzados? ¿No debía defenderse? ¿Hay un interés superior, propio o ajeno, del de la súpervivencia nacional? ¿Los EE. UU. no mandó a los campos de concentración a los residentes japoneses en su territorio al declararse la guerra entre Washington y Tokio? ¿Qué hará, por ejemplo, Chile con los ciudadanos bolivianos, si se levantaran contra Santiago en caso de una supuesta guerra entre Chile y Bolivia? Y, a pesar de todo lo que pasó en Croacia en aquellos tremendos años de la última guerra, se ha comprobado con minuciosidad científica, de que murió un mayor número de croatas por el "terror" de su gobierno que aquel de servios que con armas en mano atacaban per todos los lesados a la población croata en donde sus autoridades no podían darle la protección. Bruno Bušić, adolescente, niño de 6 años al finalizar la mencionada guerra, desmintió las mentiras oficiales de Belgrado en su Enciclopedia Militar, exagerando el número de víctimas de servios en perjuicio de los croatas, presentando, además, a los primeros como "liberadores" y a los segundos como "colaboracionistas". Esta su "audacia", apoyada por la filial croata dei partido comunista yugoslavo, el joven intelectual croata, exilado en el exterior desde 1975, pagó recientemente con su vida, el ansia de liberación de su patria, Croacia.

Visto todo esto, la leyenda negra acerca de las atrocidades croatas contra los servios debería ver su fin para todo el hombre honesto, cuyo supremo deber es actuar de acuerdo eon la verdad y la justicia. El extremismo y el "terror" croatas se reflejan en la tragedia de Bušić.

Las demás rectificaciones si bien son interesantes no son de tanta importancia. Así, per ejemplo, la afirmación de que Croacia jamás fue ocupada por los turcos es una semiverdad. Sólo los restos del reino croata, que el autor recuerda, fueron salvados ante la agresión turca, mientras las demás tres partes del mismo fueron ocupados por la fuerza militar otomana. Bosnia y Herzegovina fueron anexadas a su Imperio. Incluso, su actual parte noroccidental, llamada "Croacia Turca", fue definitivamente proclamada como parte de Bosnia, a donde irrumpieron durante la mortal lucha croata por la sobrevivencia los elementos étnicamente más heterogéneos de religión ortodoxa, más tarde servizados por la jerarquía eclesiástica servia y convertidas en enemigos acérrimos de Croacia.

Tampoco es exacta la afirmación del autor de que Montenegro está habitado por los servios. La misma existencia actual de Montenegro como unidad federativa de la Yugoslavia comunista desmiente esa afirmación, pues el comunismo yugoslavo no pudo pasar por alto la nación montenegrina, si bien una parte de los mismos asimiló o está asimilando la conciencia nacional servia.

En cuanto al futuro de Yugoslavia y especialmente de los croatas, el autor adopta la opinión de la mayoría de los observadores internacionales. El futuro es incierto y sombrio. El desenlace dependerá, por cuanto se puede vislumbrar, del poderio. la voluntad y la decisión de los soviéticos. Todo esto especialmente en vista de que Carter, en un momento incontrolado o la espontánea sinceridad, había declarado de que la eventual intervención soviética en Yugoslavia no tendría necesariamente la reacción contraria de los EE.UU. Sin embargo, creemos, que la importancia geopolítica de Croacia —el mar Adriático— no hace como aceptable y definitiva la mencionada posición de Carter. Las diferencias entre los pueblos de Yugoslavia existen y el error de su forzada unión política también, lo que tarde o temprano, sin un arreglo pacífico, respetando principios de derecho, de historia y la vida efectiva de aquellos pueblos, causará nuevas tragedias humanas con consecuencias imprevisibles y no tan fácilmente conjurables dentro de aquellos límites que parecen diminutos y que realmente no lo son.

* * *

"La Razón", gran diario de Buenos Aires, del 17 de noviembre de 1978, publicó:

CARCEL

Belgrado (EFE). — Un documento detallado sobre la situación inhumara en Ias cárceles de Croacia (Yugoslavia) presentará a las más altas instancias politicas del país un grupo de ex presos políticos croatas. Así trascendió en circulos occidentales de la capital yugoslava.

 

"The Buenos Aires Herald" de Buenos Aires, informa desde Roma:

"Un noticiero italiano dijo ayer de que guerrillas de nueve países decidió en un meeting, realizado en Yugoslavia el mes pasado efectuar un paro simultáneo en varios paises.

"Panorama", el mayor semanal especializado en problemas políticos, dice que ha recibido un informe impreso en el idioma árabe referente al meeting de los representantes de los grupos extremistas palestinos, del ejército rojo de Alemania occidental, de Ias brigadas rojas italianas, dei ejército republicano irlandés y de otros.

La más importante conclusión de la conferencia fue de que los grupos deberían tomar simultáneamente sus acciones, huelgas y actos similares en varios países.

La conferencia fue efectuada al principio del mes de octubre en una localidad no identificada en Yugoslavia no lejos de la frontera italiana, como lo afirma el mencionado periódico. "Panorama" dice que tenía más detalles sobre el meeting desde las fuentes de Beirut y de Bagdad.

Los nueve participantes adoptaron un nuevo principio de "la simultánea revolución". El mismo semanario dice que así debe darse el comienzo a las acciones similares y simultáneas en varios países.

Otros grupos representativos incluídos son el ejército rojo japonés, los sandinistas de liberación de Nicaragua, de España y de Argentina. (Reuter).

YUGOSLAVIA LIBERO A LOS TERRORISTAS ALEMANES

"Tanjug", agencia oficial de informaciones de Belgrado ha comunicado el día 17 de noviembre ppdo., de que las autoridades judiciales yugoslavas no han aceptado el material ofrecido por las autoridades como suficiente para la extradición de los terroristas del grupo Bader Mainhof, rechazando el correspondiente pedido de extradición de Bonn. Las autoridades de Yugoslavia ordenaron la liberación de los presos, concediéndoles la opción a qué país deberían dirigirse.

Realmente una actitud, digna de la neutralidad de la Yugoslavia comunista!  ¡Un nuevo título para que los EE.UU. y los demás, sus aliados, defensores de los derechos humanos y de la autodeterminación nacional, puedan proseguir con sumas ingentes de dinero y de materait bélico, destinados a "fortalecer la integridad y la seguridad" de aquel país comunista y opresor! Cuando le fracasó el "negocio" con las vidas de los croatas, arrestados en Alemania, los terroristas de Bader-Meinhof de repente obtuvieron la libertad de que gozaban en aquel país "noalineado" también antes del planeado negocio. ¿Aporta este procedimiento en algo para aclarar el "enigma del terrorismo croata"?


Documentos

La conmemoración del cincuentenario de la muerte de Esteban Radić

El discurso del arzobispo de Zagreb y primado de Croacia en la catedral de dicha diócesils. La conmemoración con el responso fue realizada el 8 de agosto ppdo. par el expreso deseo de los amigos y seguidores de las ideas políticas de Radić. He aquí el texto íntegro que pronunció monseñor Franjo Kuharić:

"Esteban Radić es una gran personalidad histórica. Con su actuación dio una poderosa tónica a la vida política en Croacia al final del siglo XIX y en el primer cuarto del presente. Fue sin duda alguna un hombre de extraordinaria capacidad, multifacético en sus talentos .

"Katolički List" —"La Gazeta Católica"— en el necrólogo que le dedicó en 1928 escribió: "Es fuera de toda duda que Esteban Radić fue la personalidad más destacada de nuestra época. Su nombre es conocido no sólo aquí entre nosotros, sino también en el mundo extranjero. El fue un hombre dotado de grandes talentos, más bien geniales" (pág. 425).

"Radić fue un hombre politico, ideólogo social y escritor literario. Pero, esta no es la hora de la lección de historia para analizar su trabajo y su actuación en dichos campos de actividad.

"Resultaría muy interesante estudiar su relación con la Iglesia y la religión. Pienso, empero, que tampoco es este el lugar y el momento para estudio de esta clase. Todo esto lo recomendamos a los especialistas que podrían en base a un estudio serio y objetivo, esclarecer esa personalidad extraordinaria en nuestra historia croata.

"Nosotros, reunidos aquí, constituimos en primer término una comunidad de oración, e incluimos a él en nuestras plegarias, recordando su muerte que acaeció hace cincuenta años. Nosotros deseamos marcar este cincuentenario con el encuentro en la fe y en la oración.

"Como feligreses, nosotros apreciamos su testimonio par la libertad y la justicia. Fue un luchador, pero sin violencia. Creyó que mediante la lucha política, la libertad de expresión y la libre elección se podía conseguir la libertad y la igualdad. Fue convencido que sólo la libertad de la palabra, como medio, podía conducir a la realización de la legalidad, para que cada uno fuese libre y que todos fuesen iguales.

"Por desgracia, a esta argumentación se opuso la violencia. Al método jurídico de lucha se contestó con la fuerza bruta, precisamente en la institución prevista para legislar.

"Nosotros respetamos profundamente su holocausto y el de sus colaboradores.

"Todo sacrificio por los ideales honestos en una consciencia recta se convierte en un bien ético y una grandeza de martirio. Este respeto fue formulado por parte de mi antecesor de venerable memoria, el arzobispo de Zagreb, monseñor Anton Bauer, el día 30 de junio, en esta misma catedral, llena como hoy, oportunidad en que ofició el funeral por las almas de Pablo Radić y del doctor Basariček. El mismo respeto lo exteriorizó al visitar a Esteban Radić, cuando éste regresó de Belgrado el día 9 de julio de 1928. Los mismos honores le rindió dicho arzobispo, encabezando hace 50 años la ceremonia y el cortejo fúnebre de Esteban Radić por las calles de Zagreb. La presencia del arzobispo de Zagreb en aquellas circunstancias fue la manifestación y la expresión de respeto hacia esa víctima, pero ese respeto fue expresado especialmente en la plegaria.

"Resultaría también muy interesante el estudio del mundo interior de Radić: de lo que vivía él en lo más hondo de su alma, de lo que sentía en su corazón, en su conciencia.

"Es un hecho histórico que entre él y algunos hombres eclesiásticos se registraron agudos enfrentamientos. Existían causas al respecto, condicionadas por ciertas circunstancias y ciertas posiciones ideológicas. Pero en el fondo, el alma de Radić era un alma cristiana. Lo manifiesta especialmente en sus notas tituladas "Recuerdos de la Cárcel", donde lo vemos en su temprana juventud. Salió de una familia cristiana de nuestra Posavina. Allí deja el testimonio de que su madre era buena, sabia y decidida.

"Desde su temprana juventud era muy sensible en presencia de la injusticia, frente a la situación de la gente humilde. Le interesaba de modo especial la realidad de la vida campesina, del sector social campesino, porque el mismo provino de ese ambiente. Esta profunda sensibilidad por la justicia tanto del hombre individual coma por el bienestar del pueblo entero, fue su gran pasión. Ella se convirtió, diríamos, también en su pasión política. lo condujo a la arena de batalla donde a menudo se enfrentan débiles con Justamente esta pasión de justicia y de. derecho lo llevó a la vida pública; poderosos. Esta fue, seguramente, su herencia de inspiración cristiana en la que fue educado.

"En sus memorias anotó los recuerdos cómo rezaba en las cárceles, y fue arrestado varias veces desde los años de su escuela secundaria. Aquí descubrimos lo más hondo de su ser interior. No fue un practicante que nosotros solemos ver y esperar de los feligreses que viven de eucaristía, que practican ritos religiosos. El llevaba en su alma y en su conciencia ciertas disposiciones y valores espirituales permanentes.

"En las mencionadas memorias escribe: «Para sosegarme espiritualmente, empecé una de aquellas oraciones mudas, cuando el hombre ni murmura, ni habla, ni siquiera piensa sino sólo siente intensamente ardiendo del deseo y anhelo por la bondad y la verdad que tan poco hallamos entre los hombres. Rezando así pensé en Croacia y en el mundo eslavo entero, pero el mismo momento esa idea me pareció tan mezquina o, meior supereflua, porque allí donde todo el poder mundano y espiritual se pone al servicio del becerro de oro, cabe reaccionar únicamente con la fe en Dios viviente, porque en esta fe está también Croacia, el mundo eslavo, la humanidad y el universo, porque en ella está la eternidad...» (pág. 47).

"En la página 53 escribe: «Yo deseo vivamente que un número cada vez mayor de los croatas me quiera como yo quiero al pueblo croata entero».

"Y es un hecho histórico que la gran mayoría del pueblo croata, especialmente esa gente humilde campesina, lo quiso. Lo que quiere decir que hablaba en la onda en la que pudo encontrarse con lo más hondo de nuestra alma; hablando en la onda de justicia, en la onda de bondad y de paz. Este hombre nuestro agotado que, a menudo, en la historia soportaba todo el peso de la opresión, anhelaba simplemente en su corazón la paz, la liberación de la opresión, la justicia. Aquí la palabra de Radić, inspirada en los valores evangélicos, encontraba eco en el corazón de tantas hombres y feligreses.

"Concuerda plenamente con los principios éticos y el espíritu evangélico el amar a su pueblo, hacerle bien y desearle que viva en paz y justicia, en libertad e igualdad con los demás pueblos. Este era el contenido de la lucha de Radić: no odiar a nadie, no hacer injusticia a los demás; defender lo propio y respetar lo ajeno.

"Sólo un hombre libre y un pueblo libre pueden desempeñarse como colaboradores útiles en los esfuerzos por un mundo más justo.

"Su interés social apuntaba especialmente a la clase campesina y obrera. Entendía perfectamente y de modo especial la situación de los campesinos de aquella época. El entendió muy bien que esta clase lleva en su sangre la raigambre del suelo patrio. Esta clase soporta el peso de la historia y las cargas de la vida. A menudo fue objeto de explotación, obligada a dar todo de sí y recibir poco o nada. Es por eso que Radić consagró toda su vida y sus preocupaciones a esta clase social.

"De todo esto concluimos fácilmente que Radić ocultaba en sí la disposición de un alma cristiana. Nunca se declaró no creyente. Tampoco en los momentos cuando dirigía sus agudas críticas a la Iglesia y cuando solía ser brusco en sus actuaciones públicas.

"Una anécdota que sacamos de sus "Recuerdos de la Cárcel", nos puede servir para revelar la disposición de aquella alma juvenil, cuando, a la vigilia de Navidad en la cárcel de Petrinja, (ciudad en la Croacia septentrional) tuvo una conversación con un ladrón y asesino que desesperaba en su presencia. El asesino le reconoció que se quedó como una espina, como una zarza sin cultivo ni instrucción, mientras él, Radić, tenía instrucción, cariño y educación como si fuera en un jardín cerrado. Reproduzco aquí una parte de dicho diálogo: "Dígame par favor, ¿a qué religión pertenece Ud.? —No sé a qué se refiere Ud. —¿Qué ley profesa? —Yo no he estudiado las leyes. —¿Cómo se persigna Ud.? —De ninguna manera. —¿A qué iglesia suele ir? —A ninguna. —¿Ha oído alguna vez de que los hombres rezan "Padre Nuestro"? —He oído a su tiempo y lo rezaba en mi comunidad familiar. —Ahora ¿no reza más? —No, señor. Peleo con el hermano y con los vecinos, le pego a mi mujer e hijos, robo bueyes, saqueo e incluso mato a los hombres. Una vez asalté a un hombre de la aldea vecina que regresaba del mercado y a quien suponía tener por lo menos varios billetes. El gritó que tenía solo dos florines (vieja moneda en Croacia en la comunidad política de Croacia con Austria y Hungría. O. del traduc.). Lo golpeé con el hacha y lo derribé al suelo. Había dicho la verdad. Tenía solo dos florines. Supongo que nada comió durante el día porque había pedido prestado esos dos florines. Sucesió todo eso el día de Epifanía. Sí, allí en el camino, murió congelado. Por solo este hecho he merecido ser colgado...".

—¿Quiere oír "Padre Nuestro"? —Si es su deseo, bien, quiero.

Después de haber llegado al final de la oración, justamente al pronunciar: "y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal", se produjo una pausa. "El asesino —fue evidente— estaba tan agachado que no podía verle la cara. Esperé un rato y entonces le dije: "Amigo, no le voy a neeeuntar, si había robado la tesorería de los impuestos, pues éste no es ahora un asunto de importancia. Yo le pregunto una vez más: ¿Cree Ud. en Dios y el alma? —No sé qué debería contestarle. Me parece que creo, pero es algo que me está diciendo. que no habría tanto mal en el mundo, si Dios existiera. —Escúcheme un poco: justamente este mal del que está hablando y que es nuestra verdadera desgracia, se halla en nosotros mismos. Pero en nosotros está también nuestra dicha, es decir en nuestra alma y en nuestro corazón alegre, y no está ni en el trono imperial, ni tampoco, en América. Escuche, además, lo siguiente: ningún hombre es lo suficientemente bueno, sólo Dios es bueno, pero tampoco ningún hombre es demasiado malo; malo es el diablo. Si todos los pecados del mundo recayesen sobre su alma, el buen Dios los va a perdonar si se arrepiente de haberlos cometido y si se decide a no volver a cometerlos nunca más. Dios no es como un juez de instrucción que no mira en su alma y no se interesa por ella y qué suerte le tocará... (Ibid. pág. 287-88).

"Poco más adelante continúa: "Han transcurrido casi diez años desde que me formuló dicha pregunta : ¿Por qué soy yo hierba mala? y esa pregunta mientras tanto creció en mi alma en una grande y temible acusación contra muchos, especialmente contra aquellos que detentan el poder, luciendo en sus pecados signos de honor y la reputación, y en sus bolsillos dinero y otros bienes. Pero todo esto duró sólo un instante. Enseguida me recordé de la oración "Padre Nuestro" que recé ante aquel nuestro descastado para ayudarlo no con el poder y dinero sino con el amor. Me acordé que yo mismo era un cristiano e hijo de un pueblo explotado y rezagado..." (pág. 211).

"Todo esto escribió Radić al acordarse de su encarcelamiento del año 1893. Por eso creemos que esta nuestra oración no contradice, en la presente oportunidad, su convicción.

"Hemos oído el Evangelio sobre los bienaventurados (Mat. 5, 142), donde el Señor Jesucristo anunció el espíritu del Nuevo Testamento, los principios de la Nueva Alianza. Estas ideas divinas ennoblecen el alma, la hacen amante de paz, misericordiosa, sedienta y hambrienta de justicia y fuerte para que sepa soportar hasta la violencia misma sin contestar con la violencia.

"Por cierto, ese Sermón de la Montaña resonaba en el alma del joven Radić. Estos principios hacían eco durante toda su vida, luchando por la justicia, pero no con medios violentos sino, pacíficos, con la palabra libre y los comicios libres.

"Nosotros los creyentes sabemos que la vida humana no termina en la historia, en el tiempo, sino que está dirigida hacia la eternidad.

"Estamos convencidos de que Radić creía en esta eternidad. En sus "Recuerdos de la Cárcel" anotó, refiriéndose a quien lo mandó a la prisión, que también su conciencia un día empezará a hablar y, aunque su alma ahora está aletargada, se despertará si no antes, por lo menos en el momento, cuando salga al encuentro con la verdad eterna.

"La verdad eterna del hombre, la verdad eterna de la realidad humana y la verdad eterna de la historia se revela recién en la Eternidad. Esta verdad eterna es revelada sólo por Dios, juez de la historia y de la vida.

"Esta fue la convicción de Esteban Radić y por eso, repito una vez más: la oración nuestra en este momento no le es impuesta. El está presente en la misma. Está presente en el recuerdo de tantos hombres, en el recuerdo del pueblo croata que le agradece esta noche con sus plegarias.

"Por la misma razón nosotros rezamos por él y por todos los que durante nuestra historia fueron víctimas de opresión; quienes fueron perseguidos por su anhelo de justicia. Para todos imploramos una alegría eterna. Amén".

(STUDIA CROATICA con estas sabias palabras del primado de Croacia una vez más [se encuentra] ante la sombra de aquel grande y mártir de su país.)

El Papa Juan Pablo I

El Patriarca de Venecia, Cardenal Albino Luciani, Papa Juan Pablo I, estuvo en Croacia. El 11 de septiembre de 1976 participó en los festejos del milenario culto Mariano en Croacia y de la muerte de su reina Elena.

En dicha oportunidad el patriarca de Venecia pronunció en la catedral de Split un sermón que reproducimos a continuación en versión castellana:

"Para mi es un gran honor transmitir los saludos de la iglesia italian a estos festejos del culto milenario de la María en Croacia. Esto me causa la alegría ante todo por las razones históricas y las relaciones actualles entre vuestro glorioso país y mi Venecia.

"Hace cuatro meses el Papa elevó a la dignidad de altar al croata Mandić. El nuevo beato terminó sus estudios de teología en Venecia. En la misma ciudad fue ordenado sacerdote. Yo mismo me acerqué a su confesionario para reconocer mis pecados y recibir sus consejos.

"En Venecia vivió (1815-1887), trabajando mucho y con abnegación heróica por las señoritas abandonadas, la sierva de Dios, Ana-Maria Marović, oriunda de Dobrota. El proceso de su beatificación lo promovió personalmente el cardenal Lafontaine, mi predecesor.

"En Venecia también hoy en día hay una iglesia en pleno esplendor —la de Santos Jorge y Trifón— con la escuela dálmata. El actual Registro de sus alumnos está lleno de apellidos croatas-vénietos: Barić, Kamalić, Kovačec, Fatović, Gazić, Lucić, Meštrović y de otros muchos. En Venecia viven las familias Foscolo y Tomaseo. De las mismas salieron dos grandes literatos: Hugo Foscolo y Nicolás Tomaseo. Ellos fueron alumnos de dicho seminario de Split.

"Hace poco mencioné al beato Leopoldo Mandić. El, durante toda su vida, llevaba en el corazón dos grandes amores: a la Beata Virgen Mafria, la que denominaba con una expresión típicamente veneciana —Patrona Benedetta-- y luego la reconciliación entre los católicos y los ortodoxos. Bajo el juramento prometió a Dios emplear todas las energías de su vida en dicha reconciliación. Sus superiores no le permitieron desarrollar el apostolado ecuménico fuera del ámbito véneto. En lugar de esto, él rezaba, enseñaba el idioma croata a sus hermanos capuchinos en Venecia y, en 1917, durante fa guerra, no quiso renunciar a su nacionalidad croata y adoptar la ciudadanía italiana. Prefirió marcharse al exilio desde Padua a Nápoles.

"A la luz del Concilio y la invitación apostólica "Marialis Cultos", un documento de no lejana fecha, muy sensible por las dimensiones trinitarias, antropológicas y ecuménicas de la mariología, su beato Leopoldo se alza como signo y precursor del' tiempo". La doctrina mariana presenta dificultades para la reunificación de las Iglesias. Yugoslavia, como la veía él y la queria como su visión (se trataba de Yugoslavia,, imaginaria e idealizada antes de su formación en 1918. N. de la Red. S. C.) podía, según su opinión convertirse en un puente ideal entre los católicos y los ortodoxos. Nuestros hermanos ortodoxos, que veneran extraordinariamente a la Madre de Dios, tienen, quizás, una impresión de que nosotros hemos disminuida un poco su "fiat". Los hermanos protestantes, por otra parte, creen que nosatros los católicos damos demasiado espacio al mérito y la actuación de María en la historia de la salvación.

"Si no renunciamos ni una coma de la que fue relevado por Dios acerca de María, no será utópico esperar que el Señor nos conduzca a todos para que rindamos los más grandes honores a la Madre de Dios. sin el menor daña para Ias méritos de su Hijo.

"Se apodera de mí un sentimiento conmovedor mientras estoy escuchando cómo nos habla y reza él aquí presente Reis-el-ulema (máximo dignatario musulmán en una comunidad político-nacional. N. de la Red. de S. C.). Su presencia nos hace recordar de que los musulmanes, si bien no reconocen a Jesús como Dios, lo veneran como a un profeta. Ellos honran y, de vez en cuando, invocan también a María. En el Corán se la menciona con respeto 34 veces. Ella, pues, es el Arco Iris que conecta el cielo con la tierra y, en cierto sentido, el Arco Iris que pone en contacto a dos grandes religiones, de las cuales cada una abarca una parte del mundo y que en el pasado, lucharon durante mucho tiempo por el Oriente - Ia religión musulmana y la cristiana.

"Que este Arco Iris ilumine el cielo de Croacia como signo de la bendición divina por la paz y el progreso del pueblo entero".

Agradecemos al cardenal Albino Luciani, nuestro actual supremo pastor católico (habiamos preparado esta nota y traducido el texto de su sermón antes de haber recibido la dolorosa noticia de su inesperada muerte. Op. de la Red. de S. C.) por Ias palabras de reconocimiento de una parte de los méritos de los croatas en la Iglesia. Le agradecemos especialmente por haber renunciado, siendo Patriarca de Venecia, al título. "primado de Dalmacia", pues conocía bien las relaciones y los hechos históricos como también la realidad étnica, que todo junto atestigua el carácter inequívoco croata de lo que algunos irredentistas italianos pretenden reivindicar todavía. El Patriarca de Venecia quiso borrar aquel anacronismo y llenar el camino para armoniosa vecindad entre el pueblo italiano y el croata en el espíritu de la verdadera y efectiva catolicidad.

Lamentablemente, agregamos ahora, cuando la Providencia llamó al papa Juan Pablo I a su seno, que aquel sacerdote ejemplar no podrá aportar más personalmente a la solución de los problemas que nos agobian a todos. R. in Pace, Santo Padre Juan Pablo I - A. Luciani.

900 años de la consagración de la Basílica de Santa María en Croacia

El 17 de septiembre del año en curso fue solemnemente conmemorado el 900 aniversario de la basilica, construida por el rey croata Zvonimir (1076-1088) y dedicada a Santa Maria. El templo fue edificado en la ciudad medieval de Knin, una de las principales sedes de los reyes de Croacia y de su obispo. Las invasiones otomanas, las devastaciones venecianas y las destrucciones llevadas a cabo por la minoría válaca —hoy servios— inmigrada allí desde las regiones balcánicas bajo el yugo de los invasores orientales, sepultaron bajo sus ruinas a esa basílica con tres iglesias más, precioso testimonio de la historia croata. No obstante, la conciencia y la tradición croatas los guardaban en el corazón del pueblo. Así es que en 1938 el gran artista Ivan Meštrović, en colaboración con autoridades eclesiásticas de Croacia, especialmente con el arzobispo de Zagreb, monseñor A. Stepinac, reedificó el templo según sus planes e ideas y de acuerdo con medios financieros que estaban a la disposición de los organizadores.

Junto con Meštrović aportó a las decoraciones internas del templo también el pintor croata J. Kljaković. que actuó con éxito cierto tiempo también en Buenos Aires.

El nuevo templo fue objeto de actos de barbarie durante la última gran guerra, por parte de los ortodoxos servios, tanto comunistas, como nacionalistas.

Al cumplirse 900 años de aquella importante fecha y, nuevamente reparado el templo con los aportes del pueblo, las autoridades eclesiásticas organizaron festejos que mencionamos más arriba, a pesar de los inconvenientes que les opusieron las autoridades comunistas de Belgrado. El cardenal S. Oddi, delegado del Vaticano, celebró solemne Misa junto con los arzobispos de Zagreb, de Split, del obispo de Šibenik, etc. El metropolita de Croacia, monseñor Franjo Kuharić, pronunció en esa oportunidad una homilía de gran resonancia en el corazón tanto de los feligreses como también de todos los croatas. Por razones de espacio he aquí algunos párrafos del sermón de monseñor Kuharić: "Bajo estas piedras está sepultada nuestra cuna. ¡Qué tesoro tan preciso está escondiendo este suelo en sus entrañas!... Pero no se trata de cosas muertas. Estos viejos fundamentos, palabras incisas en piedras... los trozos de las antiguas inscripciones... no son cosas muertas. A través de las mismas corre todavia la savia vital del pueblo; se trata de la vida y no de la muerte; son las raices del árbol que vive; son los fundamentos del futuro que está forjándose en la actualidad... Estos monumentos son el testimonio de la fe que perdura. La plegaria desde estas iglesias destruídas y sepultadas, construidas por nuestros reyes y reinas, se oye también hoy. Rezamos el mismo Credo, cantamos el mismo "Padre Nuestro", suena el mismo saludo a la Madre de nuestro Señor. En la misma fuente bautismal, inagotable, nacen hijos de Dios, y para la comunidad de la Iglesia. Corren esta historia y la vida en la misma durante trece siglos. La vida inapagable de un árbol no desarraigado a pesar de que venían agitándolo y doblando tantos huracanes, quemándolo incendios y socavando tantas guerras... Esta basílica votiva del rey Zvonimir confirma cómo la comunidad eclesiástica está uniendo al pueblo croata ahora, igual como lo unía en su lejano pasado...".


Reseña de libros

Margaret Stewart Omrčanin: "Norway, Sweden, Croatia: A comparative Study of State Secession and Formation"

p. 138, Dorrance & Company, Philadelphia, 1976.

La autora, profesora en la Universidad de Indiana, Pennsilvania, dice en la Introducción: "Escribo este libro para señalar una solución de suma importancia para un pueblo, quizás, para dos y más. La historia de nuestro pueblo norteamericano y de su independencia empezó con el famoso "estampido que se oyó en el mundo", seguido luego por un conflicto armado. Así el comenzo de nuestro Estado y de nuestra nación se inició con la fuerza. Quizás, de esta manera empezaron todas las revoluciones y todas las naciones en los años antes de nuestro siglo".

Luego destaca que en 1905 se separaron y proclamaron independientes Noruega y Suecia "sin un solo disparo". Croacia en 1941 había restaurado su independencia sin derramar sangre. Según el testimonio del señor John J. Meily, cónsul americano en la capital croata Zagreb, murió solo un policía. Pero más tarde, porque el enemigo de la independencia de Croacia (1941-1945) organizó y llevó en su territorio una guerra que costó la vida a muchísima gente: inocentes como son los niños, mujeres, ancianos, etc.

Al final de la guerra Croacia fue incluida por fuerza a una comunidad contra su propia voluntad. En una comunidad con su enemigo mortal, el pueblo servio y bajo su hegemonía. Esta comunidad es antihistórica. A su tiempo se habían separado los países de Benelux, a pesar de su afinidad cultural y del desarrollo histórico mucho más grande que aquelos entre los croatas y los servios, pues esos dos últimos pertenecen a dos diferentes civilizaciones y sin haber vivido jamás en una comunidad política.

El descontento general provocado por la política de opresión de toda clase por parte de Belgrado, reanimó y revivió en 1971 el derecho de la autodeterminación nacional y la voluntad de realizarlo por parte de las masas del pueblo croata. Incluso habían obligado también al partido comunista de su país para que se pusiera a la cabeza del movimiento de liberación, a pesar de que este partido es sólo una filial del partido comunista de Yugoslavia, con la sede y el poder supremo en Belgrado. Las represalias militares y policiales de la capital servia consiguieron decapitar al movimiento, sin matar la idea, pues la misma brota de la historia croata a partir del siglo VII hasta 1918, año en que la comunidad "yugoslava" quiso pasarla por alto, imponiendo en su lugar la idea granservia, falsamente proclamada como "yugoslava", es decir la idea de una comunidad política para todos: los eslovenos, los croatas y los servios, reconociendo a todos la igualdad del derecho, el desarrollo de las individualidades históricas con el fin de defender la independencia común contra todo intento desde afuera, que expondría al peligro su libertad y la existencia en la democracia.

Todo el mundo ahora sabe que ese sueño fue una gran mistificación por parte servia con tremendas consecuencias que, incluso en este momento, hacen al Estado yugoslavo como un punto de los más peligrosos del mundo para la seguridad, como también en cuanto al respeto de los derechos humanos. Es por eso que los croatas exigen, están luchando por el propio derecho de autodeterminación. Considerándolo, con toda razón, la espina dorsal del ordenamiento jurídico del mundo y de la historia en que vivimos.

Después de los capítulos I, II, III, en que la autora nos expone, en una brevísima síntesis la historia de los países escandinavos —Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia respectivamente— lo que por razones de espacio no nos puede interesar aqui, en los capítulos que siguen, se habla de los problemas específicos croatas. En el capítulo IV escribe acerca de la soberanía de Croacia a través de siglos. En el V sobre Croacia y el presidente Roosewelt, en el VI Croacia y Winston Churchill, en el VII acerca de las opiniones de Lenin, Stalin y Djilas sobre la soberanía de Noruega, Suecia y Croacia. En el último capítulo, el VIII, la autora se refiere a la soberania de los pueblos conseguida después de 1945, donde hace la comparación numérica —de la población y la extensión territorial— con la de Croacia, señalando que mientras a los demás se reconoce este derecho fundamental, se lo deniega a Croacia a pesar de su superioridad tanto numérica, como cultural y económica sin tomar en consideración además el largo pasado histórico de la misma.

En la conclusión Margaret Stewart señala que Yugoslavia debe agradecer su existencia a los miles de millones de dólares, marcos alemanes y a la fuerza militar de los EE.UU., Gran Bretaña y Francia. Sin esto, la existencia de aquel Estado artificial, en el permanente conflicto con la voluntad de sus pueblos, habría desaparecido desde ya hace mucho tiempo antes. Su crisis permanente la reveló de manera especial el año 1971-1972, cuando el aparato de represión de Tito arrestó, solo en Croacia, a 16.000 intelectuales, estudiantes y obreros. Invocando las palabras del líder democrático de Croacia —Esteban Radić— en el sentido de que un pueblo no puede progresar sin vivir en su propio Estado, la autora, confesando lo mismo, sugiere que las Naciones Unidas reconozcan a Croacia su inalienable derecho de autodeterminación, reconocido por los documentos fundamentales del orden jurídico internacional. Sin esto, todo en dichos documentos queda para los croatas y muchos pueblos más, una "retórica sin sentido". Separarse pacíficamente de Servia y asegurar su propia soberanía, este es el derecho, exigencia y el objetivo de la lucha del pueblo croata.

El valor especial de este libro consiste en la documentación referente a Croacia y a aquella parte del mundo, surgida durante la última gran guerra de las tratativas de estadistas, políticos y militares de los vencedores, tendientes a dar un arreglo a la misma. Así nos enteramos que los ingleses, al iniciarse la guerra. incluso cuando la misma parecía inevitable, defendían a Yugoslavia. Hasta le habían prometido incorporar a todas las islas del Adriático, Trieste y la misma Salónica. Rooswelt sabía poco al respecto. Por primera vez habló de Croacia en una entrevista con Churchill el día 14 de julio de 1941, oportunidad en que advirtió al premier británico de que él no consideraba como propias obligadones lo que Gran Bretaña había prometido sin su participación. Sus informantes en esta materia fueron Adolph A. Berle jr., subsecretario en el Departamento de Estado y el embajador Arthur Bliss Lane en Belgrado. El primero había preparado para Roosewelt un memorandum —del 8 de julio de 1941— en que decía: "Usted recordará que el presidente Wilson sufrió en su prestigio por las obligaciones que no había tomado y acerca de las cuales no fue informado. Yo he propuesto al Secretario de Estado Summer Vetes para que pusiéramos un caveat (cuidado) general y que hiciésemos dar a entender claramente que no podríamos sentirnos con obligaciones que no hemos aceptado definitivamente... En el Diario del mismo alto funcionario está anotado el día 11 de julio de 1941 que en este sentido había informado al Presidente en cuanto a la promesa de Trieste y que el Presidente mismo ha prevenido a Churchill sobre el particular. En la declaración de Roosewelt, después de las conversaciones con Churchill, se dice también: "Como ejemplo señalo la insensata idea de que habían prometido restituir a Yugoslavia como existía con anterioridad y que se le había prometido entregar Trieste". Según Arthur Bliss Lane, el hombre que fue testigo ocular de los acontecimientos en Yugoslavia, cuando los croatas dieron incontroversible prueba de no querer vivir en la comunidad con los servios, Roosewelt daba una gran importancia al plebiscito para la solución de los problemas políticos, creyendo que se lo podría aplicar también para separar a los croatas y los servios. Summer Wells en su libro Seven Major Decisions, refiriéndose a Croacia, escribe: "El (Roosewelt) confiaba en un plebiscito como remedio general más que el mismo Wilson. Me habló en aquel tiempo (1942) más de una hora sobre su deseo para que se aplicara el plebiscito como medio en la solución definitiva de todos los litigios entre los servios, los croatas y los eslovenos que ensombrecen la historia de Yugoslavia como un Estado independiente". (Aquí deberíamos mencionar también los informes de otras fuentes que Roosewelt recibía sobre el asunto antes de la guerra. En primer término la carta del presidente Dr. Vladko Maček, líder del Partido Campesino Croata, con fecha del 18 de enero de 1939 y la intervención en el asunto del embajador Arthur Bliss Lane y del consulado americano en la capital croata. Ver el voluminoso libro: "Croatia's Struggle for Independence: A documentary History" de N. Dinko Šuljak, edición de Croatian Information Service - Arcadia, California; 1977, a cura de Radielović).

La autora, invocando la documentación aliada, accesible al público, desde fecha reciente, menciona también las entrevistas de Roosewelt con el principe Otto Habsburg, cuando los dos expresaron su gran preocupación ante la posibilidad de la penetración soviética a la Europa central. Allí se habló también del intento de los ministros croatas —Lorković y Vokić— de pasar del lado de los aliados occidentales y la posibilidad del desembarco aliado en el Adriático y especialmente del inglés en Istria. El papel de H. Hopkins y el "encanto" de Stalin para Roosewelt fueron fatales para dichos planes, a pesar de que según un convenio secreto entre el Gobierno croata y los aliados occidentales por intermedio del embajador inglés —el señor Knatchbull Hugess— en Ankara, Croacia se obligó a no atacar aviones de los mismos, mientras cruzaban sobre su territorio, y tratar a los aviadores con toda atención, si se vieran obligados a aterrizar en el mismo. También en Teherán se vislumbraba el reconocimiento de Croacia, pero en Yalta triunfó Stalin con concepción de Hopkins y el "encanto" staliniano de Roosewelt. En Teherán, incluso, circulaba un mapa con Croacia y sus limites orientales en el río Drina, pero Yalta hizo todo una pasajera ilusión. Tanto es que incluso hoy el historiador croata Ljubo Boban, falsifica dicha documentación para complacerse al dictador Tito y a pesar de que este historiador tuvo grandes inconvenientes con el servio Vaso Bogdanov pues Boban quiso interpretar la misma en un sentido poco más favorable para Croacia. M. Steewart invita a los escritores e historiadores croatas para que presten más atención a las ideas e intencionet de Roosewelt con respecto a un mejor futuro de Croacia. Hasta en 1944, él vislumbraba a una Croacia soberana, pero el croata Ivan Šubašić y similares, últimos residuos de la idea "yugoslava", apoyados por los que defendían la concepción inglesa, hicieron callar sobre el asunto al mismo Presidente norteamericano.

Es muy interesante el capítulo Churchil y Croacia. Señalando lo enigmático en la persona del estadista británico, la autora destaca también la ambigüedad de su política con respecto a Croacia.

Por un lado Churchill fue un virulento anticomunista y por el otro fue quien más movilizó las fuerzas del mundo libre en pro de la ayuda a la Unión Soviética. Así fue vacilante también su "política croata": Al comienzo de la guerra y en un prolongado lapso de la misma, estaba dispuesto y ayudaba realmente a los que defendían la idea de la Yugoslavia monárquica. Cuando fueron frustrados sus planes del desembarco aliado en la costa croata y ante la amenaza de que aquel país se convierta en un Estado comunista y totalitario confiaba en que las fuerzas militares croatas y eslovenas, anticomunistas, iban a enfrentar con eficacia a Ias tropas comunistas de Tito, para que los aliados occidentales pudiesen tranquilamente ocupar a "Venecia Julia con Trieste" pues, reconoció, que con Tito "hizo criar la víbora en su propio pecho".

El capítulo Lenín, Stalin, Djilas etc., tiene un carácter de interés más teórico. Los dos primeros aprobaron la separación pacífica de Noruega y Suecia del año 1905 contra la opinión de Rosa Luxemburg. Los dos principales ideólogos y estadistas del bolchevismo tomaron posición contraria a la de Sima Marković, secretario del Partido comunista de Yugoslavia. Los primeros defendían la soberania de los croatas, los eslovenos y los macedonios, mientras Marković consideraba la exigencia de la misma como una mera cuestión de las enmiendas constitucionales. Previamente a estas discusiones, A. Ciliga, secretario del Partido en Croacia, llevó a cabo una similar discusión con Simić, defendiendo la soberania de dichos pueblos en contraposición del servio, quien propiciaba una falsa federación bajo la hegemonía granservia. Vale destacar que Lenín y Stalin adaptaban sus posiciones de acuerdo con las exigencias de la política internacional de Moscú, haciendo prevalecer ahora la idea de la soberanía de los pueblos de Yugoslavia ahora de esta última de acuerdo con el principio de su propia utilidad soviética. El mismo Ciliga, a pesar de todo, lo reconoce como la realidad.

Entre los absurdos de nuestra época está también el hecho de que el temible verdugo —M. Djilas— del pueblo croata, se ha convertido en un teórico digno de ser escuchado, cuando se está planeando nuevamente el futuro de los pueblos de Yugoslavia. El tampoco pudo pasar por alto el anhelo y la lucha de los croatas por su independencia. Lo reconoció especialmente en The Saturday Review del 25 de agosto de 1974, cuando preveía la confederación de la Yugoslavia después de Tito. Claro, la unidad servia se extendería hasta allí por las provincias croatas donde "hay monasterios servios ortodoxos", como planeaban también los "tcheniks" servios, reduciendo a Croacia a su mínimo territorial, para que pueda optar o por la separación o quedarse en la confederación de corte granservia. (Las conversaciones entre Djilas y algunos elementos croatas, marginados en los años 1971-72 por Tito, reviven la actualidad de una idea similar: separación a modo de la de Suecia y Noruega, o la Confederación de los pueblos que actualmente viven bajo un régimen totalitario comunista y granservio, signado oficialmente como federación, lo que no lo es bajo ningún punto de vista. Obs. S. C.).

Los capítulos de la obra de la profesora Stewart están provistos aparte y al final de la misma, de documentos diplomáticos secretos que recién en los últimos años fueron puestos al estudio de los interesados.

Por ahora podemos preguntar: "¿Cómo Churchill pudo esperar de que tropas croatas irían a resistir a Tito en la Croacia septentrional, teniendo presente las decisiones de Yalta? ¿Dio el premier británico entender de alguna manera al gobierno croata de que iba a cambiar sustancialmente la política aliada en cuanto a la suerte de Croacia, decidida en aquella localidad fatal?

Es fuera de toda duda, que la suerte de las tropas croatas en Bleiburg fue más que trágica, pero marchaban entonces hacia los representantes militares de Occidente con la fe en la conciencia liberal y cristiana de los mismos. La esperada suposición de Churchill ¿no las habria llevado al mismo trágico fin con el autoagravante que ellas mismas hablan preparado su tragedia, sirviendo a los propósitos ajenos. donde no hubo lugar para los derechos de Croacia?

Además. nos parece, la autora nos debe aclarar —junto con su valioso colaborador, el prof. I. Omrčanin— ¿cómo hay que entender el "convenio" entre el Gobierno croata y los aliados, supuestamente concluido en Ankara en 1943? El Gobierno croata cumplió fielmente con lo "convenido" pero ¿qué es lo que los aliados prometieron a Croacia y cómo lo observaron?

Se sabía sólo que propagaban la idea de la "liberación" de Yugoslavia bajo el signo monárquico o el comunista, pero nunca como la promesa, por lo menos, de la realización del derecho de autodeterminación nacional del pueblo croata. Entre Ias dos posibilidades, se ha optado por la que guardaba por lo menos una esperanza, quizás, contra toda la esperanza.

Vistos todos estos elementos, Margaret Stewart de Omrčanin sugiere para que las Naciones Unidas favorezcan la política de separación de Croacia y Servia mediante un plebiscito, considerado por Roosevelt como un medio general para tantos problemas politicos, incluído también el grave caso de las relaciones croata-servias, que amenazan con nuevo "vietnam", como lo prevén muchos observadores internacionales.

La autora merece nuestro agradecimiento por su valiosa obra, que es una síntesis cientifico-patriótica y humana. Su esposo, el prof. I. Omrčanin, ha traducido en el idioma croata el libro y lo ha editado en Munich, sin salvar, debemos decirlo, el equilibrio entre el espíritu científico y el patriotismo, como se lo ha conservado en el texto inglés.

Franjo Nevistić

Mirko Vidović: Sakrivena Strana Mjeseca

(La Cara Oculta de la Luna - Apuntes de las prisiones de Tito). Edición Biblioteca de la Revista Croata, Munich - Barcelona, 1977, pp. 375.

En el último número de esta revista se hizo breve mención del libro que reseñamos y se reprodujeron extractos dal alegato del valiente abogado del autor Dr. Ivo Glowatzky, en el cual sostuvo que el acusado "se había dedicado a Ia búsqueda de la verdad".

En este comentario haremos una reseña más detallada de este tremendo y estremecedor testimonio de un hombre que por buscar la verdad, la justicia y la libertad de su nación croata pasó cinco años en los presidios de Tito, poniendo al desnudo en su libro el "reverso de la trama", la trastienda de la pantalla propagandística, "la cara oculta de la luna" del régimen imperante en Yugoslavia.

A guisa de parangón nos recuerda las descripciones de Alexander Solyenicin en su Gulag y en Un día de la vida de Iván Denisovich, evocando al mismo tiempos ciertos pasajes de Arthur Köstler en su libro La oscuridad a mediodía.

¿Quién es el autor de este libro revelador, testimonial y espeluznante que comentamos? Llámase Mirko Vidović, nacido en 1940 en Croacia, diplomado en filosofía y letras, escritor, casado con una encantadora mujer francesa, padre de cinco hijos de corta edad, radicado en Lyon donde obtuvo la ciudadanía francesa. Emigró de su país politicamente sometido y económicamente explotado en busca de pan y de libertad. Escribe poesías y cuentos y se gana la vida coma profesor en Lyon.

En 1971 su madre se halla gravemente enferma. Vidović vuelve para verla. Lo detienen y lo procesan en Zadar, condenándolo a cuatro años de cárcel, imputándole el cargo de haber abogado en sus escritos y poesías por la creación de una "República independiente de Croacia".

El contenido del extenso volumen del epígrafe es la crónica de cinco años, transcurridos en el presidio comunista yugoslavo que sirve como escenario, como punto de convergencia y repercusión vital de los principales acontecimientos políticos, socio-económicos, culturales y religiosos, ocurridos en Coracia y en toda Yugoslavia durante los últimos decenios.

Aquel era el momento del despertar nacional en Croacia, cuando incluso los comunistas croatas se opusieron a la hegemonía y la explotación económica servia, el período denominado "la primavera croata" que Tito, bajo la presión de los generales y jefes policiales servios, en concordancia con Moscú, interrumpió brutalmente mediante las fuerzas armarlas, destituyendo a los principales dirigentes en Croacia y montando miles de procesos, a consecuencia de los cuales se llenaron las cárceles con los hijos más combativos de Croacia.

M. Vidović, joven idealista como tantos otros, consciente de haber sido condenado para escarnio y ejemplo de los demás, asume a su vez una actitud que debe servir de ejemplo a los demás por su valor, comportamiento, inflexibilidad, integridad moral y solidaridad humana. Lo justifica así:

"Después de haber dado un paso arriesgado (vuelta a la patrria) y hallándome ya sometido a duras pruebas y puesto que mi suerte trascendió el carácter de un caso personal, fui condenado para ejemplo de los demás. Entonces comprendí que tenía que imprimir un sentido no sólo a mis padecimientos y ser hasta el final ejemplo a los demás, sino que debía desmenuzar el mecanismo complejo de una práctica inhumana de la tiranía opresora que actúa al margen de sus propias leyes, para poder dar un sentido a los sufrimientos horribles de innúmeros presos que encontré y conocí y de tantos otros de cuya suerte me enteré. Por lo tanto mi propio principio de testigo de la verdad lo apliqué a todos los reclusos en el contexto de una estructura seudojurídica en un país ilegítimo, policial, en el cual un puñado de criminales, en su afán febril de mantenerse en el poder, recurre a la violencia y la opresión como único medio", (pp. 8-9).

Compenetrado con esos principios rectores y siguiendo sus objetivos trazados, se enfrenta con el sistema penitenciario del comunimo titoista que, igual que el soviético, recurre a todos los métodos y medios para quebrantar, anonadar, despersonalizar a sus víctimas, obligándolas a las autoconfesiones más inverosímiles, a reconocer culpas y hechos inexistentes, a autoacusarse por delitos o intenciones criminales que nunca habían soñado antes. Esos métodos de lavado de cerebro y de conciencia hace tiempo que los describió Arthur Köstler y A. Solyenicin los analizó en su nueva versión, más refinados y perfeccionados. Vidović en las páginas de su voluminoso testimonio ocular certifica y comprueba que no existen mayores diferencias entre los gulags soviéticos y los presidios de Tito como Nova Gradiska y Srijemska Mitrovica.

Al fallar las primeras tentativas de los verdugos especialistas de "despersonalizar" a nuestro autor mediante suplicios y torturas psico-fisicos, hambre, celdas solitarias, agentes provocadores, la promiscuidad con los peores criminales comunes, los psicópatas y los locos, alternando la amenaza de separarlo para siempre de su familia con las promesas de pronta liberación si se "aviene a colaborar" o eleva un pedido de indulto reconociéndose culpable, en marzo de 1973 el Tribunal de Distrito de Zagreb lo juzga nuevamente y condena "en nombre del pueblo" a la pena de una reclusión rigurosa por el término de 6 años y seis meses", computándole el tiempo ya pasado en la cárcel.

No lo asesinaron ni remataron porque tanto el gobierno francés, sobre todo a instancias del primado de Galia y arzobispo de Lyon, el cardenal Renard, como Amnesty International y la Liga para la Defensa de los Derechos Humanos y otras instituciones, y personalidades no cesaron en interesarse e intervenir a su favor, reiterando periódicamente sus gestiones ante las autoridades comunistas yugoslavas en el más alto nivel para conseguir su liberación.

Tantos otros que no contaron con el apoyo internačional dejaron sus huesos en esos verdaderos campos de exterminio como lo atestigua M. Vidović.

Durante el primer proceso incoado en Zadar el fiscal le planteó el delicado problema de una posible alternativa para la Yugoslavia actual. Vidović le contestó que por el momento son indispensables cambios radicales, pues es innegable que cada pueblo aspira a ser dueño soberano de su destino, no hay soberanía limitada o parcial. La libertad es el bien supremo para cada individuo y pueblo y no puede ser negado única y exclusivamente al pueblo croata.

Después del fallo judical fue recluido en la penitenciaría de Stara Gradiška y después de dos años en el penal "modelo" y modernizado de Srijemska Mitrovica, con la expiación interminable por delitos que no cometió.

En Nueva Gradiška encontró a muchos presos políticos pues Yugoslavia hoy en dia junto con la Unión Soviética y Cuba en el hemisferio occidental es el país con mayor número de encarcelados por motivos netamente políticos. Vidović se refiere a ellos en los siguientes términos :

"Eran muchos, muchísimos, tan distintos por su personalidad bien definida y tan parecidos por la firmeza y la unidad de su soiuntad. Todos son croatas sin excepsción, condenados por distintos hechos de caracter politico. Cabe agruparlos en tres generaciones: los condenados por haber participado en el ejército croata en la última guerra, luego los disidentes dentro de las filas del ejército yugoslavo o infiltrados de afuera y, por último, los presos netamente politicos como Io era yo".

Vidović, escritor ducho y agudo observador, en breves trazos describe la personalidad y el destino de sus compafieros, su grandeza humana que llega hasta el heroísmo y sus debilidades. el ideal común que los unia y les daba ammo y fortaleza para resistir y proseguir la lucha "ya que no es digno de un hombre. siendo hijo de un pueblo humillado, permanecer pasivo".

Es digna de admiración su fortaleza espiritual que pudo aguantar tantas torturas, extorsiones y chantajes a lo largo de cinco años, basta mencionar que su mujer viajó cincuena veces de Lyon -4.000 kms.— para poder verlo y hablar con él la mayoría de las veces sólo 20 ó 30 minutos.

La Cara Oculta de la Luna es un valioso documento de la realidad croata de nuestros días y una prueba irrefutable que el espíritu a la larga vence a la fuerza y la opresión. Por ello resultan significativas las palabras con las que lo despidió al salir a la libertad el embajador de Francia en Belgrado, Pierre Sébilleau: "Puede estar orgulloso. Usted ha vencido".

Por todo lo expuesto este libro merece ser traducido a todos los idiomas universales.

Branko Kadić

Aisthesis Nro. 10. Revista chilena de Investigaciones estéticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Santiago de Chile, 1977, pág. 126.

Ha aparecido el décimo volumen de "Aisthesis", Revista chilena de Investigaciones Estéticas, del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Esta revista, única en su género en Sudamérica, fue fundada por el Dr. Raimundo Kupareo O. P. (dominico croata quien se radicó en Chile después de la última guerra. Obs. de la Redacc. de S.C.), fundador también del Instituto recién mencionado. La labor académica del Dr. Kupareo es de vastas proyecciones en el campo de la cultura y educación contemporáneas. Hemos entregado en STUDIA CROATICA (N" 58-59/75) una síntesis de un sistema de estética, realizada por el Dr. Radoslav Ivelić K., director de "Aisthesis" desde 1971.

El Instituto de estética atiende semestralmente a más de dos mil alumnos de todas las unidades académicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, demostrando ser un potencial de irradiación de un campo de cultura humana que, por desgracia, nuestros tiempos han descuidado con graves consecuencias: la ética y la estética tienen muchos puntos de contactos, manifestando, ambos, la espiritualidad humana. Este hecho queda claramente verificado en los distintos artículos de "Aisthesis" N" 10, dedicado al estudio de la razón de ser de lo bello, tanto natural como artistico, en la vida del hombre. y, consecuentemente, a la importancia de la estética.

Los estudios del volumen que estamos comentando incluyen "La Muerte del Arte", del Dr. R. Kupareo; "Belleza y Experiencia", de Osvaldo Lira; "El Hombre y los Valores Estéticos", de Alfonso Kastner; "Ser y Razón de la Estética en el Mundo Actual", de R. Ivelić y F. Sepúlveda; "El Sistema de Estética de R. Kupareo", de R. Ivelić; "Los Fenómenos Expresivos en la Estética de F. Schwartzman"; "Bibliografía sobre Isla de Pascua", de Camila Laureani.

En la sección "Experiencias" se realiza una entrevista a los Profs. Dora Aguila y Luis Vaisman. El ejemplar se cierra con una muy interesante y útil bibliografia sobre los diez números de "Aisthesis", que ofrece colaboraciones de los más renombrados especialistas contemporáneos en la disciplina estética, tales como Thomas Munro, Herbert Read, José Camón Aznar, Etienne Souriau, Maurice Nedoncelle, P. A. Michelis y Oscar Niemeyer.

Luis Cecereu

Presentación del libro de cuentos de Ana Blažeković

Se trata del libro titulado "Venancio" que fue presentado el dia 10/7/78 en la SADE - Sociedad Argentina de Escritores. Las palabras de presentación fueron a cargo de la poetisa argentina Teresa Carmen Freda. Después de destacar el origen croata de la escritora y Ias dificultades que afrontó en su patria de origen a causa de la última guerra y luego en el camino de exiliada, la señora Freda dijo también:

Porque un libro como "Venancio" puede semejarse al espejo de un lago, quebrada su calma por la caída de una estrella. Se marcan rumbos concéntricos, en ellos se amplían las orillas, se quiebra el espejo, cada trozo marca un rostro nuevo, que tiene por centro el pensamiento...". Esta cuentista nos ofrece en estos cuentos una prueba evidente de que en la vida no ha aceptado ser simplemente espectadora, sino protagonista del tiempo en que vive... En estos cuentos Ana pone magia y realidad en un recuerdo subyacente que los transforma en realidad viviente", invocando la oradora los conceptos de Marcel Brión: "La verdad que resulta de la fabulación apenas se distingue de la realidad objetiva. La cosa creada se convierte en verdadera a partir del momento en que aparece la trama de función...".

Por razones de espacio no podemos reproducir el texto íntegro de la señora Freda, como tampoco Ias palabras de agradecimiento de la autora A. Blažeković. Ella agradeció a Dios por el don que le dio para poder "comunicarse con mis semejantes". Con emotivas palabras se acordó de su madre patria Croacia, como también de la Argentina, expresando la esperanza de que sus esfuerzos de sobrevivir en sus cuentos igual como los padres sobreviven en sus hijos, anunciando también un nuevo libro que ya "se está gestando".

El acto fue presenciado por un numeroso público, prevalentemente argentino, en el elegante salón de la SADE. Agradecemos a la señora Ana por su imperturbable testimonio por nuestra patria Croacia sojuzgada. Su ejemplo debería servir de paradigma para tantos quienes tienen éxitos, pero tímidamente esconden su origen croata.

La segunda edición croata de "Martín Fierro"

Pero Tutavac, traductor de esta obra maestra de la literatura argentina ha preparado la segunda edición de su trabajo. El día 17 de noviembre ppdo., se realizó el acto de presentación, en el Hogar Croata, Buenos Aires. En la oportunidad usaron de la palabra el prof. A. Gazzari como conductor del acto, mientras la profesora María Carmen Lauria destacó el valor permanente de Martin Fierro, dando un elogio especial al traductor croata P. Tutavac. Por fin el traductor agradeció a los mencionados y a la concurrencia que fue para la naturaleza de estos actos más que numerosa.

 



* Ver STUDIA CROATICA, Nos. 66-67/77, pp. 99-103 y Nos. 62-63/76, pp. 99-105, donde hemos tomado posición al respecto.

[1]

[2] Vaso Bogdanov: "Bistrenje političke muteži" (Aclaración de las aguas politicas turbias), Pečat, N" 4/1939, pp. 257 y 258

[3] El general Mario Roatta: Otto milioni di baionete, Milán 1946, p. 162.

[4] F. W. von Metenthin: Panzer Battles (Las batallas de los panzer), Norman, Oklahoma 1956, p. 31

[5] The German Campains in the Balkans. p. 64, citado según Jozo Tomasevich: The Chetniks, Stanford University Pies, 1956, p. 74.

[6] Svetozar Pribićević: La Dictature de Roi Alexandre, edición Pierre Bossuet, París, 1933, pp. 8 y 9.

[7] Pribićević, op. cit. p. 153.

[8] Šišić: Dokumenti, p. 233.

[9] Citado según Zvonimir Kulundžić: Ubijstvo Stjepana Radića (El asesinato de S. Radić), Stvarnost, Zagreb, 1967, p. 63.

[10] Pribićević, op. cit., pp. 22 y 23.

[11] Idem, p. 74.

[12] Idem, p.244.

[13] Drago Zec u Glas Kanadskih Srba del 10/6/1976.

[14] Pribićević, op. cit., p. 23.

[15] Idem, p. 36.

[16] Idem, p. 190.

[17] Dr. Ivan Ribar: "Iz moje političke suradnje" (Mi cooperación política), pp. 187 y 188, citado según Ivan Mužić: Hrvatska politika i jugoslavenska ideja, Split 1969, p. 153.

[18] Ante Mandić (miembro del Comité Yugoslavo): "Fragmenti za historiju ujedinjenja", Jugos. Akademija, Zagreb, 1956, pp. 107 y 109, documentos Nro. 10 y 12, citado según Kujundzić, op. cit., pp. 21 y 25.

[19] Kulundžić, op. cit., p. 465.

[20] Tomaševich, op. cit., p. 158.

[21] Pribićević, op. cit., pp. 25 y 26.

[22] Idem, pp. 28 y 29.

[23] Idem, p. 14.

[24] Idem, p. 25.

[25] Mužić, op. cit., p. 154.

[26] Pribićević, op. cit., pp. 125 y 134.

[27] Gert Fricker: Kroatien 1941-1944, Verlag Rombach, Freiburg, 1972, p. 11. Respecto a la división en banovina el Dr. Bićanić en su libro La base económica de la cuestión croata calculó que trazando con otro método —igualmente falseado los límites de las banovinas, llegaríamos a cinco con la mayoría croata, 3 con la mayoría servia (de ellas una macedonia) y una con la mayoría eslovena.

[28] Pribićević, op. cit., p. 252.

[29] Con motivo del asesinato de Šufflay protestaron públicamente en 1931 Albert Einstein y Heinrich Mann, mientras que André Gidé publicó una extensa información documental acerca del estado catastrófico en las cárceles yugoslava.

[30] Obzor, 2/8/1928, citado según Muzić, op. cit., p. 176.

[31] Pribićević, op. cit., p. 12.

[32] Pribićević op. cit, p. 145.

[33] Fricke, op. cit., p. 12.

[34] Carl Gustav Strohm: Ohne Tito-kann Jugoslawien überieben? (Sin Tito. podrá Yugoslavia sobrevivir?, Verlag Styria, Graz, Viena, Colonia, 1976. p. 171.

[35] La Misión Militar Italiana en Croacia, 16/7/1942.

[36] Véase Tomaševich, op. cit., p+. 170 y el mapa N° 3.

[37] Matteo Milazzo: The chetnik Movement & the Yugoslav Resistance, John Hopkins University Press, Baltimore 1975, p. 92.

[38] Tomaševich, op. cit., p. 171.

[39] Documentos sobre la traición de Draža Mihailović, Ni 4.

[40] Djuro Stanisavljević: Pojava i razvoj četničkog pokreta u Hrvatskoj (La aparición y el desarrollo del movimiento chetnik en Croacia, Belgrado 1962, pp. 96 y 97.

[41] Tomaševich, op. cit., p. 261.

[42] Miodrag Djordjević: "Entre el fascismo negro y rojo", Unión Osjobodjenje, Londres, 1962, pp. 23, 24 y 25.

[43] Pribićević, op. cit., p. 8.

[44] Idem, p. 12.

[45] Idem, p. 144.

* Actualmente este número se ha diplicado. Hay 1.480.000 musulmanes.

[46] Idem, pp. 29 y 30.

[47] Palabras de Svetozar Miletić, según Pribićević, op. cit., p. 193.

[48] Meštrović: Uspomene (Memorias), pp. 69 y 70. El musulmán "concientizado" fue después ministro Halidbeg Hrasnica, persona de confianza especial del rey Alejandro.

[49] Idem, pp. 71 y 74.

[50] Idem, pp. 72, 75.

[51] Obzor, 16/8/1928.

[52] Dr. Laza Kostić: Izvori hrvatske megalomanije (Las fuentes de la megalomanía croata), p. 97.

[53] Stevan Trifunac, Sloboda, Chicago, 30/4/1971.

[54] Comando del VI Cuerpo italiano, Ni 1497, del 29/6/1941.

[55] Milazzo, op. cit., p. 85.

[56] Dr. Živko Topalović, Pokreti narodnog otpora u Jugoslaviji (Movimientos de resistencia popular en Yugoslavia) pp. 52 y 53, citado según Tomaševich. op. cit.

[57] Milazzo, oh. cit., p. 112.

[58] Idem, p. 185.

[59] Topalović, op. cit., p. 52, citado según Tomaševich.

[60] Tomaševich, op. cit., pp. 256 y 257.

[61] Topalović, op. cit., p. 103, citado según Charles Zalar Yugoslav Comunism, a Critical Study, pp. 83 y 85.

[62] NIN, Belgrado, 20/6/1971. Lo mencionó y comentó también Adam Roberts en Nations in Arms, Chatto & Window, Londres, 1976, pp. 199 y 200.

[63] Hrvatski Tjednik (El semanario croata), N" 24, p. 6.

[64] Pribićević, op. cit., p. 46.

[65] Franček Saje: Belogardizem, Ljubljana 1951, p. 27.

[66] Para detalles véase Revista Croata, septiembre 1972, pp. 339-357.

[67] Glas Kanadskih Srba, en el artículo de fondo del 24/3/1977 ataca al Dr. Maček como megalómano.

[68] Cfr. Američki Hrvatski Glas del 16/3/1949.

[69] Citado según Zafar, op. cit., p. 84.

[70] Pribićević, op. cit., p. 203.

[71] Véase p. ej. el artículo "Recuerdos del cuerpo de infantería en la guerra de abril de 1941", Njegoš, vocero de la sociedad servia histórico-cultural, junio 1977.

[72] Johann Christoph Allmayr-Beck, "Das Ende der Habsburgermonarchie vor 50 Jahren", en: Der Donauraum, año 1968, N° 4, pp. 205-219.

[73] Stephen Gazi, "A History of Croatia", Philosophical Library, Inc., New York 1973, p. 178.

[74] Ernest Bauer, "Zwischen Halbmond und Doppleadler - 40 Jahre österreichische Verwaltung in Bosnien-Herzegowina", Wien-Munchen 1971 (Verlag Herold), p. 44.

[75] Dr. fray Oton Knezovic, "Poviest Hrvata", tomo 1, Madrid 1961, p. 381.

[76] E. Bauer, o. c., p. 45; O. Knezovic, o. c. p. 380.

[77] O. Knezovic, o. c. p. 384.

[78] Idem, p. 385.

[79] Paul Fauchille, "Traité de Droit International Public", tomo II, París 1921, p. 1041.

[80] René Albrecht-Carrié, "A Diplomatic History of Europe - Since the Congress of Vienna", University Paperbacks, Mathuen: London 1965, p. 172.

[81] P. Fauchille, o. c. tomo I, p. 93.

[82] Idem, p. 95.

[83] René Albrecht-Carrié, o. c. p. 177.

[84] Peter F. Sugar, "Industrialization of Bosnia-Herzegovina 1878-1918", University of Washington Press, Seattle, 1963, p. 23.

[85] L. v. Südland, "Die Sudslawische Frage und der Weltkrieg", Zagreb 1944, p. 508.

[86] Rudolf Kiszling, "Die Kroaten - Der Schicksalsweg eines Südslawenvolkes", Graz-Löln, 1956, p. 70.

[87] P. F. Sugar, o. c. p. 26 (Archives des Affaires Etrangères, París, Corresp. Commec. des Consuls, Vol. III., Oct. 2, 1878).

[88] Dr. Rudolf Horvat, "Hrvatska politika od 1860 do 1895", en: Obzor Spomenknjiga 1860-1935, Zagreb, 1936, p. 13.

[89] Hrvatska Misao No 41 (diciembre 1968), Buenos Aires, p. 5-11. Más abundante en: "Studia Croatica", Edición Especial del año 1963, pp. 153-223 artículo del prof. Dominik Mandić bajo el título: "Bosnia y Herzegovina provincias croatas".

[90] "Parlar in croata... et ció usassi parimente a Constantinopoli... in croata lingua parlavano, la quale è familiare à tutti quasi i Turchi, e specialmente a gli uomini di guerra." A. Pigafetta, Itinerario, Londres 1585, en: Starine Jug,. Akad. T. X, 1878.

[91] "From the Croats"' - H. Lamb, "Suleiman the Magnificent", Garden City, N. Y. 1957, p. 53.