El 450° aniversario de Marko Marulic(1450 -1524)

La Redacción

 

Studia Croatica, Año XV – Julio – Diciembre 1974- Vol. 54-55

 

El gran humanista cristiano y el padre de la literatura croata

En la segunda mitad del siglo XV, gracias a la fructífera influencia del renacimiento europeo, especialmente del italiano, encontramos en Croacia, particularmente en las ciudades de su costa adriática y las islas adyacentes, un considerable número de poetas y escritores. Un puesto destacado entre dichas ciudades ocupa la ciudad de Split, metrópoli de la provincia croata Dalmacia. En aquella ciudad ubicada al pie de las rocas de las montañas dináricas que tocan con el suave azul del mar, murió hace justamente 450 años el gran humanista cristiano y el padre de la literatura croata, Marko Marulic. Nació en la misma ciudad en 1450, comenzó sus estudios en ella y los terminó en Padua. Al regresar a la ciudad natal se formó alrededor de su descollante personalidad un núcleo de poetas y escritores de tanta importancia que, incluso, pudo hablarse de la escuela literaria de Split, similar a aquella de la ciudad de Dubrovnik, otra ciudad-estado croata más al sur de Split, en la que en la misma época vivían y escribían otros dos poetas croatas - Sisko Mencetic (1457-1527) y Dzore Drzic (1461-1501).

Marulic, de acuerdo con la costumbre y la necesidad intelectual de aquella época, comenzó a escribir en latín. Sólo este idioma proporcionaba los términos y las demás ventajas idiomáticas para una vida intelectual superior y su comunicación con el ambiente social más amplio, rebosando límites nacionales. La obra más conocida en latín de Marulic es De institutione bene brataque vivendi, publicada en Venecia 1506. Luego la misma fue reeditada diez veces y traducida a varios idiomas. Por su carácter moralista y didáctico se la utilizaba muchísimo como manual para la defensa de la fe católica durante el período de la Contrarreforma. El principal contenido de este manual está constituido por las descripciones de vidas de los Padres de la Iglesia, incitando a los lectores a la imitación de su ejemplo de virtud y sacrificio. Para señalar el renombre y la categoría que había alcanzado este libro, cabe destacar que San Francisco Xavier, al viajar a India como misionero, llevó consigo sólo su Breviario y la mencionada obra de Marulic. Además, hay que mencionar las siguientes obras en latín de nuestro autor: Quinquaginta parabolae, Venecia, 1510, que fue también traducida varias veces en diferentes idiomas; Evangelistarium, Venecia, 1516, obra en siete tomos, tratando sobre las virtudes teologales; De humilitate et gloria Christi, Venecia, 1519, y Dialogus de gestis Herculis a Christianis superati, Venecia, 1524.

En esta serie de obras Marulic ha transmitido la propia concepción de vida, cuya esencia la constituyen la virtud cristiana y una conciencia profunda de la vanidad de las cosas terrenales.

Recién en 1952 fue descubierto un libro más de Marulic en el idioma latín, titulado Davidias. Se supo, de acuerdo con el inventario de los libros de su biblioteca privada, escrito por la mano propia de Marulic, que existía dicha obra, pero que no pudo ser ubicada. Un estudioso italiano la encontró en la Biblioteca Nacional de Turín, y luego fue publicada por la Academia de Ciencias y Artes dc Zagreb (Croacia) en 1954. Se trata de un poema épico en catorce libros en que el autor invoca y apela al mundo occidental y cristiano para que acuda en socorro a la Croacia ubicada en los confines entre el mundo cristiano e islámico en una época en que Islam, apoyado por las armas del imperio turco, amenazaba mortalmente a aquel país cristiano y, en su gran parte, ya ocupado por los turcos. A pesar de la dedicación de la obra al cardenal Doménico Grimani, la misma nunca ha sido publicada. El mencionado cardenal era uno de los hombres más ilustres y de los más conocidos en el mundo cristiano al comienzo del siglo XVI. Marulic no lo conocía personalmente, pero se sabe que hubo un respeto mutuo entre los dos. Grimani estaba en contacto directo con las personalidades más conocidas de aquella época, como son Pico de la Mirandola, Erasmo de Rotterdam, etc. Estos lazos personales existían también entre el cardenal y el obispo de Split, Andreas Korner y aquel de Sibenik, Juan Stefanic. No obstante, Grimani no dio permiso para la publicación de "Davidias", suponiéndose como la causa principal, la existencia de ciertas alegorías muy atrevidas para aquel tiempo en esta obra de Marulic.

Paralelamente con la fama que Marulic había conquistado en el mundo cristiano de la Europa occidental por ser un gran moralista, filósofo e historiador, escribiendo sus obras en un excelente latín clásico, se hizo asimismo merecedor de la gloria permanente en la historia literaria y cultural de su pueblo croata. En efecto, Marulic, entre una y otra de sus obras en latín, escribía también en el idioma croata. Su libro Istorija svete udovice Judit u versih hrvatski slozena (Historia de la santa viuda Judit compuesta en versos en croata) es el primer libro impreso en croata (Venecia, 1521). Después de varias obras de carácter didáctico, moralizador y humorístico, escritas en el mismo idioma nacional, vale destacar especialmente el poema religioso Istorija od Suzane (Historia de Susana). En él Marulic dedica su talento poético a la belleza física y moral de la casta Susana, acusada injustamente de adulterio, ateniéndose a los relatos bíblicos. La inspiración bíblica dio a Marulic la oportunidad para exaltar la virtud de la castidad.

Por cierto, entre sus obras en croata, Historia de Judit ocupa el primer puesto en importancia. Marulic la escribió para el pueblo croata, para los que no sabían leer latín o italiano. Ensalzando la fortaleza humana de Judit que mató a Holofernes, comandante del ejército de Babilonia y así salvó a su pueblo, Marulic confortaba, con el ejemplo de aquella mujer heroica, al pueble croata para que, unido espiritualmente, resistiese al agresor. Croacia casi sucumbía ante la fuerza avasalladora del imperio turco.

Gracias a su cultura superior, al conocimiento de la literatura clásica latina, griega e italiana, Marulic dio a la poesía de su pueblo formas literarias artísticas, mereciendo así ser considerado como padre de la literatura croata, a pesar de que hubo poetas croatas populares antes de su actuación literario-artística.

Conmemorando con estas breves palabras el 450° aniversario de su muerte, señalamos que el nacimiento de una de las más bellas y sustanciales ramas de la cultura croata -su literatura- tuvo el origen en el seno mismo del mundo occidental y su comienzo lo agradece a un hombre que por igual pertenecía a Occidente y a su Croacia. Las raíces de la cultura croata, pues, arrancan desde el suelo croata-occidental, recibiendo de allí a través de siglos los jugos vitales para su desarrollo y su florecimiento. Este hecho, por cierto, no es de ayer. Los 500 años de esta orientación artístico-cultural hacen sentir su presencia en la imagen total del pueblo croata y en la suerte de Croacia.

Desgraciadamente, el pueblo croata necesita actualmente leer y releer a Judit de Marulic, porque el yugo comunista de Belgrado parece todavía más peligroso para su supervivencia que el peligro de Holofernes para el pueblo israelí o el otro de tantos comandantes de los ejércitos turcos en la época de Marulic.

Toca a los exiliados hijos de la Croacia de hoy aquel triste papel de Marulic de invocar al mundo libre en socorro de su pueblo sojuzgado por un régimen que está perpetrando, en múltiples facetas, un crimen permanente de genocidio tanto económico y cultural, como político y nacional contra su existencia.