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STUDIA CROATICA

Año XV – Julio – Diciembre 1974- Vol. 54-55

Cultura

Noticias y comentarios

o   "¿Por qué regresaste al país donde sólo los muertos son felices?" - Bogdan Radica narra su experiencia con el comunismo yugoslavo

Reseña de libros

Reseña de libros

 


Los monos armados

Franjo Nevistic

La lucha por el poder entre el mundo postreligioso y el "religioso"

El tema de la violencia está a la orden del día tanto en nuestra Argentina como en el resto del mundo. Nos preocupa a todos y a cada uno, ya sea como un fenómeno trágico, diario, ya como un problema teórico. Paradójicamente, cuanto más se trata de comprenderlo y superarlo, más se multiplica y adquiere dimensiones cada vez más amplias.

El 16 de septiembre último asistí, por televisión, a una discusión sobre el tema, oportunidad en que el doctor Ricardo Balbín, líder del radicalismo argentino, fue entrevistado por dos reconocidos periodistas especializados. Los dos trataron, en un enfoque cruzado, de conocer cuál era la opinión al respecto de esta personalidad política, una de las más interesantes en el actual escenario político argentino. La finalidad de la discusión fue conocer su opinión y, al mismo tiempo, hacérsela conocer al gran público nacional.

Prescindiendo de muchos matices, por cierto interesantes, del problema tratado, nosotros nos limitaremos sólo a uno, por considerarlo esencial. Al contestar el doctor Balbín a la pregunta de sus interlocutores sobre cuál podía ser la finalidad de la violencia desatada en cadena en la República Argentina, dijo que es la lucha por la conquista del poder. Los periodistas mencionados coincidieron con él. Nosotros también. La conquista del poder, nos parece, revela el fenómeno de la violencia en su totalidad y su fundamento último.

Pero para entender mejor la profundidad y la amplitud del acierto resulta indispensable realizar un análisis de sus aspectos esenciales íntimamente ligados a la naturaleza del hombre y a su destino.

La conquista del poder, y por el poder, en el tiempo en que vivimos, sería una especie de l'art pour l'art inadmisible. La orientación "social" del pensamiento que nos caracteriza no permite ninguna clase de l'art pour l'artisme, incluso en el campo literario, a pesar de que se trata de una zona de vida que le es connatural (recuérdese el caso actual de los pintores abstractos y la represión soviética). Tomar el poder por el poder no nos diría mucho. Se trataría de una especie de juego político-social incompatible con una época realista. En efecto, si un individuo, un grupo o una clase entera no se detienen ante la inviolabilidad y la santidad de ningún bien humano con tal de conquistar el poder, incluso avasallando la familia o la vida misma del hombre, su posición es más que reveladora: la posesión del poder político-social es el bien más alto, casi absoluto.

¿Pero la posesión del poder no fue en todos los tiempos y en todas las sociedades el objetivo final de la lucha política? Por cierto que sí. ¿No se cometían, por igual, crímenes con tal propósito? Tampoco podemos negarlo. Pero lo que asombra al doctor Balbín, a sus interlocutores y a todos nosotros es el hecho de que a los "violentos" de hoy los caracteriza un rasgo peculiar -malo, repudiable-, que se consideraba ya superado y eliminado por lo menos en las sociedades civilizadas. Este rasgo peculiar, según el propio Balbín, es la falta de conciencia, responsabilidad y remordimiento por el crimen cometido. Antes, decía el político argentino, quien cometía un crimen reconocía él haberlo cometido y se entregaba a las autoridades para su correspondiente castigo. Hoy, por el contrario, el que comete el crimen pretende que se lo considere como héroe.

Aquí está lo esencial del problema que nos interesa y que intentaremos someter a un análisis que consideramos indispensable para poder comprender el fenómeno en su alcance trascendental.

La observación formulada por el político radical coincide, quizá sin pensarlo, con la opinión de A. Camus, cuando en una de sus obras más brillantes señala este hecho de la depravación ética del hombre como la característica más saliente y la más trágica de nuestra época[1].

¿Pero podemos justificadamente asombrarnos ante hechos de esta índole? ¿Podemos echar sin más toda la culpa, la responsabilidad y la vergüenza a los violentos? ¿No hay algo lógico e históricamente natural en el comportamiento de los violentos de hoy?

En efecto, nosotros consideramos que el fenómeno que enfocamos es una fase lógica y final del proceso de desarrollo del pensamiento tanto científico como filosófico del mundo moderno. Su característica principal es el "vaciamiento" de los valores acumulados durante siglos, gracias a una paciente labor y a la colaboración de varios factores entre los cuales el de la religión cristiana, por su decisiva importancia, no es el último. La filosofía racionalista, pues, ha completado en esta época la crítica de la metafísica y la religión que Marx considera como presupuesto de toda crítica. La crítica del cielo, decía, precede y condiciona la crítica de la tierra y la política. Dios ha muerto, el hombre está agonizando, comentó algún otro filósofo. La conexión tanto lógica como ontológica entre las dos enunciaciones la explica con una luz diáfana J. P. Sartre[2].

Pese a esta visión clara y lógica, Sartre no procede lógica y coherentemente hasta el fin. Asustado por la ética laica, como la describe con exactitud en sus consecuencias negativas, pero aceptando el "hecho" de la muerte de Dios y para evitar dichas consecuencias y salvar a la sociedad ante el caos moral y jurídico, Sartre exige la inexistencia de Dios, formula un ateísmo postulatorio, se aferra a su existencialismo. Si Kant permitía aún la existencia de Dios, fundándola como posibilidad contenida e indicativa en el imperativo categórico, el filósofo francés traslada y coloca en el hombre el fundamento de todas las obligaciones, tanto ético-morales como jurídicas. Cada uno, según él, debe actuar indefectiblemente como si actuara en nombre de la humanidad entera.

Las consecuencias prácticas y teóricas, fruto auténtico de esta posición, las conocemos de sobra. Para esclarecerlas en su totalidad podemos servirnos aquí de una analogía que nos proporciona la jurisprudencia. Se trata de las leges imperfectae, es decir de leyes sin una sanción segura y firme. La filosofía existencialista introduce, sin quererlo, este concepto en la filosofía moral y jurídica en su totalidad. Pero las consecuencias son harto diferentes. Mientras que en el campo jurídico las leyes imperfectas coexisten, dentro de la vigencia mucho más amplia y bien determinada y sancionada de la leges perfectae, con el contorno de las obligaciones firmes, aquí, en el campo filosófico, que es siempre una completa cosmovisión, se abre la puerta a la inseguridad total, a la arbitrariedad absoluta.

Ni el imperativo categórico de Kant con su teísmo postulatorio, ni su modificación sartreriana en el ateísmo postulatorio bastaron para fundar la pureza y la claridad de la Obligación en el mundo. Tanto el primero como el segundo carecen de un respaldo firme, de la sanción suficiente a la Obligación. Desde esta posición, todas las obligaciones, aun las leyes perfectas del hombre, se convierten en leyes imperfectas. El primero constituye solamente un escalón más hacia el nihilismo, donde terminó el segundo. Sobre la Nada no es posible edificar, levantar edificios de austeras columnas capaces de sostener la existencia de la humanidad. A. Camus, discípulo de Sartre y su conmaestro del existencialismo, lo demuestra en su obra El extranjero.

El desarrollo filosófico, pues, ha vaciado sensiblemente el acervo ético del mundo civilizado. Pero para ver mejor el abismo hacia el cual es llevada la humanidad sin una fundamentación ontológica de la Obligación, y una vez negada su ubicación en el asidero religioso-trascendental, agreguemos lo que enseña al respecto el eminente filósofo y matemático contemporáneo Bertrand Russell.

En efecto, mientras que muchos de sus coetáneos e iguales científicos llegan a la conclusión de que las ciencias positivas y la técnica dejan al hombre desamparado, expuesto a la autoaniquilación (W. Heisenberg, M. Born y otros), Russell cree todavía en su poder de salvación. Estamos, según él, ante la puerta de una "edad de oro" que nos abrirían las ciencias si "matarnos al dragón" que la custodia y que es, justamente, "la religión".

Teniendo presente el contexto de estas ideas, hemos puesto en el título del presente trabajo, y como su idea central, la confrontación entre el mundo posreligioso y aquel "religioso", substituyendo con el término posreligioso lo que expresa Toynbee con el concepto de mundo "poscristiano", y expresando con el término religioso entre comillas lo que Russell denomina el mundo religioso sin comillas. En efecto, este último, al referirse a la pretendida nocividad de la religión en general, dice también lo siguiente: "Creo que todas las grandes religiones del mundo -el budismo, el hinduismo, el cristianismo, el Islam y el comunismo- son a la vez mentirosas y dañinas" [3].

Sin intentar invalidar las afirmaciones, por cierto gratuitas, de tan grande autoridad, que ubica erróneamente al comunismo entre las religiones, nosotros, por el propósito de este artículo, tomamos al comunismo como religión, pero señalando desde ya nuestra disconformidad, tanto formal como substancial, con el famoso matemático y filósofo, lo ponemos como la religión y el mundo religioso entre comillas. Todos, pues, sabemos que se trata de un mundo y de una religión seudorreligiosos, de un intento racionalista más de realizar su sueño de la sociedad utópica o la "época de oro", como lo dice el mismo Russell.

Hecha esta observación aclaratoria, todos sabemos también que el problema central y más urgente de la actual política internacional es la lucha entre el mundo poscristiano o posreligioso -el mundo occidental- y el mundo "religioso" oriental, o sea el mundo comunista como lo ve Russell. Esta lucha se ha transformado en una especie de guerra civil de doble aspecto. Siendo el mundo actual técnicamente uno, la lucha por el poder en él entre los EE.UU. y la Rusia Soviética puede considerarse legítimamente como una lucha civil de dimensiones mundiales. Este es su aspecto ontológico primordial. Pero, para evitar la confrontación directa entre las dos superpotencias (la "alianza" entre Washington y Moscú durante y después de la última gran guerra se considera como la más "firme" y más prolongada) el conflicto se ha transferido, parcializado y convertido en guerras civiles dentro de los límites de los Estados nacionales, para muchos ya límites anticuados.

En efecto, detrás de las facciones nacionales en lucha y en casi todas las partes del mundo están los dos protagonistas principales de la "guerra civil" general. La misma se desarrolla de acuerdo con los cánones de una filosofía nihilista. El remordimiento, la conciencia, la responsabilidad. ¿a título de qué? Nuestro asombro, como el del doctor Balbín, no debería tener lugar. El humanismo del mundo poscristiano se ha despojado de sus verdaderos factores de civilización, ha vaciado el acervo verdaderamente cultural y este vacío ha llenado el humanismo comunista con la violencia.

En efecto, si la verdad para el mundo poscristiano es solamente una especie de error -es decir la verdad es inalcanzable para el hombre- según Nietzsche, ¿a qué aferrarse noéticamente? Si Dios ha muerto y todo está permitido, como afirma Dostojevski, si nosotros nos encontramos, según Sartre, en un plano donde hay solamente hombres, ¿a qué aferrarse entonces ética y jurídicamente? Nos encontramos en medio de una historia natural del hombre. La ley de esta historia es, según el mencionado filósofo alemán: "Lo que quiere el hombre es lo que quiere la más pequeña parte de un organismo viviente, es decir el aumento de la potencia" [4]. Luego la ley fundamental del proceso de esta historia natural es, según Nietzsche, la siguiente: "¿Quieres una palabra para designar este mundo? ¿Una solución a todos sus enigmas?... Este mundo es la voluntad hacia el poder, y nada más" [5].

Para dar una vez más un enfoque argentino del problema de la violencia, volvamos a "La Prensa" del 11 de agosto de 1974. Allí Alicia Jurado, en una colaboración, ha confirmado el despojo, el vaciamiento del acervo de la civilización occidental, idea que hemos expuesto más arriba, y que inspira doblemente este trabajo. De allá hemos tomado prestado el título, un poco cambiado, y sus análisis, y la conclusión, al referirse a las obras de Konrad Lorenz y Roberto Ardrey, nos ha inducido a realizar este trabajo. En efecto, para los dos científicos mencionados, según A. Jurado, "el primer acto de afirmación humana que se ha podido comprobar es la capacidad para el asesinato". El Australopithecus africanus, una especie de mono, es el bisabuelo del hombre, del Homo sapiens. Contrariamente al idealismo romántico de muchos -de Rousseau, por ejemplo- ese bisabuelo "no fue arborícola, sino criminal nato... Los restos fósiles demuestran que mató a sus semejantes, y que la raza de Caín es anterior a la creación, de Adán".

¿Qué otra cosa, en consecuencia, podemos esperar si no la violencia en una época y en un mundo gobernados por la explicación total del hombre y de su historia mediante la evolución biológica? ¿En un mundo que considera al hombre exclusivamente como una especie de vertebrados más evolucionada, pero fraccionada por concepciones de lo justo diametralmente opuestas? Una parte de este mundo se ha despojado de la religión, proclamándola incluso "mentirosa" y "dañina", y trata de tirar al traste toda educación tradicional del cerebro reptil, descubriendo su desnudez originaria de mono, mientras que la otra se ha vestido del ropaje muy solemne de la religión comunista en el sentido russelliano. Las dos concepciones, los dos mundos alistados entorno de ellas, están en conflicto mortal, animalesco.

Pero para que la realidad se torne todavía más dramática hay que recalcar aquí la conocida diferencia entre los escépticos y los creyentes. Los primeros (desgraciadamente el mundo libre), invadidos por la duda, aparecen faltos de energía, de lucha, y los otros (el mundo comunista), llevados por el fanatismo de su pseudo-credo, se muestran decididos, audaces, listos para el sacrificio. Por desgracia, más por el sacrificio de sus semejantes que por el propio. Los nihilistas, dice Camus, deberían ser suicidas, si son consecuentes, pero, carentes de toda lógica, prefieren antes que suicidarse matar a sus semejantes. Por una extraña lógica, quizás de monos, los violentos de hoy matan a sus semejantes como el hombre a su tiempo comía al hombre, según Croce, con la conciencia tranquila, como si se hubiera tratado de pollos asados. El poder por el que están luchando y la sociedad con la que están soñando liberarían al hombre, inaugurarían la "verdadera historia", abrirían la "época de oro". El hombre, dice Nietzsche, quiere lo que quiere todo ser viviente: aumentar su poder. Para tal fin, los descendientes del Australopithecus africanus se han armado; la raza de Caín ha perfeccionado su armamento de tal manera y en tales proporciones que el Homo sapiens puede parecer un verdadero equívoco de la evolución., El Homo sapiens, irónicamente, está en condiciones de destruirse directa o indirectamente, a sí mismo y a todo vestigio de vida en nuestro planeta. La norma suprema de su comportamiento es obtener más poder y potencia. Si no usa todavía los últimos inventos de armas devastadoras es porque lo detiene sólo el miedo a su propia muerte. Usarlas en menor escala, sin detenerse ante ninguna clase de bienes del hombre, es la consecuencia lógica de una posición nihilista y de una violencia en nombre de una seudorreligión.

¿En qué podemos depositar la esperanza de que se pueda evitar esta perspectiva? Alicia Jurado, acota en "La Prensa": "Pero tampoco podemos desalentarnos del todo respecto al destino del hombre. Si no es un ángel caído, como imaginan los creyentes en la sociedad corruptora, sino, más modestamente, un primate evolucionado, no necesitamos vernos como una raza decadente, y sí como mamíferos bastante promisorios. Si tenemos la suerte de sobrevivir hasta que la próxima mutación permita a la reciente corteza controlar mejor el cerebro reptiliano, puede ser que éste no nos mueva a destruir la especie entera con las armas inventadas por aquélla" [6].

En otro de sus artículos, publicado por el periódico porteño el 1º de septiembre -El hombre y la ecología-, A. Jurado reproduce la opinión de S. P. R. Charter, para quien "la lucha de la especie humana por sobrevivir no se plantea hoy entre Oriente y Occidente, ni entre el colectivismo y la libertad, sino, de una manera harto dramática, entre el hombre y su medio; nos recuerda... que nuestra especie no es eterna... sino que, como tantas otras en la historia, desaparecerá por completo. La extinción total, que fue prerrogativa de Dios, 'lo es hoy del hombre mismo', y mientras los dos titanes, el Este y el Oeste, 'se hallan estúpidamente trenzados en mortal combate' suben aguas de la marea que ahogará a ambos".

Sin embargo en el prólogo al libro de Charter El hombre en la Tierra A. Huxley señala, según nuestra autora, como el más grande peligro que nos puede precipitar al abismo común las ideologías nacionalistas, religiosas y políticas y a la "sed de poder de las oligarquías gubernamentales". A. Jurado, pese a su optimismo evolucionista y de mutación, permite la posibilidad de que nuestra civilización y la especie humana sucumba antes de ver realizada dicha mutación biológico-evolutiva y de salvación y a raíz justamente y entre otras causas, de la lucha por el poder.

¿Podemos, por fin, depositar la esperanza de sobrevivencia, de evitar la violencia y conseguir la paz cívica e internacional en aguardar la llegada de la próxima mutación cerebral, de la formación de una nueva corteza cerebral que controlaría las "posiciones y sobreposiciones" cerebrales (de Chardin) reptialianas y las del Homo sapiens actual?

La violencia cotidiana que sacrifica las vidas humanas sin escrúpulos, el manejo con armas en las manos de "monos", el majestuoso paseo de los buques de guerra por los mares del mundo y el vertiginoso desplazarse de los aviones por los aires escondiendo en sus extrañas armas mortíferas científicamente creadas, a semejanza de ciertos reptiles que esconden su veneno detrás de una atractiva superficie, son los peligros de mayor actualidad. Mucho más que el agotamiento del suelo o la polución del aire en que vivimos, sobre el que llama nuestra atención el científico Charter. Si estas armas son manejadas por los "monos", cuya ley suprema es: más potencia, la conquista del poder, estamos entonces, sin atenuantes, ante el peligro de una continuación de la violencia sin tregua y en un sentido que nos conduce a la catástrofe planetaria.

Es necesaria, pues, una urgente revisión de los valores humanos. En efecto, se necesitaron siglos de educación del hombre para civilizarlo, para formarle una conciencia de carácter categórico kantiano o de "engagement" sartreriano universales, pero para destruirlos bastan tan solo unas décadas. Justamente estas dos fórmulas, negando la tradición metafísica y la fe cristiana, terminan el proceso a la inversa: el imperativo categórico se atomiza, disipa e individualiza sin ninguna consistencia interna.

El hombre se despoja de las vestimentas que había adquirido sintiéndose hijo de Dios o, por lo menos, como lo diría Ortega y Gasset, un ser extraño, imperfectamente incorporado a este mundo, convirtiéndose en un puro ser natural. Por eso hay que reimplantar sin demora el problema: ¿qué son la cerebralizaciones del hombre y la humanización del mundo? ¿Una evolución inmanentista sin sentido o una subida guiada por la luz trascendental, el hilo conductor de Donoso Cortés, mediante el cual podemos salir del laberinto en que caímos sin la aparente posibilidad de encontrar la salida?

Estas son las preguntas ineludibles y sus contestaciones-soluciones dificilísimas. Sin ellas, sin embargo, la violencia y la lucha por el poder que nos asegura el dominio sobre los demás -el fundamental anhelo de los seres vivos- acompañarán inevitablemente el presente y el futuro de la historia; no se quitarán las armas de las manos del mono. El hombre, pretenden enseñarnos en nombre de la ciencia, no es ángel caído sino un "asesino nato", como lo fue el mono Australopithecus africanus, por lo cual su historia se desarrollará fatalmente bajo el signo del asesinato.

Sin rechazar esta enseñanza y sus consecuencias por ser indignas de la personalidad humana y sin contestar adecuadamente las preguntas formuladas arriba o, por lo menos, emprender la tarea con la humildad y la sinceridad reconociendo a la vez su importancia y su dificultad y que se supere sólo por etapas, se continuará glorificando a los "políticos" como a Josip Broz Tito, por ejemplo, para quienes la dignidad y la libertad humanas y el derecho de la autodeterminación de los pueblos sirven sólo para conquistar y mantener el poder, armando una parte de -"sus monos"- contra la otra, desarmada, perseguida, encarcelada o fusilada.

"La inocencia" está llamada a dar la justificación de su proceder criminal, según Camus, pero ¿en nombre de qué valor, principio o norma? Los monos en la lucha conocen sólo la ley del más fuerte. En esta atmósfera no hay perspectivas de solucionar el problema de la violencia, ante la cual, a menudo, quedamos perplejos y, aparentemente, sin justificación. Si nos movernos únicamente en el plano donde hay sólo hombres y estos son la especie más evolucionada de los monos ¿qué otra cosa debemos esperar?

Arturo Uslar Pietri, refiriéndose a los mismos autores, cuyas obras reseñaba A. Jurado, parece aceptar la idea, de que no hay dos psicologías: una animal y otra humana. Olvida por completo la psicología racional del hombre, volcando toda la atención a la psicología fisiológico-experimental. Leyhausen y Konrad habrían descubierto una nueva ciencia que se llama etología y que podría salvarnos. Los sistemas educacionales, según el escritor venezolano, se habrían perdido en la "neblina ideológica". Debemos regresar a la "poderosa herencia animal que está viva dentro de nosotros. Tal vez buena parte de los fracasos de nuestra civilización viene de ese abandono de la raíz animal y sean los etólogos, examinando peces, gatos y pájaros, los que nos hayan de señalar el camino de regreso al imperturbable orden de la naturaleza, que tan orgullosamente hemos olvidado".

Se ha dicho, hace muchísimo tiempo, que el ideal debería ser: homologumenos te fiset zen, vivir de acuerdo con la naturaleza. Pero ¿qué es la naturaleza humana? Reduciéndola exclusivamente al nivel de gatos, perros, monos y pájaros, que nos perdone el renombrado publicista venezolano, ¿qué otra cosa creen y hacen en su "educación" los regímenes materialistas-comunistas? Creen poder con la acción "ab extra" crear los mecanismos que van a mitigar las leyes de la naturaleza, especialmente la animalesca, donde domina la ley del más fuerte o la violencia e instalan sistemas políticos de tortura más completos. Adecuare naturam, dice otro agudo observador en la actualidad, es la característica más saliente de los dictadores, incompatible con los ideales liberales que parece defender también el señor Uslar Pietri. (Ver: "La Prensa" del 9 de octubre del corriente año, pág. 4: A. Uslar Pietri: Hay un animal adentro).

 


España en la encrucijada a fines de noviembre de 1936 vista por un observador croata

Prvislav Weissenberger

Prólogo

El profesor Vicente Palacio Atard, en su estudio La literatura histórica de la guerra de España, destaca la inagotable producción bibliográfica al respecto y, al plantear la pregunta ¿por qué interesa hoy el tema?, explica el correspondiente interés despertado aun en el exterior:

"Entre los lectores extranjeros también cabría seleccionar una serie de matices en las motivaciones que los inducen hacia la temática de nuestra guerra, matices variables en razón de la edad, por supuesto; pero creo yo que puede encontrarse un denominador común, general a todos ellos, cualquiera sea su disposición afectiva, su simpatía o repulsa por uno u otro de los bandos en lucha, o por el hecho mismo de la guerra. Este denominador común estaría dado por la sorpresa o el asombro que les produce el mantenimiento de uno de los pocos regímenes de autoridad, anteriores a la segunda guerra mundial, que hoy subsisten en el mundo.

"Estos lectores, al menos los más inteligentes y desinteresados entre ellos, desean explicarse sin preconceptos previos cuáles fueron las razones que hicieron posible una guerra civil española y el desenlace de la misma, cuál fue el verdadero significado del conflicto en las perspectivas de la historia española y en las coordenadas de la historia universal" [7].

Por ser relativamente pocos los escritos que se ocupan de la guerra civil española vista por observadores del sudeste europeo, aliento la esperanza de que podrá interesar a los lectores de la especializada revista Studia Croatica el informe que presenté, hace 38 años, en mi calidad de agregado de la Legación de Yugoslavia en Madrid, al Dr. Milan Stojadinovic, presidente del gobierno y ministro de Asuntos Exteriores de Yugoslavia desde junio de 1935 hasta febrero de 1939. Creo, además, conveniente acompañar el informe con algunos datos adicionales en cuanto a las relaciones entre España y Yugoslavia-Croacia.

En su amplia obra autobiográfica Yugoslavia entre las dos guerras ("Ni rat ni pakt - Jugoslavija izmedju dva rata", Buenos Aires, 1963, Edic. "El Economista", 762 págs.; en servio), el Dr. Milan M. Stojadinovic se refiere en varias ocasiones a España. Su actividad ministerial se desarrollaba en un período en que España asume un gran papel en el escenario internacional.

La efervescencia de las fuerzas sociales y económicas españolas desembocó en la formación del Frente Popular y su victoria en las elecciones parlamentarias del 16 de febrero de 1936 [8].

El General Duval (Les leçons de la Guerre d'Espagne. Préface du Général Weigand, de l'Academie Française, VI, París, Librairie Plom, 1938), destaca, además, el papel del presidente de República española, quien, por su parte, ayudó al inesperado triunfo de las izquierdas: "Ce 7e. Congrés decida la constitution du Frente Popular et arrêta son programme. M. Alcalà Zamora, president de la République, fit le reste. Il ne pensait qu'a barrer Gil Robles el les partis de droite. Le 31 décembre 1936, il appela au pouvoir Portela Valladares et huit jours plus tarde, le 7 janvier, il prononça la dissolution des Cortas". Op. cit., págs 36-37.

El ulterior desarrollo de los acontecimientos de España fue objeto de múltiples y diversas especulaciones en las cancillerías, por lo que resulta algo raro que Stojadinovic no haya mencionado a España hasta el 30 de octubre de 1936, en plena guerra civil.

Esta lamentable omisión ¿es pura casualidad?

De profesión economista, Stojadinovic conocía muy bien las relaciones económicas entre Yugoslavia y España, que tienen aun un fondo político, pues gracias al primer tratado de comercio entre ambos países, concluido en Madrid el 27 de septiembre de 1929, Yugoslavia consigue "la cláusula de nación más favorecida" y puede, por fin, emanciparse de los intermediarios -Italia, en primer lugar- en el comercio con España y establecer lazos directos con los mercados españoles[9]. Sorprende, pues, que se olvide de mencionar el hecho de haber reactivado la Legación de Yugoslavia (suprimida en los años 1932-1935 por razones financieras, a raíz de la depresión económica mundial), enviando a Madrid a un ministro plenipotenciario en el momento en que surgió el conflicto bélico entre Italia y Abisinia.

Las sanciones económicas, aplicadas a Italia por resolución de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra, exigían que se prestara mayor atención a los mercados exteriores, especialmente en el Mediterráneo, para compensar todo lo que fuera posible las pérdidas provenientes de la supresión de las exportaciones a Italia. Así, por iniciativa de Stojadinovic, empeñado en el asunto aun por motivos de política interior, pues no hay que perder de vista el descontento de los croatas, debido a la postergación de que fueron víctimas tanto en el campo político como en el económico; además, las exportaciones a España provenían, en su mayor parte, de las regiones croatas (madera, huevos, cemento), se entablaron las negociaciones comerciales en Madrid, que terminaron con la firma del acuerdo comercial del 15 de mayo de 1936, fijándose en él, recíprocamente, los contingentes de importación[10] para los años 1936 y 1937 y el convenio de pagos (clearing).

La revista Exportación, Madrid, mayo de 1936, publica el texto íntegro del acuerdo entre España y Yugoslavia del 15 de mayo de 1936.

Entre los escritos que se ocupan de las relaciones hispano-yugoslavas, merecen mención especial:

1) José Ma. Doussinague y Teixedor: El mercado de Yugoslavia y las posibilidades que ofrece para la exportación española, Madrid, 1930, Publicaciones del Ministerio de Industria y Comercio, 15 páginas;

2) Luis García Guijarro, consejero comercial de España para los Balcanes: Posibilidades del mercado de Yugoslavia para algunos productos españoles, en Exportación, información mensual de la Dirección de Comercio, Madrid, julio de 1933, Nº, 61, págs. 2-10, y agosto Nº 62, págs. 7-9 y 20.

Dr. Prvislav Weissenberger: Pred obnovom nasih privrednih odnosa sa Spanijom (En vísperas de la renovación de nuestras relaciones económicas con España), Belgrado, 1939, 88 páginas, y Dr. Prvislav Weissenberger: Nove smjernice spanjolske trgovinske politike (Nuevos rumbos de la política comercial de España) Belgrado, 1940, 44 páginas.

Por mi anterior actividad en España (1931-1934), como representante del Instituto de Comercio Exterior de Belgrado y a instancia de la Cámara de Comercio e Industria de Zagreb (Croacia), fui nombrado, por decreto del 1-VII-1936, agregado de la Legación en Madrid, pero por haber estallado el levantamiento militar el 18 de julio tuve que aplazar por unas semanas el viaje a Madrid, dedicando ese tiempo a consultas con los círculos comerciales e industriales interesados en las relaciones con España, ya que el nuevo acuerdo abría promisorias perspectivas para fomentar el intercambio comercial[11].

Antes de marcharme a España tuve una entrevista con Stojadinovic, en Bled (Eslovenia), la capital veraniega del Gobierno y del Cuerpo diplomático, durante la cual él demostró gran interés por los asuntos de España, y especialmente por los problemas económicos y sociales[12].

El Ayuntamiento de Madrid, preocupado por la falta de carne vacuna en los mercados de la villa y en la corte, a pocos días del levantamiento militar se dirigió a la Legación de Yugoslavia para negociar la compra de ganado vacuno en pie. El Ayuntamiento estaba dispuesto a enviar inmediatamente una comisión a Belgrado para finiquitar el negocio, al margen del acuerdo comercial. El transporte se efectuaría por vía marítima, y se estipuló que el pago se realizarla al contado (en oro) contra entrega del ganado en los puertos de embarque. La noticia de estas negociaciones, que tenían carácter confidencial, no tardó en propagarse, aún en el exterior, a través de la prensa internacional (U.P.), y se decía que "España habría comprado 5.000 animales vacunos en Yugoslavia" [13].

En primer envío fue de 2.400 animales vacunos. Luego, en el mismo mes de octubre se completó el resto. El negocio fue un éxito sin precedentes para Yugoslavia.

Con estos antecedentes en las relaciones hispano-yugoslavas durante el año 1936, nos acercamos al momento en el que Stojadinovic aborda en sus memorias, que tienen un sello apologético, por primera vez los asuntos de España, en el contexto de su política exterior, con ocasión de su visita oficial a Ankara.

Turquía formaba parte del Pacto Balcánico, junto con Yugoslavia, Grecia y Rumania. Este pacto regional era uno de los pilares de la política de integración regional en el sudeste de Europa. Todos los miembros del Pacto tenían extensas zonas marítimas y, por ende, interés en el equilibrio de las fuerzas antagónicas en el Mediterráneo. Los acontecimientos de España, entrelazados con los problemas internacionales, desde el 18 de julio, podían tener directa e indirecta repercusión en la propia área del Pacto Balcánico.

Después del encuentro con el presidente de la República, el legendario Kemal Ataturk, Stojadinovic mantuvo conversaciones con sus colegas: el presidente del Gobierno, Ismet Inöni y Ruzdi Aras, ministro de Relaciones Exteriores de Turquía. De la reunión celebrada el 30 de octubre de 1936 Stojadinovic logró salvar en exilio los apuntes, los que incluye en sus memorias "sin ninguna modificación, como documento histórico", ofreciendo un panorama de la política internacional, con especial consideración de los dos países balcánicos, en el que España, después de Italia, figura entre los temas de mayor actualidad en aquel momento.

He aquí la traducción del texto respectivo (o. c., págs. 426-427):

Dr. Stojadinovic: Existe ahora la cuestión del reconocimiento del gobierno del general Franco y de nuestras relaciones con el gobierno republicano en Madrid. Cuando se presente la vacante en el cargo del actual ministro de España en Belgrado[14] o Ankara, ¿qué tenemos que hacer? ¿Recibir al nuevo ministro o no ?

Dr. R. Aras: Inglaterra ha concedido el agreement para el nuevo embajador del gobierno legal (republicano) de Madrid. Así podríamos proceder también nosotros, y después, cuando nos hayamos decidido a reconocer al nuevo gobierno (del general Franco), eso podría tener entonces mayor importancia.

Ismet Inöni: La cuestión española puede dividir a las grandes potencias en dos bandos, pero nosotros no tenemos que entrar en tal disputa. No tenemos interés ni por unos ni por otros.

Dr. M. Stojadinovic: Comunico que para el gobierno de Yugoslavia ya se plantea el problema del nuevo ministro, pues el gobierno de Madrid pidió el agreement. Se trata de un ex-director de museo llamado Carlos Montilla.* Mientras tanto, al decir de las malas lenguas, él es director de esas cosas robadas de los castillos y propiedades de los monárquicos y gente rica. De todos modos, en Belgrado no estamos dispuestos a continuar manteniendo relaciones completamente normales con el gobierno de Madrid como si, desde luego, no existiera el movimiento nacional del general Franco. Por tanto, seria quizás oportuno aceptar de momento a la persona propuesta no en calidad de nuevo ministro plenipotenciario sino como encargado de Negocios. Con esto, podríamos evitar la desagradable situación de otorgar el agreement.

Isnvet Inöni: De acuerdo con la propuesta.

Dr. M. Stojadinovic: Tenemos que fijar también nuestra actitud para el caso de que Franco entrara con su ejército en Madrid.

Ismet Inöni, el Dr. R. Aras y el Dr. M. Stojadinovic están de acuerdo en que en tal caso hay que establecer inmediatamente relaciones normales con el nuevo gobierno, como el único gobierno de facto, y el reconocimiento de jure dejarlo para después.

Dr. R. Aras: En cuanto al reconocimiento de jure, es posible que Inglaterra reconozca poco después al nuevo gobierno, ya que militarmente no está preparada. Además, se encuentra bajo la influencia de su aliado -Portugal-. En lo que atañe a Francia, aún no se sabe cómo procederá. La Unión Soviética se opondrá al reconocimiento. Para nosotros lo mejor será que nos demos prisa; que vayamos tras de Francia e Inglaterra, siguiendo una línea neutral en el conflicto entre las dos partes de España.

Ismet Inöni: Lo más importante para nosotros es que no nos expongamos en el choque entre los dos bandos de las grandes potencias, uno de izquierda y otro de derecha, y no lleguemos a la situación de tener que declararnos en favor de uno u otro.

Cuatro semanas después, a fines de noviembre de 1936, de regreso de Madrid, presenté el siguiente informe sobre la situación en España, cuya conclusión, en lo esencial, se ajustaba a las expectativas de la cancillería de Belgrado. La opinión pública del país, sin embargo, estaba dividida. En Belgrado y en las regiones orientales, en su mayor parte se inclinaban en favor del Frente Popular[15].

El informe suponía previos conocimientos de algunos puntos tratados: por tanto, ahora, después de 38 años, me parece conveniente dar a conocer unos pocos datos bibliográficos y referencias a textos posteriores que corroboran, rectifican o completan los puntos expuestos en un momento crucial de la trágica historia de España.

He aquí el texto del informe:

La actual guerra civil española, se presenta tanto en España como en el exterior como la lucha entre la "democracia" y el "fascismo". Los partidarios del Frente Popular -el gobierno legal de Madrid (ahora en Valencia)- tildan a los "insurgentes" de "fascistas" y luchan por la victoria de la democracia en España y en el mundo. Por el contrario, los "insurgentes" se califican a sí mismos de "nacionalistas", y al bando adversario de "rojos" y "marxistas"; proclaman, igual que el Frente Popular, la lucha por la libertad y un mejor porvenir de España[16].

A primera vista parece que es así, pues resulta más sencillo presentar los fenómenos típicos españoles en ropaje europeo que entrar en la esencia misma de los acontecimientos. La guerra civil en España, considerada en un principio como un acontecimiento típico español con cierto trasfondo internacional, en el curso de las posteriores y cada vez mayores operaciones bélicas se desenvuelve, al parecer, como una lucha entre el "fascismo" y el "comunismo" en el suelo español y, como tal, adquiere un carácter eminentemente internacional.

¿Se trata aquí de la "democracia" como un hecho incontrovertible al que se refiere el gobierno constitucional español?

Algunos datos con referencia al pasado de España pueden ser útiles para aclarar la cuestión planteada.

No obstante el hecho de tener una de las constituciones liberales más antiguas, promulgada por las Cortes Constituyentes de Cádiz en 1812, y que era, además, en tal medida desafecta a la Santa Alianza (la que podría compararse con el actual sistema de Estados de régimen autoritario) provocó que su activa intervención armada que fuera suspendida durante el absolutismo de Fernando VII, España, a pesar de tal tradición liberal, era un país en el que la democracia se hallaba en un estado de infancia.

Dos fuerzas tuvieron un papel decisivo en la vida pública española en el siglo XIX y, como los hechos lo demuestran, aún en pleno siglo XX no han perdido su carácter primordial: el ejército y la Iglesia, dos factores poderosos que entorpecían la labor del Parlamento y, por ende, las posibilidades de realización de la democracia.

El ejército, que tendría que ser el guardián del orden, fue en España al mismo tiempo fuente de disturbios.

El ejército, que es, en primer lugar, un factor fundamental en cualquier política exterior, en España resultó ser uno de los ponderables factores de la política interior.

Con el ejército los liberales llevaron, al estimarlo oportuno, aún la lucha contra la iglesia (guerras carlistas). Fue el ejército mismo el que después sacudió la Monarquía (Isabel II), en 1868, y allanó el camino para el efímero reinado de Amadeo de Savoya. El ejército tuvo un papel preponderante en la República, 1873-1874, y la restauración de los Borbones (Alfonso XII) es nuevamente obra suya.

En época reciente, el ejército venció -en 1917- al movimiento revolucionario obrero (desde entonces se formaron las juntas militares, precursoras de la dictadura militar en su forma contemporánea).

Al ejército se le adjudica, en gran parte, la responsabilidad por la derrota en Marruecos (general Silvestre), así como la imposición de la dictadura del general Primo de Rivera para salvar a los factores responsables del fracaso en África.

De acuerdo con el ejército (oficiales de artillería), Sánchez Guerra[17], el penúltimo presidente del Consejo de Ministros (1922), durante la monarquía parlamentaria, intentó el levantamiento contra el régimen de Primo de Rivera. También los elementos republicanos y socialistas preparan la revolución, en diciembre de 1930, en connivencia con el ejército (comandante Ramón Franco)[18].

Proclamación de la República, el 12 de abril de 1931

Las elecciones municipales, el 12 de abril de 1931, son un episodio que abre nuevos horizontes en la vida de España. El entonces jefe de la Guardia Civil, general Sanjurjo, aconseja al rey Alfonso XIII acatar el caprichoso veredicto del pueblo español[19]. El ejército no está unido y la Guardia Civil no tiene el poder suficiente para sostener una guerra civil.

El mismo general Sanjurjo se levanta, en agosto de 1932, contra el gobierno republicano que tiene el respaldo de la mayoría en las Cortes Constituyentes. Condenado a muerte e indultado después de la amnistía, se prepara para su rehabilitación[20].

En las elecciones parlamentarias de 1933 los partidos de izquierda quedan en minoría, y así el régimen republicano sufre un descalabro sensible, pues el Partido Radical Republicano (Lerroux — centro), con el propósito de mantenerse en el poder, adopta una actitud benévola y de apoyo a las derechas (agrarios y la Acción Popular de Gil Robles[21]) y con eso sacude los fundamentos de la Constitución. Al entrar la Acción Popular en un gobierno de coalición con los Radicales, en octubre de 1934 (Gil Robles mismo formará parte del segundo gobierno de los radicales, haciéndose cargo del Ministerio de Guerra: desde ese momento se inicia el antiguo movimiento de las juntas militares, que actúan con la denominación de Unión Militar Española), como reacción contra el gobierno de Lerroux —y las derechas— estalló la revolución en Asturias, apagada en sangre por el general López Ochoa, con la ayuda de la Legión Extranjera. Mientras tanto, en Cataluña el general Batet, con un total de 400 soldados, hace frente a la revolución promovida por la izquierda catalana (Companys, presidente de la Generalidad de Cataluña).

En las elecciones parlamentarias del 16 de febrero de 1936, la izquierda, reunida en el Frente Popular, obtiene una mayoría absoluta. Socialistas, comunistas y anarco-sindicalistas no participan en et gobierno pero apoyan el gobierno del Frente Popular, formado por izquierdistas, es decir, por partidos republicano-burgueses. El gobierno del Frente Popular tiene así que defender la "legalidad" de los procedimientos que se desenvuelven al margen del Parlamento. La situación se encuentra en la calle. Son las huelgas en las ciudades y la anarquía en los pueblos, donde el proletariado del campo no tiene paciencia para esperar las gestiones de la comisión para la aplicación de la reforma agraria. Las luchas callejeras están a la orden del día. El asesinato del diputado en las Cortes y ex-ministro bajo la monarquía, don José Calvo Sotelo, el "presunto dictador", fue como si se diera una señal de alerta.[22] La derecha abandona el Parlamento.

Inmediatamente después, el 17 de julio, estalló el alzamiento militar en la Península; en Sevilla, Burgos, Zaragoza y Pamplona. El levantamiento en Barcelona y en las regiones marítimas del Este, con excepción de las Islas Baleares, fue reprimido al poco tiempo de estallar al igual que en Madrid, Badajoz y en la zona marítima del Cantábrico. El general Sanjurjo se prepara, desde Portugal, para tomar el mando de los "nacionalistas", pero en el camino perece, víctima de un accidente aéreo.

¿En qué se diferencia el movimiento de los insurgentes "nacionalistas" de empresas semejantes en el pasado de España? Como ya se ha dicho, la historia política de España de los siglos XIX y XX está entrelazada de "pronunciamientos militares". Como la misma palabra "pronunciamiento" nos revela, es suficiente "proclamar" el nuevo estado y con ello afrontar a los elementos eventualmente vacilantes del bando adversario con un hecho consumado[23]. Desde ese momento ya corre un nuevo plazo de legalidad y orden. En el caso actual no se desenvuelve todo sin tropiezos, como se había planeado, y por ende se percibe una cierta falta de seguridad; pero no hay, sin embargo, inseguridad en cuanto a las perspectivas de la victoria, las que se inclinan hacia el bando de la fuerza armada militarmente organizada[24], sino en cuanto a las eventuales complicaciones, que habrían sido insignificantes si el "pronunciamiento" se hubiera logrado por un procedimiento rápido.

Causas de la guerra civil

¿Cuáles son los factores que han provocado el levantamiento? Además de los problemas económicos y sociales, los que se explicarán a continuación, existía malestar en casi todas las ramas del ejército por la precedente política de los izquierdistas. Al ejército le afectaba especialmente la política pacifista manejada por el presidente de la República -Azaña-, durante su actuación como ministro de Guerra en los años 1931-1933. La política pacifista resulta, además, de la misma Constitución Republicana: España renuncia a la guerra como medio de su política estatal. Esta moderna "capitis deminutio" del ejército que, por lo demás, después de la liquidación de las posesiones ultramarinas vivía de su antigua gloria y grandeza, fue un duro golpe, pues el solo hecho de que desaparezca del horizonte la posibilidad de una guerra, ¿no resulta problemático para la mantención de la moral, de la disciplina y de las perspectivas de cualquier empresa militar?[25] Si se toman en consideración el papel del ejército en la política interior y la proporción en un algo desmesurado aprovechamiento del presupuesto nacional, a lo que habría que añadir los gastos en el presupuesto para Marruecos -que servía de trampolín para rápidos ascensos, condecoraciones, asignaciones a títulos de cortesía y representación-, es comprensible que los militares se opongan a sus expropiaciones a través de la supuesta "política pacifista" por parte de los izquierdistas. Se percibía también una tendencia manifiesta, sobre todo después de la victoria del Frente Popular, hacia la formación de unas milicias republicanas y obreras, las que paulatinamente tendrían que reemplazar a los elementos que no ofrecían suficiente confianza, formados en un espíritu antiguo, monárquico-conservador.

El movimiento "nacionalista" puede, en cierto aspecto, compararse con el movimiento del general Primo de Rivera, el que de un modo hábil y con éxito fue preparado por el ejército en 1923, pero bajo otras circunstancias. Tampoco entonces gozaban las Cortes de prestigio en la nación[26]. El gobierno del general Primo de Rivera se mantuvo durante casi siete años; al principio como autoritario-militar y después en colaboración con prestigiosas personalidades civiles (José Calvo Sotelo -ministro de Hacienda), favoreciendo hasta cierto punto también a los sindicatos socialistas (Largo Caballero). Es así como el régimen de Primo de Rivera -el que probablemente se hubiera mantenido más en el poder si no se hubiese agravado la situación económica del país- ofrece una prueba más de que la democracia no tenía arraigo en la nación.

Rafael Sánchez Guerra, hijo del destacado político José Sánchez G., en su libro Dictadura, Indiferencia, República (Cía. Ibero-Americana de Publicaciones, S.A., Madrid, con un prólogo de Niceto Alcalá-Zamora, redactado en la Cárcel Modelo de Madrid, en enero de 1931), pág. 81, observa al respecto: "El pueblo, por odio a los antiguos políticos -negarlo sería una necedad- acogió con simpatía la sublevación militar".

Características de los partidos políticos de España

La tradicional división de los partidos políticos en España entre liberales (Romanones) y conservadores (Maura), trasladada a la práctica, se reflejaba -antes de la dictadura del general Primo de Rivera- regularmente, en el resultado electoral de tal modo que el partido que recibía el mandato electoral tenía asegurada la mayoría para las próximas Cortes. Los partidos no representaban como tales a una fuerza política efectiva. En el fondo de los partidos hay un factor político -político en el sentido peyorativo de la palabra-: el "caciquismo español" [27]. Factor que no influyó en el Partido Socialista, el que paulatinamente extendía su radio de acción según el curso del desarrollo económico y el despertar de la conciencia de clase entre los trabajadores de la ciudad y el campo, agrupados en los sindicatos socialistas (Unión General de Trabajadores: U.G.T.), afianzándose como un valor positivo en la vida política española. Para este fenómeno tan típicamente español -el "caciquismo"- no tenemos, como tampoco para el término "pronunciamiento", una adecuada traducción, pero equivale, aproximadamente, a la del poder de la burguesía provincial -comerciantes, industriales, terratenientes, la mayoría de ellos a la vez usureros-, la que sacaba provecho de su poder en las elecciones gracias a la actuación de políticos profesionales residentes en Madrid[28]. El "caciquismo" fue fuertemente atacado durante la dictadura, dada la ausencia del Parlamento. La autoridad del régimen en aquel tiempo no era suficientemente elástica como antaño y forzosamente chocaba a menudo con el "caciquismo" el que, al ofrecérsele la primera oportunidad en abril de 1931, votó contra la dictadura (monarquía) pero de ningún modo por devoción a los principios republicanos[29]. Este mismo "caciquismo" se vio amenazado por los experimentos del primer período de la República y votó en favor del centro y las derechas (monarquía) en las elecciones de noviembre de 1933. Buena parte tuvo el "caciquismo" en la victoria de las izquierdas en febrero de 1936, pues en los pueblos bajo el dominio de los caciquistas no era raro que se votase con retraso, prescindiendo de la segunda vuelta en circunstancias disputadas

Continuando con el mismo tema, apunta (op. cit., pág. 183): "El amo de una tierra o de una fábrica que exclama, jactancioso: "Tantos jornales pago y tantos votos tengo", es indigno de vivir en un país libre. Tiene espíritu de negrero, y debería ser expulsado de España. Para evitar la compra de votos, volvemos a lo mismo, hay que perseguir con verdadero ensañamiento al cacique. El cacique es siempre el culpable de todo".

Resultados de las elecciones del 16 de febrero de 1936

El gobierno electoral de Portela Valladares tenía que hacerse cargo del centro en el nuevo Parlamento -en su papel de exponente del jefe de Estado, Alcalá Zamora-[30] empeñándose en servir de regulador de la política interior. Pero había sufrido una derrota completa y no tuvo siquiera la paciencia suficiente para aguardar los resultados de las elecciones suplementarias en algunas circunscripciones electorales, así que el mismo día en que se conocieron los resultados entregó el gobierno en Cataluña a las izquierdas.

Por sentirse en el ambiente electoral una cierta tendencia, bastante acentuada, hacia la izquierda -bajo el lema de amnistía para las víctimas de la revolución de octubre de 1934 y la reacción contra las derechas, las que contaban obtener la mayoría absoluta, aún en lucha abierta contra el mismo presidente de la República-[31] se presentó también en esta ocasión un fenómeno casi normal en España: las organizaciones caciquistas se orientaron a último momento hacia los candidatos que prometían obtener la mayoría, a la espera de sacar posteriormente provecho de una tal actitud. Así se puede explicar el hecho de que la Izquierda Republicana (81) y la Unión Republicana (36) ganaron 50-60 escaños a cargo del Partido Radical, el que en los últimos comicios quedó reducido a sólo 8 escaños de los 107 que tenía en 1933. El auge de los socialistas se debe a las mismas razones.

Los primeros resultados, aproximadamente exactos, de las elecciones del 16 de febrero de 1936, publicados en "La Vanguardia" de Barcelona el 19 de febrero adjudican, sobre un total de 461 escaños, a las izquierdas 240, al centro 45 y a las derechas 176 actas de diputados a las Cortes. Si comparamos los resultados definitivos de las elecciones parlamentarias de 1936 con los de 1931 y 1933, respectivamente, tenemos el siguiente cuadro:

 

Diputados:

1931

1933

1936

Izquierda

291

104

267

Centro

136

173

64

Derecha

42

194

143

 

En apoyo de la destacada actuación del caciquismo en la política española se pueden aducir las declaraciones de unos prominentes políticos, dadas en vísperas de la contienda electoral, de lo que se puede deducir que sus profecías no se cumplieron ni siquiera aproximadamente. Así el conde de Romanones, uno de los más viejos (75) y más expertos políticos, contaba con que las derechas obtendrían la mayoría absoluta, lo que abría nuevos horizontes a la política de España. Apuntaba probablemente a la dictadura civil de Gil Robles, con el respaldo en el ejército[32]. El conde de Romañones reconoce el valor del Partido Socialista, pero considera que aquél, confrontado con la tradición y el espíritu católicos y conservadores de la derecha, no es suficientemente poderoso para decidir sobre el destino de España.

El presidente del Consejo de Ministros, Portela Valladares, no dudaba en lo más mínimo de que el gobierno (centro) obtendría por lo menos algo más de 90 escaños[33].

Así también el artículo editorial de "Le Temps", de París, de fecha 12 de febrero, destaca que es difícil prever de qué lado es mayor la probabilidad de victoria.

Largo Caballero, jefe del Partido Socialista, declara el 14 de febrero a los representantes de la prensa que la relación de las fuerzas sería aproximadamente la misma, con cierta modificación en cuanto al Partido Radical, al cual, en buena parte, tendría que reemplazar el centro de Portela Valladares, mientras que los pequeños grupos (los agrarios, los independientes en torno a Maura, Melquíades, Álvarez, etc.) sufrirían un descalabro, a cuya costa crecerían los socialistas y las derechas en torno a Gil Robles.

Únicamente Besteiro, uno de los principales ideólogos del Partido Socialista, quien a causa de su enfermedad no estuvo en contacto con los electores, como si hubiera previsto los acontecimientos actuales, consideraba que en las elecciones del 16 de febrero no se ventilaba la cuestión de la estabilidad política de España, pues, según él, aparecerían nuevas dificultades, las que surgirían del interior y el exterior. "La guerra está ante las puertas y eso es un tremendo problema para todos los pueblos de Europa", declaró; pero en cuanto a la relación de las fuerzas en el futuro Parlamento, Besteiro creía que la izquierda se fortalecería, aunque no en tal proporción, pues la mayoría, en su conjunto, estaría del lado centro-derechista. Por lo tanto, los resultados de las elecciones de febrero, los que invoca el gobierno del Frente Popular, aunque ganados desde la oposición[34], no reflejan la verdadera consideración y la fuerza en el pueblo, pues, debido a los factores destacados, puede sinceramente aseverarse que la democracia española es mas bien una ficción[35].

El gobierno del Frente Popular

A continuación se da a conocer un cuadro sinóptico de los partidos del Frente Popular, los que salieron victoriosos de los comicios para las Cortes el 16 de febrero de 1936:

 

Partidos republicanos de izquierda

Número de escaños obtenidos

Unión Republicana

36

Izquierda Republicana

81

Izquierda Republicana de Cataluña

20

Federalistas

2

Acción Republicana de Cataluña

5

Partido Republicano Nacionalista de Cataluña

2

Unión de Colonos (Rebassaires) de Cataluña

2

Izquierda Valenciana

1

Galleguistas (Federalistas de Galicia)

3

Agrarios de izquierda

1

Independientes de izquierda

7

Total

160

 

Partidos obreros

Socialistas

88

Comunistas

15

Frente Proletario de Cataluña

1

Partido Obrero de Unificación Marxista

1

Sindicalistas (Angel Pestaña)

1

Sindicalistas independientes

1

Total

107

 

En el momento de estallar la insurrección de los "nacionalistas", 17 a 19 de julio, en el gobierno del Frente Popular no estaban representados los partidos obreros, lo que se explica por el hecho de que dentro del Partido Socialista existían dos corrientes opuestas: una moderada, liderada por Indalecio Prieto, el actual ministro de Marina y Aviación y la otra, radical, acaudillada por Francisco Largo Caballero, ahora presidente del Gobierno y ministro de Guerra, a la vez que secretario general de los sindicatos socialistas (Unión General de los Trabajadores). Con Prieto están la mayoría de los veteranos socialistas y el periódico del Partido, "El Socialista". Las masas en las provincias están divididas. Largo Caballero dispone del periódico vespertino "La Claridad" (Madrid) y tiene tras de sí a la mayoría de la juventud socialista. En las Cortes mismas no se ha podido evaluar exactamente la fuerza del ala moderada o radícal, respectivamente, del Partido Socialista. Sin embargo, era evidente la inclinación de Prieto hacia una política moderado-oportunista, es decir, de participación activa en el poder. Largo Caballero, empero, rechazaba tomar parte en el gobierno de los partidos republicanos y, en cuanto los partidos burgueses del Frente Popular sufriesen un fracaso, exigiría el gobierno exclusivamente para el Partido Socialista, considerando que en tal caso no habría otra salida que no fuera la dictadura del proletariado[36]. En vista de tal propósito, y preparando el terreno para la futura dictadura del proletariado, su empeño se inclinaba hacia la formación de un frente único proletario.

En las filas del proletariado, después de las elecciones de febrero de 1936, había siempre poca disciplina. Las reiteradas huelgas y los alborotos callejeros, provocados por los elementos extremistas, creaban una situación cada día más difícil para el gobierno del Frente Popular, el que, por un lado, no podía tolerar procedimientos de tal magnitud en contra y al margen de la ley, y, por otro, tampoco podía enfrentarse violentamente con las masas de electores gracias a cuya confianza había subido al poder.

Los anarco-sindicalistas -pertenecientes a la Confederación Nacional del Trabajo-, por lo demás elementos apolíticos, fueron los que en las últimas elecciones se lanzaron a votar en favor del Frente Popular, contribuyendo a que obtuviera la victoria en circunscripciones disputadas como, por ejemplo, Cádiz, Zaragoza, Huesca, etc.

Aprovecharon la desavenencia entre el Partido Socialista y los sindicatos socialistas (U.G.T.), tomaron la iniciativa e incitaron a unos cuantos sindicatos obreros con el fin de que provocaran conflictos de toda clase. En el planteamiento de demandas exageradas rivalizaron con los partidarios de los sindicatos socialistas. Por lo general, los anarco-sindicalistas agitaban de manera más radical y se esforzaban por ganar nuevos adeptos con promesas exorbitantes y no realizables.

Las dos organizaciones sindicales, sin embargo, estaban de acuerdo en exigir el despido de los trabajadores que no pertenecían a una organización sindical u a otra. La movilización de los conflictos se trasladó sistemáticamente de las ciudades al campo. Como ejemplo puede señalarse la petición de un salario para los trabajadores agrícolas de aproximadamente 12 pesetas diarias (60 dinares, de aquella época en Yugoslavia), y eso en un momento de malas perspectivas para la cosecha.

Los obreros de la construcción exigían un salario que oscilaba entre 14 y 16 pesetas; el trabajo estaba limitado a 36 horas por semana y había que conceder al trabajador unas vacaciones pagadas de tres semanas al año. En la marina mercante, una rama de la economía que está expuesta a la competencia internacional, y en la que aún se sentían las tremendas repercusiones de la depresión económica mundial, el gobierno, a instancias de la marina, planteó a los empleadores unas condiciones absolutamente inaceptables, de modo que los armadores declararon que se verían obligados a desarmar los barcos si el Gobierno insistía en que se aceptaran las respectivas demandas.

Al darse cuenta el Gobierno que los reparos aducidos por los armadores eran valederos, decidió reunir en una conferencia conjunta a los representantes de los armadores y de la tripulación, en la que se trataría exhaustivamente el problema. No obstante, en vísperas del levantamiento muchos barcos se encontraban amarrados en los puertos, sobre todo los de navegación libre, dado que la tripulación, además, no quería acudir al trabajo hasta que no se desembarcara a los tripulantes que no pertenecían a los grandes sindicatos (U.G.T. o C.N.Y.).

También en el transporte ferroviario reinaba una situación difícil, especialmente en unas cuantas empresas que trabajaban con déficit o subvención estatal. Una elevación de las tarifas, en una época de depresión económica general, no podía ser una medida exitosa para conseguir mayores ingresos. El gobierno del Frente Popular tuvo también en este aspecto muchas dificultades, dadas las exigencias de los obreros y empleados, quienes pedían una mayor remuneración. Así, por ejemplo, al rechazar la petición de los empleados de la Compañía Central de Aragón, el Gobierno justificaba dicha resolución destacando que, en caso de los trabajadores y empleados de otras empresas de transporte ferroviario que se encontraban en peor situación plantearan demandas semejantes, ello involucraría un aumento de gastos de más de 200 millones de pesetas al año (1.000 millones de dinares). Contra las exigencias exageradas de unos sindicatos pertenecientes a la Unión General de Trabajadores reaccionó de la manera más decidida "El Socialista" periódico adicto a Prieto, poniendo de relieve los inconvenientes de las peticiones y el peligro para la suerte del mismo gobierno del Frente Popular.

Prieto fue uno de los integrantes del Frente Popular que sustentaron la idea de un gobierno de coalición entre republicanos de izquierda y socialistas, el que, en la práctica, representaría una dictadura contra la derecha y los elementos extremistas de la izquierda. Con correcta visión, pues los ulteriores acontecimientos no lo desmintieron, Prieto partía del supuesto de que había que prevenir un golpe de Estado, el que se imputaba a los preparativos de los "fascistas" (derechistas) en connivencia con los descontentos círculos militares.

Hubo un intento de modificar el Reglamento en las Cortes de tal modo que el Gobierno de hecho pudiera trabajar sin el Parlamento, pero tal iniciativa chocó con la oposición de Largo Caballero; tampoco la Constitución ofrecía facilidades para una reforma adecuada. El único camino para alcanzar ese propósito era una autorización especial por parte de las Cortes para que el gobierno pudiera llevar a cabo sus gestiones sin el control del Parlamento. Pero el gobierno no se podía hacer fuerte a causa de la oposición de Largo Caballero y, también, ante el peligro de que el Frente Popular se desmoronara por tal oposición.

Contando con que la mayoría del Partido Socialista sería contraria al oportunismo de Prieto, Largo Caballero exigió la convocatoria del Congreso del Partido. Prieto, empero, logró que el consejo ejecutivo -órgano central del Partido- aplazara el congreso hasta el otoño a fin de evitar la votación; con ello consiguió mantener su prestigio personal y, por ende, frustrar las posibilidades de los socialistas de colaborar con el gobierno del Frente Popular. Mientras tanto, Largo Caballero estaba empeñado en que se convocara inmediatamente, en sesión extraordinaria el congreso del Partido.

Tal era la situación en vísperas del levantamiento de los "nacionalistas".

La formación del gobierno de concentración del Frente Popular

En el Gobierno no estaban representados ni los socialistas ni los comunistas, y menos aún los anarco-sindicalistas. Pero el rápido avance de las tropas insurgentes desde el Sur hacia la línea del ferrocarril que une Madrid con Portugal -la toma de Badajoz-, así como el desplazamiento de los "nacionalistas" hacía Irún[37] y San Sebastián, con el propósito de cortar la comunicación en la frontera de Francia y Bilbao -impidiendo así el abastecimiento por vía terrestre desde Francia y obligando a hacer un rodeo para conectarse con la industria de Cataluña y otros regiones de España- empeora la situación del gobierno de Madrid, el que ya no controlaba los acontecimientos que se desarrollaban en la calle; era la época del terror: asesinatos, saqueos, incendios de iglesias y conventos, etc.

Es así como a principios de septiembre los socialistas se hacen cargo de la presidencia del Gobierno -Largo Caballero[38], es al mismo tiempo ministro de Guerra- y ocupan puestos estratégicos: los ministerios de Gobernación (Interior), Relaciones Exteriores, Finanzas, Comercio e Industria. Los Republicanos de izquierda se quedan con sólo tres ministerios: Justicia, el que llegó a ser insignificante; Obras Públicas, en una época de ruinas, y con un ministro sin cartera, el ex-presidente del Consejo, probablemente para salvar las apariencias de la continuidad del Gobierno. Los comunistas por su parte, recibieron dos importantes ministerios: Instrucción Pública y Agricultura. Los sindicalistas (C.N.T), fieles a sus principios apolíticos, se resisten aún a participar en el poder.

¿Por qué los socialistas no entraron enseguida en el Gobierno, es decir, en el momento de estallar el alzamiento o bien unos días más tarde? Entran a formar parte del Gobierno en el momento más crítico, cuando Francia ya había planteado el problema de la no intervención en los asuntos internos españoles; así que todos los esfuerzos del gobierno legal de Madrid se vuelven inútiles, pues, de facto, sólo contra él se aplicará la prohibición de suministrar armas, siendo el único responsable reconocido en la querella. La decisión del recién formado gobierno de resistir a cualquier precio el ataque del "fascismo" coincide con la llegada a España del embajador soviético, acreditado en Madrid, Marcel Rosenberg, con un séquito de 42 personas y que se transforma pronto en consejero de Largo Caballero[39].

Los anarco-sindicalistas proponen la creación de un Consejo de Defensa Nacional en el que sus representantes (Confederación Nacional del Trabajo) tendrían el mismo número de delegados que los sindicatos socialistas (U.G.T.), pero este ofrecimiento no es tomado en consideración. ¿Por qué? Si está en juego la defensa contra un adversario común, ¿por qué no se habría de acceder a la petición de la C.N.T., la que por lo demás renuncia magnánimamente a tomar parte en el poder, a pesar de disponer de los adherentes más resueltos -y está, por el número de sus miembros, aproximadamente al mismo nivel[40] de la U.G.T.- del "frente antifascista"?

La participación relativamente importante de los comunistas en el Gobierno -tienen un total de 15 escaños en las Cortes, en su mayor parte, "ad personam", pues es probable que el número de las actas no corresponda proporcionalmente, al núcleo de sus partidarios-, se manifiesta a través del Ministerio de Instrucción Pública, desde donde se puede realizar mejor la propaganda marxista: los teatros están directamente sometidos a este ministerio y los cines se encuentran saturados de películas soviéticas ("Los marinos de Kronstadt", "Ckapayev", "El acorazado Potemkin", etc.); a los estrenos acude el embajador Rosenberg con el presidente de la República (Azáña); se toca la Internacional en vez del Himno nacional en la radio, en las conferencias públicas, en las asambleas; los periódicos y los folletos de propaganda se distribuyen desde la Imprenta del Estado, etc., y desde el Ministerio de Agricultura se propone una organización sistemática del proletariado rural.

Mientras tanto la postergación de los anarco-sindicalistas deja la impresión[41] de que son más importantes los intereses del Partido que la defensa nacional. Es probable que la política soviética estuviera interesada en este plan, si es que Rusia (la URSS) deseaba obtener una victoria moral en medio de la derrota del gobierno legal de Madrid[42]. Así podría justificarse el hecho de que los socialistas, por sugerencia del representante diplomático de la URSS, rechazaron la propuesta de los anarco-sindicalistas, ya que la realización del Consejo de Defensa Nacional sería de hecho un gobierno al lado del gobierno constitucional.

El curso de los acontecimientos en Cataluña

En Barcelona (y en otras regiones de Cataluña) el levantamiento fue sofocado desde su comienzo. El gobierno autónomo (la Generalidad) del Frente Popular estaba formado por elementos de la Esquerra (izquierda) catalana, un partido sin tradición, los elementos apolíticos, los anarco-sindicalistas, habían contribuido a la victoria en las elecciones de 1931 y 1936), y núcleos adictos al Partido Nacionalista Republicano (Estat Catalá), quienes trataron de realizar, en los momentos más críticos, una política "particularista". Pero cometieron un error fatal, pues enviaron en los primeros días de la contienda al mejor contingente del ejército para sofocar y "anexionar" las Baleares, con lo que gran parte del ejército se perdió en un frente secundario[43]. Además, al pedir ayuda de Madrid, en ocasión de constituirse el gobierno de Largo Caballero, las tropas que se estaban retirando de las Baleares acuden en apoyo de Castilla.

Cuando, a principios de octubre de 1934, la Acción Popular (partido de Gil Robles) entró a formar parte del Gobierno en Cataluña estalló la revolución, en señal de protesta contra la coalición de Lerroux con las derechas ("los sepultureros de la República"), y los partidarios del Estat Catalá convencieron a Companys para que proclamara solemnemente "la Cataluña Independiente dentro de la Federación Española". Los anarco-sindicalistas no podían entusiasmarse en aquellos momentos por una política de "federación" -reinaba una especial animadaversión frente a los adversarios del Estat Catalá, los que por su parte manejaban una política fascistizante-, pues de aquello no podían sacar ningún provecho concreto, y no acudieron en ayuda de la izquierda catalana.

El gobierno de la Generalidad se rindió entonces al ejército, que acataba únicamente las órdenes de Madrid. Esta vez, sin embargo, aunque los anarcosindicalistas no se preocupaban por los esfuerzos de la izquierda catalana por realizar, via facti, la transición de la autonomía a la federación de Cataluña (este proceso se verificó sin que nadie hiciera objeción en cuanto a una eventual violación de la Constitución), aprovecharon, sin embargo, la ocasión que se les ofrecía para tomar el poder en sus manos: a través de algunos sindicatos formaron Comités de control, los que ejercían no sólo el control de la economía[44], sino que de hecho tenían en sus manos todo el poder. Al lado de este régimen surgió el Consejo Económico, en el que los anarco-sindicalistas (C.N.T.) desempeñaban también un papel decisivo. La situación del Gobierno se hacía insostenible. Se llevaban a cabo negociaciones, y los anarquistas -¡por primera vez en la historia!- entran en el Gobierno. Con tal paso, no cabe duda, mejoró la situación de Frente Popular, como gobierno responsable, pero solamente en Cataluña.

El ejemplo de Cataluña para el gobierno de Madrid

El ejemplo de Cataluña servía de modelo para el gobierno de Madrid. Mientras tanto, Barcelona se emancipa completamente de Madrid. A principios de octubre los vascos obtienen también la autonomía de tres provincias: Alava, Guipuzcoa y Viscaya, de las cuales sólo Vizcaya se encuentra en poder del Frente Popular. La autonomía de los vascos, empero, en estas circunstancias anormales -el gobierno de Madrid se vio obligado a conceder amplia libertad a la Iglesia católica (el "anteproyecto") postulaba hasta la libertad para el gobierno de Euzkadi de establecer relaciones con el Vaticano, a semejanza de Baviera, en su tiempo, durante el Reich alemán) y el respeto a la propiedad privada- no representaba gran cosa, pues las mencionadas provincias e incluso Navarra, en el mismo conjunto, gozaban ya antes de una cierta autonomía financiera, en la que, esencialmente, se agota la tendencia autonomista. La consecuencia práctica de la autonomía vasca fue que cesaron las luchas en el Norte. La fuerza ofensiva de los vascos no presionó sobre las posiciones de los "nacionalistas" quienes no intentaron ninguna nueva acción en el Norte hasta no conseguir quebrar la resistencia de Madrid, pues ya habían logrado fortalecer sus posiciones y poner en orden las comunicaciones de la línea de ferrocarril hacia la frontera de Francia (Irún).

Por fin, la situación madura también en Madrid. Las tropas del general Franco se aproximan y existe el peligro de que Madrid sea cercado. Se expanden los rumores de que el Gobierno abandonaría Madrid para trasladarse a Valencia. El presidente de la República ya había salido hacia Barcelona. Los anarco-sindicalistas aceptan entrar en el Gobierno, pero exigen ser representados en pie de igualdad con los socialistas. Largo Caballero regatea, pero al fin accede[45] y otorga, el 4 de noviembre, a los anarco-sindicalistas (C.N.T.) cuatro ministerios: Justicia, Comercio, Industria y Sanidad (Sra. Montseny).

Ofensiva sobre Madrid

Dos días después empieza la gran ofensiva del general Franco sobre Madrid. El Gobierno se marcha a Valencia; en Madrid se forma la Junta de Defensa, en la que están representados todos los partidos del Frente Popular, bajo el mando del general Miaja. Madrid está cercado por todos los lados con excepción del Este, por donde se va a Valencia. A causa de los bombardeos y los incendios en los suburbios de Carabanchel, la Ciudad Universitaria y el barrio de San Bernardo, Madrid está abarrotada de refugiados, y el comisario de evacuación, miembro de la Junta, trabaja incansablemente para llevar a la población a las regiones del Levante.

La defensa de Madrid queda a cargo principalmente del 5to. Regimiento[46] de Voluntarios (grupos de asalto especialmente entrenados) y de la Brigada Internacional[47] (el capitán Renn, autor de la afamada novela "Guerra y postguerra", es comandante de un batallón). Llegan en ayuda también las tropas de Cataluña, bien vestidas pero mal equipadas. El jefe de la milicia catalana, Durruti[48], famoso anarquista, cae víctima de un misterioso ataque[49] atribuido a la "quinta columna" [50](nacionalistas dentro de Madrid), con lo que la milicia catalana sufre un fuerte golpe. La milicia aún resiste, pero según la opinión de expertos militares extranjeros (el agregado militar de EE.UU. entre ellos), no podrá hacerlo por mucho tiempo, pues las fortificaciones son primitivas. Las tropas del general Franco luchan cautamente y los ataques de los tanques en los pasos estrechos, después de las pérdidas de los primeros días, no se repitieron[51], ya que se sabía de la llegada de grupos de mineros desde Asturias -"dinamiteros"-, quienes minaron todos los accesos principales a la ciudad y colocaron minas por debajo del puente de la carretera que va a Toledo (Puente de Toledo) y que conduce directamente al centro de Madrid, la Puerta del Sol. En Madrid hay una zona neutral en el barrio en torno al Paseo de la Castellana, donde se encuentran casi todas las representaciones diplomáticas, pero es probable que los futuros ataques se dirijan hacia allí, ya que el espacio es llano y el acceso lleva por calles anchas, a diferencia de las estrechas calles de la Ciudad Universitaria, donde actualmente hay luchas encarnizadas. Los "nacionalistas" dejaron el campo libre hacia la parte oriental de Madrid, en dirección a Vallecas, para hacer así posible la evacuación de la población civil y para permitir la retirada a los defensores de Madrid, pues ello, según tal táctica, disminuye eventualmente la resistencia de la defensa[52].

En Madrid circulaban entonces varias versiones sobre su repentina desaparición; entre otras, que fue víctima de las luchas intestinas entre anarquistas y comunistas. Koltozov comenta al respecto: "Una bala perdida o quizá alevosamente dirigida, le ha herido mortalmente cuando salía Durruti del automóvil, ante el edificio de su mando. ¡Qué pena, Durruti! Pese a sus errores y extravíos anarquistas, era sin duda alguna, uno de los hombres más brillantes de Cataluña y de todo el movimiento obrero español".

El programa de los "nacionalistas"

En la primera semana después del pronunciamiento, el general Franco, que ya se perfila como futuro jefe del bando nacionalista, declaró:

"El actual movimiento se debe al ansia de todos los españoles que dedicamos nuestro amor a la patria y va dirigido contra los enemigos internos y extranjeros. La situación de España es cada día más aguda y en todas partes reina la anarquía. El país está amenazado por fuerzas extranjeras. En el mismo corazón de España escuchamos a los emisarios extranjeros predecir la destrucción y la distribución del suelo español. El espíritu revolucionario del pueblo se ha inflamado, y esto ha sido explotado con engaños por agentes soviéticos que querían establecer ese régimen a expensas de 25 millones de almas. No deseo defender ciertos intereses sino deseo garantizar a los ciudadanos una vida común cual todos los hombres libres..."

El general Mola, por su parte, como jefe de las fuerzas nacionalistas del Norte (Pamplona), dio la siguiente declaración al corresponsal del "Daily Mail":

"Puedo decir a todos que el movimiento que Franco y yo dirigimos no es un movimiento egoísta ni tiene por objeto ganar prestigio para sus dirigentes. Es un movimiento nacional dirigido y preparado por generales del Ejército y cuenta con el apoyo del auténtico pueblo español. Su finalidad es exterminar de raíz, para siempre, todo lo que representa organizaciones y principios marxistas. Deseamos establecer el orden y la paz sobre bases puramente españolas...".

De las declaraciones de los jefes del "movimiento" puede desprenderse que incluyen en su programa, en lo esencial: 1) la unidad estatal y nacional, lo que significa que su empeño se dirige contra el "particularismo" de los catalanes y los vascos (y los gallegos) y esto no sólo en cuento a ponerle freno a una ulterior estructuración de su autonomía, sino que también tiende a limitar la anterior emancipación de Madrid, 2) establecimiento del orden en un régimen autoritario; aspecto éste en que es de suma importancia la ley de la reforma agraria y la modificación de la legislación de trabajo y 3) la libertad religiosa para la Iglesia católica.

En este punto del programa, los "nacionalistas" son aliados de la Iglesia católica (y del Vaticano), y esto no sólo como amigos en la desdicha, es decir, en la época del régimen republicano. El proceder contra el clero ha sacudido, pero no derrumbado, los fundamentos de las constituciones eclesiásticas, afianzadas durante siglos. En España, donde la Iglesia casi se fundía con el Estado no se pudo efectuar una delimitación clara y rápida de las respectivas esferas de influencia sin entrar en choque con la más sólida célula social: la familia. Al considerar el papel de la Iglesia católica en España no hay que perder de vista su destacada actividad en la enseñanza, siendo especialmente relevante en la básica y la media. Pero la Iglesia -al igual que el ejército, que también intervino en la política interior- fue un adversario de la realización de reformas, tal el caso, por ejemplo, de la reorganización de la enseñanza; también se opuso, como propietaria de tierras, a la cuestión agraria, uno de los problemas de más difícil solución. Es así como la Iglesia y el Ejército frenaron cualquier ensayo serio de democratización de España.

Los insurgentes "nacionalistas" cuentan aún, no cabe duda, con la ayuda diplomática de los círculos vaticanos.

Es de destacar también la misión que confiaron al antiguo embajador en Londres, Merry del Val, hermano del difunto cardenal, secretario de Estado de la Santa Sede, de entablar conversaciones con Inglaterra sobre la base de que los "nacionalistas" garantizarían el respeto del "statu quo".

La actitud de Portugal, que, por lo demás, llegó a cortar las relaciones diplomáticas con el gobierno de Madrid, es una prueba bien evidente de un proceder irresoluto, que revelaría una abierta contradicción con la política de lealtad hacia Inglaterra -política aplicada durante siglos- de no existir una conformidad tácita en este punto por parte del gobierno de Londres.

La legalidad del gobierno de Madrid es, pues, una forma exterior que hay que respetar, pero si nuevos acontecimientos crean una nueva situación distinta, hay que reconciliarse con el destino y mirar la manera de sacar el mayor provecho de la situación recién creada. Desde este enfoque es comprensible la política de no-intervención de Inglaterra: el riesgo de tal política es menor que él de favorecer los experimentos izquierdistas, de los que podría obtener más daños que provecho[53].

En cuanto al aspecto económico y financiero, España tiende hacía una intensa colaboración con Inglaterra y Francia. Las relaciones con Alemania e Italia no ofrecen ninguna posibilidad de compensar las mermas que se producirían en su economía si abandonase su tradicional colaboración en este campo con Inglaterra y Francia.

La política exterior española anterior a la guerra mundial no se inclinaba hacia la Triple Alianza. Durante el conflicto bélico, la neutralidad era la salida más natural para España. Las simpatías del pueblo estaban del lado de Francia, mientras que los círculos militares, además del clero y la nobleza, no disimulaban su preferencia por el Reich alemán y Austria-Hungría. España estaba dividida, como hoy, en dos bandos.

El historiador italiano Francesco Guicciardini, quien en su juventud fue embajador en la corte de los Reyes Católicos, en un informe desde España, le pregunta al rey Don Fernando de Aragón: "¿Cómo es posible que un pueblo tan belicoso como el español haya sido siempre conquistado, del todo o en parte, por galos, romanos, cartagineses, vándalos, moros?" A lo que el rey contestó: "La nación es bastante apta para las armas, pero desordenada, de suerte que sólo puede hacer con ella grandes cosas el que sepa mantenerla unida y en orden" [54]. Esta declaración revela también el porqué del éxito del rey Don Fernando, quien realizó la unidad de España al conseguir aunar la orientación mediterránea del Reino de Aragón con la política continental de la corona de Castilla.

El programa de los generales -insurgentes- "nacionalistas" está compenetrado del mismo imperativo histórico: "Unidad y Orden". Ahora bien, el éxito de los "nacionalistas", ¿perturbará el equilibrio de las fuerzas en el Mediterráneo? Si se limitan al "orden y unidad" en el interior -bajo el supuesto de que todo se desenvolverá sin obstáculos y sin complicaciones en torno de Cataluña-[55] ¿no existe la posibilidad de que España se transforme en un régimen autoritario más dentro de Europa? Tal vez el ejemplo del vecino Portugal, en cuanto a la forma de su organización estatal interior -con el apoyo en la Acción Popular de Gil Robles, el Salazar español- sea considerada por los "nacionalistas" como algo no desdeñable. El marco de la política realista de España incluye también la cuestión del "statu quo" [56], y la actitud de los círculos militares hacia los problemas de la política interior justifica la expectativa ante la posibilidad de que los eventuales cambios puedan realizarse perfectamente con solo salvaguardar la "unidad y el orden", pero evitando las complicaciones indeseables en las relaciones internacionales.

Las condiciones económicas en el territorio del Frente Popular

El gobierno legal tiene toda Cataluña (las provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona), las regiones levantinas (Valencia, Castellón, Alicante, Murcia, Almería) y parte de Aragón, Castilla, Andalucía, Vizcaya (Bilbao) y Asturias.

Los insurgentes "nacionalistas" ocupan casi la mitad de la Península y tienen, además, Marruecos (zona española), las Islas Baleares (sin Menorca) y las Canarias.

El gobierno del Frente Popular, por su parte, domina fundamentalmente regiones periféricas, las que acusan una tendencia centrífuga en su aspecto político-administrativo (Cataluña, Euzkadi), pero no en el económico. En estas características de las distintas regiones radica su fuerza de resistencia, a la vez que su destino en cuanto a su conexión con el resto de España.

Si los "nacionalistas" al lado del general Franco propugnan una política de integración de España y luchan para transformar en realidad la idea que se opone al proceso de desmoronamiento, acelerado durante el régimen republicano-izquierdista, el factor económico, es decir el hecho dé que las distintas regiones españolas están económicamente entrelazadas entre sí, se inclina en favor de su movimiento.

Características de las distintas regiones en su aspecto económico:

1) Cataluña: industria textil-algodonera: 2) Valencia: monocultivo de naranjas (y arroz); Almería: uvas de invierno; Málaga: papas y vino dulce; 3) en la altiplanicie de Castilla: trigo; 4) Asturias: minería; 5) Vizcaya: altos hornos.

1) La industria algodonera española, que trabaja para el mercado interior, bajo fuerte protección arancelaria, y sólo en una pequeña parte para la exportación, está concentrada en Cataluña, primordialmente en Barcelona y su provincia. Todas las dificultades con las que tiene que luchar esta industria aún no se hacen sentir en estos momentos de engañosa prosperidad (¡inflación!). El poder adquisitivo de la población ha subido. Los soldados perciben 10 pesetas diarias y rancho completo, mientras sus familiares reciben el subsidio correspondiente.

Las exigencias de la industria de guerra absorbieron la mano de obra disponible. Los precios de los productos industriales en los comercios, controlados por los respectivos sindicatos, están intervenidos, lo que le da empuje al consumo, hasta tal punto que las mercaderías que se terminan no se pueden reponer, pues las reservas de materias primas se están agotando. Las hilanderías han cesado casi de trabajar, mientras las fábricas tejedoras han limitado la producción debido a la creciente escasez de hilados. La reducción del tiempo de trabajo trae aparejado consigo la merma del salario o el aumento de los gastos generales. Si se toma en consideración que los obreros de la industria textil pertenecen en más del 80% a organizaciones anarco-sindicalistas (C.N.T.) y que fieles a la táctica de acción directa para conseguir mejores condiciones de subsistencia rehusaron hasta ahora tomar parte en la lucha política, las perspectivas futuras son bastante sombrías. Ante el espectro del hambre y la cesantía, los anarco-sindicalistas recuerdan tan sólo el nivel relativamente alto de vida que, si bien no fue alcanzado con la colaboración de las clases, como sería el caso en un régimen autoritario, era el resultado de la lucha directa, siempre teniendo en cuenta intereses concretos, dentro de unas empresas particulares o de un grupo de empresas del mismo ramo. Así, esta orientación de los anarco-sindicalistas, en su esencia completamente individualista, imprime un carácter especial a este vigoroso movimiento social en Cataluña.

El gobierno de izquierda republicana en Cataluña contaba -amén de los votos inestables, apolíticos, de los anarco-sindicalistas- con los pequeños propietarios rurales, los antiguos colonos -"rebassaires"-, que formaban el principal apoyo de la Esquerra catalana (Companys). Estos se encuentran ahora fuertemente amenazados por las exigencias de la guerra[57]. La cosecha, el ganado y los productos de la avicultura se acaparan para la ciudad y la milicia. El gobierno paga en bonos, con los que el labrador no puede adquirir ni fertilizantes (fosfatos, en primer lugar, provenientes del exterior) ni el pienso para el ganado y las granjas avícolas (maíz, en su mayor parte importado). La guerra ha arruinado las reservas, del propietario rural, quien, como es precisamente el caso de los "rabassaires", después de la solución del problema agrario en Cataluña no tiene nada más que esperar de la lucha de clases y desea sólo la paz y la colaboración de las clases. Por ende, la situación en Cataluña considerada como el más fuerte baluarte de resistencia al "fascismo", no es precisamente tan halagüeña como se la presenta a menudo.

2) Valencia es la región más rica de toda España. El monocultivo de la naranja, además del cultivo del arroz, es la principal fuente de ingreso y su producto exportable más importante: el más fuerte renglón en la balanza comercial y de pagos. En este negocio está fuertemente interesado el capital inglés, pues es costumbre que el importador inglés anticipe fondos al exportador español, mientras éste adelanta créditos a los propietarios de las huertas, a cuenta de la próxima recolección. La suerte de la campaña naranjera está hoy en manos de unos cuantos "consejos locales"[58], y sólo un número relativamente reducido de pequeños propietarios puede vender libremente en el mercado, al margen del "consejo local". Ningún negocio de exportación depende tanto de la iniciativa particular como el de las naranjas: especulación en cuanto a la calidad, las perspectivas de los mercados extranjeros, los oscilantes precios de la mercadería, la forma de transporte, el nivel de fletes, la marca de calidad, etc. Los grandes exportadores disponían hasta ahora de sus propias marcas comerciales, las que ofrecían suficiente garantía de calidad en los mercados internacionales, en libre competencia con los productos provenientes de otros países. ¿Será posible ahora colocar la misma mercadería con la misma marca comercial si los propietarios son encarcelados, expulsados o liquidados, pues en ninguna otra región ha sufrido la gente bien acomodada tantas persecuciones como en Valencia? Los países con régimen capitalista, que respetan la propiedad privada, ¿protestarían contra la importación de naranjas provenientes de España? Las dificultades de los barcos en los puertos españoles de embarque, agravada por las elevadas primas de seguro de los buques y la carga, hacen aún más difícil la desesperada situación en los mercados valencianos, saturados de naranjas. Pasé a través de la región del Levante en un momento en que la recolección tenía que suministrar el número máximo de cajas para la exportación, al principio de la campaña, cuando en condiciones normales los precios suelen alcanzar los más altos niveles, y tengo la impresión de que el problema naranjero es uno de los factores de gran peso que podrían contribuir a que la guerra acabara lo antes posible. Todos se dan cuenta del hecho de que el asunto es de vital importancia, pues la guerra tendría que terminar pronto si se deseara convertir en capital la recolección de naranjas. La misma argumentación aunque en menor escala, es aplicable a la uva de invierno de Almería, las pasas y el vino dulce de Málaga, etc.

3) En la altiplanicie de Castilla, la región dedicada principalmente a la producción de trigo, faltan los abonos (fosfatos); la ganadería ha sufrido en gran parte, sensibles daños debido a las requisiciones, igual que la última cosecha de trigo, que fue inferior al promedio normal.

4) y 5) En las minas de Asturias cesó parcialmente la explotación, ya que no se exporta el mineral de hierro a Alemania, y, además, los barcos se ven amenazados por la marina de guerra de los "nacionalistas", mientras en Vizcaya se han apagado, en parte, los altos hornos por falta de coque del exterior.

Los hechos destacados son de gran importancia en los momentos actuales, pues provocan un sentimiento de pusilanimidad en las más extensas capas de la población trabajadora. Es mi impresión que este estado de ánimo en las comarcas que se encuentran bajo el poder del gobierno republicano pudiera compararse con la situación en Italia en vísperas de la llegada de Mussolini el poder, cuando los socialistas en Italia tenían de hecho el poder en sus manos pero, no obstante, eran impotentes, pues no pudieron llevar hasta las últimas consecuencias tal situación, esto es, la dictadura del proletariado. Igual que Italia, que era dependiente, si bien en mayor escala, de la economía internacional (importación de carbón, mineral de hierro, madera, trigo, algodón, etc.), así la parte de España que se encuentra bajo el gobierno del Frente Popular depende en su aspecto económico, por un lado, de las otras regiones y, por el otro, se orienta hacia el mercado internacional para salvaguardar intereses de exportación e importación.

Conclusión

Debido a los hechos destacados, puede esperarse un cambio entre los elementos apolíticos, los anarco-sindicalistas, quienes representan la mayoría de la clase trabajadora en el territorio bajo el poder del gobierno legal. Su regreso a la antigua táctica, después de su corta colaboración en el campo político dentro del "frente proletario" quizá sea el único camino hacia una avenencia con los "nacionalistas". La reiterada y sistemática acentuación del factor internacional -el incidente por el hundimiento del barco de guerra "Cervantes", las notas a la Sociedad de Naciones, a Inglaterra, etc.- va en favor del pronóstico indicado. Ahora en retirada hay que crear la leyenda - ¡es sorprendente que la promueva el Gobierno mismo!- el Frente Popular -en esencia, el "frente proletario"-, no fue vencido por los "nacionalistas" elementos españoles, sino por la abundante y activa ayuda de los "estados fascistas". Los próximos acontecimientos quizás confirmen este pronóstico relativamente optimista en cuanto al término de las luchas en la guerra civil española[59].

Julio Alvarez del Vayo, ministro de Asuntos Exteriores de la República española, en su obra La Guerra empezó en España (versión castellana; Edit. Séneca, México, 1940, 366 páginas), redactada al principio de la Segunda guerra mundial, echa la culpa por el fracaso del gobierno republicano casi exclusivamente a la intervención foránea (pág. 9): "Si la intervención armada de Alemania e Italia en España no hubiese sido tolerada, ni Austria hubiese sido probablemente anexionada, ni Checoslovaquia invadida, ni Polonia atacada".

Consecuente con su actitud en favor de la "democracia" durante todo el tiempo de su actividad en España, Mr. Bowers (¡historiador de profesión e íntimo amigo de F. D. Roosevelt!) pone al final de su obra especial énfasis en los siguientes puntos:

"1) Que después de los primeros días de considerable confusión, quedó demostrado claramente que se trataba de una guerra de los fascistas y las potencias del Eje contra las instituciones democráticas de España.

2) Que la guerra española era el principio de un plan perfectamente meditado para el exterminio de la democracia en Europa y el comienzo de una guerra mundial.

3) Que el Comité de la No Intervención era un vergonzoso engaño cínicamente indigno, y que Alemania e Italia enviaban constantemente soldados, aviones, tanque, artillería y municiones a España, sin una interferencia o protesta verdadera de los firmantes del pacto". Op. cit., pág. 423 ss.

El publicista inglés Burnett Bollton, que vivió en España en los tiempos de la Segunda República y dedicó después varios años de intensas y minuciosas investigaciones a su obra, destaca (op. cit., pág. 171 ss.) que "Moscú seguía aferrado a la creencia de que Inglaterra y Francia cambiarían su política de neutralidad, y a tal fin dieron instrucciones a los comunistas españoles y al gobierno de Negrín (sucesor de Largo Caballero), dominado por los comunistas, para que continuara la lucha con la esperanza de que los latentes antagonismos entre las potencias occidentales provocaran finalmente un conflicto".

El historiador alemán., Hellmuth Guenther Dahms, en su "ardua empresa" de presentar La guerra española del 1936 (Ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1966, 443 páginas; trae abundante bibliografía, págs. 405-427, fotografías y mapas), de una manera objetiva e imparcial, en lo que le han sido útiles "publicaciones de actas, hallazgos de documentos y averiguaciones realizadas en los Estados Unidos de América, Francia, Portugal, Italia y Alemania, así como fotografías de fuentes archivadas en la parte de Alemania de ocupación soviética" (pág. 8), al final de su libro llega a la siguiente conclusión (pág. 404)

"Si ambos contendientes de la guerra española hubieran luchado desde un principio únicamente con sus propias fuerzas, la trágica contienda hubiera quedado pronto resuelta -probablemente a fines de 1936- y tal vez hubiera sido incluso posible llegar a un acuerdo, cosa que en 1939 ya era prácticamente imposible.

"La guerra fue y continuó siendo en primer lugar cuestión de los españoles. Mussolini y Hitler no obtuvieron la victoria para Franco, sino que cada vez que la ayuda franco-soviética desnivelaba la balanza a favor de los republicanos, se limitaron a fortalecer a su vez al Ejército nacional mediante tropas legionarias y material de guerra para permitirle tomar de nuevo la ofensiva. Esta política se desprende de los documentos oficiales, aunque no consta en ninguna parte el volumen total de la ayuda prestada".

(Publicamos este informe de nuestro colaborador sin alterar o cambiar sus opiniones, mayormente confirmadas por los hechos posteriores o las apreciaciones de los observadores nacionales o internacionales. Especialmente no queríamos tocar el problema interno- nacional de España. - Redacc. de SC.)

 

España en la encrucijada a fines de noviembre de 1936 vista por un observador croata - Epilogo

Prvislav Weissenberger

Epílogo

Impacto de la guerra civil española sobre la política exterior e interior de Yugoslavia y Croacia, respectivamente

El 1° de abril de 1939, al finalizar la guerra civil española, Stojadinovic, presidente del Consejo y ministro de Asuntos Exteriores de Yugoslavia, ya no ocupaba sus cargos. Siete semanas antes, el 4 de febrero, fue inesperadamente reemplazado en la Presidencia por un político servio perteneciente a la misma agrupación gubernamental, Dragisa Cvetkovic, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores pasó a manos de un experto diplomático de carrera, Alejandro Cincar-Markovic.

Desde su primera declaración sobre asuntos españoles, Stojadinovic, según se desprende de sus memorias[60], había desplegado una notable actividad en el campo de la política internacional; su política interna, en cambio, quedó estancada, a pesar de que su misión consistía, al parecer, en encauzar el régimen interior hacia una normalización, es decir, la vuelta paulatina a una democracia representativa para poner así fin a la era dictatorial, inaugurada el 6 de enero de 1929 por el rey Alejandro I Karageorgevic (asesinado en Marsella el 9 de octubre de 1934). La dictadura real había disuelto la Asamblea Nacional (Narodna Skupstina) y a la vez suspendido los partidos políticos. Se permutó el nombre de Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos por el de Yugoslavia, prohibiéndose, además, el uso de las respectivas banderas nacionales, con excepción de la servia, que quedó, como símbolo de preeminencia servia, confinada dentro de la Iglesia ortodoxa servia. Esta Iglesia, por lo demás, apegada a la tradición medieval césaropapista de cuño bizantino, encarnaba la idea de la Gran Servia bajo el manto de Yugoslavia. Posteriormente, en 1931, fueron creadas la Cámara de Diputados y la de Senadores, pero sobre la base de un partido único y con unos pocos miembros disidentes que mantenían despierto el debate inocuo en la Asamblea.

El mismo día en que Stojadinovic expone su política exterior a sus anfitriones del Pacto Balcánico, en Ankara, el 30 de octubre de 1936, Benito Mussolini declara, en un discurso público en Milán, que "existen las necesarias y suficientes condiciones morales, políticas y económicas para que las relaciones de real amistad entre Italia y Yugoslavia se colocaran sobre una nueva base" (Stojadinovic, op. cit. pág. 449 ss). A esta poco disimulada invitación al diálogo seguirán las gestiones tendientes a la clarificación de las relaciones mutuas, que culminarán en el Pacto de Belgrado, el 25 de marzo de 1937, firmado por Stojadinovic y Ciano[61]. En tal ocasión, al celebrarse el banquete oficial en el Hogar de la Guardia Real, Stojadinovic brindó por la salud y prosperidad del rey de Italia y emperador de Abisinia, con lo que se adelantó a sus colegas de la Pequeña Entente y del Pacto Balcánico en el reconocimiento del imperio mussoliniano.

Mientras tanto, a fines de noviembre de 1936, el príncipe Pablo de Yugoslavia toma contacto con el jefe de la Oposición Coaligada, el doctor Vladimir Macek, presidente del Partido Campesino Croata (sucesor del carismático estadista croata Esteban Radic, víctima de un atentado en el recinto de la Asamblea Nacional de Belgrado, el 20 de junio de 1928. Ateniéndose a las instrucciones del príncipe regente, el mismo Stojadinovic se reúne, en enero de 1937, por primera y última vez, con Macek. Las conversaciones no tuvieron ningún resultado práctico, pues éste insistía consecuentemente en cambios fundamentales en la Constitución de la época dictatorial, propugnado para Croacia un estatuto de autonomía dentro del estado multinacional yugoslavo, para salvaguardar así la individualidad y los intereses de la nación croata, que fue sometida contra su voluntad -expresada a través de todas las elecciones relativamente libres hasta la implantación de la dictadura- al centralismo de Belgrado a raíz de la primera guerra mundial y de la Constitución de Vidovdan (San Vito, el 28 de junio de 1921), aprobada en la Asamblea Constituyente por simple mayoría[62]. Este encuentro, que eventualmente podría haber cambiado la suerte de Yugoslavia, en un momento de suma tensión internacional, se desperdició, reduciéndose a un mero cambio de impresiones; quedó tan sólo pendiente una promesa verbal de que las próximas elecciones parlamentarias (las últimas se verificaron el 5 de mayo de 1935) se celebrarían a fines del año en curso 1937; la dictadura, no ofrecía garantía de una seria discusión en la Asamblea Nacional, ya que el partido gubernamental tenía de antemano aseguradas las dos terceras partes de los escaños en todas las circunscripciones del país si obtenía, como era de suponer, un voto más del 50% de los emitidos[63].

La revisión unilateral del Tratado de Versalles por parte del gobierno del Tercer Reich hacía suponer que aun otras naciones, descontentas con los arreglos de paz en los alrededores de París, harían valer con el tiempo sus pretensiones revisionistas. La política exterior yugoslava se enfrentaba con serios problemas. Bien lo ha destacado el mismo Stojadinovic, al sostener que Yugoslavia estaba rodeada de "preocupaciones", en servio: "brigama", lo que corresponde a las letras iniciales de Bulgaria - Rumania - Italia - Grecia - Albania - Magyarorzság (Hungría) y Austria (Alemania), esto es, en su mayoría, de Estados revisionistas, con excepción de Grecia y Rumania. Dada esta situación geopolítica tan desfavorable, ¿cómo podía Stojadinovic postergar el arreglo de los asuntos interiores y no hacer una limpieza en su propia casa y manejar, a la vez, una política exterior coherente? A la larga, una oposición amargada -y alejada perpetuamente del poder- planteaba serios problemas económicos y sociales, amén de políticos, los que forzosamente tendrían repercusiones funestas. Desde el punto de vista de la política interna -e insluso externa- se imponía tomar en cuenta otro factor importante: el fondo histórico con respecto a las naciones y nacionalidades postergadas bajo el dominio de Yugoslavia, ya desde los albores de su fundación, en 1918. Por ende, el arreglo de la cuestión croata era de suma urgencia, y no hay que subestimar el hecho de que Croacia, dentro de sus fronteras étnicas e históricas, ocupa más de una tercera parte del estado multinacional, con una economía bastante desarrollada y con las enormes posibilidades que ofrece su ubicación a lo largo del Adriático: turismo, pesca, navegación, astilleros, etc. Dejar que el tiempo transcurriera sin tomar las medidas indispensables para el caso y esto, nota bene, en momentos en que se abría paso el principio de la autodeterminación -revisionista- de los pueblos (Austria, Sudetes, Eslovaquia, etc.) y de amplia autonomía (Cataluña - Euskadi) resultaba muy contraproducente; los acontecimientos que siguieron ofrecen pruebas evidentes en favor de esta tesis[64].

La anexión de Austria -el "Anschluss"- en marzo de 1938 lleva al Tercer Reich a la frontera norte de Yugoslavia (Eslovenia), donde ya se perciben fermentos de la propaganda nazi[65]. Por ese entonces vivían en la parte yugoslava de la llanura de Panonia (Vojvodina) más de 500.000 prósperos colonos alemanes, en tierra privilegiada por su naturaleza exuberante, que atraía las miradas ávidas de los teóricos de la doctrina del Lebensraum[66].

Resuelto satisfactoriamente el problema de la "Marca Oriental" -tal es la nueva denominación para Austria, que data de la época carolingia- el principio de la autodeterminación se extiende a los alemanes de los Sudetes y tendrá bien pronto el éxito apetecido, aunque faltaba poco para que la crisis iniciada en torno de Checoeslovaquia llevara al mundo a una conflagración universal.

Al Convenio de Munich entre los Cuatro Grandes (la Unión Soviética brilla por su ausencia, igual que en Versalles), a fines de setiembre de 1938, acompaña la esperanza de que seguirá una época de paz fructífera, por lo menos para una generación. El optimismo en cuanto al apaciguamiento que inaugura Munich lo comparte plenamente Stojadinovic, hasta tal punto que se cree ahora en condiciones ventajosas para acudir a los comicios parlamentarios y poder así afianzar durante la próxima legislatura su posición de "prusiano balcánico" y guardián de la paz y la seguridad en el sudeste de Europa. Dada su formación económico-financiera, en el político Stojadinovic prevalece su pensamiento económico, hasta el extremo de creer que se puede llegar fácilmente a un arreglo con los "legítimos prusianos", instalados ya firmemente a lo largo de las fronteras del país: una estrecha colaboración en el campo económico con el Tercer Reich daría audaz empuje al desarrollo y a la diversificación de la economía, hasta entonces fundamentalmente agrícola, con lo que desaparecerían las tensiones anteriores, las que, en su exagerado optimismo, suponía insignificantes frente a los grandes problemas del Nuevo Orden que se vislumbraban para el futuro próximo y por largo rato.

Dada la política de condescendencia con las potencias del eje Berlín-Roma[67], no extraña que Yugoslavia estableciera relaciones normales con el gobierno de Burgos antes de que los otros miembros del Pacto Balcánico (Turquía, Grecia, Rumania) procedieran al reconocimiento de la España nacional y, desde luego, mucho antes de que Francia e Inglaterra normalizaran, por su parte, los asuntos pendientes con los nacionalistas. En misión especial fue enviado a Burgos el capitán de navío (R) Darko Mažuranic, perteneciente a una distinguida familia del litoral croata[68]. Es algo raro, y Stojadinovic no lo menciona, el reconocimiento del gobierno de Burgos, como tampoco se refiere a las instrucciones que tenían los representantes de Yugoslavia en el Comité de No-Intervención en Londres y los respectivos delegados yugoslavos a lo largo de la frontera de los Pirineos, que vigilaban la aplicación de las medidas de control recomendadas por el Comité de Londres[69].

Se olvida también Stojadinovic de mencionar el papel que tuvieron los voluntarios yugoslavos en favor del Frente Popular en España, aunque su presencia implicaba a menudo la intervención diplomática a través de la legación en Madrid y daba mucho que hacer al mismo ministro de Asuntos Exteriores en Belgrado por las contravenciones que provocaban los adictos y simpatizantes del Frente Popular. Según el publicista español Antonio Padilla, editor de la revista Historia y Vida[70] "a defender la República, y a aprender, vienen los 1500 yugoslavos que, reclutados personalmente por Tito y Milovan Djilas, viajan en los 'trenes fantasmas' que enlazan Perpiñan y Albacete. Son hombres de confianza y sólida formación, universitarios en su mayoría que, agrupados en los batallones 'Djuro Djakovic' y 'Dimitrov', dan la muestra de sangre fría en primera línea" (pág. 41).

En las elecciones del 5 de mayo de 1935 obtuvo la oposición 1.076.346 votos y la lista gubernamental 1.747.037 votos ("adulterados", según el testimonio de Stojadinovic, op. cit., pág. 347), siendo elegidos 67 diputados de la oposición y 303 del gobierno.

El Partido Comunista de Yugoslavia, clandestino, se aprovechaba de la opinión pública favorable al Frente Popular para ganar prosélitos disfrazado bajo el nombre de Frente de Union Nacional. En una de sus proclamas, en marzo de 1938, ya se perfila la línea que van adoptar con éxito los comunistas años después, coincidiendo con las instrucciones del Partido que se aplicaron también en España: "En estos días difíciles y decisivos nos dirigimos a todos los ciudadanos demócratas y patriotas, sin distinción de religión, nacionalidad o filiación política, no solamente adheridos al Frente de la Unión Nacional, sino a todas las fuerzas patrióticas de los pueblos servio, croata, esloveno y otros que, aunque no se hayan declarado en absoluto a favor del acuerdo realizado entre la Coalición Campesina Demócrata[71] y la Oposición Coaligada[72], sean hostiles a la política de traición (pro Eje) de Stojadinović y estén dispuestos a defender la paz y la independencia del país" (citado en A. Padilla, op. cit.. pág. 42).

Una de las publicaciones del Partido Comunista yugoslavo en 1938, aprovechándose de las tensiones internas de Yugoslavia, recomienda directamente la receta española: "Los voluntarios de Yugoslavia representan el modelo de Frente Popular Antifascista que es necesario formar lo más rápidamente posible en Yugoslavia " (A. Padilla, ibíd., pág. 42).

Sorprende que Stojadinovic, en vista del papel decisivo que tuvo después, durante la segunda guerra mundial, el afianzamiento del comunismo en su país, olvide referirse en sus memorias a la labor subrepticia de los comunistas al amparo de las simpatías que había despertado en Yugoslavia la lucha del Frente Popular[73], especialmente entre los intelectuales de la parte oriental del país: Servia, Montenegro y Macedonia.

Satisfecho con los resultados de las elecciones de diciembre 1938, aunque la ventaja no fuera mucha en cuanto al número de votos, Stojadinovic podía permitirse el lujo de unas vacaciones de descanso en Suiza, teniendo confianza en reanudar, inclusive con más brío, su actividad en la política exterior[74]. Según él mismo lo relata (op. cit. pág. 566 ss.), "al regresar a Belgrado, a mediados de enero de 1939, me quedó muy poco tiempo para arreglar la recepción de Ciano, que acudía en visita oficial a Belgrado, con tal de que antes parara en la hacienda estatal de Belje, para una partida de caza".

"De todas las cuestiones de la política exterior, para Italia se planteaba entonces, en primer lugar, la de Albania. Una vez terminada la conquista de Abisinia y acercándose la guerra civil en España a su fin, con la victoria del general Franco, a quien Mussolini apoyaba abiertamente con abundante envío de voluntarios, Italia logró tener las manos libres para una nueva empresa con que contribuiría a levantar el prestigio del régimen fascista. Es bien notorio que los dictadores deben sin interrupción perseguir nuevos éxitos. Esto era aún mas necesario para Mussolini, pues Hitler había conseguido el 'Anschluss' de Austria. Teniendo celos de su contrincante, Mussolini buscaba su propio 'Anschluss', y lo encontró en el pequeño y débil país de la orilla oriental del Adriático, frente a Italia. Desde luego, Italia tenía allí, desde la misma creación del estado independiente de Albania, a raíz del desmoronamiento del Imperio Otomano en los Balcanes (1912-1913), ciertos derechos especiales, confirmados por parte de las grandes potencias".

Para apoyar y justificar su propia política en cuanto a Albania, creía oportuno, según sus memorias, consultar previamente la opinión sobre este asunto del Estado Mayor de Yugoslavia. Dada la tradición anexionista del Ejército servio, tendiente a la expansión hacia el Occidente y con especiales miras hacia la salida al mar -Adriático y Egeo-, no extraña el punto de vista del Estado Mayor de "no permitir de ninguna manera que Italia entrara sola en Albania y de buscar compensaciones de ella, las que, por ejemplo, podrían ser en la parte extrema del norte del país (Albania), es decir, que Scutari con el puerto de San Giovanni di Medua se adjudicaran a Yugoslavia".

Ciano llegó por ferrocarril a Belje el 20 de enero de 1939, y al día siguiente (las fechas no coinciden en las respectivas memorias), en medio del denso bosque y a solas con Stojadinovic le expuso el plan de participación de Albania (op. cit. pág. 570). Además, "con entusiasmo (me) habló de los éxitos de general Franco, quien precisamente en aquellos días ocupaba con ritmo acelerado los últimos reductos de la efímera República Española. Me hablaba abiertamente del número de los voluntarios italianos en España y se jactaba de los éxito militares de ellos[75]. Se quejaba del gobierno francés, que no mostraba ninguna comprensión ante las exigencias italianas y, además, en cuanto al ferrocarril en Abisinia y de su salida al mar Rojo".

El Conde Ciano expuso también al príncipe Pablo de Yugoslavia el plan de partición de Albania[76], en ocasión de su visita oficial a Belgrado, donde fue recibido con grandes honores, incluso en la sede del Partido de la Alianza Radical Yugoslava.

Pocos días después se reanudaron las sesiones de la nueva Asamblea Nacional, en la cual Stojadinovic disponía de una holgada mayoría. Todos los asuntos pendientes tomaban al parecer un curso normal, cuando de repente, en la noche del 3 al 4 de febrero, Stojadinovic recibió, por conducto de un mensajero de Obras Públicas, el doctor Miha Krek[77], una carta del siguiente contenido (op. cit., pág. 576)

"Señor Presidente

"En el debate de hoy en la Asamblea Nacional, y especialmente en el discurso del señor Bogoljub Kulundcic, ministro de Educación, se ha comprobado que en el seno del Gobierno existen varias opiniones en cuanto a nuestro acuerdo con los croatas.

"Consideramos, mientras tanto, que es nuestro deber -no sólo guiados por el interés de cumplir con nuestra promesa, expresada en el programa electoral en cuanto a dicha cuestión, sino aun por otras fuertes razones de Estado- allanar el camino y recurrir cuanto antes a la solución de esta cuestión de avenencia con los croatas.

"Considerando que el Gobierno en su actual composición representa un obstáculo para resolver esta importante cuestión, tenemos pues el honor, debido a dichas razones, de presentar la renuncia a los cargos que ocupamos en su gobierno.

"Sírvase, Señor Presidente, etc.

"Belgrado, el 3 de febrero de 1939".

Siguen las firmas: Mehmed Spaho (musulmán de Bosnia), Miha Krek (esloveno), Djafer Kulenovic (musulmán de Bosnia), Franc Snoj (esloveno), Dragisa Cvetkovic (radical servio).

El mismo día, por la mañana, Stojadinovic presentó la renuncia colectiva de su gobierno. La dimisión fue aceptada inmediatamente por la Regencia, y el príncipe Pablo confió la formación del nuevo gobierno a Dragisa Cvetkovic, hasta entonces ministro de Salud y Previsión Social. La característica del gobierno de Cvetkovic estriba en la ausencia de destacadas personalidades servias y en que los musulmanes de Bosnia y los eslovenos conservaron las posiciones que tenían en el gobierno anterior.

El primer ministro Cvetkovic, después de largas negociaciones con Macek, llegó, el 26 de agosto de 1939, a un acuerdo sobre un estatuto de autonomía -bastante limitada- para Croacia, bajo el nombre histórico Banovina Hrvatska (Banato de Croacia, con su propio gobernador). Macek entró a formar el nuevo gobierno ocupando el cargo de vicepresidente, acompañado de cuatro ministros croatas en la administración central en Belgrado, esto es: Hacienda, Comercio e Industria, Correos y un ministro sin cartera.

Una semana después de haber obtenido Croacia su autonomía estalló la segunda guerra mundial.

Volviendo a la pregunta ya planteada en el "prólogo" (Cfr. Studia Croatica, presente vol. SC p. 124) si es pura casualidad el hecho de que Stojadinovic haya omitido referirse más a menudo a los asuntos españoles en sus memorias, a pesar de que los acontecimientos en España, durante 33 meses, tenían directa e indirectamente impacto sobre la política exterior e interior de varios países europeos, incluso Yugoslavia, no sería atrevida la observación de que quizás, para minimizar los desaciertos en su política interior -entrelazada con la exterior-, Stojadinovic considerara poder prescindir de la lección que, no cabe duda, ofreció la guerra civil española: prevenir a tiempo el desenlace trágico de una situación enmarañada desde su principio y no dejar que la contemporización haga imposible una solución aceptable y justa, y en lo posible duradera, de convivencia entre las comunidades de un Estado multinacional. Únicamente alcanzando una posición firme en dicho sentido hubiera sido posible evitar, tal vez, que el país fuese arrastrado a la guerra y prescindiera de la adhesión al Pacto tripartito.

Es cierto que el gobierno Cvetkovic-Macek se vio obligado firmar el Pacto de Belvedere, en Viena, el 25 de marzo de 1941, inclinándose ante los deseos del Eje con la finalidad de evitar que la campaña que se cernía sobre el sudeste europeo causara mayores perjuicios[78].

Como medida de precaución, una semana antes de la firma del pacto, Stojadinovic, que cayó en desgracia poco tiempo después y fue internado en varios lugares por supuestas maquinaciones donjuanistas[79] -¡Quisling en potencia!-, fue clandestinamente alejado del país, a través de la zona libre que tiene Yugoslavia en el puerto de Salónica, y entregado a la custodia de los ingleses, que lo confinaron durante toda la guerra en la isla Mauricio, en el océano Indico, al este de Madagascar.

En un acto de irresponsable reacción contra el pacto recién firmado, el general Simovic, en la noche del 26 al 27 de marzo de 1941, abolió la Regencia y proclamó al joven rey Pedro II Karageorgevic mayor de edad. A este desafío de la camarilla militar servia no tardó en responder Hitler, árbitro de Europa en aquel entonces: sin previa declaración de guerra, el 6 de abril por la mañana, la Luftwaffe atacó sorpresivamente a Belgrado, provocando el pánico en el aparato de Estado, que se encontró sin ningún tipo de respaldo. En una acción punitiva-relámpago, Yugoslavia fue puesta fuera de combate en sólo diez días[80].

Croacia proclamó su independencia, el 10 de abril de 1941, antes de que entraran las tropas alemanas en Zagreb, su capital[81]. Pocos días después el Estado Independiente de Croacia fue reconocido por el Tercer Reich, Italia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Eslovaquia, Finlandia, Japón, Manchukuo y Siam (Tailandia). Se establecieron relaciones consulares con Suiza y contacto directo con la Santa Sede[82].

Al pronto reconocimiento por parte de España siguió, casi inmediatamente, la organización de las respectivas Legaciones en Zagreb y Madrid[83]. No tardaron en entablarse conversaciones comerciales, las que terminaron en Madrid a principios de 1942, con la firma de un tratado comercial entre España y Croacia.

Al estallar el conflicto bélico entre el Tercer Reich y la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, empieza a organizarse el movimiento de resistencia en varias regiones de la despedazada Yugoslavia. El movimiento se extendió también al territorio del Estado Independiente de Croacia, aprovechándose los puntos débiles de la zona de defensa de la costa y con una faja más o menos profunda en el hinterland croata. Participaron de este movimiento los comunistas -entre los que se destacan los antiguos combatientes en la guerra civil española, adiestrados no solamente en las armas sino también en la imposición de su doctrina marxista-leninista-, quienes, con abundante ayuda de los aliados occidentales, logran, aunque al principio sólo una minoría insignificante, imponer su régimen al terminar la segunda guerra mundial, el 8 de mayo de 1945.

¿Cómo fue posible que se afianzara en Yugoslavia un régimen de estas características sin que se cumplieran las condiciones previas -objetivamente consideradas- para su intromisión?

Un antiguo comunista español, Valentín González, alias "Campesino" -autor del célebre libro "La vida y muerte en la U.R.S.S.", editado en varios idiomas- nos habla de su experiencia, la que se puede, poco después, mutatis mutandis, aplicar al caso de Yugoslavia.

"Con pocas excepciones, especialmente durante la primera parte de la guerra, ¿cuántos políticos y militares españoles había que no dieron la bienvenida a los agentes comunistas con los brazos abiertos y se negaron a seguirles el juego? Al menos, yo era un comunista convencido y mi actitud tenía cierta lógica para hacerlo; pero ¿qué lógica había en la actitud adoptada por otros? Sin la comprensión y complicidad que era casi general, ¿hubiera sido posible en el transcurso de unos pocos meses para un partido tan débil numéricamente como el Partido Comunista penetrar -y casi dominar- todo el aparato gubernamental?

"No trato de disculpar mis errores, sino que me gustaría que cada uno confesara los suyos. Si nosotros, los comunistas españoles, fuimos culpables de abusos e iniquidades y establecimos nuestras normas completamente o estuvimos a punto de establecer, fue porque los otros, con pocas excepciones, no estuvieron a la altura de las circunstancias. Los partidos comunistas del mundo son fuertes en la medida en que los otros partidos y organizaciones sindicales son débiles y vacilantes y les hacen el juego. Esa es la lección de España y hoy, ésa es la lección de Europa y del mundo. Si entienden esta lección, se salvarán; pero si no la comprenden, entonces estarán perdidos" [84].

En el caso de Yugoslavia nos enfrentamos, además, con un argumento a fortiori, esto es, el conflicto entre dos civilizaciones: la occidental y la servio-bizantina, con su marcada línea divisoria a lo largo del río Drina. Las partes orientales sufrieron el impacto del dominio turco-otomano durante casi cinco siglos, lo que de por sí -dado el subdesarrallo en líneas generales- puede explicar la dificultad del afianzamiento de una democracia de cuño occidental, que pudiera prestar seria resistencia al comunismo u otro régimen totalitario.

El status quo que se mantiene por la fuerza en aquella formación estatal, verdadero anacronismo europeo -aun haciendo abstracción del precario equilibrio entre las dos superpotencias en el mundo, que, al parecer, lo respalda-, es como la caja de Pandora, que puede en cualquier momento provocar sorpresas. No olvidemos que fue precisamente en aquellas regiones donde se forjó la conspiración contra la paz europea: la mecha encendida en Sarajevo, hace 60 años, provocó la primera conflagración mundial.

Pontificia Universidad Católica, Santiago de Chile

(*) P. W., actualmente profesor en la Universidad Católica de Santiago de Chile, es uno de los pocos croatas de origen alemán que prestó servicio en la diplomacia yugoslava monárquica escondiendo bien sus verdaderos sentimientos nacionales croatas.

 


El 450° aniversario de Marko Marulic(1450 -1524)

La Redacción

El gran humanista cristiano y el padre de la literatura croata

En la segunda mitad del siglo XV, gracias a la fructífera influencia del renacimiento europeo, especialmente del italiano, encontramos en Croacia, particularmente en las ciudades de su costa adriática y las islas adyacentes, un considerable número de poetas y escritores. Un puesto destacado entre dichas ciudades ocupa la ciudad de Split, metrópoli de la provincia croata Dalmacia. En aquella ciudad ubicada al pie de las rocas de las montañas dináricas que tocan con el suave azul del mar, murió hace justamente 450 años el gran humanista cristiano y el padre de la literatura croata, Marko Marulic.

Nació en la misma ciudad en 1450, comenzó sus estudios en ella y los terminó en Padua. Al regresar a la ciudad natal se formó alrededor de su descollante personalidad un núcleo de poetas y escritores de tanta importancia que, incluso, pudo hablarse de la escuela literaria de Split, similar a aquella de la ciudad de Dubrovnik, otra ciudad-estado croata más al sur de Split, en la que en la misma época vivían y escribían otros dos poetas croatas - Sisko Mencetic (1457-1527) y Dzore Drzic (1461-1501).

Marulic, de acuerdo con la costumbre y la necesidad intelectual de aquella época, comenzó a escribir en latín. Sólo este idioma proporcionaba los términos y las demás ventajas idiomáticas para una vida intelectual superior y su comunicación con el ambiente social más amplio, rebosando límites nacionales. La obra más conocida en latín de Marulic es De institutione bene vivendi, publicada en Venecia 1506. Luego la misma fue reeditada diez veces y traducida a varios idiomas. Por su carácter moralista y didáctico se la utilizaba muchísimo como manual para la defensa de la fe católica durante el período de la Contrarreforma.

El principal contenido de este manual está constituido por las descripciones de vidas de los Padres de la Iglesia, incitando a los lectores a la imitación de su ejemplo de virtud y sacrificio. Para señalar el renombre y la categoría que había alcanzado este libro, cabe destacar que San Francisco Xavier, al viajar a India como misionero, llevó consigo sólo su Breviario y la mencionada obra de Marulic. Además, hay que mencionar las siguientes obras en latín de nuestro autor: Quinquaginta parabolae, Venecia, 1510, que fue también traducida varias veces en diferentes idiomas; Evangelistarium, Venecia, 1516, obra en siete tomos, tratando sobre las virtudes teologales; De humilitate et gloria Christi, Venecia, 1519, y Dialogus de gestis Herculis a Christianis superati, Venecia, 1524.

En esta serie de obras Marulic ha transmitido la propia concepción de vida, cuya esencia la constituyen la virtud cristiana y una conciencia profunda de la vanidad de las cosas terrenales.

Recién en 1952 fue descubierto un libro más de Marulic en el idioma latín, titulado Davidias. Se supo, de acuerdo con el inventario de los libros de su biblioteca privada, escrito por la mano propia de Marulic, que existía dicha obra, pero que no pudo ser ubicada. Un estudioso italiano la encontró en la Biblioteca Nacional de Turín, y luego fue publicada por la Academia de Ciencias y Artes de Zagreb (Croacia) en 1954. Se trata de un poema épico en catorce libros en que el autor invoca y apela al mundo occidental y cristiano para que acuda en socorro a la Croacia ubicada en los confines entre el mundo cristiano e islámico en una época en que Islam, apoyado por las armas del imperio turco, amenazaba mortalmente a aquel país cristiano y, en su gran parte, ya ocupado por los turcos.

A pesar de la dedicación de la obra al cardenal Doménico Grimani, la misma nunca ha sido publicada. El mencionado cardenal era uno de los hombres más ilustres y de los más conocidos en el mundo cristiano al comienzo del siglo XVI. Marulic no lo conocía personalmente, pero se sabe que hubo un respeto mutuo entre los dos. Grimani estaba en contacto directo con las personalidades más conocidas de aquella época, como son Pico de la Mirandola, Erasmo de Rotterdam, etc. Estos lazos personales existían también entre el cardenal y el obispo de Split, Andreas Korner y aquel de Sibenik, Juan Stefanic. No obstante, Grimani no dio permiso para la publicación de "Davidias", suponiéndose como la causa principal, la existencia de ciertas alegorías muy atrevidas para aquel tiempo en esta obra de Marulic.

Paralelamente con la fama que Marulic había conquistado en el mundo cristiano de la Europa occidental por ser un gran moralista, filósofo e historiador, escribiendo sus obras en un excelente latín clásico, se hizo asimismo merecedor de la gloria permanente en la historia literaria y cultural de su pueblo croata. En efecto, Marulic, entre una y otra de sus obras en latín, escribía también en el idioma croata.

Su libro Istorija svete udovice Judit u versih hrvatski slozena (Historia de la santa viuda Judit compuesta en versos en croata) es el primer libro impreso en croata (Venecia, 1521). Después de varias obras de carácter didáctico, moralizador y humorístico, escritas en el mismo idioma nacional, vale destacar especialmente el poema religioso Istorija od Suzane (Historia de Susana). En él Marulic dedica su talento poético a la belleza física y moral de la casta Susana, acusada injustamente de adulterio, ateniéndose a los relatos bíblicos. La inspiración bíblica dio a Marulic la oportunidad para exaltar la virtud de la castidad.

Por cierto, entre sus obras en croata, Historia de Judit ocupa el primer puesto en importancia. Marulic la escribió para el pueblo croata, para los que no sabían leer latín o italiano. Ensalzando la fortaleza humana de Judit que mató a Holofernes, comandante del ejército de Babilonia y así salvó a su pueblo, Marulic confortaba, con el ejemplo de aquella mujer heroica, al pueble croata para que, unido espiritualmente, resistiese al agresor. Croacia casi sucumbía ante la fuerza avasalladora del imperio turco.

Gracias a su cultura superior, al conocimiento de la literatura clásica latina, griega e italiana, Marulic dio a la poesía de su pueblo formas literarias artísticas, mereciendo así ser considerado como padre de la literatura croata, a pesar de que hubo poetas croatas populares antes de su actuación literario-artística.

Conmemorando con estas breves palabras el 450° aniversario de su muerte, señalamos que el nacimiento de una de las más bellas y sustanciales ramas de la cultura croata -su literatura- tuvo el origen en el seno mismo del mundo occidental y su comienzo lo agradece a un hombre que por igual pertenecía a Occidente y a su Croacia. Las raíces de la cultura croata, pues, arrancan desde el suelo croata-occidental, recibiendo de allí a través de siglos los jugos vitales para su desarrollo y su florecimiento. Este hecho, por cierto, no es de ayer. Los 500 años de esta orientación artístico-cultural hacen sentir su presencia en la imagen total del pueblo croata y en la suerte de Croacia.

Desgraciadamente, el pueblo croata necesita actualmente leer y releer a Judit de Marulic, porque el yugo comunista de Belgrado parece todavía más peligroso para su supervivencia que el peligro de Holofernes para el pueblo israelí o el otro de tantos comandantes de los ejércitos turcos en la época de Marulic.

Toca a los exiliados hijos de la Croacia de hoy aquel triste papel de Marulic de invocar al mundo libre en socorro de su pueblo sojuzgado por un régimen que está perpetrando, en múltiples facetas, un crimen permanente de genocidio tanto económico y cultural, como político y nacional contra su existencia.

 


Apuntes chileno-croatas

Lucas Fertilio

Estos apuntes son tan sólo unos puntos de apoyo para esbozar el panorama esquemático de una vivencia humana en tierra chilena. Una página común de la historia de dos naciones, la chilena y la croata.

Para conocer esta problemática viajé -encargado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Austral, Valdivia- a Punta Arenas, Antofagasta y Santiago. Consulté varias obras historiográficas y literarias, conversé con gente que conoce los altibajos de esta hazaña dramática como lírica y épica a la vez. He aquí lo que en poco tiempo y con mucho cariño saqué en limpio: unos apuntes, unos puntos de apoyo y orientación para conocer una aventura de cien años entre la Cordillera y el Pacífico chileno.

1° Los precursores - Para que esta historia no quede trunca habrá que retroceder unos siglos y recordar tiempos idos. Según el historiador croata Ferdo Sisic, los primeros croatas llegaron a Sudamérica con Cristóbal Colón. Eran expertos marinos dálmatas contratados por el Gran Capitán en puertos españoles. En el siglo XVII llegó solitario -pájaro solitario- don Arturo Givovich, médico o enfermero en un buque del gran pirata inglés Francis Drake.

En 1860 aparecen dos muchachos en puertos del Pacífico. Juan Franicevic en Iquique, Iván Ivanovic en Antofagasta. Los dos son isleños dálmatas. El primero de Hvar, el segundo de Brach. En 1875 están en Punta Arenas Pedro Zambelic, de Boka Kotorska y los hermanos Paravic, del Litoral croata (La parte de la orilla adriática, entre Rijeka y Nin). Uno de los Paravic encuentra en un riachuelo cerca de Punta Arenas tres kilos de oro. En todos los mapas este riachuelo lleva el nombre de riachuelo Paravic. Además en Magallanes hay también un cerro Katalinic.

Desde aquel tiempo y hasta 1939 (estallido de la Segunda guerra mundial) una corriente constante fluye desde el Adriático hacia el Pacífico. Hasta 1918 estos campesinos y pescadores croatas llegaban con pasaportes austriacos e ingresaban en Chile como austriacos, eslavos, dálmatas, croatas o yugoslavos. Y así se confundía y ocultaba su verdadera nacionalidad: la croata.

2° ¿De dónde vienen? - De aquellas costas e islas del Adriático oriental que durante milenio han sido encuentro cordial y manzana de discordia de grandes pasiones y voluntades históricas, del Oriente y del Occidente.

¡Dalmacia! Historia protobalcánica. Baluarte del Reino Ilírico. Provincia romana y bizantina. Migraciones célticas y góticas. Cuna y gloria del Reino de Croacia de la Edad Media. Dominio veneciano, francés, austriaco. Hoy en día, parte de Croacia, una de las repúblicas yugoslavas. La más rica, industrializada y rebelde. No se deja explotar, mucho menos esclavizar. En esta zona de turismo europeo se celebran grandes festivales y congresos internacionales.

Los milenios de la historia dálmata brillan en sus ciudades. Cunas de santos, sabios y hombres corrientes. Split, metrópoli imperial, fundada por un dálmata, emperador romano, hijo de Júpiter, de raza ilírica antiromana: Diocleciano. Dubrovnik, la milenaria ciudad-estado independiente, una de las grandes glorias de la cultura europea. Cuna de Roger Boskovic, padre de la física del siglo XIX. Sibenik, chispa auténtica de la raza croata, fundada por uno de sus reyes hace 900 años. Ciudad natal de Nicolo Tommaseo, que dedicó su vida a la armonización de los intereses de los eslavos meridionales y de los italianos. Zadar, con iglesias milenarias, floreciente ciudad universitaria. Kotor, nido de atrevidos navegantes y comerciantes. No quiero acordarme de Trogir, que fue colonia griega. Parece encantada en sus palacios y balcones, sus iglesias, campanarios, plazas y fontanas. Debería contar lo mismo de Hvar, Korcula, Rab y de otras ciudades y villas del litoral.

Detrás de ellas, en el Hinterland, las altas montañas, los Alpes Dináricos, la vida patriarcal, el espíritu épico, el elemento guerrero.

Otra es la vida del archipiélago adriático. Artistas, sociólogos, psicólogos descubren en sus islas "una nueva y original sociedad", una simbiosis balcánico-mediterránea, ítalo-croata. Un estilo de vida católico en el mejor sentido del concepto. Gente sobria, constante, razonable y prudente, pero de espontánea alegría y cordialidad. De auténtico sentimiento religioso y estético. Han abandonado los trajes nacionales de sus tatarabuelos continentales. Visten a la mediterránea. Traje negro, camisa blanca, clavel rojo en el ojal. El acordeón acompaña las canciones y los bailes. Pero los isleños no bailan danzas folklóricas. Bailan el vals vienés, la polca polaca y los cuatropassi italianos. ¡Qué divertido y edificante es ver a estos campesinos, artesanos y marinos bailar la cuadrilla francesa, dirigida en un francés casi eficiente.

Brac es el baluarte del archipiélago dálmata. La gran mayoría de los croatas de Chile provienen de esta isla. Su tradición histórica es antiquísima. Desde el Neolítico. Paisaje dramático como en una ópera romántica. Valle, playas, viñas, olivares. En el altiplano, profundos bosques de pino negro. El Olimpo de Brac es Vidovagora, un gigante pétreo que domina mares y horizontes.

Las villas del archipiélago están coronadas por antiguas iglesias barrocas, joyas arquitectónicas construidas por arquitectos, albañiles y obreros dálmata-croatas del siglo XVII. Y en esas iglesias hay verdaderas obras de arte. Altares marmóreos, paredes revestidas de pesados brocatos, cálices de plata labrada. Gigantescas lámparas a lágrima cuelgan del techo. Y en la iglesia-fortaleza de Vrbovska, en la isla Hvar, hay pinturas del Tintoretto, Ticiano, los Palma. Son votos de navegantes.

Esta gente isleña, firme y sobria, tiene sus legítimas ambiciones, nostalgias de alto vuelo. ¡Quiere ser más, vivir mejor, saber más, realizar las cosas con belleza y alegría! Mas las islas no dan para tanto. La tierra es escasa, y el agua también. Para realizar sueños dorados hay que emigrar. Hay que salir de Brac, Hvar, Vis, Solta, Korcula y las 300 islas del archipiélago, y del litoral que va desde Bakar hasta Kotor. Pues bien, ¡vamos a Chile, la Argentina, Bolivia, el Perú, California, el Canadá, Australia, el Africa del Sur!

En mil buenas horas!

3° Quimera de oro y salitre - "Llegaron atraídos por la quimera de oro, el relumbrón de riqueza de la América fabulosa de la que oyeron hablar vagamente en su niñez. Y recibieron el golpe de la más ruda desilusión No era cuestión de agacharse y recoger el oro en las orillas de los ríos y en los linderos de los bosques, sino que había que atravesar, como en los cuentos de dragones y gigantes, puertas embrujadas, fosas en las que hervían serpientes venenosas, abismos infranqueables; todo lo que usted quiera, en cuanto a dificultades y sacrificios.

"¿Pero en qué pensaban?

"En la familia pobre y lejana, que se había quedado mirando el horizonte desde una pétrea isla del Adriático.

"¿Por qué todo, por qué el esfuerzo, por qué el sacrificio?

"Por algo tan simple y eterno como la vida: sencillamente, el amor.

"Punta Arenas progresó gracias a estos austriacos, croatas, eslavos, dálmatas, yugoslavos. Unos detrás del mostrador, otros con el delantal de carnicero, otros jugándose la vida recogiendo redes en medio del temporal. Para mí son admirables el verdulero y el vendedor de pescado que, con sus canastas repletas, gritaban su mercadería en un idioma chapuceado. Y el carnicero, el mecánico, el modesto hojalatero, el peón de estancia, el esquilador, el que pierde sus pulmones en los frigoríficos o junto a las calderas de las fábricas. Y están también los ricos ganaderos..."

Así nos cuenta Nicolás Mihovilovic en su tierna y heroica novela "Desde lejos para siempre".

En el Norte la quimera del salitre tomó caracteres mágicos. Llevaba fertilidad a todas partes del mundo y traía de vuelta cantidades de oro. Los dálmatas (de Brac y Dubrovnik) participaron valerosamente en esta aventura y ganaron inmensas riquezas. Mas la crisis salitrera los derrotó a ellos también. Y se vieron obligados dedicarse a otras actividades. Son los Baburizza, Sabioncello, Moro Lukinovic, Gazzari y otros.

Poco a poco los dálmatas del sur de Chile abandonaron la búsqueda del oro y los del norte el salitre: Se dieron cuenta que la realidad chilena era más fuerte que las leyendas del vellocino de oro...

4º Florecieron ciudades y desiertos. - Don Claudio Chamorro publica en su obra "Bajo el cielo austral" el informe oficial N° 588 de la misión enviada por el Ministerio de Tierras y Colonización. del 7 de febrero de 1932. Reza el informe: "Fracasada la búsqueda de oro en Magallanes nuestros emigrantes se dedican a la ganadería, el cultivo de la tierra y la pesca. Bajo las más difíciles condiciones logran organizar la ganadería y cultivar la tierra, considerada hasta entonces incultivable".

Chamorro agrega: "La obra de estos emigrantes ha sido grande y provechosa para el territorio magallánico, tanto en el orden económico y social, como en el orden moral y cívico".

A este elemento humano se refiere el Dr. Leonardo Guzmán, miembro de número del Instituto de Chile de Academia de Medicina, en su obra sobre don Pascual Baburizza, y dice: "Entre los episodios más apasionados de nuestra vida nacional, está la inmigración yugoslava a las desoladas regiones magallánicas y a las áridas pampas norteñas".

También el senador Jonás Gómez Gallo habló calurosamente sobre este elemento humano en el Senado de la República. Su discurso fue publicado en versión completa por "El Mercurio" del 15 de enero de 1964.

Francisco Coloane, escritor chileno que obtuvo el primer premio en el concurso literario del cuarto centenario de Santiago de Chile, les dedica, a los "austriacos" un tierno y dramático acápite en su ya famosa obra "Cabo de Hornos": "En el hosco paisaje magallánico apareció en aquel tiempo una fauna de ladrones, piratas, contrabandistas, prófugos del presidio de Ushuaia y criminales internacionales. Mas los "austriacos" no aparecen entre ellos. En realidad, a este elemento le repugna lo ilegal, lo deshonesto, la violencia, el desorden. Toda la tradición de esta gente pertenece al otro polo espiritual. Sus trabajadores son sobrios, incansables. Pero el más característico rasgo de su carácter es la alegría. un indomable espíritu de alegría que supera las situaciones más difíciles. Les gustan la música, el acordeón, la canción, el baile y el humor, el chiste que crea ambiente de alegría y amistad. En las islas dálmatas desprecian la violencia; consideran que la lucha armada es un aspecto primitivo, bruto, indigno del ser humano".

Don Mateo Martinic Beros nos cuenta en su obra "Magallanes, síntesis de tierra y gente" el aporte croata al progreso de esa ciudad: "Los yugoslavos de Dalmacia entregaron a la nueva patria su generoso aporte al desarrollo en forma de cien trabajos modestos y anónimos que, de un modo u otro, contribuyeron al progreso. El inmigrante eslavo fue así, inicialmente, obrero indispensable de muchas faenas rudas, minero, pescador y marinero, esquilador y peón múltiple. o bien albañil, carpintero o empedrador; más tarde, con producto de su trabajo, pudo ser artesano, comerciante, industrial o ganadero, contribuyendo en todo caso con su acción fecunda a crear la prosperidad magallánica. Sus condiciones físicas y espirituales le permitieron adaptarse con facilidad al suelo que lo acogía, al que llegó a querer con sentimiento profundo y ejemplar, e integrarse con chilenos y extranjeros, dando comienzo a un saludable proceso de fusión de razas. Sus hijos -sin duda la mejor ofrenda que hizo al país- asumirán con el tiempo posiciones dirigentes y de responsabilidad en todos los campos de la vida regional".

Don Claudio Chamorro nos cuenta en su obra ya nombrada las gestas heroicas de los colonizadores del extremo sur chileno:

"Los primeros años no fueron holgados. Los que se radicaron en el Territorio Austral eran hombres de trabajo, de estirpe luchadora, que en lides fecundas y reñidas pugnaban valerosamente por arrancarle a la tierra los tesoros que atesoraba y difundir los beneficios de la civilización. Han creado praderas y cultivado semillas especiales importadas de Australia, Prusia Oriental y de los países escandinavos, y así han podido vencer a las dunas en formación.

"Hay en la vida laboriosa y múltiple de estos paladines del esfuerzo y de voluntad páginas de heroísmo que reflejan todo un pasado de cruentos sacrificios, en que ha sido preciso sobreponerse a todas las dificultades de la naturaleza bravía. Sin alicientes, sin medios de comunicación, en abierta lucha con los elementos desencadenados, fijan la mirada en la inmensidad del océano, teniendo como techo los cielos grises del extremo sur. Ellos han debido experimentar sinsabores indecibles ante la evocación de la Patria ausente.

"Perseverantes y dinámicos, han recorrido las extensas regiones meridionales, que han sido escenario de sus victorias.

"En 1892 hay en la ensenada de Porvenir tres pequeñas casas. La una la ocupaba un austriaco, la otra un griego, la tercera el dálmata Esteban Covachevich. El austriaco y el griego se van. Queda el dálmata. Su vida está llena de episodios heroicos, de luchas y sufrimientos. Durante los crudísimos y largos inviernos australes, la escasez de abastecimientos hacía difícil el arraigo de los que llegaban- y ponían a prueba el temple de su alma.

"Un caso especial nos pinta el carácter del Sr. Covachevich. En los primeros años de su arraigo en Porvenir, tuvo que llevar al hombro, a una distancia de 27 kilómetros, los tablones y demás elementos de trabajo necesarios para poder iniciar la búsqueda del áureo metal.

"La llegada de 500 dálmatas dio lugar a que se echara la base de una nueva población: Porvenir.

"Don Esteban Covachevich ha sido el primero que se ha dedicado allí a la agricultura y ha dado ejemplo de que el cultivo de la tierra tendrá que ser de positivo bienestar. El Sr. Covachevich ha sembrado hasta 120 hectáreas de tierra".

El presidente de Chile, don Pedro Aguirre Cerda, se refiere a una donación de don Pascual Baburizza y declara en su discurso:

"He apreciado siempre a los yugoslavos porque los he conocido labrando el porvenir de Chile en sus extremos, o sea allí donde era preciso vencer las condiciones más difíciles y aparentemente ingratas de nuestro territorio".

El escritor chileno González Vera caracteriza a los croatas en Chile: "Los yugoslavos que se avecindaron en los dos extremos de Chile: Antofagasta y Punta Arenas, se han consustanciado con los demás habitantes sin dificultad, tanto que ya sobresalen, no sólo en la ovejería, la agricultura, el comercio y la industria, sino en el afán científico, en las profesiones libres y en la creación artística. Hay autores, obispos, políticos, periodistas, músicos, escultores, poetas. Trabajan en todo y en cada rincón del país y han dado a nuestro rostro más blancura, mejillas sonrosadas y, a menudo, estatura aventajada.

"En realidad, nadie abandona su patria por deleite y placer. Sólo por necesidad, como empujados por el destino. Doña Pepita Turina, escritora y poetisa chilena, originaria del litoral croata, nos cuenta esta historia: "Llegaron puros, a cambiar de vida, porque querían ser otra cosa. Y también encontrar riquezas. Y cambiando su vida cambiaron la de Chile, transformándolo. ""Laboriosos y honrados dignificaron esas tierras vacías, fustigadas por el clima, la soledad, la distancia, poblaron ese espacio físico de cuerpos y, por derivación, de almas.

""Fueron soñadores anónimos que arraigaron sus sueños en una patria que no era la suya. Le dieron vida y movimiento. Trajeron cambio, metamorfosis, energía, actividad y vida. No encontraron el oro que buscaban. Los desengaños fueron su estímulo. Mi padre, del litoral croata, construyó las primeras casas de Punta Arenas. No era constructor. Pero cada uno era lo que necesitaba urgentemente ser. Diecisiete años más tarde me tocó nacer en la principal avenida de Punta Arenas -que ya tenía teatro, liceo, calles, comercio- en una casa de dos pisos que fue la última audacia del constructor improvisado, y fui envuelta en finas ropas importadas de Inglaterra"".

5° Los protagonistas - ¡Pascual Baburizza y el Dr. Rendic! Los dos son dálmatas. Baburizza de los alrededores de Dubrovnik, Rendic de Brach. Están en los polos opuestos que se combaten y se atraen. Baburizza, el multimillonario, uno de los más ricos hombres de Chile. Dueño de grandes empresas comerciales e industriales, uno de los más atrevidos aventureros bursátiles. El Dr. Rendic, poeta, alma franciscana, médico que cura gratuitamente a los pobres y les compra remedios.

Un poeta dijo: "Eran como el sol y la luna... Pero no se sabe quién de los dos era el sol y quién la luna..."

Alone (Hernán Diaz Arrieta), uno de los más apreciados críticos y ensayistas chilenos, nos habla de Pascual Baburizza: "Empezó barriendo con escoba, enérgicamente, una oficina. Desde ahí subió hasta poseer la fortuna o una de las fortunas mayores de nuestro país, creando sin cesar organizaciones industriales o comerciales que movían a miles y miles de hombres de trabajo.

"¡Sus apoyos eran su cabeza y sus brazos. Pero, ¡qué cabeza, qué brazo! Infatigablemente los manejó el desvalido inmigrante desde su arribo a Chile, año 1892, hasta la hora de su muerte, en agosto de 1941. No dejó de trabajar nunca. Su actividad lindaba con el vicio y la manía.

"No se casó, no hubo ni mujer ni hijos, no daba fiestas ni viajaba en grandes barcos de paseo. tampoco le vieron los hoteles de lujo disfrutar de su fortuna, ostentándola. Callado, hermético, impenetrable, este Felipe II de las finanzas cumplía su misión comercial, industrial, salitrera, agrícola como un místico o un condenado, misterioso y absorto. La varillita mágica que el destino puso en sus manos jamás la empleó en los placeres fantásticos que se les ocurren a otros: no tuvo ni un yate ni una Calas, como Onassis, ni un cuerpo de bailarinas como el marqués de Cuevas. Trabajaba, comía, volvía a trabajar, dormía, continuaba trabajando y creando empresas sin respirar, sin preguntarse el objeto del mundo ni tener dudas sobre ese afán mecánico de hormiga gigantesca, de laborioso elefante. Un poseído que recibe órdenes, que oye voces y obedece. Pero el secreto de esta extraordinaria personalidad elegida persiste, y uno se pregunta ¿qué era, quién era, por qué y para qué trabajó tanto, hasta la muerte?" ("El Mercurio", 3-12-67).

Don Julio César Escobar sintetiza en "El Mercurio" del 15 de agosto de 1968 la obra vital de Pascual Baburizza de la siguiente manera: "La gratitud nacional chilena ha levantado a lo largo del territorio muchos monumentos, pero en el caso de Pascual Baburizza, yugoslavo, que hizo de Chile su segunda patria, este monumento a su memoria es una obra de renovado valor y méritos, denominada Instituto Agrícola "Pascual Baburizza", ubicada en los Andes y destinada a la preparación de jóvenes que desean perfeccionarse y desempeñar eficazmente trabajos agrícolas y ganaderos".

Don Julio Escobar, gran hombre de negocios, organizador en los Estados Unidos de la Pacific International Company, trabajó once años con don Pascual Baburizza y así lo caracteriza: "Incansable promotor de actividades ganaderas, salitreras, y mineras, en las que logró realizaciones de tan vasta importancia como su contribución a la financiación del puerto artificial de Antofagasta. "Una de sus grandes realizaciones fue la compra de la hacienda San Vicente de los Andes. Fue el origen del actual Instituto Agrícola "Pascual Baburizza", regalado a Chile para la formación de jóvenes técnicos agrícolas. Valiosas son las pinturas donadas al Museo de Valparaíso y el actual Parque del Salitre, orgullo de Viña del Mar.

"Cuando comprendió que de su lucha con la enfermedad (tisis) no saldría vencedor, Pascual Baburizza expresó su deseo de dejar sus bienes para realizar una obra benéfica a la agricultura chilena. Este anhelo suyo quedó plenamente cumplido con la fundación del Instituto Agrícola ubicado en la hacienda en memoria de Pascual Baburizza".

Don Oscar Fertilio Nikolic, ingeniero químico y compatriota de Don Pascual, formula esta caracterización:

"A mi modo de ver, Don Pascual Baburizza Soletic era un hombre excepcional, hasta enigmático. Una mezcla, una armonía, de gran inteligencia, energía y sensibilidad. Era reservado y prudente pero de ninguna manera misántropo o egoísta. Era generoso pero no ingenuo. Estaba abierto a toda iniciativa razonable y constructiva."

"Este hombre de origen humilde, que disponía de inmensas riquezas, se mantuvo siempre sobrio y moderado. Era de modales sencillos y naturales pero siempre distinguidos. Buscaba la sociedad de gente sencilla y educada. Amaba el arte, especialmente la pintura, las flores, los parques, los niños, toda belleza que expresaba salud, fuerza, alegría y ternura".

"Cuando conocí a don Pascual, ya era hombre de edad y, por supuesto, uno de los millonarios más poderosos de Chile. Yo era un joven ingeniero que buscaba ambientarme en mi nueva patria. Desde el primer momento don Pascual me trató amistosamente, con paternal cariño. Nunca le pedí nada y nunca nada me dió. Pero a través de los decenios siguientes, en momentos difíciles, en luchas y preocupaciones, muchas veces tenía el sentimiento de que me acompañaba la buena y firme voluntad de don Pascual Baburizza".

"Se decía en aquel tiempo que don Pascual nunca habla leído un libro pero que sí tenía un libro: ¡La Biblia en croata!"

Ivo Serge es el seudónimo del Dr. Antonio Rendic Ivanovic. Ya lo conocemos. Es el médico de los pobres en un mundo prosaico, un cristiano en un mundo pagano. Siempre entre los pobres, los necesitados, enfermos, angustiados. Siempre con una sonrisa amistosa y una mano generosa. ¡Qué gracia, qué felicidad poder realizar el bien sin que nadie lo vea, nadie lo sepa!

El alma del Dr. Rendic se expresa en su tierna y apasionada lírica:

Amar no es en vano

Nunca mires a quien tiendes la mano. La vida es un misterio y, a menudo, estalla en rosas el invierno crudo y brota el agua en el erial del llano. Ama, que amar nunca ha sido en vano. El quisco de las sierras, tosco y rudo, brinda en la flor su corazón desnudo y el yerno acuna y vitaliza el grano. No observes al que ayudas. Date prisa en partir, tras un gesto o sonrisa. No olvides que en cada hombre hay un hermano. Ama y vibra y entrégate de modo que al irte lo hayas dado todo, todo... Que amar de veras nunca ha sido en vano.

Amor

¿Por qué este afán, Señor, de dar lo mío sin pensar en presente ni en futuro? De amar a todos, ves, estoy seguro. Y en el amor de los demás confío. ¿ Por qué desciende de la cumbre el río y, corriendo a través de la llanura, los campos dora con su linfa pura y se entrega a la sed del caserío? ¿Por qué tan sólo por haber amado ostentas esa llaga en el costado y aún sangras de las manos y los pies? ¿Por qué en tus labios que selló la muerte, vibra y se escucha cada vez más fuerte: "Amaos siempre como yo os he amado"?

6° Fermentaciones - Las fermentaciones políticas no se hicieron esperar mucho. La inmigración croata en Chile pronto se dividió en dos grupos los "austriacantes" y los "eslavófilos".

Los "austriacantes" creían firmemente que el destino histórico de Croacia estaba indisolublemente vinculado con la dinastía de los Habsburgo y con los pueblos danubianos. Los "eslavófilos" insistían en lo contrario. Decían que siglos de amargas y sangrientas experiencias habían probado que los austrogermanos y los húngaros son los más peligrosos enemigos del Estado y del pueblo croata. Los "eslavófilos" buscaban la salvación de Croacia en una "solución eslava", idea bien vaga y romántica. Soñaban con una superpotencia eslava que se extendería desde Vladivostok hasta las islas dálmatas y salvaría a la pequeña Croacia del imperialismo germano, húngaro y también del italiano.

Los "austriacantes", por lo demás ardientes y activos adversarios de la política austro-húngara en Croacia, advertían que el paneslavismo, y especialmente el yugoslavismo, son trampas y maniobras peligrosas cuyo fin último era la aniquilación de la católica y occidental Croacia. Los "austriacantes" combatían, como hemos dicho, violentamente, inclusive con levantamientos armados y acciones directas, la insoportable política húngara y la indiferencia austriaca en Croacia, pero consideraban que la monarquía Danubiana era el menor de los males y que la evolución y la necesidad histórica pronto crearían la Confederación Danubiana, la mejor solución para el espacio danubiano-balcánico y la paz en Europa.

Estas dos voluntades políticas croatas chocaron también en Chile. No basta con decir que ésta era una tempestad en un vaso de agua. El origen de la primera guerra mundial está íntimamente relacionado con esta tensión política

En una información extensa y documentada, el doctor P. Weissenberger ha descrito en "Studia Croatica", Nro. 50-51, los aspectos que esta tensión tomó en Chile. Para comprenderla mejor es necesario conocer esta curiosa crónica político-cultural.

La primera sociedad croata en Punta Arenas fue fundada en 1896. Lleva el nombre de Sociedad Austriaca de Socorro Mutuo. En 1900 los "eslavófilos" se separan y fundan otra sociedad, la Sociedad Croata de Beneficencia. Su primer socio será el obispo católico J. J. Strossmayer, ideólogo de los "eslavófilos" en Croacia. El secretario de la nueva sociedad, el Sr. Jordan, proclama en su discurso inaugural: "Más que nunca debemos ser croatas y defender el nombre croata". Se organiza una colecta y los croatas de Porvenir envían 45.50 libras esterlinas a los revolucionarios en Croacia.

En 1899 se forma, siempre en Punta Arenas, la Sala Croata de Lectura (Hrvatska citaonica). En 1904 se fundan La Estudiantina Croata (Hrvatsko tamburasko drustvo) y El Centro Dramático-Juvenil Croata. En 1905, el Hogar Croata (Hrvatski dom).

Bajo la influencia de una poderosa propaganda anticroata todas estas sociedades cambian, en 1923, su nombre, reemplazando la palabra croata por la de yugoslavo. El Hogar Croata se convierte así en Hogar Yugoslavo y la Bomba Dálmata en Bomba Yugoslava.

Lo mismo acontece en Antofagasta. La primera sociedad croata de esta ciudad lleva el nombre de Sociedad Eslava de Bomberos. Estos bomberos eran al mismo tiempo cuerpo voluntario policial y se ocupaban de la protección de la población. En 1894 aparece la Sociedad Eslava de Socorro Mutuo, embanderada con los colores nacionales croatas: rojo-blanco-azul, a franjas horizontales. En 1899 se crea la Cuarta Compañía de Bomberos Voluntarios, también con estandarte croata. Pronto cambiará su nombre por el de Compañía Croata de Bomberos. En 1923 toma otro nombre: Compañía Yugoslava de Bomberos Pascual Baburizza. Al mismo tiempo el "Halcón croata" cambia también su nombre y se transforma en "Halcón Yugoslavo". En este año todas las sociedades croatas en Chile son "yugoslavizadas". El principal promotor de esta acción es el comerciante Francisco Petrinovic, vinculado con determinados intereses políticos. (Consultar: Leonardo Guzmán C., "El Instituto Agrícola Pascual Baburizza", 1967.)

En 1962 me preguntó el Sr. Mateo Martinic Beros, en aquel entonces intendente de Magallanes, cómo era posible que su anciana madre le prendiera velas al difunto emperador Francisco José y lo recordara con cariño y piedad.

Este caso me parece característico y no raro. Muchos hombres y mujeres de la vieja generación ven en Francisco José mucho más que a un monarca. Ven en él el símbolo de un mundo feliz que ya no existe; el símbolo de la paz, la legalidad y el relativo bienestar que esa generación había experimentado durante su imperio. Se acuerdan de aquella sociedad aparentemente estable, bien organizada, con una administración modelo, sin grandes tensiones políticas y sociales. El pueblo confiaba en las autoridades y en el porvenir. En las islas dálmatas tan sólo un puñado de intelectuales se rebelaba contra el orden político.

Esta desaparecida sociedad "imperial y real", comparada con el mundo actual -inestable, convulsionado, angustiado, amenazado por crisis y destrucciones universales- aparece en los recuerdos de la vieja generación como la Tierra prometida, como el Paraíso perdido. Es por eso que le prenden velas y recuerdan con cariño y piedad al anciano emperador de Austria y rey de Croacia. Esto lo hacen más por sentimentalismo que por convicción política. Esta melancólica historia la han contado Franz Werfel en su "Crepúsculo de un mundo", y Stefan Zweig en su "Mundo de ayer".

7. Realizaciones - Aquí tan sólo unos cuantos nombres y hechos, arbitrariamente escogidos, para caracterizar la contribución de los croatas a la cultura chilena:

Víctor Jadresic Vargas. Médico psiquiatra. Profesor de la Universidad de Chile, Santiago. Fundador del Servicio de Medicina Psicosomática y Psiquiatría Social. Publicó numerosas obras de su especialidad. Profesor también en el Instituto de Estética de la Universidad Católica. En 1965 fue designado embajador de Chile en Polonia. A su regreso publicó "Confidencias de una revolución", 1969. Originario de Sibenik, Croacia.

Mimi Marinovic Zlatar. Directora del Departamento de Psicología del Arte de la Universidad Católica, Santiago. Profesora de Historia del arte americano y de psicología de la experiencia artística. Ha organizado exposiciones de arte psicopatológico. Publicó: "Las características psicológicas de las artes plásticas y del psicodrama". Ha sido delegada de Chile a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Actualmente es la presidenta de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer en las Naciones Unidas. Originaria de Brac.

Los mellizos Alejandro y Enrique Jadresic Marinovic son hijos de don Víctor y doña Mimi. Obtuvieron este año el más alto puntaje en las pruebas de aptitud académica y han sido proclamados alumnos modelos de la juventud académica chilena 1974.

Prvislav Weissenberger. Jurista, economista, sociólogo y filólogo. Estudió en las universidades de Viena, Frankfurt y París. Larga carrera consular y diplomática. Profesor en la Universidad Católica, Santiago. Publicaciones en castellano: "Divergentes tendencias económicas y sociales de las dos partes de Alemania", 1959; "El destino de los pueblos de la cuenca del Danubio", 1965; "Relaciones de Austria-Hungría con Chile", 1967 y "Solidaridad de los croatas de Chile con el movimiento nacional en Croacia", 1972. El Dr. Weisenberger reside en Chile desde 1952. Nacido en Sibenik, Croacia.

Milan Ivelic Kusanovic. Profesor de historia y geografía y de teoría y crítica del arte en la Universidad Católica de Chile, Santiago. Publicaciones "Consideraciones sobre la historia", "La crítica artística", 1968; "El lenguaje arquitectónico", 1969 y "Curso de estética general", 1973. Originario de Brac.

Radoslav Ivelic Kusanovic. Profesor de teoría del arte en la Universidad Católica, Santiago. Publicó varias obras de su especialidad. Entre otras: "El poeta y los límites de la creación", 1967; "Bases críticas para la. valoración de la novela chilena", 1968 y "El teatro y su verbo", 1969.

Amalia Rendic García. Escritora de cuentos infantiles de gran éxito en Chile y en el exterior. Obras: "Tierra greda", "Hierro amargo", "Cuentos infantiles". Originaria de Brac.

Dinka Ilic de Villarroel. Escritora y poetisa de gran popularidad. Especial acogida tuvieron sus versos "Estalactitas" y "Luces y sombras". Originaria de Brac.

Miriam Yutronic. Figura sobresaliente del atletismo chileno. Batió el récord en el lanzamiento del disco. Galardonada en Chile y en el extranjero. "El Mercurio" de Santiago dijo "Miriam Yutronic merece flores y simpatía". Madre ejemplar que no descuidó la práctica de su deporte favorito para convertirse en la deportista más destacada de Chile. Originaria de Brac.

Desenka Vukasovic Vrsalovic. Ha publicado sus poesías por intermedio de la radio de Punta Arenas y la prensa de la zona. En 1968 obtuvo el primer premio en el concurso literario de Punta Arenas. En el mismo año obtuvo por sus poesías la Flor de Plata. En 1971 obtuvo el primer premio de la Prensa Austral. Su cuento "La laguna de sal" le valió el primer premio del Carnaval de Invierno de Punta Arenas. Los círculos literarios magallánicos esperan la aparición de sus cuentos y poesías.

Estos tiernos versos femeninos los dedica Desenka al inmigrante dálmata-croata en Chile

Te llaman inmigrante, porque llegaste de lejos con un cantar en los labios y una ilusión en el pecho. Más yo nunca te veré como un aventurero; para mí serás el hombre Nada más que un inmigrante; te llaman el extranjero siendo que mejor te cuadra la palabra aventurero... que vino de lejos, con un cantar en los labios y una ilusión en el pecho...

Los Vukasovic vienen de la provincia continental de Omis; los Vrsalovic, de la isla Brac.

P.S.: En realidad, estos apuntes son insuficientes y en cierto sentido arbitrarios. Contienen sólo una pequeña parte de todo lo que habría que decir. Faltan muchos hechos y muchos nombres.

Esperamos que el proyectado diccionario ¿Quién es quién entre los chilenos de origen croata? responda a todas las preguntas que espontáneamente plantea este centenario tema chileno-croata.

 


René Marcic (1919 - 1971) - Un croata - sabio austríaco

Franjo Nevistic

En los últimos volúmenes de Studia Croatica (50-51 y 52-53) hemos reproducido opiniones y citado obras de René Marcic. Al parecer, este eminente jurista y filósofo jurídico no es del todo conocido en la Argentina y en Latinoamérica en general. Es por eso que esta vez le dedicamos un artículo entero, para presentarlo así a los interesados de dicho ambiente cultural latinoamericano. Cuadra este intento dentro de las finalidades de Studia Croatica y el Instituto Croata Latinoamericano que la patrocina. El conocimiento recíproco entre Croacia y esta vasta zona americana está dentro de dichas finalidades.

En efecto, el Dr. R. Marcic engrosa la lista de los eminentes intelectuales y sabios croatas que a través de siglos vienen creando y muriendo en el extranjero. Un profesor de historia de la John Carrol University, Cleveland, en su reciente opúsculo Tragedias y migraciones en la historia de Croacia, al referirse sucintamente a esta particularidad, reproduce una incompleta lista de varones croatas obligados a vivir, trabajar y morir lejos de su patria[85]. Mencionemos a los de mayor relieve e importancia, conocidos por los especialistas: Julio Klovic (Clovio), que murió en Italia (1498-1578), "maximus in minimus" o "Michelangello en miniaturas", como lo llamaron sus contemporáneos; Anton Dalmatin, un escritor protestante croata, muerto en Alemania en 1579; Juraj Dragisic, teólogo y filósofo, arzobispo, que murió en Roma en 1520; el cardenal Antun Vrancic, fallecido en Hungría en 1573; Ivan Bona-Bunic, poeta, muerto en Italia en 1584; José R. Boskovic, matemático, científico, filósofo y teólogo, uno de los más grandes sabios de su época, precursor de la ciencia atómica actual, jesuita que murió en Italia en 1787; Pavao Ritter-Vitezovic, escritor e ideólogo del nacionalismo croata moderno, fallecido en 1713 en Viena; Vlaho Bukovac, pintor, muerto en Praga en 1922, y el general Svetozar Borojevic, uno de los generales más destacados en el ejército austríaco durante la primera guerra mundial, que murió en Viena en 1919.

A esta lista, por cierto incompleta, habrá que agregar al Dr. D. Mandic y al Dr. S. Sakac, franciscano y jesuita, respectivamente, que murieron el primero en Chicago y el otro en Roma el año último (Ver S. C. vol. 50-51, págs. 120-131 y pág. 156-58, dos artículos de M. Blazekovic).

Teniendo en cuenta las condiciones imperantes en la Croacia ocupada por Belgrado y el gran número de sus intelectuales que actúan en el extranjero, esta lista se prolongará todavía más.

En efecto, las tragedias nacionales y las migraciones están a menudo íntimamente vinculadas. Son como causa y efecto. Las luchas seculares llevadas a cabo por los croatas contra los turcos, que durante siglos asediaron a Europa, culminaron en la batalla librada en el campo de Krbava, en 1493, cuando cayó la flor de la nobleza croata. Las sucesivas y progresivas conquistas de Croacia por parte de la fuerza invasora turca, que alcanzaron su cenit en la región croata en 1593 (batalla de Sisak), dieron lugar a las primeras catastróficas emigraciones de su población.

Sin entrar en detalles, señalamos con el profesor Prpic que la tragedia de Bleiburg, en el año 1945 (matanza de los soldados croatas por los comunistas de Tito después del armisticio) es la más grande en toda la historia de Croacia. Su principal consecuencia para el pueblo croata fue la ola de migraciones, grande y continua que, iniciada en 1945, llega hasta nuestros días. "Después de la trágica y secular experiencia -dice Prpic- el caso de Croacia puede compararse con aquel de Irlanda, Armenia o Israel, países que en el pasado fueron reducidos a la esclavitud, cuyos pueblos viven en diáspora hasta nuestros días. Mientras que el pueblo irlandés y el judío viven en la actualidad en sus tierras liberadas, los croatas, a pesar de la horrible pérdida de gran parte de su población en 1945, todavía no están libres. El exodus por eso continúa. Actualmente el 25%, por lo menos, de todos los croatas vive en tierras extranjeras"[86].

También le cupo esta suerte a René Marcic. Nació en Viena el 13 de marzo de 1919. Su madre fue una vienesa alemana. Su padre, Rudolf Marcic, un oficial del ejército de la Doble monarquía, de origen croata. Al disolverse la monarquía en 1918, el padre de René renuncia a la carrera militar y regresa a Croacia, dedicándose a la pintura. La familia vivía entonces en la apacible isla Kalamora, cerca de Dubrovnik, llamada la "Atenas de Croacia". Rudolf Marcic tampoco quiso entrar al servicio militar del nuevo Estado yugoslavo, formado en 1918, por haber sido su ejército realmente el instrumento de la ocupación de Croacia por parte de Servia.

Desgraciadamente, los padres de René se separaron y su madre regresó a Viena. En precarias condiciones económicas, ayudado por los franciscanos croatas en Badija (isla Brac) y por los de Siroki Brijeg (Herzegovina), René pudo terminar sus estudios secundarios, de orientación clásica, como alumno sobresaliente. Después del bachillerato obtenido en Siroki Brijeg, colegio franciscano, llamado "Cassino de Croacia", quemado en 1945 por los comunistas de Tito junto con nueve de sus religiosos, entre ellos algunos brillantes profesores. Marcic estudia derecho y Ciencias sociales en la Universidad de Zagreb, capital de Croacia. En 1942 se recibió de doctor en dicha especialidad summa cum laude, es decir con notas sobresalientes en todas las materias de este estudio. Aconsejado por sus profesores perfecciona sus estudios en Viena. En 1944 fue nombrado secretario del doctor Bruno Nardelli, jefe de la administración croata en la Dalmacia liberada del invasor fascista, después de la capitulación italiana en 1943.

Al finalizar la 2da guerra mundial con el inmediato sometimiento de Croacia por Belgrado y su régimen comunista, René Marcic tuvo que abandonar la patria de su padre y, con centenares de miles de croatas, encaminarse rumbo al incierto exilio político. Pero nacido en Viena y siendo hijo de una alemana, con un perfecto conocimiento del idioma alemán, Marcic obtuvo con facilidad la ciudadanía austriaca y, en poco tiempo, también trabajo para su su sustentación. En 1945 se inscribió en la facultad de teología y filosofía de Salzburgo (única facultad en aquel momento en esta ciudad), dedicándose a un profundo estudio del derecho natural y la filosofía existencial.

A partir de 1946 trabaja en la redacción de "Salzburger Nachrichten". Desde 1954 hasta 1959 fue vicedirector de dicho diario y luego su director hasta 1964.

En esta fecha abandona el periodismo para dedicarse a los trabajos académicos. En efecto, paralelamente con su actividad periodística, Marcic, sin pausa y con ahínco, profundizaba estudios jurídicos, filosóficos y económico-analíticos. Primero consiguió el reconocimiento del título de doctor, obtenido en Zagreb, en la Universidad de Graz, luego se habilitó como docente en teoría general del Estado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Viena. De 1960 a 1961 substituye al profesor Eric Voegelin en la Universidad de München en la cátedra de ciencias políticas. En 1963 es profesor titular de la cátedra de filosofía del derecho y el Estatuto en la restaurada Universidad de Salzburgo. En 1964 se habilitó para la docencia en derecho constitucional en la Universidad de München, y en 1965 en ciencias sociales. En el año escolar de 1965-66 fue decano de la Facultad de Filosofía en la Universidad de Salzburgo, para ser luego elegido rector de la misma.

En 1971, invitado por el famoso profesor australiano, J. Stone, Marcic colaboró en investigaciones relativas al estudio de la sociología del derecho, pronunció varias conferencias en las Universidades de aquel país y participó en los seminarios preparados para tal fin. De regreso a Salzburgo, vía EE.UU., donde por última vez visitó a su maestro preferido, Hans Kelsen, su avión se precipitó sobre suelo belga el día 2 de octubre de 1971, muriendo junto con su esposa y fiel colaboradora Blanka, nativa de la capital croata.

Así, a los 52 años de vida, se apagó un brillante talento que tanto aportó a las ciencias jurídicas y sociales en general y de Austria en especial, aún cuando la patria de su padre debería haber sido destinataria natural de los frutos de su trabajo y de su excepcional talento. La tragedia de René Marcic es parte de la tragedia del pueblo croata en este siglo.

René Marcic se impuso dondequiera que trabajó. En 1947 obtuvo la distinción de primer periodista por su inteligente colaboración en la restauración cultural de la provincia (Land) de Salzburgo después de la ocupación nazi. En 1964 recibió la distinción Karl Rener también por su actuación periodística. En 1968 recibió la Orden de la Gran Cruz que le fue entregada por el presidente de la República Federal Alemana, doctor Luebke.

Marcic fue miembro de la Sociedad de los Maestros Alemanes de la Ciencia del Estado, de la Unión Internacional para la Filosofía del Derecho y del Estado, de la Sociedad Internacional para las Ciencias Administrativas, de la Unión Científica de Ciencias Políticas, del Instituto Central de Investigaciones para los Problemas Fundamentales de Ciencias (Salzburgo), del Instituto Internacional de Prensa, de la Comisión Internacional de Juristas, etc., sin mencionar instituciones y comisiones locales austriacas.

Larga es la lista de obras de este sabio que murió trágicamente y en su apogeo creativo. Entre múltiples artículos, conferencias, disertaciones, etc., mencionaremos aquí sus obras científicas más importantes: Martin Heidegger y la filosofía existencial, 1949, Bad Ischl; Desde el Estado Legislativo, hacia el Estado Judicial; 1957, Viena; La crisis de la idea de Estado, 1960, Stuttgart La Constitución y el Tribunal Constitucional, 1963, Viena; El Hombre, el Derecho y el Cosmos, 1965, Viena; La Judicatura Constitucional y la Doctrina Pura del Derecho, Viena, 1966; El Estatista en la Democracia, Viena, 1966; Hegel y el Pensamiento Jurídico, Salzburgo, 1970; Derecho, Estado, Constitución, Viena, 1970; Filosofía del Derecho, Freiburg, 1969, e Historia de la Filosofía del Derecho, Freiburg, 1971.

¿Qué valor científico tiene la obra del Dr. Marcic? Pronunciar un juicio bien fundado y crítico en tal sentido, deteniéndonos sólo en el texto de las obras arriba ennumeradas y que abarcan más de dos mil páginas, exigiría un año por lo menos de estudio con dedicación exclusiva, continua y con atención profunda y esmerada. Además, estos textos contienen sólo las dos terceras partes del total escrito. Los problemas abordados constituyen la esencia de las ciencias jurídicas, filosóficas y políticas de nuestro tiempo. Los textos son acompañados por una selección de obras en idioma griego clásico, latín, alemán, francés, italiano, inglés, croata y ruso desde Aristóteles hasta Hans Kelsen, Alfredo Verdross-Drossberg y Adolf Merkle, sus maestros preferidos, y juristas preclaros de nuestro siglo.

Siendo el carácter de este artículo mas bien informativo, nos limitaremos a unas pocas ideas, pero fundamentales, de su Opus, que lo elevó rápidamente entre los más encumbrados juristas europeos.

Podemos empezar a preguntarnos: ¿Hay un elemento científico específico que caracterizaría a su autor? Prescindiendo de su enorme erudición, ¿dejó Marcic algo que pueda considerarse como mérito científico personal en el campo de la jurisprudencia?

Hasta ahora no hemos podido conseguir opiniones autorizadas al respecto en el ambiente científico austriaco. Dorothea Mayer-Maly, una colaboradora de Marcic, profesora en la Universidad de Salzburgo (?) en una breve nota necrológica dijo también lo siguiente, refiriéndose más a las cualidades humanas de nuestro sabio: "Su día de trabajo empezaba a las seis de la mañana y continuaba a menudo hasta horas tardías de la noche. .." Marcic, escribió una vez, posiblemente a su colaboradora: "Aproveche el tiempo. Deje que todo fluya. La inversión del capital se recompensa. Yo vengo haciendo así hace ya 25 años. Una u otra cosa. Este es el destino de la generación intermedia. Nada nos es regalado. Ruego, piense en eso, que todo puede resultar muy tarde"[87].

Para suplir la falta de esa apreciación científica de Marcic, tomaremos por momento lo que indirectamente nos dice él mismo al respecto. En su discurso de agradecimiento al cónsul general de la República Federal Alemana por el otorgamiento de la distinción de la Gran Cruz, Marcic menciona lo esencial que llevó a las autoridades alemanas a distinguirlo. "¿En qué -pregunta Marcic en aquella oportunidad- yo di mi óbolo que ahora se ve apreciado? Ud, muy estimado cónsul general, ha enumerado los fundamentos al respecto... Yo habría contribuido a la innovación en el derecho tanto en Alemania como en Europa; yo habría fecundado a la doctrina y a la práctica de la jurisprudencia constitucional en la República Federativa de Alemania; yo habría puesto a disposición los méritos imperecederos del cristianismo para la edificación del templo de los derechos humanos; con mi trabajo 'Desde el Estado legislativo hacia el Estado judicial'..., yo habría descubierto la obra proyectada por la ley fundamental de la República Federal de Alemania. El promotor de esta distinción, me parece es aquel alto juez de dicha República, quien me escribió hace unos doce años que yo le había regalado una noche sin sueño: él leyó mi libro 'El Estado Judicial' de un trago y dijo que no tendrá tranquilidad hasta que este trabajo no encuentre su verdadero reconocimiento en Alemania y por Alemania".

Al reconocer, modestamente, que el lujo de esta ceremonia supera lejos sus méritos, y limitándolo a proporciones más reducidas, Marcic preguntó: "¿Pero en qué consisten? Con la instalación y organización del Tribunal Constitucional en Karlsruhe, cuyas competencias están extendidas más que las de cualquier otro tribunal del mundo, la República Federal de Alemania cumplió con un cometido que se puede comparar con las más grandes conquistas del presente, incluso con el salto al cosmos... Este cometido está todavía un poco invisible: yo lo proclamé una vez como 'la gran revolución alemana'. Acerca de aquello por que lucharon todos los grandes pensadores durante un milenio y medio, es decir, por la realización de la preeminencia del derecho, que no estaría más a la voluntad del Estado como tampoco a la del pueblo o el hombre, de un derecho absoluto que es medida absoluta también para el poder de cualquier Estado o cualquier hombre, esta realización soñada, deseada y anhelada del poder del derecho fue conseguida por los padres de la Ley Fundamental de la Federación..." Al citar un fragmento del fallo del 23 de octubre de 1951, dictado por el Tribunal Karlsruhe, donde se dice lo siguiente: "El Tribunal Constitucional reconoce la existencia de un derecho sobrepositivo que sujeta también al legislador y por eso se considera competente medir con este derecho también al derecho positivo". Marcic agrega: "El derecho sobrepositivo es el derecho prepositivo, que no fue hecho por la mano humana, la Norma fundamental de la doctrina del derecho de Kelsen, lo que la teoría clásica de Derecho y de Estado entendía como el derecho natural en el sentido más estricto. Por primera vez en la historia de la humanidad el sangriento derecho de resistencia, la revolución, deja de ser la única visible sanción del derecho natural... Recién hoy, justamente un milenio y medio más tarde, se convierte en hecho un espléndido documento, un documento histórico del occidente romano. Aquel Edicto que el 11 de junio de 1429 fue publicado en Ravena por los emperadores Theodosius y Valentinianus: 'Digna vox est majestate Regnantis, legibus auctoritate juris nostra pendet auctoritas. Et revera majus Imperio est submitere legibus Principatum'". La traducción al alemán por Marcic nos parece un poco dilatada, descriptiva y que nosotros podríamos traducir así: "La voz es digna de la majestad del Gobernante cuando reconocemos que nuestra autoridad depende de las leyes del derecho. En efecto, es una cosa trascendental para el Imperio someter el Gobierno a las leyes".

Después de su versión alemana del texto latino, Marcic agrega: "Es, pues, mucho mejor estar bajo que sobre la Ley".

Aquí está, en pocas palabras, lo esencial del Opus de René Marcic. Pero sólo como un sendero indicativo, señalando únicamente problemas sin entrar en la vastedad de su planteo, investigación, análisis filosófico, histórico, político y jurídico, como tampoco en la amplia, argumentada y maravillosa adhesión a la escuela de derecho natural.

Para no quedar en deuda con nuestros lectores y para dar a este artículo el aspecto informativo más completo, debemos decir algunas palabras sobre el origen, la evolución y la aspiración final de Marcic.

El punto de partida y la fuerza dinámica de toda la labor del sabio Marcic se originaron en sus sentimientos profundamente humanistas. Homo homini amicus, dice la mencionada colaboradora de él, Mayer-Maly, fue su lema de vida. ¿Cómo salvar al hombre y la humanidad en la época de hoy en que el lema homo homini lupus se ha convertido en una realidad jamás vista? La humanidad entera ha llegado a un punto desde donde no se ven horizontes claros ni perspectivas luminosas. Nuestro presente debe emprender una revisión completa de sus posiciones científicas, filosóficas, políticas y jurídicas si queremos evitar una catástrofe universal. La filosofía existencial (no existencialista) no es casualmente la característica fundamental del pensamiento filosófico de la primera mitad de este siglo. La angustia es la idea central de esta corriente filosófica. Por eso Marcic inaugura su actividad de pensador con el estudio: Martin Heidegger y la Filosofía Existencial. Este trabajo, de una claridad diáfana, Marcic lo termina con las siguientes palabras: "Nosotros nos sentimos en soledad, sin seguridad, sin protección, perseguidos, corridos, porque hemos olvidado la proximidad del Ser, porque hemos perdido la patria -por todo esto tenemos el miedo-. Regresemos a la patria, a la verdad del Ser. Permítannos tener otra vez el profundo sentimiento de respeto ante el Ser y nos liberaremos del miedo". (René Marcic: Martin Hidegger and die Existenzialphilosophie, pág. 41).

Para dar un fundamento indiscutible a su pesimismo inicial, Marcic invoca opiniones de las autoridades del campo científico-positivista. La ciencia positiva, exacta y la técnica como su éxito inmediato y auténtico son valores adorados por todos y fuera de discusión. Werner Heisenberg, Max Born y Carl F. von Weizsacker son sus preferidos en este sentido. Max Born, por ejemplo, lo inspiró especialmente con las siguientes afirmaciones: "Si la humanidad sobrevive en los próximos diez o veinte años sin gran guerra, se formará presumiblemente una organización mundial, que será sobrepuesta a los estados nacionales y que garantizará la paz. En este caso se rendirá a la Física, un gran honor, porque ella, llevando los medios de destrucción al extremo, hizo claro el absurdo de la política de poder y de guerra. Pero si estalla la gran guerra, entonces quedará tan poco de la Física como de la vida civilizada en general... Nuestra tarea es ayudar para que se evite la segunda alternativa. Pero éste no es un problema de Física; sin embargo, hoy es mucho más importante que cualquiera de los nuevos triunfos sobre las fuerzas de la naturaleza". Werner Heisenberg, al destacar el mortal peligro de la guerra atómica dijo: "En nuestro tiempo, cuando la tierra está cada vez más densamente poblada, se produce la limitación de las posibilidades de vida y con ella la amenaza, en primer término, por parte de otros hombres que también plantean el problema de su derecho a los bienes de la Tierra". (Ver: R. Marcic Mensch, Recht, Kosmos, págs. 1112). El tercero contribuyó a la orientación de Marcic especialmente con estas enunciaciones, al referirse "Al Futuro del Mundo Técnico": "La materia es posiblemente sólo una visible y objetivada forma de algo para lo cual la tradición de nuestra filosofía y la religión habían ya elegido el nombre y que es todavía lo mejor: el Espíritu... Yo opino que la perfección de ciertas disciplinas científicas puede conducir a dar su confianza al Espíritu y no a la materia". (R. Marcic: Rechtsphilosophie, pág. 99).

En consecuencia, según M. Born, el problema fundamental de la supervivencia del hombre y la civilización no está en el campo de las ciencias físicas sino fuera del mismo. Según Heisenberg, este problema se halla en el campo del derecho. Y, por fin, de acuerdo a la opinión de Weizsacker, el problema tampoco está en las ciencias naturales y físicas sino, posiblemente, en el campo filosófico y religioso.

Armado con la autoridad de estos y otros sabios del campo de las ciencias naturales, Marcic emprende su magna obra de la renovación del derecho, de su prestigio y de su función en el mundo de hoy. "El derecho, como una lucha por el poder arreglada, es la única alternativa imaginable y útil ante la lucha desordenada mediante la violencia, especialmente ante la guerra, que en este momento podría llevarnos a la destrucción de la humanidad", dice Marcic. Pero ¿qué es el derecho? A partir de esta pregunta Marcic se vuelca hacia el campo de la filosofía, la filosofía del derecho, y al Estado judicial como la máxima garantía de la paz, la seguridad y el progreso de la humanidad.

Después de un intenso estudio filosófico, Marcic señala que la característica fundamental del pensamiento occidental a partir de 1600-1900 es el racionalismo. Se creyó que la ratio podía resolver todos los problemas humanos. Se la elevó a un valor absoluto. Pero, al refugiarse sólo en su ratio, el hombre introdujo en la corriente fundamental del pensamiento también su subjetivismo cada vez mayor. Partiendo de "cogito, ergo sum" de Descartes, este subjetivismo alcanzó su cenit en el criticismo de Kant. Y mientras al comienzo este racionalismo trató directa o indirectamente de dejar lugar al espíritu, en su última fase confesó un materialismo absoluto. Como en la fase anterior el racionalismo poético y ontológico terminaron en el idealismo, así ahora terminaron en el materialismo. Por eso, contra esta corriente racionalista se levantó la filosofía vitalista, que reivindica el derecho de los instintos, las pasiones y la voluntad. Esta vivisección del hombre, de su vida y de su existencia en dos partes opuestas, enemigas, con pretensiones de dominio exclusivo y total, exigía una nueva idea, una nueva corriente conciliadora.

Esta función le correspondió a la corriente de la filosofía existencialista[88]. Pero hay varias clases de filósofos existenciales. Una se agrupa en torno a J. P. Sartre y otra, que Marcic considera verdadera, alrededor de M. Heidegger. La primera terminó en el nihilismo y la otra en un realismo positivo, que, según nuestro autor, significa el giro de más importancia en el curso de dos milenios del pensamiento occidental. El fin de este curso milenario lo marcó Nietzsche al decir: "La verdad es una clase de error sin el cual una cierta especie de los seres vivos no podría vivir". La corriente epistemológica racionalista-idealista termina así proclamando la verdad, de valor casi absolutamente relativo, cuando Dios, la natura, el hombre y la comunidad política son creaciones del hombre y son dejados a su merced.

En efecto, Sartre dice: "El existencialismo se opone decididamente a cierto tipo de moral laica que quisiera suprimir a Dios con el menor gasto posible. Cuando hacia 1880 algunos profesores franceses trataron de construir una moral laica, dijeron más o menos esto: Dios es una hipótesis inútil v costosa, nosotros la suprimimos; pero es necesario, sin embargo, para que haya una moral, una sociedad, un mundo vigilado, que ciertos valores se tomen en serio y se consideren como existentes a priori; es necesario que sea obligatorio a priori que uno sea honrado, que no mienta, que no le pegue a su mujer, que tenga hijos, etc. etc... Dios no existe. Dicho de otra forma... nada se cambiará aunque Dios no exista; encontraremos las mismas normas de honradez, de progreso, de humanismo, y habremos hecho de Dios una hipótesis superada que morirá tranquilamente y por sí misma". Después señala que para un existencialista esta idea es "muy cómoda, porque -dice textualmente-, con ella desaparece toda posibilidad de encontrar valores en un cielo inteligible; ya no se puede tener un bien a priori, porque no hay más conciencia infinita y perfecta para pensarlo; no está escrito en ninguna parte que el bien exista, que hay que ser honrado, que no hay que mentir, puesto que precisamente estamos en un plano donde solamente hay hombres" [89].

Pero esta lógica de Sartre terminó en la ilógica. Para suplir el papel del Dios "muerto", revivifica la idea algo modificada del imperativo categórico de Kant. Pero con la terminación final totalmente contraria. Kant defendía en consonancia con la ley moral -imperativo categórico- la idea de un teísmo postulatorio, mientras Sartre, aceptando "la muerte" de Dios, invocó el ateísmo postulatorio. Su existencialismo otorga prioridad a la existencia más que a la esencia. "Esto quiere decir", dice Marcic, "que primero está el hombre -être pour soi- y luego... el mismo realiza su esencia en plena libertad... En aprietos, él quería escapar del individualismo... (Sartre) recurre al imperativo categórico de Kant y, de acuerdo con éste, la voluntad actúa siempre como voluntad de carácter general, y a Heidegger, quien enseña que la existencia no es una existencia solitaria sino simultánea y constantemente una coexistencia (Mitsein).

En una palabra, si el hombre realiza su esencia con esto obliga a todos los hombres. Una afirmación que, sin duda alguna, parece ser apta para advertir a la conciencia del hombre sobre su grande y grave responsabilidad y recordarle que él no puede, de modo alguno, sacudir dicha responsabilidad". si se le pregunta, de dónde el hombre tiene la Norma de acuerdo a la cual realiza su esencia, Sartre dice que la fija él mismo. Y lo hace en plena libertad. "Pero ¿de dónde la saca? Debe haber algo aquí, algo dado de antemano, una fuente de la cual la saca. ¡No! Contesta Sartre: No hay nada aquí, el hombre se crea a sí mismo de la Nada. Si hubiera algo así como un proyecto predibujado de la esencia del hombre, él mismo no sería libre. La libertad sin atadura alguna, la libertad de decisión y de autocreación sin fondo ni terreno según Sartre. Esta filosofía es nihilista. Porque, según Sartre, el hombre es el procreador del ser; él mismo... crea como un mago su esencia de la Nada, detrás de la cual y delante de la cual no hay Nada que no fuera otra cosa que la Nada. Ser es Nada y Nada es Ser. La obra principal de Sartre es El Ser y la Nada" [90].

Marcic rechaza esta filosofía existencialista de orientación nihilista y opta por la filosofía existencial de Heidegger. La concilia, en su posición gnoseológica realista, con el tomismo. El "olvido del Ser" que se completó gradualmente desde Platón y Aristóteles hasta el idealismo racionalista, retoma su posición central. Heidegger, según Marcic, ha excluido de la verdad-realidad la relación objeto-sujeto, dando a la realidad trascendente la absoluta prioridad e independencia, lo que no hizo incluso el tomismo.

Sin adentrarnos en este problema específico, podemos decir que Marcic acepta el realismo noético y reconoce al Ser como algo absoluto, primordial. El hombre como ente existente entre los demás seres tiene el privilegio (Heidegger) de estar inmediatamente cerca del Ser. Este modo de existencia Heidegger lo llama Ek-sistencia. El hombre sería el único ser que toma la conciencia de su relación con la del Ser.

Adoptada una vez la posición gnoseológica realista, Marcic coloca piedras fundamentales para su edificio filosófico-jurídico y político-jurídico. Primero fija tres posiciones fundamentales y luego 16 tesis como consecuencias lógicas de las tres primeras. La primera posición fundamental es: el mundo es real en contraposición con las últimas afirmaciones del idealismo, que lo considera como problemático por lo menos. La verdad ontológica es la base de la verdad lógica. Según Heidegger; la verdad es el estar en descubierto del Ser que posibilita la revelación de lo existente. Santo Tomás a su vez dice: El espíritu que conoce, recibe su medida por parte de las cosas, así que el pensamiento del hombre no es verdadero por sí mismo, sino que lo denominamos así por su consonancia con las cosas. Se trata, pues, de la posición realista, para la cual la verdad es "adecuatio intellectus ad rem". Segunda posición: el mundo está desde el comienzo organizado, es un orden. Lex aeterna tomista, que abarca la totalidad, es como una Constitución ontológica. Esta organización "constitucional" referente a la natura (fisis griega, o natura latina - ordo rerum) es la verdad óntica. Siendo el hombre la parte de este mundo de las cosas que abarca la totalidad de los seres existentes, el orden jurídico y moral que provienen de la ratio humana debe ser el orden "rationis rectae". En consecuencia, la famosa distinción entre el ser y el deber ser (Sollen) tiene vigor únicamente si está en conformidad con el Ser (Sein).

Para evitar detalles de las 16 tesis de Marcic, podemos decir lo substancial, resumiéndolas a lo más indispensable. Dentro de la existencia de los seres en su totalidad, la parte referente al hombre, la ley de "construcción" (Baugezetz) es la libertad. (S. Tomás: Deus movet omnia secundum eorum; et ideo divina motio a quibusdam participatur cum necessitate, a natura autem rationali cum libertate).

En consecuencia, el derecho humano descansa indefectiblemente sobre la base de la verdad ontológica del Ser y de la libertad, que también fluye desde aquella verdad ontológica. El derecho no es la voluntad de nadie. No es arbitrariedad de uno, de un grupo; de poderosos, de ricos, de minorías o mayorías. Hay un derecho prepositivo y sobreprepositivo, natural que la ratio humana descubre, reconoce y no lo crea. Este derecho proporciona la medida y los límites a toda clase de poder. Dignitas humana, la personalidad del hombre es uno de los fundamentales límites infranqueables para el poder.

Inspirado, según su propio reconocimiento, por un juez croata, Marcic en la actual crisis del poder, reflejada en todos los órdenes de la vida privada o pública, dedica entonces todos sus esfuerzos intelectuales y una enorme erudición para dibujar un proyecto de Estado jurídico-judicial donde el papel del juez y los tribunales deberían ser preponderantes. A pesar del doble carácter de la naturaleza humana -su aspecto individual y el social- y a pesar de su equiparación originaria, el aspecto individual debe gozar de privilegios, "pues es la substancia misma de la existencia". Ella está ubicada "fuera de la estructura social"; más pequeña, gnoseológicamente segunda, pero en realidad "más intensa". "Nosotros podemos asegurar la individualidad del hombre sólo si colocamos en la estructura del Estado los frenos capaces de desempeñarse eficazmente como el contrapeso a la expansión. absoluta del poder", dice textualmente Marcic. El juez, como el común denominador del Estado judicial, para salvar su independencia e imparcialidad nada debe esperar del poder administrativo y por ello nada debe temerle, como ha expresado una entidad jurídica italiana. La Corte de Control de la Constitucionalidad de las Leyes debería tomar el puesto central de una comunidad que podríamos llamar el Estado judicial.

El camino desde la filosofía, a través del derecho, hasta la política es la trayectoria científica del doctor René Marcic, cuya prematura muerte trunco para siempre una actividad excepcional en el cenit de su creación. En esta oportunidad podemos dirigir a su obra las siguientes apreciaciones que fueron expresadas por el publicista argentino R. 0. Abdala al Opus de Ortega y Gasset: "La Razón Vital -razón que vive y vida que razona- contesta así con un mensaje estibado de responsabilidad y de fe a los restallantes extremismos que en las diversas expresiones de la acción se disputan en estos momentos el predominio de la humanidad; tanto a los hoscos irracionalismos acantonados en un vitalismo de pura cepa animal que no quiere dar ni recibir razones, como a los racionalistas matematizados y cuadriculados, mediante los cuales planificadores y tecnócratas, psicometristas y sociológos que no sobrepasan el nivel de virtuosismo estadístico, pretenden reducir a parálisis y esquema el movimiento continuo a la infinita diversidad de la vida humana" ("La Prensa", 25 de junio de 1970).

La historia cultural croata puede enorgullecerse de su hijo Marcic. Sus ideas y trabajo testimonian, como expresión del alma de su pueblo, que Croacia pertenece al mundo occidental y defiende las verdades y el ideal que pueden garantizar la libertad del hombre y abrir mejores perspectivas a la humanidad. Como a él así a muchísimos croatas, incluso a todos los que luchan por la independencia de su madre patria Croacia, acusan de supuestas simpatías totalitarias. El Opus de René Marcic desmiente categóricamente a los acusadores, porque la personalidad del mismo se formó en los colegios franciscanos croatas y es la expresión auténtica de centenares de miles de jóvenes de aquella nación que cayeron en la lucha durante la última gran guerra contra el comunismo y la hegemonía granservia.

La vida y la obra de René Marcic, como también su trágica muerte, acercan aún más el pueblo croata al austriaco, reavivando antiguos lazos históricas cuando juntos defendíamos la civilización occidental, lo que es otra vez de suma actualidad.

Al concluir la redacción del presente volumen de SC, hemos recibido "Dimensionen des Rechts, Gedächtnisschrift für René Marcic" - Dimensiones del derecho, Estudios dedicados a la memoria de René Marcic, Ediciones Duncker & Humblot, Berlin, 1974, en dos volúmenes, págs. en total 1232. Unos 60 juristas más prominentes de Austria, Alemania Norte América y Australia enfocan el problema del derecho en todos sus aspectos y que fue el tema central del Opus de nuestro compatriota. Sin conocer todavía el contenido, sólo la existencia de esta edición, también gráficamente perfecta, indica la importancia científica de su labor interrumpida prematuramente. (FN)

 


Noticias y comentarios

La realidad argentina

Continúa el diálogo en una sociedad abierta

La vida política de la República Argentina después de la muerte de su gran conductor el que fue el general Perón, se caracteriza por dos corrientes diametralmente opuestas. La una que representa a la mayoría absoluta del pueblo y la otra, una minoría, también absoluta, desconocida por sus verdaderos conductores y fraccionada en varias tendencias de carácter revolucionario. La primera defiende con firme voluntad la legalidad de las instituciones democráticas dentro de un marco evolutivo y de adaptación a las necesidades del momento, tanto argentinas como de aquellas internacionales. Para prevenir, pues, las sorpresas internas, el presidente Perón había formulado esta política como "el trípode" del poder político-social: el gobierno, los obreros y los empresarios. Si estos tres factores dialogan en una sociedad abierta y de libertad, nada pasará ni llevará la vida de la nación a los enfrentamientos entre los hermanos; la nación evitaría conflictos de violencia, aseguraría la estabilidad del orden y crearía un clima favorable de convivencia y de esfuerzos comunes para un futuro mejor.

A esta política progresiva y a la vez conservadora, se oponen los violentos, los inadaptados y los que creen en una revolución cruenta, como en una panacea capaz de curar a todos los males de ésta y de las demás sociedades.

Son múltiples y complejos los factores que los incitan a tomar esta posición. Sumidos en una ideología supuestamente justa y totalmente liberadora por un lado -lo que es una imposibilidad utópica a todas luces- y en la sed de poder socio-político por el otro, estos elementos, generalmente jóvenes y sin una visión completa ni del hombre, ni de la sociedad en que viven, ni de la realidad internacional en sus aspectos más fundamentales, no aceptan la política "del trípode". Manejados, además, por las fuerzas invisibles pero bien caracterizadas, representan un factor muy serio de la perturbación y la inseguridad en la vida nacional. Pero la paciencia, la tolerancia y la indulgencia del gobierno en su sabia "política de trípode" fueron más que grandes. No obstante, la acción subversiva de dicha minoría crece continua e incesantemente. Tanto que el gobierno tuvo que recurrir incluso al estado de sitio por el tiempo indeterminado.

En este clima, el problema de precios, sueldos y salarios, con el fenómeno concomitante de la inflación, son cuestiones muy serias que aquejan a la comunidad y dan motivo al descontento que degenera en la violencia. Sin embargo, los violentos olvidan que la vida es evolución. Olvidan que no hay regímenes absolutamente justos; parecen desconocer, en consecuencia, que el mejor, casi el único sendero de la paz y del progreso sociales, es una sociedad abierta, de diálogo y de búsqueda común de lo que mejor corresponda, en las condiciones dadas, al bienestar de todos; pasan por alto lo que dijo un renombrado estadista de que nadie es tan bueno para que le pudiéramos confiar la administración de nuestros intereses políticos sin nuestro propio concurso. Olvidan estos elementos que el tipo de la sociedad cerrada -justamente aquella que propician ellos- implanta un régimen totalitario, explotador y de esclavización del hombre jamás visto. Olvidan también, en caso concreto, que la República Argentina no vive en la Luna o en Marte. Ella vive en la realidad de la interdependencia de este globo terráqueo tanto de carácter científico-técnico, como político-económico, militar, financiero, etc. La República Argentina debe importar y exportar bienes y de aquí su múltiple interdependencia del exterior. En consecuencia, las intenciones y los planes del "trípode" nacional, incluso los más audaces y los más sinceros, se ven, a menudo, limitados, cortos. La Argentina obraría peor si no tomara en consideración esta realidad. Por supuesto, siempre con miras de conciliación de sus intereses con los de la comunidad internacional con que debe dialogar en libertad.

Es interesante en este sentido el problema de la inflación. En Francia, por ejemplo, el presidente es un reconocido especialista financiero, elegido principalmente por ésta, su cualidad y, no obstante su talento y la experiencia, no es capaz de frenar la inflación que aqueja también a ese país. El coloso norteamericano es víctima del mismo fenómeno. Dos entre tantos de sus especialistas en la materia -Milton Friedman y J. Kenneth Galbraith- no coinciden, incluso se contradicen al referirse, a las medidas por adoptar para frenar la inflación y sus posibles repercusiones, en el mundo en general.

¿Qué es, pues, lo que quieren los "violentos"? Parar el coche nacional de golpe, dice un especialista, significaría hacer saltar a los viajeros por el parabrisas. ¿Aleksander Soljenitsin o Zaharov, no son testigos oculares y tremendos para el carácter utópico de la sociedad que propician violentos y apresurados? En efecto, los que intentan realizar utopías terminan en una deshumanización más completa del hombre y la sociedad. Los violentos quieren todo e inmediatamente.

Es así que fue aprobada la ley antisubversiva a fines de septiembre último, a. pesar de una discusión parlamentaria por momentos muy áspera. Ha prevalecido la opinión de la mayoría del FREJULI, expresada por el diputado Pedrini, al decir: "Todos los sectores se oponen a esta ley que solicita el Poder Ejecutivo para defender a la República y a sus instituciones. Vale decir que por un lado se ataca a la guerrilla, y por el otro se tiene miedo de votar esta ley en defensa de los intereses sagrados del país y de la ciudadanía argentina"

Pero, cuando la violencia escalonaba sin pausa y cuando fue proclamado el estado de sitio como su consecuencia lógica, todos los sectores de importancia saludaron la medida como necesaria y constitucional. Pero lo más admirable en la vida de la nación fue el hecho en que la representación máxima de los obreros argentinos (CGT) rindió homenaje a los soldados caídos por la mano de la subversión. Allí, donde el ejército nacional y los obreros en este momento andan juntos en la libertad, no hay hecho más digno de ensalzar. Es una desmentida cabal de la teoría marxista sobre división de clase de los pueblos, oponiendo especialmente la clase obrera a la clase militar.

La ley de Contrato de Trabajo, es también un paso serio para contrarrestar la invasión de la acción ultraizquierda. Un destacado especialista en la materia (Antonio Vitaic-Jakasa), analizando esta ley de Contrato de Trabajo, la encuentra muy superior a las leyes similares en otros países que se consideran avanzados, incluyendo también a Rusia Soviética. "La Ley de Contrato de Trabajo, más que una ley avanzada es una ley revolucionaria", dice Vitaic ("Mercado", Buenos Aires, 26-IX-74, Nº 269, pp 16-19).

Además, cuando la UCR advirtió al gobierno sobre la necesidad de rectificar la política económica del país, éste prestó su oído y la reorganización no se dejó mucho esperar. El cambio en el Ministerio de Economía fue aceptado generalmente con la evidente satisfacción en todo el país.

Pero, como sucede siempre en la vida, hubo también una desagradable sorpresa. El 28-29 de noviembre se declaró inesperadamente un paro de los colectivos de transporte de personas. Además de ser sorpresivo, tuvo un éxito total con grandes perjuicios económicos y de toda otra índole para la comunidad. La sorpresa estriba especialmente en el hecho de que, según parece, la medida fue tomada por la parte patronal. ¿Una nueva subversión de derecha o de izquierda? No lo sabemos decir, pero es cierto que fue un golpe rudo al diálogo argentino y a la instrumentación política del país en el sentido del "trípode" socio-político y de la sociedad argentina abierta.

Si vale la experiencia de los pueblos pequeños, he aquí una. "Deutsche Tagespost", Würzenburg, 11-12 del octubre último, los obreros de la Yugoslavia socialista que actualmente trabajan en Austria votaron por los candidatos del Partido Cristiano Popular de "carácter conservador y cristiano" en un porcentaje del 80%, a pesar de que podían votar por los candidatos comunistas o socialistas, cuyo partido tiene el poder en aquel país democrático. La mayoría de aquella muchedumbre de casi 500.000 personas, son croatas. Por su experiencia y conocimiento del sistema comunista yugoslavo ellos, plebiscitariamente, votaron contra el comunismo. (Se trató, pues, de las elecciones para las Cámaras de Trabajo regionales, oportunidad en que pudieron participar también los trabajadores extranjeros - Red. S.C.).

Se decía a su tiempo: si los 'gibelinos' te tildan de 'guelfo' y los 'guelfos' de 'gibelino', puedes estar seguro que la verdad buscada está cerca de ti. La política nacional argentina se ha encaminado por un sendero de sociedad abierta, democrática y en libertad, oponiéndose a los extremos tanto de la derecha como de la izquierda. El Sínodo obispal, recientemente efectuado en Roma, prestó su plena atención a la voz del obispo Helder Cámara como a aquella del primado de Polonia, Visinsky. Ni el capitalismo perimido (Sánchez Albornoz) ni el totalitarismo comunista tienen títulos suficientes como para pretender para sí el poder exclusivo. En esto vemos el acierto de la actual política de la República Argentina.

 

"¿Por qué regresaste al país donde sólo los muertos son felices?"

Bogdan Radica narra su experiencia con el comunismo yugoslavo

El septuagenario periodista croata Bogdan Radica, uno de los últimos creyentes en la idea yugoslava, es decir en la posibilidad de una convivencia democrática de los eslavos del Sur, especialmente de los croatas y los servios, publicó en agosto de 1974 un libro titulado "Croacia 1945", donde relata la experiencia que vivió en contacto directo con la toma del poder por los comunistas en Yugoslavia. En su obra, de 383 páginas, este espíritu, inquieto y de una curiosidad poco común, rechaza definitivamente al comunismo en todos sus aspectos y, con él, también a la idea yugoslava, considerándolos dos ideas utópicas que engendraron los comunistas y que están causando tremendos daños al hombre y a los pueblos sometidos al poder de los que las intentan convertir en realidad. El autor ha expresado muchas de sus ideas al respecto en publicaciones croatas durante los últimos tres decenios -abandonó a Yugoslavia ya en octubre de 1945, a donde había regresado de los EE.UU, en abril del mismo año como partidario entusiasta del movimiento de "liberación" comunista de Tito. Lo esencial había aparecido también en una serie de periódicos y revistas norteamericanos. Pero su opinión y su experiencia hallan en este libro un panorama más completo y una visión casi integral.

Sus padres, en Split, y los últimos amigos y compatriotas que le pudieron hablar con franqueza durante aquellos pocos meses de su estadía en la Yugoslavia de Tito, le repitieron la misma pregunta: "¿Por qué regresaste al país donde sólo los muertos son felices?"

Después de haber explicado los motivos de su regreso, Radica analiza la nueva realidad "yugoslava", fruto directo de la revolución y la "liberación" comunista. Su libro merece ser traducido a varios idiomas, porque pone el dedo en la llaga, que no es sólo nuestra, croata, servia, eslovena -"yugoslava"-, sino un problema general, un fenómeno que atañe a todo hombre libre y a todos los pueblos que supieron salvaguardar su libertad contra todos los intentos de sojuzgarlos en nombre de ideas utópicas.

A continuación reproducimos algunos trozos traducidos de su libro:

"Mientras el desarrollo material del sistema comunista queda rezagado inevitablemente por el mundo occidental, también su proceso ideológico está atrasado con respecto a lo que había prometido en sus postulados y realizaciones a efectuar. En los dos últimos decenios el anhelo de los creadores culturales en la Rusia Soviética, por alcanzar la libertad de creación aparece como la característica más saliente y fundamental. No sólo escritores, sino también científicos, se levantan para defender la libertad de pensamiento y de creación.

La libertad es un principio fundamental, una especie de imperativo categórico de Kant, buscado antes que nada por los intelectuales rusos... Mientras tanto, cuanto uno más busca el derecho de libertad en el proceso de creación, a pesar de ser marxista y partidario, tanto más se enfrenta con las trabas de la burocracia, del dogma oficial, de la inquisición intelectual y de policía que le impiden su mecánica fundamental de creación.

El régimen declara por un lado, urbi et orbi, que no tiene ningún miedo al intercambio de ideas entre su sociedad cerrada y aquella del mundo libre y, por el otro, al mismo tiempo, persigue, encarcela y acusa al creador si no se atiene a la línea oficial partidario-burocrática, impuesta por los fanáticos y los primitivos. Todas aquellas obras, creadas bajo el impulso libre y la inspiración, no fueron impresas en el país, sino que aparecieron en ediciones clandestinas ("samizdat") o en el mundo libre de Occidente. Una excepción en este sentido quiso hacer la tan llamada Yugoslavia de Tito. En efecto, durante un decenio, gracias a este intento, pudimos leer con una satisfacción especial tratados filosóficos, disertaciones revisionistas, disquisiciones y descubrimientos muy atrevidos y originales de carácter histórico o lingüístico, convencidos de que este período produjo de veras un profundo cambio en los valores más importantes. Pero rápidamente tuvimos que experimentar el fin tenebroso de esta primavera intelectual y nacional.

Los dogmas anticuados y los fundamentos ya raquíticos que se creían superados para siempre fueron restablecidos y devueltos con la misma violencia y por decreto como en el primer período de posguerra de la era stalinista. Sin tomar en cuenta que el país entero por esta actitud reformista había ganado una posición en el mundo libre y por la cual había sido premiado con ingentes sumas de dólares americanos, el régimen, por el amor a la disciplina partidaria, liquidó y eliminó a todas sus élites y cambió el curso, y volvió a los tiempos de la inquisición y el terror cultural. ¿Sintieron la debilidad y la contradicción de su fe o, mejor, de la concepción y aplicación marxista los dirigentes así rechazados y los pensadores revisionistas al experimentar el retorno del terror y la violencia? ¿Llegaron ellos mismos hasta los resultados que sintieron Ignazio Silone, Arthur Koestler, Milovan Djilas y muchos otros, pero de tal manera que surgió en sus mentes la duda en la verdad de su fe y la posibilidad de la realización de esa utopía y mentira? Resultaría difícil decirlo teniendo presente que ellos mismos eligieron el silencio, la obediencia y una ulterior sumisión a la cumbre en cuyo punto más alto gobierna un factor único y exclusivo.

Pudimos enterarnos, siguiendo un cuarto de siglo el desarrollo de aquel proceso, donde los hombres aparecen y desaparecen como hongos, que siempre predomina un círculo de hombres encabezados por uno sólo, con cara de eterno e inmutable. Mientras las relaciones, las fuerzas y los hombres están cambiándose, él permanece intangible e insustituible. Aquí estriba la profunda contradicción no sólo de la filosofía comunista, sino también de su práctica. Los filósofos, los escritores, los sociólogos y los integrantes de la intelectualidad en general pueden descubrirlo todo, llegar a las conclusiones más revolucionarias que parecen capaces de cambiar el mundo y que serán aceptadas y aplicadas produciendo la regeneración de la humanidad y cuando parece que la vida se marcha por ese sendero como un hecho consumado, se levanta de repente una fuerza oscura que para y borra el esfuerzo total de un decenio en nombre del conocimiento científico de que el poder comunista, su aparato y su burocracia no son la panacea de ninguna clase sino una realidad cruda, sentada sobre todos aquellos elementos de miedo y de obediencia que reducen al individuo, al hombre, a la posición de hormiga. Pensando en todo esto, a menudo me pregunto a mí mismo: ¿es claro esto también para nuestros marxistas que hoy languidecen en las cárceles, a pesar de haber dedicado toda su vida a convertir la utopía en realidad? Repetidas veces pienso: si son conscientes de lo que sucede, deben pasar por graves tormentos en su propio pensamiento, similares a aquellos por los que pasa un profundo creyente atormentado por el maldito problema acerca de la existencia de Dios. Simplemente porque no es difícil ser perseguido por un sistema que buscamos derribar. Pero no hay nada peor que verse desilusionado y definitivamente proscripto, encarcelado y maltratado por parte del sistema al que uno dedicó todas sus fuerzas físicas y morales, por el cual luchó toda la vida, sufrió y soportó sacrificios para ser definitivamente arrojado al potrero de la historia, como dicen en lenguaje partidario ellos mismos... ¿Quién está con el derecho? ¿Los que están liquidando a sus propios hijos o los hijos incapaces de liquidar a los que detentan el poder de su sociedad?... La condena más grave del sistema comunista, según mi modo de ver, sería su rechazo por parte de las amplias y vastas masas (del pueblo). Este sistema crea sin pausa el muro o el cordón de aislamiento entre sí y el pueblo, para que de tal manera el poder siga produciendo el miedo en los súbditos. Una de las más grandes ilusiones de los comunistas es su idea de que podrían convertir al comunismo en un sistema aceptable por parte de los estamentos más amplios de la sociedad... La legalidad comunista no es la legalidad que nos ofrece una democracia abierta. Si en un sistema la policía política, tiene la posición de Estado en el Estado y puede proceder independientemente de todo el poder legislativo o ejecutivo, es decir, disponer de la vida de cada uno, incluso de agrupaciones enteras o del mismo pueblo, no hay que vivir con la esperanza de que semejante sistema podría tornarse democrático o humanizarse. Estas son pia desideria de teóricos y de ingenuos, incluso de oportunistas que engañan a los hombres occidentales creándoles ilusiones de que un día el comunismo podría pasar a su fase democrática y humanista... Lo que los comunistas piden del mundo libre es que no intervenga en sus asuntos internos, conscientes de que toda forma de libre cambio de ideas traería lo que trajo en Yugoslavia: la quiebra total de la ideología y la economía marxista.

"Pero, en nuestro caso, el fracaso del marxismo fue mucho más grave, sobre todo en relación con el problema de la coexistencia de nuestros pueblos. El Partido Comunista yugoslavo experimentó una quiebra todavía más difícil que la de los tiempos de preguerra al tratar de evitar el conflicto interno entre las múltiples nacionalidades. Al regresar a Yugoslavia en 1945 (*) yo estaba convencido de que Tito y sus partidarios habían puesto los fundamentos para una correcta solución de las relaciones entre los croatas y los servios. Este sentimiento fortalecía mi esperanza de que todos los sacrificios soportados durante la guerra podrían tener su sentido. A tal fin fueron inmolados centenares de miles de vidas. Pero todas estas esperanzas fueron vanas, se revelaron infructuosas... Todas las frases fueron sólo una parte de la misma dialéctica y la mentira, sin saber ella misma cuándo era verdad y cuando mentira.

"De la misma manera en que se reveló como un trabajo de Sisifo... la dialéctica comunista al intentar esclarecer el desarrollo de la historia y del progreso, así también termina su solución del problema nacional, o sea, de las relaciones entre los pueblos. No cabe duda de que este fracaso constituye también uno de los mayores que experimenta el comunismo al chocar su dialéctica con la realidad... Partiendo desde un punto de vista falso de que los conflictos nacionales son una resultante de carácter burgués, es decir, de la miopía y concepciones anticuadas burguesas, ellos (Krleza y Cesarec, dos de los más destacados escritores croatas marxistas. - Ob. del traductor) creían que todo este complejo de las envenenadas relaciones iba a resolverse mediante el 'espíritu santo' de la inevitabilidad histórica, prevista en la dialéctica marxista. No teniendo en cuenta la naturaleza humana, la recta razón y una experiencia casi ilimitada, ellos soñaron con que las relaciones entre los croatas y los servios, así como también las de los demás pueblos en aquel espacio nuestro, serían no sólo sanadas sino también completamente cambiadas por la política de la 'fraternidad y unidad'. El resultado de esta fantasía, como es bien visible ahora, terminó en el mismo callejón sin salida que aquel de la Yugoslavia anterior. Y, lo que es más trágico, el Partido Comunista, para resolver este problema, tuvo que recurrir a la violencia y el terror y mantener a todos los pueblos mencionados bajo un único control...

"Mirando retrospectivamente a seis decenios del desarrollo de las relaciones entre los croatas y los servios en Yugoslavia, se llega inexorablemente a una conclusión sorprendente. Los líderes croatas en cada período, tanto en aquel de preguerra, burgués, como en este de posguerra, 'sin clase', insistieron en la posición de un pueblo que emprende todo para restablecer un equilibrio con el tan llamado pueblo guía. Lo hicieron primero los políticos croatas mesurados, como lo fueron Trumbic y Supilo en los años de la formación de Yugoslavia; los revolucionarios, como fue Esteban Radic, y los de compromiso, como lo fue Vlatko Macek. Por fin, en estos años, cuando se hace cada vez más evidente que los croatas están nuevamente marginados a las posiciones de un pueblo de segunda o tercera categoría privados del derecho de llamar por su nombre a su idioma y de hacer crecer su existencia material y su desarrollo mediante sus propias fuerzas, se presentan los partisanos, marxistas y los líderes comunistas, encabezados por Tripalo, Tudjman, Djodan, Veselica, junto con millares de funcionarios y de intelectuales, para señalar nuevamente el anhelo del pueblo croata por una posibilidad objetiva de coexistencia en igualdad. Esta nueva experiencia no es fenómeno de un nacionalismo clasista, porque dichos líderes y funcionarios fueron no sólo educados sino también convencidos de que lucharon por el restablecimiento de una sociedad sin clase. Incluso lucharon en el sentido de la liberación del país sometido al sistema de explotación de un pueblo por el otro. Un liderazgo de esta clase es muy sensible por los dogmas de la ideología comunista. Si este liderazgo llega también a las mismas conclusiones que sintieron las generaciones anteriores de juicio sano y de otras escuelas políticas y económicas no hay lugar a duda de que la relación entre el explotador y los explotados no cambia.

"Queda idéntica, incluso en tales proporciones que hiere la misma esencia del pensamiento y de práctica marxista... Pensando sobre la posición trágica de Croacia en el año 1945 y ojeando estas páginas escritas en aquel tiempo, concluyo que, aún persistiendo y continuando la tragedia de Croacia, ella se hizo más conocida y para sus difíciles problemas crecen cada vez más la comprensión y el entendimiento. Lo que más me duele es la idea de sufrimiento de todos nuestros hombres que ahora están languideciendo en las cárceles yugoslavas, como fue también el caso en 1945, a pesar de que entre ellos hay un gran número de los que trataron de convencerme en ese año de que la situación de Croacia habría de ser en la segunda Yugoslavia mucho más brillante, más bella y mucho más digna, de lo que fue antes. Cada vez que recuerdo las conversaciones de aquellos tiempos y las de ahora, las desilusiones son omnipresentes. Como lo dije públicamente en los periódicos americanos, nunca pude imaginarme que la forma de mi desilusión iba a ser tan grave y tan penosa. Todos nosotros fuimos expulsados de nuestros hogares por un régimen que nada tuvo en común con nuestro pueblo. Fue un éxodo trágico, y lo peor es que continua. A pesar de haber arrancado a croatas de Croacia, no pudo arrancar a Croacia de los corazones croatas."

Para dar explicaciones de su retorno al mundo libre, Radica dice en una página de su libro: "Regresé por acá para recuperarme en la libertad y para comunicar mis impresiones a las abiertas y sinceras almas de las masas de nuestros emigrantes. Ellos como yo, durante los años difíciles de la guerra, contribuían en todo lo posible para ayudar a su patria, apagando así la propia nostalgia -inapagable e inexorable- por su infeliz 'antiguo país'. Para ellos va mi palabra. Para ellos mis sentimientos. Para ellos mis vibraciones de alma. Yo se exactamente lo que querían ellos y lo que soñaban. Siento lo que ellos esperaban en sus sueños y sus esperanzas, mojadas por lágrimas y sollozos por sus seres más queridos. Junto con los emigrantes todos nosotros creíamos que los principios proclamados en la ciudad 'liberada' de Bihac (localidad en Bosnia, donde los comunistas de Tito proclamaron la segunda Yugoslavia y los principios sobre que debería organizarse. - Ob. del trad.): la república, la democracia, la federación y la igualdad de todos los pueblos y profesiones, la libertad para cada uno y para todos, para todos los que sufren y padecen, sería una realidad. objetiva y clara, concreta y firme..."

El credo político final del autor, interpretando fehacientemente el derecho y la voluntad del pueblo croata, está expresado en estos términos:

"El imperativo categórico de este siglo impone a cada una de las naciones sólo un objetivo: no sólo su supervivencia y conservación, sino también su desarrollo, son posibles únicamente dentro del propio Estado nacional. Opiniones contrarias ponen en tela de juicio esta verdad, aduciendo también que los pequeños Estados no tienen posibilidad de vida ni de garantizar la independencia política y económica de sus pueblos. Al contrario, Estados de esta clase son más adelantados y más felices. Es perfectamente lógico, pues, que los croatas sientan que su progreso y su felicidad pueden realizarse sólo en el Estado en que ellos mismos serían dueños de su suerte. Este sentimiento es su imperativo categórico y ellos lo van a realizar a toda costa. No me gustaría pecar de profeta, pero estoy profundamente convencido de que antes de expirar este siglo, Croacia se convertirá en un Estado libre e independiente" (pág. 345).

 

Lo importante es afirmar que el problema no existe

Aspectos de la libertad religiosa en Yugoslavia

Glas Koncila (Vocero del Concilo), periódico quincenal católico croata, en su número del 7 de julio de 1974, se refiere a la situación de los docentes creyentes en la Yugoslavia comunista en un artículo que reproducimos a continuación en su versión castellana:

"Parece que para ciertos periodistas, particularmente para quienes quieren ser reputados de especialistas en problemas religiosos, el atacar a Glas Koncila es la principal prueba de su lealtad estatal y de su conciencia socialista. Incluso si alguno de estos periodistas desea con toda honradez informar acerca de los sucesos y actitudes en esa materia, parecería que debe atacar más acerbamente a Glas Koncila. Así procedió también Darko Stuparic en Vjesnik el 20 de junio del año en curso. Este señor escribió un artículo valioso y útil, brindó a nuestro público una preciosa información sosteniendo que la Liga Comunista de Yugoslavia en su X Congreso no tomó ninguna actitud opuesta a las libertades religiosas de los ciudadanos, no hizo ninguna discriminación entre creyentes y no creyentes en nuestra sociedad y que en los documentos de dicho Congreso no figura ninguna declaración que permitiría la expulsión de los docentes creyentes de las escuelas. Stuparic señala que alguna que otra declaración de ciertos delegados en distintas comisiones de trabajo del Congreso sobre la necesidad de la exclusión de los docentes creyentes de las escuelas no constituye la posición oficial del Congreso. Unicamente demuestra que la resolución subraya que no debe socavar la unidad y la fraternidad de nuestros pueblos ni introducir en el proceso educativo y formativo conceptos y- criterios reñidos con la ciencia. El texto de la resolución no da pie para que alguien pueda pensar que la religión o la fe sería algo anticientífica y el ateísmo científico.

"De esa manera Darko Stuparic tranquilizó a los creyentes en nuestro país. Pero para atreverse a escribir esas líneas primero tuvo que atacar con saña a Glas Koncila. Es obvio que Glas Koncila se convirtió para ciertos círculos en sinónimo de todo lo antisocialista, antiestatal, etc., un enemigo y adversario inventado, pero indispensable. Stuparic sostiene que Glas Koncila reseñó en forma errónea la posición del X Congreso sobre la religión. Lo que hizo Glas Koncila fue reproducir una breve noticia que la delegada Nada Bogdanovic pedía que se expulsara de los institutos docentes a los profesores creyentes. Nada más. No hemos dicho que ésta fuera la posición de la mayoría de los delegados ni que su pedido fuese incluido en las conclusiones del Congreso. Pero seamos sinceros, en la prensa diaria no nos fueron suministrados otros datos y muchos ciudadanos de este país podían pensar que, siguiendo el espíritu del Congreso, había que remover a los docentes creyentes. Tanto más por cuanto la práctica tomó este rumbo y hasta el día de hoy los docentes expulsados no han podido encontrar otro empleo en cualquier lugar por el mero hecho de haber sido vistos una vez asistiendo a misa. Para esas personas no hay empleo ni en escuelas ni en otro lugar, sin hablar de que la injusticia cometida no fue reparada. Nadie se atreve a emplearlas, todos exigen que los correspondientes órganos partidistas den su opinión acerca de la "idoneidad moral", todo el mundo teme que dando empleo a una persona caracterizada como creyente, ponga en tela de juicio su propia lealtad...

"Le damos gracias a Darko Stuparic porque ahora sabemos que todo eso nada tiene que ver con la actitud oficial de la Liga Comunista de Yugoslavia. No vale la pena ni reprocharle que en forma errónea y poco convincente falsifica la verdad, atacando a Glas Koncila. El también necesita un certificado de idoneidad moral para poder escribir sobre una materia tan resbaladiza como son las relaciones de la sociedad con las comunidades religiosas. Pero si en Glas Koncila no hubiera aparecido esa breve y muy exacta noticia, probablemente nadie, ni tampoco Darko Stuparic, habría escrito en forma tan clara y pública cuál fue en realidad la posición oficial del X Congreso sobre la religión. Es interesante acotar que a ningún periodista le interesó eso en el sentido positivo, mientras que varios estimaron importante registrar lo que dijeron Nada Bogdanovic y varios otros. Pues los periodistas también pensaron que la posición de esos delegados era afín a la línea oficial ¿Cómo entonces no se iba a confundir la opinión pública? Gracias a Dios que ahora, aunque en parte, Darko Stuparic haya rectificado la situación. Lo que nos importa saber es que en ciertos círculos encumbrados se interesan en que se sepa que en nuestro país no hay discriminación alguna contra los creyentes. Pero por regla general esos mismos círculos no están en condiciones de proteger a nadie que pierda su empleo. (Ni a los escolares que el conductor expulsó del autobús de la línea regular, enterado que asistieron a la enseñanza religiosa). No sé todavía, de caso alguno en el que se haya instruido acción judicial para amparar la libertad religiosa de los ciudadanos amenazados.

En balde se esforzaría también Glas Koncila por convencer a la opinión pública que eso no es así. Si queremos que la opinión pública mundial crea lo que Darko Stuparic y otros se empeñan en inculcarle, no se conseguirá eso con meros artículos periodísticos o mediante declaraciones. Todo sería mucho más sencillo si pudiéramos comunicar que tal profesora, expulsada por razones religiosas, fue reincorporada y que sus haberes devengados durante los meses de su ausencia obligada le fueran abonados. Y si cada creyente tuviese la seguridad de poder llevar a los tribunales a quien quiera, incluso a su superior que ofende su religión o que por razones religiosas limita sus derechos. Pero todavía no tenemos esas noticias. En cambio, constantemente nos llegan informaciones exactas y comprobadas que dicen lo contrario. No hay signos indicadores de que esta situación esté mejorando. Todavía es de temer que por mucho tiempo la posición no oficial de los delegados como Nada Bogdanovic tenga más repercusión en la realidad que la posición oficial de cualquier resolución. Tampoco Darko Stuparic puede cambiar en algo esta penosa situación. Sean cuales fueran sus intenciones, él contribuye a la creciente denigración de Glas Koncila y de toda nuestra Iglesia y agudiza la peligrosa atmósfera con imprevisibles consecuencias".

 

Los procesos políticos en Yugoslavia

Repetición de una vieja mentira: 16 "terroristas" croatas ante el tribunal comunista en Zadar

El imperio de terror del mariscal Tito no halla solución a sus problemas internos. El conflicto nacional -especialmente el de los croatas y servios- ocupa el escenario político de aquel país desde su nacimiento en 1918. Enormes energías materiales y morales se han gastado so pretexto de una solución definitiva satisfactoria de las dos partes principales del conflicto. No obstante la solución no viene. Y no puede venir, porque los servios nunca aceptaron la idea de una comunidad democrática servio-croata, donde los dos pueblos podrían convivir en paz, libertad y seguridad. Merced a las circunstancias, ajenas a lo substancial para una verdadera convivencia humana, los servios impusieron desde el principio (1918) una política netamente hegemonista y granservia. El Partido comunista yugoslavo derrumbó la monarquía y prometió introducir cambios sustanciales. Formalmente los hizo, pero substancialmente la hegemonía servia quedó intacta. Incluso puede comprobarse con argumentos irrefutables, que desde la toma del poder por los comunistas, esta hegemonía fue aún más severa, casi completa. La naturaleza misma del régimen totalitario comunista lo hace comprensible. Además, el odio servio contra los croatas, que se habían rebelado contra el "imperio" servio monárquico en 1941, se precipitó en 1945 con toda bestialidad sobre el pueblo croata, "justificando" su proceder inhumano con la invocación del derecho de "exterminar los restos del fascismo". El mundo libre, ingenuo, cómodo o corresponsable, cubrió con el silencio crímenes cometidos en masa por los comunistas yugoslavos. Pero encubrir los crímenes con el silencio, no significa hacerlos desaparecer. Y no desaparecieron de la realidad y la conciencia nacional e histórica croata; menos aun con el nuevo régimen que proseguía la vieja política de injusticias en todos los aspectos de la vida, configurando un verdadero genocidio contra el pueblo croata.

Si existiera un tribunal internacional, elevado por encima de todas las parcialidades, hallarían profundamente justificado el descontento del pueblo croata con el actual régimen comunista yugoslavo. Con esto justificaría también su derecho y su deber de oponérsele con todos los medios puestos a la disposición de un derecho lesionado, contra una violencia animal, disfrazada de "fraternidad y unidad".

He aquí lo sustancial de todos los procesos montados contra los croatas también en los tiempos de posguerra. Usando clisés gastados -fascistas, separatistas, enemigos del pueblo y del Estado- el régimen persiste en el poder, despreciando los derechos humanos y del pueblo más elementales. En las especulaciones políticas de Moscú y de Belgrado, el descontento croata -existente, fundado histórica y metafísicamente- entra en sus cálculos. En la imposibilidad casi metafísica de la rebelión croata en las circunstancias actuales, de vez en cuando ingresan grupos armados del exterior al país, cayendo víctimas de la mano policial o militar del régimen comunista antes de conseguir, en lo más mínimo, la realización de "sus" planes. En el centro de toda acción de los idealistas croatas siempre encontramos a un agente comunista, disfrazado de nacionalista que entrega todo a tiempo a sus amos.

Todo esto nos induce a afirmar que esta táctica del régimen se repite en el caso de los 16 croatas que están actualmente ante el implacable tribunal de Tito en la ciudad de Zadar. Las acusaciones son graves. Está prevista, incluso, la pena capital. Y lo más característico es, que estos "terroristas" no cometieron ningún crimen. Todo está en los papeles del fiscal y en la fantasía y proyectos de los "terroristas".

Tremendo será el castigo de nuestros hermanos. Castigo inmerecido desde todos los puntos de vista. Como nos toca vivir en un mundo en el que los que hablan de la libertad imponen la esclavitud, quienes defienden el derecho imponen la violencia, apelamos a la conciencia de los hombres e instituciones que no han sufrido el impacto de la propaganda de los poderosos, para que presten su ayuda moral y extrajurídica a nuestros hermanos, porque el derecho se ha convertido en blanco de la burla de los que poseen mayor fuerza física.

 

Espléndido recital del conjunto croata Jadran

"Los Principios" del 9-10-74, de Córdoba, se refirió a la actuación del coro croata "Jadran" de Buenos Aires, en los siguientes términos:

Una excelente y homogénea presentación artística ofreció en sus recitales en nuestro máximo Coliseo, el Coro "Jadran" y los conjuntos de danzas folklóricas e instrumental "Bosna", de Croacia. La esencia eslava en sus diversos matices se dio en la actuación del Coro de voces mixtas, con un manojo de canciones vertidas con expresiva sensibilidad racial, unidad vocal y excelente calidad coral, en donde los voces agudas de sopranos y contraltos, la media y grave de tenores y barítonos ofrecieron, con muy buena musicalidad coral, páginas del acervo folklórico croata como "Molitva" (Plegaria) de Kovacec, "Oce Nas" (Padrenuestro) de Degrel, "Kaj" (Qué) de Taglik, "Nehaj Gradu" (Castillo de Nehaj) de Novak, con la espléndida voz solista del bajo A. Vlahovic, culminando la primera parte con "Ave Marija" (Ave María) de Horvat vertida con noble emoción sagrada; la maravillosa "Ave Verum", de Mozart cantada con unción y emotiva religiosidad, como el imponente y excelso "Gloria in excelsis Deo" de Vivaldi, dentro del encanto de una flexible, compacta y aterciopelada emanación vocal.

En la segunda parte en "Rapsodija" (Rapsodia) de Kopitovic, trasunto del canto popular eslavo con raíces milenarias, el Coro tuvo encomiable desempeño por el timbre, color, afinación, matiz coral y acento típico nativo y los solistas sopranos Troselj, Juric y Terrazas, y los tenores Skelin y Jerbic, toda la masa coral en los pasajes cantables, matizados por el Cu-Cu y los pasos alternados de los fuerte-piano con espléndidas gradaciones vocales. Finalizaron la segunda parte del programa coral el emotivo y expresivo por su raigambre bellamente musicalizado "Triste" N° 4, de Julián Aguirre y "Canción Criolla" de Manuel Gómez Carrillo, bien expresadas en su intimidad racial por el Coro, y las canciones líricas "Snivaj Draga" de Ducmelic, "U Boj - U Boj" de Zajc, y "Sokacko kolo" de Degrel, cantadas con fervor y musicalidad telúrica y racial, trasunto de su típica etnomusicografía.

Dirigió con acierto, aplomo, medido en la línea, con muy buen sentido coral y musical el maestro Anton Soler Biljenski, recibiendo coro y director merecidos aplausos del auditorio.

Seguidamente actuaron el conjunto instrumental "Bosna" y el cuerpo de danzas folklóricas croatas.

Con los trajes típicos de las tres regiones o zonas panónica, dinárica y adriática, en el que sobresalió el "zlatara", bellísimo vestido de las mujeres de Eslavonia con sus tejidos de oro y seda. Los artistas bailaron las danzas milenarias de su etnografía y folklore musical, Seljancica, Bosansko kolo, Bunjevacko kolo, Tekla Voda Karasica, Osjecanka, Zagrebcanka y Svatovac, con sumo arte y donaire coreográfico, al son de sus instrumentos típicos, los que dieron al proscenio un colorido cuadro danzante con una brillante demostración de su popular destreza balletomana ancestral. Muy aplaudidos por el auditorio retribuyeron con una vivaz danza de conjunto eslava del área panónica.

Fue un magnífico recital en el que, como un mensaje de amor, revivieron sus profundas tradiciones, añoranzas y recuerdos tantos connacionales radicados en nuestra generosa tierra argentina. - J. V. E.

 

Zdravko Ducmelic - (Galería Wildenstein 23-9-74)

Milan Rakovac

Una cosa es segura lo que dijimos reiteradas veces en forma directa o indirecta, lo que confirma también la presente exposición, que Z. Ducmelic ya recorrió su camino de búsqueda de nuevas concepciones de la realidad y de nuevos apoyos en sus visiones pictóricas y en su rica vida interior. Expresar fiel y convincentemente las fibras más íntimas de su alma ya no representa para él dificultad o problema alguno ni en el plano técnico ni pictórico, de manera que es comprensible y natural que entre la trama, el desenlace, la armonía y la gran desarmonía del pensamiento contemporáneo del "homo novus" y la pintura de Z. Ducmelic encontremos paralelas características.

Su constante afán de lo desconocido y extraño y su constante esfuerzo por revelarnos la faz enigmática de sus deseos y ensoñaciones, lo misterioso y escondido de su vida espiritual y de sus vivencias, se repite en formas que conocemos en sus actuales cuadros, siempre aceptables e interesantes. El dibujo y la temática sorprenden y llaman la atención por su osadía, pues el campo de su sentir y vivir es inmenso y rebosa de un colorido denso y rico, y sus cuadros llenos de un entusiasmo encubierto -siempre en el primer plano - pues pintar para Z. Ducmelic es un modo de existir y vivir. Con razón podría arrogarse aquella frase: "Yo y mis cuadros somos una sola cosa", de modo que en cada cuadro está acentuadamente presente y siempre se siente una intensiva necesidad de buscar nuevas formas y nuevas expresiones de la riqueza pictórica que lleva adentro. Sus cuadros son siempre un reflejo fiel, vigoroso y convincente de esta riqueza y de esta extraordinaria imaginación, muy atenta en el intensivo observar y vivir de la realidad que lo rodea, de modo que todos sus personajes y figuras en los espacios cerrados y extraños y los paisajes aún más misteriosos sin luz ni perspectiva, toda esta rara temática, si bien todo pertenece a un mundo extraño y encantado, este mundo de su imaginación nunca se aleja del todo de lo real y lo existente. Consecuente en sus aspiraciones pictóricas y un soñador audaz e incorregible tan sólo sugiere sino omite todo lo anecdótico para subrayar humilde y sencillamente lo esencial y lo primordial. De esta manera Ducmelic logra llamar la atención de todo observador atento y sus recientes cuadros, resultado de sueños y fantasías misteriosos, si bien a primera vista muy simples, siguen siendo parte de su realidad pictórica y fruto de un trabajo conciente y metódico, confirmación auténtica de un gran talento.

 

Ecos del libro de Ivo Rojnica: "Prikaz povijesti argentine i doprinos hrvata"

"La Prensa" del 1-8-74 escribió:

"Panorama de la historia argentina", por Ivo Rojnica

Prólogo de Branko Kadic. Texto en croata. Sin mención de editorial. Talleres Gráficos Vilko, Buenos Aires, 269 páginas ilustradas.

Basándose en el estudio de los más conocidos historiadores argentinos, el autor nos brinda un corto, resumido pero completo panorama -en forma narrativa y cronológica- de la Historia Argentina, desde sus comienzos hasta la época actual.

Éste es el primer libro sobre este tema en idioma croata. Fue esto lo que llevó al autor a escribir este libro, así como también el deseo de que los croatas en la Argentina, en el mundo, y los que se encuentran en su patria, "conozcan esta grande y maravillosa tierra. Grande por el territorio que ocupa y por sus riquezas naturales; grande por su hospitalidad, por su defensa de la libertad y por su glorioso pasado", y que tiene "todos los requisitos básicos para convertirse en un futuro cercano en factor preponderante no sólo en el hemisferio sur, sino también en el ámbito mundial".

La segunda parte del libro está dedicado al aporte que hicieron los croatas (aquellos nacidos en Croacia) en todas las actividades, tanto culturales como materiales, al engrandecimiento de esta nación.

La meta que persigue al autor en esta parte del libro es detallar todo aquello que el propio Rojnica pudo investigar y recopilar sobre la inmigración croata. El trabajo que se presenta es, sin duda, de gran interés, y es también valiosa la obra desde el punto de vista de su documentación, ya que se trata del primer trabajo encarado con seriedad sobre el tema - G. G. A.

Esta es la nota publicada en "La Nación", Buenos Aires, del 15-9-74:

"Panorama de la historia argentina", por Ivo Rojnica

Prikaz Povijesti Argentine es el título en croata de esta historia de nuestra nación escrita totalmente en ese idioma para sus connacionales por un miembro de dicha colectividad. Ivo Rojnica traza un panorama clásico de nuestra historia desde la época colonial hasta 1960 en forma "amena y coherente", según explica el prólogo en español de Branko Kadic. Por poco frecuente, es grato destacar este gesto del autor de la obra, que desea contribuir al conocimiento del pasado argentino entre sus compatriotas, tan numerosos actualmente tanto en la Argentina como en otros países hispanoamericanos, movido por su agradecimiento a nuestro país. (269 páginas. Talleres Gráficos Vilko).

Un periódico esloveno sobre la "Historia Argentina" de Rojnica

El periódico esloveno "Smer v Slovensko Drzavo" ("Rumbo hacia el Estado esloveno"), nro 52, del 15 de septiembre del año en curso, dice textualmente sobre el libro de Ivo Rojnica: Prikaz Povijesti Argentine i Povijest Hrvata: "El industrial croata Rojnica, es bien conocido por los eslovenos como un eficaz economista, como gran patriota y mecenas en todo lo que sirve a la causa croata, especialmente si se trata de la libertad e independencia croatas.

"Hace unos años publicó por su cuenta el libro: Encuentros y Vivencias, donde describió la actividad de los nacionalistas croatas en la Yugoslavia de preguerra y dio una apreciación crítica de los acontecimientos y el desarrollo en el tiempo de la independencia de Croacia.

"Ahora nuevamente publica como edición propia el libro con el título arriba mencionado. En el capítulo final el autor señala las razones que motivaron este nuevo trabajo: primero, el sentimiento de eterna gratitud a la República Argentina que, al finalizar la última guerra, dio asilo a millares de croatas, que estuvieron que refugiarse por todos los rincones de Europa ante la persecución de la policía secreta y partidaria yugoslava como animales salvajes y, segundo, para que todos los croatas y en todos los continentes conozcan la historia de la nación que tanto de bien hizo para los exiliados croatas:

"El libro está dividido en dos partes: en la primera parte se reseña en forma exhaustiva la historia de este Estado (Argentina), desde su conquista en adelante, y en la segunda, el autor se refiere a la contribución de los croatas a su ciencia, su cultura y su economía.

"La introducción en croata y en español está escrita por Branko Kadic, un trabajador cultural croata. El libro contiene fotografías de paisajes y personalidades históricas del país. La tapa del libro está ilustrada por la hija del autor, Carmen.

"Rojnica por su obra tanto intelectual como económica, sin duda alguna, sirve como ejemplo a los demás emigrantes. Idealistas de esta clase son pocos entre nosotros."

En el mismo periódico están registrados los volúmenes 52-53 de Studia Croatica, reproduciendo los nombres de los autores y los títulos de los más importantes artículos y noticias, indicando además la dirección de la revista, donde se la puede comprar o suscribir.

 


Reseña de libros

Ivo Andric: "Fra Petar e fra Marco"

Roma, 1974, 236 págs., traducción italiana del prof. Franjo Trograncic, 500 ejemplares.

En esta obra el profesor Trograncic ha reunido, en excelente traducción al italiano, nueve cuentos -verdaderas joyas narrativas- de Ivo Andric. El tema principal de los mismos son los franciscanos croatas de Bosnia, bajo el dominio turco. El traductor, en la presentación del libro al público italiano, recalca: "La Bosnia de Andric es un país de contradicciones nacionales, religiosas y sociales, donde viven pueblos diversos uno al lado de otro y donde se enfrentan civilizaciones y culturas diferentes; un ambiente morboso y tenebroso, en el que dominan el miedo y la angustia, el fatum y la muerte. Andric sacó de allí una rica galería de tipos extremadamente caracterizados, fijándolos en sus peculiaridades más pronunciadas: visires, bajás y pashás turcos; oficiales austríacos, hajducos, comerciantes, judíos y gitanos; ricos y pobres, con sus instintos y sus pasiones, sus dudas y dolores, sus costumbres y usanzas, con sus horizontes espirituales, sus luchas y desalientos. Pero, entre tantas figuras, las más exitosas son las de los viejos frailes franciscanos de Bosnia, que encontramos tanto en las novelas como en los cuentos de Andric.

Muchos escritores intentaron interpretar antes que Andric el alma y la mentalidad de estas figuras originales en los románticos monasterios franciscanos de Bosnia, pero nadie lo hizo con tanta sinceridad cordial, que linda casi con un reconocimiento personal del autor, con tanta simpatía y bondad, con tan ferviente entusiasmo y, por sobre todo, con tanto arte como lo hizo Andric. Hay una verdadera antología, compuesta por una decena de sus mejores cuentos que aquí presentamos al público italiano, en la que los protagonistas son los franciscanos de Bosnia".

Cabe destacar que el profesor Trograncic dedica también esta obra a esos franciscanos, maestros y profesores de su juventud. "Con su labor educacional y con su espíritu de sacrificio en la tarea de guiar a las almas, que llegaba hasta el martirio, los franciscanos bosníacos merecieron una denominación de afecto -ujaci (derivado de ujak en croata o tío en castellano)- que todavía vive en la boca de la población. A pesar de las condiciones muy penosas en las que se desarrollaba su actividad relativa a la cura de almas, los franciscanos no olvidaron cultivar ciencias y literatura En efecto, antes de la fundación de su Vicaría (1340), la situación cultural del país era más bien baja, hecho por el que su primera inquietud fue elevar el grado de vida cultural y social del pueblo. Para tal fin fundaron escuelas y mantuvieron vivo el sentimiento nacional, amenazado por la prolongada ocupación turca. No obstante, los franciscanos tuvieron éxito no sólo gracias al estímulo de amor por su pueblo, el amor que suple tantas carencias, sino también porque su cultura general fue más que envidiable para aquellos tiempos y suficiente para aquellos lugares. Nos legaron en realidad bastantes obras de teología y de filosofía, de literatura, de historia, de jurisprudencia y de medicina; del arte oratorio y de filología. En fin, sin su obra, el nombre croata, y con él la religión católica en Bosnia, se habrían conservado con muchas más dificultades".

Sirvan estas líneas de testimonio de gratitud de Trograncic a sus profesores y educadores personales, al pueblo croata en Bosnia y al mismo Andric, oriundo de aquel ambiente croata y católico al que también pertenecía Trograncic.

Hay que leer estos cuentos del máximo maestro de la pluma de origen croata. No importa -hasta cierto punto- que a Andric lo consideraremos nosotros los croatas como un renegado nacional porque, en circunstancias desfavorables, optó por el ambiente cultural servio. Leyéndolo, los lectores atentos, descubrirán el alma de Andric naturaliter croata y católica.

Así, por ejemplo, al leer el primer cuento de esta obra, titulado En la musafirhana (musafirhana es palabra turca y significa: pieza para huéspedes. Los turcos en Bosnia obligaban, incluso a los franciscanos, a proveer un espacio para sus viajeros, que se hospedaban allí, a menudo gratis y con muchos abusos en perjuicio de sus "anfitriones"), Andric nos descubre la pureza de alma y el idealismo del franciscano fray Marco Krneta. Se trata de un bosníaco físicamente fuerte, pero que no tenía muchas aptitudes intelectuales ni gran interés por las conquistas de la civilización. Mas su amor para con el prójimo, la inquietud por su salvación eterna, le fueron proverbiales. En la musafirhana de su monasterio intenta convertir y bautizar a un "turco" enfermo, dejado a su cargo por sus dos compañeros que se habían ido. Pero en el momento en que fray Marco creía haber llegado al punto en que el "turco" moribundo había decidido aceptar el bautismo, éste escupió la cruz que fray Marco ostentaba como símbolo de salvación. Furioso en un primer momento, fray Marco se calma pronto y se reprocha su ineptitud y su inutilidad aún para la propia comunidad religiosa. Cuando al día siguiente murió el "turco" y lo llevaron al sepelio, fray Marco, que estaba trabajando en el campo del monasterio junto con obreros voluntarios o pagados, mirando de lejos el cortejo fúnebre, levantaba de vez en cuanto la cabeza y rezaba por su difunto "huésped". En sus meditaciones solitarias, según Andric, fray Marco pensaba: "Todo se halla en esta gran nave de Dios que está desplazándose: el país, los campos, el monasterio y la musafirhana. Yo sabía que Tú no te olvidas de nadie, ni del fray Marco balbuceante, ni de aquel pecaminoso Osmo Mameledzija (su ex huésped en la musafirhana - obs. n.). Incluso si uno escupe a tu cruz, es como si uno tuviera una pesadilla. En tu nave hay lugar para todos. Incluso para aquel loco Kezmo (uno de los compañeros de Osmo, que maltrataba a fray Marco - Obs. n.), si no fuese..."

Andric proyecta así una verdadera luz de simpatía y de bondad sobre fray Marco y fray Petar, dos de los protagonistas principales en los cuentos que Trogranci presenta al público italiano y, por cierto, mediante este idioma, a un público mucho más amplio. Andric se identifica con sus protagonistas. Tal es así que en el ambiente cultural servio, no católico, ortodoxo, por el que había optado y al que debería pertenecer, lo llaman "fray Ivo", devolviéndolo así, espontáneamente, a su ambiente croata y católico por sentirlo extraño en su propio seno.

Dicha opción es extraña -si es real- a Andric, si tenemos presente también lo que él mismo dijo en 1963 al recibir el premio Nobel de literatura: "No tiene importancia si un escritor describe el pasado o el presente, o si se proyecta hacia el futuro. Lo que importa es el espíritu que consiga infundir a su cuento, el mensaje fundamental que interesa a los hombres, porque el escritor y su obra no sirven de nada, si no aportan algo positivo a la humanidad. Esto es lo esencial".

Servir a la humanidad y renegar al mismo tiempo del espíritu de aquellos franciscanos que conservaron la conciencia nacional croata y la fe católica en Bosnia, contribuir a la persecución actual, renovada, del catolicismo y de los croatas, ¿es realmente aportar algo positivo a la humanidad?

Otro escritor croata -Ivan Supek- uno de los mejores especialistas nucleares en la Yugoslavia comunista, "depurado" del Partido y ex-rector de la Universidad de Zagreb, escribió en 1971, cuando los comunistas croatas intentaron "humanizar" el régimen de Tito y asegurar a su propio pueblo croata una mejor posición que la que le corresponde en aquella comunidad injusta lo siguiente: "Dostoievski observaba con aguda profundidad en una de sus novelas que su protagonista cuanto más se entusiasmaba por los ideales de la humanidad universal tanto menos se interesaba por sus prójimos. Ustedes no pueden conocer lo que está lejos si no conocen lo que está cerca. Perdiendo su presencia humana y la de su terruño el hombre se encuentra en el vacío, a menudo cercado sólo por abstracciones. Un solitario 'ideologizado' de esta clase, empieza a negar todo lo de su alrededor y, en primer lugar, a la historia, a la nación, a todas las creencias anteriores y a las pequeñas alegrías humanas. A pesar de que yo fui uno de los iniciadores de la convocatoria de los 'Ciudadanos del mundo', siempre fui desconfiado con respecto a aquellos internacionalistas que fácilmente rechazaban la existencia nacional y su tradición. De igual manera soy desconfiado para con los que elevan su nación por sobre todo la demás... Lo universal está arraigado en el terruño natal de cada uno de nosotros y, calando en estas profundidades nuestras, nos elevamos a comprender y rendir el aprecio a todo lo humano".

Posiblemente Andric, presenciando las tristes condiciones en que se debate actualmente el pueblo croata y teniendo en cuenta lo que dicen Dostoievski y Supek, se acuerde de la inquietud de su fray Marco al regresar después de la confesión de un moribundo hajduk y cuando lo "invadió el antiguo desideratum de gritar, de salvar y hacer resanar a todos los que están perdiendo el alma. Existía un sendero de Dios tan bello y amplio. ¿Qué es lo que empuja a los hombres a desviarse? ¿Cómo es que no lo ven?" Andric ha "olvidado" el sendero natural y divino por el que tuvo que marchar con su pueblo croata. Un pecado grave, mortal contra su comunidad nacional. La gravedad es tanto mayor pues Andric, con un talento y una palabra que no son comunes, en lugar de servir de escudo a su pueblo croata, lo pone al servicio de su enemigo más cercano y acérrimo.

Mientras escribíamos esta nota bibliográfica, hemos recibido la triste noticia de la repentina muerte del profesor Trograncic, acaecida el 17 de septiembre ppdo. en Roma. Nacido en la ciudad de Vares, Bosnia, el 2 de septiembre de 1913, este asiduo trabajador cultural descansa ya en un cementerio de la Ciudad Eterna. Allí trabajó más de dos decenios como profesor universitario. Dejó detrás de sí huellas profundas e imborrables como embajador cultural de su patria, Croacia, llevando en el corazón un dolor sin consuelo por su pérdida y por ser uno de los países más martirizados actualmente en el área europea y en el mundo civilizado. Studia Croatica dedicará al doctor Franjo (Francisco) Trograncic, en uno de sus próximos volúmenes, más espacio, porque lo merece como hombre, como patriota y como trabajador cultural incansable, que tuvo que abandonar este mundo en la triste condición de exiliado político.

Franjo Nevistic

 

Ivo Omrcanin: "Sacred Crown of the Kingdom of Croatia"

(La sacra corona del Reino de Croacia). Dorance & Company, Philadelphia, 1973, 33 páginas.

El Prof. Omrcanin trata de describir y reconstruir la historia de la antigua corona real croata, desaparecida desde hace siglos. La base de su investigación es el bajorrelieve que forma actualmente parte de la balaustrada del baptisterio en la catedral de Split, otrora el templo de Aesculapius en el palacio Diocleciano de la misma ciudad. Hasta hace poco tiempo reinaba entre los estudiosos cierta incertidumbre respecto de quién era el personaje representado con la corona puesta en el bajorrelieve: un personaje religioso o un rey croata. El arqueólogo croata Ljubo Karaman demostró que se trata de un rey croata, y el arqueólogo austriaco Eitelberger probó que el bajorrelieve pudo haber sido hecho en el período comprendido entre el siglo noveno y el undécimo. La historiografía croata sostenía que el primer rey croata había sido el rey Tomislav (910-929), y por lo tanto se suponía que la figura del bajorrelieve representaba al rey Petar Krešimir IV (1058-1074) y que por ende pertenecía al siglo XI. Sin embargo, el Prof. D. Mandic, basándose en la antigua crónica "El Reino de los Croatas", y eliminando sucesivamente diferentes hipótesis, concluye que la asamblea en el Campo de Duvno, en la que fue coronado el rey Budimir (740-780), tuvo lugar a principios de setiembre de 753, pues el Papa Esteban y el emperador Constantino, de quienes habla la mencionada crónica, podían haber sido solamente el Papa Esteban II (752-757) y el emperador Constantino V Copronimus (741-775). Por lo tanto, el primer rey croata coronado es Budimir, coetáneo del emperador franco Pippino el Breve (746-768), quien a su vez fue el primer soberano ungido y coronado por la Iglesia en la sagrada ceremonia, en 751. El segundo fue el rey croata Budimir, quien fue ungido y coronado en 753, según sostiene el Prof. Omrcanin en la primera parte de su obra, titulada "La coronación en Croacia". En la segunda parte, bajo el título "La corona", el autor compara la corona croata representada en el mencionado bajorrelieve con la corona del emperador franco Lothar (845-860), en el retrato de Holofernes en la Biblia del emperador Carlos II el Calvo (875-877), en el retrato de su Biblia, y la del retrato de Holofernes en la Biblia de Carlos III el Gordo (881-888), llegando a la conclusión de que la corona croata tiene las mismas características de las coronas occidentales, o sea que todas llevan cuatro cruces sobre el círculo de oro, como se desprende de las ilustraciones en colores obtenidas por cortesía de la Biblioteca Nacional de París y del Sacro Monasterio San Paolo fuori le Mura en Roma, respectivamente.

El autor aporta al esclarecimiento de a quién representa el bajorrelieve por cuanto concluye, en base a los antecedentes arriba mencionados, que el personaje en cuestión es el rey (kral = kralj = rex) Trpimir I (845-860), coetáneo de los mencionados emperadores, y que la corona croata es sin duda de tipo carolingio y no de tipo bizantino, la que lleva siempre una sola cruz y las pendientes (orejeras) movibles, a diferencia de las coronas occidentales de la época que las tuvieron rígidas hasta su completa desaparición.

Como corroboración adicional de sus alegatos acerca del tipo y de las características de la corona croata, el autor reproduce una foto del mural del rey Mihajlo (1046-1081) de la dinastía croata de Duclia -Croacia del Sur-, pintado después de su coronación, en 1077, en la iglesia de San Miguel en Ston, cerca de Dubrovnik.

Las reproducciones del material ilustrativo, en parte en colores, en parte en blanco y negro, así como la reproducción de la reconstrucción de la corona en colores, explican el porqué de esta edición tan lujosa en cuanto a formato, tamaño y a papel ilustración utilizado.

En la tercer parte "Los gobernantes de Croacia"- el autor reproduce, de su obra "Diplomatic and Political History of Croatia" (Dorrance & Company, Philadelphia. 1972), la lista de todos los gobernantes de Croacia, agrupados en catorce grupos, desde los siglos más remotos hasta la fecha.

Cabe mencionar, para concluir, que la corona de los reyes croatas Tomislav (910-929) y Petar Kresimir IV (1054-1074) en sus respectivos retratos del pintor croata Kristian Krekovic, que también se reproducen en la obra, presentan más de la corona real que de la imagen esquemática en colores hecha según indicaciones del propio autor.

Milan Blazekovic

 

George J. Prpic e Hilda Prpic: "Libros y folletos croatas en el exilio - Croatian books and booklets in exile"

Cleveland 1973, pág. I - XIX, 73. (Edición del autor en colaboración con el Institute for Soviet and East Europa Studies, de la John Carroll University, Cleveland, Ohio).

Después de una bibliografía en idioma inglés sobre "Europa oriental y el Comunismo mundial" (Cleveland, 1966) y de una bibliografía de las "Publicaciones croatas en el extranjero después de 1939" (Cleveland, 1969) en el mismo idioma, ésta es la tercera obra de carácter bibliográfico del profesor G. J. Prpic. La preparó en colaboración con su esposa y la publicó en idioma croata. Dedica la obra a los pioneros de la palabra impresa y, en modo especial, al profesor Dominik Mandic, "hoy nuestro más eximio historiador", desaparecido cuando esta obra estaba por salir de la imprenta.

La introducción a la obra la constituye un ensayo con el título "El papel de la literatura croata en el exilio". Allí el profesor Prpic presenta un breve panorama de las publicaciones literarias croatas en el extranjero desde 1890 hasta hoy, señalando así la existencia de tal literatura, especialmente en lo que respecta a los Estados Unidos de América. En el índice aparecen 380 autores, cuyas obras, con todos los datos bibliográficos, se agrupan en cuatro partes: libros en idioma croata -243 obras-, folletos en idioma croata -92 obras-, libros en idioma extranjeros -298 obras- y folletos en idiomas extranjeros -91 obras-; en total 724 obras, de las cuales más de la mitad está escrita en idiomas extranjeros.

A título de colaboración a la difícil pero meritoria labor del profesor Prpic, agregaremos que quizás correspondería incluir en la bibliografía la novela de Ivan Glogovsek y Marcos Kalazch "Los amores y las tragedias (Sarajevo 1914)", (576 págs.), publicada en Buenos Aires, en 1948.

También consideramos que las obras del trágicamente desaparecido profesor de la Universidad de Viena, Dr. René Marcic, sobre cuya personalidad y obra científica podemos interiorizarnos en otra parte de este volumen, deberían tener cabida en la presente obra bibliográfica.

Una bibliografía por materias, tomando en cuenta, además de los libros y folletos, por lo menos los publicados en distintas revistas croatas, sería de imperiosa necesidad. La realización de tal tarea sobrepasa las posibilidades de un profesional si no le asiste en ella alguna institución o entidad con personal versado en distintos idiomas, en los cuales los intelectuales croatas, diseminados por todo el mundo, deben expresar sus pensamientos u obras.

Milan Blazekovic

 

Prof. George J. Prpic: "Croatia and Hungary during the Turkish era"

(Croacia y Hungría durante la época turca), publicado por el "Center for Southern-Hungarian and Balkan Studies", Cleveland, Ohio, 1973, 32 páginas.

El Centro de Estudios de Hungría del Sur y de los Balcanes, de Cleveland, EE.UU., ha publicado en la revista húngara "Virraszt" (Awakener), vol. 3 (Julio 1973), como primera nota de la serie "Southern-Hungarian and Balkan Studies", la breve reseña histórica arriba indicada del historiador croata, profesor George J. Prpic, en la John Carroll University, en Cleveland, Ohio, sobre las relaciones húngaro-croatas durante la época turca, o sea desde 1527 hasta fines del siglo XVII.

No es tarea fácil para un historiador croata escribir para una revista húngara sobre las relaciones húngaro-croatas durante cualquier época de la larga convivencia de estas dos naciones, pues no existe coincidencia entre los historiadores de ambas naciones ni siquiera con respecto a la interpretación de los acontecimientos que, en definitiva, condujeron a la formación de la unión personal entre el Reino de Croacia y el Reino de Hungría en el siglo XII. Al respecto, basta con recurrir a la obra del profesor Ferdo Sisic, "Enchiridion fontium historiae croaticae" (Manual de las fuentes de la historia croata, Zagreb 1914, 653 págs), para darse cuenta de la magnitud de opiniones divergentes de los historiadores croatas y húngaros en lo que atañe a los hechos históricos fundamentales.

Sin embargo, parece que el profesor Prpic logró encontrar el lenguaje apropiado para presentar las relaciones húngaro-croatas en la época indicada de tal manera que una organización húngara (con tendencias revisionistas, pues representa la voz de los habitantes de territorios húngaros atribuidos a los Estados vecinos después de la primera guerra mundial) consideró que este pequeño estudio "contribuirá al mejor entendimiento de nuestro pasado común y de nuestros comunes intereses que hicieron tan durable (1102-1918) la unión húngaro-croata", según expresa en el prefacio de la publicación el señor Antonio J. Lelbach M. D., presidente del mencionado centro.

En efecto, el autor resume los acontecimientos más importantes de la historia común a través de los siguientes capítulos: 1. - Croacia y Hungría durante la era turca; 2. - El siglo XV; 3. - Reliquiae reliquiarum; 4. - Entre los Habsburgo y los turcos, y 5. -La revuelta contra los Hasburgo. Su exposición está acompañada de cuatro páginas de notas y referencias llenas de datos bibliográficos de distintos autores (historiadores), cuyas opiniones el profesor Prpic a veces descalifica, como en el caso del libro de Emil Lengyel "1000 years of Hungary", tildándolo de "sumamente deficiente al presentar las relaciones húngaro-croatas". De la misma manera critica la obra "Political Evolution of the Hungarian Nation" (Londres 1906), de Cecil M. Knatchbull, por ser una interpretación típicamente nacionalista de los historiadores húngaros. En efecto, ahí se habla del Reino de Croacia, Slavonia y Dalmacia como de "tres distritos", llamados primero "partes subjectae" y posteriormente "partes adnexae", que jamás reclamaban más que una "independencia municipal". Sin embargo, esa era la actitud que mantenían los políticos húngaros en 1848 cuando chocaran los nacionalismos croata y húngaro con armas en la mano. Este punto es quizás el más difícil a presentar a satisfacción de ambas partes. Las sutiles concesiones que el autor formula un poco al gusto de sus lectores húngaros respecto de la política seguida por el ban croata, barón Josip Jelacic, van en detrimento de su imagen histórica. En efecto, si bien es cierto que el ban Jelacic murió mentalmente oscurecido por desilusión con los Habsburgos, a los que decisivamente ayudó a salvar, también es cierto que Croacia jamás pudo sola, por sí misma, enfrentar a Austria y a Hungría en procura de su independencia estatal, sino que en defensa de la independencia existente y a veces precaria tuvo que aliarse con una de ellas contra la otra. Por ello, es difícil coincidir con el autor -y con "los historiadores croatas modernos"- en que "el ban Jelacic, en lugar de marchar con el ejército croata a Hungría, y a Austria para salvar a los Hasburgo, hubiera proclamado la independencia de su propia tierra. Jelacic no creó el Estado croata, no había marchado a Bosnia para liberarla de los turcos, no aceptó ofrecimientos de algunos eslavos del sur (como montenegrinos), sino en cambio, combatió a los patriotas liberales húngaros y a la Viena revolucionaria". Esta formulación, por sí sola nos indica la proveniencia ideológica de los historiadores croatas modernos a los que el autor se refiere, cuyas interpretaciones se deben a la interpretación marxista de la historia croata, que se concentra más en los propósitos y fines que a las reales posibilidades, y que ha servido de argumento y pretexto para el desmantelamiento del monumento del ban Jelacic en la plaza homónima de la capital croata, Zagreb.

Después de los Habsburgo y de los turcos los croatas y los húngaros, y sus respectivas tierras, están dominados por el comunismo. Quizás ahora es tiempo de que los historiadores, escritores y políticos croatas y húngaros ejerzan la autocrítica, concluye en sus instructivas e interesantes consideraciones finales el profesor Prpic.

Milan Blazekovic

 

Ivo Rojnica, Prikaz Povijesti Argentine i doprinos Hrvata

(Panorama de la Historia Argentina y el Aporte Croata), Ed. del autor, págs. 269, en croata. Talleres Vilko SRL, EE.UU. 425, Buenos Aires.

Teniendo presente que el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, Buenos Aires, prevé como su finalidad promover el conocimiento recíproco entre el pueblo croata -su historia, su cultura y su lucha política actual- y los pueblos ibero-americanos, especialmente el pueblo argentino, y que con este propósito publica ya 15 años la revista Studia Croatica, podemos decir que el libro del epígrafe, cuyo autor es el vicepresidente del mencionado Instituto, constituye el documento más completo en ese sentido.

Rojnica relata en forma sucinta, clara y cronológica la historia de este país, uno de los más importantes en la América latina, sin pretensiones científicas con una investigación previa y el estudio crítico de las fuentes de conocimiento. La intención del autor fue informar a los croatas en su idioma propio sobre la vida nacional argentina, ateniéndose estrictamente a las obras de varios autores argentinos bien seleccionados.

Dentro de este plan panorámico-informativo, es lógico que tampoco cuadra adentrarse en los problemas de las corrientes ideológicas que aparecieron en el curso de siglos del desarrollo de la vida nacional, tanto como parte del imperio español o como de una nación independiente. Cuando el autor toca, incluso, el problema de los partidos políticos de diferentes escuelas filosóficas o económico-sociales, guarda una posición ecuánime y de objetividad sin favorecer a una u otra corriente, considerando, para su propósito, necesario conceder a todas la intención, seria y fundamental, de promover la prosperidad, el crecimiento y un futuro cada vez más luminoso de la nación entera.

Por todo esto, el lector croata -hay centenares de miles sólo en Latinoamérica- ávido de conocer a un pueblo inteligente, dinámico y pujante, ubicado en el extremo sur del continente, de una superficie enorme y una riqueza incalculable, al cerrar el libro tendrá una imagen clara de la República Argentina.

El interés por el libro viene de todos los lugares del mundo donde viven croatas exiliados, testimonia el acierto del autor y de su obra. La lucha argentina por la Independencia, además de ser heroica, es también instructiva para todos los pueblos que todavía están luchando por su independencia. Un pueblo, sintiendo la comunidad de intereses y un futuro luminoso en la independencia, no pudo soportar más arbitrariedades políticas, económicas y administrativas de la Metrópoli, se levantó para hacerse dueño de su propio destino histórico.

La señera figura del general San Martín fue al comienzo, la del prócer supremo y conservó su puesto hasta hoy, no sólo cronológicamente, sino también como el símbolo de la unidad y la libertad tanto argentina como la del continente entero. Este fue el ideal más caro del recientemente desaparecido presidente general J. D. Perón. Como en aquel período de la actuación histórica de San Martín, personalmente desinteresada y llena de abnegaciones, así en a actualidad el Gral. Perón puso a la Argentina a la cabeza de la unión de los pueblos latinoamericanos. Desde ya que las condiciones políticas, económicas y técnicas del mundo actual que nos toca vivir son distintas. Hay que estrechar las filas, aunar las fuerzas para poder competir con las demás potencias, cuyo radio de acción, gracias al desarrollo científico-técnico, se agranda cada vez más, tomando dimensiones mundiales. Tanto en el orden geográfico como económico, cultural, militar o político.

Para completar su propósito, el de una información recíproca, Rojnica agrega en su libro un capítulo dedicado a los croatas que se destacaron por su actividad y el aporte al progreso de la Argentina. El autor aplicó el criterio de considerar como croatas sólo a los que nacieron en Croacia y, al llegar a su nueva patria, desarrollaron una actividad -económica, científica o cultural- que significó la contribución no de todos los días.

El libro de Rojnica tiene también otro aspecto muy interesante. El autor, sin pretensiones de ser exhaustivo y completo, pero con un sentido especial por la realidad concreta, contrarresta y previene con hechos irrefutables las denigraciones siempre renovadas contra los croatas, en el medio social argentino también, por nuestros enemigos nacionales. Son ellos quienes difunden leyendas negras anticroatas sin otra base que no fuera su fantasía, que poco tiene que ver con la más mínima ética digna del hombre.

Ateniéndonos, incluso, a la sabiduría clásica -nemo beatus ante mortem- podemos decir que la colectividad croata en la República Argentina es una de las más aplicadas en su honesto trabajo de todos los días, ajena a toda clase de actividad subversiva o criminal. El libro de Rojnica proporciona datos que colocan a nuestra colectividad al extremo opuesto de la escala de valores. Es por eso que este libro puede servir de manual de defensa de la integridad moral y cívica del hombre croata en este mundo latinoamericano.

Efemerón

 



[1] A. Camus, L'Homme Révolté, París, 1951, pág. 14, L. Gallimard: "Mais les camps d'esclaves sous la bannière de la liberté, les massacres justifiés par l'amour de l'homme ou le goût de la surhumanité, désemparent, en un sens, le jugement. Le jour où le crime se pare de dépouilles de l'innocence, par un curieux renversement, qui es propre à notre temps, c'est l'inonce qui es sommée de fournir ses justifications".

[2] "El existencialismo, por el contrario piensa que es muy incómodo que Dios no exista, porque con él desaparece toda posibilidad de encontrar valores en un cielo inteligible... no está escrito en ninguna parte que el bien exista, que hay que ser honrado, que no hay que mentir, pues que precisamente estamos en un plano donde hay solamente hombres... En efecto, todo está permitido, si Dios no existe y en consecuencia el hombre esta abandonado, porque no encuentra ni en sí ni fuera de sí una posibilidad de aferrarse". J. P. Sartre, Martín Heidegger, Sobre el Humanismo, SUR, Buenos Aires, 1960, págs. 20-21.

[3] Bertrand Russell, Por qué no soy cristiano, en Prefacio, pág. 14, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1971.

[4] Guido Gonella, Presupposti di un ordine internazionale, Città del Vaticano, 1943, pág. 88

[5] Friedrich Nietzsche, Werke, ed. K. Schlechta, vol. III, 2º ed., Munich, 1960, pág. 917, citado según Geoffrey Barraclough: Introducción en la Historia Contemporánea, Madrid, 1965, pág. 293.

[6] A. Jurado, El mono con armas en "La Prensa" del 11 de agosto de 1974, edición ilustrada de los domingos.

[7] Aproximación histórica de la Guerra Española, 1936-1939: Anexos de "Cuadernos bibliográficos de la Guerra Española (1936-1939)", Universidad de Madrid, 1970, Nº 1, pág. 15.

[8] El escritor y diplomático Salvador de Madariaga, en su magistral obra España - Ensayo de historia contemporánea (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 4º ed., 1944), caracteriza con gran acierto las maniobras comunistas tendientes a afianzarse en la Península Ibérica: "La Tercera Internacional había seguido (y quizá precedido) la rebelión en Asturias en 1934 con el mayor interés. Durante el séptimo congreso de la Internacional Comunista, que tuvo lugar en Moscú en agosto de 1935, quedó adoptada la política llamada de caballo de Troya, que el camarada Dimitrov expuso al Comintern. Era esta política el resultado de un cambio de táctica en el comunismo, que, en lugar de atacar de frente al capitalismo, se proponía atacarlo por dentro, penetrando en su organización política mediante alianzas con todos los partidos que se aviniesen a colaborar con el comunista. En política internacional, este cambio de táctica llevó al comunismo soviético a Ginebra y al Rassamblement Populaire Pour la Paix. En política nacional, lo llevó al Frente Popular". Op. cit. pág. 595.

[9] Me consta que el Dr. Stojadinovic -condenado al ostracismo político durante la dictadura del rey Alejandro I Karageorgevic- acudía regularmente como accionista de la Compañía Oceanía S. A. Susak, a las asambleas de dicha sociedad, que mantenía unas líneas regulares entre los puertos de Susak, Sibenik, Split y Dubrovnik (Gruz) y los puertos de España (Barcelona, Valencia, Alicante), Marruecos (zona española) y las Canarias, y que estaba al corriente de las gestiones respectivas en pro del fomento de las relaciones con España.

[10] Los cupos otorgados por parte de España fueron: para traviesas de ferrocarril, maderas (números 101 y 102 del Arancel de Aduanas), huevos frescos y celulosa; Yugoslavia, por su parte fijó los cupos de importación de arroz, cacahuetes, naranjas, limones, mandarinas, corcho no elaborado, tapones de corcho e hilados de algodón de un cabo.

[11] Como, por ejemplo, los exportadores de huevos, los que por no tener cupos en julio y agosto para el mercado de Alemania se empeñaban en enviar a España -uno de los mercados más atractivos, después de Alemania e Inglaterra- grandes cantidades de cajas, a pesar de la situación anormal, suponiendo que los distribuidores no tardarían en desaparecer; es así como el cupo global de 20.000 quintales métricos para el año 1936 fue aprovechado en sólo dos meses en un 34,7%, lo que corresponde a 6.940 q.m. de huevos por un valor de 5.740.000 dinares.

[12] Es raro que el Dr. Stojadinovic no mencione su encuentro con el ex rey de España Alfonso XIII, quien, proveniente de Austria, visitó, precisamente en aquel mismo día, a S.A.R. el Príncipe Regente Pablo de Yugoslavia, en el cercano castillo de Brdo. Esta visita, que yo sepa, no fue registrada por la prensa.

[13] Cfr. Cablegrama enviado por la United Press, desde Hendaya, que publica El Mercurio, Santiago de Chile, el 22 de agosto de 1936:

[14] La legación de España en Belgrado se hallaba acéfala ya antes de qué estallara la guerra civil española; el ministro, don Fernando Alcalá Galiano, conde de Tarrijos, se había alejando por motivos personales, y el primer secretario de la legación, que desempeñaba las funciones de encargado de Negocios ad interin se pasó pronto al bando nacionalista.

[15] En cuanto a la opinión pública, es sintomático que las editoriales de Belgrado se apresuraran a satisfacer la demanda de información, publicando obras que tratan el problema español desde el punto de vista del Frente Popular, según lo registra la Bibliografía general sobre la guerra de España (1936-1939) y sus antecedentes históricos, Ariel S.A., Madrid-Barcelona, 1968, 729 páginas (con una introducción del Prof. R. de la Cierva; la lista no parece ser completa, ya que había varios folletos -y aun clandestinos- en circulación).

[16] Para destacar la imparcialidad en los asuntos de España, había considerado conveniente poner entre comillas los conceptos "democracia", "fascismo", "nacionalistas", "rojos", etc. Cfr. las aclaraciones para designar a los militantes de cada bando en Luis Vilá-San-Juan: ¿Así fue? Enigmas de la guerra civil española (Ediciones Nauta, S.A., Barcelona, 2º ed., 1972, 527 págs. pág. 22 ss.).

[17] Cfr. S. de Madariaga, o. cit., págs. 408-409.

[18] Hermano menor del general Francisco Franco, Ramón Franco, de ideas avanzadas en aquella época, publicó en 1931 un libro, Madrid bajo las bombas, que dedica "a los mártires de la Libertad, capitanes Galán y García Hernández, asesinados el domingo 14 de diciembre de 1930 por la reacción española, encarnada en la monarquía de Alfonso XIII y su gobierno presidido por el general Dámaso Berangeur". En 1936, en un vuelo de guerra en favor de los nacionalistas, desaparecerá con su aparato. Cfrs. L. Vilá-San-Juan, Op. cit. pág. 99, y S. de Madariaga, o. cit. pág. 449.

[19] José Ma. Gil Robles, jefe de la Acción Popular, en sus memorias políticas. No fue posible la paz (1º ed., Ariel, Barcelona, 1968, 851 págs. págs. 64-65), explica el espectacular fracaso de las derechas: "Los partidos políticos ya muy fragmentados antes de 1923, quebrantadísimos durante la Dictadura y sin raíces sólidas, se derrumbaron con estrépito. Carecían también las derechas de espíritu combativo. Dueñas del poder, lo abandonaron sin lucha. Al no tener apoyo de la fuerza pública, se quedaron sin dominio de la calle. Desprovistas, además, de hábitos de contienda ciudadana, se entregarían con resignación a su triste suerte. Las elecciones de las Cortes Constituyentes (28 de junio de 1931) consumaron el desastre de las elecciones municipales".

[20] En cuanto al papel que desempeñó el general Sanjurjo el 14 de abril de 1931, cfr. S. de Madariaga, Op. cit. pág. 454, y en el levantamiento del 10 de agosto de 1932, Joaquín Arrarás, Historia de la Segunda República Española (T. I., Editorial Nacional, 24 ed., Madrid, 1956, 526 págs. p. 485 ss).

[21] En aquel momento el jefe de la Acción Popular acaudillaba también la Confederación Española de Derechas Autónomas. La C. E. D. A. nació en el Congreso de las entidades afines de Acción Popular, que tuvo lugar en Madrid del 28 de febrero al 5 de marzo de 1933. En las elecciones de noviembre de 1933 obtuvo la C. E. D. A. 115 escaños, de los que pertenecían a la Acción Popular 67, así que Gil Robles era árbitro en las Cortes con el grupo más fuerte de entre un total de 473 diputados. Cfr. Gil Robles, op. cit., pág. 102.

[22] Ricardo de la Cierva, quien ha estudiado minuciosamente los factores desencadenantes de la Guerra española (en "Aproximación histórica...", op. cit. pág. 80), expone al respecto: "Muchos años después, nada menos que el 14 de diciembre de 1968, José Calvo Sotelo ha sido declarado muerto en campaña por el gobierno dei general Franco. Su muerte fue, por tanto, la señal".

[23] Cfr. José Ortega y Gasset: España invertebrada, Ediciones "Revista de Occidente", 12º ed., Madrid, 1962, págs. 79 ss.

[24] El general Weigand, en el prefacio del libro del general Duval, Op. cit., analiza los elementos de los bandos y saca la conclusión de que "la victoire ne peut sortir de l'anarchie et de l'ignorance". También S. de Madariaga destaca que "durante toda la lucha la nota dominante siguió siendo el caos, la lucha interna y la anarquía", Op. cit., pág. 691.

[25] Cfr. J. Ortega y Gasset, op. cit., pág. 67 ss.

[26] El conde de Romanones, jefe del Partido liberal y presidente del Senado, declaró entonces: "Nosotros no podemos simpatizar con una dictadura militar, pero debo confesar que esos señores tuvieron el acierto de la elección del momento. Dos meses antes o después no hubiera sido posible el pronunciamiento. Y la verdad es ésta: que la opinión pública no lo rechazó. El pueblo está muy descontento con el asunto de Marruecos". Cfr. el diario ABC, Madrid, 26 de septiembre de 1923.

[27] Rafael Sánchez G., op. cit., pág. 180, refiriéndose al caciquismo, cuenta la siguiente anécdota: "Una vez, en el tren, hace ya tiempo, camino de Francia, no sé cómo salió la conversación entre un viajero alemán y yo sobre la agricultura en España. El alemán acababa de recorrer la Península y le había entusiasmado la fertilidad de nuestro suelo. En Cádiz presenció una plaga de langosta. "La langosta -me preguntó- ¿es la plaga más tremenda que padecen en España?" Yo le contesté que no. Le dije que la plaga más tremenda que padecíamos en España era el "cacique". Se rió mucho cuando yo le expliqué lo que quería decir "cacique" y me dijo que los españoles teníamos muy buen humor".

[28] La Revista de Occidente, Madrid, Nº 127, octubre de 1973, se dedica al tema "caciquismo". Entre los artículos que trae merecen mención especial: Joaquín Maura: El caciquismo: tentativa de concientización, págs. 15-44; José Varela Ortega.: Los amigos políticos: funcionamiento del sistema caciquista, págs. 45-74, y Javier Tusell Gómez: La descomposición del sistema caciquil español (190-1931), págs. 75-93, que, como escribió un cacique andaluz, "los mismos pueblos que dieron su voto al gobierno del almirante Aznar (elecciones municipales del 12 de abril de 1931), a los tres meses se lo concedieron a la República porque era el gobierno constituido: la España rural será ministerial siempre".

[29] No hay que perder de vista que en 1900 sólo el 16,8% de la población vivía en las cincuenta capitales de provincia; en 1940 esta proporción, ha pasado al 24,4%. Antes de 1936, el 29% de la población vivía en centros de más de 20.000 habitantes. En 1900 el 63,8% de los españoles eran analfabetos; la proporción ha bajado a 44,4% en 1930. Cfr. Manuel Fraga Iribarne: Las transformaciones de la sociedad española contemporánea, Ediciones del Movimiento, Madrid, pgs. 19 ss.

[30] En la declaración que dio Gil Robles, transmitida por la agencia U.P. (Cfr. El Mercurio, Santiago de Chile, 6 de febrero de 1936), subrayó que "las elecciones próximas significan una batalla definitiva contra la revolución. España no podría tolerar otras Cortes estériles, que serían el descrédito y hasta la muerte del sistema parlamentario. Este peligro debe hacer reflexionar a los responsables y patrocinadores de la pretendida política centrista".

[31] Cfr. Solidaridad Obrera, 11 de marzo de 1951, citado en Burnett Bolletten, El gran engaño (Ed. Luis de Caralt, Barcelona, 1961), págs. 386-387.

[32] Cfr. La declaración del conde de Romanones, dada al periodista portugués Armando Boaventura (Madrid-Moscú- De la dictadura a la república y a la guerra civil española, ed. Nascimento, Santiago de Chile, 1948; págs. 145 ss.), que "para resolver el problema político español, de acuerdo con los intereses nacionales Gil Robles es el único que podría llegar a ser el dictador que España necesita".

[33] Cfr. Cablegrama de la U.P. en El Mercurio, 14 de febrero de 1936.

[34] Analizando prolijamente los sorpresivos resultados de las elecciones, Gil Robles, op. cit., págs. 512 ss., destaca especialmente la influencia de la ley electoral que favorecía al Frente Popular, pues, con referencia a los escrutinios generales del día 20 de febrero, arrojaban el siguiente reparto: Bloque Antirrevolucionario, 4.187.511; Frente Popular, 3.912.086; Centristas e independientes, 325.197; Nacionalistas vascos, 141.137.

S. de Madariaga, op. Cit. Pág. 540, suministra las siguientes cifras:

 

Partidos

Votos

Diputados

Votos por diputados

Frente Popular

4.206.156

258

16.300

Centro

681.047

62

10.987

Derecha

3.783.601

152

24.900

 

[35] Cfr. Gil Robles, op. cit., pág. 201; capítulo "Las derechas y la democracia"

[36] El historiador norteamericano Gabriel Jackson, en su obra La República española y la Guerra civil 1936-1939 (México, 1967, Edit. Grijalbo), pág. 222, comenta la expectativa de la izquierda proletaria de la siguiente manera: "La izquierda estaba intoxicada por la idea de que la historia estaba de su parte. Utilizaría al gobierno republicano mientras fuese realizando las reformas deseadas, y entonces tomaría el poder en nombre del proletariado cuando en su opinión la ocasión madurase".

[37] Claude G. Bowers, embajador de los Estados Unidos en España desde junto de 1933 a marzo de 1939, en que renunció a su cargo, su libro Mi misión en España (En el umbral de la Segunda Guerra Mundial. Edit. Grijalbo S. A., México. 1966, 440 págs, pág. 292 ss.), relata sus impresiones de aquel momento: "El efecto de la caída de Irún sobre los rebeldes y sus ardientes partidarios entre mis colegas era para mi increíble. Estos estaban de acuerdo en que la guerra, prácticamente había terminado. Uno de los efectos de la caída del frente de Irún fue un cambio en el gobierno de Madrid". Mr. Bowers fue trasladado a Chile y quedó de embajador ante La Moneda 14 años, sin interrupción. En su libro Misión en Chile, 1939-1953 (Editorial Pacífico, S.A., Santiago de Chile, 1957, 389 págs.) bajo el impacto de la incipiente "guerra fría" y gracias a la experiencia chilena, cambió, desde luego opinión en cuanto a la inocua "democracia" de cuño filosoviético. Cfr. especialmente el capitulo XI, "Alarma y compenetraciones comunistas"; op. cit., págs. 175-193. Cfr. nota 52.

[38] El periodista soviético Mijail Koltozov en su Diario de la Guerra de España (Ediciones Ruedo Ibérico, Suiza, 1963, 492 págs., pág. 65 ss), con fecha 3 de diciembre de 1936, describe la crisis ministerial a raíz de la situación alarmante en el frente de Irún: "Sintiendo que pisaba terreno firme, Caballero ha presentado una nueva exigencia con carácter de ultimátum: que los comunistas entren a formar parte del gabinete. El Partido estaba en contra; prefería apoyar con todas sus fuerzas el gabinete del Frente Popular fuera del mismo; por otra parte no se quería crear innecesarias dificultades de carácter internacional, ya que sin ello el futuro gobierno ha sido declarado bolchevique, soviético".

[39] Cfr. S. de Madariaga, op. cit., pág. 636: "Marcel Rosenberg asistía a los Consejos de Ministros y se inmiscuía en las cosas españolas con la autoridad del hombre que entrega la mercancía".

[40] Según Fernando Díaz Plaja: Otra historia de España (Editores Plaza y Janés, S. A., Barcelona, 1973, 1º ed.), pág. 531, en 1936 tenía la C.N.T. 1.527.000 afiliados y la U.G.T. 1.444.474.

[41] Koltozov, op. cit., pág. 66, explica la táctica comunista: "Al final el Partido ha decidido tomar el Ministerio de Instrucción Pública y el de Agricultura, dos ramas en que los ministros comunistas pueden ser lo más útiles posibles a los campesinos y a la masa del pueblo, llevando a la práctica en grado máximo lo que puede lograrse en una república democrático-burguesa de nuevo tipo como es España bajo el Frente Popular".

[42] En las conversaciones entre Mussolini y el mariscal alemán H. Goering, en presencia del conde Ciano, en Roma, el 23 de enero de 1937, declaró Mussolini, que "Rusia no ha inviato nessun nucleo di volontari, ma soltanto Capi e materiale, e si adatterebbe certamente al accetare anche una sconfitta dei rossi"."Il Conte Ciano osservo che l'Ambasciatore d'Italia a Mosca (Augusto Rosso nov. 1936, giugno- giugno 1941-), che si trova attualmente a Roma, gli aveva comunicato che i bolscevichi si starebbero lentamente preparando ad una sconfitta dei rossi in Ispagna e che essi sarebbero esclusivamente preocupati di raggiungere un acordo internazionale del quale servirsi, verso la propia gente, como scusa per l'insucesso della loro azione spagnola. Litvinov (commissario del popolo per gli Affari esteri dal 21 luglio 1930 al 3 maggio 1939) cercherebbe insomma una specie di "alibi" sotto forma de un acordo internazionale". Galeazzo Ciano, L'Europa verso la catastrofe (Armaldo Mondatori, Editore, Milano, 1948, pág. 135).

[43] Cfr. S. de Madariaga, op. cit., pág. 621 ss., y El Diario de Barcelona (fundado en el año 1792), que durante la guerra civil perteneció al "Estat Catalá", 18 de agosto de 1936, artículo editorial "El nou horitzó politic".

[44] En cuanto a la incautación de las empresas particulares, Koltozov apunta en su Diario, el 7 de septiembre de 1936, que "según cálculo aproximado, en todo el territorio, libre de sediciosos, habrá unas 18.000 unidades incautadas. De ellas, 2.500 en Madrid, unas 3.000 en Barcelona. Estas cifras, a mi entender, están reducidas por lo menos a la mitad". Op. cit., pág. 75.

[45] Es característica, por tratarse de un hecho único en su género, la estilización de la nota que fue facilitada por la secretaría del jefe del Gobierno a las diez y media de la noche el 4 de noviembre de 1936: "Convencidos de que en el momento actual no debe quedar al margen del Gobierno ninguna de las fuerzas que luchan contra el fascismo, sino que las circunstancias exigen que las responsabilidades sean por todos compartidas y que cada una de dichas fuerzas se sienta directamente representada en el poder, el jefe del Gobierno ha aconsejado al del Estado la ampliación de aquél dando representación a la Confederación Nacional del Trabajo. Aceptada la sugestión por el señor presidente de la República, el jefe del Gobierno ha procedido inmediatamente a la reorganización del Gabinete". El texto aparece en la primera página de El Socialista, 5 de noviembre de 1936.

[46] Según Koltozov, op. cit., pág. 98, "El Quinto Regimiento ha surgido de las primeras y pequeñas unidades de choque creadas por los comunistas para el frente de Guadarrama. El Quinto Regimiento, más bien que una unidad militar, es un comisariado de guerra, un centro de instrucción". Cfr. S. de Madariaga, op. cit., pág. 635 ss.

[47] Sobre la intervención de las Brigadas Internacionales hay abundante bibliografía; entre las recientes obras merece mención J. L. Alcofar Nassaes: "spansky", Los extranjeros que lucharon en la Guerra civil española I., Dopesa Barcelona, 1973, 355 págs. Del mismo autor hay un estudio anterior sobre Los legionarios italianos en la guerra civil española 1936-1939. Cfr. S. de Madariaga, op. cit., pág. 626 ss.

[48] Según registra Koltozov, el 14 de noviembre de 1936, "ha llegado la columna de Durruti al frente. Son tres mil hombres muy bien armados y equipados exteriormente en nada parecidos a los combatientes anarquistas que rodeaban a Durruti en Bujaraloz. Durruti y Oliver (ministro de Justicia) van juntos. Los dos famosos anarquistas... han pedido que se les asigne un sector independiente, donde los anarquistas pueden mostrar sus éxitos".

[49] La intervención de la milicia anarquista bajo el mando de Durruti, según Koltozov, ha sido un fracaso. El 21 de noviembre, Koltozov, que acompañaba a la Brigada Internacional en la lucha por el Hospital Clínico, registra: "Cuando, fatigados, mojados, sucios, atontados y contentos, nos arrastramos desde el Clínico hasta la segunda línea, llegó alguien corriendo y nos dijo que en el sector contiguo, en el Parque de Oeste, había sido muerto Durruti". Op. cit., pág. 239.

[50] La palabra fue empleada por el general Mola al declarar que cuatro columnas marchan sobre Madrid y que la "quinta columna" entrará en acción en el momento oportuno. En la noche del 7 de noviembre, sábado a domingo, se repetía la exhortación por la Radio Sevilla a los nacionalistas de Madrid de que había llegado el momento de actuar. Cfr. V. Palacio Atard, op. cit., págs. 243 y 271, y S. de Madariaga, op. cit., pág. 623 ss.

[51] En cuanto al ritmo de las operaciones bélicas, tema de divergentes opiniones en aquellos momentos, el general Weigand comenta: "Les opérations menées du coté du général Franco n'ont pas été aussi lentes qu'elles l'ont paru. D'ailleurs, ceux qui ne se battent pas, et se content de juger les coups, trouvent toujours que les choses ne vont pas assez vite". Cfr. general Duval, op. cit., pág. 116 ss., y la larga entrevista que concedió el general Franco en enero de 1937 al B. Boaventura, op. cit., págs. 185-208.

[52] Koltozov, op. cit., pág. 175, apunta al respecto: "Es el mismo método del "agujero" empleado en Oviedo, sólo que esta vez lo aplican los fascistas. Piensan que disponiendo de un paso para la retirada, los madrileños se precipitarán hacia allí y no defenderán la ciudad".

[53] Cfr. Burnett Bolloton: El gran engaño (título del original: The grand camouflage), Edit. Luis de Garalt, Barcelona, 1961, pág. 164 ss.

[54] Cfr. J. Ortega y Gasset, op. cit., pág. 55 ss.

[55] En la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania e Italia, von Neurath y el conde Ciano, celebrada en Berlín el 21 de octubre de 1936, se habían fijado, en cuanto a España, los tres siguientes puntos: 1° sforzo militare inmediato e comune; 2o riconoscimento dopo l'occupazione di Madrid; 3º azione comune, che verrá definita a suo tempo, per impedire il determinarsi e il consolidarsi di uno Stato catalano". Galeazzo Ciano, L'Europa, etc., op. cit., pág. 89. Italia y Alemania reconocieron al gobierno nacional español el 18 de noviembre de 1936. El Salvador (6 de noviembre) y Guatemala (8 de noviembre) les precedieron. Portugal reconoció oficialmente al gobierno de Burgos el 11 de mayo de 1938.

[56] El inglés Arthur F. Loveday, ex presidente de la Cámara Británica de Comercio en España, en su libro ¿Hacia dónde va España? (De la guerra civil a la Guerra mundial, Edit. Zig-Zag, Santiago de Chile, 1948, 380 págs., pág. 27), destaca el acatamiento de España al "status quo": "El 27 de septiembre (1938), cuando en muchos círculos se creía inminente una guerra europea, el duque de Alba entregó al Ministerio de Relaciones Exteriores británico la declaración del general Franco, en que manifestaba que la España nacionalista permanecería neutral en la crisis checoslovaca. Esta fue una prueba positiva de que la España nacionalista no estaba y no pensaba estar subordinada a Alemania e Italia y debió haber silenciado la propaganda de prensa, que tan poderosamente había influido sobre la opinión pública para que creyese lo contrario".

[57] Cfr. Burnett Bolloton, op. cit., pág. 59.

[58] Según averiguaciones de Burnett Bolloton, op. cit.. pág. 60 ss., "la CNT puso en marcha una organización para la compra, empaquetado y exportación de los productos de la cosecha naranjera, con una red de 270 comités de diferentes ciudades .y pueblos, que desplazaron de tan importante industria a varios millares de corredores".

[59] En su soledad del Palacio de Pedralbes (Barcelona), el presidente de la República, Manuel Azaña, daba a fines de marzo de 1937 los últimos retoques a La velada de Benicarló. Diálogo sobre la Guerra de España (Editorial Losada S.A., Buenos Aires, 1939, págs. 187). Bajo el disfraz de un personaje imaginario, el ex ministro Garcés, que toma parte en el diálogo, Azaña sintetiza con amargura su opinión en cuanto a las causas de la situación desesperada del bando republicano (pág. 65): "Enumerados por orden de su importancia, de mayor a menor, los enemigos de la República son: la política franco-inglesa; la intervención armada de Italia y Alemania; los desmanes, la indisciplina y los fines subalternos que han menoscabado la reputación de la República; por último, las fuerzas propias de los rebeldes. ¿Dónde estarían ahora los sublevados de julio, si las otras tres causas, singularmente la primera, no hubiesen obrado en su favor?

[60] Milan M. Stojadinovic: Ni rat ni pakt -Jugoslavija izmedju dva rata (Ni guerra ni pacto- Yugoslavia entre las dos guerras, Buenos Aires, 1963, Ediciones "El Economista", 762 págs.; en servio) págs. 426-627.

[61] Aunque Ciano (Galeazzo Ciano, L'Europa verso la catastrofe, Edit. Arnaldo Mondatori, Milano, 1948, pág. 135) registra que "Prima di procedere alla firma dei documenta gia concordati a Roma, il presidente Stojadinovic ed io abbiamo compiuto un largo giro di orizzonte per informarci recíprocamente delle direttive di política estera dei due paesi e per concordare l'azione da svolgere in futuro", no hay ninguna referencia especial a los asuntos de España, tema de gran actualidad en aquel momento.

[62] Contraviniendo con ello el Pacto de Corfú, de 1917, entre el primer ministro de Servia, Nicolás Pasic (radical, maestro y mentor de Stojadinovic) y el presidente del Comité Yugoslavo en Londres, Ante Trumbic, en nombre de los croatas, eslovenos y servios bajo Austria-Hungría, por el que la futura Constitución; de un Estado común se fundaría sobre la base de una mayoría calificada de votos de la Asamblea Constitucional. El Partido campesino croata (E. Radic), representante de la gran mayoría de la nación croata, no participó en la labor constitucional, pues no envió a sus representantes al Parlamento de Belgrado hasta el año 1925. Cfr. F. Nevistic, Medio siglo de un poder ilegítimo, artículo en Studia Croatica, 1968, págs. 3-15.

[63] El sufragio era público para los varones de más de 21 años. Se daba el caso de que en algunos distritos en Croacia, por ejemplo, se podía conseguir un acta de diputado con sólo 20 votos frente a 10.000 o más de la oposición croata. Ni siquiera era necesario que los respectivos 20 votos perteneciesen a la lista de los electores del distrito, pues la ley electoral permitía que los presidentes de las mesas electorales fueran "delegados" de otras regiones -eran regularmente funcionarios fiscales enviados desde la capital, Belgrado- con derecho a voto computable en el lugar de delegación.

[64] La radicalización de las masas croatas, las que quedarán insatisfechas con el arreglo tardío de una autonomía modesta (26-8-1939) y propugnarán una solución "tot o res" (todo o nada), al ejemplo del "Estat Catalá". Cfr. Eugen Laxa, Esteban Radic y su movimiento campesino, artículo en Studia Croatica, 1968, págs. 30-46.

[65] Después de la anexión de Austria, Ciano apunta la opinión respectiva del ministro de Yugoslavia en Roma, Bosko Hristic: "Una certa sgradevole ripercussione si é avuta nelle minoranze tedesche, dato che alcuni elementi piú insofferenti hanno alzato la testa ed hanno cominciato una propaganda che la Jugoslavia non intente tollerare". G. Ciano, L'Europa, op. cit., pág. 302.

[66] Lebensraum: espacio vital; en el caso yugoslavo, el Tercer Reich, por aquel entonces, estaba más bien interesado en coordinar los planes económicos tendientes a una mayor autarquía de la "Mitteeuropa", adjudicando a Yugoslavia y a otros países del sudeste europeo el papel de productores de artículos alimenticios y materias primas.

[67] Refiriéndose a la conversación que tuvo Stojadinovic con Mussolini, en ocasión oficial a Roma, Ciano apunta, el 11 de diciembre de 1937, los siguientes párrafos. "Il Presidente Stojadinovic chiede di conoscere il giudizio del Duce sulla situazione spagnola Il Duce fa il punto su tale situazione e conclude dicendo che il Generale Franco ha avuto nel passato precise prove della amicizia italiana e che tale amicizia sosterrá fino al raggiungimento della vittoria che ormai no appare piú dubbia."Il Presidente Stojadinovic dice che ha seguito con la piú viva simpatia il nostro a ttegiamento in Spagna e comunica che la Jugoslavia ha deciso di inviare a Salamanca un agente diplomatico. Aggiunge che d'altra parte, dall'inizio della revoluzione in poi, i rapporti della Jugoslavia con Madrid sono stati praticamente inesistenti". Ciano, L'Europa, op. cit., pág. 230.

[68] Según una versión fidedigna, el capitán de navío (R) D. Mazuranic, especialista en balística, se encontraba a bordo del crucero "Canarias" en el momento en que el crucero gemelo "Baleares", que lo acompañaba fue hundido, el 6 de marzo de 1938, Cfr. H. G. Dahms, La guerra española del 1936 (Ediciones Rialp S. A., Madrid, 1966), pág. 319: "...La escuadra debía atacar a la flotilla de cruceros del contraalmirante Manuel de Vierra, compuesta por el 'Baleares', el 'Almirante Cervera' y el 'Canarias', para hundir a dos vapores italianos que habían recogido en Palma de Mallorca. Tres destructores republicanos efectuaron un ataque nocturno con torpedos que resultó fatal para el crucero 'Baleares': el barco se hundió entre fuertes explosiones, encontrando la muerte el almirante Vierra y 788 marinos más".

[69] En el capítulo "Cambio de rumbo de la política exterior de Yugoslavia". Stojadinovic esboza, desde luego, algunas breves reflexiones al respecto (Op. cit., pág. 463 ss.) : "Después de Abisinia le tocó el turno a España. Francia e Inglaterra asumieron una actitud de no intervención. Alemania e Italia decidieron intervenir.

[70] Artículo: Los "españoles" de Tito; Barcelona-Madrid, Año II, febrero de 1969, No. 11, págs. 38-49.

[71] Coalición entre el Partido Campesino Croata y el Partido Demócrata Independiente (su jefe, Svetozar Privicevic, murió en el exilio es septiembre de 1936).

[72] Oposición a la lista gubernamental en las elecciones parlamentarias del 5 de mayo de 1935; Maček encabezaba entonces la lista de la oposición, al igual que en las últimas elecciones del 11 de diciembre de 1938.En las elecciones del 5 de mayo de 1935 obtuvo la oposición 1.076.346 votos y la lista gubernamental 1.747.037 votos ("adulterados", según el testimonio de Stojadinović, op. cit., pág. 347), siendo elegidos 67 diputados de la oposición y 303 del gobierno.

[73] Hay abundante bibliografía en cuanto al papel que tuvieron los combatientes yugoslavos en España. Los siguientes datos, sacados de la Bibliografía general sobre la guerra de España, 1936-1939, y sus antecedentes históricos (Ariel S. A., Madrid-Barcelona, 1968, 729 páginas), aunque no del todo completos, pueden servir de orientación al respecto:

 

1) Nuestros españoles. Editado por los combatientes de Yugoslavia. Madrid, Ed. del Comisariado de las Brigadas internacionales, 1937, 55 páginas;

 

2) Voluntarios internacionales de la libertad, 1936-1956, Beograd, Asociación de los ex Combatientes Yugoslavos en el Ejército de la República Española, 1956, 29 páginas;

 

3) Božidar Maslaric: Moskva-Madrid-Moskva. Sjecanja, Zagreb, 1952 (Moscú-Madrid-Moscú. Recuerdos. Edit. Prosvjeta-Cultura, 133 págs.; en croata);

 

4) Jugoslaveni u Spaniji. Sarajevo, Prosvjeta, 1959 (Los yugoslavos en España, Edit. Svjetlost - Luz, 272 páginas; en servio), y

 

5) Albin Marvin, izd.: Bili smo u Spaniji. Spomin slovenskih prostovoljcev. Uredili: Stanko Semic-Daki, Albin Marvin, Ivan Kreft. Glavni urednik Albin Marvin, 3, popravljena in ispoljena izd. Ljubljana, Sekcija bivsih spanskih borcev. LRS, 1960, 450 str. (Albin Marvin, editor: Estuvimos en España. Recuerdos de los voluntarios eslovenos. Redactores: Stanko Semic-Daki, Albin Marvin, Ivan Kreft. Editor en jefe Albin Marvin, 3a. edición, corregida y aumentada. Ljubljana. Sección de los antiguos combatientes en España, LRS, 1960, 450 págs.; en esloveno).

[74] En un renglón anterior, Stojadinovic (op. cit, pág. 466) explica su política de entendimiento con todas las grandes potencias:

 

"Me resultaba evidente que los pequeños estados estaban entregados a merced de los 'países hambrientos y que carecen de espacio'. La seguridad colectiva se había transformado en inseguridad colectiva. Había llegado la hora para nosotros los pequeños pueblos, de 'sauve qui peut'. El camino de Munich fue bien allanado. Las primeras víctimas fueron Abisinia y España; después siguieron Austria, Checoslovaquia y Albania... De todos modos, en aquel tiempo, Yugoslavia se encontraba en la lista de por lo menos una de las dos potencias agresivas, y quizá de ambas, especialmente si se ponían de acuerdo en la partición".Sin embargo, el plan que ahora tenía en vista, esto es, aprovecharse de la conquista italiana de Abisinia -que seguiría una semana después del cese de fuego en España-, difícilmente podría explicarse con un "sauve qui peut". No es de extrañar que ese juego le pareciera demasiado arriesgado al príncipe regente, y es probable que fuese la causa decisiva de su destitución, aunque no hay que subestimar el interés en el arreglo de la "cuestión croata" que provocó su inesperada caída; Cfr. nota 18.

[75] Ciano no menciona en sus apuntes la conversación sobre España, pero en su Diario (Ed. Libros de nuestro tiempo, J. Janés, 3a. ed., Barcelona, 1950), pág. 64, con fecha 20 de enero de 1939, registra lacónicamente: "Cacería en pleno bosque. Buenas noticias de España. Stojadinovic las recibe exclamando: Córcega, Túnez, Niza!".

[76] Es característica la observación de Ciano en cuanto a su conversación con el príncipe regente (Ciano, L'Europa etc., op. cit., pág. 411) : "Anzi, ha mostrado di avere meno interesse di Stoiadinovic per l'entitá di territorio da assegnarsi alla Jugoslavia. Ne abbiamo giá tanti albanesi nelle frontiere" cosí egli ha detto "ci danno tali fastidi, che non sento nessun desiderio di aumentarne il numero".

[77] Esloveno, perteneciente al Partido Popular, uno de los más antiguos partidos europeos de orientación demócrata-cristiana, que formaba entonces parte de la Liga Radical Yugoslava, partido gubernamental, junto con el de los musulmanes de Bosnia, bajo la dirección de Mehmed Spaho, y una fracción de los antiguos Radicales servios, acaudillados hasta entonces por Stojadinovic.

[78] Italia se encontraba enredada, en Albania, por la que esperaba de un momento a otro que Hitler acudiera en su ayuda, directamente o por conducto de Bulgaria, para despejar la situación embarazosa en el sudeste de Europa, desde donde los ingleses podían, de presentarse la ocasión, amenazar los pozos de petróleo en Rumania. Rumania y Bulgaria ya habían adherido al pacto tripartito y en aquel momento tenían tropas alemanas estacionadas en sus territorios. La campaña en Africa exigía también una pronta intervención en Grecia.

[79] En cuanto al donjuanismo -por raro que aparezca: ¡su más fuerte argumento apologético!-, el autor de Ni Guerra ni Pacto nos ofrece unas sabrosas y pintorescas páginas en sus memorias y, a la vez, valioso material histórico e informativo. Si tuviéramos que recurrir a las "vidas paralelas" -salvada la distancia temporal- encontraríamos un doble de este político balcánico en la figura de aquel "príncipe de la Paz", Manuel Godoy, inmortalizado por el pincel de Francisco Goya y Lucientes.

[80] Cfr. Eugen Laxa, op. cit., págs. 44-45: "Aparece Ante Pavelic, cuyo nombre vivía en el pueblo gracias a su actividad revolucionaria contra los regímenes de Belgrado, quien, tras la indecisión y el silencio de Macek, definió el día 10-4-1941 breve y claramente su programa de acción: El Estado Independiente de Croacia".

[81] El rápido avance de las tropas alemanas y búlgaras a través de Macedonia cortó al desmoralizado y misérrimamente equipado ejército de Yugoslavia el único escape posible: a lo largo del río Vardar hacia Salónica. Habría que destacar que el país disponía sólo de un número bastante modesto de cañones antitanque de fabricación italiana, adquiridos en España, a principios de 1940. mediante trueque por trigo, madera aserrada y capullos de gusano de seda (para la fabricación de paracaídas); también consiguió de España munición para los viejos cañones de campaña de 75 mm.

[82] La Santa Sede envió a Zagreb al legado Apostólico Abad Marcone, mientras que el príncipe Ervin de Lobkovic, camarero de Su Santidad y caballero de la Orden de Malta, sirvió de enlace entre Croacia y El Vaticano.

[83] España estuvo representada durante todo el tiempo de la guerra (1941-1945) por un diplomático de carrera, el Excmo señor D. Vicente González-Arnau y Amar de la Torre, ministro plenipotenciario y enviado extraordinario, mientras que Croacia envió a Madrid, con el mismo rango, al doctor D. Pedro Conde de Pejacevic de Nasice, economista y abogado.

[84] Cfr. Solidaridad Obrera, 11 de marzo de 1951, citado en Burnett Bolleten, El gran engaño (Ed. Luis de Caralt, Barcelona, 1961), págs. 386-387.

[85] George J. Prpic, Ph. D., Tragedies and Migrations in Croatian History, Toronto, 1974, págs. 24.

[86] George J. Prpic, op. cit., pág. 2.

[87] René Marcic de Dorothea Meyer - Maly en Oesterreichische Zeitschrift fur öffentliches Recht, vol. 22, págs. 253-54, 1971. La Redacción de la revista agregó su nota: "Después de haber perdido nuestra revista en el curso de este año ya a dos de sus redactores, es decir a Adolf Merkl y Jose L. Kunz, ahora nos es arrebatado también René Marcic... Todos sus amigos y alumnos lloran su muerte y nunca van a olvidar a este sabio completo y hombre de bien. Esta apreciación, arriba, del gran sabio, que he pedido, es de una de sus colaboradoras de muchos años. La apreciación científica de sus obras la publicaremos en uno de los próximos volúmenes". (La nota está firmada por A. V. - ¿Alfred Verdros, posiblemente? - Obs. de la Redacc. de SC.)

[88] Como en otras oportunidades, aquí también Ortega y Gasset ha ido al fondo y ha dado una formulación digna de su genio. "No, señor Descartes, vivir, existir el hombre, no es pensar. No existo porque pienso, sino al revés, pienso porque existo. El pensamiento no es la realidad única y primaria, sino al revés, el pensamiento, la inteligencia, son una de las reacciones a que la vida nos obliga; tiene sus raíces y su sentido en el hecho radical, previo y terrible de vivir. La razón pura y aislada tiene que aprender a ser razón vital". Comentando esta idea fundamental del filósofo español, R. O. Abdala, en "La Prensa", Bs. Aires, del 26 de julio de 1970, dice también lo siguiente: "Ortega es, desde luego, un filósofo de la Vida, puesto que para él la vida es la realidad radical, tal como lo deja perfectamente aclarado el epígrafe que pongo al tope del presente trabajo. (Abdala dio a este trabajo el título: "El raciovitalismo, a quince años de la muerte de Ortega". - Obs. del autor de este artículo). Pero solía fastidiarle que a su pensamiento se lo enrolase en el vitalismo, confiriéndole un sesgo puramente biologista. Su doctrina -la que le ha otorgado un sitio entre los filósofos del siglo XX- es el Raciovitalismo o la Razón Vital, conjunción o avecinamiento de términos que, desde el vamos, proyecta una inequívoca luz de su significado".

[89] Jean Paul Sartre y Martin Heidegger: Sobre el Humanismo, SUR, Buenos Aires, 1960, págs 20-21.

[90] R. Marcic, Vom Gesetzesstaat zum Richterstaat, Wien, 1957, pág.32.

* Radica estuvo en EE.UU. durante la guerra como miembro de la representación diplomática de la Yugoslavia monárquica, y se separó de ella en 1943 para poder defender al pueblo croata denigrado en su totalidad por los servios. Radica volcó sus simpatías hacia el movimiento de Tito, creyendo servir mejor de tal manera a su pueblo.