STUDIA CROATICA
Año XV – Julio – Diciembre 1974- Vol. 54-55
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Reseña de libros
Reseña de libros
Franjo Nevistic
La lucha por el
poder entre el mundo postreligioso y el "religioso"
El tema de la violencia está a la orden del día tanto en nuestra Argentina como en el resto del mundo. Nos preocupa a todos y a cada uno, ya sea como un fenómeno trágico, diario, ya como un problema teórico. Paradójicamente, cuanto más se trata de comprenderlo y superarlo, más se multiplica y adquiere dimensiones cada vez más amplias.
El 16 de septiembre último asistí, por televisión, a una discusión sobre el tema, oportunidad en que el doctor Ricardo Balbín, líder del radicalismo argentino, fue entrevistado por dos reconocidos periodistas especializados. Los dos trataron, en un enfoque cruzado, de conocer cuál era la opinión al respecto de esta personalidad política, una de las más interesantes en el actual escenario político argentino. La finalidad de la discusión fue conocer su opinión y, al mismo tiempo, hacérsela conocer al gran público nacional.
Prescindiendo de
muchos matices, por cierto interesantes, del problema tratado, nosotros nos
limitaremos sólo a uno, por considerarlo esencial. Al contestar el doctor
Balbín a la pregunta de sus interlocutores sobre cuál podía ser la finalidad de
la violencia desatada en cadena en la República Argentina, dijo que es la lucha
por la conquista del poder. Los periodistas mencionados coincidieron con él.
Nosotros también. La conquista del poder, nos parece, revela el fenómeno de la
violencia en su totalidad y su fundamento último.
Pero para
entender mejor la profundidad y la amplitud del acierto resulta indispensable
realizar un análisis de sus aspectos esenciales íntimamente ligados a la
naturaleza del hombre y a su destino.
La conquista del
poder, y por el poder, en el tiempo en que vivimos, sería una especie de l'art
pour l'art inadmisible. La orientación "social" del pensamiento que
nos caracteriza no permite ninguna clase de l'art pour l'artisme, incluso en el
campo literario, a pesar de que se trata de una zona de vida que le es
connatural (recuérdese el caso actual de los pintores abstractos y la represión
soviética). Tomar el poder por el poder no nos diría mucho. Se trataría de una
especie de juego político-social incompatible con una época realista. En
efecto, si un individuo, un grupo o una clase entera no se detienen ante la
inviolabilidad y la santidad de ningún bien humano con tal de conquistar el
poder, incluso avasallando la familia o la vida misma del hombre, su posición
es más que reveladora: la posesión del poder político-social es el bien más
alto, casi absoluto.
¿Pero la posesión
del poder no fue en todos los tiempos y en todas las sociedades el objetivo
final de la lucha política? Por cierto que sí. ¿No se cometían, por igual,
crímenes con tal propósito? Tampoco podemos negarlo. Pero lo que asombra al
doctor Balbín, a sus interlocutores y a todos nosotros es el hecho de que a los
"violentos" de hoy los caracteriza un rasgo peculiar -malo,
repudiable-, que se consideraba ya superado y eliminado por lo menos en las
sociedades civilizadas. Este rasgo peculiar, según el propio Balbín, es la
falta de conciencia, responsabilidad y remordimiento por el crimen cometido.
Antes, decía el político argentino, quien cometía un crimen reconocía él
haberlo cometido y se entregaba a las autoridades para su correspondiente
castigo. Hoy, por el contrario, el que comete el crimen pretende que se lo
considere como héroe.
Aquí está lo
esencial del problema que nos interesa y que intentaremos someter a un análisis
que consideramos indispensable para poder comprender el fenómeno en su alcance
trascendental.
La observación
formulada por el político radical coincide, quizá sin pensarlo, con la opinión
de A. Camus, cuando en una de sus obras más brillantes señala este hecho de la
depravación ética del hombre como la característica más saliente y la más
trágica de nuestra época[1].
¿Pero podemos
justificadamente asombrarnos ante hechos de esta índole? ¿Podemos echar sin más
toda la culpa, la responsabilidad y la vergüenza a los violentos? ¿No hay algo
lógico e históricamente natural en el comportamiento de los violentos de hoy?
En efecto,
nosotros consideramos que el fenómeno que enfocamos es una fase lógica y final
del proceso de desarrollo del pensamiento tanto científico como filosófico del
mundo moderno. Su característica principal es el "vaciamiento" de los
valores acumulados durante siglos, gracias a una paciente labor y a la
colaboración de varios factores entre los cuales el de la religión cristiana,
por su decisiva importancia, no es el último. La filosofía racionalista, pues,
ha completado en esta época la crítica de la metafísica y la religión que Marx
considera como presupuesto de toda crítica. La crítica del cielo, decía,
precede y condiciona la crítica de la tierra y la política. Dios ha muerto, el
hombre está agonizando, comentó algún otro filósofo. La conexión tanto lógica
como ontológica entre las dos enunciaciones la explica con una luz diáfana J.
P. Sartre[2].
Pese a esta
visión clara y lógica, Sartre no procede lógica y coherentemente hasta el fin.
Asustado por la ética laica, como la describe con exactitud en sus
consecuencias negativas, pero aceptando el "hecho" de la muerte de
Dios y para evitar dichas consecuencias y salvar a la sociedad ante el caos
moral y jurídico, Sartre exige la inexistencia de Dios, formula un ateísmo
postulatorio, se aferra a su existencialismo. Si Kant permitía aún la
existencia de Dios, fundándola como posibilidad contenida e indicativa en el
imperativo categórico, el filósofo francés traslada y coloca en el hombre el
fundamento de todas las obligaciones, tanto ético-morales como jurídicas. Cada
uno, según él, debe actuar indefectiblemente como si actuara en nombre de la
humanidad entera.
Las consecuencias
prácticas y teóricas, fruto auténtico de esta posición, las conocemos de sobra.
Para esclarecerlas en su totalidad podemos servirnos aquí de una analogía que
nos proporciona la jurisprudencia. Se trata de las leges imperfectae, es
decir de leyes sin una sanción segura y firme. La filosofía existencialista
introduce, sin quererlo, este concepto en la filosofía moral y jurídica en su
totalidad. Pero las consecuencias son harto diferentes. Mientras que en el
campo jurídico las leyes imperfectas coexisten, dentro de la vigencia mucho más
amplia y bien determinada y sancionada de la leges perfectae, con el contorno
de las obligaciones firmes, aquí, en el campo filosófico, que es siempre una
completa cosmovisión, se abre la puerta a la inseguridad total, a la arbitrariedad
absoluta.
Ni el imperativo
categórico de Kant con su teísmo postulatorio, ni su modificación sartreriana
en el ateísmo postulatorio bastaron para fundar la pureza y la claridad de la
Obligación en el mundo. Tanto el primero como el segundo carecen de un respaldo
firme, de la sanción suficiente a la Obligación. Desde esta posición, todas las
obligaciones, aun las leyes perfectas del hombre, se convierten en leyes
imperfectas. El primero constituye solamente un escalón más hacia el nihilismo,
donde terminó el segundo. Sobre la Nada no es posible
edificar, levantar edificios de austeras columnas capaces de sostener la
existencia de la humanidad. A. Camus, discípulo de Sartre y su conmaestro del
existencialismo, lo demuestra en su obra El extranjero.
El desarrollo filosófico, pues, ha vaciado sensiblemente el acervo ético del mundo civilizado. Pero para ver mejor el abismo hacia el cual es llevada la humanidad sin una fundamentación ontológica de la Obligación, y una vez negada su ubicación en el asidero religioso-trascendental, agreguemos lo que enseña al respecto el eminente filósofo y matemático contemporáneo Bertrand Russell.
En efecto,
mientras que muchos de sus coetáneos e iguales científicos llegan a la
conclusión de que las ciencias positivas y la técnica dejan al hombre
desamparado, expuesto a la autoaniquilación (W. Heisenberg, M. Born y otros),
Russell cree todavía en su poder de salvación. Estamos, según él, ante la
puerta de una "edad de oro" que nos abrirían las ciencias si "matarnos
al dragón" que la custodia y que es, justamente, "la religión".
Teniendo presente
el contexto de estas ideas, hemos puesto en el título del presente trabajo, y
como su idea central, la confrontación entre el mundo posreligioso y aquel
"religioso", substituyendo con el término posreligioso lo que expresa
Toynbee con el concepto de mundo "poscristiano", y expresando con el
término religioso entre comillas lo que Russell denomina el mundo religioso sin
comillas. En efecto, este último, al referirse a la pretendida nocividad de la
religión en general, dice también lo siguiente: "Creo que todas las
grandes religiones del mundo -el budismo, el hinduismo, el cristianismo, el
Islam y el comunismo- son a la vez mentirosas y dañinas"
[3].
Sin intentar
invalidar las afirmaciones, por cierto gratuitas, de tan grande autoridad, que
ubica erróneamente al comunismo entre las religiones, nosotros, por el
propósito de este artículo, tomamos al comunismo como religión, pero señalando
desde ya nuestra disconformidad, tanto formal como substancial, con el famoso
matemático y filósofo, lo ponemos como la religión y el mundo religioso entre
comillas. Todos, pues, sabemos que se trata de un mundo y de una religión
seudorreligiosos, de un intento racionalista más de realizar su sueño de la sociedad
utópica o la "época de oro", como lo dice el mismo Russell.
Hecha esta
observación aclaratoria, todos sabemos también que el problema central y más
urgente de la actual política internacional es la lucha entre el mundo
poscristiano o posreligioso -el mundo occidental- y el mundo
"religioso" oriental, o sea el mundo comunista como lo ve Russell.
Esta lucha se ha transformado en una especie de guerra civil de doble aspecto.
Siendo el mundo actual técnicamente uno, la lucha por el poder en él entre los
EE.UU. y la Rusia Soviética puede considerarse legítimamente como una lucha
civil de dimensiones mundiales. Este es su aspecto ontológico primordial. Pero,
para evitar la confrontación directa entre las dos superpotencias (la
"alianza" entre Washington y Moscú durante y después de la última
gran guerra se considera como la más "firme" y más prolongada) el
conflicto se ha transferido, parcializado y convertido en guerras civiles
dentro de los límites de los Estados nacionales, para muchos ya límites anticuados.
En efecto, detrás
de las facciones nacionales en lucha y en casi todas las partes del mundo están
los dos protagonistas principales de la "guerra civil" general. La
misma se desarrolla de acuerdo con los cánones de una filosofía nihilista. El remordimiento,
la conciencia, la responsabilidad. ¿a título de qué?
Nuestro asombro, como el del doctor Balbín, no debería tener lugar. El
humanismo del mundo poscristiano se ha despojado de sus verdaderos factores de
civilización, ha vaciado el acervo verdaderamente cultural y este vacío ha
llenado el humanismo comunista con la violencia.
En efecto, si la
verdad para el mundo poscristiano es solamente una especie de error -es decir
la verdad es inalcanzable para el hombre- según Nietzsche, ¿a qué aferrarse
noéticamente? Si Dios ha muerto y todo está permitido, como afirma Dostojevski,
si nosotros nos encontramos, según Sartre, en un plano donde hay solamente
hombres, ¿a qué aferrarse entonces ética y jurídicamente? Nos encontramos en
medio de una historia natural del hombre. La ley de esta historia es, según el
mencionado filósofo alemán: "Lo que quiere el hombre es lo que quiere la
más pequeña parte de un organismo viviente, es decir el aumento de la potencia" [4].
Luego la ley fundamental del proceso de esta historia natural es, según
Nietzsche, la siguiente: "¿Quieres una palabra para designar este mundo?
¿Una solución a todos sus enigmas?... Este mundo es la voluntad hacia el poder,
y nada más" [5].
Para dar una vez
más un enfoque argentino del problema de la violencia, volvamos a "La
Prensa" del 11 de agosto de 1974. Allí Alicia Jurado, en una colaboración,
ha confirmado el despojo, el vaciamiento del acervo de la civilización
occidental, idea que hemos expuesto más arriba, y que inspira doblemente este
trabajo. De allá hemos tomado prestado el título, un poco cambiado, y sus
análisis, y la conclusión, al referirse a las obras de Konrad Lorenz y Roberto
Ardrey, nos ha inducido a realizar este trabajo. En efecto, para los dos
científicos mencionados, según A. Jurado, "el primer acto de afirmación
humana que se ha podido comprobar es la capacidad para el asesinato". El
Australopithecus africanus, una especie de mono, es el bisabuelo del hombre,
del Homo sapiens. Contrariamente al idealismo romántico de muchos -de Rousseau,
por ejemplo- ese bisabuelo "no fue arborícola, sino criminal nato... Los
restos fósiles demuestran que mató a sus semejantes, y que la raza de Caín es
anterior a la creación, de Adán".
¿Qué otra cosa,
en consecuencia, podemos esperar si no la violencia en una época y en un mundo
gobernados por la explicación total del hombre y de su historia mediante la
evolución biológica? ¿En un mundo que considera al hombre exclusivamente como
una especie de vertebrados más evolucionada, pero fraccionada por concepciones
de lo justo diametralmente opuestas? Una parte de este mundo se ha despojado de
la religión, proclamándola incluso "mentirosa" y "dañina",
y trata de tirar al traste toda educación tradicional del cerebro reptil,
descubriendo su desnudez originaria de mono, mientras que la otra se ha vestido
del ropaje muy solemne de la religión comunista en el sentido russelliano. Las
dos concepciones, los dos mundos alistados entorno de ellas, están en conflicto
mortal, animalesco.
Pero para que la
realidad se torne todavía más dramática hay que recalcar aquí la conocida
diferencia entre los escépticos y los creyentes. Los primeros (desgraciadamente
el mundo libre), invadidos por la duda, aparecen faltos de energía, de lucha, y
los otros (el mundo comunista), llevados por el fanatismo de su pseudo-credo,
se muestran decididos, audaces, listos para el sacrificio. Por desgracia, más
por el sacrificio de sus semejantes que por el propio. Los nihilistas, dice
Camus, deberían ser suicidas, si son consecuentes, pero, carentes de toda
lógica, prefieren antes que suicidarse matar a sus semejantes. Por una extraña
lógica, quizás de monos, los violentos de hoy matan a sus semejantes como el
hombre a su tiempo comía al hombre, según Croce, con la conciencia tranquila,
como si se hubiera tratado de pollos asados. El poder por el que están luchando
y la sociedad con la que están soñando liberarían al hombre, inaugurarían la
"verdadera historia", abrirían la "época de oro". El
hombre, dice Nietzsche, quiere lo que quiere todo ser viviente: aumentar su
poder. Para tal fin, los descendientes del Australopithecus africanus se han
armado; la raza de Caín ha perfeccionado su armamento de tal manera y en tales
proporciones que el Homo sapiens puede parecer un verdadero equívoco de la evolución.,
El Homo sapiens, irónicamente, está en condiciones de destruirse directa o
indirectamente, a sí mismo y a todo vestigio de vida en nuestro planeta. La
norma suprema de su comportamiento es obtener más poder y potencia. Si no usa
todavía los últimos inventos de armas devastadoras es porque lo detiene sólo el
miedo a su propia muerte. Usarlas en menor escala, sin detenerse ante ninguna
clase de bienes del hombre, es la consecuencia lógica de una posición nihilista
y de una violencia en nombre de una seudorreligión.
¿En qué podemos
depositar la esperanza de que se pueda evitar esta perspectiva? Alicia Jurado,
acota en "La Prensa": "Pero tampoco podemos desalentarnos del
todo respecto al destino del hombre. Si no es un ángel caído, como imaginan los
creyentes en la sociedad corruptora, sino, más modestamente, un primate
evolucionado, no necesitamos vernos como una raza decadente, y sí como
mamíferos bastante promisorios. Si tenemos la suerte de sobrevivir hasta que la
próxima mutación permita a la reciente corteza controlar mejor el cerebro
reptiliano, puede ser que éste no nos mueva a destruir la especie entera con
las armas inventadas por aquélla" [6].
En otro de sus artículos, publicado por el periódico porteño el 1º de septiembre -El hombre y la ecología-, A. Jurado reproduce la opinión de S. P. R. Charter, para quien "la lucha de la especie humana por sobrevivir no se plantea hoy entre Oriente y Occidente, ni entre el colectivismo y la libertad, sino, de una manera harto dramática, entre el hombre y su medio; nos recuerda... que nuestra especie no es eterna... sino que, como tantas otras en la historia, desaparecerá por completo. La extinción total, que fue prerrogativa de Dios, 'lo es hoy del hombre mismo', y mientras los dos titanes, el Este y el Oeste, 'se hallan estúpidamente trenzados en mortal combate' suben aguas de la marea que ahogará a ambos".
Sin embargo en el
prólogo al libro de Charter El hombre en la Tierra A. Huxley señala,
según nuestra autora, como el más grande peligro que nos puede precipitar al
abismo común las ideologías nacionalistas, religiosas y políticas y a la
"sed de poder de las oligarquías gubernamentales". A. Jurado, pese a
su optimismo evolucionista y de mutación, permite la posibilidad de que nuestra
civilización y la especie humana sucumba antes de ver realizada dicha mutación
biológico-evolutiva y de salvación y a raíz justamente y entre otras causas, de
la lucha por el poder.
¿Podemos, por
fin, depositar la esperanza de sobrevivencia, de evitar la violencia y
conseguir la paz cívica e internacional en aguardar la llegada de la próxima
mutación cerebral, de la formación de una nueva corteza cerebral que
controlaría las "posiciones y sobreposiciones" cerebrales (de
Chardin) reptialianas y las del Homo sapiens actual?
La violencia
cotidiana que sacrifica las vidas humanas sin escrúpulos, el manejo con armas
en las manos de "monos", el majestuoso paseo de los buques de guerra
por los mares del mundo y el vertiginoso desplazarse de los aviones por los
aires escondiendo en sus extrañas armas mortíferas científicamente creadas, a
semejanza de ciertos reptiles que esconden su veneno detrás de una atractiva
superficie, son los peligros de mayor actualidad. Mucho más que el agotamiento
del suelo o la polución del aire en que vivimos, sobre el que llama nuestra
atención el científico Charter. Si estas armas son manejadas por los
"monos", cuya ley suprema es: más potencia, la conquista del poder,
estamos entonces, sin atenuantes, ante el peligro de una continuación de la violencia
sin tregua y en un sentido que nos conduce a la catástrofe planetaria.
Es necesaria,
pues, una urgente revisión de los valores humanos. En efecto, se necesitaron
siglos de educación del hombre para civilizarlo, para formarle una conciencia
de carácter categórico kantiano o de "engagement" sartreriano
universales, pero para destruirlos bastan tan solo unas décadas. Justamente
estas dos fórmulas, negando la tradición metafísica y la fe cristiana, terminan
el proceso a la inversa: el imperativo categórico se atomiza, disipa e
individualiza sin ninguna consistencia interna.
El hombre se
despoja de las vestimentas que había adquirido sintiéndose hijo de Dios o, por
lo menos, como lo diría Ortega y Gasset, un ser extraño, imperfectamente
incorporado a este mundo, convirtiéndose en un puro ser natural. Por eso hay
que reimplantar sin demora el problema: ¿qué son la cerebralizaciones del
hombre y la humanización del mundo? ¿Una evolución inmanentista sin sentido o
una subida guiada por la luz trascendental, el hilo conductor de Donoso Cortés,
mediante el cual podemos salir del laberinto en que caímos sin la aparente
posibilidad de encontrar la salida?
Estas son las
preguntas ineludibles y sus contestaciones-soluciones dificilísimas. Sin ellas,
sin embargo, la violencia y la lucha por el poder que nos asegura el dominio
sobre los demás -el fundamental anhelo de los seres vivos- acompañarán
inevitablemente el presente y el futuro de la historia; no se quitarán las
armas de las manos del mono. El hombre, pretenden enseñarnos en nombre de la
ciencia, no es ángel caído sino un "asesino nato", como lo fue el
mono Australopithecus africanus, por lo cual su historia se desarrollará
fatalmente bajo el signo del asesinato.
Sin rechazar esta
enseñanza y sus consecuencias por ser indignas de la personalidad humana y sin
contestar adecuadamente las preguntas formuladas arriba o, por lo menos,
emprender la tarea con la humildad y la sinceridad reconociendo a la vez su
importancia y su dificultad y que se supere sólo por etapas, se continuará
glorificando a los "políticos" como a Josip Broz Tito, por ejemplo,
para quienes la dignidad y la libertad humanas y el derecho de la
autodeterminación de los pueblos sirven sólo para conquistar y mantener el
poder, armando una parte de -"sus monos"- contra la otra, desarmada,
perseguida, encarcelada o fusilada.
"La
inocencia" está llamada a dar la justificación de su proceder criminal,
según Camus, pero ¿en nombre de qué valor, principio o norma? Los monos en la
lucha conocen sólo la ley del más fuerte. En esta atmósfera no hay perspectivas
de solucionar el problema de la violencia, ante la cual, a menudo, quedamos
perplejos y, aparentemente, sin justificación. Si nos movernos únicamente en el
plano donde hay sólo hombres y estos son la especie más evolucionada de los
monos ¿qué otra cosa debemos esperar?
Arturo Uslar
Pietri, refiriéndose a los mismos autores, cuyas obras reseñaba A. Jurado,
parece aceptar la idea, de que no hay dos psicologías: una animal y otra
humana. Olvida por completo la psicología racional del hombre, volcando toda la
atención a la psicología fisiológico-experimental. Leyhausen y Konrad habrían
descubierto una nueva ciencia que se llama etología y que podría salvarnos. Los
sistemas educacionales, según el escritor venezolano, se habrían perdido en la
"neblina ideológica". Debemos regresar a la "poderosa herencia
animal que está viva dentro de nosotros. Tal vez buena parte de los fracasos de
nuestra civilización viene de ese abandono de la raíz animal y sean los etólogos,
examinando peces, gatos y pájaros, los que nos hayan de señalar el camino de
regreso al imperturbable orden de la naturaleza, que tan orgullosamente hemos
olvidado".
Se ha dicho, hace
muchísimo tiempo, que el ideal debería ser: homologumenos te fiset zen, vivir de
acuerdo con la naturaleza. Pero ¿qué es la naturaleza humana? Reduciéndola
exclusivamente al nivel de gatos, perros, monos y pájaros, que nos perdone el
renombrado publicista venezolano, ¿qué otra cosa creen y hacen en su
"educación" los regímenes materialistas-comunistas? Creen poder con
la acción "ab extra" crear los mecanismos que van a mitigar las leyes
de la naturaleza, especialmente la animalesca, donde domina la ley del más
fuerte o la violencia e instalan sistemas políticos de tortura más completos.
Adecuare naturam, dice otro agudo observador en la actualidad, es la
característica más saliente de los dictadores, incompatible con los ideales
liberales que parece defender también el señor Uslar Pietri. (Ver: "La
Prensa" del 9 de octubre del corriente año, pág. 4: A. Uslar Pietri: Hay
un animal adentro).
Prvislav
Weissenberger
Prólogo
El profesor
Vicente Palacio Atard, en su estudio La literatura histórica de la guerra de
España, destaca la inagotable producción bibliográfica al respecto y, al
plantear la pregunta ¿por qué interesa hoy el tema?, explica el correspondiente
interés despertado aun en el exterior:
"Entre los lectores extranjeros también cabría seleccionar una serie de matices en las motivaciones que los inducen hacia la temática de nuestra guerra, matices variables en razón de la edad, por supuesto; pero creo yo que puede encontrarse un denominador común, general a todos ellos, cualquiera sea su disposición afectiva, su simpatía o repulsa por uno u otro de los bandos en lucha, o por el hecho mismo de la guerra. Este denominador común estaría dado por la sorpresa o el asombro que les produce el mantenimiento de uno de los pocos regímenes de autoridad, anteriores a la segunda guerra mundial, que hoy subsisten en el mundo.
"Estos
lectores, al menos los más inteligentes y desinteresados entre ellos, desean
explicarse sin preconceptos previos cuáles fueron las razones que hicieron
posible una guerra civil española y el desenlace de la misma, cuál fue el
verdadero significado del conflicto en las perspectivas de la historia española
y en las coordenadas de la historia universal" [7].
Por ser
relativamente pocos los escritos que se ocupan de la guerra civil española
vista por observadores del sudeste europeo, aliento la esperanza de que podrá
interesar a los lectores de la especializada revista Studia Croatica el informe
que presenté, hace 38 años, en mi calidad de agregado de la Legación de
Yugoslavia en Madrid, al Dr. Milan Stojadinovic, presidente del gobierno y
ministro de Asuntos Exteriores de Yugoslavia desde junio de 1935 hasta febrero
de 1939. Creo, además, conveniente acompañar el informe con algunos datos
adicionales en cuanto a las relaciones entre España y Yugoslavia-Croacia.
En su amplia obra
autobiográfica Yugoslavia entre las dos guerras ("Ni rat ni pakt - Jugoslavija izmedju dva rata", Buenos Aires,
1963, Edic. "El Economista", 762 págs.; en servio), el Dr. Milan M.
Stojadinovic se refiere en varias ocasiones a España. Su actividad ministerial
se desarrollaba en un período en que España asume un gran papel en el escenario
internacional.
La efervescencia
de las fuerzas sociales y económicas españolas desembocó en la formación del
Frente Popular y su victoria en las elecciones parlamentarias del 16 de febrero
de 1936 [8].
El General Duval (Les leçons de la Guerre d'Espagne. Préface du Général Weigand, de l'Academie Française, VI, París, Librairie Plom, 1938), destaca, además, el papel del presidente de República española, quien, por su parte, ayudó al inesperado triunfo de las izquierdas: "Ce 7e. Congrés decida la constitution du Frente Popular et arrêta son programme. M. Alcalà Zamora, president de la République, fit le reste. Il ne pensait qu'a barrer Gil Robles el les partis de droite. Le 31 décembre 1936, il appela au pouvoir Portela Valladares et huit jours plus tarde, le 7 janvier, il prononça la dissolution des Cortas". Op. cit., págs 36-37.
El ulterior
desarrollo de los acontecimientos de España fue objeto de múltiples y diversas
especulaciones en las cancillerías, por lo que resulta algo raro que
Stojadinovic no haya mencionado a España hasta el 30 de octubre de 1936, en
plena guerra civil.
Esta lamentable
omisión ¿es pura casualidad?
De profesión
economista, Stojadinovic conocía muy bien las relaciones económicas entre
Yugoslavia y España, que tienen aun un fondo político, pues gracias al primer
tratado de comercio entre ambos países, concluido en Madrid el 27 de septiembre
de 1929, Yugoslavia consigue "la cláusula de nación más favorecida" y
puede, por fin, emanciparse de los intermediarios -Italia, en primer lugar- en
el comercio con España y establecer lazos directos con los mercados españoles[9].
Sorprende, pues, que se olvide de mencionar el hecho de haber reactivado la
Legación de Yugoslavia (suprimida en los años 1932-1935 por razones
financieras, a raíz de la depresión económica mundial), enviando a Madrid a un
ministro plenipotenciario en el momento en que surgió el conflicto bélico entre
Italia y Abisinia.
Las sanciones
económicas, aplicadas a Italia por resolución de la Sociedad de las Naciones,
en Ginebra, exigían que se prestara mayor atención a los mercados exteriores,
especialmente en el Mediterráneo, para compensar todo lo que fuera posible las
pérdidas provenientes de la supresión de las exportaciones a Italia. Así, por
iniciativa de Stojadinovic, empeñado en el asunto aun por motivos de política
interior, pues no hay que perder de vista el descontento de los croatas, debido
a la postergación de que fueron víctimas tanto en el campo político como en el
económico; además, las exportaciones a España provenían, en su mayor parte, de
las regiones croatas (madera, huevos, cemento), se entablaron las negociaciones
comerciales en Madrid, que terminaron con la firma del acuerdo comercial del 15
de mayo de 1936, fijándose en él, recíprocamente, los contingentes de
importación[10]
para los años 1936 y 1937 y el convenio de pagos (clearing).
La revista
Exportación, Madrid, mayo de 1936, publica el texto íntegro del acuerdo entre
España y Yugoslavia del 15 de mayo de 1936.
Entre los
escritos que se ocupan de las relaciones hispano-yugoslavas, merecen mención
especial:
1) José Ma.
Doussinague y Teixedor: El mercado de Yugoslavia y las posibilidades que ofrece
para la exportación española, Madrid, 1930, Publicaciones del Ministerio de
Industria y Comercio, 15 páginas;
2) Luis García
Guijarro, consejero comercial de España para los Balcanes: Posibilidades del
mercado de Yugoslavia para algunos productos españoles, en Exportación,
información mensual de la Dirección de Comercio, Madrid, julio de 1933, Nº, 61,
págs. 2-10, y agosto Nº 62, págs. 7-9 y 20.
Dr. Prvislav
Weissenberger: Pred obnovom nasih privrednih odnosa sa Spanijom (En vísperas de
la renovación de nuestras relaciones económicas con España), Belgrado, 1939, 88
páginas, y Dr. Prvislav Weissenberger: Nove smjernice spanjolske trgovinske
politike (Nuevos rumbos de la política comercial de España) Belgrado, 1940, 44
páginas.
Por mi anterior
actividad en España (1931-1934), como representante del Instituto de Comercio
Exterior de Belgrado y a instancia de la Cámara de Comercio e Industria de
Zagreb (Croacia), fui nombrado, por decreto del 1-VII-1936, agregado de la
Legación en Madrid, pero por haber estallado el levantamiento militar el 18 de
julio tuve que aplazar por unas semanas el viaje a Madrid, dedicando ese tiempo
a consultas con los círculos comerciales e industriales interesados en las relaciones
con España, ya que el nuevo acuerdo abría promisorias perspectivas para
fomentar el intercambio comercial[11].
Antes de
marcharme a España tuve una entrevista con Stojadinovic, en Bled (Eslovenia),
la capital veraniega del Gobierno y del Cuerpo diplomático, durante la cual él
demostró gran interés por los asuntos de España, y especialmente por los
problemas económicos y sociales[12].
El Ayuntamiento de Madrid, preocupado por la falta de carne vacuna en los mercados de la villa y en la corte, a pocos días del levantamiento militar se dirigió a la Legación de Yugoslavia para negociar la compra de ganado vacuno en pie. El Ayuntamiento estaba dispuesto a enviar inmediatamente una comisión a Belgrado para finiquitar el negocio, al margen del acuerdo comercial. El transporte se efectuaría por vía marítima, y se estipuló que el pago se realizarla al contado (en oro) contra entrega del ganado en los puertos de embarque. La noticia de estas negociaciones, que tenían carácter confidencial, no tardó en propagarse, aún en el exterior, a través de la prensa internacional (U.P.), y se decía que "España habría comprado 5.000 animales vacunos en Yugoslavia" [13].
En primer envío fue de 2.400 animales vacunos. Luego, en el mismo mes de octubre se completó el resto. El negocio fue un éxito sin precedentes para Yugoslavia.
Con estos
antecedentes en las relaciones hispano-yugoslavas durante el año 1936, nos
acercamos al momento en el que Stojadinovic aborda en sus memorias, que tienen
un sello apologético, por primera vez los asuntos de España, en el contexto de
su política exterior, con ocasión de su visita oficial a Ankara.
Turquía formaba
parte del Pacto Balcánico, junto con Yugoslavia, Grecia y Rumania. Este pacto
regional era uno de los pilares de la política de integración regional en el
sudeste de Europa. Todos los miembros del Pacto tenían extensas zonas marítimas
y, por ende, interés en el equilibrio de las fuerzas antagónicas en el
Mediterráneo. Los acontecimientos de España, entrelazados con los problemas
internacionales, desde el 18 de julio, podían tener directa e indirecta
repercusión en la propia área del Pacto Balcánico.
Después del
encuentro con el presidente de la República, el legendario Kemal Ataturk,
Stojadinovic mantuvo conversaciones con sus colegas: el presidente del
Gobierno, Ismet Inöni y Ruzdi Aras, ministro de Relaciones Exteriores de
Turquía. De la reunión celebrada el 30 de octubre de 1936 Stojadinovic logró
salvar en exilio los apuntes, los que incluye en sus memorias "sin ninguna
modificación, como documento histórico", ofreciendo un panorama de la
política internacional, con especial consideración de los dos países
balcánicos, en el que España, después de Italia, figura entre los temas de
mayor actualidad en aquel momento.
He aquí la
traducción del texto respectivo (o. c., págs. 426-427):
Dr. Stojadinovic:
Existe ahora la cuestión del reconocimiento del gobierno del general Franco y
de nuestras relaciones con el gobierno republicano en Madrid. Cuando se
presente la vacante en el cargo del actual ministro de España en Belgrado[14] o
Ankara, ¿qué tenemos que hacer? ¿Recibir al nuevo ministro o no
?
Dr. R. Aras:
Inglaterra ha concedido el agreement para el nuevo embajador del
gobierno legal (republicano) de Madrid. Así podríamos proceder también nosotros,
y después, cuando nos hayamos decidido a reconocer al nuevo gobierno (del
general Franco), eso podría tener entonces mayor importancia.
Ismet Inöni: La
cuestión española puede dividir a las grandes potencias en dos bandos, pero
nosotros no tenemos que entrar en tal disputa. No tenemos interés ni por unos
ni por otros.
Dr. M.
Stojadinovic: Comunico que para el gobierno de Yugoslavia ya se plantea el
problema del nuevo ministro, pues el gobierno de Madrid pidió el agreement. Se
trata de un ex-director de museo llamado Carlos Montilla.* Mientras tanto, al
decir de las malas lenguas, él es director de esas cosas robadas de los
castillos y propiedades de los monárquicos y gente rica. De todos modos, en
Belgrado no estamos dispuestos a continuar manteniendo relaciones completamente
normales con el gobierno de Madrid como si, desde luego, no existiera el
movimiento nacional del general Franco. Por tanto, seria quizás oportuno
aceptar de momento a la persona propuesta no en calidad de nuevo ministro
plenipotenciario sino como encargado de Negocios. Con esto, podríamos evitar la
desagradable situación de otorgar el agreement.
Isnvet Inöni: De
acuerdo con la propuesta.
Dr. M.
Stojadinovic: Tenemos que fijar también nuestra actitud para el caso de que
Franco entrara con su ejército en Madrid.
Ismet Inöni, el
Dr. R. Aras y el Dr. M. Stojadinovic están de acuerdo en que en tal caso hay
que establecer inmediatamente relaciones normales con el nuevo gobierno, como
el único gobierno de facto, y el reconocimiento de jure dejarlo para después.
Dr. R. Aras: En
cuanto al reconocimiento de jure, es posible que Inglaterra reconozca poco
después al nuevo gobierno, ya que militarmente no está preparada. Además, se encuentra
bajo la influencia de su aliado -Portugal-. En lo que atañe a Francia, aún no
se sabe cómo procederá. La Unión Soviética se opondrá al reconocimiento. Para
nosotros lo mejor será que nos demos prisa; que vayamos tras de Francia e
Inglaterra, siguiendo una línea neutral en el conflicto entre las dos partes de
España.
Ismet Inöni: Lo más importante para nosotros es que no nos expongamos en el choque entre los dos bandos de las grandes potencias, uno de izquierda y otro de derecha, y no lleguemos a la situación de tener que declararnos en favor de uno u otro.
Cuatro semanas
después, a fines de noviembre de 1936, de regreso de Madrid, presenté el
siguiente informe sobre la situación en España, cuya conclusión, en lo
esencial, se ajustaba a las expectativas de la cancillería de Belgrado. La
opinión pública del país, sin embargo, estaba dividida. En Belgrado y en las
regiones orientales, en su mayor parte se inclinaban en favor del Frente
Popular[15].
El informe
suponía previos conocimientos de algunos puntos tratados: por tanto, ahora,
después de 38 años, me parece conveniente dar a conocer unos pocos datos
bibliográficos y referencias a textos posteriores que corroboran, rectifican o
completan los puntos expuestos en un momento crucial de la trágica historia de
España.
He aquí el texto
del informe:
La actual guerra
civil española, se presenta tanto en España como en el exterior como la lucha
entre la "democracia" y el "fascismo". Los partidarios del
Frente Popular -el gobierno legal de Madrid (ahora en Valencia)- tildan a los
"insurgentes" de "fascistas" y luchan por la victoria de la
democracia en España y en el mundo. Por el contrario, los
"insurgentes" se califican a sí mismos de "nacionalistas",
y al bando adversario de "rojos" y "marxistas"; proclaman,
igual que el Frente Popular, la lucha por la libertad y un mejor porvenir de
España[16].
A primera vista parece que es así, pues resulta más sencillo presentar los fenómenos típicos españoles en ropaje europeo que entrar en la esencia misma de los acontecimientos. La guerra civil en España, considerada en un principio como un acontecimiento típico español con cierto trasfondo internacional, en el curso de las posteriores y cada vez mayores operaciones bélicas se desenvuelve, al parecer, como una lucha entre el "fascismo" y el "comunismo" en el suelo español y, como tal, adquiere un carácter eminentemente internacional.
¿Se trata aquí de
la "democracia" como un hecho incontrovertible al que se refiere el
gobierno constitucional español?
Algunos datos con
referencia al pasado de España pueden ser útiles para aclarar la cuestión
planteada.
No obstante el
hecho de tener una de las constituciones liberales más antiguas, promulgada por
las Cortes Constituyentes de Cádiz en 1812, y que era, además, en tal medida desafecta
a la Santa Alianza (la que podría compararse con el actual sistema de Estados
de régimen autoritario) provocó que su activa intervención armada que fuera
suspendida durante el absolutismo de Fernando VII, España, a pesar de tal
tradición liberal, era un país en el que la democracia se hallaba en un estado
de infancia.
Dos fuerzas
tuvieron un papel decisivo en la vida pública española en el siglo XIX y, como
los hechos lo demuestran, aún en pleno siglo XX no han perdido su carácter
primordial: el ejército y la Iglesia, dos factores poderosos que entorpecían la
labor del Parlamento y, por ende, las posibilidades de realización de la
democracia.
El ejército, que
tendría que ser el guardián del orden, fue en España al mismo tiempo fuente de
disturbios.
El ejército, que
es, en primer lugar, un factor fundamental en cualquier política exterior, en
España resultó ser uno de los ponderables factores de la política interior.
Con el ejército
los liberales llevaron, al estimarlo oportuno, aún la lucha contra la iglesia
(guerras carlistas). Fue el ejército mismo el que después sacudió la Monarquía
(Isabel II), en 1868, y allanó el camino para el efímero reinado de Amadeo de
Savoya. El ejército tuvo un papel preponderante en la República, 1873-1874, y
la restauración de los Borbones (Alfonso XII) es nuevamente obra suya.
En época
reciente, el ejército venció -en 1917- al movimiento revolucionario obrero
(desde entonces se formaron las juntas militares, precursoras de la dictadura
militar en su forma contemporánea).
Al ejército se le
adjudica, en gran parte, la responsabilidad por la derrota en Marruecos
(general Silvestre), así como la imposición de la dictadura del general Primo
de Rivera para salvar a los factores responsables del fracaso en África.
De acuerdo con el
ejército (oficiales de artillería), Sánchez Guerra[17], el penúltimo presidente
del Consejo de Ministros (1922), durante la monarquía parlamentaria, intentó el
levantamiento contra el régimen de Primo de Rivera. También los elementos
republicanos y socialistas preparan la revolución, en diciembre de 1930, en
connivencia con el ejército (comandante Ramón Franco)[18].
Proclamación de
la República, el 12 de abril de 1931
Las elecciones municipales, el 12 de abril de 1931, son un episodio que abre nuevos horizontes en la vida de España. El entonces jefe de la Guardia Civil, general Sanjurjo, aconseja al rey Alfonso XIII acatar el caprichoso veredicto del pueblo español[19]. El ejército no está unido y la Guardia Civil no tiene el poder suficiente para sostener una guerra civil.
El mismo general
Sanjurjo se levanta, en agosto de 1932, contra el gobierno republicano que
tiene el respaldo de la mayoría en las Cortes Constituyentes. Condenado a
muerte e indultado después de la amnistía, se prepara para su rehabilitación[20].
En las elecciones
parlamentarias de 1933 los partidos de izquierda quedan en minoría, y así el
régimen republicano sufre un descalabro sensible, pues el Partido Radical
Republicano (Lerroux — centro), con el propósito de mantenerse en el poder,
adopta una actitud benévola y de apoyo a las derechas (agrarios y la Acción
Popular de Gil Robles[21]) y
con eso sacude los fundamentos de la Constitución. Al entrar la Acción Popular
en un gobierno de coalición con los Radicales, en octubre de 1934 (Gil Robles
mismo formará parte del segundo gobierno de los radicales, haciéndose cargo del
Ministerio de Guerra: desde ese momento se inicia el antiguo movimiento de las
juntas militares, que actúan con la denominación de Unión Militar Española),
como reacción contra el gobierno de Lerroux —y las derechas— estalló la
revolución en Asturias, apagada en sangre por el general López Ochoa, con la
ayuda de la Legión Extranjera. Mientras tanto, en Cataluña el general Batet,
con un total de 400 soldados, hace frente a la revolución promovida por la
izquierda catalana (Companys, presidente de la Generalidad de Cataluña).
En las elecciones
parlamentarias del 16 de febrero de 1936, la izquierda, reunida en el Frente
Popular, obtiene una mayoría absoluta. Socialistas, comunistas y
anarco-sindicalistas no participan en et gobierno pero apoyan el gobierno del
Frente Popular, formado por izquierdistas, es decir, por partidos
republicano-burgueses. El gobierno del Frente Popular tiene así que defender la
"legalidad" de los procedimientos que se desenvuelven al margen del
Parlamento. La situación se encuentra en la calle. Son las huelgas en las
ciudades y la anarquía en los pueblos, donde el proletariado del campo no tiene
paciencia para esperar las gestiones de la comisión para la aplicación de la
reforma agraria. Las luchas callejeras están a la orden del día. El asesinato
del diputado en las Cortes y ex-ministro bajo la monarquía, don José Calvo
Sotelo, el "presunto dictador", fue como si se diera una señal de
alerta.[22] La
derecha abandona el Parlamento.
Inmediatamente después, el 17 de julio, estalló el alzamiento militar en la Península; en Sevilla, Burgos, Zaragoza y Pamplona. El levantamiento en Barcelona y en las regiones marítimas del Este, con excepción de las Islas Baleares, fue reprimido al poco tiempo de estallar al igual que en Madrid, Badajoz y en la zona marítima del Cantábrico. El general Sanjurjo se prepara, desde Portugal, para tomar el mando de los "nacionalistas", pero en el camino perece, víctima de un accidente aéreo.
¿En qué se
diferencia el movimiento de los insurgentes "nacionalistas" de
empresas semejantes en el pasado de España? Como ya se ha dicho, la historia
política de España de los siglos XIX y XX está entrelazada de
"pronunciamientos militares". Como la misma palabra
"pronunciamiento" nos revela, es suficiente "proclamar" el
nuevo estado y con ello afrontar a los elementos eventualmente vacilantes del
bando adversario con un hecho consumado[23]. Desde ese momento ya corre
un nuevo plazo de legalidad y orden. En el caso actual no se desenvuelve todo
sin tropiezos, como se había planeado, y por ende se percibe una cierta falta
de seguridad; pero no hay, sin embargo, inseguridad en cuanto a las
perspectivas de la victoria, las que se inclinan hacia el bando de la fuerza
armada militarmente organizada[24],
sino en cuanto a las eventuales complicaciones, que habrían sido
insignificantes si el "pronunciamiento" se hubiera logrado por un
procedimiento rápido.
Causas de la
guerra civil
¿Cuáles son los
factores que han provocado el levantamiento? Además de los problemas económicos
y sociales, los que se explicarán a continuación, existía malestar en casi
todas las ramas del ejército por la precedente política de los izquierdistas.
Al ejército le afectaba especialmente la política pacifista manejada por el
presidente de la República -Azaña-, durante su actuación como ministro de
Guerra en los años 1931-1933. La política pacifista resulta, además, de la
misma Constitución Republicana: España renuncia a la guerra como medio de su
política estatal. Esta moderna "capitis deminutio" del ejército que,
por lo demás, después de la liquidación de las posesiones ultramarinas vivía de
su antigua gloria y grandeza, fue un duro golpe, pues el solo hecho de que
desaparezca del horizonte la posibilidad de una guerra, ¿no resulta
problemático para la mantención de la moral, de la disciplina y de las
perspectivas de cualquier empresa militar?[25] Si se toman en
consideración el papel del ejército en la política interior y la proporción en
un algo desmesurado aprovechamiento del presupuesto nacional, a lo que habría
que añadir los gastos en el presupuesto para Marruecos -que servía de trampolín
para rápidos ascensos, condecoraciones, asignaciones a títulos de cortesía y
representación-, es comprensible que los militares se opongan a sus
expropiaciones a través de la supuesta "política pacifista" por parte
de los izquierdistas. Se percibía también una tendencia manifiesta, sobre todo
después de la victoria del Frente Popular, hacia la formación de unas milicias
republicanas y obreras, las que paulatinamente tendrían que reemplazar a los
elementos que no ofrecían suficiente confianza, formados en un espíritu
antiguo, monárquico-conservador.
El movimiento
"nacionalista" puede, en cierto aspecto, compararse con el movimiento
del general Primo de Rivera, el que de un modo hábil y con éxito fue preparado
por el ejército en 1923, pero bajo otras circunstancias. Tampoco entonces
gozaban las Cortes de prestigio en la nación[26]. El gobierno del general
Primo de Rivera se mantuvo durante casi siete años; al principio como
autoritario-militar y después en colaboración con prestigiosas personalidades
civiles (José Calvo Sotelo -ministro de Hacienda), favoreciendo hasta cierto
punto también a los sindicatos socialistas (Largo Caballero). Es así como el
régimen de Primo de Rivera -el que probablemente se hubiera mantenido más en el
poder si no se hubiese agravado la situación económica del país- ofrece una
prueba más de que la democracia no tenía arraigo en la nación.
Rafael Sánchez
Guerra, hijo del destacado político José Sánchez G., en su libro Dictadura,
Indiferencia, República (Cía. Ibero-Americana de Publicaciones, S.A.,
Madrid, con un prólogo de Niceto Alcalá-Zamora, redactado en la Cárcel Modelo
de Madrid, en enero de 1931), pág. 81, observa al respecto: "El pueblo,
por odio a los antiguos políticos -negarlo sería una necedad- acogió con
simpatía la sublevación militar".
Características
de los partidos políticos de España
La tradicional
división de los partidos políticos en España entre liberales (Romanones) y
conservadores (Maura), trasladada a la práctica, se reflejaba -antes de la
dictadura del general Primo de Rivera- regularmente, en el resultado electoral
de tal modo que el partido que recibía el mandato electoral tenía asegurada la
mayoría para las próximas Cortes. Los partidos no representaban como tales a
una fuerza política efectiva. En el fondo de los partidos hay un factor
político -político en el sentido peyorativo de la palabra-: el "caciquismo
español" [27]. Factor que no influyó en
el Partido Socialista, el que paulatinamente extendía su radio de acción según
el curso del desarrollo económico y el despertar de la conciencia de clase
entre los trabajadores de la ciudad y el campo, agrupados en los sindicatos
socialistas (Unión General de Trabajadores: U.G.T.), afianzándose como un valor
positivo en la vida política española. Para este fenómeno tan típicamente
español -el "caciquismo"- no tenemos, como tampoco para el término
"pronunciamiento", una adecuada traducción, pero equivale,
aproximadamente, a la del poder de la burguesía provincial -comerciantes,
industriales, terratenientes, la mayoría de ellos a la vez usureros-, la que
sacaba provecho de su poder en las elecciones gracias a la actuación de
políticos profesionales residentes en Madrid[28]. El "caciquismo"
fue fuertemente atacado durante la dictadura, dada la ausencia del Parlamento.
La autoridad del régimen en aquel tiempo no era suficientemente elástica como
antaño y forzosamente chocaba a menudo con el "caciquismo" el que, al
ofrecérsele la primera oportunidad en abril de 1931, votó contra la dictadura
(monarquía) pero de ningún modo por devoción a los principios republicanos[29].
Este mismo "caciquismo" se vio amenazado por los experimentos del
primer período de la República y votó en favor del centro y las derechas
(monarquía) en las elecciones de noviembre de 1933. Buena parte tuvo el
"caciquismo" en la victoria de las izquierdas en febrero de 1936, pues
en los pueblos bajo el dominio de los caciquistas no era raro que se votase con
retraso, prescindiendo de la segunda vuelta en circunstancias disputadas
Continuando con
el mismo tema, apunta (op. cit., pág. 183): "El amo de una tierra o de una
fábrica que exclama, jactancioso: "Tantos jornales pago y tantos votos
tengo", es indigno de vivir en un país libre. Tiene espíritu de negrero, y
debería ser expulsado de España. Para evitar la compra de votos, volvemos a lo
mismo, hay que perseguir con verdadero ensañamiento al cacique. El cacique es
siempre el culpable de todo".
Resultados de las
elecciones del 16 de febrero de 1936
El gobierno
electoral de Portela Valladares tenía que hacerse cargo del centro en el nuevo
Parlamento -en su papel de exponente del jefe de Estado, Alcalá Zamora-[30]
empeñándose en servir de regulador de la política interior. Pero había sufrido
una derrota completa y no tuvo siquiera la paciencia suficiente para aguardar
los resultados de las elecciones suplementarias en algunas circunscripciones electorales,
así que el mismo día en que se conocieron los resultados entregó el gobierno en
Cataluña a las izquierdas.
Por sentirse en
el ambiente electoral una cierta tendencia, bastante acentuada, hacia la
izquierda -bajo el lema de amnistía para las víctimas de la revolución de
octubre de 1934 y la reacción contra las derechas, las que contaban obtener la
mayoría absoluta, aún en lucha abierta contra el mismo presidente de la
República-[31] se
presentó también en esta ocasión un fenómeno casi normal en España: las
organizaciones caciquistas se orientaron a último momento hacia los candidatos
que prometían obtener la mayoría, a la espera de sacar posteriormente provecho
de una tal actitud. Así se puede explicar el hecho de que la Izquierda
Republicana (81) y la Unión Republicana (36) ganaron 50-60 escaños a cargo del
Partido Radical, el que en los últimos comicios quedó reducido a sólo 8 escaños
de los 107 que tenía en 1933. El auge de los socialistas se debe a las mismas
razones.
Los primeros
resultados, aproximadamente exactos, de las elecciones del 16 de febrero de
1936, publicados en "La Vanguardia" de Barcelona el 19 de febrero
adjudican, sobre un total de 461 escaños, a las izquierdas 240, al centro 45 y
a las derechas 176 actas de diputados a las Cortes. Si comparamos los
resultados definitivos de las elecciones parlamentarias de 1936 con los de 1931
y 1933, respectivamente, tenemos el siguiente cuadro:
Diputados: |
1931 |
1933 |
1936 |
Izquierda |
291 |
104 |
267 |
Centro |
136 |
173 |
64 |
Derecha |
42 |
194 |
143 |
En apoyo de la
destacada actuación del caciquismo en la política española se pueden aducir las
declaraciones de unos prominentes políticos, dadas en vísperas de la contienda
electoral, de lo que se puede deducir que sus profecías no se cumplieron ni
siquiera aproximadamente. Así el conde de Romanones, uno de los más viejos (75)
y más expertos políticos, contaba con que las derechas obtendrían la mayoría
absoluta, lo que abría nuevos horizontes a la política de España. Apuntaba
probablemente a la dictadura civil de Gil Robles, con el respaldo en el
ejército[32]. El
conde de Romañones reconoce el valor del Partido Socialista, pero considera que
aquél, confrontado con la tradición y el espíritu católicos
y conservadores de la derecha, no es suficientemente poderoso para decidir
sobre el destino de España.
El presidente del
Consejo de Ministros, Portela Valladares, no dudaba en lo más mínimo de que el
gobierno (centro) obtendría por lo menos algo más de 90 escaños[33].
Así también el
artículo editorial de "Le Temps", de París, de fecha 12 de febrero,
destaca que es difícil prever de qué lado es mayor la probabilidad de victoria.
Largo Caballero,
jefe del Partido Socialista, declara el 14 de febrero a los representantes de
la prensa que la relación de las fuerzas sería aproximadamente la misma, con
cierta modificación en cuanto al Partido Radical, al cual, en buena parte,
tendría que reemplazar el centro de Portela Valladares, mientras que los
pequeños grupos (los agrarios, los independientes en torno a Maura, Melquíades,
Álvarez, etc.) sufrirían un descalabro, a cuya costa crecerían los socialistas
y las derechas en torno a Gil Robles.
Únicamente
Besteiro, uno de los principales ideólogos del Partido Socialista, quien a
causa de su enfermedad no estuvo en contacto con los electores, como si hubiera
previsto los acontecimientos actuales, consideraba que en las elecciones del 16
de febrero no se ventilaba la cuestión de la estabilidad política de España,
pues, según él, aparecerían nuevas dificultades, las que surgirían del interior
y el exterior. "La guerra está ante las puertas y eso es un tremendo
problema para todos los pueblos de Europa", declaró; pero en cuanto a la
relación de las fuerzas en el futuro Parlamento, Besteiro creía que la izquierda
se fortalecería, aunque no en tal proporción, pues la mayoría, en su conjunto,
estaría del lado centro-derechista. Por lo tanto, los resultados de las
elecciones de febrero, los que invoca el gobierno del Frente Popular, aunque
ganados desde la oposición[34], no
reflejan la verdadera consideración y la fuerza en el pueblo, pues, debido a
los factores destacados, puede sinceramente aseverarse que la democracia
española es mas bien una ficción[35].
El gobierno del
Frente Popular
A continuación se
da a conocer un cuadro sinóptico de los partidos del Frente Popular, los que
salieron victoriosos de los comicios para las Cortes el 16 de febrero de 1936:
Partidos
republicanos de izquierda |
Número de
escaños obtenidos |
Unión
Republicana |
36 |
Izquierda
Republicana |
81 |
Izquierda
Republicana de Cataluña |
20 |
Federalistas |
2 |
Acción
Republicana de Cataluña |
5 |
Partido
Republicano Nacionalista de Cataluña |
2 |
Unión de
Colonos (Rebassaires) de Cataluña |
2 |
Izquierda
Valenciana |
1 |
Galleguistas
(Federalistas de Galicia) |
3 |
Agrarios de
izquierda |
1 |
Independientes
de izquierda |
7 |
Total |
160 |
Partidos
obreros |
|
Socialistas |
88 |
Comunistas |
15 |
Frente
Proletario de Cataluña |
1 |
Partido Obrero
de Unificación Marxista |
1 |
Sindicalistas
(Angel Pestaña) |
1 |
Sindicalistas
independientes |
1 |
Total |
107 |
En el momento de
estallar la insurrección de los "nacionalistas", 17 a 19 de julio, en
el gobierno del Frente Popular no estaban representados los partidos obreros,
lo que se explica por el hecho de que dentro del Partido Socialista existían
dos corrientes opuestas: una moderada, liderada por Indalecio Prieto, el actual
ministro de Marina y Aviación y la otra, radical, acaudillada por Francisco
Largo Caballero, ahora presidente del Gobierno y ministro de Guerra, a la vez
que secretario general de los sindicatos socialistas (Unión General de los
Trabajadores). Con Prieto están la mayoría de los veteranos socialistas y el
periódico del Partido, "El Socialista". Las masas en las provincias
están divididas. Largo Caballero dispone del periódico vespertino "La
Claridad" (Madrid) y tiene tras de sí a la mayoría de la juventud
socialista. En las Cortes mismas no se ha podido evaluar exactamente la fuerza
del ala moderada o radícal, respectivamente, del Partido Socialista. Sin
embargo, era evidente la inclinación de Prieto hacia una política
moderado-oportunista, es decir, de participación activa en el poder. Largo
Caballero, empero, rechazaba tomar parte en el gobierno de los partidos
republicanos y, en cuanto los partidos burgueses del Frente Popular sufriesen
un fracaso, exigiría el gobierno exclusivamente para el Partido Socialista,
considerando que en tal caso no habría otra salida que no fuera la dictadura
del proletariado[36]. En
vista de tal propósito, y preparando el terreno para la futura dictadura del
proletariado, su empeño se inclinaba hacia la formación de un frente único
proletario.
En las filas del
proletariado, después de las elecciones de febrero de 1936, había siempre poca
disciplina. Las reiteradas huelgas y los alborotos callejeros, provocados por
los elementos extremistas, creaban una situación cada día más difícil para el
gobierno del Frente Popular, el que, por un lado, no podía tolerar
procedimientos de tal magnitud en contra y al margen de la ley, y, por otro,
tampoco podía enfrentarse violentamente con las masas de electores gracias a
cuya confianza había subido al poder.
Los
anarco-sindicalistas -pertenecientes a la Confederación Nacional del Trabajo-,
por lo demás elementos apolíticos, fueron los que en las últimas elecciones se
lanzaron a votar en favor del Frente Popular, contribuyendo a que obtuviera la
victoria en circunscripciones disputadas como, por ejemplo, Cádiz, Zaragoza,
Huesca, etc.
Aprovecharon la
desavenencia entre el Partido Socialista y los sindicatos socialistas (U.G.T.),
tomaron la iniciativa e incitaron a unos cuantos sindicatos obreros con el fin
de que provocaran conflictos de toda clase. En el planteamiento de demandas
exageradas rivalizaron con los partidarios de los sindicatos socialistas. Por
lo general, los anarco-sindicalistas agitaban de manera más radical y se
esforzaban por ganar nuevos adeptos con promesas exorbitantes y no realizables.
Las dos
organizaciones sindicales, sin embargo, estaban de acuerdo en exigir el despido
de los trabajadores que no pertenecían a una organización sindical u a otra. La
movilización de los conflictos se trasladó sistemáticamente de las ciudades al
campo. Como ejemplo puede señalarse la petición de un salario para los
trabajadores agrícolas de aproximadamente 12 pesetas diarias (60 dinares, de
aquella época en Yugoslavia), y eso en un momento de malas perspectivas para la
cosecha.
Los obreros de la
construcción exigían un salario que oscilaba entre 14 y 16 pesetas; el trabajo
estaba limitado a 36 horas por semana y había que conceder al trabajador unas
vacaciones pagadas de tres semanas al año. En la marina mercante, una rama de
la economía que está expuesta a la competencia internacional, y en la que aún
se sentían las tremendas repercusiones de la depresión económica mundial, el
gobierno, a instancias de la marina, planteó a los empleadores unas condiciones
absolutamente inaceptables, de modo que los armadores declararon que se verían
obligados a desarmar los barcos si el Gobierno insistía en que se aceptaran las
respectivas demandas.
Al darse cuenta
el Gobierno que los reparos aducidos por los armadores eran valederos, decidió
reunir en una conferencia conjunta a los representantes de los armadores y de
la tripulación, en la que se trataría exhaustivamente el problema. No obstante,
en vísperas del levantamiento muchos barcos se encontraban amarrados en los
puertos, sobre todo los de navegación libre, dado que la tripulación, además,
no quería acudir al trabajo hasta que no se desembarcara a los tripulantes que
no pertenecían a los grandes sindicatos (U.G.T. o C.N.Y.).
También en el
transporte ferroviario reinaba una situación difícil, especialmente en unas
cuantas empresas que trabajaban con déficit o subvención estatal. Una elevación
de las tarifas, en una época de depresión económica general, no podía ser una
medida exitosa para conseguir mayores ingresos. El gobierno del Frente Popular
tuvo también en este aspecto muchas dificultades, dadas las exigencias de los
obreros y empleados, quienes pedían una mayor remuneración. Así, por ejemplo,
al rechazar la petición de los empleados de la Compañía Central de Aragón, el
Gobierno justificaba dicha resolución destacando que, en caso de los
trabajadores y empleados de otras empresas de transporte ferroviario que se
encontraban en peor situación plantearan demandas semejantes, ello involucraría
un aumento de gastos de más de 200 millones de pesetas al año (1.000 millones
de dinares). Contra las exigencias exageradas de unos sindicatos pertenecientes
a la Unión General de Trabajadores reaccionó de la manera más decidida "El
Socialista" periódico adicto a Prieto, poniendo de relieve los inconvenientes
de las peticiones y el peligro para la suerte del mismo gobierno del Frente
Popular.
Prieto fue uno de
los integrantes del Frente Popular que sustentaron la idea de un gobierno de
coalición entre republicanos de izquierda y socialistas, el que, en la
práctica, representaría una dictadura contra la derecha y los elementos
extremistas de la izquierda. Con correcta visión, pues los ulteriores
acontecimientos no lo desmintieron, Prieto partía del supuesto de que había que
prevenir un golpe de Estado, el que se imputaba a los preparativos de los
"fascistas" (derechistas) en connivencia con los descontentos
círculos militares.
Hubo un intento
de modificar el Reglamento en las Cortes de tal modo que el Gobierno de hecho
pudiera trabajar sin el Parlamento, pero tal iniciativa chocó con la oposición
de Largo Caballero; tampoco la Constitución ofrecía facilidades para una
reforma adecuada. El único camino para alcanzar ese propósito era una
autorización especial por parte de las Cortes para que el gobierno pudiera
llevar a cabo sus gestiones sin el control del Parlamento. Pero el gobierno no
se podía hacer fuerte a causa de la oposición de Largo Caballero y, también,
ante el peligro de que el Frente Popular se desmoronara por tal oposición.
Contando con que
la mayoría del Partido Socialista sería contraria al oportunismo de Prieto,
Largo Caballero exigió la convocatoria del Congreso del Partido. Prieto,
empero, logró que el consejo ejecutivo -órgano central del Partido- aplazara el
congreso hasta el otoño a fin de evitar la votación; con ello consiguió
mantener su prestigio personal y, por ende, frustrar las posibilidades de los
socialistas de colaborar con el gobierno del Frente Popular. Mientras tanto,
Largo Caballero estaba empeñado en que se convocara inmediatamente, en sesión
extraordinaria el congreso del Partido.
Tal era la
situación en vísperas del levantamiento de los "nacionalistas".
La formación del
gobierno de concentración del Frente Popular
En el Gobierno no
estaban representados ni los socialistas ni los comunistas, y menos aún los
anarco-sindicalistas. Pero el rápido avance de las tropas insurgentes desde el
Sur hacia la línea del ferrocarril que une Madrid con Portugal -la toma de
Badajoz-, así como el desplazamiento de los "nacionalistas" hacía Irún[37] y
San Sebastián, con el propósito de cortar la comunicación en la frontera de
Francia y Bilbao -impidiendo así el abastecimiento por vía terrestre desde
Francia y obligando a hacer un rodeo para conectarse con la industria de
Cataluña y otros regiones de España- empeora la situación del gobierno de
Madrid, el que ya no controlaba los acontecimientos que se desarrollaban en la
calle; era la época del terror: asesinatos, saqueos, incendios de iglesias y
conventos, etc.
Es así como a
principios de septiembre los socialistas se hacen cargo de la presidencia del
Gobierno -Largo Caballero[38], es
al mismo tiempo ministro de Guerra- y ocupan puestos estratégicos: los
ministerios de Gobernación (Interior), Relaciones Exteriores, Finanzas,
Comercio e Industria. Los Republicanos de izquierda se quedan con sólo tres
ministerios: Justicia, el que llegó a ser insignificante; Obras Públicas, en
una época de ruinas, y con un ministro sin cartera, el ex-presidente del
Consejo, probablemente para salvar las apariencias de la continuidad del
Gobierno. Los comunistas por su parte, recibieron dos importantes ministerios:
Instrucción Pública y Agricultura. Los sindicalistas (C.N.T), fieles a sus
principios apolíticos, se resisten aún a participar en el poder.
¿Por qué los
socialistas no entraron enseguida en el Gobierno, es decir, en el momento de
estallar el alzamiento o bien unos días más tarde? Entran a formar parte del
Gobierno en el momento más crítico, cuando Francia ya había planteado el
problema de la no intervención en los asuntos internos españoles; así que todos
los esfuerzos del gobierno legal de Madrid se vuelven inútiles, pues, de facto,
sólo contra él se aplicará la prohibición de suministrar armas, siendo el único
responsable reconocido en la querella. La decisión del recién formado gobierno
de resistir a cualquier precio el ataque del "fascismo" coincide con
la llegada a España del embajador soviético, acreditado en Madrid, Marcel
Rosenberg, con un séquito de 42 personas y que se transforma pronto en
consejero de Largo Caballero[39].
Los
anarco-sindicalistas proponen la creación de un Consejo de Defensa Nacional en
el que sus representantes (Confederación Nacional del Trabajo) tendrían el
mismo número de delegados que los sindicatos socialistas (U.G.T.), pero este
ofrecimiento no es tomado en consideración. ¿Por qué? Si está en juego la
defensa contra un adversario común, ¿por qué no se habría de acceder a la
petición de la C.N.T., la que por lo demás renuncia magnánimamente a tomar
parte en el poder, a pesar de disponer de los adherentes más resueltos -y está,
por el número de sus miembros, aproximadamente al mismo nivel[40] de
la U.G.T.- del "frente antifascista"?
La participación
relativamente importante de los comunistas en el Gobierno -tienen un total de
15 escaños en las Cortes, en su mayor parte, "ad personam", pues es
probable que el número de las actas no corresponda proporcionalmente, al núcleo
de sus partidarios-, se manifiesta a través del Ministerio de Instrucción
Pública, desde donde se puede realizar mejor la propaganda marxista: los
teatros están directamente sometidos a este ministerio y los cines se
encuentran saturados de películas soviéticas ("Los marinos de
Kronstadt", "Ckapayev", "El acorazado Potemkin",
etc.); a los estrenos acude el embajador Rosenberg con el presidente de la
República (Azáña); se toca la Internacional en vez del Himno nacional en la
radio, en las conferencias públicas, en las asambleas; los periódicos y los
folletos de propaganda se distribuyen desde la Imprenta del Estado, etc., y
desde el Ministerio de Agricultura se propone una organización sistemática del
proletariado rural.
Mientras tanto la
postergación de los anarco-sindicalistas deja la impresión[41] de que son más importantes
los intereses del Partido que la defensa nacional. Es probable que la política
soviética estuviera interesada en este plan, si es que Rusia (la URSS) deseaba
obtener una victoria moral en medio de la derrota del gobierno legal de Madrid[42].
Así podría justificarse el hecho de que los socialistas, por sugerencia del
representante diplomático de la URSS, rechazaron la propuesta de los
anarco-sindicalistas, ya que la realización del Consejo de Defensa Nacional
sería de hecho un gobierno al lado del gobierno constitucional.
El curso de los
acontecimientos en Cataluña
En Barcelona (y
en otras regiones de Cataluña) el levantamiento fue sofocado desde su comienzo.
El gobierno autónomo (la Generalidad) del Frente Popular estaba formado por
elementos de la Esquerra (izquierda) catalana, un partido sin tradición, los
elementos apolíticos, los anarco-sindicalistas, habían contribuido a la
victoria en las elecciones de 1931 y 1936), y núcleos adictos al Partido
Nacionalista Republicano (Estat Catalá), quienes trataron de realizar, en los
momentos más críticos, una política "particularista". Pero cometieron
un error fatal, pues enviaron en los primeros días de la contienda al mejor
contingente del ejército para sofocar y "anexionar" las Baleares, con
lo que gran parte del ejército se perdió en un frente secundario[43].
Además, al pedir ayuda de Madrid, en ocasión de constituirse el gobierno de
Largo Caballero, las tropas que se estaban retirando de las Baleares acuden en
apoyo de Castilla.
Cuando, a
principios de octubre de 1934, la Acción Popular (partido de Gil Robles) entró
a formar parte del Gobierno en Cataluña estalló la revolución, en señal de
protesta contra la coalición de Lerroux con las derechas ("los
sepultureros de la República"), y los partidarios del Estat Catalá
convencieron a Companys para que proclamara solemnemente "la Cataluña
Independiente dentro de la Federación Española". Los anarco-sindicalistas
no podían entusiasmarse en aquellos momentos por una política de
"federación" -reinaba una especial animadaversión frente a los
adversarios del Estat Catalá, los que por su parte manejaban una política
fascistizante-, pues de aquello no podían sacar ningún provecho concreto, y no
acudieron en ayuda de la izquierda catalana.
El gobierno de la
Generalidad se rindió entonces al ejército, que acataba únicamente las órdenes
de Madrid. Esta vez, sin embargo, aunque los anarcosindicalistas no se
preocupaban por los esfuerzos de la izquierda catalana por realizar, via facti,
la transición de la autonomía a la federación de Cataluña (este proceso se
verificó sin que nadie hiciera objeción en cuanto a una eventual violación de
la Constitución), aprovecharon, sin embargo, la ocasión que se les ofrecía para
tomar el poder en sus manos: a través de algunos sindicatos formaron Comités de
control, los que ejercían no sólo el control de la economía[44], sino que de hecho tenían
en sus manos todo el poder. Al lado de este régimen surgió el Consejo
Económico, en el que los anarco-sindicalistas (C.N.T.) desempeñaban también un
papel decisivo. La situación del Gobierno se hacía insostenible. Se llevaban a
cabo negociaciones, y los anarquistas -¡por primera vez en la historia!- entran
en el Gobierno. Con tal paso, no cabe duda, mejoró la situación de Frente
Popular, como gobierno responsable, pero solamente en Cataluña.
El ejemplo de
Cataluña para el gobierno de Madrid
El ejemplo de
Cataluña servía de modelo para el gobierno de Madrid. Mientras tanto, Barcelona
se emancipa completamente de Madrid. A principios de octubre los vascos
obtienen también la autonomía de tres provincias: Alava, Guipuzcoa y Viscaya,
de las cuales sólo Vizcaya se encuentra en poder del Frente Popular. La
autonomía de los vascos, empero, en estas circunstancias anormales -el gobierno
de Madrid se vio obligado a conceder amplia libertad a la Iglesia católica (el
"anteproyecto") postulaba hasta la libertad para el gobierno de
Euzkadi de establecer relaciones con el Vaticano, a semejanza de Baviera, en su
tiempo, durante el Reich alemán) y el respeto a la propiedad privada- no
representaba gran cosa, pues las mencionadas provincias e incluso Navarra, en
el mismo conjunto, gozaban ya antes de una cierta autonomía financiera, en la
que, esencialmente, se agota la tendencia autonomista. La consecuencia práctica
de la autonomía vasca fue que cesaron las luchas en el Norte. La fuerza
ofensiva de los vascos no presionó sobre las posiciones de los
"nacionalistas" quienes no intentaron ninguna nueva acción en el
Norte hasta no conseguir quebrar la resistencia de Madrid, pues ya habían
logrado fortalecer sus posiciones y poner en orden las comunicaciones de la
línea de ferrocarril hacia la frontera de Francia (Irún).
Por fin, la
situación madura también en Madrid. Las tropas del general Franco se aproximan
y existe el peligro de que Madrid sea cercado. Se expanden los rumores de que
el Gobierno abandonaría Madrid para trasladarse a Valencia. El presidente de la
República ya había salido hacia Barcelona. Los anarco-sindicalistas aceptan
entrar en el Gobierno, pero exigen ser representados en pie de igualdad con los
socialistas. Largo Caballero regatea, pero al fin accede[45] y otorga, el 4 de
noviembre, a los anarco-sindicalistas (C.N.T.) cuatro ministerios: Justicia,
Comercio, Industria y Sanidad (Sra. Montseny).
Ofensiva sobre
Madrid
Dos días después
empieza la gran ofensiva del general Franco sobre Madrid. El Gobierno se marcha
a Valencia; en Madrid se forma la Junta de Defensa, en la que están
representados todos los partidos del Frente Popular, bajo el mando del general
Miaja. Madrid está cercado por todos los lados con excepción del Este, por
donde se va a Valencia. A causa de los bombardeos y los incendios en los
suburbios de Carabanchel, la Ciudad Universitaria y el barrio de San Bernardo,
Madrid está abarrotada de refugiados, y el comisario de evacuación, miembro de
la Junta, trabaja incansablemente para llevar a la población a las regiones del
Levante.
La defensa de
Madrid queda a cargo principalmente del 5to. Regimiento[46] de Voluntarios (grupos de
asalto especialmente entrenados) y de la Brigada Internacional[47] (el
capitán Renn, autor de la afamada novela "Guerra y postguerra", es
comandante de un batallón). Llegan en ayuda también las tropas de Cataluña,
bien vestidas pero mal equipadas. El jefe de la milicia catalana, Durruti[48],
famoso anarquista, cae víctima de un misterioso ataque[49] atribuido a la "quinta
columna" [50](nacionalistas
dentro de Madrid), con lo que la milicia catalana sufre un fuerte golpe. La
milicia aún resiste, pero según la opinión de expertos militares extranjeros
(el agregado militar de EE.UU. entre ellos), no podrá hacerlo por mucho tiempo,
pues las fortificaciones son primitivas. Las tropas del general Franco luchan
cautamente y los ataques de los tanques en los pasos estrechos, después de las
pérdidas de los primeros días, no se repitieron[51], ya que se sabía de la
llegada de grupos de mineros desde Asturias -"dinamiteros"-, quienes
minaron todos los accesos principales a la ciudad y colocaron minas por debajo
del puente de la carretera que va a Toledo (Puente de Toledo) y que conduce directamente
al centro de Madrid, la Puerta del Sol. En Madrid hay una zona neutral en el
barrio en torno al Paseo de la Castellana, donde se encuentran casi todas las
representaciones diplomáticas, pero es probable que los futuros ataques se
dirijan hacia allí, ya que el espacio es llano y el acceso lleva por calles
anchas, a diferencia de las estrechas calles de la Ciudad Universitaria, donde
actualmente hay luchas encarnizadas. Los "nacionalistas" dejaron el
campo libre hacia la parte oriental de Madrid, en dirección a Vallecas, para
hacer así posible la evacuación de la población civil y para permitir la
retirada a los defensores de Madrid, pues ello, según tal táctica, disminuye
eventualmente la resistencia de la defensa[52].
En Madrid circulaban entonces varias versiones sobre su repentina desaparición; entre otras, que fue víctima de las luchas intestinas entre anarquistas y comunistas. Koltozov comenta al respecto: "Una bala perdida o quizá alevosamente dirigida, le ha herido mortalmente cuando salía Durruti del automóvil, ante el edificio de su mando. ¡Qué pena, Durruti! Pese a sus errores y extravíos anarquistas, era sin duda alguna, uno de los hombres más brillantes de Cataluña y de todo el movimiento obrero español".
El programa de
los "nacionalistas"
En la primera
semana después del pronunciamiento, el general Franco, que ya se perfila como
futuro jefe del bando nacionalista, declaró:
"El actual
movimiento se debe al ansia de todos los españoles que dedicamos nuestro amor a
la patria y va dirigido contra los enemigos internos y extranjeros. La
situación de España es cada día más aguda y en todas partes reina la anarquía.
El país está amenazado por fuerzas extranjeras. En el mismo corazón de España
escuchamos a los emisarios extranjeros predecir la destrucción y la
distribución del suelo español. El espíritu revolucionario del pueblo se ha
inflamado, y esto ha sido explotado con engaños por agentes soviéticos que
querían establecer ese régimen a expensas de 25 millones de almas. No deseo
defender ciertos intereses sino deseo garantizar a los ciudadanos una vida
común cual todos los hombres libres..."
El general Mola,
por su parte, como jefe de las fuerzas nacionalistas del Norte (Pamplona), dio
la siguiente declaración al corresponsal del "Daily Mail":
"Puedo decir
a todos que el movimiento que Franco y yo dirigimos no es un movimiento egoísta
ni tiene por objeto ganar prestigio para sus dirigentes. Es un movimiento
nacional dirigido y preparado por generales del Ejército y cuenta con el apoyo
del auténtico pueblo español. Su finalidad es exterminar de raíz, para siempre,
todo lo que representa organizaciones y principios marxistas. Deseamos
establecer el orden y la paz sobre bases puramente españolas...".
De las
declaraciones de los jefes del "movimiento" puede desprenderse que
incluyen en su programa, en lo esencial: 1) la unidad estatal y nacional, lo
que significa que su empeño se dirige contra el "particularismo" de
los catalanes y los vascos (y los gallegos) y esto no sólo en cuento a ponerle
freno a una ulterior estructuración de su autonomía, sino que también tiende a
limitar la anterior emancipación de Madrid, 2) establecimiento del orden en un
régimen autoritario; aspecto éste en que es de suma importancia la ley de la
reforma agraria y la modificación de la legislación de trabajo y 3) la libertad
religiosa para la Iglesia católica.
En este punto del
programa, los "nacionalistas" son aliados de la Iglesia católica (y
del Vaticano), y esto no sólo como amigos en la desdicha, es decir, en la época
del régimen republicano. El proceder contra el clero ha sacudido, pero no
derrumbado, los fundamentos de las constituciones eclesiásticas, afianzadas
durante siglos. En España, donde la Iglesia casi se fundía con el Estado no se
pudo efectuar una delimitación clara y rápida de las respectivas esferas de
influencia sin entrar en choque con la más sólida célula social: la familia. Al
considerar el papel de la Iglesia católica en España no hay que perder de vista
su destacada actividad en la enseñanza, siendo especialmente relevante en la
básica y la media. Pero la Iglesia -al igual que el ejército, que también
intervino en la política interior- fue un adversario de la realización de
reformas, tal el caso, por ejemplo, de la reorganización de la enseñanza;
también se opuso, como propietaria de tierras, a la cuestión agraria, uno de
los problemas de más difícil solución. Es así como la Iglesia y el Ejército frenaron cualquier ensayo serio de democratización de
España.
Los insurgentes
"nacionalistas" cuentan aún, no cabe duda, con la ayuda diplomática
de los círculos vaticanos.
Es de destacar
también la misión que confiaron al antiguo embajador en Londres, Merry del Val,
hermano del difunto cardenal, secretario de Estado de la Santa Sede, de
entablar conversaciones con Inglaterra sobre la base de que los
"nacionalistas" garantizarían el respeto del "statu quo".
La actitud de
Portugal, que, por lo demás, llegó a cortar las relaciones diplomáticas con el
gobierno de Madrid, es una prueba bien evidente de un proceder irresoluto, que
revelaría una abierta contradicción con la política de lealtad hacia Inglaterra
-política aplicada durante siglos- de no existir una conformidad tácita en este
punto por parte del gobierno de Londres.
La legalidad del
gobierno de Madrid es, pues, una forma exterior que hay que respetar, pero si
nuevos acontecimientos crean una nueva situación distinta, hay que
reconciliarse con el destino y mirar la manera de sacar el mayor provecho de la
situación recién creada. Desde este enfoque es comprensible la política de
no-intervención de Inglaterra: el riesgo de tal política es menor que él de
favorecer los experimentos izquierdistas, de los que podría obtener más daños
que provecho[53].
En cuanto al aspecto económico y financiero, España tiende hacía una intensa colaboración con Inglaterra y Francia. Las relaciones con Alemania e Italia no ofrecen ninguna posibilidad de compensar las mermas que se producirían en su economía si abandonase su tradicional colaboración en este campo con Inglaterra y Francia.
La política
exterior española anterior a la guerra mundial no se inclinaba hacia la Triple
Alianza. Durante el conflicto bélico, la neutralidad era la salida más natural
para España. Las simpatías del pueblo estaban del lado de Francia, mientras que
los círculos militares, además del clero y la nobleza, no disimulaban su
preferencia por el Reich alemán y Austria-Hungría. España estaba dividida, como
hoy, en dos bandos.
El historiador
italiano Francesco Guicciardini, quien en su juventud fue embajador en la corte
de los Reyes Católicos, en un informe desde España, le pregunta al rey Don
Fernando de Aragón: "¿Cómo es posible que un pueblo tan belicoso como el
español haya sido siempre conquistado, del todo o en parte, por galos, romanos,
cartagineses, vándalos, moros?" A lo que el rey contestó: "La nación
es bastante apta para las armas, pero desordenada, de suerte que sólo puede
hacer con ella grandes cosas el que sepa mantenerla unida y en orden" [54].
Esta declaración revela también el porqué del éxito del rey Don Fernando, quien
realizó la unidad de España al conseguir aunar la orientación mediterránea del
Reino de Aragón con la política continental de la corona de Castilla.
El programa de
los generales -insurgentes- "nacionalistas" está compenetrado del
mismo imperativo histórico: "Unidad y Orden". Ahora bien, el éxito de
los "nacionalistas", ¿perturbará el equilibrio de las fuerzas en el
Mediterráneo? Si se limitan al "orden y unidad" en el interior -bajo
el supuesto de que todo se desenvolverá sin obstáculos y sin complicaciones en
torno de Cataluña-[55] ¿no
existe la posibilidad de que España se transforme en un régimen autoritario más
dentro de Europa? Tal vez el ejemplo del vecino Portugal, en cuanto a la forma
de su organización estatal interior -con el apoyo en la Acción Popular de Gil
Robles, el Salazar español- sea considerada por los "nacionalistas"
como algo no desdeñable. El marco de la política realista de España incluye
también la cuestión del "statu quo" [56], y
la actitud de los círculos militares hacia los problemas de la política
interior justifica la expectativa ante la posibilidad de que los eventuales
cambios puedan realizarse perfectamente con solo salvaguardar la "unidad y
el orden", pero evitando las complicaciones indeseables en las relaciones
internacionales.
Las condiciones
económicas en el territorio del Frente Popular
El gobierno legal
tiene toda Cataluña (las provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona),
las regiones levantinas (Valencia, Castellón, Alicante, Murcia, Almería) y
parte de Aragón, Castilla, Andalucía, Vizcaya (Bilbao) y Asturias.
Los insurgentes
"nacionalistas" ocupan casi la mitad de la Península y tienen,
además, Marruecos (zona española), las Islas Baleares (sin Menorca) y las
Canarias.
El gobierno del
Frente Popular, por su parte, domina fundamentalmente regiones periféricas, las
que acusan una tendencia centrífuga en su aspecto político-administrativo
(Cataluña, Euzkadi), pero no en el económico. En estas características de las
distintas regiones radica su fuerza de resistencia, a la vez que su destino en
cuanto a su conexión con el resto de España.
Si los
"nacionalistas" al lado del general Franco propugnan una política de
integración de España y luchan para transformar en realidad la idea que se
opone al proceso de desmoronamiento, acelerado durante el régimen
republicano-izquierdista, el factor económico, es decir el hecho dé que las
distintas regiones españolas están económicamente entrelazadas entre sí, se
inclina en favor de su movimiento.
Características
de las distintas regiones en su aspecto económico:
1) Cataluña:
industria textil-algodonera: 2) Valencia: monocultivo de naranjas (y arroz);
Almería: uvas de invierno; Málaga: papas y vino dulce; 3) en la altiplanicie de
Castilla: trigo; 4) Asturias: minería; 5) Vizcaya: altos hornos.
1) La industria
algodonera española, que trabaja para el mercado interior, bajo fuerte
protección arancelaria, y sólo en una pequeña parte para la exportación, está
concentrada en Cataluña, primordialmente en Barcelona y su provincia. Todas las
dificultades con las que tiene que luchar esta industria aún no se hacen sentir
en estos momentos de engañosa prosperidad (¡inflación!). El poder adquisitivo
de la población ha subido. Los soldados perciben 10 pesetas diarias y rancho
completo, mientras sus familiares reciben el subsidio correspondiente.
Las exigencias de
la industria de guerra absorbieron la mano de obra disponible. Los precios de
los productos industriales en los comercios, controlados por los respectivos
sindicatos, están intervenidos, lo que le da empuje al consumo, hasta tal punto
que las mercaderías que se terminan no se pueden reponer, pues las reservas de
materias primas se están agotando. Las hilanderías han cesado casi de trabajar,
mientras las fábricas tejedoras han limitado la producción debido a la
creciente escasez de hilados. La reducción del tiempo de trabajo trae aparejado
consigo la merma del salario o el aumento de los gastos generales. Si se toma
en consideración que los obreros de la industria textil pertenecen en más del
80% a organizaciones anarco-sindicalistas (C.N.T.) y que fieles a la táctica de
acción directa para conseguir mejores condiciones de subsistencia rehusaron
hasta ahora tomar parte en la lucha política, las perspectivas futuras son
bastante sombrías. Ante el espectro del hambre y la cesantía, los
anarco-sindicalistas recuerdan tan sólo el nivel relativamente alto de vida
que, si bien no fue alcanzado con la colaboración de las clases, como sería el
caso en un régimen autoritario, era el resultado de la lucha directa, siempre
teniendo en cuenta intereses concretos, dentro de unas empresas particulares o
de un grupo de empresas del mismo ramo. Así, esta orientación de los
anarco-sindicalistas, en su esencia completamente individualista, imprime un
carácter especial a este vigoroso movimiento social en Cataluña.
El gobierno de
izquierda republicana en Cataluña contaba -amén de los votos inestables,
apolíticos, de los anarco-sindicalistas- con los pequeños propietarios rurales,
los antiguos colonos -"rebassaires"-, que formaban el principal apoyo
de la Esquerra catalana (Companys). Estos se encuentran ahora fuertemente
amenazados por las exigencias de la guerra[57]. La cosecha, el ganado y
los productos de la avicultura se acaparan para la ciudad y la milicia. El
gobierno paga en bonos, con los que el labrador no puede adquirir ni
fertilizantes (fosfatos, en primer lugar, provenientes del exterior) ni el
pienso para el ganado y las granjas avícolas (maíz, en su mayor parte
importado). La guerra ha arruinado las reservas, del propietario rural, quien,
como es precisamente el caso de los "rabassaires", después de la
solución del problema agrario en Cataluña no tiene nada más que esperar de la
lucha de clases y desea sólo la paz y la colaboración de las clases. Por ende,
la situación en Cataluña considerada como el más fuerte baluarte de resistencia
al "fascismo", no es precisamente tan halagüeña como se la presenta a
menudo.
2) Valencia es la
región más rica de toda España. El monocultivo de la naranja, además del
cultivo del arroz, es la principal fuente de ingreso y su producto exportable
más importante: el más fuerte renglón en la balanza comercial y de pagos. En
este negocio está fuertemente interesado el capital inglés, pues es costumbre
que el importador inglés anticipe fondos al exportador español, mientras éste
adelanta créditos a los propietarios de las huertas, a cuenta de la próxima
recolección. La suerte de la campaña naranjera está hoy en manos de unos
cuantos "consejos locales"[58], y sólo un número
relativamente reducido de pequeños propietarios puede vender libremente en el
mercado, al margen del "consejo local". Ningún negocio de exportación
depende tanto de la iniciativa particular como el de las naranjas: especulación
en cuanto a la calidad, las perspectivas de los mercados extranjeros, los
oscilantes precios de la mercadería, la forma de transporte, el nivel de
fletes, la marca de calidad, etc. Los grandes exportadores disponían hasta
ahora de sus propias marcas comerciales, las que ofrecían suficiente garantía
de calidad en los mercados internacionales, en libre competencia con los
productos provenientes de otros países. ¿Será posible ahora colocar la misma
mercadería con la misma marca comercial si los propietarios son encarcelados,
expulsados o liquidados, pues en ninguna otra región ha sufrido la gente bien
acomodada tantas persecuciones como en Valencia? Los países con régimen
capitalista, que respetan la propiedad privada, ¿protestarían contra la importación
de naranjas provenientes de España? Las dificultades de los barcos en los
puertos españoles de embarque, agravada por las elevadas primas de seguro de
los buques y la carga, hacen aún más difícil la desesperada situación en los
mercados valencianos, saturados de naranjas. Pasé a través de la región del
Levante en un momento en que la recolección tenía que suministrar el número
máximo de cajas para la exportación, al principio de la campaña, cuando en
condiciones normales los precios suelen alcanzar los más altos niveles, y tengo
la impresión de que el problema naranjero es uno de los factores de gran peso
que podrían contribuir a que la guerra acabara lo antes posible. Todos se dan
cuenta del hecho de que el asunto es de vital importancia, pues la guerra tendría
que terminar pronto si se deseara convertir en capital la recolección de
naranjas. La misma argumentación aunque en menor escala, es aplicable a la uva
de invierno de Almería, las pasas y el vino dulce de Málaga, etc.
3) En la
altiplanicie de Castilla, la región dedicada principalmente a la producción de
trigo, faltan los abonos (fosfatos); la ganadería ha sufrido en gran parte,
sensibles daños debido a las requisiciones, igual que la última cosecha de
trigo, que fue inferior al promedio normal.
4) y 5) En las
minas de Asturias cesó parcialmente la explotación, ya que no se exporta el
mineral de hierro a Alemania, y, además, los barcos se ven amenazados por la
marina de guerra de los "nacionalistas", mientras en Vizcaya se han
apagado, en parte, los altos hornos por falta de coque del exterior.
Los hechos
destacados son de gran importancia en los momentos actuales, pues provocan un
sentimiento de pusilanimidad en las más extensas capas de la población
trabajadora. Es mi impresión que este estado de ánimo en las comarcas que se
encuentran bajo el poder del gobierno republicano pudiera compararse con la
situación en Italia en vísperas de la llegada de Mussolini el poder, cuando los
socialistas en Italia tenían de hecho el poder en sus manos pero, no obstante,
eran impotentes, pues no pudieron llevar hasta las últimas consecuencias tal
situación, esto es, la dictadura del proletariado. Igual que Italia, que era
dependiente, si bien en mayor escala, de la economía internacional (importación
de carbón, mineral de hierro, madera, trigo, algodón, etc.), así la parte de
España que se encuentra bajo el gobierno del Frente Popular depende en su
aspecto económico, por un lado, de las otras regiones y, por el otro, se
orienta hacia el mercado internacional para salvaguardar intereses de
exportación e importación.
Conclusión
Debido a los
hechos destacados, puede esperarse un cambio entre los elementos apolíticos,
los anarco-sindicalistas, quienes representan la mayoría de la clase
trabajadora en el territorio bajo el poder del gobierno legal. Su regreso a la
antigua táctica, después de su corta colaboración en el campo político dentro
del "frente proletario" quizá sea el único camino hacia una avenencia
con los "nacionalistas". La reiterada y sistemática acentuación del
factor internacional -el incidente por el hundimiento del barco de guerra
"Cervantes", las notas a la Sociedad de Naciones, a Inglaterra, etc.-
va en favor del pronóstico indicado. Ahora en retirada hay que crear la leyenda
- ¡es sorprendente que la promueva el Gobierno mismo!- el Frente Popular -en
esencia, el "frente proletario"-, no fue vencido por los
"nacionalistas" elementos españoles, sino por la abundante y activa
ayuda de los "estados fascistas". Los próximos acontecimientos quizás
confirmen este pronóstico relativamente optimista en cuanto al término de las
luchas en la guerra civil española[59].
Julio Alvarez del
Vayo, ministro de Asuntos Exteriores de la República española, en su obra La
Guerra empezó en España (versión castellana; Edit. Séneca, México, 1940,
366 páginas), redactada al principio de la Segunda guerra mundial, echa la
culpa por el fracaso del gobierno republicano casi exclusivamente a la
intervención foránea (pág. 9): "Si la intervención armada de Alemania e
Italia en España no hubiese sido tolerada, ni Austria hubiese sido
probablemente anexionada, ni Checoslovaquia invadida, ni Polonia atacada".
Consecuente con
su actitud en favor de la "democracia" durante todo el tiempo de su
actividad en España, Mr. Bowers (¡historiador de profesión e íntimo amigo de F.
D. Roosevelt!) pone al final de su obra especial énfasis en los siguientes
puntos:
"1) Que
después de los primeros días de considerable confusión, quedó demostrado
claramente que se trataba de una guerra de los fascistas y las potencias del
Eje contra las instituciones democráticas de España.
2) Que la guerra
española era el principio de un plan perfectamente meditado para el exterminio
de la democracia en Europa y el comienzo de una guerra mundial.
3) Que el Comité
de la No Intervención era un vergonzoso engaño cínicamente indigno, y que
Alemania e Italia enviaban constantemente soldados, aviones, tanque, artillería
y municiones a España, sin una interferencia o protesta verdadera de los
firmantes del pacto". Op. cit., pág. 423 ss.
El publicista
inglés Burnett Bollton, que vivió en España en los tiempos de la Segunda
República y dedicó después varios años de intensas y minuciosas investigaciones
a su obra, destaca (op. cit., pág. 171 ss.) que "Moscú seguía aferrado a
la creencia de que Inglaterra y Francia cambiarían su política de neutralidad,
y a tal fin dieron instrucciones a los comunistas españoles y al gobierno de
Negrín (sucesor de Largo Caballero), dominado por los comunistas, para que
continuara la lucha con la esperanza de que los latentes antagonismos entre las
potencias occidentales provocaran finalmente un conflicto".
El historiador
alemán., Hellmuth Guenther Dahms, en su "ardua empresa" de presentar La
guerra española del 1936 (Ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1966, 443 páginas;
trae abundante bibliografía, págs. 405-427, fotografías y mapas), de una manera
objetiva e imparcial, en lo que le han sido útiles "publicaciones de
actas, hallazgos de documentos y averiguaciones realizadas en los Estados
Unidos de América, Francia, Portugal, Italia y Alemania, así como fotografías
de fuentes archivadas en la parte de Alemania de ocupación soviética"
(pág. 8), al final de su libro llega a la siguiente conclusión (pág. 404)
"Si ambos
contendientes de la guerra española hubieran luchado desde un principio
únicamente con sus propias fuerzas, la trágica contienda hubiera quedado pronto
resuelta -probablemente a fines de 1936- y tal vez hubiera sido incluso posible
llegar a un acuerdo, cosa que en 1939 ya era prácticamente imposible.
"La guerra
fue y continuó siendo en primer lugar cuestión de los españoles. Mussolini y
Hitler no obtuvieron la victoria para Franco, sino que cada vez que la ayuda
franco-soviética desnivelaba la balanza a favor de los republicanos, se
limitaron a fortalecer a su vez al Ejército nacional mediante tropas
legionarias y material de guerra para permitirle tomar de nuevo la ofensiva.
Esta política se desprende de los documentos oficiales, aunque no consta en
ninguna parte el volumen total de la ayuda prestada".
(Publicamos este
informe de nuestro colaborador sin alterar o cambiar sus opiniones, mayormente
confirmadas por los hechos posteriores o las apreciaciones de los observadores
nacionales o internacionales. Especialmente no queríamos tocar el problema
interno- nacional de España. - Redacc. de SC.)
España en la
encrucijada a fines de noviembre de 1936 vista por un observador croata -
Epilogo
Prvislav
Weissenberger
Epílogo
Impacto de la
guerra civil española sobre la política exterior e interior de Yugoslavia y
Croacia, respectivamente
El 1° de abril de
1939, al finalizar la guerra civil española, Stojadinovic, presidente del
Consejo y ministro de Asuntos Exteriores de Yugoslavia, ya no ocupaba sus cargos.
Siete semanas antes, el 4 de febrero, fue inesperadamente reemplazado en la
Presidencia por un político servio perteneciente a la misma agrupación
gubernamental, Dragisa Cvetkovic, mientras que el ministro de Asuntos
Exteriores pasó a manos de un experto diplomático de carrera, Alejandro
Cincar-Markovic.
Desde su primera
declaración sobre asuntos españoles, Stojadinovic, según se desprende de sus
memorias[60],
había desplegado una notable actividad en el campo de la política internacional;
su política interna, en cambio, quedó estancada, a pesar de que su misión
consistía, al parecer, en encauzar el régimen interior hacia una normalización,
es decir, la vuelta paulatina a una democracia representativa para poner así
fin a la era dictatorial, inaugurada el 6 de enero de 1929 por el rey Alejandro
I Karageorgevic (asesinado en Marsella el 9 de octubre de 1934). La dictadura
real había disuelto la Asamblea Nacional (Narodna Skupstina) y a la vez
suspendido los partidos políticos. Se permutó el nombre de Reino de los
Servios, Croatas y Eslovenos por el de Yugoslavia, prohibiéndose, además, el
uso de las respectivas banderas nacionales, con excepción de la servia, que
quedó, como símbolo de preeminencia servia, confinada dentro de la Iglesia
ortodoxa servia. Esta Iglesia, por lo demás, apegada a la tradición medieval
césaropapista de cuño bizantino, encarnaba la idea de la Gran Servia bajo el
manto de Yugoslavia. Posteriormente, en 1931, fueron creadas la Cámara de
Diputados y la de Senadores, pero sobre la base de un partido único y con unos
pocos miembros disidentes que mantenían despierto el debate inocuo en la
Asamblea.
El mismo día en
que Stojadinovic expone su política exterior a sus anfitriones del Pacto
Balcánico, en Ankara, el 30 de octubre de 1936, Benito Mussolini declara, en un
discurso público en Milán, que "existen las necesarias y suficientes
condiciones morales, políticas y económicas para que las relaciones de real
amistad entre Italia y Yugoslavia se colocaran sobre una nueva base"
(Stojadinovic, op. cit. pág. 449 ss). A esta poco
disimulada invitación al diálogo seguirán las gestiones tendientes a la
clarificación de las relaciones mutuas, que culminarán en el Pacto de Belgrado,
el 25 de marzo de 1937, firmado por Stojadinovic y Ciano[61]. En tal ocasión, al
celebrarse el banquete oficial en el Hogar de la Guardia Real, Stojadinovic
brindó por la salud y prosperidad del rey de Italia y emperador de Abisinia,
con lo que se adelantó a sus colegas de la Pequeña Entente y del Pacto
Balcánico en el reconocimiento del imperio mussoliniano.
Mientras tanto, a
fines de noviembre de 1936, el príncipe Pablo de Yugoslavia toma contacto con
el jefe de la Oposición Coaligada, el doctor Vladimir Macek, presidente del
Partido Campesino Croata (sucesor del carismático estadista croata Esteban
Radic, víctima de un atentado en el recinto de la Asamblea Nacional de
Belgrado, el 20 de junio de 1928. Ateniéndose a las instrucciones del príncipe
regente, el mismo Stojadinovic se reúne, en enero de 1937, por primera y última
vez, con Macek. Las conversaciones no tuvieron ningún resultado práctico, pues
éste insistía consecuentemente en cambios fundamentales en la Constitución de
la época dictatorial, propugnado para Croacia un estatuto de autonomía dentro
del estado multinacional yugoslavo, para salvaguardar así la individualidad y
los intereses de la nación croata, que fue sometida contra su voluntad
-expresada a través de todas las elecciones relativamente libres hasta la
implantación de la dictadura- al centralismo de Belgrado a raíz de la primera
guerra mundial y de la Constitución de Vidovdan (San Vito, el 28 de junio de
1921), aprobada en la Asamblea Constituyente por simple mayoría[62].
Este encuentro, que eventualmente podría haber cambiado la suerte de
Yugoslavia, en un momento de suma tensión internacional, se desperdició,
reduciéndose a un mero cambio de impresiones; quedó tan sólo pendiente una
promesa verbal de que las próximas elecciones parlamentarias (las últimas se
verificaron el 5 de mayo de 1935) se celebrarían a fines del año en curso 1937;
la dictadura, no ofrecía garantía de una seria discusión en la Asamblea
Nacional, ya que el partido gubernamental tenía de antemano aseguradas las dos
terceras partes de los escaños en todas las circunscripciones del país si
obtenía, como era de suponer, un voto más del 50% de los emitidos[63].
La revisión
unilateral del Tratado de Versalles por parte del gobierno del Tercer Reich
hacía suponer que aun otras naciones, descontentas con los arreglos de paz en
los alrededores de París, harían valer con el tiempo sus pretensiones
revisionistas. La política exterior yugoslava se enfrentaba con serios
problemas. Bien lo ha destacado el mismo Stojadinovic, al sostener que
Yugoslavia estaba rodeada de "preocupaciones", en servio:
"brigama", lo que corresponde a las letras iniciales de Bulgaria -
Rumania - Italia - Grecia - Albania - Magyarorzság (Hungría) y Austria
(Alemania), esto es, en su mayoría, de Estados revisionistas, con excepción de
Grecia y Rumania. Dada esta situación geopolítica tan desfavorable, ¿cómo podía
Stojadinovic postergar el arreglo de los asuntos interiores y no hacer una
limpieza en su propia casa y manejar, a la vez, una política exterior
coherente? A la larga, una oposición amargada -y alejada perpetuamente del
poder- planteaba serios problemas económicos y sociales, amén de políticos, los
que forzosamente tendrían repercusiones funestas. Desde el punto de vista de la
política interna -e insluso externa- se imponía tomar en cuenta otro factor
importante: el fondo histórico con respecto a las naciones y nacionalidades
postergadas bajo el dominio de Yugoslavia, ya desde los albores de su
fundación, en 1918. Por ende, el arreglo de la cuestión croata era de suma
urgencia, y no hay que subestimar el hecho de que Croacia, dentro de sus
fronteras étnicas e históricas, ocupa más de una tercera parte del estado
multinacional, con una economía bastante desarrollada y con las enormes
posibilidades que ofrece su ubicación a lo largo del Adriático: turismo, pesca,
navegación, astilleros, etc. Dejar que el tiempo transcurriera sin tomar las
medidas indispensables para el caso y esto, nota bene, en momentos en que se
abría paso el principio de la autodeterminación -revisionista- de los pueblos
(Austria, Sudetes, Eslovaquia, etc.) y de amplia autonomía (Cataluña - Euskadi)
resultaba muy contraproducente; los acontecimientos que siguieron ofrecen
pruebas evidentes en favor de esta tesis[64].
La anexión de
Austria -el "Anschluss"- en marzo de 1938 lleva al Tercer Reich a la
frontera norte de Yugoslavia (Eslovenia), donde ya se perciben fermentos de la
propaganda nazi[65].
Por ese entonces vivían en la parte yugoslava de la llanura de Panonia
(Vojvodina) más de 500.000 prósperos colonos alemanes, en tierra privilegiada
por su naturaleza exuberante, que atraía las miradas ávidas de los teóricos de
la doctrina del Lebensraum[66].
Resuelto
satisfactoriamente el problema de la "Marca Oriental" -tal es la
nueva denominación para Austria, que data de la época carolingia- el principio
de la autodeterminación se extiende a los alemanes de los Sudetes y tendrá bien
pronto el éxito apetecido, aunque faltaba poco para que la crisis iniciada en
torno de Checoeslovaquia llevara al mundo a una conflagración universal.
Al Convenio de Munich
entre los Cuatro Grandes (la Unión Soviética brilla por su ausencia, igual que
en Versalles), a fines de setiembre de 1938, acompaña la esperanza de que
seguirá una época de paz fructífera, por lo menos para una generación. El
optimismo en cuanto al apaciguamiento que inaugura Munich lo comparte
plenamente Stojadinovic, hasta tal punto que se cree ahora en condiciones
ventajosas para acudir a los comicios parlamentarios y poder así afianzar
durante la próxima legislatura su posición de "prusiano balcánico" y
guardián de la paz y la seguridad en el sudeste de Europa. Dada su formación
económico-financiera, en el político Stojadinovic prevalece su pensamiento
económico, hasta el extremo de creer que se puede llegar fácilmente a un
arreglo con los "legítimos prusianos", instalados ya firmemente a lo
largo de las fronteras del país: una estrecha colaboración en el campo
económico con el Tercer Reich daría audaz empuje al desarrollo y a la
diversificación de la economía, hasta entonces fundamentalmente agrícola, con
lo que desaparecerían las tensiones anteriores, las que, en su exagerado
optimismo, suponía insignificantes frente a los grandes problemas del Nuevo
Orden que se vislumbraban para el futuro próximo y por largo rato.
Dada la política
de condescendencia con las potencias del eje Berlín-Roma[67], no extraña que Yugoslavia
estableciera relaciones normales con el gobierno de Burgos antes de que los
otros miembros del Pacto Balcánico (Turquía, Grecia, Rumania) procedieran al
reconocimiento de la España nacional y, desde luego, mucho antes de que Francia
e Inglaterra normalizaran, por su parte, los asuntos pendientes con los
nacionalistas. En misión especial fue enviado a Burgos el capitán de navío (R)
Darko Mažuranic, perteneciente a una distinguida familia del litoral croata[68]. Es
algo raro, y Stojadinovic no lo menciona, el reconocimiento del gobierno de
Burgos, como tampoco se refiere a las instrucciones que tenían los
representantes de Yugoslavia en el Comité de No-Intervención en Londres y los
respectivos delegados yugoslavos a lo largo de la frontera de los Pirineos, que
vigilaban la aplicación de las medidas de control recomendadas por el Comité de
Londres[69].
Se olvida también
Stojadinovic de mencionar el papel que tuvieron los voluntarios yugoslavos en favor
del Frente Popular en España, aunque su presencia implicaba a menudo la
intervención diplomática a través de la legación en Madrid y daba mucho que
hacer al mismo ministro de Asuntos Exteriores en Belgrado por las
contravenciones que provocaban los adictos y simpatizantes del Frente Popular.
Según el publicista español Antonio Padilla, editor de la revista Historia y
Vida[70]
"a defender la República, y a aprender, vienen los 1500 yugoslavos que,
reclutados personalmente por Tito y Milovan Djilas, viajan en los 'trenes
fantasmas' que enlazan Perpiñan y Albacete. Son hombres de confianza y sólida
formación, universitarios en su mayoría que, agrupados en los batallones 'Djuro
Djakovic' y 'Dimitrov', dan la muestra de sangre fría en primera línea"
(pág. 41).
En las elecciones
del 5 de mayo de 1935 obtuvo la oposición 1.076.346 votos y la lista
gubernamental 1.747.037 votos ("adulterados", según el testimonio de
Stojadinovic, op. cit., pág. 347), siendo elegidos 67 diputados de la oposición
y 303 del gobierno.
El Partido
Comunista de Yugoslavia, clandestino, se aprovechaba de la opinión pública
favorable al Frente Popular para ganar prosélitos disfrazado bajo el nombre de
Frente de Union Nacional. En una de sus proclamas, en marzo de 1938, ya se
perfila la línea que van adoptar con éxito los comunistas años después,
coincidiendo con las instrucciones del Partido que se aplicaron también en
España: "En estos días difíciles y decisivos nos dirigimos a todos los
ciudadanos demócratas y patriotas, sin distinción de religión, nacionalidad o
filiación política, no solamente adheridos al Frente de la Unión Nacional, sino
a todas las fuerzas patrióticas de los pueblos servio, croata, esloveno y otros
que, aunque no se hayan declarado en absoluto a favor del acuerdo realizado
entre la Coalición Campesina Demócrata[71] y la Oposición Coaligada[72],
sean hostiles a la política de traición (pro Eje) de Stojadinović y estén
dispuestos a defender la paz y la independencia del país" (citado en A.
Padilla, op. cit.. pág. 42).
Una de las
publicaciones del Partido Comunista yugoslavo en 1938, aprovechándose de las
tensiones internas de Yugoslavia, recomienda directamente la receta española:
"Los voluntarios de Yugoslavia representan el modelo de Frente Popular
Antifascista que es necesario formar lo más rápidamente posible en Yugoslavia
" (A. Padilla, ibíd., pág. 42).
Sorprende que
Stojadinovic, en vista del papel decisivo que tuvo después, durante la segunda
guerra mundial, el afianzamiento del comunismo en su país, olvide referirse en sus
memorias a la labor subrepticia de los comunistas al amparo de las simpatías
que había despertado en Yugoslavia la lucha del Frente Popular[73],
especialmente entre los intelectuales de la parte oriental del país: Servia,
Montenegro y Macedonia.
Satisfecho con
los resultados de las elecciones de diciembre 1938, aunque la ventaja no fuera
mucha en cuanto al número de votos, Stojadinovic podía permitirse el lujo de
unas vacaciones de descanso en Suiza, teniendo confianza en reanudar, inclusive
con más brío, su actividad en la política exterior[74]. Según él mismo lo relata
(op. cit. pág. 566 ss.), "al regresar a Belgrado, a mediados de enero de
1939, me quedó muy poco tiempo para arreglar la recepción de Ciano, que acudía
en visita oficial a Belgrado, con tal de que antes parara en la hacienda
estatal de Belje, para una partida de caza".
"De todas
las cuestiones de la política exterior, para Italia se planteaba entonces, en
primer lugar, la de Albania. Una vez terminada la conquista de Abisinia y
acercándose la guerra civil en España a su fin, con la victoria del general
Franco, a quien Mussolini apoyaba abiertamente con abundante envío de
voluntarios, Italia logró tener las manos libres para una nueva empresa con que
contribuiría a levantar el prestigio del régimen fascista. Es bien notorio que
los dictadores deben sin interrupción perseguir nuevos éxitos. Esto era aún mas necesario para Mussolini, pues Hitler había conseguido
el 'Anschluss' de Austria. Teniendo celos de su contrincante, Mussolini buscaba
su propio 'Anschluss', y lo encontró en el pequeño y débil país de la orilla
oriental del Adriático, frente a Italia. Desde luego, Italia tenía allí, desde
la misma creación del estado independiente de Albania, a raíz del
desmoronamiento del Imperio Otomano en los Balcanes (1912-1913), ciertos
derechos especiales, confirmados por parte de las grandes potencias".
Para apoyar y
justificar su propia política en cuanto a Albania, creía oportuno, según sus
memorias, consultar previamente la opinión sobre este asunto del Estado Mayor
de Yugoslavia. Dada la tradición anexionista del Ejército servio, tendiente a
la expansión hacia el Occidente y con especiales miras hacia la salida al mar
-Adriático y Egeo-, no extraña el punto de vista del Estado Mayor de "no
permitir de ninguna manera que Italia entrara sola en Albania y de buscar
compensaciones de ella, las que, por ejemplo, podrían ser en la parte extrema
del norte del país (Albania), es decir, que Scutari con el puerto de San
Giovanni di Medua se adjudicaran a Yugoslavia".
Ciano llegó por
ferrocarril a Belje el 20 de enero de 1939, y al día siguiente (las fechas no
coinciden en las respectivas memorias), en medio del denso bosque y a solas con
Stojadinovic le expuso el plan de participación de Albania (op. cit. pág. 570).
Además, "con entusiasmo (me) habló de los éxitos de general Franco, quien
precisamente en aquellos días ocupaba con ritmo acelerado los últimos reductos
de la efímera República Española. Me hablaba abiertamente del número de los
voluntarios italianos en España y se jactaba de los éxito
militares de ellos[75]. Se
quejaba del gobierno francés, que no mostraba ninguna comprensión ante las
exigencias italianas y, además, en cuanto al ferrocarril en Abisinia y de su
salida al mar Rojo".
El Conde Ciano
expuso también al príncipe Pablo de Yugoslavia el plan de partición de Albania[76], en
ocasión de su visita oficial a Belgrado, donde fue recibido con grandes
honores, incluso en la sede del Partido de la Alianza Radical Yugoslava.
Pocos días después se reanudaron las sesiones de la nueva Asamblea Nacional, en la cual Stojadinovic disponía de una holgada mayoría. Todos los asuntos pendientes tomaban al parecer un curso normal, cuando de repente, en la noche del 3 al 4 de febrero, Stojadinovic recibió, por conducto de un mensajero de Obras Públicas, el doctor Miha Krek[77], una carta del siguiente contenido (op. cit., pág. 576)
"Señor
Presidente
"En el
debate de hoy en la Asamblea Nacional, y especialmente en el discurso del señor
Bogoljub Kulundcic, ministro de Educación, se ha comprobado que en el seno del
Gobierno existen varias opiniones en cuanto a nuestro acuerdo con los croatas.
"Consideramos, mientras tanto, que es nuestro deber -no sólo guiados por el interés de cumplir con nuestra promesa, expresada en el programa electoral en cuanto a dicha cuestión, sino aun por otras fuertes razones de Estado- allanar el camino y recurrir cuanto antes a la solución de esta cuestión de avenencia con los croatas.
"Considerando
que el Gobierno en su actual composición representa un obstáculo para resolver
esta importante cuestión, tenemos pues el honor, debido a dichas razones, de
presentar la renuncia a los cargos que ocupamos en su gobierno.
"Sírvase,
Señor Presidente, etc.
"Belgrado,
el 3 de febrero de 1939".
Siguen las
firmas: Mehmed Spaho (musulmán de Bosnia), Miha Krek (esloveno), Djafer
Kulenovic (musulmán de Bosnia), Franc Snoj (esloveno), Dragisa Cvetkovic
(radical servio).
El mismo día, por
la mañana, Stojadinovic presentó la renuncia colectiva de su gobierno. La
dimisión fue aceptada inmediatamente por la Regencia, y el príncipe Pablo
confió la formación del nuevo gobierno a Dragisa Cvetkovic, hasta entonces
ministro de Salud y Previsión Social. La característica del gobierno de
Cvetkovic estriba en la ausencia de destacadas personalidades servias y en que
los musulmanes de Bosnia y los eslovenos conservaron las posiciones que tenían
en el gobierno anterior.
El primer
ministro Cvetkovic, después de largas negociaciones con Macek, llegó, el 26 de
agosto de 1939, a un acuerdo sobre un estatuto de autonomía -bastante limitada-
para Croacia, bajo el nombre histórico Banovina Hrvatska (Banato de Croacia,
con su propio gobernador). Macek entró a formar el nuevo gobierno ocupando el
cargo de vicepresidente, acompañado de cuatro ministros croatas en la
administración central en Belgrado, esto es: Hacienda, Comercio e Industria,
Correos y un ministro sin cartera.
Una semana
después de haber obtenido Croacia su autonomía estalló la segunda guerra
mundial.
Volviendo a la pregunta ya planteada en el "prólogo" (Cfr. Studia Croatica, presente vol. SC p. 124) si es pura casualidad el hecho de que Stojadinovic haya omitido referirse más a menudo a los asuntos españoles en sus memorias, a pesar de que los acontecimientos en España, durante 33 meses, tenían directa e indirectamente impacto sobre la política exterior e interior de varios países europeos, incluso Yugoslavia, no sería atrevida la observación de que quizás, para minimizar los desaciertos en su política interior -entrelazada con la exterior-, Stojadinovic considerara poder prescindir de la lección que, no cabe duda, ofreció la guerra civil española: prevenir a tiempo el desenlace trágico de una situación enmarañada desde su principio y no dejar que la contemporización haga imposible una solución aceptable y justa, y en lo posible duradera, de convivencia entre las comunidades de un Estado multinacional. Únicamente alcanzando una posición firme en dicho sentido hubiera sido posible evitar, tal vez, que el país fuese arrastrado a la guerra y prescindiera de la adhesión al Pacto tripartito.
Es cierto que el
gobierno Cvetkovic-Macek se vio obligado firmar el Pacto de Belvedere, en
Viena, el 25 de marzo de 1941, inclinándose ante los deseos del Eje con la
finalidad de evitar que la campaña que se cernía sobre el sudeste europeo
causara mayores perjuicios[78].
Como medida de
precaución, una semana antes de la firma del pacto, Stojadinovic, que cayó en
desgracia poco tiempo después y fue internado en varios lugares por supuestas
maquinaciones donjuanistas[79]
-¡Quisling en potencia!-, fue clandestinamente alejado del país, a través de la
zona libre que tiene Yugoslavia en el puerto de Salónica, y entregado a la
custodia de los ingleses, que lo confinaron durante toda la guerra en la isla
Mauricio, en el océano Indico, al este de Madagascar.
En un acto de
irresponsable reacción contra el pacto recién firmado, el general Simovic, en
la noche del 26 al 27 de marzo de 1941, abolió la Regencia y proclamó al joven
rey Pedro II Karageorgevic mayor de edad. A este desafío de la camarilla
militar servia no tardó en responder Hitler, árbitro de Europa en aquel
entonces: sin previa declaración de guerra, el 6 de abril por la mañana, la
Luftwaffe atacó sorpresivamente a Belgrado, provocando el pánico en el aparato
de Estado, que se encontró sin ningún tipo de respaldo. En una acción
punitiva-relámpago, Yugoslavia fue puesta fuera de combate en sólo diez días[80].
Croacia proclamó
su independencia, el 10 de abril de 1941, antes de que entraran las tropas
alemanas en Zagreb, su capital[81].
Pocos días después el Estado Independiente de Croacia fue reconocido por el
Tercer Reich, Italia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Eslovaquia, Finlandia, Japón,
Manchukuo y Siam (Tailandia). Se establecieron relaciones consulares con Suiza
y contacto directo con la Santa Sede[82].
Al pronto
reconocimiento por parte de España siguió, casi inmediatamente, la organización
de las respectivas Legaciones en Zagreb y Madrid[83]. No tardaron en entablarse
conversaciones comerciales, las que terminaron en Madrid a principios de 1942,
con la firma de un tratado comercial entre España y Croacia.
Al estallar el conflicto bélico entre el Tercer Reich y la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, empieza a organizarse el movimiento de resistencia en varias regiones de la despedazada Yugoslavia. El movimiento se extendió también al territorio del Estado Independiente de Croacia, aprovechándose los puntos débiles de la zona de defensa de la costa y con una faja más o menos profunda en el hinterland croata. Participaron de este movimiento los comunistas -entre los que se destacan los antiguos combatientes en la guerra civil española, adiestrados no solamente en las armas sino también en la imposición de su doctrina marxista-leninista-, quienes, con abundante ayuda de los aliados occidentales, logran, aunque al principio sólo una minoría insignificante, imponer su régimen al terminar la segunda guerra mundial, el 8 de mayo de 1945.
¿Cómo fue posible
que se afianzara en Yugoslavia un régimen de estas características sin que se
cumplieran las condiciones previas -objetivamente consideradas- para su
intromisión?
Un antiguo
comunista español, Valentín González, alias "Campesino" -autor del
célebre libro "La vida y muerte en la U.R.S.S.", editado en varios
idiomas- nos habla de su experiencia, la que se puede, poco después, mutatis
mutandis, aplicar al caso de Yugoslavia.
"Con pocas excepciones, especialmente durante la primera parte de la guerra, ¿cuántos políticos y militares españoles había que no dieron la bienvenida a los agentes comunistas con los brazos abiertos y se negaron a seguirles el juego? Al menos, yo era un comunista convencido y mi actitud tenía cierta lógica para hacerlo; pero ¿qué lógica había en la actitud adoptada por otros? Sin la comprensión y complicidad que era casi general, ¿hubiera sido posible en el transcurso de unos pocos meses para un partido tan débil numéricamente como el Partido Comunista penetrar -y casi dominar- todo el aparato gubernamental?
"No trato de
disculpar mis errores, sino que me gustaría que cada uno confesara los suyos.
Si nosotros, los comunistas españoles, fuimos culpables de abusos e iniquidades
y establecimos nuestras normas completamente o estuvimos a punto de establecer,
fue porque los otros, con pocas excepciones, no estuvieron a la altura de las
circunstancias. Los partidos comunistas del mundo son fuertes en la medida en
que los otros partidos y organizaciones sindicales son débiles y vacilantes y
les hacen el juego. Esa es la lección de España y hoy, ésa es la lección de
Europa y del mundo. Si entienden esta lección, se salvarán; pero si no la
comprenden, entonces estarán perdidos" [84].
En el caso de Yugoslavia nos enfrentamos, además, con un argumento a fortiori, esto es, el conflicto entre dos civilizaciones: la occidental y la servio-bizantina, con su marcada línea divisoria a lo largo del río Drina. Las partes orientales sufrieron el impacto del dominio turco-otomano durante casi cinco siglos, lo que de por sí -dado el subdesarrallo en líneas generales- puede explicar la dificultad del afianzamiento de una democracia de cuño occidental, que pudiera prestar seria resistencia al comunismo u otro régimen totalitario.
El status quo que
se mantiene por la fuerza en aquella formación estatal, verdadero anacronismo
europeo -aun haciendo abstracción del precario equilibrio entre las dos
superpotencias en el mundo, que, al parecer, lo respalda-, es como la caja de
Pandora, que puede en cualquier momento provocar sorpresas. No olvidemos que
fue precisamente en aquellas regiones donde se forjó la conspiración contra la
paz europea: la mecha encendida en Sarajevo, hace 60 años, provocó la primera
conflagración mundial.
Pontificia
Universidad Católica, Santiago de Chile
(*) P. W.,
actualmente profesor en la Universidad Católica de Santiago de Chile, es uno de
los pocos croatas de origen alemán que prestó servicio en la diplomacia
yugoslava monárquica escondiendo bien sus verdaderos sentimientos nacionales
croatas.
La Redacción
El gran humanista
cristiano y el padre de la literatura croata
En la segunda
mitad del siglo XV, gracias a la fructífera influencia del renacimiento
europeo, especialmente del italiano, encontramos en Croacia, particularmente en
las ciudades de su costa adriática y las islas adyacentes, un considerable
número de poetas y escritores. Un puesto destacado entre dichas ciudades ocupa
la ciudad de Split, metrópoli de la provincia croata Dalmacia. En aquella
ciudad ubicada al pie de las rocas de las montañas dináricas que tocan con el
suave azul del mar, murió hace justamente 450 años el gran humanista cristiano
y el padre de la literatura croata, Marko Marulic.
Nació en la misma
ciudad en 1450, comenzó sus estudios en ella y los terminó en Padua. Al
regresar a la ciudad natal se formó alrededor de su descollante personalidad un
núcleo de poetas y escritores de tanta importancia que, incluso, pudo hablarse
de la escuela literaria de Split, similar a aquella de la ciudad de Dubrovnik,
otra ciudad-estado croata más al sur de Split, en la que en la misma época
vivían y escribían otros dos poetas croatas - Sisko Mencetic (1457-1527) y
Dzore Drzic (1461-1501).
Marulic, de
acuerdo con la costumbre y la necesidad intelectual de aquella época, comenzó a
escribir en latín. Sólo este idioma proporcionaba los términos y las demás
ventajas idiomáticas para una vida intelectual superior y su comunicación con
el ambiente social más amplio, rebosando límites nacionales. La obra más
conocida en latín de Marulic es De institutione bene vivendi, publicada
en Venecia 1506. Luego la misma fue reeditada diez veces y traducida a varios
idiomas. Por su carácter moralista y didáctico se la utilizaba muchísimo como
manual para la defensa de la fe católica durante el período de la
Contrarreforma.
El principal
contenido de este manual está constituido por las descripciones de vidas de los
Padres de la Iglesia, incitando a los lectores a la imitación de su ejemplo de
virtud y sacrificio. Para señalar el renombre y la categoría que había
alcanzado este libro, cabe destacar que San Francisco Xavier, al viajar a India
como misionero, llevó consigo sólo su Breviario y la mencionada obra de
Marulic. Además, hay que mencionar las siguientes obras en latín de nuestro
autor: Quinquaginta parabolae, Venecia, 1510, que fue también traducida
varias veces en diferentes idiomas; Evangelistarium, Venecia, 1516, obra
en siete tomos, tratando sobre las virtudes teologales; De humilitate et
gloria Christi, Venecia, 1519, y Dialogus de gestis Herculis a
Christianis superati, Venecia, 1524.
En esta serie de
obras Marulic ha transmitido la propia concepción de vida, cuya esencia la
constituyen la virtud cristiana y una conciencia profunda de la vanidad de las
cosas terrenales.
Recién en 1952 fue descubierto un libro más de Marulic en el idioma latín, titulado Davidias. Se supo, de acuerdo con el inventario de los libros de su biblioteca privada, escrito por la mano propia de Marulic, que existía dicha obra, pero que no pudo ser ubicada. Un estudioso italiano la encontró en la Biblioteca Nacional de Turín, y luego fue publicada por la Academia de Ciencias y Artes de Zagreb (Croacia) en 1954. Se trata de un poema épico en catorce libros en que el autor invoca y apela al mundo occidental y cristiano para que acuda en socorro a la Croacia ubicada en los confines entre el mundo cristiano e islámico en una época en que Islam, apoyado por las armas del imperio turco, amenazaba mortalmente a aquel país cristiano y, en su gran parte, ya ocupado por los turcos.
A pesar de la dedicación de la obra al cardenal Doménico Grimani, la misma nunca ha sido publicada. El mencionado cardenal era uno de los hombres más ilustres y de los más conocidos en el mundo cristiano al comienzo del siglo XVI. Marulic no lo conocía personalmente, pero se sabe que hubo un respeto mutuo entre los dos. Grimani estaba en contacto directo con las personalidades más conocidas de aquella época, como son Pico de la Mirandola, Erasmo de Rotterdam, etc. Estos lazos personales existían también entre el cardenal y el obispo de Split, Andreas Korner y aquel de Sibenik, Juan Stefanic. No obstante, Grimani no dio permiso para la publicación de "Davidias", suponiéndose como la causa principal, la existencia de ciertas alegorías muy atrevidas para aquel tiempo en esta obra de Marulic.
Paralelamente con
la fama que Marulic había conquistado en el mundo cristiano de la Europa
occidental por ser un gran moralista, filósofo e historiador, escribiendo sus
obras en un excelente latín clásico, se hizo asimismo merecedor de la gloria
permanente en la historia literaria y cultural de su pueblo croata. En efecto,
Marulic, entre una y otra de sus obras en latín, escribía también en el idioma
croata.
Su libro Istorija svete udovice Judit u versih
hrvatski slozena (Historia de la santa viuda Judit compuesta en versos en
croata) es el primer libro impreso en croata (Venecia, 1521). Después de varias
obras de carácter didáctico, moralizador y humorístico, escritas en el mismo
idioma nacional, vale destacar especialmente el poema religioso Istorija od
Suzane (Historia de Susana). En él Marulic dedica su talento poético a la
belleza física y moral de la casta Susana, acusada injustamente de adulterio,
ateniéndose a los relatos bíblicos. La inspiración bíblica dio a Marulic la
oportunidad para exaltar la virtud de la castidad.
Por cierto, entre
sus obras en croata, Historia de Judit
ocupa el primer puesto en importancia. Marulic la escribió para el pueblo
croata, para los que no sabían leer latín o italiano. Ensalzando la fortaleza
humana de Judit que mató a Holofernes, comandante del ejército de Babilonia y
así salvó a su pueblo, Marulic confortaba, con el ejemplo de aquella mujer
heroica, al pueble croata para que, unido espiritualmente, resistiese al
agresor. Croacia casi sucumbía ante la fuerza avasalladora del imperio turco.
Gracias a su
cultura superior, al conocimiento de la literatura clásica latina, griega e
italiana, Marulic dio a la poesía de su pueblo formas literarias artísticas,
mereciendo así ser considerado como padre de la literatura croata, a pesar de
que hubo poetas croatas populares antes de su actuación literario-artística.
Conmemorando con
estas breves palabras el 450° aniversario de su muerte, señalamos que el
nacimiento de una de las más bellas y sustanciales ramas de la cultura croata
-su literatura- tuvo el origen en el seno mismo del mundo occidental y su
comienzo lo agradece a un hombre que por igual pertenecía a Occidente y a su
Croacia. Las raíces de la cultura croata, pues, arrancan desde el suelo
croata-occidental, recibiendo de allí a través de siglos los jugos vitales para
su desarrollo y su florecimiento. Este hecho, por cierto, no es de ayer. Los
500 años de esta orientación artístico-cultural hacen sentir su presencia en la
imagen total del pueblo croata y en la suerte de Croacia.
Desgraciadamente,
el pueblo croata necesita actualmente leer y releer a Judit de Marulic, porque
el yugo comunista de Belgrado parece todavía más peligroso para su supervivencia
que el peligro de Holofernes para el pueblo israelí o el otro de tantos
comandantes de los ejércitos turcos en la época de Marulic.
Toca a los
exiliados hijos de la Croacia de hoy aquel triste papel de Marulic de invocar
al mundo libre en socorro de su pueblo sojuzgado por un régimen que está
perpetrando, en múltiples facetas, un crimen permanente de genocidio tanto
económico y cultural, como político y nacional contra su existencia.
Lucas Fertilio
Estos apuntes son
tan sólo unos puntos de apoyo para esbozar el panorama esquemático de una
vivencia humana en tierra chilena. Una página común de la historia de dos
naciones, la chilena y la croata.
Para conocer esta
problemática viajé -encargado por la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Austral, Valdivia- a Punta Arenas, Antofagasta y Santiago. Consulté
varias obras historiográficas y literarias, conversé con gente que conoce los
altibajos de esta hazaña dramática como lírica y épica a la vez. He aquí lo que
en poco tiempo y con mucho cariño saqué en limpio: unos apuntes, unos puntos de
apoyo y orientación para conocer una aventura de cien años entre la Cordillera
y el Pacífico chileno.
1° Los
precursores - Para que esta historia no quede trunca habrá que retroceder unos
siglos y recordar tiempos idos. Según el historiador croata Ferdo Sisic, los
primeros croatas llegaron a Sudamérica con Cristóbal Colón. Eran expertos
marinos dálmatas contratados por el Gran Capitán en puertos españoles. En el
siglo XVII llegó solitario -pájaro solitario- don Arturo Givovich, médico o
enfermero en un buque del gran pirata inglés Francis Drake.
En 1860 aparecen
dos muchachos en puertos del Pacífico. Juan Franicevic en Iquique, Iván
Ivanovic en Antofagasta. Los dos son isleños dálmatas. El primero de Hvar, el
segundo de Brach. En 1875 están en Punta Arenas Pedro Zambelic, de Boka
Kotorska y los hermanos Paravic, del Litoral croata (La parte de la orilla
adriática, entre Rijeka y Nin). Uno de los Paravic encuentra en un riachuelo
cerca de Punta Arenas tres kilos de oro. En todos los mapas este riachuelo
lleva el nombre de riachuelo Paravic. Además en Magallanes hay también un cerro
Katalinic.
Desde aquel
tiempo y hasta 1939 (estallido de la Segunda guerra mundial) una corriente
constante fluye desde el Adriático hacia el Pacífico. Hasta 1918 estos
campesinos y pescadores croatas llegaban con pasaportes austriacos e ingresaban
en Chile como austriacos, eslavos, dálmatas, croatas o yugoslavos. Y así se
confundía y ocultaba su verdadera nacionalidad: la croata.
2° ¿De dónde
vienen? - De aquellas costas e islas del Adriático oriental que durante milenio
han sido encuentro cordial y manzana de discordia de grandes pasiones y
voluntades históricas, del Oriente y del Occidente.
¡Dalmacia!
Historia protobalcánica. Baluarte del Reino Ilírico. Provincia romana y
bizantina. Migraciones célticas y góticas. Cuna y gloria del Reino de Croacia
de la Edad Media. Dominio veneciano, francés, austriaco. Hoy en día, parte de
Croacia, una de las repúblicas yugoslavas. La más rica, industrializada y
rebelde. No se deja explotar, mucho menos esclavizar. En esta zona de turismo
europeo se celebran grandes festivales y congresos internacionales.
Los milenios de
la historia dálmata brillan en sus ciudades. Cunas de santos, sabios y hombres
corrientes. Split, metrópoli imperial, fundada por un dálmata, emperador
romano, hijo de Júpiter, de raza ilírica antiromana: Diocleciano. Dubrovnik, la
milenaria ciudad-estado independiente, una de las grandes glorias de la cultura
europea. Cuna de Roger Boskovic, padre de la física del siglo XIX. Sibenik,
chispa auténtica de la raza croata, fundada por uno de sus reyes hace 900 años.
Ciudad natal de Nicolo Tommaseo, que dedicó su vida a la armonización de los
intereses de los eslavos meridionales y de los italianos. Zadar, con iglesias
milenarias, floreciente ciudad universitaria. Kotor, nido de atrevidos
navegantes y comerciantes. No quiero acordarme de Trogir, que fue colonia
griega. Parece encantada en sus palacios y balcones, sus iglesias, campanarios,
plazas y fontanas. Debería contar lo mismo de Hvar, Korcula, Rab y de otras
ciudades y villas del litoral.
Detrás de ellas,
en el Hinterland, las altas montañas, los Alpes Dináricos, la vida patriarcal,
el espíritu épico, el elemento guerrero.
Otra es la vida
del archipiélago adriático. Artistas, sociólogos, psicólogos descubren en sus
islas "una nueva y original sociedad", una simbiosis
balcánico-mediterránea, ítalo-croata. Un estilo de vida católico en el mejor
sentido del concepto. Gente sobria, constante, razonable y prudente, pero de
espontánea alegría y cordialidad. De auténtico sentimiento religioso y
estético. Han abandonado los trajes nacionales de sus tatarabuelos
continentales. Visten a la mediterránea. Traje negro, camisa blanca, clavel
rojo en el ojal. El acordeón acompaña las canciones y los bailes. Pero los
isleños no bailan danzas folklóricas. Bailan el vals vienés, la polca polaca y
los cuatropassi italianos. ¡Qué divertido y edificante
es ver a estos campesinos, artesanos y marinos bailar la cuadrilla francesa,
dirigida en un francés casi eficiente.
Brac es el
baluarte del archipiélago dálmata. La gran mayoría de los croatas de Chile
provienen de esta isla. Su tradición histórica es antiquísima. Desde el
Neolítico. Paisaje dramático como en una ópera romántica. Valle, playas, viñas,
olivares. En el altiplano, profundos bosques de pino negro. El Olimpo de Brac
es Vidovagora, un gigante pétreo que domina mares y horizontes.
Las villas del
archipiélago están coronadas por antiguas iglesias barrocas, joyas
arquitectónicas construidas por arquitectos, albañiles y obreros
dálmata-croatas del siglo XVII. Y en esas iglesias hay verdaderas obras de
arte. Altares marmóreos, paredes revestidas de pesados brocatos, cálices de
plata labrada. Gigantescas lámparas a lágrima cuelgan del techo. Y en la
iglesia-fortaleza de Vrbovska, en la isla Hvar, hay pinturas del Tintoretto,
Ticiano, los Palma. Son votos de navegantes.
Esta gente
isleña, firme y sobria, tiene sus legítimas ambiciones, nostalgias de alto
vuelo. ¡Quiere ser más, vivir mejor, saber más, realizar las cosas con belleza
y alegría! Mas las islas no dan para tanto. La tierra es escasa, y el agua
también. Para realizar sueños dorados hay que emigrar. Hay que salir de Brac,
Hvar, Vis, Solta, Korcula y las 300 islas del archipiélago, y del litoral que
va desde Bakar hasta Kotor. Pues bien, ¡vamos a Chile, la Argentina, Bolivia,
el Perú, California, el Canadá, Australia, el Africa del Sur!
En mil buenas
horas!
3° Quimera de oro
y salitre - "Llegaron atraídos por la quimera de oro, el relumbrón de
riqueza de la América fabulosa de la que oyeron hablar vagamente en su niñez. Y
recibieron el golpe de la más ruda desilusión No era cuestión de agacharse y
recoger el oro en las orillas de los ríos y en los linderos de los bosques,
sino que había que atravesar, como en los cuentos de dragones y gigantes,
puertas embrujadas, fosas en las que hervían serpientes venenosas, abismos
infranqueables; todo lo que usted quiera, en cuanto a dificultades y
sacrificios.
"¿Pero en
qué pensaban?
"En la
familia pobre y lejana, que se había quedado mirando el horizonte desde una
pétrea isla del Adriático.
"¿Por qué
todo, por qué el esfuerzo, por qué el sacrificio?
"Por algo
tan simple y eterno como la vida: sencillamente, el amor.
"Punta
Arenas progresó gracias a estos austriacos, croatas, eslavos, dálmatas,
yugoslavos. Unos detrás del mostrador, otros con el delantal de carnicero,
otros jugándose la vida recogiendo redes en medio del temporal. Para mí son
admirables el verdulero y el vendedor de pescado que, con sus canastas
repletas, gritaban su mercadería en un idioma chapuceado. Y el carnicero, el
mecánico, el modesto hojalatero, el peón de estancia, el esquilador, el que
pierde sus pulmones en los frigoríficos o junto a las calderas de las fábricas.
Y están también los ricos ganaderos..."
Así nos cuenta
Nicolás Mihovilovic en su tierna y heroica novela "Desde lejos para
siempre".
En el Norte la
quimera del salitre tomó caracteres mágicos. Llevaba fertilidad a todas partes
del mundo y traía de vuelta cantidades de oro. Los dálmatas (de Brac y
Dubrovnik) participaron valerosamente en esta aventura y ganaron inmensas
riquezas. Mas la crisis salitrera los derrotó a ellos también. Y se vieron
obligados dedicarse a otras actividades. Son los Baburizza, Sabioncello, Moro
Lukinovic, Gazzari y otros.
Poco a poco los
dálmatas del sur de Chile abandonaron la búsqueda del oro y los del norte el
salitre: Se dieron cuenta que la realidad chilena era más fuerte que las
leyendas del vellocino de oro...
4º Florecieron
ciudades y desiertos. - Don Claudio Chamorro publica en su obra "Bajo el
cielo austral" el informe oficial N° 588 de la misión enviada por el
Ministerio de Tierras y Colonización. del 7 de febrero
de 1932. Reza el informe: "Fracasada la búsqueda de oro en Magallanes
nuestros emigrantes se dedican a la ganadería, el cultivo de la tierra y la
pesca. Bajo las más difíciles condiciones logran organizar la ganadería y cultivar
la tierra, considerada hasta entonces incultivable".
Chamorro agrega:
"La obra de estos emigrantes ha sido grande y provechosa para el
territorio magallánico, tanto en el orden económico y social, como en el orden
moral y cívico".
A este elemento humano
se refiere el Dr. Leonardo Guzmán, miembro de número del Instituto de Chile de
Academia de Medicina, en su obra sobre don Pascual Baburizza, y dice:
"Entre los episodios más apasionados de nuestra vida nacional, está la
inmigración yugoslava a las desoladas regiones magallánicas y a las áridas
pampas norteñas".
También el
senador Jonás Gómez Gallo habló calurosamente sobre este elemento humano en el
Senado de la República. Su discurso fue publicado en versión completa por
"El Mercurio" del 15 de enero de 1964.
Francisco
Coloane, escritor chileno que obtuvo el primer premio en el concurso literario
del cuarto centenario de Santiago de Chile, les dedica, a los
"austriacos" un tierno y dramático acápite en su ya famosa obra
"Cabo de Hornos": "En el hosco paisaje magallánico apareció en
aquel tiempo una fauna de ladrones, piratas, contrabandistas, prófugos del
presidio de Ushuaia y criminales internacionales. Mas los
"austriacos" no aparecen entre ellos. En realidad, a este elemento le
repugna lo ilegal, lo deshonesto, la violencia, el desorden. Toda la tradición
de esta gente pertenece al otro polo espiritual. Sus trabajadores son sobrios,
incansables. Pero el más característico rasgo de su carácter es la alegría. un indomable espíritu de alegría que supera las situaciones
más difíciles. Les gustan la música, el acordeón, la canción, el baile y el
humor, el chiste que crea ambiente de alegría y amistad. En las islas dálmatas
desprecian la violencia; consideran que la lucha armada es un aspecto primitivo,
bruto, indigno del ser humano".
Don Mateo
Martinic Beros nos cuenta en su obra "Magallanes, síntesis de tierra y
gente" el aporte croata al progreso de esa ciudad: "Los yugoslavos de
Dalmacia entregaron a la nueva patria su generoso aporte al desarrollo en forma
de cien trabajos modestos y anónimos que, de un modo u otro, contribuyeron al
progreso. El inmigrante eslavo fue así, inicialmente, obrero indispensable de
muchas faenas rudas, minero, pescador y marinero, esquilador y peón múltiple. o bien albañil, carpintero o empedrador; más tarde, con
producto de su trabajo, pudo ser artesano, comerciante, industrial o ganadero,
contribuyendo en todo caso con su acción fecunda a crear la prosperidad
magallánica. Sus condiciones físicas y espirituales le permitieron adaptarse
con facilidad al suelo que lo acogía, al que llegó a querer con sentimiento
profundo y ejemplar, e integrarse con chilenos y extranjeros, dando comienzo a
un saludable proceso de fusión de razas. Sus hijos -sin duda la mejor ofrenda
que hizo al país- asumirán con el tiempo posiciones dirigentes y de
responsabilidad en todos los campos de la vida regional".
Don Claudio
Chamorro nos cuenta en su obra ya nombrada las gestas heroicas de los
colonizadores del extremo sur chileno:
"Los
primeros años no fueron holgados. Los que se radicaron en el Territorio Austral
eran hombres de trabajo, de estirpe luchadora, que en lides fecundas y reñidas
pugnaban valerosamente por arrancarle a la tierra los tesoros que atesoraba y
difundir los beneficios de la civilización. Han creado praderas y cultivado
semillas especiales importadas de Australia, Prusia Oriental y de los países
escandinavos, y así han podido vencer a las dunas en formación.
"Hay en la
vida laboriosa y múltiple de estos paladines del esfuerzo y de voluntad páginas
de heroísmo que reflejan todo un pasado de cruentos sacrificios, en que ha sido
preciso sobreponerse a todas las dificultades de la naturaleza bravía. Sin
alicientes, sin medios de comunicación, en abierta lucha con los elementos desencadenados,
fijan la mirada en la inmensidad del océano, teniendo como techo los cielos
grises del extremo sur. Ellos han debido experimentar sinsabores indecibles
ante la evocación de la Patria ausente.
"Perseverantes
y dinámicos, han recorrido las extensas regiones meridionales, que han sido
escenario de sus victorias.
"En 1892 hay
en la ensenada de Porvenir tres pequeñas casas. La una la ocupaba un austriaco,
la otra un griego, la tercera el dálmata Esteban Covachevich. El austriaco y el
griego se van. Queda el dálmata. Su vida está llena de episodios heroicos, de
luchas y sufrimientos. Durante los crudísimos y largos inviernos australes, la
escasez de abastecimientos hacía difícil el arraigo de los que llegaban- y
ponían a prueba el temple de su alma.
"Un caso
especial nos pinta el carácter del Sr. Covachevich. En los primeros años de su
arraigo en Porvenir, tuvo que llevar al hombro, a una distancia de 27
kilómetros, los tablones y demás elementos de trabajo necesarios para poder
iniciar la búsqueda del áureo metal.
"La llegada
de 500 dálmatas dio lugar a que se echara la base de una nueva población:
Porvenir.
"Don Esteban
Covachevich ha sido el primero que se ha dedicado allí a la agricultura y ha
dado ejemplo de que el cultivo de la tierra tendrá que ser de positivo
bienestar. El Sr. Covachevich ha sembrado hasta 120 hectáreas de tierra".
El presidente de
Chile, don Pedro Aguirre Cerda, se refiere a una donación de don Pascual
Baburizza y declara en su discurso:
"He
apreciado siempre a los yugoslavos porque los he conocido labrando el porvenir
de Chile en sus extremos, o sea allí donde era preciso vencer las condiciones
más difíciles y aparentemente ingratas de nuestro territorio".
El escritor
chileno González Vera caracteriza a los croatas en Chile: "Los yugoslavos
que se avecindaron en los dos extremos de Chile: Antofagasta y Punta Arenas, se
han consustanciado con los demás habitantes sin dificultad, tanto que ya
sobresalen, no sólo en la ovejería, la agricultura, el comercio y la industria,
sino en el afán científico, en las profesiones libres y en la creación
artística. Hay autores, obispos, políticos, periodistas, músicos, escultores,
poetas. Trabajan en todo y en cada rincón del país y han dado a nuestro rostro
más blancura, mejillas sonrosadas y, a menudo, estatura aventajada.
"En
realidad, nadie abandona su patria por deleite y placer. Sólo por necesidad,
como empujados por el destino. Doña Pepita Turina, escritora y poetisa chilena,
originaria del litoral croata, nos cuenta esta historia: "Llegaron puros,
a cambiar de vida, porque querían ser otra cosa. Y también encontrar riquezas.
Y cambiando su vida cambiaron la de Chile, transformándolo.
""Laboriosos y honrados dignificaron esas tierras vacías, fustigadas
por el clima, la soledad, la distancia, poblaron ese espacio físico de cuerpos
y, por derivación, de almas.
""Fueron
soñadores anónimos que arraigaron sus sueños en una patria que no era la suya.
Le dieron vida y movimiento. Trajeron cambio, metamorfosis, energía, actividad
y vida. No encontraron el oro que buscaban. Los desengaños fueron su estímulo.
Mi padre, del litoral croata, construyó las primeras casas de Punta Arenas. No
era constructor. Pero cada uno era lo que necesitaba urgentemente ser.
Diecisiete años más tarde me tocó nacer en la principal avenida de Punta Arenas
-que ya tenía teatro, liceo, calles, comercio- en una casa de dos pisos que fue
la última audacia del constructor improvisado, y fui envuelta en finas ropas
importadas de Inglaterra"".
5° Los
protagonistas - ¡Pascual Baburizza y el Dr. Rendic! Los dos son dálmatas.
Baburizza de los alrededores de Dubrovnik, Rendic de Brach. Están en los polos
opuestos que se combaten y se atraen. Baburizza, el multimillonario, uno de los
más ricos hombres de Chile. Dueño de grandes empresas comerciales e
industriales, uno de los más atrevidos aventureros bursátiles. El Dr. Rendic,
poeta, alma franciscana, médico que cura gratuitamente a los pobres y les
compra remedios.
Un poeta dijo:
"Eran como el sol y la luna... Pero no se sabe quién de los dos era el sol
y quién la luna..."
Alone (Hernán
Diaz Arrieta), uno de los más apreciados críticos y ensayistas chilenos, nos
habla de Pascual Baburizza: "Empezó barriendo con escoba, enérgicamente,
una oficina. Desde ahí subió hasta poseer la fortuna o una de las fortunas
mayores de nuestro país, creando sin cesar organizaciones industriales o
comerciales que movían a miles y miles de hombres de trabajo.
"¡Sus apoyos eran su cabeza y sus brazos. Pero, ¡qué cabeza,
qué brazo! Infatigablemente los manejó el desvalido inmigrante desde su arribo
a Chile, año 1892, hasta la hora de su muerte, en agosto de 1941. No dejó de
trabajar nunca. Su actividad lindaba con el vicio y la manía.
"No se casó,
no hubo ni mujer ni hijos, no daba fiestas ni viajaba en grandes barcos de
paseo. tampoco le vieron los hoteles de lujo disfrutar
de su fortuna, ostentándola. Callado, hermético, impenetrable, este Felipe II
de las finanzas cumplía su misión comercial, industrial, salitrera, agrícola
como un místico o un condenado, misterioso y absorto. La varillita mágica que
el destino puso en sus manos jamás la empleó en los placeres fantásticos que se
les ocurren a otros: no tuvo ni un yate ni una Calas, como Onassis, ni un
cuerpo de bailarinas como el marqués de Cuevas. Trabajaba, comía, volvía a
trabajar, dormía, continuaba trabajando y creando empresas sin respirar, sin
preguntarse el objeto del mundo ni tener dudas sobre ese afán mecánico de
hormiga gigantesca, de laborioso elefante. Un poseído que recibe órdenes, que
oye voces y obedece. Pero el secreto de esta extraordinaria personalidad
elegida persiste, y uno se pregunta ¿qué era, quién era, por qué y para qué
trabajó tanto, hasta la muerte?" ("El Mercurio", 3-12-67).
Don Julio César
Escobar sintetiza en "El Mercurio" del 15 de agosto de 1968 la obra
vital de Pascual Baburizza de la siguiente manera: "La gratitud nacional
chilena ha levantado a lo largo del territorio muchos monumentos, pero en el
caso de Pascual Baburizza, yugoslavo, que hizo de Chile su segunda patria, este
monumento a su memoria es una obra de renovado valor y méritos, denominada
Instituto Agrícola "Pascual Baburizza", ubicada en los Andes y
destinada a la preparación de jóvenes que desean perfeccionarse y desempeñar
eficazmente trabajos agrícolas y ganaderos".
Don Julio
Escobar, gran hombre de negocios, organizador en los Estados Unidos de la
Pacific International Company, trabajó once años con don Pascual Baburizza y
así lo caracteriza: "Incansable promotor de actividades ganaderas,
salitreras, y mineras, en las que logró realizaciones de tan vasta importancia
como su contribución a la financiación del puerto artificial de Antofagasta.
"Una de sus grandes realizaciones fue la compra de la hacienda San Vicente
de los Andes. Fue el origen del actual Instituto Agrícola "Pascual
Baburizza", regalado a Chile para la formación de jóvenes técnicos
agrícolas. Valiosas son las pinturas donadas al Museo de Valparaíso y el actual
Parque del Salitre, orgullo de Viña del Mar.
"Cuando
comprendió que de su lucha con la enfermedad (tisis) no saldría vencedor,
Pascual Baburizza expresó su deseo de dejar sus bienes para realizar una obra
benéfica a la agricultura chilena. Este anhelo suyo quedó plenamente cumplido
con la fundación del Instituto Agrícola ubicado en la hacienda en memoria de
Pascual Baburizza".
Don Oscar
Fertilio Nikolic, ingeniero químico y compatriota de Don Pascual, formula esta
caracterización:
"A mi modo
de ver, Don Pascual Baburizza Soletic era un hombre excepcional, hasta
enigmático. Una mezcla, una armonía, de gran inteligencia, energía y
sensibilidad. Era reservado y prudente pero de ninguna manera misántropo o
egoísta. Era generoso pero no ingenuo. Estaba abierto a toda iniciativa
razonable y constructiva."
"Este hombre
de origen humilde, que disponía de inmensas riquezas, se mantuvo siempre sobrio
y moderado. Era de modales sencillos y naturales pero siempre distinguidos.
Buscaba la sociedad de gente sencilla y educada. Amaba el arte, especialmente
la pintura, las flores, los parques, los niños, toda belleza que expresaba
salud, fuerza, alegría y ternura".
"Cuando
conocí a don Pascual, ya era hombre de edad y, por supuesto, uno de los
millonarios más poderosos de Chile. Yo era un joven ingeniero que buscaba
ambientarme en mi nueva patria. Desde el primer momento don Pascual me trató
amistosamente, con paternal cariño. Nunca le pedí nada y nunca nada me dió.
Pero a través de los decenios siguientes, en momentos difíciles, en luchas y
preocupaciones, muchas veces tenía el sentimiento de que me acompañaba la buena
y firme voluntad de don Pascual Baburizza".
"Se decía en
aquel tiempo que don Pascual nunca habla leído un libro pero que sí tenía un
libro: ¡La Biblia en croata!"
Ivo Serge es el
seudónimo del Dr. Antonio Rendic Ivanovic. Ya lo conocemos. Es el médico de los
pobres en un mundo prosaico, un cristiano en un mundo pagano. Siempre entre los
pobres, los necesitados, enfermos, angustiados. Siempre con una sonrisa
amistosa y una mano generosa. ¡Qué gracia, qué felicidad poder realizar el bien
sin que nadie lo vea, nadie lo sepa!
El alma del Dr.
Rendic se expresa en su tierna y apasionada lírica:
Amar no es en
vano
Nunca mires a
quien tiendes la mano. La vida es un misterio y, a menudo, estalla en rosas el
invierno crudo y brota el agua en el erial del llano. Ama, que amar nunca ha
sido en vano. El quisco de las sierras, tosco y rudo, brinda en la flor su
corazón desnudo y el yerno acuna y vitaliza el grano. No observes al que ayudas.
Date prisa en partir, tras un gesto o sonrisa. No olvides que en cada hombre
hay un hermano. Ama y vibra y entrégate de modo que al irte lo hayas dado todo,
todo... Que amar de veras nunca ha sido en vano.
Amor
¿Por qué este
afán, Señor, de dar lo mío sin pensar en presente ni en futuro? De amar a
todos, ves, estoy seguro. Y en el amor de los demás confío. ¿
Por qué desciende de la cumbre el río y, corriendo a través de la
llanura, los campos dora con su linfa pura y se entrega a la sed del caserío?
¿Por qué tan sólo por haber amado ostentas esa llaga en el costado y aún
sangras de las manos y los pies? ¿Por qué en tus labios que selló la muerte,
vibra y se escucha cada vez más fuerte: "Amaos siempre como yo os he
amado"?
6° Fermentaciones
- Las fermentaciones políticas no se hicieron esperar mucho. La inmigración
croata en Chile pronto se dividió en dos grupos los "austriacantes" y
los "eslavófilos".
Los
"austriacantes" creían firmemente que el destino histórico de Croacia
estaba indisolublemente vinculado con la dinastía de los Habsburgo y con los
pueblos danubianos. Los "eslavófilos" insistían en lo contrario.
Decían que siglos de amargas y sangrientas experiencias habían probado que los
austrogermanos y los húngaros son los más peligrosos enemigos del Estado y del
pueblo croata. Los "eslavófilos" buscaban la salvación de Croacia en
una "solución eslava", idea bien vaga y romántica. Soñaban con una
superpotencia eslava que se extendería desde Vladivostok hasta las islas dálmatas
y salvaría a la pequeña Croacia del imperialismo germano, húngaro y también del
italiano.
Los
"austriacantes", por lo demás ardientes y activos adversarios de la
política austro-húngara en Croacia, advertían que el paneslavismo, y
especialmente el yugoslavismo, son trampas y maniobras peligrosas cuyo fin
último era la aniquilación de la católica y occidental Croacia. Los
"austriacantes" combatían, como hemos dicho, violentamente, inclusive
con levantamientos armados y acciones directas, la insoportable política húngara
y la indiferencia austriaca en Croacia, pero consideraban que la monarquía
Danubiana era el menor de los males y que la evolución y la necesidad histórica
pronto crearían la Confederación Danubiana, la mejor solución para el espacio
danubiano-balcánico y la paz en Europa.
Estas dos
voluntades políticas croatas chocaron también en Chile. No basta con decir que
ésta era una tempestad en un vaso de agua. El origen de la primera guerra
mundial está íntimamente relacionado con esta tensión política
En una información
extensa y documentada, el doctor P. Weissenberger ha descrito en "Studia
Croatica", Nro. 50-51, los aspectos que esta tensión tomó en Chile. Para
comprenderla mejor es necesario conocer esta curiosa crónica político-cultural.
La primera
sociedad croata en Punta Arenas fue fundada en 1896. Lleva el nombre de
Sociedad Austriaca de Socorro Mutuo. En 1900 los "eslavófilos" se
separan y fundan otra sociedad, la Sociedad Croata de Beneficencia. Su primer
socio será el obispo católico J. J. Strossmayer, ideólogo de los
"eslavófilos" en Croacia. El secretario de la nueva sociedad, el Sr.
Jordan, proclama en su discurso inaugural: "Más que nunca debemos ser
croatas y defender el nombre croata". Se organiza una colecta y los
croatas de Porvenir envían 45.50 libras esterlinas a los revolucionarios en
Croacia.
En 1899 se forma,
siempre en Punta Arenas, la Sala Croata de Lectura (Hrvatska citaonica). En
1904 se fundan La Estudiantina Croata (Hrvatsko tamburasko drustvo) y El Centro
Dramático-Juvenil Croata. En 1905, el Hogar Croata (Hrvatski dom).
Bajo la
influencia de una poderosa propaganda anticroata todas estas sociedades
cambian, en 1923, su nombre, reemplazando la palabra croata por la de
yugoslavo. El Hogar Croata se convierte así en Hogar Yugoslavo y la Bomba
Dálmata en Bomba Yugoslava.
Lo mismo acontece
en Antofagasta. La primera sociedad croata de esta ciudad lleva el nombre de
Sociedad Eslava de Bomberos. Estos bomberos eran al mismo tiempo cuerpo
voluntario policial y se ocupaban de la protección de la población. En 1894
aparece la Sociedad Eslava de Socorro Mutuo, embanderada con los colores
nacionales croatas: rojo-blanco-azul, a franjas horizontales. En 1899 se crea
la Cuarta Compañía de Bomberos Voluntarios, también con estandarte croata.
Pronto cambiará su nombre por el de Compañía Croata de Bomberos. En 1923 toma
otro nombre: Compañía Yugoslava de Bomberos Pascual Baburizza. Al mismo tiempo
el "Halcón croata" cambia también su nombre y se transforma en
"Halcón Yugoslavo". En este año todas las sociedades croatas en Chile
son "yugoslavizadas". El principal promotor de esta acción es el
comerciante Francisco Petrinovic, vinculado con determinados intereses
políticos. (Consultar: Leonardo Guzmán C., "El Instituto Agrícola Pascual
Baburizza", 1967.)
En 1962 me
preguntó el Sr. Mateo Martinic Beros, en aquel entonces intendente de
Magallanes, cómo era posible que su anciana madre le prendiera velas al difunto
emperador Francisco José y lo recordara con cariño y piedad.
Este caso me
parece característico y no raro. Muchos hombres y mujeres de la vieja
generación ven en Francisco José mucho más que a un monarca. Ven en él el
símbolo de un mundo feliz que ya no existe; el símbolo de la paz, la legalidad
y el relativo bienestar que esa generación había experimentado durante su
imperio. Se acuerdan de aquella sociedad aparentemente estable, bien
organizada, con una administración modelo, sin grandes tensiones políticas y
sociales. El pueblo confiaba en las autoridades y en el porvenir. En las islas
dálmatas tan sólo un puñado de intelectuales se rebelaba contra el orden
político.
Esta desaparecida
sociedad "imperial y real", comparada con el mundo actual -inestable,
convulsionado, angustiado, amenazado por crisis y destrucciones universales-
aparece en los recuerdos de la vieja generación como la Tierra prometida, como
el Paraíso perdido. Es por eso que le prenden velas y recuerdan con cariño y
piedad al anciano emperador de Austria y rey de Croacia. Esto lo hacen más por
sentimentalismo que por convicción política. Esta melancólica historia la han
contado Franz Werfel en su "Crepúsculo de un mundo", y Stefan Zweig
en su "Mundo de ayer".
7. Realizaciones
- Aquí tan sólo unos cuantos nombres y hechos, arbitrariamente escogidos, para
caracterizar la contribución de los croatas a la cultura chilena:
Víctor Jadresic
Vargas. Médico psiquiatra. Profesor de la Universidad de Chile, Santiago.
Fundador del Servicio de Medicina Psicosomática y Psiquiatría Social. Publicó
numerosas obras de su especialidad. Profesor también en el Instituto de
Estética de la Universidad Católica. En 1965 fue designado embajador de Chile
en Polonia. A su regreso publicó "Confidencias de una revolución",
1969. Originario de Sibenik, Croacia.
Mimi Marinovic
Zlatar. Directora del Departamento de Psicología del Arte de la Universidad
Católica, Santiago. Profesora de Historia del arte americano y de psicología de
la experiencia artística. Ha organizado exposiciones de arte psicopatológico.
Publicó: "Las características psicológicas de las artes plásticas y del
psicodrama". Ha sido delegada de Chile a la Asamblea General de las
Naciones Unidas. Actualmente es la presidenta de la Comisión Jurídica y Social
de la Mujer en las Naciones Unidas. Originaria de Brac.
Los mellizos
Alejandro y Enrique Jadresic Marinovic son hijos de don Víctor y doña Mimi.
Obtuvieron este año el más alto puntaje en las pruebas de aptitud académica y
han sido proclamados alumnos modelos de la juventud académica chilena 1974.
Prvislav
Weissenberger. Jurista, economista, sociólogo y filólogo. Estudió en las
universidades de Viena, Frankfurt y París. Larga carrera consular y
diplomática. Profesor en la Universidad Católica, Santiago. Publicaciones en
castellano: "Divergentes tendencias económicas y sociales de las dos
partes de Alemania", 1959; "El destino de los pueblos de la cuenca
del Danubio", 1965; "Relaciones de Austria-Hungría con Chile",
1967 y "Solidaridad de los croatas de Chile con el movimiento nacional en
Croacia", 1972. El Dr. Weisenberger reside en Chile desde 1952. Nacido en
Sibenik, Croacia.
Milan Ivelic Kusanovic. Profesor de historia y geografía y de teoría y crítica
del arte en la Universidad Católica de Chile, Santiago. Publicaciones
"Consideraciones sobre la historia", "La crítica
artística", 1968; "El lenguaje arquitectónico", 1969 y
"Curso de estética general", 1973. Originario de Brac.
Radoslav Ivelic
Kusanovic. Profesor de teoría del arte en la Universidad Católica, Santiago.
Publicó varias obras de su especialidad. Entre otras: "El poeta y los
límites de la creación", 1967; "Bases críticas para la. valoración de la novela chilena", 1968 y "El
teatro y su verbo", 1969.
Amalia Rendic
García. Escritora de cuentos infantiles de gran éxito en Chile y en el
exterior. Obras: "Tierra greda", "Hierro amargo",
"Cuentos infantiles". Originaria de Brac.
Dinka Ilic de
Villarroel. Escritora y poetisa de gran popularidad. Especial acogida tuvieron
sus versos "Estalactitas" y "Luces y sombras". Originaria
de Brac.
Miriam Yutronic.
Figura sobresaliente del atletismo chileno. Batió el récord en el lanzamiento
del disco. Galardonada en Chile y en el extranjero. "El Mercurio" de
Santiago dijo "Miriam Yutronic merece flores y simpatía". Madre
ejemplar que no descuidó la práctica de su deporte favorito para convertirse en
la deportista más destacada de Chile. Originaria de Brac.
Desenka Vukasovic
Vrsalovic. Ha publicado sus poesías por intermedio de la radio de Punta Arenas
y la prensa de la zona. En 1968 obtuvo el primer premio en el concurso
literario de Punta Arenas. En el mismo año obtuvo por sus poesías la Flor de
Plata. En 1971 obtuvo el primer premio de la Prensa Austral. Su cuento "La
laguna de sal" le valió el primer premio del Carnaval de Invierno de Punta
Arenas. Los círculos literarios magallánicos esperan la aparición de sus
cuentos y poesías.
Estos tiernos
versos femeninos los dedica Desenka al inmigrante dálmata-croata en Chile
Te llaman
inmigrante, porque llegaste de lejos con un cantar en los labios y una ilusión
en el pecho. Más yo nunca te veré como un aventurero; para mí serás el hombre
Nada más que un inmigrante; te llaman el extranjero siendo que mejor te cuadra
la palabra aventurero... que vino de lejos, con un cantar en los labios y una
ilusión en el pecho...
Los Vukasovic
vienen de la provincia continental de Omis; los Vrsalovic, de la isla Brac.
P.S.: En
realidad, estos apuntes son insuficientes y en cierto sentido arbitrarios.
Contienen sólo una pequeña parte de todo lo que habría que decir. Faltan muchos
hechos y muchos nombres.
Esperamos que el
proyectado diccionario ¿Quién es quién entre los chilenos de origen croata?
responda a todas las preguntas que espontáneamente plantea este centenario tema
chileno-croata.
Franjo Nevistic
En los últimos
volúmenes de Studia Croatica (50-51 y 52-53) hemos reproducido opiniones
y citado obras de René Marcic. Al parecer, este eminente jurista y filósofo
jurídico no es del todo conocido en la Argentina y en Latinoamérica en general.
Es por eso que esta vez le dedicamos un artículo entero, para presentarlo así a
los interesados de dicho ambiente cultural latinoamericano. Cuadra este intento
dentro de las finalidades de Studia Croatica y el Instituto Croata
Latinoamericano que la patrocina. El conocimiento recíproco entre Croacia y
esta vasta zona americana está dentro de dichas finalidades.
En efecto, el Dr. R. Marcic engrosa la lista de los eminentes intelectuales y sabios croatas que a través de siglos vienen creando y muriendo en el extranjero. Un profesor de historia de la John Carrol University, Cleveland, en su reciente opúsculo Tragedias y migraciones en la historia de Croacia, al referirse sucintamente a esta particularidad, reproduce una incompleta lista de varones croatas obligados a vivir, trabajar y morir lejos de su patria[85]. Mencionemos a los de mayor relieve e importancia, conocidos por los especialistas: Julio Klovic (Clovio), que murió en Italia (1498-1578), "maximus in minimus" o "Michelangello en miniaturas", como lo llamaron sus contemporáneos; Anton Dalmatin, un escritor protestante croata, muerto en Alemania en 1579; Juraj Dragisic, teólogo y filósofo, arzobispo, que murió en Roma en 1520; el cardenal Antun Vrancic, fallecido en Hungría en 1573; Ivan Bona-Bunic, poeta, muerto en Italia en 1584; José R. Boskovic, matemático, científico, filósofo y teólogo, uno de los más grandes sabios de su época, precursor de la ciencia atómica actual, jesuita que murió en Italia en 1787; Pavao Ritter-Vitezovic, escritor e ideólogo del nacionalismo croata moderno, fallecido en 1713 en Viena; Vlaho Bukovac, pintor, muerto en Praga en 1922, y el general Svetozar Borojevic, uno de los generales más destacados en el ejército austríaco durante la primera guerra mundial, que murió en Viena en 1919.
A esta lista, por
cierto incompleta, habrá que agregar al Dr. D. Mandic y al Dr. S. Sakac,
franciscano y jesuita, respectivamente, que murieron el primero en Chicago y el
otro en Roma el año último (Ver S. C. vol. 50-51, págs. 120-131 y pág. 156-58,
dos artículos de M. Blazekovic).
Teniendo en
cuenta las condiciones imperantes en la Croacia ocupada por Belgrado y el gran
número de sus intelectuales que actúan en el extranjero, esta lista se
prolongará todavía más.
En efecto, las
tragedias nacionales y las migraciones están a menudo íntimamente vinculadas.
Son como causa y efecto. Las luchas seculares llevadas a cabo por los croatas
contra los turcos, que durante siglos asediaron a Europa, culminaron en la
batalla librada en el campo de Krbava, en 1493, cuando cayó la flor de la
nobleza croata. Las sucesivas y progresivas conquistas de Croacia por parte de
la fuerza invasora turca, que alcanzaron su cenit en la región croata en 1593
(batalla de Sisak), dieron lugar a las primeras catastróficas emigraciones de
su población.
Sin entrar en
detalles, señalamos con el profesor Prpic que la tragedia de Bleiburg, en el
año 1945 (matanza de los soldados croatas por los comunistas de Tito después
del armisticio) es la más grande en toda la historia de Croacia. Su principal
consecuencia para el pueblo croata fue la ola de migraciones, grande y continua
que, iniciada en 1945, llega hasta nuestros días. "Después de la trágica y
secular experiencia -dice Prpic- el caso de Croacia puede compararse con aquel
de Irlanda, Armenia o Israel, países que en el pasado fueron reducidos a la
esclavitud, cuyos pueblos viven en diáspora hasta nuestros días. Mientras que
el pueblo irlandés y el judío viven en la actualidad en sus tierras liberadas,
los croatas, a pesar de la horrible pérdida de gran parte de su población en
1945, todavía no están libres. El exodus por eso continúa. Actualmente el 25%,
por lo menos, de todos los croatas vive en tierras extranjeras"[86].
También le cupo
esta suerte a René Marcic. Nació en Viena el 13 de marzo de 1919. Su madre fue
una vienesa alemana. Su padre, Rudolf Marcic, un oficial del ejército de la
Doble monarquía, de origen croata. Al disolverse la monarquía en 1918, el padre
de René renuncia a la carrera militar y regresa a Croacia, dedicándose a la
pintura. La familia vivía entonces en la apacible isla Kalamora, cerca de
Dubrovnik, llamada la "Atenas de Croacia". Rudolf Marcic tampoco
quiso entrar al servicio militar del nuevo Estado yugoslavo, formado en 1918,
por haber sido su ejército realmente el instrumento de la ocupación de Croacia
por parte de Servia.
Desgraciadamente,
los padres de René se separaron y su madre regresó a Viena. En precarias
condiciones económicas, ayudado por los franciscanos croatas en Badija (isla
Brac) y por los de Siroki Brijeg (Herzegovina), René pudo terminar sus estudios
secundarios, de orientación clásica, como alumno sobresaliente. Después del
bachillerato obtenido en Siroki Brijeg, colegio franciscano, llamado
"Cassino de Croacia", quemado en 1945 por los comunistas de Tito
junto con nueve de sus religiosos, entre ellos algunos brillantes profesores.
Marcic estudia derecho y Ciencias sociales en la Universidad de Zagreb, capital
de Croacia. En 1942 se recibió de doctor en dicha especialidad summa cum laude,
es decir con notas sobresalientes en todas las materias de este estudio.
Aconsejado por sus profesores perfecciona sus estudios en Viena. En 1944 fue
nombrado secretario del doctor Bruno Nardelli, jefe de la administración croata
en la Dalmacia liberada del invasor fascista, después de la capitulación
italiana en 1943.
Al finalizar la
2da guerra mundial con el inmediato sometimiento de Croacia por Belgrado y su
régimen comunista, René Marcic tuvo que abandonar la patria de su padre y, con
centenares de miles de croatas, encaminarse rumbo al incierto exilio político.
Pero nacido en Viena y siendo hijo de una alemana, con un perfecto conocimiento
del idioma alemán, Marcic obtuvo con facilidad la ciudadanía austriaca y, en
poco tiempo, también trabajo para su su sustentación. En 1945 se inscribió en
la facultad de teología y filosofía de Salzburgo (única facultad en aquel
momento en esta ciudad), dedicándose a un profundo estudio del derecho natural
y la filosofía existencial.
A partir de 1946
trabaja en la redacción de "Salzburger Nachrichten". Desde 1954 hasta
1959 fue vicedirector de dicho diario y luego su director hasta 1964.
En esta fecha
abandona el periodismo para dedicarse a los trabajos académicos. En efecto,
paralelamente con su actividad periodística, Marcic, sin pausa y con ahínco,
profundizaba estudios jurídicos, filosóficos y económico-analíticos. Primero
consiguió el reconocimiento del título de doctor, obtenido en Zagreb, en la
Universidad de Graz, luego se habilitó como docente en teoría general del
Estado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Viena. De 1960 a 1961
substituye al profesor Eric Voegelin en la Universidad de München en la cátedra
de ciencias políticas. En 1963 es profesor titular de la cátedra de filosofía
del derecho y el Estatuto en la restaurada Universidad de Salzburgo. En 1964 se
habilitó para la docencia en derecho constitucional en la Universidad de
München, y en 1965 en ciencias sociales. En el año escolar de 1965-66 fue
decano de la Facultad de Filosofía en la Universidad de Salzburgo, para ser
luego elegido rector de la misma.
En 1971, invitado
por el famoso profesor australiano, J. Stone, Marcic colaboró en
investigaciones relativas al estudio de la sociología del derecho, pronunció
varias conferencias en las Universidades de aquel país y participó en los
seminarios preparados para tal fin. De regreso a Salzburgo, vía EE.UU., donde
por última vez visitó a su maestro preferido, Hans Kelsen, su avión se
precipitó sobre suelo belga el día 2 de octubre de 1971, muriendo junto con su
esposa y fiel colaboradora Blanka, nativa de la capital croata.
Así, a los 52
años de vida, se apagó un brillante talento que tanto aportó a las ciencias
jurídicas y sociales en general y de Austria en especial, aún cuando la patria
de su padre debería haber sido destinataria natural de los frutos de su trabajo
y de su excepcional talento. La tragedia de René Marcic es parte de la tragedia
del pueblo croata en este siglo.
René Marcic se
impuso dondequiera que trabajó. En 1947 obtuvo la distinción de primer
periodista por su inteligente colaboración en la restauración cultural de la
provincia (Land) de Salzburgo después de la ocupación nazi. En 1964 recibió la
distinción Karl Rener también por su actuación periodística. En 1968 recibió la
Orden de la Gran Cruz que le fue entregada por el presidente de la República
Federal Alemana, doctor Luebke.
Marcic fue
miembro de la Sociedad de los Maestros Alemanes de la Ciencia del Estado, de la
Unión Internacional para la Filosofía del Derecho y del Estado, de la Sociedad
Internacional para las Ciencias Administrativas, de la Unión Científica de
Ciencias Políticas, del Instituto Central de Investigaciones para los Problemas
Fundamentales de Ciencias (Salzburgo), del Instituto Internacional de Prensa, de
la Comisión Internacional de Juristas, etc., sin mencionar instituciones y
comisiones locales austriacas.
Larga es la lista
de obras de este sabio que murió trágicamente y en su apogeo creativo. Entre
múltiples artículos, conferencias, disertaciones, etc., mencionaremos aquí sus
obras científicas más importantes: Martin Heidegger y la filosofía existencial,
1949, Bad Ischl; Desde el Estado Legislativo, hacia el Estado Judicial; 1957,
Viena; La crisis de la idea de Estado, 1960, Stuttgart La Constitución y el
Tribunal Constitucional, 1963, Viena; El Hombre, el Derecho y el Cosmos, 1965,
Viena; La Judicatura Constitucional y la Doctrina Pura del Derecho, Viena,
1966; El Estatista en la Democracia, Viena, 1966; Hegel y el Pensamiento
Jurídico, Salzburgo, 1970; Derecho, Estado, Constitución, Viena, 1970;
Filosofía del Derecho, Freiburg, 1969, e Historia de la Filosofía del Derecho,
Freiburg, 1971.
¿Qué valor
científico tiene la obra del Dr. Marcic? Pronunciar un juicio bien fundado y
crítico en tal sentido, deteniéndonos sólo en el texto de las obras arriba
ennumeradas y que abarcan más de dos mil páginas, exigiría un año por lo menos
de estudio con dedicación exclusiva, continua y con atención profunda y
esmerada. Además, estos textos contienen sólo las dos terceras partes del total
escrito. Los problemas abordados constituyen la esencia de las ciencias
jurídicas, filosóficas y políticas de nuestro tiempo. Los textos son
acompañados por una selección de obras en idioma griego clásico, latín, alemán,
francés, italiano, inglés, croata y ruso desde Aristóteles hasta Hans Kelsen,
Alfredo Verdross-Drossberg y Adolf Merkle, sus maestros preferidos, y juristas
preclaros de nuestro siglo.
Siendo el
carácter de este artículo mas bien informativo, nos limitaremos a unas pocas
ideas, pero fundamentales, de su Opus, que lo elevó rápidamente entre los más
encumbrados juristas europeos.
Podemos empezar a
preguntarnos: ¿Hay un elemento científico específico que caracterizaría a su
autor? Prescindiendo de su enorme erudición, ¿dejó Marcic algo que pueda
considerarse como mérito científico personal en el campo de la jurisprudencia?
Hasta ahora no
hemos podido conseguir opiniones autorizadas al respecto en el ambiente
científico austriaco. Dorothea Mayer-Maly, una colaboradora de Marcic,
profesora en la Universidad de Salzburgo (?) en una breve nota necrológica dijo
también lo siguiente, refiriéndose más a las cualidades humanas de nuestro
sabio: "Su día de trabajo empezaba a las seis de la mañana y continuaba a
menudo hasta horas tardías de la noche. .."
Marcic, escribió una vez, posiblemente a su colaboradora: "Aproveche el
tiempo. Deje que todo fluya. La inversión del capital se recompensa. Yo vengo
haciendo así hace ya 25 años. Una u otra cosa. Este es el destino de la generación
intermedia. Nada nos es regalado. Ruego, piense en eso, que todo puede resultar
muy tarde"[87].
Para suplir la
falta de esa apreciación científica de Marcic, tomaremos por momento lo que
indirectamente nos dice él mismo al respecto. En su discurso de agradecimiento
al cónsul general de la República Federal Alemana por el otorgamiento de la
distinción de la Gran Cruz, Marcic menciona lo esencial que llevó a las
autoridades alemanas a distinguirlo. "¿En qué -pregunta Marcic en aquella
oportunidad- yo di mi óbolo que ahora se ve apreciado? Ud, muy estimado cónsul
general, ha enumerado los fundamentos al respecto... Yo habría contribuido a la
innovación en el derecho tanto en Alemania como en Europa; yo habría fecundado
a la doctrina y a la práctica de la jurisprudencia constitucional en la
República Federativa de Alemania; yo habría puesto a disposición los méritos
imperecederos del cristianismo para la edificación del templo de los derechos
humanos; con mi trabajo 'Desde el Estado legislativo hacia el Estado judicial'...,
yo habría descubierto la obra proyectada por la ley fundamental de la República
Federal de Alemania. El promotor de esta distinción, me parece es aquel alto
juez de dicha República, quien me escribió hace unos doce años que yo le había
regalado una noche sin sueño: él leyó mi libro 'El Estado Judicial' de un trago
y dijo que no tendrá tranquilidad hasta que este trabajo no encuentre su
verdadero reconocimiento en Alemania y por Alemania".
Al reconocer,
modestamente, que el lujo de esta ceremonia supera lejos sus méritos, y
limitándolo a proporciones más reducidas, Marcic preguntó: "¿Pero en qué
consisten? Con la instalación y organización del Tribunal Constitucional en
Karlsruhe, cuyas competencias están extendidas más que las de cualquier otro
tribunal del mundo, la República Federal de Alemania cumplió con un cometido
que se puede comparar con las más grandes conquistas del presente, incluso con
el salto al cosmos... Este cometido está todavía un poco invisible: yo lo
proclamé una vez como 'la gran revolución alemana'. Acerca de aquello por que
lucharon todos los grandes pensadores durante un milenio y medio, es decir, por
la realización de la preeminencia del derecho, que no estaría más a la voluntad
del Estado como tampoco a la del pueblo o el hombre, de un derecho absoluto que
es medida absoluta también para el poder de cualquier Estado o cualquier
hombre, esta realización soñada, deseada y anhelada del poder del derecho fue
conseguida por los padres de la Ley Fundamental de la Federación..." Al
citar un fragmento del fallo del 23 de octubre de 1951, dictado por el Tribunal
Karlsruhe, donde se dice lo siguiente: "El Tribunal Constitucional
reconoce la existencia de un derecho sobrepositivo que sujeta también al
legislador y por eso se considera competente medir con este derecho también al
derecho positivo". Marcic agrega: "El derecho sobrepositivo es el
derecho prepositivo, que no fue hecho por la mano humana, la Norma fundamental
de la doctrina del derecho de Kelsen, lo que la teoría clásica de Derecho y de
Estado entendía como el derecho natural en el sentido más estricto. Por primera
vez en la historia de la humanidad el sangriento derecho de resistencia, la
revolución, deja de ser la única visible sanción del derecho natural... Recién
hoy, justamente un milenio y medio más tarde, se convierte en hecho un
espléndido documento, un documento histórico del occidente romano. Aquel Edicto
que el 11 de junio de 1429 fue publicado en Ravena por los emperadores
Theodosius y Valentinianus: 'Digna vox est majestate Regnantis, legibus
auctoritate juris nostra pendet auctoritas. Et revera majus Imperio est
submitere legibus Principatum'". La traducción al alemán por Marcic nos
parece un poco dilatada, descriptiva y que nosotros podríamos traducir así:
"La voz es digna de la majestad del Gobernante cuando reconocemos que
nuestra autoridad depende de las leyes del derecho. En efecto, es una cosa
trascendental para el Imperio someter el Gobierno a las leyes".
Después de su
versión alemana del texto latino, Marcic agrega: "Es, pues, mucho mejor
estar bajo que sobre la Ley".
Aquí está, en
pocas palabras, lo esencial del Opus de René Marcic. Pero sólo como un sendero
indicativo, señalando únicamente problemas sin entrar en la vastedad de su
planteo, investigación, análisis filosófico, histórico, político y jurídico,
como tampoco en la amplia, argumentada y maravillosa adhesión a la escuela de
derecho natural.
Para no quedar en
deuda con nuestros lectores y para dar a este artículo el aspecto informativo
más completo, debemos decir algunas palabras sobre el origen, la evolución y la
aspiración final de Marcic.
El punto de
partida y la fuerza dinámica de toda la labor del sabio Marcic se originaron en
sus sentimientos profundamente humanistas. Homo homini amicus, dice la
mencionada colaboradora de él, Mayer-Maly, fue su lema de vida. ¿Cómo salvar al
hombre y la humanidad en la época de hoy en que el lema homo homini lupus se ha
convertido en una realidad jamás vista? La humanidad entera ha llegado a un
punto desde donde no se ven horizontes claros ni perspectivas luminosas.
Nuestro presente debe emprender una revisión completa de sus posiciones
científicas, filosóficas, políticas y jurídicas si queremos evitar una
catástrofe universal. La filosofía existencial (no existencialista) no es
casualmente la característica fundamental del pensamiento filosófico de la
primera mitad de este siglo. La angustia es la idea central de esta corriente
filosófica. Por eso Marcic inaugura su actividad de pensador con el estudio: Martin
Heidegger y la Filosofía Existencial. Este trabajo, de una claridad diáfana,
Marcic lo termina con las siguientes palabras: "Nosotros nos sentimos en
soledad, sin seguridad, sin protección, perseguidos, corridos, porque hemos
olvidado la proximidad del Ser, porque hemos perdido la patria -por todo esto
tenemos el miedo-. Regresemos a la patria, a la verdad del Ser. Permítannos
tener otra vez el profundo sentimiento de respeto ante el Ser y nos liberaremos
del miedo". (René Marcic: Martin Hidegger and die
Existenzialphilosophie, pág. 41).
Para dar un
fundamento indiscutible a su pesimismo inicial, Marcic invoca opiniones de las
autoridades del campo científico-positivista. La ciencia positiva, exacta y la
técnica como su éxito inmediato y auténtico son valores adorados por todos y
fuera de discusión. Werner Heisenberg, Max Born y Carl F. von Weizsacker son
sus preferidos en este sentido. Max Born, por ejemplo, lo inspiró especialmente
con las siguientes afirmaciones: "Si la humanidad sobrevive en los próximos
diez o veinte años sin gran guerra, se formará presumiblemente una organización
mundial, que será sobrepuesta a los estados nacionales y que garantizará la
paz. En este caso se rendirá a la Física, un gran honor, porque ella, llevando
los medios de destrucción al extremo, hizo claro el absurdo de la política de
poder y de guerra. Pero si estalla la gran guerra, entonces quedará tan poco de
la Física como de la vida civilizada en general... Nuestra tarea es ayudar para
que se evite la segunda alternativa. Pero éste no es un problema de Física; sin
embargo, hoy es mucho más importante que cualquiera de los nuevos triunfos
sobre las fuerzas de la naturaleza". Werner Heisenberg, al destacar el
mortal peligro de la guerra atómica dijo: "En nuestro tiempo, cuando la
tierra está cada vez más densamente poblada, se produce la limitación de las
posibilidades de vida y con ella la amenaza, en primer término, por parte de
otros hombres que también plantean el problema de su derecho a los bienes de la
Tierra". (Ver: R. Marcic Mensch, Recht, Kosmos, págs. 1112). El tercero
contribuyó a la orientación de Marcic especialmente con estas enunciaciones, al
referirse "Al Futuro del Mundo Técnico": "La materia es
posiblemente sólo una visible y objetivada forma de algo para lo cual la
tradición de nuestra filosofía y la religión habían ya elegido el nombre y que
es todavía lo mejor: el Espíritu... Yo opino que la perfección de ciertas
disciplinas científicas puede conducir a dar su confianza al Espíritu y no a la
materia". (R. Marcic: Rechtsphilosophie, pág. 99).
En consecuencia,
según M. Born, el problema fundamental de la supervivencia del hombre y la
civilización no está en el campo de las ciencias físicas sino fuera del mismo.
Según Heisenberg, este problema se halla en el campo del derecho. Y, por fin,
de acuerdo a la opinión de Weizsacker, el problema tampoco está en las ciencias
naturales y físicas sino, posiblemente, en el campo filosófico y religioso.
Armado con la
autoridad de estos y otros sabios del campo de las ciencias naturales, Marcic
emprende su magna obra de la renovación del derecho, de su prestigio y de su
función en el mundo de hoy. "El derecho, como una lucha por el poder
arreglada, es la única alternativa imaginable y útil ante la lucha desordenada
mediante la violencia, especialmente ante la guerra, que en este momento podría
llevarnos a la destrucción de la humanidad", dice Marcic. Pero ¿qué es el
derecho? A partir de esta pregunta Marcic se vuelca hacia el campo de la
filosofía, la filosofía del derecho, y al Estado judicial como la máxima
garantía de la paz, la seguridad y el progreso de la humanidad.
Después de un
intenso estudio filosófico, Marcic señala que la característica fundamental del
pensamiento occidental a partir de 1600-1900 es el racionalismo. Se creyó que
la ratio podía resolver todos los problemas humanos. Se la elevó a un valor
absoluto. Pero, al refugiarse sólo en su ratio, el hombre introdujo en la
corriente fundamental del pensamiento también su subjetivismo cada vez mayor.
Partiendo de "cogito, ergo sum" de Descartes, este subjetivismo
alcanzó su cenit en el criticismo de Kant. Y mientras al comienzo este
racionalismo trató directa o indirectamente de dejar lugar al espíritu, en su
última fase confesó un materialismo absoluto. Como en la fase anterior el
racionalismo poético y ontológico terminaron en el
idealismo, así ahora terminaron en el materialismo. Por eso, contra esta
corriente racionalista se levantó la filosofía vitalista, que reivindica el
derecho de los instintos, las pasiones y la voluntad. Esta vivisección del
hombre, de su vida y de su existencia en dos partes opuestas, enemigas, con
pretensiones de dominio exclusivo y total, exigía una nueva idea, una nueva
corriente conciliadora.
Esta función le
correspondió a la corriente de la filosofía existencialista[88].
Pero hay varias clases de filósofos existenciales. Una se agrupa en torno a J.
P. Sartre y otra, que Marcic considera verdadera, alrededor de M. Heidegger. La
primera terminó en el nihilismo y la otra en un realismo positivo, que, según
nuestro autor, significa el giro de más importancia en el curso de dos milenios
del pensamiento occidental. El fin de este curso milenario lo marcó Nietzsche
al decir: "La verdad es una clase de error sin el cual una cierta especie
de los seres vivos no podría vivir". La corriente epistemológica
racionalista-idealista termina así proclamando la verdad, de valor casi
absolutamente relativo, cuando Dios, la natura, el hombre y la comunidad
política son creaciones del hombre y son dejados a su merced.
En efecto, Sartre
dice: "El existencialismo se opone decididamente a cierto tipo de moral
laica que quisiera suprimir a Dios con el menor gasto posible. Cuando hacia
1880 algunos profesores franceses trataron de construir una moral laica, dijeron
más o menos esto: Dios es una hipótesis inútil v costosa, nosotros la
suprimimos; pero es necesario, sin embargo, para que haya una moral, una
sociedad, un mundo vigilado, que ciertos valores se tomen en serio y se
consideren como existentes a priori; es necesario que sea obligatorio a priori
que uno sea honrado, que no mienta, que no le pegue a su mujer, que tenga
hijos, etc. etc... Dios no existe. Dicho de otra forma... nada se cambiará
aunque Dios no exista; encontraremos las mismas normas de honradez, de
progreso, de humanismo, y habremos hecho de Dios una hipótesis superada que
morirá tranquilamente y por sí misma". Después señala que para un
existencialista esta idea es "muy cómoda, porque -dice textualmente-, con
ella desaparece toda posibilidad de encontrar valores en un cielo inteligible;
ya no se puede tener un bien a priori, porque no hay más conciencia infinita y
perfecta para pensarlo; no está escrito en ninguna parte que el bien exista,
que hay que ser honrado, que no hay que mentir, puesto que precisamente estamos
en un plano donde solamente hay hombres" [89].
Pero esta lógica
de Sartre terminó en la ilógica. Para suplir el papel del Dios
"muerto", revivifica la idea algo modificada del imperativo
categórico de Kant. Pero con la terminación final totalmente contraria. Kant
defendía en consonancia con la ley moral -imperativo categórico- la idea de un
teísmo postulatorio, mientras Sartre, aceptando "la muerte" de Dios,
invocó el ateísmo postulatorio. Su existencialismo otorga prioridad a la existencia
más que a la esencia. "Esto quiere decir", dice Marcic, "que
primero está el hombre -être pour soi- y luego... el mismo realiza su esencia
en plena libertad... En aprietos, él quería escapar del individualismo...
(Sartre) recurre al imperativo categórico de Kant y, de acuerdo con éste, la
voluntad actúa siempre como voluntad de carácter general, y a Heidegger, quien
enseña que la existencia no es una existencia solitaria sino simultánea y
constantemente una coexistencia (Mitsein).
En una palabra,
si el hombre realiza su esencia con esto obliga a todos los hombres. Una
afirmación que, sin duda alguna, parece ser apta para advertir a la conciencia
del hombre sobre su grande y grave responsabilidad y recordarle que él no
puede, de modo alguno, sacudir dicha responsabilidad". si
se le pregunta, de dónde el hombre tiene la Norma de acuerdo a la cual realiza
su esencia, Sartre dice que la fija él mismo. Y lo hace en plena libertad.
"Pero ¿de dónde la saca? Debe haber algo aquí, algo dado de antemano, una
fuente de la cual la saca. ¡No! Contesta Sartre: No hay nada aquí, el hombre se
crea a sí mismo de la Nada. Si hubiera algo así como un proyecto predibujado de
la esencia del hombre, él mismo no sería libre. La libertad sin atadura alguna,
la libertad de decisión y de autocreación sin fondo ni terreno según Sartre.
Esta filosofía es nihilista. Porque, según Sartre, el hombre es el procreador
del ser; él mismo... crea como un mago su esencia de la Nada, detrás de la cual
y delante de la cual no hay Nada que no fuera otra cosa que la Nada. Ser es
Nada y Nada es Ser. La obra principal de Sartre es El Ser y la Nada" [90].
Marcic rechaza
esta filosofía existencialista de orientación nihilista y opta por la filosofía
existencial de Heidegger. La concilia, en su posición gnoseológica realista,
con el tomismo. El "olvido del Ser" que se completó gradualmente
desde Platón y Aristóteles hasta el idealismo racionalista, retoma su posición
central. Heidegger, según Marcic, ha excluido de la verdad-realidad la relación
objeto-sujeto, dando a la realidad trascendente la absoluta prioridad e
independencia, lo que no hizo incluso el tomismo.
Sin adentrarnos
en este problema específico, podemos decir que Marcic acepta el realismo
noético y reconoce al Ser como algo absoluto, primordial. El hombre como ente
existente entre los demás seres tiene el privilegio (Heidegger) de estar
inmediatamente cerca del Ser. Este modo de existencia Heidegger lo llama
Ek-sistencia. El hombre sería el único ser que toma la conciencia de su
relación con la del Ser.
Adoptada una vez
la posición gnoseológica realista, Marcic coloca piedras fundamentales para su
edificio filosófico-jurídico y político-jurídico. Primero fija tres posiciones
fundamentales y luego 16 tesis como consecuencias lógicas de las tres primeras.
La primera posición fundamental es: el mundo es real en contraposición con las
últimas afirmaciones del idealismo, que lo considera como problemático por lo
menos. La verdad ontológica es la base de la verdad lógica. Según Heidegger; la
verdad es el estar en descubierto del Ser que posibilita la revelación de lo
existente. Santo Tomás a su vez dice: El espíritu que conoce, recibe su medida
por parte de las cosas, así que el pensamiento del hombre no es verdadero por
sí mismo, sino que lo denominamos así por su consonancia con las cosas. Se
trata, pues, de la posición realista, para la cual la verdad es "adecuatio
intellectus ad rem". Segunda posición: el mundo está desde el comienzo
organizado, es un orden. Lex aeterna tomista, que abarca la totalidad, es como
una Constitución ontológica. Esta organización "constitucional"
referente a la natura (fisis griega, o natura latina - ordo rerum) es la verdad
óntica. Siendo el hombre la parte de este mundo de las cosas que abarca la
totalidad de los seres existentes, el orden jurídico y moral que provienen de
la ratio humana debe ser el orden "rationis rectae". En consecuencia,
la famosa distinción entre el ser y el deber ser (Sollen) tiene vigor
únicamente si está en conformidad con el Ser (Sein).
Para evitar
detalles de las 16 tesis de Marcic, podemos decir lo substancial, resumiéndolas
a lo más indispensable. Dentro de la existencia de los seres en su totalidad,
la parte referente al hombre, la ley de "construcción" (Baugezetz) es
la libertad. (S. Tomás: Deus movet omnia secundum eorum; et ideo divina motio a
quibusdam participatur cum necessitate, a natura autem rationali cum
libertate).
En consecuencia,
el derecho humano descansa indefectiblemente sobre la base de la verdad
ontológica del Ser y de la libertad, que también fluye desde aquella verdad
ontológica. El derecho no es la voluntad de nadie. No es arbitrariedad de uno,
de un grupo; de poderosos, de ricos, de minorías o mayorías. Hay un derecho
prepositivo y sobreprepositivo, natural que la ratio humana descubre, reconoce
y no lo crea. Este derecho proporciona la medida y los límites a toda clase de
poder. Dignitas humana, la personalidad del hombre es uno de los fundamentales
límites infranqueables para el poder.
Inspirado, según
su propio reconocimiento, por un juez croata, Marcic en la actual crisis del
poder, reflejada en todos los órdenes de la vida privada o pública, dedica
entonces todos sus esfuerzos intelectuales y una enorme erudición para dibujar
un proyecto de Estado jurídico-judicial donde el papel del juez y los
tribunales deberían ser preponderantes. A pesar del doble carácter de la
naturaleza humana -su aspecto individual y el social- y a pesar de su
equiparación originaria, el aspecto individual debe gozar de privilegios, "pues
es la substancia misma de la existencia". Ella está ubicada "fuera de
la estructura social"; más pequeña, gnoseológicamente segunda, pero en
realidad "más intensa". "Nosotros podemos asegurar la
individualidad del hombre sólo si colocamos en la estructura del Estado los
frenos capaces de desempeñarse eficazmente como el contrapeso a la expansión. absoluta del poder", dice textualmente Marcic. El juez,
como el común denominador del Estado judicial, para salvar su independencia e
imparcialidad nada debe esperar del poder administrativo y por ello nada debe
temerle, como ha expresado una entidad jurídica italiana. La Corte de Control
de la Constitucionalidad de las Leyes debería tomar el puesto central de una
comunidad que podríamos llamar el Estado judicial.
El camino desde
la filosofía, a través del derecho, hasta la política es la trayectoria
científica del doctor René Marcic, cuya prematura muerte trunco para siempre
una actividad excepcional en el cenit de su creación. En esta oportunidad
podemos dirigir a su obra las siguientes apreciaciones que fueron expresadas
por el publicista argentino R. 0. Abdala al Opus de Ortega y Gasset: "La
Razón Vital -razón que vive y vida que razona- contesta así con un mensaje
estibado de responsabilidad y de fe a los restallantes extremismos que en las
diversas expresiones de la acción se disputan en estos momentos el predominio
de la humanidad; tanto a los hoscos irracionalismos acantonados en un vitalismo
de pura cepa animal que no quiere dar ni recibir razones, como a los
racionalistas matematizados y cuadriculados, mediante los cuales planificadores
y tecnócratas, psicometristas y sociológos que no sobrepasan el nivel de
virtuosismo estadístico, pretenden reducir a parálisis y esquema el movimiento
continuo a la infinita diversidad de la vida humana" ("La
Prensa", 25 de junio de 1970).
La historia
cultural croata puede enorgullecerse de su hijo Marcic. Sus ideas y trabajo
testimonian, como expresión del alma de su pueblo, que Croacia pertenece al
mundo occidental y defiende las verdades y el ideal que pueden garantizar la
libertad del hombre y abrir mejores perspectivas a la humanidad. Como a él así
a muchísimos croatas, incluso a todos los que luchan por la independencia de su
madre patria Croacia, acusan de supuestas simpatías totalitarias. El Opus de
René Marcic desmiente categóricamente a los acusadores, porque la personalidad
del mismo se formó en los colegios franciscanos croatas y es la expresión
auténtica de centenares de miles de jóvenes de aquella nación que cayeron en la
lucha durante la última gran guerra contra el comunismo y la hegemonía
granservia.
La vida y la obra
de René Marcic, como también su trágica muerte, acercan aún más el pueblo
croata al austriaco, reavivando antiguos lazos históricas
cuando juntos defendíamos la civilización occidental, lo que es otra vez de
suma actualidad.
Al concluir la
redacción del presente volumen de SC, hemos recibido "Dimensionen des
Rechts, Gedächtnisschrift für René Marcic" - Dimensiones del derecho,
Estudios dedicados a la memoria de René Marcic, Ediciones Duncker &
Humblot, Berlin, 1974, en dos volúmenes, págs. en total 1232. Unos 60 juristas
más prominentes de Austria, Alemania Norte América y Australia enfocan el
problema del derecho en todos sus aspectos y que fue el tema central del Opus
de nuestro compatriota. Sin conocer todavía el contenido, sólo la existencia de
esta edición, también gráficamente perfecta, indica la importancia científica
de su labor interrumpida prematuramente. (FN)
Continúa el
diálogo en una sociedad abierta
La vida política
de la República Argentina después de la muerte de su gran conductor el que fue
el general Perón, se caracteriza por dos corrientes diametralmente opuestas. La
una que representa a la mayoría absoluta del pueblo y la otra, una minoría,
también absoluta, desconocida por sus verdaderos conductores y fraccionada en
varias tendencias de carácter revolucionario. La primera defiende con firme
voluntad la legalidad de las instituciones democráticas dentro de un marco
evolutivo y de adaptación a las necesidades del momento, tanto argentinas como
de aquellas internacionales. Para prevenir, pues, las sorpresas internas, el
presidente Perón había formulado esta política como "el trípode" del
poder político-social: el gobierno, los obreros y los empresarios. Si estos
tres factores dialogan en una sociedad abierta y de libertad, nada pasará ni
llevará la vida de la nación a los enfrentamientos entre los hermanos; la
nación evitaría conflictos de violencia, aseguraría la estabilidad del orden y
crearía un clima favorable de convivencia y de esfuerzos comunes para un futuro
mejor.
A esta política
progresiva y a la vez conservadora, se oponen los violentos, los inadaptados y
los que creen en una revolución cruenta, como en una panacea capaz de curar a
todos los males de ésta y de las demás sociedades.
Son múltiples y
complejos los factores que los incitan a tomar esta posición. Sumidos en una
ideología supuestamente justa y totalmente liberadora por un lado -lo que es
una imposibilidad utópica a todas luces- y en la sed de poder socio-político
por el otro, estos elementos, generalmente jóvenes y sin una visión completa ni
del hombre, ni de la sociedad en que viven, ni de la realidad internacional en
sus aspectos más fundamentales, no aceptan la política "del trípode".
Manejados, además, por las fuerzas invisibles pero bien caracterizadas,
representan un factor muy serio de la perturbación y la inseguridad en la vida
nacional. Pero la paciencia, la tolerancia y la indulgencia del gobierno en su
sabia "política de trípode" fueron más que grandes. No obstante, la
acción subversiva de dicha minoría crece continua e incesantemente. Tanto que
el gobierno tuvo que recurrir incluso al estado de sitio por el tiempo
indeterminado.
En este clima, el
problema de precios, sueldos y salarios, con el fenómeno concomitante de la
inflación, son cuestiones muy serias que aquejan a la comunidad y dan motivo al
descontento que degenera en la violencia. Sin embargo, los violentos olvidan
que la vida es evolución. Olvidan que no hay regímenes absolutamente justos;
parecen desconocer, en consecuencia, que el mejor, casi el único sendero de la
paz y del progreso sociales, es una sociedad abierta, de diálogo y de búsqueda
común de lo que mejor corresponda, en las condiciones dadas, al bienestar de
todos; pasan por alto lo que dijo un renombrado estadista de que nadie es tan
bueno para que le pudiéramos confiar la administración de nuestros intereses
políticos sin nuestro propio concurso. Olvidan estos elementos que el tipo de
la sociedad cerrada -justamente aquella que propician ellos- implanta un
régimen totalitario, explotador y de esclavización del hombre jamás visto.
Olvidan también, en caso concreto, que la República Argentina no vive en la
Luna o en Marte. Ella vive en la realidad de la interdependencia de este globo
terráqueo tanto de carácter científico-técnico, como político-económico,
militar, financiero, etc. La República Argentina debe importar y exportar bienes
y de aquí su múltiple interdependencia del exterior. En consecuencia, las
intenciones y los planes del "trípode" nacional, incluso los más
audaces y los más sinceros, se ven, a menudo, limitados, cortos. La Argentina
obraría peor si no tomara en consideración esta realidad. Por supuesto, siempre
con miras de conciliación de sus intereses con los de la comunidad
internacional con que debe dialogar en libertad.
Es interesante en
este sentido el problema de la inflación. En Francia, por ejemplo, el presidente
es un reconocido especialista financiero, elegido principalmente por ésta, su
cualidad y, no obstante su talento y la experiencia, no es capaz de frenar la
inflación que aqueja también a ese país. El coloso norteamericano es víctima
del mismo fenómeno. Dos entre tantos de sus especialistas en la materia -Milton
Friedman y J. Kenneth Galbraith- no coinciden, incluso se contradicen al
referirse, a las medidas por adoptar para frenar la inflación y sus posibles
repercusiones, en el mundo en general.
¿Qué es, pues, lo
que quieren los "violentos"? Parar el coche nacional de golpe, dice
un especialista, significaría hacer saltar a los viajeros por el parabrisas.
¿Aleksander Soljenitsin o Zaharov, no son testigos oculares y tremendos para el
carácter utópico de la sociedad que propician violentos y apresurados? En
efecto, los que intentan realizar utopías terminan en una deshumanización más
completa del hombre y la sociedad. Los violentos quieren todo e inmediatamente.
Es así que fue
aprobada la ley antisubversiva a fines de septiembre último, a. pesar de una
discusión parlamentaria por momentos muy áspera. Ha prevalecido la opinión de
la mayoría del FREJULI, expresada por el diputado Pedrini, al decir:
"Todos los sectores se oponen a esta ley que solicita el Poder Ejecutivo
para defender a la República y a sus instituciones. Vale decir que por un lado
se ataca a la guerrilla, y por el otro se tiene miedo de votar esta ley en
defensa de los intereses sagrados del país y de la ciudadanía argentina"
Pero, cuando la
violencia escalonaba sin pausa y cuando fue proclamado el estado de sitio como
su consecuencia lógica, todos los sectores de importancia saludaron la medida
como necesaria y constitucional. Pero lo más admirable en la vida de la nación
fue el hecho en que la representación máxima de los obreros argentinos (CGT)
rindió homenaje a los soldados caídos por la mano de la subversión. Allí, donde
el ejército nacional y los obreros en este momento andan juntos en la libertad,
no hay hecho más digno de ensalzar. Es una desmentida cabal de la teoría
marxista sobre división de clase de los pueblos, oponiendo especialmente la
clase obrera a la clase militar.
La ley de
Contrato de Trabajo, es también un paso serio para contrarrestar la invasión de
la acción ultraizquierda. Un destacado especialista en la materia (Antonio
Vitaic-Jakasa), analizando esta ley de Contrato de Trabajo, la encuentra muy
superior a las leyes similares en otros países que se consideran avanzados,
incluyendo también a Rusia Soviética. "La Ley de Contrato de Trabajo, más
que una ley avanzada es una ley revolucionaria", dice Vitaic
("Mercado", Buenos Aires, 26-IX-74, Nº 269, pp 16-19).
Además, cuando la
UCR advirtió al gobierno sobre la necesidad de rectificar la política económica
del país, éste prestó su oído y la reorganización no se dejó mucho esperar. El
cambio en el Ministerio de Economía fue aceptado generalmente con la evidente
satisfacción en todo el país.
Pero, como sucede
siempre en la vida, hubo también una desagradable sorpresa. El 28-29 de
noviembre se declaró inesperadamente un paro de los colectivos de transporte de
personas. Además de ser sorpresivo, tuvo un éxito total con grandes perjuicios
económicos y de toda otra índole para la comunidad. La sorpresa estriba
especialmente en el hecho de que, según parece, la medida fue tomada por la
parte patronal. ¿Una nueva subversión de derecha o de izquierda? No lo sabemos
decir, pero es cierto que fue un golpe rudo al diálogo argentino y a la
instrumentación política del país en el sentido del "trípode"
socio-político y de la sociedad argentina abierta.
Si vale la
experiencia de los pueblos pequeños, he aquí una. "Deutsche
Tagespost", Würzenburg, 11-12 del octubre último, los obreros de la
Yugoslavia socialista que actualmente trabajan en Austria votaron por los
candidatos del Partido Cristiano Popular de "carácter conservador y
cristiano" en un porcentaje del 80%, a pesar de que podían votar por los
candidatos comunistas o socialistas, cuyo partido tiene el poder en aquel país
democrático. La mayoría de aquella muchedumbre de casi 500.000 personas, son
croatas. Por su experiencia y conocimiento del sistema comunista yugoslavo
ellos, plebiscitariamente, votaron contra el comunismo. (Se trató, pues, de las
elecciones para las Cámaras de Trabajo regionales, oportunidad en que pudieron
participar también los trabajadores extranjeros - Red. S.C.).
Se decía a su
tiempo: si los 'gibelinos' te tildan de 'guelfo' y los 'guelfos' de 'gibelino',
puedes estar seguro que la verdad buscada está cerca de ti. La política
nacional argentina se ha encaminado por un sendero de sociedad abierta,
democrática y en libertad, oponiéndose a los extremos tanto de la derecha como
de la izquierda. El Sínodo obispal, recientemente efectuado en Roma, prestó su
plena atención a la voz del obispo Helder Cámara como a aquella del primado de
Polonia, Visinsky. Ni el capitalismo perimido (Sánchez Albornoz) ni el
totalitarismo comunista tienen títulos suficientes como para pretender para sí
el poder exclusivo. En esto vemos el acierto de la actual política de la
República Argentina.
Bogdan Radica
narra su experiencia con el comunismo yugoslavo
El septuagenario
periodista croata Bogdan Radica, uno de los últimos creyentes en la idea
yugoslava, es decir en la posibilidad de una convivencia democrática de los
eslavos del Sur, especialmente de los croatas y los servios, publicó en agosto
de 1974 un libro titulado "Croacia 1945", donde relata la experiencia
que vivió en contacto directo con la toma del poder por los comunistas en
Yugoslavia. En su obra, de 383 páginas, este espíritu, inquieto y de una
curiosidad poco común, rechaza definitivamente al comunismo en todos sus
aspectos y, con él, también a la idea yugoslava, considerándolos dos ideas
utópicas que engendraron los comunistas y que están causando tremendos daños al
hombre y a los pueblos sometidos al poder de los que las intentan convertir en
realidad. El autor ha expresado muchas de sus ideas al respecto en
publicaciones croatas durante los últimos tres decenios -abandonó a Yugoslavia
ya en octubre de 1945, a donde había regresado de los EE.UU, en abril del mismo
año como partidario entusiasta del movimiento de "liberación" comunista
de Tito. Lo esencial había aparecido también en una serie de periódicos y
revistas norteamericanos. Pero su opinión y su experiencia hallan en este libro
un panorama más completo y una visión casi integral.
Sus padres, en
Split, y los últimos amigos y compatriotas que le pudieron hablar con franqueza
durante aquellos pocos meses de su estadía en la Yugoslavia de Tito, le
repitieron la misma pregunta: "¿Por qué regresaste al país donde sólo los
muertos son felices?"
Después de haber
explicado los motivos de su regreso, Radica analiza la nueva realidad
"yugoslava", fruto directo de la revolución y la
"liberación" comunista. Su libro merece ser traducido a varios
idiomas, porque pone el dedo en la llaga, que no es sólo nuestra, croata,
servia, eslovena -"yugoslava"-, sino un problema general, un fenómeno
que atañe a todo hombre libre y a todos los pueblos que supieron salvaguardar
su libertad contra todos los intentos de sojuzgarlos en nombre de ideas
utópicas.
A continuación
reproducimos algunos trozos traducidos de su libro:
"Mientras el
desarrollo material del sistema comunista queda rezagado inevitablemente por el
mundo occidental, también su proceso ideológico está atrasado con respecto a lo
que había prometido en sus postulados y realizaciones a efectuar. En los dos
últimos decenios el anhelo de los creadores culturales en la Rusia Soviética,
por alcanzar la libertad de creación aparece como la característica más
saliente y fundamental. No sólo escritores, sino también científicos, se
levantan para defender la libertad de pensamiento y de creación.
La libertad es un
principio fundamental, una especie de imperativo categórico de Kant, buscado
antes que nada por los intelectuales rusos... Mientras tanto, cuanto uno más
busca el derecho de libertad en el proceso de creación, a pesar de ser marxista
y partidario, tanto más se enfrenta con las trabas de la burocracia, del dogma
oficial, de la inquisición intelectual y de policía que le impiden su mecánica
fundamental de creación.
El régimen
declara por un lado, urbi et orbi,
que no tiene ningún miedo al intercambio de ideas entre su sociedad cerrada y
aquella del mundo libre y, por el otro, al mismo tiempo, persigue, encarcela y
acusa al creador si no se atiene a la línea oficial partidario-burocrática,
impuesta por los fanáticos y los primitivos. Todas aquellas obras, creadas bajo
el impulso libre y la inspiración, no fueron impresas en el país, sino que
aparecieron en ediciones clandestinas ("samizdat") o en el mundo
libre de Occidente. Una excepción en este sentido quiso hacer la tan llamada
Yugoslavia de Tito. En efecto, durante un decenio, gracias a este intento,
pudimos leer con una satisfacción especial tratados filosóficos, disertaciones
revisionistas, disquisiciones y descubrimientos muy atrevidos y originales de
carácter histórico o lingüístico, convencidos de que este período produjo de
veras un profundo cambio en los valores más importantes. Pero rápidamente
tuvimos que experimentar el fin tenebroso de esta primavera intelectual y
nacional.
Los dogmas
anticuados y los fundamentos ya raquíticos que se creían superados para siempre
fueron restablecidos y devueltos con la misma violencia y por decreto como en
el primer período de posguerra de la era stalinista. Sin tomar en cuenta que el
país entero por esta actitud reformista había ganado una posición en el mundo
libre y por la cual había sido premiado con ingentes sumas de dólares
americanos, el régimen, por el amor a la disciplina partidaria, liquidó y
eliminó a todas sus élites y cambió el curso, y volvió a los tiempos de la
inquisición y el terror cultural. ¿Sintieron la debilidad y la contradicción de
su fe o, mejor, de la concepción y aplicación marxista los dirigentes así
rechazados y los pensadores revisionistas al experimentar el retorno del terror
y la violencia? ¿Llegaron ellos mismos hasta los resultados que sintieron
Ignazio Silone, Arthur Koestler, Milovan Djilas y muchos otros, pero de tal
manera que surgió en sus mentes la duda en la verdad de su fe y la posibilidad
de la realización de esa utopía y mentira? Resultaría difícil decirlo teniendo
presente que ellos mismos eligieron el silencio, la obediencia y una ulterior
sumisión a la cumbre en cuyo punto más alto gobierna un factor único y
exclusivo.
Pudimos
enterarnos, siguiendo un cuarto de siglo el desarrollo de aquel proceso, donde
los hombres aparecen y desaparecen como hongos, que siempre predomina un
círculo de hombres encabezados por uno sólo, con cara de eterno e inmutable.
Mientras las relaciones, las fuerzas y los hombres están cambiándose, él
permanece intangible e insustituible. Aquí estriba la profunda contradicción no
sólo de la filosofía comunista, sino también de su práctica. Los filósofos, los
escritores, los sociólogos y los integrantes de la intelectualidad en general
pueden descubrirlo todo, llegar a las conclusiones más revolucionarias que
parecen capaces de cambiar el mundo y que serán aceptadas y aplicadas
produciendo la regeneración de la humanidad y cuando parece que la vida se
marcha por ese sendero como un hecho consumado, se levanta de repente una
fuerza oscura que para y borra el esfuerzo total de un decenio en nombre del
conocimiento científico de que el poder comunista, su aparato y su burocracia
no son la panacea de ninguna clase sino una realidad cruda, sentada sobre todos
aquellos elementos de miedo y de obediencia que reducen al individuo, al
hombre, a la posición de hormiga. Pensando en todo esto, a menudo me pregunto a
mí mismo: ¿es claro esto también para nuestros marxistas que hoy languidecen en
las cárceles, a pesar de haber dedicado toda su vida a convertir la utopía en
realidad? Repetidas veces pienso: si son conscientes de lo que sucede, deben
pasar por graves tormentos en su propio pensamiento, similares a aquellos por
los que pasa un profundo creyente atormentado por el maldito problema acerca de
la existencia de Dios. Simplemente porque no es difícil ser perseguido por un
sistema que buscamos derribar. Pero no hay nada peor que verse desilusionado y
definitivamente proscripto, encarcelado y maltratado por parte del sistema al
que uno dedicó todas sus fuerzas físicas y morales, por el cual luchó toda la
vida, sufrió y soportó sacrificios para ser definitivamente arrojado al potrero
de la historia, como dicen en lenguaje partidario ellos mismos... ¿Quién está
con el derecho? ¿Los que están liquidando a sus propios hijos o los hijos
incapaces de liquidar a los que detentan el poder de su sociedad?... La condena
más grave del sistema comunista, según mi modo de ver, sería su rechazo por
parte de las amplias y vastas masas (del pueblo). Este sistema crea sin pausa
el muro o el cordón de aislamiento entre sí y el pueblo, para que de tal manera
el poder siga produciendo el miedo en los súbditos. Una de las más grandes
ilusiones de los comunistas es su idea de que podrían convertir al comunismo en
un sistema aceptable por parte de los estamentos más amplios de la sociedad...
La legalidad comunista no es la legalidad que nos ofrece una democracia
abierta. Si en un sistema la policía política, tiene la posición de Estado en
el Estado y puede proceder independientemente de todo el poder legislativo o
ejecutivo, es decir, disponer de la vida de cada uno, incluso de agrupaciones
enteras o del mismo pueblo, no hay que vivir con la esperanza de que semejante
sistema podría tornarse democrático o humanizarse.
Estas son pia desideria de teóricos y de ingenuos, incluso de oportunistas que
engañan a los hombres occidentales creándoles ilusiones de que un día el
comunismo podría pasar a su fase democrática y humanista... Lo que los
comunistas piden del mundo libre es que no intervenga en sus asuntos internos,
conscientes de que toda forma de libre cambio de ideas traería lo que trajo en
Yugoslavia: la quiebra total de la ideología y la economía marxista.
"Pero, en
nuestro caso, el fracaso del marxismo fue mucho más grave, sobre todo en
relación con el problema de la coexistencia de nuestros pueblos. El Partido
Comunista yugoslavo experimentó una quiebra todavía más difícil que la de los
tiempos de preguerra al tratar de evitar el conflicto interno entre las
múltiples nacionalidades. Al regresar a Yugoslavia en 1945 (*) yo estaba convencido de que Tito y sus
partidarios habían puesto los fundamentos para una correcta solución de las
relaciones entre los croatas y los servios. Este sentimiento fortalecía mi
esperanza de que todos los sacrificios soportados durante la guerra podrían tener su sentido. A tal fin fueron inmolados
centenares de miles de vidas. Pero todas estas esperanzas fueron vanas, se
revelaron infructuosas... Todas las frases fueron sólo una parte de la misma
dialéctica y la mentira, sin saber ella misma cuándo era verdad y cuando
mentira.
"De la misma
manera en que se reveló como un trabajo de Sisifo... la dialéctica comunista al
intentar esclarecer el desarrollo de la historia y del progreso, así también
termina su solución del problema nacional, o sea, de las relaciones entre los
pueblos. No cabe duda de que este fracaso constituye también uno de los mayores
que experimenta el comunismo al chocar su dialéctica con la realidad...
Partiendo desde un punto de vista falso de que los conflictos nacionales son
una resultante de carácter burgués, es decir, de la miopía y concepciones
anticuadas burguesas, ellos (Krleza y Cesarec, dos de los más destacados
escritores croatas marxistas. - Ob. del traductor) creían que todo este
complejo de las envenenadas relaciones iba a resolverse mediante el 'espíritu
santo' de la inevitabilidad histórica, prevista en la dialéctica marxista. No
teniendo en cuenta la naturaleza humana, la recta razón y una experiencia casi
ilimitada, ellos soñaron con que las relaciones entre los croatas y los
servios, así como también las de los demás pueblos en aquel espacio nuestro,
serían no sólo sanadas sino también completamente cambiadas por la política de
la 'fraternidad y unidad'. El resultado de esta fantasía, como es bien visible
ahora, terminó en el mismo callejón sin salida que aquel de la Yugoslavia
anterior. Y, lo que es más trágico, el Partido Comunista, para resolver este
problema, tuvo que recurrir a la violencia y el terror y mantener a todos los
pueblos mencionados bajo un único control...
"Mirando
retrospectivamente a seis decenios del desarrollo de las relaciones entre los
croatas y los servios en Yugoslavia, se llega inexorablemente a una conclusión
sorprendente. Los líderes croatas en cada período, tanto en aquel de preguerra,
burgués, como en este de posguerra, 'sin clase', insistieron en la posición de
un pueblo que emprende todo para restablecer un equilibrio con el tan llamado
pueblo guía. Lo hicieron primero los políticos croatas mesurados, como lo
fueron Trumbic y Supilo en los años de la formación de Yugoslavia; los
revolucionarios, como fue Esteban Radic, y los de compromiso, como lo fue
Vlatko Macek. Por fin, en estos años, cuando se hace cada vez más evidente que
los croatas están nuevamente marginados a las posiciones de un pueblo de
segunda o tercera categoría privados del derecho de llamar por su nombre a su
idioma y de hacer crecer su existencia material y su desarrollo mediante sus
propias fuerzas, se presentan los partisanos, marxistas y los líderes
comunistas, encabezados por Tripalo, Tudjman, Djodan, Veselica, junto con
millares de funcionarios y de intelectuales, para señalar nuevamente el anhelo
del pueblo croata por una posibilidad objetiva de coexistencia en igualdad.
Esta nueva experiencia no es fenómeno de un nacionalismo clasista, porque
dichos líderes y funcionarios fueron no sólo educados sino también convencidos
de que lucharon por el restablecimiento de una sociedad sin clase. Incluso
lucharon en el sentido de la liberación del país sometido al sistema de
explotación de un pueblo por el otro. Un liderazgo de esta clase es muy
sensible por los dogmas de la ideología comunista. Si este liderazgo llega también
a las mismas conclusiones que sintieron las generaciones anteriores de juicio
sano y de otras escuelas políticas y económicas no hay lugar a duda de que la
relación entre el explotador y los explotados no cambia.
"Queda
idéntica, incluso en tales proporciones que hiere la misma esencia del
pensamiento y de práctica marxista... Pensando sobre la posición trágica de
Croacia en el año 1945 y ojeando estas páginas escritas en aquel tiempo,
concluyo que, aún persistiendo y continuando la tragedia de Croacia, ella se
hizo más conocida y para sus difíciles problemas crecen cada vez más la
comprensión y el entendimiento. Lo que más me duele es la idea de sufrimiento
de todos nuestros hombres que ahora están languideciendo en las cárceles
yugoslavas, como fue también el caso en 1945, a pesar de que entre ellos hay un
gran número de los que trataron de convencerme en ese año de que la situación
de Croacia habría de ser en la segunda Yugoslavia mucho más brillante, más
bella y mucho más digna, de lo que fue antes. Cada vez que recuerdo las
conversaciones de aquellos tiempos y las de ahora, las desilusiones son
omnipresentes. Como lo dije públicamente en los periódicos americanos, nunca
pude imaginarme que la forma de mi desilusión iba a ser tan grave y tan penosa.
Todos nosotros fuimos expulsados de nuestros hogares por un régimen que nada
tuvo en común con nuestro pueblo. Fue un éxodo trágico, y lo peor es que continua. A pesar de haber arrancado a croatas de Croacia,
no pudo arrancar a Croacia de los corazones croatas."
Para dar
explicaciones de su retorno al mundo libre, Radica dice en una página de su
libro: "Regresé por acá para recuperarme en la libertad y para comunicar
mis impresiones a las abiertas y sinceras almas de las masas de nuestros
emigrantes. Ellos como yo, durante los años difíciles de la guerra, contribuían
en todo lo posible para ayudar a su patria, apagando así la propia nostalgia
-inapagable e inexorable- por su infeliz 'antiguo país'. Para ellos va mi
palabra. Para ellos mis sentimientos. Para ellos mis vibraciones de alma. Yo se
exactamente lo que querían ellos y lo que soñaban. Siento lo que ellos
esperaban en sus sueños y sus esperanzas, mojadas por lágrimas y sollozos por
sus seres más queridos. Junto con los emigrantes todos nosotros creíamos que
los principios proclamados en la ciudad 'liberada' de Bihac (localidad en
Bosnia, donde los comunistas de Tito proclamaron la segunda Yugoslavia y los
principios sobre que debería organizarse. - Ob. del trad.): la república, la
democracia, la federación y la igualdad de todos los pueblos y profesiones, la
libertad para cada uno y para todos, para todos los que sufren y padecen, sería
una realidad. objetiva y clara, concreta y
firme..."
El credo político
final del autor, interpretando fehacientemente el derecho y la voluntad del
pueblo croata, está expresado en estos términos:
"El
imperativo categórico de este siglo impone a cada una de las naciones sólo un
objetivo: no sólo su supervivencia y conservación, sino también su desarrollo,
son posibles únicamente dentro del propio Estado nacional. Opiniones contrarias
ponen en tela de juicio esta verdad, aduciendo también que los pequeños Estados
no tienen posibilidad de vida ni de garantizar la independencia política y
económica de sus pueblos. Al contrario, Estados de esta clase son más
adelantados y más felices. Es perfectamente lógico, pues, que los croatas
sientan que su progreso y su felicidad pueden realizarse sólo en el Estado en
que ellos mismos serían dueños de su suerte. Este sentimiento es su imperativo
categórico y ellos lo van a realizar a toda costa. No me gustaría pecar de
profeta, pero estoy profundamente convencido de que antes de expirar este
siglo, Croacia se convertirá en un Estado libre e independiente" (pág.
345).
Aspectos de la
libertad religiosa en Yugoslavia
Glas Koncila (Vocero del Concilo), periódico quincenal católico
croata, en su número del 7 de julio de 1974, se refiere a la situación de los docentes
creyentes en la Yugoslavia comunista en un artículo que reproducimos a
continuación en su versión castellana:
"Parece que
para ciertos periodistas, particularmente para quienes quieren ser reputados de
especialistas en problemas religiosos, el atacar a Glas Koncila es la
principal prueba de su lealtad estatal y de su conciencia socialista. Incluso
si alguno de estos periodistas desea con toda honradez informar acerca de los
sucesos y actitudes en esa materia, parecería que debe atacar más acerbamente a
Glas Koncila. Así procedió también Darko Stuparic en Vjesnik el
20 de junio del año en curso. Este señor escribió un artículo valioso y útil,
brindó a nuestro público una preciosa información sosteniendo que la Liga
Comunista de Yugoslavia en su X Congreso no tomó ninguna actitud opuesta a las
libertades religiosas de los ciudadanos, no hizo ninguna discriminación entre
creyentes y no creyentes en nuestra sociedad y que en los documentos de dicho
Congreso no figura ninguna declaración que permitiría la expulsión de los
docentes creyentes de las escuelas. Stuparic señala que alguna que otra
declaración de ciertos delegados en distintas comisiones de trabajo del
Congreso sobre la necesidad de la exclusión de los docentes creyentes de las
escuelas no constituye la posición oficial del Congreso. Unicamente demuestra
que la resolución subraya que no debe socavar la unidad y la fraternidad de
nuestros pueblos ni introducir en el proceso educativo y formativo conceptos y-
criterios reñidos con la ciencia. El texto de la resolución no da pie para que
alguien pueda pensar que la religión o la fe sería algo anticientífica
y el ateísmo científico.
"De esa
manera Darko Stuparic tranquilizó a los creyentes en nuestro país. Pero para
atreverse a escribir esas líneas primero tuvo que atacar con saña a Glas
Koncila. Es obvio que Glas Koncila se convirtió para ciertos
círculos en sinónimo de todo lo antisocialista, antiestatal, etc., un enemigo y
adversario inventado, pero indispensable. Stuparic sostiene que Glas Koncila
reseñó en forma errónea la posición del X Congreso sobre la religión. Lo que
hizo Glas Koncila fue reproducir una breve noticia que la delegada Nada
Bogdanovic pedía que se expulsara de los institutos docentes a los profesores
creyentes. Nada más. No hemos dicho que ésta fuera la posición de la mayoría de
los delegados ni que su pedido fuese incluido en las conclusiones del Congreso.
Pero seamos sinceros, en la prensa diaria no nos fueron suministrados otros
datos y muchos ciudadanos de este país podían pensar que, siguiendo el espíritu
del Congreso, había que remover a los docentes creyentes. Tanto más por cuanto
la práctica tomó este rumbo y hasta el día de hoy los docentes expulsados no
han podido encontrar otro empleo en cualquier lugar por el mero hecho de haber
sido vistos una vez asistiendo a misa. Para esas personas no hay empleo ni en
escuelas ni en otro lugar, sin hablar de que la injusticia cometida no fue
reparada. Nadie se atreve a emplearlas, todos exigen que los correspondientes
órganos partidistas den su opinión acerca de la "idoneidad moral",
todo el mundo teme que dando empleo a una persona caracterizada como creyente,
ponga en tela de juicio su propia lealtad...
"Le damos
gracias a Darko Stuparic porque ahora sabemos que todo eso nada tiene que ver
con la actitud oficial de la Liga Comunista de Yugoslavia. No vale la pena ni
reprocharle que en forma errónea y poco convincente falsifica
la verdad, atacando a Glas Koncila. El también necesita un certificado
de idoneidad moral para poder escribir sobre una materia tan resbaladiza como
son las relaciones de la sociedad con las comunidades religiosas. Pero si en
Glas Koncila no hubiera aparecido esa breve y muy exacta noticia, probablemente
nadie, ni tampoco Darko Stuparic, habría escrito en forma tan clara y pública
cuál fue en realidad la posición oficial del X Congreso sobre la religión. Es
interesante acotar que a ningún periodista le interesó eso en el sentido
positivo, mientras que varios estimaron importante registrar lo que dijeron
Nada Bogdanovic y varios otros. Pues los periodistas también pensaron que la
posición de esos delegados era afín a la línea oficial ¿Cómo entonces no se iba
a confundir la opinión pública? Gracias a Dios que ahora, aunque en parte,
Darko Stuparic haya rectificado la situación. Lo que nos importa saber es que
en ciertos círculos encumbrados se interesan en que se sepa que en nuestro país
no hay discriminación alguna contra los creyentes. Pero por regla general esos
mismos círculos no están en condiciones de proteger a nadie que pierda su
empleo. (Ni a los escolares que el conductor expulsó del autobús de la línea
regular, enterado que asistieron a la enseñanza religiosa). No sé todavía, de
caso alguno en el que se haya instruido acción judicial para amparar la libertad
religiosa de los ciudadanos amenazados.
En balde se
esforzaría también Glas Koncila por convencer a la opinión pública que
eso no es así. Si queremos que la opinión pública mundial crea lo que Darko
Stuparic y otros se empeñan en inculcarle, no se conseguirá eso con meros
artículos periodísticos o mediante declaraciones. Todo sería mucho más sencillo
si pudiéramos comunicar que tal profesora, expulsada por razones religiosas,
fue reincorporada y que sus haberes devengados durante los meses de su ausencia
obligada le fueran abonados. Y si cada creyente tuviese la seguridad de poder
llevar a los tribunales a quien quiera, incluso a su superior que ofende su
religión o que por razones religiosas limita sus derechos. Pero todavía no
tenemos esas noticias. En cambio, constantemente nos llegan informaciones
exactas y comprobadas que dicen lo contrario. No hay signos indicadores de que
esta situación esté mejorando. Todavía es de temer que por mucho tiempo la
posición no oficial de los delegados como Nada Bogdanovic tenga más repercusión
en la realidad que la posición oficial de cualquier resolución. Tampoco Darko
Stuparic puede cambiar en algo esta penosa situación. Sean cuales fueran sus
intenciones, él contribuye a la creciente denigración de Glas Koncila y de toda
nuestra Iglesia y agudiza la peligrosa atmósfera con imprevisibles
consecuencias".
Repetición de una
vieja mentira: 16 "terroristas" croatas ante el tribunal comunista en
Zadar
El imperio de
terror del mariscal Tito no halla solución a sus problemas internos. El
conflicto nacional -especialmente el de los croatas y servios- ocupa el
escenario político de aquel país desde su nacimiento en 1918. Enormes energías
materiales y morales se han gastado so pretexto de una solución definitiva
satisfactoria de las dos partes principales del conflicto. No obstante la
solución no viene. Y no puede venir, porque los servios nunca aceptaron la idea
de una comunidad democrática servio-croata, donde los dos pueblos podrían convivir
en paz, libertad y seguridad. Merced a las circunstancias, ajenas a lo
substancial para una verdadera convivencia humana, los servios impusieron desde
el principio (1918) una política netamente hegemonista y granservia. El Partido
comunista yugoslavo derrumbó la monarquía y prometió introducir cambios
sustanciales. Formalmente los hizo, pero substancialmente la hegemonía servia
quedó intacta. Incluso puede comprobarse con argumentos irrefutables, que desde
la toma del poder por los comunistas, esta hegemonía fue aún más severa, casi
completa. La naturaleza misma del régimen totalitario comunista lo hace
comprensible. Además, el odio servio contra los croatas, que se habían rebelado
contra el "imperio" servio monárquico en 1941, se precipitó en 1945
con toda bestialidad sobre el pueblo croata, "justificando" su
proceder inhumano con la invocación del derecho de "exterminar los restos
del fascismo". El mundo libre, ingenuo, cómodo o corresponsable, cubrió
con el silencio crímenes cometidos en masa por los comunistas yugoslavos. Pero
encubrir los crímenes con el silencio, no significa hacerlos desaparecer. Y no
desaparecieron de la realidad y la conciencia nacional e histórica croata;
menos aun con el nuevo régimen que proseguía la vieja política de injusticias
en todos los aspectos de la vida, configurando un verdadero genocidio contra el
pueblo croata.
Si existiera un
tribunal internacional, elevado por encima de todas las parcialidades,
hallarían profundamente justificado el descontento del pueblo croata con el
actual régimen comunista yugoslavo. Con esto justificaría también su derecho y
su deber de oponérsele con todos los medios puestos a la disposición de un
derecho lesionado, contra una violencia animal, disfrazada de "fraternidad
y unidad".
He aquí lo
sustancial de todos los procesos montados contra los croatas también en los
tiempos de posguerra. Usando clisés gastados -fascistas, separatistas, enemigos
del pueblo y del Estado- el régimen persiste en el poder, despreciando los
derechos humanos y del pueblo más elementales. En las
especulaciones políticas de Moscú y de Belgrado, el descontento croata
-existente, fundado histórica y metafísicamente- entra en sus cálculos. En la
imposibilidad casi metafísica de la rebelión croata en las circunstancias
actuales, de vez en cuando ingresan grupos armados del exterior al país,
cayendo víctimas de la mano policial o militar del régimen comunista antes de
conseguir, en lo más mínimo, la realización de "sus" planes. En el
centro de toda acción de los idealistas croatas siempre encontramos a un agente
comunista, disfrazado de nacionalista que entrega todo a tiempo a sus amos.
Todo esto nos
induce a afirmar que esta táctica del régimen se repite en el caso de los 16
croatas que están actualmente ante el implacable tribunal de Tito en la ciudad
de Zadar. Las acusaciones son graves. Está prevista, incluso, la pena capital.
Y lo más característico es, que estos "terroristas" no cometieron
ningún crimen. Todo está en los papeles del fiscal y en la fantasía y proyectos
de los "terroristas".
Tremendo será el
castigo de nuestros hermanos. Castigo inmerecido desde todos los puntos de
vista. Como nos toca vivir en un mundo en el que los que hablan de la libertad
imponen la esclavitud, quienes defienden el derecho imponen la violencia,
apelamos a la conciencia de los hombres e instituciones que no han sufrido el
impacto de la propaganda de los poderosos, para que presten su ayuda moral y
extrajurídica a nuestros hermanos, porque el derecho se ha convertido en blanco
de la burla de los que poseen mayor fuerza física.
"Los
Principios" del 9-10-74, de Córdoba, se refirió a la actuación del coro
croata "Jadran" de Buenos Aires, en los siguientes términos:
Una excelente y homogénea
presentación artística ofreció en sus recitales en nuestro máximo Coliseo, el
Coro "Jadran" y los conjuntos de danzas folklóricas e instrumental
"Bosna", de Croacia. La esencia eslava en sus diversos matices se dio
en la actuación del Coro de voces mixtas, con un manojo de canciones vertidas
con expresiva sensibilidad racial, unidad vocal y excelente calidad coral, en
donde los voces agudas de sopranos y contraltos, la media y grave de tenores y
barítonos ofrecieron, con muy buena musicalidad coral, páginas del acervo
folklórico croata como "Molitva" (Plegaria) de Kovacec, "Oce
Nas" (Padrenuestro) de Degrel, "Kaj" (Qué) de Taglik,
"Nehaj Gradu" (Castillo de Nehaj) de Novak, con la espléndida voz
solista del bajo A. Vlahovic, culminando la primera parte con "Ave
Marija" (Ave María) de Horvat vertida con noble emoción sagrada; la
maravillosa "Ave Verum", de Mozart cantada con unción y emotiva
religiosidad, como el imponente y excelso "Gloria in excelsis Deo" de
Vivaldi, dentro del encanto de una flexible, compacta y aterciopelada emanación
vocal.
En la segunda
parte en "Rapsodija" (Rapsodia) de Kopitovic, trasunto del canto
popular eslavo con raíces milenarias, el Coro tuvo encomiable desempeño por el
timbre, color, afinación, matiz coral y acento típico nativo y los solistas
sopranos Troselj, Juric y Terrazas, y los tenores Skelin y Jerbic, toda la masa
coral en los pasajes cantables, matizados por el Cu-Cu y los pasos alternados
de los fuerte-piano con espléndidas gradaciones vocales. Finalizaron la segunda
parte del programa coral el emotivo y expresivo por su raigambre bellamente
musicalizado "Triste" N° 4, de Julián Aguirre y "Canción
Criolla" de Manuel Gómez Carrillo, bien expresadas en su intimidad racial
por el Coro, y las canciones líricas "Snivaj Draga" de Ducmelic,
"U Boj - U Boj" de Zajc, y "Sokacko kolo" de Degrel,
cantadas con fervor y musicalidad telúrica y racial, trasunto de su típica
etnomusicografía.
Dirigió con
acierto, aplomo, medido en la línea, con muy buen sentido coral y musical el
maestro Anton Soler Biljenski, recibiendo coro y director merecidos aplausos
del auditorio.
Seguidamente
actuaron el conjunto instrumental "Bosna" y el cuerpo de danzas
folklóricas croatas.
Con los trajes
típicos de las tres regiones o zonas panónica, dinárica y adriática, en el que
sobresalió el "zlatara", bellísimo vestido de las mujeres de
Eslavonia con sus tejidos de oro y seda. Los artistas bailaron las danzas
milenarias de su etnografía y folklore musical, Seljancica, Bosansko kolo, Bunjevacko
kolo, Tekla Voda Karasica, Osjecanka, Zagrebcanka y Svatovac, con sumo arte y
donaire coreográfico, al son de sus instrumentos típicos, los que dieron al
proscenio un colorido cuadro danzante con una brillante demostración de su
popular destreza balletomana ancestral. Muy aplaudidos por el auditorio
retribuyeron con una vivaz danza de conjunto eslava del área panónica.
Fue un magnífico
recital en el que, como un mensaje de amor, revivieron sus profundas
tradiciones, añoranzas y recuerdos tantos connacionales radicados en nuestra
generosa tierra argentina. - J. V. E.
Milan Rakovac
Una cosa es
segura lo que dijimos reiteradas veces en forma directa o indirecta, lo que
confirma también la presente exposición, que Z. Ducmelic ya recorrió su camino
de búsqueda de nuevas concepciones de la realidad y de nuevos apoyos en sus
visiones pictóricas y en su rica vida interior. Expresar fiel y
convincentemente las fibras más íntimas de su alma ya no representa para él dificultad
o problema alguno ni en el plano técnico ni pictórico, de manera que es
comprensible y natural que entre la trama, el desenlace, la armonía y la gran
desarmonía del pensamiento contemporáneo del "homo novus" y la
pintura de Z. Ducmelic encontremos paralelas características.
Su constante afán
de lo desconocido y extraño y su constante esfuerzo por revelarnos la faz
enigmática de sus deseos y ensoñaciones, lo misterioso y escondido de su vida
espiritual y de sus vivencias, se repite en formas que conocemos en sus
actuales cuadros, siempre aceptables e interesantes. El dibujo y la temática
sorprenden y llaman la atención por su osadía, pues el campo de su sentir y
vivir es inmenso y rebosa de un colorido denso y rico, y sus cuadros llenos de
un entusiasmo encubierto -siempre en el primer plano - pues pintar para Z.
Ducmelic es un modo de existir y vivir. Con razón podría arrogarse aquella
frase: "Yo y mis cuadros somos una sola cosa", de modo que en cada
cuadro está acentuadamente presente y siempre se siente una intensiva necesidad
de buscar nuevas formas y nuevas expresiones de la riqueza pictórica que lleva
adentro. Sus cuadros son siempre un reflejo fiel, vigoroso y convincente de
esta riqueza y de esta extraordinaria imaginación, muy atenta en el intensivo
observar y vivir de la realidad que lo rodea, de modo que todos sus personajes
y figuras en los espacios cerrados y extraños y los paisajes aún más
misteriosos sin luz ni perspectiva, toda esta rara temática, si bien todo
pertenece a un mundo extraño y encantado, este mundo de su imaginación nunca se
aleja del todo de lo real y lo existente. Consecuente en sus aspiraciones
pictóricas y un soñador audaz e incorregible tan sólo sugiere sino omite todo
lo anecdótico para subrayar humilde y sencillamente lo esencial y lo
primordial. De esta manera Ducmelic logra llamar la atención de todo observador
atento y sus recientes cuadros, resultado de sueños y fantasías misteriosos, si
bien a primera vista muy simples, siguen siendo parte de su realidad pictórica
y fruto de un trabajo conciente y metódico, confirmación auténtica de un gran
talento.
"La
Prensa" del 1-8-74 escribió:
"Panorama de
la historia argentina", por Ivo Rojnica
Prólogo de Branko
Kadic. Texto en croata. Sin mención de editorial. Talleres Gráficos Vilko,
Buenos Aires, 269 páginas ilustradas.
Basándose en el
estudio de los más conocidos historiadores argentinos, el autor nos brinda un
corto, resumido pero completo panorama -en forma narrativa y cronológica- de la
Historia Argentina, desde sus comienzos hasta la época actual.
Éste es el primer
libro sobre este tema en idioma croata. Fue esto lo que llevó al autor a
escribir este libro, así como también el deseo de que los croatas en la
Argentina, en el mundo, y los que se encuentran en su patria, "conozcan
esta grande y maravillosa tierra. Grande por el territorio que ocupa y por sus
riquezas naturales; grande por su hospitalidad, por su defensa de la libertad y
por su glorioso pasado", y que tiene "todos los requisitos básicos
para convertirse en un futuro cercano en factor preponderante no sólo en el
hemisferio sur, sino también en el ámbito mundial".
La segunda parte
del libro está dedicado al aporte que hicieron los croatas (aquellos nacidos en
Croacia) en todas las actividades, tanto culturales como materiales, al
engrandecimiento de esta nación.
La meta que
persigue al autor en esta parte del libro es detallar todo aquello que el
propio Rojnica pudo investigar y recopilar sobre la inmigración croata. El
trabajo que se presenta es, sin duda, de gran interés, y es también valiosa la
obra desde el punto de vista de su documentación, ya que se trata del primer
trabajo encarado con seriedad sobre el tema - G. G. A.
Esta es la nota
publicada en "La Nación", Buenos Aires, del 15-9-74:
"Panorama de
la historia argentina", por Ivo Rojnica
Prikaz Povijesti Argentine es el título en croata de esta historia de nuestra
nación escrita totalmente en ese idioma para sus connacionales por un miembro
de dicha colectividad. Ivo Rojnica traza un panorama clásico de nuestra
historia desde la época colonial hasta 1960 en forma "amena y
coherente", según explica el prólogo en español de Branko Kadic. Por poco
frecuente, es grato destacar este gesto del autor de la obra, que desea
contribuir al conocimiento del pasado argentino entre sus compatriotas, tan
numerosos actualmente tanto en la Argentina como en otros países
hispanoamericanos, movido por su agradecimiento a nuestro país. (269 páginas.
Talleres Gráficos Vilko).
Un periódico
esloveno sobre la "Historia Argentina" de Rojnica
El periódico
esloveno "Smer v Slovensko Drzavo" ("Rumbo hacia el Estado
esloveno"), nro 52, del 15 de septiembre del año en curso, dice
textualmente sobre el libro de Ivo Rojnica: Prikaz Povijesti Argentine i
Povijest Hrvata: "El industrial croata Rojnica, es bien conocido por los
eslovenos como un eficaz economista, como gran patriota y mecenas en todo lo
que sirve a la causa croata, especialmente si se trata de la libertad e
independencia croatas.
"Hace unos
años publicó por su cuenta el libro: Encuentros y Vivencias, donde describió la
actividad de los nacionalistas croatas en la Yugoslavia de preguerra y dio una
apreciación crítica de los acontecimientos y el desarrollo en el tiempo de la
independencia de Croacia.
"Ahora
nuevamente publica como edición propia el libro con el título arriba
mencionado. En el capítulo final el autor señala las razones que motivaron este
nuevo trabajo: primero, el sentimiento de eterna gratitud a la República
Argentina que, al finalizar la última guerra, dio asilo a millares de croatas,
que estuvieron que refugiarse por todos los rincones de Europa ante la
persecución de la policía secreta y partidaria yugoslava como animales salvajes
y, segundo, para que todos los croatas y en todos los continentes conozcan la
historia de la nación que tanto de bien hizo para los exiliados croatas:
"El libro
está dividido en dos partes: en la primera parte se reseña en forma exhaustiva
la historia de este Estado (Argentina), desde su conquista en adelante, y en la
segunda, el autor se refiere a la contribución de los croatas a su ciencia, su
cultura y su economía.
"La
introducción en croata y en español está escrita por Branko Kadic, un
trabajador cultural croata. El libro contiene fotografías de paisajes y
personalidades históricas del país. La tapa del libro está ilustrada por la
hija del autor, Carmen.
"Rojnica por
su obra tanto intelectual como económica, sin duda alguna, sirve como ejemplo a
los demás emigrantes. Idealistas de esta clase son pocos entre nosotros."
En el mismo
periódico están registrados los volúmenes 52-53 de Studia Croatica,
reproduciendo los nombres de los autores y los títulos de los más importantes
artículos y noticias, indicando además la dirección de la revista, donde se la
puede comprar o suscribir.
Roma, 1974, 236
págs., traducción italiana del prof. Franjo Trograncic, 500 ejemplares.
En esta obra el
profesor Trograncic ha reunido, en excelente traducción al italiano, nueve
cuentos -verdaderas joyas narrativas- de Ivo Andric. El tema principal de los
mismos son los franciscanos croatas de Bosnia, bajo el dominio turco. El
traductor, en la presentación del libro al público italiano, recalca: "La
Bosnia de Andric es un país de contradicciones nacionales, religiosas y
sociales, donde viven pueblos diversos uno al lado de otro y donde se enfrentan
civilizaciones y culturas diferentes; un ambiente morboso y tenebroso, en el
que dominan el miedo y la angustia, el fatum y la muerte. Andric sacó de allí
una rica galería de tipos extremadamente caracterizados, fijándolos en sus
peculiaridades más pronunciadas: visires, bajás y pashás turcos; oficiales
austríacos, hajducos, comerciantes, judíos y gitanos; ricos y pobres, con sus
instintos y sus pasiones, sus dudas y dolores, sus costumbres y usanzas, con
sus horizontes espirituales, sus luchas y desalientos. Pero, entre tantas
figuras, las más exitosas son las de los viejos frailes franciscanos de Bosnia,
que encontramos tanto en las novelas como en los cuentos de Andric.
Muchos escritores
intentaron interpretar antes que Andric el alma y la mentalidad de estas
figuras originales en los románticos monasterios franciscanos de Bosnia, pero
nadie lo hizo con tanta sinceridad cordial, que linda casi con un
reconocimiento personal del autor, con tanta simpatía y bondad, con tan
ferviente entusiasmo y, por sobre todo, con tanto arte como lo hizo Andric. Hay
una verdadera antología, compuesta por una decena de sus mejores cuentos que
aquí presentamos al público italiano, en la que los protagonistas son los
franciscanos de Bosnia".
Cabe destacar que
el profesor Trograncic dedica también esta obra a esos franciscanos, maestros y
profesores de su juventud. "Con su labor educacional y con su espíritu de
sacrificio en la tarea de guiar a las almas, que llegaba hasta el martirio, los
franciscanos bosníacos merecieron una denominación de afecto -ujaci
(derivado de ujak en croata o tío en castellano)- que todavía vive en la
boca de la población. A pesar de las condiciones muy penosas en las que se
desarrollaba su actividad relativa a la cura de almas, los franciscanos no
olvidaron cultivar ciencias y literatura En efecto, antes de la fundación de su
Vicaría (1340), la situación cultural del país era más bien baja, hecho por el
que su primera inquietud fue elevar el grado de vida cultural y social del
pueblo. Para tal fin fundaron escuelas y mantuvieron vivo el sentimiento
nacional, amenazado por la prolongada ocupación turca. No obstante, los
franciscanos tuvieron éxito no sólo gracias al estímulo de amor por su pueblo,
el amor que suple tantas carencias, sino también porque su cultura general fue
más que envidiable para aquellos tiempos y suficiente para aquellos lugares.
Nos legaron en realidad bastantes obras de teología y de filosofía, de
literatura, de historia, de jurisprudencia y de medicina; del arte oratorio y
de filología. En fin, sin su obra, el nombre croata, y con él la religión
católica en Bosnia, se habrían conservado con muchas más dificultades".
Sirvan estas
líneas de testimonio de gratitud de Trograncic a sus profesores y educadores
personales, al pueblo croata en Bosnia y al mismo Andric, oriundo de aquel
ambiente croata y católico al que también pertenecía Trograncic.
Hay que leer
estos cuentos del máximo maestro de la pluma de origen croata. No importa
-hasta cierto punto- que a Andric lo consideraremos nosotros los croatas como
un renegado nacional porque, en circunstancias desfavorables, optó por el
ambiente cultural servio. Leyéndolo, los lectores atentos, descubrirán el alma
de Andric naturaliter croata y católica.
Así, por ejemplo,
al leer el primer cuento de esta obra, titulado En la musafirhana (musafirhana
es palabra turca y significa: pieza para huéspedes. Los turcos en Bosnia
obligaban, incluso a los franciscanos, a proveer un espacio para sus viajeros,
que se hospedaban allí, a menudo gratis y con muchos abusos en perjuicio de sus
"anfitriones"), Andric nos descubre la pureza de alma y el idealismo
del franciscano fray Marco Krneta. Se trata de un bosníaco físicamente fuerte,
pero que no tenía muchas aptitudes intelectuales ni gran interés por las
conquistas de la civilización. Mas su amor para con el prójimo, la inquietud
por su salvación eterna, le fueron proverbiales. En la musafirhana de su
monasterio intenta convertir y bautizar a un "turco" enfermo, dejado
a su cargo por sus dos compañeros que se habían ido. Pero en el momento en que fray
Marco creía haber llegado al punto en que el "turco" moribundo había
decidido aceptar el bautismo, éste escupió la cruz que fray Marco ostentaba
como símbolo de salvación. Furioso en un primer momento, fray Marco se calma
pronto y se reprocha su ineptitud y su inutilidad aún para la propia comunidad
religiosa. Cuando al día siguiente murió el "turco" y lo llevaron al
sepelio, fray Marco, que estaba trabajando en el campo del monasterio junto con
obreros voluntarios o pagados, mirando de lejos el cortejo fúnebre, levantaba
de vez en cuanto la cabeza y rezaba por su difunto "huésped". En sus
meditaciones solitarias, según Andric, fray Marco pensaba: "Todo se halla
en esta gran nave de Dios que está desplazándose: el país, los campos, el monasterio
y la musafirhana. Yo sabía que Tú no te olvidas de nadie, ni del fray Marco
balbuceante, ni de aquel pecaminoso Osmo Mameledzija (su ex huésped en la
musafirhana - obs. n.). Incluso si uno escupe a tu cruz, es como si uno tuviera
una pesadilla. En tu nave hay lugar para todos. Incluso para aquel loco Kezmo
(uno de los compañeros de Osmo, que maltrataba a fray Marco - Obs. n.), si no
fuese..."
Andric proyecta
así una verdadera luz de simpatía y de bondad sobre fray Marco y fray Petar,
dos de los protagonistas principales en los cuentos que Trogranci presenta al
público italiano y, por cierto, mediante este idioma, a un público mucho más
amplio. Andric se identifica con sus protagonistas. Tal es así que en el
ambiente cultural servio, no católico, ortodoxo, por el que había optado y al
que debería pertenecer, lo llaman "fray Ivo", devolviéndolo así,
espontáneamente, a su ambiente croata y católico por sentirlo extraño en su
propio seno.
Dicha opción es
extraña -si es real- a Andric, si tenemos presente también lo que él mismo dijo
en 1963 al recibir el premio Nobel de literatura: "No tiene importancia si
un escritor describe el pasado o el presente, o si se proyecta hacia el futuro.
Lo que importa es el espíritu que consiga infundir a su cuento, el mensaje fundamental
que interesa a los hombres, porque el escritor y su obra no sirven de nada, si
no aportan algo positivo a la humanidad. Esto es lo esencial".
Servir a la
humanidad y renegar al mismo tiempo del espíritu de aquellos franciscanos que
conservaron la conciencia nacional croata y la fe católica en Bosnia,
contribuir a la persecución actual, renovada, del catolicismo y de los croatas,
¿es realmente aportar algo positivo a la humanidad?
Otro escritor
croata -Ivan Supek- uno de los mejores especialistas nucleares en la Yugoslavia
comunista, "depurado" del Partido y ex-rector de la Universidad de
Zagreb, escribió en 1971, cuando los comunistas croatas intentaron
"humanizar" el régimen de Tito y asegurar a su propio pueblo croata
una mejor posición que la que le corresponde en aquella comunidad injusta lo
siguiente: "Dostoievski observaba con aguda profundidad en una de sus
novelas que su protagonista cuanto más se entusiasmaba por los ideales de la
humanidad universal tanto menos se interesaba por sus prójimos. Ustedes no
pueden conocer lo que está lejos si no conocen lo que está cerca. Perdiendo su
presencia humana y la de su terruño el hombre se encuentra en el vacío, a
menudo cercado sólo por abstracciones. Un solitario 'ideologizado' de esta
clase, empieza a negar todo lo de su alrededor y, en primer lugar, a la
historia, a la nación, a todas las creencias anteriores y a las pequeñas
alegrías humanas. A pesar de que yo fui uno de los iniciadores de la
convocatoria de los 'Ciudadanos del mundo', siempre fui desconfiado con
respecto a aquellos internacionalistas que fácilmente rechazaban la existencia
nacional y su tradición. De igual manera soy desconfiado para con los que
elevan su nación por sobre todo la demás... Lo universal está arraigado en el
terruño natal de cada uno de nosotros y, calando en estas profundidades
nuestras, nos elevamos a comprender y rendir el aprecio a todo lo humano".
Posiblemente
Andric, presenciando las tristes condiciones en que se debate actualmente el
pueblo croata y teniendo en cuenta lo que dicen Dostoievski y Supek, se acuerde
de la inquietud de su fray Marco al regresar después de la confesión de un
moribundo hajduk y cuando lo "invadió el antiguo desideratum de gritar, de
salvar y hacer resanar a todos los que están perdiendo el alma. Existía un
sendero de Dios tan bello y amplio. ¿Qué es lo que empuja a los hombres a
desviarse? ¿Cómo es que no lo ven?" Andric ha "olvidado" el
sendero natural y divino por el que tuvo que marchar con su pueblo croata. Un
pecado grave, mortal contra su comunidad nacional. La gravedad es tanto mayor
pues Andric, con un talento y una palabra que no son comunes, en lugar de
servir de escudo a su pueblo croata, lo pone al servicio de su enemigo más
cercano y acérrimo.
Mientras
escribíamos esta nota bibliográfica, hemos recibido la triste noticia de la
repentina muerte del profesor Trograncic, acaecida el 17 de septiembre ppdo. en Roma. Nacido en la ciudad de Vares, Bosnia, el 2 de
septiembre de 1913, este asiduo trabajador cultural descansa ya en un cementerio
de la Ciudad Eterna. Allí trabajó más de dos decenios como profesor
universitario. Dejó detrás de sí huellas profundas e imborrables como embajador
cultural de su patria, Croacia, llevando en el corazón un dolor sin consuelo
por su pérdida y por ser uno de los países más martirizados actualmente en el
área europea y en el mundo civilizado. Studia Croatica dedicará al doctor
Franjo (Francisco) Trograncic, en uno de sus próximos volúmenes, más espacio,
porque lo merece como hombre, como patriota y como trabajador cultural
incansable, que tuvo que abandonar este mundo en la triste condición de
exiliado político.
Franjo
Nevistic
(La sacra corona
del Reino de Croacia). Dorance & Company, Philadelphia,
1973, 33 páginas.
El Prof. Omrcanin
trata de describir y reconstruir la historia de la antigua corona real croata,
desaparecida desde hace siglos. La base de su investigación es el bajorrelieve
que forma actualmente parte de la balaustrada del baptisterio en la catedral de
Split, otrora el templo de Aesculapius en el palacio Diocleciano de la misma
ciudad. Hasta hace poco tiempo reinaba entre los estudiosos cierta
incertidumbre respecto de quién era el personaje representado con la corona
puesta en el bajorrelieve: un personaje religioso o un rey croata. El
arqueólogo croata Ljubo Karaman demostró que se trata de un rey croata, y el
arqueólogo austriaco Eitelberger probó que el bajorrelieve pudo haber sido
hecho en el período comprendido entre el siglo noveno y el undécimo. La
historiografía croata sostenía que el primer rey croata había sido el rey
Tomislav (910-929), y por lo tanto se suponía que la figura del bajorrelieve
representaba al rey Petar Krešimir IV (1058-1074) y que por ende pertenecía al
siglo XI. Sin embargo, el Prof. D. Mandic, basándose en la antigua crónica
"El Reino de los Croatas", y eliminando sucesivamente diferentes
hipótesis, concluye que la asamblea en el Campo de Duvno, en la que fue
coronado el rey Budimir (740-780), tuvo lugar a principios de setiembre de 753,
pues el Papa Esteban y el emperador Constantino, de quienes habla la mencionada
crónica, podían haber sido solamente el Papa Esteban II (752-757) y el
emperador Constantino V Copronimus (741-775). Por lo tanto, el primer rey
croata coronado es Budimir, coetáneo del emperador franco Pippino el Breve
(746-768), quien a su vez fue el primer soberano ungido y coronado por la
Iglesia en la sagrada ceremonia, en 751. El segundo fue el rey croata Budimir,
quien fue ungido y coronado en 753, según sostiene el Prof. Omrcanin en la
primera parte de su obra, titulada "La coronación en Croacia". En la
segunda parte, bajo el título "La corona", el autor compara la corona
croata representada en el mencionado bajorrelieve con la corona del emperador
franco Lothar (845-860), en el retrato de Holofernes en la Biblia del emperador
Carlos II el Calvo (875-877), en el retrato de su Biblia, y la del retrato de
Holofernes en la Biblia de Carlos III el Gordo (881-888), llegando a la
conclusión de que la corona croata tiene las mismas características de las
coronas occidentales, o sea que todas llevan cuatro cruces sobre el círculo de
oro, como se desprende de las ilustraciones en colores obtenidas por cortesía
de la Biblioteca Nacional de París y del Sacro Monasterio San Paolo fuori le
Mura en Roma, respectivamente.
El autor aporta
al esclarecimiento de a quién representa el bajorrelieve por cuanto concluye,
en base a los antecedentes arriba mencionados, que el personaje en cuestión es
el rey (kral = kralj = rex) Trpimir I (845-860), coetáneo de los mencionados
emperadores, y que la corona croata es sin duda de tipo carolingio y no de tipo
bizantino, la que lleva siempre una sola cruz y las pendientes (orejeras)
movibles, a diferencia de las coronas occidentales de la época que las tuvieron
rígidas hasta su completa desaparición.
Como
corroboración adicional de sus alegatos acerca del tipo y de las
características de la corona croata, el autor reproduce una foto del mural del
rey Mihajlo (1046-1081) de la dinastía croata de Duclia -Croacia del Sur-,
pintado después de su coronación, en 1077, en la iglesia de San Miguel en Ston,
cerca de Dubrovnik.
Las
reproducciones del material ilustrativo, en parte en colores, en parte en
blanco y negro, así como la reproducción de la reconstrucción de la corona en
colores, explican el porqué de esta edición tan lujosa en cuanto a formato,
tamaño y a papel ilustración utilizado.
En la tercer
parte "Los gobernantes de Croacia"- el autor reproduce, de su obra
"Diplomatic and Political History of Croatia" (Dorrance &
Company, Philadelphia. 1972), la lista de todos los gobernantes de Croacia,
agrupados en catorce grupos, desde los siglos más remotos hasta la fecha.
Cabe mencionar,
para concluir, que la corona de los reyes croatas Tomislav (910-929) y Petar
Kresimir IV (1054-1074) en sus respectivos retratos del pintor croata Kristian
Krekovic, que también se reproducen en la obra, presentan más de la corona real
que de la imagen esquemática en colores hecha según indicaciones del propio
autor.
Milan Blazekovic
Cleveland 1973,
pág. I - XIX, 73. (Edición del autor en colaboración con el Institute for
Soviet and East Europa Studies, de la John Carroll University, Cleveland,
Ohio).
Después de una
bibliografía en idioma inglés sobre "Europa oriental y el Comunismo
mundial" (Cleveland, 1966) y de una bibliografía de las
"Publicaciones croatas en el extranjero después de 1939" (Cleveland,
1969) en el mismo idioma, ésta es la tercera obra de carácter bibliográfico del
profesor G. J. Prpic. La preparó en colaboración con su esposa y la publicó en
idioma croata. Dedica la obra a los pioneros de la palabra impresa y, en modo
especial, al profesor Dominik Mandic, "hoy nuestro más eximio
historiador", desaparecido cuando esta obra estaba por salir de la
imprenta.
La introducción a
la obra la constituye un ensayo con el título "El papel de la literatura croata
en el exilio". Allí el profesor Prpic presenta un breve panorama de las
publicaciones literarias croatas en el extranjero desde 1890 hasta hoy,
señalando así la existencia de tal literatura, especialmente en lo que respecta
a los Estados Unidos de América. En el índice aparecen 380 autores, cuyas
obras, con todos los datos bibliográficos, se agrupan en cuatro partes: libros
en idioma croata -243 obras-, folletos en idioma croata -92 obras-, libros en
idioma extranjeros -298 obras- y folletos en idiomas extranjeros -91 obras-; en
total 724 obras, de las cuales más de la mitad está escrita en idiomas
extranjeros.
A título de
colaboración a la difícil pero meritoria labor del profesor Prpic, agregaremos
que quizás correspondería incluir en la bibliografía la novela de Ivan
Glogovsek y Marcos Kalazch "Los amores y las tragedias (Sarajevo
1914)", (576 págs.), publicada en Buenos Aires, en 1948.
También
consideramos que las obras del trágicamente desaparecido profesor de la
Universidad de Viena, Dr. René Marcic, sobre cuya personalidad y obra
científica podemos interiorizarnos en otra parte de este volumen, deberían
tener cabida en la presente obra bibliográfica.
Una bibliografía
por materias, tomando en cuenta, además de los libros y folletos, por lo menos
los publicados en distintas revistas croatas, sería de imperiosa necesidad. La
realización de tal tarea sobrepasa las posibilidades de un profesional si no le
asiste en ella alguna institución o entidad con personal versado en distintos
idiomas, en los cuales los intelectuales croatas, diseminados por todo el
mundo, deben expresar sus pensamientos u obras.
Milan
Blazekovic
(Croacia y
Hungría durante la época turca), publicado por el "Center for
Southern-Hungarian and Balkan Studies", Cleveland, Ohio, 1973, 32 páginas.
El Centro de
Estudios de Hungría del Sur y de los Balcanes, de Cleveland, EE.UU., ha
publicado en la revista húngara "Virraszt" (Awakener), vol. 3 (Julio
1973), como primera nota de la serie "Southern-Hungarian and Balkan
Studies", la breve reseña histórica arriba indicada del historiador
croata, profesor George J. Prpic, en la John Carroll University, en Cleveland,
Ohio, sobre las relaciones húngaro-croatas durante la época turca, o sea desde
1527 hasta fines del siglo XVII.
No es tarea fácil
para un historiador croata escribir para una revista húngara sobre las
relaciones húngaro-croatas durante cualquier época de la larga convivencia de
estas dos naciones, pues no existe coincidencia entre los historiadores de
ambas naciones ni siquiera con respecto a la interpretación de los
acontecimientos que, en definitiva, condujeron a la formación de la unión
personal entre el Reino de Croacia y el Reino de Hungría en el siglo XII. Al
respecto, basta con recurrir a la obra del profesor Ferdo Sisic,
"Enchiridion fontium historiae croaticae" (Manual de las fuentes de
la historia croata, Zagreb 1914, 653 págs), para darse cuenta de la magnitud de
opiniones divergentes de los historiadores croatas y húngaros en lo que atañe a
los hechos históricos fundamentales.
Sin embargo,
parece que el profesor Prpic logró encontrar el lenguaje apropiado para
presentar las relaciones húngaro-croatas en la época indicada de tal manera que
una organización húngara (con tendencias revisionistas, pues representa la voz
de los habitantes de territorios húngaros atribuidos a los Estados vecinos
después de la primera guerra mundial) consideró que este pequeño estudio
"contribuirá al mejor entendimiento de nuestro pasado común y de nuestros
comunes intereses que hicieron tan durable (1102-1918) la unión
húngaro-croata", según expresa en el prefacio de la publicación el señor
Antonio J. Lelbach M. D., presidente del mencionado centro.
En efecto, el
autor resume los acontecimientos más importantes de la historia común a través
de los siguientes capítulos: 1. - Croacia y Hungría durante la era turca; 2. -
El siglo XV; 3. - Reliquiae reliquiarum; 4. - Entre los Habsburgo y los turcos,
y 5. -La revuelta contra los Hasburgo. Su exposición está acompañada de cuatro
páginas de notas y referencias llenas de datos bibliográficos de distintos
autores (historiadores), cuyas opiniones el profesor Prpic a veces descalifica,
como en el caso del libro de Emil Lengyel "1000 years of Hungary",
tildándolo de "sumamente deficiente al presentar las relaciones
húngaro-croatas". De la misma manera critica la obra "Political
Evolution of the Hungarian Nation" (Londres 1906), de Cecil M. Knatchbull,
por ser una interpretación típicamente nacionalista de los historiadores
húngaros. En efecto, ahí se habla del Reino de Croacia, Slavonia y Dalmacia
como de "tres distritos", llamados primero "partes
subjectae" y posteriormente "partes adnexae", que jamás reclamaban
más que una "independencia municipal". Sin embargo, esa era la
actitud que mantenían los políticos húngaros en 1848 cuando chocaran los
nacionalismos croata y húngaro con armas en la mano. Este punto es quizás el
más difícil a presentar a satisfacción de ambas partes. Las sutiles concesiones
que el autor formula un poco al gusto de sus lectores húngaros respecto de la
política seguida por el ban croata, barón Josip Jelacic, van en detrimento de
su imagen histórica. En efecto, si bien es cierto que el ban Jelacic murió
mentalmente oscurecido por desilusión con los Habsburgos, a los que
decisivamente ayudó a salvar, también es cierto que Croacia jamás pudo sola,
por sí misma, enfrentar a Austria y a Hungría en procura de su independencia
estatal, sino que en defensa de la independencia existente y a veces precaria
tuvo que aliarse con una de ellas contra la otra. Por ello, es difícil
coincidir con el autor -y con "los historiadores croatas modernos"-
en que "el ban Jelacic, en lugar de marchar con el ejército croata a Hungría,
y a Austria para salvar a los Hasburgo, hubiera proclamado la independencia de
su propia tierra. Jelacic no creó el Estado croata, no había marchado a Bosnia
para liberarla de los turcos, no aceptó ofrecimientos de algunos eslavos del
sur (como montenegrinos), sino en cambio, combatió a los patriotas liberales
húngaros y a la Viena revolucionaria". Esta formulación, por sí sola nos
indica la proveniencia ideológica de los historiadores croatas modernos a los
que el autor se refiere, cuyas interpretaciones se deben a la interpretación
marxista de la historia croata, que se concentra más en los propósitos y fines
que a las reales posibilidades, y que ha servido de argumento y pretexto para
el desmantelamiento del monumento del ban Jelacic en la plaza homónima de la capital
croata, Zagreb.
Después de los
Habsburgo y de los turcos los croatas y los húngaros, y sus respectivas
tierras, están dominados por el comunismo. Quizás ahora es tiempo de que los
historiadores, escritores y políticos croatas y húngaros ejerzan la autocrítica,
concluye en sus instructivas e interesantes consideraciones finales el profesor
Prpic.
Milan Blazekovic
(Panorama de la
Historia Argentina y el Aporte Croata), Ed. del autor, págs. 269, en croata.
Talleres Vilko SRL, EE.UU. 425, Buenos Aires.
Teniendo presente
que el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, Buenos Aires, prevé como su
finalidad promover el conocimiento recíproco entre el pueblo croata -su
historia, su cultura y su lucha política actual- y los pueblos
ibero-americanos, especialmente el pueblo argentino, y que con este propósito
publica ya 15 años la revista Studia Croatica, podemos decir que el libro del
epígrafe, cuyo autor es el vicepresidente del mencionado Instituto, constituye
el documento más completo en ese sentido.
Rojnica relata en
forma sucinta, clara y cronológica la historia de este país, uno de los más
importantes en la América latina, sin pretensiones científicas con una
investigación previa y el estudio crítico de las fuentes de conocimiento. La
intención del autor fue informar a los croatas en su idioma propio sobre la
vida nacional argentina, ateniéndose estrictamente a las obras de varios autores
argentinos bien seleccionados.
Dentro de este
plan panorámico-informativo, es lógico que tampoco cuadra adentrarse en los
problemas de las corrientes ideológicas que aparecieron en el curso de siglos
del desarrollo de la vida nacional, tanto como parte del imperio español o como
de una nación independiente. Cuando el autor toca, incluso, el problema de los
partidos políticos de diferentes escuelas filosóficas o económico-sociales,
guarda una posición ecuánime y de objetividad sin favorecer a una u otra corriente,
considerando, para su propósito, necesario conceder a todas la intención, seria
y fundamental, de promover la prosperidad, el crecimiento y un futuro cada vez
más luminoso de la nación entera.
Por todo esto, el
lector croata -hay centenares de miles sólo en Latinoamérica- ávido de conocer
a un pueblo inteligente, dinámico y pujante, ubicado en el extremo sur del
continente, de una superficie enorme y una riqueza incalculable, al cerrar el
libro tendrá una imagen clara de la República Argentina.
El interés por el
libro viene de todos los lugares del mundo donde viven croatas exiliados,
testimonia el acierto del autor y de su obra. La lucha argentina por la
Independencia, además de ser heroica, es también instructiva para todos los
pueblos que todavía están luchando por su independencia. Un pueblo, sintiendo
la comunidad de intereses y un futuro luminoso en la independencia, no pudo
soportar más arbitrariedades políticas, económicas y administrativas de la
Metrópoli, se levantó para hacerse dueño de su propio destino histórico.
La señera figura
del general San Martín fue al comienzo, la del prócer supremo y conservó su
puesto hasta hoy, no sólo cronológicamente, sino también como el símbolo de la
unidad y la libertad tanto argentina como la del continente entero. Este fue el
ideal más caro del recientemente desaparecido presidente general J. D. Perón.
Como en aquel período de la actuación histórica de San Martín, personalmente
desinteresada y llena de abnegaciones, así en a actualidad el Gral. Perón puso
a la Argentina a la cabeza de la unión de los pueblos latinoamericanos. Desde
ya que las condiciones políticas, económicas y técnicas del mundo actual que
nos toca vivir son distintas. Hay que estrechar las filas, aunar las fuerzas
para poder competir con las demás potencias, cuyo radio de acción, gracias al
desarrollo científico-técnico, se agranda cada vez más, tomando dimensiones
mundiales. Tanto en el orden geográfico como económico, cultural, militar o
político.
Para completar su
propósito, el de una información recíproca, Rojnica agrega en su libro un
capítulo dedicado a los croatas que se destacaron por su actividad y el aporte
al progreso de la Argentina. El autor aplicó el criterio de considerar como
croatas sólo a los que nacieron en Croacia y, al llegar a su nueva patria,
desarrollaron una actividad -económica, científica o cultural- que significó la
contribución no de todos los días.
El libro de
Rojnica tiene también otro aspecto muy interesante. El autor, sin pretensiones
de ser exhaustivo y completo, pero con un sentido especial por la realidad
concreta, contrarresta y previene con hechos irrefutables las denigraciones
siempre renovadas contra los croatas, en el medio social argentino también, por
nuestros enemigos nacionales. Son ellos quienes difunden leyendas negras
anticroatas sin otra base que no fuera su fantasía, que poco tiene que ver con
la más mínima ética digna del hombre.
Ateniéndonos,
incluso, a la sabiduría clásica -nemo beatus ante mortem- podemos decir
que la colectividad croata en la República Argentina es una de las más
aplicadas en su honesto trabajo de todos los días, ajena a toda clase de
actividad subversiva o criminal. El libro de Rojnica proporciona datos que
colocan a nuestra colectividad al extremo opuesto de la escala de valores. Es
por eso que este libro puede servir de manual de defensa de la integridad moral
y cívica del hombre croata en este mundo latinoamericano.
Efemerón
[1] A. Camus, L'Homme Révolté,
París, 1951, pág. 14, L. Gallimard: "Mais les camps d'esclaves sous la
bannière de la liberté, les massacres justifiés par l'amour de l'homme ou le
goût de la surhumanité, désemparent, en un sens, le jugement. Le jour où le
crime se pare de dépouilles de l'innocence, par un curieux renversement, qui es
propre à notre temps, c'est l'inonce qui es sommée de fournir ses
justifications".
[2] "El existencialismo, por el
contrario piensa que es muy incómodo que Dios no exista, porque con él
desaparece toda posibilidad de encontrar valores en un cielo inteligible... no
está escrito en ninguna parte que el bien exista, que hay que ser honrado, que
no hay que mentir, pues que precisamente estamos en un plano donde hay
solamente hombres... En efecto, todo está permitido, si Dios no existe y en
consecuencia el hombre esta abandonado, porque no encuentra ni en sí ni fuera
de sí una posibilidad de aferrarse". J. P. Sartre, Martín Heidegger, Sobre
el Humanismo, SUR, Buenos Aires, 1960, págs. 20-21.
[3] Bertrand Russell, Por qué no soy
cristiano, en Prefacio, pág. 14, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1971.
[4] Guido Gonella, Presupposti di un
ordine internazionale, Città del Vaticano, 1943, pág. 88
[5] Friedrich
Nietzsche, Werke, ed. K. Schlechta, vol. III, 2º ed.,
Munich, 1960, pág. 917, citado según Geoffrey Barraclough: Introducción en la
Historia Contemporánea, Madrid, 1965, pág. 293.
[6] A. Jurado, El mono con armas en
"La Prensa" del 11 de agosto de 1974, edición ilustrada de los
domingos.
[7] Aproximación histórica
de la Guerra Española, 1936-1939: Anexos de "Cuadernos bibliográficos de
la Guerra Española (1936-1939)", Universidad de Madrid, 1970, Nº 1, pág.
15.
[8] El escritor y
diplomático Salvador de Madariaga, en su magistral obra España - Ensayo de
historia contemporánea (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 4º ed., 1944),
caracteriza con gran acierto las maniobras comunistas tendientes a afianzarse
en la Península Ibérica: "La Tercera Internacional había seguido (y quizá
precedido) la rebelión en Asturias en 1934 con el mayor interés. Durante el
séptimo congreso de la Internacional Comunista, que tuvo lugar en Moscú en
agosto de 1935, quedó adoptada la política llamada de caballo de Troya, que el
camarada Dimitrov expuso al Comintern. Era esta política el resultado de un
cambio de táctica en el comunismo, que, en lugar de atacar de frente al
capitalismo, se proponía atacarlo por dentro, penetrando en su organización
política mediante alianzas con todos los partidos que se aviniesen a colaborar
con el comunista. En política internacional, este cambio de táctica llevó al
comunismo soviético a Ginebra y al Rassamblement Populaire Pour la Paix. En
política nacional, lo llevó al Frente Popular". Op. cit. pág. 595.
[9] Me consta que el Dr.
Stojadinovic -condenado al ostracismo político durante la dictadura del rey
Alejandro I Karageorgevic- acudía regularmente como accionista de la Compañía
Oceanía S. A. Susak, a las asambleas de dicha sociedad, que mantenía unas
líneas regulares entre los puertos de Susak, Sibenik, Split y Dubrovnik (Gruz)
y los puertos de España (Barcelona, Valencia, Alicante), Marruecos (zona
española) y las Canarias, y que estaba al corriente de las gestiones
respectivas en pro del fomento de las relaciones con España.
[10] Los cupos otorgados por
parte de España fueron: para traviesas de ferrocarril, maderas (números 101 y
102 del Arancel de Aduanas), huevos frescos y celulosa; Yugoslavia, por su
parte fijó los cupos de importación de arroz, cacahuetes, naranjas, limones,
mandarinas, corcho no elaborado, tapones de corcho e hilados de algodón de un
cabo.
[11] Como, por ejemplo, los
exportadores de huevos, los que por no tener cupos en julio y agosto para el
mercado de Alemania se empeñaban en enviar a España -uno de los mercados más
atractivos, después de Alemania e Inglaterra- grandes cantidades de cajas, a
pesar de la situación anormal, suponiendo que los distribuidores no tardarían
en desaparecer; es así como el cupo global de 20.000 quintales métricos para el
año 1936 fue aprovechado en sólo dos meses en un 34,7%, lo que corresponde a
6.940 q.m. de huevos por un valor de 5.740.000 dinares.
[12] Es raro que el Dr.
Stojadinovic no mencione su encuentro con el ex rey de España Alfonso XIII,
quien, proveniente de Austria, visitó, precisamente en aquel mismo día, a
S.A.R. el Príncipe Regente Pablo de Yugoslavia, en el cercano castillo de Brdo.
Esta visita, que yo sepa, no fue registrada por la prensa.
[13] Cfr. Cablegrama enviado
por la United Press, desde Hendaya, que publica El Mercurio, Santiago de Chile,
el 22 de agosto de 1936:
[14] La legación de España en
Belgrado se hallaba acéfala ya antes de qué estallara la guerra civil española;
el ministro, don Fernando Alcalá Galiano, conde de Tarrijos, se había alejando
por motivos personales, y el primer secretario de la legación, que desempeñaba
las funciones de encargado de Negocios ad interin se pasó pronto al bando
nacionalista.
[15] En cuanto a la opinión
pública, es sintomático que las editoriales de Belgrado se apresuraran a
satisfacer la demanda de información, publicando obras que tratan el problema
español desde el punto de vista del Frente Popular, según lo registra la
Bibliografía general sobre la guerra de España (1936-1939) y sus antecedentes
históricos, Ariel S.A., Madrid-Barcelona, 1968, 729 páginas (con una
introducción del Prof. R. de la Cierva; la lista no parece ser completa, ya que
había varios folletos -y aun clandestinos- en circulación).
[16] Para destacar la
imparcialidad en los asuntos de España, había considerado conveniente poner
entre comillas los conceptos "democracia", "fascismo",
"nacionalistas", "rojos", etc. Cfr. las aclaraciones para
designar a los militantes de cada bando en Luis Vilá-San-Juan: ¿Así fue?
Enigmas de la guerra civil española (Ediciones Nauta, S.A., Barcelona, 2º ed.,
1972, 527 págs. pág. 22 ss.).
[17] Cfr. S. de Madariaga, o.
cit., págs. 408-409.
[18] Hermano menor del
general Francisco Franco, Ramón Franco, de ideas avanzadas en aquella época,
publicó en 1931 un libro, Madrid bajo las bombas, que dedica "a los
mártires de la Libertad, capitanes Galán y García Hernández, asesinados el
domingo 14 de diciembre de 1930 por la reacción española, encarnada en la
monarquía de Alfonso XIII y su gobierno presidido por el general Dámaso
Berangeur". En 1936, en un vuelo de guerra en favor de los nacionalistas,
desaparecerá con su aparato. Cfrs. L. Vilá-San-Juan, Op. cit. pág. 99, y S. de
Madariaga, o. cit. pág. 449.
[19] José Ma. Gil Robles,
jefe de la Acción Popular, en sus memorias políticas. No fue posible la paz (1º
ed., Ariel, Barcelona, 1968, 851 págs. págs. 64-65), explica el espectacular
fracaso de las derechas: "Los partidos políticos ya muy fragmentados antes
de 1923, quebrantadísimos durante la Dictadura y sin raíces sólidas, se
derrumbaron con estrépito. Carecían también las derechas de espíritu combativo.
Dueñas del poder, lo abandonaron sin lucha. Al no tener apoyo de la fuerza
pública, se quedaron sin dominio de la calle. Desprovistas, además, de hábitos
de contienda ciudadana, se entregarían con resignación a su triste suerte. Las
elecciones de las Cortes Constituyentes (28 de junio de 1931) consumaron el
desastre de las elecciones municipales".
[20] En cuanto al papel que
desempeñó el general Sanjurjo el 14 de abril de 1931, cfr. S. de Madariaga, Op.
cit. pág. 454, y en el levantamiento del 10 de agosto de 1932, Joaquín Arrarás,
Historia de la Segunda República Española (T. I., Editorial Nacional, 24 ed.,
Madrid, 1956, 526 págs. p. 485 ss).
[21] En aquel momento el jefe
de la Acción Popular acaudillaba también la Confederación Española de Derechas
Autónomas. La C. E. D. A. nació en el Congreso de las entidades afines de
Acción Popular, que tuvo lugar en Madrid del 28 de febrero al 5 de marzo de
1933. En las elecciones de noviembre de 1933 obtuvo la C. E. D. A. 115 escaños,
de los que pertenecían a la Acción Popular 67, así que Gil Robles era árbitro
en las Cortes con el grupo más fuerte de entre un total de 473 diputados. Cfr.
Gil Robles, op. cit., pág. 102.
[22] Ricardo de la Cierva,
quien ha estudiado minuciosamente los factores desencadenantes de la Guerra
española (en "Aproximación histórica...", op. cit. pág. 80), expone
al respecto: "Muchos años después, nada menos que el 14 de diciembre de
1968, José Calvo Sotelo ha sido declarado muerto en campaña por el gobierno dei
general Franco. Su muerte fue, por tanto, la señal".
[23] Cfr. José Ortega y
Gasset: España invertebrada, Ediciones "Revista de Occidente", 12º
ed., Madrid, 1962, págs. 79 ss.
[24] El general Weigand, en
el prefacio del libro del general Duval, Op. cit., analiza los elementos de los
bandos y saca la conclusión de que "la victoire ne peut sortir de
l'anarchie et de l'ignorance". También S. de Madariaga destaca que
"durante toda la lucha la nota dominante siguió siendo el caos, la lucha
interna y la anarquía", Op. cit., pág. 691.
[25] Cfr. J. Ortega y Gasset,
op. cit., pág. 67 ss.
[26] El conde de Romanones,
jefe del Partido liberal y presidente del Senado, declaró entonces:
"Nosotros no podemos simpatizar con una dictadura militar, pero debo
confesar que esos señores tuvieron el acierto de la elección del momento. Dos
meses antes o después no hubiera sido posible el pronunciamiento. Y la verdad
es ésta: que la opinión pública no lo rechazó. El pueblo está muy descontento
con el asunto de Marruecos". Cfr. el diario ABC, Madrid, 26 de septiembre
de 1923.
[27] Rafael Sánchez G., op.
cit., pág. 180, refiriéndose al caciquismo, cuenta la siguiente anécdota:
"Una vez, en el tren, hace ya tiempo, camino de Francia, no sé cómo salió
la conversación entre un viajero alemán y yo sobre la agricultura en España. El
alemán acababa de recorrer la Península y le había entusiasmado la fertilidad
de nuestro suelo. En Cádiz presenció una plaga de langosta. "La langosta
-me preguntó- ¿es la plaga más tremenda que padecen en España?" Yo le
contesté que no. Le dije que la plaga más tremenda que padecíamos en España era
el "cacique". Se rió mucho cuando yo le expliqué lo que quería decir
"cacique" y me dijo que los españoles teníamos muy buen humor".
[28] La Revista de Occidente, Madrid, Nº 127, octubre de 1973, se dedica al tema
"caciquismo". Entre los artículos que trae merecen mención especial:
Joaquín Maura: El caciquismo: tentativa de concientización, págs. 15-44; José
Varela Ortega.: Los amigos políticos: funcionamiento del sistema caciquista,
págs. 45-74, y Javier Tusell Gómez: La descomposición del sistema caciquil
español (190-1931), págs. 75-93, que, como escribió un cacique andaluz,
"los mismos pueblos que dieron su voto al gobierno del almirante Aznar
(elecciones municipales del 12 de abril de 1931), a los tres meses se lo concedieron
a la República porque era el gobierno constituido: la España rural será
ministerial siempre".
[29] No hay que perder de
vista que en 1900 sólo el 16,8% de la población vivía en las cincuenta
capitales de provincia; en 1940 esta proporción, ha pasado al 24,4%. Antes de
1936, el 29% de la población vivía en centros de más de 20.000 habitantes. En
1900 el 63,8% de los españoles eran analfabetos; la proporción ha bajado a
44,4% en 1930. Cfr. Manuel Fraga Iribarne: Las transformaciones de la sociedad
española contemporánea, Ediciones del Movimiento, Madrid, pgs. 19 ss.
[30] En la declaración que
dio Gil Robles, transmitida por la agencia U.P. (Cfr. El Mercurio, Santiago de
Chile, 6 de febrero de 1936), subrayó que "las elecciones próximas
significan una batalla definitiva contra la revolución. España no podría
tolerar otras Cortes estériles, que serían el descrédito y hasta la muerte del
sistema parlamentario. Este peligro debe hacer reflexionar a los responsables y
patrocinadores de la pretendida política centrista".
[31] Cfr. Solidaridad Obrera,
11 de marzo de 1951, citado en Burnett Bolletten, El gran engaño (Ed. Luis de
Caralt, Barcelona, 1961), págs. 386-387.
[32] Cfr. La declaración del
conde de Romanones, dada al periodista portugués Armando Boaventura
(Madrid-Moscú- De la dictadura a la república y a la guerra civil española, ed.
Nascimento, Santiago de Chile, 1948; págs. 145 ss.), que "para resolver el
problema político español, de acuerdo con los intereses nacionales Gil Robles
es el único que podría llegar a ser el dictador que España necesita".
[33] Cfr. Cablegrama de la
U.P. en El Mercurio, 14 de febrero de 1936.
[34] Analizando prolijamente
los sorpresivos resultados de las elecciones, Gil Robles, op. cit., págs. 512
ss., destaca especialmente la influencia de la ley electoral que favorecía al
Frente Popular, pues, con referencia a los escrutinios generales del día 20 de
febrero, arrojaban el siguiente reparto: Bloque Antirrevolucionario, 4.187.511;
Frente Popular, 3.912.086; Centristas e independientes, 325.197; Nacionalistas
vascos, 141.137.
S. de Madariaga, op. Cit. Pág. 540, suministra las siguientes cifras:
Partidos |
Votos |
Diputados |
Votos por diputados |
Frente Popular |
4.206.156 |
258 |
16.300 |
Centro |
681.047 |
62 |
10.987 |
Derecha |
3.783.601 |
152 |
24.900 |
[35] Cfr. Gil Robles, op. cit., pág. 201; capítulo "Las derechas y la democracia"
[36] El historiador
norteamericano Gabriel Jackson, en su obra La República española y la Guerra
civil 1936-1939 (México, 1967, Edit. Grijalbo), pág. 222, comenta la expectativa
de la izquierda proletaria de la siguiente manera: "La izquierda estaba
intoxicada por la idea de que la historia estaba de su parte. Utilizaría al
gobierno republicano mientras fuese realizando las reformas deseadas, y
entonces tomaría el poder en nombre del proletariado cuando en su opinión la
ocasión madurase".
[37] Claude G. Bowers,
embajador de los Estados Unidos en España desde junto de 1933 a marzo de 1939,
en que renunció a su cargo, su libro Mi misión en España (En el umbral de la
Segunda Guerra Mundial. Edit. Grijalbo S. A., México. 1966, 440 págs, pág. 292
ss.), relata sus impresiones de aquel momento: "El efecto de la caída de
Irún sobre los rebeldes y sus ardientes partidarios entre mis colegas era para
mi increíble. Estos estaban de acuerdo en que la guerra, prácticamente había
terminado. Uno de los efectos de la caída del frente de Irún fue un cambio en
el gobierno de Madrid". Mr. Bowers fue trasladado a Chile y quedó de
embajador ante La Moneda 14 años, sin interrupción. En su libro Misión en
Chile, 1939-1953 (Editorial Pacífico, S.A., Santiago de Chile, 1957, 389 págs.)
bajo el impacto de la incipiente "guerra fría" y gracias a la
experiencia chilena, cambió, desde luego opinión en cuanto a la inocua
"democracia" de cuño filosoviético. Cfr. especialmente el capitulo
XI, "Alarma y compenetraciones comunistas"; op. cit., págs. 175-193.
Cfr. nota 52.
[38] El periodista soviético
Mijail Koltozov en su Diario de la Guerra de España (Ediciones Ruedo Ibérico,
Suiza, 1963, 492 págs., pág. 65 ss), con fecha 3 de diciembre de 1936, describe
la crisis ministerial a raíz de la situación alarmante en el frente de Irún:
"Sintiendo que pisaba terreno firme, Caballero ha presentado una nueva
exigencia con carácter de ultimátum: que los comunistas entren a formar parte
del gabinete. El Partido estaba en contra; prefería apoyar con todas sus
fuerzas el gabinete del Frente Popular fuera del mismo; por otra parte no se
quería crear innecesarias dificultades de carácter internacional, ya que sin
ello el futuro gobierno ha sido declarado bolchevique, soviético".
[39] Cfr. S. de Madariaga,
op. cit., pág. 636: "Marcel Rosenberg asistía a los Consejos de Ministros
y se inmiscuía en las cosas españolas con la autoridad del hombre que entrega
la mercancía".
[40] Según Fernando Díaz
Plaja: Otra historia de España (Editores Plaza y Janés, S. A., Barcelona, 1973,
1º ed.), pág. 531, en 1936 tenía la C.N.T. 1.527.000 afiliados y la U.G.T.
1.444.474.
[41] Koltozov, op. cit., pág.
66, explica la táctica comunista: "Al final el Partido ha decidido tomar
el Ministerio de Instrucción Pública y el de Agricultura, dos ramas en que los
ministros comunistas pueden ser lo más útiles posibles a los campesinos y a la
masa del pueblo, llevando a la práctica en grado máximo lo que puede lograrse en
una república democrático-burguesa de nuevo tipo como es España bajo el Frente
Popular".
[42] En las conversaciones
entre Mussolini y el mariscal alemán H. Goering, en presencia del conde Ciano,
en Roma, el 23 de enero de 1937, declaró Mussolini, que "Rusia no ha
inviato nessun nucleo di volontari, ma soltanto Capi e materiale, e si
adatterebbe certamente al accetare anche una sconfitta dei rossi"."Il Conte Ciano osservo che l'Ambasciatore
d'Italia a Mosca (Augusto Rosso nov. 1936, giugno- giugno 1941-), che si trova
attualmente a Roma, gli aveva comunicato che i bolscevichi si starebbero
lentamente preparando ad una sconfitta dei rossi in Ispagna e che essi
sarebbero esclusivamente preocupati di raggiungere un acordo internazionale del
quale servirsi, verso la propia gente, como scusa per l'insucesso della loro
azione spagnola. Litvinov (commissario del popolo per gli Affari esteri dal 21
luglio 1930 al 3 maggio 1939) cercherebbe insomma una specie di
"alibi" sotto forma de un acordo internazionale". Galeazzo Ciano,
L'Europa verso la catastrofe (Armaldo Mondatori, Editore, Milano, 1948, pág.
135).
[43] Cfr. S. de Madariaga,
op. cit., pág. 621 ss., y El Diario de Barcelona (fundado en el año 1792), que
durante la guerra civil perteneció al "Estat Catalá", 18 de agosto de
1936, artículo editorial "El nou horitzó politic".
[44] En cuanto a la
incautación de las empresas particulares, Koltozov apunta en su Diario, el 7 de
septiembre de 1936, que "según cálculo aproximado, en todo el territorio,
libre de sediciosos, habrá unas 18.000 unidades incautadas. De ellas, 2.500 en
Madrid, unas 3.000 en Barcelona. Estas cifras, a mi entender, están reducidas
por lo menos a la mitad". Op. cit., pág. 75.
[45] Es característica, por
tratarse de un hecho único en su género, la estilización de la nota que fue
facilitada por la secretaría del jefe del Gobierno a las diez y media de la
noche el 4 de noviembre de 1936: "Convencidos de que en el momento actual
no debe quedar al margen del Gobierno ninguna de las fuerzas que luchan contra
el fascismo, sino que las circunstancias exigen que las responsabilidades sean
por todos compartidas y que cada una de dichas fuerzas se sienta directamente
representada en el poder, el jefe del Gobierno ha aconsejado al del Estado la
ampliación de aquél dando representación a la Confederación Nacional del
Trabajo. Aceptada la sugestión por el señor presidente de la República, el jefe
del Gobierno ha procedido inmediatamente a la reorganización del
Gabinete". El texto aparece en la primera página de El Socialista, 5 de
noviembre de 1936.
[46] Según Koltozov, op.
cit., pág. 98, "El Quinto Regimiento ha surgido de las primeras y pequeñas
unidades de choque creadas por los comunistas para el frente de Guadarrama. El
Quinto Regimiento, más bien que una unidad militar, es un comisariado de
guerra, un centro de instrucción". Cfr. S. de Madariaga, op. cit., pág.
635 ss.
[47] Sobre la intervención de
las Brigadas Internacionales hay abundante bibliografía; entre las recientes
obras merece mención J. L. Alcofar Nassaes: "spansky", Los
extranjeros que lucharon en la Guerra civil española I., Dopesa Barcelona,
1973, 355 págs. Del mismo autor hay un estudio anterior sobre Los legionarios
italianos en la guerra civil española 1936-1939. Cfr. S. de Madariaga, op. cit.,
pág. 626 ss.
[48] Según registra Koltozov,
el 14 de noviembre de 1936, "ha llegado la columna de Durruti al frente.
Son tres mil hombres muy bien armados y equipados exteriormente en nada
parecidos a los combatientes anarquistas que rodeaban a Durruti en Bujaraloz.
Durruti y Oliver (ministro de Justicia) van juntos. Los dos famosos
anarquistas... han pedido que se les asigne un sector independiente, donde los
anarquistas pueden mostrar sus éxitos".
[49] La intervención de la
milicia anarquista bajo el mando de Durruti, según Koltozov, ha sido un
fracaso. El 21 de noviembre, Koltozov, que acompañaba a la Brigada
Internacional en la lucha por el Hospital Clínico, registra: "Cuando,
fatigados, mojados, sucios, atontados y contentos, nos arrastramos desde el Clínico
hasta la segunda línea, llegó alguien corriendo y nos dijo que en el sector
contiguo, en el Parque de Oeste, había sido muerto Durruti". Op. cit.,
pág. 239.
[50] La palabra fue empleada
por el general Mola al declarar que cuatro columnas marchan sobre Madrid y que
la "quinta columna" entrará en acción en el momento oportuno. En la
noche del 7 de noviembre, sábado a domingo, se repetía la exhortación por la
Radio Sevilla a los nacionalistas de Madrid de que había llegado el momento de
actuar. Cfr. V. Palacio Atard, op. cit., págs. 243 y 271, y S. de Madariaga,
op. cit., pág. 623 ss.
[51] En cuanto al ritmo de
las operaciones bélicas, tema de divergentes opiniones en aquellos momentos, el
general Weigand comenta: "Les opérations menées du coté du général Franco
n'ont pas été aussi lentes qu'elles l'ont paru. D'ailleurs, ceux qui ne se
battent pas, et se content de juger les coups, trouvent toujours que les choses
ne vont pas assez vite". Cfr. general Duval, op. cit., pág. 116 ss., y la
larga entrevista que concedió el general Franco en enero de 1937 al B.
Boaventura, op. cit., págs. 185-208.
[52] Koltozov, op. cit., pág.
175, apunta al respecto: "Es el mismo método del "agujero"
empleado en Oviedo, sólo que esta vez lo aplican los fascistas. Piensan que
disponiendo de un paso para la retirada, los madrileños se precipitarán hacia
allí y no defenderán la ciudad".
[53] Cfr. Burnett Bolloton:
El gran engaño (título del original: The grand camouflage), Edit. Luis de
Garalt, Barcelona, 1961, pág. 164 ss.
[54] Cfr. J. Ortega y Gasset,
op. cit., pág. 55 ss.
[55] En la reunión de los
ministros de Asuntos Exteriores de Alemania e Italia, von Neurath y el conde
Ciano, celebrada en Berlín el 21 de octubre de 1936, se habían fijado, en
cuanto a España, los tres siguientes puntos: 1° sforzo militare inmediato e
comune; 2o riconoscimento dopo l'occupazione di Madrid; 3º azione comune, che
verrá definita a suo tempo, per impedire il determinarsi e il consolidarsi di
uno Stato catalano". Galeazzo Ciano, L'Europa, etc., op. cit., pág. 89.
Italia y Alemania reconocieron al gobierno nacional español el 18 de noviembre
de 1936. El Salvador (6 de noviembre) y Guatemala (8 de noviembre) les
precedieron. Portugal reconoció oficialmente al gobierno de Burgos el 11 de
mayo de 1938.
[56] El inglés Arthur F.
Loveday, ex presidente de la Cámara Británica de Comercio en España, en su
libro ¿Hacia dónde va España? (De la guerra civil a la Guerra mundial, Edit.
Zig-Zag, Santiago de Chile, 1948, 380 págs., pág. 27), destaca el acatamiento
de España al "status quo": "El 27 de septiembre (1938), cuando
en muchos círculos se creía inminente una guerra europea, el duque de Alba
entregó al Ministerio de Relaciones Exteriores británico la declaración del
general Franco, en que manifestaba que la España nacionalista permanecería
neutral en la crisis checoslovaca. Esta fue una prueba positiva de que la
España nacionalista no estaba y no pensaba estar subordinada a Alemania e
Italia y debió haber silenciado la propaganda de prensa, que tan poderosamente
había influido sobre la opinión pública para que creyese lo contrario".
[57] Cfr. Burnett
Bolloton, op. cit., pág. 59.
[58] Según averiguaciones de
Burnett Bolloton, op. cit.. pág. 60 ss., "la CNT
puso en marcha una organización para la compra, empaquetado y exportación de
los productos de la cosecha naranjera, con una red de 270 comités de diferentes
ciudades .y pueblos, que desplazaron de tan importante industria a varios
millares de corredores".
[59] En su soledad del
Palacio de Pedralbes (Barcelona), el presidente de la República, Manuel Azaña,
daba a fines de marzo de 1937 los últimos retoques a La velada de Benicarló.
Diálogo sobre la Guerra de España (Editorial Losada S.A., Buenos Aires, 1939,
págs. 187). Bajo el disfraz de un personaje imaginario, el ex ministro Garcés,
que toma parte en el diálogo, Azaña sintetiza con amargura su opinión en cuanto
a las causas de la situación desesperada del bando republicano (pág. 65):
"Enumerados por orden de su importancia, de mayor a menor, los enemigos de
la República son: la política franco-inglesa; la intervención armada de Italia
y Alemania; los desmanes, la indisciplina y los fines subalternos que han
menoscabado la reputación de la República; por último, las fuerzas propias de
los rebeldes. ¿Dónde estarían ahora los sublevados de julio, si las otras tres
causas, singularmente la primera, no hubiesen obrado en su favor?
[60] Milan M. Stojadinovic: Ni rat ni pakt -Jugoslavija
izmedju dva rata (Ni guerra ni pacto- Yugoslavia entre las dos guerras, Buenos
Aires, 1963, Ediciones "El Economista", 762 págs.; en servio) págs.
426-627.
[61] Aunque Ciano (Galeazzo Ciano, L'Europa verso la
catastrofe, Edit. Arnaldo Mondatori, Milano, 1948, pág. 135) registra que
"Prima di procedere alla firma dei documenta gia concordati a Roma, il
presidente Stojadinovic ed io abbiamo compiuto un largo giro di orizzonte per
informarci recíprocamente delle direttive di política estera dei due paesi e
per concordare l'azione da svolgere in futuro", no hay ninguna referencia
especial a los asuntos de España, tema de gran actualidad en aquel momento.
[62] Contraviniendo con ello el Pacto de Corfú, de 1917,
entre el primer ministro de Servia, Nicolás Pasic (radical, maestro y mentor de
Stojadinovic) y el presidente del Comité Yugoslavo en Londres, Ante Trumbic, en
nombre de los croatas, eslovenos y servios bajo Austria-Hungría, por el que la
futura Constitución; de un Estado común se fundaría sobre la base de una
mayoría calificada de votos de la Asamblea Constitucional. El Partido campesino
croata (E. Radic), representante de la gran mayoría de la nación croata, no
participó en la labor constitucional, pues no envió a sus representantes al
Parlamento de Belgrado hasta el año 1925. Cfr. F. Nevistic, Medio siglo de un
poder ilegítimo, artículo en Studia Croatica, 1968, págs. 3-15.
[63] El sufragio era público para los varones de más de 21
años. Se daba el caso de que en algunos distritos en Croacia, por ejemplo, se
podía conseguir un acta de diputado con sólo 20 votos frente a 10.000 o más de
la oposición croata. Ni siquiera era necesario que los respectivos 20 votos
perteneciesen a la lista de los electores del distrito, pues la ley electoral
permitía que los presidentes de las mesas electorales fueran
"delegados" de otras regiones -eran regularmente funcionarios fiscales
enviados desde la capital, Belgrado- con derecho a voto computable en el lugar
de delegación.
[64] La radicalización de las masas croatas, las que quedarán
insatisfechas con el arreglo tardío de una autonomía modesta (26-8-1939) y
propugnarán una solución "tot o res" (todo o nada), al ejemplo del
"Estat Catalá". Cfr. Eugen Laxa, Esteban Radic y su movimiento
campesino, artículo en Studia Croatica, 1968, págs. 30-46.
[65] Después de la anexión de Austria, Ciano apunta la opinión
respectiva del ministro de Yugoslavia en Roma, Bosko Hristic: "Una certa
sgradevole ripercussione si é avuta nelle minoranze tedesche, dato che alcuni
elementi piú insofferenti hanno alzato la testa ed hanno cominciato una
propaganda che la Jugoslavia non intente tollerare". G. Ciano, L'Europa,
op. cit., pág. 302.
[66] Lebensraum: espacio vital; en el caso yugoslavo, el
Tercer Reich, por aquel entonces, estaba más bien interesado en coordinar los
planes económicos tendientes a una mayor autarquía de la
"Mitteeuropa", adjudicando a Yugoslavia y a otros países del sudeste
europeo el papel de productores de artículos alimenticios y materias primas.
[67] Refiriéndose a la conversación que tuvo Stojadinovic con
Mussolini, en ocasión oficial a Roma, Ciano apunta, el 11 de diciembre de 1937,
los siguientes párrafos. "Il Presidente Stojadinovic chiede di conoscere
il giudizio del Duce sulla situazione spagnola Il Duce fa il punto su tale
situazione e conclude dicendo che il Generale Franco ha avuto nel passato precise
prove della amicizia italiana e che tale amicizia sosterrá fino al
raggiungimento della vittoria che ormai no appare piú dubbia."Il Presidente Stojadinovic dice che ha seguito
con la piú viva simpatia il nostro a ttegiamento in Spagna e comunica che la
Jugoslavia ha deciso di inviare a Salamanca un agente diplomatico. Aggiunge che
d'altra parte, dall'inizio della revoluzione in poi, i rapporti della
Jugoslavia con Madrid sono stati praticamente inesistenti". Ciano,
L'Europa, op. cit., pág. 230.
[68] Según una versión fidedigna, el capitán de navío (R) D.
Mazuranic, especialista en balística, se encontraba a bordo del crucero
"Canarias" en el momento en que el crucero gemelo
"Baleares", que lo acompañaba fue hundido, el 6 de marzo de 1938,
Cfr. H. G. Dahms, La guerra española del 1936 (Ediciones Rialp S. A., Madrid,
1966), pág. 319: "...La escuadra debía atacar a la flotilla de cruceros
del contraalmirante Manuel de Vierra, compuesta por el 'Baleares', el
'Almirante Cervera' y el 'Canarias', para hundir a dos vapores italianos que
habían recogido en Palma de Mallorca. Tres destructores republicanos efectuaron
un ataque nocturno con torpedos que resultó fatal para el crucero 'Baleares':
el barco se hundió entre fuertes explosiones, encontrando la muerte el almirante
Vierra y 788 marinos más".
[69] En el capítulo "Cambio de rumbo de la política
exterior de Yugoslavia". Stojadinovic esboza, desde luego, algunas breves
reflexiones al respecto (Op. cit., pág. 463 ss.) :
"Después de Abisinia le tocó el turno a España. Francia e Inglaterra
asumieron una actitud de no intervención. Alemania e Italia decidieron
intervenir.
[70] Artículo: Los "españoles" de Tito;
Barcelona-Madrid, Año II, febrero de 1969, No. 11, págs. 38-49.
[71] Coalición entre el Partido Campesino Croata y el Partido
Demócrata Independiente (su jefe, Svetozar Privicevic, murió en el exilio es
septiembre de 1936).
[72] Oposición a la lista gubernamental en las elecciones
parlamentarias del 5 de mayo de 1935; Maček encabezaba entonces la lista
de la oposición, al igual que en las últimas elecciones del 11 de diciembre de
1938.En las elecciones del 5 de mayo de 1935
obtuvo la oposición 1.076.346 votos y la lista gubernamental 1.747.037 votos
("adulterados", según el testimonio de Stojadinović, op. cit.,
pág. 347), siendo elegidos 67 diputados de la oposición y 303 del gobierno.
[73] Hay abundante bibliografía en cuanto al papel que
tuvieron los combatientes yugoslavos en España. Los siguientes datos, sacados
de la Bibliografía general sobre la guerra de España, 1936-1939, y sus
antecedentes históricos (Ariel S. A., Madrid-Barcelona, 1968, 729 páginas),
aunque no del todo completos, pueden servir de orientación al respecto:
1) Nuestros españoles. Editado por los combatientes de Yugoslavia. Madrid,
Ed. del Comisariado de las Brigadas internacionales, 1937, 55 páginas;
2) Voluntarios internacionales de la libertad, 1936-1956, Beograd,
Asociación de los ex Combatientes Yugoslavos en el Ejército de la República
Española, 1956, 29 páginas;
3) Božidar Maslaric: Moskva-Madrid-Moskva. Sjecanja, Zagreb, 1952
(Moscú-Madrid-Moscú. Recuerdos. Edit. Prosvjeta-Cultura, 133 págs.; en croata);
4) Jugoslaveni u Spaniji. Sarajevo, Prosvjeta, 1959 (Los yugoslavos en
España, Edit. Svjetlost - Luz, 272 páginas; en servio), y
5) Albin
Marvin, izd.: Bili smo u Spaniji. Spomin slovenskih prostovoljcev. Uredili:
Stanko Semic-Daki, Albin Marvin, Ivan Kreft. Glavni urednik Albin Marvin, 3,
popravljena in ispoljena izd. Ljubljana, Sekcija bivsih spanskih borcev. LRS,
1960, 450 str. (Albin Marvin,
editor: Estuvimos en España. Recuerdos de los voluntarios eslovenos. Redactores:
Stanko Semic-Daki, Albin Marvin, Ivan Kreft. Editor en jefe Albin Marvin, 3a. edición, corregida y
aumentada. Ljubljana. Sección de los antiguos combatientes en España, LRS,
1960, 450 págs.; en esloveno).
[74] En un renglón anterior, Stojadinovic (op. cit, pág. 466)
explica su política de entendimiento con todas las grandes potencias:
"Me
resultaba evidente que los pequeños estados estaban entregados a merced de los
'países hambrientos y que carecen de espacio'. La seguridad colectiva se había
transformado en inseguridad colectiva. Había llegado la hora para nosotros los
pequeños pueblos, de 'sauve qui peut'. El camino de Munich fue bien allanado.
Las primeras víctimas fueron Abisinia y España; después siguieron Austria,
Checoslovaquia y Albania... De todos modos, en aquel tiempo, Yugoslavia se
encontraba en la lista de por lo menos una de las dos potencias agresivas, y
quizá de ambas, especialmente si se ponían de acuerdo en la partición".Sin
embargo, el plan que ahora tenía en vista, esto es, aprovecharse de la
conquista italiana de Abisinia -que seguiría una semana después del cese de
fuego en España-, difícilmente podría explicarse con un "sauve qui peut".
No es de extrañar que ese juego le pareciera demasiado arriesgado al príncipe
regente, y es probable que fuese la causa decisiva de su destitución, aunque no
hay que subestimar el interés en el arreglo de la "cuestión croata"
que provocó su inesperada caída; Cfr. nota 18.
[75] Ciano no menciona en sus apuntes la conversación sobre
España, pero en su Diario (Ed. Libros de nuestro tiempo, J. Janés, 3a. ed.,
Barcelona, 1950), pág. 64, con fecha 20 de enero de 1939, registra
lacónicamente: "Cacería en pleno bosque. Buenas noticias de España.
Stojadinovic las recibe exclamando: Córcega, Túnez, Niza!".
[76] Es característica la observación de Ciano en cuanto a su
conversación con el príncipe regente (Ciano, L'Europa etc., op. cit., pág. 411) : "Anzi, ha mostrado di avere meno interesse di
Stoiadinovic per l'entitá di territorio da assegnarsi alla Jugoslavia. Ne
abbiamo giá tanti albanesi nelle frontiere" cosí egli ha detto "ci
danno tali fastidi, che non sento nessun desiderio di aumentarne il
numero".
[77] Esloveno, perteneciente al Partido Popular, uno de los
más antiguos partidos europeos de orientación demócrata-cristiana, que formaba
entonces parte de la Liga Radical Yugoslava, partido gubernamental, junto con
el de los musulmanes de Bosnia, bajo la dirección de Mehmed Spaho, y una
fracción de los antiguos Radicales servios, acaudillados hasta entonces por
Stojadinovic.
[78] Italia se encontraba enredada, en Albania, por la que
esperaba de un momento a otro que Hitler acudiera en su ayuda, directamente o
por conducto de Bulgaria, para despejar la situación embarazosa en el sudeste
de Europa, desde donde los ingleses podían, de presentarse la ocasión, amenazar
los pozos de petróleo en Rumania. Rumania y Bulgaria ya habían adherido al
pacto tripartito y en aquel momento tenían tropas alemanas estacionadas en sus
territorios. La campaña en Africa exigía también una pronta intervención en
Grecia.
[79] En cuanto al donjuanismo -por raro que aparezca: ¡su más
fuerte argumento apologético!-, el autor de Ni Guerra ni Pacto nos ofrece unas
sabrosas y pintorescas páginas en sus memorias y, a la vez, valioso material
histórico e informativo. Si tuviéramos que recurrir a las "vidas
paralelas" -salvada la distancia temporal- encontraríamos un doble de este
político balcánico en la figura de aquel "príncipe de la Paz", Manuel
Godoy, inmortalizado por el pincel de Francisco Goya y Lucientes.
[80] Cfr. Eugen Laxa, op. cit., págs. 44-45: "Aparece
Ante Pavelic, cuyo nombre vivía en el pueblo gracias a su actividad
revolucionaria contra los regímenes de Belgrado, quien, tras la indecisión y el
silencio de Macek, definió el día 10-4-1941 breve y claramente su programa de
acción: El Estado Independiente de Croacia".
[81] El rápido avance de las tropas alemanas y búlgaras a
través de Macedonia cortó al desmoralizado y misérrimamente equipado ejército
de Yugoslavia el único escape posible: a lo largo del río Vardar hacia
Salónica. Habría que destacar que el país disponía sólo de un número bastante
modesto de cañones antitanque de fabricación italiana, adquiridos en España, a
principios de 1940. mediante trueque por trigo, madera aserrada y capullos de
gusano de seda (para la fabricación de paracaídas); también consiguió de España
munición para los viejos cañones de campaña de 75 mm.
[82] La Santa Sede envió a Zagreb al legado Apostólico Abad
Marcone, mientras que el príncipe Ervin de Lobkovic, camarero de Su Santidad y
caballero de la Orden de Malta, sirvió de enlace entre Croacia y El Vaticano.
[83] España estuvo representada durante todo el tiempo de la
guerra (1941-1945) por un diplomático de carrera, el Excmo señor D. Vicente
González-Arnau y Amar de la Torre, ministro plenipotenciario y enviado
extraordinario, mientras que Croacia envió a Madrid, con el mismo rango, al
doctor D. Pedro Conde de Pejacevic de Nasice, economista y abogado.
[84] Cfr. Solidaridad Obrera, 11 de marzo de 1951, citado en
Burnett Bolleten, El gran engaño (Ed. Luis de Caralt, Barcelona, 1961), págs. 386-387.
[85] George J. Prpic, Ph. D., Tragedies and Migrations in Croatian
History, Toronto, 1974, págs. 24.
[86]
George J. Prpic, op. cit., pág. 2.
[87] René Marcic de Dorothea Meyer - Maly en Oesterreichische
Zeitschrift fur öffentliches Recht, vol. 22, págs. 253-54, 1971. La
Redacción de la revista agregó su nota: "Después de haber perdido nuestra
revista en el curso de este año ya a dos de sus redactores, es decir a Adolf
Merkl y Jose L. Kunz, ahora nos es arrebatado también René Marcic... Todos sus
amigos y alumnos lloran su muerte y nunca van a olvidar a este sabio completo y
hombre de bien. Esta apreciación, arriba, del gran sabio, que he pedido, es de
una de sus colaboradoras de muchos años. La apreciación científica de sus obras
la publicaremos en uno de los próximos volúmenes". (La nota está firmada
por A. V. - ¿Alfred Verdros, posiblemente? - Obs. de la Redacc. de SC.)
[88] Como en
otras oportunidades, aquí también Ortega y Gasset ha ido al fondo y ha dado una
formulación digna de su genio. "No, señor Descartes, vivir, existir el
hombre, no es pensar. No existo porque pienso, sino al revés, pienso porque
existo. El pensamiento no es la realidad única y primaria, sino al revés, el
pensamiento, la inteligencia, son una de las reacciones a que la vida nos
obliga; tiene sus raíces y su sentido en el hecho radical, previo y terrible de
vivir. La razón pura y aislada tiene que aprender a ser razón vital".
Comentando esta idea fundamental del filósofo español, R. O. Abdala, en
"La Prensa", Bs. Aires, del 26 de julio de 1970, dice también lo
siguiente: "Ortega es, desde luego, un filósofo de la Vida, puesto que
para él la vida es la realidad radical, tal como lo deja perfectamente aclarado
el epígrafe que pongo al tope del presente trabajo. (Abdala dio a este trabajo
el título: "El raciovitalismo, a quince años de la muerte de Ortega".
- Obs. del autor de este artículo). Pero solía fastidiarle que a su pensamiento
se lo enrolase en el vitalismo, confiriéndole un sesgo puramente biologista. Su
doctrina -la que le ha otorgado un sitio entre los filósofos del siglo XX- es
el Raciovitalismo o la Razón Vital, conjunción o avecinamiento de términos que,
desde el vamos, proyecta una inequívoca luz de su significado".
[89] Jean
Paul Sartre y Martin Heidegger: Sobre el Humanismo, SUR, Buenos Aires, 1960,
págs 20-21.
[90] R.
Marcic, Vom Gesetzesstaat zum Richterstaat, Wien, 1957, pág.32.
* Radica estuvo en EE.UU. durante la guerra como miembro de la representación
diplomática de la Yugoslavia monárquica, y se separó de ella en 1943 para poder
defender al pueblo croata denigrado en su totalidad por los servios. Radica
volcó sus simpatías hacia el movimiento de Tito, creyendo servir mejor de tal
manera a su pueblo.