Estrategia

revista bimestral, Nros. 19/20, Buenos Aires, ha publicado tres artículos referentes a los problemas de la Yugoslavia comunista. Uno está firmado por J. García, y los otros dos por autores yugoeslavos (ambos, parece, servios): Milos Lalovic y Milos Marinovic. Este último informa sobre El sistema de la autogestión en Yugoslavia. Cada una de sus tesis está desmentida sea por las opiniones de sus compatriotas -comunistas servios- o por la misma práctica. Para confundir a los no entendidos, Milos Marinovic "enseña" al comienzo de su artículo: "El sistema socialista de Yugoslavia se basa en la propiedad social sobre los medios de producción, y en la autogestión obrera. Es menester tener presente que la propiedad social no es lo mismo que la propiedad estatal. Resulta difícil comprender el sistema yugoslavo, de autogestión si no se percibe esta diferencia, debido a que a menudo los conceptos "social" y "estatal" se confunden y se consideran como sinónimos". Luego este autor continúa con su dialéctica marxista para instruir a los lectores sobre las diferencias que hay entre lo "social" y lo "estatal". Pero su "hermano en el marxismo" V. Rus explica esta su tesis idealizada: "... Los medios de producción no son propiedad del proletariado, pero tampoco del aparato estatal. ¿De quién son entonces? ¿De nadie? ¿O de la sociedad? Pero ¿qué especie de propiedad social puede ser la propiedad de la cual está excluida la clase obrera?... Sin embargo, quien verdaderamente dirige la producción dispone de la plusvalía, es también el propietario de facto de los medios de producción sin consideración alguna al orden legal". (Studia Croatica, vol. cit., p. 120).

Además, la autonomía del proletariado en el sector económico es tal que, de acuerdo con la Ley de la Contabilidad Pública, que entró en vigor al comienzo del año 1973 -sin voluntad de los obreros y contra sus intereses-, los salarios obreros en todas las empresas que no pueden cumplir con las obligaciones impuestas por el Estado, fueron rebajados en un 10%, mientras que el costo de la vida sube constantemente. Marinovic debería explicar a sus lectores ¿cuál es la diferencia, en aquella realidad socio-política de su país, entre lo "social" y lo "estatal?" Este mismo Estado, sin consideración del estado legal, es el dueño absoluto de las empresas y los medios de producción. Para destacar más el "carácter obrero" de aquella comunidad, en el mismo momento, al descontar de los salarios obreros el 10%, se aumentó el presupuesto de la "defensa nacional" de 11,3 millones para el año 1972, a 16,00 en 1973. Los salarios de la "administración federal" -empleados del Estado- reciben el aumento del 4% y los jubilados ex-combatientes un aumento del 31%. El Estado y el Partido en Yugoslavia son la misma cosa. La dialéctica balcánico-marxista no puede cambiar ni un ápice de aquella realidad clasista, totalitaria y de graves discriminaciones tanto nacionales como sociales. Así, por ejemplo, en cuanto a la discriminación nacional y según reciente información, en Croacia, donde la minoría servia constituya el 14% del total de la población, el 40% de los puestos de directores en la industria está cubierto por los servios. En el curso del año 1972 se instruyó sumarios contra 92 directores de la industria de Zagreb, capital de Croacia. Entre ellos hubo sólo un servio, luego liberado pese a que tiene dos casas propias en Zagreb y dos chalets sobre la orilla del Adriático. Los 86 directores croatas se hallan todavía encarcelados (Nova Hrvatska, Nº 4/73, London).

¿No son estas las pruebas suficientes para acreditar la veracidad de la discriminación tanto social como nacional de aquel régimen de autogestión, que la propaganda oficial de Belgrado trata de vender como un "socialismo de semblanza humana"?

F.N.