Entrevista al líder de los croatas residentes en Estados Unidos

Por Guillermo Martínez Márquez, corresponsal de "La Prensa"

Nueva York, 19/10/72

"Yugoslavia es un país artificial. Belgrado habla de equilibrio, de seguridad, de consolidación... todo esto es una fantasía. Si la situación del país no se normalizara, pueden esperarse los mayores problemas, tanto para los norteamericanos como para la paz internacional.

Tales son las conclusiones del presidente de los Croatas Unidos de Norteamérica, Miro Gal, en una entrevista especial para "La Prensa".

Miro Gal es el dirigente de la mayoría de los croatas residentes en este país, que en total suman cerca de un millón (cálculos aproximados permiten asegurar que en Argentina viven alrededor de ciento cincuenta mil croatas. Otros muchos andan por el resto del mundo, aflorando y luchando por una patria libre de la opresión comunista).

"Los sucesos de diciembre de 1971 -en el criterio de Gal- no podrían ser tenidos como una rebelión. Realmente fueron producto de una provocación del gobierno, que le permitió "stalinizar" nuevamente a Yugoslavia".

De acuerdo con su criterio, los comunistas de Croacia pretendieron "liberalizar" el régimen, lo cual fue utilizado como un pretexto para volver a la peor época anterior. En los juicios celebrados el gobierno no pudo probar la existencia de una verdadera rebelión. A pesar de ello, muchos de los encausados fueron condenados a tres y cuatro años.

Los cautivos

La verdad es que los estudiantes croatas actuaron de acuerdo con las autoridades locales, en línea con los funcionarios de la región y con la décima convención comunista. Querían que sólo cambiara la férrea política económica y financiera local, y se descentralizara la administración pública. Pero los gobernantes de Belgrado no aceptaban la descentralización, especialmente en lo referente a las cuestiones económicas, y dijeron que se trataba de una rebelión, dieron un verdadero golpe de estado y destruyeron el libre funcionamiento del gobierno de Croacia. Como resultado de esta maniobra, los estudiantes, intelectuales y periodistas que habían dado un paso al frente en este período, fueron encarcelados. Ahora Croacia está peor que en 1948. Hay unos 17.000 presos, y se siguen cuatro juicios contra los acusados de rebelión. Tal es la tragedia de Croacia en estos momentos.

"Entre los enjuiciados aparece el historiador de Tito, el general Tudjman, que ha escrito numerosos trabajos y editado libros sobre el régimen durante los últimos 29 años. También ha sido sancionado el periodista y economista Busic, y muchos más. Por cierto que Tudjman dijo que no haría declaración alguna a la policía, que hablaría ante los tribunales. Pero las audiencias fueron privadas, y no se ha divulgado lo ocurrido. Sólo se sabe que Tudjman advirtió que si se le condenaba por sus escritos, habría que condenar a Tito que siempre había sido lector suyo.

"Yugoslavia -precisa Miro Gal- se encuentra en crisis interna. Tito no ha solucionado problema alguno. Cuanto se publica no pasa de ser mera propaganda. El país es un desastre. Por lo demás, Tito cumplió en mayo 80 años, y ahora, en vez de buscar una situación favorable para el futuro, vuelve al punto de partida. Nosotros estamos siendo testigos de una catástrofe, de la que no existe otra salida que cambiar radicalmente la estructura del país, y solucionar el problema croata, mucho antes de lo que se pensó en diciembre del año pasado.

"Ellos -prosigue- no quieren darle concesiones a Croacia. Algunos pretextan su pequeñez. El argumento no es válido, porque en la misma Europa hay países más pequeños que Croacia. Y no hay razón para que Servia y Croacia no puedan vivir como amigos, pero separados.

"Lo triste y peligroso de todo esto -añade Gal- es que los soviéticos se valen de Tito para acentuar su penetración en Croacia. La realidad es que Croacia está sobre el mar Adriático, y el Adriático se encuentra frente al Mediterráneo. De ahí la importancia de Croacia para el equilibrio mundial. Los rusos quieren completar su penetración en Croacia y juegan con los generales, que en definitiva han de decidirse por la carta comunista".

Estado artificial

El rostro de Miro Gal se torna grave cuando continúa con las palabras siguientes:

"En este peligroso juego de poderes mundiales, mucha gente se inclina a creer que es mejor mantener el estado yugoslavo, para proteger los intereses de las grandes potencias. Pero mi opinión es absolutamente contraria a esta tesis. Un estado artificial, inestable, se presta a la penetración solapada de los soviéticos mucho más que una nación unida y sólida. Yugoslavia no tiene fuerza moral, no tiene resistencia frente a la penetración exterior. La dictadura y la opresión del gobierno central, favoreciendo a una minoría frente a otra, está creando una atmósfera disociadora".

Al término de su conversación, el máximo dirigente de los Croatas Unidos de Norteamérica se muestra más optimista cuando dice: "Ahora Europa y América están despertando y ya Tito no puede utilizar con éxito su vieja imagen, cuando tildaba de nazis a los que luchaban por la independencia de Croacia. En estos momentos se los califica de patriotas. Estamos frente a un cambio de la opinión mundial. La mayoría cree que la causa de los que luchan por la libertad de Croacia no es la causa de criminales, ni fascistas, sino una causa justa, basada en el derecho a la libertad, soberanía e independencia nacional reconocida a los pueblos por la carta de la ONU. Lo cual nos permite afirmar que en el mundo de mañana el pueblo croata será reconocido en sus derechos iguales que los de los demás países libres del mundo entero".