Noticias y comentarios (1972)

"Los procesos que se están desarrollando actualmente en Croacia constituyen un insulto a la conciencia de las izquierdas en Europa..." (L'Esprit, octubre 1972)

Desde el 1º de diciembre de 1971 -fecha en que Tito efectuó el golpe de Estado-, la característica más saliente de aquel país neostalinista es: depuraciones partidarias y administrativas, destituciones de diputados, jueces o fiscales; la persecución, arrestos, condenas y supresiones de órganos de información. La situación política sigue siendo sumamente intensa. Un grupo de sediciosos intentó en Bosnia -no aclarado por su origen de organización- una rebelión armada. Otro grupo de jóvenes croatas secuestró un avión sueco y liberó a sus amigos, condenados por la muerte del embajador yugoslavo Rolovic. A continuación reproducimos varias opiniones al respecto, tanto de la prensa extranjera como también de dos periodistas croatas:

Le Monde del 10/8/72:

La represión en Yugoslavia

Más de 280 condenas han sido pronunciadas en Croacia por motivos políticos

"Sigue en Zagreb el proceso contra cuatro ex dirigentes estudiantiles croatas. Ivan Cicak, ex vicerrector estudiantil de la Universidad de Zagreb, juzgado por "subversión nacional", rehusó contestar el lunes 7 de agosto al interrogatorio y se declaró inocente en lo que concierne a la huelga de los estudiantes que tuvo efecto en noviembre último.

Sobre la represión y los procesos que siguieron a la destitución en diciembre de varios dirigentes de Croacia, un grupo de intelectuales croatas salidos de Yugoslavia recientemente, nos ha dirigido la siguiente carta:

"La razones principales de ese silencioso golpe de Estado son principalmente de tres órdenes. En primer lugar, hubo un conflicto ideológico -con bastantes implicaciones de orden político- que subyacía desde enero de 1970. Después del alejamiento del stalinista Milos Zanko, vicepresidente de la asamblea federal y miembro del comité central del partido (comunista) croata, se produjo un vasto movimiento de liberalización y de participación de las masas en la vida política. Con el nombre de "mas-pok" -movimiento socialista de masas- los dirigentes políticos de Croacia, y principalmente Miko Tripalo y Savka Dabcevic-Kucar, abrieron un importante capítulo en la historia del socialismo contemporáneo. Sabiendo, según el ejemplo de Checoslovaquia y su propia experiencia, que la reconquista de la personalidad nacional no se puede disociar de la lucha de clases, los dirigentes croatas pregonaron una política de diálogo y de alianza popular en el marco de una descentralización avanzada.

A este intento de afirmación de su genuinidad cultural, política, económica y social se opusieron todas las corrientes contrarias por las que optó también Tito. En consonancia con la formación que Tito recibió en Moscú de 1930 a 1936, por primera vez se opuso abiertamente a los dirigentes de Croacia, afirmando que el partido no tiene ninguna necesidad del apoyo masivo de la población y que fuera del partido 'no hay salvación alguna'.

"El segundo aspecto del conflicto reside en la contradicción entre la tendencia a la autogestión, encarnada en los dirigentes croatas, y la tendencia a mantener el status quo conservador y unitarista, contrario a la descentralización económica. Esta última tendencia es sostenida sobre todo en Serbia, por la burocracia federal, por los bancos y por las empresas del comercio exterior, por el ejército y la policía política.

La presión de los dos grandes

El tercer factor del conflicto fue la presión exterior soviética y norteamericana, provocada principalmente por el carácter alarmista de la prensa de Belgrado y de los representantes diplomáticos yugoslavos, proveniente en su gran mayoría de la vieja escuela conservadora. El sentimiento de "inquietud" originado en Moscú, correspondía, una vez más al de Washington.

Teniendo que arbitrar entre esos dos grupos opuestos, Tito se inclinó por los "duros" y los "ultras" sabiendo que sin ellos -y eso quiere decir sin el ejército y sin la policía política (donde los servios son gran mayoría)- no podría mantenerse en el poder, y no obstante que Croacia y sus dirigentes le fueron siempre fieles. Sólo dos meses antes, en septiembre de 1971, tras un largo viaje por Croacia, había afirmado que "el nacionalismo" croata era una mera invención y que la adhesión popular de Croacia al socialismo era total.

Precisamente, por esta razón, sus acusaciones de "fraccionismo" y de "nacionalismo" contra los dirigentes croatas y la injerencia brutal del poder central en los asuntos croatas, conforme al principio de la "soberanía limitada", fueron amargamente recibidas por la población croata que "durante la primavera croata", por primera vez después de la guerra, se alineó en forma masiva junto a sus dirigentes.

Las manifestaciones estudiantiles lo probaron en forma irrefutable. La detención de los dirigentes estudiantiles y de centenares de manifestantes obreros aniquiló la élite proletarizada del movimiento socialista de Zagreb que sostenía al equipo destituido.

La segunda ola de arrestos y de allanamientos empezó al amanecer del 11 de enero último: once responsables de la asociación cultural Matica Hrvatska, -vanguardia cultural del movimiento- y numerosos otros intelectuales fueron detenidos; cuatrocientos sesenta departamentos y habitaciones de estudiantes fueron allanados; centenares de pasaportes retirados. Entre las personas arrestadas figuran en primer lugar los economistas y profesores universitarios Djodan (ex guerrillero y capitán del ejército), Veselica (diputado croata en la Asamblea Federal), Solic, Busic (periodista y escritor, ex estudiante en París), Tudjman (ex guerrillero y general del ejército) e Ivicevic (redactor responsable del Semanario croata); los escritores Pavletic, Foretic y Gotovac (jefes de redacción de las revistas Kritika, Dubrovnik y de Hrvatski tjednik (respectivamente); los periodistas Komarica (ex guerrillero y coronel del ejército) y Glibota (secretario de redacción del Hrvatski Gospodarski Glasník (Heraldo Económico Croata).

En la primavera empezaron los primeros procesos políticos en Croacia: primero condenas "moderadas" en cuanto a los obreros, luego se pasó a penas de prisión de cinco a seis años.

Prisión preventiva

La tercera gran ola de arrestos se desató el 30 de junio y perdura hasta hoy. La mayor parte, no obstante, fue dejada en libertad después de unos días. Pero, hay una importante novedad: la policía política ya no respeta el plazo de 24 horas de prisión preventiva; este plazo ahora es ilimitado y los interrogatorios "apremiantes" han llegado a ser una práctica corriente. Por esta razón y debido a la constante presión sobre los tribunales es que el presidente de la Corte Suprema de Croacia, Drazen Sesardic a principio de julio, ha presentado su renuncia.

La policía quiere sobre todo, con este último golpe, intimidar a los estudiantes, para asegurar su tranquilidad una vez que se abran los procesos colectivos a los dirigentes estudiantiles y a los intelectuales. Entre los últimos arrestados en Croacia figuran numerosos intelectuales, artistas, abogados y algunos sacerdotes. Resulta significativo que las detenciones se efectúen, generalmente, sin pruebas materiales; la policía las reúne después de practicar la detención. Esta práctica de arrestos "preventivos" le ha permitido enriquecer sus archivos un tanto "empobrecidos" desde la época de Rankovic; una parte de los ficheros fue destruida cuando Rankovic, gran amo de la policía Política hasta 1966, hizo fichar a 1.300.000 croatas sobre una población de 4,2 millones.

El número total de arrestos sobrepasa considerablemente la cifra de mil trescientos dada por las autoridades. Más de 280 condenas políticas ya fueron pronunciadas en Zagreb, Tuzla, Osijek, Sarajevo, Mostar, Split, Sibenik, Zadar, Rijeka y Karlovac. Las penas varían de dos meses a seis años. Más de quinientos sumarios están instruyéndose y alrededor de doscientas personas quedan todavía encarceladas... Las acusaciones se basan sobre todo en los famosos "artículos caucho" Nº 100 ("ataque contrarrevolucionario al sistema estatal y social") y 118 ("propaganda enemiga") del código penal yugoslavo. Su intervención actual es mucho más rígida que antes. De esa manera se llega a castigar retroactivamente las actividades de: las asociaciones estudiantiles y culturales, como también muchas proposiciones y escritos considerados permitidos y legales en la época de la "primavera", pero no admitidos por el nueva equipo dirigente.

Clima de frustración y temor

Los inculpados son indiscriminadamente comunistas o sin partido, incluso sí partidarios de la línea Tripalo-Dabcevic-Kucar del socialismo "con rostro humano". Las retrogradaciones, acompañadas casi regularmente por despidos, se extienden por todos los ámbitos: algunos grupos progresistas del partido y del Estado croata son eliminados; las organizaciones juveniles y estudiantiles fueron completamente reestructuradas; las escuelas y la Universidad están sometidas a severas depuraciones al igual que los sindicatos, municipios y asociaciones de ex combatientes; numerosos parlamentarios, jueces, procuradores y abogados son destituidos, arrestados y procesados. En las empresas se depura y se controla lo que piensan las personas que habían adherido a Matica Hrvatska (esta asociación cultural contaba con más de 60.000 socios).

Un clima de frustración, amargura y miedo reina en Croacia. Quince revistas y periódicos (entre ellos el famoso Semanario croata, cuyo tiraje excedía 100.000 ejemplares) han desaparecido o fueron prohibidos; sus redactores son despedidos y perseguidos. La represión tiende abiertamente a quebrar las estructuras de la nación y a despojar a Croacia de su personalidad nacional, estatal y sobre todo, intelectual. Debe destruirse la influencia de los intelectuales croatas que luchan por establecer una sociedad socialista más humana. Ese verdadero genocidio intelectual y espiritual sólo agrava la crisis económica que padece Croacia que con el 22% de población, el 29% del producto nacional yugoslavo y el 40% de divisas extranjeras, se ve obligada a enviar seiscientos mil de sus obreros en busca de trabajo a Europa Occidental. Se temen actos de desesperación.

Esta represión en Croacia se relaciona tanto más con la que se abatió sobre Checoslovaquia cuanto que es la primera vez que un primer ministro yugoslavo participó este año en la conferencia del Comencon. Este acontecimiento se produce dos veces después que Tito visitara Moscú. De acuerdo con su declaración, al cabo de esa visita, y a insistencia de los dirigentes soviéticos, Tito accedió a tres concesiones: reparación y reabastecimiento con petróleo de la flota soviética en los puertos croatas, y derecho de los aviones militares soviéticos de sobrevolar el territorio yugoslavo "en caso de guerra en el Oriente Cercano".

El fin de la "primavera croata" lejos de ser un fenómeno puramente interno de la Federación Yugoeslava, fácilmente podría convertirse en el preludio trágico de una conmoción general del equilibrio de fuerzas en la cuenca mediterránea.

Paul Yankovitch, corresponsal de Le Monde en Belgrado, de origen serbio, contrario a las aspiraciones libertadoras y emancipadoras de los croatas, sin distingo de su ideario partidista, recién el 29 de agosto de 1972 envía su crónica sobre las repercusiones que suscitó la carta de los intelectuales exilados croatas, crónica que a su vez mereció las atinadas observaciones del gran rotativo parisiense. A continuación transcribimos en versión castellana tanto la crónica de Yankovitch como las observaciones de Le Monde:

"La primera reacción pública a la carta que un grupo de intelectuales croatas ha publicado en Le Monde el 9 de agosto bajo el título "La represión en Yugoslavia", apareció en Vjesnik, Zagreb, el 26 de agosto. En un comentario de casi tres mil palabras, Davor Solic, analista de política exterior del órgano central de la Alianza socialista de Croacia, acusa con vehemencia a la redacción de Le Monde. Las acusaciones formuladas, acompañadas de numerosas insinuaciones, probablemente sean las más graves dirigidas en los últimos años por un diario yugoslavo a un colega extranjero.

Vjesnik estima que el texto de la redacción que precede a la carta y el modo como ésta fue presentada "visiblemente testimonian" la intención de Le Monde de expresar de esta manera "su propio punto de vista". Nos encontraríamos de hecho ante "un panfleto del más bajo nivel político y cultural". Y Le Monde actuaría así porque "acaso no tuvo coraje cívico y moral suficiente para pegar su propio rótulo sobre ese producto". Es bueno, sin embargo, agrega Solic, que ese número del diario parisiense no haya sido secuestrado en Yugoslavia, para que quienes en este país aman la lengua, la cultura y el espíritu francés pudiesen tomar conocimiento de lo escrito.

Lo que suscita la primera indignación del periódico yugoslavo es el pasaje de la carta en el que se afirma que Tito habría declarado "que el partido no tenía ninguna necesidad de apoyo de las amplias masas de la población". ¿Cuándo y dónde formuló Tito semejante declaración? pregunta Vjesnik para proseguir: "Le Monde dispone de una buena documentación y de buenos archivos y su deber era informar a los lectores en una nota de la redacción. Al no hacerlo, esta clase de "testimonio" revela tanto cretinismo que incluso deja de herir".

"Por cuenta de quién"

Vjesnik contesta los alegatos sobre la "brutal intervención" del poder central en Croacia, sobre "la adhesión masiva" de la población a los dirigentes destituidos en 1971, sobre las detenciones efectuadas sin pruebas materiales. En cuanto a la situación de los intelectuales, el diario recuerda que en las últimas reuniones anuales de la Academia de Artes y Ciencias, de la Sociedad de Escritores, de la Universidad y de otras instituciones y organizaciones culturales y científicas, los más eminentes intelectuales croatas no vacilaron en referirse a las "recidivas fascistas" en relación con ciertos acontecimientos que se produjeron, en esta República Federal, bajo la anterior conducción partidaria.

En lo que concierne al "clima de frustración, amargura y miedo" que, según los autores de la carta, reinaría en Croacia, Vjesnik evoca a millones de turistas extranjeros y especialmente a numerosos franceses que han pasado sus vacaciones en Croacia "sin darse cuenta de dicho clima".

Después de objetar a Le Monde el tratar a la Yugoslavia actual como si fuera todavía el anterior Estado, creado en Versalles, Vjesnik se indigna de modo particular por las declaraciones atribuidas al mariscal Tito acerca de las concesiones que habría hecho a la Unión Soviética después de su último viaje a ese país. "La mentira es grotesca" y no caben otras cosas sino hipótesis. "¿Con qué intención y por cuenta de quién, Le Monde recurre a semejante imputación?"

Vjesnik niega que un grupo de intelectuales croatas se haya refugiado en Francia. Además, considera sin importancia el nombre del autor de la carta, puesto que la prensa siempre puede encontrar gente a sueldo para escribir pasquines y el mismo Le Monde "no está a salvo de esta clase de tentaciones". Le Monde ya en el pasado habría "mal informado" a sus lectores acerca de los acontecimientos en Croacia y prueba que no tiene oídos para la Yugoslavia moderna. El único objetivo de la carta publicada es el de "desacreditar" al presidente de la República, de provocar descontento hacia la sociedad de autogestión y la política de independencia y de no-alineación de Yugoslavia. "Le Monde, concluye, Vjesnik, no tiene la obligación de comprender lo que está sucediendo y, por lo demás, semejante exigencia carecería de sentido. Sin embargo, teniendo en cuenta las numerosas cualidades de que ha dado prueba, esperamos de él que, al menos, no sea malévolo". Firmado: Paul Yankovitch.

Sigue la nota de la redacción de Le Monde cuyo texto íntegro transcribimos a continuación:

"La carta de los emigrados croatas que provoca tanta ira a Vjesnik ha sido publicada en Le Monde el 9 de agosto. Lo menos que cabe decir es que ese diario antes de ponerse colérico se tomó el tiempo para reflexionar. Recordemos que ese texto ha sido publicado como "testimonio" y por lo tanto compromete únicamente a sus autores quienes, contrariamente a los que insinúa Vjesnik, existen y recientemente han salido de su país. Dicho esto, no hace falta necesariamente abrigar malas intenciones hacia Yugoslavia -Le Monde difícilmente puede ser acusado de ello-, o de actuar "por cuenta de alguien" (¿de quién?) para comprobar que hubo procesos políticos en ese país y particularmente en Croacia después de la crisis desatada en diciembre último y la substitución de los dirigentes de esa República. Parece que el mismo Vjesnik no contesta, además, numerosas precisiones suministradas por los autores sobre ese tema, sino que se escuda en una referencia a los turistas extranjeros, muy poco convincente: Grecia está bastante cerca para mostrar que el turismo puede florecer bajo muchos regímenes totalitarios. Por último, el diario de Zagreb les juega a sus lectores una jugarreta muy inocentona si de veras quiere hacerles creer que el mariscal Tito pronuncia discursos sólo en forma pública y que todos sus propósitos figuran obligatoriamente en los archivos de Le Monde. Ciertas cosas deben ser dichas únicamente en los círculos restringidos, aunque existe al riesgo de "filtración".

Es picante comprobar que con anterioridad a la crisis del año pasado, la prensa croata reprochaba a Le Monde de no prestar suficiente atención a los problemas de Croacia y de llevar el agua al molino del "chovinismo serbio". Aparentemente esa misma prensa nos formula ahora el cargo a la inversa. Sin duda alguna ha sido "normalizada".

 

Gravísimos cargos contra estudiantes croatas

El Tribunal por la presión del Partido parece inclinarse hacia el más duro rigor

Corriere della Sera: 29/9/1972

Viena, 28 de septiembre de 1972

El proceso a los estudiantes universitarios croatas implicados en los "hechos croatas" del invierno pasado se acerca a su conclusión que, según los observadores, será el barómetro para el clima político actualmente existente en Yugoslavia. El acelerado andar del proceso de Zagreb, que dura ya ocho semanas, ha reflejado hasta ahora, con sus audiencias contradictorias y no sin golpes espectaculares, expectativas y temores de los croatas y, en general, de todos los yugoslavos. Si bien al comienzo parecía que sería factible el respeto de las seguridades oficiales -una discusión pública y objetiva- más tarde los mismos jueces se encontraron confundidos: las autoridades partidarias habían dado disposiciones contrarias a dichas seguridades e invitado directamente al magistrado a que se orientase hacia el rigor más severo.

El fiscal con su acusación ha indicado el sendero que debe fatalmente conducir a la formulación de la sentencia condenatoria: si al comienzo los jueces fueron propensos a considerar a los estudiantes como "cabezas calentadas" con deseo de discutir y criticar más bien que tomar "acciones subversivas", después de la acusación fiscal el problema fundamental parece ser otro: es decir, cómo armonizar una condena severa con pruebas acusatorias endebles.

Se trata de las pruebas que para el fiscal son indiscutiblemente claras: ha declarado en la sesión judicial contra Budisa, Cicak, Paradzik y Dodis -los acusados- que han transformado la Universidad de Zagreb en una célula de subversión para "formar una falange militante y terrorista alimentada por el fanatismo y chovinismo nacionalista". "El Movimiento de los estudiantes croatas universitarios", fundado presumiblemente por los acusados, habría sido un "grupo de asalto contrarrevolucionario formado a la manera de los viejos moldes de las secciones de asalto nazistas y fascistas". Aquel grupo, encabezado por los acusados -afirmó el fiscal-, se habría fijado el objetivo de "facilitar la llegada al poder en Croacia de los emigrantes políticos extremistas en perjuicio de la libertad e integridad territorial croatas".

Este durísimo discurso, que hace razonable temer lo peor para los acusados, refleja la postura ahora tomada por la justicia yugoslava para procesar a los responsables, verdaderos o presuntos, de los tumultos del invierno pasado desembocados en las dimisiones en bloque de la dirección comunista croata.

Al lado del proceso contra Budisa y sus amigos, se está desarrollando otro proceso, a puerta cerrada, contra el ex general de los guerrilleros, Tudjman, el periodista Busic y un jubilado de nombre Scukanac, acusados de espionaje en favor de los servicios secretos extranjeros. Uno más está desarrollándose en Rijeka contra diez estudiantes.

La prensa y otros medios de información yugoslavos proporcionan muy escasas noticias sobre estos procesos.

La radicalización de la política interna ha sido ya anunciada por el presidente Tito al proponer una total depuración en la Liga de los comunistas (Partido), Ahora, su "brazo derecho", Stane Dolanc, secretario de la oficina ejecutiva, ha precisado que la obra de saneamiento no se agotará con la renovación general de los carnets partidarios. Habrá más cosas: se restituirán los viejos instrumentos de Comando y de control, eliminados como inútiles y anacrónicos por el sistema de descentralización y de autogestión. Dolanc hizo pública la reconstitución de los "cuadros" del Partido y la actualización del "centralismo democrático" como el método de la transmisión de las órdenes por parte de la dirección federal de Belgrado a las organizaciones básicas.

Este sistema amenaza con neutralizar y hacer inútil al existente en las repúblicas autónomas, entre la dirección regional y "la base". Pero Stane Dolanc, hablando en Split ante una asamblea de "activistas", ha dicho que vale la pena recordar a los yugoslavos una verdad "de la cual parecen, tener vergüenza" de que el poder está en manos de los comunistas.

El "nivel ideológico" de los afiliados del Partido deberá ser elevado, por lo cual serán reabiertas las escuelas del Partido que no funcionaban desde hace algunos años.

La acción contra el nacionalismo se llevará a cabo con máximo vigor y el código de procedimiento penal se modificará, porque el existente "ofrece ventajas" a los adversarios "del sistema social". En tal sentido, Stane Dolanc ha declarado sin vacilaciones que no debería suceder que un juez se niegue instruir una causa judicial a pesar de una orden precisa del Partido. Dolanc ha dicho: "Si un juez o un fiscal no están convencidos de la legitimidad de un procedimiento exigido por el Partido, deberán instruirlo con más razón porque así podrán decir que ésta es la línea del Partido y que el mismo tiene el poder". Se trata evidentemente de un lenguaje neostalinista que está proyectando muchas sombras también sobre los procesos que están en curso en Zagreb y Rijeka.

Traducido por F. N.

Welt am Sonntag, 2-VII-72: "Una vez por todas debe sernos claro en qué se diferencia el titoísmo del bolchevismo. Hay poca diferencia. En Yugoslavia no hay economía de mercado, ni iniciativa privada; en ella no hay derecho de autodeterminación como lo revelaron los acontecimientos croatas; no hay libertad de prensa, de palabra o de pensamiento. Los aliados de la Yugoslavia "neutral" son idénticos a los de la Unión Soviética: estados árabes, India y Vietnam del Norte. Los intelectuales son perseguidos y, al observarse por acá o por allá, cierto deshielo, se trata del mismo que transitoriamente y al mismo tiempo está moviendo a los ríos rusos... Moscú comprendió bien que al comunismo se lo puede vender más fácil por la vía subsidiaria del titoísmo que directamente como comunismo moscovita... Si Europa cae en las manos socialistas, los EE.UU. deberán retirarse de allí. Una vez retirados los EE.UU. de Europa, la Unión Soviética puede contar, con seguridad, de que los "sectarios" del tipo Tito reposarán definitivamente su cabeza en el regazo de la bienaventurada iglesia moscovita... Todo esto no es contrario a la implacable brutalidad con que la Unión Soviética aniquila "movimientos titoístas" dentro de la órbita de su poder por ejemplo en Praga. Yugoslavizar a un Estado, totalmente dependiente de Moscú, significa un paso atrás. Pero yugoslavizar a uno independiente de Moscú, es un paso adelante".

Der Spiegel, Nº 25/27"...Los obreros de "Rade Koncar", gigante de la industria eléctrica de Zagreb tuvieron que esperar seis semanas para recibir apenas una cuarta parte de sus salarios mensuales. Esta empresa de exportación -la más eficaz de Croacia- se quedó sin efectivo disponible adeudándole 40 millones de dólares la central de divisas en Belgrado.

"En la república Bosnia-Herzegovina hay 128.000 obreros industriales sin recibir salarios. Las fábricas donde están trabajando dichos obreros abastecen a las empresas que permanecen líquidas durante meses. En un complejo de Bosnia "Tuzla-Sol", 13.000 obreros interrumpieron su trabajo; los centinelas de los huelguistas apalearon a su director, elegido hace poco por ellos mismos. Las entradas de los obreros en Bosnia descendieron a 160 marcos alemanes por mes. En el mes de mayo unos 9.200 obreros de Bosnia recibieron sus salarios con 19 días de atraso, causado por la falta total de dinero en las cuentas de sus empresas.

"No obstante, el director de una empresa serbia de construcción, invitó a sus amigos de negocios, dándoles pasajes aéreos, a una cena en la ciudad de Dubrovnik. La cuenta de 4.000 marcos alemanes fue cubierta por la organización de trabajo de autogestión. Particulares en Ljubljana, capital de Eslovenia, están vendiendo sus terrenos de acuerdo con el precio oficial fijo de un millón de nuevos dinares (200.000 marcos alemanes) por hectárea. Los nuevos millonarios, pagando impuestos, se quedan con más de la mitad del importe como ganancia neta. Para ganar ese importe, un obrero en Yugoslavia debería trabajar durante 45 años y un campesino 135.

Solamente en Belgrado hay varios centenares de millonarios en dinares, propietarios de departamentos de lujo, de casas de fin de semana y de yates; éstos son intermediarios en los negocios de exportación, "managers" y especuladores de las ventas de terrenos, pero también hay estrellas de cine, cantantes populares y futbolistas. Gracias al hecho de que el control impositivo actúa bien solamente en la órbita local, se lo evita con una distribución bien calculada de las cuentas en los bancos nacionales y extranjeros.

"Más del 2% de los ciudadanos de Yugoslavia vive actualmente mejor que la clase media en Norteamérica, según cálculos del sociólogo croata Stipe Suvar. 70.000 personas de Yugoslavia -después de los norteamericanos el grupo más numeroso- reservaron hoteles y entradas para los juegos olímpicos en Munich.

Por otro lado, más de la mitad de los campesinos en Yugoslavia están vegetando como pequeños propietarios de superficies de 2 hasta 6 hectáreas, pobres y minúsculas. Una cuarta parte apta para el trabajo, unos 3,000.000, en vano están buscando trabajo en su país. Alrededor de un millón encontraron empleo en el extranjero. "Yugoslavia es el más grande exportador de mano de obra en el mundo", escribió en noviembre ppdo el periódico de Zagreb Vjesnik. 50.000 obreros ganan en su propio país menos de 100 marcos alemanes. 58% de todos los que trabajan en la región de Vojvodina reciben mensualmente menos de lo que en Eslovenia está previsto como entrada mínima permitida: mil dinares (200 marcos alemanes).

"En la sesión del comité Central de la Liga Comunista de Bosnia-Herzegovina, efectuada en el mes de mayo, reconoció el camarada Galeb: "Hay empresas que se verían en situación de quiebra si pagaran las entradas personales mínimas de 800 dinares"

"Con tres mil millones de dólares de los créditos exteriores, Yugoslavia pertenece al grupo de las naciones más endeudadas. La amortización anual con los intereses se lleva casi la totalidad de las divisas del turismo.

"Los bancos tienen el monopolio del mercado financiero. Los bancos de Belgrado solamente, tienen en sus manos más del 50% de los negocios financieros. Los medios acumulados allí por la administración centralizada del Estado, se convirtieron en el capital inicial de los bancos de Belgrado en el (actual) sistema de autogestión. La actividad de dichos bancos se encuentra actualmente muy difundida. Estos gigantes financieros coparticipan en la fundación de industrias, en negocios comerciales exteriores, en el tráfico aéreo y en la edificación de hoteles.

El economista nacional -Dr Hrvoje Sosic- que fue arrestado a mediados de febrero último, sospechoso de actividad contrarrevolucionaria, describió en su libro "Za ciste racune" (Las cuentas claras) un ejemplo muy drástico. Un banco de Belgrado que otorga créditos para la construcción de hoteles, pidió del constructor el 5% de intereses y además el 3% a la comuna interesada en la construcción. Por fin, el hotel está obligado a vender al banco todas las divisas según cotización oficial (y el banco las vende por un precio doblemente mayor). Pero el mismo banco recibe del estado los intereses del 2,5% anticipadamente y por el término de 25 años (intereses anticipados) porque la construcción de hoteles pertenece al grupo de los objetos que gozan de prioridad. Sumando todo en total, el banco obtiene la ganancia del 55%. es por eso, dice Sosic, que el Poljobank (Banco agrario) pudo en cinco años aumentar su capital en tres veces.

"Gracias a tales ganancias, a los bancos no les resulta difícil pagar a sus agentes salarios altísimos. Un portero de banco puede ganar (300 marcos alemanes) más de lo que gana un ingeniero en una fábrica de tejido ilíquida (180 marcos alemanes)..."

Trad. por F. N.