El centenario de la ópera croata en Zagreb (1870-1970)

Vladimir Ciprin (*)

Studia Croatica, Año XII, Buenos Aires, 1971, N° 40-41

Ojeando páginas de la historia cultural y política croata resalta a la vista el hecho de una íntima ligazón entre actividad y realizaciones culturales por un lado y la política del otro. Un hecho, quizás, más visible que en la vida de las naciones vecinas. En efecto, mientras Croacia estuvo en el cenit de su poder político como un Estado soberano bajo el rey Tomislav en el siglo X, precisamente en 925, con un gran territorio, con un poder militar de importancia, ya al final del siglo XII Croacia integra una comunidad estatal con los húngaros, al extinguirse la dinastía de sus reyes nacionales y en el siglo XVI, junto con los húngaros, una comunidad con Austria, para encontrarse después de la primera guerra mundial en la Yugoslavia monárquica, por obra de políticos irresponsables, sin previa consulta del pueblo. Después de un breve pero difícil período de cuatro años de independencia, a causa de los torbellinos bélicos dentro y fuera de sus confines, Croacia restaurada como Estado soberano en 1941, fue otra vez en mayo de 1945 incluida en Yugoslavia, esta vez comunista.

En estas condiciones, especialmente en el curso del siglo XIX y en la lucha contra la germanización y magyarización, fueron fundadas muchas instituciones culturales, mediante las cuales viene acentuándose siempre más el intento permanente de realizar los ideales nacionales, es decir reconquistar la independencia y la libertad en su propio Estado nacional. Tomando en consideración que el pueblo croata tuvo dificultades y complicaciones más grandes en el proceso de creación de las instituciones culturales que otros pueblos que pudieron dedicarse en libertad a su vida cultural, es necesario valorizar el significado histórico de ese proceso, porque se logró mucho y de un valor considerable, a pesar de las dificultades, especialmente las de hoy en el Estado artificial de Yugoslavia, cuando está en peligro la existencia biológica misma del pueblo croata.

Ya en siglo XVI, durante recias y permanentes batallas contra los otomanos, cuando nos dieron el título "antemurale christianitatis", teníamos los croatas en la isla Hvar en el Adriático nuestro primer teatro dramático que existe hoy todavía. Allí, como también en Dubrovnik (Ragusa) actuaron compañías teatrales permanentes. En Zagreb, capital de Croacia, se organizaron en Gric (la parte alta de la vieja ciudad) presentaciones teatrales con alumnos de escuelas secundarias.

Ya desde 1797 hasta 1834 se presentaban así en Zagreb, en su teatro (hoy edificio del Museo Natural) varias piezas de las compañías teatrales alemanas o italianas para dar luego la primera presentación en croata el 10 de junio de 1840. Esta presentación se efectuó en el edificio de la municipalidad actual, donde, en efecto, empezó también el teatro permanente dramático en 1860. Ya antes de organizar el teatro lírico Permanente (Ópera), fue ejecutada en 1846 la primera ópera nacional croata del autor Vatroslav Lisinski (1819-1854), titulada "Amor y Malicia", es decir sólo 10 años después de la primera ópera rusa de Glinka "La vida por el Zar" (hoy "Ivan Susanjin") y, antes de la creación de la ópera nacional checa.

El sentido musical como un talento natural del pueblo croata, que canta en días de tristeza y de alegría, recibió un impulso mayor de desarrollo con la fundación del Instituto de Música como institución permanente en Zagreb en 1827. Todas estas instituciones fueron creadas, resistiendo a la germanización y magyarización intentadas por parte de las autoridades políticas y administrativas en Croacia, que se sentían molestas por el despertar de la conciencia nacional croata y que brotó vigorosamente en la primera mitad del siglo XIX en el movimiento del renacimiento nacional al ("ilirio") croata, cuando empezó la lucha por el idioma nacional en todos los campos de la actividad y la eliminación del latín y alemán. Así también el teatro nacional croata, como un reflejo fiel de las condiciones en que vivió el pueblo, desarrolló, junto con sus esfuerzos y logros artístico-estéticos, también el entusiasmo y la necesidad para que el pueblo se pusiera política y culturalmente firme y sobre sus propios pies.

Así, pues, fue organizada también el 2 de octubre de 1870 la Ópera croata como una institución permanente que viene actuando, con dos interrupciones muy breves, hasta hoy. Por su organización tenemos que agradecer especialmente al compositor croata Juan pl. Zajc (1831-1914), creador de la ópera croata más popular "Nicolás Subic Zrinski".

Zajc nació en Rijeka (Fiume) y ya a temprana edad se dedica a música. A los diez años de edad compone su primera fantasía para violín y piano, desarrollando el tema de la ópera de Verdi "Nabucodonosor", y con doce años de vida compone su primera ópera "María Teresa" . Más tarde fue a Milán donde estudió música, siendo premiado en 1855, mientras su ópera "La Tirolesa", también premiada, era ejecutada en el escenario del Conservatorio de Milán. La renombrada casa Ricordi tenía propósito de editar esta ópera, pero las intrigas y envidias de otros músicos consiguieron frustrar el proyecto. Cuando se intentó darle el puesto de director de la Scala, prefirió regresar a su patria donde fue nombrado director de la orquesta del teatro de su ciudad natal. Pero poco tiempo después, Zajc se marchó a Viena, donde, por intermedio de su connacional von Suppé, también compositor, nacido en Split, conoció el ambiente musical y pronto empezó a componer operetas. Sus obras tuvieron éxito y se ejecutaron en los escenarios de Viena. Su éxito es tanto más significativo por conseguirlo en la ciudad de los valses y las operetas de Johann Strauss. Después de gran éxito, su opereta "Muchachos a bordo" fue también estrenada en Zagreb, y la dirección del teatro croata lo llamó a dirigir la orquesta. Aceptó la invitación y con su llegada a Zagreb la vida musical recibe un nuevo y decisivo impulso, madurando también la idea de organizar la Ópera independiente. Al organizarla, Zajc fue nombrado su director y conductor musical.

En la solemne inauguración de la Ópera permanente croata fue ejecutada la ópera de Zajc "Mislav", donde actuó el mejor cantante croata de su tiempo, el barítono José (Josip) Kasman (1847-1925). Junto con las óperas nacionales, en el programa estaban también las obras de los autores internacionales reconocidos, especialmente italianos, como ser Rossini, Bellini, Donizzeti y, sobre todo, Verdi. Entre las obras nacionales, el más grande éxito lo tuvo la ópera "Nicolás Subic Zrinski" del mismo Zajc y que fue ejecutada por primera vez el 4 de octubre de 1876. Un par de años más tarde se presentó como director Nicolás pl. Faller, alumno del compositor francés Massenet, que coincidía idealmente con Zajc, realizando prácticamente sus ideas.

Ya antes de la fundación de la Ópera, se solía cantar, en los entreactos, varias arias de óperas y canciones, destacándose así algunas cantantes nacionales. Entre ellas se convirtió en celebridad de todo el mundo Irma pl. Murska, nacida Puksec. Fue huésped de todos los teatros de renombre en Europa, América y Australia. Bernard Shaw la denominó "pirotécnica vocal", y la crítica vienesa la llamó "Die kroatische Nachtigal" (el ruiseñor croata). Más tarde cobra gloria universal la croata Milka Trnina (1863-1944). Era huésped en Alemania como también permanentemente en la Metropolitan Opera House, en Covent Garden de Londres y en Bayreuth. En los anales de la Metropolitan quedó anotada como primera Tosca newyorquina y el mismo Puccini caracterizó su creación con las siguientes palabras: "Jamás Tosca alguna pudo acercarse a la Trnina". Sus papeles preferidos son heroínas como Isolda, Senta, Elsa, Elizabeth, Brunilda y Kundry de Wagner. Además de estas dos croatas, se desempeñaron en aquel tiempo en Alemania otras dos connacionales. Blazenka Krnic y Thea pl. Pesc.

En 1894 se organiza el primer conjunto permanente de ballet -"corps de ballet"- que se presentó por primera vez en la ejecución de la ópera "Nicolás Subic Zrinski". Más tarde, en la primera mitad de nuestro siglo, un destacado talento del ballet, la croata Mija Corak, conocida en el mundo por el nombre Slavenska, participa en los conjuntos de París y Nueva York, donde queda definitivamente organizando una escuela de ballet.

En 1895 fue inaugurado el nuevo edificio del teatro, el actual, que es, de acuerdo a la opinión de especialistas, por su ubicación y colocación, uno de los más hermosos teatros, cercado por grandes espacios, canteros y flores. En la misma oportunidad y en presencia del mismo emperador Francisco José I, fue descubierto al público también el gran telón del teatro, obra del pintor Vlaho Bukovac, elaborado de acuerdo a las ideas del director del Teatro, Stjepan pl. Miletic, representando el Renacimiento croata. Son pocos los teatros que tienen algo semejante, uniendo en sí con el significado histórico-nacional también un valor artístico de consideración. De lo mismo se desprende qué gran papel desempeñó el Teatro en la vida política y cultural del pueblo croata.

El teatro de Zagreb no es un edificio sin personalidad, frío y sin alma como son los teatros de América y algunos centros europeos, donde se unen solamente las pretensiones artísticas y comerciales. El teatro de Zagreb tiene un carácter completamente diferente. Aquí se unió el ideal de rebelión croata con las ideas liberales del occidente europeo sintetizando todo en un ropaje artístico. Esta misión del Teatro croata empezó ya en el edificio anterior, el antiguo, en la parte alta de la ciudad, con las primeras arias y canciones del renacimiento para convertirse, en el nuevo edificio, en una protesta universal y magnífica de todo el pueblo contra la tiranía y por la libertad. El estilo de esta protesta se lo dieron los versos del poeta Gundulic, como también la poesía llena de entusiasmo por la libertad de la ópera "Porin" de Lisinski, convirtiéndose el todo en un imperativo categórico político y cultural.

Así, en este nuevo lugar, bajo la experta y segura mano del intendente del Teatro, Stjepan pl. Miletic, un creador y reformador ideal y entusiasta del arte teatral croata, empieza la subida, rápida y constante, del arte teatral. Hasta algunos estrenos se ejecutan antes en Zagreb que en Viena. Así fue, por ejemplo, con la ópera "Dalibor" de Smetana y "Eugenio Onegin" de Chaikovski. En 1897 fue efectuada la primera presentación (43 años después de la muerte de su autor) de ópera "Porin" de Vatroslav Lisinski. El acontecimiento tuvo éxito artístico y nacional, pues, junto a su valor musical (el autor compuso la obra en Praga, donde Lisinski perfeccionaba en el Conservatorio local su saber musical) en el espíritu del momento, la obra se refiere a la liberación de Croacia del dominio extranjero. Naturalmente, las autoridades austríacas no miraban todo esto con indiferencia y cuando Milka Trnina, después de 8 presentaciones triunfales, saludada y ovacionado por el público, declaró públicamente que era croata y que lo sería para siempre, fue motivo para la segunda supresión de la Ópera croata. El ban Khuen Hedervary, húngaro y enemigo de Croacia, prohibió la actividad de la Ópera en 1902. Pero igual como después de la primera (1889-1894), Zagreb continuó sus presentaciones teatrales líricas. Se realizaron presentaciones en diversas asociaciones culturales y de beneficencia así que, a pesar de la supresión oficial, la continuidad fue lograda. En 1909 la Ópera empieza otra vez a trabajar oficialmente continuando así hasta el momento presente. Desde 1911 hasta 1918 se presenta en todas las partes de Croacia. En Dubrovnik, Split, Sibenik, Opatia y Sarajevo y, hasta que no fue organizada la Ópera en Lubiana, capital de Eslovenia, la Ópera croata se presentó en el curso del año 1913 también en esa ciudad.

Si tenemos presente que en el teatro de Zagreb, junto con drama y ópera, se vieron también opereta y ballet, recién entonces podemos apreciar con justicia la amplitud e importancia de la labor cultural de esa institución. En efecto, muchos especialistas reconocieron que pocos teatros en el mundo hicieron tantos esfuerzos y desarrollaron tanta actividad con resultados casi siempre de un nivel artístico digno del reconocimiento.

Después de la Primera Guerra Mundial fue organizada la Filarmónica de Zagreb, que mereció en los últimos años elogios y reconocimiento, presentándose en el extranjero (Alemania, Austria, Checo-Eslovaquia), dirigida no sólo por maestros croatas como Milan Sachs, Kressimir Baranovic, Lovro Matacic, Milan Horvat, sino también por los extranjeros de renombre internacional en calidad de huéspedes como Hans Knappertsbusch, Bruno Walter, Tullo Serafin, Karl Böhm, para mencionar sólo a algunos de ellos.

En el mismo período se formó el "Cuarteto de Zagreb", presentándose por todas partes en Europa y mereciendo grandes elogios. La alta cultura musical de Zagreb hizo posible también la creación del conjunto "Los Solistas de Zagreb" que contribuyeron a la reputación de la metrópoli de Croacia, pero lamentablemente aquí en Buenos Aires, con motivo de su presentación, no se mencionó ni una sola vez de que se trata de croatas, a pesar que sus participantes eran todos croatas y egresados del Instituto de Música de Zagreb, especial en su última presentación en el teatro Colón en 1969.

Durante todo este tiempo, especialmente entre las dos guerras, el nivel de las realizaciones de la Ópera croata compitió con éxito con los grandes escenarios europeos. Esto está confirmado muy bien por la presentación de los artistas extranjeros en Zagreb y los croatas en el extranjero. Así se presentaron en Zagreb Beniamino Gigli, Lauro Volpi, Cristi Solari, Belina Skupjevski, Burdinot, Leo Siezak, Fedor Chaliapin, Zalewski, Jurenjev, Gino Becchi, Ema Destinova, Jarmila Noovtny, Bidú Sayao, María Caniglia, Rosette Anday y más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial, Richard Tucker, Mario del Mónaco, Birghit Nilson y otros cantantes que fueron también huéspedes de la Metropolitan Ópera House, del Colón y el Covent Garden, para mencionar sola mente los centros más renombrados. Entre los dirigentes más famosos se presentaron en Zagreb Bruno Walter, Tulio Serafin, Furtwaengler, Knappertsbusch, Karl Böhn y Richard Strauss. Un éxito considerable y el reconocimiento a la Ópera croata fue contabilizado con motivo de la presentación de Chaliapin en la ópera "Boris Godunov". Chaliapin elogió la presentación en su totalidad, especialmente la creación vocal y dramática del bajo Toso Lesic en el papel de Varlaam. Chaliapin declaró que éste fue el mejor Varlaam que actuó con él hasta entonces.

De los teatros extranjeros tomados en su conjunto total, se presentaron en Zagreb la Ópera de Dresden y Frankfurt con solistas, coro, orquesta y decorados en "El caballero de la Rosa" de R. Strauss y "Fidelio" de Beethoven; luego "Ópera Comique" en las óperas "Carmen" (Bizet); "Fausto" (Gounod) y "Manon" (Massenet), la Ópera Real de Bucarest con "Aída" y "Carmen", como también la Scala de Milán y el Teatro Reale dell'Opera di Roma.

La presentación de la Scala de Milán con personal de segunda categoría fracasó y tuvo una crítica muy negativa. La segunda presentación de los cantantes italianos de la Ópera de Roma fue completa con las figuras más destacadas como ser Gigli, Gino Becchi, María Caniglia en la ópera "Aída" . Al cantar la primera aria, Gigli demostraba visible miedo. Más tarde se estabilizó y estuvo excelente como siempre. En el banquete preparado en su honor en la sede del alcalde de Zagreb señor Werner Gigli hizo elogio sin reserva a la crítica musical de Zagreb, añadiendo conocer la crítica negativa que se hizo sobre la actuación de la Scala y que por eso tenía un poco de temor al empezar su papel. Esto puede servir también como prueba de la alta calidad de la Ópera croata, porque si ésta no estuviera acostumbrada a las actuaciones de calidad, la crítica de la Scala no habría sido tan severa.

De las cantantes croatas, que gozaron de una gloria internacional, junto a las dos ya mencionadas -Irma pl. Murska y Milka Trnina- la más conocida es la alumna de M. Trnina, Zinka Kunc-Milanov, del elenco estable de la Metropolitan Ópera House durante 25 años y poseedora del título "First Lady of Met", es decir primera dama de la Metropolitan.

Entre una treintena de sus papeles, las más importantes son: Tosca, Turundat, Amelia (El Baile de Máscaras), Norma, Luisa (Charpentier). Además participó en los festivales de Salzburgo dirigidos por B. Walter en "Requiem" de Verdi y en "Missa Solemnis" de Beethoven y en su "IX Sinfonía".

También Maja Strozzi-Pecic tuvo grandes éxitos internacionales como una cantante de coloratura, cantando obras de Stravinski y de compositores contemporáneos croatas, acompañada en el piano por su esposo Bela pl. Pecic. Además hay que mencionar a Djurdja Milinkovic, huésped de las Óperas alemanas, a Ana Jelacic, Marjada Radev, Marta Pespisil, Vilma Nozinic, Srebrenka Jurinac, miembro de la Ópera estatal de Viena en la actualidad, Biserka Cvejic, Ruza Pospis, Draga Martinis, etc.

De los cantantes croatas que se presentan en el extranjero vale mencionar: a Tomislav Neralic (miembro permanente de la Ópera de Berlín), Vladimir Pulzjak, miembro de la ópera de Hamburgo y huésped también en la Metropolitan; Ratko Delorko en Dusseldorf. Muchas veces se han presentado también los cantantes Pavao Marion Vlahovic y Marko Vuskovic (ya fallecido). Además, Marko Rothmueller, actualmente tiene su escuela de canto en Nueva York, Tino Patiera, Rodolfo Zupan (actualmente en Santiago de Chile), Dragutin Sostarko (actualmente en Chicago), etc.

De los directores croatas fueron huéspedes o lo son: Lovro pl. Matacic, primer croata que dirigió en Bayreuth 1959 (se presentó también en el Colón), hoy director de la Filarmónica de Zagreb; Kresimir Baranovic, Berislav Klobucar (se presentó en el Colón y en la Metropolitan), Bailan Basic, ex director del teatro de Salzburg y Milan Horvat, conocido en Europa por sus múltiples actuaciones, hoy director de la radio, de Viena.

Todas estas actuaciones recíprocas confirman y elevan el nivel de los logros artísticos de la Ópera croata, haciéndole posible el conocimiento de los estilos de varias épocas musicales y la técnica vocal de los cantantes, mientras sus directores, escenógrafos y cantantes se habilitaron para la ejecución de los más variados estilos en la forma más auténtica enriquecidos por una experiencia muy amplia. Así la Ópera croata con su tradición cultural ya afirmada pudo, durante la restauración de la independencia de Croacia de 1941-1945, presentarse en su propio Estado bajo el nombre "Ópera Estatal de Croacia" y bajo la dirección del Prof. D. Zanko, reconocido erudito croata en el campo literario filosófico y de crítica teatral, de igual a igual con otras instituciones de primer rango en Europa. Durante los cuatro años de la independencia renovada de Croacia, a pesar de una guerra devastadora, no se puede aplicar a la actividad cultural aquel proverbio latín: Inter armas silent musae. La actividad cultural anotaba constantes progresos. En la Ópera se ejecutaron obras, nacionales y extranjeras, se organizaron conciertos de Filarmónica nacional o extranjeras como si los croatas hubieran querido sofocar los gritos de la guerra y el fuego con las voces y complejos orquestales, lo que, en su conjunto, casi preparaba al trágico final del pueblo croata en 1945. En aquel período la Ópera croata se presentó por primera vez en el extranjero con sus solistas, coro, orquesta y decoraciones en cuatro centros europeos: En Viena con la ópera de Zajc "Nicolás Subic Zrinski" y con la ópera cómica del compositor croata contemporáneo Jakov Gotovac "Ero del otro Mundo" en Venecia, Florencia y Roma. En Viena presencia la presentación de "Ero del otro Mundo" R. Strauss, mientras en Roma el público melómano obliga varias veces la repetición de partes enteras, especialmente la danza final del último acto.

A mediados de 1945 Croacia, después de la pérdida de su independencia, se halló en la comunidad de las repúblicas federales de Yugoslavia. La Ópera, después de una breve pausa, empieza a trabajar y después de un par de años se presenta con sus cantantes en los mayores teatros de Europa y hasta en el Japón (Tokio y Osaka) donde el público entusiasta arrojaba flores sobre los cantantes, la orquesta y el director.

Por fin los festivales musicales y dramáticos en Dubrovnik que se organizan cada año, en agosto y septiembre, están reuniendo cada vez más a los artistas mundiales, dramáticos y musicales, recobrando cada vez más su notoriedad en el mundo y haciendo una buena propaganda no sólo para los artistas croatas, sino también para las bellezas naturales de aquella maravillosa región. Uno de los amigos de los festivales de Dubrovnik es también el compositor inglés Benjamín Britten. El dirigente alemán, de renombre mundial, Herbert von Karaian se entusiasmó de tal manera con la ejecución de la ópera "Boris Godunov" por el conjunto teatral de Zagreb que personalmente invitó a los solistas y el coro del teatro de Zagreb a los festivales de Salzburgo.

Lamentablemente todas las presentaciones de los artistas croatas y sus éxitos se contabilizan como éxitos yugoeslavos, porque así oficialmente se exige. Por lo tanto, los testimonios de los círculos artísticos extranjeros tienen más importancia en este sentido, cuando se refieren con objetividad desinteresada a la actividad creadora y artística croata. Así, por ejemplo, Thomas Mann en la obra "Dr. Fausto" dice entre otras cosas: "...lo mejor de lo mejor... Maja de Strozzi-Pecic, croata, hoy la más hermosa soprano de los dos hemisferios".

Los compositores croatas

Hablando de la actividad de la Ópera croata, debemos mencionar también que en Croacia hay un gran número de compositores, sea de la generación anterior o la contemporánea, cuyas obras, especialmente, de carácter sinfónico o lírico, fueron presentadas o se están ejecutando en varios teatros europeos.

En cuanto al fundador de la Ópera croata -Juan pl. Zajc- hay que recalcar que su ópera "Nicolás Subic Zrinski", la más popular ópera, es una apoteosis del heroísmo del ban Zrinski, quien con un puñado de sus soldados impidió la invasión de los turcos contra Viena y Budapest (1666). Lo mismo vale para las dos óperas de V. Lisinski: "Amor y Malicia" y "Porin". Lisinski trabajó en Praga, lo que favoreció la edición y ejecución de muchas de sus obras vocales que hoy se están ejecutando en Croacia.

Entre los compositores de la generación actual, el más conocido es Jakov Gotovac (n. 1895), autor de la ópera cómica y más conocida "Ero del Otro Mundo", que fue ejecutada unos 40 veces en el extranjero (en Francia, Inglaterra, Alemania e Italia) y hasta en el Japón (Tokio y Osaka). Este autor compuso también la ópera "Morana", que también tuvo éxito en extranjero, luego "Kamenik", etc. Su "Danza Sinfónica" tuvo un considerable éxito en el exterior por su rica escala de melos popular y por su ritmo en un ropaje muy sonoro. Una serie de opus para coro y canciones son parte integrante de su amplia creación artística, obra preferida de todos los coros croatas y de muchas en el exterior que los hacen figurar en sus programas.

Como el maestro de orquestación fue conocido en el extranjero el compositor Blagoje Bersa (1873-1934), autor de las óperas "Oganj" (El fuego) y "Postolar od Delft" (El zapatero de Delft). Es conocido también como instrumentador del compositor francés de ópera D'Albert y de opereta de Lehar. Su obra sinfónica es "Suncana Polja" (Los Campos de Sol).

Además hay que mencionar a Antonio Dobronic (1878-1955), autor de la ópera "La Viuda Roslinka", al Dr. Bozidar Sirola (1889-1956), pionero de las tendencias folklóricas modernas en la música, conocido como musicólogo y autor de muchas obras para coros. Una de ellas, el oratorio "La Vida de los S.S. Cirilo y Metodio" tuvo gran éxito en Frankfurt, Alemania en 1927. Es autor también de la ópera "Grabancijas Djak (El alumno Grabancijas). Aquí pertenece también Josip Stolcer-Slavenski (1896-1955), autor de muchas obras de la música de cámara, para coros y de carácter sinfónico, reconocido como un revolucionario en la música croata. Es discípulo de Kodaly y de Viteslav Novak, sintiéndose también una gran influencia del folklor moderno de Bartok. Es conocido también en Alemania y algunas de sus obras fueron impresas en la casa editorial Schott mientras su cuarteto fue ejecutado en Donauschingen.

Cristobal Odak es autor de la opera "Dorica Plese" (Dora está bailando) concebida e inspirada por puros motivos populares exclusivamente Francisco Lhotka, compositor de ballet, "El diablo en aldea", que fue ejecutado en varios teatros europeos.

De la generación anterior y que todavía viven, el más conocido es Boris Papandopulo (1906) hijo de la renombrada cantante croata Maja Strozzi-Pecic, compositor de "Sinfonietta" conocida también en el extranjero, autor de dos óperas y unas cuantas obras orquestales, y por fin Francisco Lucic (1889).

De la generación más joven, mencionamos a Stjepan Sulek (1914), autor de dos óperas "Coriolán" y "Oluja" (Huracán) y pedagogo para la orquestación en la Academia Musical de Zagreb. Su alumno Milko Kelemen, el representante de la composición atonal-serial y organizador del Bienal de Zagreb, adonde concurren representantes creativos y recreativos de casi todo el mundo, con un programa muy amplio de la música contemporánea. Ivan Brkanovic (1906), autor de la ópera "Equinoccio", mientras del grupo electrónico el más conocido es Branimir Saka (1918). Su obra "La Sinfonía de un soldado muerto", fue adaptada más tarde para ballet con el que el ballet de la Ópera de Zagreb se presentó con gran éxito en Nápoles. Mencionamos también a Milo Cipra (1906) autor de la música de cámara y orquesta, conocido también fuera de los confines de su Patria.

El Instituto Musical de Zagreb, fundado en 1827, como hemos dicho, ha desarrollado una amplia actividad en el campo pedagógico, formando un gran número de los excelentes profesores y los artistas de reproducción, que son su mejor legitimación en el mundo (Solistas de Zagreb). De allí salió la primadonna Zinka Kunc-Milanov. Después de las primeras instrucciones por parte de Milka Trnina, continuó sus estudios en la Academia Pedagógica de Zagreb, con la profesora del Instituto de Música María Kostrencic que formó una serie de las cantantes.

El Prof. Svetislav Stancic, el conocido virtuoso, alumno de F. Busoni, autor de muchas obras para el piano, formó una entera generación de pianistas. Entre ellos se destaca el compositor y pianista Prof. Bozidar Kunc, hermano de Zinka Kunc-Milanov. El Prof. Kunc murió hace algunos años en Detroit, durante un concierto. Su concierto para violín y orquesta fue premiado en Norteamérica después de la ejecución por el violinista Zlatko Balokovic. El Prof. Kunc se presentó como pianista en muchos conciertos en Europa y América donde, en su calidad de colaborador de piano y correpetidor de su hermana Zinka tuvo la oportunidad de conocer los ambientes musicales de toda la América.

Entre los alumnos de Stanislay Stacibic, son conocidos mundialmente Branka Musulin (hoy en Alemania) y Melita Lorkovic (hoy en El Cairo).

Entre los musicólogos croatas el más conocido es el Dr. Artur Schneider (1879-1940) y entre los que viven, el Dr. Dragan Plamenac (1895), actualmente en la Universidad Illinois, U.S.A., ex presidente de American Musicological Society, autor de la compilación completa de las obras de Ivo Lukacic, franciscano de Sibenik (1587-1648) compositor del estilo monodiano, y el Prof. José Andreis (1909) un trabajador incansable en su campo, autor de la "Historia de Música" croata, fundador de la Enciclopedia Musical y la recién fundada Sociedad de la Musicología.

Los operistas croatas en el Teatro Colón y la Metropolitan Opera House

Que los cantantes croatas y los artistas musicales en general se han consagrado también fuera de los confines de su Patria y Europa, nos ofrece testimonio también el Simposio, publicado en Buenos Aires con motivo de cumplirse 60 años de la existencia y actividad del Teatro Colón.

Por él nos enteramos que en el Colón, el teatro más grande y más conocido después de la Metropolitan de Nueva York, actuaron como huéspedes los siguientes croatas: Zinka-Kunc-Milanov, 25 años en la Metropolitan con el título "the first Lady of Met" y titular de las creaciones más brillantes de Leonora, Norma, Tosca, Aída, etc., digna alumna de Milka Trnina y la tradición de la escuela de canto del Instituto Musical de Zagreh, luego el barítono Marko Rothmuller, hoy maestro de canto en Nueva York. Después de la publicación de dicho Simposio cantaron en el Colón también: Djurdja pl. Milinkovic, Sena Jurinac, miembro permanente de la Ópera de Viena; Marjana Radev, frecuente huésped de la Scala de Milán y Biserka Cvejic. De los directores: Lovro pl. Matacic y Berislav Klobucar, huésped también de la Metropolitan. De otras nacionalidades, permanentes miembros y huéspedes de la Ópera de Zagreb se presentaron en el Colón: los tenores rusos B. Skupjevski y A. Veselowski y los bajos-barítonos Zalewski y Jurenjev como también el tenor esloveno Josip Rijavec, miembro por muchos años de la Ópera croata.

En esta oportunidad hay que destacar con orgullo por parte nuestra, que en la segunda presentación de inauguración de la Metropolitan Ópera en 1883 se presentó el croata Josip Kasman, considerado el rey de los barítonos en aquel tiempo y cantó en la ópera de Donizzeti "Lucía di Lamermoore". Además el primer protagonista de "Don Giovanni" de Mozart, primer conde Luna ("ll Trovatore"), primer Hamlet de la ópera homónima de Thomas y primer Teiramund en "Lohengrin" de Wagner.

Entre los huéspedes de la Metropolitan -aparte de Zinka Kunc-Milanov y Marko Rothmuller que ya hemos mencionado-, de la generación reciente se presentaron Vladimir Ruzdjak, miembro de la Ópera de Hamburgo, y la señora Ruza Pospis-Baldani, que en sus 24 años de vida sorprendió al público newyorkino con una voz de un alto pastoso y de mezzosoprano de altura brillante. En el campo del arte del Ballet y luego también en coreografía, Mija Corak-Slavenska representó dignamente a Croacia.

Visto todo esto, resulta lógico que Antonio Janigro, quien vino a Zagreb de muchacho y se asimiló allí y se desempeñó durante 20 años como profesor de violoncelo en la Academia de Música de Zagreb, pudo organizar el conocido conjunto de cámara "Zagrebacki Solisti" (Solistas de Zagreb), de los cuales dijo un serio crítico musical de Buenos Aires que están entre los mejores, si no son quizás, los mejores del mundo. Janigro pudo hacerlo porque casi la totalidad de su conjunto salió directa o indirectamente de la renombrada escuela para violín de la Academia Musical de Zagreb del Prof. V. Huml, alumno de Sevcik. Sus alumnos son también Zlatko Balokovic y Ladislav Slik.

Con motivo de celebrarse el primer centenario de la existencia de la Ópera estable croata, que se efectuó en octubre de 1970 en Zagreb, en su edificio renovado y modernizado, provisto de los instrumentales más modernos y máquinas escénicas como también de un interieur de lujo, hemos considerado oportuno informar en estas breves líneas sobre la cultura musical del pueblo croata. Así se podrá tener también un panorama de lo que el pueblo croata contribuyó al patrimonio universal en el campo de la cultura -precisamente en el campo musical-. Zagreb, de acuerdo a lo expuesto, es un importante centro, realmente un vivero de los talentos musicales.

Esta es la breve reseña de la música croata creativa y reproductiva en sus rasgos principales. Creemos que podrá servir suficientemente para apreciar el significado y el aporte de la creación musical croata en la misma Croacia como también en el contacto e intercambio recíproco de los bienes espirituales de aquel país y los demás pueblos.

(Traducido por F.N.)

 

 



* El autor del presente artículo es crítico musical de Zagreb en el período de 1931-1945.