ESTEBAN RADIC Y SU MOVIMIENTO CAMPESINO

Eugen Laxa

Studia Croatica, Año IX – Buenos Aires, 1968, Vol. 28-31

 

ESTE AÑO se cumple el 40 aniversario de la muerte del destacado líder político croata Esteban Radic. Su figura en la reciente historia croata es tan trascedente que merece un extenso comentario. Se trata, en realidad, de una de las personalidades más representativas de la historia croata en la primera mitad de nuestro siglo.

Antes de abordar el tema, trataré de ilustrar las condiciones imperantes en Croacia, cuando Radic inició su actividad política, lo que facilitará que los lectores comprendan mejor la personalidad descollante de este líder croata. Nos referimos al principio del siglo XX. En aquel entonces, en Croacia, como casi en todos los países centro-orientales europeos, los campesinos constituían el alto porcentaje de la población (hasta el 80%).

Políticamente Croacia era el reino asociado con Hungría y Austria, conservando todavía algunos atributos de su soberanía. Tras la extinción de la dinastía nacional, Croacia se asoció en 1102 con Hungría en una unión personal (solamente reyes comunes), unión que perduró, con ciertas interrupciones, hasta 1527, cuando los estamentos croatas eligieron en Cetinje como sus reyes a los monarcas de los Habsburgo. Aunque, en virtud del Compromiso húngaro-croata de 1868, a Croacia fueron garantizados los derechos de independencia en distintas jurisdicciones, la ingerencia húngara no cesaba, lo que creaba constantemente situaciones harto difíciles y sumamente tensas. Huelga acotar que Dalmacia estaba todavía bajo el poder directo de Austria, mientras Bosnia y Herzegovina desde 1878 estaban ocupadas por la Monarquía danubiana.

El campesinado, tal como era entonces en Croacia, hoy no existe casi en ninguna parte. En el Occidente, y especialmente en el continente americano, hace tiempo que los campesinos están incorporados en la actividad comercial y el progreso técnico a tal punto que han cesado de ser campesinos en el sentido que le damos, mientras que el comunismo en la mayoría de los países de la Europa centro-oriental destruyó las estructuras del campo, alteró el sistema de propiedad, obligó a la mayoría de los campesinos a abandonar el campo y buscar el trabajo en la ciudad o el empleo en las cooperativas agrícolas estatales.

En la época a que nos referimos, el campesino croata vivía con su familia en el campo, que fue durante siglos y generaciones la propiedad de sus antepasados. En las aldeas, sin mayores cambios, se sucedían generaciones tras generaciones apegadas a su terruño natal, fieles a las tradiciones y costumbres milenarias, respetuosas de los principios ético-morales, heredados de generaciones atrás. El campesino vivía en su aldea, sus vecinos campesinos compartían con él idénticos principios, problemas, alegrías y dolores. Semejante medio social unía aún más a cada campesino con sus vecinos y su aldea. La propiedad de la tierra era inalienable. De su tenencia y buen cultivo dependía la existencia de la familia. Para que esas familias pudieran mantenerse tan largo tiempo, se debe a un sistema de posesión específico —el sistema de posesión familiar croata, llamado Zadruga (Cooperativa) que por su originalidad es tema de estudios de los especialistas también extranjeros—. Zadruga era una unidad económica de carácter autárquico, consistente en varias familias consanguíneas de 20 hasta 60 miembros. Compartían el mismo hogar, cultivaban el campo, criaban animales. Todos los miembros de Zadruga trabajan de acuerdo al sexo, edad y capacidad. Zadruga cubría las necesidades de sus miembros, haciéndose en su seno incluso la ropa y el calzado. Las demás necesidades atendían pequeños artesanos de las ciudades más cercanos. En Zadruga todos los miembros gozaban de iguales derechos, participaban por partes iguales del ingreso, eligiendo todos los años a un jefe que dirigía la actividad de esta comunidad. En los tiempos anteriores, el campesino hacía trueque, es decir cambiaba sus productos por los productos del artesano. Cuando se extendió el sistema monetario, sus necesidades de disponer de plata crecían de día en día, los campesinos contraían deudas, lo que originaba crisis en su economía y la consiguiente partición de Zadruga, la parcelación de sus propiedades y la baja del nivel de vida. El campesino carecía del efectivo para pagar muchos artículos que producía anteriormente en su hogar. Siempre escaseaba el dinero por no hallar suficiente mercado para los productos agrícolas. La Ley de 1880 sobre Zadruga permitió su división, lo que motivó la partición de la propiedad campesina en pequeñas parcelas, a menudo insuficientes para mantener a una familia.

Por otra parte, el campesino ocupaba el último peldaño en la escala social. En la Croacia propiamente dicha, la servidumbre fue derogada en 1848 y el campesino, aún libre, no pudo alcanzar el nivel del pequeño artesano o comerciante, sin hablar del párroco o abogado. Esta gente, viviendo en ciudades y burgos, como si se hubiera separado de su propio pueblo, no se ocupaba del campesino, mostrándole su desprecio y hasta hostilidad. Todo eso era secuela de influjo foráneo sobre la pequeña burguesía, atraída por los valores importados, ignara de los genuinos valores de su propio pueblo. Este contraste aumentaba cuando los hijos de campesinos, diplomados en escuelas superiores o capacitados en centros de artesanía, retornaban de las ciudades más cercanas a su aldeas natales y se hacían defensores más fervorosos de los "señores" contra los campesinos.

En lo político, los campesinos no estaban mejor. El derecho de voto, lo podía ejercer solamente el elector que pagaba más de 25 florines (unos 10 dólares) del impuesto directo (mientras los empleados estatales y municipales estaban excluidos de esta limitación), lo que representaba mucho más de lo que pagaba el campesino tomado en su promedio. Por este hecho el campesino no era electoralmente interesante, los partidos políticos de entonces, sin que podamos negarles los ideales patrióticos más elevados, no se interesaban por el campesino. El no era un sujeto político sino solamente el objeto. A nadie le gustó acercarse a este campesinado que, tanto por su número como por su tradición, era la columna vertebral del pueblo croata.

En semejante ambiente nacieron de padres campesinos los hermanos Ante y Esteban Radic en 1868 y 1871, respectivamente, en la aldea Trebarjevo, no lejos de Zagreb. De niños conocieron la vida de los campesinos y todos sus principios morales, gracias a los cuales pudieron mantenerse sanos y honestos. Habiendo sido sus padres campesinos adelantados, lograron darles la instrucción superior a los dos muchachos de inteligencia excepcional. Ante, el mayor, se dedicó a la filología y filosofía, mientras Esteban, el menor, prefirió el derecho y las ciencias político-sociales.

Ya de estudiante y como joven profesor, Ante Radic fue impresionado por el desequilibrio imperante en el escenario político-social croata. Por un lado, políticos burgueses polemizan con actitud acerca, de los principios abstractos, mientras que por el otro la enorme masa campesina se halla en estado letárgico. Ante Radic percibió exactamente que en Croacia precisamente los campesinos durante siglos de la invasión y la intromisión extranjeras conservaron su idioma y sus costumbres autóctonas, preservando así la individualidad nacional, mientras que la burguesía, bajo el influjo alemán, italiano y húngaro, se distanciaba cada vez más del grueso de su pueblo. Al ver ese estado de cosas y por ser el mismo hijo de campesinos, decidió emprender una acción para ilustrar y despertar esas masas campesinas con el fin de conquistarles la correspondiente posición en la sociedad, de acuerdo a su importancia.

Con este propósito empezó en 1898 a editar su periódico quincenal Dom. En dicho periódico, era la idea de Ante Radic, habrían de colaborar sólo los campesinos, abordando en la forma clara y sencilla los problemas de la vida cotidiana. Su felicidad más grande era recibir innumerables cartas, escritas con la torpe mano campesina, expresando a los autores su solidaridad con las opiniones publicadas en Dom. Dentro de poco Dom se convirtió en la lectura favorita de todas las aldeas de Croacia. Los campesinos de la Croacia propiamente dicha comprobaron que los campesinos de Dalmacia, Bosnia o Srijem piensan igual que ellos. Esta identidad de miras dio testimonio vivo de la unidad de los campesinos croatas. No era de menor importancia la labor de Ante Radic en la redacción del Simposio para la vida y costumbres del pueblo, editado por la Academia de Ciencias y Artes de Zagreb. Gracias a las encuestas con 1600 preguntas concernientes a todos los aspectos de la vida campesina, desde la tradición oral y los principios morales hasta herramientas e utensilios, Ante Radic fue primero en codificar sistemáticamente el tesoro etnológico, asegurándose el puesto del primer sociólogo croata. Trabajó en el campo sociológico y cultural hasta su muerte acaecida el día 10/2/1919. Su muerte fue un grave golpe al Partido, cuyo padre intelectual e iniciador era.

Pero a Ante Radic, hombre reposado, calmo y científicamente metódico, le faltaba el fuego interno, el impulso de tribuno para mobilizar a esa enorme masa humana, forjar su conciencia política y elevarla a la dignidad de un sujeto político. Estas calidades y esta tarea la asumió su hermano Esteban, quien, al concluir sus estudios en Praga y Paris, regresó en 1902 a Croacia.

Espíritu temperamental y contagioso, lleno de dinamismo y actividad, era un excelente alumno. Aunque de vista defectuosa, leía rápidamente y su memoria era extraordinaria. Ya de alumno secundario participó en las manifestaciones de los universitarios y de estudiante universitario, por su participación en la quema de la bandera húngara fue excluido de la Universidad, lo que lo obligó a terminar sus estudios en Praga. Radic no adhirió a las ideas de Masaryk, a pesar de que éste era el verdadero líder político en Praga, porque sus ideas, en opinión de Radic, eran extrañas al pueblo croata. Al contrario, abrazó las ideas del paneslavismo que en aquel momento estaban en gran boga. Idealista romántico, abrazó estas ideas y fue gran paladín del paneslavismo, vislumbrando en él la salvación de todos los eslavos ante la expansión germana. Terminados sus estudios de derecho en Praga, se traslada a Paris donde con nota excelente rindió los exámenes finales en la Escuela Superior de las Ciencias Políticas.

Regresado a su país, coincidió con su hermano Ante de que la fuerza política principal de los pueblos agrícolas son sus campesinos, especialmente en Croacia, donde constituían más de 80% de la población. Por ende, Esteban Radic empieza a visitar las aldeas. Ya en sus primeros contactos con los campesinos se mostró un orador extraordinario, fascinando a sus oyentes y convirtiéndolos en sus fervientes adeptos y colaboradores. Les habló en el idioma de ellos, de sus problemas, infundiéndoles fe en un futuro mejor, cuando los campesinos mismos habrán de decidir sobre su destino. Radic inmediatamente se percató del peligro de la ideología marxista, y supo sintetizar la profunda religiosidad del campesino croata y su apego a la tierra en dos simples slogans, que hasta los tiempos recientes quedaron como lema de su movimiento: Fe en Dios y la unión campesina, y Seamos dueños de lo nuestro, defendamos unidos nuestro Hogar.

LOS CAMPESINOS SE DESPIERTAN

LA LABOR de los hermanos Radic dio su fruto. Las masas campesinas empezaron a agruparse de manera que se sintió la necesidad de organizar un partido político. Esteban publica en 1902 un trabajo titulado "El Partido más fuerte en Croacia" que trata del futuro partido campesino. En el periódico Hrvatska Misao (mayo de 1904) entre las ideas rectoras del nuevo partido proclama: "El Partido Campesino Croata no es un partido de clase sino nacional y como tal enarbola todos nuestros ideales políticos, principalmente el ideal de la independencia e integridad territorial del Estado de Croacia". Mientras el nuevo partido carece de adeptos en la capital, su espíritu trasciende a todas las comunas, hasta las más remotas y las más pobres, y por doquier infunde la esperanza en la justicia, libertad y el progreso.

En la reunión preparatoria para la constitución del partido que tuvo efecto en 1904, Ante Radic declaró que su partido se basará en la idea del Estado croata y en la conciencia campesina. El partido fue constituido formalmente en diciembre de 1904. Su primera Comisión directiva fue integrada por 19 intelectuales y 2 campesinos, pero ya a principios de 1905 la Comisión se amplía y los campesinos prevalecen en ella. Esteban Radic fue elegido presidente y ocupará este cargo hasta su muerte trágica. En 1906 Dom se convierte en el órgano oficial del partido, posee su imprenta, cuyos accionistas son casi exclusivamente los campesinos.

Las autoridades interponían muchas dificultades al nuevo partido, prohibiendo sus mítines y reuniones por considerarlo revolucionario, ya que reclamaba el derecho de voto para todos quienes tienen obligación de servicio militar y de pago de impuestos. Radic y sus colaboradores continuaron trabajando con ahínco, mas la parte leonina de esta enorme tarea fue cumplida por los mismos campesinos quienes, tras esforzada labor diaria, iban de casa a casa, de aldea a aldea, difundiendo la nueva doctrina. Fueron estos los apóstoles del movimiento campesino, hombres abnegados, buenos agricultores —pues según la lógica campesina, quien no sabe administrar bien su casa, no puede dar ejemplo ni guiar a los demás.

Junto con los gobernantes al nuevo movimiento se oponían todos los demás partidos que sintieron el peligro de las masas campesinas que recién ahora empezaron a tomar conciencia de su fuerza. Presentían que el partido campesino era el contrincante que los iba a superar. En el campo político de la Croacia de entonces dominaban dos partidos: la Coalición croata-servia y el Partido constitucionalista bajo la égida de José Frank. Mientras que el primero era oportunista y mantenía cordiales relaciones con los gobernantes húngaros, el segundo se oponía abiertamente al gobierno. El Partido campesino tomó del Partido constitucionalista la idea del derecho del Estado croata y únicamente le reprochaba el haber descuidado al campesinado y haberse dedicado casi exclusivamente a los problemas estatales y políticos. Poco después se constituyó el Partido popular croata, de tinte clerical, que tomó una actitud hostil hacia el Partido campesino, seguramente debido a que muchos párrocos, entonces el único vínculo del campo con la ciudad, consideraron el campo su feudo exclusivo. Sus ataques fueron tan lejos que el arzobispo de Zagreb, Antonio Bauer, prohibió en 1911 estos ataques desde los púlpitos. Al respecto cabe acotar que los campesinos croatas son muy religiosos, pero no clericales.

Pese a todo, el Partido se afianzaba cada día más. En los comicios de 1908 obtuvo tres mandatos y en 1910 nueve, en 1911 once mandates. Pero en las elecciones de 1913 se redujo a tres mandatos, debido a las coaliciones electorales tendientes a impedir el triunfo de los candidatos campesinos. Cuando Radic se enteró de ese resultado, exclamó: "Magnífico, siempre que tenemos que superar un gran obstáculo hay que retroceder unos cuantos pasos para dar el envión. Verán, la próxima vez ganaremos la mayoría". Tuvo razón, pues, en los próximos comicios que, a razón de la guerra, se celebraron siete años después, el Partido campesino obtuvo la mayoría abrumadora.

LA DOCTRINA DEL PARTIDO CAMPESINO

A PRINCIPIOS de 1905 quedó elaborado el primer programa partidario. Luego en 1920, al producirse un profundo cambio de la situación, fue completado por otro denominado "Los Principios Fundamentales". Este programa se basa en las ideas propagadas por los hermanos Radic, según las cuales el pueblo posee su alma, sus propias concepciones jurídicas, sus trajes y costumbres, en síntesis, su propia cultura milenaria. "Cuando hablamos de nuestra cultura, pensamos en nuestra vieja tradición, basada en la civilización cristiana y de ahí que debemos constituir y promover instituciones de nuestro derecho, de nuestra literatura, música y artes y en primer lugar nuestra política nacional" [1]. "Nuestra política es la del padre y pastor, inspirada en la idea de que el ciudadano y el patriota deben defender los intereses del pueblo tal como el padre cuida de su hijo y el pastor de su rebaño. No bastan frases hermosas, si al pueblo no se le brinda la oportunidad y la posibilidad de decidir sobre su destino. La política encubierta de los partidos burgueses debe ser reemplazada por una política franca y abierta, respaldada por la clase más nacional, más numerosa y más meritoria, por la clase campesina" [2]. Por política burguesa, nuestro partido considera Ios esfuerzos encaminados a prolongar el arbitrio burocrático como asimismo el arbitrio de la aristocracia y del capital. El campesino es un hombre peculiar, un hombre íntegro según la doctrina del Partido campesino. Su trabajo principal es cultivar la tierra con la ayuda de su familia. Difiere sustancialmente del peón del campo que por el jornal trabaja en el campo ajeno, como también del latifundista para quien el campo constituye tan sólo la fuente de una renta. El campesino que vive en su tierra, bajo el firmamento, está cerca de Dios y la naturaleza, bajo el influjo permanente del cósmos misterioso, siente que el hombre depende de Dios, de la naturaleza y de su destino. Este sentimiento confiere a su alma armonía y su tranquilidad, y por eso el campesino aborrece el trajín y la tensa lucha por la vida que libran los hombres de la ciudad. Con el sosiego y el amor en su alma, el campesino quiere vivir tranquilo y sencillo en el seno de su familia. El campesino es el defensor más firme del pueblo y un pueblo no puede desaparecer mientras su clase campesina sea numerosa... "Los campesinos son la médula económica del pueblo, venero de su civilización autóctona y de su poder político" [3].

Ya en el programa de 1905 se recalca que el movimiento campesino no es solamente político, sino también cultural y económico. En el campo cultural se previó la fundación de las ramas de la Unión Campesina con el propósito de mantener los logros culturales del mundo campesino, a saber: sus trajes nacionales, sus costumbres y manufacturas autóctonas, y de fomentar el alfabetismo en las regiones atrasadas. Esta organización debía promover todos los sectores de la vida cultural campesina, desde la asistencia a los escritores campesinos hasta la forestación de las regiones montañosas y pedregosas. En lo económico se previó la Unión económica, cuyo objetivo era mejorar y aliviar la situación económica del campesino, empezando por la distribución de semillas y plantas hasta abonos, luego la educación de los jóvenes en la agricultora, fruticultura y vinicultura, la adquisición de implementos y máquinas agrícolas, de barcos y redes para pescadores, asegurar el crédito a los campesinos y la venta de su productos y manufacturas con exclusión de los intermediarios. Estas dos organizaciones llegaron a pleno desarrollo y cosecharon éxitos considerables recién 30 años después, confirmando así el espíritu previsor de sus fundadores.

El partido campesino croata desde su fundación tenía como objetivo político el restaurar la independencia nacional de Croacia. "Como un hombre no es completo sin la casa propia, tampoco lo es un pueblo sin su Estado propio", se repetía en la doctrina de Radic. Quien desea la libertad de su pueblo, la desea también a su país, porque resistiendo a la dominación del hombre por el hombre, no puede quedarse indiferente cuando un pueblo gime bajo el yugo de otro" [4]. Así, por ejemplo, en el prefacio del programa del partido de 1905 se formula, que "el partido trabajará por la unión total del pueblo croata que vive en un espacio continuo, y por la organización del Estado propio con la legislación y las instituciones fundadas en la concepción del Estado moderno". Con esta formulación el partido aceptó y asumió la idea del derecho de Estado croata histórico, subrayando dos títulos de la tradición estatal muy importantes: la vetustez y la continuidad, porque desde el siglo VII tenemos nuestro Estado propio y nadie más tarde, a pesar de diferentes uniones con húngaros y austríacos, le negaba los atributos de un Estado soberano, hasta que Croacia fue incluida forzosamente en 1918 en el Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos.

EL PACIFISMO Y LA ORGANIZACION DEL ESTADO

A PESAR de este objetivo nacional, que exigía una lucha dura por la recuperación de la soberanía completa de su pueblo, Radic era un verdadero pacifista. Pero él lo concibió en estos términos : "Nuestro pacifismo croata no es el defetismo sino solamente la negación del viejo militarismo prusiano-austríaco antes y del servio en la actualidad; es una afirmación enérgica de la voluntad inquebrantable y la decisión de un pueblo soberano para defender a su patria, sus logros, su Estado y la constitución republicana contra todos los enemigos exteriores, con todas las fuerzas morales y materiales".

Para la organización estatal, como lo concibió el partido, debe servir de paradigma y ejemplo el hogar familiar, la comunidad familiar, similar a la vieja Zadruga, donde todos los componentes de la familia eran copropietarios iguales y donde todas las decisiones se tomaban por el voto. La aldea es una unidad económica, organizada como una cooperativa. Luego viene la comuna en que cada campesino tiene tantos votos cuantas personas tiene en su casa. Un determinado número de comunas constituye župania (commitatus) donde los profesionales se encargan de la administración, etc. župania es un cuerpo político autónomo, análogo a cantones suizos o condados británicos. Las ciudades tienen status de župania, donde todos los ciudadanos sin distinción de sexo o profesión, tienen el derecho de voto y participan en la administración de los asuntos de la ciudad. El jefe del Estado se elije con voto directo, detentando todos los atributos del jefe del Estado, propios en un sistema presidencial. Mediante el plebiscito el pueblo puede revocar al jefe del Estado, disolver el Sabor (parlamento), proponer y derrogar las leyes. El Sabor se elige por 4 años por todos los ciudadanos de ambos sexos, mayores de 18 años. A cada 6.000 de votos corresponde un diputado. El poder judicial es independiente, facultado para decidir sobre la constitucionalidad de las leyes votadas. Con miras a reducir el burocratismo, se prevé la formación de las instituciones profesionales, a saber: las cámaras obreras, del artesanado, del comercio, etc.

En cuanto a la relación de Croacia con sus vecinos, Esteban Radic, hábil político y estadista, tomaba en sus cálculos varias alternativas. Si resulta imposible la independencia completa de Croacia, ella puede formar parte de otros cuerpos políticos de carácter multinacional. Así en el programa partidario de 1905 se toma en cuenta la confederación danubiana, mientras que en el de 1921 se la substituye por una "comunidad internacional" de los eslavos del sur, incluyendo también a los búlgaros, porque sin ellos no habría una verdadera comunidad sureslava. Es muy característico para el realismo político de Radic lo que dijo a Masaryk al visitarlo en Praga a principios de 1919. Le reprochó la destrucción y la partición de Austria-Hungría en lugar de luchar por su reorganización democrática y federativa, luego agregó textualmente: "No pasarán 20 años y el rodillo alemán pasará por encima de vosotros y luego por encima de nosotros". ¿No son proféticas estas palabras?

Hay autores, especialmente en Yugoeslavia, que tratan de presentar a Radic como partidario de la idea yugoeslava actual, lo que es una falsificación evidente. Radic desmintió tales interpretaciones al decir: "Justamente por ser un eslavo, permaneceré siempre, hasta mi último respiro, en toda mi obra, un inconmovible croata" [5].

Además, en otras obras, los hermanos Radic no omiten ocasión alguna para destacar la individualidad nacional croata, oponiéndose categóricamente a los intentos de reducir a los croatas a la categoría de una tribu. "Los eslovenos, los croatas, los servios y los búlgaros son cuatro organismos étnicos y no cuatro tribus" [6].

En cuanto a la minoría servia en las provincias croatas[7] los hermanos Radic eran adversarios de todos los conflictos y luchas, favoreciendo la concordia y la paz, mientras los antagonismos los consideraban como el resultado de la instigación desde fuera. "La paz y la unión van a imperar recién cuando los servios podrán decir espontánea y abiertamente: "Nosotros somos servios ¡viva Croacia!"

Sin duda alguna el Partido campesino de Radic consideraba como su ideal cuidar de buena relaciones con Servia. La mejor manera de hacerlo consiste en que los croatas y los servios organicen sus Estados independientes. Su comunidad estatal destruiría estas buenas y amistosas relaciones. Hablando, no sin alusión a las relaciones croata-servias, de los vínculos noruego-suecas, Radic acertadamente observó: "...los noruegos no sólo permanecieron buenos vecinos y amigos de los suecos, sino que renovaron con ellos las relaciones de hermandad".

DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

DURANTE la primera guerra mundial el partido de Radic continuaba con su labor. Evidentemente esta labor se vió restringida por el reclutamiento y las malas condiciones económicas. Se habían realizado millares y millares de pequeñas reuniones en los hogares campesinos. No obstante, la proporción de fuerzas en Sabor quedó la misma que en 1913. Ahí prevalecía la Coalición croata-servia, bajo la égida de Svetozar Pribicevic, un servio de Croacia, quien recibía instrucciones del gobierno de Belgrado. De acuerdo a su deseo y las instrucciones servias, el objetivo de la política de Belgrado era anexar todas las regiones eslavas de la monarquía y de esa manera crear una Gran Servia.

En estas condiciones generales llegaron los croatas al año 1918, el año más trágico de toda su historia nacional. Todas las calamidades y desgracias, saqueos, matanzas a los que está expuesto el pueblo croata desde entonces, directa o indirectamente, son secuela de esa improvisada e impelida unión de Croacia con Servia.

La evolución política en los años de preguerra y durante la primera guerra mundial no fue favorable a los croatas, pues fueron burlados por ambas partes de la monarquía danubiana, ora por parte húngara, ora por parte austríaca. Tal la situación y a resultas de hábil propaganda servia, especialmente en cuanto a sus éxitos en las guerras balcánicas de 1912 y 1913, pequeños grupos de la inteligentsia croata empezaron a mirar su salvación en Servia. En consecuencia, la idea yugoeslava hizo impacto en estos círculos políticos que propiciaban la unión croata con los servios y de acuerdo a diferentes interpretaciones, en forma federativa o confederativa. En ese sentido y como el acto previo, el día 29 de octubre de 1918 el Consejo Nacional, integrado por delegados de todas las regiones eslavas de la Monarquía que abrazaban la idea yugoeslava, proclamó la separación de Croacia de Austria-Hungria. Radic, un día antes, en la sesión de Sabor pidió que se proclamase Croacia como un Estado soberano y la parte integrante del Estado de los eslovenos, croatas y servios, derrogando la unión y los lazos con la Monarquía doble y la dinastía de los Habsburgos. Croacia propiamente dicha, la parte que oficialmente integraba la comunidad política danubiana, debía convertirse en el centro político-administrativo de todas las regiones eslavas de la ex Monarquía. Ningún ejército amigo: servio, francés, inglés o americano, o enemigo debía pisar el suelo de Croacia. Estas exigencias de Radic no prosperaron. El Sabor adoptó la propuesta de Pribicevic para separarse de Austro-Hungría, votó la unión con Servia del todo espacio étnico de los croatas, eslovenos y servios, sin ninguna consideración a los límites territoriales o estatales, con la única condición de que la Asamblea Constituyente tendrá que decidir sobre la forma del Estado común y de su gobierno.

El ejército de la Monarquía doble estaba ya en disgregación y los bosques de Croacia llenos de desertores que temían un nuevo reclutamiento con el destino al frente de lucha. Entre la población croata cundió gran miedo ante las pretensiones de Italia a Dalmacia, prometida por el Pacto de Londres de 1915 como premio por haberse pasado al lado de los aliados occidentales. Esta psicosis de miedo y confusión fue explotada por parte de los "yugoeslavos" para concluir cuanto antes la unión con Servia. Svetozar Pribicevic, vicepresidente del Consejo Nacional, verdadero traidor de Croacia, en permanente contacto con el gobierno servio y su cuartel general militar, mientras los croatas junto con Trumbic en el exterior no podían ponerse en contacto con Zagreb, ejecutó el golpe de estado en el seno del Consejo Nacional y envió el día 27/11/1918 a una delegación a Belgrado la que con el Regente de Servia proclamó el 1/12/1918 la unión de Croacia con el Reino de Servia.

Para aclarar el alcance y el significado de esa "unión", es preciso transcribir lo que dijo Radic en las discusiones previas al respecto: "Si efectivamente los servios desean un Estado semejante y un gobierno centralista, que Dios los ampare... pero en cuanto a nosotros los croatas, queremos la república federativa... Ustedes saben bien que el Consejo Nacional no representa al pueblo por no haberlo elegido. ¿Por qué no han convocado el plenario de todos los grupos para que votaran sobre una decisión tan transcedente? Porque saben que están obrando mal y todo se haría visible en una discusión pública. Vuestro deseo es eludir a este Sabor, lo que es la peor forma del anticonstitucionalismo... Ustedes se equivocan tremendamente si piensan poder pasar por alto más de mil años de la vida del Estado croata. Ustedes están pisoteando todas vuestras promesas y obligaciones para con el pueblo croata, todo lo que habéis dicho o escrito, deseando hacer algo de lo que nunca se ha dicho nada al pueblo y que el pueblo nunca aprobaría con su voto... Nuestros campesinos —nueve décimos de la población croata—, conquistaron en esta guerra su plena dignidad humana, no desean más ser siervos de nadie, ni esclavos del extranjero o del hermano, del Estado ajeno o del propio, sino que desean que su Estado sea libre, republicano, justo y humano... Ustedes se van a Belgrado. Sin el pueblo croata y contra su voluntad proclamarán la unión estatal y luego continuarán sin miedo ni vergüenza a gobernar de acuerdo a las viejas leyes y mediante los empleados serviles y corrompidos. Traten de entender que la nacionalidad es algo más hondo y más amplio que el idioma... De nuestra labor el pueblo espera la libertad y nuevos derechos, el derecho en su hogar, en su aldea y en el país entero. Los croatas, los eslovenos y los servios son tres hermanos. Cada uno tiene derecho a ser consultado".

Después de este discurso de Radic, se produjo gran alboroto en Sabor y el populacho organizado por los agentes de Pribicevic amenazó a Radic de muerte, que se salvó buscando el refugio en la adyacente iglesia de San Marcos. El antagonismo y la divergencia entre Radic y Pribicevic se exteriorizaron en forma tan patente y dramática.

Los campesinos croatas impugnaron enérgicamente la proclamada unión. En todas las aldeas croatas se vitoreaba a la República. Cuando el ejército servio llegaba para pacificar al pueblo a culatazos y bastonazos, estas ovaciones se convertían en gritos: "¡Abajo el rey Pedro!" (rey servio). Esteban Radic por su parte, fascinado por el impacto de la propaganda de los principios de Wilson, creyó poder sacar el carro croata del fango en que cayó nuevamente. A tal fin dirige a Wilson en febrero de 1919 un Memorandum con 384.000 firmas, pidiendo se permita convocar la Asamblea Constituyente para la república neutral croata. El esfuerzo resultó sin efecto. En marzo del mismo año la Comisión directiva del partido redacta y publica una Resolución, negando al gobierno del nuevo Estado todo carácter legal y protestando contra todas sus medidas administrativas. Al enterarse Belgrado que esa Resolución fue traducida a varios idiomas y enviada a las potencias extranjeras, ordenó y efectuó la detención de Radic el día 25/3/1919.

Su experiencia del primer contacto con la cárcel servia era impresionante: estaba solo en la celda, golpeado e humillado. Sufrió tanto que proyectaba salir de Croacia y radicarse en el extranjero[8].

LOS CROATAS CONTRA YUGOESLAVIA

PERO tan pronto se realizaron las elecciones para la Asamblea Constituyente de Yugoeslavia, el día 10/11/1920, Belgrado excarcela a Radic. Dichas elecciones fueron un triunfo para él, lo que le sugirió el cambio de la denominación del partido. Hasta ese momento se denominaba el Partido Popular Croata y desde ese momento se llamará el Partido Campesino Republicano Croata. Los resultados de los comicios en cuanto a Croacia fueron los siguientes: Radic obtuvo 230.590 votos, mientras el resucitado partido de derecho ganó 10.880 y el Dr. Trumbic 6.585. Los adversarios de Radic, es decir los croatas que en Sabor propiciaban la unión con Servia, obtuvieron en total 25.867 votos. En consecuencia, estas elecciones fueron un verdadero plebiscito croata contra Yugoeslavia, gracias, en primer término, a la acción política de Radic y de su partido. Por eso los diputados croatas abandonan la Asamblea Constituyente y los servios, para obtener la mayoría que promulgaría la Constitución, sobornan a algunos diputados de la minoría turca en Macedonia, pagándoles 6.000.000 de dólares. De ese modo fueron asentados los "fundamentos jurídicos" de la Yugoeslavia monárquica.

Belgrado desde entonces reacciona a la oposición croata con el terrorismo general. A pesar de todo y, quizás justamente por eso, la fuerza de Radic crece sin pausa. En las elecciones parlamentarias del 18 de marzo de 1923 su partido obtuvo 473.733 votos. Sus organizaciones se multiplican sin cesar. Ante ese hecho Belgrado teme que la misma política podría trasplantarse a Servia. Radic se estaba convirtiendo en el líder de toda la oposición. Las elecciones siguen demostrando que su éxito no era casual, secuela de un estado provisorio de la posguerra, sino que Radic era el protagonista y el promotor de una nueva política con profundas raíces en el alma de su pueblo. El humanismo, la libertad y la justicia son sus rasgos más salientes. El fenómeno Radic y su partido desbordan los límites de Croacia. Zagreb se convirtió en centro de las fuerzas opositoras de las ex provincias de la Monarquía danubiana. Allí se reunían los delegados eslovenos (Slovenska Ljudska Stranka) y los musulmanes de Bosnia, formando el bloque federalista, que Radic caracteriza: "Lo que hemos conseguido es más que un bloque federalista. Los eslovenos, los croatas y Bosnia-Herzegovina con sus 111 diputados, con 700.000 votantes y con casi 5 millones de habitantes despertados y organizados, van unidos contra el centralismo de Belgrado..." [9]

EL MALOGRADO INTENTO DE COMPROMISO

PARA evitar el peligro y peores consecuencias, el gobierno servio trata de restablecer el contacto con Radic. Al negarse Belgrado a derrogar la Constitución votada contra la voluntad del pueblo croata y a raiz de la incesante persecución y el terror policial, Radic se fue primero a París y luego a Londres. Sus quejas fueron desoídas. De allí se marchó a Moscú sin conseguir nada. En París y Londres, decía, les interesaba sólo si el capital que los burgueses anglo-franceses habían invertido en Yugoeslavia iba a dar buena renta, mientras que "los comunistas no buscan aliados sino sólo servidores sumisos", como dijo al Dr. Macek después de su regreso de Moscú en agosto de 1924. Belgrado aprovecha astutamente este viaje a Moscú y la nueva ley, llamada Obznana, que prohibió el partido comunista, fue extendida también al partido campesino croata. Con tal motivo, en mes de enero de 1925, fueron encarcelados todos los líderes del partido. Un mes antes de las nuevas elecciones parlamentarias del 8/12/1925 Radic fue arrestado por segunda vez. Pese a todas estas medidas dirigidas contra el movimiento campesino croata, su partido ganó en todos los distritos de Croacia y Dalmacia y, en coalición con los musulmanes, obtuvo la mayoría también en todos los distritos de Bosnia-Herzegovina[10]. A pesar de este triunfo democrático, Radic permanece encarcelado. El gobierno servio tuvo sus planes para con él. En la cárcel recibe mensaje de todos los lados; de los amigos y de los adversarios. Claro, estos últimos le advertían que podría ser condenado a 10 años de prisión y que le esperaban torturas que ya experimentó en la cárcel servia. Del exterior ninguna noticia de comprensión o alivio. En este estado de ánimo, Belgrado, deseosa de recuperar el prestigio político en el interior y exterior, ofrece a Radic un compromiso. Para abrirse un nuevo camino de lucha, Radic, por intermedio de su sobrino y diputado de su partido, Pavle Radic, tras prolongadas discusiones, declara el 27/3/1925 en el parlamento de Belgrado que el partido campesino croata reconoce el actual estado político, el régimen, la Constitución y la dinastía. Después de esta declaración entran cuatro diputados de Radic a formar parte del gobierno de Belgrado y el mismo Radic, excarcelado dos meses más tarde, fue nombrado ministro de educación.

Pero Radic, sensible para captar las vibraciones del alma de su pueblo, se dio cuenta inmediatamente que esta era una política que no le agradaba a su pueblo y que el nuevo camino era equivocado. Para recuperarse, por lo menos parcialmente, Radic pasa a la ofensiva contra la corrupción en los ministerios y en la misma corte real. Pero el pueblo croata obedece la voz de su conciencia. Efectivamente, en la elecciones del 11/9/1927 y a pesar de que Radic fue eliminado del gobierno ya el 15/4/1926, su número de votos disminuyó en unos 200.000 sufragios. No obstante, Radic desde su banca de diputado, con su ingeniosidad, con su talento oratorio y argumentos se hizo para el gobierno servio todavía más incómodo que cuando estaba en la abstinencia total..

Ahora, fuera del ministerio, se le ofrecían nuevas perspectivas de lucha. Hemos visto ya que S. Pribicevic y E. Radic chocaron en 1918, por cuanto Pribicevic "fabricó" la unión de Croacia con Servia, mientras que Radic luchó contra ella con todas sus fuerzas de un líder nacional que estaba en aquel momento al principio de su carrera política. Pero ya en 1926 Pribicevic cayó en desgracia de Belgrado y de la dinastía servia. Por eso en octubre de 1927 formó con Radic la llamada Coalición demócrata-campesina. De esa manera quiso conseguir dos objetivos: vigorizar su posición política, porque su partido campesino y el partido demócrata de Pribicevic constituían cuatro quintas partes de todos los votantes en las provincias eslavas de la ex monarquía danubiana, y persuadir a la minoría servia en Croacia, adicta a Pribicevic, para que dejase de desempeñar el papel de la "quinta columna" al servicio de Belgrado contra su patria Croacia.

Pero según reza el proverbio, el hombre propone y Dios dispone, Radic se aproxima rápidamente al fin fatal de su carrera política y de su vida tan agitada. Durante la sesión del parlamento de Belgrado, el día 20/6/1928 el diputado servio Punisa Radic dispara contra los diputados croatas, matando a Pavle Radic y Gregorio Basaricek e hiriendo gravemente a Esteban Radic, Juan Pernar y Juan Grandja. Radic muere el 8/8/1928 a consecuencia de las heridas recibidas en dicho atentado. Así terminó trágicamente su intento de compromiso con Servia.

RESPONSABILIDAD — ¿DE QUIEN?

SOBRE la responsabilidad por este horrendo crimen se ha escrito mucho. El año pasado el historiador croata Zvonimir Kulundžic publicó un libro de 600 páginas, titulado El Atentado contra Esteban Radic, donde con argumentos irrefutables responsabiliza a la dinastía servia y su gobierno. Ya desde comienzo de la organización del nuevo Estado se planeaba hacerlo. El rey Alejandro había dicho a Matko Laginja en 1920, hablando de Radic: "¡O mi cabeza o la de él!" La oportunidad se presentó con motivo de discutirse acerca de la ratificación de las llamadas Convenciones de Nettuno (una serie de convenios con Italia, concernientes a los límites fronterizos en perjuicio de Croacia). El gobierno servio urgió su ratificación como condición previa para obtener un préstamo de los bancos de Londres. Los croatas supeditaron la ratificación a la obligación del gobierno de distribuir dicho crédito en forma proporcional y de acuerdo a la tasa de los impuestos de cada región. Croacia y las demás provincias de la ex monarquía danubiana pagaban las tres quintas partes de estos impuestos. Pero Belgrado ofrecía sólo 3 mil millones de dinares, mientras con otros nueve mil millones quiso disponer a su antojo. Radic y sus correligionarios quisieron invertir dicho dinero en las partes más atrasadas y relegadas por el régimen de Belgrado. Claro, las discusiones se prolongaban sin terminar. Para ponerles el fin, el gobierno servio se decidió por la solución criminal: la muerte de Radic y la atemorización de sus diputados. Así se procedió. Entre una serie de indicios e hilos que sindican al rey Alejadro y a su gobierno como verdaderos organizadores del crimen, destacamos lo siguiente. Entre los días 16-26 de junio de 1928 tuvo efecto en París una reunión interparlamentaria para los asuntos comerciales. Radic, en calidad del presidente de su club parlamentario tuvo derecho a participar en dicha reunión, pero la corte real servia no le permitió viajar, lo que autoriza a deducir que su muerte fue prevista para ese tiempo crítico, lo que sucedió realmente el día 20 de junio de 1928. El atentado fue perpetrado y Radic sucumbió a las heridas el 8 de agosto del mismo año.

FIN DE UN PERÍODO HISTORICO

CON LA MUERTE de Radic termina un período en la reciente historia del pueblo croata. Radic era un pacifista que aborrecía toda clase de violencia. Sus métodos de lucha fueron legales, políticos y jurídicos. Si hubiera sobrevivido este atentado criminal, estamos seguros, habría indicado el verdadero sendero a su pueblo para evitar las catástrofes que se precipitaron sobre él dos decenios más tarde. Un líder nacional auténtico, un hombre político humanista, lleno de dinamismo, dotado de imaginación política extraordinaria, acreedor de la confianza ilimitada de su pueblo, hubiera podido encontrar la solución e impedir los desastres durante la segunda guerra mundial.

Como su sucesor fue elegido el Dr. Vladimiro Macek. La situación era difícil como suele serlo siempre cuando se asume la herencia de un hombre casi genial, que irradia un dinamismo extraordinario. Lo difícil de la situación del Dr. Macek se hace evidente, si se tiene en cuenta que él por su temperamento propendía más bien a las ideas de Tolstoi y de Gandhi, olvidando por completo que los adversarios suyos y de su pueblo no eran ingleses, ni tampoco sus partidarios los resignados campesinos rusos. El pueblo croata pidió la acción y Macek predicaba la resistencia pasiva. En medio de ese malentendido, la desorientación y confusión de los líderes del partido de Radic, Belgrado proclamó la dictadura de la dinastía servia el 6/1/1929, convirtiendo a Croacia en una enorme cárcel. Fueron prohibidos todos los partidos, toda la actividad política, incluso el mismo nombre y los símbolos nacionales croatas. Einstein y H. Mann envían un extenso Memorandum a la Liga alemana de los derechos del hombre, pidiendo la protección para el pueblo croata —un pueblo "pacífico y civilizado", según decían—, pero la violencia triunfaba. El nombre del Estado —El Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos-- cambia por la voluntad del rey dictador y desde entonces se llama: El Reino de Yugoeslavia. Se persigue formalmente la creación de una nación unitaria, la yugoeslava, mientras en realidad se procuraba asegurar el triunfo definitivo de la servización de todos los pueblos y las minorías nacionales bajo el poder de Belgrado, y en primer término del pueblo croata. Las persecuciones de los croatas son el pan de todos los días. Esta situación impera hasta 1934 cuando fue perpetrado el atentado contra el rey dictador Alejandro, organizado por Pavelić sus secuaces y los macedonios. El timón del Estado sacudido en sus cimientos, pasa a las manos de la Regencia, encabezada por el sobrino de Alejandro, el príncipe Pablo Karageorgevic. Este aflojó las riendas, concediendo poco de libertad. El pueblo la aceptó con entusiasmo, reanudando su actividad también el partido campesino de Radic. Al año siguiente —1935— se realizan las elecciones generales en el marco de la Constitución, decretada en 1931, asegurando todas las preferencias al partido único oficial. No obstante, la oposición bajo la égida del Dr. Macek obtuvo en las regiones croatas, inclusive Dalmacia y Bosnia, 797.197 votos contra el candidato del gobierno —el primer ministro Jeftic—, quien consiguió sólo 520.144 sufragios. Pero a pesar de esta victoria aplastante de la oposición, la situación interna no cambia: los gendarmes y la policía proceden arbitrariamente, produciéndose choques sangrientos con el pueblo que terminaban muchas veces en matanza masiva (Senj y Sibinj, por ejemplo). Pero el terror se aproxima a su fin. En las elecciones de 1938, concedidas por el primer ministro servio Milan Stojadinovic, la oposición ganó en las regiones croatas 943.964 votos contra 429.964 del gobierno. El Partido campesino croata de los 943.964 votos obtuvo 791.332.

Después de esta victoria el pueblo sintió que estaban próximos tiempos nuevos y que Yugoeslavia marchaba precipitadamente a su fin. El partido de Radic alcanza su edad de oro. Sobre los viejos pilares se articulan las organizaciones en aldeas y ciudades croatas. Se forman las ramas de la Unión Campesina y se crea la Unión Económica, convirtiéndose en una organización muy poderosa. Se organiza la Guardia Campesina y la Guardia Urbana (organizaciones paramilitares bajo la guía y la vigilancia de los ex oficiales croatas del ejército austro-húngaro y reservistas del ejército yugoeslavo). Las fuerzas del partido alcanzan su cumbre. Raras veces pudo verse en la historia de un pueblo tanta unidad y cohesión internas. Es justamente por eso que el príncipe servio Pablo, temeroso por la existencia de su Estado y bajo la presión del exterior, en vista de la posibilidad de una nueva guerra mundial, concluyó con los croatas el Compromiso el 26/8/1939. Croacia obtuvo cierta autonomía precaria y la jurisdicción limitada sobre la mayoría de sus provincias. Sin el peligro de la guerra, era improbable el desarrollo en ese sentido. Los servios esperaban el momento favorable para revocar todo lo que se había concedido a los croatas, pero los croatas, por su parte, esperaban el momento favorable para liberarse por completo del yugo servio. Este momento se aproximaba realmente para ambas partes adversarias.

El día 25/3/1941 el gobierno servio adhiere al Pacto Tripartito del Eje, después de las discusiones de varios meses entre Hitler y el príncipe Pablo. A pesar de que el Pacto fue discutido y firmado por los servios, el 27/3/41, los círculos militares servios ejecutaron el golpe de Estado, bien pagado, según se afirma, por el servicio de inteligencia inglés.

El putsch fue dirigido formalmente contra el Pacto, cuyo objetivo era mantener a Yugoeslavia fuera del conflicto bélico, pero en realidad fue ejecutado en contra de los croatas, quienes, en opinión de los servios, consiguieron demasiada libertad. Los servios así vieron su día esperado. Los croatas, impacientes, esperaban el suyo.

Hitler, enojado por la traición servia, hizo marchar sus tropas sobre Yugoeslavia. En 14 días desapareció ese castillo de naipes. Los pueblos, especialmente el croata, sojuzgados y perseguidos durante tanto tiempo de la opresión servia, saludaron la destrucción de su cárcel. Así, por parte croata ya el 8/4/1941 se rebelaron dos unidades del ejército en la ciudad croata Bjelovar, proclamando la República Independiente Croata. El desarrollo de la situación general inspiraba el entusiasmo al pueblo croata porque se le abrieron las perspectivas de la liberación definitiva después de 22 años de la lucha con los medios legales y lícitos. El Dr. Macek, sucesor de Radic, no era de la misma opinión. Quiso, a toda costa, mantener a los croatas de lado de los aliados occidentales porque no creía en la victoria alemana. En tal sentido y hasta el último momento dirigía sus mensajes al pueblo croata para que siguiese ayudando al ejército servio, que el pueblo desoyó. Esta actitud del pueblo croata era lógica. Después de la muerte del rey Alejandro y la reorganización del partido de Radic, el pueblo croata entero ansiaba la liberación del yugo servio y la restauración de su propio Estado, pero, llegado el momento decisivo, su líder, en que veía la encarnación de sus derechos, de su lucha y de sus anhelos, desiste y abandona el escenario político. Pero el pueblo tampoco vaciló mucho. Aparece Ante Pavelic, cuyo nombre vivía en el pueblo gracias a su actividad revolucionaria contra los regímenes de Belgrado quien, tras la indecisión y el silencio de Macek, definió el día 10/4/1941 breve y claramente su programa de acción: El Estado Independiente de Croacia.

Puede resultar ingrato ahora y post festum ponderar a los dos líderes croatas. Pero es evidente que Macek pudo, con su propia iniciativa y un poco de elasticidad y decisión políticas, gozando todavía de la confianza absoluta de su pueblo, mantener a Croacia al margen de la guerra aún bajo la tutela alemana. No le faltaron ofertas de Berlín en tal sentido. Pero él no creía en la posibilidad de regir democráticamente a Croacia bajo el tutelaje de Hitler y prefirió retirarse, cuando se trataba, evidentemente, de salvar al pueblo y no los principios. Lo aconsejaba la situación general del mundo. Cuando la suerte tuvo que tomar otro curso, el Dr. Macek y su pueblo pudieron también cambiar de rumbo, teniendo especialmente en vista el ejemplo de nuestros vecinos italianos. La situación de Croacia habría sido otra durante y al finalizar la guerra.

En lugar de semejante actitud, Macek se retira y posibilita a Pavelic tomar el poder en Croacia, proclamada Estado Independiente. Pavelic estaba bajo el tutelaje italiano. Los italianos, impacientes, esperaban realizar sus seculares sueños de apoderarse del litoral oriental del Adriático. Y esperaban conseguirlo justamente por intermedio de este tutelaje sobre Pavelic. Para completar esta doble desgracia, Pavelic rechazó la colaboración del partido campesino y de sus organizaciones, prohibió su actividad, disolviendo también a las Guardias Campesina y Urbana, que tantos méritos tuvieron al desarmar los restos del ejército servio-yugoeslavo y cuidar el orden y la seguridad en los momentos más difíciles de la transición de la esclavitud servia a la libertad croata. Pavelic se privó a si mismo, pero, desgraciadamente, también a la causa nacional croata, del apoyo de una gran parte de su propio pueblo.

Si para la suerte del pueblo fueron más fatales las repetidas omisiones de Macek o innumerables errores en el obrar de Pavelic, lo dirá la historia. La política de ambos contribuyó que el pueblo croata tuvo que soportar el infierno de la segunda guerra mundial. Tito, el tercer político "croata", fiscalizado por el comunismo internacional y el Partido Comunista de Yugoeslavia, que sostenía la integridad de Yugoeslavia bajo la dominación servia, manda a sus guerrilleros para "economizar la sangre servia" al territorio de Croacia, entablándose una guerra de exterminio y de muerte entre los croatas y los guerrilleros servios, introducidos de Servia o movilizados entre la minoría servia en Croacia. El partido de Radic, de hecho acéfalo, intentó hacer "algo". Por intermedio de sus dos diputados, Farolfi y Tomacic, en colaboración con dos ministros de Pavelic, Lorkovic y Vokic, quiso restablecer el contacto con los aliados occidentales y cambiar por completo el rumbo de la política en Croacia. Pero sus intentos fracasaron, los protagonistas perdieron la vida. "Los alemanes se enteraron de esta conspiración y obligaron a Pavelic a detener a los más importantes de los últimos colegas que le quedaron", dice Toynbee en su libro La Europa de Hitler, Vol. II p. 274.

La catástrofe final del pueblo croata culminó, entonces, en la tragedia de Bleiburg. Allí y durante 4 años de una guerra sumamente cruenta los croatas perdieron más de 600.000 vidas, es decir el 12% de la totalidad de su población y casi dos veces más que servios, cuya propaganda exagera sus pérdidas, acusando únicamente a los croatas.

QUEDA EL LEGADO DE RADIC

EL REGIMEN COMUNISTA, instalado en Yugoeslavia después de la guerra, procede sistemáticamente a la destrucción de los campesinos, considerándolos el mayor obstáculo para su objetivo de organizar a una sociedad colectivista. Se aplica primero el pillaje, luego la expropiación y la obligación de trasladarse a las ciudades buscando ahí los campesinos, antes libres en su aldea, y ahora lumpenproletariat, el trabajo en la incipiente industria. Actualmente unos 200.000, sin libertad ni trabajo en su patria, se ven obligados a ejecutar las tareas más pesadas en Alemania Occidental y otros países del mundo libre. La herencia política de Radic y la fuerza fundamental, básica del pueblo croata parecen ser destinadas a su aniquilación definitiva.

Pero esta impresión puede obtenerla sólo un observador superficial. Los campesinos croatas viven todavía y sobrevivirán. El mejor mérito de Esteban Radic es de haberlos introducido en la política activa de Croacia, dándoles una doctrina adecuada a sus intereses y a los de la nación entera. El les infundió la conciencia de su propia fuerza y prácticamente demostró que representaban el mayor potencial en el seno de su pueblo. En todas las elecciones libres, el partido campesino triunfó en tal proporción que los demás partidos croatas se vieron reducidos a la cantidad casi sin importancia. En los momentos más críticos de la lucha contra los servios, esos partidos casi se ponían a la sombra del partido de Radic, quien supo sintetizar en su política todos los elementos y postulados más fundamentales del pueblo croata, convirtiendo a los campesinos en el portador, defensor y protagonista de la libertad e independencia de Croacia. La impronta nacional que Radic dejó en los corazones de sus campesinos, convirtió a las aldeas croatas en el guardián de los ideales políticos, sociales y culturales del entero pueblo croata. De esa manera cuantos realmente luchan o piensan luchar por los intereses de una Croacia libre, encontrarán en las aldeas y entre los campesinos croatas al aliado más intrépido, más fiel y más valiente. Este es el legado de los hermanos de Radic, especialmente de Esteban, quien dio su vida por la libertad de Croacia y la felicidad de su pueblo, en primer lugar de la clase campesina que fue y sigue, a pesar de todos los males que la afligen, la fuente de vida y esperanza del futuro nacional croata. Aquí reside nuestra esperanza de que un día un hijo o un nieto de la aldea croata conducirá a su pueblo a la libertad y le asegurará la independencia y el reconocimiento internacional como le corresponde en su calidad de un pueblo civilizado y amante de la libertad.

 

 



[1] Hrvatska Misao, Zagreb 1897.

[2] Sabrana Djela, Tomo VII, pág. 77, Zagreb.

[3] Hrvatska Misao, Zagreb 1902.

[4] Sabrana Djela (Obras Completas), Tomo IV. pág. 203, Zagreb.

[5] Hrvatska Misao, pág. 328, Zagreb.

[6] Hrvatska Misao, pág. 231, Zagreb 1902.

[7] Según Croatia, Land, People, Culture, Eterović-Spalatin, Tomo 1, pág. 17, Toronto, 1964, los servios-ortodoxos constituyen en las provincias croatas el 21,4% del total de la población de Croacia. Estos datos provienen de las estadísticas oficiales yugoeslavas de 1953, incluyendo la población servia colonizada durante el tiempo de la Yugoeslavia monárquica y la comunista. (N. de la R.).

[8] Zvonimir Kulundžić: Atentat na Stjepana Radica (El atentado contra Esteban Radic), Zagreb, 1967.

[9] Slobodni Dom, Zagreb, 1923.

[10] Radic obtuvo 532.872 votos.