DESPOJO DE LOS MUSULMANES DE BOSNIA SO PRETEXTO DE LA REFORMA AGRARIA

Ivo Bogdan, Buenos Aires

Reforma agraria en Bosnia-Herzegovina

El régimen comunista no reparó el despojo de los croatas cometido por los gobiernos monárquicos panserbios

La reforma agraria en Bosnia y Herzegovina requiere una reseña aparte. El autor del precedente trabajo tomó parte directamente en el intento de la revisión de la reforma agraria en Eslavonia. Por ese motivo no se ocupó de las relaciones agrarias en Bosnia y Herzegovina. Allí regían otras condiciones que en las demás provincias croatas a causa del dominio otomano de cuatro siglos. En esas provincias también la expropiación de las tierras a raíz de la reforma agraria yugoslava constituía un duro golpe para los croatas. Allí el colonato fue abolido definitivamente recién al derrumbarse Austria-Hungría, que demoró con las reformas con el fin de ganarse la colaboración política de la ex clase dirigente bajo el gobierno turco. Por ello, después de la ocupación de esas provincias en 1878, en virtud de la resolución del Congreso de Berlín, la potencia ocupante no consideraba oportuno expropiar mediante una reforma agraria radical a los terratenientes, agas y beyes que en buena parte eran descendientes de la nobleza croata islamizada[1]. Por ello se procedió a adquirir gradualmente la tierra, labrada principalmente por los ortodoxos, accesibles a la propaganda nacionalista serbia, si bien esos ortodoxos no eran de origen serbio. La población ortodoxa se radicó en Bosnia después de la invasión turca y ocupó los hogares abandonados por los exiliados católicos croatas[2].

Además, desde el punto de vista de la delicada cuestión nacional en Bosnia-Herzegovina, la simple transferencia de la propiedad de la tierra a los campesinos serbios hubiera significado entregar la tierra de los terratenientes croatas a los integrantes de la minoría serbia. Implicaría asimismo el empobrecimiento de la clase dirigente hasta entonces, pues una reforma agraria radical, y llevada a cabo en las mejores condiciones, nunca asegura la compensación del auténtico valor a sus propietarios. Cabe acotar aquí que en Bosnia había muy pocos latifundios y que prevalecía el tipo de los propietarios musulmanes con unos cuantos colonos.

En 1910 había en Bosnia y Herzegovina 110.000 familias de colonos. Más del 70% eran serbios, menos de 30.000 católicos y sólo 5% musulmanes quienes constituyen la gran parte de la población urbana. Los propietarios de la tierra eran casi exclusivamente los musulmanes[3].

Las autoridades de Austria-Hungría decidieron proceder con cautela en la reforma agraria y favorecieron la compra de la tierra por los campesinos otorgándoles créditos favorables en los bancos oficiales, privados y las cooperativas. De ese modo procedieron principalmente los católicos, mientras los ortodoxos exigían la simple expropiación de la tierra[4]. Lo consiguieron al constituirse el "Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos" en 1918. Los 130.000 colonos serbios recibieron gratis las tierras. La compensación total a sus propietarios musulmanes croatas llegaba a 250 millones de dinares (cerca de 5 millones de dólares), pagaderos en bonos estatales a largo plazo. Gran parte de esta suma fue sacada a los mismos ex propietarios so pretexto de los impuestos impagos en la fase de transición cuando los colonos arbitrariamente dejaron de cumplir con las obligaciones hacia los propietarios, antes de dictarse las leyes sobre la transferencia de la propiedad de esas tierras.

A los propietarios les fueron expropiadas incluso las tierras que ellos explotaban directamente, en total cerca de 400.000 hectáreas. Aquí se procedió en forma análoga que en la Croacia-Eslavonia. La tierra de explotación directa fue expropiada y entregada gratis a los serbios que durante la guerra pasaron al bando de Serbia. Recién tarde cuando el gobierno hegemonista formado por los serbios precisaba en la Skupstina los votos de los diputados musulmanes, se acordó a los ex propietarios bonos estatales por el importe de 50 millones de dinares (1 millón de dólares) con el interés del 6% durante 43 años a partir de 1930 [5]. A causa de las condiciones políticas anormales en la Yugoslavia de la preguerra y luego a causa de la guerra y la implantación del régimen comunista, prácticamente en Bosnia la mayor parte de la tierra cultivable fue quitada a los croatas y entregada a los serbios, sin que los propietarios recibieran la misérrima compensación prevista por las leyes injustas.

Aquí también, como en el caso de la Croacia-Eslavonia, cabe destacar que incluso la módica compensación acordada a los propietarios fue abonada, en primer lugar, por los croatas, pues en Yugoslavia entonces como hoy el sistema impositivo y tributario fue estructurado de manera que el gravamen mayor recaiga sobre Croacia, Eslovenia y Vojvodina, mientras que los impuestos en Serbia eran mucho menos onerosos. De esa manera, en virtud de la reforma agraria, la tierra fue adjudicada a los ortodoxos para fortalecer a la minoría serbia en las provincias croatas, y la compensación fue pagada por los croatas en forma de impuestos. Y todo ello ocurrió en el propio país de éstos.

Nos toca referirnos ahora, en breves palabras, a las relaciones agrarias en Dalmacia, que antes pertenecía a Venecia y luego (1815-1918) a Austria. Allí desde mucho tiempo atrás no había siervos sino colonos. Los campesinos cultivaban la tierra y daban al dueño la cuarta parte, a veces la tercera, de sus frutos. El número de esos colonos era relativamente pequeño, ya que los campesinos, tras la liberación del dominio turco en el siglo XVII y XVIII, en su gran mayoría se convirtieron en propietarios de la tierra que cultivaban. La mayor parte de los terratenientes llegaron de Italia en la época del gobierno veneciano. Los colonos eran generalmente campesinos croatas católicos puesto que en Dalmacia vive tan sólo un pequeño núcleo de ortodoxos. Pero tampoco aquí se llevó a cabo la reforma agraria sin detrimento de los croatas. Mientras los terratenientes croatas descendientes de la antigua nobleza, en virtud de una desordenada reforma agraria promovida a efectos demagógicos, recibieron una pequeña o ninguna compensación, los terratenientes italianos[6] fueron favorecidos por los gobiernos de Belgrado. Los serbios trataron por todos los medios de estar en buenos términos con el Reino de Italia, sin considerar los intereses croatas y eslovenos. Así los terratenientes italianos a raíz del convenio de Rapallo, ratificado en 1828. recibieron altas recompensas o conservaron sus posesiones que cultivaban directamente. Claro, esta vez también la compensación fue pagada por los croatas en forma de impuestos.

Por último, conviene decir algo de la "reforma agraria" practicada por los comunistas al tomar el poder en 1945. Trataron de dar la impresión de haber rectificado las grandes injusticias con una distribución mejor y más equitativa de la tierra sobre todo en las regiones croatas. Tras la auténtica reforma agraria, llevada a cabo en Croacia-Eslavonia por el glorioso prócer croata ban José conde Jelacic en 1848; luego de la injusta reforma agraria yugoslava practicada después de la primera guerra mundial, francamente no había necesidad de emprender nuevas reformas en las relaciones agrarias, a menos que se quisiera reparar las injusticias cometidas contra el pueblo croata en la Yugoslavia monárquica. Los comunistas no perseguían este fin, pues actuaban en provecho de los intereses políticos serbios como restauradores de Yugoslavia, de nuevo en su función de Serbia engrandecida pese a su fachada federalista, desprovista de todo contenido democrático, por cuanto todo el poder lo ejerce el partido comunista totalitario, dirigido de modo centralista desde Serbia. En dicho partido predomina la influencia de los comunistas serbios de mentalidad netamente chovinista. Los comunistas, so pretexto de la reforma agraria simplemente expropiaban las tierras. No sólo quitaron la tierra, a efectos propagandísticos, a poquísimos propietarios no campesinos que quedaban, que no pueden considerarse como latifundistas y a las instituciones eclesiásticas, sino que expropiaban la tierra también de los minifundios (como también casas, empresas, etc.), declarando sus dueños enemigos del pueblo y colaboracionistas. Eran centenares de miles y en su gran mayoría buenos patriotas croatas, partidarios de la independencia nacional. En caso de salvarse de las matanzas colectivas[7] fueron acusados y condenados como enemigos del pueblo y sus bienes confiscados. De ese modo los comunistas lograron su doble propósito. Castigaron a la clase media y ejecutaron la venganza de los partidarios serbios de Yugoslavia, vale decir la gran Serbia, contra los patriotas croatas, adversarios de la compelida unión estatal servio-croata. Medidas más radicales aún fueron tomadas contra la minoría alemana que desde el siglo XVII poseía buena parte de las tierras en Vojvodina (hoy "provincia autónoma" en la "República Socialista de Serbia") y la cultivaba de modo ejemplar. Los comunistas expropiaron por decreto a todos los integrantes de la minoría alemana, que llegaba a 500.000 almas. De esa manera los serbios se adueñaron de extensas zonas de tierra en Vojvodina que figura como una de las más fértiles de Europa. La mayor parte de la minoría alemana fue muerta o pereció en los campos de concentración, y el resto huyó o fue expulsado[8].

La "reforma agraria" comunista consistió principalmente en experimentos irresponsables con el trabajo y la propiedad de la tierra de los campesinos. Esa política culminó con la inclusión forzosa de la pequeña hacienda campesina en los koljoces, con el fin de convertir a los pequeños propietarios rurales en proletarios.

En este conflicto abierto con la gran mayoría del pueblo los comunistas sufrieron doble revés.

Por una parte desorganizaron totalmente la producción agropecuaria y su secuela fue la gran escasez de los artículos alimenticios que adquirió proporciones de una verdadera hambruna. Los salvó la copiosa ayuda prestada por Washington al estallar el conflicto Moscú-Belgrado en 1948. De ese modo, el Occidente capitalista tuvo que salvar del hambre a los libertadores comunistas.

En segundo término los comunistas tuvieron que admitir que su sistema de la propiedad colectiva de la tierra carecía de justificación y menos que menos de la aceptación de las masas campesinas "liberadas". En 1954 tuvieron que disolver los koljoces y permitir la restitución de la tierra a sus propietarios, a los campesinos que la trabajan[9]. Claro, con ello no cesaron los experimentos comunistas en política agraria, aunque siempre terminan con rotundos fracasos y grandes perjuicios para la mayoría campesina del pueblo.

En resumen, las reformas agrarias de la Yugoslavia monárquica y la comunista en lugar de fortalecer la economía nacional croata y mejorar el nivel de vida del campesino propietario, trajeron nuevas desgracias. Los comunistas tuvieron que desistir de la colectivización, más la desposesión de los croatas es un fenómeno permanente que prueba el carácter granservio de Yugoslavia. Persiste la colonización serbia en Croacia y los serbios tuvieron que asumir el papel de gendarmes que deben mantener y cuidar la unión compelida del conglomerado estatal yugoslavo, creado y mantenido contra la voluntad del pueblo croata y de otros pueblos oprimidos nacionalmente.

 



[1] Milán Blazekovic: Ilustres croatas de Bosnia y Herzegovina en el imperio turco, "Studia Croatica", 1965, Nos. 16-19, pp. 299-311.

[2] Dominik Mandic: Bosnia y Herzegovina - Provincias croatas, "Studia Croatica", Nos. 16-19, pp. 53-220; véase especialmente sobre el origen de los actuales serbios en Bosnia, cap. IV, pp. 192-220.

[3] Fuad Slipcevic: Bosnia y Herzegovina desde el Congreso de Berlín hasta la primera guerra mundial (en croata), Zagreb 1954, p. 42.

[4] Ibid., pp. 62-63.

[5] Dr. Oton Franges: La reforma agraria en Bosnia y Herzegovina, "Hrvatska Enciklopedija" tomo II. - Franges fue ministro en el gobierno dictatorial del rey Alejandro, constituido en 1929, pero como especialista en política agraria tuvo que reconocer que la reforma agraria en Bosnia fue "desorganizada, desordenada y que un elevado número de las prestigiosas y tradicionales familias musulmanas quedaron proletarizadas".

[6] Unos 12.000 habitantes, exclusivamente de la población urbana en una provincia de 643.000 almas de acuerdo al censo austríaco, incluso la ciudad de Zadar que del 1918 al 1943 perteneció a Italia.

[7] Cf. Studia Croatica, ed. especial "La Tragedia de Bleiburg".

[8] Ibid.

[9] Jure Petricevic, Política agraria en Yugoslavia, "Studia Croatica", 1961, pp. 117-129; Fracaso del titoísmo en agricultura y en el campo en general, "Studia Croatica", 1962, pp. 309-324, Buenos Aires.