Bosnia y Herzegovina
Studia Croatica - Edición Especial
Buenos Aires, 1965
Dr. Dominik Mandic
COMO destacamos en nuestro estudio "Bosnia y
Herzegovina provincias croatas", B. y H. por sus cadenas montañosas, por el
curso de sus ríos y los factores geopolíticos, están íntimamente unidas a
Croacia; completan y confieren unidad a todas las restantes regiones croatas.
Las vías naturales que conectan las zonas croatas de Posavina
con las del Adriático corren a través de Bosnia y Herzegovina, por los valles
de los ríos Bosna y Neretva,
Vrbas y Cetina, Una y Krka.
A través de esos valles, los romanos trazaron sus rutas, que unían el Adriático
con las llanuras panónicas[1].
Sin Bosnia y Herzegovina, el Estado croata sería deformado territorialmente y
casi amputado; carecería de auténtica unidad y sentido de conjunto. Croacia sin
Bosnia-Herzegovina, según lo dijo sagazmente Antonio Radic,
ideólogo del Partido Campesino Croata, se asemejaría a la mitad de un pan, sin
la miga, con sólo la corteza exterior[2].
Es muy plástica también la imagen del profesor Kr. Draganovic, quien comparó a Croacia sin Bosnia-Herzegovina
con una sanguijuela desde Kotor hasta Srijem, o con un hombre de pies y manos estirados, sin
tronco, que carece de tórax y vientre, que contienen los vitales órganos
humanos. Como un hombre tal no puede vivir, tampoco Croacia no pudo subsistir
antaño sin Bosnia y Herzegovina ni lo podrá en el futuro[3].
El límite natural entre Croacia y Serbia es el río Drina. En esta línea, los romanos dividieron su Imperio y
allí se fraguó durante siglos la actual división del mundo occidental y
oriental. La misma línea debe separar a Croacia del Estado serbio.
Sin Bosnia y Herzegovina, resultaría difícil la defensa
militar de Croacia. Sus vías de comunicación, transportes y el turismo, que el
futuro Estado de Croacia debe tener muy en cuenta, carecerían de conexiones
naturales cortas y habrían menester de vías
indirectas. Bosnia y Herzegovina son complemento insustituible de la economía
croata por su riqueza ganadera, frutícola y forestal. Una sólida industria
nacional no podría desarrollarse sin los ricos yacimientos minerales y
carboníferos de Bosnia y Herzegovina. Y lo que más importa es que sin Bosnia y
Herzegovina, quedaría fuera del Estado croata más de un tercio de puros croatas
de tipo racial dinárico que constituyen el componente
sano y vital del pueblo croata.
LA "lNDETERMlNAClON"
DE LOS ACTUALES MUSULMANES DE BOSNIA Y HERZEGOVINA
Aunque Bosnia y Herzegovina históricamente son
indisputablemente provincias croatas, hoy sin los musulmanes no serían croatas,
ni Croacia podría conseguirlas sin ellos. Los croatas católicos preservaron a
Bosnia y Herzegovina como territorio nacional croata en comunidad con los
musulmanes. La relación numérica entre los croatas católicos y los musulmanes
fluctuaba durante siglos, pero conjuntamente hasta el comienzo del siglo pasado
constituían más de tres cuartas partes de la población total de Bosnia y
Herzegovina[4].
También actualmente los croatas católicos y los musulmanes representan una
sólida mayoría del 58% de la población total de B. y H. Para que Croacia
obtenga esas provincias, importa que unidos croatas católicos y musulmanes lo exijan.
Algunos croatas se preocupan por el hecho de que los
musulmanes de B. y H. en los censos de postguerra se declaran masivamente
"nacionalmente indefinidos". Para poder comprender y apreciar
correctamente la actitud de los musulmanes de B. y H., es preciso darse cuenta
cabal de la situación prevaleciente en Croacia y las provincias adyacentes
después de la segunda contienda mundial. En 1945, los serbios, bajo el disfraz
del comunismo, tomaron todo el poder en la Yugoeslavia reconstituida, llamada
la "segunda Yugoeslavia", y particularmente en Bosnia y Herzegovina.
Ellos decidían sobre la vida y la muerte de individuos y grupos enteros. Desde
entonces, ellos disponen de todos los recursos económicos y únicamente por
intermedio de los serbios se puede obtener un empleo o los medios
indispensables para una subsistencia algo mejor. Con tal despotismo serbio, es
un verdadero heroísmo no declararse serbio y no sentarse a la mesa bien tendida
que ellos por violencia se arrogaron, manteniéndola exclusivamente en sus
manos. Si en esas condiciones los musulmanes de B. y H. se declaran
"indefinidos", de hecho no están indefinidos, sino que declaran no
ser serbios. Cuando se restablezcan las libertades individuales y nacionales en
Bosnia y Herzegovina, entonces esos musulmanes "indefinidos" hablarán
con el lenguaje de la verdad, vale decir que son croatas, va que no pueden ser
otra cosa.
LOS MUSULMANES DE BOSNIA Y HERZEGOVINA NO PUEDEN SER
SERVIOS
Los musulmanes de Bosnia y Herzegovina no pueden ser
serbios por su origen e idioma croata, por sus ideas y convicciones religiosas,
por su vida cultural y el auténtico, hondo sentimiento. Son distintos de los
serbios y nunca podrán asociarse y fusionarse con ellos en un pueblo unitario.
Uno que otro, por intereses personales y egoísmo, puede traicionar su pueblo.
Pero un pueblo entero, o la parte considerable de él, como son los musulmanes
de Bosnia y Herzegovina, no puede ni nunca cometerá la
traición general y total de sí mismo, de sus hermanos y de su verdadera
nacionalidad.
Los musulmanes de Bosnia y Herzegovina no pueden
declararse serbios, pues eso significaría su perdición religiosa en el futuro
próximo. Tanto la religión católica como la musulmana son universales y, por
ende, no están vinculadas ni identificadas con un pueblo determinado. Católico
y musulmán puede ser un francés, un croata, un inglés, un árabe, un indio o un
chino. Por consiguiente, tanto católicos como musulmanes saben y conciben que,
adeptos de distintas religiones, pueden ser buenos ciudadanos de la misma
nación. Como actualmente son protestantes y católicos buenos alemanes, mgleses o norteamericanos que se respetan mutuamente y se
quieren como integrantes del mismo pueblo, así también los católicos y
musulmanes de Bosnia y Herzegovina y de toda la Croacia pueden y deben
ayudarse, quererse y defenderse como hijos del pueblo croata.
Los serbios piensan y sienten de otro modo. La religión
ortodoxa necesariamente forma parte del concepto nación. Los serbios no
pertenecen a la Iglesia ortodoxa sin más. Son pura y exclusivamente fieles de
la "Iglesia ortodoxa serbia", con San Sava
y otros santos serbios, en su mayoría reyes nacionales, con sus costumbres
nacional-religiosas (fiesta de bautismo, costumbres de Navidad, etc.) y con su
patriarca serbio, jefe supremo de su Iglesia serbia.
Un serbio no es tal en pleno sentido del término, si no
es miembro de la Iglesia ortodoxa serbia de Santo Sava.
Por ello, si los musulmanes de Bosnia y Herzegovina se declarasen serbios, el
espíritu y la concepción del servismo integral y
total los obligarían a abrazar tarde o temprano la ortodoxia serbia, sea en
forma individual y gradual, sea colectiva y brusca.
De esta simbiosis de la ortodoxia y la nacionalidad
serbia y su identificación resultaba y siempre resultará la demanda de los
serbios de que los musulmanes de Bosnia y Herzegovina pasen al ortodoxismo serbio, o sean exterminados. Es verdad que una
vez también los croatas católicos y musulmanes pelearon a brazo partido en Vrbas y Una: los croatas musulmanes con el objeto de
convertir al islam a los demás croatas y reunirlos en torno a Bosnia, y los
croatas católicos con el propósito de defenderse y devolver Bosnia a Croacia[5].
Eso ocurría en los primeros siglos de la Edad Moderna cuando las guerras
religiosas se entablaron también en Occidente entre los cristianos católicos y
protestantes del mismo pueblo. Entonces cristianos guerreaban entre si, matándose en Alemania y Países Bajos, en Francia e
Inglaterra. Entonces el poeta Hasan Kaima, un croata
de Sarajevo, exclamaba:
Oh, croatas, oiganme, oigan bien:
Abrazad el islam, honrad a Alá.
No sean enemigos, aceptad
el Corán[6].
Los tiempos de las guerras religiosas transcurrieron hace mucho. Hoy, tanto los croatas católicos como musulmanes, hablan y escriben sobre ellos con pesar y dolor en el corazón, reflexionando acerca de sus fatídicas y nocivas consecuencias para ambos. Hoy a ningún croata católico se le ocurre que habría que convertir por fuerza al catolicismo a los musulmanes croatas, ni con presión real ni moral. Los serbios lo sienten al revés. Identificando la Iglesia ortodoxa con la nacionalidad serbia, los próceres serbios y sus mejores cerebros siempre se entusiasmaron y exigieron de los musulmanes aceptar la ortodoxia, o ser exterminados. El obispo-príncipe de Montenegro Pedro Petrovic Njegos compuso Gorski vijenac (La guirlanda de montaña), obra maestra de la poesía épica serbia, en la que glorifica al obispo Danilo que instigó a los jefes ortodoxos montenegrinos a masacrar a los musulmanes lugareños, contrarios a la conversión al ortodoxismo. Aquí el obispo canta de lo hondo de su alma serbio-ortodoxa no sólo que el islam es incompatible con el cristianismo sino que un musulmán no puede ser serbio hasta que no abjure a su religión mahometana. Njegos pone en la boca de sus protagonistas estos versos:
"Servios y turcos nunca irán juntos,
antes el mar se volverá agua dulce.
..................................
..................................
Y en la misma olla si los cocinaras,
su sopa jamás se mezclaría" [7].
Cuando Karagjorgje (Jorge el
Negro) inició el levantamiento serbio en 1804, su primera "hazaña"
fue que los serbios, los días 24-25 de julio, asesinaran a todos los musulmanes
en Serbia que no lograron trasponer la frontera. Ese hecho los serbios lo
celebran incluso hoy como el gesto heroico de la "matanza de los dahije"[8].
En 1875, cuando se preparaba el alzamiento de los
cristianos en Bosnia y Herzegovina para liberarse de los turcos, el franciscano
bosníaco fray Antonio Knezevic visitó en Belgrado al
ministro serbio Blaznavac. Este sostenía el viejo
concepto serbio, es decir, que habría que obligar a los musulmanes de B. y H. a
bautizarse o emigrar, y los que se quedaren, exterminarlos. Blaznavac
sintetizó su pensamiento del modo siguiente: "Prestad atención a lo que le
voy a decir. Tan pronto os alceis, dad inmediatamente
una proclama a los turcos: o bautizarse en el acto o emigrar en seguida donde
quieran, si no quieren verse degollados". Knezevic
le contestó: "Perdone, señor, pero en este asunto no puedo consentir con
usted. ¿Es que debemos hacer lo que en ellos condenamos? Aunque la ley nos lo
permitiera, como no lo permite, aunque ellos no fuesen nuestros hermanos de
sangre, como lo son, eso contrariaría nuestra educación y nuestra cultura" [9].
Padre Knezevic impidió que se
realizasen los planes de Blaznavac.
Durante la primera guerra mundial, en 1917, se reunieron
en Cannes, en el domicilio del escultor Iván Mestrovic,
los miembros croatas del "Comité Yugoeslavo", con Stojan
Protic, delegado del gobierno serbio, para deliberar
sobre la creación del Estado común croata-serbio. Cuando se abordó el problema
de Bosnia y Herzegovina, Protic declaró que ellos, el
gobierno y el pueblo serbios, tienen ya la solución lista para esas provincias.
A la pregunta del croata Antonio Trumbic, Protic contestó: "Cuando nuestro ejército cruce el río
Drina, dará a los turcos 24 horas de tiempo, tal vez
48 horas, para volver a la religión de sus antepasados, y quienes no quisieran,
los masacraremos como lo hicimos en su tiempo en Serbia[10].
Únicamente gracias a la intervención del escultor Mestrovic y de otros miembros croatas en esa reunión, no se
cumplió esa terrible decisión serbia. No hace mucho, reveló el Dr. Juraj Krnjevic, secretario
general del Partido Campesino Croata, que en 1924 le manifestó en el parlamento
de Belgrado, un diputado nacional serbio, que en Serbia seguían deplorando que
el plan, expuesto por Protic, no hubiese sido
ejecutado[11].
También en la última guerra mundial, los serbios
volvieron a su idea fija acerca del exterminio de los musulmanes. Draza Mihailovic, comandante
supremo de las fuerzas nacionales serbias en el país, con el conocimiento y
consentimiento del gobierno yugoeslavo (en gran mayoría serbio), exiliado en
Londres y del rey Pedro, de la dinastía serbia de los Karageorgevich,
cursó el 20 de diciembre de 1941 una extensa "instrucción" a los
comandantes de los chetniks (guerrilleros
nacionalistas) serbios. En el punto 5, se expresa que el objetivo de la lucha
serbia es: "Crear fronteras directas y comunes entre Serbia y Montenegro,
como también entre Serbia y Eslovenia mediante la limpieza de la población
musulmana en Sandzak y de la población musulmana y
católica en Bosnia y Herzegovina"[12].
Conforme a las instrucciones dadas, los comandantes chetniks pasaron a la acción. Horrorosas matanzas de
musulmanes, sin distinción de sexo y edad, fueron consumadas particularmente en
los distritos de Cajnic, Foca, Rogatica,
y Visegrad. Se estima que a fines de 1941, en los
distritos de Foca y Rogatica, fueron masacrados
6-7.000 musulmanes, hombres, mujeres y niños[13].
La masacre continuó en los años siguientes. El 10 de febrero de 1943 el
comandante, teniente Jovan S. Jelovac,
escribió al comandante del IV batallón, Baja Povljanin:
"Prosigan en adelante de acuerdo con las órdenes dadas. Apresen y maten a
todos los musulmanes.
Agarren a esa lepra y asesinen a todos, es la orden de
nuestros jefes máximos y debemos cumplirla" [14].
El comandante chetnik Pavle Djurisic, el 13 de febrero
de 1943, presentó este informe sobre las masacres de los musulmanes: "Al
jefe del estado mayor del supremo comando (Draza Mihailovic). La acción contra los musulmanes en los
distritos de Plevlje, Cajnice
y Foca fue ejecutada. Las operaciones fueron realizadas exactamente según la
orden y disposiciones dadas... luego procedimos a la limpieza. Todas las aldeas
musulmanas en los tres distritos mencionados fueron totalmente quemadas, de
modo que ni un solo hogar quedó intacto. Durante la operación se ha procedido
al exterminio de la población musulmana sin consideración de sexo o edad. Las
bajas... de los musulmanes, cerca de 1.200 combatientes y hasta 8.000 otras
bajas: mujeres, ancianos y niños... La moral de los musulmanes estuvo,
diríamos, por el suelo. Se apoderó de ellos la epidemia del miedo de nuestros chetniks, de modo que estaban sencillamente perdidos."[15].
También en el futuro, en circunstancias propicias, los
serbios seguirán con tales procedimientos contra los musulmanes de Bosnia y
Herzegovina, mientras alberguen la esperanza de que podrán servizar
por lo menos a una parte de los musulmanes. Eso cesará cuando los musulmanes de
B. y H. declaren en forma clara e inequívoca lo que por su sangre son, es decir
croatas. Entonces todo ataque a los musulmanes de Bosnia y Herzegovina encontrará
la resistencia aunada, recia e infranqueable de todos los croatas, desde Boka Kotorska hasta el Mura y
desde Trieste hasta el Drina.
[1] Cf.
PH. BALLIF, Romische Strassen
in Bosnien und Herzegovina, Viena
1893, E. PASALIC, Anticka naselja
i komunikacije u Bosni i Hercegovini,
Sarajevo, 1960.
[2] A. RADIC,
Sabrana Djela III, Zagreb,
1939, 218.
[3] (KR. DRAGANOVIC), Hrvati i Herceg-Bosna, Sarajevo, 1940,
46.
[4] Sobre ese
aspecto escribo in extenso en el tercer tomo del libro Bosna
i Herzegovina.
[5] D.
MANDIC, Bosna i Herzegovina
I, 172-176.
[6] M.
HADZIJAHIC, Hrvatska muslimanska
knjizevnost prije 1878,
Sarajevo 1938; V. MURVAR, Hrvatska i Hrvati, Chicago, 1953, 82.
[7] PETAR
PETROVIC NJEGOS, Gorski Vijenac,
Belgrado, 1947, 129 y 133.
[8] Cf. ST.
NOVAKOVIC, Ustanak na dahije, Belgrado 1904; D.PANTELIC, Beogradski
pasaluk pred Prvi srpski ostanak,
Belgrado 1949, N. SAULIC, Prvi srpski
ustanak i narodne piesme, Belgrado, 1954.
[9] J.
JELENIC, Kultura i bosanski
franjevci II, Sarajevo, 1915, 207 y ss.
[10] I.
MESTROVIC, Uspomene na politicke ljude i dogodjaje,
Bs.Aires, 1961, 73.
[11] Opet Bosna i Herzegovina, Hrvatski glas, Winnipeg, Canadá,
18/III/1963, p. 1.
[12] STEPHEN
CLISSOLD, The Whirlwind, Londres
1949, 313; Dokumenti o izdajstvu
Draze Mihailovica, knjiga I, Belgrado, 1945, 12; I.
OMRCANIN, Istina o Drazi Mihailovicu, Munich Nueva York, 1957, 171.
[13] I.
OMRCANIN, op. cit., 128-142.
[14] Ibid., 172.
[15] CLISSOLD. Op. cit.. 331:
OMRCANIN. Op. cit., 176.