Bosnia y Herzegovina
Aportes al esclarecimiento del origen de la
Primera Guerra Mundial
Studia Croatica -
Edición Especial
Buenos Aires, 1965
Milan Blazekovic
Un testimonio
valioso en la historia cultural de Croacia del siglo XVI lo ofrecen antiguos
grabados de las ciudades fortificadas en Bosnia, contenidos en el libro de
viaje de Benito Kuripesic, integrante de la misión
del rey Fernando I, encabezada por el conde José Lamberg
y Nicolás Jurisic encargada de visitar en 1530 al
sultán Solimán II en Constantinopla. Esa delegación viajó a través de Croacia y
Bosnia, y Kuripesic en su relación nos dejó un
preciado documento de su época.
El libro de viaje
de Kuripesic, editado en 1531 en Augsburgo por el
célebre impresor Heinrich Steiner,
bajo el título "ITINERARIUM - Wegrayss Kün. May. potschafft gen Constantinopel
zudem Turkischen keiser Soleymann. Anno XXX. M. D. XXXI" (El itinerario de la embajada
real ante el emperador turco Solimán en Constantinopla. Año 1531), fue a usanza
de aquella época, profusamente ilustrado. Como comprobaron en forma
indiscutible los historiadores de la cultura, Friedrich
Dornhoffer y Heinrich Rottinger, el grabador del Itinerarium
de Kuripesic y de muchas otras ilustraciones
coetáneas fue Jorg Breu
Jr., contemporáneo y colaborador de Lucas Cranach
(1472-1553) y Alberto Durero (1471-1528). Breu ejecutó los grabados según los esbozos y dibujos que
durante el viaje hizo uno de los testigos oculares, muy probablemente el mismo Kuripesic, según cabe concluir comparando las xilografías
de Breu de los castillos bosníacos con las actuales
fotos de sus ruinas y con descripciones de vieja data[1].
El manuscrito del
Itinerario de Kuripesic no se conservó, pero en la
biblioteca de los condes Lamberg, en su castillo de Ottenstein (Austria Inferior) se conservó una trascripción
de aquel tiempo, hecha probablemente por el cuñado de Jurisic,
Andreas von Puchheim, participante de la delegación
mencionada. Esta transcripción, que poco difiere del libro impreso, tiene
interés por contener acuarelas de las ciudades de Krupa
y Vrhbosna (Sarajevo). La edición de Augsburgo de
1531 viene ilustrada con nueve xilografías; las cuatro primeras se refieren a
las ciudades de Krupa, Kamengrad,
Kljuc y Sokol,
respectivamente y la sexta a Visegrad.
Desde el punto de
vista histórico, el viaje de la embajada del rey Fernando I a Constantinopla y,
por ende, el itinerarium de Kuripesic,
coinciden con la época, definida por Toynbee en estos
términos: "Después del fracaso final de las Cruzadas, la Cristiandad
Occidental se mantuvo a la defensiva contra ese ataque otomano durante el final
de la Edad Media y los comienzos de la Edad Moderna de la historia occidental,
y esto no sólo en el viejo frente marítimo del Mediterráneo sino también en un
nuevo frente continental en el valle del Danubio. Estas tácticas defensivas,
empero, más que una confesión de debilidad, eran una obra maestra de estrategia
en gran escala sólo a medias consciente, ya que los occidentales se las
compusieron para detener la ofensiva otomana sin emplear más que una pequeña
parte de sus fuerzas; y mientras la mitad de las energías del Islam estaban
siendo absorbidas en este frente local, los occidentales aplicaban su fuerza
para hacerse dueños del océano y con ello dueños potenciales del mundo"[2].
Al caer
sucesivamente bajo el poder otomano Grecia, Serbia, Bulgaria y Rumania, esta
"pequeña parte" de las fuerzas occidentales fue integrada por el
potencial militar y económico total de Croacia y Hungría con cierta ayuda
prestada por los países hereditarios austríacos en la retaguardia.
En el plano
político europeo alcanza entonces el Imperio otomano, bajo la égida del sultán
Solimán el Magnífico, la cima de su poderío, cuando Francia y Venecia mantienen
o tratan de mantener buenas relaciones con la Sublime Puerta, y cuando la
Reforma en Alemania sacude la unidad del mundo cristiano occidental al punto
que las Dietas convocadas en Augsburgo y otros lugares en vista del peligro
turco se disgregaban a causa de cuestiones religiosas sin decidir nada sobre la
defensa frente los otomanos. Por ello, dada la creciente negligencia de los
reyes cristianos en lo que atañe al frente continental, se acrecentaban los
lazos entre Croacia y Hungría por un lado y las posesiones austríacas por el
otro.
De esa manera,
caída Belgrado el 21/1/1521 y conquistadas en Srijem
las ciudades de Kulpenica, Baric,
Slankamen, Mitrovica e Ilok, el banus croata Berislavic pidió al Papa que examinara la posibilidad de la
defensa de Croacia, abandonada a sus exhaustas fuerzas. El Papa logró que el
rey húngaro-croata Luis II cediese, mediante un tratado, la defensa de las
ciudadelas en la línea occidental a su cuñado Fernando, archiduque de Austria, quien,
a tal efecto, reforzó las guarniciones en las fortalezas de Senj,
Klis, Krupa, Jajce, etc.[3].
Esa circunstancia
determinó que la mayor parte de los nobles croatas, tras la muerte del rey Luis
II, caído en la batalla de Mohac en 1526 sin dejar
sucesor, quedando rota la Unión personal entre Croacia y Hungría, eligiera el
1/1/1527 en la Dieta de Cetingrad al archiduque
Fernando como rey de Croacia. Los croatas confiaban que eligiendo a Fernando
podrían contar con la ayuda de su hermano, el emperador Carlos V. Los menos de
los nobles croatas y los más de los nobles húngaros eligieron el 3/1/1527 como
rey croata-húngaro a Juan Zapolia, duque de Erdelj, invocando a ese propósito una resolución de la
Dieta de 1505, según la cual en adelante no se elegiría a los extranjeros como
reyes, aunque en virtud del acuerdo de sucesión de 1515, la sucesión de la
corona de San Esteban debía tocarle a Fernando I.
Si bien después
de una victoriosa campaña militar contra Zapolia, el
2/11/1527, Fernando fue elegido rey de Hungría por la mayoría de los nobles
húngaros, restableciéndose así el dualismo croata-húngaro[4],
prácticamente proseguía la guerra civil entre los dos reyes hasta la muerte de Zapiola (acaecida en 1540), quien se había hecho un sumiso
vasallo de los turcos en la Hungría conquistada. Como nuevamente se cernía la
amenaza osmanlí el 21/1/1530 el emperador Carlos V convocó para fines de mayo
del mismo año la Dieta estatal en Augsburgo que debió resolver todos los
problemas pendientes, religiosos, políticos y defensivos. Los estamentos
croatas, como representantes del Reino de Croacia, delegaron ante la Dieta
estatal al prestigioso noble Gaspar Bartakovic para
que solicitara del emperador Carlos V, el rey Fernando y los demás príncipes
cristianos ayuda "ad eximia et ardua nostra
negocia nunc exequenda"[5].
No creyendo, empero, en el buen resultado de la Dieta estatal ni en la promesa
del rey de que no permitiría que fuera tragado "regnum
tam vetustum et nobile" (reino tan antiguo y noble), hicieron
paces los nobles croatas, partidarios de Fernando y de Zapolia,
en interés de la común defensa patria.
El mismo rey Fernando,
viendo que no conseguiría ayuda en Alemania y preocupado por el disgusto croata
con ambos reyes, decidió enviar una delegación a Constantinopla para implorar
la tregua a largo plazo y con condiciones de pagar al sultán 100.000 ducados
anuales y al gran visir Ibrahin bajá 10.000, en caso
de que el sultan le cediera Hungria[6].
Asi, ya el 27 de mayo de 1530 fue expedida en
Innsbruck "Instructio de ijs,
que fideles nobis dilecti Iosephus a Lamberg et Nicolaus Iurischitz Consiliarij et Oratores nostri apud Cesarem Turcorum
agere et tractare debent"[7].
Como Lamberg no sabía el croata, y Jurisic -si bien desde 1522 al servicio del archiduque, y
hasta intermediario entre los nobles croatas y el archiduque, y su enviado en Cetingrad cuando los croatas lo eligieron su rey- no sabía
leer ni escribir en alemán, sino que en sus cartas usaba exclusivamente las letras
"bosancica"[8],
hubo que buscar quien supiera "der dy schprachen alls tewtsch Latein vnd Crabatisch lesen vnd reden khan" (que sepa leer y hablar en idiomas como el
alemán, el latín y el croata), y ese hombre fue Benito Kuripesic,
notario de Eslovenia, de quien se conoce muy poco.
A principios de
agosto de 1530 emprendieron Lamberg y Jurisic con 24 acompañantes su agotador viaje hacia Constantinopla
a través de Croacia y Bosnia. Gracias a ese hecho tenemos la más vieja
descripción conservada del viaje a través de Bosnia en el Itinerarium
de Kuripesic.
Saliendo el
21/8/1530 de Ljubljana, arribaron a Metlika el 24 de agosto y allí se reunieron con el ban croata Ivan Karlovic y el capitán supremo local Katzianer,
y el 26 de agosto llegaron a Belaj, castillo de los
nobles Tomasic; de allí a Klokoc,
donde nuevamente se encontraron con el ban Karlovic. Este los acompañó hasta Krupa
sobre el río Una, entonces bajo su poder. Allí se encontraron con cinco turcos
que salieron a su encuentro de Kamengrad.
Alrededor de la
actual ciudad de Krupa sobre el río Una, en la época
de los monarcas nacionales croatas se extendía la zupa
(distrito, comitatus) de Pset
y es muy probable que antes del siglo XIII Krupa se
llamara Pset. Antaño hubo dos ciudades Pset, "la grande" y "la chica", y en
los documentos del siglo XV se mencionan ambas Krupa,
"la vieja" y "la nueva". En el grabado se ve también que se
trata de dos ciudades, la baja y la alta, separadas por los brazos del río Una
y formando islotes. En el grabado el río Una figura como "ursprung". En el islote inferior se halla la ciudad
"nueva" con casas apretadas y fortificaciones, y en el islote
superior, denominado en el grabado como "Crabaten"
(los croatas), se eleva una colina de la ciudad "vieja", coronada con
cinco torres, conservándose ruinas de tres[9].
Al día siguiente,
el 29 de agosto, se dirigen a Kamengrad donde les dio
cálida acogida Malkosic (Malkoc),
retoño de una célebre familia turca Malkoc, quien
"conversó amablemente" con la delegación. Kamengrad
se menciona en 1334 en la nómina de las parroquias de la diócesis de Zagreb y a
partir de 1464 como "Camengrad, castrum in finibus Croatiae Bosnaeque existens", cuando el rey Matías Corvino la regaló a Tomko Mrnavic. Hasta hoy se
conservaron sus ruinas en una alta colina[10].
A través de los
riachuelos Mrena y Sanica,
el monte Komen y los fortines Greben
y Sokolovo, la delegación arribó a Kljuc sobre el río Sana, donde la esperó un alto oficial
turco con trescientos soldados a caballo y largo rato conversó
"secretamente" con los delegados. Esteban Toma Ostojic
(1444-1461), rey de Bosnia, obsequió Kljuc a los
hijos del duque Ivanis Draganic.
El último rey de Bosnia, Esteban Tomasevic
(1461-1463), hijo de Toma, huyendo ante los turcos se refugió en Kljuc, donde por traición los turcos lo capturaron y
mataron. En el fuerte de Kljuc también se libraron
combates durante la ocupación de Bosnia-Herzegovina en 1878.
De Kljuc se encaminaron a Sokol a
través de la ciudad de Prizren, la aldea Goles y la
actual Slatina. Sokol o Sokolac
era una ciudad real sobre el río Pliva y allí cerca
el rey bosníaco Tvrtko I (1353-1391) derrotó en 1363
al rey húngaro-croata Luis el Grande. Sokol perdió su
importancia al fundarse Jajce. Los turcos la
conquistaron en 1496 y todavía hoy existe una de las seis o siete torres
defensivas, y ruinas de las murallas.
De Sokol la delegación viajó, pasando por la fortaleza Prusac y la aldea Krusica, a Kovacici y desde allí se dirigió a visitar al bajá de
Bosnia, Husrefbey, en el pueblo de Glavojedina. Husrefbey, hijo de Ferhad bey y la sultanita Seldzuka,
hija del sultán Bayaceto II, benefactor de la ciudad
de Sarajevo, y uno de los vencedores en la batalla de Mohac
en 1526, recibió a los delegados en su tienda bajo el verde follaje entre el
cual corría un riachuelo, y conversó con ellos por espacio de dos horas. De Krusica por el monte Medenik,
actual Romanija, y la aldea Gracanica
la delegación arribó a la localidad turca Zelen-pazar
o Rogatica. El 17 de septiembre de 1530 prosiguió
viaje hasta el río Drina y hasta el burgo de Visegrad, ceñido por un alto castillo construido sobre un
peñón.
Visegrad, situado en la
desembocadura del Rzav en el Drina,
se menciona como una localidad importante en el camino de Dubrovnik
a Nis ya en 1358, cuando el rey Luis I firmó allí un
documento a los ragusinos. En el grabado se ve la
torre colocada sobre un fantástico peñón y debajo, pequeñas casas apretadas. Se
ve también un puente de madera sobre el Drina,
designado aquí "Trena" (Luego el gran visir Mohamed bajá Sokolovic construirá aquí el hermoso puente de piedra,
descripto por el premio Nobel, Ivo Andric, en su
novela homónima).
Al pasar el río Drina, terminó el viaje de la delegación de Lamberg y Jurisic a través de
Bosnia. Luego, el 17 de octubre, llegó a Constantinopla, donde la recibió el
gran visir Ibrahím bajá tres veces y el sultán dos veces, el 7 y 14 de
noviembre de 1530.
En esta ocasión
"Jurisic explicó en idioma croata al
Solimán y al gran visir las misivas de Fernando, pues nadie había en la Sublime
Puerta que supuse el latín o el alemán"[11].
De parte turca asistieron a las conversaciones y negociaciones crabatische tulmetschen
(intérpretes croatas)- según acota Kuripesic.
El día 22 de
diciembre de 1530 la delegación deja Constantinopla "con gran alegría y
buen ánimo" (mit grossen
freiden und freliches mut) y tomando el mismo
camino regresó, al cabo de 50 días, el 9/2/1531, a Ljubljana.
Desde aquí Lamberg informa al rey Fernando que la
delegación volvió sin conseguir nada, pues Solimán contesta por escrito a
Fernando que no le cede a Hungría: "Hungría es mía, puesto que la
conquisté con la espada y lo que es mío puedo darlo a quien quiero. Vino el rey
Juan (Zapolia), se sometió, y me pidió Hungría y lo
que me pidió se lo di. Tus delegados vinieron a implorar la paz, y sin embargo
en tu carta consta que tú eres rey de Hungría que yo conquisté. Eso no lleva a
la amistad[12].
La misión
diplomática de los enviados de Fernando había fracasado y la guerra pronto se
reanudó y duró varios siglos, pero nos quedó la descripción de las montañas,
los valles, los ríos y las ciudades en los países que recorrió dicha
delegación, como asimismo una referencia de usos, costumbres, tradiciones de la
gente que habita dichas comarcas, tal como las anotó Kuripesic
en su Itinerarium,
legándonos así la más vieja descripción conocida hasta hoy de un viaje por los
Balcanes, incluyendo a Bosnia.
[1] Dr.
Artur Schneider, "Najstarije
slike hrvatskih utvrdjenih gradova u Bosni", Hrvatsko Kolo XXIV, Zagreb 1943, pp. 124-5. Las
reproducciones de los grabados en este número son tomadas de dicho estudio.
[2] Arnold J. Toynbee, La civilización puesta a prueba, Buenos Aires,
2da. edición 1952, pp.171-2.
[3] Fr. Vanicek, Specialgeschichte
der Militargrenze aus Originalquellen und Quellenwerken geschopft., Viena 1875. Aus der Kaiserlich-koniglichen
Hof-und Staatsruckerei- $ 4. Die ersten Besatzung des Erzherzogs Ferdinand, p. 5.
[4] Rudolf
Kiszling, Die Kroaten-der Schicksalsweg eines volkes, Graz-Colonia 1956, p. 24.
[5] A.
Schneider, op. cit., p. 108.
[6] Tade Smiciklas,
Poviest Hrvata, Segunda
parte, Zagreb 1879, p.27.
[7] A.
Schneider, o. c., p. 111.
[8] Znameniti i zasluzni
Hrvati 925-1925, Zagreb 1925, p. 124.- Bosancica,
significa alfabeto de Bosnia, en uso entonces en una gran parte de Croacia.
[9] A.Schneider, op. cit., p. 129.
[10] A.
Schneider, idem.
[11] T.
Smiciklas, op. cit., p. 27.
[12] T.
Smiciklas, idem.