Misionero y explorador en Baja California
George Prpic, John Carroll University, Cleveland
El primer misionero croata en el Nuevo Mundo fue Ivan Ratkaj, SJ, nacido el 22 de mayo de 1647 en el castillo de Veliki Tabor. Llegó a la ciudad de México el 25 de septiembre de 1680 y su destino fue Tarahumara, región de las tribus indias más primitivas y salvajes. Tras 10 días de fatigoso y peligroso viaje llega al lugar de la misión, donde aprendió muy pronto el idioma indígena, y en el primer mes de su estada había ya bautizado a 40 nativos. El esforzado trabajo afectó su salud, de por sí muy delicada. Fue trasladado a otro puesto misionero en la misma comarca, donde murió prematuramente. Lo envenenó un indio por oponerse a las danzas nocturnas inmorales, las orgías y las costumbres desenfrenadas. Murió como mártir de su abnegada vocación en Carichico, Tarahumara, el 26 de diciembre de 1683. Su diario y numerosas cartas constituyen una valiosa fuente de información histórica acerca de lo que es hoy la región Chihuahua en la Nueva México.
Si bien las actividades misioneras de Ratkaj tuvieron lugar en lo que actualmente es territorio mejicano, los historiadores norteamericanos Bolton y Dunne consideran que su obra fue importante para el desarrollo posterior del sudoeste norteamericano. Esas misiones en Tarahumara constituían un importante eslabón en la cadena de misiones que se extendía a través de Sonora y Baja California hasta el Pacífico. Bolton presta incluso mayor atención a la historia de las misiones jesuíticas que el prominente historiador Bancroft, si bien éste atribuye gran papel a las misiones católicas en el desarrollo del sudoeste y oeste norteamericanos. Tanto Bolton como Dunn señalan que sin las misiones jesuíticas en Tarahumara, Primeria, Sonora y Baja California en primer lugar, el desarrollo de la California actual y los estados contiguos se habría retardado considerablemente. Por eso, las actividades de Ratkaj y de otros misioneros europeos y mexicanos merecen atención y es justo tratar su obra como parte de la historia de la civilización americana.
Aunque el destino no deparó al padre Ratkaj llegar a California, su compatriota, Fernando Konschak, miembro de la orden de los jesuitas, lo hizo y allí se convirtió en un distinguido misionero. Fernando Konschak nació el 3 de diciembre de 1703 en Varazdin, a pocos kilómetros del lugar de nacimiento de Ratkaj, siendo ambos oriundos de la comarca de Zagorje Croata. Es interesante señalar que en la vecindad de Zagreb nacieron tres grandes misioneros croatas actuantes en el Nuevo Mundo, siendo el tercero el padre José Kundek. Su patria chica, Zagorje, densamente poblada, es una región de colinas verdes y ondulantes, viñedos y pequeñas granjas, adornada con castillos de las rancias familias nobles, de antiguos burgos en ruinas, iglesias y capillas que se yerguen en casi cada cima de la colina.
El padre de Konschak, oficial del ejército, procedía de la pequeña nobleza. Tras la escuela primaria, Fernando fue inscripto en el colegio jesuita de Varazdin. Cuando contaba 16 años, en octubre de 1719, fue aceptado como novicio de la Compañía de Jesús en Trenchin, Eslovaquia. En 1720 era rhetor y en 1723 fue ordenado sacerdote en Graz, Austria. Primero fue adscripto como docente al colegio de los Jesuitas en Zagreb en 1726 y luego trasladado a Budapest. Enseñando materias clásicas -humaniora studia- publicó en 1726 un libro de poemas, Nagadia versibus latinis. En esta etapa de su vida resolvió ir de misionero entre los indios americanos. En Cádiz esperó todo un año el pasaje y en 1730 embarcó rumbo a América[1]. De 1730 a 1732 vivió en Vera Cruz, de donde remitió una importante carta a su provincial en Viena[2]. En 1697, el padre Juan María Salvatierra instaló el primer establecimiento español permanente y la misión jesuítica de California en Loreto, Sin embargo, la figura principal de la fundación de una cadena de misiones jesuíticas en Baja California fue el padre Francisco Kino. Estaba en el grupo de Ratkaj cuando más de 20 jesuitas misioneros naufragaron en el puerto de Cádiz y llegó a México 8 meses después de Ratkaj. Él fundó varias misiones en el México septentrional, Arizona y Baja California. A semejanza de muchos de sus seguidores no fue tan sólo misionero, sino explorador, astrónomo, cartógrafo, constructor de misiones, ranchero y defensor de la frontera. A la sazón todos los geógrafos españoles creían firmemente que la Baja California era una isla. En 1702 Kino exploró el territorio en dirección norte y comprobó su condición peninsular. En sus visionarios planes de conquista de California, pensaba dotar a Baja California con la ruta alrededor del Golfo para conectar las misiones y establecimientos en Sonora y otras partes con los de California. Probar que California, es una península era de suma importancia para la expansión ulterior hacia la Baja y la Alta California. El Padre Kino murió en 1711. Después de su muerte seguía sosteniéndose con persistencia el error de que California es insular, de modo que el Padre Juan de Ugarte emprendió nueva exploración y en 1721 comprobó de nuevo que California no es isla sino península[3].
En las primeras décadas del siglo XVIII se observaba gran escasez de misioneros. Luego sobrevino un despertar religioso. Un grupo de misioneros voluntarios alemanes, bohemios y españoles vino a llenar ese vacío. Vinieron pese a la circunstancia de que algunos de sus predecesores fueron asesinados por los indios. Cada uno de los mártires se vio reemplazado por nuevos misioneros entusiastas. A principios de 1733, el Padre Sistiaga, sucesor de Ugarte, volvió a su misión con un nuevo misionero, recién llegado de Europa, el reverendo Konschak, Las viejas misiones de Kino fueron restauradas y fundadas otras. Ni siquiera un nuevo levantamiento de los indígenas, producido en 1734, cuyo saldo fue el asesinato de dos jesuitas más, pudo impedir este proceso[4].
Para evitar una confusión innecesaria sobre el apellido de Konschak, cabe recordar que según la costumbre prevaleciente en las colonias españolas en América, los apellidos de los misioneros europeos se amoldaban a las formas fonéticas y morfológicas del idioma castellano. Debido a esta práctica, a veces resulta difícil acertar a qué nacionalidad pertenecían esos forjadores de la civilización y el progreso. J. Bryan Clinch sostiene que el verdadero apellido de Kino era Kühn[5]. Lo mismo pasó con el apellido croata de Konscak (para mantener la equivalencia fonética, en este trabajo escribimos su nombre Konschak), que sufrió varias modificaciones. Tal vez ninguno de los apellidos extranjeros fue escrito con tantas variaciones como el suyo. Los autores Krmpotic, Dunne, Bancroft y Decorme se ocuparon de cómo debería deletrearse correctamente el apellido Konschak.
Krmpotic menciona variaciones tales como Consago, Konsak, Conssag y Konshak. Bankroft agrega. Konsag y Konschak, siendo la primera forma una derivación española y la segunda germana. Dunne cita apellidos Konscak (tal como en su original croata), Konsag, Consago y Consag. En la obra mejicana de Decorme figuran Konzag, Conzag y Konschak. En Noticia de la California, a que nos referiremos más tarde, el nombre del misionero croata está escrito Consag y Gonsag y en ciertos trabajos figura como Gonzago. Consag es la forma que suele usar la mayoría de los autores y se basa en buenas razones, esto es que el mismo misionero firmaba de ese modo, como se puede colegir del Libro de Casamientos y Difuntos de Santa Rosalía Mulege[6]. Sin embargo, en ninguno de los escritos encontramos la forma González, como algunos autores croatas y americanos alegan erróneamente en sus artículos sobre Konschak.
Cuando empezó su obra misionera, el puesto San Ignacio era la misión más septentrional. Durante años Konschak vivió como un típico misionero y colonizador. Aparte del trabajo espiritual de educar a los indígenas, guiar a los catecúmenos y enseñar a los indios varios oficios, Konschak tuvo que cumplir múltiples tareas administrativas de su establecimiento misionero.
Se dedicaba también a temas científicos, especialmente exploraciones geográficas, y en buena hora. En ese sentido, el año 1746 tiene mucha importancia en su vida y además reviste importancia histórica para California. Ya el Padre Kino había constatado que la Baja California no es una isla, según antes se creía, sino península. Empero, la opinión oficial española sobre el carácter insular de California seguía predominando. Para aportar una prueba concluyente de ello y dotarla de una ruta terrestre hacia el continente, el Padre Cristoval de Escobar, envió a Konschak, a pedido del ministerio real, a un viaje de exploración para reexaminar el Golfo, llegar al norte hasta el Río Colorado y dar una prueba fehaciente sobre la conformación peninsular de California[7].
Acompañado por soldados e indios de las misiones jesuíticas, Konhak salió de Loreto el 9 de junio de 1746. Su fatigoso viaje a lo largo del Golfo hasta el Río Colorado duró hasta 25 de julio. Trazó el mapa de la desembocadura de Colorado en el Golfo y con ello probó que California está ligada al continente y no separada por el océano, según se sostenía tercamente[8].
Al regresar al puesto misionero de San Ignacio, Fernando Konschak sintetizó su hazaña en una carta dirigida al Padre Visitador Baltasar (fechada en San Ignacio 31 de octubre de 1746). Delineó un buen mapa que reflejaba el carácter peninsular de California y lo intituló: "Seno de California, y su costa oriental nuevamente descubierta y registrada desde el cabo de las Vírgenes, hasta su término, que es el Río Colorado, año de 1747 por el Pe. Ferdinando Cansag de la Compa. de IHS Missionero en la California".[9]
Las autoridades de la Compañía de Jesús remitieron su diario y mapa a Madrid, donde consejeros reales trataron de refutarlo. Juan de Ulloa recurrió a toda su fantasía para denegar la validez del informe de Konschak, más por último fracasó[10]. Fue pues Konschak quien asestó el golpe de gracia a la teoría según la cual California es isla. Luego, por decreto real se confirmó oficialmente el nuevo hecho geográfico de que California "no es Isla sino tierra firme", lindando en su parte superior o septentrional con Nueva México[11].
H. H. Bancroft califica la exploración de 1746 de Konschak como el acontecimiento de mayor relieve de ese período[12], mientras que otro estudioso de esa época recalca, el hecho de que la prueba concluyente, aportada por Konschak, sobre el carácter peninsular de California contribuyó al desarrollo de importantes rutas terrestres y, por consiguiente a la conquista de todo ese territorio tan importante[13]. Jacobo Sedelmayr, coetáneo del misionero croata, quien actuó en la región de Primeria, escribió en 1747 una carta a su rector, José de Echeverría, de la que transcribimos el párrafo siguiente:
"El Padre Fernando (Konschak) nos suministró la información deseada que California es una península. Si bien el Padre Eusebio Francisco Kino vio y constantemente afirmaba lo mismo, porque el Padre Agustín de Campos le contradecía, la cosa quedó en duda, lo que ahora está solucionado".[14]
El mapa que el Padre Konschak preparó y sometió a las autoridades es la base de los demás mapas y cartas de las orillas del Golfo de California hasta más que de mediado el siglo pasado. Una copia de ese mapa se conserva en el British Museum y una en los Archivos de España[15].
El diario de Konschak de 1746 fue publicado primero en Teatro Americano en la Ciudad de México[16]. Fue reimpreso en forma abreviada en la conocida publicación Apostólicos Afanes, que salía anónimamente en Barcelona en 1754. Luego en 1887, apareció en la edición mejicana Historia de Nayarit, Sonora, Sinaloa, y ambas Californias, cuyo autor fue el Padre José Ortega. En la introducción de la nueva edición mejicana de 1944, Juan B. Iguinis probó que de los tres libros de Afanes únicamente el primero fue escrito por Ortega. Los dos tomos siguientes, que tratan de las exploraciones de Kino, Keller, Sedelmayr y Konschak, los escribió el jesuita Visitador y Provincial Juan Antonio Baltasar[17]. Francisco Zevallos, muerto ya Konschak, sostuvo en su obra Vida del P. Fernando Konsag que éste había escrito Apostólicos Afanes, aserción ésta que Bancroft, quien leyó el manuscrito de Zevallos en la Ciudad de México, refutó[18].
En la primera y la más importante obra sobre California, Noticia de California, compilada por Miguel Venegas, un docto jesuita misionero que trabajaba en México y California, se publicó el diario y el mapa de Konschak en 1767 con sus largos títulos[19]
En una nota interesante redactada por el editor, el Padre Venagas, agregada al final del diario de Konschak, se pone de relieve la importancia histórica de su exploración, quedando comprobado en firme el hecho de "que la California es Península, unida al Continente de América" [20].
El Padre Konschak fue nombrado dos años después de su célebre exploración, en 1748, visitador de todas las estaciones misioneras en California. La historia de este período nos refiere que había entonces de 10 a 15 misiones jesuíticas en California. Konschak, superior de esas misiones, pletórico de vigor y lleno de nuevos afanes, se abocó a explorar la región, esperando encontrar lugares adecuados para nuevos establecimientos misioneros. Según el Padre Dunn, en uno de sus laudatorios informes, consta que Konschak era muy activo desde su arribo a San Ignacio y que "su energía croata no le hubiera permitido descansar e incluso obrar con menor rapidez" [21]. En pocos años bautizó 548 Cochimies. Durante el año 1740 extendió "un anillo más amplio aún hacia el norte", exploró el terreno, examinó las condiciones prevalecientes, descubrió vitales manantiales de agua sin los cuales no se podía fundar misión alguna en el desierto californiano; por el año 1751 había instruido a 448 indios más con los que esperaba fundar una misión nueva[22]. Otro historiador de California, incluso con anterioridad a Bancroft, Bolton y Dunne, rindió su tributo al Padre croata, elogió su inteligente prosecución de los planes atinentes a la colonización ulterior y a la conquista de Baja California. El misionero, ahora visitador de todas las misiones jesuíticas en California, compilaba solícitamente toda información concerniente a la geografía; las particularidades orográficas, razas y tribus[23].
En 1748, el Padre Konschak redactó un documento, titulado la Vida y trabajos del P. Antonio Tempis. Trátase, de hecho, de una larga carta, fechada en San Ignacio, el 1 de octubre de 1748 y dirigida a sus superiores de la orden en México. Según la costumbre de aquel tiempo de escribir un informe sobre la vida y las obras de misioneros fallecidos, Konschak redactó un informe sobre la vida y obras del Padre Tempis, bohemio oriundo de Olmutz, quien murió en Santiago, California, el 6 de julio de 1746 [24]. Tal informe después de la muerte de Konschak fue escrito por su provincial el Padre Francisco Zevallos.
Con el propósito de encontrar lugares apropiados para nuevos puestos misioneros, el Padre Konschak emprendió en 1751 otra larga expedición. Salió de San Ignacio el 22 de mayo en compañía del capitán Fernando Rivera, algunos soldados y un centenar de indígenas neófitos. Viajaron por la Sierra y los áridos valles de la costa del Pacífico hasta llegar a un punto a 30 grados de latitud. Konschak entabló amistad con muchos indios y bautizó a algunos niños moribundos, pero no encontró en esas regiones secas lugar adecuado alguno para establecer nueva misión. La expedición regresó el 8 de julio a la ranchería Piedad cerca de San Ignacio[25]. En opinión de Dunne, la eterna duda que envolvía a California impulsó esta segunda gran exploración jesuítica.
En 1752 Konschak inició la construcción de una nueva misión, ubicada a 29 millas de la de San Ignacio en 28º, 3' latitud norte, y 113º, 5' longitud oeste. Fue denominada Santa Gertrudis. Cuando el jesuita alemán, Padre Jorge Retz, se encargó de ella, había más de 600 neófitos instruidos y bautizados por el Padre Konschak[26].
Según North, esta misión empezó ya en 1751 y Decorme confirma este juicio al citar que el primer registro del bautismo lleva fecha de 16 julio de 1751.[27]
Pensando en el porvenir de las misiones y confiando que un día California entera sería bautizada, incluso todas las tribus que había encontrado en su última expedición[28], Konschak no obstante estaba alarmado por unos hechos graves a los que esperaba encontrar solución.
"Lástima que habrá que interrumpir la conquista de esta muy pobre necesitada península debida a la falta de las provisiones necesarias para mantener a los ministros evangélicos. Los recursos provistos por la piedad de los caballeros y las damas, deseosos de salvar a tantas almas, han sido empleados en su totalidad en las misiones ya establecidas y que se han mantenido hasta el presente. Que nuestra Señora de Loreto, patrona de California, conmueva los corazones de los devotos para que, con su riqueza, suministren las provisiones que les niega esta región tan estéril y escabrosa".[29]
El éxito y la prosperidad de Santa Gertrudis estimularon al Padre Konschak a buscar otros lugares para establecer la cadena de misiones hacia San Diego. En 1753 realizó una nueva exploración de la costa occidental de la península hasta 31º de latitud. Fue bien acogido por los nativos y trajo a numerosos indios a Santa Gertrudis[30].
Repetidas veces, él y el Padre Retz se adentraron en el desierto, explorándolo en todas direcciones en busca de agua y de tierra cultivable. En esos frecuentes viajes de 200 o 300 millas estaba a menudo en peligro de morir de sed. Interminables extensiones de arena y montañas fueron recorridas por Konschak y Retz con muy poco éxito. En 1753 encontraron un manantial de agua alcalina a 200 millas de Santa Gertrudis, pero estaba demasiado lejos para establecer un puesto misionero sin una estación intermedia. Transcurrieron cinco años antes de descubrirse otra fuente de agua a 90 millas de Santa Gertrudis, en un lugar llamado Adac por los nativos. Infatigable como era Konschak, quería establecer allí una misión bajo el nombre de San Francisco de Borja y la dotación necesaria fue suministrada por María de Borja, luego duquesa de Gandia. Sin embargo, Konschak no pudo llevar a buen término su última empresa, pues murió el 10 de septiembre de 1759. Esta misión fue fundada tres años después por el Padre Retz[31].
Grande fue la obra realizada en California por este distinguido y abnegado misionero. Si bien tenía 55 años cuando murió, Konschak era un veterano de muchos años en las misiones. Pasó 39 años en la Compañía de Jesús, y de éstos, 29 como misionero en América. En San Ignacio, que todavía se conserva en toda su belleza como reliquia de aquellos tiempos gloriosos cuando los padres colonizaban la península, había pasado 22 años. Además de fundar nuevas misiones, cooperó en el establecimiento de la localidad minera San Antonio Real, en 1748.
Es notable, apunta un autor, que Konschak y otros misioneros dieran aguantar la rutina de la vida desértica durante tantos años[32]. Semejante tren de vida apresuró, indudablemente, su prematura muerte cuando contaba 56 años.
Otro autor lo llama "infatigable Consag", subrayando sus "virtudes ejemplares y labores apostólicas", por las que "el nombre de Consag merece ser incluido entre los más ilustres de California".[33]
Bancroft fue el primero entre los renombrados historiadores no americanos en reconocer la múltiple obra de Konschak y le rindió el merecido tributo, calificándolo de gran misionero, explorador y colonizador. Bolton le tributa homenaje como a uno de los misioneros europeos que jugaron un distinguido papel en "el transplante de la cultura cristiana al oeste americano" [34]. En la obra mejicana de G. Decorme, S J., Konschak es calificado como gran misionero, "gran apóstol", "la figura más prominente" en el último período de las actividades misioneras jesuíticas en California[35].
El Padre P. M. Dunne, S.J., en su obra Black Robes in Lower California rinde gran homenaje al "famoso Consag" de California. Recalca, como lo hace en otros trabajos, que Consag era croata y que debe figurar entre los más grandes exploradores de California[36].
Una reciente obra francesa distingue a Konschak -su nombre se cita en tres formas: Konsag, Consag y Gonzago- como sucesor del gran Eusebio Kino en la exploración de California. En efecto, según este juicio, Konschak fue el primero en explorar sistemáticamente California y su mapa fue él primer mapa científico de California[37].
Fuera de las actividades que hemos comentado en los párrafos precedentes, Konschak era lingüista. Conocía varios dialectos indígenas, lo que le hizo más fácil el contacto con los nativos que tanto quería. Su idioma materno era el croata, mas como sacerdote e intelectual del siglo XVIII conocía a fondo el latín. Además, hablaba y escribía en alemán, castellano y francés, gran experto en matemática, era igualmente versado en geografía y geología, como asimismo poseía amplios conocimientos en la construcción de minas, caminos y represas. Ante todo, claro está, era misionero y podemos acreditarle que había bautizado -de acuerdo a los registros- por lo menos a 996 indios[38]. Según lo menciona Dunne en la parte septentrional del Golfo de California existen peñascos -Consag Rocks- que todavía llevan el nombre del explorador[39].
Su connacional Mons. Martin Davorin Krmpotic publicó la primera y única versión inglesa de la Vida de Konschak, escrita por el provincial Padre Francisco Zevallos tras la muerte del explorador croata. Zevallos (anotado Ceballos en algunas fuentes mexicanas) hace gran elogio del misionero. Afirma que "el Padre Fernando era croata de nacimiento. Nació en la ciudad de Varazdin en Croacia". Luego, tras una minuciosa reseña biográfica, recalca que Konschak se expresaba en la lengua indígena tan bien como los nativos. "Con la magnitud de regularidad había combinado una veneración y devoción admirables con que diariamente ofrecía ese tremendo sacrificio (la Santa Misa) a Dios. Pese a su insensibilidad, los indios se sentían conmovidos escuchando al Padre Konsag celebrar la Misa[40]. Deseaba incesantemente catequizar y bautizar "y si fuera posible convertir a California entera". Procedía en forma estupenda para atraer a los indios y ganarlos para la Fe de Cristo. Con resolución emprendió obras que parecían imposibles de realizar. Hacía viajes erizados de peligros. Nada pudo desalentarlo; "juzgando que lo que emprendía sería a mayor gloria de Dios, lo hacía intrépidamente" [41]. Su muerte impresionó hondamente a los indios que acudieron de muy lejos; sollozando y llorando de viva voz, a ver a su querido padre. Mucho tiempo después de su muerte los indios solían venir a su tumba en San Ignacio y rezar[42]. Adamic en su libro A Nation of Nations, p. 235 afirma con desacierto que los españoles habían modificado el nombre Konschak en Gonzáles; ni en un solo documento figura como Gonzáles. Roucek escribe en su Our Racial and National Minorities (Nuestras minorías raciales y nacionales) p. 246, que Konschak fue conocido bajo el nombre Gonzáles, lo que contradice la verdad; además su aserción de que Konschak hizo el primer mapa geográfico conocido de Baja California es una negación rotunda de los hechos históricos, pues Kino fue el primero que trazó el mapa de Baja California. Bonifacio Soric fue el único en publicar en su Centennial el mapa original de Konschak tal como se conserva en la reproducción fotostática en la Biblioteca del Congreso de Washington[43].
En 1959 se conmemoró el bicentenario de la muerte del Padre Konschak. El autor de este modesto trabajo sobre la vida y la labor misionera de este hombre extraordinario quisiera rendirle el homenaje merecido. Al mismo tiempo, cabe subrayar que la obra del Padre Konschak es una parte de la contribución que los inmigrantes croatas aportaron a la colonización y el progreso de las Américas. Konschak, en cierta medida, prosiguió el trabajo de Ratkaj, si bien no se sabe si estaba enterado de la vida y de la labor misionera de su compatriota.
Al resumir la vida y la obra misionera del Padre Konschak, sería superfluo repetir que fue él quien trazó la que luego vendría a ser el Camino Real, ya que sin su organización espléndida y sin sus mapas, el Padre Serra y Portola no hubiera podido emprender tan pronto su gran obra. El comienzo del estado de California se habría retardado.
[1] Mons. M. D. Krmpotic, Life and Works of the Reverend Ferdinand Konscak, S. J. 1730-1759, Boston, ed. The Stratford Co., 1923, pp. 1-2.
[2] Carta del rev. Padre Fernando Konschak, S. J., misionero mexicano de provincia austríaca al rev. V. Padre George Neumayer de la misma sociedad y provincia. Escrita en Vera Cruz en el Golfo de México el 24-4-1731. Ver: Krmpotic, op. cit., pp. 14-23.
[3] Dunne, Lower California an Island, Mid America, Vol. 35, Nº 1, enero 1953, pp. 39-42.
[4] Peter Masten Dunne, Early Jesuit Missions in Tarahumara (Berkeley y Los Angeles: University of California Press, 1948, p, 215).
[5] J. Bryan Clinch, California and Its Missions (2 vols., San Francisco, Ed. The Whitaker & Ray Co., 1904, I, p. 83).
[6] Dunne, Lower California an Island, p. 57. En el Archivum Historicum Societatis Jesu (Roma: Sociedad de Jesús, 1953); Vols. IV y V, nuestro misionero figura con su propio nombre croata Konscak como asimismo Konsag.
[7] H. E. Bolton and T. M. Marshall, The Colonization of North America: 1492 (Nueva York: The Macmillan Co., 1921), p. 304. Su colega, el misionero Sedelmayr, exploró. Baja Gila y el Río Colorado poco tiempo antes. Ver: Robert Glass Cleland, From Wilderness to Empire, Ed. A. A. Knopf, Nueva York 1944, p. 48.
[8] Unicamente Krmpotic, en su obra citada, p. 4, pp., 46-82, cita íntegramente en la versión inglesa el diario de expedición de Konschak; Clinch, op. cit., p. 161; Bolton, Wider Horizons of American History, p. 180; del mismo autor: The Black Robes of New Spain, p. 276; P. M. Dunne en su obra Black Robes in Lower California, pp. 321-32 da una descripción detallada de la expedición de Konschak, basada en su diario mientras que el libro en su conjunto suministra la mejor información publicada antes y después del informe de Krmpotic sobre la vida y la obra de este hombre extraordinario; ver también: Emilio Laszowski, Znameniti i Zasluzni Hrvati. (Los croatas célebres y meritorios), Zagreb, 1925, p. 138; Charles E. Chapman, The Jesuits in Baja California: 1697-1768, publicado en The Catholic Historical Review, VI, Nº 1 (abril 1920), pp. 46-58; el libro de Francisco Zevallos, Vida del P. Fernando Konsag (México, 1764) da una apreciación contemporánea de su vida y de sus logros, incluyendo las exploraciones de 1764; Francisco Javier Alegre, Historia de la Compañía de Jesús (3 tomos, México, 1841, III, 286-87, ver también la nueva edición en 2 tomos, México City: Librería de Porrúa Hnos., 1941, II, pp. 193-94; Francesco Saverio Clavigero, Storia della California (2 tomos, Venecia, 1789, II, pp. 120-22; H. H. Bancroft es el único, entre los viejos historiadores norteamericanos, en rendir homenaje merecido a Konschak. Sobre el viaje de Konschak realizado en 1746 ver su obra: The Works: History of the North Mexican States (San Francisco: A. L. Bancroft & Co. 1884), I. pp, 462-64, reproduciendo el mapa de Consag en p. 463 y relatando su vida en p. 452.
[9] Dunne: Lower California an Island, pp. 60-61.
[10] El título del diario reza: "Derrotero del viage, que en descubrimiento de la Costa Oriental de Californias, hasta el Río Colorado, en donde se acabó su Estrecho, hizo el Padre Fernando Consag, de la Compañía de Jesús, Missionero de Californias, por orden del Padre Christoval de Escobar y Llamas, Provincial de Nueva España de la Compañía de Jesús. Anno de 1746", tal como lo cita Dunne en Lower California an Island, p. 61 ver también: pp 61-66 sobre la refutación y la aceptación definitiva de la teoría de Konschak acerca de Baja California.
[11] Bernardine Irvig Richman, California Under Spain and Mexico: 1535-1847 (Boston y Nueva York: Houghton Mifflin Co., 1911), p. 59; Zephyrin Engelhardt, The Missions and Missionaries of California (4 tomos, San Francisco: James H. Barry Co., 1908) I (Lower California) pp. 237-39, con reproducción del mapa de Konschak en p. 240; Decorme, op. cit., Tomo I, rp. 502 anota que "Diario de viajes en California" de Konschak fue publicado en francés por Clavijero en la Historia of California (París, 1767) y que Clavijero publicó también su mapa; Decorme asimismo cita en su bibliografía Fco. Ceballos, Carta Edif. del P. Fernando Konzacg (México, 1764).
[12] H. H. Baneroft, op. cit., pp. 462-63.
[13] Charles E. Chapman, A History of California: The Spanish Period, Ed. The Macmillan Co., Nueva York, 1921, g. 191.
[14] Dunne, Jacobo Sedelmayr, p. 51, y "Lower California an Island", p. 49.; la carta de Sedelmayr figura en Documentos para la Historia de México, ser. III, tomo 1, pp. 481 ff. El Padre Dunne establece equivocadamente que en 1747 tuvo lugar la exploración de Konschak del Río Colorado.
[15] Arthur Willbridge North, The Mother of California: Being a historical sketch of the little known land of Baja California..., Ed. Paul Elder and C., San Francisco y Nueva York, 1908, p. 38; Krmpotic, op. cit., p. 9, dice erróneamente que éste fue el primer mapa de Baja California; Clinch, op. cit., p. 161, creyó que todos los mapas de Consag fueron perdidos por negligencia oficial en México", lo que, por fortuna no es verdad. Ver también: Mirostav Vanino, Ferdinand Konschak misijonar i geograf Kalifornije - en croata (Fernando Konschak, misionero y geógrafo de California), Ed. Vrela i Prinosi, Vol. II, Sarajevo, 1933.
[16] José Antonio Villa Señor y Sánchez, Teatro Americano (folio, 2 vols., México City, 1746), II, pp. 276-94, citado según Bancroft, op. cit., p. 464.
[17] Apostólicos Afanes de la Compañía de Jesús escritos por un padre de la Sagrada Religión de su provincia de México, Ed. Pablo Nadal, Barcelona, nueva edición bajo el mismo título, Ed. Layac, México, 1944, pp. 387-422 transcribe los diarios de todas las exploraciones de Konschak; en las págs. 380-86 se describen exploraciones de 1746.
[18] Bancroft, op. cit., I, p. 452.
[19] Miguel Venegas, Noticia de la California y de su Conquista Temporal Espiritual hacia el Tiempo Presente sacada de la Historia manuscrita, formada en México año de 1739 y de otras Noticias y relaciones antiguas y modernas (3 tomos, Ed. Manuel Fernandes, Madrid, 1757, Vol. III, Appendix pp. 140-94 con mapa entre pp. 184-195 ). Tuve suerte de poder leer esta primera edición en la colección Shea de la Biblioteca de la Universidad de Georgetown.
[20] Ibid., p. 195. Nueva edición de esta obra se publicó en México City por la Edit. Layag en 1943.
[21] Dunne, Black Robes, p. 375; Krmpotic. op. cit., pp 3-5.
[22] Dunne, Black Robes, p. 376.
[23] Theodore H. Hittel, History of California, Ed. Pacific Press Publishing House and Occidental Publishing Co., San Francisco, 1882, 4 tomos, I, pp. 248-249.
[24] Krmpotic, op. cit., pp. 24-45 con la traducción íntegra de este documento y tan importante, intitulado "P. Fernando Konsag, de la Compañía de Jesús, Superior de las Misiones en California al Padre Superior de esta Provincia de Nueva España". Ver también: Bancroft, op. cit., p. 459.
[25] Krmpotic, op. cit., pp. 6, 83-95, en la segunda parte está insertada la descripción de Konschak de su segunda exploración. Bancroft, op. cit., p. 469. En la vieja edición de Apostólicos Afanes, el informe completo figura en pp. 391-429, y en la nueva edición en pp. 387-422; Dunne, Lower California an Island, p. 57.
[26] Bancroft, op. cit., I, 469; Krmpotic, op. cit., p. 6; Clinch, op. cit., I, pp. 162-65, cita muchos datos sobre la construcción de Santa Gertrudis; Decorme, op. cit., I, pp. 532-33; Engelhardt, op. cit., I, 246-248.
[27] North, The Mother of California, p. 40; Decorme, op. cit., I, p. 532; Margueritte Eyer Wilbur, ed. Juan María de Salvatierra (Ed. The Arthur H. Clark Co., Cleveland, 1927) está equivocada cuando marca en el mapa de las misiones californianas que Santa Gertrudis y la misión de San Francisco de Borja fueron fundadas por Salvatierra, p. 341 y siguientes.
[28] Apostólicos Afanes, edición de 1944, pp. 421-422.
[29] Citado según Krmpotic, op. cit., pp. 133-34.
[30] Bancroft, op. cit., I, 470; Krmpotic, op. cit., p. 8.
[31] Clinch, op. cit., p. 165; Bancroft, op. cit., p. 470; Bancroft, muy familiarizado con las fuentes mexicanas en esta materia, cita a: Zevallos, Vida, pp. 12-14; California, Establecimiento y Progresos de las Misiones de la Antigua California, 4º serie, tomo IV, p. 201.
[32] Clinch, op. cit., p. 168.
[33] Engelhardt, op. cit., p. 251.
[34] Bolton, Wider Horizons of American History, p. 179.
[35] Decorme, op. cit., I, 67; II, pp. 513, 632; menciona que Konschak nació en Croacia, p. 532; II, pp 543-44 ofrece una valiosa y completa lista de los misioneros jesuitas en California hasta su expulsión en 1768 En esta lista alfabética Fernando Conzag (sic) figura 10º, y en el rubro nacionalidad, es anotado croata.
[36] Dunne, Black Robes, pp. 302, 320-322, 332-334. Mientras me ocupaba de Konschak y Ratkaj dirigí una carta al Rev. P. P M. Dunne de la Universidad de San Francisco, informándole sobre el presente trabajo y recibí respuesta del Departamento de Historia de la Universidad de San Francisco, fechada el 2-V-1958, comunicándome que el Padre Dunne había fallecido el año pasado.
[37] Monseigneur S. Delacroix, Histoire Universelle des Missions Catholiques, vols. 2. Ed. Librarie Grund, París. 1956, II, pp. 316-317.
[38] Laszowski, op. cit., p. 138.
[39] Dunne, Black Robes, p. 235.
[40] Según la traducción de Krmpotic en op. cit., pp. 135-51. Este biógrafo de Konschak ubicó el diario original de la expedición de Konschak de 1746 en el British Museum de Londres y sacó copia fotostática de este importantísimo documento.
[41] Krmpotic, op. cit., pp. 151-60.
[42] Ibid, p. 164.
[43] B. Soric; Centennial, 1847-1947, p.7, ed. Croatian Historical Research Bureau, 1947, Pittsburgh, USA.