POLÍTICA DE OPRESIÓN NACIONAL EN LA YUGOESLAVIA COMUNISTA

DOCUMENTOS

Studia Croatica, volumen 5, 1961

Ya que los organizadores de la Conferencia de los países "no comprometidos, que tuvo lugar en Belgrado a los comienzos del mes de septiembre último, informaron previamente que podrán participar en la Conferencia tan solo los países que apoyan incondicionalmente la lucha por la liberación nacional de los pueblos oprimidos el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, constituido en Buenos Aires con el fin de estudiar la realidad actual de Croacia, había redactado y enviado a las cancillerías de los países participantes un Memorándum sobre la política de opresión nacional en la República Popular Federal de Yugoeslavia. El memorándum ha sido acompañado con una carta en la cual se ha señalado que los países participantes al aceptar como sede de la conferencia la capital de un país que practica una despiadada política de la opresión nacional se iban a encontrar en una posición moralmente insostenible si no prestan atención a los sufrimientos de los pueblos de Yugoeslavia, nacionalmente oprimidos.

A continuación transcribimos los puntos salientes del precitado memorándum, tanto más en cuanto corroboran los conceptos de nuestro artículo sobre Tito y Castro, sembradores de la cizaña del neutralismo prosoviético.

Yugoeslavia, al igual que la Unión Soviética, puede alardear de ser un adalid contra el colonialismo y por la liberación y autodeterminación de todos los pueblos sojuzgados, debido únicamente a que hasta ahora se presumía que en Europa, después de la primera guerra mundial, todos los pueblos sometidos habían recuperado su libertad nacional mediante la aplicación del derecho de autodeterminación. En el presente memorándum, en forma documental señalaremos ciertos hechos que son mentís rotundo de tales premisas, en lo que concierne a Yugoeslavia.

Debido únicamente al desconocimiento de las verdaderas relaciones dentro de la Yugoeslavia actual - que practica idéntico tipo de imperialismo y colonialismo que la Unión Soviética, en escala menor, por supuesto- , puede ocurrir que Yugoeslavia figure entre los países no comprometidos. Los países no comprometidos, según la definición de la Comisión Preparatoria dada a Conocer a mediados de junio último, en el Cairo, no deben contraer obligaciones de carácter político-militar con ninguno de los dos bloques antagónicos y a la vez deben apoyar los movimientos de liberación nacional y exigir el derecho de autodeterminación para todos los pueblos subyugados. Gracias únicamente a que todavía siguen ocultando con habilidad su papel protector del imperialismo enano de Servia contra los demás pueblos de Yugoeslavia, los dirigentes comunistas yugoeslavos pueden exhibirse como presuntos adalides contra la opresión nacional y, en sus frecuentes visitas a los países afro-asiáticos, erguirse como protectores de los países recientemente liberados. Por todo ello, los gobiernos y los delegados de aquellos países, que luchan sinceramente por los derechos nacionales y por la libertad de todos los pueblos sometidos, tienen sumo interés en conocer la verdad sobre las relaciones nacionales dentro de Yugoeslavia y sobre las relaciones de ese país con sus vecinos.

YUGOESLAVIA - MODERNO IMPERIO SERVIO

Yugoeslavia no es un Estado nacional sino plurinacional, creado después de la primera guerra mundial en un excepcional clima internacional favorable al nacionalismo servio. Ese nacionalismo vale en principio tanto como cualquier otro, con la reserva de que se formó en la tradición del imperialismo medieval servio. El gobernante servio Esteban Dusan el Poderoso, en 1346, arrogóse el título de "emperador y autócrata de los servios, griegos y búlgaros". Dusan ambicionaba sacar provecho de la decadencia de Bizancio, conquistar a Constantinopla y reemplazar a Basileus. Su reino comprendía la Servia medieval, Macedonia, Duklia (hoy Montenegro), Albania, Epiro y Tesalia. Ese imperio servio fue efímero mas su recuerdo se grabó fuertemente en la memoria de los servios, perduró siglos y recién en la época moderna, cristalizó los rasgos peculiares del nacionalismo contemporáneo servio, agresivo y codicioso de territorios nacionalmente ajenos.

Servia se ensanchó apenas durante las Guerras Balcánicas (1912-1913) al anexar (los servios dicen "liberar") la mayor parte de Macedonia y gran porción del territorio albanés, la región de Kosovo y Metohija. Pese a que los servios representan en Macedonia sólo el 2,5% de la población (datos estadísticos oficiales de 1948), Macedonia fue declarada "Servia meridional". En Kosovo y Metohija la mayoría de la población es albanesa, de modo que en Servia vive casi la mitad de los albaneses en vecindad directa con su Estado nacional. No obstante todos esos hechos, los nacionalistas servios siguen denominando esa región "Vieja Servia", en razón de que en la Edad Media, al parecer, los servios constituían allí la mayoría de la población.

Sin embargo, la nueva, inesperada y extensa ampliación de Servia tuvo lugar en 1918 con la incorporación de Croacia, ex reino asociado con AustroHungría, de Eslovenia y del reino de Montenegro, independiente hasta aquel entonces. Voivodina, ex Hungría meridional. fue también anexada en 1918 a Servia, aunque la mayoría de sus habitantes fuesen alemanes, húngaros y croatas.

Como se sabe, Austro-Hungría fue desmembrada por ser una comunidad nacional, en virtud del principio nacional, por el que cada pueblo debe realizar su propio Estado, mientras que las minorías quedarían integradas en los respectivos Estados nacionales. Por eso, cuando Croacia, Eslovenia y otras regiones fueron incorporadas a Servia, se sostenía la tesis de que se trataba de la "liberación y unificación de un pueblo indivisible que lleva tres nombres". De ahí la denominación del nuevo Estado: Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos, que por sí misma acusa el carácter multinacional del nuevo Estado. Ese nombre era válido hasta 1929 y reconocido por todas las naciones. Por decreto del rey Alejandro I de la dinastía servia Karageorgevic, fue cambiado por el de Reino de Yugoeslavia. El rey había suprimido al mismo tiempo la constitución, prohibido los partidos políticos, nombres y símbolos nacionales, montando un régimen dictatorial, apoyado por el ejército en manos de los servios. Para colmo, el rey había decretado que los croatas, eslovenos, montenegrinos y macedonios no son individualidades histórico-políticas aparte, sino "tribus" del supuesto pueblo yugoeslavo. El nombre servio y los símbolos nacionales servios fueron mantenidos por la Iglesia nacional servia, mientras que los católicos y los musulmanes tuvieron que izar la bandera oficial en lugar de sus banderas nacionales. Quienes osaron desafiar esas medidas represivas afirmando, por ejemplo, que los croatas son un pueblo inconfundible, con una ininterrumpida tradición histórica, estatal y cultural de más de mil doscientos años y que, de conformidad con el principio nacional y el derecho de autodeterminación, pueden postular la restitución de su Estado, borrado del mapa en 1918 en forma violenta e ilegítima, fueron perseguidos por crimen de alta traición, encarcelados o asesinados alevosamente por los entes de la policía política. La tesis oficial era que Yugoeslavia había pasado por el proceso análogo a la unificación de Italia o Alemania en el siglo pasado. A Servia se le atribuía el papel de Prusia o del Piemonte, respectivamente.

De ese modo, con métodos fraudulentos y violentos, fue implantado el moderno imperio servio. El principio nacional quedó desvirtuado so pretexto de que todos los pueblos yugoeslavos constituyen una unidad nacional. Sin embargo de esa misión "libertadora" de Servia quedó deliberadamente excluida Bulgaria, si bien los búlgaros hablan un idioma eslavo, son vecinas inmediatos de Servia y por sus tradiciones religiosas y culturales mucho más afines a los servios que los croatas de religión católica e islámica o los eslovenos católicos. Se omitió a Bulgaria en razón de que en la Yugoeslavia (Sureslavia) así restringida, Servia representaría tan sólo la cuarta parte de la población total. (Según la estadística oficial de Yugoeslavia, edición de 1948, Servia tenía 4.136.934 habitantes, o sea el 26,2% de la población total). En un Estado yugoeslavo que incluyera a Bulgaria, Servia no hubiera podido, en ningún caso ejercer la hegemonía política. Por otro lado, los macedonios son tan afines a los búlgaros que acaso la mayoría se identifica desde el punto de vista nacional con ellos, mientras que todos, sin excepción, anhelan realizar la unificación de Macedonia, vinculándose con Bulgaria, poseedora de la Macedonia de Pirin.

Yugoeslavia, pues tal como fue creada en 1918 y reconstituida en 1946, incluye varios pueblos sureslavos. Hoy se reconoce oficialmente que cinco "repúblicas populares" - Servia, Croacia, Eslovenia, Macedonia y Montenegro acusan carácter nacional, mientras la "república popular de Bosnia y Herzegovina" seria un territorio mixto en el sentido nacional.

Además, Yugoeslavia heredó de Servia muchos problemas espinosos debido a la anexión forzada de importantes territorios étnicamente ajenos.

Entre Servia y Bulgaria se arrastra desde 1913 una abierta hostilidad por la incorporación de Macedonia a Servia. Tal fue la causa de entre conflictos bélicos entre Sofía y Belgrado.

Los servios impidieron la unión del pueblo albanés al anexar las regiones en las que vive casi la mitad de todos los albaneses.

Servia, de añadidura, anexó Voivodina, región que tenía mayoría alemana, húngara y croata.

Por las razones expuestas, los croatas no podrían solidarizarse con los servios en la defensa de tales fronteras, que constituyen un peligro latente para la paz y una violación de las derechos de los pueblos balcánicos y centroeuropeos. Con todos esos pueblos, los croatas desean vivir en paz y amistad.

Semejante política imperialista y aventurera pudo inaugurarse y mantenerse únicamente con mistificaciones y medios violentos. Yugoeslavia, aunque creada con la invocación de los principios democráticos y con el respaldo de 'las potencias democráticas vencedoras en la primera guerra mundial, en el período entre las dos guerras no pudo ser gobernada democráticamente. Tampoco lo puede ser hoy día prescindiendo de las "democracias populares". Semejante Estado no puede ser patria de pueblos libres.

STALIN Y TITO PRIMERO CENSURARON EL IMPERIALISMO SERVIO...

Se podría decir que la actitud de la Unión Soviética y por extensión del Partido Comunista Yugoeslavo para con la política de los gobiernos panservios entre las dos guerras mundiales fue negativa. No sólo para con el régimen sino en cuanto al mismo Estado. Igual que los bolcheviques en la Rusia zarista, los comunistas yugoeslavos sostenían que el Reino de Yugoeslavia era "una cárcel de los pueblos" y, según la definición de Tito, "el país más típico de la opresión nacional en Europa" (Ver: "La lucha por la liberación de Yugoeslavia", p. 132).

El Partido Comunista Yugoeslavo reunido en el II Congreso, en junio 1920 resolvió "defender la unidad nacional" de Yugoeslavia. En el V Plenario del Comité Ejecutivo del Comintern, reunido en Moscú en 1925, habló Stalin invocando el criterio leninista, según el cual la lucha por la liberación nacional está en conexión indisoluble con el problema general de la revolución proletaria, como una parte del problema del triunfo de la dictadura del proletariado. Censuró a los dirigentes comunistas yugoeslavos por haber subestimado el importante movimiento popular por la independencia entre los croatas y eslovenos". Los comunistas en Yugoeslavia deben sostener el derecho de las nacionalidades a la autodeterminación, es decir, el derecho de cada nacionalidad a separarse y a llevar una existencia estatal independiente (Ver: Bolsevik, Nro. 7 del 15/4/1925). Cuando luego el servio Sima Markovic entonces Secretario General del Partido Comunista Yugoeslavo trató de reducir el alcance de estos criterios dispares, Stalin, en un artículo ad hoc (Bolsevik, Nro. 11-12 del 30/4/1925) desmintió rotundamente sus alegatos. Luego Markovic fue destituido como secretario del partido.

En qué consiste - pregunta Stalin - la esencia del problema nacional en los momentos presentes cuando dicho problema se ha convertido, de problema estatal interno y de carácter local, en un problema mundial, en el problema de la lucha de las colonias y países dependientes contra el imperialismo? La esencia del problema á nacional consiste en los momentos presentes en la lucha de las masas populares de las colonias y países dependientes contra la explotación financiera, el sojuzgamiento político y la despersonalización cultural de estas colonias y de estas nacionalidades por parte de la burguesía imperialista de la nacionalidad dominante". Stalin advierte que el mismo Estado yugoeslavo se ha formado como resultado de la colisión entre las dos coaliciones imperialistas fundamentales" y que las actuales fronteras del Estado yugoeslavo, fronteras creadas como resultado de guerras y violencias, no pueden convertirse en punto de partida y en base legal de la solución del problema nacional.

Por eso, el problema de autodeterminación y de separación de los pueblos sojuzgados en Yugoeslavia no puede tomarse como un problema académico, sino de actualidad práctica.

El Partido Comunista Yugoeslavo fue luego reorganizado, según las instrucciones del Comintern, sobre la base de las secciones nacionales y acto continuo se constituyó el Partido Comunista de Croacia. Haciendo hincapié en el derecho de separación de los pueblos sometidos en Yugoeslavia, los comunistas querían captar las simpatías de las masas y al mismo tiempo debilitar el Estado Yugoeslavo creado por las potencias vencedoras para servir de piedra angular de un sistema en función de "cordón sanitario" contra la expansión soviética.

Esa actitud radicalmente antiyugoeslava se vio modificada luego cuando estando Hitler en el poder, la Unión Soviética trataba de aliarse con Francia, protectora principal de Yugoeslavia, y procuraba estructurar, dentro de la Sociedad de las Naciones, un sistema de lo que se llamó la "seguridad colectiva". Al mismo tiempo en Europa propugnaba las coaliciones con los socialistas y liberales, llamadas Frente Popular.

Sin embargo ese viraje soviético con respecto a Yugoeslavia se operó con suma cautela. Si bien los comunistas se sintieron decepcionados por haber fracasado en la conquista de las masas croatas, pues como repetidas veces se constató en las reuniones del Comintern, los croatas habían organizado, bajo la jefatura de Esteban Radic, un movimiento propio de liberación nacional, procedieron con circunspección. En los años críticos, el Partido Campesino Croata fue, en efecto, el único movimiento democrático de volumen en Yugoeslavia en franca oposición a los gobiernos dictatoriales panservios.

José Broz Tito incluso después del conflicto entre Moscú y Belgrado en el V Congreso del Partido Comunista Yugoeslavo, celebrado en 1948, criticó acerbamente a aquellos comunistas que después de la primera guerra mundial abogaban por la "llamada unidad de los servios, croatas y eslovenos en la Yugoeslavia de Versalles, políticamente desorganizada". En su informe político presentado ante el Comité Central del Partido, José Broz Tito (citas extraídas de la edición oficial publicada en Belgrado en 1948), destacó que "tan pronto se hubo constituido el Estado de los servios, croatas y eslovenos en 1918-20, se vio con claridad que en dicho Estado, cargado con muchos antagonismos, impuestos dentro de la hegemonía panservia por la dinastía de los Karageorgevic y por el gobierno burgués, dichos contrastes se agudizaron desde el principio. Uno de los elementos principales de esa intensificación fue el problema nacional no solucionado, ignorado totalmente por la camarilla gobernante que se aferraba tenazmente a la fórmula: "un pueblo con tres nombres", es decir que los servios, los croatas y los eslovenos constituían un pueblo indiviso, pasando por encima de los macedonios y los montenegrinos. La unificación de los servios, croatas y eslovenos se operó en 1918 mediante una asistencia eficaz de las victoriosas tropas servias y francesas, que invadieron Croacia, Eslovenia y Montenegro para asegurar a la burguesía servia una posición dirigente, aunque ni en Croacia ni en Eslovenia había un sólo soldado austríaco o alemán".

"En Montenegro y en Croacia - continúa Tito - se produjo una fuerte oposición a esa unión nacional; esa oposición fue ahogada en sangre y fuego tanto en Montenegro como en Croacia. Esta, pues, fue la misión de las tropas francesas y servias en las regiones recientemente anexadas". Los comicios para las constituyentes fueron celebrados "bajo el terror" y la nueva constitución, promulgada con la ausencia de los diputados croatas, "sancionó las concepciones de los hegemonistas panservios". El sistema centralista negaba que existiese el problema nacional en el Estado recién creado", de modo que con "eso fueron creados los elementos para agudos conflictos que tendrían lugar en el futuro en torno del mismo problema".

Los círculos granservios y la monarquía servia prescindían de todos esos factores, iratando de resolver el problema nacional con medidas violentas. "En vista de todo eso - dice Tito--, el conflicto, en lugar de disminuir, se agudizaba continuamente, a tal punto que un diputado servio, partidario del régimen, Punisa Racic, disparó su revólver matando a los diputados (croatas) Pablo Radic y Jorge Basaricek, mientras que Esteban Radic (el líder croata), quien luego murió a causa de las heridas, y los diputados Pernar y Grandja, quedaron gravemente heridos. Ese crimen cometido en el parlamento, organizado por los reaccionarios allegados al rey y con eI consentimiento del rey, provocó luchas callejeras en Zagreb (capital de Croacia) y suscitó profundo malestar en otras partes del país. Perdiendo la posibilidad de seguir disfrazándose con el manto democrático, el rey Alejandro pisoteó la constitución, suprimió la constitución de San Vito, disolvió el parlamento y proclamó su dictadura monarco- fascista. Así terminó un período de una democracia falaz, se inició el período de abiertos métodos dictatoriales, de la más brutal opresión nacional y explotación social de los pueblos de Yugoeslavia.

Un país, creado en nombre del principio nacional y del derecho de autodeterminación, que resultó ser su negación rotunda, tuvo que disgregarse y se disgregará cada vez que medie un conflicto externo. Durante la última guerra, Edward Hallet Carr, reconocida autoridad británica en los problemas nacionales, escribió can acierto en su obra: "¿Nacionalismo... y después?":

"El arreglo de la primera guerra mundial no puede de modo alguno considerarse como final y definitivo. La national self-determination llegó a ser una invitación permanente a la secesión. El movimiento que desmembró a Austro- Hungría y creó a Yugoeslavia y Checoeslovaquia tuvo que ser seguido por los movimientos para el desmembramiento de Yugoeslavia y Checoeslovaquia. Habiendo sido aceptadas las premisas del nacionalismo, su evolución era natural y legítima, sin que haya sido posible ponerle término".

La constitución de la república eslovaca en 1939 y el restablecimiento del Estado croata en 1941, como asimismo la reintegración a Bulgaria, Albania y Hungría de los territorios anexados antes por Servia, implicaban una evolución política concordante con el principio nacional y con el derecho de autodeterminación. La anulación de dichos actos en 1945 mediante la restauración de Checoeslovaquia y Yugoeslavia implicaría, en rigor, la lesión de dichos principios y derechos. Se trata, pues, de un proceso político retrocesivo, cargado con un cúmulo de problemas y nocivo tanto a los intereses de los pueblos involucrados como a los intereses de otros países, especialmente para los que posibilitaron y siguen manteniendo tal arreglo anormal.

El colapso de la Yugoeslavia monárquica sobrevino estando todavía en vigencia el pacto Ribbentropp-Molotov de 1939. Si bien ya a fines de 1940 había tirantez entre Moscú y Berlín a causa de los intereses encontrados en la zona balcánica, los comunistas seguían todavía con cierta simpatía las victorias del Tercer Reich. Por lo cual no hubo una reacción unánime entre los comunistas yugoeslavos con motivo del golpe de Estado de marzo de 1941. Mientras los comunistas servios apoyaron con entusiasmo la defensa de Yugoeslavia, los comunistas no servios no dejaron de considerar a Yugoeslavia como una cárcel de los pueblos", lo que, en efecto, era.

Por eso, los comunistas croatas y macedonios consideraron el colapso de Yugoeslavia con cierta satisfacción. Es verdad que el cambio del régimen no los favorecía, por cuanto seguían actuando en la ilegalidad, pero tuvieron que reconocer que la nueva situación significaba la realización del derecho de autodeterminación y separación de los pueblos y minorías subyugadas. Los comunistas macedonios se adhirieron al partido comunista búlgaro, que los afilió como la cosa más natural, Cuando Draza Mihailavic organizó la guerra nacionalista servia con objeto de restaurar la Yugoeslavia, muchos de los comunistas, sobre todo los macedonios y croatas, calificaron esa lucha de nociva y reaccionaria.

Los comunistas desataron la guerrilla a invitación soviética, más no estaban todos conformes con el programa oficial del Partido Comunista yugoeslavo de que habría que luchar no sólo para aliviar a la Unión Soviética, agredida por Hitler sino también por el restablecimiento de Yugoeslavia. Opinaban que era difícil convencer a los croatas, macedonios, albaneses y otros grupos antes sometidos, que la restauración de Yugoeslavia significaba "la liberación nacional". Esos slogans podían tener eco únicamente entre los servios, quienes con el desmembramiento de Yugoeslavia, de hecho Servia ampliada, habían perdido sus colonias y aspiraban a recuperarlas. Por esa causa los dirigentes comunistas tuvieron que limar muchas asperezas antes de conseguir la disciplina dentro de sus filas. Así y todo, las guerrillas de los partidarios, conforme ellos mismos lo reconocen, hallaron su apoyo principal entre los servios, cobrando así su lucha carácter nacional servio.

José Broz Tito admite en el informe político citado precedentemente que existían dificultades, mas trata de aminorar su alcance. Entre otras cosas recalca que en Macedonia, debido a la oposición de los jefes comunistas no era posible "en los primeros años de guerra organizar un levantamiento armado... pues en su opinión Macedonia no estaba ocupada sino liberada por las tropas del rey Boris, mientras que las tropas alemanas jugaron "un papel positivo", ya que contribuyeron a la "liberación" de Macedonia". El mismo Stalin tuvo que mediar en el conflicto entre los comunistas búlgaros y servios, dictando para Macedonia una especie de condominio que perduró hasta 1948.

En el mismo informe, José Broz Tito acusó también a los comunistas croatas particularmente al miembro del Comité Central del Partido Comunista Yugoeslavo, Andrija Hebrang, de haber asumido una posición incorrecta hacia la minoría servia en Croacia, que se había solidarizado con Mihailovic general nacionalista servio cuyo programa era restablecer a la Yugoeslavia monárquica y eliminar al Estado croata, Con respecto a Hebrang y sus partidarios, Tito dijo que "estaban por el debilitamiento de la vinculación de Croacia con Yugoeslavia" (Servia) y que "en ellos se notaba en cada paso de cada día su separatismo nacionalista croata". Hebrang, mientras Tito lanzaba esas acusaciones, se hallaba ya encarcelado. Siendo un destacado miembro del Comité Central del partido comunista, ocupaba importantes cargos partidarios y gubernamentales hasta el conflicto Belgrado-Moscú, No lo eliminaron antes por cuanto Moscú no aprobaba totalmente el chovinismo servio, si bien en principio consintió la restauración de Yugoeslvia. Por esa razón Hebrang, terminada la guerra, pudo censurar entre bastidores el chovinismo servio, protestar contra la fijación de las fronteras en perjuicio de Croacia y contra la matanza en masa de los soldados croatas fuera del combate. Rankovic, servio, jefe de la policía política, justificaba esas medidas como represalias contra los remanentes fascistas. Hebrang le replicó hasta en el parlamento que en primer lugar se trataba del exterminio de los patriotas croatas.

Durante la guerra, Moscú aceptó el programa de restablecer a Yugoeslavia, considerando que en aquella situación las más descontentos eran los servios y que su combatividad se podía explotar únicamente prometiéndoles el resurgimiento de Yugoeslavia. Al mismo tiempo se procuraba apaciguar a los pueblos y minorías subyugados en Yugoeslavia prometiéndoles una estructura federal después de la "liberación".

¿COMO SE CONCULCARON LOS DERECHOS DE AUTODETERMINACION EN CROACIA, MACEDONIA Y ESLOVENIA?

Según quedó dicho, los comunistas croatas y macedonios no aprobaban el programa de los comunistas servios tendiente durante la última guerra al restablecimiento de Yugoeslavia sobre la base federal. Al desmoronarse Yugoeslavia en abril de 1941, Stalin expulsó al embajador yugoeslavo y en un comunicado, transmitido por Tass, dio a entender que reconocía la situación creada.

Pero cuando Hitler agredió a los Soviéticos y en vista de la hegemonía análoga que ejercen Servia y Rusia sobre otras nacionalidades, no les fue difícil a los comunistas servios persuadir a Stalin sobre las ventajas de una Yugoeslavia restaurada y estructurada según el modelo soviético que aseguraría a la Unión Soviética una salida al Adriática a través del territorio croata. Restaurada Yugoeslavia después de la guerra como un Estado comunista, con infracción a lo acordado en Yalta entre Stalin, Roosevelt y Churchill, el 31/1/1946 se promulgó la constitución, copia fiel de la constitución soviética de 1936. Su primer artículo reza: "La República Federal Popular de Yugoeslavia es un Estado popular federal de forma republicana, una comunidad de pueblos igualitarios que, ateniéndose al derecho de autodeterminación, incluyendo el derecho de separación, expresaron su voluntad de vivir mancomunados, en el Estado Federal".

Dado que el federalismo en un país, gobernado en forma exclusiva y centralista por el partido comunista, es mera formalidad, la única diferencia es que en la Yugoeslavia actual no se oculta su carácter multinacional como se ocultaba en la monárquica. Por eso, al igual que en la URSS y Checoeslavaquia, también en Yugoeslavia hay un pueblo dominante, es decir el ruso, el checo y el servio, respectivamente. Los integrantes de los restantes pueblos y minorías siguen siendo ciudadanos de segunda categoría.

La discriminación nacional en Yugoeslavia se presenta en forma más drástica que en la URSS y Checoeslovaquia, países éstas de civilización homogénea, donde los grupos étnicos dominantes forman la mayoría o casi mayoría de la población total (rusos y checos, respectivamente), superando por su desarrollo cultural y económico a los demás grupos étnicos. En Yugoeslavia la situación es al revés, ya que es un Estado heterogéneo en el aspecto cultural y religioso; el grupo étnico dominante (Servia) representa la cuarta parte de la población total y por la causa de la plurisecular dominación turca acusa un evidente atraso cultural y económico en comparación con Eslovenia y Croacia, víctimas hoy día de la hegemonía servia y la explotación colonialista.

En lo referente a la aserción contenida en el citado artículo de la constitución yugoeslava sobre la supuesta aplicación del derecho de autodeterminación en Yugoeslavia y la renuncia a separarse, huelga destacar que Yugoeslavia fue restablecida por las armas y medidas terroristas. En ese clima los comunistas convocaron a comicios para las constituyentes, admitiendo una lista única y eliminando toda oposición.

Si bien una parte de la población combatió en las filas de los guerrilleros partisanos, eso no implica que todos ellos deseaban implantar un régimen comunista o restaurar a Yugoeslavia. Además los croatas, macedonios y miembros de otros grupos étnicos, según admiten los mismos comunistas, no se plegaron al movimiento insurreccional. Las tropas de los partisanos estaban compuestas en su gran mayoría por servios.

Por otra parte, los comunistas obligaban a entrar en sus filas sirviéndose de las represalias que tomaban los alemanes contra la población, represalias a menudo provocadas intencionalmente, y en la última fase de la guerra decretaron la movilización obligatoria en los territorios que dominaban. Contaban, además, con la abundante ayuda de los aliados occidentales.

Así y todo, la guerrilla de los partisanos estaba a punto de desaparecer en 1944. Tito se salvó fugándose en un avión inglés y se quedó en la isla Vis hasta que a fines del mismo año los contingentes del Ejército Rojo irrumpieron en Servia, conquistando Belgrado y allí instalaron al gobierno comunista.

En el ya citado informe político, es decir después del entredicho Moscú- Belgrado, Tito elogiaba aún el aporte del Ejército Rojo en la "liberación" de Yugoeslavia, si bien actualmente afirma todo lo contrario. Citamos sus textuales palabras:

"En el otoño del 1944, en su magnífico avance, persiguiendo a las hordas derrotadas de Hitler, llegó a nuestras fronteras el heroico Ejército Rojo... El heroico Ejército Rojo nos ayudó a liberar a Belgrado, Servia Oriental y Voivodina. Eso era gran ayuda para nosotros, lo mismo que la ayuda que la Unión Soviética nos prestó durante la guerra para dotar de técnica bélica a nuestro ejército, que al final de la guerra tenía 52 divisiones."

Par tanto, los comunistas subieron al poder gracias a la ayuda directa del Ejército Rojo. Sin embargo, la conquista de las regiones occidentales, donde los soviéticos no podían operar conforme a los acuerdos previos entre los Aliados, era sumamente difícil. Allí había 200.000 soldados croatas, 20.000 guardias nacionales en Eslovenia y un número indeterminado de los chetniks de Draza Mihailovic en la frontera de Montenegro. Tito, en el informe citado, dice expresamente que la frontera croata era un hueso duro de roer. En los lindes croatas-servios, en Srijem y Eslavonia se combatía ferozmente durante meses. Tito dice acerca de esos combates :

"En esas luchas finales sufrimos pérdidas cuantiosas. A título informativo, diré que sólo en el frente de Srijem, durante pocos meses, y luego también en Eslavonia tuvimos 70.000 heridos. Lo que prueba la intensidad de la lucha. Sobre todo combatían desesperadamente por cada palmo de tierra los restos de los ustashi croatas...". Por un lado peleaban los servios bajo la dirección comunista y por el otro los croatas que luchaban por su independencia nacional. Allí donde llegaron las guerrilleros de Tito apoyados por la aviación británica, exterminaban a la población croata, partidaria de la independencia nacional. Esas medidas represivas culminaron cuando, terminada la guerra, entraron en la Capital de Croacia - evacuada con intención de ahorrar vidas y bienes - y al asesinar a más de 100.000 soldados croatas, desarmados y devueltos por el comando militar británico en Austria, donde se habían refugiado, después de finalizar las hostilidades. Esa matanza colectiva involucraba a los ex-soldados y a los civiles eslovenos y croatas. Por lo demás, las cárceles y los campos de concentración en Croacia y Eslovenia estaban repletos.

En semejante clima, pues se celebraron las "elecciones" para las constituyentes. Según lo estipulado entre los Aliados, un gobierno mixto compuesto por comunistas y políticos del gobierno exilado, formado ad hoc, debía convocar a comicios libres. Para impedirlo los comunistas recurrieron a medidas terroristas pisoteando las obligaciones contraídas en el sentido de que no impondrían su sistema y se respetaría la voluntad de los pueblos de Yugoeslavia, libremente expresada. Tito, incluso, llegó a jactarse de que se ha procedido con mala fe. Dijo en su informe político: "Teníamos que aceptar esas obligaciones porque los Aliados occidentales, de otro modo, no habrían reconocido la nueva situación en Yugoeslavia". (Pág. 78 de la edición oficial). Si las potencias coloniales hubiesen organizado de modo similar elecciones y plebiscitos en sus posesiones afroasiáticas para determinar si los pueblos respectivos querían independizarse, es bien seguro que ninguno habría logrado su independencia nacional y se afirmaría luego que "habían renunciado a ser libres e independientes".

Si Hungría, Bulgaria, Albania y otros países detrás del telón de acero constituyen Estados nacionales, ¿por qué privar de ese derecho a Croacia? Si Rusia reconoció a Polonia, que otrora formaba parte integrante de su imperio, su individualidad nacional, histórica y política, ¿por qué Servia no hace lo mismo respecto a Croacia, que por su desarrollo histórico, político, por su cultura y religión, es por lo menos tan diferente de Servia que Polonia de Rusia? Además, el sostenimiento de la dominación servia y de la explotación colonial de Croacia, Macedonia, Eslovenia y de las minorías nacionales que viven a lo largo de la frontera de Albania y Hungría, no es una condición indispensable para mantener un régimen comunista. Al menos así no ha sido hasta el 1948, el año del conflicto entre Moscú y Belgrado.

Bajo el slogan "hermandad y unidad", los comunistas servios procuran ocultar su política de opresión y explotación económica de los demás pueblos y minorías nacionales. ¿Por qué no se permite que, por ejemplo, la minoría albanesa de Kosmet se reintegre en su Estado nacional, Albania?, ¿Por qué no se ha procedido del mismo modo con la minoría húngara?.

El caso de Macedonia es particularmente grave. Los macedonios aspiran a unirse con Bulgaria por dos motivos: en Bulgaria vive un alto porcentaje de sus connacionales y además se sienten afines al pueblo búlgaro, de modo que cierta clase de unión de Macedonia con Bulgaria sería una solución positiva y justa. Si tanto Bulgaria como Servia tienen gobiernos comunistas, con qué derecho impiden los servios la liberación nacional y unificación de los macedonios? Por otra parte el gobierno ateísta de Belgrado impone a los macedonios la jurisdicción de la Iglesia nacional servia, favorecida en contraste no sólo con los católicos y musulmanes, sino con los macedonios y montenegrinos ortodoxos.

El chovinismo servio también salió muy favorecido con la creación de la "República Popular de Bosnia y Herzegovina", que, si bien cuenta con mayoría croata entre católicos y musulmanes, no fue incorporada en la "República Popular de Croacia". Todo el poder en Bosnia y Hercegovina se halla en manos de los servios, quienes impusieron una diferenciación artificial entre los croatas de religión católica y de la islámica. Si esa provincia formase parte de la República Popular de Croacia, los musulmanes tendrían voz y voto y un papel preponderante en todos los asuntos que atañen a Bosnia.

Actualmente, como antes en la Yugoeslavia monárquica, se practica la política de explotación económica a favor de Servia. Los nacionalistas servios sostenían que los croatas y eslovenos formaban parte del supuesto "pueblo yugoeslavo unitario" y que en aras de la solidaridad nacional tenían que soportar la carga principal en cuanto a la reparación de los daños que había sufrido Servia en la primera guerra mundial. Los comunistas servios dominan Yugoeslavia no pueden justificar la explotación de Croacia y Eslovenia invocando la solidaridad nacional porque reconocen oficialmente el carácter plurinacional del Estado yugoeslavo. Por eso inventaron una teoría absurda sobre la obligatoria igualdad económica de todos los pueblos de Yugoeslavia. Arguyen que están aplicando ese principio de la igualdad económica, de modo que las "repúblicas populares más adelantadas económicamente", esto es, Eslovenia y Croacia, deben sufragar los gastos y soportar la carga que implica la industrialización acelerada de Servia, Macedonia y Montenegro. No se trata de sacrificar los superávit y los sobrantes, sino de trabajar por un nivel de vida mísero (el promedio del salario mensual asciende a 20 dólares) con el fin de promover el progreso industrial de otros pueblos, favorecidos por el régimen. El gobierno central de Belgrado asigna la mayor parte de la renta nacional de Croacia y Eslovenia a financiar obras en otras repúblicas, muchas veces a título de experimentos que traen escaso beneficio.

Todo eso prueba que Servia está favorecida en la Yugoeslavia comunista, que sigue siendo igual que antes la Yugoeslavia monárquica, uno de los países más típicos de opresión nacional y de explotación económica en beneficio de la minoría.

A la opresión nacional y la explotación colonial, practicadas en Yugoeslavia a beneficio de Servia, se suman sus ambiciones imperialistas frente a los países vecinos. Los comunistas servios contribuyeron a que se estableciese un gobierno comunista en Albania, país que consideraban una dependencia propia. Albania pudo liberarse de millares y millares de "técnicos" servios que se comportaban como en país ocupado, apenas en el momento en que se produjo el conflicto entre Moscú y Belgrado Actualmente, los dirigentes. comunistas albaneses buscan respaldo en el lejano Pekín, temerosos de que Moscú y Belgrado puedan entenderse nuevamente a sus expensas.

Yugoeslavia había intentado someter a Bulgaria, incorporándola como la séptima república popular, en tanto que Sofía exigía que sus relaciones deberían ser las de dos asociados con derechos iguales. El apoyo soviético prestado en esa ocasión a Bulgaria fue una de las principales causas del entredicho Belgrado-Moscú. Acto seguido el Kremlin, junto con todos los demás países del Cominform, acusó a los dirigentes comunistas yugoeslavos, de nacionalismo, mejor dicho de chovismo servio.

Por eso, el supuesto "comunismo nacional" en Yugoeslavia y la presunta lucha de Belgrado por la "independencia" contra el predominio soviético dentro del bloque comunista, significa en primer término la defensa de los intereses y privilegios servios en detrimento de otros pueblos y minorías oprimidas en Yugoeslavia y de los países vecinos, a saber: Albania, Bulgaria y Hungría.

Es indudable que Yugoeslavia no reúne condiciones para que se la considere un país no comprometido, conforme a la definición dado por la Comisión Preparatoria dé la Conferencia de los países no comprometidos. Se trata de un Estado que practica una política inhumana de opresión nacional. Las declaraciones de los representantes yugoeslavos en favor de los movimientos de liberación africanos y su autodeterminación nacional contrastan violentamente con las opresión nacional y la explotación colonial dentro de Yugoeslavia.

Incumbe ahora a los participantes en la Conferencia de los países no comprometidos ponderar si Yugoeslavia puede figurar en el grupo de los neutrales y si no es su obligación moral referirse también a los sufrimientos y explotación de los pueblos y minorías sometidos en Yugoeslavia, cuando se trate el problema de la dignidad humana y libertad de todos los pueblos y de modo especial el derecho de la autodeterminación.

Instituto Croata Latinoamericano de Cultura