LAS COSTUMBRES NAVIDEÑAS EN CROACIA

Pablo Tijan

 

Studia Croatica, Año II, Buenos Aires, enero-marzo de 1961, N° 2

 

Sería imperdonable equivocación considerar al cristianismo en los países bajo régimen comunista como algo perdido o, por lo menos, en vías de desaparición, y equivocación semejante lo sería, aun admitiendo la persistencia de la fe en las almas cristianas, que la vida religiosa fuera totalmente oprimida hasta el punto de que la celebración de las Navidades se hiciese imposible. En realidad, los éxitos de los regímenes comunistas en este terreno son insignificantes, sobre todo en los países de fuerte tradición católica, y se reducen, por regla general, a lo exterior, a la práctica del culto público, pero la interior vida religiosa continúa con intensidad, a veces con más rigor en los hogares y en las iglesias. Antes que de la derrota, deberíamos hablar de la victoria de aquellas bravas gentes que saben enfrentar con valentía a las autoridades ateas e incluso obligarlas a claudicaciones. Si bien la Navidad no es ya fiesta oficial en Croacia, sin embargo, ella se celebra en las iglesias y en los hogares, la alegría se refleja en los rostros hasta de los que están obligados a acudir a su puesto de trabajo, pero en traje de fiesta y la solemnidad del día es fácil de percibir en las calles y en los lugares públicos. De ahí no es difícil el paso para introducir oficialmente la fiesta del "Tío Frío" o la de la "Alegría Infantil", que caen el primero de enero y no son otra cosa que la capitulación del régimen ante la fuerza de la fe y las tradiciones populares. Los comunistas se dan por satisfechos, dialécticamente, con la terminología, pero la sustancia se les escapa de las manos y es como antes, cristiana y popular.

La fiesta litúrgica de Navidad se extendió, desde tiempos inmemorables, fuera de la iglesia de muy diversas maneras. El motivo de este fenómeno consiste no sólo en la magnitud del Misterio religioso, sino también en el elemento humano que está comprendido en el concepto cristiano de la Navidad. En primer lugar, hay en ello el misterio de la Maternidad Virginal y el calor familiar. A esto se une el elemento de pastoreo, hombres sinceros e ingenuos, que en las posteriores creaciones literarias se funde con el género pastoril y renacentista. Un motivo romántico viene con los Reyes Magos, igual que con el asesinato herodiano de los Inocentes. Por eso, la Navidad es la fuente de inspiración de un sinfín de costumbres religiosas y populares, lo mismo que de la producción poética y artística que enlazan la vida del pueblo con la de la Iglesia representando una ampliación de la fuente litúrgica de la Navidad.

La mayor parte de las costumbres navideñas croatas las podemos encontrar también en otros pueblos europeos, en una u otra forma o modalidad sólo que como tales se han cristalizado en el pueblo croata, representando de tal modo en su conjunto una originalidad No importa que varias de estas costumbres tengan origen pagano - lo tiene también la misma fiesta eclesiástica que es la transformación cristiana de la antigua fiesta romana del Sol naciente-, porque la religión cristiana, si en verdad quiere ser una religión popular, sólo puede arraigar profundamente en el alma de las masas a través de las costumbres. Precisamente, lo mejor de la religiosidad croata está íntimamente vinculado con la vida popular.

Las costumbres navideñas croatas se distinguen de las de la Europa Occidental y Central por la mayor abundancia del elemento primitivo de la región del hombre con la naturaleza. Por lo demás, son muy variadas: sobre el subestrato preeslavo se produjo una transformación espiritual y cultural por obra del cristianismo, luego se sobrepusieron los estratos culturales mediterráneos en el Sur y los germánicos o centroeuropeos en el Oeste y el Norte de Croacia.

Simplificado de este modo el esquema del objeto de nuestras consideraciones, intentaré dar una visión general de las costumbres navideñas croatas, haciendo resaltar lo típico lo característico y lo general, y prescindiendo de descripciones sistemáticas de fiestas por pueblos y regiones.

Partiendo del Misterio de la Encarnación, que siempre preside todas las fiestas y todas las costumbres en torno a la Navidad y que tiene su más perfecta expresión espiritual y artística en la liturgia, las características principales de las Navidades croatas pueden reducirse a esos cinco puntos cardinales:

1. La adoración del recién nacido Niño Jesús.

2. La conmemoración de los difuntos.

3. Prácticas para defenderse del mal, conservar la salud y asegurar prosperidad y la abundancia de la economía.

4. Sortilegios, predicciones y adivinaciones del futuro.

5. Reparto de aguinaldos.

Las fiestas navideñas y su forma de celebración en Croacia tienen al del religioso, un gran significado moral y social. A la mesa de Nochebuena no se sientan sólo los miembros de la familia, sino también los criados, los obreros y los pastores, además alguno que otro mendigo o viajero, porque ante la humildad del Señor que quiso nacer en un establo, no hay lugar para las diferencias sociales, por lo menos en la Noche sagrada. En muchos lugares, por ejemplo en Bosnia y Hercegovina, los antiguos enemigos se reconcilian, se estrechan las manos espontáneamente y se besan, olvidando las querellas y las injusticias anteriores. Los pobres reciben regalos. Si alguien no tiene carne para asar se encontrará siempre un vecino o un pariente que se la traiga porque Navidad es fiesta de amor y de abundancia.

El ciclo de las costumbres navideñas empieza generalmente con la festividad de Santa Catalina (25 de noviembre), cuando cesan las fiestas ruidosas y opulentas para que los feligreses se preparen debidamente para la llegada del Señor. El ayuno y la abstinencia se respetan casi siempre en su primitiva pureza y austeridad. Durante el adviento hay, algunas fiestas menores de auténtico sabor familiar y otras que señalan etapas en preparación de la fiesta principal. De las primeras las más características son los tres últimos domingos de Adviento que el pueblo croata de Bosnia y Dalmacia dedica sucesivamente a los niños (Djetinci), a las madres (Materice) y a los padres (Ocici). La costumbre existe también en algunas otras regiones croatas y es muy anterior al recién introducido "día de la Madre'. En ese día, los festejados reciben felicitaciones de sus familiares y tienen que rescatarse con pequeños regalos: los niños con frutas, las madres con frutas y pasteles, y los padres con aguardiente y carne.

El día de Santa Bárbara (4 de diciembre) empiezan los preparativos caseros. Se aparta el cerdo o el carnero que ha de ser sacrificado para las fiestas y desde entonces se le cuida mejor y se le ceba. El mismo día se siembra en algunos platillos un poco de trigo para que en la Nochebuena haya en casa algo de fresco verde. En algunos lugares se hace lo mismo el día de Santa Lucía.

Con la fiesta. de Santa Lucía (13 de diciembre) empiezan los "doce días" que nos separan de la Navidad. Cada uno de ellos está destinado para un trabajo particular y una práctica especial. El conjunto del número doce posee ya un significado mágico. La predicción del tiempo para el año siguiente se deduce del tiempo de estos doce días, cada uno de los cuales corresponde a un mes del año venidero. El mismo día se hacen varios sortilegios para adivinar el futuro, sobre todo con respecto al matrimonio de las muchachas casaderas. Este día las mujeres no deben coser, porque, según las creencias en algunas regiones, les dolerían los dedos. Santa Lucia es también ocasión para cortar la leña que se quemará los días festivos.

El día de Santo Tomás (21 de diciembre) está destinado a la matanza de la res previamente seleccionada y, para cribar la harina con la que se harán los pasteles y los dulces rituales. Cada familia trata de preparar cuantas comidas puede porque una parte se regalará a los pobres y, a los necesitados.

El día de Nochebuena está lleno de labores caseras, preparativos, ceremonias y oraciones. Todo el mundo se levanta antes de salir el sol, después se reza una larga oración y se desean mutuamente Felices fiestas venideras todo eso acompañado de frases rituales y pequeñas libaciones de aguardiente. Luego a trabajar todo el mundo, porque en una gran familia hay tareas para todos, incluso para los niños. Mientras las mujeres trabajan en la cocina, los hombres se dedican a las faenas propias de su sexo. Primero adornan casas, establos, campos y cementerios con ramitas verdes de muérdago, yedra o laurel, o de cualquier otro arbusto o árbol que en esta época tenga hojas verdes. El significado de este verde fresco se explica simbólicamente como portador de la fuerza juvenil que pasará a los. hombres y a los animales. La costumbre fue ya conocida en las remotas épocas romanas.

Como se ve las costumbres de este día reúnen en sí componentes de tinta antigüedad y de muy variada procedencia. Según las más recientes investigaciones, las principales y las más numerosas tradiciones son aquellas que guardan alguna relación con el culto de los antepasados. Aquí entran las velas que se encienden solemnemente, en memoria de los difuntos durante la cena de Nochebuena. Lo hace el jefe de la familia que, terminada la cena, introduce un trozo de pan navideño en el vino y deja caer una gota de este vino sobre la llama de la vela. Según la dirección del humo quiere saberse quién ser el primero que morirá el año próximo o si habrá muerte o no en la familia.

Pero la luz, igual que el fuego que antes poseía la Facultad defensiva contra los espíritus malignos, puede convertirse en un símbolo cristiano de esperanza y de alegría por la Luz de la Redención que Cristo nos trajo. El viejo Simeón recibió a Jesús como "la luz que iluminará a los gentiles", y los santos padres Cipriano y Ambrosio llaman a Jesucristo "Sol". Los croatas de Bosnia y Herzegovina, que durante el dominio otomano fueron instruidos por los hijos de San Francisco conservando con extraordinaria pureza la doctrina cristiana, ponen esta Noche tres velas en vez de una y las llaman "Trinidad" como símbolo de la Santísima Trinidad.

Desde tiempos muy antiguos, se conocen platos con carácter fúnebre en la Nochebuena: judías (que como tales existían también en la Roma antigua), miel, nueces y pescado. En algunas regiones croatas se deja un poco de la cena y de la bebida expresamente a los difuntos.

La paja como elemento de las costumbres navideñas está extendida por el ámbito eslavo sobre todo en aquellas regiones que no conocen el badnjak. El padre de familia trae la paja a casa y la esparce por el suelo, por la mesa, por las sillas y por encima de otros muebles. Acompaña sus movimientos con fórmulas mágicas referentes a la salud de los familiares, a la fecundidad del ganado y a la fertilidad de los campos, pero hoy en día se le da a la paja significación cristiana y en ella quiere verse aquélla en que reposó el Niño Jesús en el pesebre. Muchos comen y duermen esta noche o varios días y noches seguidos sobre esta paja, y los niños juegan en ella alegremente, porque esto trae salud y buena suerte. Pasadas las fiestas principales, la paja se pone debajo del ganado en los establos o se esparce por los campos con el mismo fin. El origen de esta costumbre, que conocen bien algunos otros pueblos europeos, no está aún esclarecido satisfactoriamente. Unos quieren ver en ella un resabio del culto de los difuntos, que descansan esa noche con sus familiares vivos sobre esa paja, y otros, el residuo de la hierba que antiguamente se ponía a los espíritus divinos para que comiesen junto con los familiares, lo que no parece muy probable.

Una de las más características costumbres de los croatas y otros eslavos meridionales igual que de algunos pueblos europeos, es la de traer y encender badnjak. Hay dos tipos de badnjak: unos con la rama de un árbol que se coloca junto a la pared exterior de la casa o en el alero, y otros con unos troncos de un metro o un metro y medio de largo, que se trae a la casa y se enciende en el hogar. El primer tipo está extendido en el Norte, el segundo en el Sur. El del que se corta el badnjak es generalmente la encina. El jefe de la familia lo coloca y enciende con solemne ceremonia. El badnjak arde todos los hasta el Año Nuevo o hasta la fiesta de los Reyes Magos. A veces se trata al badnjak como a un ser vivo y se le pone al lado un poco de pan y agua. Se le rocía con vino y trigo, se le unge de aceite y se le habla. Por eso, algunos etnólogos veían en él una especie de fetiche. Otros, lo explicaban desde el punto de vista del culto solar: el badnjak debe proporcionar la luz y el calor en la época en que el sol es más débil. Otros lo explican a su vez, como un fenómeno análogo al árbol de mayo, conocido entre los pueblos germánicos y los eslavos, que lo recibieron de los alemanes. Por fin, los hay que en esta costumbre ven el culto de los difuntos. Las almas de los difuntos vendrán esta noche a la casa, se reunirán y se calentarán en torno al fuego. De ahí que se ponga a su lado comida y bebidas.

De todas maneras la costumbre de badnjak fue recibida por los eslavos meridionales, después de la llegada al Sur, de otros pueblos mediterráneos que ya la conocían, como una buena parte de Italia, de Portugal y de España. Es interesante que la primera noticia de esta costumbre figura en un documento del obispo español Martín de Braga, de la segunda mitad del siglo VI que prohibe que el tronco en el hogar se rocíe con vino y se cubra con frutas en ocasión de la Navidad. Luego, existía tal costumbre en la Francia meridional, en Inglaterra y Alemania, como en el resto de los Balcanes, mientras es desconocida entre los eslavos orientales y occidentales. En las provincias septentrionales de Croacia se puede observar la tendencia a la desaparición de los badnjak, sustituidos por el árbol de Navidad.

El uso de árbol de Navidad apareció primero en Alemania a principios del siglo XVII, y desde allí se difundió por todos los países protestantes, luego en Baviera y en Austria. Después llegó a los eslavos católicos, pero no antes de principios del siglo XIV. Desde éstos pasó a Rusia y a Servia. Antes se adornaba con pasteles en forma de hostia que eran el símbolo de los dones eucarísticos, y con frutas, como símbolo de la vida. Hoy en día prevalecen los adornos de producción industrial en las ciudades, pero en el campo persisten todavía frutas y dulces y, en algunas regiones, también los regalos, que luego se descuelgan. Generalmente, debajo del árbol se pone el Nacimiento de cartulina troquelada. Nacimientos artísticos o de confección casera hay pocos. Al lado del Nacimiento se colocan los regalos para los familiares y los amigos de la familia, si no cuelgan del árbol. El árbol de Navidad se coloca también en las iglesias por encima del Nacimiento y, a veces, ambos lados del altar mayor y allí queda, igual que en las casas particulares, hasta el día de los Reyes.

La leyenda pía quiere ver en el árbol de Navidad aquel árbol que germinó de la boca de Adán y que después fue la cruz de la Redención. En realidad, se trata de una vieja tradición del símbolo de la energía vital que se renueva cada año. Hay etnólogos que lo explican como reminiscencia de unos antiquísimos ritos agrarios, y otros que, a su vez, lo consideran como continuación de la costumbre de los antiguos romanos, que, al final del año, para festejar las Calendas, colocaban en sus casas árboles verdes colgando en ellos lucecitas y productos del campo.

Sin embargo, esta costumbre romana de festejar las Calendas se ha conservado en todos los pueblos eslavos y bajo el mismo nombre, en forma de Kolede, entre los croatas. En croata significa esta palabra la ronda que se hace por el pueblo y la canción ritual que en tal ocasión se canta.

La costumbre, en su sustancia, es una herencia de la última época de la comunidad pre-eslava, luego fue desarrollada por separado en cada pueblo eslavo, revistiendo carácter religioso o popular, según los influjos culturales. Consiste en unas rondas que hacen los mozos del pueblo yendo de una casa en otra y cantando canciones rituales en forma de felicitación y de buenos deseos por la prosperidad de la casa, del ganado y del campo. Por su actuación reciben aguinaldos, generalmente en especie, pocos en metálico. El dueño de casa tiene que agasajarlos con comida y bebida, y bendecirlos.

La misma costumbre ha sido comprobada en algunas provincias de Francia y tiene el común origen romano. Según las explicaciones de los etnólogos, la idea de esta costumbre es el deseo de la abundancia, la salud y la prosperidad en la Familia y en todo lo que una Familia posee, mientras que para otros el turnarse de las gentes jóvenes representa el cambio de las generaciones y la renovación de la solidaridad entre la gente en el mismo territorio.

En la Croacia septentrional estas rondas se llaman betlehemari - belenistas - y las hacen los niños, llamados también pastores, porque llevan un belén iluminado con una estrella y con Las figuras del Misterio, mientras que de pastores hacen ellos mismos, llevando en las manos varas altas y cantando villancicos. También ellos felicitan las Pascuas y por eso reciben aguinaldos.

Todas estas costumbres y usos de que venimos hablando, pueden celebrarse también el día de Navidad, los días siguientes o el de Año Nuevo, e incluso repetirse, hasta la fiesta de los Reyes Magos. La causa de esta inestabilidad está en que muchas costumbres navideñas son anteriores a la celebración de la Navidad, remontándose a la celebración del Año Nuevo, y como estas fiestas han cambiado de fecha en el curso de la Historia, ocurre que varios elementos vinculados a ellas se han confundido.

Prendiendo otra vez el hilo de la descripción del día de Nochebuena, llegamos al momento de la cena. Esta es precedida por largas y excepcionales oraciones por los vivos y los. muertos, por el ganado y por las cosechas. Luego se come. Los platos son todos a base de ayuno o abstinencia, en que no faltan: los típicos platos eslavos de judías, nueces, miel y pescado.

Los animales también tienen que comer bien esta noche. Su comida se bendice igual que los establos. A veces se les preparan unos panes rituales en forma de animales. Existe la creencia, muy difundida también en Francia, "de que los animales hablan esa noche, pero no está bien escucharlos. Puede ocurrir alguna desgracia. El amo procurará que se les trate y cuide bien estos días.

Después de la cena se asa el cordero o el cerdo para el día siguiente mientras los niños juegan con los regalos y las mujeres se divierten con varias prácticas de magia. Se trata de adivinar el tiempo para el año que viene, por ver si alguna moza saldrá casada de la casa, si habrá muerte o enfermedad en la familia, etc.

En algunas regiones las muchachas funden el plomo y de sus formas intentan averiguar lo que las espera en el año próximo. En otras provincias esto se hace en la vigilia de la Epifanía o en la Noche Vieja. Hay roscones igual que en España; a quien le toca algún objeto con poder mágico amasado en él, será feliz el año entero y tendrá mucho dinero. Según el largo de la paja que se extrae debajo del mantel se apreciará la altura de las espigas o del cáñamo.

En la espalda del cordero o del cerdo sacrificado está el secreto de todo lo que espera a una familia el año próximo, y el padre de familia lo explica según puede o sabe ayudándose de unas fórmulas mágicas. Para ver la Fecundidad "de los animales domésticos se hacen saltar chispas del badnjak y tanto como salten chispas, ellos se multiplicarán. La ascuas del badnjak tienen poder protector contra los espíritus malignos igual que sonidos estridentes, como por ejemplo el restallar del látigo, un disparo de escopeta o un cañonazo. Lo mismo vale de los sabores fuertes. Por eso se come mucho el ajo.

Todo eso, naturalmente, no se toma en serio, sirve más bien de diversión, pero se practica, porque así lo hacían los antepasados, y las tradiciones están muy arraigadas en el pueblo croata. Sin embargo, pronto se pasa al canto de villancicos y se prepara para la Misa de Gallo.

Es casi una norma que a la Misa de Gallo debe asistir toda la Familia. En casa quedan sólo los ancianos y los niños muy pequeños con un hombre mayor. Es de una belleza única e indescriptible ver cómo se acerca la gente a la iglesia parroquial. El paisaje está generalmente cubierto de nieve y por los estrechos senderos desde todas las direcciones se acerca la gente por grupos, llevando cada uno una antorcha o una linterna. Se oyen villancicos y disparos de escopeta, sofocando el susurro de las mujeres que rezan el rosario. En la iglesia siguen cantando villancicos, sosteniendo velas o linternas encendidas. Terminada la Misa de Gallo, en muchas regiones de profundas tradiciones católicas, la mayoría se queda asistiendo a las dos misas siguientes, y luego se encaminan a la casa felicitando de paso por las Pascuas a los amigos y los parientes. La gente se besa, se felicita y pide mutuamente perdón por sus faltas en el pasado año. Uno a otro se desean que la paz de Dios reine entre nosotros.

Poco a poco, mientras se está llegando a casa, amanece el día grande, alegrado por muchas y sinceras felicitaciones y enhorabuenas, de gracias y de deseos y obsequios para todo el mundo. Este día nadie se queda sin un obsequio sin una atención por parte de otros.

En casa, después de largo ayuno y al cabo de tantos y agotadores trabajos y preparativos, reina la calma. El amo reparte a sus familiares los primeros bocados del asado navideño. El primer día generalmente no se esperan visitas ni se va a otras casas. Es el día de mayor recogimiento familiar.

Sin embargo, hay un personaje, el primer visitante y congratulante, que debe venir a cada casa y se le recibe ritualmente con ceremonias establecidas. Es un hombre - sería mala señal si la primera visitante fuera una mujer de buena salud, fuerte y designado por el padre de la familia, o el mismo se ofreció para tal papel, que viene a la casa como portador de la felicidad y de la buena suerte. Apenas haya entrado y pronunciado las primeras frases de felicitación debe sentarse en una silla junto a la puerta, si no, las gallinas no pondrían huevos. Luego el amo echa sobre él granos de trigo, se le obsequia con regalos y durante todos los días él es el huésped de honor.

Los días siguientes se pasan en el campo como días festivos. Es invierno y no hay grandes trabajos. Además, muchos paisanos llevan nombre de Esteban y de Juan, y, por tanto, celebran su onomástico. Estos días están dedicados a las visitas mutuas y a las grandes y opulentas comidas.

El día de San Juan es cuando se saca la. paja de la casa y se pone en los establos, en los campos y los huertos, también en las ramas de los frutales, para que la cosecha sea de lo más abundante.

El día de los Inocentes es la fiesta de los niños. En algunas regiones celebra este día en vez del segundo domingo de Adviento. A los niños da unos golpecitos con una vara en la planta de los pies. Esto lo hace, generalmente, una vieja vecina, que es obsequiada por este servicio. Mientras el niño recibe los golpes rituales, se le dice: "crece, crece" o "crece en lo largo y en lo alto, lo que explica perfectamente el sentido de esta costumbre. Las "inocentadas" al estilo español no se practican ese día, sino el uno de abril.

En la Noche Vieja se repiten la mayor parte de las costumbres y de las prácticas mágicas de la Nochebuena, igual que el día de Año Nuevo, que se parece mucho a la Navidad. Se acaban poco a poco los asados y los pasteles navideños, la alegría sale del hogar y, se expande por el pueblo y por los lugares públicos.

El ciclo navideño termina con la Epitanía o fiesta de los Reyes Magos. La noche de los Reyes Magos no tiene en Croacia el mismo significado que en España o que la Befana en Italia. Los niños y los mayores recibieron sus regalos en las ocasiones anteriores. Los trajo San Nicolás o Santa Lucía, o el mismo Niño Jesús en la Nochebuena.

Los feligreses también asisten a la bendición del agua y la traen a casa en cántaros para luego rociar y bendecir con ella la casa, las cuadras, los animales domésticos, la huerta y los campos. Un poco de agua bendita se da a beber al ganado y, en algunas regiones, también la bebe la gente.

Así termina en Croacia el período de las más intensas fiestas de todo el año. La época es propicia: las casas están repletas de géneros alimenticios, productos de la propia economía, y el invierno impide el trabajar en el campo o en el bosque. Es el período de descanso, de sosiego y de vida familiar.

En nuestro esbozo de las costumbres navideñas croatas hemos hecho resaltar, según nuestro propósito, sólo lo más típico y lo más difundido. Naturalmente, hay muchas otras costumbres merecedoras de mención y descripción, porque, aun insignificantes y de un ingenuo sabor pagano, llevan en sí el recuerdo de la ya lejana infancia y de su poesía que, para nosotros que estamos fuera, no volverá jamás y que allí, en su propio terreno, tiene supervivencia aun a costa de muchos cambios e innovaciones. Así, en Backa, entre los Bunjevci croatas, el futuro yerno viene por primera vez a la casa de su novia el día de la madre, y la futura suegra le regala una toalla. En Dalmacia, el verde fresco no puede ser el del álamo, porque, según la leyenda, en este árbol se ahorcó Judas, y tampoco de algún arbusto con espinas, porque de las espinas fue hecha la corona de Jesús. Tales costumbres y creencias son infinitas y es imposible enumerarlas.

Surge claramente de nuestra disertación que todas estas costumbres, creencias, sortilegios y usos de los croatas en el período navideño, provienen de muy variadas fuentes, que son de distinta antigüedad y que en su principio a veces tuvieron otros significados, o sea que se trata de un sincretismo sobre cuya existencia los especialistas están de acuerdo. Las disensiones se originan cuando pretenden explicar estos fenómenos. Unos afirman el manismo, es decir, la prevalencia del culto de los difuntos; otros se inclinan hacia el magismo, especialmente a los elementos de la llamada magia inicial, que tiene tanta importancia en el principio del Año. Otros, muy pocos, buscan en este complejo elementos lunares, y los últimos advierten los elementos solares, precisamente en los días que el Sol nace joven e invicto. Habrá un poco de todo eso, pero es indudable que por encima de todas las supersticiones está la fe cristiana en el recién nacido Niño Jesús que vino a redimir a la Humanidad de las tinieblas del pecado. La mayoría de las costumbres navideñas croatas tiene ya el significado cristiano aunque éste sea secundario, pero la instrucción religiosa tiende a todas las tradiciones populares, sin necesidad de suprimirlas, porque si estos usos, por medio de símbolos, expresan el deseo de protegerse del mal y procurar la bendición de Dios, especialmente en el tiempo de Navidad, son aceptables por la doctrina cristiana.

Las fiestas navideñas tienen en el país croata marcado carácter de cordialidad. Estos son los días de la alegría familiar y fraternal. Esta alegría abraza a todos y nadie debe sentirse excluido, ni los mismos enemigos. Son días de Confortación espiritual. El amor familiar es destacado, los vínculos amicales reforzados, la aldea entera se convierte en una gran familia cristiana, olvidando los vecinos sus disensiones. Este ritmo del noble amor navideño se extiende a los animales domésticos, a los que se trata con especial atención colindante con la ternura. Especialmente se subraya la preocupación por el feliz porvenir del hombre, por la fecundidad de los animales y por la fertilidad del campo.

La preocupación de gran valor educativo es la preocupación por el porvenir, enemiga de la pereza y de la despreocupación, lo cual supone un cerebro que piense y unas manos que trabajen. El trabajo concorde de todos los miembros de la comunidad o de una gran familia conduce a todos hacia el bienestar. Estas altas cualidades de las costumbres navideñas croatas rejuvenecen y confortan a las gentes en sus sufrimientos y en sus afanes de cada día.

Igual que en otros pueblos cristianos del Sur o del Este de Europa también en el pueblo croata los motivos navideños han sido una inagotable fuente inspiraciones para el arte. La literatura medieval croata está llena de peque as poesías y misterios que se representaban en las catedrales o en los claustros de los monasterios y conventos. Leyendas y visiones, poesías y dramas con temas navideños fueron a veces los primeros productos literarios que del latín pasaron a la lengua vernácula y marcan el principio de la literatura nacional.

Las canciones y los villancicos son numerosos y por regla general datan de lejanos tiempos. En Croacia toman su origen del coral romano y el melos popular. Las melodías originadas por influjo del coral romano son serias y graves, con visible carácter de creación artística, mientras que las melodías populares son más libres, más vivas y más flexibles. Pero todas se distinguen de otras canciones religiosas por una ternura y una ingenuidad propias del carácter lírico del pueblo. Junto a estas canciones hay otro grupo, el de las originadas bajo las influencias musicales de otros pueblos europeos occidentales, en las cuales las hay verdaderamente majestuosas.

Magníficamente han descrito y cantado las fiestas de Navidad muchos poetas y literatos de todas las épocas de la literatura croata. La pintura, las artes plásticas y decorativas, desde la monumental catedral románica de Trogir, en Dalmacia, hasta la nueva catedral de Djakovo, en Eslavonia, testimonian de la predilección de los croatas por los motivos navideños. El mismo interés artístico que perdura por los siglos alcanza su punto máximo en la maravillosa serie de relieves con motivos bíblicos de nacimiento y de maternidad tallados en madera por el genial escultor croata Ivan Mestrovic.

Esos son los recuerdos de las Navidades croatas. El fatal telón de acero nos impide entrar en contacto directo con el pueblo croata en el país y observar de cerca su vida íntima durante estas grandes fiestas cristianas. No obstante, sabemos que la mayor parte de las costumbres siguen practicándose y que ante la forzada industrialización y la modernización de la vida de Croacia, país hasta ahora preponderantemente agrario, tienden a desaparecer las creencias populares y las supersticiones, pero que, en cambio se está robusteciendo cada vez más la profunda fe cristiana en el único Dios Omnipotente, en su Justicia y en la victoria final del Bien sobre el Mal. El pueblo, que supo conservar sus tradiciones y su fe a través de los siglos y durante las grandes calamidades históricas, sabrá también salir victorioso de estos últimos sufrimientos y entonces podrá exclamar libremente en voz alta:

íGloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!

Madrid

 

BIBLIOGRAFIA

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