Croacia: Mito y Realidad

CROACIA: MITO Y REALIDAD

C. Michael McAdams

 

[continuación]

Sin embargo, este breve júbilo pronto cambió, al tomar conocimiento de que Croacia pronto sería gobernada desde una capital extranjera, cuando tropas italianas, francesas y francoafricanas invadieron desde el Oeste, y tropas serbias lo hicieron desde el Este. El 1 de diciembre de 1918 el príncipe serbio Alejandro anunció la formación del Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, con un rey serbio gobernando desde Belgrado, la capital serbia. A pesar del nombre, que sonaba neutral, el país fue llamado Yugoslavia por la comunidad diplomática casi desde el comienzo. Irónicamente, en la Conferencia de Paz de París, la delegación yugoslava insistió abiertamente en ser llamada la "delegación serbia".

La Conferencia de Paz de París

En esa conferencia, los croatas elevaron un pedido al presidente norteamericano Woodrow Wilson, pidiendo una Croacia independiente. Con más de 150 mil firmas y la aclaración de que otras 450 mil fueron incautadas por el ejército serbio, el documento específicamente pedía:

"Que el Sr. Wilson y los representantes de las grandes potencias reconozcan la independencia del pueblo croata;

Que una Comisión Internacional sea enviada a Croacia para indagar al respecto;

Que sea formada una Asamblea Constituyente para que el pueblo croata pueda elegir libremente su destino;

Que se retire el ejército serbio;

Que el Sabor sea respetado como el único autorizado para hacer las leyes de Croacia; hoy ellas son dictadas por Serbia y ejecutadas de la forma más brutal por el ejército".

El petitorio fue elevado a la Conferencia de Paz de París de 1919, pero las objeciones del pueblo croata fueron primeramente recibidas y luego ignoradas por los Estados Unidos y las llamadas "grandes potencias".

Los Catorce Puntos del presidente Wilson, por los que los Estados Unidos lucharon en la Primera Guerra Mundial, estaban sufriendo una metamorfosis durante la Conferencia. El Punto X originalmente demandaba "la más libre oportunidad de desarrollo autónomo" para las naciones de Austro-Hungría, mientras el Punto XI estipulaba que "las relaciones entre los diversos Estados balcánicos serían determinadas mediante consejo amistoso de acuerdo a las líneas de lealtad históricamente establecidas y la nacionalidad"; también establecía "garantías internacionales de independencia política y económica y de integridad territorial de los diversos Estados balcánicos".

El comentario de la delegación estadounidense sobre la revisión de los famosos Catorce Puntos de Wilson hizo notar que "surge un problema interno debido a que los croatas rehusan aceptar la dominación de los serbios del Reino de Serbia".

En un claro ejemplo de doble discurso diplomático, la delegación escribió:

"Los Estados Unidos están claramente comprometidos con el programa de unidad nacional e independencia. Debe estipular, empero, la protección de las minorías nacionales (...) apoya un programa destinado a una Confederación de Europa Suroriental".

Por lo tanto, a los ojos de los "Aliados victoriosos", para proteger a la Nación croata era necesario destruirla. No hubo votación del pueblo croata sobre su futuro. Por decreto, el príncipe Alejandro disolvió el Consejo Nacional Croata, convocó a un Parlamento compuesto principalmente por miembros de la Skupstina o Parlamento de Serbia y declaró que todas las leyes de la Constitución de Serbia de 1903 tenían efecto en todo el país.

A pesar del hecho de que se suponía que el propósito de la nueva Yugoslavia era la unificación de todos los eslavos del Sur en un Estado, Serbia, cumpliendo un pacto secreto firmado con Italia en 1915, entregó una gran parte de la tierra y de la población de la Dalmacia croata a Italia, incluyendo las estratégicas ciudades de Rijeka y de Zadar. Por primera vez en trece siglos, las antiguas instituciones croatas del Ban o Virrey y el Sabor o Parlamento fueron abolidas por el rey serbio. El largo proceso de serbización había comenzado.

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Edición electrónica de Studia Croatica, 1998