El 27 de agosto de 1991, el
ejército federal comienza el ataque contra la ciudad croata de Vukovar,
población de 50'000 habitantes con mayoría croata, situada en Eslavonia
oriental, a orillas del río Danubio. Vukovar se convertirá en "el
Stalingrado croata", en la ciudad mártir por excelencia. Cortadas sus
comunicaciones con el resto del país, sus defensores sostendrán el asedio de
las tropas y el cañoneo constante del ejército, durante tres meses, hasta la
mitad de noviembre. La ciudad de Vukovar a fines del siglo 17 y después de la
partida de los Turcos, fue reconstruida en estilo croata-barroco. Levantada a
orillas del río Vuka, convivían apaciblemente sus habitantes que en un
porcentaje de 50% eran croatas, los serbios un 30% y un 15% Húngaros y otras
nacionalidades. En suma: una pequeña ciudad croata e internacional. Hasta que
los socialistas de Belgrado resuelven iniciar la guerra de anexión contra
Croacia, y deciden que la nueva capital para la "futura provincia
serbia" de Eslavonia, sea Vukovar, para lo cual la declaran ciudad serbia.
Ella será defendida por 5'000 croatas, insuficientemente armados, que hacen
frente a centenas de tanques (600), aviones, cañones de largo alcance y otro
tipo de armamentos entregados por la URSS. En la ciudad, sus 15'000 habitantes,
de los cuales 3'000 son niños, se encierran en los sótanos, sin agua potable ni
alimentos, sin medicamentos y viendo como sus hogares van siendo destruidos uno
a uno por el cañoneo serbio. Es rodeada por las tropas serbias, sin piedad
ninguna hacia la población civil.
Las tropas enviadas por
Belgrado no permiten la entrada a la ciudad, ni siquiera a la ayuda humanitaria
que viene para atender a los niños y a los heridos. Un diluvio de fuego caerá
sobre ellos durante tres meses, causando miles y miles de víctimas civiles y
sin que éstos puedan ni siquiera darles sepultura. Vukovar cae rendida, después
de tres meses de bombardeos intensivos (tanques, aviones y barcos del Danubio).
Los heridos que en el hospital no son asesinados, serán llevados a Serbia a los
campos de concentración. Sobre 5'000 soldados croatas, 1'500 resultan muertos,
el resto es llevado a Serbia y torturados, a pesar del acuerdo del ejército
serbio que estipulaba que les permitiría partir libremente después de la
rendición. Vukovar se convierte en el corazón de la resistencia croata, sola
frente a la agresión de los vándalos serbios y sin que la "opinión pública
progresista del mundo" demuestre la menor inquietud. Su heroísmo y
sacrificio impide el avance del agresor hacia la capital croata, y si Zagreb se
salva, se salva Croacia, como la historia lo demostrará más adelante. Vukovar
fue la batalla ganada "a lo Pirro" por Milosević y sus generales
ya que ésta será reintegrada a Croacia algunos anos después, según los acuerdos
estipulados en Dayton.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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