Aparte de la oposición
Norte-Sur, existe también otro eje de desacuerdo, y es el que opone el
centralismo y el deseo de obtener un mayor grado de autonomía por parte de las
repúblicas. Los partidarios del centralismo, evidentemente son los serbios, que
ya controlan el Estado por el gran número de serbios instalados en la administración
y por ende bajo su influencia. Los pueblos no serbios, al revés, desean ver sus
autonomías reforzadas. Para los serbios, un Estado controlado por ellos, era ir
convirtiendo Yugoslavia en la -gran Serbia- del futuro. Por lo que los otros
pueblos presienten el peligro a sus identidades propias si la centralización en
manos serbias continúa creciendo. Condenan el centralismo por ser contrario al
principio de la autogestión. La lucha por la autonomía de decisión de las
repúblicas es al mismo tiempo una lucha por la liberación de la economía y de
la sociedad.
Los conflictos
centro-periferia interfieren con los conflictos Norte-Sur y se producen a veces
cambios de alianzas. Eslovenia y Croacia, repúblicas más ricas, pueden en
ciertos casos apoyarse en algunas de las repúblicas pobres del Sur: Macedonia,
Kosovo, Montenegro, Bosnia, cuando las circunstancias exigen defenderse del
centralismo controlado por Serbia. La tendencia liberalizadora en el régimen
gana confianza cuando Tito se deshace de su brazo derecho, el serbio Aleksandar
Ranković. Su trabajo como el hombre duro del sistema había bastante
ayudado a Tito para eliminar sus enemigos internos y stalinistas. Pero era el
conservador que impedía la evolución hacia la autogestión y la descentralización,
fue acusado por lo tanto de "dogmatismo burocrático" y sacado de sus
funciones en 1966. Los más contentos con su dimisión fueron los Albaneses del
Kosovo que . los había hecho perseguir desde sus funciones de jefe de la
policía. La tendencia descentralizadora creciente, cuyos principales animadores
eran los croatas, conoce un nuevo éxito en 1967, cuando el Noveno Congreso de
la Liga de los comunistas yugoslavos toma medidas de federar el Partido.
En 1968, mediante reformas
a la Constitución, el régimen de las provincias autónomas es modificado y sus
fronteras son garantizadas no ya por estatutos sino por la Constitución. Los
Albaneses del Kosovo, hasta hacía poco perseguidos por Ranković, ahora
exigen más: ese ano de 1968, en el curso de violentas manifestaciones los
kosovares reclaman por un estatuto de república para su provincia. Interviene
el ejército para reprimirlos, pero en parte, sus demandas son satisfechas.
Numerosos cambios constitucionales se producen entre 1968 y 1971 que van dando
mayores competencias a las provincias autónomas, aproximándolas a las de las
repúblicas. En 1970, los croatas obtienen que las decisiones del Partido y del
gobierno sean tomadas por unanimidad, lo que permite a cada entidad tener un
derecho a veto.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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