En junio de 1944, los
Aliados se apoderan de Roma y desembarcan en Normandía avanzando con mucha
dificultad hacia la frontera alemana. Durante los meses siguientes el ejército
soviético libera Ucrania y la Bielorusia, y comienza a penetrar en Polonia, en
Hungría, en Bulgaria y en Rumania, después el Ejército Rojo entra en Yugoslavia
y junto a los partizanos de Tito, libera Belgrado en octubre de 1944. El avance
del Ejército Rojo en Europa y la liberación de Belgrado darán nuevas fuerzas a
los partizanos que a partir de principios de 1945 contarán con cuatro ejércitos
operacionales, lo que les permitirá continuar la liberación de otras regiones
en donde los Alemanes continúan con una férrea defensa ayudados por fuerzas
chetniks, especialmente en Dalmacia del Norte (Knin), y de ustachas que
combaten ahora junto a los chetniks contra las guerrillas comunistas de Tito.
En marzo del mismo año, Dalmacia e Istria son liberadas y los partizanos entran
a Trieste el 30 de abril de 1945. Zagreb será liberado sin combate, el 8 de
mayo de 1945, el mismo día de la capitulación de Alemania. Tito, al condecorar
a la ciudad de Zagreb como ciudad heroica, dirá: "más de 50'000
habitantes (un cuarto de la población) de Zagreb participaron en la guerra
contra los Alemanes, de los cuales 20'000 murieron".
Contrasta este hecho
histórico, con la desinformación que existió durante años sobre la
participación del pueblo croata en la guerra contra el invasor alemán. Aún en
1991, cuando la Yugoslavia controlada por Milosević agrede a Croacia para
arrebatarle territorios, causándole miles de muertos y cientos de miles de
desplazados, en la opinión pública de Occidente prevalecía la idea de que
"los croatas fueron los que estuvieron a favor de los nazis" y de que
"los serbios lucharon contra los nazis". Era el resultado de la
manipulación de la verdad utilizada por los estrategas serbios que llegan a
explicar la guerra de agresión en 1991, como la continuación de la lucha contra
el nazismo alemán.
Muchos son los que se
asombran cuando "descubren" que Tito, el líder y creador de la
Yugoslavia socialista era un croata. Grupos y partidos que apoyaron al nazismo
alemán los hubieron en numerosos países durante esos años, no solo en Croacia,
sino también en Serbia, o en Francia por ejemplo, en donde incluso se dictaron
y se aplicaron leyes anti judías. Hasta en América existían grupos de intereses
que trabajaron por el triunfo nazi, por lo que acusar a un pueblo en especial,
de "haber estado con los nazi", es una mala intención evidente o
simplemente ignorancia.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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