La creación del Estado
Independiente Croata y la instalación de Ante Pavelić por los Alemanes
suscitará un gran entusiasmo en la población croata, después del asesinato de
Esteban Radić en Belgrado en 1928, los abusos y las masacres cometidas
contra la población croata y musulmana en Bosnia y Croacia por los serbios
entre las dos guerras. El sueño nacional de la independencia y la unión de
todas las provincias croatas, comprendida la antigua Bosnia croata de antes de
la ocupación turca en 1463, al fin realizados, no podían sino colmar de alegría
y entusiasmo a la mayoría de los croatas. Desgraciadamente era la realización
de un sueño, en tiempos en que la realidad ya estaba haciendo vivir la
pesadilla nazi a media Europa. La libertad y la independencia de las pequeñas
naciones, no estaba aún en las agendas de grandes potencias de la época, por
muy democráticas que se dijeran. La opresión de las grandes naciones sobre las
pequeñas, estaba aún en el espíritu de las naciones "democráticas"
occidentales aún después de la Paz de Versailles en 1919. Los anhelos de
libertad que sentían los croatas, eran los mismos que sentían los albaneses,
macedonios, musulmanes de Bosnia, húngaros y alemanes en Voivodina, etc., y que
defendían su existencia por todos los medios, llegando incluso a aliarse con el
Diablo, vale decir, Hitler. La felicidad efímera que sintieron los croatas, el
10 de abril de 1941, en el momento de la proclamación de Croacia como un Estado
libre y soberano, era la realización de un sueño de muchos siglos, que no podía
ser realizado con la ayuda y comprensión de las democracias occidentales,
aliadas, al contrario, con la Serbia opresora y despótica. Todos los
campanarios de las iglesias de Croacia se echaron al vuelo y un Te Deum solemne
se celebró en la catedral de Zagreb con la presencia de Pavelić y del
futuro cardenal Stepinac, marcando así el importante rol que ha desempenado en
la conciencia histórica croata la Iglesia católica, sus obispos, sacerdotes y
monjas croatas.
Se deben considerar estas
celebraciones del Estado independiente croata únicamente en su contexto
histórico de abril de 1941 y no en el espíritu dictatorial impuesto por
Pavelić y el nazismo alemán, en todo lo que sucedió después del 18 de
abril de 1941 hasta 1945. Así es como el cardenal Stepinac representante de la
Iglesia católica en Croacia, desde las primeras leyes fascistas y antisemitas
aplicadas en Croacia, se disocia del régimen de Pavelić y lo condena
violentamente desde 1941, con peligro incluso de su vida. Sin embargo no
faltarán las calumnias y mentiras, inventadas sobre todo por los serbios y la
Iglesia ortodoxa serbia en contra del cardenal católico croata y del cual se
harán eco la dirigencia comunista en la Yugoslavia de Tito. El 10 de abril de
1941, cuatro días después del comienzo de la invasión y mientras los tanques
alemanes no habían aún llegado a Zagreb, el Estado independiente de Croacia era
proclamado en dicha ciudad, por el coronel Slavko Kvaternik, en nombre del jefe
de los ustashis, Ante Pavelić.
Antes de dirigirse a los
ustashis, cuya influencia en el país era limitada, los Alemanes habían ofrecido
el poder a Maček, el líder del Partido Campesino Croata y miembro del
gobierno yugoslavo antes y después del golpe de Estado organizado por el serbio
Marković. Pero, Maček rechaza esta oferta ya que el verdadero poder
estaría en manos del ocupante. También renuncia a sus funciones en el gobierno
real, dejando a otros tres miembros de su partido acompanar al resto de los
ministros que parten al exilio en Londres y desde el 10 de abril, hace un
llamado a la población croata a ser leal con el Estado independiente croata.
Maček, toma su distancia con el gobierno de Pavelić, al que considera
colaboracionista, pero al mismo tiempo pide a sus compatriotas obediencia al
Estado; esto refleja la actitud adoptada por muchos croatas en esos momentos.
Fue también la de la jerarquía católica, y en particular de su arzobispo
Monseñor Stepinac, quien en el proceso en su contra, en 1946, declara:
"Yo no era persona grata ante los ustashis y los
Alemanes, jamás fui ustashi, jamás presté juramento ustashi. El pueblo croata
se había pronunciado mediante un plebiscito por un Estado croata, y yo seria
menos que nada, si no hubiese sentido batir el pulso del pueblo croata, que
estaba esclavizado en la antigua Yugoslavia".*
*Citado en Hrvatski
portreti, Munich-Barcelona, Hrvatsko drustvo u Svicasrkoj,1973, p.71
Poco después de la toma del
poder por Pavelić y los ustashas, empieza el reglamento de cuentas en
Croacia y Bosnia, primero contra los chetniks serbios que han estado asesinando
y sembrando el terror desde 1930, en segundo lugar, contra los representantes
del régimen serbio-yugoslavo, para continuar enseguida contra la población
civil serbia que vive en Croacia. Las masacres que se producirán, tanto del
lado de ustachas como de chetniks, se explican solo por el odio acumulado
especialmente después de 1918, además de las venganzas entre los pequeños jefes
locales, tanto ustachas como chétniks. A pedido de los Alemanes, Pavelić
pone en aplicación leyes racistas, similares a las ya impuestas en cada país
invadido por los nazi y que son utilizadas para perseguir principalmente a
judíos y gitanos en Croacia.
La Iglesia católica y el
cardenal Stepinac salvarán a gran número de Judíos, ayudándoles a escapar a
zonas bajo control italiano y desde ahí hacerlos salir a otros países que les
darán asilo. El tercer acto del régimen de Pavelić será su política hacia
la minoría serbia en Croacia y Bosnia. Minorías que habían dado fuertemente su
apoyo a las políticas de opresión y terror del gobierno serbio, y a sus
gendarmes y verdugos chetniks que actuaban contra los intereses de Croacia.
Pavelić habría definido una política hacia esta minoría serbia, tal como
lo hará también en el lado serbio, el general Mihailović en contra de las
poblaciones no serbias:
a) un tercio a convertir al
catolicismo o ala ortodoxia;
b) un tercio a expulsar de
Croacia o de Bosnia;
c) y un tercio a eliminar
fisicamente.
Es la misma política que ya
había sido aplicada por los serbios en el Kosovo, en Sandjak y en Bosnia, desde
1918, cuando alrededor de un millón de musulmanes eslavos debieron exiliarse en
Turquía. Las víctimas serbias de 1941, no será la obra exclusiva de los
ustashas de Pavelić, sino también de los musulmanes de Bosnia, que creían
vengar así a las miles de víctimas musulmanas aterrorizadas y asesinadas entre
1918 y 1939 por las bandas chetniks, que para ocultar sus crímenes, arrojaban
los cadáveres de los musulmanes al río Drina o a fosas comunes en grutas
escondidas. Pavelić, siendo originario de Hercegovina, obtiene un masivo
apoyo musulmán al iniciar su gobierno y se reconocían en el Estado croata que
él dirigía. Pero solo unos meses después de iniciar su régimen, tanto croatas
como musulmanes, comienzan a abandonarlo progresivamente para enrolarse en las
milicias guerrilleras de Tito. Los croatas comienzan a ser víctimas también del
régimen dictatorial de Pavelić, que hace de todos los que no le apoyan, un
enemigo del Estado. La oposición a Pavelić, en la que se encuentran muchos
partidos políticos, entre otros, los comunistas croatas y sobre todo el
mayoritario Partido campesino croata a cuyo líder, Vlado Maček, lo ha
puesto en prisión. La cesión de Dalmacia e Istria a Italia más la promesa de
instalar en el trono de Croacia a un bastardo de la realeza italiana, el Duque
de Spoleto, hará aumentar aún más rápidamente el descontento de los croatas
hacia el régimen de Pavelić. Solo a algunos días de la proclamación del
Estado independiente de Croacia, el entusiasmo nacional del pueblo croata caía
a un nivel muy bajo y la inquietud se instala entre ellos.
También se inquietan los
Alemanes que tienen la idea de cambiar a Pavelić y reemplazarlo por Vlado
Maček, pero fracasan ante la nueva negativa de éste a ingresar a un
gobierno bajo la presión de un ejército invasor. Maček, rechazando de
colaborar, salva su honor personal, pero al mismo tiempo deja el campo libre a
minorías extremistas, que causarán un gran dano al honor del pueblo croata en
general. Siendo el número de ustachas tan poco importante, Pavelić crea
entonces un ejército regular Domobrani (defensores del pueblo), los que en gran
número se pasarán a las filas de los partizanos de Tito desde 1942, como
también una cantidad importante de chetniks, sobre todo después de la derrota
de Italia en 1943.
La capitulación de Italia,
el 8 de septiembre de 1943, modificará profundamente la situación geopolítica y
estratégica en la ex-Yugoslavia. Las fuerzas de Tito se apoderan de una importantísima
cantidad de armas abandonadas por el ejército italiano. Lo que obliga a los
Alemanes a reforzar su potencia militar en los Balcanes, en los momentos en que
los Aliados ya han logrado con éxito el desembarco en Sicilia y que los
ejércitos alemanes se sienten atrapados en Rusia y Stalingrado. Para el
desembarco aliado en el norte de Europa, se llega a pensar en una acción en el
Adriático, a través de Croacia, lo que les acercaría a la frontera austríaca a
solo 200 kilómetros. Habría sido una ocasión providencial para Pavelić de
abandonar la protección alemana y de acercarse a los aliados facilitándoles el
desembarco en Croacia con sus 250'000 soldados croatas. Los dos ministros de
Pavelić que hicieron contacto al respecto con los Aliados, Ante Vokić,
Defensa y Mladen Lorković, Interior, serán detenidos y fusilados en 1944.
Para impedir este posible desembarco en las costas dálmatas, un sorprendente
acercamiento se produce entre los Alemanes y Tito. Otra sorpresa será la que da
Stalin, al ofrecerle a Pavelić reconocer su gobierno y el establecimiento
de relaciones diplomáticas con la sola condición por parte de Pavelić de
permitir la existencia legal del Partido comunista croata.
Ninguna de estas
oportunidades las acepta Pavelić, lo que posiblemente habría ahorrado los
terribles sufrimientos que soportará el pueblo croata en los años venideros. El
gobierno de Pavelic se sitúa de más en más en lo arbitrario, los grupos armados
de ustachas, tienen su propio comando al margen del ejército regular croata,
los "domobranstvo", y forman un Estado dentro de Estado, por sobre
las leyes, constituyendo el equivalente del partido único. La ideología del
régimen de Pavelić es nacionalista y clerical. Los dos aspectos se unen,
ya que a los ojos de los croatas el régimen serbio-yugoslavo se había opuesto
al mismo tiempo a la nación croata y a la Iglesia católica.
En este Estado que engloba
también a Bosnia, son reconocidos como croatas los católicos y los musulmanes
(estos últimos proclamados como "flor de la nación croata"), pero no
los ortodoxos ni los judíos. Desde el 25 de abril, un decreto pone fuera de la
ley el empleo del cirílico (la lengua escrita serbia). El 3 de mayo, un decreto
suprime las disposiciones que aseguraban la igualdad de cultos y libertad de
conciencia. Se cierran las escuelas confesionales ortodoxas, se prohibe a los
serbios el ingreso al ejército croata, a la vida política y a numerosas
profesiones. El poder ustasha elimina al mismo tiempo a todos sus potenciales
oponentes políticos croatas. Las milicias campesinas, rivales posibles de
formaciones ustachas, son desarmadas, y muy pronto Maček es detenido. El
Partido campesino se encuentra así, prácticamente desintegrado.
Las masacres cometidas por
las milicias ustashas en contra la población serbia que vivía en Croacia, así
como las conversiones forzadas, no fueron una exclusividad del régimen de
Pavelić. Ellas ya habían sido practicadas ampliamente por todos los
imperios o "naciones dominantes". Los serbios y Alejandro I venían
practicando toda esta clase de tropelías desde 1913. Después de haber sufrido
el terror serbio, el odio y el deseo de venganza acumulado en los croatas,
musulmanes, albaneses, húngaros y macedonios provocarán una terrible venganza.
Esta no caerá sobre Serbia y su clase dirigente sino contra las minorías
serbias que vivían en Croacia y Bosnia, defendidas por los chetniks, que,
después del golpe de Estado en Belgrado el 27 de marzo deseaban de nuevo
imponer la ley serbia y la Yugoslavia de 1918. Si bien es cierto que la guerra
en Yugoslavia entre 1941 y 1945, tuvo también una connotación religiosa, los
católicos croatas y los musulmanes de Bosnia contra los ortodoxos serbios, y
los serbios ortodoxos contra los católicos y musulmanes; la participación de
algunos sacerdotes católicos y frailes franciscanos, igualmente que popes
ortodoxos, no debe dejar creer que ésta fue una guerra de religión. La Iglesia
católica condenó la participación de sacerdotes y franciscanos en Bosnia y
otros lugares, y les prohibió participar en actividades políticas, lo que no
fue el caso en la Iglesia ortodoxa. Pretender, como fue divulgado por muchos
años por los serbios, que todos los sacerdotes católicos y franciscanos eran
criminales, es parte del método sistemático serbio para enlodar a la Iglesia
católica y a todo lo que no sea serbio. Nada se dice desde luego, de los popes
ortodoxos que participaron en masacres de católicos croatas y musulmanes tanto
en Bosnia como en Hercegovina y Dalmacia del Norte.
Las leyes fascistas y
antisemitas contribuyeron también a que el número de víctimas durante la guerra
fuese muy elevado. Las primeras leyes anti judías fueron puestas en vigor en
1936 durante el régimen del regente Pablo, así como los campos de
concentración. El 15 de junio de 1941, Pavelić adhirió al Pacto
Tripartito, y el 25 de noviembre al Pacto Anti Komintem.
Muchos reproches se
hicieron al régimen de Pavelić por estas firmas, pero se debe tomar en
cuenta que su gobierno intentaba a duras penas, en una coyuntura muy difícil,
de actuar por el bien prioritario de un pueblo croata enclavado en el corazón
del Eje, lo que no permitía otro tipo de alianzas. Su margen de maniobra era
extremadamente estrecho, con los Alemanes exigiendo un pago por gastos de.
ocupación, control sobre las vías de comunicación y la sugerencia de una serie
de decretos en favor de la minoría alemana (unas doscientas mil personas) y
cuyo jefe Altgajer, tenía rango de ministro.
Minorías israelitas muy
antiguas existían en numerosas regiones croatas (llegadas principalmente a
causa de su expulsión de España en 1492). Himmler impone al gobierno ustasha un
cierto número de medidas represivas contra la comunidad judía croata, pero que
no serán totalmente aplicadas, lo que no es sorprendente, si se toma en cuenta
que las esposas de varios altos funcionarios del régimen Pavelić, eran de
ascendencia judía, y entre ellas, la propia esposa de Ante Pavelić y la
del ministro Kvatemik. En el plano institucional, Pavelić restauró el
viejo parlamento croata (reunido por primera vez en el año 753) llamado Sabor,
que retoma sus funciones el 23 de febrero de 1942 con los diputados elegidos en
las últimas elecciones del reino yugoslavo, en su gran mayoría, miembros del
Partido Campesino Croata, a los que se les agregan los dignatarios ustashas y
otras personalidades del mundo intelectual y religioso más representantes de
las minorías étnicas. "No he venido para reinar, sino para trabajar"
había declarado Pavelić al tomar la dirección del Estado, lo que, a pesar
de la guerra, invierte cerca de cien millones de "kunas" en trabajos
de saneamiento y canalización, que permite recuperar varios miles de hectáreas
en las cuales serán instalados silos y estaciones veterinarias. Al mismo
tiempo, numerosos hospitales son construidos así como más de 600 escuelas.
El 8 de mayo de 1945, día
de la capitulación de Alemania, Pavelić abandona Zagreb junto a su
ejército de croatas que aún le quedan fieles, y prefiere rendirse a los
ingleses en Austria, antes que a los ejércitos soviéticos. Pavelić
abandona a su ejército y a sus partidarios, que se rinden finalmente el 15 de
mayo de 1945 y él logra huir a través la frontera austríaca, para desaparecer
durante un tiempo, en el cual logra ayuda para refugiarse en Argentina. Buscado
intensamente por la policía de Tito, es herido en un atentado en Buenos Aires.
Se repone durante un tiempo en Chile en casa de amigos, y se traslada a España
en donde muere en 1959.
Pedro II al exilio (1941-1945)
Ya hemos visto como la ira
de Hitler se descargó sobre Belgrado en respuesta a la afrenta que le hicieron
los generales serbios el 27 de marzo de 1941, dos días después de que el
representante de Yugoslavia, el Regente Pablo, había aceptado con su firma el
ingreso al Pacto tripartito. El nuevo gobierno que surge como consecuencia del
golpe militar con el general Simović a la cabeza, se dirige a la Unión
Soviética, el 30 de marzo, para firmar un tratado de ayuda mutua entre la
Yugoslavia monárquica y el país de los Soviets. Este tratado será firmado solo
unas cuantas horas antes del ataque alemán del 6 de abril, ante la pasividad
absoluta de Stalin.
Así, la Yugoslavia-serbia o
la gran Serbia, deja de existir. Hitler inicia el reparto de Yugoslavia,
entregando la Voivodina a Hungría y Rumania; Montenegro, habiendo sido
proclamado '"Estado soberano" por Italia, deja a Serbia en sus
fronteras de antes de las guerras balcánicas de 1912. Hitler crea así la
"gran Bulgaria", la "gran Albania y la "gran Croacia",
esperando obtener como contrapartida no solo el agradecimiento sino también una
ayuda en la guerra que ha declarado a toda Europa.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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