La Alemania nazi siendo ya una
amenaza evidente para las democracias europeas, lleva a Barthou el ministro
francés, a iniciar una serie de viajes a través de Europa para reanimar las
antiguas alianzas que Francia había firmado con ciertos países. Entre ellos con
la Pequeña Entente (Checoslovaquia, Rumania, Serbia). Después de visitar
Varsovia, Praga, Viena y Bucarest, el ministro Barthou llega a Belgrado e
invita al rey Alejandro I a efectuar una visita oficial a Francia. El gobierno
francés conoce bien los problemas políticos en Yugoslavia y espera aconsejar al
rey y que éste les escuche y se convierta en un aliado seguro para un futuro
tan incierto como se ve en Europa. Saben también que Yugoslavia es el nuevo
"hombre enfermo de los Balcanes" después del antiguo Imperio otomano,
y que la vida del rey está en peligro, sobre todo después del asesinato del
líder croata Esteban Radić.
Confrontado a numerosos
peligros en su país, el rey Alejandro I, acepta la invitación de Francia, a la
cual viaja en barco y llega a Marsella el 9 de octubre de 1934. El rey y el
ministro francés Luis Barthou suben a un vehículo descapotable. Tres
terroristas les esperan, mezclados entre la muchedumbre, siguiendo el mismo
método que el de los terroristas serbios de Sarajevo en 1914. Dos de los
magnicidas son croatas, militantes del movimiento clandestino de Ustachis de
Ante Pavelić, más el combatiente Vlado miembro del movimiento macedonio
VMRO (Orim), que lucha también contra Serbia por la independencia de Macedonia.
Cuando el cortejo oficial
llega a cierto punto, un hombre sale desde la muchedumbre gritando "¡Viva
el rey!" y descarga al mismo tiempo su pistola sobre Alejandro. El rey
cae muerto fulminado por tan certero disparo. También muere el Macedonio Vlado,
quien ha sido golpeado por el sable de un oficial a caballo. Por falta de
rápidos auxilios médicos fallece algunas horas después el ministro Barthou,
víctima de los disparos efectuados por un gendarme francés. Este nuevo atentado
no hará sino aumentar aún más el estado de odio y venganza entre serbios y
croatas.
El documento siguiente,
refleja en forma descarnada y dramática la situación que vivía Croacia bajo el
dominio de la monarquía de los Karageorgevich. Hace parte de dos denuncias
entregadas a la Asamblea General de la Sociedad de las Naciones el 10 y 20 de
enero de 1935. Esta organización fue la antecesora de la actual Organización de
Naciones Unidas creada en Ginebra en 1946, al finalizar la Primera Guerra
Mundial. Estos documentos están archivados en la Biblioteca Universitaria de
Ginebra:
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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