Después de haber sido
condenado a muerte por Alejandro I, sale del país y en Italia y Hungría
encuentra ayuda para llevar a cabo sus planes. En estos dos países se instalan
campos de entrenamiento para preparar los hombres que están dispuestos a
seguirle y hacer la guerra contra los serbios. Para Pavelić, como para los
comunistas yugoslavos, el rey Alejandro se convertirá en el enemigo principal
al cual dedicarán todas sus esfuerzos para eliminarle incluso mediante
atentados a su vida, lo que lograrán en Marsella en 1934.
El rey Alejandro,
obsesionado y ciego en su voluntad de restaurar el Imperio serbio de la Edad
Media y crear así la Gran Serbia, pisotea los derechos de los pueblos no
serbios del reinado. Entra así en conflicto con los croatas, macedonios,
albaneses, bosnios, húngaros, eslovenos y otros pueblos que vivían en el
espacio yugoslavo. Aparte de los problemas económicos y sociales sobrevenido
después de la gran crisis mundial de 1929, el problema más importante para el
reino de Alejandro es la situación de las nacionalidades. Para calmar a los
croatas, el rey hace preparar un proyecto de autonomía para Croacia. Proyecto
que comprende solo a una Croacia no más grande que el territorio que se pueda
ver "desde las torres de la Catedral de Zagreb", dicho de otra
manera, el territorio croata que nunca estuvo ocupado por los Turcos en el
siglo XVI y en el cual no existía una minoría serbia. Todas las otras regiones
de Croacia: Eslavonia, Dalmacia, Bosnia, eran, según Alejandro I, regiones serbias
y que hacían parte de la gran Serbia, ya que en esas regiones existían
"tumbas serbias" y la población serbia representaba alrededor del 10%
de la población total.
Para que unos doscientos
mil serbios pudiesen vivir dentro de la gran Serbia, debían ser integrados por
la fuerza mas de dos millones de croatas, tal era el pensamiento de Alejandro I
en esos años de 1930 y que se ha perpetuado en las dirigencias serbias, los
cuales intentan nuevamente llevar a cabo el mismo proyecto mediante la guerra
de agresión iniciada en 1991 por el socialista Milosevic y sus aliados de la
ultra derecha serbia. Con su grotesco "proyecto" bajo el brazo,
Alejandro I viaja secretamente a París para obtener los consejos de sus
"padrinos" de la República francesa, con los cuales había firmado un
Tratado de amistad en 1927... Robert Schumann y Ernest Pezet, dos diplomáticos
y hombres políticos franceses, dejaron testimonio de sus buenos conocimientos
sobre la situación política yugoslava. Pezet había publicado un libro, "La
Yugoslavia en peligro", en 1933, que había causado bastante ruido. El
resumen de sus escritos y observaciones respecto al reinado de Karageorgevich
es el siguiente: "Sobre la política serbia =serbios y croatas= un solo
pueblo."
"En la mayoría de las administraciones
yugoslavas los serbios están en un 100% y muy mayoritarios en las otras, entre
un 80% y un 90%, y entre los generales del ejército son serbios el 99%. Lo
mismo sucede en la diplomacia. La política hacia las Iglesias es discriminatoria.
Del presupuesto para el culto, la Iglesia ortodoxa recibe el 75% y la Iglesia
católica 23%. Para porcentajes respectivos de 42% y 38%. Los obispos serbios
reciben 40'000 dínares y los obispos católicos 20'000 dínares. Las mismas
proporciones son válidas para las asociaciones. En la enseñanza, los profesores
serbios son favorecidos en relación a las otras nacionalidades, los libros
escolares en Croacia y en otras regiones son censurados sobre todo en lo que tiene
relación con la historia nacional, mientras que los libros serbios que
glorifican la gran Serbia son ampliamente difundidos, sobre todo en Bosnia y en
Macedonia. El uso de las palabras "esloveno" y "croata"
está prohibido. Se debe decir "yugoslavo." La policía es enteramente
serbia y muy temida, que trabaja con la delación, la opresión y la tortura.
Todo adversario político del régimen es sospechoso y las condenas por este
"delito" son frecuentes. Todos los adversarios políticos del régimen
han conocido largos años de prisión: S. Radic, A. Korošek, A. Trumbić, S.
Pribičević, V Maček.
Los impuestos son aplastantes, sobre todo en Croacia,
los cuales son cobrados sin piedad. Sobre el pían de finanzas del Estado, la
ausencia de control facilita el despilfarro de los débiles recursos que
provienen principalmente de Croacia y de Eslovenia. La ley electoral y el
terror ejercido por la policía serbia y los chetniks hacen imposible toda
representación de la oposición. En política extranjera, desde 1934, el
acercamiento hacia Alemania es evidente, ya que Alejandro I aprobó el golpe de
Estado dado por Hitler en Austria, mientras que los croatas son hostiles, así
como a toda expansión de la Italia de Mussolini. (Hasta aquí el testimonio de los
dos diplomáticos franceses en 1931)
Cuando Alejandro I expone
su proyecto en París - después del asesinato de Esteban Radić -, el
gobierno francés analiza las consecuencias que podrán resultar de esta aventura
en la que les puede arrastrar su "ahijado" eslavo:
Ø
aceptar la independencia de Croacia, aunque territorialmente muy
reducida, será algo inaceptable para los croatas y sobre todo para el gobierno
francés a causa de la intangibilidad de las fronteras acordadas según el
Tratado de Versailles y pudiendo así sentarse un "mal ejemplo" para
las otras naciones europeas oprimidas.
Ø
aceptar, a falta de otra solución, la dictadura preconizada por
Alejandro I no haría sino chocar los espíritus democráticos y republicanos que
no aceptarían proteger una dictadura y además real.
Ante esta dificil elección,
el gobierno francés, deja a un lado sus grandes principios republicanos y
democráticos, y da su consentimiento al régimen dictatorial impuesto en
Yugoslavia por Alejandro Karageorgevich, al que además le entrega una importante
ayuda económica para que pueda pagar sus deudas con los bancos franceses y
comprar nuevas armas con las cuales podrá imponer el "orden" en su
Yugoslavia serbizada.
Poco tiempo después de su
estadía secreta en París, Alejandro I suprime el 6 de enero de 1929, la
constitución de Vidovdan y también el parlamento en Belgrado. Prohibe a todos
los partidos políticos no serbios e instaura una severa censura contra la
prensa. Nombra como jefe de gobierno a otro general serbio, Petar
Živković.
Comienza entonces la
dictadura personal de Alejandro I
Ø
Por un decreto del 3 de octubre de 1929, el Estado de los Serbios,
Croatas y Eslovenos pasa a llamarse Yugoslavia, siendo que el término
"yugoslavo", hasta ese día, había sido permanentemente rechazado por
los serbios. Pero de pronto, la palabra "yugoslavo" se convierte en
un elemento vital para la gran Serbia, los que le dan una equivalencia política
entre "serbio" y "yugoslavo" tales como los términos
"serbo-croata" y muy raramente, "croato-serbo".
Ø
Yugoslavia es dividida en nueve regiones administrativas (Banovinas),
de las cuales una es de mayoría eslovena, dos de mayoría croata (Sava y
Marítima) y seis con mayoría serbia.
Las dos Banovinas de
Croacia comprenden las fronteras siguientes, decididas por Alejandro I:
Ø
la Banovina del Sava (Croacia del Norte) tiene las mismas fronteras
que tendrá después de 1945, (que serán rechazadas por los serbios en 1991) y
que dan como motivo para declarar la guerra a Croacia y así obtener su
modificación.
Ø
la Banovina Marítima (Croacia del Sur con Dalmacia) comprende también
la Hercegovina, en donde los croatas son mayoritarios en más de un 80%. En
1945, Hercegovina será anexada a Bosnia.
Ø
todas las evocaciones históricas para las naciones no serbias son
prohibidas (banderas, personalidades históricas, canciones...) todo lo que es
"serbio" se le considera "yugoslavo", por lo tanto,
tolerado.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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