El Partido socialista
croata, el cual se adhiere al Partido comunista yugoslavo en 1919, entrega la
siguiente declaración el 1 ero de mayo de 1918:
"Pensamos que una paz justa y durable no es
posible mientras los derechos naturales y legítimos de cada nación no sean
reconocidos y realizados para la obtención de su total libertad, independencia
y soberanía..."
En 1923, el escritor croata
Augusto Cesarec, miembro del Partido socialista croata y que adhiere también al
Partido comunista yugoslavo junto al escritor Miroslav Krleža, escribe:
En 1971, toda la dirección
comunista croata será castigada porque se atrevió a plantear la aplicación de
reformas económicas (mercado, precios, créditos, inversiones) e incluso la
descentralización del poder económico y político sobre el principio de la
igualdad de las naciones y repúblicas yugoslavas. En cuanto a Tito - se dice
que es un caso aparte - algunos lo vieron ante todo, como un
"internacionalista" y un "yugoslavo" ya que así pudo
hacerse del poder y mantenerse en él para el resto de su vida. Los croatas al
parecer, no le recuerdan con mucho orgullo, y los serbios en 1991 hicieron
aflorar todo el rencor y odio que por él sentían.
Ya hemos visto como en
Serbia, que no existía gran interés por la idea "yugoslava" hasta un
poco antes de 1919, sino la idea de la gran Serbia, con los grandes trastornos
producidos con la caída del Imperio Austro-Húngaro, las clases dirigentes
serbias y la monarquía de Alejandro I se dan cuenta que a través del
"yugoslavismo" se puede llegar al mismo fin soñado por ellos, el
dominio de Serbia sobre los pueblos eslavos del sur e incluso a otros. Desde
1919 también, los comunistas serbios se declaran decididos partidarios de un
Estado fuerte, exactamente tal como lo imaginaba el rey Alejandro, solamente
que para los comunistas serbios la fórmula era:
comunismo-yugoslavismo-serbismo.
En 1922, Šima
Marković, secretario general del Partido comunista serbio, responde así a
la consulta que le hacen desde Moscú, el Komintem, para conocer la posición de
los comunistas serbios respecto a la cuestión de las nacionalidades en
Yugoslavia: "En la nueva Yugoslavia, la centralización del Estado
yugoslavo es indispensable por las razones siguientes:
Es así como el secretario
general de los comunistas serbios justifica la monarquía y el poder serbio
tanto en el plano político como en el económico al defender el hegemonismo
serbio y excluyendo el principio de la autodeterminación de los pueblos. En
este estudio de Marković, ni siquiera se molesta en nombrar a los
macedonios, ni montenegrinos, ni a las otras minorías importantes en
Yugoslavia. La importancia de este documento está en que nos permite comprender
la actitud de los comunistas serbios entre las dos guerras, después en la
Yugoslavia bajo el liderazgo de Tito y posteriormente en la actuación de
Milosević el dirigente serbio en 1991.
La influencia ortodoxa en
el trabajo del secretario general de los comunistas serbios en 1922, se hizo
evidente, al dar a Serbia el rol de "nación dominante". Pero aún no
estaba Serbia en condiciones de jugar tal papel por razones tanto económicas
como culturales, motivo por el cual deberán recurrir a complots y a otros
medios para intentar imponer su programa. Tampoco contaban los comunistas
serbios con un líder capacitado para las necesidades de la época y menos aún
con una dirección colectiva con luces suficientes.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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