Para Marx, la lucha del
proletariado contra la explotación capitalista prima sobre la cuestión
nacional. Por otra parte, las pequeñas naciones deberían desaparecer en
beneficio de las grandes naciones y éstas a su vez desaparecerían también
cuando triunfase plenamente el comunismo. Todo esto, desde luego, según la
visión de un mesianismo doctrinario, tal como el de la Iglesia católica, según
el cual todos somos hermanos en Jesucristo antes de pertenecer a una u otra
nacionalidad.
Pero la doctrina de la
ortodoxia y de la Iglesia ortodoxa serbia, y la de los comunistas serbios son
prácticamente idénticas al proclamar la identificación de la nacionalidad
(serbia) y de la ortodoxia. Los comunistas serbios coincidían con el rey
Alejandro I en la identificación de que "yugoslavo" era sinónimo de
"serbio". "Todo lo que es serbio es serbio, todo lo que es
yugoslavo es también serbio". Los comunistas serbios jamás ocultaron su
sentir en este sentido: yugoslavo igual serbio, lo que en otros términos, es la
misma identificación de Bizancio entre el Estado y la Iglesia, la alianza entre
el trono y el altar.
Lenin, después de la revolución
de 1917, aplica la solución marxista al problema nacional como una ayuda vital
para la consolidación de la revolución, y para esto recuerda la doctrina de los
socialistas austríacos (Bauer) sobre el derecho a la existencia de las
nacionalidades, para tenerlos como aliados contra el imperialismo y los rusos
blancos. Stalin también resolverá este problema en el plano de la doctrina,
pero en la práctica lo que llevará a cabo será la doctrina marxista aplicada
bajo la forma de "nación dominante" rusa. Serán creadas las
Repúblicas socialistas en 1922, y todo el poder será concentrado en Moscú
dándole el eufemístico nombre de "centralismo democrático".
En los Estados
multinacionales, se agrega otro importante problema: el de la primacía de una
nación sobre las otras o la igualdad de derechos de cada una de ellas. Siendo
Yugoslavia no solamente un Estado multinacional sino además contando con
culturas diferentes, la de Occidente (Croacia y Eslovenia) y la del Oriente
(serbios, montenegrinos, macedonios), todos sus debates ideológicos y sus
posibles soluciones prácticas debían salir exclusivamente desde el Partido
comunista yugoslavo, y esto, desde hacía setenta años.
Para mejor comprender la
historia y los discursos de los comunistas yugoslavos (serbios), se deben tener
muy en cuenta las siguientes nociones básicas:
Ø primacía de
una nación (serbia) o igualdad entre las naciones;
Ø poder
centralizado (serbio) o poder descentralizado;
Ø identificación de Yugoslavia (Serbia) a un
Estado muy centralizado o no.
Ø Entre 1922 y 1941, Stalin y el Komintem
fijarán la política y la estrategia a seguir por el Partido comunista
yugoslavo, en función de los altos intereses de Rusia, lo que no simplificará
en absoluto la vida y la creencia de los comunistas yugoslavos. En la práctica,
los comunistas yugoslavos, serbios o croatas se comportaron por lo general,
como miembros de una nación, pequeña o grande, fieles a su propia cultura e
idiosincrasia, y no como lo deseaban los jerarcas comunistas rusos, que se
convirtieran en simples proletarios apátridas, ciegos ejecutantes de una
política seudo internacionalista y que su único objeto era el beneficio a la
gran madre Rusia.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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